neufeld 2009

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1 VIII REUNIÓN DE ANTROPOLOGÍA DEL MERCOSUR FORO 6. ANTROPOLOGIA Y EDUCACIÓN 29 de septiembre de 2009, Universidad de las Madres. Buenos Aires, Argentina Antropología y Educación en el contexto argentino Maria Rosa Neufeld Quiero comenzar mi exposición agradeciendo a las organizadoras del panel la invitación. Haciendo esos ejercicios de memoria que corresponden a la preparación de textos como éste, quiero señalar que en mi recuerdo el trabajo de re-fundación de las instituciones universitarias hacia el final de la última dictadura militar está muy ligado con el comienzo de la organización del campo subdisciplinar de “Antropología y educación” en nuestro país. En los momentos iniciales – fines de 1983, principios de 1984 - había pocos investigadores (antropólogos o egresados de educación) que se dedicaran en la Argentina al estudio de problemáticas educativas desde una perspectiva que podríamos denominar “etnográfica”. Los momentos finales del último gobierno militar (1976-1983) y sus efectos en todas las instituciones nos confrontaron con una cantidad de problemas que necesitaban o eran pasibles de ser abordados en todos los niveles educativos. Desde el campo de las ciencias de la educación, se produjeron diversos textos en los que se evaluaban las características y los efectos de la dictadura en el sistema educativo 1 . 1 “…burocratización del sistema, autoritarismo en la conducción, dogmatismo y degradación de los contenidos, disminución del nivel de calidad y acentuación de males tales como la deserción, la repitencia, el analfabetismo” …sintetizaba el editorial de la Revista Argentina de Ciencias de la Educación (Año 4, Nº 6, 1985), que de esta manera seguía la línea inaugurada por Tedesco, Braslavsky y Carciofi (1985) (Véase Grassi, Hintze, Neufeld 1994).

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    VIII REUNIN DE ANTROPOLOGA DEL MERCOSUR FORO 6. ANTROPOLOGIA Y EDUCACIN 29 de septiembre de 2009, Universidad de las Madres. Buenos Aires, Argentina

    Antropologa y Educacin en el contexto argentino

    Maria Rosa Neufeld

    Quiero comenzar mi exposicin agradeciendo a las organizadoras

    del panel la invitacin. Haciendo esos ejercicios de memoria que

    corresponden a la preparacin de textos como ste, quiero sealar que

    en mi recuerdo el trabajo de re-fundacin de las instituciones

    universitarias hacia el final de la ltima dictadura militar est muy ligado

    con el comienzo de la organizacin del campo subdisciplinar de

    Antropologa y educacin en nuestro pas. En los momentos iniciales

    fines de 1983, principios de 1984 - haba pocos investigadores

    (antroplogos o egresados de educacin) que se dedicaran en la

    Argentina al estudio de problemticas educativas desde una perspectiva

    que podramos denominar etnogrfica. Los momentos finales del

    ltimo gobierno militar (1976-1983) y sus efectos en todas las

    instituciones nos confrontaron con una cantidad de problemas que

    necesitaban o eran pasibles de ser abordados en todos los niveles

    educativos. Desde el campo de las ciencias de la educacin, se

    produjeron diversos textos en los que se evaluaban las caractersticas y

    los efectos de la dictadura en el sistema educativo1.

    1 burocratizacin del sistema, autoritarismo en la conduccin, dogmatismo y degradacin de los

    contenidos, disminucin del nivel de calidad y acentuacin de males tales como la desercin, la repitencia, el analfabetismo sintetizaba el editorial de la Revista Argentina de Ciencias de la Educacin (Ao 4, N 6, 1985), que de esta manera segua la lnea inaugurada por Tedesco, Braslavsky y Carciofi (1985) (Vase Grassi, Hintze, Neufeld 1994).

  • 2

    Estas cuestiones tambin fueron las que dieron lugar a la

    investigacin inicial desde una perspectiva socioantropolgica. En

    Cuadernos de Antropologa Social N 2, de 1988, se recuperaban

    algunos trabajos presentados en el II Congreso Argentino de

    Antropologa Social, realizado en Buenos Aires en 1986. Se sealaba en

    la presentacin de los mismos (Batalln, Neufeld, 1988) que en la

    Argentina la vinculacin entre antropologa y educacin aparece ligada

    a la necesidad de conocer, despus de largos aos de dictadura militar,

    los procesos que intervienen en la conformacin del fenmeno

    autoritario. Tambin se postulaban estos trabajos como aportes para el

    anlisis y superacin de la crisis del sistema educativo, que

    permaneciera sustancialmente inmodificada durante un siglo. Se

    reseaban las demandas formuladas, tales como la necesidad de

    regionalizar la educacin, las dificultades de la alfabetizacin de los

    nios de comunidades indgenas, y fundamentalmente, la identificacin

    de los procesos inhibidores de las capacidades de transformacin social:

    la reproduccin de las condiciones de marginacin en las escuelas de

    sectores populares, la vinculacin entre el autoritarismo inherente a las

    situaciones escolares y procesos similares en el seno de las familias, la

    comprensin del rol docente, la problemtica de las escuelas rurales

    (Achilli, 1988, Batalln-Garca, 1988, Neufeld, 1988, Schmuckler y

    Savigliano, 1988, Scotto, 1988, Girola, 1988, Lentini-Zeller 1988).

    En la Argentina, en los inicios, a partir del retorno a la democracia

    en 1984 la organizacin del sub-campo disciplinar conocido como

    Antropologa y Educacin tuvo lugar en las Universidades de Rosario

    (Achilli,1987), Buenos Aires (Batalln y Neufeld 1988) y La Plata (Garca

    y Alaniz 2000).

    Sin embargo, hubo un antecedente fuerte, an de tiempos de las

    dictaduras en Amrica Latina. Ya iniciados los 80, las antroplogas

    argentinas Elena Achilli y Graciela Batalln participaron en la Red de

  • 3

    Investigaciones Cualitativas en Educacin.2 Durante un breve perodo,

    esta red produjo un peridico multicopiado, de circulacin interna,

    denominado Dialogando en el que se tradujeron al espaol algunos de

    los textos ms significativos que este enfoque etnogrfico, cualitativo,

    llevaba producidos hasta ese momento. Quien presenta este texto tuvo

    la oportunidad, en el curso de una formacin de posgrado en FLACSO,

    de acercarse a estos desarrollos.

    Estos orgenes compartidos hacen que, an hoy, ms de 20 aos

    despus, algunos de estos ncleos (Buenos Aires, Rosario, Crdoba)

    compartan una serie de caractersticas que Elsie Rockwell sintetiz hace

    unos aos (Rockwell, E., 2001). Por razones que tienen que ver con mi

    mayor conocimiento, y tambin de tiempo, voy a hacer referencia a uno

    de los grupos de investigacin, el que se desarroll en la Facultad de

    Filosofa y Letras de la UBA integrando a una de las protagonistas de esa

    experiencia inicial, la rosarina Graciela Batalln, y a quien esto escribe.

    Actualmente lo componen investigadores provenientes de distintas

    disciplinas, tales como antropologa, psicologa, ciencias de la educacin,

    sociologa, polticas sociales. En el ao 1992 esta actividad conjunta dio

    lugar al Programa de Antropologa y Educacin. Desde el comienzo se

    plantearon los temas que nos siguen convocando: las problemticas

    cotidianas, vitales, de familias o grupos domsticos, que desarrollan sus

    vidas intentando articular la crianza y educacin de sus hijos con los

    apremios cotidianos vinculados con la bsqueda de trabajo, alimento,

    educacin, vivienda y salud. En estos contextos, las escuelas fueron

    consideradas como un objeto privilegiado de observacin, por ser

    mbitos de encuentro y permanencia obligada para los nios, sus

    padres, los docentes y otras personas involucradas sin embargo, en la

    mayor parte de los casos, son tambin sinnimo de algn tipo de

    2 La Red fue organizada desde Mxico por Elsie Rockwell (DIE-CINVESTAV, Mxico) y Rodrigo Vera

    (Chile) y financiados por la agencia canadiense IDRC (Ver Batalln y Neufeld 2004).

  • 4

    activismo por parte de los investigadores. Porque las instituciones

    educativas, las escuelas, aparecen como la anttesis del objeto

    tradicional de la antropologa, identificado con lo extico o lo distante.

    Las escuelas, en cambio, son manifestaciones centrales de nuestra propia

    organizacin social y poltica, lo cual exige una tarea de descotidianizar lo

    que sucede en ellas. El trabajo de extraamiento inherente a la

    antropologa se hace particularmente importante en este caso, por todo

    lo que hay de obvio y dado por sentado en el contexto educativo para

    los mismos investigadores, que hemos sido formados y seguimos

    perteneciendo a este mbito, y que, en todos estos aos, nos fuimos

    posicionando fuertemente en torno de la poltica educativa.

    En esto que se puede denominar una tradicin, solemos definir

    nuestra aproximacin metodolgica como histrico-etnogrfica.

    Apelamos al enfoque etnogrfico esperando, con su aporte, reconstruir

    la lgica informal de la vida real dentro de estructuras conformadas

    histricamente. Reconocemos que los procesos sociales tienen un

    carcter contradictorio y conflictivo, por eso es relevante reconocer que

    la actividad de los sujetos, sus prcticas, sus experiencias, constituyen

    espacios y relaciones de hegemona. Aqu encontramos nuestros

    principales puntos de contacto con los desarrollos pioneros de las

    colegas mexicanas3: as, el interjuego entre lo que Ezpeleta y Rockwell

    caracterizan como procesos de control y apropiacin, permite dar

    cuenta de la vinculacin entre la vida en las escuelas y otras

    instituciones presentes en los entramados cotidianos. (Ezpeleta y

    Rockwell 1983; Rockwell 1987).

    Desde esta perspectiva, los sujetos no reaccionan de modo

    homogneo, unidireccional y predecible: la relacin entre instituciones -

    3 La produccin de este grupo de investigadores ha dado lugar a lo que podemos llamar una perspectiva

    latinoamericana, de gran peso en la produccin argentina, chilena y brasilea-

  • 5

    estatales y no estatales- y sujetos adquiere contenidos particulares - y,

    en tanto tales, histricos -, al tiempo que en dicha relacin operan

    mltiples mediaciones, no definibles a priori. Sostenemos la importancia

    de historizar los procesos que van constituyendo y transformando las

    prcticas actuales, tanto de los conjuntos sociales como de las

    instituciones estatales y de distintas organizaciones que se han

    insertado en la cotidianeidad de los contextos populares. En sntesis,

    proponemos trascender aquellas perspectivas metodolgicas de las

    ciencias sociales que tienden a fragmentar las situaciones que analizan

    separando salud, de educacin, de polticas de vivienda, de polticas

    destinadas a paliar la desocupacin etc. Frente a esta fragmentacin de

    la realidad, nos interesa construir un enfoque relacional, que rearticule

    la complejidad de lo social y site las problemticas educativas, entre

    ellas las escolares, de modo que podamos desentraar su sentido .

    En el caso de las universidades de Rosario y Buenos Aires

    (siempre haciendo referencia a los ncleos ms antiguos) este

    desarrollo se ha dado principalmente en el contexto de la antropologa

    social, lo cual dio lugar a una serie de caractersticas peculiares. A

    diferencia de lo acaecido en nuestros mbitos Bradley Levinson seala,

    refirindose a la situacin estadounidense: en la medida en que los

    antroplogos educacionales han sido crecientemente marginados de los

    departamentos de antropologa, han obtenido lugares en Escuelas de

    Educacin. Muchas veces, su trabajo incluye necesariamente la

    formacin de maestros

    En nuestro contexto, como sealbamos, el desarrollo principal se

    ha dado en el marco de carreras e institutos de antropologa insertos en

    universidades nacionales. Agregndose a los centros iniciales, el primer

    mpulso para este tipo de investigaciones en la Universidad Nacional de

    Crdoba parti del Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias

  • 6

    de la Educacin, que lleva el nombre de la investigadora Mara Saleme y

    de un mbito de formacin de posgrado, el Centro de Estudios

    Avanzados4.

    En las primeras etapas de nuestra actividad investigativa,

    diversidad, multiculturalismo e interculturalidad, eran tpicos que

    no aparecan en el centro de la investigacin educativa. Sin embargo,

    formaban parte de las preocupaciones habituales de los antroplogos,

    que desde tiempo atrs haban abordado la cuestin de la diversidad, de

    la diferencia y la forma en que la diversidad se manifiesta en

    situaciones concretas: como ya hace aos sealaba Renato Ortiz, de la

    necesidad de contextualizarla, pues el sentido histrico y contextual de

    las diferencias deca Ortiz - redefine su propio sentido simblico.

    Tambin en la tradicin de la antropologa social, cuando se aluda a la

    diversidad entendindola como exoticidad sola faltar el reconocimiento

    de las relaciones de sujecin, subalternizacin de los otros diferentes o

    diversos (Ortiz, R. 1999).

    En el curso de los 90, nos encontramos con que esta categora

    nativa de la disciplina, estaba fuertemente en uso como parte del

    discurso neoliberal que invadi las escuelas en ese momento. Ms que

    nunca, fue preciso reconocer que lo que llamamos contextos de

    diversidad cultural estaban constituidos simultneamente por

    relaciones de dominacin / subordinacin, por relaciones de

    desigualdad: la condicin de migrantes, las connotaciones atribuidas a

    los lugares de origen, a las costumbres propias de los grupos tnicos, a

    los trabajos a los que se les permite acceder, van construyendo esas

    relaciones desiguales, de subordinacin.

    4 Nos referimos a la maestra en investigacin educativa con orientacin socioantropolgica que se desarroll

    en el Centro de Estudios Avanzados, a partir de 1996.

  • 7

    Fue necesario, entonces, encontrar modos de entrarle a

    esta cuestin de la diversidad, a la que no queramos asignarle

    carcter de novedad en sentido estricto, salvo la que le adjudicaba el

    tampoco tan nuevo contexto neoliberal. Estos aportes a nuestra mirada

    vendran de autores como la brasilea Giralda Seyferth (Seyferth, 1983)

    que ya en 1983 planteaba que en la mayor parte de los casos, aquello

    que se denomina "tnico" al nivel de la manipulacin, sirve como smbolo

    para justificar otras diferencias sociales...la desigualdad tnica es

    permeada por la desigualdad social."

    O como lo formulaba el antroplogo francs Grard Althabe, que

    aconsejaba no aislar, posando en ellos nuestra mirada, a determinados

    grupos. En el caso de la sociedad francesa que l estudiaba, las minoras o

    migrantes de distinto origen, como los mahgrebes o los turcos. En

    cambio, recomendaba, para analizar procesos como las reacciones

    xenfobas modernas, estudiarlos en relacin5.

    Trasladado esto a nuestra experiencia de los 90, en las escuelas

    de Buenos Aires, en la que la presencia de los extranjeros era

    magnificada e hiperexotizada, al tiempo que conjurada por medio de

    unas jornadas por la tolerancia instituidas en ese momento, el sentido

    de la diversidad tomaba caractersticas propias, dado que tanto

    cultura como diversidad eran conceptos apropiados como propios por

    el mundo docente. En ese momento iniciamos, tambin, nuestro trabajo

    sobre las categoras en uso como parte del saber docente,

    contrastados con los de los mismos investigadores.

    En las escuelas, estos conceptos apropiados e incorporados al saber

    docente sirvieron para fundamentar la explicacin de las diferencias

    5 Ah apareca la funcionalidad de su constitucin en polos negativos (Althabe,1985), y el investigador

    postulaba que se construa una representacin de las familias migrantes que haca de la diferencia tnica un factor negativo; stas eran fijadas a un "polo negativo de sustitucin" y el nico criterio que las encerrara en el mismo, en tanto actores ideolgicos, era la diferencia tnica de la que eran portadoras.

  • 8

    entre los distintos nios, justificando sus capacidades o dficits para el

    aprendizaje, cuestiones que hacen al centro mismo de la actividad

    escolar. En las investigaciones de la segunda mitad de los 90,

    reconocimos diversas prcticas cotidianas de las escuelas que se

    fundamentaban en el supuesto acerca de la cultura como algo

    inmutable6.

    En ese tiempo, denominamos a estas prcticas usos de la

    diversidad en cuanto articulan prcticas y representaciones acerca de

    otros, a quienes eventualmente no se conoce ms que por referencia.

    Todo uso involucra algn nivel de manipulacin, eventualmente

    podramos reconocer tambin manipulaciones desde lugares

    subordinados: a partir del descubrimiento, por parte de grupos

    reconocidos por marcas tnicas (o de gnero) y simultneamente

    subalternizados, la inclusin en sus estrategias justamente del

    diferenciarse por lo tnico (Seyfferth, op.cit.).

    El final de los 90 estuvo caracterizado por la profundizacin de las

    polticas neoliberales, con sus secuelas de desindustrializacin y

    desocupacin extremas. La Argentina en su totalidad sufri los efectos -

    trgicos y de larga duracin del nuevo modelo neoliberal de

    acumulacin que presupona la globalizacin de los mercados y el

    llamado ajuste estructural. Sin abundar aqu en ms detalles,

    podemos recordar que la profundizacin de las desigualdades y

    desmanejos sociales y econmicos llev a una crisis que alcanz ribetes

    dramticos en 2001. Aparecieron entonces una serie de polticas

    sociales novedosas, vinculadas con el trabajo y la alimentacin. (Plan

    Trabajar y otros similares, Plan Vida, etc) as como una profusin de

    6 Por ejemplo, la construccin de tipologas de caractersticas nacionales, a partir de generalizaciones, que

    economiza la tarea de conocer a cada sujeto; la folklorizacin de las supuestas culturas de los migrantes.

  • 9

    movimientos sociales, territorializados en los barrios, o bien vinculados

    con empresas quebradas o abandonadas por sus dueos que fueron

    recuperadas por sus trabajadores.

    En estos contextos las escuelas fueron mbitos en los que las

    situaciones de pobreza extrema de los hogares de los nios y la

    sociedad toda se hicieron sentir con fuerza.

    Mara Laura Diez, adentrndose en las propuestas recientes en el

    campo educativo, marca la funcionalidad que el discurso de la diversidad

    y el dilogo tuvieron en los ltimos aos para estados que se

    desentendieron de las problemticas cruciales de sus poblaciones. Pero,

    seala tambin, no puede haber un reconocimiento armnico desde la

    educacin mientras estructuralmente se vive en condiciones sumamente

    asimtricas y desiguales. (Diez 2004:195).

    En estas condiciones, es de destacar el compromiso que

    mostraron los investigadores con la explicitacin y reversin de estas

    problemticas. Esto aparece con claridad en las cuestiones abordadas

    desde esos aos: los cambios impuestos desde las polticas estatales,

    como la reforma educativa de los 90 (Santilln 2003), la persistencia de

    la focalizacin, la escolarizacin de los nios en situacin de calle

    (Montesinos-Pagano, 2006) o de los nios indgenas que viven en las

    grandes ciudades como consecuencia de las grandes migraciones rural-

    urbanas de las ltimas dcadas. (respecto de la migracin de la etna

    Toba en el Gran Rosario: Achilli 2000; y en los suburbios de Buenos

    Aires (Bordegaray y Novaro 2004, Hecht, 2009).

    Debemos insistir en que este campo sub-disciplinar es ms que

    eso: corresponde a un mbito en el que se juegan cuestiones polticas

    de inters muy amplio que, al son de las sanciones de dos leyes

    generales en un perodo que apenas supera una dcada, se caracteriz

    por intensas protestas docentes en todos los niveles, as como

  • 10

    explicaciones y participaciones mediticas en hechos que acaecen

    puertas adentro. As como por la dificultad inherente a remontar las

    cuestiones vinculadas con la desigualdad en el acceso a la educacin.

    No pretendemos dar una visin completa, ni mucho menos,

    de toda esta produccin, que va hacindose tambin accesible por

    medio de libros y publicaciones en soporte digital (Achilli et al 2000b,

    Batalln 2007, Cragnolino, 2007, Padawer 2008). Hay sin embargo,

    espacios que permiten atisbar la diversidad y cantidad de enfoques. Por

    ejemplo, entre el ao 2006 y hoy, hubo en la Argentina dos encuentros

    internacionales, que permiten apreciar las orientaciones dominantes en

    la investigacin en este sub-campo disciplinar, as como el nmero

    significativo de investigadores, formados en distintas disciplinas, que

    suelen convocar. El primero de ellos, el XI Simposio Inter-Americano de

    Investigacin Etnogrfica en Educacin, se realiz en Buenos Aires en

    2006, en la Facultad de Filosofa y Letras de la UBA, organizado en

    forma conjunta por los equipos especializados en tal enfoque, radicados

    en universidades y centros de investigacin de Amrica Latina y del

    Norte7. Se plante como consigna abordar, desde la perspectiva de la

    etnografa de la educacin, a los nios y jvenes, dentro y fuera de la

    escuela, con lo que se busc poner en primer plano la importancia de la

    comprensin de los procesos que acaecen en torno de estos sujetos,

    ms invocados que estudiados. Se tuvieron en cuenta las polticas y

    programas dirigidos a nios y jvenes, los problemas tericos

    7 Desde su primera realizacin en 1989, por iniciativa de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    (UNAM) y la Universidad de Nuevo Mxico (EEUU), tuvo como inters central generar un espacio de intercambio entre investigadores de habla inglesa e hispana, permitiendo el debate y profundizacin en relacin con las investigaciones y desarrollos terico metodolgicos que han confluido en el enfoque etnogrfico desde tradiciones disciplinarias y problemticas nacionales y regionales especficas. El XI Simposio a realizarse en 2006 asumi igualmente la responsabilidad de garantizar la representacin de Brasil en este mbito de debate. En esta lnea, existen importantes antecedentes de coordinacin acadmica con la Universidad Federal de Minas Gerais y Estadual de Campinas en el marco de las Comisiones de Etnografa Educativa de la V y VI Reunin de Antropologa del MERCOSUR (Florianpolis, Brasil, 2004 y Montevideo, Uruguay, 2005) y del Primer Congreso Latinoamericano de Antropologa (Asociacin Latinoamericana de Antropologa, Rosario.

  • 11

    planteados en el pasaje de las investigaciones acerca de nios y

    jvenes, a las investigaciones con nios y jvenes, as como las

    problemticas clsicas de la investigacin etnogrfica en educacin (el

    anlisis de las relaciones entre escuelas y nios, escuelas y jvenes). En

    este espacio pudieron presentarse las lneas que venan trabajando

    especialmente algunos grupos de investigadores (vg. Batalln-

    Campanini, Infancia, juventud y poltica: la participacin de un no

    ciudadano en el espacio pblico, o las investigaciones sobre los nios

    migrantes en escuelas de Buenos Aires, del equipo de Gabriela Novaro,

    o la etnografa multisituada que diera lugar poco despus a la tesis de

    Ana C. Hecht sobre socializacin en y a travs del toba y el espaol

    durante la niez, y alent procesos incipientes a los que haremos

    referencia ms adelante (Mercedes Hirsch, Javier Garca, Vernica

    Zallochi, Maximiliano Ra).

    A su vez, en el IX Congreso Argentino de Antropologa Social

    (Misiones, agosto de 2008) en la muy concurrida mesa de Antropologa

    y Educacin8, se pueden destacar, entre las temticas abordadas los

    anlisis dedicados a los efectos de la transformacin educativa de los

    90, que marcaron que no son las leyes las que producen los hechos,

    pero que sin embargo, stas (la ley Federal de Educacin de 1992,

    derogada y reemplazada en 2006) habilitaron situaciones que han sido

    objeto de investigacin, destacndose los diversos procesos de

    8 La mesa de Antropologa y Educacin, con setenta presentaciones, form parte del grupo

    tradicional de estos encuentros: (Antropologa y Salud, Antropologa y comunicacin, Antropologa jurdica, Antropologa urbana. Al igual que en el contexto de la actual Reunin de Antropologa del MERCOSUR, fueron visibles las diferenciaciones (seguramente arbitrarias) entre los que acotan la problemtica de la interculturalidad en educacin a la problemtica educativa de la poblacin indgena, separndola a su vez de la educacin popular ubicando aqu los trabajos vinculados con sectores populares y movimientos, algo as como exclusivamente extra-escolares y el tercero, aportes antropolgicos en torno a educacin y vida cotidiana en contextos de desigualdad social. En donde debemos reconocer ms vale estrategias de agrupamientos de trabajos para su exposicin en un congreso y no justificaciones epistemolgicas o problemticas.

  • 12

    apropiacin y control de las polticas, que se dan en la vida cotidiana, as

    como las continuidades seguramente no queridas con las polticas

    de los 90.

    Junto a estos anlisis insoslayables en torno de vida cotidiana y

    polticas, merecen destacarse algunas cuestiones que venan

    trabajndose hace ya unas dcadas, otras hace unos aos, pero que

    aparecen ahora cargo de las generaciones ms jvenes. Por ejemplo, la

    problemtica educativa de las clases altas (a cargo de Vicky Gessaghi, o

    bien crianza y educacin infantil tomadas en sentido amplio (Santilln,

    Cerletti), la cuestin de las escuelas en contextos rurales (en donde se

    analiza la relacin entre lo que suceda con el modelo agroexportador y

    las propuestas educativas de las organizaciones campesinas as como

    los procesos de acceso a la educacin y apropiacin de la cultura escrita

    (Cragnolino y Lorenzatti, Crdoba).

    A modo de balance, podramos decir que las perspectivas o los

    enfoques metodolgicos iniciales en el campo subdisciplinar de

    antropologa y educacin se han diversificado y enriquecido

    notablemente.

    En cuanto a las peculiaridades de la investigacin, podemos decir

    que hay una articulacin activa no necesariamente fcil con los

    rganos efectores de polticas educativas (Vg ministerios, secretaras).

    Esto no significa, sin embargo, que haya por un lado investigadores y

    por otro funcionarios. Ms bien, en alguna instancia de su actividad,

    investigadores-antroplogos han pasado a integrar en calidad de tiempo

    parcial equipos que en otro momento hubieran estado integrados por

    licenciados en ciencias de la educacin, sociologa o en estadstica, o

    bien han sido llamados a evaluar cualitativamente determinadas

    polticas en funcionamiento.

    El carcter interdisciplinario de los equipos, que integran por

    ejemplo, investigadores con formacin de posgrado en Polticas Sociales

  • 13

    como Maria Paula Montesinos permite avanzar en estos campos. Los

    abordajes recientes hablan de la presencia de la investigacin educativa

    antropolgica en los contextos oficiales: se han producido variantes

    novedosas: investigacin etnogrfica para la gestin de polticas,

    investigacin etnogrfica en la formacin de docentes, investigacin

    etnogrfica y extensin universitaria.

    La experiencia adquirida en el estudio de la transformacin

    educativa permiti abordar, en los aos ms recientes, una serie de

    polticas especficas, de atencin a poblaciones excluidas de uno u otro

    modo del acceso al trabajo, a la educacin, a los bienes. Por ejemplo, el

    Programa Todos a Estudiar, cuya implementacin fuera analizada

    recientemente por Montesinos y Sinisi (Montesinos y Sinisi, 2009).

    La antropologa permite pensar con ms amplitud a partir de la

    diferenciacin entre educacin y escolarizacin situaciones novedosas,

    como las que se producen en el trabajo con las organizaciones

    populares, surgidas a su vez de los movimientos y formas organizativas

    que hicieron frente en sus expresiones territorializadas a las

    consecuencias de la poltica neoliberal de los noventa. En algunos casos,

    la transformacin de la misma organizacin debe ser tomada como una

    experiencia de aprendizaje. En otros, algunos estudiantes y jvenes

    investigadores han abordado sus mbitos de militancia poltica

    reflexionando sobre sus prcticas (por ejemplo, los actores docentes y

    organizadores - de los bachilleratos populares, reflexionando sobre las

    modalidades de la participacin, las demandas de los estudiantes, la

    relacin con el Estado.

    El trabajo sobre las categoras en uso, por parte de los

    investigadores o los tcnicos de ministerios y organismos

    internacionales, por parte de los maestros como parte de su saber

    tcnico, ha sido central para avanzar en la comprensin de la

  • 14

    complejidad de este mundo de categoras, conceptos, en fin palabras

    como seala Sara Pallma.

    Respecto de las problemticas contemporneas, hay importantes

    avances realizados sobre cuestiones como la interfase crtica entre

    generaciones, las superposiciones e indefiniciones entre los mbitos de

    lo privado y de lo pblico, los conflictos, resistencias y complejidades

    que se abren en torno de la implementacin de la obligatoriedad de la

    escuela media, y tantos otros. Los estudios futuros deberan contribuir a

    desnaturalizar las visiones tremendistas y culpabilizantes, por ejemplo,

    de los adolescentes y jvenes de sectores populares, o juicios rpidos

    como los que se formulan acerca de la violencia escolar o el desinters

    de los sujetos de sectores populares por su futuro o el de sus hijos.

    En la medida de lo posible (fundamentalmente, del propio

    conocimiento y del espacio del que puedo disponer) hice referencias a

    otros grupos de investigadores que se han formado tambin en la

    Argentina. En mis apreciaciones slo pretend reflejar algunos aspectos

    de ese trabajo colectivo e interdisciplinario, apuntando hoy a las

    problemticas que consideramos que deberan estar convocndonos

    hacia el final de esta primera dcada de los 2000. Desde ya, pido

    disculpas a quienes han sido omitidos o subrepresentados, lo cual slo

    tiene que ver con las limitaciones de mi conocimiento o el tiempo

    asignado a esta exposicin.

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