pensar la narrativa. (por aimée bolaños)

7/23/2019 Pensar La Narrativa. (Por Aime Bolaos)

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Pensar la narrativa

Aime G. Bolaos


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A Adalbert Dessau,maestro


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Hay pocas hechas para diezmar los rebaos, confundir las lenguas,

dispersar las tribus.

Alejo Carpentier

Como a todos los hombres,

le toc vivir tiempos difciles.

Jorge Luis Borges


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ndice

Hacia una transformacin de la narrativa

Pensar la narrativa latinoamericana

na relectura de !os Carlos "ari#tegui

$orges precursor de $orges

Carpentier a la b%s&ueda de identidad

'l reino de la ilusin potica

Concierto barroco( un te)to por venir


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Al lector

Pensar la narrativaes la experiencia de lectura de una serie de textos de la

literatura contempornea que, de una u otra manera, son expresivos y a la vez

influyentes en la cultura artstica de la alta modernidad !n verdad, esta

indagaci"n surge estrec#amente vinculada al aula universitaria, le es in#erente

una voluntad de comprensi"n, de autoesclarecimiento Constituye, adems, un

testimonio personal, a duras penas o$jetivo, del gusto por la escritura artstica,

de su apropiaci"n como vivencia #umanizadora

A partir de una mirada de conjunto a la narrativa occidental y

latinoamericana, particularizo en el pensamiento fundador de Jos% Carlos

&aritegui so$re cultura, narrativa y modernidad !l prop"sito es $osquejar,

inicialmente, algunos contextos y puntos de referencia de mayor amplitud, para

despu%s centrarme en textos de dos grandes maestros' Jorge Luis Borges y

Alejo Carpentier Borges #a sido a$ordado como precursor y artfice de las

grandes transformaciones que distinguen a la literatura contempornea

Carpentier, estudiado ms detenidamente, es ledo en sus proyecciones

vanguardistas, como figura clave para el desarrollo de un nuevo discurso

ficcional #ist"rico y en la plenitud de su arte de narrar, generalmente con la

perspectiva de su identidad cultural y artstica


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!n las contradictorias y ricas circunstancias sociales del fin de siglo y

comienzo del nuevo milenio, la narrativa por su capacidad totalizadora de

mundos posi$les y su constante de$ate #umanstico, ofrece un #orizonte amplio

para el anlisis y la interpretaci"n, generando, afortunadamente, ms preguntas

que respuestas Con tan sugestiva temporalidad y g%nero literario, #e querido

rendir tri$uto a la tumultuosa fluencia en que estamos inmersos As #a

resultado un dejarse llevar por las fluctuaciones de sentido, un interrogar al

texto y seguir sus propios designios

&i intenci"n #a sido contri$uir a posi$les entendimientos y, so$re todo, al

disfrute de la narrativa de nuestra %poca, considerando su proceso

ininterrumpido y, a la vez, los cam$ios trascendentales que la caracterizan

como parte de la #istoria de la cultura y en su propia condici"n literaria (o es

casual, por tanto, que recurran t"picos cosmovisivos, de la est%tica y, ms quenada, de la po%tica del g%nero que actualizados en estas )ltimas d%cadas, son

distintivos de la alta modernidad en su conjunto *or aqu pudiera encontrarse

el #ilo rojo de este ensayo o quizs sea tan solo una aspiraci"n, un gesto


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Hacia una transformacin de la narrativa

Cuando pensamos en literatura contempornea la idea de posmodernidad

como categora #ist"rica y de posmodernismo en su significaci"n cultural,

parecen lugares comunes, aunque dificilmente eludi$les puesto que conciernen

a transformaciones distintivas de esta %poca (o est de ms precisar, como

se+ala Adolfo nc#ez -zquez que

no nos estamos refiriendo .como en general se #ace, dada la

importancia que reviste en las artes y las literaturas, so$re todo en

sus orgenes. a un determinado estilo artstico, despu%s del

descr%dito u ocaso de las vanguardias del siglo // (os referimos

ms $ien a un conjunto de proposiciones, valores o actitudes que,

independientemente del grado de su validez te"rica, no puede

negarse que existen, y funcionan ideol"gicamente, como parte de la

cultura, la sensi$ilidad o la situaci"n espiritual de nuestro tiempo 012

!n el terreno propiamente filos"fico y sociopoltico, el posmodernismo en

su vertiente reaccionaria se #a presentado como un pensamiento d%$il,

crepuscular, como una conciencia desmovilizadora de las conciencias, por

decirlo de manera sint%tica con nc#ez -zquez A)n as es capaz de aportar


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determinadas categoras y perspectivas de anlisis nada desde+a$les, ms #oy

cuando el pensamiento latinoamericano de avanzada tiene ante s un reto de la

mayor envergadura y alcance #ist"rico

in em$argo, no es posi$le trasladar estos juicios de valor a la producci"n

artstica vinculada a la posmodernidad en un afn reduccionista que sin ms

#aga equivalentes u #om"logas las diversas series de la cultura, como ya #a$a

sucedido con los enfoques estructuralista ortodoxos, especialmente en el caso

de la novela 3esulta altamente riesgoso el olvido de la peculiar naturaleza de

la apropiaci"n est%tica, de las complejas mediaciones en que se realiza la

creaci"n artstica en su unidad de opacidad y transparencia, especialmente

considerando su complejo sistema de expresi"n de fuerte potencial

comunicativo o$re todo es imposi$le dejar de pensar en la literatura que

opera con la pala$ra de acentuado componente cosmovisivo, de modo que losmedios expresivos son significado, la forma es contenido

Asumida la funci"n literaria en estos t%rminos tiende a invalidarse una

salida en uso que se enunciara con matices ms gruesos o finos, de la

siguiente manera' el posmodernismo, cuya naturaleza ideol"gica es la reacci"n,

pudiera en arte, que es culto a las formas y la $elleza, dejar un saldo positivo,

particularmente en lo referente a la renovaci"n constante de los medios

expresivos, dinmica in#erente y definitoria de la #istoria del arte 4espu%s de

los ejemplares casos de Balzac y 5olstoi, magistralmente dilucidados por el


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marxismo en su momento y luego olvidados y desnaturalizados por la tendencia

dogmatizante en su tesis de la dicotoma de lo ideol"gico y lo cognoscitivo, no

es posi$le seguir insistiendo en que un escritor puede crear en contra o ajeno a

su #orizonte cosmovisivo o intentar circunscri$ir la ideologa a determinados

gestos polticos, generalmente p)$licos y coyunturales

!ntonces ca$ra preguntarse 6los llamados textos literarios posmodernos

pueden reducirse a la ilustraci"n consecuente de las ideas, digamos de Lyotard

o -attimo por ser tan representativos, so$re el fin de la #istoria, en defensa a

ultranza del neoirracionalismo y el neoli$eralismo pos#ist"rico7 !l capitalismo

que desde la %poca de la 8lustraci"n no #a contado con un gran arte, con un arte

legtimo, que #aga su apologa, al fin #a$r encontrado una producci"n artstica

de tcita complicidad o $eligerante servicio

Los #ec#os testarudos, quiero decir, el corpus literario narrativo, que a partirde mediados del siglo pasado est en circulaci"n, reclama otras interpretaciones

que si $ien no son las )nicas posi$les, tendran a su favor un fundamento que

lejos de $ajar del 9limpo de los paradigmas universales 0lo que conocemos de

*lat"n a :egel, con el aporte de los semi"ticos estructuralistas franceses de los

a+os ;< y =si

no #ay reglas para #acer $uenas conjeturas, #ay m%todos para validar las

conjeturas que #acemos? 0@2, considerando, a la par, que >si es cierto que


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siempre #ay ms de una forma de interpretar un texto, no es cierto que todas las

interpretaciones sean iguales !l texto presenta un campo limitado de

conclusiones posi$les La l"gica de la validaci"n nos permite movernos entre

los lmites de dogmatismo y escepticismo? 02, a la $)squeda de lo que

5odorov llama crtica dial"gica porque como de manera rotunda #a se+alado

&ijail Bajtin' >:ay que decir que tanto el relativismo como el dogmatismo

excluyen igualmente toda discusi"n, todo dilogo aut%ntico, volvi%ndolos ora

in)tiles 0el relativismo2, ora imposi$les 0el dogmatismo2? 02

*ienso, por concretar de alguna manera, en una narrativa como *agtime de

! L 4octoro, +roneed de Dilliam Eennedy, 'l amante de &arguerite

4uras, -i una noche de invierno un viaero de 8talo Calvino,/a conura de los

necios de !ohn 0ennedy 1oole, /a hoguera de las vanidadesde 5om Dolfe,

/a insoportable levedad del ser o /a inmortalidad de &ilan Eundera, 'lnombre de la rosa y 'l pndulo de 2oucaultde Fm$erto !co, /os versos

sat#nicosde alman 3us#die

A riesgo de opacar la deslum$rante singularidad de cada o$ra, este cuerpo

novelstico principalmente europeo y norteamericano, visto en su conjunto

incita a la $)squeda de ciertas constantes 6La posmodernidad aparecer en

ellas como un proceso de p%rdida de sentido, como una destrucci"n de todas

las #istorias, referencias y finalidades7


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!n este caso valdra la pena citar a 3icoeur porque estamos refiri%ndonos a

constantes que ata+en al sentido y este >no est detrs del texto, sino enfrente,

no es algo oculto, sino algo descu$ierto Lo que tiene que ser entendido no es

la situaci"n inicial del discurso, sino lo que apunta #acia un mundo posi$le,

gracias a la inaparente referencia del texto? 0G2, inaparente referencia0insisto

en el concepto2 fuertemente connotada en los textos narrativos

contemporneos, lo que marca una diferencia nota$le con la tradici"n de

referencia aparente y explcita propia del g%nero

!n esta lnea de pensamiento, me referir% a dos temas' la imagen de la

#istoria y la imagen de s misma como escritura en textos de esta %poca que, a

mi manera de ver, evidencian las significativas transformaciones que se vienen

operando en la po%tica del arte de narrar, a la par que la originalidad y

autenticidad artstica de una narrativa que no #a renunciado a las tradicionesdel #umanismo pro$l%mico desarrollado por la modernidad, a#ora $ajo el signo

de nuevas circunstancias sociales

i como &ars#all Berman apunta, ser modernos es vivir una vida de

paradojas y contradicciones, es vivir la experiencia de que todo lo s"lido se

desvanece en el aire 0;2, los textos narrativos nos estn proponiendo nuevos

sentidos y estrategias so$re los que est a$ierto el de$ate

La imagen de la istoria


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Cuando la narrativa de estas )ltimas d%cadas se apropia de la #istoria son

dominantes los efectos de fragmentaci"n 3efiri%ndose al movimiento

posmoderno 8#a$ :assan se+ala'

!s un momento antin"mico que asume un vasto proceso de

unma3ing en el espritu occidental HI :a$lo de unma3inga pesar

de que #oy son otros los t%rminos de rigor, por ejemplo'

desconstrucci"n, descentramiento, desaparici"n, diseminaci"n,

desmitificaci"n, discontinuidad, diferencia, dispersi"n, etc%tera 5ales

t%rminos expresan un rec#azo ontol"gico del sujeto tradicional pleno,

del cogito de la filosofa occidental !xpresan tam$i%n una o$sesi"n

epistemol"gica por los fragmentos o fracturas y un correspondiente

compromiso ideol"gico con las minoras en poltica, sexo y lenguaje

0=2

i #an que$rado los metarrelatos legitimantes, las ideas de unidad y todo,

de la raz"n y el sujeto como sus guardianes, quedan los eventos, las aperturas,

las inauguraciones, las iniciativas !n todo caso se trata de un complejo

proceso que ya se #a puesto agudamente de manifiesto en el centro de la

modernidad y cuyo o$jeto #a$a sido la raz"n totalizante que pretende instaurar

para la o$ra de arte la autonoma, el sentido )nico y cerrado


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!n este proceso de desdefinici"n, de rompimiento antimetafsico, que

puede a$rir las puertas a una nueva concepci"n dial"gica de totalidad, la

#istoria deja de ser un proceso puramente ascendente, unitario, rectilneo !l

concepto de lo nuevo y del progreso experimenta un vaciamiento 5odo ello

apunta #acia la crisis de valores que en la posmodernidad tiende a situar la

imagen 0sea simulacro, pastic#e2 en el lugar del ser Fnida a esta cultura de la

imagen, aparece con gran fuerza la citaci"n #istoricista, el eclecticismo, junto a

la nostalgia que pone de manifiesto la p%rdida de autenticidad, a la vez que el

imperio de lo irrevoca$le, lo invenci$le y lo inevita$le !n tal sentido, $aste

recordar la imposi$le reconstrucci"n de una era en*agtimey a !co con sus

universos medievales o gn"sticos del siglo /8/ y // Fniversos de ficci"n que

reconoci%ndose como imgenes .inclusive evanescentes, efmeras, opacas. no

se presentan con la pretensi"n de verdad tradicional, ms $ien proponen unacierta superioridad en relaci"n con el #ipot%tico modelo real o referente !l

texto, a trav%s de la imagen, enfatiza su dimensi"n virtual, potencia diversas

miradas y su naturaleza esencialmente creadora, de modo que a$iertamente

asocia temporalidades y sincretiza espacios, reinterpreta y reconstruye a partir

de la diseminaci"n de significados !n consecuencia la literatura defiende una

autenticidad de nuevo tipo y so$re todo su legitimidad en la presentaci"n de

versiones, entre las que posi$lemente/os versos sat#nicos#aya resultado la

ms explosiva de nuestra %poca


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La #istoria oficial, consagrada por la raz"n totalizante, #a que$rado e

a$re paso la $)squeda de otra #istoria, desmitificada, desacralizada,

secularizada, despojada de las aureolas nada sagradas del poder i como

redric Jameson indica se #a producido un especie de cortocircuito en la

#istoria 0K2 y las partes #an alcanzado una autonoma insospec#ada, no es la

pura descontrucci"n el resultado

!s as que valdra la pena detenerse en una de las imgenes de *agtime,

precisamente uno de los textos que Jameson comenta en el desarrollo de su

tesis so$re la mengua de la #istoricidad'

!n las plantaciones de ta$aco, los negros corta$an #ojas durante

trece #oras diarias y gana$an sus centavos por #ora, ya fueran

#om$res, mujeres o ni+os Los ni+os no tenan ning)n trato

discriminatorio *or todas partes los valora$an como empleados (ose queja$an, como solan #acer los adultos A los patronos les

gusta$a pensar que eran unos duendecillos felices 02 Fn centenar

de negros sufran linc#amiento cada a+o Fn centenar de mineros

moran quemados vivos Fn centenar de ni+os sufra mutilaciones Al

parecer exista una cifra asignada para este tipo de cosas Al parecer

tam$i%n esta$an previstos los fallecimientos por #am$re 02 e

convirti" en algo muy de moda #onrar a los po$res !n palacios de

(e orM y C#icago, la gente organiza$a $ailes de caridad Los


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invitados llega$an vestidos con #arapos y coman en platos de esta+o

y $e$an en tazas descascarilladas Los salones de $aile se decora$an

de manera que parecieran minas, con ta$lones, carretillas de #ierro y

lmparas de minero 02 Fna anfitriona invit" a sus amigos a un $aile

de matadero e cu$ri" a los invitados con largos mandiles y se

colocaron so$re sus ca$ezas gorros $lancos Cenaron y $ailaron

mientras unas reses muertas de $uey, c#orreando sangre y colgando

de unas poleas, recorran constantemente el sal"n !l producto esta$a

destinado a o$ras $en%ficas 0N2

(o parece que 4octoro se desem$arace sin ms de las nociones de

significado y referencialidad, la imagen difcilmente pudiera considerarse una

mquina de representaci"n que a$sor$e al sujeto, la semiologa no se #a

transformado en energ%tica sin destino, como preconiza Lyotard !n realidad, lanovela se est a$riendo a nuevas posi$ilidades de trascendencia, en la difcil

aspiraci"n de integrar una imagen altamente perceptiva de lo m)ltiple, lo

#eterog%neo y lo contradictorio

A su vez, la #istoria es perci$ida en sus entrecruzamientos, en las relaciones

de interculturalidad que los procedimientos intertextuales ponen de manifiesto

con tanta eficacia artstica, proyectndose la o$ra como un aportador dilogo

de espacios, temporalidades, modos de ver, estilos y formaciones discursivas


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i ciertamente para !co, uno de los grandes maestros contemporneos de la

intertextualidad, en 'l pndulo de 2oucault la #istoria y la actividad creadora

#umana, pues de ello se trata, se relativizan #asta el infinito del a$surdo y la

nada, convirti%ndose la novela en un ejercicio l)dico de #ipertextualidad y

mediaciones, en un la$erinto de textos cuyos lmites infranquea$les lo

constituyen el ni#ilismo ms radicalO no parece ser este el espritu de 'l

nombre de la rosa, donde ms all de todas las p%rdidas y el juego monstruoso

del poder, se vislum$ra la firmeza y la continuidad indestructi$le del sa$er

antidogmtico, de modo que el li$ro, en una lectura posi$le, pudiera ser

interpretado como el elogio del conocimiento li$re y #umanista, alegorizado en

la $i$lioteca de la a$ada y en la cultura viva de sus principales figuras

#umanas Los textos encuentran el camino de retorno y su lugar en el mundo de

la vida!videntemente, en una zona considera$le de la narrativa de esta %poca el

presente aparece metaforizado, se de$ilita y disemina !n consecuencia se

impone un retorno al pasado, operaci"n en la que domina la memoria Ante el

extravo en el caos o el ni#ilismo, el #om$re persiste en la $)squeda de s

mismo en el tiempo, como acci"n desalienante 4e aqu el carcter

introspectivo de la mirada de la #istoria, tendencia que una noveleta como 'l

amante de &arguerite 4uras testimonia Bajo la apariencia de un texto

intensamente auto$iogrfico y confesional, en 'l amante se asiste a la


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construcci"n.desconstrucci"n su$jetivista de una experiencia vital que se

inscri$e causalmente en diversos contextos' situaci"n colonial 08ndoc#ina2 y sus

principales secuelas de dominaci"n y racismo, egunda Puerra &undial, luc#a

poltica desde las posiciones de la resistencia y de la izquierda, entre otras 4e

modo que aun, y de peculiar manera, las relaciones #umanas, #asta las ms

privadas como la er"tica se socializan e #istorizan, aunque el escritor no parta

de un #istoricismo programtico, como suceda en el modelo clsico de la

novela #ist"rica, paradigma en crisis desde las vanguardias

e desarrolla, en fin, una praxis expresiva del concepto de la intra#istoria,

#istoria vista desde adentro, desde la interacci"n de las diversas series del

conocimiento #ist"rico y de ficci"n, principalmente asumidas desde las

profundidades de las diversas manifestaciones de la cultura y la espiritualidaden crisis !s el trato con la #istoria como un todo cultural, como un fen"meno

semi"tico que pretende penetrar ms all de la superficie de los eventos

contradictorios e inexplica$les

Comprender la #istoria en sus fracturas y discontinuidades, ir ms all de lo

irrefuta$le, instaurar nuevos modos de ver, motivar la reflexi"n y el

autocuestionamiento, recuperar el pasado #ist"rico recodificando los

estereotipos y simulacros, son pretensiones de la narrativa actual de mayor

repercusi"n en el sistema de la cultura, en considera$le medida superadoras de


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la apologa irracional del fin de la #istoria como un arri$o a un estado terminal

de paz y prosperidad, seudoutopa neoconservadora o metarrelato totalizante

que ninguna novela >seria? de nuestro tiempo #a intentado glorificar

La imagen de s! misma como escritura

!n esta narrativa aparece un nuevo #orizonte epistemol"gico que insiste en

ese carcter plural y fragmentado de la realidad 4omina, sin em$argo, lo

ontol"gico so$re lo epistemol"gico, el ser so$re el conocer, puesto que el

conocer est caracterizado por la indeterminaci"n

e aspira al reconocimiento de ciertos a$solutos ms all de las apariencias

y lo dic#o 4e aqu la actualizaci"n de la est%tica de lo su$lime en el caso de

Lyotard, parad"jica alternativa a su rec#azo de la validez de la teora, de la

representaci"n, del signo y su significado, en fin, de la idea de verdad

!l discurso, no o$stante, se desarrolla en la duda productiva, negando las

oposiciones $inarias y silogsticas, no so$re la $ase de la exclusi"n, sino de la

inclusi"n, convirti%ndose en un rico proceso de diseminaci"n y

desconstrucci"n, pero tam$i%n de integraci"n de nuevos significados, lo cual

evidentemente entra en contradicci"n con una parte sustancial de la teora

est%tica posmoderna que propugna la >progresiva p%rdida de sentido? como un

rasgo definitorio de la creaci"n artstica actual


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!sta duda sist%mica pone de manifiesto la necesidad de un nuevo sistema

de valores, pero so$re todo sustenta el anlisis a fondo de modos de pensar

s"lidamente asentados, consagrados por la tradici"n y el poder As sucede con

/os versos sat#nicos en su examen de los complejos religiosos del

cristianismo, el judasmo y el islamismo, texto que #a sido conce$ido en la

unidad de la semejanza y diferencia, tam$i%n en la am$ivalencia angelical.

demonaca de sus sujetos textuales ignificativamente esta naturaleza del li$ro,

lejos de reducir el examen al relativismo a$soluto, potencia el criticismo a

trav%s de su perspectiva integralmente polis%mica y desacralizante

*or otra parte, el ser, incluyendo en primer lugar el del texto como

literatura, no es representaci"n, nada terminado, cerrado, concluso, sino

proceso en el que domina lo performativo so$re lo estructural !l texto se va

#aciendo a s mismo en las diferentes lecturas, influye en la realidad, traspasalos lmites de la intratextualidad y genera praxis, es instrumento de

reconocimiento, aun cuando sea reconocimiento de la am$igQedad Cada o$ra

narrativa recorre el camino de las estructuras significativas a las prcticas

significantes que desalojan las estructuras convencionales y a$ren nuevos

significados fuera de las estructuras exploradas e instauradas

!l texto no puede ser claramente identificado dentro del conjunto de

modelos compositivos que la modernidad #a consagrado e de$ate, pues, entre

la identidad y la disoluci"n, con lo que se a$re un vasto campo para la


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violaci"n de las fronteras 0ficci"nRrealidad, alta literaturaRliteratura popular,

sa$er cientficoRfantasa, entre otras2 5al es el caso de &ilan Eundera que en

/a insoportable levedad del ser incluye como materia artstica, la reflexi"n

filos"fica en una novela.ensayo que $orra las diferencias #a$ituales entre teora

y ficci"n A esta tendencia caracterstica alude JQrgen :a$ermas cuando se+ala'

>La nivelaci"n de la diferencia de g%neros entre filosofa y ciencia, por una

parte, y literatura, por otra, expresa una comprensi"n de la literatura que se

de$e a discusiones filos"ficas? 01se ve ella misma arrastrada a la vorgine de

una corriente de lenguaje carente de toda direcci"n? 01124e un modo u otro, el lenguaje es protagonista, $ien para el extravo o para

a$rir un #orizonte de acciones y experiencias posi$les La novela se convierte

en una aventura del lenguaje, con frecuencia de cadenas de significantes rotas

que pone de manifiesto la tensi"n extrema entre pala$ra y referente, entre lo

dic#o y lo indeci$le, lo irrepresenta$le

La literatura se vuelve #acia s misma, #acia su producci"n,

intensificndose la autorreflexividad, el carcter metadiscursivo 0con frecuencia

l)dico como en Eurt -onnegurt2, de modo que conscientemente la narrativa se


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revela como escritura, discute su naturaleza, su funci"n en la vida social y

puede ejercer su propia crtica Peneralizando un criterio de :a$ermas a

prop"sito de la novela de 8talo Calvino -i una noche de invierno un viaero, el

li$ro disuelve su identidad de texto literario, la teora se revela como un

elemento literario ms, de modo que literatura y teora se asimilan en la o$ra

01@2

!l gran relato se descompone en una pluralidad de c"digos y el texto se

desdo$la, se mira en el espejo de su prctica significativa !n consecuencia

proliferan los metarrelatos, las estructuras en a$ismo o reflejos especulares, los

juegos del lenguaje de las imgenes.espejos que duplican o repiten #asta el

infinito, muy vinculados a la intertextualidad, principios compositivos

dominantes en escritura la de alman 3us#die y Fm$erto !co, todos $ajo la

figura tutelar de Jorge Luis Borges5al parece que en esta narrativa el texto es el universo, sus leyes son las del

mundo de la vida, constituye un microuniverso representativo que alude, de

peculiar modo, a la realidad extratextual, a diferencia de las posiciones de

4errida y Bart#es para los cuales es el mundo el que se #a convertido en un

texto !n este m$ito se mueve el pensamiento artstico de 8talo Calvino,

deudor de la llamada antinovela que #a inaugurado en los a+os G< el modelo de

>la novela de la novela?, legado que Calvino lleva al virtuosismo 5am$i%n


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constituye una reflexi"n medular en la narrativa presente de &arguerite 4uras,

precisamente una de las iniciadoras de la antinovela

!n estos escritores el texto no solo a$sor$e al autor 0am$os escri$en

novelas de pro$lemtica primera persona que ficcionaliza la imagen del autor2,

sino que pone en crisis las diferencias categoriales entre ficci"n y realidad al

#acer transparente la operaci"n de generar un mundo nuevo

Como l)cidamente comenta :a$ermas, Calvino en -i una noche de

invierno un viaero, introduce a un autor como protagonista que ela$ora una

idea posestructuralista de la escritura !l desea a$andonarse al acontecer del

lenguaje an"nimo, omnicomprensivo para desvanecerse en sus pginas 5iene,

entonces, dos caminos' escri$e el li$ro del todo o escri$e todos los li$ros para

apresar ese todo en imgenes parciales Calvino opta por el segundo conceptocontra el primero, en favor de la #istoricidad del lenguaje !l escritor no cree

que la totalidad pueda ser alcanzada por el lenguaje 0una recurrencia del motivo

de los impresenta$les de Lyotard o los indecidi$les de 4errida tan fuertemente

connotada en el posmodernismo2 La literatura es la apropiaci"n por el lector

0leo, luego existo2, en lo que Calvino coincide esencialmente con las

concepciones $orgeanas 5rata de #acer visi$le c"mo desaparecen los lmites

de la ficcionalidad y presenta el texto como fragmentos de un li$ro total, del


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li$ro universal o prototexto As la novela tiene diez inicios, pero en cada

clmax destruye la ilusi"n est%tica y diez veces vuelve a la prctica cotidiana

La persona identifica$le del autor, la unidad de la o$ra, su espacialidad y

temporalidad, las relaciones de la pala$ra y sus contextos, todo entra en

conflicto con la unidad de un li$ro que pretende ser el contrapunto escrito del

mundo no escrito !l autor quiere presentarse como una fuerza impersonal de la

escritura, $orrar las #uellas de su su$jetividad, recurrir del viejo mito del

naturalismo, creando un li$ro que intenta escri$irse a s mismo

4e este modo ilustra las concepciones de 4errida 8nclusive crea un

personaje &arana.4errida que continuamente genera incertidum$re acerca de

la identidad de o$ras y autores Las pginas emigran de un li$ro a otro, no

existen originales, solo rastros (o existen textos, sino lecturas *ara Calvino el

receptor go$ierna la producci"n, solo existe la recepci"n, de manera que elautor expira en su nueva novela de tesis, pero encu$ierta

3ealmente nos encontramos frente a una actitud extrema y programtica

que aqu se convierte en tema central de la naturaleza autorreflexiva de la

novela !l efecto artstico, ms all de las construcciones espectaculares de

Calvino, no deja de ser parad"jico y esclarecedor !n realidad el texto escri$e,

>diceS, lo indeci$le, el autor ms que extinguirse se recodifica en los juegos de

la ficci"n, el llamado mundo de la vida y los universos de ficci"n se

interpenetran y modifican recprocamente *or consiguiente la referencia y el


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significado lejos de quedar ausentes adquieren nuevos rangos y se colocan en

un punto focal, aunque muy pro$lematizadas sus relaciones

As pudiera encontrarse en'l amantedonde el sujeto .autor, narrador,

personajes, destinatarios. lejos de desvanecerse, ensaya nuevas funciones que

rompen las expectativas de los roles can"nicos &arguerite 4uras tematizando

la crisis de la identidad, no preconiza la tesis del sujeto ausente &s $ien su

o$ra, introspectiva y sostenidamente metadiscursiva, ofrece un yo m)ltiple y

especular que se desplaza en el tiempo y asume los diversos rostros que la

#istoria en su transcurso va fijando !l protagonismo del autor extradieg%tico

que como demiurgo instaura las voces y visiones, cede paso a una visi"n

dial"gica, cargada de contradicciones 4e este modo nos sit)a en el centro de

los conflictos y de la conflictiva naturaleza de una escritura que es

precisamente, ficci"n y memoria, imposi$ilidad de conocer yautoesclarecimiento, juego sutil de presencias y ausencias'

!n las #istorias de mis li$ros que se remontan a la infancia, de

repente ya no s% de qu% #e evitado #a$lar y de qu% #e #a$lado, creo

#a$er #a$lado del amor que sentamos por nuestra madre pero no s%

si #e #a$lado del odio que tam$i%n le tenamos y del amor que nos

tenamos unos a otros y tam$i%n del odio, terri$le, en esta #istoria

com)n de ruina y muerte que era la de nuestra familia, de todos

modos, tanto en la del amor como en la del odio, y que a)n escapa a


25/216

mi entendimiento, me es inaccesi$le, oculta en lo ms profundo de mi

piel, ciega como un reci%n nacido !s el m$ito en cuyo seno

empieza el silencio Lo que a# ocurre es precisamente el silencio,

ese lento tra$ajo de toda mi vida A)n estoy a#, ante esos ni+os

posesos, a la misma distancia del misterio (unca #e escrito,

creyendo #acerlo, nunca #e amado, creyendo amar, nunca #e #ec#o

nada salvo esperar delante de la puerta 012

Asistimos al proceso de esteyode$ati%ndose por encontrar los signos que

lo identifican en el seno de su #istoria y cultura, de su condici"n #umana, y

especialmente de escritor !s as que la relaci"n escritura y vida alcanza una

significaci"n central !stamos ante un sujeto, campo agonal de las ms diversas

tendencias, acaso centradas en el enfrentamiento de alienaci"n y #umanizaci"n,

capaz de expresar el conjunto de experiencias propias de un estado lmite decrisis, posi$lemente uno de los elementos ms aportadores de la narrativa

actual en su indeclina$le $)squeda #umanizadora

Ante los reiterados y ya mon"tonos augurios apocalpticos 0fin de la

#istoria, de los relatos, de la raz"n, de las utopas, del tiempo, del sujeto, de las

ideologas, de la imaginaci"n2, el arte de narrar mantiene, con nota$le fuerza

imaginativa, sus rasgos vitales

"otas # referencias


26/216

1 Adolfo nc#ez -zquez' >*osmodernidad, posmodernismo y socialismo?,

Casa de las 4mricas, La :a$ana, n1=G, 1NKN, p 1=

@ *aul 3icoeur' +nterpretativ 1heory, p G@, 5exas Fniversity *ress, 1N=;

8dem

&ijail Bajtin' /a poti&ue de 5ostoievs3i, p N, !d du euil, *aris, 1N=

Hcit por 5zvetan 5odorov' Crtica de la crtica, p N;, !d &onte Avila,

Caracas, 1NN1I

G 8dem, p ;N

; -er &ars#all Berman' 1odo lo slido se desvanece en el aire. /a

e)periencia de la modernidad, !d iglo //8, &%xico 4, 1NKK

=Citado por Al$rec#t Dellmer' >La dial%ctica de modernidad y

posmodernidad?, en Josep *ic"' "odernidad y posmodernidad, p 1


27/216

1@ Los comentarios de :a$ermas so$re la novela de Calvino a que el texto

#ace referencia se encuentran en el ensayo >ilosofa y ciencia como

literatura?, o$ cit, pp @@.=G

1 &arguerite 4uras' >!l amante?, 6pcin, La :a$ana, n @, 1NKK, p ;K


28/216

Pensar la narrativa latinoamericana

ugerentes pro$lemas mueven este pensar' 6cules son las tendencias

dominantes o #egem"nicas de la narrativa latinoamericana en su relaci"n de

pertenencia a la cultura de la alta modernidad7, 6c"mo se desarrolla la po%tica

del arte de narrar en su modernizaci"n desde finales de los a+os @< #asta la

actualidad7

Asumida la literatura como creaci"n y praxis, en sus activos vnculos con la

sociedad en su conjunto, como parte sustantiva de la vida espiritual y de la

#istoria, no simple >reflejo? o expresi"n de una ideologa exterior a ella, centro

la atenci"n en la escritura, pero tam$i%n en los riqusimos actos de la lectura

&e intereso, so$re todo, en los lazos que se tejen entre los textos literarios y la

cultura artstica en su conjunto, considerando a la narrativa como una unidad

diferenciada en el caudal de discursos de una %poca

4espu%s de las trivilializaciones cognoscitivistas, del ideologismo

reduccionista, de las contiendas estructuralistas y posestructuralistas, resulta

particularmente atractiva una idea de la literatura que concierna a la existencia

#umana, por naturaleza social, con un fuerte componente moral, de modo que

en los textos se develen aspiraciones #umanistas, de naturaleza cognoscitiva y


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%tica profundas, como forma muy peculiar de producir $elleza 5al vez por ello

seg)n &iln Eundera, citado por 5odorov 012, la literatura es siempre el intento

de revelarnos un lado desconocido de la existencia #umana ignificativamente

para Carlos uentes en Am%rica Latina la tarea de la escritura #a sido darle voz

a los silencios de la #istoria !n consecuencia las estrategias ontol"gicas y

gnoseol"gicas de la literatura apuntan #acia el conocimiento activo,

transformador, puesto que si la literatura concierne a la condici"n #umana, esta

no puede separarse de la existencia social

Como la intenci"n no es a$arcar el proceso de modernizaci"n de la

narrativa latinoamericana como #istoria o panorama, se intenta ofrecer, ms

que nada, algunos puntos de partida *udiera decirse, para concretar, que el

de$ate so$re la identidad de esta escritura en las relativamente nuevas

circunstancias culturales, lo peculiar y distintivo de nuestra alta modernidadliteraria, #a sido la referencia ms general y persistente in em$argo, no aludo

a una identidad unvoca, sino a postulados de identidad condicionados por

diversos factores socioculturales, es decir, #eterog%neos e #istorizados (o se

intenta proponer una metafsica de la identidad ni una normativa, conci$i%ndola

como entelequia o momento originario, que apunta a >un estado fijo y

congelado, invariante de la cultura y consecuentemente, a una concepci"n del

yo conservadora y rgida? 0@2O sino partir de ella como tendencia y fundamento

en esta necesidad constitutiva de autodefinici"n y reconocimiento, recordando


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la sugerente o$servaci"n de ernando Ansa de que en Am%rica Latina ms que

una definici"n de identidad cultural, parece ms importante su $)squeda para

poder encauzar una actitud #ist"rica en el seno de la cultura 02

Ciertamente la literatura de nota$le significado en esa concepci"n glo$al

que toda cultura conlleva, revela la identidad como una experiencia artstica

creadora de un conjunto de valores y de un universo ficcional !n este m$ito

la narrativa contempornea se instaura como espacio privilegiado, registro

profundamente sensi$le de una identidad entendida no solo como fruto de un

proceso, sino proceso en s mismo de autodeterminaci"n que se manifiesta en

un recrearse *udiera pensarse que no es un manojo de datos a$solutos, ms

$ien >actos.elecci"n, actos.#istoria, actos.imagen Actos que no son el espejo

que devuelve nuestra imagen, sino el espejo que nos vuelve imagen? 02

!n estos actos de identidad se #a concentrado la mirada, preguntndomeso$re la autenticidad cultural de nuestra narrativa en el despliegue difcil de su

condici"n moderna, acaso tam$i%n posmoderna

La narrativa vanguardista$ %recursora del %orvenir

eg)n Alfredo Bosi 0G2 nuestras vanguardias vistas de modo sincr"nico

como un sistema cultural defini$le en el espacio y el tiempo, no parecen otra

cosa que un mosaico de paradojas' demasas de imitaci"n y originalidad,

cosmopolitismo y nacionalismo, ex#i$iendo lo moderno cosmopolita 0lo


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modernoide2 al lado de convicciones tendentes a la identidadO $)squeda de

inspiraci"n en los ismos europeos, tanto como en los mitos indgenas y de

ascendencia africanaO defensa del arte puro, pero tam$i%n del comprometido

4esde esta perspectiva, ca$ra se+alar algunas cuestiones de enfoque, no para

llegar conclusiones, sino con la intenci"n de acomodar, en principio, la mirada

4esde la praxis artstica no parece sosteni$le el estudio deductivo de las

vanguardias, aun sin negar las fecundantes relaciones con la vanguardia

europea (uestros ismos estn muy lejos de ser un epifen"meno, una

>aplicaci"n? !n este sentido, una experiencia ejemplar resulta el modernismo

$rasile+o con su metfora clave >la devoracin antropof#gicaque presupone a

trav%s de otra l"gica, la incorporaci"n de los atri$utos positivos del otro 02

Como una amalgama que se forma a partir de elementos diversos, la

antropofagia conduce a una especie de composici"n, cuya esencia es,parad"jicamente, la exteriorizaci"n de la diferencia que la constituye? 0"2

i $ien las circunstancias culturales americanas son parte de un contexto

internacional, adoptan formas particularizadas Apropindose del patrimonio

modernista, so$re todo en lo que concierne a la reivindicaci"n de la

imaginaci"n y la su$jetividad creadoras, nuestros narradores estn ya en

camino de aportar sus propias respuestas artsticas en las condiciones de la alta

modernidad latinoamericana, que apunta #acia la expansi"n e

internacionalizaci"n cultural en estrec#o nexo con las nuevas condiciones


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socioecon"micas y polticas 0=2 !n verdad, un radical cuestionamiento del

sistema social en su conjunto distingue a esta %poca crtica con la perspectiva

continental

5odo ello aparece como una condici"n favora$le para que la renovaci"n

est%tica adquiera una dimensi"n ms amplia e integral in em$argo, este

alcance de las vanguardias no se realiza plenamente en los marcos del

vanguardismo Coinciden Jos% Carlos &aritegui y Juan &arinello 0K2 en el

juicio previsor 8nmersos am$os en esta experiencia, ven la vanguardia ms

como vislum$re que como consumaci"n, movimiento vasto pero difuso, capaz

de a$rir nuevos caminos aunque no se precise su exacta trayectoria 4e aqu

que &aritegui caracterice la cultura de su tiempo como agonal, insistiendo en

la necesidad de seguir los enfrentamientos #asta sus perspectivas finales

A$orda, consecuentemente, el vanguardismo en sus conflictos esenciales, en latrayectoria de sus formulaciones est%ticas y prcticas creativas, sin que sea

posi$le aislar solo un segmento de su par$ola

-inculados explcitamente vanguardismo y arte nuevo, acaso esta )ltima

denominaci"n la ms exacta epocalmente, &aritegui sit)a la gravitaci"n

poltica en el centro del pro$lema, a la que el artista no puede sustraerse *or

ello distingue a la vanguardia la crtica multiforme y generalizada,

coincidiendo ms en los cuestionamientos que en el carcter de las respuestas,

a la par que se intensifica el sentimiento com)n de crisis e insurgencia que


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encuentra sus races en un proceso ms a$arcador de cuestionamiento,

vinculado a la participaci"n de nuevos sectores sociales en el activismo crtico

y la praxis revolucionaria de estos a+os

4esde este punto de vista, el vanguardismo puede ser claramente perci$ido

como un conjunto continental iguiendo la tradici"n del modernismo, los

escritores y artistas se u$ican en un espacio supranacional ms atentos a sus

prop"sitos identificadores, so$re todo evidentes en su repudio y crtica de las

enajenantes prcticas sociales que constituyen un componente esencial de la

modernizaci"n Los vnculos, los contactos e intercam$ios fecundantes, donde

se ponen de manifiesto afinidades y divergencias, incluyen no solo los grupos y

pu$licaciones, sino tam$i%n las individualidades Fn nuevo concepto de

comunidad espiritual se a$re paso con mayor conciencia de la #eterogeneidad y

pluralidad!n esta aspiraci"n de integrar una imagen ms completa del vanguardismo,

#a$ra que apuntar, adems, no solo el imperio de la poesa como

#a$itualmente se #a #ec#o, sino el florecimiento original de la narrativa, criterio

que con rico fundamento #an promovido (elson 9sorio y Tngel 3ama

Fna ojeada inicial a la narrativa de finales de los a+os @< necesariamente

destaca tanto la influencia de la tradici"n como nuevas presencias

3egionalismo e ismoseuropeos constituyen las fuentes ms activas, unidos al

legado modernista que #a instaurado una nueva visi"n de los contactos


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interculturales 4e esta manera, la renovaci"n narrativa se mueve entre el

criollismo y los ismos

Juan &arinello, en su tiempo, constata c"mo los nuevos modos co$ijan

esencias criollas La apertura a la modernidad est%tica europea, supone un

reencuentro, pero desde otra altura de la experiencia artstica e #ist"rica

A#ondando en las relaciones entre cultura metropolitana y las nacionales

perif%ricas, con la visi"n de po%ticas personales, &aritegui afirma' >(o

o$stante esta impregnaci"n de cosmopolitismo, no o$stante su concepci"n

ecum%nica del arte, los mejores de estos poetas vanguardistas siguen siendo los

ms argentinos La argentinidad de Pirondo, Puiraldes, Borges, etc, no es

menos evidente que su cosmopolitismo? 0N2 Con criterio, a)n ms a$arcador,

postula un orgnico sistema de interrelaciones entre vanguardia est%tica,

revoluci"n social y naci"n'!n el terreno de la literatura y el arte, quienes no gusten de

aventurarse en otros campos perci$irn fcilmente el sentido y el

valor nacionales de todo positivo y aut%ntico vanguardismo Lo ms

nacional de una literatura es siempre lo ms #ondamente

revolucionario 02 solo conci$iendo a la naci"n como una realidad

esttica se puede suponer un espritu y una inspiraci"n ms

nacionales en los repetidores y rapsodas de un arte viejo que en los

creadores o inventores de un arte nuevo La naci"n vive en los


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precursores de su porvenir 02 por estos caminos cosmopolitas y

ecum%nicos que tanto se nos reproc#an, nos vamos acercando a

nosotros mismos 01luces? y un pesimismo estatista de orden psicol"gico,

%tnico, social, la novela regionalista con sus marcas naturalistas, intenta la

universalizacion de lo nacional, pero sin renunciar al %nfasis tipicista (oo$stante, al instaurar una ret"rica de la autoctona en un discurso que trata de

articular el documento y el imaginario colectivo, y donde tam$i%n empieza a

encontrar un lugar el comentario de esa autoctona 0112, la narrativa criollista

marca decisivamente la #istoria literaria de la modernidad

La vanguardia implica la reafirmaci"n de valores vinculados a la li$eraci"n

de la su$jetividad creadora y el culto a la re$eli"n 4el futurismo, la po%tica de

lo moderno con la tremenda fuerza expresiva de la disonancia y sus lmites

cuando indentifica progreso tecnol"gico y #umano 4el cu$ismo, la reacci"n


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antipreciosista, unido a una prctica inusitada del montaje 4el surrealismo'

su$jetivizaci"n, dimensi"n onrica, est%tica de los am$ientes y fe en realidades

superiores $uscando un punto de sutura para la crisis entre el artista y la

sociedad 5am$i%n el surrealismo aporta una po%tica de las circunstancias que

comienza a desarrollar la visi"n mtica y maravillosa de la cotidianidad 64e

qu% #uir, entonces7 4e las f"rmulas, de esos magos que no creen ya en su

magia a fuerza de suscitarla, de los extremismos >epatantes?, del

cosmopolitismo sno$ista, de la nueva est%tica dogmatizada

Al entrar en contacto con estos sistemas creativos, los narradores $uscan

un arte nuevo en lo esencial La narrativa asume el reto de una identidad

contradictoria, amenazada de dependencia, empe+ada en la superaci"n de las

visiones exterioristas del nativismo y de un realismo ic"nico al que se le est

escapando la realidad !l arte de narrar se carga de sentido discontinuo y fragmentado, proyectivo

y performativo 4el experimento y gesto iconoclasta destructivo se mueve

#acia una incipiente tradici"n de oficio en el seno de una concepci"n original

de narraci"n que enfatiza su carcter no representacional, antiverista, pero

tam$i%n ms all de la imagen evidentemente rara puesta en circulaci"n por la

ortodoxia surrealista !sta impresionante constelaci"n de renovadores, como

los llama Tngel 3ama, en la que descuellan &iguel Tngel Asturias, Alejo

Carpentier, %lix *ita 3odrguez, &rio de Andrade, 9sald de Andrate,


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elis$erto :ernndez, 3o$erto Arlt, &acedonio ernndez, Jorge Luis Borges,

&ara Luisa Bom$al, Arqueles -ela, entre otros, crtica y cuestiona, analiza y

con frecuencia protesta, aunque de manerasui generis, propiciando un nuevo

contacto con la cultura popular a nivel cosmovisivo y temtico, pero tam$i%n

acogiendo su potencial comunicativo que privilegia el acto de narrar, con

creciente conciencia de su naturaleza y funciones

5al parece que la narraci"n se descongela, a$ri%ndose a voces diversas,

asumiendo nuevas significaciones l)dicas, par"dicas, en las que el #umor y la

irona resultan determinantes para destruir el contrato narrativo ilusionista

finisecular con sus convenciones ret"ricas y compositivas Los textos

proclaman su carcter no verista, informe, #an dejado de constituir una

>forma? de acuerdo al canon decimon"nico tan persistente en la literatura

occidental, tornndose evanescentes, gaseiformes, perdido el miedo a noparecerse a nada 01@2

A$ocada a nuevas percepciones existenciales de un #om$re moderno, en

t%rminos del siglo //, con sus conmociones sociales y angustias intensamente

personalizadas, la narrativa se $usca a s misma y $usca, con sus que$radizas y

elusivas ficcionalizaciones, su lugar en la #istoria, removiendo los cimientos de

una temporalidad lineal, inevita$lemente progresiva o regresiva, para comenzar

a acceder a una visi"n muc#o ms du$itativa, crtica e indagadora


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4e modo que si la narrativa vanguardista no muestra plena co#esi"n en

sincrona, s alcanza su identidad como vector de una par$ola que atraviesa

puntos y momentos diferentes, seg)n apunta Bosi, revelndose en ese

movimiento destructivo y reconstructivo sus tendencias germinales,

productivas #asta nuestros das !s as que me atrevo a pensar que

prcticamente toda la narrativa posterior est ya en desarrollo, intuida o

propuesta, en esta experiencia de fundaci"n

La narrativa del medio siglo

La narrativa de los a+os < y G< pone de manifiesto una nueva fase en la

transformaci"n y $)squeda de nuevos c"digos expresivos, ntimamente

vinculada a la renovaci"n vanguardista, pero a#ora en vnculo esencial con una

propuesta #umanista ms analtica y reflexiva !l reconocimiento de la riqueza

de perspectivas instaurado por la narrativa precedente constituye un terreno

propicio para la maduraci"n de una po%tica que privilegia la realidad del arte y

practica la literatura de los entrecruzamientos temporales y existenciales,

a#ondando en nuestros sincretismos 4e otra manera, en parte, #a$ra que

considerar el juicio de Praciela &aturo cuando se+ala que el drama de Am%rica

Latina >consiste en no #a$er cedido totalmente a las presiones de la

modernidad europea, desterrando los elementos indgena, #ispnico, africano,

judo, ra$e y grecolatino que conforman su #umanismo cultural? 012


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!n relaci"n directa a esta mirada reflexiva en profundidad, #acia lo

constitutivo esencial como constancia y cam$io, particularmente sensi$le a la

naturaleza de nuestra integraci"n cultural de tan aportadoras sim$iosis, se

produce una apertura a lo universal que singulizar a la narrativa venidera Con

toda autenticidad esta tendencia universalizadora tiene su fundamento en una

propuesta #umanista, en ese >#umanismo cultural?, a la $)squeda de una

identidad amenazada, asaltada por la alienaci"n, en la que dominan los

descentramientos y p%rdidas, la insustancialidad del yo, de la realidad o$jetiva

y del lenguajeO a la vez que la necesidad de realizaci"n en la #istoria, el

desentra+amiento de la ontologa propia en el seno de la cultura, cuando la

utopa de Am%rica, la aspiraci"n a la igualdad de las razas, nacionalidades y

culturas, unida a los proyectos li$eradores, co$ran renovada significaci"n en

el pensamiento y la prctica social

5rascendidas las posi$ilidades a$iertas por la tradici"n regionalista que

a#ora emprende una nueva metamorfosis, seg)n Tngel 3ama 012, y

experimenta una explosi"n transfiguradora, en opini"n de Antonio Candido

01G2O la narrativa opera con la dimensi"n ontol"gica, pero no como esencia

metafsica, sino en el seno de la #istoria y la cultura propias, propuesta se

integra con la mayor jerarqua est%tica en textos de PuimarVes 3osa, Juan

3ulfo, Jos% &ara Arguedas, por se+alar algunos ejemplos nota$les


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Uuizs el signo distintivo del nuevo cauce del arte narrativo se encuentre en

su espiritualizaci"n de las coordenadas o$jetivas !stados de nimo y de

pensamiento, modos de enfrentar la existencia y de vivir la cultura, imperan en

una narrativa que al de$ilitar la f$ula, privilegia la enunciaci"n 4e la misma

forma se su$jetivizan tiempo y espacio, no siempre figurativos !l tiempo

aparece como un #ec#o moral, expresivo de la $)squeda del #om$re de s

mismo, que es siempre un suceso de la temporalidad Con san Agustn,

escritores paradigmticos de esta %poca como Borges y Carpentier, pueden

decir' >malos tiempos, tiempos difciles, pero nosotros somos los tiempos,

como somos nosotros, as son los tiempos? Los tiempos se convierten en

enunciados metaf"ricos, de valor sim$"lico ontol"gico, sin perder sus

riqusimas significaciones contextuales, transformndose de representaci"n, en

imagen po%tica y centro de la meditaci"n #umanistaUuie$ra tam$i%n la noci"n convencional de personaje, puesta ya en crisis

por las vanguardias, como principio de mayor legi$ilidad del relato !n textos

de escritores como %lix *ita 3odrWguez o elis$erto :ernndez que provienen

de la experiencia vanguardista, #asta en los de los ms nuevos como Juan

Carlos 9netti, Juan 3ulfo, -irgilio *i+era o Julio Cortzar, se reiteran los

personajes sm$olos, metforas, ideas, #ip%r$oles, #ip"tesis, proyectos,

condensaciones de la experiencia #umana, para devenir un experimento, un

sistema crtico y conjetural !l escritor se interroga como forma de


41/216

recuperaci"n de lo #umano, de imponerse a la enajenaci"n, de lo que resulta

una narrativa erigida so$re la $ase de preguntas de pro$lemtica #umanidad y

sistema autointerpretativos, pero en de$ate

!l narrador, con frecuencia apenas una mscara ficcionalizada del autor,

cumple funciones no solo organizativas, sino tam$i%n cuestionadoras, con la

figura explcita, aunque no autoritaria, de un narrador #eterodieg%tico que sin

renunciar a la omnisciencia, es cada vez ms reticente 9tras veces el escritor

elegir un narrador personaje o testigo directo, no en pocos casos deficiente,

para instaurar un modo narrativo que prefiere la inferencia, concendi%ndole a

la #istoria narrada un relativo carcter aut"nomo, tal como puede encontrarse,

por ejemplo, en la narrativa de Lino (ovs Calvo !s decir, ni la voz

intradieg%tica, aun #omodieg%tica 0que emite el discurso y es actante2, ni la

que se presenta como extradieg%tica, considerando su estrec#a relaci"n con laimagen del autor, podrn glosar el relato, instaurar monol"gicamente un sentido

en estos textos que desde su propia generaci"n promueven el rol de un lector

que de$e realizar m)ltiples y exigentes tareas

3etomando la est%tica de lo discontinuo y lo fragmentado de las

vanguardias, de la o$ra trunca, inconclusa, a$ocetada, de piezas contrastadas

que el lector alternativamente puede com$inar, vista la narraci"n desde su

interior y en su transcurrir, al proclamarse cuento, relato, testimonio,

documentoO la narrativa paulatinamente avanza en el tejido de la


42/216

metadiscursividad y las relaciones intertextuales descu$iertas, intensificando su

vnculo con el discurso antropol"gico 01;2, filos"fico e #ist"rico !l g%nero,

cada vez ms conscientemente impuro y contaminado, se entrega a la crtica y

al pensamiento, ganando en densidad reflexiva, siendo a la par una creaci"n de

la memoria imaginativa con sus ela$orados juegos temporales y de lenguaje

!n este sentido ser cardinal la estetizaci"n del #a$la, acercndose al

lenguaje literario como acto y perfilando con destreza los contextos de la

enunciaci"n 4e este modo, y en su condici"n de lenguaje o mensaje escritural

01=2, son asumidos el coloquio y la oralidad, para entrar con fuerza el discurso

del pue$lo y los g%neros marginales como sucede en textos tan representativos

de 9nelio Jorge Cardoso, 3ulfo, Arguedas

8nmersa en la #eteroglosia, colecta #a$las, voces, que >responden a la

pluralidad psicol"gica, cultural, literaria y social, a menudo en conflicto? 01K2!scritores como Borges, PuimarVes 3osa, Lezama Lima, Carpentier, elevan el

protagonismo del lenguaje, integrando muy diversas fuentes al desarrollar su

movilidad, flexi$ilidad y expresividad po%tica 0por $arroquismo o economa

expresiva2, al tra$ajar intensivamente el lenguaje sugerente *odra pensarse en

la creaci"n de un ideolecto est%tico, un c"digo privado y personalsimo que

trasciende el existente, de significativa co#erencia y productividad po%tica,

como una de las nota$les ganancias de la narrativa de los a+os < y G


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A trav%s de imgenes decantadas y sint%ticas, esta narrativa lograr dise+ar

con eficacia su estrategia comunicativa y va perfilando una nueva calidad que

ata+e, como se #a su$rayado, a la semntica por sus propuestas temticas, a su

sintaxis 0so$re todo en lo que concierne al estilo lingQstico y a la composici"n

tam$i%n regida por la temporalidad 2, privilegiando los efectos est%ticos porque

el texto narrativo en su integralidad, trascendida la antinomia de la metafsica

de la su$jetividad y del activismo social doctrinario, se est volcando a la

sociedad desde el individuo con voluntad de entendimiento

e pone de manifiesto una cosmovisi"n ms l)cida y matizada que conjuga,

desde un presente altamente pro$lematizado, pasado y porvenir, con mayor

comprensi"n del carcter altamente complejo de la existencia #umana en

nuestra cultura de aportadores mestizajes y contradictoria temporalidad, #ec#a

de avances y retrocesos !sta $)squeda de identidad #ist"rica, de #istoricidadexistencial pudiera decirse, arrastra el peso de la #istoria, no solo origen y

semilla, sino tam$i%n proyecto, tendencia de futuro Cuando tempranamente, en

>!l lenguaje de los argentinos? 01N@K2, Borges invoca esa sustancia de las

cosas que se esperan, demostraci"n de cosas no vistas, como define san *a$lo

la fe, cuando se refiere a esos >recuerdos del porvenir?, est ofreciendo una

clave esencial para comprender la orientaci"n de la narrativa que a#ora se

descu$re plenamente como un acto de fe #umanista de tremenda virtualidad,

donde de manera natural pueden cruzarse todos los tiempos del #om$re


44/216

*ero o$viamente la #istoria que pone en juego el discurso de ficci"n no

puede ser la oficial, sacralizada La pala$ra de la narrraci"n ms que logo,

deviene mito renovado que #a partido, a su vez, de imposterga$les

desmitificaciones, activndose la tarea de la desconstrucci"n de la #istoria

petrificada, unida a la creaci"n de nuevos significados Con acierto Puillermo

Blanco &artnez se+ala que ante los descu$rimientos oficiales, las

*ersonalidades de la :istoria 0con may)scula2, *rotagonistas, *r"ceres, etc,

estn las personas que viven, que sienten, padecen y construyen la

intra#istoria

!sa #istoria que va por dentro de la :istoria, esa #istoria sin

:istoria que transcurre en el da de cada cual, saluda$lemente 02 La

intra#istoria es presencia viva del vivir de la gente, presencia cuyo

rastro, tal vez, se perdera para siempre, si no quedara latiendo en lacultura 02 !n este universo de lo #umano que &iguel de Fnamuno

llama$a la intra#istoria, reside el qu% de la literatura 02 a los

latinoamericanos nos queda siempre por cumplir otro

descu$rimiento, escrito a#ora con la gran sencillez de las min)sculas'

el intra#ist"rico 01N2

*recisamente este &ude la literatura, este universo de lo #umano en la

cultura, ser privilegiado por los escritores de estas d%cadas como motivo y


45/216

proyecto, sustentando una tendencia que mantiene toda su actualidad en el

sistema de nuestra cultura artstica

La narrativa a %artir de los aos &'$ acia una %lenitud

Como es $ien conocido en los a+os ;< se produce un salto de calidad en la

producci"n, difusi"n y promoci"n de nuestra narrativa, que #a sido llamada

boom. &s all de la tan de$atida denominaci"n, est el #ec#o de que la

narrativa despliega sus potencialidades, integrndose la praxis de escritores

esta$lecidos en las d%cadas precedentes Xacaso la apropiaci"n retroactiva de

3ulfo y PuimarVes 3osa sea la de mayor impacto., a una promoci"n ms joven

09netti, $ato, Cortzar, Lezama Lima, Parca &rquez, Carlos uentes2,

unidos al redimensionamiento Xcasi siempre com punto de partida franc%s. de

Borges, Carpentier, Jorge Amado, a los que se a+ade Clarice Lispector

Aparecen tam$i%n, otros nom$res relativamente nuevos como Jos% 4onoso,

Puillermo Ca$rera 8nfante, &ario -argas Llosa !llos, en su conjunto,

producen una narrativa que patentiza tanto el desarrollo intrnseco del g%nero,

como un conjunto de mecanismo pu$licstcos, promocionales y editoriales

Tngel 3ama 0@


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movimiento que Carlos uentes identifica como >nueva novela

latinoamericana? con el boom que, en opini"n de 3ama, pertenece

fundamentalmente al mundo del mar3eting 4os perspectiva de la misma

pro$lemtica que supone una madurez significativa de la ficci"n, momento

creativo en el que marcan el paso los escritores #ispanoamericanos, pero

tam$i%n influyente en el reconocimiento y promoci"n internacional de la

narrativa $rasile+a 0@12 i en los a+os < se $usca$a, en los realismo mgico?, o de >lo real maravilloso

americano? *ero no es esta la dimensi"n distintiva de estos a+os, $asta reparar


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en textos que #acen %poca en la literatura contempornea''l astillero, -obre

hroes y tumbas, 'l siglo de las luces,/a ciudad y los perros,/a muerte de

4rtemio Cruz, *ayuela, Paradiso, Cien aos de soledad, entre otras, y sin

intentar el catlogo

!sclarecedoras resultan las consideraciones de 3ama so$re determinados

factores socioculturales que matizan el llamado boom !xiste una mayor

presi"n so$re el escritor para que aumente su productividad, aspecto

ntimamente vinculado a la profesionalizaci"n que desde el vanguardismo #a

sido un componente fuerte para el desarrollo de la tradici"n de oficio, a#ora en

funci"n de un mercado amplio, que si $ien no convierte al escritor legtimo en

su servidor, tampoco podr ser o$viado !l narrador.artista da paso al narrador.

intelectual, escritores que no se limitan a la invenci"n, sino capaces de

desarrollar un discurso intelectual articulado so$re diferentes aspectos de lavida de su %poca y so$re su propia escritura on los narradores ensayistas que

renuevan una tradici"n latinoamericana en sus contextos de alta modernidad,

actuando como mediadores entre el p)$lico y los textos !sto se une al

programa manifiesto de #acer p)$lica la figura del narrador que aspira a

transmitir un mensaje personal cierra con un parad"jico apunte' >nunca #an

estado ms solos los narradores que en estas #oras de vastas audiencias? 0@@2

4esde el punto de vista de su propuesta est%tica y de po%tica, la narrativa

se carga de sentido mtico, aleg"rico y po%tico en su peculiar $)squeda de


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identidad, que concierne al g%nero #umano, tam$i%n expresiva de rasgos

sustantivos identificadores en el sistema de la cultura propia La o$ra est

marcada por esa identidad #allada, por encontrar o irrealizada, fracaso o

proyecto, expresi"n de una experiencia su$jetiva, con una fuerte, no

necesariamente evidente, referencialidad #ist"rica !n vnculo profundo con las

ganancias artstica de la narrativa procedente, se trata de una #istoria interior,

antropomorfa, en la que cada figura puede ser cono, pero tam$i%n sim$"lica

Con fuerza se proclama una voluntad totalizadora del mundo de la vida

americana, como suma ecum%nica que integra el caudal de discursos so$re el

Continente, de modo que la narrativa se afirma y co$ra plena conciencia de sus

conte)tos7pra)is, punto de vista que ejemplarmente Carpentier por estos a+os

conceptualiza 0@2, en una recepci"n electiva del pensamiento existencialista

Aludiendo a los malestares del novelista cuando trata de situar al #om$renuestro en un paisaje nuestro, de centrar, de cercar, u$icar, relacionar su

psicologa, recomienda dejar actuar a esos personajes con li$ertad,

>parti%ndose de la verdad profunda que es el escritor mismo, nacido,

amamantado, criado, educado en el m$ito propio, pero l)cido )nicamente a

condici"n de que desentra+e los m"viles de la praxis circundante *raxis que,

en este caso, se identifica con los contextos de artre? 0@2

*ero estos sus contextos.praxis %picos implicarn espiritualidad y conflicto,

porque sern configurados a trav%s de un sujeto en crisis *ara Carpentier,


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como para otros escritores de estos a+os, donde #ay estratos #umanos, $loques

#umanos, distintos y caracterizados que presentan peculiaridades anmicas,

psicol"gicas, de acci"n colectiva, #ay dimensi"n %pica (uestros pases pueden

cam$iar vertiginosamente'

!n esas connociones se ven mezclados, entremezclados, los que

entendieron y los que no entendieron, los que se adaptaron y los que

no se adaptaron, los de la praxis y los que permanecieron sentados,

los vacilantes, los que marc#an y los cogitantes eremitas, los

arrastrados, los sectarios y los actuantes por convicci"n filos"fica

A# en la expresi"n del #ervor de ese plasma #umano est la

aut%ntica materia %pica para el novelista nuestro 0@G2

5ransgrediendo los presupuestos de la narrativa de >contenido social?, de

>denuncia?, el escritor com$ina la experiencia su$jetiva personal y la colectiva#umana a no es posi$le encuadrar los textos en las opciones tradicionales de

narrativa social o personal, de escritura popular o erudita, como certeramente

apunta Candido pues >a tomada de partido ou a den)ncia sVo sustituidas pelo

modo de ser ou existir, do Yngulo da pessoa ou do grupo? 0@;2 4e aqu

tam$i%n, y ms marcadamente, un tipo de omnisciencia en la voz narradora que

totaliza el sa$er comunitario, con un acusado sentido de las fuerzas y

pulsaciones sociales, siempre ms ac de la #istoria oficial *or ello, y al decir

de Augusto 3oa Bastos, estamos en presencia de una narrativa integradora de


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una imagen del #om$re y la sociedad lo ms completa y comprometida posi$le

con la experiencia vital y espiritual del #om$re de nuestro tiempo 0@=2

*ero esta narrativa de los contextos necesita entender y, a la par, trascenderCifra el escritor la experiencia #ist"rica y con ella sus fundamentos ontol"gicos,

a la $)squeda de salida y centro !n otro texto ejemplar de este tiempo literario,

Jos% Lezama Lima #ace variaciones so$re el tema del la$erinto,

significativamente recurrente en la cultura de la modernidad !n el interior de

una concepci"n general del arte como acto po%tico de penetraci"n en la

naturaleza que crea una so$renaturaleza de desdo$lamiento y resplandores'

!l la$erinto es un proyecto de lo difcil y renuente 02 el trazado

del la$erinto es re$elda para el itinerario fcil o el camino cansado

:ay que vencer la $estia, la muerte, la salida por anticipado !s un

sm$olo de que el #om$re tiene que atrapar con toda su ratio y su

pathos, con la raz"n agudizada y violentsima, con una pasi"n de

fuego repartido 02 :ay en el la$erinto una forma de defensa,

aprovec#a$le tregua de la espera !jercicio de com$ate dentro del

com$ate 0@K2

!ste la$erinto .proyecto, re$elda, defensa, tregua, com$ate. posee una

poderosa virtualidad semntica porque en la metfora #a cristalizado una idea

muy rica de la naturaleza de la cultura espiritual en contextos americanos

8nstaura un nuevo espacio mtico sim$"lico que puede aceptar la irrealidad para


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convertirla en realidad, proyectar ms luz al entregarse a lo inconexo o a la

nexitud casual, orientados sus pasos >por la $r)jula del tiempo tan amada por

los dise+adores de la$erintos? 0@N2, #asta alcanzar la antropofana o el #om$re

due+o ya de su centro

8dentificados la$erinto y narrativa, Lezama Lima apunta #acia una

tendencia #umanista dominante en la escritura de estos a+os As postula una

imagen del #om$re que >es creado incesamente, que es creador incesamente?

0$i$lioteca imaginaria? para

$uscar una comprensi"n intertextual, literaturizada, en tanto que el referente

social se #ace ms palpa$le en los m)ltiples textos de la cultura !ste carcter

dirase proteico, puede encontrarse con valor mod%lico en los textos de

Lispector donde, al decir de Antonio Candido, el tema y el instrumento ver$al

se justifican por el #ec#o de producir una realidad propia con su inteligi$ilidd

especfica, >nVo se trata mais de ver o texto como algo que conduz a este ou


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quele aspecto do mundo ou do serO mas de l#e pedir que crie para n"s um

mundo ou o mundo? 012

8nmersa en una continua $)squeda expresiva, asimilando lo ms productivodel patrimonio narrativo mundial, volcada a la investigaci"n artstica, que el

propio Candido reconoce como lnea dominante de la narrativa $rasile+a de

vanguardia artstica y amargura poltica, los textos se descu$ren como

invenci"n po%tica del mundo americano, socialmente estremecido, #eterog%neo

y desmesuradoO tam$i%n como una experiencia ver$al, mayormente neo$arroca,

en su inventario po%tico de este mundo con sus contrastes y sim$iosis, prolijo y

desmesurado *or ello para Carlos uentes no #ay novela importante de los

a+os sesenta que no realice este do$le trnsito' primero apre#ender una

estructura ver$al previa, enseguida li$erarla solo para crear un nuevo orden del

lenguaje 0@2

La novela y el cuento se descu$ren como o$ras de la lectura, fen"meno

crtico y escritural, meditan so$re s mismas, >el lector salta so$re el autor,

nuevo #om$re del Zoar, y forman un nuevo centauro? 02, potencindose,

como en el vanguardismo, los efectos sociales del texto que de$er reingresar,

mediante las lecturas, al infinito de lo real no literario !l lector productivo

interpreta y ordena en el la$erinto plurvoco del discurso y la composici"n,

enfrentndolo a formas literarias envolventes, de gran apertura y amplitud


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como las concepciones #iper$"lica mtica, %pica y aleg"rica, que no en pocos

casos aspiran a una refundaci"n literaria del mundo de la vida

!n el interior de este proceso ininterrumpido de modernizaci"n, a finales

de los ;


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narrativa precedente, dentro de lo que, en los a+os K


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estructuras sociales parecen impermea$les a toda posi$ilidad de cam$io A

ellos se opone la narrativa de los K< 0la de los cervantistas2 que redescu$re dos

importantes recursos de clara ascendencia conceptual $ajtiniana' la parodia o

carnavalizaci"n intertextual para pulverizar los valores esta$lecidos y la

naturaleza dial"gica de la ficci"n, $uscando la recreaci"n artstica de algunos

g%neros populares

!n este m$ito destaca la influencia de :emingay como maestro

rescatado del postboompor el carcter directo y realista de su lenguaje >lejos

del narcisismo $arroco y autocomplaciente de aulMner? 0;2, de su opacidad

densa y cere$ral que >prefigura a Borges, a Carpentier, a Parca &rquez?

0=2 (o deja lugar a dudas su valoraci"n de la o$ra de 8sa$el Allende' >A

pesar de estas semejanzas superficiales, que forman parte de la estrategia

repro$atoria de/a casa de los espritus, confundir a 8sa$el Allende con Parca&rquez consistira en incurrir en el mismo error que considerar a Cervantes un

continuador de las novelas de ca$allera 4on Uuijote no es una imitaci"n del

Amads, es su sepulturero par"dico? 0K2 !ste reduccionismo tremendista, no

exento de notas caracterizadoras sugerentes, con tendencia a la unilateralidad

dogmatizante, instaura una peculiar visi"n de la narrativa, so$re la $ase de

arquetipos que respondiendo en lo fundamental a juicios de valor, a un

programa axiol"gico #iperestructurado, pretende desmontar la significaci"n

cultural, artstica y social de los textos del boom


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9tro acceso epistemol"gico puede #allarse en Tngel 3ama cuando se+ala

que los novsimos operan un reingreso a la #istoria y al realismo con un

>discurso del verosmil?, ajustado al tiempo contemporneo, lo que permite la

recuperaci"n de maestros como 9netti y 3ulfo >La $)squeda integradora fue,

como dijimos, tam$i%n un retorno a la #istoria, una recuperaci"n de las

tradiciones propias dentro de una perspectiva modernizadora que se aprendi"

en los mayores que #icieron la nueva narrativa latinoamericana? 0N2 !sta

experiencia se vio favorecida por la narrativa norteamericana testimonial, la

non fiction novel 0Capote, &ailer, 4octoro2 *or )ltimo precisa c"mo en el

caso cu$ano la >lecci"n #istoricista ya vena amparada por el magisterio de

Alejo Carpentier, que revivira en Lisandro 9tero? 0


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propuesto por la literatura latinoamericana fue admirado y seguido de una

manera condicional y crtica?0@2

4esde esta perspectiva, sin a$solutizar las rupturas ni a$straer los vuelcos

del transcurrir del proceso literario, a mi modo de ver, se destaca el auge de la

autorreflexividad en textos que de modo intenso y sostenido exploran,

tematizndolos, sus niveles metalingusticos, metaliterarios y metatextuales,

para ofrecer un rico tejido interdiscursivo, a menudo l)dico, intertextual y

transgen%rico, entregados sin restricciones a la #eteroglosia

!s as que la narrativa de estos )ltimos a+os puede constituir un ensayo de

reflexi"n so$re sus instrumentos y pro$lemtico sentido, tam$i%n de la

tradici"n textual en que se enmarca, cuestionando a menudo los t"picos del

realismo mgico, del folclorismo, del primitivismo cultural La o$ra narra su

#istoria, su #ec#ura, concentrada cada vez ms en el propio acto de la escrituraque se autorrepresenta como lectura, a la vez que se desacraliza la instancia

autoral como sumo protagonista del evento creativo

!n esta concepci"n transgresora, los textos son compuestos de modo

sist%mico por oposici"n y mezclas e tra$aja a fondo las posi$ilidades

comunicativas del montaje, so$re todo de las diferentes formaciones

discursivas examinadas en su interrelaci"n y a fondo, lo que pone de manifiesto

el carcter esencialmente #eterog%neo, multiforme y plurvoco del universo

narrativo en correspondencia con una determinada visi"n del mundo de la vida


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La narraci"n se re$ela contra las camisas de fuerza del discurso logocentrista

de la cultura occidental que clasifica, organiza, resume los fen"menos del

mundo real, sin explicar la naturaleza de las cosas

Como certeramente apunta Candido dominan las tendencias

desestructurantes, los textos envuelven y agreden al lector, evidenciando una

naturaleza indefini$le que aprovec#a todos los tipos de discurso >romances que

mais parecem reportagensO fotomontagensO auto$iografias com tonalidade y

t%cnica de romanceO narrativas que sVo cenas de teatroO textos feitos com a

justaposisVo de recortes, documentos, lem$ran[as, reflex\es a toda sorte? 02

con predominio de la >no ficci"n?, punto de vista tam$i%n suscrito por 3ama,

y que la narrativa de estos )ltimos a+os corro$ora, $asta recordar8oticia de un

secuestrode Parca &rquez,Paulade 8sa$el Allende, 6 rio do meio de Lya

Luft

La narraci"n descentrada y la dispersi"n de la conciencia de los personajes,

incluido narrador y narratario, la fragmentaci"n del discurso como expresi"n

del gusto por los segmentos, lo discontinuo y transformacional, viene a ser una

forma natural, constitutiva, pertinente All, en el universo de la narraci"n,

proliferan las alternativas, para fundarse un espacio a$ierto a m)ltiples

posi$ilidades 5am$i%n el lenguaje sigue transformndose, muy cercano al

#a$la !l escritor adopta una actitud inicialmente par"dica que puede incluir

tanto el simulacro de un estilo lingQstico neo$arroco cultista, como el lenguaje


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de los medios masivos de comunicaci"n 0cine, telenovelas, comics, narrativa

trivial2, a ms del de la m)sica y las diversas manifestaciones de la cultura

popularO y termina por incorporarlos, ms all del pastic#e, en una proceso

artsticamente productivo de cani$alizaci"n, de cruces, confrontaciones y

contaminaciones interdiscursivas, trascendida la conciencia de la su$versi"n

Bordeando ya la indiferencia, al autor le es in#erente una actitud ms li$re y

desprejuiciada, en la que con frecuencia funda su legitimidad

!stas prcticas #acen pensar no solo en la potenciaci"n de renovados

sistemas est%ticos comunicativos, significativamente afines a la vanguardia,

sino tam$i%n en un nuevo #umanismo realista, a veces #iperrrealista y

minimalista, de %nfasis en la relatos peque+os, ajeno al esencialismo y a los

significados trascendentes, despu%s de las consagraciones del realismo figural y

sim$"lico, de las dimensiones mticas y mgicas de los maestros de la nuevanovela Como Mrmeta reconoce >donde ellos se distancian a$arcadores,

nosotros nos acercamos a la cotidianidad con la o$sesi"n de un miope? 02

:umor desmitificante, sentido l)dico, gusto por las simulaciones, la desmesura,

los grotescos y mundos alucinados, pero en un relativo tono menor y a partir

de una visi"n desde el individuo, desde la personalidad descentrada que da

cuenta de su crisis telel"gica de trascendencia y destinoO todo ello alterna o

convive con una actitud contestataria, antiautoritaria y desacralizadora que, no


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en pocos casos, aspira a nuevas fundaciones como expresi"n de la vigencia de

los proyectos desalienadores

a manera de constante, una su$jetividad fuerte y en conflicto que asume

sus contradicciones, sin pretender convertirlas a priori en clave de un #ipot%tico

y atemporal ser, tanto g%nerico como latinoamericano 4e este modo la

$)squeda de identidad resulta una experiencia cada vez ms traumtica, si $ien

aportadora, incorporando en t%rminos explcitos no solo la pro$lemtica

#ist"rico.cultural en el sentido ms amplioO sino, adems, la de la escritura,

que arrastra con singular fuerza el de$ate so$re la imagen autoral

!videntemente el autor se interroga so$re su autoridad y legitimidad no solo

artstica, sino social, #umana, una vez que #a dejado de ser la suma instancia

productora de la textualidad

Con significativa insistencia, la narrativa nos est proponiendo una imagendel ser #umano atravesada por la crisis de valores, expresiva de la situaci"n

espiritual de nuestro tiempo, que indaga en el universo de la marginalidad, la

diferencia y la otredad, que significa no solo por sus presencias, sino tam$i%n

por sus ausenciasO acaso una explicaci"n primera de la relevancia del discurso

de las minoras %tnicas, sociales, en estos )ltimas tiempos y de la tematizaci]n

de la experiencia er"tica y, en particular, de la #omosexualidad, tan distintiva

de la narrativa actual !n este contexto toma una significaci"n especial el

desarrollo del discurso femenino en su desconstrucci"n del discurso


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#omoc%ntrico patriarcal y mac#ista porque la mujer >est presente total y

fsicamente en su voz y su o$ra escrita no es ms que la extensi"n del acto de

#a$lar, reflejo de su propia identidad? 0G2, fundi%ndose con su prctica voz y

escritura, en una relaci"n a la vez marcadamente crtica de las estructuras

sociales

La lectura, muy diferente a la de los paradigmas de las fases tempranas de

la modernidad, no se encamina a verificar la sa$idura o la co#erencia interna

del discurso, sino a explorarlo como manera de entender el mundo, de

interpretar la #istoria, de descu$rir los valores predominantes en una cultura

!n no pocos casos el texto se constituye en virtud de una estrategia

contrarreferencial de m)ltiples y proliferantes sentidos' aporas, versiones,

variantes casi siempre contradictorias, $uscando una nueva manera de

significar, de interactuar con sus referentes 5al vez por ello &anuel 4urnasegura que los narradores reinventan a Am%rica, la redefinen, mezclando una

experiencia real e inventada 0;2

in em$argo, la imaginaci"n al encarar los procesos tramadores de la

#istoria no se limita al revisionismo desconstructivo' sin la memoria #ist"rica,

que es tam$i%n la de la cultura, no #ay identidad posi$le *or tanto la lectura e

interpretaci"n de una escritura, incluyendo la de la >duda? y la >sospec#a?,

lleva al movimiento de reconstituci"n, tam$i%n augurado por la vanguardia,

aunque altamente pro$lematizado todo ello con el fundamento de un


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#umanismo prctico, antiespeculativo, de nota$le persistencia en la cultura

espiritual latinoamericana, que no de$e ser indentificado con la renuncia al

conocimiento intelectualizado 4esde Borges, #a$r que reconsiderar, a su vez,

la duda productiva, el escepticismo crtico, capaz de instaurar nuevos

#orizontes interpretativos y pragmticos As podra apreciarse en 1erra

8ostra donde, seg)n 4jalal Eadir, el supremo autor.#istoriador.el e+or es un

ejemplo mximo de imaginaci"n constructiva y mitificadora pero a la vez

endemoniado por la duda, posedo por la multiformidad de la escritura 0=2

4e aqu que lo nuevo no sea exactamente >la recuperaci"n del pasado,

sino el intento de otorgar sentido a la aventura del #om$re americano mediante

$ruscos cortes en el tiempo y el espacio que ligan anal"gicamente sucesos

dispares, sociedades dismiles, esta$leciendo de #ec#o diagramas

interpretativos de la #istoria? 0K2, en a$ierto de$ate con una temporalidad#ist"rica lineal, y su consecuente imagen #umana, conclusiva, ontoteleol"gica,

#iperestructurada &s $ien de$iera apuntarse una conciencia mayor de la

discontinuidad de la #istoria, de sus cortes, vuelcos e intermitencias, sin

minimizar sus retrocesosO punto de vista que no necesaria o exclusivamente

de$er ser rastreado en el posmodernisno metropolitano o en la matizada

conceptualizaci"n de oulcault, sino tam$i%n en el pensamiento ms cercano de

un amuel 3amos, posi$lemente de 9ctavio *az, o en las ficciones de

Carpentier y Borges que con su visi"n >anal"gica? de la temporalidad,


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contri$uyen a instaurar una perspectiva multidireccional de los tiempos

#ist"ricos, del tiempo #umanizado y de las tremenda complejidad #umana

i en verdad no faltan notas autodestructivas, a$solutizadoras de la

desconstrucci"n y ni#ilistas en la #ora literaria actual, con una visi"n ms

integradora de la narrativa, pudiera suscri$irse el criterio de 9ctavio *az

cuando afirma' >La modernidad es sin"nimo de crtica y se identifica con el

cam$io, no es la afirmaci"n de un principio atemporal, sino el despliegue de la

raz"n crtica que sin cesar se interroga, se examina y se distingue por renacer

de nuevo? 0N2 Autoconsciente desde su condici"n est%tica de la #eterogenidad

y de su alteridad, de la crtica y la necesidad de actuar en el mundo de la vida,

porque >si el arte es un espejo del mundo, ese espejo es mgico, lo cam$ia?

0G


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para el de$ate :ipot%ticamente, cito algunas La envergadura y vigencia

est%ticas, so$re todo a nivel de po%tica narrativa, de la experiencia

vanguardistaRmodernista que marca el inicio de un proceso de $)squeda de

nuevas estrategias comunicativas a$ierto #asta nuestro das !l gran alcance

est%tico y cultural de la narrativa latinoamericana de los a+os < y G< 0'l reino

de este mundo, Pedro P#ramo, 9rande -ert:o( ;eredas2 que forman parte de

un corpus narrativo co#erente en su diversidad, visi"n generalmente referida al

boom narrativo posterior 5am$i%n la dial%ctica de continuidadRruptura como

una constante mayor de la renovaci"n narrativa desde los a+os @o$jetividad?,

defiende determinados presupuestos !n el fondo de este despliegue temporal,

que pretende identificar lneas principales de desarrollo de nuestra narrativa y

considerarla como #ec#o cultural complejo, a ning)n lector atento se le escapa

que queda latente la pregunta so$re su relaci"n con la l"gica cultural dominante

a partir de la segunda mitad del siglo // a escala mundial, pensando en

t%rminos de cultura occidental mayormente in em$argo, ms productivo

puede resultar preguntarnos c"mo participamos en la contemporaneidad c"mo

nos concierne su de$ate, de modo que el pro$lema tiene necesariamente que

ser formulado desde la perspectiva propia, en contraposici"n a

pensar la narrativa. (por aimée bolaños)

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