participacion de las mujeres en la politica cne 2013

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LA PARTICIPACION POLITICA DE LAS MUJERES: UN MECANISMO PARA DEMOCRATIZAR EL PAIS

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LA PARTICIPACION POLITICA DE LAS MUJERES:

 

UN MECANISMO PARA DEMOCRATIZAR EL PAIS

CONSIDERACIONES PREVIAS E

IMPORTANTES

Para hablar de la política y de lo político es necesario reconocer algunos axiomas o puntos de partida, que aspiro y espero que a estas alturas de la evolución humana y de la revolución social, todos y todas podamos estar de acuerdo.

1.- En toda sociedad existe una división sexual del trabajo que transforma el sexo biológico en género social.

2.- La división sexual del trabajo, definió dos ámbitos dicotómicos, creando una situación de total desigualdad social entre hombres y mujeres: el ámbito de lo privado y el de lo público.

3.- El ámbito de lo público (masculino) adquirió mayor valoración social que el ámbito de lo privado (femenino). 4.- La sociedad patriarcal otorga a lo masculino y a todo lo que en esa sociedad se considere como tal, un plus de poder.

5.- El sistema patriarcal, que se basa en esta división sexual del trabajo, presenta como principal característica la desigualdad y la subordinación de las mujeres.

El patriarcado es un sistema de poder en el que se ha naturalizado una inequitativa forma de relacionamiento entre hombres y mujeres.

En sociedades patriarcales la política ha sido considerada como una actividad masculina cuyo protagonista sigue siendo el hombre, hecho que se constituye en una de las principales barreras para la incorporación de las mujeres a sus actividades y organizaciones.

POR LO TANTO:

 a) La política, en un sistema patriarcal, en tanto actividad masculina tiene mayor valoración que cualquier actividad que se desarrolle en el ámbito privado propio de lo femenino;

b) la política establece sus reglas de juego desde las lógicas y experiencias de los hombres en tanto actividad masculina desconociendo generalmente los intereses de las mujeres;

c) las mujeres desconocen y/o reprueban las reglas de juego de una actividad que ha sido concebida con y desde sus ausencias.

Como consecuencia de ello podemos intentar dos tesis para comprender la ausente participación de las mujeres en la política:   A la política no le interesa la participación de las mujeres a menos que estas respeten las reglas pre- definidas.

A las mujeres no les interesa la política con estas reglas pre-definidas.

La primera tesis considera una dificultad estructural que limita la participación de las mujeres. La política no está hecha para ellas. Por esta razón nos ha sido muy difícil ingresar en igualdad de condiciones a luchar por los derechos de nuestra participación política haciendo política formal. Las normas, el rayado de cancha, las reglas del juego no han sido definidas desde el interés de las mujeres.

La política al colocarse en el espacio público, se volvió masculina llevando consigo las demandas, las formas, los intereses y las aspiraciones de solo la mitad de la población mundial.

Cabe preguntar a las mujeres que se arriesgaron a ingresar en este juego: Cuanto les costó y aún les cuesta participar desde su propia identidad y con su propia libertad?!Para superar estos sufrimientos y procurar el reconocimiento y prestigio político, no es difícil encontrarnos con mujeres que actúan con claves masculinas o representando intereses lejanos, extraños o impropios.

Ellas por cierto no nos representan.

 La segunda cuestión es preguntarse: Es a las mujeres a quienes no nos interesa la política?

Yo creo que esta es la pregunta sobre la cual debemos reflexionar para enriquecer la política con nuevas perspectivas y miradas, reinventando las reglas del juego político a nuestra imagen y semejanza! El reto es que todos y todas juguemos en igualdad de condiciones. Esto cruza por reconocer que las mujeres no podemos participar en política, no las feministas, si no llevamos la convicción del cambio, de la transformación que nos permita aportar a la democracia y posicionar nuestros propios intereses y demandas.

No nos interesa la política patriarcal y su institucionalidad porque no permite nuestra libérrima participación. Nos interesa estar es estos procesos, para cambiarlos, no para someternos a ellos.

Las mujeres que aportan cambios y transformaciones, las irreverentes y quienes desafían el poder del patriarca, esas mujeres sí que nos representan!

Ante la injusta división de ámbitos, su desigual valoración y todo lo que ello implica, la respuesta de las mujeres no se ha hecho esperar nunca: La lucha de las mujeres es una vieja historia que ha cosechado buenos frutos a cambio de precios muy altos!

Olympe de Gouges en 1793Asesinada en la guillotina por rebelarse contra el poder y sostener que las mujeres tenían derechos de ciudadanía.Hasta el boicot en contra de quienes continúan la lucha.

No es raro presenciar la descalificación del movimiento feminista y de las feministas como personas no gratas y reñidas con la naturaleza y el orden establecido, aún sabiendo que la propuesta del movimiento es una de las propuestas más humanistas pues enarbola la bandera de la equidad entre hombres y mujeres, justicia social y democracia (en el Estado y en la casa).

La lucha sigue y la muestra de ello es que estamos nuevamente convocadas en este espacio, esta vez para resolver algo que nos compete de forma urgente:

La participación de las mujeres en estas próximas elecciones y la defensa de la paridad conquistada.

Para posicionarnos de mejor forma ante el nuevo proceso de participación, es preciso que profundicemos o al menos tomemos en cuenta algunos elementos que limitan la plena participación de las mujeres en el País.

Reconocer las limitaciones y las fortalezas permitirá que podamos removerlas o potenciarlas al interior de los partidos, movimientos y del propio sistema electoral.

LIMITACIONES

 Los vínculos entre las actividades privadas, las domésticas y las públicas no son fáciles de equilibrar y romper para las mujeres. No por participar en otros ámbitos, dejamos de ser responsables del trabajo doméstico (sobrecarga de trabajo)Al participar en otros ámbitos, las tareas que se le asignan en la esfera pública son aquellas más semejantes a las privadas y que tienen menor valoración (desvalorización). No es extraño reconocer a mujeres que están participando en calidad de “relleno” en las listas de sus partidos o movimientos para cumplir con el principio constitucional de la paridad, que como ustedes bien saben no tiene que ver solo con los porcentajes de participación hombres/mujeres, sino con la legitimidad de ese porcentaje. Es decir si tenemos un alto porcentaje de mujeres en puestos de decisión, pero estas no representan ni defienden nuestros derechos, no hablamos de paridad.

La socialización femenina no nos prepara para las relaciones competitivas ni para la lucha por el poder que caracteriza a la política, que dicho sea de paso no son patrones o modelos a seguir (necesidad de redefinir la política y con ello la necesidad de redefinir el poder)

División del movimiento de mujeres y de las feministas frente a la participación de las “otras” en el Estado. Nosotras somos feministas que de casualidad estamos en un puesto de poder o decisión. Nuestra misión permanece, trasciende y transforma más allá y aun sobre las eventualidades de los cargos.

Escasos niveles de autonomía de las mujeres que no fortalecen su identidad y su autoestima.

La presencia de las mujeres en espacios de poder sin autonomía solo sirve para lucir vanidades efímeras y falsas utopías.

FORTALEZAS

1.- Se ha logrado fijar en el imaginario colectivo la participación política de las mujeres como un ejercicio de derechos normalizado y habitual.

2.- La cada vez mayor flexibilización de roles, deja más espacio y tiempo para que las mujeres participen en la política.

3.- La participación de las mujeres en algunos espacios de mayor jerarquía en el estado y su institucionalidad o en la sociedad civil y sus organizaciones, han posicionado su capacidad y se ha logrado “reconocer” la importancia de su participación para agregar otras visiones y experiencias.

4.- Se ha teorizado sobre las experiencias de las mujeres en la participación política y se ha visualizado la importancia de re conceptualizar dicha participación, el ejercicio del poder y del poder en sí mismo. Es hora de elaborar teoría desde nuestra propia experiencia para apoyar el perfeccionamiento de la participación en cuanto mujeres y en cuanto feministas.

5.- Fortalecimiento del movimiento de las mujeres a nivel mundial (Cumbres).

6.- Parte de las reflexiones deberá cruzar por reconocer cuanto si o cuanto no la participación de las mujeres en política ha contribuido para este fortalecimiento en el país.

7.- La voluntad cada vez mayor de las mujeres de participar en espacios de decisión como una forma de reivindicar su actoría como sujetas políticas.

8.- Aplicación formal del principio de paridad como una forma de impulsar la igualdad en la realidad social.

 

Estas limitaciones y fortalezas nos plantean algunos elementos a considerar a la hora de participar en política.

En esta hora y a estas alturas de la historia de las mujeres en el ámbito de la participación política es preciso meter el acelerador a fondo para lograr dar el salto cualitativo que tanto demandamos y que tanto nos urge. En esta medida es preciso que cada una de ustedes mínimamente:

 Examinen el efecto diferencial del sistema electoral actual en la representación política de las mujeres en los órganos electivos y examinen, la manera de ajustar o reformar esos sistemas;

Reflexionen y actúen sobre la estructura y los procedimientos de sus partidos y movimientos a fin de eliminar todas las barreras que discriminen directa o indirectamente contra la participación de las mujeres;  

Propongan y ejecuten iniciativas que les permita participar plenamente en todas las estructuras internas de adopción de decisiones y en los procesos de nombramiento por designación o elección.

Insten a los partidos políticos y a sus movimientos a garantizarles la igualdad de oportunidades en el acceso a cargos en sus niveles de dirección y en el proceso de selección de candidatos/as a cargos de elección popular.  

La propuesta desde un pacto entre mujeres

“TRABAJAD JUNTAS, DESDE LAS COMUNISTAS A LA IZQUIERDA, HASTA LAS CONSERVADORAS A LA DERECHA, PARA QUE PODAMOS CONSEGUIR ESA PARTICIPACION PLENA A LA QUE TENEMOS

DERECHO”

Una alianza entre mujeres es necesaria para la participación política de las mujeres, por un lado, y por otro, es importante porque refrenda las particularidades de dicha participación.

No se trata por lo tanto de “ingresar” en las esferas del poder patriarcal, sino de hacerlo desde un posicionamiento político que levante como bandera de lucha un mandato feminista.

Ello supone adquirir la capacidad de cuestionar entre mujeres el poder desde dentro del poder y desde su propio juego, tanto más cuanto sabemos que una vez en el poder, las mujeres en política han sido capaces de implementar cambios políticos y legislativos sólo cuando se han unido en alianzas de carácter amplio denominadas bancadas femeninas.

Éstas han sido particularmente eficaces cuando su trabajo se ha visto reforzado por sus vínculos con el movimiento de mujeres y con ONGs de la sociedad civil. Los esfuerzos organizativos de esta naturaleza han llevado a la aprobación de leyes en beneficio de la equidad y para apoyar la igualdad entre hombres y mujeres (violencia intrafamiliar, de cuotas y paridad en Argentina, Chile, Ecuador, República Dominicana, México y Perú).

Este pacto es posible sí y solo sí concurren condiciones como:  

1.- Reconocernos como mujeres diversas, y esa diversidad reconocerla como fuente de riqueza y fortaleza.

2.- Construirnos y construir sobre esa diferencia amplia, propuestas comunes e identificar aquello en lo que no estamos aún de acuerdo. Es preciso trabajar mas sobre estos temas.

3.- Visibilizar y reconocer a las lideresas, los liderazgos y las propuestas lideradas por parte del movimiento y sus organizaciones.

4.- Saber que la lucha por los derechos de las mujeres es la estrella del sur que guía cualquier proceso de participación nuestra en cualquier tiempo y espacio. 5.- Definir mecanismos permanentes, sistemáticos y expeditos de comunicación, coordinación y colaboración entre las mujeres. Lo contrario provoca que las mujeres que llegan al poder generalmente se vayan quedando solas.

Es un contrasentido apoyar a las mujeres para ubicarlas como nuestras representantes y después abandonarlas y por otro lado las mujeres en la sociedad civil se sienten abandonadas por quien alguna vez le prometió representar sus intereses.

Un pacto entre mujeres además cruza por:  Plantear la democratización de los partidos y movimientos políticos a través de procesos responsables que incluyan a las mujeres y sus demandas en la militancia y en la toma de decisiones en la actividad partidaria.

Exigir una participación más decidida y definida, de forma que podamos aportar como mujeres a cambios profundos en la forma del quehacer político del Ecuador y a consolidar sudemocracia.

Ello cruza por una auténtica capacitación con relación a los procesos, procedimientos, instancias y autoridades competentes en el marco de estas elecciones.

Votar por aquellas mujeres que están en las listas de elección popular cuyas propuestas acojan o coincidan con los mandatos históricos de las mujeres

Por último un pacto entre mujeres implica reflexionar y para ello es preciso no dejar de cuestionar y de exigir respuestas frente a preguntas como las siguientes:

¿Cómo vamos a resolver el eterno dilema entre “mujeres y Estado”?  ¿Cómo vamos a evitar que las propuestas y mandatos que llevamos no terminen asfixiados por la burocracia, que termina viéndolo todo como “objeto de la administración”? ¿En qué medida la participación de las mujeres en espacios e instancias públicas y de decisión (de elección o de libre nombramiento) está contribuyendo al perfeccionamiento de la democracia en el país? 

¿Cómo vamos a garantizar una articulación entre las mujeres más allá de su ubicación en los espacios de lo público estatal y de su militancia partidista? ¿Estamos dispuestas o no a apostarle a una política democrática diferente que promueva nuevos valores como los de la ecología, el antimilitarismo y la solidaridad entre los pueblos? ¿ Estamos preparadas para elaborar mandatos comunes mínimos que nos permita generar procesos de articulación más allá de las bancadas patriarcales?

Las respuestas a estas preguntas con seguridad nos darán las pistas que hoy necesitamos para retomar una participación diferente, más sabia, mejor estructurada, mas sonora, con más claridades y mejores y más amplios objetivos comunes.  Pero sobre todo, nos darán la conciencia de reconocer que la alianza entre mujeres es el único mecanismo que nos permitirá construir y ejercer poder para limitar el poder que nos subordina y cambiar las reglas del juego que nos han impuesto.

GRACIAS!!