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Boletín de la parroquia y santuario LA SANTÍSIMA CRUZ DE LOS MILAGROS Navega mar adentro... Contemplando el madero de la cruz, redescubrimos nuestra fe en Jesús Centenario de la parroquia La Santísima Cruz de los Milagros (1913-2013) En el Año de la fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI Renovado Pentecostés En la Biblia, en los Hechos de los Apóstoles, Pentecostés es un acon- tecimiento importante para la Iglesia, porque allí y a partir de ese momento empieza propiamente la evangeliza- ción y la vida en comunidad. En Pentecostés los apóstoles comprendieron el misterio de Cristo, y también lo que significa ser hijos de Dios en el Hijo; y lo comprendieron desde el interior, desde el lugar en el corazón donde trabaja el Espíritu Santo. Hasta entonces el conoci- miento de Cristo, y el amor por Cris- to, estaban en una etapa de semilla, la que en Pentecostés explota para dar lugar a una vida nueva. A partir de Pentecostés comien- za una nueva fraternidad y herman- dad. El mismo Espíritu que da el conocimiento de nuestra filiación en Cristo da también el conocimiento del fundamento de la nueva herman- dad: Cristo. A Cristo no le interesa mucho los lazos sanguíneos, ni la atracción afectiva o simpatía entre sus discípulos: le interesa que se amen, que se tengan misericordia los unos a los otros, que se ayude al más pobre moral y espiritualmente. Porque según Cristo los pobres más pobres no son los que carecen de medios para la supervivencia sino aquellos que restringen su corazón a unos pocos y desprecian a otros. ¡Esa es la miseria mayor! ¿Quién ayuda a comprender todo esto? Pues el Espíritu Santo. Ven, Espíritu Santo, ven. Cuando llega, por ejemplo en este mes la fiesta del 25 de mayo, escucha- mos en los medios sobre el rezo del Te Deum, que consiste en una oración que la Iglesia hace para pedir por el eterno descanso de quienes nos precedieron, por el pueblo todo, y en especial por los gobernantes. Aunque muchos cuestionen la ora- ción, y hasta la misma fiesta Patria, los cristianos rezamos igual, porque cree- mos en la providencia, en la presencia y en la acción de Dios en la historia humana en general, y en la de nuestra patria en especial. Mientras los historiadores siguen discutiendo sobre el acontecimiento de la semana de mayo de 1810 a nosotros nos interesa el inicio de una nueva etapa en estas tierras, y la oración como me- dio de abrirnos a las gracias que todos necesitamos para construir una patria de hermanos. Cuando la Iglesia reza un Te Deum con un gobernador o con un presidente no está ni aprobando ni desaprobando los proyectos de los gobiernos; simple- mente con el pueblo y con los gober- nantes eleva una oración de acción de gracias, una oración de petición, una oración por la cual podamos expresar nuestro deseo de justicia, fraternidad y unidad. Una de las cosas que más pedía el apóstol San Pablo es la oración por los gobernantes y por quienes presiden la comunidad. Porque si bien es cierto que no todo depende de ellos, sin em- bargo es un ámbito importante de toda sociedad: cuanto más servidores del bien común sean los gobernantes más justicia, más paz, más fraternidad. Con el Te Deum también se recuer- dan los deberes: los que corresponden a las autoridades, y los que corresponden a los ciudadanos. Porque una nación se construye entre todos quienes la habitamos. No hay que esperar todo del gobierno, ni se puede prescindir tampoco de él. La pobreza vigente, la inseguridad que crece, la educación que necesita más atención: todas estas cuestiones desafían a todos, a toda la sociedad. De la pobreza se sale cuando todos participamos de proyectos, cuando asu- mimos una parte de las actividades en orden a socorrer a nuestros hermanos. De la inseguridad no se sale con poner más policías en las calles, el desafío es cómo contribuimos a la conversión del que roba, mata, y atropella los derechos ajenos. Y en eso -en la educación y contención- todos estamos obligados a participar. Porque no vivimos en una isla. Antes se decía “yo en mi casa, no salgo, no hago mal a nadie”; esa actitud hoy no va, no sirve: es muy cómoda y egoísta. Una de las actitudes que debemos pedir en la oración es la participación: la vida política corresponde a todos los habitantes de la Patria, a fin de que todos lleguemos a ser ciudadanos. Al hablar mal de los políticos en alguna medida es- tamos hablando de nosotros-sociedad, porque nosotros los elegimos; de allí la conveniencia de pensar bien a quiénes debiéramos elegir. Durante los días de las fiestas patrias Arquidiócesis de Corrientes - República Argentina - Mayo de 2013 - Nº 62 Cuando rezamos el Te Deum

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Hoja informativa de la parroquia santuario Cruz de los Milagros

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Page 1: Navega mar adentro... 62 - Mayo

Boletín de la parroquia y santuario LA SANTÍSIMA CRUZ DE LOS MILAGROS

Navega mar adentro...

Contemplando el madero de la cruz, redescubrimos nuestra fe en Jesús

Centenario de la parroquia La Santísima Cruz de los Milagros (1913-2013)

En el Año de la fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI

Renovado PentecostésEn la Biblia, en los Hechos de los

Apóstoles, Pentecostés es un acon-tecimiento importante para la Iglesia, porque allí y a partir de ese momento empieza propiamente la evangeliza-ción y la vida en comunidad.

En Pentecostés los apóstoles comprendieron el misterio de Cristo, y también lo que signifi ca ser hijos de Dios en el Hijo; y lo comprendieron desde el interior, desde el lugar en el corazón donde trabaja el Espíritu Santo. Hasta entonces el conoci-miento de Cristo, y el amor por Cris-to, estaban en una etapa de semilla, la que en Pentecostés explota para dar lugar a una vida nueva.

A partir de Pentecostés comien-za una nueva fraternidad y herman-dad. El mismo Espíritu que da el conocimiento de nuestra fi liación en Cristo da también el conocimiento del fundamento de la nueva herman-dad: Cristo. A Cristo no le interesa mucho los lazos sanguíneos, ni la atracción afectiva o simpatía entre sus discípulos: le interesa que se amen, que se tengan misericordia los unos a los otros, que se ayude al más pobre moral y espiritualmente. Porque según Cristo los pobres más pobres no son los que carecen de medios para la supervivencia sino aquellos que restringen su corazón a unos pocos y desprecian a otros. ¡Esa es la miseria mayor! ¿Quién ayuda a comprender todo esto? Pues el Espíritu Santo.

Ven, Espíritu Santo, ven.

Cuando llega, por ejemplo en este mes la fi esta del 25 de mayo, escucha-mos en los medios sobre el rezo del Te Deum, que consiste en una oración que la Iglesia hace para pedir por el eterno descanso de quienes nos precedieron, por el pueblo todo, y en especial por los gobernantes.

Aunque muchos cuestionen la ora-ción, y hasta la misma fi esta Patria, los cristianos rezamos igual, porque cree-mos en la providencia, en la presencia y en la acción de Dios en la historia humana en general, y en la de nuestra patria en especial.

Mientras los historiadores siguen discutiendo sobre el acontecimiento de la semana de mayo de 1810 a nosotros nos interesa el inicio de una nueva etapa en estas tierras, y la oración como me-dio de abrirnos a las gracias que todos necesitamos para construir una patria de hermanos.

Cuando la Iglesia reza un Te Deum con un gobernador o con un presidente no está ni aprobando ni desaprobando los proyectos de los gobiernos; simple-mente con el pueblo y con los gober-nantes eleva una oración de acción de gracias, una oración de petición, una oración por la cual podamos expresar nuestro deseo de justicia, fraternidad y unidad.

Una de las cosas que más pedía el apóstol San Pablo es la oración por los gobernantes y por quienes presiden la comunidad. Porque si bien es cierto que no todo depende de ellos, sin em-bargo es un ámbito importante de toda sociedad: cuanto más servidores del bien común sean los gobernantes más justicia, más paz, más fraternidad.

Con el Te Deum también se recuer-

dan los deberes: los que corresponden a las autoridades, y los que corresponden a los ciudadanos. Porque una nación se construye entre todos quienes la habitamos. No hay que esperar todo del gobierno, ni se puede prescindir tampoco de él.

La pobreza vigente, la inseguridad que crece, la educación que necesita más atención: todas estas cuestiones desafían a todos, a toda la sociedad. De la pobreza se sale cuando todos participamos de proyectos, cuando asu-mimos una parte de las actividades en orden a socorrer a nuestros hermanos. De la inseguridad no se sale con poner más policías en las calles, el desafío es cómo contribuimos a la conversión del que roba, mata, y atropella los derechos ajenos. Y en eso -en la educación y contención- todos estamos obligados a participar. Porque no vivimos en una isla. Antes se decía “yo en mi casa, no salgo, no hago mal a nadie”; esa actitud hoy no va, no sirve: es muy cómoda y egoísta.

Una de las actitudes que debemos pedir en la oración es la participación: la vida política corresponde a todos los habitantes de la Patria, a fi n de que todos lleguemos a ser ciudadanos. Al hablar mal de los políticos en alguna medida es-tamos hablando de nosotros-sociedad, porque nosotros los elegimos; de allí la conveniencia de pensar bien a quiénes debiéramos elegir.

Durante los días de las fi estas patrias

Arquidiócesis de Corrientes - República Argentina - Mayo de 2013 - Nº 62

Cuando rezamos el Te Deum

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2 Navega mar adentro... - Mayo de 2013 - Número 62

Ante la hermosa vista que nos brinda el templo renovado, concluimos agradecidos a Dios los festejos del Mes de Corrientes, con los cuales hemos conmemorado 425 años de la fundación de nuestra ciudad. La fi esta de la San-tísima Cruz de los Milagros, que está indisolublemente asociada al nacimiento de este pueblo, constituye la memoria viva de sus raíces católicas. En la Cruz del Señor, signo del amor de Dios en-tregado hasta el extremo por todos los hombres, se inspira nuestro modo de ser y de estar en esta bendita tierra en la que Dios nos puso.

El signo de la cruz identifica al cristiano, como la estrella de David y la media luna a nuestros hermanos judíos y musulmanes, respectivamente. Sin embargo, les confi eso la sorpresa que me llevé durante la visita pastoral que hice a algunas comunidades rurales en la zona sur de nuestra arquidiócesis hace pocos días. Allí pude constatar que muchos niños no saben hacer la señal de la cruz, ni escucharon hablar de “chon padrino” (en referencia a los niños que pedían la bendición a sus padres, abuelos o padrinos). Llama la atención que esa ignorancia religiosa se haya extendido a los lugares donde se supone que los valores y costumbres religiosas aún mantienen su vigencia. Por otra parte, durante esa misma visita, en una escuelita pobre –donde las maes-tras tenían que llevar sus tizas–, a la pregunta qué palabra o frase recuerdan del Papa Francisco, un niño de nueve años respondió en seguida: “Que no nos ‘peliemos’”. A continuación, otros chicos se animaron a compartir diversas expre-siones que había dicho el Santo Padre, como por ejemplo: “Que no le saquen el cuero a nadie”, “que se cuiden los unos a los otros”, y que “cuiden la naturaleza”.

Pensemos en esas dos realidades: la ignorancia de la cruz y las frases del Papa que hablan del amor al prójimo. Todo el mundo, más allá de las diferen-cias confesionales o de pensamiento, se sintió identifi cado con las expresiones y los gestos del Papa Francisco. Pero con-vengamos en que una cosa es estar de acuerdo con una verdad tan obvia como el deber de tratarnos bien, otra cosa es convertirla en conducta, y muy distinto aún es no excluir a nadie de ese trato, ni siquiera a los enemigos. ¿Creemos que el amor vence al odio, y que el buen trato es superior al maltrato? Desde luego, esa es nuestra convicción. ¿Por qué,

entonces, hacemos justamente lo con-trario de lo que creemos que es bueno, sabiendo además que es dañino para uno mismo y para los otros? Sabemos lo que deberíamos hacer, sin embargo hacemos lo que no quisiéramos hacer. Esa confusión es el resultado de haber ignorado la cruz de Cristo o de haberla convertido en un adorno.

Sin embargo y felizmente, hubo va-rias familias que en estos días han entro-nizado el signo de la Cruz de los Milagros en sus hogares. A esta devoción, se ha sumado el llamado ‘efecto Francisco’, que ha movido la fe de muchas personas y las ha acercado de nuevo a Dios y a la Iglesia. El impacto que producen las palabras y los gestos del Papa, son una gracia y un aviso para profundizar la fe. Esta se afi anza sólo si la arraigamos en la Cruz de Cristo. Debemos estar atentos a la tendencia de quedarnos con una religión emocional que sólo nos haga sentir bien, una especie de Dios-spray, una esencia ‘nebulizada’ que se expande en el ambiente sin que se sepa bien qué es, dijo hace poco el Papa Francisco. La fe adulta, la que compromete todas las dimensiones de la vida –las privadas y las públicas–, se defi ne ante la Cruz de Jesús, que representa el amor que se hace servicio hasta las últimas conse-cuencias. En ella encontramos la clave para escapar de la confusión de creer que el amor es igual a placer, y que el buen trato es apenas un intercambio de egoísmos complacientes.

Nos hace mucho bien escuchar que el Papa diga que nos tratemos bien. Pero la experiencia diaria nos advierte que eso no es una tarea tan sencilla. Observemos, por ejemplo, cuánto se ha metido la cultura del “me las vas a pagar”. Sabemos que desquitarse está mal y que hace mucho daño tanto al que recurre a la venganza como el que la padece. El único resultado que se logra con ello es aumentar el sufrimiento y la violencia entre las personas. Sin embargo, irra-cionalmente adherimos a esa práctica en el maltrato a la esposa o viceversa; nos rige en la calle o sentado detrás de un volante; es cada vez más frecuente en la escuela tanto entre los alumnos, como de éstos con los maestros; se está incrementando en la vida pública gene-rando malestar y dando mal ejemplo a la ciudadanía, cuando los que sirven al bien común deberían ser los primeros en dar ejemplo de buen trato entre ellos y con todos. Tratar mal al otro pretendiendo

con ello alcanzar un bien, es caer en la vieja confusión de Caín, quien creyendo que si eliminaba a su hermano Abel, se vería libre de él, olvidando a su vez una verdad muy simple: Abel era, es y será siempre su hermano, le guste o no le guste. La sabiduría de la cruz nos enseña que para caminar juntos es necesario cargar sobre el hombro al hermano, como lo hizo Jesús con nosotros.

Para construir un fundamento que dé solidez a la convivencia fraterna entre las personas, no es sufi ciente promover un humanismo de buenas relaciones. Eso sería muy ingenuo. No hay que desco-nocer la tendencia al mal que padece el corazón del hombre y que de ello no puede liberarse por sí mismo. La Cruz cristiana nos recuerda que Dios se puso a nuestro lado, para aprender con él que amar es poner el hombro debajo de la cruz para llevarla juntos. El Dios cristiano es el Dios del amor hasta dar la vida.

“¿Cuántas veces?” -se preguntó el Papa Francisco- la gente dice que en el fondo cree en Dios, pero “¿en qué Dios?”. El Papa Benedicto nos ayuda a pensar sobre Dios, cuando decía que “Nosotros querríamos ciertamente una omnipotencia divina según nuestros esquemas mentales y nuestros deseos: un Dios «omnipotente» que resuelva los problemas, que intervenga para evitarnos las dificultades, que venza los poderes adversos, que cambie el curso de los acontecimientos y anule el dolor”. Sin embargo, su omnipotencia se manifi esta de manera muy distinta: nos entrega como signo poderoso de su amor hasta el fi nal a Jesucristo Crucifi cado y nos invita a abrazarlo. En ese abrazo que nos perdona y ama, aprendemos a tratar bien a todos, aun a los enemigos. La Santísima Cruz de los Milagros es para nosotros el signo más claro de que fuimos fundados en ese amor, creados y amados en esa omnipotencia de Dios, que se manifi esta sólo cuando respon-demos al mal con el bien, a los insultos y agravios con el perdón, y al odio homi-cida con el amor que hace vivir.

En esa omnipotencia del amor creyó la Virgen María –nuestra tierna Madre de Itatí– hasta el fi nal, hasta el extremo de permanecer de pie junto a la Cruz de su Hijo. Que su ejemplo nos anime a tratarnos bien entre nosotros y jamás devolvamos mal por mal; y que por su maternal intercesión nos veamos libres de todos los peligros.

Amén.

Homilía del Arzobispo el día 3 de mayo

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Número 62 - Mayo de 2013 - Navega mar adentro... 3-

MISAS EN MAYO

:: Sábados: 19 hs.:: Domingos: 8 hs; y 19 hs.:: Lunes a viernes: 7.30 hs.

HORARIOS DE SECRETARÍAMartes a viernes, de 8 a 11 y de 17

a 19. Sábados, de 8 a 11. Ingreso: portón sobre Buenos Aires

(a mitad de cuadra).

BAUTISMOSLas próximas cele-

braciones de bautismos serán los domingos 5 y 19 de mayo a las 9.30 hs.

En junio, los domingos 2 y 16, a las 9.30 hs.

COMUNIDAD “LOS PASTORCITOS”L a c o m u n i d a d

parroquial de la Cruz de los Milagros tiene la oportunidad providen-cial de apadrinar un comedor de la comu-nidad “Los Pastorci-tos” perteneciente a la parroquia de San Pío

X de nuestra ciudad. Esto está acordado entre los párrocos de ambas parroquias.

Todos quienes deseen colaborar con elementos para el desayuno de los sábados, lo acercan a la secretaría de esta parroquia en horarios de atención; o hablan con Mariana Cardozo Longo. Más adelante los domingos se preparará también un almuerzo.

Iniciamos de ese modo una Cáritas parroquial en nuestro santuario, al ser-vicio de los hermanos más necesitados.

REAPERTURA DEL TEMPLOEl sábado 18 de

mayo se cumple un año de la reapertura del templo después de que fuera clausu-rado para su restau-ración.

Damos gracias al Señor por quienes prestando servicios en distintos ámbitos hicieron posible los arreglos y este año pudiéramos celebrar la fi esta de la Cruz en su propio templo.

Si bien es cierto que faltan los salo-nes y la casa parroquial también es cierto que lo más importante ya está: el templo

está a disposición de los peregrinos que deseen honrar la Cruz de Corrientes, la de los Milagros.

CORPUS CHRISTI EN LA CIUDADLa celebración del

Corpus Christi en la ciudad será el sábado 1 de junio en el Anfi tea-tro Cocomarola con el siguiente horario:

- 15.30 Concentra-ción

- 16.00 Celebración de la Santa Misa. Pre-side el Sr. Arzobispo, concelebran los sacerdotes.

Inmediatamente, procesión con el Santísimo hasta el templo parroquial del Perpetuo Socorro; allí la bendición con el Santísimo.

Se suspenden todas las misas en las parroquias y capillas en lo que resta del día

DELEGADOS DE SANTUARIOSEl lunes 10 de

junio se reunirán en Buenos Aires los 8 Delegados Regio-nales de la Pastoral Nacional de Santua-rios con el objetivo de organizar el En-cuentro Nacional de Santuarios de este año a realizarse del 29 de agosto al 1 de septiembre en Córdoba.

Como miembros de este santuario de la Cruz rezamos de modo especial por la reunión organizativa.

PRÓXIMA ENTRONIZACIÓNLunes 3 de junio en la

misa de las 20 hs. - 18.30 Apertura del

templo y organización para la celebración

- 19.20 Rezo del San-to Rosario

- 20.00 Misa (ben-dición de las réplicas durante la misa). Envío.

ACLARACIONES: + Las cruces (con la hoja de la cele-

bración) no se encargan; se adquieren ese mismo día al frente del templo.

+ Y se podrán adquirir hasta cinco minutos antes de la misa.

+ En el supuesto caso de que las cruces no alcancen, habrá una celebra-

ción mensual.

DESDE LA CRUZ A BRASILSabemos que 500 jóvenes de nues-

tra Arquidiócesis peregrinarán a Río de Janeiro, Brasil, para participar del Encuentro de la Juventud con el Papa Francisco.

El envío será el domingo 21 de julio en la misa que el Sr. Arzobispo ha de celebrar a las 18 horas en este santua-rio. Los jóvenes arribarían al predio del santuario a partir de las 16.30 más o menos. Después de la misa abordarán los 8 ómnibus y estarían partiendo entre las 20 y 20.30.

Ese domingo no habrá misa a las 19; sí se celebrará un casamiento que ya estaba registrado previamente.

Todos los miembros de esta comu-nidad de la Cruz de los Milagros somos servidores: de los peregrinos y de las distintas celebraciones. Todos estamos invitados entonces a participar y a involu-crarnos en el servicio a nuestros jóvenes en su partida hacia el Encuentro con el Papa Francisco.

REUNIONES DE LA COMUNIDADTe invitamos a participar de las reu-

niones de la comunidad los jueves, de 19.30 a 20.30, en el salón parroquial.

Nos reunimos para conversar de diversos aspectos de la vida comunitaria para revisarla, afi anzarla y organizarla como comunidad-familia que desea res-ponder a los designios del Señor.

TEMPLO ABIERTO ENTRE SEMANAGracias a la colaboración de us-

tedes es posible que el santuario esté abierto entre semana. Queda abierta la invitación para anotarse. Vean qué día y qué hora pueden, y lo conversan con Mariana ya que ella administra la fi cha de este servicio.

El santuario abierto ¡es una ben-dición para todos, especialmente para aquellos que vienen a expresar su de-voción a la Cruz del Señor!

¡Cuántos más somos, más liviano este trabajo! Y sobre todo si tenemos en cuenta que es para Jesús.

Para tener en cuenta... ¡y agendar...!

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N a v e g a m a r a d e n t r o Cura párroco: Pbro. Ramón Billordo. TE. (379) 4-464571 Correo electrónico: [email protected] | Web: www.cruzdelosmilagros.orgRedacción: Buenos Aires 1353; Código Postal: 3400; Ciudad: Corrientes; Provincia: Corrientes (Argentina)

SEDE DEL ENCUENTROEl santuario de la Cruz de los Mila-

gros será la sede del próximo Encuentro del Pueblo de Dios a realizarse el domin-go 8 de septiembre, todo el día.

Serán delegados de nuestra co-munidad parroquial en la Comisión Organizadora Arquidiocesana nuestros hermanos: Mariana Cardozo Longo; Alberto Pantanali; y Ernesto Desimoni.

COMO PUEBLO DE DIOSSi bien es cierto que las fi estas de

la Cruz de los Milagros y de la Virgen de Itatí son las más importantes de nuestra Arquidiócesis, en cierto sentido el Encuentro del Pueblo de Dios es acon-tecimiento más signifi cativo. En efecto, en asamblea nos encontramos todas las comunidades de la Arquidiócesis, con los sacerdotes, religiosas y religiosos, con los catequistas y misioneros; todos, presididos por el Pastor (arzobispo) que pastorea la comunidad arquidiocesana.

Por esa razón se suspenden todas las actividades pastorales en toda la Arquidiócesis, a fi n de que todos puedan tener la posibilidad de participar.

EN EL AÑO DE LA FEEl Encuentro de este año es espe-

cial por el Año de la fe que estamos celebrando. Una de las enseñanzas más importantes del Concilio Vaticano II es precisamente que somos Pueblo de Dios por el bautismo, y que en él todos gozamos de la misma dignidad.

Somos Pueblo de Dios las comu-nidades reunidas bajo la guía de un solo Pastor, Jesu-cristo, fi gurado en la persona de nuestro Obispo.

E x p r e s a m o s nuestra pertenen-cia al Pueblo de Dios participando del encuentro que -por feliz decisión del obispo Rossi- lleva precisamente el título de ENCUENTRO DEL PUEBLO DE DIOS.

COMO FESTEJO DEL CENTENARIOAgradecemos al Obispo que haya

elegido el santuario de la Cruz como sede del próximo encuentro. Agradece-mos la consideración de que la parroquia de la Cruz está celebrando su centenario.

Nuestra participación del Encuentro será una forma de agradecer al Señor por nuestra comunidad parroquial y para pedirle que nos ayude a seguir creciendo en fraternidad y servicio.

LA FAMILIA ARQUIDIOCESANAEl Encuentro nos ayuda a tomar con-

ciencia de que la Arquidiócesis es una gran familia de la que formamos parte. Somos miembros de la comunidad dio-cesana; seccionados y separados de la

vida diocesana todo lo que hagamos se-ría estéril.

Unidos, en cam-bio al obispo, y a todas las demás comunidades her-manas, tenemos la seguridad y la cer-teza de seguir los pasos de Jesús, el Buen Pastor de las ovejas, que dio su vida por todos.

COMPROMISO Y OBLIGACIÓNEs una obligación moral y espiritual

que nosotros, los de la comunidad de la Cruz, participemos de esta celebración del Pueblo de Dios. Se comunica con tiempo para que agendemos y organice-mos nuestros compromisos a fi n de que ninguno de nosotros faltemos y podamos responder a Jesús, el Buen Pastor, con nuestra presencia y participación.

Además es un compromiso porque la comunidad toda de la Cruz es servidora: cada uno de nosotros somos servidores del santuario. Es un llamado que se basa en la coincidencia providencial de vivir nuestra vida cristiana precisamente en esta parroquia.

La organización del Encuentro está a cargo de una Comisión Arquidiocesana. Todos nosotros quedamos a disposición para participar; y si fuera necesario, para algún servicio.

¡A Dios sean dadas las gracias!

Oportunidad para renovar nuestra pertenencia a la familia diocesana

Oración por el Pueblo de DiosPadre bueno, tú que elegiste a

Israel para que sea tu pueblo y en-viaste a tu Hijo para crear la Iglesia, Nuevo Pueblo de Dios; danos el Espíritu Santo para que nos ayude a participar en la vida comunitaria y a construir lazos de fraternidad con las demás comunidades.

Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Encuentro del Pueblo de Dios en este santuario

www.facebook.com/cruzdelosmilagros