revista de dialectologÍa y tradiciones popula- · 2007-11-29 · revista de dialectologÍa y...

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BICC, XXIII, 1968 RESEÑA DE REVISTAS 123 de la lengua hablada, por su abandono de las relaciones lógicas más sutiles. Reseñas : RAFAEL DE BAI.BÍN y ANTONIO ROLDAN, Gramática de la lengua vulgar de España, Lovaina, 1559: Edición facsimilar y estudio, por Dolores Bustamante P., págs. 297-298. ANDRÉ MARTINET, Elementos de lingüística general, por Gastón Carrillo Herrera, págs. 299-312. Excelente resumen de la impor- tante obra de Martinet. Esboza reparos, sobre todo en lo referente a la conceptuación de algunos rasgos prosódicos (acento) y a la expo- sición de las clases de palabras. EDOUARD CARDE, La voz, por Lidia Contreras, págs. 313-318. Muy favorable reseña de las teorías, revolucionarias en cierto modo, de E. Carde sobre el proceso fonador, relacionado con el sistema ner- vioso central. ANTONIO QUILIS y JOSEPH A. FERNÁNDEZ, Curso de fonética y fo- nología española para estudiantes angloamericanos, por María Merce- des Pávcz, págs. 319-323. Favorable, en general, pero destacando algunas contradicciones de los autores (sobre el proceso fonador, p. ej.) así como su excesivo 'impresionismo' en el estudio de los esquemas de entonación. GERMÁN DE GRANDA GUTIÉRREZ. Instituto Caro v Cuervo. REVISTA DE DIALECTOLOGÍA Y TRADICIONES POPULA- RES, Madrid, tomo XXII, 1966. En este tomo encontramos el siguiente material: Cuadernos 1* y 2 9 : Luis DACÁMARA CASCUDO, O mais pobre dos dois, págs. 3-6. — GABRIEL LLOMPART, DOS notas de folklore religioso levantino: "Evangelios de bautizo" y "Peregrinos de representación", págs. 7-25. — JULIO CARO BAROJA, Infierno y humorismo, págs. 26- 40. JUAN MARTÍNEZ RUIZ, Siete cartas de dote y arras del Archivo de la Alhambra (1546-1608), págs. 41-72. JOAN AMADES, Testamento de Cristo, págs. 73-80. OLIMPIA AÍDA BONINI, El paso del tiempo en la canción popular, págs. 81-96. ANTONIO CASTILLO DE LUCAS, Critica a la critica de los refranes del P. Feijoo, págs. 97-118. WIL- HELM GIESE, Algunas notas sobre la conservación de la cultura tradi- cional en vanas regiones de España, págs. 119-124. NATACHA SE- SEÑA D Í E Z , Pucheros de Alcorcen, págs. 125-134. FRANCISCO NA- VARRO ARTILES y FAUSTO CALERO CARREÑO, Vocabulario de Fuerteven-

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BICC, XXIII, 1968 RESEÑA DE REVISTAS 123

de la lengua hablada, por su abandono de las relaciones lógicas mássutiles.

R e s e ñ a s :

RAFAEL DE BAI.BÍN y ANTONIO ROLDAN, Gramática de la lengua

vulgar de España, Lovaina, 1559: Edición facsimilar y estudio, porDolores Bustamante P., págs. 297-298.

ANDRÉ MARTINET, Elementos de lingüística general, por GastónCarrillo Herrera, págs. 299-312. — Excelente resumen de la impor-tante obra de Martinet. Esboza reparos, sobre todo en lo referente ala conceptuación de algunos rasgos prosódicos (acento) y a la expo-sición de las c l a s e s d e p a l a b r a s .

EDOUARD CARDE, La voz, por Lidia Contreras, págs. 313-318.Muy favorable reseña de las teorías, revolucionarias en cierto modo, deE. Carde sobre el proceso fonador, relacionado con el sistema ner-vioso central.

ANTONIO QUILIS y JOSEPH A. FERNÁNDEZ, Curso de fonética y fo-

nología española para estudiantes angloamericanos, por María Merce-des Pávcz, págs. 319-323. — Favorable, en general, pero destacandoalgunas contradicciones de los autores (sobre el proceso fonador, p. ej.)así como su excesivo 'impresionismo' en el estudio de los esquemasde entonación.

GERMÁN DE GRANDA GUTIÉRREZ.

Instituto Caro v Cuervo.

REVISTA DE DIALECTOLOGÍA Y TRADICIONES POPULA-RES, Madrid, tomo XXII, 1966.

En este tomo encontramos el siguiente material:

Cuadernos 1* y 29: Luis DA CÁMARA CASCUDO, O mais pobre dosdois, págs. 3-6. — GABRIEL LLOMPART, DOS notas de folklore religiosolevantino: "Evangelios de bautizo" y "Peregrinos de representación",págs. 7-25. — JULIO CARO BAROJA, Infierno y humorismo, págs. 26-40. — JUAN MARTÍNEZ RUIZ, Siete cartas de dote y arras del Archivode la Alhambra (1546-1608), págs. 41-72. — JOAN AMADES, Testamentode Cristo, págs. 73-80. — OLIMPIA AÍDA BONINI, El paso del tiempoen la canción popular, págs. 81-96. — ANTONIO CASTILLO DE LUCAS,Critica a la critica de los refranes del P. Feijoo, págs. 97-118. — W I L -HELM GIESE, Algunas notas sobre la conservación de la cultura tradi-cional en vanas regiones de España, págs. 119-124. — NATACHA SE-SEÑA DÍEZ, Pucheros de Alcorcen, págs. 125-134. — FRANCISCO NA-VARRO ARTILES y FAUSTO CALERO CARREÑO, Vocabulario de Fuerteven-

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tura, págs. 135-210. — A r c h i v o , págs. 201-210. — N o t a s d el i b r o s , págs. 211-232. — N o t i c i a s , pág. 233. — N e c r o l o -g í a s , págs. 235-237.

Cuadernos 3 9 y 49: IGNACIO SÁNCHEZ LÓPEZ, Vocabulario de lacomarca de Medina del Campo, págs. 239-303. — GABRIEL LLOMPART,La "lledania" de la procesión del Corpus de Palma de Mallorca, págs.304-317. — JUAN MARTÍNEZ RUIZ, Notas sobre el arado beréber deBeni Chicar (Marruecos), págs. 318-336. — FERNANDO RUBIO ALVAREZ,O. S. A., Leyendas en torno a animales fantásticos en algunas obrasde carácter espiritual, págs. 337-349. — MARÍA DEL SOCORRO ANDÚJARESPINO, Fiestas y costumbres tradicionales de Peñaranda de Bracamon-te, págs. 350-377. — LUCIANO CASTAÑÓN, Advocaciones religiosas enrefranes asturianos, págs. 378-393. — RAFAEL MERE, Las gaitas de Po-lonia, págs. 394-409. — CARMEN MUÑOZ RENEDO, LOS "moros y cris-tianos" de Valcabra, págs. 411-424. — N o t a s d e l i b r o s , págs.425-441. — N o t i c i a s , págs. 443-445. — N e c r o l o g í a s , págs.447-450.

Destacamos:

JULIO CARO BAROJA, Infierno y humorismo, págs. 26-40. — Bajoeste título presenta Caro Baroja un artículo cuyo contenido interesaa los aficionados al análisis de lo tradicional. La creencia en el infier-no, difundida en todos los pueblos, presenta, en gracia a su carácteruniversal,.un aspecto de auténtico interés.

Divide Caro su estudio en cinco apartes. En el primero consideralo trágico y lo cómico en el arte, y anota que en muchas ocasiones nose puede delimitar hasta dónde llega cada uno de estos aspectos. Enel segundo aparte, trata del infierno renacentista. El tercer aparte lotitula La tradición ilustrada con un ejemplo. El cuarto lleva el títulode La gran crisis, y el quinto, el de Otro ejemplo final.

Establece el autor, en primer lugar, las características de lo trá-gico y lo cómico y recalca en la facilidad con que lo trágico cae enel campo de lo ridículo o de la comicidad. El Dyonisos de la religióngriega se sustituye en la religión cristiana por el demonio. Y uno yotro, con sus características de seres amedrentadores, tétricos y terro-ríficos, caen fácilmente en el ámbito de lo grotesco. Lo mismo ocurretambién comúnmente con las brujas o hechiceras.

Afronta luego el articulista el análisis de algunas representacionesdel demonio y de los vicios en monumentos de la Península Ibérica.En primer lugar, destaca la llamada "puerta del juicio" de la catedralde Tudela, donde sobre piedra se esculpieron los castigos que recibiránlos vicios en el infierno, y están grabados, en contraposición, los gocesde los buenos en la gloria.

Las múltiples representaciones del demonio, los condenados y losvicios toman por símbolo entes de razón como centauros, figuras de

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monstruos o animales como simios, leones, etc., hombres en actitud delucha o caza. Estas interpretaciones fueron censuradas por San Ber-nardo Abad de Clairvaux, que juzgaba que producirían más que sen-timientos piadosos, sentimientos de extrañeza.

Para el señor Caro los escultores románicos del siglo xn en Es-paña y Francia tienen una marcada intención de producir en susrepresentaciones de los tormentos eternos (demonios, condenados, vi-cios y suplicios) sensaciones de terror y espanto, y en este propósito,acomete el análisis de las representaciones de la gloria y el infierno quese encuentran en la catedral de León (de estilo gótico). En ésta elcontraste de los dos es mucho más vivo que en la catedral de Tudela.Da noticia, también, de algunas tablas aragonesas y catalanas alusivasa estas representaciones cuyos demonios motivan cualquier otro sen-timiento menos el de terror.

El segundo aparte se refiere al infierno renacentista; la descrip-ción de los ascetas es lacónica y contundente; hay penas sensorialesy penas del espíritu que en total llegan a 20. Diez afectan a los sen-tidos y diez al espíritu. Transcribe Caro Baroja un párrafo de lossermones de fray Alonso de Cabrera en que plásticamente se descri-ben las penas infernales, con predominio de las sensoriales sobre lasdel espíritu. También transcribe las visiones de Santa Teresa en dondelos demonios toman diversas formas, todas ellas lacerantes de lossentidos.

El infierno y los demonios eran perfilados con rasgos grotescospor moralistas, escritores y predicadores y esbozados ridiculamente porpintores y escultores de la época. El Bosco, en su "mesa de los peca-dos mortales", satiriza escenas humanas. La obra del gran pintor hasido motivo de encontradas y contradictorias apreciaciones. Caro Barojase refiere a los comentarios que suscitó su pintura. El primer crí-tico, don Felipe de Guevara, afirma que dicha pintura no es de mons-truosidades, sino cuando trata "del infierno, en la cual materia, que-riendo figurar diablos, imaginó composiciones de cosas admirables".Parece que los críticos tenían la obra del Bosco por herética. Sinembargo, el Padre Sigüenza, historiador de los Jerónimos, afirma:"Quiero mostrar agora — dice — que sus pinturas no son disparates,sino unos libros de gran prudencia y artificio, y si disparates son, sonlos nuestros, no los suyos, y, por decirlo de una vez, es una sátyrapintada de los pecados y desvarios de los hombres". Quevcdo en suobra literaria también alude al Bosco a quien sitúa en el infierno,sorprendido de la existencia de demonios a los que en vida habíacreído inexistentes y había ridiculizado en su pintura. Quevedo y elBosco coinciden en la representación de diablos afectados por enfer-medades y con defectos que causan hilaridad. El Bosco ha sido, pues,juzgado en forma muy contradictoria, ya que mientras para unos es

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un pintor irreverente que trata de los problemas eternos y en especialdel infierno y sus diablos con cierta sorna, su pintura es para otrosmoralizadora y buena.

En el aparte cuarto, nos muestra el articulista cómo los pintoresy artistas posteriores al gótico se ciñen a los modelos clásicos comouna reacción contra el gótico, y eluden consecuentemente representa-ciones que puedan llevar a exaltar el campo de los sentidos. Los afi-cionados al simbolismo alegorizan las representaciones de los demo-nios y viene la decadencia del sentido de plasticidad en lo tocante adichas representaciones. En la predicación, el expositor de tendenciapopular, lo mismo que los escritores, utiliza todos los recursos efec-tistas puestos a la mano para describir el infierno, sus tormentos, pe-nas y moradores. Tal es el caso de la obrita compuesta por el jesuítaitaliano Padre Gio. Battista Manni, cuyo solo título da idea del con-tenido: La prtgtone eterna dell' Inferno disegnata in immagini, elespressa in essempii al peccatore duro di cuore. Nos dice Caro que hautilizado la undécima edición del libro, cuyo elevado número de edi-ciones es argumento irrefutable de la difusión que tuvo. La aludidaundécima edición fue hecha en Venecia en 1692, y sus grabados, se-gún el señor Caro, son de gran vulgaridad. Se describen allí los tor-mentos que afectan a cada uno de los sentidos, la inmovilidad, elfuego, la rabia, desesperación, tinieblas, etc., multitud de condenadosy de serpientes, dragones, escorpiones y otros monstruos infernales.La descripción de los vicios es pobre e inexpresiva, quizá consideradade mal gusto por hombres de aquella época.

La fe y el humor no pueden compaginarse. La fe sólo puedeproducir sentimientos graves y pensamientos serios. El Bosco — yalo hemos dicho — es blanco de críticas opuestas: para Mayáns es elpintor que no puede superar a pintores más jóvenes que él como Mi-guel Ángel, Rafael Sanzio y El Tiziano. Para otros es el pintor mora-lizante que persigue a toda costa aterrorizar al cristiano y ponerlo defrente ante la realidad de la eterna condenación.

En el siglo xx se ha justipreciado y valorado la obra del Bosco,en la que hay siempre motivos de investigación en diferentes campos:interesa al historiador cristiano, al psicólogo, al psicoanalista y al fi-lósofo.

Un grabado de las tentaciones del gran padre San Antonio Abad,abogado del fuego y tentaciones del demonio, fechado en Madrid en1719, antecede al aparte final que es la explicación del cuadro, en elque podemos encontrar una gran riqueza de aspectos, y su historia.La pintura fue afortunado hallazgo del señor Caro Baroja en el tiem-po en que era Director del Museo del Pueblo Español de Madrid. Con-trasta en ella la adusta tranquilidad del santo abad con el desasosiegoy ligereza de los diablillos que pululan y con la desdeñada diablesa,vestida al estilo cortesano y que parece pasar inadvertida para el santo.

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En la parte superior izquierda aparece la Ciudad de Dios con un sellode paz. En la parte superior derecha se ve una casa ardiendo rodeadade diablos (San Antonio es tenido como abogado de los incendios).La placa está firmada por Juan de Amargos.

JOAN AMADES, Testamento de Cristo, págs. 73-80. — Bajo estetítulo presenta Amades un interesante ensayo en que nos habla de unacostumbre que seguramente tuvo gran vigencia en épocas anterioresy ahora ha caído en desuso; se trata del Despido de Jesús de su DivinaMadre, costumbre que consistía en un diálogo entre Jesús y la Santí-sima Virgen. Este diálogo precedía al testamento propiamente dichodel Señor, iniciado por gentes piadosas desde el Domingo de Ramosy representado en los días santos, en contraposición a las mascaradascarnavalescas de índole diametralmente opuesta a esta conmemora-ción piadosa. Supone Amades que esta conmemoración litúrgica po-pular se debió celebrar en sus comienzos en los templos y que al de-jar de conmemorarse en éstos, pasaría a hacerse en el seno de loshogares cristianos. Debió de ser una costumbre muy difundida a juz-gar por el número de impresos que se encuentran con relación a ella.

El autor conoce dos textos bien diferentes del Testamento deJesús. El primero, escrito hacia 1700 por el sevillano doctor Zavallos,del cual existen dos ediciones hechas en Barcelona y una tercera he-cha en Valencia. El segundo texto a que se hace referencia, pareceser de autor catalán y es mucho menos extenso que el de Zavallos.

Luego de estas aclaraciones, procede Amades a darnos la versióndel Testamento de Cristo impresa en Barcelona por Juan Forns en elsiglo XVIII y considerada como la de mayor antigüedad. Cuarenta ysiete cuartetas de versos octosilábicos con rima del segundo y cuartoversos, constituyen el cuerpo de esta versión. En las cuarenta y sieteestrofas se desarrolla el Testamento del Señor, siguiendo un ordenlógico y con alusiones a tradiciones orales y a detalles consignados enlos Evangelios. Algunas de tales estrofas tienen una notoria similitudcon coplas aisladas recogidas en diferentes regiones de Colombia.

Veámoslo:

La quinta cuarteta del Testamento dice:

Hicieron luego una cruz,donde pusieron su cuerpo,hecha de cuatro maderos:cyprés, palma, olivo y cedro.

En Cucutilla, Norte de Santander, encontramos una copla quenos parece tener alguna analogía con la transcrita anteriormente:

El patíbulo en que Cristopadeció muerte y martirio,

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fue labrado en tres maderas:cedros, palmeras y olivos.

En Manta, Cundinamarca, encontramos igualmente otra estrofaque juzgamos emparentada también con las anteriores:

La Cruz de Nuestro Señorfue labrada en palu e cedro,y en pino ciprés labraronel madero de San Pedro.

La cuarteta séptima del Testamento dice:

Y, estando crucificado,las tres Marías vinieron,y al pie de la Cruz se ponen,que es voluntad del Maestro.

Y en Dagua, Departamento del Valle del Cauca, hallamos la si-guiente:

Ya estando crucificado,las tres Marías llegarony al pie de la Cruz se parana ver al ajusticiado.

La copla trece del Testamento dice:

Miradme bien por si acaso,no están de mí satisfechos,que aquí está el Hijo de Diosque a perdonar vino al suelo.

Y un campesino de Chinavita, Boyacá (del Valle de Tenza, latierra de las coplas), me dio ésta que parece una versión de la anterior:

Mirad y reconocedque, clavado en el madero,muere el Hijo de Dios Vivoque a perdonar vino al suelo.

Mirad que Dios con su muerte,abrió las puertas del Cieloy cerró desde la cruzlas troneras del infierno.

La copla veintinueve del Testamento es como sigue:

Con los que están en el limbo,que esté mi espíritu quiero,pues a mi querida madrecon mi primo Juan la dejo.

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En San Faustino, en el Departamento del Norte de Santander, re-cogimos esta cuarteta:

A mi primo Juan le dejopa que li haga compañíaa mi madre como hijo,y a Juan por madre a María.

Luego leemos la versión de Valencia, compuesta por el dominicofray Francisco de Salazar. La edición se hizo en 1758. Se nos pre-senta un facsímil de la página titular del Testamento, ilustrado congrabados de la muerte de Cristo en el Calvario y la de la SantísimaVirgen, rodeada de los apóstoles, ya que el título se refiere no sóloal Testamento y codicilo de Cristo, sino también al Testamento, trán-sito y subida al Cielo de la Madre de Dios y Señora Nuestra, que,desafortunadamente, y a pesar de las pesquisas que se han hecho, nose ha podido encontrar.

El romance consta de ciento cuarenta y seis versos; de ochenta,el Testamento propiamente dicho y de sesenta, el codicilo; los versosson octosilábicos y la asonancia es la misma en las dos partes. El con-tenido del romance es un tratado de religión ceñido a las enseñanzasdel credo católico.

Finalmente nos presenta Amades la versión de otro Testamentovalenciano muy posterior al anterior e impreso también por la casaLaborde. La métrica es menos sencilla que la de las cuartetas estam-padas en Barcelona por Juan de Forns y que el romance compuestopor fray Francisco Bernardo de Salazar, pues está escrito en estrofasde siete versos; el primero, el tercero y el sexto son de siete sílabas, yno riman. El segundo, el cuarto, el quinto y el séptimo son de cinco sí-labas; riman segundo y cuarto, quinto y séptimo. Quizá esta métricareste al conjunto de la composición un poco de espontaneidad, sen-cillez y encanto. En este Testamento se sigue la genealogía del Señor,el recuento de la Pasión, la institución de la Eucaristía, se hace espe-cial hincapié en algunos detalles de la Pasión, tales como el sorteo delas vestiduras y el entierro en sepulcro prestado, etc.; en la potestadque da Cristo a San Pedro sobre la Iglesia y el cargo de éste comollavero del Cielo; en el hecho de dar a María por hijo a Juan. Además,se refiere a la época de San Francisco de Asís, Santo Domingo deGuzmán, con sus respectivas familias religiosas; a san Francisco dePaula, a san Agustín, san Félix de Valois, san Pedro Nolasco, santaTeresa de Jesús y san Juan de Dios.

Es, pues, este Testamento una apología del Señor, sus santos y suIglesia, con detalles pormenorizados y con características específicasde sus personalidades y sus órdenes. Veintitrés estrofas de siete versoscada una, forman el cuerpo de él. En Colombia hemos recogido tam-

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bien algunas formas de Testamentos del Señor que tienen sus carac-terísticas muy peculiares.

GABRIEL LLOMPART, La "lledania" de la procesión del Corpus dePalma de Mallorca, págs. 304-317. — El autor nos ofrece un artículoen que describe una serie de costumbres variadas y representativas deuna tradición continuada en la isla de Palma de Mallorca a través deunos cuantos siglos. La lledania es un rosetón metálico adornado conflores de cera multicolores que inicia el cortejo catedralicio en la pro-cesión del Corpus Christi.

Es ésta la costumbre que más arraigo ha tenido en las fiestas deCorpus y que ha logrado sobrevivir durante muchos años, y que sus-cita en los nativos una mirada de simpatía y para los visitantes esmotivo de interés.

La lledania es una cruz procesional que más que de dolor y pa-sión, se caracteriza por ser pascual y ostentar atavíos de alegría. Suuso debió ser muy generalizado en el siglo xvm, ya que en el manualdel maestro de ceremonias de Seo, de 1740, consta que todas las pa-rroquias de la ciudad llevaban por ese entonces la lledania en lasfiestas de Corpus, encabezando el desfile la de la Catedral; la de cadaparroquia iba acompañada por sus respectivos ciriales.

Nos ofrece don Gabriel a continuación una descripción y un es-quema de la lledania de Palma de Mallorca con su crucifijo de metalfundido y sus nueve banderolas de latón que dan al conjunto unsello festivo y un cariz de alegría. A continuación se detiene en elanálisis del nombre de lledania, con que se designa esta cruz procesio-nal; deriva del latín litania, y es forma del mallorquín arcaico (enmallorquín actual sería ¡letanía). Las lledánies se comenzaron a usaren los procesiones de rogativas de la Ascensión, y de su uso se tienenoticia desde 1607, año de un catálogo de la sacristía de San Jaimede Palma.

Se describen asimismo en este artículo las lledánies palmesanasde comienzos del siglo xvi, tomadas en su mayoría del Notician deMallorca y, detenidamente, las de las iglesias de San Nicolás, San Mi-guel y Santa Cruz y de los conventos de los padres mercedarios ycarmelitas, con sus particularidades. La de los mercedarios llevaba laimagen de san Ramón Nonato con profusión de iluminación; la delos carmelitas era llevada por un religioso de la Orden, escoltado pordos ángeles que portaban los ciriales. La de la parroquia de SantaCruz era de cera blanca; la de la parroquia de San Nicolás estabaornada de blanco y verde. Los pormenores de la descripción son mu-chos, pero todo confluye a demostrar que esas cruces procesionalestenían algo de común, o sea un marcado matiz popular.

[En Colombia hemos visto el uso de imitaciones de lledánies defactura primitiva con el nombre de arbolaos en algunas poblacionesde Boyacá: Miraflores, Ramiriquí, Zetaquira, Berbeo, San Eduardo;

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para las fiestas de la Inmaculada el ocho de diciembre y las procesio-nes de Navidad. Su factura, como lo decía anteriormente, es muyrudimentaria; la armazón es de caña brava y la ornamentación se hacecon papeles de seda de diversos colores].

También en el artículo del señor Llompart se hace una breve re-seña de la procesión de San Salvador en que se llevaba el Cristet. Asi-mismo se nos da noticia de otras costumbres del tres de mayo, como labendición de los vientos en Costix y en Sóller. En el día mencionadosalían del convento de las monjas niños y niñas llevando cruces deespárrago adornadas con rosas, preferentemente rojas. Nos hace tam-bién Llompart un recuento de las celebraciones de la Santa Cruz enalgunas poblaciones de la isla; en todas ellas hay algo de común: losadornos de las lledánies con flores, frutos y ramas, lo que quizá sim-boliza la adoración de la naturaleza a Cristo y su cruz.

En 1743 el capítulo de la catedral, debido a los abusos a quedaba lugar la ornamentación vegetal de las iglesias y el uso de las lie-danies, prohibió estas costumbres. La categórica determinación capi-tular, como era de esperar, no satisfizo al pueblo; dos ciudadanosfueron elegidos para que insistieran ante el Capítulo por el restable-cimiento de dichas costumbres y su gestión tuvo resultado favorable.

MARÍA DEL SOCORRO ANDÚJAR ESPINO, Fiestas y costumbres tradi-cionales de Peñaranda de Bracamonte, págs. 350-377. — En la intro-ducción se ubica geográficamente esta población que dista 57 kiló-metros de Avila y 40 de Salamanca. Se hace un breve análisis de susnativos, receptivos a frecuentes influencias extrañas, dispuestos siemprea emigrar hacia otras provincias de España, a otros países de Europa ya América.

El trabajo presentado por la señorita Andújar es el fruto de diezaños de constante observación, durante su permanencia en Peñarandacomo profesora de lengua y literatura. Los padres de sus alumnas,labriegos en su mayoría, han contribuido con el aporte de datos sobresus festividades y costumbres. Describe la autora once festividades,cada una distinguida con un número. Sólo bajo el núm. 3 se enume-ran dos fiestas: la de los Santos Reyes y la de San Antón. En unasegunda parte del trabajo, describe las costumbres de boda y las fu-nerarias. A continuación nos referiremos a algunas de las costumbresestudiadas por la señorita Andújar.

1. J u e v e s d e l t u r r ó n . Recibe este nombre el cuarto jue-ves de adviento, por la importancia que en esta localidad tiene elmercado del turrón. Esta fama data de mucho tiempo atrás, tanto queantiguamente se distinguía a la localidad con el nombre de Peñarandadel Mercado, nombre que se sustituyó por el de Bracamonte en ho-menaje a los señores de este apellido. Al gran mercado que, como yase dijo, se celebraba el cuarto jueves de adviento, acudían los lugareñosen traje típico de la región.

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2. Na v i d a d . Durante la tarde del 24 de diciembre los chi-cos y los jóvenes recorren en cuadrillas las calles de la localidad, pi-diendo los guinaldos y entonando villancicos con acompañamiento dezambombas, almireces, hierros, tapaderas y otros instrumentos impro-visados. Los villancicos entonados en esta comarca son por lo generalimprovisados; en ellos se agradece la generosidad de la buena acogida,o se fustiga la poca generosidad de los vecinos pudientes. Los villan-cicos entonados en la iglesia tienen un carácter más religioso, pero nocompletamente exento de sentido burlesco.

3. Análoga a la celebración navideña es la de los S a n t o sR e y e s . La víspera, cuadrillas de niños y muchachos van cantandovillancicos por las calles y pidiendo a las puertas de las casas regalos,que agradecen cuando se les dan; pero en cambio arrojan piedra yvituperan a las personas que se los niegan.

Presenta la señorita Andújar aquí una serie de villancicos regio-nales en los que campea el gracejo, la ingenuidad y el sentido humo-rístico. A través de ellos se captan detalles de la nochebuena española,de costumbres tan definidas.

Veamos una muestra:

Esta noche pedimos,con disposición,buenos "guinaldos",cajas de turrón,lomo, longaniza,lo que quieran dar,pa la Nochebuenapoder celebrar.

El estribillo es muy similar a una estrofa recogida en Tenjo (Cun-dinamarca):

(Peñaranda de Bracamonte):

La Virgen y San Joséfueron a pasar el río;en la canasta de floresllevan al niño metido.

(Tenjo):

San' José llevaba el cestocuando cruzaron el río;era un manojo de flores;era el Niño Dios dormido.

En Manta (Cundinamarca) encontramos otra análoga a la si-guiente, transcrita por la señorita Andújar:

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(Española):

Esta noche es nochebuenay no es noche de dormir,que está la Virgen de partoy a las doce ha de parir.

(Colombiana):

Esta noche es nochegüenay es noche de no dormir,que del vientre de la Virgenun lucero va a salir.

3. [sic] S a n A n t ó n . Su fiesta se celebra el 17 de enero. En San-tiago de la Puebla reviste una solemnidad especial. El estipendio dela misa se paga con los productos de las colectas realizadas por los co-frades de la hermandad, que van de puerta en puerta. También sehace una subasta en la que se rematan los animales y frutos de latierra que se han recogido en la colecta, pues algunas personas danesto en vez de dinero contante y sonante. Al terminar la misa se ben-dicen los animales domésticos: ovejas, muías, terneros, que se aderezancon cintas de colores para este evento. Al terminar el día se reza unresponso por los cofrades muertos. También en este día se despescue-.zan gallos.

4. La f i e s t a d e S a n t a Á g u e d a se celebra el 5 de fe-brero. Es la fiesta de las mujeres y durante este día ellas se creen conderecho a imponer su voluntad. Las mismas mujeres se encargan deconseguir el dinero para sufragar los gastos de la festividad y procu-ran sacarlo sobre todo del bolsillo de los forasteros que se encuentrenpor estas épocas en la comarca. La víspera de la fiesta se reúnenlas aguederas que se han disfrazado para correr los gallos que llevansujetos a un palo. También presenta la señorita Andújar un modelode los cantos que se estilan ese día.

5. La f i e s t a d e la i n v e n c i ó n d e la S t a . C r u zse celebra especialmente en Alaraz y es organizada por la cofradía dela Santa Cruz. En esta celebración se debe traer un predicador defuera, ojalá de alto rango eclesiástico, y la duración del sermón nodebe ser menor de una hora. La procesión de los nazarenos debe re-correr el mismo itinerario que la del viernes santo. Los nazarenos consus vestidos de penitencia van descalzos y portando grandes cruces.Al día siguiente el mayordomo los obsequia con una buena comidaen la que generalmente se sirven tres clases de carne: tostón, corderoy pollo; la cortesía manda que se coma de todas tres. Es.e día se rezaun rosario especial, con oraciones adecuadas. [Esta práctica se ha acli-matado en las clases populares de algunas regiones de Colombia, donderecibe el nombre de "los mil Jesuses"].

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6. E l " m a y o " . Esta es una fiesta muy característica de laregión y su celebración se verifica entre el 30 de abril y el 15 demayo. Se corta un árbol en la montaña más vecina y se arregla elmayo que se esconde en un corral de la aldea. Al atardecer se agrupael pueblo, y a los acordes de la banda local, se enciende una hogueraen que se queman todos los instrumentos agrícolas que ya no sirvan.Así se inicia el baile local; luego se busca el mayo y se coloca en elhoyo que se había preparado previamente.

7. El día de C o r p u s o J u e v e s M a y o r es muy celebradoen los pueblos de esta comarca. La misa es cantada por los jóvenesde la localidad y a ella asiste el vecindario casi en su totalidad. Enlas calles y plazas por donde ha de pasar la procesión se levantan al-tares, desde los cuales el párroco da la bendición con el Santísimo Sa-cramento. Al paso del Señor, se arrojan pétalos de flores y ramas detomillo, que inmediatamente después de la procesión recogen las mu-jeres y los niños para llevar a sus casas, pues les atribuyen virtudesespeciales contra las inclemencias del clima, especialmente contra lasborrascas. [En algunos lugares de Colombia, el día de Corpus, unasniñas, que llamaban las ninfas, regaban pétalos de flores al paso delSantísimo Sacramento, al que ellas acompañaban durante la procesión.El poder que en España se atribuye al tomillo de Corpus se le da en-tre nosotros al ramo bendito el día de ramos.

En esta celebración del Jueves de Corpus canta el pueblo:

Tres jueves hay en el añoque causan admiración:jueves santo, Corpus Christiy el jueves de la Ascensión.

Son tres los jueves del añodedicados al Señor:el de su encierro, el de corpusy el de su santa Ascensión].

8. D o m i n g o d e l S a c r a m e n t o . Así se llama al día si-guiente al de Corpus. Después de la misa se celebra una procesión ala que acuden las autoridades y el pueblo.

9. T r a d i c i o n e s y l e y e n d a s p i a d o s a s d e l S a n t oC r i s t o . Los cristos venerados en la comarca son: el Santo Cristodel Monte, en Macotera y Alcaraz; el Santo Cristo de la Calzada, enVentosa del Río Almar y el Santo Cristo de la Cama, en Peñaranda.La leyenda de este último es muy colorida. Es un Cristo yacente quese saca el Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro.

Su historia se ha transmitido por la tradición oral y es como si-gue: inmediatamente después de la batalla de Arapiles en que fueronderrotados los franceses, éstos asolaban todo lo que encontraban a su

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paso. La imagen se hallaba entonces en la ermita de San Lázaro. Losfranceses, que no respetaban nada, quisieron profanar la ermita, perosus caballos se resistían a hacerlo. El jefe de la expedición entró altemplo, pero la imagen del Cristo, entonces pendiente del madero,le increpó su conducta y la de sus subalternos. Arrepentidos ellos desu proceder, pidieron al Cristo perdón y le prometieron donativos,donativos que nunca llegaron, pues dicho ejército fue pos.eriormenteaniquilado.

La tradición del Cristo de la Calzada afirma que éste se aparecióen un árbol cercano a la ermita que se construyó pos.eriormente pararendirle culto. Se quiso trasladar repetidas veces la imagen a la pa-rroquia, pero ésta volvió otras tantas al lugar de la aparición. El ár-bol en donde apareció el Cristo se conserva, a pesar de haber sufridoese lugar un incendio; prodigiosamente volvió a reverdecer.

10. A d v o c a c i o n e s d e N u e s t r a S e ñ o r a . España esconocida en el mundo católico por su gran devoción a Nuestra Señora.En aquella nación se celebran fiestas consagradas por la Iglesia uni-versal u otras de marcado sello local. Entre las primeras se cuentanla Candelaria, la Virgen del Carmen, la Asunción de Nuestra Señora,la Natividad de la Niña María. En Paradinas de San Juan se veneraa Nuestra Señora del Hinojal, que se apareció a un pastor sobre unhinojal. Junto a la ermita hay un pozo a cuyas aguas se atribuyen vir-tudes curativas especiales. Su fiesta se celebra en dos fechas, el 24 demarzo y el 8 de septiembre. Para estas fechas todos sus devotos lellevan ofrendas. La víspera de esta última fecha vienen todos los ha-bitantes de la comarca a llevar agua del pozo por si en el curso delaño se enfermaran parientes o animales de su propiedad. La letra delhimno que nos da la señorita Andújar, es de ingenuidad cautivadora.

La Virgen está vestida con una gran multitud de enaguas, peroes creencia muy generalizada que no se le puede quitar la última,pues el que lo intente queda inevitablemente ciego. Es;o, según creen-cia muy extendida, ocurrió a un sacristán irreverente e incrédulo.

En la parte referente a costumbres, la autora destaca las de boda.A la petición de mano de la novia, va el novio acompañado de sus pa-dres y de dos amigos que servirán de testigos. Esta petición se efeciúacon frases desde hace mucho tiempo tradicionales en el lugar.

El domingo siguiente a la petición hay un baile en el salón delpueblo, al que asisten todos los jóvenes y muchachas de la localidad.El novio saca a la novia de la casa de sus padres, a donde va acom-pañado por algunos de sus amigos que irán tras la pareja en onandocoplas alusivas al matrimonio. El día de la norabuena van las mucha-chas de la localidad a visitar a la novia, que las obsequia con dulcesde fabricación casera y con anís. Este día, en que también hay unbaile, es el indicado para que la familia del novio visile a la noviay a su familia.

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En algunos lugares existe la costumbre de tirar una porra demadera que es símbolo de petición de relaciones. Hay lugares en quese tira dentro de la casa de la muchacha; si ella la vuelve a lanzar ala calle, es prueba de que desdeña al pretendiente; si, por el contrario,la deja dentro de casa, es señal de que acepta los amores. En el pri-mer caso, es frecuente la expresión "porra fuera".

Viene luego la descripción del día de la boda, las andanzas delnovio, el cortejo nupcial, el banquete. Luego leemos la versión de unparabién que suele ser recitado por una de las muchachas asistentesa la boda, y que debe ser de las más allegadas a la novia. En todoel romance campea el sentimiento religioso. Se inicia con un agrade-cimiento a Dios y con la petición de que permita celebrar este acon-tecimiento. La petición a Nuestra Señora tampoco falta. A la concu-rrencia se la excita a que escuche atentamente las loas en honor delSeñor, de las Tres Divinas Personas y de María Santísima. Se insistemucho en el milagro de las bodas de Cana, se hace una breve remi-niscencia de la redención del género humano y se recuerda a Adáncomo cabeza de éste. Se agradece al párroco su intervención en elmatrimonio de los novios y a éstos se felicita por haber recibido estedía tres sacramentos: confesión, comunión y matrimonio. Se amonestaa la novia, en nombre de la madrina, a que sea sumisa a su marido, yal novio se le recomienda suavidad con su esposa, haciendo hincapiéen la fragilidad femenina. También se les exhorta para que cuandotengan sus hijos los formen cristianamente, se les pide que no mur-muren ni acepten chismes, pues éstos son causa de desavenencias. Porúltimo, se agradece la asistencia de los invitados, la colaboración delsacristán y la de la cocinera y, para terminar, se hacen votos por quetodos los presentes se reúnan algún día con Jesús, María y José en labienaventuranza.

Estas coplas aluden al cura, a los novios, a los padrinos y a losfamiliares de los contrayentes, etc. También encontramos una serie decoplas de ronda de inspiración popular, como las siguientes:

Buena moza, buena moza,no debes presumir tanto,que también las buenamozasse quedan pa vestir santos.

Tienes una cinturitaque anoche te la medí;con vara y media de cintacatorce vueltas te di.

Análogas a éstas hay algunas entre nosotros:

Niñita casamentera,no debes presumir tanto,

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que otras mucho mis bonitasse quedan pa vestir santos.

Tienes una centuritaque me tiene loco a yo,con cuatro varas de cintacincuenta güeltas le doy.

El tema de la vara de San José también se explota mucho ennuestras cantas populares y quizá con un sentido mucho más reverente.

La copla española dice:

La vara de San Josétodos los años florece;la palabra que me diste,¿dónde está, que no aparece?

De las colombianas veamos únicamente estas tres versiones:

La vara de San Josése le recubrió de flores,unas rojas, otras blancasy otras de varios colores.

A mi amito San Joséla varita le florió;por eso Nuestra Señorapara esposo lo escogió.

Al señor don San Joséle floreció la varita,con flores color de lunarociadas de pedrería.

Con este mismo motivo encontramos muchas otras coplas a lolargo y ancho de Colombia.

La parte final del trabajo está dedicada a las costumbres fune-rarias. En primer lugar, trata de una usanza española que segura-mente tuvo entre nosotros arraigo, pero de la cual ahora sólo dannoticia las personas de muy avanzada edad: "el tocar a agonía". Laautora nos habla de la existencia de amortajadora y plañideras; daalgunos detalles de la mortaja, del catafalco, etc. Nos cuenta cómo enalgunas ocasiones se dan recomendaciones al difunto para personasqueridas que ya han muerto; describe los detalles del entierro, visitasde pésame, etc. Da noticia de la corrobla que se celebra en Macoterael 31 de octubre y que consiste en una cena que hacen los jóvenes enuna casa particular o en una taberna. Nos informa también del toquea clamor la víspera de difuntos y nos relata la visita con cruces alcementerio el primero de noviembre por la tarde. Este relato nos ha

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hecho ver la grande influencia ejercida por España entre nosotros res-pecto a estas celebraciones.

Para terminar este interesante artículo la autora transcribe unaserie de oraciones en verso, recogidas en cuatro poblaciones distintas.La titulada el Reló de ánimas, que hace el recuento de las penas quesufren las ánimas del purgatorio de la una hasta las doce y exhorta alos vivos a recordar a sus parientes y amigos difuntos, guarda gransimilitud en el desarrollo con una que hemos recogido en Sardinata,Norte de Santander, en la que también son recordadas las almas delpurgatorio al dar el toque de las ocho de la noche:

. . .Si estoy recuerdo a las ocho,rezar por las almas santasque purgan en 1' otra vidasus pecados y sus faltas.

Luis FRANCISCO SUÁREZ PINEDA.

Instituto Caro y Cuervo.

ROMANCE PHILOLOGY, Bcrkelcy and Los Angeles, vol. XX,núms. 1-4, agosto de 1966 - mayo de 1967.

Núm. 1, agosto de 1966.

JEAN FRAPPIER, Le Conté du Graal est-il une allégorie judéo-ehré-tienne? (II) , págs. 1-31.

N o t e s : Ancora dell'etimología di ambasciata, págs. 32-35: MA-RIO ALINEI responde a las objeciones que R. Stefanini ha hecho a laetimología de ambasciata propuesta por Alinei. Presenta nuevos argu-mentos en favor del origen italiano y pastoril de la voz en cuestión. —En The Californian oronym and toponym Montara, págs. 35-39, MA-DISON S. BEELER propone para este nombre el étimo esp. montera enel sentido de 'lugar donde abunda la caza'. — RICHARD O' GORMAN,The Salut d'amour jrom the La Clayette manuscript attributed to Si-món, págs. 39-44. — Supplement to the Preliminary María Rosa Lidade Mainel bibliography (RPh, XVII, 33-52), págs. 44-52.

R e v i e w a r t i c l e s : Gramaticalidad y normativismo (a pro-pósito de algunos escritos de A. Rosenblat), págs. 53-68: C. P. OTEROcritica desde una posición rígidamente eslructuralista (veneración porel sistema abstracto, la langue, prioridad [¿en qué sentido?] del es-tudio de la lengua sobre el estudio del habla, etc.) algunas opinionesy orientaciones doctrinales de A. Rosenblat. — Indigenismos e hispanis-