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Otto Friedrich Bollnow

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Prólogo de Víctor d'Ors

1 Editorial Labor, S- A.

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1 | La estructura elemental del espacio

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1 / ' 1. El concepto de espacio en Aristóteles

\ Para librarnos de una concepción parcial del espacio, condicionada por las ciencias naturales modernas y convertida hoy en algo habitual, sería conveniente dirigir antes una mirada a otros conceptos del espacio aún no influidos por aquéllas?) Inmediatamente nos encontramos ante la dificultad de que si bien es cierto que estos conceptos sirven de base al pensamiento de modo irreflexivo, rara vez se hacen conscientes como tales y son pronunciadas de modo expreso. En este punto nos puede guiar una refeanncia_a_. Aristóteles, que por primera vez en la historia del pensamiento occidental trata detalladamente el problema del espacio en el cuarto libro de su Física, en que resume la concepción griega del espacio y entra en discusión detenida con las diferentes opiniones exis­tentes. En él ya se encuentra la combinación, usual en la evolución pos­terior, de espacio y tiempo, o según sus propios conceptos, de «-triiwe» y «xp'ivoc»- No es nuestra tarea seguir en detalle la muy diferenciada des­cripción de Aristóteles. Sólo quisiera poner de relieve algunos puntos en que destaca lo distinto, por no decir lo extraño, de sus concepciones.

1) El lugar natura!

A estas concepciones pertenece ante todo la tesis de que el espacio tiene en sí una estructura natural y que cada uno de los cuatro elementos que se distinguían en aquel tiempo (fuego, aire, agua, tierra) tiene su sitio determinado, donde debe estar y donde tiende a colocarse siempre de nuevo. Así comenta Aristóteles: «Cuando no encuentra obstáculos, cada elemento tiende imperiosamente a su sitio, uno hacia arriba, el otro ha cia abajo y a las restantes de las seis direcciones».' Esto difiere total­mente del modo co no so'emnos ver el espacio. Esto no se considera aquí homogéneo, sino que en él se distinguen partes y tipos (uipr] y £ÍSn); más tarde, y con mayor exactitud, se les califica de direcciones (SmfftátfEur): si arriba y el abajo, el delante y el detrás, la derecha y la izquierda. Hoy diríamos que es el sistema de referencia dado por el cuerpo humano, que estructura el espacio y sobre el que volveremos

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1 ARISTóTELES, Física, 208 b. Me atengo a la traducción, más reciente, de P. GOHL-KF: ARISTóTELES, Die Lckrschriften, Paderborn, 1956. También sigue prestando bue­nos servicios la traducción d; C. Prantl, Ixipzig, 1854.

t Olio Fricdrich - Hombce y especio

34 La estructura elemental del espacio í f **»H»! -

a estructura elemental del espacio 35

detalladamente. Pero Aristóteles vajnásJ|ejp5_aún_afirrnando quejestas leyes no sólo scm^yálidaSj^^j^oóa!0 relativo, para el holrTore, sino qué existen ppx_flatujcaleza.. «Estas direcciones, arriba y~abajo~ derecha e izquierda —dice—, no lo son sólo con respecto a nosotros; desde nues­tro punto de vista no son siempre constantes; dependen del lugar que ocupemos, por lo que frecuentemente arriba y abajo, derecha e izquier­da, delante y detrás son lo mismo. Pero en la naturaleza cada una de las direcciones está individualmente determinada. Arriba no es una direc­ción cualquiera, sino aquella a donde son llevados la llama y lo ligero. Igualmente, abajo no es algo arbitrario, sino el lugar donde se encuentran la tierra y lo pesado. Así, pues, las direcciones no se distinguen sólo por la situación (ift GECTEL), sino también por su efecto (TT¡ Suvipsi)-2

la tierra y lo pesado. Así, pues, las direcciones no se distinguen sólo Aristóteles dice con acierto que estas direcciones, en cuanto esj^án re­lacionadas con eLhombre, jyaríammcn_Ja.mQsición de.éste. Lo que para uno es la derecha es para otro la izquierda, y lo que un momento antes era delante, en cuanto se ha girado puede ser detrás.

Hasta aquí el comienzo es evidente y el pensamiento moderno de­duciría de ello la exigencia de desprenderse de tales leyes condicionadas subjetivamente. Muy otro es el caso de Aristóteles, pues estas definicio­nes no son para él sólo relativas respecto ai hombre, sino que existen por naturaleza. «En la naturaleza cada dirección está determinrda in­dividualmente.» Pero es muy significativo que Aristóteles sólo aplique este orden en la antítesis, para él fundamental, de arriba y abajo. «Por ello arriba no es una dirección cualquiera, sino aquella a donde son llevados la llama y lo ligero. Igualmente abajo no es algo arbitrario, sino el lugar donde so encuentran la tierra y lo pesado.» Los otros dos pares antitéticos nc son mencionados, y evidentemente desligarlos de su relatividad con respecto al hombre hubiera presentado mayores difi­cultades. Al mismo respecto, a la altura y la profundidad corresponde una estructuración natural del espacio en que cada elemento tiene su sitio, ai que pertenece y al que vuelve si no se lo impiden otras fuerzas. En este orden de ideas, pab]a_Aristóteles de que no soto «existe»,,el espacio, sino.que además «tiene una~füerzá"~própi¥»7 qííé «ejerce cierto efecto^Jo como quiera traducirse" (STI = X " ttVfli 8ivau.iv).J Así, pues, es un espacio atravesado por fuerzas interiores, que casi se podría conce­bir como un campo de fuerzas en el sentido de la física moderna.

Pero es necesario hacer una lestricción. Cuando decíamos que cada elemento tiende a su lugar natural habíamos traducido, siguiendo el curso del contexto, la palabra griega TóTOC- por «lugar», y no por «es­pacio» como lo sugeriría el paralelismo con «tiempo» y como suele

2 ARISTóTELES, op. cit., 200 b, ' Ibid, 208 b.

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ocurrir generalmente en las interpretaciones de Aristóteles.4 Y en prin­cipio es la traducción literal, pues {TóTOC- significa, «lugar, sitio, empla-1 zamiento» y también «pasaje comprobante de un autor». La frase ci-> tada expresa que todo tiene; en el espacio su lugar naturaQLa palabra < alemana Raum («espacio») se traduciría en griego más bien/por xtópa, que a su vez se deriva de ¿upéio. lo que significa en primer lugar dar espacio y hacer sitio, y en sentido más general, ceder y retroceder, y especialmente refiriéndose a vasijas significa «poder contener algo, te­ner espacio para recibir algo». De ahí que x">pa sea el espacio en el sentido de espacio intermedio, holgura, trecho.

^ 2) El espacio como continente

Así, pues, podría suponerse que sólo la traducción impropia de TóTíOC;, introducida por los tratados sobre la física aristotélica en el sen­tido de espacio, ha creado al parecer un problema que no existía en el texto griego. Pero la dificultad no es tan fácil de eliminar, pues en la ordenación natural de ios -cóTtoe/, se trata de una estructuración del espacio y por lo tamo de una afirmación, en principio muy determi­nada y extraña para nosotros, sobre la constitución del espacio. Pero aun es dudoso que se haga justicia a lo que Aristóteles concibe bajo rrircoc" traduciéndolo por «lugar». Aunque con ello evitemos las dificul­tades creadas por la traducción «espacio», el desarrollo ulterior de las deliberaciones de Aristóteles conduce a nuevas dificultades en que no puede mantenerse la traducción «lugar». Pues mientras en alemán Ort («lugar») es algo puntual —este lugar determinado que puedo señalar con el dedo—, la palabra TóTCOC;, al menos como la emplea Aristóteles, implica también cierta amplitud, un volumen espacial.

Partiendo de la pregunta de qué ocurre cuando dos cuerpos inter­cambian sus sitios —cuai do ahora hay agua donde antes había aire—, dice Aristóteles de que .el espacio _narece ser «una especie de vasi­ja», siendo una vasija un «espacio transportable»,5 mientras que, por el contrario, eLespacio es «una esp^cy» de vasija imnóyÜL»-c Así, pues, el torcer tiene una determinada extensión espacial, «envuelve a su obje­to».7 Aristóteles lo define, más exactamente como «el limite del cuerpo envolvente» o «la envoltura del medio envolvente»,8 es decir, como una

* Por ello insiste üohlke: «A veces la traducción de TóTCOC presenta dificultades, porque puede significar tarro 'lugar" como "espacio"». Por este motivo emplea ambas posibilidades o bien, eludiendo la elección, habla de «lugar y espacio» donde Prantl ha usado exclusivamente «espacio».

! ARISTóTELES, OP. cíe, 209 b. 4 Id., 212 a. 1 Id., 211 a. 1 Id., 211 b v 212 a.

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36 La estructura elemental del espacio La estructura elemental de! espacio 37 •

especie de piel que le cubre. Y esta propiedad no se puede expresar suficientemente con la palabra alemana Ort («lugar»).

En la comparación con una vasija se pone especialmente de mani­fiesto su discrepancia respecto a nuestras concepciones modernas del esDacioj^el espacio n o e s i r n sistema de reláciorIes~grñreJas_cqsasJ_sirI^ l a delimitacÍcñ7Tealizaaa~ desdje_gLjateriojZ-d^ un Cbjefor El"éspaclo es el espacio hueco limitado por una envoltura que le rodea y en el cual dicho objeto cabe perfectamente; por ello es necesariamente de las mismas dimensiones que el objeto que lo ocupa. 9 Como tal espacio hueco, es necesariamente finito. ÍSótoj^s^pjfi-ble hablar de espacio en la medida en que algo está rodeado_jjor_algo ] distinto de éLnmsmji, Más allá ía palabra pierde su sentido. Por eso Aristóteles dice expresamente: «Sólo un cuerpo que tiene a otro alre­dedor imrñ^enyo t tu ra_^s t a^^ que no lo tiene, no lo

I está».(™)Áquí se manifiesta de nuevo la diferencia" cem^ó"qüe "designa Ort en alemán, pues los lugares se encuentran necesariamente uno al lado del otro, pero espacios (en el sentido aristotélico de IóTZOO pueden estar uno dentro del otro, el menor en el mayor envolvente. Y así se constituye una sucesión gradual que conduce a espacios cada vez más vastos y surge la pregunta acerca de un espacio omnienvolvente.

De ese modo esta idea se transmite a la totalidad del universo. Aristóteles dice: «Por ello se encuentra la tierra en el agua, el agua en el aire, éste en el éter, el éter en el cielo, pero éste ya no está con­tenido en otra cosa». " Y como el espacio implica siempre algo diferente de él, envolvente, el_^ieJo_no_j;stá ^lentrp del espacio, s i n o a u e .espa­cio, en el sentido más amplio posible, es_todo ío abrazado por el cielo. «Pero el cielo mismo no es el espacio,12 sino [el espacio es] sólo su [del cielo] límite interior, que toca el borde del cuerpo móvil sin mo­verse él mismo.» IJ Así, pues, el espacio es necesariamente finito; a sa­ber : el espacio hueco cernido por la bóveda celeste.14 Los problemas de la astronomía aristotélica —especialmente qué ocurre con este mo­tor inmóvil— no serán aquí considerados. Es esencial en su concepto del espacio que éste es para él un espacio hueco, limitado desde el exterior y lleno en sí, y en este sentido es necesariamente un espacio finito. Y es asimismo importante que para él no tiene sentido concreto preguntar más allá de! espacio lleno por uno vacío. No. Jtay_ espacio vacío.

' ARISTú! nnfrnr at., ¿u a.

" id.', mi. a Gohlke traduce aquí: «lugar». 13 ARISTóTEIüS, 212 b. " Con toda razón afirma Gohlke: «Según esto, la esfera celeste es una envoltura

hacia el interic", mas no lo es hacia el exterior» (p. 324).

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Me interrumpo aquí, pues no se trata de hacer una interpretación de Aristóteles, sino exclusivamente de poner de relieve algunos puntos que nos sorprenden —considerando nuestras habituales concepciones del espacio— y que son por ello adecuados para procurarnos algunos puntos de vista út i lespai-a los análisis posteriores. En este sentido resumo lo siguiente: Aristóteles no considera siquiera un espacio ho-

\mogéneo que se extiende al infinito, ya que los griegos enfocan el pro­blema desde una posición diferente. Su primera pregunta es: ¿Adonde pertenece esto? Lo cual significa que preguntan por la estructura natu­ral del espacio, en que todo tiene su lugar propio y adecuado. Y este lugar lo tiene por naturaleza y no por habérselo destinado el hombre. Es un espacio de ordenación cósmica, necesariamente finito y suscep­tible de ser abarcado con la vista. Por ello el espacio no llega más allá de las cosas que le llenan.

Aristóteles sólo aplica y demuestra este pensamiento en los cua­tro «elementos», pero quizá se le podría aplicar además a los diferen­tes objetos existentes por naturaleza en el espacio, que también tienen su lugar natural. Y en este marco podría incluirse finalmente la ordena­ción humana del espacio, que a su vez les designa a las cosas (huma­nas) su espacio, pero que al mismo tiempo debería ser incluida en el orden cósmico universal. De ahí surge un sinnúmero de preguntas nuevas.

2. Uso y etimología

1) El empleo usual en el Idioma

Después de que, tras una breve ojeada sobre Aristóteles, hemos relajado un poco las ideas fijas condicionadas por el concepto físico moderno del espacio, estamos preparados para considerar con impar­cialidad lo que en la acepción ordinaria del idioma aiemán se califica de espacio. De antemano prescindimos del empleo idiomático científico derivado, en que se habla «del» espacio como de una concepción huma­na, del espacio euclidiano, así como de los espacios no euclidianos. También prescindiendo de la jerga, hoy tan difundida, que emplea el concepto de espacio en un sentido figurado indeterminado y difícil­mente comprensible, como cuando habla de mi espacio «económico», «político» o también «poético» y entiende con ello algo así como ámbi­tos en los cuales se desarrollan los fenómenos considerados.

Nosotros emplearemos, por ei contrario, la palabra espacio en su sentido natural, vigeror-o e inmediato que aún no está cargado de tales vicios.

38 La estructura elemental del espacio

Nos llama la atención que el vocablo Raum («espacio»), con artícu­lo determinado o indeterminado, sólo aparece en alemán con el signi­ficado de Raum («habitación») como una parte de la casa, es decir, como concepto genérico que comprende las habitaciones, alcobas, la cocina y las otras piezas. Así, pues, Raum designa aquí las unidades de que se compone una vivienda. En este sentido, espacio es una parte independiente de la casa y dividida por tabiques, que a su vez puede servir para diversas finalidades. Así se habla de Wohnraume («cuartos de estar»), de Büroráume («oficinas»), de Nebenraume («cuartos con­tiguos»), . etc. Muy significativo es el ejemplo de Versammlungsraum («local de reunión»), pues si la reunión se celebra al aire libre se habla de Platz («sitio») o de Ort («lugar») de la reunión, pero no de Raum («local»), con lo que se pone de manifiesto que Raum significa aquí siempre una parte de un edificio, es decir, algo aislado del mundo cir­cundante, un espacio hueco. Este empleo idiomático no existe del mis­mo modo en las otras lenguas. Cuando en francés se habla de piéce la cuestión que nos interesa queda excluida por el uso que se hace del término en esta lengua. Así, pues, podemos desentendernos de esta acep­ción de la palabra. Por otra parte, el término Raum —empleado sin artículo— aparece como elemento de ciertas locuciones fijas y tendre­mos que recurrir a éstas primero si queremos comprender a qué se refiere el lenguaje no influido por la ciencia, cuando emplea el término Raum. Así se habla de que se tiene espacio, o de que se necesita espa­cio para desplegarse y que por consiguiente uno se crea espacio. Así, por ejemplo, cuenta el relato de la Natividad que hubo que poner al Niño en un pesebre porque no había espacio en el albergue (kein Raum in der Herberge). También el proverbio alemán frecuentemente citado dice que «para una pareja de enamorados felices hay espacio incluso en la cabana más pequeña»,1S un hecho al que nos referiremos más adelante en otro orden de ideas. En análogo sentido se habla tam­bién de una vivienda espaciosa, etc. Raum equivale aquí siempre a un espacio disponible, no ocupado por otra cosa, un espacio en que uno puede moverse libremente. En sentido figurado también se dice que se le «da espacio (en nuestro interior)» a pensamientos y sensaciones, por ejemplo, a una sospecha (Raum gewáhren).

Así, pues, en el sentido más amplio, espacio es el Spielraum (el «margen de libertad» de un movimiento), el Ztvischenraum («espacio intermedio entre las cosas»), el «espacio libre» alrededor de un hom­bre. La estrechez y la amplitud son las propiedades primitivas de este espacio. El espacio se hace escaso, de modo que nos sentimos agobia­dos, o bien el espacio es tan abundante que se le puede manejar con prodigalidad. La así llamada infinitud del espado no se coruuYÍera_aquí

MMMH 15 F SCHILLER, Der Parasii. Samtliche Vv'erke. Sakularausgabe, ed. por E. v. d.

Hellen, IX, 305.

La estructura elemental del espacio 3S

como tampo-o en Aristótries, porque carece de sentido hablar de espa­cio en t an tono pueda ser j lenado por una necesidadvital concreta. "El espacio nunca llega más allá del alcance de la vida, que debe ser lle­nado de modo concreto, Se puede tener mucho espacio, pero tener cantidad infinita de espacio sólo puede significar: más espacio del que podamos jamás emplear.

y 2) Indicaciones etimológicas

a) Esta tesis encuentra su confirmación cuando para nuestra in­terpretación recurrimos a las referencias etimológicas que nos ofrecen los léxicos. Así, el Grimmsche Wórterbuch16 dice de la significación primitiva de la palabra rdumen («evacuar, desocupar, despejar»): «crear un espacio, un claro en el bosque con el propósito de la roturación o de la colonización». De ahí viene determinado el sustantivo Raum. Se­gún Grimm, los diversos documentos comprobantes antiguos califican la palabra Raum de «término antiquísimo de los colonos [...] que designa en primer lugar la acción de roturar y de despejar una selva para fundar un lugar de establecimiento [...] y finalmente la colonia misma así obtenida». Estas indicaciones son muy significativas. En este sentido original el espacio aún no existe, sino que es obtenido gracias a una actividad humana, arrancándosele por la roza a la selva (que por consiguiente no es espacio). Sabemos por el léxico de Kluge-Gotze " que, en este mismo sentido, se formó a partir de un adjetivo de la lengua germánica común en el sentido de «vasto» (geraumig) y que en sus tempranas derivaciones equivalía a «sitio libre, campamento, asiento, cama». En una significación ya más amplia, el espacio designa aquí un espacio hueco que recibe, protector, al hombre, en el que éste puede moverse libremente, y que es separado de un algo que le rodea que ya no es calificado de espacio. Cierto sentimiento de protección parece vibrar en todo ello. En sentido análogo, la bodega de un barco (Lade-raum) es el lugar en el interior de un barco destinado a recibir la car­ga. Aquí también existe la imagen de un espacio cerrado disponible. El espacio es además lo que se encuentra entre las cosas, aunque con ello se desvanezca la irr agen del espacio hueco. Los objetos dejan más o menos espacio. Así, par ejemplo, se habla de dos «montañas rocosas que apenas dejar; abrirse paso a un riachuelo». :8 Así, pues, Raum es el espacio, frecuentemente reducido, necesario para él movimiento A ello

16 J. y W. GRUOI, Deutjches Wórterbuch, Leipzig, 1854 y ss. " F. KLUGE, Eiymologisches VJórierbuch áer deutschen Sprache. 11.a, ed. por

A. Gdtze. Berlín y Leipzig, 1934. " H. EYTH, citado en el Trübners Deutsches Wórterbuch, ed. por A. Gotze,

Berlín, 1939 y ss. «[...] zvei Felsbergen, die kaum dem Flüsschen Raum lassen, sich durchzudrangen».

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. » 40 La estructura elemental del espacio

corresponde otro ejemplo que reza: «Se bailó sobre el suelo, es decir, que quien hubiese conquistado dos pies de espacio giraba sin cesar en el mismo sitio».1!' Aquí el espacio también es el espacio necesario para el movimiento que hay que ganarse por la lucha. Este espacio puede ser estrecho. «A su alrededor, a su lado, ni un pie de espacio», dice un ejemplo. Aquí, el hombre está atrapado de modo que no puede moverse

; libremente. [El e^spacio^ej^jiempi^^spaci^lUore para algo, especialmen­te para un m ó v ñ ^ n t q , . para_un despliegue libre y, p a r a l a acepción común, el espacio termina allí donde las cosas impiden que continúe

; el movimiento. Pero el espacio también puede ser vastoTJcilke expresa muy bellamente una feliz experiencia: «Fue como si las cosas se reunie­sen para hacer espacio».*> En todos estos casos, espacio es algo concre­to condicionado por la situación. Y cuando en sentido figurado se siente una situación como oprimente, es porque detrás de ello existe la idea primitiva de la falta de espacio para el movimiento. Así se habla en general de una falta de espacio, de una explotación ventajosa del espa­cio, o también de un derroche de espacio. Sej_comu_se_cmvsidereJep

/todos estos casos del empleo Irabitua^en^eljenguaje^ el espacio no. sig-/ nifica un «coniipm-o^que^ábT^ce a Jodo^in^tqxI i r iSn<}Bsional , sino i que está referido a una vida que se desarrolla en él. (Solo hay espacio i en relación a un movimiento considerado como vivo^Aun cuando se/ i habla de espacio refiriéndose a seres no humano£[ (corno hace un ins-i j tante del riachuelo), sólo es posible hacerlo siempre y cuando se mué-/

van y que por ello puedan ser pensados como animados.

El espacio necesario depende considerablemente de las propias exi­gencias. Goethe dijo en cierta ocasión: «No sabes cuánto sitio se en­cuentra cuandj se necesita poco espacio».21 A esto también alude el conocido refrán que reza: «De borregos pacientes muchos caben en un redil». Cuanto menor sea el espacioexigido por cada uno, más hom-bi'es encontrarán sitio en un local. |Con toda convicción dice Schiller: «'Espacio para todos tiene la t ierra»,n en que espacio está empleado en el sentido mas general de espacio vital, es decir, como posibilidad para desplegar la vida h u m a n a j

Perc cor, ello se ensancha el concepto de espacio, pierde las barre­ras má: o menos oprimentes. Así existe el giro de la mar espaciosa, como el mar libre y abier to . u Y sobre todo, el espacio aéreo como espa-

A. v. DKtóre-HÜLSHOFF, citada en el Trübners Deutsches Wórterbuck. " R. M. úíLKE, Briefe aus den labren, 1914-1921, 1937, p. 94. 11 J. W. GOETHE, Wilhclm Meisiers Lehrjahre, Gedenkausgabe, ed. por E. Beut-

ler, VII, 303. " ScH.uta, Der Alpenjager, I, 10»

El Trübners Deutsches Worterbvch, que consultamos reiteradas veces, no se citarA especialmente en lo sucesivo.

, ••'•

La estructura e!errent£¡ del espacio 4 t

ció libre para un movimiento de alcance infinito, avoque a me-limitado en pensamiento, como por ejemplo:

..do sólo

cuando sobre nosotros, en el azul espacio lanza la alondra su briosa canción.:< /

• También gusta de recurrir al plural aumentativo cuando se habla

de espacios celestes. Esta imagen interviene en la frase de Hesse: «De­bemos atravesar serenos espacio tras espacio».25 Aquí también se sien­te el entusiasmo ocasionado por la libre acción de unas barreras opri­mentes: «El espíritu del siglo no nos encadenará ni nos oprimirá».

Frente a este plural, el espacio cósmico interestelar, en que actual­mente está empezando a extenderse una navegación espacial, está ne­cesariamente empleado en singular.

b) Esta descripción se ve confirmada y enriquecida si consulta­mos las locuciones verbales correspondientes. El verbo rnumen, cuyo significado fundamental ya habíamos indicado, equivale en su evolu­ción posterior a: «abandonar un espacio ocupado hasta ese momento». El adversario derrotado abandona el campo de batalla (das Schlacht-feld raumen) retirando sus tropas. El inquilino qv.e se muda desocupa la casa (die Wohnung raimen) y quitando sus Ynuebles crea allí espacio para nuevos inquilinos. Los policías evacúan la saia (den Saal raumen) cuando ha estallado una pelea. Por la liquidación ( Raumungsausverk-auf), el comerciante se procura sitio para nuevas mercancías. En este sentido, Raumen significa también: «quitar de en medio» (aus dem Weg raumen) y finalmente equivale a «limpiar». Se limpia la mesa, se limpia la estufa o el fogón quitando los residuos de ceniza y de hollín. Para precisar se dice también «quitar» (abraumm) y «vaciar» (aus-ráumen) o «quitar de en medio» (wegraumen).

A este orden de ideas pertenece también el t< rmino einraumen en una de sus acepciones. Significa «hacerle sitio a otro». Así, en una dis­cusión, significa también abandonar su propia posición porque se re­conoce que la objeción del adversario es legítima. En el otro sentido, einraumen se refiere al hecho de colocar o poner en un local, en una habitación en la que uno va a instalarse, los objetos que de ahora en adelante serán empleados, en un aimario nuevo o nuevamente utilizado, en el cajón de una cómoda o en algo semej/tnte. No se tiran los objetos adentro, sino que en este espacio limitado se crea un orden, destinán­dole a cada objeto, que hasta aquí se encontraba eri un lugar cualquie­ra, un sitio determinado, que seiá el suyo a partir de ahora.

Del mismo modo se arregla un cuarto (raumt man auf) colocando

v GOETHE, Faust, 1.» parte, v. 76. " H. HESSE, Das Glaspcrlenspiel. Gesammelts Dichtungen, 1952, VI, 556.

_—. ..._ .

La estructura elemental del espacio

de nuevo en su sitio todo lo que está disperso sin orden ni concierto a causa de un empleo negligente, y así se obtiene, después del desorden opresor, espacio para moverse o, como se dice en el lenguaje descuida­do, «se consigue respiro». De aufgeraumt, en sentido figurado, también se puede calificar un estado anímico. Ante todo, la palabra significa «que piensa con claridad», no limitado por prejuicios incontrolados, parecido al significado posterior del término aufgeklart («ilustrado»), y especialmente «alegre». «Con todos era ella amable, complaciente y alegre»,26 dice la significativa combinación de un texto, o en la conocida poesía de Goethe:

Sankt Peter war nicht aufgeraumt. Er hatte so eben im Gehen getraumt*27

Aquí se distingue muy bien esta nueva significación. El no estaba aufgeraumt, como una alcoba desordenada: no estaba libre para la interpelación dirigida a él, porque estaba lleno de pensamientos com­pletamente ajenos; no estaba «disponible», en el sentido de Marcel.

c) Como hilo conductor para análisis ulteriores se pueden resu­mir las conclusiones obtenidas del lenguaje bajo los puntos siguientes:

_cs» 1) Espacio es lo envolvente, en que todo tiene su sitio, su lugar O su puesto.

2) Espacio es el «margen de juego» que el hombre necesita para poder moverse libremente.

3) Espacio es, en su significación etimológica primaria, el claro creado en el bosque por la roza como lugar para una colonia humana. Así, pues, el espacio es, en su origen, un espacio hueco.

4) Pispado es, además, el espacio no oprimen te, pero fundamental­mente cerrado; no es infinito por naturaleza.

5) Incluso en el caso del «espacio libre» no se trata de una infini­tud abstracta, sino de la posibilidad de un avance sin impedi­mentos. Así, por ejemplo, como la alondra en el aire, como la amplitud de la llanura que se extiende.

6) Espacio se convierte, pues, en el espacio de despliegue de la vi.la humana, que es medido según Jos conceptos subjetivo-rela­té os de estrechez y amplitud.

7) £ n cuanto al «quitar espacio» y «dar espacio», se trata de la rivalidad en el afán humano de despliegue. En sus necesidades de espacio los hombres chocan y tienen que repartírselo.

•" G. W. RAEENER. citado por Trübner. * San redro de buen humor no estaba

pues acababa tie soñar mientias andaba. 21 GotniE, Ugetide, II, 109.

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La estructura elemental del espacio 43

8) El espacio como «holgura» o «margen de juego» (Spielraum) también existe entre los objetos. Pero espacio es aquí a la vez holgura para el movimiento, es espacio intermedio entre las co­sas. Sólo es espacio en cuanto está vacío, es; decir,/que sólo llega a la superficie de las cosas pero no penetre, en ellas.

9) El espacio es creado por el orden de los hombres y se pierde por su desorden.

|10) Por lo tanto, einraumen («colocar») y aufr'dumen («poner en orden») son formas de organización de la esfera vital humana, en que se crea espacio para una actividad útil.

^ 3) Lugares y sitios en el espacio

Después de haber conocido el espacio cerno el todo omnienvolven-te, tenemos que dirigirnos a su contextura interna y a los calificativos que la lengua ha puesto a nuestra disposición. JEiT_el_espacio se habla de lugares, sitios, puestos y semejantes. Por ello hay quegjietejTOinar primero la relación así corrió" (HHñexó~_qüe liga estas palabras entre. sL En la aproximación más simplificada se puede calificar esta relación como la de puntos dentro de un continuo. Así resume el Grimmsche

\ Wórterbuch esta relación: «Espacio es en principio el sitio apropiado para un despliegue o una extensión. Su antítesis es el lugar que apa­rece luego en un tal espacio». Y análogamente habrá que concebirlo en los otros términos. Así, pues, tenemos que examinar individualmente cada una de estas palabras.

a) El concepto más claro es el de Orí («mgar»). La etimología nos da buenos medios para una comprensión m i s precisa de la pala­bra. Como significado fundamental se cita «punta» (Spitze), especial­mente «punta de lanza» (Speerspitze). Por ejemplo, en el conocido pasaje del Hildebrandsiied en que la palabra nos es transmitida por primera vez. Hildebrand y Hadubiand estaban frente a frente ort widar orte, es decir, una punta de lanza dirigida contra la otra. Este origen está aún contenido en otras acepciones: el zapatero emplea como he­rramienta un Ort, es decir, una lezna. Desde el punto de vista geográ­fico, Ort es una punta afilada de tierra que pendra en c¡ mar; así, por ejemplo, el Iiarsser ür t , en el mar Báltica, o el Ruhrort, la punta en la desembocadura de un afluente. El minero también trabaja vor Ort («abre la cava») cuando, encontrándose en la «pi nta» de la galería, pe­netra cavando en la roca. El térrnino Ort siernjue designa jana punta.

Estas referencias etimoTogTÍ as marcan claramente la significación general del lugar (Ort) con relación al espacio. Ort siempre tiene algo de puntual. Se le puede señalar. Designa u.a punTOrihjalenlEusunerficie terrestre. Pero este concepto se ha reducido hasta quedar fijado en el

•o i~?-.vfr, r

44 La es.ructi.ra elemental del espacio

sentidüLjleJ[Qcalid;jd. (Ortschaft), es decir, como calificativo de una colo­nia humana. En este sentido hay una Ortsangabe («indicación de lugar»), un Wohnort («lugar de residencia»), un Geburtsort («lugar de naci­miento»). Pero también se habla del lugar de una estrella fija, de un lugar geométrico, etc., y en sentido figurado del lugar de un pasaje citado.

Si a part ir de esto se quiere delimitar su significación, en Ort no interviene la idea de extensión ni la de superficie o espacio ocupado como en el caso de Platz («plaza, sitio, asiento, solar, emplazamiento», etcétera). No se puede decir que algo tiene lugar o que necesita su lu­gar (Ort), del mismo modo que necesita su Platz, sino que Ort es siem­pre un lugar de emplazamiento determinado y exactamente fijado.jOrí-siempre guarda esta calidad de «podérsele señalar con eL-dedo*. Es «este» lugar determinado, en contraposición a otros. Por ello no se pueden cambiar los lugares como se intercambian sitios (Pliitze) y puestos (Stelíen), sino que sólo puede uno trasladarse a «otro» lugar (Ort). Este carácter puntual es la diferencia más perfilada entre Ort y las demás formas espaciales por pequeñas que sean. Una localidad, una ciudad o mi pueblo tampoco son «lugares» por su extensión espa­cial, sino porque están situados en «este» determinado sitio.

b) Stelle (< sitio, puesto, lugar, paraje, punto», etc.) se aproxima mucho a Ort, pues designa también un punto determinado en el espa­cio, pero el sentido es diferente por tener una procedencia etimológica distinta. Stelle viene de stellcn («colocar, poner»). El verbo stellensií-niñea literalmente «hacer quedar deoie», y de aquíTíesjléíTyanTor dife­rentes significados '~ó(¿^jpm^xiCMñ^ti6>>: áüfstellen («erigir») hin-stellen («colocar >), abstellen («dejar, parar"»), etc. Aquí estamos en la misma relación de ideas que cuando hablábamos de amueblar una ha­bitación, en que se coloca cada cosa en su sitio (Platz). Stelle es el sitio determinado y fijo de una cosa. Desde el punto de vista etimoló­gico pertenece a este grupo Stall, es decir, el lugar para estar de pie (stehen), y que hoy ha quedado limitado a la acepción de establo para el ganado Con este significado de stellen están relacionados los demás giros idicroátiecs correspondientes que desempeñarán un importante papel en nuestra comprensión del espacio. También Cestell («estante­ría») como construcción para colocar algo está en íntima conexión con el hecho de amueblar una habitación. A este grupo pertenece también Bettstelle («armadura de la cama») como Gestell («armazón») para dormir, FcJirgettcll («chasis»), Stellwagen («carro de plataforma»), etc.

Así, pues. Stelle es en este sentido el Ort en que se coloca algo y en que c! objeto queda a ¡a mano para cualquier momento ulterior. Stelle cqtvvale casi a Platz («posición, emplazamiento, plaza», etc.). Es

tío correcto». En sentido análogo se puede decir que «se trae a

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alguien a uno» ( jemand zur Stelle schaffen). "Algo está presente"

(zur Stelle sein) significa tanto como «es palpable, está disponible» Pero a partir de aquí se ha generalizado este término. i^Ullees^jOrí para algo, como Ackerstelle («lugar de labranza»), Baustelle («lugar de construcción»), Haltstelle («parada»), Schlafstelle («alojamiento para la noche»), etc. Por ejemplo, el «lugar de construcción» es el lugar donde se construye. A menudo el significado de Stelle se acerca tanto al de Ort que es muy difícil trazar un límite entre ambos. Así, pues, se habla de ünfallstelle («sitio del accidente»), pero en cambio se dice Tatort («lugar del suceso»). Además, en una expresión más libre, el término Stelle puede designar lo que se encuentra en determinado sitio, desta­cándose del entorno. Así, por ejemplo, una manzana puede tener «un sitio podrido» (faule Stelle), es decir, un punto mohoso.

El vocablo Stelle ha pasado al ámbito liteiario y su significado se aproxima mucho al de «lugar citado». Así hay una Selegstelle («pasaje probatorio»), una Bibelstelle («texto de la Biblia»), etc.; no puedo en­contrar el pasaje (Stelle) en ese libro en que estaba escrita una frase que me interesaba. El Ort mencionado de una cita se refiere más a la obra y al número de la página; Stelle, en cambio, se refiere a la vez a la frase citada misma. Así se puede citar la Stelle que se encuentra en ún determinado Ort.

Partiendo de aquí se puede trasponer la palabra Stelle a otros sis­temas de relaciones y de ese modo funcionali/arla. Así, por ejemplo, hay números de varias cifras (mehrstellig).* Sobre todo el «puesto» (Stelle) que tiene un hombre puede significar su función en el orden profesional. Así, alguien busca un «puesto» de contable, y en el perió­dico hay páginas enteras de Stellenangebote («oferta; de empleos»). Hay una Arbeitstelle («lugar de trabajo»), una Lehrstelle («lugar de apren­dizaje»); se dice que alguien está stellenlos («sin empleo») y que en­tonces se dirige a la Stellenvermittlung («agencia de colocación»). Y, sin embargo, aquí parece existir cierta diferencia: alguien busca un Arbelts-platz («empico»), y aquí parece que Platz en sentido general significa que allí el hombre se encuentra colocado y amparado. Por el contra­rio, Stelle («puesto») designa más bien la tarea especial que tiene que desempeñar allí. En el sentido funcional también existe un Steilvertreter («representante») que, en caso de necesidad, ocupa el lugar del verda­dero propietario. Análogamente, hay Amtsstellen '«oficinas públicas»), y las directivas provienen del «lugar supremo» ( ion hochster Stelle).

c) En lo que llevamos dicho, la palabra Platz se había aproximado mucho a Sielle. Se coloca algo en el «puesio» correcto o en el «sitio» correcto sin que se pudiera distinguir una expresión de la otra. Pero Platz no es simplemente lo mismo que Stelle y hay que tratar de dis­tinguir entre los dos conceptos. El análisis etimológico sería infructuoso.

* Traducción literal: números de varios «puestos». (<V. del T.)

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Platz es una voz advenediza; procede del griego, de uXaTeia ó~óc;), que designaba la carie ancha, la calle principal en las ciudades de cierta importancia, de donde deriva la palabra latina platea, que además de «calle» fue adquiriendo el sentido de «patio», de «plaza», de donde sal­drá también la piazza italiana, la place francesa, etc.

En el transcurso de la evolución medieval se ensancha el significado hasta designar un espacio libre en general. Así hay un Bauplatz («solar de construcción»), un Festplatz («lugar de fiestas»), un Sportplatz («cam­po de deportes:>), un Richtplatz («lugar del suplicio»), etc. Platz es aquí el espacio libre dispuesto en cada sitio para algo y, a diferencia de otras composiciones análogas a Raum, es... el_sitio - no cubierto, a cielo raso. Hay un Sammelplatz («punto de reunión o de concentración») y un Lagerptatz '.«campamento»), un Stapelplatz («depósito») y un Handels-platz («emporio») para las mercancías; desde el punto de vista militar, hay una «plaza fuerte» (befestigter Platz) que está mandada por un «comandante de plaza» (Platzkommandanten). En un sentido más res­tringido y aplicado en particular a un hombre, PZaíz significa «Sitzplatz» («asiento») o «Stehplatz» («plaza de paseo» o «plaza sin asiento»); por ejemplo, en un teatro que tiene capacidad para determinado número de plazas, o en el vagón de un tren. Sentándose alguien, «toma asien­to» (Platz nekmen). Y así, en sentido más lato, P/atz_se^r¿myierte en el espacio ocupado por un hombre. También en ese aspecto «se le nace sitio a alguien»1 (jémand Platz machen), o «se le quita el asiento a al­guien» (¡emana den Platz wegnehmen).

A pesar de su escasez, estos datos etimológicos nos bastan para obte­ner una orientación a fin de delimitar netamente los conceptos. En todos los ejemplos, ya desde su origen griego, Platz va siempre acompa­ñado de cierta idea de extensión, de ensanchamiento en el espacio, in­cluso de cierta" amplitud." De alvííTue Platz se diferencie de Ort o de Stelle y se aproxime a espacio, por lp que habrá que aclarar la relación entre estos dos conceptos. No obstante, esta aproximación sólo es vá­lida en un sentido muy restringido. El espacio es incomparablemente más vasto. El espacio cósmico no tiene un punto análogo con Platz (a menos qua se quiera decir, de modo inadecuado, que muchas estre­llas «tienen cabida» —Platz haben— en él). Sólo en el ámbito de espa­cios má > reducidos se pueden comparar estos dos conceptos^ El Platz "es siempre limitado, creado por el hombre y dispuestc para Tus fines. Esto es también válido para los planeamientos urbanos. Por ejemplo, el Markivlatz ap laza del mercado»), es el PZaíz libre de edificios para realizar los negocios de mercado. Siempre es la disposición humana del mundo la que determina que un Ort sea Platz y la que de este modo lo crea. A.-.;', pues, en el desierto c en la meseta y cu parajes inhóspitos hay Siellen en que uno puede citarse, dado el case, pero no hay Pi'átze.

Esto también es aplicable a una escala más reducida donde el hom­bre le a\i¡ n:. .>! objeto un Platz en el espacio configurado por él mismo,

y este Platz se aproxima mucho a Stelle, en el sentido que indicamos más arriba. Sin embargo, aquí también existe una diferencia manifiesta. Al objeto le está asignado un Platz, pero se puede encontrar en una Stelle arbitraria, ocasional. En esta Stelle se «sitúa» al objeto; ello implica que haya PZaíz («sitio»). En cambio, en lo que se refiere a Platz se ha de cuidar de que en él haya suficiente Raum («espacio»). En caso de necesidad se crea PZaíz quitando otra cosa.

En este aspecto es interesante la diferencia entre Bauplatz y Batt-stelle. Bauplatz es el solar disponible para la construcción. También se le puede comprar para su utilización posterior. No será Baustelle hasta que se construya verdaderamente sobre él, y seguirá siendo Bau­stelle sólo el tiempo que duren las obras.

Raum y PZaíz se aproximan mucho en este punto, pero es aquí precisamente donde quizá se capta con la mayor precisión la diferen­cia entre ambos. «Hacemos sitio» (Platz machen) para que otra perso­na pueda pasar, es decir, nos apartamos a un lado. Le puedo ofrecer a alguien mi «sitio», mi «asiento» (Platz). Se le puede disputar a alguien su «sitio» (Platz), e incluso su «espacio» (Raum). Aquí la diferencia es evidente: en la lucha por el espacio se trata de trazar más cerca o más lejos el límite entre los espacios personales. Empero, sólo se puede entregar el Platz o quedar dueño de él, pero ambas cosas en su totali­dad. Sólo puedo crear PZaíz para un objeto quitando otra cosa. El PZaíz es una «cantidad» limitada y disponible que se puede distribuir de un modo u otro. En sentido figurado se puede aplicar a los «empleos» (Arbeitspldtze). Y así, en la vida profesional la generación de más edad le hace «sitio» (Platz) a la más joven, dejándole las plazas ocu­padas hasta entonces y jubilándose del empleo. Aquí no se gana espa­cio sino que se distribuye de nuevo el espacio existente. Bien distinto, y mucho menos susceptible de cálculo cuantitativo, sería el hecho de que la generación de más edad les dejara a los jóvenes espacio para su propio despliegue. Por ello, aunque Schiller dice: «Espacio para todos tiene la tierra», también escribe: «¡Sitio, haced sitio al gobernador!, ¡ dispersadlos!»,28 o bien: «Mujer, haz sitie o mi corcel pasará por en­cima de ti».29

Esto también es válido en un sentido más general: PZaíz designa la parte de espacio, estrechamente limitada, en que cabe algo exacta­mente hasta su límite, pero no más allá. Raum significa a la vez «Spiel-raum» («holgura, juego, margen de libertad de un movimiento»). De aquí que un «sitio» (Platz) libre sea un sitio no usado, aún disponible, exento. En este sentido también puede haber mecho sitio, pero nece­sariamente será una cantidad finita de sitio. En cambio, un espacio libre (en el sentido de Raum) abre su amplitud al movimiento. Puede

M SCHILLER, Wilhehn Tell, VII, 712. " Ibíd., VII, 255.

48 La eítructura elemental del espacio

abrirse hasta el infinito. De ahí que se pueda distinguir lo siguiente: Platz.no sóbo_es j^rueidj to por_e^ tos, petxT^am;^ es j álgocrrsplyñTble situado en el mundo; Raum, en cambio, es propio de j la córIaicioTr~trasréhaeñte del Hom5réT~En este aspecto Raum adquie- I

'"feTa^ianTacna-'.Tindamental sobre todos los «lugares» (Orte), «sitios» (Stellen) y «puestos» (Platze) en el espacio.

d) Para completar mencionaremos también el Fleck («sitio, lu­gar, punto, mancha, remiendo», etc.), que a menudo coincide con Ort y Stelle. Así leemos en Goethe: «En el barrio nuevo lo encontramos todo en su sitio [Fleck] habitual, el rey metálico continuaba galopan­do en el mismo lugar [Stelle]»; x por razones de estilo se ha cambiado la palabra, aunque el objeto permanezca el mismo. Así la expresión nicht vom Fleck kommen («no adelantar un paso») equivale a nicht von der Stelle kommen, y das Herz auf dem rechten Fleck haben («te­ner el corazón bien puesto») corresponde exactamente a das Herz auf der rechten Stelle haben. Sin remontarnos detalladamente a la historia etimológica, F.'ecfc y Flecken (y análogamente Flicken), son trozos suel­tos de un material, sobre todo pedazos sobrantes utilizados para re­mendar. «Besser ein wüster Fleck ais ein schones Loch», dice el refrán («Más vale un remiendo horroroso que un agujero hermoso»). Y así, hay remiendos muy variados: el zapatero los aplica de piel sobre los zapatos, e! sastre los hace de tela. Y al igual que tal remiendo se des­taca del rondo, así también —como anteriormente en las composicio­nes correspondientes de Stelle— existen Schmutzflecken («manchas de suciedad»), Tiutenflecken («manchas de tinta»), Fettflecken («manchas de grasa») y también, en sentido figurado, el Schandfleck («estigma, mácula»).

Lo que intmesa a nuestro punto de vista es que a una parcela de terreno también se le llama Fleck. Se habla de ein schones Fleckchen Erde («una hermosa "manchita" de tierra»), lo mismo que se emplea el término para designar una localidad: Marktflecken («aldea»). Ambos signifícalos se derivan de la misma raíz indogermánica que significa «schlagen» («golpear») y que designaba primitivamente das Breitge-schlager e («lo aplanado a base de golpes»). Para nosotros esta circuns­tancia i :obra especial relieve porque de ella se deriva la idea de la

' extensión superficial. Fieck queda siempre en el ámbito bidimensional.

e) Finalmente recordaremos el Feld («campo», etc.), superficie ex­tensa, que también ss usa en sentido figurado, como Schwerefeld («cam­po de gravitación»), elektromagnetisches Feld, para un espacio estruc­turado. Todas estas limitaciones de los significados etimológicos, estas

30 GOETHE, Brief ar. ChrUtiane, XIX, 698.

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reflexiones sobre el empleo actual en el idioma alemán, así como las incursiones en la historia etimológica no pretendían anticiparse a la investigación objetiva del problema del espacio. Sólo aspiraban a pre­parar, de modo provisional, inventivo, algunos puntos de/vista para el análisis objetivo. En este aspecto los incluimos cuando procedamos ahora al análisis propiamente dicho del espacio vivencial y vivido.

3. El sistema natural de ejes

1) Eje vertical y plano horizontal: el hombre erguido

Después de estas deliberaciones preparatorias intentaremos imagi­nar con todo detalle la constitución del espacio vivencial. Empezaremos por algunas definiciones generales y a partir de aquí intentaremos lle­gar a clasificaciones más específicas. Comenzaremos de nuevo por la diferencia, a la que ya aludimos en la introducción, respecto del espacio matemático. Habíamos_ clicho^qtqe^a^

f co, el espacio vivemcTial se caracteriza por su taita de homogeneidad.] ! Ahora debemos observar esta discrepancia analizando diversas orien-l ' taciones.

En principio expresa que en el espacio vivencial no hay direcciones axiales equivalentes, susceptibles de ser giradas arbitrariamente, sino í direcciones determinadas, señaladas, que están dadas necesariamente j por la relación del hombre con el espacio. '

Ya en Aristóteles había seis «clases» de espacio en pares corres­pondientes: arriba y abajo, delante y detrás, derecha e izquierda. Estas son direcciones que están dadas de modo natural en el espacio, debido a la postura del hombre erguido. Si bien es cierto que Aristóteles fue más lejos, estimando encontrar esta estructura, independientemente del cuerpo humano, en el espacio, donde cada objeto tendría su lugar «na­tural». Es verdad que su sistema estructural se siuplifica hasta quedar en la antítesis de arriba y abajo, mientras que los otros dos pares anti­téticos quedan relegados a segundo terruño, lo cual es significativo como veremos más adelante. Pero prescindiremos de esta extensión a lo cosmológico y nos limitaremos al espacio vivenciado por el hombre, en sentido restringido. - Inmediatamente advertimos que estos Yes pares antitéticos no son

de ningún modo equivalentes, sino que cada uno tiene su carácter pro­pio e inmutable. La acepción de delante y detrás tiene otro carácter que el de derecha e izquierda, a lo que aún nos referiremos. Destaca sobre todo la dirección de arriba y abajo, condicionada por la postura erguida del hombre. En efecto, de ella puede decirse que existe por la

5 Ouo Fricdrich - Hombre y espacio