scoto erigena - sobre la división de la naturaleza

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Filosofía Moderna

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  • SOBRE LA DIVISIN DE LANATURALEZA

    SCOTO ERIGENALibro I - 1 Parte

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    que as como usted lo recibi lo pueda hacer llegar aalguien ms. HERNN

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  • SOBRE LA DIVISION DE LA NATURALEZA

    La versin cristiana de muchas de las enseanzas hermticas estpresente en las obras del pseudo Dionisio Areopagita (s. V-VI, verenvo 023) la influencia de cuya teologa comienza en Boecio (s.V-VI) y llega hasta Nicols de Cusa (s. XV). Juan Scoto Ergena(810?870?) tradujo el Comentario sobre el Pseudo Dionisioatribuido a Mximo el Confesor, otra obra suya es Sobre lapredestinacin y la ms importante Sobre la divisin de laNaturaleza (Periphyseon), de la que reproducimos parte de laseleccin publicada en B.A.C. (Los Filsofos Medievales Vol. II,Madrid 1979), agotada hace varios aos.

    MAESTRO. Pensando yo muchas veces, y estudiando con lamayor diligencia que puedo la primera y suprema divisin de todaslas cosas que o estn al alcance de nuestra mente o la superan, enlas que son y en las que no son, me viene a la mente como trminogeneral, para designarlas, el griego y el latino natura.O es que t piensas de otra manera?

    ALUMNO. No; estoy completamente de acuerdo. Pues yotambin, cuando me pongo a razonar, hallo que las cosas son as.

    M. Quedamos, entonces, en que el nombre de naturaleza esel nombre general para todas las cosas que son y las que no son?

    A. Lo es. Pues nada puede presentarse a nuestropensamiento a lo que no se pueda aplicar ese nombre.

    M. Ya que estamos de acuerdo en que ese trmino es general,indcame, te ruego, cmo se hace su divisin en especies por lasdiferencias; o, si lo prefieres, intentar yo hacer una divisin, y tdars tu juicio sobre ella.

    A. Empieza ya. Pues estoy impaciente por or de ti laverdadera opinin sobre esta materia.

    M. Pienso que la divisin de la naturaleza se hace por cuatrodiferencias en cuatro especies: la primera es la divisin ennaturaleza que crea y no es creada; la segunda, en la que es creaday crea; la tercera, en la que es creada y no crea; la cuarta, en la queni crea ni es creada. Mas en estas cuatro hay dos pares deopuestos: la tercera se opone a la primera, y la cuarta, a la segunda;pero la cuarta queda relegada al mundo de los imposibles, ya quees de su esencia el no poder ser Te parece bien hecha estadivisin, o no?

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  • SOBRE LA DIVISION DE LA NATURALEZA

    A. Me parece bien hecha. Pero ten la bondad de repetirla,para que aparezca ms clara la oposicin entre esas formas.

    M. Creo que ves la oposicin de la tercera divisin a laprimera (la primera es en efecto, la que crea y no es creada; a laque, por tanto, se opone contrariamente la que es creada y nocrea), y la oposicin de la segunda a la cuarta, ya que la segunda esla de la que es creada y crea; a la cual, por consiguiente, se oponeen toda la lnea la cuarta, la de la que ni crea ni es creada.

    A. Claramente las veo. Pero me deja muy perplejo la cuartaespecie que has introducido. Pues de las otras tres no me atreveraa mover duda alguna, ya que en la primera est designada, si nome engao, la causa de cuanto existe y de cuanto no existe; en lasegunda, las causas primordiales; en la tercera, aquellas cosas quese manifiestan a travs de la generacin en el tiempo y en elespacio. Por eso, pienso que es necesario entablar una discusinms detallada de cada especie.

    M. Y piensas bien. Pero dejo a tu arbitrio el determinar elorden que debemos seguir en el razonamiento, es decir, por quespecie de naturaleza hemos de empezar.

    A. Me parece que est fuera de toda duda que debemos decirde la primera antes que de todas las dems lo que la luz queilumina a toda mente se digne comunicarnos.

    M. Sea as. Pero creo que antes debemos decir unas palabrasde esa que hemos llamado la divisin suprema y principal de todas,a saber, la divisin en las cosas que son y en cosas que no son.

    A. Me parece muy razonable y prudente. No veo, en efecto,otro principio de donde deba arrancar nuestro razonamiento, y noya slo porque se trata de la primera diferenciacin, sino porqueparece ms oscura que las dems, y, en efecto, lo es.

    M.Pues bien, esta diferencia fundamental que separa a todaslas cosas requiere cinco modos de interpretacin: el primeroparece ser el mismo por el cual la razn nos persuade de que detodas las cosas que caen bajo la percepcin de los sentidoscorporales o de la inteligencia se dice con verdad y razonablementeque son, y, en cambio, de las que por la excelencia de su naturalezaescapan a la percepcin, no slo de todo sentido, sino de todoentendimiento y razn, que parecen con razn no ser, lo que notiene recta interpretacin sino en solo Dios y en las razones yesencias de todas las cosas por El creadas. Y con razn, pues, comodice Dionisio Areopagita, es esencia de todas las cosas aquel que esel nico que verdaderamente es. Pues dice el ser de todas lascosas es la divinidad que est sobre el ser1.

    Tambin Gregorio el Telogo prueba con muchas razones queninguna sustancia o esencia de alguna criatura, visible o invisible,puede ser comprendida, por el entendimiento o por la razn, en lo

    1 De Cael. Hier. IV, I (PG 3, 1778 1-2).

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  • SCOTO ERIGENA

    que es. Porque, as como Dios, por estar en su ser mismo, quetrasciende toda criatura, no es comprendido por ningnentendimiento, es tambin por igual incomprensible cuando se leconsidera en los ms secretos repliegues de la criatura hecha por Ely que en El existe; mientras que, todo lo que de cualquier criatura ose percibe por los sentidos corporales o es contemplado por elentendimiento no es ms que un accidente de su esencia, quehemos dicho que de por s es incomprensible, pero que, o por lacualidad, o por la cantidad, o por la forma, o por la materia, o poralguna diferencia, o por el espacio, o por el tiempo, es conocida noen lo que es, sino en el hecho de que es.

    I. Ese es, pues, el primero y fundamental modo de la divisinde las cosas que son y las que no son. Porque no hay que admitir enmodo alguno, a mi juicio, ese que parece otro modo de divisin, asaber, el que se basa en las privaciones de las sustancias yaccidentes. Porque lo que absolutamente no es ni puede ser, nisupera por la eminencia de su existencia al entendimiento, no veocmo pueda tener cabida en las divisiones que se hacen de lascosas [a no ser que se diga que las ausencias y privaciones no sondel todo nada, sino que estn contenidas en cierta extraavirtualidad natural de las cosas cuyas privaciones o ausencias son,de suerte que poseen un cierto modo de ser]2.

    II. Sea el segundo modo de ser y no ser el que se advierte en losrdenes y diferencias de las naturalezas creadas; se inicia en elpoder intelectual que ocupa el puesto ms elevado y prximo aDios, y desciende hasta el ltimo grado de la criatura racional eirracional, o, para decirlo ms claramente, se extiende desde elngel ms elevado hasta el elemento ms bajo del alma racional [esdecir, la vida nutritiva y activa, que es la ltima parte del alma,porque nutre y hace crecer al cuerpo].

    Aqu, por un maravilloso modo de entender las cosas, cadaorden, incluido el que ocupa el nfimo grado (que es el de loscuerpos, en el que llega a su trmino toda divisin), se puede decirque es y no es. En efecto, la afirmacin del inferior es la negacindel superior, y asimismo la negacin del inferior es la afirmacindel superior (y de la misma manera, la afirmacin del superior esla negacin del inferior, y la negacin del superior ser laafirmacin del inferior). Y as, la afirmacin del hombre (mortalan) es la negacin del ngel, y la negacin del hombre es laafirmacin del ngel, y viceversa... Y la misma regla se puedeadvertir en todas las esencias celestes hasta llegar al supremoorden universal. Este, sin embargo, tiene su lmite en la supremanegacin, ya que su negacin confirma la no existencia de ningunacriatura superior... El orden nfimo slo niega o confirma alsuperior a l, ya que nada tiene inferior a s que pueda anular o

    2 Adicin de Ergena en redaccin posterior.

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  • SOBRE LA DIVISION DE LA NATURALEZA

    confirmar, porque es precedido de todos los que son superiores a ly no precede a ninguno inferior. Esta es, pues, otra razn por lacual todo orden racional o intelectual se dice que es y que no es: es,en cuanto que es conocido por los rdenes superiores o por smismo; no es, en cuanto que no se deja comprender por losinferiores.

    III. El tercer modo no es descaminado localizarlo en aquellascosas en las que obtiene su plenitud este mundo visible y en lascausas que las preceden, latentes en los ms recnditos pliegues dela naturaleza. En efecto, lo que de esas causas, tanto en lo querespecta a la materia como en lo que respecta a la forma, se conocea travs de la generacin en el tiempo y en el espacio, suele el usohumano de hablar decir que es, mientras que lo que queda todavaencerrado en el seno de la naturaleza y no aparece a la luz ni encuanto a la forma ni en cuanto a la materia, en el espacio o en eltiempo y dems accidentes, suele el mismo uso de hablar decir queno es.

    De esto hay un gran nmero y variedad de ejemplos en todoslos rdenes, pero especialmente en la naturaleza humana. Enefecto, como Dios determin a la vez la existencia de todos loshombres en aquel primero que hizo a su imagen, pero no a todoslos hizo aparecer en el mundo al mismo tiempo, sino que endeterminados tiempos y lugares confiere visible esencia a lanaturaleza que l tiene a bien escoger, segn un orden de lconocido, de ah que de los hombres que hacen su aparicin yaparecieron en el mundo, se dice que son, y de los que todava noaparecen, pero existirn, se dice que no son. A este modo esreducible la teora que habla de las virtudes seminales, ya sea enlos animales, ya sea en los rboles o plantas. Porque dichapotencialidad, cuando est todava latente en el seno de lanaturaleza, por no aparecer todava, se dice que no es (existe); encambio, cuando se manifiesta en el nacer y en el crecer de losanimales y en las flores y frutos de los rboles y de las plantas, sedice que es (existe).

    IV. El cuarto modo es el que, con gran verosimilitud, en sentirde los filsofos, declara que tan slo son en sentido verdadero lascosas que son comprendidas, por solo el entendimiento, mientrasque aquellas que en la generacin sufren cambios, se unen y seseparan a travs de las expansiones y contracciones de la materia yde los intervalos de espacio y tiempo, se dice que no son en sentidoverdadero, como es el caso de todos los cuerpos que estn sujetos anacer y perecer.

    V. El quinto modo es el que la razn contempla tan slo en lanaturaleza humana, la cual, al abandonar por el pecado la dignidadde la imagen divina en la que con toda propiedad subsisti,merecidamente perdi el ser, y por eso se dice que no es; mientrasque, una vez restaurada por la gracia del Unignito de Dios, fue

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  • SCOTO ERIGENA

    reducida al primitivo estado de su sustancia en la cual fue creada aimagen de Dios, empez a ser, e incoa la vida en dicho estado... .

    M. De las citadas divisiones de la naturaleza, nos ha parecidoser la primera diferencia la de la naturaleza que crea y no escreada. Y con razn, ya que tal especie de naturaleza slo de Diosse predica correctamente, que, por crear l solo todas las cosas, esconocido como , es decir, sin principio, ya que l esla causa principal de todas las cosas que han sido hechas de l ypor l, y, por lo mismo, es tambin el fin de cuanto procede de l;a l, en efecto, tienden todas las cosas. l es, pues, el principio, elmedio y el fin: el principio, porque de l proceden todas las cosasque participan de la esencia; el medio, porque de l y por l sub-sisten y se mueven; y el fin, porque tras l se mueven buscando eldescanso de su movimiento y la estabilidad de su perfeccin.

    A.Creo con toda firmeza y entiendo, en cuanto me es posible,que eso se predica rectamente tan slo de la causa divina universal,ya que ella sola crea las cosas que de ella proceden y no es creadapor ninguna causa superior y anterior a ella. Ella es, en efecto, lasuprema y nica causa de todas las cosas que tienen existencia porella y en ella.

    Pero quisiera conocer tu opinin sobre lo siguiente: me quedomuy perplejo cuando, al leer los libros de los Santos Padres, quecon tanto celo trataron de la naturaleza divina, encuentro confrecuencia la afirmacin de que no slo crea cuanto existe, sino quetambin es creada. Ella, en efecto, en decir de ellos, hace y eshecha, crea y es creada. Si eso es verdad, no acierto a ver cmopueda quedar en pie nuestro razonamiento, ya que decimos quesolamente crea, pero no es creada por nadie.

    M. Con razn ests perplejo, pues tambin yo estoy muymaravillado de ello, y deseara que me ayudases a llegar a poderver cmo esas proposiciones que parecen contradecirse puedanconciliarse, y cmo abordar esta cuestin segn esta razn....

    A. No nos habamos propuesto el investigar, en la medida anosotros posible, las razones por las que los que tratan de lanaturaleza divina dicen que la misma crea y es creada? Porque, quecrea todas las cosas, ningn sano entendimiento lo pone en duda;pero en qu sentido se dice que es creada, es cosa que, a nuestrojuicio, no debemos considerar solamente de pasada.

    M. As es. Pero pienso que con lo que llevamos dichotenemos ya abierto un acceso no despreciable para la solucin deesta cuestin. Hemos convenido, en efecto, en que por elmovimiento de la divina naturaleza, no hay que entender otra cosams que el propsito de la voluntad divina de hacer las cosas quehan de ser hechas. Se dice, por tanto, que la naturaleza divina sehace en todas las cosas, la cual no es otra cosa que la voluntaddivina. En ella, en efecto, no se distinguen el ser y el querer, sino

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  • SOBRE LA DIVISION DE LA NATURALEZA

    que el querer y el ser son una misma realidad en la produccin delas cosas que se ha determinado que sern hechas.

    Por ejemplo, podra alguno expresarse as: La mocin de ladivina voluntad se dirige a esto: a que existan las cosas que dehecho existen. Crea, pues, todas las cosas que saca de la nada paraque existan, llevndolas del no ser al ser; pero es creada, porquenada, excepto ella, existe esencialmente, ya que ella es la esencia entodas las cosas. Porque, as como no hay nada que sea bueno pornaturaleza fuera de l, sino que todo lo que se dice bueno lo es porparticipacin del nico sumo Bien, as todo lo que se dice queexiste, no existe en s mismo, sino por la participacin de lanaturaleza que verdaderamente existe. As que, como ya lo hemosponderado en lo que hemos dicho antes, no slo se dice que lanaturaleza divina se hace cuando la palabra de Dios nace de unmodo admirable e inefable en los que se han reformado en la fe, enla esperanza y en la caridad y en las dems virtudes como dice elApstol hablando de Cristo: El cual fue por Dios para nosotrossabidura, y justificacin, y santificacin, y redencin3, sinotambin porque, siendo en s misma invisible, se manifiesta entodas las cosas que existen, no impropiamente se dice hecha.

    Porque tambin nuestro entendimiento, antes de ponerse aconocer y recordar, no irrazonablemente se dice que no existe. El,en efecto, es en s mismo invisible y no es conocido de nadie msque de Dios y de nosotros mismos; pero, una vez que ha venido atener actos de pensar y recibe forma de algunas imaginaciones, sedice, no sin razn, que es hecho... Con esta analoga, aunquealejada de la naturaleza divina, creo que se puede hacer ver cmo,al crear y al no poder ser creada por nadie, es creada de modoadmirable en todos aquellos seres que de ella proceden; de suerteque, as como la inteligencia de nuestra mente, o su propsito, o sudesignio, o comoquiera que pueda llamarse ese movimientonuestro ntimo y primero, cuando se pone a pensar, como hemosdicho, y ha recibido algunas formas de la imaginacin y procede aemitir palabras o seales de mociones sensibles nodesacertadamente se dice que se hace pues sin forma alguna en smismo, resulta formado por medio de la fantasa, as de la esenciadivina, que, subsistiendo en s, supera todo entendimiento, se dicecon razn que es creada en las cosas que han sido hechas por ella ypor medio de ella y en ella, de suerte que sea conocida por aquellosque la buscan con buen espritu, ya sea por el entendimiento, si setrata de cosas slo perceptibles por ste, ya por los sentidos, si sonsensibles. Traduccin: Clemente Fernndez S.I.

    SOBRE LA DIVISIN DE LA NATURALEZASCOTO ERIGENALibro I - 2 Parte

    3 I Cor 1,30.

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  • SCOTO ERIGENA

    A. Ya hemos hablado suficientemente de este punto, segncreo.

    M. Y bien ampliamente, si no me engao.

    A. Pero todava tienes que explicar cmo es que se dice tanslo que la naturaleza divina es crearte y no creada, siendo as que,como queda evidenciado por las razones expuestas, ambas cosas sedan en ella, crea y es creada. Esas cosas parecen contradictorias.

    M. Ests bien atento a todo. Veo, en efecto, que se es unpunto digno de estudio.

    A. S que lo es.

    M. Presta, pues, atencin, y aplica la mirada de tu mente a larespuesta que en breves trminos te voy a dar.

    A. Empieza; te seguir con toda atencin.

    M. No pondrs en duda que la naturaleza divina es lacreadora del universo.

    A. Sigue adelante. Dudar de eso es una impiedad.

    M. Percibes igualmente con la fe y el entendimiento que noes creada por nadie?

    A. Nada ms cierto.

    M. No dudas, entonces, cuando oyes que es creada, que no es creada por otra naturaleza sino por s misma?

    A. No lo dudo.

    M. Pues qu? No es siempre crearte, ya sea que se cree a smisma, ya sea que cree las otras esencias creadas por ella? Puescuando se dice que se crea a s misma, no tiene otro sentidoaceptable ms que el que crea las naturalezas de las cosas. Lacreacin, en efecto, de ella, es decir, la manifestacin de s mismaen algo, es, por cierto, su sustitucin por todas las cosas existentes.

    A. Lo dicho hasta ahora parece probable. Pero quisiera saberqu ensea la teologa sobre esa naturaleza inefable eincomprensible naturaleza creadora y causa de todas las cosas, asaber: si existe, qu es, cmo es, y cmo se define.

    M.Y no ha hecho ver con toda claridad a los que contemplanla verdad esa teologa que acabas de mencionar, y que se ocupa oexclusiva o principalmente de la naturaleza divina, que de las cosasque han sido creadas por ella se deduce que ella sola subsisteesencialmente, pero que no se entiende lo que es esa esencia? Enefecto, no solamente, como hemos dicho repetidas veces, superaesa esencia todo esfuerzo de la humana razn, sino tambin lasms puras inteligencias de las esencias celestiales; y, sin embargo,los telogos, de las cosas que existen, han venido a descubrir, porel buen uso de su razn, que ella existe; y de las divisiones de las

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    mismas en gneros y especies, diferencias y nmeros, que es sabia;y del movimiento de las cosas, y de la estabilidad de la mente, quevive.

    Por ese camino llegaron a encontrar la sublime verdad de quela causa de todas las cosas es trisubsistente. Porque, como hemosdicho, del hecho de que las cosas son, se colige que ella es o poseeel ser; del orden admirable de las cosas, que es sabio, y por larealidad del movimiento se ha descubierto que es vida. Es, pues, lanaturaleza creadora y causa de todas las cosas, y es sabia, y vive, yfundados en eso,

    los investigadores de la verdad nos han enseado que por la esen-cia se entiende el Padre, por la sabidura el Hijo y por la vida elEspritu Santo...

    A. Ya veo que la respuesta del mencionado santo telogo4 seapoya completamente en la verdad. Pues, como queda demostrado,no puede, ni en la naturaleza divina ni en la humana, aplicarse elnombre de una relacin a una sustancia o esencia. Pero desearaque me instruyeses en breves y claras palabras sobre si todas lascategoras, siendo como son diez, se pueden predicar con verdad ypropiedad de la suprema esencia, una en tres sustancias, y de lastres sustancias en la misma esencia una.

    M. Sobre ese punto no s quin pueda hablar con brevedad yclaridad. Porque, o se ha de guardar un absoluto silencio,remitindose a la simplicidad de la fe ortodoxa, ya que supera todainteligencia, como est escrito: T que eres el nico que poseesolo la inmortalidad y habitas en una luz inaccesible, o, si se poneuno a hablar sobre ello, necesariamente tratar de hacerloverosmil por muchos caminos y argumentos, echando, mano delas dos partes principales de la teologa: la afirmativa, que losgriegos llaman y la negativa que llaman.

    La una, es decir, la , niega que la divinaesencia o sustancia sea alguna de las cosas que son, es decir, que sepueden expresar o entender; la otra, la ,predica de ella cuantas cosas existen, y por eso se llama afirmativano que confirme que ella es alguna de las cosas que son, sino quehace ver que se pueden predicar de ella todas las cosas que de ellaproceden. Porque lo que es causa, puede razonablemente serexpresado en trminos de las cosas por ello causadas, y as dice quees verdad, bondad, esencia, luz, justicia, sol, estrella, espritu, agua,len, oso, gusano y otras muchas cosas sin cuento, y no slo sacasus enseanzas de las cosas que son conforme a naturaleza, sinoaun de las que son contra la naturaleza, como cuando dice que estembriagada y que es necia o est loca. Pero no hace ahora anuestro propsito el hablar de eso, pues ya lo hizo suficientementeSan Dionisio Areopagita en la Symbolica Theologia; volvamos, por

    4S. Gregorio Nacianceno.

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  • SCOTO ERIGENA

    tanto, a la cuestin que habas propuesto: tu pregunta era si sepredican con propiedad de Dios todas las categoras o slo algunade ellas.

    A. S, hay que volver a esa cuestin. Pero antes tendremosque considerar, segn creo, por qu de esos nombres citados, asaber: esencia, verdad, justicia, sabidura y los dems de esa clase,que parecen ser, no slo divinos, sino divinsimos, y que nosignifican otra cosa ms que esa divina sustancia o esencia, hadicho ese mencionado santsimo padre y telogo que sonmetafricas, esto es, trasladadas de la criatura al Creador. Puespienso que se debe juzgar que habl as no sin una mstica ydiscreta razn.

    M. Tienes buenas dotes de observacin... Tampoco sobre estepunto debemos pasar precipitadamente. Por eso, respndeme, teruego, si puedes pensar que existe algo opuesto a Dios, o concebidoa la vez con l. Opuesto entiendo, o por privacin, o porcontrariedad, o por relacin, o por ausencia, o por concebido a lavez con l, quiero decir entendido con l eternamente, sin ser, sinembargo, coesencial con l.

    A. Veo claramente a dnde vas. No me atrevera, pues, adecir que existe algo que le sea opuesto, ni algo que se entienda a lavez con l, que sea es decir, que sea de otraesencia que l. Pues los que se oponen relativamente, se oponensiempre de tal suerte, que empiezan a la vez y a la vez cesan de ser,ya sean de la misma naturaleza, como la de unidad al doble, o de2/3 a 3/2, ya sean de diferente naturaleza, como la luz y lastinieblas, o en la relacin de la privacin, como muerte y vida, voz ysilencio. Pues esas cosas se atribuyen segn la recta razn a losseres que estn sujetos a nacimiento y desaparicin. Las cosas queentre s discrepan no pueden ser eternas; si lo fuesen, nodiscreparan entre s, pues la eternidad se mantiene siempresemejante a s misma y subsiste siempre toda en s misma comouna simple e individua unidad. Ella es, en efecto, el nico principiode todas las cosas, y su nico fin, en nada opuesto a S mismo. Porlo mismo, no s quin pueda osar afirmar que es coeterno a Diosalgo que no es coesencial con El. Porque si tal cosa se puede pensaro encontrar, se seguir necesariamente que no hay un soloprincipio, sino dos [o ms], muy diferentes entre s, cosa que larecta razn ha rechazado siempre sin titubear; de lo que es Unoreciben el ser todas las cosas; pero de dos (o ms), nada.

    M. Bien discurres, a mi juicio. As que, si esos nombresdivinos mencionados dicen relacin a otros nombres que les sondirectamente opuestos, necesariamente las cosas propiamentesignificativas por ellos habrn de ser pensadas como teniendo suscorrespondientes contrarios opuestos a ellos; consiguientemente,no pueden ser predicadas de Dios, quien no admite ningn

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  • SOBRE LA DIVISION DE LA NATURALEZA

    opuesto, ni de quien no se conoce algo coeterno que difiera de Elpor naturaleza. En efecto, la recta razn no puede encontrarninguno de esos nombres mencionados o de otros similares, delcual no descubra a su vez otro nombre opuesto a l, o que difierade l dentro del mismo gnero. Y lo que conocemos en losnombres, debemos necesariamente conocerlo en las cosas por ellossignificadas.

    Pero, como las expresiones de significacin divina que en laSagrada Escritura se predican traslaticiamente de la criatura alCreador (si es que correctamente se dice que algo se predica deDios, cosa que estudiaremos en otro lugar), son innumerables, y nose las puede encontrar y recoger por el corto alcance de nuestroraciocinio, pondremos unos pocos de esos nombres divinos por vade ejemplo.

    Dcese, pues, [Dios] esencia, pero no es propiamente esencia,pues al Ser se opone el no-ser; es, por tanto,, esto es, sper esencial. Se dice asimismobondad, pero no es bondad propiamente; pues a la bondad seopone la malicia. Es, por tanto, , esto es,ms que bueno, y , esto es, ms quebondad. Se dice Dios, pero no es propiamente hablando Dios, puesa la visin se opone la ceguera, y al que ve, el que no ve. Es, portanto, , esto es, ms que Dios, ya que seinterpreta el que ve. Pero si recurres a otra etimologa de estenombre, de suerte que pienses que se deriva, no del verbo (= ver), sino del verbo (= correr), te encuentrascon el mismo resultado: en efecto, al que corre se le opone el queno corre, como la lentitud a la velocidad. Ser, entonces, esto es, ms que el que corre, como est escrito:Velozmente corre su palabra (Sal 147,15). Pues este texto loentendemos de la palabra de Dios, que de manera infalible corre atravs de todas las cosas que son, para que sean.

    Y lo mismo debemos pensar en el caso de la verdad. Pues a laverdad se opone la falsedad, y por eso l no es propiamenteverdad. Es, pues, y, esto es, ms que verdadero y ms queverdad. Y la misma manera de pensar hay que observar en todoslos nombres divinos....

    M. No hemos dicho que la naturaleza inefable no puede sersignificada propiamente por ningn verbo, por ningn nombre opor ningn otro sonido sensible, por ninguna cosa significada? Enesto estuviste, en efecto, de acuerdo: No es llamada propiamente,sino metafricamente, esencia, verdad, sabidura y otras cosasparecidas, sino que se la llama superesencial, ms que verdad yms que sabidura. Pero, al fin, no parecen ser stos ms a modode nombres propios? Porque si no es llamada esencia propiamente,sin embargo, se la llama propiamente sper esencial; igualmente,

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  • SCOTO ERIGENA

    si no se llama propiamente verdad o sabidura, s que se la llamapropiamente verdad y ms que sabidura. No carece, por tanto, desus nombres propios...

    A. Tambin yo me maravillo en qu estaba pensando cuandohaba pasado por alto sin tocar esta cuestin nada despreciable;por eso, te ruego encarecidamente que me la expongas. Puescomoquiera que se exprese la sustancia divina, por partes muysimples de la oracin, o por expresiones compuestas, en griego oen latn, con tal de que se la exprese con propiedad, no parecerinefable. Pues no es inefable lo que de algn modo se puedeexpresar.

    M. Ahora s que ests bien alerta.

    A. Lo estoy. Pero no veo todava nada sobre esta cuestinque nos acaba de salir al paso.

    M. Vuelve a la conclusin que poco antes hemos obtenido.Hemos dicho, en efecto, si no me engao, que hay dos partessupremas de la teologa, y esto no de por nuestra propia cosecha,sino de la autoridad de San Dionisio Areopagita, que con todaclaridad habla de la teologa como dividida en dos partes, a saber,en y , que Cicern ex-presa como intencin y repulsin, pero que nosotros, para queaparezca ms claramente el sentido de ambos nombres, hemospreferido traducir por afirmacin y negacin.

    A. Creo recordar bien esas dos. Pero no veo todava de qunos puedan servir para la cuestin que nos hemos propuesto.

    M. No ves cmo estas dos, afirmacin y negacin, seoponen una a otra?

    A. Lo veo; y pienso que no puede haber una oposicinmayor.

    M. Redobla ahora tu atencin. Cuando llegues a obtenerplena luz por efecto del razonamiento bien llevado, vers consuficiente claridad que esas dos cosas que parecen contrarias entres, no se oponen mutuamente de ningn modo cuando se aplican ala naturaleza divina, sino que por todos los modos se armonizanmutuamente en todo. Mas para que aparezca esto ms claro,sirvmonos, de unos pocos ejemplos.

    Verbigracia, la dice: l es verdad; la contradice: No es verdad. Aqu parecedarse una contradiccin, pero mirando las cosas con ms atencin,no existe ningn conflicto. Porque la afirmacin: Es verdad, noafirma propiamente que la sustancia divina sea verdad, sino quepuede llamrsela con ese nombre por metfora, trasladndolo de lacriatura al Creador. As, a la esencia divina, desnuda y despojadade toda propia significacin, la viste con tales nombres. Por suparte, la que dice: l no es verdad, porque conoce con toda

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  • SOBRE LA DIVISION DE LA NATURALEZA

    claridad que la naturaleza divina es incomprensible e inefable, noniega que ella es (verdad), sino que niega que se la pueda llamarcon propiedad Verdad o que lo sea. Pues todas las significacionesde las que la reviste a la divinidad, la no deja de retirrselas. Una dice, por ejemplo:Es sabidura, revistindola as de ella; la otra dice: No essabidura, despojndola, a su vez. Una dice: Se la puede llamaresto, pero no dice: Esto es propiamente; la otra dice: No esesto, aunque se la puede llamar a partir de eso.

    A. Todo esto lo veo clarsimamente, a no ser que me ilusione,y las cosas que antes me parecan opuestas entre s, veo ahora msclaro que la luz del sol que, aplicadas a Dios, se armonizan entre sy no se oponen en nada. Pero tengo que confesarte que todava noveo qu tiene que ver todo esto con la solucin de la cuestin quenos ocupa.

    M. Esfuerza un poco ms la atencin y explcame, en cuantopuedas, a qu parte de la teologa afirmativa o negativa pertenecenlas expresiones que antes hemos aducido: sper esencial, ms queverdad, ms que sabidura y las dems parecidas.

    A. No me hallo con nimos para decidirlo por m mismo.Pues, cuando paro mientes en que esas expresiones carecen departcula negativa [no], temo incluirlas en la parte negativa de lateologa; pero, si las adscribo a la parte afirmativa, me doy cuentade que su sentido no lo consiente. En efecto, cuando se dice: essper esencial, ninguna otra cosa puedo entender en eso sino lanegacin de esencia, pues el que dice: es sper esencial, niega deplano que sea esencial, y por lo mismo, aunque la negacin no estexpresada en los trminos que se pronuncian, no pasa inadvertidosu autntico sentido a los que la consideran bien. En consecuencia,me veo obligado, creo, a reconocer que esas expresiones queparecen carecer de negacin, pertenecen, por lo que de ellas sepueden entender, ms a la parte negativa de la teologa que a laafirmativa.

    M. Veo que has respondido con suma cautela y cuidado, yapruebo decididamente el modo como con tanta sutileza hasdescubierto en la expresin externa de la parte afirmativa elsentido de la negativa. Sea, pues, si te place, la solucin de estacuestin, la siguiente: que esos nombres que, con la adicin de laspartculas sper o ms que se predican de Dios, como que essper esencial, ms que verdad, y otras parecidas, comprendendentro de s en sumo grado a las dos predichas partes de lateologa, de suerte que en la expresin externa revisten la forma dela afirmativa, pero, en cuanto al sentido, la fuerza de la negativa.Podemos concluir con este breve ejemplo: Es esencia:afirmacin; no es esencia: negacin; es sper esencial:afirmacin, y a la vez negacin, pues en la expresin externa carecede la negacin, pero en el sentido la tiene. Pues la que dice: es

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  • SCOTO ERIGENA

    sper esencial, no dice lo que es, sino qu no es; dice, en efecto,que no es esencia, sino ms que esencia, pero no declara qu es esoque es ms que esencia, ya que dice que Dios no es una de aquellascosas que son, sino que es ms que las cosas que son, pero nodefine de ningn modo qu es ese ser... Traduccin: ClementeFernndez S.I.

    FIN

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    Bariloche - Argentina22 de Julio 2004 17:00

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