reseÑas - académicaaleph.academica.mx/jspui/bitstream/56789/28124/1/03-003... · 2019-03-08 ·...

14
RESEÑAS AMÉRICO CASTRO, España en su historia. Cristianos, moros y judíos. Buenos Aires, Editorial Losada, 1948, 712 págs., 11 láminas. Hace veintitrés años, con El pensamiento de Cervantes, marcó Amé- rico Castro una fecha decisiva para el conocimiento histórico de las ideas y de la literatura españolas. Desde entonces los estudios del maes- tro se han propuesto determinar, con alcance y profundidad crecien- tes, las esencias y valores del mundo hispano. E l afán por ahondar en él y comprenderlo, patente ya en Lo hispánico y el erasmismo (1940- 1942), The meaning of Spanish civilization (1940), Iberoamérica (1941) y La peculiaridad lingüística rio píate nse (1941), culmina con España en su historia. L a obra que ahora reseñamos constituye nada menos que una interpretación total del vivir hispánico, tomando como punto inicial el momento en que los cristianos del Noroeste peninsular forjaron su carácter en la resistencia al empuje bélico y cultural del Islam. U n tema así hubiera podido conducir a generalizaciones peli- grosas, con las muchas que se han lanzado a partir de Oliveira Martins y Ganivet. Castro ha evitado el riesgo pertrechándose con abundantísima documentación, interpretando los datos hasta encontrarles su sentido profundo, y ensamblándolos en sólida construcción gracias a una ince- sante y fecunda labor de síntesis. Nada más lejos del ensayo, a no ser que llamemos "ensayismo 55 lo que son tres cualidades de la buena y auténtica historia: concepción amplia, novedad en la visión de los pro- blemas y atractivo formal en la exposición. En El pensamiento de Cervantes la mira del historiador estaba pues- ta en lo general europeo, en los rasgos que demostraban cómo había par- ticipado Cervantes en actitudes ideológicas y estéticas comunes a los más altos espíritus de su tiempo, dentro y fuera de España; esto es, cómo se manifestaban en la obra cervantina problemas espirituales típicos del Renacimiento y la Contrarreforma. En España en su historia el enfoque ha cambiado por completo: la atención no se proyecta sobre lo genérico y objetivado, sino sobre el proceso interno de la forma histórica. Des- entendiéndose de las categorías abstractas usualmente aplicadas sin distinción a la historia de los diversos pueblos europeos, trata de precisar cómo ha surgido y en qué consiste la manera de ser y proceder — l a forma de vida— del hombre hispánico, y cómo ha determinado el rum- bo que nuestra historia ha seguido en sus crisis decisivas. El libro lleva por lema la máxima de Unamuno: "No hace el plan a la vida, sino que ésta se lo traza a sí misma, viviendo 55 . Al igual que para don Miguel, el punto de partida no es para Castro el ser humano

Upload: others

Post on 16-Mar-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

RESEÑAS

AMÉRICO CASTRO, España en su historia. Cristianos, moros y judíos. Buenos A i r e s , E d i t o r i a l L o s a d a , 1948, 712 págs. , 11 láminas.

H a c e veintitrés años, c o n El pensamiento de Cervantes, m a r c ó A m é -r ico C a s t r o u n a fecha decis iva p a r a el conoc imiento histórico de las ideas y de l a l i t e r a t u r a españolas. Desde entonces los estudios de l maes­tro se h a n propuesto determinar , c o n alcance y p r o f u n d i d a d crec ien­tes, las esencias y valores del m u n d o hispano. E l afán p o r a h o n d a r en él y c o m p r e n d e r l o , patente y a en Lo hispánico y el erasmismo ( 1 9 4 0 -1 9 4 2 ) , The meaning of Spanish civilization ( 1 9 4 0 ) , Iberoamérica (1941) y La peculiaridad lingüística rio píate nse ( 1 9 4 1 ) , c u l m i n a c o n España en su historia. L a o b r a que a h o r a reseñamos constituye n a d a menos que u n a interpretación tota l de l v i v i r hispánico, t o m a n d o c o m o p u n t o i n i c i a l el m o m e n t o en que los cristianos de l Noroeste p e n i n s u l a r f o r j a r o n su carácter en l a resistencia a l empuje bélico y c u l t u r a l d e l I s l a m . U n t e m a así h u b i e r a p o d i d o c o n d u c i r a generalizaciones p e l i ­grosas, c o n las m u c h a s que se h a n l a n z a d o a p a r t i r de O l i v e i r a M a r t i n s y G a n i v e t . Castro h a evitado el riesgo pertrechándose c o n abundant ís ima documentación, interpretando los datos hasta encontrarles su sentido p r o f u n d o , y ensamblándolos en sólida construcción gracias a u n a ince­sante y f e c u n d a l a b o r de síntesis. N a d a más lejos del ensayo, a no ser que l lamemos "ensayismo 5 5 lo que son tres cual idades de l a b u e n a y auténtica h i s t o r i a : concepción a m p l i a , n o v e d a d en l a visión de los p r o ­blemas y atract ivo f o r m a l en l a exposición.

E n El pensamiento de Cervantes l a m i r a de l h is tor iador estaba pues­ta en lo general europeo, en los rasgos que demostraban cómo había p a r ­t i c i p a d o Cervantes en actitudes ideológicas y estéticas comunes a los más altos espíritus de su t i e m p o , dentro y fuera de E s p a ñ a ; esto es, c ó m o se mani festaban en l a o b r a c e r v a n t i n a problemas espirituales típicos d e l R e n a c i m i e n t o y l a C o n t r a r r e f o r m a . E n España en su historia el enfoque h a c a m b i a d o p o r c o m p l e t o : l a atención n o se proyecta sobre l o genérico y objet ivado, sino sobre el proceso i n t e r n o de l a f o r m a histórica. D e s­entendiéndose de las categorías abstractas usualmente apl icadas s i n distinción a l a h is tor ia de los diversos pueblos europeos, t r a t a de precisar c ó m o h a surgido y en qué consiste l a m a n e r a de ser y proceder — l a f o r m a de v i d a — del h o m b r e hispánico, y c ó m o h a determinado el r u m ­bo que nuestra h is tor ia h a seguido en sus crisis decisivas.

E l l i b r o l l e v a p o r l e m a l a m á x i m a de U n a m u n o : " N o hace el p l a n a l a v i d a , s ino que ésta se lo t r a z a a sí m i s m a , v i v i e n d o 5 5 . A l i g u a l que p a r a d o n M i g u e l , el p u n t o de p a r t i d a n o es p a r a Castro el ser h u m a n o

N R F H , III RESEÑAS 295

universa l y abstracto — h i s t ó r i c a m e n t e i n a s i b l e — , sino el h o m b r e de carne y hueso que nace, a m a , o d i a , l u c h a y muere . Y a l r e c l a m a r p a r a los valores creados p o r el espíritu hispánico u n a estimación i n d e p e n ­diente de los p r i n c i p i o s que son idóneos p a r a v a l u a r los productos de l a f o r m a de v i d a europea, l a postura de Castro recuerda en cierto m o d o pasajes d e l capítulo c o n que t e r m i n a Del sentimiento trágico de la vida. P e r o lo que en U n a m u n o es u n grito genia l que r e m a t a el a tormentado so l i loquio , es en España en su historia resultado de u n a construcción sistemática. " U n a m u n o — d i c e Castro en l a pág . 6 4 1 — h a expresado, h a orquestado m a r a v i l l o s a m e n t e los rumores trágicos de este forcejeo fata l , a u n q u e s in p e r c i b i r quién fuera el sujeto de u n a l u c h a t a n g r a n ­diosa c o m o a n g u s t i a d a " . A h o r a , con el nuevo l i b r o de Castro , el existir y el o b r a r hispanos, c o n sus grandezas y sus l imitaciones , rec iben u n a explicación casi s iempre satisfactoria de su génesis y desarrollo.

L o s fundamentos doctrinales y l a orientación metodológica d e r i v a n esencialmente de l a filosofía de los valores y de l a filosofía existencial . N o es de extrañar, pues, q u e a b u n d e n los puntos de contacto c o n ideas expuestas p o r O r t e g a y Gasset, y sobre todo c o n las teorías de D i l t h e y . P e r o tanto D i l t h e y c o m o O r t e g a h a n ejempli f icado sus doctr inas casi exclusivamente c o n las diferencias de concepción de l m u n d o que se ofrecen entre los diversos momentos de l a histor ia occ identa l , o contra­p o n i e n d o de m a n e r a genérica l a m e n t a l i d a d del or ienta l o de l p r i m i t i v o c o n l a d e l europeo. E n España en su historia l a filosofía de l a v i d a aparece a p l i c a d a p o r p r i m e r a vez a l a línea seguida p o r u n pueblo desde q u e c o b r a c o n c i e n c i a de sí; p o r p r i m e r a vez l a histor ia de u n pueblo se presenta c o n c e b i d a c o m o u n a biograf ía 1 .

E n e l la es esencial el concepto de l a " f o r m a de v i d a " : en c a d a sujeto histórico — i n d i v i d u o o p u e b l o — l a concepción de l m u n d o y de l a v i d a , l a t a b l a de valores, el m o d o de sentir y obrar , constituyen u n a estructura e n d o n d e c a d a rasgo está en relación de m u t u o c o n d i c i o n a m i e n t o res­pecto a los demás. E s a estructura es l a p e c u l i a r f o r m a de v i d a de l sujeto en cuestión. L a s formas de v i d a son infinitas y dependen de l a a c t i t u d a d o p t a d a frente a decisivas c ircunstancias de l existir. " H a y oca­siones en que los pueblos se yerguen, f o r m a n el propósito de seguir exis­t iendo a todo trance, se crean horizontes alentadores y sueñan con u n futuro de eternidad. L o conseguido en esas críticas c ircunstancias puede ser t a n decisivo y eficaz que acaba p o r fijarse en u n t ipo de acciones, las cuales, a fuerza de repetirse, l a b r a n u n cauce a l a v i d a , tanto más h o n d o cuanto m a y o r fuere l a duración y l a intens idad de l a situación v i t a l en que aquellas acciones surgieron. Se crea así u n a m a n e r a de existir que l a tradición p r o l o n g a d a fija en rasgos tenaces e indelebles" ( p á g . 9 ) .

H a l l a r s e incluso en u n a d e t e r m i n a d a f o r m a de v i d a "es cosa m u y s e r i a " , según dec lara el a u t o r : supone inclinación respecto a ciertas ac-

1 Las ideas directrices de España invertebrada no son todavía las que han ido apareciendo en posteriores obras de Ortega (El tema de nuestro tiempo, Historia como sistema, Ideas y creencias), donde pueden encontrarse coincidencias con Castro. Además ni Ortega ni Dilthey abandonan el plano de la generalización sobre hechos objetivados, mientras que Castro se sitúa por completo en el recinto de la experiencia vivida.

296 RESEÑAS N R F H , I I I

titudes y repulsión o d i f i c u l t a d p a r a otras. N o p r e d e t e r m i n a l a r i q u e z a de las creaciones, pero representa u n cierto límite p a r a l a t o n a l i d a d . A s í los anglosajones no h a n dado ningún p i n t o r o músico genia l , n i de I t a ­l i a — l a I t a l i a m e d i e v a l y m o d e r n a , no R o m a — h a salido ningún c o n ­quistador . " L a elast ic idad de u n a f o r m a de v i d a , i n d i v i d u a l o c o l e c t i v a , tiene en efecto u n límite, y s i nuestro contacto c o n l a v i d a b i o g r a f i a d a es m u y ínt imo, podremos predec ir qué t ipo de acciones le será inacces i ­b l e " ( p á g . 1 0 ) . ¿Nos enfrentamos, pues, con u n a n u e v a manifestación de determinismo histórico? L a frecuente aparición de los términos " f a ­t a l " , " f a t a l i d a d " , así c o m o l a r ig idez de algunas formulaciones verbales ( p o r e jemplo el " inacces ib le" recién c i tado) podrían hacérnoslo creer . Y s in e m b a r g o no es así. E n p r i m e r l u g a r p o r q u e l a f o r m a de v i d a n o es p a r a C a s t r o u n m o l d e c o n n a t u r a l c o n los habitantes de u n t e r r i t o r i o n i permanente en los i n d i v i d u o s de u n a r a z a : es algo creado p o r d e c i ­siones de u n pueblo en m o m e n t o y c ircunstancias dados; c a d a pueblo es hi jo de sus propias obras. E n segundo lugar , no se excluye l a p o s i b i l i d a d de excepciones a l a corriente general . P o r últ imo, cabe el que u n a c o ­m u n i d a d se d e c i d a a c a m b i a r de f o r m a de v i d a , dejando, eso sí, de ser lo que era. C o m o se dice de las estrellas en La vida es sueño, l a f o r m a de v i d a i n c l i n a , pero n o fuerza el albedrío. P e r o vencer l a inclinación es acto difícil, tanto que el m i s m o Calderón lo reserva a l varón m a g n á n i m o . Inf in i tamente más raro será que se dé u n consenso de voluntades c o n ímpetu suficiente p a r a c a m b i a r el m o d o de v i v i r de u n pueblo . P r e c i s a ­mente u n a de las pecul iar idades de l a his tor ia hispánica es l a constanc ia de m o v i m i e n t o s reformadores opuestos a l fluir, más poderoso, de las tendencias tradicionales . A h o r a b i e n , a u n q u e éstas h a y a n seguido v i ­gentes, l a c o n t i e n d a n o h a sido infructuosa , pues a e l la se debe el q u e el m u n d o hispánico no p e r m a n e z c a estancado c o m o los pueblos d e O r i e n t e . L a insatisfacción que, p o r l o menos desde el siglo x v , h a n m a ­nifestado excelsos españoles respecto a l a m a n e r a de ser y o b r a r d e sus compatr iotas o respecto a l pasado n a c i o n a l ( lo que Castro l l a m a " v i v i r desv iv iéndose") , es u n d r a m a doloroso; pero gracias a él surgie­r o n algunas de las m á x i m a s figuras y creaciones hispánicas, desde l a Ce­lestina hasta U n a m u n o , pasando p o r Cervantes y G o y a .

P a r a def inir c ó m o sea l a f o r m a de v i d a hispánica procede C a s t r o c o n arreglo a u n método ensayado y a en Lo hispánico y el erasmismo y que está de acuerdo c o n el propuesto p o r D i l t h e y en su Teoría de las concepciones del mundo: par t iendo de hechos y creaciones políticos, jurídicos, lingüísticos, religiosos, artísticos, l i terarios, etc., intenta descu­b r i r los nexos internos que los e n l a z a n ; l a búsqueda se c o m p l e t a c o n u n a interpretación de los resultados, hasta que l a estructura v i t a l aparece c o m o u n i d a d armónica. E s t a síntesis hace que m u l t i t u d de hechos secuestrados hasta a h o r a en las historias part iculares rec iban sentido a l relacionarlos c o n otros. P o r ejemplo, l a inclusión de l creador en l a o b r a creada se d a en Las Meninas o Las hilanderas i g u a l que en Berceo, d o n J u a n M a n u e l o L o p e de V e g a , e i g u a l también que en l a exposición científica de A v i c e n a , G o n z a l o Fernández de O v i e d o o Andrés L a g u n a ; pero no p a r a n ahí las conexiones, pues i n c l u y e n l a personalización de amanecer y anochecer ( " a m a n e c í c a n s a d o " , " a n o c h e c í en T o l e d o " ) ,

N R F H , III RESEÑAS 297

fenómenos lingüísticos similares, l a conversión de l a v o l u n t a d i n d i v i d u a l e n ley ("sus fueros, sus bríos; sus premáticas, su v o l u n t a d " ) etc. T o d o s estos hechos se reducen a u n c o m ú n d e n o m i n a d o r : el español, c o m o el árabe, n o h a separado de su personal subjet iv idad l a visión del m u n d o ; n o h a rea l izado l a objetivación de las cosas, esencial p a r a el europeo.

España en su historia es l a p r i m e r a presentación orgánica de lo que moros y judíos a p o r t a r o n a l a m a n e r a de existir española y a sus crea­ciones. H a s t a a h o r a esa contribución h a sido tercamente subest imada. Filólogos e historiadores de l a l i t e r a t u r a occ identa l se h a n obst inado en i g n o r a r o negar l a presencia islámica en l a poesía trovadoresca, en R a i ­m u n d o L u l i o o en D a n t e , a pesar de los concluyentes argumentos de B u r d a c h , N y k l , M e n é n d e z P i d a l y Asín. L o s romanistas españoles acep­tábamos el or igen arábigo-andaluz de l zéjel, el sufismo de L u l i o , el or ienta l ismo de los tratados político-morales y de l a novelística en los siglos X I I I y x i v ; nos parecía absurdo que se p u d i e r a n p u b l i c a r estudios sobre J u a n R u i z sin tener en cuenta el factor morisco, no precisado aún, pero i n d u d a b l e ; reconocíamos l a tradición m u s u l m a n a en l a t r a m a de El celoso extremeño y El criticón; y nos asombrábamos ante l a estrecha relación existente entre l a d o c t r i n a y tecnicismos de S a n J u a n de l a C r u z y los de I b n A b b a d de R o n d a : los trabajos de Asín, González P a l e n c i a y G a r c í a G ó m e z no de jaban l u g a r a dudas. F u e r a del c a m p o l i terar io , n a d i e h a discut ido l a i m p o r t a n c i a del arabismo en el léxico peninsular , l a r i q u e z a y v a l o r de l arte arábigo-español n i l a procedencia m u s u l m a n a de prácticas guerreras, jurídicas, agrícolas, industriales, etc. Rec ientemente Sánchez A l b o r n o z h a presentado en su conjunto l a aportación del I s l a m en todos estos órdenes de l a c u l t u r a h ispana. P o r o t r a parte M a r c e l B a t a i l l o n h a señalado el i m p o r t a n t e p a p e l que los judíos conversos desempeñaron en l a efervescencia religiosa del siglo x v i español; el m i s m o Castro h a puesto de relieve lo que l a espir i tua l idad d e l siglo x v debió a los cristianes nuevos; y finalmente Guülermo D í a z Pía j a h a advert ido u n f o n d o j u d a i c o en el pesimismo del barroco espa­ñol. A h o r a b ien , España en su historia, a u n q u e integre en u n i d a d todos estos hechos y a ñ a d a otros m u c h o s insospechados, i n a u g u r a algo tota l­mente d i s t i n t o : re lac ionando el pensamiento, l a l engua, l a l i teratura y el arte árabes, descubre en ellos u n a base c o m ú n , a saber: integración de l m u n d o en el v i v i r personal , s in separación entre el sujeto y el m u n d o objet ivo; sentido de l a inconsistencia de los seres, manifestaciones c a m ­biantes del único ser real , D i o s . Es tab lec ido así el f u n d a m e n t o ontoló-gico de l a f o r m a de v i d a árabe — y de l a judeo-española, i n f l u i d a p o r e l la , pero con rasgos p r i v a t i v o s — , Castro las c o n f r o n t a c o n l a f o r m a de v i v i r hispánica, en l a que t ienen h o n d a penetración. V e a m o s c ó m o :

E n los siglos v i i i a l x los cristianos refugiados en las montañas de C a n t a b r i a , Astur ias y G a l i c i a se enfrentan c o n el poderío y c u l t u r a is­lámicos y resuelven no dejarse absorber p o r ellos. T e m p l a d o s en l a l u c h a , que es angustiosa hasta el siglo x i , estimarán c o m o c u a l i d a d su­p r e m a el arrojo personal , y el ejercicio de las armas c o m o única ac t iv i ­d a d noble . R e p u d i a n , en c a m b i o , los quehaceres sin riesgo, el trabajo o r d e n a d o : l a l a b r a n z a y el pastoreo, ineludibles , q u e d a n encomendados a los v i l l a n o s ; las demás cosas que necesitan v ienen de fuera, sobre todo

298 RESEÑAS N R F H , I I I

d e l A l a n d a l u s . A t i e n d e n a su persona y a l ha lo que l a c i r c u n d a — f a m a , d i g n i d a d , s e ñ o r í o — ; n o les p r e o c u p a l a consideración r a c i o n a l de l m u n ­d o objet ivo. L o s castellanos, l a más pujante representación de l a c r i s ­t i a n d a d peninsular , poseen l i t e r a t u r a épica, maestra de esfuerzo; p e r o ev i tan l a expansión lírica, que les parece p r o p i a de l a sensual idad m o r a . C u a n d o a p a r t i r de l siglo x i ext ienden sus d o m i n i o s h a c i a el S u r , l a s u ­misión de n u t r i d a población m u s u l m a n a permite a los cristianos m a n ­tener el t i p o de v i d a forjado en las centurias precedentes. Se i n a u g u r a así u n sistema de c o n v i v e n c i a impuesto p o r l a necesidad de u t i l i z a r e l trabajo de l m o r o . Símbolo de esta a c t i t u d son las palabras de l C i d e n el C a n t a r : " q u e los descabecemos, n a d a n o n ganaremos; / posaremos en sus casas y dellos nos serviremos".

C o m o enemigos fronteros o en pacífica v e c i n d a d dentro de u n a s mismas vi l las, los cristianos españoles inyectan en su v i v i r m u l t i t u d d e rasgos m u s u l m a n e s : baño frecuente, l a v a d o de los muertos, rostro t a p a ­d o de las mujeres, el sentarse éstas sobre a lmohadas en el suelo de l es­t r a d o , cortesías, fórmulas fraseológicas, etc. T r e s aspectos de l a i n f i l t r a ­ción islámica son tratados c o n especial extensión: el lingüístico, el r e l i ­gioso y el l i terar io . E n cuanto a l lenguaje, tras a h o n d a r en el sent ido d e l arabismo léxico, abre Castro u n nuevo c a m i n o con l a investigación de seudomorfosis, esto es, formaciones que c o n aspecto exterior r o m á n i c o enc ierran u n contenido sólo expl icable p o r l a presencia soterraña d e formas expresivas y vitales árabes. As í el sentido de 'fuente' q u e t i e n e el árabe cayn 'ojo' h a pasado a l esp. ojo ( p o r ejemplo, en Ojos de Gua­diana). A n á l o g a s transfusiones semánticas h a y en sombra 'protecc ión 5 , buena o mala sombra ' g rac ia o desagrado' ; correr 'depredar ' ; casa ' c i u ­d a d , población' y 'habitación dentro de u n a casa ' ; vergüenza ' h o n o r , l e a l t a d ' ; aceros 'filos' y 'energía, f u e r z a ' ; infante 'h i jo de rey' , 'h i jo d e n o b l e ' ; poridat, puridad 'secreto'; palacio 'habitación dentro de u n a casa' , 'casa rústica' 2 . Hidalgo, a n a l i z a d o etimológicamente p o r A l f o n s o el S a b i o c o m o equivalente de 'hi jo de bienes', ofrece en su p r i m e r a p a r t e u n i n d u d a b l e fondo árabe, hasta a h o r a i n a d v e r t i d o : el empleo de ' h i j o de ' p a r a designar a l que se beneficia de a l g u n a cosa o c i r c u n s t a n c i a responde a l a f o r m a i n t e r i o r de lenguaje arábiga, que l l a m a a l l a d r ó n " h i j o de l a n o c h e " y a l r i co " h i j o de l a r i q u e z a " . M á s discutible parece que algo 'bienes, m e r c e d ' p r o v e n g a de l árabe aljoms 'e l q u i n t o de l bot ín ganado ' . E s cierto q u e los cult ivadores de las tierras de l joms, l l a m a d o s bani-l-ajmas 'hijos de los quintos ' , const i tuyeron u n a clase p r i v i l e g i a d a entre los cristianos de l A l a n d a l u s ; pero habría que suponer u n proceso fonético demasiado c o m p l i c a d o , a u n q u e c a d a u n a de sus fases cuente c o n el apoyo de casos paralelos (aljoms >*algóns * algos > algos, q u e considerado c o m o p l u r a l originaría u n nuevo s ingular algo); y desde el p u n t o de vista histórico no deja de presentar dif icultades establecer c o n t i n u i d a d entre unos agricultores sometidos en tierras m u s u l m a n a s y l a nobleza de los estados cristianos independientes (a pesar de q u e existan instituciones c o m o l a encomienda, a legada en l a pág . 76, q u e h a n c a m -

2 Creo, sin embargo, que el pazo gallego, de carácter marcadamente señorial, es una extensión del latín p a 1 a t i u m , sin necesidad de ingerencia semántica del árabe qasr.

N R F H , III RESEÑAS 299

b i a d o de carácter a l c a m b i a r de a m b i e n t e ) . B i e n es v e r d a d que Castro sólo hace hincapié en el arabismo de hi(jo) d(e) 'beneficiario de 5 , y se l i m i t a a d a r l a derivación aljóms > algo como "hipótesis p laus ib le 5 5 . E n otros dos casos, el de mesturar, mezclar ' c a l u m n i a r , encizañar 5 y el de nuevas ' relato, sucesos relatados, empresas maravi l losas, nombradía 5 , l a p r i m e r a impresión sería que l a evolución semántica desde m i x t u ­r a r e o m i s c u l a r e y n o v a p u d o o c u r r i r s in interferencia del árabe. A h o r a b i e n , no puede dejar de tenerse en cuenta que el lauzen-gier de los trovadores provenzales, personaje heredado de l a lírica a m a ­t o r i a m u s u l m a n a (el wasl 'el que m e z c l a o teje a l g u n a cosa, c a l u m n i a ­dor 5 ) , es en J u a n R u i z el mesturero. E l provenzal ismo lo sen jar existía en C a s t i l l a desde el siglo x n , en que y a aparece en l a Disputa del alma y el cuerpo c o n el s ignif icado de ' a d u l a r 5 ; Berceo conoce losengero y lesongero ' a d u l a d o r , engañador 5 (S. Laurencio, 2 2 ; Duelo, 8 3 ; Loores, 4 ) ; y el m i s m o J u a n R u i z emplea lisonja, lijonja, lisonga 'adulación, e n g a ñ o (estr. 8 3 , 3 8 9 , 6 7 2 ) y lijongero 'falso, engañador 5 . H a y que pre­guntarse, p o r lo tanto, p o r qué lauzengier > lisonjero no desplazó a mesturero en l a acepción de ' c a l u m n i a d o r 5 ; y u n a respuesta satisfactoria será que los españoles asociaban en l a mente las representaciones de 'mezc lar , tejer 5 y ' c a l u m n i a r 5 , l igadas entre sí en el verbo árabe wa&i y en sus der ivados; p o r eso pref ir ieron mesturero o mesclador (Buen Amor, 1 0 ) , que expresaban esa relación y traducían exactamente el árabe wasi, y l i m i t a r o n el uso de lisonjero a l sentido de ' a d u l a d o r 5 . E n cuanto a nuevas, s i otras lenguas ofrecen novas, novelle, nouvelles, news, con el doble sentido de 'relato 5 y 'sucesos relatados 5 , carecen de las acepciones 'empresas maravi l losas 5 y ' renombre 5 , que se d a n en español m e d i e v a l l o m i s m o que en el árabe hadits* 'creación, hechos, cuento 5 , lo c u a l re­fuerza l a opinión de Castro .

E n r e a l i d a d estos fenómenos n o p u e d e n const i tuir sorpresa, n i menos ser p i e d r a de escándalo: c o n las denominaciones de calcos lingüísticos o préstamos semánticos se h a n estudiado hechos idénticos, que se regis­t r a n profusamente allí donde c o n v i v e n pueblos de dist into i d i o m a o d o n d e se h a n p r o d u c i d o influencias de u n pueblo sobre otro. A p a r t e de las conocidas traducciones de tecnicismos filosóficos griegos en latín, sabido es que el griego KvQioq ' a m o , señor 5 , el latín Dominus y los der i ­vados románicos de sénior fueron apl icados a l D i o s crist iano porque el hebreo usaba A don ai 'nuestro Señor 5 p a r a evitar el n o m b r e sagrado de Jehová. L a lírica p r o v e n z a l t raduce los nombres de los personajes c o n ­vencionales que t o m a de los poetas árabes (gardador < raqib; eno­jos < hasid; mesager < rasul). D u r a n t e los siglos x v y x v i los poetas de R a g u s a reproducen con palabras eslavas expresiones estereotipadas, metafóricas en g r a n parte, de l petrarquismo i ta l iano. S i n apoyo en t r a ­diciones religiosas o l i terarias, el polaco zameck ' c e r r a d u r a 5 debe el sen­t ido de 'casti l lo 5 a l inf lujo del a lemán Schloss; l a presencia del a lemán Stadt h a hecho que el checo mesto ' lugar 5 a d q u i e r a l a acepción de ' c i u ­d a d 5 ; el empleo estético de l francés goüt y de l a lemán Geschmack pro­ceden del que antes había t o m a d o el español gusto; el francés confort ' confortamiento , a y u d a 5 es hoy también ' c o m o d i d a d 5 p o r acción del i n ­glés comfort. E n el g i tano español, según m e hace saber C a r l o s C l a v e -

3oo RESEÑAS N R F H , III

ría, chalao y guillao, que h o y va len ' loco, c h i f l a d o 5 , son part ic ipios d e chalarse y guillarse ' irse 5 , c o n proceso i g u a l a l de l español ido ' l o c o 5 , etc . 3 S i no conociéramos casos concretos de penetración semántica á r a b e en los romances peninsulares, tendríamos que suponer su existencia . P e r o y a B a r t o l i apuntó que el uso preposic ional de l árabe taht ' b a j o 5

subyacía en l a preposición española bajo4 ; y más recientemente A l f L o m -b a r d asentó el arabismo de l a conjugación personal izada de amanecer y anochecer6. L a aportación de Castro es importantísima, no sólo p o r e l n ú m e r o de ejemplos, sino p o r q u e t r a ns for m a l a visión del f e n ó m e n o , que, estudiado antes c o m o s imple hecho lingüístico o c u l t u r a l , aparece a h o r a c o m o u n a muestra de l a simbiosis de dos pueblos, del entre laza­m i e n t o de dos formas de v i d a . P o r eso l a osmosis entre lo subjetivo y l o objet ivo, generadora de l a personalización de amanecer y anochecer, se refleja también, según Castro , en construcciones c o m o " l a casa se l lueve 5 5 , " e l cántaro se sale 5 5 , " l a mesa se cae 5 5 , "nos h a l l o v i d o 5 5 , "me estoy h e l a n d o 5 5 , "se le mur ió el h i j o 5 5 " t o m a r l a m a ñ a n a 5 5 , o el i n f i n i t i v o portugués con desinencias personales. S i n d u d a estos rasgos más h o n d o s y característicos de l a f o r m a lingüística inter ior son los que ejercen m a ­yor sugestión ; pero también es cierto que son terreno sumamente res­b a l a d i z o 6 .

E n el aspecto religioso, las manifestaciones de l a i n f l u e n c i a is lámica a l c a n z a n desde l a transformación de l culto jacobeo hasta modos d e sentir y expresarse vigentes hoy. L o s cristianos españoles del siglo i x res­p o n d i e r o n c o n u n a guerra santa p a t r o c i n a d a p o r Sant iago a l a g u e r r a santa que p r a c t i c a b a n los moros p a r a extender l a fe en su Profeta . E l apóstol cr ist iano se convirtió así en u n a n t i - M a h o r n a , oposición q u e aparece l l e n a de v i d a en el Cantar de Mio Cid, c u a n d o en l a pelea " l o s moros l l a m a n M a f ó m a t , e los christianos S a n t i Y a g ü e 5 5 . E l p a t r o n a t o de Sant iago es p a r a C a s t r o l a c o l u m n a en que se apoyó t o d a l a a r m a z ó n religioso-política del m u n d o hispano hasta los días de su descomposición : re l ig ios idad belicosa, épica; " v i r t u d espir i tual y trascendente 5 5 de l a m o -

3 Remito al trabajo de CLAVERÌA Observaciones sobre algunos calcos lingüís­ticos gitano-españoles, que se publicará en uno de los próximos números de PMLA, con abundante bibliografía (que utilizo en parte aquí) referente a pene­traciones semánticas y fenómenos similares. Para los demás casos arriba citados, véanse M . BARTOLI, Introduzione alla Neolinguistica, Genève, 1925, págs. 43-47; M . D E A N O V I C , ARom, X V I I I , 1934, pág. 142; R. M E N É N D E Z PIDAL, BHi, X L , 1938, pág. 400; K. S A N D F E L D - J E N S E N , Festschrift Wilhelm Thomsen, Leipzig, 1912, pág. 167; A. C A R N O Y , La science du mot, 1927, págs. 229-232.

4 Introduzione, loc. cit. 5 Die Bedeutungsentwicklung zweier iberoromanischer Verba, ZRPh, L V I ,

Págs. 637-642. _ 6 Aparte de las infiltraciones arábigas, el afán de penetrar en la estructura

vital manifiesta en el idioma hace que Castro reconstruya la situación y proceso creador que dieron lugar a usos petrificados más tarde. Así el empleo de ape­llido para designar el nombre familiar cobra pleno sentido al recordar (pág. 5 9 4 ) que originariamente apellido era la llamada guerrera: el castellano de los tiem­pos heroicos vivió pendiente de oírse reclamar para apresurados rebatos. Plena significación adquiere también la abundancia de nombres personales en la topo­nimia de las zonas repobladas a fines del siglo xi y durante el xn (Blasco Ñuño, Garcimuñoz, etc., págs. 663-667*), o la ausencia del verbo devenir en español (pág. 5 9 2 ) .

NRFH, III RESEÑAS 301

n a r q u í a bajo c u y a dirección tenía l u g a r l a guerra que d o n A l o n s o de C a r t a g e n a l lamó " d i v i n a l " . D a d a s las consecuencias de l a fe santiaguis-t a , n o es de extrañar que Castro estudie los distintos elementos que en e l la se asociaron a l a tradición de q u e Sant iago había p r e d i c a d o en E s ­p a ñ a y a l reconoc imiento de su sepulcro en G a l i c i a : confusión de los dos Jacobos , el h i jo de Zebedeo y J a c o b o A l f e o ; supervivencia de t r a ­diciones que i n t e r p r e t a b a n c o m o parentesco c a r n a l l a " h e r m a n d a d " de Sant iago el M e n o r c o n Jesús, m e n c i o n a d a en el E v a n g e l i o ; restos de l c u l t o p a g a n o a los Dioscuros en leyendas que acerca de los Apóstoles c i r c u l a r o n entre los cristianos de los pr imeros siglos. C l a r o está, c o m o se nos dice en l a p á g . 138, que "los elementos paganos o de tradición evangél ica n o canónica presentes aquí , son elementos secundarios, algo así c o m o los fonemas y formas de u n a l e n g u a l i t e r a r i a , que valen en l a m e d i d a que vale l a l e n g u a l i t e r a r i a en que se integran. L a creencia en Sant iago es u n a p l e n i t u d , c o m p a r a d a c o n l a c u a l son 'dialecto ' o pre­histor ia los rasgos dioscúricos o n o c a n ó n i c o s . . . L o s ingredientes que interv ienen en l a figura venerada en l a G a l i c i a de los siglos i x a x n poseen interés s in d u d a , pero interés re lat ivo, p o r q u e no son ellos, sino las voluntades, los afanes creadores que les d a n sentido y trascendencia los que t ienen i m p o r t a n c i a " . P o r esto precisamente sorprende ver que C a s t r o pone especial énfasis en tales elementos secundarios, a f i r m a n d o , p o r e jemplo, en l a p á g . 108 que l a f r a t e r n i d a d de Sant iago c o n C r i s t o " f o r m ó d u r a n t e siglos el centro de a q u e l l a c r e e n c i a " ; l l a m a n d o a l após­t o l " c o d i v i n i d a d " , " d i v i n i d a d bé l ica" , " f u e r z a d i v i n a " , " p o d e r astral y d i v i n o " ; o h a b l a n d o de l a " a d o r a c i ó n " que le t r i b u t a b a n los " jacobóla-t r a s " (págs. 108, 123, 134-138) . L o esencial, s in d u d a , fué que los cristianos españoles, hechos rápidamente a l a guerra santa, t ransforma­r o n a l J a c o b o evangélico c o n arreglo a l a re l ig ios idad c o m b a t i v a que p r a c t i c a b a n y a ; les bastó creer que tenían en ese apóstol guerrero el p r o c u r a d o r e instrumento de l a protección d i v i n a , y que, en casos de a p u r o , intervenía personalmente en l a l u c h a c o n t r a los infieles.

A d o p t a d a p o r los cristianos españoles l a i d e a islámica de l a guerra santa, entró c o n el la l a combinación de lo religioso y lo guerrero, c o n obispos que pelean y órdenes mil i tares (s iquiera éstas, como organiza­ción, surgieran entre los cruzados de T i e r r a S a n t a antes que en E s p a ñ a , d o n d e el mode lo m u s u l m á n fué recubierto p o r el f rancés) . D e l m a y o r interés es u n f ragmento de l a Primera Crónica General donde Castro descubre, prosif icado o t r a d u c i d o , u n elogio lírico de los caballeros m o n ­jes de C a l a t r a v a y Sant iago, c o n fuerte sabor or ienta l en el estilo. P o r o t r a parte , el I s l a m , c o n su p r o p i o ejemplo, influyó en l a to leranc ia que hasta fines de l a E d a d M e d i a m o s t r a r o n los cristianos españoles respecto a las gentes de dis t inta religión. A l t i e m p o que se p u b l i c a b a España en su historia, M e n é n d e z P i d a l y G a r c í a G ó m e z d a b a n a conocer u n dato precioso, añadible a los que sustentan l a tesis de C a s t r o : el conde m o ­zárabe S isnando D a v i d i z , gobernador de C o i m b r a , l o fué también de T o l e d o a l reconquistar A l f o n s o V I l a c i u d a d ; aconsejaba a l rey u n a política de moderación respecto a los reyes de T a i f a s , a m p a r ó a los m o ­ros toledanos y se opuso a que l a m e z q u i t a fuese c o n v e r t i d a en catedral . S isnando se m o s t r a b a orgulloso de su or igen m o z á r a b e ; a l ternaba el

302 RESEÑAS N R F H , III

título de aluazir c o n los de comes y cónsul; r e d a c t a b a sus d o c u m e n t o s c o n fórmulas que responden a costumbres m u s u l m a n a s e incluía e n ellos referencias a su persona, c o n perfecto " i n t e g r a l i s m o 5 5 o r i e n t a l ; s u to l e ranc ia es, p o r l o tanto, inseparable de esta adopción de m o d o s d e v i d a islámicos. Frente a él se levanta , y a l fin t r i u n f a , l a a c t i t u d i n t r a n ­sigente de l a c a m a r i l l a regia, c o n l a r e i n a y eclesiásticos franceses a l a c a b e z a 7 . F i n a l m e n t e , Castro ve l a h u e l l a m u s u l m a n a en l a o m n i p r e -sencia de l a religión en los diversos órdenes de l a v i d a española, desde e l empleo de " s i D i o s quiere 5 5 o " q u e D i o s g u a r d e 5 5 , hasta l a i m p o r t a n c i a política de l a Ig les ia : " L a teocracia hispánica, l a i m p o s i b i l i d a d de o r g a ­n i z a r a E s p a ñ a o Hispano-América c o m o u n E s t a d o p u r a m e n t e c i v i l , a f i r m a d o en intereses y realidades y n o en magias personales, no es s i n o u n remoto eco de l espíritu islámico y de l j u d a i c o 5 5 ( p á g . 9 9 ) .

E n el c a m p o de l a l i teratura , el más i m p o r t a n t e rasgo de p r o c e d e n ­c i a islámica es p a r a C a s t r o el " i n t e g r a l i s m o 5 5 , esto es, l a presentación c o n j u n t a de lo más elevado y lo más bajo, lo más general y lo m á s n i m i a ­mente personal . P a r a el m u s u l m á n " t o d o en el m u n d o , lo m á x i m o y lo mínimo, posee u n va lor , pues se h a l l a sostenido y visitado p o r D i o s e n c a d a p u n t o e instante de su existencia . . . T o d o está incluso en l a fluen­c i a creat iva e incesante de lo d i v i n o . . . L a v i v e n c i a personal i n c l u y e así l a v i v e n c i a de las cosas y personas vecinas. E s el islámico u n m u n d o de b u e n a v e c i n d a d , en donde el m e n d i g o se codea con el g r a n señor, y l o que nosotros l l a m a m o s ínfimo, obsceno o fétido al terna c o n lo d i v i n o 5 5

( p á g . 3 1 3 ) . A l a l u z de esta idea rectora, C a s t r o revisa las usuales i n t e r ­pretaciones de l a h i s t o r i c i d a d y real ismo propios de l a epopeya caste­l l a n a , así c o m o l a explicación de p r i m i t i v i s m o q u e se suele d a r a l a i n g e ­n u i d a d c o n que Berceo o el A l f o n s o X de las Cantigas se detienen e n detalles pintorescos o crudos y dejan sal ir afuera su i n t i m i d a d , " l a l u z d e l corazón 5 5 .

E l autor que recibe u n a exégesis m á s esencialmente n u e v a es el A r c i ­preste de H i t a . E l Libro de buen amor, con su combinac ión de tetras-ticos narrat ivos y estrofas líricas, responde a l t ipo de l a maqama á r a b e , género que a l terna l a prosa n a r r a t i v a y los fragmentos líricos versi f i ­cados. H a y u n a dependencia i n d u d a b l e entre el p o e m a de J u a n R u i z y El collar de la paloma de l cordobés I b n H á z a m ( 9 9 4 - 1 0 6 3 ) ; las seme­janzas atañen a l a prédica de l a alegría, a l a concepción y justificación d e l a m o r , a l a m e z c l a de erotismo y m o r a l i s m o ; los dos autores se re­fieren a canciones líricas que no i n c l u y e n (si b ien J u a n R u i z n o dice q u e las o m i t a , mientras que I b n H á z a m lo a n u n c i a ) ; los dos son p r o t a g o ­nistas de aventureras parec idas: los b u r l a el mensajero que h a n e n ­v i a d o p a r a t ratar amores c o n l a m u j e r p r e t e n d i d a ; caen e n desgracia d e o t r a p o r las m u r m u r a c i o n e s de los mestureros; l a muerte les a r r e b a t a o t r a a m a d a y se entregan a análogas muestras de dolor , etc. Personajes de l Libro de buen amor c o m o los mestureros, los intermediar ios entre los amantes, l a trotaconventos, t ienen su m a r c o adecuado en u n a m b i e n t e or ienta l . D e or igen musulmán es en J u a n R u i z algo más h o n d o a ú n : el perf i l evanescente de las figuras creadas; el juego constante c o n q u e

7 Al-An, XII, 1947, págs. 27-41.

N R F H , III RESEÑAS 303

se m u e s t r a el dentro y el fuera de las cosas; l a proyección de l elemento personal en l a o b r a . E s b i e n justa l a calificación de " o b r a m u d e j a r " q u e d a C a s t r o a l p o e m a de J u a n R u i z . S i n embargo, parece excesiva l a aserción de que el arte de l Arc ipres te , "en lo esencial, n a d a debe a l a E u r o p a c r i s t i a n a " ( p á g . 4 3 9 , n o t a ) .

E s c ierto que l a vitalización y humanizac ión de sus temas es f u n d a ­m e n t a l y procede de O r i e n t e — a l menos en g r a n p a r t e — ; pero esencial es t a m b i é n l a ironía, y ésta h a sido impuesta p o r l a i m p o s i b i l i d a d de just i f icar e l a m o r sensual dentro de l a ideología cr is t iana, c o m o se nos dice en l a pág . 419 . P o r eso h a y que t o m a r c o m o chiste, s in l a a m b i ­g ü e d a d a p u n t a d a en l a p á g . 4 4 1 , el h e c h o de que el título de Libro de buen amor p r o v e n g a de l a denominación ha lagüeña r e c l a m a d a p o r u n a a lcahueta . E n general el descubrimiento de este importantísimo elemen­to m u s u l m á n hace que Castro desatienda excesivamente lo que el A r c i ­preste debe a l a c r i s t i a n d a d o c c i d e n t a l : lírica mariológica, go l iardismo, m o r a l i d a d e s , retórica de tradición l a t i n a , etc. V e r d a d es que estos dé­bitos habían sido estudiados antes y el arabismo no .

N o menos sugestivo es el capítulo dedicado a l a penetración j u d a i c a en l a v i d a española. L a aversión de los cristianos españoles a l trabajo me­tódico y a l ejercicio de las act ividades intelectuales dejaba u n vacío que l a sagaz minoría j u d a i c a se encargó de l l e n a r : c o m o administradores, comerciantes, prestamistas, médicos, abogados o astrónomos, los judíos ejercieron u n a "supremacía desde a b a j o " . C a p i t a l fué su intervención en l a o b r a científica r e a l i z a d a en l a corte alfonsí, y el hecho de q u e l a l e n g u a e m p l e a d a fuese el castellano n o debe desligarse de l a r e p u g n a n c i a que los hebreos sentían p o r el latín, l a l e n g u a sagrada de los crist ianos; y a en el siglo x v se hace eco de este desvío M o s é A r r a g e l . L a aristocracia los protegía p o r q u e los necesitaba; el pueblo , que los veía como exactores de tr ibutos y usureros enriquecidos, sintió p o r ellos creciente o d i o , que exacerbado p o r predicaciones demagógicas , estalló en las matanzas i n i ­ciadas en 1391. Entonces c o m i e n z a l a o l a de conversiones, y los neófitos i n f i l t r a n en el ambiente crist iano rasgos de su or ig inar io espíritu y v i d a j u d a i c o s : " P o r m e d i o de tales injertos penetraron en l a sociedad de Cas­t i l l a el l i r i smo poético c o n resonancias árabes, l a mística judeo-islámica, gérmenes de n o v e l a (La Celestina), pensamiento filosófico refugiado en el extranjero ( L u i s V i v e s , F r a n c i s c o Sánchez , Beni to E s p i n o s a ) . M a s p o r los mismos cauces e n t r a r o n también el furor y el " m a l s i n i s m o " i n q u i ­sitoriales, l a c o d i c i a y l a rapiña frenéticas, l a l i m p i e z a de sangre . . . , el recelo de l a opinión . . . , e l querer ser todos hidalgos . . . ; l a ascética sombría ( a destono c o n el catol ic ismo español y c o n el de f u e r a ) , l a visión negat iva del m u n d o (Lazarillo, M a t e o A l e m á n , Q u e v e d o ) , el des­engaño, l a h u i d a de los valores" (págs. 5 8 0 - 5 8 1 ) .

Cr is t ianos , moros y judíos coexist ieron durante siglos en España n o c o m o tres clases, s ino c o m o tres castas, c o m o tres sociedades separadas. S u coexistencia, no obstante, t u v o consecuencias indelebles en l a f o r m a de v i d a española. L o esencial en l a estructura v i t a l de los cristianos es­pañoles consiste en " integración e n l a persona y ausencia de pensamiento objet ivable" , y, a l a vez, en l a insatisfacción p r o d u c i d a p o r las conse­cuencias de t a l a c t i t u d . Este v i v i r " c o n todo su ser" , encerrado en l a

RESEÑAS N R F H , III

p r o p i a existencia, " impl icó resultados espléndidos p a r a l a acción p e r s o n a l y p a r a l a expresión to ta l i zada de l a v i d a en l a o b r a de arte" . E n c a m b i o , n o atento a cosas e ideas independientes de l v i v i r personal , q u e d ó a l m a r g e n de las transformaciones ideológicas, científicas y económicas d e l a E u r o p a occ identa l . D e aquí el que l a histor ia española ofrezca desde el siglo v i n u n a c o n t i n u i d a d de postura v i t a l : " E s p a ñ a se hizo ' u n i é v i c a 5 , y conservó inalteradas su lengua, su creencia, l a a c t i t u d frente a su v i d a y a las de los demás, en el siglo x i lo m i s m o que en el x v n " (pág . 6 1 0 ) . L o s españoles estuvieron unidos p o r l a c o m u n i d a d de creencias, no p o r l a cooperación en tareas; r o t a o desfal lecida a q u e l l a c o m u n i d a d , se a f l o­j a r o n los vínculos de unión. T a l es p a r a Castro l a razón de ser de l a t o ­m i s m o que t iende a separar personas y regiones. A h o r a b i e n , c o m o y a se h a d i c h o , entra en l a p e c u l i a r i d a d hispánica el descontento ante e l p r o p i o m o d o de v i d a , el afán p o r i n t r o d u c i r los usos de l m u n d o o c c i ­denta l , el anhelo de rectif icar el curso de l a histor ia , de desandar la y r e ­hacer la . D e n t r o de esta p a r t i c u l a r m a n e r a de existir h a n surgido valores excelsos: " E l que n o tenga cotización en el m e r c a d o del c o n o c i m i e n t o físico no signif ica que l a serie F e r n a n d o de R o j a s (La Celestina), H e r n á n Cortés, Cervantes , V e l á z q u e z y G o y a no signif iquen en el m u n d o de l a axiología, de los valores m á x i m o s del h o m b r e , n a d a de m e n o r v o l u m e n que L e o n a r d o , Copérnico , Descartes, N e w t o n y K a n t " (pág . 6 4 1 ) .

T a l es el contenido de España en su historia, l i b r o rebosante de ideas y notic ias nuevas, de hallazgos y de pasión. D e pasión en el sentido d e que los hechos no son indiferentes a su intérprete, q u i e n los a n a l i z a c o n " d o l o r i d o s e n t i r " 8 . L a consideración de las excelencias cimeras sirve d e consuelo a l reconocimiento de las graves fallas q u e las h i c i e r o n posibles. " ¿ P o r qué vías sal ieron a flor de histor ia t a n t a eterna m a r a v i l l a y t a n t a d i f i c u l t a d p a r a c a m i n a r p o r este m u n d o ? " ( p á g . 1 3 ) . Desde las p r i ­meras líneas el lector h ispano se siente apresado p o r l a dramát ica a trac­ción de u n a perspectiva histórica cuyas conclusiones podrá querer o n o , pero que en su m a y o r parte se le i m p o n e n con fuerza a b r u m a d o r a .

P o r q u e - — r e p e t i m o s — l a construcción es firme, y los reparos que h e ­mos a p u n t a d o en los párrafos anteriores, así como los que se e x p o n d r á n a continuación, no q u e b r a n t a n l a solidez de l edif icio. L o que más se echa de menos es u n capítulo donde se precise qué conservaron y q u é desecharon los cristianos españoles del v i v i r h ispano anter ior a l siglo v m . C a s t r o hace t a b l a rasa de esta herenc ia porque , según dice, sólo a l e n ­frentarse c o n el I s l a m " e m p e z ó el habi tante de l a Península a sentir c o n ­c i e n c i a de pertenecer a u n pueblo , y l u c h ó tenazmente p a r a mantenerse v i v o y p a r a estructurar su existencia. A n t e s de esa época ignoramos c ó m o fuera l a conc ienc ia de ser español, y cuáles fueran las bases de u n a v i d a n a c i o n a l pensada y q u e r i d a " (pág . 4 5 ) . C o n v e n d r í a , s in embargo, i n ­d a g a r cuál era l a f o r m a de v i d a de l hispano-godo, pues sólo conociéndola podríamos c o m p r e n d e r el a lcance de l a transformación que h u b o d e sufr ir ante las nuevas c ircunstancias resultantes de l a invasión m u s u l ­m a n a . H a y rasgos que h a c e n sospechar u n a r u p t u r a de c i s i va : en l a E s -

8 De aquí alguna apreciación injusta respecto a creaciones ajenas al mundo hispánico; por ejemplo, la poesía de los trovadores provenzales fué algo más que un "ejercicio retórico helado y bastante espectral", como se dice en la pág. 492.

N R F H , III RESEÑAS 305

p a ñ a v is igoda p u l u l a r o n las herejías; el servicio m i l i t a r fué a b a n d o n a d o a las clases inferiores, lo q u e permitió que el título de l m i l e n a r i o o jefe de m i l hombres (thusundi-jaths) se c o n v i r t i e r a p o r etimología p o p u l a r en "jefe de siervos" (thiu-faths, thiufadus)9. N a d a más opuesto a l a b a ­t a l l a d o r a o r t o d o x i a s in inquietudes intelectuales y a l a consagración de l noble a l ejercicio de las armas, caracteres esenciales en l a E s p a ñ a pos­terior . P e r o de todos modos, c o m o se nos dice en l a pág . 5 0 , " e l pasado visigótico y r o m a n o servía p a r a m a n t e n e r l a conc ienc ia de n o ser m o r o " , y en este sentido el recuerdo de l a E s p a ñ a g o d a h u b o de ser especial­mente eficaz; l a ilusión de restaurar la fué estímulo constante p a r a los españoles d u r a n t e l a R e c o n q u i s t a . Y habría que preguntarse si esta reso­n a n c i a i d e a l de l re ino godo fué totalmente inerte en aspectos concretos d e l existir cristiano español, o s i , p o r reacción frente a l a m o r i s m a , se d i o en ellos u n postumo resurgimiento goticista. Inducir ían a pensar esto últ imo el p r e d o m i n i o de nombres góticos, tanto en l a onomástica per­sonal de los estados cristianos d u r a n t e los siglos v i n a l x n , cuanto en l a t o p o n i m i a de l Noroeste p e n i n s u l a r ; el g e r m a n i s m o de los usos jurídicos atestiguados en los fueros m u n i c i p a l e s o en las gestas, m u c h o más intenso que el manifiesto en las leyes v i s i g o d a s 1 0 ; y acaso el f lorecimiento de l a épica (si a d m i t i m o s su le jana procedencia germánica) en l a C a s t i l l a de l siglo x , después de h a b e r d o r m i d o e n los días de L e o v i g i l d o o W a m b a .

N o se omite en España en su historia l a i m p o r t a n c i a que tuvo l a i n ­migrac ión u l t r a p i r e n a i c a de los siglos x i y x n . Se d a sentido nuevo a l a instalación de los cluniacenses en las pr incipales sedes y abadías : venían a c u b r i r (misión que n o rea l i zaron) el déficit de pensamiento existente en el v i v i r hispánico. L a separación de P o r t u g a l aparece p r e p a r a d a p o r l a a v a l a n c h a francesa y las ambiciones de l borgoñón d o n E n r i q u e ( " A P o r t u g a l lo h a c e n i n d e p e n d i e n t e " ) . T a m b i é n h a l l a n significación los desórdenes que t u v i e r o n l u g a r en ciudades c o m o Sant iago o S a h a g ú n , d o n d e se a g l o m e r a b a el heterogéneo elemento extranjero ansioso de ga­nancias . D e todos modos, el estudio de esta penetración europea no es t a n completo n i t a n p r o f u n d o c o m o el que se hace de los factores islámico y j u d a i c o . S i n d u d a es así p o r q u e C a s t r o estima que el inf lu jo u l t r a p i ­renaico no alteró en l o esencial l a f o r m a de v i d a hispánica. P e r o entonces t u v o que haber u n proceso de asimilación, de hispanización, cuyas fases serían de l m a y o r interés.

E n ocasiones las causas que Castro señala como or ig inadoras de unos hechos p u e d e n ser ciertas s in ser exclusivas. L a relación — e n l a que n a d i e había pensado hasta a h o r a — entre el título i m p e r i a l de los reyes leoneses y las pretensiones de los obispos compostelanos a erigirse en pontífices (pág . 109) no i n v a l i d a las explicaciones propuestas p o r M e -néndez P i d a l {La España del Cid, ed. 1943, p á g . 3 4 ) : l a conversión del señorío de N a v a r r a en reino, o l a repartición de los d o m i n i o s de A l ­fonso I I I entre sus hijos, p u d i e r o n ser l a c i rcunstanc ia determinante p a r a que el m o n a r c a leonés asumiese o recibiese el título de emperador , a u n ­q u e éste se f u n d a r a en las ambiciones pontificales de los prelados que

9 Véase E . G A M I L L S C H E G , en RFE, X I X , 1932, pág. 140. 1 0 Castro no se olvida de instituciones germánicas como la venganza y la prenda

extrajudicial (págs. 231 y 2 3 9 ) .

3o6 RESEÑAS N R F H , I I I

regían l a sede apostol ica de C o m p o s t e l a . E l ambiente is lámico-judaico de l a corte al fonsi fué s in d u d a m o t i v o i m p o r t a n t e p a r a que los p a p a s se opusieran a l a elección de l R e y Sabio como e m p e r a d o r de A l e m a n i a (págs . 348 y 5 1 0 ) ; pero n o h a y que o l v i d a r l a y a secular c o n t i e n d a entre R o m a y l a casa de S u a b i a , recién v e n c i d a , de l a que descendía A l f o n s o X p o r parte de su m a d r e . E l ambiente que r o d e a b a a l rey de C a s t i l l a h a r í a recordar a los papas o t r a corte fuertemente or ienta l i zada , l a de l a b o r r e ­c i d o F e d e r i c o I I , tío de A l f o n s o . P o r últ imo, el despego de éste p o r e l santuar io de C o m p o s t e l a no sólo sería atribuíble a l j u d a i s m o de sus c o r ­tesanos, sino a razones políticas de otro t i p o : q u i e n aspiraba a l S a c r o R o m a n o I m p e r i o y necesitaba ganarse l a v o l u n t a d de los papas ten ía q u e evitar destacarse c o m o protector de u n a sede apostólica q u e repe­t idas veces había i n t e n t a d o equipararse a l a de S a n P e d r o .

M á s observaciones de detalle : "cueros valientes" ( p á g . 3 0 ) d e b e n ser s implemente 'grandes, fuertes' (cf. notas de Rodr íguez M a r í n a s u edición del Quijote, 1928, I V , 2 8 0 , y V , 231)0 P á g . 2 3 0 : l a inclusión de las más bajas funciones fisiológicas en l a l i t e r a t u r a se d i o y a en obras castellanas de l a E d a d M e d i a , antes de que los sarracenos hubiesen p a ­sado a " h i s t o r i a l e j a n a " ; recuérdense el relato épico de l a muerte d e S a n c h o I I en Z a m o r a (Primera Crónica General, ed. M e n é n d e z P i d a l , p á g . 511 a) y el cuento de d o n J u a n M a n u e l " D e l o que contesció a u n philósopho que p o r ocasión entró e n u n a cal le d o m o r a v a n malas m u -geres" (Patronio, ed. K n u s t , pág . 2 0 9 ) . Págs. 238 y 2 4 2 : después d e los estudios de M e n é n d e z P i d a l no puede aceptarse " q u e l a f o r m a d e v i d a épico-personal [castellana] necesitara p a r a sal ir a l u z de ciertos medios expresivos venidos de F r a n c i a " ; l a i n f l u e n c i a francesa a d v i n o c u a n d o y a en C a s t i l l a habían surgido cantares autóctonos. P á g . 281 : " r e a l i s m o " c o m o el de L u l i o a b u n d a en Berceo (Santo Domingo, 5 5 8 , m i l a g r o de l a abadesa enc inta , etc.) y en el Alexandre (descripción d e l mes de m a y o ) . P á g . 302 : no es vál ido el contraste entre A l f o n s o V I I I y P e d r o I I a base de l a b a t a l l a de las N a v a s , d o n d e los dos reyes p e l e a r o n j u n t o s ; más exacto sería oponer el desordenado erotismo del rey aragonés a l a protesta c o n que l a adusta n o b l e z a castel lana puso fin a los amores de A l f o n s o V I I I con l a j u d í a de T o l e d o , según vieja leyenda. P á g . 3 9 9 , n o t a 3 : el t e m a de l a bel leza i r r a d i a n t e está registrado p o r lo menos desde el siglo x v ; S a n t i l l a n a lo ofrece, s in d u d a c o m o eco de l dolce stil nuovo, en sus sonetos ( " Q u a n d o yo so delante a q u e l l a d o n a / A cuyo m a n d o m e sojudgó A m o r , / C u y d o ser u n o de los que en T a b o r / V i e r o n l a g r a n c l a r o r que se r a z o n a " , Obras, ed. A m a d o r de los Ríos, pág . 281 ; " N o n es el rayo de F e b o lugiente/ N i n los filos d ' A r a b i a más hermosos/ Q u e los vuestros cabellos luminosos ,/ N i n g e m a d'estupaga t a n f u l g e n t e . . . / E su perfetta bellega m o s t r a v a / Q u a l v i v a flama o estrella d ' O r i e n t e " , Ibid., 2 7 7 ) . T a m b i é n G a r c i l a s o , s iguiendo tradición dantesca que le l lega a través de B e r n a r d o Tasso, dice en su soneto V I I I : " D e a q u e l l a vista p u r a y ecelente/ S a l e n espirtus vivos y encendidos" . P á g . 5 6 4 : e n t i e m p o de A l f o n s o X I los castellanos n o eran y a t a n austeros c o m o p a r a q u e los sueños amorosos descritos p o r d o n S e m T o b fuesen u n a trev i ­m i e n t o ; el rey d e c l a r a b a en u n a l i n d a canción haber cogido flores en e l noble paraíso de su d a m a , y el Arc ipres te de H i t a no se sentía c o h i b i d o

N R F H , III RESEÑAS 307

p o r el p u d o r . T é n g a s e en cuenta, además, que el sueño en cuestión alec­c i o n a sobre l a a m a r g u r a que sigue a l deleite ( " n o n v i t a n dulce cosa, mas agrá a l a d e x a d a " ) . L a mención de l a sa l iva reaparece en el soneto de G ó n g o r a " L a dulce b o c a que a gustar c o n v i d a / U n h u m o r entre perlas d e s t i l a d o " , l o que podría añadirse a l apéndice I X . P á g . 5 6 7 : l a edición de Gonzá lez-L lubera , p u b l i c a d a después de haberse redactado el l i b r o de C a s t r o , corrige l a lec tura " f i n o gusano" en l a estrofa 60 (antes 4 4 ) de los Proverbios morales. P á g . 5 7 2 : l a visión lúgubre de l m u n d o está re­presentada e n l a l i t e r a t u r a castel lana antes de que se incrementasen las conversiones de judíos, c o m o s imple muestra de l ascetismo m e d i e v a l . D e n t r o de l a tradición cr ist iana occ identa l , e m p a p a d a , c laro está, de pesimismo bíblico, están l a Disputa del alma y el cuerpo, el Libro de mi­seria de omne, el Rimado de A y a l a y l a Revelación de un ermitaño, i n ­fluidos p o r poemas franceses, I n o c e n c i o I I I o S a n G r e g o r i o M a g n o .

P o n g a m o s fin a esta recensión, c u y a l o n g i t u d sólo se justi f ica p o r l a e x c e p c i o n a l i m p o r t a n c i a de l a o b r a reseñada. N a d i e q u e se interese p o r el a l m a , pasado y creaciones de los pueblos hispánicos podrá presc indir en adelante de España en su historia. I n i c i a u n a n u e v a y f e c u n d a m a ­n e r a de h is tor iar ; p l a n t e a fundamentales interrogaciones respecto a l v i v i r h ispano y las resuelve c o n acierto; es l i b r o v i v o e inc i tante , y p o r eso m i s m o suscitará polémicas. L l e g a cargado de ideas y o b l i g a a meditar las . B i e n v e n i d o sea.

R A F A E L L A P E S A

Universidad de Madrid.

P A B L O CABANAS, El mito de Orfeo en la literatura española, M a d r i d , 1948, 415 págs.

M u c h a erudición de p r i m e r a m a n o h a puesto en juego el autor de este l i b r o p a r a seguir a través de nuestras letras l a trayector ia de u n m i t o t a n fecundo en posibi l idades y realizaciones. N o se h a l i m i t a d o a a n a ­l i z a r las obras cu lminantes inspiradas en l a leyenda órfica — L o p e , Solís, Q u e v e d o , Jáuregui , Pérez de M o n t a l b á n , B e r n a l d o de Quirós , C á n c e r — , sino que recoge también b u e n número de alusiones en que el n o m b r e de l cantor de T r a c i a es u t i l i z a d o c o m o l u g a r c o m ú n en los panegíricos de poetas, o c o m o s imple recurso p a r a l a r i m a . N o s d a a conocer, además, tres obras inéditas que p u b l i c a en los apéndices, entre ellas u n bellísimo auto sacramenta l de Calderón, el Auto del divino Orfeo, dist into de l y a c o n o c i d o del m i s m o título, que sin d u d a a l g u n a hay que i n c l u i r desde a h o r a entre los mejores de l autor. Sólo p o r esto, el t rabajo de C a b a n a s merecería y a ser rec ibido con g r a t i t u d y aplauso, y justificaría sobrada­mente el p r e m i o " M e n é n d e z P e l a y o " que le h a sido otorgado. E l l i b r o que comentamos n o es, s in embargo, u n a l a b o r de acarreo que pone en presencia de l lector y a l a lcance de su m a n o unos ficheros repletos de noticias interesantes: en este caso, lo guardar íamos s implemente p a r a consultar lo p o r sus índices c u a n d o l a ocasión nos llevase a servirnos de l a benemérita y paciente erudición de su autor . P e r o el l i b r o de C a b a n a s