rudé cap la ilustración

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  • 7/30/2019 Rud cap la ilustracin

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    George Rud, Europa en el Siglo XVIII. La aristocracia y el desafo burgusAlianza Universidad, Madrid, 1982

    Captulo 10

    ILUSTRACION

    Si existe alguna duda sobre las realizaciones artsticas y literarias del siglo xviii, no puede haber

    ninguna acerca de su importancia en la historia de las ideas. Fue, realmente, una poca de

    sobresaliente vigor intelectual que se difundi por la mayor parte de Europa -una poca que losfranceses llamaron le sicle des lumires, los ingleses the Enlightenment, los alemanes die

    Aufklrung, los italianos i lumi, y los espaoles el siglo de las luces. En su amplio contexto, la

    Ilustracinabarc casi todas las ramas de conocimiento: la filosofa, las ciencias naturales, fsicas ysociales, y su aplicacin en la tecnologa la educacin, el derecho penal, el gobierno y el derecho

    internacional. En las ciencias fsicas, fue la poca de Euler en Suiza, de Lomonosov (tambin

    poeta) en Rusia, del pararrayos de Franklin en Amrica, de laMcanique analytique, de Lagrange,una obra cuya importancia slo ha sido superada por losPrincipia, de Newton, en la historia de la

    mecnica; y de los experimentos de Galvani y de Volta (1783), que condujeron, una docena deaos despus, al descubrimiento de la electricidad. En la qumica, Joseph Black descubri el calor

    latente (y posteriormente el aire fijo), que ayud a James Watt a crear su condensador separado;mientras, Cavendish descubra el hidrgeno (1760), Priestley el oxgeno (1774), y Lavoisier

    combinaba los dos elementos revelando las propiedades del aire y del agua, y en su Trait

    lmentaire de chimie (1789) expona por primera vez el principio de conservacin de la materia.En botnica Linneo, un sueco, reuni su gran coleccin de plantas y escribi su Systema naturae

    (1735); mientras que Ramur escribi suHistoire naturelle des insectes (1732-42), y Buffon,

    director del jardn des Plantes, su muy vendida Histoire naturelle (1778), que hizo pedazos losantiguos mitos y anticip modernas teoras sobre la historia de la tierra. En psicologa de las

    sensaciones, Diderot escribi sus Lettres sur les aveugles (1749), Condillac su Trait des

    sensations en 1754, y Helvtius suDe 1'espriten 1758. En filosofa, Hume escribi Tratado sobreIa naturaleza humana (1739-40); Voltaire public su Dictionnaire philosophique en 1764; y, enKnigsberg (Prusia), Kant escribi sucesivamente laMetafsica de Ia moralen 1775, la Crtica de

    la razn pura en 1781, la Crtica de la razn prctica en 1788, y la Crtica del juicio en 1790.

    Fue una poca todava ms rica en la especulacin en las ciencias sociales. Empez con el grantratado de Vico sobre filosofa de la historia, Scienza nuova, en 1725, seguido por los escritos

    histricos de Voltaire en Francia, de Hume y Robertson en Escocia, y de Gibbon en Inglaterra. En

    derecho penal, nos encontramos conDe los delitos y de las penas, de Beccaria (1764). En la nuevaciencia de la economa, Quesnay escribisu Tableau conomique, la Biblia de los fisicratas, con

    su defensa de un impuesto nico sobre la tierra, en 1758; y en 1776, Adam Smith predic en favor

    del libre cambio y del fin del mercantilismo en La riqueza de las naciones. Sobre la educacin,

    aparecen el Emile, de Rousseau (1762)y el Essai d'ducation nationale, de La Chalotais (1763); enla crtica literaria, el Laconte, deLessing(1766), y la Filosofa de la historia y de la cultura, de

    Herder (1775); y sobre el gobierno y las ideas polticas, De 1'esprit des lois, de Montesquieu

    (1748),y Discours sur I'ingalit (1755) yDucontrat social(1762), de Rousseau.Entre estos escritores y pensadores, haba muchos -aunque no todos los que aparecen en esta

    lista- que recibieron el nombre dephilosophes ofilsofos. El trmino, por supuesto, es originario

    de Francia; y entre los philosophes, los ms activos y, en muchos aspectos, los ms influyentes eranfranceses: hombres como Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Diderot, d'Alembert, Holbach, Buffon,

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    Helvtius, Condillac, Raynal, Turgot y Condorcet (por citar la docena de nombres ms conocidos

    entre ellos).Pero hubo otros en varios pases que recibieron tambin este nombre, aunque muchos de ellos se

    encontraban en un nivel inferior: entre otros, Beccaria, en Italia; Robertson, Hume y Adam Smith,

    en Escocia; Gibbon y Bentham, en Inglaterra; Franklin y Jefferson, en Norteamrica; Kant,

    Lessing, Grimm, Mendelssohn, Goethe (y posiblemente Herder y Wieland), en Alemania; Vattel,en Suiza; Kollataj, en Polonia; y Lomonosov, en Rusia; mientras otros sostenan que formaban

    parte del grupo, y por cortesa se les aceptaba a veces: por ejemplo, Federico de Prusia y Catalina

    de Rusia. Losphilosophes no tenan en comn ningn programa o manifiesto. Lo ms cercano a unprograma fue la Encyclopdie, ou Dictionnaire raisonn des arts, publicada por Diderot y

    d'Alembert en 17 volmenes entre 1751 y 1772, y a la que contribuyeron muchos de los principales

    philosophes: Montesquieu escribi sobre el gusto, Voltaire sobre esprit y literatura, Helvtiussobre religin, y Rousseau sobre msica. Adems, haba importantes diferencias entre ellos. Vico y

    Montesquieu, por ejemplo, sostenan puntos de vista gradualistas y evolucionistas sobre la historia,

    que la mayor parte de los philosophesposteriores no aceptaban. Ni Voltaire ni Hume -ni, en este

    campo Gibbon ni Kant- compartan las concepciones de Rousseau, o de Turgot o Concorcet sobreel progreso humano y la perfectibilidad del hombre: Voltaire, en particular, sufri una conmocin

    en su creencia en el progreso como consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755, y en el

    Candide, que escribi unos aos ms tarde, se esforz en atacar el optimismo de la filosofa deLeibniz. Diderot, Holbach y Helvtius eran materialistas o ateos, mientras que Voltaire, a pesar de

    los agudos dardos que lanz contra lInfme, continu siendo desta durante toda la vida, y

    Rousseau, como veremos, lleg a amenazar con la muerte a los disidentes de la religin civilexpuesta en el Contrato social. La disputa entre Voltaire y Diderot tom tambin otras formas:

    mientras Voltaire era un devoto partidario de la visin mecnica del universo de Newton, Diderot,

    como Buffon, era favorable a las ciencias de la vida, y consideraba al movimiento como la esenciade la materia, y al mundo y la sociedad en un estado de constante flujo. No obstante, Voltaire y

    Diderot unieron sus fuerzas contra Rousseau, al que consideraban los dos un alma perdida: Voltaire

    desacreditando el Contrato social, y Diderot ridiculizando elEmilio. De hecho, Rousseau, al menos

    en Francia, era el inadaptado por excelencia. Mientras los philosophes, en general, eligieron a larazn como su gua, Rousseau replic anteponiendo el instinto natural, la sensibilidad y las

    virtudes del hombre primitivo; y mientras los dems eran urbanos, cosmopolitas y habitus de los

    salones y de la sociedad elegante, Rousseau fue siempre elpromeneur solitaire, que consideraba ala sociedad como una influencia corruptora y, despus de una breve incursin en los salones, los

    evit como la peste.

    Pero incluso con estas diferencias, los philosophes tenan ciertas cualidades distintivas depensamiento en comn. Todos ellos ponan en entredicho los supuestos bsicos que sus

    contemporneos haban heredado del pasado, ya fueran filosficos, teleolgicos o polticos.

    Eran generalmente hostiles a la religin organizada o revelada, y todos rechazaban el brbaro

    dogma eclesistico del pecado original. Daban una explicacin racional, no teolgica ni mstica, delmundo y de la existencia del hombre y su lugar en la sociedad; porque (segn afirma Ernest

    Cassirer) estaban convencidos de que el entendimiento humano es capaz por su propio poder, y

    sin recurrir a la ayuda sobrenatural, de comprender el sistema del mundo 1. Su optimismo bsicocon respecto a la capacidad del hombre para dominar la naturaleza y para comprender el mundo y

    la sociedad en los que vive les inclinaba tambin a un optimismo -aunque sta no fue, como hemos

    1 Citado por A. V. Judges, Educational Ideas, Practice and Institutions, en New Cambridge Modern History, VIII,

    p. 143.

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    visto, una cualidad compartida por todos ellos- sobre el futuro del hombre, su perfectibilidad y la

    posibilidad de felicidad. Adems, aunque no fueron polticos prcticos (con la excepcin deTurgot), tampoco fueron filsofos de caf que se dedicaran a explicaciones abstractas o

    metafsicas: su filosofa era prctica y emprica, y la utilizaban como un arma de crtica social y

    poltica, e intentaban persuadir a otros, fueran gobernantes o gobernados, para que pensaran y

    actuaran igual. Los mismosphilosophes eran muy conscientes de ese elemento emprico, didcticoy de cruzada en su pensamiento y comportamiento, y se enorgullecan de ello. En Knigsberg, en

    1784, Kant defina la Aufklrung como una revuelta contra la supersticin, y acu el lema

    Sapere aude, Atrvete a saber. Turgot escribi a Hume que les lumires significaba la capacidadde conocer las verdaderas causas. Diderot crea que los philosophes deban estar unidos por su

    comn amor a la verdad, pasin por hacer el bien a los dems, y gusto por la verdad, la bondad y

    la belleza. Para Condorcet, los filsofos eran hombres menos preocupados por descubrir laverdad que por propagarla, que encuentran su gloria en destruir el error popular, ms que en

    hacer retroceder las fronteras del conocimiento; y su grito de batalla debera ser razn, tolerancia,

    humanidad.

    De esta forma, losphilosophes formaban una elite consciente de s misma, un pequeo grupo dehombres ilustrados y entregados, que se proponan convertir a otros de su tipo tanto por sus ideas

    como por la fuerza de su ejemplo. Al ser una elite, su filosofa tena sus limitaciones sociales:

    tenan poco que decir para confortar a los pobres y, como Robespierre dijo ms tarde, en son dequeja, mostraron poca preocupacin por los derechos del pueblo. No es a los trabajadores a los

    que hace falta educar -escribi Voltaire-, sino a los buenos burgueses, a los comerciantes; y

    tambin Holbach y Diderot,admitieron que escriban nicamente para un pblico educado. Y enun captulo posterior veremos cmo Turgot (con el apoyo de Voltaire) puso su lealtad a los

    principios fisiocrticos por encima del abastecimiento de pan barato para los pobres.

    Como todos los pensadores, los philosophes tenan sus antepasados intelectuales: sus ideas, tantoen la filosofa como en las ciencias fsicas o sociales, derivadas en gran medida de las de escritores

    y pensadores del siglo anterior. De ellos, unos cuantos eran franceses. Descartes, en su Discours de

    Ia mthode (1651), ense, con su mxima Cogito ergo sum, que se poda alcanzar la verdad

    mediante el razonamiento lgico. Pero traz una tajante divisin entre el intelecto y la fe; la fe seencuentra fuera del reino de la razn; de este modo, para tranquilizar a la Iglesia, dej a la religin

    y a la Biblia intactas. Sin embargo, Pierre Bayle, un francs residente en Amsterdam, reanud la

    argumentacin donde la haba dejado Descartes; y ensu Dictionnaire historique et critique (1697)aplic el escepticismo cartesiano y el mtodo cientfico al estudio de la historia y de la Biblia. As

    pues, el campo qued franco para exploraciones posteriores y sin barreras. Pero fueron los

    antepasados ingleses, ms que los franceses, quienes proporcionaron a los philosophes susmuniciones principales. Sin los ingleses -escribi Grimm- la razn y la filosofa seguiran

    viviendo en la ms desdeable infancia en Francia; y aada que tanto Montesquieu como Voltaire

    eran discpulos y seguidores de los filsofos y grandes hombres ingleses 2. En primer lugar, se

    encontraba Francis Bacon, el gran protagonista del razonamiento inductivo, la ciencia experimentaly la investigacin emprica. El verdadero y legtimo objetivo de las ciencias -escribi Bacon con

    palabras que podan haber sido el propio manifiesto de los philosophes- no es ms que ste: que la

    vida humana sea enriquecida con nuevos descubrimientos y poderes3. Igualmente importante enesta prosapia era Sir Isaac Newton, el matemtico y astrnomo, autor de los Principia, o Principios

    Matemticos de la filosofa natural (1687), y de la Optica (1704). En los Principia, Newton

    2 Citado por P. Gay, The Enlightenment. An Interpretation,Nueva York, 1966, p. 312.

    3 Gay, Enlightenment, p. 312.

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    propuso las leyes que gobiernan los movimientos de la Tierra y de los cuerpos celestiales; y en su

    ley de la gravitacin demostr que la gravedad est directamente relacionada con la densidad de lamateria, y que los cuerpos se atraen mutuamente en proporcin a la cantidad de materia que

    contienen. As pues, los fenmenos de la naturaleza y los misterios del universo quedaban

    reducidos a unos principios matemticos simples y universales. La tercera gran influencia -esta vez

    en las ciencias sociales- era Locke. Locke haba publicado sus dos Tratados sobre el gobierno civily su Ensayo sobre el entendimiento humano en 1690. En sus Tratados, Locke tom de Hobbes la

    teora del contrato social, por la cual se supona que el gobierno civil haba surgido de un

    contrato entre el gobernante y sus sbditos. Pero mientras Hobbes sostena que el contratosignificaba la entrega total de los derechos de los sbditos a la soberana incontestable del

    gobernante, para Locke el contrato era un acuerdo con obligaciones mutuas: los sbditos deban

    respetar la soberana del gobernante, pero ste a su vez deba respetar sus libertades y derechos depropiedad; en caso contrario, el contrato poda ser denunciado. (De este modo Locke justific,post

    facto, la revolucin gloriosa de 1688). Locke puso tambin en su Ensayo losfundamentos de la

    moderna psicologa de las sensaciones. La mente, enseaba, es una tabula rasa, sobre la cual todas

    las impresiones y experiencias son impresas por los sentidos, no por cualidades innatas oheredadas, ni por los accidentes del nacimiento. De aqu se puede inferir que todos los hombres

    llegan al mundo iguales en potencia, todos igualmente sujetos a la influencia formativa del

    ambiente en que viven.Fue Voltaire el primero que populariz estas obras en Francia. Exiliado de Pars en 1726, volvi

    dos aos ms tarde despus de una larga estancia en Inglaterra e hizo participes a sus compatriotas,

    en sus Lettres philosophiques (1734), de lo que haba aprendido de Bacon, Newton, Locke y losdestas ingleses. Convertido en desta y newtoniano, fueron estas ideas las que expuso con ms

    inters. Al principio hubo una dura lucha, debido a que la Academia francesa estaba profundamente

    comprometida con la fsica cartesiana que Newton, en sus Principia y Oplica, haba intentadodestronar. Slo veinte aos ms tarde, da fureur de I'attraction triunf en Pars, desde donde se

    difundi por toda Europa. Se extendi con mayor rapidez porque los philosophes y susasociados,

    aunque no fueran cientficos, sostenan que si los misterios y el caos del universo estaban

    sometidos a la armona de la ley natural, por qu no tambin las relaciones sociales del hombre ysus instituciones polticas? Al mismo tiempo, el tema se vio reforzado an ms por la invasin

    simultnea del continente, en una gran ola deanglomana, por lasobras de Bacon y Locke.

    Los philosophes no tardaron mucho en aprender sus lecciones. En 1738, Voltaire escribi losElments de la philosophie de Newton, al que sigui cinco aos ms tarde la ms profesionalmente

    newtoniana Thorie de la figure de la terre, de Maupertuis. En 1749, Diderot, siguiendo las

    enseanzas de Locke sobre la relatividad del conocimiento, sostuvo en su Lettre sur les aveugles,que la moralidad era igualmente una cuestin de ambiente y, en consecuencia, tambin relativa.

    Cinco aos ms tarde, el Abb Condillac recogi el argumento en su Trait des sensations. Las

    ideas -escribi- de ninguna manera nos permiten conocer las cosas como son realmente;

    simplemente las representan en trminos de su relacin con nosotros; y ms adelante: lo bueno ylo bello de ninguna manera son absolutos; estn relacionados con el carcter del hombre que los

    juzga y con la manera en que ste est organizado. Ya no quedaba ms que un pequeo paso para

    aplicar el argumento de la relatividad a la educacin; y esto es lo que hizo Rousseau, aunque con unestilo totalmente propio, en Emile (1762), que durante su vida fue la ms leda de sus obras.

    Aunque tom prestado de Locke y Condillac, Rousseau realmente dio la vuelta a sus argumentos;

    porque, de modo caracterstico, puso a la naturaleza y al sentimiento en lugar de la razn; el tutorde Emile aliment gradualmente su conocimiento y desarroll su mente sobre la base de sus

    instintos naturales y de sus contactos con la naturaleza, en lugar de darle una orientacin racional

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    consciente. Tal vez no sea sorprendente que el Emile se convirtiera. en el libro de texto de las

    escuelas del aprender haciendo y de la educacin a travs de la naturaleza, del futuro,Ms inmediato en su influencia, al menos en su pas de origen, fue Investigacin sobre la

    naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, de Adam Smith (1776); ste, a su manera, era

    tambin un tpico producto de la Ilustracin. Smith era amigo de Turgot y de Hume; estaba

    familiarizado con la obra de Quesnay y de los fisicratas en Francia, y sin duda, haba ledo losprimeros argumentos sobre el librecambio, expuestos por Boisguilbert en tiempos de Luis XIV.

    Pero fue ms all, y dio mayor amplitud al debate. Demostr que el productor real de la riqueza es

    el trabajo, y sus detallados anlisis de los precios, el capital y el trabajo, y de las leyes de oferta ydemanda se convirtieron en un modelo sobre el cual pudieron trabajar los economistas posteriores

    de la sociedad industrial en expansin. Sobre todo, extrajo la conclusin de que el mercantilismo, o

    sistema mercantil, lejos de expandir las reservas del comercio de la nacin, las restringapromoviendo el monopolio, y por ello no beneficiaba a la nacin en su conjunto porque favoreca al

    productor a expensas del consumidor:

    A primera vista, el monopolio del gran comercio de Amrica parece naturalmente una adquisicin del ms alto

    valor... El deslumbrante esplendor del objeto, sin embargo, la inmensa grandeza del comercio, es precisamente lo

    que convierte al monopolio en daoso, o lo que hace que una ocupacin, por su propia naturaleza necesariamentemenos ventajosa para el pas que la mayor parte de las dems ocupaciones, absorba una proporcin muy superior del

    capital del pas que la que se habra invertido en ella en otras circunstancias4.

    La obra de Smith era una bomba de efecto retardado que tuvo un efecto destructor sobre el

    pensamiento econmico de principios del siglo xix. Sin embargo, ms inmediatamente explosivas

    en su impacto fueron las elaboraciones realizadas por losphilosophes a partir de las ideas de Lockesobre el contrato social, la propiedad, la sociedad y el estado. Entre los escritores menores, se

    encontraba Morelly, con su Code de la nature (1775), y Mably, conDe la lgislation (1776), los

    cuales expusieron audaces teoras sobre la igualdad social y la propiedad comn (la loi agraire);pero eran especulaciones abstractas a las cuales quiz otros escritores posteriores dieron ms

    importancia de la que tuvieron en realidad. Mucho ms importante fue la obra de Montesquieu yRousseau (y en menor grado, la de Voltaire) cuyas opiniones conflictivas sobre el estado y lasociedad no han dejado de llamar la atencin de los historiadores y tericos polticos, as como de

    los profesionales de la poltica, desde entonces. El primer tratado poltico de Montesquieu. fueron

    lasLettres persanes (1721), en las cuales, bajo el disfraz de las reflexiones de un visitante persa

    sobre la sociedad y costumbres parisienses, se haca un comentario crtico de las institucionespolticas de la Francia contempornea. Su obra ms importante, De lesprit des lois, apareci casi

    una generacin ms tarde (1748). Es notable en ms de un respecto. En primer lugar, como Vico

    pero al contrario de muchos de sus compaeros philosophes, la visin de Montesquieu de lahistoria y de la poltica es relativista: no existe un sistema perfecto de gobierno apropiado para

    todos los pases al margen de las condiciones temporales y geogrficas. Por el contrario, el

    gobierno y las instituciones, las leyes y las costumbres, nacen de la historia de cada nacin, de sugeografa y de su clima. As, de los tres tipos de gobierno existentes, el despotismo (aunque in-

    deseable, y sta es una inconsistencia en su lnea argumentativa) slo era apropiado para los

    debilitadores climas del este y del sur. En Europa se daban las alternativas de la monarqua o larepblica, pero la repblica (aunque deseable para todos en teora) en la prctica slo era apta para

    4 Adam Smith, The Wealth of Nations, ed. James E. Thorold Rogers 2 vols., Oxford, 1880, II, pp. 208-17. (Hay

    edicin castellana: Investigacin sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, Fondo de Cultura

    Econmica, Mxico.)

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    pequeos estados, como las ciudades-estado de Grecia y Roma o sus equivalentes modernos,

    Venecia y Ginebra.Pero el relativismo de Montesquieu estaba lleno de juicios morales absolutos que, lejos de justificar

    las constituciones existentes, le hacan rechazar la monarqua absoluta existente en Francia como

    demasiado expuesta a caer en el despotismo. As pues, la solucin era un compromiso: una

    monarqua cuyas tendencias despticas tuvieran el freno de una constitucin equilibrada. Y aqu elmodelo era el britnico, en el cual pensaba que se daba una perfecta separacin de poderes entre

    el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Al aplicar este modelo a Francia, pidi que se diera ms

    autoridad a los cuerpos intermedios -la aristocracia y los Parlamentos- como contrapeso aldespotismo de la corona. De manera que aunque hay muchos aspectos radicales en el pensamiento

    de Montesquieu (fue el primero que acu trminos como patrie y la voluntad del pueblo),

    aparece como un defensor conservador de la aristocracia contra el despotismo de la monarqua.Voltaire no fue un pensador original, y no escribi ningn tratado poltico; pero con sus

    numerosos folletos, cuentos filosficos (Zadig, Candide), dramas (La Henriade, La Pucelle), y su

    voluminosa correspondencia, Lleg a representar una actitud poltica totalmente distinta a la de

    Montesquieu. Mientras Montesquieu defenda las exigencias de la aristocracia, Voltaire fue a lolargo de su carrera un slido oponente del privilegio, en particular del que posean los

    Parlamentos, cuya influencia hubiera destruido con gusto. Sin ser un demcrata ni un republicano,

    busc una solucin en la monarqua ilustrada. De ah su apoyo a los ministros franceses comoMaupeou y Turgot, que intentaban reforzar la autoridad de la corona frente a los rdenes

    privilegiados; de ah tambin sus largos coqueteos con Federico y Catalina la Grande, de los cuales

    esperaba mucho ms de lo que nunca estuvieron dispuestos o fueron capaces de dar. De esta formaVoltaire, aunque en deuda, como tantos otros, con Montesquieu, lleg a enfrentar la thse

    nobiliaire de ste con su thse monarchique.

    El problema de Rousseau es mucho ms difcil, y la solucin que encontr, aunque altamenteoriginal, estaba plagada de contradicciones. Cmo reconciliar la bondad natural del hombre, en la

    cual implcitamente crea, con la vida comunitaria del estado moderno? La cuestin se la plante en

    un primer momento la Academia de Dijon, al ofrecer un premio al mejor ensayo sobre este tema:

    Cul es el origen de la desigualdad entre los hombres, y es sta acorde con el derecho, natural? Larespuesta de Rousseau, en suDiscourssur linegalit (1755),fue que la igualdad slo se encuentra

    en el estado primitivo de la naturaleza y que la desigualdad, igual que la prdida de la inocencia

    primitiva del hombre, fue provocada por la influencia corruptora de la sociedad. El mismopensamiento se repite unos aos ms tarde en Emile: Los hombres no estn hechos para

    amontonarse todos juntos en hormigueros... Cuantos ms se congregan, ms se corrompen unos a

    otros. Lo notable es que EI contrato socialapareci en el mismo ao (1762); pero en ste elnfasis es completamente distinto. La famosa sentencia que lo inicia, ciertamente, est totalmente

    en armona con la visin negativa de la sociedad expresada en elDiscours y elEmile: El hombre

    nace libre, pero en todas partes est encadenado. Pero sigue diciendo que la libertad natural del

    hombre primitivo tena graves limitaciones, y que slo a travs del contrato social, mediante elcual los hombres se unen para vivir en sociedad,sepuede conseguir una libertad, seguridad, cultura

    y dignidad humana ms elevadas. De esta manera, el contrato social, aunque destruye la inocencia

    y libertad primitivas del hombre, le ofrece a cambio algo mejor. Pero cmo se pueden asegurar ymantener estos beneficios? Unicamente, contesta Rousseau, mediante la actuacin de la voluntad

    general y la formulacin de buenas leyes. Pero la voluntad general, que es infalible, no es

    simplemente la suma total de las falibles voluntades individuales: es la destilada esencia de lavoluntad de la comunidad en su conjunto. Cmo se puede poner a prueba y traducir en leyes?

    Posiblemente, a travs de una decisin mayoritaria del pueblo en asamblea; pero como la mayora

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    est expuesta a ser corrompida por la propaganda malintencionada, Rousseau se inclina a favorecer

    la alternativa de la intervencin de un legislador al estilo de Soln que acte en nombre de lacomunidad. De todas maneras, sea cual fuere la forma de promulgacin, las leyes representan la

    voluntad general, y como tales, todos deben obedecerlas. Por lo tanto, no hay sitio para los

    disidentes, porque el individuo, al haber entregado sus derechos a la comunidad o al pueblo

    soberano, debe respetar sus leyes. Por supuesto, se le puede forzar a ser libre; y en un casoextremo, como en el caso del rechazo del culto civil que Rousseau propona como sustitutivo del

    cristianismo, incluso se le puede condenar a muerte.

    As, en el sistema de Rousseau las libertades individuales y los derechos del estado, lasexigencias encontradas de la naturaleza y de la sociedad coexisten en difcil asociacin; siguen

    existiendo muchas dudas en cuanto al mtodo de reconocimiento y actuacin de la voluntad

    general y sobre la naturaleza y funciones del legendario legislador. Proyectaba Rousseau susistema para un pas tan grande como Francia, o slo para un pequeo estado como su Ginebra

    nativa?En la prctica, al menos, no fue coherente: las constituciones que proyect posteriormente

    para los patriotas corsos y los nobles polacos (en 1765 y 1772) volvieron al relativismo de

    Montesquieu, y no prevean ninguna consulta popular; y, al contrario que Voltaire, hizo odossordos a las splicas de los desamparados natifs de Ginebra cuando buscaron su ayuda para

    conseguir sus derechos electorales. Y parece ms que probable que, de haber vivido, habra

    condenado a lossans-culottes Parisienses de 1793por el uso que hicieron de sus enseanzas, de lamisma manera que Lutero conden a los campesinos alemanes rebeldes que invocaron su nombre

    doscientos setenta aos antes. Pero, con todas las confusiones e inconsecuencias, sigue en pie este

    hecho inequvoco: el Contrato social de Rousseau fue la primera exposicin. de los principiosbsicos de la soberana popular; no es sorprendente, pues, que cualesquiera que hayan sido sus in-

    tenciones, sea ste el aspecto de Rousseau que, entre muchos otros, ha persistido ms.

    Hemos visto que estos escritores estaban ansiosos por encontrar conversos para influir en lasmentes de los hombres y realizar reformas. Lo consiguieron? En primer lugar, encontraron

    conversos entre los escritores profesionales y los pensadores similares a ellos; hubo, de hecho, una

    especie de cadena internacional y temporal que una. a los philosophes de diferentes pases y

    generaciones. As Montesquieu se convirti en una especie de padre o patriarca de la Ilustracin,cuya influencia era reconocida por los reformadores jurdicos Filangieri y Beccaria en Italia, por

    Hume, Ferguson y Gibbon en Gran Bretaa, y por Rousseau en Francia, de la misma manera que

    una generacin antes Locke y Newton inspiraron a Voltaire. De modo similar, Helvtius sirvicomo modelo del utilitarismo de Bentham en Inglaterra, y Adam Smith deriv sus ideas, al menos

    en parte, de los fisicratas franceses. En Alemania Kant, Herder y Goethe reconocieron su deuda

    con Rousseau, como Lessing lo hizo con Diderot, y Kant con Hume; de la misma forma, lasdiatribas anticlericales de Voltaire tuvieron su eco en los crticos de las Iglesias en toda Europa. En

    sentido amplio, mientras Montesquieu poda, como Locke, proclamar su influjo entre las gentes de

    letras de todos los pases, hubo una especie de divisin territorial de influencia entre Voltaire y

    Rousseau. Rousseau tena una cantidad notablemente superior de seguidores en Espaa, y Voltaireen Italia. En Alemania, el impacto de Voltaire fue superior entre los francfilos de la corte y, al

    menos en Prusia, entre los hombres de ciencia; mientras el influjo de Rousseau era ms fuerte en

    escritores como Lessing y Herder y otros autores que intentaban contrarrestar la influencia francesacon un lenguaje y una cultura propias. En Hungra y Polonia, donde los honores estaban

    equilibradamente divididos, se trataba de una cuestin en parte generacional: en ambos pases, la

    Ilustracin empez en la dcada de 1760 con un culto a Voltaire;pero al agudizarse las cuestionespolticas en la dcada de 1770, lainfluencia de Rousseau se hizo mayor. En Inglaterra, Voltaire era,

    sin duda, el gran favorito entre las gentes de letras; pero probablemente Inglaterra estaba menos

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    influida por losphilosophes que cualquier otro de los pases que hemos mencionado.

    En su da, losphilosophes tuvieron una acogida notablemente favorable entre los gobernantes deEuropa; slo despus de la Revolucin francesa, ellos y sus obras empezaron a ser casi

    universalmente sospechosos. Esta respuesta fue probablemente ms clida en Alemania. En Prusia,

    Federico II no slo acogi con los brazos abiertos a Voltaire en Potsdam, sino que hizo a

    Maupertuis presidente de su nueva Academia en Berln y, a su muerte, ofreci su sucesin ad'Alembert (que, sin embargo, rehus, pero se mostr de acuerdo en convertirse en consejero de

    Federico para asuntos cientficos). En Ansbach, el Margrave Carlos Federico Guillermo tena un

    busto de Voltaire en su escritorio. En Salzburgo, el obispo-elector, conde Jernimo Colloredo, hizotodava ms: tena tambin un busto de Rousseau, y nombr a un discpulo de Kant director de su

    seminario. En Baden, el Margrave Federico Guillermo intent, como hemos visto, poner en

    prctica las ideas fisiocrticas en forma de un impuesto nico sobre la tierra. En Baviera, el ElectorMaximiliano Jos III se inspir en las enseanzas del jurista ilustrado Christian Wolff para llevar

    a cabo sus reformas legales de largo alcance; mientras que Federico II de Hesse-Cassel fue

    sumamente alabado por Voltaire por su Catecismo para los prncipes. En Austria, Jos II, al tiempo

    que deploraba los ataques filosficos a la religin, se inspiraba en Montesquieu y Rousseau paradirigir su experimento de gobierno cientfico; en Toscana (y ms tarde en Blgica) su hermano

    Leopoldo tena una deuda todava ms grande con los philosophes. En el Ducado de Parma, don

    Felipe de Borbn nombr a Condillac preceptor del joven duque Fernando, su heredero. EnPolonia, el rey Estanislao Poniatowski, francfilo y mecenas de las artes, dio la direccin de la

    Comisin de Educacin fundada por l en 1773 a Kollataj, el principal philosophe del pas. Ya

    hemos hablado de la clida acogida que Catalina dio en Rusia a Voltaire y Diderot. Era tambinuna ferviente estudiosa de Montesquieu y, antes de iniciar sus reformas educativas de la dcada de

    1760,busc el consejo de Beckij, admirador de Rousseau y de Locke. En Inglaterra, William Pitt,

    primer ministro de Jorge III, fue un temprano converso a las ideas de Adam Smith y las plasm enel tratado de libre comercio que firm con Francia (el Tratado de Eden-Vergennes) en 1786.En

    Espaa, incluso despus de que las obras de Voltaire fueran prohibidas por la Inquisicin (1762)

    Aranda, el ministro ilustrado de Carlos III, permiti que sus obras fueran representadas con tal de

    que no figurara el nombre del autor. Tambin en Francia, donde la hostilidad oficial era casi tanintransigente como en Espaa, losphilosophes tenan algunos apoyos en el ministerio o en la corte.

    Malesherbes, que comparta sus puntos de vista, cuando fue censor gubernamental entre 1750 y

    1753, permita habitualmente la venta de una cantidad limitada de sus nuevos libros, y solamenteactuaba en contra si provocaban un escndalo o surgan quejas contra ellos. Turgot fue el nico

    philosophe que ocup un alto cargo en Francia; y cuando fue nombrado Controlador General con

    Luis XVI en 1774 intent (como Carlos Federico de Baden) poner en prctica las ideas fisiocrticas-con las desafortunadas consecuencias que veremos-.

    Si los gobernantes eran con frecuencia favorables, las iglesias generalmente no lo eran. La

    primera fase de la filosofa en Francia tendi a ser escptica e irreligiosa; en consecuencia, a

    todos los philosophes, lomerecieran o no, se les consideraba escpticos. De esta manera, fue laIglesia Catlica la que -en Francia, Italia y Espaa- tom la iniciativa de condenar y proscribir sus

    escritos, como ocurri sucesivamente con la Encyelopdie y las obras de Voltaire, Helvtius y

    Rousseau. (El Emile de Rousseau recibi la particular distincin de ser puesto en el ndice ysimultneamente condenado por la Sorbona, la Asamblea General del Clero y el Parlamento de

    Pars.) Las minoras religiosas con frecuencia no demostraban ms simpatas: las opiniones

    filosficas fueron tambin mal recibidas por los jansenistas franceses e italianos, los pietistasalemanes y daneses, o los metodistas wesleyanos en Inglaterra. La excepcin la constituyeron las

    iglesias protestantes del norte de Alemania; porque los protestantes del norte de Alemania salieron

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    del salvajismo de la Guerra de los Treinta Aos con un profundo deseo de paz y tolerancia

    religiosa. Recibieron muy bien los Tratados, de Locke, y esto, a su vez, les hizo receptivos a lafilosofa en general, que en muy raras ocasiones se dirigi contra ellos. Lo mismo ocurri,

    probablemente, con el clero protestante de Hungra, que, hasta las reformas de Jos II en 1789, tuvo

    que dar su propia batalla por la tolerancia y los derechos civiles.

    Pero aunque las iglesias fueron generalmente hostiles, el clero -tanto secular como regular- confrecuencia no lo fue. En Francia haba cuatro abbs entre los philosophes ms conocidos:

    Condillac, Raynal, Mably y Morelly; y entre sus precursores inmediatos se contaba el prroco

    radical Jean Meslier, de los tiempos de Luis XIV. En todas las pocas hubo numerosos abbs quefrecuentaban los salones de Pars y las academias provinciales; entre los miembros de las

    Academias de Burdeos, Dijon y Chilons-sur-Marne, la proporcin de clrigos variaba entre uno de

    cada cinco y uno de cada ocho; y de los 40 ejemplares de la Encyclopdie vendidos en Prigord, 24lo fueron a prrocos. Un arzobispo, como hemos visto, tena bustos de Voltaire y Rousseau en su

    estudio de Salzburgo; lo mismo ocurra con un abad benedictino en Angers, en Francia; y de forma

    similar se encontraban sus obras en las bibliotecas monsticas en Espaa. En Italia, un visitante

    francs descubri en 1739 que las bibliotecas mejor surtidas las tenan los curas; tambin entreellos encontr los estudiosos ms competentes de la fsica newtoniana5.

    As como las ideas de la Ilustracin en muchos pases irradiaban haca afuera desde la corte,

    tambin en el terreno, social se filtraban generalmente hacia abajo desde la aristocracia o la gentry.Si los altos eclesisticos encontraban un tanto embarazoso identificarse demasiado abiertamente

    con las opiniones filosficas, los laicos de las clases superiores no tenan ningn problema.

    Estaba bastante de moda, como ya hemos visto, tomarse la religin a la ligera; y en Francia, el pro-pio hermano de Luis XVI, el conde de Artois, era famoso por su total desconsideracin por los das

    de ayuno. (Tal vez resulta llamativo que medio siglo ms tarde, cuando las modas cambiaron, este

    mismo prncipe fuera el ltimo rey de Francia ungido, con aceite en la ceremonia de su coronacinen Reims.) Las obras filosficas llenaban las bibliotecas aristocrticas; muchos de los intendentes

    reales -como Turgot en Limoges- fueron ganados para las nuevas ideas; y algunos miembros de la

    ms alta nobleza francesa -entre ellos, los duques de Orlens, Chartres y Liancourt- sentaban a los

    principalesphilosophes a sus mesas, o se codeaban con ellos en los salones literarios y en las logiasmasnicas. Como la vizcondesa de Noailles lament ms tarde, y sin demasiada exageracin, la

    filosofa no tuvo apstoles mejor dispuestos que losgrands seigneurs... losdiscpulos ms activos y

    entusiastas de Rousseau y de Voltaire eran cortesanos, an ms que hombres de letras 6. Si enBerln, Viena, San Petersburgo, Munich y Salzburgo fueron los propios gobernantes quienes

    tomaron la delantera, en las otras capitales -como en Varsovia y Bucarest, en Versalles y en el

    propio Pars- esta tarea recay sobre la aristocracia. En Hungra, De lesprit des lois deMontesquieu y el Contrat socialde Rousseau proporcionaron a la nobleza las armas para su duelo

    con Viena. Algunas de las mejores bibliotecas de Hungra pertenecan a la aristocracia: la de la

    familia Cziky tena, en las dos ltimas dcadas del siglo, 5.160 volmenes, de los cuales 3.600

    estaban en francs, incluidas primeras ediciones de obras completas de Voltaire y Rousseau. No sepuede negar cuando se agudizaron los problemas con Jos II y la Revolucin francesa, la alta

    aristocracia tendi a retroceder, y la iniciativa pas a la pequea nobleza y a la gentry, que

    dominaban la Cmara Baja y las asambleas de los condados. En Polonia, aunque la Ilustracin fuefomentada por la Corte, como ocurri con Estanislao Poniatowsky, siempre fue la pequea nobleza

    en lugar de la alta la que se uni a la burguesa profesional para promover sus ideas. En Alemania,

    5 Con respecto a la difusin social de estas ideas, vase N. Hampson, The Enlightenment, Londres, 1968, pp.

    132-46.

    6 Hampson,Enlightenment,p. 318.

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    Italia y Rusia, la aristocracia imit a la corte al abrazar a la Ilustracin, de la misma manera en que

    sola adoptar la literatura y la lengua francesa en general; pero en Prusia, donde el volterianismo eracortesano y aristocrtico, el culto a Rousseau -como el de Lessing (cuya eleccin a la Academia de

    Berln se neg a aprobar Federico) -era ms claramente plebeyo y de clase media. De nuevo, en

    Espaa la situacin fue diferente. Aunque la Ilustracin encontr pocos partidarios, entre ellos

    haba una buena proporcin de la alta nobleza; y parece por el examen de los suscriptores de loscuatro principales peridicos que difundan las ideas de la ilustracin que uno de cada diez o uno

    de cada doce eran nobles titulados, representando una proporcin similar de todos los ttulos y

    seores del pas7.Sin embargo, no haba (con la posible excepcin de Alemania) una lnea divisoria clara entre

    los aristcratas ilustrados y los ricos ilustrados. La riqueza hay que tenerla en cuenta, porque un

    volumen nuevo grande, como elEmile de Rousseau o el Systme de la nature de Holbach, podancostar el equivalente de 15 chelines -o muchos ms si la obra estaba prohibida- El patronazgo,

    pues, tena tanto que ver con la riqueza como con la aristocracia. En Francia sabemos de

    financieros, Recaudadores Generales y sus mujeres que tenan sus propios salones o asistan a

    alguno junto con la nobleza para escuchar discusiones sobre los ltimos libros. Los grandes puertosy ciudades comerciales eran tambin centros de actividad cultural; y en Burdeos y Marsella, como

    en Liverpool, Londres, Bristol, Hamburgo y Francfort del Main, los mercaderes ricos dotaban a las

    Academias y se suscriban a los peridicos cultos. Aparte de los ricos, la Ilustracin ejerca unatractivo ms directo sobre la clase media profesional, cuyos componentes, fueran funcionarios

    gubernamentales, abogados, mdicos, agrnomos, periodistas, escritores o profesores

    universitarios, consideraban estimulantes, concordantes con sus gustos o convincentes a las nuevasideas: de acuerdo con todo lo que se ha escrito sobre el tema, parece que esto ocurri en todos los

    pases. Los pequeos comerciantes y negociantes tenan tambin cierto inters, cuando menos, en

    lo que escriban los fisicratas y economistas; pero generalmente parece que recibieron estas ideasen una etapa posterior, o de segunda mano ms que de primera. (Es significativo que, en Francia,

    las propuestas de Turgot para abolir los gremios se encontraran con escaso entusiasmo en esos

    crculos, y que, incluso en los cahiers de dolances del Tercer Estado en 1789, la opinin tambin

    estuviera dividida.) Las excepciones correspondan a Escocia y el norte de Inglaterra, donde loscientficos y hombres de negocios de Glasgow, Manchester y Birmingham se reunan para discutir

    los pros y los contras de las nuevas ideas de Adam Smith y de los pioneros de la revolucin

    industrial.Otros sectores sociales que, en todos los pases, recibieron estas ideas en una etapa posterior

    fueron los pequeos artesanos y el menu peuple de las ciudades y ncleos industriales. La

    Ilustracin fue siempre en gran medida un fenmeno urbano (incluso en Francia, los pueblos sevieron afectados de manera marginal); pero haba importantes obstculos que impedan que las

    ideas llegaran a los pobres urbanos: entre otros, el precio de los libros, el analfabetismo, la

    hostilidad de la Iglesia y la mala disposicin de los aristcratas y de los ricos a dejar que los

    plebeyos compartieran el lujo de la impiedad, o incluso que adquirieran una instruccin no derivadade la Biblia. Por supuesto, esto se aplicaba casi tanto a Pars como a cualquier otra ciudad

    importante. Sin embargo, un observador contemporneo, Restiff de la Bretonne, expres una

    opinin contraria en 1785,diciendo que en los ltimos tiempos se ha hecho imposible tratar conlos trabajadores de la capital, porque han ledo en nuestros libros verdades que son demasiado

    fuertes para ellos8. Pero Restiff es un testigo poco digno de confianza: no le gustaban los

    7 Herr,Eighteentb-Century Revolution,p. 196.

    8 Hampson,Enlightenment, p. 138.

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    philosophes y tenapoca consideracin con los parisienses, y menos an por la population

    ouvrire. De hecho un estudio de los archivos policacos de los ltimos doce aos del ancien

    rgime sugiere que en Pars, desde luego, existan pocos signos de una conciencia popular de las

    nuevas ideas hasta la misma vspera de la Revolucin. En Inglaterra, este impacto sobre las masas

    se produjo a la vez ms tarde y ms pronto que en Francia. Por un lado, la revolucin industrial en

    Inglaterra nunca habra podido despegar a principios de la dcada de 1780 sin que miles deartesanos especializados se vieran envueltos en la discusin de las nuevas ideas econmicas en las

    zonas industriales del norte. Por otro lado, las ideas polticas procedentes del otro lado, del canal

    tardaron ms tiempo en llegar; y el momento crucial fue la publicacin de Los derechos delhombre, de Tom Paine, en 1792.

    Cmo, y a travs de qu vas de comunicacin, se transmitieron estas ideas? En primer lugar,

    por supuesto, mediante el contacto directo entre el autor y el lector. De 1'esprit des lois, deMontesquieu, apareci en 22 ediciones francesas antes de 1751, haba 10 ediciones inglesas en

    1773, se public en holands, polaco e italiano en la dcada de 1770; en alemn, en 1789, y en

    ruso, en 1801. En Hungra se public en latn ya en 1751. LaEncyelopdie tena 4.000 suscriptores.

    El Candide, de Voltaire, tuvo ocho ediciones slo en 1759. La Histoire philosophique des deuxIndes, del abb Raynal (popular entonces, aunque poco conocida hoy), fue publicada por primera

    vez en 1770, y tuvo 35 ediciones en cinco o seis idiomas durante los treinta aos siguientes. El

    Contrato social, de Rousseau, apareci en 13 ediciones francesas en 1762 y 1763, y tuvo tresediciones inglesas, una alemana y una rusa en 1764; despus de lo cual hubo una pausa, y su

    primera edicin hngara apareci en latn en 1792. Pero las otras obras de Rousseau -elEmile y Ia

    Nouvelle Hlose, en particular- tuvieron una difusin mucho mayor antes de la Revolucin que elContrat social; y as ocurri tanto en Francia como en Polonia, Alemania, Rusia, Hungra y

    Espaa. Las obras polticas, satricas y anticlericales de Voltaire -y sobre todo sus obras teatrales-

    aparecieron profusamente en traducciones en estos y otros pases desde la dcada de 1730 hasta sumuerte en 1778, y en aos posteriores.

    La prensa suministr otro medio ms directo de comunicacin de las nuevas ideas. Desde

    luego, las obras de los philosophes estuvieron acompaadas en todas las etapas por una verdadera

    explosin de nuevas revistas y peridicos, sobre todo en Alemania, Francia e Inglaterra. El primerperidico mensual se fund en Holanda en 1686, y el primer peridico diario de Inglaterra, en

    1702. En este momento haba en Inglaterra 25 publicaciones y peridicos de todas clases; en 1750

    haban aumentado hasta 90 (la mitad de ellos en provincias); en 1780 haba 188, y en 1800, 278.Francia comenz ms tarde, y tuvo su primer peridico diario nacional, el journal de Pars, en

    1777. Dos aos ms tarde haba 35 peridicos y publicaciones en Francia, y en 1789 haba 169;

    pero la prensa provinciana (como descubri Arthur Young) acababa de comenzar. Alemania, consu proliferacin de estados y principados, adelant ms: en 1790 se deca que haba 247 peridicos

    en circulacin; pero muchos de ellos, por la censura y la represin, tenan corta vida y pocos

    lectores. La prensa alemana, como la francesa, empez tarde, pero progres rpidamente, y haba

    24peridicos polticos en la dcada de 1790, mientras que en la de 1770 eran slo siete. En otrospases -Italia, Espaa, Polonia, Austria y Rusia- la poca del periodismo no haba llegado todava:

    la aparicin de media docena de peridicos sin fecha fija era considerada todava como un triunfo.

    Algunos de estos peridicos, aunque su tratamiento de las noticias era limitado, estabandeliberadamente proyectados para servir como vehculos de las nuevas ideas. Entre ellos estabanIl

    Caff, editado por Pietro Verri, un fisicrata, en Miln en 1764-66; el Monitor, de Varsovia

    (1763-85); y el Espritu de los Mejores Diarios, de Madrid (fundado en 1788). Pero el nmero desus lectores era casi irrisoriamente pequeo. Mientras que a comienzos de la dcada de 1780 el

    Spectator, de Londres, poda confiar en vender unos 20.000 ejemplares, y el Post van der Neder

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    Rhijn, de Holanda, todava ms, el Espritu, que tena una circulacin mayor que cualquier otro

    peridico en Espaa, slo tena 765 suscriptores en 1788, y 630 en 1789.Otroscanales de comunicacin eran las academias, las universidades, las sociedades literarias,

    los salones y las logias masnicas. En Francia, como en Inglaterra, las universidades estaban

    generalmente en decadencia. Ninguna de las 22universidades francesas -y menos que ninguna, la

    Sorbona de Pars- se poda considerar un centro contemporneo de Ilustracin. Era necesarioencontrar otros medios de propaganda. Ms elegantes, y posiblemente ms fructferos, eran los

    salones parisienses, presididos por dems elegantes como Madame Geoffrin, Mademoiselle de

    Lespinasse y Madame Necker, que tenan disposiciones literarias y filosficas, y reunan a losphilosopbes con los ms influyentes de sus lectores y patrocinadores. Un papel similar

    desempearon algunos seigneurs en sus chteaux, y ciertos Recaudadores de Impuestos y

    financieros en sus htels de la ciudad, como tambin las logias masnicas ms esplndidas quedesde principios de la dcada de 1770 estaban patrocinadas por la nobleza y se convirtieron en

    elegantes foros de discusin. (Voltaire, Franklin y Helvtius estaban relacionados con la Logia de

    las Nueve Hermanas en Pars.) Se encontraban tambin las Academias provinciales, como las de

    Toulouse, Burdeos y Marsella, donde el clero, la nobleza y los comerciantes cultos emulaban lasprcticas de los salones de Pars: mientras en 1750 haba 50 organismos de este tipo, en 1770 el

    nmero se haba duplicado. Adems, los cafs de Pars que, segn la polica, alcanzaban la cifra de

    380 en 1723, y de 1.800 en 1788; los clubs, que en esta poca se convirtieron en centros dediscusin poltica; y un nmero mucho mayor de sociedades literarias y filantrpicas) que, al igual

    que los clubs y cafs, comenzaron a proliferar a partir de 1770, y que a finales de la dcada de 1780

    se podan encontrar en cualquier ciudad francesa de tamao medio9.En otros pases, esta difusin de boca a boca tom formas distintas. En Londres haba

    probablemente tantos cafs como en Pars: existan ya 550 a finales de la poca de Walpole, en

    1739. Las universidades britnicas, a diferencia de las francesas, no estaban todas al borde de lamuerte: en realidad, en Escocia las universidades de Edimburgo, Glasgow y St. Andrews -con su

    estrecha relacin con Black, Ferguson, Hume y Adam Smith- estaban experimentando una

    revolucin cultural bastante desconocida en el sur, y mucho menos en Oxford y Cambridge. Los

    nuevos centros urbanos de la Ilustracin se encontraban en el norte: en Glasgow y Edimburgo,Manchester, Birmingham y Leeds. Los disidentes, excluidos de las universidades ms antiguas,

    fundaron sus propias Academias Disidentes en ciudades industriales como Warrington y Daventry.

    Sobre todo, tena un papel fundamental la Sociedad Lunar de Birmingham, que contaba entre susmiembros a algunos de los cientficos e industriales principales de la poca: como Erasmus Darwin,

    Joseph Priestley, el alfarero Thomas Wegdwood, el fabricante de hierro John Wilkinson, y James

    Watt y su socio en los negocios, Matthew Boulton. All, pues, exista una unin entre la ciencia y laindustria -tan proftica para el futuro- que ningn otro pas fue capaz de realizar en el siglo xviii.

    En los pases donde la Ilustracin goz de un patronazgo, real o ducal las sociedades

    patrocinadas oficialmente, las academias y las universidades desempeaban un papel tan

    importante como las iniciativas locales del tipo mencionado. En Hungra, parece que las nuevasideas se filtraron en principio desde la corte de Viena; y que los escritos de Voltaire, por ejemplo,

    los llevaron a su pas natal los jvenes cadetes de la Noble Guardia Real de Corps Hngara, for-

    mada por Mara Teresa para aplacar a la nobleza hngara en la Guerra de los Siete Aos 10. EnPolonia, en la poca de Estanislao Poniatowski, se establecieron sociedades cientficas en Varsovia,

    Cracovia, Gdansk (Danzig) y Wroelaw (Breslau); y la antigua universidad de Cracovia fue

    9 Vase D. Mornet,Les origines intellectuelles de la Rvolution franaise (1715-1787), Pars, 1947, pp. 281-308.

    10 Peter F. Sugar, The Influence of the Enlightenment and the French Revolution in Eighteenth Century Hungary,

    Journal of Central European Affairs, XVII (1958), pp. 332-3.

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    reformada por Kollataj, y dio cursos filosficos de enseanza. En Toscana, el archiduque

    Leopoldo reform de modo similar las universidades de Pisa y Siena. El arzobispo de Salzburgo,adems de admirar a Voltaire y a Rousseau, convirti a su universidad de Bonn en un centro de la

    nueva enseanza; y la universidad de Gttingen, en Hannover, fue probablemente, con Edimburgo,

    Leyden y la Academia de Ginebra, una de las universidades europeas ms ilustradas de la poca.

    Pero Alemania, como Francia, fue tambin escenario de un florecimiento de sociedades literarias ode lectura y de logias masnicas, que llevaron laAufklrunga grupos mixtos de burgueses y nobles

    en todo el pas. En la dcada de 1770, las sociedades de Lneburg y Erlangen contaban con 100

    miembros cada una, mientras que la de Mainz tena 300 miembros que disponan regularmente de47 peridicos (la mitad de ellos polticos) y 41 revistas francesas y alemanas. En una fecha tan

    tarda como 1797, mucho despus de que se hubiera desatado la reaccin, el censor prusiano se

    quej a un colega de la mana de lectura y del gran nmero de estas sociedades que continuabanaumentando11.

    De toda esta confusin de publicaciones y discusiones, qu resultados prcticos se extrajeron?

    Algunos historiadores polticos e historiadores de las ideas polticas han escrito como si las ideas de

    los filsofos se hubieran traducido en hechos mediante una especie de proceso de combustinespontnea. De esta forma, se puede establecer una estrecha relacin de causa a efecto desde las

    opiniones de Rousseau y Mably sobre la sociedad y el estado hasta la democracia totalitaria de

    Robespierre y Saint Just; o desde el escepticismo de Holbach, Helvtius y Sade hasta el nihilismosocial de los hippies de San Francisco. Presentar as las cosas tiene una atractiva simplicidad; pero

    ignora el clima social en el cual las ideas germinan, se adoptan y echan races, as como la etapa en

    que se encuentra la historia de una nacin, que hace que un pas o una clase abracen una nueva ideay otras la rechacen. En sentido amplio, se puede decir que en la Europa del siglo xviii nicamente

    aquellos pases con una clase media cultivada capaz y dispuesta a adoptar para uso propio las ideas

    de la Ilustracin podan realmente absorberlas: el entusiasmo preliminar de los gobernantes o de lanobleza, del cual hemos dado numerosos ejemplos, no era suficiente. No se puede negar que esto es

    una simplificacin; sin embargo, puede ayudar a explicar por qu Espaa fue en gran parte

    impermeable a las nuevas ideas hasta la dcada de 1830; por qu en Hungra y Polonia las nuevas

    ideas se marchitaron despus de que la nobleza se dio cuenta de que eran un medicamentodemasiado fuerte; por qu tanto Alemania como Francia disponan de un suelo favorable, y sin em-

    bargo Alemania, al estar (como Italia) fragmentada polticamente, las rechaz, mientras Francia no

    lo hizo; y por qu en la Rusia de Catalina las ideas ilustradas podan aparecer y desaparecer, de lanoche a la maana, por orden real. Adems, ya hemos sugerido que en Austria la falta de una clase

    media educada motiv que las reformas de Jos, inspiradas al menos en parte por los escritos de los

    philosophes, fueran derrotadas. Pero por qu Inglaterra, donde las clases medias estaban muchoms avanzadas que las de otros pases, se mostr relativamente resistente a las ideas filosficas?

    Posiblemente porque una nacin slo adopta las ideas que considera tiles; y esto depende de

    nuevo de la etapa alcanzada en su evolucin histrica. Inglaterra ya haba pasado por su revolucin

    liberal un siglo antes, y sus costumbres e instituciones, basadas en los principios de la Revolucin,eran en su mayor parte las que Voltaire recomendaba a sus compatriotas en sus Lettres

    philosophiques de 1734. Pero Inglaterra estaba tambin en el siglo xviii en vsperas de una

    revolucin industrial; y las ideas de Adam Smith y de los cientficos como Priestley, Cavendish yBlack eran extremadamente tiles para orientar a las emprendedoras clases manufacturera y em-

    presarial durante la revolucin.

    11 H. Brunschwig,La crise de ltat prussien la fin du XVIIle sicle et la gense de Ia mentalit romantique, Pars,

    pp. 42-6

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    Como ltimo aspecto, conviene recordar que no se trataba slo de una cuestin de nacin, sino

    tambin de una cuestin de clase. Como hemos visto, Montesquieu era el portavoz de laaristocracia, mientras Rousseau hablaba, en la medida en que su mensaje resulta claro, en favor de

    la souveranite du peuple. Pero la nobleza hngara y polaca, al igual que los Parlementaires

    franceses de las dcadas de 1770 y 1780, encontraron que les favoreca ligar a ambos con su causa,

    y en sus batallas con los gobiernos reales los citaban sin mucha discriminacin. Y unos aos mstarde, los sans-culottes parisienses, que por aquel entonces eran tan devotos de Rousseau como

    Robespierre, vieron en sus escritos una concepcin de la democracia popular bastante distinta de la

    de los jacobinos o de la clase media revolucionaria.Estas son, por supuesto, consideraciones a largo plazo cuyos resultados ltimos no se pueden

    realmente medir. Pero a la Ilustracin, incluso en las ciencias sociales, se le pueden atribuir algunos

    logros a corto plazo, ms fciles de medir. Es razonable suponer que los argumentos expuestos porBeccaria en De los delitos y de las penas fueron en parte responsables de las reformas penales

    (abolicin de la tortura y de la pena de muerte por algunos delitos) que se llevaron a cabo en

    Polonia, Austria, Italia y Prusia poco despus. Sin duda influyeron en las Instrucciones que redact

    Catalina para la gran asamblea nacional convocada por ella en Mosc en 1767. Las ideas deRousseau y Condillac sobre la educacin reaparecieron en los planes de la Comisin Polaca de

    Educacin en 1773, al igual que en el programa de Kollataj para la universidad de Cracovia; aun-

    que probablemente tuvieron corta vida. Todava ms breves fueron los planes originales deCatalina para la enseanza en Rusia. Ya vimos que la emperatriz solicit los consejos de Beckij,

    quien estaba fuertemente influido por Rousseau; pero unos aos ms tarde abandon a Beckij y

    bas su nuevo sistema de enseanza estatal en el creado en Austria bajo el reinado de Mara Teresaen 1774.Detodas formas, el estatuto ruso de 1786tena una ventaja sobre el sistema delEmile, de

    Rousseau, porque en lugar de la educacin solitaria intent, siguiendo el ejemplo de Prusia y

    Austria, introducir la enseanza primaria obligatoria para todos. Rousseau tuvo un xito msprctico en Suiza, donde encontr un partidario entusiasta en la persona de Pestalozzi, de Zurich,

    quien expuso sus ideas en Leinhard und Gertrud (1781) y cre despus sus propias escuelas

    privadas, con nuevos planes para la enseanza pblica. En Francia, Rousseau tuvo que esperar un

    poco ms de tiempo para conseguir el reconocimiento oficial; pero sus ideas, junto con las deCondorcet, desempearon un papel considerable en los diversos planes de un sistema nacional de

    enseanza que discuti la Convencin Nacional de la Revolucin en 1792 y 1793.

    Hasta aqu no nos encontramos con realizaciones particularmente impresionantes, y tantoVoltaire como Rousseau al final de sus vidas (ambos murieron en 1778) no estaban totalmente

    satisfechos con los resultados. Kant, en un texto de 1784, concedi que viva en una Epoca de

    Ilustracin, pero neg que la poca en si fuera ilustrada12. En aquellos tiempos, esta opinin parecabastante justificada, porque ninguno de los grandes temas que haban planteado estaban resueltos,

    el proceso de conversin a sus concepciones haba sido ms lento y ms inseguro, de lo que haban

    esperado losphilosophes, y haba muy pocos islotes de reformas ilustradas en el mapa de Europa.

    No obstante, las viejas actitudes estaban siendo lentamente socavadas y se estaban preparandocambios que crearan en la siguiente generacin un clima ms favorable para un salto ms

    impresionante haca adelante. As, en cualquier caso, los philosophes demostraron ser ms

    pesimistas de lo que era preciso. Pero los grandes cambios, a los que sin duda contribuyeron, erancosa del futuro; y ni siquiera de losphilosophes se poda esperar una visin de tan largo alcance.

    12 Gay, Enlightenment,p. 20.

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