mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · fernando broncano mundos artificiales...

161
BIBLIOTECA IBEROAMERICANA DE ENSAYO/8 COLECCION DIRIGIDA POR MANUEL CRUZ, JULIANA GONZÁLEZ y LEON OLIVÉ 1. Fernando Salmerón - Diversidad cultural y tolerancia 2. Isabel Cabrera - Ellado oscuro de Dios 3. Luis Villoro - Estadoplural. pluralidad de culturas 4. Mercedes de la Garza - Rostros de 10 sagrado en el mundo maya 5. Ezequiel de Olaso - Jugar en serio. Aventuras de Barges 6. León Olívé - MulticulturaJismo y pluralismo 7. Ernesto Garzón Valdés - Instituciones suicidas. Estudios de ética y política 8. Fernando Broncano - Mundos artificiales. Filosofía del cambio tecnológico 9. Fernando Escalante Gonzalbo - La mirada de Dios. Estudio sobre la cultura del sufrimiento Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional Autónomade México

Upload: doanthien

Post on 11-Oct-2018

266 views

Category:

Documents


24 download

TRANSCRIPT

Page 1: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

BIBLIOTECA IBEROAMERICANA DE ENSAYO/8COLECCION DIRIGIDA POR MANUEL CRUZ, JULIANA GONZÁLEZ y LEON OLIVÉ

1. Fernando Salmerón - Diversidad culturaly tolerancia2. Isabel Cabrera - Ellado oscuro de Dios3. Luis Villoro - Estado plural. pluralidad de culturas4. Mercedes de la Garza - Rostros de 10 sagrado en el mundo maya5. Ezequiel de Olaso - Jugaren serio. Aventurasde Barges6. León Olívé - MulticulturaJismo y pluralismo7. Ernesto Garzón Valdés - Instituciones suicidas. Estudios de ética y política8. Fernando Broncano - Mundos artificiales. Filosofía del cambio tecnológico9. Fernando Escalante Gonzalbo - La mirada de Dios. Estudio sobre la cultura

del sufrimiento

Fernando Broncano

Mundos artificiales

Filosofía del cambio tecnológico

Facultad de Pnosoña y LetrasUniversidad Nacional Autónomade México

Page 2: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

cultura LibreJI'edición, 2000

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copy­right, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de estaobra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamientoinformático, y la distribución de ejemplaresde ella mediantealquiler o préstamo públicos

D.R. © 2000 de todas las ediciones en castellano,Editorial Paidós Mexicana, S.A.Rubén Darlo 118, col. Moderna, 03510, México, O.ETe!.: 5579-5922, Fax: 5590-4361

D.R. © Editorial Paidós SAICFDefensa 599, Buenos Aires

D.R. © Ediciones Paidós Ibérica, S.A.Mariano Cubí 92,08021, Barcelona

Coeditan: Editorial Paidós Mexicana, S.A.,y Facultad de Filosofía y Letras,Universidad Nacional Autónoma de México

ISBN: 968-853-450-1

Impreso en México - Printed in Mexico

SUMARIO

Prólogo.......................................................... 11

Introducción..................................................... 15

La mirada de Ulises: la racionalidad tecnológica y sus críticos... 19iEn qué consiste el problema de la racionalidad

tecnológica?........................................... 19El determinismo tecnológico o el sueño de la razón que

produce monstruos.................................... 28Pierre Menard, inventor de la bicicleta o la frivolidad del

constructivismo........................................ 39La pregunta por Heidegger: el desasimiento de la técnica

y el control democrático de las alternativastecnológicas............................................ 55

La racionalidad como astucia de la razón. . . . . . . . . . . . . . . . . 71Resumen.................................................... 77Sugerencias bibliográficas.................................. 79

Mundos artificiales.............................................. 81La tecnología y sus alrededores: la ciencia, las técnicas,

las ciencias de lo artificial. .. .. .. . .. .. .. .. . .. . .. . . .. . .. . 83De la división entre lo natural y lo artificial. . . . . . . . . . . . . . . 99Diseñando mundos artificiales................ .. .. .. .. .. .. 116Resumen.. . . .. . .. . . .. . . .. . .. .. . .. .. .. . .. . . .. . .. .. . . . . .. . .. .. 129Sugerencias bibliográficas.................................. 130

La lógica del diseño yel sujeto de las decisiones tecnológicas... 133La tensión entre innovación y riesgo...................... 135iQuién diseña los objetos?................................ 139Los diseños: ¿árboles o redes'.............................. 154

7

Page 3: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

8 MUNDOS ARTlPICIALES SUMARIO 9

¿Tienealguna lógica el cambio tecnológico? Lainteracciónde los patrones y las habilidades en los diseños.... . . ... 165

Resumen. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170Sugerencias bibliográficas......... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

El cambio técnico y la evolución. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173Algunos problemas en la explicación del cambio

tecnológico............................................. 175Laperspectiva evolucionista: cambio, evolución, progreso

yel problema de Elster.. . 185Lateoría económica evolucionista......................... 193La teoría culturalista del cambio tecnológico:

la tecnología como conocimiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210La evolución de los artefactos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219Resumen. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 223Sugerencias bibliográfícas.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224

El control social de la tecnología y los valores internos delingeniero. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225

Los dilemas del control social de la tecnología. . . . . . . . . . . 225Las bases normativas del sujeto tecnológico: el punto de

vista del ingeniero..................................... 231La emergencia de una tradición interna................... 235El diseño participativo y las tensiones internas entre

valores. . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248Resumen.................................................... 256Sugerencias bibliográficas.................................. 257

Controversias tecnológicas y racionalidad colectiva. . . . . . . . . . . 259La invención de las controversias tecnológicas............ 259Entre la discusión y el conflicto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263Bienes (y males) públicos en el desarrollo tecnológico. . . 268Dilemas de acción colectiva en el caso de bienes

públicos..... 272Dimensiones de la gestión colectiva del desarrollo

tecnológico............................................. 275Lascontroversias y los costos de segundo orden:

la institucionalización del cambio tecnológico...... 279

Resumen. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282Sugerencias bibliográficas... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283

Epílogo: los viejos cacharros nunca mueren. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285Los espacios olvidados.... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285Acerca de la conservación de especies y sus argumentos. . 287La cultura de los artefactos................................. 293Los objetos también están sometidos a evolución. . . . . . . . 296La conservación de los artefactos.......................... 299

Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305

Page 4: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

PRÓLOGO

• QUIÉN SE ACUERDA DE LA COMIDA DE ALGAS? Dos décadas

l de investigación para obtener proteínas de las al­gas llevaron a una vía muerta: sabían mal y eran

muy caras de obtener. Otra oportunidad perdida. Otras veceshay suerte y se consigue: alguien inventa el clip y de prontodescubrimos que teníamos necesidad de ordenar los papelesde la mesa. En el principio fue la rueda, la palanca, el planoinclinado y poco más. Todo se fue enredando: el tornillo, larueda de molino, los batanes... y después los ingeniatores, lasescuelas politécnicas, la revolución industrial, los movimien­tos ecologistas, los cyborgs, el miedo, la carrera por lo último. Latecnología es la parte que más ha cambiado del ser humano.

Este libro es una reflexión sobre varios aspectos del cambiotecnológico, sobre lo mucho que ignoramos y sobre lo dificilque es integrar el cambio tecnológico en la sociedad democrá­tica. Sobre lo fácil que es la manipulación del miedo y del deseoy sobre lo dificil que es la reflexión sensata acerca de las posibi­lidades y las alternativas tecnológicas. Hay una moralina protec­nológica y una moralina antitecnológica, Lasdos son gratis, sonotros los que pagan los costos: los riesgos y las oportunidadesperdidas. Es desesperante tener que recordar que la tecnologíano es otra cosa que la transformación colectiva de la realidad,que no se transforma hacia ningún lugar, hacia ningún mundoperfecto, sino desde este tiempo y lugar Ydesde este mundo imper­fecto. Yque lo hacen seres imperfectos, que tienen que ir apren­diendo sobre la marcha, aprovechando los muchos errores y losocasionales aciertos.

11

Page 5: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

12 MUNDOS ARTIFICIALES PRÓLOGO 13

El punto de vista es filosófico. Pero el filósofo no tieneun punto de vista privilegiado, no se ha subido en una esca­lera y ve desde arriba el salón y la reunión. Pasea, habla conunos y con otros, pregunta, escucha y de vez en cuando le­vanta las cejas: su punto de vista es el del curioso que se mue­ve de uno a otro corrillo y no se queda definitivamente enninguno. Al final de la fiesta levanta acta y dice lo que ha vis­to: lo que ha podido ver y escuchar. Hegel decía lo mismocon mejores metáforas: el búho de Minerva levanta su vueloal atardecer de la historia, pensar el tiempo presente con cate­gorías de lo universal, etc. Al fin y al cabo, intentar dar cuentade lo que pasa, interpretar los signos, poner palabras a nues­tros temores y a nuestras mejores intenciones. Su voz es unavoz más. Bienvenida si tiene algo que decir; prescindible si esuna voz engolada que suelta sartas de tópicos adornados detérminos abstrusos. Conocí a uno que cuando se liaba siem­pre acababa la parrafada con la misma predecible sentencia:«j Esto es episternológico!» Pensaba que así añadía profundi­dad a su discurso. Aquí se adopta una actitud diferente, la dela filosofía analítica. Que no es otra cosa que pelearse con ellenguaje y el pensamiento para decir las cosas claramente: to­do lo que se puede pensar, se puede pensar claramente, todolo que se puede decir, se puede decir con claridad. El filósofoanalítico es el que toma la actitud contraria al que leía el tex­to a la señora de la limpieza y si ella lo había entendido, locorregía para oscurecerlo un poco. Al contrario: si la señorade la limpieza no lo entiende, es que tú tampoco lo has en­tendido. No se excluye el uso de algunos términos técnicoscomo «epistemológico», «metafísico», etc., pero no hay quedarles demasiada importancia.

Para acabar, mi agradecimiento a aquellas personas queme han ayudado a pensar más claramente sobre estas cues­tiones. Miguel Ángel Quintanilla, Jesús Vega, Bruno Maltrás,son los más cercanos y con los que necesito discutir continua­mente. A Jesús le reitero mi agradecimiento: su ayuda se va

convirtiendo en imprescindible. Manolo Liz, Margarita Váz­quez, Javier Aracil, Jesús Ezquerro (a quien debo una cuida­dosa revisión), Pepa Toribio, Alfonso Bravo, Mikel Olazarán:con ellos aprendí a pensar sobre la técnica. Más recientemen­te, Javier Echeverría, Eulalia Pérez Sedeño, Toni Doménech,Camilo Cela Conde, Eduardo Albar, Santiago López Carcía:gracias a ellos el océano de mi ignorancia tiene algunas islas.Ernesto Sosa, Marcelo Sabatés, Eduardo Rabossi, David Sosa,León Olivé, han sido de excepcional ayuda en los últimosmeses y lo han sido mucho más en los últimos años. ManuelCruz, con su apoyo constante, y Laura Lecuona, con su cuida­do profesional, han hecho posible y gratificante el procesode edición. Quedan muchos otros, quedan Paquita, Alicia,Fernando.

Page 6: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

INTRODUCCIÓN

Esm LIBRO SE ORGANIZA EN SEIS CAPtTuLOS más un epílogo.Consiste en una reflexión filosófica sobre la tecnologíacomo fenómeno histórico e institucional que aparece

con la Revolución Industrial. Puede ser leído alternativamen­te como un ensayo o como un manual sobre filosofía de latecnología.

Elprimer capítulo reconsidera tres líneas de pensamiento fi­losófico sobre la tecnología a cuyo trasluz vamos a delinear lastesis principales del libro. Estastesis son, en primer lugar, el de­terminismo tecnológico, base fundamental del pesimismo queha sostenido a muchas filosofías, aunque también base implí­cita del optimismo del que hacen gala muchas versiones pro­pagandísticas; en segundo lugar, el constructivismo social, deorigen filosófico posmoderno, una corriente que goza de unacreciente popularidad en numerosos círculos; en tercer lugar, laconcepción «situada» de origen heideggeriano. Sopesamos susargumentos y los mensajes que han aportado al dominio co­mún y criticamos aquellas tesis de las que discrepamos. Esuncapítulo que tiene un cierto carácter histórico como desarrollode las aportaciones filosóficas más importantes, pero es sobretodo una guía para delimitar las posiciones siguientes. Elcapítu­lo termina con una propuesta sobre la lógica de la tecnologíaen la historia o, si se quiere, sobre su racionalidad, que se resu­me en la capacidad de crear y aprovechar oportunidades. Estaidea es el eje central de todo el libro, que discurrirá alrededor deella desde varias posiciones.

15

Page 7: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

16 MUNDOS ARTIFICIALES INTRODUCCIÓN 17

El segundo capítulo es una teoría sobre la naturaleza delos artefactos tecnológicos y una demarcación de la tecnolo­gía frente a otros fenómenos culturales como la ciencia. Latesis central es que los artefactos tecnológicos tienen una pro­piedad, la composicionalidad de sus partes y funciones, queexplica la capacidad de crear continuamente nuevos artefac~osa partir de un trasfondo limitado de recursos. La composicio­nalidad establece una relación entre la estructura abstracta delos artefactos, su diseño, y las operaciones de innovación yproducción que dan nacimiento a los artefactos.

El tercer capítulo desarrolla la idea de diseño en tantoque actividad social. La emergencia de la capa~idad de dis,;­ñar como operación abstracta fue lo que separo la tecnologíade las técnicas artesanales, supuso una revolución en la divi­sión social del trabajo que condujo al complejo sistema con­temporáneo y creó un nuevo dominio cultural y profesional.La capacidad de crear colectivamente nuevos artefactos fueposible por la emergencia de nuevas formas de le~guaJe y re­presentación de los objetos futuros. Se propone la Idea de pa­trones como concepto que categoriza y ordena los recursosde los que se dispone para diseñar nuevos objetos y procesos.

El cuarto capítulo aborda el problema de la forma delcambio técnico. Debido a un compromiso determinista im­plícito en la mayoría de las aproximaciones (optimistas y pe­simistas) a la tecnología, el cambio técnico se ha tratadogeneralmente como algo no proble~áti~o, sin mayor in~erésteórico. La llamada corriente evolucionista en economía seha encargado de mostrar los aspectos contingentes, histór~cosdel cambio técnico y la enorme sensibilidad de este cambio apequeñas variaciones en el medio. En este capítul.o anali~a­mas el concepto de cambio técnico, su forma y vanas teorías,entre ellas la de la economía evolucionista, que han tratadoeste concepto. En general sostenemos un patrón neoevolu­cionista que deriva de la idea de que la tecnología, como otrossistemas culturales, está sometida a procesos de cambio que

pueden iluminarse y entenderse tomando algunas nocionesde la teoría de la evolución biológica.

Los capítulos quinto y sexto se dedican a los problemasnormativos y sociales que plantea el cambio tecnológico. Sedefiende la idea de que la tecnología contemporánea ha des­cubierto de manera irreversible la necesidad de formar con­sensos y estructuras sociales estables de reflexión y controlsobre el cambio técnico. En el debate social sobre las opcio­nes tecnológicas no todos los intereses son iguales. Una con­dición de legitimidad es separar los intereses de cada grupo yobservar las normas a las que obedecen. En el capítulo quin­to planteamos la perspectiva del ingeniero, o si se quiere, delos sistemas de innovación, como una de las perspectivas in­volucradas en el desarrollo tecnológico. Planteamos la ideade que la capacidad de consenso y negociación no excluye laatención, el respeto y la legitimación del punto de vista inter­no de los ingenieros.

En el capítulo sexto proponemos un modelo de contro­versia y consenso social que, por un lado, concede crédito alpesimismo de la razón en lo que a las capacidades reales deformación estable de consensos se refiere y, por otro lado, nodesmaya en un optimismo de la voluntad de construir el há­bito institucional de la controversia.

El epílogo, por último, es una llamada desesperada alcultivo de la cultura tecnológica, lejos de la admiración reve­rencial y del desprecio a todo lo que tradicionalmente se haconsiderado bajo y de poco interés para la «alta cultura». Ladefensa del «medio ambiente artificial» es una metáfora so­bre la urgente necesidad de extender la sensibilidad socialhacia nuestras propias realizaciones técnicas. Del mismo mo­do que el humanismo renacentista propagó el respeto a losobjetos de arte, se aboga por una nueva forma expandida dehumanismo que reconcilie a la cultura con sus propias pro­ducciones.

Page 8: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

LA MIRADA DE ULISES:LA RACIONALIDADTECNOLÓGICA Y

SUS CRÍTICOS

El navegante Odisea engaña a las divinida­des naturales como en un tiempo hacía elviajero civilizado con los salvajes, a quienesofrecía piedras de vidrio multicolor a cam­bio de marfil.

M. HORKHEIMF,R y T.W. ADORNO,

Dialécticade la Ilustración

¿EN QUÉ CONSISTE EL PROBLEMA DE LA RACIONALIDAD TECNOLÓGICA?

Pensar la racionalidad en el ojo del huracán

Treinta años después de la revolución tecnológica, de la ex­tensión universal de las tecnologias de la información, de latransformación del mundo en un sistema complejo de in­teracciones, del acceso inmediato y cotidiano a cualquierhecho lejano en los estrechos intervalos de tiempo que per­miten los medios de comunicación, de la duda escéptica so­bre los proyectos sociales de liberación que dominaron elsiglo, de la emergencia de nuevos imaginarios sociales comolos cyborgs y los mundos después del desastre, treinta años

19

Page 9: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

20 MUNDOS ARTIFICIALES tA MIRADA DE UUSES 21

después del 68, la tecnología se ha ganado el puesto de pro­blema filosófico de primer orden. La tecnología ha desbanca­do al mundo físico y al mundo social de su lugar de objetosprivilegiados de reflexión que ocuparon en las edades clási­cas de la filosofía y en épocas más recientes (el siglo XIX) res­pectivamente. Y se ha alzado a ese puesto por la cercanía delos sistemas tecnológicos en todos los intersticios de la vida:cotidiana, social, histórica. El horizonte que nos rodea, elpaisaje que observamos todos los días e incluso lo que per­manece oculto, como lo están las ondas electromagnéticasque .traen la información a nuestros aparatos, conformanuestra nueva naturaleza y el ámbito de nuestras preguntasúltimas.

Lo que nos es más inmediato no es por ello lo más senci­llo y accesible al pensamiento. La cercanía ciega: es aleccio­nador que a Marx, el pensador de más larga y aguda vista delsiglo XIX, se le escapara precisamente el marco que estaba de­terminando el siglo siguiente, la nueva importancia del Esta­do y de la sociedad civil, de modo que el marxismo nuncallegó a tener una teoría del Estado. De modo análogo, la granfilosofía de nuestro siglo (la epistemología y metafísica) haestado dominada por el fenómeno de la ciencia, por la omni­presencia del lenguaje, de las estructuras representacionales yde los marcos conceptuales, y ha sido incapaz de pensar loque precisamente estaba transformando la ciencia contem­poránea: la creciente dependencia de la tecnología, de lasprácticas no lingüísticas, de los procesos de institucionaliza­ción y colectivización que son la marca de agua de la tecno­logía contemporánea.

La tecnología significa la irrupción de grandes sistemasen los que están implicados técnicas, conocimientos, institu­ciones sociales, investigadores e ingenieros y patrones deuso. Es un producto de transformaciones industriales, econó­micas, políticas y científicas que han situado el desarrollotecnológico como la fuerza económica más importante, aten-

diendo a la dimensión de sus consecuencias económicas, so­ciales, ambientales o científicas. Si bien es cierto, por citar es­te último caso de la ciencia, que el desarrollo tecnológicosería imposible sin la ciencia, no es menos cierto que ningu­na de las investigaciones científicas avanzadas serían posiblessin la tecnología contemporánea. La tecnología ha converti­do la ciencia en un sistema masivo de investigación que de­pende de los analizadores automáticos, de los procesadoresde información, de los materiales avanzados, de los grandessistemas de observación, de las redes informáticas. Esta capa­cidad de impregnar el conjunto de todas nuestras dimensio­nes culturales y sociales nos obliga a repensar su naturaleza ya reflexionar sobre la novedad de su creciente dominio.

La primera de las cuestiones filosóficas es la racionalidadtecnológica. Daniel Bell, uno de los economistas que estu­diaron en los años sesenta y setenta las nuevas característicasde la sociedad nacida de la tecnología dice en su libro másconocido, El advenimiento de lasociedad postindustrial:

La tecnologíaha creado una nueva definición de racionalidad,una nueva forma de pensamiento, que pone de relieve las rela­ciones funcionales y las cuantitativas. Sus criterios de actuaciónson los de la eficiencia y la optimización, o sea, una utilizaciónde los recursos con el mínimo costo y el mínimo esfuerzo. Estanueva definición de la racionalidad funcional encuentra sutransferencia en nuevas formas de educación, en las que lasnuevas técnicas cuantitativas de la ingeniería y la economíadesbordan a los métodos más viejos de la especulación, la tra­dición y la razón [p. 222).

La afirmación de Bell es doble:1) La forma de la racionalidad tecnológica es la racionali­

dad instrumental.2) La racionalidad tecnológica es nueva en la historia.

Page 10: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

22 MUNDOS AltTIFICIALES LA MIRADA DE ULlSES 23

Sospecha y escepticismo

Esta alegada irrupción de una nueva definición de racionali­dad ha desembocado en el más agrio de los debates filosófi­cos. Unos han celebrado la nueva forma de racionalidad,otros han dedicado sus esfuerzos a su aclaración y otros, porfin, han desarrollado una nueva forma de escepticismo. Pordebajo de muchas filosofías contemporáneas que han estu­diado el fenómeno tecnológico subyace una actitud de sos­pecha acerca de la propia racionalidad de la técnica: aun silas decisiones tecnológicas concretas son racionales, puedeocurrir que la misma práctica de la tecnología no searacional. Es-

o ta sospecha, signo de un nuevo escepticismo, sostiene la tesisde que la tecnología es racional sólo en apariencia, mas noen la realidad: el creciente dominio de la tecnología implica­ría la expansión correlativa de la racionalidad instrumental;pero esta aparente extensión de la racionalidad instrumen­tal, optimizadora y cuantitativa, ocultaría una paralela exten­sión de la incapacidad para hacemos cargo de nuestrodestino, bien a causa de que la tecnología se haya convertidoen una fuerza autónoma, bien a causa de que haya amplifica­do y al mismo tiempo ocultado las relaciones de poder, bien

; a causa de que nos haya cegado filosóficamente para hacer­nos incapaces de pensar nuestro puesto en el mundo.

y esta sospecha se extiende a todos los que pretendenuna reflexión menos apocalíptica sobre la naturaleza de latecnología. Se sospecha, para decirlo en dos palabras, que sehace una «filosofía pagada por la empresa»! y que los soció-

1 La expresión es de Staudenmaier; y se refiere a quienes cultivan elmodo «whig}) (liberal) de escribir la historia de la tecnología. Se aplica estecalificativo a los historiadores de la ciencia que reconstruyen la ciencia des­de las categorías del presente, y todo el proceso anterior como un procesoque conduce al estado actual, de manera que resulta en una historia almargen de todo contexto y que pierde por tanto su carácter histórico. Loaplicamos por extensión a los historiadores de la tecnologfa que escriben

lagos, economistas o filósofos que no denuncian radicalmen­te el fenómeno tecnológico, lo que de verdad hacen es ocultarbajo el lenguaje aséptico del cambio tecnológico, entendidocomo un desarrollo autónomo de artefactos y procesos, la es­pesa mezcla de intereses políticos y económicos que son laverdadera explicación de la tecnología en las sociedades con­temporáneas. De manera que la cuestión de la no racionalidadde la tecnología llevaría incluida la denuncia de la ocultaciónculpable de este hecho por quienes se consideran abande­rados de la nueva racionalidad. Así, la tarea del intelectualauténticamente crítico sería denunciar a los teóricos de la ra­cionalidad para que por fin el pueblo se dé cuenta de que elemperador está desnudo y que su ropaje racional no era másque una ilusión.

La forma más importante de escepticismo contemporá- 'neo es la que considera imposible distinguir las razones téc­nicas de otras razones económicas, sociales o políticas. Unode los más conspicuos defensores del llamado «constructivis­mo socia¡", Michael Callan, lo expresa de esta forma:

Lo que estoy cuestionando aquí es la afirmación de que es po­sible distinguir durante el proceso de innovación fases o activi­dades que son distintivamente técnicas o científicas de otrasque están guiadas por una lógica económica o comercial [Ca­llon 1, p. 83].

¿Por qué es escéptica esta forma de pensar? La razón no estáen lo que afirma, sino en lo que niega. El escéptico respectoal conocimiento no es el que postula la presencia de factoressociales en el conocimiento, lo que no puede ser negado, si­no el que niega que, además, la verdad tenga también algo

la historia como una historia de artefactos y genios inventores. Se diría deellos que habrían sido pagados por la empresa para ocultar detrás de losartefactos todos los conflictos.

Page 11: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

24 MUNDOS ARTIFiCIALES loA MInADA DE lIL1SES 25

que ver con nuestra aceptación justificada de las teorías. Elescéptico respecto a la tecnología es, análogamente, el queniega que la eficiencia tenga que ver con el cambio tecnológi­co, no el que afirma que en el desarrollo de la tecnología losfactores tienen una índole diversa.

Razones para no serescéptico

¿Tenemos razones para no aceptar estas posiciones escépticasde sospecha sistemática?, ¿se puede ser lúcido y crítico sinnecesidad de adoptar una actitud desesperada ante toda jus­tificación racional de las decisiones tecnológicas? Al contra­rio, solamente el abandono del escepticismo nos capacitarápara la comprensión crítica de la tecnología.

El escéptico puede serlo hacia la teoría o hacia la práctica:el escepticismo teórico se refiere al conocimiento en generaly al conocimiento científico en particular; el práctico puedereferirse a instituciones como la política o el Estado, de for­ma indiscriminada o, en nuestro caso, hacia el sistema tecno­lógico en su conjunto. En primera instancia aparece comouna actitud crítica y se presenta a sí mismo como una suertede terapia, pero en realidad es una actitud que nos incapacitapara la crítica. Pues el escéptico por principio es como aquelque en el contexto de discusiones sobre la justicia o la injusti­cia de acciones o sucesos particulares siempre afirma cosascomo «aquí cada uno va a lo suyo» o expresiones similares.Lo malo de esta actitud, en apariencia crítica, es que evita dehecho el rendir cuentas de las acciones y consecuencias con­cretas que han sido expuestas para su discusión. El escepticis­mo general acerca de la tecnología socava cualquier propuestatecnológica y cualquier intervención racional en una contro­versia tecnológica, abriendo la puerta para que tal controver­sia degenere en una polémica en la que ganará quien tenga el

poder de la fuerza sin importar que los medios destruyan laesfera pública de la controversia.

Pero además de su impotencia práctica, el escepticismose basa en muchos casos en afirmaciones confusas y genera­les sobre la racionalidad tecnológica que impiden analizarcon detalle los sistemas tecnológicos. Y ésta es una de las ta­reas más urgentes pues, mientras que la cultura nos ha dota­do de instrumentos teóricos muy potentes para el estudio delos sistemas intelectuales, la práctica humana y el complejode prácticas que llamamos tecnología en particular han que­dado al margen de la reflexión filosófica. En esta situaciónlos pronunciamientos de principio y en términos generalesnos impiden enfocar los detalles sobre los que tal vez podría­mos realizar una evaluación racional de los pros y los contrasde los sistemas tecnológicos contemporáneos.

Por último, el escepticismo no resuelve, sino que aumen­ta, el temor (O su contrario, la admiración) irracional por lasinnovaciones tecnológicas. Adoptar un punto de vista tan ge­neral impide una transformación de la conciencia pública.

En definitiva, el escepticismo de principio acerca del fe­nómeno de la tecnología tiene problemas de compatibilidadcon una actitud racional en las controversias tecnológicas yes incapaz de hacer propuestas acerca de cómo decidir demo­cráticamente las estrategias tecnológicas más adecuadas.

La racionalidad colectiva como proyecto

Lacuestión de la racionalidad de la tecnología no es más que lacuestión de la racionalidad de las opciones tecnológicas so­bre las que nos cabe decidir democrática y colectivamente. y,como en cualquier decisión individual o colectiva, podemosrazonar a favor y en contra de las razones que nos mueven aesta decisión, pero no podemos dejarnos caer en el escepti­cismo generalizado. El núcleo de la cuestión es cómo pueden

Page 12: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

26 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE ULlSES 27

ser racionales las decisiones tecnológicas en las que están in­volucrados muchos y muy heterogéneos actores.

La racionalidad es una propiedad que puede predicarsede las decisiones individuales o colectivas, de las decisionesatómicas o de los planes complejos, de las acciones puntua­les o de las trayectorias históricas. A medida que vamos as­cendiendo en la escala de la complejidad ascendemos hastael nivel hegeliano de la racionalidad en la historia. Así, enuna escala grande, hablamos de la racionalidad del desarro­llo científico para referirnos a trayectorias largas en la historiade la ciencia en las que están involucrados cambios teóricosprofundos. Pero los grandes episodios están compuestos pordecisiones rápidas adoptadas sobre la base de la informaciónrelevante en el contexto inmediato. Son decisiones que to­man agentes motivados por los más variados intereses, entrelos que no siempre destaca 'la búsqueda de la verdad como elprimero de la agenda. El problema de la racionalidad del de­sarrollo científico se puede reescribir así: cómo estas decisio­nes de corto alcance pueden componer una trayectoria en laque, en términos generales, aumente la verdad de nuestrosconocimientos y disminuya la falsedad. En el caso de la tec­nología el problema es similar, aunque centrado en la efi­ciencia, con el añadido de que involucra agentes mucho másheterogéneos, intereses mucho más variados y acciones queno son, o al menos no prioritariamente, epistémicas.

La racionalidad no excluye la existencia de valores, pormuy instrumental que se quiera. Es el ordenamiento de losvalores lo que está en juego y lo que hace racional la empresade la tecnología. Al igual que en la ciencia existe un código devalores, también hay valores intrínsecos que componen elethos particular de la tecnología, que no siempre es admitidoy reconocido, un ethos que, al igual que sucede con la cienciaen lo que respecta a la búsqueda de la verdad y la prevencióndel error, no puede olvidarse sin salir del terreno interno de latradición tecnológica. La racionalidad de la tecnología, desde

este punto de vista, se puede entender también como la cues­tión de si las trayectorias tecnológicas promueven a largo pla­zo los valores incluidos en el ethos de la tecnología.

La noción de racionalidad es normativa, es decir, permitecriticar las decisiones no racionales, pero no tiene por qué serabsurdamente normativa, «utópica», en el sentido de quesolamente pueda ser ejercida por seres perfectos, porque en­tonces conduciría a una teoría hipócrita de las acciones hu­manas. La tensión entre lo descriptivo y lo normativo es ydebe ser constitutiva de cualquier teoría de la racionalidad.Una teoría de la racionalidad que tuviera como consecuenciaque la gran mayoría de las decisiones son irracionales seríauna teoría hipócrita; paralelamente, una teoría que por serconsentidora de los errores nos impidiera la crítica de las de­cisiones y llevase a la consecuencia de que todo lo real es ra­cional sería igualmente ciega e inútil. La racionalidad, para iravanzando conceptos, se parece mucho al concepto de salud:es borrosamente normativo pero no nos impide las decisio­nes precisas. No tenemos una idea de qué puede ser la saludperfecta pero sí tenemos las percepciones claras de la enfer­medad' pace Foucault y todos los que creen que la enferme­dad es una mera construcción social del poder.

En este capítulo no vamos a exponer positivamente cuáles la noción de racionalidad tecnológica que consideramosadecuada. Haremos más bien un negativo de esta nocióncontrastándola con las concepciones que han sido dominan­tes en la filosofía de la tecnología de los últimos años:

1) El determinismo tecnológico o la tesis de que la tecno­logía es autónoma y modela la sociedad al margen delas intenciones de sus miembros.

2) El constructivismo social, o la tesis de que los objetos ylos sistemas tecnológicos son un conglomerado de inte­reses indistintos en los que priman los sociales.

3) La visión heideggeriana de la tecnología como un modometafísico de ser.

Page 13: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

28 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE ULISES 29

Cada una de estas visiones tiene un mensaje que hay queescuchar y un conjunto de hipérboles y exageraciones con lasque no tenemos por qué cargar necesariamente.

EL DETERMINISMO TECNOLÓGICO o EL SUEÑO DE lA RAZÓN

QUE PRODUCE MONSrRUOS

Los hijos de MaryShelley

El monstruo «creado» por el doctor Frankenstein es una cria­tura verdaderamente exigente. Una vez que comenzó a tomarconciencia de las cosas y observó la felicidad de los pobresexigió a su creador que le «construyera» una compañera, y sucreador supo que si cedía a sus deseos habría creado una es­pecie que odiaría a los humanos. Mary Shelley nos recuerdaen su novela el relato del Génesis, precisamente en el mo­mento en que Dios descubre que ha hecho las cosas mal ytiene que arreglarlas a toda prisa con una costilla de Adán.Lascreaturas que uno crea se vengan pidiendo y pidiendo sinparar. Cuando Mary Shelley escribió El doctor Frankenstein lanueva tecnología, fruto del encuentro entre los modos de in­vestigación científica y la innovación artesana en el nuevomarco del protocapitalismo, recorría y transformaba Europay América a toda velocidad. Se habían descubierto tipos nue­vos de fuerzas, el universo se había llenado de fluidos lumi­nosos, magnéticos, calóricos, eléctricos y algunos pensabanque la vida no era más que un tipo de fuerza entre otros, unfluido vitaJ.2 Cabría imaginar que el descubrimiento y la ma-

2 No se ha observado sino hastamuyrecientemente que Mary Shelley re­fiereen su libro experimentosreales que pudo observar en Londres. Charlct­te Sleighha reconstruido los experimentos que realizó GiovaniAldini, sobri­no de Galvani, durante el año 1802 en la Royal Humane Society. Entre ellosse incluía «resucitar» cadáveres mediantecorrientes galvánicas. Se aplicaronalos miembros del cadáver de George Póster, al poco de ser ahorcado por la

nipulación del fluido vital era ya sólo cuestión de tiempo. Yen ese contexto nació el monstruo creado por el doctor Fran­kenstein, un objeto/sujeto que cobraba vida autónoma y quetomaba sus propias decisiones dirigidas por un lógica impla­cable que producía un terror hasta ahora desconocido entretodas las fuentes anteriores de inseguridad, plagas, hambru­nas, rayos, inundaciones, guerras. ¿Estaba loco el doctorFrankenstein o era simplemente inmoral?, ¿quizás simple­mente estaba haciendo algo ilegal o políticamente incorrec­to?, o tal vez sólo se dejaba llevar por una lógica implacablede causas encadenadas.

Un influyente núcleo de pensadores de este siglo ha exten­dido la sospecha sobre la irracionalidad del cambio tecnológi­co. La posición es conocida por el término de «determinismotecnológico». Iacques Ellul, Lewis Mumford y recientementeLangdon Winner son los filósofos más conocidos defensoresde esta forma de determinismo. La tecnología se habría con­vertido en un sistema autónomo, en una especie de nuevo ypeligroso Levíathan que arrasa con su dinámica todos los sis­temas humanos, económicos, políticos, culturales y cual­quier tipo de relación entre individuos y grupos. Ellul escribe«La técnica se ha convertido en el nuevo y específico milieuenel que se obliga a existir al hombre [... 1. Es artificial, autóno­ma e independiente de toda intervención hurnana.»>

La tesis del determinismo tecnológico se presenta en dosformatos: en primer lugar como una tesis de contenido ético,político y en general normativo; en segundo lugar como unatesis de contenido empírico, como una teoría de la historia."

justicia británica. Les resultaba ilustrativo al parecer observar cómo lasmandíbulas se contraían en horribles gestos y las manos agarraban confuerza al experimentador o al público.

3 Ellul [p. 10) citado en Roe Smith [p. 47).4 Esta distinción es analizada por Bimber, aunque su trabajo refiere

más bien a la vieja discusión acerca de si Marx era o no determinista tecno­lógico.

Page 14: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

30 MUNDOS ARTIfiCIALES LA MIRADA DE l1USI:S 31

El determinismo de carácter normativo consiste en una críti­ca de la falta de control social de la tecnología y en las ame­nazas a la autonomía individual. Lewis Mumford y IacquesEllul han sido los pioneros de esta interpretación; LangdonWinner, su más conocido defensor en la actualidad, sostiene

Los seres humanos tienen todavía una presencia nominal en elsistema, pero han perdido su papel activoy dirigente.Tiendena obedecer a pies juntillas las normas y requerimientos de lossistemas que supuestamente gobiernan. Aquí tiene lugar unarevalorización de valores que Nietzsche habría encontrado de­testable: por la necesidad técnica [Winner 1, p. 381·

La esencia de esta formulación deriva de la afirmación deque la tecnología moderna impondría una forma de raciona­lidad imperiosa, la racionalidad económica o racionalidadinstrumental. y esta imposición sería desastrosa: «más allá deun cierto nivel de desarrollo tecnológico -afirma Winner- elcontrol de los fines libremente articulados y firmemente defendidoses un lujo que ya no es posible permitirse» [1, p. 234]. Este juicioexpresa un elemento normativo acerca de la tecnocracia queha sido desarrollado entre otros autores por Habermas: latecnocracia ocultaría autoritariamente la libre discusión dealternativas y fines bajo una ilegítima extensión de los argu­mentos «técnicos» a terrenos que no lo son [véase Habermas1]. Sin embargo, los defensores del determinismo tecnológi­co añaden un postulado de necesidad: es la lógica interna deldesarrollo de los grandes sistemas tecnológicos la que con­duciría necesariamente a esta «adaptación inversa» de losfines a los medios [véase Winner 1, pp. 234 Y ss.]. Esta afir­mación de facto distancia a los defensores del determinismotecnológico de autores como Marcuse y Habermas en los quela crítica política al capitalismo se distingue de las tesis acercade la naturaleza de la tecnología." Mientras que Marcuse y

5 Es un tanto discutible si Marcuse y Habermas quedan exonerados

Habermas proponen cambios sociales, políticos y culturalesque liberen a la tecnología del dominio que sobre ella ejerceuna representación ideológica, en las tesis del determinismotecnológico solamente un cambio en la tecnología es acepta­ble. El control político y moral debe llevar a tecnologías alter­nativas, no a sociedades alternativas.

Crítica del determinismo tecnológico.

En el balance de esta forma de determinismo, que tiene origi­nalmente un impulso político emancipador, está el haber se­ñalado cómo muchos sistemas tecnológicos aumentan elcontrol social y el autoritarismo, cómo el poder se centralizay hace más fuerte por el hecho de que las alternativas tecno­lógicas hayan sido unas y no otras. En su contra está el ele­mento de necesidad que originariamente encontramos en lastesis de Max Weber sobre los procesos de racionalización enlas sociedades avanzadas y que un amplio espectro de auto­res han convertido en una especie de ley natural ante la queno cabe resistencia alguna. «Sólo un dios puede ayudarnos»,decía Heidegger en la entrevista para Der Spiege1. mostrando

del determinismo tecnológico. Particularmente Marcuse, quien en El hom­bre unidimensional a veces habla de la tecnología en términos deterministas:«Hoy la dominación se perpetúa y se difunde no sólo por medio de la tec­nología sino como tecnología, y la última provee la legitimación del poderpolítico en expansión, que absorbe todas las esferas de la cultura» IMarcu­se, p. 187], pero está claro que está hablando de una dominación políticaante la que caben alternativasque liberen las potencialidades que la propiatecnología crea, hasta un punto que pueden ser leídos hoy sus textos comouna defensa de utopías tecnológicas y científicas: «La civilización indus­trial ha alcanzado el punto en el que, con respecto a las aspiraciones delhombre por una existencia humana, la abstracción científica de las causasfinales se vuelve anticuada en los propios términos de la ciencia. La mismaciencia ha hecho posible que las causas finales sean el dominio propio dela ciencia» [pp. 260-2611.

Page 15: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

32 MUNDOS ARTIfiCIALES LA MIRADA DE ULlSES 33

bien claramente las consecuencias no queridas de esta formade aparente crítica de la sociedad contemporánea: la resurrec­ción del fatum y de la providencia como filosofía y agendaoculta de la historia.

Hay una segunda forma de determinismo tecnológico quese presenta más como una explicación del cambio socialque como un programa de reforma de la tecnología contem­poránea. Esta segunda posición convierte al cambio tecnoló­gico en un motor del cambio social poderoso que se imponea las demás fuerzas sociales. En 1967 Heilbroner escribió unfamoso artículo en Technology and Culture, «¿Son las máqui­nas el motor de la historial», que comienza con la cita deMarx de La miseria de la filosofía: «El molino manual trae lasociedad feudal; el molino de vapor, la sociedad capitalistaindustrial.s En este trabajo Heilbroner [11 defiende una ver­sión nomológica del determinismo tecnológico en el sentidofuerte que establecen estas dos proposiciones:

1) Dado un estado de la tecnología en una región espa­cio-temporal determinada, sólo existe un futuro socialposible.

2) El futuro tecnológico es predecible, al menos parcial­mente mediante la prospectiva.

Estas tesis del determinismo tecnológico están ocultaspero activas en al menos dos tradiciones contradictorias enapariencia: la primera es la tradición marxista denominadaen otros tiempos «rnecanicista», la segunda es la tradiciónpropagandística del progreso tecnológico que encontramosdifundida en todo tipo de iconografía publicitaria desde losmás viejos tiempos de la propaganda comercial. 6

6 Roe Merrit Smith tiene un interesante trabajo de esta iconografía enEstados Unidos desde el siglo pasado. Ojeando las láminas del siglo pasa­do uno siente rápidamente el efecto de déjii vuque encuentra en la publici­dad actual. Sobre el uso de la iconografía para el estudio del desarrollotecnológico es muy interesante también H. Nielsen.

Según Bimber, todavía quedaría una tercera forma de de­terminismo tecnológico, la que denomina de «consecuenciasno deseadas de la tecnología». Se trata, más que de una formade determinismo, de una descripción de los mecanismos porlos que los sistemas tecnológicos entrelazan sus necesidadesproduciendo la apariencia de tener una dinámica autónoma.En su fórmula más débil, «toda innovación tecnológica tieneefectos no deseados», no es una versión del determinismo, si­no una apreciación que todo sociólogo hace respecto de lasacciones humanas y en su fórmula más fuerte, en la quelas consecuencias no deseadas siguen una misma dirección ytrayectoria, sumando sus efectos para producir un sistemaautónomo, se reduce a las versiones anteriores del determi­nismo. En esta forma de determinismo cabe incluir una ob­servación cotidiana de extremada importancia para estudiarel cambio tecnológico: las dependencias que genera una in­novación tecnológica cuando se extiende socialmente: la co­municación entre ordenadores genera una necesidad urgentede cables o medios rápidos de transmisión de información,las compañías deben ponerse de acuerdo para desarrollartransmisiones de «banda ancha», para ello deben introducirtransformaciones técnicas y económicas que terminan cam­biando la gestión de la comunicación, etc. Si observamos lasgrandes transformaciones históricas como la introduccióndel vapor, de los tintes sintéticos y otras similares, observare­mos que estas dependencias son la regla y no la excepción.Pero esta observación no implica directamente el determinis­mo; lo que nos lleva al determinismo es la forma en la queconsideramos que estas interdependencias modifican las tra­yectorias de desarrollo tecnológico. Por último, el propioHeilbroner [2J ha postulado un «determinismo blando» queen realidad se reduce a la idea de que la tecnología es unafuerza de cambio social entre otras. Estas formas de determi­nismo son más bien formas de autonomía de un dominioque no son incompatibles con la acción intencional, sino

Page 16: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

34 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE UL!SES 35

que son producto de la estructura funcional y de la arquitec­tura de los artefactos. No les alcanza nuestra crítica puestoque son posiciones razonables, no diferentes del autono­mismo que presenta toda obra humana en la que existe unatradición acumulativa de cambios, desde la ciencia al arte pa­sando por las propias instituciones como el derecho."

La primera apreciación acerca de! determinismo es que setrata de una tesis empírica que debe ser contrastada con losdatos que tenemos de los historiadores, pues como interpre­tación de la historia entra en e! capítulo de cualquier otra for­ma de determinismo llamémoslo «metafísico», en el viejosentido positivista de irrefutable. Un determinismo de estaclase siempre encontrará un modo de escapar a cualquier ar­gumento empírico. En esta línea, A. C. van der Valk ha pro­puesto un test social para comprobar empíricamente si e!determinismo tecnológico es correcto:

El advenimiento de la tecnología de clonación parece ser elúltimo caso de test de la tecnología moderna. Dado el hechode que una gran mayoría de la gente aborrece la idea de la clo­nación, el imparable desarrollo de esta tecnología probaríadefinitivamente la existencia de una fuerza detrás de la propul­sión de la tecnología moderna [Van der Valk, p. 11·

No sabemos muy bien cómo sería posible saber si la gen­te aborrece la clonación hasta e! punto y en la cantidad queafirma Van der Valk, ni las razones en las que se basa para ha­cer tal afirmación, pero supongamos que sea así: en este casotendríamos una comprobación empírica de si es cierto queuna tecnología se impone por encima de la voluntad mayori­taria. No vamos a dilucidar aquí las numerosas zonas oscuras

7 Jesús Vega ha subrayado la distinción entre determinismo y autono­mismo. Aunque estoy de acuerdo con ella, no creo que el autonomismosignifique ningún determinismo: el determinismo no admite grados.

de este presunto argumento empírico, lo importante es po­ner de manifiesto hasta qué punto se encuentra en grave ries­go ahora la noción de racionalidad. Si todos los ciudadanosdesean algo distinto de lo que tienen y a pesar de ello ocurrealgo no deseado, no podemos decir de ellos que sean agentesproductores de su existencia, sino seres dirigidos por fuerzasciegas a las que ni siquiera cabe resistir. Si fuera cierto, e! pro­blema entonces no sería tanto de la tecnología en sí mismacuanto de los mecanismos por los que la sociedad puede ex­presar colectivamente su voluntad.

Pero si nos referimos al terreno de los hechos, Io cierto esque hasta e! momento todos los datos de los historiadores de laeconomía más importantes, si bien han' señalado la importan­cia de! desarrollo tecnológico en la configuración de las socieda­des, han mostrado mucho más claramente la sensibilidad quetiene el desarrollo tecnológico a factores sociales como e! apo­yo financiero, político y cultural," Es decir, la tecnología es mu­cho más dependiente de la voluntad social que a la inversa.Pensar que dada una situación tecnológica el futuro ya está de­terminado puede resultar consolador tanto para las ideologíasanti como pro desarrollistas, pero lo cierto es que nos dejanigual que estamos ante lo que Rosenberg [2J ha llamado e! pro­blema de la caja negra, e! de cómo se relacionan los cambioscientíficos, tecnológicos y sociales. Por citar un caso sumamen­te conocido y citado, e! de la tecnología china: no podemos ex­plicar cómo habiendo desarrollado prácticamente las mismasinnovaciones que la Europa de los siglos XVI y XVII, su trayectoriadiverge tanto de la europea. Lomismo podemos decir de la cul­tura japonesa entre los siglos XVII y XIX. Y lo que es más reciente:casi todas las predicciones de los teóricos de la tecnología autó­noma acerca de cómo se habrían de desarrollar los grandes

8 Los datos más elaborados acerca de la tecnología contemporánea seencuentran en los ya hitos de Manuel Castells 1 y 2, pero también en clási­coscomo Rosenberg 2, Mokiry E. L. Iones 2 y 3.

Page 17: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

36 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE UtlSES 37

complejos tecnológicos de los años sesenta y setenta se han ob­servado claramente falsas. Que la tecnología nuclear, por citarun ejemplo cercano, esté en clara recesión por la voluntad po­lítica de muchas sociedades y estados, refuta de forma flagran­te el determinismo.

Eldeterminismo y la raz6n en la historia

Pero el determinismo es mucho más grave como filosofía dela tecnología porque, como intentaremos mostrar en este li­bro, los artefactos abren pero no determinan las trayectoriasfuturas de la sociedad. El hilo conductor que da coherencia aeste libro nos lleva a una conclusión contraria: el futuro estáabierto y está constituido por las posibilidades disponibles oaccesibles. La innovación tecnológica es, precisamente, unmedio de transformación colectiva del futuro que nos cabeesperar: cada innovación abre posibilidades que pueden sero no aprovechadas por las sociedades y los grupos y las socie­dades. Sólo está escrito nuestro pasado.

Desde e! punto de vista moral y político las tesis de! de­terminismo son aún mucho más graves puesto que socavantoda responsabilidad con el futuro. Bajo una apariencia críti­ca se esconde a veces un simple pesimismo o escepticismosobre las capacidades de cambio histórico de las sociedadesque en realidad equivale, conceptual y éticamente hablando,a la exoneración de toda responsabilidad con e! futuro aquienes se sitúan en esta perspectiva." Al contrario de lo que

9 El determinismo tecnológico nos conduce a otra cuestión: ¿cuál es lanaturaleza de la reflexión filosófica sobre la tecnologíat. jcual es el lugarde la filosofía de la tecnología? Es una cuestión marginal y situada en unmetanivel del discurso en el que queremos movemos, pero que merece lapena considerar brevemente en esta circunstancia. La importancia que almenos en tamaño ha ido adquiriendo la filosofía de la tecnología tieneque ver sin ninguna duda con la preocupación que ha ido produciendo la

se piensa en el contexto de muchos movimientos sociales,la resistencia social a los efectos autoritarios de una nuevatecnología puede ser articulada sin acudir al determinismotecnológico. Andrew Feenberg ha sido uno de los pocos filó­sofos de la tecnología contemporáneos que ha separado cla­ramente el proyecto emancipador y crítico del análisis de la

tecnología en las últimas décadas: ha surgido el pensamiento, la actitud yla actividad ecológica y han crecido movimientos que en algunos paísestienen relevancia política. Por otro lado, todos los gobiernos consideran lacapacidad tecnológica como la mejor preparación en la competencia eco­nómica. La tecnología ha sido el factor determinante en las transformacio­nes económicas después de la primera crisis energética y las tecnologías dela información han transformado definitivamente nuestras sociedades enlo que tiene mucho de parecido con una nueva revolución «industrial». Esaimportancia tendría que notarse en la filosofía, que al fin y al cabo sigue laregla hegeliana de levantarse al atardecer del día, pero no es lo más rele­vante desde nuestro punto de vista: la filosofía de la tecnología es impor­tante porque los sistemas tecnológicos, los artefactos, la instrumentalidad,las prácticas, la capacidad de transformar la realidad, el poder de las ins­tituciones sociales y las microinstituciones, y otros factores que iremosconsiderando, se han convertido en parte de una transformación más pro­funda en la filosofía contemporánea, que ha girado hacia las prácticas y laacción humana convirtiéndolas en el territorio privilegiado que en otrostiempos tuvo el pensamiento y la actividad puramente intelectual, ajena ala corporalidad y ajena a la socialidad del otro y de lo otro. De manera que lafilosofía de la tecnología es importante porque es parte de la teoría dela acción, de la acción humana, intencional y racional. Pero, ¿cabe hablarde racionalidad en un proceso en el que no somos agentes intencionales?Las tesis del determinismo, en lo que respecta a la racionalidad tecnológi­ca, son las tesis de la racionalidad cero: es como hablar de la racionalidadde la historia natural. Yen ese preciso momento abandonamos también eltema que nos había congregado, la acción humana. Porque el determinis­mo es al fin y al cabo la idea de que la tecnología es parte de otra historiaen la que nosotros no contamos. Pero si no hay problema de racionalidadni de intencionalidad ni de límites de la acción ni de responsabilidad civilo penal, ¿para qué continuar hablando? Escurioso que muchos partidariosdel determinismo lo hagan en el contexto de un debate ético o político so­bre la tecnología, sin reparar en que la ética y la política presuponen ya laracionalidad de los agentes.

Page 18: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

38 MUNDOS ARTIFICIALES LA MInADA IH ULlSES 39

tecnología. En su análisis, tanto Marcuse como Habermas,Foucault, y por supuesto todos los defensores del determinis­mo, han caído en un fatalismo injustificado [véanse A. Feen­berg 1 y 2]. Lo más grave no es que hagan un mal análisis dela tecnología sino que hacen un mal análisis de la sociedad,que deja de considerarse como un campo tenso en el que di­versos grupos luchan por liberarse de sus ataduras o por man­tener sus privilegios para convertirla en un mero apéndice dela burocracia o la tecnocracia. Ahora bien, la extensión de lademocracia a la tecnología, según Feenberg, no sólo es posi­ble, sino cada vez más urgente, y precisamente en los prime­ros momentos del diseño, no cuando las tecnologías se hanimpuesto y estabilizado. Las tecnologías implantadas, al igualque las leyes aprobadas, son restos de batallas (perdidas oganadas, según por qué parte) que, una vez establecidas, le­gislan y determinan los comportamientos. Es antes de su im­plantación cuando la democracia es imprescindible.

Concluyamos ya este análisis de las tesis deterministas: elproblema de la racionalidad de la tecnología, si no aceptamosel determinismo, se convierte en el problema de si es posibleracionalizar el propio desarrollo tecnológico, en el problemade cómo hacer que las decisiones tecnológicas sean a la vezracionales y democráticas, en el problema de cómo evaluarlas opciones emprendidas en un contexto amplio de intere­ses y, por último, en el problema de cómo lograr que esta ra­cionalidad sea colectiva, intencional, libre del miedo y de lasconstricciones del poder, pero también audaz en los proyec­tos de transformación.

En el siguiente apartado vamos a tratar la segunda corrien­te escéptica sobre el desarrollo tecnológico: el constructivismosocial. Si el determinismo fue la ideología dominante en losgrandes movimientos ecologistas de los años ochenta, el cons­tructivismo ha sido el representante de la cultura posmodemade los noventa.

PIERRE MENARD, INVENTOR DE lA BICICLETA o lA fRIVOLIDAD

DEL CONSrRUCTIVISMO

El constructivismo social es la traducción posmoderna, en elterreno de la filosofía de la tecnología, de la teoría de la cons­trucción social del texto en el terreno de la literatura:

Es una revelación cotejar el don Quijote de Menard con el deCervantes. Éste, por ejemplo, escribió (Don Quijote, primeraparte, noveno capítuloJ:

1... ] la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, de­pósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lopresente, advertencia de lopor venir.Redactada en el siglo XVII, redactada por el «ingenio lego»

Cervantes, esa enumeración es un mero elogio retórico de lahistoria. Menard, en cambio, escribe:

l... ] la verdad, cuya madre es la historia, émuladel tiempo, de­pósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lopresente, advertencia de lopor venir.La historia, madre de la verdad; la idea es asombrosa. Me­

nard, contemporáneo de William James, no define la historiacomo una indagación de la realidad sino como su origen 11. L.Borges, Pierre Menard, autor del Quijote].

Pierre Menard, autor del Quijote, escrito por Borges, es unade las reconocidas primeras reivindicaciones de la intentio re­ceptoris, del papel del lector en la «construcción» del texto, másallá de la mera interpretación. El texto deja de ser un objetocuyo sentido está exhaustivamente constituido por la intentiaauctotis, por las motivaciones y vivencias del autor, tal comodefendía la hermenéutica clásica, o por la intentio operis o es­tructura formal y semántica del texto, tal como defendió el es­tructuralismo: ahora el texto es una construcción del conjuntode sus lectores y del contexto histórico en el que vivieron.

Esta misma idea, que ha dado origen a toda la posmoder­nidad en crítica literaria, se ha traducido en el campo de los

Page 19: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

40 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE ULlSES 41

estudios sobre ciencia y tecnología en una forma de entenderel cambio sociotécnico: el texto científico y el artefacto tecno­lógico son una «construcción social», No está muy claro quése quiere indicar bajo este rótulo, pero el núcleo común esque no tiene sentido, a juicio de estos autores, estudiar lostextos científicos desde el punto de vista de sus propiedadesformales, de su significado o de su posible verosimilitud, nilos artefactos y procesos tecnológicos desde el punto de vistade su diseño y eficiencia en la práctica. En términos positi­vos, sin embargo, unos autores se refieren a la «construcciónsocial» como al conjunto de intereses sociales que causan laproducción del texto o el artefacto y otros al conjunto de in­tereses y agentes que «interpretan» el texto o artefacto.

El papel del razonamiento y los métodos de contrasta­ción y prueba en la génesis de las teorías o innovaciones loejercen ahora las controversias. A diferencia de un razona­miento, que es algo que no puede ser entendido sin entenderlos pasos y las inferencias, las controversias son procesos so­ciales externos que puede observar un sociólogo sin necesi­dad de captar su significado. Su función será la del notarioque levanta acta de los agentes implicados y de sus intereses ydiscusiones, sin descender a las posibles razones que tenganen sus argumentaciones.

La posmodernidad en los estudios sobre la tecnología seha convertido con una pasmosa rapidez en la industria demayor crecimiento en los ámbitos de la filosofía y la sociolo­gía. Se han abierto institutos, programas, departamentos, re­vistas y se ha formado una multitudinaria comunidad deinvestigadores que aparecen bajo las siglas SSK (Social Studiesof Knowledge), sss (Social Studies of Science) o 81'S (Science,Technology and Society};'? El núcleo común a las varias co-

10 Marta González r., losé A. López Cerezo y losé L. Luján (comps.) 1 Y2 son dos fuentes magníficas para una visión panorámica de los temas, losautores y las bases filosóficas de estos estudios.

mentes que conviven en este nuevo espacio es el constrncti­vismo, que puede ser más estrecho, cuando se limita a unconstructivismo social de los objetos de un dominio de in­vestigación, o más amplio cuando aparece en la forma de re­des de actores que no son necesariamente agentes humanostradicionales. En lo que se refiere al cambio tecnológico noslimitaremos a las tesis del constructivismo amplio defendidopor Bruno Latour, Michel Callon y Wiebe E. Bijker, entreotros numerosos estudiosos de los sistemas sociotécnicos. 11

El principio fundamental en lo que respecta al estudio delcambio técnico es el principio de simetría. Es un principio quetiene su origen en un grupo de investigadores en sociologíadel conocimiento, originarios de la Universidad de Edimbur­go, autodenorninado Programa Fuerte [véase Bloor]. Esteprograma defendía la idea de que el investigador de la cien­cia, sociólogo, historiador o filósofo, debe permanecer indi­ferente ante la verdad o falsedad de las teorías a la hora deexplicar causalrnente los orígenes de tales teorías.'? En lo querespecta al constructivismo sociotécnico, este principio se ex­pande en otros tres: 13

11 Wiebe E. Bijker,Thomas Hughes y Trevor Pinch (comps.); Wiebe E.Bijker y l. Law (comps.); Wiebe E. Bijker; Bruno Latour, Aodrew Pickering,Iohn Law (comp.) y Michael Callon 2 son algunas de las más importantesreferencias de esta corriente y en cualquier caso una fuente para el resto.

12 Elotro componente característico del programa fuerte es el principiode causalidad que especifica que han de estudiarse los orígenes causales delconocimiento buscando estas causas en las estructuras sociales. Este princi­pio no es sostenido necesariamente de manera tan fuerte en la forma deconstructivismo a la que nos estamos refiriendo.

13 Bijker discute la extensión del principio de simetría de la sociologíadel conocimiento de D. Bloor a los principios que expresamos aquí[pp. 272-273] Bijker encuentra que esta expansión contradice en parte elprograma sociologista, puesto que la sociedad también es una construc­ción a veces de actores no intencionales como los artefactos.

Page 20: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

42 MUNDOS ARTlFICIAI.ES LA MIRADA DE UUSES 43

1) Principio de simetría epistémico: la explicación del cono­cimiento debe ser indiferente a su verdad o falsedad.

2) Principio de simetría pragmático: la explicación de! cam­bio técnico debe ser indiferente al éxito o fracaso delos programas o marcos tecnológicos.

3) Principio de simetría ontológico: la explicación del cam­bio técnico debe ser indiferente a si los agentes causa­les son intencionales (individuos) o no (estructurassociales o artefactos).

El principio de optar porlo mejor

Para entender mejor las implicaciones de estos tres principiosdebemos detenernos brevemente a ver qué es lo que niegan:

Los principios epistémico y pragmático afirman, en reali­dad, dos cosas distintas. Laprimera es una observación metodo­lógica con la que es difícil mostrarse en desacuerdo: que el his­toriador, e! sociólogo o e! filósofo deben atender por igual a loséxitos que a los fracasos. Es más, si de los éxitos podemos apren­der algo acerca de la lógica del cambio tecnológico es seguroque, al menos desde un espíritu popperiano, podemos aprendermucho más de los fracasos. Y esta observación sirve por igual alprincipio epistémico. Pero nuestros dos principios afirman, ade­más, algo más fuerte: el éxito noexplica nada, e1 mismo debe ser ex­plicado. Este principio es una herencia del programa fuerte de so­ciologia del conocimiento contra las formas de contar la historiade la ciencia o explicar su desarrollo en las que las teorías verda­deras se explican como resultado de operaciones internas, epis­térnicas, mientras que las teorías falsas se explicarían por la in­terferencia de factores externos como los intereses sociales (o enla epistemología clásica las pasiones, los compromisos ideoló­gicos o metafísicos y otras fuentes de perturbación).

En e! caso de la tecnología, supone e! abandono de laidea de que los artefactos y procesos se introducen y extien-

den, entre otros muchos factores, a causa de sus propiedadestécnicas, preferibles a otras alternativas. Supongamos que te­nemos tres modelos posibles de un diseño, por ejemplo, deun nuevo modelo de automóvil: A, B Y C tales que sus pro­piedades técnicas los ordenan de menor a mayor así, A>B>C.Supongamos que ahora observamos e! patrón de innovaciónde estos modelos y encontramos que, efectivamente, A fue e!elegido para ser producido masivamente, o que, en el caso deque todos ellos hubieran sido producidos, A es el mayorita­rio en ventas, B e! segundo y C el tercero. Si algún día escri­biéramos la historia del automóvil explicaríamos e! éxito deA, entre otras razones, porque fue preferido por sus propie­dades.!"

Este modo de explicar las decisiones tecnológicas, obso­leto según e! constructivismo, supone que la gente (ingenie­ros, empresarios, políticos, usuarios, etc.) elige entre lasopciones disponibles la que se adecua mejor a sus intereses.A este patrón explicativo subyace un supuesto en el que laoptimalidad de los diseños coincide con la racionalidad delas elecciones [véase Elster 1J: el agente racional elige no so­lamente la alternativa que cumple sus objetivos sino la quemejor cumple sus objetivos. Tradicionalmente se ha creídoque la racionalidad y la optimalidad son supuestos para po­der interpretar, explicar y reconstruir la historia de las accio­nes humanas. Y cualquier posible desviación de lo que esteprincipio nos haría esperar sería lo que demandaría alguna«causa» explicativa que interfiere en la racionalidad de losagentes. Así, en e! caso de los automóviles, una desviación dela ordenación de preferencias podría acudir, por ejemplo, a

14 El ejemplo es abstracto, pero tengo en la cabeza la película Tuc1ler,de Francis Ford Coppala, en la que se narra la historia de un ingeniero deautomóviles innovador cuyos diseños fueron rechazados en los años cin­cuenta, pese a ser, o precisamente por ello, muy superiores a los produci­dos por las grandes marcas.

Page 21: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

44 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE ULlSES 45

que el agente podría haber estado ofuscado por la propagan­da, que no conocía todas las alternativas disponibles, que fueobligado por el poder a elegir en un orden diferente, etc. El so­ciólogo, historiador o filósofo racionalista busca en el entornodel agente o en mecanismos psicológicos internos explicacio­nes a lo que se ha convertido en un problema explicativo: có­mo es posible que el agente no haya elegido lo mejor.'!

En resumen, el sistema racionalista de explicar el cambiotecnológico o de reconstruir la historia consiste de la aplica-oción de un patrón de explicación intencional que presuponeque los agentes son racionales, y que esta racionalidad es má­xima. La unión del principio de racionalidad máxima con elcarácter intencional de las decisiones implica que el abando­no de la asimetría entre las explicaciones de las tecnologíasque tienen éxito y las que no las tienen no pueda hacerse im­punemente: es necesario abandonar o al menos reformar laidea de que las explicaciones intencionales son intencionales

15 Es posible e incluso probable que no coincidan las decisiones delagente y la optimalidad de la alternativa. La microfísica del historiador osociólogo puede entonces dirigirse hacia varias opciones [véase Elster 1,pp. 74-76]: puede que las opciones estén mal definidas, en cuyo caso esexplicable cualquier desviación de lo que cabría esperar, en segundo lugar,puede que sea intrínsecamente imposible ordenar A, B, e tal como había­mos supuesto al principio, por ejemplo, por el hecho de que la ordenaciónse hace relativamente a objetivos que compiten entre sí y que todos ellosson categóricos desde el punto de vista del agente. Pensemos en objetivoscomo la potencia, el bajo consumo, el bajo costo, consideraciones ecológi­cas como la emisión de gases o la reciclabilidad, etc. Si ocurre que el ordende las alternativas cambia respecto a cada uno de estos objetivos, y que elorden es relativo a la estructura interna del agente, nos encontraremos conque no existe ninguna salida intrínsecamente óptima. En tercer lugar ca­be que exista lo que Elster ha denominado «mecanismos» y que son patro­nes causales que obligan al agente a ser irracional. independientemente delo que él haría en circunstancias ideales: las limitaciones cognitivas, las deter­minaciones sociales, la ideología, en el sentido marxista de sesgo de la in­formación a causa de la propia posición en el entramado social, etcétera.

si y sólo si son racionales. Es necesario abandonar o modifi­car el concepto de racionalidad.

El construetivismo social de la realidad, y por extensióntodo tipo de constructivismo que use el principio de simetríaepistémico o pragmático, abandona o reforma necesariamen­te la idea de racionalidad y en nuestro caso la idea de raciona­lidad tecnológica. No puede acudir a la explicación clásica delas ideologías, puesto que las ideologías, al menos en la tradi­ción marxista o en la de Manheim, son visiones distorsiona­das de la realidad que presuponen la radical racionalidad delos agentes: el que está abajo en la escala social, puesto queno tiene nada que perder salvo sus cadenas, ve las cosas comoson, sin interferencia, mientras que el resto está coaccionadoy sesgado por los mecanismos causales que derivan de su po­sición en la arquitectura sociaL El constructivismo consideraque este tipo de explicaciones son todavia excesivamente ra­cionalistas para su gusto. Pero lo que en realidad ha abando­nado es el supuesto de racionalidad: de hecho reconstruye lahistoria, cualquier historia humana, adoptando criterios si­métricos respecto a si los agentes son racionales o no lo son.

Pero veamos ahora qué ocurre cuando tenemos en cuen­ta el tercer principio de simetría, el ontológico.

De aClantes a cyborgs

Algunos autores, precisamente los que han tenido mayor éxi­to popular, se han adherido a un principio más fuerte, quecae bajo el rótulo de principio de simetría ontológico:

Así, Bruno Latour puede haber elegido estudiara Louis Pasteur,pero el objeto del estudio no es tanto celebrar como decons­truir al sujeto.ParaLatour, Pasteur es un efecto, un producto deun conjunto de alianzas, de materiales heterogéneos. En lamedida en que Pasteur «es>¡ un «hombre» necesitamos ver que

Page 22: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

46 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE ULlSES 47

esto es un producto más que algo inherente a Pasteur [Law(comp.), p. 12J.

Todos somos redes heterogéneas, productos de solapamientosconfundidos. ¡Habrías encontrado realmente nuestro caminoen la última semana sin máquinas?, ¡desde luego que no! Túeresen parte máquina [p. 17].

Las entidades hacen la historia, pero no en las condiciones queellas mismas eligen [p. 18].

Esta última paráfrasis de Marx'" establecía originalmenteun dilema entre las intenciones de los hombres y las conse­cuencias no queridas de sus actos. Pero este texto parece llevar­nos obligatoriamente a un solo polo de la tensión: la historiase hace por medio de agentes que no tienen por qué ser ni si­quiera humanos.

Michel Callan [21 ha popularizado la noción de redes so­ciotécnicas en las que los humanos y sus artefactos entran porigual en e! complejo de sistemas causales que e! historiadordebe reconstruir:

un objeto técnicopuede ser tratado como un programade acciónque coordina una red de roles. Estos roles son ejercidos por nohumanos (laspropias máquinas y otros objetos como accesorioso suministros de energía) y «humanos periféricos» (tales comovendedores, consumidores, reparadores, etc) [p. 136).

Andrew Pickering propone los cyborgs, mezcla de organis­mos y máquinas, no sólo como metáfora, sino como modelo

16 «Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su librearbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos.» La cita, muy cono­cida y repetida, está en el segundo párrafo de El dieciocho Brumario de LuisBonapaite, uno de los textos a los que hay que acudir para estudiar el modoen el que Marx entendía y reconstruía la historia.

real de reconstrucción histórica. El historiador posmodernobusca e! cyborg en la historia con el mismo interés que el his­toriador de! XIX buscaba e! héroe o el genio.

Los estudios tradicionales sobre la ciencia son asimétricos acer­ca de la agencia y reconocen la agencia genuina solamente enel campo humano pero no en la naturaleza, que es contempla­da como materia inerte esperando pasivamente la representa­ción. Así, los filósofos de la ciencia han tenido miedo de laagencia humana (deseos, querencias, motivos) y han queridodominarla vía la Razón entendida como método. Los sociólo­gos han buscado más bien entender la agencia humana (inte­reses) como causas genuinas de creencia y extensión cultural.De nuevo y en común con otros, mis estudios me convencende que esta distribución asimétrica de agencia es insostenible,especialmente cuando las cuestiones sobre la ciencia y la tec­nología están en el candelero. Más obvio me parece que las má­quinas hacen cosas que no pueden hacer sin ayuda de las mentes ylos cuerpos humanos, esto es, las máquinas sonagentes performativosen un sentido análogo a los agentes humanos, esto es, agentes huma­nos disciplinados. Quizás es menos obvio, pero pienso quedebemos dejar a la agencia salir a la superficie en nuestra com­prensión de la ciencia, la tecnología y la sociedad [Pickering,p. 40; el subrayado es mío j.

Un agudo crítico de esta corriente, Robert Nola, ha califica­do el posmodernismo de «Chernobil cultural» de la filosofíafrancesa, a la par con Disneylandia y otra serie de desastres cul­turales que le han ocurrido últimamente al país de la culturauniversal. El hecho de convertir las máquinas en actantes a la parque cualquier ser humano, aunque aparentemente puede serleído como una frívola boutade de intención retórica, es sin em­bargo un grave suceso cultural, mucho más grave que e! de losprincipios de simetría sociológicos: epistémico y pragmático.

A fin de cuentas, e! sociologismo de! programa fuerte ensociología de! conocimiento no es más que e! último, más

Page 23: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

48 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DI: ULlSES 49

ingenuo y fácilmente refutable que cualquiera de los demásreduccionismos. El reduccionismo sociológico considera quehay «causas» sociales, en el sentido de que hay hechos socia­les que tienen influencia causal sobre las acciones humanas.Nadie sabe, sin embargo, dónde reside el poder causal de loshechos sociales, como no sea en los patrones individuales deconstrucción de la acción, en el miedo provocado por la ex­pectativa del castigo o en el deseo sembrado por la propagan­da o libremente decídído.'? Hay reduccionismos hacia abajo,como ocurre cuando se afirma que todo hecho social se redu­ce a intenciones de los individuos, o quizá a otras instanciasaun inferiores, y reduccionismos hacia arriba, como el impli­cado por la afirmación de que un individuo, o la intención deun individuo es una construcción social. Pero, a diferenciade los reduccionismos hacia abajo, que al fin y al cabo pre­tenden buscar la causalidad en niveles más profundos deexplicación, los reduccionismos hacia arriba convierten la ex­plicación de la conducta humana en algo misterioso: ¿cómoes posible que la sociedad «cause» algo?

La enfermedad infantil del constructivísmo

Pero el reduccionismo hacia arriba no es el menor de los pro­blemas del constructivismo. Es más curioso el dilema ante elque se encuentra cuando se enfrenta a lo que parece ser unade las causas mayores de su éxito: su capacidad para el com-

17 Foucault, un autor sin el que no pueden entenderse las actitudesposmodernas, se presentaa sí mismo como un descubridor de la microflsi­ca del poder,pero dejando a un lado la cuestión del carácter de estas metá­foras físicas (algo que Sokalha puesto ya abiertamente sobre el tapetede ladiscusión (véaseSokal y Bricmont]), Foucaulthabríahecho bien en medi­tar sobre los mismos problemas que ya se planteó Spinoza cuando refle­xionó sobre la naturaleza del poder, acudiendo a mecanismos causalesmucho más plausibles y humanos como el miedo y el deseo.

promiso político con propuestas de resistencia a la tecnolo­gía nacidas en los movimientos sociales como son los variosecologismos. feminismos o antimilitarismos.

El constructivismo es un poderoso instrumento de críticapor cuanto permite descubrir el sesgo que introducen en ellenguaje y los diseños los intereses sociales. La actitud femi­nista, por ejemplo, ha permitido analizar cómo existen ses­gos de género en numerosas ciencias, particularmente en labiología, y cómo se perpetúan actualmente en las biotecnolo­gías de reproducción asistida [véanse Pérez Sedeño y Longi­no l. La existencia de formas de traducción del poder decontrol sobre la ciencia y la tecnología es un hecho reconoci­do y sin embargo difícil de detectar. En eso estriba el interésde la crítica intelectual de la tecnología: en hacer visible loque el tiempo y la estabilización de los artefactos convierte eninvisible. Tal como ocurre en la sociedad en general, una desi­gualdad en el poder es fácil de reconocer cuando estamos enun periodo de discusión o controversia, pero cuando se es­tabiliza en forma de un hábito o ley tiende a desaparecer elelemento desigualitario para dejar visible únicamente el fun­cional. Nadie suele reparar en las barreras arquitectónicas delas ciudades, donde «nadie» se refiere al ciudadano medio,salvo cuando se comienza a pertenecer al grupo minoritariode los ciudadanos con minusvalías motrices, por ejemplo, aquienes tienen que mover las sillas de sus hijos pequeñosa través de las aceras, las escaleras múltiples, los accesos a losmetros y autobuses, etc. Esto ha sido descubierto y puesto demanifiesto claramente por los mejores estudios de caso co­mo los de Bijker sobre el desarrollo de un artefacto como labicicleta, en donde el hecho de que fuera usado por varonesde clase alta o por mujeres se tradujo en una controversia so­cial sobre los mecanismos de seguridad como los frenos.Una vez que el artefacto se estabiliza, esos orígenes se pier­den o transforman.

Page 24: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

50 MUNDOS ARTIFICIALES tA MIRADA DE llLlSES 51

Esta función social, política e intelectual es responsablede la bienvenida que han tenido los estudios sociales de laciencia y la tecnología. Pero el constructivismo, pese a quesea mayoritario entre los profesionales de esos estudios (co­mo lo es el platonismo entre los matemáticos) es una formade entender el significado político de tales estudios, y aquí seencuentra ante un dilema: ¿tiene algún compromiso el teóri­co de estos estudios con los movimientos de emancipación osimplemente con el proyecto de extensión universal de la de­mocracia a ámbitos como el diseño?

. En un artículo que produjo cierto malestar entre losteóricos constructivistas, Langdon Winner [3] criticó la incapa­cidad de compromiso social del aparentemente hipercriticis­mo sociologista. Muchos constructivistas se han dado poraludidos [Bijker, Aibar y Bijker] y han sostenido que los estu­dios constructivistas tienen implicaciones para la política dela tecnología. Pero Collins, uno de los más destacados defen­sores del constructivismo, en una controversia suscitada porSocial Studiesof Science, órgano privilegiado del sociologismode la escuela de Edimburgo, ha reivindicado en tono sarcásti­co la neutralidad política de los estudios sociales de la cien­cia contra los defensores del espíritu sesentayochista de losmovimientos internos de reforma de la ciencia como fueron,por ejemplo Science for the People y otros similares. Collinsafirma cosas como: «Aunque ya no tenemos razón algunapara creer que un sistema político en particular es vital parael crecimieno del conocimiento científico, todavia sabemos,sin embargo, cómo queremos que se haga nuestra ciencia»[Collins 4, p. 2321.

Collins, un sociólogo abiertamente relativista y uno delos más radicales en la crítica a las formas racionalistas, creeque al estudioso de la ciencia solamente le interesa la ciencia,sea cual sea su posición política, y además especifica este de­seo acerca de cómo queremos que sea la ciencia:

Sabemosque preferimos una ciencia informada por algocomolas normas mertonianas [... ). Descubrir que las normas de laciencia son a veces más honradas de palabra que de obra no lashace menos dignas: simplemente destruye el lazo con la prácti­ca del conocimiento que RobenMenan y sus seguidores inten­taban establecer [p. 232).

Robert K. Merton inició en los años cincuenta y sesenta lasociología de la ciencia, pero su aproximación es lo contrariodel «sociologismo». Consideró que la ciencia había sido his­tóricamente el producto de un compromiso con valores mo­rales como el comunitarismo, el universalismo, el desinteréspara todo lo que no sea la verdad y el escepticismo organi­zado para combatir la credulidad ingenua [véase Merton).Siempre ha sido considerado por los constructivistas como elparadigma de la forma de estudiar la ciencia antirrelativista,de manera que las palabras de Collins son más bien curiosasen boca de quien ha defendido abiertamente el relativis­mo, mucho más en lo que respecta a las normas del métodocientífico.

y es que la queja de Collins señala rápidamente cuál es eldilema al que se enfrenta el filósofo constructivista: si se tratade una persona comprometida con alguna causa social o po­lítica, su interés básico es mostrar que la causa puede llevarsea buen término en la práctica, que no existen determinismosirreversibles, que se deben descubrir los sesgos del poder allídonde los filtros de la costumbre los ha hecho invisibles yque, por consiguiente y en conclusión, serían necesarios losmejores estudios (en el mejor sentido científico del término)para descubrir exactamente el grado de penetración de la de­sigualdad social en la práctica de la ciencia, de la tecnología oen general de la economía, la política y la sociedad.

Helen Longino lo ha expresado claramente en una frasereferida al compromiso social del movimiento feminista enfilosofía, en epistemología en este caso: hacer filosofía de la

Page 25: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

52 MUNDOS ARTIFICIALES

ciencia como una feminista, no hacer filosofía feminista dela ciencia. Porque solamente son útiles los estudios cuandoson lúcidos y permiten una práctica racional. De manera quesi a un militante le preguntamos qué trabajos le vienen mejorpara su causa, preferirá que sean aquellos que le sean másútiles por la información que contienen, y aquellos que noimpidan la práctica, convirtiendo al sujeto, a todo sujeto, in­cluido aquel que pretende cambiar las cosas, en un mero ins­trumento, o como se ha dicho, en los órganos sexuales dereproducción de las máquinas. De modo que por su propiointerés rechazará la filosofía constructivista en lo que se refie­re a los trabajos que tiene que usar, incluso para defender e!constructivista.

Pero es que incluso e! filósofo constructivista que no deseaun compromiso político abierto, como es e! caso del sociólo­go Collins, al que acabamos de citar, para defender la inde­pendencia de la ciencia y la política, lo hará con argumentoscomo los que acabamos de leer, que son, siento decirlo, unade las más lúcidas refutaciones del constructivismo, pues loque afirman es que e! compromiso de! sociólogo lo es tan só­lo con una buena ciencia (aunque lo haga defendiendo e! re­lativismo) .

Queda, por último, una tercera opción que no es la delcompromiso político ni la neutralidad, sino la de formar alfilósofo o al sociólogo como gestor o árbitro de la ciencia y latecnología. Así, Steve Fuller, otro de los más ardientes defen­sores de una filosofía constructivista, ha reconocido que laagenda oculta es «volver a la idea del siglo XIX de la interven­ción de los filósofos con el fin de mejorar el curso de la pro­ducción de! conocimiento». Fuller critica en consecuencia lafilosofía de la ciencia y la tecnología contemporáneas y másbien alejadas de toda prescripción sobre la política científica,precisamente por su poca audacia normativa:

LA MIRADA DE ULlSES 53

Desgraciadamente, las prescripciones propuestas en nuestrotiempo (es decir, desde la aparición del positivismo lógico)han estado más cerca del espíritu del maestro de escuela po­niendo notas que del gestor político tratando de mejorar el es­píritu de investigación [Fuller, p. 94).

Nada hay que objetar a las aspiraciones a colaborar en unamejora de la política de la ciencia y la tecnología; es parte delcompromiso político, incluso de la mejor parte de! compro­miso político, pero Fuller, en la mejor tradición burocrática,propone que los filósofos se dediquen a un trabajo prácticocomo éste:

Los investigadores, por ejemplo, pueden ser colocados en com­petición mutua directa en situaciones en las que previamenteno competían. Es más, puede requerírseles que incorporen losintereses de otra disciplina, incluyendo a los practicantes deesa disciplina, a fin de recibir una financiación adecuada. Fi­nalmente los investigadores pueden ser forzados a dar cuentade sus resultados, no sólo a los practicantesde su propia disci­plina, sino también a los de otras disciplinas y puede que in­cluso al público en general. Al manipular estas variables de laproducción del conocimiento, el epistemólogo social puedeasegurarse de que los límitesdisciplinaresno se solidifiquen en«géneros naturales»y que la comunidad científica no adquieraintereses de claserígidamentedefinidos [p. 94).

Esta vocación administrativa del filósofo constructivistaya fue propuesta curiosamente por Feyerabend, para quien elanarquismo metodológico que promovía respecto al desa­rrollo de la ciencia dejaba de ser tal respecto a la función de!filósofo que se convertía, al igual que promueve Puller, en ungarante de los intereses sociales dentro de la comunidadcientíflca.l" En otro lugar he mantenido la sospecha de que

111 Fuller incluso especifica con algún detalle las tareas que reserva a

Page 26: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

54 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE ULlSES 55

Feyerabend esconde un trasfondo más cercano al proyectoautoritario del idealismo alemán [véase Broncano 6) y ahoralo afirmo claramente respecto a la propuesta de Fuller: no tie­ne mucho sentido recorrer un camino de crítica radical a lasfilosofías tradicionales de la ciencia, como el positivismo ló­gico, para terminar defendiendo una mera reforma adminis­trativa de la función de los filósofos en la programaciónsocial de la ciencia y la tecnología.

Concluyendo nuestra valoración del punto de vista cons­tructivista sobre la racionalidad científica: debemos distin­guir tajantemente entre el interés social, político, filosóficoque tiene descubrir los velos que enmascaran muchas dife­rencias sociales, un logro que a veces consiguen los mejoresestudios constructivistas, de la obsesión metodológica pornegar la importancia de factores internos, como la verdad enel caso de las teorías científicas o la eficiencia en el caso de latecnología, que se expresa en el principio de simetría o neu­tralidad ante la verdad y la falsedad, la eficiencia y la inope­rancia. Pero esta neutralidad sólo lo es en apariencia: esneutral en lo que respecta a la racionalidad de los actores hu­manos, individuales o colectivos. Ocurre, sin embargo, queal abandonar el supuesto de racionalidad, la historia huma-

los filósofos, pues sus prescripciones, afirma, «se convierten en inútiles sino tienen como objetivo último el guiar el curso de la investigación pre­sente y futura» [Puller, p, 94). Así propone que sea obligación (y derecho)del epistemólogo: 1) «tratarla clase de asuntos que van a ser decididos porinercia institucional» [p. 93]; 2) «determinar el valor relativo de la investi­gación producida por las disciplinas académicas» Ip. 93J; 3) elevar la quejacontra el hecho de que (dos investigadores en política del conocimiento notienen función alguna en el descubrimiento o la construcción de los temasque tratan de resolver» Ip. 931; 4) «reestructurar periódicamente los am­bientes en los que los investigadores compiten por los recursos» [p. 931.De modo que se trata de una agenda que hace temer que le deje al filósofopoco tiempo para seguir siendo filósofo, o sea, para reflexionar con ciertadistancia sobre el conocimiento, incluida su participación en el proceso.Pero, claro, esto para Fuller significa abandonar la responsabilidad.

na se convierte en un absurdo, incluidos los esfuerzos por co­rregir la irracionalidad. No es lo mismo mostrar el mismo in­terés de investigación hacia los éxitos que hacia los fracasos(esa neutralidad es una de las mejores recomendaciones me­todológicas que pueden hacerse a quien estudie el cambio tec­nológico: ambos han de ser estudiados), que demostrar elmismo desinterés hacia el éxito que hacia el fracaso: estaneutralidad es una de las peores recomendaciones que puedehacerse a quien tiene o desea tener algún tipo de responsabi­lidad sobre el futuro.

LA PREGUN'IA POR HEIDEGGER: EL DESASIMIEN'!D DE lA 'lí!CNICA

y EL CONTROL DEMocRÁnco DE lAS AITERNA11VAS TECNOLÓGICAS

La tercera familia de objeciones contra la racionalidad tecno­lógica está enraizada en la tradición fenomenológica y tienesu origen en Heidegger. Distinguiremos entre el pensamientode Heiddeger en Ser y tiempo, que ha sido fecundo en ideasacerca de los sistemas tecnológicos, incluso en nuestros días,de las críticas que expresa en la posguerra en «La preguntapor la técnica» y otros escritos contemporáneos. Este segun­do Heidegger ha tenido una influencia muchísimo mayor. Esel Heidegger que se adscribe a una corriente profundamentepesimista junto con Iacques Ellul y Lewis Mumford.!? Es unatradición que confronta el nuevo universo de la tecnologíacontemporánea con el mundo cotidiano en el que discurrennuestras vidas,

Nuestro mundo familiar se compone de prácticas, hábi­tos y tradiciones que trazan los límites de nuestra identidadde grupo y, quizás por ello, se convierten en algo más quedescripciones de cómo somos, adquiriendo un estatuto casi

1') Ellectorpuede encontraruna buena historia de la filosofía de la tecno­logía en los escritos de Carl Mitcham. especialmente en Mitcham 1 y 2.

Page 27: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

56 MUNDOS ARTIFICIALES l.A MIRADA DE UtlSI2S 57

normativo, al menos en cuanto sirve para diferenciarnos ydistanciarnos de otros que no comparten esa identidad. Enlas civilizaciones tradícíonales-" la relación con el mundo yla inserción en él a través de los objetos técnicos se produceen medio de un equilibrio dirigido por el discurrir «natural­del mundo natural. Los cambios, cuando ocurren, son lentosy no tienen efecto en el tiempo de las vidas de la gente, noafecta a sus expectativas psicológicas sobre el mundo ni a loslazos que les atan a los otros. El cambio técnico en esas socie­dades es indistinguible en velocidad e importancia de losotros factores que configuran el cambio social. La irrupciónde la tecnología contemporánea habría producido una rup­tura de esta situación originaria de equilibrio. Los grandes sis­temas tecnológicos y el cúmulo de artefactos que nos rodeaestarían perturbando estas formas de vida normativamenteconstitutivas y llevándonos a otras en las que nos sentiría­

. mas extraños y que, para decirlo en términos heideggerianos,cada vez nos alejarían más incluso de comprender la propiaesencia de la técnica.

El arte del mantenimiento de la motocicleta y la instrumentalidadheideggeriana

Probablemente la mejor ejemplificación de la filosofía heid­degeriana de la tecnología se encuentre en una novela bestse­ller de los años en que estaban comenzando los primerosmovimientos ecologistas, Zen yel artedel mantenimientode lamoto de Robert M. Pirsig. Narra un viaje a través de las llanu­ras centrales de Estados Unidos en una motocicleta que el

20 Entenderemos por tradicionales las anteriores o simultáneas peroenfrentadas al proceso de globalización: véase Castells 2. Castells ha seña­lado la paradoja que resulta de que el proceso de globalización impliqueun renacimiento de los movimientos sociales basados en señas de identi­dad.

autor realiza acompañado de su hijo. El cuidado de la moto­cicleta es el objeto de los pensamientos y las reflexiones delpadre, que ejerce de narrador a lo largo de las interminablesjornadas a través de las Creat Plains del Oeste Medio estadouni­dense y extiende esta meditación on the road a una meditaciónsobre la relación que establecemos con la tecnologia. Losgrandes sistemas tecnológicos nos convierten en extranjerosen un paisaje ajeno, cambian nuestra vida y transforman enextraños a nuestros propios instrumentos; por el contrario, lamotocicleta, en medio de las praderas, sin talleres de repara­ción, sin otra mediación que nuestra habilidad, metáfora delcaballo del antiguo pionero, nos reconcilia con la más viejade nuestras relaciones con los instrumentos. la de cuidarnos deellos porque dependemos mutuamente unos de otros.

Atraviesas un área de industria pesada de una gran ciudad y ahíestá toda la tecnología. Enfrente están las cercas de alambre depúas, los portones con candados. los letreros diciendo NO PASE,

Ymás allá, a través de la atmósfera de hollín, ves extrañas, feasformas de metal y ladrillo de propósito desconocido y cuyosmaestros artesanos nunca ves. No sabes qué tienes tú que vercon eso ni por qué está ahí, no hay nadie para decírtelo y en­tonces te sientes alienado, extraño, como si tú no pertenecierasaquí Ip. 15].

Cuando nos enfrentamos a los artefactos con otra acti­tud, con la de aquellos que saben que son cosas nuestras, delas que debemos cuidarnos, la tecnología se convierte en otracosa muy diferente. en algo que nos pertenece; cuando unose ocupa de su moto por sí mismo descubre hasta qué puntonuestra cultura ha aceptado la enajenación como un hechoconsumado:

Mientras trabajaba pensaba sobre esta misma falta de cuidadoen los manuales de los ordenadores que estaba editando. Escri­bir y editar manuales técnicos era lo que había estado haden-

Page 28: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

58 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE UI.ISE$ 59

do para vivirlos últimos once mesesdel año, y sabía que estabanllenos de errores, ambigüedades, omisiones y de informacióntan resumida que tenías que leerlo seis veces para conseguirdarle algún sentido a aquello. Pero lo que me asombró desdela primera vez fue el acuerdo de esos manuales con la actituddel espectador que había visto en la tienda: estaba incorporadaen su formato. En cada línea estaba implícita la idea de que«aquí está la máquina, aislada en el tiempo y en el espacio detodo lo demás del universo. No tiene ninguna relación conti­go, tú no tienes ninguna relación con ella diferente a la deapretar botones, mantener niveles de voltaje, comprobar lascondiciones de error... », y así todo lo demás. El mecánico notomaba realmente ninguna actitud diferente de la actitud delmanual hacia la máquina, o de la actitud que yo tenía cuandola compré. Yse me ocurrió que no hay ningún manual que ten­ga que ver con el objetivo real del mantenimiento de la moto,el aspecto más importante de todos. Tener cuidado de lo queestás haciendo es algo a lo que no se le concede importancia oque se da por supuesto.

En este viaje tendríamos que darnos cuenta, explorarlo unpoco, para ver si en esta extraña separación entre lo que elhombre es y lo que el hombre hace podemos obtener algunasclaves de lo que ha ido infernalrnente mal en este siglo xx. Noquería darme prisa, es una venenosa actitud del siglo xx. Cuan­do uno tiene prisa por algo quiere decir que no se va a preocu­par mucho por ello y se va a dedicar a otras cosas [p. 25].

Pirsig nos habla pues de este extrañamiento de nuestracultura ante los objetos que nos rodean, no ya, como postu­laba el determinismo tecnológico, porque nos dominan yconvierten en sus objetos, sino porque han dejado de ser al­go nuestro para travestirse en meros medios de uso de los queno hay que cuidarse más que en tanto sirvan a su objetivo. Entérminos de Heidegger, son «emplazados» por su objetivo.

Para algunos autores [véase, p. ej., Mitcham 2] Heidegger es,con Ortega, el gran filósofo de la técnica, con quien coincide,curiosamente, en no haber escrito poco más que algún opúscu-

lo sobre el tema. Sea cual sea nuestro juicio sobre la posiciónheideggeriana, su influencia filosófica ha sido decisiva (en elcampo de la filosofía de la técnica, en los demás no tiene senti­do resaltar su importancia), y lo curioso es que se ha extendidomucho más allá de la filosofía a ciertas formas de ingeniería co­mo la arquitectura o la inteligencia artificial. Encontramos citasde Heidegger en textos de arquitectura, en manifiestos ecologis­tas, en manuales cristianos de bioética y en textos de ingenierosde robótica e inteligencia artificial «situada».

No hay en Heidegger, como es bien sabido, una actitudmuy proclive o defensora de la tecnología. Los años de ma­duración filosófica de Heidegger coinciden con la reacciónanticientífica y antitecnológica de la República de Weirnar."Muchos intelectuales, siguiendo la línea de La decadencia deOccidente de Spengler, achacaron a la ciencia y la técnica laderrota que la orgullosa Alemania había sufrido en la prime­ra Guerra Mundial. La crítica de la tecnología alcanzó losmás profundos niveles filosóficos de orden ontológico, aun­que su influencia se extendió por numerosos aspectos dela cultura, de la ciencia y del arte. Se acusaba a la ciencia y a latecnología, para decirlo rápidamente, de haber sido contami­nadas por el materialismo. El historiador de la ciencia PaulForman ha reconstruido el impacto que tuvo esa actitud en laciencia alemana y cómo los científicos reaccionaron antela enorme presión de los intelectuales ocultando sus creen­cias filosóficas y abjurando de cualquier manifestación quepudiera ser malinterpretada como cercana al materialismo.La metafísica tuvo serias consecuencias políticas y culturales.No fue la única actitud ante la tecnología, pero sí fue ladominante en Alemania durante los años de la posguerra yconfiguró de forma esencial una tradición filosófica muy in-

21 La ciencia de esta época y la influencia que recibió del entorno inte­lectual anticientífico han sido estudiados por el historiador de la cienciaPaul Forman y por Sánchez Ron.

Page 29: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

60 MUNDOS ARTlFICIAl.ES

fluyente a lo largo de todo el siglo. En su origen encontramosuna crítica en la que, quizá no por casualidad, coinciden Hei­deggery la escuela de Prankfurt.F La tecnología, se argumenta,está contaminada del espíritu dominador de la naturaleza. Elpecado original de la técnica no está en ella misma sino enese espíritu prometeico que se le achaca.

Heidegger hereda en parte esa tradición, pero añade algomás, su compromiso metafísico con una forma de entenderla tecnología: la tecnología es metafísica por otros medios. Laidea de la racionalidad técnica como racionalidad instru­mental, para Heidegger, impide que seamos capaces aun decaptar la esencia de la tecnología,

de este modo damos testimonio de este estado de necesidad:que nosotros, con tanta' técnica, aún no experienciemos loesenciante de la técnica; que nosotros, con tanta estética, ya noconservamos lo esenciante del arte [véase Heidegger 1, p. 37).La técnica no es lo mismo que la esencia de la técnica [... ). Laesenciade la técnica tampoco es en manera alguna nada técni­co. Por esto nunca experimentamos nuestra relación para conla esencia de la técnica mientras nos limitemos a representarúnicamente lo técnico y a impulsarlo, mientras nos resignemoscon lo técnicoo lo esquivemos [p. 9).

y Heidegger nos propone una definición de esta esencia:

Si nos preguntamos paso a paso lo que es propiamente latécnica, representada como medio, llegaremos al salir de looculto. En él descansa la posibilidad de toda elaboración pro­ductora.

La técnicano es pues un mero medio, la técnicaes un mo­do de salir de lo oculto. Si prestamos atención a esto se nos

22 Me refiero fundamentalmente a Dialéctica de la Ilustración, que aefectos de lo que estamos debatiendo es una especie de manifiesto de revi­si6n de la actitud ilustrada.

I.A MIRADA DE Ul.ISES 61

abrirá una región totalmente distinta para la esencia de la téc­nica. Es la región del desocultamiento, es decir, de la verdad[Heidegger 5, p. 15).

Que la técnica no sea un mero medio es un descubri­miento notable. Heidegger va a mostrar una comprensión dela racionalidad técnica que llega más allá de la mera raciona­lidad instrumental a la que aludíamos en la cita de DanielBell al comienzo. En Ser y tiempo Heidegger establece una re­flexión metafísica sobre la instrumentalidad que tiene mu­cho que ver con el análisis que hace Wittgenstein de lasformas de vida. La separación del mundo de la conciencia yel mundo objetivo no se reunifica en la vieja solución idealis­ta, sino a través de un nuevo análisis del mundo-a-mano enel que se realiza la existencia:

Los griegos tenían un adecuado término para (cosas», pragma­ta,esto es, aquello con lo que se tiene que ver en el «andan> que"se cura de» (praxis). Perodejaron ontológicamente en la oscu­ridad junto al carácter específicamente "pragmático» de lospragmata y los definieron inmediatamente como (meras cosas»[Heidegger 1, p. 81).

Esta reivindicación de las cosas como ptagmata ha dadopie a que Richard Rorty y Hubert Dreyfus, dentro de la ola dereivindicación actual de las identidades filosóficas estadouni­denses, reivindiquen a su vez a Heidegger como pragmatista[véanse Rorty y Dreyfus 2J, pero quizás Heidegger esté dicien­do algo ontológicamente más fuerte que lo que el pragmatis­mo de James o Dewey pretendían. Heidegger está hablandode un mundo constitutivo humano en el que no cabe hablar delo natural como opuesto a lo artificial, y mucho menos de lointerno y representacional como opuesto a lo externo causal:

Page 30: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

62 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE t/L.ISES 63

Enel «andan> se encuentra un útil para escribir o el palillero,elútil para cosero la aguja, el útil para hacer algoo el instrumen­to, el útil para caminar o el vehículo, el útil para medir o el ins­trumento de medida [p. 81].

Un útil es «algo para» [... j, en la estructuraexpresada conel «para» «hayuna referencia» de algo a algo [p. 81].

El útil, respondiendo a su (ser útil», «es» siempre por laadscripción a otro útil: palillero, pluma, tinta, papel, carpeta,mesa, lámpara, mobiliario, ventanas, puertas, cuarto. Estas «co­sas» jamás se muestran inmediatamente por sí, para llenar co­mo una suma de cosasreales un cuarto [p. 811·

si observamos estos textos encontraremos en los objetospropiedades que tradicionalm~nte se han aplicado a los con­ceptos, como es la referencia a otra cosa, la intencionalidad yla capacidad de componerse en unidades mayores. No es porcasualidad: Heidegger está analizando el «mundo-a-mano» delos objetos mediante categorías que, como más tarde compro­baremos, son propiedades que tienen los diseños: la referenciaa una función y la dependencia en su funcionalidad de otrosdiseños que completan su identidad, del mismo modo que latuerca necesita ser completada con el tornillo. Y esta cornposi­cionalidad de los útiles «compone» un mundo en el que lo na­tural existe como materia que es conformada en el diseño. Loque Heidegger piensa de los útiles se aplica en parte también alas representaciones conceptuales en el modo en el que se rela­cionan con el mundo. Heidegger, como Wittgenstein, se alejadel representacionalismo cartesiano que separa lo «interno» omental de las habilidades corporales: las representaciones, aligual que la materia, solamente existirían en cuanto corporei­zadas en las habilidades que permiten al sujeto tener una exis­tencia en el mundo. De ahí que los descubrimientos en lo querespecta a la técnica en Heidegger resulten tan novedosos, puesconectan con una de las formas recientes más interesantes enel estudio de aquello que el lenguaje y los artefactos compar­ten, el modo de conectar con el mundo.

Este territorio intermedio es un dominio ontológico queHeidegger con toda la razón no quiere reducir a la antropolo­gía, al contrario, es el lugar en el que tiene que construirse el do­minio del hombre. «Enel útil usado es codescubierta por mediodel uso la "naturaleza", la "naturaleza" a la luz de los productosde la naturaleza» [p. 84]. Se trata de un espacio de interaccióny de posibilidades que emergen a la luz, con lo que adquieresentido la idea de la técnica como un aparecer, puesto que cons­tituye un ámbito en el que tiene lugar la existencia, que no essino una realización temporal de posibilidades.

En la siguiente sección veremos a modo de ejemplo có­mo estas ideas de Heidegger han sido recuperadas en unaaproximación recientísima a algunas de las tecnologías másimportantes contemporáneas, la Inteligencia Artificial y larobótica.

Inteligencia sin representación

Esta interpretación que hacemos de Heidegger nos muestraun criterio de racionalidad tecnológica lejano respecto de lascaricaturas de la «racionalidad instrumental- que solemosencontrar en muchos textos tecnófilos y tecnófobos. Pues siel mundo-a-mano es un mundo que el hombre hace y en elque al tiempo se hace, la racionalidad es una propiedad quedefine algunas de las trayectorias posibles, algo sobre loque el análisis de Heidegger no tiene en principio una posi­ción comprometida en términos del propio análisis.

De hecho esta interpretación es la que ha influido en unaregión de la tecnología tan aparentemente lejana a la filoso­fía heideggeriana como es la inteligencia artificial, que no creoinoportuno traer a colación [véanse Brook y Steels (comps.).Clark, Dreyfus 1, Dreyfus y Dreyfus, Winograd y Flores]. Es­tos autores comparten independientemente de sus diferenciasun profundo malestar con la inteligencia artificial clásica, no

Page 31: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

64 MUNDOS ARTIFICIALESLA MinADA DE UUSES 6S

ya sólo como tecnología sino como proyecto teórico para es­tudiar la inteligencia. La inteligencia artificial clásica habríaestado dirigida, desde el punto de vista de esta concepción,por el paradigma cartesiano representacionalista con la únicapeculiaridad de haber trasvasado el representacionalismo in­ternalista mental al nuevo lenguaje del procesamiento de infor­mación: los conceptos tradicionales serían ahora objetos enun lenguaje mental que, en principio, no establecería dife­rencias ontológicas entre lo que ocurre internamente en unamáquina procesadora y lo que ocurre en el cerebro. El cuerpoy el contexto de acción sería únicamente un lugar o circuns­tancia donde se produce la acción causada por los estadosinternos, cuya esencia son sus relaciones informacionales ocomputacionales, que determinan su carácter computacio­nal. Éstas son a grandes rasgos las principales característicasdel paradigma computacional en inteligencia artificial y porextensión en filosofía de la mente. Dreyfus [1] ya protestócontra la imagen del hombre que se derivaba de esta concep­ción, y desde hace años ha sido materia de controversia en elterreno de la filosofía de la mente. No es sin embargo el te­rreno al que queremos llevar nuestro ejemplo. Dentro de lapropia inteligencia artificial y especialmente en los autoresdedicados al diseño de robots y agentes artificiales prepara­dos para sobrevivir en contextos abiertos y no predecibles, seha producido en los últimos años una reivindicación de lasideas heideggerianas de la situacionalidad en un «mundo-a­mano» de actividades."

23 Hasta tal punto se declaran continuadores de la tradición heidegge­riana que Winograd y Flores, y en panicular Winograd, padre en cierta me­dida de los programas capaces de comprender mundos externos, dedicanel capítulo 3 de su libro a (explicar» la filosofía heideggeriana. Y lo mássorprendente es lo recomendable de su lectura para alguien ajeno al pensa­miento de Heidegger. No solamente Heidegger ha influido en esta concep­ción. Como reconoce Andy Clark, también Merleau-Ponty, Píaget, Vigotskyy todos aquellos que han concebido la actividad mental como una activi-

Rodney Brooks ha dado un nombre propagandístico a estacorriente que no hubiera desagradado al propio Heidegger: «in­teligencia sin representación». Consiste en el proyecto de conce­bir la inteligencia como una interacción mediada, continua,temporal entre el cerebro, el cuerpo y sus órganos, los instru­mentos y el mundo, de modo que la actividad resultante es unproducto cooperativo de la interacción de todos estos elemen­tos. Laracionalidad no es tratada como una propiedad internay mucho menos representacional en donde los cálculos deter­minen cada uno de los movimientos. Siusamos la metáfora deun tango, que no puede ser bailado individualmente, podría­mos hablar de la racionalidad como de una propiedad pareci­da a la armonía de los movimientos del baile. Hay muchas for­mas de bailar, algunas de ellas son armónicas y otras no: laracionalidad sobrevendría sobre la forma de la interacción «si­tuada» en el mundo. De acuerdo con esta interpretación de la fi­losofía heideggeriana, el carácterdel mundo técnico, su carácterontológico, sería independiente de cualquier noción de racio­nalidad que podamos considerar. Se trata tan sólo de una formade superación de la concepción representacionalista, la concep­ción en la que las técnicas son representaciones en forma de re­glas, y postular una situacionalidad o «armadura» (algo quequizás tiene que ver con el Gestell de «La pregunta por la técni­ca»), una mirada dirigida al proceso, antes que al Estado. La ra­cionalidad, instrumental o no, nada tiene que ver en una orien­tación que pretende ser ontológica.

Pero estas ideas no agotan todo lo que Heidegger sostuvoacerca de la técnica. Junto a este Heidegger que aporta una vi­sión positiva de la habilidad técnica encontramos al Heideg­ger de la posguerra irremisiblemente pesimista respecto a latecnología.

dad «situada» han influido en esta concepción, pero lo que a nosotros nosimporta en este momento es cómo se relaciona con la propuesta metafísi­ca heideggeriana.

Page 32: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

66 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE ut.r s ns 67

Técnica y destino

Después de la guerra, hacia 1959, Heidegger desarrolla unaversión alejada de las ideas sobre la instrumentalidad de1927 y cercanas a las que Horkheimer y Adorno estaban di­fundiendo:

Ahora el mundo aparece como un objeto al que el pensamien­to calculador dirige sus ataques y a los que ya nada debe poderresistir r...j. La naturaleza se convierte así en una única esta­ción gigantesca de gasolina, en fuente de energía para la técnicayla industria modernas [Heidegger 3, p. 23].

La pregunta fundamental de la ciencia y de la técnica con­temporáneas no reza ya: ¡de dónde se obtendrán las cantidadessuficientes de carburante y combustible? La pregunta decisivaes ahora: ¡de qué modo podremos dominar y dirigir las ini­maginables magnitudes de energía atómica y asegurarle asi a lahumanidad que estas energías gigantescas no vayan de pronto-aun sin accionesguerreras-e- a explotar en algún lugar y ani­quilarlo todo? [p. 23].

Pero Heidegger, pese a algunas interpretaciones, no es unecologista avant la lettre, sino que nos propone algo diferente,una especie de desasimiento de los objetos técnicos, un mo­do de estar en donde

nuestra relación con el mundo técnico se hace maravillosa­mente simple y apacible. Dejamos entrar objetos técnicos ennuestro mundo cotidiano y al mismo tiempo los mantenemosfuera, o sea los dejamos descansar en sí mismos como cosasque no son algo absoluto, sino que dependen ellas mismas dealgo superior [... ]. Denomino la actitud por la que nos mante­nemos abiertos al sentido oculto del mundo técnico laaperturaal misterio [Heidegger3, p. 27].

Dreyfus ha encontrado en esta actitud de Heidegger unallamada a una relación libre con la técnica, una manera deusarla sin quedar atrapado por ella, Dreyfus considera queesta actitud es la que encontramos en la cultura japonesa[véase Dreyfus 3, p. 99], Y es también la actitud que encon­tramos en el ensayo-relato de Pirsig que por algo se titula ElZen yel arte del mantenimiento de la moto. Puede que sea cier­to, en cualquier caso el argumento que desarrollamos aquíno tiene que ver con cuál haya sido la verdadera actitud deHeidegger, sino con las consecuencias que tienen algunasideas que han sido influyentes después de él. Es más, conce­do que esta interpretación ecologista puede ser la correcta.Pero incluso así, precisamente en esta forma, se muestra ya loque me parece que reside el aspecto más dañino, más sutil­mente dañino y peligroso: es una forma de pensar la técnicaesencialmente antidemocrática y antihumana.

y no porque Heidegger personalmente no tuviera mayorinterés por la democracia, que es sabido que no lo tenía, nipor su compromiso con el nacionalsocialismo, que sabemoshoy que nunca abandonó, pese a tantos intentos de salvarlo,sino porque de un modo esencial su comprensión metafí­sica, y de su tesis de la técnica como desvelamiento de undestino al que la acción intencional es ajena, lleva necesaria­mente a un desinterés por la cuestión de la transformacióndel presente como producción del futuro. Porque la com­prensión de la técnica como un aparecer no puede desligarsede un pensamiento en el que el destino es inhumano, es aje­no y en el que sólo cabe una actitud poética de desasimiento,una actitud que es aparente y superficialmente religiosa perorealmente hipócrita: no prohíbe el disfrute, incluso el disfruteirrestricto de los bienes de la técnica, no prohíbe el uso delpoder, prohíbe el querer, el deseo, sobre todo el más profundode los deseos, el de no someterse al destino,

Page 33: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

68 MUNDOS AnTll'lCIALES LA MIRADA DE ULlSES 69

porque todo análisis de la situación se queda corto al interpretar por adelantado el mencionado todo del mundo técnicodesde el hombre y como su obra. Se considera lo técnico, re­presentado en el sentido más amplio y en toda la diversidad desus manifestaciones, como el plan que el hombre proyecta yque finalmente le obliga a decidir si quiere convertirse en escla­vo de su plan o quedar como un señor.

Mediante esta representación de la totalidad del mundotécnico, todo se reduce al hombre, y, como sumo, se exige unaética del mundo técnico. Atrapados en esa representación, nosreafirmamos en la opinión de que la técnica es sólo una cosadel hombre. Se hace oído sordo a la llamada del ser que hablaen la esencia de la técnica.

Dejemos de una vez de representar lo técnico sólo técnica­mente, esto es, a partir del hombre y de sus máquinas. Preste­mos atención a la llamada bajo cuyo influjo se encuentran ennuestra época, no sólo el hombre, sino todo ente, naturaleza ehistoria, en relación con su ser [Heidegger 2, p. 811.

Este texto de Identidad y diferencia me parece sumamenteilustrativo y aleccionador para todos aquellos que pretendenuna recuperación de Heidegger con propósitos éticos y aunpolíticos. Quienes creen que acabando con la forma de repre­sentar «lo técnico sólo técnicamente» ya han hecho las pacescon Heidegger se equivocan: en e! mismo paquete están to­das las demás instancias, las éticas, las políticas, las antropo­lógicas. Porque las exigencias del ser son inhumanas, en e!sentido de que las cosas humanas, tan humanas como e! fríoo e! calor, no cuentan en el camino de! destino de! ser.

Quisiera traer a colación un texto más bien anecdótico enlo que respecta a las ideas de Heidegger sobre la técnica. Noencontraremos muchas propuestas concretas en Heidegger(salvo su programa de acción en e! rectorado, pero mejor lodejamos a un lado). Sin embargo, en «Construir, habitar,pensar» entró en la consideración de un problema tan con-

creta como la falta de vivienda al que aplicó su método y es­trategia filosófica y concluyó en estos términos:

iQué pasa con el habitar en ese tiempo nuestro que da quépensar? Se habla por todas partes, y con razón, de la penuria deviviendas. No sólo se habla, se ponen los medios para reme­diarla. Se intenta evitar esta penuria haciendo viviendas, fo­mentando la construcción de viviendas, planificando toda laindustria y el negocio de la construcción. Por muy dura y amar­ga, por muy embarazosa y amenazadora que sea la carestía deviviendas, la auténtica penuria del habitar no consiste en primerlugar en la falta de viviendas. La auténtica penuria de viviendases más antigua aún que el ascenso demográfico sobre la tierra yque la situación de los obreros en la industria. La auténtica pe­nuria del habitar descansa en el hecho de que los mortales pri­mero tienen que volver a buscar la esencia del habitar, de quetienen que aprender primero a habitar. iQué pasaría si la falta desuelo natal del hombre consistiera en que el hombre no consi­dera aún la propia penuria del morar como la penuria? Sin em­bargo, así que el hombre considera la falta de suelo natal, ya nohay más miseria. Aquélla es, pensándolo bien y teniéndolobien en cuenta, la única exhortación que llama a los mortales alhabitar [Heidegger 4, p 142).

Leído este texto como una llamada al espacio vital se lle­na de connotaciones terribles, si atendemos al uso que hizoe! nazismo de ese término; pero leído ateniéndonos única­mente a los términos filosóficos demuestra una llamada auna esencia del espacio de habitación difícilmente compren­sible o bien terriblemente «conservadora». El problema quesubyace nace de la contradicción interna en el pensamientode Heidegger.v' Mientras que ha determinado correctamen-

24 Esta tensión tiene también su correlato en la actitud estéticade Hei­degger. siempre paralela a la actitud hacia la técnica. Molinuevo ha insisti­do en la separación de los varios aspectos de la filosofía de Heidegger ysobre qué cosas son y no son recuperables. Su análisis, creo, puede trasla­darsea la filosofía de la técnica.

Page 34: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

70 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DI'. llLlSES 71

te que no podemos separar a la gente de los lugares, en tantoque espacios que habitan, porque son parte de su constitu­ción diríamos nosotros, Heidegger abandona de pronto elproblema real, técnico, político y moral de qué, cómo, paraquién, para qué, dónde, etc., construir y se retira a un lugarque llama el pensar que a) en primer lugar deja sin respues­ta los problemas centrales antropológicos (y también me­tafísicos) y b) en su lugar da una respuesta que, consideradacon los ojos más compasivos, suena a tautológica: habitar eshabitar.

No resisto la tentación de comparar este texto de Heideg­ger con este otro del más radical de los arquitectos de la Bau­haus, Hans Meyer:

Construir es la organización de los procesos vitales. Construires sólo en parte un procedimiento técnico. El diagrama econó­mico son lasdirectrices que determinan el esquema del proyec­to de la construcción. Construir no es ya una tarea individual,en la que se realizan las ambiciones arquitectónicas. Construires un trabajo de un conjunto de artesanos e inventores. Única­mente el que sabe dominar los procesos vitales trabajando encolaboración con los demás puede considerarse realmente unbuen constructor. Construir, si antes representaba un negocioindividual (favorecido por la desocupacióny por la escasez devivienda), ahora es una empresa colectiva de toda la nación[Meyer].

Meyer, director unos años de la Bauhaus hasta 1930,cuando en Alemania ya era imparable la marea del fascismo,hizo explícito un programa y un proyecto para la tecnologíaque explica perfectamente por qué la Bauhaus sufrió tantaspersecuciones desde su nacimiento en los consejos obrerosde 1919, y que, también hay que decirlo, por qué ahora se re­chaza tantas veces bajo la acusación de funcionalismo, tecno­logismo, etc., olvidando este componente político y moralsin el que no tiene sentido.

LA RACIONALIDAD COMO ASTUCIA DE lA RAZÓN

Es el momento de reconsiderar las críticas de la racionalidadinstrumental y plantear claramente ya cuál es nuestra opción,que iremos desarrollando a lo largo de los demás capítulos.

Lafiabilidad de la racionalidad

¿Aqué estamos llamando racionalidad? No tenemos una bue­na caracterización de la racionalidad aunque no nos faltan siste­mas de normas racionales. La noción económica, instrumental,tecnológica de racionalidad prescribe, en un mundo de recursosescasos, alcanzar los objetivos buscados con el menor costo po­sible. La racionalidad nos ordena ser eficientes en nuestras ac­ciones." Pero no está muy claro qué significa: numerosos filó­sofos han protestado contra la restricción de la racionalidad a laelección de medios dejando a un lado la deliberación de finesy la discusión de normas, muchos economistas han señalado lainsuficiencia de la teoría de la decisión clásica para explicar ypredecir la conducta económica correcta sin introducir normasmorales de conducta-" Todas las críticas se resumen en dos:la racionalidad instrumental es muchas veces insuficiente (sepuede ser instrumentalmente «racional», pero completamentetonto y ciego como agente que toma decisiones) y en no pocas

25 Véanse Quintanilla 5 y la discusión que hacemos más adelante.26 Los economistas y matemáticos han desarrollado la teoría de la de­

cisión y la teoría de juegos como modelos de decisiones racionales en con­textos de incertidumbre y dependencia de las acciones de muchos agentes,sin embargo, hay una queja universal contra el formalismo matemático dela teoría de la decisión. Los psicólogos han observado que los sujetos ncr­males (subrayamos el «normales»] no siguen las normas de la teoría de ladecisión cuando realizan juicios intuitivos sobre las situaciones en las quedeben tomar decisiones. H. Simón. y después de él numerosísimos teóri­cos de la ciencia cognitiva, han propuesto una noción «satisfactora» más

Page 35: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

72 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE ULlSES 73

ocasiones es innecesaria, puesto que bastan criterios menos exi­gentes para adoptar decisiones correctas e intuitivamente ra­cionales.

No sabemos si hay un criterio adecuado de racionalidad,pero sí podemos recoger muchas de las críticas en una nociónque no abandona el componente normativo que usualmenteadscribimos al término «racional», y al tiempo relativiza elcomportamiento racional a los contextos en los que toma­mos decisiones: la racionalidad es la facultad que tenemospara adoptar las decisiones correctas y, como tal, exigimosque sea simple y llanamente una facultad fiable.

1) La fiabilidad es siempre relativa a la exigencia del con­texto: no es lo mismo tomar una decisión en un contexto enel que las alternativas están bien definidas, los objetivos de­terminados y consensuados y los medios contrastados, queen los contextos más habituales en los que faltan algunas deesas condiciones. Tendríamos, desde este punto de vista, con­textos que son más o menos exigentes y que nos piden nor­mas equivalentes de racionalidad. No exigimos que sea unaracionalidad máxima ni nos conformamos con lo que a vecesse denomina «racionalidad mínima», sino que exigimos quetenga las garantías adecuadas al contexto. Ser racional en lavida cotidiana, en asuntos pequeños, no exige la misma refle­xión que cuando dependen bienes o vidas ajenas de nuestrasdecisiones.

La racionalidad es, para decirlo en pocas palabras, la pro­piedad que describe la calidad de los controles de calidad que adop­tamos respecto a nuestras inferencias y decisiones.

2) En segundo lugar, es concreta y «situada»: recupera­mos la idea de la racionalidad como capacidad para crear y

que maximizadora de racionalidad: el agente es racional cuando toma ladecisión que le parece mejor relativamente a su conocimiento y sus capaci­dades, no la absolutamente mejor.

aprovechar las oportunidades, de la racionalidad tecnológica co­mo astucia: 27

El mito de Odisea el astuto ha sido convertido por Hork­heimer y Adorno, en la Dialéctica de la Ilustración, en el para­digma de la racionalidad ilustrada en la Antigüedad. Odiseaengaña a los hombres y a los dioses, sobre todo a los dioses,que ahora quedan puestos al descubierto en su impotenciaante la capacidad de simulación de Odisea. Horkheimer yAdorno estaban preocupados por la capacidad de la ilustra­ción griega para destruir los mitos, sustituyendo, según ellos,los viejos mitos por el nuevo mito que representa Odisea. Pe­ro hay muchos más aspectos en Ulises que los que Horkhei­mer y Adorno han resaltado, incluso creo que han ocultadoprecisamente los más relevantes desde el punto de vista de laracionalidad. Ulises es quien está más harto de la guerra y delas venganzas. Ha acudido a Troya por obligación, pero re­suelve la situación actuando como estratega hábil e inventaun artefacto y un engaño que ayuda a ganar la guerra. No es unpacifista, claro, pero no es el militar y militarista profesionalAquiles, ni el poderoso Agamenón que es capaz de desenca­denar una guerra para satisfacer su orgullo de amante herido.Ulises se encuentra con la violencia y trata de resolver la si­tuación de la forma más racional posible. Insisto en los dostérminos. En su posterior viaje es perseguido por los dioses,cómo no, a quienes la inteligencia les molesta. Y en variasocasiones nos muestra Ulises las terribles contradicciones yparadojas de la racionalidad, cómo para ser racional a veceshay que ser irracional, por ejemplo, ordenando a sus hom­bres que no cumplan sus órdenes cuando el canto de las sire­nas haga insoportable la llamada.

27 Debo esta noción a JesúsVega [2], quien la ha desarrollado históri­camente y quien ha dirigido mi atención hacia el mito de Odisea. Jesús in­siste más en la capacidad de ser hábil en las acciones situadas, mientrasque la noción que aquí presentamos incluye un momento más amplio dedescubrimiento de las alternativas.

Page 36: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

74 MUNDOS ARTIFICIALES LA MIRADA DE BUSES 75

Laracionalidad de Ulises es cualquier cosa menos una ra­cionalidad plana e instrumental, al menos según las caricatu­ras que de la racionalidad instrumental se hacen. Su historiaes una historia de contingencias ante las que su razón reac­ciona aprovechando las circunstancias favorables. La raciona­lidad de Ulises integra aspectos morales, sin los que noentenderíamos su capacidad para convencer a los compañe­ros de proseguir el viaje, pero no es mera moralidad, no se re­duce a ella. La racionalidad de Ulises es su habilidad paraexplotar las posibilidades. La habilidad en situaciones con­tradictorias, tensas, de incertidumbre y riesgo, la mezcla deaudacia, prudencia y capacidad para el éxito son los compo­nentes esenciales de la racionalidad.

La.s dimensiones extendida.s de la racionalidad tecnológica

El agente aprovecha las oportunidades que le brinda el con­texto, y al hacerlo es racional cuando toma la decisión másadecuada a sus intereses. Pero los intereses no son necesaria­mente meros instrumentos. La decisión puede tomar encuenta varias dimensiones [véase Nozick]. De hecho sin ellasno podriamos entender el cambio técnico. Solamente la pri­mera de ellas corresponde a lo que tradicionalmente hemosentendido como racionalidad instrumental:

1) Eficiencia. Quintanilla [5] propone un análisis de lanoción de eficiencia tecnológica que recoge de un modo sen­sato y más realista la idea de racionalidad del ingeniero y eleconomista sin reducirla a la mera relación entre costo y be­neficio. Distingue entre los objetivos conscientemente pro­puestos y los resultados realmente conseguidos. De esamanera se puede establecer una noción de eficiencia comoadecuación de los medios a los objetivos. La idea tradicionalingenieril es la eficacia «termodinámica» o relación entre po­tencia y gasto en términos de unidades de energía, es decir, la

efectividad y capacidad de alcanzar resultados o el que losobjetivos buscados estén incluidos en los resultados. Pero,como dice Quintanilla, no se deben matar moscas a cañona­zos, por lo que podemos distinguir también la adecuación deuna acción que mide el grado de distancia entre los objetivospropuestos y los resultados conseguidos. Por último, la efi­ciencia de una acción consiste en la relación entre la intersec­ción de los objetivos y los resultados dada la unión deresultados y objetivos, es decir, la adecuación entre objetivosy resultados obtenidos.

2) Valor. Puede que no sea suficiente que las acciones seaneficientes para que sean racionales, pues una acción puede tenerun valor, más allá de los resultados que se obtengan en esa ac­ción, por el hecho de que esa acción «significa» algo, o comoNozick propone, porque su valor es el valor de todas las accio­nes de una clase. No se puede limitar la racionalidad de las ac­ciones tecnológicas a lo que propone un utilitarismo restrictivo.Muchas de ellas incorporan la intención de mostrar que así sedeben hacer las cosas, que las hacemos de esta forma porque asíse deben hacer." Más adelante (en el capítulo «El control socialde la tecnología ... ») analizamos cómo esta idea permite incor­porar los valores, entre ellos los valores internos del artesano yel ingeniero, pero también los valores sociales consensuados odecididos. Esta normatividad interna no es ajena a la racionali­dad y debe ser recogida por ella. Por ejemplo, cuando un arte­sano, ingeniero o técnico insiste en que las cosas hay que hacer­las con un alto nivel de calidad, la decisión no es solamente

28 Nozick se refiere por ejemplo a la utilidad interpersonal: pensemosen la utilidad de no mentir o de ser fiel a la pareja: el hacerlo así ahora re­coge la idea de que si violara la regla haría mucho más verosímil la próxi­ma violación. Lo mismo ocurre con la utilidad estratégica interpersonal:superar la desidia en este instante hace más verosímil que pueda hacerloen otras ocasiones. La idea de utilidad extendida que aplicamos aquí no serefiere solamente a estos aspectos, sino a un concepto mucho más ampliode racionalidad tecnológica.

Page 37: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

76 MUNDOS ARTIFICIAI.ES tA MIRADA DE ULlSES 77

instrumental, sino que incorpora un valor extendido que reco­gemos en esta idea del valor de significado de la acción.

3) Referencia simbólica. Hoy sabemos que las catedrales ylos relojes se extendieron en parte por necesidades técnicasyen parte por los efectos simbólicos de la decisión tecnológica.Un reloj señalaba elementos de identidad profunda del suje­to que toma la decisión. y la función simbólica de las decisio­nes tecnológicas no es un elemento ajeno a la racionalidad, alcontrario, es uno de los elementos que suele formar parte enlas controversias tecnológicas. Es racional incorporar a las de­cisiones el hecho de que representan nuestras fronteras comoindividuos, grupos o comunidades. De esta manera puede re­cogerse en cierta forma la idea de estilo que no solamente esimportante en arte sino también en tecnología, especialmen­te en los sistemas tecnológicos contemporáneos.

Estas dimensiones configuran la decisión del agente o es­tán dadas por la naturaleza de la acción. En la tecnología seconfiguran estas tres dimensiones de manera interna en la ló­gica de su desarrollo. Si las ignoramos nunca entenderemoslas decisiones tecnológicas, o, peor aún, tendremos que reco­nocer que casi todas son irracionales.

Pero el elemento que quisiéramos resaltar es la contin­gencia que recoge el concepto de oportunidad. Las oportu­nidades son a la vez subjetivas y objetivas: son los cursosdisponibles de acción que el sujeto tiene que valorar. Estánahí, pero el agente debe descubrir y saber que están disponi­bles. Son posibilidades sobre las que hay que razonar. No to­dos los objetivos son posibles, ni representables siquieraantes de disponer de los medios adecuados, no todos los ob­jetivos son realizables, no todos los objetivos son legítimos, ylo más importante, no todos los objetivos están dados: hayque descubrirlos, hay que proponérselos y hay que ser capazde organizar los medios para llevarlos a cabo. Esta situacio­nalidad de las oportunidades dentro de un espacio de posibi­lidades hace que no sean los elementos fijos como suponen

los economistas. Los contextos reales de acción y decisiónson procesuales, interactivos, narrativos, y las decisiones nosólo tienen que ser correctas, adecuadas en el sentido estruc­tural, sino que han de tomarse en tiempo real, a tiempo y de­ben adaptarse a la situación concreta.

No hay nada más irracional que un tonto con un manualde instrucciones. La imagen del ingeniero calculador con laregla de cálculo y el cálculo de la regla no es más que una ca­ricatura hecha por gente alejada de las decisiones reales. Elestudio histórico de la innovación tecnológica nos resaltapor el contrario lo habitual que es encontrar elementos denormatividad interna, de simbolismo y sobre todo de capaci­dad para ver más allá que los demás las oportunidades en unmundo de posibilidades. Yde ser hábil para realizarlas, astu­to para engañar a la naturaleza y a los dioses.

Este difícil equilibrio de contingencia y elementos estruc­turales es el que se recoge en la idea de racionalidad como as­tucia, como virtud de aprovechar la situación. Incorporaelementos morales pero no es mera aplicación de un código,incorpora elementos de identidad, pero no es mera propa­ganda. No es racionalidad máxima ni mínima, es racionali­dad fiable, suficiente.

RESUMEN

En este capítulo hemos analizado tres corrientes muy impor­tantes del pensamiento contemporáneo sobre la tecnologíaen lo que respecta a la noción de racionalidad tecnológica.

De la discusión del determinismo tecnológico podemosseparar la cuestión de que los problemas tecnológicos seentrelacen y formen un tejido inseparable con problemas so­ciales y psicológicos, de la tesis determinista. Un problematécnico rápidamente trasciende lo técnico puesto que se in­serta en una red de cuestiones de relaciones con un medio

Page 38: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

78 MUNDOS AlfrlFICIALES I.A MIRADA DE ULI$ES 79

técnico en el que esa solución tiene lugar, con un ambienteeconómico, que la hará posible, y con un ambiente socialy de uso, que le dará sentido. La complejidad explica que to­da decisión tenga consecuencias (a veces no queridas) endiferentes niveles y en lugares alejados del campo de deci­sión. Pero esta observación no implica el determinismo. Lafilosofía determinista produce el abandono del problema dela racionalidad: no hay racionalidad cuando sólo intervienencausas. Pero necesitamos la racionalidad porque vivimos en unmundo de incertidumbre y riesgo, y son los problemas real­mente duros los que exigen que nuestra razón funcione conlucidez: si la razón fuera mero cálculo no la necesitaríamos.Por último, es falso que la tecnología determine las socieda­des: es un factor más entre los otros que las configuran, peroella misma depende para su subsistencia de lo que estas so­ciedades decidan.

En cuanto al constructivismo, también hay una observa­ción correcta que no puede soslayarse: la flexibilidad inter­pretativa de todos los sistemas técnicos. La identidad de losartefactos es inestable y está sometida a discusión en los pri­meros momentos de la innovación y el diseño. Posterior­mente la interpretación se fosiliza en la costumbre, y unasolución contingente se convierte en lo que antes era sola­mente una opción que había que discutir frente a otras. Deahí que necesitemos un sujeto colectivo democrático y lúci­do: no basta reconocer el carácter social de las decisiones téc­nicas, antes bien se plantea el problema de cómo construir elsujeto social que tome las decisiones de manera que las op­ciones del futuro dependan de lo que se decida colectiva­mente. Yeso no es ajeno a la racionalidad, por el contrario,la racionalidad colectiva es una de las formas más difíciles deconseguir de la racionalidad y uno de los proyectos de másdesesperanzada urgencia. Aunque, sin duda, para conseguirlanecesitamos abandonar la frivolidad posmoderna del cons­tructivismo.

Por último, Heidegger: de él aceptamos en primer lugarque el hombre y su medio técnico están para siempre imbri­cados, )\ en segundo lugar, que las formas de vida son nor­mativas, que si abandonamos la referencia a nuestras formasde vida hemos abandonado también el problema originariode lo técnico. Pero no podemos aceptar la existencia de unnivel de pensamiento originario anterior, posterior o trans­cendente a los problemas reales y directos cotidianos: no haysentido en la historia que haya que desvelar. Hay que dar sen­tido todos los días a nuestras historias particulares. Si esta­mos más próximos a Heidegger que a todos los demás enuno de los aspectos, nos separa de él una zanja mucho másprofunda que con el resto porque recorre la noción mismade racionalidad. Nunca puede ser un trasunto pálido de unplan oculto en la historia que no acabamos de desvelar loshumanos. No hay destino, somos los únicos responsables dela historia, los únicos; y necesitamos la racionalidad para queesa responsabilidad no se disuelva en disculpas.

Frente a estas tres nociones proponemos una noción deracionalidad como capacidad para descubrir y aprovechar lasoportunidades. Una noción que recoge la contingencia de lacircunstancia y la habilidad para aprovecharla, pero tambiénla norma de que la decisión sea la más adecuada posible. Estanoción es la que desarrollaremos en los siguientes capítulos.

SUGERENCIAS IlIBJ.JOCRÁFlCAS

Sobre el determinismo tecnológico, Smith y Marx presentanuna muy recomendable antología de estudios sobre el con­cepto. El representante contemporáneo más conocido esLangdon Winner [1 Y2], aunque ya encontramos varios ele­mentos en Mumford, uno de los grandes clásicos de la histo­ria y filosofía de la tecnología. Una crítica muy acertadadesde el punto de vista político se encuentra en Feenberg. En

Page 39: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

80 MUNDOS ARTlFICIAI.ES

cuanto al constructivismo, la antología de M. González, J. A.López Cerezo y J. L. Luján recoge algunos de los trabajos másimportantes. Latour [1 y 2] representa la posición más extre­ma. Una posición más matizada se encuentra en Bijker y enla antología ya clásica de Bijker, Hughes y Pincho Las conse­cuencias del pensamiento heiddegeríano para la tecnologíahan sido desarrolladas especialmente por Agre, Dreyfus [1] Ypor Winograd y Flores en lo que se refiere a los campos dela inteligencia artíficial y la robótica, pero extensibles a toda latecnología. Sobre la noción de racionalidad extendida, No­zick es una buena introducción. Nudler (comp.) recoge va­rios estudios sobre la noción de racionalidad relevantes paranuestra presentación.

MUNDOS ARTIFICIALES

ENEL CAPrIlIl.o ANTERIOR liEMOS SOSrENIDO que las tres gran­des tradiciones en filosofía de la técnica de nuestro si­glo, la tradición crítica, la sociológica y la hermenéutica,

tienen elementos valiosos que pueden ser mantenidos yele­mentos rechazables de los que debemos distanciarnos. Esunaafirmación que ahora pondremos a prueba exponiendo quéconcepto de tecnología nos permite tal conclusión. Busca­mos una característica que nos explique la creatividad, lacapacidad de extenderse a todos los rincones, la transforma­ción que introduce la tecnología, en definitiva, un criterio dedemarcación. Un criterio así es una frontera conceptual quetrazamos en un fenómeno histórico y cultural. Hablamos dehistoria del arte, de historia de la ciencia y de historia de latécnica como fenómenos parcialmente autónomos 1 y nos re­ferimos a tradiciones culturales que se mantienen vivas entanto se preserve la memoria de procedimientos, objetos y re­sultados que, observados a lo largo de intervalos temporaleslargos, configuran una trayectoria parcialmente autónomarespecto a otras regiones de la cultura.

1 Nótese, sin embargo, que no siempre necesitamos criterios de de­marcación: si queremos contar la historia de la cama, no necesitamos másque identificar el objeto (cama» y situar cada ejemplar en un marco de re­ferencia temporal. No existe ninguna relación interna en el proceso decambio. Un criterio de demarcación se aplica a fenómenos culturales cuyahistoria adquiere una cierta autonomía respecto a otros, aunque interactúecon ellos, como ocurre, por ejemplo, con el artey la filosofía, la ciencia y latécnica, etcétera.

81

Page 40: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

82 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTIFICIALES 83

No tenemos una definición clara del territorio de la tec­nología: no ha recibido aún la atención cultural que han me­recido otros fenómenos culturales. El reciente libro de CarlMitcham [21 es un volumen de tamaño normal que recogecasi todo lo importante en la historia del pensamiento sobrela tecnología. Pues bien, para hacerse una idea de cuán oceá­nica es la laguna de nuestra ignorancia, compárese, sólo entamaño, con la bibliografía sobre fenómenos como la cien­cia, el arte o el Estado y se tendrá una medida de la falta detradición analítica sobre la tecnología. Quizás estemos enuna situación similar a la de los filósofos del siglo XVIII que re­flexionaban sobre el Estado moderno: ellos mismos forma­ban parte del proceso de constitución de la nueva forma deEstado. Quizás es lo que ocurre con la tecnología: se trata deun nuevo modo de organizar socialmente la transformaciónde la sociedad que se está constituyendo al tiempo que refle­xionamos; y no es despreciable la posibilidad de que tam­bién lo haga con materiales de nuestra propia reflexión.

Si comenzamos preguntándonos ¿por qué la gente, lasempresas, los Estados, buscany desean la tecnología? o ¿porqué la temen?, tendremos una buena pista para determinar quées la tecnología contemporánea. Y esta característica, en laque encontramos el núcleo de valor de la tecnología y porla que juzgamos los sistemas tecnológicos, es la capacidad deabrirposibilidades y crear oportunidades. El horizonte de expec­tativas cambia al aparecer un cambio tecnológico por peque­ño que sea y esta modificación no se reduce a los efectos quede hecho tenga este cambio, sino que se amplía a cuáles pue­de tener. Los sistemas tecnológicos tienen muchos efectos:transforman las sociedades, hacen ricos a algunos, pobres aotros muchos, acaban con las tecnologías obsoletas, peromuchas otras posibles consecuencias (y oportunidades) sequedan en el territorio de lo que podría haber sido. La tecno­logía es ante todo un espacio de alternativas posibles: es ellugar desde el que se puede configurar el futuro en lo que de-

pende de la acción humana. A diferencia de las técnicas, latecnología es un sistema de instituciones que no ha existidosiempre, es un producto de la sociedad contemporánea cons­tituido con los materiales de otras instituciones cercanas.'

En primer lugar distinguiremos la tecnología de tres do­minios cercanos: la ciencia, las ciencias de lo artificial y lastécnicas artesanales. En segundo lugar especificaremos una ca­racterística de lo artificial que nos permite relacionar estastres instancias con la tecnologías: la complejidad de niveles. Porúltimo, consideraremos la idea de las posibilidades pragmáticasconstruidas colectiva y críticamente como el territorio especí­fico de la tecnología.

LA TECNOLOGÍA Y susALREDEDORES: lA CIENCIA, LAS TÉCNICAS,

LASCIENCIAS DE LO ARTIFICIAL

Lafrontera entreciencia y tecnología

Hay dos modos de estudiar las relaciones entre ciencia y tec­nología. La primera es interna, se refiere a elementos cons­titutivos y definitorios de la actividad de la ciencia y latecnología. La segunda es externa, se refiere a las relacionesy distinciones que podemos establecer entre los sistemas so­ciales de la ciencia y la tecnología. Ambas recogen dos di­mensiones constitutivas de la ciencia y la tecnología: comoactividades características de la cultura y como institucionessociales.

Veamos en primer lugar la distinción en lo que respecta asu naturaleza como actividades. A su vez, hay dos maneras deenfocar esta distinción: refiriéndonos al método y refiriéndo­nos a la naturaleza del conocimiento característico de ambas."

2 Sobre esta afirmación del carácter histórico de la tecnología, véasemás adelante el capítulo «Elcontrol social de la tecnología... »,

Page 41: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

84 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTlrlCIALES 85

La tradición moderna ha establecido que el criterio deidentificación de la ciencia es el método: lo que distingue alconocimiento científico de otras formas de conocimiento yotros dominios culturales es ser un producto que ha sobrepa­sado los más rigurosos controles de calidad en lo que respectaa la justificación de sus enunciados y teorías: los experimen­tos, las pruebas matemáticas, etc. Si queremos aplicar a la tec­nología un esquema similar debemos buscar algún criteriológico o metodológico para caracterizar la tecnología de ma­nera unívoca. Las dos posiciones que encontramos comopuntos de referencia son:

1) La posición que considera que la tecnología y la cien­cia difieren en el método.

2) La posición que considera que, no siendo la tecnologíaotra cosa que ciencia aplicada, no hay ninguna dife­rencia esencial entre ciencia y tecnología en lo que res­pecta al método.

La primera concepción sostiene sus argumentos sobrela base de la distinción entre los objetivos respectivos de laciencia y la tecnología. Es una posición defendida por los se­guidores más o menos ortodoxos del falsacionismo poppe­riano [véase Agassi]. La tecnología, se afirma, persigue lafiabilidad de sus artefactos mientras que la ciencia persiguela capacidad explicativa que nace de la audacia de las hipóte­sis.' De estos dos objetivos resultan métodos contradictorios:

3 Véase el número monográfico que TecJmology andCulture [no. 6, 1966]dedicó a esta discusión, en particular los trabajos de Agassi y el de M. Bunge[1l.Labibliografía sobre el tema, como puede suponerse, es muchísimo másnumerosa,pero estasdos posiciones son las más representativas.

4 En la filosofía popperiana la audacia de una hipótesis se mide por elgrado de sorpresa que produce respecto a un trasfondo de conocimientosadmitidos en una comunidad. Los grandes descubrimientos, los que segúnPopper caracterizan la buena ciencia, son primeramente hipótesis que pre­dicen hechos que contradicen lo que cabría esperar. La historia de la física

la ciencia aprende de los errores, postula hipótesis en los sec­tores de mayor riesgo y restringe los márgenes de error per­misibles en sus predicciones; la tecnología, dirigida a laconstrucción de artefactos eficientes que hacen menos peli­groso y más habitable nuestro medio ambiente natural, nopuede, por el contrario, permitirse los lujos conjeturales quela ciencia se permite. La tecnología no permite la falibilidadde sus prospecciones: los aparatos tienen que funcionar enlas condiciones normales, los puentes no pueden caerse. Poresta razón su trasfondo teórico son teorías que han sido biencorroboradas. Mientras que en la ciencia no tienen ningunaimportancia las verificaciones, sólo las falsaciones -se argu­ye desde esta posición-, en la investigación tecnológica la ve-

está llena de ejemplos que corroboran esta noción popperiana: la idea deosciladores que emiten energía en paquetes discretos, que Plank tuvo queconjeturar para resolver el problema del espectro de emisión de energía deun cuerpo negro/por ejemplo, fue una hipótesis física que añadió al apara­to matemático y que contradecía profundamente toda la ciencia clásica,basada en que todos los procesos naturales eran continuos. Entre septiem­bre de 1900 y enero de 1901 Plank se atrevió a formular una hipótesis quecambió radicalmente toda la física posterior. El propio Plank estaba asom­brado de la audacia de su propia hipótesis (Kuhn 1 es un monumento dela historia de la ciencia que reconstruye con precisión este episodio). En elcaso de la tecnología los grandes descubrimientos serían aplicaciones deciencia bien conocida. Así, la radio, por ejemplo, es un descubrimiento po­co notable en lo que respecta al conocimiento. Cuando Hertz «descubre»las ondas de radio en 1888 en realidad solamente comprueba lo que ya ha­bía sido predicho por la teoría de campos electromagnéticos de Maxwellmás de diez años antes. Marconi en 1895 extiende la emisión de ondas deradio desde unos pocos metros (tal como había hecho Hertz) hasta 2.4km. En 1901 transmite señales desde Cornualles hasta el otro lado delAtlántico en Terranova, superando la curvatura terrestre. Desde el punto devista tecnológico la transformación fue radical, tanto como para pensarque es una fecha clave en la historia de la tecnología (y de la sociedadJ, pe­ro desde el punto de vista de la audacia cognoscitiva, afirmaría Popper, yaestaha todo hecho.

Page 42: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

86 MUNDOS ARTlrICIALES MUNDOS ARTIrlCIALES 87

rificación, la corroboración y la aceptación sólo de riesgosmínimos son la base fundamental de los procedimientosevaluativos.

El desarrollo del conocimiento se contempla desde estaperspectiva como un proceso que se mueve en una doble di­mensión. Por un lado las teorías científicas convergen haciauna mayor verosimilitud, por otro lado, en la medida en quenuevas y más poderosas teorías nos permitan establecer loslímites de aplicación de las anteriores, se genera un procesode convergencia hacia la mayor fiabilidad y eficiencia. Con­viene en este momento recordar que estamos hablando de latecnología en cuanto conocimiento, no en cuanto conjuntode acciones que usan conocimiento. La fiabilidad en este ca­so también es proporcional directamente a nuestro conoci­miento del modus operandi de los sistemas implicados.

En el extremo opuesto se encuentran quienes no distinguenentre ciencia aplicada y tecnología. Según esta posición, desdela ciencia más teórica hasta la más simple tecnología existe uncontinuo sin soluciones. Quienes defienden esto no niegan queexistan diferencias entre la tecnología, la ciencia aplicada y laciencia básica. Estaúltima se ocupa de las leyesque rigen clasesmuy grandes de sistemas de los que se han abstraído todas lascaracterísticas individuales que nacen de su particular estructu.ra o ~us relaciones con el entorno. La ciencia aplicada se ocupaprecisamente de la aplicación de las teorías generales a estos sis­temas particulares, aplicación que no tiene por qué entendersecomo una tarea trivial o poco creativa,ya que suele ser necesa­rio construir modelos complejos en los que intervienen teoríasde muy diferente caráctery muchas vecespertenecientes a disci­plinas diversas. Entre ambas no existe, empero, ninguna dife­rencia metodológica.

La tecnología se diferencia de la ciencia aplicada al me­nos en una cosa, algo que no debe olvidar ninguna concep­ción: en la tecnología aparecen reglas nomopragmáticas queordenan o prescriben acciones sobre un sistema para cense-

guir un objetivos Este componente, sin embargo, no es su­ficiente para hacer abandonar la posición que acabamos deexplicar. Quienes la defienden practican una especie de natu­ralismo prescriptivo: las reglas se derivarían del conocimientoque tenemos de los estados futuros de un sistema de acuerdocon nuestra ciencia aplicada, más ciertos fines que le son da­dos a la tecnología desde fuera." El conocimiento que tene­mos del sistema nos proporciona una jerarquización de finesinstrumentales de modo que las reglas pragmáticas se infie­ren directamente del camino que la ciencia aplicada nos hatrazado. Así pues, en último extremo, tampoco existe ningu­na diferencia apreciable entre ciencia aplicada y tecnología.

Estas dos posiciones tienen una parte de verdad y otra deerror. La primera tiene razón cuando insiste en que la cienciay la tecnología se distinguen radicalmente por sus distintosobjetivos, la explicación en un caso y la transformación prác­tica en el otro; tiene razón también cuando insiste en los di­versos valores que usamos para evaluar una y otra, pero yerracuando afirma que se produce una diferencia en el método.Al contrario, laforma de innovación que introduce la tecnología esla aplicación del método científico a la praxis humana.

5 Sobre la naturaleza de las reglas nomopragmáticas. véanse Toribio yQuintanilla 3.

6 Niiniluoto ha establecido varias distinciones entre ciencia básica yaplicada dentro de un continuo que son relevantes aquí: la más importan­te y definitiva es la que existe entre utilidades epistémicas (verdad, simplicí­dad, p. ej.}, que caracterizan los objetivos de la investigación científicabásica y utilidades pragmáticas (ergonomía, ecología, Utilidad económica,etc.], que caracterizana la ciencia aplicada. La distinción entre ésta y la tec­nología no es de naturaleza sino del hecho de que las proposiciones des­criptivas se conviertan en normas prescriptivas, Así, una proposiciónaplicada tendría la forma: «el objetivo O en la situación S se alcanza ha­ciendo A». Esta proposición puede predecir un hecho o prescribir una ac­ción dependiendo de cómo la consideremos. Sobre la semántica de lasreglas tecnológicas, véase el trabajo de JosefaToribio.

Page 43: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

88 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS AnTIFICIALES 89

Decía Marx que la diferencia entre el perfecto trabajo dela abeja y el imperfecto trabajo del artesano consiste en queeste último se representa en la cabeza lo que quiere hacer. Escierto, pero no significa nada todavía, ya que la representa­ción previa es lo que comparten en común todas las accioneshumanas: la artesanía, la técnica y la acción cotidiana quenos permite sobrevivir como individuos día a día. La tecno­logía significa un modo especial de representación de laacción futura: la representación puesta a prueba, sometida aconjeturas y refutaciones'? Al igual que ocurre en la investi­gación científica, en la tecnología contemporánea también seconstruyen modelos y prototipos fundados teóricamente que,sobre todo, se someten al control de funcionamiento con elobjeto de asegurar sus márgenes de fiabilidad. Si entendemosmétodo como batería de controles de calidad, teóricas enuna, prácticas en la otra, las diferencias entre ciencia y tecno­logía no se encontrarán en el método: no al menos en mayorgrado del que las distintas ciencias difieren entre sí. Si no es,pues, en el método, veamos qué ocurre en relación con el ti­po de conocimiento que incorporan.

La ciencia produce conocimiento, la tecnología cambia larealidad, transforma la materia en nuevas formas, así que uncandidato potencial para encontrar una clara demarcación esta­ría en el conocimiento que poseen los agentes. En ambas -la

7 En los próximos capítulos insistiremos en cómo los diseños sonconjeturas sometidas a una y otra contrastación, basados a su vez en un co­nocimiento común de trasfondo. Constant 11, uno de los más esforzadosdefensores de la similaridad metodológica de la ciencia y la tecnología, vamás allá y sostiene que la racionalidad de las ciencias de la ingeniería sigueel mismo patrón de inferencia bayesiana que las inferencias científicas(véase 3 J. Lomás estimulante de este recomendable trabajo es el modo enel que recoge el reto del constructivismo social para admitir la implicaciónde lo comunitario en la ciencia. Pero insiste en el papel esencial de la fiabi­lidad como base de la racionalidad de las decisiones tanto en ciencia comoen tecnología. Hay que añadir que además su ejemplo acerca de la ingenie­ría del petróleo es sumamente convincente.

ciencia y la tecnología- aparecen proposiciones descriptivas,leyes, regularidades, hechos y proposiciones prescriptivas,reglas. En las dos aparecen también valores,s e igualmente en­contramos las mismas discrepancias entre valores incompati­bles.? Pero hay una diferencia: en la tecnología se transforma larealidad mientras que en la ciencia solamente se transforman lasrepresentaciones. La capacidad de transformar el medio, desdeesta perspectiva, afectaría también al conocimiento necesariopara hacerlo.

Quintanilla [3] ha postulado que la capacidad de trans­formación de la realidad es la principal diferencia entre cien­cia y tecnología. Y es cierto, la transformación del mediocomo resultado de la tecnología no puede ser dejada a un la­do. Quintanilla define las técnicas como sistemas de accio­nes dirigidas a la transformación de la realidad. Si es así.desde el punto de vista de las acciones deberíamos encontrarentonces algún tipo de distinción en el conocimiento necesa­rio para llevarlas a cabo. Porque lo cierto es que también laciencia es un sistema de-acciones: acopio de información, ex­perimentación, cálculos, etc. [véase Hacking]. Pero el hechode la transformación induce algo más. Jesús Vega [11 ha en­contrado aquí una profunda diferencia. Las reglas tienen uncomponente proposicional. lingüístico, y un componente noproposicional. que en inglés se denomina know-how, sabercómo y que fue resaltado por el filósofo de la mente CilbertRyle. Las habilidades técnicas, desde el punto de vista de Ve­ga, incluirían algo que no tienen las habilidades científicas,una referencia a un trasfondo de esquemas corporales y de

8 Echeverría [31 incluye un tratamiento sistemático de los valores en laciencia. Su tesis, correcta, es que el pluralismo de valores es la norma, másque la excepción.

9 Véase más adelante el capítulo 3 para la tensión entre el valor de lainnovación y el valor del control del riesgo. La tensión paralela en la cien­cia es la que existe entre la búsqueda de la verdad y la evitación del error:una y otra nos producen estrategias metodológicas distintas.

Page 44: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

90 MUNDOS ARTIFICIALESMUNDOS ARTIFICIAl.ES 91

conocimiento no conceptual que enlaza con el modo en elque están hechos nuestros cuerpos [véase Vega 1, cap. 2],nuestro ser en el mundo, para expresarlo en términos heideg­gerianos.

Este criterio de demarcación nos lleva a una concepciónde la tecnología muy relacionado con las filosofías de la téc­nica de comienzos de siglo que subrayan una notable propie­dad que la teoría de la acción ha olvidado tradicionalmente. Sinembargo, no lo considero un criterio suficientemente fuertede distinción. Es verdad que hay una distinción entre el co­nocimiento proposicional de un cosmólogo, pongamos porcaso, a quien le preocupan los extremos de grandes y peque­ñas dimensiones del universo, y el de un bioingeniero quediseña micro cámaras para explorar' el organismo. Pero en losterritorios intermedios la distinción se borra o nos obliga aconvertir en tecnologías demasiadas ciencias aplicadas. Ade­más, en ciencias conviven también elementos esencialmenteprácticos: una buena parte de la biología descriptiva, la taxo­nomía, la fisiología animal, la anatomía, etc., comparten conla ingeniería precisamente este componente. Maynard Smith,el biólogo evolucionarlo, por ejemplo, cuenta que cuandointentó encontrar un buen criterio de clasificación morfoló­gica de aves tuvo que comenzar a leerse tratados de diseño deaeromodelismo. Otras ciencias como la geografía o la psico­logía nos muestran que sus representaciones exigen una refe­rencia a estos esquemas corporales.

Existe una diferencia entre la ciencia y la tecnología, esverdad: la tecnología transforma la realidad, la ciencia no, oal menos no como objetivo. Pero esta diferencia no se encon­trará en el conocimiento necesario para la transformación,en el conocimiento implicado en las acciones, sino en las ca­racterísticas de los productos de esas acciones, en las caracte­rísticas de los artefactos.

Insistimos para acabar esta comparación con la cienciaen nuestra afirmación acerca de la tecnología: es la aplicación

del método científico a la transformación colectiva de la rea­lidad. No hay pues diferencias en el método o en la naturale­za del conocimiento. Las diferencias están en los productos.

Las ciencias de lo artificial y la tecnología:el artede modelar la realidad

Mayor dificultad de diferenciación existe entre la tecnología y elnuevo complejo de ciencias y de técnicas que Herbert A.Simon[31 ha denominado «ciencias de lo artificial». Veamos algunosejemplos: teorías matemátícas de la planificación económica ysocial, como la teoría de juegos, la investigación operativa, laprogramación lineal, la teoría de la elección colectiva; cienciasde la computación, inteligencia artificial y ciencias cognitivas,teoría de sistemas y de la simulación, teorías de la «arquitectu­ra de la complejidad», teorías del diseño. Son instrumentos quese emplean habitualmente en la ingeniería, desarrollados encontextos de investigación ingenieril y que se estudian en las es­cuelas técnicas, pero que no pueden ser considerados estricta­mente como tecnología. Hay muchas razones para ello. Lapri­mera es que trabajan con objetos abstractos como son losmodelos matemáticos, los programas de ordenador, las lógicas,etc, que no entrañan generalmente, o no lo hacen como obje­tivo primario, la transformación del conocimiento, sino latransformación de la información. En segundo lugar, porquedesarrollan instrumentos que tienen aplicación por igual enciencia y en tecnología.

Del mismo modo que las ciencias tradicionales producenteorías basadas en leyes naturales, dirigidas a dar explicacio­nes causales, estas nuevas ciencias construyen ciertos objetosabstractos que llamamos modelos. Lo interesante de las téc­nicas de modelado es que no solamente nos ayudan a trans­formar la realidad, también nos ayudan a entenderla. Lasteorías científicas contienen también modelos, de hecho las

Page 45: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

92 MllNnos ARTJrICJAtES MUNDOS ARTIFICIALES 93

teorías científicas son conjuntos de modelos, tal como postulala concepción estructuralista de la ciencia. Pero existe una di­ferencia entre los modelos de simulación y los modelos deteorías científicas. Aunque ambos son estructuras matemáti­cas, los modelos que incluyen las teorías estándar tienen unapretensión de verdad literal que no tienen estos nuevos ins­trumentos. Así, un modelo de un sistema mecánico no sola­mente pretende predecir la conducta del sistema sino, en lamedida de lo posible, capturar y representar la estructura delsistema. Los modelos de simulación están orientados directa­mente a la predicción y sólo de manera derivada nos propor­cionan un conocimiento de la estructura.

Javier Aracil, Manuel Liz y Margarita Vázquez [véanseAracil 1 y 2, Liz 1, Vázquez, Vázquez y Liz] han estudiado lasdimensiones epistemológicas de las nuevas técnicas de simu­lación, especialmente de los modelos que emplean las técni­cas de sistemas dinámicos. El origen de una simulación sueleser una estructura de datos compleja, en la que no cabe des­cubrir a primera vista una regularidad simple: la predicciónmeteorológica, la previsión de perturbaciones en sistemascomplejos como redes eléctricas o redes de comunicaciones,las interacciones de un sistema económico en su conjunto, eldesarrollo urbano, un sistema ecológico, etcétera.

Para simular un sistema el ingeniero necesita, primero,los datos empíricos relevantes, segundo un'} hipótesis provi­sional, que le facilitan los expertos en ese sistema acerca decómo se relacionan las propiedades que pueden actuar causal­mente en el sistema complejo, así como ciertos datos sobresu composición y algunas perspectivas sobre su evolución. Elmodelador no espera, sin embargo, a tener una teoría del sis­tema en cuestión, elabora un primer boceto de modelo cuali­tativo que posteriormente se convertirá en una estructuramatemática cuando aplique sus técnicas particulares. 10 El pri-

10 Pueden ser técnicas de sistemas dinámicos (no lineales, particular-

mer producto es una estructura abstracta que computa otransforma información: predice datos que representan laconducta del sistema real que estamos tratando de represen­tar. A partir de este modelo se construyen progresivos refina­mientos que tratan de aproximarse de manera continua a laestructura de datos y ser cada vez más fiables en sus predic­ciones. El resultado final es también una estructura complejaabstracta que ahora ya podemos emplear como instrumentode controlo predicción de la realidad, pero también comoinstrumento de conocimiento. Si funciona predictivamente,es que hemos capturado algo nuevo acerca de la estructura dela realidad.

El principio metodológico que rige en las ciencias de loartificial es el principio de simulación: «si parece un pato, .an­da como un pato y hace ¡cuál, ¡cuál, no hay duda, es un pa­to». Las ciencias de lo artificial se basan en la hipótesismetodológica de que ciertas regularidades funcionales pue­den ser descritas y capturadas en un nivel abstracto aunqueno conozcamos cuáles son los mecanismos causales que sub­yacen. David Marr, un matemático de Essex, que desgraciada­mente para el desarrollo de las ciencias de lo artificial murióde leucemia a los 35 años, desarrolló en 1979 un trabajo deinvestigación sobre el sistema visual humano, ejemplo para­digmático desde entonces de lo que son estas ciencias. Leinte­resaba simular y construir un sistema de visión equivalente alsistema humano, no importaba que estuviese implantado enun ordenador con un robot o en un cerebro humano; deberíade dar cuenta de las mismas capacidades en uno y otro caso,incluidas las ilusiones perceptivas. En su trabajo desarrollóuna batería de cálculos y modelos que intentaba aproximarse

mente, si nos enfrentamos a sistemas dinámicos de alto grado de compleji­dad), pero pueden ser teorías formales como la teoría de la decisión, lateoríade juegoso, en el caso de la inteligencia artificial y la cienciacognitiva,técnicas de programación dirigidas a la representación del conocimiento.

Page 46: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

94 MUNDOS AunrtCJALES MUNDOS AnTll'lCIAI.ES 95

al sistema tridimensional de la visión humana. No vienen alcaso aquí sus características, aunque sigue siendo interesantí­simo releer su proyecto, lo importante fue la teoría de la dis­tinción de niveles de representación que se ha convertido yaen una definición clásica de las ciencias de lo artificial.

En el nivel 1 tenemos una teoría del cálculo: ,,¡Cuál es elobjetivo del cálculo?, ¿por qué es apropiado?, y ¡cuál es la ló­gica de la estrategia mediante la que se le puede llevar acabo?» [véase Marr, p. 33]. En el nivel 2 encontramos la repre­sentación y el algoritmo: ,,¡Cómo puede implementarse estateoria del cálculo? En particular, ¡cuál es la representación dela entrada y la salida y cuál es el algoritmo para la transfor­macióni- [p. 33]. En el nivel 3 se sitúa la implementación en elsoporte fisico: «¡Cómo pueden realizarse físicamente la repre­sentación y el algoritmo?» [p. 33J.

Si comparamos estos niveles con el proceso de modela­ción que describen Aracil, Liz y Vázquez, descubrimos para­lelismos robustos: el primer nivel corresponde al modelocualitativo que a rasgos generales tomamos del conocimien­to experto o del conocimiento de los expertos. El segundonivel es propiamente el modelo y el tercer nivel es una reali­zación física que corresponde ya propiamente a la tecnolo­gía. Es en el segundo nivel en el que encontramos el núcleode estas ciencias. No son ciencias genuinas porque sus explica­ciones no son causales." El sistema de visión de Marr, aunquellegue a funcionar no nos dice nada sobre los mecanismosconcretos de la realidad. Pero tampoco son proyectos tecno­lógicos porque están dirigidos a conocer las interaccionesabstractas que se dan entre diversos roles funcionales de unsistema. Y al mismo tiempo nos descubren algo de la reali­dad, la arquitectura funcional, al tiempo que también nos

11 La bibliografía sobre la causalidad en las explicaciones funcionalesdesborda cualquier intento de referencias. En Broncano 4 he propuesto mivisión personal. Una buena introducción en español es Liz 2.

descubren una estructura que cualquier proyecto tecnológicodeberá realizar en el diseño de un artefacto concreto.

Al menos de una forma conceptual debemos distinguirla tecnología de las ciencias de lo artificial, a pesar de que en lapráctica estén profundamente relacionadas. Ytambién de unaforma conceptual debemos distinguirlas de las ciencias clásicas.Pero tampoco debemos confundirlas con ciencias aplicadas,puesto que su investigación puede ser en ciertos momentos te­diosamente básica y abstracta. Piénsese en los lógicos que inves­tigan lógicas no monotónicas o en las especulaciones de losmatemáticos que se dedican a la teoría de la decisión: a pesar deformar parte de estas nuevas ciencias, su nivel es probablemen­te uno de los más básicos de la actualidad.

Tecnología y técnicas

La tecnología es la aplicación del método científico a la satis­facción de las necesidades humanas mediante la transforma­ción del medio ambiente: en realidad también el métodocientífico es la aplicación al conocimiento cotidiano de unanueva forma de racionalidad basada en la curiosidad y la in­novación, en la cuidadosa comprobación de resultados bajoel arbitrio de jurados teóricos y empíricos y, ante todo, unaracionalidad producto del trabajo cooperativo, aunque tam­bién competitivo y crítico. No hay diferencia entre tecnologíay ciencia respecto al método: las tecnologías surgen de la in­novación de nuestros sistemas de transformación del medio,en particular, en el momento en que se acepta la idea de queel mundo puede ser transformado de muy diferentes formaspara satisfacer nuevas necesidades.

Son los mismos orígenes ideológicos que los de la cien­cia: los que encontramos en Bacon, en Descartes, en las uto­pías renacentistas y, en general, en todos los movimientos derenovación social. No es casual que sea la Revolución France-

Page 47: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

96 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTIFICIALES 97

sa la primera institución de formación tecnológica.J2 Ambas,la ciencia y la tecnología, son producto de un proceso de ins­titucionalización y división del trabajo.t ' Pero la tecnología,a diferencia de la ciencia, tarda aún varios siglos en consti­tuirse socialmente a pesar de que las expectativas sociales nole pueden ser más favorables. Su despegue definitivo exigiráque maduren ciertas condiciones circunstanciales: tiene queacumularse antes un amplio conjunto de técnicas sobre elque construye el acceso al estadio superior de la planificacióntecnológica de la acción. Las técnicas surgen de las artesanías.Artesanos inquietos que buscan nuevos métodos, inventoresen el sentido más folklórico del término, científicos interesa­dos en mejorar sus aparatos de medida, todos ellos introdu­cen una dinámica de cambio en el pacífico mundo de laartesanía. Nacen las técnicas de la artesanía, en primer lugar,como innovaciones en busca de mejores resultados y, en se­gundo lugar, como aplicación de ideas científicas. (Con laciencia la relación es más compleja en los comienzos: sonmuchas las leyes,naturales que se descubren a partir de lastécnicas, e incluso alguna ciencia completa. Tal es el caso co­nocido de la termodinámica sobre la larga experiencia en in­genios de vapor [véase Cardwell].)

La relación que existe entre la acumulación de descubri­mientos técnicos y la tecnología es la misma que existe entre elconocimiento que se desarrolla mediante un ciego proceso deensayo y error y el conocimiento científico maduro, organizadoen complejos programas de investigación que articulan investi­gaciones de naturaleza muy diversa en periodos muy amplios.O si se quiere, también, en la relación del trabajo artesanal con

12 vérin estudia la emergencia de un nuevo tipo de actor social, el in­geniero, en los siglos xvn y XVIII, siglos en los que se produce la revolucióncientífica. Véase también Rogers.

n Sánchez Ron realizó un buen estudio de la importancia que tiene lainstitucionalización tanto en ciencia como en tecnología.

la gran industria. La tecnología significa el paso de un modosimple de comportamiento racional a un complejo institucio­nal en el que la planificación, la innovación y el control ya noson patrimonio de personas particulares sino en cuanto éstasforman parte de instituciones. Lasdiferencias están en la escala,en la división social del trabajo, en la composición de los pIa­nes, en el conocimiento incorporado y en la complejidad delsujeto que produce la tecnología.

Este cambio estuvo profundamente relacionado con laemergencia de la actividad del diseño. El diseño, que estudia­remos más adelante, implica un lenguaje abstracto simbóli­co, de dibujos y representaciones precisas que permitenvarias transformaciones en las técnicas artesanales. Recojo al­gunas que han sido señaladas en un lúcido artículo de DavidMcGee aplicado a la arquitectura naval:

1) El artesano trabaja directamente con materiales, mien­tras que el diseñador lo hace con representaciones.

2) El artesano tiene que ajustar las piezas una a otra porun lento trabajo de modelado y acoplamiento: en eldiseño se hace a través de la prefiguración de la formaexacta de las piezas.

3) El diseñador puede modificar una y otra vez sus re­presentaciones, el artesano solamente puede modifi­car los artefactos. Cuando se trata de algo tan grandecomo un barco de guerra, esta propiedad se convierteen una ruptura determinante.

4) El diseñador crea un lenguaje esotérico que exige nue­vas habilidades que ya no son solamente prácticas.

5) Un diseño exacto y preciso permite cálculos matemá­ticos y por consiguiente puede aplicarse la ciencia,cosa que no ocurre con la artesanía.

En la revolución científica las matemáticas se convirtie­ron en el nuevo lenguaje de la naturaleza que permitió unanueva forma de pensar las leyes mediante modelos abstrac­tos que se aplican a muchos fenómenos de muy diversa natu-

Page 48: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

98 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTIFICIAtl;S 99

raleza. Un modelo matemático de flujo de fluidos, por ejem­plo, se puede aplicar a las corrientes eléctricas en un medioconductor, al aire en la superficie del ala de un avión o alagua en una turbina. En la revolución tecnológica se produjoun proceso muy similar: los borradores y esquemas que usa­ban los artesanos, los mecánicos y los «ingeniatores. dan pa­so progresivamente a representaciones cada vez más precisasde los artefactos. Aparecen los planos: representaciones enlas que cada parte del dibujo representa una parte de la má­quina, del barco o el edificio. Poco a poco aparece un len­guaje abstracto de representación: las piezas se dibujan endiversas perspectivas, se introduce el plano a escala, que per­mite medir con precisión la forma de las partes en el plano.

El nuevo técnico puede ahora cambiar un papel, imagi­nar nuevas formas, corregir defectos, calcular resistencias ycomportamientos sin necesidad de realizar el objeto. Un pla­no lleva tiempo, formación, horas de trabajo. Pero introduceun cambio sustancial: se mueve en un mundo abstracto queprogresivamente se hace más concreto y termina (o no) enun artefacto concreto. McGee observa que en este proceso losintereses sociales y políticos pudieron ser importantes. Suejemplo es el de la arquitectura naval militar en la Inglaterradel XVIII YXIX: el Parlamento quería buenos barcos para la Ar­mada pero no pagar más impuestos, de ahí la presión porcalcular lo máximo posible el comportamiento de un barcoantes de construirlo. Los arquitectos comienzan a desarrollarrepresentaciones cuidadosas del casco y a calcular el compor­tamiento. Antes de 1860, observa McGee, apenas se puedeprever más que los centros de gravedad, y apenas un poco delcomportamiento dinámico. Pero aunque solamente fuerapor reproducir los barcos cuyo comportamiento se mostróexcelente, ya estaba justificado un lenguaje abstracto que yano podían leer los carpinteros navales de los astilleros.!" Un

14 Lahistoria posterior ya se complica demasiado, es la historia del di-

ejemplo gráfico de este cambio lo muestran los varios casosen que alguna cultura sin medios industriales han reproduci­do objetos sofisticados como armas o automóviles. La repro­ducción se ha hecho mediante una costosísima reproducciónexacta de cada una de las partes, sin mediación de planos yespecificaciones técnicas. La habilidad técnica indudable desus herreros solamente puede ejercerse mediante un derro­che increíble de tiempo, materiales y mano de obra. Pode­mos hacernos una idea de cómo el nuevo lenguaje abstractoimplica una irreversible separación del mundo de la técnicaartesanal y una organización social de la distribución del tra­bajo técnico.

Concluyendo, la tecnología, sus instituciones, los siste­mas tecnológicos y sus productos, los artefactos, conformanun territorio cultural profundamente relacionado con la cien­cia, con las ciencias de la modelación artificial y con las téc­nicas, pero es un territorio que tiene una cierta autonomía enla historia, sus propias tradiciones y reglas.

DE lA DIVISIÓN E"mE LO NATURAL Y LO ARTIFICIAL

Algunos criterios de distinción

La distinción entre lo natural y lo artificial sigue siendo unade las cuestiones más debatidas y es una importante divisiónque afecta a otras también muy importantes, como es la dis­tinción entre aspectos normativos y descriptivos. El caso esque, como tantas veces suele ocurrir, tenemos muy clara ladivisión mientras nadie nos pregunte por ella. Necesitamosun criterio que cubra los casos paradigmáticos y que nos ilu­mine también en los casos difíciles.

seña contemporáneo. Véase Banharncomo una buena introducción a lahistoria del diseño moderno.

Page 49: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

lOO MUNDOS ARTIFICI·AL.ES MUNDOS ARTIFICIALES 101

terio que establece qué partes del mundo natural son artifi­ciales. No siempre está clara esta idea. Así, José Sanmartín [2]afirma «La distinción, en suma, entre lo natural y lo artificial sue­le serbastante sencilla. Loaproductosde.Ia.cultura. fácilmenteidentificables, se superponen ala-naturaleza, no.entran.a for­mar parte de ella» [2, p. 78]. Ocurre, sin embargo, que esadistinción tan fácil supone otra equivalentemente difícil, co­mo es la distinción entre naturaleza y cultura. No podemosreferirnos fácilmente a ella sin una cierta sospecha de estarcometiendo un círculo.

Tomemos pues e! primer candidato: objetos artificiales sonobjetos producidos porla cultura y objetos naturales son los produ­cidos por la naturaleza. Si tuviésemos un criterio claro de dis­tinción entre naturaleza y cultura, estaríamos ante una buenadistinción entre lo natural y lo artificial. Por ejemplo e! crite­rio biológico de distinción entre naturaleza y cultura: natura­leza es la información transmitida genéticamente, cultura es lainformación transmitida nogenéticamente [Mosterín]. El criterioes muy interesante pues se aplica a todos los casos normales,aunque tiene un problema de cierta gravedad: no nos permitediferenciar productos animales de productos humanos, pues,como muchos biólogos han estudiado [véase Bonner], son

Manue! Liz [véase 3] cree que no podemos encontrar uncriterio claro. Si bien admite que lo necesitamos, piensa quecualquier criterio que adoptemos para dividir lo natural de loartificial tendrá que usar otras dicotomías que él cree que sonaún más confusas o están aún en mayor peligro. Por ejemplo,los objetos artificiales son objetos fabricados intencional­mente mientras que los naturales han sido producidos porcausas. Pero si somos escépticos respecto a alguna de estasdistinciones se pone rápidamente en peligro la posibilidadde establecer una distinción clara entre los dos mundos. Y dehecho es cierto que la dicotomía entre intenciones y causases una de las más controvertidas de la filosofía actual, 15 porlo que no tendría mucho futuro e! proyecto de establecer unafrontera seria entre objetos diseñados intencionalmente y losque no lo han sido. La estrategia de Manue! Liz es encontrarobjeciones de este tipo para cualquier distinción posible, porlo que concluye que es un tipo de antinomia como las quedenunciaba Kant, una distinción que estamos obligados ahacer pero que no podemos hacer. La conclusión es precipi­tada aunque sí es cierto que depende ~e otras distinciones,incluso distinciones problemáticas. Pero eso le ocurre a todadistinción conceptual: depende de otras distinciones concep­tuales. Lo incorrecto en e! esquema de Liz es que sospechaque la distinción debe demarcar dos mundos separados. Noconcibe que es una distinción entre e! mundo natural y unaparte característica suya.

Obsérvese en la figura las dos formas de distinguir lo na­tural y lo artificial: un criterio para demarcar lo artificial noes un criterio que separe lo artificial de lo natural, sino un cri-

15 Así,un filósofocomo Jaegwon Kim ha criticado lanoción de propieda­des funcionales y porextensiónde propiedades representacionales como pro­piedades reales, puestoque no son propiedades causales. Sólo laspropiedadesintrínsecamente causales son propiedades que conforman la arquitectura de larealidad, las demás son propiedades de segundo orden que no entendemosbien hasta que no conocemos su basecausaL

Objetosnaturales

Objetosartificiales o

Objetos artificiales

Objetos naturales

FIGURA 1

Page 50: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

102 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ArtTIFICIALr.S 103

numerosas las especies que dependen para su supervivenciade técnicas y artefactos que son transmitidos culturalmente,por aprendizaje individual mediante imitación. Los felinosenseñan a sus crías a cazar, los chimpancés fabrican bastonci­llos para extraer termitas y pequeñas esponjas para empapar­las con el agua de los huecos de los árboles en las épocas desequía. Si no observasen a sus semejantes hacerlo no lo apren­derían. Podemos decir que los animales fabrican artefactos ytienen técnicas, pero abandonamos entonces la intuición querespalda nuestro criterio, el que lo artificial pertenece al do­minio esencialmente humano.

Un segundo candidato, que se acercamás a esta intuición, esel criterio de intencionalidad: objetos artificiales sonaquéllos pro­ducidos intencionalmente. Es el criterio de Marx para diferenciarlos productos del arquitecto de las construcciones de la abeja. Elarquitecto se representa previamente lo que quiere realizar y ac­túa siguiendo un plan dirigido por esta representación. Comoel anterior, también es un criterio intuitivamente aceptable y es­tablece una condición suficiente de la tecnología. Pero igual­mente nos deja sorprendidos ante muchos productos que ten­dríamos dificultades para calificar como tales. ¿Qué es lo quenos representamos?, ¿es el objeto?, ¿es su formal, ¿es su mate­ria?, ¿esel modo en el que llegamos a construirlo? Pensemos enun grupo de cazadores y recolectores que vuelve todas las tardesa su aldea. Se representan el final de su camino, se representanlos paisajes que deben atravesar, quieren llegar del modo mássencillo y rápido y todos los días hacen el mismo trayecto. El re­sultado es un sendero que es un subproducto de sus accionesintencionales, pero que en sí mismo nunca fue intentado comotal. ¿Sería artificial de acuerdo con el criterio de intencionali­dad? Y, por otro lado, observemos los instrumentos de piedrade las culturas de guijarros que realizaron homínidos anterio­res. Apenas podemos distinguir en ellos elemento alguno de ar­tificialidad, a pesar del duro esfuerzo que exigió su elaboración.

Un tercer criterio es el criterio de control. No basta la in­tencionalidad. El grado de artificialidad de un objeto lo produceel grado de control que tenemos sobre él. También es un criteriointuitivo que identifica como artificiales los objetos paradig­máticamente artificiales. El reloj, por ejemplo, que desde elsiglo XIV se convirtió en el objeto que apuntaba a la existenciade un constructor y diseñador. Pero igualmente nos deja sor­prendidos ante casos que no quisiéramos eliminar. El másclaro son los grandes sistemas técnicos en los que se debatenlas más duras controversias tecnológicas contemporáneas.Son objetos complejos, cuyas partes están controladas, pro­bablemente con el mayor grado de control que podamosimaginar, pero cuya composición ya no lo es. Precisamentelas discusiones sobre riesgo aceptable en las nuevas tecnolo­gías provienen de esta razonable sospecha. 0, como ha anali­zado Javier Echeverría [véanse 1 y 31, las nuevas tecnologíasde la acción y la comunicación a distancia, internet, porejemplo, controlable en sus elementos, pero no en cuanto«objeto», mucho más parecido a un medio o a un paisaje.

Los anteriores criterios establecen condiciones necesariaspero no suficientes para encontrar objetos artificiales. El cri­terio que propondremos establece una distinción desde den­tro: se trata de encontrar una propiedad que identifique unacaracterística de nuestras técnicas y de los artefactos que fa­bricamos con ellas. Este criterio es la composicionalidad delas técnicas y los artefactos. Para desarrollar este conceptovamos a referirnos brevemente al modo en el que compren­demos sistemas complejos como los organismos o los arte­factos: la ingeniería inversa.

Paisajes de eficacia

La intencionalidad del diseño es un criterio que subraya elorigen de los artefactos, el control se dirige al éxito en nuestra

Page 51: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

104 MIINOOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTIFICIALES lOS

empresa, pero necesitamos alguna característica que dependadel propio objeto, algún criterio de artificialidad que depen­da del propio hecho de la técnica y sus resultados. Pues bien,una pista para este criterio nos lo facilita un conocido argu­mento antievolucionista que busca demostrar así la existen­cia de un creador del mundo y las especies:

Supongamos que, al cruzar un zarzal, mi pie tropieza con unapiedra, y se me pregunta cómo esa piedra ha llegado hasta allí;probablemente podría contestar que, por lo que yo sabía, ha­bía estado allí siempre: quizá tampoco sería fácil demostrar loabsurdo de esta respuesta. Pero supongamos que hubiese en­contrado un reloj en el suelo, y se me preguntase qué había su­cedido para que el reloj estuviese en aquel sitio; yo no podríadar la misma respuesta que antes, de que, por lo que yo sabía,el reloj podía haber estado allí desde siempre.

Este argumento fue escrito por William Paley, en su Natu­ral Theology - or Evidences of the Existence and Attributes of theDeity Co/lected from the Appearances of Nature, en 1802. Su ar­gumento se basa en un argumento a la mejor explicación,que infiere que cierto grado de complejidad estructural en losefectos no sería posible sin cierto grado de complejidad es­tructural en las causas." Independientemente de que sea muyconvincente como demostración de la existencia de Dios, síes efectivo como criterio para delimitar el territorio que lossistemas biológicos comparten con los artefactos dentro de lanaturaleza. Es un territorio en el que reinan la complejidad y

16 Sober [3, pp. 63 y ss.] estudia la estructura lógica de este argumentodistinguiendo entre lo que es un argumento a la mejor explicación y lo quees una inducción: muchas de sus consideraciones están supuestas en la apli­cación que vamos a hacer a los objetos técnicos de la teoría de las funcionesbiológicas. Otras consideraciones pueden encontrarse en Beth Prestan,1998, quien compara eluso de la noción de función en los artefactos y enlos organismos. Manuel Liz dirigió mi atención a este trabajo en una prove­chosa sesión de discusión sobre la distinción entre artificio y naturaleza.

el diseño. Los sistemas artificiales son un tipo específico desistema que pertenecen al orden de lo complejo, un ordenque podemos especificar así:

Sistemascausales> Sistemasbiológicos> Sistemas artificiales

No hemos resuelto todavía nuestro problema de encon­trar un criterio claro de «artificíalidad», pero hemos descu­bierto algo nuevo en la distinción entre naturaleza y artificioque emerge del argumento del relojero.

Daniel Dennett [3] ha traducido esta tricotomía en estadicotomía:

1) Orden: estructura física causal puramente nómica.2) Diseño: estructura física causal que exige un tipo es­

pecial de explicación.La idea es que ciertas estructuras en la naturaleza necesi­

tan ser interpretadas y no meramente explicadas medianteun tipo especial de perspectiva que es la ingeniería inversa operspectiva del diseño. No es suficiente conocer exhaustiva­mente el complejo causal de un reloj como lo haría un físicopara saber que ese objeto es un reloj: necesitamos algunoshechos más. Laforma física solamente adquiere «sentido» so­lamente cuando adivínamos que un proceso sistemático haorganizado así la materia para que se realicen ciertas funcio­nes: la rueda de escape, el péndulo, los engranajes, la esfera ylas manillas, etc. Imaginemos un ser de otro planeta (o un ar­queólogo industrial) que encuentra el reloj en la playa: debe«interpretar» las partes, la forma, como partes y formas ade­cuadas a ciertas funciones. Este proceso de interpretación quellamamos ingeniería inversa se somete a ciertos principios opresupuestos. El más importante es un supuesto de optimiza­ción de recursos: en el reloj no sobran tuercas, cada parte estáahí porque cumple una función en el sistema y si no, no esta­ría. El supuesto de optimización tiene un doble componente:

Page 52: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

106 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTIFICIALES 107

un supuesto de buena estructura o de máximo en un paisajede eficacia, y un supuesto de economía causal.

Principio de buena estructura: la relación estructura/función esla mássimple y eficiente de las posibles

La buena estructura es relativa a un marco físico que constri­ñe las posibilidades: por ejemplo, el material del que está he­cho el reloj. En términos económicos significa que nosencontramos ante un óptimo que puede ser absoluto o rela­tivo, global o local. Podemos entender mejor esta idea en elmarco del concepto de paisajes de eficacia. En el Colegio Ma­yor «Arzobispo Fonseca» de Salamanca se expone una precio­sa colección de relojes que abarcan los siglos XVI al XVIII. SUSformas, mecanismos y materiales varían enormemente: ma­dera, papel incluso, marfil, diversos metales y aleaciones. To­dos miden el tiempo pero lo hacen con diferente precisión,fiabilidad, robustez, etc. Algunos son más manejables ytransportables que otros, unos sirven para el mar y otros parael bolsillo, otros son ornamentos domésticos. Hasta que nose ve la colección no se puede uno imaginar cuán grande esla variedad de formas de los relojes. Imaginemos ahora quetenemos una cierta forma de medir su valor de eficacia.'? Nonos importa si es fácil o no hacerlo o si la eficacia es una pro­piedad singular o el resultado de un complejo multidimen­sional de otros valores. A cada reloj le podemos dar un valorde eficacia y representarnos de forma abstracta el espacio enel que se expone la colección, una preciosa sala del XVI, comoun espacio geométrico en el que cada punto representa el va­lor de eficacia. Las trayectorias en el espacio podemos consi­derarlas como paseos por la habitación explorando las variassoluciones al problema de medir el tiempo. Pensemos ahoraen una sala borgiana infinita en la que estuvieran expuestos

17 Véase en el capítulo siguiente la propuesta por Quintanilla [4}.

todos los relojes posibles, algunos de ellos existentes, algunosque nunca existirán, otros que se han perdido para siempre.Su representación geométrica configura un paisaje de eficaciay las trayectorias de un punto a otro podemos entenderlas co­mo paseos de exploración en este paisaje de eficacia, comoexploración en el horizonte de posibles diseños de relojes.l"

El principio de buena estructura nos dice que los objetosque encontraremos ahí constituyen máximos locales en laeficacia funcional: relojes que funcionan o han funcionado,aunque no sean los mejores posibles, pero sí mejores quecualquier otra configuración de partes, de tuercas, tornillos yvolantes que podamos hallar en los alrededores cercanos deeste espacio.

Supuesto de progreso de las trayectorias adaptativas: las tra­yectorias históricas siguen la línea de aumento del valor de eficacia

No hay milagros en la historia de los artefactos. Losorganismosy artefactos nacen después de largos procesos de adaptación enel que la selección natural, en un caso, la inteligencia en otro,van mejorando las partes o inventando nuevas."? Los diseñoscon buena estructura que han producido la forma y la arquitec­tura funcional de un artefacto exploran las trayectorias en el pai­saje de eficaciayfie suceden en la historia «subiéndose» a las al­turas de eficacia de los diseños anteriores. De manera que las

18 La teoría de los paisajes de eficacia ha sido desarrolladapor los teó­ricos de la complejidad del Instituto de SantaFe: Kauffmann, Kauffmann yLevin, Cowan, Pines y Meltzer (comps.). Dennett 3 discute el significadofilosófico de estas propuestas. En español se encuentra ya abundante bi­bliografía sobre este tema. Como introducción es interesanteel libro colec­tivo de entrevistas La tercera cultura, Barcelona: Tusquets. 1997.

1<) En los dos capítulos siguientes trataremos del proceso de diseño yde cómo se producen los cambios que realizan estas líneas de progreso. Elprincipio que consideramos aquí es solamente un principio metodológicoque debe desarrollarse en una más amplia teoría del cambio técnico.

Page 53: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

108 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTifiCIALES 109

trayectorias posibles, nos dice este principio, se restringen aaquellas que siguen la dirección del diseño adaptativo. Enla evolución de los organismos se traduce en el principio deque la adaptación es una (quizás la más importante) de las fuer­zas evolutivas, en los diseños artificiales se traduce en el princi­pio de que el artefacto se ha producido racionalmente siguien­do un plan, y que los cambios han seguido la línea de aumentarla eficacia de los artefactos anteriores.

Estos dos principios se aplican a todos los sistemas dota­dos de diseño, sean sistemas naturales o sistemas artificiales.Son dos supuestos metodológicos que nos permiten aplicarla estrategia interpretadora que llamamos de ingeniería in­versa: decodificamos las partes, la forma, la materia de los or­ganismos y sistemas bajo la hipótesis de que cumplen unafunción, y que el hecho de que la cumplan explica que esaparte, materia o forma esté ahí. Insisto en que son principiosmetodológicos. Como tales, son análogos al principio decausalidad que aplicamos al estudiar las regularidades físicasdel universo: suponemos que la realidad está dotada de unaestructura causal-? y, como también ocurre en nuestras conje­turas sobre los mecanismos causales naturales, podemosequivocarnos, lo que hemos tomado por una relación causalbien puede ser una relación contingente, casual. Lo impor­tante es que sin suponer que el mundo tiene una estructuracausal no investigaríamos científicamente nada, del mismomodo que sin suponer estos principios racionales de diseñono lograríamos comprender los artefactos, ni siquiera losmás cotidianos como la cuchara o el tenedor, ni tendría sen­tido la ingeniería como una profesión racional.

Repárese en que todavía no hemos distinguido los arte-

20 Obsérvese la diferenciaentredos regularidades: «no existe una esfe­rade oro del tamaño de la Tierra» y «no existe una esferade uranio del ta­maño de la Tierra». La primera es una meraregularidad, la segunda es unaleycausal: está prohibida por las disposiciones causalesdel uranio.

factos de los objetos naturales, pero ya hemos logrado distin­guir un grupo formado por organismos y artefactos de los sis­temas causales. Ambos son sístemas funcionales, son productode una trayectoria pasada cuyo resultado es un buen diseño.

Todavía tenemos que añadir una nueva característica encomún de los organismos y los artefactos: su complejidadfuncional.

La complejidad funcional

Los artefactos y los organismos son sistemas funcionales, enlos que la conducta de las partes es interdependiente y sólomediante esta interdependencia podemos caracterizar sucomplejidad. Una montaña tiene partes, pero no tiene com­plejidad funcional. La complejidad que encontramos en lanaturaleza de los organismos y artefactos técnicos tiene undoble componente: el primero es la heterogeneidad de laspartes, el segundo elemento es la composicionalidad. La hete­rogeneidad se refiere a la variedad de tipos y categorías queencontramos en los elementos constitutivos de un sistemacomplejo. En algún nivel de la estructura de un sistema debe­mos encontrar heterogeneidad: puede ser en el nivel de losmateriales, puede ser en el nivel de las formas, pero con ele­mentos homogéneos no, encontramos un sistema complejo.La composicionalidad.se refiere al hecho de que tanto los or­ganismos como los artefactos son sistemas que muestran unailimitada variedad de formas construida con elementos fini­tos. Este hecho se debe a que combinaciones diferentes deelementos, siguiendo pautas y constricciones apropiadas nospermiten construir elementos completamente diferentes. Unreloj está formado por elementos muy simples, como ruedasdentadas, muelles o contrapesos, palancas, etc., los mismoselementos organizados de otra forma nos permiten construirobjetos completamente distintos: una máquina calculadora

Page 54: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

110 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS AI~T1FIC1AI.ES 111

por ejemplo. En el Science Museum de Londres se exhibenmodelos mecánicos de las primeras máquinas de computa­ción de Charles Babbage.?' Si uno observa estas máquinaspodrá notar que la complejidad de las máquinas calculado­ras es solamente producto de la composición ordenada deruedecillas dentadas. Algo tan complejo como los cálculosdiferenciales puede nacer de algo tan simple como las ruedasdentadas. Es el poder de la complejidad.

La complejidad se produce en tres niveles: la materia, laforma y la conducta de las partes.

Complejidad material La vida está formada por un complejí­sima arreglo de unos pocos materiales básicos que están ahídesde el principio de la vida. Los cuatro nucleótidos, adeni­na, guanina, citosina y timina, se combinan y a través delARN, formado también sólo por cuatro componentes (sustitu­yendo la timina por otra pirimidina, el utracilo) codificanveinte y sólo veinte aminoácidos. Toda la vida sobre la tierraestá constituida por esos elementos tan simples. Pero los vein­te aminoácidos se combinan en cadenas de cientos de ele­mentos que llamamos proteínas y que están codificadas encadenas de «letras» del código genétíco.P Toda la complejísi­ma variedad de la vida se sostiene sobre una sorprendente­mente pobre variedad de elementos componentes. En el caso

21 Charles Babagge (1792-1871) fue un matemático inglés al quese considera el padre de la computación mecánica. En 1822 construyóuna calculadora mecánica. En 1823 comenzó un nuevo modelo con elapoyo del gobierno que habría de constar de 25 mil piezas, de las que lo­gró montar dos mil de ellas en 1832. No consiguió el apoyo necesario paraotro tercer modelo que diseñó en 1847. En 1991 Doron Swade consiguióreconstruir una máquina en el Museo de la Ciencia que funcionó exito­samente.

22 Hofstadter [cap. 16} es una magnífica e insuperada demostracióndel carácter de código que tiene el código genérico. El hecho de que las ri­bosimas hayan fijado la sisternaticidad (semántica) del mapa de las «pala­bras» de ADN en aminoácidos específicos y las cadenas de ARNen cadenas de

de los artefactos el cambio técnico a diferencia de la vida síha implicado un cambio en los materiales básicos. Hace unmillón de años los utensilios de nuestros antecesores fueroncinco materiales básicos: madera, hueso, piedra, cuerno ypiel. En el neolítico la gama se enriqueció con materiales ani­males, como la lana, fibras vegetales y con minerales, como laarcilla, posteriormente le tocó el turno a los metales. Ac­tualmente, quienes han intentado contar los materiales dis­ponibles hablan de 70000, pero especulativamente [véaseManzini, pp. 37-39] porque nadie sabe cómo hacerlo. Los pri­meros automóviles empleaban menos de cien materialesdiferentes, hoy posiblemente más de cuatro mil [véase Man­zini, p. 38]. El diseño no es ya sólo reordenación de la formade los materiales, sino búsqueda y «diseño» químico de nue­vos materiales de manera intencional.

Complejidad formal Podemos entender la forma en un sen­tido estricto como forma geométrica del material o en unsentido muy lato del término forma, que alcanzaría hasta loselementos simbólicos de los programas de ordenador. Aun­que en un sentido profundo no hay tantas diferencias comocabe pensar: dos símbolos básicos de un ordenador sola­mente son distinguibles por su forma, Si los objetos físicos,las configuraciones de las puertas de los microchips no reco­nocieran la forma física, no reconocerían tampoco la infor­mación transportada. Nuestra era de la información es sobretodo una era de manipulación y equivalencia de formas: lainformación puede viajar de los circuitos eléctricos de un mi­crochip a 'las capas de un disco óptico ya los pulsos electro­magnéticos de una fibra óptica para terminar en los pulsosmecánicos de un altavoz, a causa de la posibilidad de inter­conectar y construir equivalencias en las formas de los mate-

aminoácidos es una especie de accidente congelado que caracteriza a la vi­da, a toda la vida sobre la Tierra.

Page 55: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

112 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTll'ICIALES 113

riales. Como el hecho de la información nos informa, la rela­ción entre materiales y formas es múltiple: un martillo es unaforma (o una pequeña variedad de formas) hecha de nume­rosos e ilimitados materiales. La evolución de los materialespuede ir en direcciones nuevas: búsqueda de materiales quesoporten formas muy diferentes, plásticos, aleaciones, cerá­micas nuevas.P Una máquina compleja es un complejo deformas elementales cuya conducta depende de la composi­ción anatómica de las partes. Varíese la composición formal yla máquina variará de conducta o simplemente no tendráconducta alguna.

Complejidad funcional Lasfunciones son conductas de las par­tes de un sistema que explican la existencia de esa parte. Enrealidad tenemos dos nociones de función que han producidonumerosas discusiones a lo largo de la reciente historia del con­cepto:24 la noción sistémica que recoge nuestro supuesto debuena estructura, es decir,el que las partes se conduzcan de ma­nera que la conducta total del sistema sea óptima, y el históri­co, que recoge nuestro supuesto sobre la adaptación, a saber,que el hecho de que haya sido beneficioso o adaptativo explicapor qué está ahí ese componente. El lector puede realizar un

23 En19991a prensaespañolase hizo eco del centenario del nacimientode Eduardo Torroja (1899-1961 l,una de nuestras glorias de la ingeniería: fueun maestrode lasestructuras de hormigón y del diseño de arquitecturas y cu­biertasque eliminaron la tradicional separación en lascubiertas y bóvedasdedos materiales, uno estructural y otro de cerramiento. Diseñé láminasde pe­queño espesorque realizaban las dos funciones. Losdiseños de TOIToja sonuno de los grandes ejemplos de esta línea de la evolución de materiales: labúsqueda de materiales plásticos que integren la forma y la función, quemuestrenlacomplejidadfuncionalporqueson capaces de asimilar múltiplesformas, paralela a la diversificación de materiales.

24 ABen, Bekoffy Lauder (comps.) es una recopilación casi exhaustivade todas las perspectivas relevantes sobre la noción de función. Para cual­quiera interesado en la noción de diseño se trata de una «biblia» que debeser leída y cuidadosamente meditada.

«sencillo» ejercicio para entender la complejidad funcional: in­tente desarmar y volver a armar uno de los viejos despertadores.Si al volver a armar el mecanismo le sobran piezas, entenderárápidamente esta relación: la pieza estaba en su lugar porquecumplía su función. Si no, no estaría. Lacomplejidad funcionalestá expresada en lo que constituye la arquitectura funcional delorganismo o del artefacto, su diseño, que debe recoger en un so­lo plan los tres niveles.

Las mismas funciones pueden ser realizadas por formasmuy diferentes, como las formas pueden conformar materia­les muy diferentes. También es una característica que tienen encomún los artefactos y los organismos. Obsérvese la función de«volar», moverse por el aire como medio: los pájaros lo hacenmediante las alas, los murciélagos mediante membranas en susdedos, las ardillas voladoras mediante pliegues en la piel, lospeces voladores mediante aletas [véase Dawkins 2]. Las cau­sas por las que evolucionan las funciones no siempre son lasque hacen evolucionar las formas." Este convencimientoha cambiado sustancialmente el evolucionismo como marcoconceptual: no puede ya emplearse como sustrato básico parafuncionalismos ingenuos, como les ocurrió a varias corrientesantropológicas y sociológicas. También y sobre todo en los ar­tefactos, se instauran procesos de cambio técnico desigual: losmateriales, las formas y las funciones tienen sus'propios ritmosde cambio, aunque haya interacciones entre ellos. Lacompleji­dad de cada uno de los tres niveles de realización sostiene for-,mas de inercia específica. Por razones que es interesante estu­diar, la vuelta a materiales, formas y funciones anteriores seproduce con regularidad sorprendente: en la época de la cons­trucción en acero se construyen catedrales neogóticas, en la épo­ca de los desastres ambientales se rodean las habitaciones de

25 Las discusiones sobre la relación entre las formas y las funcionesqueda dignamente representada en estas antologías: Sober 4, Rose y Lau­der, Ridley.

Page 56: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

114 MUNDOS /\rtTlFICJAtES MUNDOS ARTIfiCIALES 115

madera, en la época del Estado laico los museos y los estadiosrecuperan la función del templo.

La instrumentalidad de segundo ordeny la naturaleza de lo artificial

Es precisamente la comunidad de propiedades que compar­ten artefactos y organismos lo que nos permite estableceruna característica específica de las técnicas humanas. Se basaen la correlación que existe entre la complejidad de los arte­factos y la complejidad de las causas. Son muchos los anima­les que disponen de técnicas, es decir, de patrones estables deconducta que transforman el medio, y son también muchoslos animales que fabrican artefactos. Sabemos que las dos es­pecies de chimpancés fabrican auténticos instrumentos [véa­se Gooda1l3, Mosterín, Gibson e Ingold]. Fabrican pequeñosbastones con los que hábilmente extraen las termitas de lostermiteros, y estos bastones tienen formas específicas que va­rían de cultura a cultura, fabrican pequeñas esponjas de fi­bras con las que extraen agua de los huecos de los árboles enlos meses de sequía, fabrican nidos en los árboles, y si noaprenden a hacerlo, como ocurre con los chimpancés criadosen cautividad, son incapaces de sobrevivir. No son las técni­cas, no es la instrumentalidad lo característico de la técnicahumana. Es el hecho de que sean composicionales de segun­do orden, que solamente puedan ser producidos medianteracionalidad instrumental compleja.

El antropólogo Steven Mithen ha propuesto que emplee­mos este criterio para reconstruir la historia de la mente hu­mana. Pues bien, hay un salto cualitativo en la evolucióncuando se comienzan a construir instrumentos para fabricar ins­trumentos. Hoy sabemos que la cercanía de la inteligencia delos chimpancés a nuestra especie es muchísimo mayor que laque existe con el resto de las especies. Lo mismo ha ocurrido

con otras varias especies con las que hemos convivido. Peroel cambio cualitativo ocurre cuando se produce la composi­cionalidad de segundo orden en el diseño de instrumentos.

Desde los primeros momentos de la especie encontra­mos algunos artefactos simples que solamente se pudieronhaber producido mediante técnicas complejas: las hachas depiedra. Las hachas de piedra sólo se pueden fabricar habien­do fabricado antes instrumentos de piedra o hueso paraobtener lascas, o instrumentos de pulido. Tenemos posterior­mente ya artefactos que tienen complejidad en los tres nive­les: una lanzadera de azagayas, con las lanzas, el instrumentoesencial de caza del Paleolítico, muestra heterogeneidad demateriales: piedra, madera, fibras vegetales, complejidadde formas y complejidad funcional: hay que usar dos basto­nes, uno como lanzadera, con una forma especial de apoyo,otro como soporte de la punta para formar la lanza. Los ins­trumentos para fabricar instrumentos, las técnicas que hacenposible otras técnicas denotan instrumentalidad de segundoorden. No es el tejer telas de lino lo que hace de los humanosuna especie técnica, es el plantar campos de lino para tenermateriales disponibles. Sólo los humanos de entre las es­pecies supervivientes parecen haber tenido esta capacidadestratégica. ,,

y ahora ya podemos volver sobre los criterios de divisiónentre lo natural y lo artificial: la cultura, la intencionalidad,el control no son suficientes." Esnecesario cierto tipo de cul­tura, de inteligencia e intencionalidad, de control, para queexistan técnicas y sistemas artificiales. La cuestión ahora es:¿cuáles son las condiciones de inteligencia y cultura que ha­cen posible los artefactos y las técnicas cómposicionales desegundo orden? Es necesaria la intencionalidad estratégica:

26 Insisto en que mis críticas a los criterios que hemos examinado serefieren a que son insuficientes. En lo demás acepto que se trata de caracte­rísticas necesarias que investigan propiedades profundas de los artefactos.

Page 57: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

116 MUNDOS ARTlFICIAI.ES MUNDOS ARTIFICIALES 117

acciones compuestas en planes, es necesaria una cultura consuficiente división social del trabajo, es necesario el controlparcial de los productos: es necesaria y suficiente la existenciade diseños, la acción planificada y cooperativa.

Un brevísimo caveat: alguien podría aducir que los orga­nismos también tienen «diseño». Desde hace dos siglos laexistencia de un «plan» de formación del organismo esla gran fuente de resistencias al evolucionismo. Y es ciertoque hubo un salto cualitativo en la historia cuando aparecie­ron ciertos genes y adquirieron una función controladora deldesarrollo: hay organismos porque los genes se «expresan»ordenadamente. Pero no hay composicionalidad de segundoorden que se sustente sobre la intencionalidad estratégica. Laintencionalidad estratégica exige fabricar instrumentos parafabricar partes, es una composicionalidad que exige evolu­ción cultural, el que los «mernes-.t? los patrones de acciónsometidos a transmisión, imitación y cambio, sean tambiéncomposicionales, Es precisamente lo que ocurre cuando apa­recen los diseños.

DISEÑANDO MUNDOS AlrnFICJALES

La racionalidad práctica, individual o colectiva, no se reducea un cálculo de consecuencias de acciones tomadas una auna y concebidas atómicamente. La racionalidad se predicade grandes conjuntos de acciones articuladas en forma deproyectos. Incluso las acciones más triviales como ir al cine ohacer una tortilla exigen la formación de microproyectos, tal

27 La noción de «meme» fue inventada por Richard Dawkins comoanálogo del gen. Es un patrón de conducta o una idea que se transmite porimitación y que se reproduce en la medida en que supone algún beneficioo placer para el imitador. La cultura, según Dawkins, es el conjunto de me­mes que adopta cada población en la historia.

como se ha encargado de mostrar la psicología cognitiva y lainteligencia artificial. Comprendemos el mundo y actuamossobre él mediante esquemas y patrones que nos remitenunos a otros: el patrón general «ir al cine» activa otros como«mirar la cartelera», «buscar un autobús», quizá «llamar a unamigo» 28 Estas redes de esquemas y guiones forman el tras­fondo del que está hecha nuestra experiencia vital. Con másrazón, la forma sofisticada de racionalidad que ejemplifica latecnología no puede reducirse a unidades tan pequeñas co­mo las que están implicadas en la concepción tan extendidadel razonamiento instrumental medios-fin aplicado a la ac­ción. y además no debemos olvidar el carácter colectivo ycooperativo del sujeto de la investigación, la aplicación y eldesarrollo tecnológicos. Las comunidades de ingenieros quetrabajan en laboratorios, empresas Yotros centros de investi­gación y producción sostienen una compleja estructura derelaciones sociales y de división del trabajo. A su vez, los re­sultados de su trabajo se organizan en grandes unidades queestructuran otras más pequeñas. Llamaremos a las unidadesmás grandes proyectos tecnológicos y a las unidades más peque­ñas diseños tecnológicos.

Un diseño es un plan de acción cuyo resultado es un ar­tefacto o sistema artificial (a propósito dejamos a un lado elinteresantísimo problema de cómo delimitar los sistemasnaturales de los artificiales). La estructura de este plan escompleja, pues, como más adelante veremos, no puede en­tenderse simplemente como una secuencia jerarquizada li­nealmente de órdenes y fines.

28 El de R. Schank y R. P.Abelson es uno de los libros ya clásicos sobrela relación entre la acción en forma de planes y la comprensión de la reali­dad. La filosofía, salvo en algunos trabajos muy técnicos dentro de la filo­sofía de las ciencias cognitivas o del lenguaje, no ha desarrollado aún elpotencial que significa esta manera de ver la relación entre el pensamiento,

la acción y la realidad.

Page 58: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

118 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTIFICIALES 119

Losproyectos son grandes unidades que perviven a lo largode la historia. Contienen fases de investigación y fases de apli­cación y desarrollo. Constituyen el marco en el que tiene senti­do la evaluación de las tecnologías. Losdiseños tomados uno auno pueden ser aceptados o rechazados, corregidos o sustitui­dos por otros nuevos a los que se añaden innovaciones localeso totales. Es también a escala de proyectos como podemosmedir el alcance y el efecto social de la tecnología o compararproyectos alternativos que persigan similares resultados. Porejemplo, dos proyectos diferentes de tecnologías biológicas quepretendan adecuar característicasfenotípicas de cierta especie alas necesidades humanas: uno, el tradicional, basado en la ge­nética de poblaciones y el perfeccionamiento por selección, yelotro, basado en la identificación de genes de ruptura de la ca­dena ADN y reproducción del gen en un organismo. 0, por ejem­plo, dos proyectos de simulación del pensamiento inteligente,uno basado en el perfeccionamiento de programas que seimplementen en los medios existentes en la actualidad, y otrobasado en la construcción de ordenadores con nuevos materia­les orgánicos que simulen el comportamiento neuronal. Estosgrandes proyectos constan de multitud de diseños que son sus­tituidos y perfeccionados, sea en la fase de investigación comomodelos que se corrigen antes de ponerse en práctica, sea en lafase de aplicación a partir de las deficiencias o problemas ob­servados.

Los diseños cumplen en las tecnologías una función si­milar a la que las teorías cumplen en la ciencia. En esencia setrata de una secuencia de operaciones con el resultado de unobjetivo prefigurado previamente. Consta de órdenes de ac­ción o de preposiciones nomopragmáticas con una estructu­ra articulada compleja. La estructura proposicional tal vezpodría hacernos llevar la analogía más allá del nivel metafó­rico, pero la lógica de la tecnología es muy diferente de la dela ciencía; se mueve dentro del mundo de lo artificial. paradistinguirlo de los otros mundos.

Laarquitectura funcional de un diseño

Un diseño se define por su arquitectura funcional: un plan deacción siempre se forma mediante una descripción funcionalque es independiente del medio o del sistema físico que lo rea­lice o ponga en marcha. Tomemos por caso una máquina que,como cualquier otra, tiene por objeto una forma determinadade transferencia o transformación de energía: el diseño es elplan cuyo objetivo final es la realización física de esa máquinay su funcionamiento con el grado de eficiencia previsto. Al di­señar un artefacto establecemos mediante mapas, cálculos acer­ca de los materiales, diagramas de flujo, etc., la conjetura de queel artefacto es posible. Esesencial que este diseño, presentado endiversas formas y modalidades de proyecto, sea traducible,en una primera aproximación, a una secuencia de objetivos par­ciales que habrán de constituir los componentes de un plan ge­neral de acción. Estos subplanes, a su vez, se pueden describirde una manera meramente funcional -en el diseño de unamáquina, por ejemplo, los diversos componentes forman a suvez objetivos de diseños que, por tanto pueden comenzar arepresentarse funcionalmente-. La organización del plan seva haciendo progresivamente más y más precisa hasta que ladescripción funcional se convierte en reglas de procedimien­to fundamentadas en el conocimiento científico de las leyesque rigen los materiales y los sistemas físicosconcretos con quetrabajamos.

La estructura de un diseño, tal como lo hemos represen­tado, es la de un árbol jerarquizado de planes formado porreglas que contribuyen a la consecución de objetivos quepueden entenderse como nudos de la red que articula el ár­bol."? Esta primera aproximación a la arquitectura de un di-

2~ En el siguiente capítulo modificaremos esta idea de la estructura deldiseño como árbol para acercarla a la realidad práctica, y hablaremos másbien de retículos.

Page 59: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

120 MUNDOS ARTIfICIALES MUNDOS ARTII'¡CIALES 121

seña nos muestra, como es fácilmente observable, una formade razonamiento instrumental simple y lineal: los objetivosestán prefijados y el conocimiento disponible nos permiteestablecer, en principio, la fundamentación de las operacio­nes. El modelo admite una representación formal medianteel espacio de estados determinado por las propiedades rele­vantes del sistema concreto que queremos transformar. Undiseño, en esta primera aproximación, constituiría la elec­ción de un camino entre los diversos estados posibles. Laelección determina los fines del proceso y los cambios de es­tado son causados por la intervención de un agente intencio­nal, bien directamente o mediante el uso instrumental de unartefacto.

Un diseño, tal como nos aparece en este modelo, podríaser realizado y ejemplificado por algún programa experto deinteligencia artificial: un jugador de ajedrez, por ejemplo. Es­te concepto de diseño es correcto en esencia pero, si conside­ramos que la racionalidad tecnológica es una propiedad muysofisticada de sistemas de acciones colectivas, el modelo nosresulta excesivamente simple. No contempla varias cuestio­nes que deberían ser tenidas en cuenta.

En primer lugar, el hecho de que la transformación de unsistema de un estado a otro, cuando la transformación es elresultado de una acción intencional, no depende solamentede posibilidades legales, ni siquiera del conocimiento o lasintenciones del agente sino también de sus capacidades prác­ticas para llevarlo a buen término. En realidad se trata de uncaso de un problema más general que debe tenerse en cuentaen el diseño, a saber, la existencia de recursos suficientes parala realización del plan. Una primera corrección que debere­mos imponer a nuestro modelo es que el diseño debe teneren cuenta ciertas condiciones de ligadura que no dependende la estructura interna del producto sino de sistemas exter­nos que interaccionan con él. Ligado el problema que plan­tean las interacciones con el medio sobre el que debe actuar

el plan de transformación, nos encontramos con la existenciade obstáculos que en muchos casos no son predecibles, demodo que el plan debe contemplar mecanismos de reacciónante las dificultades y los obstáculos. Un obstáculo en la rea­lización de un plan impone al agente la tarea de razonar ha­cia atrás buscando, entre los medios disponibles, un nuevofin parcial no formulado antes en el plan: el de la superacióndel obstáculo. En tercer lugar, el diseño tiene que enfrentarsea un problema más arduo: hemos supuesto hasta el momen­to que siempre es posible no sólo formular, sino hasta jerar­quizar los diversos objetivos que constituyen los variosestadios de la acción. La tecnología, sin embargo, como cual­quier otra forma de acción, tiene que enfrentarse al hecho deque muchos objetivos, y por consiguiente los planes asocia­dos a ellos, entran en relaciones de solapamiento, oposicióny, a veces, cooperación. El hecho de aumentar la seguridad deun mecanismo puede afectar su eficiencia o su costo, el dise­ño más perfecto puede no ser el más comerciable, etc., lacompetencia entre objetivos, la vieja decisión entre cañones ymantequilla es el primer problema que se aprende en los ma­nuales de teoría económica. Es también el primer problemade teoría del diseño.

Las posíbilidades pragmátícas: la tecnologíaen la historía de la humanídad

La idea de diseño ejemplifica dos elementos diferentes: lacomplejidad estructural de los artefactos y la racionalidad es­tratégica de quienes los producen. Esta doble dimensión nospermite una nueva forma de mirar la tecnología en la histo­ria, el qué es y qué es lo que la hace valiosa, si es que hayalgo. Y de esta forma contestar a la pregunta a la que hemosdedicado este capítulo, ¿qué característica o característicasdefinen la tecnología y sus productos?

Page 60: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

122 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS AIUlrlCIALES 123

Posibilidades ffsicas

FIGURA 2

Como se dijo al comienzo, esta pregunta, aplicada a cual­quier campo de la cultura, nos permite clasificaruna región concierta autonomía, la literatura, la religión, la ciencia. Por ejem­plo, en la ciencia consideramos las teorías valiosas por su con­tenido empírico o clase de estados que las teorías explican ypredicen. El contenido empírico de una teoría científica al serformulada consiste en un conjunto de estados que, según las le­yes de la teoría, son posibles. En la tecnología el contenido de undiseño tecnológico (en el momento de su formulación) tambiéndetermina un conjunto de estados posibles. Son los estados delos sistemas que abarca esa particular tecnología, sistemas quecumplen la misma función que los modelos físicos de una teo­ría. Los diseños tecnológicos, a diferencia de las teorías científi­cas, abren una clase de posibilidad diferente: la posibilidadpragmática. Una tecnología en general y un diseño en particu­lar delimita un conjunto de estados y cosas pragmáticamente po­sibles. A diferencia de lo que ocurre con las teorías científicas,que establecen leyes indiferentes a nosotros, las posibilidadespragmáticas son relativas a una cultura, a un grupo humano enuna situación determinada. Para situar adecuadamente el lugarde la tecnología es conveniente tratar, aunque de forma no téc­nica, ciertas nociones de posibilidad [véase la figura 21·

Nuestro lenguaje y nuestro mundo conceptual, en primerlugar, determinan lo que es conceptualmente posible. No esposible, por ejemplo, un círculo cuadrado: no es algo quedependa del mundo, sino de lo que significan «círculo» y«cuadrado». En segundo lugar, dentro de lo que es posibleconceptualmente hay un conjunto más pequeño, lo nomoló­gicamente posible, o lo físicamente posible. Depende de cómoestá hecho nuestro universo. Las leyes naturales establecenqué estados están prohibidos: por ejemplo, es posible, aunqueseguramente no existe, una esfera de oro de diez toneladas,pero no es posible una esfera de uranio de diez toneladas: es­tá más allá de la masa crítica de la reacción en cadena de fi­siones nucleares. Un subconjunto de lo físicamente posiblees lo pragmáticamente posible: son las posibilidades capaces deser realizadas en cada grupo y estadio cultural. Hay ademásotras posibilidades que deben ser tenidas en cuenta: la litera­tura, la imaginación establece mundos imaginativamente posi­bles. No están limitados a lo físicamente posible, aunque sí alo conceptualmente posible (en otro caso serían inintelígi­bles), Forman «la materia de la que están hechos nuestrossueños», el trasfondo de nuestra creatividad, e intersectan con­tinuamente con la ciencia y la técnica. Por último, aunque nomenos importante, está lo legítimamente posible, lo que de­pende de nuestras convenciones legales y nuestras conviccio­nes morales. También es relativo a culturas y grupos y cambiaa lo largo de la historia, aunque lo hace mediante una diná­mica de reflexión propia. La tecnología ocupa un lugar de in­tersección de todas estas posibilidades. Las posibilidadespragmáticas son las posibilidades imaginadas física y legíti­mamente posibles, que además somos capaces de actualizar.

El espacio de estados nomológicamente posibles es elmarco más importante en el que se mueve la tecnologíapuesto que define el ámbito en el que cabe buscar satisfac­ción a los objetivos prácticos. Sea lo que sea lo que buscamosno nos cabe esperar más que aquello que es físicamente posi-

posibilidades

pragmáticas

Page 61: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

124 MUNDOS ARTifiCIALES MUNDOS ARTIFICIALES 125

ble, aunque podamos imaginar viajes en el tiempo, navesque escapan a velocidades superiores a la luz, galaxias pobla­das de seres inteligentes y una larga serie de objetos que sehan convertido en parte de nuestros mundos familiares a tra­vés de la literatura y el cine. Por otra parte, de entre las cosasposibles, muchas veces ignoramos qué es lo que nos es acce­sible pragmáticamente, qué es lo que podemos hacer, y nosolamente por ignorancia de los medios que están a nuestradisposición sino, mucho más importante, por no tener obje­tivos determinados, porque nuestros deseos no han cobradoforma. Pero las posibilidades pragmáticas están ahí, aunqueno hayamos reparado en ellas. Forman nuestro horizonte deexpectativas prácticas en el que se configura el futuro.

Es habitual pensar en la ciencia y la tecnología como ám­bitos negativos y restrictivos. Sin embargo, conforman el es­pacio de lo que nos cabe esperar y lo que podemos hacer.Píndaro, en uno de sus Epinicios, nos ofrece una fórmula pro­funda y exacta de racionalismo práctico: «Agota, alma mía, elcampo de lo posible, pero no aspires a la inmortalidad.»

Ahora bien, una larga tradición nos hace pensar que lasnecesidades y los deseos son algo dado, algo que emerge es­pontánea e incondicionadamente, y que el arte y la técnicason los esclavos instrumentales para la satisfacción. En estaconcepción lo primero en el orden es el deseo y sólo después,al descubrir la realidad y los medios, momento de la satisfac­ción o, en su defecto, el acomodo y la resignación. Hay sinembargo otra manera de entender la relación entre la repre­sentación de los medios y la representación de los fines quese adapta mucho mejor a la realidad de nuestras deliberacio­nes prácticas.

Siempre me ha sorprendido la frase de Marx: «La huma­nidad se propone siempre únicamente los objetivos que pue­de alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre queestos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menosse están gestando, las condiciones materiales para su realiza-

ción.»3o El contexto de la cita de Marx es el de la relación en­tre el cambio histórico de las diversas formaciones sociales ylas fuerzas o posibilidades que se dan dentro de ellas, perome parece que tienen un alcance más profundo como filoso­fía de la historia y como reflexión sobre el horizonte de ex­pectativas de cada época. El mensaje de Marx es que los finesy los medios, o mejor dicho, la representación de los fines yvalores, y los medios que los realizan (la representación deellos) son interdependientes. En los fines, valores y deseoshay un elemento volitivo y emotivo y uno representacional.Éste es el componente que no es ajeno ni a nuestro conoci­miento del mundo ni a nuestro conocimiento de nuestras ca­pacidades y habilidades. En esta concepción en la que losfines y los medios se hacen mutuamente dependientes, ni lasleyes naturales ni las técnicas artesanales o tecnológicas tie­nen por qué entenderse como restricciones. Por el contrario,en la medida en que nuestro conocimiento y nuestra habili­dad se amplían, no sólo se hace más extenso el horizonte denuestras expectativas, sino que el campo de nuestros fines,de lo que deseamos y de lo que valoramos como bueno, sehace más amplio al compás y, si nuestra reflexión lo consi­gue, más lúcido y ajustado.

Cada desarrollo técnico, cada innovación, abre un con­junto de posibilidades pragmáticas: amplía el horizonte delo pragmáticamente posible. Pero eso no implica que seamosconscientes de esas posibilidades. Tener los medios no signi­fica que hayamos descubierto un problema que esos mediospueden ayudar a resolver. La creatividad puede estar tanto enlos medios como en la capacidad correcta para descubrir losfines, para detectar objetivos en el medio. En el momento enque somos capaces de descubrir objetivos pragmáticamente

30 Prólogo a la contribución de la economía política, en Marx y Engels,Obras escogidas, vol. 1 [p. 348 de la versión de Editorial Ayuso (Madrid,1975), sobre la edición de Editorial Progreso).

Page 62: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

126 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS AllTll'lCIALES 127

posibles los medios se convierten en oportunidades. El des­cubridor del clip para papeles no figurará entre los grandesdescubridores de materiales, pero sí entre los grandes descu­bridores de problemas.

Los diseños no son pues -o no son sólo- la respuestainstrumental a necesidades o deseos preexistentes, en buenamedida son a veces el instrumento mediante el cual descubri­mos nuestras propias necesidades y problemas prácticos. Yesesta capacidad para hacer visible las necesidades en donde re­side la fuerza formativa de la técnica en la historia de la hu­manidad. Las oportunidades son elementos contingentes:son ventanas en nuestras capacidades que solamente tienensentido contra el trasfondo de capacidades técnicas de cadaépoca y cultura. Lasoportunidades forman la perspectiva quetenemos sobre nuestras posibilidades pragmáticas, de ahí susignificado antropológico como horizonte de expectativas. Jun­to con la imaginación constituyen el trasfondo de los fines.

Aprovechar la oportunidad: las habilidades y las posibilidades

Volvamos a la noción de diseño: cuando un diseño estableceque un objetivo es pragmáticamente posible, realiza un jui­cio acerca de su realizabilidad. Se detecta en primer lugar unobjetivo, se compara con otros objetivos y se delibera sobresu incompatibilidad." El proceso de diseño es primariamen­te una deliberación sobre fines. Cuando se juzga que un ob-

31 La deliberación sobre la incompatibilidad de objetivos es una carac­terística central de la racionalidad tecnológica. Muchas de las críticas a laracionalidad tecnológica se basan en una oposición entre la racionalidaddeliberativa, que se supone que pertenece al dominio de la ética y la políti­ca, frente a la mera instrumentalidad de la racionalidad tecnológica. Lapropia estructura del espacio de posibilidades pragmáticas hace imposibleesta estructura plana de la racionalidad de los diseños. Éste será el hiloconductor del siguiente capítulo.

jetivo es alcanzable no se atiende sólo al encadenamiento deobjetivos parciales, sino que se delibera en un contexto másamplio: por ejemplo, se tiene en cuenta la habilidad de losagentes para llevar a cabo la transformación diseñada. Uninstrumento no es un simple objeto físico: exige un sujetoque sepa para qué sirve y cómo utilizarlo y que realmentepueda utilizarlo. Las consideraciones de «saber cómo» sonesenciales para juzgar la realizabilidad de un objetivo. El «sa­ber cómo», las habilidades y destrezas, están esperando aúnla atención teórica que merecen: son capacidades cognitivasque median entre el mundo de los objetos y artefactos ynuestro mundo conceptual, son la forma en la que las posi­bilidades pragmáticas se convierten en oportunidades reales.

En el primer capítulo hemos avanzado la idea de raciona­lidad tecnológica como astucia, como habilidad para aprove­char las oportunidades. Es el momento de aclarar el conceptode oportunidad a la luz de la teoría anterior de las posibilida­des tecnológicas.

El mundo en el que discurre nuestra existencia personal ysocial, mental y cultural, es un mundo de posibilidades. Nues­tra memoria está constituida por lo que fue y por lo que no pu­do ser, por lo que se actualizó y por las posibilidades no realiza­das, cuyo no realizarsedejó huella en nuestro recuerdo personalo en la memoria colectiva. Nuestro mundo representacional,subjetivo o intersubjetiva es, pues, un universo de mundos po­sibles. Por otra parte, el mundo actual, real, está formado poruna estructura causal que determina haces de posibilidad. Eneste marco la racionalidad exige, en primer lugar, la determina­ción de las trayectorias posibles, de las alternativas y oportuni­dades, y después en la elección adecuada. En las teorías de la ra­cionalidad vigentes, por ejemplo en la teoría económica de laracionalidad, la teoría de la decisión, se deja fuera de la delibe­ración el espacio de oportunidades; se toma como algo dado, aligual que las metas, valores, utilidades, etc. Pero de acuerdo conlo que venimos diciendo acerca de las posibilidades pragmáti-

Page 63: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

128 MUNDOS ARTIFICIAI.ES MUNDOS ARTlFICIAl.ES 129

cas y de su percepción, este espacio no está dado, es parte delproceso de diseño o del establecimiento de un plan de acción.Esmás, la parte más ardua de los problemas que nos plantea elcambio técnico proviene del hecho de que las oportunidadesno están dadas: ¿cuáles son las condiciones que hacen que unacultura determinada sea capaz de percibir y después aprovecharlas oportunidades que ofrecen sus posibilidades pragmáticas?Es probablemente el reto más importante que se ofrece a losteóricos del cambio técnico. ¿Porqué unas sociedades son capa­ces de percibir y aprovechar estas oportunidades mientras queotras sociedades no lo son?

Cada innovación tecnológica, por leve y mínima que sea,establece una bifurcación en las trayectorias posibles en loque anteriormente hemos denominado paisajes de eficacia. Semodifica así el espacio de posibilidades. Estas posibilidadesestán dadas en un sentido objetivo, pero no siempre son per­cibidas subjetiva o intersubjetivamente. Los ingenieros deAlejandría desarrollaron los rudimentos de la tecnologíade vapor, pero esta tecnología no fue percibida como unafuente de energía, quizás porque los objetos que se fabrica­ron solamente fueron percibidos como juguetes curiosos,quizá porque no existía la necesidad de fuentes de energíaque surgió un milenio más tarde. .

Necesitamos teorías del cambio técnico precisamente pa­ra dar cuenta de estos efectos. Pero la cuestión filosófica es ladistancia que existe entre lo que objetivamente es posible ylo que se percibe. Las posibilidades se convierten en oportu­nidades relativas a la cultura tecnológica3 2 La cultura tecnoló­gica es un repertorio de habilidades y conocimientos, untrasfondo que filtra las capacidades de percepción y realiza­ción de oportunidades [véaseVega 1] y en esta medida modi­fica la idea formal de racionalidad como una capacidadabstracta e independiente del contenido al que se aplica. La

32 la ideade cultura tecnológica ha sido desarrollada porQuintanilla 15].

idea básica de racionalidad es la que exige economía de cos­tos para alcanzar resultados, pero es una facultad inútil si nosomos capaces de percibir las oportunidades y si no somoscapaces de dilucidar las trayectorias en los espacios de efica­cia tecnológica. Hay, pues, una profunda interacción entrenuestras capacidades de representación de oportunidades yla racionalidad tecnológica. La astucia es una habilidad, peroes una habilidad educable. También en el terreno de la racio­nalidad debemos abandonar el esencialismo: ¿por qué nohablar también de progreso en la racionalidad? Como si laracionalidad no fuese algo que hay que conquistar y defen­der y como si ya estuviéramos dotados de un mecanismoinsensible a los cambios en nuestro sistema cognitivo indivi­dual y en nuestra organización colectiva del conocimiento yla transformación del mundo.

RESUMEN

Hemos dedicado este capítulo a los conceptos de tecnologíay de lo artificial. Es un capítulo dedicado a los aspectos onto­lógicos de la tecnología, pues sobre ellos podemos dilucidarmás tarde los aspectos más concretos y prácticos de la racio­nalidad, del cambio técnico y de los valores. La tecnología sedefine como un territorio cultural parcialmente autónomorespecto a la ciencia, aunque también respecto a las técnicastradicionales, con respecto a las que supone una ruptura y,por último, respecto a las nuevas «ciencias de lo artificial». Laseparación respecto a estos tres dominios culturales no exclu­ye una íntima relación ni una interdependencia con ellos pe­ro el hilo conductor de todo el capítulo es que la tecnologíasupone la existencia de un espacio de posibilidades pragmáticasque no es necesaria en los otros aspectos. Esun dominio cul­tural basado en la ampliación de las posibilidades pragmáti­cas y la apertura de nuevas oportunidades.

Page 64: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

130 MUNDOS ARTIFICIALES MUNDOS ARTII'lCIALES 131

La ampliación de las posibilidades pragmáticas se produ­ce a través de la transformación artificial del medio. Por ellodedicamos una parte del capítulo a dilucidar las característi­cas de lo artificial. Encontramos la característica esencial enlo que denominamos composicionalidad de segundo orden,o capacidad para fabricar instrumentos que produzcan ins­trumentos. Es una característica específicamente humana. Latecnología convierte esta capacidad en una institución social.Esta característica nos lleva a la noción de diseño como plande acciones complejo que es realizado en un artefacto o queexplica su producción. La capacidad tecnológica coincidecon la capacidad de diseño. Los diseños son a la tecnologíalo que las leorías a la ciencia.

La última parte del capítulo se dedica al concepto de posi­bilidad pragmática y de oportunidad. Se define un espacio ob­jetivo, las posibilidades pragmáticas, y un espacio subjetivo, lasoportunidades. La cultura tecnológica se convierte entonces enla capacidad social para captar y aprovechar las oportunidades,algo relacionado profundamente con la noción de racionalidadtecnológica propugnada en el capítulo anterior.

SUGERENCIAS BIBI.lOGRÁI:ICAS

El concepto de tecnología se desarrolla en Quintanilla 3,Bunge 3 y Mitcham 2. En los artículos incluidos en Broncano(comp.) 3 se desarrollan varios de los aspectos de la nociónde tecnología. Algunas ideas expuestas suponen una ciertanoción de diseño que nace en la inteligencia artificial: Simon3 es un libro clásico para la idea de «ciencias de lo artificial»,pero también de la idea de diseño. Schank y Abelson es unlibro básico para la noción de diseño como plan de acciónbasado en esquemas, al igual que Marr, donde se pone en prác­tica un diseño. Sobre las relaciones entre la idea de diseño entecnología y en biología, la recopilación de ABen, Bekoff y

Lauder es, si no exhaustiva, casi imprescindible. La noción decomposicionalidad de segundo orden se debe a Mithen, yaunque es un libro de antropología, o quizás por ello, debe­ría tenerse en cuenta en cualquier filosofía de la técnica. Aun­que no es citado en el texto, la concepción de la tecnologíade este capítulo debe mucho a la idea de Ortega.

Page 65: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

LA LÓGICADEL DISEÑO Y EL SUJETO

DE LAS DECISIONESTECNOLÓGICAS

EN ESTE CAPrruLO DESARROLlAREMOS una idea central del ca­pítulo anterior: los artefactos son complejos de partes yfunciones y los diseños son el lenguaje que permite

crearlos y producirlos. La tecnología nace al organizarse so­cialmente la producción de artefactos mediante un lenguajeabstracto de representación del objeto, de predicción de sucomportamiento y de construcción regulada. La apariciónhistórica de los diseños permitió una creatividad y una inno­vación desconocida en las épocas basadas en la artesanía. Elcambio tecnológico sucederá a partir de ahora transformadoen la historia de los diseños, desde que nacen como nebulo­sos objetos mentales hasta que, transformados en artefactos,se difunden en un contexto social que, a su vez, los cambia ytransforma.

Los diseños son los análogos de los modelos científicos.De modo análogo también, la lógica de la tecnología es la ló­gica de los diseños, del mismo modo que la lógica de la cien­cia es la lógica de los modelos físicos de los objetos. Comoobjetos culturales, los diseños son algo más que un plano odibujo: son la forma en la que se producen los objetos técni­cos. Por esta razón la racionalidad tecnológica ha de estudiar-

133

Page 66: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

134 MUNDOS ARTIfiCIALES loA L(ÍGICA DEL DISENO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 135

se en el marco de los procesos de diseño. Nos enfrentaremosa dos concepciones igualmente peligrosas: la tecnocrálica yheroica, según la cual el diseño es un proceso en el que sola­mente interviene una elite de «conocedores», y la constructi­vista, según la cual la «sociedad» en abstracto construye yda forma a los objetos. Entre ambas cabe una concepciónmás sofisticada y adecuada a lo que realmente ocurre con losobjetos.

Por diseño entenderemos varias cosas que están profun­damente interrelacionadas, por lo que, salvo que e! contextolo exija, no separaremos conceptualmente:

. 1) Un diseño es una representación abstracta de un obje­to que está codificada generalmente en un lenguajesimbólico como e! de la geometría proyectiva, aunquepuede estarlo también en otro lenguaje abstracto desímbolos como son los sistemas de ecuaciones mate­máticas. Lo importante es que represente la forma decada una de las partes del objeto en relación con lafunción que va a cumplir. Es e! sentido de diseño co­mo representación.

2) Es también una especificación de reglas para la produc­ción del objeto: escala, materiales, etc. Así, podemos con­cebir un plano, bien como una representación, o bien co­mo un proyecto para la construcción de un objeto. Es elsentido de diseño como proyecto o plan.

3) Un tercer sentido hace referencia al proceso de produc­ción de la representación en cuanto proceso creativoque se realiza en la mente del diseñador. Es el sentidode diseño como creación mental.

4) Un cuarto sentido se refiere a la arquitectura (o estruc­tura) de forma y función de un objeto en cuanto com­plejo de funciones. Así, hablamos de! diseño de! ala deuna gaviota o de un reactor. Es e! sentido en el que e!objeto realiza lo que ha sido establecido en el plan

abstracto. Es e! sentido de diseño como estructura fun­cional.

5) Un quinto sentido hace referencia al proceso de trans­formación de la estructura funciona1 que puede sero no intencional. Así, la evolución diseña los orga­nismos, pero no los planifica, de! mismo modo, losobjetos son diseñados por la sociedad o los grupos im­plicados en su producción y uso. Es e! sentido de dise­ño como transformación de una estructura primitiva.

En todos estos senlidos están implicados los procesos re­presentacionales, como e! medio representacional o simbóli­co, los sujetos que los crean, los llevan a la existencia y losusan, y las expectativas y constricciones bajo los que se pro­ducen. Al proceso general le podemos asignar una lógica oforma de desarrollo que es lo que consideramos racionalidadtecnológica en tanto que capacidad para hacer posible la rea­lización de los deseos e intereses o, como hemos sostenido,para crear y aprovechar las oportunidades. El hilo conductorde este capítulo será la idea de que la racionalidad se puedeejercer también, o sobre todo, cuando e! sujeto es colectivoy plural.

LA TENSiÓN ENTRE INNOVACiÓN Y RIESGO

La racionalidad como astucia, la habilidad de explotar las cir­cunstancias para hacer posibles las oportunidades, dependede! éxito de nuestras capacidades de transformación de larealidad cuando se ejercen en circunstancias favorables. Losgriegos llamaban virtudes a la excelencia en e! ejercicio denuestras facultades, de manera que no está fuera de lugar lla­mar virtud a la racionalidad. Es una característica que estáasociada al hecho de que nuestras decisiones y acciones noson arbitrarias ni casuales, sino que siguen patrones que de­nominamos métodos. Los métodos regulan nuestras creen-

Page 67: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

136 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA DEL DISEÑO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 137

cias y acciones intencionales: las creencias y las acciones sonracionales en virtud de que siguen métodos que tienen estavirtud de la racionalidad; los métodos, por su parte, se pue­den entender como sistemas de controles que lleva a cabonuestro cerebro o la comunidad de sujetos. Las acciones noson racionales o irracionales en sí mismas, sino como resul­tado de haber sobrepasado ciertos controles, por e! hecho deque han tenido cierta historia adecuada en e! proceso de elec­ción de esa alternativa. Es entonces cuando decimos que laracionalidad explica e! que la acción haya alcanzado su obje­tivo con éxito.

Como ya vimos en e! capítulo anterior, la tecnología esuna forma fiable de transformar el medio, la forma más fia­ble que hemos logrado poner en práctica. Al transformar elmedio se transforman también las posibilidades futuras: sepuede conseguir lo que se buscaba, pero al tiempo se abrenespacios de posibilidad que no estaban presentes. Ahorabien, las posibilidades son eso, posibilidades, algunas bue­nas y otras malas. De ahí que la racionalidad tecnológicasea necesariamente un concepto tenso entre dos dimensio­nes que no siempre, casi nunca, se complementan: la nove­dad y el control. La novedad entraña abrir posibilidades ypor ello entraña riesgo. De manera que la racionalidad con­siste en una adecuada mezcla de habilidad innovadora yprudencia de control. Debemos subrayar que la racionali­dad es necesaria porque no estamos programados, porqueno hay manual de instrucciones para la vida: nos movemosen un territorio de incertidumbre y riesgo en el que puederesultar tan irracional la audacia como e! miedo.' La racio-

1 El mayor peligro de la tecnología está en nuestros mecanismos deirracionalidad. Laavaricia ciega: los ingleses llaman a este fallo de la racio­nalidad wishful thinking, pensamiento desiderativo [véase Elster 2]. Es unfallo de lucidez producido por la interferencia del deseo o el miedo sobrela estimación de la probabilidad de un suceso: el deseo de que ocurra, o eltemor de que lo haga, aumenta la estimación de las probabilidades de que

nalidad es precisamente la habilidad para moverse en eseterritorio.?

En la noción de racionalidad que proponemos, la innova­ción y e! control forman parte sustancial de! proceso completode desarrollo de cualquier producto tecnológico. La mezcla ade­cuada de control de riesgo y de audacia innovadora es un pro-

ocurra. la interferencia puede también producirseen la dirección opuesta,como ocurrecuando la estimación de la dificultad de un objetivo produceun decaimiento del deseo de alcanzarlo. Es el efecto que Elster [21 ha de­nominado uvas verdes (la zorra deja de desear las uvas porque le cuesta al­canzarlas). Tanto uno como otro son errores gravísimos de la racionalidady ambos son parte de una familia de fallos en la inferencia y la decisión ra­cional en los que se sustentan en cierta medida muchas formas de poder ydesigualdad. Pues el poder es siempre poder sobre estos mecanismos, seacomo inteligente «gestión» del deseo, sea como administración del miedo.Estos mecanismos son estables y permanentes en todos nosotros, inclui­dos los propios técnicos que creen estar alejados de los sesgos. El único re­medio es el control cuidadoso y prudente de todas las decisiones. Laracionalidad se ejerce individual o colectivamente en medio de peligros in­ternos que nacen de nuestros propios sesgos y mecanismos. El estudio delos mecanismos irracionales como mecanismos sistemáticos ha crecido ex­ponencialmente desde que los psicólogos sociales Amos Tvershyy D. Kah­neman comenzaron a estudiarlos en la década de los setenta [véanse Stichy Elster 2, los trabajos de Wason y Iohnson-Laird recogidos en CarreteroyGarda Madruga, 1983]. En Broncano 7 he realizado una valoración de lasmuchas discusiones que ha suscitado la sospecha acercade nuestra irracio­nalidad constitutiva. Lo importante del asunto es que los mecanismos sonsistemáticos e independientes de la cultura y la educación del sujeto. Cien­tíficos y técnicos expertos en estadística cometen los mismos fallos de esti­mación que los legos (o los niños) cuando se enfrentan a problemas encontextos no familiares. El carácterde mecanismos que tienen estos sesgosproviene de su origen evolutivo, como las ilusiones perceptivas. Y estosmecanismos siguen funcionando también en los niveles de sofisticacióntecnológica: no hay otro remedio racional que extremar racionalmenteel control sobre nuestras propias debilidades. Incluso, como hizo Ulises,atándonos a un mástil (mediante normas y leyes) para evitar la seducciónde las sirenas.

2 Marta Nussbaum discute en su libro sobre racionalidad y ética enGreda la tensión entre la noción platónica de una tejnegenerala universal

Page 68: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

138 MUNDOS ARTIFICIALES LA I.{ÍGICA DEL DISEÑO Y EL SUJETO DE l.AS DECISIONES 139

blema de racionalidad tecnológica, pero no de racionalidad es­trecha, en el sentido de que haya normas y reglas para tomar de­cisiones inapelables. Si algo nos ha demostrado la historia de latecnología de las últimas décadas ha sido el fracaso sistemáticode todas las promisorias «técnicas» de prospectiva que optimis­tas como Daniel Belly otros autores de los años sesenta dabanpor bien establecidas. Lascontroversias tecnológicas no han si­do desde entonces la excepción sino la regla.Yhoy todos sabenque la racionalidad debe incorporar la dimensión colectiva dela controversia y la negociación, de manera que cuestiones queanteriormente se han concebido como externas, políticas, hoylas consideramos internas, y sólo los malos ingenieros se atreve­rían a despreciarlas como externas. Pero la incorporación delriesgo y del impacto nos conduce directamente al tema del su­jeto de la tecnología.

Desde hace décadas, cuando comenzaron los primerosmovimientos sociales de discusión y rebelión social frente aalgunas aplicaciones tecnológicas, la controversia ha ascendí-

sobre todas las tejnai que coincidiría con la racionalidad, aplicada por iguala la ciencia, la técnica o la ética (concebida ella misma como una tejne). Es­ta técnica coincidiría con un cálculo numérico de las consecuencias de unaacción respecto a un orden de objetivos bien establecido. Por el contrario,Aristóteles cree que es imposible una tal tejne universal puesto que la ac­ción humana se enfrenta generalmente a objetivos que compiten entre sí, yentre los que hay que deliberar, más que aplicar un cálculo. Desde entonceseste enfrentamiento parece haberse instalado en la historia de la noción deracionalidad. La pregunta es, sin embargo, si es incompatible la delibera­ción aristotélica entre objetivos con la aplicación de reglas rigurosas derepresentación, tal como quería Platón. Una gran cantidad de filósofos[Horkheimer y en general la Escuela de Frankfurt han sido los más influ­yentes) ha considerado que la incompatibilidad es evidente pero no haofrecido ningún argumento aceptable para sostenerlo. Pero la racionalidadtecnológica no es ajena a la racionalidad deliberativa que se supone rige elmundo de la ética y la política. Quizá porque no se ha reparado suficiente­mente en este carácter prudencial de las decisiones entre objetivos contra­dictorios, que es precisamente el origen de la deliberación sobre fines.

do desde la cuestión de si hay que aceptar o no ciertos riesgoshasta la cuestión misma de cómo y quién estima el riesgo.No se trata ya tanto del riesgo de la tecnología sino del ries­go de irracionalidad de quien la evalúa: quién custodia a lospropios guardianes. Ahora bien, no podemos responder a es­ta pregunta sin haber considerado antes la constitución so­cial del proceso de diseño de los objetos y procesos.

¿QUIl~N DISEÑA LOS OBIElDS?

La tecnología contemporánea no consiste en acciones básicas yatómicas sino en sistemas gigantescos de acciones realizadaspor numerosos agentes de manera cooperativa, empleando co­nocimientos y útiles heterogéneos. Los productos de la tecnolo­gía son transformaciones en el medio que son fruto de accionesque fueron realizadas de tal forma y en tal secuencia que produ­jeron esa transformación y no otra alternativa. Una vez que losobjetos han alcanzado su existencia material y están en el mun­do pueden usarse para aquello que fueron «diseñados», perotambién pueden ser «aprovechados» de manera algo o muy dis­tinta para lo que fueron diseñados. Así, al cabo de un tiempo,objetos que surgieron para unos fines terminan cumpliendootros muy diversos: los ordenadores apenas ordenan nada, nicomputan, ni hacen nada de lo que les dio origen, los merce­des'" son otras muchas cosas además de medios de transporte ynadie sabe qué fueron o para qué servían los círculos de piedrade Stonehenge o de los Pirineos (los eromlech). El caso es que,observando la forma de ese objeto, incluso a veces su funciona­miento, no podemos saber cuál es su instrumentalidad o iden­tidad técnica. Los artefactos son como los textos," no bastaconocer la estructura física, hay que entenderlos y para ello ne-

3 Dennett [L]. con un título tan sugerente como «Interpretando textos,gente y otros artefactos», explota las similitudes entre textos, artefactos y

Page 69: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

140 MUNDOS ARTlrICIALES

cesitamos saber quién y con qué intenciones los diseñó, cuál esla forma del diseño y quién los usa y para qué.

La naturaleza de los artefactos, los diseños y la naturalezadel sujeto individual o colectivo en el que transcurre su exis­tencia están profundamente relacionados en la tecnologíacontemporánea. Distinguiremos en primer lugar los sujetos alos que adscribiremos esta facultad: los sujetos colectivos; ensegundo lugar las unidades o entidades básicas de las quevamos a predicar la racionalidad: los sistemas de acciones.~uestra tesis es que la racionalidad tecnológica se predica desistemas de acciones ejercidas y evaluadas por sujetos colecti­vos y cooperativos.

Un sujeto colectivo

La tecnología comparte con la ciencia el carácter social: lasinstituciones científicas son al conocimiento ordinario loque los grandes sistemas tecnológicos a las técnicas artesana­les. En ambos casos la racionalidad tiene que desarrollarse enun medio social complejo en el que la racionalidad indivi­dual no es suficiente.. La racionalidad de los sistemas tecnológicos es una rela­

ción que un artefacto establece entre un conjunto de agentesque lo han producido en ciertas circunstancias y otro conjuntode a~ente~ que lo u~an en otras circunstancias.' Cualquier de­termmación o cualificación que hagamos de la racionalidad

conductas como sistemas que necesitan todos ellos de capacidad de inter­pretación, en la medida en que las propiedades visibles no son suficientespara captar el sentido o la función en el caso de los artefactos.

4Las . . dCIrcunstancias tanto e producción como de uso establecen lasrestricciones en las que nacen los artefactos. Son restricciones económicasde materiales, de medios de producción, de conocimiento, etc., en lo que

resp~etaa la ~)[oducción. En lo que respecta al consumo y uso hay circuns­tancias parecidas, de recursos, conocimiento, medio geográfico, etc. Los fa-

LA LÓGICA DEI, DISliÑO y EL SUJETO DE LAS QEC1SIONES 141

de un sistema tecnológico debe tomar en cuenta esta natura­leza relacional, temporal, sistémica y cooperativa de los siste­mas. Fuera de esta relación los artefactos son objetos físicoscomo otros cualquiera, pero no objetos técnicos. Y las accio­nes, independientemente del sistema en que se integran, sonacciones sin sentido de las que poco cabe decir. Este doblepunto de vista contextual, sistémico y cooperativo indica queestamos en un nivel diferente al de la racionalidad prácticaindividual y atómica. Puede darse el caso de que, dado unconjunto de acciones, todas ellas sean racionales, tomadasuna a una, sin que lo sea el resultado cuando las unimos sis­témicamente.

En las técnicas tradicionales el sujeto es individual. El in­tercambio social sucede después: un artesano fabrica artefac­tos que intercambia con el consumidor. Puede que coincidanel productor y el consumidor. Así ocurre en las sociedades enlas que la división social del trabajo no se ha generalizado.Pero el medio en el que se desarrolla la tecnología es el de ac­tividades tan complejas como el diseño, la producción porelementos, el control de productos, la protección jurídica delos diseños, la comercialización, etc. El sujeto de la accióntecnológica es un sujeto colectivo, agente responsable deacciones que son realizadas y evaluadas en forma cooperati­va. Las actividades de los individuos se organizan en estasempresas complejas porque se realizan en el marco de insti­tuciones industriales, económicas, de investigación, jurídi­cas, de mercado y muchas otras que crean el medio en el quepuede desarrollarse la tecnología. Las instituciones nacen pri­mero como de hábitos sociales que derivan con el tiempo enformas institucionales ocasionales o permanentes. Los há­bitos dan lugar a sistemas de reglas y convenciones que cons-

bricantes de automóviles saben muy bien que un mismo modelo tiene queser rediseñado para destinarlo a un mercado diferente.

Page 70: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

t42 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA DEL DISEÑO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES t43

tituyen la institución. 5 Este patrón de desarrollo sirve para to­do tipo de instituciones, y por ello también para la tecnolo­gía." Lo que llamo aquí «sujeto colectivo» corresponde a losgrupos organizados en estas instituciones y que son los crea­dores y transformadores de los objetos tecnológicos. Lossistemas tecnológicos no constituyen instituciones en unsentido jerárquico sino reticular. Están constituidos por redesde microinstituciones sociales que incluyen artefactos, cono­cimientos y, por supuesto, gente. En tanto que institucionesson sistemas de acciones [véase Quintanilla 31. Pero son ac­ciones llevadas a cabo cooperativamente en instituciones. Laidea institucional añade un elemento, el de la existencia depatrones y normas de acción estables."

') En una institución hay dos tipos de reglas: reglas constitutivas y reglasde acción. Las primeras determinan el estardentro o fuera de la institución,las segundas los comportamientos aconsejables. Piénsese en un juego deajedrez: las reglasde movimiento son constitutivas, la reglaque nos acon­sejaenrocarcuanto antes es regulativa.

6 Pensemos por ejemplo en el Tribunal de Aguas que reguló durantesiglos el riego en la huerta valenciana: es plausible pensar que en el co­mienzo hubo un sistema de acuerdos y convenciones sobre el tiempo y lacantidad de riego que le corresponde a cada vecino; con el tiempo, se for­ma un sistema de normas y reglas que se traduce en la institución del tribu­nal. El tribunal tiene autoridad porque el sistema de hábitos se mantiene ydeja de ser una institución real cuando desaparece ese sistema de hábitos.El dinero o las letras comerciales, los códigos de la circulación, son institu­ciones que nacen de esta forma. En varios casos el entramado culturalda lugar a macroinstituciones que perseveran autónomamente a lo largo dela historia creando sus propias tradiciones. Los sistemas educativos (no laeducación, que puede basarse en formas de enseñanza y aprendizaje fami­liares o grupales no institucionales), las religiones, la ciencia, son institu­ciones de esta clase. La tecnología es una de ellas.

7 En algunas instituciones permanentes se desarrollan además ele­mentos que podemos llamar de (memoria colectiva» sin los cuales es im­posible que el sujeto colectivo como tal desarrolle mecanismos deaprendizaje: son las tradiciones que constituyen líneas históricas en el de­senvolvimiento tecnológico.

La emergencia del diseño abstracto de los artefactos sola­mente se puede llevar a cabo en sociedades con una arqui­tectura institucional compleja. Imaginemos el diseño de unnuevo modelo de automóvil. Es algo más que un medio detransporte: tiene que encontrar un equilibrio entre costosde producción y rendimiento, debe ser ligero, potente, bajoen consumo, bello, amplio, etc. La determinación de objeti­vos, el propio proceso de diseño, de diseño de producción,de venta y publicidad, de captación de necesidades, valoressociales e intereses instrumentales, son partes del diseño ge­neral que son posibles solamente si el complejo institucionalen el que nace tiene la suficiente estabilidad institucional co­mo para llevar a buen fin el proceso. Pocas sociedades soncapaces de realizar esta tarea. En el caso de las compañías deautomóviles, pocas son capaces de desarrollar un nuevo mo­delo. Compárese con un caso muy diferente: el Canal de Cas­tilla, la obra civil más importante de la España Ilustrada, quecomunicaba las ricas zonas cerealistas de Tierra de Campos,llevó varias décadas. La planificación, la recolección de fon­dos, la excavación, etc., entrañaron una movilización socialdesconocida en la Castilla sin apenas tejido social del XVIII YXIX. Cuando por fin se pudo poner en funcionamiento, suexistencia ya no tenía sentido económico.

La tecnología, en resumen, supone la emergencia de unproceso de constitución y división del trabajo que nace origina­riamente en las técnicas artesanales y conduce al entramadocontemporáneo responsable del cambio técnico: ingenieros,científicos, gerentes, usuarios. En este camino cualquier modi­ficación en uno de los componentes afecta al todo: la educacióntécnica, las organizaciones de consumidores, las técnicas deproducción, el entramado institucional de investigación y desa­rrollo. Siendo la tecnología una forma social de la transforma­ción del medio, su sensibilidad a los cambios institucionales esalgo que no admite la menor discusión.

Page 71: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

144 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA DEL DISENO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 145

Elescepticismo organizado

Una segunda condición que la tecnología comparte con laciencia, puesto que comparten el método, es el escepJicismoorganizado. La idea se resume en que las relaciones de auto­ridad siempre están someJidas a escruJinio. La confianza y laautoridad son importantes en la ciencia, pero los argumentosde autoridad no tienen ningún valor: la autoridad interna yel prestigio se debe a que quien los posee demuestra en lapráctica cualidades de investigador. Pero cualquiera puededesafiar sus conclusiones y convencer a la comunidad de locontrario. Lo esencial es que los argumentos, los experimen­tos, las teorías, y en nuestro caso los diseños, están sometidosa un escrutinio colectivo.

La base de la racionalidad del desarrollo científico y tec­nológico se sustenta sobre la capacidad de someter las unida­des básicas, teorías o diseños a una batería de evaluacionescríticas o controles de calidad. Estos controles comienzandesde el primer momento de la gestación o el descubrimien­to tecnológico, continúan en las cuidadosas puestas a pruebaque sufre el diseño, bien porque se fabrique un prototipo oen un diseño matemático del mismo, y no terminan con laaplicación práctica del producto, al contrario, es entoncescuando sufren los controles a los que los usuarios y técnicosde mantenimiento les someten para contrarrestar si en lapráctica se corroboran las expectativas previas, o, si acaso,hay que modificar las expectativas, que todo puede ocurrir.David McGee ha explicado muy convincentemente cómo es­ta necesidad de contrastación está en el origen histórico deldiseño. Pone como ejemplo histórico la arquitectura navaldel imperio británico en el siglo XVIII. La construcción de unbarco es una decisión que ha de tomarse con cuidado puestras costosas inversiones y trabajos es muy posible que nocumpla su objetivo: tal vez sea lento o, si es rápido, cabeceedemasiado y sea inútil en la batalla, etc. El diseño previo na-

ció a causa de las conslricciones de orden práctico, econó­mico y político que presentaban los grandes artefactos, Asínació el hábito de someter a prueba los planos, a pesar deque los cambios en cada plano eran en sí mismos costosísi­mos en tiempo y cálculos. Pero siempre son menos costososque los errores del artefacto real. La historia posterior es unproceso de complejidad creciente en los controles a los quese somete a los objetos. La intervención de grupos sociales deusuarios de movimientos sociales y organizaciones de consu­midores ha sido uno de los últimos capítulos de esta historia.

La división social del trabajo y el escepticismo organiza­do se han ido convirJiendo en el marco en el que se ejerce laracionalidad del sujeto colectivo de la tecnología al compásdel proceso de esas formaciones sociales que consJituyenla naturaleza de tal sujeto. Si insistimos en este carácter es acausa de la complicación que supone la coordinación deperspectivas. La racionalidad colecJiva es como bailar un tan­go: no bastan las buenas intenciones de cada uno, no basta lahabilidad individual, no basta una orquesta precisa y acopia­da. Es aquí donde los sistemas tecnológicos se muestran másexigentes incluso que los científicos. Si en la ciencia bastacon una comunidad científica excelente, en la tecnología no.La tecnología exige la coordinación de un sujeto más com­plejo que el de la comunidad de científicos (ingenieros y di­señadores en este caso), de manera que los grupos sociales olas propias sociedades que disfrutan o sufren la tecnologíaparticipen con una función interna dentro del proceso de de­sarrollo tecnológico. Y no sólo mediante el control externoque les permite el dominio de los medios de financiación, ode las decisiones últimas de aplicación tecnológicas, sino enun sentido más profundo que involucra a todos en el proce­so de desarrollo tecnológico. Castells ha explicado cómola extraña colaboración de recursos científicos, técnicos ysociales ha permitido que ciertas regiones muy específicasse hayan convertido en núcleos de revolución tecnológica,

Page 72: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

146 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA DEL DISENO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 147

mientras que grandes centros industriales han perdido la fun­ción que tuvieron en otro tiempo [véanse Castells 1, Castellsy Hall]. Cómo estas regiones han acertado en la coordinaciónes algo que merece la pena estudiar cuidadosamente, perosobre todo es necesario reparar en esta forma emergente deracionalidad que exige la coordinación de perspectivas. Es unacondición normativa: sin ella la tecnología todavía no es unsistema de transformación racional colectiva de la realidad.

Lacreatividad del receptor

El uso no es mero uso. Bijker considera que dos usos o dosgrupos sociales que realizan usos sistemáticamente distintostransforman los objetos primitivos en dos artefactos distin­tos. Su ejemplo favorito es el de los grupos distintos (gentle­rnen y damas) que transformaron los primitivos diseños debicicletas en dos direcciones distintas." Sean o no aceptableslas conclusiones de Bijker, lo cierto es que si no estudiamos latrayectoria de los usos sociales no entenderemos nunca losobjetos de la tecnología y los procesos. El uso sistemático re­diseña el instrumento, lo transforma a veces en direccionesdistintas a las intenciones del constructor y crea el medio enel que los artefactos y las técnicas sobrevivirán, de forma queno es inusual encontrar en la historia que determinados con-

8 Véase Bijker y en general la bibliografía sobre el constructivismoa laque nos referimos en el capítulo anterior. Como ya hemos analizado másarriba, Bijkery los constructivistas dicen algo más fuerte que lo que aquíproponemos: afirman que dos interpretaciones sociales distintas implicandos objetos tecnológicos distintos. Lo que supondremos aquí es que dosusos sociales sistemáticos diferentes rediseñan los artefactos en dos direc­ciones diferentes. No tiene que ver con la mera operación de interpreta­don. Las máquinas de vapor no son caballos de hierro, como dicen losindios de las películas, pero las bicicletas de montaña sí pueden llegar a serobjetos de una variedad distinta que las bicicletas.

textos de uso poco favorables impiden el desarrollo de unatecnología en particular. Jesús Vega ha estudiado cómo el he­cho de que las primeras máquinas de vapor desarrolladas enel Museo de Alejandría solamente tuvieran una recepción co­mo objetos ornamentales explica el que la oportunidad tec­nológica de la tecnología del vapor tuviese que esperar variossiglos más [véase Vega 1]. Los ingenieros alejandrinos so­lamente construyeron juguetes, máquinas maravillosas quenadie empleó como fuentes de energía mecánica en las ne­cesidades cotidianas. Probablemente hubo otros factores, esseguro, pero lo interesante es que ese uso ornamental es res­ponsable de que no se percibiese como una posibilidad defuente de energía, más que la falta de teorías ingenieriles ade­cuadas como las que surgieron en el XVIII. En el Mediterráneoromano y helenístico parece haber existido una barrera parala difusión de la energía de vapor. Pero esta barrera no estabaen el conocimiento de los ingenieros, ni en su habilidad, si­no que se encuentra en las expectativas de uso de la sociedad,que hace invisible esta tecnología.

Las tradiciones y las comunidades ingenieriles, las insti­tuciones empresariales y otras instituciones del proceso tec­nológico, nacieron y se desarrollaron en el siglo pasado. Laincorporación de la perspectiva del usuario, a través de nue­vas formas institucionales, es algo novedoso: poco a poco vacalando la idea de que el usuario debe incorporarse activa­mente al proceso de producción de la tecnología aunque to­davía no se hayan encontrado los medios adecuados parahacerlo. Y en cualquier caso, podemos estar seguros de queun ingeniero no será un buen ingeniero a menos que seatambién un buen usuario del producto. Así por ejemplo, unteórico de los métodos de diseño como J. Christopher Ionesnos cuenta esta experiencia:

Al diseñarpor ejemplo un edificio, una casa o un hospital o al­go [... ], tú sabes desde el principio que será bastante parecido

Page 73: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

148 MUNDOS AnTIFICIALESI.A t.o crcx DEL DISEÑO Y El. SUJETO DE LAS DECIS(ONES 149

al hospital corriente, a la casa corriente. Entonces es una tonte­ría emplear métodos complejos. [... ] Pero a veces estás inten­tando diseñar algo que nadie ha hecho nunca [... ]. Nadie sabecómo hacerlo. De modo que no puedes usar un proceso exis­tente [... j. Entonces tienes que «diseñarel diseño» [... ], así co­mo diseñar el resultado del diseño. [... ] Si trasladastu atencióndel productor al consumidor eludirás esta dificultad. Los con­sumidores están más ligados a la vida real [... ]. Todos somosusuarios [... ], sé que somos especialistas y todos los demás is­tas, pero antes que nada tenemos que desayunar y dormimos»[l. Ci Iones, p. 43].

El diseñador tiene que adquirir de algún modo ese conoci­miento de uso y de las expectativas de recepción sin el cual sudiseño está condenado a ser un juguete inútil, un mero ejerciciode transformación de la materia, pero no de innovación tecno­lógica. En el ejemplo de Iones, puede que la familiaridad con elcomer y el dormir le dé ese conocimiento, pero lo más lógico esque sean los propios usuarios los que definan sus necesidades.y así el proceso puede ser interactivo, no lineal, un proceso enel que, como explica Christopher Iones, el proceso de diseño seconvierta en un proceso de diseño del diseño. Diseñar es comobailar un tango: exigepráctica de acomodación a los movimien­tos, a la música y al compañero.

Un sujeto creativo

Una tecnología, en el sentido mayor del término, por ejem­plo en el sentido en el que hablamos de biotecnologías o detecnologías de energías renovables, es un conjunto de pro­yectos con objetivos similares que se desarrollan, evalúan yaplican en un periodo limitado o determinable. Las tecnolo­gías, en este sentido, tienen fases de invención y descubrimien­to, en las que cuenta ante todo el conocimiento empleado en

el desarrollo, y fases de aplicación, en las que el componentefundamental es la acción y los instrumentos de la acción. Ha­blaremos de descubrimiento tecnológico cuando existe unamodificación sustancial de algún proyecto. Hablaremos deinnovación cuando la modificación no es sustancial." Lasfronteras entre ambas fases son borrosas, sin que, por ello,carezca de interés distinguirlas. A nadie se le escapa, por otraparte, que los descubrimientos no suelen tener un origen mi­lagroso: una condición esencial es la existencia de una previatradición de soluciones parciales o problemas parciales, úni­co marco en el que se adquiere la destreza suficiente coJI.1opara resolver o plantear creativamente nuevos problemas. Es­ta es la conclusión, al menos, que vamos extrayendo de loque vamos conociendo sobre la creatividad humana. 10 Laexistencia de una larga tradición de pequeñas innovacioneses generalmente una condición esencial de la invención."

La emergencia de descubrimientos tecnológicos radical­mente nuevos presenta un problema serio para las teorías dela racionalidad más consagradas, en particular aquellas quese han cavado una división irreconciliable entre la razón se­gún los fines y la razón instrumental. La diferencia entre losfines que son meros fines instrumentales y los fines universa­les o universalizables sólo tiene sentido cuando podemosdistinguir claramente unos de otros. El problema surge de

'J La distinción entre innovación y descubrimiento es un lugar comúnen la bibliografía sobre diseño. Véase, por ejemplo, Quintanilla 2.

lO La tecnología, junto con el arte, es uno de los reductos donde toda­vía desarrolla su vida salvaje el mito de la creatividad como proceso irra­cional que marca la distancia entre el genio y los demás seres humanos.Poco a poco vamos encontrando muchas más regularidades de las que sepodía imaginar uno en los procesos de creación. Casi todos los caminosnos llevan a una misma conclusión: para ser un genio hay que estar muyfamiliarizado con los problemas a través del trabajo. Véase por ejemploBoden y Wiesberg.

11 Esta idea ha sido desarrollada en la noción de cultura tecnológica deBravoy Quintanilla.

Page 74: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

150 MUNDOS ARTIFICIALESLA LÓGICA DEL DISENO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 151

que los fines o valores más importantes, al menos en lo querespecta a la tecnología, no serían siquiera representables amenos que exista ya una representación de los medios paraalcanzarlos. La cuestión que planteo es que no se trata de unproblema de, o sólo de, racionalidad sino fundamentalmen­te de límites de representación. Hay un sentido profundo yno determinista en el que tiene razón Marx cuando relacionalas formas con las cuales las sociedades producen y reprodu­cen su existencia y las formas en las que se representan losfines de esa existencia. Este sentido profundo está basado enuna no menos profunda reflexión sobre la naturaleza humana:somos seres que vivimos en mundos posibles, de posibilida­des abiertas y de posibilidades no realizadas, de capacidadesy, por ello, precisamente por ello, de desigualdades en el po­der,"? Pero esta capacidad no es abstracta, se realiza en elmarco de las posibilidades que configura el medio: en qué seemplea el tiempo depende del medio artificial. Los sistemastécnicos son algo así como nudos que configuran trayectoriashistóricas posibles.

Cuando se desarrollan proyectos tecnológicos fundamen­tales -aquellos que calificamos sin dudar de grandes descu­brimientos: el motor de explosión, el hormigón armado, lafibra óptica, la píldora anticonceptiva- se generan nuevasposibilidades o futuros accesibles ante los que las sociedadesdeben responder haciendo aparecer nuevos valores regulati-

12 Una definición neutra de poder es «poder hacer cosas), capacidadpara transformar. En el otro extremo está la noción metafóricamente físicade Poucault, del poder como un tipo de «campo de fuerzas» que todo lopenetra. Si la primera peca de ingenua, la segunda de ininteligible. DavidAnisi define el poder de un modo lúcido: poder como poder usar el tiem­po de otros. Mediante la autoridad (la jerarquía), comprándolo (el merca­do) o convenciendo a los otros de que les conviene trabajar para nosotros(los valores). Me parece que esta idea de poder como capacidad de movili­zación podría completar la idea de poder como capacidad de transforma­ción. Con la ventaja de que permite discutir las desigualdades de poder.

vos. Del mismo modo, la superación de la división del tiem­po productivo entre trabajo yacio, una de las más importan­tes reivindicaciones de la época contemporánea, ni siquierapudo ser pensada en sociedades anteriores a la formalizacióndel trabajo como trabajo asalariado.

La extraña forma de racionalidad que inaugura la tecno­logía radica precisamente en esta capacidad para transformarnuestras percepciones y valores al tiempo que transforma lanaturaleza. Por eso mismo, los sistemas de control a los queestá -debe estar- sometida la tecnología no son indepen­dientes del propio desarrollo tecnológico, sin que eso noslleve a la conclusión pesimista de Winner de que la tecnolo­gía se ha convertido ya en un proceso autónomo.

El control colectivo de los diseños

La naturaleza compleja de la racionalidad tecnológica co­mienza a entenderse ahora más claramente. Tenemos, en pri­mer lugar, la tensión entre creatividad y riesgo, en segundolugar nos encontramos ante circunstancias que ponen suscondiciones de tiempo, recursos, capacidades, etc., y en tercerlugar tenemos un sujeto colectivo que se forma en una cre­ciente red de instituciones. En este marco la racionalidadadquiere dos características. La primera es que es necesaria­mente deliberativa. A veces se opone racionalidad instrumen­tal, que supuestamente regiría en el mundo técnico, frentea racionalidad deliberativa que regiría en el mundo de losvalores y la política. Pero el modo complejo de desarrollotecnológico nos lleva a repensar esta división. La argumenta­ción técnica es una parte más del largo proceso de desarrollotecnológico en el que se oyen otras voces igualmente relevan­tes. En próximos capítulos nos ocuparemos de esta idea, demodo que no continuaremos más en la exposición de losmodos en los que se realiza y debe realizar la deliberación.

Page 75: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

152 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA DEL DISEÑO Y H SUJETO e e LAS DECISIONES 153

En segundo lugar la racionalidad tecnológica es, como indi­camos al principio, una virtud colectiva para la producciónde artefactos fiables. La fiabilidad es un núcleo esencial de laracionalidad técnica. No se trata de producir cosas solamen­te, de transformar el medio, sino de que esa transformaciónsea exactamente la que queremos colectivamente o lo másaproximada posible. La forma en la que la fiabilidad se forta­lece es a través del establecimiento de un sistema riguroso decontroles en todas las fases del desarrollo tecnológico.

Los diseños pasan el filtro de múltiples controles desde elmomento en que son imaginados hasta que se convierten enfuturos productos de uso. Ya se somete al diseño a un sistemade controles cuando su existencia es aún meramente concep­tual. Se trata de controles que evalúan la compatibilidad deldiseño con nuestro cuerpo de conocimientos cientificos yprácticos al tiempo que con nuestros valores y deseos: notodo lo pragmáticamente posible es deseable, ni todas las po­sibilidades deseables son legítimas. Repárese en que los pro­yectos tecnológicos actuales, piénsese en proyectos como losde la exploración espacial o el reactor de fusión, entrañan talcantidad de recursos humanos y materiales que, de hecho, laevaluación previa se convierte ya en una de las partes másimportantes del propio desarrollo del diseño.

A esta segunda evaluación le sigue una no menos impor­tante. La existencia del diseño es, hasta el momento, no sóloconceptual sino también conjetural: no tenemos la seguridadde si el diseño es factible pragmáticamente. Es ahora cuandodebe comprobarse la realizabilidad del plan en relación conestos tres elementos: los conocimientos científicos, los cono­cimientos prácticos necesarios para realizar el diseño y los re­cursos instrumentales suficientes.

Un tercer conjunto de controles intentará someter al diseñoa pruebas de fiabilidad a priori que estudian el comportamientofuturo del sistema bajo ciertas condiciones cambiantes. Paraello establecemos una representación matemática del diseño y

estudiamos su dinámica variando sucesivamente las condicio­nes iniciales, llevando al sistema a sus condiciones límites depermanencia. En algunos casos el modelo matemático no es su­ficiente y es necesaria la construcción de un modelo a escala, oincluso un prototipo, sobre el que estudiaremos en condicionesreales el funcionamiento del sistema.

En el caso improbable de que el diseño haya sobrepa­sado todos los controles sin sufrir transformaciones, quedatodavía un cuarto conjunto de controles que se efectuaránantes de generalizar nuestro diseño, convirtiéndolo en unproyecto que pasa a la aplicación industrial y al uso social: seevalúa entonces el impacto ambiental, el impacto social, asícomo la recepción que, independientemente o no de losimpactos anteriores, va a tener el producto en la sociedadconcreta en la que se pretende aplicar. Incluso después derealizado el proyecto, se someterá a un duro control de segui­miento en el que se evaluará si nuestras conjeturas sobre loscostos y beneficios eran acertadas, si las consecuencias noqueridas, ni probablemente previstas, son o no aceptables osi, a pesar de todo, la sociedad sigue rechazando el producto.

La idea de control a la que nos referimos no debería re­ducirse a lo que suele entenderse por tal desde el punto devista reducidamente ingenieril. Ni tampoco a los controlesque realmente observamos. Puesto que son una parte consti­tutiva del proceso de diseño, incrementan el costo del arte­facto o del sistema. De ahí que volvamos a la tensión entrenovedad y control. La racionalidad nos insiste en que some­tamos a control nuestros artefactos, pero no tenemos reglasincondicionadas sobre cuánto control necesitamos. Por elcontrario, lo que hace de la racionalidad una difícil virtudhumana y no un mecanismo algorítmico es que nos exigeuna sutil y adecuada mezcla de control y audacia.

El control de la tecnología tiene la ventaja de que es elmedio por el que se aumenta la fiabilidad. Si tomamos unavión con cierta confianza no es porque conozcamos perso-

Page 76: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

154 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA DEI. DISEÑO Y El. SUJETO DE LAS DECISIONES 155

nalrnente al piloto, a la tripulación y a los técnicos de mante­nimiento, sino porque confiamos en un sistema colectivode controles. La desventaja es que el control es algo que in­crementa el costo de los artefactos y la complejidad social.Del mismo modo que los diseños produjeron un aumentode costos, los costos de diseño, y una división social de cono­cimientos y grupos, el control es algo que se añade a la tec­nología contemporánea y que muchas veces molesta a losempresarios y a los inversionistas, pero que es parte delmétodo racional de desarrollo. La propia racionalidad deli­berativa se aplica a la decisión de cuánto tiempo y cuántosrecursos debemos invertir en control y cuántos en produc­ción. De nuevo nos remitimos a capítulos posteriores, pero laidea es que estas decisiones se generan en contextos colecti­vos, tensos, de controversia y discusión. Hay sociedades cui­dadosas con la fiabilidad y otras que son menos. Cuál es lamedida correcta es parte también de la deliberación sobre có­mo queremos transformar el futuro. 13

Los OISEÑOS: ¿ÁRBOLES o REDES?

La lógica del desarrollo de la tecnología es el resultado dela aplicación de los métodos de innovación de la ciencia a lapráctica artesanal: se comienza con un problema, se elaborauna conjetura, el diseño, y, en caso de aceptación, se desarro­lla el artefacto o el plan diseñado. Podemos hablar de descu­brimiento cuando, además de resolver de forma más efectivaproblemas anteriores, se crean nuevos problemas más intere-

13 Piénsese como ejemplo en las diferentes perspectivas que existen enlos países de la Comunidad Europea y Estados Unidos respecto al controlde los productos agrícolas modificados genéticamente. La fiabilidad de es­tos productos, en sus varias dimensiones, entra en conflicto con la búsque­da de nuevos productos rentables o rápidamente rentables.

santes. Este criterio de novedad que emplea Lakatos para de­marcar el método nos explicaría, aplicado a la tecnología, surápido desarrollo en los últimos dos síglos.t"

Elsentido de los objetos

Los diseños son los objetos conceptuales que hacen de los ar­tefactos construidos objetos útiles. Para decirlo en términosfilosóficos, los diseños constituyen el sentido de los objetos tec­nológicos. Captamos el sentido de un sistema de accionescuando comprendemos la estrategia a la que obedece, es decir,el conjunto articulado de medios y fines que hace coherentey razonable cada una de las acciones. Lo mismo podemosafirmar de los objetos tecnológicos. El diseño es un objetoconceptual realizado pero no observable directamente en laforma de un objeto a menos que conozcamos cómo ese obje­to entra en relación con otros objetos y a menos que conoz­camos su uso correcto. Un instrumento puede ser utilizadode muchas formas, pero dentro de un conjunto de prácticasculturales es en donde recibe un uso correcto. Es necesaria lafamiliaridad con esas prácticas y con la cultura que las pro­dujo para identificar el diseño realizado en un objeto o en unsistema estratégico de acciones.

Cuenta Craham Creen en Nuestro hombre en La Habanauna divertida historia que ejemplifica las dificultades de losexpertos para identificar los diseños. El personaje de Creen esun inglés vendedor de electrodomésticos en La Habana conalgunos apuros económicos al que los servicios secretos desu majestad le obligan a aceptar un trabajo. Presionado porla falta de resultados, decide enviar a Londres los planos delúltimo modelo de aspiradora que ha llegado a la tienda, in­dicando que es el alzado de unas extrañas construcciones en

14 Véase, para un modelo amplio, Bunge 3.

Page 77: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

156 MUNDOS ARTIFICIALESLA LÓGICA DEL DISEÑO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 157

la selva. Los expertos de la City se apresuran a identificaraquello como una rampa de misiles que una potencia extran­jera está construyendo con sigilo. Cuando el engaño se des­cubre, los dirigentes del espionaje no tienen otro remedioque condecorar a su héroe, a menos que el verdadero fracaso,el de su «destreza», quede en manifiesto ridículo. El cuentonos muestra que ante cualquier cacharro no hay otro modode adscribirle un diseño que el hacer una conjetura sobre eluso, la intencionalidad o la función. Las conjeturas, ante lafalta de datos, son tan improbables como pueden ser las con­jeturas del biólogo en los comienzos de su investigación.

No debe sorprendernos la opacidad que muestran a vecesnuestros cachivaches tecnológicos. Se trata de una propiedadheredada de las acciones intencionales que los constituyen:las conductas humanas son transparentes solamente paraquienes comparten un mismo sistema cultural, o formas devida, para usar un lenguaje wittgensteiniano. En los casosde interpretación radical, las hipótesis que hagamos sobre lasintenciones de los agentes se apoyan en la doble base delacuerdo con la conducta observada y en la piadosa atribu­ción de racionalidad a los sujetos.P No existe imposibilidadfísica que prohíba la existencia de una civilización tecnológi­ca cuyos objetos sean irracionales, por ejemplo una sociedadcomo la descrita por Stanislav Lewen Ciberiada. Que haya undiseño racional detrás de los artefactos tecnológicos, inclusocuando no funcionan, es una conjetura de «tecnología inver­sa» que Dennett [3] nos indica como condición para la com­prensión de su diseño y a la que nos hemos referido en lossupuestos del capítulo anterior.

El sujeto que comprende un artefacto realiza una opera­ción mental equivalente a la de quien formula un plan parahacer funcionar correctamente el aparato, del mismo modoque comprender una acción es postular un plan en el que la

15 Véanse Davidson 1 y 2.

acción tenga sentido.!v Se podrá argüir, con razón, que siel conocimiento del diseño es necesario para comprender elobjeto, la comprensión del objeto se convierte en imposiblepara la mayoría de los objetos que nos rodean. Y ciertamentelo es si pensamos en el diseño como algo que está en la cabe­za de alguien, pero no lo es si pensamos en él como en unobjeto cultural cuya existencia depende de la división socialdel trabajo, que ahora ya no es solamente una condición desu producción, sino también de su comprensión."? La divi­sión, al menos la división técnica, es otro modo de caracteri­zar el sujeto productor de la tecnología: el diseño será elproducto total del conocimiento y las habilidades empleadaspor todos aquellos que intervienen en el desarrollo y la apli­cación del sistema tecnológico.

Los diseños como árboles

Un diseño admite varios niveles de descripción en funcióndel grado de conocimiento o de control que tengamos o pre­tendamos tener sobre el sistema. Los niveles de descripciónfuncional se corresponden simétricamente con los sucesivosgrados de finura en el plan que debe llevar a la producción'del objeto o desarrollo de un sistema de acciones. No es ne­cesario que un ingeniero diseñe todos los elementos del sis­tema, puede emplear elementos prefabricados y limitarse alajuste general. No es necesario que quienes se encargan deldiseño macroscópico sean expertos en el diseño de los ele­mentos parciales.

]6 La equivalencia entre comprensión y formulación de un plan esuno de los postulados más interesantes de la inteligencia artificial y una desus aportaciones a la teoría del significado: Schank y Abelson, Wilensky yEzquerro.

17 Véase Cross. Jesús Vega [11ha desarrollado esta tesis casi exhaustiva­mente.

Page 78: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

158 MUNI10S ARTIFICIALES LA LÓGICA DEL DISEÑO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 159

En el capítulo anterior insistimos en la composicionali­dad de los artefactos: son complejos de partes que, a su vez,se dividen en partes. El diseño en tanto que plan de construc­ción o innovación es el acto por el que se organiza el plan deacción complejo que produce la arquítectura funcíonal. Sepuede representar en una primera aproximación un diseñocomo un árbol de alternativas que van resolviendo los pro­blemas secuencialmente. Esta primera aproximación es sufi­ciente en casos de aplicación, no de descubrimiento, con losque existe una completa familiaridad, a saber, los casos deproblemas para el adiestramiento de carácter mecánico ocuasimecánico.

El modelo deja de funcionar para otros problemas técni­cos más interesantes. Cuando el problema deja de ser trivialel número de alternativas crece exponencialmente, de formaque incluso los sistemas expertos deben adoptar estrategiasheurísticas que van más allá del modelo de árbol si se quiereque cumplan uno de los requisitos elementales, el de trabajaren tiempo real. Un sistema heurístico debe ser capaz de usarel conocimiento del pasado para plantear estrategias futuras,debe hacer, por otra parte, ciertas operaciones no contempla­das en el modelo de árbol: así, cuando encuentra un obstácu­lo, el diseño debe ser lo suficientemente flexible como paraque el sistema experto razone sobre fines intermedios (supe­rar el obstáculo mediante un subplan); el sistema debe tam­bién saber comparar la discrepancia entre el objetivo y elestado alcanzado, de manera que pueda corregir la trayecto­ria; debe, además, comparar objetivos que compiten entre sípara alcanzar un razonable compromiso. Desgraciadamenteun plan de acción diseñado para agentes normales, empíri­cos, humanos, no puede representarse, si no es idealizada­mente, como árbol de alternativas.

Los diseños como redes de interdependencias

Que un diseño no sea representable en un modelo tan sim­ple no se debe tanto a la incertidumbre del sujeto cognoscentecuanto a la estructura material y sustantiva de los productosde la tecnología. Consideremos a efectos prácticos provisio­nales que un diseño es un conjunto de soluciones funciona­les a ciertos problemas, pues bien, una de las característicasesenciales de los objetos tecnológicos es la interdependencíafuncional de las soluciones. La interdependencia es, en mu­chas ocasiones, mucho menos obvia de lo que parece. NigelCross estudia las dificultades que surgen a la hora de analizarlas funciones que cumple un objeto artesanal. Apunta el casodel diseño de las ruedas de un carro rural estadounidense cu­yos radios tienen la curiosidad de no ser perpendiculares al pla­no de la rueda sino que mantienen un cierto ángulo respectoal plano de giro [véase la figura 3]. El conjunto de interdepen­dencias que genera la concavidad de la rueda no es fácilmen­te deducible atendiendo únicamente a la figura del carro.

FIGURA 3

Page 79: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

160 MUNDOS ARTIFICIALES tA LÓGICA DEL DISEÑO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 161

Una primera conjetura acerca del motivo que llevó a esteextraño diseño es la de su origen en la práctica de entallar larueda con un aro de hierro para aumentar su resistencia y du­ración: se sujetaría perfectamente, así es como lo hacen tam­bién los cuberos. Precisamente por la contracción tal vez larueda presionase sobre los radios elevando un poco el eje.Pero Cross. quien a su vez sigue los estudios de G. Start, unhistoriador de la artesanía, nos muestra la insuficiencia de es­ta razón: una concavidad casual, mal calculada posiblementeprovocaría una rápida ruptura de la rueda. La concavidad,pues. debe obedecer a otra u otras razones adicionales. Unaprimera es la de evitar la ruptura de la rueda a causa de losgolpes que sufre como consecuencia del peso de la caja queel caballo, al caminar, carga alternativamente sobre una yotra rueda. Esta segunda función es menos obvia en la medi­da en que no depende del proceso de producción, sino deluso del artefacto. Pero hay además otro conjunto de interde­pendencias que nos vamos a permitir indicar para ejemplifi­car nuestra tesis:

1) permite aumentar el volumen de la caja del carro porarriba, influyendo como consecuencia en el diseño delos asientos;

2) obliga a que el eje de sujeción se incline para conseguiracoplar la rueda;

3) por esta misma razón el peso de la rueda puede dismi­nuir puesto que, inclinando el eje de sujeción en lamedida justa, se consigue que los radios inferiores dela rueda caigan verticalmente sobre el suelo de modoque los radios soportan todas las fuerzas sucesivas y nosimultáneamente;

4) el eje del carro puede elevarse, aumentando la capaci­dad de movimiento en terrenos accidentados;

5) la longitud del eje puede disminuir por la misma ra­zón que aumenta la caja, permitiendo un radio de giromenor;

6) se aumenta la sujeción de la rueda puesto que el pernoque la sujeta al eje, por la misma inclinación, la empu­ja hacia adentro.

Nos hemos distraído con un objeto que, aunque técnico,pertenece a una era no tecnológica, pero ahora sabemos de lacomplejidad e interdependencia funcional de los sistemas aunmás cotidianos. Si echarnos una mirada a nuestro alrededor po­dríamos decir cosas similares de cualquiera de los objetos quenos rodean. Claro que la interdependencia aumenta con lacomplejidad de la estructura del artefacto. En esta interdepen­dencia funcional de los elementos radica la desesperante auto­nomía que parecen cobrar los productos tecnológicos sobre lasintenciones de quienes los construyeron: pensemos en una fá­brica, en un hospital o en un fragmento del sistema educativo;no son pocos los que piensan que estos sistemas sociales gene­ran una autonomía basada en leyescasi naturales, lo que indu­ce a una doble respuesta ideológica, la de quienes culpan a losartefactos tecnológicos del sistema de relaciones sociales y la dequienes las justifican precisamente por la autonomía generada.Pero descubrir la densidad de relaciones que establece un arte­facto puede ser desconsolador si eso nos lleva a reconocer queno sabemos ni sabremos nunca cómo manejarnos con estascomplejidades. Nuestras acciones, incluso tecnológicas, se rea­lizan sobre los fragmentos de los sistemas, pero son todos losque tienen importancia, a vecesde supervivencia,para nosotros.La pregunta es ¿cabe una tecnología que sea a la vez fragmenta­ria y holística?Si encontramos una vía estaremos fundamentan­do las bases de la racionalidad tecnológica. La respuesta, tal esnuestra conjetura, es que la propia tecnología ha generado en lapráctica esta forma de comportamiento, al menos en términoslocales, otra cosa es que la ideología del ingeniero experto, co­mo en otro tiempo ocurrió con la del científico empirista, es­conda y distorsione el sentido de muchas prácticas reales. Éstaes la propuesta que analizaremos a continuación.

Page 80: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

162 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA OH DISEÑO Y El. SUJETO DE LAS DECISIQNES 163

Escalando el montede lo perfecto: los diseños como redesde patrones

Las nuevas tecnologías y artefactos que continuamente nosinvaden o los nuevos planes sociales a los que debemos desometernos nos resultan ajenos por la novedad y misteriosos,cuando no amenazadores, por la ignorancia que tenemos desu sentido. Por el contrario, los objetos e instrumentos de lasartesanías provocan en nosotros la nostalgia de una vida másperfecta y equilibrada.l" La causa está en que, durante muchotiempo, se han comportado como soluciones casi inmejora­bles a muchos problemas humanos. Los objetos artesanosson el resultado individual y apenas modificable que catalizaun conjunto de soluciones a problemas sociales que tambiénson interdependientes. Pensemos en cosas como los sende­ros, el queso fermentado, el arado de vertedera, el porrón, latécnica de barbecho, la vivienda con el corral en la planta ba­ja, el cepillo de carpintero, el huso y la rueca, la cerámica debarro resistente al calor, etc. Cualquiera de estos objetos tieneun aura de perfección y no perfectibilidad en su contexto querecuerda a los productos de la evolución biológica, tambiénsoluciones en el tiempo a sucesivos desafíos de circunstan­cias ambientales. Un producto artesano resulta al final de unlargo proceso en el que se mezclan variaciones mínimas enlas técnicas de producción o de uso que se imponen y sobre­viven como soluciones a problemas ambientales. La artesa­nía no resulta de variaciones genéticas al azar, como ocurrecon las especies, sino de microsoluciones intencionales aproblemas de uso, sin embargo, el tiempo es una dimensiónfundamental en el desarrollo artesano.

18 Duque emplea esta distinción presente en todas las sociedades paradiferenciar conceptualmente la naturaleza, que sería lo familiar, de la téc­nica, que sería lo innovador.

La tecnología, en cuanto es producida por la aplicacióndel método científico a las técnicas artesanas, sustituye enparte el tiempo por la inteligencia. Acelera el cambio. La tec­nología introduce en el pacífico dominio de las técnicas tra­dicionales la innovación permanente, la innovación por lainnovación, mediante el método de diseñar previamentelos productos, someterlos a contrastación y posteriormenteaplicarlos. Se genera una dinámica en la que los productostecnológicos existentes crean problemas que sólo puedenarreglarse ya mediante nuevas soluciones tecnológicas. Mas,pese a las diferencias, un diseño sigue siendo un productoúnico que responde a una configuración singular de proble­mas, relacionados unos con otros y con los usuarios que loshan planteado. ¿Cómo es posible el conocimiento que los ha­ce llegar a ser soluciones aplicables?

La propuesta que formulamos proviene de dos camposmuy distintos, si bien no es improbable que haya una pro­funda relación, que nace de percepciones culturales propiasde nuestra época más contemporánea. Se trata de las cienciascognitivas, de una parte, en particular de las que se ocupande la comprensión, y de la arquitectura, de la teoría del urba­nismo, de otra: la propuesta consiste en subdividir las confi­guraciones complejas de problemas en unidades discretas quepueden ser estandarizadas y a las que adscribiremos nombrescomo patrones, en caso de urbanismo, o esquemas, en el casode las ciencias cognitivas. Nos importa menos el nombre queel aprovechamiento de una buena idea y una intuición co­mún. La propuesta urbanística se debe al teórico ChristopherAlexander y a su escuela [véanse Alexander; Alexander, Ishi­kawa y Silverstein 1, la cognitiva y la corriente procedimentalque sigue a Minsky, Schank, Abelson y otros."? Reparemos enlas reflexiones de Alexander.

1'J Dos trabajos fundamentales en esta línea son los de Marvin Minsky[1 y 21.

Page 81: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

164 MUNDOS Aln"IFICIAnS LA LÓGICA DEL DISEÑO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 165

Las ideas de Alexander nacen de la conciencia del carácterinteractivo e interdependiente que tienen los sistemas y es­pacios humanos. Señala la contradicción que existe entre laestructura «arbórea» que adoptan las representaciones de mu­chos sistemas sociales, una ciudad, por ejemplo.F'' y el carác­ter de interrelaciones constitutivas que existen entre lo que enla representación arbórea son ramas. Piénsese, pongamos porcaso, en un semáforo y en un quiosco de prensa; en el esque­ma arbóreo pertenecen a dos sistemas diferentes e indepen­dientes, los cuales son el sistema de regulación de tráfico y dedistribución comercial de los productos culturales, pero sabe­mos bien que si colocamos el quiosco aliado de un semáforovamos a generar un espacio de relaciones sociales e interde­pendencias que a ningún urbanista consciente debería esca­pársele. Cualquier sistema técnico se caracteriza por generarun alto grado de interdependencias entre objetos, usos, ele­mentos e instituciones, de manera que sería una ingenuidaddescribirlos en forma de árbol de componentes, como si losdiversos elementos pudiesen caracterizarse aisladamente. Pe­ro este punto de vista sistémico y holista, a poco que nos des­cuidemos, nos lleva a la impotencia al comprobar quecualquier pequeña transformación práctica afecta al todo derelaciones sociales, de manera que estaríamos generando unaespecie de dilema del asno de Buridan sólo que a la inversa:nos abstendríamos de actuar por la cantidad de cosas que ha­cer. La propuesta de Alexander es partir como base de trabajoy de diseño de ciertas unidades que, a la vez que tienen un ta­maño accesible para la transformación práctica, son núcleosque articulan un sistema permanente de relaciones e interde-

20 Léase el precioso ensayo «La dudad no es un árbol» en Alexander.Aunque parezca que está hablando de urbanismo, lo cierto es que sus con­clusiones son generalizables inmediatamente a cualquier sistema social.Mucho me temo que la concepción sistémica de Bunge [2], con la que enotras muchas cosas estaría de acuerdo, debiera de modificarse para incluirlas interacciones entre sistemas como núcleos constitutivos.

pendencias. A estas unidades las llama patrones. Cada patrónconstituye una configuración de problemas que han de ser re­sueltos conjuntamente. Por otro lado, los patrones se articu­lan entre sí mediante relaciones que van desde la interseccióna la inclusión de soluciones. Algunos patrones propuestospor Alexander para la arquitectura son: red de transportes pú­blicos, paseo, casas alineadas, comunidad de trabajo, enlacede calzadas, aparcamiento cerrado, entrada principal de vi­vienda, cuarto de baño, rincón de juego.

Los patrones propuestos nacen más que de los desarrollosteóricos del saber práctico que acumula el ingeniero, el arquitec­to, el sociólogo, el urbanista o el diseñador en su trabajo diario.Esto es importante porque, si no, es muy difícil de justificar porqué se eligen estos núcleos como patrones de diseño y no otros.Lacuestión es que podemos ir formando lo que Alexander lla­ma, un poco pomposamente, un lenguaje de patrones, en reali­dad un listado de patrones que mantiene entre sí relaciones deprogresivamenor generalidad. Utilizando este lenguaje, el urba­nismo está capacitado para abordar la complejidad de proble­mas subdividiéndolos en unidades más tratables.

La propuesta de Alexander, por discutibles que sean sussoluciones, nos permite dos cosas: en primer lugar, una apro­ximación al problema de las interdependencias de un dise­ño, que ahora se configura como un conjunto articulado depatrones, en segundo lugar, lo que más nos importa en estetrabajo, una aceptable solución al problema del conocimien­to práctico que hace posible diseñar sistemas y, por consi­guiente, la racionalidad tecnológica.

¿TIENE AI.GUNA LÓGICA EL CAMBIO TECNOLÓGICO? LA INTERACCiÓN

DE LOS PATRONES Y LAS HABILIDADES EN LOS DISEÑOS

Laidea de subdividir los diseños en patrones, en tanto que ele­mentos que mantienen una cierta estabilidad en las soluciones,

Page 82: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

166 MUNDOS ARTIFICIALES tA LÓGICA DEL DISEÑO Y EL SUJETO DI; lAS DECISIONES 167

nos permite también abordar la epistemología de la tecnologíade manera que fundamentemos en algún lugar la racionalidad.Como veremos, esta base será pragmática, pero no por ello in­suficiente para justificar las pretensiones de racionalidad para­dígmátíca" que reclama para sí la tecnología.

Según una concepción muy grosera y primitiva, mas porello profundamente enterrada en nuestras intuiciones comu­nes sobre la tecnología, la lógica del desarrollo tecnológicovendría a producirse aproximadamente de esta forma: se par­te de la preexistencia de necesidades o al menos se suponeque Ia dinámica que aquéllas siguen en la conciencia sociales independiente de la tecnología; se organizan y ordenanlos fines en fines últimos e instrumentales sobre la base de losdeseos y valores presentes en la conciencia social; es entoncescuando entra en acción el tecnólogo quien, sobre el pie for­zado de los objetivos que le propone la sociedad, formula elproyecto más económico para alcanzar los fines previstos.Por elemental que parezca, ésta es la lógica del desarrollo tec­nológico que se emplea cuando se hace depender el desarro­llo de la tecnología de otras lógicas sociales, la económica yla militar, para decirlo claramente. Lo que no significa quepor negar la anterior teoría del desarrollo tecnológico negue­mos las vinculaciones de la tecnología con otros sistemas.

Uno de los varios problemas que presenta esta concep­ción es que convierte el desarrollo y la innovación tecnológicaen procesos irracionales, ya que impide cualquier conexiónentre los fines sociales y los proyectos tecnológicos. La mayo­ría de las veces la «genialidad» del inventor o la casualidadson las que soportan la dura tarea de encontrar el caminomás racional para los fines, pero, ¿cómo vamos a confiar enla racionalidad de unos medios que han sido generados tanirracionalmente? Si adscribimos racionalidad a la tecnología

21 Ésta es la opción de Quintanilla [1], de la que no disentiría si nosponemos de acuerdo en qué entendemos por un sistema técnico.

debemos adscribírsela también a la actividad y el conoci­miento que se desarrollen en el nivel metatecnológico, es decir,al nivel en el que planteamos tanto la producción como elcontrol de la tecnología. Porque una de las tesis que defende­mos es que ambas, la producción y el control tecnológicos,son actividades que no deben ser consideradas ciegas y autó­nomas, sino procesos profundamente relacionados entre sí ydesenvueltos siguiendo ciertas vías de racionalidad, aunqueno sea una racionalidad perfecta ni completa. Las estructurasde patrones nos pueden guiar en este camino.

Concebimos los patrones como micromundos en losque se plantea un conjunto limitado de relaciones y de obje­tos y, por consiguiente, también de problemas. Lassolucionespueden estar total o parcialmente rutinizadas y la creatividadnecesaria para encontrarlas se explica de varias formas a par­tir de la estructura de patrones:

1) puede modificarse un patrón preexistente;2) pueden articularse de una manera novedosa dos o más

patrones que anteriormente estaban relacionados, oencontrar una relación que no existía;

3) puede transferirse estructuras o soluciones de un pa­trón a otro, incluso entre campos completamente dis­tintos;

4) puede crearse un nuevo patrón.La cuestión fundamental. desde el punto de vista de la ra­

cionalidad del desarrollo tecnológico, es que el tecnólogo, alcomienzo de su trabajo, no se encuentre perdido en una sel­va de problemas sino que, por el contrario, desarrolle su in­vestigación abordando parsimoniosamente los problemas talcomo éstos están determinados por los patrones. La nociónde patrón incluye la idea de que el patrón, en tanto que retí­culo de problemas y soluciones, tiene una estabilidad mayorque los diseños concretos que se desarrollen siguiendo suguía. El ingeniero que diseña una planta química, aun cuan­do el producto que va a procesar o el método de procesa-

Page 83: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

168 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA DEL DISENO Y EL SUJETO DE LAS DECISIONES 169

miento sean completamente nuevos, propondrá un diseñoque habrá sido el resultado de encontrar progresivas solucio­nes a varios patrones preexistentes. Es precisamente este mé­todo el que confiere a la tecnología su asombrosa capacidadde innovación, piénsese si no en el modelo de desarrollo queresultará bajo la constricción de que todos los ingenierossean tan creativos como Marconi o Eiffel, la capacidad de in­novación de la tecnología no se opone al supuesto de que noes posible la creatividad absoluta: no hay objetos o planesque sean absolutamente nuevos. Podría ocurrir, pero meatrevo a discutirlo también en ese terreno.F

El sujeto explota la información contenida en una situa­ción en la que se encuentra. Esta capacidad depende de losplanes que el sujeto alcanza a formular en esa situación. Laconstrucción de planes se efectúa acudiendo al almacén de lamemoria ordenadamente y «pidiendo» historias que puedanencajar en esa situación. La experiencia técnica contiene leyescientíficas y normas pragmáticas, pero también y sobre todorespuestas concretas a situaciones-problema. Las historiastienen estructuras internas tales que podemos acceder a va­rios grados de resolución en la descripción de las escenas, altiempo que podemos acceder de una a otras siguiendo cone­xiones muy específicas, la explotación resultante dependerádel número, la calidad y la riqueza de los patrones almacena­dos en la memoria del sujeto.

Estemodo de estudiar la creatividad nos permite al tiempoabordar uno de los más espinosos problemas de la filosofía dela técnica: la función interna que tienen las habilidades y destre­zas en la tecnología. Si en cualquier actividad humana son im­portantes las habilidades, en la tecnología desempeñan un

22 Emst Gombrich hace una aportación a la historia del arte, desde mipunto de vista, definitiva: no todo es posible en toda época. Por ejemplo,un escorzo en una pirámide faraónica.

papel constitutivo ya que se trata de transformar la realidad si­guiendo sistemas de acciones efectivos.

Los teóricos de la tecnología han mantenido numerosaspolémicas sobre esta cuestión desde hace varios años" resal­tando o restringiendo el papel de las habilidades [véanse Fei­bleman 1 y 2). No se pone en cuestión su importancia, peronadie se atreve a integrarlas dentro de una concepción racio­nalista de la tecnología. Pesan mucho aún las opiniones dePolanyi-? y de Wittgenstein,23 quienes, al tiempo que señalanel carácter último de habilidad que tienen todas las activi­dades humanas, incluidas la ciencia o el lenguaje, resaltantambién que las habilidades contienen un elemento inexpre­sable, casi místico, que las convierte en inefables, incluso enimpensables, puesto que son condiciones del propio pensa­miento. Pues bien, a partir de los patrones podemos abordarlas habilidades, si no superando el abismo que existe entreellas y la razón teórica, sí, al menos, tendiendo un puentemetodológico entre ambas.

Una habilidad es un comportamiento instrumental quese ha rutinizado por alguna razón, de manera que el organis­mo realiza ciertas acciones que exigen un comportamientointeligente sin que necesariamente el cerebro realice de ma­nera consciente las operaciones mentales que se requierenpara ello, y, a veces, sin que sea posible acceder a las opera­ciones de computación que realiza el cerebro al actuar (lospsicólogos cognitivos se ocupan por profesión de desentra­ñar este nivel extraño de conocimiento). El punto interesantepara nosotros es la gran especificidad que presentan en cuan­to capacidades de acción: una persona hábil en un grupo deoperaciones no lo es en otras que aparentemente no exigenmás empleo de inteligencia, de forma que no podemos ha-

23 Véanse Polanyi 2, Wittgenstein 2 y Lakatos 1. El trabajo de Lakatospermitirá al lector adquirir una necesaria distancia crítica con las posicio­nes, tan sugestivas por otra parte, de Polanyi y Wittgenstein.

Page 84: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

170 MUNDOS ARTIFICIALES LA LÓGICA DEL DISEÑO Y m. SUJETO DE LAS DECISJONES 171

blar de alguna capacidad general de resolución de problemas.Por otro lado, en las actividades cooperan de manera interac­tiva todas las capacidades, como la memoria, la coordina­ción sensorio-motriz, etc., aunque también de una maneraespecífica. La combinación de especificidad de objeto y tota­lidad de actuación es posiblemente una de las causas quehan inducido a muchos filósofos, Polanyi el primero deellos, a adoptar una posición reverencial respecto de las habi­lidades, hasta el punto de llegar a reivindicar una autonomíade ciencia tan exagerada como la que presenta en Larepúblicade la ciencia,>4 donde reivindica que el poder de las decisio­nes corresponde solamente a quienes posean la peculiar sabi­duría práctica que nace de la habilidad del científico. Lacuestión es importante desde el punto de vista de la raciona­lidad tecnológica, puesto que está involucrado el problemadel control de la tecnología y la ideología del experto.

RESUMEN

En este capítulo hemos ampliado dos características de la ra­cionalidad tecnológica que aparecían ya en el capítulo ante­rior. Consideramos que la racionalidad del cambio técnicoderiva del modo en el que una colectividad compleja crea ytransforma diseños de artefactos y sistemas. La base de nues­tra argumentación es que la racionalidad de cualquier accióntecnológica es una relación entre un contexto de produccióny un contexto de uso. En cada contexto hay circunstanciasrestrictivas y un sujeto que produce o usa el artefacto. La ra­cionalidad deriva del éxito de esta relación. Un aspecto alque le hemos dedicado atención es a la naturaleza colectivadel sujeto de la tecnología, en la que se encuentra una de lasmás profundas diferencias con el cambio técnico de otras

24 Polanyi 2, cap. 4.

culturas y épocas. La coordinación de los intereses de las mu­chas partes implicadas en el desarrollo tecnológico hace quela racionalidad sea necesariamente deliberativa. Así, el cono­cimiento que los implicados en el desarrollo tecnológico de­ben poseer incluye dimensiones económicas, sociales, éticasy políticas.

La segunda parte de este capítulo se dedica a la naturale­za compleja del diseño y del proceso de diseño de los artefac­tos. Se expande la idea de composicionalidad que aparecióen el capítulo anterior y se desarrollan dos ideas. La primeraes la idea de que el diseño como planificación implica el ma­nejo de esquemas de procesos progresivamente más abstractosen la medida en que ascendemos en la escala de generalidady progresivamente pormenorizados a la hora de ponerlos enpráctica. La segunda idea es la naturaleza interdependientede las partes. La conclusión de ambas ideas nos lleva a la no­ción de patrón desarrollada por el arquitecto Christopher Ale­xander: los patrones son redes de interdependencias quepueden ser formalizados y controlados por el diseño.

SUGERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Sobre la naturaleza colectiva de la tecnología un trabajo pio­nero y fundamental es el de Cross y Elliott. Constant 1I [1] es­tudia con gran cuidado histórico el ejemplo de la revoluciónen la industria aérea. Douglas es una buena introducción alos problemas de sujetos colectivos. La obra compilada porBijker, Hughes y Pinch se ha convertido ya en un punto de re­ferencia de la complejidad social del proceso de diseño y, de­jando a un lado los compromisos constructivistas de muchosde los colaboradores, es un libro imprescindible. Sobre la no­ción de diseño, además de las referencias del capítulo ante­rior, especialmente Sima n [3], Boden amplía muchas ideassobre la creatividad. Pero sobre todo nos referimos a la obra

Page 85: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

172 MUNDOS ARTIFICIALES

de Christopher Alexander, cuyas nociones de diseño tuvieroncierto impacto hace dos décadas pero que merece una lecturafilosófica aún no realizada. El libro de J. c. Iones contienetambién ideas muy sugerentes. La noción contextual del pro­ceso de diseño se encuentra en obras como las de Winograd yFlores, Hutchins, Smith y Clancey. Todas ellas pertenecen alas nuevas ideas que han nacido de la inteligencia artificialllamada «situada».

EL CAMBIO TÉCNICOY LA EVOLUCIÓN

EL CAMBIO ES CONNAIURAL A LA CULTURA HUMANA Yel cambiotécnico ha sido la regla desde los tiempos profundosde nuestros orígenes. En las culturas preindustriales el

cambio seguía las pautas erráticas de la innovación parsimo­niosa que se difundía lentamente; en la cultura industrial, latecnología impone una forma distinta de desarrollo: la crea­tividad se convierte en un fin, la novedad por la novedad, elcambio permanente. La emergencia del proceso artificial dediseño, del conocimiento técnico y de los lenguajes abstrac­tos de diseño conforma un marco en el que la creatividad seconvierte en norma. Ya ocurrió algo muy similar cuando laaparición de la escritura permitió la literatura como actividadesencialmente creativa, proceso que se acelera con la impren­ta. La tradición oral alcanza muy rápidamente sus límites decreatividad, que son eliminados por la capacidad de memoria,la corrección reiterada y la difusión que permiten la escrituray, posteriormente, la imprenta. Los sentimientos estéticos ysimbólicos pueden ser los mismos en las dos tradiciones, pe­ro los efectos de escala hacen que las culturas con tradiciónescrita adquieran una dimensión que no tienen las que per­manecen en estadios de transmisión oral. Pero la mala nuevaes que el proceso de cambio rapidísimo se convierte él mis­mo en un nuevo medio en el que crece y se desarrolla la tec­nología, por no decir los demás aspectos de la economía y la

173

Page 86: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

174 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUCJÓN 175

cultura. Ya no cuenta solamente que la tecnología cambie, loesencial comienza a ser cuál es el lugar que cada agente lograen la nueva carrera del cambio tecnológico.

La competencia por la mejor información, la habilidadpara estar en el momento preciso en el lugar adecuado, la ca­pacidad tecnológica de una sociedad, su cultura tecnológica,la lucidez para comprender las trayectorias de lo que está ocu­rriendo, son ya los nuevos escenarios en los que discurre lahistoria. Viejos imperios lucharon durante siglos por la pose­sión del secreto de la seda o al menos por el control de las ru­tas de comercio; nuevos imperios lucharon a comienzos delsiglo xx por el control de las fuentes de las materias primaspara sus conglomerados industriales. Estas formas de compe­tencia han cambiado radicalmente en el marco de los proce­sos contemporáneos de desarrollo tecnológico. La lucha noes tanto por poseer cuanto por estar: en el lugar preciso, en lacorriente de información necesaria. Las relaciones de asime­tría y poder abandonan las viejas formas de la propiedad paraadoptar las nuevas formas de control del cambio tecnológico.Los nuevos señores no son ya los que poseen los medios deproducción de los bienes sino los que poseen la capacidadde transformación de los medios de producción de los bie­nes. Quien tiene la capacidad de imponer un «estándar» tienela capacidad de someter la capacidad de cambio. Cuando es­cribo estas líneas la última tripulación de la Mir ha vuelto a laTierra. Se plantea ya cómo ayudar a Rusia a recuperar la esta­ción espacial, pues todo el mundo ha entendido que el fin dela Mir es la segunda caída del muro de Berlín, el verdadero fi­nal de siglo en el dominio de la tecnología. Una de las gloriasde la capacidad humana de transformación ha interrumpidosu trayectoria porque el medio que la produjo había cambia­do radicalmente. Una trayectoria perdida.

ALCUNOS PROBLEMAS EN LA EXPLICACIÓN DEL CAMBIO mCNoLÓCICO

La lógica del cambio técnico es uno de los problemas más ur­gentes en lo que respecta al estudio y a la praxis de control: lasdecisiones tecnológicas tienen consecuencias ambientales, tie­nen consecuencias sociales y también económicas. Una deci­sión equivocada en tecnología amplifica la equivocación en elfuturo. Una empresa de larga trayectoria puede finalizarla si sudecisión es equivocada o si es incapaz de reorganizarse adecua­damente, una decisión tomada sin precauciones por los efectosen el sistema de empleo puede conducir a que una gran parte dela población quede sin capacidades de adaptación a las nuevasexigencias. 1

Al tiempo que las consecuencias se entrelazan unas conotras ha crecido la conciencia «metatecnológica» de reflexio­nar previamente sobre las decisiones tecnológicas. Las luchaspor la exigencia de estudios de impacto previos a cualquierdecisión ya es una práctica normal de muchas legislaciones;no lo es tanto la exigencia de que los estudios sean fiables ysuficientemente comprensivos. De modo que hay ya muchoen juego para que el cambio técnico no sea objeto de refle­xión y debate público en todos los niveles de decisión."

El control social del cambio tecnológico exige, de maneraideal, saber y poder: conocimiento de los mecanismos de lainnovación y capacidad para controlarlos. Desgraciadamen-

1 De la Torre y Conde, y Castells 3 presentan buenas aproximacionesal impacto social y económico de las nuevas tecnologías. En ambos casosse adopta una posición sistémica, en donde buena parte de los problemassurge de la falta de preparación específica para el cambio técnico, sea en lafase de proyecto, sea en la fase de gestión del cambio. El problema del em­pleo, por ejemplo, es el problema de la preparación para la nueva estructuradel empleo, que, a su vez, es un problema de comprensión de las conse­cuencias de una decisión tecnológica en un sistema social de red.

2 Como introducción a la política tecnológica pueden consultarse Pa­vitt y Quintanilla {coord.).

Page 87: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

176 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUCJÚN 177

te, sabemos muy poco, si es que sabemos algo, acerca de losfactores que determinan el cambio tecnológico como paraorientarlo racionalmente en la dirección adecuada." Sabe­mos, por ejemplo, que hay correlación entre el desarrolloeconómico y el tecnológico, pero no sabemos repartir lascausas y los efectos de esa correlación. Sabemos que hay rela­ción entre el desarrollo científico y el tecnológico, pero tam­poco sabemos repartir las causas y los efectos. y sabemostambién que hay correlación entre el cambio social y el cam­bio técnico, pero tampoco sabemos repartir las causas y losefectos. Se han realizado buenos estudios de los casos recien­tes de éxito tecnológico como Japón y los «dragones asiáti­cos» y comenzamos a tener un acervo de estudios históricos,pero, frente a lo que suponía Daniel Bell, la prospectiva tec­nológica es todavía un sueño irrealizado.

Son muchas las cuestiones que plantea una teoría del de­sarrollo tecnológico, algunas de orden técnico y otras de or­den conceptual o filosófico. De entre éstas segundas, las que

3 Eugenio Moya [p. 2141 me critica por decir que el control del cambiotecnológico es de suyo un problema tecnológico y no moral (o no sólo mo­ral). Mi posición no es como insinúa «tecnopornogréfíca»: todo vale a favorde la técnica, sino que se atiene a dos principios de sentido común, el pri­mero es moral: el «debe» presupone el «puede» y el «puede) presupone el«sabe cómo», el segundo es que existen en el mundo ya varias morales com­prensivas incompatibles y todas ellas razonables [véase RawIsJ. Las decisionesmorales deben ser acompañadas de decisiones políticas suficientementecompartidas por todas las posiciones. Moya propone como alternativas«morales» un principio de autonomía y un principio de respeto que no leimpiden la petición de que intervenga el Estado (por ejemplo contra los pa­dres testigos de Jehová, p. 206) como petición «moral», no política. Que elEstado intervenga por criterios morales, sabiendo que no estamos de acuer­do en ellos (él mismo rechaza casi todas las alternativas más extendidas), esalgo que desde Felipe 11 a las guerras de religión yugoslavas hemos si­do muchos los que nos permitimos poner en duda como solución y sí, porel contrario, consideramos como problema. Independientemente de quecompartamos, como es el caso, los principios que propone Eugenio Moya.

siguen son las que, a mi modo de entender, resultan másasombrosas y difíciles de tratar, pero también son piedras detoque para cualquier teoría posible del cambio tecnológico.

1. El caso QWERIT o la contingencia del desarrollo tecnológico

El proceso de aparición, desarrollo y difusión de una innova­ción parece tener cierta lógica bien definida, al menos prima[acie y siempre que nuestra historia sea de grano grueso y nomaticemos demasiado los detalles. Pero si seguimos inves­tigando nos aparece un mundo de casualidades y sucesoscontingentes que han determinado las trayectorias de esa in­novación tanto como las necesidades, el conocimiento, lafinanciación y otros factores que suelen aparecer en las histo­rias de cambio técnico.

Las macroinvenciones no obedecen, al parecer, a leyes eviden­tes/ no responden necesariamente a incentivos y se resisten atodos los intentos por relacionarlas con variables económicasexógenas. Muchas de ellas son el resultado de golpes de inge­nio, casualidad y buena suerte. La historia de la tecnología, portanto, contiene un componente imposible de explicar en términos pu­ramente económicos [Mokir, p. 30; el subrayado es mío).

Muchos descubrimientos tecnológicos tuvieron una histo­ria que comenzó antes de que fueran reconocidos como «in­venciones» [Mokir, p. 30J.

El caso es que las macroinvenciones son las que realmen­te tienen un gran impacto económico, puesto que las mi­croinvenciones y pequeñas mejoras, que han sido defendidaspor los seguidores de Schumpeter como la base de la trans­formación económica del cambio técnico, son difíciles de ex­plicar en términos puros de racionalidad económica."

4 López García ha recordado los diversos estudios de economistas que,

Page 88: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

178 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO T~CNICO y LA EVOLUCIÓN 179

Algunos casos han sido estudiados por los economistascomo un ejemplo de acumulación de contingencias: la difu­sión del teclado QWERIY es un caso curioso estudiado por Da­vid [1 Y 2J y Gould: el nombre proviene de las teclas dela primera fila. En las primeras máquinas del siglo pasado, laexcesiva rapidez producía que las palancas de las teclas se en­redasen entre sí, por lo que G. 1. Sholes patentó el actual te­clado en 1860. Eligió la configuración QWERIY, precisamentepor la dificultad de teclear, dada la estadística de aparición deletras en el inglés. Originariamente fueron DHIATENSOR, quepermiten teclear más de 70 por ciento de las palabras inglesas,así como otros ordenamientos, todos ellos más eficientesque el actual. En QWERlY, por ejemplo, la letra A ha de teclearsecon el meñique de la mano izquierda, lo que es una torturapara una mayoría de diestros. QWERIY se introdujo un poco an­tes de 1880 por G. 1. Sholes, precisamente para retrasar la ve­locidad de tecleado en máquinas que se detenían numerosasveces porque los tipos se enganchaban. En 1880 una acade­mia de escritura de Cincinnati, en la que se enseñaba un méto­do de ocho dedos desarrollado por LouisTaub, retó a velocidadde escritura a cualquier otra alternativa a QWERIY en competi­ción pública. Fue ganada por Frank E. McGurring. mecanó­grafo ducho en este método, un suceso tan fortuito y banalcomo el que más, que determinó sin embargo la continuidaddel teclado. En 1890 existían aproximadamente cinco mil má­quinas y no habría supuesto ningún problema la sustitución;cien años después, la sustitución es técnicamente imposible ynunca merecerá los costos del acuerdo para llevarla a la prácti­ca. Este caso no es la excepción sino la regla que encontramoshabitualmente en el cambio tecnológico, desde las fases de la

desde comienzos de siglo, han señalado los límites que teóricamente tieneel cambio técnico: el beneficio de una innovación decrece con el tiempo amedida que hay que invertir más y más en su mejora. Sólo las grandes in­novaciones cambian completamente el marco económico.

invención hasta las de difusión o estandarización, como fueel caso de QWERIY. No hay necesidad histórica en el cambiotécnico: es una extraña suma de inteligencia y contingenciacomo en cualquier otro ámbito de la historia humana.

2. ¿Por qué innovamos?

Estamos tan habituados al progreso tecnológico que no re­paramos en que no resulta fácil de explicar en términos psi­cológicos, ni sociológicos, ni económicos. Las personas, lasempresas, las sociedades y las culturas difieren en su tasa deinnovación y creatividad, mientras que unas exploran y cam­bian constantemente sus técnicas y métodos, otras confíanen el tiempo y hacen los mínimos cambios imprescindiblespara ir tirando. Lo curioso es que no existe una explicaciónsencilla para el hecho de la innovación ya que, aunque cuan­do una innovación tiene éxito todos se benefician de ella, noestá claro que sea razonable asumir el riesgo del propio tra­bajo invertido en innovar. Como bien sabemos, en algunasculturas el «que inventen ellos» ha tenido alguna receptivi­dad social. incluso entre intelectuales a quienes se les suponela máxima capacidad de razonamiento. Y lo grave es que esuna posición que tiene cierto fundamento si nos atenemos alas normas de racionalidad a corto plazo. Santiago López re­cuerda que algunos economistas, como Wolf en 1912, yasubrayaron los altos costos que para una empresa tiene lainnovación tecnológica y cómo el hecho de que exista in­novación no puede explicarse con las normas de la racionali­dad económica. A muchas empresas o países les resulta másrentable esperar a que sean otros los que inventen para apro­vecharse de la innovación. Es más, la misma renovacióntecnológica, la introducción de artefactos y técnicas ya dispo­nibles y probadas no está justificada económicamente. Enrealidad no está claro que haya que admitir la tesis marxiana

Page 89: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

180 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TI\CNICO y lA EVOLUCIÓN 181

de que la burguesía está condenada a revolucionar continua­mente las fuerzas de producción.

Las varias revoluciones tecnológicas desde hace dos siglosson producto de algunos hechos históricamente contingentes:la creación de tradiciones tecnocientíficas, la emergencia de sis­temas de innovación sostenidos públicamente, la acumulaciónde cultura tecnológica. Las pautas de cambio tecnológico debenmás a estos hechos que a la fuerza ciegade la mano invisible delmercado.

Pese a esta creciente evidencia son muchos los economis­tas, gobernantes, intelectuales e incluso gente corriente quetoman como un hecho incuestionable la inevitabilidad delcambio tecnológico. 5

La innovación en cualquiera de sus etapas tiene costos. Ylo más importante, nos recuerda Santiago López, es que tienerendimientos decrecientes: los beneficios que ofrece una in­novación decrecen a medida que la innovación se inserta enun complejo sistema de producción- para llegar a convertirse

.'; Miguel Ángel Quintanilla suele referirse a esta actitud como el Principiode don Hilarión: «[Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad!»

6 Brooks calcula la siguiente división de esfuerzos en I+D: esfuerzo enconocimiento básico y en concepción de una nueva idea, 5%, diseño delproducto y concepción ingenieril en general, entre 10 y 20%, preparación ydesarrollo de la manufactura del producto, entre 40 y 50%, gastos asocia­dos a la puesta en marcha de la producción, eliminación de problemas,etc., entre 40 y 60%, determinación y desarrollo del mercado, entre 10 y20%. Como puede observarse la mera necesidad psicológica de inno­vación no explica apenas el esfuerzo que debe realizarse en la puesta enmarcha de una nueva producción. Mokir ha estudiado, además, lo que de­nomina «Ley de Cardwell». que Seencuentra en la historia de la tecnologíade este autor: la gran mayoría de lassociedades que han disfrutado de periodosde gran creatividad tecnológica lo han hecho pormuy cortos periodos. Y sin em­bargo, como han señalado muchos otros historiadores, Rosenberg [2] oE. L. Iones [11, la creación de los estados significa también la percepciónde que han de innovar más rápidamente que los demás para mantenersedonde están. La contradicción entre estas dos observaciones históricas es

en un producto rentable. Hay que modificar las cadenas deproducción, iniciar campañas de venta, buscar nuevas formasempresariales de fabricación del producto, y otra larga listade obligaciones que exigen comparativamente muchísimosmás costos que los que supuso el diseño del artefacto en tan­to que creación conceptual. A veces se responde, cuando seplantea este problema, que es la curiosidad humana la queexplica la innovación científica y tecnológica. Es una respues­ta que sirve solamente en algunos contextos, y aun así no estájustificada: siempre es más rentable la imitación que la crea­tividad. Tengamos en cuenta que los sistemas de recompensatanto en la ciencia como en la tecnología siguen la ley de «elganador se lo lleva todo»:" de todos los implicados en la ca­rrera competitiva por un descubrimiento, por una patente opor un nuevo producto, solamente una minoría se llevará elpremio. ¿Por qué va a ser racional competir en esta loca ca­rrera si nuestras probabilidades a priori están claramente ennuestra contra? Dasgupta y David, en un conocido ensayo so­bre la economía de la investigación, llaman la atención sobreel peso de este argumento y sobre lo sorprendentemente frá­giles que son los sistemas de innovación.

uno de los más urgentes problemas de la historia de las relaciones entretecnología, economía y sociedad.

7 Toni Dornénech ha llamado mi atención a la importancia que tieneel sistema «el ganador se lo lleva todo». Es eficiente como sistema de re­compensas pero es poco eficiente desde el punto de vista de la inversión encapital humano: es un desperdicio de recursos sociales. Repérese en que esuno de los casos en los que la sociedad aplica inconscientemente un siste­ma seleccionista dado que lo que interesan son los resultados del sistema(ciencia o tecnología en este caso) y no otros aspectos como pudiera ser larentabilidad individual del esfuerzo hecho en formación como científico.El mismo sistema se aplica en otros casos, por ejemplo, en el mundo delespectáculo, del arte y otros similares: s610 uno o una entre un millar llega­rán a ser modelos de revista, y, sin embargo, el esfuerzo personal ha sidoenorme.

Page 90: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

182 MUNDOS ARTII'ICIAtES EL CAMBIO TtCNICO y LA EVOLUCiÓN 183

De modo que cualquier explicación del cambio técnico de­be comenzar por explicar el propio hecho del cambio técnico.

3. La variedad de sistemas tecnológicos

Hasta el momento no tenemos una clasificación aceptadauniversalmente de las categorías que abarcaría una taxono­mía de los objetos tecnológicos; tan asombrosa es la variedadde formas, funciones, procesos y relaciones que encontramosen la historia, y especialmente de la variedad que se producea partir del desarrollo de la tecnología en el siglo XIX. Sea cualsea el parámetro elegido -las técnicas, los tipos de artefac­tos, los materiales- sigue una línea de crecimiento explosivoen la multiplicidad y diversidad. El descubrimiento de la varie­dad es también, y sobre todo, el descubrimiento de cómo losrecursos limitados y finitos de las capacidades humanas in­telectuales y motoras han podido producir tal variedad de re­sultados.

4. El imperativo tecnológico y la aparente autonomía del desarrollo

La aparente autonomía del cambio tecnológico, que ha sos­tenido en buena medida las tesis deterministas que hemoscriticado en el primer capítulo, es un producto de la compo­sicionalidad de las técnicas y de los artefactos, que se extien­de de una forma ilimitada, pero también impredecible, a lolargo y ancho de todos los dominios tecnológicos. La inter­dependencia de los sistemas tecnológicos tiene una extrañapropiedad que podría calificarse de isotropía: cualquier partedel sistema puede estar en relación de interdependencia concasi cualquier parte. Es algo que ha sido señalado en la detec­dón de riesgos tecnológicos, pero que es en verdad una regla delos sistemas tecnológicos contemporáneos. La interdependen-

cia isotrópica produce una extremada sensibilidad en regio­nes muy lejanas a cualquier cambio en cualquiera de las re­giones de la tecnología."

5. La naturaleza y lafunción de los artefactosy los procesos tecnológicos

Los artefactos, sean objetos o procesos, son sistemas físicosque tienen una estructura determinada por la función parala que han sido diseñados y construidos. El problema es queno siempre hay armonía entre el desarrollo de la estructura, laevolución funcional y, lo que es más importante, el cambio yla evolución de los usos, es decir, el ejercicio real de la funciónprevista. Así, nadie hubiera sospechado que unos esquíes yuna bicicleta, objetos diferentes donde los haya, terminasenempleándose para el mismo deporte de descender por las pis­tas de salto de las estaciones invernales. Los sociólogos de lacorriente constructivista han subrayado' este hecho, hasta elpunto de que algunos piensan que un artefacto que es inter­pretado de dos maneras diferentes por dos grupos sociales di­ferentes, son en realidad dos artefactos diferentes [véanse Bijkery Pinch]. De ser correcto, este punto de vista sociológico con­vertiría toda la evolución de la tecnología en algo dependien­te de la perspectiva, pero dejaría de lado aspectos normativosde la racionalidad de las decisiones sobre alternativas tecno­lógicas: sería racional lo que de facto hubieran decidido los

R La interdependencia de las técnicas de almacenamiento de informa­ción y conexión de redes informáticas con el Proyecto Genoma Humanoes uno de los casos que confirman esta regla: el eca nadó como un proyec­to de cartografía del genoma de muchos seres vivos, incluido el hombre.Para llevarlo a cabo era necesaria la creación y conexión de enormes basesde datos. De hecho es un proyecto de información distribuida. Tuvo dosefectos sobre la informática: ayudó a desarrollar métodos de análisis auto­mático e impulsó la conexión de bases que hoy ya es tan usual.

Page 91: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

184 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUCIÓN 185

usuarios implicados. Su perspectiva habría determinado losusos que, a su vez, determinarían la función, que, a su vez, de­terminaría la descripción física de los sistemas. Lo cierto esque este sociologismo se distingue poco de un idealismo debaja calidad que no es capaz de integrar las constricciones yligaduras que imponen las estructuras físicas y funcionalescon nuestras decisiones técnicas o económicas.

6. La esencia de la novedad

Toda la cultura humana es un producto de la creatividad y elaprendizaje, pero la tecnología tiene una especial función enla historia puesto que modifica el espacio de expectativasque los agentes se hacen acerca de su propio destino. Al crearnuevos instrumentos, se están creando de hecho nuevosfines determinados por las posibilidades abiertas por esosnuevos medios. La pregunta es así una pregunta por la nove­dad esencial en la historia: icómo pueden surgir sentidosesencialmente nuevos de los viejos sentidos?, icómo llegó ainventarse (y difundirse) la locomotora de vapor, partiendodesde la máquina de Newcomen? [véase Basalla], icómo lamáquina de Newcomen llegó a inventarse desde los molinosde agua?

Estascuestiones diferencian a la tecnología de otros aspec­tos de la cultura. La ciencia, por ejemplo, no tiene el proble­ma de la indeterminación de uso que tienen los artefactos;por el contrario, presupone una constancia en el significadode los términos a través de las generaciones. La innova­ción continua es también otro de los aspectos esenciales dela tecnología, aunque sea éste un rasgo que comparte con laciencia.

LA PERSPECTIVA EVOLUCIONISTA: CAMBIO, EVOJ.UCIÓN, PROGRESO

y EL PROBLEMA DE ELSl'ER

Elevolucionismo extendido

Una forma de encontrar respuesta a estas preguntas es buscaren la concepción evolutiva de la tecnología respuestas que lamera concepción económica del desarrollo o del equilibriono es capaz de darnos. Se trata de una concepción radical­mente histórica y antiesencialista que, desde mi punto de vis­ta, es nuestro mejor punto de partida actual para explicar yentender por qué el cambio tecnológico se nos aparece conlas anteriores características, aun si esta concepción, desgra­ciadamente, no nos ofrece una buena respuesta a todas laspreocupaciones que suscita. Pero quizás una cosa sea teneruna teoría lúcida del cambio tecnológico y otra muy distintatener una teoría normativa del cambio social. A diferencia deotras concepciones, la evolucionista no nos evita las respon­sabilidades y nos deja tajantemente solos ante las decisiones.

La concepción evolucionista no sólo parte de una analo­gía con el evolucionismo biológico, sino que también hayuna correlación histórica con el contexto de problemas quedio origen al evolucionismo darwiniano en relación conotras concepciones del cambio biológico. También la biolo­gía moderna comenzó planteándose como un objetivo pri­mero el dar cuenta de la variedad y el aparente orden yautonomía del cambio a lo largo de la historia y a través de lacadena del ser. Durante los siglos XVII y XVIII las numerosas ex­pediciones geográficas, el uso del microscopio y la extensióndel coleccionismo habían hecho descubrir la inmensa varie­dad de los seres vivos, la variedad de especies, y también deestructuras y órganos, variedad que acababa, una tras otra,con las concepciones taxonómicas que pretendían dar cuentade ella (que se habían configurado en terrenos poco más ex­tensos que el jardín del botánico). Al tiempo que la variedad

Page 92: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

186 MUNDOS ARTifICIALES El. CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUCiÓN 187

en el espacio, se descubrió también la variedad a lo largo deltiempo. El registro fósil mostró a los asombrados habitantesde los siglos XVIIly XIX la evidencia de seres vivos pasados conuna estructura absolutamente distinta que la actual. En tercerlugar, los paleontólogos, los fisiólogos y los embriólogosdesvelaron la asombrosa adecuación que existía en los seresvivos entre la forma física de los órganos y la función biológi­ca que cumplían, así como la interdependencia sistemáticade las formas, de manera que el cambio de una parte entra­ñaba la reagrupación de las otras partes para preservar la uni­dad funcional del todo [véase Ruse].

Todo ello dio origen a las más variadas tesis explicativas,casi todas guiadas por la idea de que existía algo así comouna jerarquía u ordenación entre todos los seres vivos, je­rarquía clasificadora en lo que respecta al corte sincrónico yjerarquía u ordenación asimétrica en el orden del tiempo.Surgió la idea de plan o diseño evolutivo, que sería algo asícomo el principio rector del cambio a lo largo de la historia.La idea tiene su origen en la embriología: la existencia de undiseño explicaría el orden en el desarrollo de los órganos deun ser vivo a partir de la mínima estructura observable en elóvulo o la semilla; y lo que sirve para explicar la ontogenia. odesarrollo del individuo, se trasladó a la filogenia o desarro­llo de la especie a partir de otras anteriores (según esta teoría,más primitivas y menos desarrolladas). Con mucha mayorfuerza, las concepciones del cambio cultural estuvieron de­terminadas por la idea de progreso y, siguiendo el modelobiológico, reconstruyeron la historia de cada campo de lacultura como una línea dirigida por principios rectores ba­sados en concepciones estáticas, constitucionalistas y a prioride la naturaleza del campo considerado, cualquiera que éstefuese.

Hay un perfecto paralelismo entre la teoría del plan bio­lógico y la teoría del cambio cultural. No es por casualidad:la filosofía idealista alemana -Goethe en lo que respecta

a la biología, Hegel en lo que respecta a la cultura- fue elprincipal referente de la cultura del XIX. Algún autor [véaseBowler] ha dicho, con sobrada razón, que la revolución bio­lógica del siglo XIX no fue darwiniana, como tampoco la revo­lución física fue newtoniana en el siglo XVII. Lo fue en el siglosiguiente. De este modo la revolución biológica es ahora dar­winiana, un siglo más tarde.

Laconcepción evolutiva de un sistema es una descripcióna la que llegamos solamente cuando accedemos a un nivel deprofundidad más abajo de la mera observación superficial,sea del cambio, sea del cambio en una cierta aparente direc­ción, como pudiera ser la complejidad. Desarrollaremos al­gunos detalles que singularizan la descripción evolucionista.

Introducir la historia en la teoría del cambio tecnológico

El primero es la diferencia entre la mera experiencia de cam­bio y la descripción propiamente evolutiva. La mayoría de lasreconstrucciones descriptivas del cambio tecnológico reco­gen las variaciones en las técnicas, los artefactos o los siste­mas que se dan en un espacio o a lo largo del tiempo, en unacierta época. Al historiador puro, empírico y empirista, le in­teresan solamente las categorías de novedad y diferencia. Suobjetivo es describir las variaciones sobre la situación ante­rior, encontrar precedentes o señalar las diferencias entre di­versos ítems en diversos contextos, contar cómo aparecierony cómo se difundieron las innovaciones. Para el historiadores legítimo restringir su búsqueda a la descripción detallada ycuidadosa de cómo ocurrió de hecho una novedad. Esta mo­desta autolimitación convierte la historia de la ciencia, de latécnica y de la sociedad, de la economía, etc., en puntosde partida de cualquier teoría evolucionista, ya que son fuen­tes de datos y origen de la constatación asombrada de la ex­plosiva variedad de las realizaciones técnicas a lo largo de la

Page 93: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

188 MUNDOS ARTll'lCIAtES H. CAMBIO TÉCNICO Y l.A EVOLlICJÓN 189

historia, en especial después del desarrollo moderno de latecnología. Pero la historiografía solamente llega a mostrar­nos la variedad en el tiempo, la evidencia del cambio. Empe­ro, el cambio no debe ser confundido con evolución, comotampoco tiene que ver con la evolución la idea de algunos deoponer evolución como cambio lento a revolución comocambio rápido.

La perspectiva evolucionista entraña algo más. En primerlugar es una teoría histórica del cambio. Afirma que los tiposactuales se han formado a partir de tipos anteriores, y aportala idea de que existe un hilo conductor que nos remonta a va­riedades del pasado. La teoría evolucionista, en lo biológicoo en cualquier otro campo, establece que la novedad es unproducto de variaciones sobre tipos anteriores, y que estaexplicación es suficiente para explicar la asombrosa ramifica­ción de formas y funciones. y además establece que la preser­vación de formas es un hecho contingente e impredecible, unsubproducto epifenoménico de los azares del tiempo.

Algunos piensan que el evolucionismo entraña el com­promiso con una concepción del cambio lenta y parsimonio­sa. Es cierto que en la concepción darwiniana es esencial quelas variaciones sean numerosas, aunque muy pequeñas: nohay grandes revoluciones, a diferencia de las cosmovisionesde los catastrofistas. La parsimonia es esencial para el natura­lismo [véase Saber 2], es lo que hace explicable y no irracionalun cambio. Esto ha llevado a algunos teóricos evolucionistasdel cambio tecnológico, como Basalla.? a insistir en el extre­mo contrario, de forma excesiva a mi parecer, a saber, en lacontinuidad de los tipos de objetos tecnológicos. Hay algo deverdad en ello, pero también es cierto que la concepción evo-

9 Basalla señala, por ejemplo, que se observa una continuidad de pa­trones de diseño desde el molino de agua hasta el motor de explosión através de los diseños de las primeras máquinasde vapor. Mokir matiza estacontinuidad, no obstante los reparos, las observaciones históricas de Basa­na son sugerentes y merecen ser tomadas en cuenta.

lucionista admite la existencia de crecimientos rápidos, porejemplo cuando algún cambio entraña o afecta a otros (poli­ploidia). De hecho algunos neodarwinistas heterodoxos, co­mo Gould y Eldredge, han defendido una especie de síntesisentre la concepción catastrofista y la parsimoniosa. Pero locierto es que las grandes transformaciones son difíciles de en­cajar en la concepción evolucionista, de manera que no sepuede ser kuhniana ortodoxo y evolucionista con facilidad eirreflexión.

Los mecanismos de la evolución

En segundo lugar, la existencia de un cambio que siga patro­nes evolutivos exige integrar en su explicación al menos lossiguientes tres mecanismos. El primero es un mecanismo devariación o innovación continua independiente. En la evolu­ción biológica hay varios mecanismos de cambio genético:cambios en la copia reproductora, deriva genética y otros va­rios. Son mecanismos ciegos, o casi ciegos, en el sentido deque no están afectados por presiones funcionales del medio.Además es esencial que el mecanismo produzca variacionescontinuas. 10

El segundo, un mecanismo de selección que opera a causade que no todas las variedades pueden ser viables. La compe­tencia y la selección natural surgen en la evolución por lalimitación de los recursos por los que compiten los organis­mos o las unidades de evolución. La competencia por los re-

10 Las teorías irradonalístas de la evolución cultural, como la poppe­ríana, abogan por que la creatividad, al igual que los genes, sea un meca­nismo ajeno a la teoría, que no puede ni debe explicarse dentro de ella. Sinembargo, no me parece esencial a la concepción evolucionista el hecho deque el cambio sea al azar, como postula esa teoría, o, por el contrario,el que existan sesgos probabilísticos, como se postula en las llamadas lógi­cas del descubrimiento para el caso de la creatividad.

Page 94: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

190 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLU.CIÓN 191

cursos (de subsistencia, económicos, computacionales o detiempo) es una restricción física universal en los sistemas so­metidos a crecimiento con variación. No es por casualidadque se ha dicho que la evolución se parece más a un econo­mista repartiendo recursos que a un ingeniero. La selecciónopera sobre las características que hacen más apto a un obje­to para tener descendencia, en el caso de la evolución bioló­gica, o para ser transmitido en el caso de la evolución culturalo técnica. Una cuestión diferente, tanto en la evolución bio­lógica como en otras, es si la selección natural es el único me­canismo explicativo, lo que conduciría a la conocida crítica alevolucionismo como una explicación panglosiana (por eldoctor Panglos del Cándido de Voltaire), en la que las caracte­rísticas seleccionadas habrían sido las óptimas y las óptimashabrían sido las seleccionadas. Pero, en primer lugar, la selec­ción es solamente uno entre varios otros mecanismos, demanera que, como señala Sober [1], podríamos considerar laevolución, en analogía con la física newtoniana, como unateoría de fuerzas indeterminadas, en las que la resultante esuna extraña propiedad que llamamos eficacia biológica (fit­ness). Eso no implica, no obstante, que la selección no seanecesaria: es una constricción fundamental en todo sistemaen crecimiento en una mundo de recursos limitados y rápidocrecimiento de la población.

Eltercer mecanismo es un mecanismo de transmisión de las va­riaciones. En la evolución biológica es la herencia a través de ladivisión cromosomática. La reproducción biológica entraña unmecanismo de copia y de dispersión de los alelos. La evolucióncultural tiene un mecanismo de transmisión diferente que es elaprendizaje, por imitación o por enseñanza.

El último detalle en el que debemos reparar es en cómose plantea la cuestión de la existencia de progreso en unaconcepción evolucionista.

La evolución yel carácter intencional de la acción técnica

Varios críticos de la concepción evolucionista han señaladoque la evolución de cualquier aspecto cultural no seguiría lospatrones del darwinisrno, sino los del adaptacionismo la­marckiano. En ellamarckismo hay una realimentación desdelas necesidades producidas por cambios en el medio al orga­nismo o sistema que evoluciona. Esto es lo que ocurre con lamemoria y la capacidad de aprendizaje humanas, que haríanque el mecanismo ciego de la evolución no fuera aplicable alos asuntos humanos. En el lamarckismo se afirman doscuestiones distintas: por una parte las necesidades objetivas oproblemas, que se producen por un cambio en el medio, in­fluyen en las variaciones, que ya no son al azar sino dirigidaspor tales necesidades o intereses y, en segundo lugar, estas va­riaciones serían transmitidas a la descendencia. Efectivamen­te, la existencia de memoria colectiva, la acción racional, elaprendizaje, impiden que la evolución genética sea un mode­lo isomórfico de la evolución cultural y técnica. Otra cues­tión diferente es si ellamarckismo es el modelo de evolucióncultural. Con ello llegamos a la tercera cuestión, la del pro­greso y la intencionalidad, que los críticos del evolucionismoaducen contra los darwinianos.

La crítica más dura desde esta perspectiva lamarckiana ala extensión del evolucionismo al plano cultural, más alláde la analogía superficial, ha sido la presentada por Elster [1].Elster distingue entre la analogía evolucionista económica,de la que se declara simpatizante [p. 150], de las explicacio­nes funcionalistas en el terreno social, que convertirían laanalogía en algo más que analogía para transformarse en unmodelo de explicación de lo social. Elster [pp. 50 Yss.J señalaque un sistema sometido a un proceso evolutivo de carácterdarwinista, por ejemplo una máquina mutadora, 1) en pri­mer lugar sería incapaz de aprender de los errores pasados,2) no podría realizar planes estratégicos del tipo un paso

Page 95: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

192 MUNDOS AnTIF1CIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUCIÓN 193

atrás, dos adelante, 3) sería incapaz de esperar para conseguiralgo en el futuro, 4) sería incapaz de adoptar compromisos opolíticas estables de conducta. Elster extiende esta crítica a to­da explicación funcionalista de las instituciones sociales por­que, según este autor, son incapaces de integrar la existenciade intenciones racionales estratégicas.

Pese a que está en lo cierto en cuanto a una extensiónirrestricta de la explicación funciona lista, creemos que noexiste incompatibilidad entre una explicación local de carác­ter intencional y una explicación global, histórica de tipoevolucionista. Lo cierto es que parece existir una compulsiónpsicológica a explicar la historia, incluso nuestra propia his­toria personal, como un producto intencional orientado ha­cia un fin, de ahí que la analogía biológica sea sustituida poruna analogía teleológica similar a la de los biólogos del si­glo XIX. Es una interpretación insostenible. Aunque la acciónhumana sea intencional, aunque exista memoria colectivatransmitida y guardada en el conocimiento público, no hayninguna razón para pensar que los mecanismos históricosson mecanismos intencionales. Por ello no creo que sean in­compatibles una explicación local de carácter intencionalcon una concepción funcionalista y evolucionista en lo querespecta a los grandes agregados.

La consecuencia para la noción de progreso es muy simi­lar a la que nos podemos plantear para el problema de siexiste un sentido en la historia: hay progresos locales, delmismo modo que podemos darle sentido a nuestros planes yproyectos, pero es una pretensión inhumana pensar que hayalgo como el progreso aplicado a tan grandes sistemas comola ciencia y la tecnología. La pregunta por el progreso siem­pre es relativa a secuencias identificables de segmentos comoteorías, sistemas técnicos, etc. Precisamente adoptamos unaconcepción radicalmente histórica como la evolucionistaporque una pregunta de este tipo es incontestable.

Desde estas ideas generales examinaremos tres alterna­tivas recientes que se presentan como explicaciones evolu­cionistas del cambio técnico con las que mantenemos unasimpatía profunda, aunque con dos de ellas sostendremosdiscrepancias en lo que respecta a las insuficiencias.

LA TEORÍA ECONÓMICA EVOLUCIONISTA

Recientemente se ha popularizado una forma de evolucio­nismo entre los economistas que se suele catalogar comoneoschumpeteriano. Schumpeter fue el economista que másinsistió en el papel de la innovación tecnológica en el desa­rrollo económico capitalista. La propuesta se debe a los eco­nomistas Paul David, Richard Nelson y Sidney G. Winter, ycomenzó a formularse en la década de los setenta [véanseDavid 2, Nelson y Winter 1 y 2], pero recientemente se hanadherido muchos otros economistas como Giovanni Dosiy otros influyentes investigadores del SPRU (Science PolicyResearch Unity, Universidad de Sussex). después de hacer al­gunas variaciones interesantes. En su modelo podemos dis­tinguir dos cuestiones diferentes. En primer lugar la crítica alos modelos económicos neoclásicos y, en segundo lugar, lapropia propuesta evolucionista con sus variaciones.

La crítica al modelo o a los modelos neoclásicos de creci­miento económico contiene, a su vez, dos elementos funda­mentales.

El primero, de origen schumpeteriano, señala la incapaci­dad de los modelos de equilibrio clásicos (neoclásicos) paraintegrar el cambio técnico que es, por naturaleza, un procesoque no puede reducirse a estados de equilibrio, pues modificacontinuamente la relación entre trabajo y capital, de maneraque, de acuerdo con estos economistas, habría que superar laidea de modelos de equilibrio, de naturaleza esencialmenteestática para pasar a modelos dinámicos de cambio.

Page 96: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

194 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOl.UCIÓN 195

El modelo neoclásico es de los que tradicionalmente seha llamado de caja negra: partimos de una situación de equi­librio en el mercado en el que hay un cierto número debienes de consumo y una cierta oferta a precios dados. Su­pongamos que hay una modificación del presupuesto demodo que los consumidores pueden expresar sus deseosde manera más fina en otra banda de bienes. Ello se reflejaráen los precios que indicarán a los productores qué bienes sonmás apetecibles: tal situación llevará a formas de innovaciónque restauran el equilibrio del mercado. Como señalan loseconomistas schumpeterianos, este modelo no explica qué eslo que ocurre desde que el empresario nota las nuevas necesi­dades hasta que aparecen los nuevos bienes. Tampoco se re­flejan las grandes rupturas que suponen las tecnologíasnuevas que se extienden por todos los sistemas productivos yde consumo.

La segunda crítica insiste en el factor histórico y de cambio.Nathan Rosenberg se ha hecho muy conocido y popular fueradel campo de los economistas señalando cómo la innovaciónes el factor fundamental del desarrollo tecnológico y cómo losmodelos de caja negra neoclásicos son incapaces de dar cuentadel proceso de interacciones que ocurren entre los cambios enla ciencia, la economía y la sociedad [véase Rosenberg 21· En lamisma línea, Freeman y los otros investigadores del SPRU hanterminado convirtiendo en un supuesto poco discutible la exis­tencia de una correlación causal entre los cambios en la innova­ción tecnológica y el desarrollo económico. La crítica funda­mental contra la economía neoclásica es que un procesocontinuo como es el de la interacción entre innovación y creci­miento no puede quedar reflejado en una teoría de naturalezaesencialmente estática, como es la Teoría general del equilibrio.La teoría alternativa debe encontrar la estructura fina del proce­so, observando cómo los cambios en el sistema tecnocientíficose reflejan en cambios en la estructura y el desarrollo económi­co, tal como sugieren los datos empíricos.

La teoría alternativa es la concepción evolutiva del desa­rrollo económico basado en la innovación técnica. En el mo­delo más simple, partimos de una situación en la que lasempresas compiten en el mercado. A diferencia del modeloclásico, las empresas se encuentran ante posibilidades limita­das de elección en la sustitución de trabajo por capital. Sisu tasa de beneficios varía negativamente, exploran las posi­bilidades que existen en su medio relativas a su estructuraempresarial. La limitación de sus posibilidades está dadaporque una empresa está constituida, entre otras cosas, porun conjunto de procesos, rutinas y habilidades de produc­ción que no son fácilmente modificables. Dichas rutinastienen una especie de inercia o momento que las hace difícil­mente sustituibles, a menos que no exista más remedio. Laempresa no optará por un cambio en las rutinas a menos queexista una perspectiva clara de beneficio en la alternativa. Es­to hace que las alternativas sean limitadas y, al tiempo, seanrelativas a la percepción de la empresa.

De manera que la función de elección que se aplicaría aquíno es la función clásica de la teoría de la decisión racional,sino alguna variedad de la función de satísfaccíón no maxirni­zadora de H. Sirnon.!' dentro de una teoría de racionalidadlimitada. Una vez que la empresa ha introducido una varia­ción de esta clase en el conjunto de sus rutinas, adquiere unadiferencia en capacidad potencial de beneficios en su rela­ción de competencia con otras empresas. Son entonces lasfuerzas económicas del mercado las que se encargan de selec­cionar aquellas empresas que han introducido las mejorasque mejor se adaptan al medio de intereses y necesidades delos consumidores.

11 En la función de Simon el agente no tiene delante todas las posiblesopciones de elección que cabría pensar dada la descripción de la situación,sino que limita su espacio a aquéllas con las que él se consideraría satisfe­cha, dadas sus actuales expectativas. La racionalidad resultante no es unaracionalidad perfecta, sino una racionalidad limitada. Véase Simón l.

Page 97: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

196 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y I.A EVOLUCIÓN 197

De esta manera tenemos un mecanismo de variación yun mecanismo de selección, lo que produce, según los defen­sores del modelo, un proceso evolutivo análogo al de la evo­lución biológica. En el modelo clásico de Nelson y Winteraparecía el concepto de trayectoria tecnológica como unidadde variación. Las trayectorias tecnológicas son conjuntos deconocimientos teóricos y prácticos que permanecen establesa lo largo del tiempo, aunque están sometidos a pequeñasvariaciones incrementales, que son las que adoptan las em­presas. Se trataría del trasunto de los genes en la evoluciónbiológica.

Giovanni Dosi y otros economistas del SPRU han introdu­cido algunas reformas sobre la misma base esencial del mo­delo de Nelson y Winter.l-' Estos investigadores tratan de darcuenta de la diferencia entre pequeños cambios incrementa­les que se producen continuamente en los procesos de pro­ducción y los cambios radicales que suponen las grandestransformaciones tecnológicas, particularmente aquellas queintroducen nuevas tecnologías que se aplican prácticamentea todos los campos, como han sido recientemente la microe­lectrónica y la informática. Mientras que el modelo de Nel­son y Winter podría funcionar en épocas de ensayo y error delas empresas, no funciona en una situación de oligopoliosen las que las grandes empresas establecen programas tec­nológicos a largo plazo. La propuesta de Dosi [2] es que latecnología cambia siguiendo los mismos patrones que la cien­cia, y, a su vez, la ciencia sigue esencialmente el patrón decambio kuhniana, que establece periodos de crecimientonormal y periodos de crisis o revolucionarios que producenla instauración de nuevos paradigmas. En analogía con losparadigmas científicos, Dosi distingue entre las trayectorias,

12 véanse Clarky Juma, Dosi 2, Dosi y otros. Este último es una espe­cie de manifiesto colectivo de la corriente evolucionista, en el que aparecenlos principales nombres, ideas y proyectos.

que corresponden a los periodos de innovación normal, delos cambios de paradigmas que siguiendo el modelo deKuhn, aparecen cuando emerge un nuevo ejemplar con unnuevo conjunto de estilos de trabajo, sistemas de resoluciónde problemas y de preguntas que pueden ser planteadas. Lainnovación sobre el modelo de Nelson y Winter está en queahora se justifica la limitación de las opciones de una empre­sa a las variaciones que permite y establece un paradigma tec­nológico. Giovanni Dosi, llevando la analogía evolutiva unpoco más allá del modelo original, indica que existen dosmecanismos de selección, aunque exista un solo mecanismode variación. La variación estaría producida por la creativi­dad científica y tecnológica, los nuevos productos culturalespasarían un primer filtro dentro de las comunidades científi­cas, en el que se juzgaría la realizabilidad técnica del diseñopropuesto, y el subsecuente filtro de la innovación interna ala estructura de la empresa. De este modo la selección actua­ría en un doble nivel de profundidad, por una parte sobre laestructura de las empresas, y, más allá, sobre el desarrollo tec­nológico basado en la ciencia.

Freeman y Pérez llevan este esquema hasta el extremo degenerar una taxonomía de cambios como la siguiente:

1) Innovaciones incrementales, que se producen continua­mente en la empresa, aunque a diferentes tasas depen­diendo de sectores, mercados y otros factores sociocul­turales (en realidad son un índice de la creatividad y eldinamismo de un sector).

2) Innovaciones radicales, discontinuas, impredecibles y dis­tribuidas desigualmente. Coinciden con lo que popu­larmente entendemos como invenciones.

3) Cambios de sistema de tecnología, son cambios ligados aun efecto de combinación de factores, organizativos, deinnovaciones radicales y de cambios incrementales. Su­ponen ya cambios en los factores económicos. Por últi-

Page 98: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

198 MUNDOS ARTIFICIALES El. CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOI.UCIÓN 199

rno, esta dimensión sociotécnica abre la puerta a unnuevo tipo de cambio mucho más radical.

4) Cambios en los paradigmas tecnoeconómicos, en los que yano son distinguibles los factores económicos de los téc­nicos.

Freeman y Pérez tenían en la cabeza ejemplos como losproducidos por la introducción intersticial en todos los sectoresproductivos y sociales de las tecnologías informáticas, como an­tes ocurrió con la electrónica. De acuerdo con estos autores, es­tos tipos de cambios generan dinámicas de desarrollo muy dis­tintas cualitativamente, pero con ciertos patrones observables:los ciclos de crecimiento-crisis serían un resultado causal decambios en diferentes estratos de profundidad.

Discusión sobre el evolucionismo económico

La concepción evolutiva económica es uno de los proyectosmás serios actuales en la determinación de las relaciones en­tre ciencia, técnica y sociedad. Promueve, además, lo quequizá sea su mayor mérito, una enorme cantidad de estudiosde caso sobre el crecimiento de la economía en relación condiversas políticas emprendidas por empresas, sectores indus­triales o gobiernos. En tercer lugar está demostrando un grandinamismo teórico, enriqueciendo continuamente las hipó­tesis con nuevos supuestos, de manera que tiene toda la apa­riencia de un auténtico programa de investigación en losmismos fundamentos de la economía. Por último, su prin­cipal hipótesis tiene un irresistible atractivo como base deinterpretación de fenómenos sociales, razón por la cual haganado tantos adeptos tan rápidamente. De forma que, pesea las dudas que siguen, hay que esperar que el programase desarrolle y genere nuevos trabajos. Sin embargo, no estáde más que reconsideremos los fundamentos teóricos sobrelos que se basa la analogía evolucionista, no por el prurito de

que toda analogía esté equivocada como fuente de hipótesisteóricas, o, peor aún, para señalar fallos en la analogía, comosi una analogía tuviese que ser un modelo isomórfico del otropolo, en nuestro caso de la evolución darwiniana de los seresvivos, sino porque lo que se pone en cuestión son los pro­pios supuestos sobre los que se ha construido la analogía, yestos supuestos son los que dan valor al empleo de los con­ceptos evolucionistas. Éstas son las dudas más importantes.

La pérdida de la normatividad

Para comenzar, están las cuestiones relacionadas con lo quemuchos autores consideran su principal virtud teórica, elabandono de la teoría normal de la decisión racional comosustrato de la teoría económica para adoptar una función deracionalidad limitada basada en la noción de satisfacciónmás que en la de decisión racional máxima. Todos sabemosque la teoría de la decisión racional tiene graves problemasde fundamentación: los agentes normales raramente respe­tan todas las condiciones que establece la teoría de la deci­sión.P La teoría de la decisión, además, es flagrantementeincompleta para resolver problemas de racionalidad colecti­va, sea en juegos de negociación, sea en casos de conflicto.

Buscando una mayor adecuación a los datos, HerbertSimon propuso en 1957 sustituir la función normal de de­cisión máximamente racional por una función de satisfacción,según la cual el agente elegiría aquella preferencia que lesatisficiera suficientemente dada la percepción sobre las pro­pias posibilidades. La función goza de una mayor plausibili­dad psicológica, es coherente con algunos resultados de las

1J Oardenfords y Sahlin y Moser son dos magníficas recopilaciones delos textos clásicos fundamentales sobre la teoría de la decisión y sus Pr'>blemas más importantes.

Page 99: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

200 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUC¡ÚN 201

ciencias cognitivas y resuelve viejos problemas de teoría de ladecisión; problemas como, por ejemplo, por qué es irracio­nal que Tío Gilito se baje del Rolls para coger una peseta delsuelo, a pesar de que incrementa infinitesimalmente sus ga­nancias (Paradoja de Allais, en Moser). Pero si se opta por estafunción como fundamento de la teoría de la decisión hayque ser consciente de que ya no garantizamos la existencia deóptimos, aunque pueda haber máximos locales.

Se aduce, correctamente, que el proceso de desarrolloeconómico es un proceso y no es capturado en conceptos deequilibrio estático. De acuerdo, pero hay que ser conscientede que se abandona la normatividad de la teoría económicapara situaciones de mercado. La existencia de máximos, y laprueba formal de su existencia, es lo que hace que la teoríaeconómica basada en la decisión racional no sea simplemen­te una descripción de cómo se comportan los agentes ensituaciones de mercado más o menos puras, sino cómo debe­rían comportarse.

No hay nada que nos obligue a tener una ciencia econó­mica prescriptíva, por el contrario, podríamos considerar quela economía pertenece a la clase general de la ciencias históri­cas, o de las ciencias en las que la historicidad es el entrama­do fundamental, pero quizá la intención de los defensores deeste programa no sea llegar tan lejos. Por el contrario, unade las motivaciones subyacentes a este programa es generarpropuestas de política científico-tecnológica para las empre­sas, y sobre todo para los gobiernos. Pero si se abandona lafuerza normativa de la teoría clásica, la fuerza prescriptivatendrá que basarse únicamente en argumentos inductivossobre las correlaciones observadas. Así observamos que losestudios de caso dejan de ser estudios históricos para conver­tirse, no sé si ilegítimamente, en ejemplos de lo que habríaque hacer. Con este propósito se han aducido los casos de Ja­pón, de Alemania, etc. Pero, dejando a un lado la cuestiónmetodológica de la legitimidad de los consejos basados en

razones inductivas, me parece que lo más grave es que estasconclusiones son una inconsistencia flagrante con la concep­ción evolutiva que subyace a la teoría que establece de mane­ra esencial el carácter singular de cada caso de selección.

La reconstruccíón de la razón hístórica o el síndromede La Fundación

Claro que esta conclusión es tan inevitable como desagrada­ble para el programa, y no es por casualidad por lo que seobserva en la segunda mitad de la década de los ochentaun deslizamiento desde el darwinismo inicial a un cada vezmás descarado lamarckismo. El darwinismo, ya lo hemos se­ñalado, fue muy difícil de aceptar pues abandonaba la espe­ranza de una dirección clara en la historia, de manera que,aún después de Darwin, muchos biólogos todavía seguían le­yendo a Darwin en claves lamarckianas. El lamarckismo esuna variedad de la creencia en una dirección del desarrollobiológico en alguna línea de progreso, tal que permita or­denar las especies de acuerdo con su grado de perfección.Singularmente ellamarckismo aporta la idea (no completa­mente incorrecta) de que el motor de la evolución son las ne­cesidades producidas por un cambio en el medio que rodea ala unidad de evolución, más un mecanismo de realimenta­ción que hace variar la estructura del sistema dadas estas ne­cesidades, de manera que se transmite el carácter adquirido ala descendencia, lo que es incorrecto desde el punto de vistade la evolución basada genéticamente, pero es perfectamentecorrecto cuando en lo que pensamos es en mecanismos deaprendizaje humanos que tienen un sistema de transmisiónque es la enseñanza (también algunos animales). Para trasla­dar esta teoría a grandes sistemas como los involucrados enel cambio tecnológico, sin tener que postular la influenciacausal de cosas como la memoria colectiva o el aprendizaje

Page 100: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

202 MUNDOS ARTlFIC1ALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOUICIÓN 203

social o algo así, que no creo que estuvieran dispuestos apostular los defensores del programa, hay que adoptar algu­na nueva mano oculta que no sea ni la de Adam Smith nila de Darwin, y ésta la han encontrado en toda la nueva bi­bliografía del caos, los sistemas no lineales, la autoorganiza­ción, etc., a partir de las especulaciones de Prigogine, Varela yotros, que le han añadido una injustificada generalizaciónmetafísica a la teoría matemática de los sistemas dinámicosno lineales.

La idea de esta línea de pensamiento es que a partir decierto grado de complejidad en la organización de los siste­mas, sea por el número, sea por la riqueza de interacciones,aparecen o emergen nuevas propiedades que preservan la es­tructura del sistema más allá de las condiciones de equilibrioestático; por ejemplo, aparecen mecanismos de realimenta­ción que actúan sobre el medio para mantener constanteuna variable interna. La idea que se sugiere subrepticiamen­te es que la complejidad produce (¿necesariamente?) máscomplejidad, de manera que se puede dibujar una línea deprogreso y finalidad allí donde no había más que cambiocontingente.

Es cierto que los modelos que simulan la conducta de unsistema son más realistas en la medida en que incorporanfunciones no lineales y una clara distinción entre parámetrosy variables internas del sistema; en estos sistemas puede si­mularse todo tipo de atractores puntuales en el espacio defases, que representan los cambios cuantitativos, e inclusocualitativos. Es cierto también que son simulables procesosde evolución darwiniana en los que se llegan a estabilizarpatrones de equilibrio de formas.t" Pero el propio hecho de

14 Incluso se han popularizado varios juegos de computadora que si­mulan estos sistemas, como el famoso «juego de la vida» de Dawkins yotros similares en los que la combinación aleatoria permite llegar a patro­nes estables. En el mismo sentido, los modelos de cambio técnico, según

que los sistemas vivos se autoorganicen en la realidad noañade nada a la fuerza normativa de nuestra teoría, a menosque introduzcamos subrepticiamente la necesidad histórica,como parece ser el caso.!> Porque mostrar la posibilidad deevolución de un sistema, dado un modelo, no significa queésa sea la trayectoria que vaya a seguir. Ni tampoco el modelonos indica normativamente que ésa sea precisamente la líneaque debe seguirse.

En este sentido, nuestra teoría poco a poco se ha ido des­lizando desde una concepción evolutiva original a una con­cepción historicista que definitivamente criticó Popper. Dehecho, no es otra cosa la reciente inserción por parte de Free­man y otros de la teoría evolutiva en un esquema de cicloseconómicos basados en las correlaciones empíricas de los ci­clos de Kondriatev [véase Freeman y Pérez]. Aun asumiendoque la existencia empírica de ciclos es un problema abiertopara la ciencia económica, la postulación teórica de tales ci­clos como resultado de mecanismos ocultos en los que la in­novación y el cambio técnico aparece como el motor de lahistoria, plantea -lo mismo que su correlato histórico dela teoría de las civilizaciones de Toynbee, que tanto éxito tu­vo hace algunos años- divertidas paradojas prácticas, comolas que señaló Asimov en sus primeras y mejores novelas, latrilogía de La Fundación, en la que, por cierto, ya está implícitala teoría del cambio tecnológico defendida por este progra­ma. En esta saga, un mundo tecnológicamente avanzado tra-

esta teoría, admiten simulaciones en computadoras, lo que nos suministrauna fuente de investigación empírica para hacer prospeetiva sobre sistemaseconómicos reales. De hecho la simulación de sistemas sociales mediantetécnicas de dinámica de sistemas es, quizá, una de las revoluciones meto­dológicas más importantes de este siglo. Todo esto es cierto y no hace másque añadir méritos a esta concepción como programa de investigación eneconomía.

15 ABen introduce de rondón la necesidad mediante la capacidad deaprender de los sistemas que eligen alternativas.

Page 101: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

204 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUCiÓN 205

ta de reconstruir un imperio en decadencia, detenido en sudesarrollo por una pesada burocracia y una cultura en la quela innovación científica ha dejado de ser el motor del cam­bio. Los héroes de La Fundación son ingenieros, científicos, co­merciantes de un pequeño planeta que se desarrolla segurode su destino, que les está garantizado gracias a una supersi­mulación matemática de presuntas leyes de la psicohistoria.No conocen tal programa, celosamente ocultado, pero com­prueban que hay periodos de expansión y de crisis, que cie­rran ciclos históricos. En cierto momento, la creencia en sudestino de progreso comienza a burocratizar su sociedad quese empieza a volver acomodaticia y poco creativa: llegado esemomento, son los agnósticos respecto a las leyes de la histo­ria quienes restauran la creatividad perdida. La moraleja nor­mativa se infiere sin dificultad.

Hace algunos años, cuando todavía tenía vigencia socialel marxismo, la creencia en ciclos necesarios de medios deproducción que se sucedían a lo largo de la historia llevó aciertos ingenieros sociales a realizar experimentos tan atrocescomo la NEP leninista en los primeros años de la revolución,o el maoísmo tercermundista, que nos hizo conocer la ver­dad de las leyes históricas en Camboya o en el Perú de Sende­ro Luminoso. No es éste, esperemos, el objetivo oculto de losdefensores del evolucionismo tecnológico, pero el marcoconceptual desde el que argumentan no es esencialmentedistinto, aunque se presente con muchísima más paraferna­lia matemática que la que el presidente Gonzalo pueda llegara comprender.

Para resumir, me parece que el programa evolutivo se en­cuentra ante un dilema: si sigue fiel a la analogía, debe aban­donar el darwinismo para acercarse a la teoría del plan odiseño histórico; y si abandona la analogía no se distingue dela mano oculta de la teoría del equilibrio general.

La dudosa existencia de paradigmas tecnológicos

Hay una segunda línea de crítica que se refiere al traslado dela teoría kuhniana del cambio científico a la teoría del cam­bio tecnológico. La tesis de Dosi [2] es que el desarrollo tec­nológico sigue en líneas generales el mismo patrón que eldesarrollo científico y éste, a su vez, sigue el patrón estable­cido por Thomas S. Kuhn de periodos de cambio normal,acumulativo e incremental, y periodos revolucionarios queconducen a la instauración de un nuevo paradigma. Ase bue­na parte de la crítica de Dosi a la teoría original de Nelson yWinter se fundamenta en la idea de insertar las trayectoriastecnológicas propuestas por Nelson dentro de estructurasmás complejas como son los paradigmas tecnológicos. Unparadigma tecnológico, en la versión de Dosi o en la de ma­yor alcance de Freeman [véase Freeman y Pérez] establece demanera normativa un conjunto de problemas que se puedenplantear, un conjunto de ejemplares y un conjunto de técni­cas de trabajo transmitidas tácitamente en el aprendizaje. Lamotivación esencial de Dosi es la misma que dirige a Nelsony Winter: es muy poco realista pensar que las empresas tie­nen ante sí todas las opciones posibles para responder a lademanda del mercado. Se trata por ello de encontrar un mo­delo en el que las opciones se restrinjan a un número mane­jable, y que la restricción tenga cierta justificación teórica,claro está. La idea de paradigma funciona en este sentido co­mo una especie de gafas que enfocan la mirada hacia un con­junto determinado de soluciones, aquellas y sólo aquellasque son soluciones a problemas «legítimos», dado el para­digma.!" Hay, establece Dosi, una correlación entre las tra-

Hi «Ijn paradigma es una perspectiva, un conjunto de procedimientos,una definición de los problemas relevantes. Cada paradigma tecnológicodefine su propio concepto de progreso basado en sus propias negociacionesentre tecnología y economía» [véase Dosi 2, p. 148j.

Page 102: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

206 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUCiÓN 207

yectorias tecnológicas de las que hablan Nelson y Winter y laciencia normal kuhniana. Consisten las trayectorias en ruti­nas e innovaciones incrementales que suponen soluciones aproblemas accesibles a una empresa. Tales soluciones sonextensiones de un conjunto de ejemplos que genera el para­digma y que, cuando se agota y surge otro, da lugar a una re­volución tecnológica. Desde el punto de vista práctico, lapropuesta de Dosi es que un paradigma crea un efecto deexclusión [véase Dosi 2, p. 153] que consiste en que los in­genieros se encuentran ciegos [sic] frente a posibilidades tec­nológicas que no sean las establecidas en el paradigmadominante. La propuesta de Dosi incorpora, además, unaextraña mezcla de la posición de Kuhn y la de Lakatos. Así,Dosi habla de heurísticas o reglas implícitas que dirigen elsentido de las innovaciones. En la misma línea, se habla deuna etapa primigenia de la innovación tecnológica, de ensa­yo y error, similar a la descripción de Popper del desarrollocientífico, y de una etapa madura de oligopolio en la que in­novación tecnológica y dinámica económica se encuentranentremezcladas y ligadas profundamente en su dinámica.'?

La analogía entre innovación tecnológica y dinámica dela ciencia, hay que confesarlo, es tan sugerente que es difícilresistirse a emplearla. La teoría de Kuhn tiene tal fuerza quese ha convertido en un axioma sin apenas críticos entre los fi­lósofos de la ciencia, y, desde luego, sin ningún crítico entrelos sociólogos de la ciencia. Durante los últimos treinta añosha servido como modelo para pensar en la evolución de unaenorme variedad de procesos culturales, además del científi-

17 «Cuanto un patrón tecnológico fundamental llega a establecersemás, el mecanismo de generación de innovaciones y de avances tecnológi­cos más parece que ha llegado a ser endógeno al mecanismo económico"normal"» [véase Dosi 2, p. 158}. Éstaes una de las razones por las que losdefensores de este punto de vista relacionan los ciclos económicos con ladinámica de las revoluciones tecnológicas.

co y ahora el tecnológico. Es cierto, pero eso no quiere decirque sea una verdad palmaria e indiscutible, porque tambiénes cierto que ningún historiador ha conseguido reconstruirla historia de la ciencia como un ejemplo de la dinámicakuhniana sin violentar los datos empíricos. Los primerosparadigmas postulados se han convertido en múltiples mi­niparadigmas que han terminado emborronando las tesiskuhnianas. Después de treinta años de reinado absoluto delas tesis kuhnianas, lo único claro es aquello que a él mismoconfiadamente le inspiró, la idea wittgensteiniana de juegosde lenguaje o complejos de actividades, reglas, reconocimien­tos mutuos y otras cosas que constituyen las institucionesprácticas [véase Wittgenstein 11. Pero nada había en Witt­genstein que tuviera que ver con los paradigmas kuhnianos.Sin embargo, la propuesta que comentamos ha tomado co­mo eje de la dinámica económica una estructura demasiadoconjetural y sospechosa, aun cuando sea tan perfecta, teórica­mente hablando.!"

La cosa se agrava cuando pasamos al campo concreto dela innovación tecnológica, puesto que hay varias preguntasque es difícil contestar desde la teoría de los paradigmas tec­nológicos. En primer lugar, es consustancial a la tesis kuhnia­na la unicidad de un paradigma: la ciencia empieza cuandoacaba la crítica, afirma Kuhn. No hay coexistencia de paradig­mas, salvo en el breve tiempo de una revolución y si hay pro­gramas en competencia, señala Kuhn, es un índice de que noestamos en un terreno científico sino filosófico o humanís­tico. Pero esa regla no parece seguirse en la tecnología, endonde lo normal es la coexistencia de diversas tecnologías,

1.'1 Parecería mucho más natural considerar suficiente la idea primitivade Nelson y Winter de trayectorias tecnológicas, mucho más próximas a lastesis wittgensteinianas iniciales, y mucho más próxima a la idea intuitivaque uno se hace de las decisiones que adoptan las empresas. Ésta no es, sinembargo, más que una apreciación marginal a nuestro argumento.

Page 103: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

208 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUC¡ON 209

aunque haya transformaciones de mayor alcance que otras.Por ejemplo, la tecnología de la energía motriz por carbónno fue abolida por la eléctrica, al contrario, la presupone enun tanto por ciento, como tampoco por los derivados del pe­tróleo. Pero, en segundo lugar, si pretendemos salvar la ana­logía kuhniana, dejamos absolutamente indefinido qué esun paradigma tecnológico: ¿se refiere a un sector producti­vo?, ¿a todos los sectoresí. ¿a cierta clase de procesos?, ¿agrandes categorías de procesosi, ¿a una tecnología en el sen­tido tradicional? (la tecnología del acero, la microelectró­nica.ietc.] o, ¿es intertecnológica? La tesis evolucionista nopermite una clara categorización de las tecnologías porqueinterfiere con los paradigmas, sin embargo, en la tesis kuh­niana los paradigmas solamente son posibles en disciplinas ycomunidades ya constituidas. Y no es ésta una desviación su­perficial de la analogía: el soporte de la dinámica kuhnianason los mecanismos internos de autoridad en las comunida­des, mientras que no parece que podamos extender el mismoconcepto a la dinámica económica sin una inflación incura­ble del término «comunidad». El problema esencial de laanalogía reside precisamente en que no hay un mecanismopsicológico claro que soporte la dinámica propuesta, algoque, contrariamente, sí tenía la teoría del equilibrio general.

La cuestión de las unidades de selección

La tesis del evolucionismo económico propone que las unida­des sobre las que opera la selección no son las tecnologías o losartefactos, o lo que se quiera, como podría pensarse en una te­sis evolucionista del cambio tecnológico, sino las empresas. Sonellas y no sus partes las que son seleccionadas en virtud de lasdecisiones de producción que han adoptado. No se acaba dever, sin embargo, por qué son estas unidades las elegidas comoel lugar donde opera la selección sobre la tecnología.

En efecto, las empresas son unidades básicas económicasy son ellas las que transforman, a través de la producción, elconocimiento y los artefactos tecnológicos en bienes de con­sumo, pero no son necesariamente las unidades de cambiotecnológico, al menos no en un sentido trivial, es decir, en elmismo sentido en que decimos que si no hay institucionestampoco hay tecnología. En primer lugar, los factores queconcurren en la decisión de la empresa impiden que poda­mos discriminar entre los que son internos y los externos aldesarrollo de una tecnología. Nunca sabremos, por ejemplo,si las consideraciones que toma en cuenta la dirección estra­tégica de la empresa son tecnológicas, económicas o jurídi­cas, tal vez. Pongamos por caso el que las regalías sean máscaras que lo que ella está dispuesta a pagar. Hay una selec­ción sobre las empresas, pero no solamente en función desus decisiones tecnológicas. Por el contrario, parece másintuitivo pensar que la decisión se efectúa en términos de de­cisión económica, en la que los aspectos estrictamente tec­nológicos obran como un aspecto más del cálculo, aun siadmitimos que la decisión no obedezca a las normas de lateoría de la decisión clásica.

Por otra parte, no está claro cómo habrían de categorizar­se las empresas en relación con el cambio tecnológico, asaber, si como aquellas unidades productivas ligadas a unsector en el que se emplea una clase de tecnología, o comounidades de gestión, que pueden involucrar complejos trans­nacionales y que, de hecho, involucran muy diferentes siste­mas tecnológicos.

Pensemos, en tercer lugar, en fenómenos tan intratablesdentro de la teoría económica evolucionista como el del pa­rasitismo tecnológico: para muchas empresas la investiga­ción puede ser la peor estrategia posible y, quizás, muchomás interesante la copia, e incluso tampoco la mera innova­ción y sí, por el contrario, la inversión en mayor control decalidad, pero de menor tecnología.

Page 104: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

210 MUNDOS ARTIFICIALES El. CAMBIO TÉCNICO Y tA EVOLllC¡ÚN 211

En resumen, la teoría evolutiva de la economía en miopinión carece de fundamentación leórica; y su progresivahuida hacia teorías del cambio menos fundamentadas, cuan­do no casi místicas, indica -a mi ver-que este defecto esmás grave de lo que parece y que obedece, más bien, al deseoque todos tenemos de cubrir el agujero de nuestra ignoranciaacerca de los factores que concurren en el cambio tecnológi­co y económico. Mientras que el uso de la analogía evolucio­nista ha sido una de las más importantes innovaciones dela teoría económica de nuestro siglo, la tentación de resu­citar los férreos mecanismos deterministas de los ciclos, las cri­sis, los sistemas de producción, etc., indica más bien que laanalogía todavía no ha calado suficientemente.

L\ TEORíA CUrIURALISIA DEL CAMBIO TECNOLÓGICO:

LA TECNOLOGÍA COMO CONOCIMIENl'O

Otra concepción, interesante tanto por su solidez teórica comopor su compromiso con la teoría evolucionista, deriva de la ex­tensión del evolucionismo al hecho de la cultura, animal o hu­mana. Los iniciadores de este proyecto fueron los biólogos Karlvon Prisch, Nikko Tinbergen y Konrad Lorenz, cuyo trabajo sereconoció con el premio Nobel en 1973, pero especialmenteLorenz, quien diseñó un programa de epistemología evolucio­nista en el que el conocimiento humano se consideraba unomás de los mecanismos biológicos de autopreservación de la es­tructura del propio ser transformando el medio.

El programa evolucionista respecto a la cultura tiene nu­merosos seguidores, entre ellos el que suscribe, y muy diver­sas orientaciones, pero, en lo que respecta a la tecnología y elcambio técnico, merece la pena examinar la presentaciónque Jesús Mosterín hace en su último y reciente libro, Filoso­fía de la cultura. La primera idea es que la técnica es parte dela cultura. La cultura es, según Mosterín, «la información

transmitida (entre animales de la misma especie) por apren­dizaje socia!». Desde esta perspectiva la cultura no es unpatrimonio de la especie humana, por el contrario, hay nu­merosos casos de animales que transmiten información pormedio de aprendizaje social no determinado genéticamente.Han sido estudiados numerosos casos de variaciones cultura­les locales entre bandas de primates, y algunos ejemplos, co­mo el de las herramientas usadas por los chimpancés delCombe, estudiados por la bióloga Iane Coodall, se han di­vulgado extensamente.

Toda la cultura es información pragmática. Lainformaciónpragmática, a su vez, se divide en información descriptiva, el sa­ber qué, información práctica, las habilidades, el saber cómo einformación valorativa, las preferencias, metas y actitudes. Latécnica pertenece a la segunda clase de información pragmática.La cultura se organiza en fragmentos o rasgos culturales queDawkins llamó «rnernes», un neologismo que pretende resaltarla analogía con los genes. A diferencia de la dotación genéticade un individuo, la dotación cultural no es fija, cambia a lo lar­go del tiempo de su vida. Precisamente en el cambio está sufunción biológica, la de hacer plástico su comportamiento fren­te a cambios del medio. Los rasgos culturales se pueden apren­der y asimilar, olvidar y crear. La creatividad, el aprendizaje, lamemoria y el olvido son, pues, los motores variacionales delcambio y la dinámica cultural. El aprendizaje a través de la en­señanza, por su parte, es el análogo a la replicación genética. Latransmisión genética se produce solamente mediante la trans­misión generacional (transmisión vertical), mientras que la do­tación cultural de los individuos se transmite también de mane­ra horizontal, entre miembros de una población oblicua, entremiembros de diversas generaciones que no pertenecen a la mis­ma línea genética. Esta presentación nos permite una formula­ción muy cercana a la de la evolución biológica. Lasmutacionesy las selecciones pueden ser naturales o por azar o artificiales,usando medios de decisión racional, o por creatividad inventi-

Page 105: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

212 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TfcNICO y LA EVOLUCIÓN 213

va. Varios autores han postulado que este sistema admitiría unaformulación cuantitativa, similar a la genética de poblaciones,donde es posible dar un modelo de evolución de rasgos genéti­cos dada la eficacia biológica que inducen en los organismos.Cavalli-Sforza y Feldman, Boyd y Richerson proponen un mo­delo estricto de evolución cultural, mientras que Durham yLumsden y Wilson proponen un modelo conjunto de evolu­ción genético-cultural.

La dinámica del cambio técnico sería, pues, parte de ladinámica general de la cultura. Lo que es transmitido y evo­luciona son las técnicas. Las técnicas son información práctica[véase Mosterín, p. 121J. Como tal, afirma Mosterín, se dis­tingue de las acciones concretas a que da lugar la informa­ción práctica, así como de los resultados de las acciones, porejemplo de los artefactos que son producidos por las accio­nes. Si nos preguntamos qué es información práctica o habi­lidades, Mosterín nos dice que son listas de instruccionescodificadas en forma física, en nuestro caso en el cerebro. Es­tas listas de instrucciones o programas son las que se trans­miten culturalmente a través del aprendizaje verbal o porimitación. La ingeniería sería así una articulación de técnicaso programas prácticos con información descriptiva. Mientraslas técnicas son las recetas, la tecnología explica científica­mente el éxito de la receta [p. 123]. La dinámica del cambiotecnológico involucraría, pues, además de la transmisión dehabilidades prácticas, la transmisión de información des­criptiva. En resumen, la tecnología es conocimiento que setransmite culturalmente y que se distingue claramente de susrealizaciones fenotípicas, los artefactos y procesos que resul­tan de las acciones técnicas.

La concepción evolucionista de la técnica como conoci­miento tiene varios partidarios entre los teóricos de la tecno­logía, como E. W. Constant II [1 Y2] yW. G. Vincenti [1 y 2],quienes han desarrollado varios interesantes estudios históri-

cos sobre el papel del conocimiento práctico en el desarrollode los diseños tecnológicos en la historia de la aeronáutica.

Dudassobre la concepción culturalista

Esta concepción que he denominado culturalista se encuadradentro del programa más general de la epistemología evolu­cionista [véase Broncano 2J. Tiene varias virtudes que la con­vierten en un programa muy atractivo. La primera es lanaturalidad con la que se inscribe dentro de la teoría evolu­cionista, de forma que no se trata simplemente de una analo­gía, sino de un auténtico proyecto naturalizador de la culturahumana que permite una concepción unitaria del mundo,no dualista como la que ha mantenido nuestra cultura portantos siglos. En segundo lugar remite el cambio culturala sus protagonistas, los agentes individuales, de manera quenos evita formas de determinismo económico que no tienenuna justificación nada clara. De llegar a ser realizado, particu­larmente en lo que se refiere a los modelos cuantitativos decambio cultural, sería una de las mayores conquistas cultura­les posibles. Su versión actual, sin embargo, suscita cuestio­nes de difícil resolución dentro del programa.

1. La noción de informacion

La primera se refiere a la noción de información de Moste­rín. La tesis de que la cultura es información pragmática (des­criptiva, práctica o valorativa) convierte en un eje central desu concepción evolutiva la noción de información, y de he­cho, más allá de la concepción personal de Mosterín, es esen­cial para cualquier teoría evolutiva, incluyendo la biología,puesto que, no sólo metafóricamente, la información es loque está contenido en el código genético.

Page 106: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

214 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOLUCIÓN 215

Mosterín habla de tres formas (¿tal vez nociones?) de in­formación: la información como forma o estructura, que pue­de ser cuantificada respecto a un nivel de descripción ocódigo mediante el número mínimo de decisiones que tene­mos que tomar para determinar unívocamente el evento ori­ginal, la información semántica, que Mosterín califica comocorrelación entre señales y eventos y la información pragmáti­ca, que exige además un receptor que es informado o cam­biado de forma por la recepción de la señal. Según Mosterín,sólo la información pragmática puede ser correcta o incorrec­ta (verdadera o falsa en el caso de la descripción de algo, efi­caz o ineficaz en el caso de la prescripción de algo). No senos dice, sin embargo, por qué la información pragmáticaadquiere esta extraña propiedad de la corrección o incorrec­ción, aunque se nos aclara que la información pragmática«puede informar o desinformar (la creencia inducida puedeser falsa, la habilidad adquirida puede ser ineficaz, la prefe­rencia puede no ser adaptativa]» [p. 231, de manera que la co­rrección o incorrección es algo que podría suceder en virtuddel hecho de que la señal transforma las creencias o represen­taciones en la cabeza del receptor, puesto que según Mosterínes esta capacidad la única diferencia que existe entre infor­mación semántica y pragmática. Pero, claro, la corrección nopuede nacer de este proceso, puesto que no hay nada en élque provoque a primera vista la emergencia de una propie­dad normativa, como es la de tener una información correcta, amenos que lo que ocurra sea que las creencias o representa­ciones ya tienen ellas mismas esa propiedad, la de ser correc­tas o incorrectas, es decir, representar o no adecuadamentelos estados del mundo. Y el hecho de que una señal del me­dio active o desactive una creencia u otra es lo que provocaque la información pragmática que adquiere el receptor seacorrecta o incorrecta. Esto es seguramente lo que Mosteríntiene en la cabeza, pero para este viaje no necesitamos tantaalforja, porque esto es la historia que siempre nos contaron

de la señal enviada por el medio a nuestros sentidos que sus­cita una representación intencional correcta o incorrecta.

Desde este punto de vista, la noción informacional deMosterín sería claramente independiente de su teoría de lacultura, porque la cultura residiría en las propiedades inten­cionales de las representaciones, tal como cuenta la historiaoficial; y el hecho de que sean o no información es claramen­te accesorio, es como si fueran o no creencias de color verde.A menos que lo que quisiera proponer Mosterín es que lascreencias o representaciones son también información, o suser representacional consiste en ser estados informacionales.Esto sería lo realmente novedoso y naturalizador, y, de paso,lo que realmente nos permitiría incorporarlo a la perspectivaevolucionista. Pero la noción de información, con ser necesa­ria, es insuficiente para esos propósitos, porque no se noscontesta a la pregunta de por qué y de dónde surgen las pro­piedades normativas de corrección o incorrección. Aunque pa­rezca una pejiguería técnica de filósofo, se trata de unacuestión central y de fundamento no sólo para la noción derepresentación o para la semántica sino también, como vere­mos más adelante, para la propia filosofía de la tecnología,en la medida en que los artefactos son también objetos inter­pretables, en la medida en que sean objetos de uso instru­mental, correcto o incorrecto.

El caso es que una teoría informacional es necesaria parauna teoría de la cultura pero, lamentablemente para la ver­sión de Mosterín, es insuficiente a menos que deflacionemostanto el significado de información (pragmática, en su caso),que la hagamos claramente intencional, en cuyo caso es in­necesaria, porque ya teníamos, para ese propósito, la viejateoría de Brentano.'?

19 Hay varias teorías actuales que proponen soluciones al problemaque Mosterín no detecta. No es el caso de entretenernos en una cuestiónmuy discutida, pero al menos señalaré los posibles caminos. Lo que nece-

Page 107: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

216 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y LA EVOI,UCIÚN 217

No es que la teoría de Mosterín sea incorrecta: nadie nie­ga que la cultura sea información, como nadie niega tampocoque su ser natural sea el de un proceso físico, lo importanteestá en la diferencia específica como un tipo especial de pro­cesos físicos en la naturaleza. Lo que ocurre es que la nociónde Mosterín es insuficiente y sospecho que su insuficiencia,más allá de discusiones sutiles sobre propiedades semánti­cas, nos remite a su opción por una determinada concepcióndel proceso evolutivo, la de considerar los rasgos culturaleso mernes, aisladamente, como los sujetos y soportes de laevolución cultural. Esta concepción, y ésta será mi segundacrítica, contiene la misma dificultad que su concepción deorigen: la idea de que son los genes las unidades de la evolu­ción biológica, a saber, una incorrecta idea de las explicacio­nes funcionales, explicaciones que son esenciales en todas lasciencias biológicas, incluyendo las ciencias humanas.

2. Los memes como unidades de seleccíón

La idea básica es que la información contenida tanto en losgenes como en los memes (o en la versión un poco más am­plia de Lumsden y Wilson, los culturgenes, que incluyen tam-

sitamos es una relación que vaya más allá de la información para construiruna noción de contenido que permita la existencia de malrepresentacio­nes, sin acudir a una extraña propiedad no natural como la intencionali­dad. Una opción posible es además de la correlación nómica de la quehabla Mosterín, establecer una relación de covariación modal abstractade caráctercontingente (ésta es la versión de Poder]. Otras teorías son losfuncionalismos de Dretske y Millikan, en los que el contenido nace de laexistencia de una relación de indicación [véase Dretske] adquirida poraprendizaje individual, o de una relación funcional transmitida histórica­mente (véase Millikan], o un punto de vista determinado conjuntamentepor la perspectiva del observador y los patrones de conducta del sistema[véase Dennelt 1].

bién artefactos) es lo que da cuenta causalmente del procesoevolutivo. En la tesis del evolucionismo culturalista son se­leccionados ciertos objetos, los memes o rasgos culturales, acausa de sus propiedades informacionales. En lo que respectaal cambio técnico, lo que contaría, desde el punto de vista deMosterín, son las recetas o secuencias de órdenes, tal vez conlos contextos científicos que las acompañan. Y esta afirma­ción no es marginal sino esencial al concepto culturalista deevolución.P

Laefícacia (biológica en los genes, cultural en los memes)no es un producto único de la estructura o forma contenidaen ellos, sean reglas de conducta o disposiciones, sino unproducto mucho más complejo de la expresión funcional deesos genes o rnernes en los fenotipos (organismos) o conduc­tas y artefactos a los que dan lugar. La evolución no operaúnicamente sobre los genes, sino sobre los organismos, entanto que productos funcionales de los genes. La cuestiónque subyace, dejando a un lado los detalles técnicos del de­bate sobre las unidades de la selección [véase Saber 1], es lade que las propiedades por las que un objeto dado es selec­cionado (un organismo en el caso de la selección) no sonpropiedades intrínsecas y únicas de los rasgos culturales o re­presentaciones (como tampoco lo son de los genes). Sabernos hace reparar en la distinción que existe entre qué objetosson seleccionados y cuáles son las propiedades por las que sonseleccíonados" La evolución, sea biológica o cultural, es un

20 Así, Mosterfn recuerda el experimento mental de Popper acerca dedos escenarios de la humanidad después de una guerra nuclear: en el pri­mero desaparecen los científicos pero quedan los libros, en el segundo, de­saparecen los científicos y los libros. Popper afirma que en el primer casose tardará menos en llegar al mismo estadio de partida.

21 Saber pone el ejemplo de un juguete formado por un cilindro quecontiene varios pisos con agujeros de radio decreciente en cada piso. Tene­mos también un montón de bolas de distintos tamaños y colores. Si echa­mos las bolas en el cilindro, puede ocurrir que las de cada color se queden

Page 108: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

218 MUNDOS ARTIfiCIALES El. CAMlJIO T1~CNICO y LA EVOLUCiÓN 219

proceso complejo en el que podemos afirmar explicativa­mente que ciertos rasgos se explican porque incrementaronla eficacia de los organismos o íterns que los portaban en elpasado. Para decidir sobre qué nivel actúan específicamentelas fuerzas evolutivas debemos decidir qué propiedades soncausalmente eficaces para explicar la evolución. Si es el nivelde contenido informacional, será el nivel de las propiedadesinformacionales, como afirma Mosterín, puesto que des­precia las «propiedades fenotípicas» [p. 121] de los productoscausados por los memes o rasgos culturales. Serían únicamen­te estas propiedades de contenido cultural las que determina-

. rían la evolución de los objetos (los objetos de evoluciónpueden ser los propios rasgos culturales). Pero no son laspropiedades representacionales los estados mentales de lossujetos, sino las propiedades funcionales de los productos denuestras acciones las responsables de la selección y evoluciónen la historia. Por el contrario, el conocimiento humano haevolucionado a causa de las propiedades funcionales de lasconductas y los artefactos a que ha dado lugar, y no a lainversa. Al menos en lo que respecta al cambio técnico. Dehecho, nuestras capacidades representacionales han sido se­leccionadas por la plasticidad de conducta que inducen, loque contribuye a aumentar la eficacia (fitness) de los orgams­mas que disponen de esta cualidad.

Las funciones son extrañas propiedades de carácter dispo­sicionaI perfectamente legítimas como entidades explicativas,pero de las que hay que tener en cuenta sus características es-

peciales. . .Decimos que una propiedad P es una propiedad funcio-

nal o que, dado el sistema s, el tener s P cumple la función Fsi y sólo si,

en un piso diferente, pero la acción causal no ha sido por el color sino por

el tamaño de las bolas.

1) F es la disposición a que s realice la conducta A en lascircunstancias e (normales).

2) El ques con la propiedad P realice F explica que s tenga P.La explicación funcionalista en biología es que la selec­

ción natural explica que los organismos tengan ciertos rasgosa causa de la función que cumplen esos rasgos. Ahora bien, lanoción de función, tal como la hemos definido, involucrala historia y el medio del organismo. Si la selección opera.sobre características funcionales, no puede ser definida so­lamente en función de propiedades de los genes del orga­nismo, sino de propiedades relacionales e históricas de susestructuras fenotípicas. En la extensión de la concepción evo­lucionista de los genes a los memes en tanto que sujetos devariación, esta idea se nos aparece mucho más claramente. yesto es lo que hace interesante la explicación y la analogíaevolucionista, que precisamente nos permite insertarla en uncontexto funciona!.

En la concepción anterior eran las empresas las que evolu­cionaban a causa de las diferencias que inducían sus conoci­mientos técnicos en forma de paradigmas. En la concepciónculturalista lo que evolucionan son patrones representacio­nales a causa de sus propiedades representacionales. Ni unani otra teoría, pienso, puede dar cuenta de los interrogantesque nos planteábamos al comienzo, aunque sí puedan hacer­lo de algunos aspectos parciales.

LA EVOI.UCIÓN DE I.OS ARTEFACroS

Queda una tercera posibilidad: la que insiste en los aspectosabiertos del cambio técnico, en la realización, como son losartefactos o procesos; no en la medida únicamente de suspropiedades físicas, sino en la medida en que son nodos deretículos de funciones. En la perspectiva que estamos propo­niendo hay un compromiso filosófico con una forma de con-

Page 109: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

220 MUNDOS ARTlrICIALES EL CAMBIO TÉCNICO Y I.A EVOLUCIÓN 221

cebir la cultura y las realizaciones humanas: insistimos en lastransformaciones del medio. La acción intencional humanaconsiste en que las representaciones causen movimientoscorporales y transformaciones. Pero desde el punto de vistaexterno lo que observamos son transformaciones físicas: mo­vimientos, rituales, libros, cuadros, arados, acciones y obje­tos. El sentido de los objetos se fija sólo parcialmente por lasintenciones del autor o del diseñador. Varias décadas de críti­ca literaria nOS han enseñado, creo que definitivamente, quelas obras humanas cobran una autonomía que va mucho másallá de las intenciones de los autores. Pero lo que podemosdecir de los textos se aplica también a los objetos técnicos.Desde Newcomen a Watt, las máquinas de vapor «intenta­ban» ser molinos movidos por vapor en vez de por agua: noreparaban en que estaba apareciendo una categoría nueva demotores [véase Basalla]. La forma del objeto es también ne­cesaria pero no suficiente para determinar el artefacto comotal artefacto: en primer lugar porque objetos de diversas for­mas pueden servir para los mismos usos. En segundo lugarporque la forma física exige además el conocimiento prácticopara usarlo. En tercer lugar, los usos, el conocimiento prácti­co de los usuarios es necesario pero insuficiente para explicarlos objetos. En primer lugar porque los objetos adquierenuna dimensión simbólica que puede influir mucho más enlos usuarios que su función técnica. En segundo lugar porqueel uso no puede determinar la función a menos que se dencaracterísticas técnicas adecuadas por parte de los objetos.Los artefactos, las técnicas, etc., son sistemas funcionales. Sonsistemas que tienen ciertas propiedades relacionales comple­jas que se transmiten a lo largo del tiempo. Podemos COnce­bir de manera muy estricta los objetos como prolongacionesfísicas del cuerpo humano. Tal vez sea sorprendente esta afir­mación si pensamos en una refinería petrolera o en unabomba termonuclear, pero, ciertamente, los instrumentos sontransformaciones físicas del medio que continúan los siste-

mas funcionales que son asimismo los organismos. Ylas fun­ciones, sea en el terreno biológico o en el cultural, sanpropiedades temporales, contingentes e históricas: cambiancuando cambian algunos de los polos de referencia de lasfunciones. La evolución actúa sobre los artefactos y sobrelas técnicas en cuanto modifica sus propiedades físicas a cau­sa de que selecciona sus propiedades funcionales. y ademáslo hace en Un sentido estricto que convierte la evolución dar­winiana en un esquema general más allá de lo biológico.

El progreso en la tecnología es básicamente un progresoen el control intencional de diseño, en hacer que la materiase adecue a la representación. Al introducir un sistema fun­cional, por otra parte, se modifican y crean patrones de acciónque pueden cambiar la función intencionalmente pensada,por eso es por lo que un sistema evolucionista interpreta me­jor la historia que una explicación esencialmente intenciona­lista. La primera lección que un ingeniero debería aprenderes que no se puede diseñar todo: al aparecer una innovaciónhay una función pretendida que rápidamente se transformay, lo que es más importante, transforma las funciones de lossistemas a los que afecta.

Algunos creen ingenuamente que al desarrollarse la tec­nología, al hacerse mucho más interdependientes los siste­mas se produce algo así como una especie de emergencia dela autoorganización que hace que los sistemas tecnológicosgeneren sus propias condiciones de equilibrio. Pero éstaes una concepción metafísica, parecida a la Providencia cris­tiana, y que tiene tanta base empírica como su contraria, elcatastrofisrno, que profetiza que la tecnología camina de vic­toria en victoria hasta el desastre final. Lo único claro es queno podemos predecir el cambio tecnológico simplementeporque no existen regularidades observables, porque es unsistema evolutivo que puede ser reconstruido, pero no pre­dicho. Se puede calcular la viabilidad o eficacia presunta deuna determinada innovación, como se hace en genética

Page 110: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

222 MUNDOS ARTIFICIALES EL CAMRIO TÉCNICO y LA EVOLUCIÓN 223

de poblaciones, pero no podemos esperar que ese cálculonos ayude a ninguna conducta estratégica, simplemente por­que los cambios en la vecindad funcional de la innovaciónpueden hacer variar radicalmente su eficacia prevista.

Hemos señalado ya la objeción más importante a nuestraperspectiva, la objeción propuesta por Elster [11 contra la ex­plicación funcionalista en el terreno de la cultura, la acusa­ción de olvidar el papel de la razón en la historia, del hechode que la memoria colectiva puede hacernos aprender denuestros errores y de que podemos conducirnos estratégica­mente, más allá de la miopía del cambio evolucionista queactúa solamente sobre los problemas inmediatos. Hemos in­dicado también que una acción intencional local, como es eldiseño, incluso el diseño autoconsciente de la tecnología, noes incompatible con una explicación evolutiva más general, yla razón la acabamos de dar hace un momento: no es posibleel diseño y el control total, la ingenierización del mundo. Nisiquiera es posible eliminar o bajar los márgenes de descon­trol más que relativamente a un sistema concreto. Pero lomismo podemos decir de la memoria y la conducta estratégi­ca: la aparición de normas y políticas permanentes no entrañauna modificación esencial de la evolución sino simplementela aparición de sesgos sobre las innovaciones y los diseñoslocales. Cuando una sociedad se propone usar la energía deorigen nuclear no está modificando radicalmente la evolu­ción, sino simplemente introduciendo una constricción en­tre otras muchas.

La moraleja es que el proceso evolutivo es un sistema com­plejo de fuerzas que están relacionadas, pero que no son con­trolables en términos globales. Necesitamos de la historia, de lamemoria colectiva, no porque haya un diseño o sentido único,no porque esté prefijado un fin al que debamos llegar,sino por­que debemos ser conscientes de adónde queremos huir; es elhorror del pasado el que nos impulsa hacia el futuro y no lafuerza atractiva de algún fin no realizado.

RESUMEN

Comenzamos este capítulo con la constatación de que notenemos una buena respuesta a la pregunta de ¡por qué sededican tantos recursos a la innovación tecnológica? Sor­prendentemente no hay una explicación dentro de las teoríasclásicas de la racionalidad económica, y hay que buscar la ex­plicación en factores de orden psicológico, psicosocíal, polí­tico o histórico. Esta debilidad afecta a la explicación delcambio técnico, uno de los problemas centrales de cualquierteoría de la tecnología.

En este contexto se examina la respuesta que nos permitela concepción evolucionista de los sistemas complejos, seanbiológicos o de otro tipo. Esta concepción permite explicarmediante mecanismos causales muy sencillos, como la selec­ción o el refuerzo mediante premios o castigos económicos,cómo se puede desarrollar heterogeneidad, orden y diseño apartir de la homogeneidad.

Introducimos algunos rudimentos de la concepción evo­lucionista tal como se acepta en la actualidad que son rele­vantes para su aplicación a la teoría del cambio técnico. Eneste contexto sopesamos algunas críticas habituales a laextensión de la metáfora evolucionista a otros sistemas, enparticular la acusación de que el evolucionismo socava la ex­plicación intencional de la historia [véase Elster 1].

Una vez determinado el marco evolucionista nos exten­demos sobre la concepción evolucionista más conocida, lateoría de Nelson y Winter de la evolución de las empresas através de la innovación técnica. Esta teoría cumple casi todoslos requisitos que hemos establecido anteriormente. Sin em­bargo, observamos un peligro serio de autocomplacenciaque puede llevar a una nueva teoría del destino histórico.

Bstudiamos también la aplicación a la evolución técnicade la idea de memes que surgió en el contexto de la socio­biología y que ha sido popularizada por Dawkins y Mosterín.

Page 111: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

224 MUNDOS ARTIFICIALES

Introducimos igualmente algunas consideraciones sobre elexcesivo optimismo de esta idea: necesita aún una buena ex­plicación de la acción intencional, como es el caso de la ac­ción técnica.

La propuesta que hacemos es que una teoria centradaen la evolución interna de los diseños de artefactos y técni­cas, que recoja, por supuesto, las circunstancias ambientales,podría soslayar las críticas que hemos hecho y recoger lasventajas de las varias concepciones evolucionistas.

SUGERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

La concepción evolucionista es relativamente reciente y su­pone una cierta familiaridad con los conceptos biológicosque la aleja de las viejas formas de darwinismo social queproliferaron a comienzos de siglo con terribles consecuen­cias. Respecto al cambio técnico un libro magnífico es e! con­junto de trabajos recogidos en la compilación de López yValdaliso. Torre y Conde es una buena exposición de los pro­blemas que plantea el cambio tecnológico, así como Bravo.Elster 1 es la mejor exposición de las teorías económicas y fi­losóficas de! cambio técnico y de sus problemas respectivos.Es un libro esencial para este tema. Una buena y actualizadaintroducción a los problemas de la biología evolucionista esSober 3. Laconcepción evolucionista económica está explica­da en López y en Mokir, como libros más accesibles, aunquelas «biblias» son Nelson y Winter 2 y Dosi y otros. La concep­ción «rnemética- o informacional de la evolución se encuen­tra en Dawkins 1 y Mosterín.

EL CONTROL SOCIALDE LA TECNOLOGÍA

Y LOS VALORES INTERNOSDEL INGENIERO

Los DILEMAS DEL CONfROL SOCIAL DE lA TECNOLOGÍA

Las decisiones tecnológicas configuran nuestro futuro conuna determinación que no tiene ninguna otra medida huma­na. Nos hemos instalado en una cultura en la que e! cambiotecnológico impone las reglas de la Reina Roja de Alicia en elpaís de las maravillas, correr mucho para quedarse en el mis­mo sitio. El cambio técnico permanente es la forma cotidia­na de vivir la historicidad, sustituyendo en e! pape! dedestino a la meteorología y otros avatares naturales o socialesque configuraban las sociedades preindustriales.! La red de

1 No debe inferirseque esta nueva forma se vive psicológicamente co­mo una liberación. Por el contrario, una nueva sensación de riesgo parecehaber sido una de las consecuencias de la modernidad, según la opiniónde algunos sociólogos. Por ejemplo, A. Giddens señala estos cambios en lapercepción del riesgo: 1) la globalización en intensidad del riesgo (la gue.ITanuclear o biológica, por ejemplol, 2) la globalización del riesgo comosuma de pequeños cambios contingentes, por ejemplo el cambio climáticoo en la btodiversídad inducido por los microcambios industriales y deconsumo, 3) el riesgo que genera el entorno creado por la incorporacióndel conocimiento al medio natural, 4) el riesgo institucionalizado (los

225

Page 112: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

226 MUNIJOS ARTIFICIALES EL CONTROL SOCIAl. DE LA TECNOLOGíA 227

cambios es tan densa y su interacción tan determinante queesta categoría de fatum que ha adquirido el cambio tecno­lógico es el trasfondo que da sentido a muchos proyectosmorales y políticos contemporáneos. Por suerte, el determi­nismo tecnológico no es el único modo de vivir el cambiotecnológico. También es cierto que en una parte de la socie­dad ha ido calando la esperanza y la creencia de que el con­trol social de las alternativas tecnológicas es posible. Si lademocracia es el proyecto y la posibilidad de la determina­ción colectiva y libre del futuro, el control social de las deci­siones tecnológicas es uno de los territorios donde se decideesa posibilidad.

El control social es la capacidad de tomar decisiones efecti-. vas sobre el curso del cambio tecnológico sometidas tanto a

normas de moralidad como de racionalidad. Algunas decisionesse adoptan porque son óptimas desde el punto de vista racio­nal, otras porque lo son desde el punto de vista moral. En am­bos casos aplicamos valores que serán legítimos en la medidaque su origen sea un proceso legítimo de construcción colecti­va. La exigencia de legitimidad del proceso de toma de decisio­nes se extiende a todas las fases del desarrollo tecnológico. Puesel control social no se limita, no se debe limitar, a la negocia­ción de conflictos originados por los proyectos tecnológicos queya se han puesto en marcha, cuando han completado yasu dise­ño, se han implantado o se encuentran en la fase última del de­bate público. Las posibilidades de reflexión, debate y determi­nación social en estas últimas fases apenas alcanza a otrasdeliberaciones que las que se refieren a la localización de espa-

mercados de inversión, por ejemplo), 5) la conciencia del riesgo como ries­go y no como destino, tal como ocurría en culturas regidas por visiones reli­giosas, 6) la conciencia ampliamente social del riesgo: los riesgos sonconocidos y compartidos por amplios sectores sociales y no solamente porlos expertos, 7) la conciencia de la imposibilidad de control total de lasconsecuencias de las acciones y por consiguiente de la incompleción radicalde cualquier programa de tecnologización socíal Ivéase Ciddens, p. 120).

cios, distribución de tiempos o compensaciones por daños. Porel contrario, el objetivo de control social se extiende cada vezmás al diseño participativo en todas las fases de desarrollo delproyecto. Hay informaciones y desarrollos de posibles escena­rios y alternativas que solamente pueden obtenerse o imaginar­se a través del debate social.

Pero el control social de la tecnología presenta dificultadesparticulares que son sensibles a varios de los problemas másprofundos de las democracias contemporáneas, de la propianoción de democracia en sociedades complejas. En nuestro ca­so son dilemas que tienen que ver con la naturaleza del sujetocolectivo implicado en las decisiones tecnológicas. Nos encon­tramos ante grupos e instituciones que son arrastrados a algu­nas dificultades bien conocidas de la acción colectiva: dilemasde cooperación, asimetrías temporales y asimetrías de informa­ción. En pocas palabras, ¡cómo es posible la democracia en unterritorio en el que las normas del derecho no son suficientes, nia veces necesarias, para permitir el control colectivo del futuro?,¡cómo es posible un control de la tecnología que sea a la vez de- ,mocrático. racional y moralmente legítimo? La democracia esuna exigencia normativa acerca de la naturaleza del sujeto queadopta la decisión y sobre las características del proceso de to­ma de decisiones.

El problema es que las condiciones mínimas de controldemocrático que afectan a todo tipo de decisiones políticas,en el caso de la tecnología, puede que no sean suficientes pa­ra garantizar su racionalidad, su moralidad y quizás tampocola democracia. Para citar rápidamente algunas de estas pecu­liaridades:

1) Las decisiones tecnológicas son miopes, están genera­das por una racionalidad limitada que no alcanza a so­pesar todas las iniciativas, sino tan sólo aquellas que selimitan a objetivos próximos. Las trayectorias tecnoló­gicas, que nacen de la secuencia de decisiones, no for­man las líneas de un plan perfecto sino más bien las

Page 113: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

228 MUNDOS ARTIFICIALES EL CONTROL SOCIAL DE LA TECNOLOGIA 229

curvas casuales de un sendero montañoso que dibujael perfil de un territorio accidentado.

2) Las consecuencias de una decisión tecnológica estánllenas de externalidades: quien paga el costo no es siem­pre quien recibe el beneficio. y esta propiedad se apli­ca tanto al espacio como al tiempo: las decisionestecnológicas son adoptadas por actores del presente,pero serán generaciones futuras quienes sufran o go­cen muchas de las consecuencias de esta decisión.Otro caso: no siempre los innovadores son los que ob­tienen el beneficio, o, como ha sido ya indicado en nu­merosas ocasiones, el medio ambiente puede sufrirdaños que no se dividen en partes proporcionales a lasresponsabilidades.

3) Lasasimetrías informativas pueden hacer que las decisio­nes sean democráticas en la forma pero no en la reali­dad, si ocurre que solamente una parte del colectivoestá en situación de adoptar un punto de vista racional.Es posible que todos deseemos un control popular dela tecnología pero, ¿estamos dispuestos a calcular yasumir los costos que este sistema de control exige eninformación y educación a nuestras democracias?

4) Las decisiones tecnológicas toman la forma de una de­cisión colectiva en la que el costo de la decisión paracada uno de los agentes implicados no se ve compen­sada con el beneficio que obtienen.

5) Las decisiones se toman en un marco irreversiblemen­te plural. Los valores defendidos por los diversos gru­pos y agentes involucrados en el proceso de decisiónpueden ser radicalmente distintos, motivados quizápor perspectivas, «teorías comprensivas»? o visiones

2 Eltérmino es de Rawls; se refiere a las grandesvisiones del mundo, lade las religiones, por ejemplo, que contienen sistemas morales completosjunto con concepciones de la sociedad, del hombre, etc. El problema

del mundo diferentes. Yademás no cabe la posibilidadde una eliminación o reducción del punto de vista deninguna de las partes a la otra.

Las tres exigencias de democracia, moralidad y racionali­dad se constriñen mutuamente, para desmayo de fanáticos yfundamentalistas. Si falta una de las tres dimensiones el pro­ceso carece de una base suficiente de legitimidad. Pero lascondiciones anteriores enfrentan a los agentes a dilemas se­rios: las asimetrías informativas presentan problemas para lademocracia, la diversidad irresoluble presenta problemas pa­ra la legitimación moral, y las externalidades y la no-divisibi­lidad del bien público respecto al costo invertido presentaproblemas para la racionalidad colectiva de la decísíón.!

Si bien es cierto que son muchos más los campos de deci­sión en los que están involucrados estas tensiones, además delcontrol social de los proyectos tecnológicos (el Estado de bie­nestar presenta problemas parecidos), es la importancia para elfuturo que tiene la tecnologia lo que convierte esta tensión enun problema esencial de nuestras sociedades. Pero no hay unpunto privilegiado de equilibrio en la tensión entre los tres po­los que pueda calcularse matemáticamente: al final, es el con­senso social el que determina la mezcla adecuada de valores. Yla necesidad de consenso nos lleva de nuevo al problema de laconstitución plural del sujeto de las decisiones.

El punto de vista que vamos a desarrollar se resume en laidea de que el sujeto plural solamente es legítimo si cada par­te respeta los valores internos, constitutivos, de las otras par-

que plantea Rawls es el mismo que estamos considerando: las perspectivasson diferentes y lo van a ser durante mucho tiempo. Cómo es posible uncontrato social que sea democrático y estable. La dificultad, insiste Rawls.derivade la estabilidad: si las partesno están convencidas de que el acuer­do es legítimo, el pacto nunca seráestable, sino tan sólo una fase transito­riaparaderrocar al enemigo.

3 El capítulo siguiente se extiende acerca de esta tensión entre los trespolos de decisión.

Page 114: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

230 MUNDOS ARTIFICIALES EL CONTROL SOCIAL DE LA TECNOLUGíA 231

tes, y si el acuerdo surge de un proceso público de formaciónde un consenso estable. El respeto a los valores internos esesencial. Las democracias contemporáneas son irreversible­mente plurales, y también irreversiblemente corporativas, ylas llamadas al interés general son estériles si no reconocenpreviamente este carácter definitivo de la pluralidad de pers­pectivas. La contrapartida del reconocimiento de la plurali­dad es que se exige de las partes una exposición clara de losvalores de la propia tradición o del propio punto de vista altiempo que un compromiso inicial de no deslegitimación delos intereses de la(s) otra(s) parte(s). Los solapamientos, lasdiscusiones y los procesos de formación pública de consensose desenvuelven entonces siguiendo una dinámica de múlti­ples equilibrios de valores en tensión, que son examinados,sopesados y, finalmente, aceptados por el sujeto colectivo.

Para simplificar el modelo de consenso, supondremostres sujetos o tres puntos de vista diferentes: el punto de vistadel ingeniero, el punto de vista del empresario, el punto devista del usuario. Puesto que toda decisión está sometida aexternalidades, estos tres puntos de vista no agotan la discu­sión: están los otros, que no son ni serán usuarios, pero qui­zás paguen los costos de la decisión, están las generacionesfuturas (una parte de los otros que no puede estar representa­da en la discusión), están los compromisos con el pasado,los costos invertidos, etc. Pero la formación de consensosno es diferente en esencia. En el proceso de debate sobre latecnología, idealmente, cada parte representa la defensa deunos puntos de vista que son los de su perspectiva y situa­ción particular. Los valores y objetivos de cada parte entranen la controversia junto a la discusión sobre los medios y lasalternativas concretas. La controversia será limpia y legítimasólo si se respetan, aunque no se compartan, los puntos devista e intereses de la otra parte y no se niegan sus pretensio­nes de legitimidad. El gerente propondrá criterios de presu­puesto, de restricción de posibles diseños: tiene valores a los

que atenerse; el usuario, las organizaciones de usuarios, pro­pondrán restricciones, cambios y limitaciones con un puntode vista igualmente legítimo y distinto. Yel consenso resulta­rá al final en un proceso de mutuas constricciones y, en elmejor de los casos, de enriquecimientos mutuos.

En este capítulo consideramos un modelo aún más sim­ple: nos fijaremos únicamente en el punto de vista del inge­niero. Es una de las partes implicadas que, a diferencia de lasotras, está conformada por tradiciones y valores internos alcambio tecnológico. No es tan habitual como parece el con­siderar la perspectiva del ingeniero: los economistas tiendena tomar como un dato la innovación y a aplicar simplementecriterios de rentabilidad; las perspectivas de los nuevos movi­mientos sociales no distinguen tampoco entre los interesesdel ingeniero y los del economista: el que los laboratorios deinnovación estén pagados por la empresa parece implicarque solamente son intereses económicos los que cuentan.También es cierto que sí es habitual lo contrario, deslegitimarlos intereses de los usuarios, de los movimientos ecologistas,feministas, movimientos de solidaridad, etc., por ser movi­mientos «interesados» políticamente. Pero estos modos dedeslegitimación del otro son precisamente los que impidenun acuerdo estable y legítimo.

LAS BASES NORMATIVAS DEL SUIIITO TECNOLÓGICO:

El. PUNID DE VISTA DEI. INGENIERO

El imperativo moral del ingeniero

A estas alturas el siglo toda reflexión sobre las relaciones entretecnología y valores tiene que dar por supuesto que las decisio­nes tecnológicas, como los juicios y decisiones científicas, están«cargadas de valores»: es una constatación que pertenece al tras­fondo común de nuestra cultura, en la que se ha reflexionado

Page 115: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

232 MUNDOS AltTIFlCIALES El CONTROL SOCIAL DE LA TECNOI.OCIA 233

largamente sobre la naturaleza de la axiología en actividadeshumanas con reglas internas que las constituyen y preservan suautonomía y especificidad. ¿Quién va a negar ahora que los jui­cios científicos estén no solamente cargados de compromisosaxíologícos, así como de compromisos éticos? Es difícil encon­trar a alguien que crea todavía que existe una inseparable barre­ra entre la actividad intelectual pura y la actividad comprome­tida y dirigida por valores.

Ahora bien, una cosa es que haya valores y otra muy dis­tinta es que todos los valores se mezclen en la misma ca­tegoría, que no haya una diferencia entre valores internos yexternos. Que unos y otros valores intervengan en distintogrado en todas las decisiones no implica que no haya queexigir un orden de valores. Esta distinción es algo que olvi­dan quienes insisten en la presencia de todos los valores e in­tereses en todas las decisiones. La exigencia de orden es sinembargo una exigencia normativa sin la que no se puede se­guir hablando. Supongamos que un sociólogo constructivis­ta, habitualmente lúcido respecto a la presencia de todo tipode valores, se ve involucrado por casualidad en un conflictojurídico en el que él mismo es parte interesada: ¿debería dedecaer en su derecho a exigir justicia porque esté conscientede que intervienen todo tipo de intereses en la decisión deljuez? No, está en su legítimo derecho a exigir al juez queordene sus propias motivaciones y coloque la justicia en elprimer lugar. Y si criticamos al sistema jurídico es porque te­nemos una intuición de este orden de valores. Todas las par­celas de la cultura y la sociedad, en la medida que desarrollanuna cierta autonomía, desarrollan también un sistema de va­lores que son constitutivos respecto a esa región: la cienciarespecto a los valores epistémicos, el sistema educativo res­pecto a la formación, la prensa respecto a la información,"

4 El que las instituciones estén constituidas, entre otras cosas, por va­lores internos, no significa que haya un orden natural de estos valores, ni

etc. Pues bien, también la tecnología tiene una estructura devalores propia, que se asienta sobre fines autónomos no redu­cibles a intereses ajenos, aunque puedan entrar ocasional­mente en conflicto con otros fines, y que los casos difícilesnos obligan a considerar el grado de compromiso que tene­mos con esos valores. Se trata de valores que legitiman unaactividad y una institución por sí misma, porque nacen de lanaturaleza de esa actividad de tal modo que lo que uno pue­de cuestionar es la propia actividad en sí, pero no los valoresque la instituyen y constituyen.

El imperativo de la tecnología es, para decirlo pronto yrápido, el de crear oportunidades. Es este imperativo el que de­termina una estructura de valores que no se limitan a la con­sideración y elección de los medios, sino que están dirigidosmás bien a preservar nuestra reserva disponible de medios y crearun espacio en el quesea posible identificar y proyectar nuevos obje­tivos. Es una estructura de valores que está dirigida, en primerlugar, a la ampliación de nuestras capacidades y posibilida­des y, en segundo lugar, al alejamiento de los peligros o alcierre de las trayectorias peligrosas. La tecnología supone unconjunto de instituciones en las que se ha desarrollado la tra-

elimina el pluralismo. Una razón, entre otras muchas que cabría aducir, esla competencia entre valores internos. En el caso de la tecnología, comoejemplo, ya establecimos en el tercer capítulo el carácter tenso de la in­novación y el riesgo. Los diversos proyectos y programas son propuestasacerca de los puntos de equilibrio entre estos valores constitutivos. lo im­portante es que negar la existencia de estos valores equivale, simplemente,a negar la existencia de esa institución. Ser consciente de este hecho esesencial: tal vez el futbol sea también espectáculo, ocasión para lavardine­ro negro, espacio para todp tipo de mitomanías, etc, pero si no ordena­rnos los valores, simplemente nos resignamos a la desaparición del futbol,del mismo modo que los estadounidenses se han resignado a la desapari­ción de la lucha libre y la han sustituido por un circo aceptado socialmen­te. Que la ciencia, la educación, la prensa libre, la tecnología sigan estecamino es una alternativa histórica que no podemos excluir. Al contrario,lo sorprendente es cómo logran mantenerse.

Page 116: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

234 MUNDOS ARTIFICIALES EL CONTJWL SOCIAL DE LA TECNOLOcíA 235

dición normativa de la ampliación del espacio de oportuni­dades como fin constitutivo.

Elcontenido moral de las posibilidades pragmáticas

En el capítulo segundo hemos propuesto la idea de que elcampo ontológico de la técnica está constituido por loque hemos denominado posibilidades pragmáticas. Mientras quenuestro sistema conceptual define las posibilidades lógicas(es decir, lo lógicamente posible, imposible y necesario rela­tivo a un conjunto de proposiciones) y las leyes físicas deter­minan el campo de lo físicamente posible y lo físicamenteimposible, las técnicas determinan los estados que son realiza­bles, dados nuestros recursos y capacidades. Es una restricciónde las posibilidades físicas: no podemos alcanzar objetivosque sean físicamente imposibles, aunque, por supuesto, po­damos imaginarlos y representarlos en la medida en quecaen dentro de lo conceptualmente posible.

Las posibilidades pragmáticas que están abiertas por laexistencia de una técnica son posibilidades objetivas, en elsentido de que están más allá de la representación actual quede ellas se hace el sujeto. Al desarrollar una técnica creamosen cierto modo un conjunto de mundos posibles o de futu­ros realizables que no hubieran sido alcanzables de no existirla técnica, de manera que constituimos un conjunto de opor­tunidades de acción, algunas deseables y otras no, algunas le­gítimas y otras no.

Es en este sentido en el que podemos sospechar que la re­presentación de los fines guarda una profunda relación conlas oportunidades que nos ofrecen los medios de los que dis­ponemos. La relación no es sencilla, puesto que los fines es­tán relacionados con nuestra imaginación, con la capacidadde representarnos futuros posibles, que lo son, por la propianaturaleza de la representación, relativos a nuestro dominio

conceptual. Pero la representación conceptual no es previa ala existencia de los medios, sino que en cierta forma se sola­pa con ella: a menos que reconozcamos que algo es un me­dio para algo, un objeto que puede ser utilizado, usado, paraconseguir un deseo, es difícil que el propio deseo se activecomo tal. En muchos casos ni siquiera puede existir represen­tación del deseo sin el conocimiento práctico de los usos delinstrumento o medio. En resumen, la naturaleza de las técni­cas no es meramente la de ser esclavas de los fines, sino la decrear un espacio de oportunidades que interactúa con nues­tras motivaciones, deseos, miedos y valores, así como connuestros conocimientos y conjeturas del futuro para hacerposible la emergencia de objetivos y fines representados sub­jetivamente en la cabeza de los agentes.

Quiero reiterar que el espacio de oportunidades es objeti­vo y trasciende la representación subjetiva del sujeto. Esta tras­cendencia es la que hace que las técnicas sean parcialmenteautónomas respecto de los fines para los que fueron diseña­das, descubiertas O aprendidas.

Ahora podemos aclarar en qué sentido consideramosfuertemente normativa la perspectiva del ingeniero: es cons­titutiva de su tradición cultural, en el mismo sentido en quelos valores internos de búsqueda de la verdad y evitación delerror son constitutivos de la ciencia.

LA EMERGENCIA DE UNA TRA01C!ÓN INTERNA

Las comunidades tecnológicas

Los sistemas tecnológicos" son complejos en los que interac­túan personas con artefactos guiadas por planes que involucran

5 La noción de sistema permite incluir objetos de naturaleza complejae interconectada, incluyendo aquellos componentes que pertenecen a ni-

Page 117: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

236 MUNDOS ARTIFICIAU,S I'L CONTROL SOCIAl. DE I.A TECNOI.OGfA 237

un cierto número de técnicas. Lo importante de los sistemastecnológicos es que están dirigidos a la transformación de lanaturaleza a gran escala, mediante el reclutamiento y la orga­nización de la cooperación de los agentes, siguiendo pautasfundamentadas en el conocimiento compartido, sea éste cien­tífico o técnico, y mediante un proceso de institucionalizaciónu organización social que no había sido realizado en anterioresculturas técnicas. La emergencia de este modo de organizar lastécnicas hubiera sido imposible sin grandes cambios en la so­ciedad. Tomemos como ejemplo la revolución industrial del si­glo XIX centrada alrededor de la tecnología del vapor: es ésta unatecnología que involucra y reorganiza la siderurgia, la mineríadel hierro y del carbón, el diseño de máquinas de vapor, tecno­logía, que, a su vez, hubiera sido imposible sin una potente in­dustria de máquinas, herramientas, etc. Ya hemos señalado enel segundo capítulo lo curioso que resulta el que las técnicas deuso del vapor como fuente de energía y movimiento hubieranestado disponibles por casi dos mil años, desde las máquinas deHerón de Alejandría. El imperio romano no llegó a desarrollaresta tecnología, que apenas si sobrevivió más que como curio­sidad ornamental. Esun caso en el que las oportunidades abier­tas por una técnica no son realizables bajo una determinadaformación social. La constitución de sistemas tecnológicos esuna parte del proceso de «estructuración» de una sociedad, queinvolucra formas de institucionalización, establecimiento deuna amplia división del trabajo y la creación de formas de ex­pectativas racionales acerca del futuro previsible que subyacenal periodo de existencia de un sistema tecnológico.

En el caso de la ciencia, desde el siglo XVII se conforma latradición, basada en las relaciones de escuela o relacionesmaestro-continuadores, relaciones que muy rápidamente lle­van a la conciencia de la tradición, en la medida en que los

veles muy distintos de organización, como son los artefactos y las perso­nas. Sobre este punto, véase A. Pacey, «Technology: Practice and Culture».

pertenecientes a ella generan una historia interna para dife­renciarse de otras tradiciones: de la filosofía escolástica, porejemplo, y de todas aquellas formas de conocimiento queahora se rechazan como diferentes. Como ha estudiado Mer­ton, en un plazo crítico de cincuenta años se conforma enEuropa una nueva tradición que hoy identificamos con laciencia: la figura del sabio científico se convierte en este plazoen un modelo de éxito social, algo inusitado hasta enton­ces en las sociedades estamentales. En el caso de la tecnologíael proceso tiene sus peculiaridades, pero no es diferente enesencia: el inventor tradicional, a veces anónimo y otras vecescomo un reconocido artesano o artista va convirtiéndose enuna nueva «profesión», en una institución que en cierto mo­do exige profesar allego y el sometimiento a normas existen­tes en la profesión. Es la profesión de «ingeniero», que surgeen los siglos XVI y XVII al compás de la ciencia moderna. Héle­ne Vérin narra cómo la profesión de ingeniero nace de nece­sidades sociales de los nuevos Estados, que exigen ya unaestandarización de prácticas, así como una fundamentaciónmatemática que las tradiciones verbales de los artesanos noson capaces de satisfacer. El conocimiento privado transmiti­do directamente de maestro a alumno debe ahora hacersepúblico, para cumplir, por ejemplo, los márgenes de calidadque exige la sociedad. Las ordenanzas reales obligan a losconstructores de buques a dibujar previamente, y mostrar susdiseños a la autoridad, así como a efectuar después viajes endichos buques, para mejorarlos en sucesivos diseños." A lolargo del siglo XVIII va surgiendo la profesión en un lugar in­termedio entre el Estado y la empresa privada, por un ladosometido a las fuerzas de la necesidad de estandarización, decontrol público, por otro, sometido a las presiones del bene­ficio económico. El resultado, en lo que a nosotros concier­ne, es la génesis de una tradición.

(,Véase vérin, pp. 341 Y ss.

Page 118: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

238 MUNDOS AnTIFICJAI.ES EL CONTROL SOCIAl. DE LA TECNOLOGfA 239

Repárese en que esta doble presión solamente es posiblemediante una reorganización total de las prácticas sociales:por ejemplo, el simple caso de organizar las armas de fuegoen categorías determinadas por los calibres, una tarea que seproponen en Francia los reyes de Luis XII a Luis XV!/ implicaalgo más que una mera orden, significa un auténtico ejerciciode ingeniería social, que entraña desde la movilización de ar­tesanos e ingenieros hasta sistemas de acuerdo entre las fábri­cas y los talleres.

¿Por qué habría de generar este proceso un hilo conduc­tor interno de génesis de una tradición con normas propias?De hecho no hay ninguna necesidad histórica. Es más bien elresultado de otras presiones sociales que conducen al mante­nimiento de la tradición. Quizás la competencia internacio­nal, quizás otras razones, lo cierto es que a lo largo del sigloXIX se observa un proceso claro de institucionalízación de latecnología y los sistemas tecnológicos. Aparece la concienciaprofesional del ingeniero, a veces en medio de profundas cri­sis:" emerge como una conciencia portadora de valores pro-

7 Véase Vérin, p. 397.R Gispen narra cómo los ingenieros alemanes, anteriormente a la pri­

mera Guerra Mundial, adquieren una conciencia extraña de no pertenecerni a la clase dominante que dirige la empresa ni a la clase trabajadora. EnAlemania, la emergencia de la conciencia profesional del ingeniero seconstituye, según el autor, como una conciencia social que explica, entreotras cosas, el apoyo posterior al nazismo. Pursell explica cómo esta con­ciencia desgarrada se produce en el seno de una tensión bien diferente, en­tre la conciencia de género de las mujeres ingenieras en la Inglaterra de lasentreguerras y su conciencia profesional. En cuanto a la génesis de estaconciencia interna, no debemos olvidar que se produce tal vez comoinducción desde campos distantes aunque relacionados. Hacker explicacómo la ideología profesional del ingeniero está relacionada con la con­ciencia profesional de los militares, de los que es ciertamente heredero enbuena medida. Elaparato militar se configura como una institución profe­sional en el Estado industrial, encomendado ahora a los «ingenieros de laguerra».

pios, de un código deontológico que crea sus propias figurasejemplares? y sus mitos de grandes héroes inventores quecambian la sociedad. La figura prometeica del ingeniero atra­jo desde los primeros momentos a los literatos, atrajo aHollywood, como no podía ser de otra forma, y se convirtióen parte de la conciencia pública, sustituyendo en buena me­dida a la figura del sabio o el científico.

Algunos autores han defendido la existencia de comuni­dades tecnológicas.'? siguiendo una tradición nacida en lafilosofía de la ciencia. Tales comunidades serían, análoga­mente a las comunidades disciplinarias de la ciencia, el sus­trato institucional en el que se habrían desarrollado losvalores internos, del mismo modo que lo han hecho en lascomunidades científicas." Hay ciertas diferencias entre la tec­nología y la ciencia que no debemos ocultar, sin embargo,para evitar que la analogía nos desborde. La ciencia es un sis­tema público de comunicación de resultados sometidos alcontrol público de los pares. Los científicos están motivadosen una buena medida por la búsqueda del reconocimientode sus iguales, a los que respetan y cuya opinión es una guíapara su trabajo tan potente o más que la respuesta de la natu-

'J Oig Y Billington narran de manera ejemplar el caso de Amman, elconstructor del puente de Washington en el Harlem de Nueva York. Es uncaso entre otros muchos de difícil navegación entre constricciones políticasy futuros técnicos posibles, pero el caso es especialmente aleccionadoracerca de la red de valores y constricciones que constituyen la tecnologíamoderna.

10 Especialmente Vicenti 2, pero en la misma línea está el ya clásicoLayton y Constant 11 1. La filosofía de la tecnología alemana, de la que esheredero el pensamiento original del Ortega de la «Meditación de la técni­ca», forma el marco conceptual que conforma también esta tradición, perocomo causa más próxima se encuentra sin duda la explicación kuhnianadel desarrollo de la ciencia.

J1 Broncano 5 es una propuesta acerca de cómo se desarrollan en laciencia los códigos deontológicos internos que categorizamos bajo el apar­tado de método científico.

Page 119: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

240 MUNDOS ARTlrICIALl'.S EL CONTROL SOCIAL DE LA TECNOLOGfA 241

raleza.'? En la tecnología, pese a la creciente interdependen­cia con la ciencia, son los valores prácticos de los resultados,de uso o de valor, los que guían la actividad innovadora. Loscriterios internos de los pares no tienen la fuerza que tienen,pongamos por caso, las recompensas sociales o económicasque produce una patente.!' por otra parte, frente al sistemade comunicación pública de los resultados, e! secreto de lasinnovaciones y diseños es a veces más la regla que la excep­ción. Pese a todo, la tecnología moderna ha desarrollado unsistema de valores propios y una tradición que tiene todas lascaracterísticas de una tradición cultural. No es necesario queesta tradición reciba un soporte institucional autónomo, ene! sentido en e! que las disciplinas científicas y otras institu­ciones similares constituyen los vehículos que reproducen laconducta «metodológicamente correcta» de! investigadorcientífico. En la tecnología, en último pero no menos impor­tante lugar, e! usuario de la tecnología o de su producto tieneun pape! que no tiene en la ciencia: es e! que conforma la ca­pacidad de uso y por consiguiente quien garantiza la supervi­vencia de! sistema tecnológico.

En el caso de la tecnología, la tradición resulta construidapor la continuidad de lo que hemos denominado sistemastecnológicos. La propuesta nos remite a las formas en las quese desarrolla la tecnología en e! mundo occidental a partir dela Edad Media: el reclutamiento complejo de fuerzas econó­micas, culturales, sociales y de recursos intelectuales para for­mar complejos de tecnologías se produce en Occidente y se

l2 Sobre el carácter especial de los resultados científicos, Maltrás haaportado ideas interesantísimassobre el especial carácter de los resultadospúblicos en la ciencia.

13 Jesús Vega me ha señalado en variasconversaciones la obsesión deJames watt. uno de los casos paradigmáticos de esta nueva figura, por pro­tegery ocultarsus descubrimientos bajo patentes. Un caso similar fue el deBrunelleschi, quien construía sus máquinas en lugares diferentesparapro­tegersu autoría [véaseScaglia].

estabiliza como un medio válido de soporte de! cambio so­cial y económico.

La tradición ingenieril: una solución a un problema,¿por qué se innova?

La idea que proponemos es que el imperativo cuasimoralque construye la tecnología como un dominio parcialmenteautónomo de la cultura no es ajeno, sino un producto con­sustancial de la naturaleza compleja de los grandes sistemastecnológicos. Los sistemas tecnológicos exigen la coopera­ción de actividades heterogéneas en su naturaleza y en susvalores. Consisten en inmensos complejos de solución deproblemas que involucran una extensa y profunda divisiónsocial del trabajo, desde los aspectos gerenciales y económi­cos, pasando por los políticos hasta los científicos y «pura­mente» tecnológicos. La tecnología en general. e! inventor yel ingeniero en particular, existen y se han reproducido por­que han ejercido una función en el cambio social y porquelas sociedades han preservado esta tradición, permitiendo latransmisión de los valores que la constituyen.

Si bien es cierto que hay técnicos porque es necesario unsaber práctico especializado para el mantenimiento de laproducción en un sistema basado en la división social deltrabajo, la existencia de técnicos no explica por sí misma ladinámica de la tecnología en la tradición económica occi­dental. Hay otras sociedades en las que también hubo técni­cos, como ocurrió en la cultura china, sin que se constituyeseuna tradición de tecnología. Esta dinámica debemos expli­carla por la existencia de un cierto conjunto de perspectivas yvalores que son preservados en la tradición tecnológica. Yes­ta tradición nos permite resolver un problema que observa­mos en el anterior capítulo, ¿por qué innovar?

Page 120: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

242 MUNDOS ARTIFICIALES EL CONTllOL SOCIAL DE LA TECNOLOr-fA 243

Los economistas se han encontrado siempre en una si­tuación paradójica cuando se han enfrentado al cambio tec­nológico. Todos han reconocido su importancia, desde elAdam Smith que introduce la innovación técnica en el cora­zón de su explicación del cambio técnico!" hasta Marx, quienafirma que «la burguesía no puede existir sin renovar conti­nuamente los medios de producción». Sin embargo, a lahora de explicar el cambio técnico, éste queda como una va­riable externa al equilibrio económico: da igual que hayacambio técnico o aumento de la explotación por disminu­ción del valor de la fuerza de trabajo. La función de producciónque regula el equilibrio y por consiguiente la conducta de losagentes toma el mismo valor. Pero la intuición que tenemoslos que no somos economistas es que el cambio tecnológicointroduce una asimetría causal y temporal en la organizaciónde los sistemas sociales y económicos que no es capturadapor la teoría clásica del equilibrio. Es precisamente en estaasimetría en donde encontramos la fuente del valor de la tec­nología.

14 La tesis de Aclaro Smith es que la innovación tecnológica es un pro­ducto y un motor a la vez de la división social del trabajo: «es mucho másprobable que los hombres descubran. métodos idóneos y expeditos paraalcanzar cualquier objetivo cuando toda la atención de sus mentes está di­rigida hacia ese único objetivo que cuando se disipa entre una gran varie­dad de cosas. Y resulta que como consecuencia de la división social deltrabajo, la totalidad de la atención de cada hombre se dirige naturalmentehacia un solo y simple objetivo. Es lógico esperar que los que están ocu­pados en cada rama específica del trabajo descubran pronto métodos másfáciles y prácticos para desarrollar su tarea concreta, siempre que la natura­leza de las mismas admita una mejora de este tipo» [A Smith, pp. 40-411,aunque al tiempo reconoce que no siempre la invención es producto de lasmejoras incrementales de los usuarios: «otros (descubrimientos) han deri­vado de aquellos que son llamados filósofos o personas dedicadas a la es­peculación, y cuyo oficio es no hacer nada pero observarlo todo; por esomismo, son a menudo capaces de combinar las capacidades de objetosmuy lejanos y diferentes» [p. 41].

Hay innovación porque la existencia de una tradición y elconjunto de instituciones que conlleva significan una fuentede novedades e innovaciones permanentes, significa, dichoclaramente, la preservación del valor de buscar la novedadtécnica sin descanso. Y es esta existencia la que modifica latrayectoria de las demás instituciones. Las empresas tienenque tomar en cuenta quieran o no la innovación debido a quesi una de ellas no lo hace, seguramente otra lo hará. Y así seha creado una interdependencia: esta misma dinámica con­tribuye a sostener las instituciones que son la causa de la ca­rrera por la innovación.

Lagenealogía de la creatividad

El obstáculo que se le plantea a alguien que postule que elbeneficio económico es el motor de toda la innovación tec­nológica es que no siempre la innovación tecnológica tienebeneficio. No siempre los grandes innovadores tuvieron unpremio económico, y es posible que lo contrario sea más ha­bitual de lo que parece. Se puede aducir el caso de Edison,quien fue un empresario-inventor, como también lo fue enparte James Watt, pero no constituyen la regla; ocurre, ade­más, que su creatividad innovadora excede muchísimo a sucreatividad empresarial. Y, por cierto, también se arruinaronen alguna ocasión. Incluso para empresas enteras, la decisiónde innovar no siempre es rentable económicamente. Sí, qui­zás, la de incorporar nuevas tecnologías una vez que han pro­bado su validez. Pero tomemos por ejemplo una empresainformática pequeña: siempre es mucho más productivo co­piar la tecnología de otros y abaratar costos insistiendo en loscostos de trabajo o de gestión. En términos de decisión racio­nal hay una fuerte prima para aquel que incorpore primerouna innovación que tenga éxito, pero no la hay tan clara paraaquel ingeniero o aquella empresa que decida perder el tiem-

Page 121: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

244 MUNDOS ARTIFICIALESEL CONTROl. SOCIAL DE LA '\'ECNOLOcfA 245

po y numerosas inversiones en la innovación. De hecho setrata de decisiones estratégicas que solamente llevan a caboempresas que crean un medio empresarial en el que tienensentido planificaciones estratégicas, o investigadores indivi­duales que entran en una dinámica muy similar a las de loscientíficos, para quienes la recompensa no es estrictamenteeconómica, sino epistémica.

Como el propio Adam Smith reconoce, la creatividad hu­mana está antes, es el impulso que crea la división social deltrabajo, por un sesgo que explicó muy bien Ricardo, por laventaja comparativa que produce la diferenciación. En eso noparece distinguirse la evolución cultural y social de la evolu­ción biológica de las especies. Pero también en biología loscomportamientos altruistas no son fáciles de explicar, no sonadaptativos. Para algunos filósofos son el producto del ocul­to egoísmo de los genes." para otros, un producto de la elec­ción de los individuos que mostraban esa conducta por partede quienes habían de reproducirse con ellos.l'' En este se­gundo caso tenemos que algunos comportamientos no sonreducibles a cálculo, sino que, una vez que aparecen, se man­tienen y reproducen porque hay una selección positiva porsus efectos beneficiosos.

No sabemos cuál es el origen de la creatividad técnica enla especie humana. Sin embargo, no hay ninguna razón parapensar que los individuos creativos.fueran los que tuvieron la

15 Williams es el ya clásico expositor de esa tesis, que ha llegado a serpopular gracias al gran divulgador que es R.Dawkins.

16 Wilson y Saber han supuesto un renacimiento de la selección degrupo con el apoyo de un nuevo argumento: hay selección de grupo cuandolos organismos o genes tienen todos la misma eficacia biológica por el he­cho de pertenecer al grupo.Elaltruismo se produciría, en primerlugar, porla generación de grupos de altruistas por el hecho de que son altruistas:son por ello elegidos por sus parejas para procreary, en segundo lugar, porla competencia de los grupos con un alta tasa de altruistas frente a los quetienen tasas más bajas.

recompensa social por su creatividad. Laespecie humana, co­mo todas las que conocemos del mismo tronco evolutivo,son especies esencialmente sociales: la gran mayoría de losproblemas que debe resolver un individuo a lo largo del día,incluyendo los de supervivencia, son problemas sociales: deuna solución adecuada puede depender la supervivencia o lareproducción más, quizá, que de los avatares de la lucha conel medio. En este contexto social es en el que se producen lastransformaciones culturales que llamamos técnicas: el bene­ficio es para toda la comunidad, a pesar de que pueda no ha­berlo sido para el descubridor. El caso es, no obstante, que lacreatividad es una de las características de toda la especie,aunque puedan existir diferencias de grado y capacidad entrelos individuos. Parece que nos encontramos ante un casosimilar (si no es acaso del mismo tipo) que el del genuinoaltruismo moral: el de una conducta que beneficia a otrossin necesidad de una expectativa racional de beneficio o re­ciprocidad.

Puede que resulte extraño, si no cínico, hablar de altruis­mo aplicado a los ingenieros: lo es si estamos pensando enlos grandes ingenieros-empresarios. Pero nadie ha dicho quesean o hayan sido ellos los motores de la innovación: ellosson más bien sus beneficiarios, los poseedores de las paten­tes. Pero se ha atendido muy poco, desde mi punto de vis­ta, a los conflictos que surgen diariamente entre los impulsoscreadores y los intereses empresariales. Y curiosamente algu­nas de las últimas transformaciones más importantes hansido producto de una actitud de rebeldía respecto a estos in­tereses. Castells [1J recoge algunos aspectos de la historia delas innovaciones informáticas de los años ochenta, que hancambiado como pocas el escenario económico y social denuestra época: han sido en buena parte producto de innova­dores externos a las grandes empresas. No puede entenderseel fenómeno de creatividad que significa Silicon Valley en­tendiéndolo solamente en términos económicos: al contra-

Page 122: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

246 MIINDOS ARTIFICIALESEL CONTROL SOCIAL O[ I.A TECNüLOGfA 247

rio, el movimiento económico de centros geográficos comoéste está impulsado por un efervescente proceso de realimen­tación de la innovación que se produce fuera del mercado, enla educación, en la propia vida cotidiana, en los laboratoriosde innovación, en los restaurantes."? en las redes socialescreadas entre las universidades y los laboratorios, entre inge­nieros y estudiantes. Puede estudiarse económicamente unfenómeno como Silicon Valley, como París Sur o como Bos­ton, pero no puede explicarse económicamente.

El valor de la tecnología y la moral de Prometeo

La mera posibilidad de establecer futuros nos introduce enun nuevo campo normativo: el de la obligación de hacerlo.Se trata de una obligación que no está libre de debate. Alcontrario, son muchas las teorías morales que promueven laaceptación del destino y la consiguiente modificación delánimo para sobrevivir psicológicamente a esta aceptación.Podemos aducir además que el abrir mundos posibles noimplica abrir necesariamente mundos posibles deseables nimundos posibles legítimos. Una tecnología induce un nuevoespacio de probabilidades que se escapa siempre a las inten­ciones del sujeto creador, incluso a las intenciones de la so­ciedad receptora de la tecnología. Una tecnología, la másinocua de todas, crea un paisaje de riesgos que no es en elque nos movíamos antes de esa presencia. ¿Cómo podemosdecir, pues, que tenemos la obligación de crear futuros ine­xistentes?

17 LarevistaNer.v Scientist dedica un número especial (no. 2159, del 7 denoviembrede 1998) alestudiodel fenómeno geográfico de SiliconValley. Noes accidental que dedique parte del informe a los restaurantes donde uno pue­de encontrar disrutiendo por las noches a los investigadores de las muchasempresas y laboratorios: es la redsocial de innovación y no el mercado de losproductos lo que explica el éxito de esta zona de desarrollo.

La primera de las razones nos lleva a los mismos funda­mentos de la moral: el deber, sea cual sea, implica un «puede»sin el cual la moral se vacía de contenido humano. Es en estesentido en el que el proyecto de autonomía humana adquiereuna dimensión moral. Lacreación de futuros posibles más alládel espacio de posibilidades determinado por las rígidas leyesde la naturaleza y las contingencias de la historia es parte de lapropia naturaleza normativa de la moral. No necesitamos mo­ral si las alternativas están tan rígidamente determinadas quesolamente hay que obedecerlas. En el «Elogio de Epicuro», elLucrecio del De RetumNatura nos explica cómo el gran ejemplomoral de Epicuro había sido el elevarse a los cielos, cuando lahumanidad yacía en el suelo aterrorizada por el dominio de losdioses, y desde allí mostrarnos lo posible y lo imposible. Paraun moralista de la Antigüedad, el imperativo moral del conoci­miento y la lucidez era el único sustrato que necesitaba parasostener el proyecto de la moral. No así en la Edad Contempo­ránea, en la que el descubrimiento de la historia como proyec­to humano es el terreno en el que se realiza la moral. La meralucidez, aun si obligatoria, no es suficiente: terrible descubri­miento de que el destino no está escrito en ningún libro, ni si­quiera en el libro de la naturaleza, que es, por el contrario, res­ponsabilidad del presente.

Podemos contemplar la historia humana, en tanto queproyecto de autonomía, como un reino de fines que han derealizarse, por consiguiente, dirigida por un diseño divino ohumano, ejercido por alguna suerte de alma colectiva, o po­demos entenderla, con mayor modestia, como una continuay persistente huida de las miserias naturales, biológicas, so­ciales. Si adoptamos esta posición, en la que la dialéctica ne­gativa predomina sobre el ejercicio de alguna forma de razónhistórica, adquiere sentido el contenido moral que postula­mos para la tecnología. Dicho en dos palabras, inventaríamosel futuro para escapar del presente y del pasado conocidos,temidos y largamente padecidos.

Page 123: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

248 MUNDOS ARTIFICIALES EL CüNTROL SOCIAL DE LA TECNOLOcfA 249

EL DISEÑO PARllCIPATIVO y lAS TENSIONES INTERNAS ENillE VALORES

Decisiones en conflicto

Hemos considerado la tecnología a la luz de un solo valor: lacreatividad, la capacidad para desarrollar nuevos fines. No esel modo tradicional de entender la tecnología. Por el contra­rio, es habitual el que se resalte la eficacia como la dimensiónevaluativa que define lo tecnológico: el programa de contro­lar nuestra existencia convirtiendo la naturaleza en una na­turaleza artificial, construida a escala humana, en la que losriesgos sean riesgos asumidos, conocidos y aceptados en lamedida en que nos fiamos de los ingenieros. El control esla capacidad que tenemos para imponer nuevas leyes. El im­perativo adoptaría la forma de un principio de finalidad: con­trolar completa y exhaustivamente la existencia. Este precepto hasido en buena parte el origen de las críticas de raíz a la tecno­logía: el dominio de la naturaleza, como proyecto irrestrictoes en sí mismo, de acuerdo con estas tradiciones, moralmenterechazable. A esta larga (y creciente) tradición crítica debe­mos sumar otra fuente de problemas para nuestra racionali­dad estratégica: el conflicto ineludible entre el precepto delcontrol y el precepto de la creación.

La existencia de este doble sistema de valores que impul­sa a construir la realidad inventando nuevos futuros y quelleva a controlar la realidad es constitutiva de la tradición in­terna de la tecnología. Nos gustaría que ambos caminaran enarmonía, pero uno de los temas centrales de la teoría moralcontemporánea es el descubrimiento de que el conflicto seinstaura en el corazón de todo sistema de valores. Ejercemoscomo seres morales no tanto al reconocer la existencia de va­lores como al ser capaces de manejarnos en los casos difícilesde conflicto entre valores. Y aquí se nos presenta una doblefuente de conflicto: el conflicto entre valores internos mis­mos y el conflicto entre valores internos y valores externos.

La fuente de conflictos más ardua y menos debatida entrelos filósofos de la tecnología es la que nace de las exigenciasdel doble sistema de valores internamente tecnológicos. Enrealidad cualquier diseño es un ejercicio de equilibrio entrebienes que compiten: la fiabilidad, el costo, la eficiencia, elcontrol de calidad: son muy pocos los objetivos que coope­ran entre sí. Al contrario, el investigador que produce innova­ciones, el diseñador que las transforma en objetos útiles, elgerente que tiene que ponerlas en funcionamiento, el usua­rio que se beneficia o sufre las externalidades de las decisionestecnológicas, tienen que tomar continuamente decisiones acer­ca de valores en conflicto. La decisión tecnológica, como laeconómica, es una decisión acerca de cómo conseguir lo me­jor con recursos escasos, información insuficiente y tiempolimitado.

Pero, como también ocurre con la acción humana, ladecisión racional sin el ejercicio de valores universales es in­suficiente. En el caso de la tecnología hemos postulado laexistencia de ciertos valores que exceden el mero cálculo ra­cional de maximización de costos/beneficios, la búsqueda denuevas alternativas y el control de la realidad. Ambos valoresfuncionan como programas o proyectos estratégicos, perotambién como valores regulativos que sirven para evaluar lasdecisiones, los artefactos, los procesos o las innovaciones engeneral. Pues bien, me parece especialmente interesante latensión que existe ente el objetivo de abrir nuevos caminos yel objetivo de controlar los procesos existentes. Las innova­ciones señeras implican riesgos que derivan precisamente desu novedad, mientras que el control y la fiabilidad no siem­pre nos conducen por el camino de la innovación. El caminode la eficiencia y el control es el camino de someter todos losaspectos de un proceso dado al plan intencional del diseña­dor, de crear una «naturaleza- artificial en la que las conse­cuencias sean máximamente calculables en todos los nivelesdel diseño de un objeto. El camino de la innovación implica

Page 124: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

250 MUNDOS ARTlrlCIALES EL CONTROL SOCIAL DE LA TECNOLOcfA 251

a veces crear la posibilidad de nuevos procesos que aún noexisten. La innovación entraña una disposición a reordenartodos nuestros recursos para poner en marcha una innova­ción que todavía es conceptual. Si ambos objetivos compiten,nos encontramos ante un dilema constitutivo, del mismomodo que en la teoría de la elección social nos encontramosen ocasiones ante dilemas en los que la autonomía y la liber­tad individual compiten con la igualdad de oportunidadespara todos los miembros del grupo.

Lo mismo que ocurre con todos los demás aspectos de lavida humana, no hay reglas a priori para resolver estos con­flictos. Ni siquiera hay reglas. Estos conflictos nos desvelanun aspecto profundo de la naturaleza de los valores en la tec­nología: la necesidad de un aprendizaje práctico para adop­tar la decisión adecuada. Cuando nos encontramos en casoscomo éstos aparece la exigencia de lo que Aristóteles conside­raba virtudes prácticas, o ejercicios de nuestras capacidadesmorales que se traducen en una especial capacidad para adop­tar un rumbo adecuado en situaciones concretas. Pero estascapacidades o virtudes no se consiguen como resultado de laaplicación de reglas o métodos, sino en virtud del ejercicio delas capacidades de decisión en situaciones de conflicto.

El valor del diseño participativo

Los conflictos de valores se extienden a los desacuerdos entrelas perspectivas de todos los agentes implicados en los proyec­tos tecnológicos. Hemos considerado tres sujetos: el ingeniero,el empresario, el usuario. Cada uno de ellos está conformadopor un código interno de valores que resultan ser externosrespecto a cada uno de los otros, cada uno de ellos está so­metido a las tensiones propias de los valores internos y a lastensiones que surgen de la confrontación con los externos,todos ellos están sometidos a una tensión esencial entre el con-

flicto y la cooperación. lB El ingeniero, como hemos dicho,está impulsado por un deseo de construir nuevas opciones,de imaginar mundos no presentes y someter a control losexistentes, el empresario tiene que innovar, es cierto, pero suobligación primera es la preservación de la empresa, que ensí misma es un objeto histórico al que una equivocada deci­sión puede conducir a una rápida extinción; el consumidortiene deseos de satisfacción de necesidades, pero tiene intere­ses más elevados que hacen que los contextos de riesgo pesenmás que los de incertidumbre e ignorancia. No sabe lo que ledepara el futuro y sin embargo es responsable de ese futuro yde las generaciones que lo habitan, que también le incluyena él mismo.

Los valores actúan como funciones de elección de alter­nativas, como elementos de decisión, pero también actúancomo filtros informativos y como elementos motivadores enla búsqueda de soluciones: diferentes valores permiten «ver»aspectos que a otras perspectivas le quedan ocultas. De ahíque los conflictos sean de raíz, porque no se discute solamen­te el valor de los datos sino también su relevancia. Son los da­tos que faltan lo que se pone en la mesa de las discusiones. Siel empresario pregunta cuánto cuesta el nuevo componenteque le propone el ingeniero, éste puede contestar que no leimporta, pero la necesidad del dato ya es irrevocable; si elconsumidor o el ciudadano pregunta por una estadística deriesgos o por los límites de error de la propia estadística, lanecesidad de respuestas se hace urgente para que el diseñopueda llegar a buen fin. La información que se obtiene en unproceso de diseño compartido es siempre diferente y mayor ala innovación fuera de todo contexto de aplicación.

El diseño colectivo no elimina la principal propiedad dela tecnología: que funcione, que obtenga los resultados bus-

18 Wilke y Brehmer son buenas extensiones de los problemas de laelección social a los contextos de controversias tecnológicas.

Page 125: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

252 MUNDOS ARTIfiCIALES nr, CONTROL SOCIAL DE LA TEC-"'lOLOGfA 253

cados mediante los medios más adecuados. Tampoco impideque la innovación tecnológica tenga pretensiones de alcancemayores que los del contexto inmediato: si se está tratandode diseñar una fuente de energía potente e instantánea paraservir de ignición a la fusión de deuterio, el contexto socialinmediato carece de importancia en esa fase, pero no en lasinmediatas, si se tuviera éxito en la empresa y el proyecto seconvirtiera en el diseño de centrales de energía.

El diseño consiste en descubrir oportunidades y en en­contrar los medios adecuados para llevarlas a cabo. El espa­cio de oportunidades es siempre un espacio situado en eltiempo y en culturas y tradiciones concretas: muchas de lasdiscusiones sobre tecnologías alternativas podrían reenfocar­se de otra forma, como formas alternativas de desarrollar latecnología. Desde el mismo momento del descubrimientode problemas hasta las fases de desarrollo de soluciones,el proceso de desarrollo de la tecnología puede convertirse élmismo en un proceso en el que se desenvuelva la capacidadde un grupo social para encontrar sus propios medios detransformación social. Reparemos en que hasta el momentola teoría económica ha tratado la tecnología como un datoexterior al proceso económico. Las nuevas formas de ver latecnología en un marco de trayectorias de habilidades y ruti­nas de transformación permiten reintegrar la tecnología enun nuevo marco: cómo descubrir problemas, cómo cooperaren el descubrimiento de los medios de innovación existen­tes en el entorno social, cómo generar los acuerdos de desarro­llo necesarios, etc. Todo el mismo proceso es ya un procesoen el que el mercado es solamente un aspecto, pero no ne­cesariamente el más importante en cuanto al desarrollo tec­nológico.

Por parte de los grupos sociales ha sido también muycomún el tomar la tecnología solamente como un sistemade servicios y productos que pueden ser consumidos o re­chazados. Pero no como un sistema de transformación de la

vida, incluido el proceso de mantenimiento de las formasde vida y de aspectos ambientales que se consideren valio­sos. El control social de la tecnología no puede limitarse almero control político de los fondos de innovación tecnoló­gica o a las decisiones de aplicación de talo cual proyecto.Hace un momento proponíamos un modelo de tres actores,el ingeniero, el empresario, el consumidor. Ahora podemosexplicar cuál es el papel del Estado en el proceso de desarro­llo de las tecnologías: puede entrar en el proceso como unaparte, como financiadora de innovación, es decir como em­presario que toma una decisión que afecta a su ámbito decompetencia, pero también puede entrar como un marcoconstituyente del proceso de acuerdo y desarrollo tecnológi­co. En este sentido el Estado no es una parte sino un medioque permite y facilita los acuerdos posibles entre los agentesimplicados en el desarrollo de las tecnologías. Los conflictosentre valores generan en la mayoría de los casos dilemas deracionalidad que no tienen solución fácil: los que puedencooperar a la solución no tienen por qué tener interés en ha­cerlo si no obtienen un beneficio inmediato. Cuando nosencontramos en marcos de conflicto como éstos las solucio­nes clásicas no funcionan: no funciona la autoridad ni fun­ciona el mercado ni funciona la moral simple. La razón esclara: no existe una autoridad legítima por encima de las par­tes, y la solución autoritaria de los conflictos entre valorestecnológicos no garantiza que la solución sea eficiente o legí­tima. Lo mismo puede decirse del mercado: el mercado nofunciona en un espacio lleno de externalidades y de bieneso males colectivos como el que introduce la tecnología. Y encuanto a la moral, el problema es ella misma: cómo buscarun acuerdo en los valores que configuran una solución acep­table, legítima, estable al conflicto. En este escenario, el Esta­do tiene sentido como esfera pública de discusión, es máscomo creador de grupos y redes sociales de discusión y crea­ción tecnológica.

Page 126: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

254 MUNDOS ARTIFICIALES El, CONTROL SOCIAL DE LA TECNOLOcfA 255

No existen aún muchas, pero no faltan experiencias decreación de redes sociales de diseño tecnológico compartido.La dificultad no es tanto social como de comprensión de lapeculiaridad de la creación tecnológica, y de pensar que la in­novación es un elemento externo con el que hay que contar,no con un medio colectivo de transformación. Pero llegamosahora a un nuevo problema que nos muestra las limitacionesde las sociedades democráticas en lo que respecta al fenóme­no de la tecnología: el déficit de cultura tecnológica. Poco apoco las sociedades democráticas han ido comprendiendoque la extensión universal de la educación es un medio degarantizar la propia supervivencia de las democracias, perono parece haberse llegado a la misma conclusión en el casode la tecnología.

La tecnología como cultura: adversus tecnócratas y ludditas 19

Repitamos en primer lugar nuestra constatación de que latecnología es un aspecto de la cultura humana. Lo es en unsentido amplio del término, en cuanto tradición que orga­niza socialmente técnicas y artefactos. En tanto que tal, lossistemas tecnológicos adquieren un lugar en su propia tradi­ción, que tiene una autonomía parcial respecto a otros cam­pos de la cultura. Esta autonomía no implica la separaciónde la sociedad, es decir, no implica la tecnocracia, al menos apriori: implica simplemente la constitución de un conjuntode valores que han de aplicarse internamente porque se exigeuna forma de conocimiento experto. Pero, por ser una parte

1<) En el último tercio del siglo XVIll hubo reiterados conflictos en Ingla­terra entre los tejedores que temían que la introducción de los telares me­cánicos creados a partir de la lanzadera volante de [ohn Kayen 1733 lesdejase sin empleo. Ned Ludd destacó en estos conflictos y a lo largo del si­glo siguiente se llamo luddüe a los trabajadores que provocaron conflictosdirigidos contra la introducción de nuevas máquinas.

de la cultura, se convierte también en una obligación para elciudadano contemporáneo al no ser ajeno a esta dimensión.

Observemos que lo mismo nos ocurre si atendemos aotros campos de la cultura humana. Por ejemplo, el arte.¿Debemos asustarnos al descubrir que el arte está cargado devalores?, ¿debe llevarnos este descubrimiento a considerarmás aceptable, pongamos por caso, una novela porque coin­cide con nuestros valores particulares? o, quizás al contrario,¿tenemos que ser fieles a un ideal estético aunque perezca elmundo o, simplemente, aunque eso implique un daño ma­nifiesto para alguien? Si establecemos un paralelismo entrela tecnología y el arte observamos que el problema es el mis­mo. Muchos humanistas tecnófobos son los más ardientesdefensores de la autonomía moral del arte, cuando no de­fienden la idea más peligrosa de la «esteticidad- de la «etici­dad». Lo sensato es reparar en que los valores estéticos sonparcialmente autónomos, en tanto lo es nuestra tradición ar­tística, sin la que seríamos incapaces de comparar a Barcelócon Gaya, por ejemplo, y sin la que seríamos incapaces dedescubrir ideales estéticos en los grandes clásicos. Pero nadieen su sano juicio estaría dispuesto a invertir los valores mora­les y estéticos. Y después de la triste experiencia del realismosocial, tampoco nos gustaría la imposición de valores políti­cos o morales a las reglas del arte. ¿Por qué, sin embargo, sedefiende lo contrario en el caso de la tecnología? No encuen­tro otra razón que la idea, defendida por muchos críticos dela tecnología, de que hay tecnologías malas y buenas. Peroesa transferencia de los valores desde las intenciones a losobjetos no solamente me parece un error filosófico, sino loque es más grave, una pretensión de legislar desde fuera lasdecisiones que deberían corresponder a los agentes.

Tanto tecnócratas como tecnófobos coinciden en que lacultura tecnológica es prescindible. La tecnocracia consiste endisfrazar de soluciones técnicas lo que son claramente solu­ciones políticas y morales, el luddismo consiste en disfrazar

Page 127: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

256 MUNDOS ARTlrlCIALES EL CONTROL SOCIAL DE LA TECNOLOGIA 257

de soluciones morales y políticas lo que muchas veces no sonmás que soluciones técnicas que no se han sometido a los su­ficientes controles. El problema sigue siendo el de la consti­tución de una esfera pública de discusión tecnológica y de unsujeto colectivo de creación y control.

La tecnocracia es la idea de que deben ser los «expertos»quienes tomen las decisiones, pero ¡quién es experto en lasconsecuencias de las tecnologías más que los usuarios? Elideal que proponemos no es el de la legislación a priori acer­ca del valor moral de las tecnologías, sino el juicio a posterioripor parte de una sociedad tecnológicamente culta que decidaaceptar los riesgos libremente, no porque lo digan los técni­cos, o no aceptarlos libremente, no aterrorizados por las alar­mas no argumentadas. Como en el arte, como en la política,como en la ciencia, la moral no está antes, sino después de lailustración. Encontraremos entonces que la dimensión cultu-

~ ral implica un cierto equilibrio entre la sociedad que preservaeste aspecto cultural porque lo considera valioso y el con­junto de expertos sobre los que cae la tarea de reproducir ydesarrollar dicho aspecto. Una sociedad inculta tecnológica­mente es el camino más rápido para la tecnocracia, pero tam­bién para deslegitimar a largo plazo la tecnología. Y unacomunidad de tecnólogos ajenos a los aspectos morales desu trabajo es el camino más rápido para el incumplimientode sus propios objetivos.

RESUMEN

Ya sabemos que el cambio tecnológico es un proceso com­plejo que está basado en la creación, la difusión y el posterioruso de diseños. En este proceso los diferentes grupos partici­pan con valores, objetivos e intereses diferentes. Esto hace dela racionalidad tecnológica un concepto tenso sometido a di­lemas que nacen de la pluralidad y colectividad del proceso

de discusión. En este capítulo abordamos la aparición histó­rica de una de estas perspectivas: las tradiciones ingenierilesque generan un conjunto de valores internos entre los quedestaca la capacidad de innovación. La tradición de innova­ción se transmite a través de las instituciones de formación,los colegios profesionales y otros medios por los cuales seconfigura un conjunto de normas que constituyen un puntode referencia de los ingenieros.

Estos valores y normas no excluyen la existencia de otros,ni la postulación de tales valores implica la negación de la le­gitimidad de otros. Al contrario, es la controversia y delibera­ción entre diversas perspectivas lo que permite el equilibrioentre racionalidad y legitimidad. Pero estos valores explicantambién el proceso de innovación de una forma que otrasperspectivas economicistas acerca de la tecnología son inca­paces de hacer.

La constitución de estructuras sociales de diseño colabo­rativo, o al menos la creación de lazos y redes de colabora­ción no sólo es una exigencia de la racionalidad, es tambiénuno de los factores que explican la rapidez del cambio técni­co en algunas sociedades contemporáneas. Estas redes se for­man a causa de muchos factores, pero entre todos ellosdestaca la difusión de una cierta cultura tecnológica no limi­tada al saber experto. La difusión de esta cultura se conviertecada vez más en un requisito para que el control social de latecnología pueda ejercerse de una forma racional.

SUGERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Julio Verne es uno de los novelistas que más reflexionaronsobre la figura del ingeniero en la nueva sociedad industrial.Además de Veinte mil leguas de viaje submarino, que contienememorables textos sobre la figura del ingeniero como salva­dor de la sociedad, en La isla misteriosa, una de sus novelas

Page 128: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

258 MUNOOS ARTIFICIALES

más optimistas, un ingeniero estadounidense «diseña» unaisla salvaje sin más recursos que su conocimiento. En Los qui­nientos millones de la Begún, una obra tardía y pesimista queanticipa las guerras mundiales del siglo xx, dos ingenieros delviejo mundo, uno francés y otro alemán, diseñan desde cerodos ciudades, una regida por valores cívicos, republicanos, yotra dirigida por valores militaristas. Las cuatro obras mere­cen una relectura.

Sobre el problema de la racionalidad en contextos colec­tivos, Aguiar ha preparado una antología imprescindiblesobre este tema. Sobre la emergencia del ingeniero, la obrade Bertrand Gille es un clásico para los comienzos de la nue­va figura. El estudio de Vérin sobre los orígenes de la profe­sión es fundamental. En el libro de Mokir se encuentrannumerosas y útiles referencias. La de Vincenti [1J es una apa­sionada defensa de la perspectiva del ingeniero. Sobre losproblemas del diseño compartido trataremos en el siguientecapítulo.

CONTROVERSIASTECNOLÓGICAS Y

RACIONALIDAD COLECTIVA

LA INVENCiÓN DE lAS CONTROVERSIASTECNOLÓGICAS'

Pagamos un precio por la responsabilidad colectiva en el de­sarrollo tecnológico: los conflictos y las controversias. Si has­ta ahora no han sido más habituales quizás es porque losprincipales mecanismos de difusión de la tecnología se hansustraído al debate en la arena pública. La tecnología se haexpandido desde la revolución industrial impulsada por lasfuerzas de la autoridad y del mercado: o bien los poderes pú­blicos han impuesto numerosas decisiones tecnológicas sinmás debate ni legitimidad que la que ellos mismos hayantenido como poderes, o bien ha sido el mercado el que hadecidido las trayectorias tecnológicas por el mecanismo de laoferta y la demanda, es decir, que las innovaciones se han di­fundido porque alguien las ha ofrecido y alguien las ha de­mandado. Pese a todo, la tecnología entra poco a poco, cadavez más, en el debate público y debería hacerlo aún más. El 9

1 Buena parte de lo que se desarrolla en este capítulo fue inspirado co­mo respuesta a una previa conferencia de Albar, con quien comparto laconcepción básica de lo que es una controversia. Agradezco su ayuda asícomo la de ocasionales discusiones con José A. López Cerezo y José LuisLuján sobre estas cuestiones, a cuyos puntos de vista espero haberme apro­ximado con el tiempo y el desarrollo de las discusiones.

259

Page 129: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

260 MUNDOS ARTIFICIALES CONTROVERSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONALIDAD COlECT1VA 261

de diciembre de 1998la ONU proclamaba la Declaración Uni­versal sobre el Genoma Humano y los Derechos del Hombre,un hecho histórico en el largo camino de un amplio conjun­to de controversias que han rodeado el desarrollo de las bio­tecnologías. La controversia sobre el genoma humano esparte de una más larga controversia sobre las biotecnologíasgenéticas, pero ha producido un acuerdo general sobre cier­tas constricciones a las que deben someterse las futuras apli­caciones en el hombre generadas por el conocimiento delgenoma humano, algo que no ha ocurrido en las biotecnolo­gías dedicadas a la producción de seres vivos alterados gené­ticamente. La efectividad de la declaración, como la de todaslas declaraciones, depende de la capacidad de las leyes queinspire y de la capacidad para hacer cumplir tales leyes porparte de la sociedad y los gobiernos, y, no obstante, de­muestra que algunos consensos son posibles. Muestra, ade­más, que las controversias tecnológicas se van a convertir enuna parte familiar de nuestro paisaje cultural, como lo hanformado las controversias científicas desde hace cuatro si­glos. Porque, a diferencia de la ciencia, que se ha desarrolla­do en medio de controversias, en tecnología han sido laexcepción y no la regla.

La dinámica de las controversias en el caso de la cienciaha comenzado a ser estudiada por la historia y la sociología.?Son procesos que ocupan periodos dilatados, que involucrana comunidades y que, en ocasiones, implican varias genera­ciones de científicos, afectan a regiones muy amplias delcuerpo de conocimientos y pronto o tarde acaban por impli­car también a las propias normas de lo que se consideraaceptable: son, en definitiva, episodios abiertos de discusiónque dividen a las comunidades durante el tiempo que dura la

2 La bibliografía sobre controversias en ciencia y tecnología es amplf­sima, pero podemos señalar algunos de los trabajos más influyentes: Ca­llins L 2 Y3; Shapin; Giere; Tristram. y Caplan y Thagard.

controversia y que terminan cuando se instaura un consensode carácter nuevo en la comunidad. En el desarrollo tecnoló­gico, por el contrario, no existen comunidades estables en elmismo sentido que en la ciencia, lo que existen son conflic­tos y polémicas acerca de las opciones tecnológicas; sin em­bargo, en unos pocos casos, entre los que destacan la energíanuclear, el uso de sustancias químicas en la agricultura y, másrecientemente, las biotecnologtas, se han producido debatesy conflictos a lo largo de todo el mundo que han ido gene­rando una cierta práctica social de controversia. Lo que fue­ron primitivamente conflictos en varios casos han producidoexperiencias de búsquedas colectivas de discusión pública yconsenso.

A pesar de que hasta el momento han sido casos esporá­dicos, son ejemplos de cómo el desarrollo tecnológico puedeentrar en la esfera pública. A medida que el desarrollo tecno­lógico se hace más complejo también son mayores las insti­tuciones involucradas en su mantenimiento y mayor su·dependencia de la percepción y la discusión social. Y esta de­pendencia no solamente se extiende a los grandes sistemastecnológicos, como pueden ser los sistemas de comunicacio­nes, las redes de energía, etc., sino también a las pequeñas in­novaciones que no pueden subsistir, por ejemplo, sin unadecuado sistema de normalización y estandarización mun­dial y de otras formas de decisión de carácter social.'

Una controversia es una movilización social de medios co­municativos y otras microinstituciones que deliberan, evalúany contrastan las posibilidades tecnológicas que introduce unainnovación, los riesgos, los costos, quiénes los van a pagar, y lasconsecuencias indeseables. La discusión es un proceso conver­sacional colectivo que implica a grupos de expertos, medios de

3 Sobre las consecuencias que tiene la complejidad contemporáneade la tecnología para una nueva concepción de cómo gestionarla, véanseKahn y Rycroft, La Porte, Vasi, Iansiti, Arora y Gambardella.

Page 130: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

262 MUNDOS ARTIfICIALES CONTltDVl:RSIAS TECNOLÓGICAS Y ItACIDNALlDAD COtECTIV¡\ 263

comunicación, organizaciones permanentes o esporádicas deusuarios, agencias gubernamentales, departamentos universita­rios, gestores de empresas, etc. El espacio y el tiempo son inde­terminados, pero puede reconstruirse la dinámica una vez quela polémica se ha cerrado y entonces emerge como un procesounitario de consecuencias determinables. Las controversias ter­minan cuando se alcanza un consenso estable, lo que no impli­ca necesariamente la resolución de! conflicto, puesto que cabeque el consenso consista en la necesidad de dejar a un lado lacuestión controvertida.'

A lo largo de estos episodios asciende a la superficie algoque normalmente está oculto en e! desarrollo «norma]" de unatecnología, e! hecho de que se produce y reproduce en el senode instituciones que se han originado en e! transcurso de la his­toria y que se sostienen por las microdinámicas sociales que lopermiten. Al desvelarse los mecanismos subyacentes se ilumi­nan también los dilemas y las tensiones sobre los que se sostie­ne la institución y las cuestiones de fondo que están implicadasen su legitimidad. Se muestran entonces los intereses distintosde los agentes diversos y la heterogeneidad institucional dequienes participan en el desarrollo tecnológico: las empresas, losgobiernos, los ingenieros como individuos y como miembros detradiciones tecnológicas, las colectividades afectadas por e!desarrollo tecnológico, las nuevas organizaciones y movimien­tos sociales de discusión y control ciudadano de la tecnología.La propia existencia de una controversia nos dice algo sobre

4 En el caso de una controversia tecnológica que se cerrase sin consen­so implicaría la postergación de la decisión colectiva acerca de esta opcióntecnológica hasta que nuevas informaciones permitan la adopción de unaopción consensuada. Hay que distinguir, desde este punto de vista, entrelo que es la dilación de una decisión porque no existe consenso en la deli­beración colectiva acerca de la oportunidad, y lo que es un ejercicio positi­vo de no adoptar una nueva tecnología por el riesgo que supone. En estesegundo caso hay ya un consenso público acerca del uso de un principioprecautorio.

esas instituciones: que existen, tienen distintos puntos de vistay han aceptado una dinámica de resolución de conflictos limi­tada a la discusión pública de una cuestión tecnológica. Laexis­tencia de una controversia demuestra que no existe consenso,pero que al menos existe un consenso básico para limitar elconflicto y centrarlo en las fronteras de la arena pública. Lascontroversias, ésta es la tesis que sostenemos, son estadios supe­riores del desarrollo tecnológico: solamente son posibles en so­ciedades suficientemente complejas y suficientemente maduraspara aceptar el conflicto y a la vez limitarlo. Lo más importan­te es que generan una cultura de debate y deliberación y unapráctica social de institucionalizar la argumentación y contraar­gumentación, de forma que pueden considerarse medios deconstrucción de un sujeto colectivo tecnológico. Tiene razónHabermas [véase] cuando afirma que quien se involucra 'en laacción comunicativa tiene que asumir ciertos presupuestosinvolucrados en la propia acción, que deja de ser un acto de me­ra racionalidad práctica para convertirse en un proceso colecti­vo en e! que están implicados agentes intencionales.

Las controversias, por otra parte, son ellas mismas formasde inserción de la tecnología en el contexto más amplio de lasociedad, de manera que, en parte a través de ellas, en partegracias a ellas, los grupos sociales internalizan las opcionestecnológicas como parte de sus decisiones colectivas. Las,controversias no son formas de guerra o conflicto social porotros medios, al contrario, son el medio por e! que las colec­tividades eliminan los conflictos haciendo explícitos los inte­reses, intercambiando información, negociando objetivos,sopesando los miedos.

ENTRE lA DISCUSIÓN Y EL CONFLlCI'O

En una controversia nos encontramos con grupos y sujetosdiferentes que no comparten la misma perspectiva acerca del

Page 131: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

264 MUNDOS ARTIFICIALES CONTROVERSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONAUIJAD COLECTIVA 265

horizonte de posibilidades ante el que se encuentran. En elpunto de consenso se aproximan los criterios por los que sevan a guiar finalmente las decisiones tecnológicas. Pensemosen la larga controversia que desde los años cincuenta se de­sarrolla acerca de lo que se considera un riesgo aceptable enseguridad de las centrales nucleares." para los ingenieros nu­cleares, químicos o eléctricos, el fallo está en la divulgaciónde las asombrosas medidas de seguridad y de los medios desu evaluación, que causa una mala comprensión del proble­ma del riesgo. Para los opositores, que distinguen entre ries­go e. incertidumbre y entre riesgo y vulnerabilidad de unsistema, por principio, la exclusión de los riesgos sociales (ig­norancia, fallo humano, terrorismo) implica la exclusión delprincipal factor de incertidumbre y por consiguiente se soca­va toda evaluación subsiguiente de riesgos. En la controversiaaparecen numerosos factores económicos, políticos, emoti­vos, simbólicos, pero también perspectivas diferentes acercade cómo evaluar el riesgo y decisiones acerca de qué es unriesgo aceptable.f Para muchos ingenieros el riesgo se calcula

5 Carlisle y Martin son dos artículos que narran parte de la controver­sia y que al mismo tiempo participan en la controversia. Carlisle es unajustificación de los informes que postulan que el riesgo de desastre enuna central nuclear por fusión del núcleo es aceptable socialmente, en lamisma medida en que lo es el convivir con la posibilidad de la desapari­ción de la vida por el impacto de un meteorito. Martín, por el contrario,distingue entre el riesgo de un fallo del sistema y la vulnerabilidad del sis­tema en un entorno indeterminístico como es un medio social. Esto nosmuestra hasta qué punto en una controversia el primer acuerdo es elde concentrar la discusión sobre dominios coextensivos. Véase tambiénHetch, donde la controversia se extiende (en el caso francés) a los usosmilitares.

6 Una cuestión muy interesante, por ejemplo, fuela incorporación a lapolémica del problema del almacenamiento de los residuos radioactivos,que los ingenieros tecnócratas separaban del problema del riesgo de acci­dente nuclear: la discusión sobre los límites del sistema es el primer y másimportante punto de la controversia.

mediante productos de probabilidades de fallos de los distin­tos subsistemas del sistema más global, y se corrigen median­te redundancias o sistemas que actúan independientementede que los otros fallen; para los opositores a esta manera deevaluar los riesgos, un sistema técnico como una central nu­clear es parte de un sistema social y geográfico que no puedeser evaluado en términos de probabilidades, como se hacecon un sistema «técnico». Lo que hace vulnerable a un siste­ma es precisamente la interdependencia que tiene con el me­dio social y geográfico: un medio político incierto puedeafectar a la seguridad mucho más que el diseño técnico, cier­tos diseños de centrales nucleares admiten un doble uso co­mo productoras de plutonio para bombas nucleares, etc.¿Bajo qué condiciones la controversia puede desarrollarse enel sentido de alcanzar un consenso social acerca del diseñode centrales nucleares o de su abandono?

Una controversia nos aparece aquí como una situaciónen la que hay un problema de racionalidad colectiva bajocondiciones de discrepancia radical de supuestos inicialesy probablemente con graves asimetrías y desigualdades deinformación y, por último pero no menos importante, de en­frentamiento de intereses. ¿Es posible la racionalidad colecti­va bajo estos supuestos?

Hay una cierta inclinación a resolver esta cuestión en­viándola al terreno de la política: una controversia tecnológi­ca, se dice, siempre es un problema político. Volviendo alcaso de la controversia sobre la seguridad de las centrales nu­cleares, no es inusual que ambas partes coincidan en estaapreciación: desde el punto de vista de los «técnicos» en segu­ridad nuclear -permítasenos simplificar la clasificación delas partes- la controversia ya está resuelta, las centrales nu­cleares tienen mucho menor riesgo que cualquier otro queacepte la sociedad, incluido el impacto de un meteorito, yahora es un problema político, el de convencer a la sociedadque asocia las centrales nucleares negativamente con las ar-

Page 132: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

266 MUNDOS ARTIFICJAU!,s CONTROVERSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONALIDAD COLECTIVA 267

mas nucleares. Para la otra parte de la controversia, en nume­rosas ocasiones, el problema también debe ser reenviado a lapolítica: la controversia sobre centrales nucleares es parte dela batalla política por el cambio de nuestra sociedad haciaformas de energía no sólo más limpias, sino políticamentedescentralizadas.

No vamos a negar que una controversia tecnológica tengaun componente político, al contrario, siempre subyace unadimensión pública y política, pero no se desarrolla en el es­pacio que es habitual considerar: el problema político de unacontroversia es como sustentar el consenso suficiente paraque la controversia tenga una dinámica propia y no sea sim­plemente una táctica en un enfrentamiento político más am­plio, una dinámica autónoma que se mueva en el espacio delas razones y que promueva una decisión basada en esta di­námica y no en causas externas.

Marcelo Dascal ha propuesto clasificar los conflictos colec­tivos en la ciencia y la tecnología en tres tipos respecto al gradode racionalidad involucrado en el conflicto. En la primera cla­se están las discusiones, en las que los oponentes simplementebuscan cómo llegar a la mejor solución cooperativa de un pro­blema que ambos reconocen como soluble. En el extremoopuesto están lo que Dascalllama polémicas, en las cuales todovale para derrotar al contrario, incluyendo las formas menosmorales de estrategias y tácticas. En las polémicas solamentecuenta la derrota del adversario, y por consiguiente, la búsque­da de una información común está subordinada tácticamente aotros fines estratégicos. En una situación intermedia se encuen­tran las controversias, en las que se llega a una solución a travésde un conflicto en el que no todo está permitido, puesto que seconcede al oponente un respeto básico a sus capacidades y de­rechos epistémicos, a su información y a su capacidad de deci­dir autónomamente sus intereses.

En segundo lugar, e independientemente de esta clasifi­cación, Dascal supone que en las tres formas de conflicto se

ejercitan tres formas distintas de racionalidad o irracionali­dad. En la primera clase nos aparece una forma de racionali­dad ideal en la que los conflictos se solucionan por mediosepistémicamente perfectos, como son el razonamiento impe­cable o la observación directa. En las polémicas, por el con­trario, la racionalidad epistémica es nula, y se subordina aformas prácticas de racionalidad «maquiavélica». Por último,ésta es la tesis interesante de Dascal, habría una forma espe­cial de racionalidad en las controversias de tipo conversacio­nal, que habría de estudiarse con los medios de la retórica.

Podemos discutir separadamente las dos propuestas deDascal, por un lado la clasificación de conflictos y por otro latesis sobre la racionalidad. Para resumir mi posición, me pa­rece que la clasificación de conflictos es correcta, mientras quedebemos matizar mucho su tesis respecto de la racionalidad.El punto central está efectivamente en el grado de racionali­dad que se concede al contrario, que conlleva la aceptaciónde que posiblemente pueda llevar la razón y sus ideas y razo­namientos sean los acertados, de modo que en los casos depolémica tal aceptación está completamente subordinada alobjetivo primero de derrotarle. Sin embargo, me parece inne­cesaria la división que Dascal establece entre racionalidadperfecta, que se ejemplificaría en las discusiones, y racionali­dad conversacional, que se ejercitaría paradigmáticamente enlas controversias. En primer lugar, porque sabemos por mu­chos datos empíricos de la psicología que no hay tal cosa co­mo racionalidad perfecta que sea el resultado de aplicarreglas, puesto que los sujetos fracasan habitualmente en suaplicación, y, por el contrario, nos encontramos ante unacierta gradación de calidad de las decisiones. y si nos encon­tramos ante esta situación de grados de racionalidad, no tie­ne mucho sentido separar las formas de racionalidad perfectade las conversacionales. Me parece mucho más interesante,y ésta es la tesis que proponemos, distinguir los problemasque presenta la racionalidad individual de los problemas que

Page 133: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

268 MUNDOS ARTIFICIALES CONTROV[RSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONALIDAD COLECTIVA 269

presenta la racionalidad colectiva. Desde mi punto de vista laespecificidad de las controversias no vendría únicamente dela necesidad de convencer retóricamente al contrario, lo cuales cierto -los teóricos de la pragmática, como Dascal, tienenque mostrarnos las peculiaridades del razonamiento conver­sacional-, sino que también, y previamente, tendríamosque mostrar cómo los sujetos se sitúan ante una posición enla que el resultado de sus decisiones depende de las decisio­nes que tomen otros.

Nuestra pregunta es, por consiguiente, ¿cómo es posiblela formación de consensos colectivos racionales partiendodesde situaciones en los que no existen?

BIENr,s (Y MALES) PÚBLICOS EN El. DESARROI.J.O TECNOLÓGICO

Para entender las dificultades que entraña, no ya el desarro­llo de una controversia, sino el propio hecho de su existen­cia, debemos comenzar por identificar el origen de las

. tensiones que genera el desarrollo tecnológico. No es otroque el hecho de que el cambio en el espacio de posibilidadesnos enfrenta a tensiones de bienes y males públicos que nopueden ser medidos por el costo o beneficio de aquéllos aquienes benefician o perjudican las decisiones colectivas.

Sedebe al economista Mancur Olson la idea de que tras decada institución colectiva existe un problema de producciónde bienes públicos. Un bien o un mal público se define por seralgo valioso, o rechazable, de cuyo disfrute o padecimiento nopuede ser excluido nadie independientemente del costo que ha­ya pagado para su consecución, provisión, preservación o, en elcaso de los males, evitación. El aire limpio es un bien público:para su preservación hay que pagar un costo, pero de él disfru­tan tanto los contaminadores como los que no lo son.

Los bienes públicos son los que legitiman las institucio­nes humanas. Hay instituciones que además de existir deben

justificar la legitimidad de su existencia, independientemen­te de que uno pueda observar con mayor o menor escepticis­mo esta legitimación. Y en la medida en que la legitimaciónes necesaria, deberíamos distinguir el proceso de institucio­nalización de la legitimación de esa institución. A. Giddens yJ. Searle han descrito el proceso de institucionalización comoun proceso de internalización de hábitos de comportamien­to. La legitimación alude sin embargo a las razones públicasque justifican esos patrones de conducta. Y las razones públi­cas están en íntima relación con los bienes públicos. En elcontexto del problema de la legitimación es en el que debe­mos analizar las controversias tecnológicas.

El riesgo tecnológico como un problema de bienes públicos:¡noen mi patio de atrás!

Lascontroversias sobre el uso de centrales nucleares como fuen­te de energía o sobre el desarrollo de nuevas variedades de seresvivos basadas en técnicas biotecnológicas discurren alrededorde los riesgos que corren grandes comunidades o la propia hu­manidad. Estos riesgos son asumidos por grupos que son dife­rentes a los que reciben los beneficios o por grupos para los queel cálculo de costos y beneficios es diferente del que realizan lospromotores de estas formas de desarrollo tecnológico. Haymontones de casos que muestran que la preservación de unbien o la evitación de un mal se convierte en uno de los proble­mas más difíciles de la racionalidad colectiva.

Russell Hardin usó precisamente un caso de riesgo paraejemplificar el concepto de bien público. Llamó a este ejemplotragedia de los comunes. Se refiere a las tierras que desde la EdadMedia muchos poblamientos conservaron durante siglos parauso colectivo, bien para pastoreo, bien, en el caso de los bos­ques comunes, como fuente de combustible y madera. Cada in­dividuo tiene ante sí el dilema del uso del territorio común:

Page 134: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

270 MUNDOS ARTIFICIALES CONTROVERSIAS TECNOLÓCICAS y RACIONAt!DAD COLECTIVA 271

puede introducir, pongamos por caso, cinco o diez ovejas parapastar en e! territorio. Si todos toman la misma decisión, rápi­damente se acaba e! pasto y todos padecen la falta, pero si todoscolaboran restringiendo el número de ovejas la conducta inso­lidaria de uno o unos pocos ciudadanos no se nota. Enfrenta­dos a este dilema en estado puro, sin instituciones de consensocomo son las regulaciones colectivas, e! resultado es catastrófi­co: e! comportamiento egoísta es la regla y no la excepción. Noimporta que sean individuos o colectividades. El caso más fla­grante y cercano es el de los sucesivos fracasos de las conferen­cias mundiales para la reducción de las emisiones de COl paraevitar e! efecto invernadero.

El segundo ejemplo se refiere a las decisiones sobre asenta­mientos de depósitos de residuos peligrosos, uno de los casosmás frecuentes de conflictos contemporáneos ligados al desa­rrollo tecnológico. El depósito resuelve un problema colectivoal precio de un riesgo que debe padecer una parte de la comu­nidad o, a veces, una comunidad ajena a la que disfruta del be­neficio. La experiencia de estos conflictos muestra que la diná­mica es difícilmente limitable a una discusión racional: laimposición será siempre vista como autoritaria, los intentos decompensación como sobornos y corrupción y las evaluacionesde riesgo por los expertos pura y simplemente como engaños.

Elespacio de oportunidades como un problema de bienes públicos:¡queinventen ellos!

El espacio de oportunidades de una sociedad depende de sugrado de innovación tecnológica, pero la innovación tecno­lógica cada vez es más sensible a la acción colectiva. No bas­tan los intereses económicos y empresariales, no bastan losestímulos gubernamentales, no basta la acumulación de co­nocimientos y entidades académicas. El secreto de! cambiotécnico contemporáneo está en la coincidencia contingente

de redes espacio-temporales de interacción entre los trescomponentes. Es lo que ha ocurrido en las llamadas tecnopo­lis de las que depende en buena parte e! futuro desarrollo dela tecnología. Manuel Castells y Peter Hall han contado lahistoria de las grandes tecnópolis del mundo: Silicon Valley,la carretera 128 de Bastan, París Sur, Londres, Tokio, Kansai,Hsinchu [véase Castells y Hall]. En todas ellas se produceuna contingente coincidencia de intereses empresariales, aca­démicos y gubernamentales que convierten a la innovaciónpor la innovación en un objetivo en sí mismo. Se crean redesinformales, ocultas, de ingenierías-empresarias-profesores queintercambian información y crean estímulos mutuos.

Lo curioso de las tecnópolis, que forman e! entramado dela innovación de la transición entre este siglo y e! siguiente,es que son producto de una actividad cooperativa que, a me­nos que coincida, no produce los frutos buscados. Han sidonumerosísimos los intentos de crear regiones innovadorasartificiales: las ciudades de la ciencia como Academgorodok,creada por Kruschov en Siberia [véase Castells y Hall, cap. 41,pero crean grupos de interés corporativo, e! académico en es­te caso; en otros casos, la simple acumulación de empresassolamente genera industrialización obsoleta y no competiti­va. Santiago López, ha insistido en lo sorprendente que es laexistencia de innovación continuada. No solamente no existeuna explicación económica clara, ni siquiera la explicaciónsocial es sencilla. El caso de Silicon Valley es bien conocidopor lo que ejemplifica de heterodoxia económica, ingenierile incluso de inversión estatal: los miles de industrias que secrean en el condado de Santa Clara, al suroeste de San Fran­cisco, se establecen por la iniciativa de jovencísimos ingenierosheterodoxos (en muchas ocasiones, como es e! conocidísimocaso de Bill Cates, sin haber acabado siquiera los estudios)con e! apoyo de capital de riesgo prestado por empresariosno menos heterodoxos y con e! apoyo del gasto militar em­peñado en una loca carrera tecnológica contra Rusia.

Page 135: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

272 MUNDOS ARTIFICIALES C.ONTROVERSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONALIDAD COLECTIVA 273

El carácter de bien público de la innovación no provienede que los fenómenos de las tecnópolis sean o no intrínseca­mente un bien, sino de la dificultad de su sostenimiento: sonfenómenos improbables, contingentes, generados por el mu­tuo refuerzo de esfuerzos innovadores, que solamente se per­ciben como bien cuando están creadas, pero que en losmomentos de despegue se observan como esfuerzos inútilesyantieconómicos.

No es casual que el viejo «problema de la ciencia españo­la» sea tan difícil de explicar. Y sin embargo, qué explícitosresultan los brevísimos episodios en regiones espaciales de­terminadísimas en las que se ha producido algún despeguede la innovación española: cuando los tres polos se apartanun poco de su triste, corporativo, adocenado, provincianoegoísmo de intereses.

DILEMAS DE ACCIÓN COLEClWA EN EL CASO DE BIENES rÚBI.ICOS

Estas dos dimensiones de la tecnología muestran los dilemasde la acción colectiva que hace más de veinte años señalaraMancur Olson. Pues, ¿qué es lo que motiva a los agentes paraprestarse al trabajo que implica la producción de este biencolectivo? Lo más racional, en ausencia de otros incentivos,es usar y aprovecharse del conocimiento y no pagar el costode su producción, copiar las patentes, financiar corrupta­mente los viejos intereses empresariales. ¿Qué es lo que mo­tiva a la gente a investigar". ¿qué es lo que motiva a ciertosempresarios a embarcarse en proyectos de altísimo riesgo",'qué motiva a algunos gobiernos a estimular la creatividadl d ..más que el sostenimiento de los intereses crea os?, ¿que Im-pulsa a ciertas sociedades a negociar y compartir el riesgo? Enel análisis de Olson esta situación puede representarse demanera abstracta como un juego del dílema del prisionero ju­gado entre muchos actores [véanse Axelrod 1 y 2, Y Cole-

man]. Permítasenos emplear la representación de Heckarton[21, quien correlaciona el bien producido con el número deagentes involucrados en su producción [véase la figura 41. Lacurva representa la figura de producción de un bien, en el ejede las ordenadas se representa la cantidad del bien produci­do, en el eje de las abscisas la cantidad o proporción de agen­tes que se deciden a trabajar por el bien común.

Tasa de bien

Número de contribuyentes

FIGURA 4

Las condiciones en las que se produce el dilema delgorrónson las siguientes: la primera es que el bien producido sea ne­cesariamente producido de forma conjunta (puesto que otrocaso no exigiría acción colectiva); en segundo lugar que laproducción confiera beneficios a todos los miembros, demanera que no puedan ser excluidos del beneficio, indepen­dientemente de la colaboración que hayan tenido en su pro­ducción; en tercer lugar que la producción exija costos. En talcaso los agentes consideran que no les conviene en absolutocolaborar, hagan lo que hagan los demás, pues si los demásno colaboran no pierden los costos de colaboración inútil­mente, y si los demás colaboran, de todas formas obtendránel bien sin haber colaborado.

Las soluciones se dividen en dos tipos: la primera es laexistencia de ciertos incentivos, en forma de premios o cas­tigos colaterales, que explican por qué los agentes se com­portan de forma cooperativa. Pueden ser incentivos como la

Page 136: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

274 MUNDOS ARTIFICIALES CONTROVERSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONALIDAD COI.ECTIVA 275

amenaza o el miedo al castigo, si existe una autoridad ajenaal grupo que obliga a la cooperación; puede ser por incenti­vos de mercado, porque la cooperación reciba un premio porotros resultados que los de la propia cooperación, puede serpor mecanismos psicológicos como el prestigio o por con­vencimiento moral. Otras soluciones dependen de dinámicasinternas del grupo, que generan autónomamente una estruc­tura de incentivos o de contrato social para la preservacióndel bien o la evitación del mal: las redes débiles de agentes, laformación de subgrupos que interactúan entre ellos de mane­ra «autocatalítica» y otras que no es el caso enumerar ahora.

Sin embargo, estas dos soluciones no son solucionescompletas: simplemente trasladan el problema de la coope­ración a otro territorio, el de la existencia de una estructurasocial que posibilita la cooperación, pero que en si misma estambién un bien público." En la versión clásica de los dile­mas de la acción colectiva, los agentes se limitan a las opcio­nes de colaborar o desertar de la acción, pero los miembrosdel grupo pueden considerar también la posibilidad de in­fluir en la conducta de los demás bien para obligarles a cola­borar, bien para obligarles a desertar, o bien no influir enabsoluto en la conducta de los otros. Llamaremos a esta op­ción decisión de segundo orden. Es una opción que no estáexenta de costos. La fábula de Esopo de los ratones que deci­dieron ponerle un cascabel al gato ejemplifica muy bien estasituación. De hecho, puede que sea más costoso incluso elinfluir sobre los demás la simple colaboración en la acción.Las formas son muy variadas, dependiendo del sistema de in­centivos o de solución del dilema de primer orden que haya­mos elegido o con el que nos encontremos. Pueden sercostos de autoridad, o costos de prestigio, o costos de mante-

7 Mary Douglas, una antropóloga heterodoxa e intuitiva, ha explicadomuy bien cómo las soluciones aparentemente sencillas a los dilemas de lainstitucionalización no lo son tanto [Douglas, cap. 2).

nimiento de tamaño del grupo o costos de moralidad. Elproblema consiste en que la institución que estimula la cola­boración ella misma es un bien de segundo orden. Pongamospor caso las soluciones morales. Normalmente se consideraque los costos de la moralidad son nulos. Pero todos sabe­mos que los costos de hacer que otros se convenzan de quees mejor para ellos hacer lo que nosotros consideramos quehay que hacer no son nulos en absoluto. Exigeinstituciones ytiempo de convencimiento y de modificación de conducta delos otros, etc. Encontramos en ocasiones a muchos autoresque proponen la solución moral sin indicar cuáles son loscostos de su mantenimiento y sobre todo quiénes van a pa­garlos. Y el mismo reproche se extiende a quienes suponenla existencia de presiones sociales previas a las tensiones delos agentes.

DIMENSIONES DE LA GEsnÓN COI.ECIlVA DEL DESARROI.J.O TECNOLÓGICO

Encontramos varias estrategias de coordinación de interesestanto en la gestión del riesgo como en la expansión de los es­pacios de oportunidad. Tomemos como ejemplo las políticaspúblicas en el caso de asentamiento de depósitos de residuospeligrosos [véase Hisschernoller y Midden]: la elección estádeterminada generalmente por el modo en el que las autori­dades públicas o las empresas perciben la realidad social. Setrata de un caso paradigmático de distancia entre quienes pa­gan el costo y quienes reciben el beneficio. En primer lugarestá el estilo tecnocrático, basado en la imposición guberna­mental, que, a su vez, se fundamenta y legitima, además deen su propia legitimidad como autoridad, en los informesde los expertos, generalmente pertenecientes a las empresasimplicadas y en algunos casos a agencias gubernamentales.En esta aproximación en estado puro la participación públicaes indeseable o es vista como un mal inevitable que hay que

Page 137: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

276 MUNDOS ARTIfiCIALES CONTROVERSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONALIDAD COLECTIVA 277

sortear. Se considera que las reacciones ciudadanas son siem­pre fruto de miedos irracionales que no consideran los bajosniveles de riesgo y se confía en que la oposición desaparecerácuando el público se acostumbre a la nueva tecnología.

Lasegunda aproximación es la que supone que un proble­ma de bienes públicos y de dilemas de racionalidad siemprepuede resolverse mediante la introducción de un mecanismode mercado: el bien público se divide en bienes privados y laaportación de cada uno se valora y paga por este mecanismo.Así, la tragedia de los comunes de Hardin se resolvería asig­nando a cada ciudadano una parcela del bien público de laque es responsable. En el caso de los asentamientos de depó­sitos que estamos considerando, se trata como un problemade costos y beneficios: depende de la relación entre la percep­ción de riesgos de la comunidad y el beneficio.

La tercera aproximación deriva de las correcciones almecanismo del mercado que supone la introducción de laperspectiva de la justicia distributiva: consiste en el estableci­miento de sistemas de compensación por el riesgo o beneficiodesigual que perciben quienes pagan el costo o reciben el be­neficio. El gobierno suele ser el que establece un principiocompensatorio por el riesgo o beneficio.

La cuarta estrategia se basa en el estímulo a la partici­pación colectiva en la toma de decisiones, de manera que laresponsabilidad sea asumida voluntariamente cuando se al­cance un consenso sobre la solución admisible y legítima. Laparticipación puede ser directa mediante referendos deciso­rios o de consulta o indirecta por medio de grupos que repre­sentan movimientos ciudadanos o intereses en pugna.

Las cuatro estrategias tienen beneficios y costos. En suforma pura no están exentas de problemas. La primera estra­tegia, la tecnocrática, aun en el caso de que la autoridad notenga la menor sospecha de ilegitimidad, aun si los expertosllevan toda la razón, tiene un problema de costos socialesque con el tiempo se convierten en insoportables: el público

lego simplemente no cree a los expertos y no cree en la vo­luntad imparcial de las autoridades. El problema de la impo­sición es, dejando aliado otras consideraciones, que produceconsecuencias indeseables no buscadas: disminuye la con­fianza en los sistemas de representación y la confianza en laautoridad técnica de los expertos. Y el problema es suma­mente grave a partir de una masa crítica de acumulación de ladesconfianza, pues pone en peligro las bases sobre las que sesustenta el desarrollo tecnológico que exigen algo más quemeras relaciones de interés, exigen cierta transferencia de au­toridad al otro que solamente se sustenta sobre la confianza.Este argumento probablemente no sirva para todas las situa­ciones, pero sí para aquéllas en las que se encuentra el desa­rrollo tecnológico contemporáneo sensibilísimo a cualquiercambio en las complejas relaciones sociales que lo sustentan.

Laestrategiade mercado, de igual forma, produce una espe­cie de paradoja cuando el Estado es el que tiene que tomar lasdecisiones [véase Hisschernóller y Midden]: en tanto que Esta­do se supone que debe velar por los intereses generales, perocuando toma una decisión de incentivar mediante premios ocastigos una decisión actúa como una parte y mina su papelmediador. Por otra parte, aunque fuera posible la mercantiliza­ción de un sistema de bienes públicos como son los que quere­mos preservar con el desarrollo tecnológico sigue existiendo unproblema de bienes públicos: ¿quién garantiza que el mecanis­mo del mercado es un mecanismo de mercado limpio? La co­rrupción de las reglas de competencia mediante mecanismosocultos suele ser la fuente de críticasmayores ante los promoto­res liberales del mercado. Esbien conocido el caso de la políti­ca de Estados Unidos de protestar contra las ayudas estataleseuropeas para las empresas de alto interés tecnológico y no re­conocer nunca que su sistema de grandes contratos militares esun sistema oculto de financiación fuera del mercado. La estra­tegia de justicia distributiva, pese a que se encuentra en un esta­dio superior de legitimación moral, no está exenta de proble-

Page 138: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

278 MUNDOS ARTlrlCIALES CONTROVERSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONALIDAD COLECTIVA 279

mas tampoco. Cuando las compensaciones se determinan demanera unilateral por la autoridad generan e! mismo problemade desconfianza que en e! primer caso. Es más, como han mos­trado los numerosos casos de compensación en conflictos porasentamientos de depósitos, las compensaciones se perciben ge­neralmente como corrupción y soborno de las autoridades lo­cales, de manera que e! costo en desconfianza es aún mayor. Laestrategia de participación pública tiene ventajas notables,como es el hecho de estimular la corresponsabilidad y la con­fianza cuando se llega a un consenso, pero tiene también e! pro­blema de cómo organizar una discusión racional mediantetransmisiones fiables de información. A menos que los expertosestén divididos y la polémica incorpore también expertos de va­rias posiciones, la desconfianza es la regla más que la excepción.Cualquier ocultamiento de información incrementa esta des­confianza de manera no lineal. De modo que nos encontramostambién ante un problema de costos de segundo orden queidentificamos en e! anterior capítulo: el de cómo poner en mar­cha un proyecto de cultura tecnológica suficiente para la par­ticipación. En realidad nos encontramos ante un núcleo detensiones que ha sido representado acertadamente en la figura 5[tomada de Vlek y Cvetkovicht].

Racionalidad colectiva I

Consenso

Dictadura

El triángulo nos muestra las tensiones en las que se desa­rrollan las decisiones tecnológicas. Nos encontramos antetres objetivos deseables: la capacidad de decisión, la raciona­lidad colectiva y la participación igualitaria en la discusión.Los tres objetivos se encuentran en cierta tensión, por lo quesolamente conseguiremos formas de compromiso entre ellos.La opción más generalizada en los casos de conflicto hasta elmomento ha sido la de la imposición jerárquica, que sola­mente tiene límites en la resistencia social ante la que se en­cuentran las autoridades. La opción de mercado no apareceaquí porque es una forma de decisión que tiene el precio dela racionalidad, puesto que nos encontramos ante problemasde bienes públicos esenciales.

El empleo de métodos de decisión democráticos como refe­rendas que toman la decisión por mayoría tiene la ventaja deestimular la participación y por consiguiente e! grado de legiti­mación social de la decisión, pero no nos garantiza la raciona­lidad cuando están involucradas decisiones tecnológicas. Sola­mente introduciendo formas colectivasde discusión, que tienene! precio, claro, de la dilación de las decisiones, podemos ade­más aumentar simultáneamente el contenido de racionalidadde la participación colectiva. Ésta es precisamente la función delas controversias en tanto que nuevos instrumentos de legitima­ción de las decisiones tecnológicas.

LAs CONTROVERSIAS Y LOS cosros DE SEGUNDO ORDEN:

lA INSITruCIONAI.I7ACIÓN DEL CAMmo 'mCNOLÓGICO

Decidibilidad IRegla de mayorías

FiGURA 5

I Participaciónigualitaria I

La división que hemos introducido entre costos de primerorden y costos de segundo orden puede ayudarnos a intro­ducir alguna luz en la dinámica de las controversias. Las con­troversias tecnológicas no son un problema de! tecnológicocontemporáneo: son la solución.

Page 139: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

280 MUNDOS ARTIFICIALES CONTROVERSIAS TECNOLÓGICAS Y RACIONALIDAD COLECTIVA 281

La propuesta que hago es considerar las controversias co­mo procesos en los que están implicados los costos de segun­do orden. Me estoy refiriendo aquí a las controversias quenacen de un conflicto radical en el que las partes no tienen unconsenso previo acerca del propio problema en discusión, orespecto a los límites del problema, ni respecto a los valoresimplicados ni a la fiabilidad de la información disponible.Existen, por supuesto, controversias en las que está resueltoel problema de segundo orden puesto que se ha llegado auna estabilización de los sistemas de autoridad, pero este ex­tremo no demanda comentario alguno: se trata de discusio­nes que constituyen partes de la deliberación normal.

Las controversias no son solamente formas maduras dedesarrollo tecnológico, son también formas maduras de de­sarrollo democrático: algunas sociedades en momentos especí­ficos deciden someter a discusión las opciones tecnológicas,"En estas micro instituciones cabe, como hemos venido consi­derando, una actitud «altruista», la del que está dispuesto aconvencer o ser convencido en virtud de las propiedades ra­cionales del acto conversacional en el que se ha embarcado, yuna actitud «egoísta», la del que está dispuesto a convencer alotro utilizando estrategias de propaganda o de poder, porejemplo, cambiando su estado cognitivo mediante prome­sas, amenazas u otros mecanismos implícitos en la retórica.Probablemente las controversias no sean para alguno de losactores más que polémicas por otros medios. Tal vez hayanentrado en la polémica con el objetivo oculto de vencer porlos medios que sea y no les importe tanto el convencer o,peor aún, no estén dispuestos a ser convencidos. Muchos so-

8 Hayya una gran información sobre las experiencias que se han lleva­do a cabo en esta dirección. Lamentablemente hay más información queexperiencias, pero esta información es también parte de las experiencias.Véanse Levidow y otros, Luján y otros, Bechman, Laird, Toft, Ioss, Fixdal,Borrillo (comp.), Luján.

ciólogos de la tecnología tienden a pensar las controversiasen estos términos: lo único que les importa es quién movili­za los medios humanos y físicos a su favor, no si lo hace porrazones legítimas. Es más, no tiene sentido el término legiti­midad. Pero entonces, i.por qué hayo debe haber controver­sias? Porque lo cierto es que otros medios son mucho másefectivos para la movilización de esfuerzos: la autoridad, si setiene, el mercado o, en caso de estar en desigualdad de condi­ciones de poder, el conflicto abierto, no la controversia. O lacontroversia no es ella misma un bien público deseable, ono puede admitirse que la controversia sea simplemente unmedio estratégico para engañar al otro. Una controversia esella misma un modo de generar redes de confianza y trans­misión de información, de modo que el consenso se basarásimultáneamente en razones y en procesos de decisión librey colectiva.

La existencia de controversias es, pues, en sí misma, ungenuino caso de bienes públicos en donde el retorno que re­cibe cada agente es independiente de su colaboración, yen elque la fuerza por la que cada agente se implica en la acciónderiva de otras formas. No está excluida la hipocresía, puestoque la movilización solamente será posible en un contextoen el que se han generado estructuras permanentes de nor­mas o autoridad y algunos actores pueden usar la propiacontroversia para sus propios fines. Pero lo interesante es quelas controversias no pueden entenderse ya como meros siste­mas de negociación: son procesos de auténtica colaboración.La razón está en que los efectos sociales de la misma existen­cia de la controversia se extienden más allá de lo que losagentes obtienen subjetivamente de ella. No podemos evitarla existencia de pseudopolémicas, pero en la medida en quelas controversias auténticas se lleguen a establecer comopráctica habitual, se convertirán en procesos sociales que nopodemos considerar marginales en la tecnología contempo­ránea basada en la interdependencia social de la cultura, la

Page 140: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

282 MUNDOS ARTlrlCIAUS CONTIWVERS¡AS TECNOLÓGICAS Y RACJONAUDAD COLECTIVA 283

sociedad, la ciencia, la política y las propias formas de vida.Hay controversias solamente cuando hay ya un sistema bási­co en el que los agentes, bajo un cierto velo de ideas, estándispuestos a convencer o ser convencidos por razones.

En las controversias genuinas, además, está implicadatambién la pretensión de que las razones tengan un grado in­tersubjetiva, y en cierto modo objetivo, suficiente, de acepta­bilidad. Porque las controversias que exigen un consensoperfecto en realidad no llegan a ser controversias genuinas si­no simples discusiones. Las controversias que consideramosimportantes a veces acaban en un consenso, como ocurrecuando una comunidad acepta mayoritariamente un nuevopunto de vista, pero en otras ocasiones son parte de la dis­cusión social acerca de la producción del futuro, de las al­ternativas que consideramos deseables, de los riesgos queconsideramos inaceptables y de los males que intentamossobrepasar. No hay que ponerse de acuerdo necesariamente.Lo que hay que evitar entonces son las opciones irreversibles,los «trágalas» sociales impuestos por autoridad. Pero aquí latecnología se encuentra a la par con otras formas de transfor­mar el mundo en el que vivimos. Mi propuesta, para acabar,es que consideremos las controversias como largos procesosen los que se genera una forma de equilibrio reflexivo, es decir,procesos en los que la dinámica del bien público se estableceen el doble plano de la producción de primer orden, perotambién en el terreno de las razones acerca de por qué hayque colaborar.

RESUMEN

Este capítulo es una expansión de la cuestión de los dilemasde racionalidad que expusimos en el capítulo anterior. Estosdilemas surgen del hecho de que la racionalidad debe ejercer­se en contextos colectivos, en los que el acuerdo, la capacidad

de decisión y la racionalidad de la decisión se encuentran entensión. Precisamente por eso son dominios que constituyenun marco privilegiado para ejercer la racionalidad. En estoscontextos surgen las controversias: son fenómenos nuevos enel desarrollo de la tecnología que hay que considerar comonuevas formas de establecer el tejido de relaciones entre latecnología y la sociedad. Hemos establecido algunas condicio­nes para que una controversia sea aceptable. Hemos conside­rado también que las controversias son ellas mismas mediosdeseables de producción de decisiones en contextos social­mente complejos, como lo son los contextos tecnológicos.

Puesto que el acuerdo y el consenso es un bien deseable,la segunda parte del capítulo se ha dedicado a la exposiciónde los problemas que presenta la provisión de bienes públi­cos y los dilemas de racionalidad a los que se enfrentan loscolectivos. Las decisiones tecnológicas son casos paradigmá­ticos de bienes o riesgos públicos que no son proporcionalesa quienes han pagado los costos o producido los riesgos. Deahí que se presenten dilemas de acción colectiva. Hemos exa­minado las posibles soluciones y los propios problemas quepresentan estas soluciones y, dado que no hay una soluciónperfecta a estos problemas, lo más racional es aquí tambiénlo más legítimo: promover la discusión y la toma colectiva dedecisiones como un medio de aprendizaje y formación paraseguir tomando decisiones colectivamente.

SUGERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Respecto a los dilemas de bienes públicos, reiteramos la re­comendación del anterior capítulo de la antología de Aguiar.Sobre controversias en ciencia y tecnología, Collins 3, Shapin,Giere,Tristram y Caplan, Thagard, son algunos ejemplos repre­sentativos de la creciente producción bibliográfica. Sobre lasnuevas experiencias que han surgido en algunos lugares como

Page 141: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

284 MUNDOS ARTIfiCIALES

los foros de discusión de alternativas tecnológicas y algunas ex­periencias de diseño compartido, véanse Luján y otros, Bech­rnan, Laird, Tofts, Ioss, Fixdal, y los trabajos coordinados tantopor Barrillo como por Luján.En España, e!grupo que dirige Emi­lio Muñoz en e! Instituto de Estudios Sociales Avanzados delConsejo Superior de Investigación Científica está realizandouna loable tarea de promoción de la discusión colectiva sobrela tecnología, en particular sobre biotecnologías. El grupo de!Instituto de Evaluación sobre Ciencia y Tecnología, impulsadodesde Valenciapor JoséSanmartín, ha desarrollado varios traba­jos sobre participación pública en la discusión tecnológica. Enmi propia universidad, e! grupo de Evaluación de PolíticasCientíficas (EPOC), dirigido por Miguel A. Quintanilla, ha sidodesde hace años un promotor de la creación de institucionesdemocráticas de control de la ciencia y la tecnología. Revistascomo Research Palicy y Science and Pub/ic Palicy están dedicadasa la discusión teórica y práctica de experiencias de participación.

EpÍLOGO: LOS VIEJOSCACHARROS NUNCA

MUEREN

Lasconstrucciones casi en ruinasparecen todavía proyectos sin acabar,

grandiosos; sus bellas medidaspueden ya imaginarse, pero aún necesitan

de nuestra comprensión. y, además,ya sirvieron, ya fueron superadas incluso.

Todas estas cosas me hacen feliz.BEIDUI.:r BREellT

El texto que sigue] es un alegato filosófico en favor de la conser­vación y el cuidado de todo aquello que ha formado parte denuestro medio físico y que e! ecologismo ha olvidado por unincomprensible y fastidioso enfrentamiento entre naturaleza ycultura: las paredes, los carros, los lenguajes perdidos, todas lasherramientas, mi bicicleta.

Los ESPACIOS OLVIDADOS

Cerca de Ciudad Rodrigo, en la frontera entre España y Portu­gal, en un pequeño pueblo llamado Aldea del Obispo, en la ci-

1 Versiones previas de este capítulo fueron publicadas en Abril, 1995 Yen Cómez-Heras [comp.], Ética medioambiental, Madrid:Tecnos, 1997.

285

Page 142: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

286 MUNDOS ARTIFICIALES EPfLOGO: LOS VIEJOS CACHARROS NUNCA MUEREN 287

ma de un otero que domina el valle de la aldea y las vecinas co­tas, atravesando unas vallas de alambre de espino que quierenimpedir la huida de las vacas y el ocasional paso de visitantes, seencuentran los olvidados restos del Fuerte de la Concepción, laconstrucción militar más perfecta en su género de toda la inge­niería militar del siglo XVIII y hoy unas serenas ruinas que apenasdejan entrever la compleja estructura de una fortificación crea­da ya en la época de expansión de la artillería. Comenzó a cons­truirse el año 1686 y fue terminado hacia 1740, el mismo perio­do que abarca la revolución científica que dio origen a lamecánica racional. Sufrió el asedio del ejército inglés durantelas guerras napoleónicas y, después de la conquista, un primerintento de voladura premeditada que afectó a alguna de las par­tes más débiles de la obra. Debemos la preservación de estasruinas a un oscuro oficial de ingenieros que se negó a cumplirlas órdenes de una segunda y más sistemática demolición, pren­diendo las mechas de las minas que habían sido colocadas alefecto una noche lluviosa. Cuando el propio regimiento de laguarnición española abandonó definitivamente la plaza, en pa­go de sus deudas a los lugareños, el coronel les animó a usar susviejas piedras en nuevas construcciones, y, en efecto, alguno delos nuevos ocupantes estableció un negocio de cantería que dis­persó los sillares por toda la comarca de Ciudad Rodrigo, endonde aún son visibles en numerosas casas de varios pueblos.

Propongo este caso como ejemplo de la cuestión que nosconcierne: la conservación de espacios y especies naturales yartificiales. El Fuerte de la Concepción, para abundar en estaconjunción, se encuentra en una encrucijada de contrastes:físicamente está situado en medio de una zona de dehesas deencinas, uno de los ecosistemas más valiosos de Europa; ale­jadd de todo núcleo de civilización, en una de las zonas másdeprimidas de la Raya de Portugal, es un ejemplo preclaro dela tecnología más avanzada del Barroco. Los ingenieros quelo diseñaron eran expertos en varias de las artes mecánicasmodernas, en una España que había emprendido definitiva-

mente el camino del alejamiento de todas las corrientes cien­tíficas de la Ilustración. Para acabar, debemos a una mezclade intención conservadora e intención destructora el estadoactual de las ruinas. Que el Fuerte de la Concepción haya con­servado algo de su pasado esplendor es un milagro si atende­mos a la saña destructora que lo ha perseguido. Que aúnpermanezca olvidado y devaluado en el elenco de nuestro pa­trimonio cultural nos dice mucho acerca de una cultura quesólo valora las ruinas que son catalogadas por expertos en ar­te, pero desprecia los vestigios de nuestro pasado técnico.?

Por todo ello la casual preservación del fuerte es un casoejemplar para provocarnos la pregunta que queremos diluci­dar: [estamos obligados moralmente a conservar espacios artificia­les del mismo modo que estamos obligados a la conservaci6n deecosistemas y especies?

ACERCA DE LA CONSERVACIÓN DE ESPECIES Y sus ARGUMENTOS

Argumentos consecuencialistas

Dos grandes argumentos sostienen el conservacionismo de ladiversidad biológica. El principal, que constituye el género,descansa sobre el cálculo de recursos. Apela al uso de nuestra

2 Al cruzar la frontera nos encontramos el Fuerte de Almeida. su geme­lo y vigilante enemigo. Está perfectamente conservado y periódicamentelimpiado por el ejército portugués. Un pequeño museo nos cuenta la his­toria del fuerte y varios de sus sótanos han sido restaurados y se ofrecen alvisitante curioso. Debo estos datos, imprecisos porque acuden a mi me­moria desde los recuerdos de una pasada visita, al maestro del pueblo,quien a lo largo de varios años ha reconstruido la historia del fuerte y, loque es más difícil, su antigua estructurafuncional, en una enorme maque­ta en la que han colaborado variasgeneraciones de alumnos y ha termina­do por despenar la atención de todos hacia lo que es uno de los pocosrestos de una tecnología que solamente era posible con los nuevos méto­dos científicos del Barroco. No todo se ha perdido.

Page 143: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

288 MUNDOS ARTIFICIALES EPflOGO: LOS VIEJOS CACHARROS NUNCA MUEREN 289

capacidad de racionalidad estratégica y propone moderar lasatisfacción de nuestras necesidades actuales para conservarrecursos en el futuro. La racionalidad estratégica parece serun patrimonio de la especie humana. Muchos animales guar­dan alimentos para el futuro, lo que indica que son capacesde resistir el impulso de comerlos en el momento, mas, pesea que esta conducta nos sorprenda en el mismo grado que lohace el evidente altruismo de otros comportamientos anima­les, no diríamos que tal conducta sea un caso de racionalidadestratégica sino más bien de comportamiento dirigido pormecanismos no intencionales. La racionalidad estratégica ne­cesita la capacidad de representarse el futuro como futuro, esdecir, representarse una situación como una situación que noes ahora, pero que existirá como resultado causal de la situa­ción presente. La racionalidad estratégica es difícil y tienealgo de inexplicable en su origen; la racionalidad colectiva,pongamos por caso, es siempre complicada de obtener, perola racionalidad estratégica lo es aún más porque exige una ca­pacidad colectiva de representarse el futuro, primero; des­pués, un acuerdo sobre la cadena causal que abrirá el caminohacia el fin deseado, y, por último, un acuerdo sobre las ac­ciones que corresponde realizar a cada individuo. Tan difíciles que normalmente este cálculo no es fruto de acuerdo sinoque, o bien se impone por autoridad, o bien se genera de ma­nera no intencional, como subproducto de alianzas menosgenerosas con el futuro.

La conservación de especies se reduce a un caso de ra­cionalidad estratégica. El argumento aquí es un poco máscomplejo que el mero reconocimiento de recursos que seagotan por consumo, como son los recursos no renovables.El argumento básico consiste en la necesidad estratégica demantener la diversidad biológica y más concretamente la di­versidad genética. Necesitamos aquí algo más que un merocálculo de primer orden sobre las consecuencias de nuestraacción y tenemos que aplicar algunos conocimientos de la

teoría de la evolución junto a otros considerandos externos.Así, afirmamos que

1) La diversidad genética es garantía de una mayor proli­feración futura de especies;

2) La proliferación de especies es un bien, en la medidaen que la variedad es también mayor capacidad dea) automantenimiento, dada la complejidad de los ni­chos ecológicos, y b) aprovechamiento para la subsis­tencia humana. Un ambiente pobre en diversidad estambién un ambiente pobre en recursos potenciales,una vez que apliquemos nuestra capacidad inventiva.

El argumento no carece en absoluto de fuerza y, cuandoconstatamos el ritmo de especies que diariamente desapare­cen como resultado de la intervención humana, adquiereuna nueva fuerza que le concede la evidencia empírica másinquietante. Desde un punto de vista ético, sin embargo, losargumentos de racionalidad estratégica pueden darnos comoconsecuencia una cierta norma prescriptiva de conducta,pero no tienen la fuerza suficiente para fundamentar unanorma o un conjunto de normas morales. Para ello necesita­ríamos un plus que eleva el cálculo sobre las consecuencias avalor éticamente estimable, porque podría ser el caso que al­go estratégicamente racional fuera no obstante moralmentereprochable.

Argumentos esencialistas no consecuencialistas

Existe un segundo grupo de argumentos que no tienen unmatiz consecuencialista, sino que tratan de fundamentar elcarácter de la diversidad biológica como fin en sí mismo. Es­tos argumentos se apoyan generalmente en consideracionesmetafísicas o religiosas. El argumento más importante consi­dera que el ser humano tiene cierta responsabilidad sobre elmedio en virtud de motivos muy diversos, por ejemplo, de

Page 144: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

290 MUNDOS ARTIFICIALES rrn.o c o: LOS VIEJOS CACIIARROS NUNCA MUf,REN 291

origen religioso, aunque también de origen metafísico, comoel que afirma que la capacidad intencional de destrucción de­be incorporar una responsabilidad correlativa.

No creo que haya nada en contra o a favor de este tipo deargumentos, depende de la justificación que mantengan. Nocreo tampoco que merezca la pena juzgar si talo cual apuestapor la naturaleza humana está mejor fundamentada quecualquier otra. Dejaremos, pues, a un lado la vía de crítica alos argumentos conservacionistas basados en alguna intui­ción fundamental sobre la naturaleza humana. Me parece,sin embargo, que el principal problema que presentan talesestrategias argumentativas es que hacen muy difícil funda­mentar morales de conducta conservacionista sobre éticas decarácter esencialista. La razón está en que la distancia queexiste entre una versión normativa de cuál es nuestra natura­leza como humanos, o como lo que sea, y la obligación deconservar los sistemas naturales es una distancia enorme: nonos permite más que un ambiguo precepto que en poco onada contribuye a orientar nuestra conducta. Supongamosque orientamos nuestra acción por la norma heideggeriana ybudista de contemplar la realidad antes que intervenir enella: como criterio regulativo bien puede sostenerse, pero co­mo criterio normativo nada nos dirá sobre cuándo es buenoo malo intervenir en el curso natural. Una respuesta siempre onunca está prohibida, claro, por respeto a nuestra inteligen­cia; porque no se nos escapa que la preservación de sistemases un asunto de decisión controvertida y controvertible. Muypocos dudarían de que la desaparición de las especies de re­trovirus del sida, o del más reciente y famoso ébola, no supo­ne demasiada pérdida para la naturaleza, pero casi todosdudaríamos en la confrontación moral entre el valor intrín­seco de un ecosistema determinado frente a cuestiones de vi­da o muerte de personas.

Una versíón naturalista del esencialismo

Hay un modo de hacer compatible el consecuencialismo y elesencialismo conservando las notables virtudes de cada unade estas aproximaciones: adoptar un punto de vista no esen­cialista sobre la esencia de las relaciones humanas con lanaturaleza. Y el modo más adecuado es comenzar recono­ciendo que la naturaleza humana, y por ello las culturas hu­manas, es parte del orden natural de las cosas.

Encontramos siguiendo esta dirección de argumentaciónun caveat que debemos sortear antes que nada, a saber, laextrema y extremadamente rechazable hipótesis Caía; deacuerdo con sus defensores, todos los sistemas están profun­damente relacionados de manera que alcanzan un grado deequilibrio casi perfecto que se automantiene y autopreservacual organismo complejo a lo largo de los siglos, y que sólopor la extrema intervención humana podría ser destruido.Muchas son las razones para rechazar la hipótesis: la máscontundente es que el hecho de que los sistemas vivos se re­lacionan encadenadamente en sistemas que constituyen ni­chos ecológicos, no construye ninguna base para sostener queel planeta entero constituye un sistema orgánico, más allá delhecho trivial de constituir un sistema físico. Pero aunqueconstituyese un sistema de algún tipo especial, no hay ningu­na razón para mantener que ftlogenéticamente ha alcanzadoun estado óptimo: ni la evolución implica necesariamenteóptimos globales, ni hay ninguna forma de explicar cómo latierra haya podido competir con no se sabe qué otros siste­mas en la guerra de la selección natural.

Pero si abandonamos esta loca conjetura, todavía encon­tramos cierto atractivo en buscar nuestra identidad por lasenda de la evolución. Para expresarlo en términos heidegge­rianos, nuestra esencia ha de ser buscada en la temporalidad,mas sólo en cuanto la temporalidad nos permita alguna uni­dad; o quizás, en términos más positivos, nuestra identidad

Page 145: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

292 MUNDOS ARTIFICIALES EPfLOGO: I.OS VIEJOS CACHARROS NUNCA MUEREN 293

histórica debe ser encontrada en el espacio en el que conflu­yen las huellas que permanecen de lo histórico y las posibili­dades abiertas del futuro. Atravesamos ontogenéticamenteen nuestro desarrollo embriológico como fetos por fases queson huellas claras de nuestro pasado filogenético: somos pe­ces en un cierto momento para ser reptiles en el siguiente ymamíferos después. Las contingencias de nuestra historia handejado su huella. Algunas formas determinan nuestro futuroen mayor medida que otras, pero nos constituyen en la medi­da en que forman parte de nuestro desarrollo epigenético, Enun cierto sentido somos lo que nos dejan ser las posibilidadesque han sido realizadas a lo largo de nuestro pasado, en la me­dida en que siguen determinando nuestro futuro.

Variosfilósofos del pasado, que pensaron nuestra identidaden términos históricos, como fue el caso del idealismo alemán,e incluso del marxismo, no pudieron sin embargo sustraerse ala idea de que lo permanente e idéntico solamente podría serexplicado admitiendo un plan en la historia. Por otro lado,quienes, como Heidegger, adoptan una concepción no teleoló­gica de la historia, necesitan encontrar identidades aternporalesque terminan siendo vacías, cual termina siendo la mera con­templación del discurrir. Pero hay otro camino en la direcciónabierta por Darwin y la concepción genuinamente evolutiva dela historia: la historia, sea la historia filogenética de la especie, laontogenética del individuo o la histórica de la persona, es unasuma de casualidadesno predeciblesque marcan y determinan unespacio de posibilidades de desarrollo, pero no determinan unalínea predecible.

De acuerdo con esta concepción, el precepto de conserva­ción de la variedad estaría unido a un precepto mucho másfuerte de dejar abiertas al futuro tantas posibilidades cuantosea posible. La uniformidad y el orden restringen el universode posibilidades y cierran puertas que de otro modo podríanservir de salida a nuestros problemas. El mantenimiento dela variedad es, s~ embargo, caro en términos de energía, es-

pacio, tiempo y computación, y hay que decidir a veces entrevariedad y cantidad, y la decisión no siempre es posible entérminos racionales, como no lo es la decisión entre gradosde libertad y niveles de igualdad. De ahí que intervenga ciertaexigencia regulativa, puesto que no hay ninguna constricciónque naturalmente conduzca al mantenimiento de la varie­dad. Preservar es obligatorio porque es bueno, porque nues­tra identidad de puntos en un espacio de posibilidades quese articulan en el futuro de manera interdependiente, La éti­ca, pues, comenzaría el punto preciso donde el cálculo se ha­ce impotente. Vayamos ahora a los espacios artificiales.

LA CULl1JRA DE LOS AIITEFAcrOS

Los artefactos son objetos que resultan de la intervención hu­mana. Son esencialmente productos de la capacidad de ins­trumentalización. La acción intencional humana se reduceen esencia a hacer A para hacer B, o hacer A para conseguir B.La acción instrumental generalmente exige la transformacióndel medio para crear posibilidades que de manera natural noestán presentes: el curso de la naturaleza no las prohíbe, demanera que son en un cierto sentido posibilidades nómicas,pero no son accesibles desde nuestras capacidades directas deacción, de manera que habría que modificar esta accesibili­dad convirtiéndolas en posibilidades pragmáticas.

Desde este punto de vista podemos contemplar los ins­trumentos como nudos que articulan redes de posibilidadesde acción. Son, dicho de una manera muy rápida, extensio­nes de nuestro cuerpo que nos permiten alcanzar estados quede otra forma serían imposibles. La técnica es la capacidadpara desarrollar estas posibilidades de manera sistemática,mediante planes que se incorporan al conocimiento tácito enforma de acciones repetitivas, estandarizadas y sometidas anormas pragmáticas: para conseguir B haga A.

Page 146: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

294 MUNDOS ARTifiCIALES EPILOGO: LOS VIEJOS CACHARROS NUNCA MUliREN 295

El carácter repetitivo de las técnicas muestra que las obrashumanas actúan como conservadores de las acciones en eltiempo: eso son los artefactos, objetos cuya permanencia esmayor que la de su uso. Un artefacto es por definición un sis­tema físico que puede ser usado. Persiste en el tiempo el mis­mo intervalo que permite su estructura física. Persiste en eltiempo en tanto que artefacto utilizable mientras persista lamemoria de su uso; cuando ésta desaparece, el artefacto seconvierte en un objeto cultural cuyo valor es independientede su estructura funcional. digno, si lo es, para conservarsecomo objeto estético o curiosidad, pero no como objeto denuestro conocimiento técnico.

Los artefactos, por último, tienen una cierta gramáticafuncional que depende de cómo están diseñados, de cómo seorganizan las formas en función del uso. Estos arreglos sonen un primer nivel funcionales, pero en un segundo nivelson físicos. El diseño comienza siendo funcional para llegar aniveles inferiores de carácter físico: uno empieza dibujando ytermina construyendo con lo que tiene a mano.

La división entre naturaleza y artefactos es una divisióninexistente en lo que respecta a la naturaleza humana, queestá sometida a la evolución cultural paralela a la evoluciónbiológica. La evolución cultural entraña la transmisibilidadde información por enseñanza y aprendizaje, no sólo por he­rencia, junto con los soportes físicos en los que se realiza talinformación, la palabra y las historias contadas, la escritura,los, discos, para la información teórica, los instrumentos ymáquinas para la información práctica. Cabría quizás pensaren una división entre naturaleza, como lo que es transmitidogenéticamente, frente a cultura, que es transmitida a travésdel aprendizaje individual. pero en el caso del hombre estadivisión tiene muy poco interés: lo que concede al hombresu naturaleza, en un sentido intuitivo, es el ser persona, loque nos lleva a una no diferenciación interesante de ambosfactores. Las culturas humanas, por otra parte, se pueden

considerar como culturas que están determinadas por los ar­tefactos. Así, hablamos del horno habílis, por la «cultura deguijarros», o del Barroco o del Románico.

La cuestión que nos atañe es la cuestión de cómo la his­toria de los artefactos ha sido y es el medio que permite latransmisión de un tipo de información que en otro caso seperdería irremisiblemente, a saber, la información práctica, lashabilidades de uso que no podrían haber sido transmitidasde no mediar el sistema de uso, el artefacto. Señalamos así auna característica muy específica de la especie humana y talvez de algunas especies de primates: la existencia de culturastécnicas que exigen aprendizaje de uso por imitación, no portransmisión verbal. Todo aprendizaje es aprendizaje de uncierto grado de destreza y maestría que no puede reducirsea, ni expresarse en, una secuencia verbal. El maestro enseñaal aprendiz lo realmente importante mostrando su propiapráctica, no mediante órdenes o discurso. La destreza técnicaexige, como puede comprenderse, una adecuación física alartefacto que implica una relación corporal y física con el me­dio que no está tan claramente presente en el conocimientoteórico. Y es esta adecuación la que se recoge en la forma y eldiseño del instrumento, del artefacto de uso. Quisiera recor­dar aquí uno de mis filósofos de la técnica favoritos, Love­craft, quien sabe emplear como nadie el recurso de formasimposibles para sugerir el misterio de habilidades desconoci­das. Los cuentos de Lovecraft se vuelven amenazantes cuan­do se pueblan de objetos extraños en sus formas porquesugieren usos inefables.

Tal vez se objete que estamos pensando sólo en un tipode artefactos como los instrumentos de uso directo, y cier­tamente son casos paradigmáticos de lo que estamos afir­mando, pero, en cierto modo, todo artefacto, aun los máscomplejos y más autónomos son también complejos funcio­nales de relaciones que al final se sostienen sobre su utilizabi­Iidad. Incluso las grandes centrales nucleares, como un caso

Page 147: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

296 MUNDOS ARTIFICIALES EPfLOGO: LOS VIEJOS CACHARROS NUNCA MUEREN 297

de complejidad, y los satélites espaciales como casos de auto­nomía se sostienen sobre una red de habilidades ocultas ensus barrocas formas técnicas y lejanía espacial. La cuestión esalgo metafísica, pero creo que argumenta en favor de la noseparabilidad entre aspectos de naturaleza y de artificio cuan­do nos movemos en el terreno de la historia de las técnicas,pues, como mostró Kubrick en 2001: una odísea en el espacio,cualquier objeto puede servir casi para cualquier cosa, si unodesarrolla la inteligencia de uso necesaria: un homínidocon un fémur se convierte en artesano de la muerte; cuandoabre un cráneo del osario en el que juega instantáneamentedescubre un mundo de posibilidades de poder.

Los OBJETOS TAMBIÉN fSJÁN SOME"I100S A EVOI.llCIÓN

Hay una correlación entre la fisiología y la evolución biológi­ca, por una parte, y la estructura física y funcional de los ob­jetos, por otra. La fisiología se genera por desarrollo de unembrión codificado genéticamente; asimismo, un objeto téc­nico nace como resultado de la acción humana particularque busca la instrumentalidad de ese objeto para conseguir'ciertos fines, pero lo que hace de un sistema fisiológico unsistema perteneciente a una categoría dada es el haber sidoproducto de un determinado desarrollo filogenético. queexplica que la estructura fisicoquímica de los órganos desa­rrolle cierta arquitectura funcional. Aunque parezca sorpren­dente, los objetos técnicos, como objetos funcionales, estánigualmente sometidos a una historia de desarrollo que expli­ca en buena medida su arquitectura funcional. Basalla ha in­sistido con toda razón en el carácter histórico de los objetostécnicos, sin el cual no podríamos explicar algunos rasgos.

Los objetos están sometidos a variaciones que son cam­bios en su instrumentalidad, estas variaciones son productode muchos factores, entre los que no hay que desdeñar la

existencia de una selección sobre las características funciona­les. No sabemos explicar la presencia de todos los rasgos,pero no hay que descartar la explicación por la selección na­tural. Tomemos, por citar un caso, la forma aplastada de cier­tas vasijas de cerámica o barro cocido que aparecen enculturas muy diferentes: se pueden explicar por la presiónde la función que cumple esta forma. Así. en los trabajos decampo en verano, el encargado de traer el agua para los jor­naleros debía de hacer viajes constantes para llenar los reci­pientes de cada trabajador, es fácil comprender que la formaaplastada facilitaba poder colgarse del hombro varias can­timploras, al tiempo que resistían mejor los golpes si adopta­ban esta forma. Hoy sólo accedemos a su casi imperfectibleforma que nos seduce porque viene de un fondo perdido enla historia y olvidamos su función, que fue la que le concedióel diseño a través de siglos de minúsculas variaciones.

Aunque sólo es una conjetura, por otra parte, no creo quesea arriesgado pensar en algo así como una suerte de gramá­tica de las formas artificiales, que sería la base de la invenciónde nuevos artefactos. Las formas complejas resultarían de al­go así como una química de formas y habilidades básicas. Lacomposicionalidad de las formas proviene del hecho de queal fin y al cabo los artefactos deben diseñarse siguiendo pa­trones de uso que son específicamente humanos y nuestrascapacidades son a veces sorprendentemente creativas, peromenos numerosas de lo que la variedad que genera la divi­sión social del trabajo nos hace suponer.

Los objetos varían en la materia de la que están compues­tos, en la forma en la que se articulan sus partes y en su arqui­tectura funcional. Y los tres niveles se desenvuelven en lahistoria en desarrollos desiguales y en historias entrelazadasque solamente al final del día pueden ser narradas, nuncapredichas [véase Manzini]. La variabilidad de los tres nivelesde constitución de los objetos no es menos compleja que lavariabilidad de los fenotipos de los individuos biológicos,

Page 148: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

298 MUNDOS ARTIFICIALES l,r!LOGO: LOS VIEJOS CACHARROS NUNCA MUEREN 299

ni menos compleja su subsistencia, puesto que los objetostécnicos solamente pueden sobrevivir en un ambiente espe­cialmente favorable. Sería algo más que sorprendente que encontrásemos tecnología de vapor sin al mismo tiempo, en elmismo espacio y ámbito cultural, encontrar una tecnologíasiderúrgica avanzada. De manera que se generaría algo así co­mo nichos ecológicos de artefactos que dependen necesaria­mente unos de otros, y de oficios y maestrías sin las que nosobrevivirían. Una supervivencia que exige división social delas habilidades en el espacio y una cultura de la enseñanza enel tiempo, puesto que la supervivencia es subsidiaria de supermanencia cultural, pero no por ello es menos rígida. Enresumen, la interdependencia de objetos y habilidades ha­bría generado un imperativo tecnológico que obliga a los ar­tefactos a sostenerse en otros sistemas de artefactos y a lashabilidades en otras habilidades, formando una red que seescapa en su totalidad a la mirada parcial del individuo o delgrupo interesado. Nichos, pues, en los que habitamos peroque no controlamos más de lo que controlamos el flujo de lavida, a pesar de que intervengamos sobre él.

La estructura funcional de los objetos permanece en sudiseño, del mismo modo que su instrumentalidad permane­ce esencialmente en el aprendizaje cultural. La supervivenciade la instrumentalidad de los artefactos, pues, se produce enfuerte dependencia de otras supervivencias, las de los artefac­tos y técnicas funcionalmente relacionadas con su instrumen­talidad. Por ello cabe hablar de una cierta clase de holismofuncional de los objetos técnicos que en el discurrir de la his­toria se traduce en una extraña mezcla de casualidad y contin­gencia, y en el establecimiento de relaciones y dependenciassorprendentes. Lo casual puede depender de la innovación oquizá de otros factores, lo necesario de las dependencias envarios niveles que se establecen entre las materias, formasy funciones que identifican los artefactos. Cabe aquí traer acuento de nuevo la curiosa historia del orden de las letras en

los teclados de máquinas y ordenadores, QWERIY, lo que nosrecuerda que la técnica no es fruto del diseño perfecto en lamisma medida en que tampoco lo es nuestro cuerpo: la his­toria impone el valor de la contingencia en las encrucijadasde la evolución, y la interdependencia funcional hace el res­to: introduce la necesidad. Yes precisamente esta dependenciafuncional, mezcla de lo singular y universal, de lo histórico ylo permanente, la que nos permite identificar las culturas ensu individualidad irrepetible. No tiene ahora mucho sentidodiscutir hasta dónde alcanza el holismo, si, como en el sueñohegeliano, engloba todos los aspectos de la cultura, o, en unosmás modestos términos, abarca solamente racimos de de­pendencias funcionales.

LA CONSERVACIÓN DE LOS ARTEFACroS

Llegamos ya, tras un largo rodeo, a lo que era el objetivo denuestra búsqueda, un argumento ético en favor del conserva­cionismo de los artefactos. Recordemos ahora el precepto éti­co al que habíamos llegado en nuestra discusión sobre elconservacionismo de la diversidad biológica: preservad tantasposibilidades como seaposible.

Los objetos técnicos, como las especies, desaparecen porevolución, están sometidos al mismo final previsible quecualquier objeto vivo: la muerte, sea por el proceso físico desu desgaste biológico, sea por el proceso cultural de su olvi­do. La muerte de los artefactos es el olvido. Olvido justificadoporque nuestra memoria individual es limitada: la divisióntécnica del trabajo es, entre otras cosas, un resultado de nues­tras limitaciones de tiempo y de memoria. El saber y el pro­ducir, como ha señalado reiteradamente David Anisi, ocupantiempo. Son tiempo acumulado. De ahí que la evolución y elprogreso se vivan como olvido de lo que ya no se usa, de los

Page 149: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

300 MUNDOS ARTIFICIALES EPfLOGO: LOS VIEJOS CACHARROS NUNCA MUEREN 301

instrumentos y técnicas que resolvían problemas que ya notenernos, que previsiblemente no tendremos.

¿Por qué conservar entonces lo que no es necesario, loque ya fue y no volverá a ser, si no es como curiosidad o co­mo recuerdo cultural en un museo? Hablemos pues de mu­seos: un museo es una institución de la memoria colectiva.Aunque son objetos muertos, algunos de ellos vuelven a vivircuando son vistos: es lo que ocurre con un museo de arte. To­do el poder que reside en la pintura resucita al ser vista por elojo inteligente: está viva porque la memoria educada la des­pierta de su largo sueño y vuelve a ser lo que fue en el primerminuto de haber sido pintada. Es el poder del arte y tambiénel poder del conocimiento: lo mismo ocurre con una biblio­teca, es un almacén de objetos que se convierten en libros,revistas y documentos porque hay lectores. Recordemos lapiedra de Rosseta, los papiros egipcios y las inmensas biblio­tecas enterradas de tablillas en escritura cuneiforme: una vezdesentrañada la clave del lenguaje perdido, se convierten enobjetos vivos que nos hablan del pasado, de las cuentas desus escribas, los cálculos de sus astrónomos, los preceptosde sus gobernantes y sacerdotes. Pensemos sin embargo enotra clase de museos: los museos de ciencias naturales, en losque encontramos a veces enormes y bellas colecciones deplantas y animales disecados, de objetos clavados por alfile­res que algún día volaron entre los bosques y los prados de lamontaña. ¿Se resucitan a la mirada del observador?, no sinoen su imaginación o en su conocimiento. No son seres vivos,son instrumentos de conocimiento. Están ahí porque preser­van su forma pero no porque hayan preservado sus funcionesnaturales. Son objetos definitivamente muertos.

Si queremos conservar las especies no hacemos museossino parques naturales, o zoológicos en último extremo. Pre­servamos sus funciones preservando la vida, aunque seaartificialmente, acotándola y cerrándola a nuestra propia vo­racidad de especie depredadora. Los parques naturales son

un cálculo de racionalidad estratégica más compleja que laagricultura o la ganadería: conservamos no el individuo, sinoel espacio de posibilidades que nos ofrecen nichos que sehan preservado hasta el momento. Y este cálculo está funda­mentado en algo más profundo de origen moral que nosobliga a preservar la variedad para preservar las posibilida­des, porque nuestra identidad como seres históricos está liga­da de algún modo a dejar abiertas las puertas de la historia, ano considerar nada demasiado necesario y sí a agotar el espa­cio de lo posible.

y llegamos así a los artefactos como objetos funcionales:su preservación no puede ser como la de los museos de cien­cias naturales, sino algo similar a las bibliotecas o a los espa­cios naturales. Los artefactos viven mientras vive la memoriadel uso y sobre todo del diseño. La conservación no es con­servación de objetos físicos, sino más bien el uso de objetosfísicos, que permanecen más que nuestros cuerpos y mentescomo instrumentos de memoria del arte de resolver proble­mas, de transformar la naturaleza para abrir posibilidades anuestras vidas que de otra manera estarían cerradas.

Mas por qué conservar si lo superado ya está muerto pre­cisamente por haber sido superado, por qué mantener lo queya fue resuelto si ya fue resuelto. Subyace a esta pregunta unaerrónea consideración del progreso técnico y de la novedad,pero sobre todo una ignorancia de lo que es un sistema con­tingente y evolutivo. La novedad en la técnica no es el fin delo anterior, es la respuesta nueva a problemas nuevos, o eldescubrimiento de un nuevo problema, y por consiguientede nuevas posibilidades que están en el espacio de solucio­nes, pero la novedad surge de la transformación de la materiaanterior. Basalla, el historiador de la técnica, ha insistido enlos elementos de transmigración horizontal en las técnicas:un reloj es, de algún modo, un ejemplo de los mecanismoscelestes, las primeras máquinas de vapor toman en sus co­mienzos los diseños de los molinos, el primer tren imita al

Page 150: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

302 MUNDOS ARTIfiCIALES EPíLOGO: LOS VIEJOS CACHARROS NUNCA MUEREN 303

carro, el primer motor de explosión a la máquina de vapor,las primeras aeronaves a los timones y a la forma de los bar­cos. Un artefacto es todos los artefactos que le precedieron, lanovedad es siempre resultado de la transformación de la va­riedad preexistente.

Imaginamos la evolución como un árbol que se abre des­de un tronco único, pensamos en el pasado como una únicahistoria que conduce hasta nosotros, pero no es cierto, laevolución recuerda más bien a una colección de arbustos quese abren paralelos unos a otros. Muchos desaparecen, perodesaparecen de la variedad. Desaparecen especies, pero mu­cho más grave es la desaparición de troncos filogenéticos. Noes distinto el olvido de los viejos artefactos, su desapariciónde la memoria deja un lago de posibilidades no realizadasy ni siquiera realizables. La desaparición de técnicas y arte­factos sólo es comparable como catástrofe a los lenguajesperdidos: cuántas historias ya no serán contadas, cuántascanciones ya no serán cantadas.

Nuestra historia cultural es aún más complicada que laevolución biológica por la deriva transversal de las solucio­nes que implica el aprendizaje. No sólo dejamos nuestra he­rencia genética a nuestros hijos, sino nuestras habilidades amiembros de la tribu que no tienen lazos familiares con no­sotros. Por eso la cultura se conserva de manera más seguraque nuestros caracteres y capacidades físicas. Pero el olvidoes también por ello mucho más grave. Conservar apareceahora bajo la nueva luz que nos da la metáfora de la evolu­ción biológica: la conservación es conservación de posibili­dades abiertas, preservación de nuestra capacidad de resolverproblemas actuales y futuros. En un profundo sentido, el he­cho de que nuestra cultura, como nuestras vidas, sea el produc­to necesario de contingencias posibles hace que la preservaciónde posibilidades esté profundamente ligada al tamaño denuestra memoria. Las culturas tradicionales apenas necesita­ban la memoria por el mismo carácter repetitivo y lento de

las técnicas, pero una cultura de la novedad permanente esparadójicamente una cultura que necesita de la memoria paramantener la variedad. Llegados a un cierto grado la preserva­ción de los artefactos pasados es la garantía de los artefactos ysoluciones del futuro.

«Agota, alma mía, el campo de lo posible, pero no aspiresa la inmortalidad», dice Píndaro en los Epinicios, pero el cam­po de lo posible puede llegar a ser una jaula si no guardamosen la memoria los límites que nuestros ancestros fueron am­pliando, restando terreno a la ciega necesidad de las leyes na­turales. Guardad los viejos cacharros, porque en ellos está lamemoria del futuro.

Page 151: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

BIBLIOGRAFÍA

Agassi, Ioseph, «The Confusion Between Science and Technology»,Technology and Culture, no. 6, 1966.

Agre, Philip E., Computation and Human Experlence, Cambridge:Cambridge University Press, 1997.

Aguiar, Femando (comp.l, Intereses individuales y acci6n colectiva,Madrid: Editorial Pablo Iglesias, 1991.

Albar, Eduardo, «Controversias y participación pública», manuscrito.Albar Eduardo y Wiebe Bijker, «Constructíng a City: The Cerda Plan

for the Extension of Barcelona», Science, Technology & HumanValues, no. 22, pp. 3-30, 1997.

A1exander, Christopher, 'fres aspectos de matemática y diseño. La es­tructura del medio ambiente, Barcelona: Tusquets, 1971.

A1exander, Christopher, S. Ishikawa y M. Silverstein, Un lenguaje depatrones, Barcelona: Gili Gaya, 1980.

A1len, P. M., «Evolutionary Complex Systems: Models of Techno­logy Change», en Leydesdorf y Van der Besselaar (comps. l,Evolutionary Economics and Chaos Theory, Londres: Pinter Pub lis­hers, 1994.

A1len, Collin, Marc Bekoffy George Lauder (comps. l, Nature's Pur­poses. Analyses of Function and Design in Biology, Cambridge,Mass.: Mrr Press, 1998.

Anisi, David, ierarquia, mercado, valores, Madrid: Alianza, 1991.Aracil, Javier, [1) Máquinas, sistemas y modelos, Madrid: Tecnos,

1986.--, [2) «Notas sobre el significado de los modelos», en F. Bronca­

no (comp.13.Arora, A. yA. Gambardella, «The Changing Technology ofTechno­

logical Change: General and Abstract Knowledge and the Divi-

305

Page 152: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

306 MUNDOS ARTIFICIALES BIBLlOGRAFfA 307

sion of Innovative Labour», Research Policy, no. 23, 1994, pp.523-532.

Axelrod, R., [1] La evolución de la cooperación, Madrid: Alianza,1984.

--, [2] «An Evolutionary Approach to Norms», American PoliticalScience Review, no. 81, 1986.

Banham, Reyner, Teorfa y diseño en la primera erade la máquina, Bue­nos Aires: Paidós, 1985.

Basalla, George, The Evolution of Technology, Cambridge: CambridgeUniversity Press, 1988 [versión en castellano: La evolución de latecnolog{a, Barcelona: Crítica, 1991].

Bechman, G., «Democratic Functioning of Technology Assesmentin Technology Policy Decision-Making», Science and Public Po­licy, no. 20, 1993, pp. 11-16.

Bell, Daniel, El advenimiento de una sociedad postindustrial, Madrid:Alianza, 1976.

Bicchieri, c., Rationality and Coordination, Cambridge: CambridgeUniversity Press, 1993.

Bijker, Wiebe E., Of Bicycles, Bakelites and Bulbs. Towards a Theory ofSociotechnical Change, Cambridge, Mass.: MIT Press, 1995.

Bijker, Wiebe E. y J. Law (comps.), Shaping Technology, Building So­ciety: Studies in Sociotechnical Change, Cambridge, Mass.: MIT

Press, 1991.Bijker, Wiebe E., Thomas Hughes y Trevor Pinch (comps.), The So­

cial Construetion of Technological Systems, Cambridge, Mass.: MIT

Press, 1987.Bimber, Bruce, «Tres caras del determinismo tecnológico», en

Smith y Marx (comps.).Bloor, David, Knowledge and Social Imaginery, Londres: RoutIedge

and Kegan Paul, 1976.Boden, Margaret, La mente creativa. Mitos y mecanismos, Barcelona:

Gedisa, 1994.Bonner, [ohn Tyler, La evolución de la cultura en los animales, Madrid:

Alianza, 1982.Borrillo, Daniel (comp.), Genes en el estrado, Madrid: Consejo Supe­

rior de Investigación Científica, 1996.

Bowler, P. J., The Non-Darwinian Revolution. Reinterpreting a Histori­cal Myth, Baltimore: The Iohns Hopkins University Press, 1988.

Boyd, R. y P. J. Richerson, Culture and the Evolutionary Ptocess, Chica­go: University ofChicago Press, 1985.

Bravo, Alfonso, «Innovaciones teóricas en la economía del cambiotecnológico», en F. Broncano 3.

Bravo, Alfonso y Miguel Á. Quintanilla. Cultura tecnológica, Informetécnico carne, 1997.

Brehmer, Bemdt, «Cognitive Dimensions of Conflicts over NewTechnology», en Vlek y Cvetkovich (comps.).

Broncano, Fernando, (1] «La historicidad del carácter empírico»,Teorema, no. XII, 1982.

--, [2] «La naturalización de la razón», en L. Olivé (comp.), La ra­cionalidad epistémica, Madrid: Trotta, 1994.

--, [3] (comp.), Nuevas meditaciones sobre la técnica, Madrid: Tro­tta, 1996.

--, [4J «La simulación y la realidad en los sistemas de funciones.El caso de los sistemas cognitivos», en F. Broncano 3.

--, [S] «Altruistas epistémicos», manuscrito presentado en el se­minario «Ciencia y Valores» del Instituto de Filosofía del Con­sejo Superior de Investigación Científica, Madrid, 3 de febrerode 1997.

--, [6] «Uno de los nuestros», Introducción a Peyerabend. Estabi­lidad y armonia, Barcelona: Paidós, 1998.

--, [7] «Reliable Rationality», en R. Cobb-Stevens (comp.), Episte­mology. TheProceedings of theThJentieth World Congress ofPhilosophy,Bowling Creen, Ohio: Bowling Green State University, 2000,pp. 49-60.

Brook, Rodney y Luc Steels (cornps.), The Artificial LifeRoute toArti­ficial Intelligence. Building Embodied Situated Agents, Hillsdale,N. J.: Lawrence Erlbaum, 1995.

Brooks, H., «The Relationship between Science and Technology»,Research Policy, no. 23, 1994, pp, 477-522.

Bunge, Mario, [1J «Technology as Applied Science», Technology andCulture, no. 6, 1966.

--, [2] 1Teatise on Basic Philosophy. IV: A World of Systems, Dor­drecht: Reidel, 1979.

Page 153: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

308 MUNDOS ARTIFICIALES BIBLlOGRAFfA 309

--, [3] 'Itealise on Basic Philosophy. VII: Philosophy of Seience andTechnology, Dordrecht: Reidel, 1986.

Callon, Michael, [lJ «Society in the Making: The Study ofTechno­logy as a Tool for Sociological Analysis», en Bijker, Hughes yPinch (comps.).

--, [2] «Techno-economic Networks and Irreversibility», en IohnLaw (comp.).

Cardwell, D. S. L., From Watt to Clausius: The Rise ofThermodinamicsin the Early Industrial Age, Londres: Heineman, 1971.

Carlisle, R P., «Probabilistic Risk Assesment in Nuclear Reactors.Engineering Success, Public Relations Failure», Technology (lndCulture, no. 38, 1997, pp. 920-940.

Castells, Manuel, [1] La era de la información: economia, sociedad ycultura, vol. 1: La sociedad red, Madrid: Alianza, 1996.

--, [2J La era de la información: economra, sociedad y cultura, vol. 2:Elpoder de la identidad, Madrid: Alianza, 1996.

--, [3J La era de la información: economia, sociedad y cultura, vol. 3:Fin de milenio, Madrid: Alianza, 1999.

Castells, Manuel y Peter Hall, Las tecnópolis del mundo. La formaciónde los complejos industriales del siglo xx, Madrid: Alianza, 1994.

Cavalli-Sforza, y M. L. Feldman, Cultural'Itansmission. A Quantitati­veApproach, Princeton: Princeton University Press, 1981.

Caws, Peter, «Praxis and Techne», en Bugliarello y Donner (cornps.],The History and Philosophy of Technology, Urbana: University ofIlIinois Press, 1979, pp. 227-236.

Clancey, W., Situated Knowledge: on Human Knowledge and ComputerRepresentations, Cambridge: Cambridge University Press, 1997.

Clark, Andy, Being There. Putting Brain, Body and World TogetherAgain, Cambridge, Mass.: MIT Press, 1997.

Clark, N. y C. Juma, Long-Run Economics. An Evolutionary Approach toEconomic Growth, Londres: Pinter, 1987.

Colernan, J. S., Foundations of Social Theory, Cambridge, Mass.: Har­vard University Press, 1990.

Collins, H. Michel (comp.), (1J«Knowledge and Controversy: Stu­dies of Modem Natural Science», número espedal de SocialStudies of Science, no. 11, 1981.

--, [2] «Son of Seven Sexes: The Sodal Destruction of a PhysicalPhenornenon», en H. M. Collins 1, pp. 39-62.

--, [3] Changing Order. Replication and Induction in Scientific Know­ledge, Londres: Sage Publications, 1985.

--, [4] «In Praise of Futile Gestures: How Scientific is the Sodo­logy of Scientific Knowledge?, Social Studies of Science, no. 26,1996,pp.229-244.

Constant 11, E. w., [1] The Origins of Thrbojet Revolution, Baltimore:Iohns Hopkins University Press, 1980.

--, [2] «Cornmunities and Hierarchies: Structure in the PracticeofScience and Technology», en R Laudan (comp.), The Natureof Technological Knowledge. Are the Models of Scientific ChangeRelevants?, Dordrecht: Reidel, 1984.

--, [3] «Reliable Knowledge and Unreliable Stuff: On the Practi­cal Role of Rational Beliefs», Technology and Culture, no. 40,1999, pp. 324-456.

Cowan, Ceorge, A., David Pines y Davis Meltzer (comps.), Comple­xity. Metaphors, Models and Reality. Proceedings Volume XIX. SantaFe Studies in the Sciences ofComplexity, Reading, Mass.: Addison­Wesley, 1994.

Cross, Nigel, «Diseño y tecnología», en Cross y ElIiot (comps.).Cross, Nigel y D. ElIiot, Diseño, tecnologra y participación, Barcelona:

Gustavo Gili, 1980.Cussins, Adrian, «Content, Embodiment and Objectivity: The

Theory of Cognitive Trails»,Mind, no. 101. 1992, pp. 651-688.Dascal, Marcelo, «Types of Polemics and Types of Polemical Mo­

ves», en S. Cmerkova, J. Hoffmannova, O. Mullerrova y J. Svetla(comps.), Dialogue Analysis, no. VI, Prague, 1996. Tubinga: MaxNiemeyer, 1996.

Dasgupta, P. y P. A. David, «Towards a New Economics of Science»,Research Policy, no. 23, 1994, pp. 487-521.

David, Paul, [1] Technical Choice, Innovation and Economic Growth,Cambridge, Cambridge University Press, 1975.

--, [2] «Clio and the Economics of QWERTI», American EconomicRemew, no. 7, 1985,pp.332-337.

Davidson, Donald, [1] «The Method of Truth in Metaphysics», enP. A. Prench, T. E. Veling y H. K. Wettstein, Contemporatv Perspec-

Page 154: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

310 MUNDOS ARTIFICIALES BIBLlOGRAFfA 311

tives in the Philosophy of Language, Minneapolis: University ofMinnesota Press, 1979.

--, [2] «Rational Animals», Dialectica, no. 36, 1984, pp. 318-327.Dawkins, Richard, [1] Elgen egoísta, Barcelona: Salvat, 1988.--, 12]ClimbingMount Improbable, Londres: Penguin, 1996.Dennett, Daniel, [1) The Intentional Stance, Nueva York: Knopf,

1990.--, [2] «The Interpretation of Texts, People and Other Artifacts»,

Philosophy and Phenomenological Research, no. 50, 1990, pp.177-194.

--, [3] Danuin's Dangerous Idea, Nueva York: Allen Lane and Pen­guin Books, 1995.

Di Nucci Pearce, M. R.Y D. Pearce, «Economics and TechnologicalChange: Sorne Conceptual and Methodological Issues», Er­henntnis, no. 30,1989, pp. 101-127.

Dienel, Peter, «Contributing to Social Decision Methodology: Citi­zen Repotts on Technological Projects», en Vlek y Cvetkovicht(comps.).

Dornenech, Antoni, «La ciencia moderna. Los peligros antropogé­nicos y la racionalidad de la política de la ciencia», Arbor, no.481,1986, pp. 9-15.

Dosi, G., [J] Technical Change and Survival: Burope's SemiconductorIndustry, Sussex: University ofSussex, 1981.

--, [2] «Technological Paradigrns and Technological Trajectories,A Suggested Interpretation of the Determinants and Directionsof Technical Change», Research Policy, no. 11, 1982, pp.147-162.

Dosi, G., C. Freeman, R. Nelson, G. Silverberg y L. Soete (comps.),Technical Change and Economical Theory, Nueva York: Pinter,1988.

-- Y L. Orsenigo, «Coordination and Transformation: an Over­view of Structures, Behaviours and Change in EvolutionaryTheory», en G. Dosi y otros (comp.), pp. 13-37.

Douglas, Mary, Cómopiensan las instituciones, trad. J.A. López de Le­tona yG. Gil Catalina, Madrid: Alianza, 1996.

Dretske, E, Conocimiento e información, Barcelona: Salvar, 1989.

Dreyfus, Hubert, [1] What Computers Can't Do: A Critique of Artifi­cial Reason, Nueva York: Harper & Row, 2 a ed., 1979.

--, 12] Being-in-the World: A Commentary on Heidegger's Sein undZeit, Cambridge, Mass.: Mrr Press, 1991.

--, [3] «Heidegger on Gaining a Free Relation to Technology», enFeenberg y Hannay (comps.).

Dreyfus, Hubert y E. Stuart Dreyfus, Mind Over Machine, NuevaYork: MacmillanfThe Free Press, 1985.

Duque Félix, Filosoffa delatécnica de lanaturaleza, Madrid:Tecnos, 1986.Durham, W., «Towards a Coevolutionary Theory of Human Biology

and Culture», en N. Chagnon y W. Irons, Evolutionary Biologyand Human Social Behavior: an Anthropological Perspecuve, NorthScituate, Mass.: Duxbury, 1979.

Echeverría, Javier, [1] 'Ieiépolis, Barcelona: Destino, 1994.--, [2] Cosmopolitas domésticos, Barcelona, Anagrama, 1995.--, [3] Filosofía de la ciencia, Barcelona: Akal, 1995.Elster, Ion, [1] Explaining Technical Change, Cambridge: Cambridge

University Press [versión en castellano, El cambio técnico, Barce­lona: Cedisa, 1983].

--, [2] Uvas amargas, Barcelona: Pre-Textos, 1988.Ellul, Iacques, «The Technological Orden>, Technology and Culture,

no. 3, 1962,pág. 10.Ezquerro, Jesús, «Acciones, planes y tecnología», en Broncano 3.Feenberg, Andrew, [1J «The Technocracy Thesis Revísited», Inquiry

no. 37, 1994, pp. 85-102.--, [2] «Subversive Rationalization: Technology, Power and De­

mocracy», en Feenberg y Hannay (comps.).Feenberg, Andrew, y Alastair Hannay (comps.), The Politics of Know­

ledge, Bloomíngton: Indiana University Press, 1995.Feibleman, Ion, [1] «Technology as Skills», Technology and Culture,

1966,pp.318-328.-, [2] Technology and Reality, La Haya: M. Nijhoff 1982.Fixdal, J., «Consensus Conferences as 'Extended Peer Croups?»,

Science and Public Policy, no. 24, 1997, pp. 336-376.Flauwhof, G. y L. Leydesdorff, «New Developments in Technology

Studies: Evolutionary Theory and Chaos Theory», Science andPublic Policy, no. 20, 1993, pp. 417-423.

Page 155: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

312 MUNDOS ARTIFICIALES BIBI.IOGRAFfA 313

Poder, J., A Theory ofContent, Cambridge, Mass.: Mrr Press, 1990.Forman, Pau!, Cultura en Weimar. Causalidad y teoría cuántica, 1918­

1927. La adaptación por los físicos y matemáticos alemanes a unentorno intelectual hostil, Madrid: Alianza, 1984.

Freernan, C., La teoría económica de la innovación industrial, Madrid,Alianza, 1974.

Freeman, C. y C. Pérez, «Structural Crises of Adjustment. BusinessCycles and lnvestment Behavior». en Dosi y otros (comps.),

pp. 39-66.Puller, Steve, «Epistemología social y la reconstitución de la dimen­

sión normativa de los estudios en ciencia y tecnología», en M.González, J. A. López Cerezo y J. L. Luján (comps.) 1.

Cardenfords. P. y N. Sahlin (comps.], Decision, Probabilityand Uti­lity. Selected Readings, Cambridge: Cambridge University Press,1989.

Gauthier, D., Morales por acuerdo, Barcelona: Gedisa, 1995.Gibson, R. Kathleen y Tim Ingold (cornps.), Tools, Language and

Cognition in Human Evolution, Cambridge: Cambridge Univer­sity Press, 1993.

Giddens, Anthony, [1] The Constitution of Society, Oxford: PolityPress, 1984.

-.-, [2] Consecuencias de la modernidad, Madrid: Alianza, 1996.Giere, R., «Controversies Involving Science and Technology. A

Theoretical Perspective», en Tristram y Caplan (comps.).Gille, Bertrand. Les ingimieurs de la Renaissance, París: Herrnann.

1964.Cispen, Kees, New Profession, Old arder: Engineers and German Society

1815-1914, Cambridge: Cambridge University Press, 1984.Gombrich, Ernst, Arte e ilusión. Estudio sobre la psicología de la repre­

sentación pictórica, trad. Gabriel Perraté, Barcelona: Gustavo Gi­

u. 1979.González 1., Marta, José A. López Cerezo y José L. Luján, [1] Cien­

cia, tecnología y sociedad. Una introducción al estudio social de laciencia y la tecnología, Madrid: Tecnos, 1996.

--, [2] (comps.), Ciencia, tecnología y sociedad, Barcelona: Ariel,1997.

Goodall, Iane, [1J The Chimpanzees of Combe. Pattems of Behavior,Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1986.

--, [2] En la senda del hombre, Barcelona: Salvat, 1989.--, [3J A través de la ventana, Barcelona: Salvat, 1994.Gould, Stephen Jay, «The Panda's Thumb ofTechnology», Bully for

BrontosauTUS. Reflections in Natural History, Nueva York Norton,1991, pp. 50-77.

Habermas, Iürgen, [1] «Ciencia y técnica como 'ideología'», Cien­cia y técnica como «ideología», Madrid: Tecnos, 1984.

--, [2] Facticidad y validez, trad. Manuel Iiménez Redondo, Ma­drid: Trotta, 1998.

Hacker, Barton C; «Engineeríng a New Order: Military Institutions,Tecbnical Education and the Rise of the Industrial State», Tech­nology and Culture, no. 34, 1993, pp. 1-27.

Hackíng, Ian, Reptesenting and Intervening, Cambridge: CambridgeUniversity Press, 1983 [versión en castellano: Representar e in­tervenir, trad. Sergio Martinez, México: Seminario de Proble­mas Científicos y Filosóficos-Universidad Nacional Autónomade México/Paidós, 1996].

I-Iaraway, Donna, «A Manifesto for Cyborgs: Science, Technologyand Socialist Feminism in the 1980s», en Linda J. Nicholson(comp.), Feminism/Postmodemism, Nueva York/Londres: Rout­ledge, 1990.

Hardin. Russell, Collective Action, Baltimore: Iohns Hopkins Univer­sity Press, 1982.

Hardwig, J., «Epistemic Dependence», Theloumal of Philosophy, no.82,1985,pp.335-349.

Heckarthorn, D. D.. [1] «Collective Action and Group Heteroge­neity: Voluntary Provision versus Selective Incentives», Amen·can Sociological Review, no. 58, 1993, pp. 329-350.

--, [2) «The Dynamics and Dilemmas ofCollective Actíon», Ame­rican Sociological Review, no. 61, 1996, pp. 250-277.

Heidegger, Martín, [1] El ser y el tiempo, trad. José Caos, México:Fondo de Cultura Económica, 1951.

--, [2] «El principio de identidad», Identidad y diferencia, trad. Ar­turo Leyte, Barcelona: Anthropos, 1988.

Page 156: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

314 MUNDOS ARTIFICIAl.ES BIBLlOGRAffA 315

--, (3) Serenidad, trad. Yves Zimrnerrnan. Barcelona: Edicionesdel Serbal, 1989.

--, [4J «Construir, habitar, pensar», Conferencias y artículos, trad.Eustaquio Barjau, Barcelona: Ediciones del Serbal, 1994.

--, [S) «La pregunta por la técnica», Conferencias y artículos, trad.Eustaquio Barjau, Barcelona: Ediciones del Serbal, 1994.

Heilbroner, Robert L., (1) «Do Machines Make Historyi». Technologyand Culture, no. 4, 1967, pp. 335-345 [versión en castellano enSmith y Marx (comps.) 1996J.

--, (2) «Reconsideración del determinismo tecnológico», en Smithy Marx (comps.).

Hetch, Cabrielle, «Political Designs: Nuclear Reactors and NationalPolicy in Postwar France», Technology and Culture, no. 35, 1994,pp. 657-685.

Hisschernóller, M. y C. J. H. Midden, «Technological Risk, PolicyTheories and Public Perceptíon in Connectíon with the SittingofHazardous Facilities», en Vlek y Cvetkovicht (comps.).

Hofstadter, Douglas, Coedel, Escher, Bach. Un eterno y grácil bucle,Barcelona: Tusquets. 1987.

Horkheimer, Max y Theodor W. Adorno, Dialéctica de la Ilustración,trad. Juan José Sánchez, Madrid: Trotta, 1994.

Hughes, T., «The Evolution of Large 'Iechnologícal Systerns», en W.E. Bijker,T. P. HughesyT. J. Pinch (comps.).

Hull, D., Science asa Process. An Evolutionary Account of theSocial andConceptual Development of Science, Chicago: University of Chi­cago Press, 1988.

Hutchins, E., Cognition in the Wild, Cambridge, Mass.: MIT Press,1996.

Iansiti, Marco, «Technologjcal Integratíon: ManagingTechnologicalEvolution in a Complex Environrnent», Research Policy, no. 24,1995, pp. 521-542.

Ihde, Don, Technics and Praxis. A Philosophy of Technology, Dor­drecht: Reidel/Kluwer, 1979.

Iones, Eric L., [1) Crowth Recurring: Economic Change in World His­toty, Oxford: Oxford Universsity Press, 1988 [versión en caste­llano: Crecimiento recurrente. El cambio económico en la historiamundial, Madrid: Alianza, 1997).

--, [2] El milagro europeo, Madrid: Alianza, 1992.Iones, Iohn Christopher, Diseñar el diseño, Barcelona: Gustavo Gili,

1984.Ioss. Simon, «Danish Consensus Conferences as a Model of Partid­

patory Technology Assesment: An Impact Study of ConsensusConferences on Danish Parliament and Danish Public Deba­te», Science and Public Policy, no. 25,1998, pp. 2-22.

Kanh, D. E. Y R. Rycroft, «Cornplex Technology Policy in the 21"Century: How Will We Adapt to Complexityí», Science and Pu­blicPolicy, no. 25, 1998, pp. 70-87.

Kauffmann, Stuart, The Origins of the Order: Self Organization andSeleetion in Evolution, Oxford: Oxford University Press, 1993.

-- Y S. Levin, «Towards a General Theory of Adaptive Walks onRugged Landscapes», ¡ournal of Theoretical Biology, no. 128,1987, p. 1145.

Kim, Iaegwon, Supetvenience and Mind, Cambridge: CambridgeUniversity Press, 1996.

Kitcher, P, The Advancement of Science: Science Without Legend,Objectivity Without Illusions, 'Oxford: Oxford University Press,1993.

Kuhn, T. S., (1) «Logíc of Discovery or Psychology of Inquiry», TheEssential Tension: Selected Studies in Scientific 1Tadition and Chan­ge, Chicago: University ofChicago Press, 1977.

-rr--, (2) La teoría del cuerpo negro y la discontinuidad cuántica, 1894­1912, Madrid: Alianza, 1980.

La Porte, Todd, «Large Technical Systems. Institutional Surprisesand Challenge to Political Legítimacy», Technology in Society,no. 16, 1994,pp.269-288.

Laird, E N., «Participatory Analysis, Democracy and TechnologicalDecisión Making», Science, Technology and Human Values, no.18,1993,pp.341-361.

Lakatos, Imre, [1] «The Problem ofAppraising Scientific Theories: ThreeApproaches», en G. Currie y J. Wirral (comps.), Mathematics,Science and Epistemology, Cambridge: CUP, 1973.

--, (2) La historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales, Ma­drid: Tecnos, 1974.

Page 157: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

316 MUNDOS ARTIFiCIALES IHBI.IOGR/d'fA 317

Latour, B., [1 J La science en action, París: Éditions La Découverte,1987 [versión en castellano: La ciencia en acción, Barcelona: la­bor, 1992J.

--, [2J Nunca hemos sidomodernos: ensayo de antropología simétrica,Madrid: Debate, 1991.

--, (3) «Technology is Society Made Durable», en Law (comp.),1991.

-- YS. Woolgar, La vida en el laboratorio. La construcción de hechoscientíficos, Madrid: Alianza, 1995.

Law, Iohn (comp.), A Sociology of Monsters. Essays on Power, Techno­logy and Domination, Londres: Routledge, 1991.

Layton, E. T., [IJ «Mirror-Image Twins: The Communities ofScien­ce and Technology in 19th-Century America», Technology andCulture, no. 12, 1971, pp. 562-580.

--, [2] «Milwrights and Engineers, Science Roles and the Evolu­tion of the Turbine in América», en W. Krohn, E. T. Layton y P.Weingan (comps.), TheDinamics of Science and Technology, Dor­drecht: Reidel, 1978, pp. 61-69.

Leher, K, «Social Inforrnation», The Monist, no. 60, 1977.Levi, L HardChoices, Princeton: Princeton University Press, 1986.Levidow, L., S. Carr, R. von Schomberg y D. Wield, «Regulating

Agricultural Biotechnology in Europe: Harmonization Difficul­ties, Oportunities, Dilernmas», Science and Public Policy, no. 23,1996, pp. 135-157.

Lipton, P., «The Epistemology ofTestirnony». Studies in History andPhilosophyofScience, no. 29,1998, pp. 1-31.

Liz, Manuel, [1 J "Conocer y actuar a través de la tecnología», en F.Broncano 3.

--, [2J «Causalidad y contenido mental», en F. Broncano (comp.),La mente humana. Enciclopedia iberoamericana de filosofía, Ma­drid: Trotta, 1996.

--, [3J «La naturaleza de lo artificial», ponencia presentada en elsimposio «Mundos Artificiales», Salamanca, 18-20 de febrerode 1998.

Longino, Helen, Science asSocial Knowledge: Values and Objectivity inScientific Inquiry, Princeton: Princeton University Press, 1990.

López Carcía, Santiago, «De exploración con Schumpeter», en San­tiago López García y I, M. Valdaliso (comps.).

-- y I. M. Valdaliso (comps.), ¿Que inventen ellos? Tecnología, e~­

presa y cambio económico en la España contemporánea, Madnd:Alianza, 1997.

Lorenz, Konrad, Laciencia natural del hombre, «El manuscrito de Ru­sia 1944-1948», Barcelona: Tusquets, 1993.

Luján, Iosé Luis, «Genética: gestión del riesgo y contrato social», enDaniel Borrillo (comp.).

--, M. Orlando, D. Borrillo. M. I. Santesmases y E. Muñoz, «SpainTransposing EC Biotechnology Directives through Negotia­tion», Science and Pub/ic Policy, no. 23, 1996, pp. 181-184'.

Lumsden, C. y E. O. wílson, Genes, Mind and Culture, Cambridge,Mass.: Harvard University Press, 1981.

Maltrás, B., Los indicadores bibliométricos en el estudio de la ciencia, te­sis doctoral, Universidad de Salamanca, 1996.

Manzini, Ezio, La materia de la invención. Materiales y proyectos, Bar­celona: Grupo Editorial crxc, 1993.

Marcuse, Herbert, El hombre unidimensional, Barcelona: Seix Barral,

1972.Marr, David, Visión. Una investigación basada en el cálculo acerca de la

representación y el procesamiento humano de la información visual,Madrid: Alianza, 1985.

Martin, Brian, «Technological Vulnerability», Technology in Society,no. 12, 1996,pp.511-523.

McGee, David, «From Craftsmanship to Draftsmanship: Naval Ar­chitecture and the Three Traditions of Early Modern Design»,Technology and Culture, no. 40, 1999, pp. 209-236. . .

Merton, Roben K, La sociología de la ciencia, 2 vols., Madnd: Alían­

za, 1973.Metha, Michael D., «Risk and Decision-Making: a Theoretical Ap­

proach to Public Participation in Technoscientific Conflict Si­tuations», Technology in Society, no. 20, 1998, pp. 87 -98.

Meyer, Hans, «Bauen», Bauhaus, 11, 4, en P. Hereu, I. M. Montaner, J.Oliveras (comps.), Textos de arquitectura de la modernidad, Ma­drid: Nerea, 1994.

Page 158: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

318 MUNDOS ARTIFICIALES BIBLlOGRAFfA 319

Millikan, R. G., Language and Other Biological Categoties, Cambrid­ge, Mass.: MIO' Press, 1984.

Minsky, Marvin, [1] «A Framework for Representing Knowledge»,en P. Winston (comp.), The Psychology of Computer Vision,Nueva York: McGraw Hill, 1975.

--, [2] «Líneas K: una teoría de la memoria», en O. A. Norman(comp.), Perspectivas de la ciencia cognitiva, Barcelona: Paidós,1987.

Mitcham, Carl, [1) Qué es la filosofía de la tecnología, Barcelona:Antbropos, 1989.

--, [2] Thinking through Technology. The Path between Engineeringand Philosophy, Chicago: Chicago University Press, 1994.

Mithen, Steven, Prehistory of Human Mind. A Searcn for the Origins ofArt, Religíon and Science, Londres: Thames and Hudson, 1996.

Mokir, J., La palanca de la riqueza. Creatividad tecnológica y progresotecnológico, Madrid: Alianza, 1993.

Molinuevo, José Luis, El espacio político del arte, Madrid: Tecnos,1998.

Moser, P. K. (comp.), Rationality in Action. Contemporary Approaches,Cambridge: Cambridge University Press, 1990.

Mosterín, J., Filosofía de la cultura, Madrid: Alianza, 1993.Moya, E., Crítica de la razón tecnocientifica, Madrid: Biblioteca Nue­

va, 1998.Mumford, Lewís, Técníca y civilización, Madrid: Alianza, 1971.Muñoz, Emilio, «Sociedad y cambio técnico. Analogías biológicas

de la visión evolucionista del cambio técnico», Ludus Vitalis,no. IV, 1996, pp. 29-54.

Nelson, R. y S. Winter, [1] «In Search of a Useful Theory of Econo­míe Change», Research Policy, no. 6, 1977, pp. 36-77.

--, [21 An Evolutionary Theory of Economic Change, Cambridge,Mass.: Harvard University Press, 1982.

Nielsen, Henry y Birgitte Wistoft, «Painting Technological Pro­gress», Technology and Culture, no. 39, 1998, pp. 408-433.

Niiniluoto, lIka, «The Aim and Strueture of Applied Research»,Erkenntis, no. 38, 1993, pp. 1-28.

Nola, Robert, «Postrnodernism, a French Cultural Chemobil: Fou­cault on Power/Knowledge», lnquitv, no. 37, 1994, pp. 3-43.

Nozick, Robert, The Nature of Rationality, Cambridge, Mass.: Har­vard University Press [versión en castellano: La naturaleza de laracionalidad, trad. Antoni Dornenech, Barcelona: Paidós, 1993J.

Nudler, O., «In Search of a Theory for Conflict Resolution. Taking aNew Look at World Views Analysis», Institutefor Conflict Analy­sisand Resolution Neusletter, no. 5, 1993, pp. 3-5.

-- (comp.), La racionalidad: su poder y sus límites, Barcelona: Pai­dós, 1997.

Nussbaum, Martha c., Lafragilidad del bien. Fortuna y ética en la tra­gedia y la filosofía griega, trad. Antonio Ballesteros, Madrid: Vi­sor, 1995.

Oig, J. W.y D. P. Billington, «Amman's First Bridge: AStudy in Engi­neering, Politics and Entrepreneurial Behavior», Technology andCulture, no. 35,1994, pp. 537-570.

Olson, M., The Logic of Col/ective Action, Cambridge, Mass.: HarvardUniversity Press, 1965.

Ortega y Gassett, Jesús, «Meditación de la técnica», Revista de Occi­dente, Madrid, 1969.

Pacey, A., The Culture of Technology, Cambridge, Mass.: MIT Press,1983.

Parayil, G., «Iechnological Knowledge and Technological Change»,Technology in Society, no. 13, 1991, pp. 289-301.

Pavitt, Keith, «Los objetivos de la política tecnológica» en M. Gon­zález, José A. López Cerezo y J. Luján (comps.).

Pérez Sedeño, Eulalia, Ciencia, tecnología y sociedad: la perspectiva delgénero, en Conzález, López Cerezo y Luján (comps).

Pickering, Andrew, «Cyborg History and the World War Il Regime»,Perspectives on Science, no. 3,1995, pp. 1-45.

Pican, A., L'invention de l'ingenieur modeme. ¡;École des Ponts etChaussées 1747-1851, París: Presses de L'École des Ponts etChaussees, 1992.

Pinch, Trevor, y Wiebe E. Bijker, «The Social Construction of Factsand Artifacts of How the Sociology of Science and the Sociolo­gy ofTechnology Might Benefit Each Other», en Bijker, Hughesy Pinch (comps.).

Pirsig, Robert M., Zen and the Art of Motorcicle Maintenance. An In­quiry into Values, Nueva York: Bantam, 1974.

Page 159: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

320 MUNDOS ARTIFICIALES BIBLlOGRAffA 321

Polanyi, Michel, (1) Personal Knowledge, Londres: Routledge andKegan Paul, 1958.

--, (2) Knowing and Being, Londres: Routledge and Kegan Paul,1969.

Presten, Beth, «Why is a Wing Like a Spoon? A Pluralist Theory ofFunction», lournal of Philososphy, no. 95, 1998, pp. 215-254.

Pursell, Carroll, «Am 1 a Lady or an Engineer? The Origins ofWomen's Engineering Society in Britain, 1918-1940», Techno­logy and Culture, no. 34,1993, pp. 78-97.

Putnarn, Hilary, «The Meaning of "Meaning?», en Gunderson(comp.), Language, Mind and Knowledge, Minnesota Studies inthe Philosophy of Science, Minneapolis: University of Minne­sota Press, 1975.

Quintanilla, Miguel Ángel, (1) «Adversus ingenieros», en A favor dela razón, Madrid: Tecnos, 1981.

--, [2) «Bases para la filosofía de la técnica», Arbor, marzo de1988, pp. 11-28.

--, (3) Tecnología, un enfoque filosófico, Madrid: FUNDESCO, 1988.--, [4) «Cultura tecnológica», Jeorema, no. XVII. '1998, pp. 49-70.--, [S) «The Concept of Technological Eñciency», manuscrito

presentado en el XX Congreso Mundial de Filosofía, Boston,1998.

Quintanilla, Miguel Ángel (coord.), Evaluación parlamentaria de lasopciones científicas y tecnológicas, Madrid: Centro de EstudiosConstitucionales, 1989.

Rawls, Ion, Political Liberalism, Nueva York: Columbia UniversityPress, 1983 [versión en castellano: Liberalismo político, trad. An­toni Dornenech, Barcelona: Crítica, 1996).

Ridley, Mark (comp.), Evolution, Oxford: Oxford University Press,1997.

Ridley, Matt, TheOrigins ofVir/ue, Londres: Penguin Books, 1997.Rockmore, Tom, «Heidegger on Technology and Dernocracy», en

Feenberg y Hannay (comps.).Rogers, G., TheNatureof Engineering, Londres: Macmillan, 1983.Rorty, Richard, Essays on Heidegger and Others. Philosophical Papers,

vol. 11, Cambridge: Cambridge University Press, 1991 [versiónen castellano: Ensayos sobre Heidegger y otros pensadores con-

temporáneos. Ensayos filosóficos, vol. ll, trad. Jorge Vigil Rubio,Barcelona: Paidós, 1993).

Rose, Michael R. y George Lauder (comps.), Adaptation, San Diego,Ca.: Academic Press, 1996.

Rosenberg, Nathan (comp.), (1) Economía del cambio tecnológico,México: Fondo de Cultura Económica, 1979.

--, (2) Inside the Block Box: Technology and Economics, Cambridge:Cambridge University Press, 1982.

--Yl. E. Bírdzell Ir., «La ciencia y la téenica tras el milagro de Oc­cidente», Investigación y Ciencia, no. 172, 1991.

Ruse, M., The Darwinian Revolution. Science Red in Tooth and Claw,Chicago: Chicago University Press, 1979 [versión en castella­no: La revolución darwinista. La ciencia al rojo vivo. Madrid:Alianza, 1983J.

Sánchez Ron, losé Manuel, El poder de la ciencia. Historia socioeconó­micade lafísica (siglo xx), Madrid: Alianza, 1992.

Sanmartín, losé, [IJ Los nuevos redentores, Barcelona: Anthropos,1988.

--, [2) «La teenología en la sociedad de fin de siglo», Teorema, no.XVII, 1998, pp. 71-86.

Scaglia, Giustina, «La obra de la catedral de Florencia», Investigacióny Ciencia, abril, 1991, pp. 44-51.

Schank, R. y R. P. Abelson. Scripts, Plans, Goals and Understanding,Nueva York: l. Wiley & Sons, 1977 [versión en castellano:Guiones, planos, metas, y entendimiento, trad. Elisabeth Gilboy yJavier Zanón, Barcelona: Paidós, 1987).

Schumpeter, «La inestabilidad del capitalismo», en Nathan Rosen­berg (comp.).

Searle, Iohn, The Construction of Socíal Reality, Nueva York: Simonand Schuster, 1995 [versión en castellano: La construcción dela realidad social, trad. Antoni Domenech. Barcelona: Paidós,1997).

Shapin, Steven, A Social History of Truth, Civility and Science inSeventeenth-Century England, Chicago: University of ChicagoPress, 1994.

Simon, Herbert A., [1] «A Behavioral Model of Rational Choice»,Quaterly [oumalof Economics, no. 69,1957, pp. 99-112.

Page 160: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

322 MUNDOS AnTlFlCIALES BIBLJOGRAFfA 323

--, [2) The Sciences of the Artificial, 2 a ed., 1981, Cambridge,Mass.: MI"!" Press, 1969.

--, [3) Models of Discovery, Boston Studies in the Philosophy ofScience, Dordrecht: Reidel, 1977.

Sleigh, Charlotte, «Life, Death and Calvanism», Studies in Historyand Philosophy of Biology and Biomedical Sciences, no. 29, 1998,pp. 219-248.

Smith, Adarn, An lnquitv into the Nature and Causes of the Wealth ofNations, trad. Carlos Rodríguez Braun, Madrid: Alianza, 1994.

Smith, Brian C; On the Origin of Objects, Cambridge, Mass.: MI.,.

Press, 1996.Smith, Merrit Roe, «El determinismo tecnológico en la cultura de

Estados Unidos», en Smith y Marx (comps.).Srnith, Merrit Roe y Leo Marx (comps.), Historia y determinismo tec­

nológico, Madrid, Alianza, 1996.Sober, Elliott, [1) The Nature of Selection. Evolutionary Theory in Phi­

losophical Focus, Cambridge, Mass.: MI'" Press, 1984.--, [2) Reconstructing the Past. Parsimony, Evolution and lnierence,

Cambridge, Mass.: MI"r Press, 1988.--, [3) Conceptual Issues in Evolutionary Theory, Cambridge, Mass.:

MI"!" Press, 1994.--, [4) Filosofia de la biología, Madrid: Alianza, 1996.Sokal, A1an y lean Bricmont, Impostures Intellectuelles, París: üdile

Iacob, 1997 [versión en castellano: Imposturas intelectuales, trad.loan Carles CuixVilaplana, Barcelona: Paidós, 1999).

Solow, R., «El cambio técnico y la función de producción», enNathan Rosenberg (comp.).

Staudenmaier, Iohn, M., «Racionalidad frente a contingencia en lahistoria de la tecnología», en Smith y Marx (comps.), pp.275-289.

Stich, S., «Could Man Be an lrrational Animal!», Synthese, no. 64,1985,pp.115-135.

Thagard, Paul, Conceptual Revolutions, Princeton: Princeton Univer­sity Press, 1992.

Tobar-Arbulu, E, «Tecnología: hacia un nuevo juramento hipocráti­co», Arbor, marzo de 1988, pp, 107-130.

Toft, J., «Dennmark: Seeking a Broad-Based Consensus on Cene'Iechnology», Science and Public Policy, no. 23, 1996, pp.171-174.

Toribio, Josefa, «La semántica de las reglas tecnológicas», en EBroncano 3.

Torre, A. de la, y J. Conde, El desafío del cambio tecnológico, Madrid:Tecnos, 1998.

Toumela, R.,A Theory of Social Action, Dordrecht: Reidel, 1984.Tristram, H. E. yA. Caplan (cornps.), Scientific Controversies, Cam­

bridge: Cambridge University Press, 1987.Van der Valk, A.e. «Cloning as a Test Case ofAutonomous Tecbno­

logy», Techné. Society for Philosophy & Technology, no. 3, vol. 1,1998.

Vasi, Arma, «Approach Towards Conflicts Resolution in DecisionProcesses», en Vlek y Cvetkovicht (comps.). Social DecisionMethodology for Technological Projeets, Dordrecht: Kluwer, 1989.

Vázquez, Margarita, «En tomo a los conceptos de modelo, sistemay simulación», en F. Broncano 3,

-- y Manuel Liz, «Systems Formalization and Models Building»,en P. Milling y E. Zahn (comps.). Computer-Based Managementof Complex Systems, Berlín: Springer, 1989, pp. 285-292.

Vega, Jesús, (1) Epistemologia de las técnicas. El problema del saber y elconocimiento técnico, tesis doctoral, Salamanca, 1996.

--, [2] «Laastucia como razón», manuscrito.--, [3) «El trasfondo y el conocimiento práctico», Teorema, en

prensa.--, [4) «La astucia de la razón en la técnica», en prensa.Vérin, Hélene, La gloire des ingénieurs. L'intelligence technique du XVi'

au XVlI' siecle, París: Albin Michel, 1993.Vincenti, W. C., (1) What Engineers Know and How They Know It:

Analytical Studies from Aeronautical History, Baltimore: IohnsHopkins University Press, 1990.

--, [2] «The Retractable Airplane Landing Cear and the Northrop"Anomaly": Variation-Selection and the Shaping of Techno­logy», Technology and Culture, no. 35, 1994, pp. 1-33.

Vlek, Charles y Ceorge Cvetkovicht (comps.), Social Decision Metho­dology forTechnological Projects, Dordrecht: Kluwer, 1989.

Page 161: Mundos artificiales - cursosupla.files.wordpress.com · Fernando Broncano Mundos artificiales Filosofía del cambio tecnológico Facultad de Pnosoña y Letras Universidad Nacional

324 MUNDOS ARTIFICIALES

Vlek, Charles y George Cvetkovicht, «Social Decision Making onTechnological Projects: Review of Key Issues and a Reconside­red Procedure», en Vleky Cvetkovicht (comps.).

Weber, R J. y S. Dixon, «Invention and Gain Analysis». CognitivePsichology, no. 21, 1989, pp. 283-302.

Wiesberg, R, Creatividad. El genio Yotros mitos, Barcelona, Labor, 1986.Wilensky, R, Planning and Understanding, Reading, Mass.: Addison­

Wesley, 1983.Wilke, Henk A. M., «Prornoting Personal Decisions Supporting the

Achievernent of Risky Public Coods», en Vlek y Cvetkovicht(comps.), 1989.

Wilson; D. S. y E.Sober, «Reintroducing Group Selection to the Hu­man and Behavioral Sciences», Behavioral and Brain Sciences,no. 17, 1994,pp.585-654.

Williams, G., Adaptation and Natural Seleetion, Princeton: PrincetonUniversity Press, 1967.

Winner, Langdon, [1) Tecnologia autónoma. La tecnología como objetodel pensamiento político, Barcelona: Gustavo Gili, 1979.

--, [2) La ballena y el reactor. Una búsqueda de los límites en la era dela alta tecnología, Barcelona: Gedisa, 1987.

--, [3] «Llpon Opening the Black Box and Finding it Empty: So­cial Constructivism and the Philosophy of Technology», Scien­ce, Technology & Human Values, no. 18, 1993, pp. 362-378.

Winograd, Terry y Fernando Flores, Understanding Computers andCognition. A New Foundation for Design, Nueva Jersey: NorwoodjAblex Corporation, 1986.

Wittgenstein, Ludwig, [1) Philosophische Unterschungen. PhilosophicalInvestigations, de G. E. M. Anscombe y R Rhees (comps.), Ox­ford: Blackwell, 1953.

--, [2] Investigaciones filosóficas, trad. A. Gareía Suárez y U. Mouli­nes, Barcelona: Crítica, 1988.

Woolgar, Steve, (1) «Configuring the User, The Case of UsabilityTrials», en Iohn Law (comp.).

--, [2) «Evolutionary Complex Systerns: Models of TechnologyChange», en L. Leydesdorff, y Van den Besselaar (comps.), Evo­lutionary Economics and Chaos Theory, Londres: Pinter Publis­hers, 1994.