mito y liderazgo evangelico - neopentecostalismo

Upload: fradagarod65

Post on 06-Apr-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    1/16

    ISSN : 1578-4282ISSN (cd -r o m): 1695-9884

    D e p o s i t o l e g a l : J-15 4-20 03

    http://revista.ujaen.es/rae

    Rev i s t a d e An t r o po l o g a Expe r i m e n t a ln 10, 2010. Text o 11: 195-210.

    Un i v er s id a d d e Ja n (Es pa a )

    MITO, LIDERAZGO Y POLTICA EN EL MUNDO EVANGLICO.Anlisis de las representaciones neo-pentecostales sobre su destino

    de liderazgo en la sociedad Argentina

    Joaqun AlgrantiCONICET, Universidad de Buenos Aires, Argentina

    [email protected]

    Resumen:

    Palabras clave:

    Abstract:

    MITH, LEADERSHIP AND POLYTICS AMONG THE EVANGELIC WORLD.Analysis of neo-pentecostals representations of their destiny of leadership in Argentinesociety

    El movimiento evanglico constituye hoy junto al Islam uno de los grupos religiosos msdinmicos de todo el mundo por su capacidad de inscribirse en la trama de cada cultura,resignicando su lenguaje y sus cdigos. En el presente artculo nos proponemos abordar lasrepresentaciones evanglicas frente a la poltica en una iglesia de Buenos Aires, en Argentina.Para ellos vamos a emplear una doble estrategia. En la primera parte nos proponemos analizar

    las enseanzas que condensa el relato bblico de Jos, entendido como un mito historicado quetrasmite un mensaje de liderazgo para el pueblo evanglico en su relacin siempre conictivacon el mundo de los hombres. En la segunda parte vamos a focalizarnos en un cambioen las estrategias religiosas frente a los partidos, atendiendo a las representaciones de loscreyentes sobre su concepcin de la poltica. El articulo cuenta con entrevistas en profundidad,observaciones participantes y anlisis de documentos de la iglesia neo-pentecostal de Rey deReyes.

    Nowadays the evangelical movement represents with the Islam one of the most dynamicreligious group all over the world due to his ability to blend with each culture, re-signifyingtheir language and codes. In this paper we tackle the evangelicals representations on politicswithin a neo-pentecostal church in Buenos Aires, Argentina. In order to do this we are going

    to develop a double strategy. On the rst part we will analyze the teachings condense in thebiblical story of Jos, understood as a historicized myth that speaks a message of leadershipfor the evangelic community in its always conictive relationship with the world of men.On the second part we are going to focus on the shift of the religious strategy toward politicalparties, considering the believers representations on politics. The paper includes eld workthrough deeps interviews, participant observation and the analysis of churchs documents.

    Neo-pentecostalismo. Poltica. Mito historicado. Biblia. HistoriaNeo-pentecostalism. Politics. Historicized myth. Bible. History

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    2/16

    Re vi st a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010196

    Introduccin

    Siguiendo el diagnstico de la teora crtica, podemos decir que uno de los rasgos distin-tivos de los bienes culturales en nuestros das tiene que ver con la dicultad explcita queencuentran para representar su tiempo histrico. Tericos como Slavoj iek (2005: 164),

    y Fredric Jameson (2009: 546-560), insisten en los obstculos con los que tropieza el Pos-modernismo, es decir, la nueva lgica de produccin cultural del capitalismo tardo, paraconstruir representaciones simblicas de la experiencia actual. Es as, por ejemplo, que elauge de las modas de la nostalgia en el cine, la msica y la ropa o la lgica de la imitacinvaca que impone el pastiche, seran expresiones de una cierta perdida del sentido de lahistoria que atraviesa a la cultura contempornea.

    Si retomamos esta hiptesis, aunque sea provisoriamente, podemos reconocer que lareligin no es ajena a las transformaciones culturales de su tiempo, pero cuenta con recursospropios para lidiar con ellas, construyendo expresiones originales que le permiten relacio-narse con su realidad histrica. Este es el caso del grupo religioso de corte trasnacional con

    mayor ritmo de crecimiento en la Argentina y en todo el mundo (Corten y Marshall-Frattani,2001; Martin, 2002; Robbins, 2003): nos referimos a lo que la opinin pblica suele iden-ticar con el nombre de evanglicos mientras que en el mundo acadmico se los conocebajo el trmino de neo-pentecostalismo1. Siguiendo los resultados de la primera encuestaacadmica sobre religin y estructura social en la Argentina realizada en el 2008 por elrea de Sociedad, Cultura y Religin del CEIL-PIETTE del CONICET, podemos sealarque los evanglicos representan actualmente al 9% de la poblacin en un contexto culturalfuertemente marcado por la presencia del catolicismo (76,5%) y un numero importante deindiferentes religiosos que llega al 11,3%. A su vez, el universo evanglico, que incluye atodas las denominaciones protestantes, reconoce la presencia hegemnica del pentecostal-ismo con un 7,9% sobre el 9% total. Se trata sin duda de un grupo religiosos que ha logradoun alto ndice de crecimiento en los ltimos aos, expresando una cierta renovacin delprotestantismo.

    Es interesante sealar que uno de los medios simblicos ms importantes que posee estadenominacin consiste en el uso sistemtico de la Biblia, como un instrumento de expresiny manipulacin de lo sagrado. Segn los usos y prcticas que se empleen, es posible encon-trar en las narraciones bblicas modelos ejemplares de accin capaces de orientar la vidacotidiana en funcin de un conjunto de reglas, valores y normas, como sealan diferentesestudios etnogrcos realizados en grupos indgenas (Cordeu y Siffredi, 1971; Miller, 1979;Wright, 2002) y pequeas iglesias del conurbano bonaerense (Miguez, 1997; Semn, 2000).El neo-pentecostalismo tiende a restituir la dimensin mtica de las sagradas escrituras a

    partir de un trabajo permanente de lectura, enseanza y difusin, orientado a identicar alos cristianos con la vida de Cristo y con los desafos que enfrentaron sus apstoles. En estesentido, y en sintona con los estudios sobre el mito en situaciones de contacto (Hill, 1988;Turner, 1988), nos interesa analizar al Nuevo Testamento como ejemplo paradigmtico demito historicado o historia miticada, siguiendo los estudios antropolgicos de Idoyaga

    1 Investigadores brasileros como Ari Pedro Oro y Ricardo Mariano, entre otros, utilizan el trmino neo-pente-costalismo para reconocer la ruptura con las expresiones tradicionales y caracterizar los rasgos distintivos delas nuevas expresiones pentecostales. En este sentido, subrayan un cambio en la tica y la esttica religiosa quetiende a volcarse hacia el mundo secular: utilizan la tcnica, el lenguaje y los cdigos de los medios de comuni-

    cacin, adoptan una estructura empresarial, participan en poltica, construyen redes trasnacionales, demonizana los grupos Afro-brasileros y practican una liturgia basada en las curaciones, el exorcismo y la prosperidad.Para un mayor desarrollo de las dimensiones del neo-pentecostalismo ver tambin Freston, Paul (1999) Neo-pentecostalism in Brazil: problems of denition and the struggle for hegemony. Archives de Sciences Socialsdes Religions, 44, 105. 145-163.

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    3/16

    Re vi s t a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010 197

    Molina (1996, 1998). Esto implica abordarlo como un relato que integra hechos histricoslos de la vida de Cristo y sus apstoles sacralizndolos, a la vez que reelabora un corpusestable de mitos que le permiten al cristiano relacionarse con los problemas de su tiempo,ofreciendo cursos y guas concretas de accin. Se trata de una clave de lectura que tambinse extiende hacia al Antiguo Testamento en donde la gura de los profetas, reyes, sacerdotes,

    guerreros y pastores, pueden ser ledos bajo la estructura y las propiedades del pensamientomtico2, en su capacidad de dotar de sentido a la experiencia del hombre en el mundo.En el presente artculo nos proponemos abordar las representaciones evanglicas frente

    a la poltica y a su destino de liderazgo en la sociedad argentina dentro de una iglesia deBuenos Aires. Para ellos vamos a emplear una doble estrategia. En la primera parte (1.1 y1.2) nos proponemos analizar las enseanzas que condensa el relato bblico de Jos, en-tendido como un mito historicado (Idoyaga Molina, opcit) que trasmite un mensaje deliderazgo para el pueblo evanglico en su relacin siempre conictiva con el mundo de loshombres y la poltica. De acuerdo a nuestro trabajo de campo de ms de 6 aos en la iglesiaevanglica de Rey de Reyes3, sta es una de las principales narraciones que condensan lapostura de sus miembros frente a la poltica y las autoridades humanas. Si bien no puedeproyectarse sobre todo el universo evanglico, ella aparece en las prdicas semanales, enlas entrevistas y en los manuales de trabajo como un ejemplo particular de la recompensaque trae la delidad a Jehov ms all de las adversidades y el lugar de liderazgo al que seencuentran llamados todos los creyentes. Nos interesa resaltar un momento especco deesta historia que las autoridades pastores, co-pastores y lderes y los miembros de la igle-sia suelen retomar cuando se les pregunta por la relacin entre el evangelio y la poltica. Enla segunda parte (2.1 y 2.2) vamos a focalizarnos en un cambio en las estrategias religiosasfrente a los partidos, atendiendo a las representaciones de los creyentes sobre su concepcinde la poltica y el liderazgo cristiano en la sociedad. Finalmente, en las conclusiones ret-

    2 Siguiendo a Mircea Eliade (1992) podemos identicar algunos elementos propios de los mitos, que se actuali-zan en la prctica evanglica. Nos interesa resaltar especialmente que el mito es una historia verdadera, que esverdadera porque es sagrada y es sagrada porque reere a los actos de seres sobrenaturales, ocurridos en un ti-empo originario, in illo tempore. Las acciones de los relatos suelen hacer referencia a los momentos de creacinal explicar como las normas, costumbres o reglas de una sociedad han llegado a la existencia o como fueronintroducidas ciertas practicas sociales; en este sentido, el mito posee, en algunos casos, un carcter claramenteetiolgico y cosmognico. Conocer el origen de las cosas, su sentido y procedencia, no se agota nicamenteen un n explicativo. Por el contrario, el conocimiento permite dominar el entorno, organizar, clasicar y esta-blecer un orden, sobre el que se tiene cierto poder. De este modo, como identican Cassirer (1992) y Leenhardt,(1966) las narraciones mticas tienden a realizarse en la vida practica, en el plano de la experiencia mas que enel pensamiento, estableciendo una forma particular de relacin con el mundo y las relaciones intersubjetivas.Para nuestro trabajo es importante resaltar la doble funcin del mito como explicacin signicativa del entorno

    y como orientacin practica de la accin.3 A partir de los estudios de Thuma y Travis (2007) y Gramby-Sobukwe y Hoiland (2009), es posible denominara Rey de Reyes como una mega-iglesias dado que se trata de una organizacin religiosa de grandes dimensiones,organizados hacia adentro en grupos relativamente autnomos, pero interdependientes de trabajo y en reas oministerios abocados a una tarea en particular -evangelizacin, coro, asistencia social, consejera, deportes,medios de comunicacin etc-. El Ministerio fue fundado en 1986 por el Pastor Claudio Freidzon y se encuentraubicado en la zona norte de la Capital Federal en el barrio de Belgrano. Su localizacin marca un hito impor-tante en la geografa pentecostal dado que consuma el esfuerzo histrico por acceder a los sectores de mayoresingresos, marcando el pasaje de la periferia al centro de la ciudad de Buenos Aires. Estas iglesias presentan unacompleja red de relaciones internas con su sistema de autoridad y estructuras de gobierno. Generalmente, se tratade organizaciones trasnacionales que participan de los circuitos externos de difusin y nanciamiento, pese a

    que conservan una autonoma econmica. Uno de sus rasgos distintivos de alguna de ellas consiste en el trabajosistemtico de formacin de lderes religioso, ofreciendo de forma gratuita espacios de enseanza y canales depromocin para los creyentes que intenten profesionalizarse en el Evangelio. En la Argentina existe, espe-cialmente a partir de la dcada del noventa, una consolidacin importante de las mega-iglesias dentro de loscircuitos formales e informales, en el marco de un crecimiento general del mundo evanglico.

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    4/16

    Re vi st a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010198

    omaremos los resultados parciales de la primera y segunda parte del artculo para abordarlas estrategias de la iglesia frente a la poltica. La investigacin cuenta con 34 entrevistasen profundidad a creyentes con distintos grados de inscripcin institucional, observacionesparticipantes de los cultos y actividades del templo y el anlisis de documentos (manuales,predicas y libros) de la iglesia.

    1.1 Modelo arquetpico de liderazgo: un fragmento de la vida de Jos

    Podemos comenzar sealando que el libro del Gnesis (caps. 37, 39, 40, 41) narra la vidade Jos, hijo de Jacob que a su vez era hijo de Isaac y este de Abraham, padre de la religin

    juda. Jos habitaba la tierra de Canan junto a sus padres y sus once hermanos. Jacob y suesposa lo amaban ms que al resto de sus hijos y, por eso, ellos lo envidiaban y aborrecan.Un da Jos so que sus manojos se levantaban por encima del resto y los manojos de susonce hermanos se inclinaban sobre el suyo. Los hermanos, disgustados, interpretaron que liba a seoreares sobre ellos. Das despus so que el sol, la luna y las estrellas se inclinabanante l y esto gener nuevas envidias y celos que preocupaban a su padre. Al poco tiempo,

    Jacob enva a Jos a reunirse con sus hermanos que se encontraban apacentando las ovejasen Siquem, pero al ver que se acercaba slo y desprevenido ellos conspiran en su contra;primero planean matarlo, luego se arrepienten y deciden quitarle su tnica y arrojarlo a unpozo para despus venderlo a los ismaelitas por veinte piezas de plata. El plan es exitosoy los ismaelitas lo llevan a Egipto en donde es nuevamente vendido a Potifar, ocial delfaran, capitn de la guardia. Pese a su condicin de esclavo, Potifar, no tarda en reconocerel respaldo y la bendicin de Jehov en Jos y, por eso, lo pone a cargo de la administracinde su casa. Los problemas comienzan cuando la mujer de su amo intenta seducir a Jos paraque duerma con ella, pecando contra su Dios. En uno de sus intentos l logra escapar perosus ropas quedan en manos de la mujer que lo acusa frente a Potifar de haber querido dormircon ella. El ocial del faran no duda en mandar a Jos a la crcel junto con otros presosdel rey. Pero Jehov estaba con Jos y al poco tiempo el jefe de la crcel comienza a conaren l y lo pone a cargo de todos los presos. El copero y el panadero del rey van a prisin yall tienen dos sueos que Jos interpreta correctamente y le pide a cambio al copero quecuando vuelva a servir al faran le hable bien de l. As ocurre que tiempo despus el Farantiene dos sueos: en el primero ve que del rio suben siete vacas gordas y despus siete vacasacas y que las vacas acas y de feo aspecto devoraban a las vacas gordas. En el segundosueo, ve que siete espigas llenas y hermosas crecan de una sola caa y que despus salande ella siete espigas menudas y estas devoraban a las espigas gruesas. Los magos y sabiosno saban interpretar sus sueos, pero el jefe de los coperos se acuerda de Jos y habla conel Faran. As es que lo manda a llamar y Jos interpreta el sueo diciendo que Dios le

    haba mostrado al faran lo que iba a hacer. Las vacas y las espigas son los aos. Vienensiete aos de gran abundancia en toda la tierra de Egipto y tras ellos seguirn siete aos dehambre y el hambre consumir la abundancia. Recomienda al Faran guardar en depsitosuna parte de las cosechas para abastecer y comercializar con los pueblos en tiempos dehambre. El Faran no slo obedece a Jos sino que tambin lo nombra el segundo hombrems importante de la tierra; y le dice Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hayentendido ni sabio como t. T estars sobre mi casa, y por t palabra se gobernara todomi pueblo; solamente en el trono ser yo mayor que t (Gnesis, 41: 39-40). Jos pasa a sergobernador de Egipto y poco tiempo despus, cuando los sueos del Faran se cumplen yde distintos puntos de la tierra vienen a buscar comida, sus hermanos regresan y se inclinan

    nalmente ante l.La historia continua, pero nos interesa retener estos acontecimientos que narran las di-cultades que atraviesa Jos y el modo en que va superando los obstculos hasta llegar aser la segunda persona mas importante de la tierra. En este modelo ejemplar de conducta

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    5/16

    Re vi s t a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010 199

    y delidad a Dios, se expresa la propuesta de liderazgo que ofrece el neo-pentecostalismoa sus eles. Y con esta propuesta una nueva forma de individuacin religiosa, para utilizarla expresin certera de Patrick Michel (2009: 657). A continuacin vamos a analizar loselementos que presenta el relato mtico de Jos en el que se enuncian seis principios y unmensaje para el pueblo evanglico.

    1.2 Seis principios y un mensaje

    Dios ha preparado en secreto a un grupo de hombres y mujeres queocuparan posiciones de inuencia en sus naciones. Estos sern una evidenciapalpable de Dios para sus pueblos, ciudades y naciones. Sern luz en medio

    de las tinieblas. Algunos son empresarios, otros maestros y otros simplesciudadanos. Pero todos siervos de Dios (Greco, 2002: 25).

    Es preciso recordar que el ejercicio hermenutico de extraer un signicado prctico de

    las enseanzas bblicas depende del encuentro entre un conjunto de claves de lectura que of-rece la iglesia a travs de las predicas, las clulas y los espacios de formacin y el trabajoindividual en donde el creyente se reapropia y negocia su sentido en funcin de las necesi-dades cotidianas. Dentro de la cosmologa cristiana que ensea Rey de Reyes la vida de Josaparece como un modelo ejemplar de conducta, un relato verdadero que advierte sobre laaccin de al menos seis principios espirituales que la iglesia recupera y trasmite a su comu-nidad. Podemos sintetizarlos con las siguientes frases: 1) Jehov es un Dios de promesas ypactos; 2) La delidad es la clave de la prosperidad; 3) Dios te acompaa en situaciones deadversidad; 4) La mujer puede ser fuente de tentacin; 5) El buen amo reconoce a Diosaunque no sea cristiano y 6) Los creyentes poseen un destino de liderazgo frente al mundosecular. Estos seis principios contienen a su vez un mensaje sobre el lugar del cristiano-evanglico frente a la poltica. Vamos a analizar brevemente cada uno de ellos.

    El primer principio que ofrece la historia miticada de la vida de Jos tiene que vercon las promesas de bendicin que le entrega Jehov a travs de dos sueos, en donde seanticipa el destino de grandeza que lo coloca por encima de sus hermanos y en el centrode la tierra. Jehov es un Dios de promesas en el sentido de que se anuncia en la vida delcreyente por medio de bendiciones venideras en el tiempo terrenal, es decir, la bendicin nose restringe a la salvacin del alma, sino que apunta a realizarse en un futuro ms o menoscercano, palpable. Es por eso que una de las facetas de la lectura religiosa de la Biblia quepropone la iglesia tiene que ver con la bsqueda constante de las promesas individuales quela divinidad entrega a cada persona. Dios tiene una promesa de liderazgo para cada uno de

    sus eles en algn rea de su vida. El desafo es encontrarla y mantenerse el a esa promesa.La delidad adopta, como segundo principio, la forma de un pacto entre el hombre y suDios. Jos prospera a lo largo del relato gracias a su delidad inquebrantable a Jehov. Estosupone aceptar primero la traicin de sus hermanos y despus la condicin de esclavitudcuando es vendido a los ismaelitas, resistir la tentacin de pecado que representa la mujerde Potifar, aceptar nuevamente ser puesto en prisin por una acusacin injusta y ocupar porultimo un rol de liderazgo junto al Faran. Ser el es mantenerse en la promesa de Dios sinperder la fe y ms all de las situaciones adversas; es no pecar ni abandonar las esperanzasaceptando cada situacin, pero con la voluntad rme de superar los obstculos. Los trmi-nos del pacto son sencillos: solo aquellos que perseveran en la Palabra que Dios les entrega

    para su vida, logran prosperar y salir adelante. Y su contrario: aquellos que pecan contraDios y se alejan de su camino, rompen el pacto de delidad y por eso se exponen al castigo.El pacto reclama una cierta conducta del creyente para que las promesas de prosperidad secumplan.

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    6/16

    Re vi st a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010200

    El tercer principio espiritual apunta a no desesperarse frente a los obstculos y situa-ciones adversas. En palabras del Pastor Claudio Freidzon: La historia de Jos lo que teensea en la vida es que no importa las situaciones que te puedan suceder, todo tiene un

    propsito, todo lleva a crecer, todo te lleva asi uno mantiene su corazn sano, limpio yno se llena de amargura con la vida siempre vas a salir a adelante. La vida de Jos esta

    plagada de dicultades y situaciones injustas en donde Dios se revela precisamente en losmomentos de mayor sufrimiento, atenuando las circunstancias. Sus hermanos, por ejemplo,deciden venderlo en vez de matarlo, cuando es tomado por esclavo, Potifar, lo pone a cargode su casa, en la crcel se gana la conanza del jefe y le asignan un rol de autoridad. Encada circunstancia de dolor es posible reconocer la presencia de la divinidad que acompaaal creyente. Este es el caso, por ejemplo, de un miembro de la iglesia, Damin, durante surecuperacin de las drogas: miro para atrs y me acuerdo que estaba en un pozo y no

    poda salir pero sal, y Jos en la Biblia, en el Antiguo Testamento, estaba en el pozo y siests en el pozo con Dios, se puede, con Dios se sale. En esta clave de lectura el relato deJos advierte al cristiano sobre el lugar del sufrimiento, como el dominio por excelencia enel que la divinidad se anuncia, rearmando su pacto en los momentos de prueba. Dentro dela Escuela de Lideres de Rey de Reyes, Jos es el ejemplo paradigmtico de la tercera ley,La Ley del proceso, que ensea como la formacin de un lder cristiano no es un eventocircunstancial ni automtico, sino un proceso que incluye, sin duda, atravesar momentos dedicultad.

    En el cuarto principio nos encontramos con la gura de la mujer como una fuente detentacin que representa la debilidad de la carne y la corrupcin del mundo. La posicinambigua de la mujer en la cosmologa cristiana se expresa en su capacidad de expresar lasfuentes de desequilibrio espiritual que amenazan al creyente. Recordemos que siendo es-clavo de Potifar, Jos, debe resistir las insinuaciones de la mujer de su amo que lo incitan apecar contra Jehov, rompiendo los mandamientos. En este relato mtico las posiciones de

    gnero le permite representar la seduccin del mundo que lo tienta con la posibilidad de sercomo su amo, desobedeciendo la autoridad y traicionando a su Dios. Una de las enseanzasfundamentales del comportamiento ejemplar de nuestro protagonista consiste en la impor-tancia de conservarse apartado del mundo, no importa que tan grande sean las tentaciones.

    El lugar del buen gobernante que, pese a no compartir la misma fe, reconoce la presen-cia de Jehov en los hombres, constituye el quinto principio que se puede extraer del relatobblico. Las tres guras de autoridad representadas en Potifar capitn de la guardia, elJefe de la crcel y el Faran, reaccionan de la misma forma ante la presencia de Jos. Cadauno de ellos percibe que Dios respalda sus acciones, que lo prospera incluso en la adversi -dad, y por eso deciden otorgarle funciones de liderazgo. Recordemos que Potifar lo pone a

    cargo de la administracin de su casa, el Jefe de la crcel le entrega el cuidado de los otrospresos y el Faran coloca a nuestro protagonista como el segundo hombre ms importantede Egipto. En sus distintas formas, las guras profanas de autoridad se inclinan ante el Diosque respalda al pueblo de Israel y a sus seguidores. Esta enseanza anuncia que los hijos deJehov sern reconocidos por los lderes del mundo, sin importar la religin que ostenten.

    Por ultimo, nos encontramos con el sexto principio vinculado al destino de liderazgo quele espera al creyente ante las formas de gobierno del mundo. El punto ms importante en lalectura evanglica de este pasaje del Antiguo Testamento, no es tanto la realizacin nal delas promesas de Dios; este aspecto puede encontrarse en otras narraciones bajo la forma defertilidad, conquistas o visiones que se conrman. En el caso de Jos el valor de su historiareside principalmente en el pasaje de una condicin humilde, alejada de los asuntos y prob-

    lemas mundanos, a una posicin de liderazgo, que lo coloca en el centro de las estructurasde poder de su tiempo, transformndolo en una gura de inuencia, consulta y autoridadpara los gobernantes de la tierra. Ser el segundo hombre de Egipto, este es el mensaje quealgunos sectores del neo-pentecostalismo extraen del relato bblico de Jos para responder

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    7/16

    Re vi s t a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010 201

    a la pregunta por la relacin de la iglesia con la poltica partidaria y el Estado. Bien visto, elltimo principio resignica retroactivamente los otros cinco, construyendo un horizonte deaccin para su comunidad. Podemos expresarlo de la siguiente forma. En trminos polti -cos, Dios tiene una Promesa de liderazgo para su pueblo, es decir, para la comunidad evan-glica de la Argentina. Esta promesa se expresa, a su vez, por medio de un Pacto en donde

    la delidad con el Seor implica mantenerse el a su palabra, el a su iglesia, mas all delas situaciones difciles por las que pueda pasar el creyente. Es necesario, por un lado, apar-tarse de las tentaciones del mundo, de sus valores y sus falsas promesas, mientras que, porotro lado, se prepara una nueva generacin de lideres en los circuitos de formacin bsicay superior de la iglesia. Esta nueva generacin de lderes jvenes, formados en los valorescristianos, va a ocupar estratgicamente posiciones de autoridad en distintos mbitos de lasociedad. El buen gobernante va a reconocer a Dios atrs de estos hombres y mujeres, co-locndolos en lugares de ejecucin e inuencia. La promesa de Jos se actualiza como unllamado a que las nuevas generaciones cristianas alcancen posiciones de autoridad secularesa partir de las capacidades y las trayectorias individuales de cada creyente. Como reconocenlos entrevistados:

    Y con respecto a los medios, a la poltica y a todo lo que tenga que ver conlo social, tenemos como misin prepararnos, capacitarnos y estar en todolugar donde sea posible. Jess nos dijo que somos sal. Somos como un saleroen medio de la mesa, pero si no se sala la comida no sirve para nada la sal,para que est ah? Entonces nuestra funcin es ir donde est la necesidad. Noestamos hablando de ir a la villa nada ms, no es la nica necesidad la villa,hay un montn de gente necesitada que viste bien, tiene buenos autos, que esten la poltica...por eso necesitamos entrar en todas las reas (Aurora, 30 aos,lder).

    En un contexto de produccin cultural marcado por la perdida del sentido de la historiadebido al colapso de las formas tradicionales de representacin, las narraciones mticasofrecen una posibilidad renovada para expresar las representaciones de un grupo religiososobre la sociedad, ofreciendo un conjunto de recursos prcticos, pero tambin simblicos,que le permiten al creyente enfrentar situaciones de cambio estructural. Aqu el mito his-toricado de Jos expresa de forma paradigmtica la conciencia poltica de un sector delneo-pentecostalismo en un momento historio determinado. Se trata del vuelco de algunasiglesias sobre la sociedad civil a travs de un llamado a la participacin en mbitos socialesconsiderados en otro momento como peligrosos o, por lo menos, ajeno a las funciones y

    responsabilidades de la iglesia. La orientacin practica del cristiano frente al mundo pasadel rechazo a la conquista, en donde el universo poltico se transforma en un dominio por elque vale la pena luchar. La fuerza latente tiende a concentrarse en una nueva generacin delideres jvenes, formados en los circuitos institucionales de la iglesia, que apuntan a desta-carse profesionalmente en distintas reas del mundo secular, alcanzando puestos directivosa travs de acciones individuales. El llamado a ser el segundo hombre ms importante de latierra, como fue Jos, no depende, por el momento de los canales tradicionales de la repre-sentacin poltica. En un contexto de profundo desprestigio de las instituciones pblicas yde la gura profesionalizada del poltico, la apuesta religiosa recae sobre el lder carismti-co, sobre toda una generacin de lderes que buscan proyectarse en espacios de gobierno.

    2.1Es posible confar en los partidos polticos?

    Basta revisar a grandes rasgos la literatura contempornea sobre la globalizacin parapercibir la existencia de un reconocimiento compartido en el mundo intelectual, de la cri-

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    8/16

    Re vi st a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010202

    sis profunda que atraviesan las formas tradicionales de representacin poltica. El modelode los grandes partidos, los sindicatos, los gremios y las organizaciones gubernamentales,aparece vaciado en su capacidad de construir y reelaborar sentidos movilizadores frente a lacrisis de la sociedad salarial. Es por eso que la lucha poltica, entendida en trminos amplioscomo las actividades orientadas a conservar o transformar las estructuras de poder de una

    sociedad, tiende a expresarse, por ejemplo, a travs de nuevos y variados movimientos so-ciales, se reinventa tambin en los dominios cambiantes de las ONGs o reaparece politizan-do mbitos en principio ajenos a su lgica, como es el caso de la religin. En la Argentinaesta dicultad de la sociedad para representarse a si misma, como plantea Isidoro Cheresky(2006), repercute en la conanza de los individuos con respecto a las instituciones y susrepresentantes. Por ejemplo, la encuesta sobreReligin yEstructura social en la Argentinadel siglo XXImuestra que los Partidos Polticos y los Sindicatos son las instituciones quemenos conanza despiertan en los argentinos al recibir un puntaje de tres puntos sobre diez.En contraposicin, las instituciones ms conables son en primer lugar la Iglesia Catlica ylos Medios de Comunicacin, ambos con seis puntos, y en segundo lugar las Fuerzas Arma-das con un promedio de cinco puntos. El graco a continuacin ilustra claramente la escaladecente de las instituciones en trminos de nivel de conanza:

    Datosen%

    Base: Total entrevistados (2403 casos) Fuente: Mallimaci, Fortunato

    Confianzaenlasinstituciones

    Si desagregamos el cuadro distinguiendo entre catlicos y evanglicos nos encontramos

    con que estos valores se mantienen, pero con dos diferencias importantes. La primera con-siste en una inversin lgica de la imagen del otro en el sentido de que ambas confesionesles otorgan bajo puntaje a las iglesias rivales. La segunda diferencia consiste en que si bienlos evanglicos siguen las tendencias generales se destacan por otorgar un punto ms deconanza a todas las instituciones, poniendo en evidencia el respeto por la autoridad que ca-racteriza a este grupo religioso. A su vez, la baja valoracin de la poltica se trasmite directa-mente a sus representantes, dejando a los dirigentes, los diputados y a los senadores con unpromedio de apenas tres puntos para el total de la poblacin. De esta forma, sobre el diag-nstico del declive de las formas tradicionales de representacin que se insina en la teoray se conrma en el campo, surge la pregunta por la relacin que se establece entre la polticapartidaria y el neo-pentecostalismo. Para atender a este problema nos proponemos primero,reconstruir brevemente la historia del vnculo con los partidos a travs de la experiencia delMovimiento Cristiano Independiente (MCI) para trabajar despus con las representacionesde los miembros de Rey de Reyes sobre la postura de la iglesia ante la poltica.

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    9/16

    Re vi s t a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010 203

    Si nos atenemos estrictamente a la relacin con los partidos polticos, la historia delneo-pentecostalismo comienza hace relativamente poco, en los ltimos veinticinco aos.Existe s una presencia pblica de las iglesias protestantes europeas y las iglesias evan-glicas independientes, como sealan los trabajos de Norberto Saracco (1989) e HilarioWynarczyk (2006), en las dcada de 1940 y 1950 a travs de la lucha por la libertad reli-

    giosa y despus en la defensa de las vctimas de la ltima dictadura militar (1976-1983),pero sus intervenciones no adoptan un carcter partidario. Para empezar la experiencia departicipacin se divide en dos etapas, siguiendo la reconstruccin histrica que lleva a caboWynarczyk (2006). La primera que menciona el autor, pero que no vamos a trabajar aqu,comienza a principios de los ochenta y tiene como protagonista al sector evangelical en sumayora, bautistas y hermanos libres a travs de un grupo de dirigentes que se organizancon el objeto de fomentar una mayor consciencia poltica dentro de los grupos cristianos. Lasegunda etapa se inicia en los noventa y tiene como protagonista al neo-pentecostalismo conun proyecto novedoso: construir un partido confesional. As nace el Movimiento Cristiano

    Independiente en 1991con la ambicin de transformarse en una fuerza poltica homologan-do la experiencia evanglica de Brasil y Per. Existe sin duda un cambio en la composicinde clase durante esta segunda etapa dado que la base social del partido se recuesta en lossectores populares, bajo una expectativa de rpida identicacin del voto con la pertenenciareligiosa. Esta es quizs la primera leccin que se extrae de la escasa respuesta que lograel MCI en tres oportunidades entre 1993 y 1995: a la hora de votar pesa ms la identidadperonista que la evanglica y los sectores populares, an reconocindose como cristianos,eligen los candidatos del justicialismo (Tort, Pessina y Soneira, 1993; Miguez, 1997;Wynarczyk, 2006). A su vez se suman conictos internos dentro de la organizacin delpartido entre los lderes federativos y el activismo local de los pastores en su congrega-cin (Wynarczyk, 2006: 28). En denitiva, la formula de un partido cristiano fracasa.La experiencia deja huellas que surgen en algunas de nuestras entrevistas y el aprendizaje

    para una nueva generacin de lderes, entre los que se encuentran Prein, Carnival y Freid-zon, que advierten el peligro de una proyeccin directa de la religin con sus estructuras,lenguajes y estrategias sobre la poltica. Jugar al juego de la democracia desde un partidoconfesional no implica que el movimiento evanglico pueda trasladar directamente su ca-pital simblico a la competencia por los recursos del Estado y los problemas de gobierno.La reaparicin de la identidad evanglica unos aos despus, como un valor diferencialdentro del terreno desgastado de los smbolos polticos, se da principalmente por medio deindividualidades que participan de estructuras partidarias ya existentes. Esta sustitucin delmodelo de partido confesional por el llamado de personas individuales a destacarse en elterreno poltico, expresa un cambio, como vamos a ver a continuacin, en la visin de la

    iglesia y de sus eles.2.2Una nueva estrategia

    Cuando se aborda el tema de la poltica partidaria entre los miembros de Rey de Reyes,es posible identicar en los entrevistados con ms experiencia en el Evanglico especial-mente en los hijos de matrimonios cristianos una suerte de pasaje entre dos modelos deconcepcin de la poltica vinculados a dos formas de concepcin del mundo: como amenazao como oportunidad:

    Mir, hace aos atrs no se vea bien porque el concepto erade los

    predicadores te estoy hablando de una generacin atrs, 15 o 20 aos atrs.Ellos hicieron su labor y la hicieron bien, pero el concepto generalizado era nonos metamos con el mundo, hablando del mundo secular, como que la iglesiaera una cpsula dentro del mundo y que no se tena que contaminar. Entonces,

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    10/16

    Re vi st a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010204

    cul era el consejo o la predicacin? no estudien, no vayan a las universidades,dedquense a Dios, al trabajo en la iglesia porque Cristo viene pronto a buscara su iglesia, no? Que no est mal, bblicamente nosotros creemos que Jessva a venir a buscar a su iglesia. Entonces, qu pas? Toda una generacin decristianos se recluy en las cuatro paredes de la iglesia y dej libre el campo,

    las universidades, los puesto pblicos y buenola gente buena, la gente deintegridad, la gente de principios, sali de esos lugares, se recluy en las cuatroparedes de la iglesia y qued el lugar abierto a los que tenan aspiracionespolticas pero cero de principios, cero de moral. Hoy por hoy lo que la iglesiaest haciendo es revertir esa imagen, revertir esa visin y diciendo: estudi,capactate, recibte, anda a la universidad, progres, trata de aspirar a tener unpuesto mejor, cargos mejores, porque entendemos que se necesita gente contemor de Dios y con integridad en esos lugares. Ms en los lugares donde sedenen las leyes, donde se toman las riendas del pas, donde se le da curso a laArgentina (Pablo, 32 aos, co-pastor).

    Este cambio en la visin del movimiento evanglico se encuentra prolijamente docu-mentado en la tesis de Mathew Marostica (1997) en la que se privilegia la perspectiva de loslderes religiosos. Ahora bien, es interesante sealar que este diagnstico se duplica a su vezen algunos creyentes en donde se evidencia una postura crtica de revisin y aprendizaje entorno a la experiencia partidaria de principios de los noventa.

    En ese momento se quiso hacer el MCI, el Movimiento CristianoIndependientecomo que era un partido diferente, era un partido cristiano,el partido de los cristianos, pero no se laburaba con cristianos dentro de otrospartidos. Yo me pregunto, por qu no puedo participar en el partido, no s, en

    la UCR y ser cristiano y dar mi testimonio y ser de inuencia entre los que merodean y generar un cambio en la UCR o en el PJ? Hoy est esa posibilidad,me entends? Hoy se alienta muchsimo a la juventud, ms en esta iglesia y enotras iglesias yo he percibido que se alienta mucho a la juventud a prepararse,a capacitarse, a formarse (Damin, 28 aos, miembro perifrico).

    Hoy la estrategia es otra. Ya no es el modelo del partido cristiano, sino la bsqueda devoluntades individuales dispuestas a actuar en las estructuras existentes, traspolando el ca-pital simblico de la pertenencia evanglica al juego de la poltica. La iglesia aparece comola reserva moral activa de una sociedad decadente y corrupta. De ah que la moralizacin

    de la poltica, para utilizar el trmino de Ar Oro (2003: 64), constituya un aspecto clavede la intervencin y de la ecacia simblica que alcanza el discurso evanglico. Sobre eltrasfondo de un sistema partidario corrompido, no slo en la perspectiva de los creyentessino en las representaciones generales de la mayora de la poblacin, surge la posibilidad yel fundamento para actuar en la poltica, segn la vocacin y el llamado de cada uno.

    As como yo soy mdico habr otro que tenga vocacin por seguir CienciasPolticas. Mnimamente la palabra poltica es pecado ac en la Argentina,por todos los antecedentes que tenemos, de todos los gobiernos, las malasdecisiones que se tomaron, el ndice de corrupcin que hay. Todos dicen:que los polticos se vayan todos! Pero nosotros creemos que tiene que haber

    polticos porque alguien tiene que dirigir. No es que puede ser una anarqua quenadie dirige ni nada, pero puede haber gente con valores y que tenga rmezasen sus decisiones, o seaque no se corrompa (Juan, 34 aos, lder).

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    11/16

    Re vi s t a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010 205

    Hoy por hoy la corrupcin no tiene un lugar estable. Qu lugar ocupara laiglesia? Creo que la iglesia ocupara un lugar moral y espiritual muy importantedentro de la poltica porque habra gente que tendra valores, que es lo quelleva a que una sociedad decline y se derrumbe cuando los pierde. Es precisorecuperar los valores morales, los valores familiares (Julio, 39 aos, miembro

    perifrico).Aqu se combinan dos estrategias que los estudios clsicos consideraban incompatibles.

    Por un lado, la iglesia aparece en tanto generadora de las grandes directrices y normasde accin poltica, como insista Lalive dEpinay (1968: 144) para sealar la actitud enprincipio distante y conservadora del protestantismo chileno. Es la iglesia por fuera de lospartidos, pero cercana a las cuestiones de Estado, como ocurre con la Iglesia Catlica en laArgentina y su capacidad de intervenir en las polticas de salud o actuar de intermediariaen contextos de crisis. Por otro lado, se abre la posibilidad a que los miembros de Rey deReyes se vuelquen a la vida poltica, a la militancia partidaria, a los problemas pblicos,ofreciendo un modelo de liderazgo que, ms all de la ideologa especca de cada agrupa-cin, insiste en la idea de gente con valores, como reconocen casi todos los entrevistados.Estableciendo un paralelo con los estudios brasileros sobre las campaas evanglicas, es lagura interesante del buen poltico que analiza Gabriela Scotto (1996). Existe, a su vez,una tercera estrategia que no es la de la iglesia como consejera del gobierno, ni la de lossujetos realizando apuestas individuales en la estructura partidaria. Se trata de una accin decarcter ms invisible y cotidiano, ms cerca de la subpoltica tal como la entiende UlrichBeck (1998) que de una forma tradicional de participacin, dado que su campo de emergen-cia no son los canales institucionalizados, sino justamente la autoorganizacin de lo polticopor fuera de las instituciones tradicionales, en los mrgenes de los dominios del Estado yel sistema democrtico. Para la iglesia tiene que ver con el trabajo constante de evangeli-

    zacin, con la construccin de espacios colectivos, de redes internas, con el desarrollo deactividades comunes. Aqu cabe destacar a la Fundacin social como un ministerio clave enla iglesia. Como observa Campos Machado (2006: 117) al estudiar el uso de las prcticasasistencialistas en los candidatos de la IURD durante las elecciones del 2002 en Rio deJaneiro o tambin Daniel Miguez (1997: 87-91) al analizar la relacin entre clientelismopoltico y religin en Villa Eulalia, el trabajo social ofrece, en todos los casos y ms allde sus diferencias, enormes posibilidades de proyeccin poltica. Si bien en Rey de Reyesno hay una aplicacin partidaria de la asistencia social, las redes construidas acumulan unenorme potencial de politizacin. Veamos a continuacin dos citas que vale la pena recu -perar en toda su extensin para ilustrar la lgica de una subpoltica latente que atraviesa la

    vida religiosa.La sumatoria de pequeos hechos llevados al marco de lo social genera unaevolucin porque las personas cambian. Vos cambia a un individuo, cambiala familia, cambia su grupo, cambia su entorno, cambia su ciudad, cambiasu provincia, cambia su nacinentonces hay una situacin de evolucin,no es revolucin sino evolucin porque cambian los corazones, cambian lasmiradas. Entonces, las personas que estn marginadas que no pueden encontrarun trabajo y que de pronto pueden encontrarlo a partir de un agrupamiento, esoya es una evolucin, es una salida creativa a la crisis y es una respuesta polticaen el ms amplio sentido de los trminos que es el intercambiono es que

    yo estoy buscando un puesto, no quiero ningn puesto.La poltica tradicionaltiene que ver con esto el toma y daca y nosotros tenemos que evolucionar,tenemos que mirar con otros ojos la vida. La vida no es qu tens? qute puedo sacar? La vida es qu podemos hacer vos y yo para ser mejores?

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    12/16

    Re vi st a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010206

    Porque si vos y yo estamos viviendo en un mismo lugar podemos multiplicaren lugar de dividir (Ricardo, 47 aos, lder).

    Yo creo que todo es poltica, absolutamente todo es poltica. Unirse,compartir con amigos algo que le sea grato, es una forma de hacer poltica

    si vas a la etimologa de la palabra poltica, polis es lo de muchos, si? Unencuentro as evangelstico, quirase o no, es una forma de hacer poltica; noentendamos poltica partidaria, no es ir a levantar votos. Estamos hablandode poder repartir, compartir, disentir, dialogar, analizar, reexionartodo esoes poltica cuando se hace en conjunto.Lo que pasa es que, es medio difcilllevar adelante un partido poltico cristiano con las presiones circundantes dela poltica partidaria de los grandes elefantes blancos o dinosaurios polticos escomo que de repente no es la forma de evangelizar o llegar con una propuestamediante una actividad poltica partidaria. Yo supongo que no hay partidospolticos cristianos porque la mejor forma de evangelizar es a travs del trabajodel hermano que se congrega, que va a la iglesia o que sale a evangelizar porlas calles con una Biblia en su mano, me parece que es mucho mejor ese trabajoque decir: Nosotros somos un partido poltico cristiano y vamos a rescatar losvalores de las Escrituras! es decir, no darle el tinte partidario vtenos, vtenos!No el tema no es as, uno tiene que escuchar a la gente, conocer las necesidadesde la gente. Es un trabajo de hermanos, de lderes, de pastores porque el pastorde una congregacin conoce a su genteconoce el problema de todos. Y cadano de los que se congregan, conoce el entorno de todos y cada uno de los quese congreganentonces es distinto el trabajo en la iglesia a que el trabajo deuna unidad bsica (Walter, 43 aos, lder).

    Es interesante resaltar que nos encontramos nuevamente con una recombinacin de vie-jos y nuevos principios propios de la tica social del pentecostalismo. El primero de ellos,que hace de la transformacin del individuo el instrumento de la transformacin de la so -ciedad, aparece tematizado por dEpinay y Willems hacia nes de la dcada de 1960, comouno de los rasgos centrales de su orientacin religiosa frente al mundo. Este principio serepite casi cincuenta aos despus en el discurso y las representaciones que reproduce, enesta oportunidad, el llamado neo-pentecostalismo. El segundo consiste en una suerte depolitizacin implcita de las prcticas evanglicas que contribuyen a que los creyentes seautoorganicen, formando espacios propios de participacin en donde es posible repartir,compartir, disentir, dialogar, analizar, reexionar como subraya Walter en la ltima cita.

    La dimensin poltica se encuentra relacionada con dos cuestiones: 1) la posibilidad deconstruir espacios colectivos, mbitos de encuentros para estar con otros ypara otros y 2)la conexin de lderes y responsables de la iglesia con los problemas cotidianos de la gente,con el da a da de sus necesidades, a travs de un conocimiento personalizado del grupo.

    Consideraciones fnales

    Hasta ahora, pudimos ver que el potencial poltico del movimiento evanglico, que enca-bezan actualmente los grupos neo-pentecostales, reside no en el centro, sino en los mrge-nes de las instituciones democrticas. Dicho de otro modo, su mayor fuerza no descansa hoypor hoy en la insercin partidaria o en la conformacin de un bloque de diputados como es

    el caso de la Iglesia Universal del Reino de Dios en Brasil sino ms bien en su habilidadpara construir espacios de socializacin en los que circulan discursos sobre la necesidaddel cambio social y el protagonismo de los cristianos en el proceso. En esta tarea, el An-tiguo y Nuevo Testamento, cumple un rol clave al ofrecer mltiples ejemplos que facilitan

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    13/16

    Re vi s t a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010 207

    la identicacin de la persona con las acciones arquetpicas de profetas, sacerdotes, reyes,apstoles y el mismo Jess, todos ellos devenidos en mitos historicados.

    Ahora bien, sobre el trasfondo de los distintos relatos emerge la historia bblica de Jos ala hora de caracterizar la relacin de los creyentes con el mundo secular. La idea rectora delliderazgo, que circula con fuerza en Rey de Reyes, pero tambin en los circuitos formales

    del neo-pentecostalismo, consiste en el llamado a ser el segundo hombre ms importantede Egipto, es decir, proyectar a los lderes en las estructuras de poder de la sociedad, en elgobierno, en la cultura, los medios de comunicacin, en la poltica, en la esfera empresarial,en la educacin, en la asistencia social, en el sistema de salud etc. Se trata, por el momento,de la produccin discursiva de un llamado a ocupar posiciones de autoridad que podrconcretarse o no en el futuro mediante el despliegue de estrategias puntuales.

    Llegado a este punto podemos retomar la pregunta inicial del ltimo apartado: Es posi-ble para los evanglicos conar en los partidos polticos? Las entrevistas en Rey de Reyesnos permiten responder armativamente a este interrogante, slo a condicin de ampliar elalcance y las estrategias de las prcticas religiosas. Para empezar, la experiencia negativadel Movimiento Cristiano Independiente, o sea, del modelo de partido confesional a princi-pios de los noventa, gener un fuerte impacto y un aprendizaje en los dirigentes: el riesgode reconvertir a la religin en un partido consiste en perder el terreno en que los evanglicosson fuertes, esto es, en la relacin del hombre con lo sagrado, para hablar el lenguaje prag-mtico de la poltica que expone a los pastores al desencanto y las urgencias de los cicloselectorales. El modelo actual sera otro, ms acorde a una orientacin que podemos deno-minar con el trmino de adecuacin activa (Algranti, 2009: 234-240), para hacer referenciaa un modo de relacin frente al mundo que intenta seguir las reglas sociales, transformandolos espacios de interaccin desde adentro. La propuesta apunta a participar de las estructu-ras partidarias tal y como existen segn la inclinacin ideolgica de cada uno. No se tratade encolumnar a la iglesia con un partido tarea compleja y ambiciosa sino de hacer de

    la necesidad virtud capitalizando la diversidad intrnseca del movimiento evanglico enfuncin de la proyeccin individual de sus miembros dentro de la poltica e, incluso, msall de ella dentro de las estructuras de poder de la sociedad, esto es, el mundo empresarial,universitario, profesional y cultural entre otros. Por eso el sujeto de este cambio va a ser elLder. Esto no quiere decir que en una coyuntura determinada el pueblo evanglico nopueda apoyar masivamente a un candidato en un partido especco, sino que la formula deexpansin parece inclinarse hacia las apuestas mltiples. Es as como, segn los estudioscontemporneos (Freston, 2001; Oro, 2003; Machado y Mariz, 2006), trabaja por ejemplola Iglesia Universal del Reino de Dios, salvando la distancia entre la experiencia brasileray la argentina.

    En el caso de Rey de Reyes surgen de las entrevistas dos estrategias ms, complemen-tarias con la anterior, pero que se manejan ambas en el plano de la subpoltica, es decir,por fuera de los canales institucionales. La primera, como vimos, consiste en la necesidadde una presencia pblica de la voz de la iglesia evanglica bajo el rtulo de institucincalicada para orientar las polticas de Estado, por lo menos, en lo que respecta a la salud,la educacin, la sexualidad y por supuesto, la religin. Esta es la aspiracin implcita aocupar el lugar de la iglesia catlica en la sociedad, por encima del juego democrtico ylos gobiernos de turno como una forma de subpoltica desde arriba. La segunda consisteen su opuesto, esto es, en el esfuerzo por construir redes subterrneas de autoorganizacinpor medio de reuniones, actividades, mbitos de interaccin y sociabilidad, que trabajanhacia adentro y hacia afuera de la grey, para llevar el ejercicio de sus inuencias hacia el

    espacio pblico, como subraya Garca-Ruiz (2006: 181). Se trata de una subpoltica desdeabajo porque funciona a nivel de las prcticas cotidianas de los creyentes. Cada una delas estrategias mencionadas, es decir, la incursin individual en los partidos existentes, lapresencia pblica de la postura evanglica frente a la cuestiones de Estado y la construccin

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    14/16

    Re vi st a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010208

    de redes de sociabilidad, posee una lgica y una ecacia propia cuya correspondencia no esautomtica, ni necesaria, ni esperable. A su vez, el hecho de que en la gura del lder cris-tiano, recaiga hoy buena parte de la responsabilidad de hacer del movimiento religioso unsujeto poltico de mayor escala, nada nos dice en principio de la inclinacin ideolgica queste pueda adoptar; ya sea que contribuya a conservar el orden sacralizando las estructuras

    de desigualdad, ya sea, que promueva nuevos sentidos polticos en los que los dominadospuedan encontrar formas alternativas de expresin y demanda o en el caso siempre mscomplejo, pero tambin ms cercano a la realidad, de que ambas orientaciones se combineny redenan constantemente en funcin de los intereses del grupo que logre hegemonizar elsignicante Evanglico en una coyuntura histrica determinada.

    Bibliografa

    ALGRANTI, Joaqun2009 Neo-pentecostalismo y protesta social: estudio de la comunidad evanglica de

    Rey de Reyes. Tesis de doctorado, Universidad de Buenos Aires y cole des Hau-

    tes tudes en Sciences Sociales.BECK, Ulrich1986 La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona: Paids.BOURDIEU, Pierre1971 Gnesis y estructura del campo religioso, enRelaciones, 108, XXVII: 29-83.CAMPO MACHADO, Mara das Dore2006 Poltica e Religiao. Rio de Janeiro: FGV Editora.CAMPO MACHADO, Mara das Dores C.; MARIZ Cecilia2006 Religiao, mulheres e poltica institucional: evanglicas e catlicas na disputa

    pelo poder legislativo no Rio de Janeiro, enXI Asociacin Latinoamericana parael Estudio de las Religiones. Sao Paulo.

    CASSIRER, Ernest1945 Antropologa Filosca. Mxico, Buenos Aires: FCE.CHERESKI, Isidoro2006 La poltica despus de los partidos. Buenos Aires: Prometeo.CORDEU, Edgardo Jorge; SIFFREDI, Alejandra1971 De la algarroba al algodn. Movimientos Mesinicos de los Guaycur. Buenos

    Aires: Juarez.CORTEN, Andr ; MARSHALL-FRATTANI, Ruth2001 Between Babel and Pentecost, Transnactional Pentecostalism in Africa and Latin

    America. Bloomington: Indiana Universiy Press.

    DEPINAY, Lalive Christian1968 El refugio de las masas. Santiago de Chile: Del Pacco.ELIADE, Mircea1963 Mito y Realidad, Buenos Aires: Labor.FRESTON, Paul2001 Evangelicals and politics in Asia, Africa and America. United Kingdom:Cam-

    bridge University Press.GARCA-RUIZ, Jess2006 Personne, monde, pouvoir. Pentectisme et no-pentecotisme au Guatemala, en

    Socioanthropologie, 17-18: 151-186.

    GRAMBY-SOBUKWE, Sharon; HOILAND, Tim2009 The Rise of Mega-Church Efforts in International Development: A Brief Analy-sis, en Transformation, 26, 2: 104-117.

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    15/16

    Re vi s t a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010 209

    GRECO, David.2002 Dios Sana a mi nacin!. Dios quiere usarte para sanar tu nacin. Miami: Vida.HILL, Jonathan1988 Rethinkingm History and Myth. Chicago y Urbana: University of Illinois Press.JAMESON, Fredric

    2009 Valences of the dialectic. Nueva York: Verso.IDOYAGA-MOLINA, Anatilde1996 Entre el mito y la historia. La miticacin de un lder mesinico Pilag, en

    Scripta Ethnologica, XVIII: 167-183.1998 La interpretacin nativa de la historia. Anlisis de dos relatos mticos de contac-

    to, enMitolgicas, XIII: 7-18.LEENHARDT, Maurice1947 Do kamo. Buenos Aires: EUDEBA.MAROSTICA, Mathew1997 Pentecostals and politics: The creation of the evangelical Christian Movement in

    Argentina, 1983-1993. Tesis de doctorado, Berkeley University.MARTIN, David2002 Pentecostalism: The world Their Parish. Massachusetts: Blackwell.MIGUEZ, Daniel1998 Poltica y magia en un suburbio de Buenos Aires: estrategias indirectas de expre-

    sin de demandas en un contexto de clientelismo poltico, en Sociedad y ReliginAntropologa e Historia de la Religin en el Cono Sur, 16-17: 75-94.

    MILLER, Elmer S.1979 Los tobas argentinos. Armona y disonancia en una sociedad. Mxico: Siglo

    XXI.MICHEL, Patrick

    2009 La religin, un objeto sociolgico pertinente?, en Estudios Sociolgicos,XXVII, 2: 655-669.ORO, Ar Pedro2003 Poltica da igreja universal e seus reexos nos campos religioso e poltico brasi-

    leiros, enRevista Brasileira de Ciencias Sociais, 18, 53: 53-69.ROBBINS, Joel2003 On the paradoxes of global Pentecostalism and the perils of continuity thinking.

    Disponible en http://www.elsevier.com/locate/religion.SARACCO, Noberto1989 Argentine Pentecostalism: Its History and Theology . Tesis doctoral, University of

    Birmingham.SCOTTO, Gabriela1996 Campanha de rua, candidatos e biograas nas eleicoes municipais no Rio de

    Janeiro, en Palmeiras, M.; Goldman, M. (Orgs.).Antropologia, voto e represen-tacao politica: 165-182. Rio de Janeiro: Contra Cappa Livraria.

    SEMN, Pablo2000 AFragmentacao do cosmos: um estudo sobre as sensibilidades de is pente-

    costais e catlicos de um barrio da Grande Buenos Aires. Tesis doctoral, PortoAlegra, Janeiro.

    SONEIRA, Abelardo Jorge; TORT, Isabel; PESSINA, Leonor1993 El Ministerio Ondas de Amor y Paz del Pastor Hctor Anbal Gimnez, enNue-

    vos Movimientos Religiosos y Ciencias Sociales: 49-80. Buenos Aires: CentroEditor de Amrica Latina.

  • 8/3/2019 Mito y Liderazgo Evangelico - Neopentecostalismo

    16/16

    Re vi st a d e An t r o po l o g a Ex per im en t a l , 10. Text o 11. 2010210

    THUMMA, Scott.; DAVE, Travis2007 Beyond Megachurch Myths: What We Can Learn from Americas Largest Chur-

    ches. West Sussex: Jossey-Bass.TURNER, Terence1988 Ethno-Ehtnohistory: Myth and History in Native South American representa-

    tions of contact, en Hill, J. (Edit.). Rethinkingm History and Myth. Chicago yUrbana: University of Illinois Press.WRIGHT, Pablo2002 L Evangelio: pentecotisme indigene dans le Chaco Argentin, en Social Com-

    pass, 49, 1: 43-66.WYNARCZYK, Hilario2006 Partidos polticos evanglicos conservadores bblicos en la Argentina. formacin

    y ocaso 1991-2001, en Civitas. Revista de Ciencias Sociais, 6, 2: 12-41.IEK, Slavoj1993 Multiculturalismo o lgica cultural del capitalismo multinacional, en Jameson,

    F.; iek, S. (Edits).Estudios Culturales. Reexiones sobre el multiculturalismo:137-188. Buenos Aires: Paids.

    ba