michel de certeau - la escritura de la historia- capítulo 1

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  • 8/13/2019 Michel de Certeau - La escritura de la historia- captulo 1

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    Michel de Certeau. La escritura de la Historia. Cap. 1 (Mxico:Universidad Hispanoamericana, 2 ed. 1!" pp. !!#$%

    Cap&tulo 1

    Hacer historia*

    Problemas de mtodo y problemas de sentido

    La historia reli'iosa es el campo de una conrontaci)n entre la historio#'ra&a * la ar+ueolo'&a a la +ue ha reemplaado parcialmente. -n se'undolu'ar, permite analiar la relaci)n +ue mantiene la historia con la ideolo'&a,de la +ue dee dar cuenta en trminos de producci)n. Las dos cuestiones seentrecruan * pueden considerarse /untas en el sector estrechamentecircunscrito del 0tratamiento de la eolo'&a por los mtodos de la historia.3e un solo 'olpe, el historiador considera a la teolo'&a como una ideolo'&areli'iosa +ue unciona en un con/unto m4s vasto * da por supuesto +ueexplica me/or las cosas. 56uede acaso el historiador reducir la teolo'&a alresultado de esta operaci)n7 8o, sin duda al'una. 6ero como o/eto detraa/o, la teolo'&a se le presenta a/o dos ormalidades i'ualmenteinciertas en la historio'ra&a: como un hecho reli'ioso * como un hechodoctrinal. -ste reve estudio tratar4 de examinar, a travs de este casoparticular, el modo como los historiadores tratan ho* d&a estos dos tipos dehechos, * precisar cu4les son los prolemas epistemol)'icos +ue nospresenta su consideraci)n.

    La historia, una prctica y un discurso

    -ste an4lisis estar4 determinado evidentemente por la pr4ctica mu*localiada de la +ue puedo dar testimonio, es decir, por las condiciones demi traa/o: a la ve un per&odo (la historia llamada 0moderna", un o/eto (lahistoria reli'iosa" * un lu'ar (la situaci)n rancesa". -sta limitaci)n escapital.

    -l hecho evidente de la particularidad propia del lu'ar desde dondehalo, proviene de la materia +ue se trata * del punto de vista desde el cualme propon'o examinarla. res 0postulados precisan al uno * a la otra.3een ser rancamente presentados como postulados (aun+ue parecandeducirse con evidencia de la pr4ctica hist)rica actual", puesto +ue no ser4no/eto de nin'una demostraci)n.

    *-studio pulicado en Recherche de science rligieuse, t. L9, 1;1#%2

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    1" ?l sura*ar la sin'ularidad de cada an4lisis se pone en tela de /uiciola posiilidad de una sistematiaci)n totaliante * se considera comoesencial al prolema, la necesidad de una discusi)n proporcionada a unapluralidad de procedimientos cient&icos, de unciones sociales * deconvicciones undamentales. 3e esta manera +ueda esoada la unci)n delos discursos +ue pueden aclarar la cuesti)n * +ue se insertan acontinuaci)n o al lado de otros muchos: en tanto +ue halan de la historia,est4n siempre situados en la historia

    2" -stos discursos no son cuerpos +ue lotan 0en un en'loante +uellamar&amos la historia (o 0el contexto". @on hist)ricos por+ue est4n li'adosa operaciones * deinidos por uncionamientos. ?s& pues, no se puedecomprender lo +ue dicen independientemente de la pr4ctica de dondeproceden. Aa/o aspectos dierentes, se encuentra sin duda all& una uenadeinici)n de la historio'ra&a contempor4nea (* tamin de la teolo'&a,principalmente de la m4s tradicional".1

    3e todas maneras una * otra ser4n captadas en esta articulaci)n entreun 0contenido * una operaci)n. 6or lo dem4s, esta perspectiva caracteriaho* en d&a los procesos cient&icos, a+ul, por e/emplo, +ue en unci)n de0modelos o en trminos de 0re'ularidades explica en)menos odocumentos, maniestando re'las de producci)n * posiilidades detransormaci)n.2M4s sencillamente, se trata de tomar en serio expresionescar'adas de sentido B0hacer historia, 0hacer teolo'&aB en una poca en+ue nos vemos llevados a minimiar el vero (el acto productor" paraprivile'iar al complemento (el o/eto producido".

    !" 6or esta ra)n, entiendo por historia esta pr4ctica (una 0disciplina", suresultado (el discurso", o su relaci)n a/o la orma de una

    0producci)n.

    Ciertamente, en el uso ordinario el trmino historia con#nota asu ve a la ciencia * a su o/eto Bla explicaci)n +ue se dice * la realidad+ue *a pas) o est4 pasando. tros dominios no presentan la mismaami'Dedad: el rancs no conunde en una misma palara la &sica * lanaturalea. La misma apelaci)n de 0historia nos su'iere una situaci)n deproximidad mu* particular entre la operaci)n cient&ica * la realidadanaliada. -l primero de amos aspectos ormar4 nuestra entrada enmateria por diversas raones: por+ue la densidad * la extensi)n de 0lo reals)lo son desi'nadas * aectadas en su sentido en un discursoE por+ue estarestricci)n en el empleo de la palara 0historia da su correspondiente a laciencia (la ciencia hist)rica", o por lo menos a la unci)n particular +ue es lateolo'&aE en in, para no meternos en la selva vir'en de la Historia, re'i)n de

    una 0rica imprecisi)n donde prolieran las ideolo'&as * donde corremos el

    1La teolo'&a se apo*a en el acto comunitario de la e, * en sus deiniciones anti'uas era laproundiaci)n de la misma experiencia.

    2-n historia como en el con/unto de las ciencias humanas, lo +ue Lvi#@trauss llamaa 0laexperimentaci)n en los modelos sustitu*e a los mtodos anti'uos de la oservaci)nE ladeterminaci)n de los tipos de an4lisis aventa/a a la de los medios o de los lu'ares deinormaci)n. Cr. Fean 9iet, Les sciences de lGhomme en rance, Mouton, 1$$, pp. 1$!#1;%.

    ?+u&, como en otros muchos casos (cr. el caso de 0maniestaci)n, 0aparici)n B* hasta elde 0acci)n", una presi)n del len'ua/e corriente oli'a al sentido a camiar del acto a suresultado, de lo activo del hacer a lo pasivo del ser visto, del 'esto a su ima'en en el espe/o.Una separaci)n creciente entre la investi'aci$n * la vul'ariaci)n se encuentra lo mismo enla historia +ue en la teolo'&a: Las investi'aciones toman la orma de pasos espec&icos *

    dierenciados por procedimientos propiosE pero, en su 0vul'ariaci)n, la historia * la teolo'&ase convierten en o/etos de saer o de curiosidad, distriuidos e impuestos a un 0pIlico deconsumidores +ue participe cada ve menos en la producci)n.

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    ries'o de perdernos para siempre. M4s ien +ue limitarnos al discurso * a suaricaci)nE trataremos de captar la naturalea de las relaciones +uemantiene con su 0otro, lo real. 5?caso el len'ua/e no tiene como condici)n,no s)lo implicar sino poner como un otro distinto de l mismo, a la realidadde +ue hala7

    6artiendo, pues, de pr4cticas * de discursos historio'r4icos, mepropon'o examinar una por una, las cuestiones si'uientes:

    1" -l tratamiento de la ideolo'&a reli'iosa por la historio'ra&acontempor4nea nos oli'a a reconocer la ideolo'&a *a contenida en lahistoria misma.

    2" Ha* una historicidad de la historiaE implica un movimiento +ue enlaauna pr4ctica interpretativa a una praxis social.

    !" La historia oscila, pues, entre dos polos. 6or una parte, nos remite auna pr4ctica, por consi'uiente a una realidadE por otra, es un discurso

    cerrado, el texto +ue or'ania * cierra un modo de inteli'iilidad.=" La historia es sin duda nuestro mito. Comina lo pensale con los

    or&'enes, se'In el modo como una sociedad se comprende.

    1. Un indicador: el tratamiento de la ideologa religiosa en lahistoria

    La relaci)n entre historia * teolo'&a es ante todo un prolema interno dela historia. 5Cu4l es el si'niicado hist)rico de una doctrina en el con/unto deun tiempo7 5Cu4les son los criterios para comprenderlo7 5C)mo explicarloen unci)n de los trminos +ue nos presenta el per&odo estudiado7Cuestiones particularmente di&ciles * discutidas, a no ser +ue noscontentemos con un puro an4lisis literario de los contenidos o de suor'aniaci)nEpor otra parte, deemos rechaar la acilidad de considerar laideolo'&a como si uera Inicamente un epien)meno social, +uitando todaespeciicidad a la airmaci)n doctrinal.

    6or e/emplo, 5+u relaciones podemos estalecer entre la espiritualidad ola teolo'&a /ansenistas por un lado, * por otro las estructuras socioculturaleso la din4mica social de la poca7

    Ha* todo un aanico de respuestas. ?s&, para rcial, lo +ue se dee

    Muchas de las llamadas tesis de teolo'&a, es preciso conesarlo, son Inicamente an4lisisliterarios un autor * no se distin'uen de los dem4s estudios literarios sino por el hecho detener un o/eto reli'ioso Bcomo si 0hacer teolo'&a uera descurir las ideas teol)'icascontenidas en una ora.

    ?s&, por e/emplo, en su 'ran liro Chrtiens sans -'lise. La conscience reli'ieuse el le lienconessionnel au J9 siecle (Kallimard, 1$", el marxista Lese olaoNsi trata de tomaren serio al hecho doctrinal * reli'ioso en s& mismo considerado: 03esde el punto de vista deuna interpretaci)n materialista de la historia, se puede admitir la irreductiilidad de losen)menos reli'iosos, reconociendo al mismo tiempo +ue se les puede explicar'enticamente por otros... Creemos +ue su especiicidad (la de las 0ideas reli'iosas" puedecomprenderse como especiicidad, teniendo en cuenta al con/unto m4s rico O totalidad de lasnecesidades sociales de la poca, en sus interrelaciones (pp. =O#%l" # Cr., acerca de los

    prolemas de mtodo planteados por el liro, P. Mandrou, 0Misticismo * mtodo marxista,en 6oliti+ue au/ourdGhui, erero 1;

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    uscar es una experiencia radical en su estado primario * en el texto m4sprimitivo. 6ero, aun all&, la experiencia se ena/ena entre los apremios de unlen'ua/e contempor4neoE la historia de su diusi)n ser4, pues, la historia deuna de'radaci)n pro'resiva. ?un cuando el historiador pudiera remontar lacorriente hasta las uentes m4s primitivas, escrutando sin cesar en lossistemas hist)ricos * lin'D&sticos hasta encontrar la experiencia +ue ocultanal desarrollarse, nunca capta el ori'en sino solamente los estadios sucesivosde su prdida. 6or el contrario, Koldmann lee en la doctrina /ansenista elresultado * el si'no de la situaci)n econ)mica en la +ue se encuentra unacate'or&a socialE al perder su poder, los homres de to'a se vuelven hacia elcielo de la predestinaci)n * del 3ios escondido, revelando as& una co*unturapol&tica nueva +ue les cierra el porvenirE a+u&, la espiritualidad, s&ntoma delo +ue no dice, nos lleva al an4lisis d una mutaci)n econ)mica * a unasociolo'&a del racaso.3

    Los traa/os sore Lutero presentan la misma diversidad de posiciones: aveces remiten la doctrina a la experiencia de /uventud +ue ser&a el secreto

    ineale * or'aniador (@trohl, evre, por e/emplo"E a veces la inscrien enel continuum de una tradici)n intelectual (Krisar, @eeer', etctera", aveces ven el eecto de una modiicaci)n en las estructuras econ)micas(-n'els, @teinmet, @tern", o la toma de conciencia de una mutaci)nsociocultural (Karin, Moeller, etctera", o el resultado de un conlicto entreel adolescente * la sociedad de los adultos (-ricson". inalmente, al'unoshar4n del luteranismo la emer'encia de la in+uietud reli'iosa propia de untiempo (cr. Lort, 3elumeau", el resultado de una promoci)n de los 0laicoscontra los clri'os (8.Q. 3avis", un episodio inscrito en la serie de reormasevan'elistas +ue marcan la historia de la 'lesia la ola creada en ccidentepor la irrupci)n de un acontecimiento Inico (Holl, Aainton, Aarth". @eencuentran todas estas interpretaciones * otras muchas m4s. 4

    -s claro +ue las interpretaciones se reieren a la respuesta +ue cada autorda a pre'untas an4lo'as en el presente.

    ?un+ue sea una pero'rullada, es necesario recordar +ue una lectura delpasado, por m4s controlada +ue est por el an4lisis de los documentos,siempre est4 'uiada por una lectura del presente Una * otra se or'anian,en eecto, en unci)n de prolem4ticas impuestas por una situaci)n -st4ncomo emru/adas por cuestiones previas, es decir, por 0modelos deinterpretaci)n, li'adas a una situaci)n presente del cristianismo.

    El modelo mstico y el modelo folclrico una esencia oculta

    Kloalmente, * en lo +ue respecta a rancia, la historia reli'iosa parece

    3F.rcial, Les ri'ines du /ansnisme, 9rin, % vol., 1=;#1$2E L Koldmann, Le 3ieu cach,etctera * M. de Certeau, 03e @aint#C*ran al /ansenismo, en Christus, 1EF.9.M.6ollet, 0nterpretaci)n de Lutero en la ?lemania contempor4nea en Pevue des sciencesreli'ieuses, 1%!, pp. 1=;#1$1E HF. Krimm, 0Luther Pesearch since 12

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    marcada desde hace tres si'los por dos tendencias: una, procedente de lascorrientes espirituales, i/a el estudio en el an4lisis de las doctrinasE otra,marcada por Slas Luces, coloca la reli'i)n a/o el si'no de las 0supersti#ciones. -n Iltimo trmino, tendr&amos, de un lado verdades +ue emer'ende los textos, * del otro, 0errores, o sea un olclor aandonado en la rutadel pro'reso.

    @in ir tan le/os, podemos decir +ue durante la primera mitad del si'lo JJ ,la reli'i)n no aprovech) casi nada de las nuevas corrientes puestas enmovimiento por los historiadores medioevalistas o 0modernistasE pore/emplo, el an4lisis socioecon)mico de -rnest Larousse (1!!#1=1". Lareli'i)n era m4s ien el o/eto de discusi)n de ex'etas o historiadores delos or&'enes cristianos. Cuando interven&a en la historia de las mentalidadesde Lucien evre (1!2#1=2", la reli'i)n era como un indicador de lacoherencia de una sociedad pasada (* sore todo superada 'racias alpro'reso", en una perspectiva mu* marcada por la etnolo'&a de lassociedades 0primitivas.

    6arad)/icamente, dos nomres podr&an simoliar el lu'ar m4s o menosexpl&citamente otor'ado al an4lisis de las creencias durante el per&odo entrelas dos 'uerras mundiales * el desliamiento de opiniones +ue entonces seprodu/o: Henri Aremond * ?rnold 9an KennepE el primero, inscrito en latradici)n de la historia literaria, maniiesta una prdida de coniana en lasdoctrinas al reerirlas a un sentido 0m&stico, a una 0meta&sica oculta desantosE5el se'undo, oservador escrupuloso del olclor reli'ioso, ve en l elresur'imiento de las sociedades de costumres anti+u&simas, el re'reso deal'o irracional, de al'o ori'inario * de al'o cuasi#reprimido. Las dosposiciones no carecen de analo'&as, aun cuando est4n enunciadas entrminos de metodolo'&as mu* dierentes. Aremond remite el sentido de la

    literatura +ue estudia, a un ondo m&stico del homre, a una 0esencia +uese diracta, se expresa * se compromete en los sistemas reli'iososinstitucionales o doctrinales. Los hechos doctrinales +uedan, pues,desolidariados de su sentido, +ue permanece oculto en 0proundidades+ue resultan inalmente extraTas a los cortes intelectuales o sociales. ? sumanera, +ue se inspira en la antropolo'&a americana o alemana, * siempreadelante de la escuela de Fun', 9an Kennep descure en los olcloresreli'iosos los si'nos de ar+uetipos inconscientes * de estructurasantropol)'icas permanentes. ? travs de una m&stica siempre amenaada(se'In Aremond" o un olclor (para 9an Kennep", lo reli'ioso toma la i'urade lo mar'inal * de lo atemporalE en l, una naturalea prounda, a/ena a lahistoria, se comina con lo +ue una sociedad arro/a por la orda.

    -ste modelo, mu* visile en nuestros dos autores, se encuentra despusa/o otras ormas (lo sa'rado, el p4nico, el inconsciente colectivo, etctera".-l hecho se explica sin duda por la posici)n +ue manten&a el cristianismoantes de 1! en la sociedad rancesa (dividido entre un movimiento deinterioriaci)n Bcon la 6rimaut du spirituel de Maritain (12;" o el Espritde Mounier (1!2"B* un positivismo reli'ioso de los tradicionalistas". @eexplica tamin +ue la historia reli'iosa ha*a sido di&cilmente 0pensale

    5Cr M. de Certeau, 0Henri Aremond, historiador de una ausencia, en LGasent de lGhistoire,Mame,1;!, pp. ;!#1.

    3es'raciadamente 9an Kennep (t 1%$" no ha sido todav&a o/eto del estudio de con/unto al

    +ue invitaa el 0Homena/e a ?. 9an Kennep, de 6ierre Marot en ?rts et traditions populaires,%. 1%;, pp. 11! ss. (m4s tarde esta la'una la llen) 8icole Aelmont, ?rnold 9an Kennep,6a*ot, 1;=."

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    en una historia social * +ue se ha*a +uedado como 0aerrante en relaci)na la historia +ue se inventaa entonces, en particular la historiasocioecon)mica de Henri @e (121#12", de @imiand (1!2", de Hamilton(1!=#1!$", de Marc Aloch (1!#1=

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    cient&ico". La l)'ica de este tipo de sociolo'&a acrecienta el cisma entre loshechos reli'iosos sociales * las doctrinas +ue pretenden explicar su sentido.7

    Un punto de vista sociol)'ico convirti) en se'uida a las creencias mismasen hechos o/etivos. Una sociolo'&a del conocimiento reli'ioso se desarroll)en el momento en +ue el sentido se retiraa hacia 0lo interior. -l mismo

    corte se encuentra en el terreno de las investi'aciones consa'radas a laideolo'&a, opuesto aparentemente al anterior. 6ero tampoco en este terrenopodemos nosotros, en nuestra relaci)n de historiadores con el si'lo J9,separar el conocimiento +ue de l tenemos, de la inluencia +ue e/ercetodav&a sore nuestros mtodos de investi'aci)n. -l punto de vistasociol)'ico sore las ideolo'&as * la utiler&a conceptual +ue or'aniannuestro an4lisis cultural (por e/emplo, la distinci)n entre lites * masas, elcriterio de 0la i'norancia para /u'ar la descristianiaci)n, etctera" dantestimonio aIn de la unci)n social +ue recii) el saer a lo lar'o del si'loJ9. Cuando los dierentes estados europeos sucedieron a la unanimidadreli'iosa de la 0cristiandad, huo necesidad de un saer +ue tomara el

    relevo de las creencias * permitiera deinir a cada 'rupo o a cada pa&sdistin'uindolo de los dem4s. -n ese tiempo de la imprenta, de laalaetiaci)n (todav&a dil" * de la escolariaci)n, el conocimiento seconvierte en un instrumento de unidad * de dierenciaci)n: un corpus deconocimientos o un 'rado de saer divide a un cuerpo o a&sla a un nivelsocial, * al mismo tiempo, se asocia a la i'norancia con la delincuencia, * ala masa se la tiene como el m4s claro indicador de la misma i'norancia. Lonovedoso no son las divisiones sociales, sino el hecho de +ue un saer ouna doctrina sea el medio de proponerlas, de mantenerlas o de camiarlas.

    amin en las i'lesias las dierencias de saeres se convierten endecisivas. La determinaci)n de lo +ue se conoce, cuando se es cat)lico oreormado, proporciona a la comunidad su modo de identidad * de

    distinci)n. Los catecismos camian, remodelados por la ur'encia dedeiniciones +ue circunscrien a la ve contenidos intelectuales * l&mitessocioinstitucionales.

    -n la actualidad, traa/os mu* recientes como el de P. aveneaux,reconstru*en or'anismos socioculturales, dise&lan circuitos mentales *pueden estalecer la 'eo'ra&a de 'rupos ocultos, as4ndose en huellasinsi'niicantes * en los puntos de reaparici)n de ideas reli'iosas, tal comose identiican los circuitos isiol)'icos 'racias al via/e de un elemento visilea travs del cuerpo opaco.8-n suma, vuelven a recorrer los caminos a*er

    7 -n su !ntroduction " l#histoire de la prati$ue religieuse en %rance (6U, 1=%",

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    aiertos por el uso +ue una sociedad hac&a del saer. 6rivile'iando en esasideas su actuaci)n pasada, explot4ndolas a su ve como los restos (a veceslos Inicos visiles" de divisiones entre dierentes 'rupos, P. aveneauxexplicita la utilidad +ue ten&an a*er surepticiamente Bel servicio +ueprestaan a las sociedades +ue las portaanB, pero en detrimento de susentido 0doctrinal Bel +ue le daan sus contempor4neos o el +ue todav&apueden conservar. La excesiva divisi)n de los mtodos ha tra&doposteriormente el eecto de separar, cada ve m4s, en cada ora doctrinal,un 0o/eto sociol)'ico enocado por la historia, de un 0o/eto te)rico +ueparece aandonado a un an4lisis literario.

    &n modelo cultural de las ideas al inconsciente colecti'o

    Aaco lo ha notado: la 0historia de las ideas naci) de reaccionescomunes, en particular contra la ra'mentaci)n +ue llevaa consi'o, en unaora o en un per&odo, el aislamiento de las disciplinas. ?s&, en lu'ar de

    despedaar aritrariamente la ora de 8eNton * de repartir los pedaosentre dierentes especialidades, se'In se trate del ?pocalipsis, delcalendario, de la 0iloso&a natural o de la )ptica, se trata de comprender suunidad * sus principios or'aniadores. 6or lo mismo, se rechaa laexplicaci)n de una ora en trminos de inluencias, desmoronando uncuerpo al remitirlo indeinidamente a sus uentes, * provocando, por estaascensi)n sin in a travs de una nue de ra'mentos, el desvanecimientode las totalidades, de las delimitaciones, de las rupturas +ue constitu*en lahistoria.

    5C)mo se apropia de sus mtodos este tipo de estudios7 ?nda uscandosu identidad desde la creaci)n en -stados Unidos del Fournal o the Histor*o deas (8eN Xor, Lancaster, 1=2 es criticada por @chle'el como indeterminada * suversiva (6hilosophie derKeschichte, 1>2, u, 1>". Cr. Fac+ues dGHondt, He'el philosophe de lGhistoire vivant, 6U,

    1$$, pp. 211#21$. M4s tarde el Qeit'eist deine, al contrario, un orden estalecido, lacoherencia est4tica de una mentalidad. Pas'o si'niicativo de un pensamiento 0lieral e0ideol)'ico +ue se enrenta entonces con el marxismo.

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    prolemas comple/os * aparentemente insolules. 6or e/emplo, 5cu4l es elverdadero 8eNton7 53e +u tipo es la unidad +ue se postula, la de su ora ola de un per&odo7 5Yu apo*o proporciona a tantas 0ideas dierentes, launidad +ue se atriu*e a las 0ideas del tiempo, a la 0mentalidad o a una0conciencia colectiva contempor4neas7

    -sta unidad tan uscada, es decir, el o/eto cient&ico, se presta adiscusiones. @e +uiere superar la concepci)n individualista +ue divide *rea'rupa los escritos se'In su 0pertenencia a un mismo 0autor, lo cualconcede a la io'ra&a el poder de deinir una unidad ideol)'ica,9* supone+ue a un homre corresponde un pensamiento (as& como en la ar+uitecturainterpretativa +ue repite lo mismo en los tres pisos del plan cl4sico: elhomre, la ora, el pensamiento". @e ha tratado de identiicar lastotalidades mentales hist)ricas, por e/emplo, la eltanschauun' de Maxeer (concepci)n del universo o visi)n del mundo,", el paradi'macient&ico de .@. uhn, la Unit dea de ?.. Love/o*, etctera. -stasunidades de medida se reieren a lo +ue Lvi#@trauss llamara la sociedad

    pensada, por oposici)n a la sociedad vivida. 3ichas unidades tienden ahacer destacar con/untos 0sancionados por una poca, es decir, coheren#cias reciidas, implicadas en lo 0perciido o en lo 0pensado de un tiempoEsistemas culturales susceptiles de undar una periodiaci)n o unadierenciaci)n de los tiempos.10

    @e realia, pues, una clasiicaci)n del material asada en comienos *trminos ideol)'icos, en lo +ue Aachelard llama 0rupturas epistemo#l)'icas.11

    Las ami'Dedades de tales sistemas de interpretaci)n han sidovi'orosamente criticadas, en particular por Michel oucault.12@e mantienen

    esencialmente en la condici)n incierta, ni carne ni pescado, de esas0totalidades +ue no pueden leerse en la supericie de los textos, pero +ueles son su*acentes, realidades invisiles +ue llevar&an encima a losen)menos. 5Con +u derecho podemos suponer * c)mo podremos iden#tiicar a estas unidades +ue se hallan a medio camino entre lo consciente *lo econ)mico7 cupan el lu'ar de un 0alma colectiva * si'uen siendo lahuella de un ontolo'ismo. @er4n mu* pronto sustituidas por un 0incons#ciente colectivo. ?l no poder ser verdaderamente controlado, este susueloes capa de extenderseE puede crecer o disminuir se'In nuestra voluntadEtiene la amplitud de los 0en)menos comprensiles. 3e hecho, representa

    9Cr p.e/. 9.6. Qouov, 0La Historia de la ciencia * la io'ra&a de 1oO saios, en Nart. Hist.

    8aui, $, 1$2, pp. 2#=2. ?.. Love/o*, he Kreat Chain o Aein'. ? @tud* o the Histor* o an dea, Camrid'e(Mass.", Harvard Univ. 6ress, 1!$.

    10?cerca de la 0historia de las mentalidades rancesa, cr. especialmente Keor'es 3u*. enL VHistoire et ses mthodes, Kallimard, 6liade, 1$1, pp. !;#$$. 6ero, m4s +ue apresentaciones te)ricas, es necesario reerirse a traa/os hist)ricos: los de K. 3u* o del. LeKo, por supuesto, pero tamin al estudio notalemente lIcido de ranco 9enturi,0LGlluminismo nel settecento europeo, en Papports del J Con'reso internacional de cienciashist)ricas (@tocholm", Uppsala, ?lm+uist, 1$

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    la necesidad +ue de l tiene el historiador, * no es propiamente uninstrumento de an4lisisE si'niica una necesidad de la operaci)n cient&ica, *no una realidad +ue se pueda captar en su o/eto.

    -sta concepci)n maniiesta +ue es imposile eliminar del traa/ohistorio'r4ico las ideolo'&as +ue lo penetran. 6ero al concederles el lu'ar de

    un o/eto, al aislarlas de las estructuras socioecon)micas, suponiendo poraTadidura +ue las 0ideas uncionan de la misma manera +ue lasestructuras, paralelamente * a otro nivel,13 la 0historia de las ideas s)loencuentra a/o la orma de un 0inconsciente, la inconsistente realidaddonde sueTa descurir una coherencia aut)noma. Lo +ue de hecho mani#iesta, es el inconsciente de los historiadores, o m4s #exactamente, del'rupo al +ue pertenecen. La voluntad de deinir ideol)'icamente la historiaes propia de una lite social. @e unda en una divisi)n entre las ideas * eltraa/o. ?costumraa i'ualmente descuidar las relaciones entre lasciencias * sus tcnicas, entre la ideolo'&a de los historiadores * suspr4cticas, entre las ideas * su localiaci)n o las condiciones de su produc#

    ci)n en los conlictos socioecon)micos de una sociedad, etctera. 8adatiene de notale +ue esta divisi)n, resurrecci)n * reuero de un 0elitismo*a mu* marcado a inales del si'lo xviii (ranRois uret lo ha notado entreotros muchos", ten'a por s&molo la *uxtaposici)n entre una 0historia de lasideas * una 0historia econ)mica.

    La Is+ueda de la coherencia propia de un nivel ideol)'ico nos remite,pues, al lu'ar de los +ue la elaoran en el si'lo JJ. Kramsci nos indica sinduda al'una su verdadero alcance, cuando de/ando a un lado la historia delas ideas, la sustitu*e por la historia de los 0intelectuales or'4nicos, 'rupoparticular, donde analia la relaci)n entre la 0posici)n social +ue ocupan *los discursos con +ue la maniiestan.14

    2. Prcticas histricas y praxis social

    -l examen de todos estos 0modelos (cu*a lista * an4lisis podr&amosprolon'ar" nos revela dos prolemas conexos: el desvanecimiento de laideolo'&a como una realidad +ue pueda ser explicada, * su reintroducci)ncomo una reerencia en unci)n de la cual se elaora una historio'ra&a.Como o/eto de estudio parece eliminada Bo siempre menospreciadaB porlos mtodos actuales de investi'aci)n. 6or el contrario, se presenta como elpresupuesto de 0modelos +ue caracterian un tipo de explicaci)nE est4

    implicada en cada sistema de interpretaci)n por las caracter&sticas +ueconserva, por los procedimientos, +ue le son propios, por las diicultadestcnicas +ue le salen al encuentro * por los resultados otenidos. 3icho de

    13-1 prolema de ese paralelismo +ueda planteado, aun cuando como en el caso de 3u*,el historiador se interese en una literatura como la 0transposici)n o el 0rele/o del 'rupo+ue es el o/eto real de su estudio. @er&a preciso medir el eecto propio de esta0transposici)n. La expresi)n literaria no es la tras la apariencia de la vida social, sino sucomplemento *a menudo su revs (en la medida en +ue enuncia lo +ue su percie como0altante".

    14Cr. ?ntonio Kraresci, euvres Choisies, -d. @ociales, 1%, p. =!2: 0Cuando las diversascate'or&as de intelectuales tradicionales experimentan, con un Vesp&ritu de cuerpoG, elsentimiento de su continuidad hist)rica ininterrumpida * de su caliicaci)n, se sitIan ellosmismos como aut)nomos e independientes del 'rupo social dominante. -sta autoposici)n

    trae consecuencias de lar'o alcance en el dominio ideol)'ico * pol&tico: toda la iloso&aidealista puede atriuirse 4cilmente a esta posici)n tomada por el comple/o social de losintelectuales...

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    otra manera, el +ue hace historia en la actualidad parece +ue ha perdido losmedios de captar una airmaci)n de sentido como o/eto de su traa/o, peroencuentra la misma airmaci)n en el modo de su propia actividad. Lo +uedesaparece del producto aparece en la producci)n.

    @in duda al'una, el trmino 0ideolo'&a *a no es conveniente para

    desi'nar la orma como sur'e la si'niicaci)n en la )ptica o 0mirada delhistoriador. -l uso comIn de este trmino data del momento en +ue ellen'ua/e se o/etivi), cuando, rec&procamente, los prolemas de sentidoueronG remitidos al proceso de la operaci)n * presentados en trminos deselecciones hist)ricas inte'radas en el desarrollo cient&ico -s necesariodecir en se'uida +ue se trata de una revoluci)n undamental, *a +ue colocael hacer historio'r4ico en lu'ar del dato hist)rico Camia el si'niicado dela investi'aci)n: de un sentido revelado por la realidad oservada pasa alan4lisis de opciones o de or'aniaciones de sentidos implicados poroperaciones interpretativas

    -sto no si'niica de nin'una manera +ue la historia renuncie a la realidad* se vuelva sore s& misma para contentarse con examinar sus procesos.M4s ien, como veremos, lo +ue ha camiado es la relaci)n con lo real. X siel sentido no puede ser captado a/o la orma de un conocimiento particular+ue ser&a extra&do de lo real o +ue le ser&a aTadido, se dee a +ue todo0hecho hist)rico es el resultado de una praxis, si'no de un acto * porconsi'uiente airmaci)n de un sentido. -s resultado de procedimientos +uehan permitido articular un modo de comprensi)n con un discurso de0hechos.15

    ?ntes de precisar m4s esta situaci)n epistemol)'ica +ue *a no nospermite uscar el sentido a/o la i'ura de una ideolo'&a m4s o de un dato

    de la historia, es preciso recordar los indicios +ue aparecen en la historio#'ra&a actual. 9olveremos a considerar, a travs de estudios hist)ricos, elprolema planteado hace tiempo por la tesis cl4sica de Pa*mond ?ron. 166ero no podemos contentamos, como le pasaa a 51, con captar la inter#pretaci)n hist)rica Inicamente al nivel de la iloso&a impl&cita en loshistoriadores, por+ue lle'ar&amos a un /ue'o indeinido de ideas relativi#adas unas por otras, /ue'o reservado a una 5lite * cominado con laconservaci)n de un orden estalecido. La or'aniaci)n de cada historio#'ra&a en unci)n de )pticas particulares * diversas se reiere a actoshist)ricos, undadores de sentidos e instauradores de ciencias. 3esde estepunto de vista, cuando la historia toma en consideraci)n el 0hacer (0hacerhistoria", encuentra al mismo tiempo sus ra&ces en la acci)n +ue 0hace la

    historia. Como el discurso no puede desolidariarse ho* en d&a de suproducci)n, tampoco lo puede de la praxis pol&tica, econ)mica o reli'iosa+ue camia las sociedades * +ue, en un momento dado, vuelve posile tal ocual tipo de comprensi)n cient&ica.

    15@e puede medir la evoluci)n de la historio'ra&a acerca de la noci)n de 0hecho hist)ricocomparando la explicaci)n de Henri#Zrne Marrou (05Yu es un hecho hist)rico7, enLGhistoire et ses mthodes, op. cit. pp. 1==#1%

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    (e los pre)uicios histricos a las situaciones $ue re'elan ellos mismos

    -l ale/amiento en el tiempo, * sin duda al'una una relexi)n m4s episte#mol)'ica, nos permiten ho* en d&a descurir los pre/uicios +ue han e/ercidopresi)n en la historio'ra&a reli'iosa reciente. ?parecen tanto en la selecci)nde temas como en, la determinaci)n de o/etivos del estudio. 6ero cada ve

    se ven li'ados a situaciones +ue i/an al historiador una posici)n particularrente a las realidades reli'iosas.

    ?s&, los conlictos entre la 'lesia * el -stado, o los deates de la escuela0lire contra la escuela laica, han tra&do, entre otros eectos, el resultadode privile'iar entre los en)menos reli'iosos, a los +ue se presentaan a/ola orma de una oposici)n a las ortodoxias, * por consi'uiente, de avorecerla historia de las 0here/&as m4s ien +ue la de las instituciones eclesi4sticaso de las 0ortodoxias. 8o tanto las intenciones personales, sino m4s ien laslocaliaciones socioculturales, movilian entonces el inters * el tipo deinvesti'aci)n.

    6or e/emplo, el estudio de los principios del si'lo J9Z se ha dedicado m4sa la 0prerreorma +ue a las corrientes escol4sticas, por lo dem4sma*oritarias e i'ualmente importantes. @e aorda al 0humanismo a/o elaspecto de una ruptura con la tradici)n cristiana, * no se le inscrie en laprolon'aci)n de la patr&stica, o de los reormismos sucesivos, o de una seriede retornos a la anti'Dedad a lo lar'o de la -dad Media. 173el mismo modo,se ha identiicado al si'lo J9 reli'ioso con el /ansenismo, 0reeli)nprotica, siendo as& +ue es uno de los en)menos de la poca * +ue muchosde los elementos considerados como caracter&sticos del /ansenismo seencuentran en otras corrientes espirituales.18 ien, de la ora de los'randes 0saios de los si'los J9 * J9, se han retirado los escritos

    teol)'icos o exe'ticos, considerados como restos de pocas superadas,indi'nas de interesar a una sociedad pro'resista, etctera.19

    -l an4lisis cortaa, pues, en el te/ido de la historia, 0temas conormes alos lu'ares de oservaci)n. 8o nos admiremos de +ue los estudios +uetratan de corre'ir ese tipo de cortes, para estalecer otros, proven'an nosolamente de tradiciones ideol)'icas dierentes, sino de lu'ares*uxtapuestos * a menudo opuestos a las primeras, por e/emplo de medioseclesi4sticos o de centros extraTos al amiente de la Universidad rancesa.

    3e este tipo son las reseTas del 6. Aernard#Mattre * de otros, hasta el'ran liro de M. Massaut sore los te)lo'os 0conservadores de principios

    del si'lo J9E20

    los traa/os del 6. de Luac o del 6. Aou*er sore la repetici)n

    17 Ct la ora ma'istral de ?. Penaudei, 6rrorme et humanisme O 6aris pendant lespremi\res 'uerres dGtaie, 1==#1%1;, 3ro, 11$, * toda su posteridad.

    18raducci)n universitaria +ue corresponde al rechao del /ansenismo por la enseTanaacadmica, +ue dura hasta mediados del si'lo Jix * se mantiene hasta la vi'orosa s&ntesis de?ntoine ?dam 3u m*sticisme [ la revolte. Les Fansnistes du J9 si\cle, a*ard, 1$>.

    19 Un indicio entre muchos: el lu'ar concedido a los heolo'ical Manuscripis (cd. H.McLachlan, Liverpool, 1%

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    de la ex'esis apost)lica * patr&stica en el humanismo erasmianoE21 los deKilson sore el vocaulario tradicional adoptado por 3escartesE22 los deAremond, o de tantos otros despus de l, sore el vasto repertorio decorrientes m&sticas, una de las cuales es el /ansenismo. La aportaci)nconsiderale de estos estudios no esuma su car4cter m4s o menos

    discretamente apolo'tico. al ve, la misma ri+uea de su contenido sehio posile 'racias a este aspecto de rplica o de cruada, +ue losaseme/aa a un caallo de ro*a.

    La marca de los compartimentos socioideol)'icos es particularmentevisile en la historio'ra&a reli'iosa rancesa. -s un ras'o, muchas vecessura*ado, de la sociedad rancesa. Los traa/os cient&icos nos revelaan laposici)n universitaria en esta materia. 6rivile'iaan a los 0cat)licoslierales sore los 0cat)licos intransi'entes (con excepci)n de la ora dePen Pmond, estos Iltimos han sido estudiados por in'leses onorteamericanos, +ue no se interesan del mismo modo en los prolemasranceses"E23o ien daan la preerencia al 0modernismo cient&ico o social,

    0sore el inte'rismo (cu*o inters hist)rico acaa de ser demostrado por6oulat".24Los deates internos de la sociedad rancesa han tra&do consi'o unixismo historio'r4ico, * durante mucho tiempo, la reproducci)n indeinidade cortes ormales, cuando *a una erudici)n nueva modiicaa el contenido.

    -sta es+uematiaci)n tra&a como eecto el reempleo actual de los0partidos opuestos de antaTo Breormados contra cat)licos, /ansenistascontra /esuitas, modernistas contra inte'ristas, etcteraB * las anderasproven&an m4s de las situaciones socioculturales +ue de las conviccionespersonales. Las polmicas anti'uas or'aniaan la investi'aci)n cient&icasin saerlo. Los historiadores se 0met&an en la sotana, el h4ito ola to'a desus predecesores, sin darse cuenta +ue se trataa de vestimentas de

    controversistas o de predicadores +ue deend&an cada uno su causa.

    ?l'unos silencios atesti'uan ho* en d&a la huella de este pasado reciente,aun en estudios ma'istrales sore la sociedad * el pensamiento cl4sicos:discreci)n de Couert en lo reerente a las teolo'&as25o aun a lareli'i)nEausencia de reerencias a la literatura reli'iosa en la interpretaci)n+ue oucault nos da del episteme cl4sico. 6ero tamin, * rec&procamente,silencio del aate Co'net sore la historia socioecon)mica en la-spiritualidad moderna, o ien, por el contrario, en muchos traa/os

    Massaut, Fosse Clichtove, lGhumanisme et la rorme du cler', Les Aelles Lettres 1$>.

    21Louis Aou*er, ?utour dG-rasme, ]tudes sur le christianisme des Humanistes catholi+ues,6ara, 1%%E Henri de Luac, -x'\se mdivale, ?uier, t. 9, 1$=.

    22]tienne Kilson, ]tudes sur le r^le de la pense mdivale dans la ormation du s*st\mecartsien, 9rin, 1%1.

    23Cr. Pen Pmond, La 3roite enrance de l>l% [ nos /ours, ?uier, 1%=. @e tienen lasperspectivas an'lo#americanas con Pichard KriithsE he Peactionar* Pevolution, Londres,1$$E -u'en eer, LGaction ranRaise, @toc, 1$2E etctera.

    24 -milc 6oulat, nt'risme et catholicisme int'ral, Casterman, 1$, * el deate +uesostuvo con 6aul 3rouiers, Cahiers de @ociolo'ie des Peli'ions, 2>,1$, pp. 1!1#1%2. Lucien evre, ?u coeur reli'ieux du J9\me si\cle, @evpen, 1%;, p. 1=$

    25-n Aeauvais et les Aeauvaisis de 1$

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    consa'rados a las temporalidades de las aad&as, la presi)n social +ue hac&a+ue muchos clri'os historiadores no prestaran atenci)n a la vida reli'iosade esas mismas aad&as.

    La mutacin de los pre)uicios en ob)etos de estudio

    Lierados de situaciones conlictivas +ue se ale/an cada ve m4s denosotros, nos es m4s 4cil descurir su huella en los estudios arria citados.8osotros mismos estamos *a en otro lado. ? medida +ue se orran lasdivisiones +ue todav&a a*er or'aniaan a una poca * a su historio'ra&a,estas Iltimas pueden ser anal iadas en los mismos traa/os de a+ueltiempo. La terminaci)n de un per&odo aumenta nuestra lucide, pero estacomprensi)n, +ue se considera 0me/or * +ue ser4 en lo sucesivo la nuestra,se dee al hecho de +ue nosotros mismos nos hemos desplaadoE nuestrasituaci)n nos permite conocer la de ellos de una manera mu* dierente acomo ellos la conocieron.

    Lo +ue hace posile la relativiaci)n de los deates de a*er, * por lo tantola identiicaci)n de las presiones +ue e/ercieron sore el discurso cient&ico,es la posici)n nueva de la reli'i)n en nuestra sociedad.

    Le/os de ser una uera, una amenaa, un con/unto de 'rupos * decuerpos constituidos, como ocurr&a a*er, el Cristianismo rancs se lieraho* en d&a de su pesante social al salirse de compartimentos cerrados.3e/a de constituir lu'ares propios, vi'orosos pero cerrados, en la naci)n. @econvierte en una re'i)n mal deinida * mal conocida de la cultura rancesa.Una historio'ra&a reli'iosa puede ahora convertirse en el o/eto de unnuevo exotismo, seme/ante al +ue conduce al etn)lo'o hacia los 0salva/es

    del interior o hacia la ru/er&a rancesa. @ocialmente, el cristianismo exist&am4s intensamente cuando se le conced&a menos lu'ar a*er en el tiempo+ue el +ue se le concede ho* en el mundo. 6od&a uno callarse o ser parcial,cuando se trataa de enrentamientos, de adversarios o de 'ruposencerrados en su vitalidad propia. ?hora se dice +ue *a no constitu*e unauera, * +ue por necesidad se ha 0aierto, 0adaptado * conormado a unasituaci)n donde se convierte en el o/eto de una curiosidad 0imparcial * ensi'no le/ano de 0valores.26

    La renovaci)n de la historia reli'iosa no si'niica, pues, un avance delcristianismo, sino la disoluci)n de sus instituciones * sus doctrinas en lasnuevas estructuras de la naci)n, el paso de un estado de cuerpo opaco *resistente a un estado de transparencia * movimiento.

    Los 0pre/uicios de la historia o de los historiadores desaparecen cuandose modiica la situaci)n a la +ue se reer&an. La or'aniaci)n a*er vivientede una sociedad, incrustada en la )ptica de sus historiadores, se camiaentonces en un pasado +ue puede ser estudiado. La or'aniaci)n camia decondici)n: de/a de estar del lado de los autores, como a+uello en unci)n de

    C. las oservaciones de 3. Fulia, 6. Levillain, 3. 8ordman * ?. 9auche, 0Pelexiones acercade la historio'ra&a rancesa contempor4nea, en Pecherche et 3ats, =;, 1$=, pp. ;#=.26?cerca del inters etnol)'ico * olcl)rico, +ue es el Inico +ue se presta ahora a la reli'i)n,* +ue explica a la ve la naturalea de una nueva 0curiosidad * la renovaci)n de los estudios

    acerca de las ideolo'&as (en lo sucesivo tenidas por incre&les, pero portadoras de unsimolismo +ue dee descirarse", cr. M. de Certeau, La Culture au pluriel, col. 1, 1;=,pp. 11#!=: 0Las Pevoluciones de lo cre&le.

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    per&odos, entre aportaciones, entre series, etctera" es, en historia, lacondici)n +ue permite relacionar elementos distintos, * por lo tanto,comprenderlos: -ste traa/o se apo*a en la dierencia +ue existe entre unpresente * un pasado. @upone siempre al acto +ue presenta una novedad *se separa de una tradici)n para considerarla como un o/eto deconocimiento. -l corte decisivo en cual+uier ciencia (una exclusi)n essiempre necesaria cuando se procede con ri'or" toma en historia la ormade un l&mite ori'inal +ue constitu*e a una realidad como 0pasada, * +ue seexplicita en las tcnicas proporcionadas a la tarea de 0hacer historia. ?horaien, este corte parece ser ne'ado por la operaci)n a la +ue da ori'en,puesto +ue lo 0pasado re'resa a la pr4ctica historio'r4ica. -l muertoresucita dentro del traa/o +ue postulaa su desaparici)n * +ue postulaatamin la posiilidad de analiarlo como o/eto.

    La condici)n de este l&mite, necesario * ne'ado a la ve, caracteria a lahistoria como ciencia humana. -s 0humana, no en cuanto tiene al homrepor o/eto, sino por+ue su practica reintroduce en el 0su/eto de la ciencia lo

    +ue *a ha&a distin'uido como su o/eto. @u unciona miento nos env&a deluno al otro polo de lo 0real. La actividad productora * el per&odo conocidose alteran rec&procamente. -l corte +ue ha&a puesto entre ellos unadecisi)n 'eneradora de traa/o cient&ico (* uente de 0o/etividad"comiena a tamalearse. @e invierte, se desplaa, avana. -ste movimientose dee precisamente al hecho de +ue el corte ha sido impuesto * no puedeser sostenido.

    -n el curso del movimiento +ue desplaa los trminos de la relaci)ninicial, la misma relaci)n es el lu'ar de la operaci)n cient&ica. 6ero es unlu'ar cu*as mutaciones, como un corcho +ue lota en el a'ua, si'uen losmovimientos m4s vastos de las sociedades, sus revoluciones econ)micas *

    pol&ticas, las relaciones comple/as entre 'eneraciones o entre clases,etctera. La relaci)n cient&ica reproduce el traa/o +ue ase'ura a unos'rupos el dominio sore otros hasta convertirlos en o/eto de posesi)nE peroda testimonio tamin del traa/o de los muertos, el cual, 'racias a unaespecie de ener'&a cintica, se perpetIa silenciosamente /unto con lasupervivencia de estructuras anti'uas, 0continuando, dice Marx, 0su vidave'etativa (ortve'etation".29

    -l historiador no escapa ni del estado latente ni de la pesade de unpasado +ue todav&a est4 ah& (inercia +ue el 0tradicionalista llamar40continuidad, con la esperana de presentarla como la 0verdad de lahistoria". Xa no puede hacer astracci)n de los distanciamientos * de las

    exclusiones +ue deinen la poca o la cate'or&a social a la +ue pertenece. -nsu operaci)n, las permanencias ocultas * las rupturas instauradoras seamal'aman. X esto lo demuestra claramente la historia, puesto +ue tienepor o/eto dierenciarlas.30La r4'il * necesaria rontera entre un o/et)#pasado * una praxis presente comiena a tamalearse desde el momentoen +ue al postulado icticio de un dato +ue dee ser comprendido, losustitu*e el examen de una operaci)n siempre aectada por determinismos* +ue siempre puede ser reconsiderada, siempre dependiente del lu'ardonde se eectIa dentro de una sociedad, * por lo tanto especiicada porprolemas, mtodos * unciones propias.

    29arl Marx, 3as apital, Aerl&n, 1=;, t. t, p. ; (primer preacio"E cr. euvres, 6liade, 1$%,

    t. 1, p.%=30-sto es lo +ue ha hecho notar insistentemente M. oucault, en particular en L V?rcholo'iedu savoir, 1$, pp. 1$#1;.

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    La historia se desarrolla, pues, all&, en esas ronteras donde una sociedadse une con su pasado * con el acto +ue lo distin'ue de lE en las l&neas +uetraan la i'ura de una actualidad al separarla de su otro, pero +ue orran omodiican continuamente el retorno del 0pasado. Como en la pintura deMir), el ras'o +ue diu/a las dierencias con contornos precisos * haceposile una escritura (un discurso * una 0historiciaci)n" se ve atravesadopor un movimiento contrario. Ha* viraci)n de l&mites.

    La relaci)n +ue or'ania la historia es una reerencia camiante en la +uenin'uno de los trminos puede considerarse como estale.

    La relacin con el otro

    -sta situaci)n undamental se revela en nuestros d&as de muchasmaneras +ue se reieren a la orma o al contenido de la historio'ra&a.

    6or e/emplo, el an4lisis de una duraci)n reve o lar'a, socioecon)mica ocultural, se ve precedido, en las oras de historia, de un 6reacio donde elhistoriador narra las etapas de su investi'aci)n. -l liro, compuesto de dosmitades desi'uales, pero sim)licas, une a la historia de un pasado, elitinerario de un proceso. Xa Lucien evre inau'uraa la presentaci)n de suLutero con el examen de su propia situaci)n corno historiador en la serie deestudios consa'rados al mismo o/eto (12>". -l se inscri&a en la evoluci)nde una historia presente, al mismo tiempo +ue colocaa a Lutero en unaserie an4lo'a m4s anti'ua. 6osteriormente, el historiador *a no s)lo precisael lu'ar desde donde hala, sino los movimientos +ue ha hecho, o el traa/o+ue ha realiado en su metodolo'&a * en su prolem4tica. 6ierre 9ilar *-mmanuel Le Po* Ladurie, cu*as oras dominan la historio'ra&a presente,

    *uxtaponen el trao de una curva metodol)'ica de sus traa/os a la de lastransormaciones estructurales de CataluTa o del Lan'uedoc durante cuatrosi'los.

    La verdad de la historia est4 en un 0estado intermedio impuesto por unaora incapa de crear un o/eto +ue sustitu*a a esta relaci)n. -n @oriano, elan4lisis de los cuentos de 6errault se convierte en relato o en conesi)n deuna Is+ueda, de manera +ue el o/eto del estudio, ra'mentado porsondeos metodol)'icos hetero'neos, encuentra su unidad en la operaci)ndonde se cominan sin cesar las acciones del autor * las resistencias de sumaterial.31Con esta tensi)n interna, nervio de la explicaci)n hist)rica,deemos relacionar otro aspecto no menos sorprendente de lasinvesti'aciones actuales: la conrontaci)n de un mtodo interpretativo consu 0otro, o m4s precisamente, la evidencia de la relaci)n +ue mantiene unmodo de comprensi)n con lo incomprensile +ue 0ha hecho resaltar. 6ore/emplo, la inmensa erudici)n cultural de ?lphonse 3upront encuentra portodas partes en la historia un 0p4nico, proundidad salva/e * sa'rada. @ial'una ve esta 0alma p4nica del colectivo, este impulso ori'inal, o estaopacidad neutra de una 0mentalidad colectiva, toma el aspecto de unpunto de reerencia, de un si'niicado, o de una ase de la historia, se deea una especie de icci)n +ue se apo*a en los puntos de vista m4s discutilesde tto o de Fun'. 6or+ue, en realidad, este 0p4nico es el nomre +ue un

    -mmenud Le Pa* LadNie, Les 6a*sans de Lan'uedoc, @evpen, 1$$, 1. i, pp. ;#11, * sore

    todo 6ierre 9ilar, La Catalo'ne dans lG-spa'ne moderne, @evpen, 1$2, t. , pp. 11#!>.31Marc @oriano, Les Conte de 6errault. Culture savante et traditions populaires, Kallimard,1$>.

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    conocimiento prodi'iosamente extendido da a su propio l&mite, a lodesconocido +ue revela * encuentra en su avance, a todo lo i'norado +uehace aparecer el pro'reso de una ciencia. Una dimensi)n de la historia seseTala (* no se elimina, como en otras partes" por un 0irracionalproporcionado a la investi'aci)n +ue se ha colocado a/o el si'no de unconocimiento de las ideas * de las ormas culturales: 0Lo no hist)rico, dice3upront, es indispensale a lo hist)rico.

    6ierre 9ilar presenta un en)meno an4lo'o: la existencia misma del temade su traa/o BCataluTaB es el eni'ma +ue hace sur'ir un ri'uroso an4lisissocioecon)mico.

    5C)mo se constitu*e CataluTa como unidad propia7 5C)mo camia estaunidad con la aparici)n, tamin prolem4tica, de la unidad 0espaTola7 -nestos prolemas, la notale demostraci)n de 6. 9ilar, +ue convierte la teor&aecon)mica en an4lisis hist)rico para captar una 0historia proundapartiendo de las variaciones econ)micas, encuentra su otro. @e topa concontinuos eni'mas: 0la ormaci)n de 'rupos con uerte conciencia decomunidad, la naturalea de la 0personalidad re'ional o nacional, elsentido de un 0+uerer pol&tico.32-l ri'or de su interpretaci)n `iera, como unresto o como lo +ue se le vuelve incomprensile, a la unidad de concienciacu*as condiciones * uncionamiento han sido, sin emar'o, tanvi'orosamente aclaradas.

    8o dee sorprendernos +ue el prolema aierto por la irrupci)n del otroen los procesos cient&icos apareca i'ualmente en sus o/etos. Lainvesti'aci)n no usca Inicamente comprensiones +ue sal'an ien. Pe'resaa los o/etos +ue *a no comprende. @e da cuenta de lo +ue va perdiendo alortiicar sus exi'encias * sus mtodos. La Historia de la locura nos indica el

    momento en +ue un cientiicismo inlado tiene +ue enrentarse con onas+ue ha&a considerado como un desperdicio o como un revsincomprensile. La ciencia hist)rica ve crecer las re'iones silenciosas dedonde ha estado ausente. -s tamin el momento en +ue otras cienciashacen el alance de las molestias +ue les han producido sus propios xitos.-l liro de Michel oucault nos presenta esta interro'ante. Lo expresa atravs de un o/eto perdido por la historia, pero +ue no se puede suprimir:la locura, constituida por todo lo +ue ha excluido la ra)n. Ciertamente, siconsideramos todo esto, el esuero del autor para devolver a la locura sulen'ua/e propio tiene +ue resultar un racaso * contradecirseE el autor vacilaentre la 0recuperaci)n de la locura a/o el si'no de un nuevo tipo decomprensi)n * el crecimiento indeinido del si'no astracto (la locura"

    destinado a desi'nar un casillero vac&o incapa de ser llenado por la

    -n Pevue de @*nt\se, nIm !;#!, p. !2. Cr. tamin al'unos estudios particularmenteimportantes 0Lourdes, perspectivas de una sociolo'&a de lo sa'rado, en La ale ronde, 12%,ma*o 1%>, pp. ;=#$E 06rolemas * mtodos de una historia de la psicolo'&a colectiva, en?nnales -@C, 1$, 1$1, pp. !#11E 0ormas de la cultura de las masasE de la +ue/a pol&tica a lapere'rinaci)n tumultuosa (si'los J9#JJ", en 8iveaux de culture el 'roupes sociaux,Mouton, 1$>. pp. 1=#1$;.326. 9ilar, La Catalo'ne..., op. cit., t. i. 6reacio. pp. !$.!;. La conrontaci)n entre expresi)ncultural * estructuras econ)micas es particularmente rica (deido al mismo o/eto estudiado"en 0-l iempo del Yui/ote (-urope, enero 1%$, pp. !#1$"E 0Los primitivos espaToles delpensamiento econ)mico (Mlan'es M. Aataillon, 1$2, pp. 2$1.2>="E o, desde un punto devista m4s metodol)'ico, en 0Marxismo e historia en el desarrollo de las ciencias humanas

    (@tudi storici, 1, nIm. %, 1$

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    diiere verdaderamente, por al'In ras'o espec&ico, por una pertinenciaindudale, de la narraci)n ima'inaria, tal como nos la presenta la epope*a,la novela o el drama.Yuerer responder a esta pre'unta as4ndoseInicamente en el examen de al'unos 0historiadores cl4sicos BHerodoto,Ma+uiavelo, Aossuet * MicheletB, 5no es acaso suponer demasiado prontola homolo'&a de todos esos discursosE aprovechar con demasiada acilidadlos e/emplos m4s inmediatos de la narraci)n, mu* ale/ados de lasinvesti'aciones presentesE tomar el discurso uera del 'esto +ue loconstitu*e en una relaci)n espec&ica con la realidad (pasada" de la +ue sedistin'ue, * no tener en cuenta, por consi'uiente, las modalidadessucesivas de dicha relaci)nE inalmente ne'ar el movimiento actual +ueconvierte al discurso cient&ico en la exposici)n de las condiciones de suproducci)n, m4s ien +ue en la 0narraci)n de tos acontecimientospasados%2 .35

    Pesulta +ue a travs de las oras 0cl4sicas, la condici)n de un escrito0hist)rico parece deinida por una cominaci)n de si'niicaciones

    Inicamente articuladas * presentadas en trminos de hechos 6ara PolandAarthes, en eecto (si omitimos los detalles de su ar'umentaci)nlin'D&stica", los 0hechos de +ue hala la historia uncionan como indica#dores. Kracias a las relaciones estalecidas entre hechos, o a la elevaci)nde ellos al valor de s&ntomas para una poca entera, o a la 0lecci)n (moralo pol&tica" +ue or'ania al discurso entero, ha* en cada historia un procesode si'niicaci)n +ue tiende siempre a 0completar el sentido de la historia:el historiador es el homre +ue reIne no tanto hechos sino si'niicantes.363a la impresi)n de contar hechos, siendo +ue en realidad enuncia sentidos,+ue por lo dem4s remiten lo notado (lo +ue el historiador retiene comopropio" a una concepci)n de lo notale. Lo si'niicado del discursohistorio'r4ico son las estructuras ideol)'icas o ima'inarias, +ue se ven

    aectadas por un reerente exterior al discurso, inaccesile en s& mismo. P.Aarthes llama 0eecto de lo real al artiicio del discurso historio'r4ico, +ueconsiste en ocultar a/o la icci)n de un 0realismo, una manera,necesariamente interna al len'ua/e, de plantear un discurso. S-l discursohist)rico no si'ue a lo real, Inicamente lo si'niica al no de/ar de repetir as&pas), sin +ue esta aserci)n pueda ser nunca otra cosa sino el revssi'niicado de toda la narraci)n hist)rica.37

    -vocando 0el presti'io del as& pas) a prop)sito de la historia, P. Aartheslo pone en relaci)n con el desarrollo actual de la novela realista, del diario&ntimo, de la nota period&stica, de los museos, de la oto'ra&a, de losdocumentales, etctera. odos estos discursos se apo*an, en eecto, soreal'o real perdido (pasado"E reintroducen como reli+uia, en el interior de untexto cerrado, la realidad +ue se ha desterrado del len'ua/e. 6arece +ue laspalaras, al no poder ser *a acreditadas por una relaci)n eectiva con lascosas +ue desi'nan, se han hecho m4s aptas para ormular sentidos encuanto se ven menos limitadas por una adhesi)n a lo real. ?s&, m4s ien +ueun retorno a lo real, el 0realismo expresa la disponiilidad de una multitudde palaras hasta ahora destinadas a hechos particulares +ue en lo sucesivopueden utiliarse en la producci)n de le*endas o de icciones. 6or+ue el

    35Poland Aarthes, 0-l 3iscurso de la historia, en @ocial @cience inormation, 9, =, 1,pp. >=#, pp.

    1#11!.36P. Aarthes, 0-l discurso de la historia, op. cit., p. $%.37id, pp. ;!#;=.

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    vocaulario de lo 0real pasa a ser parte del material veral +ue puedeor'aniarse en el enunciado de un pensale o de un pensado. Xa no tiene elprivile'io de ser el aloramiento de hechos, de permitir +ue emer/a a travsde ellos una Pealidad prounda, ni de ser por eso mismo aureolada con elpoder de 0expresar a la ve la 0cosa misma * el @entido +ue vendr&a enella.

    3esde este punto de vista, podemos decir +ue 0en lo sucesivo el si'no dela Historia es no tanto lo real sino lo inteli'ile.38

    6ero no se trata de cual+uier inteli'ile. V-l desvanecimiento de lanarraci)n en la ciencia hist)rica actual da testimonio de la prioridadconcedida por esta ciencia a las condiciones en las +ue elaora lo 0pensa#le (tal es el sentido de todo el movimiento 0estructuralista". X estean4lisis, +ue se reiere a los mtodos, es decir, a la producci)n de sentidos,no puede disociarse en historia de un lu'ar * de un o/eto: -l lu'ar es, atravs de los procedimientos, el acto presente de esta producci)n * lasituaci)n +ue ho* lo vuelve posile al determinarloE el o/eto son lascondiciones en las cuales una u otra sociedad se han dado un sentido por untraa/o, +ue es, a pesar de todo, determinado. La historia no es una cr&tica eepistemol)'ica. @iempre +uedar4 como un relato. 8os cuenta su propiotraa/o * al mismo tiempo el traa/o +ue puede leerse en un pasado. X porlo dem4s no comprende a este Iltimo sino aclarando su propia actividadproductora, * rec&procamente, a historia se comprende a s& misma en elcon/unto * en la sucesi)n de producciones, de las cuales ella misma es uneecto.

    @i pues, el relato de 0lo +ue pas) desaparece de la historia cient&ica(para extenderse, por el contrario, en la historia vul'ariada", o si la

    narraci)n de los hechos toma la apariencia de una 0icci)n propia de ciertotipo de discurso, no tendr&amos derecho a concluir +ue la reerencia a lo realcomiena a desvanecerse. M4s ien la reerencia se ha desplaado. Xa no senos da inmediatamente con los o/etos narrados o 0reconstituidos. -st4implicada en la creaci)n de 0modelos (destinados a volver 0pensales alos o/etos" proporcionados a pr4cticas, en la conrontaci)n con lo +ue lesresiste, los limita * hace alusi)n a otros modelos, inalmente en laelucidaci)n de lo +ue ha vuelto posile a esta actividad al inscriirla en unaeconom&a particular (o hist)rica" de la producci)n social.

    3esde este punto de vista, se puede pensar con ?.F. Kreimas, +ue rentea los modelos capaces de inormarnos del uncionamiento de un len'ua/e, o

    si se preiere, rente al an4lisis de las cominaciones posiles en laor'aniaci)n * la transormaci)n de elementos en nImero inito, lo hist)ricoaparece ante la ormulaci)n estructuralista 0como una limitaci)n de susposiilidades de maniestaci)n. ?s& como la estructura at)mica, nos dice,se concie 4cilmente como una posiilidad entre las cominaciones de las+ue el universo actualmente maniestado no es sino una realiaci)n parcial,una estructura sem4ntica, ima'inada, un modelo an4lo'o, permaneceaierta * solo puede ser clausurada por la historia.39

    -l l&mite se encuentra en el centro de la ciencia hist)rica * desi'na al otro

    38iid., p. ;%. -n la 0ilusi)n reerencial, de lo real, en el 0realismo, P. Aarthes descure unanueva verosimiitud (0-l eeecto de lo real, op. cit., p. >>". -sto 0real es la connotaci)n de

    un pensale.39 ?.F. Kreimas, 3u sens. -ssais smioti+ues, @euil, 1;

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    de la ra)n de lo posile. Aa/o esta i'ura lo real reaparece en el interior dela ciencia. @in emar'o, +ue la distinci)n entre las ciencias 0exactas *ciencias 0humanas *a no pasara por la ormaliaci)n o en el ri'or de laveriicaci)n, m4s ien las disciplinas se distin'uen se'In el lu'ar +ueotor'an, unas a lo posile, * otras al l&mite.

    -n todo caso, existe sin duda al'una una ascinaci)n provocada por ell&mite, +ue va unida al oicio del etn)lo'o o del historiador, o lo +ue es casilo mismo, una ascinaci)n provocada por el otro.

    6ero el l&mite no es solamente lo +ue encuentra constantemente delantede s& el traa/o hist)rico or'aniado por la voluntad de volver pensale unacosaE tamin se relaciona con el hecho de +ue cada proceso interpretativoha tenido +ue ser ien estalecido para poder deinir los procedimientosproporcionados a un modo de comprensi)n. Una nueva determinaci)n de lo0pensale supone, m4s all4 de ella misma, situaciones econ)micas *socioculturales +ue la han vuelto posile. oda producci)n de sentido datestimonio de un acontecimiento +ue ocurri) * +ue la ha permitido. ?un lasciencias exactas se ven oli'adas a exhumar su relaci)n con una historia, esdecir el prolema de la relaci)n entre su discurso *lo +ue implica sin decirloBentre una coherencia * una 'nesis. -n el discurso hist)rico, lainterro'aci)n sore lo real vuelve, pues, no s)lo con la articulaci)nnecesaria entre los posiles * sus limitaciones, o entre los universales deldiscurso * la particularidad unida a los hechos (cual+uiera +ue sea suclasiicaci)n"E40sino vuelve tamin a/o la orma del ori'en postulado por eldesarrollo de un modo de lo 0pensale. La pr4ctica cient&ica se apo*a enuna praxis social +ue no depende del conocimiento. -l espacio del discursonos remite a una temporalidad dierente de la +ue or'ania lassi'niicaciones se'In las re'las clasiicatorias de la con/u'aci)n. La

    actividad +ue produce al sentido * +ue estalece una inteli'iilidad delpasado, es tamin el s&ntoma de una actividad experimentada, el resultadode acontecimientos * de estructuraciones +ue ella misma camia en o/etospensales, la representaci)n de una 'nesis or'aniadora +ue se le escapa.

    !. La historia como mito

    La historia caer&a en ruinas sin la clav de toda su ar+uitectura: laarticulaci)n del acto +ue ella estalece con la sociedad +ue ella rele/aE elcorte, constantemente puesto en tela de /uicio, entre un presente * unpasadoE la dole condici)n del o/eto +ue es un 0eecto d lo real en eltexto * lo no dicho implicado por la clausura del discurso. @i la historia de/asu lu'ar propio Bel l&mite +ue ella estalece * ella recieB, se descomponepara no ser m4s +ue icci)n (la narraci)n de lo +ue paso" o relexi)nepistemol)'ica (la elucidaci)n de sus re'las de traa/o" 6ero no es ni lale*enda a la cual cierto tipo de vul'ariaci)n la reduce, ni la criteriolo'&a+ue hac&a de ella el Inico an4lisis cr&tico de sus procedimientos. La historia

    /ue'a entre las dos, encima del l&mite +ue separa las dos reducciones, comoCharlie Chaplin se dein&a, al inal del 6ere'rino, por una carrera a lo lar'ode la rontera mexicana, entre dos pases +ue lo expulsaan al mismo

    406rolema +ue tiene cierta analo'&a con el +ue trataan las primeras iloso&as del len'ua/e

    a inales de la -dad Media. C. Claude 6i'uet, 0La disputa de los universales * el prolemacontempor4neo del len'ua/e en Pevue de tholo'ie et de 6hilosophie, 1, 1$, pp. !2#=11.

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    tiempo, * cu*os i'a's diu/aan a la ve la dierencia * la l&nea de sutura.

    Lanado, *a hacia un presente, *a hacia un pasado, el historiadorexperimenta una praxis +ue es inextricalemente la su*a * la del otro (otra5poca o la sociedad +ue ho* lo determina" -laora la ami'Dedad misma+ue desi'na el nomre de su disciplina. Historie * Keschichte: ami'Dedad

    rica en sentido. -n eecto, la ciencia hist)rica no puede desolidariarcompletamente su pr4ctica de lo +ue capta como un o/eto * tiene comotarea indeinida precisar los mocos sucesivos de esta articulaci)n.

    -sta es sin duda la ra)n por la cual la historia ha tomado el relevo de losmitos 0primitivos o de las teolo'&as anti'uas desde +ue la civiliaci)noccidental de/) de ser reli'iosaE * en el mundo pol&tico, social o cient&ico sedeine por una praxis +ue compromete i'ualmente sus relaciones con ellamisma * con otras sociedades. -l relato de esta relaci)n de exclusi)n * deascinaci)n, de dominaci)n o de comunicaci)n con el otro (car'o ocupadosucesivamente por al'o cercano, o al'o uturo", permite a G nuestrasociedad narrarse a s& misma 'racias a la historia. unciona como lo hac&an,o lo hacen todav&a en civiliaciones remotas, los relatos de, luchascosmo')nicas +ue enrentan un presente con su ori'en.

    -sta localiaci)n del mito aparece no solamente con el movimiento +ueconduce a las ciencias 0exactas o 0humanas, hacia su historia (lo cualpermite a los cient&icos situarse en un con/unto social", o con laimportancia de la vul'ariaci)n hist)rica (+ue vuelve pensale la relaci)n deun orden con su camio, o +ue lo exorcia con el estriillo: 0@iempre ha sidoas&", o todav&a m4s con las mil resurrecciones de la 'enial identiicaci)n,iniciada por Michelet, entre la historia * la autoio'ra&a de una naci)n, deun puelo o de un partido. La historia se ha convertido en nuestro mito por

    raones m4s undamentales, resumidas en al'unos de los an4lisis +ue *apresentamos.

    &na identidad por una diferenciacin

    -l discurso hist)rico vuelve expl&cita a una identidad social, no como0dada o estale, sino como dierenciada de una poca anterior o de otrasociedad. @upone la ruptura +ue convierte a una tradici)n en un o/etopasado, as& como la historia del 0?nti'uo P'imen implica laPevoluci)n.416ero esta relaci)n con el ori'en pr)ximo o le/ano del cual unasociedad se separa sin poder eliminarlo, es analiada por el historiador +uela convierte en el lu'ar de su ciencia. -n un texto +ue conserva todav&a laorma de un relato, apo*a la pr4ctica de una nueva inteli'iilidad * lapermanencia de pasados dierentes (+ue soreviven no s)lo en losdocumentos, sino en ese 0archivo particular +ue es el mismo traa/ohist)rico".

    -n 0La Historia * la unidad de las ciencias del homre (en ?nnales -@C, 2!, nIm. 2, 1$>,pp.2!!#2=

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    @i por una parte la historia tiene por unci)n expresar la posici)n de una'eneraci)n en relaci)n con las precedentes al decir: 0Xo no so* a+uella,aTade siempre a esta airmaci)n un complemento no menos peli'roso, +ueoli'a a conesar a una sociedad: 0@o* al'o distinta de lo +ue +uiero ser, *esto* determinada por lo +ue nie'o.

    La historia da prueas de una autonom&a * de una dependencia cu*asproporciones var&an se'In los medios sociales * las situaciones pol&ticasdonde se elaora. Aa/o la orma de un 0traa/o inminente en el desarrollohumano, toma el lu'ar de los mitos por medio de los cuales una sociedadrepresentaa sus relaciones ami'uas con sus or&'enes, * a travs de unahistoria violenta de los Comienos, sus relaciones con ella misma.

    El origen del lengua)e el muerto y el 'i'o

    ? pesar de sus exordios o sus preacios en primera persona (en el !chbe*

    richt" +ue tienen valor de introducci)n iniciadora * proponen un 0en a+ueltiempo 'racias a la separaci)n, ien notada, del tiempo del autor, lahistoria es un discurso en tercera persona. Aatallas, pol&ticas o salarios sonel su/eto#o/etoE pero, como dice Poland Aarthes, 0nadie est4 all& paraasumir el enunciado. -l discurso sore el pasado tiene como condici)n serel discurso del muerto. -l o/eto +ue circula por all& no es sino el ausente,mientras +ue su sentido es ser un len'ua/e entre el narrador * sus lectores,es decir entre presentes. La cosa comunicada opera la comunicaci)n de un'rupo consi'o mismo por medio de esa remisi)n a un tercero ausente +uees su pasado. -l muerto es la i'ura o/etiva de un intercamio entre vivos.-s el enunciado del discurso +ue lo transporta como un o/eto, pero enunci)n de una interlocuci)n lanada uera del discurso, hacia lo no#dicho.

    3e acuerdo con estas con/u'aciones con el ausente, la historia seconvierte en el mito del len'ua/e. Maniiesta la condici)n del discurso: unamuerte. 8ace, en eecto, de la ruptura +ue orma un pasado distinto de sutarea presente. @u traa/o consiste en crear ausentes, en convertir lossi'nos dispersos en la supericie de una actualidad en huellas de realidades0hist)ricas, +ue altaan por+ue eran 0otras.

    6ero el ausente es tamin la orma presente del ori'en. 42 Ha* mitopor+ue a travs de la historia el len'ua/e se ha enrentado con su ori'en.Ciertamente, la conrontaci)n toma a+u& aspectos dierentes: *a es larelaci)n del discurso hist)rico con tal o cual per&odo +ue ha sido preeridocomo o/eto de estudio, en la serie lineal de una cronolo'&aE o ien elmovimiento +ue remite dicho per&odo a un m4s all4 primitivo, * trepaindeinidamente hasta un 0comieno ima'inario, tope icticio peronecesario, para +ue se pueda a/ar a travs de los tiempos * clasiicarlos,etctera. 6ero una relaci)n m4s pr)xima * m4s undamental se seTala conese cero inicial: la relaci)n de cada discurso con la muerte +ue lo vuelveposile. -l ori'en est4 dentro del discursoE * es precisamente este ori'en el+ue no puede convertirse en un o/eto enunciado.

    -l discurso tiene por deinici)n el ser un decir +ue se apo*a sore lo +ue

    P. Aarthes, 0-l discurso de la historia, op. cit. p. ;1.

    423ecimos esto de/ando al mar'en el examen, esoado en otra parte, de los prolemasplanteados por la intervenci)n del psicoan4lisis en el campo de la historia. Cr. 0Lo +ue reudhace de la historia, inra

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    *a pas) completamenteE ha* propiamente un comieno +ue supone uno/eto perdidoE tiene por unci)n ser, entre los homres, la representaci)nde una escena primitiva orrosa pero todav&a capa de or'aniar.

    -l discurso se apo*a tamin sore la muerte, a la cual postula, pero +uees contradicha por la pr4ctica hist)rica. 6or+ue halar de los muertos es al

    mismo tiempo ne'ar la muerte * casi desaiarla. 6or eso se dice +ue lahistoria los 0resucita. Literalmente esta palara es un en'aTo, pues lahistoria no resucita a nadie. 6ero evoca la unci)n permitida a una disciplina+ue trata a la muerte como un o/eto de su saer, * al orar as&, da lu'ar ala producci)n de un intercamio entre vivos.

    ?s& es la historia. Un /ue'o de la vida * de la muerte se desarrolla en eltran+uilo luir de un relato, resurrecci)n * ne'aci)n del ori'en, revelaci)n deun pasado muerto * resultado de una practica presente Peitera, en unr'imen dierente, los mitos +ue se ediican sore un asesinato o unamuerte ori'inal, * hacen del len'ua/e la huella siempre permanente de uncomieno ian imposile de encontrar como de olvidar.

    El decir y el hacer

    La historia se reiere, inalmente, a un hacer +ue no es solamente el su*o(0hacer historia", sino el de la sociedad +ue especiica una producci)ncient&ica. @i permite a un orar comIn darse un len'ua/e tcnico propio,remite a esta praxis social como a lo +ue vuelve posiles los textosor'aniados por una nueva inteli'iilidad del pasado.

    -sta relaci)n del discurso con un hacer, est4 dentro de su o/eto, puesto

    +ue, de un modo o de otro, la historia hala siempre de tensiones, deconlictos, de /ue'os de uera. 6ero tamin est4 uera, puesto +ue el modode comprensi)n * el tipo de discurso son determinados por el con/untosociocultural m4s vasto +ue i/a a la historia su lu'ar particular. Las socieda#des estales dan lu'ar a una historia +ue atiende especialmente a lascontinuidades * tiende a dar valor de esencia humana a un ordens)lidamente estalecido. -n las pocas de movimiento o de revoluci)n, lasrupturas de la acci)n colectiva o individual se convierten en el principio dela inteli'iilidad hist)rica. 6ero esta reerencia a la or'aniaci)n social delorar Bmoviliada por el desarrollo de un orden pol&tico o por la undaci)nde re'&menes nuevosB no interviene sino indirectamente en el an4lisiscient&ico. @e introduce sim)licamente con una t)pica de lo inteli'ile

    se'In los per&odos de la historio'ra&a, el acontecimiento o la serie continuaconstituir4n el punto de partida * la deinici)n de lo inteli'ile Un tipo desociedad se revela tamin en el modo como se cominan la discursividaddel 0comprender * el repudio de 0lo +ue pasaE por e/emplo, el modelosocioecon)mico se preiere a la io'ra&a, o viceversa, etctera.

    -spe/o del hacer +ue deine en nuestros d&as a una sociedad, el discursohist)rico es a la ve su representaci)n * su revs. 8o es el todo B`como siel saer diera la realidad o la hiciera acceder a su 'rado m4s elevadoZ -stamanera exa'erada de considerar al conocimiento ha sido superada. odo elmovimiento de la epistemolo'&a contempor4nea, en el campo de lasciencias llamadas 0humanas, la contradice * m4s ien humilla a laconciencia -l curso historio'r4ico no es sino una piea m4s de una moneda+ue se devalIa. 3espus de todo, no es sino papel. 6ero seria also

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    desplaarlo de un exceso de honor a un exceso de indi'nidad. -l texto de lahistoria, siempre su/eto a revisi)n, duplica el orar como si uera su huella *su interro'ante ?po*ado sore lo +ue l mismo no es Bla a'itaci)n de unasociedad, pero tamin la pr4ctica cient&ica en s& mismaB, arries'a elenunciado de un sentido +ue se comina sim)licamente en el hacer. 8osustitu*e a la praxis social, pero es su testi'o r4'il * su cr&tica necesaria.

    3estronado del lu'ar adonde lo ha&a elevado la iloso&a, +ue en el @i'lode las Luces o en tiempos del idealismo alem4n lo convirti) en la Iltimamaniestaci)n del -sp&ritu del mundo, el discurso historio'r4ico hacamiado, sin duda al'una, el lu'ar del re* por el del niTo de la le*enda,apuntando hacia una verdad +ue todo el mundo parec&a +uerer olvidar.

    al es tamin, la posici)n del mito, reservado para la iesta +ue are enel traa/o el parntesis de una verdad. @in +uitar nada a las uncionesanteriormente sura*adas, no deemos descuidar a la +ue une el decirhist)rico con el hacer social, sin identiicar el primero con el se'undoE estaunci)n recuerda al traa/o su relaci)n con la muerte * con el sentidoE sitIaa la historio'ra&a verdadera del lado de las cuestiones indiscretas +uedeen investi'arse en el inmenso movimiento de la praxis.