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Regiones y Desarrollo Sustentable 12 El Colegio de Tlaxcala, A. C.

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Regiones y Desarrollo Sustentable

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El Colegio de Tlaxcala, A. C.

Regiones y Desarrollo Sustentable

Consejo editorial

Lawrence Altrows (Ryerson Polytechnical University)Lourdes Arizpe (CRIM-UNAM)José Luis Calva (IIE-UNAM)Gonzalo Castañeda Ramos (UDLA-Puebla)Gustavo Garza Villareal (El Colegio de México, A. C.)Bernard Lafayette (Rhode Island University)Collette Le Cour Grandmaison (Universidad de París)María Luisa Torregrossa (FLACSO)Allen M. Prindle (Otterbein Collage)Ryzard Rózga Luter (UAEM)Brígida Von Mentz (CIESAS)Víctor L. Urquidi (El Colegio de México)†

Úrsula Oswald Spring (CRIM-UNAM)

El Colegio de Tlaxcala, A.C.

Mtro. Raúl Jiménez GuillénPresidente

Dra. María de Lourdes Sánchez GómezSecretaria General

Dr. Daniel Hernández HernándezDirector General Académico

Mtro. Guillermo Aragón LorancaDirector de la Revista

Índice�

Presentación

Javier Delgadillo Macías

Artículos

La ordenación del territorio en la agenda política europeaAndreas Hildenbrand Sheid

Asimetrías espaciales en México a partir del Tratado de Libre Comercio de América del NorteJavier Delgadillo Macías y Marcos Valdivia López

Las ramas dinámicas de la economía tlaxcalteca, 1998-2004. Un ejercicio del análisis de localización y de cambio-participaciónMario M. Carrillo Huerta y Rocío Fernández Ramírez

Medición del desarrollo económico de la Ciénega de MichoacánTeodoro Aguilar Ortega

Transformaciones territoriales en el oriente de la ZMCMOrlando E. Moreno Pérez

Políticas públicas y desarrollo sustentable. El caso de la regióncentro de MéxicoSergio Flores González

Algunos elementos para explicar los procesos de formación regionalFelipe Torres Torres

� Número coordinado por el Dr. Javier Delgadillo Macías.

Regiones y Desarrollo SustentableEnero-Junio 2007

Núm. 12

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Consideraciones en torno a ciertos ejes de análisis del planteamiento regionalHéctor Manuel Cortez Yacila

Promoción y publicidad de ciudades con patrimonio histórico y medio ambientalSalvador Ferradás Carrasco

Propuesta para el análisis de la valoración y transformación del paisaje en el municipio de Tlahuapan, Puebla y su relación con el Plan de Ordenamiento Ecológico Regional del PopocatépetlCarolina Lara Visconti, J. Alfonso Macías Laylle, M. Mario AliphatFernández, Arturo Muñoz-Márquez Trujillo, J. Cruz García Alvarado y Beatriz Martínez Corona

Aproximación al análisis de las condiciones de vida de la población en el contexto de los procesos de urbanización recientes: el caso de las regiones Centro-Norte y Centro-Sur del estado de Tlaxcala Efrén Ramírez Bribiesca y Daniel Hernández Hernández

Documentos

Documento Marco del 1er. Foro Nacional sobre Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sustentable Agosto 27, 2007

Documento presentado por RAP-AL Uruguay en el �er. Foro Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sustentable Colonia 8 y 9 de setiembre, 2007

Reseñas

Javier Delgadillo Macías (coord.) (2006). Enfoque territorial para el desarrollo rural en México,CRIM-UNAM/ IIEC-UNAM/ El Colegio de Tlaxcala, A.C. / UAGRO, México, pp. 519.José Dionicio Vázquez Vázquez

Calvo Palacios, J.L. y Pueyo Campos, A., dir. (2008).Atlas Nacional de España: demografía, Centro Nacional de Información Geográfica, Madrid, España, pp. 388.Ramos Montalvo Vargas

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Regiones y Desarrollo Sustentable es una publicación semestral de El Colegio de Tlaxcala, A. C.ISSN 1665-9511

Abstracts in English

Résumés en Français

Aceptación de manuscritos en Regiones y Desarrollo SustentableLos trabajos firmados son estrictamente responsabilidad personal de los autores

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Presentación

Dr. Javier Delgadillo Macías�

En la actualidad, entre los estudiosos del desarrollo regional se reconoce al territorio como la unidad de análisis fundamental para la comprensión de los procesos socioeconómicos, am-bientales, políticos e institucionales que atañen a la sociedad. De manera relevante, desde el ámbito de la acción pública, al territorio se le ha dimensionado a un nivel de importancia tal que se le considera “el sujeto” del desarrollo en un sentido amplio. Factores relevantes como las relaciones urbano-rurales que se expresan entre otros problemas con límites difu-sos entre ciudad y territorios aledaños, los constantes y acelerados cambios al interior de las regiones producto de procesos desiguales de desarrollo, el desdibujo de las fronteras de los Estados-Nación provocados por la globalización, los avances tecnológicos que han acortado el tiempo para establecer relaciones entre territorios distantes, la reconversión de sistemas y procesos productivos acordes a las nuevas demandas, y muchos otros factores han contri-buido a sustituir poco a poco los enfoques sectoriales por otros de carácter multidimensional e integral donde el territorio se erige como el sujeto de acción de las estrategias de gestión y planeación a favor de mejores niveles de vida y convivencia de la población asentada al interior de las regiones mexicanas.

El enfoque territorial se viene afianzado en la academia al reconocer que los problemas del desarrollo son complejos y deben abordarse a través de una perspectiva multidiscipli-naria; no obstante, debemos reconocer que este enfoque aún no tiene un amplio reconoci-miento, si bien es cierto que es frecuente su uso en el discurso político y ha sido incorporado por diversos organismos internacionales tales como el Instituto Interamericano de Coopera-ción para la Agricultura (IICA), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CE-PAL), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), e incluso en nuestro país por instituciones gubernamentales del ámbito federal como la Secretaría de Agricultu-ra, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), la Secretaría de Economía (SE) y la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL). Se debe reconocer, sin embargo, que la arquitectura institucional de la administración pública a nivel federal, estatal y municipal está diseñada para operar políticas con un enfoque predominantemente sectorial sin que se dé aún un reconocimiento explícito a la necesidad de reconvertir este modelo.

� Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIEc/UNAM) y Profesor Invitado de El Colegio de Tlaxcala, A.C. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Correo electrónico [email protected]

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Bajo el espíritu de estas ideas, con el presente número de la revista Regiones y Desarrollo Sustentable nos sumamos a la discusión y orientaciones temáticas de este enfoque territorial del desarrollo y ampliar el marco analítico de los estudios regionales. Se procedió a invitar a un grupo de destacados especialistas que desde sus áreas de trabajo vienen contribuyendo a ampliar las dimensiones de este nuevo corpus teórico y conceptual de índole multidiscipli-nario. El contenido que aquí se presenta, reune una serie de trabajos de índole teórico-con-ceptual, metodológicos y de análisis de expresiones regionales, cuyo común denominador es poner en la mesa de discusión al territorio como unidad de análisis para explicar diversos fenómenos ambientales, económicos, culturales, políticos, institucionales, así como proce-sos novedosos del ámbito nacional e internacional del ordenamiento territorial como instru-mento de gestión social.

El trabajo que vertebra conceptualmente el enfoque temático de este número de la re-vista es el de Felipe Torres Torres 2 que lleva por título “Algunos elementos para explicar los procesos de formación regional”. En su exposición el autor va tejiendo el concepto de “lo re-gional” a la par de los de espacio y/o territorio, postula que las relaciones entre las personas si bien son producto de las formaciones regionales mediante la identidad y sentido de per-tenencia a un territorio, tales relaciones están influidas de intereses sobre todo económicos, generados por los actores dominantes, a niveles interno y externo, de tal forma que a través de dichos procesos de poder se ha determinado la especificidad de los territorios, estados y regiones. Y como el autor lo afirma, el interés de la redacción de su trabajo surge: “en la ne-cesidad de explicar algunos de los elementos conceptuales que intervienen en los procesos de formación regional, los cuales sirvan para un mejor entendimiento sobre el origen de las regiones y la proyección para su análisis teórico en momentos de nuevos reacomodos de las hegemonías territoriales en el mundo”.

En el texto titulado “La ordenación del territorio en la agenda política europea” del re-conocido especialista europeo Andreas Hildenbrand Sheid, se destacan dos aspectos fun-damentales con relación a la importancia que está teniendo la dimensión territorial en las políticas de desarrollo regional y local para la sociedad europea: En primero lugar, se señala que el 2007 significa un año en el que se han producido importantes impulsos para una ma-yor consideración de la dimensión territorial en la agenda política, tanto de la Unión Europea (UE) como de cada uno de sus Estados miembros. Estos impulsos según el autor, determina-rán en los años venideros el desarrollo de la política de ordenación del territorio y de otras políticas públicas con incidencia territorial, a través de la Agenda Territorial Europea (ATE), que da continuidad a los planteamientos de la Estrategia Territorial Europea (ETE) pero, a su vez, añade varios cambios, pudiéndose destacar su finalidad de poner el capital territorial al servicio de la consecución del objetivo de un crecimiento económico sostenible dentro de la Unión Europea y de los objetivos de la Estrategia de Lisboa. En segundo lugar, destaca el autor que estos programas deben aplicarse previo consenso entre los Estados y llevando a la práctica la ordenación del territorio como acción administrativa mediante la creación de una nueva cultura territorial que considere al territorio como un bien no renovable y limitado,

2 Su trabajo en la revista se ubica como el número siete.

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con valores ecológicos, culturales y patrimoniales, sin reducir al territorio al precio del suelo, que “al ser bien gestionado constituye un activo económico de primer orden”.

Respecto al desarrollo regional de México y la persistencia de las desigualdades territo-riales, los autores Javier Delgadillo Macías y Marco Valdivia López en el trabajo “Asimetrías espaciales en México a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte”, señalan que las disparidades regionales al interior del país se manifiestan luego de la aplicación de una política de liberalización económica que impacta de manera directa en la distribución del Producto Interno Bruto a nivel estatal. A partir de la aplicación de técnicas de medición es-pacial incorporan en su análisis dos elementos dinámicos de impacto territorial, la inversión extranjera directa (IED) y el papel regional de las remesas, considerados como nuevos com-ponentes de la economía regional del país. Apuntan que el incremento de las asimetrías te-rritoriales durante el proceso de liberalización de la economía mexicana es el factor regional que bien puede explicar por qué diversos autores han encontrado un patrón divergente en el crecimiento de las economías regionales del país a partir de los años ochenta. Sugieren en su trabajo, a través de implementar un modelo de convergencia condicional espacial, que el TL-CAN incorporó a las remesas y a la IED como los nuevos factores por los cuales las asimetrías regionales del país se vieron profundizadas. También consideran que el crecimiento regional de las remesas durante el TLCAN ha respondido como válvula de escape a las regiones del país, cuyo desempeño económico ha sido pobre, y a diferencia de otros trabajos que se han hecho sobre convergencia espacial, en el que aquí se presenta sugieren que las diferencias regionales no sólo pueden atribuirse a los diversos niveles que cada una de las “variables explicativas” del crecimiento en México tienen entre los estados, sino también debe conside-rarse que factores de interdependencia espacial (entre estados) influyen en las dinámicas de desigualdad regional, es decir, que las regiones (estados) en México no pueden verse como entidades independientes cuando se estudian los procesos de divergencia regional.

Un ejemplo de desarrollo regional en un territorio específico como es el estado de Tlaxca-la, lo presentan en su trabajo Mario Carrillo Huerta y Rocío Fernández, autores que postulan que las perspectivas de desarrollo pueden ser mayores en la medida que las empresas que se establezcan, correspondan a las ramas más dinámicas de la actividad económica y a las que generen más empleo local. En el artículo “Las ramas dinámicas de la economía tlaxcal-teca,1998-2004. Un ejercicio del análisis de localización y de cambio-participación”, presen-tan los resultados de un estudio realizado para el estado de Tlaxcala, en el que se aplican las herramientas de análisis de la localización económica y del cambio-participación para identificar las ramas que mostraron el mayor dinamismo en el periodo 1998-2004, comple-mentándose con la mayor participación en el empleo. Además consideran que “el desarrollo regional no solamente trata de resolver problemas de desigualdad y concentración, sino de diseñar estrategias que permitan organizar mejor a los territorios y las regiones”.

Por su parte, Teodoro Aguilar Ortega, a través de su trabajo “Medición del desarrollo eco-nómico de la Ciénega de Michoacán”, se propuso reconocer los distintos niveles de desarro-llo existentes en la región estudiada como información básica para promover acciones de planeación y de fomento económico a favor del bienestar de la población. Así, señala que la Ciénega no se ha quedado al margen de las disparidades del desarrollo regional y, por ello, considera la medición del desarrollo intra-regional un ejercicio necesario para catalogar y conocer las características y potencialidades de la región, la cual tiene gran importancia para

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el estado de Michoacán, ya que enlaza a esta entidad con Jalisco, además de sus límites con un cuerpo de agua de gran importancia nacional como es la laguna de Chapala.

En un tono crítico Orlando E. Moreno Pérez hace ver que el modelo capitalista reprodu-ce en el territorio las relaciones de producción, donde su localización depende del proceso particular de cada ciudad. En su artículo “Transformaciones territoriales en el oriente de la ZMCM”, toma como caso de estudio la zona de Ecatepec de Morelos y la expone como una muestra de las características de una urbanización de la pobreza que es resultado de la implantación de las llamadas “políticas de ajuste estructural”, a partir de la imposición de medidas de políticas públicas diseñadas e impuestas en México por el Banco Mundial entre otros organismos mundiales. Señala que estas políticas de corte neoliberal se orientan a la reestructuración económica excluyente y se manifiestan bajo la forma de expansión urbana determinada por las “fuerzas del mercado”, particularmente por los grupos que controlan el mercado del suelo.

Con un interés centrado en el desarrollo urbano y el cuidado del medio ambiente que incluye la sostenibilidad, Sergio Flores González en su trabajo “Políticas públicas y desarrollo sustentable, el caso de la región centro de México”, advierte sobre la importancia de este enfoque y la necesidad de diseñar políticas encaminadas a un mejor uso del territorio bajo criterios irrestrictos de sustentabilidad del desarrollo urbano; señalando que para dichos fines, se requiere crear órganos de gobierno y administración metropolitana en la Región Centro del país, un consejo permanente de planeación regional que le brinde seguimiento y evaluación a las acciones de sustentabilidad. Con ello se infiere que la auténtica promoción de las políticas públicas en la sustentabilidad debe ser un compromiso de todos.

Sobre las “Consideraciones en torno a ciertos ejes de análisis del planeamiento regio-nal”, Héctor Manuel Cortez Yacila expone de manera detallada cómo las bases normativas y los abordajes políticos de la planeación territorial regional ameritaron cambios sucesivos de acuerdo con los nuevos conocimientos aportados por los estudios territoriales y regionales actuales. También, da cuenta de la manera como variaron los enfoques y métodos del pla-neamiento territorial, como se redimensionaron las escalas geográficas y jurisdiccionales de aplicación de los instrumentos y políticas de planificación; además, señala en su texto que se modificaron los enfoques en que se basaba el accionar de estas políticas donde el enfoque local reclamaba su papel protagónico en el conjunto de posturas tradicionales dominantes, y da cuenta de la manera en que el carácter de la planeación encuentra en México un enfo-que emergente, y hoy dominante, el del planeamiento estratégico que en sus inicios llamó la atención por una mayor efectividad operativa de las medidas para lograr los objetivos deseados.

Dos artículos que comprueban lo expuesto en la temática anterior son: el primero titu-lado “Propuesta para el análisis de la valoración y transformación del paisaje en el munici-pio de Tlahuapan, Puebla y su relación con el Plan de Ordenamiento Ecológico Regional del Popocatépetl”, de Carolina Lara Visconti et al., tiene como objetivo central el proponer una metodología que permita conocer cómo ha sido la transformación del paisaje en la zona, a partir de comprender la relación que existe entre los pobladores y su medio natural, la valo-ración que dan al paisaje, tomando en cuenta la historia del lugar y las actividades de uso de suelo actual, contrastando los resultados con la propuesta del Programa de Ordenamiento Ecológico Regional para la zona del volcán Popocatépetl y su zona de influencia. Al reconocer

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que los recursos territoriales son los principales aspectos diferenciadores de un espacio y los que dotan de idiosincrasia a éste; por lo tanto, dictan que es necesaria la preservación del patrimonio como es el caso del histórico, cultural o natural. El segundo es del investigador español, Salvador Ferradás Carrasco y se titula “Promoción y publicidad de ciudades con patrimonio histórico y medioambiental”, donde se reconoce que el turismo es una actividad con un impacto medioambiental y territorial innegable, por lo que es necesario llevar a cabo un sistema integrado de planificación y gestión de forma coordinada, de modo que la acti-vidad turística redunde en beneficio de toda la sociedad y no sólo de intereses particulares o privados.

Finalmente, los autores Efrén Ramírez y Daniel Hernández Hernández en su artículo “Aproximación al análisis de las condiciones de vida de la población, en el contexto de los procesos de urbanización recientes: el caso de las regiones Centro-Norte y Centro-Sur del estado de Tlaxcala”, se encargan de analizar que si bien el crecimiento de las ciudades se explica por las economías de aglomeración, al grado de que se puede hablar de una eco-nomía terciarizada, es necesario reconocer que el número de empleos que se ofertan son insuficientes para garantizar condiciones de vida estables en los hogares, no obstante que en la obtención de los mayores ingresos y de los mejores niveles educativos, se registran en las regiones centrales de este análisis.

La revista cierra su contenido con la sección Documentos donde se incluyen dos textos relacionados con la importancia del ordenamiento territorial en Uruguay y recomendaciones para problemáticas sobre el irracional uso de los recursos naturales y el medio ambiente que son similares en muchos de los países de América Latina. Y en la sección de Reseñas se presentan dos libros de interés temático a los contenidos de este número de la revista; el pri-mero de ellos Enfoque territorial para el desarrollo rural de México, libro reseñado por José Dionicio Vázquez Vázquez; y el segundo, Atlas Nacional de España: demografía, cuya reseña fue realizada por Ramos Montalvo Vargas.

Artículos

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Andreas Hildenbrand Sheid�

Resumen

El año 2007 ha supuesto un año con importantes impulsos para una mayor consideración de la dimensión territorial en la agenda política, tanto de la Unión Europea (UE) como de cada uno de sus Estados miembros, que determinarán en los años venideros el desarrollo de la política de ordenación del territorio y de otras políticas públicas con incidencia territorial. Estos impulsos son: 1) la aprobación de la Agenda Territorial Europea (ATE); 2) el inicio del programa ESPON II (2007-2013); 3) el comienzo de la aplicación práctica de la cooperación territorial como uno de los tres grandes objetivos de la política de cohesión de la UE en el período de 2007 a 2013; y 4) la incorporación de la cohesión territorial como objetivo de la UE en el Derecho comunitario primario en el marco del Tratado de Lisboa.

Partiendo de una reflexión inicial sobre los anteriores hechos, el presente trabajo efectúa un balance de la indudable eficacia práctica que ha tenido la ETE (Estrategia Territorial Euro-pea), por un lado, en las políticas de ordenación del territorio en los Estados miembros y, por otro, en el marco de la Iniciativa Comunitaria INTERREG. A continuación, se presentan las ca-racterísticas esenciales de la ATE, considerando su proceso de elaboración, sus contenidos y su implementación, y ofrece un análisis en cuanto a la continuidad y los cambios que supone este documento respecto a la ETE. No obstante, y sin perjuicio de los éxitos incuestionables a la hora de aplicar la ETE en la política de ordenación del territorio en los Estados miembros y a través de la Iniciativa Comunitaria INTERREG, la ETE ha tenido una consideración insufi-ciente en la mayoría de las políticas sectoriales con impactos directos sobre el territorio, una deficiencia que afecta tanto a las políticas comunitarias como a las políticas llevadas a cabo en los Estados miembros.

1 El autor es Geógrafo, Profesor Asociado en el Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la ETS de Arquitectura de la Universidad de Sevilla. También se desempeña como Jefe de Servicio de Planificación Regio-nal en la Secretaría General de Planificación y Desarrollo Territorial de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio, Junta de Andalucía, España. Una versión de este trabajo se presentó en el V Congreso Internacional de Ordenación del Territorio, celebrado los días 22, 23 y 24 de noviembre de 2007 en la ciudad de Málaga, España. Correo electrónico: [email protected]

La ordenación del territorio en

la agenda política europea

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Por ello, el trabajo termina con un conjunto de consideraciones críticas finales, en las que se presentan los hechos empíricos que fundamentan la anterior conclusión y se identi-fican las razones de la situación de “arrinconamiento” de la ordenación del territorio. Esta crítica culmina en varias propuestas sobre posibles líneas de acción para remediarla y crear condiciones favorables para que la ordenación del territorio en general, y especialmente la aplicación de la ATE, figuren en los próximos años como asuntos de mayor prioridad en la agenda política europea.

1. Nuevos impulsos para la ordenación del territorio en la agenda política europea

El año 2007 significa un año en el que se han producido importantes impulsos para una ma-yor consideración de la dimensión territorial en la agenda política, tanto de la Unión Europea (UE) como de cada uno de sus Estados miembros. Estos impulsos determinarán en los años venideros el desarrollo de la política de ordenación del territorio y de otras políticas públicas con incidencia territorial.

En primer lugar, el 25 de mayo de 2007 en el Consejo informal de los Ministros responsa-bles de la ordenación del territorio celebrado en la ciudad de Leipzig se aprobó, bajo la pre-sidencia alemana del Consejo de la UE, la Agenda Territorial Europea. Este documento contri-buye, desde la perspectiva territorial, a la Estrategia de Lisboa (de 2000, renovada en 2005), centrada en el crecimiento económico; y a la Estrategia de Gotemburgo de 2001 dirigida a la sostenibilidad. Por otra parte, toma en consideración los Principios Directores para el Desa-rrollo Territorial Sostenible del Continente Europeo, aprobados en el año 2000 en Hannover por la Conferencia Europea de Ministros de Ordenación del Territorio (CEMAT) en el seno del Consejo de Europa. Asimismo, guarda una estrecha relación con la Carta de Leipzig sobre Ciudades Sostenibles, aprobada por el mismo Consejo informal el día 24 de mayo.

La ATE constituye un nuevo hito en las iniciativas a escala de la UE más directamente relacionadas con la ordenación del territorio: la elaboración de visiones estratégicas para el desarrollo del territorio comunitario (spatial visions), cuya manifestación más clara, pero no única, ha sido hasta la fecha la Estrategia Territorial Europea (ETE) aprobada en 1999.2 La ATE da continuidad a los planteamientos de la ETE pero, a su vez, añade varios cambios, pu-diéndose destacar su finalidad de poner el capital territorial, es decir, los diversos potenciales de desarrollo existentes en las regiones de la UE, al servicio de la consecución del objetivo de un crecimiento económico sostenible de la UE y de los objetivos de la Estrategia de Lisboa. Establece un marco de referencia para las políticas comunitarias con incidencia territorial y las políticas de ordenación del territorio promovidas en los Estados miembros, por los po-deres nacionales, locales y –sobre todo– regionales, que en la mayoría de los casos, son las instituciones competentes para la realización de estas políticas. Sobre todo, ha de destacarse

2 Sobre las funciones de visiones (Europa 2000 y 2000+, ETE, ATE), conceptos (ejes de desarrollo, gateway cities, desarrollo policéntrico) y metáforas (plátano azul, racimo de uvas, pentágono) de carácter espacial usadas a escala de la UE, puede verse el trabajo de TATZBERGER (2006).

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que la ATE, al igual que la ETE de 1999, no es un instrumento de una política comunitaria anclada en el Derecho comunitario, ya que la UE no tiene competencias en materia de or-denación del territorio, sino que es fruto de un consenso político logrado en el marco de los Consejos informales de los Ministros de los Estados miembros responsables en materia de ordenación del territorio.

En segundo lugar, 2007 es el año en que se inicia el programa ESPON II (2007-2013) refe-rido al European Spatial Planning Observation Network, la red de cooperación europea que mediante su labor de análisis y prospectiva territorial presta a las instituciones de la UE y a los Estados miembros un apoyo científico a sus políticas. Por ejemplo, en el marco de la polí-tica de cohesión de la UE, los datos generados por ESPON fundamentan la información terri-torial de los Informes sobre la Cohesión Económica y Social publicados periódicamente por la Comisión, siendo el más reciente el Cuarto Informe presentado en mayo de 2007. Asimismo, los productos de ESPON, indicadores territoriales, escenarios, tipologías, métodos, etcétera, también pueden tener su utilidad para las decisiones con incidencia territorial de los actores económicos y sociales (stakeholders). Sobre la base de las buenas experiencias del progra-ma ESPON I (2002-2006), la ATE recomienda que ESPON II, “en estrecha cooperación con la Comisión Europea, asuma un análisis más en profundidad de los efectos de las políticas de la UE sobre la cohesión territorial, revele las relaciones causa-efecto y desarrolle indicadores operativos para una información habitual sobre materias territoriales.”

En tercer lugar, 2007 supone también que a partir del primer año en que comienza a operar en la práctica la cooperación territorial como uno de los tres grandes objetivos de la política de cohesión de la UE durante el período de 2007 a 2013. Tras el acuerdo de los 25 Jefes de Estado y de Gobierno durante la noche del 16 de diciembre de 2005 sobre las Pers-pectivas Financieras 2007-2013 de la UE, que proporcionó a la Unión un marco presupuesta-rio estable hasta 2013, la política comunitaria de cohesión tiene tres objetivos prioritarios: la convergencia, la competitividad y el empleo y la cooperación territorial. Lo que hasta ahora había sido una simple Iniciativa Comunitaria denominada INTERREG para instrumentar y co-financiar con fondos comunitarios la cooperación territorial a nivel transfronterizo, transna-cional o interregional, se ha convertido en uno de los objetivos centrales (el nuevo objetivo 3) de la política comunitaria de cohesión. Esto significa que más que hasta ahora, los pro-yectos de la cooperación territorial han de contribuir a la consecución de los objetivos de la Estrategia de Lisboa y de la Estrategia de Gotemburgo.

Como se señalará más adelante, INTERREG ha sido a lo largo de sus tres ediciones, y espe-cialmente en lo que respecta a la cooperación transnacional a través de INTERREG III B (2000-2006), un elemento clave y exitoso para la puesta en práctica de actuaciones de ordenación del territorio realizadas en desarrollo de la ETE. En cuanto a la cooperación territorial trans-nacional, en 2007 casi todos los programas de cooperación han iniciado su andadura con las respectivas convocatorias para solicitar las ayudas financieras de la UE. En el mismo día de mi intervención de hoy, el 22 de noviembre de 2007, se efectuará en Marsella el Seminario de lanzamiento oficial (kick off) del Programa Operativo MED para la cooperación transnacional en el Espacio Mediterráneo durante el período 2007-2013.

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En cuarto lugar, en 2007 se dio la luz verde para que la cohesión territorial, que de hecho ya operaba junto a la cohesión económica y social como una tercera dimensión de la política comunitaria de cohesión, pudiera conseguir un sólido fundamento jurídico a máximo nivel en el Derecho primario de la UE, es decir, dentro del sistema de los Tratados constitutivos de las Comunidades Europeas y los Tratados posteriores que han venido a completarlos o a modificarlos. El Tratado de Lisboa, fruto del pacto alcanzado el 19 de octubre de 2007 en el Consejo Europeo de Lisboa por los Jefes de Estado y de Gobierno, sustituye al fallido Trata-do de la Constitución Europea y significa que la cohesión territorial, uno de los elementos novedosos recogidos ya en el proyecto constitucional europeo, se convertirá en uno de los grandes objetivos de la UE. Asimismo, la cohesión económica, social y territorial pertenecerá a los ámbitos que forman parte de las competencias compartidas entre la UE y los Estados miembros. De ahí se derivarán, como veremos más adelante, también consecuencias para la futura acción de la UE y de los Estados miembros en materia de ordenación del territorio.

La elaboración de spatial visions para el territorio de la UE es el eje de acción desde la escala de la UE más directamente vinculado a la política de ordenación del territorio. Asimis-mo, los Consejos informales de los Ministros de los Estados miembros responsables en ma-teria de ordenación del territorio, hasta la fecha, son la vía por la que más esfuerzos se están desarrollando para posicionar mejor en la agenda política de las instancias comunitarias, la atención a la dimensión territorial del desarrollo de la UE. Por ello, en el presente trabajo se efectúa primero un balance de la eficacia práctica de la ETE. Este balance se refiere, por un lado, a las políticas de ordenación del territorio promovida por las regiones u otras instancias competentes en España y otros países europeos y, por otro, al desarrollo de la ETE en el marco de la Iniciativa Comunitaria INTERREG. A continuación, se analizarán las características de la ATE, considerando su proceso de elaboración, sus contenidos y su implementación, y destacando, sobre todo, la continuidad y los cambios que supone este documento respecto a la ETE.

2. La Estrategia Territorial Europea (ETE): un documento con eficacia práctica en el ámbito de las políticas de ordenación del territorio

La Estrategia Territorial Europea, fruto del Consejo informal de los Ministros de los Estados miembros, responsables en materia de ordenación del territorio, celebrado bajo la presiden-cia alemana del Consejo de la UE, en la ciudad alemana de Potsdam los días 10 y 11 de mayo de 1999, ha sido un documento importante en varios sentidos.

No sólo ha formulado, para el conjunto del territorio europeo, objetivos comunes como el objetivo general del desarrollo territorial equilibrado y sostenible, y un conjunto de obje-tivos específicos como el desarrollo urbano policéntrico, el acceso equivalente a las infraes-tructuras y el conocimiento, la necesidad de una nueva relación entre campo y ciudad y la gestión prudente de la naturaleza y del patrimonio cultural, sino también ha contribuido a generar un lenguaje común entre los políticos y expertos provenientes de distintas culturas de planificación territorial. Además con su aprobación, tras una década de reuniones infor-males iniciados en 1989 en Nantes, se ha consolidado definitivamente el esfuerzo continuo

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de los Ministros responsables en materia de ordenación del territorio para formular visiones prospectivas y estratégicas del desarrollo territorial a escala de la UE; un esfuerzo que ha desembocado en el proceso de la Agenda 2007 que culminó en la aprobación de la ATE.

Un aspecto que conviene resaltar es el hecho de que con las reuniones informales se ha implantado un nuevo estilo de cooperación a escala comunitaria.3 En estas reuniones, son los Ministros de los Estados miembros quienes, desde el principio y en deliberación mutua y con la Comisión Europea que participa en dichas reuniones, han impulsado y determinado con sus criterios, el proceso de elaboración de la ETE (y también de la posterior ATE). Se trata, por lo tanto, de un procedimiento muy diferente al que se suele aplicar en las materias en las que la Comisión ostenta la competencia, y donde la Comisión ejerce la iniciativa y determina con sus planteamientos iniciales (en forma de Comunicaciones) desde el primer momento, el rumbo general del proceso de decisión política, sin perjuicio de que en este proceso los Estados miembros también pueden ejercer su influencia.

La ETE no es Derecho comunitario en sentido estricto, sino un documento de consenso político que forma parte del soft law, es decir, sus contenidos no tienen un efecto jurídi-camente vinculante.4 No obstante, la ETE ha puesto de manifiesto una eficacia práctica in-cuestionable, como marco de referencia de las políticas de ordenación del territorio en los Estados miembros y en el marco de la política de cohesión de la UE, a través de la Iniciativa Comunitaria INTERREG dedicada a la cooperación territorial.

En España, la ETE se ha tenido en cuenta en varias leyes de ordenación del territorio de las Comunidades Autónomas, entre ellas la Ley 4/2004 de Valencia, la Ley 14/2000 de las Islas Baleares, la Ley 1/2001 de Murcia, y la Ley 2/2001 de Cantabria. La Estrategia Territorial de Navarra (ETN) aprobada en 2005, constituye entre los planes o estrategias de ordenación del territorio existentes en España el caso más claro de recepción de la ETE. Su influencia se refleja, especialmente, en el diagnóstico y en los objetivos y líneas estratégicas de la ETN. Otros ejemplos de la toma en consideración de la ETE en España son las Directrices de Or-denación General y de Ordenación del Turismo de Canarias aprobadas en 2003, y el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA) aprobado en 2006.

En el Reino Unido, la ETE ha sido objeto de una de las Orientaciones para la Planificación Territorial (PPG) del Gobierno nacional, la Planning Policy Guidance Note nº 11 de 2000, en la que se establece que la ETE ha de tenerse en cuenta en la elaboración de los documentos de la planificación territorial de ámbito subregional, los Regional Planning Guidance Notes (RPG), sustituidos recientemente, por los Regional Spatial Strategies (RSS). En este sentido, la ETE está presente, por ejemplo, en la Regional Planning Guidance for the South West de 2001, en la Regional Spatial Strategy for Yorkshire and the Humber to 2016 de 2004, y en la Regional Spatial Strategy for the East Midlands de 2005. Todos estos documentos ha-

3 Ver Schmitz/Selke y otros (1999: 123).

4 Sobre la ETE y su consideración como soft law puede verse Parejo Navajas (2007).

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cen referencias expresas a la ETE y han diseñado sus contenidos en coherencia con ella. Lo mismo se observa para los casos de Gales (Planning Policy Wales, 2002) y Escocia (National Planning Framework for Scotland, 2004), regiones que tienen sistemas de planificación territorial diferenciados del sistema inglés. Asimismo, la Estrategia Territorial para el Gran Londres (The London Plan. Spatial Development Strategy for Greater London) aprobada en 2004 hace varias referencias a la ETE y conecta con ella, especialmente, en lo que respecta al policentrismo.

Alemania ha sido, junto con Holanda y Francia, el país que más ha influido en el diseño de los contenidos de la ETE. No es una casualidad que bajo la presidencia alemana del Consejo de la UE se hayan producido los grandes avances para la ETE, por un lado, la presentación del primer borrador de la ETE (el documento Principios para una Política de Ordenación del Te-rritorio Europeo) en el Consejo informal de Leipzig en 1994, que recogía ya en gran parte los contenidos esenciales de la versión definitiva de la ETE;5 y, por otro, la aprobación de la ETE en el Consejo informal de Potsdam en 1999. El Marco Orientativo para la Política de Orde-nación del Territorio, aprobado en 1993 por la Conferencia de Ministros Responsables de la Ordenación del Territorio (MKRO) de la Federación y de los Länder, que ofrece una estrategia territorial para el conjunto del territorio de Alemania y representa uno de los ejemplos de la utilidad del federalismo cooperativo en materia de ordenación del territorio, tomó en cuenta las visión territorial de la UE entonces disponible, el documento Europa 2000 publicado en 1991 (completado por Europa 2000+ en 1994).

En junio de 2006 la MKRO aprobó un nuevo Marco Orientativo, el documento Visiones y Estrategias de Acción para el Desarrollo Territorial de Alemania. Este documento concentra sus planteamientos en tres grandes visiones: “Crecimiento e Innovación”, “Garantía de los Equipamientos y Servicios” y “Preservación de los Recursos/Desarrollo de los Paisajes Cultu-rales”, y ha sido elaborado en consonancia con la ETE. Pero a su vez, representa la anticipa-ción a nivel nacional de aquellos contenidos que, por iniciativa alemana, se han integrado en la ATE. Los planes de ordenación del territorio de los Länder a escala regional y subregional han tenido en cuenta la ETE. Además, en algunos sitios ya se están formulando planes que se encuentran en la línea de las prioridades temáticas de la ATE. Uno de estos casos son los Länder de Berlin y Brandeburgo, donde en octubre de 2007 se inició la fase de información pública del nuevo Plan Territorial Conjunto (LEP B-B: Landesentwicklungsplan).

La propia ETE asignó para su aplicación, un papel importante a la Iniciativa Comunitaria INTERREG, destinada a la cooperación territorial. Señaló –entre las tres modalidades de di-cha cooperación transfronteriza, transnacional e interregional– especialmente, la utilidad de la cooperación transnacional (INTERREG III B), que se refiere a la cooperación de los Estados miembros en nueve grandes espacios geográficos europeos.6 Por su parte, las Orientaciones

5 Ver Hildenbrand Sheid (1996a y 1996b). Ver Hildenbrand Sheid (1996a y 1996b).

6 1) Región del Mar del Norte, 2) Zona metropolitana de Europa del Noroeste (NWMA), 3) Sudoeste Europeo/Diago-nal continental, 4) Espacio de Europa Central del Adriático, del Danubio y de Europa del Sureste (CADSES), 5) Región

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de la Comisión Europea para el desarrollo de INTERREG III publicadas en septiembre de 2004 previeron, como uno de los temas prioritarios de la cooperación, las recomendaciones de la ETE. Abrieron la posibilidad de obtener ayudas para la elaboración de estrategias operativas de desarrollo territorial a escala transnacional, incluida la cooperación entre ciudades y entre zonas urbanas y rurales, con vistas al fomento de un desarrollo policéntrico y sostenible.

La oferta de INTERREG III para la cooperación transnacional tuvo en todos los Estados miembros una acogida favorable y se pusieron en marcha numerosos proyectos de coopera-ción. INTERREG III B ha tenido resultados positivos, probablemente también porque los dife-rentes proyectos se dedicaron no tanto a la ordenación del territorio, sino primordialmente al desarrollo territorial.7 Se han generado múltiples beneficios generales. Entre ellos figuran la creación de efectos sinérgicos, oportunidades de aprendizaje colectivo y de ensayar accio-nes piloto capaces de dar lugar a posteriores inversiones (sobre todo, cuando en estas accio-nes se practicaba la cooperación pública-privada), así como la contribución a la construcción de Europa “desde abajo” y la adquisición de competencia por las regiones y ciudades en asuntos europeos, lo cual repercute favorablemente en sus posibilidades de desarrollo y su competitividad.

Con las miras puestas en la ETE, INTERREG IIIB ha supuesto la formación de redes de cooperación entre miles de actores y centenares de ciudades y regiones de diferentes paí-ses que con sus acciones han contribuido de forma significativa a la puesta en práctica de las prioridades temáticas de la ETE. La atención a estas prioridades muestra una concentra-ción en función de las características, potenciales y problemas existentes en cada uno de los nueve espacios de cooperación. Así, en el Sur de Europa se han realizado especialmente proyectos que se referían a la preservación y gestión de los paisajes culturales. Un ejemplo es el proyecto PAYS.DOC en el Mediterráneo Occidental que, liderado por Andalucía, se de-sarrolló en forma de una amplia red de cooperación compuesta por �3 regiones de España, Italia, Francia y Grecia.8 En el Espacio Alpino y la Región del Mar Báltico, una gran parte de los proyectos llevados a cabo abordaron las infraestructuras de transporte con el objetivo de mejorar la accesibilidad interna y la articulación con el exterior. A su vez, el Espacio Alpino fue objeto de proyectos para la preservación y el uso sostenible de los recursos naturales y de proyectos en el ámbito de la prevención de riesgos naturales. Por último, en la Región del Mar del Norte y la Zona metropolitana de Europa del Noroeste, que se encuentran en el ámbito de influencia el río Rin, se concentraron muchos proyectos sobre la protección contra inundaciones.

del Mar Báltico, 6) Mediterráneo Occidental/Alpes Latinos, 7) Espacio Atlántico, 8) Espacio Alpino, y 9) Periferia del Norte.

7 Ver en este sentido Bundesministerium F�r Verkerhr-, Bau Und Stadtentwicklung (2007: 1). Ver en este sentido Bundesministerium F�r Verkerhr-, Bau Und Stadtentwicklung (2007: 1).

8 Los resultados de PAYS.DOC pueden verse en www.paysmed.net

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3. La Agenda Territorial Europea (ATE): continuidad y cambios en la visión estratégica para el desarrollo territorial de la UE

La ATE es el resultado del proceso denominado Agenda 2007 que se inició bajo la presidencia holandesa del Consejo de la UE en la reunión ministerial informal celebrada en Rótterdam en 2004. En el Consejo informal celebrado en 2005 en Luxemburgo se acordaron nuevas prioridades territoriales como base de las futuras actividades comunes, y la formulación de un informe sobre “el Estado y las Perspectivas Territoriales de la Unión Europea”, alimentado por estudios e indicadores de ESPON, que proporcionó a la ATE su soporte científico. A su vez, se buscó en este proceso de elaboración de la ATE, un diálogo a nivel europeo con los agentes económicos y sociales interesados, celebrándose en junio de 2006 en Amsterdam una Conferencia de stakeholders. En marzo de 2007 se debatió en la Reunión de Directores Generales en Berlín el informe “Estado y Perspectivas Territoriales de la Unión Europea” y, finalmente, el 25 de mayo de 2007 se aprobó en Leipzig el texto definitivo de la ATE. En el Consejo informal de Leipzig, en el que participaron los 27 Estados miembros de la UE, esta-ban también presentes representantes de un amplio espectro de instituciones y actores: la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Comité de las Regiones, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Europa, la OECD, así como redes de la cooperación urbana, regional y científica y varias ONG´s. También habían sido invitados al acto de la aprobación de la ATE los tres candidatos para un futuro ingreso en la UE (Croacia, A.R.Y. de Macedonia y Turquía), así como Suiza, Noruega, Islandia y Rusia, que presidía en este momento la CEMAT.

La ATE, dividida en cuatro capítulos y con el subtítulo “Hacia una Europa más competitiva y sostenible de regiones diversas”, marca en su primer capítulo como tarea futura, reforzar la cohesión territorial. Al respecto, señala como objetivos específicos: 1) la promoción de un desarrollo territorial policéntrico de la UE, con objeto de hacer un mejor uso de los recursos disponibles en las regiones europeas; 2) la integración territorial de los lugares donde vive la gente; 3) la contribución a una Europa que sea cultural, social, ambiental y económicamente sostenible; 4) la integración de los Estados miembros más recientes dentro de la política de desarrollo urbano policéntrico, y 5) la solidaridad territorial, asegurando mejores con-diciones y calidad de vida con las mismas oportunidades, orientadas hacia los potenciales regionales y locales, con independencia de dónde vive la gente, en el área central europea o en la periferia.

En su segundo capítulo la ATE recuerda que existen varios nuevos e importantes desafíos para el territorio europeo: el cambio climático, los retos energéticos, la acelerada integra-ción en la competencia económica global, los impactos de la ampliación de la UE sobre la cohesión, la sobreexplotación de los recursos y la pérdida de biodiversidad y los efectos te-rritoriales de los cambios demográficos.

Ante estos desafíos la ATE insiste en la necesidad de identificar y movilizar los potenciales diversos de las regiones europeas para contribuir al crecimiento económico sostenible y la creación de empleo en la UE. Igualmente, da especial importancia a la aportación que pue-den hacer las ciudades y regiones para hacer frente a los desafíos energéticos y del cambio

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climático. Pero, sobre todo, recuerda que las ciudades y regiones europeas “deben estar fir-memente vinculadas a los procesos de gobernanza para la puesta en práctica de la Estrategia de Lisboa así como a los Programas Nacionales de Reforma”. Especialmente, aquí queda pa-tente cual es el mensaje –no único, pero primordial– de la ATE: poner el capital territorial de las diferentes áreas de Europa al servicio del cumplimiento de los objetivos de la Estrategia de Lisboa.9 Además, la ATE considera que las diferentes políticas de la UE deben considerar más los potenciales locales, regionales y nacionales, y los intereses de los agentes implica-dos, mediante un enfoque estratégico de desarrollo territorial integrado.

En este contexto, el capitulo tercero de la ATE marca seis prioridades para el desarrollo territorial en la UE:

�) El fortalecimiento del desarrollo policéntrico y de la innovación, a través de redes de regiones urbanas y ciudades.

2) La necesidad de establecer nuevas formas de asociación y gobernanza territorial entre áreas rurales y urbanas.

3) La promoción de agrupaciones (clusters) regionales para la competencia e innovación en Europa.

4) El fortalecimiento y la extensión de las Redes Transeuropeas.5) La promoción de la gestión transeuropea de riesgos, incluyendo los impactos del cam-

bio climático.6) El fortalecimiento de las estructuras ecológicas y los recursos culturales como valor

añadido para el desarrollo.

En el cuarto capítulo la ATE señala las acciones para su puesta en práctica, contemplando acciones de las instituciones europeas; acciones para la cooperación entre la Comisión Eu-ropea y los Estados miembros de la UE; acciones para reforzar la cohesión territorial en los Estados miembros de la UE y acciones conjuntos de los Ministros. Para éstas últimas la ATE ofrece un calendario detallado. Este calendario se inicia con el Consejo Informal de las Azo-res, que se celebrará los días 23 y 24 de noviembre de 2007 para deliberar sobre un Primer Programa de Acción de la ATE, y se extiende hasta la presidencia húngara del Consejo de la UE en 2011, año para el que se prevé la revisión de la ATE.

Entre las diferentes acciones consideradas en el cuarto capítulo de la ATE pueden desta-carse tres: 1) la recomendación de que ESPON efectúe un análisis más en profundidad de los efectos territoriales de las políticas de la UE; 2) el compromiso de los Ministros de facilitar el debate desde el punto de vista territorial sobre los documentos clave de la UE que en los próximos años serán objeto de evaluación intermedia o revisión; y 3) la utilización del nue-vo objetivo 3 de la política de cohesión como instrumento para la consolidación de redes

9 El capital territorial no aparece en el texto de la ATE, pero es un concepto clave en el que se ancla este documen-to, como pone de manifiesto el hecho de que con una reflexión sobre este concepto se inicia el texto del Informe “Estado y Perspectivas Territoriales de la UE”.

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europeas de ciudades y regiones, y para apoyar nuevos corredores europeos de desarrollo orientados a la innovación.

Comparando la ATE con la ETE, lo primero que se observa es el hecho de que la ATE es un documento muy corto. La razón para ello es que al final del proceso de elaboración de la ATE, se consideró conveniente que los ministros aprobasen en Leipzig un texto más corto, ejecuti-vo y de contenido más político.10 De todas formas, a la ATE acompaña como documento más amplio y de carácter técnico el Informe “Estado y Perspectivas Territoriales de la UE”.

La ATE, que opera en un ámbito geográfico mucho más amplio que la ETE, en la Europa de 27 Estados miembros, no significa la sustitución de la misma. De acuerdo con el primer apartado del capítulo tercero de la ATE, los tres objetivos principales de la ETE siguen vigen-tes. Esta continuidad de la ETE también se manifiesta en las prioridades territoriales de la ATE (desarrollo policéntrico, asociación entre áreas rurales y urbanas, redes transeuropeas, estructuras ecológicas y recursos culturales).

Como prioridades nuevas que aporta la ATE aparecen: el fortalecimiento de la innovación a través de redes de regiones urbanas y ciudades, la promoción de agrupaciones (clusters) regionales para la competencia e innovación en Europa y la promoción de la gestión tran-seuropea de riesgos, incluyendo los impactos del cambio climático. Entre estas prioridades nuevas dominan las que se refieren al desarrollo económico, lo cual confirma de nuevo que la ATE debe contribuir, esencialmente, al crecimiento económico sostenible y a la consecu-ción de los objetivos de la estrategia de Lisboa.

Al igual que la ETE, la ATE tiene una estrecha relación con las iniciativas a escala europea en materia de desarrollo urbano. Un día antes de la aprobación de la ATE, se adoptó la Carta de Leipzig sobre Ciudades Sostenibles a la que la ATE hace una referencia expresa en su texto. En su momento, poco después de la aprobación de la ETE la Comisión Europea aprobó en octubre de 1999 el documento “Marco de Actuación para el Desarrollo Urbano Sostenible” que recogía varias referencias a la ETE.

A diferencia de la ETE, la elaboración de la ATE apostó por una mayor participación de los agentes económicos y sociales en la elaboración de la ATE y, a su vez, refleja una mayor atención a la cuestión de la implementación. Otra diferencia respecto a la ETE se observa en cuanto al tratamiento del paisaje. La ETE señaló para la “gestión creativa de los paisajes culturales” varias líneas de acción. La ATE, sin embargo, contiene sólo una única y escueta referencia a los paisajes culturales en la sexta de sus prioridades para el desarrollo territorial. La ATE en otra parte de su texto conecta con el Consejo de Europa, concretamente con la CEMAT. Por ello, sorprende que en relación al paisaje no se haya efectuado una referencia ex-presa a la cada vez más importante Convención Europea del Paisaje del Consejo de Europa, adoptada en 2000 y firmada por 37 Estados europeos y ratificado ya por 24.

10 Ver Ascasibar (2007: 19).

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4. Consideraciones finales

4.1 Superar el “arrinconamiento” actual de la ordenación del territorio en la agenda política europea

No cabe la menor duda de que la ETE ha sido un éxito en lo que se refiere a su aplicación en la política de ordenación del territorio llevado a cabo en los Estados miembros por las regiones u otros poderes competentes y en lo que respecta a su desarrollo a través de la Iniciativa Comunitaria INTERREG. Las experiencias señaladas a lo largo del presente trabajo corroboran esta conclusión.

No obstante, fuera del ámbito de la legislación y planes o estrategias de la propia polí-tica de ordenación del territorio, la ETE ha tenido poco éxito. Por regla general, ha sido un documento ignorado por las diferentes políticas comunitarias y las políticas sectoriales con impactos directos sobre el territorio llevadas a cabo en los Estados miembros.

La Estrategia de Lisboa, el gran “catecismo” actual de la UE que determina a todas las estrategias y políticas comunitarias, tanto en su versión inicial de 2000 como en su versión renovada lanzada en 2005, no menciona la ETE y tampoco hace ninguna referencia a la cohe-sión territorial. Igualmente, la Estrategia de la UE para el Desarrollo Sostenible aprobada en 2001 en Gotemburgo, no considera la cohesión territorial y no menciona la ETE, aprobada tan solo dos años antes. Por su parte, la normativa y los documentos clave de la UE para las políticas comunitarias en materia de medio ambiente, transporte, redes transeuropeas y desarrollo rural, si bien suelen hacer referencias a la cohesión territorial, por ejemplo, las Directrices Estratégicas Comunitarias de Desarrollo Rural 2007-2013 y el Libro Blanco “La política europea de transporte de cara a 2010: la hora de la verdad” de 2002, sin embargo, no incluyen referencias a la ETE.

Evidentemente, en la normativa y los documentos clave de la política comunitaria de co-hesión, la dimensión territorial de la cohesión a lo largo de los años, ha recibido una crecien-te atención, como lo demuestran especialmente los Informes sobre la Cohesión Económica y Social. No obstante, en las Directrices Estratégicas Comunitarias para dicha política (“Polí-tica de Cohesión en apoyo del crecimiento y el empleo: directrices estratégicas comunitarias 2007-2013”) presentadas el 5 de julio de 2005 por la Comisión y adoptadas por el Consejo el 6 de octubre de 2006, el concepto de la cohesión territorial que se emplea en este texto no recibe una definición capaz de aclarar su significado en el contexto de la política de cohesión. Además, no se hace referencia alguna a una posible estrategia de desarrollo territorial para el conjunto de la UE, lo cual sorprende, teniendo en cuenta que en estas fechas los Minis-tros responsables de la ordenación del territorio ya estaban trabajando intensamente, con el conocimiento y la participación de la propia Comisión, en el proceso de la Agenda 2007 encaminada a la elaboración de la futura ATE. En suma, la Comisión, tras la aprobación de la ETE, no hizo grandes esfuerzos para impulsar su aplicación o desarrollar un nueva visión territorial estratégica integrada a nivel de la UE, sino ha preferido avanzar lentamente en el

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camino de la cohesión territorial, considerándola como algo que ya de forma implícita estu-viera recogido en la cohesión económica y social.��

Una de las pocas excepciones en este panorama insatisfactorio ha sido el Libro Blanco sobre la Gobernanza Europea, presentado el 25 de julio de 2001 por la Comisión Europea. En el marco de sus propuestas encaminadas a reforzar la participación en la elaboración y apli-cación de las políticas comunitarias, el Libro Blanco aboga por una mayor coherencia general de las políticas y señala que se deberá tener en cuenta el impacto territorial de las políticas comunitarias en materia de transporte, energía y medio ambiente, considerando que estas políticas “deben formar un todo coherente”. Asimismo, insiste en la necesidad de que “las decisiones adoptadas a nivel regional o local, deberán ser compatibles con un abanico más amplio de principios que cimentarán una ordenación más sostenible y equilibrada del terri-torio de la Unión”.12 En este contexto, hace una referencia expresa a la ETE como una de las bases para la elaboración de indicadores que permitan detectar los ámbitos en que aún se precisa una mayor coherencia, entendiendo esta elaboración como un elemento del dialogo reforzado, de Comisión con los Estados miembros, sus regiones y ciudades.

En lo que se refiere a los Estados miembros y centrándonos aquí en el caso de España, el Programa Nacional de Reformas (PNR) de España del 13 de octubre 2005 efectúa algunas referencias a la cohesión social y territorial. Hace referencias continuas a la Estrategia de Lisboa, que en los PNR tiene su instrumento de implementación en los Estados miembros; sin embargo, no menciona la ETE y tampoco la Estrategia para el Desarrollo Sostenible de la UE, si bien el desarrollo sostenible constituye uno de los hilos conductores de los siete ejes de acción de este programa. El Plan Estratégico de Infraestructuras de Transporte 2005-2020 (PEIT), aprobado por el Gobierno de la Nación en julio de 2005 que regirá a largo plazo las políticas en esta materia, contempla entre sus objetivos generales contribuir a la cohesión social y territorial. A su vez, hace una referencia a la Estrategia de la UE para el Desarrollo Sostenible, pero no menciona la ETE y tampoco la Estrategia de Lisboa. En el texto del Plan Estratégico Nacional de Desarrollo Rural 2007-2013 no aparecen ni la cohesión territorial ni la ETE, y la ordenación del territorio figura tan sólo una vez en el marco de una frase ge-nérica sobre la política agraria y de desarrollo rural. Por su parte, el borrador de 2007 de la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible tampoco contiene una referencia a la ETE, que precisamente en la sostenibilidad tiene uno de sus objetivos principales.�3 En el Marco Estra-tégico Nacional de Referencia de España 2007-2013, que rige para las regiones del objetivo de la convergencia de la política comunitaria de cohesión, se encuentran algunas referencias

11 Así la valoración de Faludi (2007: 95).

12 Comisión de las Comunidades Europeas: La gobernanza europea. Un Libro Blanco, COM (2001) 428 final, Bruse-las, 25 de julio de 2001, p. 15.

13 Por otra parte, la versión actual de la Estrategia, se conforma con señalar las externalidades negativas del exce-sivo consumo y de la desordenada ocupación del suelo por el crecimiento urbanístico, pero no ofrece propuesta alguna sobre las contribuciones que pueden hacerse desde el urbanismo y la planificación territorial para lograr un desarrollo sostenible y que, a juicio del autor del presente trabajo, deberían incluirse en dicha Estrategia.

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a la ordenación del territorio y la cohesión territorial, pero una vez más se confirma la tónica general: la ETE no aparece.

En las Comunidades Autónomas, la mayoría de los Programas Operativos FEDER 2007-2013, ignoran la ETE, siendo excepciones de la regla los respectivos programas de Andalucía y Navarra y, en relación con el período de programación anterior (2000-2006), los programas operativos de Castilla y León y de Murcia.14 Por regla general, en los planes y programas de las Comunidades Autónomas para sus políticas sectoriales con incidencia territorial, se recogen referencias a la cohesión territorial pero no figuran referencias a la ETE. Un ejemplo aporta el Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2007-2013 que no menciona la ETE, si bien hace una referencia al Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía, documento para el que la ETE es un referente. Dentro de este panorama de olvido generalizado de la ETE, el Plan Estra-tégico de la Región de Murcia 2007-2013, constituye la excepción que confirma la regla, Este Plan, firmado el 24 de julio de 2006 por el Presidente de esta Comunidad Autónoma y los dirigentes de la Confederación Regional de Organizaciones de Empresarios de Murcia y de los sindicatos mayoritarios (UGT y CC.OO.) ha incorporado una referencia expresa a la ETE y la Estrategia de la UE para el Desarrollo Sostenible en el marco de su capítulo dedicado a los objetivos para la sostenibilidad territorial y ambiental.

En definitiva, la eficacia práctica de la ETE, por regla general, se ha limitado al ámbito de la política de ordenación del territorio y su consideración en las políticas sectoriales de inci-dencia territorial ha sido sumamente débil. Este hecho es preocupante, porque si se quiere lograr un desarrollo eficaz de la ATE en los años venideros esta situación de recepción “endo-gámica” de una estrategia territorial de escala europea no puede continuar. Si se pretende lograr un desarrollo territorial en consonancia con los requerimientos de la sostenibilidad, cohesión y competitividad, es imprescindible que las actuaciones de las diferentes políticas públicas tengan el necesario grado de coherencia territorial, que evitará externalidades ne-gativas y, a través de la coordinación y compatibilización mutua, permitirá aprovechar com-plementariedades y generar efectos sinérgicos.

El “arrinconamiento” de la ETE es nada más una prueba de la escasa atención que recibe la ordenación del territorio en general en el conjunto de las políticas públicas. Como se expli-cará a continuación, las razones para ello, mucho tienen que ver con las características gene-rales de la ordenación del territorio que la convierten en una política más compleja y difícil y (¿quizá por ello?) menos “apetitosa” para los líderes políticos que otras políticas públicas.

En lo que respecta a la Unión Europea, el profesor Andreas Faludi, uno de los expertos en el proceso de elaboración de la ETE, destacó, en una reciente publicación, el problema de la falta del interés de los políticos en la ETE con las siguientes palabras: ”ningún político de élite

14 En el caso de Navarra la referencia a la ETE no es explícita sino indirecta, a través de la mención expresa de la Estrategia Territorial de Navarra 2000-2025 que es el documento de referencia de la política regional de esta Comu-nidad Autónoma.

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se jugó nunca el tipo por la ETE. Ésta no estuvo nunca en la agenda del Consejo de Ministros. Las reuniones siempre fueron informales y, más que ministros, fueron los expertos de varias administraciones, incluyendo la Comisión, la fuerza impulsora.”�5 Efectivamente, uno de los indicios más claros es el de la escasa relevancia política que se da a nivel comunitario a la ETE y las cuestiones territoriales asociadas a ella, es el hecho de que las reuniones periódicas de los Ministros responsables de la ordenación del territorio, hasta la fecha, no han conseguido el status de un Consejo formal. En cuanto a los Estados miembros de la UE, la ordenación del territorio tampoco es, hasta la fecha, una política pública que goce de un interés político elevado.

Las características generales de la política de OT que la colocan en una situación de debi-lidad respecto a muchas otras políticas públicas y explican la atención política relativamente baja hacia ella son las siguientes:

1) Por su carácter plurisectorial, la ordenación del territorio es una política muy compleja que requiere un enorme esfuerzo de coordinación y cooperación horizontal y vertical. Con ello se convierte en una tarea especialmente difícil y sujeta a frecuentes conflictos interde-partamentales e interadministrativos.

2) Es una política a largo plazo y de acción indirecta, lo cual supone que una gran parte de su desarrollo efectivo depende de las actuaciones de las políticas sectoriales de incidencia territorial y del planeamiento urbanístico municipal y que sus resultados no son inmediatos, sino más bien lentos.

3) Por regla general, es una política que mueve pocas inversiones públicas, y, por lo tanto, no cuenta con el interés y apoyo de grupos de interés o lobbies influyentes.16

4) Es una política desconocida o invisible para la mayoría de los ciudadanos, ya que opera con conceptos técnicos de un alto grado de abstracción (“modelo territorial”, “sistema de ciudades”) de difícil comprensión para el público en general. En consecuencia, los ciudada-nos registran la existencia y necesidad de esta política únicamente en los casos cuando esta política se relaciona con problemas existentes concretos de carácter ambiental o urbanísti-co; por ejemplo, la destrucción de valores paisajísticos, el excesivo consumo de suelo por el crecimiento urbanístico desordenado o los impactos negativos de catástrofes naturales por la ocupación indebida de zonas de riesgo. En otras palabras, sólo cuando se producen graves disfuncionalidades de desarrollo territorial de este tipo la atención de los medios de

15 Faludi, A. (2007). “El Método Abierto de Coordinación en planificación territorial a escala de Unión Europea”, en Farinós Dasí, J./Romero González, J. (eds.), Territorialidad y buen gobierno para el desarrollo sostenible. Nuevos principios y nuevas políticas en el espacio europeo, Publicacions de la Universtitat de València, pp. 77-100 (la cita es de la p. 81).

16 La ordenación del territorio es una política orientada a objetivos que se guían por el interés general. Pocas ve-ces es una política demandada por grupos de interés concretos, por ejemplo, organizaciones preocupadas por la defensa de los valores medioambientales o asociaciones del comercio minorista que piden una racionalización del proceso de implantación en el territorio de las grandes superficies comerciales.

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comunicación es, como ocurre en la actualidad especialmente en España, intensa y se gene-ra un debate público sobre la necesidad de un funcionamiento correcto de la planificación urbanística y territorial.

Por todas estas razones, la ordenación del territorio tiene todos los ingredientes para ser una política pública no demasiada atractiva y rentable desde el punto de vista político, ya que las reglas de juego del sistema político obligan a la toma de decisiones en el horizonte temporal relativamente corto de una legislatura, y a centrarse en cuestiones que permitan, con vista a las próximas elecciones, obtener resultados concretos, rápidos y fácilmente vi-sualizables ante el electorado. Por ello, políticas que, como la ordenación del territorio, son complejas, conflictivas a largo plazo, y difíciles de comunicar a los ciudadanos, más tarde o temprano, suelen verse afectadas por un “arrinconamiento” político.

En definitiva, la ordenación del territorio requiere, sobre todo, una mayor voluntad po-lítica que supere su debilidad actual como política pública y la coloque como un asunto de mayor prioridad en la agenda política europea, tanto a nivel comunitario como en los Esta-dos miembros de la UE. Un desarrollo territorial competitivo, cohesionado y sostenible no se puede lograr sólo con la aplicación de la estrategia de Lisboa; hace falta la movilización y el aprovechamiento, sensato e inteligente, del capital territorial, en el marco de una estrategia territorial capaz de dar coherencia territorial a las políticas públicas de incidencia territorial.

5. Propuestas para convertir la ordenación del territorio en un asunto de mayor prioridad en la agenda política europea

En el supuesto de que exista un consenso amplio y estable de que la ordenación del terri-torio ha de formar parte de los asuntos prioritarios en la agenda política, la ordenación del territorio como práctica administrativa en los Estados miembros de la UE, debería ser, objeto de determinadas reformas de carácter cultural, organizativa, procedimental e instrumental; entre las que considero prioritarias, con la mirada puesta especialmente en España, están las seis siguientes:�7

�) Crear una nueva cultura territorial: Esta nueva cultura territorial debe basarse, entre otros, en los siguientes principios, señalados en una reciente publicación de Ramón Martín Mateo, pionero entre los juristas españoles en cuanto al tratamiento de los temas medio-ambientales y territoriales desde la perspectiva del Derecho: a) “El territorio es un bien no renovable, esencial y limitado”, b) ”el territorio contiene valores ecológicos, culturales y pa-trimoniales que no pueden reducirse al precio del suelo” y c) “un territorio bien gestionado constituye un activo económico de primer orden”.18

17 En el marco del presente trabajo no es posible desarrollar cada una de estas propuestas. En este sentido, para un conocimiento más pormenorizado de ellas se remite a Hildenbrand Sheid (2007 y 2008).

18 Ver Martín Mateo (2007: 188).

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2) Emprender una política de comunicación para la ordenación del territorio: La situa-ción actual de desconocimiento general de los ciudadanos de la relevancia de esta política para la sociedad, requiere que los poderes públicos tengan competentes estrategias de mar-keting. Éstas deben comunicar a los ciudadanos la necesidad y utilidad de la planificación territorial, de forma proactiva, superando la situación actual en la que el conocimiento de los ciudadanos de la existencia de la ordenación del territorio se produce de forma reactiva y, primordialmente, como resultado de la denuncia de disfuncionalidades territoriales por los medios de comunicación. Cabe señalar, que el Primer Programa de Acción para la implemen-tación de la ATE es atenta a esta cuestión y prevé medidas para la comunicación.

3) Combinar instrumentos formales con instrumentos informales basados en la gober-nanza del territorio: La actual situación de “planes territoriales técnicamente perfectos y jurídicamente impecables, pero inaplicables”, 19 es insatisfactoria. Es necesario combinar los instrumentos formales o reglados (planes territoriales, procedimientos de evaluación de im-pacto territorial, etcétera) con instrumentos informales (voluntarios, no jurídicamente vincu-lantes) por ejemplo, estrategias territoriales, redes de cooperación entre ciudades o acuer-dos intermunicipales sobre el planeamiento urbanístico, que son fruto del diálogo y pacto, y se basan en el paradigma de la gobernanza (cooperación interadministrativa, cooperación pública y privada, participación pública amplia, cultura de evaluación continua, etcétera).

4) Crear instrumentos financieros para la planificación territorial sostenible: Sólo por la vía normativa (legislación y planes territoriales vinculantes) no se puede gobernar el territo-rio. Para ello también hacen falta instrumentos financieros que, por un lado, incentiven el desarrollo urbanístico sostenible y aporten mecanismos de compensación intermunicipal y, por otro, efectúen un reparto equitativo de las externalidades positivas o negativas que se derivan de las determinaciones de la planificación territorial supramunicipal.

5) Dotar la ordenación del territorio con una posición más fuerte en la organización administrativa: La habitual adscripción en las CC.AA. de la ordenación del territorio a las Consejerías competentes en materia de obras públicas y/o medio ambiente, puede resultar un modelo de organización no suficientemente potente para garantizar que el interés de la ordenación del territorio se observe en la forma debida en las políticas sectoriales. Éstas, en caso de conflicto, suelen imponerse. En este sentido, ha de reflexionarse sobre la convenien-cia de ubicar la ordenación del territorio en un nivel jerárquico superior, en el ámbito del Presidente de la Comunidad Autónoma, solución que ofrece ventajas para la coordinación y resolución de posibles conflictos interdepartamentales y para el diseño de las decisiones de alto valor estratégico para el futuro desarrollo de una región.

6) Implantar nuevas fórmulas institucionales para el gobierno de los espacios metropo-litanos:20 Actualmente, España no cuenta con instituciones de gobierno metropolitano, lo

19 Farinós/Romero (2007:15).

20 Ver sobre esta propuesta con más detalle Hildenbrand (2006).

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cual genera un conjunto de problemas derivados del divorcio entre el ámbito territorial de las relaciones espaciales y funcionales, y el ámbito territorial de la decisión político-adminis-trativa. Para aprovechar las ventajas ligadas a la coincidencia de ambos ámbitos, entre ellas, la vinculación clara de los planes territoriales metropolitanos con un ente político-adminis-trativo responsable de su impulso y gestión, es necesario ensayar nuevas vías organizativas a escala metropolitana no rígidas ni uniformes, sino flexibles y diferenciadas en función de las características de cada espacio metropolitano.

En lo que se refiere a la acción desde la esfera comunitaria, en primer lugar, será decisivo la existencia de un consenso y compromiso político para poner en práctica en los próximos años la ATE. En este sentido, el Primer Programa de Acción indica, como factor clave de la aplicación eficaz de la ATE, la capacidad de los Ministros responsables de la ordenación del territorio y de la Comisión Europea de conseguir que la ATE se considere de forma efectiva, tanto en el desarrollo hasta 2013 de los Marcos Estratégicos Nacionales de Referencia, Pro-gramas Operativos y Programas Nacionales de Reforma, como en una serie de documentos clave de la UE (Estrategia de Lisboa, Estrategia para el Desarrollo Sostenible de la UE, políti-cas en materia de cohesión, transporte y desarrollo rural) que a medio plazo serán objeto de una evaluación o revisión intermedia.

En segundo lugar, ha de tenerse presente que la incorporación de la cohesión territorial como objetivo de la UE en el Derecho comunitario primario, ha generado una nueva situa-ción cualitativa. Antes de esta incorporación, existía el problema señalado en Informe “Es-tado y Perspectivas Territoriales de la Unión Europea” (p. 55), de que no había obligaciones e incentivos para tomar en consideración la incidencia territorial en el proceso de toma de decisión política de la UE, debido a la falta de un fundamento jurídico. Ahora con el Tratado de Lisboa existe un nuevo punto de partida en forma de un claro mandato jurídico que obliga a las instancias comunitarias y a los Estados miembros a la actividad en materia de cohesión territorial, entendiéndola además como un ámbito de acción específica y diferenciada de la cohesión económica y social. En este sentido, los años venideros nos dirán si existe un consenso y compromiso suficiente a nivel política para dar cumplimiento a este nuevo man-dato.

En tercer lugar, es necesario hacer un esfuerzo para clarificar el significado de la cohesión territorial en las políticas comunitarias.21 La cohesión territorial, aparece como resultado de la influencia francesa que ejerció, por primera vez, Michel Barnier como Comisario de Polí-tica Regional en el ámbito comunitario en el Segundo Informe sobre la Cohesión Económico y Social publicado en el año 2001. Sin embargo, éste y los posteriores Informes, así como las Directrices Estratégicas Comunitarias para la Política de Cohesión en el período 2007-2013. Por el contrario, el Informe “Estado y Perspectivas del Territorio de la UE” y la propia ATE no permiten obtener una imagen clara del significado de la cohesión territorial, sino manifiestan un entendimiento ambiguo y variopinto de este concepto. En el Tratado de Lisboa la cohesión

21 Sobre el concepto de cohesión territorial puede verse Davoudi (2007).

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territorial figura como un concepto jurídico indeterminado, al igual que en diferentes normas comunitarias que usan pero no definen este concepto. Por ello, y para evitar que la cohesión territorial se confunda con la cohesión económica y social y, en consecuencia, no podrán sur-gir iniciativas específicamente destinadas a la cohesión territorial, resulta necesario que las instancias comunitarias clarifiquen cuanto antes el significado de la cohesión territorial.

En cuarto lugar, la cooperación territorial, si bien ha llegado a ser uno de lo tres grandes objetivos de la política de cohesión en el período 2007-2013, no obstante, recibe un escaso apoyo financiero comunitario. A ella se destinarán tan sólo un 2,4% (7.500 millones de Euros) del total de los recursos previstos para esta política en el período señalado. Esto significa que la ATE a través de la cooperación territorial, el instrumento más estrechamente ligado a su puesta en práctica, sólo podrá contar con pocos recursos. Por ello, dada la dificultad de un incremento de estos recursos que supondría una ruptura de las Perspectivas Financieras 2007-2013, es necesario aprovechar todas las vías posibles para materializar la ATE tanto en el marco de actuaciones relacionadas con los otros dos objetivos de la política de cohesión (convergencia, competitividad regional y empleo) como dentro de otras políticas comunita-rias.

En quinto lugar y por último, considero importante no perder de vista que el desarrollo territorial de acorde con los requerimientos de la sostenibilidad, cohesión y competitividad, tal y como lo propugna la ATE, es una parte fundamental del modelo social europeo. En este contexto, Jeremy Rifkin en su libro sobre el Sueño Europeo destaca la necesidad de “cooperar a nivel local, regional nacional y continental, para garantizar que el futuro desarrollo territo-rial de Europa resulte compatible con el sueño europeo de inclusión, diversidad, sostenibi-lidad, calidad de vida, derechos humanos generales, derechos de la naturaleza y paz entre los hombres”.22

Este modelo social europeo y, especialmente, los esfuerzos encaminados a la consecución de un desarrollo territorial equilibrado en la UE mediante la ETE y la ATE, son admirados fue-ra de las fronteras de la UE, y son una aportación y un valor de Europa que forman parte de su imagen corporativa y de su proyección hacia el exterior. También, por este motivo, se de-ben emprender todos los esfuerzos posibles que la ATE tenga una aplicación eficaz en todas las políticas de la UE y de los Estados miembros. La atención hacia Europa es especialmente elevada en el caso de algunos países latinoamericanos, por ejemplo México y Colombia, que consideran la práctica europea de ordenación del territorio un valioso referente a la hora de diseñar e implementar sus propias políticas en esta materia.23 Algunos países, por

22 Rifkin (2004). Es significativo que la frase que se cita de este libro se ha elegido como frontispicio del Informe “Estado y Perspectivas Territoriales de la Unión Europea”, en que se basa la ATE.

23 Ver a tal respecto Massiris (2006) y Hildenbrand (2008). El autor del presente trabajo asistió como experto internacional invitado por el Gobierno Federal de México (Secretaría de Desarrollo Social/SEDESOL) al Panel Inter-nacional “Cinco Cuestiones Fundamentales para el Diseño de la Política Territorial de México”, celebrado los días 22 y 23 de septiembre de 2005 en la ciudad de México. En este evento pudo comprobar en sus conversaciones con responsables de la política de ordenación del territorio de la Federación y de los Estados mexicanos la gran atención

33

ejemplo Uruguay, también han empezado a manifestar su interés por la Convención Europea del Paisaje del Consejo de Europa, que considera la ordenación del territorio como una de las políticas clave para la preservación de los valores paisajísticos como recurso y patrimonio relevantes para el desarrollo y la diversidad e identidad cultural de Europa.

Por ello, sería aconsejable que desde la UE no se pierdan de vista las posibilidades de una futura “internacionalización” de la ATE. En este contexto, y sin perjuicio de la respectiva acción exterior desde cada Estado miembro de la UE, las instancias comunitarias deberían buscar e impulsar el encuentro, diálogo, intercambio de experiencias o, incluso, la realización de proyectos comunes con los países de Latinoamérica, celebrando, por ejemplo, reuniones periódicas iberoamericanas dedicadas a las cuestiones de la planificación del desarrollo te-rritorial sostenible.

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Javier Delgadillo Macías� Marcos Valdivia López2

Resumen

En el presente trabajo se estudia la autocorrelación espacial del PIB per cápita a nivel estatal para evidenciar las disparidades regionales asociadas al nuevo escenario de liberalización económica. Mediante modelos de convergencia espacial se identifica que la inversión ex-tranjera directa y las remesas han emergido como dos nuevos componentes de la economía regional del país. Se confirma que a partir de la puesta en marcha del Tratado de Libre Co-mercio se produce una acentuación de las asimetrías entre estados y regiones.

1. Antecedentes

Desde mediados del siglo XX la dinámica de la economía mexicana ya manifestaba una clara relación en términos de los intereses de Estados Unidos al interior del país, tales como los procesos de inversión en la agricultura, la minería y el comercio binacional. Durante la se-gunda guerra mundial y hasta mediados de los años sesenta, se establecieron acuerdos mi-gratorios que permitían la incorporación de trabajadores mexicanos al campo y la industria estadounidense. Más recientemente, el desarrollo de plantas maquiladoras, la ampliación de los intercambios comerciales y la aplicación de distintos programas de cooperación ha-bían intensificado las relaciones binacionales y transfronterizas.

Varios años antes de la operación formal del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dio inicio el proceso de apertura de la economía y desde entonces se intensi-ficaron las relaciones económicas, particularmente, con los Estados Unidos. En 1986, México se incorpora al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), fecha con la que se registra una progresiva disminución de sus cuotas arancelarias y la ope-

1 Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIEc/UNAM) y Profesor Invitado de El Colegio de Tlaxcala, A.C. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Correo electrónico [email protected]

2 Investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México (CRIM/UNAM). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Correo electrónico [email protected]

Asimetrías espaciales en México a partir del

Tratado de Libre Comercio de América del Norte

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ración sistemática de procesos de desregulación financiera, energética, y especialmente en el renglón de inversiones foráneas. En 1993, ingresa al grupo de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC por sus siglas en inglés) y con ello se reafirma la decidida determinación del libre comercio global; y sería éste el preámbulo a la firma del más importante acuerdo comercial, el TLCAN. Previo a este tratado México ya había suscrito en 1992 un acuerdo co-mercial con Chile, y en 1994 consolida su posición internacional al ser aceptado dentro del selecto grupo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE. Al año 2007, son 26 los acuerdos pactados con diversos países y regiones del mundo (Secretaría de Economía, 2007).

Con el TLCAN se transita de un modelo territorial incipientemente endógeno, a uno de características trasnacionales, que motivó la revalorización de algunos espacios no tradicio-nales y la emergencia de nuevas regiones y ciudades. En este nuevo esquema los puertos marítimos, las regiones fronterizas del norte mexicano y diversas ciudades de rango medio en el centro y norte del país, se volvieron atractivas a las nuevas estrategias de expansión de los capitales foráneos en territorio nacional. Esta reactivación de regiones y ciudades, diferentes a los centros tradicionales, era posible porque representaban lugares donde se podrían implantar estrategias productivas compartidas con las empresas matrices en Esta-dos Unidos, o se utilizarían como espacios alternativos para establecer y/o ampliar las pla-taformas productivo-exportadoras. Este ha sido el caso de las ensambladoras automotrices, los distritos industriales de autopartes y los nuevos parques maquiladores de la electrónica, entre otros, procesos que a través de los acuerdos comerciales han sido comunes a diversos países latinoamericanos (CAF, 2005).

Ante esta dinámica de reestructuración económica y territorial, un tema discutido previa-mente a la entrada en vigor del TLCAN fue el del posible impacto que tendría este acuerdo comercial en las condiciones sociales, los efectos ambientales, y de manera particular, en los ámbitos urbano-regionales. A la luz de ello, se discutieron también las dimensiones sectoria-les, y de las actividades abiertas a la integración surgieron controversias (Leycegui 2000) y se elaboraron escenarios sobre el impacto diferenciado de este acuerdo comercial en las dis-tintas regiones y ciudades mexicanas (Federal Reserve Bank of Dallas 2005). Más adelante se formularon modelos de impacto, análisis de competitividad regional y otros estudios especí-ficos sobre tendencias locacionales de sectores productivos (Gruben 2001, Gereffi 2002); se llevaron a cabo ejercicios para determinar el grado de convergencia y polarización (Carrillo, 2001, Pose 2002, Ornelas 2004, Aguayo 2006). Todo ello con la finalidad de conocer las de-bilidades y fortalezas de las entidades federativas y las ciudades mexicanas, así como para documentar, en términos de previsión, los posibles procesos de reestructuración urbano-re-gional bajo un contexto de mayor apertura económica. Desde entonces, diversos investiga-dores, centros e instituciones abordaron el debate sobre las regiones y sectores “ganadores” y “perdedores” (Dussel, 2003; Ruiz Durán, 2004; Federal Reserve Bank of Dallas, 2005).

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2. Efectos de polarización espacial

Durante la vigencia del modelo de economía protegida que provocó una inercia concentra-dora de la actividad económica en el centro del país, ahora, con la apertura económica los patrones de localización se modificaron. En ello también influyó la caída del mercado interno a causa de la crisis de la economía, el impulso al cambio estructural a partir de una mayor competencia, el repliegue del Estado en la economía, la desregulación de varios sectores, así como el incremento de inversiones externas y la reacción de grupos nacionales de em-presarios que invirtieron para competir en el exterior. Todos estos factores disminuyeron el efecto que antes tenía la cercanía con los mercados locales nacionales como criterio de localización de las empresas y llevaron a una reorganización de los procesos en condiciones de competitividad internacional; sin embargo, esto no cambió las distorsiones regionales y la permanencia de la brecha entre regiones más desarrolladas y menos desarrolladas.

Aunque no hay evidencias contundentes de que las reformas a la economía realizadas por el Estado mexicano, junto con el TLCAN, hayan llevado a una dispersión sustantivamente mayor que la observada en los últimos 30 años, el hecho es que no se han reducido las di-ferencias regionales (véase sección 3.3). El análisis de la evolución de las determinantes de largo plazo, sugiere la posibilidad de un incremento en la desigualdad, contrario a lo que las reformas estructurales perciben. Los Estados del norte presentan mejor desempeño, cons-tituyendo una evidencia de los efectos regionales diferenciados, aunque esto no constituye una novedad, ni antes ni después de la aplicación del TLCAN (Messmacher, 2000).

El criterio de la inversión como factor de desarrollo y competitividad de la economía mexi-cana en el contexto del TLCAN, parte del supuesto de que las economías que basan su creci-miento en la inversión tienen más oportunidades de desarrollo en el largo plazo. Al producir excedentes existe la posibilidad de generar ahorro interno y externo, pero también supone inversiones en la innovación, en la medida en que no existe país que haya logrado un alto desarrollo económico y social sin una estrategia basada en inversión previa en innovación y desarrollo tecnológico y son, sin duda, estos factores los determinantes en la competitividad en un mercado abierto. En el mismo sentido, el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 plan-teaba lograr el crecimiento con calidad con base en tres objetivos: a) promover una inser-ción ventajosa del país en el entorno internacional; b) promover mayores flujos de inversión extranjera directa; y c) fortalecer el mercado interno. Sin embargo, estos objetivos se vieron incumplidos debido, principalmente, a una situación de alta competencia regional y mundial que se mueve más allá de la simple aplicación de un esquema sustitutivo o de privilegio a la inversión extranjera especulativa (Ruiz, 2002).

Aquí es importante cuestionar cómo satisfacer los requerimientos de la competencia ex-terna que favorezca revertir la fase de región rezagada en el escenario mundial, impulsando a la vez una conciliación mínima de los indicadores de crecimiento intrarregionales para apro-vechar de mejor manera las ventajas internas y evitar los costos futuros de un mayor des-equilibrio, sobre todo, si reconocemos que la débil competencia en México es resultado del poder excesivo de ciertos actores y de un arreglo institucional diseñado para otro entorno

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político y económico. Esto tiene efectos negativos en materia de productividad y crecimiento (Elizondo, 2006).

2.1 Participación regional del PIB

En cuanto a los valores de participación general ajustados a precios de 1993, las entidades fe-derativas que aportan mayor proporción al PIB nacional se localizan en el Centro y Occidente del país (Distrito Federal, Estado de México y Jalisco) y en el Norte (Nuevo León, Chihuahua, Baja California y Coahuila), superando, cada uno, valores del 4%; el sector que más contribu-yó a esta dinámica fue la industria manufacturera a lo cual se agregó, por la inercia derivada del crecimiento, el de los servicios; otros como el agropecuario y la construcción mantuvie-ron una contribución poco significativa. Los estados de menor aportación corresponden a una distribución geográfica dispersa por el territorio nacional, destacando entidades ubica-das en las costas y centro del país (Gráficas 1 y 2).

Las tasas de crecimiento del PIB ubicaron al Norte ya con una clara ventaja consolidan-do su dinámica ganadora; los comportamientos positivos, en algunos estados fuera de esta región, no fueron suficientes para revertir esa tendencia, ni para reposicionar a las regiones perdedoras en los indicadores positivos de la apertura.

Gráfica 1. PIB general por entidad federativa, 2006. Participación porcentual (datos proyectados)

Fuente: elaboración propia.

En la misma dinámica de periodos anteriores al TLCAN, estados del Centro mantienen relativa ventaja, aunque con ligeras variaciones intrarregionales; Aguascalientes, Guanajuato

02468

1012141618202224

Colima

Nayari

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BajaCali

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Zacatec

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Chihuahu

aJal

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NuevoLeón

México

Distrito

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l

Porc

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je

41

y Querétaro, presentan valores equivalentes a los del norte del país, mientras que el Distrito Federal observó una tendencia declinante al registrar una tasa de crecimiento de apenas 1.46%.

En el Sur destacan dos estados que lograron un repunte con respecto a las condiciones que mantenían anteriormente: Quintana Roo creció a una tasa de 4.49% y Yucatán al 3.54%, valores que resultan, incluso, superiores a algunos de los estados del Norte del país; por un lado se debe a una fuerte presencia de empresas maquiladoras que se desplazaron del centro del país y que incluso han entrado ya a una nueva fase de movilidad, y, por el otro, al renglón del turismo que no irradia beneficios e incluso puede ser volátil e influir más en distorsiones regionales que en un mejoramiento sustentable a lo largo del tiempo.

Un primer acercamiento analítico nos permite observar que las entidades del Sur, junto con otros estados del Centro y el Este que históricamente han presentado condiciones de atraso, manifiestan signos de empeoramiento. En esta condición encontramos los casos de Chiapas, Hidalgo, Guerrero, Oaxaca y Veracruz, cuya tasa de crecimiento del PIB se ubicó en valores menores al 2%, incluso en algunos años del periodo mostró un comportamiento negativo y en determinados sectores este comportamiento fue permanente.

Gráfica 2. México. Producto Interno Bruto Regional 1993-2004 (porcentajes)

Fuente: elaboración propia.

El Distrito Federal junto con los estados de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz y Pue-bla, concentraron más del 50% del PIB nacional. Si sumamos a las regiones centrales, y se excluye de ellas al Distrito Federal, Puebla y el Estado de México, quedan en una condición de debilidad y sólo presentarían su atractivo de amplio mercado de consumo; por esta razón y de seguir la tendencia, es muy probable que aumente las distorsiones regionales y un mayor

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45

Noroeste

Norte

Noreste

Centro-Norte

Centro-Occidente

Centro-Este

Región Sur

Región Este

P. de Yucatán

2004 1993

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desequilibrio funcional, entre una ciudad central poderosa y otros espacios circundantes en condición de mayor atraso. Esta misma situación ocurre en el Norte, con Nuevo León y la zona metropolitana de Monterrey aunque por el peso específico que presenta cada estado dentro de la región en su conjunto, ayuda a una estructura intra-regional más equilibrada.

El resto de las entidades presentan todavía un nivel de participación poco significativo. Por ejemplo, Aguascalientes con un fuerte crecimiento en el periodo (5.1%), apenas si par-ticipa con el 0.97% de la riqueza nacional, Guanajuato con el 3.36%, Puebla con el 3.23% y Querétaro con el 1.4%, es decir, con todo y su dinamismo no generan ni la mitad de la riqueza que aporta el Distrito Federal. Las demás entidades del Sur, Este y Península de Yucatán, ubi-cadas en condiciones de atraso, no igualaron juntas el valor generado por el Distrito Federal y el Estado de México.

2.2 Comprobación de “dependencia regional”: Índice de Moran

Con la finalidad de tener una primera aproximación empírica sobre los efectos regionales que el TLCAN ha desarrollado, se presentan en el gráfico 3 los niveles de autocorrelación espacial global, medidos a través del índice de Moran, que ha desplegado el PIB per cápita a nivel estatal durante el periodo de apertura comercial. Un índice de autocorrelación espacial como el Moran simplemente evalúa, con significancia estadística, si la actividad económica de una región (estado) está o no correlacionada con la actividad económica de las regiones (estados) que le son físicamente cercanas. Si no existiera autocorrelación espacial del PIB per cápita a nivel estatal, se esperaría que la distribución del PIB per cápita fuera aleatoria si esta distribución se desplegara a partir de un mapa del país por estados. Por el contrario, si exis-tiera autocorrelación espacial del PIB per cápita, se esperarían aglomeraciones de estados con niveles similares en su PIB per cápita. En este sentido, el índice de Moran puede verse como una aproximación al grado de “dependencia regional” que puede tener la actividad económica regional.3

3 Formalmente, el índice de Moran es calculado a través de la siguiente expresión: (�)donde n es el número de estados del país analizados, wij son los elementos de una matriz binaria de contig�idad, s es la suma de todos los elementos de la matriz W y, zi y zj son valores estandarizados del logaritmo natural del PIB per cápita del estado i y j. El Moran puede interpretarse como una medición estandarizada de la autocovarianza de una variable, una vez que se impone una matriz de distancia. El índice de Moran tiene un valor esperado de no autocorrelación que está dado por la siguiente expresión:

11)(−−

=n

IE . Pruebas de inferencia estadística basadas en supuestos de normalidad o en distribuciones experimentales pueden ser utilizadas para aceptar o rechazar la hipó-tesis nula de no autocorrelación espacial.

∑ ∑

=

= == n

ii

jin

i

n

j ij

z

zzw

snI

1

2

1 1

43

Gráfica 3. Autocorrelación espacial del PIB per cápita estatal

Fuente: elaboración propia.

El gráfico 3 muestra la evolución del índice de Moran del PIB per cápita a nivel estatal du-rante la puesta en marcha del TLCAN. Utilizamos dos criterios de interacción espacial entre los estados para medir la autocorrelación espacial del PIB per cápita. El primero es un criterio de contig�idad de primer orden (estados vecinos), y el segundo se basa en la regionalización de Bassols (1999). Los resultados en general muestran que el PIB per cápita a nivel estatal, despliega autocorrelación espacial global estadísticamente significativa en México. Pero, el aspecto más importante es que la autocorrelación espacial del PIB per cápita ha venido en ascenso desde el proceso de apertura comercial. Este patrón es consistente con cualquiera de los dos criterios de interacción espacial utilizados; en particular, se destaca que el criterio de Bassols acentúa el nivel de autocorrelación espacial. La matriz de interacción de Bassols involucra, además de la distancia física, otros elementos que están asociados a factores ins-titucionales e históricos que influyen en la formación de una región.4 De esta manera, este patrón de comportamiento espacial observado que ha tenido el PIB per cápita en las últimas décadas, fortalece la hipótesis sobre el incremento en la desigualdad territorial que ha traído consigo la implementación del TLCAN. El incremento de la autocorrelación del PIB per cápita a nivel estatal, también se ha documentado en otros trabajos (véase Aroca, Bosch y Maloney 2005). Asimismo, existe evidencia en otros países emergentes de América Latina, como Chile y Brasil, donde se observan similares comportamientos de mayor polarización espacial du-

4 Al agregar la distancia a la matriz de Bassols asumimos que la interacción entre estados se da al interior de las regiones pero no entre estados. Esto puede ser poco realista pues es muy probable que municipios de diferentes estados pero que comparten colindancia tengan interacción espacial independientemente de que ambos estados no compartan la misma región. A esta misma conclusión ha llegado Bassols en otros estudios, considerando incluso una nueva regionalización para el país denominada Regiones Reales. En síntesis, la regionalización de Bassols impo-ne una estructura de interacción que no necesariamente está determinada por las distancias físicas como sucede con un criterio convencional de contig�idad.

0.2

0.25

0.3

0.35

0.4

0.45

1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004

Índi

cede

Mor

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Contigüidad Bassols

44

rante los últimos quince años (véase Perry, G.E, López, J.H., Maloney, W.F., Arias, O. and , Ser-vén, L. (2006). Poverty, Reduction and Growth: virtuous and vicious circles, The World Bank).

2.3 Convergencia y efectos regionales

El incremento de las asimetrías territoriales durante el proceso de liberalización de la eco-nomía mexicana es el factor regional que bien puede explicar por qué diversos autores han encontrado un patrón divergente en el crecimiento de las economías regionales del país a partir de los ochenta (Esquivel 1999, Messmacher 2002, etc). La evaluación de los procesos de convergencia-divergencia es convencionalmente analizada a partir de implementar eco-nométricamente la siguiente relación lineal:

(�)

Donde x es un vector del PIB per cápita por estado, y es un vector de errores aleatorios. Ésta es la especificación propuesta por Baumol (1986) para evaluar en particular si las regio-nes pobres están creciendo a tasas más aceleradas que las regiones ricas. La evidencia de convergencia absoluta es dada a partir de estimar un parámetro beta negativo y estadística-mente significativo. Asimismo, la ecuación (1) encuentra sustento en las versiones moder-nas de corte neoclásico de crecimiento a la Barro-Sala-I-Martin. (Esta ecuación puede verse como la versión lineal de la especificación que derivan Barro y Sala-I-Martin).

Los estudios empíricos de convergencia regional basados en dicha ecuación han sido fuer-temente criticados por estudiosos del crecimiento como Quah (1993, 1997), debido a que no recuperan los efectos regionales que pueden estar condicionando el crecimiento económico, ya que las inferencias econométricas, basadas en este tipo de implementaciones, se funda-mentan en comportamientos promedio. La problemática que puede traer el basarse en es-timaciones paramétricas puede evidenciarse en la gráfica 4 que despliega las distribuciones kernel gaussianas del PIB per cápita por estados para los años 1993 y 2004.

Las estimaciones kernel muestran claramente que las distribuciones del PIB per cápita por estado distan de tener un comportamiento normal (o dominado por el promedio). Clara-mente las distribuciones sugieren un comportamiento con dos picos que indican la presencia de una distribución polarizada del PIB per cápita. Asimismo, este comportamiento polariza-do no da muestras de debilitamiento durante el periodo analizado (1993-2004).5 La forma de estas distribuciones puede estar condicionada por efectos regionales, hipótesis que puede ser justificada por la presencia de fuerte autocorrelación espacial del PIB per cápita (véase sección anterior).

5 Desde otra perspectiva, podría especularse que en el “largo plazo” la forma de trapezoide que tienen las distribu-ciones, hoy en día, iría, poco a poco, desapareciendo hasta transformarse en una distribución con forma triangular.

eba ++=

−1

1

lnln tt

t xxx

1n

45

Gráfica 4. Distribuciones Kernel Gaussianas del PIB per cápita por estado

Fuente: elaboración propia.

De esta manera, la autocorrelación espacial del PIB per cápita puede hacer inválidas las hipótesis de convergencia derivadas de estimar por métodos tradicionales la ecuación (1). El cuadro 1 muestra el índice de Moran de los errores de la regresión al implementar la ecua-ción (1) para el periodo 1993-2003. Los resultados sugieren que los errores muestran autoco-rrelación espacial y, por lo tanto, la ecuación (1) puede estar mal especificada. Este resultado puede sugerir que variables omitidas deben ser añadidas a la ecuación (1). Es precisamente esta interpretación la que está asociada a la necesidad de involucrar una ecuación de con-vergencia condicional al estudio de los procesos de convergencia, es decir, añadir a la ecua-ción (1) una serie de variables omitidas que expliquen las diferencias regionales. Esta última estrategia es la que ha prevalecido en los estudios de convergencia en México en donde se incorporan al análisis otras variables que condicionan regionalmente el crecimiento econó-mico como pueden ser el capital humano, la infraestructura, la apertura comercial, etcétera. Estudios bajo esta línea de investigación pueden encontrarse en Esquivel-Mesmacher (2002) y Díaz Bautista (2003), entre otros.

Sin embargo, otra interpretación puede derivarse ante la fuerte presencia de autocorre-lación espacial, y es la que postula la necesidad de involucrar explícitamente los efectos de interacción espacial. La incorporación de los efectos espaciales en la ecuación clásica de con-vergencia implica que las unidades regionales no puedan considerarse de manera indepen-diente como asume el modelo clásico de convergencia. Esta última interpretación, creemos, responde, en mejor medida, a la crítica de Quah (1993, 1997), hacia los modelos clásicos de convergencia. Más adelante, proponemos un modelo de convergencia condicional espacial, basado en los nuevos desarrollos de la econometría espacial en el campo de las ecuaciones

0.2

.4.6

.8f(x

)

2 2.5 3 3.5

Ln (PIB per cápita)

1993 2004

46

empíricas de crecimiento (Fingleton-López-Bazo 2006), para estudiar el proceso de divergen-cia regional del país desde la puesta en marcha del TLCAN.

3. Remesas e inversión extranjera

Se reconoce que el TLCAN es el tratado más importante en materia de comercio en la historia de los tres países que lo integran (Ortiz et. al., 1998). Su operación se enmarca dentro de las excepciones que establece el GATT, que permite, a dos o más Estados, otorgarse recíprocas concesiones comerciales sin tener que hacerlas extensivas al resto de los países parte. En ese sentido, el TLCAN crea una zona de libre comercio, primer paso dentro de los niveles de integración económica, aunque en realidad, en el TLCAN se incorporan algunos elementos o características propias de niveles de integración más avanzados, como son, de acuerdo con Patiño (1993), la eliminación de restricciones a la libre circulación de factores productivos diversos a las mercancías tales como el comercio de servicios, de capitales y la tecnología, la armonización de ciertas políticas económicas y la solución de controversias con decisiones obligatorias para los miembros.

Antes y después de su aplicación se han manifestado opiniones críticas sobre los efectos que dicho acuerdo traería en sectores económicos, en factores sociales del desarrollo y en temas ambientales. Si bien la adopción de este Tratado, como propuesta de reactivación de la economía mexicana y la adaptación de ésta a los procesos de cambio económico mundial, no contempló como objetivo un mejoramiento específico de los desequilibrios regionales in-ternos, sí consideraron, como contraparte, un proceso dinámico de las actividades económi-cas que, de acuerdo con su inercia, generaría impactos territoriales en aquellas regiones que el modelo de economía protegida había marginado del desarrollo por fallas en la planeación y en la canalización de las inversiones gubernamentales. Se adoptó a la inversión extranjera directa (IED) como el instrumento de reactivación, pero sus efectos positivos habría que bus-carlos, hasta ahora, en el nivel sectorial y no en el regional, aunque algunos estados del país presentan una relativa mejoría debido a la incorporación de determinados nichos territoria-les a esta nueva dinámica de economía abierta.

En el momento actual, el tamaño de la economía mexicana medida en términos del Pro-ducto Interno Bruto (PIB) es equivalente a la de países como España, Corea del Sur o Canadá. De acuerdo con información oficial, para el año 2005 alcanzó la cifra de 814 mil 860 millones de dólares internacionales a precios corrientes, mientras que la IED, para el mismo año, re-gistró un valor de 18 mil 934 millones de dólares (equivalente al 2.3% del valor del PIB nacio-nal). Su contribución a la economía mexicana ha sido compleja y ambigua (Dussel, 2000); se presenta como un factor importante para alcanzar una relativa estabilidad en algunas varia-bles macroeconómicas y también como soporte a las estrategias de desarrollo iniciadas en 1988. En otro sentido, favorece la modernización de la economía por la vía de las empresas extranjeras asentadas en territorio nacional que han realizado asociaciones y fusiones con capital nacional. Sin embargo, la IED no ha logrado resolver los principales retos de la econo-mía mexicana: encadenamientos e integración productiva regional, empleo, financiamiento y sustentabilidad económica a mediano y largo plazos.

47

3.1 Participación de la IED

Desde una perspectiva macroeconómica, la IED es la principal fuente de financiamiento de la nueva estrategia de desarrollo y se ha convertido en uno de los más importantes factores que permiten la modernización económica y la orientación exportadora de un segmento del sector manufacturero. Debido a que constituye uno de los factores para financiar el de-sarrollo de la economía mexicana y adecuarla a los niveles de competitividad que requiere la dinámica de una economía abierta, a partir del TLCAN el gobierno se convirtió en el prin-cipal promotor para desregular la inversión extranjera a nivel internacional y vincularla con el comercio. Lo anterior implica un alto grado de fragilidad para la economía mexicana, en la medida que se ve sujeta a las oscilaciones de la economía internacional y a un alto grado de dependencia de las crisis financieras de los países, o al nerviosismo de los capitales que tienen repercusiones inmediatas en los ámbitos locales.

De 1994 al 2005, el comportamiento de la IED no es equilibrado y muestra oscilaciones que son profundas en algunos años, como resultado de la crisis de 1994-1995 y la posterior incertidumbre internacional en torno a la crisis de Asia, Brasil y Rusia que presentaron efec-tos negativos para México. Repunta significativamente en 1994 con 15 mil 052 millones de dólares pero cae a menos de 10 mil millones de dólares un año después; se recupera en 1997 y cae nuevamente en 1998 como consecuencia de las crisis internacionales. A partir de 1999 y hasta 2001 mantiene un crecimiento importante hasta alcanzar su máximo histórico con un valor de 27 mil 429 millones de dólares, para volver a caer en 2003 (15 mil 348 millones de dólares), sube en 2004 (22 mil 283 millones de dólares) y, finalmente, pierde nuevamente participación en el año 2005 (18 mil 934 millones de dólares) (Gráfica 5). En todo el periodo 1994-2005 presenta un decremento anualizado de -7.1%.

Junto al factor de inestabilidad participativa que ha mostrado, la IED continúa fuera de los márgenes de regulación estatal en cuanto a su destino regional. La participación de la IED en industria manufacturera califica a este subsector como el más importante con una participa-ción del 60% en el año 2005, en tanto las actividades de maquila, como las reinversiones por concepto de utilidades, se han convertido en el segmento más dinámico, ya que, en este año, representaron más del 38% de la IED.

En el cuadro 1 puede observarse que por sí sola, la industria maquiladora ha generado el dinamismo del sector manufacturero, aumentando su participación de un 8.5% del total en 1994 a 29.5% en 1998, aunque posteriormente manifiesta una reducción sistemática hasta llegar a 14% en el acumulado al 2005. Entre las principales ramas de mayor participación de la IED, seis se relacionan con el sector manufacturero y cuatro con servicios; el sector automotriz resulta el de mayor participación. La IED se ubica en un número relativamente pequeño de ramas, diez de ellas concentraron durante el periodo 1994-2005 el 53%.

48

Gráfica 5. México. Inversión extranjera directa (millones de dólares), 1994-2005

Fuente: Dirección General de Inversión Extranjera, Secretaría de Economía, 2006.

Por entidad federativa, la IED continúa la misma tendencia de concentración en los es-tados más ricos, que hacia un relativo re-direccionamiento a otras entidades. En el caso del Distrito Federal si bien disminuye de 7 mil 603 millones de dólares en 1994 a 4 mil millones de dólares en 1998, crece significativamente hasta 19 mil 800 millones en el año 2005 pro-ducto del ciclo expansivo del TLCAN6. A nivel de las entidades federativas ganadoras, Nuevo León, Chihuahua, Baja California y el Estado de México, se benefician de este proceso desde 1994, a través de la presencia de empresas maquiladoras, pero además se ha incorporado Jalisco dentro de una estrategia similar.

6 Habrá de observarse, sin embargo, que en términos relativos, la participación del Distrito Federal ha ido decre-ciendo pasando del 78.6% de la IED total realizada en 1994, al 66.4% para el periodo 1994-1998, cayendo al 57.5% en el periodo 1994-2005 (tasas de crecimiento anualizadas y acumuladas). Esta pérdida relativa es ganada por las otras entidades con mayor IED registrada.

15348

19344

27429

17773

1370412416

14180

100879696

15052

22283

18934

0

5000

10000

15000

20000

25000

30000

1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006

IED

(mill

ones

dedó

lare

s)

49

Cuadro 1. Inversión Extranjera Directa realizada por sector económico (millones de dóla-res), 1994-2006

Fuente: Secretaría de Economía. Dirección General de Inversión Extranjera, 2006.

La mayoría de los estudios revisados sobre inversión sectorizada concluyen que éstas se dirigen a entidades que ofrecen la mayor rentabilidad y son ejecutadas a través de empresas con recursos suficientes para competir. Bajo tal supuesto, tenderán a localizarse y relocali-zarse, según las condiciones de ajuste dadas por la creciente integración al mercado inter-nacional. Esta cuestión puede ser oscilante en términos ascendentes o descendentes, pero mantiene una inercia positiva en cuanto a preferencia por los espacios de inversión regional ya prefigurados desde el ciclo de economía protegida. Por ejemplo, el Distrito Federal ha continuado como el principal destino de la IED; le siguen los estados del Norte y Noreste, gracias a su mejor ubicación geográfica con respecto a los Estados Unidos, y las regiones del Noroeste y del Centro Occidente (debido a la presencia de Sonora, Sinaloa y Jalisco). En el año 2000, más de una cuarta parte de las empresas maquiladoras se localizaban ya en el interior del país, con una fuerte presencia en Yucatán y Guanajuato, mientras el Distrito Federal perdió participación, lo cual permite inferir un cambio en los patrones regionales de producción y empleo a partir del TLCAN. Para el 2005, la participación de la industria maquiladora de exportación mantiene su presencia tanto al interior del país como en las tradicionales ciudades fronterizas.

Acum. 1994-2006SECTORES 1994 2000 2005

Valor Part. %

TOTAL 10,646.6 17,772.6 18,933.8 193,065.7 100.0

Agropecuario 10.8 91.6 2.9 456.5 0.2

Extractivo 97.8 198.9 24.2 1,365.6 0.7

Industria Manufacturera 6,191.9 9,911.9 11,362.7 99,510.4 51.5

RNIE 5,297.1 6,928.9 8,541.0 72,534.5 37.6

Importaciones de activo fijorealizadas por empresasmaquiladoras con inversiónextranjera

894.8 2,983.0 2,821.7 26,975.9 14.0

Electricidad y agua 15.2 134.0 191.9 1,683.4 0.9

Construcción 259.6 172.1 277.4 2,188.1 1.1

Comercio 1,251.5 2,437.0 2,647.5 19,201.5 9.9

Transp. y Comunicaciones 719.3 -2,081.6 1,172.6 9,402.1 4.9

Servicios Financieros 941.7 4,857.4 943.7 41,582.3 21.5

Otros Servicios 1,158.8 2,051.3 2,310.9 17,675.8 9.2

50

3.2 Migración y remesas internacionales

Otro indicador representativo del impacto social que ha tenido el TLCAN, lo representa la mi-gración de la población mexicana a ciudades de Estados Unidos. Si bien en momento actual este fenómeno está centrado en la disputa por una nueva regulación de la movilidad pobla-cional, y es sin duda un proceso acumulativo y derivado de diversas circunstancias históricas de la población mexicana, cabe resaltar su agudización a lo largo de los últimos 20 años. Las promesas que ofrecían al inicio del TLCAN un crecimiento de la economía, la productividad y el empleo en México que, de acuerdo con la hipótesis de convergencia, superarían a los de los dos socios comerciales y, así, frenarían el flujo migratorio sur-norte, simplemente no se han realizado en los más de diez años de operación de ese instrumento, de forma tal que el movimiento migratorio se ha incrementado exponencialmente; el producto mexicano ha crecido muy poco, sin que su distribución adquiera mayor progresividad, y la recurrencia del ciclo económico, de cuño nacional o importado, es totalmente visible, arrojando el triple efecto del desempleo, el subempleo y el empleo precario (Novelo, 2006).

En el 2005 el número de migrantes mexicanos que residían en los Estados Unidos se acer-caba a los 12 millones (Gráfica 6), que sumados a los descendientes de segunda y tercera generación alcanzan una cifra de 3� millones de personas con fuertes lazos sociales, econó-micos y culturales con prácticamente todas las regiones y municipios de México. Este flujo indocumentado está integrado por población en edad laboral y es predominantemente mas-culino, situación que se ha acentuado en el periodo del TLCAN, alcanzando flujos promedio anuales de casi 400 mil migrantes temporales mexicanos. Entre el año 2000 y 2005, el 78 % no disponía de autorización para cruzar la frontera, lo que contrasta con la cifra registrada en el periodo 1993-1997 que fue cercana a 48 %.

Gráfica 6. Mexicanos radicados en Estados Unidos 1960-2005

Fuente: U. S: Bureau of Census.

8,771

576 760

2,199

4,298

11,765

0

2,000

4,000

6,000

8,000

10,000

12,000

14,000

1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005

Pobl

ació

nen

mile

s

5�

El otro tema que deriva del fenómeno migratorio tiene que ver con las remesas que los migrantes envían al interior de la república, representando, hoy, recursos monetarios de cuantía equivalentes a las aportaciones que realizan el sector turístico o el energético. El modelo económico actual soporta parte de sus previsiones de mediano plazo en la sosteni-bilidad de estas remesas, lo cual agrega un elemento más de incertidumbre a la economía mexicana, frente a las decisiones que en el país vecino se vayan tomando.

En los últimos 25 años, el dinero enviado por la población migrante ha representado para muchas regiones mexicanas un factor de sobrevivencia, e incluso de dinamismo económico de varios municipios del centro del país; su incremento en el periodo ha sido sorprendente, pasando de 2 mil 494 millones de dólares en 1990, a más de 20 mil millones de dólares en el 2005 (Cuadro 2).

Cuadro 2. Dinero enviado por migrantes mexicanos desde Estados Unidos, 1990-2005

Fuente: Banco de México e INEGI, 2006.

3.3 Correlación PIB-remesas-IED

En los anteriores párrafos se ha señalado cómo a raíz del TLCAN, la IED y las remesas, emer-gieron como los factores esenciales de incorporación del ahorro externo a la economía mexi-cana. Pero, ¿cuál ha sido el impacto de estas variables en el crecimiento económico del país durante los últimos años?El cuadro 3 muestra los coeficientes de correlación entre el PIB per cápita durante el periodo 1995-2004 por estado, y una serie de indicadores sobre remesas e inversión extranjera du-rante el mismo periodo.

AÑOREMESAS

FAMILIARES(millones de dólares)

AÑOREMESAS

FAMILIARES(millones de dólares)

1990 2,494 1998 5,627

1991 2,660 1999 5,910

1992 3,070 2000 6,572

1993 3,333 2001 8,895

1994 3,474 2002 9,814

1995 3,673 2003 13,396

1996 4,224 2004 16,613

1997 4,865 2005 20,035

52

Cuadro 3. Correlación entre PIB per cápita e indicadores de remesas e inversión extranje-ra a nivel estatal

Fuente: elaboración propia.

El cuadro 3 arroja algunos resultados interesantes de correlación entre pares de variables. Por ejemplo, tanto la condición inicial de la razón remesas-PIB (1995), como la razón IED-PIB (1995), muestran un correlación positiva y significativa con el crecimiento del PIB per cápita durante el periodo de análisis. Sin embargo, cuando se considera el promedio de ambas variables (remesas e IED respecto a PIB) durante el periodo, sólo la IED despliega correlación significativa con el PIB per cápita.

Un dato interesante del cuadro proviene de la correlación entre PIB per cápita y la tasa de crecimiento promedio de la razón remesas/PIB y la IED-PIB durante el periodo 1995-2004.7 Se observa que en este caso el PIB per cápita no despliega correlación significativa con el crecimiento promedio de la IED-PIB pero sí, y de manera altamente significativa y además negativa con la tasa de crecimiento promedio de las remesas/PIB. Asimismo, en general se

7 Para el caso de las remesas-PIB sólo se consideraron los años 1995, 2000, 2003 y 2004. El promedio de la IED/PIB incluye todos los años del periodo de estudio.

Cuadro 3: Correlación entre PIB per capita e indicadores de remesas e inversión extranjera a nivelestatal

CrecimientoPIB per cápita

95-04Remesas/PIB 1995

IED/PIB1995

Remesas/PIB

promedio1995-04

IED/PIBpromedio1995-04

CrecimientoRemesas/PIB

1995-04

CrecimientoIED/PIB1995-04

CrecimientoPIB per cápita95-04

1

Remesas/PIB 1995 0.3297 1

0.0654IED/PIB1995 0.4273 -0.0197 1

0.0147 0.9148Remesas/PIBpromedio1995-04

0.1796 0.9227 -0.1665 1

0.3253 0 0.3625IED/PIBpromedio1995-04

0.3675 -0.2846 0.8182 -0.4669 1

0.0385 0.1144 0 0.0071CrecimientoRemesas/PIB 1995-04

-0.5972 -0.6085 -0.4595 -0.3043 -0.3501 1

0.0003 0.0002 0.0082 0.0904 0.0495CrecimientoIED/PIB1995-04

-0.1532 -0.2821 -0.3257 -0.3227 0.0732 0.1549 1

0.4026 0.1178 0.0689 0.0716 0.6906 0.3971Notas: el dato abajo del coeficiente de correlación indica nivel de significancia.Las variables se encuentran en logaritmos naturales.

53

observa una relación negativa, y significativa entre la variable de remesas y la IED. Todo esto sugiere dos importantes elementos en torno al papel de las remesas y la IED durante el perio-do del TLCAN. Primero, las remesas pueden estar desarrollando un papel de sustitución de la IED (o de incorporación de ahorro externo) en aquellas regiones donde la IED es relativamen-te pequeña respecto al PIB. Segundo, esta dinámica de incorporación de ahorro externo (vía remesas) es probable que esté acentuando procesos de desigualdad regional como lo sugie-re la fuerte correlación negativa entre la tasa de crecimiento anual de las remesas respecto al PIB y el crecimiento del PIB per cápita. En este último punto, también otros autores (Canales, 2006), han sugerido un posible papel anticíclico de las remesas, pero nadie ha considerado todavía la variable de remesas para explicar los procesos de divergencia regional en México.

La gráfica 7 muestra las distribuciones kernel gaussianas de la proporción de las remesas respecto al PIB para los años 1995 y 2004, y la gráfica 8 las distribuciones respectivas para la proporción de la IED respecto al PIB para los mismos años. Las estimaciones kernel de ambas gráficas muestran una mayor polarización (entre estados) durante el periodo 1995-2004. Sobre todo, se nota que el proceso de polarización ha sido particularmente intenso para el caso de la relación remesas/PIB. Este es un elemento importante a tomar en cuenta, sobre todo, si se considera que en el periodo de análisis existe una correlación negativa entre el crecimiento de las remesas/PIB y el PIB per cápita.

Gráfica 7. Distribución del porcentaje de las remesas respecto al PIB estatal

Fuente: elaboración propia.

.1.2

.3.4

kden

sity

lnrp

ib04

/kde

nsity

lnrp

ib95

-7 -6 -5 -4 -3 -2

x

kdensity lnrpib04 kdensity lnrpib95

54

Gráfica 8. Distribuciones del porcentaje de la IED respecto al PIB estatal

Fuente: elaboración propia.

Hasta ahora no se ha indicado si estas relaciones están condicionadas espacialmente, ya que es factible que los procesos de polarización antes observados puedan deberse a factores regionales. El cuadro 4 muestra el índice de Moran para el PIB per cápita, la participación de las remesas respecto al PIB y la participación de la IED respecto al PIB durante el periodo 1995-2004.

Cuadro 4. Autorrelación espacial del PIB per cápita, remesas e IED

Fuente: elaboración propia.

Como puede observarse en el cuadro 4, el PIB per cápita a nivel estatal despliega autoco-rrelación espacial significativa en cada uno de los años considerados. Asimismo, el crecimien-to del PIB per cápita durante el periodo 1995-2004 muestra autocorrelación espacial signi-ficativa (0.371). La intensidad de la autocorrelación espacial global del PIB per cápita se ha incrementado ligeramente a lo largo del TLCAN aunque existen indicios de que su aumento

0.1

.2.3

kden

sity

lnid

pib0

4/kd

ensi

tyln

idpi

b95

-12 -10 -8 -6 -4 -2

x

kdensity lnidpib04 kdensity lnidpib95

Autocorrelación Espacial del PIB per cápita, Remesas e IEDPIB

per cápita Remesa/PIBvalor

p IED/PIB*Valor

p1995 0.3004 0.001 0.5871 0.000 0.5301 0.0002000 0.2957 0.001 0.4539 0.000 0.3274 0.0002004 0.3253 0.000 0.5544 0.000 0.1704 0.070

Crecimiento 95-04 0.371 0.000 0.5492 0.000 -0.0197 0.000

Notas: Se utilizó una matriz de contigüidad de primer orden.*Se excluyeron los estados con IED negativa.

55

ha sido mayor si se considera otro criterio de interacción espacial (véase sección 3.2 de este ensayo). Por su parte, la evolución de la autocorrelación espacial tanto de las remesas/PIB como de la IED/PIB durante el periodo de estudio, tiene elementos importantes de destacar. Al inicio del TLCAN, tanto remesas como IED mostraban un elevado índice de autocorrelación espacial; sin embargo, la evolución regional de cada variable es muy diferente. Mientras las remesas/PIB continúan presentando una fuerte autcorrelación espacial durante todo el periodo, la autocorrelación espacial de la IED/PIB pierde notablemente intensidad. Y por lo que respecta al crecimiento de las variables, sólo el crecimiento de las remesas/PIB despliega autocorrelación espacial.

La ausencia de autocorrelación espacial en la tasa de crecimiento de la IED/PIB puede atribuirse a lo que se observa en la gráfica 8, en donde se transita de una distribución sesga-da hacia la derecha en 1995 (influenciada por los estados cercanos a la frontera con Estados Unidos) a una distribución más dispersa para el año 2004 y en la que otros estados no cerca-nos a EU empiezan a tener un porcentaje más elevado de IED respecto al PIB. De esta mane-ra, los resultados del cuadro 4 indican que es la relación remesas-PIB y no la IED-PIB la que despliega un fuerte componente espacial en su evolución durante el TLCAN. Los mapas 1 y 2 muestran los estados que denotan autocorrelación espacial local positiva de las remesas-PIB para los años 1995 y 2004 con significancia estadística.8 Se destacan en negro a los estados que se encuentran por arriba del promedio nacional y en líneas verticales a los estados que se encuentran por debajo del promedio nacional.

Mapa 1. Autocorrelación espacial local de las remesas/PIB 1995

Fuente: elaboración propia.

8 Se calculó un Moran local bajo los criterios delineados por Anselin (1995). Asimismo, se utilizó un criterio de con-tig�idad de primer orden, y las pruebas de significancia estadística se basaron en distribuciones experimentales de tipo Monte Carlo. Los estados detectados con autocorrelación espacial indican un pseudo valor-p de 0.05 de que la hipótesis nula de aleatoriedad sea cierta. Sólo se destaca a los estados que tienen autocorrelación local positiva.

MAPA1: AUTOCORRELACION ESPACIAL LOCAL DE LAS REMESAS/PIB 1995

Lisa_mexico_remesas.shp

ALTO-ALTOBAJO-BAJO

56

Mapa 2. Autocorrelación espacial local de las remesas/PIB 2004

Fuente: elaboración propia.

Los mapas 1 y 2 muestran claramente lo que los estudiosos de las remesas en México denominan como la región tradicional receptora de remesas (estados en negro). Los mapas 1 y 2 no muestran una gran diferencia de la región que despliega autocorrelación espacial positiva con niveles altos de remesas-PIB.9 El dato regional más importante lo constituye la autocorrelación espacial local positiva del crecimiento del porcentaje de las remesas respec-to al PIB estatal. Los mapas 3 y 4 muestran el anterior resultado para los periodos 1995-2004 y 2000-2004, respectivamente.

Mapa 3. Autocorrelación espacial local del crecimiento de las remesas/PIB 1995-2004

Fuente: elaboración propia.

9 Sin embargo, es probable que la región tradicional esté moviéndose hacia el sur, empezando a rodear al D.F. y al Estado de México.

MAPA2: AUTOCORRELACION ESPACIAL LOCAL DE LAS REMESAS/PIB 2004

Lisa_mexico_remesas.shp

ALTO-ALTOBAJO-BAJO

MAPA3: AUTOCORRELACION ESPACIAL LOCAL DELCRECIMIENTO DE LAS REMESAS/PIB, 1995-2004

Lisa_mexico_remesas.shp

ALTO-ALTOBAJO-BAJO

57

Mapa 4. Autocorrelación espacial local del crecimiento de las remesas/PIB 2000-2004

Fuente: elaboración propia.

Los mapas 3 y 4 de autocorrelación espacial local del crecimiento de remesas respecto al PIB muestran claramente lo que podría denominarse ahora como la nueva región emergente de las remesas (áreas en negro). Esta nueva región, independientemente del periodo escogi-do, está claramente definida hacia el sur del país. Si retomamos nuevamente los resultados del cuadro 3 que indican una fuerte correlación negativa entre el crecimiento de la relación remesas-PIB y el crecimiento del PIB per cápita durante el periodo 1995-2004, entonces es claro observar que la región emergente de las remesas está asociada a la región de mayor atraso económico del país (el sur). En este sentido, cabría preguntarnos si estos factores de redimensionamiento espacial de las remesas y la IED durante el TLCAN, han contribuido efec-tivamente en el proceso de divergencia regional a raíz de la liberalización económica.

3.4 Un modelo de convergencia condicional espacial

En esta sección analizamos un modelo de convergencia condicional a nivel estatal para el periodo 1994-2005 que considera las principales asociaciones entre pares de variables ex-puestas en la sección anterior. La ecuación de convergencia estudiada es la siguiente:

(2)

Donde x es un vector del PIB per cápita por estado, REM/PIB es un vector del crecimiento anual promedio de la participación de las remesas respecto al PIB por estado para los años 1995, 2000, 2003 y 2004, IED/PIB1995 es un vector que denota la condicional inicial de la participación de la IED respecto al PIB por estado (año 1994) y CH es un vector proxy del capital humano construido por medio del porcentaje de la población mayor de 5 años que se encontraba estudiando en 1995.

MAPA 4: AUTOCORRELACION ESPACIAL LOCALDELCRECIMIENTO DE LAS REMESAS/PIB, 2000-2004

Lisa_mexico_remesas.shp

ALTO-ALTOBAJO-BAJO

eba 1995199419941994

2004 //l n C PIBIEDPIBREMxxx H

58

Cuadro 5. Modelos de convergencia condicional, 1994-2004

Fuente: elaboración propia.

El cuadro 5 muestra las estimaciones de la ecuación (2) por medio de mínimos cuadrados ordinarios y las estimaciones de la ecuación omitiendo la variable de remesas. Los resulta-dos indican que cuando la ecuación (2) sólo contiene la condición inicial de la IED (1994) y el capital humano de 1995, se obtiene convergencia condicional en el PIB per cápita. Este resul-tado es consistente ya sea considerando a todos lo estados como también excluyendo a los estados petroleros (Campeche y Tabasco) (Cuadro 6). Obsérvese que la IED/PIB inicial tiene un efecto positivo y estadísticamente significativo sobre el crecimiento del PIB per cápita.10 Cuando se estima la ecuación completa (2), la evidencia de convergencia ya no es tan con-

10 Varios modelos de regresión que hemos realizado indican que la significancia de la IED-PIB sólo se observa como condicional inicial y no como promedio durante el periodo. Esto es consistente con los resultados obtenidos en la sección 3.3 donde se muestra una pérdida de la relevancia regional del IED, a nivel estatal, durante el periodo de estudio.

CUADRO 5: MODELOS DE CONVERGENCIA CONDICIONAL, 1994-2004

OLSErroresRobustos Modelo espacial OLS

ErroresRobustos

Modeloespacial

valor pvalorp valor p valor p

valorp

valorp

Rho (lag espacial) 0.4125 0.0195

0.1766

Lambda (error espacial) 0.425 0.02

0.184

Constante 0.5314 0.004 0.009 0.3918 0.0108 0.4256 0.018 0.015 0.370 0.01

0.17 0.1901 0.1537 0.1688 0.1632 0.151

PIBc 1994 -0.09 0.076 0.104-

0.0747 0.0763-

0.0611 0.217 0.193 -0.049 0.25

0.0488 0.0535 0.0422 0.0483 0.0457 0.042

CH 95 0.452 0.236 0.238 0.2049 0.5343 0.1507 0.696 0.745 -0.033 0.92

0.3733 0.3751 0.3296 0.3822 0.4591 0.336

IED/PIB 94 0.0185 0.089 0.013 0.017 0.0602 0.012 0.259 0.146 0.012 0.14

0.0105 0.007 0.009 0.0104 0.008 0.008

Crec. prom Rem/PIB-

0.1785 0.049 0.059 -0.197 0.01

0.0865 0.0904 0.081

Velocidad de converg 0.009 0.008

R^2 0.2234 0.3482 0.3292 0.425

Log Likelihood 34.89 36.898 37.235 38.862

Jarque-Berra normality 0.7294 0.6944 1.6694 0.434

Breush-Pagan 1.292 0.731 1.1598 0.8847

Koenker-Basset 2.0331 0.5656 2.5018 0.6443

Breush-Pagan Espacial 0.6762 0.8788 2.322 0.68

Likelihood Ratio Test 4.0146 0.0451 3.255 0.07

Indice de Moran 2.0284 0.0425 2.3576 0.0184

LM-L 3.8657 0.0493 2.609 0.1063

R-LM-L 3.0568 0.0804 0.0436 0.8347

LM-E 2.0677 0.1505 2.8136 0.0935

R-LM-E 1.2588 0.2619 0.2481 0.6184

LM-SARMA 5.1245 0.0771 2.8572 0.2396Notas: los modelos espaciales utilizaron una matriz de contigüidad de primer orden.

59

tundente, pues desaparece para los 32 estados del país pero prevalece para el caso de los 30 estados que excluyen a los petroleros. Si este último caso fuera el más apropiado, entonces no sólo encontraríamos que la IED inicial contribuye al proceso de convergencia, sino tam-bién la tasa de crecimiento de las remesas pero de forma negativa (véase cuadro 5 columna con estimación robusta). Este último resultado tiene implicaciones interesantes pues arroja un resultado anticíclico (a nivel regional) del papel de las remesas, es decir, los estados que tienen un desempeño pobre (región central y sur del país) están siendo compensados por los nuevos flujos de remesas.

Cuadro 6. Modelos de convergencia condicional, 1994-2004

Fuente: elaboración propia.

A pesar de que el anterior tratamiento arroja interesantes resultados sobre cómo dos importantes variables asociadas al proceso de apertura comercial están condicionando el proceso de convergencia regional en el país, el análisis no recupera cabalmente los efectos

CUADRO 6: MODELOS DE CONVERGENCIA CONDICIONAL, 1994-2004(Se excluyen Campeche y Tabasco)

OLSErroresRobustos

Modeloespacial OLS

ErroresRobustos

Modeloespacial

valor pvalorp valor p valor p

valorp

valorp

Rho (lag espacial) 0.3505 0.06080.1869

Lambda (errorespacial) 0.431 0.02

0.180Constante 0.597 0.007 0.019 0.531 0.0034 0.5228 0.016 0.011 0.515 0.00

0.2059 0.2382 0.1811 0.2013 0.1915 0.166

PIBc 1994-

0.1107 0.07 0.108 -0.112 0.0269-

0.0887 0.134 0.103 -0.091 0.050.0585 0.0664 0.0506 0.0573 0.0524 0.047

CH 95 0.4977 0.206 0.229 0.3187 0.345 0.217 0.591 0.656 0.070 0.840.384 0.4043 0.3375 0.3984 0.4809 0.350

IED/PIB 94 0.0197 0.106 0.018 0.0208 0.0414 0.0157 0.184 0.066 0.017 0.040.0118 0.0078 0.0102 0.0115 0.0082 0.009

Crec. promRem/PIB

-0.1773 0.079 0.119 -0.174 0.040.0968 0.1098 0.086

Velocidad deconverg 0.012 0.012 0.0093 0.010

R^2 0.1996 0.3101 0.2942 0.409Log Likelihood 32.588 34.231 34.476 36.223Jarque-Berranormality 0.8359 0.6584 1.8018 0.4062Breush-Pagan 1.6031 0.6587 0.7127 0.9498Koenker-Basset 2.3781 0.4977 1.497 0.8272Breush-PaganEspacial 1.1236 0.7714 1.295 0.86Likelihood RatioTest 3.2843 0.0699 3.494 0.06

Indice de Moran 2.2831 0.0224 2.2842 0.0224LM-L 3.7017 0.0544 2.6932 0.1008R-LM-L 0.6879 0.4069 0.0532 0.8176LM-E 3.1053 0.078 2.8806 0.0897R-LM-E 0.0916 0.7622 0.2407 0.6237LM-SARMA 3.7932 0.1501 2.9338 0.2306Notas: los modelos espaciales utilizaron una matriz de contigüidad de primer orden.

60

regionales que pueden estar asociados a la dinámica de desigualdad regional que ha expe-rimentado el país en los últimos años. Una prueba de ello son los resultados que arrojan las pruebas de dependencia espacial de los modelos implementados. Los cuadros 5 y 6 indican que los errores de las regresiones están autocorrelacionados espacialmente y esto podría invalidar las estimaciones obtenidas bajo el modelo tradicional (véase ecuación 2). La lite-ratura de econometría espacial ha desarrollado modelos espaciales alternativos al modelo tradicional de convergencia para corregir el sesgo que tendría el modelo tradicional al no considerar la dependencia espacial. Las versiones más comunes de estos modelos llevados al contexto de nuestro análisis están dadas por las siguientes ecuaciones:

(3)

(4)

La ecuación (3) indica un modelo autorregresivo espacial de convergencia condicional, mientras que la ecuación (4) es un modelo de error espacial de convergencia condicional. La diferencia sustancial de estos modelos con la ecuación tradicional de convergencia (1) está establecida por la incorporación de una variable espacial. Para el caso del modelo autoregre-sivo (3), la variable espacial es el crecimiento del PIB per cápita de las regiones contiguas (se-ñaladas por la matriz de interacción W); mientras que para el modelo de error (4), el efecto espacial es capturado a través del término de error de la ecuación de crecimiento, en donde la región y las regiones contiguas (señaladas por la matriz de interacción W) comparten una serie de efectos (no observados) que están espacialmente compartidos.

Cuando la ecuación de crecimiento omite la variable de las remesas, las pruebas de de-pendencia espacial sugieren claramente un modelo autorregresivo (Cuadros 5 y 6 en la co-lumna de estimación espacial). En este caso, la estimación del modelo autorregresivo sigue generando tanto convergencia condicional como significancia estadística en la variable de IED/PIB, pero ahora la estimación señala que el parámetro espacial asociado al PIB per cápita regional (de los estados vecinos) es también estadísticamente significativo. Estos resultados no se ven sustancialmente afectados si no se incluyen los estados petroleros (Cuadro 6).��

11 Una diferencia se encuentra en las velocidades de convergencia estimadas siendo éstas mayores para el caso cuando no se incluyen los estados petroleros.

erba ++++

++=

19951995

1995

20041995

1995

2004 //lnln CHPIBIEDPIBREMxx

Wxxx

),0(~ donde

,//ln

2

1995199519951995

2004

INuuW

CHPIBIEDPIBREMxxx

sele

eba

+=

+++++=

CH

CH

1n

1n

61

Finalmente, debemos resaltar que evidencia de convergencia cuando se incluyen tanto las remesas como la IED sólo es encontrada cuando se excluyen los estados petroleros. En este caso, también se encuentra autocorrelación espacial de los errores de la regresión como lo indican los índices de Moran (véase cuadro 5 y 6 en la columna de estimación espacial). Sin embargo, las pruebas de dependencia espacial para escoger a un modelo alternativo espa-cial a OLS no son tan concluyentes (las pruebas robustas no son significativas).12 Con la idea simplemente de ilustrar posibles efectos espaciales, el cuadro 5 muestra la estimación de un modelo de error espacial. En este modelo se sigue obteniendo convergencia condicional con significancia en la variable de remesas e IED, pero también con efectos espaciales significati-vos de los estados vecinos.

4. Resultados del modelo: clasificación por entidades federativas

Al final del análisis econométrico y las evidencias empíricas desarrolladas a lo largo del pre-sente ensayo, a continuación se presenta una clasificación por entidades federativa, que re-sume los razonamientos expuestos.

El comportamiento de flujo regional de la IED se corresponde con el efecto al desequili-brio que inducen otros indicadores y que parecen agudizarse a partir del TLCAN, en tanto las estrategias de inversión derivadas están dirigidas hacia los servicios para mercados de consu-mo masivos y concentrados, o bien a sectores de la producción con un elevado componente tecnológico como el automotriz y algunas ramas manufactureras, los cuales ya tienen una localización bien definida con base en ventajas de infraestructura acumulada y afinada a lo largo del tiempo.

Otra conclusión nos lleva a señalar que más que una apertura y diversificación de la eco-nomía mexicana por la vía del financiamiento, se trata de una integración a la economía de los Estados Unidos con efectos internos muy desfavorables para la estructura regional de México, en la medida que los mayores flujos de inversión se dirigen mayoritariamente a la Ciudad de México y su zona metropolitana, o a las entidades consolidas del norte del país, agudizando la polarización. Esta situación también la reproducen otros países como España, Francia y Suiza, que direccionan inversiones hacia nuestro país, prefiriendo invertir en los centros consolidados.

Por otra parte, hay que destacar también la escasa diversificación que mantiene la es-tructura económica nacional y la alta dependencia en el intercambio comercial con Estados Unidos. Si bien las exportaciones registraron, durante el periodo analizado, una tasa de cre-cimiento del 10.2% y el de las importaciones de 9.8%, México sigue dependiendo principal-mente de las actividades petroleras y de algunas manufactureras sustentadas en empresas maquiladoras de alta volatilidad; tampoco se vislumbran posibilidades de que los Estados

12 Esto es síntoma de que el modelo puede estar mal especificado y es necesario involucrar otras variables en el modelo.

62

Unidos disminuyan los niveles de participación como nuestro principal mercado de origen y destino.

Como punto final, al revisar los resultados por grupos de entidades federativas nuestros datos son coincidentes con la mayoría de los estudios referenciados a lo largo del texto, don-de se señala la evidencia de un periodo de convergencia económica sostenida hasta finales de la década de los años setenta del siglo pasado, y un proceso de divergencia a partir de la instauración del modelo de apertura iniciado en el primer quinquenio de la década de los ochenta. El análisis empírico realizado a lo largo de este ensayo, refuerzan estas evidencias y nos permiten hablar de entidades federativas directamente favorecidas y otras que han registrado efectos negativos. Clasificados en tres grupos (I favorecidas, II estancadas, y III en retroceso), las entidades federativas que se clasifican en el grupo I corresponden a aquéllas que presentan un crecimiento con base en un mayor dinamismo de los sectores secundarios y terciarios, y un aprovechamiento de ventajas asociadas a sectores primarios junto con el desarrollo de industrias manufactureras. El segundo grupo se caracteriza por presentar enti-dades con un estancamiento o bajo crecimiento de sus actividades industriales y terciarias, y permanencia de actividades primarias de baja productividad (agricultura tradicional o ex-plotación minera en decadencia); en este grupo, algunos estados se caracterizan por fuertes procesos de desindustrialización como efecto de la baja competitividad de viejas actividades manufactureras. El tercer grupo se caracteriza por agrupar entidades con una fuerte inci-dencia de sectores primarios de lento crecimiento o francamente en contracción, pérdida de dinamismo de sectores industriales y/o de algunos sectores terciarios y un lento crecimiento en su PIB per cápita derivado de niveles altos de emigración acentuada en los últimos años y una baja expansión de las actividades económicas.

Los estados que se han visto favorecidos por el proceso de apertura comercial se distri-buyen en regiones del norte y del centro del país, mientras que los que mantienen niveles de estancamiento y/o retroceso son mayoritariamente centrales y del sur del país. Destacan, sin embargo, los dos estados comprendidos en la península de Baja California y el estado de Jalisco que por ubicación y dinámica de sus ciudades metropolitanas, parecerían destinados a una mejor posición en el ranking (Cuadro 6 y Mapa 5).

63

Cuadro 7. Clasificación de entidades federativas de acuerdo a impactos favorables o des-favorables del TLCAN (síntesis)

Fuente: elaboración propia.

Mapa 5. México impactos favorables o desfavorables del TLCAN, 2006

Fuente: elaboración propia.

IFAVORECIDOS

IIESTANCADOS

IIIEN RETROCESO

Aguascalientes Chiapas Baja California

Distrito Federal Hidalgo Baja California Sur

Coahuila México Campeche

Chihuahua Morelos Jalisco

Nuevo León Nayarit Quintana Roo

Querétaro San Luis Potosí Tlaxcala

Sonora Sinaloa Yucatán

Tamaulipas Tabasco Oaxaca

Guanajuato Veracruz Guerrero

Michoacán Zacatecas

Puebla Colima

Durango

64

Consideraciones finales

Los desequilibrios regionales que se presentan al interior del país son resultado de procesos acumulados a lo largo del tiempo, mismos que se han acentuado a partir del modelo de apertura comercial y la puesta en operación del TLCAN. Estos desequilibrios son producto tanto de decisiones endógenas como exógenas que afectan en sentido positivo o negativo al territorio, las cuales finalmente expresan los procesos derivados de la política económica interna.

En el primer caso, durante el largo periodo conocido como desarrollo estabilizador, la inversión controlada por una economía estatizada se concentró en las principales ciudades, o bien se canalizó hacia macroproyectos sectoriales de infraestructura que generaron limita-dos procesos de crecimiento sostenido del entorno territorial y poca capacidad de traducir ese crecimiento en bienestar social. Se favoreció la concentración territorial en pocos lugares y se acentuó el desequilibrio entre regiones, estados y ciudades. Se mantuvieron problemas sociales como la pobreza y comenzó el abandono de zonas rurales antes productivas. Los programas de impulso industrial indujeron en las ciudades mecanismos de atracción que operaron en el mismo sentido: se concentró la inversión y población, y se desalentó el creci-miento de las regiones más pobres; la macrocefalia urbana se hizo presente y se manifestó la crisis del sector agropecuario medida como desbalance notable respecto de los otros sec-tores productivos.

Las decisiones de inversión vinculadas a la política económica interna consolidaron las regiones que ya presentaban ventajas en términos de dotación inicial de capital, y se les com-plementó con obras de infraestructura que les hizo ganar una clara delantera con respecto al resto de las regiones. Las regiones del Sur apenas si jugaron un papel marginal como provee-doras de materias primas. El Centro y el Norte se industrializaron, desarrollaron infraestruc-tura para la atracción de capital productivo, principalmente mediante la inversión extranjera directa y con alto componente tecnológico, y sentaron las bases de los nuevos procesos que posteriormente vendrían con la apertura comercial. Sin embargo, es importante señalar que a pesar de que en el periodo de desarrollo “hacia adentro” las diferencias regionales fueron intrínsecas al proceso de industrialización, el país pudo experimentar procesos de conver-gencia absoluta entre sus diferentes regiones (estados). Esta situación de convergencia cam-bió radicalmente a partir del proceso de liberalización.

La globalización y el TLCAN fueron coincidentes con la implementación del modelo neoli-beral; se acentuó la desigual estructura regional que ya persistía y creció la polarización social. Se define un claro esquema de regiones que avanzan a ritmos y condiciones propias de los tiempos actuales, y otras estancadas o en pleno retroceso derivado del desfase tecnológico, del declive de su planta productiva y de la ausencia de políticas adecuadas de incentivación de sistemas productivos locales y cadenas de valor. También se reconoce que con el TLCAN las exportaciones mexicanas crecieron de manera relevante, pero los efectos benéficos de equilibrar crecimiento con desarrollo social y generación de mayor empleo no llegaron. Las asimetrías regionales entre los estados del Norte y Centro, respecto de los ubicados en el Sur,

65

también se acentuaron. Esto significó que los procesos de convergencia absoluta regional que se habían observado durante el periodo de “desarrollo hacia adentro”, se transforma-ran en procesos de divergencia regional. El proceso de liberalización acentúo las diferencias regionales entre estados haciendo evidente, como ha sido sugerido por otros autores (Esqui-vel-Mesmacher), que diferentes dotaciones de capital humano o de infraestructura entre los estados se convirtieran en factores importantes que explican ahora la divergencia regional.

Por nuestra parte, en este ensayo hemos sugerido, a través de implementar un modelo de convergencia condicional espacial, que el TLCAN incorporó a las remesas y a la IED como los nuevos factores por los cuales las asimetrías regionales del país se vieron profundizadas. En particular, consideramos que el crecimiento regional de las remesas durante el TLCAN ha res-pondido como válvula de escape a las regiones del país cuyo desempeño económico ha sido pobre. Asimismo, y a diferencia de la mayoría de los estudios tradicionales de convergencia que se han realizado en México, en este trabajo hemos sugerido, por medio de modelos espaciales, que las diferencias regionales no sólo pueden atribuirse a los diversos niveles que cada una de las “variables explicativas” del crecimiento en México tienen entre los estados, sino también debe considerarse que factores de interdependencia espacial (entre estados) influyen en las dinámicas de desigualdad regional, es decir, las regiones (estados) en México no pueden verse como entidades independientes cuando se estudian los procesos de diver-gencia regional.

Como resultado de estos procesos derivados de la apertura comercial, el México de hoy se divide en tres porciones: 11 estados favorecidos por el modelo de apertura comercial; 12 estados estancados; 9 estados en retroceso (Mapa 5). Sus dinámicas económicas son exclu-yentes y contrapuestas en términos de intereses regionales.

El estudio empírico en este ensayo fue realizado a nivel estatal (y con delimitación admi-nistrativa) lo que puede distorsionar el entendimiento de los procesos regionales que sub-yacen en el patrón de crecimiento en México. La incorporación de la variable regional en los modelos tradicionales de convergencia que utilizamos, nos ha llevado a reflexionar en que los efectos regionales sobre el crecimiento tienden a ser más heterogéneos que homogé-neos, es decir, cada una de la regiones sustantivas en México (i.e. Bassols) podría tener dife-rentes “leyes de movimiento” en el sentido de que el valor de los parámetros estructurales no son únicos a lo largo de las regiones. Si esto es así, la identificación de los factores que distorsionan los procesos de equidad regional pasarían por criterios de mayor complejidad analítica. Queda para una futura investigación profundizar en esta temática a través de un estudio empírico con una mayor desagregación regional (municipios).

Finalmente, la conclusión del trabajo nos lleva a considerar que la estrategia de desarrollo regional del país debe ser contemplada en dos dimensiones posiblemente convergentes: las dinámicas mundiales y el impulso al equilibrio regional. El reto consiste en promover mecanismos de complementariedad territorial sobre una base prominentemente de desa-rrollo endógeno, para lo cual proponemos incorporar procesos que reanimen las ventajas locales de las regiones desfavorecidas, se impulsen acciones de política regional competitiva,

66

se incorporen prácticas de compensación económica y asociatividad productiva, se prioricen actividades de capacitación y se estimule la inducción local de inversiones en innovación y tecnología; y, sobre todo, se promuevan políticas decididas que contrarresten la declinación progresiva de las regiones.

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Mario M. Carrillo Huerta�*

Rocío Fernández Ramírez2**

Resumen

En este trabajo se supone que en el corto y en el mediano plazos, el desarrollo regional se puede promover mediante la atracción y el apoyo de empresas que participen en las ramas de la economía que muestren simultáneamente un mayor dinamismo por factores locales y un mayor impacto en el empleo local, por lo que también se supone que el análisis de la lo-calización económica y del cambio-participación, son las herramientas a usar para identificar efectivamente ese tipo de ramas.

Por ello, en el trabajo se presentan, como ejemplos de esas aplicaciones analíticas, los re-sultados de un estudio realizado por los autores para el estado de Tlaxcala, cuyo objetivo fue identificar las ramas que mostraran el mayor dinamismo y la mayor contribución al empleo local en el periodo 1998-2004.

Introducción

Las perspectivas de desarrollo de una región, a corto y mediano plazo, sin duda dependen en gran parte de su capacidad para promover la localización de empresas generadoras de actividad económica y de empleos, independientemente de las ramas económicas en las que se desempeñen. Sin embargo, dichas perspectivas de desarrollo serán mayores en la medida en que las empresas que ahí se establezcan, correspondan a las ramas más dinámicas de la actividad económica y a las más generadoras de empleo local.

En este trabajo se presentan los resultados de un estudio realizado por los autores para el estado de Tlaxcala, en el que se aplican las herramientas del análisis de la localización econó-

�* Economista, profesor investigador de El Colegio de Tlaxcala, A. C. Correo: [email protected]

2 ** Economista, Universidad de las Américas-Puebla.

Las ramas dinámicas de la economía tlaxcalteca,

1998-2004. Un ejercicio del análisis de

localización y de cambio-participación

74

mica y del cambio-participación para identificar las ramas que mostraron el mayor dinamis-mo en el periodo 1998-2004, complementándose con la mayor participación en el empleo.3

El trabajo consta de tres secciones. En la sección 1, se comentan algunas características de la economía Tlaxcalteca. En la sección 2, se comentan las características de los cocientes de localización económica y del análisis del cambio-participación. En la sección 3, se han inclui-do los resultados de los análisis, tanto de localización como de cambio y participación. 1. La Economía Tlaxcalteca

1.1. La Economía Tlaxcalteca

El estado de Tlaxcala, uno de los más pequeños del país, tanto en términos de población como territoriales, ha registrado un avance importante en su proceso de desarrollo socioeco-nómico; dicho avance se debió, al menos en parte, al fuerte proceso de industrialización que se ha dado recientemente en el estado, y el cual se refleja claramente en los cambios en la estructura relativa de su producto interno bruto y de su población económicamente activa.

El importante proceso de industrialización, se vio reflejado en un cambio significativo de la estructura del empleo y de la producción estatal. Entre 1970 y 2000, la Población Econó-micamente Activa (PEA) en el estado pasó de ser principalmente primaria a ser terciaria y secundaria, ya que en 1970 el sector agropecuario absorbía más del 50% (el 54.5%) de la PEA total estatal, y los sectores industrial y servicios el 21.1% y el 18.6%, respectivamente. En cambio, para el 2000 los servicios absorben el 41.9%, la industria el 37.8% y las actividades agropecuarias sólo el 18.2% (Cuadro 1).

La pérdida de PEA en el sector primario y su incremento en los sectores terciario y se-cundario, modificó también el aporte de estos tres sectores al Producto Interno Bruto (PIB) estatal. Entre 1970 y 1999, las actividades agropecuarias pasaron del 12% al 5%, la industrial del 30% al 37%, y los servicios del 58% al 59%, el mayor incremento en el periodo se da en el sector secundario y la mayor reducción en el sector primario (Cuadro 2).

3 El estudio fue realizado durante la segunda mitad de 2006 y tuvo como objetivo identificar las ramas, subsectores y sectores de la economía que han sido las más dinámicas y representativas en el empleo para el estado de Tlaxcala.

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Cuadro 1. Población Económicamente Activa, por Sectores: estado de Tlaxcala, 1960-2000*

* La Población Económicamente Activa incluye personas de 12 años o mayores.Fuentes: Censo General de Población para el estado de Tlaxcala, 1960, 1970, 1980, 1990 y 2000.

1.2 El Crecimiento del Sector Industrial

De acuerdo a lo anterior, en los tres últimos decenios, en Tlaxcala, el sector industrial ha tenido un importante crecimiento en la estructura del empleo y de la producción. En 1970 absorbió el 21% de la Población Económicamente Activa (PEA) estatal, el 34% en 1990, y en el 2000 el 38%, un incremento del 17% en el periodo (Cuadro 1).

Por otra parte, el sector industrial, que en 1970 aportaba el 30% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal, y era superado con 2 puntos porcentuales por el PIB nacional, ya que éste representaba el 32%, logra en 1999 aumentar a 37% al nivel estatal y superar en 8 puntos porcentuales el nivel nacional que representaba el 29% (Cuadro 2).

Este crecimiento significativo del sector industrial en el empleo y la producción, ha sido resultado de la evolución que ha presentado la industria manufacturera, ya que en 1999 re-presentó el 30% del PIB estatal, 9 puntos porcentuales arriba del PIB nacional que fue de 21% (INEGI, 2000). Esto ha sido posible gracias a las políticas de promoción industrial, tanto esta-tales como nacionales, que habilitaron al estado para la producción industrial, y permitieron el crecimiento, diversificación y expansión de la industria manufacturera principalmente.

Como resultado de la nueva estrategia de desarrollo territorial de México, consistente en la descentralización industrial de las tres zonas metropolitanas más importantes del país, y la inducción del desarrollo económico en regiones atrasadas a través del programa de parques industriales, se lograron incrementar las inversiones en la planta industrial originando su desarrollo, y llevó al estado a ser más industrializado que la media nacional a pesar de que Tlaxcala inició su proceso de industrialización veinte años más tarde que al nivel nacional.

Año Total Agropecuario %del

totalIndustrial %

deltotal

Servicios %del

totalNo

especif.% deltotal

1970 106433 58023 54.5 22414 21.1 19819 18.6 6177 5.8

1980 174006 65906 37.9 33520 19.3 32699 18.8 41881 24.1

1990 196609 56150 28.6 66662 33.9 70109 35.8 3688 1.9

2000 328585 59822 18.2 124353 37.8 137728 41.9 6682 2.0

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Cuadro 2. Estructura Relativa del Producto Interno Bruto por Sector de Actividad, 1970-1999: República Mexicana y estado de Tlaxcala

Fuentes: Datos para 1970-1988, calculado de: Carlos Salinas de Gortari, Sexto informe de gobierno. México, D. F.: Poder Ejecutivo Federal, 1994. Datos para 1993: INEGI, Estadísticas Demográficas y So-cioeconómicas de México, 1998. Datos para 1994-1999: INEGI, Sistema de Cuentas Nacionales de Méxi-co. Producto Interno Bruto por Entidad Federativa, 1993-1999. 2000.

Tlaxcala tiene una base productiva en la esfera de la industria, el comercio y los servicios, debido a que en 1999 el 36.8% de la PEA está concentrada en el sector secundario y el 45.4% en el sector terciario. Sin embargo, a pesar de que la especialización del sector terciario es mayor que la del sector industrial, el crecimiento que ha tenido este último es superior a la media nacional con 12.3%, ya que es de 24.5%; en cambio, el crecimiento del sector terciario estatal está por debajo de la media nacional con 10%, ya que es de 55.3%.

Sin duda, el proceso reciente de crecimiento del estado es el resultado de los esfuerzos que el gobierno mexicano ha desplegado por descentralizar las actividades industriales de las áreas urbanas tradicionalmente concentradas, tales como Monterrey, Guadalajara y el Distrito Federal, al través del desarrollo de parques y ciudades industriales y de facilidades de financiamiento e incentivos fiscales. Por lo menos puede decirse que dicha política, que entró en vigor formalmente en 1970, es en parte responsable de que Tlaxcala cuente, ac-tualmente, con el 5.1% de los parques industriales del país.4

4 En la actualidad, el estado cuenta con cuatro parques industriales: Calpulalpan, Ixtacuixtla, Xiloxoxtla, Atlangate-pec; con dos corredores industriales: La Malinche, y el Apizaco-�aloztoc-Huamantla; y la Ciudad Industrial �icohtén-catl. Cabe hacer notar también que en 1993 Tlaxcala contaba con el 3.71% de las carreteras del país.

República Mexicana Estado de Tlaxcala

Año Total

SectorAgrope-cuario

SectorIndustrial

SectorServicios

Total SectorAgrope-cuario

SectorIndustrial

SectorServicios

1970 1.00 0.12 0.32 0.56 1.00 0.12 0.30 0.581975 1.00 0.11 0.33 0.56 1.00 0.13 0.36 0.511980 1.00 0.08 0.37 0.55 1.00 0.15 0.33 0.521985 1.00 0.09 0.33 0.58 1.00 0.13 0.37 0.501988 1.00 0.08 0.35 0.57 1.00 0.07 0.42 0.511993 1.00 0.07 0.28 0.65 1.00 0.09 0.35 0.561994 1.00 0.06 0.27 0.67 1.00 0.07 0.33 0.591995 1.00 0.05 0.28 0.67 1.00 0.06 0.35 0.581996 1.00 0.06 0.28 0.66 1.00 0.08 0.36 0.571997 1.00 0.06 0.29 0.66 1.00 0.06 0.35 0.591998 1.00 0.05 0.29 0.66 1.00 0.06 0.35 0.591999 1.00 0.05 0.29 0.67 1.00 0.05 0.37 0.59

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Sin embargo, es muy probable que esos esfuerzos de descentralización del gobierno fede-ral hayan sido acompañados de una política estatal de desarrollo equilibrado, o por lo menos complementados con algunas características físicas o económicas de la entidad, de manera que se haya tenido un proceso fuerte y desconcentrado de crecimiento económico.

Dado que la parte medular del trabajo se centra en el estudio de la concentración econó-mica y en la aplicación del método de cambio-participación para el caso de la economía de Tlaxcala, en la siguiente sección se revisarán ambos métodos, sus alcances y limitaciones, y se comentará también sobre su contribución al análisis de los estudios regionales.

2. Los Análisis de Concentración Económica y de Cambio-Participación

2.1 Análisis de Concentración Económica

2.1.1 Los Cocientes de Localización

Una forma de medir la concentración económica es a través del uso de los cocientes de loca-lización. El cociente de localización es un indicador elemental ampliamente usado en identi-ficar patrones de distribución geográfica de la actividad económica, que puede ser calculado para cualquier variable que sea comparable a diferentes niveles de agregación, tales como el empleo, el producto interno bruto o la inversión.5 Por ejemplo, el cociente de localización del empleo en una actividad económica “i” en un municipio “j” de una entidad federativa cualquiera, puede calcularse simplemente como:

Cij = [(Ei/E)j]/[(Ni/N)]

donde: Eij, es el empleo en la actividad “i”, en el municipio “j” Ej, es el empleo total en el municipio “j” Ni, es el empleo en la actividad “i” a nivel estatal, y N, es el empleo total a nivel estatal

En otras palabras, el cociente compara el empleo relativo en un municipio con el empleo relativo al nivel estatal y, por lo tanto, puede ser usado por lo menos como indicador de concentración geográfica.

5 En cierta forma, puede relacionarse con la teoría de la base económica, o de la base exportación, asociada ini-cialmente a North (1955), Tiebout (1956, 1962), o Schwartzman (1975). La teoría (y el modelo) de base económica, separa la actividad económica de una región en dos sectores: el sector de actividades de exportación, que responde a la demanda externa, y el sector de actividades locales, que responde al nivel y cambios de la demanda interna e indirectamente también a la demanda externa. Las actividades locales, llamadas no básicas (o residenciales) depen-den supuestamente de las actividades de exportación, denominadas básicas, siendo las primeras proporcionales a las segundas. Si se utiliza el empleo como medida del monto de la actividad, puede calcularse un coeficiente de base (base ratio), definido como la proporción entre el empleo básico y el empleo no básico. Si por cada empleo básico hay dos empleos no básicos, el coeficiente de base es 1: 2. Si el coeficiente de base es 1: 2, entonces el multiplicador básico es 3, es decir, cuando se crea un empleo adicional básico se están creando en realidad tres empleos en la región (uno básico y dos no básicos). El multiplicador básico puede calcularse directamente como el cociente entre el empleo total y el empleo básico.

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Sin embargo, si se suponen funciones de producción uniformes entre municipios para cada una de las actividades económicas, y además se suponen patrones de preferencias y de consumo de la población uniformes entre los municipios, entonces un cociente con valor mayor que la unidad, refleja una relativa especialización del municipio en esa actividad y, por lo tanto, sugiere que el municipio exporta (sin saber a dónde) ese producto.6 Viceversa si el coeficiente adopta un valor menor que la unidad.

En otras palabras, el excedente de la unidad en el valor del cociente representa la parte (valor, cantidad, empleo, etcétera) del nivel de actividad del sector “i” en la región “j” que se destina a exportación; es decir, es el componente básico de este sector. Al calcular el mismo concepto para toda la región, basta sumar todos los valores del producto excedente corres-pondientes a sectores cuyo Cij es mayor que uno; esto es, la actividad básica total.

Se concluye de inmediato que cuanto más semejante sea la estructura económica de la región a la estructura económica del país (si esta última se usa como estructura referencia) mayor será el multiplicador básico regional y mayor será en consecuencia el impacto en la región de un cambio en el nivel de las actividades básicas.

2.2 Análisis de Cambio-Participación

2.2.1 Descripción del método

El objetivo principal del método es el de separar los efectos en el crecimiento de la estructura económica de la región a lo largo de un período particular; esto implica la descomposición del desempeño del crecimiento de la región, indicado por alguna variable representativa (tal como empleo, población o ingreso), en un cierto número de componentes. La variable usual es el empleo, y el crecimiento del empleo regional total (G) puede entonces ser descompues-to en componentes de “participación” y de “cambio”.

El componente de participación nacional (N) representa el crecimiento del empleo en un sector en la región en un periodo determinado, si éste hubiese crecido de la misma forma en que lo hizo dicho sector en el país en general. De tal manera que si es negativo para la región, quiere decir que el empleo de la región creció a un ritmo menor a como lo hizo el sector en el país, y viceversa si es positivo.

El componente de cambio neto representa cualquier desviación en el crecimiento del em-pleo regional en relación con los valores nacionales. Éste es positivo en áreas de crecimiento prósperas y negativo en áreas relativamente deprimidas. El cambio neto en cualquier región puede ser a su vez subdividido en dos componentes: el “componente de cambio proporcio-

6 En un trabajo de Hardin y Strassman (1968), se encontraron indicios de menores diferencias en la productividad industrial al nivel interregional que al nivel internacional. En un estudio comparativo de la productividad industrial de dos entidades federativas de México, Fricke (1978) encontró “que las diferencias regionales de productividad parecían ser menores que las nacionales” (p. 27).

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nal” (P), algunas veces conocido como el componente “estructural” o de la “mezcla indus-trial”, que mide la parte del cambio neto regional atribuible a la composición de los sectores económicos en la región. Este componente será positivo en regiones que se especializan en sectores de crecimiento rápido al nivel nacional, y negativo en regiones que se especializan en sectores de crecimiento lento o aún en declinación.

El “componente de cambio diferencial” (D), algunas veces conocido como el componente

“competitivo”, “de localización” o “regional”, es el complemento del cambio neto. Mide la parte del cambio regional neto que resulta de sectores económicos específicos que están creciendo más rápidamente o más lentamente en la región que al nivel nacional, debido a factores de localización de la propia región. 7

Por lo tanto, una región con ventajas competitivas de localización, tales como buenos recursos humanos o comunicaciones, tendría un componente de cambio diferencial positivo, mientras que una región con desventajas competitivas tendría un componente negativo.

En notación algebraica los componentes de cambio y participación se expresan como si-gue:

(�) Gj= Ej2 - Ej�

(2) Nj= Ej�(E2) - Ej�

E�

(3) (P + D) j = Ej2 – ( E2 ) Ej� = (Gj - Nj) E�

(4) Pj= Σi� �( [(Ei2) – (E2)] E ij�

EEi� E�

(5) Dj= Σi� ��E�j2 – (Ei2) E ij�)]= (P + D) j – (Pj) E i�

Donde: Gj= crecimiento del empleo regional total Nj= Componente de participación nacional (P + D) j= Componente de cambio neto Pj= Componente de cambio de proporcionalidad (mezcla industrial) Dj= Componente de cambio diferencial (competitivo o de localización) Ej= Empleo total de la región j E= Empleo nacional total � , 2= periodos inicial y terminal i = Subíndice de sector/actividad económica

7 Una variación del modelo intenta identificar dentro del cambio diferencial, el cambio que se debe a movimientos de nuevas empresas a la región, de aquél que se produce de manera endógena. (Fothergill y Gudgin, 1979). Otras aplicaciones de la técnica buscan reflejar el papel que tiene el lugar de destino de las ventas (exportaciones) en el componente de cambio diferencial (Gazel y Schwer, 1998).

80

2.2.2 Comentarios sobre el modelo

Por sus características, el modelo de cambio y participación no es una teoría del crecimiento, sino sólo una herramienta con limitaciones que ayuda en su análisis; una teoría de crecimien-to regional requeriría de una explicación completa de los factores subyacentes que influen-cian los dos cambios, y no sólo su identificación.

Por otro lado, debido a la interdependencia económica en la economía regional, el cam-bio proporcional puede ser subestimado. Por ejemplo, una región deprimida con una repre-sentación de industrias de crecimiento nacional por debajo del promedio, tendrá también un menor número de las industrias auxiliares que suministran a las industrias en crecimiento, y consecuentemente parte del cambio diferencial negativo puede ser atribuido a la estructura industrial.8

El cambio diferencial puede ser deformado por los impactos de factores tales como las inducciones positivas y los controles negativos de la política regional. Además, el modelo también es sensible al nivel de agregación de los datos de entrada, así como al año que se toma como base.

Otra observación se refiere a las implicaciones de política que se derivan del análisis. Al-gunas veces se supone que las regiones con efectos diferenciales pobres, se beneficiarían con una mejora en las variables de localización, tales como una mejor infraestructura, y que una región con efectos proporcionales pobres requiere de una inyección de industrias nue-vas de alto crecimiento. Pero esta relación mecánica es una simplificación, pues una región con efectos diferenciales pobres podría beneficiarse también de industrias nuevas, como también una región con efectos proporcionales pobres podría beneficiarse de mejoras en la infraestructura.

A pesar de los problemas mencionados, el enfoque tiene todavía mucho que aportar. Aunque no es una teoría de crecimiento, sí complementa las otras teorías más formales poniendo énfasis en la relación entre la estructura económica y el crecimiento regional, y separando los elementos internos y externos de ese crecimiento.9 2. 3 Los Cálculos de los Indicadores

El estudio considera al estado de Tlaxcala como la unidad del análisis y se contextualizan sus actividades productivas al nivel nacional.

8 El cambio proporcional puede también ser subestimado debido a la presencia de grupos de industrias no homo-géneos.

9 Por tal motivo, muchas veces los análisis de cambio y participación son complementados con análisis de regresión múltiple que buscan relacionar los cambios, sobre todo, diferenciales o de localización, con variables de localización, tales como el nivel de sueldos, la tasa de impuestos, la presencia de mano de obra especializada o capacitada, la productividad de la mano de obra, o la densidad de población, entre otras.

81

Para el análisis de la evolución de las actividades productivas en el estado de Tlaxcala, con vistas a identificar las ramas más dinámicas, se analizó el periodo 1998-2004, para lo cual se utilizaron datos obtenidos de los Censos Económicos de 1998 y 2004.

2.3.1 Cocientes de concentración económica y participación en el empleo

Para realizar este análisis se utilizaron datos sobre personal ocupado tanto para el estado de Tlaxcala como para el total Nacional en los niveles de sector (1 dígito), subsector (2 dígitos) y rama (4 dígitos). Además, se considera como supuesto del análisis que los trabajadores en las empresas en cualesquiera de los ámbitos geográficos analizados tienen una productividad semejante.

En el análisis se incluyeron 7 sectores: 1, Pesca; 2, Minerales y Extracción de petróleo; 3, Industria manufacturera; 5, Construcción; 6, Comercio; 7, Transporte y comunicaciones; y 8, Servicios privados no financieros.

Se calcularon cocientes de localización como indicador de concentración económica de Tlaxcala desde una perspectiva nacional. Sin embargo, el Cociente de Localización (CL) dice solamente parte de la importancia que tiene una industria en la región, pues se podría tener un CL muy elevado y sin embargo la participación de esa industria en el empleo total de la región podría ser baja o insignificante. Por esta razón, para complementar la información, se calculó también la participación del empleo de cada rama, subsector y sector en el empleo total de Tlaxcala.

2.3.2 Análisis de cambio y participación

En la aplicación del método de cambio y participación, también se tomaron los datos de los Censos económicos del INEGI con la variable de personal ocupado tanto para el estado de Tlaxcala como para el total Nacional, en los años 1998 y 2004.

Inicialmente se aplicó el análisis de cambio y participación al nivel de sectores, después al nivel de subsectores y, por último, al nivel de ramas. En este último caso se agruparon de acuerdo a sus resultados derivados de los componentes de mezcla industrial (cambio pro-porcional) y de localización (cambio diferencial).

Una manera de explicar los cambios en el empleo es analizando exclusivamente el com-ponente de cambio neto en términos porcentuales. De esta manera, si el cambio neto es po-sitivo significa que el empleo en el sector en el estado de Tlaxcala creció en el periodo 1998 – 2004 en mayor medida que al nivel nacional. Si éste es negativo significa entonces que el empleo en el sector en el estado de Tlaxcala creció menos que nacionalmente. También, es posible diferenciar en términos porcentuales, en qué medida ese cambio neto fue resultado del componente de mezcla industrial o bien del componente de localización o competitivo.de localización o competitivo.

82

3. Resultados

A continuación, se presentan los resultados del análisis para Tlaxcala, donde primero se ob-tiene el cociente de concentración con relación al país en el año de 1998 y posteriormen-te de 2004. El cociente de concentración se realiza en los diferentes niveles de agregación económica, comenzando desde el nivel de rama dentro de los subsectores, después de los subsectores dentro de los sectores y, finalmente, de estos últimos en la economía. También se incluye en cada caso, la participación total en el empleo de cada rama, subsector y sector en el empleo total de la región.

3.1 Análisis del cociente de localización y participación en el empleo de Tlaxcala con relación al país en 1998

3.1.1 Al nivel de sector

El sector incluido en la Tabla 1, es el que muestra un CL mayor que la unidad, lo que sugiere que existió en ese año un cierto grado de especialización en Tlaxcala para realizar dichas ac-tividades económicas. Además, dicho sector también muestra una participación significativa en el empleo, debido a que si se toma en cuenta que había 6 subsectores representativos para Tlaxcala, entonces una participación equitativa en el empleo sería del 16.67% para cada uno de ellos. Como puede verse de la Tabla 1, el sector de Industrias manufactureras repre-sentaba el 47.27% del personal ocupado en el estado de Tlaxcala en 1998, lo que implica que en ese año Tlaxcala tuvo una vocación industrial con respecto del nivel Nacional.

3.1.2 Al nivel de subsector

Los subsectores seleccionados en la Tabla 1, muestran un CL mayor que 1, es decir, tienen un grado de representatividad para Tlaxcala para realizar dichas actividades industriales. Ade-más, estos subsectores también muestran una participación significativa en el empleo de Tlaxcala. Para determinar un porcentaje significativo de éstos, se fijó el 2.85%, debido a que se tomó en cuenta que hay 35 ramas industriales con presencia en Tlaxcala y, por lo tanto, una participación equitativa en el empleo de cada una de ellas sería del porcentaje señala-do.

El subsector que destaca, por ser más representativo en Tlaxcala que a nivel nacional para 1998, es el 32 de Textiles, prendas de vestir e industria del cuero, que además tiene la segun-da participación en el empleo más alta después del Comercio al menudeo.

83

Tabla 1. Cociente de localización al nivel sector, subsector y rama en 1998

Fuente: elaboración propia.

3.1.3 Al nivel de rama

Las ramas seleccionadas en la Tabla 1, muestran todas un CL mayor que 1. Esas ramas mues-tran también una participación significativa en el empleo total de Tlaxcala. Para determinar un porcentaje a partir del cual se consideraba importante la participación de la rama, se fijó la marca del 1.05% debido a que se tomó en cuenta que hay 95 ramas industriales con pre-sencia en Tlaxcala y, por lo tanto, una participación equitativa en el empleo sería poco mayor al 1% para cada una.

Se observa que para 1998, la rama con mayor representación en Tlaxcala con respecto al país era la de Trabajos especiales.10 Sin embargo, las ramas que además de encontrarse

10 Trabajos especiales es la rama del subsector de la Construcción que se refiere a trabajos de movimientos de tierra, cimentaciones, excavaciones subterráneas, obras subacuáticas, instalación de señalamientos y protecciones, demoliciones, construcción de plantas potabilizadoras o de tratamiento de aguas, perforación de pozos petroleros, de agua y de gas.

SECTOR, SUBSECTOR Y R AMACociente delocalización

Participaciónen el empleode Tlaxcala

SECTOR3 Industrias manufactureras 1.527 47.27%SUBSECTOR32 Textiles, prendas de vestir e industria del cuero 2.157 7.24%3

36 Productos minerales no metálicos. Excluye los derivados del petróleoy del carbón 1.665 3.87%96 Servicios de reparación y mantenimiento 1.472 4.30%

92 Servicios educativos, de investigación, médicos, de asistencia social yde asociaciones civiles y religiosas 1.383 4.96%71 Transportes 1.158 5.03%62 Comercio al menudeo 1.150 22.92%RAMA5030 Trabajos especiales 3.198 4.72%9750 Servicios de intermediarios de comercio 2.764 7.96%3410 Manufactura de celulosa, papel y sus productos 1.855 1.63%

9740 Servicios relacionados con las instituciones financieras, de segurosy fianzas 1.790 9.27%8211 Servicios de alquiler de bienes inmuebles 1.438 4.71%7113 Autotransporte de pasajeros 1.196 2.17%

9411 Servicios de esparcimiento relacionados con la cinematografía,teatro, radio y televisión prestados por el sector privado. Incluye autores,compositores y artistas independientes 1.180 5.69%

9613 Otros servicios de reparación, principalmente a los hogares 1.155 5.81%9612 Servicio de reparación y mantenimiento automotriz 1.085 7.16%

84

con alta representación en el subsector, tenían mayor participación en el empleo eran la de Servicios relacionados con las instituciones financieras, seguros y fianzas y la de Servicios de intermediarios de comercio.��

3.2 Análisis del cociente de localización y participación en el empleo de Tlaxcala con relación al país en 1998

Los criterios utilizados para la selección de las ramas, subsectores y sectores relevantes en 2004 son los mismos que se utilizaron en análisis de 1998 y se muestran en la Tabla 2.

3.2.1 Al nivel de sector

Los sectores que para 2004 muestran un CL mayor que 1, y una participación en el empleo mayor de 10% (que sería la participación equitativa), son el de Industria manufacturera y el de Comercio (Tabla 2). A diferencia de 1998, el sector Comercio se agrega como representa-tivo del estado de Tlaxcala. De hecho, la industria manufacturera bajó su participación en el empleo con respecto a 1998, ya que entonces representaba el 47.27% y en 2004 representó el 39.23%.

3.2.2 Al nivel de subsector

Como puede verse de la Tabla 2, con excepción del subsector de Transportes, los subsectores con un CL mayor a 1 y una participación significativa en el empleo de Tlaxcala en 2004, fue-ron los mismos que tenían esas características en 1998. Los subsectores de Textiles, prendas de vestir e industria del cuero y el de Comercio al por menor, crecieron en cuanto su partici-pación en el empleo con respecto a 1998; el primero lo hizo de 7.24 a 15.30% y el segundo de 22.92 a 31.20%

3.2.3 Al nivel de rama

Las ramas seleccionadas son aquéllas que alcanzaron un CL mayor que 1 y además una par-ticipación en el empleo de más de 1.05% en 2004 (Tabla 2). Cabe destacar que el número de ramas representativas para Tlaxcala aumentaron en número de 9 a 13 entre 1998 y 2004, y solamente una de las ramas representativas en 1998 siguió siéndolo en 2004: Autotranspor-te de pasajeros.

11 Servicios relacionados con las instituciones financieras, de seguros y fianzas, que pertenece al subsector de Ser-vicios relacionados con la agricultura, ganadería, construcción, transportes, financieros y comercio, que se refiere a servicios de asesoría en inversiones y valores, gestores y agentes de seguros y fianzas, asesoría en pensiones; servicios de oficinas de representación de entidades financieras del extranjero.

85

Tabla 2. Cociente de localización al nivel sector, subsector y rama en 2004

Fuente: elaboración propia.

En conclusión, la especialización en las actividades industriales en Tlaxcala casi no cambia-ron al nivel sector ni al de subsector, pero sí al nivel de rama. Además, entre esos años hubo un efecto de diversificación industrial, debido a que surgieron otras ramas que en 1998 no habían tenido una participación relevante en el estado de Tlaxcala (Tabla 3).

Por otro lado, las ramas que no registraron información en el 2004, son Extracción y/o beneficio de otros minerales no metálicos; Industria del coque (incluye otros derivados del carbón mineral y del petróleo); Otras construcciones; y Transporte por agua12 (Tabla 4).

12 Extracción y/o beneficio de barita, de roca fosfórica, de fluorita, de sal y grafito; explotación de azufre, y otros minerales para la obtención de productos químicos. Fabricación de coque y otros derivados del carbón mineral, elaboración de aceites lubricantes y aditivos; fabricación de materiales para pavimentación y techado a base de asfalto.

SECTOR, SUBSECTOR, RAMACociente delocalización

Participaciónen el empleode Tlaxcala

SECTOR3 Industrias manufactureras 1.463 39.23%6 Comercio 1.046 32.93%SUBSECTOR

36 Productos minerales no metálicos. Excluye los derivados del petróleoy del carbón 2.251 4.37%32 Textiles, prendas de vestir e industria del cuero 2.086 15.30%96 Servicios de reparación y mantenimiento 1.482 4.62%

92 Servicios educativos, de investigación, médicos, de asistencia social yde asociaciones civiles y religiosas 1.256 4.75%62 Comercio al menudeo 1.115 31.20%RAMA

3831 Fabricación y/o ensamble de maquinaria, equipo y accesorioseléctricos. Incluye para la generación de energía eléctrica 3.140 1.79%

3212 Hilado, tejido y acabado de fibras blandas, excluye de punto 3.042 3.47%

3612 Fabricación de materiales de arcilla para la construcción 2.146 2.10%3115 Elaboración de productos de panadería 1.838 2.40%3116 Molienda de nixtamal y fabricación de tortillas 1.796 2.52%

3611 Alfarería y cerámica. Excluye materiales de construcción 1.502 1.20%3560 Elaboración de productos de plástico 1.484 2.19%

6210 Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco, al pormenor, en establecimientos especializados 1.374 16.60%6260 Estaciones de gasolina (gasolineras) 1.310 1.81%3220 Confección de prendas de vestir 1.177 12.47%7113 Autotransporte de pasajeros 1.110 1.02%

9231 Servicios médicos, odontológicos y veterinarios prestados por elsector privado 1.036 1.25%

6240 Comercio de productos no alimenticios al menudeo, en tiendas dedepartamentos y almacenes 1 1.032 6.46%

1 Comercio al menudeo en tiendas de departamentos especializados, almacenes y tiendas noespecializadas

SECTOR, SUBSECTOR, RAMACociente delocalización

Participaciónen el empleode Tlaxcala

SECTOR3 Industrias manufactureras 1.463 39.23%6 Comercio 1.046 32.93%SUBSECTOR

36 Productos minerales no metálicos. Excluye los derivados del petróleoy del carbón 2.251 4.37%32 Textiles, prendas de vestir e industria del cuero 2.086 15.30%96 Servicios de reparación y mantenimiento 1.482 4.62%

92 Servicios educativos, de investigación, médicos, de asistencia social yde asociaciones civiles y religiosas 1.256 4.75%62 Comercio al menudeo 1.115 31.20%RAMA

3831 Fabricación y/o ensamble de maquinaria, equipo y accesorioseléctricos. Incluye para la generación de energía eléctrica 3.140 1.79%

3212 Hilado, tejido y acabado de fibras blandas, excluye de punto 3.042 3.47%

3612 Fabricación de materiales de arcilla para la construcción 2.146 2.10%3115 Elaboración de productos de panadería 1.838 2.40%3116 Molienda de nixtamal y fabricación de tortillas 1.796 2.52%

3611 Alfarería y cerámica. Excluye materiales de construcción 1.502 1.20%3560 Elaboración de productos de plástico 1.484 2.19%

6210 Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco, al pormenor, en establecimientos especializados 1.374 16.60%6260 Estaciones de gasolina (gasolineras) 1.310 1.81%3220 Confección de prendas de vestir 1.177 12.47%7113 Autotransporte de pasajeros 1.110 1.02%

9231 Servicios médicos, odontológicos y veterinarios prestados por elsector privado 1.036 1.25%

6240 Comercio de productos no alimenticios al menudeo, en tiendas dedepartamentos y almacenes 1 1.032 6.46%

1 Comercio al menudeo en tiendas de departamentos especializados, almacenes y tiendas noespecializadas

86

3.3 Análisis de cambio y participación

Antes de empezar analizar los diferentes niveles de agregación de las actividades productivas en el estado de Tlaxcala, es importante mencionar que el cambio neto en el empleo de Tlax-cala fue negativo (de -4.86%) para el periodo de 1998-2004, cuando el cambio en la mezcla industrial tuvo un componente positivo de 7.24% y el componente de localización tuvo un cambio negativo de -12.10%; es decir, el componente negativo de localización fue mayor y determinante en el cambio neto del empleo. Por lo tanto, es necesario observar qué secto-res, subsectores y ramas tuvieron un componente de localización positivo, es decir, dónde sí hubo dinamismo por factores determinantes de la localización de Tlaxcala y dónde no lo hubo.

Tabla 3. Nuevas ramas en el 2004

Fuente: elaboración propia.

SECTOR Y RAMAS

PersonalOcupadoNacional

2004

PersonalOcupadoTlaxcala

2004

Participacióncon respecto

al empleototal

Nacional

Participacióncon respecto

al empleototal

TlaxcalaIndustrias manufactureras3132 Fabricación de telas 58594 3690 11.64788766 56.301495273133 Acabado y recubrimiento de

textiles16739 158 3.327541925 2.410741532

3159 Confección de accesorios de vestir 7492 14 1.489332941 0.2136100093315 Moldeo por fundición de piezas

metálicas16239 165 3.228147041 2.517546536

3332 Fabricación de maquinaria yequipo para las industriasmanufactureras, excepto lametalmecánica

11154 27 2.217301071 0.411962161

3333 Fabricación de maquinaria yequipo para el comercio y losservicios

9351 1 0.015257858

3391 Fabricación de equipo y materialpara uso médico, dental y paralaboratorio

64773 663 12.87620964 10.11595972

total personal empleado nuevas ramas 239921 4718Comercio4342 Comercio al por mayor de

materias primas agropecuarias247241 1733 49.148981 26.44186756

4683 Comercio al por menor demotocicletas y otros vehículos demotor

6790 20 1.349782524 0.305157156

total personal empleado nuevas ramas 254031 1753Servicios privados no financieros6115 Escuelas de oficios 6134 74 1.219376436 1.1290814777121 Museos, sitios históricos, jardínes

botánicos y similares170 9 0.033794261 0.13732072

total personal empleado nuevas ramas 9092 83Total personal ocupado 503044 6554

87

Tabla 4. Ramas que desaparecieron en 2004

Fuente: elaboración propia.

La Tabla 5, contiene el componente de mezcla industrial, representado con el Pj; el com-ponente de localización por la Dj, y el cambio neto para Tlaxcala compuesto por la suma de P y D para cada j. El orden que guardan los datos de los sectores y subsectores en dicha tabla es de acuerdo al componente de localización, es decir, se mencionan primeramente los sectores y subsectores donde se obtuvo el valor más alto de este componente y así respec-tivamente.

3.3.1 Por sectores

Como se observa en la Tabla 5, la mayoría de los sectores tuvieron un cambio neto negativo en el empleo, el cual se encuentra compuesto principalmente por el componente de locali-zación negativo y en menor medida por el positivo de mezcla industrial.

Los sectores que tuvieron un cambio neto positivo se vieron influenciados en mayor me-dida por el componente de la mezcla industrial y no por el componente de localización; tal es el caso del Comercio y los Servicios privados no financieros.

Además, el cambio neto negativo que tuvieron los sectores fue causado primordialmente por el componente de localización negativo y no por el de la mezcla industrial negativo. En orden de mayor componente de localización negativo se encuentran Pesca; Construcción; Transportes y Comunicaciones; Mineral y extracción de petróleo; y, por último, la Industria manufacturera.

SECTOR Y RAMAS

PersonalOcupadoNacional

2004

PersonalOcupadoTlaxcala

2004

Participacióncon respecto

al empleototal

Nacional

Participacióncon respecto

al empleototal

TlaxcalaMineral y extracción de petróleo21239 Extracción y/o beneficio de

otros minerales no metálicos7261 0 0.05147676 0

324199 Industria del coque. Incluyeotros derivados del carbónmineral y del petróleo

533 0 0.0037787 0

Construcción5014 Otras construcciones 9360 0 0.06635759 0

Transportes y comunicaciones4831 Transporte por agua 11435 0 0.08106827 0

Total personal ocupado 28589

88

Tabla 5. Cambio neto en el empleo por sectores y subsectores en el estado de Tlaxcala. 1998-2004

Fuente: elaboración propia.

3.3.2 Por subsectores

Las Tablas que se presentan a continuación están ordenadas según el cambio neto en el em-pleo y si éste ha sido afectado por el componente de mezcla industrial o por el componente de localización en Tlaxcala.

Tabla 6. Cambio neto positivo influenciado en mayor media por el componente de locali-zación al nivel subsector

Fuente: elaboración propia.

Pj Dj (P+D)j Gj

SECTOR Componentemezcla

industrialComponente

de localizaciónComponentecambio neto

Crecimientoabsoluto del

empleoregional

8 Servicios privados no financieros 11.05 % 9.35 % 20.40 % 45276 Comercio 17.27 % 3.70 % 20.98 % 64743 Industrias manufactureras -6.79 % -13.87 % -20.67 % -115872 Mineral y extracción de petróleo -20.64 % -45.34 % -65.98 % -1927 Transportes y comunicaciones -6.30 % -49.11 % -55.42 % -34835 Construcción 6.03 % -52.01 % -45.98 % -13901 Pesca 1050.42 % -1109.12 % -58.70 % -135Total personal ocupado 7.24 -12.10 -4.86 -5786

Pj Dj (P+D)j Gj

SUBSECTORComponentemezcla industrial Componente de

localizaciónComponentecambio neto

Crecimientoabsoluto del

empleo regional

37 Industria metal básica 19.64 % 150.66 % 170.30 % 516

82 Servicios de alquiler y administración debienes inmuebles 52.36 % 144.77 % 197.13 % 412

95 Servicios profesionales, técnicos,especializados y personales. Incluye los prestadosa las empresas 18.80 % 26.42 % 45.21 % 190393 Restaurantes y hoteles 9.12 % 17.89 % 27.01 % 1418

94 Servicios de esparcimiento, culturales,recreativos y deportivos -4.50 % 14.51 % 10.01 % 89

36 Productos minerales no metálicos. Excluye losderivados del petróleo y del carbón -6.71 % 14.03 % 7.32 % 338

96 Servicios de reparación y mantenimiento 0.94 % 9.19 % 10.12 % 482

89

Con base en la Tabla 6, el subsector más dinámico, debido a su componente de locali-zación en Tlaxcala, es el de la Industria metal básica. Otros subsectores que se encuentran dentro de esta clasificación pero que a su vez tuvieron mayor generación de empleo son: Servicios profesionales, técnicos, especializados y personales. Incluye los prestados a las em-presas, restaurantes y hoteles.

La Tabla 7 presenta los subsectores más dinámicos debido a factores propios de la in-dustria y del crecimiento nacional. El subsector más dinámico por este tipo de factores es el de Servicios de comunicaciones; sin embargo, el de mayor generación de empleo fue el de Comercio al menudeo.

Tabla 7. Cambio neto positivo influenciado en mayor medida por el componente de mez-cla industrial al nivel subsector

Fuente: elaboración propia.

De acuerdo con la Tabla 8, los subsectores con menor crecimiento para Tlaxcala, ya que fueron afectados en mayor medida por los componentes de mezcla industrial y nacionales, son la Industria de la madera y productos de madera, incluye muebles; y la Industria de Papel y productos de papel, imprentas y editoriales.

Pj Dj (P+D)j Gj

SUBSECTORComponente

mezclaindustrial

Componente de

localización

Componentecambioneto

Crecimientoabsoluto

del empleoregional

72 Servicio de comunicaciones 123.25 % 42.95 % 166.21 % 482

97 Servicios relacionados con laagricultura, ganadería, construcción,transportes, financieros y comercio 80.25 % -2.23 % 78.02 % 394

83 Servicios de alquiler de bienes muebles 41.04 % 37.77 % 78.81 % 35762 Comercio al por menor 29.39 % 0.03 % 29.42 % 804135 Sustancias químicas, productosderivados del petróleo y del carbón, dehule y de plástico 2.99 % -1.67 % 1.32 % 52

90

Tabla 8. Cambio neto negativo influenciado en mayor medida por el componente mezcla industrial a nivel sector

Fuente: elaboración propia.

En la Tabla 9 se observan los subsectores de Tlaxcala más afectados en su crecimiento por factores propios de localización en la región, que incluyen Pesca, otras Industrias Manufac-tureras y Construcción.

Tabla 9. Cambio neto negativo influenciado en mayor medida por el componente de localización al nivel subsector

Fuente: elaboración propia.

3.3.3 Por ramas

Las Tablas que se presentan a continuación están ordenadas según el cambio neto en el empleo y si éste ha sido afectado por el componente mezcla industrial o por el componente de localización.

Pj Dj (P+D)j Gj

SUBSECTOR

Componentemezclaindustrial

Componentede

localización

Componentecambio

netoCrecimientoabsoluto

del empleoregional

92 Servicios educativos, deinvestigación, médicos, de asistenciasocial y de asociaciones civiles yreligiosas -7.47 -1.46 -8.92 -52832 Textiles, prendas de vestir eindustria del cuero -20.94 -13.98 -34.92 -930534 Papel y productos de papel,imprentas y editoriales -41.95 21.06 -20.89 -28133 Industria de la madera y productosde madera, incluye muebles -79.34 7.52 -71.82 -632

Pj Dj (P+D)j Gj

SUBSECTORComponente

mezclaindustrial

Componentede

localización

Componente

cambioneto

Crecimientoabsolutodel empleoregional

31 Productos alimenticios, bebidas y tabaco 8.62 % -12.50 % -3.88 % -335

38 Productos metálicos, maquinaria yequipo. Incluye instrumentos quirúrgicos yde precisión

2.76 % -24.59 % -21.84 % -2045

29 Explotación de minerales no metálicas -20.63 % -45.34 % -66.00 % -192

50 Construcción 6.03 % -52.01 % -45.98 % -139039 Otras industrias manufactureras 62.81 % -93.41 % -30.60 % -198

13 Pesca 1050.42 % -1109.1 % -58.70 % -135

91

Las ramas incluidas en la Tabla 10 se distinguen por ser las más dinámicas y donde influyó, en mayor medida, el tener su localización en Tlaxcala. Dentro de este grupo, las de mayor di-namismo son el Comercio de productos no alimenticios al menudeo, en tiendas de departa-mentos y almacenes; la Fabricación y/o ensamble de equipo electrónico de radio, televisión, comunicación y de uso médico; y Fabricación de muebles metálicos. Una de las razones que pueden explicar este fuerte dinamismo, es porque en 1998 la rama pudo ser incipiente en dos sentidos: uno, la rama empezó a contabilizarse en ese año; dos, porque la rama empe-zaba a surgir en ese año. Por otro lado, las ramas que mayor empleo generaron durante el periodo 1998-2004 fueron la Prestación de servicios profesionales, técnicos y especializados (excluye los agropecuarios); Confección de prendas de vestir; Alfarería y cerámica (excluye materiales de construcción); y Elaboración de productos de plástico.

Tabla 10. Cambio neto positivo en el empleo de Tlaxcala influenciado en mayor medida por el componente de localización a nivel ramade localización a nivel rama

Fuente: elaboración propia.

Pj Dj (P+D)j Gj

RAMAComponente

mezclaindustrial

Componentede

localización

Componentecambio

neto

Crecimientoabsolutodel empleo

6240 Comercio de productos noalimenticios al por menor, en tiendas dedepartamentos y almacenes

902.35% 24373.52% 25275.8 % 7330

3832 Fabricación y/o ensamble de equipoelectrónico de radio, televisión,comunicación y de uso médico -49.93 % 7716.60% 7666.67 % 920

3813 Fabricación y reparación de mueblesmetálicos 296.31 % 5370.36 % 5666.67 % 510

9710 Servicios para la agricultura y laganadería, incluye distribución de agua enobras de riego 660.13 % 3304.15 % 3964.29 % 555

3611 Alfarería y cerámica. Excluyemateriales de construcción 17.87 % 612.08 % 629.95 % 1178

3211 Industria textil de fibras duras ycordelería de todo tipo 533.18 % 552.53 % 1085.71 % 76

3114 Beneficio y molienda de cereales yotros productos agrícolas 30.96 % 530.15 % 561.11 % 202

9720 Servicios relacionados con laconstrucción 128.52 % 388.15 % 516.67 % 318212 Otros servicios inmobiliarios 36.19 % 380.29 % 416.48 % 3793710 Industria básica del hierro y del acero 19.64 % 150.66 % 170.30 % 516

3122 Elaboración de alimentos preparadospara animales 27.37 % 137.85 % 165.22 % 1149611 Servicio de reparación ymantenimiento de maquinaria y equipo.Incluye equipo de transporte 16.52 % 124.62 % 141.14 % 446

9320 Hoteles y otros servicios dealojamiento temporal -70.57 % 95.32 % 24.75 % 199

9790 Servicios de agencias de viaje yalmacenaje

2.51 % 74.33 % 76.84 % 73

9510 Prestación de servicios profesionales,técnicos y especializados. Excluye losagropecuarios 24.95 % 72.21 % 97.16 % 22585020 Instalaciones -38.10 % 71.43 % 33.33 % 43312 Fabricación de envases y otrosproductos de madera y corcho. Excluyemuebles -20.58 % 57.78 % 37.21 % 483560 Elaboración de productos de plástico 2.41 % 35.07 % 37.48 % 681

3522 Fabricación de otras sustancias yproductos químicos 15.39 % 27.92 % 43.32 % 1623220 Confección de prendas de vestir -12.35 % 21.57 % 9.22 % 11993115 Elaboración de productos depanadería -11.87 % 17.87 % 6.00 % 1559211 Servicios educativos prestados por elsector privado -4.44 % 11.02 % 6.58 % 171

92

Las ramas que se mencionan en la Tabla 11, son las que tuvieron un crecimiento posi-tivo para Tlaxcala pero que se debe en mayor medida al componente de mezcla industrial o nacional; es decir, si no hubiera crecido la industria al nivel nacional no se tendría ese crecimiento significativo en Tlaxcala. Las ramas que destacan dentro de este rubro por su dinamismo y creación de empleo son la Construcción de obras de urbanización; Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco, al menudeo en establecimientos especializados; Estaciones de gasolina; Restaurantes, bares y centros nocturnos.

Tabla 11. Cambio neto positivo en el empleo de Tlaxcala influenciado en mayor medida por el componente mezcla industrial a nivel rama

Fuente: elaboración propia.

Pj Dj (P+D) j Gj

RAMAComponentemezclaindustrial

Componentede

localización

Componentecambio

neto

Creci-miento

absolutodel

empleoregional

5012 Construcción de obras deurbanización 457.52 % 343.63 % 801.15 % 6978312 Otros servicios de alquiler 371.58 % 5.60 % 377.18 % 5626260 Estaciones de gasolina (gasolineras) 196.17 % 126.63 % 322.79 % 15723841 Industria automotriz 169.47 % -166.74 % 2.73 % 40

3811 Fundición y moldeo de piezasmetálicas, ferrosas y no ferrosas 137.51 % 108.75 % 246.26 % 3627200 Comunicaciones 123.25 % 42.95 % 166.21 % 482

6220 Comercio de productos alimenticiosal por menor en supermercados, tiendas deautoservicio y almacenes 91.07 % -62.94 % 28.13 % 256

8211 Servicios de alquiler de bienesinmuebles 77.39 % -49.42 % 27.97 % 33

6250 Comercio al por menor deautomóviles. Incluye llantas y refacciones 50.92 % 13.18 % 64.10 % 591

3850 Fabricación, reparación y/o ensamblede instrumentos y equipo de precisión.Incluye instrumental quirúrgico. Excluyelos electrónicos 42.54 % -21.49 % 21.05 % 49491 Servicios en centros recreativos ydeportivos y otros servicios de diversiónprestados por el sector privado. Excluyecentros nocturnos 33.87 % 8.95 % 42.82 % 1859530 Servicios de tintorería y lavandería 32.40 % -7.40 % 25.00 % 843111 Industria de la carne 29.82 % 23.13 % 52.95 % 260

9221 Servicios de investigación científicaprestados por el sector privado 29.19 % 20.81 % 50.00 % 1

9310 Restaurantes, bares y centrosnocturnos 27.73 % -0.31 % 27.42 % 1219

6210 Comercio de productos alimenticios,bebidas y tabaco, al por menor, enestablecimientos especializados 23.90 % 1.22 % 25.13 % 3800

3116 Molienda de nixtamal y fabricaciónde tortillas 21.23 % 7.61 % 28.84 % 642

6140 Comercio de productos alimenticios,bebidas y tabaco al por mayor 19.92 % -5.57 % 14.35 % 186

9612 Servicio de reparación ymantenimiento automotriz 11.14 % -0.73 % 10.41 % 3163812 Fabricación de estructuras metálicas,tanques y calderas industriales. Inclusotrabajos de herrería 10.87 % -5.83 % 5.03 % 51

93

En la Tabla 12, se encuentran las ramas donde su participación en el empleo por causa del componente mezcla industrial o nacional. La rama que presentó el decrecimiento más alto por este componente fue la de Fabricación y reparación de muebles principalmente de madera (incluye colchones). Por otro lado, las ramas donde se destruyeron el mayor número de empleos por este componente son Hilado, tejido y acabado de fibras blandas, excluye de punto; Comercio de productos no alimenticios al menudeo en establecimientos espe-cializados; Autotransporte de pasajeros; Comercio de productos alimenticios al menudeo (incluye alimentos para animales); Confección con materiales textiles, incluye la fabricación de tapices y alfombras de fibras blandas; y Fabricación y/o ensamble de maquinaria, equipo y accesorios eléctricos (incluye para la generación de energía eléctrica).

Tabla 12. Cambio neto negativo en el empleo de Tlaxcala influenciado en mayor medida por el componente mezcla industrial al nivel rama

Fuente: elaboración propia.

3230 Industria del cuero, pieles y susproductos, incluyen los productos demateriales sucedáneos. Excluye calzado yprendas de vestir de cuero, piel ymateriales sucedáneos -71.84 % -26.16 % -98.01 % -5905030 Trabajos especiales -73.19 % -25.31 % -98.50 % -459

3311 Fabricación de productos deaserradero y carpintería. Excluye muebles -74.64 % -3.78 % -78.42 % -218

3212 Hilado, tejido y acabado de fibrasblandas, excluye de punto -78.28 % 2.45 % -75.83 % -6963

3822 Fabricación, reparación y/o ensamblede maquinaria y equipo para usosgenerales, con o sin motor eléctricointegrado. Incluye armamento -78.86 % -14.81 % -93.67 % -4595013 Construcción e instalacionesindustriales -81.11 % -12.00 % -93.10 % -1895014 Otras construcciones -89.81 % -10.19 % -100.00 % -3813540 Industria del coque. Incluye otrosderivados del carbón mineral y delpetróleo -94.57 % -5.43 % -100.00 % -13320 Fabricación y reparación de mueblesprincipalmente de madera. Incluyecolchones -95.83 % -1.85 % -97.67 % -462

Pj Dj (P+D) j Gj

RAMAComponentemezclaindustrial

Componentede

localización

Componentecambio

neto

Crecimientoabsolutodel empleoregional

9241 Servicios de asistencia socialprestados por el sector privado -7.31 % -6.27 % -13.59 % -64

3833 Fabricación y/o ensamble de aparatosy accesorios de uso doméstico. Excluye loselectrónicos -10.48 % -1.07 % -11.55 % -47

9231 Servicios médicos, odontológicos yveterinarios prestados por el sector privado -15.32 % 11.35 % -3.98 % -59

3612 Fabricación de materiales de arcillapara la construcción -19.73 % -2.66 % -22.39 % -6896110 Compra-venta de materia de desecho -24.03 % 11.63 % -12.40 % -16

3420 Imprentas, editoriales e industriasconexas -25.79 % -10.88 % -36.67 % -1653550 Industria del hule -27.44 % 0.37 % -27.07 % -953821 Fabricación, reparación y/o ensamblede maquinaria y equipo para finesespecíficos, con o sin motor eléctricointegrado. Incluye maquinaria agrícola -31.46 % -6.47 % -37.93 % -11

9613 Otros servicios de reparación,principalmente a los hogares -32.00 % 12.12 % -19.87 % -280

9731 Servicios relacionados con eltransporte terrestre -32.30 % -30.20 % -62.50 % -709520 Servicios personales diversos -33.80 % 5.46 % -28.34 % -4399750 Servicios de intermediarios decomercio -40.89 % -23.75 % -64.64 % -117

8311 Servicios de alquiler de equipo,maquinaria y mobiliario -47.05 % -20.39 % -67.43 % -2056230 Comercio de productos noalimenticios al por menor, enestablecimientos especializados -48.65 % -7.19 % -55.84 % -55087113 Autotransporte de pasajeros -51.09 % -25.60 % -76.69 % -38436120 Comercio de productos noalimenticios al por mayor. Incluyealimentos para animales -51.34 % -31.18 % -82.52 % -1737

3814 Fabricación de otros productosmetálicos. Excluye maquinaria y equipo -53.76 % 23.76 % -30.00 % -459411 Servicios de esparcimientorelacionados con la cinematografía, teatro,radio y televisión prestados por el sectorprivado. Incluye autores, compositores yartistas independientes -54.22 % 33.21 % -21.01 % -963831 Fabricación y/o ensamble demaquinaria, equipo y accesorios eléctricos.Incluye para la generación de energíaeléctrica -62.79 % 21.96 % -40.82 % -1410

3213 Confección con materiales textilesincluye la fabricación de tapices yalfombras de fibras blandas

-64.27 % -5.94 % -70.20 % -1529

3410 Manufactura de celulosa, papel y susproductos -70.85 % 57.89 % -12.96 % -116

94

El impacto del componente nacional o mezcla industrial fue más drástico en el desempleo y en las ramas que son representativas para Tlaxcala por su cociente de localización y por su participación en el empleo total; por ejemplo, Hilados, tejidos y acabado de fibras blandas (excluye de punto); y Fabricación y/o ensamble de maquinaria, equipo y accesorios eléctricos (incluye la generación de energía eléctrica).

En la Tabla 13, se encuentran las ramas que decrecieron y se vieron afectadas en mayor medida por su localización específica en Tlaxcala. Dentro de este rubro se encuentra Pesca, donde su componente de localización fue el más grande. Sin embargo, las ramas que despi-dieron mayor número de empleados fueron Fabricación y/o ensamble de maquinas de ofici-na, cálculo y procesamiento informático; Fabricación de tejidos de punto; y la Edificación.

Tabla 13. Cambio neto negativo en el empleo de Tlaxcala influenciado en mayor medida por el componente localización al nivel rama

Fuente: elaboración propia.

Pj Dj (P+D) j Gj

RAMAComponente

mezclaindustrial

Componentede

localización

Componentecambio

netoCrecimientoabsolutodel empleoregional

3691 Fabricación de cemento, cal, yesoy otros productos a base de minerales nometálicos -2.62 % -8.27 % -10.89 % -1467112 Autotransporte de carga 8.31 % -20.53 % -12.22 % -1203112 Elaboración de productos lácteos 17.77 % -23.10 % -5.33 % -543620 Fabricación de vidrio y productosde vidrio -14.49 % -23.97 % -38.46 % -5

3121 Elaboración de otros productosalimenticios para el consumo humano -23.54 % -31.76 % -55.29 % -47

2910 Extracción y/o beneficio de rocasarena y arcilla -26.23 % -36.27 % -62.50 % -165

9250 Servicios de asociacionescomerciales, profesionales y laborales -21.09 % -41.58 % -62.67 % -5073512 Fabricación de sustancias químicasbásicas. Excluye las petroquímicasbásicas 8.25 % -49.84 % -41.59 % -4773842 Fabricación, reparación y/oensamble de equipo de transporte y suspartes. Excluye automóviles y camiones 20.98 % -54.00 % -33.01 % -1033214 Fabricación de tejidos de punto -32.28 % -59.55 % -91.83 % -1158

9290 Servicios de organizacionespolíticas, cívicas y religiosas 53.24 % -65.92 % -12.68 % -70

3240 Industria del calzado. Excluye dehule y/o plástico -13.29 % -69.43 % -82.73 % -3403113 Elaboración de conservasalimenticias, incluye concentrados paracaldos, excluye las de carne y leche

-26.88 % -71.81 % -98.69 % -5277120 Transporte por agua -26.43 % -73.57 % -100.00 % -23130 Industria de las bebidas 9.25 % -75.76 % -66.52 % -7375011 Edificación 21.65 % -78.32 % -56.67 % -10623900 Otras industrias manufactureras 62.81 % -93.41 % -30.60 % -198

2920 Extracción y/o beneficio de otrosminerales no metálicos -1.17 % -98.83 % -100.00 % -273823 Fabricación y/o ensamble demáquinas de oficina, cálculo yprocesamiento informático 1.29 % -101.24 % -99.95 % -18573521 Industria farmacéutica 31.19 % -122.03 % -90.83 % -2183119 Fabricación de cocoa, chocolate yartículos de confitería 125.89 % -196.61 % -70.72 % -3439740 Servicios relacionados con las instituciones financieras, de seguros yfianzas 155.73 % -236.14 % -80.41 % -781300 Pesca 1050.42 % -1109.12 % -58.70 % -135

95

3.4 Análisis global

En la primera parte del análisis de los resultados se observaron los sectores, subsectores y ramas que son de mayor representación para Tlaxcala por medio de su Cociente de Loca-lización y participación en el empleo. En la segunda parte, se mostraron los sectores, sub-sectores y ramas que mayor dinamismo tienen, descomponiéndolos por mezcla industria o nacional y de localización. En esta sección se mostrarán los datos más relevantes de acuerdo a estos dos análisis mencionados con anterioridad con el objetivo de encontrar los sectores, subsectores y ramas de inversión por parte de la industria de software. De acuerdo con la Tabla 14, el sector potencial es servicios privados no financieros, debido a que mostró un mayor dinamismo a pesar de que el componente mezcla industrial fue mayor que el de localización; sin embargo, la representación en Tlaxcala no es significativa en cuan-to a su cociente de concentración y participación en el empleo.

Tabla 14. Los Sectores, Subsectores y Ramas más favorables para Tlaxcala

Fuente: elaboración propia.

SECTOR, SUBSECTOR,RAMA Dj (P+D)j Gj CC

Participaciónen el

empleo deTlaxcala

SECTOR8 Servicios privados nofinancieros 9.35 % 20.40 % 4527 0.770 23.610SUBSECTOR

95 Servicios profesionales,técnicos, especializados ypersonales. Incluye los prestadosa las empresas 26.42 % 45.21 % 1903 0.682 3.53893 Restaurantes y hoteles 17.89 % 27.01 % 1418 1.048 4.414

36 Productos minerales nometálicos. Excluye los derivadosdel petróleo y del carbón 14.03 % 7.32 % 338 2.251 3.88237 Industria metal básica 150.66% 170.30% 516 2.015 0.25562 Comercio al por menor 0.03 % 29.42 % 8041 1.115 22.98034 Papel y productos de papel,imprentas y editoriales 21.06 % -20.89 % -281 0.700 1.13132 Textiles, prendas de vestir eindustria del cuero -13.98 % -34.92 % -9305 2.087 22.404RAMA3220 Confección de prendas devestir 21.57 % 9.22 % 1199 1.445 10.9363560 Elaboración de productosde plástico 35.07 % 37.48 % 681 1.484 1.528

9510 Prestación de serviciosprofesionales, técnicos yespecializados. Excluye losagropecuarios 72.21 % 97.16 % 2258 0.830 1.9543611 Alfarería y cerámica.Excluye materiales deconstrucción 612.08% 629.95% 1178 1.502 0.157

6240 Comercio de productos noalimenticios al por menor, entiendas de departamentos yalmacenes

24373.52%

25275.86% 7330 1.033 0.024

3832 Fabricación y/o ensamblede equipo electrónico de radio,televisión, comunicación y deuso médico 7716.60 % 7666.67 % 920 1.629 0.0103813 Fabricación y reparaciónde muebles metálicos 5370.36 % 5666.67 % 510 0.655 0.008

6210 Comercio de productosalimenticios, bebidas y tabaco, alpor menor, en establecimientosespecializados 1.22 % 25.13 % 3800 1.375 12.7143212 Hilado, tejido y acabado defibras blandas, excluye de punto 2.45 % -75.83 % -6963 3.137 7.7193831 Fabricación y/o ensamblede maquinaria, equipo yaccesorios eléctricos. Incluyepara la generación de energíaeléctrica 21.96 % -40.82 % -1410 3.140 2.9043612 Fabricación de materialesde arcilla para la construcción -2.66 % -22.39 % -689 2.146 2.587

96

Al nivel de subsector, los del primer bloque, Restaurantes y hoteles; Servicios profesio-nales, técnicos, especializados y personales (incluye prestados a las empresas); Productos minerales no metálicos (excluye los derivados del petróleo y del carbón); e Industria metal básica se consideran prioritarios por sobresalir en su dinamismo influenciado en mayor me-dida por su componente de localización en Tlaxcala y sus indicadores de representación en el cociente de localización económica y su participación en el empleo.

En el segundo bloque, el subsector del Comercio al menudeo sobresale por presentar un gran dinamismo influenciado en gran medida por el componente de mezcla industrial, pero ha tenido un gran impacto por su generación de empleo y sus indicadores de cociente de localización y participación en el empleo.

El tercer bloque de los subsectores de Papel y productos de papel, imprentas y editoriales; y Textiles, prendas de vestir e industria del cuero, se consideran los menos prioritarios en el sentido de que a pesar de que son los más representativos para Tlaxcala por su cociente de localización y participación en el empleo, su crecimiento fue negativo pero su causa se debe, en mayor medida, al componente mezcla industrial.

El primer bloque de ramas, Confección de prendas de vestir; y la Elaboración de pro-ductos de plástico se consideran las más dinámicas, ya que se encuentran explicadas por el componente de localización en Tlaxcala, su alta generación de empleo, cociente de concen-tración y participación en el empleo.

En el segundo bloque se encuentran las ramas de Prestación de servicios profesionales, técnicos y especializados (excluye los agropecuarios); y Alfarería y cerámica (excluye ma-teriales de construcción), que se encuentran caracterizadas por tener una alta creación de empleos; sin embargo, cuenta con uno de los indicadores de representatividad regularmente bajo, ya sea por el cociente de localización o por su participación en el empleo.

En el tercer bloque de ramas prioritarias donde se encuentran Comercio de productos no alimenticios al por menor, en tiendas de departamentos y almacenes; Fabricación y/o ensamble de equipo electrónico de radio, televisión, comunicación y de uso médico; y Fa-bricación y reparación de muebles metálicos, se consideran por tener un alto dinamismo influenciado por su componente de localización y creación de empleo, pero su participación en el empleo se considera muy baja.

El cuarto bloque de Comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco al menudeo en establecimientos especializados, se distingue por un crecimiento considerable, a pesar de que éste se debe en gran medida al componente de mezcla industrial, el impacto en la generación de empleo y su representación por el cociente de localización y participación en el empleo total, es elevado.

El quinto y último bloque de ramas es Hilados, tejidos y acabado de fibras blandas, ex-cluye de punto y Fabricación, y/o ensamble de maquinaria, equipo y accesorios eléctricos

97

(incluye para la generación de energía eléctrica), las cuales tuvieron un decrecimiento neto en Tlaxcala, pero éste se ve explicado en gran medida por el componente de mezcla indus-trial o nacional. De no haber influido este componente en esa magnitud, el cambio neto hubiera sido positivo y de gran impacto en la generación de empleo; además, estas ramas se consideran representativas para Tlaxcala por su alto cociente de localización industrial y alta participación en el empleo.

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99

Teodoro Aguilar Ortega�

Resumen

Toda región está sujeta a influencias externas culturales, políticas y económicas; éstas últi-mas están relacionadas con la demanda foránea de bienes y servicios producidos al interior de la región; pero también tienen que ver con la oferta de factores de producción. La oferta y la demanda de bienes, servicios y factores de producción determinan el nivel de desarrollo de la región y su dinámica económica que son diferentes de una región a otra. La Ciénega es un ejemplo de las disparidades del desarrollo regional y por ello es importante evaluar su grado de desarrollo en cunto a región que comunica a Michaocán con Jalisco.

Introducción

Una región es una agrupación de unidades territoriales que forma parte de una economía nacional y/o estatal y eso implica que no tiene restricciones para la movilidad de bienes, personas o capitales. Su delimitación obedece a necesidades políticas, históricas o adminis-trativas (o a una mezcla de ellas). Sin embargo, el mundo globalizado de hoy en día impone un nuevo esquema a las regiones que se ven inmersas en un escenario más competitivo y de mayor complejidad.

Esto a su vez, implica que toda región esté sujeta a influencias externas, ya sean cultura-les, económicas o políticas. Las influencias económicas externas que sufre una región tienen que ver con la demanda foránea de bienes y servicios elaborados al interior de la región, pero también por la oferta de factores de la producción.

La oferta y demanda de bienes, servicios y factores productivos es un componente funda-mental del nivel de desarrollo de una región ya que tiene que ver con la dinámica económica existente y el grado de desarrollo. El cual no se distribuye por igual entre las entidades de un país ni entre las unidades geográficas que conforman una región, en este sentido, es impor-

1 Investigador de tiempo completo de la Unidad Académica de Estudios Regionales de la Coordinación de Humani-dades de la UNAM, Sede la Ciénega, Michoacán. Correo electrónico: [email protected]

Medición del desarrollo económico

de la Ciénega de Michoacán

100

tante conocer los distintos niveles de desarrollo para planear políticas de fomento económi-co y de bienestar de la población.

La Ciénega no se ha quedado al margen de estas disparidades del desarrollo regional y por ello la medición del desarrollo intrarregional es un paso importante para catalogar y conocer esta región, la cual tiene gran importancia para el estado de Michoacán ya que enlaza a esta entidad con Jalisco, además de que tiene límites con un cuerpo de agua de gran importancia nacional como es la laguna de Chapala.

1. Ciénega de Michoacán

Michoacán es una entidad situada en el centro occidente de México con una población, en el año 2005, de 3 millones 985 mil habitantes, los cuales se distribuyen en 113 municipios.

El INEGI, en el Conteo de Población y Vivienda 1995, señala que una localidad es todo lugar ocupado por una o más viviendas habitadas reconocido por la ley o la costumbre. En México, según el Conteo de población y vivienda del año 2005, es posible identificar un total de 199 mil 391 asentamientos humanos o localidades que se distribuyen por toda la geogra-fía mexicana en distintos rangos de población y tamaño. El mismo Conteo establece que a lo largo y ancho del territorio michoacano se encontraban asentados un total de 9 mil 686 localidades.

El gobierno michoacano ha agrupado a los 113 municipios que conforman la entidad en 10 regiones, las cuales fueron establecidas en el Plan Estatal de Desarrollo 2003-2008. Este documento, base de la planeación estatal del gobierno estatal, señala que las regiones que se diseñaron, se hicieron siguiendo el criterio de que ésta es una regionalización que busca establecer el marco normativo y que tiene como principal finalidad forjar políticas públicas con una visión de mediano y largo plazos en materia de desarrollo humano.

En este sentido, las 10 regiones que conforman la entidad fueron establecidas por la Se-cretaría de Planeación y Desarrollo (SEPLADE) con el objetivo de desarrollar políticas públicas que eleven el desarrollo económico en esas regiones (SEPLADE, 2004, 11).

Sin embargo, esta regionalización no agrupa unidades que cuentan con una historia en común o una dinámica homogénea; ésta se llevó a cabo siguiendo criterios de planeación gubernamental que no atiende los aspectos básicos del desarrollo contrariamente a lo que establece el documento base.

En este sentido, la región Ciénega no se encuentra entre las 10 que conformó el gobierno michoacano, a pesar de que existe una identidad regional de sus habitantes y de compartir una problemática y una historia en común.

Referente a la conformación de la Ciénega, ésta surge a partir de un proyecto que se lleva a cabo durante el primer decenio del siglo ��, mediante el cual se construyó un borde para

101

contener la laguna y esto dio pie a la creación de varios municipios en Michoacán que que-daron liberados del embalse, ellos son: Briseñas, Cojumatlán de Régules, Sahuayo, Pajacua-rán, Venustiano Carranza y Vista Hermosa (Macías y Márquez, 2006: 2), que estrictamente hablando, serían los municipios que conformarían la región de la Ciénaga, junto con otros municipios ribereños de Jalisco.

Mapa 1. Las 10 regiones de Michoacán

Fuente: elaboración propia con base en datos del Gobierno del estado de Michoacán, SEPLADE, 2005.

Mapa 2. Ciénega de Michoacán

Fuente: elaboración propia.

Sin embargo, a estos municipios michoacanos se han ido agregando otros que por sus características geográficas presentan elementos similares a los anteriores y que antes de la

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desecación de la laguna eran municipios ribereños, todos ellos han dado lugar a lo que en la actualidad conforma lo que los pobladores llaman la Ciénega. Este sentido de identidad se encuentra en municipios como Villamar, Jiquilpan, Marcos Castellanos e Ixtlán.

En resumen, la Ciénega de Michoacán se ubica en el noroeste de la entidad y tiene como característica principal que varios de sus municipios están ubicados geográficamente junto a la Laguna de Chapala e incluso algunos se conformaron a partir de que la laguna se ha ido se-cando, dejando tierras que le dan el nombre de la Ciénega. En la actualidad está conformada por diez municipios (Aguilar, 2007):

Una de las características básicas de la región es el alto porcentaje de población rural respecto del total. Para el 2005 se contabilizó una población en la Ciénega de 209 mil 75 habi-tantes, de las cuales más del 60 por ciento es población rural; el estado de Michoacán cuenta con un porcentaje de 53% de población urbana y, por lo tanto, 47% de población rural.2 En cuanto a localidades, de las 219 existentes en la región, solamente dos están dentro de la categoría de localidades urbanas.

Del total de municipios que conforman la Ciénega, solamente Jiquilpan y Sahuayo cuen-tan con localidades urbanas, con una población considerara urbana de 23 mil 132 y 59 mil 316 habitantes, respectivamente.

La importancia de este indicador es que las localidades rurales son más proclives a pre-sentar menores niveles de bienestar debido a la falta una dinámica económica que permita que los habitantes se incorporen con éxito al mercado de trabajo, por lo general las zonas urbanas cuentan con mayores oportunidades en este aspecto y con ello el ingreso promedio es mayor y por ende hay mejores niveles de vida.

2 Una localidad urbana es aquella que cuenta con más de 15 mil habitantes, lo mismo se establece para la población urbana, que es aquella que habita localidades que cuentan con más de 15 mil habitantes.

1.- Briseñas 6.- Pajacuarán

2.- Cojumatlán de Régules 7.- Sahuayo

3.- Ixtlán 8.- Venustiano Carranza

4.- Jiquilpan 9.- Villamar

5.- Marcos Castellanos 10.- Vista Hermosa

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Cuadro 1. Población y localidades rurales y urbanas en la Ciénega, 2005

Fuente: elaboración propia con base en datos de INEGI, II Conteo de Población y Vivienda, Resultados definitivos, 2005.

2. Elementos del desarrollo regional

Para entender el desarrollo económico regional es necesario definir, en primer lugar, los ele-mentos que lo conforman. En este sentido, el desarrollo económico involucra un conjunto de factores sociales, políticos, culturales y no sólo económicos, ya que tiene que ver con el crecimiento y la equidad social. Por lo tanto, el desarrollo regional se concibe como un programa destinado a transformar la región haciéndola productivamente más redituable y proporcionar mejores condiciones de vida a los habitantes.

De la misma manera, es un proceso de transformación del sistema económico y social en un espacio geográfico, el cual se traduce en un incremento general del bienestar de la población que habita ese espacio y que se expresa en indicadores económicos y sociales. Por lo tanto, el desarrollo regional se asocia a cuestiones económicas tales como el incremento

Municipio/Localidad Rural Urbana TotalLocalidades 9,117 24 9,141Estatal Población 2,098,923 1,867,150 3,966,073Localidades 8 0 8Briseñas Población 9,560 0 9,560Localidades 14 0 14Cojumatlán de Régules Población 9,451 0 9,451Localidades 14 0 14Ixtlán Población 12,794 0 12,794Localidades 32 1 33Jiquilpan Población 8,598 23,132 31,730Localidades 21 0 21Marcos Castellanos Población 11,012 0 11,012Localidades 22 0 22Pajacuarán Población 18,413 0 18,413Localidades 28 1 29Sahuayo Población 2,649 59,316 61,965Localidades 20 0 20Venustiano Carranza Población 21,226 0 21,226Localidades 46 0 46Villamar Población 15,512 0 15,512Localidades 14 0 14Vista Hermosa Población 17,412 0 17,412Localidades 219 2 221Total regional Población 126,627 82,448 209,075

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de la producción, la distribución del ingreso y el progreso tecnológico, mientras que en el ámbito social tiene que ver con la disponibilidad de servicios sociales.

Por lo tanto, como el desarrollo regional se presenta como un objetivo primordial que busca maximizar las potencialidades productivas y los recursos de las diferentes regiones de un país. Entonces toda región que busca maximizar la utilización de sus recursos debe recibir el apoyo de los recursos nacionales y de las políticas de desarrollo regional (Delgadillo, Gasca y Torres, 2001), que deben tener en cuenta las demandas en el ámbito nacional e interna-cional de productos, información, infraestructura, accesibilidad al crédito, recursos naturales especializados, conocimiento de los nichos, etcétera.

Además, existen múltiples variables que afectan la calidad de vida de una sociedad, ya sea al mejorarla o empeorarla, y por lo regular éstas están determinadas por las costumbres, tradiciones y experiencias pasadas; en resumen, por su cultura. Por lo que, variables como la educación, salud, vivienda, alimentación, cuidado del ambiente, etcétera afectan la calidad de vida en la misma dirección, aunque con intensidades distintas en sociedades diferentes (Carrillo, 2002).

Para este trabajo, el desarrollo económico regional es el proceso de convergencia del de-sarrollo humano entre las diferentes localidades de una región, lo que significa homologar las condiciones más favorables del bienestar humano entre la sociedad que habita la región.

Sin embargo, el desarrollo económico de un país o una región, no es el mismo para cada uno de los elementos que los conforman, existen diferencias visibles de ello y de las dispa-ridades o asimetrías regionales.3 Por ello, el desarrollo regional es un concepto que involu-cra la transformación de las regiones, lo cual debe ser el objetivo central de las tareas de administración y promoción del crecimiento y el bienestar de la población fundado en una nueva racionalidad social y productiva que siente las bases para nuevos estilos de desarrollo (Delgadillo, Gasca y Torres, 2001).4

Ante esto, las teorías del desarrollo entendieron al espacio y al territorio como ámbitos absolutamente modificables especialmente a partir de medidas gubernamentales que mol-deaban a la región a partir de la combinación óptima de factores, de la incorporación de in-fraestructura y la aplicación de subsidios para la movilidad de las inversiones (Pólese, 1999). Por lo tanto, el desarrollo regional no solamente trata de resolver problemas de desigualdad y concentración, sino de diseñar estrategias que permitan organizar mejor a los territorios y las regiones.

3 Utilizaremos como sinónimo disparidades, desigualdades y asimetrías regionales para referirnos a un desigual grado de desarrollo económico regional.

4 Sin embargo, debemos tener en cuenta que algunas regiones, por sus características históricas y culturales, no siempre están preparadas ni equipadas para asumir funciones de la política de desarrollo territorial en forma efec-tiva.

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Por todo lo anterior, partimos de los conceptos básicos de la teoría del crecimiento eco-nómico divergente para explicar las disparidades en el desarrollo regional actual. En este sentido, la teoría del crecimiento económico desequilibrado o divergente, establece que el subdesarrollo, atraso o pobreza de las regiones, es producto de las fuerzas de mercado que generan desequilibrios y acumulación de las desigualdades. Contraria a la teoría neoclásica, esta teoría establece que en lugar de una tendencia en el largo plazo hacia la convergencia e igualdad de las regiones, lo que se produce es una tendencia al desequilibrio y a la divergen-cia del crecimiento económico, la concentración del capital, de la actividad económica y de los niveles de bienestar en unas cuantas regiones.

Plantea que la concentración y difusión del desarrollo a partir del fortalecimiento de la industria y los mercados en los lugares centrales, tiene un enfoque de polos de desarrollo. Sin embargo, el hecho de que el capital tiende a seleccionar espacios muy específicos para la inversión, espacios ubicados en regiones que cuenten con suficiente infraestructura, un buen grado de urbanización, mano de obra educada y capacitada, entre otros factores. Por lo que, las regiones que no cuentan con estas características o estos insumos tienden a quedar fuera de la dinámica de las inversiones.

Toda esta dinámica del capitalismo genera un desequilibrio regional por promover la con-centración de la producción industrial en ciertos puntos de desarrollo. Estos puntos sirven de atracción, tanto del capital como de la fuerza de trabajo; sin embargo, esta concentración de capitales limita el crecimiento del resto de las regiones, las lleva a un empobrecimiento gradual y a un incremento en las desigualdades regionales (pero el capital sigue concentrado en unas cuantas manos, aunque se disperse en el territorio y en algunas regiones).

Por todo esto, las disparidades regionales son producto de una desigual distribución de la población y las actividades económicas, pero esta distribución generalmente es producto de que tanto la población como el capital tienden a moverse hacia las zonas de mayor dinamis-mo económico, ya sea dentro de la región o del país.

En este contexto, no todas las regiones ganan, sino que por el contrario hay muchas que pierden. Y es que las regiones “centrales” o ganadoras tienden a crecer económicamente más que el resto, lo que incluso tiende a empobrecer las regiones atrasadas, por lo que las regiones avanzadas requieren y generan el subdesarrollo de las atrasadas.

Como ya vimos líneas arriba, existen tendencias a la concentración de las actividades eco-nómicas más rentables en determinadas regiones o ciudades,5 por lo que las regiones pobres tienden a empeorar su situación en el largo plazo; además, esta localización geográfica de la actividad económica es resultado del funcionamiento de los mercados y de la facilidad

5 Si actualmente en el ámbito mundial existe una desigual distribución geográfica de la actividad económica, ésta es el resultado de la nueva división internacional del trabajo, la cual tiende a ubicar plantas fabriles que requieren de grandes cantidades de mano de obra, en muchas regiones del planeta.

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de transportar, importar o exportar materias primas y productos terminados, es decir, de la infraestructura económica y de transporte de la región (estas condiciones generalmente se encuentran en las regiones desarrolladas y no en las pobres).

En resumen, la existencia de desigualdades entre países y al interior de éstos, es inheren-te al sistema capitalista y esta desigualdad del desarrollo se reproduce en diferentes ámbitos, como el sectorial, territorial; así como en las diferentes esferas de la sociedad, la economía, la política, e incluso la cultura.

Por todo lo anterior, las asimetrías regionales se definen como la diferencia existente, en el ámbito económico y social, entre las diferentes regiones que conforman una nación. Estas asimetrías las podemos cuantificar al observar una serie de indicadores como el PIB y el PIB per cápita, el nivel y grado de marginación, y el índice de desarrollo humano, entre otros in-dicadores. Haciendo un comparativo podemos ver claramente las asimetrías existentes entre las regiones.

3. Medición del desarrollo

Los factores que determinan la calidad de vida de una localidad o región, están fuertemente determinados por los aspectos culturales, los cuales incluyen las tradiciones y las costum-bres. Sin embargo, hay elementos comunes para todas las sociedades como son: una alimen-tación sana, mejores y mayores niveles educativos, esparcimiento, salud, vivienda e ingreso adecuado, todos ellos elementos del desarrollo humano.

Además, las disparidades regionales se pueden contabilizar con varios indicadores del bienestar humano; sin embargo, para este trabajo utilizaremos dos de ellos, el Índice de Desarrollo Humano (IDH),6 el cual es un indicador creado por la ONU a través del Programa para el Desarrollo (PNUD) y el Índice de Marginación (IMg) de CONAPO. De esta forma, en-tendemos la desigualdad regional como las diferencias regionales en el bienestar humano de la sociedad que ahí habita.

Un factor básico es conocer el nivel de desarrollo existente en las regiones y al interior de éstas. Una de las formas de medir el desarrollo regional es a través del IDH de la ON, que pretende evaluar lo que se identifica como desarrollo humano, el cual pondera la riqueza en términos monetarios con otros indicadores de bienestar como la esperanza de vida, el

6 El cálculo del IDH se realiza a partir de tres variables, seleccionadas a partir de la definición de Desarrollo Humano, que miden la capacidad de gozar de una vida larga y saludable, medida a través de la esperanza de vida al nacer; de la capacidad de contar con el acceso a los recursos que permitan disfrutar de un nivel de vida digno y decoroso, medido por el PIB per cápita ajustado al poder adquisitivo del dólar en los EE.UU.; y por la capacidad de adquirir conocimientos, medida mediante una combinación del grado de alfabetismo de los adultos y el nivel de asistencia escolar, estas tres categorías son:A. Esperanza de vidaB. Logro educativoC. Ingreso

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alfabetismo y la escolaridad, cuyo análisis puede realizarse por países, entidades federativas e incluso municipios.7

El concepto de desarrollo humano se ubica como un principio aplicable a toda la sociedad y es entendido como el aumento de las capacidades y su mejor uso, así como una vida larga y plena, todos estos componentes del desarrollo económico.8

En cuanto al IDH, el análisis de las entidades del país arroja que Michoacán está situada en los últimos lugares de la tabla, que lo coloca en el lugar 27, es decir, es la sexta entidad con menor índice de desarrollo humano de las 32 entidades (CONAPO, 2006).9

Cuadro 2. Índice de Desarrollo Humano en la Ciénega

Fuente: elaboración propia con base en datos de Departamento de Estadística, Matemática y Cómputo, Universidad Autónoma Chapingo, 2008. En: http://www.chapingo.mx/dicifo/demyc/idh/bases/index.php?what=100. La posición mostrada es la que ocupa en el estado, tomando en cuenta que el munici-pio mejor catalogado está en la primera posición, en este sentido, para el 2005 en el estado, Morelia es el municipio con mejor IDH y el lugar 113 es ocupado por Susupuato. En la región de la Ciénaga, Marcos Castellanos es el municipio mejor catalogado y Villamar el peor.

Como podemos observar en el cuadro, en general, el bienestar de la población que ha-bita la región ha ido disminuyendo, si tomamos como base la posición que tenían en el IDH en el año 1995 y la que presentaron en 2005. La posición es de arriba hacia abajo, es decir, la posición número uno la ocupa el municipio mejor catalogado y el 113 el que cuenta con menor desarrollo.

7 El IDH se constituye como un promedio ponderado de las variables, que a consideración del PNUD determina la calidad de vida de una sociedad, donde las ponderaciones son subjetivas.

8 El objetivo principal del desarrollo económico es mejorar el bienestar humano, de ahí que la idea básica sea con-siderar el desarrollo humano como un indicador.

9 Solamente Hidalgo, Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, presentan un menor nivel de desarrollo humano que Michoacán, en ese orden.

1995 2000 2005IDH Posición IDH Posición IDH Posición

Briseñas 0.735 7 0.749 24 0.753 32Cojumatlán de Régules 0.714 9 0.740 47 0.748 42Ixtlán 0.707 10 0.740 49 0.751 36Jiquilpan 0.746 15 0.758 14 0.760 22Marcos Castellanos 0.754 33 0.760 11 0.784 4Pajacuarán 0.676 50 0.721 90 0.714 92Sahuayo 0.747 61 0.765 10 0.772 12Venustiano Carranza 0.698 68 0.752 18 0.746 51Villamar 0.710 79 0.721 91 0.684 108Vista Hermosa 0.723 97 0.742 39 0.744 57

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Al respecto, la tabla nos señala que los casos más críticos fueron los de Pajacuarán que perdió 42 posiciones al pasar del lugar 50 al 92 en 10 años. Por su parte Cojumatlán de Régules pasó del lugar nueve al 42, perdiendo de esta forma 33 posiciones. En tercer lugar se encuentra Villamar, que en este periodo disminuyó 29 escalones en el IDH al pasar del puesto 79 al 108. Briseñas pasó del lugar siete al 32 en esos mismos 10 años. Seguidos muy de cerca por Ixtlán y Briseñas, que perdieron 26 y 25 posiciones, respectivamente, al pasar de los puestos 10 y siete, al 36 y 32 de este indicador.

Caso contrario a los anteriores, los municipios que mejoraron su posición son liderados por Sahuayo, que subió lugar del 61 al 12, incrementando el bienestar en 49 posiciones. En segundo lugar se encuentra Vista Hermosa, que mejoró en 40 posiciones su nivel, al pasar del puesto 97 al 57. En tercer lugar está Marcos Castellanos que subió 29 posiciones, cuando pasó del puesto 33 al 4. En cuarto lugar está Venustiano Carranza que mejoró su posición en 17 lugares, al pasar del 68 al 51.

Sin embargo, la situación de los municipios en eso 10 años no ha sido una disminución o un aumento constante, ya que si hacemos un análisis por lustros vemos que ha habido altibajos en ellos. Por ejemplo, Vista hermosa del año 1995 al 2000 mejoró su posición en 58 lugares; sin embargo, en los siguientes cinco años bajó 18 lugares, a pesar de ello en esos 10 años escaló 40 posiciones. Otro caso similar es el de Venustiano Carranza, el cual subió del puesto 68 al 18 en cinco años, es decir ¡subió 50 lugares! Sin embargo, en el siguiente lustro bajó del 18 al 51, de las 50 ganadas, al final perdió 33 para quedar en el lugar 51.

Por su parte, Ixtlán en cinco años perdió 39 posiciones al pasar del puesto 10 al 49, de 1995 al año 2000. Pero mejoró en los siguientes cinco años al ubicarse en el puesto 36 en el 2005, aumentando así 13 posiciones en ese lustro; sin embargo, perdió 26 en 10 años.

En general, si consideramos el IDH como una medida del bienestar, y por ende del desa-rrollo económico, observamos que la región perdió posiciones respecto al comparativo del resto de los municipios de la entidad. En total, la región de la Ciénega perdió 162 posiciones en seis municipios, en cuatro mejoró en 135 lugares, por lo que un análisis sencillo nos mues-tra que la región perdió en forma global 27 posiciones en los diez años analizados.10

Otra forma de medir el bienestar de la sociedad es mediante el Índice y Grado de Margi-nación establecido por CONAPO,�� el cual se basa en el bienestar que se observa en las zonas

10 Este indicador estatal funciona como un juego de suma cero, donde lo que pierde un jugador lo gana otro. En este sentido, las posiciones que han perdido los municipios analizados los han ganado otros que no pertenecen a la Cié-nega. Entonces, como en forma global la región perdió 27 posiciones, otros municipios fuera de la región mejoraron en ese mismo número su posición a nivel estatal. Independientemente de si la entidad ha mejorado o empeorado su IDH en forma global a nivel nacional.

11 El índice de marginación se construye a partir de nueve indicadores socioeconómicos que señalan el rezago o déficit en que padecen las comunidades estudiadas; por ello, indican el nivel relativo de privación en el que se en-cuentra la población en cada entidad federativa o municipio. Los nueve indicadores se presentan como porcentaje

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urbanas (de hecho una de sus variables es el porcentaje de habitantes en zonas rurales); sin embargo, en general nos ayuda a analizar y medir el bienestar de las localidades, sean o no urbanas, aunque el análisis es más completo cuando se analizan las zonas catalogadas como urbanas.

Este indicador funciona catalogando a las unidades territoriales mediante un índice de marginación en un rango de (-1.52944 a 2.25073) entre más cerca estén del límite inferior mejor es el nivel de bienestar existente; caso contrario, entre más próximo se ubique el índi-ce al límite superior menor es el nivel de bienestar. A su vez, este índice permite catalogar a las unidades en cinco rangos de marginación.

La ubicación de los municipios es en forma inversa al IDH, por lo que el número uno lo ocupa aquél municipio con mayor marginación o menor desarrollo. El grado de marginación muy alto es el que cataloga con menor nivel de bienestar a la población, por el contrario, el grado muy bajo, el mayor bienestar.

El estado de Michoacán es una de las entidades que mayor atraso presenta, se ubica en el lugar número 10 (de mayor a menor, en primer lugar está Guerrero y en el último el Distrito Federal) en las estadísticas que contabilizan el índice de marginación estatal.

Por otra parte, los municipios michoacanos catalogados como de alta y muy alta margina-ción se incrementaron de 1995 a 2005. De los 113 municipios con que cuenta la entidad, 28 de ellos están catalogados como de alta marginación y siete como de muy alta marginación (CONAPO, 2006), es decir, casi el 31% de sus municipios presentan índices graves de margina-ción. El peor de todos es Aquila con un grado de Muy Alta Marginación y un índice de 1.637, por su parte Morelia es el mejor ubicado con Muy Baja Marginación y un índice -1.633.

Si analizamos el grado de marginación de los municipios de la Ciénega, observamos que, en diez años, cinco de ellos han empeorado su situación. Ejemplo de ello es que Briseñas, Ixtlán, Pajacuarán y Cojumatlán de Régules pasaron de un grado de marginación Medio a Bajo. Por su parte Sahuayo también desmejoró al pasar de un grado de marginación Bajo a Muy Bajo.

de la población residente para eliminar los sesgos generados por la diferencia del volumen de población en cada localidad. Los nueve indicadores utilizados en la construcción del índice de marginación son los siguientes: Con-dición de alfabetismo, nivel de instrucción, vivienda con drenaje, disponibilidad de electricidad, disponibilidad de agua entubada, vivienda sin hacinamiento, vivienda con piso de tierra, población en localidades rurales e ingreso por trabajo.

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Cuadro 3. Índice y grado de marginación municipal de la Ciénega

Fuente: elaboración propia con base en datos de CONAPO, Índices de Marginación, 2007 y del Sistema Nacional de Información Municipal, versión 6.2. El Grado de Marginación se cataloga mediante cinco estratos, cada uno de ellos establece límites inferiores y superiores, dependiendo del estrato donde se ubique el índice se establece el grado correspondiente. De mayor a menor bienestar los grados son: Muy bajo, Bajo, Medio, Alto y Muy alto.

Por su parte, podemos observar que Villamar si bien se mantuvo con un grado medio de marginación pasó de un índice de -0.615 a -0.246, por lo que en promedio disminuyó el bien-estar (o aumentó el grado de marginación) de la población que ahí habita. También Venustia-no Carranza disminuyó su nivel de bienestar a pesar de seguir catalogado como de bajo nivel de marginación, pero perdió 0.488 unidades al pasar de un índice del -1.341 al -1.139.

El mejor indicador en la actualidad lo muestra Marcos Castellanos, que, sin embargo, per-dió casi tres décimas en diez años al pasar de un índice de -1.527 a -1.260. El peor, Villamar que además de tener el menor índice de marginación, en la década analizada perdió 3.7 décimas al caer de un índice de -0.615 a -0.246.

En cuanto al conjunto de la región, si bien ésta se cataloga en toda la década como de baja marginación, su índice perdió casi cuatro décimas al caer de -1.081 a -0.694 lo que demues-tra la disminución del bienestar o el aumento en la marginación de la Ciénega. En general, este indicador nos muestra que ha habido una disminución del bienestar humano en todos los municipios de la Ciénega, por lo que podemos concluir, en forma general, que el bienestar y el desarrollo de la Ciénega ha disminuido en los diez años analizados.

Conclusiones

Las políticas macroeconómicas adoptadas en las últimas décadas en México han profundi-zado los desequilibrios territoriales y con ello han llevado al país a una disparidad cada vez

1995 2000 2005Índice Grado Índice Grado Índice Grado

Briseñas -0.988 Bajo - 0.666 Medio - 0.546 MedioIxtlán -0.889 Bajo - 0.450 Medio - 0.312 MedioJiquilpan -1.332 Bajo - 1.156 Bajo - 1.162 BajoMarcos Castellanos -1.527 Muy bajo - 1.327 Muy bajo - 1.260 Muy BajoPajacuarán -0.777 Bajo - 0.539 Medio - 0.382 MedioCojumatlán de Régules -0.949 Bajo - 0.580 Medio - 0.449 MedioSahuayo -1.341 Muy bajo - 1.181 Bajo - 1.139 BajoVenustiano Carranza -1.180 Bajo - 0.811 Bajo - 0.692 BajoVillamar -0.615 Medio - 0.294 Medio - 0.246 MedioVista Hermosa -1.211 Bajo - 0.872 Bajo - 0.757 Bajo

Promedio regional -1.081 Bajo -0.788 Bajo -0.694 Bajo

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más amplia, tanto entre las entidades federativas como entre las regiones que conforman las entidades.

Michoacán es una de las entidades del país que cuenta con un alto grado de marginación y pobreza. Los índices de marginación siguen siendo altos a pesar de las políticas instru-mentadas por los gobiernos federal y estatal que no han sido suficientes para revertir estas tendencias. El gobierno estatal ha llevado a cabo políticas que generaron una nueva regiona-lización de la entidad y que buscan promover el desarrollo regional, sin que hasta el momen-to se hayan visto resultados favorables. Por su parte, los índices de desarrollo humano de la población michoacana siguen siendo bajos en factores como el ingreso, la esperanza de vida y el nivel educativo.

Por otra parte, la región está sujeta a grandes influencias externas, de carácter cultural, económico y político. Las de carácter económico tienen que ver con la demanda foránea de bienes y servicios elaborados al interior de la región, pero también por la oferta y demanda de factores productivos. Aquí la emigración juega un papel muy importante, ya que la expul-sión de la población significa la pérdida de un factor productivo como lo es el trabajo.

Esta pérdida de personas en la edad más productiva genera una disminución de la capaci-dad económica y una baja importante en el ingreso local. Sin embargo, en el mediano plazo las remesas cubren esa falta de ingreso, pero no mejora la capacidad productiva regional ya que el aumento en la demanda, por causa de las remesas, se cubren con productos prove-nientes de otras regiones y como causa de ello, la demanda existente no crea una dinámica económica que demande trabajadores.

A su vez, eso genera un círculo vicioso que implica que la pérdida de trabajadores dismi-nuye la capacidad productiva y esto provoca un abaja en la demanda de trabajo, lo que pro-mueve la emigración, que a su vez disminuye la capacidad productiva. Y este círculo vicioso nos lleva a una disminución del bienestar de la población.

Otro de los factores que influye en el atraso de la entidad es que el campo michoacano (como el de casi todo el país) se encuentra inmerso en una crisis ante la falta de inversión y de políticas de fomento, y ello trae como consecuencia las altas tasas de emigración rural que se observan, principalmente, hacia los Estados Unidos.

Por otra parte, el nivel de desarrollo económico de cada habitante de una región depende de los recursos y las potencialidades regionales, así como del desarrollo del país. Por su par-te, las regiones poseen un conjunto de recursos que no son explotados o son subutilizados, los cuales constituyen el potencial de desarrollo.

En este sentido, los problemas actuales de la economía mexicana, que han llevado a una serie de desequilibrios territoriales, requieren de una nueva estrategia cuyo objetivo central sea lograr una reducción de las desigualdades entre las diferentes regiones del país, incre-mentar los niveles de bienestar social de la población y reencontrar el camino del desarrollo.

112

Es por ello que un nuevo concepto de desarrollo económico regional en México implica que la planeación regional debe ser un instrumento eficaz para solucionar los problemas o cuan-do menos disminuir los desequilibrios territoriales existentes.

Esta observación sugiere que si la disparidad regional en México es muy grande, el siste-ma económico no puede llevar a la igualación de las regiones en el largo plazo, no se puede dar como un hecho que las regiones y los estados lograrán igualar sus niveles de bienestar mediante el proceso económico mismo.

Por lo tanto, la política de planeación o de desarrollo regional debe ser dirigida a impulsar el progreso económico con base en la planeación de largo plazo que atienda los rezagos productivos y fomentando sectores y áreas estratégicas, particularmente en infraestructura económica y social. Esta política debe estar orientada a superar las grandes desigualdades en el desarrollo de los sectores y ramas de la producción, la desarticulación interna de la planta productiva y las graves asimetrías en el desarrollo regional. El objetivo es que la planeación regional contribuya a la vinculación entre la planeación nacional, las potencialidades del te-rritorio, la estatal y la municipal.

Sin embargo, el hecho de que la población, conjuntamente con la actividad económica, tienda a concentrarse en unas cuantas regiones y ciudades, es una de las características prin-cipales del desarrollo regional en la esfera mundial. Esto determina, entre otros aspectos, la dinámica del empleo, migración y ocupación de la región, y expresan los desequilibrios socia-les y regionales existentes. Por lo tanto, la fijación de políticas públicas de carácter sectorial, y específicamente regional, y elaboradas con criterios de descentralización productiva son requisitos del fomento de un proceso de crecimiento con equidad regional y social.

Para finalizar, es conveniente tener en cuenta que no se puede pretender implantar en todo el país el modelo productivo exitoso de algunos polos de desarrollo, sino que cada re-gión debe buscar su especialización y desarrollo de acuerdo a sus características particulares o a sus potencialidades.

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Orlando E. Moreno Pérez�

Resumen

La urbanización capitalista reproduce en el territorio las relaciones sociales de producción, cuya localización depende del proceso particular de cada ciudad. Sin embargo, en la etapa del capitalismo monopolista, son las zonas metropolitanas donde se encuentran concentradas las mejores condiciones para la acumulación del capital, particularmente el transnacional.

El caso de la ZMCM constituida por 56 unidades político administrativas; 16 delegaciones en el Distrito Federal, 39 municipios en el estado de México y 1 municipio en el estado de Hidalgo (CONAPO: 2004), la expresión territorial de la división de clases sociales tiene mayor complejidad, dada la gran cantidad de población asentada en los lugares y bajo las condicio-nes materiales más diversas. El oriente tiene, probablemente, los más graves problemas de urbanización del estado y de la ZMCM, no sólo por la multitud de asentamientos espontá-neos que han dado origen a ciudades como las del Valle de Chalco, sino por la caótica locali-zación de fábricas y servicios que han llegado a límites territoriales y ambientales que exigen una solución inmediata.En este trabajo abordamos el estudio del sentido de estos cambios ocurridos en el municipio de Ecatepec de Morelos, estado de México. Por las características de urbanización del municipio, se puede plantear que el caso de Ecatepec de Morelos es una muestra de las características de urbanización de la pobreza, resultado en nuestro país de la implantación de las llamadas “políticas de ajuste estructural”, que en el nivel urbano se han manifestado bajo la forma de expansión urbana ordenada por las fuerzas del mercado.

1. Capitalismo y estructura urbana

La leyes del proceso de acumulación capitalista se reflejan en la dinámica de la urbanización capitalista en todos sus ámbitos: en lo económico, politico, social y cultural.

En el ámbito económico, el proceso de concentración de capital en diversas ramas de la producción y de la distribución social, se expresa en la localización de las principales activi-

1 Profesor Titular de la Facultad de Estudios Superiores, Aragón, UNAM. Correo electrónico [email protected]

Transformaciones territoriales

en el oriente de la ZMCM

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dades económicas en el núcleo central de la ciudad, o en aquellos lugares que gozan de las mejores condiciones para la acumulación; mientras que su concomitante en los efectos de este proceso de concentración de capital en la clase trabajadora, es su concentración locali-zada en la periferia de la ciudad, misma que carece de las condiciones más favorables para la reproducción de su vida social, abaratando de esta manera los costos de reproducción de la fuerza de trabajo.

Así, la urbanización capitalista reproduce en el territorio las relaciones sociales de pro-ducción, cuya localización depende del proceso particular de cada ciudad. Sin embargo, en la etapa del capitalismo monopolista, son las zonas metropolitanas en donde se encuentran concentradas las mejores condiciones para la acumulación del capital, particularmente el transnacional, tales como: la coordinación y control de varias fases de la cadena de produc-ción individual; el poder aprovechar la mejor infraestructura y equipamiento urbano que facilitan la reproducción del capital y el trabajo; las políticas fiscales favorables a la inversión y la aplicación de subsidios, a la vez que es en ese espacio, en donde se concentran en la misma proporción, una mayor cantidad de personas en condiciones de pobreza.

De tal forma que el potencial de desarrollo urbano regional dependerá de las necesi-dades de las empresas trasnacionales, generando con ello un proceso de desintegración y desestructuración económica y social, profundizando los desequilibrios y las desigualdades regionales y, de esta manera, exacerbando las tensiones sociales y políticas en el territorio nacional y en los territorios urbanos.

El fenómeno de división entre centro próspero y periferia pobre, que refleja las relaciones sociales de producción que se producen en términos generales en la estructura interna de las metrópolis, también se reproduce en diversas zonas de las mismas, en donde se da una polarización social, al aparecer zonas marginadas con zonas de bienestar, reproduciendo a nivel intra urbano la ley del desarrollo desigual y, con ello, la desigualdad urbana.

Esta polarización social, en términos generales, aparece en forma de concentración de actividades económicas en el centro urbano por una parte, mientras que por otra, se da una aglomeración de grandes contingentes del proletariado que, por efecto de la sobrepoblación relativa, se concentra principalmente en la periferia de la ciudad, al estar cerca de los lugares de trabajo.

Lo mismo ocurre con la reestructuración y refuncionalización de las regiones y las ciuda-des provocadas por el proceso de globalización comandado por la empresa transnacional que, en función de sus necesidades, integra o desintegra los diversos territorios, tanto en el ámbito mundial, como en lo subnacional. Este es el caso del sistema urbano nacional que durante los últimos veinticinco años ha venido transformando las funciones de diversas ciudades del país. De esta manera, se ha dado una refuncionalización de la ZMCM, profundi-zando su preeminencia con respecto a las demás zonas metropolitanas del sistema urbano nacional y con respecto al sistema regional, reproduciendo la desigualdad, no sólo a escala nacional, sino también en su estructura interna.

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2. Transformación de la estructura territorial del oriente de la ZMCM

En el caso de las Zonas Metropolitanas de la Ciudad de México, en donde conviven zonas de bienestar junto a zonas marginadas, la diferenciación social existente en las ciudades, se manifiesta en amplias zonas deterioradas y carentes de infraestructura, equipamiento y servicios públicos, a la par de la existencia de zonas que gozan de todos los beneficios de la urbanización; aunado a una tendencia de segregación territorial de los grupos con mayores ingresos que se caracterizan por ser urbanizaciones cerradas, en pequeños fraccionamien-tos de lujo que, en la práctica, se han convertido en enclaves con todos los servicios, equipa-mientos propios, la mayoría de las veces, privados y/o públicos de primera, administrados por órganos de gobierno privados, al margen de la administración pública local.

Estos fenómenos de segregación urbana son el producto de las políticas privatizadoras del espacio que, por pertenecer a alguna unidad político administrativa, debería estar bajo su jurisdicción, al igual que cualquier otra zona residencial. Sin embargo, las autoridades de los diferentes niveles de gobierno han permitido que el grupo más pudiente, y de mayor influencia política, pueda autoexcluirse en perjuicio de la ciudad, eludiendo los principios distributivos más elementales.

El caso de la ZMCM, constituida por 56 unidades político administrativas, 16 delegacio-nes en el Distrito Federal, 39 municipios en el Estado de México y 1 municipio en el Estado de Hidalgo (CONAPO: 2004), la expresión territorial de la división de clases sociales, tiene mayor complejidad, dada la gran cantidad de población asentada en los lugares y bajo las condiciones materiales más diversas. Por otra parte, las etapas de metropolitanismo ocurri-das en la Ciudad de México fueron configurando una distribución de la población anárquica al ir asentándose la población en todos los puntos cardinales de la ciudad. Así, podemos ver asentamientos de clase media y media alta contiguos con otros de carácter popular de bajos niveles socioeconómicos.

Sin embargo, podemos decir, en términos generales, que es en el oriente de la ciudad en donde se ha dado el mayor asentamiento de habitantes de niveles socioeconómicos bajos, tanto en terrenos no urbanizados, como en aquéllos cuya urbanización es deficiente o, como en los casos de localidades absorbidas por el proceso de expansión urbana, con una infraes-tructura y equipamiento no diseñado para responder a la aglomeración creciente.

Este territorio constituye parte de lo que podemos llamar la gran megalópolis del centro del país. Se localiza al oriente del estado de México, entre los límites con el Distrito Federal y el estado de Morelos al poniente y los estados de Hidalgo, Tlaxcala y Puebla al oriente. Se integra (según la memoria técnica del Proriente) por 37 municipios con una superficie cer-cana a los 4,000 km2, correspondiendo al 17% de la superficie total del estado de México e incluye 653 localidades de las cuales para el año 2000 86 eran urbanas y 567 rurales(Rébora, 200:37).

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Para 1995 la población total del oriente, alcanzó 5.35 millones de habitantes, correspon-dientes a 43.69% del total estatal y a 31.1% del total de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM). Para el año 2000 eran 6.63 millones de habitantes que habitaban en el oriente del estado de México y 20.15 millones para la ZMCM; la población de esta zona re-presenta 32.9% del total metropolitano, incrementando sistemáticamente su participación al ser el área con mayor presión para ampliar el espacio metropolitano.

Mientras que en 1995 los municipios del oriente representaban 43.7% de la población del estado, para el año 2000 se incrementó a 44.6%, lo que confirma al oriente de la ZMCM como la de mayor dinámica poblacional. El 39.6% de la población del oriente del estado de México nació en otra entidad federativa, lo que refleja su importancia como receptora de migrantes2.

Es en esta zona en donde se ha orientado buena parte del crecimiento metropolitano de los últimos años, siendo la principal receptora de población que se traslada fundamental-mente del Distrito Federal, así como de los estados de Morelos, Hidalgo, Puebla y el mismo estado de México.

Lo anterior se puede corroborar, toda vez que, según la regionalización socioeconómica realizada por el gobierno del estado, tomando las ocho regiones y, a partir del análisis hecho por Guevara y Barreto (1995), tenemos que para 1950 la región con más habitantes era la V, localizada al noroeste del estado y en donde sobresalen los municipios de Ixtla- huaca, San Felipe del Progreso, Acambay, Aculco y El Oro. En esta región residía el 23.4% del total de la población de la entidad; la segunda región en importancia era la región I en donde se locali-zan municipios como Toluca, Lerma, Metepec, Ocoyoacac, San Mateo Atenco, Tianguiztengo, Almoloya de Juárez, principalmente con un 23.1% de la población total. La región menos po-blada era la VII, localizada en el extremo noroeste con tan sólo el 2.6% de la población de la entidad. Para 1970 la región VII continuaba siendo la más despoblada con 1.3%, sin embargo la distribución de la población muestra los cambios ocurridos en las regiones, debido funda-mentalmente al proceso de concentración urbana de la población de la entidad.

De esta manera, se puede observar que el 32.2% de la población total del estado, se concentraba en la región II, localizada al norte de la entidad, limítrofe con el D.F.; la segunda región más poblada era la III, localizada al este de la entidad con el 30%, mientras que la región I concentraba el 14.7% del total. Asimismo, si vemos la distribución de la población rural-urbana al interior de estas dos regiones, tenemos que para el mismo año de 1970, 69.4% era urbana en la región II y 86% en la región III, en tanto que en la región I el 68% era urbana. La tendencia a la concentración de la población de la entidad en las regiones II y III se consolidó durante los siguientes veinte años, de tal manera que para 1990 casi el 40% vivía en la región III, seguida de la región II en donde residía el 34.8% del total de la población de

2 Los datos estadísticos que se presentan son tomados de Rebora Togno Alberto, quien los tomó de la memoria técnica del Proriente, Toluca, 1995 y son complementados con las cifras del Censo de población INEGI, 2000.

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la entidad, y la I con el 11.8%. En cuanto a la población rural-urbana, en 1990 en la región III 97.6% era urbana; en la II 94.4% y en la I 79.4%.

Para la década de los noventa la función dinamizadora de los municipios de Nezahualco-yotl, Ecatepec, Ixtapaluca y Valle de Chalco asumió la forma de crecimiento urbano a través de un patrón de densificación del espacio ocupado, acompañado a la vez de una intensa urbanización de la periferia metropolitana en áreas rurales, mediante un patrón disperso de baja densidad poblacional que, de continuar la actual tendencia de crecimiento, pasará de un patrón de expansión territorial a uno de densificación.

Esta elevada concentración poblacional presenta bajos índices de ocupación productiva declarada, con sus consecuentes repercusiones en un deterioro gradual de su nivel y calidad de vida por los escasos ingresos promedio.

La mayor parte de estos pobladores son pobres y se asientan en cualquier espacio que les sea permitido, independientemente de la legalidad de asentamiento o de la existencia de servicios públicos o equipamientos para la vida urbana.

Estos asentamientos han sido producto de la carencia de políticas orientadas a atender las contradicciones que genera el mercado inmobiliario especulativo incapaz de ofrecerles lotes habitacionales con los servicios y las características que exige la legislación y el siste-ma de planeación del desarrollo urbano, ya que los pobladores son “expulsados” por la vía del incremento sistemático del costo de vida dentro del Distrito Federal, encontrando en el estado de México y especialmente en los municipios del oriente, lugares “baratos” que por ello, son ilegales y carecen de los servicios públicos y equipamientos que propicien mejores condiciones de vida de sus habitantes.

El oriente tiene probablemente, los más graves problemas de urbanización del estado y de la ZMCM, no sólo por la multitud de asentamientos espontáneos que han dado origen a ciudades como las del Valle de Chalco, sino por la caótica localización de fábricas y servicios, que han llegado a límites territoriales y ambientales que exigen solución inmediata.

La infraestructura de comunicaciones presenta dos grandes retos: por una parte, es clara-mente insuficiente para las necesidades actuales y previstas de la población y las actividades económicas; por la otra, no se ha aprovechado debidamente su capacidad como elemento ordenador del territorio, permitiéndose la urbanización espontánea sin control ni planeación a lo largo de las vialidades regionales (carreteras urbanas y suburbanas).

Para el año 2000, el oriente concentraba 43.3% de la Población Económicamente Activa (PEA) del estado. El 56.5% se ubicaba en el sector terciario, 36.6% en el secundario y 3.6% en el primario, correspondiendo la diferencia a los no especificados.

Algunos indicadores de bienestar social para ubicar la situación de esta zona de la metró-poli con relación a la entidad, muestran que en lo general presenta mejores condiciones que

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el promedio de la entidad. Por ejemplo, 38.5% de los municipios del estado presentan con-diciones de marginalidad alta o media, frente a solo 10.8% de los del oriente del estado.

El estado cuenta con 9% de población analfabeta (de 15 años y más) mientras que la región sólo tiene 6.3%. En el caso de acceso a servicios de salud, el oriente concentra el 23.3% de las unidades médicas en servicio del sector salud. De éstas en un extremo se tiene el 22.5% de las consultas externas y, en el otro extremo el 83.3 por ciento de las hospitaliza-ciones especializadas.

En lo que corresponde a la dinámica demográfica del oriente, un porcentaje considerable de la población es de origen externo a la entidad; así tenemos que en cuanto a los muni-cipios con mayores porcentajes de población no nativa, los principales son: Coacalco con 71.3%; Ecatepec con 64.9%; Nezahualcóyotl con 59.5%3.

La atracción de población de los municipios del oriente, la perfila como predominante-mente urbana. Esta situación se acentúa en los municipios de Ecatepec y Nezahualcóyotl que para 2005 contaban con 1, 584,393 y 1,111, 612 que son más de 2 millones y medio de habitantes, concentrando cerca de un 20% de la población total del estado.

Esta zona ha tenido un papel muy importante en las transformaciones urbanas ocurridas en la metrópolis de la ciudad de México en los últimos cuarenta años, pero particularmente durante las décadas de los 70 y 80, cuando la metrópolis experimentó un crecimiento basa-do en la expansión territorial, teniendo como ejes de ese fenómeno, los municipios arriba citados.

Esta situación tuvo un efecto en la atracción poblacional por la demanda de servicios públicos, infraestructura y de vías de comunicación y medios de transporte, propiciando una expansión del espacio ocupado, tanto en estos municipios, como en los aledaños, la mayor parte de las ocasiones de manera irregular, atrayendo población tanto del distrito federal, como del interior del país, como ya se ha señalado, transformando terrenos rurales en urba-nos. Así podemos ver cómo Ecatepec tenía una de población rural en 1950 que representaba un 53.1%, ya para 1990 era de 0%.

Este fenómeno de expansión territorial se puede observar según la información de CO-NAPO, que para 1995 se habían incorporado a la ZMCM los siguientes municipios del esta-do de México: Cocotitlán, Chiautla, Chiconcuac, Huehuetoca, Coyotepec, San Martín de las Pirámides, Teotihuacán, Tezoyuca, Temamatla y Valle de Chalco, y en el estado de Hidalgo, Tizayuca4.

3 Ver Guevara, J. P. y Barreto, A. (1995). Diagnóstico de la evolución de la dinámica poblacional en el Estado de México. 1950-1994, Consejo Estatal de Población y El Colegio Mexiquense, A.C., México, p.130.

4 Ver CONAPO (1998). Esenarios demográficos y urbanos de la �ona Metropolitan de la Ciudad de México, 1990-2010, Serie Estudios Regionales, México, p. 81.

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El oriente es el que está experimentando un mayor dinamismo de toda la Zona Metropo-litana de la Ciudad de México, ya que esta gran concentración de la población ejerce presión social al demandar infraestructura urbana, servicios de todo tipo, empleo y vivienda, entre otros, sin contar con que las proyecciones de la población de esta región para los próximos diez años son de aproximadamente entre 3 y 5 millones de habitantes más de los que actual-mente tiene, lo que significará entre 9 y 11 millones de habitantes.

Por otra parte, es importante señalar que algunos de los municipios que integran la región II, tienen su ubicación al oriente de la entidad, además de compartir esta situación geográfica con los municipios de la región III, comparten vías de comunicación, algunos rasgos de iden-tidad tales como tradiciones y costumbres, aparte de que algunas actividades económicas y sociales se realizan entre estos municipios.

3. Dinámica de urbanización de Ecatepec de Morelos

En el oriente de la ZMCM están localizados dos municipios preeminentes: Ecatepec de Mo-relos y Nezahualcóyotl, cuyos habitantes son aproximadamente tres millones. Por tal motivo, es importante investigar los cambios ocurridos en la estructura territorial de estos munici-pios para comprender su dinámica de urbanización. En este trabajo se aborda el estudio del sentido de estos cambios ocurridos en el municipio de Ecatepec de Morelos, estado de México.

En principio, las transformaciones en la estructura territorial del municipio se pueden comprender al observar que, para 1950, Ecatepec tenía una población rural que represen-taba un 53.1 %, ya para1990 era de 0 %. Este municipio ha tenido un papel muy importante en las transformaciones urbanas ocurridas en la Zona Metropolitana de la Ciudad de Méxi-co en los últimos cuarenta años, pero particularmente durante las décadas de los 70 y 80, cuando la ciudad experimentó un crecimiento basado en la expansión territorial, siendo el municipio de Ecatepec, junto con otros municipios del estado de México, ejes fundamentales de este proceso expansivo, teniendo un efecto en la atracción poblacional por la demanda de servicios públicos, infraestructura, vías de comunicación y medios de transporte, atrayendo población tanto del Distrito Federal, como del interior del país, transformando terrenos rura-les en urbanos ocupados por habitantes no nativos del municipio, que representan el 64.9% de su población5.

El papel preeminente del municipio de Ecatepec se consolida durante la década de los noventa, mediante obras de infraestructura, equipamiento, servicios urbanos, educativos, médicos, de esparcimiento, etcétera. Para el año dos mil, las estructuras urbanas se man-

5 Ver Guevara, J. P. y Barreto, A. (1995). Diagnóstico de la evolución de la dinámica poblacional en el Estado de Méxi-co, 1950-1994, Consejo Estatal de Población y El Colegio Mexiquense, A.C. , México, p.130.

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tienen casi iguales, pero con un aumento en la concentración demográfica con un índice del 822 habitantes/km2. 6

Durante este primer lustro del siglo ��I, las obras realizadas en la década anterior po-sibilitaron el establecimiento de grandes cadenas comerciales y de servicios, al tiempo de incrementar los servicios educativos y de salud, entre otros.

Durante la década de los ochenta, el municipio observa un patrón de densificación de-mográfica, correspondiendo a la etapa de metropolitanismo de suburbanización y una inci-piente desurbanización. Este proceso se consolida en los noventa y en el primer lustro de la actual década.

4. Estructura territorial

En la actualidad, Ecatepec de Morelos es el más poblado de los municipios del estado de México que forman parte de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, ya que para el año dos mil su población era de 1, 622, 697, mientras que para el dos mil cinco era de 1,584,393, con un grado de urbanización de 99%7.

Por su localización al noreste de la ZMCM, se ha convertido en un lugar estratégico al ser una puerta de entrada de Pachuca y, con ello, del noreste del país y del Golfo de México hacia la Ciudad de México, a través del sistema vial del estado de México. Además, forma parte fundamental de la región más poblada del estado, denominada Valle Cuautitlán-Tex-coco, concentrando una parte significativa de las actividades industriales y de servicios, así como de habitación popular, lo que genera una demanda de infraestructura y equipamiento urbano.

El área urbana está constituida por las localidades tradicionales, las zonas habitaciona-les y la zona industrial que, en conjunto, abarcan el 55.28% del territorio municipal, cuya característica es carecer de una estructura urbana ordenada y planeada que corresponda a una política coherente. Por el contrario, la urbanización ha respondido a la dinámica de expansión ya señalada.

El municipio se conforma por ocho distritos urbanos:

• Distrito de las Zonas IV y V. Se ubica al sur del municipio y se delimita al poniente por el Gran Canal del Desag�e; al norte por el Canal de las Sales y al oriente y sur por el límite municipal; cuenta con una población de 755,989 habitantes aproximadamente. Es un distrito predominantemente habitacional, mezclado con usos comerciales y de servicios en menor proporción.

6 Ver Moreno Pérez, Orlando (2007). Desarrollo Económico y urbanización en el Oriente de la �MCM. 1980-2010, Tesis de doctorado, FFYL, UNAM, p.122.

7 Datos tomados del XII Censo de Población y Vivienda 2000 y del Conteo de Población 2005, INEGI.

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• Distrito Xalostoc–Jajalpa–Tulpetlac. Se extiende a lo largo del municipio en sentido nor-te sur y se delimita al oriente y norte por el Gran Canal; al poniente por la Vía Morelos y al sur por el límite municipal; cuenta con una población de 93,239 habitantes aproximadamente. Es un distrito predominantemente industrial con mezcla de usos habitacionales y comercia-les.

• Distrito Zona Poniente. Se ubica al poniente del municipio y se delimita al poniente por el Parque Estatal Sierra de Guadalupe; al oriente por la Vía Morelos, al sur por el límite mu-nicipal y al norte por la Av. Insurgentes. Es un distrito predominantemente habitacional con mezcla de usos comerciales, de servicios e industriales, en menor proporción. Cuenta con una población de 259,028 habitantes.

• Distrito San Cristóbal. Se ubica al poniente del municipio y se delimita al norte por la Vía López Portillo, al poniente por el límite municipal, al oriente por la Vía Morelos y al sur por el Parque Estatal Sierra de Guadalupe. Cuenta con una población de 82,741 habitantes aproxi-madamente. Es un distrito predominantemente habitacional mezclado con usos comerciales y de servicios en menor proporción.

• Distrito Guadalupe Victoria. Se ubica al norponiente del municipio y se delimita al sur por la Vía López Portillo, al oriente por el ex ejido de Santo Tomas Chiconautla y al norte y poniente por el límite municipal. Cuenta con una población de 60,001 habitantes aproxima-damente. Es un distrito predominantemente habitacional.

• Distrito Jardines de Morelos–Llano de Báez. Se ubica en la parte centro del Municipio y se delimita al poniente por la Av. Nacional, al norte por la autopista México-Pirámides, al oriente por el límite municipal y al sur por la Av. Matamoros y Av. Central. Cuenta con una población de 186,836 habitantes. Es un distrito predominantemente habitacional con mez-cla de usos comerciales en menor proporción.

• Distrito Sosa Texcoco. Se ubica en la parte centro del Municipio y se delimita al norte por la Av. Matamoros, al poniente por la Av. Central, al sur por el Canal de las Sales y al poniente por el Depósito de Evaporación Solar “El Caracol”. No cuenta con población residente por ser baldío.

• Distrito Chiconautla. Se ubica al norte y nororiente del Municipio. Se delimita al sur por la autopista México-Pirámides y la Av. Central; al norte y oriente por el límite municipal y al poniente por el ex ejido de Santo Tomás Chiconautla. Cuenta con una población de 184,863 habitantes aproximadamente. Es un distrito predominantemente habitacional mezclado con usos comerciales y de servicios en menor proporción8.

8 Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Ecatepec, julio 2003. Gobierno del Estado de México, Secretaría de De-sarrollo Urbano y Vivienda.

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Población

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Densidad

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Los datos de la cantidad de población en cada distrito se obtuvieron de acuerdo a estima-ciones realizadas en función de la población registrada en las Áreas Geoestadísticas Básicas (AGEB) del año de 1995 y considerando que las AGEB que forman parte de las zonas conso-lidadas del municipio, no crecieron de manera considerable, y por otro lado, en las partes que se desarrollaron hasta el año 2000, se estimaron de acuerdo con las densidades de los nuevos desarrollos habitacionales.

Por lo que se refiere a los usos del suelo y tipos de vivienda tenemos los siguientes da-tos9:

- Habitacional densidad alta H66. Ocupa 2,103.81 has. Se ubica principalmente en las zo-nas de San Isidro Atlautenco, Llano de los Báez, Los Héroes, La Guadalupana, Izcalli, Ecatepec, Jajalpa, Guadalupe Victoria y al sur de la vía López Portillo.

- Habitacional densidad media H125 y H100. Ocupan 4,969.09 has. y se ubican principal-mente en las zonas de Ciudad Cuauhtémoc, Guadalupe Victoria, Jardines de Morelos, al poniente de la autopista México-Pachuca y en la zonas IV y V.

- Centro urbano CU. Ocupa 140.0 has. Se ubica en San Cristobal, la Central de Abastos, centro de Guadalupe Victoria, Tulpetlac, Ciudad Azteca, Valle de Aragón, Amplación Joyas de Ecatepec, Jardines de Morelos 5ª. Sección y Sección Moctezuma de Ciudad Cuauhtémoc.

- Corredor Urbano CRU. Este uso está ligado a las vialidades primarias del municipio y ocupa una superficie de 786.1 has.

La concentración de población, así como su alta densidad de 822 hab/km2, que ocupa el 40% del territorio total del municipio que es de 18, 690 has., lo convierte en un caso emble-mático de hacinamiento urbano, característico de una urbanización popular, con todas las consecuencias que esto conlleva, tanto en la degradación de las condicones materiales de vida, como en su impacto en el ambiente.

Conclusiones

Por las características de urbanización del municipio descritas en los puntos anteriores, se puede plantear que, el caso de Ecatepec de Morelos, es una muestra de las características de una urbanización de la pobreza, resultado de la implantación de las llamadas “políticas de ajuste estructural”, a partir de la imposición de medidas de políticas públicas diseñadas por el Banco Mundial y demás instituciones bancarias, orientadas a la reestructuración eco-nómica, y que en el nivel urbano se han manifestado bajo la forma de expansión urbana ordenada por las fuerzas del mercado, particularmente, de los grupos que , con el apoyo y la connivencia de los distintos niveles de gobierno, controlan el mercado del suelo. Un aspecto fundamental es que, a pesar de que el país ha experimentado durante los últimos veinticinco años un estancamiento económico que ha producido un creciente desempleo urbano, tra-

9 Ibid.

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yendo una baja en los salarios reales, se da una expansión urbana, por lo que ésta significa un ensanchamiento de grandes zonas de pobreza y degradación urbana.

Por otra parte, la concentración de la población asentada de manera desordenada, ha propiciado el hacinamiento que experimentan estas zonas empobrecidas y que se pueden entender en dos etapas. La primera, ocurrida durante las décadas de los setenta y ochenta y que corresponde al período de expansión urbana, caracterizadas por la ocupación del suelo con una tenencia irregular, sin servicios ni equipamiento y que, posteriormente, se fue re-gularizando, equipándose y recibiendo servicios públicos de baja calidad. Durante la última parte de este período y, como consecuencia de la inexistencia de una política de planeación urbana ordenada y coherente, se dejó en manos de los especuladores inmobiliarios la crea-ción de fraccionamientos que, en muchos casos no cumplían con la reglamentación para la construcción de viviendas, ni contaban con el equipamiento y servicios necesarios, con lo cual las condiciones materiales de vida de la población se degradaron rápidamente.

La segunda etapa, ocurrida durante la década de los noventa y lo que va de la actual dé-cada, período que corresponde al patrón de densificación, caracterizada por la producción de grandes unidades habitacionales controladas por las grandes compañías inmobiliarías, apoyadas por el gobierno federal, a través del diseño de políticas de promoción de vivienda popular, con fondos bancarios y federales. La proliferación de este tipo de producción masiva de viviendas, necesariamente se ha realizado en terrenos cuyas condiciones no siempre son las más adecuadas para soportar grandes cantidades de viviendas, ni se cuenta con los servi-cios públicos, las vías de comunicación y el equipamiento adecuados. El caso más emblemá-tico lo tenemos en el mega proyecto de “Las Américas”, construído en parte de los terrenos que antiguamente fueron la empresa de Sosa Texcoco, productora de sosa cáustica; por lo que, estos terrenos son completamente salitrosos y no cumplen con las normas necesarias para tener el uso de suelo habitacional. Sin embargo, junto a la zona habitacional de 13 mil viviendas, se construyó un centro comercial que, en menos de dos años se ha convertido en el más importante de todo el noreste de la ZMCM.

Así, el panorama descrito revela un municipio con gran concentración de población po-bre, haciendo de éste un área degradada, tanto en lo social, como en lo urbano y en lo ambiental. En este último aspecto, podemos decir que el impacto que este tipo de concen-tración urbana ha traído sobre el ambiente, se expresa en una mayor demanda de servicios básicos tales como:

• Agua potable. La red existente de agua potable es crecientemente insuficiente para dotar a tanta población, afectando a toda la comunidad al tener que distribuirse por tandeo. Esta utilización intensa del vital líquido hace que se sobreexploten las fuentes abastecedoras, lo que en el mediano plazo se traducirá en una mayor escasez de este recurso, haciendo insostenible el crecimiento poblacional.

• Lo mismo ocurre con otros servicios tales como el de limpia de los espacios públicos, que no pueden responder de manera eficaz a la generación de desechos de todo tipo.

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• No existe un servicio público eficiente de manejo y disposición final de desechos sólidos generados en estas concentraciones urbanas.

• No exiten áreas verdes públicas, ni de recreación, ni espacios suficientemente acondi-cionados para la práctica del deporte.

• No existe una red de vías de comunicación, ni de medios de transporte, acorde con la demanda de la población del municipio, provocando graves problemas de contaminación aérea y de ruído por la emisión de gases y sonídos, producidos por vehículos automotores.

Estos impactos generan costos ambientales que, en muchos casos no se pueden inter-nalizar por los actores involucrados, principalmente los urbanizadores, tanto privados como gubernamentales. Esto es debido a que no exite en la legislación urbana vigente, en ningún nivel de gobierno, una figura jurídica que obligue a estos actores a asumir su responsabilidad y pagar los costos ambientales, generando con ello deseconomías ambientales.

Esto ocurre por el hecho de que la población pobre, como es la mayoría que habita en este municipio, tiene que pagar más caro el uso de los servicios de baja calidad, ya que tiene que pagar, por ejemplo el servicio de agua, sin que tenga suficiente; tieniendo que pagar por el abastecimiento que le ofrecen las pipas que, aunque sean públicas, cobran. De esta mane-ra, al tener que pagar doble, el servicio les sale más caro. Lo mismo ocurre con el servicio de recolección de basura, que tendría que ser ofrecido por el municipio, pero que es controlado por los “burreros” que cobran por la recolección y, sin embargo, es un servicio ineficiente e insuficiente.

Por todas estas razones y muchas más, se da un proceso de degradación del ambiente socio-urbano que no es más que una expresión más de la pobreza urbana, característica del municipio más poblado del estado de México.

Bibliografía

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Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Ecatepec, julio 2003, Gobierno del Estado de Méxi-co, Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.

Rébora Togno, Alberto (2000). ¿Hacia un nuevo paradigma de la planeación de los asenta-mientos humanos? Políticas e instrumentos de suelo para un desarrollo urbano sostenible, incluyente y sustentable. El caso de la Región Oriente en el Valle de México, PUEC, UNAM, El Colegio Mexiquense, A.C., Gobierno de la Ciudad de Méxi-co, Miguel Ángel Porrúa, México.

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Sergio Flores González �

Resumen

El crecimiento poblacional a nivel mundial sigue siendo muy elevado; a ese proceso le conti-núa una elevada concentración de las actividades económicas, y la configuración de un con-junto de mega-regiones urbanas que están afectando la relación con el entorno y de forma especial con los recursos naturales y el medio ambiente.

Nunca antes como ahora, sociedades y gobiernos deben realizar, de forma conjunta y coordinada, los retos que se derivan de esta problemática tan compleja. Ésta es la impor-tancia de las políticas públicas y su relación con la promoción del desarrollo sustentable, en una región estratégica como la del centro del país, pues las amenazas y riesgos que hoy se presentan rebasan los límites territoriales y temporales.

El objetivo general de este trabajo es conocer, analizar y dimensionar los alcances de las políticas públicas que ha promovido el Estado mexicano en materia de sustentabilidad ur-bana en la región centro del país, para conocer su impacto en la calidad de vida de la socie-dad2.

Introducción

El trabajo consta de tres apartados; en el primero se aborda el marco epistémico que trata de la relación entre políticas públicas y sustentabilidad. Aquí se analizan las fases y caracte-rísticas del proceso convencional de la política pública y se aborda el enfoque de la función pública en el buen gobierno, como herramienta vinculada al cumplimiento de las metas del sector público.

�Doctor en Urbanismo por la UNAM, actualmente adscrito a la Facultad de Ingeniería de la BUAP, y miembro del SNI nivel II, e-mail: [email protected]

2 El presente trabajo representa avances de un proyecto de investigación que, con el título: Políticas públicas para la promoción del desarrollo sustentable en México, el autor se encuentra realizando.

Políticas públicas y desarrollo sustentable.

El caso de la región centro de México

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En el segundo apartado se abordan el contexto internacional tanto del crecimiento po-blacional a nivel mundial, de América Latina y el Caribe, y de México (periodo 1975-2015), así como una revisión de las principales reuniones internacionales que han tratado el asunto del hábitat y del medio ambiente, durante las décadas recientes. De alguna forma, este es un indicador que muestra la importancia creciente que tiene la comunidad internacional en esta problemática.

En el tercer apartado se incluye un análisis detenido del acelerado crecimiento de la po-blación urbana en el país, y del comportamiento de algunos indicadores en la región centro como el crecimiento poblacional, por entidad federativa, así como un cuidadoso análisis de los instrumentos jurídicos e institucionales de que se dispone, para promover el desarrollo urbano-regional. En esta misma sección se analizan las dimensiones del desarrollo susten-table y se identifican los principales sectores de la administración pública que intervienen directamente en la promoción de dichas políticas.

En el último apartado se incluyen las conclusiones y recomendaciones. De las primeras destaca la necesidad de establecer mecanismos de coordinación y divulgación para lograr una mayor efectividad entre la población. De las segundas se establece la necesidad de pro-mover un sistema de evaluación y monitoreo permanente, así como aplicar las medidas co-rrectivas pertinentes.

1. Marco epistémico: Relación entre políticas públicas y sustentabilidad

Tanto en la ciencia política como en la administración pública, cobra una especial relevancia el asunto de las políticas públicas. Esto incluye su formulación, análisis, evaluación e instru-mentación. El concepto de política pública se define como un programa de acción de una autoridad dotada de poder político y legitimidad gubernamental, que incide en un sector de la sociedad y en un espacio geográfico determinado.

La sustentabilidad es un eje de la actuación gubernamental que se ha convertido en el centro de diversas acciones, en el que confluyen diversos sectores. La integración de políticas públicas relacionadas con la sustentabilidad está en la fase de formulación y análisis.

La administración pública es una institución que está identificada con el diseño, promo-ción y transformación de las fuerzas positivas y creadoras que pueden permitirle a la socie-dad acceder a mejores condiciones y niveles de vida. Por esto, la esencia de la administración pública se vincula con la vida pública y las expectativas que la sociedad tiene de sus acciones. Su compromiso a favor de la equidad e igualdad, le otorgan un lugar central en la convivencia pública; la sociedad tiene mayores posibilidades para desarrollarse y alcanzar la eficiencia de sus capacidades económicas. Diversos especialistas señalan que la política es un proceso que se desenvuelve por etapas, cada una de las cuales posee actores, restricciones, decisiones,

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desarrollos y resultados propios.3 La idea es que el diseño y aplicación de la política, como proceso, implica un dispositivo analítico, intelectualmente construido para fines de modela-ción, ordenamiento, explicación y prescripción.

En esa virtud, se señala que tal proceso pertenece a un orden lógico más que cronológico. La idea de integrarla por etapas, corresponde al propósito de reconocer distintos compo-nentes necesarios e interdependientes como parte de un solo proceso. En el ejercicio de la política, estas etapas pueden sobreponerse y suponerse unas a otras, condensarse alrededor de una sola, anticiparse o atrasarse, repetirse o incluso ejecutarse parcialmente. La política y su ejercicio son procesos perfectibles, cambiantes y adaptables. Para fines analíticos se habla de etapas, lo que implica disgresión o separación absoluta en el mundo real. Se ha-bla también de “ciclos de la política” que comprenden normalmente fijación de la agenda, análisis de la cuestión, implementación, evaluación y terminación. En general, autores como Brewer y De León hablan de seis fases, que comprenden: iniciación, estimación, selección, implementación, evaluación y terminación (ver Figura 1).

En la gráfica referida, se observan las fases y características del proceso convencional de la política pública. En cada una de ellas se señalan los rasgos distintivos que las identifican, así como su interrelación. En la fase de iniciación interesa el planteamiento del problema, así como la definición de objetivos y el diseño de opciones. En la fase de estimación interesa la investigación de conceptos, el examen del impacto con la intervención o sin ella, el análisis de posibles consecuencias y la definición de criterios e indicadores para la ejecución de las políticas. Por lo que toca a la fase de selección, en ella los diseñadores analizan y debaten las distintas opciones, establecen compromisos, negociaciones, ajustes, revisan la integra-ción de elementos ideológicos y no racionales, e integran la asignación de la responsabilidad ejecutiva. La fase de implementación considera el desarrollo de normas, procedimientos y lineamientos para la ejecución; modificación de las decisiones según restricciones operativas y la definición de objetivos y programa con calendario de ejecución. En la fase de evaluación, se realiza una comparación entre las expectativas y lo ejecutado, así como se hace una de-limitación de responsabilidades para las acciones no ejecutadas. En la fase de terminación se determinan costos, consecuencias por suspensión o reducción de actividades, se integra un factor de corrección y mejoramiento y se hace una especificación de nuevos problemas en ocasión de la terminación del ciclo de diseño y ejecución de la política pública. Se debe señalar que éste es un esquema convencional que no considera todos los detalles de los factores multisectoriales, que en la compleja realidad subsisten. La utilidad de modelos en la administración pública, permiten referirse de forma simplificada a las fases y rasgos de ma-yor importancia presentes en el proceso de la formulación de la política pública. Las políticas públicas de tipo urbano-regional deben estar orientadas a:4

3 Ver Aguilar Villanueva, Luis F. (compilador) (1996). Problemas públicos y agenda de gobierno, Tercera antología. México, Miguel Ángel Porrúa, Grupo Editorial, segunda edición, p.18.

4 Flores González, Sergio (2004). Sistema de ciudades y desarrollo regional en el Estado de Tlaxcala, 1970-2000. Puebla, coedición buap-coltlax-conacyt-Coordinación General de Ecología, primera edición, p.120.

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• Mejorar las instancias de planeación para lograr el desarrollo urbano-regional sustenta-ble equilibrado.

• Lograr un proceso de desarrollo urbano-regional, basado en la integración de merca-dos.

• Lograr un incremento del valor agregado en las cadenas productivas.• Impulsar el desarrollo rural integral.• Incentivar la inversión privada en sectores prioritarios para el desarrollo.• Disminuir las disparidades intrarregionales.

Figura 1. Fases y características del proceso convencional de la política pública

Fuente: Aguilar Villanueva, Luis F. (compilador) (1996). Problemas públicos y agenda de gobierno, terce-ra antología. México, Miguel Ángel Porrúa, Grupo Editorial, segunda edición, pp. 20-21.

Por lo que se refiere al “buen gobierno”, la mayor parte de analistas señalan que las so-ciedades deban poseer administraciones y estructuras que respondan a las expectativas de la ciudadanía, mejorando la calidad de vida, promoviendo el crecimiento económico, alen-tando la reducción de la pobreza y la desigualdad social, así como consolidando los sistemas democráticos y de amplia participación social (Stoker, 1998).

La “gobernabilidad” nace bajo el signo de la crítica al Estado proveedor, caro, ineficaz, ver-tical e intervencionista, y convoca a los actores de la “sociedad civil” a tomar en sus manos la gestión del poder y a sentar las bases de un nuevo tipo de Estado racional, democrático y eficiente (Graña, 2005:14-18). El Estado asume una función esencial en la instauración de un orden jurídico estable; el mantenimiento de la seguridad interior; la creación de condiciones

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propicias para la actividad económica y el empleo, lucha contra la pobreza; protección del medio ambiente, educación, formación y salud.

Por lo que se refiere al desarrollo sustentable, es preciso atender la planeación para el cuidado y mejoramiento de los recursos naturales, humanos, sociales, económicos y tecno-lógicos, así como procurar que los patrones de consumo actual no afecten el bienestar de las generaciones futuras. Para eso es preciso modernizar la gestión institucional, especialmente en los países en desarrollo, con personal técnico, sistemas de información, mecanismos le-gales y administrativos.

Legislar, atender y regular la función pública, el servicio civil de carrera, el nivel de con-fianza de los ciudadanos en la administración pública y la eficacia gubernamental en la lucha contra la corrupción. El Estado debe atender cuestiones básicas e iniciar desde lo local mediante la descentralización de responsabilidades, el compromiso de la comunidad y el cambio de prioridades, así como aplicar un manejo adecuado de los recursos de propiedad pública y mejorar la gestión de la demanda para una mayor eficiencia.

Las empresas deben incentivar un cambio organizacional profundo, impulsar la responsabili-dad ambiental mediante el fomento de tecnología limpia y buenas prácticas, así como promover procesos de mejoramiento continuo.5

2. Contexto Internacional

El fenómeno de la globalización impacta todos los órdenes de la actividad social, el creci-miento económico, las relaciones comerciales, financieras, productivas y tecnológicas.

El actual entorno mundial identificado por la enconada competencia entre EE.UU., Ja-pón y la Unión Europea, por la redistribución de los mercados, configura una multipolaridad económica que contrasta con la presión integradora, uniformizadora y globalizadora de los organismos financieros multilaterales (Calva, 2001: 16). Un factor de primera importancia lo constituye el acelerado crecimiento poblacional.

En el Cuadro 1 se puede observar que el total de la población mundial, en el año de 1975 era de 4 068 millones de habitantes; para el año 2002 el total de la población aumentó en 53.02% lo que significa que la población fue de 6 225 millones de habitantes. El PNUD estima que la población para el año 2015 será de 7 197 millones de habitantes, lo que significaría un aumento del 76.91% en 40 años. Si esta información la comparamos con América Latina podemos observar que para el año de 1975, la población en este continente fue de 317.9 millones de habitantes, lo que representa 7.81% del total de la población mundial. Para el año 2002, la población en América Latina con respecto a la población mundial aumentó un 0.7%.

5 Véase Natalichio, Ricardo (2007). “Tema especial: Desarrollo Sustentable”, en: www.ecoportal.net, marzo.

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La forma vertiginosa en la que está creciendo la población humana indica que durante el periodo 1975-2002, nuestro país aumentó de 59.1 a 102 millones de personas; América Latina lo hizo con un aumento de 317.9 millones a 530.2 en el mismo periodo; y en el con-texto mundial los ritmos de crecimiento aunque menores, comparativamente hablando, no dejan de ser elevados, pues a esa escala la población aumentó de 4 068 a 6 225 millones de pobladores. De acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) la tendencia de crecimiento demográfico muestra que esos ritmos continuarán para los próximos diez años (ver Cuadro �).

Ahora bien, en el plano mundial, México representaba para el año de 1975 el 1.45% de la población total; al mismo tiempo que representaba, para ese año, un 18.59% del total de la población en Latinoamérica. Para el año de 2002 México había incrementado su población en 72.5%, es decir, en 27 años aumentó cerca de tres cuartas partes de la población total del país, lo que representó 1.63% de la población total mundial para ese año. El Programa para el Desarrollo de la ONU valora que para el año 2015, la población total en México será de 119.6 millones de habitantes, es decir 14.71% con respecto al año 2002, lo cual significa que la tasa de crecimiento demográfico se encuentra en un estado de disminución con respecto al periodo de 1975 al 2002.

Cuadro 1. Población mundial, en América Latina y México, 1975-2015(En millones de habitantes)

(1) Se consideran 176 países.(2) Incluye los países de América Latina y el Caribe.Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe sobre Desarrollo Humano 2004, México; Mundi Prensa, p.�53.

La situación del medio ambiente no es problema de unos cuantos; es un proceso que atañe a todos los seres humanos que buscan una mejor calidad de vida y un desarrollo pleno de facultades en un mundo regido por el libre comercio y la explotación de materias primas. Por otra parte, ya no se pude hablar sólo de desarrollo. Este concepto acuñado al término de la II Guerra Mundial, hoy es insuficiente: requiere de una adecuación un tanto más compleja,

Población Total Mundial(1) América Latina México(en millones) y el Caribe(2)

Población total 19754068 317,9 59,1

Población total 20026225 530,2 102

Población total 20157197 622,5 119,6

Población urbana Mundial América Latina México(%) y el CaribePoblación urbana 1975

37,2 61,2 62,8Población urbana 2002

47,8 76,2 75,2Población urbana 2015

53,5 80,8 78,8(1) Se consideran 176 países(2) Incluye los países de América Latina y el CaribeFuente: Informe sobre Desarrollo Humano 2004, Programa de lasNaciones Unidas para el Desarrollo, página 153

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asociada ahora a la sustentabilidad. Esta adecuación da origen al nuevo concepto “desarrollo sustentable”, que significa “aquél que satisface las necesidades del presente sin restringir la posibilidad de que las generaciones futuras satisfagan las suyas” (The World Commission on Environment and Development, 1987).

Los asuntos del medio ambiente han sido tratados por la comunidad internacional, cuan-do menos de forma directa y continua desde 1972. En la medida en que los efectos negativos en el territorio, la calidad de vida y los recursos naturales se fueron acentuando, la comu-nidad internacional fue interviniendo de forma creciente y consistente en dichos asuntos. Existe una relación directa entre los niveles elevados de urbanización y la afectación negativa de los recursos naturales elementales: agua, aire y suelo.

El Cuadro 2 muestra una serie cronológica de reuniones internacionales sobre hábitat y medio ambiente a lo largo de las tres décadas recientes. Los esfuerzos en materia de acuerdos de coope-ración, legislación y reglamentación del medio ambiente han sido importantes pero insuficientes frente al continuo deterioro de extensas zonas boscosas, pastizales, áreas protegidas y extinción indiscriminada de especies de la flora y fauna.

Cuadro 2. Serie cronológica de reuniones internacionales sobre hábitat y medio ambiente

Fuente: The World Comission on Enviroment and Develompent (1987). Our Common Future, Oxford, New York; Oxford University Press. Valdiviezo Sandoval René y Sergio Flores González (coordinadores) (1996). Importancia y perspectivas del desarrollo sustentable en México. Puebla, coedición UAT-CEDSU, primera edición.

3. El caso de la región centro del país

A lo largo del siglo xx nuestro país modificó de forma estructural la integración y distribu-ción territorial de su población: pasó de ser predominantemente rural y dispersa a otra de

Conferencia de la ONU sobre el medioambiente humano Estocolmo, 1972

Reunión internacional sobreasentamientos humanos Vancouver, 1976

Conformación de la Comisión Mundialsobre el medio ambiente y el desarrollo dela ONU

Nueva York, 1984

Presentación del informe de la ComisiónMundial sobre el Medio Ambiente y elDesarrollo (ONU)

Nueva York, 1987

Reunión Cumbre de la Tierra (ONU) Río de Janeiro, 1992II Conferencia de la ONU sobreasentamientos humanos Estambul, 1996

Reunión especial de la ONU sobredesarrollo y medio ambiente Nueva York, 1997

Protocolo de Kyoto (Japón) Kyoto, 1997Cumbre del Milenio Nueva York, 2000Conferencia Internacional sobreFinanciamiento para el Desarrollo México, 2002

Cumbre Mundial sobre DesarrolloSustentable Johannesburgo, 2002

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naturaleza urbana y altamente concentrada. En las décadas recientes la industrialización y terciarización económica apoyaron dichos procesos (véase Gráfica 1).

La urbanización se ha identificado como un proceso multifactorial que afecta directamen-te los aspectos de la organización económica, social, territorial y ambiental. Algunos de los problemas que propicia la alta concentración económico-demográfica son: la asignación de montos considerables de recursos financieros en las grandes áreas metropolitanas, la mayor concentración de recursos humanos y el deterioro del medio ambiente.

La región centro del país integra un núcleo dominante que es la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y nueve zonas metropolitanas con más de un millón de habitantes cada una, entre las que destacan: la de Toluca-Lerma, la de Cuernavaca-Cuautla, la de Puebla-Tlax-cala y el Eje Querétaro-San Juan del Río-Tula.

Gráfica 1. Evolución de la Población en México (1900 – 2005)

Fuente: SEDESOL (2001). Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio 2001 – 2006. DF.; SEDESOL. p. 36. INEGI (2006). II Conteo de Población y Vivienda 2005, en www.inegi.gob.mx

No existe duda acerca de la estrecha relación (teórica, conceptual e instrumental) entre población y desarrollo. Aún más, existe una relación estructural entre población y desarrollo regional.

En efecto, diversas políticas económicas, sociales y territoriales se han orientado a fortale-cer la asignación presupuestal y lograr el aminoramiento de las diferencias regionales según el factor poblacional. La región centro del país se encuentra conformada por el Distrito Fede-ral y los estados de México, Querétaro, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Morelos. Estas entidades han registrado un crecimiento poblacional constante, una elevada densidad poblacional y un desarrollo socioeconómico diferenciado entre ellas. Durante el periodo 1970-2005, todas las entidades federativas de esta región no han dejado de crecer.

Los estados que en estos años han tenido un crecimiento mayor, comparativamente ha-blando hacia adentro de la región, en ese periodo son: el estado de México que pasó, de 3.8

Evolución de la Población en México (1900 - 2005)

0100002000030000400005000060000700008000090000

100000110000

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2005

Miles

Total Rural Urbana Intermedia

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a 14.0 millones de habitantes; Puebla de 2.5 a 5.3 millones, e Hidalgo aumentó de 1.1 a 2.3 millones de personas. El resto de las entidades, aunque en menor proporción, han registrado crecimientos importantes: El Distrito Federal pasó de 6.8 a 8.7 millones; Morelos de 616 mil a 1.6 millones; Querétaro pasó de 485 mil a 1.6 millones de habitantes (véase Cuadro 3 y Gráfica 2).

Cuadro 3. Evolución de la población en la región centro del País por entidadfederativa, 1970 - 2005

Fuente: IX Censo General de Población y vivienda 1970, X Censo General de Población y vivienda 1980, XI Censo General de Población y vivienda 1990, XII Censo General de Población y vivienda 2000, II Con-teo de Población y vivienda 2005, INEGI.

Gráfica 2. Evolución de la población de la región centro del país por entidad federativa: 1970 – 2005. Población absoluta

Fuente: elaboración propia con base estadística de INEGI en www.inegi.gob.mx

Aunque en términos relativos la región en su conjunto no ha aumentado de forma sig-nificativa, su participación de concentración poblacional en el país pues pasó del 33.04 al 33.64%, en el periodo 1970–2005, sí se ha observado como algunas entidades han impac-tado esta participación relativa como es el caso del estado de México, al pasar en el mismo periodo del 7.95% al 13.56%. Un fenómeno contrario se observó en el Distrito Federal que disminuyó su participación relativa del 14.25% al 8.45% (Cuadro 3). Estas variaciones pueden

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encontrar una explicación por la urbanización periférica que se ha detectado y la ampliación de la problemática territorial a un entorno de carácter subnacional.

En términos generales, también se ha observado cómo la densidad poblacional (Número de habitantes sobre kilómetro cuadrado) también ha aumentado de forma significativa. En el periodo 1980–2005, la región aumentó su densidad poblacional de 238.95 habs/km² en 1980 a 356.27 en el año 2005. Incremento muy elevado si consideramos un periodo relativa-mente breve (apenas 25 años). Una circunstancia semejante ocurre en el estado de México que pasó de 352.47 a 649.93 (habs/km²). El resto de las entidades federativas también han visto aumentar su densidad poblacional. La única excepción ha sido el Distrito Federal, que disminuyó ligeramente dicho indicador al pasar de 5891.31 a 5817.82 habitantes/km², en ese caso (véase Cuadro 4).

Cuadro 4. Evolución de la densidad poblacional región centro del país 1980-2005

Fuente: INEGI “Estadísticas Históricas de México Tomo 1”, 1999, Aguascalientes, Ags., México y “Esta-dísticas de Contabilidad Nacional, Sistema de Cuentas Nacionales de México” Banco de Información Económica (BIE). Ver página web http://dgcnesyp.inegi.gob.mx

Diversos estudiosos han señalado que las acciones más importantes realizadas por el gobierno mexicano en la promoción del desarrollo regional pueden ser agrupadas en seis grandes etapas: 1) acciones pioneras (1915 – 1940); 2) políticas de impacto territorial aislado (1940 – 1970); 3) estrategia económica nacional y política de desarrollo equilibrado (1971 – 1976); 4) planificación urbano-regional institucionalizada (1977-1982); 5) Sisitema Nacio-nal de Planeación y acciones ante la crisis económica (1983-1988); y 6) acciones para el reor-denamiento territorial y mejoramiento solidario de la calidad de vida de la población (1989 – 1994) (Carrillo 1998). Los instrumentos que se han empleado son diversos y, en particular, destaca en el periodo reciente de planificación urbano-regional institucionalizada, la formu-lación de ordenamientos jurídicos en sus distintos niveles de gobierno, planes y programas de desarrollo, políticas urbano-industriales y decretos que muestran el interés gubernamen-tal por reorientar la localización de las actividades económicas y de los asentamientos huma-nos. Los avances mostrados aunque no han sido evaluados de forma consistente y rigurosa, son significativos.

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Destacan los esfuerzos por desalentar la elevada concentración económico-demográfica en la zona metropolitana de la ciudad de México y su área de influencia, así como diversos programas urbano-regionales y sectoriales por generar alternativas de localización en ciuda-des pequeñas y medias, distintas a las tradicionales zonas metropolitanas. Hay que señalar que el condicionamiento impuesto por la política pública de control macroeconómico (in-flación, salarios, inversión pública y privada, etcétera), así como el elevado ritmo de creci-miento poblacional, han predominado sobre una estrategia general sostenida de desarrollo urbano-regional. Probablemente ésta sea la razón por la que aún son incipientes los esfuer-zos por promover políticas de desarrollo sustentable, planeación estratégica con base social y programas de desarrollo urbano-regional de largo plazo. Una idea de la relación entre la planeación nacional y los programas de desarrollo urbano-regional en México, aparece en la figura 2; ahí destaca la existencia de serias restricciones en materia de instrumentos para el seguimiento y evaluación, ausencia de coordinación intersecretarial e interestatal, y mínima retroalimentación en asuntos de desarrollo metropolitano.

El Estado mexicano debe participar de forma directa en el mejoramiento de la calidad de vida de la población, fomentar el crecimiento económico, mejorar el medio ambiente y los recursos naturales, promover la más amplia participación social, evaluar y mejorar los siste-mas de gestión y administración pública y hacer un seguimiento en el cumplimiento de los objetivos y metas de los programas de gobierno.

De forma especial se han identificado que en la promoción de las políticas de la susten-tabilidad, existen al menos cinco dimensiones: económica, social, ambiental, institucional y tecnológica. Estas dimensiones corresponden a la forma en que se pueden instrumentar diversas acciones. En relación a la dimensión económica, se requiere conocer la estructura económica de la sociedad, así como las modalidades del consumo. Algunos indicadores que apoyarían el conocimiento y la comprensión de esta dimensión son: el PIB per cápita, la in-versión extranjera directa, la identificación de los flujos comerciales (exportaciónes-importa-ciónes) y el gasto en protección del medio ambiente. Por lo que se refiere a las modalidades del consumo, aquí se requiere identificar el consumo de recursos naturales, así como el uso de la energía.

Por lo que se refiere a la dimensión social, aquí se integran aspectos como la equidad, indicadores de salud como la nutrición, la mortalidad, el saneamiento de agua potable y la atención médica. En materia de asentamientos humanos, se deben considerar aspectos como la población urbana, las condiciones de vida y la seguridad pública (Ver Figura 3).

La dimensión ambiental, tan importante como la anteriores, considera la biodiversidad en aspectos como el cuidado de los ecosistemas y las especies de la flora y la fauna, los re-siduos domésticos, peligrosos y tóxicos; la biotecnología, específicamente en lo referente a gasto en investigación y desarrollo, así como directrices sobre bioseguridad y el asunto de la educación ambiental. Por lo que se refiere a la dimensión institucional, deben incorporarse estrategias eficientes en la formulación de planes y programas, así como la evaluación de impacto ambiental, consejos nacionales, regionales y estatales para el desarrollo sustentable

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y la cooperación internacional. En esa dimensión se localizan mecanismos para promover infraestructura, ciencia y tecnología aplicada, y la participación ciudadana. En ese rango de importancia se localiza el fomento a una cultura sustentable que considere el cambio de hábitos, costumbres, tradiciones y actitudes para el desarrollo sustentable.

Figura 2. La planeación Nacional y los programas de desarrollo urbano-regional en México

Fuente: elaboración propia con base en Gustavo Garza (1992). Desconcentración, Tecnología y Local-ización Industrial en México, El Colegio de México, México, p. 54.

Figura 3. Dimensiones del desarrollo sustentable

Fuente: elaborado con base en Natalichio Ricardo (2007). Tema Especial: Desarrollo Sustentable en www.ecoportal.net, marzo.

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En cuanto a la dimensión tecnológica, aquí se localizan aspectos como la innovación y el desarrollo tecnológico, la aplicación de tecnologías eficientes y limpias, el empleo de mode-los y prototipos sustentables, lo referido a marcas y patentes, y el mejoramiento de la calidad y los servicios. En el caso de México, existen preceptos constitucionales que sustentan la intervención del Estado en asuntos de planeación institucional para el desarrollo, así como el fomento al crecimiento económico.

Por lo que se refiere al desarrollo nacional, la Constitución Política del País, establece que corresponde al Estado la rectoría de dicho desarrollo y garantizar que sea integral y susten-table. Para este efecto se establece la obligatoriedad del fomento al crecimiento económico, del empleo, también la justa distribución del ingreso y la riqueza, así como el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de individuos, grupos y clases sociales. El desarrollo económico es concebido como la concurrencia de los sectores público, social y privado que bajo criterios de equidad social y productividad, se apoyará e impulsará a las empresas, procurando ajus-tarse a los dictados del interés público.

Asimismo, en el artículo 26 de la Carta Magna, se establece que corresponde al Estado, la organización de un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional. Se procu-rará dar solidez, dinamismo y equidad al crecimiento de la economía. La planeación estará ajustada a los fines del proyecto nacional y fomentará la más amplia participación de los diversos sectores sociales. Habrá una consulta popular para la formulación del Plan Nacional de Desarrollo. De igual forma, corresponde al Ejecutivo Federal establecer criterios para la formulación, instrumentación, control y evaluación del plan y los programas de desarrollo. Se señala también la facultad que tiene el Ejecutivo Federal para coordinar, mediante conve-nios, a los gobiernos de las entidades federativas para realizar acciones de planeación para el desarrollo.

En los años recientes se puede decir que para la promoción del desarrollo sustentable en las dimensiones económica y social, existen al menos 20 sectores involucrados en la admi-nistración pública: desarrollo económico, planeación urbano-regional, finanzas, educación, cultura, comunicaciones y transportes, seguridad pública, salud, turismo y desarrollo social. Por lo que se refiere a las dimensiones ambiental y tecnológica, aquí se localizan al menos siete sectores: medio ambiente y recursos naturales, energía, ciencia y tecnología, vivienda, protección civil, desarrollo rural e infraestructura urbana (Ver Figura 4).

La urbanización es un proceso multifactorial y tiene expresión directa en el ámbito terri-torial con efectos de largo plazo. Aunque son diversos los sectores que participan en la pro-moción del desarrollo sustentable, los tres niveles de gobierno en el país deben articularse y promover acciones eficientes de coordinación. Los niveles Federal y Estatal tan importantes como el nivel municipal, deben estar en sincronía con los planes y programas gubernamen-tales.

De forma especial se han seleccionado dos áreas en las que se puede evaluar la relevancia en la promoción del desarrollo sustentable. Éstas son: usos de suelo y tipos de vegetación y

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disposición de residuos sólidos urbanos. Es innegable la importancia de otros sectores que participan de forma directa en el mejoramiento de la calidad de vida, como agua y sanea-miento, calidad del aire, e infraestructura y equipamiento urbano.

Figura 4. Principales sectores de la administración pública federal que intervienen directa-mente en la promoción del desarrollo sustentable en México (julio, 2007)

Fuente: elaboración propia, julio de 2007.

Por lo que se refiere a los usos de suelo, nuestro país tiene cerca de 2 millones de km², de los cuales más de la tercera parte están identificados como usos para bosques y selvas; una cuarta parte de matorrales; una sexta parte de cultivos y cerca de una vigésima parte en el sector de asentamientos humanos (Ver Cuadro 5).

Cuadro 5. Principales usos de suelo y tipos de vegetación por entidad federativa, 2002 (Km2)

Nota: Cultivos: incluye de riego, de temporal, y cultivos forestales; Bosques: incluye bosque y bosque perturbado; Selvas: incluye selva y selva perturbada; Matorrales: incluye matorral, huizachal, mezquital y mezquital con vegetación secundaria; Pastizales: incluye naturales y cultivados o inducidos; Otros tipos de vegetación: incluye áreas sin vegetación aparente, bosque de galería, manglar, palmar, vege-tación acuática, vegetación de desiertos arenosos, vegetación de dunas costeras, vegetación de galería, vegetación gipsófila, y halófila. No se incluyen los cuerpos de agua.Fuente: SEMARNAT. Compendio de Estadísticas Ambientales, 2002. México, D. F., 2003.

EntidadFederativa Total Bosques Selvas Matorral Pastizal

Otros Tiposde

VegetaciónCultivos Asentamientos

Humanos

EstadosUnidos

Mexicanos

1 934194 346 624 343 561 576 344 277 858 76 589 302 016 11 201

DistritoFederal 1 480 383 0 7 109 16 375 590

Hidalgo 20 749 5 024 1 226 2 815 2 579 9 8 941 153México 22 144 6 037 1 095 184 3 620 142 10 004 792Morelos 4 878 500 1 202 2 408 0 2 603 161Puebla 49 998 7 944 8 052 2 863 7 458 586 22 375 720

Querétaro 11 613 2 771 1 420 2 724 976 0 3 589 133Tlaxcala 3 976 673 0 89 322 5 2 850 38

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Como se observa, aunque el sector de asentamientos humanos tiene una proporción baja en el uso de suelo, su impacto en la modificación de los ecosistemas es muy alto. Por otro lado, en cuanto a las entidades de la región centro del país, se observa que el Distrito Federal cuenta con más de 1,400 km2 de territorio, en contraste con la escala nacional, más de la tercera parte del suelo en asentamientos humanos. Es significativa la ausencia de selvas y una proporción baja en bosques. También el uso de suelo para cultivos es de 375 km2, que representan más de la tercera parte. En el caso del estado de Puebla, con cerca de 50 mil km2, de suelo, tiene un 15% de uso destinado a los asentamientos humanos; casi la mitad del territorio destinado a cultivos y una tercera parte a bosques y selvas.

Los usos de suelo son determinantes, tanto para identificar las actividades económicas y sociales, como para regular el crecimiento urbano. De forma especial, la autoridad deter-mina las licencias de uso de suelo y construcción, considerando los programas de desarrollo urbano oficialmente autorizados. La importancia de este sector en la planeación urbano-regional, estriba en vincularlo de forma directa con las acciones y obras que reorienten el gasto público y hagan realidad la sustentabilidad. Por lo que se refiere a otro subsector como es el del manejo de los residuos sólidos urbanos, se ha observado que en nuestro país se ha registrado un aumento significativo de la disposición de dichos residuos. Entre 1998 y el año 2005, hubo un incremento del 50% de dichos componentes, pues aumentó de 16.8 a 22.9 millones de toneladas de residuos urbanos en apenas siete años (Ver Cuadro 6).

Cuadro 6. Disposición final de residuos sólidos urbanos por entidad federativa, 1998 - 2005

Nota: La suma de los tipos de disposición que se presentan equivale a la generación total de residuos sólidos urbanos. Debido al redondeo de cifras, la suma de los parciales puede no coincidir con el total. Los cálculos de la generación para 2004 y 2005 se hicieron con estricto apego a las proyecciones de po-blación de CONAPO que resultaron ser ligeramente superiores a los datos de población que se mane-jaron por SEDESOL; razón por la que se podrá observar un ligero incremento más a la de las tendencias que se venían observando del 2000 al 2003.Fuente: INEGI (2006) Disposición final de residuos sólidos urbanos por entidad federativa, 1998 - 2005. Con base en SEDESOL DGOT. Subdirección de Asistencia Técnica a Organismos Operadores Urbanos Regionales.

Algunos estados de la región centro que presentaron también un incremento significativo de dichos residuos son el estado de México que pasó de 2.7 a 3.6 millones de toneladas en ese período; Puebla de 670 mil a 1.1 millones de toneladas; y Querétaro de 314 a 377 mil to-

1998 2000 2004 2005 1998 2000 2004 2005Estados Unidos Mexicanos 16,884 16,912 22,305 22,931 13,666 13,821 12,297 12,453Hidalgo 82 83 97 103 423 428 472 483México 2,792 2,658 3,406 3,6 2,247 2,315 2,303 2,302Morelos 57 52 118 121 387 407 408 417Puebla 670 662 1,098 1,13 639 686 406 418Querétaro Arteaga 314 309 367 377 72 107 122 126Tlaxcala 189 200 234 239 28 30 32 33

FUENTE: INEGI. Conbase en SEDESOL. DGOT. Subdirecciónde Asistencia Técnica a Organismos Operadores Urbanos Regionales.

Disposición final de residuos sólidos urbanos por entidad federativa, 1998 a 2005

Rellenos sanitarios (Miles de toneladas) Sitios no controlados y reciclaje (Miles de toneladas)Entidad federativa

NOTA: La suma de los tipos de disposición que sepresentan equivale a lageneración total de residuos sólidos urbanos. Debido al redondeo de cifras la suma de los parciales puede no coincidir con el total. Loscálculos de la generación para 2004 y 2005, se hicieron con estrictoapegoa las proyecciones de población de CONAPO, que resultaron ser ligeramente superiores a los datos de población que se manejaron porSEDESOL; razón por la que se podrá observar un ligero incremento más alla de las tendencias que se venían observando del 2000 al 2003.

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neladas de residuos sólidos urbanos. Por lo que se refiere a sitios no controlados y de recicla-je de residuos a nivel nacional, en el período de 1998 a 2005, se registra un ligero descenso, pues pasó de 13.6 a 12.4 millones de toneladas.

Los estados de la región centro que también registraron un descenso en disposición final de residuos sólidos urbanos en sitios no controlados y reciclaje son: el estado de México que pasó de 2.2 a 2.3 millones de toneladas en ese período; Puebla disminuyó de 686 a 418 mil toneladas; y Querétaro aumentó de 72 a 126 toneladas. Lo anterior da una idea de la urgen-cia de promover programas, proyectos y acciones que se vinculan con la sustentabilidad. Esa es también una responsabilidad colectiva que involucra a todos los sectores, en todos los niveles de gobierno y en todas las entidades federativas.

América Latina y el Caribe observan rezagos significativos, tanto en crecimiento económi-co como en desarrollo científico e innovación tecnológica. Esto impacta la forma en la que se diseñan y aplican planes y programas del sector público. Por lo que se refiere a México, la región centro que, comparativamente hablando, es la que representa los mayores volúme-nes de población y actividad económica, la situación no es diferente.

Los contrastes y diferencias intrarregionales en los indicadores analizados, muestran que se requieren promover acciones en forma urgente.

En primer término, se debe reconocer que la problemática de la sustentabilidad es mul-tisectorial ,y por lo tanto, compleja y diversificada. Para los regionalistas, el territorio es el eje articulador de las dimensiones antes expuestas. Por lo tanto, la evaluación y seguimiento que se deba realizar en la instrumentación de las políticas públicas deberá localizarse en ese contexto. Se requiere de una evaluación integral que considere las siguientes dimensiones: sectorial, territorial, temporal e institucional.

La evaluación sectorial involucra a los sectores público, social y privado. Aquí se deben incorporar mecanismos eficientes y metas en planes y programas de gobierno en sus tres ni-veles. También deben incorporarse mecanismos y acciones de evaluación de la participación social en sus diferentes expresiones; ONG’s, instituciones de educación superior, colegios de profesionistas, sindicatos, asociaciones civiles, etcétera. El sector privado también debe estar involucrado en la evaluación de los instrumentos y acciones, relacionados con la sustentabi-lidad; el reto consiste aquí en articular los planes y programas de las empresas con acciones del sector público. La evaluación territorial debe considerar la formulación de diagnósticos integrales para conocer las diferencias entre regiones, entidades federativas y municipios. El desarrollo sustentable no podrá lograrse si no se cubren las metas para generar un mayor equilibrio territorial. Esta dimensión de la evaluación le corresponde realizarla al sector pú-blico, pero deben involucrarse al sector social y al privado.

La evaluación temporal se podría considerar que está implícita en las acciones de la sus-tentabilidad, pero deberá incorporarse como un componente de primera importancia. Es lógico suponer que la aplicación de las políticas sustentables tendrá un efecto positivo a lo

147

largo del tiempo. Por esta razón, las acciones deberán considerarse en un período determi-nado y con proyección para su rectificación o adecuación, en una fase determinada y poste-riormente continuar (o no) con su instrumentación.

La evaluación institucional, en el ámbito del sector público, debe integrar las tres dimen-siones antes mencionadas. En efecto, de forma especial, corresponde a ciertos organismos, en tanto cabezas de sector, conocer las formas para mejorar la eficiencia y alcanzar los nive-les de mejoramiento en la calidad de vida.

Conclusiones y recomendaciones

Al inicio de este trabajo se comentó que el objetivo central es analizar y dimensionar los al-cances de las políticas públicas que ha promovido el Estado mexicano en materia de susten-tabilidad urbana en la Región Centro del País, para conocer su impacto en la calidad de vida de la sociedad. Para ese efecto se integró el marco epistémico mediante el cual se analiza la relación entre políticas públicas y sustentabilidad, así como se ofrecen elementos para locali-zar en el contexto internacional dichos aspectos. Se integran elementos de análisis en el caso de la Región Centro del País y se realizó una revisión de las dimensiones de la sustentabilidad, los sectores de la administración pública vinculados con esas dimensiones sustentables y los sectores que son determinantes para la consecución de esas políticas.

Con ese proceso de revisión y análisis se concluye que:

• La población es un factor de primera importancia que no ha cesado en su crecimiento, ahora con un carácter concentrador, ha pasado de un nivel metropolitano a otro de naturale-za megalopolitano. Este factor es determinante, pues de él se genera una cantidad creciente en la demanda de infraestructura, suelo, vivienda, empleo, servicios, equipamiento urbano y en general mejoramiento en las condiciones de vida de la sociedad.

• La relación entre políticas públicas y sustentabilidad es estrecha y se encuentra iden-tificada por una fase de construcción teórica e instrumental. En efecto, aún restan muchos aspectos por atender, tanto en la formulación de las políticas públicas, como en su aplicación y evaluación.

• Existe, en general, un desfase en el país respecto a acciones y recomendaciones obser-vadas a nivel internacional.

• Aunque son múltiples las dimensiones de la sustentabilidad, se puede decir que los sectores de la administración pública que participen del impulso y aplicación de esa política, deberán promover acciones coordinadas y de divulgación, pues nunca antes, como ahora, los efectos negativos y los riesgos para la sociedad son enormes.

• Se requiere, por lo tanto, de sistemas de evaluación oportunos y eficientes para impul-sar los ajustes correspondientes. Dada la complejidad de esa problemática, se concluye que deberán ser equipos multidisciplinarios los llamados a atender esas correcciones.

Por lo que se refiere a las recomendaciones se observa lo siguiente:

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• Es urgente realizar acciones que promuevan la vinculación intergubernamental; esto implica acciones a nivel horizontal con las distintas secretarías y dependencias de un mismo nivel de gobierno, así como acciones de coordinación vertical, es decir, entre los distintos niveles de gobierno.

• Se recomienda también poner énfasis en la vinculación intersectorial: dentro de cada uno de los sectores públicos, social y privado, y entre ellos. Estos mecanismos de vinculación deberán ser diseñados y aplicados de forma cuidadosa.

• Es recomendable analizar la promoción y reformas constitucionales que reconozcan oficialmente los fenómenos territoriales aquí reportados, así como las implicaciones de estos procesos.

Se requiere crear órganos de gobierno y administración metropolitana en la región centro del país; un consejo permanente de planeación regional que le dé seguimiento y evaluación a las acciones de sustentabilidad. De todo lo antes expuesto se infiere que la auténtica pro-moción de las políticas públicas en la sustentabilidad es un compromiso de todos.

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Felipe Torres Torres�

Resumen

La idea del presente artículo es mostrar cómo la recuperación de la discusión sobre espacio, región y territorio resulta de gran utilidad hoy en día, para explicar el origen de las diversas formaciones regionales en el mundo; esto con la finalidad de estar en condiciones de esta-blecer lazos de comparación entre diversas experiencias. Se parte del supuesto de que las formaciones regionales se construyen a partir de lazos de cohesión que se establecen de acuerdo con la identidad y sentido de pertenencia de los grupos humanos al territorio. Sin embargo, estos lazos también son alentados originalmente por los diversos intereses, parti-cularmente económicos, que los actores dominantes generan a su interior y en su relación con otros grupos externos, lo cual a su vez sirve de manera secuencial para marcar límites y delimitaciones políticas y administrativas en la región y cuyos elementos son constantes en las diversas formaciones regionales.

Introducción

La deslocalización de la actividad económica en general y junto con ello la relocalización de la población en el territorio, llevan de manera recurrente a nuevas evaluaciones sobre la validez de los conceptos acuñados para interpretar los procesos regionales y aún para reconocer hoy en día la misma existencia real de las regiones. Esto se acentúa sobre todo a medida que las fronteras nacionales se vuelven difusas y los avances tecnológicos acortan las distancias entre fragmentos territoriales que parecían muy distantes en tiempo y espacio.

Más allá de dicha discusión conceptual, propiciada por la consolidación de los procesos globales, junto con la expansión de los avances tecnológicos aplicados a la producción para obtener ventajas económicas del territorio, no podemos negar que las regiones permanecen como espacios delimitados que registran transformaciones constantes, los cuales además

1 Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. El autor es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Correo electrónico: [email protected]

Algunos elementos para explicar los

procesos de formación regional

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se corresponden con procesos históricos muy largos que les permiten ese carácter indiso-luble.

En esos procesos de construcción de las formaciones regionales, la identidad y sentido de pertenencia de la población al territorio, constituyen las constantes más definidas. Sin em-bargo, en ello juegan un papel importante los intereses de los actores económicos, a partir de los cuales conforman estructuras de poder político y cuyo control territorial sirve de base para garantizar los equilibrios de poder con respecto a otras delimitaciones regionales, ade-más de que intervienen en el proceso de construcción de las formaciones mediante la inver-sión. Así se conformaron los diversos Estados Nacionales que, aún hoy, enfrentan tentativas constantes de fragmentación debido a que las vocaciones por una determinada identidad regional siguen prevaleciendo a nivel mundial.

En la necesidad de explicar algunos de los elementos conceptuales que intervienen en los procesos de formación regional, los cuales sirvan para un mejor entendimiento sobre el origen de las regiones y la proyección para su análisis teórico en momentos de nuevos reaco-modos de las hegemonías territoriales en el mundo, estriba el interés del presente artículo.

1. La dimensión de las categorías en el análisis regional

La región es la expresión objetiva y delimitada del espacio abstracto. La región es también, hasta cierto punto, una categoría abstracta que ha sido estudiada desde diversas ramas de la ciencia, particularmente mediante la confluencia entre Economía y Geografía. El territorio, que contiene tanto al espacio como a la región, corresponde a la delimitación regional vista desde la apropiación, cohesión e identidad que se estructuran a partir de las representacio-nes del poder en diversas escalas y dimensiones.

Esas tres categorías definen lo que se puede entender como una Formación Regional, la cual resulta de diversos procesos históricos, integra distintas experiencias y se configura de manera recurrente en lapsos de tiempo que corresponden a las dinámicas territoriales del desarrollo y a las nuevas necesidades de organización político-administrativa.

La Formación Regional se erige así como una categoría analítica, derivada de un proceso histórico que se conforma a partir de las dinámicas del espacio, el territorio y la región. Por ello adquiere diversas denominaciones, entre ellas destacan las de Lugar, Provincia, Comar-ca, Zona, etcétera. Sin embargo, más allá de la denominación y de la escala, la Formación Regional implica una ocupación social del espacio, el empoderamiento territorial y la delimi-tación político-administrativa. La formación regional se construye a partir de un proceso de identidad cultural y de cohesión social que permanecen como constantes en cualquier país, más allá del tiempo y de las circunstancias que le dieron origen.

Ello trasciende el concepto mismo de región en cuanto que ésta se constituye más a partir de un sistema cuyos elementos son entidades políticas; al igual que el de regionalización que

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se entiende como el proceso de formación de una región, en el sentido de representación de fenómenos que son posteriores a la región. La regionalización puede ocurrir de manera espontánea, no intencionada, como una consecuencia secundaria que tal vez ni siquiera sea reconocida como tal, de las acciones y sobre todo interacciones de diversos actores indivi-duales. Es decir, una región según el interés dado, puede emerger sin voluntad de conoci-miento de nadie. Cuando se trata de procesos de regionalización política y económica, la regionalización se fomenta conscientemente, por voluntad, como un instrumento apto en teoría para permitir la realización de ciertos beneficios.

La formación regional debe entenderse más allá de una división o delimitación, ya que a la vez forma parte de segmentos espaciales más amplios, como una identidad territorial cohesionada mediante intereses y factores culturales que forman parte de procesos conso-lidados en el tiempo, y que responden también a los ciclos expansivos del capital y de las fronteras artificiales que impone el modelo político de los Estados Nacionales.

Junto con los elementos anteriores que confluyen en la construcción de las formaciones regionales a partir de sus identidades, se encuentran también los que atañen al desarrollo de éstas. En este sentido destacan factores como la vocación económico-territorial, la inte-gración de procesos productivos que llevan a la transformación del espacio según la defini-ción de intereses, la regulación y el ordenamiento territorial de acuerdo con los derechos de propiedad sobre la tierra y todo lo que se relaciona con los factores exógenos del desarrollo a través de los cuales la Formación Regional interactúa con su espacio exterior para la defi-nición de dichos intereses.

Por lo tanto, para entender la multidimensión analítica en que se estructuran las diversas formaciones regionales, y definir los elementos para compararlas en escalas y dentro de Estados Nacionales distintos, es necesario señalar la trascendencia de las categorías que ex-plican su integración, sus grados de relación y el aporte metodológico de las mismas desde la perspectiva teórica en esos procesos de construcción. Destaca en primer término la ubica-ción del espacio como soporte de dicha formación.

El espacio, como veremos adelante, ha sido analizado desde diversos enfoques en las que permanece como constante una dimensión abstracta y figurativa. Sin embargo, en cuanto al propósito de entender las formaciones regionales adquiere una concreción; esto en la medida que debe explicar una relación de pertenencia en diversas escalas y percepciones mentales de los grupos sociales que anteceden a los límites administrativos formales. De esta forma, se puede entender cómo, a partir de esa relación, confluyen en la misma idea de espacio las percepciones de territorio, región, lugar, medio, entorno o medio geográfico humano.

En ese mismo sentido, el espacio, además de síntesis conceptual se convierte en un apor-te metodológico al permitir estudiar la espacialidad de los procesos sociales, particularmen-te en cuanto a la construcción de la territorialidad y a las regionalizaciones como un límite.

154

Figura 1. Elementos para la construcción y desarrollo de formaciones regionales

Fuente: elaboración propia.

Una utilidad similar adquiere en cuanto se le ubica como soporte que ayuda a entender la producción y reproducción social; pero no sólo eso, sino también las interacciones físicas y materiales que se relacionan con el desarrollo económico, las estructuras, procesos y dimen-siones que influyen en la transformación de las espacialidades desde su apropiación por los grupos sociales; pero sobre todo, en cuanto a la ocurrencia de representaciones morfológi-cas y discursos que estructuran un conjunto de códigos y significados, mismos que después adquieren una dimensión concreta en la identidad y pertenencia regional.

Los mismos alcances tiene la categoría de territorio cuya relación con el grupo social ad-quiere contenido en el sentido de apropiación, del establecimiento de límites y fronteras del poder político y de la jurisdicción, que, en este último caso, siempre se refiere a la territoria-lidad como contrato que permite el respeto a la propiedad. Al igual que la categoría de espa-cio presenta también una utilidad metodológica que se refleja en el estudio y entendimiento de la conducción política, de la geopolítica en cuanto a estrategia de desarrollo y jerarquía de los territorios, en las modalidades de la intervención pública, pero sobre todo en cuanto a la definición de objetivos de ordenamiento territorial y para la gestión del desarrollo, que resultan básicos para la consolidación de las Formaciones Regionales.

OCUPACIÓNSOCIAL

PROCESO DEIDENTIDADCULTURAL

VOCACIÓNECONÓMICA

TERRITORIAL

DIMENSIÓNHISTÓRICA

TERRITORIO

EMPODERAMIENTOTERRITORIAL

DESARROLLODE PROCESOSPRODUCTIVOS

DELIMITACIÓNPOLÍTICO -

ADMINISTRATIVA

REGULACIÓN YORDENAMIENTO

TERRITORIAL

REGIÓN

RASGOS DE CONSTRUCCIÓNREGIONAL COMÚN ENTRE

PAÍSES

FACTORESEXÓGENOS

ESPACIO

FORMACIÓN REGIONAL

OCUPACIÓNSOCIAL

PROCESO DEIDENTIDADCULTURAL

VOCACIÓNECONÓMICA

TERRITORIAL

DIMENSIÓNHISTÓRICA

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DELIMITACIÓNPOLÍTICO -

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VOCACIÓNECONÓMICA

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ESPACIO

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La categoría región puede tener las mismas posibilidades de desdoblamiento. La relación de pertenencia social delimitada que establece en los procesos de construcción social-regio-nal, se reflejan en la apropiación, en los mecanismos de integración-cohesión, en la diver-sidad de los componentes, en los procesos de fragmentación y en los determinantes de la diferenciación. Su aporte metodológico es mucho más preciso ya que permite la delimitación del espacio a través de la regionalización; por lo tanto, aporta la definición de escalas, la funcionalidad, el estudio y la explicación de la desigualdad regional y contribuye por igual a facilitar la planeación del desarrollo.

El lugar es una categoría de cuño relativamente reciente, pero adquiere su propia impor-tancia en el estudio de las Formaciones Regionales y dentro de las posibilidades de com-pararlas. Aunque integra un conjunto de elementos parecidos a la región en los que apa-rentemente sólo difiere la escala, su relación de pertenencia o apropiación se encuentra más definida, ya que hace alusión más bien a las implicaciones que tiene el manejo de “lo local”, la identidad, la pertenencia, la dualidad toponimia – topofilia, junto con mitología y ritualidad que se refieren a las percepciones mágicas del territorio, lo cual permite entender algunas causas intangibles del arraigo entre los grupos sociales sobre un pedazo de territo-rio. Representa también una contribución metodológica en la medida que a través de esta categoría se puede entender la importancia de los localismos – regionales como factor de identidad en los procesos de construcción regional; también es fundamental en el análisis de las cosmovisiones, las características del desarrollo local y comunitario y de la llamada “Geo-grafía Sagrada” estructurada a base de simbolismos mágicos y estructurada bajo códigos que sólo un grupo local entiende.

Dichas categorías confluyen en el análisis espacial, lo cual lleva a intentar analizar la es-tructura de la categoría Espacio en términos de sus enfoques más convencionales, aunque entendido como el soporte donde ocurren todos los procesos que llevan a la definición de las Formaciones Regionales y su comparabilidad en el tiempo.

Cuadro 1. Alcances teórico-metodológicos de las categorías

Fuente: elaboración de José Gasca, 2007.

Local Identidad Pertenencia Toponimia-topofilia Mitología y ritualidad

Unicidad Integración-cohesión Diversidad Fragmentación Diferenciación

Apropiación Límites-fronteras Poder político Jurisdicción

Territorio Región Lugar Medio Entorno Geografía humana

Relación significada

Delimitación-regionalización Escalas Funcionalidad Desarrollo desigual Planeación del desarrollo

Región

Localismos-regionalismos Cosmovisiones Desarrollo local Desarrollo comunitario Geografía sagrada (simbolismos)

Lugar

Conducción política Geopolítica-jerarquías Intervención pública Ordenación territorial Gestión del desarrollo

Territorio

Espacialidad de los procesos sociales (territorialidad-regionalización) Producción y reproducción social Interacciones físicas y materiales Representaciones, morfologías y discursos (códigos ysignificados) Estructuras, procesos, funciones

Espacio

Aporte metodológicoCategoría

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2. El espacio como piedra angular de la formación de las regiones

Interpretar los elementos que definen a la región en su construcción y evolución, particu-larmente su comparación con ámbitos diversos en características, organización, desarrollo y tiempo, nos lleva a entender por qué, si bien se ubican en segmentos espaciales distintos, mantienen algunos rasgos comunes, matizados por el tipo de oportunidades que derivan de los procesos de desarrollo, que a su vez están determinados por los recursos potenciales del territorio y la capacidad de transformación que logran los actores regionales, la potenciali-dad de las políticas públicas, la asimilación tecnológica y la consolidación de infraestructura. En tal caso, la apropiación del espacio juega un papel vital.

Al respecto, si bien el concepto y la función del espacio han sido interpretados tanto por las ciencias exactas, sociales y humanísticas con diferentes propósitos, se entiende en su sentido más elemental y de acuerdo con el enfoque físico dominante, como la porción deli-mitada por una línea que lo mismo puede ser imaginaria o funcional.

Dicha línea define el sentido de ubicación, por lo que desde otras perspectivas, entre las que destaca el enfoque terrestre, el cual alude también a un punto de referencia, el espacio se entiende asociado a la totalidad del globo, ya que éste constituye el soporte de la vida y su actividad. En tal dimensión, el espacio adquiere una derivación geográfica, pero vista dentro de las posibilidades de construcción del hombre a partir de las características propias del espacio terrestre. De esta manera, se convierte en un espacio humanizado, en la medida que es habitado por el hombre, por lo que resulta vital a los requerimientos de las colectividades y de los pueblos para desarrollarse (Archas, 2006).

Sin embargo, el espacio no sólo es habitado por el hombre. Por ello, adquiere otras di-mensiones conceptuales y presenta algunas bifurcaciones diferentes al uso humanizado ex-clusivamente. Estas otras funciones, nos ayudan a entender que el origen de la construcción y transformación de las regiones como espacios cohesionados e identificados no ofrecen una sola explicación.

Entre las concepciones naturales del espacio destaca la vertiente de lugar que representa la parte concretamente localizada del espacio terrestre; la otra es el paisaje que conforma el horizonte visible del espacio geográfico sobre el que no se presentan límites administrativos específicos.

Por otra parte, debido a que el espacio se ve sometido a diversos tipos de ocupación y ordenamiento de las actividades que lo contienen, su construcción adquiere una connota-ción territorial que rebasa la abstracción sensorial pura como referente, pero siempre en una dinámica permanente de transformación. Una tipología elaborada para explicar las trans-formaciones del espacio geográfico chileno da cuenta de la existencia de diversos espacios que confluyen dentro de uno solo. En esta apreciación se encuentran espacios dinámicos, espacios dinámicos emergentes, espacios dinámicos decadentes, espacios enclaves, espa-

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cios abandonados, espacios en destrucción, espacios reserva y espacios de refugio (Archas, ob. cit).

Más allá de estar de acuerdo con esas tipologías y su utilidad, lo importante de ello es entender que las transformaciones y dinámicas del espacio están permeadas por la categoría de territorio, la cual permite el movimiento y otorga contenido al espacio. De esta manera, el territorio se refiere a la necesidad de marcar límites en una división administrativa, mediante la cual se garantice su autonomía y las distintas escalas de competencia de los actores que lo conforman.

Los diversos espacios resultan entonces extensiones de sí mismos en diversas escalas, hasta integrar un espacio nacional en el que los territorios están delimitados por fronteras y cobijan a una población particular en varios niveles, mismos que pueden corresponder a una nación, conjuntos o fragmentos de ella (Archas, Ídem).

El enfoque más común de territorio que se adopta en Geografía, es aquél que lo define como un espacio socializado, apropiado y producido por sus habitantes y que además es in-dependiente de su tamaño. El planteamiento es que toda sociedad que ocupa un espacio lo transforma en territorio, independientemente de su apropiación individual o colectiva, pero con cuyas acciones u omisiones lo ordena y modela. El resultado es un territorio diferencia-do que igual cuenta con espacios internos dinámicos, bien integrados y accesibles donde se concentran las oportunidades, lo cual contrasta con otros espacios más bien aislados, mal servidos en conectividad e infraestructura, donde prevalecen nichos o estructuras de tipo enclave a lo largo del tiempo, ya que con esas características surgieron, o respondieron las necesidades de su formación regional.

A mayor abundamiento, el territorio es la construcción físico-social sobre una naturaleza dada, que conforma el sistema de soportes materiales de una sociedad concreta, como ex-presión y síntesis histórica, cambiante, dinámica, contradictoria; de múltiples determinacio-nes económicas, sociales, políticas y culturales. Sus formas constitutivas se modifican cons-tantemente en función de las transformaciones estructurales y coyunturales de la sociedad, en un continuo movimiento dialéctico de totalización y fragmentación sucesiva y simultánea (Pradilla, 1997).

El concepto de territorio sirve para ubicar la dimensión de la territorialidad que si bien es cierto alude al control de un área, este criterio ha sido válido para entender la apropiación del espacio, la construcción de la identidad y la pertenencia a una región dada en su cons-trucción histórica.

3. El concepto de región desde la perspectiva de su formación

El concepto de región ha sido visto desde diversas vertientes analíticas y funcionales que se expresan a través de los procedimientos de regionalización. En tanto objeto de análisis, el sentido que adquiere la regionalización se corresponde con un sistema de clasificación de

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los componentes que ocurren dentro de los procesos territoriales y que contiene criterios de homogeneidad, integración o funcionalidad.

Como objeto de intervención adquiere una dimensión metodológica si la enfocamos a partir de un procedimiento de delimitación, pero también como una estrategia de apropia-ción, control y ejercicio del poder político que se estructura bajo distintas escalas regionales, a través del cual se reconocen los espacios formales de gestión territorial. En tanto sujeto de desarrollo, al regionalizar estamos utilizando a la región como la instancia necesaria para la elaboración de estrategias de desarrollo, en donde se reconoce la conducción de la política pública desde los actores de la región que se refleja en instituciones y procesos de gestión y participación, útil para la construcción de un proyecto regional que tiene como objetivo generar riqueza y distribuir los beneficios sociales en términos de equidad social.

El concepto región presenta, sin embargo, significados múltiples. En su dimensión etimo-lógica deriva del latín regio, relacionado con el verbo regere, el cual lo mismo alude a dirigir, trazar límites o mandar. Por lo tanto, incluye tres componentes: el geográfico, el político y el territorial. En la dimensión espacial-territorial se comienza a denominar región cuando los actores allí presentes han empezado a construir y generar acciones dinámicas que los identifican, posesionan y dan sentido de pertenencia. La región vista como regionalización está siempre en movimiento, pero mantiene características sólo temporales; además, la re-gión registra un continuo espacio-tiempo que debe mantener y acelerar para garantizar su permanencia ante la competencia externa generada por las fuerzas del desarrollo (Leal Ca-rretero, 1998, Ídem).

REGIÓN

1. Objeto de análisisSistema clasificatorio de los componentes y/oProcesos territoriales. Se define a partir de criteriosde homogeneidad, integración o funcionalidad.

REGIONALIZACIÓN

2. Objeto de intervención

Proceso de delimitación, apropiación, controly ejercicio del poder político. Se estructuran distintasescalas regionales del poder político y se reconocencomo los espacios formales de gestión territorial.

3. Sujeto del desarrollo

Instancia para la elaboración de estrategias dedesarrollo. Reconocimiento de conducción política,desde los actores de la región, instituciones y procesosde gestión y participación para la construcción de unproyecto regional.

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A partir de los elementos anteriores se puede considerar que la región es cualquier ex-tensión de terreno, homogénea en un determinado aspecto, influenciada por caracteres étnicos o circunstancias especiales de clima, producción, topografía, administración, gobier-no, etcétera. Cada división territorial de una nación se encuentra definida por característi-cas geográficas, histórico-sociales, económicas, naturales; que a la vez pueden dividirse en provincias, departamentos, etcétera. La región es una estructura cambiante en constante evolución; para los geógrafos de orientación marxista la sociedad en general juega un papel fundamental en el proceso de formación regional; para los humanistas los individuos son los entes principales, aunque existe un punto de vista teórico que la interpreta como una relación dialéctica en la que la formación de regiones involucra tanto a las personas como a la sociedad (Gilbert, Anne, 1990).

En tal caso, la región se transforma, fragmenta o expande de manera continua dentro de ciertos límites definidos históricamente, por lo cual las regiones son, en un sentido amplio, formaciones regionales que están expuestas a influencias externas y que al ser absorbidas, se incluyen como elementos que también intervienen en esa formación.

Desde otra perspectiva analítica, se considera que las regiones son subdivisiones del es-pacio geográfico planetario, del espacio nacional o del espacio local. Representan sub-espa-cios de conveniencia y, en algunos casos, subespacios funcionales del espacio mayor. Esta delimitación territorial se desprende de lo que, en sus orígenes, fue sinónimo del ejercicio de la territorialidad absoluta de un individuo, familia o grupo sobre un territorio apropiado.

Entonces la región como concepto y como expresión real del espacio delimitado, se ma-nifiesta mediante ciertas características de identidad, exclusividad y límites. Según Milton Santos (1997), el número de mediaciones en el tamaño y las características de la región son mucho más grandes de lo que en un primer momento la identidad aparenta, lo que induce a la confusión, de acuerdo con este autor, de que la región no existe más.

Sin embargo, esa confusión deberá quedar superada en la medida que hoy las regiones representan sistemas territoriales abiertos que gracias a su permanente interacción con otras regiones, construyen su propia identidad económica, cultural, social y política, las cuales se afianzan en la medida que contienen relaciones internas y externas más intensas. Por lo tanto, debe reconocerse que las regiones son espacios geográficos que además de potenciar el desarrollo de la nación, mantienen un contenido cultural e histórico específico, situación que además permite elevar el patrimonio nacional, y por ende merecen la mayor protección y estímulo del Estado para su desarrollo (Santos, 1991).

Dentro del enfoque de Formación Regional como proceso, se puede considerar, sin em-bargo, que el concepto de región enfrenta problemas epistemológicos y metodológicos rela-cionados sobre todo con la dinámica de los procesos de globalización que afectan las escalas territoriales a partir del incremento de los flujos de información, de consumo y de organiza-ción del trabajo, lo cual es importante considerar, particularmente, en su dimensión concep-tual, ya que se tata de explicar los procesos que dan origen a las formaciones regionales en

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su comparación con otras experiencias generadas bajo diferentes ritmos de formación en el tiempo.

Un análisis que retoma los aportes de Brunet, Ferras y Théry, concluye que las definicio-nes asignadas al concepto de región, se caracterizan por su polisemia, polivalencia y multi-escalaridad. La primera deriva de la multiplicidad de contenidos asignados, polivalencia en el sentido de la diversidad de valores (principalmente éticos y políticos) y multiescalaridad que proviene de las diversas y diferentes resoluciones espaciales asignadas, como fruto de estas múltiples acepciones y valoraciones (subnacional, internacional, transnacional) (Cuer-vo, 2003).

Dichas características plantean problemas al avance del conocimiento científico de lo re-gional y la explicación del origen de las formaciones regionales en su dimensión histórica, al no contar con marcos conceptuales comunes, que se explican por la diversidad de la práctica social y política de la regionalización, y debido a la tipificación de las mismas regiones en sus dinámicas.

También ha llevado al planteamiento poco riguroso de que existen tantas regionaliza-ciones como objetivos de representación. La conclusión resultante es que para explicar los procesos de formación regional, no queda otro camino que identificar los lazos de identidad y cohesión que las definen, junto con su delimitación político-administrativa formal, donde necesariamente se generan procesos de cooperación que obligan a establecer dinámicas de cohesión bajo el que se comparten los marcos en los que han sido delimitadas.

Si bien es cierto que el avance territorial de los procesos de desarrollo lleva a un debilita-miento de los conceptos clásicos de región y, por lo tanto la definición se pulveriza a partir de una cierta pluralidad de interpretación, esto no significa que el concepto no sirva para explicar nuevas dinámicas regionales, o bien que cualquier enfoque de región pueda tener validez y pertinencia.

Por ejemplo, la fase actual de expansión del capitalismo tiene un alto contenido regional. De esta manera, lo regional aparece como una nueva forma de voluntarismo colectivo que va a la par con los avances de la recién llamada época de la ciencia regional, solo que el Esta-do-Nación ya no es el catalizador del movimiento, sino que ahora lo es la región. La reformu-lación y replanteamiento de lo regional en la economía y en la geografía estará en el futuro más inmediato, influenciado por búsquedas epistemológicas y socio-políticas más generales que valoran al territorio en otra dimensión de participación (Cuervo, Ídem).

Sin ubicarse al margen de esas consideraciones, tampoco se puede prescindir, en afán de entender el origen diverso de las regiones como concepto o como metodología, de que la re-gión es una noción común que pertenece al mundo de las nociones espaciales de la sociedad humana, la cual sólo puede servir para identificar un fragmento de la superficie terrestre en su expresión viva y transformada. Así, la región responde a una cierta dimensión territorial o escala que no es únicamente la localidad desprendida de un entorno. Por ello representa

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más bien una noción que un concepto, y es además un simple instrumento de diferenciación que alude a un área finita para delimitar un espacio (Ortega, 2000).

Esta misma perspectiva de análisis se mantiene para interpretar la noción de región his-tórica que identifica un territorio administrativo o político en su origen, pero que también sirve para diferenciar un área, independientemente de que corresponda o no a límites ad-ministrativos formales. Es aquí donde se presenta la mejor evidencia del valor que tiene el espacio delimitado, como fragmento individualizado de la superficie terrestre que atañe prácticamente a todas las regiones con rasgos de identidad comunes que se han conformado en el tiempo.

La región geográfica identifica un espacio delimitado distinto, sea por su pertenencia o sus caracteres. En esta concepción lo más sobresaliente es la posesión de rasgos uniformes o comunes presentes en el espacio. Región natural y región geográfica son dos términos considerados equivalentes que se consolidan como el centro de la investigación geográfica, abocada a la construcción o explicación de la región geográfica, o la región paisaje retomada por otras disciplinas con esa estructura, para fines funcionales diversos.

Esas concepciones de la región geográfica ayudan a fundamentar de manera más clara, la idea de una geografía regionalista, en cuanto que la región se contempla como el objeto por excelencia de la geografía, y el llamado método regional como el procedimiento propio de la geografía para el estudio de la superficie terrestre. Este enfoque de base ambiental coexiste con otra más laxa que reduce la región a un área, es decir, el espacio cuya extensión es una variable o conjuntos de variables: espacio cultural o simple territorio, pero que se usan como alternativa a divisiones geográficas primarias como los continentes, lo que hace de la geogra-fía regional una disciplina de estas áreas o territorios. En ambos casos se considera geografía de países, es decir, Estados (Ortega, Ídem).

En tanto que región es un término de uso secular vinculado con la noción de área o te-rritorio, de ellos se construye el concepto de región geográfica. Ésta permite identificar un fragmento de la superficie terrestre, delimitado y diferenciado de los entornos inmediatos. En principio se confundió con la región administrativa o política; sin embargo, la elaboración geográfica se distingue en una primera etapa, por la preeminencia que concede a los rasgos físicos en la delimitación y definición de esta unidad y por el acento que pone en el concepto de homogeneidad, en tanto rasgo de identidad para la región y clave de su personalidad geográfica (Ídem).

La Geografía Regional ha sido la disciplina orientada a identificar, delimitar y explicar estas unidades básicas que se supone conforman el entramado de la superficie terrestre, por lo que se ha convertido en el concepto dominante de la geografía moderna. Hasta mediados del Siglo XX, la Geografía Regional se mantiene como una disciplina orientada a la identifica-ción, descripción, y en su caso explicación de las unidades geográficas denominadas regio-nes, objetivo final de la síntesis regional, aunque posteriormente surge una crítica muy agu-da debido a su agotamiento y por haber seguido una perspectiva básicamente funcionalista,

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la cual debía renovarse para permanecer vigente y generar nuevos aportes a la explicación de las dinámicas regionales (Ídem).

De cualquier modo, la interpretación y uso del concepto de región, depende ahora de la forma de regionalizar y la utilidad que tenga la representación fenomenológica del espacio, aunque ninguno puede ubicarse fuera de la frontera y el límite espacial como categorías que sustentan la existencia objetiva de las regiones.

De acuerdo con la evolución de los procesos económicos y sociales, se agregan nuevas formas de interpretar las dinámicas regionales, con lo que han surgido conceptos tales como Región Compage, Homogénea, Nodal o Funcional, Plan, Polarizada, de Rasgo Múltiple, Rasgo Simple, Socioeconómica o de Intervención Política, Uniforme, Virtual, etcétera. Aunque la explicación de esta multidimensión conceptual requiere una construcción epistemológica más específica, en este caso sirve como referente del basamento teórico para entender y explicar los procesos de formación regional en distintos contextos espaciales, temporales e históricos, más claramente de la categoría de territorio, donde los procesos espaciales ad-quieren una dimensión viva, derivada de la interacción del individuo, sociedad y naturaleza.

Se entiende así, que en la formación regional, los actores político-militares o económicos, tienen una gran relevancia y lo mismo son capaces de formar nuevas regiones con nuevos la-zos de identidad territorial, que desterritorializar otros, por lo que regiones que antes tenían una expresión viva, después de ciertos procesos de dominio político o comercial, se vuelven obsoletas.

Por ello, en su expresión regional el territorio implica, igualmente, un factor de localiza-ción que se refiere tanto a la ubicación físico-espacial, como a todo tipo de actividades que lo contienen, que incluye la anexión de territorios sobre la base de guerras y lucha por el poder territorial y establece nuevas localizaciones.

Las localizaciones referidas a la teoría de los límites, se asemejan y difieren entre sí, se asocian espacialmente y se excluyen, por lo que la regionalización, que puede adherirse a cualquier concepto de región, sirve para establecer límites y marcar diferencias territoriales que atañen a patrones de localización territorial y resultan importantes, no sólo para marcar rangos de intensidad o déficit de las distintas funciones económicas y sociales que se despla-zan en el territorio, sino también en el ejercicio del poder y para conformar las jerarquías o sistemas regionales (Propín, 2006).

Como el espacio adquiere en su dimensión territorial, una configuración irregular en ta-maño, forma y dinámicas derivadas de experiencias acumuladas diversas, la región adquiere múltiples denominaciones, asociadas por lo general a cuestiones de escala y de límites o fronteras. Así, como señala Propín (Ob. Cit. 2006) en los casos de la República Alemana se encuentra los niveles de macrorregión, mesorregión y microrregión; en México además, el de zonas, regiones, grandes regiones y regiones medias; en Rusia grandes regiones, regiones políticas y regiones locales; en los Países Bajos regiones y subrregiones; en Canadá provin-

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cias, regiones provinciales, localidades de mayor importancia y localidades menores; y, final-mente, la combinación de todos los conceptos anteriores en diversos países.

Aunque la diversificación conceptual de las regionalizaciones actuales se explica en los procesos mismos de formación original de las regiones, los nuevos esfuerzos de construcción metodológica, derivadas de las vinculaciones complejas externas de las regiones a partir de diversos elementos y escalas, reflejan finalmente una jerarquía espacial derivada de la ca-pacidad de ejercer el poder, pero que además provocan desigualdades territoriales, lo cual es muy importante considerar para ubicar los procesos de formación y dimensión de las regiones, así como su organización en la jerarquía del entorno nacional, construido a partir de diversos procesos históricos y contradicciones relacionados con el peso de las relaciones de poder local.

En esa perspectiva metodológica de delimitación para explicar procesos, problemas de jerarquías y dimensiones de las regiones como producto de su evolución territorial, existen diversos métodos (Propín, 2006).

Entre ellos destacan: a) métodos cuantitativos que se enfocan a territorios delimitados con subdivisiones internas que pueden ser adoptados como regiotopos y engloban diversas re-gionalizaciones de contenido económico y social, hasta conformar un sistema regional cuyos ejemplos pueden ser un país subdividido en estados, un estado subdividido en municipios y un municipio subdivido en AGEBs; b) métodos de sobreposición o interpretación cartográfica que se usa para analizar un territorio delimitado sin subdivisiones internas, adoptado por lo general en regionalizaciones de tipo natural que también conforman sistemas regionales y puede ser una cuenca o un estado pero sin considerar subdivisiones político-administrativas; c) métodos cuantitativos y cualitativos combinados, describen a un solo lugar geográfico y sirve, por lo general, para delimitar y ubicar el alcance regional del lugar, en cuyo caso la influencia debe responder a un contenido investigativo; ejemplo de ello son la influencia o alcance regional del comercio, levantamientos especiales de información relacionadas con el origen y destino de cosas, etcétera; d) métodos cualitativos con la variante análisis de exper-to, las referencias territoriales pueden ser cualquiera de las anteriores, pero los límites serán trazados desde la perspectiva de la pericia de los estudiosos involucrados; el saber represen-ta la base esencial para la definición de los límites, lo cual puede proceder de la experiencia acumulada o del estudio de mapas elaborados con fines de entender el territorio que se desea regionalizar; ejemplo de ello son las regionalizaciones electorales.

Más allá de las disquisiciones teóricas y metodológicas que enriquecen la discusión del concepto de región en sus diversas vertientes de tratamiento, incluyendo la aquí referida a su origen y formación, y apuntalan la explicación de diversos procesos de consolidación, la mayoría de los analistas por lo general coinciden en que la región se caracteriza como una construcción social localizada dentro de fronteras territoriales, la cual remite a un tipo par-ticular de territorio comúnmente asociado a cuestiones de política económica, a la vez que diferenciada de las categorías de ciudad o localidad. Estos últimos términos, si bien forman parte de la región y resultan un factor determinante de las dinámicas regionales, se encuen-

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tran más vinculados con problemáticas urbanas, consumos culturales y política social, don-de, en tal caso, la ciudad o núcleo urbano es el espacio inicial que establece las fronteras dinámicas de la región (Sepúlveda, 2001).

La región se refiere a un concepto de fronteras difusas que puede cubrir una variedad de escalas espaciales, además de erigirse sobre diversos contenidos políticos, económicos y sociales. La escala suele ser un punto controversial, por lo que se ha tendido más a elaborar regionalizaciones que tienen un uso funcional, antes que reales en términos de proceso de construcción e identidad. Dado que la identidad de la región responde a una manifestación de cambios en el territorio, se encuentra expuesta a no ser conceptualizada, o bien hacerlo de forma controversial. De esta manera se marcan diversas tendencias (Sepúlveda, ídem).

• Existe una tendencia a identificar las regiones en función de criterios geográficos. Como espacios físicos más o menos homogéneos, en términos topográficos, climáticos, etcétera. O como regiones de tipo nodal, donde algún punto central común existente dentro de un territorio es el que la define; este es el caso de alguna ciudad capital y los accidentes geo-gráficos.

• Las regiones también pueden ser definidas en función de variables culturales, tales como tradiciones compartidas, patrones de socialización, lenguaje-dialecto, o de acuerdo a un sentido de identidad compartido por los ciudadanos y actores políticos del territorio, si bien la identidad no necesariamente es un elemento de consolidación de los factores cultu-rales.

• Las regiones también son definidas en función de divisiones institucionales constituidas históricamente, o de creación más reciente; éstas incluyen a las organizaciones e institucio-nes políticas establecidas desde el Estado, así como a otras de carácter diverso, sean públi-cas, privadas o intermedias, pero que son establecidas como resultado del accionar político de los propios actores de la región.

• La región puede ser pensada en función de factores económicos, donde la definición está dada por los patrones comunes de producción, dotación factorial, interdependencias reales o potenciales, problemáticas y/o proyectos comunes, mercados de trabajo, entre otros ( Keating, 1998, citado por Sepúlveda Ob. Cit).

Por ello Keating recomienda, al definir a la región, evitar caer en supuestos y explicaciones deterministas y/o reduccionistas en los que se le ve como una pura expresión de aspectos físicos a su historia particular, única e irrepetible en otros contextos; manifestación de iden-tidades y/o de conflictos étnicos; expresión del conflicto político entre intereses, sean éstos internos o externos al territorio; asociadas a deseos, objetivos, estrategias de tipo personal, las que no necesariamente son expresión del interés del propio territorio, pero que si deter-minan el concepto de región en su formación.

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Autores como Storper conciben a la región a partir de un nivel esencial de coordinación económica; como base fundamental de la vida económica y social; o como un motor indis-pensable del capitalismo contemporáneo. Este redescubrimiento de la región ha coincidido temporalmente con la emergencia de nuevas geografías de organización de la producción y con novedosos dispositivos de regulación política, económica y social, por lo cual se le han otorgado características distintivas y especiales al concepto, entre ellos el de regiones flexibles.

Más allá de ello, existe coincidencia en que la región es una construcción social de la historia y no un determinismo de origen geográfico o administrativo. Para Eric Van Young es una hipótesis por demostrar y la regionalidad una cualidad de ser región. El regionalismo es la identificación consciente, cultural, política y sentimental que grandes grupos de personas desarrollan en el espacio regional

Entendido desde esa postura, el conjunto de los territorios de un espacio conforma el sis-tema territorial. Cada uno de estos territorios corresponde al territorio vivido por un grupo social que lo habita y lo territorializa. La territorialidad es, por lo tanto, el conjunto de rela-ciones que una población mantiene en un territorio percibido como suyo y con las dinámicas provenientes del exterior. Esta territorialidad se encuentra presente en el surgimiento de las regiones que se vieron influidas, por ejemplo, a través de la conformación de latifundio, en la Europa de los Feudos a raíz de la puesta en venta de las tierras. El término región nació en Eu-ropa en el Siglo XVIII, suplantando al más restringido de provincia, por su dimensión cultural y por su reacción frente a la homogeneización. Así surgió la problemática de las identidades regionales y con ello la necesidad de uso de los términos región y regionalismo.

Es decir, una voluntad política de hombres y mujeres prominentes hicieron coincidir inte-reses de naturaleza mercantil y agraria con los de la administración pública de su región, la gestión estatal de esos intereses marca el inicio del Estado Moderno en América Latina

Recientemente, con el avance de estrategias más globales presentes en el proceso de desarrollo, han surgido otras visiones que abonan en la discusión de rutas diferentes que también influyen en la formación de las regiones. Entre ellas destaca la teoría del medio o entorno innovador que se relaciona, como producto del avance tecnológico y la ubicación de actores económicos dinámicos de nuestro tiempo, con la organización empresarial y su ca-pacidad para alcanzar cierto grado de crecimiento y generación de capacidades competitivas dinámicas. Un territorio innovador es aquél que avanza a partir de esta estrategia prioritaria en su camino hacia un mayor y mejor desarrollo (Méndez, 2006).

La región innovadora se define entonces, según este último autor, por la presencia de un sistema productivo vinculado a una o varias actividades, en el que una parte de las empresas existentes, realizan esfuerzos en el plano de la innovación tecnológica, incorporando mejoras en sus diferentes procesos y en los productos o servicios que ofrecen.

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El apoyo público, mediante la promoción de nuevos espacios de actividad, como parques industriales o empresariales, son parte de ello. Según el análisis económico de la innovación, la mayoría de los recursos utilizados en el proceso innovador son construidos por el propio proceso y por el contexto en que se inscribe, y son específicos al ámbito en que se ha produ-cido, lo que en todo caso es un ingrediente más que interviene en la consolidación de las for-maciones regionales. El territorio resulta, de cualquier manera, una nueva construcción so-cial que a partir de ciertas dotaciones iniciales de variables, algunas sociedades son capaces de generar un contexto progresivamente favorable a la innovación y al desarrollo, mediante la movilización de iniciativas que hacen posible la creación de condiciones sólo entendibles en relación con ese ámbito espacial (Méndez, ídem).

Las metáforas relativas a la existencia de territorios con proyecto, estriba en que son territorios que piensan su futuro, que aprenden de otros y se sustentan en esa capacidad potencial de los actores locales para movilizar los recursos específicos del área, mejorar su inserción exterior y ofrecer respuestas innovadoras ante los retos del presente. El territorio deja de ser simple objeto para convertirse en sujeto colectivo que cuenta con un sistema de actores que lo anima y puede pensar y actuar en su nombre (Ídem).

Sin embargo, se considera que el espacio configurado en regiones, por muy innovadora y dinámica que sea su evolución, no puede conformar identidades globales ni homogéneas, ya que en su construcción intervienen también valores y creencias diversas, relacionadas con la movilidad de la población, la interacción y la apertura de fronteras, lo que hace de las Formaciones Regionales una experiencia única que sólo comparte elementos generales de comparación con otras experiencias.

El espacio estudiado por las nuevas geografías, entre las que destaca el enfoque innova-dor, no está formado únicamente por elementos físicos o naturales, sino que está poblado por personas que establecen lazos entre sí, que dan lugar a la configuración de redes y for-man realidades sociales, además de materiales, puesto que los desplazamientos de personas e intercambio de bienes se llevan a cabo gracias a las vías de comunicación.

Los focos hacia los que convergen los ejes de comunicación que polarizan la vida y las ac-tividades de regiones más o menos amplias, la polarización es la que crea un orden y provoca el nacimiento de las estructuras en los tres registros: relaciones sociales, infraestructura de comunicación y jerarquía de las ciudades. Las grandes ciudades ofrecen más ventajas que las áreas circundantes; las regiones centrales de los Estados están mejor situadas que las perifé-ricas para todas las actividades relacionadas con los mercados y actúan, además de núcleos de integración de las formaciones regionales, como símbolos de identidad.

La evolución contemporánea de los sistemas de comunicación y telecomunicación permi-te disfrutar a un mayor número de puntos en su conocimiento y acercamiento, sobre todo de las ventajas que antes se encontraban en la cumbre de la jerarquía urbana. El atractivo de las localizaciones no ha desaparecido, sino que éstas son más numerosas, tal como lo muestra la proliferación de las grandes metrópolis. Éstas atraen, aunque estén lejos entre sí, redes

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sociales de grupos y servicios para las empresas, puesto que pertenecen a un mismo círculo de comunicación fácil, con ello originan otras regiones y crean nuevas identidades.

El espacio constituye así, una composición de lugares y territorios al que los hombres otorgan su afectividad, ya que combina la materia, lo vivo y lo social, y en la medida que está compuesto por lugares y territorios con sentimientos, no es una extensión neutra, sino una escena donde los actores se dejan ver. Hay sistemas de marcación y de señalización que guían a quienes no están familiarizados con los lugares; los que viven los espacios así creados, aprenden a leerlos, a descifrar las intenciones de quienes los han concebido y a criticarlos. Interpretan de manera inesperada lo que tienen ante sus ojos.

Las identidades sociales descansan en gran parte sobre el sentimiento de pertenencia a múltiples colectivos; las identidades territoriales tendrán que definirse primariamente en términos de pertenencia socioterritorial, donde el territorio desempeña un papel simbólico relevante en el contexto de la acción y de las relaciones humanas y no simplemente un con-tenedor.

En diversas situaciones, el apego territorial asume un valor simbólico-expresivo y una car-ga emocional directamente y por sí mismo, sin pasar por la mediación de la pertenencia a una comunidad local fuertemente integrada desde el punto de vista normativo (Giménez, 2000), aunque también proyecta intereses económicos en el arraigo, como la propiedad so-bre la tierra u otros bienes materiales.

La región cultural es producto del medio ambiente físico, de la historia y de la cultura. Es la expresión espacial en un momento dado, de un proceso particular. La región así percibida nos permite acceder a su composición cultural, ya que la percepción del espacio depende en gran medida de la memoria histórica de sus habitantes. Puede considerarse, en primera instancia, como soporte de la memoria colectiva y como espacio de inscripción del pasado del grupo que funciona como otros tantos recordatorios. La Geografía Cultural ha intro-ducido el concepto de geosímbolo, donde el territorio regional es un gran proveedor de referentes simbólicos y también un espacio de distribución de cultura.

La identidad regional ocurre cuando por lo menos una parte significativa de los habitantes de la región han logrado incorporar a su propio sistema cultural los símbolos, valores y aspi-raciones más profundos de la región. Puede definirse como la imagen distintiva y específica que los actores sociales de una región se forjan de sí mismos en el sistema de relaciones con otras regiones y colectividades. La región se caracteriza internamente por una dialéctica de unidad y diversidad. Se manifiesta como un haz de microrregiones, como un entramado de matrias. La cultura puede influir sobre el desarrollo social y económico de una región sólo por mediación de la identidad. La identidad constituye una dimensión importante del desa-rrollo regional, por lo que no puede existir un desarrollo endógeno sin identidad colectiva (Giménez, ídem).

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Conclusiones

Si el territorio es el soporte material del desarrollo y éste induce un proceso constante de transformación; y si las regiones son límites y fronteras temporales que reflejan esos pro-cesos, entonces el estudio sobre el origen o transformación de la región implica cortes co-yunturales de los efectos que éstos tienen en las configuraciones espaciales. Entre ellos está presente la lucha por el poder territorial, incluso por vías violentas entre grupos consolida-dos, que además son producto de la confluencia de intereses económicos y los fenómenos socioculturales inherentes.

Ese sentido tiene la formación de regiones, al menos desde que la sistematización del conocimiento territorial se corresponde con las necesidades planteadas por el desarrollo económico que llevan a la exploración geográfica, la ubicación de la propiedad, la localiza-ción de las ventajas de mercado, la administración extraterritorial de las colonias vía control político, y más recientemente, la canalización de inversiones financieras, el desplazamiento de mercancías y el control del espacio virtual, mediante sistemas de información que llevan a configuraciones espontáneas controladas por el capital global, independientemente de sus límites administrativos.

¿Por qué se forman las regiones? Esta pregunta implica una respuesta más compleja en la medida que las regiones se forman de múltiples dimensiones históricas, asociadas con el vaivén de los intereses económicos que se construyen también en los procesos de lucha por el poder, más allá de los límites originales o convencionales.

Es decir, la formación de las regiones es también una expresión de los apetitos de expan-sión de los núcleos originales de población e intereses económicos y políticos por conquistar mercados o territorios, lo cual es intrínseco a los procesos de valorización del capital a través de la expansión del poder regional. Esto da lugar a distintas configuraciones regionales y formas diversas de organización político-administrativa donde las regiones cohesionadas por intereses se convierten en una forma de control político sobre el espacio y alienta su identi-dad y cohesión como una forma de defensa del poder, que llevan después a marcar criterios de diferenciación sobre la base de acuerdos políticos o económicos.

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Héctor Manuel Cortez Yacila�

Resumen

En este trabajo se reflexiona sobre ciertos temas que han sido o son considerados en las po-líticas e instrumentos de Planeamiento Regional, desde los enfoques mismos de desarrollo hasta las expresiones territorializadas de las políticas públicas e instrumentos de planeación, pasando por el concepto de región y considerando la necesidad de ajustes permanentes de tales políticas e instrumentos, frente a la ocurrencia de rápidos cambios y transformaciones territoriales que se experimentan en los contextos de globalidad actuales. Se afirma que los planteamientos normativos y abordajes políticos del planeamiento territorial regional ame-ritaron cambios sucesivos de acuerdo con los nuevos conocimientos aportados por los estu-dios territoriales y regionales: variaron los enfoques y métodos del planeamiento; las escalas geográficas y jurisdiccionales de aplicación de los instrumentos y políticas de planificación; también lo hicieron los enfoques en que se basaba el accionar de estas políticas, el enfoque local reclamaba su papel protagónico en el conjunto de posturas tradicionales dominantes; varió el carácter de las medidas de planeación, siendo el planeamiento estratégico aquel tipo de planeación que empezó a llamar la atención por una mayor efectividad operativa de las medidas para lograr los objetivos deseados.

La política de promoción al desarrollo regional, que se verá reflejada en los instrumentos de planeación regional, fue incidida por dichos cambios y debió también redefinir objetivos. La política tradicional asistía a un contexto de importantes disparidades interregionales; ac-tualmente, las políticas e instrumentos de planeación del desarrollo regional se enfrentan con frecuencia a crisis regionales generalizadas, pero el criterio de actuación ya no se refiere a la equidad, sino más bien a la eficacia y competitividad de los territorios.

Introducción

Abordar la temática regional en los modelos de planeamiento es particularmente importan-te debido a su diferencia con relación a las formas tradicionales de concebir el desarrollo y la naturaleza de sus componentes, sobre todo cuando se asocia cada componente con su expresión territorializada. Los instrumentos de planeación, entonces, considerarían en for-

1 Profesor-investigador de El Colegio de Tlaxcala A. C. El autor es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Correo electrónico: [email protected]

Consideraciones en torno a ciertos ejes

de análisis de planeamiento regional

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ma más explícita los principios de estructuralidad y funcionalidad de los espacios, así como las asociaciones intra e interterritoriales de los ámbitos regionales y subrregionales nacio-nales, cada uno con su respectivo perfil y con características diferenciales, particularidades identitarias y posición en la estructura relacional en el conjunto de los territorios con los que interactúa.

Todo lo anterior no sólo representa un cierto margen de mayor complejidad en el trata-miento del desarrollo regional cuya concepción es la base de los instrumentos de planea-ción, sino también demanda de un referente empírico más aproximado relacionado con el conocimiento de las leyes, principios y normas espontáneas que rigen los fenómenos en el territorio, así como el conocimiento de los diversos enfoques con los que se ha abordado el desarrollo territorial y las posturas que, como paradigmas, plantea la literatura actual.

Esta presentación tiene, precisamente, la intención de contribuir a un acercamiento a la interpretación diversificada de los temas relevantes que suele presentar la literatura ac-tual relacionada con el planeamiento para el desarrollo regional basado en ciertos abordajes teórico-conceptuales que, sobre las regiones, su crecimiento y su desarrollo podrían formar parte del contenido de estas teorías, así como las formas y los criterios para configurar los procesos de planeación de acuerdo con la dinámica actual de los territorios regionales como condición para el logro aceptable de sus objetivos. Tales elementos se presentarán hacien-do referencia obligada a los cambios y variaciones experimentados por ellos en estrecha correspondencia con los cambios y transformaciones territoriales en los ámbitos regionales subnacionales. Entre los temas que se incluyen en este contexto están: el concepto de re-gión, el crecimiento económico regional, los equilibrios intra e interterritoriales regionales, las posibilidades de evaluación y formulación innovadas de políticas territoriales y regiona-les, y los enfoques estructurales de los esquemas de planeamiento, los cuales se describen a continuación.

1. Ciertos referentes conceptuales y teóricos asociados con la región, sus problemas y las políticas regionales

Me parece prudente iniciar la discusión sobre las variaciones de las categorías temáticas aso-ciadas con el desarrollo de las regiones y su planeamiento, mencionando ciertos referentes del concento de región.

La región tiene su fundamento conceptual en el espacio relativo; es decir, en aquel espa-cio definido por las relaciones e interacciones entre elementos, materia, agentes y factores que coexisten en dicho espacio. De esta manera, tendrían mayor propiedad y sustento, ade-más de poder diferenciarse, las referencias que suelen hacerse de: espacio de convivencia, espacio familiar, espacio urbano, rural, periurbano, etcétera. Es precisamente este hecho el que contribuye a fundamentar la concepción de región como unidad territorial, en tanto el territorio alude a regímenes de pertenencia, identidad, espacio de apropiación, condiciones de estructuralidad, de funcionamiento, de arraigo y de vínculos y relaciones internas e inte-respaciales.

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Vista la región como unidad territorial, será también mucho más propensa a distinguirla desde sus elementos estructurantes del sistema territorial (Pujadas y Font, 1998:389), entre los cuales destacan los sistemas productivos, los intercambios económicos, las comunicacio-nes o vínculos informacionales, la articulación física, el desplazamiento y movilidad de fac-tores productivos, la dinámica poblacional, los lazos culturales, etcétera, pero también será mucho más propensa de distinguirla desde las fuerzas que la desarticulan tales como, por ejemplo, los grandes diferenciales de concentración que se expresan en intensos procesos migratorios y desplazamiento de factores productivos en forma de capital y mano de obra, tanto de un sector a otro, como de un territorio a otro. Este enfoque de estructuración/des-estructuración, podría constituir parte de un análisis de equilibrio/desequilibrio/reequilibrio referencial en los procesos de evaluación de planeación regional, muy ligada con el creci-miento económico y territorial de las regiones, con las políticas regionales y con los enfoques metodológicos de la planeación.

Aunque recientemente se han ampliado los abordajes temáticos en el análisis regional, se puede seguir afirmando que uno de los temas de vital importancia en el desarrollo de las regiones y que ha estado sujeto a importantes cambios conceptuales, es su crecimiento económico. Éste ha estado tradicional y políticamente considerado y definido con enfoques de generalización como parte de las políticas nacionales o federales, dentro del esquema de definición de lo general a lo particular, de lo macro a lo micro y de lo nacional a lo regional, todo lo cual conduciría a pensar que, aparentemente, en la práctica, no existen políticas re-gionales (Herrera, 2002:1). Este autor fundamenta el hecho de que en la promoción del cre-cimiento y desarrollo económico no sólo es posible la perspectiva desde arriba hacia abajo, sino que también es posible, y deseable, la perspectiva de abajo hacia arriba.

La promoción del crecimiento económico desde arriba la pregona la Teoría Económica Neoclásica basada en el supuesto de difusión del crecimiento hacia el interior a partir del lugar central ya dinamizado. “…'La hipótesis básica es que el desarrollo se genera por la de-manda externa y los impulsos innovadores, y que a partir de unos nodos sectoriales o geo-gráficos el desarrollo, ya sea de forma espontánea o inducida, se 'filtrará' hacia el resto del sistema' (Sthör y Taylor, 1981:1)” (Herrera, 2002:1). Por ello las políticas basadas en esta postura promueven la concentración urbana, ya que es en estas áreas donde se obtienen las mayores rentas: lo hizo con la industrialización y hoy lo hace con la terciarización de la econo-mía promoviendo la tecnología de punta, basando el crecimiento y desarrollo en un intenso proceso de acumulación de capital e incremento de la razón capital/trabajo.

El llamado desarrollo desde abajo, en cambio, llega cuando las evidencias del desarro-llo económico exógeno anterior reproduce insostenibilidad y desestructuración en los te-rritorios, y se presenta como una modalidad que trata de conciliar intereses territoriales y rescatar capacidades endógenas del saber hacer local históricamente construidas, y las pone a disposición de la economía para generar dinámicas internas a partir de los recursos naturales y humanos, de capital natural y social, postulando al trabajo como elemento dina-mizador fundamental a partir, precisamente, de promover actividades intensivas en el uso de este último factor, todo lo cual se conjuga con los postulados del Desarrollo Local que

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nace justamente en la década de los ochenta del siglo pasado, cuando el mundo subdesa-rrollado experimenta una fuerte concentración territorial de las actividades económicas y de población, y la dispersión y marginación de una gran cantidad de asentamientos humanos con escaso, nulo o negativo crecimiento, evidenciando la formación de intensos procesos de desequilibrio intra e interregionales, los cuales constituían grandes retos en los enfoques de planeamiento regional de la época, en su búsqueda por liberar factores limitantes del crecimiento económico.

Con relación al tema de los desequilibrios intrarregionales e interterritoriales regionales, el cual es un tema crucial para el desarrollo regional, éste empieza a tener mayor vigencia en muchos países a partir de 1945 (Sechi, 1970:73-74). Estos países organizaron sus propuestas territoriales en planes dirigidos a reducir tales desequilibrios: reconocían que la riqueza y la pobreza se concentraban en ciertos puntos en el territorio y proponían una serie de posicio-nes respecto al papel que jugaría la administración estatal tanto con relación a la planifica-ción del territorio para atenuar las intensas concentraciones poblacionales y de actividades económicas, como en la utilización y distribución de recursos públicos y privados disponibles, y en el desarrollo de programas en sus diversas modalidades: cuencas hidrográficas, micro y mesorregiones, y espacios subnacionales específicos. En otros contextos, como en Europa occidental, el interés de la planificación estuvo centrado en la integración económica de las distintas regiones en que se subdivide cada Estado y en la preocupación por reproducir el desarrollo alcanzado por los grandes centros urbanos de esa región después de la guerra, y reducir la persistencia de la pobreza en bastas regiones de los mismos países. En los países subdesarrollados este interés se centró en la distorsionada localización de las actividades económicas que siguió a la industrialización incipiente, planteando ciertos puntos en el es-pacio con posibilidad de difundir el desarrollo con los denominados “polos de desarrollo”, proponiendo ciertos criterios de distribución espacial de inversiones, aprovechar los recur-sos naturales aparentemente abundantes e integrar los distintos territorios al sistema eco-nómico nacional.

Todas estas modalidades e intereses estuvieron enmarcadas en actitudes de presión polí-tica, más o menos diferente en cada contexto y conjunto de países, para invertir el sentido de los flujos de recursos desde las áreas más desarrolladas económicamente y más urbanizadas, hacia las menos desarrolladas. En la práctica, los países, sobre todo subdesarrollados, no lograron definir con claridad esta tendencia de cambio de dirección y sentido de las inversio-nes. El interés por el crecimiento económico, como preámbulo para el desarrollo social, hacía localizar y estimular con frecuencia las inversiones en los puntos en el territorio que ofrecían condiciones para incrementar la productividad y renta: los grandes centros urbanos, lo que contribuyó enormemente a continuar reproduciendo los grandes desequilibrios territoria-les en un modelo de crecimiento territorial caracterizado por la subordinación de muchos asentamientos dispersos y el dominio territorial jerarquizado de algunas grandes ciudades en donde se concentran los factores productivos a través de los ciclos recurrentes de acu-mulación, ocasionando despoblamiento y abandono en los lugares de origen, por un lado, y, por otro, creando cada vez mejores condiciones de productividad marginal de los factores, empleados para atraer grandes empresas y empresas transnacionales altamente competiti-

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vas, sobre todo en sectores innovadores que desplazan a empresas locales ubicadas en éstos territorios y sectores (Cortez, 2006:287-288), todo lo cual remite a situaciones de profundas diferencias estructurales y funcionales de los territorios subnacionales que determinan una estructura jerárquica muy diferenciada y polarizada con intercambios interterritoriales asi-métricos.

Aunque en torno a la movilidad espacial de los factores productivos suelen ocurrir una se-rie de fenómenos socioculturales e institucionales, la literatura especializada en el desplaza-miento de tales factores suele estar de acuerdo en que tal movilidad y tales factores poseen una gran responsabilidad en la generación de grandes disparidades y desequilibrios en las regiones y entre ellas. Tal literatura reporta dos cuerpos teóricos donde se ubican ciertas co-rrientes de pensamiento al respecto: el que afirma y pregona el equilibrio territorial espon-táneo después de una etapa obligada de inestabilidad, y el que niega y critica tal equilibrio y propone la intervención pública para atenuar sus efectos. Estos cuerpos teóricos también sirvieron para basar las orientaciones de las políticas públicas nacionales y/o regionales en la generalidad de países. De acuerdo con las corrientes de pensamiento en que se basaron las políticas de reequilibrio, y de la experiencia respecto a la instrumentación de estas políticas en los años sesenta y setenta, se deduce que tales políticas consideraron muy diferencial-mente tales postulados. Coronado (1997:9), las agrupa en dos grandes categorías: las de carácter equilibrador o neoclásicos, y las de carácter desequilibrador o neokeynesianos.

El cuerpo teórico neclásico propugna que la economía de mercado posee, por sí misma, la suficiente capacidad para eliminar los problemas de diferencias de renta y bienestar entre re-giones, y garantiza la convergencia tanto en ingresos como en renta per cápita. La explicación del crecimiento desigual de esta corriente de pensamiento atraviesa por la consideración de su necesidad temporal en tanto su posterior y espontáneo equilibrio como consecuencia del principio de los rendimientos marginales decrecientes de los factores productivos y la movilidad de éstos, argumentando que es la oferta la que origina dinámica a través de la construcción de su propia demanda. Este último autor señala que fue en la década de los sesenta, con las aportaciones de Borts (1960), Borts y Stein (1962), Romans (1965) y Siebert (1969), que este tipo de modelos adquirió su mayor auge, debido principalmente a que “…proporcionaron una justificación teórica a la convergencia de las rentas per cápita interre-gionales, tendencia que ya se había mostrado empíricamente en estudios a largo plazo de la economía de los Estados Unidos en períodos históricos en los que no hubo intervención regional directa” (Ibid:10).

Coronado (1997:10), señala que las estrategias de política regional bajo las hipótesis del modelo neoclásico estaban dirigidas a facilitar la movilidad de los factores, tanto del capital mediante el aumento de la rentabilidad de las inversiones en las regiones menos desarrolla-das, por medio de incentivos, como del trabajo a través de la propuesta de esquemas que fa-vorezcan la emigración con la finalidad de reducir el desempleo en las regiones más pobres.

Contrariamente, los modelos de carácter desequilibrador o neokeynesianos, basan sus postulados en la demanda; niegan la anterior corriente y reafirman los desequilibrios inevi-

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tables que las fuerzas del mercado originan por su propia naturaleza, llevando a una concen-tración creciente de la población y de las actividades económicas en determinadas áreas, lo cual conduce a diferencias cada vez mayores en las rentas regionales per cápita. Varias teo-rías refieren a este enfoque general modelos de causalidad acumulativa, polos de desarrollo, modelo de base-exportación, así como otras derivaciones más recientes de carácter neoke-ynesiano, destacando los modelos de crecimiento acumulativo y polos de desarrollo, que se relacionan en mucho mayor medida con las desigualdades y desequilibrios territoriales, todo lo cual justifica una posible intervención pública en la dinámica espacial de los factores. El último autor citado menciona que estos postulados fueron planteados por Myrdal (1957), Hirschman (1958), Kaldor (1970), Holland (1976), Dixon y Thirlwall (1975) (Ibid: 11).

Las medidas de política regional basadas en estos últimos modelos, señala este último autor, son de tipo redistributivo, dirigidas a incrementar o mantener la demanda en las re-giones más débiles, y promover una corrección de una situación de desequilibrio mediante la intervención pública. Los instrumentos que suelen utilizarse son: incentivos a la inversión privada, subsidios, inversión estatal, infraestructuras, así como políticas redistributivas en general.

Es en un momento en que se tenían ciertas evidencias de la magnitud de las asimetrías territoriales regionales en América Latina, y más evidencias en Europa, cuando en este últi-mo continente se afianza una posición particularmente importante, relacionada con el cre-cimiento y la dinámica de áreas o zonas en rezago, misma que postula acciones específicas para incidir de manera diferente a las posturas tradicionales, en la búsqueda de los equili-brios territoriales: el desarrollo local. La teoría referida al desarrollo local señala que este modelo parece advertirse como alternativa de crecimiento territorial en áreas poco favoreci-das actualmente por el capital y su acumulación (Cortez, 2004:54). Esta corriente considera las posibilidades internas de las economías de las regiones y localidades con capacidad de aportar elementos construidos en el propio ámbito local, y crecer utilizando el potencial de desarrollo existente en el propio territorio. Con ello se contribuiría a disminuir el creci-miento territorial diferenciado, induciendo también, la descentralización y distribución del crecimiento, con lo que se tendería a establecer un posible reequilibrio territorial. A esta corriente se le ha optado por denominar desarrollo endógeno (Vázquez, 2000:3), dado que los sistemas locales de empresas juegan un papel relevante en los procesos de crecimiento y cambio estructural ya que, de acuerdo con este autor, al igual que las grandes empresas, éstas impulsan la formación de externalidades y, por lo tanto, rendimientos crecientes y de-sarrollo económico; de la misma manera, fortalecen los factores inmateriales del desarrollo que los ajustes y la reestructuración productiva necesitan.

Coronado (1997:17), refiere a la instrumentación de las políticas basadas en esta doc-trina, y menciona que Garafoli (1992) indica que pueden adquirir, como estrategia, formas muy variadas tales como: la provisión directa de servicios públicos, promoción de coopera-tivas, financiación directa de pequeñas y medianas empresas, promoción del área a través de publicidad, training de empresarios y otros trabajadores, etcétera, dependiendo de las características de cada zona.

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En la misma línea de análisis de los desequilibrios interregionales, y con relación a la movi-lidad de factores, una investigación de importancia que alude a este tema y su vínculo con el comportamiento monopólico en el mercado, es la de Tabuchi, Thisse y Zeng (2003), quienes al estudiar los fenómenos responsables del número y tamaño de las ciudades analizaron el desplazamiento del trabajo y su diferencial espacial de costo asociándolo con la redistribu-ción industrial, con el consecuente crecimiento de otras ciudades que conformaban núcleos primarios de otras regiones. Ellos estudiaron los efectos del incremento del costo del trabajo sobre la distribución espacial de la industria en una economía multirregional, cuando los incrementos de la población de trabajadores generaban más altos costos urbanos. Mostra-ron que cuando estos costos son idénticos, entre los núcleos regionales existe una relación de equilibrio espacial estable; de tal manera que primero se originaba una progresiva aglo-meración en un número menor de ciudades, y luego dispersión en un creciente número de ciudades, ocurriendo esto último debido al incremento de los costos urbanos asociado con los procesos de aglomeración. Se tenía certeza de que lo anterior debería analizarse en el contexto de las grandes diferencias respecto a los tamaños de las empresas y las cuotas de mercado que éstas cubren. Tabuchi, Thisse y Zeng, distinguieron estas diferencias, muestra de lo cual fue la aplicación del modelo de competencia monopólica para configurar el equili-brio espacial estable encontrado. En este sentido, se entiende que son precisamente las em-presas de menor tamaño relativo las que deberán buscar mejores formas de convivencia en contextos competitivos, constituyéndose, junto con las unidades filiales de los corporativos, en principales agentes que reorganizan cíclicamente estas concentraciones, originando nue-vas fases en su evolución. Sin embargo, si bien es cierto que hay evidencias que señalan con frecuencia que el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas son parte de un extendido proceso de descentralización en contextos de proximidad espacial con los lugares centrales tradicionalmente hegemónicos, se reconoce también que estas unidades produc-tivas se enfrentan constantemente, aún en nuevos escenarios, a enormes dificultades para hacer frente a las altas productividades de grandes empresas en tales nuevos escenarios, lo que conllevaría, nuevamente, a buscar otros espacios (Cortez, 2004:86).

De lo anterior parece desprenderse que los grandes temas de los desequilibrios territoria-les se asocian, entre otros factores, con la dinámica espacial tanto de la mano de obra, que bien podría ser expresada como procesos migratorios, así como del capital que podría expre-sarse como desplazamiento, ubicación o reubicación espacial de las empresas, considerando tales factores en contextos de cambio estructural, condición y formación de aglomeraciones y crecimiento tanto físico como económico de las ciudades y territorios regionales.

Por otro lado, respecto a las políticas territoriales de alcance regional para estimar los re-sultados y efectos de estas políticas sobre la modificación de las condiciones de desequilibrio territorial, cierta literatura (Coronado, 1997; Carrillo, 2002 y Gasca, 2007), señala algunas carencias y debilidades tanto en los enfoques y postulados en que se basan estas políticas, como en las relaciones entre los diferentes niveles de Gobierno para su aplicación, todo lo cual revela profundos vacíos en la formulación de estrategias para pretender compatibilizar eficiencia económica con equidad social, como preámbulo para construir reequilibrios terri-toriales en la región y entre regiones.

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De todo lo dicho hasta ahora, se advierte la importancia que poseen los modelos, teorías y paradigmas que explican los fenómenos territoriales en la formulación del conjunto de políticas nacionales y regionales conducentes a transformar la realidad actual en escenarios prospectivos prósperos, para lo cual sería inevitable una evaluación de las políticas públicas o territoriales regionales, siendo éste otro punto temático de vital importancia, previo al proceso mismo de formulación prospectiva. Sin embargo, respecto a dicha evaluación de política territorial regional, al sostener algunos postulados relacionados con la evaluación de políticas, Coronado (1997:3) afirma que ésta no siempre fue considerada de la misma forma. Hasta finales de los años setenta, en los países de Europa, los procesos de evaluación se limitaban a estimar los efectos territoriales de la política regional desde el punto de vista cuantitativo sobre una o un conjunto determinado de variables-objetivo. Este último autor menciona que, en dichos países, hoy, se suele definir el proceso de evaluación en un sentido más amplio: investigación del éxito a través de los objetivos declarados (McEldowney, 1991), o a partir de la investigación sobre el tipo sectorial de política regional, considerando que el objeto de evaluación difiere por sectores de acuerdo con las consecuencias que se les atribu-ye a través de sus programas (Bartels et al., 1982). En ambos casos se consideran importan-tes diferencias entre impactos de la política regional y la evaluación de la misma. El análisis de impactos sólo considera los cambios cuantitativos producidos en las variables objetivo, y la evaluación tiene en cuenta las múltiples y complejas relaciones que puedan existir entre las metas, objetivos e instrumentos de la política regional (Folmer, 1986:17). Este último proceso, el de evaluación, se requiere para emplear sus conclusiones “como soporte para plantear futuras estrategias” (Coronado, 1997:3-4).

Carrillo (2002:322-325), refiere a la intervención pública que tuvo el desarrollo regional a finales de los sesenta en México para atenuar los desequilibrios territoriales, debilitán-dose esta política tan pronto como se habían sentado las bases para salir de la crisis de los setenta y principios de los ochenta. Dice que entre 1982 y 1988 se privilegió la formulación e implantación formal de programas regionales de desarrollo, y se adecuó la legislación y el aparato administrativo para tal efecto. A finales de los ochenta y principios de los noventa el desarrollo regional fue considerado más como parte de la política social, y el proceso de planeación se redujo al control de los recursos y actividades dentro de un contexto de es-tabilización económica y no como un instrumento de promoción del desarrollo equilibrado. En consecuencia, en México, la promoción del desarrollo a través de la intervención pública decidida no fue efectiva en tanto los desequilibrios regionales se han ensanchado, y no logra aún definir la relación y acciones específicas entre el gobierno de la federación y los gobier-nos estatales para abordar este problema (Ibid:324).

Por lo anterior, este último autor está de acuerdo en proponer el nivel local de abordaje político del desarrollo regional, una de cuyas expresiones como finalidad es la reducción de los grandes desequilibrios territoriales regionales, para atender principalmente el asunto de tales desequilibrios. Con este propósito, en México, existe actualmente la imperiosa necesi-dad de identificar o definir mecanismos mediante los cuales se realice el logro exitoso de los objetivos de las políticas territoriales regionales, cuya garantía de éxito radica fundamental-

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mente también en el conocimiento pleno de la realidad local en términos de funcionamiento de fenómenos socio-espaciales locales e interregionales.

Gasca (2007), dice que la idea del desarrollo ha sido reducida a la esfera del crecimiento económico, y es falso el supuesto de que las políticas descienden de manera espontánea y automática hasta las personas modificando favorablemente sus condiciones de vida. En México, ha dominado esta idea hasta hace poco tiempo, y las dimensiones social, humana, ambiental y territorial, donde se ha reconocido que el desarrollo encuentra su verdadero significado, han sido apenas incorporadas a los instrumentos de intervención pública.

De acuerdo con lo hasta aquí mencionado, en términos de evaluación y formulación de políticas regionales, los temas que estarían en la agenda y que podrían ameritar actualiza-ción y revisiones periódicas, son los concernientes a las formas de estimar los resultados en el logro de los objetivos de desarrollo territorial de tales políticas, así como en lo concernien-te a los enfoques en que se basan dichas políticas para inducir el desarrollo.

2. Respecto a los cambios en los esquemas de planeación

Los planteamientos normativos y abordajes políticos del planeamiento territorial regional, basados en las propuestas teóricas y en el comportamiento de los fenómenos territoriales a través de la evidencia empírica, ameritaron cambios sucesivos de acuerdo con los nuevos conocimientos aportados por los estudios territoriales y regionales. La misma denominación de Planificación varió a planeamiento; variaron también las escalas geográficas y jurisdiccio-nales de aplicación de los instrumentos y políticas de planificación; también lo hicieron los enfoques en que basaban el accionar estas políticas, reclamando el enfoque local su papel protagónico en el conjunto de posturas tradicionales dominantes; varió el carácter de las medidas de planeación, siendo el planeamiento estratégico aquel tipo de planeación que empezó a llamar la atención para una mayor efectividad operativa de las medidas conducen-tes a lograr los objetivos deseados.

El primer cambio de importancia se da en la forma de concebir la planificación: en su sen-tido originario, y la planificación como planeamiento alejado de su componente ideológico y control centralizado. La planificación o el planeamiento no dejan de presentarse, sin embar-go, como instrumentos para ordenar la dinámica geoeconómica versus la evolución espontá-nea de la misma regida por leyes de mercado, ya que la experiencia enseña que sin reflexión y previsión del futuro, un crecimiento espontáneo conduce a la aparición de actividades desvinculadas del medio, a su localización desordenada, a un comportamiento insosteni-ble a largo plazo, a desequilibrios territoriales, conflictos de uso y ocupación desordenada del suelo, degradación ambiental, destrucción de recursos y proliferación de externalidades negativas de todo tipo. Se vislumbra, entonces, una acción temática amplia en el planea-miento regional como alcance disciplinario y se caracteriza por su carácter articulado y por la necesidad de superar la parcialidad y el reduccionismo de la planificación sectorial, en tanto el desarrollo se plasma en un sistema territorial que, de acuerdo con ciertas teorías como la sistémica y los enfoques holísticos, no puede ser entendido ni planificado si no se considera

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su perfil de integración. Aquí, lo que se desarrolla es un territorio en toda su complejidad en el que la población dispondría de una satisfactoria calidad de vida (Gómez, 2002).

La planificación territorial, local o regional, fue un término muy usado hasta antes de la implantación generalizada de políticas neoliberales que despojaron a muchos gobiernos de sus capacidades de actuar sobre los agentes y territorios comprometidos con los más importantes cambios y transformaciones, junto con la caída ideológica en el mundo de la economía planificada centralmente a raíz de los cambios en la ex-Unión de Repúblicas So-cialistas Soviéticas (URSS). Actualmente, aunque teóricamente sigue teniendo vigencia, la planificación se entiende más que desde su significado ideológico, en el sentido instrumen-tal de su aplicación. Es común, hoy, entender la planificación no bajo su contexto ideoló-gico-conceptual más originario, sino desde la perspectiva de la formulación de acciones a través de planes; es decir, desde la definición de estos planes entendidos como propuestas de líneas de acción encaminadas a conseguir objetivos, no imágenes-objetivos, fijados preli-minarmente y referidos a regular la dinámica de las regiones, de tal forma que sea capaz de prever situaciones no reñidas con los intereses generales de la población. Aquí, se entiende la planificación como una actividad propia del ser humano y se puede aplicar a múltiples facetas de la actividad humana.

Giordani (1979),2 menciona que la planificación como instrumento que guía y orienta el desarrollo de los países, aparece históricamente con el nacimiento de la sociedad soviética (URSS) ante la necesidad de orientar cuantiosos recursos a la satisfacción de necesidades de grandes masas de población a través de un nuevo instrumento de gestión que sustituya la operación libre de las fuerzas del mercado que operan en los países capitalistas. En estos últimos países, y como consecuencia de la gran crisis de los años 30, se distingue una mayor participación del Estado tanto en el gasto público y en la producción militar como en la le-gislación financiero-monetaria; participación que puede asociarse a la idea de planificación, aunque no precisamente haya sido como en el caso de la ex-Unión Soviética que se oponía a los mecanismos del mercado, sino más bien como regulador del mismo dentro del contexto de la propia sociedad capitalista (ídem).

Durante el período de post-guerra, la idea de planificación se extiende en los países ca-pitalistas a petición del Programa de Recuperación Económica (Plan Marshall) organizado en 1948, el cual solicitaba a las naciones participantes elaborar planes integrales de cuatro años de duración. A partir de entonces, la programación de actividades a nivel de regiones, sectores, países enteros y áreas de influencia, van a estar condicionadas por la base produc-tiva del modo de producción capitalista que alcanza una expresión importante como conse-cuencia del rápido avance tecnológico, principalmente, por requerimientos militares y por el crecimiento de los Estados Unidos de América y su expansión a nivel mundial. En los países capitalistas que salen triunfantes de la Segunda Guerra Mundial, el ordenamiento de la pro-ducción atravesaba por resolver la situación tanto económica como política, y esto reque-

2 Con base en los estudios de J.M. Keynes.

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ría un mínimo de programación de actividades. Como disciplina, la planificación económica advirtió las desigualdades que el desarrollo económico da lugar tanto entre regiones como al interior de ellas. Implantada en muchos países, sobre todo europeos, y aplicada a través de los planes de desarrollo, dio nacimiento a la Economía Regional y planteó la necesidad de coordinación entre la planificación económica y la planificación territorial y urbanística para evitar los desequilibrios estructurales causados por la aplicación simultánea de políticas centralistas y/o sectoriales contradictorias. Era necesario entonces programar las acciones (planes) orientadas a evitar o atenuar los desequilibrios territoriales.

Otro cambio importante que se experimentó fue en las escalas de aplicación de los proce-sos e instrumentos de planeación. No sólo se ampliaron las etapas en los estudios o análisis de los procesos de planeación, en la que se contempló la evaluación de una serie de alter-nativas posibles de ejecutar por su viabilidad técnica, económica, social, institucional o de manejo, tal como aparece en la Figura 1, sino que empiezan a redefinirse espacios jurisdic-cionales funcionales mínimos entendidos como unidades espaciales básicas de operación. En esta etapa se define la región como unidad territorial para su ordenamiento (Figura 2).

Figura 1. Etapas en el proceso de planificación

Fuente: Tomado de Pujadas, R. y Font. J. (1998). Orden y planificación territorial, Editorial Síntesis, Madrid, España.

Análisis de la situación yapreciación de los problemas

Decisión de actuar

Formulación de objetivos:Identificación de metas

Cursos de acción posibles

Evaluación de alternativas

Actuaciones a través deinversiones públicas o controles

sobre el sector

Revisión

Control

Resultados no esperadosResultados esperados

or privado

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Figura 2. Una modalidad de planificación propia de cada escala

Fuente: Tomado de Pujadas, R. y Font, J. (1998). Ordenación y planificación territorial, Editorial Síntesis, Madrid, España.

No obstante, esta última clasificación por escala, la pluralidad temática de la planificación no se deja esperar y propone dos grandes modalidades de intervención: la planificación físi-ca y la planificación económica que impactan en la escala regional a través del territorio, la primera, y a través del desarrollo económico regional, la segunda (Figura 3). Es importante advertir aquí que no debe entenderse la planificación económica en su sentido tradicional, sino más bien en su sentido indicativo; es decir, en donde se plantean estrategias de desarro-llo que el sector privado puede seguirlas o no, o bien seguirlas parcialmente.

Figura 3. Pluralidad de modalidades de planificación a cada escala

Fuente: Tomado de Pujadas, R. y Font, J. (1998). Ordenación y planificación territorial, Editorial Síntesis, Madrid, España.

Una dimensión de mucha importancia en términos de variaciones estructurales son las temporalidades de los procesos de planeación. Una realidad cuyo contexto social, político y económico es muy cambiante, exigiría a los tomadores de decisiones variar las temporalida-des de las acciones de planeamiento con sus respectivas metas y resultados. Los resultados esperados en estos nuevos modelos no son exactamente las imágenes-objetivos tradiciona-les que se definían en el largo plazo suponiendo realidades económicas, productivas, sociales y territoriales con dinámicas de cambio regulares, y no con la velocidad con la que se experi-mentan tales cambios actualmente, sino que la temporalidad en la evaluación de las metas y

Tomado de Pujadas, R. y Font, J. (1998). Ordenación y planificación territorial. Editorial Síntesis. Madrid,

España.

Escala nacional Escala regional

Planificación económica

Escala local

Ordenación del territorio Planeamiento urbano

Tomado de Pujadas, R. y Font, J. (1998). Ordenación y planificación territorial.Editorial Síntesis. Madrid,

España.

Escala nacional

Escala regionalPlanificación física Planificación económica

Escala local

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resultados parciales se reducen, y el nivel de cumplimiento de las metas puede determinar el logro de una alternativa diferente que sí se estimó con anticipación y constituyó un escena-rio. Como la naturaleza, carácter y dimensión de los cambios estructurales en los contextos nacionales, pero también sus implicanciones en la región, eran difíciles de predecir, surgió la necesidad de configurar diversos escenarios asociados con las situaciones coyunturales experimentadas, lo cual no obedece más a las tendencias históricas del comportamiento de los fenómenos asociados directa e indirectamente con el desarrollo económico y territorial de la región. Aquí, el diagnóstico histórico indica muy poco el camino a seguir en la solución de los problemas que atañen al desarrollo de una región, y la planeación se convierte en un proceso que exige tomar medidas eficaces y de alcance temporal más reducido (Figura 4).

Figura 4. Cambios en los enfoques prospectivos

Fuente: elaboración propia.

La política de promoción del desarrollo regional, la cual se verá reflejada en los instrumen-tos de planeación regional, influida por estos cambios, debió también redefinir objetivos y las técnicas para lograr los objetivos de promocionar la tendencia a la equidad territorial y

Método prospectivo (Planificación-Imagen-objetivo) (Largo plazo)

Fases y metas

Planeación (Construcción de escenarios) (mediano y largo plazo)

Fases y metas

Imagen-objetivo

Diagnósticosituacionale histórico

Escenario1

Escenario2

Escenarion

Imagen

Escenario3

Imagen

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disminuir los desequilibrios imperantes a través de su actuación en las regiones menos diná-micas y marginadas. La política tradicional asistía a un contexto de importantes disparidades interregionales, pero todavía habría el tiempo de actuación pública más o menos prudente; el criterio de actuación de esta política fue la propensión a la equidad y eficacia, lo cual se lograba con industrialización en las regiones menos desarrolladas y el instrumento de pla-neamiento se orientaba a incrementar los incentivos para atraer empresas, incremento de la infraestructura vial y desincentivo a la permanencia de empresas en regiones muy concen-tradas y controles a las mismas, todo ello promovido por el Gobierno central.

Actualmente, las políticas e instrumentos de planeación del desarrollo regional se enfren-tan con frecuencias a crisis regionales generalizadas, pero el criterio de actuación ya no se refiere a la equidad, sino más bien a la eficacia y competitividad de los territorios a través del incremento del capital, y su objetivo es el crecimiento económico mediante la moderniza-ción de sus procesos y procedimientos, en tanto su instrumento principal es la promoción de localizaciones y relocalizaciones de empresas pero en forma selectiva, y al incremento de la infraestructura vial se le adiciona el incremento de la infraestructura tecnológica y la prolife-ración de los servicios a las empresas; aquí, los más importantes agentes que promueven el cambio son la administración regional y las instituciones de la región.

Se distingue, entonces, que esta nueva propuesta se diferencia en lo fundamental por la variación de sus instrumentos: los incentivos a las empresas, primas al capital, rebajas de intereses, exenciones de impuestos, acortamiento del período de amortización y las exencio-nes de seguridad social a las empresas en los territorios a dinamizar, así como los desincen-tivos y controles en las zonas concentradoras, tienen una importante tendencia a su dismi-nución ya que cada vez se destinan menos recursos y hay desconfianza sobre su eficacia. La idea de la presencia de la empresa pública como dinamizadora local se abandonó, estando actualmente en auge las medidas orientadas a dotar de infraestructuras de servicios básicos y de apoyo a la producción a las regiones con escasa dinámica, y a dotar de infraestructura tecnológica a las mismas.

Todas estas condiciones se conjugan con medidas de carácter estratégico del planeamien-to regional combinadas con posturas de desarrollo local, todo lo cual induce a pensar que su efecto combinado resultaría en un proceso inducido y en un esfuerzo por compatibilizar efi-ciencia económica y equidad territorial. Estas condiciones complementarias están referidas a construir procesos de desarrollo endógeno, rescatando capacidades locales y elementos de arraigo, asumiendo diferenciaciones estructurales en cada región, promoviendo la descen-tralización de poderes y decisiones, democratizando tales decisiones y rescatando las accio-nes participativas, todo lo cual se complementa con la focalización de medidas de acuerdo con la definición de prioridades tanto de sectores como de agentes sociales y económicos, considerando siempre la diversidad y particularidades de enfoques y la visión socializada de resultados.

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Salvador Ferradás Carrasco�

Resumen

El presente artículo intenta poner de manifiesto la relación entre las actividades turísticas y el medio, y la necesidad de conocer mejor esa conexión en la cual un aspecto realmente importante, que puede llegar a revitalizar las ciudades con patrimonio histórico y cultural, más aún si también cuentan con un patrimonio natural bien conservado y atractivo, es el que incluye los elementos patrimoniales en la promoción y comercialización turística como foco de atracción para la demanda turística.

Introducción

Es de todos reconocido que el turismo incide positivamente en nuestra economía, facilitan-do el equilibrio y mejora en la balanza de pagos, a la par de generar empleos y ser un nodo entre diferentes culturas. Por otra parte, el turismo tiene una serie de efectos multiplicado-res sobre otros sectores económicos presentes en el destino visitado, como por ejemplo, en el alojamiento, restauración, comercios, transporte, entre otros; y sobre bienes y servicios que pasan por el uso de los financieros, empresas de ocio, lúdicas o de otra índole, a la par del consumo de productos propios del entorno que se visite.

La importancia de esta actividad alienta a la mayoría de países a participar de ella para lo-grar los beneficios que se considera se desprenden de ésta. De manera que un gran número de países intentan potenciar los destinos actualmente existentes y, por otro lado, crear otros nuevos, a la par de establecer un marketing y una promoción lo suficientemente atracti-vos como para captar a los visitantes hacia determinadas áreas turísticas en detrimento de otras.

Dentro de la obtención de medidas para lograr la atracción del visitante, nos encontramos la que guarda relación con la puesta en escena de los recursos turísticos, entendiendo por éstos todo elemento material con capacidad por sí mismo, o en combinación con otros de

1 Doctor en Geografía.

Promoción y publicidad de ciudades

con patrimonio histórico y medioambiental

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atraer visitantes a un determinado espacio. En definitiva, todo elemento capaz de generar desplazamientos turísticos (Leno, 1992).

El utilizar dichos recursos, como puedan ser los que tienen relación con el patrimonio histórico, cultural o medioambiental, tiene su fundamento en usar la singularidad propia, intrínseca en un espacio determinado, para diferenciarse de otros y atraer al turista. Ahora bien, dichos recursos deben ser cuidados bajo parámetros de sostenibilidad de forma que se pueda hacer uso de ellos para disfrute tanto de la población presente como de generaciones futuras. Por eso, es importante que parte de los beneficios que se desprenden de la actividad turística redunde en beneficio del propio sector, en aspectos como la preservación y mejora de los recursos territoriales. Lo citado, compete principalmente a la administración que debe amparar los recursos existentes, evitando la destrucción y degradación de éstos.

Desde nuestro punto de vista, un aspecto realmente importante que puede llegar a revi-talizar las ciudades con patrimonio histórico y cultural, más aún si también cuentan con un patrimonio natural bien conservado y atractivo, es el que incluye los elementos patrimonia-les de forma inteligente en la promoción y comercialización turística, como foco de atracción para la demanda, de aquel tipo de turismo que realizan los individuos dentro de su propio país, así como el relacionado con el turismo proveniente de otros países. De manera que, en un primer término, hay que conocer, valorar y ordenar los recursos, ofertas y productos exis-tentes, para posteriormente gestionar esa información y encaminarla a los diversos canales de distribución. De forma que siendo conscientes de que no se puede ofertar aquéllo que no se ha dado a conocer, hay que plantearse la política de promoción siempre detrás y no por delante de una política de planificación; puesto que no es la primera, y desgraciadamente tampoco la última vez que se emite una promoción al usuario de ofertas y productos que distan mucho de la realidad.

1. Los elementos patrimoniales y el sector turístico

Atendiendo a lo señalado, el uso de los recursos culturales, históricos y medioambientales; y su introducción en el sector turístico, para uso y disfrute de una demanda turística que los requiere, exige, previamente a ponerlos en escena, de una planificación sustentada en políti-cas turísticas, territoriales y relacionadas con los activos patrimoniales. Ahora bien, en el mo-mento de plantear la cuestión de la utilización turística del patrimonio se debería contemplar desde una visión integradora que afronte los factores culturales, económicos, medioambien-tales y funcionales que el uso responsable del patrimonio y la presión del turismo plantean.

Así, se deben plantear las relaciones existentes entre el patrimonio y el sector turístico es-tableciendo líneas de intervención que sean operativas, que ayuden a soslayar los problemas

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existentes o que se puedan llegar a generar a corto y medio plazo2, y en definitiva a diseñar estrategias patrimoniales y turísticas bajo parámetros sostenibles.

Al respecto de lo apuntado, la Organización Mundial del Turismo (1999) expuso una serie de principios en los que se pueden observar los siguientes puntos:

1. El turismo es un vehículo de intercambio cultural que brinda oportunidades para la mejor comprensión de la cultura y el patrimonio de las comunidades anfitrionas.

2. La relación entre los sitios de patrimonio y el turismo es de naturaleza dinámica y pue-de implicar valoraciones encontradas. En función de ello, debe gestionarse de modo sosteni-ble para la actual y para las futuras generaciones. Esto implica asumir, entre otras cuestiones, que el patrimonio cultural tiene un valor intrínseco donde la autenticidad es uno de sus principales activos y ello obliga, ante las potencialidades de desarrollo turístico, a establecer límites para que el cambio sea asumible.

3. La planificación de la conservación y del desarrollo turístico de los lugares con patrimo-nio debe garantizar que la experiencia del visitante sea satisfactoria y enriquecedora. Hay que apostar por la calidad y la autenticidad en la presentación de los contenidos y conseguir la actitud respetuosa del visitante, especialmente en los sitios con significación espiritual.

4. Las comunidades receptoras deberían implicarse en la planificación y en la gestión tan-to del patrimonio como del turismo los deseos y las necesidades de las comunidades locales son fundamentales a la hora de evaluar las potencialidades y límites en la utilización turística del patrimonio cultural.

5. Las actividades turísticas y la conservación del patrimonio deben plantearse de forma que proporcionen beneficios a la comunidad anfitriona. En este sentido, hay que lograr que una parte de las rentas que el turismo genera se dediquen a la conservación y a la presenta-ción del patrimonio.

6. Los programas de promoción del turismo deben ayudar a proteger y poner en valor las características del patrimonio. Esto implica una promoción realista, orientada a lo auténtico y preocupada por el control y la distribución de los flujos de visitantes.

2. Algunos conceptos básicos relativos a los aspectos promocionales

En la actividad turística, competir con otros destinos en términos de captación de la deman-da y salir airosos, es una premisa para que se produzca el desarrollo del propio fenómeno turístico. Para conseguirlo, un componente importante es lograr la confianza del visitante,

2 En relación con dicha problemática, un ejemplo queda expuesto en mi artículo “El consumo del espacio litoral en las ciudades turísticas”, 2009.

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si logramos ésta, posiblemente también se logre la repetición de la visita de ese destino, logrando la fidelización de la clientela, y probablemente la transmita a su entorno próximo de familiares y conocidos. Indudablemente, ésta es la mejor promoción que se puede hacer a un espacio turístico, es decir, aquélla que se consigue tras cubrir –cuando no superar– las expectativas que sobre el destino elegido tiene el visitante.

La diversidad de destinos existentes da lugar a que los espacios turísticos entren en pugna unos con otros por lograr captar y fidelizar al visitante, y es ahí donde entra la promoción, al dotar de la información necesaria para conseguir atraer al visitante, ya que éste tomará sus decisiones, en gran medida, a partir de la información recabada y de cómo perciba en su ima-ginario las ofertas, productos y los propios recursos turísticos que el destino le puede ofrecer (Morgan y Hunt, 1994). De igual modo, la comercialización juega un importante papel, ya que es la vía por la cual se hace llegar a la demanda la información dispuesta.

Antes de entrar en materia, se exponen algunos conceptos relacionados con el tema tra-tado. La promoción forma parte del marketing entendiendo a éste como el estudio de los mercados, así como la gestión de éstos. El marketing tiene su base en la aplicación de diver-sas disciplinas científicas que dan lugar a una serie de principios, metodologías y técnicas a través de las cuales se busca conquistar un mercado, colaborar en la obtención de los objetivos de las empresas y satisfacer las necesidades y deseos de los usuarios. Dentro del marketing se da el concepto mezcla de marketing (marketing mix), creado en la década de los 50, basado en una estrategia de doce componentes, que posteriormente en los años 60 se redujo a cuatro variables básicas, conocidas como las Cuatro P´, éstas son las que hacen referencia al “producto, precio, punto de venta o distribución y promoción”. A continuación se definen los componentes citados, que conforman el marketing mix.

En primer término, “el producto” hace referencia al conjunto de bienes tangibles o in-tangibles que se ofertan al mercado para su adquisición, uso y consumo que satisfaga una necesidad o deseo. Dentro de la actividad turística, entendemos por producto el conjunto de bienes materiales e inmateriales que previa transformación dan lugar a la satisfacción de la demanda. En uno u otro caso se hace referencia al producto tanto a objetos materiales o bienes, como a servicios.

El segundo término que hace referencia al “precio”, intenta, principalmente y resumido de forma escueta, reflejar la cuantificación que el producto significa para el mercado, es decir, cuánto creemos que está dispuesto a pagar el mercado por disponer del producto. En cuanto a la “distribución”, una aproximación haría referencia a los lugares donde se comer-cializa el producto o el servicio ofertado.

Finalmente, por “promoción” se entienden los movimientos realizados para dar a cono-cer al mercado la existencia de ofertas y productos y la representación mental que de éstos se hace al usuario y es lo que lo puede mover a tomar una decisión final favorable hacia unas ofertas y productos en detrimento de otras (Berli, 1999); lo mismo ocurre en el ámbito turístico relacionado con los destinos. De dicha imagen mental, a la que se ha aludido, se

193

encarga la publicidad y es la marca la representación que distingue en el mercado las ofertas y productos, intentando diferenciarlos de sus competidores.

Así, es mediante la imagen de marca donde el marketing da a la oferta o al servicio su personalidad propia e intenta fijar dicha imagen en la mente del cliente, llevando a cabo una labor de asociación entre la marca y lo ofertado. Por lo tanto, dentro de la actividad turística una marca es el signo que distingue en el mercado a las ofertas y productos de una entidad o destino turístico y los diferencia, o intenta diferenciarlos, de las de sus competidores.

Atendiendo a lo citado, si tratamos del fenómeno turístico los recursos territoriales co-

bran un sentido, puesto que es algo fácil de reconocer, y lo más importante, de asociar. La relación entre la forma y el fondo, entre significante y significado es lo que da validez a un concepto turístico. En este sentido, se usa una parte de la oferta que refleje un todo de lo más representativo del destino turístico que se desea promocionar.

Así, en las marcas turísticas podemos observar en el isotipo3 referencias geográficas refle-jadas, por ejemplo, en la representación gráfica de las olas del mar, palmeras, sol, etcétera. que definen lo más relevante del espacio turístico. En este marco, y referido al isologo4, la imagen cobra un relevante apoyo si cuenta con una frase acorde o pegadiza, es ahí donde entra en juego el eslogan (en voz y grafía original, slogan). La finalidad del eslogan es la comunicación del concepto que se intenta transmitir y suele estar presente en múltiples soportes promociónales como son folletos, catálogos, páginas web o medios audiovisuales como la televisión. El eslogan debe ser preciso (los eslóganes largos de más de siete palabras, no captan la atención del usuario) máxime cuando comparte contexto con la marca turística5 (Ortega, Mora y Rauld, 2006).

Cuando se da una marca óptima en su imagen y eslogan, siendo por lo tanto reconocida y asimilada por un buen número de individuos, podemos hablar de lo que se denomina re-conocimiento de marca, esto es lo que conlleva a la valorización de la marca, al apartarse de una marca no diferenciada (conocida como marca blanca, que son aquéllas que no cuentan con un valor añadido, así como que no se desprende nada de su conocimiento, siendo una marca acomodaticia).Cuando se da un reconocimiento de marca, es cuando se empieza a trabajar en el concepto de reputación, que también trataremos en el presente artículo, y se empieza a percibir que se están dando aspectos cualitativos en la entidad o destino que identifica la marca.

3 El isotipo es un icono (dibujo, esquema, etcétera) que identifica la marca y en el que no participa la tipografía.

4 Se entiende por isologo al logo, el icono que integra al isotipo con el logotipo, es decir, la tipografía con el icono.

5 Este aspecto hace que la fuerza asociativa entre el eslogan y la marca sea mucho menor que en los que la marca se encuentra integrada dentro del propio eslogan.

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3. Los recursos turísticos; base-lines de la imagen de marca en la promoción turística

La conexión entre geografía, turismo y marketing se ve en criterios como el relacionado con las marcas turísticas que buscan posicionar un destino en el mercado y que tienen su reflejo, la mayor parte de las veces, en los recursos territoriales como principal variable de la imagen promocional (Mundet, 1996). En este sentido, es necesario para una variedad de profesio-nales, además de los relacionados con el sector y otros que en la actualidad trabajan directa o indirectamente con aspectos que guardan relación con la actividad turística como puedan ser publicistas, sociólogos, economistas o geógrafos, entre otros, el conocer y asimilar instru-mentos que rigen diversos criterios que influyen en el fenómeno turístico, como pueda ser el caso del marketing y dentro de éste la promoción.

Hay que tener en cuenta que los recursos territoriales son los principales aspectos di-ferenciadores de un espacio y los que dotan de idiosincrasia a éste, por lo tanto, la lógica y el sentido común dictan que es necesaria la preservación del patrimonio, como es el caso del histórico, que podemos ver reflejado en la arquitectura, en los efectos monumentales, a veces en el mobiliario urbano de algunas poblaciones que guardan su identidad histórica.De tal forma que tanto la población como los agentes dedicados a la actividad turística (hoteles, agencias de viajes, entre otros) tienen mayor valor como activo turístico de atractivo y cap-tación de la demanda turística por la preservación y mejora de sus elementos patrimoniales. Cuanto más pérdida de identidad de un territorio y más uniforme sea un destino en relación a otros menos atractivo tendrá.

El marco geográfico promueve, mediante los atributos más relevantes del territorio, la creación de la marca turística. La representación mental que se hace el visitante del futuro destino visitado queda presente en la marca y en el caso de ésta de forma sucinta y fácil de recordar. Algo intangible, en principio, como es la idea de la promoción y específicamente de la marca turística, se hace tangible por medio de la plasmación de los recursos turísticos en ésta. Así, sobre la propuesta de los recursos se construye un discurso turístico creíble, atrac-tivo, homogéneo y vendible. El estandarte sobre el que ondean los atributos fundamentales del producto turístico (Memelsdorff, 1998).

La marca turística tiene dos fases, una primera en la que se da el lanzamiento de la marca turística, cuando ésta se da a conocer, y es principalmente en ese momento cuando se hace referencia a los recursos territoriales turísticos. En una segunda fase, se da lo que se deno-minan marcas paraguas (es decir marcas globales), esta fase se da cuando los destinos ya se han dado a conocer, se pasa a aspectos a veces más abstractos, en última estancia más globales, y aún en esta segunda fase también muchas veces se recurre a los recursos territo-riales como punto de atractivo de la oferta.

Para ejemplificar lo citado, podemos observar como la marca España Verde hace alusión a los destinos turísticos de la cornisa cantábrica, en el norte del país, donde el clima es más lluvioso y frío que en el litoral mediterráneo o en el sur del país, lo cual da lugar a que se

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potencie un tipo de turismo más centrado en un eje identificador de su territorio como es el caso de su naturaleza. En este contexto, se dieron acciones sinérgicas entre varias entidades dedicadas al sector turístico, como pueden ser empresas de alojamiento hotelero, restau-ración, etcétera; y por otra parte, una mayor relación de trabajo entre diversos municipios y administraciones, que si bien en un principio fue a nivel local, se llegó a transmitir la idea promocional y a conseguir subvenciones y una mayor difusión inclusive a nivel nacional.

En la línea de lo que estamos tratando, también es interesante aproximarnos a definir lo que son los conceptos base (la acepción más usada es base-line) que consisitiría entenderlos como la representación tangible de la marca que busca la implantación en el imaginario del usuario. Los conceptos base persiguen dos objetivos, reflejar lo principal de la oferta con lo más representativo de los deseos de la demanda. Además, desde nuestra óptica, también debería presentar un elemento central y diferenciador en su estrategia de posicionamiento, y este podría venir usando componentes patrimoniales, ya que éstos representan la idiosin-crasia geográfica (en toda la extensión de la palabra, tanto espacial como en lo que atañe al individuo) del territorio.

En la información desprendida de los aspectos promociónales, los base-lines siguen te-niendo, entre sus principales propuestas, los recursos turísticos, así lo podemos observar, sobre todo a escala local, como en sus conceptos base se disponen sobre referencias geo-gráficas haciendo alusión a la costa, el mar, etcétera. Dentro de la escala regional también se suelen usar reseñas geográficas, pero junto a éstas se opta por propuestas más intangibles dispuestas por pautas de tradición en el imaginario de la demanda turística, así observamos conceptos referidos a los destinos turísticos como lugar de contrastes o excelencia, entre otros aspectos; de igual forma, las propuestas buscan sugestionar al individuo a tomar una decisión favorable al destino ofertado, en ese sentido, vemos referencias como descubra, disfrute, deja huella, etcétera. Un ejemplo lo podemos observar en las Islas Canarias (Espa-ña): visite, conozca y disfrute de las islas afortunadas, es uno de los eslogan del que han he-cho uso, y que integra todo lo que hemos citado: la referencia geográfica (tangible) al tratarse de islas; el concepto (intangible) con respecto al imaginario popular al referirse a éstas como afortunadas, y finalmente las propuestas positivas que invitan a visitar, conocer y disfrutar del entorno insular como una experiencia que no se pueden perder.

Otro apartado de interés es el relacionado con prospecciones, como las llevadas a cabo en otros países de occidente donde se contempla el estudio de la demanda junto con los estu-dios territoriales en los que los recursos turísticos que se desprenden del patrimonio natural y cultural guardan una gran relevancia.

Dichos estudios son vistos como una actuación estratégica que propiciaría la mejora en los destinos turísticos, tanto desde el punto de vista del turismo emisor como del destino re-ceptor. Específicamente de las prospecciones a los usuarios se desglosa mucha información útil sobre sus necesidades que después puede ser utilizada como medio de cubrir sus nece-sidades. Son muchos los turistas en el ámbito internacional que dan una gran importancia a formas específicas de información que ayudan a tomar sus decisiones finales del destino

196

escogido. Es el ejemplo de países como Reino Unido, Alemania, Francia y Estados Unidos, donde los resultados de una encuesta realizada a turistas en estos espacios demuestra la gran importancia que le conceden en la toma de sus decisiones finales a la información des-prendida de folletos situados en el hall de los hoteles o a través de una breve película dispo-nible en la televisión de la habitación del hotel.

De lo anterior se puede concluir planteándose la necesidad de implantar una adecuada estrategia de comunicación turística en los destinos implicados en el sector. Pero en primer término, es conveniente conocer que clase de información demanda el turista. De forma que se debe considerar que la inversión en una adecuada planificación de marketing, viene de-mostrando en otros países, como Estados Unidos o el espacio caribeño, un índice de capta-ción de la demanda bastante alto; en este sentido, no es un gasto baladí. Un gran error, como indican Ortega y Rodríguez (2005:184), es que tanto los agentes públicos como los privados no planteen el dinero invertido en términos de calidad, entendida tanto en la sostenibilidad de ofertas y productos, como en la consecuente satisfacción de la clientela, es decir, qué quiere el cliente, en esos términos se debería plantear el marketing turístico.

Por otro lado, es cierto que si a la promoción no le acompaña un compromiso y confianza en los intercambios y relaciones con la demanda, o dicho de otro modo, si se engaña al visi-tante ofertando, promocionando, lo que luego no se le va a dar, se pondrá en duda la reputa-ción del destino turístico y cuando esto ocurre el destino empieza a decaer en captación de un turismo de calidad. No se debe observar al turista como un autómata, los intercambios entre compradores y vendedores son algo más que transacciones puntuales, son relaciones que pueden tener continuidad temporal, al menos si de fidelizar a la clientela se trata.

Para lograr lo señalado, el concepto de reputación es muy importante; ahí entraría lo que

se denomina marketing relacional, aquél que plantea analizar los intercambios más allá de meras transacciones enfocándolo como relaciones que se pueden consolidar; por lo tanto, señala la relevancia que tiene el establecer relaciones firmes y duraderas con el receptor in-tegrándolo dentro del segmento que corresponda para poder desglosar mejor sus intereses e intentar cubrir las expectativas del usuario de la forma que más le satisfaga, pero para lo-grar, todo lo señalado, es necesario un esfuerzo integrado en todas las vertientes que lleven a ese proceso de satisfacción del usuario (Morgan y Hunt, 1994).

El individuo toma decisiones basadas en la información de la que dispone que viene dada por las señales que percibe transmitidas desde las entidades y destinos emisores, de forma que una oferta o producto que quiera ser competitivo se debe apoyar en una serie de crite-rios como son el contar con componentes que comuniquen e identifiquen los atributos de que dispone, de entre dichos componentes la reputación de marca es una de las variables más importantes utilizadas para evaluar y escoger, ante la variedad existente en el mercado, una oferta o producto en detrimento de otro, e igual ocurre con los destinos turísticos, la reputación da al usuario información para evaluar las diversas alternativas existentes, juega como señal de refuerzo en la toma de decisiones del futuro visitante (Memelsdorff, 1998).

197

De forma que puede reducir esfuerzos tanto en la búsqueda de información como en el riesgo percibido con respecto a la elección del lugar escogido (Erdem y Swait, 1998).

Por lo tanto, una marca que identifique un destino o producto con reputación es, en cier-

to modo, una promesa de que lo ofertado es lo que se va a obtener. Esto es lo que le da la reputación, fideliza a la clientela y hace que éste repita el destino. De no cumplirse lo ofreci-do, se pierde la reputación y si el turista dispone de liquidez para escoger destino, al sentirse engañado, sencillamente dejará de seguir visitando el espacio que le ha defraudado, además de la información negativa que se desprenderá de su experiencia y que será compartida con otros usuarios.

Lo anterior dará lugar a que cada vez más ese tipo de destinos con promoción engañosa, que ofertan aspectos muy alejados de la realidad, vaya deteriorándose y cubriéndose de un tipo de visitante que no cuenta con posibilidades de escoger, se conforma con lo que hay, y en definitiva es más afín a lo que finalmente el destino en su inconsciencia, o es partícipe en los deseos de hacer dinero rápido y de cualquier forma a permitido o buscado, con los aspectos negativos que de ello se infiere6. En relación con lo apuntado, vemos la importancia que tiene el concepto de reputación y la marca es el reflejo de dicha reputación.

La marca responde a la necesidad de hacer tangibles las ofertas y productos existentes en la propia actividad. En esta línea, las marcas turísticas deberían, para ser útiles, rentabilizar la imagen de los atributos fundamentales del producto turístico conforme al segmento de mercado que quieran captar, y a la par, diferenciarse con respecto a las otras marcas de otros destinos turísticos (Memelsdorff, 1998). Y que duda cabe que los elementos patrimoniales son el mejor criterio de diferenciación de un espacio con respecto a otro, ya que es el sello de identidad de un territorio.

4. El mercado turístico y los canales de distribución. Vías directas e indirectasde promoción

Otros criterios importantes, dentro de los aspectos tratados en el presente artículo son los que guardan relación con los diversos canales de distribución existentes, podemos observar que entre los cauces de distribución para aproximar las ofertas y productos al usuario encon-tramos los que llevan a cabo las empresas tradicionales de comercialización, las relacionadas con el alojamiento, tanto hoteleros como extrahoteleros, las empresas de restauración, de transportes, empresas de ocio, oficinas de turismo, etcétera.

6 Aspectos negativos tales como un visitante menos cualitativo en todos los aspectos como respetuoso con el me-dio, nada o poco interesado en las cuestiones patrimoniales, más interesado en la búsqueda de experiencias que poco tienen que ver con el ocio y sí con la masificación y las propuestas ligadas al bullicio, con un bajo índice de gasto, en resumen un tipo de turismo muy común en nuestras costas, que tienen sobre todo en el ocio nocturno en bares, discotecas, o en el casco urbano su mayor activo de disfrute, y que sirve para engrosar las estadísticas del número de visitantes que recibe nuestro país, siendo muy pocas las referencias sobre como el índice de gasto del visitante a disminuido, lo cual demuestra qué tipo de turismo estamos recibiendo.

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Por otra parte, el uso de medios para dar a conocer los productos y servicios turísticos cuenta con un amplio abanico de formas, como son las procedentes de la prensa, radio, tele-visión, cine, vallas publicitarias exteriores o la red informática, entre otras.

En esta línea de intentar conseguir la captación del mercado haciendo uso de los elemen-tos citados, se considera que los canales de distribución deben ser cercanos a la población, no sólo pensado para el turismo foráneo, sino también para el nacional, y con una promo-ción atractiva que potencie los recursos turísticos poniendo el énfasis en la singularidad y lo autóctono de un espacio determinado, ya que son factores difíciles de reproducir, y por lo tanto de entrar en competitividad generalizada, teniendo siempre en cuenta su disfrute, no desde el punto de vista de la masificación, es decir, saturación provocada la mayoría de las veces bajo la premisa de llevar a los destinos turísticos al crecimiento por el crecimiento, sino desde los criterios de cualificación turística y desarrollo sostenible.

De forma que, los canales de distribución son los medios por los cuales se consigue comu-nicar al público mayoritario de la existencia de los criterios citados. En este sentido, y a modo de resumen de lo citado, podemos observar algunos de los canales más utilizados.

Cuadro 1. Canales de distribución y comercialización turística

Fuente: elaboración propia.

La comercialización del ocio tiene un referente a través de canales como son la interme-diación de las agencias de viajes. Otras veces son las ferias, salones, etcétera, los medios donde además de mostrar las ofertas y productos existentes, también se pueden llevar a cabo reservas en algunas de las empresas que en dichos eventos se ubican. Cada vez más el usuario participa activamente en sus vacaciones, este aspecto lleva a que no pocas veces, se gestionen las reservas directamente en las empresas prestatarias de servicios sin necesidad de intermediarios.

Por otra parte, no debe olvidarse que, muy a menudo, ante los elementos tradicionales de intermediación se están dando otros canales, algunos relativamente actuales como son los relacionados con Internet y por otra parte otros, a los que no se les ha prestado la debida atención aunque siempre han existido, caso del conocido boca-boca, es decir, la información que comúnmente se transmite de usuario a usuario.

Ferias y jornadas de comercialización Agencias de viajes

Revistas y prensa Oficinas de turismo

Red informática (Internet) Empresas turísticas

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En relación con el primer aspecto, Internet, indudablemente, ha introducido un nuevo canal de comercialización; además muy importante para aquéllos que sepan usarlo dentro del marco que pretendan potenciar.

Internet como canal de comercialización, dentro de la actividad turística, permite al usua-rio criterios como una información (muchas veces extensa) de la oferta, productos o distintos aspectos relacionados con el lugar de destino; así como, por otro lado, el poder acceder a la reserva directa de viajes o alojamientos. Es obvio que éste medio permite tomar muchos componentes de las herramientas tradicionales, como son el uso de marcas, desarrolladas en cualquier página web promocional. Si es conveniente que además de tener conocimien-tos informáticos se conozcan y se sepan desarrollar conceptos como los que se han tratado en este capítulo (base-line, marketing relacional, etcétera) a la par, de saber reconocer los recursos turísticos insertos en el territorio y que identifican y diferencian a unos espacios de otros. De no ser así, todo se reduciría a un uso despersonalizado de la informática dentro del contexto turístico que se intente promocionar.

En el presente, tal vez para la mayoría de las empresas y destinos turísticos, la página web y los folletos sean los medios promociónales más importantes, o al menos los que les den mejores resultados con un costo menor en comparación a otras vías de comercialización, como son la asistencia a ferias o insertar anuncios en medios de comunicación; lo cual no es óbice para que no se haga, antes bien si de promoción de destinos turísticos se trata, la asistencia a ferias o jornadas, máxime en el ámbito internacional, es obligada para darse a conocer en los circuitos de mercado y observar otros.

Ahora bien, pongamos como ejemplo dentro de la escala local, la inversión que se hace desde el consistorio para promoción turística, muchas veces hace pensar que no es tanto qué canal de comercialización se use, sino dónde se emplea el dinero de forma que sea rentable.

Si lo apuntado lo trasladamos a nivel interinstitucional, la descoordinación puede ser mayor y ésta se refleja en una dispersión de dinero hacia eventos que pueden no dar los mismos resultados que otros menos costosos. Por ejemplo, los viajes de familiarización, o la asistencia a ferias por uno o dos técnicos tiene sentido, cuando lo hace toda una cohorte, en la que a veces encontramos algún técnico, la cuestión varía mucho. Mientras que una buena inversión en profesionales que trabajen en nuevas tecnologías (como la informática) con conocimientos de la actividad turística (y desde luego como parte de ésta el marketing y específicamente la promoción) siempre es una inversión rentable.

Se dan una serie de comportamientos por parte del turista informado que quedan re-flejado en aspectos como la ampliación de la estancia, un incremento en el índice de gasto (debido a que conocen más lugares y ofertas de disfrute) un mayor reparto económico en las empresas dedicadas al sector turístico (al darse a conocer). Por otra parte, el visitante al tener mayor conocimiento del destino turístico, conforma una imagen mejor de éste, lo cual

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dará como resultado, un posible retorno al destino (con lo cual se ha fidelizado al visitante); de igual modo, muy posiblemente transmitirá a familiares y conocidos sus impresiones.

Un claro ejemplo de servicio ideal es aquél que informa sobre las ofertas que se pueden disfrutar en el contexto del destino turístico, en este sentido a través de folletos sobre lugares de interés de la zona, disponibles, por ejemplo en el hall de los hoteles, dan lugar a la per-cepción por parte del visitante de un servicio de calidad puesto que la información presenta un gran interés para el turista; inclusive un servicio de información turística a través de una película de diez minutos en la televisión de la habitación de los hoteles (o en el propio hall) no requiere una gran inversión y también es percibido como un servicio de calidad.

Lo ideal para lograr una buena promoción, y por lo tanto conseguir las ventajas, arriba citadas, es necesaria una apuesta en común, una buena colaboración entre las oficinas de turismo, los conventions bureaux, los hoteles y demás establecimientos de alojamiento y de ocio, así como, por otra parte, entre todos aquellos agentes que intervienen en la actividad turística.

No debe olvidarse que de la calidad que perciba el visitante dependerá su fidelización. Está en juego la reputación del destino turístico, que en un entorno competitivo como es el turístico, donde existe un buen número de ofertas y destinos turísticos, las ventajas que marquen la diferencia de unos con otros, como es la apuesta por la calidad en el servicio y la información, dará como resultado una respuesta positiva por parte del usuario hacia ese des-tino, teniendo en cuenta que los individuos, en el presente siglo cada vez son más exigentes puesto que están mejor informados; gracias, en parte, al avance de las nuevas tecnologías, caso de Internet. Igualmente importante es tener en cuenta, que la información hoy en día es más fácil de transmitir y que al boca-boca se le suman componentes como la información desprendida de los blogs.7

En la actualidad si el interesado desea alguna información sobre las actividades turísticas la suele obtener de las webs o prensa especializada en la temática interesada (guías turísti-cas, revistas, etcétera), o bien en las oficinas de turismo; y como ya hemos visto la promoción juega una base importante, ya que es la suma de funciones y acciones divulgadoras con la finalidad de dar a conocer los aspectos citados en el mercado y provocar la atracción de la demanda al destino deseado. Para ello es necesario definir dichos criterios (recursos, ofertas y productos) y disponer de un marca que lo identifique y diferencie de las demás.

5. Propuestas para la promoción y la comercialización del litoral turístico español

En las siguientes líneas se proponen una serie de líneas de intervención que mejorarían los apartados promocionales y de comercialización de los espacios turísticos.

7 Un blog, también conocido como una bitácora, es un sitio web que presenta textos, artículos, opiniones, de una o generalmente varias personas sobre un tema específico.

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• Es necesario que las administraciones públicas apuesten por ampliar las ofertas y pro-ductos más allá de los tradicionales existentes, y de forma relevante incorporando los recur-sos patrimoniales a la oferta turística y a la promoción.

• La bonanza climática en el litoral de muchos países facilita la atracción de la demanda (especialmente los procedentes de otros espacios que tienen uno más frío), pero el clima en sí no debe ser el único recurso de atracción, a él se debe añadir la singularidad del entorno procedente de sus recursos territoriales, así como la calidad ofertada en el servicio y dotacio-nes.8 Lo citado debe tener su reflejo en la promoción.

• Es conveniente incrementar la coordinación en la promoción de los diferentes destinos turísticos entre la administración y las iniciativas privadas.

• Se debería prestar mayor atención a las marcas integradas que reflejen las actividades relacionadas con ofertas y productos complementarios como pueden ser los que guardan relación con los aspectos patrimoniales.

• Es necesario conseguir, bajo la imagen de marca, la fidelización del cliente, que vea sus motivaciones reflejadas en ella.9

• También es conveniente mejorar la oferta de información no sólo en los destinos re-ceptores, sino también en los emisores, especialmente en los apartados relacionados con los productos que dispongan de una cierta demanda turística, confiriendo a la promoción la claridad necesaria al respecto de donde obtener información sobre el producto demandado en el destino receptor.

• Se debería dotar de atractivo a las ofertas y productos ofrecidos, siempre siendo fieles a lo que se ofrece; la distorsión de la realidad, a la larga juega en contra de aquéllos que la utilizan.

En relación con este último punto, quisiéramos subrayar que la importancia de la pro-

moción, no se debe confundir con la totalidad, es decir, durante mucho tiempo, y hoy en día en parte sigue ocurriendo, la política turística se remitía a la promoción, con el agravante de que no pocas veces el visitante a los destinos turísticos, o el usuario de ofertas y productos

8 Aunque es conveniente captar otros mercados más distantes, que en el presente con la mejora tecnológica en el transporte aéreo y las empresas de bajo costo en relación al desplazamiento, y con el uso de la red informática al respecto de la promoción, se puede suplir esa rémora de mercados distantes, en la actualidad, en nuestra opinión no existen, es cuestión de trabajar en la captación de segmentos y para ello es necesario conocer bien tanto lo que se ofrece como los gustos, preferencias, etcétera, del mercado al que se dirige la propuesta.

9 Al respecto de prospecciones sobre el análisis y diagnóstico de la demanda turística, en relación a las motivacio-nes de ésta y aspectos similares, véase Ferradás Carrasco, Salvador (2001). “La relevancia del turismo náutico en la oferta turística” y “El turismo náutico en el mediterráneo” (2002), en Cuadernos de Turismo, Universidad de Murcia, núms. 7 y 9, respectivamente.

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concretos, se encontraba con que lo que le habían ofrecido poco o nada tenía que ver con la realidad. Sobre esta base, se puntualiza que toda política promocional debe ir antecedida de una política de planificación turística que sustente la posterior realidad de la promoción; en la que la imagen de marca juega, como identificadora del destino, un papel de vital impor-tancia en la percepción del visitante.

Finalmente, es importante recordar que en la sociedad actual ya no puede caerse en el error de considerar que el éxito de las acciones de marketing se basa en la habilidad para obtener una venta, sino antes bien, en el conocimiento del mercado y la adecuación de las actuaciones a sus condiciones.

El marketing turístico no existe porque haya empresas turísticas o porque se tengan des-tinos con un grado mayor o menor de atractivo, el marketing turístico vive porque hay con-sumidores/turistas que demandan destinos y servicios de las empresas; y en ellos juega un papel primordial la comunicación de los servicios turísticos, cuyos principales instrumentos como la publicidad y los folletos, son determinantes para la configuración de la imagen del destino y las empresas en la mente del turista (Talaya, 1996).

También tenemos que ser conscientes de que es necesario adecuar los productos y servi-cios turísticos a una demanda cada vez más exigente con la cantidad y calidad de éstos y para lograrlo es necesaria la cooperación y coordinación entre los sectores públicos y privados, lo cual siempre dará mejor beneficio que yendo por separado. Evidentemente, lo primero es que se coordinen bien las diferentes administraciones que traten con la actividad turística, para posteriormente contactar con las entidades privadas, en provecho de un trabajo en común.

A posteriori, y teniendo en cuenta que el mercado turístico cada vez está más diversificado y aparecen nuevos productos y turismos temáticos, lo interesante sería descartar acciones públicas globalizadoras, y ajustarse a acciones que respondan a la segmentación necesaria en el mercado; de igual manera, atender a ofrecer los puntos fuertes que posee una región turística y transformar aquéllos considerados débiles (Aguiló, 1996).

En este proceso de segmentación del mercado al que hemos hecho referencia, las teorías

cuya base responden en gran parte a los aspectos cognitivos que son producto de la per-cepción y la sugestión que los componentes promociónales disponen en el usuario, son una parte importante para entender cómo la demanda puede decidirse por un destino antes que por otro.

El marketing que se centra en las emociones, entiende éstas como crear un estado mental de preparación que se presenta con valoraciones cognoscitivas de acontecimientos o pen-samientos que impliquen poder tener emociones positivas, como puedan ser la felicidad, e intenta evitar la provocación de emociones negativas, como por ejemplo tristeza (Bagozzi et al., 1999:185). No olvidemos que una de las premisas de la promoción es ser una represen-tación mental de las ofertas y productos, así como de los recursos existentes en un destino,

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y como disfrutará de éstos. En el presente, dentro del ámbito internacional, son muchos los destinos turísticos que tienen su posicionamiento en sugerir emociones, y en la misma línea si el destino turístico a logrado captar al visitante, la marca que lo define jugará nuevamente un componente emocional al evocar las experiencias vividas (Aaker, 1996), con lo cual será un referente insertado en el imaginario del usuario como forma de fidelización para no rele-gar al destino elegido en beneficio de otro.

En este sentido, la integración de ofertas y productos bajo el marco de la impronta que dejan en el turismo los recursos turísticos, cobra relevancia especialmente en el visitante al ser fácil de recordar, puesto que el contexto físico de la geografía de un territorio invade de una u otra manera la realidad del individuo y por lo tanto sus percepciones son más próximas a los referentes geográficos que a otros criterios más intangibles.

Conclusiones

Del sector turístico se desprenden aspectos positivos como la creación de empleos o el incre-mento de los ingresos económicos de un país; y de igual manera, previa planificación, puede llegar a participar en la conservación de ecosistemas; dependiendo del interés que tengan o no sus agentes públicos y sociales, así como de la dejadez o implicación de la población con su entorno.

En este sentido, por ejemplo, la puesta en escena de los activos patrimoniales puede lle-gar a contribuir a importantes procesos de recuperación urbana, principalmente en aquellos espacios que muchas veces encontramos más degradados, como pueden ser los cascos his-tóricos, es decir, la parte más antigua de las ciudades que, sin embargo, justamente por eso, son las que suelen contar con una arquitectura o mobiliario urbano, entre otros elementos, con un potencial histórico más interesante.

Hay que tener en cuenta que los recursos territoriales son los principales aspectos dife-renciadores de un espacio y los que dotan de idiosincrasia a éste, por lo tanto, la lógica y el sentido común, nos dicta que es necesaria la preservación del patrimonio como es el caso del histórico, cultural o natural. Ahora bien, también el turismo es una actividad con un im-pacto medioambiental y territorial innegable. Por ello, es necesario llevar a cabo un sistema integrado de planificación y gestión de forma coordinada, de modo que la actividad turística redunde en beneficio de toda la sociedad y no sólo de intereses particulares o privados.

Lo citado compete principalmente a la administración que debe amparar los recursos turísticos, evitando la destrucción y degradación de éstos. Un desarrollo turístico sostenible es primordial, porque la actividad turística en parte se sustenta de los atractivos y actividades que se dan en el medio natural o en relación con el patrimonio histórico y cultural, si dichos recursos turísticos se degradan la misma actividad turística se está degradando.

En este contexto, aspectos como los promociónales deben ayudar a proteger y poner en valor las características del patrimonio. Esto implica una promoción realista, que no ofrezca

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cosas que no se adecuan a lo existente en el espacio turístico. De manera que en un primer orden, hay que conocer, valorar y ordenar los recursos ofertas y productos existentes, para posteriormente gestionar esa información y encaminarla a los diversos canales de promo-ción y comercialización turística.

Así, un aspecto realmente importante que puede llegar a revitalizar las ciudades con pa-

trimonio histórico, cultural y medioambiental, es el que incluye los elementos patrimoniales en la promoción y comercialización como foco de atracción para la demanda turística. En esta línea, se entiende que no se puede ofertar aquéllo que no se ha dado a conocer, ahora bien es conveniente siempre poner el acento en que la política de promoción debe seguir y no ir por delante de una política de planificación; en este sentido, también es importante que parte de los beneficios que se desprenden de la actividad turística redunden en benefi-cio del propio sector, en aspectos como la preservación y mejora de los recursos territoriales, ya que como se ha indicado en este artículo, en gran medida de la preservación de éstos depende el futuro del propio sector turístico en los espacios que estén inmersos en él.

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Carolina Lara Visconti�, J. Alfonso Macías Laylle2, M. Mario Aliphat Fernández3, Arturo Muñoz-Márquez Trujillo4,

J. Cruz García Alvarado5, Beatriz Martínez Corona6

Resumen

Reconociendo al paisaje como un área donde se expresan las interacciones entre diversos factores como son sociales, culturales, económicos y físico bióticos, y que éstas a su vez origi-nan el cambio y transformación de él mismo, existe la necesidad de contar con instrumen-tos de planeación y manejo en donde se tome en cuenta un enfoque holístico en el que se tenga en cuenta una visión a largo plazo, incluyendo los valores socioculturales de la gente, a modo de que se creen metas vinculadas con el uso de la tierra y con el potencial natural, definidos por los usuarios con base en sus propios valores (Hagmann, 2004).

El objetivo de este trabajo es proponer una metodología que permita conocer cómo ha sido la transformación del paisaje en la zona, a partir de comprender la relación que existe

� Estudiante de doctorado, Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. Tel. 01 (222) 285 00 13 y 285 14 48, [email protected]

2 Profesor-Consejero, Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. Tel. 01 (222) 285 00 13 y 285 14 48, [email protected]

3 Asesor interno, Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. Tel. 01 (222) 285 00 13 y 285 14 48, [email protected]

4 Asesor externo. Colegio de Postgraduados, Campus Córdoba. Tel. 01 (271) 71 66 057 y 66 058 [email protected]

5 Asesor externo, Colegio de Postgraduados, Campus Córdoba. Tel. 01 (271) 71 66 057 y 66 058, [email protected]

6 Asesor interno, Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. Tel. 01 (222) 285 00 13 y 285 14 48, [email protected]

Propuesta para el análisis de la valoración

y transformación del paisaje en el municipio

de Tlahuapan, Puebla y su relación con el Plan

de Ordenamiento Ecológico Regional

del Popocatépetl

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entre los pobladores y su medio natural, la valoración que dan al paisaje, tomando en cuenta la historia del lugar y las actividades de uso de suelo actual, contrastando los resultados con la propuesta del Programa de Ordenamiento Ecológico Regional para la zona del volcán Po-pocatépetl y su zona de influencia.

Introducción

El hombre ha ocupado diversos espacios naturales los cuales han sido utilizados y manejados bien, desde un punto de vista conservacionista, hasta la visión antropocéntrica en la cual sólo importa el beneficio que el hombre puede obtener del uso de los recursos para generar bienes económicos (Cutter y Renwick, 1999).

Esta utilización de espacios naturales ha tenido un impacto en el ambiente como lo es en la vegetación, el suelo, el clima, en los procesos geomorfológicos y en la cantidad y calidad del agua; en general, la naturaleza de los paisajes se ha visto transformada por acción del ser humano (Goudie,1990) desde tiempos remotos y de manera gradual.

En la actualidad, estos cambios se dan de manera acelerada, lo cual deriva en paisajes heterogéneos y fragmentados en donde se presentan condiciones como la degradación am-biental, la contaminación del agua y los suelos, la pérdida de biodiversidad, la marginación, la pobreza, el crecimiento poblacional, una intensa explotación de los recursos naturales y en general una gran falta de oportunidades de un modo de vida sustentable (Bólos citado por Botequilha, 1992).

Esta diversidad de cambios ha transformado el paisaje de modo que, según Westhoff (1983, citado por Goudie, 1990), el paisaje resultante se puede clasificar en: natural, sub-natural, semi-natural y cultural. En donde el natural se caracteriza por no estar influido por actividades humanas; el segundo está parcialmente influido por actividad humana, pero conserva la estructura original; y en los dos últimos el paisaje ha sido parcial o totalmente modificado por la acción humana.

Partiendo de esta clasificación, se define el concepto de paisaje, el cual es considerado como una porción de espacio concerniente a la escala de las actividades humanas, es defi-nido por su heterogeneidad espacial y temporal, y por las actividades humanas que en él se desarrollan y el ambiente (Burel y Baudry 2002), también como un área de terreno hetero-géneo compuesto por ecosistemas que interactúan y esto es repetido de manera similar en un área determinada (Forman y Godron, 1986); se considera que el paisaje es resultado de una interacción continua entre el ser humano y su medio, Crumley y Marquardt (1987) defi-nieron estas relaciones expresando que la gente se apropia de sus territorios, sus casas, sus espacios vitales y laborales, modificándolos conscientemente en función de su percepción, su valor económico, su uso, en sí el paisaje es la expresión de todas estas relaciones.

Complementando esta valoración con el conocimiento local sobre sus recursos natura-les, las condiciones del medio físico-biótico, la identidad cultural y biofísica, la comprensión de patrones ambientales espaciales y culturales en el paisaje, y el reconocimiento de paisajes

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culturales como parte del capital de una región para su desarrollo (De la Fuente de Val et al., 2004; Aberley, 1998; Silbernagel, 2005).

La propuesta metodológica que aquí se presenta, hace énfasis en el concepto de paisaje cultural, ya que éste surge como una expresión de la sociedad humana, la cual se articula con la naturaleza por medio de la tecnología, es decir, la agricultura articula la relación hom-bre-naturaleza y permite la modificación de un paisaje natural a uno cultural (Gasto et al. 2006).

Esta propuesta se pretende aplicar en la comunidad de la Preciosita, ubicada en el mu-nicipio de Santa Rita Tlahuapan, Puebla, en donde existe una problemática relacionada con pérdida de zonas boscosas por actividades como la tala excesiva, contaminación de cuerpos de agua y suelos, escasez de agua, expansión de la frontera agrícola y alto uso de agroquí-micos, entre otros. Sin embargo, una característica especial de esta comunidad es el interés, por parte de sus habitantes, de realizar actividades en pro del mejoramiento del bosque, como restaurarlo, preservarlo y buscar, asimismo, actividades alternativas que mejoren su calidad de vida.

1. Área de estudio

�.� El Municipio

En el municipio de Tlahuapan han existido cambios de uso de suelo desde antes de la Colo-nia. El nombre tiene tres interpretaciones, las cuales están de acuerdo con las condiciones geográficas del lugar y son derivadas del náhuatl, una es de Tlalli tierra, Ahuatl, encino y Pan sobre o en, por lo que significa “en la tierra de los encinos”; otra es Tlahuitl, almagre o tierra de color rojizo, y Apan, agua o río, y significa “río de agua rojiza”; y la tercera de Tlalli, tierra, Ahuilia, regar el campo, y Apan, río, es decir “el río que riega las tierras”, (Franco,1976), pero la primera es la que prevalece, debido a la abundante vegetación que había, y esto lleva a pensar en las condiciones del bosque en un principio y en su transformación a lo largo de la historia del municipio.

Tlahuapan tiene una extensión territorial de 30,933 hectáreas. Colinda al norte con el es-tado de Tlaxcala, al sur con el municipio de San Salvador el Verde, al este con los municipios de San Matías Tlalancaleca y el estado de Tlaxcala, al oeste con el estado de México (Figura �).

Cuenta con una población de 31 mil 665 habitantes y una densidad de 106 hab./km.2, (INEGI, 2000). El grado de intensidad migratoria según Semarnat (2005) está catalogado por CONAPO como muy bajo, ya que sólo el 1.9% de los hogares ha tenido al menos un familiar en Estados Unidos y solo el 1.1% recibe remesas. La inmigración en el municipio es cerca del 9%, ya que, según el censo del 2000 (INEGI), habitan en el municipio 2,750 personas que no nacieron dentro del municipio.

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Se tiene también 5.8 años de promedio en educación por cada habitante, hay 2,052 per-sonas que no saben leer ni escribir, por lo que existe una tasa del 11% de analfabetismo. El grado de marginación es medio según CONAPO, en Tlahuapan se cuenta con servicios de electricidad (94.8%), agua entubada (89.5%) y drenaje (64.7%).

En cuanto a servicios de salud un promedio de 3,958 habitantes son atendidos por un médico en todo el municipio, mientras que la norma de la Organización Mundial de la Salud plantea que debe haber un médico por cada mil habitantes.

La distribución de actividades económicas en la zona se divide en: agropecuarias (49.5), de transformación (24.8%), y de servicios (23.8%). En donde la agricultura de temporal utilizó (en el 2000) 11 mil has. para el cultivo del maíz. En la ganadería se registraron 16,865 cabe-zas de ganado bovino, 9,780 de caprino, 7,568 de equino y 6,505 de ovino. En silvicultura se explotaron casi 50 mil metros cúbicos, de pino principalmente, lo que equivale al 69% del total explotado en otros municipios poblanos. En el periodo de 1976 a 2000 se observó una pérdida de bosque del 25.2%. En relación a el cambio de uso de suelo se indica que la agricultura sustituye al bosque en un 3.8%, la tendencia de crecimiento de las zonas urbanas quitará espacio a la agricultura de temporal y de riego (SEMARNAT, 2005).

1.2 La comunidad

La Preciosita se ubica en la región norte del municipio de Santa Rita Tlahuapan, con una al-titud de 2690 m.s.n.m., cuenta con una población de 648 habitantes con 135 familias según INEGI (2005). La población dispone de energía eléctrica, agua potable y drenaje. La principal actividad es la agricultura de temporal. Se produce maíz, frijol, trigo, haba, cebada y chícharo entre los principales; en cuanto a educación cuenta con kinder, primaria y secundaria. Algu-nos de los problemas detectados en la comunidad se relacionan con los servicios de salud, el manejo de recursos naturales como el agua y los bosques, ya que la primera comienza a faltar y en los segundos existe la problemática de tala excesiva (Enlace-Altépetl, 2007).

2. Ordenamiento Ecológico Regional

El programa de ordenamiento ecológico es parte del Plan Nacional de Desarrollo 2000-2006, el cual prevé la planeación y regulación de actividades en todo el país, a través de aplicar un Ordenamiento Ecológico General en todo el territorio mexicano y por regiones aplicar orde-namientos ecológicos de diversos alcances.

Este estudio de Ordenamiento Ecológico Regional (escala 1:50,000), fue titulado “Orde-namiento Ecológico y de Riesgo Eruptivo del volcán Popocatépetl y su Zona de Influencia”, y tiene como finalidad regular e inducir el uso de suelo y las actividades productivas en la zona, proteger el medio ambiente, preservar y aprovechar sustentablemente los recursos naturales y prevenir ante una posible erupción del volcán. Las políticas ambientales que se determinaron son aprovechamiento sustentable, restauración, conservación y protección,

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las cuales son aplicadas en diversas áreas de la zona comprendida por este ordenamiento (Semarnat, 2005).

Para el caso del municipio de Tlahuapan, los criterios que el ordenamiento definió para uso de suelo se encuentran en los sectores: acuacultura, agrícola, agroforestal, asentamien-tos humanos, forestal, infraestructura y servicios, minería, pecuario, turismo y vida silvestre. Estos a partir de reconocer que la problemática en la zona incluye: pobreza, falta de apoyo a los habitantes del campo, tala clandestina, contaminación de cuerpos de agua y barrancas, mal manejo de residuos sólidos, carreteras y caminos en mal estado, corrupción de autorida-des y deficiente calidad en servicios de educación y salud, entre los principales.

El ordenamiento prevé una serie de propuestas, mandatos y orientaciones como son: 1. Aplicación de programas que apoyen el desarrollo del sector campesino de la región.2. Fomentar la agricultura con métodos armónicos con el medio ambiente.3. Proponer proyectos de conservación, aprovechamiento, protección y recuperación de los recursos naturales. 4. Promover y apoyar el manejo sustentable de los recursos naturales.5. Promover la educación ambiental en niños, jóvenes y adultos. (Semarnat, 2005).

A partir de este ejercicio de planeación, autoridades municipales, académicas y organi-zaciones no gubernamentales, se encuentran elaborando un ordenamiento ecológico a ni-vel municipal, con las características de tomar en cuenta las micro regiones existentes en el municipio y partiendo de esto realizar talleres participativos en las localidades involucradas en cada área, con la finalidad de ubicar con mayor precisión tanto las características de las diversas zonas del municipio como problemática más puntual de cada una de las micro re-giones, para así poder generar a partir de la gestión local políticas públicas que apliquen en la zona y sean reconocidas y respetadas por los pobladores dado que hubo un proceso previo de consenso en cada localidad.

En relación con lo anterior, el proyecto de Ordenamiento Local se ubica en la propuesta de proyectos de conservación y aprovechamiento sustentable en el municipio, dada la pro-blemática en la zona y a que en el marco de un enfoque de paisaje la región del Ixta-popo es un Área Natural Protegida, y por lo tanto, es necesario reconocer que brinda servicios ambientales a las comunidades aledañas y aun a localidades más lejanas como la ciudad de Puebla y alrededores, abasteciéndolas de agua, oxígeno y de lugares donde se pueden realizar actividades recreativas.

3. Marco teórico

Para la elaboración de la propuesta metodológica que aquí se presenta, se revisaron en-foques de ecología del paisaje, etnoecología y planeación biorregional. Con la finalidad de poder comparar y analizar los preceptos, alcances y limitaciones que cada enfoque puede presentar y de acuerdo a las condiciones de la zona de estudio se elaboró una metodología

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que buscó responder a las necesidades hasta ahora detectadas para el desarrollo y planea-ción de actividades sustentables a nivel regional.

3.1 El enfoque de ecología del paisaje

Este enfoque toma en cuenta tanto el medio natural como la sociedad de una manera inte-gral, estudia, la estructura y la función ecológica del paisaje y los efectos de la sociedad sobre los procesos ecológicos (Burel y Baudry, 2002), trata de comprender el comportamiento humano y la degradación de los paisajes, no sólo tomando en cuenta condiciones ecológicas, sino también culturales en el sentido de ver la relación existente entre ambas (Risser, 1987), reconoce la interdependencia y la dimensión tanto espacial como temporal (Farina, 1998).

Es utilizado para el desarrollo de esquemas de manejo integral y planeación de uso de

suelo, partiendo del análisis de la estructura, composición, funcionamiento y valoración de diversos paisajes (Forman, 2001), ya que es importante reconocer y evaluar los cambios no sólo en función de cambio de uso de suelo, sino en cuanto al funcionamiento ecológico, la estabilidad y la utilidad de los paisajes, tal como el potencial de uso para actividades recrea-tivas (Bastian et al., 1998).

Existen estudios relacionados con el paisaje, algunos de carácter perceptual (Lurralde, 1997), otros se enfocan en la estructura (Forman y Godron, 1986), o bien otra tendencia se basa en estudios enfocados en conocer, a través del análisis paisajístico, el geosistema, sus características, funcionamiento y problemática (Tricart y Kilian, 1982).

Otros más buscan comprender la valoración o importancia del paisaje para los pobladores locales y las posibles alternativas de desarrollo que se pueden desprender de sus inquietu-des y necesidades (CIFOR, 2004), o bien hacia el aprecio o preferencia por determinado pai-saje en donde la valoración puede estar sujeta a reacciones con un origen biológico, social y personal (Bernáldez, 1985), o bien hacia el aprecio por lo estético de un paisaje en donde se reconoce que la experiencia estética esta profundamente influida por la concepción cultural de la naturaleza, y por ende el conocer esto permite responder al por qué las personas hacen ciertos patrones en la manera en que utilizan el paisaje (Nassauer, 1997b).

Es importante reconocer que el entendimiento de la relación cultura y ambiente, expre-sada en un espacio geográfico, como lo es un paisaje, es de vital importancia en procesos de planeación de manejo del mismo, ya que cada aspecto de la cultura transforma procesos ecológicos en un paisaje (Silbernagel, 2005), y conlleva acciones que deben tomar en cuenta el pasado para poder planear al futuro, ya que la sustentabilidad no sólo debe estar regida por la integridad y calidad de los procesos ecológicos, sino también está determinada por los usos, costumbres y experiencias de las personas que habitan un lugar.

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3.2 El enfoque etnoecológico

Fue propuesto por Conklin (1954), es de utilidad para tener un acercamiento al conoci-miento tradicional de una etnia, y lo define como el “estudio de los conocimientos que una población humana tiene sobre su medio ambiente”. En términos generales la etnoecología se encarga de describir el ambiente y cómo es construido por las personas a partir de sus co-nocimientos y de las interacciones que tienen con él mismo (Franke, 1962). Morán (1993), argumenta que es un tipo de etnografía que intenta conocer el punto de vista de una pobla-ción sobre factores sociales, ecológicos y culturales enmarcados en su contexto geográfico, y Toledo (1992) lo define como un estudio interdisciplinario sobre cómo la naturaleza es percibida por un grupo humano a través de creencias y conocimientos y de cómo a partir de esto utilizan y manejan sus recursos naturales.

El conocimiento local se caracteriza por la consistencia ecológica, el carácter holístico, la comprensión de diversas áreas como el clima, hidrología, suelos, plantas, animales y relieve (Bocco, 2003) y, de esta manera, es reconocido que sus usos y costumbres les permiten ubi-car la existencia de parajes o paisajes sobre los que toman decisiones respecto al uso que les dan.

Este enfoque ha sido utilizado desde los ochentas para ejercicios de ordenamiento eco-lógico comunitario en donde se han tomado en cuenta factores ambientales, sociales y económicos para determinar los posibles usos de un espacio geográfico de acuerdo a las características antes mencionadas, logrando además integrar a las poblaciones locales y sus necesidades en la planeación del uso de su entorno. Como por ejemplo en el sur de la ciudad de México, en la subcuenca de Xochimilco; en entidades como Guerrero, Chiapas y Oaxaca; en el estado de Veracruz; en la Sierra de Santa Martha. Pero en el estado de Oaxaca es don-de se han dado más experiencias de este tipo en relación a proyectos forestales (Negrete, 2003).

3.3 El enfoque biorregional

Este parte de reconocer a una región como un sistema, promoviendo la integración regional de comunidades locales, tomando en cuenta los límites naturales de la misma, la población que la habita, la organización social, el medio físico, la tecnología y las aspiraciones sociales (valores, cultura), reconociéndola como biorregión, en la cual se da importancia a la relación entre la identidad cultural y biofísica de un lugar.

Algunos estudios relacionados buscan el desarrollo de sociedades de forma sustentable (Ecotrust, 2007; Silbernagel, 2005; Salas, 2002; Birkeland, 2002; Whal, 2007), ya que reco-nocen el capital natural, social y económico de una región, y la importancia de revalorar el conocimiento local, la participación y el consenso de la sociedad, la auto-suficiencia regional y la relación espacio-cultura, como un componente que permite entender la dinámica del paisaje y la heterogeneidad espacial de la zona.

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Este reconocimiento puede ser llevado a cabo mediante la elaboración de mapas comuni-tarios en donde la participación de la gente es clave, ya que se plasma el conocimiento local sobre la región en la que habitan, las actividades que en ésta desarrollan y la problemática asociada a éstas, así como el permitir a la comunidad describirse desde su propia perspec-tiva y tener herramientas de toma de decisiones sobre el manejo de sus recursos naturales (Aberley, 1998; FAO, 2001; Boege, 2003, Berkeley, 1998), este tipo de mapas permiten com-binar información científica y tradicional, lo cual puede ser complementado con herramien-tas como historia oral, trabajos etnográficos, fotos, videos a modo de tener una comprensión sobre la realidad desde diversas herramientas.

4. La Propuesta Metodológica

Como se mencionó anteriormente esta propuesta parte de la necesidad de una herramienta que permita analizar y comprender las condiciones locales de transformación y valoración de un paisaje; y por otro relacionar esto con un proyecto de planeación regional como lo es el “Ordenamiento Ecológico y de Riesgo Eruptivo del volcán Popocatépetl y su Zona de Influen-cia”, en el sentido de conocer las fortalezas y debilidades de este tipo de estudios en relación a la viabilidad de su aplicación en un contexto local que es donde, finalmente, se lleva a cabo la toma de decisiones sobre el cambio de uso de suelo y manejo de recursos naturales, lo cual a su vez está influido por la historia de transformación del paisaje y la valoración que del mismo tienen los pobladores locales.

Los enfoques revisados aportan elementos que al ser combinados pueden presentar al-ternativas para el estudio, viables y acordes a las condiciones de la localidad la Preciosita. Estos elementos en algunos casos son coincidentes y en otros complementarios.

Los tres enfoques presentan coincidencias en cuanto a que parten de un análisis sistémico y reconocen la importancia de la relación hombre –naturaleza como parte esencial del en-tendimiento del sistema como tal, así como la presencia de un contexto con elementos tanto físicos, como sociales y económicos que influyen en la dinámica de esta relación.

El enfoque de paisaje es de gran utilidad debido a que permite la integración de elemen-tos para entender el paisaje desde una perspectiva de conocimiento cultural y ecológico; éste permitirá analizar la estructura y composición del paisaje en la zona de la Preciosita, así como los principales tipos de vegetación y uso de suelo, identificar zonas conservadas o degradadas y conocer la valoración por parte de los pobladores hacia los diversos paisajes.

El enfoque biorregional y el etnoecológico muestran reconocimiento hacia la importancia de los saberes locales de los pobladores sobre sus recursos naturales, y en el caso del pri-mero se hace énfasis en que a partir de esto se puede rehabitar o vivir de un modo distinto a como se venía haciendo, teniendo más conciencia sobre lo que existe y sobre su valor ya sea ecológico, cultural o económico, bien desde una localidad o toda una región. Y en el caso del segundo se ocupa de reconocer la relación hombre-naturaleza por medio de los usos y

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costumbres que tienen las personas de determinado lugar o región, relacionando la cosmo-visión con las prácticas y los conocimientos locales.

En ambos casos este tipo de conocimientos sobre el lugar donde habitan las personas se puede expresar por medio de herramientas como el mapeo comunitario, en donde los pobladores que deseen colaborar los desarrollan a partir del conocimiento que tienen sobre la zona, ubicación de cuerpos de agua, parajes, zonas de bosque o acahuales, etcétera. Y de esta manera, los habitantes fortalecen su identificación y reconocen el medio biofísico, so-cioeconómico y cultural en el que se encuentran, haciendo viable la planeación de acciones futuras.

Las aportaciones de cada enfoque conllevan el uso de diversas herramientas las cuales son complementarias entre sí y tratando de comprender mejor la problemática y establecer estrategias más adecuadas tanto a la localidad como a las diversas autoridades relacionadas con el tema.

Partiendo de la revisión de enfoques y de la diversidad de herramientas que son utiliza-das por los mismos, la metodología propuesta parte de la elección de algunos de estos ele-mentos y contempla tres fases, en las cuales son utilizadas herramientas tanto cuantitativas como cualitativas, mismas que permiten un entendimiento de las condiciones locales y de la viabilidad de los objetivos planteados.

4.1 Fase 1: Colecta de información

Esta fase contempla la búsqueda de información bibliográfica y documental, sobre el medio biofísico, socio-económico e historia del área de estudio, en este caso de la Preciosita en el municipio de Tlahuapan, Puebla.

La información se deberá complementar con trabajos de investigación realizados en la zona a través de tesis. Asimismo, con información recabada por la organización Enlace Ca-pacitación y Comunicación A.C. (la cual lleva diez años trabajando en la zona), de datos ob-tenidos en el Ordenamiento Ecológico Regional, censos de población y vivienda de INEGI y planes y/o programas de desarrollo locales y de manejo forestal.

4.2 Fase 2: Trabajo de gabinete y de campo

Esta fase considera diversas etapas, las cuales conllevan a un diagnóstico de la zona de estu-dio y comprenden:

• Caracterización del área de estudio por medio de sistemas de información geográfica y recorridos en campo.• Aplicación de encuestas (pobladores y autoridades).• Establecimiento y análisis de un transecto en el área de estudio. • Trabajo en talleres participativos.

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4.2.1 Caracterización del área de estudio

Busca determinar el tipo de cobertura vegetal y el cambio de uso de suelo, mediante el uso de unidades de paisaje, utilizando ortofotos digitales (década de los setenta) escala 1:20,000 e imagen de satélite SPOT (2006) con resolución de 10 m. por medio de el apoyo de sistemas de información geográfica (Arc view 3.3).

Comprende las siguientes actividades: • Toma de puntos geográficos en distintos tipos de paisajes (parajes) con apoyo de un

geoposicionador global (GPS) para corroborar usos de suelo y tipo de vegetación tanto en imagen como en campo.

• Cambio en la cobertura vegetal en dos periodos distintos (setenta y 2006)• Descripción del paisaje y caracterización de los fragmentos, donde se tomarán en cuen-

ta parámetros como: tamaño y número de parches, áreas por tamaños, área total, porcenta-jes del total en cada tipo de paraje.

• Identificación de zonas con mayor presión antropogénica y zonas con potencial turístico o recreativo.

4.2.2 Aplicación de encuestas

Se realizan dos tipos de encuestas (Soriano, 2002) con preguntas abiertas y cerradas. La primera es para conocer el uso y manejo de los recursos naturales, así como la condición socioeconómica, y la otra para determinar el grado de conocimiento sobre el programa de Ordenamiento Ecológico Regional en la zona.

La primer encuesta se llevará a cabo por medio de un cuestionario que se debe aplicar a los pobladores de la localidad, y la segunda se aplica tanto a pobladores como a autoridades competentes en los distintos niveles de gobierno (local, municipal, estatal y federal).

En cuanto a la encuesta relacionada con el uso y manejo de los recursos naturales, la finalidad es conocer las actividades de uso de suelo, ubicar los distintos parajes de la zona como pueden ser zonas de bosque, de uso agrícola o pecuario, sitios recreativos o de belleza escénica, condición socio-económica general, problemática en los distintos parajes, así como identificar el espacio geográfico en el que desarrollan sus actividades. Ésta deberá aplicarse a distintos individuos de la localidad (hombres, mujeres y personas de edad), haciendo antes una prueba piloto, con la finalidad de obtener un panorama general de la situación desde diversos puntos de vista, así como de reconocer informantes clave que puedan participar en los talleres para la obtención de información más puntual y en la búsqueda de posibles acciones a futuro.

Las familias a encuestar deben ser elegidas por medio de muestreo aleatorio, basado en la lista de familias de la localidad, con la finalidad de poder captar científicamente las diver-sas opiniones y obtener una idea precisa de los usos y actividades en la localidad.

217

El segundo tipo de encuesta es para conocer el grado de conocimiento del Programa de Ordenamiento Ecológico Regional, se debe aplicar tanto a autoridades como a las personas de la localidad para así evaluar qué tanto saben del Programa y si pueden identificar para qué sirve, en qué los puede beneficiar y las maneras en las que se pretende instrumentar para lograr un mejor uso de suelo en la zona.

4.2.3 Transecto

Éste se realiza con informantes clave de la Preciosita, con el fin de reconocer y ubicar los parajes principales que representen a los diversos tipos de paisaje ubicados en la localidad (Boedge, 2003), así como para tomar fotografías de estos paisajes con la finalidad de utilizar-los en un taller participativo y poder conocer cómo es la valoración estética y la preferencia de paisaje por parte de los pobladores locales. Con la finalidad de ubicar zonas con preferen-cia para cierta actividad, zonas deterioradas o conservadas, de belleza escénica, valor cultu-ral, qué resalten a diferencia de otros lugares, cuál es el significado del bosque para ellos, qué actividades llevan a cabo en el mismo (maderables, no maderables, recreativas, etcétera). Esto permite determinar y conocer las necesidades e intereses de la comunidad y facilita la toma de decisiones en la planeación de alternativas de desarrollo para la localidad.

4.2.4 Trabajo en talleres participativos

La finalidad de los talleres participativos es tener un acercamiento más profundo con per-sonas de la localidad que están relacionadas con las actividades agrícolas, forestales, pecua-rias, con la historia del lugar, etcétera; y determinar en un contexto espacial las zonas más conservadas o degradadas, zonas erosionadas, de belleza escénica, lugares recreativos o de valor cultural para las personas de la región, la problemática de manera espacial, de modo tal que ellos mismos puedan, en primera instancia, reconocer su territorio, sus capacidades y diferencias como grupo o comunidad, y partiendo de ello puedan establecer prioridades y posibles alternativas de acuerdo a sus necesidades e intereses.

Se propone realizar tres talleres, uno enfocado a la historia del lugar, otro en los usos y costumbres actuales relacionadas con las actividades que se realizan en los diversos parajes de la localidad, y el tercero para conocer cuál es la valoración y preferencia que del paisaje tienen los pobladores locales.

• El primero pretende desarrollar un perfil histórico (Ardón, 2001; Boedge, 2003) y se pro-pone llevar a cabo con informantes clave mayores de 50 años de edad, así como con sus hijos para tener una línea de tiempo en la que se pueda ir recuperando la historia de la zona, la fundación de la localidad, actividades de los abuelos tiempo atrás, catástrofes y la influencia de factores externos que hayan modificado el desarrollo de la región pero que se puedan ver reflejados en la localidad.

• El segundo taller es para a explicar la importancia y función de los mapas comunitarios que se pretenden construir, como la metodología, la relevancia de la participación de la gen-

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te local y de las autoridades en la elaboración de los mismos. Estos mapas se elaboraran con la finalidad de ubicar los diversos parajes en la localidad, los límites por usos y costumbres, vi-vienda, problemática relacionada con contaminación, depósito de residuos sólidos, tipos de energía que usan en la zona, condiciones ambientales por parajes, etcétera (Aberley, 1998; FAO, 2001; Boege, 2003; Berkeley, 1998).

• El tercer taller se realiza con la finalidad de conocer la valoración y preferencia que los pobladores de la Preciosita tienen de su paisaje, para ello se toma en cuenta género, edad, ocupación y tiempo de residencia en la localidad. Se aplicará el método de estímulo (Yang et al., 1990), el cual consiste en la utilización de fotografías sobre los diversos paisajes a ser eva-luados (tanto de zonas de bosque como de parcelas agrícolas), las cuales son mostradas a los participantes para que las observen y con base en la escala de Likert (1932) den su opinión sobre lo que observan en la fotografía y, de esta manera, se pretende obtener información que, aunada a los datos obtenidos por medio de las anteriores metodologías, permita un entendimiento de la valoración y transformación del paisaje en la zona, así como conocer que expectativas existen hacia el futuro.

4.3 Fase 3: análisis de resultados y estrategias a seguir

El análisis de los resultados se deberá hacer de manera separada para cada tipo de herra-mienta y finalmente conjuntarlos tanto en mapas como en matrices de análisis con la fina-lidad de obtener un panorama más amplio tanto de la problemática como de las posibles soluciones y estrategias a seguir en el futuro.

Análisis de la información

a) Por medio de un Sistema de Información Geográfica (Arc view 3.2) se realizan los aná-lisis correspondientes a paisaje, como es la transformación y la cuantificación de cambio de uso de suelo como de parches existentes.

b) Por medio del programa SPSS 12, se realiza el análisis estadístico no paramétrico a los reactivos obtenidos en las encuestas.

c) Las encuestas de autoridades son analizadas en matriz comparativa, la cual consiste en plasmar las opiniones dadas por los entrevistados y así comparar las respuestas en los diversos niveles de autoridad.

d) El mapa que se obtenga en el taller de mapeo participativo y el que se obtenga me-diante el uso de la imagen de satélite, sobre el cambio de uso de suelo resultante del análisis en dos periodos distintos, serán complementarios en tanto las características que reflejarán cada uno, y de esta manera se integrará el conocimiento local sobre el paisaje y el conoci-miento científico con el uso de sistemas de información geográfica.

Con la información documental, de historia, mapeo y encuestas se tendrá finalmente un panorama general de la problemática, las condiciones socio-económicas, culturales y am-bientales en la zona, el conocimiento acerca del programa de ordenamiento ecológico, y de

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este modo realizar una integración de la información por medio de una matriz, para así cono-cer si la propuesta del ordenamiento es sensible a las condiciones de la zona y a la opinión de los pobladores de la misma, de tal modo que sea viable el planteamiento de estrategias en el sentido de la multifuncionalidad, y que sirvan de apoyo a planes o programas de desarrollo comunitario en la Preciosita.

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Efrén Ramírez Bribiesca �

Daniel Hernández Hernández 2

Resumen

No cabe la menor duda de que existe una relación estrecha entre los procesos de desarrollo y crecimiento urbanos y la mejora de las condiciones de vida de la población, pues los indi-cadores sociales así lo confirman; sin embargo, y debido a que en general la ocupación del territorio se hace respondiendo a las necesidades del mercado, los beneficios de la urbaniza-ción toman un carácter temporal; y sólo se puede llegar a tener un cierto control revirtiendo los efectos negativos a la vida de las personas y al medio ambiente, en la medida en que se logren impulsar políticas de desarrollo urbano regional sustentable. Significa, entonces, que en el caso de las regiones centrales del estado de Tlaxcala, actualmente, todavía se pue-den controlar y mitigar ciertos efectos negativos que han sido causados por la urbanización desmedida, garantizando una calidad de vida aceptable para las generaciones presentes y futuras.

1 Profesor Investigador de El Colegio de Tlaxcala, A.C.

2 Doctorante de Desarrollo Regional por El Colegio de Tlaxcala, A.C.*** Con especial reconocimiento a la labor de apoyo en la recopilación de información, elaboración de cuadros estadísticos e interpretación de resultados a los siguientes estudiantes del Doctorado en Desarrollo Regional: Laura Patricia Fernández Ordóñez, Erika Flores García, María Amelia García Reyes, Tomás González Lima, Claudia Hernán-dez Zavala, Eugenia Huerta Cortés, Fausto Domingo Islas Guzmán, José Alfonso Lima Gutiérrez, María del Carmen López Nájera, Maribel Meza Parra, José de la Luz Sánchez Tepatzi, Rosalío Valseca Rojas, Arturo Vázquez Corona, Olga Vázquez Guzmán, Helia Adriana Mejía Corona y Profesor- Investigador de la UAT Ricardo Sánchez Esquivel.

Aproximación al análisis de las condiciones

de vida de la población en el contexto

de los procesos de urbanización recientes:

el caso de las regiones Centro-Norte

y Centro-Sur del estado de Tlaxcala

224

Introducción

Los procesos de urbanización son resultado de la creciente industrialización de los territorios en donde la concentración de las inversiones, la especialización del trabajo y el aprovecha-miento de las economías de escala, son las características más relevantes; en este contexto, los puestos de trabajo que se generan en los núcleos urbanos, en algunas ocasiones, son primeramente ocupados por los habitantes locales, atrayendo también personas de otros lugares que buscan mejores condiciones de vida; sin embargo, cuando la oferta de puestos de trabajo es inferior a la demanda de los trabajadores, se producen ciertos desequilibrios con el consecuente empobrecimiento de una parte de la población que, independientemen-te de la satisfacción de las necesidades de empleo, demanda servicios públicos, como agua potable, drenaje, recolección de basura, energía eléctrica, telefonía, vialidad, transporte, ilu-minación, salud, educación, seguridad y justicia, parques, plazas, espacios deportivos y acti-vidades culturales, con lo cual se origina un ciclo que lleva al crecimiento de la población.

En cuanto a la dotación de los servicios públicos, éstos los aporta y los regula el Estado, sin la mediación de las fuerzas del mercado, aún con los intentos y logros en la privatización que en los últimos años se han venido acelerando en varios rubros, ya que la economía de mercado no necesariamente conduce a una asignación eficientemente de los recursos en la provisión de los servicios públicos, los cuales se sustentan en criterios de beneficio social. Por ejemplo, y desde esta perspectiva, las inversiones en saneamiento básico (agua potable y drenaje) poco tienen que ver con la capacidad de pago de los usuarios, más bien los elementos que sirven para evaluar los beneficios producidos en la población, están di-rectamente relacionados con las menores tasas de mortalidad y morbilidad, pues esto en todo caso, puede tener efectos positivos en una mejor calidad de vida, la cual se mide por el grado de satisfacción de las necesidades en cantidad y en calidad, y en las condiciones del medio ambiente, ya que con ello, además de lograr una mayor eficiencia productiva, tiende a generar mayores ingresos que pueden ser destinados para una mejor y mayor dotación de servicios públicos.

Una ciudad constituye una unidad de producción, en la que un conjunto de bienes y ser-vicios son producidos internamente y otros se adquieren del exterior, es decir, se importan de otras unidades de producción. Por ello, la concentración de las actividades económicas en las ciudades, producen beneficios por el aprovechamiento de las economías de escala, lo cual crea procesos eficientes y también efectos negativos, esto es, externalidades positivas y negativas. Entre las primeras está, por ejemplo, la creación de fuentes de trabajo, la pro-visión de servicios a un mayor número de habitantes dada la concentración poblacional en las ciudades; y en las segundas, se cuentan los accidentes, la delincuencia, la contaminación, etcétera. Entonces, es necesario reconocer que si en las primeras etapas de los procesos de urbanización se logran mejores condiciones de vida para la gente, también es un hecho que estos objetivos no siempre se alcanzan y, normalmente, en toda aglomeración urbana se presentan cuadros de pobreza.

225

1. Desarrollo humano

Con el fin de lograr un primer acercamiento que permita conocer las condiciones de vida de la población que habita en las regiones de estudio, se tomó como base el índice de desarrollo humano municipal, el cual se sustenta en indicadores de ingreso, salud y educación. Los da-tos que a continuación se exponen fueron publicados por el Consejo Nacional de Población (CONAPO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el año 2004, con base en la información que contiene el Censo de Población y Vivienda del año 2000. Los índices de desarrollo humano municipal muestran condiciones aceptables de desarrollo, ya que, de un total de veinticinco municipios que conforman las regiones centro-norte Apizaco y centro-sur Tlaxcala, siete municipios, que son: Apizaco, Yauhquemecan, Tlaxcala, Chiau-tempan, Totolac, Amaxac de Guerrero y Apetatitlán, registran índices de desarrollo humano altos, y los dieciocho municipios restantes muestran un índice de desarrollo humano medio (cuadro �).

Cuadro1. Índice de desarrollo humano municipal en dos regiones de Tlaxcala, 2004

Cuadro 1. Índice de desarrollo humano municipal en dos regiones de Tlaxcala,2004.

Regiones Municicipios IDH GradoCentro-norte Apizaco Apizaco 0.8216 alto

San LucasTecopilco 0.7312 medioMuñoz de Domingo Arenas 0.7345 medioTetla de la Solidaridad 0.7830 medioXaltocan 0.7252 medioYahuquemecan 0.8063 altoXaloztoc 0.7727 medioTzompantepec 0.7855 medioTocatlán 0.7715 medioCuaxomulco 0.7614 medioSan José Teacalco 0.7404 medio

Centro-sur Tlaxcala Tlaxcala 0.8510 altoChiautempan 0.8119 altoIxtacuixtla de M. Matamoros 0.7758 medioPanotla 0.7914 medioSanta Ana Nopalucan 0.7829 medioSan Damián Texoloc 0.7929 medioLa Magdalena Tlaltelulco 0.7815 medioTotolac 0.8066 altoAmaxac de Guerrero 0.8062 altoApetatitlán de A. Carvajal 0.8206 altoSanta Isabel Xiloxoxtla 0.7727 medioSanta Cruz Tlaxcala 0.7908 medioContla de Juan Cuamatzi 0.7793 medioSan Francisco Tetlanohcan 0.7735 medioPromedio: 0.7828 medio

Fuente: CONAPO, PNUD, 2004

Rangos:a) Bajo: de 0.499 y menosb) Medio: de 0.500 a 0.799c) Alto: de 0.800 y más

Rango: a) Bajo de 0.499 y menos; b) Medio: de 0.500 a 0.799 y c) Alto: de 0.800 y más.Fuente: CONAPO, PNUD, 2004.

226

Por lo tanto, desde la perspectiva del desarrollo humano y considerando una primera aproximación al análisis, se puede afirmar con base en estos datos, que la relación entre urbanización y calidad de vida es, cuando menos hasta la etapa actual, aceptable. Dicho en otros términos y tomando como referencia algunos elementos de carácter hipotético, signifi-ca que el crecimiento alcanzado en la actualidad en las regiones objeto de análisis, ha traído mejoras en las condiciones de vida de la población.

2. Urbanización

El proceso de urbanización actual es producto del desarrollo de las últimas décadas, el cual ha desembocado en la conformación de ciertas estructuras metropolitanas al interior de la propia entidad, pues los siguientes datos son elocuentes: tomando como antecedente el pe-riodo de 1970 al año 2000, se observa que en el primer año la población rural representaba el 66.68 % de la población estatal, mientras que la población urbana sólo representaba el 13.08 %, el resto era población mixta, es decir, la que se encontraba en transición de pobla-ción rural a urbana; para el año 2000 se puede ver que hubo un incremento en la población urbana, representando el 38.59 %, mientras que la población rural mostró una disminución significativa alcanzando sólo el 36.88 %. La población mixta presentó un pequeño incremen-to llegando al 24.53 % (gráfica 1).

Gráfica 1. Tlaxcala: grado de urbanización 1970-2000

Fuente: elaboración propia, Censos de Población y Vivienda, varios años.

El incremento en la participación porcentual de la población urbana se debe a varios fac-tores; no sólo está determinado por el crecimiento natural y migratorio, sino también por el aumento de la población de aquellas localidades que en determinado momento alcanzan la categoría de urbanas, debido, entre otros aspectos, a la acelerada industrialización que la entidad ha mostrado en todos esos años y a la creciente participación del sector terciario en la economía local.

Gráfica 1.Tlaxcala: Grado de urbanización,1970-2000

13.08

24.04

35.2038.59

0.00

10.00

20.00

30.00

40.00

1960 1970 1980 1990 2000 2010

Años

Gra

dode

Urb

aniz

ació

n

227

Por ello, es importante prever, desde la perspectiva del análisis regional, los efectos que traerá el aumento en los volúmenes de población de los centros urbanos en los próximos años, ya que todo apunta a la formación de conjuntos de ciudades de mayor tamaño a nivel regional, y a la mayor inserción de estas en los procesos de formación y consolidación de metrópolis, tanto al interior del propio estado como en su relación de este con las entidades vecinas.

Las ciudades son aquellas localidades con 15 mil y más habitantes, e incluyen las clasificadas como zonas metropolitanas [;] el grado de urbanización es el porcentaje de la población ur-bana respecto a la total; la tasa de urbanización es el incremento medio anual del grado de urbanización (Garza, 2004:33).

Con base en este criterio y de acuerdo con datos censales del año 2000, se tienen iden-tificadas un total de diez localidades urbanas en todo el estado, dentro de las que destacan la localidad de Tlaxcala con un grado de urbanización del 99.98% y la localidad de Zacatelco que, aunque no pertenece al área de estudio, su gran cercanía con la región Tlaxcala hace que se tomen muy en cuenta las condiciones de urbanización de dicha localidad, ya que tie-ne un grado de urbanización del 99.33%, es decir, prácticamente toda la población de estas dos localidades es urbana (cuadro 2).

Cuadro 2. Grado de urbanización en localidades mayores a 15 mil habitantes, Tlaxcala, 2000

Fuente: Gobierno del Estado de Tlaxcala, Programa Estatal de Ordenamiento.Territorial, Capítulo IV, Integración del Diagnóstico y Diseño de Escenarios de Uso y Aprovechamiento del Territorio, cuadro IV.1.2.1.

En conjunto esas diez localidades urbanas mostraron altas tasas de urbanización en las décadas 70-80 y 80-90, del 9.29% y 7.19%, respectivamente, precisamente en los períodos de mayor crecimiento y despegue de la economía local; y ya en la siguiente década 90-00, el crecimiento de la población urbana disminuyó al 3.32%. En este proceso, la localidad de Tlaxcala es la que creció a un mayor ritmo, pues en la década 80-90 logró una tasa del 10.60% que fue mayor al promedio estatal, y aunque para la última década bajó al 3.79%, siguió sien-

Cve LOCALIDAD

Poblaciónmunicipal

2000

LocalidadesMayores de

15,000habs.

Grado deUrbanización

(%)

0 05 APIZACO 67,675 48,049 71.000 06 CALPULALPAN 37,169 27,451 73.850 18 CONTLA 28,842 22,646 78.520 10 CHIAUTEMPAN 57,512 44,561 77.480 13 HUAMANTLA 66,561 40,854 61.380 41 PAPALOTLA 22,288 19,135 85.850 25 VILLA VICENTE GUERRERO 54,387 47,804 87.900 33 TLAXCALA 73,230 73,213 99.980 39 XALOZTOC 16,857 16,098 95.500 44 ZACATELCO 31,915 31,700 99.33

Totales 456,436 371,511 81.39

228

do superior a la de las demás localidades. Por su parte, las localidades de Apizaco y Zacatelco registraron en la década 90-00 las tasas de urbanización más bajas, esto es del 0.96% y del 0.44%, respectivamente (cuadro 3).

Cuadro 3. Tasas de crecimiento de la población urbana, Tlaxcala, 1970-2000 (1)

Nota: (1) Sólo se está considerando como población urbana aquélla que ubicada en localidades de 15 mil habitantes y más. Los cuadros en blanco indican que no había población urbana en esos años. Fuente: Censo de Población y Vivienda 1970, 1980, 1990 y 2000. Instituto Nacional de Estadística, Geo-grafía e Informática; tomado de Sergio Flores González, Sistema de Ciudades y Desarrollo Regional en el Estado de Tlaxcala, 1970-2000, El Colegio de Tlaxcala, A. C., 2004, p.72.

En términos absolutos y como se aprecia en el cuadro antes citado, la población urbana en el año 2000, fue de 371, 511 personas y al proyectar esta misma población urbana para el año 2020, entonces se tendría una población de 714, 196 personas, con lo que prácticamen-te se quintuplicaría la población de 1980, y la de 2000 casi se duplicaría (cuadro 4).

Ahora en lo que respecta a la jerarquía de las ciudades, es decir, la distribución de la po-blación según el tamaño de las ciudades, ésta marca un rasgo distintivo del proceso de urba-nización y desarrollo económico de un territorio determinado, de tal manera que la jerarquía se puede describir y analizar a través de los siguientes dos criterios:

I. El índice de primacía. Proporciona una idea del grado de desproporción entre la ciudad mayor y las que le siguen en tamaño.

II. La desviación de la jerarquía urbana de una distribución rango–tamaño.

Indudablemente, los factores de jerarquización de las ciudades están en función del grado de desarrollo de sus actividades de comercio y servicios especializados. La jerarquía urbana se establece mediante el empleo de diversos indicadores del “grado de urbanismo” como medida del nivel en que un centro urbano constituye un “lugar central” en cuanto a su capa-cidad para proporcionar una serie de bienes y servicios a un área tributaria más extensa. El

Población urbana Tasa de UrbanizaciónEstado Estado/Municipio Localidad1970 1980 1990 2000 70-80 80-90 90-00

Tlaxcala 55,034 133,795 267,947 371,511 9.29 7.19 3.32

1 Apizaco Apizaco 21,189 30,498 43,663 48,049 3.71 3.65 0.96

2 Calpulalpan Calpulalpan 15,906 21,551 27,451 3.08 2.45

3 Contla de Juan Cuamatzi Contla 17,340 22,646 2.71

4 Chiautempan Chiautempan 35,498 44,561 2.30

5 Huamantla Huamantla 15,565 21,944 32,195 40,854 3.49 3.91 2.41

6 Papalotla de Xicohténcatl Papalotla 19,135 -

7 San Pablo del Monte Villa Vicente Guerrero 18,280 27,589 36,865 47,804 4.20 2.94 2.63

8 Tlaxcala Tlaxcala de Xicohténcatl 18,437 50,486 73,213 10.60 3.79

9 Xaloztoc Xaloztoc 16,098 -

10 Zacatelco Zacatelco 19,421 30,349 31,700 4.57 0.44

Fuente: Censo de Población y Vivienda 1970, 1980, 1990 y 2000. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática; tomadode; Sergio Flores González, Sistema de Ciudades y Desarrollo Regional en el Estado de Tlaxcala, 1970-2000, El Colegio deTlaxcala, 2004, p.72

229

tamaño de la población urbana es el factor inmediato que se considera para jerarquizar los sistemas urbanos; sin embargo, en realidad son las funciones especializadas, que una ciudad desempeña para su población y las de su periferia, las que tienen más peso para realizar una jerarquía urbana.

Cuadro 4. Proyección de población urbana en el estado de Tlaxcala al año 2020

Fuente: Censo de Población y Vivienda 1970, 1980, 1990 y 2000. Instituto Nacional de Estadística, Geo-grafía e Informática; tomado de Sergio Flores González, Sistema de Ciudades y Desarrollo Regional en el estado de Tlaxcala, 1970-2000, El Colegio de Tlaxcala, A. C., 2004, p.78.

Por lo tanto, para establecer una jerarquía entre los centros urbanos, se deben tomar en cuenta los siguientes tres niveles geográficos: la ciudad, su periferia y en un contexto más amplio, el país, con lo cual se estará logrando determinar la importancia relativa de la ciudad dentro del sistema en su conjunto. En el estado de Tlaxcala se observa una jerarquía urbana intermedia, pues Apizaco que es la segunda ciudad en importancia, representa dos terceras partes de la primera que es Tlaxcala, la ciudad capital (cuadro 5).

Como ejemplo de lo anteriormente señalado, relativo a la clasificación de la población de acuerdo a su rango, con los datos que se tienen de las localidades urbanas del estado entre los años 1970–2000, se puede observar que dicho rango es determinado por el tamaño de la población (cuadro 6).

Población Urbana Tasa deCrecimiento

Proyecciónde

PoblaciónMunicipio Localidad

1990 2000 90-00 2020Población urbana estatal 267,947 371,511 3.32 714,196

1 Tlaxcala Tlaxcala deXicohténcatl 50,486 73,213 3.79 153,965

2 Apizaco Apizaco 43,663 48,049 0.96 58,187

3 San Pablo del Monte Villa VicenteGuerrero 36,865 47,804 2.63 80,383

4 Chiautempan Chiautempan 35,498 44,561 2.30 70,2195 Huamantla Huamantla 32,195 40,854 2.41 65,7856 Zacatelco Zacatelco 30,349 31,700 0.44 34,5857 Calpulalpan Calpulalpan 21,551 27,451 2.45 44,5398 Contla de Juan Cuamatzi Contla 17,340 22,646 2.71 38,6269 Papalotla de Xicohténcatl Papalotla 19,135 -10 Xaloztoc Xaloztoc 16,098 -

Fuente: Censo de Población y Vivienda 1970, 1980, 1990 y 2000. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática; tomado de;Sergio Flores González, Sistema de Ciudades y Desarrollo Regional en el Estado de Tlaxcala, 1970-2000, El Colegio de Tlaxcala,2004, p.78

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Cuadro 5. Jerarquía urbana según tamaño de la ciudad, Tlaxcala, 2010

Fuente: Censo de Población y Vivienda 1970, 1980, 1990 y 2000. Instituto Nacional de Estadística, Geo-grafía e Informática; tomado de Sergio Flores González, Sistema de Ciudades y Desarrollo Regional en el estado de Tlaxcala, 1970-2000, El Colegio de Tlaxcala, A. C., 2004, p. 82.

Cuadro 6. Evolución del rango de las principales localidades urbanas de Tlaxcala, 1970-2000

Fuente: misma del cuadro anterior, p. 83.

El peso de cada ciudad y, en alguna medida, el área de influencia que tiene, está determi-nada por el lugar que ocupa dentro del campo de fuerzas del espacio económico del sistema urbano. Con base en los elementos anteriormente vertidos, es evidente que el alcance en el análisis del sistema urbano del estado de Tlaxcala, se circunscribe solamente a lo que ocurre al interior de la entidad, esto es, un sistema cerrado; lo cual no significa que el tema de la conurbación y metropolización que existe con otras entidades, no deba de abordarse en otras investigaciones.

Rango deCiudad Municipio Ciudad Población

(2000)1 Tlaxcala Tlaxcala de Xicohténcatl 73,2132 Apizaco Apizaco 48,0493 San Pablo del Monte Villa Vicente Guerrero 47,8044 Chiautempan Chiautempan 44,5615 Huamantla Huamantla 40,8546 Zacatelco Zacatelco 31,7007 Calpulalpan Calpulalpan 27,4518 Contla de Juan Cuamatzi Contla 22,6469 Papalotla de Xicohténcatl Papalotla 19,135

10 Xaloztoc Xaloztoc 16,098

Rango 1970 1980 1990 2000

1 Apizaco Apizaco Tlaxcala deXicohténcatl

Tlaxcala deXicohténcatl

2 Villa VicenteGuerrero

Villa VicenteGuerrero Apizaco Apizaco

3 Huamantla Huamantla Villa VicenteGuerrero

Villa VicenteGuerrero

4 Zacatelco Chiautempan Chiautempan

5 Tlaxcala deXicohténcatl Huamantla Huamantla

6 Calpulalpan Zacatelco Zacatelco7 Calpulalpan Calpulalpan8 Contla Contla9 Papalotla

10 Xaloztoc

231

Así, a partir del criterio poblacional, la Ciudad de Tlaxcala es la que tiene el primer orden de importancia y con una cobertura estatal; en un segundo orden, le siguen seis ciudades con cobertura regional, como son los centros urbanos de Apizaco, San Pablo del Monte, Chiautempan, Huamantla, Zacatelco y Calpulalpan. En estos destacan procesos de urbani-zación que coexisten con estructuras rurales, sobre todo en las regiones de Calpulalpan y Haumantla; en un tercer orden de importancia destacan once localidades urbanas con una cobertura local. El criterio para localizar estos centros es más flexible, sólo basta con identifi-car a las localidades urbanas como aquellos centros que tienen al menos diez mil habitantes. Un fenómeno similar al de los centros de segundo orden de importancia, es que también este nuevo conjunto de centros urbanos se localiza mayoritariamente en la región centro-sur del estado. En el funcionamiento de este sistema no sólo se integran aspectos demográficos, sino aspectos de infraestructura regional, antecedentes históricos y niveles de especialidad económica. Si bien se tienen agrupadas las ciudades en los tres ordenes de importancia ya señalados, esto no quiere decir que entre ellas, e inclusive con otras de los estados circun-vecinos, no se tengan establecidas también relaciones de intercambio de bienes, mano de obra, servicios, viajes, e inclusive información (cuadro 7).

Cuadro 7. Integración del sistema urbano según comportamiento demográfico,Tlaxcala, 2000 (1)

Fuente: elaboración propia con base en información del XII Censo General de Población y Vivienda 2000, INEGI; tomado de Sergio Flores González, Sistema de Ciudades y Desarrollo Regional en el estado de Tlaxcala, 1970-2000, El Colegio de Tlaxcala, A. C., 2004, p. 84.Nota: (�) Se considera la población que habita en localidades de al menos 10,000 habitantes.

Rango Cobertura Localidad Población

Primer orden de importancia Estatal Tlaxcala 73,213

Segundo orden deimportancia Regional

ApizacoSan Pablo del MonteChiautempanHuamantlaZacatelcoCalpulalpan

48,04947,80444,56140,85431,70027,451

Tercer orden de importancia Local

Contla de Juan CuamatziPapalotla de XicohténcatlXaloztocTeolocholcoMagdalena Tlaltelulco, LaTlaxcoCarmen Tequexquitla, ElTetla de SolidaridadNanacamilpa de Mariano AristaXicohtzincoTenancingo

22,64619,13516,09814,46213,69711,57111,56611,49010,76810,22610,102

232

3. Nivel de ingreso de la población

En lo que respecta a los ingresos de la población es importante señalar que además de los índices de desarrollo humano y las cifras relativas a los aspectos de urbanización anotadas anteriormente, se consideró necesario y pertinente realizar ciertas estimaciones del Produc-to Interno Bruto (PIB) y de los ingresos de la población de los municipios que conforman las regiones de estudio. La decisión de haber hecho dichas estimaciones, se basó en el hecho de que efectivamente no existen cifras completas que indiquen los niveles de ingreso de la población como un indicador del nivel de vida.

En términos generales se sabe que existe dificultad para calcular los indicadores de in-greso por municipio, debido a la ausencia de estadísticas del producto interno bruto per cápita para esta unidad geográfica, no obstante que es el INEGI el encargado de generar información sobre el PIB de México, aunque esta información es trimestral y el dato anual se construye como un promedio simple de los trimestres del año a un nivel de agregación por sector y rama de actividad y a lo más por entidad federativa. En el presente trabajo, la variable municipal de ingreso se construyó sólo para el año 2000, con el fin de tener una base de comparación con otras estadísticas del mismo año.

En cuanto a la variable ingreso, ésta también es generada por el INEGI, a partir de 1992 se cuentan con cifras bianuales de la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto de los Hogares (ENIGH), la información es obtenida a partir de una muestra que es representativa sólo a nivel de todo el país; sin embargo, algunos científicos sociales han concluido que a través de la agregación de los microdatos se puede estimar el dato estatal.

La enigh fue diseñada para ser representativa a nivel nacional y para los rubros de urbano y rural. Sin embargo, si la información se divide para cada entidad federativa, existe una probabilidad relativamente alta de que los resultados sean diferentes. Esto no implica que los resultados de la ENIGH no puedan ser utilizados a nivel estatal, sino que tienen un error mayor, que es estadísticamente aceptable (Bloom y Scott, 1995).

Ante la inexistencia de información con una desagregación municipal, el objetivo fue es-timar dichas variables sólo para los municipios que forman parte de las regiones de estudio y para el año 2000, lo cual también se justifica por la mayor accesibilidad de los microdatos, sobre todo en el caso del ingreso.

233

3.1 Metodología

En cuanto a los aspectos metodológicos para la estimación del producto interno bruto3, se realizó con base en la información de INEGI y del Banco de México bajo el siguiente proce-dimiento:

3.1.1 PIB Municipal

Dado que no existe información sobre el PIB de los municipios, se elaboró una estimación basada en:

a) PIB por entidad federativab) PEA de los municipios analizados

La estimación supone:

I) Que la PEA del municipio tiene la misma productividad media por trabajador que la de la entidad a la que pertenece.

II) Se aproximará a su valor real en la medida que la PEA de los sectores primario, secun-dario y terciario, de los municipios en estudio, represente una proporción elevada de la PEA de la entidad que los contiene, por lo tanto:

PIBCj= PEAiCj PIBiEj

i=I PEAiEj

Donde:

PIBCj= Producto Interno Bruto del municipio “j”.PEAiCj= Población económicamente activa del Sector “i” en el municipio “j”.PIBiEj= Producto interno bruto del Sector “i” en el estado que contiene al municipio “j”.PEAiEj= Población económicamente activa del sector “i” en el estado que contiene al mu-nicipio “j”.i= I, II, III (sector económico de la PEA o PIB).j= 1,2,3...25

Para obtener la variable en dólares se utilizó el promedio del tipo de cambio fix, el cual es determinado por el Banco de México con base en un promedio de las cotizaciones del mer-cado de cambios al mayoreo para operaciones liquidables. Se publica en el Diario Oficial de la Federación un día hábil posterior a la fecha de determinación y es utilizado para solventar

3 Véase Unikel, Luis, Crescencio Ruíz Chiapetto y Gustavo Garza Villarreal (1978).Unikel, Luis, Crescencio Ruíz Chiapetto y Gustavo Garza Villarreal (1978).Luis, Crescencio Ruíz Chiapetto y Gustavo Garza Villarreal (1978). El Desarrollo Urbano de México. Diagnóstico e implicaciones futuras, El Colegio de México, Segunda Edición, México, D.F., pp. 229-245. En ese trabajo se calcula el PIB para municipios de varios estados de México con una metodología similar. Para el caso de Tlaxcala se consideraron todos los sectores de la economía.

234

obligaciones denominadas en moneda extranjera liquidables en la República Mexicana al día siguiente.

3.1.2 Ingreso Municipal

En el caso del ingreso se utilizó como fuente primaria de información la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los hogares 2000. Posteriormente, se manipularon los microdatos en SPSS y se estimó la variable mediante el siguiente procedimiento:

1. De la base de datos del Ingreso se extrajeron los que corresponden al Ingreso trimes-tral total del estado de Tlaxcala, este rubro contempla el ingreso monetario y no monetario. Asimismo, se extrajo la variable folio que sirve como identificador, entre otros, del estado y del hogar.

Utilizando la variable folio se procedió a agrupar el ingreso por hogar.

2. De la base de hogares se extrajo el folio, y el factor de expansión de cada hogar, para el estado de Tlaxcala.

3. Usando la variable folio se juntaron las bases obtenidas de los pasos 1 y 2.

4. De la nueva base se obtuvo el ingreso mensual como promedio simple del ingreso tri-mestral y se multiplicó por el factor de expansión para obtener el volumen total del ingreso del estado, finalmente se multiplicó por 12 para obtener el monto anual.

5. Para obtener el dato a nivel municipal, se calculó la participación de la población econó-micamente activa de cada municipio en el total estatal y se multiplicó por el ingreso total.

6. Finalmente, el ingreso municipal se dividió entre el total de la población para tener el dato per cápita.

Al igual que en el caso del PIB, para obtener la variable en dólares se utilizó el promedio del tipo de cambio fix.

Las variables índice de ingreso como componente del Índice de Desarrollo Humano y del Índice de ingreso incorporando la Desigualdad de Género (CONAPO: IDHM: 2004), se agre-garon a la base de datos para su análisis estadístico.

Para realizar el análisis de las variables estimadas se obtuvieron algunas medidas de ten-dencia central, así como cuadros y gráficas para observar su comportamiento. Finalmente, los datos se dividieron en subregiones correspondientes a Apizaco y Tlaxcala, se realizó una prueba t y se verificó si existían diferencias significativas entre los subgrupos de cada varia-ble.

235

3.1.3 Análisis de los indicadores obtenidos

La mayor dinámica económica en 2000 se registró en la región de Tlaxcala, con un PIB pro-medio de 678,043.4 miles de pesos, superior en 19.15% a la media de la región centro. Las mejores condiciones de la economía en esa región se reflejaron en el comportamiento del ingreso, así como en los componentes de los índices de desarrollo humano y de género, los cuales, fueron superiores a los promedios de Apizaco y al total de la región centro (cuadros 8 y 9).

Cuadro 8. Medidas de tendencia central del PIB e ingreso en la región centro del estado de Tlaxcala, 2010

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI, BANXICO y CONAPO.

Cuadro 9. Medidas de tendencias central del PIB e ingreso en las regiones de Apizaco y Tlaxcala, 2000

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI, BANXICO y CONAPO.

En ese mismo año, los veinticinco municipios que forman la región centro contribuyeron en 53.7% a la generación del PIB estatal, de ese porcentaje, el 35.8% correspondió a la región de Tlaxcala y el resto, 17.9%, fue aportado por la región de Apizaco. En todo el estado, al igual que en el resto del país, se está registrando una tercialización de la economía, en todas las regiones el sector servicios genera más del 50.0% del PIB (cuadro 10).

EstadísticoPIB regional (miles

de pesos)Ingreso per

cápita (pesos)

Ingreso percápita

(dólares)

Índice deingreso

(componentedel IDH)

Índice de ingresoincorporando

desigualdad degénero

(componente delIDG)

Media 569,098.96 13,372.12 1,407.59 0.70 0.65

Desviación estándar 722,271.57 2,669.74 281.03 0.05 0.06Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI, BANXICO y CONAPO.

Cuadro 1. Medidas de tendencia central del PIB e Ingreso en la región centro delestado de Tlaxcala, 2000

Variables RegiónNo. de

municipios MediaDesviaciónestándar Error estándar

Producto Interno Bruto (miles de pesos) Apizaco 11 430,442.37 672,954.82 202,903.51Tlaxcala 14 678,043.42 765,300.38 204,535.13

Ingreso per cápita (pesos) Apizaco 11 13,059.92 3,862.40 1,164.56Tlaxcala 14 13,617.42 1,239.25 331.20

Ingreso per cápita (dólares) Apizaco 11 1,374.73 406.57 122.59Tlaxcala 14 1,433.41 130.45 34.86

Índice de ingreso (componente del IDH) Apizaco 11 0.67 0.06 0.02Tlaxcala 14 0.71 0.03 0.01

Índice de ingreso incorporando desigualdad de Apizaco 11 0.62 0.07 0.02género (componente del IDG) Tlaxcala 14 0.67 0.04 0.01Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI, BANXICO y CONAPO.

Cuadro 2. Medidas de tendencia central del PIB e Ingreso en las regiones de Apizaco y Tlaxcala,2000

236

Cuadro 10. PIB e ingreso por regiones, 2000

Fuente: elaboración propia con información de INEGI.

En lo específico, los municipios con mayor contribución al PIB fueron Tlaxcala, Apizaco y Chiahutempan, éstos concentraron el 50.0% del total de la región centro; en contraste los de menor participación fueron, en orden ascendente, Santa Isabel, San Francisco y Muñoz de Domingo Arenas (gráficas 2 y 3).

Gráfica 2. Producto Interno Bruto de los municipios de la región centro de Tlaxcala

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

I II IIIEstado de Tlaxcala 1,148,225.0 9,399,860.0 15,963,180.0 26,511,265.0 13,186,077.9 13,697.7Región centro 380,013.7 4,423,312.4 9,424,148.0 14,227,474.0 6,501,066.4 14,023.7Región Apizaco 160,258.4 1,498,248.0 3,076,359.8 4,734,866.1 2,235,785.3 13,538.1Región Tlaxcala 219,755.3 2,925,064.4 6,347,788.2 9,492,607.9 4,265,281.2 14,292.4Fuente: elaboración propia con información de INEGI.

Región

Cuadro 3. PIB e Ingreso por Regiones, 2000PIB por sectores (miles de pesos) PIB regional

(miles de pesos)Ingreso anual

(pesos)Ingreso per cápita

(pesos)

Gráfico 1. Producto Interno Bruto de los municipios de la regióncentro de Tlaxcala

(miles de pesos de 2000)

240,2

02.82

392,0

00.27

2,360

,458.3

099

,545.4

51,8

78,62

6.18

76,80

1.76

715,7

56.31

864,9

04.53

787,1

50.53

371,5

97.32

567,5

93.60

98,76

2.64

233,6

87.01

375,9

67.36

137,4

70.66

650,5

99.65

366,2

55.82

106,1

02.61

184,4

42.27

76,12

0.67

57,85

9.01

136,6

56.95

75,48

4.31

591,7

60.94

2,781

,667.0

8

Amaxac deGuerre

ro

Apetatitlán de Anton

io Carvajal

Apizaco

Cuaxomulco

Chiautempan

Muñoz de Domingo Aren

as

Ixtacui

xtlade Maria

no Matamoros

Contlade Juan Cuamatzi

Panotla

SantaCruz Tlaxca

la

Tetlade la Solidarid

ad

Tlaxcala

Tocatlán

Totolac

Tzompantepec

Xaloztoc

Xaltocan

Yauhquemecan

Magdalena Tlaltelulco, La

San DamiánTexo

loc

San Francisco

Tetlanohcan

San JoséTeacal

co

San Lucas Tecop

ilco

SantaAna Nopalucan

SantaIsa

bel Xiloxoxtla

237

Gráfica 3. Producto Interno Bruto Municipal, 2000

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

Con respecto al ingreso estatal, la región centro aportó el 49.3%; y en términos per cápita esta variable se ubicó en 14,023.7 pesos, superior en 2.4% al de la entidad, mostrando a la región de Tlaxcala con las mejores condiciones de vida y con un ingreso per cápita superior al de la región centro y al de la entidad (cuadro 11).

Cuadro 11. Prueba t para las variables de PIB e ingreso

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI y BANXICO.

El ingreso per cápita a nivel municipal tiene una menor variabilidad que el PIB. Los mayo-res ingresos se registraron en los municipios de San Lucas Tecopilco (región Apizaco), Tlaxca-la (región Tlaxcala) y Apizaco (región Apizaco) con 22,363.31, 15,395.88 y 14,500.05 pesos anuales para cada caso que se menciona. En contraste, los municipios con menores ingre-sos per cápita fueron San José Teacalco, San Francisco Tetlanohcan y Xaltocan con 5,622.66, 11,046.36 y 11,119.45 pesos, respectivamente (gráfica 4).

Gráfico 2. Producto Interno Bruto Municipal, 2000(%)

2% 3%

17%

1%13

%

1%

5%

6%

6%3%

4%

1%

2%3%

1%

5%

3%

1% 1% 1%0% 1% 1%

4%

20%

Amaxac de Guerrero

Apetatitlán de Antonio Carvajal

Apizaco

Cuaxomulco

Chiautempan

Muñoz de Domingo Arenas

Ixtacuixtla de Mariano Matamoros

Contla de Juan Cuamatzi

Panotla

Santa Cruz Tlaxcala

Tetla de la Solidaridad

Tlaxcala

Tocatlán

Totolac

Tzompantepec

Xaloztoc

Xaltocan

Yauhquemecan

Magdalena Tlaltelulco, La

San Damián Texoloc

San Francisco Tetlanohcan

San José Teacalco

San Lucas Tecopilco

Santa Ana Nopalucan

Santa Isabel Xiloxoxtla

Prueba de independencia

Prueba deLevene's paravarianzas iguales

Prueba paramedias iguales

F Sig. t df Sig. (2-colas)Diferenciade medias

Errorestándar

Inferior SuperiorPIB Regional Igual varianza 0.236440522 0.63138979 -0.84576794 23 0.406395575 -247601.049 292752.938 -853206.6418 358004.543

Diferente varianza -0.859412721 22.65457489 0.399115872 -247601.049 288104.939 -844094.7634 348892.665Ingreso per cápita Igual varianza 1.549302379 0.22577279 -0.510235748 23 0.614748348 -557.503343 1092.63874 -2817.79878 1702.79209

Diferente varianza -0.460465133 11.62461697 0.653676924 -557.503343 1210.73954 -3204.957111 2089.95043Índice de Ingreso (componente del IDH) Igual varianza 5.383796517 0.02954966 -2.237243297 23 0.035252328 -0.04052532 0.01811396 -0.077996896 -0.00305375

Diferente varianza -2.091371186 14.67271247 0.054323574 -0.04052532 0.01937739 -0.081907649 0.000857Ingreso per cápita dólares Igual varianza 1.54930238 0.22577279 -0.510235747 23 0.614748348 -58.6845623 115.014604 -296.6103977 179.241273

Diferente varianza -0.460465132 11.62461696 0.653676924 -58.6845623 127.446267 -337.3639062 219.994782Índice de Ingreso incorporando desigualdad degénero (componente del IDG) Igual varianza 3.147776805 0.08927099 -2.54273167 23 0.018190112 -0.05580714 0.02194771 -0.101209445 -0.01040484

Diferente varianza -2.400152148 15.65050375 0.029213025 -0.05580714 0.0232515 -0.105187736 -0.00642655Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI y BANXICO

Intervalo de confianza (95%)

Cuadro 4. Prueba t para las variables de PIB e Ingreso

238

Gráfica 4. Ingreso muncipal per cápita

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI y BANXICO.

En el caso del Índice del ingreso como componente del Índice de Desarrollo Humano, para todos los casos contribuye en más del 50.0% para la formación de éste, siendo Tlaxcala, Apiza-co, Yauhquemecan y Chiautempan los de mayor paticipación. Cuando el ingreso se considera como un componente del Índice de Desarrollo de Género, se registra una mayor variabilidad en los municipios, siendo las cifras más altas las de Tlaxcala, Apizaco y Apetatitlán (gráficas 5 y 6).

Gráfica 5. Índice de ingreso como componente del IDH, 2000

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI y BANXICO.

Gráfico 4. Índice de Ingreso como componente del IDH 2000

0.70

640.

7355

0.74

990.

6621

0.74

230.

5928

0.68

45 0.72

330.

6960

0.71

630.

7096

0.70

11

0.70

180.

6848

0.58

710.

7423

0.71

360.

7040

0.70

100.

6837

0.59

860.

6790

0.69

92

0.69

60

0.80

60

Amaxac

deGue

rrero

Apetat

itlán de

Antonio

Carvaja

l

Apizac

o

Cuaxo

mulco

Chiaute

mpan

Muñoz

deDom

ingo Aren

as

Ixtac

uixtla

deMari

ano Mata

moros

Contla

deJu

anCua

matzi

Panotl

a

Santa

CruzTlax

cala

Tetla de

laSoli

darid

ad

Tlaxca

la

Tocatl

án

Totolac

Tzompa

ntepe

c

Xalozto

c

Xaltoc

an

Yauhq

uemec

an

Magda

lena Tlal

telulc

o,La

SanDam

iánTex

oloc

SanFra

ncisc

o Tetla

nohc

an

SanJo

séTea

calco

SanLu

cas Tec

opilco

Santa

AnaNop

aluca

n

Santa

Isabe

l Xilo

xoxtl

a

Gráfico 3. Ingreso Municipal Per cápita(pesos de 2000)

13,8

47.3

614

,278

.49

14,5

00.0

512

,774

.50

14,4

76.3

912

,438

.79

12,8

05.3

814

,813

.03

14,8

09.8

514

,161

.54

13,4

49.9

5

12,4

33.3

5

12,7

37.0

012

,688

.85

11,1

19.4

513

,531

.22

13,0

59.3

513

,093

.83

11,0

46.3

65,

622.

6622

,363

.31

12,2

15.0

612

,218

.78

14,4

22.6

3

15,3

95.8

8

Amaxac

deGue

rrero

Apetat

itlán de

Antonio

Carvaja

l

Apizac

o

Cuaxo

mulco

Chiaute

mpan

Muñoz

deDom

ingo Aren

as

Ixtac

uixtla

deMari

ano Mata

moros

Contla

deJu

anCua

matzi

Panotl

a

Santa

CruzTlax

cala

Tetla de

laSoli

darid

ad

Tlaxca

la

Tocatl

án

Totolac

Tzompa

ntepe

c

Xalozto

c

Xaltoc

an

Yauhq

uemec

an

Magda

lena Tlal

telulc

o,La

SanDam

iánTex

oloc

SanFra

ncisc

o Tetla

nohc

an

SanJo

séTea

calco

SanLu

cas Tec

opilco

Santa

AnaNop

aluca

n

Santa

Isabe

l Xilo

xoxtl

a

239

Gráfica 6. Índice de ingreso como componente del IDH, 2000

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI y BANXICO.

Las variaciones en la información son altas; sin embargo, éso no es evidencia suficiente para afirmar que las diferencias se pueden imputar a la pertenencia a una u otra región. De ser este el caso podría tratarse de dos sistemas con diferentes bases económicas. Si no existen diferencias significativas, se podría afirmar que las actividades productivas están in-tegradas y que hay cierta correlación espacial entre los municipios.

En el cuadro �� se muestran los resultados de la prueba t de student para las regiones de Apizaco y Tlaxcala. Para el caso del PIB, del Ingreso y del Índice de Ingreso como com-ponentes del IDH, se realizó la prueba de Levene’s, y se obtuvo que entre ambos grupos las varianzas son similares. Asimismo, las variables no mostraron diferencias significativas entre las regiones (p>0.05), por lo que, aunque los datos municipales y regionales no son homo-géneos, la variación no es lo suficientemente grande para imputarse a la pertenencia a una u otra región.

4. Aspectos educativos

Los problemas que afectan el desarrollo de un país siguen siendo motivo de polémica y aná-lisis académico y político; en este contexto, la educación en general y la educación de adultos en lo particular constituyen un tema importante, dado que su atención impacta tanto en procesos de desarrollo social como económico (Schmelkes, 1985). Se ha llegado a considerar que es infructuoso promover el desarrollo sin educación, por lo que es necesario alfabetizar, capacitar para el trabajo, educar para la permanencia de la cultura, la democracia, la vigencia del respeto a los derechos humanos, la protección del ambiente y para mejorar la calidad de vida.

Gráfico 5. Índice de Ingreso con desigualdad de Género

0.66

89 0.70

920.

7182

0.60

420.

7072

0.52

710.

6334 0.67

850.

6606

0.67

880.

6633

0.62

85

0.64

700.

6246

0.52

650.

7015

0.66

400.

6535

0.65

360.

6258

0.52

250.

6207

0.63

62

0.78

69

0.67

06

Amaxac

deGue

rrero

Apetat

itlán de

Antonio

Carvaja

l

Apizac

o

Cuaxo

mulco

Chiaute

mpan

Muñoz

deDom

ingo Aren

as

Ixtac

uixtla

deMari

ano Mata

moros

Contla

deJu

anCua

matzi

Panotl

a

Santa

CruzTlax

cala

Tetla de

laSoli

darid

ad

Tlaxca

la

Tocatl

án

Totolac

Tzompa

ntepe

c

Xalozto

c

Xaltoc

an

Yauhq

uemec

an

Magda

lena Tlal

telulc

o,La

SanDam

iánTex

oloc

SanFra

ncisc

o Tetla

nohc

an

SanJo

séTea

calco

SanLu

cas Tec

opilco

Santa

AnaNop

aluca

n

Santa

Isabe

l Xilo

xoxtl

a

240

La hipótesis de que la educación es una fuente mayor de equidad social ha sido una de las principales motivaciones de las reformas educativas de muchos países, así el analfabetismo es la máxima expresión de vulnerabilidad educativa, ya que se relaciona de manera directa con desigualdades entre los miembros de una sociedad, con la ausencia de oportunidades de acceso a la escuela, la baja calidad de la enseñanza escolar y con el fenómeno de deser-ción, es por ello que, además del análisis de los niveles de alfabetización, otra de las variables es la población que asiste a la escuela de los 6 a los 24 años.

4.1 Metodología

Se procedió a obtener la información de distintas fuentes bibliográficas, la mayoría corres-ponde a los Censos de Población 1980, 1990 y 2000; y los Conteos realizados por INEGI y las monografías municipales. Las variables se organizaron en una base de datos en Excel, donde se colocaron de manera vertical los 25 municipios de las dos regiones objeto de estudio; y en forma horizontal las variables que serían analizadas para cada municipio, en los periodos 1980, 1990 y 2000.

Las variables estudiadas fueron: - Alfabetización (población mayor de 15 años).- Población total dividida entre hombres y mujeres.- Población total alfabetizada dividida entre hombres y mujeres, considerando su respec-

tivo porcentaje. - Población de 6 a 24 años que asiste a la escuela, por sexo y su respectivo porcentaje.

Para expresar el comportamiento de las variables en porcentajes, se realizaron los gráficos correspondientes en Excel.

En este sentido, cabe hacer la aclaración de que los municipios que aparecen sin datos estadísticos en 1980 y 1990, estaban catalogados como localidades integradas a un determi-nado municipio; por ello, se debe tener presente que fue durante el sexenio de 1993 a 1998 cuando se manifestó la inconformidad de las localidades que no gozaban de los beneficios del presupuesto que se concentraba en las cabeceras municipales o bien en las localidades más cercanas al mismo, lo que provocó movilizaciones para la conformación de nuevos mu-nicipios, fue así como en 1996 la estructura municipal de la entidad pasó de 44 a 60 muni-cipios.

Así, en la región centro-norte, los nuevos municipios son: San Lucas Tecopilco, San José Teacalco; y los nuevos municipios de la región centro-sur, son: Santa Ana Nopalucan, San Da-mián Texoloc, La Magdalena Tlaltelulco, Santa Isabel Xiloxoxtla y San Francisco Tetlanohcan. De los cuales no se cuenta con información de los años 1980 y 1990. El análisis resulta más significativo por regiones que por municipios, ya que al carecer de información de las dos décadas anteriores, limita la realización de comparaciones.

241

4.2 Análisis de los indicadores obtenidos

En la región centro-norte Apizaco, precisamente, es Apizaco la cabecera regional y el que presenta el mayor porcentaje de habitantes de 15 años y más alfabetizados en el año 2000, con el 95.9%; y el de mayor rezago fue Teacalco con el 86.8 %. Los municipios que disminuye-ron su atraso fueron Muñoz al pasar de 79.4% a 91.7%; y Tzompantepec de 79.8% al 93.6%, en el periodo 1980 a 2000 (gráfica 7).

Gráfica 7. Región 1 centro-norte: porcentaje de alfabetización de la población total de 15 años y más

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

Dividiendo la población por sexo, también es Apizaco el que muestra los mayores porcen-tajes: en el caso de los varones de 15 años y más son los que presentan la mayor proporción de alfabetizados (97.1 %); en contraste el municipio de Teacalco obtuvo el menor porcentaje (91.4 %). Los municipios que incrementaron de manera significativa sus tasas de alfabetiza-ción fueron Muñoz, al pasar del 85.4 al 93.6 %; Tetla, del 85.5 al 93.8; Xaltocan, del 84.7 al 93.5 %; y Tzompantepec, del 85.3 al 95.7 %.

En el caso de la población femenina, el porcentaje fue del 94.8 %; y el de menor propor-ción fue Teacalco con 82.7 %; esto quizá se debió al hecho de que anteriormente estaba incluido en el municipio de Tzompantepec, lo cual le impedía recibir mayor atención. Por su parte, los municipios de Xaloztoc, Tzompantepec y Muñoz redujeron significativamente su rezago, en el periodo de 1980 al 2000, al pasar del 73.8 al 88.8 %; del 74.2 al 91.7%; y del 73.3 al 89.9 %, respectivamente (gráficas 8 y 9).

Gráfica 8Región 1 centro norte: Población alfabetizada del sexo masculino

mayor de 15 años.

75,0

80,0

85,0

90,0

95,0

100,0

M uni c i p i o s

Porc

enta

jes

alfa

beta

1980 94,6 85,4 85,5 84,7 92,2 89,1 85,3 90,4 93,3

1990 96,8 90,9 90,9 89,8 94,2 93,1 91 95,0 94,8

2000 97,1 90,8 93,6 93,8 93,5 96,3 95,4 95,7 95,3 96,2 91,4

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

242

Gráfica 8. Región 1 centro-norte: porcentaje alfabetizada del sexo masculino mayor de 15 años

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

Gráfica 9. Región 1 centro-norte: porcentaje alfabetizada del sexo femenino mayor de 15 años y más

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

De forma similar, en la región centro-sur Tlaxcala, el municipio de Tlaxcala, en el año 2000, presentó el porcentaje más alto de población alfabetizada de 15 años y más (97.1%); y Tetlano-hcan, con 87.5 %, el menor porcentaje. El municipio que mayor reducción del rezago experimen-tó fue Contla, al pasar del 78.2 % en 1980 al 90.5 % en el año 2000 (gráfica 10).

Gráfica 10Región 2 Centro sur: Porcentaje de alfabetización de

la población total mayor de 15 años.

7580859095

100

Municipios

Porc

enta

jeto

tald

eal

fabe

tas

1980 93 87 86 88 92 89 91 86 78

1990 96 91 90 92 96 94 95 90, 85

2000 97 95 93 95 93 95 92 96 96, 96 93 94 91 88

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

Grafica 9Region 1 Centro norte: Porcentaje de alfabetización del sexo

femenino de 15 años y más.

707580859095

100

Municipios

Porc

enta

jeal

fabe

ta

1980 88,6 73,3 77,3 78,8 82,6 73,8 74,2 83,4 82

1990 92,6 82,2 84,7 83,7 88,5 83,3 83 89,9 86,5

2000 94,8 88,3 89,9 90,6 89,1 93,4 88,8 91,7 90,5 90,4 82,7

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

243

Gráfica 10. Región 2 centro-sur: porcenatje de alfabetización de la población total mayor de 15 años

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

En lo que respecta a la población masculina alfabetizada de 15 años y más, la mayor proporción en el año 2000 la tuvieron los siguientes municipios: Tlaxcala (98.3%), Totolac (98.1%) y Apetatitlán (98.1%); y los de menor proporción fueron, Xiloxoxtla (90.9 %) y Tet-lanohcan (90.2 %). Por su parte, el municipio que redujo su rezago en mayor medida, entre 1980 y 2000, fue Contla, al incrementar los alfabetizados de 87.0 al 94.3 %. En cuanto a la población femenina alfabetizada coincide en el municipio de Tlaxcala, ya que en el año 2000 registró un porcentaje de 96.1%, siendo el municipio de Tetlanohcan el que tuvo la menor proporción con el 85.2 %. La mayor reducción del rezago en esta variable la experimentó el municipio de Contla, que pasó del 69.2 en 1980 al 86.8 % en el año 2000 (gráficas 11 y 12).

Gráfica 11. Región 2 centro-sur: población alfabetizada del sexo masculino mayor de 15 años

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

Grafica 11Región 2 Centro sur: Población alfabetizada del sexo masculino

mayor de 15 años.

7580859095

100

Municipios

Porc

enta

jeal

fabe

ta

1980 96,1 91,3 89,8 91,7 95,7 94,4 95,1 92,7 87,0

1990 97,7 94,7 93,5 95,5 97,8 96,8 97,2 94,8 91,3

2000 98,3 97,3 94,4 97,0 96,5 96,3 94,6 98,1 97,8 98,1 90,9 96,7 94,3 90,2

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

Grafica 12Región 2 Centro sur: Porcentaje de alfabetización del sexo

femenino mayor de 15 años.

707580859095

100

Municipios

Porc

enta

jeal

fabe

tas

1980 90,8 82,4 81,6 85,3 89,5 84,5 86,2 80,5 69,2

1990 94,5 88,3 87,3 89,1 93,4 90,5 92,6 85,6 79,4

2000 96,1 93,7 91,3 91,8 89,9 93,6 89 94,9 94,4 94,7 95 91 86,8 85,2

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

244

Gráfica 12. Región 2 centro-sur: población alfabetizada del sexo femenino mayor de 15 años

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

En consecuencia, para la región centro-norte Apizaco, el indicador referente a la pobla-ción de 6 a 24 años que asiste a la escuela, como es lógico, resultó significativo para el mu-nicipio de Apizaco; así se tiene que para el año 2000, el porcentaje fue del 67.8, siendo los municipios que registraron disminuciones entre 1990 y 2000, Yauquemecan (del 66.5 al 65.8 %), Cuaxomulco (del 64.8 al 63.1 %), Xaltocan (del 64.4 al 61.9 %), Xaloztoc (del 62.5 al 60.6 %) y Tocatlán (del 60.4 al 59.1%); y Teacalco presentó el índice más bajo (55.9 %). A manera de hipótesis, se puede decir que una de las razones de dicha disminución fue por los efectos del fenómeno migratorio que impactó a estos municipios, ya que, como se sabe, es princi-palmente la población de este rango de edad, la que mayoritariamente tiende a migrar por razones de trabajo (gráfica 13).

Gráfica 13. Región 1 centro-norte:porcentaje total de población de 6 a 24 que asiste a la escuela

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

Gráfica 14Región 2 Centro sur: Porcentaje de población total de

6a 24 años que asiste a la escuela.

6065707580

Municipios

Porc

enta

jede

pobl

ació

n

1980 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

1990 74 68 62, 68 72 69, 72 62 63

2000 74 66 63 64 65, 64 62 71, 68, 72 61 63 62 67,

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

Gráfica 13Región 1 Centro norte: Porcentaje de población total de

6 a 24 años que asiste a la escuela.

5560657075

Municipios

Porc

enm

taje

depo

blac

ión

1980 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

1990 70,3 59,8 60,6 64,4 66,5 62,5 61,9 60,4 64,8

2000 67,8 61,9 60,2 62,3 61,9 65,8 60,6 65,9 59,1 63,1 55,9

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

245

En la región centro-sur Tlaxcala se registra una tendencia similar cuando, en el mismo año 2000 fue el municipio de Tlaxcala el que obtuvo el mayor porcentaje de población de 6 a 24 años que asistió a la escuela (74 %); el de menor porcentaje fue Xiloxoxtla con 61 %; y los municipios que registraron disminuciones entre 1990 y 2000, fueron Totolac (del 72 al 71 %), Amaxac (del 69 al 68 %), Chiautempan (del 68 al 66 %), Panotla (del 68 al 64 %) y Contla (del 63 al 62 %). La razón puede ser también por cuestiones de migración (gráfica 14).

Gráfica 14. Región 2 centro-norte: porcentaje total de población de 6 a 24 que asiste a la escuela

Fuente: elaboración propia con datos de INEGI.

5. Empleo

La variable empleo se desagregó en los siguientes indicadores: población económicamente activa; población ocupada y desocupada; población ocupada en los sectores primario, se-cundario y terciario; y población ocupada por sexo. Estos indicadores, a su vez, se recabaron a partir de los resultados censales de los años 1990 y 2000. La estructura económica del estado de Tlaxcala en el año 2000 presenta un orden similar al de hace 10 años, es decir, más trabajadores en comercio, servicios y la industria; y menos en el sector agropecuario; sólo que ahora la proporción de estos últimos es menor, pues si en 1990 representaban 29.35%, para el año 2000 eran el 19.98%.

Por consiguiente, los otros sectores han visto aumentar su proporción de trabajadores; el más dinámico es el de comercio y servicios, cuyo contingente se ha incrementado en siete puntos porcentuales. La estructura del empleo por regiones, como es lógico, marca la misma tendencia, por ejemplo, para el año de 1990 los municipios que conforman la región centro-norte, son Apizaco y Yauhquemecan los que muestran un marcado crecimiento del sector servicios, ya que registraron una población económicamente activa en ese sector del 59.24% y del 43.12%, respectivamente. El resto de los municipios de esta región, por el contrario, todavía en este año, concentraban la mayor parte de la población económicamente activa en actividades primarias, y en menor proporción en actividades industriales. En forma similar, tomando como base el año de 1990, los municipios de la región centro-sur que sobresa-lían por el crecimiento de su sector servicios, fueron Tlaxcala y Totolac, con una población

Gráfica 14Región 2 Centro sur: Porcentaje de población total de

6a 24 años que asiste a la escuela.

6065707580

Municipios

Porc

enta

jede

pobl

ació

n

1980 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0

1990 74 68 62. 68 72 69. 72 62 63

2000 74 66 63 64 65. 64 62 71. 68. 72 61 63 62 67.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

246

económicamente activa en ese sector de 62.4% y 61.58%, respectivamente; sin embargo a diferencia de la otra región, en ésta se observa un mayor dinamismo del sector industrial y menos participación de las actividades primarias (cuadro 12).

Cuadro 12. Población económicamente activa en la región centro-norte y centro-sur, 1990

Fuente: INEGI, XI Censo General de Población y Vivienda.

Las tendencias de crecimiento del sector servicios se confirman para el año 2000, pues las cifras de población económicamente activa en ese sector son más que evidentes; esto ha ocasionado un descenso de la PEA en el sector primario, y en buena medida un dinamismo en el sector de las actividades industriales (cuadro 13 y gráfica 15).

Cuadro 12. Población Económicamente Activa en la Región Centro Norte y Centro Sur, 1990

PEA PEAocupada

PEAdesocupada

PEA1o

PEA2o

PEA3o

%PEA1o

%PEA2o

%PEA3o

Tlaxcala 203908 196609 7299 59838 66662 70109 29.35 32.69 34.38

Apizaco 14812 14407 405 1455 4177 8775 9.82 28.20 59.24Cuaxomulco 792 723 69 339 187 197 42.80 23.61 24.87Muñoz de Domingo Arenas 787 758 29 495 149 114 62.90 18.93 14.49Tetla de la Solidaridad 4051 3875 176 1449 1393 1033 35.77 34.39 25.50Tocatlán 892 853 39 413 288 152 46.30 32.29 17.04Tzompantepec 2525 2444 81 1223 603 618 48.44 23.88 24.48Xaloztoc 3351 3232 119 1429 1069 734 42.64 31.90 21.90Xaltocan 1898 1819 79 1012 386 421 53.32 20.34 22.18Yauhquemecan 3321 3172 149 635 1105 1432 19.12 33.27 43.12San Lucas Tecopilco 0 0 0 0 0 0 0 0 0San José Teacalco 0 0 0 0 0 0 0 0 0

31283 8450 9357 13476 27.01 29.91 43.08

Tlaxcala 16104 15643 461 1406 4188 10049 8.73 26.01 62.40Amaxac de Guerrero 1617 1551 66 275 528 748 17.01 32.65 46.26Apetatitlán de Antonio Carvajal 2554 2465 89 205 1025 1235 8.03 40.13 48.36Chiautempan 15944 15275 669 2758 6178 6339 17.30 38.75 39.76Ixtacuixtla de MarianoMatamoros 8251 7930 321 3346 2137 2447 40.55 25.90 29.66Contla de Juan Cuamatzi 6144 5955 189 954 3640 1361 15.53 59.24 22.15Panotla 4634 4481 153 1320 949 2212 28.49 20.48 47.73Santa Cruz Tlaxcala 2889 2739 150 714 929 1096 24.71 32.16 37.94Totolac 4597 4464 133 320 1313 2831 6.96 28.56 61.58Magdalena Tlatelulco, La 0 0 0 0 0 0 0 0 0San Damián Texoloc 0 0 0 0 0 0 0 0 0San Francisco Tetlanohcan 0 0 0 0 0 0 0 0 0Santa Ana Nopalucan 0 0 0 0 0 0 0 0 0Santa Isabel Xiloxoxtla 0 0 0 0 0 0 0 0 0

60503 11298 20887 28318 18.67 34.52 46.80Fuente: INEGI, XI Censo General de Población y Vivienda

247

Cuadro 13. Población económicamente activa en la región centro-norte y centro-sur, 2000

Fuente: INEGI, XI Censo General de Población y Vivienda.

Gráfica 15. Distribución porcentual de la PEA por sector de actividad (1990-2000)

Fuente: Censo General de Población y Vivienda 1990-2000, INEGI, México.

Cuadro 13. Población Económicamente Activa en la Región Centro Norte y Centro Sur, 2000

PEA PEAocupada

PEAdesocupada

PEA1o

PEA2o

PEA3o

%PEA1o

%PEA2o

%PEA3o

Tlaxcala 332833 328585 4248 66504 124355 137726 19.98 37.36 41.38

Apizaco 24769 24424 345 1639 7658 15127 6.62 30.92 61.07Cuaxomulco 1372 1348 24 417 386 545 30.39 28.13 39.72Muñoz de Domingo Arenas 1281 1271 10 562 374 335 43.87 29.20 26.15Tetla de la Solidaridad 7385 7287 98 1455 3311 2521 19.70 44.83 34.14Tocatlán 1486 1482 4 461 683 338 31.02 45.96 22.75Tzompantepec 2988 2969 19 661 1122 1186 22.12 37.55 39.69Xaloztoc 5399 5321 78 1464 2390 1467 27.12 44.27 27.17Xaltocan 2082 2011 71 703 646 662 33.77 31.03 31.80Yauhquemecan 7362 7248 114 855 2608 3785 11.61 35.43 51.41San Lucas Tecopilco 651 637 14 249 208 173 38.25 31.95 26.57San José Teacalco 1659 1650 9 1266 211 173 76.31 12.72 10.43

55648 9732 19597 26312 17.49 35.22 47.28

Tlaxcala 28458 28095 363 1608 7840 18647 5.65 27.55 65.52Amaxac de Guerrero 2684 2635 49 283 925 1427 10.54 34.46 53.17Apetatitlán 4251 4158 93 221 1690 2247 5.20 39.76 52.86Chiautempan 21015 20698 317 1828 8435 10435 8.70 40.14 49.66Ixtacuixtla 9794 9687 107 2753 3429 3505 28.11 35.01 35.79Contla de Juan Cuamatzi 10784 10649 135 1128 6402 3119 10.46 59.37 28.92Panotla 8744 8643 101 1333 2062 5248 15.24 23.58 60.02Santa Cruz Tlaxcala 4584 4539 45 860 1728 1951 18.76 37.70 42.56Totolac 6073 5993 80 294 1832 3867 4.84 30.17 63.68Magdalena Tlaltelulco, La 4515 4430 85 614 2149 1667 13.60 47.60 36.92San Damián Texoloc 1441 1430 11 462 349 619 32.06 24.22 42.96San Francisco Tetlanohcan 2532 2450 82 635 915 900 25.08 36.14 35.55Santa Ana Nopalucan 1804 1791 13 500 536 755 27.72 29.71 41.85Santa Isabel Xiloxoxtla 982 970 12 209 405 356 21.28 41.24 36.25

106168 12728 38697 54743 11.99 36.45 51.56Fuente: INEGI, XI Censo General dePoblación y Vivienda

DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE LA PEA POR SECTOR DE ACTIVIDAD (1990-2000)

0

10

20

30

40

50

60

R. Apizaco R. Tlaxcala R. Apizaco R. Tlaxcala

1990 2000

% PEA1o

PEA2o

PEA3o

FUENTE: Censo General de Población y Vivienda. 1990 y 2000,INEGI, México.

248

Indudablemente, el crecimiento y descenso de uno u otro sector, en lo que a población económicamente activa se refiere, no ha sido homogéneo ni tendría por qué serlo, pues las condiciones de concentración de las actividades económicas responden a diferentes escalas de producción en cada territorio; lo que permite diferenciar territorios de algunos munici-pios que, si bien tienen preponderancia las actividades secundarias y terciarias, disponen dentro de su territorio de buena parte de su superficie para actividades primarias, o bien cuentan con áreas para su posible urbanización. Desde luego que este proceso tendrá que ser vigilado para garantizar, en la medida de lo posible, un desarrollo urbano que no afecte la calidad de vida.

6. Dinámica poblacional El estudio de los cambios en la dinámica poblacional es una herramienta que apoya la toma de decisiones respecto a la formulación de las políticas públicas, y permite tener una mejor visión de las mismas a mediano y a largo plazo. En el caso de las dos regiones de estudio se encuentra un crecimiento diferenciado principalmente en la tasa de natalidad, tasa de mortalidad, densidad de población e índice de vejez, que resultan en gran medida de los cambios en el desarrollo económico. La metodología empleada para el cálculo de estos in-dicadores fue obtenida mediante los procedimientos que sugiere Haupt, A., Kane (1980), y Chávez (1977), quienes aportan las siguientes definiciones:

- Tasa bruta de natalidad (TBN).- Indica el número de nacidos vivos (B) por 1000 habitan-tes (P), en un año determinado: TBN = B / P x 1000

- Densidad de población (DP).- Es la relación entre el número de personas (P) que habita un territorio determinado, y la superficie del mismo (S), el cociente resultante se expresa en kilómetro cuadrado: DP = P / S

- Tasa de mortalidad infantil 4 (TMI).- Representa la frecuencia con que ocurren las defun-ciones de niños menores de un año (Di) en relación con el número de nacimientos (B), por mil: TMI = Di / B x 1000

- El índice de vejez se procedió a calcularlo como la frecuencia de la presencia de personas mayores de 65 años (P65>), entre el total de la población (P), por mil: P65 > / P x 1000.

Las transformaciones demográficas en la entidad no son recientes, pues solamente por poner un ejemplo, de acuerdo a datos censales entre 1940 y 1950, en Tlaxcala se dio el pri-mer gran cambio importante al pasar de 224, 063 habitantes en 1940, a 284, 338 en 1950, esta cifra representó un incremento de casi el 27%.

Existe un diferencial considerable entre la tasa de mortalidad y la tasa de natalidad, donde esta última siempre muestra un saldo positivo, no obstante los índices de vejez que en lo ge-neral se ubican en el 60%. La densidad de población en el año 2000 para la región centro-sur

4 La tasa de mortalidad infantil 2000, ya viene calculada en el reporte del Índice de Desarrollo Humano Municipal que publica el PNUD y CONAPO.

249

Tlaxcala muestra mayor concentración en los municipios de Tlaxcala, Contla y Apetatitlán de Antonio Carvajal; y en la región es Apizaco el que, al igual que los demás, muestra una mayor densidad de población, pues todos rebasan los mil habitantes por kilómetro cuadrado. Este hecho refleja la preferencia de los asentamientos humanos en estos territorios, debido a la concentración de actividades productivas y servicios (cuadro 14).

Cuadro 14. Regiones centro-norte y centro-sur de Tlaxcala: mortalidad, natalidad, índice de vejez y densidad de población, 2000

Fuente: INEGI, Censos de población y vivienda; Estadísticas Vitales, 1990-2003.

Conclusiones Con base en los datos analizados se puede afirmar que el saldo que ha arrojado el proceso de urbanización, en relación con las condiciones de vida de la población, es aceptable, aún considerando una dinámica poblacional que siempre ha ido al alza, sobre todo de la pobla-ción urbana que se refleja en el crecimiento de las ciudades, con la consecuente demanda de servicios básicos y empleo para la subsistencia familiar.

En este sentido, cabe señalar que si bien el crecimiento de las ciudades se explica pre-cisamente por las economías de aglomeración, en donde en un territorio específico y limi-tado se concentran una serie de actividades productivas de carácter urbano, como lo son la industria, el comercio y los servicios, al grado de que se puede hablar de una economía terciarizada. Así, es necesario reconocer que el número de empleos que se ofertan son in-suficientes para garantizar condiciones de vida estables en los hogares, no obstante que en términos generales, según lo señalan las estadísticas, la obtención de los mayores ingresos y de los mejores niveles educativos, se registran precisamente en las regiones centrales objeto de este análisis.

MUNICIPIOTASA DE

MORTALIDADINFANTIL

TASA DENATALIDAD(POR 1000)

ÍNDICE DEVEJEZ

(POR 1000)

DENSIDAD DEPOBLACIÓN

km.2

AMAXAC DE GUERRERO 20.98 32.69 60.16 596.80APETATITLÁN DE ANTONIO C. 21.22 29.33 49.17 1621.75APIZACO 20.49 21.54 49.01 1190.85CUAXOMULCO 27.34 38.54 63.69 271.99CHIAUTEMPAN 21.81 29.32 48.06 439.91MUÑOZ DE DOMINGO ARENAS 26.37 37.25 56.37 59.75IXTACUIXTLA DE MARIANO M. 24.69 28.68 58.48 172.94CONTLA DE JUAN CUAMATZI 25.66 28.50 53.50 1355.99PANOTLA 22.25 31.42 64.90 391.57SANTA CRUZ TLAXCALA 23.82 34.31 64.41 440.85TETLA DE LA SOLIDARIDAD 24.24 35.58 49.00 149.53TLAXCALA 20.00 14.68 43.18 1760.08TOCATLÁN 26.53 41.61 57.66 432.93TOTOLAC 21.12 38.78 51.79 687.18TZOMPANTEPEC 24.95 36.15 55.30 153.78XALOZTOC 24.19 33.70 50.01 343.82XALTOCAN 29.31 37.34 81.96 68.20YAUHQUEMECAN 23.32 27.65 50.57 704.73MAGDALENA TLALTELULCO, LA 24.50 27.89 48.19 962.54SAN DAMIÁN TEXOLOC 22.96 32.57 75.69 416.83SAN FRANCISCO TETLANOHCAN 24.78 31.82 53.74 180.54SAN JOSÉ TEACALCO 29.43 38.59 67.36 123.31SAN LUCAS TECOPILCO 27.14 25.86 66.01 97.77SANTA ANA NOPALUCAN 22.45 37.60 53.84 624.44SANTA ISABEL XILOXOXTLA 26.60 81.03 56.85 584.22

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Por último, es pertinente dejar como antecedente el hecho de que de continuar con estas tendencias en el crecimiento desordenado de las ciudades, si bien en la actualidad todavía ciertas variables de tipo social y ambiental no tienen grandes efectos sobre la calidad de vida de la población, en los próximos diez años las necesidades de más y mejores servicios y empleo serán mucho mayores y más difíciles de solventar sin una planeación del desarrollo urbano regional.

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Documentos

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Archivado en: 5 - Actividades, 6 - Información de apoyo, Foro Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sustentable

Documento Marco del 1º Foro Nacional sobre Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sus-tentable

El actual modelo productivo dominante en el sector agropecuario genera una serie de im-pactos negativos en materia social, ambiental y de soberanía. Con una superficie de 18,7 millones de hectáreas y un poco más de 3 millones de habitantes, apenas 190,000 de ellos pueblan la campaña mientras más del 80% de la población vive en los principales centros urbanos. El proceso de vaciamiento de la campaña continúa y en los últimos 30 años han desaparecido más de 20,000 establecimientos rurales y 128,000 personas se han visto obli-gadas a abandonar el campo.

De las 16,5 millones de hectáreas explotadas, más de la mitad está concentrada en un poco más de 4,000 establecimientos dedicados a la ganadería extensiva (80% de la produc-ción agropecuaria). Alrededor de 1 millón de hectáreas están dedicadas al monocultivo de eucaliptos y pinos, 450,000 de las cuales son propiedad de 3 transnacionales extranjeras (Botnia, Ence y Weyerhaeuser). Por otro lado, crece el área sembrada con monocultivos de soja transgénica, que se suma al arroz y a otros cultivos de tipo industrial que degradan el medio ambiente e impactan sobre la gente. En ese proceso, las empresas transnacionales se convierten cada vez más en las propietarias de nuestros territorios y recursos productivos, pasando del control de insumos, maquinaria y comercio exterior a la propiedad directa de la tierra.

Al ser un país ribereño, Uruguay cuenta también con una superficie fluvial y marítima, que abarca aproximadamente 252,000 km2, (1.5 veces la superficie terrestre), que compren-de el Río de la Plata y su Frente Marítimo. Estos ecosistemas marítimos y fluviales albergan una gran diversidad de especies que sustentan diversas pesquerías tanto artesanales como industriales, recursos que son patrimonio de la sociedad en su conjunto por ser de propiedad

Documento Marco del 1º Foro Nacional sobre

Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sustentable

Agosto 27, 2007

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común y de relativo libre acceso. Sin embargo, dichos recursos están siendo explotados sin el necesario criterio de conservación, por lo que peligra su disponibilidad a futuro.

En el contexto de la globalización y liberalización a escala planetaria, el modelo de produc-ción y consumo de alimentos promovido por el gran capital transnacional, y apuntalado por organismos internacionales, está generando hambre, pobreza y exclusión en nuestro país.

Por esas razones, el objetivo del foro es poder sentar las bases de discusión para lograr avanzar hacia un desarrollo sustentable que permita, en todos los ámbitos de la sociedad –individual, colectivo, nacional–, volverse más autodeterminados y más independientes en la elección de opciones relacionadas con su propio futuro.

Para cumplir con el objetivo, se plantean tres ejes temáticos de discusión y elaboración que serán transversales en todo el foro:

· Ordenamiento territorial: en donde las cuencas hidrográficas pasen a constituirse en las unidades territoriales de planificación. Las cuencas hidrográficas son unidades naturales y, a través de su delimitación, es posible organizar los tipos de usos de suelo, las unidades productivas y de gestión del agua y de los demás recursos naturales para lograr alcanzar un desarrollo sustentable.

· Justicia ambiental: concebida como la distribución equitativa de los impactos ambienta-les de las actividades humanas, la equidad social en la distribución de los costos y beneficios de dichas actividades, superando las contradicciones entre el desarrollo económico, la pro-tección de los ecosistemas y la justicia social.

· Soberanía alimentaria: entendida como el derecho de cada pueblo a definir estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de los alimentos que garanticen la inde-pendencia del país en materia alimentaria, la disponibilidad de alimentos sanos para todos, con base en la pequeña y mediana producción, respetando las diversidades culturales y am-bientales de las distintas zonas del país.

Fuente://suspenderlaforestacion.wordpress.com/2007/08/27/documento-marco-del-1%C2%BA-foro-nacional-sobre-ordenamiento-territorial-y-desarrollo-sustentable/

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El modelo productivo imperante en nuestro país es funcional a un sistema económico, cuyo motor es la búsqueda del lucro privado. Profundiza los procesos de exclusión social, com-promete la preservación y la disponibilidad futura de los recursos naturales y no responde a las necesidades de desarrollo individual y colectivo –entendidos en sentido amplio– de sus habitantes.

La socialización de las consecuencias de la actividad privada sobre los recursos naturales no tiene una contraparte en la socialización de los beneficios económicos que son apro-piados por las empresas. Nuestros ecosistemas –marítimos, fluviales, praderas, montes– al-bergan una gran diversidad de recursos que son patrimonio de la sociedad en su conjunto. Los emprendimientos privados, librados a su propia lógica, son incapaces de asegurar una distribución justa de esa riqueza. Cuando las empresas transnacionales se convierten en las propietarias de nuestros territorios y recursos productivos, aumenta la injusticia distributiva y se pierde la soberanía. Actualmente, el 25% del territorio nacional cultivado es propiedad de extranjeros. Procesos similares de concentración y dependencia se dan en muchas otras esferas de la vida del país.

Entendemos que es el Estado quien debe asegurar el uso de los recursos naturales en función del interés colectivo, mediante –entre otras cosas– una verdadera Política de Orde-namiento Territorial. No entendemos el Ordenamiento Territorial como una mera compar-timentación del territorio en áreas “degradables”, “museos vivientes” y vías de transporte para el comercio transnacional, sino como objeto de políticas de planificación y estímulo a modos de producción sustentables de por sí, que eventualmente se plasmen en leyes.

Si bien debe nutrirse de saberes técnicos y académicos, la planificación de ese ordena-miento responde, sobre todo, a definiciones políticas. Creemos que este foro es una exce-lente oportunidad para la reflexión colectiva en torno a los principios que deben guiar el uso de los recursos naturales en función del interés colectivo. Las posibilidades de avanzar en la construcción de una sociedad que responda a las necesidades de desarrollo individual y co-lectivo pasa también por asumir Políticas de Ordenamiento Territorial que tengan ese fin.

Hacemos hincapié en el carácter colectivo que debe tener la elaboración en las Políticas de Ordenamiento Territorial, no solamente porque sus implicaciones ameriten un proceso

Documento presentado por RAP-AL Uruguay en el 1er

Foro Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sustentable

Colonia 8 y 9 de setiembre, 2007

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democrático, sino también porque los factores y procesos a tener en cuenta son tantos que difícilmente se puede abordar la temática sin una diversidad de perspectivas y experiencias.

RAP-AL Uruguay, como organización que trabaja por la eliminación del uso de agrotóxicos� entiende que el mismo es indisociable de un modo de producción basado en el monocultivo a gran escala. No puede haber producción sustentable si hay uso de agrotóxicos y no puede haber monocultivos sin hacer uso de los mismos. A ese uso indisociable de agrotóxicos se deben añadir otras características que hacen del monocultivo a gran escala un modo de pro-ducción incompatible con la sustentabilidad. En ese sentido, podemos señalar el aumento del control sobre la producción mundial de alimentos por parte de las grandes transnacio-nales semilleras, la pérdida de soberanía alimentaria de los pueblos y la destrucción de los mecanismos de control biológico que sustentan la biodiversidad. Generalmente, también aceleran procesos de latifundización y extranjerización de la tierra.

A estos factores, que socavan cualquier intento de avanzar por el camino de la sustentabi-lidad se le agregan la expansión del uso de cultivos genéticamente manipulados2 y la apuesta a la producción de agrocombustibles3.

Los cultivos genéticamente manipulados además de implicar todos los riesgos intrínsecos a cualquier monocultivo, acarrean otros propios de su carácter. Son prácticamente impo-sibles de prever los efectos de la abrupta y masiva aparición de organismos portadores de características genéticas ajenas a su naturaleza en el equilibrio dinámico que sustenta todo ecosistema, así como los efectos sobre la salud humana de su consumo masivo directo o indirecto.

Por el apuntalamiento de un modelo basado en grandes monocultivos, el uso indisociable de agrotóxicos, y la generación inevitable de contaminación genética y “supermalezas”, esta tecnología, en manos de las grandes transnacionales de los agronegocios, socava las propias bases de la biodiversidad, patrimonio de todos y cada uno de los habitantes del planeta y verdadera salvaguarda de una real sustentabilidad.

Los agrocombustibles son una nueva apuesta de la industria. Su avance enfrenta obje-ciones de todo tipo desde puntos de vista sociales, económicos y ambientales. Uno de los peligros intrínsecos a esta nueva “solución” que nos propone la industria, es que viene de la mano de la expansión de los monocultivos, en particular transgénicos. Nuevamente, nos

1 Según datos oficiales, entre 1999 y 2005, se triplicó la importación de herbicidas y se duplicó la de insecticidas y funguicidas.

2 Los Cultivos Genéticamente Manipulados no son solamente los cultivos transgénicos. Dentro de esta categoría también están los cultivos manipulados con “técnicas modernas de mejoramiento vegetal”.

3 En países como Uruguay, que están apostando fuerte a la producción de agrocombustibles, pero que aún no se han abierto del todo a los transgénicos, los sistemas “Clearfield” (no transgénicos, pero sí genéticamente manipu-lados) vienen “como anillo al dedo”.

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encontramos frente a un proceso que potencia todos los riesgos del monocultivo y abona el terreno para nuevas y más profundas formas de dependencia.

Entendemos que frente a la consolidación de este modelo de producción basado en el monocultivo, un camino posible es la apuesta a la agricultura agroecológica-orgánica. Un modo de producción que, por definición, se ajusta a la escala humana, hace un uso sus-tentable de los recursos naturales y escapa a diversas formas de dependencia (económica, tecnológica, cultural). Un modo de producción que no entra en contradicción y que, por el contrario, puede apuntalar un modelo de desarrollo que realmente busque responder a las necesidades de desarrollo individual y colectivo del ser humano.

Fuente://webs.chasque.net/~rapaluy1/agrotoxicos/Uruguay/Documento_Foro_RAPAL.html.

Reseñas

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José Dionicio Vázquez Vázquez�

El libro parte del reconocimiento de que son los conceptos los que se van adecuando a la realidad y no a la inversa. En este caso, es la realidad del territorio rural la que va marcando la pauta y transformando su concepción y comprensión, para su abordaje conceptual y pla-neación del mismo en distintas realidades y territorios del país. Se demuestra que el medio rural como concepto es rebasado por la dinámica de la realidad, es decir, el territorio rural no es solamente un recipiente donde se acumulan hechos: tiene vida propia y trasciende las abstracciones valiosas de los especialistas que dan cuerpo al libro. Los autores parten de ese conocimiento, pues a lo largo de los 27 trabajos se palpa el deber ser, frente a lo que es, es decir, finalmente, existe un diálogo frontal implícito del investigador frente al actor institucio-nal con poder de decisión, haciéndole recomendaciones y propuestas de acciones realizables para el territorio rural, que es y está siendo, pese al silencio del segundo.

El material Enfoque territorial para el desarrollo rural en México aglutina un sinfín de tra-bajos que en conjunto dan energía a la preocupación constante de los especialistas sobre el desarrollo rural. El material se integra de cinco partes que a continuación se reseñan.

PRIMERA PARTE. Nuevos enfoques en el análisis del desarrollo rural-regional

En esta primera parte se hace una caracterización, discusión y análisis, sobre enfoques y pa-radigmas novedosos sobre territorio y desarrollo rural (Delgadillo, 2006; A. Rubio, 2006). Hay nuevas concepciones que pasan revista a la realidad cambiante del mundo rural, señalando los contrastes del enfoque sectorial agrario frente a la multifuncionalidad actual del desa-rrollo rural, planteando además parte de los elementos para hacer operativo el concepto de ese ámbito. Ante la pregunta de los cambios locales y globales, el territorio pasa ideológica-mente de la lucha de clases a una “igualación” de los ciudadanos, donde se pretende hacer

1 Profesor-Investigador de El Colegio de Tlaxcala, A.C. , correo: [email protected]

Javier Delgadillo Macías (coord.) (2006). Enfoque

territorial para el desarrollo rural en México,

CRIM-UNAM/ IIEC-UNAM/ El Colegio

de Tlaxcala, A.C. / UAGRO, México, pp. 519.

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visible al territorio, pero invisibilizando las relaciones de dominación entre los pudientes y los excluidos. Según Torres (2006), no se está dando paso a una nueva ruralidad, sino que hay, eso sí, una suplantación de actividades en el campo, dando paso, al mismo tiempo, a nuevos actores económicos que casi no tienen que ver con los campesinos tradicionales. Ante la fragmentación de oportunidades que ofrece la globalización, se debe dar hacia dentro, a tra-vés de un “redimensionamiento territorial de la funcionalidad histórica del medio rural”, es decir, yendo más allá de los postulados neoclásicos, donde el Estado reasuma el control de la parte económica, sobre todo en el medio rural. Y dentro de los ámbitos rurales existen dife-rentes niveles en una estructura territorial y sistema de centros, siendo el último nivel como categoría inferior la microrregión o subsistema de centros poblados (Cortez, 2006); que en conjunto con los centros poblados superiores, son parte funcional de un centro dinamizador que las integra. La característica de las microrregiones es la exigua dinámica socioeconómica, con especialización primaria, sobre todo.

Y la reproducción social del campo mexicano se da en el territorio según la relación que guarden con las instituciones, la cultura y la política, dentro de la consolidación de la acu-mulación capitalista. Por ello, Ocampo (2006) plantea, retomando a Boisier y Alburquerque, que: “La implementación de una estrategia autónoma de desarrollo que parta del territorio, sería la condición para que organizaciones productivas autónomas pudieran participar en una economía globalizada. El territorio, con sus cualidades inherentes y socialmente dadas, debe ser el soporte material fundamental de los procesos económicos, políticos y cultura-les que constituyen el entramado de la reproducción humana” (Ocampo, 2006: 70).

SEGUNDA PARTE. La expresión de la ruralidad en el contexto regional

En un caso de Oaxaca, se estudian tres centros proveedores de servicios en la Sierra Mixe, presentando los resultados desde el punto de vista de los usuarios en la utilización de aqué-llos. La función de dichos centros proveedores tiene relación con el abasto, en la localidad y a nivel regional, dentro del sistema de salud, y como sistema de costo de oportunidad en el sistema escolar. Concluye Sorroza (2006) que, pese a que hay avances en la educación en términos de infraestructura, ello no resuleve los problemas de aprendizaje, deserción y rezago escolar, debido, en gran parte, al esquema centralista de la enseñanza del español en la zona Mixe, que se enfrenta a una cultura dominante y distinta. Siguiendo con Oaxaca, Gua-darrama (2006) advierte un fenómeno interesante: que debiera ser confrontado con la tesis de la nueva ruralidad que es la siguiente: las actividades de naturaleza agropecuaria que se desarrollan en ámbitos urbanos (en 12 municipios), tienen un mayor impacto demográfico que las actividades urbanas que se desarrollan en ámbitos rurales, de trece municipios.

En el territorio también ocurren transformaciones de las localidades rurales a urbanas, como el caso del estado de Morelos, donde Sámano (2006) centra su hipótesis en señalar que la urbanización se dio por el proceso de industrialización, y no trajo consigo el comercio y los servicios esperados, entre otros aspectos; otro elemento que se agregó en la transfor-mación de la Zona Metropolitana fue la inmigración fuerte en el estado.

265

La distinción entre municipios urbanos y rurales y el destino federal de las aportaciones hechas al estado de Guerrero se abordan por parte de Rodríguez (2006), afirmando que los municipios rurales son pobres por las variables que los identifican como rural, y no por su po-breza. Por lo tanto, la pobreza es consecuencia de la ruralidad. Esta afirmación, desde luego es una provocación para generar debate académico. Concluye señalando que son los muni-cipios menos marginados los apoyados con mayores recursos federales, que los municipios que padecen alta y muy alta marginación. El impacto territorial de las reformas al artículo 27 constitucional, ha hecho eco en el medio rural del estado de Morelos; por ello, Rueda (2006) hace un recuento de las incidencias de los cambios en la dinámica poblacional que trans-forma al territorio rural en urbano, viéndose afectados los ejidatarios que han vendido sus tierras, transformándose de ejidatario a peón o empleado. Prevé, asimismo, la serie de pro-blemas que se avecinan y que afectarán el entorno natural y social del estado de Morelos.

También López (2006) es quien aborda los procesos de urbanización en Guerrero, encon-trando en su estudio que en las regiones con bajos índices de urbanización, no existe una correspondencia muy directa entre el número de ciudades nuevas y el ritmo de urbaniza-ción. Explica que ello se debe a que se cuenta con ciudades muy pequeñas en comparación a otras regiones, que en su proceso combinan tanto ciudades pequeñas como medianas. Y si bien Acapulco sigue siendo la que concentra a la urbanización, desde los años noventa la región más urbanizada va perdiendo importancia en el ámbito estatal, siendo cubierta tal pérdida por las regiones de Tierra Caliente, Norte y la Montaña.

TERCERA PARTE. Desarrollo rural; ambientes productivos, naturaleza y riesgos

Para hablarnos de una visión macro del impacto territorial, del desarrollo rural-regional y global, Oswald (2006) refiere la información que da cuenta de las disparidades de los países de América Latina frente a los países altamente industrializados. Apunta como ejemplo a los Estados Unidos, que se respaldan económicamente por un sistema de libre mercado y una dura competencia entre empresas transnacionales. También reporta las repercusiones del Tratado de Libre Comercio de México con los Estados Unidos, que luego de haberse perdido la soberanía alimentaria, su repercusión impacta en la niñez mexicana en forma de anemia y desnutrición. Sin dejar de lado los impactos en el ciclo económico-productivo, el ambiental. Para ello se propone mayor participación ciudadana, integración comunitaria que conten-ga al impulso de microempresas, cajas de ahorro, conocimientos tradicionales y moderno, apoyando a combatir la pobreza. De seguir el deterioro ambiental y la destrucción de los ecosistemas naturales, urbanos y rurales, agravado por el cambio climático, pueden llevar a la población a un dilema de supervivencia.

Frente a lo anterior, como alternativa, se presentan algunas experiencia de manejo sos-tenible en Oaxaca, encontrando Anta y Pérez (2006) que existen en el estado referido 82 comunidades agrarias y ejidos, 29 organizaciones de productores, de primero y segundo ni-vel, dando como resultado 111 experiencias comunitarias y organizativas, asociadas con el buen manejo de los recursos naturales. Parte importante del medio rural son los procesos de recuperación posdesastre que analiza Rodríguez (2006), en localidades del Distrito Fede-

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ral, Veracruz y Puebla, también destaca la participación comunitaria ante la desorganización oficial y la carencia de una política de la prevención de los desastres socionaturales, que se inclina desde los años 80 a la noción de seguridad nacional militarizada, desvinculándose de las políticas ambientales, regionales, de bienestar y desarrollo. En tanto, González y Reyes (2006), demuestran el valor del diagnóstico de las cuencas y la vulnerabilidad que tiene en las zonas de influencia de Acapulco. El resultado, como tendencia nacional, es que casi el 80% de cauce abierto, tanto en zonas urbanas y conurbadas, presentó problemas de con-taminación por basura y aguas negras, haciendo imperativo un reordenamiento territorial de los usos de suelo Siguiendo con la categoría territorial, Niño y Melo (2006) estudian los atributos paisajísticos del Monumento Natural “Región Volcánica Siete Luminarias” de Valle de Santiago, Guanajuato, efectuando una propuesta ecogeográfica de ordenamiento terri-torial del espacio rural referido que contribuya al fomento del desarrollo local. Para hacerle frente a la problemática viverícola que se gesta durante la producción de plantas de ornato, se presentan alternativas sustentables (Sampedro et al., 2006) para el control de plagas en el estado de Guerrero, abarcando su propuesta tanto la producción, capacitación técnica a los viveristas y la comercialización de los productos de los viveros.

CUARTA PARTE. El tejido socioeconómico del ámbito rural

Esta cuarta parte inicia con un acercamiento al microfinanciamiento de organismos civiles en el medio rural de Tlaxcala, tema por demás inédito en las investigaciones hechas en el estado sobre dicho tópico. Se presenta dos problemáticas fundamentales que aquejan a los servicios financieros prestados por los organismos civiles, que tienen que ver fundamental-mente con los mecanismos de acompañamiento y sobre la operación del crédito productivo con ínfima experiencia o nula, respecto al establecimiento de alianzas de recursos con otras microfinancieras de la sociedad civil, quedando este punto como reto y oportunidad, en palabras de Pérez (2006).

La aplicación de nuevas tecnologías posibles de aplicar en el medio rural, en América Lati-na, y en México –específicamente en el estado de Morelos–, la aborda Valenzuela (2006), sin dejar de analizar los fundamentos ideológicos del desarrollo, y la crítica de dicho concepto. Reconoce a su vez que varias instituciones se han dado a la tarea de involucrar a la población en el uso de las tecnologías con fines de política territorial, que pueden apoyar e incluso, democratizar la tecnología en el estado de Morelos. En el territorio de Tlaxcala, pero en la región oriente, Vázquez (2006) aborda la problemática de la migración internacional, y el uso de las remesas. Inicia por localizar las localidades y municipios con migrantes que se dirigen hacia los Estados Unidos, con trabajo exploratorio de campo, además de plantear una reco-mendación para la recepción de las remesas, que incluya la participación tanto de autorida-des locales e instituciones de financiamiento, debidamente reguladas. Para los productores rurales de municipios de Guerrero y Oaxaca, trabajan investigadores (Ordoñez et al., 2006) en un índice de ruralidad y/o agroindustrialidad, que les permite comparar las condiciones materiales, sociales y naturales sobre las cuales producen la mayoría de los productores ru-rales de las entidades enunciadas, además de reconocer la visión poco materialista y tradi-cional, en la apropiación de los campesinos en la naturaleza de dichos territorios. En Cuba

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se estudian localidades rurales de la provincia de Camag�ey con el objeto de implementar el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones, previendo la evaluación de los ecosistemas, garantizando el uso sostenible del territorio nacional cubano. Este trabajo lo efectúan investigadores cubanos (González et al., 2006), diagnosticando las escalas macro y microrregionales, concentrándose en comprobar que los aspectos socioeconómicos y de calidad de vida de la población son considerados los más importantes desde la perspectiva medioambiental.

QUINTA PARTE. Reconfigurando el territorio rural

En ésta última parte del libro que se viene reseñando, Velázquez (2006) habla de la confor-mación del espacio rural de Quintana Roo, a través de una periodización que abarca treinta años, desde 1970 al 2000. Aclara, asimismo, que las regiones se van configurando a través del tiempo, considerando elementos culturales, sociales y geográficos. Se centra en analizar el papel del desarrollo local que ha ido adquiriendo Quintana Roo, zona turística por exce-lencia, concluyendo que en el siglo pasado los espacios rurales no maduraron, y para com-prender dicho fenómeno se debe integrar el espacio rural a las explicaciones del colectivo territorial. Para buscar las fronteras de la ruralidad en la región oriente de Tlaxcala, Cortés (2006) analiza los elementos demográficos, los criterios del uso del suelo, la población rural y sus actividades económicas. Lo anterior para contextualizar y caracterizar a la población de la región oriente. Alerta sobre la predominancia del criterio demográfico para delimitar lo rural y supone, que la población económicamente activa está concentrada en zonas urbanas, despoblando a las zonas rurales, arguye que en la precariedad salarial siguen predominando las actividades agrícolas tanto en zonas urbanas como rurales, contribuyendo en ello los sectores industrial y terciario, respectivamente. Siguiendo con el planteamiento de la recon-figuración territorial, Uribe (2006) destaca en Tabasco la idea de los centros integradores que tuvo por objetivo central organizar territorialmente al medio rural tabasqueño, intentando corregir el atraso relativo del estado, donde la idea de desarrollo incluía arraigar a la pobla-ción rural; en síntesis se trató de un proyecto integral que en su destrucción entraron en juego el abandono de la infraestructura creada para los centros integradores, por parte de los gobernantes en turno. La inducción de la burocracia en el choque de productores contra el mercado, sin asegurar la comercialización de productos y de la defensa del proyecto, ses-gada hacia la búsqueda del poder político, además de la centralización política y la excesiva dependencia económica con el gobierno estatal.

Finalmente, Wences y Quintero (2006) abordan el elemento político de la resistencia social en Guerrero como que tal práctica se debe al cúmulo de injusticias padecidas his-tóricamente por indios, negros, filipinos, campesino y mestizos. Tal resistencia también se debe, señalan los autores, a la naturaleza misma del territorio, la presencia de la sierra y la montaña. El análisis abarca el periodo de 1988 al 2004. La primera fecha refiere el camino hacia la transición a la democracia, seguida de conflictos poselectorales (1989), movimiento indígena para crear un municipio en el Alto Balsas y la oposición a la construcción de una presa (1993). La aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas hace eco en Guerrero, simpatizando los luchadores sociales con dicho movimiento democrático no-

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vedoso. La represión se hace presente en la masacre de Aguas Blancas (1995), dando como efecto la aparición del Ejército Popular Revolucionario, y de nuevo otra masacre ahora en El Charco (1998). Se encarcela a campesinos ecologistas (1999), y se lucha por su libertad. Por último, continúa la resistencia y la lucha en contra de la construcción de la presa La Parota en Acapulco. Todo lo anterior suma y conforma una cultura de la resistencia social, anticipando que la alternancia política en Guerrero, junto con el resto de actores, organizaciones no gu-bernamentales, entre otros, alientan un futuro positivo para Guerrero.

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Ramos Montalvo Vargas�

La representación espacial de la información demográfica ha cobrado especial importancia para los estudiosos de las regiones, sobre todo cuando los esfuerzos se orientan a encontrar explicaciones con base en el análisis socioespacial, fase que interesa a la mayor parte de los especialistas en el uso de la tecnología goespacial y en particular aquéllos que describen y analizan los fenómenos sociales con un enfoque geotecnológico.

En América Latina, hay pocos ejemplos donde se exponen con altísima claridad y cali-dad los recursos geoinformáticos expresados cartográficamente. Para encontrar vestigios en el arte de hacer mapas temáticos con amplio valor explicativo y analítico, normalmente es necesario recurrir a los países pioneros en el desarrollo de los sistemas de información geo-gráfica, la teledetección, los sistemas de posicionamiento global u otras herramientas de utilidad en la creación de productos cartográficos. Estados Unidos, Canadá y Colombia son, en América, los países con mayor avance en la materia; sin embargo, poco se han aprove-chado estas experiencias en México; caso contrario ocurre en España, donde a pesar de ser un país que se mantuvo rezagado en esta materia, en años recientes ha tenido un repunte vertiginoso y aprovechó los avances y experiencias de países vanguardistas en Europa como Inglaterra, Francia y Holanda.

El Atlas Nacional de España en su tomo correspondiente a Demografía, es más que un simple conjunto de mapas que facilitan el estudio analítico de la distribución poblacional, permite además explicar los procesos socioeconómicos y las relaciones espaciales que deter-minan las estructuras y composiciones territoriales de la península ibérica. Es, por lo tanto, más que una obra de consulta, una herramienta de trabajo, donde se pueden analizar temas como: la contextualización de España en Europa, la distribución y evolución demográfica, estructura y composición, dinámica natural y migratoria, características funcionales, indica-dores de calidad de vida, representación de la población y sus potencialidades.

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Atlas Nacional de España: demografía, Centro Nacional

de Información Geográfica, Madrid, España, pp.388.

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Figura 1. Portada del Atlas Nacional de España: demografía

Fuente: ejemplar entregado de manera personal por el Dr. Ángel Pueyo Campos, Profesor Investigador de la Universidad de Zaragoza, España, 2009.

La obra es doblemente importante, ya que, por un lado, permite aprender a generar car-tografía con los más elevados estándares de calidad internacional en diseño y representación espacial; y por el otro, es útil en la valoración de las variables representadas con la finalidad de realizar lecturas o interpretaciones adecuadas sobre la evolución y distribución de los efectivos demográficos, sus tendencias, organización territorial y patrones asociativos en la utilización del territorio español, lo que sin duda contribuye a explicar el comportamiento actual y futuro de la transición demográfica y convertirlo en una variable fundamental en el análisis de los procesos y dinámicas espaciales, así como las relaciones funcionales con las demás actividades económicas, sociales, culturales, urbanas, entre otras muchas donde el factor demográfico determina sus dimensiones y frecuencias.

El Atlas Nacional de España expresa de manera muy cuidadosa, fina y con alto valor esté-tico e informativo, como la población española ha experimentado, en los últimos decenios, profundos cambios que han afectado a todos los rasgos que la definen, cuyas causas y conse-

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cuencias son los complejos procesos de cambios sociales y económicos que han conducido a España hacia la convergencia con la mayoría de países europeos occidentales.

Los doctores José Luis Calvo Palacios y Ángel Pueyo Campos, profesores del Departa-mento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza, han sido los directores científicos de esta obra, cuya dirección ha llevado a cabo el Área de Cartografía Temática y Atlas Nacional de España del Instituto Geográfico Nacional (IGN). La publicación ha contado con la colaboración del Grupo de Estudios en Ordenación del Territorio (GEOT) de la Universidad de Zaragoza y del Instituto Nacional de Estadística (INE) que ha proporcionado los datos demográficos vertidos en la información cartográfica de base proporcionada por el IGN. Los directores científicos y su grupo –GEOT– llevan más de veinte años trabajando en el desarrollo de cartografía temática, preferentemente, aplicada a la Ordenación del Territo-rio. Un precedente de esta monografía es el fascículo “Potenciales demográficos” del Atlas Nacional de España, realizado por los mismos autores en 1992, el cual tiene una interesante metodología de abordaje, que consiste en combinar el principio básico de rasterización (te-selar) de datos vectoriales para trabajar los espacios homogéneos con base en fórmulas y algoritmos donde mediante el principio de inclusión y adyacencia, se construyen potenciales poblacionales.

Un Atlas permite, entre otras cosas, ofrecer al gobierno y la sociedad una visión sintética y explicativa de la dinámica poblacional sobre el territorio, facilita la explicación de procesos socioeconómicos en relación con el espacio, al tiempo que permite caracterizar el espacio, analizar procesos de aglomeración, evolución y transformación espacial. Sin embargo, lo que más resalta de esta obra, es la expresión rigurosa en su lenguaje cartográfico y vanguardista de su desarrollo técnico al momento de estilizar la representación temática. Su elaboración tiene una exquisitez que atiende la semiología gráfica para transmitir adecuadamente la in-formación, estandarizar formatos de representación, adaptar escalas y emplear técnicas de programación para tener por resultado, una verdadera joya cartográfica.

Figura 2. Cartografía rigurosa en su lenguaje cartográfico

Fuente: Atlas Nacional de España: demografía, tipo de semiología gráfica empleada en el diseño.

La publicación consta, además del volumen impreso, de un DVD con el libro electrónico en formato PDF y ficheros de mapas relevantes actualizados a la fecha más reciente dispo-nible en el momento de la edición, que facilitan aún más su manejo y aprovechamiento.

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El esfuerzo no termina ahí, los distinguidos miembros del GEOT desde la Universidad de Zaragoza (UNIZAR), de manera muy inteligente han difundido este bellísimo material fuera de su país, además de que las secciones de la obra se pueden consultar en las páginas web del INE o IGN.

La obra consta de 420 mapas temáticos, 91 de ellos tienen información por municipios, presentan una visión global, sintética y muy completa de la realidad de la población española y su evolución que, en algunos aspectos, se analiza desde 1857 hasta 2007.

Figura 3. Evolución de la población española 1857-2007

Fuente: ejemplar entregado de manera personal por el Dr. Ángel Pueyo Campos, Profesor Investigador de la Universidad de Zaragoza, España, 2009.

Uno de los mayores errores de quienes se dedican a la elaboración y diseño de cartografía temática expresada en Atlas, es que carecen de información adicional que respalde su repre-

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sentación, pero esta limitante no se presenta en la obra; por ello, de manera integrada y es-téticamente bien acompañada en proporcionalidad, tamaño, color, diseño y arte, se adhiere material de apoyo que está direccionado a los potenciales usuarios (gobierno, público, téc-nicos, docentes e investigadores), ya que es un instrumento que sirve como complemento para numerosos estudios, el análisis de la población española o como ejemplo metodológico de cartografía temática.

La estructura de la obra es la que sigue:

• Introducción.• Guía para la lectura de los mapas.• Capítulo I. España en el contexto demográfico europeo.• Capítulo II. Evolución de la población española: 1857-2007.• Capítulo III. Indicadores de estructura demográfica.• Capítulo IV. Movimiento natural de la población: tasas e indicadores.• Capítulo V. Dinámica migratoria de la población española.• Capítulo VI. Características funcionales y estructurales de la población española.• Capítulo VII. Indicadores municipales de la calidad de vida.• Capítulo VIII. Las variaciones de la población como variable explicada.• Capítulo IX. La población en el territorio: potenciales de población.• Referencias cartográficas.• Índices de mapas; fichas; gráficos y tablas.• Intervinientes.

Aunque parece exhaustiva la obra, tiene un extraordinario balance en material visual, en contenido descriptivo y en novedades tecnológicas al momento de emplear recursos para destacar colores, símbolos y resoluciones en imagen. El gobierno español se ha preocupado por la institucionalización de los Censos de Población y del último realizado en el año 2001, se presentan mapas temáticos hasta el nivel municipal, con representación de la población total de los más de ocho mil cien municipios españoles –en España el Gobierno de Aragón reconoce cinco niveles de gobierno: central, estatal, provincial/regional, comarcal y muni-cipal–, asociada a otros indicadores como grupos de edad, envejecimiento, dependencia, población vinculada, etcétera.

Una novedad en este extraordinario producto es que la variable visual “tamaño”, dimen-sionada proporcionalmente a los valores de la variable real “población total” junto con otras variables también reales –con el mismo símbolo– no se había realizado hasta ahora en un SIG, pues las herramientas disponibles no permiten representar con la más alta calidad los símbolos, lo que ha abierto nuevas posibilidades de representación y valoración de resul-tados en materia de ordenación territorial, que sin duda darán pauta para combinar herra-mientas y consolidar la geotecnología en su sección de edición, diseño, acabado y formato de exportación de imágenes.

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Figura 4. Representación visual con alto valor estético

Fuente: ejemplar entregado de manera personal por el Dr. Ángel Pueyo Campos, Profesor Investigador de la Universidad de Zaragoza, España, 2009.

La inclusión de la población total como variable de referencia permanente, permite aso-ciar algunos comportamientos esperados, como la relación del envejecimiento entre muni-cipios, la menor presencia femenina y los mayores porcentajes de emigración con los mu-nicipios con poca población. La búsqueda de las nuevas cuencas de vida es especialmente importante para la correcta administración del territorio. Hasta hace no muchas décadas, la vida de la población transcurría en el mismo municipio. Actualmente, hay una parte muy importante de la población que debe realizar desplazamientos, que en ocasiones superan los treinta minutos y en algunos casos los sesenta, como lo indican algunos de los mapas de explotación de los datos del Censo 2001, donde se ha recogido la “población vinculada”, especialmente útiles en el estudio de los espacios metropolitanos.

Una de las mayores novedades metodológicas son los mapas de potenciales de población, que se dividen en períodos cortos para facilitar la valoración de variaciones bruscas como las producidas en los años setenta con el fuerte crecimiento demográfico y la continuidad en los trasvases entre el campo y la ciudad, o la sucedida en los primeros años del siglo ��I, por la llegada de inmigrantes, contraponiéndola con lo sucedido en la década de los noventa, en que se caracterizó la población española por su estancamiento en cifras totales y en su distri-

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bución territorial. Por lo tanto, es rescatable la metodología dado que permite mantener la relación y área de influencia entre cada parte (tesela) del sistema nacional.

Figura 5. Representación de los lugares más poblados

Fuente: ejemplar entregado de manera personal por el Dr. Ángel Pueyo Campos, Profesor Investigador de la Universidad de Zaragoza, España, 2009.

La obra es un claro ejemplo del aprovechamiento de las variables demográficas, ya que en muchos países se producen cientos o miles de ellas, pero carecen de una representación que facilite su comprensión, la relación con otros fenómenos y el análisis detallado. La con-sistencia y lógica interna del documento refleja en sus 420 mapas, las amplias posibilidades que tiene la información estadística bien trabajada, con niveles de profundidad y sin el des-perdicio que muchos países hacen de los datos producidos sobre su población.

Para los estudiosos de la demografía en México, puede ser de mayor interés el aporte de la obra en sus capítulos del IV al VIII, donde se representan los cambios demográficos territoriales, el movimiento natural de la población, las nuevas distribuciones territoriales, la recomposición y la organización de los núcleos familiares, entre otras precisiones. Asi-mismo, se analizan, mediante mapas de flujos, las dinámicas migratorias por comunidades autónomas, provincias y municipios, insistiendo en la cartografía del número de inmigrantes y emigrantes, con diferenciación de los movimientos nacionales de los realizados en el ex-tranjero, proporcionando información que ayuda a comprenderlos como parte y resultado de las variaciones del sistema productivo y analizando, finalmente, los niveles de autoctonía de cada municipio para entender los resultados de un proceso que evidencia la pluralidad del

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territorio español. Por otro lado, se analizan algunos indicadores municipales de calidad de vida y las características funcionales de la población española por municipios.

Un aspecto singular del Atlas Nacional de España en su versión demográfica, radica en que se hace un ejercicio de simulación sobre la movilidad de la población en el territorio español, bajo criterios de distribuciones de población conforme variaciones ponderadas, también se analiza el sistema urbano español bajo la premisa de que hay diferencias sobre los crecimientos derivados del incremento poblacional propio y los inferidos por el resto del sistema; es decir, hay entes territoriales que pierden potencial demográfico, en beneficio de un entorno con el que forman una única entidad funcional y otros que absorben los efectos del sistema en beneficio propio.

Figura 6. Ejemplo de variaciones ponderadas de potenciales de población

Fuente: ejemplar entregado de manera personal por el Dr. Ángel Pueyo Campos, Profesor Investigador de la Universidad de Zaragoza, España, 2009.

Mención especial, merece la guía que aparece para la lectura de los mapas, donde se ex-plica con gran minuciosidad cómo hacerlo. Así, mediante una ficha para cada serie de mapas o, en algún caso, individualmente, se describen las variables reales, las escalas de trabajo y se dan las claves de interpretación, a partir de la relación de la variable real a presentar con la visual utilizada (tamaño, tono, valor y saturación del color) y el tipo de implantación gráfica seleccionada (puntual, lineal, superficial o representación ráster). Destaca también,

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la explicación de los modelos de leyendas empleados: secuencial o divergente –para análisis de difusión o sobre las delimitaciones administrativas– a las que se suma la de doble entrada, cuando se trabaja sobre cabeceras administrativas. Todo este apartado es muy útil para la docencia de cartografía temática, tal como se señalaba con anterioridad. Por ello, quedan patentes las grandes innovaciones realizadas respecto a lo que se ha venido realizando en la confección de otros atlas y pone de manifiesto el enorme esfuerzo realizado para favorecer la comunicación de la síntesis geográfica.

En definitiva, la trascendencia de la obra, es un ejemplo claro de cómo realizar un Atlas con alta calidad. Sin embargo, más allá de la espectacularidad de sus representaciones se busca que el concepto de Atlas sea una expresión “viva” del territorio, de tal forma que se busque en lo sucesivo, tan sólo la actualización de los datos para tener un documento ade-más de importante, valioso y digno de presumir no sólo a los usuarios del sector público y privado, sino también a la comunidad de estudiantes y aprendices de la laboriosa tarea de hacer mapas temáticos.

Finalmente, el mérito de esta extraordinaria obra ha encontrado sus primeros frutos, tras recibir el reconocimiento de expertos en Francia, quienes desarrollaron inicialmente la me-todología para posteriormente validarla en ambos países.

Figura 7. Internacionalización de los trabajos derivados del Atlas

Fuente: ejemplar entregado de manera personal por el Dr. Ángel Pueyo Campos, Profesor Investigador de la Universidad de Zaragoza, España, 2009.

Lo anterior abre las puertas para que los contenidos trasciendan las fronteras naciona-les e internacionales y en México particularmente se pueda aprovechar esta metodología y estilos de comunicación visual tan fina. Lo anterior, convierte al Atlas Nacional de España

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en su versión demográfica, en una obra de referencia, obligada para su consulta presente y futura a quienes les interese el diseño y edición cartográfica, así como las formas de abordaje metodológico y representativo visual en su complejidad y completitud poblacional. Estamos seguros que esta obra además de ser un punto de partida, es una referencia concreta para mejorar muchas cosas que se están haciendo en México bajo otra concepción, menos rigu-rosa y más sencilla.

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Abstracts in english�

Regional planning in the European political agendaAndreas Hildenbrand Sheid �

The year 2007 was a year with significant momentum for further consideration of the territo-rial dimension in the political agenda for both the European Union (EU) and each of its Mem-ber States, which will determine in the coming years the development of planning policy and other public policies with territorial impact. These impulses are: 1) the approval of the Euro-pean Territorial Agenda (ATE), 2) the start of the ESPON II (2007-2013) program, 3) the start of the practical implementation of regional cooperation as one of the three main objectives of the cohesion policy of the EU in the period 2007-2013, and 4) incorporation of territorial cohesion as an objective of the EU in primary Community law under the Treaty of Lisbon.

Starting from an initial reflection on the above facts, this paper makes an assessment of the practical effectiveness which has undoubtedly had the ETE (European Spatial Deve-lopment), on the one hand, in spatial planning policies in the Member States and, on the other hand, in the framework of the INTERREG Community Initiative. The following are the essential characteristics of the ATE, considering their development process, its contents and its implementation, and it provides an analysis in terms of continuity and the changes which this document means regarding the TEE. However, without prejudice to the unquestionable successes in implementing the ESDP on planning policy in the Member States and through the INTERREG Community Initiative, the ESDP has had an absence in most sectoral policies with direct impacts on the territory, a deficiency that affects both EU policies and the policies implemented in the Member States.

Therefore, the work ends with a set of final critical considerations, in which empirical are facts are presented that support that conclusion and identify the reasons for the situation of “junking” of planning. This criticism culminated in several proposals on possible courses of action to remedy it and create favorable conditions for regional planning in general, and especially the implementation of the ATE, as referred to in the coming years as a matter of highest priority in the European political agenda.

1 Traducción de Blanca Nelly Rincón Lara.

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Spatial asymmetries in Mexico since NAFTA in North AmericaJavier Delgadillo Macías y Marcos Valdivia López

In this paper we study the spatial autocorrelation of GDP per capita at the state level to highlight the regional disparities associated with the new stage of economic liberalization. By spatial convergence model it is identified that foreign direct investment and remittances have emerged as two new components of the regional economy of the country. It is confir-med that after the implementation of NAFTA there is an accentuation of disparities between states and regions.

The dynamic branches in Tlaxcala’s economy, 1998-2004. An exercise of analysis loca-tion and exchange-participationMario M. Carrillo Huerta y Rocío Fernández Ramírez

This paper assumes that in the short and medium term, regional development can be pro-moted by attracting and supporting companies involved in the branches of the economy showing simultaneously a greater dynamism by local factors and a greater impact on local employment, so it is also assumed that the economic analysis of the location and the chan-ge-participation, are the tools used to effectively identify such branches.

Therefore, in the work are presented as examples of these analytical applications, the results of a study by the authors for the state of Tlaxcala, whose objective was to identify the branches that show the greatest dynamism and the greatest contribution to local employ-ment during the period 1998-2004.

Measuring the economic development of the Cienega de MichoacanTeodoro Aguilar Ortega

Every region is subject to external cultural influences, policies and economic; the latter are related to goods foreign demand and services produced within the region, but they also have to do with the supply of factors of production. Goods supply and demand, services and factors of production determine the level of development of the region and its economic dy-namics which are different from one region to another. La Cienega is an example of regional development disparities and it is therefore important to assess their level of development as a region that links Michoacán to Jalisco.

Territorial transformations in the east of the MCMAOrlando E. Moreno Pérez

Capitalist urbanization reproduces on the territory social relations of production, whose lo-cation depends on each particular city process. However, in the stage of monopoly capital-ism, the best conditions for the accumulation of capital, particularly transnational are con-centrated in the metropolitan areas.

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The case of México City’s metropolitan area consisting of 56 political administrative units, 16 offices in the Federal district, 39 municipalities in the state of Mexico and one municipality in the State of Hidalgo (CONAPO: 2004), the territorial expression of the division of social classes has more complexity, according to the large number of population living in places and under different physical conditions. The East has probably the most serious problems of urbanization of the state and the metropolitan area, not only by the many spontaneous sett-lements that have given rise to cities such as the Valle de Chalco, but by the chaotic location of factories and services which have reached territorial and environmental limits that has require an immediate solution. In this paper we study the effect of these changes occurred in the municipality of Ecatepec de Morelos, State of Mexico. Due to the characteristics of urbanization of the municipality, one can assert that the case of Ecatepec de Morelos is a sample of the features of urbanization of poverty, resulted in the introduction of the so-ca-lled “structural adjustment policies” in our country, which in urban level have emerged in the form or of ordered urban expansion by market forces.

Public policies and sustainable development. The case of Central region of MexicoSergio Flores González

The global population growth remains very high, to that process will continue a high concen-tration of economic activities, and a configuration of a set of mega-urban regions that are affecting the relationship with the surroundings and especially with the natural resources and the environment.

Never before as now, corporations and governments must carry out, jointly and coor-dinated the challenges arising from this complex problem. This is the importance of public policies and their relation to the promotion of sustainable development, in a strategic region as the center of the country, since the threats and risks which are presented today exceeds the territorial and temporary limits.

The overall objective of this study was to analyze and size the scope of public policy that has promoted the Mexican government on urban sustainability in the central region of the country, to know their impact on the quality of life of the society.

Some elements to explain the processes of regional trainingFelipe Torres Torres

The idea of this paper is to show how the recovery of the discussion about area, region and territory results in great use today, to explain the origin of the various regional formations in the world; that is in order to be able to establish the bonds of comparisons among the dif-ferent experiences. We begin by establishing that the regional formations are built staring from the bonds of cohesion which are established according to the identity and ownership of human groups to the territory. However, these bonds are also originally encouraged by the various interests, particularly economic that the dominant players generate in its interior and its relationship to other external groups, which in turn sequentially serves to highlight limits

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and policies and boundaries administrative in the region whose elements are constant in the various regional formations.

Considerations on certain lines of analysis of the regional approachHéctor Manuel Cortez Yacila

In this paper we reflect on some issues which have been or are considered in policies and instruments of Regional Planning, from the same development approaches to territorial-ized expressions of public policies and planning instruments, through the concept of region and considering the needs of constant adjustments of such policies and instruments, face to the occurrence of rapid changes and territorial transformations experienced in the current global context. It states that regulatory and political approaches of territorial planning mer-ited subsequent changes in accordance with the new knowledge provided by the territory and regional studies: varied the approaches and methods of planning; the geographic and jurisdictional scale for the implementation of policies and instrument planning; so did the approaches underlying the actions of these policies; the local approach claimed its role in the dominant set of traditional positions; it changed the nature of planning measures, the strategic planning began to draw attention for its greater operational effectiveness of the measures to achieve the desired objectives.

The policy of promoting regional development, which will be reflected in the instruments of regional planning, was incised by these changes and should also redefine objectives. The traditional policy was attending a context of major interregional disparities; now, policies and instruments planning for regional development are often faced with widespread regional crisis, but the criterion of action no longer refers to equity, but rather to efficiency and com-petitiveness of the territories.

Promotion and advertising of cities with heritage an environmentalSalvador Ferradás Carrasco

This article attempts to highlight the relationship between tourist activities and the environ-ment and the need to better understand this connection in which a really important aspect, that can revitalize cities with historical and cultural heritage, especially if they also have a well-preserved natural and attractive heritage, is the one that includes patrimonial elements in tourism and marketing promotion as a focus of attraction for tourism demand.

Proposal for the assessment analysis and transformation of the landscape in the mu-nicipality of Tlahuapan, Puebla and its relationship with the Plan of the Popocatépetl Regional Ecological PlanningCarolina Lara Visconti, J. Alfonso Macías Laylle, M. Mario Aliphat Fernández, Arturo Muñoz-Márquez Trujillo, J. Cruz García Alvarado and Beatriz Martínez Corona

Recognizing the landscape as an area where you express the interactions between several factors as social, cultural, economic, and physical-biotic, and these in turn origins the change

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and transformation of itself, there is a need for planning and management tools where you consider a holistic approach that takes into account a long-term vision, including the socio-cultural values of the people, by way of creating goals related to land use and natural poten-tial , defined by users based on their own values (Hagmann, 2004).

The aim of this paper is to propose a methodology designed to know how the transfor-mation of the landscape has been in the area, from understanding the relationship between the people and their natural environment, the values they give to the landscape, taking into account the local history and the activities of current land use, contrasting the results with the proposal of Regional Ecological Program for the Popocatepetl volcano area and its zone of influence.

An pproach to analyzing the living conditions of the population in the context of re-cent urbanization processes: the case of the north-central and south-central Regions of TlaxcalaEfrén Ramírez Bribiesca y Daniel Hernández Hernández

There is no doubt that there is a close link between the developing processes, the urban growing and the improvement of living conditions of the population, since social indicators confirm this; however, and because in general the occupation of the territory is done by responding the market needs, the benefits of urbanization have a temporal character; and only can have certain control by reversing the negative effects on the lives of people and the environment, in so far as we can achieve sustainable policies of regional urban development. This means, that in the case of the central regions of the Sate of Tlaxcala, today, we can still control and mitigate certain negative effects which have been caused by the excessive urban-ization, ensuring an acceptable quality of life for present and future generations.

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Résumés en français�

L’aménagement du territoire dans l’agenda politique européen Andreas Hildenbrand Sheid �

L’année 2007 a été marquée par d’importants élans pour une plus grande considération de la dimension territoriale dans l’agenda politique, tant au niveau de l’Union Européenne (UE) que dans chacun de ses États membres qui détermineront durant les années à venir le déve-loppement de la politique d’aménagement du territoire et d’autres politiques publiques avec incidence territoriale. Ces impulsions se constituent par l’approbation de l’Agenda Territorial Européen (ATE), le début du programme ESPON II (2007-2013), l’application pratique de la coopération territoriale comme l’un des trois grands objectifs de la politique de cohésion de l’UE durant la période 2007 -2013, et l’incorporation de la cohésion territoriale comme l’objectif de l’UE relatif au droit communautaire primaire dans le cadre du Traité de Lisbon-ne.

Partant d’une réflexion initiale sur les faits précédents, le présent travail effectue un bilan de l’efficacité pratique indubitable qu’a eu la Stratégie Territoriale Européenne (STE), d’une part dans les politiques d’aménagement du territoire dans les États membres et, d’autre part, dans le cadre de l’Initiative Communautaire INTERREG. Ensuite, il présente les caractéristi-ques essentielles de la STE, en considérant son processus d’élaboration, ses contenus et sa mise en œuvre. Et il offre enfin une analyse quant à la continuité et aux changements relatifs à la STE. Cependant, et sans préjudice aux succès indiscutables au moment d’appliquer la STE dans la politique d’aménagement du territoire dans les États membres et à travers l’Initiative Communautaire INTERREG, la STE a eu une considération insuffisante dans la majorité des politiques sectorielles avec des impacts directs sur le territoire, une insuffisance qui affecte tant les politiques communautaires que celles appliquées dans les États membres.

Pour cette raison, cet article se conclut par un ensemble de considérations critiques, dans lesquelles se présentent les faits empiriques qui fondent la conclusion précédente et identifie les raisons de la situation de la mise à l´écart de l’aménagement du territoire. Cette réflexion aboutit à des propositions sur de possibles lignes d’action pour remédier à cette si-tuation et créer des conditions favorables pour que l’aménagement du territoire en général, et spécialement l’application de la STE. Ces propositions seront dans les prochaines années classées parmi les éléments prioritaires de l’agenda politique européen.

1 Traducción de Lamarre Cadette.

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Asymétries spatiales au Mexique à partir de l’Accord de Libre Echange Nord AméricainJavier Delgadillo Macías et Marcos Valdivia López

Ce travail est une étude de l’auto corrélation spatiale du PIB per capita au niveau étatique pour démontrer les disparités régionales associées au nouveau scenario de la libéralisation éco-nomique. Les modèles de convergence spatiale permettent d’identifier que l’investissement étranger direct et les transferts de devise ont émergé comme deux nouvelles composantes de l’économie régionale du pays. Il est confirmé qu’à partir de l’application de l’Accord de Libre Echange, il s’est produit une accentuation des asymétries entre Etats et régions.

Les secteurs dynamiques de l’économie de Tlaxcala, 1998-2004 : un exercice d’analyse de localisation et de changement-participation Mario M. Carrillo Huerta et Rocío Fernández Ramírez

Ce travail part de l’idée qu’à court et moyen termes, le développement régional peut se promouvoir par l’attraction et l’appui d’entreprises participant aux secteurs économiques qui montrent simultanément un plus grand dynamisme par des facteurs locaux et un plus grand impact sur le marché local de l’emploi. Pour cela, nous supposons aussi que les analyses de la localisation économique et du changement-participation peuvent être considérées comme étant des outils nécessaires à l’identification effective de ces secteurs.

En conséquence, comme exemples de ces applications analytiques, cet article présente les résultats d’une étude effectuée à Tlaxcala, dont l’objectif a été d’identifier les secteurs qui montreraient le plus grand dynamisme et la plus grande contribution à l’emploi local au cours de la période 1998-2004.

Mesure du développement économique de Ciénaga de Michoacán Teodoro Aguilar Ortega

Toute région est soumise à des influences culturelles, politiques et économiques externes. Ces dernières sont liées à la demande étrangère de biens et services produits à l’intérieur de la région en rapport avec l’offre de facteurs de production. L’offre et la demande de biens, services et facteurs de production déterminent le niveau de développement de la région et sa dynamique économique qui sont différents d’une région à l’autre. La Ciénaga est un exemple des disparités du développement régional et pour cela il est important d’évaluer son degré de développement comme région limitrophe de Michaocán et Jalisco.

Transformations territoriales dans l’Est de la ZMCMOrlando E. Moreno Pérez

L’urbanisation capitaliste reproduit dans le territoire les relations sociales de production, dont la localisation dépend du processus particulier de chaque ville. Toutefois, dans l’étape du capitalisme monopoliste, ce sont les zones métropolitaines qui concentrent les meilleu-res conditions pour l’accumulation du capital, particulièrement le capital transnational.

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Le cas de la ZMCM constituée par 56 unités politico-administratives; 16 délégations du Dis-trict Fédéral, 39 communes de l’etat du Mexique et 1 commune de l’etat d’Hidalgo (CONAPO: 2004), est l’expression territoriale de la division de classes sociales qui est d’une grande com-plexité, en raison de l’effectif élevé de population qui y vit dans des conditions matérielles les plus diverses. La région Est a, probablement, les problèmes d’urbanisation les plus graves de l’etat du Mexique et de la ZMCM, non seulement à cause de la multitude de colonies spon-tanées qui ont donné naissance à des villes comme celles de la Vallée de Chalco, mais aussi pour la localisation chaotique d’entreprises industrielles et de services qui se sont installées dans des limites territoriales et environnementales exigeant une solution immédiate. Dans ce travail nous abordons l’étude du sens de ces changements dans la commune d’Ecatepec de Morelos de l’etat du Mexique. En raison des caractéristiques d’urbanisation de cette com-mune, Ecatepec de Morelos peut être considéré comme un échantillon des spécificités de l’urbanisation de la pauvreté, résultant de l’implantation de «politiques d’ajustement struc-turel», qui se sont présentées au niveau urbain sous la forme d’expansion dictée par les lois du marché.

Politiques publiques et développement durable: cas de la Région Centre du MexiqueSergio Flores González

Auhniveau mondial, la croissance démographique demeure encore élevée et elle s’accompagne d’une concentration importante d’activités économiques et de la configuration d’un ensem-ble de méga-régions urbaines qui affectent de manière spéciale la relation entre les ressour-ces naturelles et l’environnement.

Autrefois, les sociétés et gouvernements n’avaient jamais à affronter, de manière conjoin-te et coordonnée, autant de défis qui dérivant de cette problématique si complexe. Celle-ci dénote l’importance des politiques publiques et de leur relation avec la promotion du déve-loppement durable, dans une région stratégique comme celle du centre du pays, parce que les menaces et les risques qui se présentent aujourd’hui dépassent les limites territoriales et temporaires.

L’objectif général de ce travail est d’appréhender, d’analyser et de dimensionner les por-tées des politiques publiques qu’a promues l’État mexicain en matière de viabilité urbaine dans la Région Centre du pays, pour déterminer leur impact sur la qualité de vie de la socié-té.

Éléments explicatifs des processus de formation régionaleFelipe Torres Torres

L’idée du présent article est de montrer comment la récupération de la discussion sur l’espace, la région et le territoire résulte d’une grande utilité de nos jours, pour expliquer l’origine de plusieurs formations régionales dans le monde. Au fait, cette discussion permet de créer des conditions pour construire de liens de comparaison entre diverses expériences. On part de l’hypothèse que les formations régionales sont construites à partir de liens de cohésion qui

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sont établis en accord avec l’identité et le sens de propriété des groupes humains au terri-toire. Toutefois, ces liens sont aussi encouragés à l’origine par divers intérêts, particulière-ment économiques, que les acteurs dominants produisent à l’interne et dans leur relation avec d’autres groupes externes. Ces groupes servent à leur tour à marquer, de manière sé-quentielle, des limites et délimitations politiques et administratives dans la région et dont les éléments sont constants dans diverses formations régionales.

Considérations autour de certains axes d’analyse de l’approche régionaleHéctor Manuel Cortez Yacila

Çet article met en évidence certaines thématiques qui ont été ou sont encore considérées dans les politiques et instruments de la Planification Régionale, à partir des approches de développement jusqu’aux expressions territorialisées des politiques publiques et des instru-ments de planification. Cette réflexion se réalise en passant par le concept région et en con-sidérant la nécessité d’ajustements permanents de telles politiques et d’instruments, face à la présence de changements rapides et de transformations territoriales qui s’expérimentent dans les contextes actuels de globalité. On affirme que les approches normatives et poli-tiques de la planification territoriale régionale ont mérité des changements successifs en accord avec les nouvelles connaissances apportées par les études territoriales et régionales. En effet, les analyses et méthodes de planification, les échelles géographiques et juridiction-nelles, l’application d’instruments et politiques de planification ont varié. Il en est de même des approches sur lesquelles se basait l’action de ces politiques puisque l’analyse locale récla-mait son rôle protagoniste dans l’ensemble des positions traditionnelles dominantes. Il en est également du caractère des mesures de planification, en tant que type d’aménagement stratégique qui a commencé à attirer l’attention par sa grande efficacité opérationnelle des mesures susceptibles d’atteindre des objectifs visés.

La politique de promotion au développement régional, qui sera reflétée dans les instru-ments de planification régionale, a été influencée par ces changements et a dû aussi redéfinir ses objectifs. La politique traditionnelle assistait à un contexte de disparités interrégionales importantes et actuellement, les politiques et instruments de planification du développe-ment régional font face fréquemment à des crises régionales généralisées. Cependant le critère d’activité ne se réfère plus à l’équité, mais plutôt à l’efficacité et à la compétitivité des territoires.

Promotion et publicité des villes avec patrimoine historique et environnementalSalvador Ferradás Carrasco

Le présent article essaie de mettre en évidence la relation entre les activités touristiques, le milieu et la nécessité de mieux connaître cette connexion dans laquelle un aspect réellement important, peut arriver à revitaliser les villes avec leur patrimoine historique et culturel. Cela est d’autant plus important si celles-ci disposent aussi d’un patrimoine naturel bien conservé et attrayant, incluant des éléments patrimoniaux dans la promotion et la commercialisation touristique comme foyer d’attraction pour la demande touristique.

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Proposition d’analyse de la valorisation et transformation du paysage dans la commune de Tlahuapan, à Puebla et sa relation avec le Plan d’Aménagement Écologique Régional du PopocatépetlCarolina Lara Visconti, J. Alfonso Macías Laylle, M. Mario Aliphat Fernández, Arturo Muñoz-Márquez Trujillo, J. Cruz García Alvarado et Beatriz Martínez Corona Beatriz Martínez Corona

Le paysage est un secteur où s’expriment des interactions entre les facteurs sociaux, cultu-rels, économiques et physique biotiques et qui à leur tour sont à l’origine du changement et de la transformation du paysage lui-même. Il existe la nécessité de disposer d’ instruments de planification où l’on tient compte d’une analyse holistique tout en considérant une vi-sion à long terme, y compris les valeurs socioculturelles des gens, de sorte que se créent les objectifs relatifs à l’utilisation de la terre et au potentiel naturel, définis par les utilisateurs en relation avec leurs valeurs propres (Hagmann, 2004).

L’objectif de ce travail est de proposer une méthodologie qui permet de connaitre la trans-formation du paysage dans la zone, à partir d’une compréhension de la relation qui existe entre les habitants et leur milieu naturel, et de leur valorisation du paysage Cette démarche s´effectue en prenant en considération l’histoire de la localité et des activités d’utilisation du sol actuel, en contrastant les résultats avec la proposition du Programme d’Aménagement Écologique Régional pour la région du volcan Popocatépetl et sa zone d’influence.

Rapprochement à l’analyse des conditions de vie de la population dans le contexte des processus d’urbanisation récents: cas des régions centre-nord et centre-sud de l’etat de Tlaxcala Efrén Ramírez Bribiesca et Daniel Hernández Hernández

Il n’y a pas le moindre doute qu’il existe une relation étroite entre les processus urbains du développement et de la croissance comme le confirment les indicateurs sociaux. Toutefois, et dû au fait qu’en général l’occupation du territoire est faite en répondant aux nécessités du marché, les bénéfices de l’urbanisation prennent un caractère temporaire. Et, l’on peut arriver à un certain contrôle de ce processus seulement en transformant les effets négatifs à l’avantage des personnes et de l’environnement, dans la mesure où l’on obtient une promo-tion des politiques de développement urbain régional durable. Cela signifie alors, que dans le cas des régions centrales de l’Etat de Tlaxcala, il est encore possible de contrôler et remédier à certains effets négatifs qui ont été causés par l’urbanisation démesurée, en garantissant une qualité de vie acceptable pour les générations présentes et futures.

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Aceptación de manuscritos para

Regiones y Desarrollo Sustentable

La revista Regiones y Desarrollo Sustentable es una publicación semestral de El Colegio de Tlaxcala, A.C. Además es un foro de académicos e investigadores de las ciencias regionales o afines donde pueden presentar tanto los resultados de sus estudios, como contribuciones al avance del conocimiento en las áreas de su especialización.

Los trabajos a publicarse en esta revista serán selecciones mediante un proceso de arbi-traje ciego por tres investigadores, y la publicación se determinará cuando por lo menos dos de los tres ofrezcan dictámenes positivos y se hayan incorporado las sugerencias.

La revista consta de tres secciones:1)Sección de artículos.2)Sección de documentos.3)Sección de reseñas.Serán recibidos los artículos basados en investigaciones, ya sea con orientación hacia la

construcción teórica de modelos, o hacia su contrastación empírica. Se aceptarán también artículos que divulguen los conocimientos que otros investigadores hayan aportado en el pasado.

Por otro lado, serán bienvenidos los documentos (informes, notas críticas, comentarios, comunicaciones) sobre materiales o eventos importantes para el avance de las ciencias re-gionales, de sus aplicaciones y del desarrollo sustentable.

Los textos deberán ajustarse a los siguientes lineamientos:

1. Temas

Todos los relacionados con el desarrollo sustentable, en general; y con el desarrollo regional, en particular.

2. Formato y extensión

Las contribuciones serán escritas a doble espacio, tipo Arial, 12 puntos y deberán tener la siguiente extensión:

• Artículos: Un máximo de 40 cuartillas en total (incluyendo cuadros, imágenes, gráficas y bibliografía).• Documentos: Un máximo de 20 cuartillas.• Reseñas: Un máximo de 10 cuartillas.

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3. Texto

Los textos deberán iniciar con un breve resumen del trabajo en español e inglés, con una extensión aproximada de 150 palabras, es decir, entre 10 a 15 líneas. A continuación irá la introducción, seguida de los diferentes apartados del trabajo, las conclusiones y, finalmente, la bibliografía.

Los títulos y subtítulos no se utilizarán en mayúsculas cerradas, por lo que deberá ir la primera letra con mayúscula y las siguientes en minúsculas; los apartados tendrán que ir numerados cronológicamente, a excepción del resumen, la introducción, las conclusiones y la bibliografía. Por ejemplo:

ResumenIntroducción�.Desarrollo regional

1.1 Economía�.�.� Tlaxcala

2. Región centro2.1 Tlaxcala2.2 Puebla

ConclusionesBibliografía

Deberá indicarse la ubicación de imágenes, cuadros, gráficas y fotografías por medio del título y la fuente de dónde se obtuvo la información para su elaboración (ver apartado 5).

El texto no deberá tener ninguna palabra en redondas (negritas) o subrayada, por lo que sólo se utilizarán comillas para darle mayor énfasis a una palabra, en el caso de citas textuales dentro de un párrafo o para citar algún subtítulo o apartado de una obra; también podrán usarse cursivas para indicar una palabra en otro idioma o el título de alguna obra. De lo con-trario todo el texto irá en tipo Arial, 12 pts., normal.

4. Citas y notas

Las referencias deberán citarse en el texto, iniciando con el primer apellido del autor, seguido del año de publicación, y los números de páginas cuando sea necesario. Por ejemplo:

(Urquidi, 1996)(Bassols, 1971: 52)

En caso de ser una obra con varios autores:

(Sampedro, et al., 2006)(Bloom y Scott, 1995)

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Cuando se citan varios autores de diferentes obras:

(Chávez, 1977; Haupt, 1980; Toledo, 1988)

Al citar al mismo autor con obras diferentes, pero del mismo año, se indicará éste último seguido de una letra en orden alfabético. Por ejemplo:

(Hildenbrand, 1996a)(Hildenbrand, 1996b)

Si se cita información obtenida de instituciones, deberá ir el nombre completo o las si-glas:

(INEGI, 1995)(Gobierno del estado de Tlaxcala, 1999)

En el caso de las obras anónimas, periódicos o revistas se indicarán directamente con el título en cursivas y seguido por el año:

(La Jornada, 2001)(Regiones y Desarrollo Sustentable, 2000)

Para el caso de las páginas de internet se indicarán completas, seguidas del año. No de-berá ir subrayado:

(www.conapo.gob.mx, 2000)

Todos los trabajos citados en el texto deberán incluirse al final del artículo, en una lista (bibliografía), ordenados alfabéticamente de acuerdo al primer apellido del autor, de manera que puedan relacionarse rápidamente con las citas del texto; por lo tanto, deberá cuidarse la correspondencia de los años y ortografía de los apellidos, tanto en el texto como en la bibliografía.

Las notas explicativas deberán incluirse a pie de página en el texto, en Arial, normal, 10 pts. Dichas notas serán para ampliar o explicar lo presentado en el texto y no para hacer solamente una referencia bibliográfica, a excepción de que la información ahí dada lleve una referencia. Por ejemplo:

Uso de agrotóxicos¹ en la agricultura [...]______________________¹ Entre 1999 y 2005 se triplicó la importación de herbicidas y se duplicó la de de insectici-

das y fungicidas. Véase INEGI, 2005.

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5. Imágenes, ecuaciones, cuadros, gráficas y fotografías

Ilustraciones, cuadros, mapas, gráficas y ecuaciones deberán estar debidamente coordina-das con el texto, numerados consecutivamente, tener fuente y ser perfectamente legibles y reproducibles.

a) EcuacionesDeberán ser numeradas progresivamente en el margen izquierdo y tendrán las explicacio-

nes pertinentes cuando incluyan caracteres particulares; dichas explicaciones podrán ir en el texto anterior o siguiente a la ecuación o en nota a pie de página.

b) Imágenes y fotografíasLas imágenes deberán ser de alta resolución (300 dpi), en JPG o en TIFF. Además deberán

incluir título y fuente.

c) Cuadros• Los cuadros deberán venir en su programa original (Word, Excel), no se aceptarán cuadros de diapositivas de Power Point, ya que no son manipulables y su calidad es muy baja. En caso de contar con cuadros o tablas en este formato el autor tendrá que reha-cerlo o quedarán bajo su responsabilidad los errores y la calidad del cuadro.• Deberán ser capturados en altas y bajas (iniciar con mayúcula y seguir con minúscu-las), con tipografía Arial, en 12 pts.• Se deberá considerar el tamaño del cuadro, en caso de ser muy grande el autor deberá dividirlo en varios.• No deberán contener relleno de color las celdas, ya que sólo se manejan en blanco y negro.

d) Gráficas• Las gráficas no deberán tener rellenos de texturas, debido a que el programa mane-jado no los reconoce, los considera blancos. Se pueden utilizar colores sólidos, tome en cuenta que sólo se maneja en impresión blanco/negro.• No deberán ser diapositivas de Power Point, sino del programa original.• Todo el contenido (de texto) dentro de las gráficas deberá manejarse en altas y bajas.

Nota: Si llevan nota aclaratoria deberá ir inmediatamente después de la imagen, cuadro, gráfica, etcétera y en el siguiente párrafo se colocará la fuente.

Todos los cuadros, gráficas, imágenes o fotografías deberán contener forzosamente:• Número de imagen, figura, cuadro, etcétera.• Título (mayúscula inicial seguida de minúsculas).• Fuente (información sobre quién lo elaboró, de dónde se obtuvo y el año en que se elaboró).

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6. Bibliografía

Toda la bibliografía corresponderá a las citas anteriormente mencionadas y no podrá incluir-se ninguna que no haya sido citada en el texto. Todas deberán indicarse en orden alfabético de acuerdo a la letra inicial del primer apellido de los autores, se manejará con letra inicial en mayúscula y seguida de minúsculas y sin redondas (negritas) ni subrayado; se continuará con el año entre paréntesis y seguido de punto; para seguir con el título de la obra en cursivas o si se trata del título de un apartado o capítulo irá entre comillas y seguido del título (en cur-sivas) de la obra a la que pertenece; y, finalmente, se indicará la editorial o institución que la publicó y el lugar. Por ejemplo:

Aguilar, A. (2002). Globalización y capitalismo, Plaza y Janés, México.Collado, J.C. (2004). “La Estrategia Territorial de Navarra. Un caso pionero de aplicación de la

Estrategia Territorial Europea”, en Romero González, J. y J. Farinós Dasí (eds.), Or-denación de territorio y desarrollo territorial. El gobierno del territorio en Europa: tradiciones, contextos, culturas y nuevas visiones, Gijón, España.

En el caso de tener coordinadores o editores se indicarán con la abreviatura entre parén-tesis, es decir, (coord.), (coords.) o (ed.), (eds.).

Benko, G. y Lipietz, A. (eds.) (2000).(2000). La richesse des régions: la nouvelle géographie socio-économique, Presses Universitaires de France, París.

Collado, J.C. (2004). “La Estrategia Territorial de Navarra. Un caso pionero de aplicación de la Estrategia Territorial Europea”, en Romero González, J. y J. Farinós Dasí (eds.), Or-denación de territorio y desarrollo territorial. El gobierno del territorio en Europa: tradiciones, contextos, culturas y nuevas visiones, Gijón, España.

Urquidi, Víctor L. (coord.) (1996). México en la globalización. Condiciones y requisitos de desarrollo sustentable y equitativo. Informe de la sección mexicana del club de Roma, Fondo de Cultura Económica, México, D.F.

No se indicará la página de la cita a excepción del caso de revista o periódico, donde se indicarán la página inicial y final del artículo citado y no sólo de las que so tomó la cita; de lo contrario las páginas no se incluirán en la bibliografía. La paginación se indicará con p. en el caso de una sola página y con pp. para dos o más páginas. Ejemplo:

Albuquerque, F. (2004). “Desarrollo económico local y descentralización en América Latina”, en Revista de la CEPAL, núm. 82, abril, Santiago de Chile.

Bassols Batalla, Ángel (1971). “Nuevos enfoques sobre el desarrollo regional”, en Problemas de Desarrollo, núm. 35, vol. 8, México, pp. 8-46.

La Jornada. Sección Economía, 12/07/2000, p. 3.

Asimismo, en el caso de revista se indicará el año (año) y número (núm.); en los libros el volumen (vol.) y/o tomo (t.); y en los periódicos la fecha completa (dd/mm/aaaa) y página; en todos los casos serán con abreviaturas en minúscula. Por ejemplo:

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Bassols Batalla, Ángel (1971). “Nuevos enfoques sobre el desarrollo regional”, en Problemas de Desarrollo, núm. 35, vol. 8, México, pp. 8-46.

La Jornada. Sección Economía, 12/07/2000, p. 3.

7. Entrega

Los autores deberán enviar el trabajo en un disco compacto, elaborado con el procesador de textos Word 97 o en modo de compatibilidad para abrirse con ese programa para Windows; en el caso de los cuadros y gráficas deberán enviarse por separado, elaborados en Excel para posteriormente incorporarlos cuando se realice el trabajo de edición y corrección. Además del formato en disco compacto, deberán entregar dos copias impresas que incluirán las imá-genes cuadros y gráficas para tener una guía de la versión final, por lo que deberá respetar todos los lineamientos anteriores.

Los textos podrán enviarse a la Coordinación Editorial de la revista en las instalaciones de El Colegio de Tlaxcala, A.C., en Melchor Ocampo 26, San Pablo Apetatitlán, Tlaxcala, C.P. 90600, o por correo electrónico a: [email protected] o [email protected]

Edición a cargo de:

Guillermo Aragón LorancaElodie Aragón Gohory-Villain

Julia Isabel Eissa Osorio

Se terminó de imprimir en noviembre de 2010 el tiraje de 1000 ejemplares en Conciencia Gráfica S.A. de C.V., Garrido 76, Col. Aragón

la Villa, México, D.F., C.P. 07000, Tel./Fax: 01 55 5781 0903. Impreso en papel Bond de 90 g. Se emplearon tipos Calibri 8, 9, 10 y 12.