q -s . st- e c i

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N. 26. 0 Q-S. 3 ST- TRAGEDIA. /JADBorg/V, [C ^ L ed ej^ ’J ^ ^ C A S , ^?I 3 ^ TRIUNFANTE EN ROMA. E C I EN TRES ACTOS. ACTORES. Valentiniano III. Emperador de Üomíi.^ Honoria , hermana del Emperadoí\- Ecio , General de las Armas Cesareas.^ Varo , Capitan de los Pretorianos* Maximo , Patricio de Roma- v Damas. Fulvia , hija de Máximo. Soldados y pueblo, V ACTO PRIMERO. Magnifica plaza, iluminada artificiosa- mente para recibir à Ecio , triunfante de Atila. Trono imperial à un lado con la guardia real estendida; y al otro la- do coro de Damas Romanas con lau~ reles en Vandejas. Valentinlano y Mx- ximo adelantados en la Scena, y Varo retirado al pie del trono. T? Coro, t^ jh valereso Ecio eu hora feliz venga, dojide laurel frondoso su feliz sien guarnezca, y todo Roma vea en su triiuifo las glorias de su Cesar, Max. Señor, uocou mas fausto pudo Roma ver á la regia prole de Quirino celebrar aquel gfaude ultimo dia de su segundo lustro , divididos Koche y horror.se i'iotaii: separados sombra y silencio j y. el afán festivo del popular aplauso q’ie os aclama; no os dexa que envidiar los que al an- tiguo pueblo Romano mereció su Augusto, de quiensois sucesorquizás inasdigno. Val. La voz que en mi favor al Cielo ele- van gozoso escucho : atiendo complacida la expresión de sus votos reverentes, y del pueblo mas fiel la pompa admiro; aguardo al vencedor que á mi me trae la gloria, y á su patria el rcgocvjo: mas el triunfo mayor que cy arrebata mis afectos , solo es, (Máximo amigo) tu bella hija , la divina Fulvia, á quien el trono y las victorias rindo. Max- Fulvia aprendió de la humildad del padre A á

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Page 1: Q -S . ST- E C I

N . 26. 0 Q - S . 3 S T -

T R A G E D IA ./ J A D B o r g / V ,

[ C ^ L e d e j ^ ’J

^ ^ C A S ,

^ ? I 3^

TRIUNFANTE EN ROMA.E C I

E N T R E S A C T O S .

A C T O R E S .

V alentiniano I I I . E m p era d or de Ü o m íi.^ Honoria , hermana d el Emperadoí\- E c io , G eneral de las A rm a s C e s a r e a s .^ V aro , Capitan de los Pretorianos* M a xim o , P a tric io de Roma- v D am as.F u lv ia , hija de M á xim o. Soldados y pueblo,

V

A C T O P R IM E R O .

M agnifica p la z a , ilum inada artificiosa­m ente para recib ir à E c io , triunfante de A tila . Trono im p erial à un lado con la guardia rea l estendida; y a l otro la­do coro de D am as Rom anas con lau~ reles en Vandejas. Valentinlano y M x - xim o adelantados en la S c e n a , y Varo retirado al p ie d e l trono.

T ?C o ro, t ^ j h va lereso E cio

eu h ora feliz venga, dojide laurel frondoso su feliz sien guarnezca, y tod o R o m a veaen su triiuifo las glorias de su Cesar,

M a x . Señor, u ocou mas fausto pudo R om a ver á la regia prole de Q uirino celebrar aquel gfau d e u ltim o dia

de su segundo lustro , divididos Koche y h o rro r.se i'iotaii: separados som bra y silencio j y. el afán festivo del popular aplauso q ’ie os aclama; no os dexa que envidiar los que al an­

tig u opueblo R om an o m ereció su A ugusto, de quiensois sucesorquizás inasdigno.

V a l. L a v o z que en mi favor al C ielo ele­van

g o z o so escucho : atiendo com placida la expresión de sus votos reverentes, y del pueblo mas fiel la pompa adm iro; aguardo al vencedor que á mi me trae la g lo r ia , y á su patria el rcgocvjo: mas el triunfo m ayo r que c y arrebata mis afectos , solo es, (M áxim o am igo) tu bella hija , la divina F u lv ia , á quien el tron o y las victorias rindo.

M a x- F u lv ia aprendió de la humildad del padre

A á

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ìi n o aspirar al So lio i pero el mismo exceso de humildad es suficiente para no despreciarlo y adm itirlo de mauo de su Cesar.

p'aU Bien pudieraser mas am ante, y el semblante esquivo m oderar à mi v is ta , imaginando q u e no es prem io el desdén de un am or

fíno.M a x . V ano e s , Señor , tem er que ella u o

os ame,pues que no se le oculten es preciso prendas en vos que admira el U n iverso; ¿pero quando el respeto no hace tibio qualquier afecto? jah tirano Cesar! probarás mi venganza y tu castigo.

K rtr. E c io se acerca; y à la primer guardia de su séquito p ro x in u distinguo.

V a i, O ír del vencedur quiero los triunfos. M áxim o ven , y partiré con tigo las glorias que me dá la suerte am iga.

M a x . S ij mas y o de la injuria no me ol­vid o , ap.

pOT mas que y o à tu designio aplaudo» presto será h orro ro so tu destino.rocúf«.

Sentado V aìen tln ian o en e l Trono , que­dándose à su derecha M áxim o m ien­tras el C oro llega . V aro à fo rm a r su guardia que incorpora, quando lleg a la que precede à K c io , y luego que este sa le le cum plim enta y conduce a l S o U o y Á Cuya izquierda se queda. K c io des­f i le s de besar la mano a l C esa r se re- ttr a ,y llegan soldados que ponen van- dera al p ie del trono: iodo e l acto se* r d sostenido de una regia marcha de la Orq^uesta. con clarin es y tim ba les.

¡flusic. E l valeroso E c io en hor& feliz venga, donde laiurel frondoso su fclÍ2 sien guam e?xa, y tod o R o m a vea en su triunfo las glorias de su Cesar.

JEcio. Suprem o Em perador V alen tia ian o, T e rc e ro de est« nombre , c u y o iuvictog cu yo inm ortal laurel fecundan tantas

v ic to r ia s , quantos son sus enem igos; y con c u y o eficáz sagrado im pulso obra fe liz el débil b ra zo m io;A tila , aquel te rro r de los m ortales, y a pisa castigado y fu gitivo los helados países que le vieron arm arse contra R o m a tan a ltivo , siendo el prim ero y o , que jamás pudo ver de A tila la espalda : él so l no ha

v istom a yo r estrago : fué el terren o angosto para los m uertos j y form ando el r io bermeja en vez de palida corrien te era fatal presagio de los vivos.Se confundieron iras y tem ores; y entre lo» vencedores y vencidos e l h o rro r se esparció de tal manera, que acobardó al v a lo r el va lor mismo: no hubo amago sin go lpe, ní hubo golpe sin m uerte; y en aquel com ún co n flic to , fué nías fe liz el que m urió prinjero, sin ver tantos funestos parasismos.N o gran tiem po dudosa aunque tem ible la v ictoria se v ió , porque oprim ido el tirano de tus augustas arm as, cedió , buscando vergon zoso asilo en los m ontes , que tarde le valiera si me opongo à su fuga y le persigo; pero no , que e l valor de ios Rom anos no se empleó jainás en lo s rendidos, ni en los que la veneran , 6 la tem en, R o m a jam ás ensangrentó el cu ch illo , además de que tubo en su defensa à otros m uchos p o lítico s m otivos. A tila en fin h u yó , dexando el campo poblado de tesoros infinitos, que con duzco à tus pies por testim onio fiel de que batallam os y vencim os, y porque añada R om a estos blasones H los iuianerables de su a rch iv e .

V a l . M as vencidos que A t i la , E cio g lo ­r io so ,

quedan mí oW igadon y mi cariño; pues por ti ios laureles que en mi frente mal Sífguroá estaban , quedan fixos, y e l T iber por tu diestra vencedora la paz y libertad ha conseguido:

B ajando d el T rono.to -

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tom a mis brazos , unica colum na de mi im p erio , y al C ielo h ago testigo

mi amistad mientras tu allá discurres si h ay prem io que ser puedajusto y dig­

node tu va lor : si à tu va lor uo vu e lv o algo de tanto com o 1« he debido, no te puedo dár dón que no sea tu y o sino lìti coufíauza ; mas te añrmo que no h a y triunfo m ayor » ni m ayor

g lo riapara m í, que tenerte por am igo; descansa pues , y go za felizm ente parabienes del pueblo agradecido, m ientras dispones el robusto brazo à m ayores conquistas , pues tu brio podrá perpetíiar solo en T arp eya de la aguila triunfante el feliz nido, y e l Im perio estender à quanto alcanza de sus dos alas incansable el giro* ¿M áxim o , donde vas? iio es bien que

al ladode E c io falte o y el principal patricio que le acompañe.

Max» S olo à obedecertesabes, ò gran Señor, que siempre aspiro.

y a l . E l C ielo os guarde. Vase*M a x . L as aclam aciones

sigan al C esar y el rum or festivo. C oro. E l valeroso E c io &c*M a x . Bastante tiem po distes h la gloria:

concede algún instante k los antiguos v ín cu lo s de amistad : dexa que apriete en num ero tan fausto y tan propicio, E c io am ado , tu mano vencedora.

E c io . E l g o zo de m irarte al regocijo de mis triunfos excede ; ¿pero F u lvia H donde está? ¿donde se oculta? m iro venir acelerado todo el pueblo á mi po m p a, y de F u lv ia no consigo ver el amable rostro , ni en su labio el prim er parabién aten to he oído: gran novedad recelo .

S a le F u lv ia .M j x . A q u i está mi hija;

quehastaque hablases co n e lC e sar quiso u o confiar sus nobles sentim ientos sola à la vistat

Tragedia.S a le F u lv ia triste.

E c io . ¿Am ada? y a mas d igaode ti vuelve tu esposo , confesando que á su am or y tus gracias ha debid» la mitad del trofeo ; pues en tre arm as, entre ir a s , combates y peligros,»ni g lo ria y mi pasión me estíiuuIar*R sin diferencia} ¿pero que he adquirido? ¿que he conquutado? ¿que laurel me­

rezco ,si á ti no te m erezco y no consigo? ¿ú no logran mas prem io mis fatigas que las verdes guirnaldas y los himnos? ¿pero qué es esto? ¿al suspirado nom bre 11 de amante , n de esposo , tu d ivin o semblante afliges? ¿este es el a lhago á que aspiré , despues de haber suíirid® ausencia tan cruel para consuelo?¿qué iaas hicieras al vo lv er vencido? ¿asi nie acojes?

F u lv . Y o , S eñ o r... jqué pena!E c io . ¿Señor? ¿tanto re.{pcto tu conm igo?

¿Señor? ¿porque constante no m ellam as? ¿porque no , esposo? pero y a im agino que no eres para mí la que antes eras.

F u l v . L a misma so y ... atiende, (m is sus» piros

me ahogan ) padre , dile mis pesares, que y o no encuentro v o z para dech-los.

E c io . Habla , M áxim o; nada me reserves, M a x . C allé ha.ita ahora , porque no he

queridocon nuestraquexa interrum pir tu aplau­

so;¿nias cóm o hornos de e sta r , quando vi­

vim osb a jo u u y u g o cruel? n o h a y pensam iento seguro aqui , ni es libre el alvedrio.T u victoria ( que lim ite á las fuevzas puso de A tila ) se las ha añadido á las crueldades de V alentin iano: era el tem or de tantos enemigos com o R o m a te n ia , freno al Cesar; pero ahora que logró tu b razo in v icto a n iq u ilarlos, y estender las glorias de su tron o; habrá el pueblo de sufrirlo m«s cruel , mas tirano»

E c io , N o lo creo,A z Ù

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¡í Ecio.ú por lo m enos bien ocu lta ha sido hasta ahora para mi sn tiranía.¿D e ella qué pruebas tienes , ó que in­

dicio?^qué es lo que quiere? di.

Jilax. Quiere á tu esposa.£¿-/í>.¿Miesposa? ¿Fu lvia? ¿ y que se ha con*

sen tidopor vo so tro s mi ofensa y su deseo?

F u l v . ¡A y de mi!¿Pues qne a rte , que camino

co n tra rio he de adaptar? ¿quieres la ex- ponga

negándole su m ano á los arbitrios de nn tirano Monr\rca , y que x-enueve por conservarla Ubre , de V irg in io €l tr a fic o expinpUr que dá la historia para escandalo eterno de los siglos? l io es fá c i l , E cio •, so lo tu pudieras de nuestra esclavitud romper los grillos y casligar tu agravio , pues el pueblo y las arm-as gobiernas tu á tu arb itrio . U ltrajado tu amor y R om a opresa, clam an por la venganza; y y o te afirmo que jar.iás se ofreció victinja al C ielo , mas agradable que un Monirrca im pío.

£ c io . ¿Qué es lo que d ices, M áxim o? ¿el disgusto ^

Trence a^i tu virtiid? es Juez indigno de su causa el mas cuerdo sentim iento.Son los R eyes aquellos escogidos de las deydades entre los hiunanos, para darnos idea del divino .poder , y acostum brar nuestro respeto a obedsjcer sin indagar sus ju icios.Son ü ueñ os de la tierra;so n los padres de sus vasallos y de sus dominios: solo el C ielo es su Ju ez; y de su cuenta s o lo pcnd'.* su prem io , c> su castigo; m edios habrá mus propios de nosotros que la infidelidad.

M a x . A u n mas admirotu fé que tus alientos: jo alma grande!¿quiei\ de amor y de zc lc s el activo impulso vence , sino tn constancia? desmientan mis ideas otro estilo.

Fii¡z>. ¿ E c io jy .con ta lso sieg o iu e aba«do- iias

á los brazos del Cesar? ¿tu tan tibio? tu si que vuelves o tro del que fuiste, pues tan cobarde eó tás, y tan rem iso en defender á quien por ti desprecia la vida y el Imperio.

E c io . Dueño m io,hasta ahora libre estás : y o hablaré al

Cesar,y verás de semblante mas propicio nuestra suerte.

F u lv . ¡Oh deidades! si le hablas, tu vida tem o.

E c io . ¿E l Cesar ha sabido nuestra correspondencia?

M a x . Tem erososde sus furores , nada le digim os.

E cio- ¿Pues paraque culpáis sus intencio­nes?

vuestra la culpa y el error ha siJo: si nuestro am or no sabe, es mas f\neza en sus inclinaciones que delito: si él lo supiera , sé que sofocara sus afectos primero que decirlos, poi*qne conoce bien quanto me debe: y quando aspira á ser reconocido no habla de pretender desagradarme.

F u lv . ¿T an to confias de él? ¡ah que deli­rios,

qué sobresaltos cercan mi memoria asaltada de tristes vaticinios! es m uy amante A u g u s to ,y es sobervio; tu también eres demasiado a ltivo , y y o so y infeliz ; m ira con quantas razones poderosas tem o y lidio.G rave pesar el corazon inquieto me está pronosticando en sus latidos: reflexiona el em p eñ o, no le digas nada de nuestro am or;:- mas sin decirlo, - ¿qué modo h ib rá de suspender el suyo? no lo solo sé que deiconfio de mi esperanza que h a b les, ù <}ue c a ­

lles:tan fatal y tan cierto es mi destino.

£¿■¿0. ¿Sabes con el extrem o que te adoro? ¿sabes que vengo vencedor? que v iv o del Cesar estim ado, uo por fácil razón , por sim patia , ò por cap richo, sino p o r mis hazañas y mi cuna?

sabes

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sabes quanto me está* reconocido?¿ y en fin sabes que so y tu esposo y llo­

ras?F u lv . S i ; porque tcm o::-E c io . N o hagas desperdicio

de tu s lagrim as , F u lv ia , porque valen mas que quantos laureles y o consigo: ¿á llorar vuelves y que te abandone m i va lor temes? ¿desagradecido á tu favor me ju zgas? ¡qué injusticia haces á mi lealtad! y o te so y fino, y el Cesar será ju sto : no anticipes lo s p esares, m i bien , con prevenirlos.

M a x .Á n s io io e lp u eb lo d e v o lv e r á verte, d irige aqiú o tra vez sus regocijos.

E c io . M ezclém onos con é l disimulados, que no son de la hora ni del sitio nuestras ideas : queden resek~vadAs hasta que en e l examen mas proHxo se asegure el a cierto , y queden libres del C esar la opinion y el honor mió.

F u lv . E l C ielo te o y g a , y prem ie con su infíuxo

de na perenne llan to el sacrificio.K«J‘e.

M agnifica g alería con arañas ilum ina- das m oderadam ente , y va rias pusr- tas que la comunican con las hc.hita- d o n e i im periales- S a len H< noria con alguna Com parsa p or un lado y V a ­ro por el otro.

H on. V aro ., del vencedor solo pregun­to ,

d e sus v ic to r ia i no; que esas son tantas y tan publicas,que no h a y parte alguna donde se ignore: d im ep u es; ^le aclama el pueblo? ¿le reciben con aplauso?¿la guerrera fiereza que acobarda la vista de quien m ira su semblante, viene mas form idable , ó moderada?¿le recibió jui lierm ano con eariño? ¿hiiofrecido algún premio á sushazañas?

V ar. Perm ite , bella H onoria , que me ad­mire

de oírte acaso mas i^iteresada ■ en las noticias de E cio que en el triun­

fo:excesivas parecen eu la herraana-

Tragedia,de A ugusto esas preg\mtas, y mas pro­

pia»que de una E m p eratriz, de una vasalla.

H on. ¡Misera esclavitud de nuestro sexo! pues luego nos suponen inclinadas, si algxm nom bre dos veces repetim os. H onoria el tiempo en su retiro gasta sin acudir á populares fiestas: iiada he visto , por e§o preguntaba de su recibim iento.

V a r . Tanibien puedeser m isterio de am or esa tardanza en dejarse ver de él.

H on. P o r tus servicioste sufro necedad tan tem eraria;¿asi piensas de m i quando no ignoras de su estado á mi estado la distancia?

V a r. D e E c io el valor admiran los m orta­les;

el m undo queda lleno de &u fama; habla de él con respeto el enem igo; R om a le adora ; el Cesar le idolatra: ¿pues qué m ucho será que tu le quieras persuadida de tales circunstaiícias?

H cn. ;A y Varo! pues te muestras tan su am igo,

delante de mi herm ano uo le aplaudas ni exageres su m é r ito : es el Cesar de iudole sospechosa: le arrebata la e n v id ia , y en su oído ser puui^rau riesgos de E c io tal vez sus alabanzas.

V a r . Y o com o ele E cio am igo ts prom«to hablar mas cauto : pero si le anns no te atorm entes con disim ularlo, siendo- tu inclinación tan acertada.

H on. ¿Sabes que quiere e l Cesar?V a r. N o Señora;

solo decirte me mandó que vayas á su presencia.

Han. Vam os::- pero F u lviase acerca de su padre acompañada: ella vendrá á buscarme , y el al Ce arj quédate á prevenirla que se vaya á esperarme á mi q u arto ; y á é l que :-iO

entre por un rato.

Víir- L o haré com o lo mandas.H qjí. ¡Oh im p o rtu n a gran d eza! quánta«

ces íie

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ff Ecio,de la m ejor pasión fuiste tivana! vuse.

S a len M á xim o y F'ttlvia^V a r . ¿M áxim o , donde vas?M a x . A ver al C esar,

y asistir á su lado ; mas estraña quizá que mi venida es tu pregunta

V a r . Te lo digo porque ahora entró hermana

llam ada de él á h ablarle , y me previno que. para entrar aguardes á que salga, y á ti que la esperases en su quarto.

F u lv - ¿ Y acaso sabes paraque la llama?V a r. N o ; mas sin duda darle querrá parte

de la tranquilidad que R o m a canta

su

por E cio : ¿dime , donde le dejaste?M a x . Satisfecho de aplausos en su casa

rodeado de parientes y de am igos.V a r , A u n el abrazo del m ayor le falta;

.voy á darsele : cuida mientras vuelvo de responder al Cesar si nos llama, vas.

¿E s tiem po,padre mio, que concedas algún escaso desahogo al alma oprim ida? tu prom etiste al raro afecto de E c io y a sin repugnancia m i mano : y o m iré distintas veces en tu rostro el con ten to que m ostrabas á esta unión; ¿y ahora quieres obligarm e á que fìnglendo sufra mi constancia lo s alhagos del cruel V alentiniano? de que no saré suya asegurada, y o te obedeceré ; mas no te entiendo nt com prchendo ¿porque quando espe­

rabade E c io lograr la mano , me previenes que olvíde tan difícil esperanza?

M a x . Jamás intención tube de engañarte; sosiega el susto que te sobresalta; y cree , hija , que el talam o del Cesar lio menores disgustos en m i causa; pero es preciso.

P tt lv . ¿Padre , y sufriríasque la inocente m ano de tu amada hija , con la vil mano se enlazase del mismo que vio lan do las sagradas ieyes de la amistad á tu consorte solicitó? ¿te olvidas? ¿asi agravias las quejas dignas de un hon or roma>

no?

¿asi abates , S e ñ o r , la soberan* idea de los Heroes que te dieron e l sér? ¿asi deslumbra tu venganza e l resplandor del trono? ¿no es bastante credito de lealtad el olvidarla?

M a x . L lega á mi p ech o, liega digna parte de m í , que ese odio ilu stre , esas v íza r-

raserpresiones del anim o m erecen por prem io mis m ayores confianzas: ¿si podrán escucharnos?

F t t lv . E s d ifícil.M a x . C o n tod o o y e á esta parte retirada:

sabe, hija m ia,que ha llegado el tiem po de vengar á tu madre, y las tiranas invenciones del Cesar atrevidas ta n to , com o le fueron m alogradas.E l odio vive en mi disim ulado, aguardando ocasion en que la maña desempeñe el defecto de las fuerzas, y esta llegó si tu con él te enlazas in g en io sa , no am ante y cariñosa de aquel noble fu ror (e n q u e seafíanzan otras rom anas glorias inm ortales, quando por el hon or y por la patria e l azero empuñaron v e n g a tiv o , ) y apenas en tus b razos á las blandas caricias le sugete su deseo; e l atrevido pecho le traspasa m uchas veces , vengando mis ofensas y las tu y a s.

F u lv . ¡Qué horror! Señ or , aguarda; reflexiona e l consejo tan im propio de tu prudente v o z , y de las altas ideas de virtud que me enseñaste.¿M e pudiera exponer ante las aras y los ojos del Cesar con el ro stro sereno , y la intención tan ocupada del sobresalto y del delito? ¿quando no fué el tem or indicio de la infamia? ¿pudiera y o imitar las almas viles que impuramente , com o acostum bra­

dasal crim en le com eten sin zozobra? reo feliz se ha visto veces varias; mas no reo seguro ; y demás de esto ^no ves, Señor, que es fuerza se empe- üára

tod o

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Tragedia.todo el pueblo en vengar su soberano?

M a x . E l pueblo le aborrece.F u lv . ¡Q uanto engaña

una c iega pasión al mas discreto!¿pues se ign ora del vu lgo la inconstan­

cia?¿no ves. Señ or, que el mismo que abor.

recem ientras v ive , en m uriendo le idola­

tra?M a x . ¿M e acuerdas el r e n c o r , y luego

m uestras para dejarle a iroso , repugjiancia?

F it lv . D isim ula, Señor, que te hable libre, à tiem po que tu mente preocupada del od io inexorable no previene las contingencias : y o «o aconsejaba una tra ic ió n ai mundo tan odiosa; solo fué mi intención que te acordaras de que e l C esar u o es hom bre que me­

recemi cariño , n i nuestra confianza; pero m erece al fin nuestro respeto,: que es nuestro Soberano.

M a x . P o r mas sabiate tube , y n o tan timida r en m aterias de culpa y de v irtu d dexa á las aímas v iles la refiexion ; que las ilustres, atienden solo à la raayor hazaña.

F a l v . N o son estas las fertiles semillaa que estableciste para m i cria n za , desde el dia prim ero de mis años en mi p ech o h:wta ah o ra: tus palabras,Ò entonces me en gañ aron, ò pretendeit ahora engañarm e.

M a x . D ebe dár tan variascom o la edad el M aestro las leccio n es; pues diferentes maximas adaptan a l adulto qtte al niño : m ira com o te he podido engañar.

F íiÍ v . A h o ra me engañas.Señor ; porque el anK>r à las virtudes; y el h o rro r á las culpas nos inflam a» naturalm ente á todos , y conform e son los principios que en el seno arrai-

gan,son los frutos ; ò dime , padre m ío, quando e l h o rro r de la traición áisfxsi*

b disfrazar pretendes á mis ojos;¿tu discurso y tu pech o no se hallan del furor y de la ira com batidos? piensa mas en tu gloria ; y si me amas Mo sacrifiques tu iíiocer.te hija a l Ídolo cru el de tu veiiganza.

M a x . ¿ T e atreves á irritarm e y dár con ­sejos

sin ver desde ti ¿ «tii la gran cHstancia? acuerdate que so y tu padre, y que eres hija desobediente y tem eraria.

F u lv . N o me a cu erd es,S eñ o r, que eres m i padre

q u e y a lo sé, y en prueba que hum illada á ta n ta dignidad te reverencio; á llo ra r tu hitencion y m i desgracia (donde no puedas v e r lo ) me retiro; D eydades influid en mi constancia, vtfí-

M a x- ¡Qual es mi desventura! estando na

la tierra de m alvados ; quando clama p o r uno mi furor j Heroes son todos; para irrita r a E c io no me bastan las espuelas de zelos : en m i hija debo tener m ayo r desconfianza:¿pues qué he de hacer? pedrá mi senti­

mientoolvidarse sin que se satisfaga? u e es posible : aconséjam e , d iícu rso , qualquier m edio, y por mas que te a co ­

bardasen el principio , el golpe determ ina; mas y a le hallé : prim ero que del A lv^ vea el Cesar la lu z , verá las som bras eternas : los Impulsos y la traza daré , y eí brazo me prestará Em ilio^ que mas que y o aborrece su tirana coiid icion : muera pues ValentinianOí queden mis intenciones sosegadas; y quando mal suceda y n o se logren , emplearé mis astucias y mi m aña en hacer qu« perezca e l tra y d o r E cio , persuadiendo es su quexa quien le arras-

tríT,porque el am or de F u lv ia le com pite,, y el Cesar ciegam ente 1» idolatra: á E c io é l m ira en vid ioso de su g lo ria , y es fecil que lo c r e a ; y quando salgn

COUr

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Eció,con trario todo lo que y o im aghio; va lor me sobra para v<;r la cara de la adversa fo rtu n a ; p e ro A ugusto vieue j quedeu mis iras reservadas para deápues.

S a le V a l. Sepa E c io que deseotratar con é l n egocios de im portancia: antes que se recoja di que venga, porque de sus fatigas y sus marchas q liero añadir para descanso el prem io. ^Máximo amigo?

M a x . ¿G ran S e ñ o r , qué mandas?V a l. N o sabes q;janto deben perturbarm e

d e E c io la» glorias : R om a solo habla de sus Conquistas , y coiiform es todos su libertador único le llaman.Y o lo co n o zco , y é l también lo sabe dem asiado: aqüi es fuerza que me valga de arbitrio honroso con que me asegure de su fidelidad : la mano blanca de H o n oria, y la mitad de mis laureles serán su premio ; porque no se sacian €on menos vanaglorias que se infunden de aclam ación y n itrito fundadas: n i menor recom pensa me parece que puede ser de mi tem or fianza.

M a x . E s cierto que por é l toca en exceso de idolatría el vulgo ; y casi ultraja (c o n no acordarse de é l) al Soberano; y es c ierto que pudiera:: pero basta, que E c io será m uy fiel; y o no lo dudo: verdad e s , que si en est© se engañara

. n u estro ju ic io ; quizás e l ensalzarlo fuera dár mas m otivo á su arrogancia.

V a l. E ! prem io, ía am istady la herm osura, ocupan toda la am bición de un alma.

M a x . Tam bién la enciende ; y quando el fuego es grande

aun el mar le alienta y no le apaga.V a l. ¿Qué determ inación darme pudiera

seguridad m ayor? ¿quieres que haga em peño en perseguirle sin m otivo, paraque mis alientos y mi fama del odio universal objeto sean?

M-íX. T am bién , Señor quando h a y su­perior causa

debe sufrir un R e y el odio' ageno y al am or despreciar.

V a i. N o es acertadaesa maxima , am igo : la clem encia es e l blasón m ayor en los M onarcas: mas vale ser amado que temido: la opresion y el tem or aunque acobardan los vasallos tal vez ; también a veces los estim ulan para las- infamias y la infidelidad.

M a x . M as que otro sabesel arte de reyn a r : ocu lta llama los discursos alm nbra de los R eyes: disculpe mi osadia mi ignorancia, y el ze lo que me inspira à tus quietudes: y o solo pretendi que te acordáras de que no puede haber peligro leve si le dexa crecer la confianza, va se.

V a L Cree qualquieraq está lejos d e ltro jio que la suerte del R e y es la mas fausta: y desde el tron o m iran con envidia lo s R eyes la quietud del que no manda.

S a l. E c io . V en turoso à tu vista otra vez v u e lv o .

V a l. R estaurador de la opinion Romana» g lo rio so Capitan de sus legiones: despejad, y à ninguno dés entrada: varis» u o quieren dilatarte mis caricias e l breve p la zo que h a y hasta mañana, ni que om iso me juzgues en prem iarte; fruto de tu lealtad y tus hazañas son las tranquilidades del Imperio: los escarm ientos de quien le amenazaba: mis g lo ria s, mis laureles, todo es tu y o , y aunque el S o lio te dé, no te d o y nada; prodigo quiero ser y so y m endigo; pues jtoda mi grandeza es lim itada H tu m erito grande y mis ideas.

E c io . G ran Señor , si à la frente de tus armas

en favor tu y o sirvo , ¿que mas prem io tengo que apetecer que la esperanza de vo lver á servir á lui Soberano qu5 con oce el que sirve y á la patria? sé que lo g ro tu am or , Cesar A ugusto , ¿qué mas h ero yco prem io? este le basta á mi gran corazón .

V a l. N o basta al mio;quiero que sepa e l m undo , y que me

aplaudatan

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tan liberal a mí , com o esforzado te aplaude a t i y tu opiniou ensalza: n o te puedo hacer Cesar absolutoj pero puedo acercarte á las sagradas som bras del laurel , tanto que se dude si á ti o k raí nos ciñen sus guirnaldas; mi aiignsta sangre se unirá á la tu y a en prueba de mi am or ; y a s i , mañana será río n o ria tu e sp o sa y y o t u herm ano.

E c io . ¿Cielos! ¿qué escucho?V a l. ¿!Nío respondes? ¿callas?E c io . ¿Pues pudieran, Señor, no sorpren­

dermehonras tan desmedidas y tan altas? Señ or, H onoria pide un R e y , un tron o; y en mi ha de lim itar sus esperanzas.

V a l. Vasallos com o tu son mas que R e ­yes,

pues es acaso de la suerte vai'ia lo g ra r el tro n o , pero merecerle es heroica v irtu d de grandes almas.

E c io . Señor, el C ielo ha destinado á H o ­noria

para darle progenie de M onafcas á la t ie r r a ; y conm igo unida solo puede darle vasallos : ¿no reparas que en la unión de dos almas desigua­

les,la mia oprimes y la suya ultrajas?

V a l. C o a tan prudente, tan ilustre nudo nada pierden el m undo, u i mi hcrra:ina; y aunque perdieran , siendo tu á q u iía

prem io,u i m i herm an a, ni el mundo se queja­

ran.E cio» Y o consentir no debo que tu mano

parezca á tod o s (viéndola tan franca conm igo) que es injusta.

V a l- Hablem os c la ro ;entre n osotros pensamiento no haya re se rv a d o : ¿sou solo tus escusas respeto á H onoria , ó juzgas lioiitada la recompensa? mira que es sobervio y am bicioso de mas e l que no abraza, no recibe el h o n o r , ó le resiste vin iendo de la mano Soberana.

E cio - Pues dá exem plo á la mia tu fran­queza;

Tragedia.diré que el a lto h on or que me señalas no es premio para m í , sino castigo.

V a l. N o creí que una esposa tan cercana al Imperio , tan linda y virtu osa, fuese castigo para tí.

E cio * A l que ama.constante uua beldad , otra uo es pre­

mio.V al- ¿Dónde está esa beldad que asi co n ­

trastatu exaltación y el m erito de H onoria? ¿dime su nombre pues? ¿es mi-vasalla?

E c io . Señor , F u lv ia es mi bien.V a l- ¿Fu lvia? ¿qué escucho? ap.jScíO .SiSeñor: é l se tu rb a yse arre b a ta .V a l. ¿ Y sabe ella tu amor?E c io . L o dificiiUo:

muera y o , y ella quede disculpada, ap*V a l. Pues vé , procura su consentim iento

y el de su padre,E c ic . C on el tu y o ba?ta.

Señor; que de los o tro s y a n\e en cargo.V a l. ¿Pues no pudiera estar ella inclinada

á otro amanto , y acaso prom etida, y que resista M áxim o tu instancia?

E c io . N o me persuado que h a ya quien so atreva

á usurpar tem erario la esperanza á quien á R o m a libertó del y u g o que la oprim ía, y que la a ve rg o n za b a .'

V a l. Supongam os el acaso que le hubiev*.E c io . V ería que E cio co>5 11 misma e.- pa ía

que vence á lo-i contrarios del Im perio; sus contrarios v c ic ia y castigaba.

V a \ ¿ Y si y o fiicse? di.E c io . Seria entonces

m ayor el premio , y seria una hazaña digna de un Cesar el vencer su g u sla .

V a l. Si ; pero una merced tan temorari;* no la pide á su R e y ningún vasallo .

E c io . Cesar es Soberano, y las bastardas pasiones jamás piieden abatirle: es E cio quien la p iJ t; E c io , que tantas victorias le ofreció sin prem io alguno; E cio , p'.jr quien el nom bre se dilata de R om a en los coiifineV de la tierra; E c io , á cu yo s peligros y constancia el Cesar debe sus tranquilidades;

B E cio

Page 10: Q -S . ST- E C I

1 o Ecio.E c io en fin aquel ml'-mo que acobarda tu liberalidad para sus prem ios, pues aun tu sangre juzgas que no al­

canza.Quando y o sé tu nícrito me ofendes

en repetirle tan to y le desaíras.E c io . Y o le repito porque me disputan

la única recom pensa á que aspiraba.y a i.. N o nías: bastaaite has dicho; bien en­

tiendoqxíizá á tus ojos mas que átu s palabras: y o lo reso lv eré , mas tu entretanto aprejide á ser priidente, y con las a/inai de la razou á dom inar tu o rgu llo ; y hasta que se m odere tu arrogancia» n o vuelvas á exponerte á mis enojos, n i de tu corazon en confianza n i de mi gra titu d ; porque aun que pien­

so^on excesos de am or desempeñarla; si tu temeridad la desmerece sentirás mi tibieza y tu desgracia.

.E cio . M ira , S eñ or, con que débil m otivo jni fe d eslu ces, mi k a lta d ultrajas: n .ira que no m erezco tan esquivas correspondencias, y queelm un doaguar­

da(adm irado de ver com o te sirvo)inipacieiite,ha ita verco m o m ep ag es. va-

V a h ¡Oh Dioses! quan sensibles, quaii c o ­munes

son las pasiones de la vida humana! n i respetan el tron o , ni perdonan a! liuvuilde pastor en la cabaíia:\scilan te el Im perio largo tiempo, llenó mi corazon de las opaca» icieas del tem or de ;;er vencido. fSe acaba este pesar al ver mis armas trlunlantes , y reparo en un vasallo a ltivo y ve;icedor , ú quien aclama y dcivauece R o jn a : le procuro asegurar con prtíni-os, y- con quantas honras á saciar basten su coiiicia,. y todo lo deiiprecia: me declara 5u am or , argu ye al m ío , y en mi pecho introduce las ñ e ra s , las amargas pasiones de la envidia y de lo* zslos <iue me aflijan, me asuste»! y com batan:

¡oU afectos v i le s , cóm o se conocen en vuestra m ultitud vuestras villanas naturalezas! pero p o co im porta si os resiste el v a lo r y la constancia: aqui de mi prudencia ; y entre tanto que la con sulto para dár la sabia resolución mas r.til y mas digna; con ced ed m e, Deydades soberanas,Ò i.itiuxo que domhie el de mi estrella, Ò estrella que no h ifluya tan con tra ria .

A C T O S E G U N D O .

M agnifico jardín adornado de palm as y estatua: comm a fa ch a d a ,y puerta de P a ­la cio im perial en el foro-, poca lu z que irá aumentándose im itando a l amane­cer- y á rd in y luces abajo y v istu d» P a la cio ; y sale M á xim o inquieto como d iscu rsiv o .

M a x . iQ ué silencio tan grande¡ hasta las ojas,

las aguas y los pajaros parece suspenso el can to , y n atural susurro que cobardes alietan , ò qne duermen! aun está quieto el imperial Palacio; nii]guna v o z p e rc ib o , y y a en O riente apunta el c la ro día : en todos reyn a (sino en mi) la quietud : ¡empeño fuer­

te!¿si habrá E m ilio com plido su palabra y executado eí golpe que rae ofrece para vengar mis iras y mi agravio? que perezoso está::-

S a le F u lv . Padr«::-M íiX. ¿A qué vienes?F u lv . ¿Padre , qué has hecho?M a x . \ o , hija , nada::-F u lv - ¡Oh Dioses!

Valentiniano fué de mano a-leve ?,'-altado en su lecho > y y o discurro c u y a fué la traic ió n : padre , tu eres.

M .'.x ¿Pero por fin murió?F u lv . Piensa en salvarte,

que cercando el recin to va la gente armada , y al tray d o r ansiosos buscan:

m ira.

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, que llegan j h u ye , vete, v i v e , F u lv ia , ò si y a á

m ira , SeñorM a x , Dim e si

m uerto.F u l v . N o lo sé ; solo sé que se extrem ece

la tierra y que se irritan las Deydades del atr6z peasam lento ; uo se arriesgue tu v id a , y a qae se axTÍesgó tu fama.

M a x . ¿Cobarde, qué te asusta? ¿de que te­mes?

sielg o lp e se ha logrado no h ay m otivo; y o propio v o y á verlo.

F u l v . Padre , tente.SaU V a l. Tom ad todos los p a so s , y á nin­

gunose perm ita s a lir , sea quien fuere: M á x im o , F u lv ia , ¡quién creído hubiera sem ejante maldad!

M a x . ¿Pues qué sucede?V a l. ¿Q uando traición igual ha sucedido?

¡Cielos!F u l v . ¡Padre infeliz! ap.M a x . ¡Q aé no muriese! ap.V a l. ¿De quien me he de fiar si en mis

am igos se ocultan mis con trario s?

M a x . ¿Cóm o puedendarse almas tan traydoras y tan viles?

V a l. M áxim o , si j las h a y ; y tu me en­tiendes.

M ix * A y de mi! s habrá E m ilio declarado que fa i quien le anim ó? ¡tirana suerte!

V a l. A tanto llega la am bición humana quando se precipita ; mas defiende la vida de un M onarca el mismo C ie lo ; en van o E m ilio del n octurn o alverjtue la sagrada quietud profanò a ltiv o j en vano ju zga quando me acom ete que el sueño y el descuido ^ean terceros de sus maldades; pues por mas que mué-

vesin ruido alguno la atrevida planta, po r mas ligero que la mano acerque a l pecho para dár seguro el golpe, y por mas prevenido que encarcele tod o el a liento , 'porque ni aun el ayre de sus respiraciones rae despierte; le siento , me levanto , y entre sombras h allo el azero , y auté» que pudiese

Tréígedia,huir v o y a la puerta dando voces porque venga la guardia á socorrerm e, y cerca de ella siento que la espada que/llevaba delante se detiene en un b u lt o ; furioso la in trod u zco eu é l , y lo repito algunas veces hasta que no le encuentro , y de su fu g í sus lastim osas quexas me previenen. Salgo , encuentro la tropa, y á la escasa h íz de la juieva aurora que amanece veo la espada sa n g rien ta , mas uo halla­

mosel autor de tan barbaro accidente*

M a x . Q u izá E m ilio no fué.V a l- Aun que sus voces

eran suspiros, pude con ocerle al tiem po que le herí.

M a x . ¿P u ci con qué intento pudo un siervo intentar acción tan fuerte?

y a l . Del siervo era la acción , mas el de*« signio

filé de o tro mas cruel.F u l v . ¡C ie lo s , valedme!M a x . D exa que vaya en busca del infam e. V a l. A cargo está de V aro ; no receles

que se pueda ocultar á su eficacia. M a x . Perdido e sto y : quizá mas diligente

pudiera y o q 'ie no él;:- V a l. M áxim o , aoiigo,

estim o tu lealtad ; mas no me dexes; ¿quién sino tu n u pued^ dár consejo y amparo en este lance?

M a x . V a obediente á tu v o z me detengo.

F u l v . Y a respiro.M a x . ¿ Y á quien , S e ñ o r , de tanta mal-*

dad crees el A utor?

V a l. ¿Pues qué duda cabe en esto?E c io : ¡qué tu también no lo so-peches! mas tu verás que exem plo le dá á R om a su v id a , si el delito le conven ce.

F u l . Este susto faltaba solo al p e ch o .a p . M a x . N o puedo persuadirme que E cio fue­

setan tray d o r ; 6 á lo menos no h a y m o­

tiv ode que lo sea ; pues apenas viene

B 2 triuu*

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tr iu n fa n te , cariñoso le recibes, adoi'uai su cabeza de laureles, tod o el Im perio cxcitas á su pompa, y á H oaoria por esposa le concedes: es verdad qne el aplauso y los honores ta l v e z obligan á desva'iccerse a l mas d iscreto ; y la am bición (co m o

antesdixiste tu ) es difícil se modere.E c io se vé querido de la patria, a d u la ío de a>iiigos y parientes; es dueño de las armas , es tem ido, es joven , es v iza rro y es valiente; aunque no es tan extraño se le o lvide, queesvasallo , y en ser S eñ orse empeñe.

S a le V aro y soldados.V a r. N i indicios del trayd o r hemos-halla­

do.JKá/.jí’ ues dónde se ocultó tan fácilm ente?V^af - N o lo sé,gran Señor ; y shio el quar­

tode H onoria no*hay retiro que no quede recon ocido. ,

;Q ué bien m editada venia la traición !M a x . Pero y a ausente

fcl trayd or y el intejito m alogrado; lio debe haber tem or qiíe te moleste; y o , si me dás licencia te aseguro inq-iirir cautcI:;..o y sagázmcm-^ tod a la trama : y si de ujÍ te fias;« y a v iv a cobarde entre la plebe, b y a e-forzado en E cio ü otros nobles p atricios la consulten , ü la alienten; descubrirla y ponerlos en estado, que asegure tu vida con su 'm uerte,

i^al. í'w es, am igo , en ti dexo mis teníores y mis cuidados ; so lo tu me puedes a liv iar j y niníjan contrario tem o, con la fé que me j,tiras y mantienes* V a r o , ven tu conaiigo.; ¡quléu vió nun­

camas infeliz y mas ob:¡cura st¡ert<# ‘yaj'e.

Vay» Venid á continuar en el extimen luego q el Cesar en su quarto quede, van^

F u l v . ¿Quiéix ta l mal se aconseja , padre ir.io,

líe su enorme delito? ¿p«r fia qtüeres á E c io culpar?

M a x . S i , necia ; que su ruinala mía eótorva y mi opinioji defiende; é l preso , queda el Cesar sin escudo, y esto solo à mis iras les convien e. N o es , no para talentos fen;en¡Ies este cuydado ; dexa que lo piense quien sabe mas que tu.

F u lv . Pues sé mas justo.Señor , supuesto qi;e tan sabio eres.

jVííiJ;.Qflaí\do á mi hon or dispongo la ven­gan za,

no s o y in ju sto , no ; y aun que lo fuese, para vo lv er atrás es y a m uy tarde.

F u lv . N unca es ta rd e . Señor , quando se vuelve

á buscar la v irtu d ; y en tales casos quien detesta el erro r queda inocente.

M a x . ¿Q ué,n o es posible conten er tu o r- g u llo ,

ni m oderar tu labio? ¿Q” ® pretendes? ¿me quiej'es enseñar lo que aprendiste de mis le c c io n e s ,ò que k tu am or débil sirva mi tolerancia de tercero? mas que tu padre al fin , E cio te debe: refren a, F u lv ia , el labio licenciO'O^, y no me irrites mas : ò c a lla , ó vete.

F u lv . ¿Q ue calle y no te i r r i t e , quan do, ve o ' _

al M onarca asaltado de rebeldes; ta reo de la traición ; E cio acusado; y y o entre los terribles intereses de mi a m o r , mi lealtad y tu peligro^ cercada de tem ores evidentes? to lere lo quien pueda , amado padre: si quereis verm e muda y obediente; detesta tus horribles intenciones,Ò perm ite que cuerda te aconseje.

M a x . V a perfida , c o n o z c o , que deseas sacrificar mi vida à t \ indecente pasión; mal h aya, amen , mi lengua fá­

cilque nada te o cu ltó , quando imprudente por salvar al esposo , al padre acusas, y al propio hon or la inclinación prefie­

res.Y o sol el tr a id o r , y o : vé y manifiestaal Cesar que y o soy:;-F u lv» Señor suspende tus furores.

D es-

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^ a x . D e scú b re lo , a trevid a,quite en mi triste vida a tus placeres e i caduco pesar que los dilata.D i que me maten ' y a tu esposo pre­

mien ;m as piensa en el m om ento que lo oigas, que á qxiiea e l sér te dió le dás la m uer­

te ,y que de un padre hará la fetal sombra tus dias m elancólicos y breves- vase.

F u l v . ¡Dioses! ¿qué haré? que en tan terri­ble lance

hablar y el callar es contm gente: si h a b lo , so y parricida y s o y tirana: de E c io la vida y e l hon or perecen si callo : ¡qué funestas ilusiones m i corazon oprim en y obscurecen mis discursos! ¡ah! que consejo habria::-

S a le E e lo .¿d»nde vas, E cio ? ¿doiidv vas? detente.

E c io . E n defensa delC esar; ¿donde haido?F u lv . H u ye , que en ti de la traición des-

cieivd«: la v il sospecha.

E c io . ¿Eli mi? F u lv ia , fe engaiíasj de mi fidelidad el T iber tiene altas pruebas y exem plos prodigiosos; de la sc^ u m n ia s el tenior no vence al vencedor de empresas superiores.

F u l v . Yo- lo o í, nO' confies^ no te arries- guesr

el mismo C esar te ha llanvado reo.E c io . A u n que el Cesar lo diga u o lo sien­

te:y quñndo un solo instante lo dudara^ la opinion general me favorece; sugeta Italia^ y admirado ei mundo la-autoridad c o o q u e p o ré l se estienden las Ag-nilas de R o m a y el Im perio, (conservado por mi) quando quisiese- á mi lealtad hacer esa injusticia, le harían ver su engaño bien patente.

F u lv . Y o bien sé que seria bien vengada tu ruin a de las mas rem otas gentes que idolatran tu nom bre y tus alientos; ¿pero quien te aseguya ni defiende de un go lpe executivo? considera que t€ p ierd o , Seúor, y que iue pierdw

Tragedia.y m ira que despues del infalible golpe , qualqxiier consuelo tavdc viene.

E c io , T u demasiado afecto , F u lv ia » la , te persuade peligros aparentes donde no puede haberlos.

F u lv - ¿ Y en que fundasesa seguridad? no te despeñe tu confianza ; son tam bién m ortales los- bepoes, E c io j y aunque mas esfuer­

c esu m erito el v a lo r , se vé oprimido del poder y del ?uimero mil veces: del m erito no fies , ni le creas, que es el m ayor con trario qx e ahora tie­

nes.E c ío . M i seguridad, F u ív ia , está fund'ada

en un co razo n puro que no teme; en mi propia inocencia , en esta m ano necesaria al Im perio : ix» es tan débil el talento de A u gu sto , no es tan n ec io qtte n o-con ozca que si à m í me pierde,, n o adelantar podrá R om a sus glorias, ni m antener las que por mi posee.

S a h V aro.Ftp lv. ¿ V a r o , q u é buscas?E c io . ¿Dim e , V aro , am igo,

está y a <fesciibierto el cVellnquente? ¿está el Cesar seguro? ¿en su defensa puedo a tiem po llegar?

V ar.. A que te lleve,Cesar me envía.

E c io . V am os sin pararnos;V a r . ¿N o quiere eso de ti?E e io . ¿Pues- d i , qué quiere?V^ar, Q uiere las armas.F u l v . ¡A h , qué bien terara^E c iu .¿ \ e s o es verdad? ¿quí.frenesí padece?V a r . N o lo sé, am igof solo sé que siento

raas tus pecares que si mi<?i fuesen, y que siento una acción a que me obliga la confianza real con tra las lcye> ds la antigua amistad que prolésamos.

E c io . N ada sientas, pues s irv e s y obedcce^r tom a y lam enta a l Cesar, no á tu amig©. ¡Oh sospechosa gratitud! ¡oh endeble corazon de un M onarca contrastado d£ envidia y de temor! ¡qne fácilm ente la pasioiv te > y fácil iruccAs

ti

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i 4e l aplauso en pesar! mas teme , tem e que la desgracia que o y parece mia» ha de ser llan to tu y o eternam ente.Y tu , F u lv ia , sereua c 1 rostro herm o­

so,acuerdate de que rom ana eres, y de quan poco in llu xo eii uuestras al­

masdeben tener las iras de la suerte.N i te envanezca el bien , ni e l mal te

aflija;ten constancia y no llores finalm ente; pues mi único p e sa r , mi único susto so loserásab erq u etu padeces. L lev a n le-

F u l v . V a ro , V a r o , si alguna vez amaste,* ten piedad de n osotros y defiende su inocencia.

V a r . M ejor q;te mis deseospodras librarle tu si lo apeteces.

F u l v . ¿Cóm o?V a r . ¿N o te aína el Cesar? pues en siendo

esposa tu ya darle vida puedes.F u l v . ¡A y Varo! E c ió es m i bien, y esiin-

posibleque en mi pecho o tro am orjam ás se hos­

pede.V a r . Pues no lo digas , F u lv ia j antes si

piensassa lva r la vida de E c i o , es conveniente que lo ocultes y am or al Cesar finjas: m edio no puede haber de que se tem­

plensus iras sino txt : finge a lo menos que le estimas por mas que le aborre­

ces,p or si entretanto que el traid or descu­

b ro,su fu ror con tra E c io se suspende.

F u l v . Seguiré tu consejo aun que el estilo ig'ii>ro de m entir : es indecente em pleo para un alma generosa la m entira.

V a r . Jamás á las mugeresfué difícil empresa e l fingim iento ni es exceso en un caso tan tirgente.

F v l v . Y o fingiré, mas tu no te descuides en persuadir al Cesar que ño arriesgue en i ic io la defensa de su tro n o .

al tuundo co n suEdo.

ni ponga en arma m uerte.

V a r. L a obligación de am igo y de vasallo , en este laixce son m uy diferentes, no sé si medio habrá tan poderoso que amistad y lealtad ayrosas dexe.

F u l v . C onfia en las D ey d ad es, que pia­dosas

co n sus influxos tus intentos premien, y á rai me den consuelos eficaces, ó sagrados auxilios que rae alienten, v a .

V a r . ¡Que h aya, fortuna, quien de ti se fie, y de tus inconstancias no escarmiente] E cio feliz , tem ido y v icto rio so se vió anoche aclam ado de la plebe, de la rom ana juventud enviado, m odelo de virtudes ; evidente exem plo del valor , objeto am able, de la tranquilidad que é l establece en el Im perio a costa de su sangre; y - á penas nueva luz la esfera enciende» y a es objeto de lastim a de todos, y a es m isero retrato de la m uerte: retrato que ta l v e z en la fortuna, logra felicidades aparentes.

M agnifico salón con trono destinado a la s A udien cia s; salen H onoria y M á x im o , y com parsas retiradas.

H on. M á x im o , m il razones poderosas con tra E c io resultan , y a lo advierto; é l se upone á su Cesar confiado en que á su fama e l mundo está sugeto.

M a x . ¿ Y quien mas que tu debe condenar­le?

é l desprecia tu mano y tus afectos que envidian tantos R eyes: otrahabrid:-

H on. Y o de la injuria mia no me acuerdo, no me la acuerden t u , porquotme hiere d el co razo n e l mas o cu lto seoo, u o purque e l me ame , ni porqtie é l se

exim ade ser mi esposo , sino porque veo desairada mi m a n o , y ofendidos mi hon or y mi a ltivez ; mas c o a tod o

eston o puedo persuadirme á sus traiciones, n i de su heroicidad crim en tan feo.

P ero

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Tragedia,M a x . P ero tam bién, Señora, tu clem encia V a l. Dem asiado lo sabes

dará indicios de amor al vu lgo iieeio si á una justa venganza te opusieres: y en esto ultrajas tu decoro regio , tu digna autoridad y tu hermosura: tu com pasion , Señora , por lo menos debes disim ular quando no quieras vengar tu ju sta quexa y tu desprecio.

H on. N o es mi m ayor cu yd ad o mi ofendi­da

autoridad , sino e l o cu lto riesgo de mi hermaiaoj y o quiero que á E c io

escuches; que disculpado él y hallado el reo; del Cesar calm arán lo s sobresaltos

M a x . N o h a y duda, que en tal caso qui­zas E cio

acepte tu real mano arrepentido,, m ejor aconsej,ado y mas d iscreto .

H on. M áxim o, no rae o lv id o de mi gloria; aunque de tod o el mundo descubierto fuera dueño absoluto ,.n o la espere; no soi y o menos va n a qxieel sob ervio .

M a x . Si lo e s , y alucinado facilmei\te dice (menospreciando tu respeto) que repugna tu am or, que tu le adoras, que á su placer dispone de tu afecto, que H onoria ciegan:iente enamorada le solicita á costa de sus ze lo s , y que le será fácil aplacarte quando quisiere.

H on. ¿Puede á tal extrem ollegar su infamia? sus temeridades creídas han de ser por largo tiem po.M á x im o , te j u r o , y o á o tro esposo que subdito no sea del Im perio concedcré mi mano porque vea qiíe n i á H onoria k p u ed e n faltarreinos> a i á un corazoii in grato , á un atrevido, que fué fácil , castigos y escarm ientos.

H ace que se v a ; y sa le Valentiniatu) y Com parsas.

V a l. A guarda , H onoriaj. rais tranquilida­des

y a penden o y de tu consentim iento: á un esposo feliz aun que enem igo te debes su g e ta r ; y o te lo ruego ,

Ho/i. ¿ E c io se arr.epiutió? ¿s¿ y o su nom bre?

15y y o tengo

demasiado rubor al pronunciarlo,' H ofi. Si á tu quietud con vien e, y o no debo

nada pponer à tus disposiciones: com o padre y M onarca te venero.

M a x . ¿Pues quando E cio te agravia . pretendesprem iarle liberal? y o no com prchendo tus d esig n io s, Señor.

V a l. Y o del indignotraidor no hago mem oria; h quien ofrez­

copor esposo k mi herm ana o y , es A tila .

H on. jA y infelizíM a x . ¿Pues cómo?VaJ. Un mensagerO'

acaba de entregarm e en este instante su humilde pretensión en este pliegor en esto manifiesta que sus faustos vacilan tes están sino cayen do, y todo el mundo si ambos nos unim os tem blará nul^’tras fuerzas.

¿Sabe E cio la demanda de A tila?

V a l. ¿Pues qué , acasodebo aguardar su gu sto , ò su consejo para resolver y o mis intenciones?

H cn . Para abatirle mas , y porqu<rme:í03 jiecesario se crea lo decía.

V a i. A l punto lo sabrá : ¿pero y a put-do asegurar-á A tila , que consientes, fiado en tu palabra?

H on. N o : que quieroantes m irarte l ib r e , y castigado al que la traición resulte reo. Inquiérase el traid or , E c io declare, aplaqiiense mis sustos y tus riesgo«, que entonces libre con el rostro enjuto H onoria explicará com o es su afectot;« .

V a i. T ien e razón 5 notable es su fireza: o la ; que se conduzca el prisionero:

V a se Com parsa.¿M áxim o y d i , podrá la-unión de AtiÍa. asegurarme? dame tu consejo.

Ma.'c.'^Quizas te expones à m ayor peligro si quiere aproxim arse , con pretesto que es tan sagrado por lograr la idea de su venganza-: ^quien sabrá si á E ci«

f; U

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está aligado? casi lo asegura el pronto y tem erario pensamiento

de casar con H onoria y si es n otorio que quando pudo traerle á tus pies pre­

soE c io , Ubre á su fuga dex6 e l pasoj gque m ayores indicios , que recelos se rá n demás > en..ocasion tan fuerte q u e aun tu u o estás seg iiro ?y demás de

esto,¿á uo tener guardadas las espaldas^ seria E cio traidor?

V a l, A si lo infiero.S a l. F u l v . D á, Soberano A u g u sto , á mis

terroresalgún a liv io : ¿está y a descubierto el traidor , ù salvó su infame vida?

V a l. D ivina F u lvia , ¿qué prodigio nuevo en cu idar de mi vida te interesa?

F u l v ¿ Pues quién duda , Señor , que mi respeto

com o á su Soberano te venere; ni que mi am or te estime com o dueño, y dueño tan amante que se hum ille por ensalzarme? (jdadme va lor Cielos?)

jy iax. ¿Fin ge , ó dice verdad? ap.V a l. Si mi peligro

am orosa piedad debe á tu pecho, bien mi fineza te lo satisface; jah! sino fuera por la traición de E c io o y ciñera el laurel tu herm osa frente; pero te ju ro pagará el perverso bien cara la tardanza con su vida.

FwZtJ. Que debes castigar (quandosea c ier­to)

su delito , es v e rd a d , y no es difícil; pero piensa que le ama tod o el pueblo y que no h ay o tro E c io que le pueda conten er , ni librarte con su esfuerzo de las iras de un vu lg o ajuotinado.

V a l. S olo eso me detiene.M n x . A F u lv ia entiendo. ap.F u lv . Y si fuese inocente y le castigas,

¿qué fantasmas y q\ie rem ordim ientos . t u corazón sufriera? ¿qué desgracias su m uerte uo causára eu e l Imperio? te privarlas ds tan gran vasallo, te aborreciera tod o el U niverso;

y mas fatal entonces ts quedabas de ignorado traidor al golpe expuesto, y en contim io pesar quien te venera.

V a l. Q ue él uo sea el traidor, plegue á los Cielos:

«o puedo hacer por é l mas, F u lv ia mia, que traerle á mi presencia, y con afec­

tosmas de am igo leal que de R e y ju sto dár el piadoso oído al verdadero descargo , ó e l perdón á la disculpa; de mi llam ado viene ; y o te ruego que autorizes el ju ic io , porque veas que s o y prudente mas que ju sticiero .

F u lv . ^Ay! ¿qué liaré y o ?V fíl, T u propia en sus razon es

inferirás quieii es.F u lv . Señor , lui reo

m ejor á solas con su Juez se explica: y o me retiro .

V a l. N o te va yas.M a x . E cio llega ya*F u lv . ¡Dioses!V a L Siéntate á mi lado.F u lv . ¿Señor,siendo vasalla, cóm o puedo? V a l. xa vasalla no eres desde el dia

que esposa te elegí: ven, porque quiero acostum brart« al tro n o ,

F u v h N o con vien e.V a l. Y a lo he determ inado; tom a asiento* M a x . O bedece las voces de tu padre

y de tu Soberano.F u l v . Y a ob ed ezco.

A nim o , co ra zo n .S a le K c io desarmado y rodeado de sóida-'

dos , y se sorprende.E c io . ¡Qué miro! ¿F u lv ia ap.

la fe que rae ju ró niega tan presto? M a x , Tem blando e s to y de F u lv ia las pa­

siones» ap. V a l, C a p ita n , llega.F u lv . ¡ Qué fatal momento!E c io Sepa y o de que Juez pende mi causa;

xes él Cesar, ó F u lv ia ante quien ven- go?

V a l. E lla y e l Cesar son un Juez; ¿qué ad­miras?

y a com o esposa mía presidiéndo

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a mi lado, au toriza las audiencias.E c io . ¡M uger infiel!F u l v . ¡Ah! pese a mi silencio.V a l. E c io , escucha ; modera por un rato

e l im placable y orgu lloso genio, que aprovechar a o puede a quien cons­

piraco n tra su R e y : de la traición el dueúo todos te creen y culpan de iufideute, dando po r causas para conven cerlos el repudio de H onoria, el m ucho fausto de tu v icto ria , haber el paso abierto a la fuga de A tila j tu jactancia, tu tem erario am o r, y en fin ttts zelos; trata pues d iscu lp arte , perdón pide, ó prevente k m orir; uo h a y mas reme­

dio.M a x . ¡Oh destino fatal!E c io . C ierto que es, Cesar,

aunque ingenioso , débil el p tetexto. ¿Adonde están los que traid or rae acu­

san?parezcan con el ro stro tan sereno com o el raio delante de tu vista.¡Ah , Cesar engañado! com o creo que para condenarm e tu eres solo el testigo y e lju e z a un mismo tiem po.

F u lv . E l se pierde.V a l. ¿Podré sufrir , d i , F u lv ia ,

vasallo tan indócil y sobervio?E c io . Supongam os por cierto mi delito,

pero vam os á ver los fundam entos; porque de H onoria no adm ití la m ano, quando y o he dado a co sta de m il ries­

gosla libertad al Cesar ¿es justicia que é l a mi me la quite , pretendiendo tiran izar mi amor y mi alvedrio? que pude traer ¿ A tila prisionero y no le traxe ; asi e s , con que debía á A tila aprisionar ; y que con esto las armas y las fuerzas de la E uropa seguras de con trario tan trem endo, y de su m ayor g lo ria estimuladas se vo lv ieran despues contra e l Im perio, que tan tos golpes con mi fuerte brazo sobre ella descargó : ¿de qué gu errero ha sido tan p o litice dictamen?

Tragedia. Msea otra v e z su m ilitar talento quien dirija tus tropas, si hay soldados, que en faltándolos y o , sufran preceptos de o tro que uo seas tu ; porque cot o z c o quien so y y mi valor ; también soy reo: las almas viles son las que se igno-an, que á las ilustres , el conocim iento de que lo son , es quien las estinK’ Ia para la »mpresa de los grandes hechos. ¿H ay otro indicio mas que meacrixiiine?

F u l v ¡Ah! ¡quien pudiera h ’.iir!V a l. Un nuevo exceso

te añade esa defensa tem eraria: sosiégate , m odera tus aHentos y discúlpate m is.

E c io . Bastante he d ich o;aunque para explicar nú sentim iento mas pudiera decir.

V a l. qué dirias?E c io . Q ue produce tiran os, el que iieci®

por a liv iar ingratos se fatiga; que mi valor es causa de tu ceñ o,6 a ca so d ctu en vid ia :y que no entiendes, pues no los premhi':^ de m erecim ientos.

V a l ’ ¿ A tanto te atreviste?Fxilv- ¡A y infelice!V a l. T u m ism oapresurastetuescarm iento» F u lv . Señor, si ev itar quieres mis desma­

y o s,perm ite que me v a y a , pues advierto , que mi paciencia irrita tus enojos. ^

V u l. N o te vayas; advierte, amado dueño, la razó n de mis iras , y repara com o su pertinacia le to lero, solam ente empeñado en con vencerle,

iíc z o . ¡Mu3er infiel! \M a x . N o mal vá sucediendo.F u lv . ¿Quien pudiera advertirle deque fin­

jo!V a l. E cio , de toda culpa estás exen to ;

no lo d u d o; y o so y un am bicioso de tu v a lo r , tu gloria y tus tr o fío s , liada te contradigo ; solam ente una respuesta de tu ju icio espero; pEs rebelde el vasallo si contrasta fa esposa a su Señor?

E c io . ¿ Y si primeroel Señor se la quita á su vasiillo

C es

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1 8es tirano?

V a l- ¿Qi'é es lo que dices , necio? ¿conque F u lvia te auró?

íTerrib le lauce! ap^Desengañal« tu prodigio bello,

cJf si y o he sido tu prim era llama, y la ultim a he de ser ; di.

f u lv . N o lo n iego. d V alen tín ..¿c/o .jA h perfidal ¿ah perjura! jqucestegol-

pefaltaba solam eijte á mi torm ento:

V a l. ¿Ves com o te engañó t\i far.tasia? E c io - N o triunfará de m i su fácil genio,

n i fies de m uger tan inconstante: de mi yengajiza la esperíinza dexo en ella misma , y presto persuadido te verás de quien e-!.

F u lv . Y a mas no pi .edo ílngíj*. ap. M u x . ¡Oh digna hija de tal padre!E í;¡o. M áxim o am igo ; de pesar fallezco;

jamás hasta o y v ie l ro stro á la flaqueza; t i corazon se parte : y o h mi mesmo m e desconozco-

F u l v . M i constancia espira. gp.V a l. F u lvia , ¿qué üenes?F u l v . R etirarm e pienr^o,

Señor , porque y a falta tolerancia para sufrirla.

V a l. A g u ald a .F u l v Y o te ruego,

que retirar rae dexes de su vista, que no le quiero oír

V til. N o lo consiento:desprecia su furor , y por mi gusto y su pesar tu labio placeütero

. vu elva á afirmar que solo-á mi me ado*- ra-i,

^ue suspiras por mi , que so y e l dueño »ie tu alvedrio ; díle que impaciente esperas la guirisalda de. hime.io-).

F u lv . N o lo p^icdo decir porque e ; men- . tira;

y el bien niio solo e s , y á sido E cio . V i)l ¿M uger, que e i lo que dices? so y de

n.¡armol.M a x . |Ay infelice de m i! ap.E c io . jOh amado aceutp!F u lv . Basta de disi^iiulo ; que es infamia

EctO.en quien le sobran bríos par'a el r iesgo ; hasta ahora fingí por aplacarte y librar del injusto , del funesto suplicio la inocencia de mi esposo, aconsejada solq de v il miedo: mas o y de mi valor aconsejada vu elvo à decirte que por é l me m uero, y que antes, Cesar, q i e k o tro dé la ma­

no»daré al cu ch illo el obediente cuello .

E c io . Y a puedo respirar.V a l. ¿Donde esto y , Dioses?

mas que e l valdon irritan los desprecios E c io . M ire sí me engañó mi fantasía.V a l. Apenas con la v o z ayrado encuentro;

ah tem erario!,0*1 ;ah ingrata! ^merecíantal castigo mis finos sentim ientos, m uger infiel? responde:;- m ira , am igo; la lea ltad , el am or que à tu hija debo.

M a x . ¿Donde apren diste, fiera, à ser in­grata?

¿asi del padre imitas los exem plos? asi profanas::-

F u lv . Padre , en paz me dexa,y no me irrites mas, m ira que el fre»o de U lengona perdido decir puede::-

V a l. ¿Q ué raas puede decir?M a x . Si habla nie pierdo:

S e ñ o r , pues ine contiene tu presencia, perm ita que h uya de tan vil objeto , donde jamás ver pueda que en op robrio de mi lealtad y afrenta de mi zelo alim enté tal hija! ¡oh m alogrado golpe , á quantos peligros me has ex­

puesto!pero mi propia mano en el segundo el doscuiJo corrija del prim ero, vase.

V a l. M uger ingrata, indigna de tal padre, rebelde à tu Señor , vete , advirtiendo que me sabré vengar si me aborreces; y pues te so y odioso : aunque algún

tiem povengas, arrepentida; en mi entereza verás o cioso tu arrepentim iento.

F u lv . N o asi té lisongees , ni lo espejes, que y o nunca te am é, tirano fiero.

V a l. ¿Ignoras mí poder , y acaso ignoras que te puedo hacer mia à tu despecho?

D es-

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F u l v . Después de m uerta ; que matarme puedes;

mas lio hacer que te tem a : otros mas fieros

tem ores vencer sabe mi constancia. y a l- O la guardias j qrjitad ese perverso

de mi presencia;/ ea prisión mas dnrá, cercado de las sombras y los yerros aguarde e l exem plar de mi justicia.

M cio. L as cadenas al fin y el vilipendio c o a que premias mi hon or , eu e l obs-

CUl'Opadrón de la crueldad te harán eterno.

V al- lilevad le.F u lv . ¡Oh Dioses! agu a rd a d , soldados,

no le lleveis : Señor , si tus afectos::- E c io . ¿M i b ie a , qtié vas à hacer?F u l v . Q uando se trata

de tu vida y tu h o n o r qualquiera es­trem o

de arrogancia es un paso hácia el sepul­cro;

e l Cesar es hum ano : ablande e l ruego su obstinación : hum illa tus fervores arrogan tes ; tribu ta p o r obsequldo à su clem encia tu inocente vida, pidiendo la reserve hasta que é l C ielo descúbrala-calum nia; ¡oh! ¡nuftcasea¿íp. descubierta , pues es mi padre el reo! Em perador in v icto , de é l te apiada,Ò reparte.con m igo sus torm entos.

V a l. E s tard e;h a de n io r ir ,y con tu llan ­to

mas que aplaco mis iras , las enciendo. E c io . C om plácete en buen h o ra con mi

m uerte,pero mientras en vidia mi conten to de que aquel co ra zo n es solo m io. E sta es felicidad , este es trofeo , c u y a com paración es imposible: de A tila e l prodigioso vencim iento fué triunfo débil à este cojuparado; no le igualan las g lo ria s del Im perio, ni de T irb y Zeilan las abundancias; n i quanto en si produce el U niverso, de herm oso , de fe liz y de apreciable. S olo él puede ser copia de si mesmo.

Vul, Sugetad ese lo co ; ¿qué os detiene?

Tragedia. 13F u l v . Señ or,suspende el infeliz decreto. E c io . D el mas publico modo y mas impio

se sacie tu fu ror ; que uada tem o. F u l v . ¡A,h! no ; c a lla , mi bien j no asi Ií>

irrites.V a l. Perfido.E c io . In grato.F u l v . ¡O h qué fatal momento!V a l. A b re v ia d , lu c e s , el infausto día. E c io . M i bien , quedate eu p az que y a td

deKO,guarda fidelidad y fe liz v iv e , pues m uriendo por t i y o fe liz muerOi

F u l v . A guarda , o y e .E c io . N o me com padezcas.F u lv . ¿Es p o sib le , Señ or, que no h a y reSfc

medio?V a l. N o le h a y , sus traiciones y su or-i

güilo es ju sto castigar.

L o s . 3. Piadosos C ielos,pa .a aplacar mi barbaro destino, dadme favor , ò dadme sufrimiento*

A C T O T E R C E R O .

Honoria, y despues Ecio encadcr.f.ia*

H on. G uardias, traed á E c io luego al punt to;

este anillo real sirva de sena de la orden de A ugusto ; su peligro es quien hace rai llam a mas vio lenta. P orque la com pasion de stjs desgracias en mi alma a quererle y a propensa, de sits m éritos grandes seducida degenera en amor , y es que la fuerza de esta pasioji se sirve de las otras por pábulo del fuego que la esfuerza. Pero y a v ie n e ; ¡que arrogancia traei ¡con que sere^iidad se me presenta! im posible es que en él se encuentre cu l­

pa,si el sem blante es del alma señal cierta.

E c io . M irad, Señora , ved de vuestro her­mano

los premios i mirad com o paga ei Cesa« C a ia

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la sangre , q\ie regando la campaña, laurel produxo para su cabeza:¿quién pudiera creer que el que ayer

tardepisó e l carro tríuufal , ahora se vea (c o u solo ei in tervalo de una n och e) convertidas las palmas en cadenas?

Jíon . Q ualquier m ortal está de la fortuna sugeto á la inconstancia de sn rueda; e l prim ero no eres , que agraviado de sus rigores barbaros se quexa; y aun tu menos vazoii para quexarte tienes , pues si la suerte te es adversa, también te ofrece p lacido cam ino po r donde evit« j del r ig o r la fuerza. C esa r a instancias m¿as te perdona; y quiere qne k su gracia tam bién vuel­

vas.E c io . ¿ S s posible?H on. Si la es , y solo quiere

qne tu de tan to don en recom pensa, los cóm plices declartís y la tranca ik la conjiu*acio^i.

Ec'iO- ¿V que , pequeñaju zga s, llon o rin , que es esta demanda? eso es decirm e tu que quiere el C esar, t^ue y o sisndo inocente me haga reo jíor testim onio da mi beca ciesm a, y que el nuuido le juzgue generoso a costa de mi hon or y mi in o cen cia . ILl bien co n o ce las obligaciones que me tie n e , y a visto muchas pruebas dü ir i fidelidad , am or y ze lo ; y prctend« que y o reo parezca,€ quede m uerto para verse .libre del rrn el torcedor de la vergüen za.

H(/n. S i tu eres inocente , tus escusas han de ser raas hum ildes y m odestas, y considera bien que e jta arrogancia puede darte ki culpa que no tengas.

E c io . I/alibertad, H onoria,es despreciable r,i ha de co.star al hoiubre una vileza.

H ' n . Eso es apresnrai te tu suplicio.E c io . Y bien : la infamia , el padecer la

afrenta- u o igualan a la afrenta y a la infamia

de com&ter la culpa: y pues qne de &eta‘ ÍQ3 C iclos ban qusiidQ reservarme^

su p lic io s . no acobardan mi en tereza.H ofi. P ero vas k m orir.E c io . ¿ Y q u é ’, la m uerte

me puede acobardar? espero en ella verm e libre del trato aborrecible y los m alvados que h a y en esta esfera.

ffo n . M ira , E cio , que en obsequios de la patria

co rta fué de tn vida la carrera.E c io . ¿Corta? ¿qué es lo q ve dices? no por

añosse lia de medir mi v id a : las empresas que ha logrado mi brazo v icto rio so ; de m uchos siglos ser h on or pudieran: los que pasan la vida inútilm ente entre e l o c io y placeres nunca crean que su vida es bastante ; mas quien siga de mi valor las nunca vistas huellas; aunque su vida sean pocas horas, puede llam ar su duración eterna.

H on . E cio , y a que de ti piedad no tienes tenia de un^ m uger que llora y ruega.

E c io . ¿Q ué me dices , H ouoria?H on. Y o te adoro ,

y estando de perderte y a tan cerca, sacrificar no quiero a mi decoro el débil de-<ahogo de la lengua.

E c io . Y tu ,q u e me aconsejas humilviades, con esto solo mi a ltiv ez alientas: joh si pudiera con amor pagarte de mi agradecim iento tanta deuda! debo m orir por no v iv ir ingrato, quando me siento herido de otra ñecha,

f ío « . V iv e , in grato ; despreciauic si quie­res;

pero vive k lo m enos, y si esa vida porque la ad o ro te es odiosa; busca m uerte mas noble en la palestra de ¡Marte ; con las armas en la rn.mo co rre á m o r ir , pero con fama excelsa.

E c i 'i . E ji la guerra de flechas ttaspasado, en el cadalso m uerto con vio lencia, rodeado de in victos Adalides, ó en tre verdugos , siem pre será escuela mi m uerte en donde aprendan los m or­

tales. q u a l h a de se r d e u n n oble la e n tereza :

Diira m i r o s tr o , m ira si el sem blan teme

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Tragedia.me acusa de culpado : si tubiera va lo r para pensar tan baxam ente tanta sei*enidad en mi no vieras, va se.

H on . ¿Q uiéii pudiera creer tanta constan­cia?

S a le V a len tin ian o.

V a l. ¿Dim e , cóm o has salido de tu empre­sa?

H on . Nada alcancé.V a l. L o habia y o piiedicho:

, ningún indicio h a y que le defienda- l ío « . Inocencia dem uestra su sem blante.V a l. T o d o es obstin ación , tod o sobervia:

5 ha de m orir.H on . P rim w o reflexiona

quan to tu vida con su m uerte arriesgas; m ejor será probar o tr o cam ino que asegure tu vida*

V a l. ¿ Y á y que prueba . queda que hacer?Hon. L a p rin cipal de todas

que es el am or de F u lv ia , a quien con- ciega

pasión adora , y ofrecer su mano- . que es e l medio n>ejor.

y a l . Herm ana , cesa,¿cóm o quieres que a costa de mis ansias ofrezca á Fulvia?

N o lo propusiera sino te lo apoyara con mi exem plo; a E c io adoro.

tem a mi indignación , mi enojo tema, que el bolean ven g ativo de mis iras reducirá a cenizas su sobírrvia. ^Despreciar de mi hermana el casam ien­

to?¿hablarm eá mi arrogante?m uera,m uera: ¿pero que es lo que digo? los M onarcas substitutos de D io s son en la tierm , y pues sus iras antes de los rayo s la lluvia envian placida y serena; y o tam bién antes que use los rig o res q u iero usar de los medios de clem encia.

S a le V a ro .

Vtil> ¿Pues cómo? ¿ y me aconsejas^. que C 0 )i F u lv ia le case?

H on . Sacrificonú gu sto por guardar tu vida ; sepan tHS vasallos , venciendote à ti mismo, que esccede al v a lo r Ue E c io e l de su C e ­

sar:que el ven cer la pasión y e l am or pro­

pioes prodigio de hum ana forta leza, va^.

V a l. Y a es preciso im itarla , y que mi brío à H anoria iguale y a que no k exceda: ola : llamad a V aro j sino cede de nú piedad à tan extraña prueba Su pertinacia j tenia mis furores^

V a r . ¿Q ué me m andas, Señor?V a l. U y c aquí aparte.

S a le M á xim o.M a x . Suerte,

no des3«ipares mis tdeas. se jq u é orden oculta a V aro GOuiu¡¡i<.a?

V a l. C om o te digo ; si de mi presencia E c io saliese sin que y o a su lado acredite en mi agrado su in o ceu cia; di q u e le maten nuestros confidcntcA: diráü que so y c r u e l , mas esto es fuerza pura vengar en él tales traicione^, ’ y la alianza c iv il que se sospi^ha por tan justos m otivos con A tila .

Var^ T o d o se hará ,. Señor , com o lo orde­nas. v a se.

V a l. Traed al r e o . d la Compi?.rssi\ M a x . Y a , Sénior , tranquilo

todo el pueblo tus ordenes respelaj y a , C e.,a r , tus justicias engrandece to d o vasallo f ie l , y ansioso espera

. ver com o con la m uerte de un m alvíílo los pérfidos rebeldes escarmient.'ni'.

Val.- N o , M áxim o ; no quiero xisar rigo­res,

m ejor con el cariñ o se refrenan sobervias am bicione?: ¿quien la m ano que le colm a de bienes no respeta?

M a x . Señor , ¿pues cómo?V a l. Calla , que E cio viene.M a x . ¿Q uien le habrá aconsejado qw ede

cX ten gapie-

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piedad tau exquisita?S a le E c io ,

E c io , Y o pensaba ir de la cárcel k la m uerte fiera, y hallo peor suplicio que la m uerte a l ver que e sto y de A ugusto eu la p re­

sencia.y a l , ¡Q ué audaz! E cio , y a es tiem po que

olvidem os lo s pasados d isg u sto s; una prueba de tu am istad te pido solam eute.

E c io . Y a sé lo que me quieres j a esta mes- nía

prisión H onoria v in o ; habló conm igo: ella puede decirte rai respuesta.

y a l .N o sa b eH on orialoq u e y o te ofrezco. E c io , I .a libertad , la vida , la prim era

confianza de A ugusto . y a l . N o te d iso

de rai amistad aun la m ayor fineza. E sta prenda te o frezco .

Señalando á F u lv ia que sa le a l m ismo tiemp(A

E c io . ¿ F u lv ia , cóm o?M.oíX. ¿Q ué será? mil te«iores me rodean. £ ffio .¿E á verdad, 6 ilusión? e sto y soñando?

S a le F u lv ia ,F u lv . Señor , aqui rae tienes, ¿que me o r­

denas?yal. Solam ente que escuches y que calles.

E c i o , ¿que te sorprenden mis ofertas? F u lv ia es e l don que liberal te o to rg o .

E c io . ¿Señor, y com o puedo m erecerla? y a l- Y o mismo te prevengo las disculpas;

pues hom bre que de am or tubo las ven ­das;

bien sabe disculpar las ceguedades quando vé que e l am or es causa de ellas. L o s cóm plices declara solam ente de tu conjuración , porque con esta diligencia y o quede asegurado, y tu de mi piedad los frutos veas.

E c io , Poned nuevas esposas a mis manos, acrecentad de nuevo mis cadenas,

A las guardias. guiadm e a otra prisión mas horrorosa, que al escuchar tan barbara propuesta avergonzados quedan mis oídos;

ab orrezco la v id a ; y las estrechas angustias de uu helado calabozo parece que me alivian y consuelan.

F u l v , ¡A y de rai! E n acción de entrarse. V a l, A guarda ; ¿ y que , por callar solo

ia libertad y vida asi desprecias, y de F u lv ia e l am or d e x a s , ingrato?

E c io . M i vida y lib erta d , aunque pudie­ran

ser apreciables á quien necesita de mi va lor que acabe sus empresas; y o nunca las ju zgu é por tan preciosas que las com prase á costa de vilezas. D e F u lv ia el corazon sé que le tengo, pues aunque puedes con injusta fu erza privarm e de su mano ; no es posible, que de su co ra zo n sacarme puedas.Si e l conseguirla habia de alcanzarse

costa de la sangre de mis venas; alegre correría a derram arla,¿pero a costa de infamias? ¿qué digera el m undo viendo a F u lv ia dár la m auo a un perjuro? no sufro tanta afrenta.

V a l, Y a llegó el caso : guardias.F u lv . T u s rigores

sean contra mi vida h eroico Cesar. y a l . G uardias, quitad a E cio las prisioiiesy E c io . Señor;:- F u l v . ¡Qué veo!M.UX. ¡O h Cielos!V a l. T ú inocencia;

se dexa con o cer en tu constancia, y a desde aqui adelante libre quedas; F u lv ia es tu ya . E l r ig o r de las prisiones com pensaré boa gracias de m i diestra.

E c io , D exa, Señor, que mis hum ildeslabios besen la augusta estampa de tus huellas.

V a l. A lta del suelo , y vé shi detenerte a donde el pueblo y a libre te vea, pues to d o i cuidadosos de tu vida están por verte llenos de im paciencia.

E c io . ¿Cóm o puedo,m iR ey,agradecerte?:- V a l, V é al instante, no en eso te entreten­

gas:que mis dones no bien has con o cid o.

E c io . Y o por corresponder á tan excelsa dignación , esta vida que me has dado he djí sacrificar en tu defensa;

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y m as que en los clarines de la fam<i resonará tu g lo ria en mis proezas, vase,

M a x . Y a u o queda esperanza.F u l v . G eneroso

M o n a rca , si cupieran en mi lengua expresiones bastantes que explicaran com o agradezco una piedad tan nueva; m i gratitud tubiera desahogo: pero pues imposible es esta empresa, besaré confundida I9, real mano del benefico Principe.

V a l N o ; esperay hasta que se com pleten mis favoresj dexa la gratitu d .

M a x . T an ta clem encia(Ò Cesar) puede seros perniciosa.

V a l. Y a verás que convien e. V a r o , quedan cum plidas y a m is ordenes?

S a le V aro.

V a r . Y a E c iocadaver yace eu esta obscura jñeza,

F u l v . ¿Q ué dices?V a r . A l salir ; los mas leales

soldados le esperaban con cautela y de la obscuridad favorecidos le asaltaron sin que el librarse piicda, y con tal prontitud le 3 án la m uerte, que no tubo lu gar para la quexa.

F u l v . Y o fa llezco .M a x . ¡Oh fortuna no esperada! ap.V a l. V aro , corre , y con toda diligencia

ocu lta los vestidos y el cadaver: cuyda de que su m uerte uo la sepan sus sequaces.

V a r . Y a v o y à obedecerte. v a se.V a l. ¿F u lv ia , porque no aplaudes mis fine­

zas?¿lio me llam as M onarca generoso?

M iix . Perdonadlaun triste desahogo de su pena.

S a le H onoria.

H on. C esar ; feliz iioticia::-V a l. ¿Porqué causa,

H onoria , es la alegría que demuestras?

Tragedia.Hon- Sabed, Seficr, que E c io es inocente. V a l. C óm o::-H on. E m elio lo ha dicho: qne en la pieza

mas retirada de mi q u arto huyendo a noche se escondió, y en mi presencia ha jurado qxie E c io no es culpado; tan cercano k la m uerte no m intiera. D e o tro es la culpa.

V a l. ¿P ero no te dtxoquien le dió ¿ é l una orden tan perversa?

H on . Solam ente me d ixo que era otro . F u lv . ¡Ah crédu lo M onarca! ¡fuerte penal

no era mi esposo infiel (Principe in ­ju sto ')

era el único a p oyo de tu diestra: era el m ayor escudo de su patria, era de las naciones mas adversas para tí el envidiado y el temido: era el com pendio de la fortaleza y de la heroicidad::- ¿mas de que sirve , si y a no es decirte lo que era?'¡oh esposo desdichado! ¡oh triste hado! de los que mas estimas, qtie una ofensa de t i en anior había recib ido.

V u l. ¿ Y su nom bre no dixo?H on, N o , que apenas

esto pudo a c a b a r , y qnaudo iba á pronunciar su nom bre , y a Ir. lengua anudada , presagio de la nuierte, al seco paladar pegada queda.

F u l v . ¡O h desventura! ap.M a x . ¡Oh riesgo!F u l v . Ü i ahora,

¿era traidor mí esposo? ¿vés com o erai» pretestos que ocultabas en tu envidia los fingidos delitos que pretestas? ahora te afliges? y a de que le sirve esfe llan to infructuoso, ni esa quexa, ¿quien le dará la vida que inhuman© le quitaste con barbara licrezn.

H on. ¿Qué dices? ¿P x io h 4 m nerto?F u lv . S i : este injusto

este hom icida le m ató : P rin cesa, h u ye de sus fiirores , pues ce ta d o con horrorosa furia en la inocencia, so lo de sangre hum ana está sediento, y en verla com o nn rio se deleita:Ui M lo s h e ro e s p erd o n a frw ve n g a n za;

y a

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y a lös rem ordim ientos !os desprecia: de humauidad n iaun seu alleh a quedado, pues ei\ ferocidad vence á las fieras; no «stá segura, H onoria , tu real v id a .

H o n , ¿ Y pudiste cuel?::- V a l. jO h gra ve pena!

n o me insultes , herm ana ; y a co n o zco mi erro r, y le confieso con vergü en za; mis dudas me acobardan, y e n ninguno del traid or puedo encontrar las seuasj y o á nuiguno he ofendidoi

H on . ¿Y a te olvidasd¿I ciego am or y pretensiones necias con la esposa de M áxim o?

M a x . ¡Qué escucho!}i¡'so;iibra de esperanza y a me queda.

V a l. Y o uo creo que M áxim o se acuerde de un error ju v e u il , q'.jando pudiera acordarse de tantos beueficios.

H on. E l ofensor olvida las ofensas, pero uo el ofendido que medita la vc-ngauza aunque am igos nos parez­

can» va se. M a x . M irad, Señor, que no h ay mas fun­

damento que un discurso de H onoria.

F u lv . jSuerte adversa!¿no basta coij privarm e de mi esposo sin que mi amado padre también muera?

V a l. A ti solo convienen los indicios; d lxo E m ilio al m orir, que «1 traidor era de los que y o mas amo , que ofendido por mi en am or estaba.

F u l . M is ideasfavoreced , p ia d o so s, Santos D ioses,

V a l. ¿Quién otro puede ser? soldados, ea::- F u lv . B arb are, esperaj y o so y la culpada;

y o H E m ilio soborné para C'>ta empresa; tu m uerte he deseado y la deseo; en mí se encuentran bien todas las señas; á m í , por nú desgracia me quisiste y ofendiste mí am or, quando ia diestra de mi esposo a tu hermana le ofreciste: joh! sino hubieran sido las estrellas contrarías á mi inten to , y a logradas mis venganzas y-rabias estubíeran: el gu sto de mirar ro to ese pecho eu que cruel tanta maldad encierra:

y a huviera libertado de un tirano k mí patria > y al m undo, no rigiera e l Im perio uua diestra tan injusta.¡Oh soñada esperanza! joh suerte adversa!

M a x . ¡Ingeniosa piedad! a f .V a l. ¡Y o so y de marmol!F u lv . D ár y o la vida por nü padre es fuer­

za . ap.V a l. ¿Tan gran maldad im aginar pudiste?

¿en ti pudo caber acción tan fea?F u l v . E cio inocente por mi culpa y a c e ,

uo quiero que mi padre tam bién muera^V a l. Y a tu fid elid ad , M áxim o veo.M a x . Y o , S eñ o r, he perdido mi inocencia,

que crim ines tan feos , las familias todas deslustran y las descendencias: destruyem e , Señor , no rae perdones, porque quando mi hija a pisar llega de la fé y del hon or las sacras leyes su culpa me hace reo de la pena; abrid mi pecho , derram ad mi sangre, y lavad de este m odo las ofensas, para ver si se m uestra de esta suerte mi virtud y mi rígida en tereza.

Vixl. 'Y o m cabandono en b razos de la suer­te;

¿pues y a que riesgo h a y que tem er pue­da?

qualquier mudanza a liviará mis penas: no puede ser la suerte mas adversa, vas»

M a x . Y a se fué; por ti v i v o , amada hija, jcon que pena h e ocultado mi terneza! las lagrim as saltaban a mis ojos al contem plar eu ti piedad tan nueva: eres tu mí esperanza y fiel ap oyo: ven a mis brazos , hija

F u lv . A p arta , cesa,no añadas con inútiles lisonjas causas a mi dolor y tus afrentas.

M a x . ¿Qné de m í te retiras?F u lv . E n ti veo,

padre c r u e l , la causa de mis penas: bastante es que por librar tu vida pase y o por la culpa : piensa , piensa, quanto he perdido por tus crueldades; qual me pone tu culpa y tu qual quedas.

M a x . ¿Pues cóm o estorvar quieres , hija amada,

que

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que de mi am or Tos brazos te dén señas?F u lv . P o r D ios te pido , padre , que me

dexes;pasa mí pecho con tu espada mesma; ésta sola merced pide tu hija, de librarte la vida en recompensa.

Mc^x. L as lagrim as en ju g a , F u lvia mia, que puesto que la vida me conservas; te he de pagar tom ando una venganza digna de tu dolor y mis ofensas,

Fulv> ¡Donde estoy infeliz! ¿es la que piso d el cap ito lio la mansión severa, í) acaso son las playas horrorosas de A rg o s cruel y de ia injusta Tebas? L as torpes confusiones de los G riego s; de A treo las crueles experiencias, de Arestes los furores , y de T ro y a las sangrientas cenizas se renuevan para torm en to mió en este dia: con mas h orror y barbara fiereza un zeloso M onarca me persigtie; traid or mi padre de tem or me llena,3 quando buscar qxiiere algún descanso m i alma , (que de sustos se alim enta ) la sombra amada de m i esposo ve o allá dentro en la imagen de mi idea, que me dice con lúgubres ¡nmetito.s; solamente tu amor fué causa de esta temprana m uerte , que de mis laureles al em pezar detuvo la carrera.-[Con que eficacia la cruel m emoria en sn agonía me le representa, y a furioso por verse asesinado de una mano traidora que atraviesa sn corazon tan foerte y tan ilustre!¡Ya cobarde al mirar que desalientan los vitales espíritus , le obligan a d^xarse caer sobre la tierra aborrecida! y a desesperado de poderse vengar , pedir con lengua balbuciente , c.on o jos e.’lipsados y torpes ademanes que desciendau sobre R om a las iras de los C ielos para vengar su hon or y su tragedia; y y a amante por fin entre congoxas de que con é l sus esperanzas nuiestran, y horribles ze lo s de que con su m uerte han de ser posesiones las del Cesar,

Tragedia. Z5abandonar los brazos y dexarse m urir por no pensar en sus ofensas! mal hayan mi lealtad y mi silen cio, que son prim er m otivo de que mueras. Salvé al R e y de las iras de mi padre: joh m om ento feliz! ¡oh suerte adversa! y a faltó , y a no h a y lu z para mis ojos; sombras son todas ; tod o objeto es nie­

bla;¿á donde iré? ¿donde hallaré d esean » ? donde tranquilidad? ¿podrá alhagueTia divertirm e la v o z del hom icida? ¿podrá mi padre rem ediar mis penas? mal hayan mi lealtad y mi silencio, que son primer m otivo de que m ueras. Salvé al R e y de las iras de mi padre, de las. del R e y mi padre libre queda; tanto he sabido hacer, mas no he sabido dár à tu fiel amor la preferencia.E c io m ió , y a es tarde : mas no es tcirde para m orir con tigo : aguarda , espera, que in trép id a , valiente y anim osa, del A queronte triste la rivera quiero pasar con tigo : no te vayas, que y a sigue mi alma por tus huellas: ¿Pero qué es lo que digo? la congoxa con vanas aprensiones me atorm enta, y la m uerte que h o y tantos han hallado à mi me h\iye : ¡ah cruel estrella! Jupiter soberano , un ra y o ardiente reduzca mis desgracias à pavesas, vase»

C ap itolio antiguo con g alerías de colum ­n a s, escaleras en e l fo n d o . S a le M a x í- uno sin manto , y con espada desv.uJa segtúdo del pueblo.

M a x . H orrorícese R om a y to d o el mundo á vista de maldad tan execrable.E l vencedor de A tila , el valeroso apoyo de la patria , el forjuidable te rro r de nuestros fieros enem igos, y a está bañado de su propia sangre; n o derramada , no , por las heridas que recibió quando corrió triunfante conduciendo del uno al o tr o polo nuestros siempi*e invencibles estandar­

tes,sino

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Ecio,sino por el cruel è infáme golpe de uu verdugo, que obrando de cobarde á traición le m ató, pues cara á cara m ortal uo hubiera que lo executase.

sabéis de que mano fué e l decreto injusto? no es posible imaginarse. A ugusto fué quien le m andódár muerte: increíbles parecen sus maldades.A q uel que de su mano há recibido tantos laureles que su sien esmalten; aquel que de su infamia está vengado por E cio tan á costa de su sangre. Este le h izo matar , porque envidioso miraba su va lor inimitable: asi premia un tirano los servicios, asi paga el amor con crueldades.¿Q ué es esto , pues Rom anos? ¿cómo

ociososy tranquilos nosotros al mirarle executar tan barbaras acciones, no tomamos venganza? las Deydades que en este sacro capitolio habitan, y vieron que zelosos nuestros padres la libertad de R om a restauraban con rom ano valor , digno corage, al vernos tan cobardes y remisos condenan nuestros b ra zo s; inflamadles, si , airado j o v e , c o a el ra y o ardiente: es de R o m a el a p o y o , no cobardes dudemos un m om ento ; de los C ayos y los B rutos es tiempo de acordarse: si aquellos libertaron á la patria de la ambición de un C esa r, h o y mas

grandesm otivos nos asisten : aquel quiso la dictadura para si apropiarse, pero habia ganado en la campaña laureles que le hacian arrogante; pero este injusto para si pretende g lo ’-las que á otros costaron los afanes, dandole* al vencedor en recompensa la m uerte : ¿quien tal sufre? en e l ins­

tanteE c io vengado há de quedar; mi brazo es bastante , R o m a n o s, á vengarle; y o obraré com o hijo de Q uirino aunque á vosotros m i ejem p lar no m -

íiame.

V enid todos conm igo.

S a le V aro.

V ar. ¿Dónde corres?M a x. A libertar á R om a del ultrage

que padece , y del y u g o ea que oprim i­da

ni aun de si misma podrá ser imagen;6 sigue mis designios, ó no quieras Oponerte ; que el b razo form idable que á matar al tirano se prepara; se ensayará en tusdebiles estam bres.‘z;«»

V tir. E ste m alvado al Cesar persuadía diese á E cio la m u erte , y ahora infame tod o el pueblo con cita á la venganza; mas ao temo sus iras execrables, pues la sagrada vida del M onarca tiene esquadras de genios tutelares. ¿Pero qué es lo que escucho?

K tiido dentro de espadas»D en t. M uera el Cesar.O tro. Que dió la m uerte á E cio .D en t. V a l. N o cobardes

presumáis desarm arm e, que mí b rio sabrá daros la muerte.

V a r . |Fuerte lance!

S a le por una p a rteV a lem in ta n o co n esp s- da desnuda defendiendose de los conju­rados , y por otra M áxim o tam bién con espada en mano : esto será des- pttes de un reñido choque.

V a l. ¡Ah traidores! véu M áxim o; tu ze lo necesito en mi ayuda.

M a x . Será ea valde;deteneos , soldados , que y o quiero m atarle por mi mano.

F u h jia sa le apresurada , y para detener á M áxim o se pone en medio.

F u lv - ¿Señor , qué hacei?M a x . C astigar de un tirano los errores,

vengarte á t í , á tu esposo y á tu madre.F u lv . M i pecho será escudo que su vida

defienda de tus golpes,que aunque agra» vLe

á

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Tragedia.á mi esposo , por fin es mi M onarca, V a l. M iràd quien me defiende, y com o tal es fuerza respetarle.

V al- T o d o quanto me pasa son asombros:M axim o à herim e viene , ¿ y á estor-

variesiis intenciones F ulvia? scòrno es esto?

M a x . Si ' '

27

Cesar ; y a uo es tiem po de en­gañarte:

y o solo he sido siempre tu enem igo, que F u lvia solamente por librarme se culpó i pero ahora que y a Em ilio el golpe erró , sabré y o asegurarle* M uera C e s a r , Rom anos.

D e/it. V a r. Cesar viva.F u lv - ¡Oh! acaben, Dios«s, tantas cruelda-

des. vase.

Seen tra n r tñ e n io la s conjurados y lealesy y despu<isdeun choque sale V a lsn tin ia - no defendiendose de M uxtm o y otros.

V al- P or mas que con astucias de la vida me queráis desp ojar, de las Deidades no podréis contrastar á los decretos; pero ¡ay de mi! la espada:;-

M a x . M uere.

Q uA n io M áxim o le v d a matar sa le E c io con espada desnuda y se lo e sto rv a , y con é l V a ro y soldados.

E cio - Antesm orirán los traidores que pretenden de su M onarca derram ar la sangre.

L o s soldados que salieron con E c io hacen huir a los conjurados, y queda M á x i­mo entre los soldados que le desarman.

M a x. Y a no h a y mas que esperar j ¡tirano C ielo!

V a l. ¿Q ué es lo que miro? ¿E cio : que D ei­dades

conservaron tu vida?E c io ‘ V aro ha sido

quien piadoso há querido conservarm e.Sal- Ho«.-.¿Cesar?Sal- F u l. jSeñ o r?

F u lv . ¿Esposo mío?H on . ¿Q ué felicidades

pueblan el asombrado C apitolio?F u l v . ¿Es ilusión?V al- P rocura recobrarte,

que no es ilusión j es un exem plo, F u l­v ia ,

de Com o el Cielo en casos semejante&^ hace que |as virtudes resplandezcan y aparezcan los vicios detestables; y a s i , y o en nombre su yo , pava el pro.»

mioy el castigo resuelvo que tu enlace» la venturosa mano k la de F u lv ia , que H ouoria à ser de A tila se prepare» y que vaya al suplicio este m alvado.

E c io y F u lv - S e ñ o r, vuestro perdón::-.»V al- N o h ay que esperarle;

pues aunque en su castigo mi clem enciaj y estas intercesiones se desaíren, no es posible indultar k un regicida un tan feo delito abominable, tan horroroso quando queda impune^ o piadosa se arriesga à tolerarle la indiferencia , ofende k la Justicia, dexa las consequencias mas fatales en el exem p lo , y el M onarca expone t r o n o , respetos y tranquilidades.V a y a k m orir.

F u lv - C o n o zco tus ofensas, pero si en tan gi’an dia::- ¡ay de mi! al padre::- S e desmaya,

M a x . Y a , C esa r, has triunfado de mi vida y de mis iras justas y fatales; pero el mundo verá que mis furores no perdonan la victim a ; y a s i , antes mi b razo arm aré y o contra mi pecho que tu justicia contra mi se arme: y o propio quiero hacer el sacrificio de mi barbaridad k mi corage, y buscar del abismo en las mansione^ la paz que me negaron los m ortales.

E n tr a se hiriéndose con e l puilai»

F u lv . ¡C ielo Santo!V a l. O cultád por ahora k F u lvia

SM

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su desesperación y su cadaver. F u l v . ¿Dónde mi padre está?

M irando ansiosa.

Ech»

y a l . Sin duda huyeiidofué donde mis rigores no le alcancen.

E cio . Señor , á V aro que me diese la v id a , perdonad.

y a l. T u has de prem iarle,tesorero de todas mis acciones, riquezas , gracias y felicidades^

H onoria cuida á F u lv ia tu , entretanto que se disponen las pompas nupciales de sus felices bodas y las tuyas.Y v o s o t r o i , Ò D ioses inmortales, que de R om a veláis en la tutelaj proteged el Imperio , y liberales sobre E cio derramad vuestros favores, pues no h a y premio eu la tierra que le

baste.Todos. Y el prudente auditorio disimule

premiando liberal nuestros afanes.

F I N .

Barcelona: P or la Viuda Piferrev , vendese en su Librería, administrada por Juan Sellent; y en M adrid

en la de Qiairoga.