realidad educativa en unah actual

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Realidad educativa de la “Universidad Nacional Autónoma de Honduras” en la actualidad. El sistema educativo a nivel superior o universitario, es el proceso posterior al grado de diversificado, que transcurre en la trayectoria académica de un individuo. En Honduras existe una estructura en educación, compuesta por un nivel preliminar, con el fin de familiarizar al sujeto con la sociedad, llamado preescolar, además, un nivel denominado básico, que se diseña para ensanchar los conocimientos necesarios para poder entender las experiencias cotidianas, este complementado por un diversificado, que colabora a la dirección de una profesión específica, todo esto acumulado posterga cognitivamente al educando a un siguiente grado de preparación, como lo es, una formación a un nivel superior o universitaria; en el caso nacional, es pues, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, la institución pública del rubro educativo a ese nivel, la que absorbe proporcionalmente en mayor grado los egresados de alguna etapa secundaria del mismo proceso, independientemente del ente simbólico o social del que sea originario o portador ese dicente; lo cual conlleva a una reflexión sobre su funcionamiento como órgano, en relación a estos factores. Quizás en el contexto nacional, la “Educación” impartida en esta institución se justifica a través de una descripción cronológica, que en algún momento trascendieron esos modelos o los ideales a seguir o, u otros dirán en deducción, que el proceso de formación decrépita, era la mejor en comparación a la de hoy, pero si esto es de tal forma, estamos afirmando que, de cualquier forma se buscaba una coincidencia entre los protagonistas del sistema, sin importar las condiciones en que se impartiera o recibiera el enfoque de aprendizaje y enseñanza. Claro está que la realidad se consolida, modifica y

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Realidad educativa de la “Universidad Nacional Autónoma de Honduras” en la actualidad.

El sistema educativo a nivel superior o universitario, es el proceso posterior al grado de diversificado, que transcurre en la trayectoria académica de un individuo. En Honduras existe una estructura en educación, compuesta por un nivel preliminar, con el fin de familiarizar al sujeto con la sociedad, llamado preescolar, además, un nivel denominado básico, que se diseña para ensanchar los conocimientos necesarios para poder entender las experiencias cotidianas, este complementado por un diversificado, que colabora a la dirección de una profesión específica, todo esto acumulado posterga cognitivamente al educando a un siguiente grado de preparación, como lo es, una formación a un nivel superior o universitaria; en el caso nacional, es pues, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, la institución pública del rubro educativo a ese nivel, la que absorbe proporcionalmente en mayor grado los egresados de alguna etapa secundaria del mismo proceso, independientemente del ente simbólico o social del que sea originario o portador ese dicente; lo cual conlleva a una reflexión sobre su funcionamiento como órgano, en relación a estos factores.

Quizás en el contexto nacional, la “Educación” impartida en esta institución se justifica a través de una descripción cronológica, que en algún momento trascendieron esos modelos o los ideales a seguir o, u otros dirán en deducción, que el proceso de formación decrépita, era la mejor en comparación a la de hoy, pero si esto es de tal forma, estamos afirmando que, de cualquier forma se buscaba una coincidencia entre los protagonistas del sistema, sin importar las condiciones en que se impartiera o recibiera el enfoque de aprendizaje y enseñanza. Claro está que la realidad se consolida, modifica y permanece a la par de las generaciones o al transcurso de las épocas, pero la controversia siempre será, que si esta realidad, es tal la que se ve, o es la misma, la que tiene que ser justa, o es la necesaria para los que la vivimos, en especial los que os estamos formando en un instituto máximo como es en la universidad. Sin embargo, siempre se trata el lugar donde nos encontramos, como estamos, que hacemos, que pretendemos, que adversamos, que cambiamos en esta realidad, que está bajo las condiciones que asumimos en la actualidad dentro de este sistema, que no sólo nosotros somos los actores, sino que sobre, está una normativa o legislación, que es la que coordina nuestro rol, y es en eso, en la cual,

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determinaremos nuestra posición de acuerdo al panorama actual, desde la función hasta la disfunción que todos admitimos, pero que también a veces provocamos.

En la actualidad académica se señala que la tendencia en la Universidad es el aumento de estudiantes con críticos promedios,  en tal contexto, y que a nivel de educación media se incrementó el índice de aprobación de un 60 % a un 70%, y la  Universidad debe acoplarse a las realidades educativas del país.  Durante 2012 el 28% de los estudiantes de la UNAH se encontraban en una situación de riesgo académico con promedios que oscilaban entre el 59 y 40%, sin embargo para el 2013 la Máxima Casa de Estudios registró una disminución del 11 En 2013 se matricularon  84, 170 alumnos en la UNAH, de los cuales 63, 260, equivalente a un  76% registraron un índice académico que osciló entre 60 y 79%, 14, 535 estudiantes  (17%) se encontraban  en riesgo académico y 6, 015 estudiantes eran de excelencia académica (7%) (PRESENCIA UNIVERSITARIA, El periódico de la Reforma). Pues, ultimadamente, estas son las estadísticas que arrastramos como perfil institucional, pero es que estos son detalles de primer plano para cualquier sistema de índole estricto, aspectos que particularmente se pasan por desapercibidos, pero que en un sentido gremial son altamente graves como efectos adversos. Estos datos no sólo nos reflejan un estado desinteresado por parte de los seres intelectuales que llevan a cabo este proceso, sino que es evidente la perspectiva paupérrima que se presenta en la mayor parte de los dicentes. Ahora, debido a esto se levanta cualquier inquietud por parte de las autoridades, en donde se ven obligados a desarrollar y modificar normativas que vengan a suprimir cualquier efecto de esa magnitud, por lo tanto el centro educativo se ha planteado principios que traten de incentivar algún espíritu de la mayoría de los educando, pronunciando una competitividad, calidad y extensión. Pero esto no es suficiente para argumentar el verdadero orden universitario, porque al mismo tiempo se han alterado esquemas sociales a través de actos que desencadenan cualquier crisis o incertidumbre, todo esto, manipulado por el régimen establecido por los avances de los procesos de globalización económico; los cuales están: aplicación de procesos en ajustes estructurales de la economía, excesiva politización de los servicios educativo, ausencia de planificación, poco uso de los servicios de extensión, poca coordinación con las políticas estatales, uso irracional de los recursos, incremento económico a las acciones propias de servicio al estudiante, desvinculación y desalojamiento total de la institución con la sociedad, no rendición de cuentas y manejo de

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recursos; lo cual implica que no se transmite en ningún momento, una seguridad transparente y puntual hacia el público en general. La Universidad es un cementerio de valores, en donde el que entra vivo sale cadáver, esto se obvia, cuando nos preguntamos por el papel de la ética y la moral, pues se ha desarrollado una sociedad que juzga estos principios, mas no así, la información, total esa debería ser la esencia de la educación de un nivel máximo; pero que en realidad esa respuesta se debe reflejar en los egresados, aspecto que se está volviendo ambiguo en los sujetos. Es aceptable decir, que la Universidad está en un proceso de transición, pero no tanto decir que el estudiante es parte de eso, no por que este, sea un antagonista, sino porque no presenta esa condición de ser; un ser crítico, analítico y reflexivo. A veces nos preguntamos por las condiciones físicas y científicas de la institución, tal vez puede dictar alguna razón pero no la solución, o también cuestionamos la competitividad o habilidad de nuestros orientadores, pues incluso es racional elaborar un juicio con respecto a eso, sin embargo, no será más preferible diseñar una racionalidad y una posible solubilidad bajo nuestra voluntad, en donde el criterio sea nuestra disponibilidad y responsabilidad, por encima de cualquier aversión estructural que tenga el centro educativo, esta transición no es cuestión de recalcar errores evolutivos sino de parir una iniciativa espiritual, basada en la necesidad que presenta nuestra sociedad, en sus principales pilares: como la salud, educación, seguridad, cultura y las estructuras de la misma. Es decir, que nuestra universidad está sufriendo un conflicto de descoincidencias entre las autoridades y los subordinados, pues en la planificación, se proclama un éxito total, pero en la ejecución se encuentra un contraste no tan coherente a las finalidades establecidas.

“Un pobre no puede salir de la pobreza, teniendo como modelo a otro pobre”, la universidad está obligada a adoptar un modelo o enfoque a lo más alto de calidad, aspecto que se intenta desarrollar como iniciativa hacia la competencia global, es algo justo de argumentar en donde todos deberíamos colaborar, pero que en función nos encontramos como la principal antagónica resolución, por toda la insatisfacción que presenta el alumnado con respecto a las nuevas normas que se pretenden establecer con el fin de satisfacer esta propuesta. En deducción la universidad se encuentra en la cúspide más sensible de la sociedad, en donde se supone que debería ser la solución a la alteración nacional, o tal vez la más adecuada, pero que en el rendimiento particular en su mayoría, sus actores defraudan, teniendo una actitud indiferente, de igual forma, promediada en la comodidad y conformidad.

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Total, la realidad que presenta en la actualidad la universidad, es solo una pauta de lo que es nuestra sociedad en general, en donde comanda la política, extracto social, muchas veces la ideología, mas no así, la competencia académica por excelencia, o más bien nos comportamos como un cazador sin arma que intentamos cazar a lo radical sin estrategia concreta; sus miembros muchas veces se revelan en contra de las leyes, pero al mismo tiempo a favor del abismo nacional en el que nos encontramos; puede ser que no queramos regirnos por un encantamiento, pero tampoco hay que fundamentar argumentos con aspectos más culturales que conscientes. Finalmente, la educacion superior en la UNAH, está pasando por un proceso, quizás planificado pero que en lo pragmático se encuentra desprotegido por el estudiante, por otra parte el mismo sistema no se ha diseñado en explotar la conciencia intelectual del individuo, sino en cuantificar sus capacidades y habilidades, por lo tanto es indispensable dudar que transformará la conciencia de los ciudadanos cuando en realidad lo que está haciendo es perpetuar su capacidad en la obediencia de una cognición dada, contrario hacia una formación de lo mismo, es decir, el parto de un nuevo pensamiento que provoque propuestas razonables, críticas y estructuradas, para que se deje de actuar aparentemente consciente, pero que al fondo es muy probable que ésta sea la principal deficiencia.