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1 Monografía Formación en Neurosicoeducación Alumna: Mónica Susana Hanna www.asociacioneducar.com Mail: [email protected] Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar El propósito de este trabajo es el de contribuir a través de la Neurosicoeducación con el desarrollo integral del golfista, pudiendo encontrar en esta disciplina respuestas a interrogantes que el jugador se plantea con frecuencia a la hora de rendir su máximo potencial en el campo de juego. A la hora de jugar golf es tan importante la técnica aprendida y la experiencia adquirida, como el haberse neurosicoeducado para desarrollar una dinámica de pensamiento favorable, un buen manejo de las emociones y una propicia administración de su energía. Esto resulta vital para lograr autometacognición y tolerar las presiones y frustraciones que se pueden presentar en la cancha. El campo de juego es un medio propicio para que el golfista pueda cultivar comportamientos y desarrollar aptitudes que luego pueda utilizar por propiedad transitiva en su vida diaria. “¿Cómo me libero de mi inseguridad y mis miedos?” “¿Cómo mejoro mi putt?, ¡se transformó en mi debilidad!” “¿Cómo logro una buena concentración?” “¿Cómo reflejo en el campo de juego tantas horas de práctica, donde todo me sale bien?” “¿Cómo supero el hoyo donde siempre fallo?”

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Monografía Formación en Neurosicoeducación

Alumna: Mónica Susana Hanna

www.asociacioneducar.com

Mail: [email protected]

Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar

El propósito de este trabajo es el de contribuir a través de la

Neurosicoeducación con el desarrollo integral del golfista, pudiendo encontrar en

esta disciplina respuestas a interrogantes que el jugador se plantea con

frecuencia a la hora de rendir su máximo potencial en el campo de juego.

A la hora de jugar golf es tan importante la técnica aprendida y la

experiencia adquirida, como el haberse neurosicoeducado para desarrollar una

dinámica de pensamiento favorable, un buen manejo de las emociones y una

propicia administración de su energía. Esto resulta vital para lograr

autometacognición y tolerar las presiones y frustraciones que se pueden presentar

en la cancha.

El campo de juego es un medio propicio para que el golfista pueda cultivar comportamientos y desarrollar aptitudes que luego pueda utilizar por propiedad transitiva en su vida diaria.

“¿Cómo me libero de mi inseguridad

y mis miedos?”

“¿Cómo mejoro mi putt?, ¡se

transformó en mi debilidad!”

“¿Cómo logro una buena

concentración?”

“¿Cómo reflejo en el campo de juego

tantas horas de práctica, donde todo

me sale bien?”

“¿Cómo supero el hoyo donde siempre fallo?”

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“¡Que buen co-competidor!”

La esencia de este juego podríamos decir es la cortesía, la amabilidad.

Todo jugador de golf que se precie de tal, conoce y respeta lo que se dio a llamar

“la etiqueta del golf”, esto requiere que el jugador muestre consideración por los

otros golfistas, que sea cortés y demuestre espíritu deportivo. Es un juego de

honor, basado en el respeto por los compañeros, esto último es parte fundamental

del juego, de hecho lo que separa al golf de cualquier otra disciplina deportiva es

que por lo general el golfista es su propio oficial de reglas, su propio juez.

Practicar bien este deporte, favorece los valores de Trascendencia por

sobre los de Supervivencia, y se activa exponencialmente el cerebro social, es tan

importante para un golfista jugar bien, siendo a cada paso consciente de sus

elecciones en el campo de juego, (ejemplo elegir cuál de los hierros o maderas

utilizar en cada tipo de desafío que se presenta, haciendo así un buen uso de su

corteza prefrontal), como estar atento a lo que el resto de los integrantes puede

estar necesitando (por ejemplo colaborar con su compañero para encontrar la

pelota perdida, siendo empático, utilizando de esta manera la Corteza Cingular

Anterior y la Ínsula).

Son varios los factores que pueden actuar como disparadores de tensiones,

que pueden conducir al golfista a comportarse como un humonobo, como ser una

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discusión por el conteo de los golpes al final de un hoyo, no contar con ayuda para

buscar la pelota perdida, el malhumor de un compañero… Por todo ello, es

importante haber practicado de ante mano diferentes técnicas de respiración

profunda hasta encontrar aquella que nos resulta más cómodo, para que al hora

de tener que utilizarlas, éstas fluyan naturalmente. Hablamos de practicarlas de

antemano y de ser posible en reiteradas ocasiones porque nuestro cerebro

aprende por repetición, es necesario este nivel de práctica para no sucumbir en

los partidos cuando aparecen las tensiones propias del juego.

Al igual que un músico afina bien su instrumento para interpretar una pieza

musical, o como cuando cualquiera de nosotros sintoniza con precisión el dial de

una radio cuando quiere contactar una determinada emisora, de la misma manera

deberíamos ocuparnos de mantener nuestra UCCM MA bien afinada y equilibrada

para beneficiarnos así con los frutos de su accionar.

Los investigadores han puesto de manifiesto la existencia de cuatro clases de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro:

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neurológica, mediante la transmisión de impulsos nerviosos

bioquímica, mediante hormonas y neurotransmisores

biofísica, mediante ondas de presión

energética, mediante interacciones electromagnéticas

Lo expuesto no son datos menores, por el contrario es de vital importancia tener en cuenta las conexiones internas y externas que establecemos en todo momento, y como consecuencia saber cuánto somos capaces de transmitir y recibir y con qué intensidad.

“¡Bendito Swing…!”

Una sugerencia válida es tener la precaución cuando llegamos a la cancha de golf y nos encontramos con amigos o conocidos, darles un saludo cordial, amable y afectuoso, en ese momento lo que damos se puede interpretar simplemente como un salario emocional, si bien no es algo tangible, es una entrega que en el plano emocional es sinónimo de retribución y de recompensa, de esta manera el jugador de golf no solo logra crear una empatía con su co-competidor sino que a su vez va a estar totalmente motivado, y si bien esto puede parecer algo insignificante predispone a cocrear un buen día para la práctica de golf.

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Por la vía neurológica nuestras emociones influyen en nuestros

pensamientos, en nuestra manera de pensar y ver las cosas, en nuestra

percepción de la realidad y en nuestras reacciones. Cierto dominio emocional que

vemos en ciertas personas excepcionales procede del control que ejercen sus

lóbulos prefrontales neurosicoeducados, no solo por poseer una buena calidad de

información sino por haber aprendido ante reiteradas situaciones a guardar la

calma y con autometacognición encontrar salidas 2 verdaderas.

El Golf es un deporte muy completo, que exige mucho de nosotros, no sólo

desde el aspecto físico sino también desde la coherencia UCCM MA que hayamos

podido lograr.

En este punto es interesante comparar la práctica de golf con la vida

misma, y nos sorprenderá encontrar tantas similitudes, de hecho una buena

práctica de golf no sólo produce un desarrollo profesional sino personal, lo que en

definitiva nos favorece en nuestro diario vivir para ser mejores personas. Así como

consideramos al palo una extensión de nuestros brazos, bien podemos considerar

a nuestro cuerpo como una extensión de nuestra psiquis y nuestras emociones.

En relación a la comunicación bioquímica del corazón al cerebro, se demostró que el corazón es el que produce la hormona ANF, que asegura el equilibrio general o “homeostasis” y uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés, en especial el cortisol. Además el corazón segrega su propia adrenalina cuando la necesita. También produce la oxitocina, llamada la

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hormona del amor y la libera en grandes cantidades cuando nos encontramos en un estado afectuoso.

“Mi juego perfecto…”

Con respecto a la comunicación biofísica, se ha observado una relación

directa entre la presión sanguínea, la respiración y ciertos ritmos del sistema

nervioso autónomo. Sobre esto fundamentamos la importancia de realizar la

respiración consciente, que detallo a continuación, dado que es una herramienta

fundamental al momento de pretender equilibrar las emociones y aquietar los

pensamientos.

RESPIRACIÓN CONSCIENTE

La respiración nos proporciona oxigeno indispensable para la vida, además que nos libera el bióxido de carbono perjudicial para el organismo, con la respiración nos llenamos de energía, es sorprendente el efecto positivo que produce el hábito de respirar en forma profunda , el oxígeno es un vigorizador para que el cerebro y el cuerpo realice adecuadamente sus funciones , también lo es para el estado de ánimo, nos ayuda a mantenernos con un actitud positiva y de buen humor , ya que con una buena respiración podemos desvanecer el enojo en momentos de crisis.

INHALE lenta y profundamente, atrayendo por ejemplo, vitalidad, plenitud, bienestar…, EXHALE, lenta y profundamente, liberando, simplemente relajándose, con cada inhalación, está llenando todo su ser, si es posible mentalmente lleve el

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aire que inhala al corazón, (centro magnético que atrae alegría, placer, disfrute…) y al exhalar sienta una expansión liberadora, convirtiéndose en una esfera de energía, solo piense en LA RESPIRACION, sin ninguna otra intención que la de sentir bienestar. Esto lo va a ayudar a mejorar su campo de concentración. Con este ejercicio se establece la prioridad de poner primero al YO, al ser, lo ubica antes de la experiencia que se va a transitar. En definitiva es sintiéndose pleno, vital, alegre como uno va a lograr un excelente rendimiento, y no al revés. Cuando nos encontramos en un estado de ánimo que no nos favorece, lo aceptamos sabiendo que no lo podemos controlar, y menos productivo aún es reprimirlo, pero inmediatamente recurrimos a la respiración consciente, para regresar nuestra atención a nuestro presente, al aquí y ahora. Al intentar aflojar las tensiones corporales por medio de la respiración, estaremos aflojando nuestra disposición, dado que todo está conectado entre sí, las emociones impactan en el físico y viceversa, por ende lo recomendable es respirar profundamente, sintiendo latir nuestro corazón. Podemos estirar nuestros brazos para realizar una buena elongación, atraer nuestra atención hacia algún pensamiento relacionado con el golf que nos produzca disfrute, por ejemplo lo feliz que nos hace el simple hecho de jugar golf y tener la posibilidad de competir.

“Estoy bloqueado por una mala jugada…”

Existe una diferencia entre estados de ánimo y emociones puesto que al

hablar de emociones nos referirnos al cambio en nuestro espacio de posibilidades

a raíz de determinados acontecimientos, es por eso que al hablar de emociones

podemos señalar las circunstancias que las generan. Es común escuchar de

algunos golfistas comentar que ni bien llegan a la cancha de golf sienten alegría y

placer, algunos llegan a decir que es como entrar a otro mundo. En este caso la

emoción que despierta la asociación realizada con la ayuda del hipocampo, que la

persona hace de su vida con respecto al golf es de naturaleza positiva y la dispone

a una experiencia enriquecedora.

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Pero puede pasar que jugando muy bien en casi la totalidad de los hoyos, en uno de ellos algo sale mal, entonces deviene la pregunta del millón, ¿Por qué? ¿Qué paso? ¿Justo ahora que venía tan bien? ...

Comenzando así un dialogo interno que merece toda nuestra atención consciente para propiciar un buen uso de los lóbulos prefrontales y así lograr salidas del tipo 2 verdaderas

Es bastante probable que al comenzar ese hoyo donde aparece súbitamente el error, haya traído la tarjeta de juego a la mente, desencadenando como consecuencia el compromiso interno, con la carga que conlleva de hacer en

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cada hoyo faltante el mejor juego, o bien se dispersó la atención hacia otro asunto, o sin percibirlo siquiera se puede estar sintiendo afectado por la energía del entorno más inmediato.

Es en este momento donde la maestría en el manejo de las emociones y los pensamientos se pone en juego y tenemos dos posibilidades, o tomamos el camino corto con sus salidas 1 y 2 falsas y nos dejamos sucumbir al magnetismo que provocan los pensamientos y las emociones auto limitantes, eligiendo salidas 2 falsas para justificar comportamientos, (el golfista puede intentar justificar un mal tiro con el factor climático, con la mala selección del palo o con el haber sido distraído por algún ruido molesto al momento del impacto) o retomamos nuestra atención plena al juego de ese momento, y buscamos en nuestros lóbulos prefrontales una salida 2 verdadera, sabiendo que cada golpe es un nuevo golpe, cada hoyo es un nuevo desafío, y cuando tenemos que atravesar por la experiencia de estar jugando fantástico hasta un determinado hoyo donde todo se derrumba, también tenemos la posibilidad de demostrar la capacidad adquirida y el poder de enfoque que supimos desarrollar y que en ese momento es preciso aflorar, dejando atrás las jugadas previas y trayendo al momento toda nuestra atención, disponiéndonos nuevamente a hacer la mejor jugada en ese espacio-tiempo particular.

Lo que empezó como una emoción ligada a un determinado

acontecimiento, puede a menudo convertirse en un estado de ánimo si permanece con la persona el tiempo suficiente y se traslada al trasfondo desde el cual ella

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actúa. Si el golfista puede sostener la alegría y entusiasmo que sentía al comenzar el juego por un tiempo determinado, esto va a formar parte del trasfondo desde el cual el jugador termina dirigiendo su accionar.

La rabia, el entusiasmo, la culpa, más que referirse a lo que sentimos, aluden a espacios de posibilidades en el que nos encontramos en nuestro desenvolvimiento en la vida. La emoción pertenece al observador de la situación. Jugar en una cancha estándar es más o menos difícil que una cancha par 3 dependiendo del observador que establece una distinción entre estándar y par 3, y es el observador quien termina asociando a esta distinción un espacio de posibilidades diferentes. Cuando limitamos nuestra percepción y nos manejamos con conceptos limitantes, estamos achicando considerablemente nuestro campo de acción. De aquí luego pueden devenir emociones tales como tristeza, desesperación, inseguridad…

“Tendría que superar el fastidio que me produce su lentitud en el juego”

Las conversaciones son la combinación de dos factores básicos: lenguaje y emociones. El lenguaje y los estados de ánimo están relacionados entre sí. Seguramente muchos ya han podido advertir como puede cambiar nuestra emocionalidad cuando alguien experto en esta disciplina nos elogia o por el contrario nos hace una dura crítica. De aquí surge la posibilidad de intervenir en nuestros propios estados de ánimo. Nuestras conversaciones, incluidas las que mantenemos con nosotros mismos, pueden ser una herramienta fundamental para cambiar los estados de ánimo propio y los de otras personas y al hacerlo abren nuevos dominios de acción.

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“¡Estoy cansado!, ya es el tercer profesor de golf que pruebo y no logro mejorar mi juego…!”

Deberíamos cuidarnos de las historias que nos hemos fabricado ya que tendemos a dar infinitas razones para justificarlas. Para ello basta recordar al módulo del intérprete de nuestro hemisferio izquierdo, cuyo trabajo es lograr que permanezcamos en un estado de coherencia, aunque lo que nos estemos contando diste mucho de lo que en verdad ha ocurrido. Cabe recordar que el propósito de nuestro cerebro no es buscar la verdad sino nuestra supervivencia, por lo tanto si nos sentimos psicológicamente perturbados, es probable que nos contemos una historia que nos cierre para no quebrarnos.

Podríamos buscar los juicios que corresponden al estado de ánimo que estoy sintiendo (¿cómo estoy jugando?, ¿qué juicios tengo acerca de mí mismo? ¿Cuánto me importa el resultado final?). También podríamos descubrir si su fundamento es suficiente o no. Si no lo fuere, estaríamos mejor posicionados para cambiarlo. Si caemos en los mismos estados de ánimo recurrentemente, podemos realizar acciones para anticipar los momentos en que aparecen, para construir cursos de acción y comprometernos a seguirlos.

Siempre vamos a estar en uno u otro estado de ánimo, el propósito de la información compartida es abrir la posibilidad de intervención, para actuar con responsabilidad con respecto a los estados propios y los ajenos. Por el nexo con nuestro cuerpo, si cambiamos nuestras posturas corporales, o practicamos un ejercicio, ciertos estados de ánimo deberían desaparecer.

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"Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906

“Ya tenía el presentimiento que la pelota iba a terminar en el lago.” …”

Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando, ya sea esto producto “del miedo o la confianza”. Hay que entrenar nuestra mente. Podemos atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

La zona pre frontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional.

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Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están

alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado.

Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos jugar, por ejemplo sin tristeza, sin presión, con alegría, entonces aparece otra línea de pensamiento más productiva. Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, las que a su vez cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. La gente actúa desde su propio mapa, no desde el territorio. Mapas diferentes de un mismo territorio producen diferentes estados y conductas. Las palabras que usamos no son el territorio, ni los eventos que ellas representan.

El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos en su salud, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban las enfermedades. Incluso se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entretenido en un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Así pues pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales.

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“No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos”.

Entrenar la mente tiene un valor inimaginable. Consideramos que la

creatividad y la espontaneidad son atributos importantes, pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente. Reaccionamos según los automatismos que hemos ido incorporando.

El mayor potencial es la conciencia. Por ello entendemos que es vital desarrollar nuestra consciencia, es decir incrementar nuestra capacidad de darnos cuenta de lo que acontece, desde muchos aspectos no sólo desde lo físico, sino desde lo emocional, lo mental y lo energético.

Por lo dicho es importante “ver lo que hay y aceptarlo”. Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar aquello que no nos gusta, dado que lo que se resiste, persiste.

“La aceptación es el núcleo de la transformación”.

Bibliografía: Asociación Educar: “Formación en Neurosicoeducación.” Asociación Educar: “Neurociencia para el Cambio.” Dr. Carlos Logatt Grabner – Nse. Marita Castro Asociación Educar: “Revista on-line de Neurociencias”. Prof. Nse Carlos Teisaire Asociación Educar: Congresos de Neurosicoeducación. Asociación Educar: www.asociacioneducar.com REFLEXIONES SOBRE LA FORMACION EN NEUROSICOEDUCACION

Siento un profundo agradecimiento por el Dr. Grabner, la NseMarita Castro y todo su

equipo de grandes profesionales, en especial por Denise, por su gran acompañamiento y

seguimiento de mi proceso educativo.

Desde el primer módulo al último pude ir poniendo en práctica las enseñanzas recibidas,

lo que más me enriqueció es la manera práctica, y muy sencilla de explicar conceptos que

de otra manera posiblemente hubiesen sido muy difíciles de comprender. En la práctica

he podido vivenciar lo que el Dr, Grabner y Marita siempre pregonan, que el objetivo

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fundamental de la creación de esta disciplina es poder transmitir de una manera simple y

para el público en general los avances en las ciencias, para que todos tengamos la

posibilidad de beneficiarnos, lo sacaron del ámbito tradicional de la medicina

convencional para llevarlo con una pedagogía exquisita a las masas.

Para mí es un honor seguir con estos lineamientos e impartir estas enseñanzas en mi

espacio educativo, porque comparto profundamente su visión y su misión. Siempre supe

y aún lo siento, cada vez con más fuerza, que la principal vía de transformación del ser

humano, la única me atrevería a decir para salir de un estado de mediocridad,es la

EDUCACION, y en esto nosotros como neurosicoeducadores tenemos mucho por hacer.

El que no sabe es como el ciego que no ve, no podemos transformar lo que no

conocemos, y siento como un reto el difundir estas enseñanzas para que muchos

comiencen a darse cuenta de todo lo que aún no saben y pueden llegar a aprender. Pasar

al segundo escalón del aprendizaje donde “se que no se”, eso es fundamental para lograr

expandir esta información para beneficio de todos.

Una vez más gracias por lo recibido hasta aquí, espero ser una digna neurosicoeducadora,

y continuaré mi formación a través de otras especialidades ofrecidas por Educar porque el

camino continúa y el aprendizaje y perfeccionamiento son continuos, permanentemente

pasamos de manejar los conocimientos de fríos a calientes para terminar

automatizándolos.