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Suplemento mensual. Número 170. Junio 2011 NIÑA BELLA, DE LA SERIE SERES DE LOS ANDES. BOLIVIA. FOTOS: XIMENA BEDREGAL Pensamiento vivo, sabiduría que viene de lejos Palabras de sabiduría wixárika y mayo-yoreme Lo indio es moderno: Silvia Rivera Cusicanqui Somos un problema mundial para las élites: Raúl Zibechi Pesadillas para misioneros: Sam Shepard Defender Wirikuta: Antonio Hayuaneme García Mijarez Umbral: Aprender a pensar lo nuevo Terrorismo del Estado chileno en Wallmapu Rostros y seres de los Andes: fotografía de Ximena Bedregal

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Suplemento mensual. Número 170. Junio 2011

NIÑA BELLA, DE LA SERIE SERES DE LOS ANDES. BOLIVIA. FOTOS: XIMENA BEDREGAL

Pensamiento vivo, sabiduría que viene de lejos

Palabras de sabiduría wixárika y mayo-yoreme

Lo indio es moderno: Silvia Rivera Cusicanqui

Somos un problema mundial para las élites: Raúl Zibechi

Pesadillas para misioneros: Sam Shepard

Defender Wirikuta: Antonio Hayuaneme García Mijarez

Umbral: Aprender a pensar lo nuevoTerrorismo del Estado chileno en Wallmapu

Rostros y seres de los Andes: fotografía de Ximena Bedregal

Aprender a pensar lo nuevoEl racismo a nivel continental (además de esa larga cadenasuya de desprecios que determinó la sumisión social y polí-tica de los pueblos indios americanos durante cinco siglos)está afectado por un desdén, que llega a la negación total, del pensamientoindio a nivel filosófico, legal, analítico, teológico, metafísico si se quiere.Pero como bien sabemos, una cosa es negar a los indígenas y su matriz civi-lizatoria, y otra que no existan.

Sin atenerse a los parámetros del monopólico pensamiento occidental,que se las da de racional, los pueblos originarios de las Américas han tenidoy tienen una concepción original del mundo y sus avatares. Y no se reduce afolclor, mitología, animismo o creencias en dialecto como quisieran las ideo-logías dominantes. Las comunidades de la América profunda poseen unaestructura interna propia, hondamente vinculada a sus lenguas, a los espaciosgeográficos y biológicos que habitan y cuidan desde hace siglos, al los queun día sí y otro también defienden denodadamente, contra tantos obstáculosque hasta duele.

La sabiduría de estos pueblos, ancestral y moderna, ofrece en nuestrohemisferio respuestas plausibles e inteligentes para las desesperadas interro-gantes del globo capitalista que se derrumba con todo y mundo.

El epicentro del nuevo pensamiento indio se localiza en los Andes: Perú,Ecuador, Bolivia, países donde el siglo XX conoció no sólo una consolida-ción identitaria realista como pueblos, sino también la construcción teóricay práctica de un pensamiento que tuvo su José Carlos Mariátegui y su JoséMaría Arguedas, y más tarde su Fausto Reinaga. Hoy florecen en esos paí-ses corrientes diferentes y poderosas de reflexión, y también de acción polí-tica, social, educativa, artística. Allí los pueblos cuentan con cuadros univer-sitarios de todo tipo, dirigentes bragados, partidos, y sobre todo comunida-des que ejercen la democracia y la autodeterminación ejemplarmente.

En un mundo amenazado en términos humanos e incluso físicos, las pro-puestas andinas significan uno de los pocos antídotos viables para la moder-nidad occidental, que ha perdido el rumbo infectando de capitalismo yponiendo en riesgo al planeta entero. El desafío intelectual andino ha logra-do irritar incluso al pensamiento formal progresista de Europa, como ilustranpor ejemplo la polémica contra el “pachamamismo” enarbolada por autoresde Le Monde Diplomatique, o la cada día más evidente incomprensión de losestudiosos sociales en Francia y España respecto a los indígenas de América,los actores más concretos de pensamiento decolonial.

El otro epicentro se localiza en Mesoamérica, pero la permanente guerracontra los mayas de Guatemala y Chiapas, que se extiende al centro y nortede México, ha forzado a los pueblos a invertir todo su esfuerzo intelectual enlas prácticas de resistencia. Los pensadores indígenas de nuestro país perma-necen en la milpa, en las calles, en la línea de fuego. Los de mayor formaciónacadémica suelen ser abogados defensores, etnolingüistas o profesores. Casoscomo el de Floriberto Díaz, del pueblo mixe, siguen siendo aislados.

Pero los consejos de ancianos, los chamanes y los sabedores, con frecuen-cia ágrafos, no han permitido que se interrumpa el largo y finísimo hilo quelos une con los otros siglos. Además, las comunidades mismas elaborandesde la praxis, revolucionaria en algunos casos, verdaderas construccionesde pensamiento moderno y profundo. El caso más influyente son los zapa-tistas de Chiapas, que en su inseparable unidad de palabra y acción han cre-ado una eficaz autonomía rebelde, y desde ahí una crítica pionera al neolibe-ralismo en términos (y de ahí su éxito) de dignidad, que no se vende ni senegocia.

De norte a sur, en la vertiente del Pacífico sobre todo, conviene escuchara todos estos pueblos. Nunca es tarde para aprender a pensar lo nuevo. Queles vayan avisando a los banqueros.

junio de 20112 junio de 2011 3

Pesadillas para misioneros

Sam Shepard

Las Biblias comancheLos comanches eran conocidos por saquear Biblias inglesas en sus ata-ques a los trenes que se dirigían al oeste; les arrancaban las páginas depapel cebolla y con ellas rellenaban sus escudos secretos de guerraestampados con caballos azules, halcones rojos y perros que corren.

Gentecita El misionero europeo estaba sentado en cuclillas con los jefes de la tribuhurón en torno de una gran hoguera. No estaba acostumbrado a esa pos-tura e instintivamente se sintió en desventaja, en la medida en que preten-día convencer a los indios de su punto de vista. Sin embargo, armándosede valor les expuso la noción de que él no era uno, sino dos. Cuando losguerreros oyeron eso estallaron en carcajadas y empezaron a echar palosy tierra en la fogata, lo que creó una extraña mezcla de terror y resenti-miento en el pecho del misionero. Cuando cesaron las risas, él insistió ensu controversia. Explicó pacientemente a los salvajes que ese cuerpo queveían sentado frente a ellos era sólo la cubierta exterior y que dentro deél residía un cuerpo invisible más pequeño que algún día tomaría vuelo alos dominios celestiales. Los hurón rieron entre dientes y tiraron la ceni-za de sus pipas en el fuego crepitante. El misionero se sintió profunda-mente incomprendido y estaba a punto de ponerse de pie y retirarse a sutienda con enfado cuando un viejo a su lado le puso la mano en el hom-bro y lo retuvo. Explicó al misionero que todos los guerreros y chamanespresentes en ese círculo sabían bien de esos dos cuerpos, que tambiénellos tenían “gentecitas” dentro del pecho y que éstas también volabandespués de la muerte. El misionero se emocionó con la noticia, conven-cido de que al fin él y los indios iban por el mismo sendero. Con entu-siasmo renovado preguntó al anciano a dónde creía su pueblo que vola-ban estos pequeños seres interiores después de desprenderse del cuerpo.Los hurón rieron nuevamente y el anciano señaló a la copa de un inmen-so cedro milenario allí cerca que resplandecía en silueta iluminado por lahoguera. Dijo al misionero que estas “gentecitas” entraban por la partemás alta del árbol y descendían al interior del tronco y las ramas, dondeviven por toda la eternidad, y por esa razón que ni se le fuera a ocurrirtumbarlo para la pequeña capilla que pretendía construir en el monte.

Sam Shepard, autor de más de 45 obras teatrales, es uno de los dramaturgosvivos más admirados en lengua inglesa. Cuentista de primer orden, directorde cine, guionista para Robert Altman y Wim Wenders, coautor de cancionescon Bob Dylan, es popularmente conocido como actor en más de 30 pelícu-las de Hollywood e independientes. Estos relatos proceden de su más recien-te colección, Day out of Days, Vintage Books, Nueva York, 2010.(Traducción: HB)

[email protected]

La JornadaDirectora General: Carmen Lira SaadePublicidad: Marco Hinojosa.

OjarascaDirección: Hermann Bellinghausen Coordinación editorial: Ramón Vera HerreraEdición: Gloria Muñoz Ramírez Redacción: Marcela Salas CassaniFotografía y Diseño: Yuriria Pantoja Millán Caligrafía: Carolina de la Peña Retoque fotográfico: Alejandro Pavón • Asesoría técnica: Francisco del Toro

La Jornada Ojarasca es una publicación mensual editada por DEMOS, Desarrollo de Medios,SA de CV.Av. Cuauhtémoc 1236, Col. Santa Cruz Atoyac, delegación Benito Juárez, CP. 03310,México DF. Teléfono: 9183 0300 y 9183 0400. • El contenido de los textos firmados es res-ponsabilidad de los autores, y los que no, de los editores. Se autoriza la reproducción parcialo total de los materiales incluidos en Ojarasca, siempre y cuando se cite la fuente y el autor.ISSN: 0188-6592. Certificado de licitud de título y contenido: 14973, de septiembre de 2010.Reserva de título de la Dirección General del Derecho de Autor: 04-2010-070114295700-107.No se responde por materiales no solicitados. Impreso en Imprenta de Medios, SA de CV. Av.Cuitltáhuac 3353, Col. Ampliación Cosmopolita, México, DF.

Antonio Hayuaneme García Mijarez, Guada-lajara. El lugar llamado Wirikuta, el sitio de nuestrosantepasados mayores, del venado convertido en híku-ri, del nacimiento de nuestro más viejo abuelo el sol,desde tiempos que no tiene sentido contar en años, esel principal sitio sagrado de nuestro pueblo. Eso y máses lo que representa este lugar para todos aquellos quenos consideramos wixaritari.

Somos originarios de la Sierra Madre Occidental, ynuestro territorio está entre los estados de Jalisco,Durango y Nayarit. El total de pobla-ción en hogares Wixaritari se estimaen 73 mil 929 habitantes. Wirikuta esuno de los 5 puntos sagrados :Hauxamanaka en Durango, XapaWiyeme y Tee’kata en Jalisco, TateiHaramara en Nayarit, y el másimportante para nosotros, pero tam-bién para otros pueblos (coras y tepe-huanos), Wirikuta. La zona sagradase ubica en San Luis Potosí y abarcauna extensión de 140 mil 211.85 hec-táreas en los municipios: Villa deRamos, Charcas, Villa de Guadalupe,Villa de la Paz, Matehuala y Catorce.

No es un lugar pasivo como estasletras, vive como nosotros, comotodos. A este lugar, nuestros ances-tros y actualmente, se ha peregrinadoaño con año cientos de kilómetrosdesde la Sierra Madre Occidental,para dar cuenta, solicitar, agradecery repetir en este ciclo de vida lo quehicieron los antepasados. Son ellosquienes nos dejaron el agua, el peyo-te, para seguir haciendo lo que elloscomenzaron al crear el mundo.Paralelo o diferente al pensamientocientífico, en el pensamiento indíge-na las razones y fundamentos nacende los manantiales.

Situaciones como la que presentael conflicto de su venta a una empresa transnacional,evidencian una situación que cuestiona a la sociedadmexicana, y que está centrada en la búsqueda de undesarrollo, donde el fin no es el problema, sino quehemos acotado las formas para llegar a ella con digni-dad y respeto.

En una ocasión se le preguntó a un mara’akamecuál era la razón de hacer sacrificios de animales enalgunos rituales. Respondió que había oído que enotros países, en lugares lejanos existen muchosmales, como la guerra, enfermedades, desastres natu-rales, y que por eso los wixaritari tenemos siempreque hacer sacrificios para darle de comer a la madreTierra, porque ella se alimenta de sangre, y si no se ladamos cuando nos la pide, toma su alimento por símisma.

La naturaleza y los hombres no estamos separados,al contrario. Si como de la tierra, tengo también quedarle de comer para estar bien todos todo el tiempo.Así se entiende un cómo de una relación sana entre elmundo y nosotros. El deber de los wixaritari y otrospueblos indígenas también es una cuestión que ya essabida por un segmento de la comunidad científica eintelectual.

Recupero aquí un fragmento del investigador

Víctor M. Toledo: “Podría una familia norteamericanao europea transitar en un auto eléctrico por carreterascon asfalto poroso, podría Home Depot vender mue-bles de madera producida en bosques ecológicamentecertificados, y Wal-Mart declararse verde; podríaEspaña reconvertir la mayor parte de sus fuentes haciala energía eólica, y China aminorar su industrializa-ción y urbanización desbocadas; podrían los partidospolíticos integrar a sus programas una agenda ecológi-ca; podrían las estaciones de radio y televisión dedicar

programas enteros o una batería de anuncios a la edu-cación ambiental; y por supuesto podrían los ingenie-ros diseñar decenas de tecnologías para disminuir elcambio climático, y los economistas inventar modelosambientalmente adecuados de mercado. Y todo esto,sin embargo, no lograría que la especie humana desa-ctivara la amenaza que se cierne cada vez con másfuerza sobre de ella, pues todo lo anterior es necesariopero no suficiente.”

Como sociedad, no hemos superado el incidente dela llamada conquista, cuando los españoles lograrontomar lo que después los mestizos convertirían enMéxico, y contemporáneamente nos sentimos librespasando por encima de aquellos que nos recriminanun pasado vergonzoso de subyugación: repetimos elmodelo al interior. Las secuelas están presentes en elimaginario de nuestra sociedad de generación engeneración, y así se han formado las estructuras socia-les, políticas y económicas; casos como éste son evi-dencia de tal enfermedad: a toda costa queremos sercomo el denominado primer mundo, podemos venderlo que somos para serlo.

Actualmente el poder se jerarquiza en la capacidadeconómica y es verdad que da mucho a disfrutar, perotoda acción tiene consecuencia y evidentemente

hemos deteriorado y provocado problemáticasambientales locales, nacionales y globales.

Es verdad que estas formas rigen la estructuramundial, pero sería muy necio pensar que es la únicaforma para lograr bienestar. El que podamos darnoscuenta de eso no es interés de los medios dominantesque nos aculturan con información en el día a día. Elasunto de Wirikuta es uno más de esos tantos asuntosincómodos que hay en el país, y que en realidad refle-jan que no es un asunto de “radicales”, “izquierdis-

tas”, o indígenas, etiquetas que seestila atribuirnos. Este caso atañeespecialmente a la cosmogonía delpueblo wixárika, pero a un sinfín delectores les parecerá cercano y fami-liar, aún en otros contextos y realida-des culturales.

En 1994 Wirikuta fue declaradaÁrea Natural Protegida y PatrimonioHistórico y Cultural por el gobiernode San Luis Potosí. En 1999 fuedeclarada por la UNESCO como partede la red de 14 sitios sagrados másimportantes del mundo y puesta en lalista tentativa como patrimonio de lahumanidad. En 2008 los gobernado-res de Jalisco, Nayarit, Durango, SanLuis Potosí y Zacatecas EmilioGonzález Márquez, Ney GonzálezSánchez, Ismael Alfredo HernándezDerás, Marcelo de los Santos Fraga yAmalia García Medina firmaron el“Pacto de Hauxamanaka” ante laUnión Wixárika de CentrosCeremoniales de Jalisco, Durango yNayarit; siendo testigo el presidenteFelipe Calderón Hinojosa y otrasautoridades institucionales. En talacuerdo, vestidos de wixaritari, secomprometieron a fortalecer un pro-yecto para preservar y velar por loscentros ceremoniales del pueblo

wixárika, incluyendo Wirikuta.Hoy una parte de Wirikuta está vendida en 3 millo-

nes de dólares a la minera canadiense First MajesticSilver Corp. y sus filiales mexicanas mineras RealBonanza y Real de Catorce.

A pesar de los reconocimientos, los pactos, losmarcos legales a los que nuestro país está anexo y lacantidad de población indígena que somos, seguimosviviendo un problema de identidad nacional: a todacosta, a cualquier precio, vendemos hasta el alma paraya no ser indios, crisis que aprovechan los que domi-nan la economía global con una probadita de la zana-horia que ellos se encargarán que no pase a ser de nos-otros, mientras nos quedaremos con otro sitio conta-minado e inutilizable, que desde tiempos inmemoria-les es un lugar sagrado, fuente de nuestra vida y orgu-llo de lo que somos.

Exigimos a las autoridades la cancelación de lasconcesiones. Somos un pueblo digno, no estamos dor-midos, nuestra identidad no tiene precio y nuestra tie-rra sagrada no está en venta.

Antonio Hayuaneme García Mijarez, es un joven involu-crado el la defensa del territorio de su pueblo wixarita-ri. Este texto apareció originalmente en Proyecto Diez.

La defensa del desierto de Coronado, SLP

A quién le importa Wirikuta

ROSTROS DE BOLIVIA. FOTOS: XIMENA BEDREGAL

junio de 20114 junio de 2011 5

Ramón Vera Herrera, Punta de LaLaguna, Cohuirimpo, Sonora. ¿Seráque los visionarios, los profetas, surgeny comienzan a hablar sólo cuando lostiempos son oscuros y es necesaria la luzde las palabras? Ahí está el consejo deancianos de la tribu yoreme deCohuirimpo, a las afueras hoy de la ciu-dad de Navojoa.

Todavía en 1950 la región, en la ori-llada del desierto, era monte cerrado y elrío Mayo corría grande, verde, fuerte,repleto de lubina, lisa, tortuga, carpa yeso que acá le llaman cauque: el cama-rón de río.

“De ese entonces mucho ocupábamosel río y nos bañábamos, más en cambioahora viene dañado por la química de loshospitales, de las granjas de pollos ypuercos, de los campos agrícolas querezuman fertilizante y pesticida. Esa quí-mica lo ha estado matando todo. Ahoraviene muerto cualquier animalito quellegue uno a sacar”, dicen a retazos unasquince personas mayores, mujeres yhombres, que se reúnen dos veces porsemana a pensar y estudiar juntos. “Esun grupo de estudio”, dice FideliaGocobachi, “y revisamos documentos,hacemos el resumen, hablamos de lasinformaciones que nos llegan”. “Sonrefinaciones documentadas de lo queocurre”, completa Alfredo Osuna, presi-dente de ese consejo de ancianos.

Esta asamblea de autoridades sesionay piensa el mundo en el centro del infier-no agroindustrial que devoró la vidacomunitaria instaurando la desolación delos agrotóxicos y el desamparo social.Piensa en colectivo en un territorio delque se apoderaron a la mala las corpora-

ciones para instalar enormes monoculti-vos de trigo, alimento de los puercos, untrigo del que está vetado recoger siquie-ra un haz, so pena de ser reprimido porlas guardias privadas o la policía quevigila los terrenos “para que no hayatransgresiones”.

Las avionetas pasan fumigando dosveces por semana estas tierras donde losderechos ejidales se quedaron cortos alcrecer las familias, y los jóvenes ya notuvieron sino sumarse a los jornalerosque trabajan, por sueldos bajísimos, tie-rras que sus padres debieron entregar,dizque rentada. A los pocos que logra-ron empleos fuera de los campos lestocan los turnos más duros, más noche,en los rastros donde se matan por lomenos mil puercos diarios y las lagunasde excremento se entreveran con lasfábricas de pienso y harina para sopa.“Donde lo grave no es tanto que los‘nuevos’ no tengan trabajo sino que notienen ni maldita perspectiva. Por esomuchos traen rabia, y se la pasan enyer-bados o chemos, atracando en los cami-nos vecinales pa robarle una bicicleta aalguien, para quitarle el jornal a algunoque tenga trabajo”, comenta donMáximo García: “Hace poco a unmuchacho que le llamábamos ‘El Puma’lo sacaron de un canal donde lo aventa-ron después de apuñalarlo”.

En el 81, todos recuerdan que hubouna cruenta refriega, que las guardiasblancas se les echaron encima y losgarrotearon para correrlos de sus tierras.Varios murieron y otros todavía cargancicatrices de bala de aquel entonces.

“Nos tienen como burros alquiladosen los campos agrícolas, pero cuando ya

no servimos nos dejan abandonados enla zona del sepulcro”, apunta DelfinoLópez.

Dice Alfredo Osuna: “Nuestro deberes juntar el pensamiento. Miren

estos cinco dedos. Son distintos. Y sejuntan y se coordinan y se entienden. Ysirven para apuñar. Hemos estado muyimpuestos a escuchar al sobrestante, alque trae el chicote, al que trae la mone-da en la bolsa. Claro que la autonomíano existía como concepto para los anti-guos. Pero se hizo necesario pensarla yentenderla a partir del sistema general deimposición. Este sistema es tan brutalque necesitamos resolver, idear, normaspropias. Un autogobierno, pues, paraoponerlo a dicho sistema”.

Los viejos discuten un rato en yoremey Alfredo Osuna traduce razonando queuno de los problemas que más reconocende antes es la monetarización. “En elmomento en que ‘equilataron’ con dine-ro la tierra, el frijol, el maíz, los anima-les, los trabajos, lograron que los yore-mes y los yaqui salieran de su monte ytuvieran que esclavizarse para comprarcomida. Y a eso le agregaron la ley —ylos cargos públicos para imponer la ley.¿Y los carros? Yendo al norte cargadosde semillas. Ésa es la desgracia que cayóen este territorio. Las ‘equilataciones’ ylas leyes (otras tasaciones) se hicieronpara desgraciar y el desgraciado infelizquedó al servicio de los cabrones que lequitaron todo. ¿Será justo que haganleyes para desgraciar cuando no respetanni su propio pensamiento?”

Y continúa don Alfredo: “Antes enburrito se acarreaban 250 kilo de plata.Hoy en ésas sus carreteras forjadas yplanchadas pueden sacar hasta 400toneladas de oro, plata, cobre, estaño.Por eso después de tanta sangre queregaron comenzaron a planchar carrete-ras por todo el país. Y por ahí llegó elmentado colono. Y con él la propiedad.Y se acabó las comunidades y los eji-dos. En el momento en que algo no es detodos (por ejemplo el aire), deja de sersagrado, deja de ser importante, se le dapor hecho porque adquiere su posibili-dad de venderse o comprarse. Ésa es la‘equilatación’. O sea que el dinero aga-rra su valor de la aceptación de que lascosas o las relaciones puedan tasarse,‘equilatarse’ y así venderse o comprar-se. Al aceptar vender la tierra le estamosdando valor a sus mugrosos papeles pin-tados. Si uno no vende, pierden fuerzasus papeles pintados: eso que le llamandinero”.

Toma un poco de aire y sigue: “Poreso entre otras cosas demandamos elderecho a nuestros territorios y los

recursos naturales. A la totalidad delhábitat que sirve de alojamiento a losseres. Por eso el trabajo no debe quedaracaparado por ninguna persona porquees de todos. Las leyes, los tres poderes,las cárceles, todo eso lo alinean en laescuela, que impone las ‘equilatacio-nes”, las tasaciones. ¿Y qué vamos ahacer entonces? ¿Agarrarnos como losperros? Eso es lo que quieren, que nosagarremos unos con otros para acabar-nos, que les dejemos el campo libre anuestros territorios”.

El grupo discute sobre la importanciade juntarse. De lo estricto de su aná-

lisis y su reflexión. “Aunque seamospocos, si estamos dentro de la razón y laverdad, ésas son nuestra máxima autori-dad, porque la verdad destruye lossupuestos alegatos de miles de propues-tas”, apunta don Demetrio Flórez.

Y Alfredo Osuna insiste: “Pero novamos solos. Vamos con la memoria deaquéllos que ya se fueron. Ellos son losque nos hacen hablar. No les debemos niuna letra, porque todo lo hablabannomás. Pero sus palabras, de todos quie-nes ya murieron, nos acompañan alhablar”.

Sentados bajo la ramada, el grupocalla a ratos y alguno dice algo sin prisa,sin arrebatarle la palabra a nadie. Dosniños, de 3 y 4 años, juntan tierra y laapisonan con cucharas de plástico hastaformar tres cerritos. Entre el lomeríominúsculo que parece un mapa vistodesde el aire se abren caminitos que tre-pan serpentendo para bajar a un llanoque se extiende a donde el gallinero. Unapolvareda repentina borronea el vallecitodiminuto mientras los viejos siguenhablando yoreme. Dice Alfredo Osuna,domador de caballos: “Los humanos, laspersonas, no tenemos por qué sentir quetenemos belleza. La belleza viene de losastros. Los astros en su relación unoscon otros. Por eso buscamos pararnos eneste astro que es la Tierra, para recibir unpoco de toda su fuerza. Esa fuerza quehace brotar la semilla y que hace quecrezca, florezca, reverdezca y dé frutos.Esos frutos son la verdadera y únicabelleza. Una belleza que se renueva y serenueva”.

Todos sienten la tarea que les dejaronlos ancianos: interpretarlos, traducirlos.“No somos nadie para despertar a otros.Solamente que es nuestro deber”, dice alpaso don Alfredo. “Ai, a tontas y a locas,a patadas y sombrerazos es lo que alcan-zamos a ver. Aunque seamos pocos losque nos juntamos. Ahí donde esténcinco personas razonando para juntosentender, ahí está congregada la ver-dad”.

Pensadores mayo-yoreme

“No somos nadie para despertar a otros. Solamente que es nuestro deber”

LAS LLAMERITAS DE LA SERIE SERES DE LOS ANDES

Sierra Huichola

La reflexióncomo unasiembra

Los wixaritari, a través de su ilimitada manera de organizarse en comunidades, colectivos,

asambleas y consejos, en los espacios más diver-sos normalmente integrados al monte, a la milpa,la ramada, la casa comunal, están pensando congran dignidad, reman contra corriente y vinculan

las crisis comunitarias con las crisis globales.Revisando el pensamiento de los antepasados, la

conexión con la naturaleza y el esfuerzo colectivo,ligan experiencia y filosofía para reflexionar susprocesos de aprendizaje mutuo como la milpa y

la asamblea. El siguiente diálogo imaginario,extraído de notas de quince años de asambleas en la Sierra Huichola, es apenas una muestra

del universo de pensamiento que late en las comunidades wixárika.

Simón de la Cruz. En la asamblea se cultiva la amistadentre los comuneros y eso mejora las cosas. Si hay ame-naza de contaminación del maíz, la asamblea puedetomar medidas contra eso. Hay estrategias del gobiernopara individualizarnos desde la propiedad de la tierra yasí imponer el transgénico y otras destrucciones.

Pero la asamblea orienta a las autoridades locales decomo cuidar el uso de los recursos como algún pino ycuál es su destino. Lo más importante para cuidar la natu-raleza es hacer acuerdos y cumplirlos. Que entre todospensemos cómo debemos cuidar nuestro patrimonio.

Toda la defensa de bosques, contra el abigeato, lacacería ilegal y las invasiones, se pone más difícil con

una carretera que cruce. La comunidad pierde el controly hasta se puede volver cómplice. Nos imponen e invo-lucran con la destrucción diciendo que los programasson participativos. En Bajío y Barranca del Tule se recu-peraron tierras dónde sembrar y ya no hay ganado de losteiwaris que los afecte. Ahora los jóvenes deben intere-sarse en estos lugares. Lo que acuerde la asamblea es loque debe hacer la autoridad.

Filiberto de la Cruz. El wixárika ya no está dispuesto aceder un pedazo de tierra. Nosotros somos de aquí ynunca invadimos a nadie. Los invasores destruyen nues-tras milpas y dejan meter su ganado para que se lascoma. Por eso hemos decidido expulsarlos y llamar a loscomuneros a sembrar más.

De nuestra actividad cotidiana, apartamos tres díaspara reunirnos y conocer lo que pasa en la comunidad yen el mundo, saber la historia de nuestro territorio,hablar nuestra lengua y tomar decisiones.

En las asambleas de los pueblos hay principios bási-cos, como mantener la agricultura, que guían las deci-siones y son la base de una forma de vida y convivenciaque se corrige y regula en la experiencia. En las asam-bleas se deciden las cosas integralmente, se forman ytransmiten las ideas.

Antonio Candelario. La autonomía es cuando asumi-mos nuestro propio discurso y creemos en nosotros mis-mos. Definimos lo que queremos y luchamos por vivirnuestra vida comunitaria según la naturaleza. La asam-blea mantiene viva nuestra tradición oral. Esto quieredecir que todos digan lo que piensan y lo que sienten.Hablar con la vibración del cuerpo y del organismo, consentido y fuerza. Con ánimo y potencia. La timidez nosirve y hay que tener valor para hablar, ser abierto, noser oculto. Eso es ser democrático.

Y en cambio, ¿cuál es el objetivo real de programas ypolíticas del gobierno?, ¿qué quiere el gobierno en nues-tra región? El gobierno no hace para los wixaritari sinopara cumplir sus propios objetivos. Cambia las leyes ylas normativas a su antojo. Eso sí, los funcionarios estánmuy bien preparados, son especialistas, pero en chingar.

Pedro de Haro. La inteligencia y todo lo que tenemosestá prestado por la madre Tierra que nos está criando ynos está esperando.

Tenemos que basar nuestros cambios en los antepasa-dos y la fuerza de la naturaleza. Tenemos nuestro maízque dejaron nuestros abuelitos hace muchos años. Latransmisión del saber se da ciclo con ciclo. Lo que ciclo

con ciclo se erosiona, ciclo tras ciclo serestablece.

Las grandes obras de infraestructuracomo represas y carreteras modificanexcesivamente la naturaleza y rompen elorden natural; a cambio los ingenierosprometen grandes soluciones tecnológi-cas. Son incapaces de observar y respe-tar. Todo lo destruyen a su paso. Hacenun hoyo para tapar otro.

Las leyes ya son de juguete o de hule.Falta una fuerza natural, una ceremoniay un trabajo, para el cuidado del maíz yde la tierra y así apoyar a nuestro pue-blo. Sin embargo, el gobierno naturalexiste. Si no lo hace la propia gente,¿quién lo va a hacer? Ahora ya no sabe-mos valorar lo que tenemos, lo que nosdejaron los antepasados.

Desde que llegaron los españoles lospueblos los recibieron amablemente yellos les quitaron casi todo, así que deprincipio nosotros decimos: o seenmiendan o se van. ¿Cómo alguien vaa vender lo que no es suyo? Eso de quevengan a plantarse en nuestras tierras yano es posible. Le estorbamos al gobier-no en sus negocios porque estas tierrasnos las dieron para cuidarlas y sembrar-

las, pero el gobierno cree que son suyas.Todos somos dueños —somos autoridades porque

todos somos asamblea— todos podemos gobernar. Nonecesitamos gobernantes profesionales.

Atilano Montes. El maíz se defiende sembrándolo. Lamilpa es un pequeño ecosistema. En ella hay medicinatradicional, animales, cultura, alimento. Hay que hacervaler la forma de vivir y ver el mundo desde la milpa.Asambleas, milpa y fiestas tradicionales del ciclo agrí-cola son los máximos espacios de formación y transmi-sión de saber.

Eutimio Díaz. La milpa es un espacio fundamental parala enseñanza y comprensión de la vida, la naturaleza y lasoberanía del pueblo. Al mismo tiempo que es un lugarde convivencia y de interpretación de los símbolos ydesignios de la naturaleza. La ecología es lo más impor-tante que tenemos en esta Sierra Madre Occidental. Lapropia comunidad tiene toda la información y ve cómoestá la situación del agua, la vegetación, el bosque, lafauna. No está por demás tener toda la informaciónexterna que exista sobre nuestro territorio. Reforestar,proteger, cuidar las plantas nativas y los animales de laregión. El trabajo debe seren todos los niveles: fami-lia, localidad, comunidad,región y más allá del propioestado de Jalisco. Los úni-cos especialistas en laregión son los propios indí-genas.

No entendemos, ni nosinteresan los conceptos deordenamiento y manejo.Mejor profundizar y llevarla información de un lugar aotro. En asambleas, tomaracuerdo, tal vez hacer nues-tros propios mapas y nues-tra propia información. Vana decir que eso es el mane-jo, pero no es cierto.

Recopilación: José Godoy

Berrueta

EL RITUAL, DE LA SERIE SERES DE LOS ANDES

En una entrevista publicada enla revista madrileña Diagonal,

Emma Gascó y Martín Cúneo (24de mayo), plantean ¿qué queda dela colonización en la sociedadboliviana? Silvia Rivera Cusi-canqui responde: “Todo. El senti-do común es un sentido comúncolonizado, ha incorporado lavaloración positiva de lo europeo ylo norteamericano, y la desvalori-zación de lo propio. Aunque ahoraeso está cambiando. La gente sesiente orgullosa de ser indígena,pero hay elementos, como laescuela, que no han sido realmentepensados de nuevo, desde unaperspectiva de descolonización.Sigue habiendo reforma educativa,vigente desde el 1994, promovidapor el Banco Mundial, dentro deun esquema de multiculturalismolight que no permite una políticapara mayorías. Todos estos tiposhablan de las etnicidades comouna cuestión de minorías. EnBolivia el 62 por ciento en 2001nos hemos identificado con algúnpueblo indígena”.

Para Rivera, “hay una visiónreaccionaria en las iglesias, lasescuelas, las universidades y laclase política en general, que tie-nen una distancia cotidiana con elmundo indígena”. Y si bien lasexpresiones “más brutales deracismo casi siempre se guardan,hay formas sutiles que se puedendetectar por el lenguaje, el gesto,cosas relacionadas con la invisibi-

lidad”. Eso da “una pauta de lainternalización del racismo” enBolivia. “En los propios sectorespopulares, que han sufrido discri-minación de niños, procuran quesus hijos ya no hablen aymara yencaminarlos hacia una moderni-dad entre comillas. Esta situaciónestá cambiando, no es tan gravecomo hace unos años. Hay másresistencia, más capacidad de opo-nerse a ese maltrato cotidiano: lastrabajadoras del hogar se hanorganizado, hay muchísimasempresas comunitarias, campesi-nas, exportadores de quinua, lana,alpaca, que son ‘comunarios’ indí-genas. Hay también una valora-ción mayor de los saberes indíge-nas y sobre todo de los alimentosy del enorme potencial que tieneBolivia para el cuidado agroecoló-gico de la tierra”.

A pesar de ser una crítica con-sistente y continua del actualgobierno del presidente EvoMorales, reconoce: “Éste momen-to es un paraguas que nos protegede la lluvia ácida neoliberal y per-mite que cada quien haga lo suyo.Hay mucha práctica de la micro-política, colectivos contracultura-les de todo tipo, publicaciones, hiphop, reciclado, cantidades depequeñas iniciativas autogestiona-rias, populares, que son lo quemás vale de este proceso que esta-mos viviendo. Antes eso era pocomenos que trabajar en la clandes-tinidad. Hoy día puedes también

protestar, hacer cambiar un ‘gaso-linazo’. Hay un sentido de que hayun poder en nuestras manos, quees el de la sociedad sobre elEstado”. No obstante estos avan-ces, “el colonialismo económicoestá rampante, porque las trasna-cionales hacen lo que les da lagana” en la nación andina.

Los entrevistadores aluden unescrito de la autora que vincula elcolonialismo con la introduccióndel patriarcado en las culturas ori-ginarias, una idea estimulante:“Los sistemas de parentesco deltiempo incaico eran bilaterales,había una esfera masculina y unaesfera femenina del poder, tam-bién del estatal”. Esto era “unasimetría basada en asimetríascomplementarias, lo cual indicaque el equilibrio de género es unideal, no una realidad”.

“La esfera paralela de la rituali-dad femenina es la que más hasobrevivido porque los más con-trolados en la época colonial eranlos varones. Además, la visiónpatriarcal de los colonizadores,justamente al hacer invisible a lamujer y al pensar que sólo hay unrepresentante de la familia, dealgún modo dejó que las mujereshagan sus cosas. De ahí que hubouna capacidad de resistir alpatriarcado mediante esta idea decomplementariedad. Ahora, eso seha ido deteriorando paulatinamen-te. Yo creo que el sindicalismo ylas visiones territorialistas de la

Huelga de hambre

en Wallmapu

El terrorista es el Estado

chilenoLos cuatro comuneros mapuche Héctor Llaitul Carillanca,

Jonathan Huillical Méndez, José Huenuche Reimán yRamón Llanquileo Pilquimán, quienes desde el 22 de marzorealizan una huelga de hambre para anular las sentencias dehasta 25 años dictadas en su contra, acusados del homicidiofrustrado del fiscal Mario Elgueta en un juicio que conside-ran injusto e irregular, decidieron continuar con su ayunoluego de que la Corte Suprema rebajó la condena, pero recha-zó anularla.

Los cuatro miembros de la comunidad mapuche —actual-mente detenidos en la prisión de Angol— iniciaron la huelgaen demanda de un juicio oral. “La huelga de hambre” —expli-can los presos en un comunicado— “es en protesta por el ini-cuo juicio que sufrimos en aplicación de la Ley Antiterroristaimpuesta durante la dictadura de Augusto Pinochet”.

Las tierras y el conflicto mapuche. Desde la segunda mitaddel siglo XIX, luego de la creación de la provincia de Arauco,comenzó a debatirse una ambigüedad jurídica con respecto ala situación del pueblo mapuche y su territorio, el cual, segúnalgunos, pasó a formar parte de Chile, mientras que otrosconsideraban que los pueblos originarios y su territorio noestaban supeditados al control del gobierno chileno.

A finales del siglo XIX y durante la primera mitad del sigloXX se produjo la guerra abierta de ocupación del Wallmapu,durante la cual el país mapuche fue invadido a sangre yfuego, y las tierras del pueblo originario le fueron arrebatadasde manera ilícita mediante robos, asesinatos, estafas y sobor-nos para ser entregadas —en su gran mayoría— a extranjerosque deseaban establecerse y hacer negocios en Chile.

Debido a esta situación de despojo, existe hoy un movi-miento de lucha y resistencia de acuerdo a las propias fuer-zas del pueblo mapuche, que ha realizado acciones para larecuperación de sus tierras contra el supuesto derecho de pro-piedad que madereras y mineras ostentan en tierras ancestral-mente comunales.

En este contexto, 17 mapuche fueron acusados en el 2008por acciones destinadas a la recuperación de tierras; mástarde, en febrero de 2011, cuatro de ellos recibieron senten-cias que van de 20 a 25 años de prisión por los delitos de“atentado contra la autoridad” y “robo con intimidación”, enun juicio lleno de irregularidades, como la larga duración delproceso y la presentación de “testigos protegidos” comopruebas acusatorias.

Recientemente, la Comisión Ética contra la Tortura deChile solicitó la intervención urgente de la ComisiónInteramericana de Derechos Humanos (CIDH) ante el Estadode Chile, debido al inminente peligro de muerte o gravesdaños a integridad física en la que se encuentran los comu-neros.

La Comisión dijo que su llamado a la CIDH se fundamentaen “la indolencia y tardanza de las autoridades del Estadochileno, para salvar la vida de estos cuatro comuneros”.

La decisión tomada por la Corte, además de disminuir lascondenas, reafirmó la ausencia de delitos terroristas; fueimposible comprobar la existencia de una asociación ilícitaque planificara el enfrentamiento con la comitiva del fiscalElgueta.

Marcela Salas Cassani

junio de 20116 junio de 2011 7

Silvia Rivera Cusicanqui:

Lo indio es

modernoEl notable proceso nacional que vive Bolivia,

con un resurgimiento de lo indígena quesigue transformando a esa nación andina y selvática, en su estructura política y su

respiración cultural, no existiría sin el acompañamiento de una filosofía nueva y

original basada en lo antiguo-vivo, ni de unaindependiente fortaleza de sus ciencias sociales. La estela del pensador aymara

Fausto Reinaga (1906-1994) es fundamentalpara comprender qué pasa, y qué ha venidoocurriendo en Bolivia desde el último cuartodel siglo pasado. De formación y militancia

marxista, hacia 1960 Reinaga evoluciona a un pensamiento original (La revolución

india, 1970; El pensamiento amáutico, 1978;El pensamiento indio, 1991). Fundador del

Partido Indio Boliviano, estaría sin dudaorgulloso de lo que ha logrado hoy su país.

Nuevos pensadores indígenas y decoloniales, como los sociólogos aymara

Esteban Ticona y Silvia Rivera Cusicanqui,son pues resultado de una tradición

intelectual fortalecida. Ojarasca presenta pasajes de dos entrevistas

recientes con la segunda, apenas unaincitación para los lectores. Provocadoracombinación de conciencia katarista,

anarquismo aymara y feminismo conacento indígena, con la atencuón puesta

todos los referentes contemporáneos, RiveraCusicanqui es historiadora, videoasta,analista cultural, figura pública, exigente

crítica del gobierno y el complejo movimiento social en su multicultural

país. Ella misma protagonista de las luchasque han convertido a la Bolivia del siglo XXI

en referente mundial de la esperanza en unfuturo más justo y humano.

Rivera Cusicanqui (La Paz, 1949),participó en la fundación del histórico

Taller de Historia Oral Andina en los añosochenta. Autora de Oprimidos pero no

vencidos, considerado un clásico de lasociología en el continente, participa en elmovimiento katarista y en las luchas de los

cocaleros. Por si fuera poco, es docente universitaria emérita e imparte cátedra en

el Programa Andino de Derechos Humanosde la Universidad Andina Simón Bolívar,

sede Ecuador.

cuestión indígena son las queestán reforzando esa estructu-ra patriarcal. Las mujeres secasan dentro de la unidad delpatrilinaje y salen de sucomunidad.

“Por definición las mujerestejen relaciones intercultura-les con otras comunidades, entanto que el varón y su lecturade la identidad está en el terri-torio. La mujer es la que sacay mete cultura, es un tejido. Elhombre guerrero y la mujertejedora. Entonces, el tejidointercultural de la mujer es loque permite esas alianzaspanindígenas y también popu-lares e indígenas, no sólo cor-porativas de la comunidad.Pero ese patriarcado es muyfuerte en el sindicato, y lossindicatos ahora mismo sonmuy fuertes en el gobierno.

“Es más fácil ser indio queser mujer. Está mucho másinternalizado en las organiza-ciones populares el machis-mo, en las juntas vecinales, enlos sindicatos, en la propiaorganización indígena. Túpuedes ser dirigente sólo encuanto eres esposa de un diri-gente. Para las mujeres solasno hay lugar, cosa que sí exis-te en las comunidades. Alnivel de la base hay mujeresque ocupan el cargo de mall-ku, el cargo de máxima autori-

dad, pero en las cúpulas esoya no se produce. El patriarca-do es profundo, muy vincula-do con el colonialismo. Ladescolonización tiene que vercon repensar todas las relacio-nes, también las de jerarquía yopresión de las mujeres porlos hombres, que es una de lasmás profundas y de mayorduración”.

En agosto de 2010, VerónicaGago, del diario argenti-

no Página 12, interrogaba a lasocióloga aymara sobre supropuesta de oponer la ima-gen del mestizo, masculino yletrado otra forma de mestiza-je, que llama ch’íxi. ¿Quéimplica?

“Primero, que lo indio esmoderno”, respondió RiveraCusicanqui. “El indio comoepisteme para entender almundo, el indio como sinta-xis. Puede estar vestida/ocomo sea pero su cabeza, suforma de mirarte a los ojos, suforma de relacionarse con lafamilia, sus deberes moralesrespecto a la Pacha, sus míni-mas orientaciones en el espa-cio, siguen siendo indias. Lomás probable es que ese tipo otipa esté vestido/a con ropa demarca, aunque pirata, trucha.La economía de ropa demarca pirata es realmente fan-

tástica en Bolivia y cubre elmercado en Perú y Argentina.

“Las estrategias de lo ile-gal son lo que hay que pensar,porque lo que está equivocadoson las fronteras, se estáviviendo es una reedición delmercado interior potosino delsiglo XVI, la primera moderni-dad de la mano de la coca, laplata y las mujeres indíge-nas”.

Éste es su argumento histo-ricista, dice. “Mi argumentopolítico tiene que ver con lascomunidades transnacionalesde identidad donde de prontose reinventa el ser indio/a y deser un personaje despreciadoy sufrido, sus hijos pasan a serotra cosa: empiezan a bailardiablada del otro lado de lafrontera, a pesar de que sigansiendo burlados en amboslados. Como el grupo LosMercenarios, ¡valga el nom-bre!, que tocan rock, bailandiablada y son aymaras naci-dos en Buenos Aires. EnArgentina los consideran boli-vianos y en Bolivia infracto-res de las reglas del folclornacional. Estas cosas nuncavan a ser entendidas por eldiscurso de lo originario. Sivas a pensar en una etnicidadde museo, te vas a perder el 99por ciento de los indios querealmente existen”.

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junio de 20118

Primero que nada quiero saludar conun abrazo muy fuerte a la comuni-

dad de Cherán que sabemos que vivehoras muy complejas y difíciles, y quepese a todo decidió mantenerse en susposiciones de firmeza y resistencia, y esya un referente y un ejemplo para todoslos que en otras partes del mundo esta-mos comprometidos con los mismosvalores e ideas que plantean ustedes.

Me parece que el camino que hemoselegido unas cuantas personas y colec-tivos de autonomía respecto a losEstados es un camino importante por-que permite construir un mundo dife-rente en este mismo mundo, porquenos permite avanzar en la construcciónde algo que no sea sometido a lo quehoy tenemos y que no, como dicenustedes, suponga agachar la cabezapara seguir siendo lo que otros quierenque seamos.

La autonomía es múltiple: del pen-samiento, de ideas. Es una autonomíaorganizativa, que en determinadomomento se arraiga en un territorio denuestras comunidades, y decidimosque no sólo nosotros como personasseamos autónomas, sino también lascomunidades en las que vivimos y losterritorios que habitamos. No es másque autogobierno, no más que decidirpor nosotros y por nosotras mismasqué vamos a hacer en el acierto o en elerror, y eso quiere decir que nuestraautonomía es autónoma y no la va aimponer nadie más que el colectivo enel que estamos.

Por supuesto que en el mundo en elMéxico y la América Latina de hoy,trabajar por la autonomía supone serautomáticamente objeto de la represióny la ofensiva del Estado. No podemosevitar que el Estado y el capital nos ata-quen, y tenemos que buscar colectiva-mente cómo hacerles frente de lamanera más inteligente posible.Tenemos muchas experiencias enAmérica Latina de autonomía y deofensiva del Estado para limitar nues-tras autonomías. Lo están viviendoustedes, lo han vivido los compañerosde San Juan Copala, lo han vivido y loviven los compañeros de la SelvaLacandona, las comunidades indígenasde Colombia permanentemente agredi-das por los paramilitares y el Estado,las comunidades quechuas peruanasque resisten a la minería. Se trata deuna forma militar o militarizada decontrol del territorio que supone laalianza entre el capital y el Estado.

Otras formas más sutiles, que nece-sariamente se combinan con éstas, sonlas ayudas estatales dizque para el de-sarrollo o para superar la pobreza. Estaforma de agredir nuestras autonomíases sutil, digamos que es una formablanda de agredirnos, pero no es menosgrave porque busca aniquilar la sobera-nía alimentaria que tienen las comuni-dades, o la soberanía política; buscarendirnos con unas pequeñas migajasque son tapas de calamina para hacer lavivienda, o bloques, o canastas de ali-mentos. Se trata de desorganizar nues-tros espacios, de hacer que sean menosy menos autónomos. Esta forma blandade agredir nuestras autonomías va de lamano con la forma dura, militar, perolas dos persiguen los mismos objetivos,que consisten en reposicionar al Estadoen nuestros espacios.

El Estado es la avanzada, detrás vieneel capital a hacer negocios. Ellos, Estadoy capital, no pueden permitir que nues-tros movimientos se relacionen horizon-talmente entre sí, que la población serelacione con la población. Ellosnecesitan que la población se rela-cione con el Estado y el capital.Cuando digo que hay resistir deforma inteligente, digo que a veceshay que plantar la cara y resistirlesde forma frontal, y a veces hay quehacer como cuando uno bailaalgún movimiento de cintura. Nole voy a decir a nadie cómo tienequé hacer. Las gentes son madurasy saben cómo, y si no saben, tienenque discutirlo, pero sí puedo decir-les que la autonomía no es algopuro, que tiene momentos en loscuales puede necesitar dar un pasoatrás y establecer un vínculo con elEstado, que no tiene por qué todoel tiempo establecer una barreracon él. El problema es que, decida-mos lo que decidamos hacer, lohagamos colectivamente, que nose dispare el individualismo, queno avance la división de nuestrascomunidades.

Por último, tenemos que saberque hay un proyecto de las clasesdominantes en el mundo: imponer sudominio a sangre y fuego, aun a costade un genocidio, de una guerra mundialo nuclear. En algún momento del siglopasado las clases dominantes decidie-ron que antes de perder sus privilegiosprefieren que el planeta se destruya.Eso tenemos que tenerlo claro parasaber cómo actuar en cada momento.

Están dispuestos a que se hunda labarca antes que perder el timón, y estolo digo no para paralizarlos, sino paratener claro lo que ellos tienen pensadosobre nosotros, lo que han planificadohacer en caso de que lo considerennecesario. Las clases dominantes dehoy son probablemente las clases quetienen más claros sus intereses, sonmás despiadadas que nunca, y tienenlas armas, los instrumentos de controlnecesarios para creer que pueden per-petuarse en el poder. Quienes estamosen la posición de arrebatarles ese podero, como mínimo, forzar a que lo entre-guen o lo compartan con los de abajo,sabemos que cualquier paso que impli-

que perder una parte de su poder estásiendo reprimido de forma feroz.

Las élites del mundo actúan más omenos todas con las mismas intencio-nes. Tenemos que tener esto presentepara el camino, obrar en consecuencia,reflexionar cómo hacerle, compartircon nuestros compañeros y compañe-ras los saberes que vamos adquiriendo

en la lucha, pues esto es parte de lalucha por las autonomías. Somosmuchos y muchas en el mundo los quebuscamos un camino distinto al queellos quieren que recorramos, que essimplemente votar cada cinco o seisaños y volver a nuestras casas a mirar latelevisión, a trabajar y dejarlos a ellosgobernar, que no es más que acumularcapital. Pero esos muchos y muchasestamos en todas partes: en Egipto,Grecia, Túnez, España, AméricaLatina, incluso en Estados Unidos.Trabajando de esta manera les estamoscreando un problema mundial a las éli-tes y también de eso tenemos que serconscientes, pues cuanto más avanzanuestra lucha, cuanto más avanza larevolución, más poderosa es la contrarevolución que se prepara. Pero así esla vida, y creo que tenemos que felici-tarnos y alegrarnos, pese a todos losdolores que sufrimos y sufriremos, deque en este momento seamos tantos ytantas quienes estamos peleando porcrear un mundo nuevo, otro y diferente.

Participación de Raúl Zibechi, perio-dista y analista uruguayo, conocedorde los movimientos sociales latinoame-ricano, durante un diálogo sobre auto-nomía y organización comunitaria quesostuvo el pasado 28 de mayo, víaskype, con la comunidad purhépechade Cherán, Michoacán.

Las autonomías son múltiples

Somos un problema mundial para las élites

Raúl Zibechi

EL BAILE DE PAJCHIRI, DE LA SERIE SERES DE LOS ANDES. BOLIVIA. FOTOS: XIMENA BEDREGAL

Tenemos que felicitarnos deque seamos tantos y tantasquienes estamos peleandopor crear un mundo nuevo,otro y diferente.