revista cultural ninacuro 01

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 00 REVISTA CULTURAL DE SAN MARTÍN Año I - N° 01 - Diciembre 2011 Multicolor La fiesta de San Martín Ninacuro Lamas

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Revista cultural Ninacuro 01, del proyecto de rescate y afirmación de las expresiones culturales de San Martín

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Page 1: Revista cultural Ninacuro 01

Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 00Revista cultuRal de san maRtín

año i - n° 01 - diciembre 2011

multicolorLa fiesta de S

an Martín

ninacuro

Lamas

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Pag 00 / Proyecto Rescate y afirmación de las expresiones culturales de la región San Martín

Una descripción hecha por la licenciada Marítza Rodríguez Cerrón, resacata las pictografías y los petroglifos identificados en San Martín. Un breve resumen de su investigación que será publicada.

La alimentación lamista y su relación con la naturaleza, un proyecto que lleva adelante Bárbara Rodrigues de la Asociación Cultural Sachamama, describe sobre el proyecto de “Chacra – huertos”.

El presidente de la Mesa de Diálogo de los pueblos indígenas, Lincoln Rojas Salazar, escribe sobre la interculturalidad y cuánto ha avanzado el gobierno regional en las políticas regionales a favor de los pueblos amazónicos.

El musicólogo Luis Salazar Orsi contextualiza el uso del pifano (instrumento de viento), utilizado en la interpretación de música tradicional amazónica.

Más páginas09. Una agenda andina amazónica. Diálogo con Roger Rumrrill

08. Derecho a la consulta previa. Por Ivonne Pérez

12. Sesquicentenario de Jenaro Herrera19. Medicina tradicional de San Martín. Por Rosa Giove

22. El patrimonio natural de Bellavista está amenazado23. Comercio e industria en el neolítico amazónico26. Rescatando el antiguo Tolentón de Saposoa

“Chazuta, arte ancestral” se

titula un libro que será publicado.

Aquí un breve adelanto sobre

la cerámica artesanal de

Chazuta

En esta edición, Raúl del Águila Rojas publica una descripción sobre la confección del sombrero riojano, a base de bombonaje, considerada como la principal actividad artesanal del Alto Mayo.

Pág. 4

Pág. 18

Pág. 10Pág. 14

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Pág. 24

tomas cotrina

Heinz Plenge

césar cárdenas

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 00

Presidente regionalCésar Villanueva Arévalo

Vicepresidente regionalJavier Ocampo Ruiz

Gerente regional de desarrollo socialAurora Torrejón Riva de Chincha

Equipo de gestión del Proyecto CulturalYolanda Rojas VargasCésar Cárdenas Javier Pedro Vargas RojasAna Gonzales SaavedraBerlit Barbarán TanchivaFrank Segura RuizHenry Sandoval GómezOlguita Tuesta VelaTomás Cotrina TrigozoTeodomiro Chinguel SantosLily Tavera PintoJorge Yomona FernándezSantos Rengifo JimenoHenrry Panduro Centurión

Ninacuro, revista cultural del Gobier-no Regional de San Martín, editada a través del proyecto Rescate y afirma-ción de las expresiones culturales de la región San Martín.

Equipo editorial

DirectoraYolanda Rojas Vargas

EditorCésar Cárdenas Javier

AsesorLuis Vasquéz Vásquez

CorrecciónJuan Carlos Arce Rojas

Dirección: Jr. Alonso de Alvarado N° 1032, barrio Lluyllucucha, MoyobambaTeléfono: 042 562642 E-mail: [email protected] el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2011-16043Impreso en: Gráfica Gárate SAC, Jr. Serafín Filomeno N° 591

El proyecto de inversión pública “Rescate y afirmación de las expresiones culturales”, impulsado desde el gobierno regional de San Martín, inició sus actividades 2011 socializando las acciones, objetivos y estrategias del proyecto con los gobiernos locales, direcciones de UGELs, y asociaciones culturales de todo el departamento, con la finalidad de difundir la propuesta cultural del gobierno regional, generar alianzas locales y fundamentalmente, sensibilizar a las personas que toman decisiones para que se involucren en un gran movimiento de desarrollo cultural.

En el empeño de cumplir con las actividades previstas en el plan anual y de la mano con gobiernos locales y organizaciones culturales, que se han ido fortaleciendo y organizando en el camino, se han realizado actos académicos, conversatorios, concursos, talleres, exposiciones artísticas, encuentros, etc., que han permitido tener información más cercana sobre el trabajo de los artistas, descubrir talentos, recoger experiencias y saberes ancestrales, generando también oportunidades para difundir sus creaciones literarias, su producción artística, y diversas expresiones culturales. Ha permitido también a nosotros apoyar con dotación de instrumentos musicales e indumentaria a los grupos artísticos y elencos escolares.

De igual manera, en estos tiempos que se habla de la inclusión social y de interculturalidad, hemos dado los primeros pasos para integrar a diversos sectores interesados en contribuir a tener una mirada clara y aportar propuestas sobre los temas urgentes de los pueblos indígenas, de los cultores de medicina tradicional y en general de aquellos portadores de la sabiduría ancestral de nuestra región.

Las acciones de este año nos van a permitir visualizar mejor las tareas pendientes y conducir el proceso de elaboración del Plan regional de cultura gracias a los aportes de distintos profesionales, que en este caminar se ha recogido a quienes ahora hacemos público reconocimiento.

En este proceso de movilizar la cultura, continuaremos recogiendo nuevos aportes y experiencias de otros lugares, pero con el mismo sueño y la misma pasión porque estamos convencidos que las expresiones culturales y saberes de la población pueden convertirse en industrias culturales que dinamicen las economías locales.

editorial

Yolanda Rojas VargasCoordinadora del Proyecto Cultural

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Pag 00 / Proyecto Rescate y afirmación de las expresiones culturales de la región San Martín04

¿Qué es cultura? Para compren-der lo que es la interculturalidad, debemos tener una aproxima-

ción al concepto de cultura. Un con-cepto que explica de manera sencilla es: “Conjunto de maneras de pensar, actuar, sentir en la triple relación con la naturaleza, con el hombre y con el absoluto” (Sélim, 1986:17)

En la actualidad, se sabe que exis-ten muy pocas sociedades en el mun-do que están conformadas por grupos de una sola cultura. En la mayoría de países, conviven grupos de diferentes culturas que se relacionan entre sí. El mundo es cada vez más consciente de esta diversidad cultural.

Nuestro país se caracteriza por tener una rica diversidad de culturas originarias y culturas que llegaron des-pués. Todas éstas se han relacionado por siglos, y han conformado una so-ciedad pluricultural. Algunos piensan que estas relaciones tendrán como re-sultado “un país mestizo”. Sin embar-go, la realidad demuestra que aunque las culturas cambian, mantienen viva su identidad cultural. Los pueblos in-dígenas amazónicos han sido parte de estos procesos. La diversidad cultural del país o pluriculturalidad es poco co-nocida y reconocida por el resto de la sociedad. Por ello, en lugar de hablar de una cultura, es preciso y correcto hablar de culturas e identidades cultu-rales, porque todas las culturas valen, y valen igual.

Las culturas no son estáticas, es-tán en constante movimiento y lo más importante es que no se encuentran aisladas unas de otras, sino que se relacionan, influenciándose ambas. Las culturas van formando su autoesti-ma relacionándose con otras culturas. Cada vez que alguien desprecia la cul-tura del otro, la niega o sólo reconoce parte de ella, está atentando contra su

construyendo interculturalidad

césar cárdenas

Las relaciones de poder, dominio, marginación y exclusión se han plasmado en las diferentes culturas. Gracias a un efoque intercultural, nos permite tener un mejor panorama.

Escribe Lincoln Rojas Salazar

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 0005

los otros grupos, sin tomar en cuenta las maneras de ver, vivir y actuar de los otros pueblos.

Interculturalidad

Es un proceso social de comunica-ción entre diferentes culturas que bus-ca valorar y reafirmar su identidad de origen, lenguas, costumbres, credos, creencias y conocimientos sobre la biodiversidad.

Es un estado de convivencia que permite afrontar creativamente el cho-que de culturas, la pérdida de la iden-tidad y las prácticas de discriminación y exclusión como: racismo, machismo, autoritarismo, etnocentrismo, tradi-ción centralista, ausencia de democra-cia, desarticulación nacional, falta de respeto a la diversidad y marginación

La experiencia de San Martín

• Creación de la Comisión de desa-rrollo de pueblos indígenas. Enero 2008, en el Consejo regional.

• En el Proyecto educativo regional PER y en el Diseño curricular se considera los enfoque de género, interculturalidad y medio ambien-te. Igualmente la Resolución direc-toral Nº 02946-18/11/2008, sobre concurso de dibujo, pintura, música y redacción de mitos, cuentos con educandos de la educación intercul-tural bilingüe.

• En la Zonificación económica eco-lógica (ZEE) y en las micro y meso zonificación, se toman en cuenta el territorio de las comunidades nati-vas amazónicas (kechwas, awajún

y shawi).• Proyecto de protección y conser-

vación de los territorios de las comunidades nativas; priorizándose el saneamiento territorial de 30 comunidades nativas.

• Los gobiernos locales de las provin-cias de Rioja y Lamas y los distritos de Awajún y Papaplaya aplican políticas públicas interculturales que incluyen a las organizaciones indígenas, comunidades nativas, líderes, lideresas y dirigentes en la toma de decisiones que les favorezcan, (Presupuesto participa-tivo, Plan de desarrollo concertado, Comité de vigilancia, Consejo de coordinación local, asambleas).

oRdenanzas Regionales

a) OR Nº 023-30/07/08. Programa regional de asistencia directa (salud y educación) a comunida-des nativas.

b) OR Nº 037-15/12/08. Protección de la biodiversidad y recursos naturales tradicionales.

c) OR Nº Nº 037-15/12/08. Re-conocimiento de las lenguas nativas, como lengua oficial de la región.

d) OR Nº 010-26/03/09. Creación de la Oficina regional de desa-rrollo de pueblos indígenas de San Martín. ORDEPISAM

e) OR N° 041-2009-23/12/09. Creación de la Mesa de diálogo de pueblos indígenas.

f) OR Nº 010-26-03-2009. Modifi-car Art. 2.- Reglamento ORDEPI-SAM. ROF, MOF, PAP.

g) OR 011-02/04/09. Reglamento del CCR, participación directa del representante indígena.

h) OR No 036-09/12/2010. Aproba-ción del Reglamento de organi-zación y funciones (ROF) de la ORDEPISAM.

i) OR No 037-09/12/2010. In-clusión del la ORDEPISAM en el organigrama del gobierno regional.

j) OR Nº 041-23/12/09. Conforma-ción e instalación de la Mesa de diálogo de pueblos indígenas.

dignidad y su derecho a ser diferente. Por ello, en la actualidad se considera el reconocimiento de las diferencias (culturales) como un derecho .

Cuando un enfoque toma como “único” centro una cultura, creyendo que de ella se deriva todo lo demás, se llama enfoque etnocéntrico. El Etno-centrismo: es una ideología o actitud que defiende la cultura y la raza pro-pia como superiores a las demás. Las personas etnocéntricas defienden las actitudes que excluyen a otros por el color de su piel o por su pertenencia cultural. El discurso o actitudes et-nocéntricas se dan cuando un grupo humano juzga y valora a los otros pue-blos desde los parámetros de su propia cultura. No dialoga, sino que aplica su propia manera de ver, vivir y actuar a

de las minorías étnicas, sobre todo de mujeres y personas con discapacidad.

La interculturalidad en el ejercicio de la tolerancia, debe propiciar una política incluyente basada en los prin-cipios siguientes:

La ciudadanía: supone el recono-cimiento pleno y la garantía de acce-der a una condición de igualdad real y efectiva de derechos y responsabili-dades.

El derecho a la diferencia: supone el derecho de todos y cada uno de los pueblos, grupos étnicos y culturas, a ser respetados en su propia identidad cultural y a explayar libremente sus ex-presiones socioculturales.

La unidad en la diversidad: inte

Continúa en la siguiente página...

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...viene de la página anterior.

Luis Hernán Ramírez Mendoza, lingüista y poeta moyobambino, sostenía que la fiesta de San Juan

(24 de junio), de procedencia hispáni-ca, llegaba con los conquistadores es-pañoles, y que estuvo presente como entorno jubilar en la fundación de las ciudades de avanzada hacia el oriente en las entradas de los españoles a la selva (San Juan de la Frontera de Cha-chapoyas, por ejemplo). Se nutrió muy tempranamente de los elementos na-tivos y aborígenes, dando lugar, en la vasta región amazónica a una fiesta popular de tradición y hermandad en-

origen de la fiesta de San Juan

tre los hombres.En la fiesta de San Juan, están re-

presentandose el ritual católico que celebra al apostol San Juan Bautista con el simbolismo de la purificación del agua y el júbilo popular que festeja los dones de la madre naturaleza que sustentan y vigorizan la vida humana y su destino.

Por este origen que tiene de im-portado y de propio, de aprendido y de atávico, de popular y divino, la fiesta de San Juan, celebrada en todas las ciudades, pueblos y villorios de la selva peruana, se ha elevado a la ca-tegoría de un símbolo de la tradición y la solidaridad de los pobladores de

Escribe Pedro Vargas Rojas

racción cultural que parte del re-conocimiento y valoración de las diferencias con el otro, generando una nueva experiencia cultural en-riquecida por los elementos cultu-rales de ambos.

El ejercicio permanente de la interculturalidad de una sociedad propicia: relaciones de confianza, reconocimiento mutuo, comu-nicación efectiva, comprensión del Otro desde su propia cultura, diálogo y debate, intercambio de saberes y experiencias, resolución de conflictos, consenso desde las diferencias, cooperación y convi-vencia.

Enfoque interculturalEl enfoque intercultural es un

medio que permite darnos cuen-ta cómo las relaciones entre las culturas han estado marcadas por relaciones de poder, produciéndo-se relaciones de dominación, mar-ginación y exclusión. El enfoque intercultural también nos permite ver cómo estas relaciones han in-fluenciado sobre la manera de sen-tir, percibir y actuar de las personas y grupos. Estas influencias forman parte de la identidad y autoestima de las personas y grupos.

Se utiliza este enfoque con el objetivo de oponerse a las relacio-nes de dominación política, social y económica entre las culturas. Para ello se necesita realizar tareas complejas:

Primero. Realizar un análisis crítico para cambiar los aspec-tos históricos, sociales, políticos y económicos que llevaron a asumir como “algo natural” las acciones y discursos etnocentristas.

Segundo. Reflexionar y anali-zarnos para conocer cómo las emo-ciones y cargas valorativas de las características culturales influyen en nuestras relaciones cotidianas. Si no revisamos nuestras emocio-nes y cargas valorativas, podemos reforzar el etnocentrismo y la mar-ginación. Revisar nuestras emo-ciones nos permite desarrollar la empatía para construir relaciones interculturales positivas.

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 0007

origen de la fiesta de San Juan

la amazonía.En el oriente peruano se tejieron

algunas leyendas en torno a la fiesta de San Juan, en la que un cazador iquite-ño, que se concentró en las montañas, mientras dormía, la imagen se reveló en su sueño como San Juan Bautista. El santo dijo que había sido designa-do por Dios para ser patrón de toda la región y como tal debían venerarlo y erigirle una iglesia.

Mas allá de las leyendas que abun-dan en nuestra región encantadora-mente misteriosas, lo cierto es que la fiesta religiosa de San Juan llegó con los conquistadores españoles.

Los conquistadores españoles in-

gresan a la amazonía peruana por la parte norte de lo que es hoy el de-partamento de San Martín, específi-camente por los Muyupampas (actual ciudad de Moyobamba) en su afán de búsqueda del famoso Dorado y tam-bién para evangelizar a los “chunchos” o nativos que habitaban estos parajes;

después de fundar la ciudad de San Juan de la Frontera de Chachapoyas el 05 de setiembre de 1538, pasando una serie de peripecias que hizo peli-grar a la expedición y estuvo al borde del fracaso, logran llegar a estas tierras y fundan la ciudad de “Santiago de los Ocho Valles de Moyobamba”, el 25 de julio de 1540.

José Barletti Pascuale, acucioso investigador amazónico, dedicado a estudiar el pasado histórico de la sel-va por más de 30 años, indica: “No es correcto afirmar que la fiesta de San Juan pertenece a las culturas amazó-nicas originarias, ya que no tiene que ver con las tradiciones de los pueblos indígenas amazónicos que son prota-gonistas de primer orden en el esce-nario nacional. En las comunidades indígenas amazónicas no hay fiesta de San Juan. Se trata de una tradición de aquella población heredera de la cul-tura amazónica mestiza, que sin duda alguna, tiene su cuna en Moyobamba y alrededores (Rioja, Lamas, Tarapoto, principalmente); y después de exten-dió al resto de la amazonía”.

Todas las costumbres, tradiciones, celebraciones que los españoles im-plantaron al fundar la ciudad de San-tiago de los Ocho Valles de Moyobam-ba, se irradiaron a los demás pueblos de la selva, es decir la Fiesta de San Juan que tenía mucha raigambre en el país castellano lo trasladan a esta pri-mera ciudad fundada en la amazonía peruana.

Las grandes fogatas que hacían en esta fecha en los países europeos, se imitaba en el San Juan de antaño de Moyobamba y esto se refleja cuando Luis Hernán Ramírez Mendoza expre-sa: “Al filo de la media noche del 23 de junio, se queman en las calles y en los parajes más transitados los tradiciona-les “shuntos”, niños y jóvenes revolo-tean alrededor de estas fogatas que iluminan la fiesta de San Juan”.

Todos estos argumentos nos orien-tan a sostener que la Fiesta de San Juan tiene sus orígenes en la ciudad de Moyobamba, antigua capital de May-nas, sede el Obispado y de la Gober-nación de Maynas, considerada como la metrópoli de este extenso territo-rio, lo que actualmente constituyen los departamentos de Loreto, Ucayali, Madre de Dios y San Martín.

mayber sandoval

Pasionistas amazonía

arcHivo

Cómo llegó esta celebración a la amazonía peruana. Pedro Vargas retrocede en el tiempo y afirma que los españoles originaron ésta; sólo se celebra en las metrópolis, mas no en los pueblos originarios.

‘‘

‘‘En el oriente peruano se tejieron algunas leyendas en torno a la fiesta de San Juan

Concurso de pandillas durante la Expoamazónica

Cientos festejan San Juan con la humsha

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Pag 00 / Proyecto Rescate y afirmación de las expresiones culturales de la región San Martín08

En el Perú existen al menos 72 et-nias, 7 ubicadas en el área andi-na y 65 en la amazonía, las cuales

se agrupan en 14 familias lingüísticas, por lo que de acuerdo al Censo del 2007 aproximadamente 8 millones de habitantes peruanos son indígenas.

A los pueblos indígenas se les negó primero la existencia propia, poste-riormente la dignidad y finalmente la libertad, esclavizándolos, les arrebata-ron sus tierras y el control de sus re-cursos. En el periodo republicano, esta situación de sometimiento y exclusión a los pueblos indígenas se mantuvo.

Sucesivos gobiernos han venido aplicando un complejo y confuso trata-miento político y jurídico a los pueblos indígenas, haciendo que sigan los pro-cesos de marginación y exclusión, per-cibiéndose la negación a sus derechos ancestrales sobre sus tierras y terri-torios, razones por los cuales amerita una legislación especial que garantice la protección de sus derechos.

Derechos que se encuentran plas-mados en el convenio 169 de la OIT, y que fue ratificado por el Perú en el año 1993, este convenio está dirigido a garantizar la protección de derechos fundamentales de los pueblos indíge-nas y tribales, tales como el derecho a existir como pueblos, a la vida, a la identidad étnica y cultural, a la igual-dad, a la no discriminación, a la paz, a la tranquilidad, así como a gozar de un ambiente equilibrado y al adecuado desarrollo de su vida.

Conforme a su artículo 33º, el Con-venio Nº 169 OIT dispone que cuando un Estado ratifica el Convenio, éste se obliga hacerlo efectivo, lo que quiere decir, que luego de ratificado el Conve-nio Nº 169 OIT por el Estado, éste está obligado a aplicarlo. La particularidad de este Convenio es que en los planes de implementación del mismo deben participar los pueblos indígenas.

Entonces, la consulta de los pue-blos indígenas es un derecho recono-cido por el Perú desde 1995, año que entró en vigencia el Convenio N° 169 de la Organización internacional del trabajo (OIT).

Mediante Ley Nº 29785, se pro-mulgó la Ley del derecho de consulta previa; sobre el particular, establece que los gobiernos deberán consultar a los pueblos interesados, mediante

procedimientos apropiados cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afec-tarles directamente.

En virtud del cual podemos definir el derecho a la consulta previa, como aquella facultad que tienen los pueblos indígenas para que, dentro de un pro-ceso de diálogo intercultural, puedan escuchar al Estado sobre los proyectos que el gobierno tiene pensado aplicar, con el objeto de evaluar, estudiar y analizar los posibles cambios, benefi-cios y/o perjuicios que dicho proyecto tendría sobre su vida y cultura. Dentro de este marco, los pueblos indígenas podrán expresar su consentimiento al proyecto consultado o hacer llegar

rios cuyos derechos colectivos pueden verse afectados de forma directa por una medida legislativa o administrati-va” ¿Cómo identificar quiénes son los pueblos indígenas?

“El Convenio 169 de la OIT estable-ce dos criterios para identificarlos: 1. Son poblaciones que descienden de aquellas que vivieron en el Perú antes de la llegada de los españoles. 2. Son poblaciones que conservan hasta hoy instituciones que vienen desde esa época. Un elemento adicional, es la auto-identificación de los pueblos in-dígenas como tales.

¿El derecho a la consulta previa presume el derecho a veto?

El artículo 15 de la ley se refiere a la decisión final sobre la aprobación de la medida legislativa o administrativa consultada y establece que esta deci-sión le corresponde al Estado, sin em-bargo, puntualiza, que esta decisión “debe estar debidamente motivada e implica una evaluación de los puntos de vista, sugerencias y recomendacio-nes planteados por los pueblos indí-genas u originarios durante el proceso de diálogo, así como el análisis de las consecuencias que la adopción de una determinada medida tendría respecto a sus derechos colectivos reconocidos constitucionalmente en los tratados ratificados por el Estado peruano”.

“La finalidad del proceso es llegar a un acuerdo, lo ideal sería alcanzar-lo. Pero, ¿qué ocurre si no se alcanza? En esos casos, el Estado peruano tie-ne la posibilidad de tomar la medida, pero siempre respetando los derechos de los pueblos indígenas. Es decir, no existe un veto”.

Desde la aprobación de la ley, el Ejecutivo tiene un plazo para que se apruebe el reglamento de la ley, que esperemos respete los principios rec-tores del derecho a la consulta con-templados en la misma ley.

sus observaciones y alternativas, para que el Estado, en muestra de equidad y respeto, considere las propias opcio-nes de desarrollo de los pueblos indí-genas, en aras de llegar a un acuerdo con dichos pueblos.

De la definición alcanzada, implí-citamente se desprende la obligación del Estado de iniciar el proceso de diá-logo intercultural con los pueblos indí-genas, a efectos de darles a conocer en forma previa y anticipada las medidas que piensa adoptar, cualquiera sea su campo o ámbito de acción (económi-co, social, político, cultural, educativo, laboral, salud, justicia, etc.).

El artículo 5 de la ley establece: “Los titulares del derecho a la consulta son los pueblos indígenas u origina-

Escribe Ivonne Yolanda Pérez Celis

‘‘‘‘

La facultad del derecho a Consulta Previa

Esperemos que el Ejecutivo respete los principios rectores del derecho a la consulta contemplados en la misma ley.

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 0009

En los últimos años asistimos a un proceso de ocupación andina de los territorios amazónicos de

uno u otros extremos, en el caso de San Martín este proceso se intensificó en los años 60 pero fue más intenso en los 70, cuando se abre la carretera marginal. En esta época, recuerdo ha-ber hecho una investigación, que con-cluí que la migración era muy alta, a tal punto que llegó la tasa de crecimiento migratorio a un 4% y 5%, que era una de las más altas, y en ese periodo apa-rece como única ciudad fundada en la amazonía en los últimos 200 años: Nueva Cajamarca.

El proceso de San Martín tiene implicancias muy fuertes. Las prime-ra es de orden ambiental, porque la ocupación de los andinos en áreas de la amazonía se da en una percepción diferente a la amazónica, o sea, para un andino que viene de áreas peladas, praderas, pampas, territorios sin fo-resta, el bosque es un obstáculo, eso está en el imaginario de los andinos, su idea del desarrollo, del crecimiento, está en una selva deforestada, su acti-tud cultural es tumbar el bosque.

Por ello, se instalan en los años 70 para sembrar arroz, sabiendo que es un monocultivo. En esa época el Banco Agrario otorgaba créditos para deforestar; el arroz se instalaba en los territorios planos y el maíz en las coli-nas y lomas y por lo tanto su impacto era más devastador que el arroz, gene-rando la salinización de aguas.

El segundo impacto tiene que ver con lo cultural, los andinos imponen modalidades de habla o alimenticia diferentes. Yo recuerdo haber ido a los mercados de Saposoa, Moyobamba y Rioja a pedir un “upe”, y las vende-doras no saben qué es; entonces uno se da cuenta que hace treinta años no existían platos como ése. El patrón ali-mentario andino se ha ido imponien-

do poco a poco, no ha hecho desapa-recer la comida amazónica, pero hoy en día lo que se ofrecen ya son platos criollos o andinos, es decir ha afecta-do el patrón alimentario tradicional.

En lo político. En los años 60 los alcaldes de Soritor, Saposoa, Moyo-bamba, Tabalosos, Yantaló eran ama-zónicos mestizos, de origen sanmarti-nense; a partir de los 70 los alcaldes son de origen andino; hoy en día es probable que en estos lugares no vea-mos alcaldes de origen amazónico, sino andino. Igual en San Martín, solo que esta vez los andinos votaron por uno de origen amazónico.

Entonces, en lo político, también ha habido un impacto, incluso en el

beltas, sinuosas, lindas; entonces nin-guna de las candidatas tenía el biotipo blanco como se podía ver en Iquitos o Yurimaguas, las hijas de los migrantes europeos ya no están más.

Además, esto ha contribuido a la intensa migración del medio rural; hoy, la belleza de las mujeres amazónicas es un biotipo nuevo, exótico, cobrizo, absolutamente amazónico.

En lo político uno no puede prescin-dir de ese segmento de la población, o sea hay posiciones radicales que dicen que estos andinos han venido a ocu-par nuestros territorios, están provo-cando devastación, deforestación, to-dos esos hechos que son reales, pero son evidentes que la responsabilidad no lo tienen ellos, sino el propio Es-tado. Dónde está el Estado que no ha impedido que los migrantes andinos ocupen las partes altas del río Gera, donde han hecho sus chacras. Dónde ha estado el Estado para impedir que ocupen las colinas del Cerro Escalera, el Cerro Ventana.

Entonces, no es posible pensar que la amazonía alta va a impedir la migración, y que los migrantes tienen que ser aceptados como parte de la población amazónica, lo que debemos hacer es que el Estado cumpla sus ta-reas porque la migración sigue, el flujo continua, por lo tanto el Estado tiene que ser un ente activo y regulador.

Hoy en día es imposible establecer una agenda política, económica, cultu-ral y de desarrollo sostenible en el si-glo XXI prescindiendo de la población migrante, hay que trabajar, además, con la población migrante que ya es amazónica, a fin de que ellos puedan ser conscientes de que el destino de los pueblos depende, en lo económi-co, del manejo sostenido de los recur-sos: bosques y agua; sobre todo con la amenaza del cambio climático.

Así, la agenda amazónica del siglo XXI es una agenda andina amazónica, como señalé en varios ensayos, los apus, los dioses de la amazonía, son los Chullachaquis, los dioses de los an-des son los apus de los cerros; pero el siglo XXI es un abrazo entre Chullacha-quis y apus andinos, un sincretismo andino amazónico.

*Transcripción del diálogo con la revista Ninacuro

biotipo. Yo recuerdo haberme senta-do con amigos de infancia en los años 60s en la plaza de armas de Rioja para admirar a las hermosas muchachas riojanas que tenían un biotipo hispa-no, igual en Soritor que eran mestizas blancas, hoy en día te sientas en esos lugares y ya no ves ese biotipo de mestizo-blanco, sino hay un biotipo de mujer mestiza que tiene un color co-brizo hermoso, esbelta, pero su rostro tiene pómulos anchos. Hay un nuevo biotipo amazónico, que es ese mesti-zaje, sincretismo amazónico.

En agosto yo fui jurado del reinado en Yurimaguas, de las 10 muchachas que participaban, todas tenían un bio-tipo amazónico, todas eran bajitas, es-

Róger Alejandro Rumrrill García*

‘‘‘‘

La agenda del siglo XXI es andina amazónica

Dónde está el Estado que no ha impedido que los migrantes andinos ocupen las partes altas del río Gera,

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chazuta, arte ancestral

Este libro cubre un vacío notorio que permitirá a muchos perua-nos e interesados de todo el

mundo, conocer las características de este arte singular y atesorarlo en una publicación de alta calidad.

Este trabajo ha sido elaborado por Juana Bartra del Castillo y Alfredo Nar-váez Vargas y será impreso gracias al aporte de GIZ y la Dirección Regional

de Comercio Exterior y Turismo de la Región San Martín. Cuenta además con el prólogo de Luis Repetto Mála-ga, uno de los más destacados espe-cialistas de la historia y evolución de la artesanía en el Perú. En este libro se da cuenta de la labor comunitaria desplegada en Chazuta por la recu-peración y promoción de sus valores culturales y al mismo tiempo, se iden-

tifican diversos aspectos relacionados con las formas, decoración y patrones iconográficos que expresan conceptos ancestrales prehispánicos. Este trabajo está complementado con la fotografía profesional de Heinz Plenge, conocido fotógrafo peruano, interesado además en la conservación de la naturaleza, especialmente en zonas del norte del Perú.

Con el título de este artículo se está culminando la publicación de un libro, que tiene como objetivo destacar la importancia de la cerámica artesanal de Chazuta, como uno de los patrimonios vivos más importantes de la región, graficado por Heinz PleingeEscribe Alfredo Narváez Vargas

Page 11: Revista cultural Ninacuro 01

Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 0011

Narra la historia de la creación del Centro Cultural Wasichay, eje del de-sarrollo cultural de esta comunidad y cobran protagonismo, de manera es-pecial, las artesanas que mantienen con tesón y mucho esfuerzo una de las tradiciones ancestrales más importan-tes del nororiente del Perú. Ellas son, sin duda, patrimonio cultural vivo. De la misma forma, Juanita Bartra des-cribe, de modo sencillo, las caracte-rísticas técnicas de esta tradición, las formas y uso de las vasijas, utilizando términos tradicionales.

Parte del interés de este trabajo es el de explicar, desde el punto de vista antropológico, aquellos elemen-tos que el arte cerámico de Chazuta mantiene y expresa, inspirado en las antiguas tradiciones prehispánicas, que en este caso, son una especial combinación de tradiciones amazóni-cas y andinas. Es sumamente intere-sante la forma cómo estas tradiciones se han mantenido, aun cuando se han realizado diversos cambios a lo largo del tiempo, occidentalizándose en di-versos aspectos. Aún hoy, el proceso continúa y se adapta a nuevas formas y técnicas contemporáneas, pensadas en los requerimientos de un mercado nuevo, más urbano, más allá de la de-manda tradicional de una cultura cam-pesina, que muchas veces también prefiere adquirir las novedades de la tecnología en un mundo cada vez más globalizado.

La importancia de este libro reside en dejar constancia de las tradiciones, pero al mismo tiempo, mencionar las tendencias de este cambio, ya que no existen tradiciones puras. Como sabe-mos, la cultura es sumamente dinámi-ca y la cerámica de Chazuta expresa este proceso de una manera peculiar, sin alejarse de ciertos cánones que son los que le dan personalidad.

Uno de los objetivos de este libro es el de hacer llegar a los museos et-nológicos de todo el mundo con la finalidad de interesarlos en adquirir una colección de las vasijas chazutinas y promoverlas dentro del mercado internacional de artesanía. Ojalá que luego de esta publicación podamos te-ner una colección de Chazuta, prime-ro, en los museos peruanos.

Las inversiones en curso que se hacen para mejorar la carretera desde

jóvenes mujeres que hagan de la cerá-mica ancestral una forma de vida, que mantengan este conocimiento y que el turismo y la actividad gastronómica regional, tengan en la artesanía cha-zutina, una fuente de abastecimiento permanente de una vajilla, única y de lujo.

Chazuta tiene diversos escenarios

de los materiales arqueológicos, de la naturaleza –en especial de la etnobo-tánica- y de cultura viva en general, se haga realidad. Chazuta es el escenario perfecto para un edificio moderno de este tipo, visto además como un cen-tro cultural dirigido a la promoción del desarrollo integral de las comunidades de la zona.

Tarapoto a Chazuta, por el Gobierno Regional de San Martín, harán mucho más fácil el acceso y permitirán el de-sarrollo de una actividad turística que debería basarse no solo en inversiones privadas, sino, además, en una efecti-va participación comunitaria, que ve en su patrimonio cultural y natural una alternativa para su desarrollo integral, sobre la base de la conservación de sus recursos.

Abrigamos la esperanza que se consoliden nuevas generaciones de

de naturaleza que se complementarán fácilmente con la visita al pueblo y el conocimiento de sus valores culturales ancestrales. Sus aguas termales, aguas sulfurosas, su laguna, bosques y mira-dores, las vegas del Huallaga, los pa-seos en bote, la medicina tradicional del Ayahuasca, son sin duda garantía de un desarrollo seguro, basado en la conservación de su ambiente, flora y fauna. En este sentido, ojalá el clamor de este pueblo de contar con un mu-seo que haga justicia, a la importancia

‘‘ ‘‘Da cuenta sobre la historia de la creación del Centro Cultural Wasichay, eje del desarrollo cultural de esta comunidad, las artesanas

que mantienen con tesón y mucho esfuerzo una de las tradiciones ancestrales más importantes del nororiente del Perú.

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Escribe Luis Hernán Ramírez

Nació en Moyobamba en 1861. Cronológicamente es el primer narrador oriundo de la selva

peruana. Completó su educación se-cundaria en el colegio de Guadalupe y participó con la juventud limeña de su tiempo en la defensa de la Capital, combatiendo contra las fuerzas chile-nas de ocupación, en las batallas de San Juan y Miraflores.

En la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se graduó de Doctor en Letras en 1880, de abogado en 1884 y de Doctor en Ciencias Políticas y Admi-nistrativas, en 1886. Sus tres tesis uni-versitarias sobre Virgilio, el Derecho Romano y los Derechos Políticos de la Mujer, primigenias muestras de su talento profesional y de sus dotes de erudito y de escritor; corresponden, respectivamente, a estas tres gradua-ciones académicas.

Fue incorporado a la Sociedad Geográfica de Lima, al Instituto His-tórico y al Ateneo de Lima, llegando a ejercer la Secretaría de esta última institución. Por entonces (1887-1889) sus primeros artículos y ensayos son acogidos en las revistas El Ateneo, y El Derecho y en los diarios capitalinos El Comercio, y La Ilustración Peruana.

En 1889, es nombrado Juez de Pri-mera Instancia en Chiclayo y dos años después pasó con igual cargo a su ciu-dad natal, donde alternó magistratura con la docencia en el Colegio San José.

Elegido diputado, en 1884, representó a Loreto en el efímero Parlamento de ese año.

Actuó como Juez en Huari y como profesor en el Colegio La Libertad, de Huaraz. En la capital loretana turnó su profesión de abogado con tareas de enseñanza en la “Escuela Comercial” y con el ejercicio del periodismo en los diarios y revistas locales, desplegando una intensa actividad intelectual en las dos primeras décadas de este siglo.

En 1903, fundó, en Iquitos, Loreto Comercial. Rómulo Paredes le acom-pañó en la redacción de este semana-rio que circuló hasta 1913 y acogía en sus páginas variado material literario y nutrida información nacional y extran-jera. En los enjundiosos editoriales de esta publicación Jenaro Herrera abor-dó con sentido crítico y polémico los problemas y asuntos más importantes de la ciudad y de la región, señalando los defectos y atacando los vicios de la administración local, en defensa del bienestar y progreso del pueblo lore-tano.

En 1907, publicó un Almanaque Lo-retano Comercial, con notas y comen-tarios sobre la realidad social, econó-mica y cultural del Departamento de Loreto. Ese mismo año aparecen sus Apuntes Históricos y Geográficos de la Comandancia General de Maynas, con abundante información y valiosos documentos sobre la creación, eman-cipación y reincorporación de esta re-gión, a la soberanía y jurisdicción de la República Peruana.

Radicado finalmente en Lima, re-cibió en una oportunidad el nombra-miento interino de Procurador General de la República y, aparte de su labor de hombre de leyes, se desempeñó como profesor en el Colegio de Guadalupe. Por encargo de la Universidad Nacio-nal Mayor de San Marcos, escribió en 1929 una historia sobre la participa-ción de los sanmarquinos en la Guerra del Pacífico.

Jenaro Herrera fue en su época uno de los mayores intelectuales de la Amazonía Peruana y escribió muchas obras de carácter histórico y geográfi-co sobre la región de Maynas. Además de acucioso y versado historiador, He-rrera destacó como hábil y talentoso

Sesquicentenario de Jenaro Herrera

...continúa en la página 29

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‘‘Jenaro Herrera fue, en su época, uno de los mayores intelectuales de la Amazonía

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 0013

Escribe Luis Alberto Vásquez

“La selva bajo el sol de enero, se lle-naba de flores y de aromas. Todo tenía exuberancia. En las hojas de

las palmeras, abiertas como grandes abanicos, los guacamayos hundían el curvo pico en el moño de las hembras y lanzaban al viento su grito monóto-no. Los pájaros, con erótico apresura-miento, colgaban sus nidos. Al caer la tarde, los jaguares en celo rugían re-clamándose para la nocturna cita…”

Así se inicia el cuento más cono-cido de Humberto del Águila Arriaga, “El Collar del Curaca”. Un remolino de palabras extraídas del bosque mágico donde vivimos, una descripción maes-tra de un pedacito de tiempo de la selva, donde combina la fuerza salvaje del monte con la ternura indescifrable de la flora y la fauna, para darle a la literatura amazónica el nervio que une lo maravilloso de la amazonía con los sueños esperanzadores de los hom-bres y mujeres, que aspiran a vivir, con justicia y en armonía con la naturale-za.

Humberto del Águila une esos sue-ños tejiendo las palabras, amoldando con frases de arcilla cada historia, que había escuchado de niño a sus abue-los, a los apus y curacas de aquel te-rritorio mágico, donde ha caminado su esperanza. Por eso, los cuentos de este escritor olvidado, tienen la bravu-ra de un río torrentoso de la montaña, la fuerza de aquel boscaje misterioso y al mismo tiempo, la ternura de una llu-via fresca que el viento de la mañana acaricia dejando aromas de orquídeas en la comarca.

Pero las historias de Humberto del Águila no esconden el salvajismo de la montaña, cuando en el cuento “Los celos del tigre” nos narra: “…gritos espantosos de terror y de muerte do-minaron el estruendo de la fiesta. La tribu en masa, precedida por el brujo, se precipitó al tambo de los jóvenes esposos, y al fulgor de las antorchas vieron sobre el tálamo los desgarrados cadáveres de Sinchi y Yúrac, y a Yana,

que, rugiendo sordamente, lamía la sangre que se escapaba del pecho de la joven esposa. Así murió Yúrac – se-gún dijo el brujo -, por desobedecer los mandatos del Gran espíritu”.

El escritor moyobambino tenía un

gran conocimiento por la montaña, es por eso que en sus cuentos describe con una sabiduría aquel escenario de sus relatos como en “La última para-da”: “…en sus altas copas se congre-gaban por las tardes centenares de guacamayos chillones de largas colas policromas y gafos picos, que despe-dían al sol con sus gritos. A la misma hora llegaban, por parejas, los chihua-cos o paucares, de cuerpos negros y de pecho amarillo, con las alas ribeteadas por una franja del mismo color. Los paucares, dueños de una siringe prodi-giosa, imitaban los cantos y los gritos de todas las aves. Ya trinaban armo-niosamente como los violinistas o imi-taban el agudo canto del tucán…”

Entonces la lectura de los cuentos de Humberto del Águila, nos conta-gian esa magia que uno puede sentir hasta hoy, en la frondosa amazonía peruana: en la divina montaña de Pucallpa, en el camino mágico del río Amazonas para ir a visitar a Los Boras, en ese recorrido tan maravillosamente

...continúa en la página 29

Humberto del ÁguilaUn escritor lleno de magia

arcHivo Proyecto cultural

Foto arcHivo

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Pictografías de Aucapata. Tema: zoomorfo.

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la industria del sombrero de paja

Hasta los primeros años de la época republicana, la planta del Bombonaje que crece es-

pontáneamente en toda el área ama-zónica y con mucho más vigor en las vegas de los ríos, era empleada sólo para sacar sogas y techar con las hojas pequeñas ramadas contiguas a las ca-sas de crisnejas o de tejas; hasta que la manufactura de sombreros de paja bombonaje se extendió por todos los pueblos cercanos a la ciudad de Mo-yobamba.

Don Ricardo Palma, en sus Tradi-ciones Peruanas, al ocuparse de “El

observar cómo los pobladores de esa comunidad fabricaban sombreros de jipijapa, fibra extraída de una planta similar al bombonaje. A su regreso a Rioja en 1826, don Rudecindo empezó a enseñar a sus paisanos la nueva ocu-pación, extendiéndose rápidamente el oficio a toda la población, incluyendo los pueblos vecinos; desde entonces el bombonaje dejó de ser una planta silvestre para convertirse en una espe-cie cultivada con mucho cuidado para lograr los cogollos más largos.

La producción de sombreros logró ubicarse, poco a poco, en el mercado regional ofertando diferentes modelos como el borsalino, el chato y el prado para varones, así como el bolacho y el plastacho para mujeres. La población se distribuyó en beneficiadores, los extractores de la fibra, sombrereros, los tejedores, compradores y comer-cializadores. El máximo esplendor de la industria tuvo lugar durante la épo-ca del caucho (1890 al 1915) cuando el sombrero conquistó el mercado internacional, ubicándose sobre todo en Inglaterra, a donde iban las piezas más finas.

Después de esta época de pros-peridad vino un tiempo difícil, bajó el precio y disminuyeron los comprado-res, los beneficiadores y sombrereros tuvieron que dedicarse a otras ocu-paciones y aquella próspera industria iba languideciendo casi hasta desapa-recer.

Actualmente los sombreros de

Rioja es uno de los pueblos ama-zónicos con arraigada tradición, lu-gar en donde todavía se puede per-cibir por sus calles el suave aroma del toé, planta del universo mágico de la selva peruana, donde se des-prende con facilidad la sonrisa y la mano tendida de cada uno de los riojanos; ciudad que ha logrado fundir en una fiesta todo su esplen-dor que se manifiesta a través de sus coloridas comparsas, disfraces, máscaras, pandillas, humshas, pin-torescas danzas, sabrosas comidas y exóticos licores regionales arran-cados de las raíces, cortezas, ho-jas y frutos del tupido bosque que adornan las goteras del pueblo.

Otro motivo de orgullo es el carnaval riojano, expresión trans-parente de la amistad compartida, de la solidez de sus barrios, de la creatividad colectiva demostradas en cada uno de los multicolores disfraces, de la mitológica figura del Ño Carnavalón, que resucita todos los años en el cementerio, ingresando a la ciudad montado en un fornido caballo, recorriendo con su contagiante sonrisa el Jr. Amar-gura, saludando a la gente que lo aclama y le da la bienvenida, no-table personaje que pasea por to-dos los barrios iniciando su ruta en Cascayunga, Shahuintopata, Con-suelo, Quinapata y termina su paso en Amaringo, lugar en donde aún se percibe la fuerza telúrica de los indios Uquihuas, milenaria pobla-ción nativa donde nació el pueblo. En todo el trayecto lo acompañan los traviesos diablos riojanos, di-vertidos personajes disfrazados y enmascarados que representan el más puro sentimiento de las viven-cias amazónicas.

El Carnaval Riojano, fiesta de la amistad y el jolgorio, del arte y la tradición, te espera para compar-tir contigo su noble generosidad que marcará para siempre con una huellita de amor los gratos momen-tos de tus mejores recuerdos.

El Carnaval riojano

Escribe Raúl del Águila Rojas

paja están reconquistando su espacio después de muchos años de haber perdido vigencia en el mercado, por diferentes causas; uno, porque dejó de ser una prenda indispensable en el diario vestir; y otro, porque aparecie-ron sombreros y gorras manufactura-das de tela y material sintético a pre-cios reducidos, con los que los finos y laboriosos sombreros de bombonaje no podían competir. Hoy por hoy los artesanos e instituciones comprome-tidas en impulsar esta actividad an-cestral, patrimonio cultural de nuestra región están logrando diferentes inno-vaciones en el tejido, combinando co-lores y labores, así como la confección de otras prendas de paja como carte-ras, abanicos, artículos decorativos, suvenires, para satisfacer las actuales exigencias del mercado moderno, asi-mismo impulsar el arte y la cultura, así como nutrir aún más la fortaleza turís-tica en estas dos provincias hermanas ubicas en el valle del Alto Mayo: Rioja

La principal actividad artesanal del Alto Mayo descrita por Raúl del Águila, explica sobre el origen de esta industria: la confección del sombrero de bombonaje, característico en la ciudad de Rioja.

Origen de una Industria”, registra que don Damián Nájar, natural de Guaya-quil desempeñaba el cargo de gober-nador de la provincia de Maynas el año 1826, época en que tres de sus paisanos llegaron a Moyobamba, a quienes el referido Nájar los acogió con cariño y como éstos eran tejedores de sombreros les pidió que enseñaran el oficio a los naturales, ya que en las márgenes del río Mayo y el Tónchima existía abundante materia prima o sea el bombonaje.

En poco tiempo hombres y muje-res aprendieron la nueva industria de-jando el hilado y el tejido de algodón que hasta entonces era la ocupación principal. La presente tradición fue contada por el hombre público de Mo-yobamba, don Manuel Del Águila de los Ríos a don Ricardo Palma.

Los naturales de Rioja conservan la tradición sobre quién introdujo el teji-do de sombreros de paja a esta región; cuentan que el riojano don Rudecindo Ruiz en sus frecuentes viajes a Cata-taos por asuntos comerciales, en uno de ellos, le despertó la curiosidad de

‘‘ ‘‘Perdió vigencia porque dejó de ser una prenda indispensable en el diario vestir, y por la aparición de sombreros y gorras manufacturadas.

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la industria del sombrero de paja

Hasta los primeros años de la época republicana, la planta del Bombonaje que crece es-

pontáneamente en toda el área ama-zónica y con mucho más vigor en las vegas de los ríos, era empleada sólo para sacar sogas y techar con las hojas pequeñas ramadas contiguas a las ca-sas de crisnejas o de tejas; hasta que la manufactura de sombreros de paja bombonaje se extendió por todos los pueblos cercanos a la ciudad de Mo-yobamba.

Don Ricardo Palma, en sus Tradi-ciones Peruanas, al ocuparse de “El

observar cómo los pobladores de esa comunidad fabricaban sombreros de jipijapa, fibra extraída de una planta similar al bombonaje. A su regreso a Rioja en 1826, don Rudecindo empezó a enseñar a sus paisanos la nueva ocu-pación, extendiéndose rápidamente el oficio a toda la población, incluyendo los pueblos vecinos; desde entonces el bombonaje dejó de ser una planta silvestre para convertirse en una espe-cie cultivada con mucho cuidado para lograr los cogollos más largos.

La producción de sombreros logró ubicarse, poco a poco, en el mercado regional ofertando diferentes modelos como el borsalino, el chato y el prado para varones, así como el bolacho y el plastacho para mujeres. La población se distribuyó en beneficiadores, los extractores de la fibra, sombrereros, los tejedores, compradores y comer-cializadores. El máximo esplendor de la industria tuvo lugar durante la épo-ca del caucho (1890 al 1915) cuando el sombrero conquistó el mercado internacional, ubicándose sobre todo en Inglaterra, a donde iban las piezas más finas.

Después de esta época de pros-peridad vino un tiempo difícil, bajó el precio y disminuyeron los comprado-res, los beneficiadores y sombrereros tuvieron que dedicarse a otras ocu-paciones y aquella próspera industria iba languideciendo casi hasta desapa-recer.

Actualmente los sombreros de

Rioja es uno de los pueblos ama-zónicos con arraigada tradición, lu-gar en donde todavía se puede per-cibir por sus calles el suave aroma del toé, planta del universo mágico de la selva peruana, donde se des-prende con facilidad la sonrisa y la mano tendida de cada uno de los riojanos; ciudad que ha logrado fundir en una fiesta todo su esplen-dor que se manifiesta a través de sus coloridas comparsas, disfraces, máscaras, pandillas, humshas, pin-torescas danzas, sabrosas comidas y exóticos licores regionales arran-cados de las raíces, cortezas, ho-jas y frutos del tupido bosque que adornan las goteras del pueblo.

Otro motivo de orgullo es el carnaval riojano, expresión trans-parente de la amistad compartida, de la solidez de sus barrios, de la creatividad colectiva demostradas en cada uno de los multicolores disfraces, de la mitológica figura del Ño Carnavalón, que resucita todos los años en el cementerio, ingresando a la ciudad montado en un fornido caballo, recorriendo con su contagiante sonrisa el Jr. Amar-gura, saludando a la gente que lo aclama y le da la bienvenida, no-table personaje que pasea por to-dos los barrios iniciando su ruta en Cascayunga, Shahuintopata, Con-suelo, Quinapata y termina su paso en Amaringo, lugar en donde aún se percibe la fuerza telúrica de los indios Uquihuas, milenaria pobla-ción nativa donde nació el pueblo. En todo el trayecto lo acompañan los traviesos diablos riojanos, di-vertidos personajes disfrazados y enmascarados que representan el más puro sentimiento de las viven-cias amazónicas.

El Carnaval Riojano, fiesta de la amistad y el jolgorio, del arte y la tradición, te espera para compar-tir contigo su noble generosidad que marcará para siempre con una huellita de amor los gratos momen-tos de tus mejores recuerdos.

El Carnaval riojano

Escribe Raúl del Águila Rojas

paja están reconquistando su espacio después de muchos años de haber perdido vigencia en el mercado, por diferentes causas; uno, porque dejó de ser una prenda indispensable en el diario vestir; y otro, porque aparecie-ron sombreros y gorras manufactura-das de tela y material sintético a pre-cios reducidos, con los que los finos y laboriosos sombreros de bombonaje no podían competir. Hoy por hoy los artesanos e instituciones comprome-tidas en impulsar esta actividad an-cestral, patrimonio cultural de nuestra región están logrando diferentes inno-vaciones en el tejido, combinando co-lores y labores, así como la confección de otras prendas de paja como carte-ras, abanicos, artículos decorativos, suvenires, para satisfacer las actuales exigencias del mercado moderno, asi-mismo impulsar el arte y la cultura, así como nutrir aún más la fortaleza turís-tica en estas dos provincias hermanas ubicas en el valle del Alto Mayo: Rioja

La principal actividad artesanal del Alto Mayo descrita por Raúl del Águila, explica sobre el origen de esta industria: la confección del sombrero de bombonaje, característico en la ciudad de Rioja.

Origen de una Industria”, registra que don Damián Nájar, natural de Guaya-quil desempeñaba el cargo de gober-nador de la provincia de Maynas el año 1826, época en que tres de sus paisanos llegaron a Moyobamba, a quienes el referido Nájar los acogió con cariño y como éstos eran tejedores de sombreros les pidió que enseñaran el oficio a los naturales, ya que en las márgenes del río Mayo y el Tónchima existía abundante materia prima o sea el bombonaje.

En poco tiempo hombres y muje-res aprendieron la nueva industria de-jando el hilado y el tejido de algodón que hasta entonces era la ocupación principal. La presente tradición fue contada por el hombre público de Mo-yobamba, don Manuel Del Águila de los Ríos a don Ricardo Palma.

Los naturales de Rioja conservan la tradición sobre quién introdujo el teji-do de sombreros de paja a esta región; cuentan que el riojano don Rudecindo Ruiz en sus frecuentes viajes a Cata-taos por asuntos comerciales, en uno de ellos, le despertó la curiosidad de

‘‘ ‘‘Perdió vigencia porque dejó de ser una prenda indispensable en el diario vestir, y por la aparición de sombreros y gorras manufacturadas.

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Pag 00 / Proyecto Rescate y afirmación de las expresiones culturales de la región San Martín

La fiesta de concentración de pandillas en la plaza de la comunidad nativa Wayku (Lamas), durante las fiesta de Santa Rosa Raymi (30 de agosto del 2011).

Fotos: Tomás Cotrina

Concentración multicolor

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 00

Concentración multicolor

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La alimentación entre los Qichwa, su mikuna, encierra una red com-pleja de saberes e intercambios

entre el runa (lo humano, la persona) y el monte. De las expediciones a este último para cazar animales a la crianza y cultivo de la chacra, es necesario no solamente observar las fases de la luna más propicias a la siembra, como tam-bién seguir estrictas dietas purgando el cuerpo a través de la ingestión del jugo de plantas medicinales. Estas re-laciones revelan el diálogo que el runa debe establecer con el monte donde absolutamente todo es vivo, donde cada planta y cada animalito tienen sus ánimas protectoras o madres que los crían, donde los ríos son deidades. Hay que saber la manera exacta de acercarse a esos seres, de intercam-biar con ellos.

De este modo, para alimen-tarse del monte o de la chacra (que imi-ta al bosque en su diversidad), hay que acceder con respeto y conocimientos específicos a la selva cifrada. Porque des-cifrar, des-cubrir este otro-planta, este otro-animal u otro-espíritu, impli-ca la necesidad de una conversación sana y armoniosa entre lo humano y la naturaleza que está poblada de otras formas de existencia no-humanas. Saber criar los alimentos sin hacer uso de agrotóxicos u otros venenos modernos, cuidar y dialogar con esas crianzas siendo parte de ellas, valorar la maravillosa biodiversidad que carac-teriza la mikuna y constituye un fuerte rasgo de la identidad Qichwa-lamista: todo esto difiere completamente de la lógica de explotación ciega de recursos naturales y de la agricultura industrial que es práctica en la modernidad.

Percibimos así que el acto de co-mer está lleno de significados y que a través de los alimentos nos identi-ficamos culturalmente a una colecti-vidad. La presencia nada nutritiva de una gaseosa en una comunidad indí-gena, por ejemplo, no constituirá un elemento peculiar a sus costumbres, a su cultura, sino una intromisión de la industria occidental moderna. Por eso, es primordial tener en cuenta que los alimentos también pueden ser una forma de afirmación cultural, de cohe-sión, de fortalecimiento de la identi-dad. Ya que ellos representan tanto la herencia ancestral de un grupo como

la seguridad de una vida sana a sus fu-turas generaciones.

Pero, a la vez que son deci-sivos para mantener la buena salud y prevenir enfermedades, la elección de estos alimentos está también deter-minada por condiciones socioeconó-micas, lo que puede resultar en una situación catastrófica si los grupos minoritarios que viven directamente de la chacra no tienen garantizada su soberanía alimenticia. Ésta es actual-mente la principal preocupación que el Centro Sachamama intenta resolver a través del Proyecto Chacra-Huerto (www.centrosachamama.org).

Idealizado y coordinado por la Doctora Frédérique Apffel-Marglin con el apoyo de los líderes Qichwa, este proyecto viene reflexionando sobre el problema de la desaparición de los bosques y la consecuente inviabilidad de continuar la agricultura de roza, tumba y quema en la región. Para que tal método fuera sostenible, se-ría necesario que cada familia Qichwa tuviera un promedio de 50 hectáreas, lo que no corresponde a la realidad de esas familias, que apenas poseen entre 3 y 5. “Esto quiere decir que las rotaciones para dejar que el monte se

regenere, se achican cada vez más”, afirma la doctora Frédérique.

Por esta razón, el Proyecto Chacra-Huerto pretende recrear un suelo precolombino que fue descu-bierto en los últimos 20 años en toda la cuenca amazónica, internacional-mente conocido por la denominación brasileña de “terra preta do indio”, que en castellano se traduce por “tie-rra negra del indígena”. Esta nos pare-ce ser una alternativa bastante eficaz a la chacra de roza, tumba y quema, una vez que esos suelos negros presentan una fertilidad de las más durables del mundo, por continuar productivos pese a su edad de aproximadamente 2.500 años. Y por ser una tecnología indígena, constituye más que todo una herencia valiosísima para los Qichwa de hoy, motivo por el cual al Sachama-ma lo vamos a llamar por el nombre quechua “yana allpa”.

“Creemos, de este modo, que la recreación de esos suelos precolombi-nos puede solucionar el problema de la desaparición de los bosques, lograr la soberanía alimenticia para los Qi-chwa y aún mejorar el cambio climáti-co” – concluye la fundadora del Centro Sachamama.

Mikukushpa yachakunchisapaLa gastronomía Qichwa-lamista

Escribe Bárbara Rodrigues

tomás cotrina

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 0019

Las medicinas tradicionales refle-jan la cosmovisión, usos, costum-bres y saberes de las poblaciones

ancestrales a las cuales pertenecen, cumplen un importante rol en la so-ciedad, no solamente en el campo de la curación de diversos males sino como sistemas de valoración, persis-tencia y reproducción cultural. Cada grupo cultural ha elaborado, a lo largo de milenios, sistemas para preservar y restablecer la salud, que persisten ac-tualmente.

Los sistemas ancestrales coexisten con la medicina moderna u oficial, pero se ignoran y son excluidos mu-tuamente en lugar de complemen-tarse y/o articularse por el bien de la población.

A nivel mundial, existe una cre-ciente demanda de terapias naturales, dentro de las cuales se aprecia a la medicina tradicional peruana y espe-cialmente a la amazónica.

La medicina o arte de curar no per-tenece solamente al ámbito de la sa-lud, sino se basa en una ideología, un sistema de pensamiento, tradiciones y creencias sobre la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, lo normal y lo anormal, la causa de las enferme-dades, etc., propios de cada cultura, lo que constituye su cosmovisión. La visión sobre el ser humano es inte-gral, no antropocéntrica, tendiendo al equilibrio del ser humano con la na-turaleza y donde la enfermedad es la ruptura de esta armonía. Un punto de importante diferencia con la ciencia moderna es la consideración de la es-piritualidad como inherente a la esen-cia humana y de la existencia de lo no visible, por lo que el Ritual, mediador de las transacciones con este mundo- otro, espiritual es parte fundamental del acto curativo.

En San Martín, pese a su mayori-taria población mestiza, se han con-servado los conocimientos ancestrales hasta nuestros días, con diversas prác-ticas de diagnóstico, prevención y cu-ración tradicional, muy apreciados por pobladores locales y foráneos.

Existen tecnologías y métodos para adquirir y transmitir el conocimiento, para diagnosticar y curar, basadas en la autoexperimentación y la evaluación continua de su eficacia, descartando rápidamente aquellos que no funcio-

una visión intercultural y de derechos en la atención de salud.

Pero estos saberes están en ries-go: se van perdiendo por falta de in-centivos, aculturación, pérdida de la transmisión oral y también por la falta de comunicación y organización entre los agentes tradicionales. Otros facto-res que influyen negativamente son el deterioro medioambiental y la muerte de los curanderos, sin que trasmitan sus conocimientos.

La globalización, por las condicio-nes de inequidad en que se dan las relaciones, ocasiona serios daños al sistema al cosificar conocimientos, personas y recursos etnobotánicos, expropiándolos y convirtiéndolos en objetos de comercio.

En este sentido, la demanda ha creado un gran mercado de consumo de plantas medicinales y de curande-ros, desvirtuando su práctica al irres-petar su cosmovisión y los aspectos etnoculturales, observándose la venta libre de pócimas o plantas, shamanic tours, la dolarización de los curande-ros, además de patentes extranjeras sobre nuestras plantas medicinales y bancos extranjeros que atesoran ger-moplasma de especies extinguidas, llevando al abuso o uso descontextua-lizado, prostituyendo nuestras plantas sagradas.

La medicina tradicional es un valio-so recurso que está siendo desaprove-chado y que podría constituir un polo importante de crecimiento y desarro-llo regional. Estamos en un momento clave para proteger sus recursos y co-nocimientos, reconocer y respetar a los agentes tradicionales impulsando su organización, así como fomentar la investigación, todo lo que se necesita es interés y voluntad política para ha-cerlo.

Medicina tradicional en San MartínEscribe Rosa A. Giove Nakazawa

nan, lo que constituye un real método científico, basado en paradigmas dife-rentes a los de la ciencia moderna.

La especialidad de los curanderos amazónicos es la inducción y manejo de los estados modificados de con-ciencia, utilizando plantas o sustancias animales psicoactivas, que comple-mentan el efecto depurativo-catártico de las purgas y plantas sintomáticas.

En San Martín se utilizan las plan-tas maestras que, ingeridas en deter-minadas condiciones de aislamiento sensorial y cuidado energético, tienen efecto psicoactivo enseñando y cu-rando, como en las sesiones rituales de Ayahuasca, Toé y las denominadas dietas.

Los recursos utilizados pueden ser materiales o inmateriales y que en nuestra región son principalmente plantas medicinales cuya óptima cali-dad fue reconocida por algunos inves-tigadores al saber que antiguamente los curanderos de la Baja Amazonía acopiaban plantas en Tarapoto, Cha-zuta o Lamas.

Tenemos además de los maestros curanderos o médicos vegetalistas, a las parteras y sobadores (quiroprácti-cos empíricos) que guardan los cono-cimientos y cuyo aprendizaje ha cons-tituido un proceso largo y exigente hasta la actualidad.

La medicina tradicional amazónica es, entonces, un importante patrimo-nio regional, una medicina viva que in-corpora elementos nuevos, que cam-bia continuamente adecuándose a las necesidades y demanda del público usuario. Su costo/efectividad varía se-gún los casos específicos, pero en ge-neral es conveniente para el paciente, asequible y culturalmente adaptada. Puede ser muy útil para mejorar el nivel sanitario regional, involucrando

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Foto: sHatoja.com

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Las pictografías, sus inicios, parten del establecimiento de grupos nómades en abrigos o cavernas,

de una economía parasitaria sustenta-da en la caza, la pesca y la recolección. Las rodearon de un sentido mágico-animista, las que formaban parte de sus ritos propiciatorios. A esta etapa corresponden las puntas de flecha de piedra, aunándose a la tradición an-dina. Un ejemplo se ubica en la pro-vincia de Moyobamba, en la loma de Aucapata en el distrito de Jepelacio. Se adecuó y modificó una roca escogi-da por su tamaño (4.35 metros de alto por 8 metros de frente por 7 metros de lado) y su posición estratégica en una zona alta, donde se construyeron dos pequeñas cavernas.

La técnica realizada corresponde a pintura positiva, presenta los colores rojo en la mayor parte de ellas y en dos representaciones el color negro. La procedencia natural de la pintu-ra responde a minerales o sangre; su aplicación fue dada por algún objeto similar a un pincel, puesto que el deli-neado y rellenado de las figuras mues-tra gran precisión y cuidado.

Existe un variado repertorio de formas antropomorfas entre las que se distinguen a los shamanes o sacer-dotes dentro de sus vuelos mágicos y sus ritos de caza. Así como danzantes, acróbatas y cabezas trofeo. Los temas zoomorfos reúnen: ranas, lagartijas, zorros, serpientes, monos y otras es-pecies correspondientes a la región. En menor cantidad se presentan te-mas fitomorfos, astrales y de objetos rituales.

Los Petroglifos, son desarrollados por grupos que practican un nomadis-mo regional, integrando la agricultura, la caza, pesca y recolección. Y como grupo de horticultores el material líti-co se caracteriza por un hacha tipo “T” fabricados en basalto y otras piedras duras.

arte rupestre en san martín

Pictografías de Aucapata. Tema: Zoomorfo

Escribe Marítza Rodríguez Cerrón

Las manifestaciones del arte rupestre son: pictografías y petroglifos. Los vestigios existentes en San Martín se plasman en una investigación, cuyo resumen se refiere a continuación.

Fotos: maritza rodriguez

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Se presentan en mayor cantidad, distribuidos en las siguientes provin-cias:• En la provincia El Dorado, en el dis-

trito La Banda de Shilcayo, en el ca-serío Bello Horizonte, se presenta un conjunto de cuatro rocas.• En la provincia Mariscal Cáceres, en el distrito Juanjuí, en el sitio conocido como Cunchihuillo, se presenta tam-bién un conjunto de cuatro rocas con pictografías.

Las consideraciones que se toma-ban en cuenta al elaborarlos eran: la ubicación de las rocas en algún cambio geográfico notable o su cercanía con el agua; se presenta 4 tipos de incisio-nes: profunda, de surco en arco, 0,5 mm., 1 cm. a más; poco profunda, de surco en arco, 0,1 mm. – 0,2 mm. Pro-fundo, con surco en “V” o angular. Su-perficial, con surco en arco, menos de 0,1 mm. Se trazan con hachas, cince-les o cualquier otro instrumento duro provisto de un filo cortante.

Se presentan temas antropomorfos donde se ubican los sacerdotes o sha-manes, huellas de plantas humanas, danzantes, acróbatas, cabezas trofeo, personajes con el sexo remarcado. Los temas zoomorfo se conforman por: felinos, aves, serpientes,ranas, monos, caracoles, zorros, lagartijas, gusanos y animales que responderían a la fauna de la región. Es también notable los te-mas astrales y de objetos rituales, que se encuentran interrelacionándose, de modo que conformando grupos, constituían conceptos precisos sobre el medio que los rodeaba y sobre el cual se deseaba influir.

El hecho de que su procedencia estaba dada en la cultura andina lo vinculaba fuertemente a otras áreas, mantienen el contacto por medio de redes de comercio de manera perma-nente, además se utilizó las mismas estrategias de supervivencia. Así como su concepción religiosa por medio del ritual tanto para cazadores como agri-cultores.

Las concepciones mágico-animis-tas, responden a la tradición andina. Sin embargo, referida a las figuracio-nes en el arte rupestre, se desarrollan formas particulares, cuya vida o signi-ficado es modificado por el entorno y/o espacio geográfico en el cual se desarrollan; el papel que pudiese des-empeñar el elemento escogido dentro del grupo alude a fenómenos natura-les, animales o aquello que forme par-te esencial en la vida diaria.

trito San Martín de Alao, en los case-ríos Inkaiko y Sinami, con una sola roca en cada sitio.• En la provincia San Martín, en el dis-

Petroglifos de Inkaiko. Tema: antropomorfo.

Bello Horizonte. Tema: Zoomorfo, antropomorfo, objetos rituales

Cunchihuillo. Tema: antropomorfo y zoomorfo

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Atentado contra el patrimonio naturalEscribe Alex Mark Reátegui Reátegui

Desde hace décadas, la región amazónica se ha visto invadida por inmigrantes de diferentes

orígenes como respuesta a diferentes estímulos – políticos, económicos, sociales y familiares - que tiene como causa serios problemas, básicamente en los Andes, producto del acelerado aumento poblacional y la cada vez más limitada disponibilidad de tierras aptas para uso agropecuario. Ello ha causado un gravísimo e irreversible deterioro de la vegetación y los suelos, fundamentalmente de la selva alta, en donde se han deforestado varios miles de hectáreas anualmente.

La zona de amortiguamiento (área contigua o vecina) del Parque Nacio-nal Cordillera Azul – PNCAZ, ubicada dentro de los departamentos de Lore-to, Ucayali, Huánuco y San Martín; no ha quedado exenta de este acelerado proceso migratorio, siendo este últi-mo departamento el que ha sufrido y viene padeciendo aún de una fuerte invasión de poblaciones provenientes principalmente de los Andes del país, cuya particularidad es la de ubicar-se en zonas bastante alejadas para posesionarse de extensas áreas bos-cosas, en algunos casos para traficar con ellas; en otros, para la extracción de recursos naturales, forestales en

to y discutido mucho al respecto; por lo que más importante, es más bien, proponer desde nuestra experiencia de trabajo en la zona de amortigua-miento del PNCAZ, acciones y herra-mientas de trabajo que nos permitan minimizar dichos impactos; una de ellas, es el ordenamiento territorial – OT, sobre la base de la zonificación ecológica y económica, lo que ayuda en este propósito.

El ordenamiento territorial está orientado a ordenar las diversas ac-tividades económicas que el hom-bre realiza en el territorio, de cara al desarrollo sostenible, mediante su ocupación adecuada y el uso racio-nal de los recursos naturales; sobre la base de la zonificación ecológica y económica, pues lo que busca es ge-nerar información técnica, actualizada y confiable del territorio e identificar las potencialidades y limitaciones del mismo, además de brindar un abanico de posibilidades de uso, lo que permi-te definir qué actividades desarrollar, dónde y cómo desarrollarlas.

En el caso particular de los proce-sos de ordenamiento territorial que está desarrollando la administración del parque en la zona de amortigua-miento del PNCAZ desde el año 2004, éste es concebido como un proceso de construcción social que tiene como principio elemental la participación de la población; y busca establecer un col-chón protector del parque mediante la estabilización de las tierras en la zona de amortiguamiento, disminuyendo la presión de las poblaciones hacia el área natural protegida.

su mayoría. Estas acciones incluyen la actividad agrícola en áreas cuya voca-ción o características del suelo no ne-cesariamente son las mejores para los cultivos, sino mas bien corresponden a la categoría de protección y conser-vación.

El rozo, tumba y quema es la téc-nica tradicional que utilizan estas po-blaciones para instalar sus cultivos de café, cacao, maíz, etc; técnica que definitivamente no es la más apro-piada, pues su práctica destruye por completo no solamente la cobertura boscosa que pone en riesgo el hábitat de muchas especies de flora y fauna, sino que también extermina toda po-sibilidad de vida de un sinnúmero de microorganismos presentes en el sue-lo, los mismos que contribuyen a enri-quecerlo para mejorar la producción; sin embargo, esto es una consecuen-cia lógica del asentamiento de estas poblaciones, pues como ellos mismos refieren, “de algo tienen que vivir y de algo tienen que comer”.

A lo descrito en el párrafo anterior, se suma la construcción de nuevas vías de comunicación; que muchas veces responden a la presión poblacional.

No creo necesario detenerme a describir los impactos negativos que trae consigo la migración para nues-tro patrimonio natural, pues éstos son bastante conocidos y se ha escri-

Foto: sernanP

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Comercio e industria en el neolítico amazónicoEscribe Carlos Vecco Giove

Posiblemente, el comercio en el taller lítico de Uchpapangal (pro-vincia de Picota) fue promovido

por una ubicación estratégica, como la existencia de vías fluviales y atajos terrestres que permitieron el fácil des-plazamiento de personas y bienes, sal-vo restricciones de control territorial, en el ámbito de las tierras más altas y las bajas adyacentes al Huallaga Cen-tral, así como de estas zonas con res-pecto al llano amazónico.

La forma general del comercio posiblemente fue el trueque, aunque la probable existencia de hachas tipo - moneda, parece evidenciar que en cierto momento se alcanzó un alto grado de desarrollo geopolítico, con la evolución de los patrones de cambio, y la posible introducción de la economía del cobre.

Entre los elementos susceptibles de “exportación” del Huallaga central, en orden de importancia pudieron es-tar: hachas de piedra, otros utensilios líticos, tecnologías y bienes culturales, pepitas de oro, la sal, el pescado seco salado (estacional), y ciertos productos agrícolas. Por el contrario, los elemen-tos de “importación”, pudieron ser principalmente: bienes e intangibles culturales, jade, fibras de chambira, carne y pescado seco salado, animales vivos para el consumo, y muy proba-blemente, fuerza de trabajo.

Tardíamente pudieron ingresar en forma muy restringida, herramien-tas de cobre probablemente desde el área andina, aunque no se descarta la confección regional. Esta ventaja pudo haber contribuido a que el comercio de hachas haya llegado hasta el Ama-zonas y otros grandes ríos del llano y las tierras altas de las cuencas que no contaban con materia prima idónea.

El control de los territorios inter fluviales y valles altos fue primordial para el dominio del sistema de inter-cambio en el neolítico. La presencia de accidentes naturales y la estrechez del cauce del río en su trayectoria hacia el llano, facilitó el control geopolítico del tránsito fluvial y terrestre.

“Industria”El primer indicio razonable deriva-

da de la evidencia del taller neolítico en Uchpapangal, es la probable exis-tencia de una fuerte especialización

del trabajo en uno o varios sitios del Huallaga Central, y que tuvo en la pro-ducción, e incluso en el reciclaje de hachas de piedra, un objetivo situado más allá de cubrir los requerimientos de herramientas de una comunidad.

Esta consideración se asocia al he-cho de que las hachas de piedra encon-tradas en ciertos lugares de la actual región San Martín y en la Amazonía, no fueron confeccionadas localmen-te, y refuerza las ideas de la existencia de una industria lítica asociada a una extensa red de intercambio comercial o alguna forma compleja de organi-zación social que permitió la distribu-ción de estas hachas de piedra desde los talleres de producción masiva del Huallaga, hacia otros grupos humanos en la región amazónica.

El mejor aprovechamiento de la sal, habría sido posible gracias a la disponibilidad de las herramientas de piedra, eficientes para la extracción y el labrado de los bloques, así como

para la construcción de balsas para el transporte fluvial. Sin embargo, cabe notar, que a diferencia del taller lítico de Uchpapangal, aún no se cuenta con la evidencia material de este aprove-chamiento sistemático.

La “industria lítica”, la posible ex-plotación de la sal, y la elaboración de otros bienes utilitarios y suntuarios, como los encontrados en Uchpapan-gal y otros sitios arqueológicos del Huallaga, debieron implicar una im-portante proporción de la población, una “liberación” con respecto a las actividades primarias de provisión de alimentos, lo cual pudo facilitarse por la disponibilidad de excedentes pro-teicos como carne y pescado seco sa-lado, la producción agrícola extensiva y otras acciones complementarias de subsistencia, pero también no deben excluirse de las posibilidades, el true-que temporal o el uso forzado de la fuerza de trabajo como fuente adicio-nal de subsistencia.

césar cárdenas

carlos vecco g.

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Pifanos y pifanerosen Rioja

En Rioja se denomina “pifano” a un pequeño instrumento de viento construido de caña que

era frecuentemente utilizado para acompañar los ritos y ceremonias de adoración y conjuro con intervención de danzas. Su uso era indesligable de un tamborcito. Ambos instrumentos, tocados por un solo músico, el pifane-ro, constituía el llamado “didín”, deno-minación onomatopéyica que alude al sonido que se produce percutiendo el pequeño tambor. De sonido alado, agudo y penetrante, el pifano copaba con autoridad y suficiencia los espa-cios sonoros y los ritos ancestrales de la Rioja de antaño.

En la importante publicación Mapa de los instrumentos musicales de uso popular en el Perú (Lima, 1978, 308 páginas) se dice sobre este instrumen-to:

Entre las flautas de pico peruanas tiene mucha difusión la flauta de una mano. Este aerófono, que se fabrica de diferentes tamaños y cuyo tubo puede ser abierto o semicerrado, cuenta con dos orificios delanteros, digitados con el índice y el cordial o medio, y uno posterior que se obtura mediante el dedo pulgar. (…) La flauta de una mano se sujeta con la mano izquierda, mientras que con la derecha el músico percute un membranófono que varía en dimensiones.

Según esta fuente, la flauta de una mano se tañe intensamente y con po-

El pifano, instrumento de viento, utilizado en la interpretación de música tradicional amazónica es rescatado en este artículo. Conozca cuáles son sus creencias, sus intérpretes en la ciudad de Rioja, y sobre todo, cuál es la realidad por la que está atravesando su uso.

Escribe Luis Salazar Orsi

Dedicado al amawta José María Arguedas

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blanco, mientras los fieles asistentes oraban en silencio y observaban con recogimiento al único danzarín autori-zado por la tradición, el campesino Isi-dro Balerín Torrejón, “don Ishico”, que giraba al compás, hierático y solemne, con shacapas tobilleras y pañuelos blancos en ambas manos. Don Pabli-to y don Ishico fallecieron en 2008 y 2011, respectivamente, y no han deja-do ningún sucesor conocido.

En 1989, gracias a la intervención generosa de don Pablito, la Asociación Cultural Rupacucha logró rescatar del olvido tres singulares danzas rituales, de origen indígena, cultivadas desde antes en Rioja: la danza de los shucas (gallinazos), de la carachupa (armadi-llo) y de velación, que sin lugar a dudas constituyen la expresión dancística más notable del patrimonio inmate-rial riojano, especialmente la primera, danza guerrera atribuida a los uqui-huas, pobladores originarios de la ciu-dad de Rioja.

Sin duda, por la belleza, singulari-dad y altas cualidades musicales de la danza de los shucas, el músico liberte-ño Segundo Sandoval Ramírez escribió una partitura con un excelente arreglo de esta danza, que fue estrenado en Rioja por la Orquesta Sinfónica de Tru-jillo, en junio de 2003, en presencia de Pablo García Mestanza y de todo un pueblo sorprendido y alborozado.

A fines del 2010, los riojanos, amantes de las tradiciones, han hecho colocar en lugar preferente de la plaza principal un monumento dedicado al pifanero riojano disfrazado de shuca. Pero aquella buena intención les sa-lió cuchisupi, pues inexplicablemente aquel sacha-escultor retrató en su tra-bajo a un serrano cachetón simulando tocar el didín, mientras lleva un disfraz con cabeza, pico y alas de paloma, no de gallinazo. Si visita Rioja, el lector zahorí puede acercarse a mirar: como remate del solemne mamarracho, también podrá ver que tiene el cuerpo cubierto con escamas de paiche.

Hoy, en que los ritos riojanos de adoración y conjuro han ido desapa-reciendo uno tras otro; en que los motorizados ocupan dilatadamente el espacio sonoro de Rioja durante las 24 horas del día; en que la televisión es el producto más socorrido por todos, las fiestas tradicionales, paulatinamente van quedado fuera de época, de sitio, de mentes y corazones.

Con la obsolescencia de los ritos antiguos y con la muerte de los únicos exponentes van desapareciendo tam-bién el pifano y el didín, dos columnas y espacios sonoros valiosos y singula-rísimos en el contexto sanmartinense, y en la memoria colectiva de lo mejor de la música tradicional peruana y lati-noamericana.

cas variaciones morfológicas en Piura, Lambayeque, Cajamarca, Amazonas, San Martín, La Libertad, Ancash y el extremo norte de Huánuco (mapa LIV, pág. 289).

El campesino riojano Pablo García Mestanza, que decía ser “El último pifanero”, fue ciertamente uno de los últimos exponentes de la música ritual ejecutada con didín en Rioja. Don Pa-blito —apelativo con el que lo conocía-mos todos sus amigos—, acompañaba las danzas rituales a la usanza antigua: en solitario y durante toda la noche hasta el amanecer, dándose ánimo con su infaltable quinientín lleno de trago

‘‘ ‘‘El campesino riojano Pablo García Mestanza, que decía ser “El último pifanero”, fue ciertamente uno de los últimos exponentes de la música ritual con didín.

Henry sandoval

arcHivo

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Escribe Carlos Velásquez Sánchez

El antiguo Tolentón de Saposoa

Antes en Saposoa eran las tétri-cas escenas de los animeros o sacadores de almas y el Tolen-

tón, actos alegóricos en las calles de ángeles, diablos y muertos. Ambos con ocasión del Día de todos los san-tos y de los difuntos, el 1 y 2 de no-viembre.

Un demonio con túnica negra hasta la cabeza, largo cordón, arco y flecha, perseguía a cuatro almas, con túnicas blancas y también con cordones col-gantes, a quienes trataba de defender un ángel con túnica y alas blancas y un pendón igualmente blanco. Cuando el diablo atacaba a las almas, el ángel se interponía entre aquél y ellas agitando el perdón. Iban así por las calles con un violinista que tocaba un canto lú-

gubre.El demonio, a veces, salía del grupo

y simulaba flechar a los espectadores y azotarlos con el cordón (que general-mente lo hacía porque se encontraba borracho), los niños se apretujaban a sus madres, llenos de temor.

Miedo, temor, que aumentaba con la noche. Al caer ésta, el grupo del To-lentón, se dirigía a la casa del mayor-domo, donde se velaba al Cristo de la Agonía y calaveras humanas.

El conjunto fúnebre volvía a reco-rrer las calles, seguido de corta dis-tancia por mujeres con negras mantas hasta la cabeza y lamparitas de aceite rezando con un gangoso murmullo. Estas mujeres representaban a las áni-mas bajadas del Purgatorio.

Precisamente, esa noche de to-dos los santos, víspera del Día de los

difuntos, noche siempre tormentosa con relámpagos y truenos, los anime-ros, ciertos hombres más valientes del lugar, se dedicaban a sacar almas del cementerio o de cualquier paraje te-nebroso como barrancos, bosques, in-vocándoles y tañendo una campanilla y un violín.

“Levántense almas benditas a re-zar un Padre Nuestro y un Ave María por las almas del Purgatorio”, repetían mientas las almas salían con un extra-ño rumor, los animeros con ellas de-trás, rezando y tañendo la campanilla y el violín recorrían las calles de la po-blación provocando un cierrapuertas general de espanto, siendo las almas finalmente devueltas a sus lugares de origen después de rezar un momen-to en la casa del mayordomo, donde entonces se apagaban todas las luces de las lamparitas de aceite. Uno de los animeros era el ciego violinista Lizardo Hoyos, guiado por un lazarillo.

Hay un hecho muy curioso vin-culado al Tolentón que sucedió en Saposoa. Los tolentones estaban muy borrachos y al pasar frente a la Subprefectura se acordaron de los abusos que cometía el subprefecto y entraron violentamente danzando a la oficina y le dieron azotes hasta en el suelo al subprefecto, quien, después les hizo perseguir con un gendarme malo. Los tolentones en su fuga, como estaban ebrios, a la altura del barrio Chontamuyo, se enredaron en sus tú-nicas largas cayendo a una zanja, allí los apresó el gendarme y a espadazos los llevó a la cárcel. Parece que desde ese incidente se suprimió el Tolentón en Saposoa.

Foto: sHatoja.com

Foto: sHatoja.com

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Escribe César Cárdenas Javier

Centro de Interpretación del Río Abiseo

En Piscoyacu también se cele-braba el Tolentón, pero los pisco-yaquinos le decían el Tolintón. Un devoto o cabezón (Mayordomo) organiza la velación de los difuntos en su casa, con abundantes licores y panecillos típicos, comidas prepa-radas de aves de corral. Se vela al Cristo de la Agonía en un altar don-de hay extendida una manta negra con blancas imágenes de calaveras y huesos humanos.

La noche del 31 de octubre dan-zan los concurrentes frente al altar, al son de un violín y un didín (tam-borcito y quena) consumiendo, a su vez, los licores y las comidas. A las 12 de la noche, para el baile, salen los concurrentes a recorrer el pueblo, bailando; luego regresan a la casa del devoto a continuar la velada hasta las 6.00 am. del día 1 de noviembre, éstos, exhaustos se ponen a descansar, mientras que los niños de dos a doce años se re-únen en la casa del cabezón y van en grupos a visitar las demás casas del pueblo, gritando: “!Ángeles, Ángeles, Ángeles!”.

Los moradores les lanzan bol-sas de maní, maíz tostado, humi-tas, tamales, en la creencia de que sus muertos recibirán gracias divi-nas por esa acción. A las 4.00 pm de ese mismo día en la casa del cabezón salen los tolentones: 6 u 8 personas envueltas en sábanas blancas, con cordones colgados de la cintura, con máscaras o pintarra-jeados los rostros y generalmente llevan un bastón, palo labrado o rama con un bodoque de trapo o fruto de huingo amarrado en el ex-tremo superior, con el que golpean en la cabeza a los muchachos en las calles, a todos los que encuentran, a los adultos, además les encaran todos sus pecados y van cantando.

Esta tonadilla esa acompañada por un violinista con música fúne-bre. Los tolentones representan a las almas que están penando en el Purgatorio, de donde bajan en la víspera del Día de los Difuntos a la tierra para asustar a los vivientes.

Tolintón de Piscoyacu

El Centro de Interpretación del Parque Nacional del Río Abiseo (ubicado en el distrito Huicungo,

provincia Marsical Cáceres) funciona como una antesala para quien ingresa al área natural protegida, permitiendo al turista informarse de manera gene-ral sobre las bondades del mismo.

Este lugar fue puesto en funciona-miento del 2008, considerado desde entonces como el primer centro de in-terpretación natural. Su construcción fue gracias al apoyo de la Asociación Peruana para la Conservación (APECO) y el proyecto Protección de Áreas Na-turales Protegidas de la KFW (Coope-ración Alemana).

Sus instalaciones cuentan con dos cuartos de exposición. En el prime-ro encontramos mapas, pero resalta aquel que especifica los límites fron-terizos actuales y la geografía; además de otro en la que se observa la zona de protección y la zona de amortigua-miento, indicando, a la vez, los pues-tos de control.

En tanto, en la segunda sala se muestra los diferentes tipos de flora y fauna que se halla en su extensión, sus características y el nivel de peligro en el que se encuentran.

Sus murales gráficos son de varios metros de longitud por dos de alto. En algunos de ellos indican sobre las es-pecies endémicas, como la ‘tucaneta del Huallaga’, esta ave puebla los cie-

los del Abiseo; del mismo modo, la ‘co-tinga vientre castaño’ y ‘el hormiguero rojizo’ o ‘tororoi rojizo’.

Asimismo, se describe de manera entretenida sobre los vertebrados que habitan la zona, como el ‘oso de ante-ojos’ (Tremarctos ornatos), considera-do un gran viajero y caminante, actúa como regenerador del bosque, llevan-do semillas de un lugar a otro.

En el Parque Nacional Río Abiseo se puede observar a la carachupa pe-luda (Dasypus pilosus), también cono-cido como armadillo peludo, es una especie endémica del Perú y solo se le conoce en los departamentos Amazo-nas y Huánuco.

De manera detallada, el visitante puede conocer sobre el mono choro de cola amarilla, la taruka, y las dece-nas de aves, insectos y mamíferos. No olvidemos que existen en el parque más de seis mil especies.

Además, el museo cuenta con una propuesta interesante de juegos di-dácticos e interactivos, que enseñan cómo preservar áreas naturales: espe-cies vegetales y animales de la zona.

El Centro de Interpretación es re-saltada por los visitantes luego de ob-servar sus maquetas interactivas para entender la biodiversidad, sorprende a quienes llegan al lugar. Desde ahí ya se sienten llenos. Es un lugar donde se incrementa la curiosidad de ingresar y descubrir el misterioso Río Abiseo.

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La misteriosa selva amazónica encierra diversas y coloridas costumbres que la caracterizan

como uno de los lugares ricos en fol-clore. Todas las comunidades con gran similitud se preparan para la llegada de sus fiestas patronales o costumbristas, una de ellas es la fiesta de San Juan.

En la localidad de Tocache, en el año de 1940, don Salomón Gonzales, como primer cabezón, oficializó como Santo Patrón de Tocache a San Juan Bautista, promoviendo de esta mane-ra una gran fiesta, siendo amenizada por el primer conjunto típico musical de Tocache, que dirigía don Agustín Haro vela.

Con similitud a otras costumbres de la amazonía, Tocache celebra sus fiestas al ritmo de la pandilla. La pan-dilla es una de las expresiones dan-císticas más antiguas del mundo; los grupos sociales se reunían formando gran multitud para desplazarse por las diferentes arterias de una comunidad, anunciando con algarabía y alegría la gran fiesta al compás de un ritmo.

En Tocache, desde hace mucho tiempo, esta danza popular (pandi-lla), se ha estado expresando en for-ma constante ya que en cada año, las instituciones educativas, públicas y privadas, barrios y asentamientos hu-manos celebran sus aniversarios y fies-tas patronales, es cuando entonces al iniciar el alba matinal, y acompañado de un conjunto típico musical, los pri-

cumbia o al ritmo de un huainito, en seguida se reparte la típica y no muy fermentada chicha de maíz a los su-dorosos y bizarros bailarines que des-piertan a la gente al ir por sus calles.

Las mujeres visten faldas floreadas y blusas de colores diversos, en la ca-beza llevan amarrada una pañueleta, una que otra, con pañal de llullo; los varones llevan pantalones oscuros y camisas mangas largas y cortas, de colores claros y pañuelo en la mano; ambos son los que dan el colorido y la impresión del anuncio y el gozo de una gran fiesta, acompañada del típi-co conjunto musical, al compás del ritmo que emiten el bombo, tambor y quena.

La pandilla y la fiesta patronal de Tocache

Escribe Henrry Panduro Centurión

Henrry Panduro

meros en levantarse van tocando las puertas de los vecinos invitándoles a unirse a aquel grupo dancístico; que recorriendo las principales calles de la localidad y realizando pequeñas figu-ras coreográficas, en parejas, forman cadenas con los brazos y parten des-plazándose, realizando grandes curvas como quien dibujan la muyuna de un río, cubriendo de lado a lado la calle.

Los pandilleros cierran las cuatro entradas al llegar en cada esquina, se detienen formando grandes círculos para variar de ritmo, las parejas se sueltan animosos de seguir sacudien-do sus cuerpos en forma vehemente y contagiante que provoca la hilari-dad con el comienzo de un cumbión,

Quién imaginaría que los antiguos pobladores de Uchiza guardaban misterio-

samente la práctica de una de las expresiones musicales más antiguas y originarias del país.

El instrumento usado era una especie de tubo parecido al de una zampoña, denominada “shollento”, confeccionado a base de marona o bambú; el más largo media medio metro y dos pulgadas de grosor.

Los varones, 24 músicos (sho-llenteros), se respondían entre sí, generando confusas melodías onomatopéyicas, imitando a los animales del bosque; desde el rugir

de un tigre hasta el canto de las aves; acompañados de bombos y tambores.

“El capitán“, así era llamado el director del conjunto musical, quien, en forma empírica, se echaba y posaba el oído sobre el suelo para determinar si hay descoordinación; descubriendo a quién descompasaba. El capitán se dirigía al infortunado músico por haber errado para recordarle su castigo, dicha sanción era “El sepo caballito”, una es-pecie de torniquete, mientras más vuel-tas daba, las piernas iban prensándose hasta que el músico gritaba de dolor.

Las mujeres daban colorido con su presencia dancística al lado del conjun-to musical; sus movimientos, parecido al de una velación, se contorneaban de derecha a izquierda, haciendo revolo-

tear por ambos lados los faldones floreados, su vestimenta era com-binada con blusas blancas, medio puño con blondas, un pañuelo en la mano derecha y otro amarrado en la cabeza.

En el trajín, alegraban el am-biente, esparciendo aromáticos per-fumes propios de la selva, como la zangapilla, totora y vainilla (extraída de una soga, parásita del huingo). El maquillaje era muy importante en las féminas, la pintura era extraída de las patas de una paloma.

Esta actividad artística daba la bienvenida a la fiesta navideña; luego se practicaba en la fiesta patronal de Santo Domingo de Guzmán, a inicios de agosto.

Los ‘shollenteros’

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“Escribir de modo natural y sencillo como crece la hierba y que, por entre lo escrito, se vea la luz de la vida”. Francisco Izquierdo Rios

(Cuentos de Adán Torres, 1950)

narrador, dotado de extraordinarios recursos para la composición argu-mental de lo acontecido, para el de-sarrollo temático, para la expresión de ideas y para la descripción y el retrato de los personajes.

Fue amigo y discípulo de Ri-cardo Palma y bajo el influjo de las Tra-diciones Peruanas, siguiendo el mode-lo del nuevo género creado, escribió en 1918 sus Leyendas y Tradiciones de Loreto inaugurando, con este volumen y en ese año, la narrativa amazónica propiamente. Como Palma, su maes-tro, Herrera superpone y enrama en un solo haz narrativo los planos de la veracidad histórica y de la ficción o el mito, matizándolos con el ingrediente

tura moderna del real maravilloso. Los relatos de Jenaro Herrera

están todavía endeudados con la his-toria y la mitología, que intensifican y acentúan dos notas claves del ejerci-cio narrativo de este autor amazónico: el hecho veraz y la visión legendaria, amalgamando en un mismo texto la información histórica con la expresivi-dad romántica y poética del tradicio-nista. De este modo, el relato herreria-no resulta una especie sui géneris de síntesis que proyecta, al lado de la rea-lidad objetiva y del suceso conocido, la leyenda popular y los aciertos mágicos y fantasiosos de la rápida imaginación del autor.

Jenaro Herrera falleció en Lima, en 1941. En homenaje suyo, un pueblo sobre el río Ucayali, en la pro-vincia de Requena, gestado y fundado por el Comandante Manuel Gordon Magne en 1954, lleva su nombre.

...viene de la página 13

...viene de la página 12

estilístico del humor, la gracia y el len-guaje poético.

Este libro de Jenaro Herrera, que evoca viejos relatos y leyendas con vocación de historiador, pero con una actitud profundamente creadora, es el punto de partida de una nueva lí-nea del relato desarrollada y continua-da por varias generaciones de narra-dores de procedencia amazónica, que han llevado la historia, las leyendas, el folclor y las inquietudes y angustias de un pueblo emergente, a un grado de comunicabilidad estética con la aper-

inolvidable, partiendo desde Yurima-guas hacia Iquitos, en el territorio fan-tástico de Chazuta, en aquellas aguas misteriosas del río negro en Rioja o si quieren, aquí cerquita, frente a los mi-radores de las puntas de Tahuishco o de San Juan, en Moyobamba, ese rin-cón hermoso, el de San Juan, donde esa brisa tenue nos acaricia el rostro y la frescura de la selva inunda nuestra alma, para encontrarnos con las agita-ciones de nuestro propio corazón. El sol en ese lugar, como en los cuentos de Humberto del Águila, sonríe en me-dio del cielo celeste donde se dibujan mariposas de colores y el vuelo de un gavilán se vuelve una ternura, cerca de la luna, que empieza a aparecer cuan-do todavía es de día, para juntarse en un abrazo de amor con el sol que se va apagando.

Desde ese paraíso uno puede divi-sar a lo lejos el recorrido del Mayo y

para eternizarlos en la palabra.Esas historias, nos cuenta el mismo

del Águila, los ha escuchado en la sel-va, sentado en torno a una hoguera… mientras millares de luciérnagas, en el lindero del bosque, tejían maravillosas marañas con su vuelo luminoso…

Desde esa selva, de alas de mari-posa y caparazones de insectos fan-tásticos, Humberto del Águila soñaba con ciudades lejanas: París, Madrid, Londres, Viena, Roma, Berlín, a donde finalmente llegó, para mirar el mundo de otra manera, pero con la misma sencillez de su sonrisa, de su gracia, que muy bien ha descrito Francisco Izquierdo Ríos.

Los amazónicos tenemos ahora el deber de abrir estas páginas para adentrarnos en ese territorio mágico de la palabra, donde estoy seguro, el gran Humberto del Águila, te dejará perplejo, casi temblando y sentirás como en El collar del curaca, que nos dieron de beber masato, con un poco de raspaduras del miembro del achuni, para excitarnos en nombre del amor y la literatura.

Sesquicentenario de Jenaro Herrera

Humberto del Águila,Un escritor lleno de magia

sentir el aroma de las orquídeas, junto al canto de aquel pajarito rojo, que di-buja su pereza escondido en medio de las sombras de los árboles.

Humberto del Águila, el charapa, el escritor que no conocemos los mo-yobambinos, el gran intelectual que compartió sus sueños con José Carlos

Mariátegui, con José María Eguren, con Chocano, con Valdelomar, con una élite intelectual que además lo respe-taba, ha descrito bajo lo real maravillo-so de la literatura amazónica, la com-plejidad de la amazonía, sus mitos, sus leyendas y a sus historias reales, le ha dado ese toque prodigioso de ficción

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‘‘Los relatos de Jenaro Herrera están todavía endeudados con la historia y la mitología

Sus cuentos tienen la bravura de un río torrentoso de la montaña

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El Proyecto Cultural en ilustraciones

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1. Equipo de gestión del Proyecto Cultural. 2. Rioja. Las noches culturales se institucionalizaron en varias provincias; 3. Cultores de la medicina tradicional reunidos en Lamas; 4. Museo in situ de Chazuta; 5. Presentes en la Feria de Libro 2011; 6. Tocache, sede de taller sobre arqueología; 7. Proyecto Cultural dona instrumentos en todo San Martín; 8. Las calles de la ciudad de los tres pisos presenta nueva imagen: “Lamas a mil colores“.

Fotos: Archivo Proyecto Cultural

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Ninacuro, revista cultural 2011 / Pag. 00

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Concursos de pintura, música tradicional y Juegos florales

Premiando al talento artístico

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1. Premiación de los artístas ganadores.2. Participantes del concursos de pintura rápida 2011. 3. Hermanos Bartra, primer puesto en música tradicional. 4. Watsilde Lópes recibe premio pecuaniario. 5. Lucio Córdova Mezones, primer puesto en poesía y cuento. 6. Gavino Quinde, segundo puesto en categoría de cuento.

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Publicación de libros con el Fondo Editorial 2011El Consejo Editorial del proyecto Rescate y afirmación de las expresiones culturales de la región San Martín ha aprobado la impresión de las siguientes publicaciones; las cuales serán presentadas durante el 2012 por su gran valor histórico y literario.