mi concepción de la histeria1

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Mi concepcin de la histeria1Joseph BabinskiJoseph Franois Flix Babinski naci en Paris el 17 de noviembre de1857. Su padre un ingeniero polaco y su madre, se instalaron en elbarrio de Montparnasse de Pars, en 1848, como refugiados polticos,huyendo de la ocupacin y represin zaristas.Joseph estudi medicina en la Universidad de Pars, adonde se graduen 1884. Su tesis doctoral, defendida en 1885, llev por ttulo: tudeanatomique et clinique sur la sclrose en plaques (1885). Durantesu carrera lleg a ser uno de sus discpulos preferidos de Charcot conquien trabaj en la Salptrire, y tambin recibi la influencia intelectualde Legrand du Saulle, Vulpian, Cornil y Ranvier.JOSEPH BABINSKI (1857-1932)1. J. Babinski. Ma conception de lhysterie, en OEuvre Scientifique, Paris : Masson, 1934.28 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROAntes de optar por la neurologa frecuent otros temas de la clnica, comola fiebre tifoidea, sobre la que trat en una de sus primeras publicaciones.Babinski quiso dedicarse a la enseanza universitaria pero, en 1888,l y su colega Gilles de la Tourette no pudieron superar el examen poruna manifiesta enemistad entre el presidente del jurado, CharlesBouchard, y Charcot, de quien haban sido discpulos. Cerrado elcamino a la docencia no quiso intentarlo otra vez.En 1890 accedi al puesto de Jefe de Clnica en el hospital de la Pitiadonde ejerci hasta su jubilacin en 1922. All instaur sus famosasLecciones de los lunes, siguiendo la tradicin de su maestro Charcotcon las Lecciones de los martes.En 1900, junto a Brissaud, Pierre Marie, Djerine, Souques y otros,fund la Sociedad de Neurologa de Pars, de la que fue presidenteen 1907.Asimismo fue editor de la Revue Neurologique. Luego de su retiro, ala edad de 65 aos, fue nombrado mdico honorario de los Hospitalesde Pars. En febrero de 1914 fue admitido a la Academia de Medicinay luego nombrado comendador de la Legin de Honor.Public casi trescientos trabajos durante su vida, muchos de los cuales seencuentran compilados en dos obras: Expose des travaux scientifiques,de 1913, y OEuvre scientifique, de 1934. El ltimo texto que publicest dedicado a la anosognomia que acompaa a algunas hemiplejasizquierdas. Aparte de su contribucin superior al desarrollo de laneurologa en Francia, Babinski tambin marc la evolucin de lapsiquiatra y de la neuropsicologa.Falleci en Paris, el 29 de octubre de 1932, afectado de la enfermedadde Parkinson.Aparte de su breve y concisa descripcin del signo que lleva su nombre,Babinski aport una serie de innovaciones al campo de la semiologa delas enfermedades del sistema nervioso, siendo el denominador comn delas mismas la bsqueda de la objetividad. No menos inters tuvo en lossntomas subjetivos, frente a los cuales desarroll todo tipo de prevencionesy precauciones a la hora de conducir la anamnesis de sus enfermos.Babinski recibi la gran influencia de su maestro Charcot as comotambin de esa gran corriente en torno a la histeria propia de la poca.Por ello, su verdadera obsesin fue la de elaborar una semiologa de loorgnico y as poder diferenciarla de los sndromes histricos.Fue el primero, en 1896, en descubrir la dorsiflexin del dedo gordodel pie como resultado de una bsqueda sistemtica de signos y reflejosHISTORIA DE LA ANSIEDAD | 29que pudieran diferenciar la hemiparesia histrica de la orgnica, untipo de diagnstico diferencial que fascinaba a los neurlogos de finesdel siglo XIX. Fruto de sus observaciones, el 22 de febrero de 1896, a laedad de 38 aos, present en la Sociedad de Biologa un informepreliminar sobre el reflejo cutneo plantar. En poco menos de treintalneas describa el signo y remarcaba su asociacin con las hemiplejasorgnicas. Los archivos de dicha reunin (Sur le rflexe cutan plantairedans certains affections organiques du systme nerveux central.Compte Rendu de la Socit de Biologie de Paris, 1896, 48, 207-208) consignan su breve comunicacin:He observado en un cierto nmero de casos de hemipleja o de monoplejacrural ligada a una afeccin orgnica del sistema nervioso central unaperturbacin en el reflejo cutneo plantar del cuales explicar en algunaspalabras. Del lado sano el piquete de la planta del pie provoca, como esde costumbre en estado normal, una flexin del muslo sobre la cadera, dela pierna sobre el muslo, del pie sobre la pierna y de los dedos sobre elmetatarso. Del lado paralizado una excitacin parecida da lugartambin a una flexin del muslo sobre la cadera, de la pierna sobre elmuslo y del pie sobre la pierna, pero los dedos, en lugar de flexionarse,ejecutan un movimiento de extensin sobre el metatarso. Me ha tocadoobservar ese problema en casos de hemipleja reciente de algunos dassolamente, as como en casos de hemipleja espasmdica de muchos mesesde duracin; lo he constatado en enfermos que eran incapaces de movervoluntariamente los dedos, como tambin en sujetos que podan aunejecutar con los dedos movimientos voluntarios, pero debo decir que eseproblema no es constante. He observado tambin en muchos casos deparapleja crural debido a una lesin orgnica de la mdula un movimientode extensin de los dedos luego del piquete de la planta del pie,pero, como en casos parecidos, no existe en el enfermo mismo un punto decomparacin, la realidad de un problema es menos manifiesto. En resumen,el movimiento reflejo consecutivo al piquete de la planta del piepuede sufrir en las parlisis crurales cuya causa es una afeccin orgnicadel sistema nervioso central no solamente, como lo sabemos, una modificacinen su intensidad sino tambin una perturbacin en su forma.Al parecer el fenmeno reflejo que motiv la comunicacin de Babinski,ya haba sido observado previamente por los alemanes Remak y Strumpelly luego por Vulpian, primer maestro de Babinski, pero ninguno de elloshaban sabido otorgarle significado clnico o semiolgico.30 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNARODos aos despus, Babinski public un segundo artculo sobre el tema(Du phnomne des orteils et de sa valeur smiologique, SemaineMed., 1898, 18, 321-32) en el que reconoce la importancia de laextensin del dedo gordo y proporciona una explicacin detallada delsignificado clnico del fenmeno, mostrando su correlacin con eldisturbio del tracto piramidal. Esta descripcin lleg a una mayoraudiencia y subsecuentemente aparecieron publicaciones confirmatoriasde ese hallazgo.Siguiendo sus investigaciones, analiz el fenmeno en varias situacionesclnicas y no encontr el signo en pacientes con debilidad histrica.Afirm, as, que el signo poda estar ausente en enfermos afectados dehemipleja o parapleja con reflejos miotticos disminuidos, normales oausentes. Entre los casos que estudi haba uno con tabes que presentabaausencia de reflejos miotticos y lesin cerebral aguda. Babinskiadvierti que el grado de debilidad del reflejo no estaba en relacindirecta con la intensidad de la parlisis.El tercer y ltimo artculo de Babinski sobre el reflejo que lleva sunombre fue breve (De labduction des orteils, Revue Neurologique,1903, 11, 728-729). Entre otras cosas seal all que se poda observaren pacientes con una alteracin del sistema piramidal, en pacientescon parlisis espstica congnita y en recin nacidos en quienes elsistema piramidal no se ha desarrollado completamente. En trminosfilogenticos interpret que la respuesta extensora representaba unaregresin a una etapa muy temprana del desarrollo, cuando la locomocinno estaba an presente.El signo de Babinski, tan simple y a la vez tan importante, ha fascinadoa clnicos y neurofisilogos desde siempre. Ms de un siglo despus y apesar de contar en la actualidad con novedosos exmenes de neuroimgenesmorfolgicas y funcionales, el signo de Babinski posee una importanciadiagnstica inmensa realizable al pie de la cama del paciente.A Babinski tambin se le atribuye la primera descripcin del sndromeadiposo-genital: alteracin del crecimiento con interrupcin del desarrollode los rganos sexuales y acumulacin de grasa, al que se aadencefaleas y diabetes inspida vinculado a una lesin hipofisaria (Tumeurdu corps pituitaire sans acromgalie et avec arrt de dveloppment desorganes gnitaux, Revue Neurologique, 1900, 8, 531-33).En 1902 con Nageotte describi el sndrome de la lesin bulbar unilateralo sndrome de Babinski-Nageotte, originado por lesiones mltiples queafectan a las vas piramidales y sensitivas medulares, al pednculoHISTORIA DE LA ANSIEDAD | 31cerebeloso y a la formacin reticular, y que se caracteriza por hemiplejacontralateral y hemianestesia (por lo general solamente al dolor y a latemperatura), hemiasinergia ipsilateral, hemiataxia y sndrome deHorner (Babinski J. y Nageotte, J., Hmiasynergie, latropulsion etmyosis bulbaires avec hmianesthsie et hmiplgie croises, RevueNeurologique, 1902, 10, 358-65).Babinski tambin contribuy al desarrollo de la neurociruga (particularmenteen el terreno de los tumores de la mdula espinal). En 1922localiz el primer tumor espinal que fue extirpado en Francia. Pocoantes de morir afirm que su contribucin no haba sido el reflejo quelleva su nombre, sino el haber abierto el camino a de Martel y Vincent,fundadores de la neurociruga francesa. Entre los alumnos de Babinskyel ms clebre fue quizs Egas Moniz, uno de los precursores de lalobotoma prefrontal.Babinsky tambin reconoci la funcin del huso del msculo(mecanorreceptor), distingui las lesiones miopticas de las neuropticas,reconoci las lesiones de las distrofias musculares, y llam la atencinen la forma hemipljica de la esclerosis mltiple, clarificando latopografa de las placas. Estudi la fisiologa y patologa cerebelosa eintrodujo trminos como asinergia y adiadococinesia.Otra de sus contribuciones clnicas permiti describir el denominadoSndrome de Babinski caracterizado por la coexistencia de trastornoscardacos y arteriales con meningitis sifiltica crnica, tabes dorsal,demencia paraltica y otras manifestaciones sifilticas tardas.Babinski comenz tempranamente a interesarse por la patgenesis dela histeria (Recherches servant tablir que certaines manifestationshystriques peuvent tre transfres dun sujet un autre sujetsous linfluence de laimant, J. Babinski. Paris: A. Delahaye et E.Lecrosnier, 1886, 8 p. y Grand et petit Hypnotisme, J. Babinski,Paris : E. Lecrosnier et Bab, 1889, 32 p.) y fue el primero en presentarcriterios de diagnstico diferencial aceptables para separarla de lasenfermedades orgnicas.Aunque en principio haba aceptado los planteamientos de su maestroCharcot sobre la histeria, a la luz de sus observaciones, seal questa se deba fundamentalmente a autosugestin , y que se podacurar mediante heterosugestin, por lo que propuso que esta enfermedadse designara con el trmino Pitiatismo (curable por sugestino persuasin), y demostr que los signos y cuadros descritos por Charcoten la histeria se deban a la sugestin que ste ejerca sobre las32 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROenfermas, sin haberse dado cuenta de ello. Esto ltimo fue una de lascausas de lo que se llam El escndalo de la Salptrire.***A pesar del gran nmero de trabajos consagrados a la histeria, noparece que todos los mdicos se hayan forjado un concepto idntico deesta neurosis. En nuestra misma Sociedad, compuesta, sin embargo, pormdicos formados, en su mayor parte, en una misma Escuela, ha habidofrecuentes discusiones que demuestran que hay diferencias notables en elmodo como, unos y otros, comprendemos la histeria.El desacuerdo se debe, sin duda, a que los autores que han abordadoel tema de la histeria no la han definido con suficiente claridad; y quemuchos de ellos ni siquiera se propusieron definirla, como, dndole larazn a Lasgue, quien ha declarado que la definicin de la histeria nuncase ha dado, ni se dar jams.Ahora bien: una definicin es un enunciado de los atributos quedistinguen a una cosa, y que le pertenecen exclusivamente (segn elDiccionario de la lengua francesa de Littr); de manera que sostener quela histeria no es definible equivaldra a decir que la histeria no poseeninguna caracterstica que la distinga de otras afecciones nerviosas, yque cabra suprimir esta pretendida neurosis especial de los cuadrosnosolgicos. Todo mdico que haya hecho, aunque slo fuera una vez,el diagnstico de histeria, a menos de emplear palabras desprovistas,para l, de sentido, tiene que haberse formado de antemano una ideams o menos clara de lo que distingue a dicho estado neuroptico, quees lo mismo que decir que, al menos mentalmente, a su modo tiene quehaberlo definido.Como quiera que sea, para ponerse de acuerdo acerca de los problemasrelativos a la histeria que todava son objeto de discusin, seraindispensable poseer una definicin unnimemente admitida de estaneurosis, y que esta fuera, adems, clara y precisa. Si se llegan a determinarlas caractersticas de fcil observacin, comunes a todas las manifestacionesde la histeria, y demostrar que stas le pertenecen, exclusivamente,aquellas ltimas condiciones se cumplirn.Para lograrlo, es preciso pasar revista a los diversos sndromes quetodos los mdicos concuerdan en llamar histricos, analizarlos, yconfrontarlos con otros ciento cinco disturbios nerviosos variados quetodos estamos de acuerdo en distinguir de la histeria.HISTORIA DE LA ANSIEDAD | 33Consideremos las grandes manifestaciones de la histeria: las crisisnerviosas, las parlisis, las contracciones espasmdicas, las anestesias. Culesson sus atributos comunes? Puede decirse que estas variadas manifestacionesson puramente funcionales, mentales, que son susceptibles de serprovocadas por causas psquicas, de sucederse bajo formas diversas en losmismos pacientes, y que no repercuten gravemente sobre la nutricingeneral ni sobre el estado mental de los enfermos que las padecen.Pero es lcito como piensan algunos autores servirse de estascaractersticas para definir la histeria?Yo no soy de esa opinin, pues ninguna de ellas pertenece exclusivamentea esta neurosis. Hay, en efecto, muchas otras afecciones funcionales,mentales, y la histeria no es la nica susceptible de ser provocada porcausas psquicas: las conmociones morales pueden ejercer influencia enla gnesis de alteraciones mentales independientes de la histeria, soncapaces asimismo de hacer aparecer accidentes nerviosos en los diabticos,y de determinar graves trastornos circulatorios en pacientes conlesiones vasculares; es as como la hemorragia cerebral puede sobrevenira consecuencia de una emocin intensa.Al igual que la histeria, la gota puede manifestarse por accidentesvariados que se suceden y se sustituyen unos a otros; es esta una nocintan bien establecida que es intil insistir sobre el particular.Por fin, hay otras enfermedades nerviosas que no repercuten gravementesobre la nutricin general ni sobre el estado mental de los pacientes;la neurastenia, por ejemplo, puede durar aos sin acarrear el menortrastorno de la nutricin; otro tanto acontece con la enfermedad de laduda, que no ocasiona perturbacin alguna en el estado general, ni debilitalas facultades intelectuales. Es necesario, pues, proseguir el examen einvestigar otros rasgos que sean al mismo tiempo comunes a todas lasmanifestaciones histricas y, simultneamente, especficos de la histeria.Creo que caractersticas de este gnero son: la posibilidad de serreproducidas con rigurosa exactitud en ciertos pacientes por sugestin, yde desaparecer bajo la influencia exclusiva de la persuasin. Pero antes deintentar probarlo, creo indispensable indicar el sentido que, a mi entender,es necesario dar a este vocablo sugestin, el cual, como el vocablohisteria, no me parece haber sido definido con bastante precisin.La palabra sugestin significa por lo general, en el lenguaje corriente,insinuacin maligna (segn el Diccionario de la lengua francesa de Littr).En el sentido mdico, me parece que esta palabra expresa la accin por lacual se pretende hacer aceptar a otro, o hacerle concebir, una idea34 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROmanifiestamente poco razonable. Por ejemplo, decir a alguien que seencuentra en un rincn oscuro que est rodeado de llamas deslumbranteses una sugestin, pues esta imagen est en flagrante desacuerdo con laobservacin; asegurar a un individuo cuyos msculos funcionan normalmenteque tiene un brazo paralizado, y que a partir de ese momento nopodr moverlo ms, es tambin sugestin, pues esta afirmacin escontraria al sentido comn. Si estas ideas son aceptadas, si la alucinacinvisual o si la monopleja braquial adquieren realidad, se puede decir queel sujeto de la experiencia ha sido objeto de una sugestin. La palabrasugestin debe, pues, implicar que la idea que se procura insinuar no esrazonable.En efecto, si no se diera al trmino este particular sentido, este serasinnimo de persuasin; por otro lado, esta es la confusin en que seincurre cuando se pretende obtener curaciones por sugestin. Decirle aun enfermo con una parlisis psquica que su trastorno es puramenteimaginario, que puede desaparecer instantneamente por un esfuerzode voluntad, y obtener as la curacin, no es sugestin, sino todo locontrario, puesto que la idea propuesta, lejos de no ser razonable, eseminentemente sensata; el mdico, actuando de ese modo, lejos dequerer sugestionar al enfermo, tiende a aniquilar la sugestin oautosugestin, causa de la enfermedad. No acta, en ese caso, porsugestin, sino por persuasin.Por consiguiente afirmo, como ya lo he dicho anteriormente, quetodos los grandes accidentes histricos, todas las variedades de parlisis,de contracciones espasmdicas, de anestesias, todas las formas deataques, pueden ser reproducidas por sugestin en ciertos pacientes, yen particular en los muy hipnotizables; esta reproduccin es rigurosamenteexacta, y no es posible distinguir los trastornos histricos de losinducidos por sugestin experimental, lo que nos lleva a admitir queresultan de una autosugestin. Por el contrario, ninguna de las afeccionesactualmente bien clasificadas fuera del cuadro de la histeria puede serreproducida por sugestin; a lo sumo, por este medio, slo ser posibleobtener una imitacin muy imperfecta, que se distingue fcilmente deloriginal2. Si, por ejemplo, se intenta reproducir en un hipnotizado lahemipleja facial perifrica, o la parlisis radial, cualquiera que sea lasugestionabilidad del sujeto, por ms grande que sea la paciencia del2. Esta idea la he desarrollado en Acerca de la jaqueca oftlmica histrica, Archives deNeurologie, 1891.HISTORIA DE LA ANSIEDAD | 35experimentador, ste no alcanzar jams el fin que se propone; no podrobtener la hipotona muscular de la cual deriva la caracterstica deformacinfacial en la parlisis del nervio homnimo; asimismo, ser incapazde disociar, en el movimiento de flexin del antebrazo sobre el brazo,la accin del supinador largo de la del bceps, como lo hace la parlisisradial.As como todos los grandes accidentes histricos pueden ser reproducidospor sugestin, as tambin son susceptibles de desaparecer bajo lainfluencia exclusiva de la persuasin; no hay uno solo de estos accidentesal que no se lo haya visto eclipsarse, a veces en algunos instantes, tanpronto como se pone en prctica un medio adecuado para inspirar alenfermo la esperanza de la cura3.Ninguna otra enfermedad responde de esta manera; pero, si no se haexperimentado este tipo de tratamiento, uno no podr menos que sorprendersede los fracasos que se registrarn cuando se trate de curar porpersuasin a ciertos pacientes en los que este medio parecera, a priori,tener que actuar eficazmente. Veamos, por ejemplo, un paciente atacadopor la enfermedad de la duda, bien caracterizada, y atormentado porfobias diversas; es, por lo dems, un hombre inteligente, no tienen ningunaidea delirante, se da cuenta perfectamente de lo absurdo de lospensamientos que lo obseden, sabe bien que sus temores no se realizarn,y est animado por un ardiente deseo de desembarazarse de un trastornoque hace su vida intolerable. Verdaderamente, parece que un caso comoste rene las condiciones ptimas para curar bajo la influencia de lapersuasin. Sin embargo, la observacin viene a desmentir esta idea preconcebida;la persuasin podr procurar al enfermo un poco de calma,pero es incapaz de curarlo. No hay una sola enfermedad nerviosa biendefinida, y situada fuera de los lmites de la histeria, cuya desaparicinest al alcance de la psicoterapia por s sola; si su intervencin es til locual acepto, no es, sin embargo, suficiente: lo prueba bien el hecho deque jams, en los casos de esta ndole, la persuasin ha obtenido unacuracin inmediata. Por ejemplo, un neurastnico, quien alarmado porsu debilitamiento cerebral, atormentado por pensamientos sombros ypor ideas hipocondracas que no logra apartar, termina por sentirseamenazado por la locura, y esta obsesin, que constituye un verdaderotrabajo para su mente, empeora los fenmenos neurastnicos. Si se llega3. Ver J. Babinski : Hipnotismo e Histeria. Acerca del papel del hipnotismo en terapia.Leccin dictada en la Salptrire, Gazette Hebdomadaire, 1891.36 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROa convencer al enfermo de que sus temores son infundados, y de quetiene que curarse necesariamente, se procurar a su espritu el reposo quele es indispensable, y se acelerar de este modo su retorno al estado normal.En realidad, la psicoterapia ha prestado un buen servicio, ha impedido elagravamiento de la neurastenia, pero no ha sido la nica causa: la curacinha necesitado la concurrencia de otros medios, en particular de unreposo cerebral prolongado.Todo lo que he dicho se aplica a los accidentes que denomino primitivosque son, indudablemente, los ms importantes las anestesias, las parlisis,las contracciones espasmdicas, las crisis, etc., susceptibles de aparecer sinhaber sido precedidos por otras manifestaciones histricas. Creo que tambines legtimo denominar histricos a los trastornos que, sin presentar loscaracteres de los accidentes primitivos, estn vinculados a ellos de un modomuy estrecho, y les estn subordinados: pero a stos hay que calificarloscomo secundarios. Tpica de este gnero es la atrofia muscular en la histeria4no aparece nunca primitivamente; la sugestin no puede originarla; estvinculada con la parlisis o con la contraccin espasmdica de la histeria, ala que no precede jams, sino que es su consecuencia, y no tarda en desaparecercuando la funcin muscular retorna a la normalidad. He aqu loscaracteres cuya conjuncin puede ser til para definir los trastornos secundarios;tan slo por su ntima vinculacin con los fenmenos histricosprimitivos se los debe relacionar con la histeria.Pero me preguntar alguien hasta aqu ha procurado definir losaccidentes histricos; cmo define la histeria misma? Responder que lahisteria, sin manifestaciones histricas, es en cierto modo una abstraccin;se podra decir que es un estado mental en virtud del cual se es aptopara presentar manifestaciones histricas.En resumen, he aqu la definicin que propongo:1. La histeria es un estado psquico que torna capaz de ...........autosugestionarse al sujeto que se encuentra inmerso en l.2. La histeria se manifiesta, principalmente, por trastornos primitivos......y, accesoriamente, por algunos trastornos secundarios.3. Lo que caracteriza a los trastornos primitivos de la histeria es la.....posibilidad de reproducirlos, con rigurosa exactitud en algunos.....pacientes, por sugestin, y la de hacerlos desaparecer bajo la.....influencia exclusiva de la persuasin.4. Ver J. Babinski: De la atrofia muscular en las parlisis histricas, Archives deNeurologie, 1886.HISTORIA DE LA ANSIEDAD | 374. Lo que caracteriza a los trastornos secundarios de la histeria es que.....estn estrechamente subordinados a trastornos primitivos5.Como puede verse, he arribado a determinar los atributos propios dela histeria, y que, por consiguiente, la definen, por el anlisis comparativode diversos trastornos sobre cuya naturaleza ya no cabe ms discusin,aunque slo haya acuerdo en clasificar a los unos dentro del cuadro de lahisteria, y a los otros fuera del mismo.En lo que respecta a los trastornos que son objeto de discusin,estimo que lo que cabe es simplemente investigar si poseen o no loscaracteres de la definicin propuesta; es, sencillamente, una cuestin deobservacin y de experimentacin clnicas.Preveo una objecin que se me podra formular. No es raro observarcasos de histeria, que se manifiestan por crisis o por algn otro accidentebien caracterizado, y que son refractarios a la persuasin, al menos enapariencia; se sostendr, por este motivo, que no se trata de histeria? Nopretendo dir en ese caso que siempre se pueda estar seguro de curarpor persuasin las manifestaciones histricas. Solamente afirmo quetodas ellas son susceptibles de curarse por este medio; y, si en un casodeterminado, pese al fracaso de la psicoterapia, afirmo que se trata dehisteria, es porque he observado previamente otros casos con idnticoaspecto clnico, absolutamente especfico, en los que he podido reproducirpor sugestin y hacer desaparecer las manifestaciones por persuasin.Para explicar mi posicin les dar un ejemplo: un enfermo, afectado poruna monopleja braquial, flccida y completa, de varios meses de duracin;los reflejos tendinosos y seos del miembro paralizado son normales, y5. En uno de mis artculos titulado Hipnotismo e Histeria, citado anteriormente, yadesarroll la tesis que los fenmenos hipnticos esencialmente iguales a los fenmenoshistricos. Esta idea surge de mi definicin de la histeria. Pero quisiera ser aqu ms precisoy determinar con exactitud el vnculo que une la histeria con el hipnotismo. Se puede definirel hipnotismo de la manera siguiente: a) estado psquico que torna al sujeto que se encuentraen l susceptible de ser sugestionado por otro, b) se manifiesta por fenmenos que nacen dela su sugestin, que desaparecen por persuasin, y que son idnticos a los accidenteshistricos.Las manifestaciones de la histeria son, as, exactamente semejantes a las del hipnotismo.Lo que distingue a estos dos estados es que, en el primero, los trastornos son el resultado dela autosugestin, y que, en el segundo, son debidos a la sugestin de otro y ceden msfcilmente a la persuasin; el histrico es, por as decirlo, activo, el hipnotizado pasivo.Pero, en realidad, esta distincin es un poco artificial, pues, por lo general, el sujeto susceptiblede caer bajo la sugestin de otro es capaz, llegado el momento, de autosugestionarse, yrecprocamente.38 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROlos msculos no presentan atrofia; podemos afirmar, aun cuando lastentativas psicoteraputicas hayan fracasado, que la monopleja eshistrica; en efecto, si dependiera de una lesin cerebral, el miembroestara contrado, y los reflejos tendinosos exagerados; si fuera debida auna neuritis, los reflejos estaran debilitados o abolidos, y habra atrofia;ninguna otra causa que no sea la histeria puede producir una parlisissemejante; pero si hemos llegado a esta conviccin, es porque hemosobservado anteriormente casos de monopleja con los mismos rasgosclnicos, que hemos curado exclusivamente con la ayuda de la persuasin,y porque hemos podido reproducir por sugestin el mismo tipode monopleja. Yo aconsejo que se proceda de la misma manera enpresencia de cualquier trastorno an no clasificado, que se quiereincluir en el cuadro de la histeria; que se lo reproduzca ante todo porsugestin, que se lo cure, al menos en un caso, por persuasin, y que sedemuestre que posee caracteres clnicos especficos, distintivos; entonces,y slo entonces, se tendr derecho, ante un nuevo caso idntico, adiagnosticar histeria, aun cuando el tratamiento psquico haya resultadoineficaz. Por lo dems, agregar que, en los casos de histeria en quela psicoterapia no parece dar resultado, el fracaso se debe siempre a quela autosugestin, o la sugestin ms o menos consciente del entornologra contrabalancear o anular la persuasin del mdico. Si se puedecolocar al enfermo en condiciones que impidan esta accin perniciosa,se llega generalmente a curarlo.Lo que acabo de decir se aplica a los accidentes primitivos. La definicinque he dado basta para conocer las condiciones que debe llenar untrastorno antes de ser admitido en este grupo. Lo repito, para evitar todomalentendido: es necesario que la relacin de causa a efecto entre lostrastornos en cuestin y una manifestacin histrica primitiva se imponga;es indispensable que el vnculo entre el accidente primitivo y el accidentesecundario sea ntimo, pero hay que tener mucho cuidado, para noengaarse por simples coincidencias. Si, por ejemplo, slo se hubieraobservado una vez la amiotrofia ligada a la parlisis histrica pese a laaparicin de la atrofia muscular muy poco despus del comienzo de laparlisis, y su rpida desaparicin, siguiendo de cerca la curacin de laparlisis, habra sido imposible afirmar la existencia de una amiotrofiahistrica; la afirmacin se hizo legtima despus de numerosas observacionesidnticas.Apoyndome en estas ideas, sostengo, desde hace largo tiempo contrariamentea la mayora de mis colegas-, que la exageracin de los reflejosHISTORIA DE LA ANSIEDAD | 39tendinosos no puede ser provocada por la histeria6, por que consideroque es imposible exagerar por sugestin los reflejos tendinosos, y hacerlosvolver por persuasin al estado normal; de modo que este fenmeno nopuede ser clasificado en el grupo de las manifestaciones histricas primitivas.Ms an, digo que no existen hechos suficientemente claros en queuna exageracin de los reflejos tendinosos haya acompaado a una parlisishistrica, y desaparecido despus de la curacin; y que, por consiguiente,nadie est autorizado a considerar este fenmeno como un accidentehistrico secundario. Lo mismo pienso del fenmeno de los dedos delpie, de la inmovilidad pupilar, de la parlisis limitada al territorio deun nervio, como por ejemplo, la parlisis del motor ocular comn o ladel motor ocular externo. Las observaciones de este gnero que se hanpublicado, y que han sido atribuidas a la histeria, estn lejos a mijuicio de ser demostrativas, pues no renen las condiciones exigidas.6. Ver J. Babinski, Contractura orgnica e histrica, Socit Mdicale, 5 de mayo de1893; y J. Babinski, Diagnstico diferencial de la hemiplejia orgnica y de la hemiplejiahistrica. Gazette des Hpitaux, 5 y 8 de mayo de 1900.Primera ilustracin fotogrfica del signo de Babinski, realizadopor Joseph Babinski en 1900La definicin que acabo de dar me parece absolutamente satisfactoriadesde el punto de vista nosogrfico, pues entre las enfermedadesneuropticas y mentales no hay otra de la cual se puedan trazar rasgosdistintivos tan especficos. Dicha definicin me parece inatacable desdeel punto de vista prctico: no es esencial, en efecto, reunir en un mismogrupo todos los trastornos sobre los cuales la persuasin puede ejercer uninflujo semejante, y eliminar de l a todos los que carecen de esta propiedad?40 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNARO7. Las palabras griegas y significan, respectivamente, espritu y curable.El neologismo pitiatismo en consecuencia, podra designar perfectamente el estado psquicoque se manifiesta por trastornos curables por persuasin, y reemplazara ventajosamente alvocablo histeria. De la misma manera el adjetivo pititico sustituira a histrico