nueva agenda de la ayuda al desarrollo

37
La cooperación al desarrollo ante el futuro ¿hacia dónde nos dirigimos? Manuel Gómez-Galán 1 Introducción. El contexto actual Antes de referirnos a la actual razón de ser de la cooperación al desarrollo es necesario hacer alusión al contexto internacional en el que nos encontramos. Conviene recordar que durante siglos y hasta hace sólo unas cuantas décadas los actores de las relaciones internacionales eran básicamente los Estados. Desde hace algún tiempo, y de forma creciente, los Estados han venido compartiendo ese protagonismo con otros actores que se han incorporado al escenario internacional y han consolidado progresivamente su presencia en el mismo. Como es sabido, los Estados están configurados básicamente por un poder, un territorio y una población. Esta figura clásica del Estado-nación también ha experimentado en los últimos tiempos cambios importantes. Los Estados tradicionales coexistían entre sí en el escenario mundial, llevando en cierto modo incorporada su población, es decir, su sociedad nacional. Venían a ser una especie de contenedores de sus respectivas sociedades, las cuales tenían sus destinos internacionales vinculados en considerable medida al peso relativo del Estado-nación al que pertenecían y a la dirección de la acción exterior marcada por aquél. Desde hace décadas, no obstante, los Estados han compartido el escenario mundial con otros actores. En primer lugar, con las organizaciones internacionales, en especial desde la creación de Naciones Unidas, las cuales, aunque de un modo muy limitado, han venido participando en algunos espacios de decisión con los Estados y contribuyendo a posibilitar el embrión de un cierto nivel de institucionalidad mundial, que ha permitido entrever la posibilidad Doctor en Derecho. Director General de CIDEAL. 1

Upload: sergio-montanez

Post on 28-Mar-2016

254 views

Category:

Documents


10 download

DESCRIPTION

Manuel Gómez-Galán ∗ 1 Introducción. El contexto actual ∗ Doctor en Derecho. Director General de CIDEAL. 1 2

TRANSCRIPT

Page 1: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

La cooperación al desarrollo ante el futuro

¿hacia dónde nos dirigimos?

Manuel Gómez-Galán∗

1 Introducción. El contexto actual Antes de referirnos a la actual razón de ser de la cooperación al desarrollo es

necesario hacer alusión al contexto internacional en el que nos encontramos.

Conviene recordar que durante siglos y hasta hace sólo unas cuantas décadas

los actores de las relaciones internacionales eran básicamente los Estados.

Desde hace algún tiempo, y de forma creciente, los Estados han venido

compartiendo ese protagonismo con otros actores que se han incorporado al

escenario internacional y han consolidado progresivamente su presencia en el

mismo.

Como es sabido, los Estados están configurados básicamente por un

poder, un territorio y una población. Esta figura clásica del Estado-nación

también ha experimentado en los últimos tiempos cambios importantes. Los

Estados tradicionales coexistían entre sí en el escenario mundial, llevando en

cierto modo incorporada su población, es decir, su sociedad nacional. Venían a

ser una especie de contenedores de sus respectivas sociedades, las cuales

tenían sus destinos internacionales vinculados en considerable medida al peso

relativo del Estado-nación al que pertenecían y a la dirección de la acción

exterior marcada por aquél.

Desde hace décadas, no obstante, los Estados han compartido el

escenario mundial con otros actores. En primer lugar, con las organizaciones

internacionales, en especial desde la creación de Naciones Unidas, las cuales,

aunque de un modo muy limitado, han venido participando en algunos espacios

de decisión con los Estados y contribuyendo a posibilitar el embrión de un

cierto nivel de institucionalidad mundial, que ha permitido entrever la posibilidad

∗ Doctor en Derecho. Director General de CIDEAL.

1

Page 2: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

de una incipiente “gobernanza mundial” en ciertos ámbitos, pero que nunca ha

llegado a concretarse plenamente. Por otra parte, y por debajo de los Estados-

nación, han ido adquiriendo cada vez mayor presencia internacional las

Administraciones regionales y municipales. Estas entidades, como es bien

sabido, tienen competencias principalmente internas, pero muchas de ellas,

sobre todo las de mayor peso económico, demográfico o cultural han mostrado

en los últimos tiempos una vocación hacia el exterior a la que no suele ser

ajeno cierto deseo de potenciar su peso político, manifestando una voluntad

creciente de proyectarse con mayor intensidad fuera del ámbito de sus

funciones regionales o locales para hacerse presentes en determinadas áreas

del escenario global.

A esto hay que añadir el rápido protagonismo que han adquirido actores

privados de distinto tipo. Hasta comienzos de la pasada década, la mayor parte

de los acontecimientos internacionales podían situarse inicialmente dentro de

un sencillo esquema, representado mediante dos líneas entrecruzadas, una

vertical y otra horizontal. Se mostraba así la doble polarización entonces

existente que servía, a grandes rasgos, para situarse en el escenario mundial.

La línea horizontal representaría la polarización Este-Oeste, entre bloques

política, militar y económicamente enfrentados, mientras que la vertical

simbolizaría la polarización entre países desarrollados y países en desarrollo

que constituía la llamada relación Norte-Sur.

No obstante, desde la desaparición de la polarización Este-Oeste,

hemos asistido a acusadas transformaciones en el escenario internacional que

están llevando a una reestructuración del mismo. Se ha sustituido la anterior

situación de carácter más estático por una situación dinámica, eminentemente

cambiante, caracterizada en gran medida por la circulación de flujos de

carácter financiero, de información, tecnológicos o migratorios que están

configurando un escenario en rápida evolución que potencia el protagonismo

de un número mayor de actores que en su mayoría no poseen carácter público.

Estas transformaciones en el escenario global están implicando cambios

en la distribución del poder y de la riqueza mundiales que traen consigo que el

sistema internacional se encuentre en una situación que podríamos calificar de

transición, sin que tenga por el momento una estructura que haya llegado a

consolidarse en la cual, además de la participación de entes públicos con base

2

Page 3: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

territorial más o menos amplia, se ha extendido con rapidez el protagonismo de

actores privados.

Se trata, por una parte, de actores privados de proyección transnacional,

derivados de la extensión de un mercado globalizado: empresas, entidades

financieras o medios de comunicación de difusión mundial. Y, por otra, de otro

tipo de actores privados que constituyen una todavía incipiente sociedad civil

global, como las ONG internacionales, las universidades o las redes creadas

por ciudadanos en torno a temas concretos, que están incidiendo de forma

progresiva en la agenda mundial.

Figura 1. Actores privados en el sistema internacional.

Fuente: elaboración propia.

Como puede verse en la Figura 1 nos encontramos ante un escenario en el que

cada vez están presentes más actores. En este escenario se experimenta una

doble presión sobre el Estado tradicional. Por un lado, la presión de la llamada

globalización, con la creciente actividad de los flujos y de los actores que

acabamos de mencionar, que han hecho que esa especie de contenedor que

3

Page 4: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

venía siendo el Estado tenga una porosidad cada vez mayor, de tal forma que

la sociedad que se encuentra en su interior tiene una capacidad creciente de

expandirse hacia el exterior, y de modo inverso, todo lo que fluye en el

escenario global incide cada vez con mayor fuerza en el interior de los Estados

sin apenas mediación de éstos.

Figura 2. Flujos diversos y porosidad de los Estados.

Fuente: elaboración propia.

De manera simultánea, se produce una presión sobre los Estados a partir de la

reacción que frente a la globalización ejercen grupos sociales, más o menos

amplios, organizados en torno a ciertas identidades colectivas, es decir,

identidades de carácter étnico, religioso, político, cultural, etc. que, por unos u

otros motivos, se consideran amenazadas por la homogeneidad que un mundo

globalizado trae consigo e intentan reafirmarse frente a ello, en algunos casos

pasando a la ofensiva. Esto implica que el individuo de comienzos del siglo

XXI, en contraste con lo que ocurría hace sólo dos o tres décadas, no tiene ya

4

Page 5: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

al Estado-nación como el principal y casi único referente de la vida colectiva,

sino que se encuentra ante un conjunto de instancias, de líneas de fuerza

diversas, la mayor parte de ellas fluctuantes, que se hacen presentes en su

entorno influyendo sobre su propia vida, y que van condicionando los

escenarios parciales en que ésta se va a desarrollar.

Por tanto, sobre cada individuo inciden, por un lado, la globalización, con

sus flujos informativos, financieros, mercantiles, culturales, usos tecnológicos y

pautas de consumo y, por otro, la fuerza expansiva de identidades colectivas

de diferente tipo. No hay que olvidar que estas últimas pueden proporcionar, en

mayor o menor medida, un sentido a la existencia del individuo en la sociedad,

en contraste con los flujos de la globalización que, aunque en ciertos casos

mejoren condiciones materiales de vida, el aporte que realizan es básicamente

de carácter funcional.

5

Page 6: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Figura 3. Opciones del individuo en el entorno actual.

Fuente: elaboración propia.

En las identidades colectivas podemos distinguir, en un sentido amplio, entre

las que se derivan del pasado o “identidades tradicionales”, y las que se

configuran de cara al futuro o “nuevas identidades”. Las primeras tienen sus

raíces en un pasado histórico, en una determinada interpretación de éste o en

una posterior construcción de dicho pasado y suelen basarse en la pertenencia

a una colectividad étnica, cultural o religiosa. Las segundas, por el contrario,

ponen su acento en la decisión individual de quienes las componen al

identificarse con una propuesta determinada y pretender proyectarla hacia el

futuro.

Dentro de las nuevas identidades, podemos distinguir a su vez entre las

que se configuran en base a un elemento de carácter territorial y las que se

configuran a partir de otros elementos. Las más características entre las

primeras son las nuevas ciudadanías, no vinculadas necesariamente al Estado-

nación. Una consecuencia de su compatibilidad en una misma persona como

6

Page 7: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

sujeto de ciudadanías escalonadas sería la llamada ciudadanía multinivel. Por

ello, el concepto de ciudadanía ya no se concibe exclusivamente como

derivado de la pertenencia a un Estado. A pesar de ello, la vinculación más

fuerte y generadora de efectos más intensos sigue siendo, en casi todos los

casos, la que une al individuo con el Estado-nación del que forma parte y es

esta vinculación la que en la práctica le sigue proporcionando su más sólida

base jurídica como ciudadano.

En un ámbito territorial más extenso que los Estados-nación van

tomando forma nuevas ciudadanías, que pueden tener carácter supranacional,

como la ciudadanía europea, o bien, aunque todavía muy embrionarias,

aparecen otras de carácter aún más amplio, como el concepto de ciudadanía

mundial, basado en la condición humana, que aunque está aún lejos de

convertirse en realidad, apunta en esa dirección. De modo simultáneo, en el

interior de los Estados se refuerza frecuentemente la vinculación de entidades

regionales y municipales con los ciudadanos de sus respectivos territorios,

vínculo que siempre ha existido y que tiende a reavivarse en la globalidad,

acentuándose así la identificación con entidades territoriales de ámbito más

reducido que los Estados.

Por otra parte se hacen presentes, cada vez con mayor fuerza, nuevas

identidades no basadas en lo territorial. Muchas de éstas están ligadas a los

cambios tecnológicos en el ámbito de la comunicación. Las nuevas tecnologías

hacen posible que las personas, independientemente del lugar que ocupen en

el territorio, en el espacio, puedan vincularse entre sí. Hacen posible que sea

cual sea su lugar de residencia y su lugar de trabajo, puedan comunicarse,

relacionarse en tiempo real, actuar juntas, investigar, trabajar, elaborar

productos tangibles o intangibles, adoptar conjuntamente posturas políticas o

de otro tipo, convertirse en grupos de presión o movilizarse globalmente ante

determinado acontecimiento. De este modo, superando la limitación tradicional

del espacio, superando la necesidad de la proximidad material en un territorio

como históricamente venía siendo habitual en la organización de la vida social,

pueden crearse, consolidarse y actuar nuevos sujetos, nuevos tipos de actores

colectivos que confieren peso y densidad a la sociedad civil global.

7

Page 8: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Figura 4. Nuevas identidades colectivas en el escenario internacional.

Fuente: elaboración propia.

Por ello, para organizarse en torno a una idea o un propósito ya no es

necesario ponerse de acuerdo con quienes se encuentran físicamente

cercanos. Los individuos en sus relaciones sociales empiezan a liberarse del

condicionamiento geográfico, que durante tanto tiempo les ha limitado, y

pueden organizarse en base a sensibilidades o propósitos convergentes. La

proximidad espacial ya no constituye la premisa para poder organizarse, sino la

identificación con otros, estén donde estén, en torno a las mismas ideas,

sensibilidades o propósitos como elemento aglutinador. De este modo, se

empiezan a configurar nuevas identidades colectivas -con mayor o menor

grado de cohesión- en torno a redes, movimientos convergentes o

comunidades horizontales, que hacen posible el nacimiento de nuevos actores

con voluntad de expresión en el escenario global que pueden decantarse por

unas u otras opciones, plantear propuestas y soluciones a retos actuales,

establecer alianzas, protagonizar ciertos cambios y ser el detonante de otros.

Puede decirse que en estos momentos nos encontramos, además, en un

escenario mundial cada vez más complejo, en el que países emergentes se

configuran como polos de poder en un entorno internacional que, a partir de un

8

Page 9: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

reciente y frustrado intento de imponer la unipolaridad, parece estar pasando a

una multipolaridad aún no organizada. Se trata de un escenario en

transformación, incierto, con una distribución del poder distinta, de diversidad

creciente, con nuevos actores, nuevos problemas y nuevos desafíos que, en

una gran parte, son ya desafíos de la humanidad en su conjunto. Y es en este

nuevo escenario donde hay que situar y entender el papel de la cooperación al

desarrollo que no es, ni puede ser, el mismo que desempeñaba en sus

comienzos o el que ha venido desempeñando hasta años recientes.

2 El papel de la cooperación al desarrollo La cooperación internacional para el desarrollo constituye un ámbito específico

situado en el marco más amplio de las relaciones internacionales, pero que

cuenta con determinados criterios de actuación que le son propios. Estos

criterios se derivan de una manera de entender las relaciones sociales que

podemos denominar “la lógica de la cooperación”. Visto a grandes rasgos,

podemos decir que existen, por parte de los individuos, de los grupos o de las

comunidades políticas, dos maneras básicas de relacionarse entre sí. Una es la

confrontación, en la que los diferentes individuos o colectividades consideran

que hay una incompatibilidad de aspiraciones e intereses entre ellos, es decir,

se parte de una percepción hostil del otro, de la alteridad. Desde esa

percepción no resulta compatible lo que cada uno de esos individuos o

colectividades desea con lo que desean los otros, de tal manera que esa

incompatibilidad les lleva a enfrentarse hasta que uno de ellos prevalece y

obliga al otro a aceptar su voluntad.

De modo simultáneo a esta lógica de la confrontación, siempre ha

existido otra lógica muy diferente, a la que nos hemos referido como lógica de

la cooperación. En este caso se parte de una percepción no hostil de la

alteridad, de tal manera que se considera que puede existir cierto grado de

compatibilidad de aspiraciones e intereses entre unos y otros. Se trata de dos

maneras distintas, aunque coexistentes entre sí, de entender las relaciones

entre individuos y grupos.

9

Page 10: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Es sobre una de estas dos lógicas, sobre la lógica de la cooperación,

sobre la que se fundamenta y construye inicialmente la cooperación

internacional para el desarrollo.

Figura 5. Antecedentes conceptuales de la cooperación al desarrollo.

Fuente: elaboración propia.

La cooperación al desarrollo viene a apoyarse, por tanto, en una dilatada

tradición de pensamiento que, con aportaciones diversas referidas a las

relaciones sociales, cuenta con un amplio desarrollo conceptual. Esta

perspectiva no aspira, por otra parte, a ser la única existente, ya que en mayor

o menor medida habrá de coexistir con su opuesta (la lógica de la

confrontación). Al potenciar la lógica de la cooperación desde diferentes

propuestas políticas y sociales -entre ellas la de la ayuda al desarrollo- no se

aspira con ello a desplazar a la lógica opuesta hasta sustituirla plenamente, lo

que seguramente no va a ser posible nunca. Se pretende que la cooperación

ocupe un espacio relativo más amplio y que alcance gradualmente un peso

considerablemente mayor que su opuesta, sabiendo que habrá de coexistir con

10

Page 11: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

ella, la cual, bajo una forma u otra, seguirá estando presente siempre en la

sociedad internacional.

Figura 6. Concepciones contrapuestas de las relaciones sociales: ejemplos recientes.

Fuente: elaboración propia.

Serán posibles, por tanto, las actuaciones de cooperación internacional al

desarrollo, en primer lugar, si se opta por la cooperación frente a las diferentes

formas posibles de confrontación. Desde esta perspectiva, se considera la paz

como el bien público que hace posible los demás bienes y se pretende, como

consecuencia, limitar al máximo el uso de la fuerza en las relaciones

internacionales. Y continuando en esa línea, se considera que el control de la

violencia ha de ir unido al respeto y promoción real de los derechos humanos y

que entre éstos se encuentra el derecho al desarrollo.

Para ello, las políticas en que se vaya concretando la cooperación

internacional han de estar al servicio de hacer posible el desarrollo, entendido

principalmente como desarrollo humano y concebido como un derecho de

todas las personas. La cooperación se dirigirá, en primer lugar, a acabar con la

pobreza como situación que impide desarrollarse a los seres humanos,

11

Page 12: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

procurando remover los obstáculos que no les permiten llegar a ser lo que

potencialmente son, y ampliando sus capacidades y las posibilidades reales de

decidir sobre su propia vida en un entorno real de libertad. Simultáneamente,

se dirigirá a contribuir a la provisión de bienes públicos globales, necesarios

para mejorar la vida de todos en un escenario global compartido.

De ahí que en estos momentos la cooperación al desarrollo solamente

pueda ser entendida como una estrategia concertada entre el Norte y el Sur.

En un mundo interdependiente, la ayuda al desarrollo no puede ya concebirse

desde perspectivas parciales que contemplen el Sur o el Norte como

compartimentos estancos o ámbitos aislados entre sí. En un espacio

globalizado en el que gran parte de los problemas que afectan al Sur y al Norte

tienen las mismas raíces, aunque lleguen a manifestarse de forma distinta en

cada lugar, las consecuencias de la pobreza, de la guerra, del deterioro del

medio ambiente, de las epidemias, del cambio climático o de los efectos de la

ausencia de futuro sentida como tal por cientos de millones de personas, no

permiten abordar los problemas como si pertenecieran exclusivamente a los

países en desarrollo. Sólo cabe enfrentar conjuntamente las raíces de aquellos

problemas comunes que en un mundo interdependiente afectan a todos.

Por eso, las políticas públicas y los planteamientos privados dirigidos a

contribuir al desarrollo del Sur haciendo frente a la par, de forma concertada, al

origen de problemas que afectan a los países en desarrollo y a los países

desarrollados, es uno de los rasgos que caracteriza una cooperación al

desarrollo actualizada, que se irá desplegando mediante una progresiva

articulación en común de respuestas adaptadas a las nuevas situaciones que

en ese contexto cambiante se van produciendo.

3 La nueva agenda de la ayuda al desarrollo Si queremos situar de una manera adecuada los contenidos de la agenda

internacional de cooperación al desarrollo, siendo consecuentes con lo anterior,

es necesario tener en cuenta que ésta requiere un ámbito de concertación

previa entre los socios que participan en la misma. La premisa inicial para que

la ayuda al desarrollo pueda hacerse realidad es la convergencia entre los

12

Page 13: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

contenidos de las políticas propias de desarrollo de los socios receptores, es

decir, de los países del Sur, y los contenidos de las políticas de cooperación de

los donantes, es decir, de los socios del Norte. Es necesaria dicha coincidencia

previa para identificar a partir de ella las áreas en las cuales es posible llevar a

cabo tareas de cooperación al desarrollo. Esta convergencia, además, es la

que permite que cobre todo su sentido la figura de “partenariado” o asociación.

El partenariado Norte-Sur, o Sur-Norte, implica horizontalidad y

corresponsabilidad entre ambos. Ni una ni otra serían posibles sin una

coincidencia previa sobre dónde se quiere llegar y a través de qué medios se

quiere acceder a esos objetivos compartidos.

En los últimos años, esta forma de actuación conjunta que constituye la

cooperación internacional al desarrollo se está actualizando a través de una

serie de criterios vinculados a la llamada nueva arquitectura de la cooperación

al desarrollo, que conforman una parte significativa de la agenda actual de la

ayuda.

El contenido de las políticas de desarrollo de los países del Sur se deriva

de los objetivos que configuran sus respectivas políticas públicas en los

diferentes sectores. Éstas se complementan con las Estrategias de Reducción

de la Pobreza (ERP) que, en los países en desarrollo, se han ido incorporando

en los últimos años a partir de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM),

como medios adecuados para su consecución.

Las políticas de desarrollo pueden ser llevadas a cabo en cada país del

Sur desde los propios Gobiernos centrales, desde los Gobiernos regionales y

desde los Gobiernos locales. Existe por tanto un conjunto de políticas públicas

de desarrollo que, dentro de sus respectivos ámbitos competenciales, se

ejecutan a diferentes niveles en cada país. Éstas se acompañan a su vez de

planteamientos privados de desarrollo emanados de la sociedad civil, que no

constituyen políticas públicas propiamente dichas, sino propuestas y modos de

actuación mediante los cuales la sociedad civil, organizada a través de sus

actores, pone en marcha a su vez mecanismos para alcanzar objetivos de

desarrollo en las sociedades del Sur.

Ahora bien, en lo que respecta a su polo complementario, las políticas

de cooperación internacional de los distintos actores del Norte, éstas suelen

presentar unos contenidos bastante más coincidentes entre sí. En ellos

13

Page 14: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

concurre la gran mayoría de los actores públicos que impulsan la ayuda, puesto

que responden a una doctrina similar originada a partir de las mismas fuentes.

Hay cierto consenso entre los donantes a la hora de considerar criterios como

la lucha contra la pobreza, la preservación del medio ambiente, la equidad de

género, el respeto a los derechos humanos o la promoción de la diversidad

cultural como parámetros de actuación básicos en la ayuda al desarrollo.

Desde la perspectiva de la necesaria convergencia entre la oferta y la

demanda de cooperación, es decir, entre los dos polos que permiten que exista

cooperación al desarrollo (el socio receptor y el socio donante), podemos decir

que, en términos generales, la cooperación ha de estar al servicio del

desarrollo, esto es, que la oferta de cooperación desde el Norte ha de tratar de

articularse en función de la demanda de cooperación hecha desde el Sur para

facilitar el desarrollo. Lo relevante es el proceso de desarrollo, el cual es

multidimensional, dado que abarca diferentes dimensiones de la realidad, y ha

de ser incluyente, puesto que ha de incorporar a los diferentes actores públicos

y privados en un proceso que abarca a las sociedades del Sur en su conjunto.

La ayuda internacional es un medio al servicio del proceso de desarrollo,

como pueden llegar a serlo el comercio internacional, las migraciones u otros

ámbitos de actuación internacional (véase la Figura 6), pero que a diferencia de

éstos tiene como su objetivo declarado el propio desarrollo del Sur. Como es

bien sabido, hay diferentes factores, además de la ayuda, que contribuyen en

mayor o menor medida a los procesos de desarrollo. Se trata, por tanto, de un

medio entre otros, aunque con unas características específicas derivadas de su

condición instrumental al servicio de su objetivo declarado: potenciar el

desarrollo, lo cual constituye en definitiva su razón de ser.

Figura 7. Factores que contribuyen al proceso de desarrollo en el Sur.

14

Page 15: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Fuente: elaboración propia.

Desde esta perspectiva que acabamos de indicar, si se hiciera un balance de la

ayuda al desarrollo de las últimas décadas, la conclusión a la que llegaríamos

es que ha traído consigo un conjunto de luces y de sombras. Ha podido

comprobarse que la cooperación al desarrollo ha contribuido claramente a la

mejora de algunos aspectos del desarrollo en áreas como la salud o la

educación, entre otras. No obstante, por variadas causas exógenas y

endógenas, la cooperación al desarrollo, hasta el momento, no ha logrado

alcanzar plenamente los objetivos que pretendía, habiéndose puesto de

manifiesto una serie de carencias que demuestran que no ha resultado del todo

adecuada para lograr el desarrollo humano que persigue, ya que su impacto ha

sido limitado e incompleto. Al margen de factores externos que han

condicionado la eficacia de la cooperación en su conjunto, el estudio de las

causas de esta insuficiencia, según los análisis y evaluaciones realizados en

los últimos años, ha dado lugar a dos percepciones diferentes, cada una de las

cuales ha puesto el acento en unos u otros elementos.

15

Page 16: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Una de estas percepciones considera que las causas principales de las

insuficiencias de la cooperación se encuentran en el Sur, dado que las políticas

e instituciones de los países receptores son, en muchos casos, inadecuadas y

poco eficientes. Bajo este punto de vista, si las políticas de desarrollo son

inadecuadas y las instituciones de los países receptores son frágiles, por

mucho esfuerzo que se pretenda hacer desde la ayuda al desarrollo, ésta no

caerá en un terreno idóneo para poder dar sus frutos. A partir de lo cual, como

lógica consecuencia, se reforzaría el concepto de “condicionalidad”, que implica

que la cooperación se deberá llevar a efecto cuando existan ciertos requisitos o

situaciones que se estimen adecuados para que pueda ser bien aprovechada.

De ahí que sólo se debería prestar ayuda al desarrollo cuando existan

condiciones políticas, económicas o de otro tipo, que permitan creer que la

ayuda va a caer en un terreno suficientemente apto para alcanzar los

resultados pretendidos.

16

Page 17: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Figura 8. Insuficiencias de la ayuda y posibles formas de evitarlas.

Fuente: elaboración propia.

Sin embargo, existe otra percepción que interpreta, por el contrario, que las

causas de la ineficacia de la ayuda no se encuentran básicamente en el Sur,

sino principalmente en el Norte. Desde esa perspectiva, se estima que si la

ayuda no ha conseguido un impacto mayor, ha sido porque la cooperación ha

sido escasa y sobre todo porque se ha hecho de un modo funcional a los

donantes. Es decir, no se ha llevado a efecto la cooperación que necesitaba el

Sur -la cooperación adecuada para apoyar los procesos de desarrollo-, sino la

que convenía más al Norte, a los intereses de los donantes. Y, así como en el

caso anterior el concepto de condicionalidad era la consecuencia lógica de la

conclusión alcanzada, en este caso conceptos como la “apropiación”, el

“alineamiento“ o la “armonización” son también consecuencia de entender que

la insuficiencia de la cooperación ha venido dada porque se ha realizado una

cooperación que sobre todo ha sido concebida y aplicada de acuerdo a los

intereses inmediatos de los actores del Norte.

Muy probablemente, ambas percepciones son en parte ciertas, aunque

una ponga el énfasis en determinados aspectos y otra en otros. Podríamos

17

Page 18: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

decir que en los últimos tiempos ha tenido más influencia en la doctrina la

segunda de estas perspectivas, la cual ha impregnado en mayor medida la

valoración actual de la cooperación al desarrollo y ha contribuido de manera

relevante a promover la nueva arquitectura de la cooperación, que en gran

parte se basa en consideraciones inspiradas en esta segunda percepción.

Todo ello nos está llevando en los últimos años a modificaciones en la

cooperación al desarrollo en la medida en que se pretende ir incluyendo

conceptos y formas de actuación que faciliten su recomposición con el fin de

hacerla más eficaz a partir de determinadas formas de entenderla. Y

precisamente en este proceso es en el que nos encontramos actualmente.

Por ello, en los últimos años estamos asistiendo a una reorientación

progresiva de algunos de los conceptos, enfoques y políticas que inspiran la

cooperación, así como a una revisión de los instrumentos que se emplean para

conseguir una cooperación más eficaz. A todo esto es a lo que, como ya se ha

indicado, se ha venido a llamar la nueva arquitectura de la cooperación al

desarrollo, un proceso aún abierto que se va enriqueciendo progresivamente a

medida que se va diseñando y construyendo.

Podemos distinguir dos dimensiones en la nueva arquitectura de la

cooperación: una dimensión política de fondo, que es la más relevante, y una

dimensión técnico-instrumental al servicio de la primera. La suma de ambas

implica, en primer lugar, una redistribución del poder: supone repartir de otro

modo la capacidad de decisión en el ámbito de la cooperación a través de

nuevos criterios de actuación. Se pretendería con ello, en principio, dar más

poder al Sur (a los socios receptores) para que la cooperación se adapte mejor

a sus objetivos de desarrollo. Esto trae consigo a su vez una nueva distribución

entre los actores de dicha capacidad de decisión. No obstante, esta

distribución, por el momento y a partir de ciertas interpretaciones de algunos de

los conceptos recién incorporados, parecería estar potenciando en la práctica

no tanto la capacidad de decisión de las sociedades del Sur en su conjunto,

sino más bien la de determinados actores del Sur en detrimento de otros

también del Sur, aunque peor situados en ese marco conceptual y político.

Por otra parte, la nueva arquitectura trae consigo la introducción de

nuevos instrumentos y una revisión de los actuales para mejorar y adaptar los

que siguen siendo útiles y sustituir aquellos que hayan perdido su razón de ser.

18

Page 19: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Finalmente, implica enfoques técnicos y de gestión, en parte innovadores, que

pretenden llevar a la práctica los contenidos de las nuevas orientaciones de la

ayuda al desarrollo.

Cuadro 1. Implicaciones de la nueva arquitectura de la cooperación al desarrollo.

Redistribución del poder. Reestructuración de la capacidad de decisión entre actores. Nuevos criterios de actuación. Introducción de nuevos instrumentos y revisión de los actuales. Enfoques técnicos y de gestión novedosos.

Si intentáramos exponer, de forma sintética, la configuración de esta nueva

arquitectura, podríamos decir que está compuesta por un conjunto de criterios y

orientaciones derivados de determinados acuerdos internacionales en el ámbito

del desarrollo. En primer lugar, se basa en los ODM como compromiso de

diferentes actores del Sur y del Norte, públicos y privados, con unas metas

extensamente difundidas para el año 2015. Al servicio de estos ODM se

encuentran las ERP, que deben estar diseñadas y articuladas en los diferentes

países en desarrollo para que contribuyan activamente a que esos objetivos

puedan ser alcanzados.

En lo que respecta a los donantes, existe el compromiso -y éste

constituiría otro de los elementos que configura la nueva arquitectura- de hacer

posible un aumento cuantitativo y una mejora cualitativa de la Ayuda Oficial al

Desarrollo (AOD), lo cual se va concretando mediante un conjunto de acuerdos

internacionales que se han ido adoptando en los últimos años.

19

Page 20: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Cuadro 2. Lineamientos generales para alcanzar los ODM.

→ Estrategias Nacionales de Desarrollo (END).

→ Estrategias de Reducción de la Pobreza (ERP).

→ Aumento cuantitativo y cualitativo de AOD.

Consenso de Monterrey (2002). Declaración de Roma (2003). Memorándum de Marrakech (2004). Declaración de París (2005). Programa de Acción de Accra (2008).

Los acuerdos más representativos, complementarios de la Declaración del

Milenio, han sido hasta el momento los siguientes: el Consenso de Monterrey

en el año 2002, alcanzado en la Conferencia Internacional sobre Financiación

para el Desarrollo; la Declaración de Roma en el año 2003, adoptada en el 1er

Foro de Alto Nivel sobre Armonización; posteriormente, en el año 2004, el

Memorándum de Marrakech, acordado en la 2ª Mesa Redonda sobre Gestión

Orientada a Resultados; más adelante la Declaración de París, suscrita en el

2º Foro de Alto Nivel sobre Calidad de la Ayuda a la que nos referiremos más

detenidamente a continuación; y muy recientemente el llamado Programa de Acción de Accra, consensuado en el 3er Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia

de la Ayuda al Desarrollo.

4 Significado de la Declaración de París La Declaración de París, que resulta hasta el momento la más relevante de

todas, concreta los cinco criterios que constituyen el núcleo principal de la

nueva arquitectura. En su mayoría, estos criterios no son nuevos; se han

precisado y potenciado en París, pero en alguna medida ya existían con

anterioridad. Dichos criterios están, en cierto modo, vinculados entre sí como

20

Page 21: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

eslabones encadenados para facilitar un proceso de actuación conjunta Norte-

Sur, de tal modo que cada uno tiene en cuenta el anterior y facilita el siguiente.

A continuación, vamos a hacer una breve referencia a los mismos:

Figura 9. Esquema piramidal de la Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda.

• El primero es la apropiación, la cual supone el protagonismo de los

socios receptores. Implica que en ese tándem de desarrollo y

cooperación sea el desarrollo, es decir, el país receptor, el que marque

la pauta, y que por tanto la ayuda responda en lo posible a las

necesidades de aquél y sea la que desde el Sur se considere como la

más adecuada para contribuir a los objetivos de desarrollo decididos por

el país receptor.

• De modo consecuente con la apropiación se deriva el criterio de

alineamiento o alineación, que implica que ha de articularse la

convergencia de los donantes con los socios receptores para que los

primeros pongan al servicio de los segundos sus políticas de ayuda. Es

21

Page 22: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

decir, que es necesario que la política de cooperación se alinee con las

políticas de desarrollo, que se adapten los contenidos de la ayuda

internacional al proceso de desarrollo que se lleva a cabo en el país del

Sur, puesto que la finalidad que se persigue con la ayuda es contribuir

precisamente a ese proceso.

• Como consecuencia de los dos criterios anteriores, el tercer criterio es el

de armonización, que implica que los diferentes donantes acuerden

entre sí la contribución de cada uno de ellos al proceso de desarrollo

concertando sus respectivas cooperaciones internacionales. Por tanto, la

armonización habrá de llevarse a efecto coordinándose entre sí los

donantes y tratando de ser complementarios en los aportes que realice

cada uno en relación con los demás. En ese sentido la armonización,

que implica a su vez la coordinación, puede estar a cargo, según los

casos, de uno de los socios donantes que coordine a los demás o,

preferentemente, del propio país receptor.

• Los anteriores criterios llevan a su vez a procurar una gestión orientada a los resultados, es decir, basada no tanto en lo que se gasta o en lo

que se ejecuta, sino en lo que se está efectivamente logrando. Lo que

justifica y legitima la ayuda al desarrollo son, sobre todo, los resultados

de desarrollo que ésta consigue en el país del Sur. Los mecanismos de

cooperación al desarrollo, al no ser fines en sí mismos sino medios al

servicio de un proceso que deben fortalecer y potenciar, han de poder

tener la agilidad suficiente para llevar a cabo sus tareas teniendo bien

claros los objetivos de desarrollo a los que contribuyen y

concentrándose en los resultados que se obtienen más que en las

atribuciones que para ello puedan recibirse.

• Y esto traería como consecuencia, a su vez, el último de estos cinco

criterios: la mutua responsabilidad, responsabilidad compartida o

corresponsabilidad. En la medida en que se trata de tareas que han de

realizarse desde el concepto de partenariado, requiriendo para ello

aportaciones y actuaciones del donante y del receptor, no de forma

separada sino de manera conjunta, los éxitos o los fracasos que se

alcancen serán atribuibles por tanto a ese conjunto compuesto por el

socio donante y por el socio receptor.

22

Page 23: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Ahora bien, la Declaración de París, a pesar de ser un avance innegable, ha

traído consigo algunos aspectos que requieren ser analizados y probablemente

revisados, completados y enriquecidos. En ningún caso es la mejor actitud dar

por buena la Declaración de París de una forma acrítica y repetir como si de un

catecismo se tratara los cinco criterios anteriores.

Los diferentes conceptos a los que acabamos de referirnos pueden

suscitar algunas dudas. El criterio de apropiación puede conducirnos a las

siguientes preguntas: ¿quién se “apropia” en realidad?, ¿a quién corresponde

llevar a cabo dicha apropiación?, ¿corresponde a los Gobiernos centrales de

los países del Sur, como podría deducirse de cierta interpretación de la

Declaración de París, o por el contrario la apropiación corresponde a las

sociedades del Sur en su conjunto? Parece evidente que si el proceso de

desarrollo es incluyente debe abarcar al conjunto de las sociedades y a sus

instituciones políticas representativas y no sólo al poder ejecutivo central. Por

ello, parece obvio que la apropiación corresponde básicamente a la ciudadanía

y debe hacerse desde el conjunto de las sociedades e instituciones del Sur y

no sólo desde sus Gobiernos centrales, aunque sean éstos los principales

gestores de las políticas estatales de desarrollo y de las ERP. Por tanto, han de

tener también un papel protagonista los Gobiernos regionales y municipales, y

debe tenerlo también la sociedad civil, pues en caso contrario con ello se

estaría contribuyendo a reforzar procesos de centralización a contracorriente

de tendencias políticas más democratizadoras y eficaces. Resultaría adecuado

reforzar la expresión “apropiación democrática e inclusiva” para subrayar que la

apropiación ha de ser hecha por el conjunto de instituciones y sectores

sociales, en definitiva, por las personas que componen las sociedades de los

países del Sur, por lo que no sería ocioso completar y clarificar todo lo

necesario a este respecto de la Declaración de París.

En cuanto al concepto de alineamiento, hay que ver también de qué

manera se interpreta y se lleva finalmente a efecto, ya que aunque la pauta

inicial debe estar marcada por la demanda frente a la oferta, el alineamiento no

puede ser una adaptación total de las políticas de cooperación a las políticas

de desarrollo. Aquéllas son también políticas públicas, tan legítimas como estas

últimas, y responden a la voluntad de unas sociedades, las del Norte, a partir

23

Page 24: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

de determinados valores que se concretan a través de criterios políticos y

técnicos. Habrá por tanto que entender el alineamiento a partir de la

horizontalidad, de una coincidencia de planteamientos y de una

corresponsabilidad real, donde tanto el socio receptor como el donante deben

ser fieles en todo momento a los valores inspiradores y a los contenidos

concretos de sus respectivas políticas públicas.

Figura 10. Convergencia de las políticas de cooperación del Norte con las políticas de

desarrollo del Sur.

Fuente: elaboración propia basada en materiales de Bossuyt, J. (2008).

Y en lo que respecta a la armonización, también sería útil poder despejar

ciertas dudas en relación a cómo se lleva a la práctica. Si la armonización se

lleva a cabo a través de una coordinación realizada por el propio socio del Sur,

deberíamos estar seguros de que cuenta siempre con los mecanismos y con

las estructuras adecuadas en el país receptor para poder llevar a buen término

la tarea no precisamente fácil que implica coordinar a los diferentes donantes.

Existen, por tanto, interrogantes que podemos y debemos formularnos.

En la reciente reunión de Accra, y a través del Programa de Acción elaborado

24

Page 25: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

en ese Foro, se ha intentado concretar, entre otras, algunas respuestas que se

refieren a los aspectos mencionados.

Ahora bien, de la lectura del Programa de Acción de Accra parece

desprenderse que algunos de sus puntos han sido redactados más buscando

un compromiso entre diferentes actores con distintas percepciones e intereses

que han participado o han acompañado esta conferencia, que tratando de

responder claramente a algunas de las dudas suscitadas por la Declaración de

París. Por ello, aunque en conjunto pueda valorarse Accra de manera positiva,

tal vez no haya llegado a responder suficientemente a algunas de las

expectativas generadas.

5 Accra ¿un pequeño paso adelante? En términos generales, el Programa de Acción de Accra considera, en primer

lugar, que la Declaración de París está siendo positiva y está suponiendo un

impulso para llevar a cabo las modificaciones que la cooperación al desarrollo

necesita. Estima también que, gracias a ésta, ha habido un conjunto de países

en desarrollo que han mejorado la gestión de fondos públicos y su gestión en

general. Y, respecto a los donantes, considera que se ha avanzado también en

hacer más eficiente la coordinación que están llevando a cabo a nivel nacional.

No obstante, reconoce claramente que el ritmo está siendo lento y que los

avances, aunque han existido, son limitados.

Tratando de resumir algunos de los aspectos más significativos del

Programa de Acción de Accra, podríamos decir que para identificar de modo

más preciso las necesidades y actuaciones en el país receptor, considera

necesario ampliar el diálogo sobre políticas para el desarrollo a nivel nacional,

fortalecer la capacidad para dirigir y gestionar el desarrollo en los países

receptores, y utilizar de manera habitual los sistemas de los países del Sur en

la medida en que sea posible. Por otra parte, además de fortalecer al país

receptor en los aspectos que acabamos de mencionar, se pretende construir

asociaciones más eficaces que sean también inclusivas para el desarrollo,

reducir la fragmentación de la ayuda e intensificar la optimización de sus

recursos. Además, anima a incluir a todos los actores involucrados en el

proceso, a trabajar desde el comienzo con todos ellos y a profundizar en la

25

Page 26: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

colaboración con las organizaciones de la sociedad civil. Recomienda también

adoptar políticas de ayuda para países que se encuentren en situación

especialmente adversa. Finalmente, el Programa de Acción contempla el logro

de los resultados en términos de desarrollo y de rendición de cuentas. Para

ello, plantea concentrarse en lograr resultados que puedan ser presentados y

aumentar el nivel de transparencia y rendición de cuentas en relación con

dichos resultados. También propugna cambiar el carácter de la condicionalidad

para potenciar la identificación del país y aumentar la previsibilidad de los flujos

de ayuda, como desde hace algún tiempo se viene planteando.

Cuadro 3. Resumen de los principales aspectos del Programa de Acción de Accra.

1. Fortalecimiento de la identificación del país respecto del desarrollo: • Ampliar el diálogo sobre políticas para el desarrollo a nivel nacional.

• Fortalecer la capacidad para dirigir y gestionar el desarrollo en los países receptores.

• Fortalecer y utilizar los sistemas de los países receptores tanto como sea posible.

2. Construcción de asociaciones más eficaces e inclusivas para el desarrollo: • Reducir la costosa fragmentación de la ayuda.

• Intensificar la optimización de los recursos de la ayuda.

• Aceptar a todos los actores involucrados en el desarrollo y trabajar con todos ellos.

• Profundizar la colaboración con las organizaciones de la sociedad civil.

• Adaptar políticas referidas a la ayuda para países en situación frágil.

3. Logro de resultados en términos de desarrollo y su rendición de cuentas: • Centrar los esfuerzos en lograr resultados.

• Aumentar el nivel de transparencia y rendición de cuentas en relación con los

resultados.

• Cambiar el carácter de la condicionalidad para respaldar la identificación del país.

• Aumentar la previsibilidad a medio plazo de los flujos de ayuda.

Si realizamos un balance provisional -aunque quizá resulte algo prematuro- de

lo que ha aportado el Programa de Acción de Accra, podríamos destacar los

siguientes aspectos:

26

Page 27: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

• En primer lugar, resulta un aporte positivo mencionar que los

Gobiernos colaborarán con los parlamentos y Gobiernos locales.

Ahora bien, manifestar esto y no concretarlo de un modo más

preciso no deja de ser una declaración, sin duda pertinente, pero

insuficiente si no se determinan mecanismos concretos para

llevarla a efecto. Algo similar podríamos decir de otro de los

acuerdos recogidos en el Programa de Acción, donde se

menciona que “los donantes respaldarán aumentar la capacidad

de todos los actores”. Resulta adecuado como declaración, pero

habrá que ver a través de qué decisiones y medidas concretas los

donantes respaldan finalmente ese aumento de capacidad de

todos los actores, especialmente de la sociedad civil o de los

Gobiernos regionales o locales, a los que hasta el momento no se

ha otorgado un papel precisamente destacado ni en París ni en

Accra.

• Una aportación relevante del Programa de Acción de Accra es la

relativa al fortalecimiento y utilización de los sistemas de los

propios países del Sur, puesto que prevé que la cooperación

utilice los sistemas nacionales del socio receptor como primera

opción, lo cual resulta un acuerdo importante ya que, en contraste

con otros puntos anteriormente mencionados, se declara que en

caso de que alguno de los donantes no los utilice, tiene que

indicar de manera expresa por qué no lo hace y justificar dicha

decisión, la cual, por otro lado, será revisada periódicamente. Con

ello se establecen mecanismos concretos para que la utilización

por los donantes de los sistemas nacionales del socio receptor se

vaya haciendo realidad. De manera complementaria, se llegó a un

compromiso en cuanto a que los donantes contribuirán a

fortalecer los sistemas nacionales apoyando el fortalecimiento

institucional de dichos países, de modo que, en el menor tiempo

posible, los sistemas nacionales puedan convertirse en la primera

opción real de la ayuda al desarrollo. Si esto se consigue en un

plazo relativamente breve, podremos decir que ha sido una

aportación oportuna que habrá supuesto un gran avance en la

27

Page 28: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

simplificación y armonización de los procedimientos de la

cooperación al desarrollo.

• Otro aspecto significativo es el relativo a la condicionalidad, ya

que en Accra se ha limitado de manera clara la discrecionalidad

de la misma. En el Programa de Acción se declara que sólo

puede plantearse un conjunto reducido de condiciones

mutuamente acordadas, es decir, que éstas han de ser fruto de

un acuerdo entre socios receptores y donantes. De este modo, la

condicionalidad se limita de una manera clara, ya que debe

referirse a un conjunto de condiciones reducido, y éstas deberán

estar basadas en las Estrategias Nacionales de Desarrollo (END)

y no en otros criterios diferentes, y deberán ser consensuadas

entre el receptor y el donante. Por tanto, sin considerar la

condicionalidad como negativa en sí misma en todos los casos,

vemos aquí cómo se limitan los aspectos más discutibles que

puede presentar, y ésta es sin duda otra significativa aportación

de Accra.

• Otro de los aspectos que ha supuesto un avance considerable es

el relativo a la previsibilidad. Se ha acordado a este respecto que

los donantes suministrarán información oportuna y completa

sobre los compromisos anuales y los desembolsos efectivos. Los

donantes proporcionarán información sobre los gastos que van a

realizar en los próximos tres a cinco años y sobre los planes de

ejecución con asignaciones de recursos indicativas. Esto es

necesario para que a partir de ahí el socio receptor pueda

planificar y programar adecuadamente, así como prever los

recursos de que dispondrán sus planes y programas futuros de

desarrollo, derivados de los aportes que vayan a hacer los

diferentes donantes. De este modo, se facilita la tarea de

planificación y puesta en práctica de las políticas de desarrollo,

porque permite programarlas teniendo en cuenta los recursos que

se van a recibir de la cooperación en un futuro a medio plazo

(como ya se ha señalado, de tres a cinco años).

28

Page 29: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

• También han sido pasos adelante impulsados en Accra la

reducción progresiva de la ayuda ligada, la incorporación de la

cooperación Sur-Sur y el deseo de apuntar hacia enfoques

innovadores de la misma.

Hay, sin embargo, otros aspectos del Programa de Acción que resultan

insuficientes, como la “invitación a las organizaciones de la sociedad civil a

reflexionar sobre cómo pueden aplicar los principios de la Declaración de París”

dando la “bienvenida a la propuesta realizada por las Organizaciones de la

Sociedad Civil (OSC) de que participemos con ellas (…) en un proceso con

vistas a promover la eficacia de su propio desarrollo”. Constituye una

manifestación por el momento indeterminada que pone de relieve su carencia

de contenido real como aportación. La invitación a las OSC a reflexionar resulta

ociosa, puesto que éstas pueden reflexionar cuando gusten, y si la invitación es

a reflexionar sobre cómo pueden aplicar los principios de la Declaración de

París como modo aparente de involucrarlas en un proceso que les ha querido

asignar un papel más bien marginal, se trataría sólo de una expresión genérica

de buena voluntad sin mayor contenido real por el momento. En cuanto a la

receptividad a participar en un proceso para impulsar su desarrollo, es una

declaración de intenciones inicialmente positiva, pero cuya medida vendrá dada

por la evolución futura de los acontecimientos.

En este sentido, está pendiente un debate más amplio desde la sociedad

civil del Sur y del Norte que se traduzca en conclusiones sobre su propio papel

en la cooperación al desarrollo, el cual no debiera circunscribirse a cómo puede

la sociedad civil aplicar los criterios de París, sino al contenido e interpretación

de los propios criterios y a otros posibles criterios que deban ser incorporados

al diseño de la nueva arquitectura de la ayuda.

De este modo, la sociedad civil, los diversos sectores sociales

organizados, los actores públicos descentralizados o las universidades y

centros de investigación no sólo proporcionarían valor agregado al desarrollo,

sino que serían, cuando así correspondiera, actores plenos dentro del

desarrollo como lo son los Gobiernos o los organismos internacionales, para lo

que habrá que diseñar mecanismos concretos que permitan incorporar a la

nueva arquitectura los resultados de la reflexión que se invita a realizar.

29

Page 30: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Corresponde, por tanto, a las OSC generar propuestas que puedan ser

planteadas con solidez y difundidas por los canales adecuados.

5 Algunos interrogantes de cara al futuro inmediato Según establece el Programa de Acción, se espera para 2010 cumplir los

compromisos asumidos en París y en Accra y para el año siguiente realizar la

tercera ronda de seguimiento de las metas de París.

¿Cuáles serían algunos interrogantes respecto a la nueva arquitectura

de la cooperación al desarrollo y de cara al futuro inmediato? En cuanto a la

comunidad de donantes, cabe preguntarse sobre el compromiso político real

que aquélla vaya finalmente a adquirir. Ese compromiso puede concretarse, en

primer lugar, en una asignatura pendiente que los países del Norte tienen

desde hace bastantes años: la falta de coherencia entre las diferentes políticas

que llevan a cabo y que tienen efectos en los países del Sur. Es necesario a

ese respecto que las políticas de cooperación al desarrollo y otras políticas

(comercial, agrícola, de deuda, de pesca, etc.) que ejecutan los países del

Norte no sean contradictorias. Esto no resulta fácil, como cabe suponer, dado

que es algo que no puede dirimirse en el ámbito de la cooperación al desarrollo

con sus propios valores y criterios, sino que implica acuerdos que han de

tomarse a un nivel superior, con frecuencia al máximo nivel de decisión política.

A esto se añade que dar una u otra orientación a determinadas políticas

públicas que además de incidir en el Sur tengan efectos en las poblaciones del

Norte puede tener en muchos casos una influencia significativa en el apoyo o

no de determinados sectores sociales a los Gobiernos, en el grado de

aceptación de éstos y en los resultados electorales que alcancen. En ese

sentido, no siempre es fácil conseguir una mayor coherencia entre las

diferentes políticas, pero es un reto pendiente que supone también un

termómetro para conocer cuál es el compromiso real de la comunidad de

donantes y de cada uno de ellos respecto a la cooperación al desarrollo.

Otro aspecto que puede dar una medida del grado de compromiso

político real es el impacto que puede llegar a tener la actual crisis económica:

¿de qué modo puede afectar al volumen y la previsibilidad de los flujos de

30

Page 31: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

ayuda?, ¿va a traer consigo recortes en el volumen de la ayuda al desarrollo?,

¿va a suponer una menor previsibilidad de los flujos de ayuda? Parece

inevitable que la cooperación al desarrollo se vea afectada por la evolución

futura y por la incertidumbre que toda crisis económica trae consigo. Es

evidente por tanto que el compromiso político real de los donantes también va

a verse claramente expresado a través de las decisiones que en los próximos

años se vayan tomando respecto al volumen de la ayuda al desarrollo.

Existe otro reto importante que se sitúa, en este caso, en relación con

los países receptores. Se trata de ver de qué modo van a poder los diferentes

socios receptores -si somos consecuentes en la aplicación de la nueva

arquitectura- liderar de forma efectiva la conducción de su proceso de

desarrollo, así como de coordinar las diferentes ayudas que vayan a aportar los

distintos donantes. Es decir, bajo qué formas van a conseguir países de muy

distinto nivel y características liderar su proceso de desarrollo y lograr el

adecuado encaje de las diferentes cooperaciones internacionales en el mismo.

Eso requiere capacidades instaladas que en algunos casos tal vez vayan a

necesitar, a su vez, de aportes de fortalecimiento institucional por parte de

países del Norte o de otros países del Sur experimentados en las áreas

correspondientes. Las soluciones conjuntas que se acuerden y el acierto con

que se articulen mostrarán también la viabilidad real y la solidez de algunas de

las orientaciones de la ayuda que actualmente se propugnan.

Y en cuanto a los criterios que constituyen el núcleo de la Declaración de

París, principalmente respecto a los tres primeros, hay también algunos

aspectos que suscitan dudas y plantean interrogantes. En primer lugar, en

relación con la apropiación, es conveniente que se alcance una mayor

precisión en su interpretación, de forma que no se identifique únicamente con

apropiación por parte de los Gobiernos centrales de los países receptores, sino

con un proceso democrático e inclusivo, que también ha de tener en cuenta a

los demás actores públicos del país receptor y al conjunto de los actores que

componen la sociedad civil. En caso de que esto no se consiguiera, o se

lograra sólo formalmente, podrían resultar claramente dañadas las expectativas

de la nueva arquitectura, restándole credibilidad y favoreciendo

interpretaciones que reforzarían la concentración de poder y la centralización

en los países del Sur.

31

Page 32: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Cuadro 4. Aspectos a reforzar en lo relativo a la “apropiación”.

APROPIACIÓN

Necesidad de mayor precisión en su interpretación.

Apropiación democrática.

Apropiación inclusiva.

En lo que respecta al alineamiento, para poder aplicarse de modo efectivo

requiere una clarificación del proceso de desarrollo por parte del socio receptor.

No cabe el alineamiento de las diferentes políticas con las políticas de

desarrollo si el proceso de desarrollo no está en cada caso suficientemente

claro y explícito. Es evidente que ese es uno de los primeros retos a los que

debe dar respuesta el país receptor. Debe clarificar sus políticas de desarrollo y

contar con una ERP eficaz que sirva de pauta para que en función de ella se

inserten las diversas políticas de ayuda al desarrollo, ha de contar con unos

sistemas de información nacionales adecuados y dotados de la suficiente

solidez y debe tener una capacidad de gestión como socio receptor acorde con

los compromisos que adquiere al protagonizar su relación con la oferta de

cooperación. En la medida en que el Sur adquiera un poder mayor y cuente

con una capacidad de acción más amplia, esto implica la necesidad de, en

todos los casos, estar a la altura del reto que estas nuevas responsabilidades

y funciones traen consigo.

Cuadro 5. Aspectos a reforzar en lo relativo al “alineamiento”.

ALINEACIÓN Clarificación del proceso de desarrollo del socio receptor.

ERP eficaces.

Sistemas de información nacionales adecuados.

Capacidad de gestión del socio receptor.

El tercer criterio de la Declaración de París, la armonización, está ligado a la

coordinación y complementariedad entre los donantes. Se trata no sólo de

32

Page 33: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

ordenar y concertar las diferentes contribuciones sino de determinar, para una

adecuada división del trabajo, qué es en lo que cada donante ofrece ventajas

comparativas en relación con los demás y de qué manera se aúnan y refuerzan

los aportes de cada uno. A este respecto habrá que ir comprobando hasta qué

punto algunos actores del Norte están dispuestos a renunciar a parte de su

protagonismo. En ocasiones, será adecuada una cooperación más anónima, o

con menor visibilidad, potenciando formas de cooperación delegada y

renunciando a tener presencia en sectores en los que hasta el momento se han

venido realizando tareas, a veces con un desempeño satisfactorio. Por otra

parte, si la coordinación de donantes es liderada por el socio receptor, como

antes mencionábamos, habrá de ser capaz de gestionarla del modo y al nivel

de eficacia que propugna la nueva arquitectura de la ayuda. Esto trae consigo

un conjunto de desafíos implícitos a los cuales habrá que ir dando respuesta

tanto desde el Sur como desde el Norte.

Cuadro 6. Aspectos a reforzar en lo relativo a la “armonización”.

ARMONIZACIÓN Hacia la complementariedad entre donantes.

Cooperación delegada.

Coordinación de donantes liderada por el socio

receptor (desafíos implícitos que conlleva).

Uno de los aspectos más positivos de la nueva arquitectura es que se trata de

un proceso abierto y que, precisamente por ello, admite ser completado,

modificado y reorientado en la medida en que esto sea posible. Es un proceso

que nos deja ser, en cierto modo, partícipes directos o indirectos de las

decisiones que se puedan ir tomando y por ello resulta estimulante vivirlo como

protagonistas o al menos en las primeras filas de espectadores. Aunque tenga

aspectos discutibles, al estar construyéndose a lo largo de un amplio periodo

de tiempo permite, día a día, extraer conclusiones y aportar nuevas

perspectivas, ya que es un proceso en el que hemos de participar todos puesto

que a todos nos afecta.

33

Page 34: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Por tanto, resulta inaplazable construir una visión propia de la nueva

arquitectura de la cooperación desde la sociedad civil, así como desde el

conjunto de los actores descentralizados, que enriquezca y amplíe las

perspectivas y contribuya a una mayor eficacia de la ayuda. Es necesario

también profundizar en el análisis, conceptual y político, de los criterios y

modalidades de la cooperación que vayan a ser utilizados, de su incidencia

práctica y de los diferentes efectos que previsiblemente van a traer consigo en

un futuro próximo, teniendo en cuenta para ello el conocimiento acumulado en

décadas de experiencia positiva y negativa en cooperación al desarrollo.

BIBLIOGRAFÍA

ALONSO, J.A. (2003): Financiación del desarrollo y coherencia en las políticas

de los donantes. Los Libros de la Catarata, Madrid (1ª edición).

APPIAH, K.A. (2007): Cosmopolitismo. La ética en un mundo de extraños. Katz

Editores, Buenos Aires.

BAUMAN, Z. (2007): Miedo líquido: La sociedad contemporánea y sus temores.

Ed. Paidós, Barcelona.

BAUMAN, Z. (2006): Vida líquida. Ed. Paidós, Barcelona.

BAUMAN, Z. (2006): Comunidad: En busca de seguridad en un mundo hostil.

Ed. Siglo XXI de España, Madrid.

BAUMAN, Z. (2001): La sociedad individualizada. Cátedra, Madrid.

BECK, U. (2005): La mirada cosmopolita o la guerra es la paz. Ed. Paidós,

Barcelona.

BECK, U. (2004): Poder y contrapoder en la era global: La nueva economía

política mundial. Ed. Paidós, Barcelona.

CASTELLS, M. (2001): La era de la información: La sociedad red. Vol.1.

Alianza Editorial, Madrid (2ª edición).

34

Page 35: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

CASTELLS, M. (2001): La galaxia Internet: Reflexiones sobre Internet, empresa

y sociedad. Ed. Areté, Madrid.

HELD, D. (2005): Un pacto global. Ed. Taurus, Madrid.

HELD, D. y McGREW, A. (2002): Globalización / Antiglobalización. Ed. Paidós,

Barcelona.

HÖFFE, O. (2007): Ciudadano económico. Ciudadano del estado. Ciudadano

del mundo. Katz Editores, Buenos Aires.

IGLESIA-CARUNCHO, M. (2005): El impacto económico y social de la

cooperación para el desarrollo. IUDC-La Catarata, Madrid.

RIFKIN, J. (2000): La era del acceso: La revolución de la nueva economía. Ed.

Paidós, Barcelona.

SACHS, J. (2005): Informe Invirtiendo en el Desarrollo: Un plan práctico para

conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Disponible on-line:

www.unmillenniumproject.org/documents/overviewSpanLowRes.pdf

SACHS, J. (2005): El fin de la pobreza: cómo conseguirlo en nuestro tiempo.

Ed. Debate, Madrid.

SANAHUJA, J.A. (2001): Altruismo, mercado y poder: el Banco Mundial y la

lucha contra la pobreza. Intermón Oxfam, Barcelona.

SEN, A. (2001): Desarrollo y libertad. Planeta, Bogotá (3ª edición).

SINGER, P. (2003): Un solo mundo. La ética de la globalización. Ed. Paidós,

Barcelona.

VIDAL BENEYTO, J. (2002): La ventana global. Taurus, Madrid.

ENLACES DE INTERÉS

35

Page 36: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

Declaraciones, resoluciones y otros documentos

3er Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo. “Programa de

Acción de Accra”. Accra, 2-4 de septiembre de 2008.

www.realityofaid.org/downloads/FINAL-AAA-in-Spanish.pdf

- Accra HLF3 (2008): Construyendo una nueva relación de cooperación.

La Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda.

http://siteresources.worldbank.org/ACCRAEXT/Resources/4700790-

1220290989866/BuildingNewAidRelationship-Spanish.pdf

- Accra HLF3 (2008): Encuesta de 2008 de seguimiento de la

Declaración de París ¿Ayuda eficaz en 2010? Lo que hará falta para

lograrlo (Resumen ejecutivo).

http://siteresources.worldbank.org/ACCRAEXT/Resources/ExSummaryM

onitoringESPAGNOL19Aug.pdf

- Accra HLF3 (2008): Informe sobre la marcha de la aplicación de la

Declaración de París.

http://siteresources.worldbank.org/ACCRAEXT/Resources/ExecSummar

yProgressReportSpanishmaster.pdf

2º Foro de Alto Nivel sobre Calidad de la Ayuda. “Declaración de París sobre la

Eficacia de la Ayuda al Desarrollo”. París, febrero y marzo de 2005.

www.oecd.org/dataoecd/53/56/34580968.pdf

2a Mesa Redonda Internacional de Marrakech sobre Gestión Orientada a los

Resultados. “Memorándum de Marrakech”. Marrakech, 5 de febrero de 2004.

www.mfdr.org/documents/1JointMemorandum05feb04.pdf

1er Foro de Alto Nivel sobre Armonización. “Declaración de Roma sobre la

armonización”. Roma, 25 de febrero de 2003.

36

Page 37: nueva agenda de la ayuda al desarrollo

http://www1.worldbank.org/harmonization/romehlf/Documents/languages/ESRo

me_Declaration.pdf

NNUU (2002): Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo.

“Consenso de Monterrey”. Resolución aprobada por la Asamblea General

[A/56/570]. Monterrey, 19-22 de marzo de 2002.

http://daccessdds.un.org/doc/UNDOC/GEN/N01/493/52/PDF/N0149352.pdf?Op

enElement

NNUU (2000): Declaración del Milenio. Resolución aprobada por la Asamblea

General [A/55/L.2]. Nueva York, 13 de septiembre de 2000.

www.un.org/spanish/milenio/ares552.pdf

Informes sobre desarrollo

BANCO MUNDIAL (2008): Agricultura para el desarrollo. World Development

Report 2008.

http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/EXTDATRES

INSPA/EXTRESINSPA/EXTWDRINSPA/EXTIDM2008INSPA/0,,contentMDK:2

1508355~menuPK:4276148~pagePK:64168445~piPK:64168309~theSitePK:41

64497,00.html

DAC-OECD (2007): Development Co-operation. 2007 Report. OECD.

www.sourceoecd.org/rpsv/dac_2007/index.htm

PNUD (2007): Informe sobre desarrollo humano (2007/2008). La lucha contra el

cambio climático: solidaridad frente a un mundo dividido.

http://hdr.undp.org/en/reports/global/hdr2007-2008/chapters/spanish/

37