romero josé luis - campo y ciudad las tensiones entre dos ideologías

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5/14/2018 Romero José Luis - Campo y ciudad las tensiones entre dos ideologías - slidepdf.com

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Jose Luis Romero

Las ideologias de la cultura nacional y otros

·ensayos

Buenos Aires, Centro Editor de America Latina, 1982

: .Segundo cuatrimestre - 2005

Seminario ~Gauchesca: tres cuestiones"

Prof. Julio Schvartzman

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CAMPO Y CIUDAD: LAS TENSIONES ENTREDOS IDEOLOGIAS·

Si algo esta claro en el campo de los estudioslatinoamericanos es que carecemos de un sistema

de conceptuaci6n apto para plantear rigurosamente

los problemas que deben ser sometidos al analisishist6rico. Enfrentados con una vasta realidad, COrn-

pleja y difusa, nos hallamos desprovistos de cIaves

para introducirnos en ella y comenzar a desbrozarlahasta Iograr una claridad suficiente como para estar

seguros de que 10 que sometcmos a ex-amen son cam-

pos hornogeneos, fen6menos cornparables, situacio-

nes verdaderamente significativas. La historia Iati-

noamericana espera un riguroso planteo de su pro-blematica genera], por encima de la problernatica

nacional 0 regional, pero sin desprenderse de estas

y escapando de las generalizaciones imprecisas: son

los primeros niveles de abstraccion los que estamos

necesitando. Porque es bien sabido que nadie po-

drfa acogcrse a una tradici6n intelectual valida para

explicar sucintamente la historia de Latinoamerica

como puede explicarse, por ejernplo, la historia de

Europa: prueba cvidente de que faltan los cuadros

en que puedan organizarse los muchos conoci-

mientos acumulados, y en que queden a Ia vista losvastos y numerosos vacros que esos conocimientos

manifiestan. Y sin embargo es seguro que, mas aHa

de sus diversidades, Latinoarnerica es una unidad, e o ~ - . social y cultural que puede y~ebe entenderse pri-

Q;J {I r {~o ~-\ mero, precisamente, en su €ni~Hay, pues, por{i).LCdP?\ \,\.. I! delante, una vasta tarea para ]OSlatinoamericanistasf 1 ~/ 1 ~ de largo aliento que comprendan ]a importancia me-r~_zs, (,/'v, ~L~ diata e inmediata de esta exigencia intelectual.

~ ~ , ') c 1\ ~ Son, sin duda, los estudios comparatives los que

n - - - r i U r. C o - j - j ( ) O contribuiran a satisfacerla, siempre que sobrepasen

,# bDlN-Y' ~-\ ! los Ifmites de Ia informacion y se orienten hacia la

It . t1-M interpretaci6n ceriida y rigurosa de los datos. Pero~ (j)AJ-_~f -) V \ J . - . - U d : es imprescindible definir los problemas. Acaso uno

,C> de los mas s!:_lgestivossea el de las tensiones entre

~~, una dialectica que opera en el fon-

( • Culturas, vol, V, nO 3, UNESCO, 1978, pags. 31-51.

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do de rnuchos otros problemas latinoamericanos ycuyos terrninos son Jicitamcnte comparables. Pero

s'e requiere intentar una incursion hacia los orfgenes

del problema y, ademas, sacarlo de los marcos quesugiere inicialmcnte su formulaci6n.

Campo y eiudad son dos realidades diversas que

parecen contraponerse y que, de hecho, muchas ve-

ces se han contrapuesto, Son distintos paisajes que () t \alojan sociedades distintas y que han servido de ~ ' ' L 6 [ { ) - - V L " ' - -fonda a procesos historicos distintcs. En ocasiones, -11"..---t-

esos paisajes, esas sociedades y esos procesos se han t frvJJ</\ \, Qinterpretado en alguna medida; ]a~dea_ru~l ha

conservado ciertos jnodutos de Ia viaa campesina a rv.;rV-/fr)PEAr de desarrollar ciertas formas prim arias de V I e r a I i J . . - ' - I - - ' "urbana. Pero la ciudad que dec-iaiCJarnentelia ernpren- [ .M-ILI~diilo eCcamino de su desarrollo extrema sus tenden-

cias y se convicrte en una entidad cuyos caracteres

la alejan de] mundo rural, aun cuanda mantenga sus

.conexiones can el. Son, precisamente, esas relacio-

nes las que han creado II I tension entre campo y ciu-

dad, que a veces ha desernbocado en hostilidad yenfrentamiento.

Sin duda son dos realidades ffsicas distlntas, Son,

adernas, dos tipos de sociedad dlstintos=y desarro-

Ilan dos tipos de procesos hist6ricos tamblen dis-

tintos. Pero hay mas. Esas sociedades tienen dos dis-tintas formas de vida. Costurnbres, normas y fines

inmediatos son distintos en las sociedades urbanas

y en las sociedades rurales. Cada una de elias tiene

conciencia de sus' propias tonnas de vida y visualiza

como alga diferente a la de la otra. Y mas aun, Cada

una de elIas ha e1aborado una diferente forma de

mentaJidad, precis ada y afinada con. el tiempo,. que

se consustancia can su propia forma de vida, EI

contraste es percibida desde fuera, pero es vivido

desde dentro, Pueden lIegar a ser dos mundos con

escasos puntas cornunes de referencia; pueden Ile-

gar a__r:~ .y pueden lIegar .a-eIf~~:~E] en~amlenfu. que se ha dado- v a n s en

Ia histona ]afiiloamericana, es el punto crftico de

una tensi6n sostenida, Si aparecio en cierto mo-

mente y se ha mantenido como simple tension,

pero se ha deslizado hacia enfrentamientos violentos,

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que correspond (an a su prcpio trasfondo social y

cultural. Una tradicion de mas de cuatro siglos ha-

bia confcrmado sus mentes, tras In mas profunda

transformaclon que sc habla producido en 'Ia es-

tructura de Ia Europa occidental a partir de l sigloXI. Por entonccs sc dcscncadcno en esc area ur

lento .y sordo proceso que cornenzo a modi ficar If

Iisonomia de un mundo que, habiendo sido cminen-

tcrncnte urbane en la epoca rornana. sc habra rura-lizado a partir de Ia cpoca de las invasiones gcrma-

nicas y lacrisis del Imperio Romano. Rural Iue In

Europa feudal, en In que dcsaparccicron muchas ,ciudades y perdicron sus tipicas funciones urbanas

todas las que subsistieron. Pero en el sene de Ia

fEuropa rural organizada feudalmente por las aristo-

cracias conquistadoras, empezo a constituirse hacia

cl siglo XI una Europa urbana, mercantil y burguesa .

Las ciudades fueron a] principle pequenos enclaves

de reducida importancia.Pero en ellas aparecieron

nuevas actividades relacionadas con el tr~-..cantil_ y con eI usa del dinero, que acabaron parconstituir, en breve plazo, una cconomfa de mercado

que influ 6 direeta a indireetamente sabre taaa la--estructura-feu a1~ 0 an 0 e SIstema soclaly< econornico como el sistema EoHtieo. _-

-Dc.::.-pronto la ~se transform6 en un<11tkiOO/~6n una insospechada capacldad operatiVa:--E'i'l'

ella se concentr6 y se multiplic6 Ia capacidad de ac-cion de sociedades muy compactas, con nuevos y

rcnovados p.roy~, que adquirieron desde el co-

mienzo un alto grade de r<!cionalidad. Perc tam-

bien empezo a eoneentrarse una creciente masa de

capital dinerario en manos de gentes' que no pen-

saban en atesorarlo --,Como se hacia en los grandessefiorfos laicos 0 eclesiasticos-i- sino en invertirlo

para que se reprodujera. Frente a la predorniriante

eeonomfa de. consume, la ciudad impulse una eco-nornfa de mercado, Y donde la ciudad 'aparecia y

prosperaba, "mercantjllzabas-toda su area de :nfl~en- _

cia. Se advirtio q~ ciudad ed. un instrumento de

aeci6n economica y poHtica.-GUando se qU1S0 aprove-char y acentuar la ola de expansion econ6mica, se

es porquc hay algo mas profundo que Ia dif'erenciade paisaje, de sociedadcs, de formas de vida 0 dementalidad, Todo clio ha concurrldo a forrnar dos

concepciones de la vida s. 10 que cs mas importan-te, dos Intcrprctacioncs de Ia rcalidad y dos mode-

los 0 proycetos para Ia vida de Ia sociedad y del

individuo. No son solamente dos rcalidades las que

manifiestan su tension: son, cn_eL..1ondo, dos ideo-

logtas. Precisarnente, corno~"1ntTc dos reali-dadcs sociales_y_aLmi~mo tiempo como tensi6n entre

dOsRl'CCii"Qgias,s como debe plantearse el problemaf5llra que niUe"~tresu ~Oliz. Camp-o y ciudad 1 c en~ren-!m1_cnJa realidad, rnientras sc opSl:nenen a IIllsma

lucha una l<1cologi~_y, otra urbana. Son muyaiSfintas las proyecciones de una y otra, .En rigor, en Latinoamerica es ese un problema

hercdado, Existfa ,en cl Portugal y en la Espana deIa conqulsta, como cxistta en toda la Europa occi-dental. La trajeron los conquistadores y quedo plan-tendo en la vida latinoamericana como una cons-

tante de su desarrollo social y cultural. Pero no solocon los caracteres que tenia en Portugal 0 Espana,

sino tam bien con. los que 'adquirio en Latinoamdrica,

desde un principio y a 10 largo del tiernpo. La ten-

si6n entre campo y ciudad sc transform6 en un pro-

blema estructural de su desarrollo social y cultu-ral, y la transformaci6n de la tension en conflicto

suele ser signo de una conmoci6n profunda que' ha

sacudido los fundamcntos mismos de la estructuru.Par 10 que el problema tiene de heredado y trans-

mitido y por 10 que tiene de original Y aut6ctono,parecc impresclndible rastrear primero sus rafces

yanalizar.·Iuego que peculiaridades adquiri6 en La-tinoamerlca.

Esos conquistadores que tomaron posesi6n de la

tierra americana encontraron una reaJidad desco-

nocida a la que enfrentaron -era inevitable-c- conesquemas intelectuales Y COD actitudes personales

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Los. antecedentes y sus supuestos

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(undaron ciudades en regioncs poco 0mula explo-

tadas y la sociedad compacta de las ciudadcs~cs-I-";~.~

timuI6_su_d~rrollo, asegur.mdo, al InISmO tiernpo.

su -plene control a travcsaClll1.ic1co l U : l m ! ! 9 , que

ImUltiPfiCO las POslbilidadC.>smilitarcs del castillo

al tiempo que descncadenaba insospcchadas fucntesde rfqueza. Mas aun, en zonas Irontcrizas, como las

que ocuparon los alemanes en su "rnarcha hacia el

1

EstCU,Ia ciudad funcion6 como el mejor instrumen-to de seguridad y eficacia para operaciones mixtas,

economicas y pcliticas.

La vieja nobleza se rnostro, en un principio, hos-til a las ciudades: yean razon, porque en elias apa-

~uy-pr..o..!!.to los movimientos'Tde camuna,

pfomovidos por los burgueses conti1cfo-.s~SeliUtes

paraJimita; los priviTegiCiS'Sefiorialel) Y obtener, e~

cambio, ga~Esonales· para· elias y seguri-

dades para sus operaciones ~rcantiles_y artesana-les._Lps movimien~muna =-verdadercs rno-

tines urbanos en muchos casos- tuvieron exito en

muchas ciudades, y la posicion de los burgucses se

fortaleci6 can detrimento de lao de los senores.

Hubo, pues, una acentuacion de .Ia h~lidad. feu.:-

dal contra las ciudades,en ·Ias que SC vieron peh~

g:ro~os germenes d.s.9!soluciQ_~_~!~~_1l~JJl!QI~~jda.Pero entre tanto, el movimientode emigracion

hacia .las ciudades primero, Y luego el ejercicio .dela vida urbana, condujeron a. la progresiva forma-

cion e r e una peculiar concepci6n de Ia vida ~ue con-

figur6 una !ge~i~ una verdatlenrloeoTogia ur-

bana, que esf~Cmsinuada desde el origen del proceso

de urbanizaci6n y que adquirio , clara fisonomlahacia el siglo XIII. Sus elementos eran, en parte,

negatives -. Irnplicaban uEa negaci6n_de. las formas

de vida._pr.QQiasde In servidumbre rur~

-raT;de la vida_mraLnuSma, en cuan1b significaba

una desvarrda depenaencla de la naturaleza. l 'ei 'o-eran-.m:fiil:lienpositives, Se relaclomiDa:iiCOn la Iibertad,

con la seguridad juridica que podian darle al ciu-dadano las cartas a fueros, COD Ia scguridad ffsicaque Ie proporcionaban las rnurallas. Se relaciona-

ban, .ademas, can las posibilidades de individuall-

zaci6n de cada uno, de desarrollar las propias capa-

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cidades, de dirigir racionalmente el destine Individual

y el del grupo social; con la necesidad de sentirse a

salvo de las tormentas y las fieras, del harnbre y los

bandidos; con el deseo de gozar de cierto bienestar

material en una casa que. estuviera pegaa5.-:-~a-·otn{

""eii'sa. Pero des casas, sabre todo, conformaron la

naciente menta1idad urbana desarrolladas por nue-

vas burguesias: Ia posibilidad de aplicarse a unaactivi,Q_ad_quc_Jlermitiera el ascenso econclffiiCCi"""yel-

anheIg_de_v.ivir dentro de., una socieaad comp'ac~~

en la _que se ~uilibrara Ia solidaridad social can

un libre desenvolvimiento del inaiViaoo-ra'c1omu.Una concepcion profana de la vida interpretabaeSta

concepcion, acaso sordamente. - Ii

Pese a Ia crisis y a los trastornos sociales, la men- _+: I

talidad urbana prosper¥,yTaatl'accion de las ciu- ~~))::.,~dades fue vehernente, H I movimientO"'fue del campo (i

a la ciudad, precisament~rqtle e r m a vez mas gen- C o \ . . . o - - ?te querfa ·VIVIr como en las ciudades, Del siglo XIV c l » - d v o ~al XVI, muchos testigos percibieron el fenomeno,Quienes de. sentian adheridos a lasviejas tradiciones

senoriales .execraron a las· ciudades y a la ideolo-

gta urbana. Pero nadie se atrevio a defender -sino

como resultado de un orden divino-e-r la vida de los

campesinos, fueran siervos 0 libres. 8e -defendio el

orden tradiclonal, dentro del cual 'era necesario que

hubiera campesinos somctidos a los senores,' perono los. encantos de Ia vida campesina tal como

transcurrfa .en 'Ia reaIidad. Sf se la defendi6,en cam-

bio, idealizandola.

La contraposicion entre la ·vida urbana y la vida

rural era un terna viejo, perc se actualize, referido

a las condiciones de la epoca y el lugar. EI Arcipres-te de Hita desarrollo el tema del rat6n campesino

y el raton ciudadano, porque el fIanco por el .que

parecio defendible la vida campesina era el de la

idealizaclon de la paz rural. Asi surgi6 -justarnente

en Ia epoca de Ia conquista de America- una vasta

l~iteratura nostalgica que suele Ilamarse buc61ica a . 1 1pastoril, de remota inspiracion helenistica y de tra- J..{dici6n _virgiHana. La evocacion de los encantos de ."

la vida'e~a_de. Ia naturaleza._entreb-osques, · l ' , .Q , . v . . o . J , r~·mansos rebafios, libre de los sobresal-

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tos 'de la vida urbana, al margen de las falaces am-

biciones que agitaban las cortes y ciudades, nutri6

la poesfa de Polizianc y s~ tra~sform6 en .m~teriaconvencional de una nutrida literatura. Siguieronese camino Sannazaro en la Arcadia,- Montemayor en

Ia Diana Urfe en Ia Astrea, Sa de Miranda y Garci-laso en 'las Eglogas, Fray Luis de Le6n en La vidaretirada, y un severo moralista como Antonio de

Guevara siguio Ia huella en Menosprecio de cortey alabama de aldea. Sosegada existencia de paste-

res contemplativos parecio ser Ia vida rural a la

Iuz de esta Iiteratura nostalgica.. que fingla ignorarIa condici6n de los siervos a las dram Micas insu-

rrecciones carnpesinas del siglo XIV y del XV,' 0

las mas pr6ximas de los campesinos alemanes en

1525 0 de los comuneros castellanos vencidos en

Villalar pocos afios antes. Pero, en rigor, los hechosno tenian mucha importancia para esas creacionesIiterarias que se enrnarcaban en el proceso de ela-

boracion 'de 'una Ideologta rural, contrapuesta a Iaideologfa urbana en ascenso. Los hechos que impor-taban eran otros mas generales, relacionados con

las formas de vida que expresaban .las tendencias

sociales y economicas del mundo de Ia epoca,

Tras e1 delineamiento de estas dos ideologtas, cier-tamente, se ocultaba la percepci6n de un cambio

en las fermas de vida, en un mundo que se habiadeslizado de una estructura feudal a otra nueva que

adoptaba los caracteres impuestos par el desarrollomercantil y capitalista, Ese deslizamlento se hab!a

acelerado en los dos siglos anteriores a Ia conquistade America, y de. alguna manera influy6 en su de-

sencadenamiento tanto en Portugal como en Espa-

.fia, aunque de distinta manera.

Antes aut6nomo, 'e1 mundo rural comenz6 a per-

der, lentamente, su in'&cpendencia a j?artir del me-'"m~nto en que cobr6 derto vuelo ta ,~onomfa d!:,_

~. EI. viejo dominio sefiorial era un mundo

cerrado que' prcducia para sf mismo y en el que

hallaba principio y fin la vida de los rustlci, sler-

vas 0libres, que 10 poblaban, Le era dado al senor

y a sus vasallos salir de el, recorrer sus contomos

y hasta atreverse a largos viajes movidos por las

necesidades de la politica y la guerra. Peru las cla-

ses sometidas nu transponian sus limites ni SO$-

pechaban otros horizontcs, Fue la aparicion de las

ciudades, con sus rncrcados y sus posibilidades de

otras actividades econornicas, 10 que Ies perrnitio

salir de su mundo cerrado, generalrnente huyendo

en secreta. Para los fugitivos -que rnuy pronto

compondrtan nucleos importantes de burguesias u r -banas- el campo era la servidumbrc y las ciudades

Ia Iibertad: no era diffcil cornprcnder la significa-

cion antitetica de una y otra forma de vida, ni que

alredcdor de esa experiencia se construyeran dosidcologias antag6nicas. Pero en cl terreno de los

hechos econ6micos tarnbien sufri6 el mundo rural

un progresivo y significative carnbio, Si perdi6 su

indcpendencia fue porque Ia economic de mercado

empezo a introducirlo dentro de su jucgo y a so-

rneterlo cada vez mas a su influencia, Mientras que

antes eI dominio sefiorial producia pam sf rnisrno,

la presion' de la naciente economfa mercantil 10

fue reforzando poco a poco a que produjera para

el mercado, Vagaban por toda Espana los ganados

ovinos de los soberbios senores de Ia Mesta por-

que los tentaban los altos precios que pagaban porsus Ianas las ciudades textiles de Fhludcs. Pero

tarnbien las carnes eran cada vez mas solicitadas

par las poblaciones urbanas que creclan, como susgranos, sus hortalizas. sus vines y sus aceites. Las

ciudades centralizaban ]a circulacion de esos pre-

ductos y Ie exigian a1 mundo rural -a traves de Iasecreta coaccion que ejercia la esperanza del Iu-

cro- una dependencia que sc reflejaba en la pere-grinacion a las ferias y rnercados, de los que depen-

dian carla vez mas la fortuna ala estrechez de los .

productores. Hasta se advirtio que Ia escasez 0 la

abundancia de los productos en las ciudades de-I

pendia no 5610 del azar de la produccion sino tam-

bien de Ia eficacia de Ia distribucion y del juego

de los precios, Dc ser Ia unica fuente de riqueza, el

campo paso a ser una de las dos altcrnativas que

se ofrectan al que buscaba el lucro y 1 0 1 fortuna.

Con todo, Ia tierra seguia siendo In fuentc prime-

ra de produccion, y la noblcza la conserve cuanto

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pudo Y lucho por conscguirla 0 extenderla cuandolas circunstancias Ie fueron favorables: nada tan

desaforado como In voracidad can que los grandes

castellanos crearon vastos domini os despues del triun-fo de los Trastarnaras en Castilla. Si antes hab.a si-

d.o la tierra preferentemente un instrumento pelf-nco y.en un grade menor un medio de produccion,a rnedida que se desarrollo Ia econornia de rnercadose invirtleron los terrninos, Con elIo pudo alcanzarIa nobleza unas rentas en dinero iguales a superio-

res a las que poseian quienes habian hecho fortunae~ el comercio 0 la banca. Pero en los campos lavida fu~ acaso mas dura que antes, no s610 para 'el

campesmo dependiente sino tambien para el arren-

data.rio o. e] pequefio propietario, hucrfanos de pro-

tecclo~, Iibrados a los azares climaticos Y. adernas,s?metIdos en el mercado al juego de la competen-CIa y a los azares de la oferta y la demanda.

La contraposicion se fue haciendo cada vez mas

ostensible en la realldad: dos casas dlstintas eranla ciudad y el campo, y distintas las forrnas de vida

que ofrecfan, Se vivio la antftesis como una opcionrelacionada con el transcur:SfJ_de la vida cotidiana

y, sabre todo, can e(.Juturo a il cada uno, especial-

mente de quienes guei::ian ascender social econ6.

micamente~Es60yeccion . una forma de vida en

u n _esguema del ~tLit.o_que_pocna_ofrecer.gener-G-yJW_tri6ias dos ideolog1as. .

La \JdeoJogia runtb se-manifesto en dos niveJes

muy diferentes: una fue In de la noblezay otra la

de las ~Iases cawp~a~_subor:amaaas. EI senor es-taba consustanciado con la forma de vida de susdorninios.. en los que se sentia como un pequerio

rey, con su pequefia corte y su circulo de fides va-

sallos, con su numerosa servidumbre v can crecido

nurnero de g£lltes-que_v.!yian y trabajaban en sus

tierras. La(gleologfa r~que corespondia a esta

fonna de vida era, slrfiplemente, una ideologfa se-

fioriaI, q~e inC'hua una concepcion paternalista de

J¥SJ.e],:clones ...con las clases subordin a ~htud dispendlOsa. y aespreocupada de una ri9.Y~za-

que saOla segura. -per;;-a rnedida que se desarrollola.economra-a:emercado y se produjeron los prime-

ros .c~mbios sociales y politicos, hubo senores queprcfiricron .estar cerca del poder real que crecra y

accptal'o~ una cOIJcepcion curtesana de la vida quee~a.. al fm, ~ra ldeolqgjii-En cambio, los nuevos

TICOS qu~ qui~Ieron consolidar su status se plegarona la antigua ideologfa rural de los senores y sana.

r s ) p . can abandonar las ciudades para instalarse en.los dominios que podian adquirlr y llevar aIlf In

'vida de esos pequcnos reyes cuya posicion social

cnvi.dinban. y ~staban ya· plcgados a esa ideologfa

desde mucho nernpo los pequefios nobles sin haber

-hidalgos a segundones practicamente deshereda-dos en virtud del principio de maycrazgo-« que so-fiaban con obtener de alguna manera ]a; tierras con

las que pudieran consolidar su condicion nobiliaria.

L~ apertura ~e una frontera donde esas tierras pu~dieran conquistarse fue eI clamor que hicieron oirrnuchas veces los pequenos . s sin haber. . .

P~ro era otr~ la I eo ogia rural ete campesinos,los} arrendatanos . pequenus propietano . _

Slstia, sabre tooo, en clerto acatnmiento_del ordenconstituido, en la aceptacion derp;temalismo- seiio-

~m? esquemasociiillIlas-segUro que no Iii'rresgosa mdependencia de quienes .tentaban escaparde la dura protecci6n de los senores para correr la

aventura de incorporarse a Ia nueva sociedad que

se constitura en las ciudades; y acaso en una vigo-rosa adhesion a la sencilla y espontanea manerade 'vivir del campesino que ajustaba su existenciacotldiana al cornpas de ia naturaleza v a la rutina

fam~liar y experirnentada de la siemb~a y la reco-lecclon, de 'Ia cria de animales dornesticos 0de las

~aenas del hiIado y eI tejido. Era, en el fonda, unaIdeologfa conservadora, indiferente 0 acaso hostilal cambia, que en rnuchas mentes apareda comouna diabolica inven~c;.;i6""n""", _

Diabolica 0 no, 1 ~ologcia :~~n era cl resulta-do de un agudo proceso e izaci6n. Eran,

precisamerrte, las fOIIDas_de la vida nahmlf y espon.

.tane~s que haMan sido cuestionadas, y 1a respu~s.

-ra-Iue Ima 1 ar una manera e viVir que las r e m -~Iazara. Lo escencra e esa nu a iCleruogfa fue Iiiaceptacion del cambia. Implicaba una imagen del.hom-

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'_ bre distinta de la tradlcional, preclsarnente en que10 indcpcndizaba de 1[1rutina y lu situaba en cl 1;3,-

mine de Iorjar su propio destine con la ayudu de 511

capacidad racional y de su voluntad, Era una ideo-

logfa apropiada a las nuevas tendcncius, al _slSl;cr;tSO

.5o.ci~_ccU.lJ9mko. Vlgorosamcnte individualista, im-pulsaba a Ia aventura prornctcdora, al ricsgo calcu-

lado, al juego que ofrecfa ciertas posibilidades de

exito. Estaba unida al COl·recto 1I5U del d1ncrtl. que :

consistirfa en, eVltar cl gasto sllperflul', en practi-

car el.ahorro para que su monto crccicra hastu con-

vertirse en un..__9!Eital _guc plldicra reproducirse. Yposeia su propi .. moral ~l honor bur rues- queFlon.a Hmites a ]a coal .Eran, pues, dos ideologfas -Ia urbana y la rural-e-

nftidamente diferentes, No se apoyaban en ninguna

teoria, sino en una dramatica experiencia de varies

siglos. No fueron formuladas expHcitartlentc pcro

fueron vividas, Y tan consustanciada estaba cada

una can cierta forma de rnentalidad que se trans Ior-maron en fuerzas promotoras de proyectos futures.

Asf-pasaron del viejo at nuevo mundo,

ria; peru todos tcnlan, fundamentalrnentc, la expe-

riencia social de los horizontcs cerrados. Todos que-

,nan tierras, y no pod Ian tcnerlas en ~hb..1i:rSl:::t los mcrcadcrcs que vimcron. ourgllcscs de

clerto relieve en algunos casus, oscilaban entre sus

prefcrencias per los negocius y sus umbiciones de

constituir un domino territorial. Y esa misrna ambi-

cion acariciaban los hombres del cormm, campesi-

nos y aldeanos unos y de origen urbane otros, deseo-

sos todos de mejorar su condicion de cualquier rna-nera. Pero la tierra estuba en la mente de todos los

gue sc desarraig"aron p_ara_ir a ese ml!!l~u_de_fr.on.tera ef!...£!._gue_ca.da_uno_pudfa_fjjar_j::J....M!y.a~gUn

Tameaid~.la_calid<:td de su esfuerzo, Eran, en sus

mentes, tierras de nadie, y desde el momento en

que se embarcaban declaraban que era "nadie' el

que las poseyera. Una nueva etapa empezaba el dindel descmbarco.

Porque Ia~ras tenlan duefios y rue necesarioconquistarlas someticndolos y procurandQ._qlJ~_qt1e-

dar~ en elIas para_q.ue_Iils._trabajar.an_~1 sel!'i~l9..

"(Ie SUS_Jlli~_y_o_s_s.eiiores.oco urbanizados, solo en-

contraron los conquistadores aldeas rurales, fuera

de las dos grandcs ciudadcs de Tenochtitlan y Cuz-

co. Era fundamentalmente rural la vida de las po-

blaciones aborfgenes, sencilla en algunas regiones,

pero de exelente nivel tecnico en otras, y simprc nu-trida por u n a vigorosa concepcion religiosa de raiz

telurica y una profunda consustanciacion can el pai-saje. Y no i hubicra sido dificil advertir =-como se

fue advirticndo- que aIimentaba la vida de esas

Qpoblaciones: aborigenes 10 que puede Jlarnarse una

entrafiable ideologfa rural cnriquecida por la den-

sidad de una concepcion trascendente de la natura-

eza y del sentido de Ia vida. Fue ncccsario apelar

a la arraigada conviccion que ternan los conquista-

dores acerca de la ~.erioridad de su religion, desu cultura y de su raza para que descalificaran im-

pjaC'ablemente clIiilliiaosOcial--y-cl!Itural-derquese apropiaban por cLdcr_cdio ·ae-COiiqiiism::----, -Pero---;-descaIiricada par los conquisiaaor"Cs,' esc mun-

do .. social y cultural reslstio sin embargo con sostc-nida entereza, Hubo que luchar y fue necesario to-

, ;

;

!

Las tenslones latinoamericanas entre

campo y ciudad

Pasaron al nuevo mundo esas dos ideologfas en

el bagaje cultural de ,conguistadores y colonizado-

res_con los caracteres que habian adquirido en sus

parses de origen, Espana y Portugal; los dos li-

geramente marginales en el mundo rnercantil, pero

tocados COD diversa medida par el, Pero no siempre

con los mismos caracteres, porque no rue hornoge-

neo el origen ni la condicion social de quienes se

desarraigaron para ir a America, Buscaron 0 acep-

taron Ia aventura unos pocos nobles; pero la in-

mensa rnayorfa de los que la emprendieron eran,

todo 10 mas, segundoncs 0 pequefios hidalgos sin

-haber y, generalmente gente del cornun que poco 0

nada tenia que perder y mucho que ganar, Algunostenlan experiencia miIitar y otros experiencia agra-

l!1

11,I

 

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mar posesi6n de la tierra trabajosamente. Los con-

quistadores eran pocos y los cnemigos eran muchos

y desconocidos. Para asegurarse cI,....ex;i.to-debieron

mantenerse en cslado--tt~ vigiIancia, dis-

puesfos-a-sacar-el-mejor-parHdo-de su superioridad

tecnica y, sabre todo, rnantenerse unidos en cadazona de comb ate, constituyendo una sociednd com-

pacta e i~rameatoaaii'ifIuencia social cuI·

)uraIaeI mun 0 Clrcun ante, I...iL.poIftica canquis-

laaora npcHS-aI modelo p'robndQ....y estableci6 como

metl:rdo-de-Cb'IiqUlsta Y_J;QlQni1 .ad6n la fundaci6n

.de ciuaades:-Asl empez6 CD America un nuevo ava-ta;"delastensiones entre campo y ciudad.

L~ y'l~ empez6 can la ~daci6ndtciudades-:-FiiFClcl6peo el esfuerzo que

se hizo para erlgirlas de In nada par centenares:

todas segun el mismo modele urbanfstico, apenasmatizado: todas segun el mism~ institu-

clonal, politico, social y cultural. Eil-utl'Siglo, 50-

bre el mundo rural de las pobIaciones aborIgenes

surgieron . centenares de ciudades espaiiolas 0 por-tuguesas, verdaderos enclaves de culturaJUI'wea

_en el mundo ind!gena En ellas se fortalecieron los

grupos al6genos, se alimentaron lastradiciones ver-

n a ~ se vigil6 laoortodoxia reliaiosa, se procure

c.eVitar2.hasta~onde fuera posible,la amenaza cierta

. ~~ y de~"e:) Pero en esa. sociedad compacta, cerrada-en-srmisma y ence-

rrada dentro de la cerca de fens iva, empez6 a re-

constituirse una ideologta urbana a pesar del per-

sistente designio de sus miembros de constituir

dominies senoriales. La. ciudad era segura y el

campo inseguro; La ~ era cristiana--y-eI cam-

,Po i"nfie!:_...Laciudad era europeayer~mpo i i f c i f .·gena. Fue -una singular ideologla urbana Ia que se

elaboro aIH, Ilena de resabios hidalgos, indefinidos

porque eran nostalgicos, irnprecisos porque no co-

rrespondian a Ia realidad social; pero en la que eo-

braban fuerza cada dia las tendencias predominantes

en la vida de las eiudadcs de Ia epoca, en las que

crecia el gusto por el bienestar burgues, por los

( servlcios eficaces, tanto publicos como privados, porla sociabilidad y la conversacion amable, informal

9 8

1J1;

unas veces y sesuda otras, par la informacion de 10

que pasaba en el mundo, por la proximidad del poder.

Se desarrollo en los conquistadores y colonlzadoresel interes par los cargos p~bli7~' por las ~~

groffiiias y rehglOsas, por las l~as de las pequenasc?rte!t_jI~:JOs_sarlilles., de los corredores de audien-eras y cabildos. Y se desarro1l6 de manera ereciente

el interes par los Degocios, ~ 0 iIicitos, que se

poUiaD hacer en las ciuaades.y especial mente en las

capitales y los. puertos. Fue inevitable que los con-

q.ul~tadores prunero y los colonizadores despues se

sintieran hombres de ciudad, puesto que Ia ciudadera su reducto. Se fortaleci6 en ellos una ideologtaurbana que perduro cada vez mas definida en las

sucesivas generaciones, aun cuando fueran al mismotiempo, senores de la tierra. '.

Sin duda elaboraron una ideologia rural de sin-

gular,.estilo los senores de In tierra. En 'el' Brasil,cspecialmente, los "sefiores de ingenio" mantuvieron

Ia m~s rancia concepcion de los hidalgos portugueses,p~eCls~ente cuando c:n Portugal perdia algo de su

vigencia tras los cambios sociales que habfan produ-

cido y acornpafiado a la apartclon de la dinastta

de Aviz. Pero 10 misrno pas6 con los encomenderos ,

eSI;laiioles, transformados en senores de horca y cu-

chillo co~o ya no los habia en Espana. En sus pai .

ses de orrgen, largos y complejos procesos socialeshab,fan reajustado las relaciones entre senores y cam-

pesmos, una reIaci6n que, por 10 demas, era entre

g,enteSae la ~ma raza y relig~ eptre cap.;Ls_9.1s.

tmtas de una mlSllla'"'Socledad. En America, en ca~""OIO;"loscampesmos, elito es, las clases rurales tra-

bajadoras, perteneclan a la casta deIos vencidos de

guerra, infieles d~spreciables v siempre sospechosos.

Hubo, p~es, una Ide?log£~ rural de los senores que, . .

n~ ~m clerta. convenida ficcion, equiparaban sus do-

mimes americanos a los que los nobles poseian en

]~ peninsul,a.. Ciertamente, la tierra era tierra tarn-

bien, el pa~s~Je podfa ser hermoso y acaso parecldo

al que envldiaban a sus pares peninsulares, el fruto

extrafd? de la explotaci6n podia ser acaso mayor.

Pero mnguno po::Iia olvidar gue_e@_ tierra extrana,que el campeslno--era-rarttCaente ajeno a sus ermA

99

 

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_~, a sus costumbrcs y a sus ideas. y sobre todo

.que Ie er oshI porgue 10 odiaba como conguistadoJ:.La idcologfa rural de 105 senores carecta en America

de ese componente tradicional que tenia cn Europa:la placidez, Ia posibilidad del abandono de una situa.

cion social generalmente consentida, el ejercicio deun paternalismo que gratificaba iguaImente al senor

y al r6s~ue;-mas_bien, y durante mueho tiem-,--....--- po, una(fdeolog£a· de guerra, apropiada para mante-

ner Ia decisl n e pros gtri Ia _Qg!PaciBn-de-la-t4e,?

4-~I avanec de las fronteras, e~uilamien.to~

.las pobJaclOnes aborfgenes irreductibles. Nada, en larealidad, de Ia paz carnpesina, aunque sonara alguns

vez el remedo ccnvencional de Ia concepci6n eulo-

gica de Ia vida que expresaban S.i de Mirand; 0

. Garcilaso, Era In ideologia rural de los senores una

concepci6n en Ia que predominaba Ia voluntad .de

dominic sin restricci6n alguna, sin consentimientosin piedad. Era una ideologta rnilitante, sin espaciopara el ociu contemplative.

Hubo, al mismo tiem 0

pular: . 1 eologfa e los verier 0

mente uIti coficepc16n de la viet que solo en oca-

slones se tom6 ideologta, Desde el punto de vistasocial Ia nutri6 el resentimientp, que para la mayo-

ria de las poblaciones aborigcnes se transmute en

~esjgnaci6n. Hubo rebeldia explosiva y rebeldia di-slmUJada; y, cuando .s'e traduJo en hechos, se mani-

resti5"COir'rasgos sernejantes a los de las grandesrcvoluciones campesinas de Europa: como una irrup-

ci6n contr~ las ciudades, baluartes de los eneID:igas-aunque Ja ciudad fuera la misma Cuzco. Desde el

punto de vista de las formas de vida, consisti6 enuna arnOrosa conservaci6lLde_las tradiciones de las :

.viejas coStumbres que aho~j£Lcitaban ~"Enza, alteradas a veces por las costurnbres im-puestas or los amos y combinadas fJiiali'i'iefiteen

rormas hibridus que 1 an aCI ndose comuncs a ven-

cldos y vencedores: triunfaron a la larca las corni-das vernaculas, los utensilios, los tejidos con: sus

colores y dibujos, como triunfaron las tradiciones

terapeuticas y muchas creencias convertidas en suo

persticiones.

100

pero, en rigor, todo eso no.llego a configurar unaIdeologja positiva. Fue una ideologta ncgativa, pues-

to que la vida rural era Ia de las clases sornetidas,

en tanto que 1 0 1 vida urbana era 10 . de los conquis-

t~dorcs y colonizadorcs. As], si hubo alga que pu-

d~era Ilamarse una ~c!!;o!ogiurural J?OpuJarfue, escn-cialrnente, una .ideologJa antiurbana, en Ia que se

~fllndian las formus de VIda con la ·significacTon·

~.nl de quiches crnn_sus_J1rotagOffistn:s:-Sa'o conel tlempo IIegaria a adquirir caractercs lIc una'ideo-

Iogla positiva. Pero fue necesario que ernpezara a

producirse un hecho de rnimiscula incidencia al prin-C~PIO pero destin ado a tener profundas consecucn-

c:as: el exodo urbano I<!.Jluida_de_cm:.o-p_e_os_mar-,--gmal~s que pOr.J.lD.3;Jl_OJr.aaz6n se_segr:egaban-=ruc _ I

LIas ciudades y, en consecuenda. del mundo de los* l

~_priv.legi~l'ara acogerse a la libertad g~.E!i: . 1 / 1 " f.t1IDi"Tasvastas extensiones ruIilgs_despobladas,_lLias J .que n? llegaba el orden institucional de 10s_c@g!!1<;- .'

··taaores, 0 rnejor, los bordes de las regiones Flobladas,~~- '.en los que se alcanzaba un minimo de recu-iSOSaSe-

gurado por Ia cpmpJicidad de Ius aborig~ne.s. Esta· '~./1~llenta emigraci6n de segregad.os :ristianos produciria _.L~ Ia largo plazo un hccho SOCIalinesperado y funda- or:

mental en Ia formaci6n de Ia nueva sociedad. Eran

crirninales 0 adrones 'an de 10 . justicia, fugi-

tn.~osde las carceles, desertores e los ejet=Cifos,he-rejes ternerosos de Ia Inquisici6n, gentes habituadas

_a IaJ'r;lOter~. que optaban par _c~an~spor ~1ascenso SOCIal0, a veces, slmplemente, espf-

r.itus anarquicos y aventureros que buscaban mas

Iibertad todavia que In que podia ofrecerles la fluidasociedad colonial en formaci6n. As! empez6 a consti-

tuirse sordamente, de la :manera mas arbitrari

~j_~ que pueda imaginarse, una nueva ¥cledaa)~ fuera de In ley, 0 mejor, ignora ~

ey y por la sociedad cstablecida. Era una ~lasc_popular rural, en la que los segregados cristianos~se unieron a los grupos indfgenas y negros huidos

tarnbien, 0 acaso radicados en esos hordes de las.regiones pobladas a los que llegaba escasarnentn la·

autoridad. Fue una cIase popular rural criolla en

un sentido m a s extenso que eI que se sueIe da~ al

I I; !

1 0 1

 

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1

I;

termino, 5i es que Ia implicacion mas entr.afulbJe

que podemos rescatar en la palab~lo!'--es Iadel arraigo tehirico, que muy difieiiIiiCrite- alcanzaba

leI colonizador europeo. En ella se precipitaron 105

p_rocesos de mestizajc y, aeulturaq6n. sin reservas,

, sin sentimlento de . .cllma. Fue una cIa5e TUral crto-

n a . mestiza 0 mulata. Sus mlembros adquirieron los

.....'tsgos fiskos que otorgaban las cruzas variadas y

elaDoramn un sIstema de yida..hihl'.Wo, e~a6ios

d!:...las...cuIturas....originams. Pero elaboraron tambien

una concepci6n de ]a vida, hfbrida tambien sin duds

pero can ciertos rasgos c;piCes de transformar ]~ideoJogia negativa en otra positiva .. Ahora, la ideo-Iogfa rural de esta nueva cIase hibridada, hecha de

vastagos de vencidos y vencedores, se organiz6 alre-

dedor de un sentimiento casi feroz: el de la liber.·

tad individual en medic de Ia: naturaleza, sin-ata.

..duras ni responsa15maacres, aunquehuEiera que pagar

por ella un alto, precio. La soledad fue el' precio.

Asi naci6.una nueva yaut6ctona .la.!ologia rural que

desernbocd, poco a poco, en el criPl11sii1omas 0 me-nos sofisticado. .Iuego. Quiza empez6 a constituirse

en el siglo XVII, pero el mundo de las· ciudades

no tuvo clara' noticia de el hasta fines d~l XVIII,

El mundo de las ciudades habfa elaboradc.: mien-

tras tanto, aquella singular ideologia urbana signada

por los prejuiciosde hidalgufa. Pero era diffcil con-servarlos, Aunque las ciudades hubieran sido origi-

nariamente baluartes de la sociedad .conquistadora,

de la cultura iberica y de la religion .:cat6Iica, 13

presion. del vrnundo mercantil las f u ' T ' # ' forzandopara 'que asumieran las funciones que les correspon-dian. La actividad econ6mica las fue ganando, el

volumen del mercado crecio y los prejuiclos hidal-

gos fueron dejando sitio a las nuevas concepciones

de una naciente burguesla. Pero esa burguesia se

fl}e haciendo cada_yg_ID.!is_criolJa, quizaporque fue-

ra .en sus fiIas don de mejor se acornodaban los na-

cidos .en la tierra que buscaban prosperar y mejorar

la -condicion econ6mica ysocial.· En este caso era

<;~Ua.·y blanca. porgue estaba .forinada· por :des·

cendlentes de europeos: pero no se tard6 mucho en

c. ver aparecer en eHa-mestizos 0 mulatos fuvorecidos

por Ia fortuna. En todo caso era una clase arrai-

gada a Ia tierra, cuyos miembros estaban resueltosa descnvolvcr sus proycctos en ella; y, sabre todo,

em ~n gl'u 0 social cu 'as actitudes sc aJejabrm La.grcsl~amcntc 'l-DllTILalida a. pam f.ncs

del siglo XV1.H su klcologia urbana habia adoptado

en muchas ciudadcs -CUP.Jtales y pucrtos_cspeci;,tl.·

mente::-, .Jos-cara~ter-e c_la_m{!.l'lt~lidad~gu~sn.Fue esa (burgueslll urbn In que hizo In revoliJCilln-

. de la indepcn enCIn, y sabre todo ]3 que sc hizo

cargo de, ena. y, consume su proceso, scgun sus es-

que~a~ ideologicos generales y segun las peculiares,

1 :condJclQ~es de. cad~ region. Por eSI? cl p!:i!ru;rmo.. '

r- ." to revolucionario cs un momento tfpicamente ,-'

~ a~o. uqUl~aca, Buenos Aires, Bogota, Caracas, ~ ~

o de Chile. Hasta en Mexico cl primer rno- (mento es urbane, aunque su frusrracion Iiberara ' '

pl:ecozmente las fuerzas .rurales que siguieron a

Hld.algo ,y Morclos; y las burguesfas urbanas retro- ~cedieron por el sesgo de revoluci6n social que adop-

taba el movimiento emancipador. . "(j ~ f'J AAlii qued6 a la vista 10 que. pasarta poco dCSP~l~S~

en t?~a~ .partes. La revolucidn que puso fin a 'ladominacion espanola entre, 1810 y 1820, destruy6 el

principio de Iegitimidad en .que se apoyaba- el orden

social tradicional, ·como ocurrio en Brasil tras Ja

abdicaei6n de Pedro I en 1831. Y al dislocarse lassituaclones constituidas y debititarse sus fundamen"

tosijurfdicos y doctrinarios, irrumpio Ia sociedad

rural que 'so habfa conformado durante largo tiempo

y se enfrent6 co~ Ia sociedad urbana que. aspirabaa perpetuar el SIstema economlco y politico bajo

nuevas formas , Pronto se vio que no solo se

enfrentaban dos situaciones reales sino tambien dosideologfas, . .

• 'La ideoJogfa urbana modifie6 Jigeramente sus ·~om.

ponenteS"porrticos --:( no sletnpre-, pero ._tttantuvo~ component!!s_soclales, econ6rnicos y culturiiIes.

Ahora acentu6 su peculiar "crioIlis~o. que impiicaba

, un decidido ,arralgo a la-rtcrra pero tambien ,una

~

.vocacion no hlenos firrne de mantener unidas las

ri?evas naciones al si.sterna mercantilista interna-

cional o-sen cuyo ambito desarrollaba sus actlvida-

. 103

to

102

 

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F\_"

1

des econcmlcas=- y al sistema de Ideas curopcas

.que se consustanciaba con sus actitudcs sociales,

politicas y culturales. Fue, pues, un criullismo com-

placiente y conternporizador cl que .cnarbolc Ia ideo-

logia urbana, cuya tibieza le serfa enrostrada tully

pronto. ,

EI desaffo provino de las masas ruralcs, convoeadao;

~ defcnsa de 12 revoluc1lffi cmancIQ.<liJora.y que.

acuJlicron para cumphr can 1a patria.. .y, ...1 misrnotiempo, Pf lTo l cxigir ··que se las tuyiera como_pJ:ITlco;..en._eL_p:leitoque se iniciaba por la reconstrucei6n

de la sodedad en cada una de las areas nacionalesahora delmeadilS. Su ·fucrza fU e mayor allroOnde

tuvieron que luchar por la defensa del territorio

contra los espafioles: pcro .no fue rnucho menor

cuando irrumpieron en pos de sus jefes para parti-

cipar en las guerras civiles. En ambos cases pu-

sieron de manificsto una definida ideologfa' rural.

Era, en principia, la ideologfa que se habfa c10.-.. bora do sordamente mientras se constituia esa so-

ciedad campesina al margen dela sociedad esta-

blecida y normaIizada de las ciudades, Implicaba

una concepcion de la vida individual fundada en lalibertad ind6mita del indiYidua; en el derecho y

el ~ de defender cada uno Ia vida y-ro suyo

. c o n . SUs proplasIuerzas;, y en las ~iones gana-dcras, especialmente, en el yalpr y la-dignidialicI

ocio ·:.....:resabiosefinri eredai:1 - - o m b " " ' f : e

cOiiii1D-;-que 'sol;- concebia el trab~jo co.mo_depo_r.-

te, saturaaoae contenido hldlCO; En .relacion can

'esOs principios estaba la somera concepcion deja

. .vida social de los campos que subyada implfcita en

Ia Ideologfa-.:r.w:~ cuyo rasgo fundamental consistta

. en &~~aternal~ consentido cuando el amo peseta

~ tlas virtUaercrueeompartfa y admiraba quien depen-

lfade eI: el valor ffsico, sabre todo r- Ia destreza

en las faenas rurales que eran, al mismo tiempo,

trabajo y juego, Ia firmeza en las convicciones. tra-

dicionaJes, el culto del honor, y una ifirme ecuani-

midad para ejercer el inando. As! era en l~sregio~

nes ganaderas, ·siempre un poco fronterizas, y en

las que se constituy6 una sola ideologfa rural que

compartfan amos. y peones. Pero en . las.zonas de

104

plantacion, Ia ideologta rural se escind1a como en

Europa: una para los sefiores y otra para los cam-

pesinos. Por eso fue rnenos activa, en tanto :que 1a . ,

de las zonas ganaderas influy6 decisivamente· en el • I'

proceso de Ia formaci6n social posterior. a Ia .Inde- I

pendencia.. . .

Fue can la indepen~-.p.recisamente, cuando iNb".6f15~~]a id~~logia rural se~nfrenfO~}on fa ideologfa gr- I"bana. "Dodores: ' solra-llamafse!es, a' los hombres

ae-ta" ciUdad que _p.re,fgian las sutilezas de la ._Eo- !

litica al eJercicio de las armas. Vibraba en ere f

.enfrentamiento la disidencia acerca del alcance del Icriollismo. CrioIlas, las burguesias urbanas preten- !dian mantc?erse dent,:o del ambito cosmopolita de Iese mundo intcrcomunicado que habra creado la eco-nomia mercantilista y las ideas modernas. Perc

criollas hasta sus ultimas consecuencia, las masas !

rurales y ·las nuevas aristocracias rurales pensaban .. ;

en. Latinoam~ COITIOun mundo Wl6,ciono, no~!

internaclOnaI sino ilitrico_en_sUS-tradiciones, recon- .,'

_centrado en sf mismo y fiel a su personalidad~- I '.

'.. I . "\ IverndCUa. .. . . ~

Pero, lpensaban, quienes componfan la sociedad .

rural que emergia, en Latinoamerica; como un can-

junto? lPensaban acaso en -Ia nueva unidad nacio-nal en que hablan quedado insertds tras la Inde-

pendencia? En todo caso de manera rnediata y un

poco ,abmracta~que configur6 el nuevo avatarde ].a-iQ_eologfarura fue S4 concepci6n regional ~

Ia V1d~ de los lfrnites de la region dOlli!e .

se..constituyo cada una de las sociedades rurales, ~. n _ - - r ~dfue en su 'paisaje donde se aglutinaron y cobraron ~0lJconcienda-r:te-su-identidad. - La patna granaey;- : 1 [mas aUn, enimbito ge1feral del continente indepen- . ;

dizado, parecian casi una abstraccion; y aunque se ;

los reconocta, carectan de esa entraiiable atraccion '

que ejercia la patria chica. El criollismo se torn6,

en la. ideologla rural posteriOr a la Independencia.accndradamente regionaIista, ~_bo~

toda contammac16n.

'-51:.:se -trata de descubrir a Latinoamerica en sus

ideas, acaso podria admitjrse a cierto nivel de abs-

tracci6n, que la~~ue siguieron a 1a

105

,, .

\ . \

 

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Independencia no solo d~rivaron de situac~ones reales

en conflicto sino tambien .de enfrentamlento. de la

ideologfa .urbana y la ideologfa rural. Hubo fen6-

menos reveladores en el proceso .de cambio de las

situaciones reales .. Cambiaron de mano las hacien-

das y se acriollaron. S~__desarraigaron gentes de l~scampos que se transformaron en soldados primero

_y:acaso e t L J ? a f f i I i . C I O S d e s p m - s . Bntraron la~ partid.as

montadas .lanza en nstre, en las 'pretenciosas CIU-

dades -Mexico Lima Caracas, Buenos Aires-,·y

alguna 'de ellas,' como Buenos Aires, se ruraliz6 visi-

blemente durante In, epoca de Rosa~. ~~:< : R . t is p , J l . - . . . - empez6 a descubrir una nca veta _des,c_n-

biendo· la sor res a del hombre d~o...en..Ja ClU-a europeizante, como~n el-chlleno Jots-

'bec e . . . . .. . . Y . e nC Z Q ano .Daniel M~doza;:=el:;:m:uguu.2,

olome Hidalgo ~ argentino, ~~Iao del Car-p-O: ue-h1imf';mpezado un ~slego . de gen es

q ponia de _manifiesto Ia coexistencra :,de- dossociedades ahara igualmente validas. , ,,' ..

.Pero nadie descubri6 tan agudamente la pr~encia

de dos ideologias tras los en~ontrollaz?S de las' ~e-'rras civiles como el argennno Dommgo, Faustino

Sarmiento. Dejese de -lado el juicio de valor 'que-

estableci6 al expresar ila f6rmula de "ci~~aci6n

y .barbarie", y reparese en Ia fisura del' analisis que'

10 llev6 a explicar Jos conflictos de su pals a travesde la ,contraposlci6n de, dos ideOlQgl'liS:-eivttizaci6n

er~ la viaa urbana, barbarie la. vida rural. Pero el

~ue' alguna V e 2 . s e . l lamo a sf mismo "Doctor Mo.n :tonero" para, Identificarse con la~' ~os caras ,de Iarealidad que observaba- .no se .hmtt6 a establecer

un juicio de' valor, sino que. analiz6 las ~os':caras

con rara maest rta y 'convalido las dos ideologtas

_comor~u1tado de un proceso: historico irreversible.

Ciertamente, tom6 parudo, porque eta W l - : -e s p i f i f t i,comprometido con su 'pais. Pe~o no-Ie. neg6 .n~~a a

la . ideologla que' rechaz~_Slno_la-ill1..P9S1blhdad

Odeconstruir J:.Pn....ellaun 'pais como el. que el.....desea-

)llL v. ademas, como Ie pareela inevitable que

fuera dadas las circunstancias de su mundo con-

t~SCribia 'Sa~ento- es el centro de

106

Ia civiJizaci6n argentina, espanola, europea; allf estan

]05 talleres ,de las artes, las tiendas del comercio,

las escuelas y colegios, los juzgados, todo 10 quecaracteriza, en fin, a los pueblos cultos.

"La elegancia en los modales, las' comodidades

d.e) lujo, los vestidos europeos, el frac y Ia Ievita

tienen alli su teatro y su lugar conveniente, No sin

objeto hago esta enumeraci6n trivial. La ciudad

capita] de las provincias pastoras existe algunas

veces ella sola, sin ciudades menores,' y no falta algu-

na en que el terreno inculto Ilegue hasta Iigarse con

las calles. E1 desierto las circunda a menos dis-tancia: las cerca, las oprime; la' naturaleza salvaje

las reduce' a unos vestrechos oasis de, civilizacion,

enclavados en un llano incuIto de centenares de

millas _cuadradas, .apenas interrumpido por una que

otra villa de constderacion. Buenos Aires y Cordoba

son las que mayor mlmero de villas han podido echar

sobre Ia campafia, 'como otras tantos focos de civi-lizaci6n y de' intereses municipales; yaesto, e s u nhecho notable". '",..

A . :~ntrapone sarmiento ~.t~~re~]idad:'

"En las llanurashrgentinas' no existe la tribu 06-

mada: stor posee el .suelo con tHulos de pro-

piedad; esta fijo en un pun to, , que .Ie pertenece:pero, para ocuparlo,ha sido necesario . disolver la

asociaci6n y derramar las familias· sobre una, in-mensa" superfide. Irnagiriaos una extension de dos

mil leguas .cuadradas, cubierta toda de poblaci6n,

pero colocadas las habitaciones .a cuatro leguas de

distancia, unas de 'otras, a ocho, a veces, a, dos, las

mas cercanas, EI desenvolvimiento de' .la propiedad

mobiliaria no' es imposible; los goces del .Iujo no

son del todo incompatibles: con este .aistarniento:puede levan tar Ia fortuna un soberbio edificio .en

el desi.erto; pero cl estfrnulo falta, el ejemplo des-

aparece, la necesidad de, manifestarse con dignidad.

que. se siente en las ciudades, no se .hace sentir alli,

el_1el aislarniento y Ia soledad. Las" privaciones in-dls~ensables justificanla pereza natural, y Ja fru-

galidad . en los goces trae, en seguida.. todas las

extenondades de Ia barbarie. La sociedad ha des-aparecido comptetamcnre, queda solo Ia familia feu-

107

\v

 

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, " 'uar, aisiaua, reconcentrada: y, no habiendo sociedad

rcunida, toda c1ase de gobierno se hace irnposible:Ia municipalidad no existe, Ia policla no puede cjer-cerse y Ia justicia civil no tiene medias de alcanzar

a los delineuentes". Y agregaba mas adelantc refi-

riendose al'1lombre del c~ "La vida del campo,pues, ha d'esenvuetto en- aucho las facultadesffsicas, sin ninguna de las de .Ia inteligeneia. Su

caracter moral se resiente de su habito de triunfar

de los obstaculos y del poder de la naturaleza:

es fuerte, altivo, energico, Sin ninguna instruccion,

sin necesitarla tampoco, sin medios de subsistencia,como sin necesldades, es feliz en medio de su po-

breza y de sus privaciones, que no son tales, para

el que nunca conoci6 mayores goces, ni extendi6

jas alto sus deseos, De manera que si esta diso- J . 4 r .luci6n de Ia sociedad radica hondarnente t barbarie,por Ia imposibilidad y la inutilidad de la educaci6n

.moral e intelectual, no deja, por otra parte, de tener

sus atractivos. EI gaucho no trabaja: al alimento

y el vestido 10encuentra preparado en su casa: uno.

y otro se 10 propordonan sus ganados si es pro-

pietario; la casa del patron 0 pariente, Sl nada

posee, Las atenciones que el ganado exige, se redu-

cen a correrfas y partidas de placer. La hierra. que

es como la vendimia de los agricultures, es una fiesta

cuya llegada se recibe con transportes de jubilo: aliies el punto de reunion de todos los hombres de vein-te leguas a Ia redonda; alll la ostentacion de Ia

increfble destreza en el lazo. El gaucho ilega a

la hierra al paso lento y" rnesurado de su mejorparejero, que detiene a distancia apartada; y para

gozar .mejor del espectaculo, cruza Ia pierna sobre

eI pescuezo del caballo. Si el entusiasmo 10 anima,

desciende. lentamente del caballo. des~rrolla su lazoy 10 arroja sobre un toro que pasa, con 'Ia velocidad

,del rayo, a cuarenta pasos de distancia: 10 ha cogido

de una una, que era 10 que se proponla, Y : vuclvetranquilo a enrollar su cuerda".Tal' era el balance que hacfa Sarmiento en 1845,

. refiriendose a hi Argentina, de las' dos realidades

y de las dos ideologtas; pero su analisis valia, conpequeiios matices, para muchos otros pafses Iatino-

108

amcrican~s. ~o ~olo caracteriz6 las ideologtas, sinoque contnbuyo vrgorosamenn- a dcfinirlas como ten-dencias potenciales. como ict_cologfasproyg,c1ivas. Se

transforrnn en ~o e quienes se adhirieron

a. la o que el l?toclam6 co In mejor; y quienes(slguleron sus_~deas re onarOD los contenidos y__)os

valo~s de In ldcolog~a consl!.mando su for-

'jliu1acw:~y trnnsfQDnando]a....e..oambiciosos proyec;..-fos nacionalss, Con 0 sin formulaf.:iunes tan explf-

cltas, la ideologfa urbana gan6 terrene cn casi todos

los pafses !atinoarnericanos cuando se acallaron las

guerras CIVIlesy se comenzaron a buscar Ias f6nnu-las polfticas y sociales para encauzar las formas

de convivencla. dentro de un sistema institucionaI.

Pero no. fue una victoria absoluta ni definitiva.C.tl~do triunfoy comenz6 a traducirse en. politicasclvlhzadoras de acuerdo con los modelos europeos

-y P?CO a .poco ~orteamericanos-::"",'c1 intento de. reduclr Ia VIda naCIO os terminos de la ideo-

logia urban~ con olvido 0 despreclQ e_ a IdeoIo_gj'a

.J¥!"a1. ~uscit6 cierto despertar... de esta otm. Se rna.- I·

nifesto ~obre todo en Ia Iiteratura, con ~s '

qu~ oscilaban ent~e la ideaIiZaCi'6n.y .Ia protesta, ~, r~Zquiza como resabio de las influencias rornanticas I 'b -f r : : : - ~EI colo.mbiano Jorge Isaacs P~~I~c6 Mariei' e n 1867:..A..UJ .., . 'I

Yofrecio en ella una Imagen idllica de la hacienda .

colombiana, en la que resaltaba Ia virtud del escIavo

ty el gencroso paternalismo del arno, todo dentro

de un m?-r;.co-d~ dulce_paz rural. Poco mas tardeel argentInb--Jose_HcrIl.<\nde~ia oir, en cambio

SU tremendo clamor en de sa de las clases popu~

Iarc~ ~~s e ad per 10 que sellamabalaCl_vlhzacI6n, n su poerna Martin Fierro, Floreda

Ia ]jterat~ra indianista en Brasil, siguiendo los pasos

de Antonio Goncalves Dias, y se evocaba al gaucho

e!l la obra. de Jose de Alencar. Se restauraba lafigu:a del jfbaro en Puerto Rico, la del charro en

MeXICO,a del negro-en ..Cuba, Ia del llanero en Ve-nezuela, Ia del concho en Costa Rica

Sin duda Ia ideologfa urbana resistio a estosembates Iiterarios, que lograron, sin embargo, em-

pez~r a formar conciencia de ciertos problemasnacfonales que pronto adquirirfan contornos mas

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,

I

II

I j

def'inidos. Depronto se advirti6 que tanto el terna

de la vida rural como el de la idcologfa rural cam-'

biaban de aspecto. Abandonaban los earacteres de Ia

cvocaci6n para rransformarse en cuestiones de can-

dente polcmica. La literatura volvio al tema con otras

intencioncs; pero ~ruu:§£ tambitn de c Icl ensayo socioiog:ico.Ei1mpncfo de In civilizaci6n indu~t.r~al habia .re-

novado, clertamente, no solo la condicion de la Vidarural en Latincamerlca sino tarnbien Gs. opiniones

sobre ella y los eritcrios para [uzgarln. Solo oca-sionalmente podia conservarse una imagen idflica yplacida de Ia vida rural: fue enlas zq!!!!§_ganaderas, "

s05re todo, y en contadas rcgiones agrfeolas 40nde

subsisti6, porque subsistfan las condiciones ~"Cionales:~alismQ_y_eLtrabajp ludico. As!

pudo evocarse casi nostalgicamente Ia vida gauches-

ea en las novelas de los argentinos Eduardo Gutie-

rrez, y luego en las mas estilizadas de Benito Lynch,

Ricardo Giliraldes 0 Enrique Larreta: en las deluruguayo 'Carlos Reyles y en .cierto modo en las de

los chilenos Mariano Latorra y Luis Duran 0 en

las del venezolano R6muloGallegos. Pero la vida

rural tomaba muy distinto caracter en las planta-ciones, sobre todo cuando se incorporaba al sistema

internacional de producci6n. Aun sin eso, el senti-

~iento de_la_expJotaci6n de que eran v{diiiiaSI~~

mdfgenas tiii6 "de coJores"sangrientos Ia imegen de

(laViaa-rural y, en [email protected] nueva' ideoJ.ggfa

rural empez6 aadquirircar;.cteres_ reivindicativoss en cicrto sentldo revolucionarios. Ave stn nidodeJa peruana Clormda ~cIeTumer indicaba

ese camino, en el que se encauzaria Ja obra del ecua-toriano Jorge' Icaza, del peruano Ciro Alegria, del

colombiano Jose Eustasio Rivera, del mexicano Ma-riano Azuela, del poeta boliviano Franz Tamayo.

Pero la Iiteratura apelo, sobrc todo, a las reso-

nancias 'sentimentales. El ensayo sociologico, en

cambio, recogio el tema para analizarlo con inten-

cion cientffica y contribuyo por eso a delinear las

ideologias. No es una casualidad que en Jos prime-

ros afios de siglo XX dos ensayistas utilizaran elmismo adjetivo para calificar el tema de su estudio:

110

~ .el venezolano Cesar Zumeta titulo su ensayo EI con-tinente eniermo y el boliviano Alcides Arguedas llam6

at suyo Pueblo enjerma. Sobre el rnismo terna escri-bieron por cntonces el argentino Carlos Octavio

Bunge en Nuestra America, y 10 trataron de modo

mas 0 menos tangencial el vcnezolano LaureanoVallenilla Lanz en Cesarismo democrdtico y Criticas

de sinceridad y exactitud, el peruano Francisco Gar-

da Calder6n en Les democraties latines de l'Ame-

rique, el colornbiano Carlos A1bcr:t~rrcs en Idola

Fori y el propio Jose EnriqUe~ruguay~mas de uno de sus ensayos comenzando' por riel.lCua! era el tema, a veces subyaeente? EI "-

tema d '6n sodol6 ica de fines del siglo XIX

principios del XXJue e~orverur a e J O S : R a i ~ses Iahnoameri~~ irrevocablcmente adscrip.tos aLrDwn : lo -m-aUSfRar y~ometidos a su mfluencia,' t e i i 1 C r l ..go en cuenta sobre todo 1 0 1 peculiaridad de laSSO-ciedades latinoamericanas, heterogeneas y poco corn-

"pact~s y los caracteres con que invisten al poderpolitico, Blancos, indios, negros, mestizos y rnulatos

parecieron de pronto no solamente grupos etnicos

sino tambien grupos sociales, susceptibles de encua-drarse en el sistema de cIases vigente en el mundocapitalista. i. A todos les interesaba de f a : ' mismamanera el destino de su pafs? Cada sector revelabaal o?servador con preocupaciones sociol6gicas sus 0propias actitudes, sus propios proyectos, sus anta- ~" ' J . J " -

gon,ismos irreductibles. Las, opiniones se diVidieron"(, ' J 0 . ' . ' ! ( " Lj)entre los que creyeron que habra que cnnstrefiir a "" < " \ f "las s?dedades latinoamericanas dentro de los cua- .. ... J . i P -dros unpuestos por el mundo industrial y capitalista ' ~~~"y los ~u~ creyeron !lue habra ttUe IioerarJas de esas .•1 ' " J A

constricctones y dejarlas que se expresaran espon- J . . ' Vaneamente .segun sus tendencias vernaculas. Para /'I.)J? .

unos eran irrecuperables nrs-pmsr:rct0n5 indigenas (!} 'P .par su incapacidad para adaptarse a las nuevas for. 0 "~a~, de I?roducci6n. Para otros, eran,.,e.l:l&£rab_!:sas Q 9 1 r ~ c ,viejas oligarqufas blancas que_babian sometldo y "

d~radado a las p-ohlacion~_am9"ctonas._ Era ~ ,pI~teo que se orientaba aceleradarnente hacia la po- ' ,.

Utica. Pero, en el fondo, esc planteo rcactualizabaJa secular polemica entre Ia ideologfa rural y Ja ideo- p ; . P

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, .logta urbana, traduciendola a terminos adecuados

a la nueva situaci6n del rnundo, .

Puso la cuestion sobre el tapete la revolucionmexicana de 1910. Pancho Villa y Emiliano .Zapata

.opusieron las exigentes voces del campo a la de las

cJases medias urbanas que se movian preocupadas

por Ia constante reeIecci6n de Po:firio ~f~ y que

aspiraban soIamente a una renOV3el()n_politica. P.ero

aquellos querfan otra cosa. Defendian, con vigo-rosa acento popular y cada uno a su modo, una

ideoIogia rural saturada de. resentimientos de claseque eran tamblen resentimientos de casta y

Jl _. ..-e't"-...:;llla qued6 a la vista en Ia obra de .fa.se Vas-

concelos n La raza c6smica en la ["dolo anu n a pintura 1 eo ogrca e los muralistas Diego

Rivera y Clemente Orozco. Pero la revo!uci?n op~6

finalmente por Ia ideologia urbana y se mteres~

mas por el petr6leo que por Ia ti;rra. En~

p~ 0 la cuestion sabre el tapete J?~e Ca~lo(M~?'"£egui· Ie proporcion6 forma .polItIea Vletor-R~uV

" " '" -- < ~ • . .. - de la Torre al fundar el Apra: un partido

siempre derrotado en Lima y siempre vigoroso en los

ambientes campesinos constituidos par indigenas y

mestizos. Nuevos ide6Iogos y nuevas politicos apa-

redan por todas partes, con mayor 0 menor tras-cendencia, tomando posici6n entre las nuevas op-

ciones que planteaban las viejas ideologtas, .

Esas ~e~ niS-taH\laron en nu.evas formu1a~lO.

nes L~ ~ogi!! mIa!-amalgam6 sus dos varian-te '_~L;" onal y popular-, en una prdye~ci6n. del

criolllsrno ue adopt6 lasforrnas de un naClouahsmo

r iea . intransigente. }:.{~eiqna.!i~~ase l~amaron los

que se opusieron al Iiberairnno _s:osruoE.Q.!i,ta.ue pre-

dominaba"l!n-ias- ciudadcs ...y a p m = n r de alll, mas

que como una ideologfa espedfieamertte rural, el na-cionalismo se manifesto, simplemente, como una

~deologia antiurb~a en cuanto _Iasc~s pa.recr~ncentres abiertos a todas las influencias y disocia-

dores del sentimicnto nacional. Les fue necesarlo a

·los nacionalistas dennir con aIguria precisi6n en queconsistta su nacionalismo.

Ouiza la caracterfstica mas expUcita y mas com-

pleta apareci6 en Bolivia. Estaba en el pensamiento

112

\ - - -),I

de Franz Tamayo, pero qued6 expresada oficialmente

en el programa del Movimiento Nacionalista Revo-lucionario: "Afirmamos -dec fa- nuestra fe en elpoder de la raza indomestiza". Y agregaba mas ade-

lante: "Exigimos el estudio sobre bases cientificas

del problema agrario indigena can vistas a incorpo-

rar a la vida nacional a los mil!ones de campcsinos

rnarginados de ella, y a Iograr una organizaclon ade-

cuada de Ia eeonomia agrtcola para obtener el ma-

ximo rendimicnto". Pero aquella fe en In raza indo-

mestiza aparecia aclarada en las palabras de Jaime

Mendoza y de Roberto Prudencio, ambos intcgran-.tes del grupo nacionalista que publicaba Ia revista

Kollasuyo. "Cuando se habla del indio -escribia elprimero-- implicitamente se alude a la tierra".

Y decIaraba el segundo: "La cultura no es sino lacxpresi6n de 10 telurico".

Para Franz Tamayo, eI indio era el deposita riodel alma nacional, Pero el nacionalismo boliviano

era, al mismo tiempo, profundamente catollco e his-

panizante. Afirmaba el valor eminente de la tradi-

cion colonial, anterior y superior a las corrientes

Ideologicas que triunfaron con Ia Independencia .v

aspiraba a un retorno a sus fuentes hispanicas q u eparecla equivaler, en el pensamiento de-Roberto.

Prudencio, a un retorno a la tradici6n medieval ycatolica. .

Esta cornbinaclon de 10 indlgena y 10 vernaculo

espanol con Ia tierra apareci6 tambien en el movi-

n;tiento que se desarrollo en Mexico, siguiendo, en

crerto modo, la linea de pensamiento de Jose Vas-

concelos, movimiento que inspiraron, adernas del

fil6sofo espafiol Jose Gaos, los rnexicanos Samuel

Ramos y Leopolda Zea. E1 .movimiento se iexpresoa traves de la coleccion de pequefios volumenes

que dirigi6 este Ultimo y que tuvo por titulo cornun"Me~ico y los mexicanos", en la que, entre otros,publico Emilio Uranga su Andlisis del ser delmexicann.

La relacion del nacionalismo con 10 que se llama

el "ser nacionaI" es estrecha, como se advierte en

la obra del argentino Juan Jose Hernandez Arregui,

uno de euyos Iibros titulo, precisamente, , Q u e es

113

  - - , -

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j'.

I

III

!

el ser nacionai? En las respuestas que sc dieron a

esa pregunta en diversos parses se advirtio una fuer-

te tendencia a imaginar una escncia nacional pro-

funda y genu ina -Ia "peruanidad", la "argentmi-

dad", etc., a Ia manera del volksgeist de los roman-

ticos-, susceptible, ciertamente, de contaminarse a

encubrirse can influencias extrafias a ella, pero ca-paz, al rnismo tiernpo, de conservar suopureza como

para que pudiera ser reccnquistada si era posiblesacudir e1 peso de las influencias perturbadoras,

Constitutan esa esencia 16 hispanico y 10 catolico,pero tarnbien 10 indtgena y 10 telurico. Estos ill-times componentes identifican esa idcologta como

acentuadarnente antiurbana y revelan su conexi6ncon la ideologfa rural.

Ouiza sea esta conexion Ia que haya dificultado

el ajuste entre Jas ideologfas nacionalistas y las

de los movirnientos populistas, cuyas relaciones pa-

recen evidentes. Nacidas al calor de los procesos

sociales que se desencadenaron en Latinoamerica,

fundamental mente. con motivo del desarrollo de -laurbanizacion, Ia apelaeion del populismo a un eric- '

llismo de ine Ulvoca raiz rural debra suscitar con-

tra eClones cas) !Il U . La ideoJog{a.-ur-bana

prob6 su poderoso atractivo y triunf6 en los he-

chos, in~Il!lo a la ideolog{a .r"~ aunque seproc1amara la vigencia de alguno de los valores que

contenia. Como antes el mundo mercantil, triunfaba-

ahara el mundo iDd.I.1~rialy 'sus tendencias lograbanlmponerse'" can fuerza irresistible.

Ouiza puedan explicarse ]05 procesos de la socie-

dad. latinoarnericana de diversas maneras. Pero si

se atiende ala significacion de las ideas, especial-

mente cuando se convierten en ideologfas, esta dia-

Iectica entre una ideo!ogfa urbana y otra rural ex-

presa can basrante fidelidad ciertas tendencias sos-

tenidas en la vida social y cultural:es como un

espejo donde se reflejan las tensiones entre campo

y ciudad, dos 'areas donde el asentamiento humano

ha sido muy diferente en Latinoarnerica y donde

han surgido dos formas de vida y de mentalidad

que pueden extrapolarse en dos ideologfas en per-petuo conflieto.

114

,.. - -

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