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1 SEBBM DIVULGACIÓN: Ciencia y Ficción 1 Una breve presentación. Este escrito surgió tras haber recibido el amable rechazo de un par de artículos por parte de los editores de sendas revistas, en pleno periodo del confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus COVID-19. Por ello, cualquier parecido con la realidad probablemente sea… mera coincidencia. El manuscrito se ha visto enriquecido con las aportaciones de José Miguel Domingo, Pedro Castrillo y Javier del Hoyo, a quienes deseo agradecer su valiosa contribución. León, 3.5.2020. Dedicado a Carlos Frey… ¡y a los hermanos Grimm! Hace poco más de doscientos años, en otoño de 1812, los hermanos Jacob (1785-1863) y Wilhelm (1786-1859) Grimm culminaban la redacción de uno de los cuentos más célebres en la historia de la literatura: Caperucita Roja (Rotkäppchen). Fue publicado el 20 de diciembre de ese mismo año, dentro del volumen titulado Cuentos de niños y del hogar (Kinder- und Hausmarchen). Título: Caperucita roja_R1. De cómo quedó el cuento después de pasar por los evaluadores. A propósito de los protocolos de edición de artículos científicos 1 Autor: José Luis Acebes Arranz Filiación: Catedrático del Área de Fisiología Vegetal. Departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias. Universidad de León Email: [email protected] Resumen: Los hermanos Grimm envían su cuento "Caperucita Roja" a una revista de impacto. El editor les pedirá introducir cambios sustanciales en el manuscrito y reenviárselo con el título "Caperucita Roja_R1". Público al que va dirigido el relato: público en general, investigadores científicos

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Page 1: SEBBM DIVULGACIÓN: Ciencia y Ficción“Caperucita Roja”, cuyos autores son J. Grimm y Vd. mismo, no se encuentra apto para su publicación en su versión actual. El texto está

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SEBBM DIVULGACIÓN: Ciencia y Ficción

1 Una breve presentación. Este escrito surgió tras haber recibido el amable rechazo de un par de artículos por parte de los editores de sendas revistas, en pleno periodo del confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus COVID-19. Por ello, cualquier parecido con la realidad probablemente sea… mera coincidencia. El manuscrito se ha visto enriquecido con las aportaciones de José Miguel Domingo, Pedro Castrillo y Javier del Hoyo, a quienes deseo agradecer su valiosa contribución. León, 3.5.2020.

Dedicado a Carlos Frey… ¡y a los hermanos Grimm! Hace poco más de doscientos años, en otoño de 1812, los hermanos Jacob (1785-1863) y Wilhelm (1786-1859) Grimm culminaban la redacción de uno de los cuentos más célebres en la historia de la literatura: Caperucita Roja (Rotkäppchen). Fue publicado el 20 de diciembre de ese mismo año, dentro del volumen titulado Cuentos de niños y del hogar (Kinder- und Hausmarchen).

Título: Caperucita roja_R1. De cómo quedó el cuento después de pasar por los evaluadores. A propósito de los protocolos de edición de artículos científicos

1

Autor: José Luis Acebes Arranz

Filiación: Catedrático del Área de Fisiología Vegetal. Departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias.

Universidad de León

Email: [email protected] Resumen: Los hermanos Grimm envían su cuento "Caperucita Roja" a una revista de impacto. El

editor les pedirá introducir cambios sustanciales en el manuscrito y reenviárselo con el título "Caperucita Roja_R1".

Público al que va dirigido el relato: público en general, investigadores científicos

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Cuenta una vieja crónica que, tras la muerte de Jacob, los herederos de los dos hermanos encontraron la llave del enorme baúl en el que los escritores habían ido almacenando sus recuerdos. Al proceder a desempolvar los papeles que apilaba, toparon con un cartapacio bastante singular: estaba atado por una cinta azul ya descolorida, y llevaba el enigmático título “Caperucita roja_R1”. La carpeta contenía dos cartas y un sobre que incluía, a su vez, una nueva carta y un manuscrito. Cuando examinaron los documentos se llevaron una sorpresa mayúscula, pues entendieron que, de haber llegado el sobre a su destino, el cuento de Caperucita Roja sería hoy muy distinto al que decenas de millones de personas hemos disfrutado en los dos últimos siglos. La primera carta La primera de las misivas era en realidad una copia que decía así:

Revista Internacional de Cuentos Naturalistas Xxxx, Basilea, Suiza

Kassel, 1 de octubre de 1812 Estimado Sr. editor: Adjunto le envío para su consideración este relato titulado “Caperucita Roja”, cuyos autores somos mi hermano Jacob Grimm y yo mismo, con objeto de ser publicado en la prestigiosa revista que Vd. edita. Atentamente, Wilhelm Grimm Autor para correspondencia La copia iba acompañada de un manuscrito corto, que coincide con la versión del cuento publicado ese mismo año en el volumen titulado Cuentos de niños y del hogar. La segunda carta El segundo mensaje llevaba el logotipo de la afamada revista y exponía lo siguiente:

Revista Internacional de Cuentos Naturalistas Basilea, 2 de noviembre de 1812 Estimado Sr. Wilhelm Grimm: Lamento comunicarle que, una vez revisado por tres evaluadores anónimos y por mí mismo, el cuento titulado “Caperucita Roja”, cuyos autores son J. Grimm y Vd. mismo, no se encuentra apto para su publicación en su versión actual. El texto está plagado de múltiples defectos de formato, imprecisiones y otros puntos débiles, los cuales deberán ser subsanados antes de que podamos considerar para su edición una nueva versión del relato. De no proceder así, nos veremos obligados a zanjar su eventual publicación en esta prestigiosa revista.

Si desea remitirnos una nueva versión del relato, exhaustivamente revisada, dirija el manuscrito a mi nombre en el plazo de tres semanas. El documento deberá llevar el título “Caperucita Roja_R1”, y tendrá que destacar los cambios realizados. En la carta que acompañe al relato, detalle punto por punto las modificaciones efectuadas. De no recibir noticias suyas en el plazo indicado, el expediente del cuento quedará archivado definitivamente sin nueva notificación. Tenga en consideración que, en los tiempos actuales, en los que tantos autores pretenden vivir del cuento, la revista ha de ser tajante con la aplicación de las normas editoriales. Más aún, permítame que le indique, dada mi experiencia editorial que, de no revisar en profundidad su relato, nos tememos que no encontrará una mínima acogida en ningún público, esté especializado o no en este tipo de cuentos. A continuación, le detallo las objeciones formuladas por los evaluadores y por mí mismo. Esperando volver a recibir pronto noticias suyas se despide atentamente: (Firma ilegible) Evaluador 1 El cuento que lleva por título “Caperucita Roja”, cuyos autores son W. Grimm y F. Grimm, tiene la finalidad de presentar al gran público los ecosistemas y biosistemas más representativos de la región eurosiberiana templada en la que nos encontramos. El estudio es interesante; sin embargo, como trabajo de corte biológico, adolece de una serie de imprecisiones. 1.- Las especies nombradas, así como las unidades fitosociológicas, deben citarse según los Códigos Internacionales de Nomenclatura Botánica y Zoológica. 2.- Asimismo, las especies mencionadas deben incluir una referencia a la categoría de amenaza a la que están sometidas, según la versión más actualizada publicada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). 3.- En coherencia con el punto anterior, no es procedente que el relato incluya la caza de un ejemplar de una especie protegida como es Canis lupus L. De ahí se desprende que el final de la historia debe ser modificado. Asimismo, la protagonista tampoco puede recolectar flores, ya que la acción transcurre en un espacio protegido. 4.- En general, los términos biológicos empleados deben ser más técnicos, de modo que no den lugar a confusiones. Por ejemplo, en lugar de las “manos” del lobo, término impreciso e inapropiado, deberían mencionar los “metacarpos del aparato locomotor delantero”.

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5.- Esta precisión terminológica ha de extenderse a los parámetros físicos que se comentan (tiempo, distancia, temperatura, luminosidad, etc.). En este sentido, los colores mencionados deben seguir la escala cromática RGB. 6.- La mención del vino debe ir acompañada de la variedad de uva utilizada para su elaboración. Evaluador 2 El relato titulado “Caperucita Roja”, de W. y F. Grimm, representa un intento decidido de plasmar las condiciones biológico-culturales afianzadas en la sociedad actual de la Baja Sajonia, en las cuales tres mujeres aparecen explotadas de una manera u otra por el pérfido invasor francés. La propuesta de los autores es valiente y loable, pero está trufada de inconsistencias que restan vigor al relato, y que deben ser subsanadas antes de que el manuscrito pueda alcanzar un nivel mínimamente admisible: - El cuento adolece de un deprimente tono conductista infantil que invalida en gran medida las tesis que pretenden comunicar los autores. Por favor, depúrenlo, siempre que sea posible. - El estilo de redacción del cuento es desaliñado y pobre, y está plagado de estereotipos y fijaciones psicológicas convencionales. Sean sensatos y mejórenlo. - Los paradigmas etológico-protoculturales (antaño “moralejas”) que afloran en la narración han de resultar más explícitos. - Los roles sociales de los personajes deben quedar suficientemente definidos: en lugar del ambiguo término „cazador‟ los autores deberían emplear „superdepredador‟; en vez de „abuela‟, „ascendiente pensionista‟, y así por el estilo. - Los personajes no están bien descritos. Se dice que Caperucita es una “muchachita”, pero no se indica qué edad tiene, de dónde es natural, en qué categoría biométrica se incluye, qué rol juega en su familia, etc. Por otra parte, no queda claro si la aireada „familia‟ de Caperucita es matriarcal o heteroparental, etc. Estos extremos habrán de quedar claros en el texto final. Evaluador 3 La narración titulada Caperucita Roja es un exponente interesante de la cultura tradicional germánica contemporánea. Sin embargo, se echan en falta en el manuscrito las fuentes literarias de las que ha bebido. Basándose en un cuento tradicional, Charles Perrault (1628-1703) ya publicó un relato homónimo, Le petit Chaperon rouge, dentro de su libro Cuentos de Mamá Oca (1697). Pero ha habido que esperar a 1800 para admirar la contribución insuperable que ha recibido el argumento que

nos ocupa. Me refiero a la genial obra teatral Vida y muerte de la pequeña Caperucita Roja. (Una tragedia), puesta en escena por el dramaturgo Ludwig Tieck. Ha sido este literato de proyección universal quien ha caracterizado psicológicamente a los personajes del relato, dotándoles de una vivacidad difícilmente superable. Asimismo, ha sido L. Tieck quien ha dramatizado el cuento de forma magistral y quien lo ha integrado en las corrientes culturales más reconocidas actualmente. Por tanto, considero imprescindible para la aceptación de este manuscrito que incluya una sección bibliográfica en la cual aparezcan las publicaciones de L. Tieck, este polifacético escritor, de las cuales bebe directa o indirectamente el manuscrito, y que son al menos: - Tieck, L. (1796). El rubio Eckbert. Ediciones Libres, Berlín. - Tieck, L. (1797). El caballero Barba Azul. Ediciones Libres, Berlín. - Tieck, L. (1799). El gato con botas. Ediciones Libres, Berlín. - Tieck, L. (1800). Vida y muerte de la pequeña Caperucita Roja. (Una tragedia). Ediciones Libres, Berlín. Atentamente, L.T. Editor El relato no se ajusta a las normas de la revista. Es imprescindible que el texto venga precedido por una página inicial en la que consten el título del relato, los nombres de los autores, el resumen, el “resumen en una frase”, los puntos destacables y las palabras clave. - Según especifican las normas, el resumen debe contener 150 palabras como máximo, el “resumen en una frase” ha de expresarse en menos de 150 caracteres, han de incluirse cinco puntos destacables, redactados en menos de 100 caracteres, así como cinco palabras clave, que han de incluir necesariamente los nombres científicos de las especies citadas. - El manuscrito supera las 1200 palabras. Sea conciso siempre que sea posible. Por favor, resuma. Le recomiendo que elimine el segundo final de la historia. - Evite ambigüedades y omisiones: el lector no tiene por qué dar nada por supuesto cuando lea su relato. Por último, le ruego encarecidamente que atienda exactamente las normas de edición de la revista y dé crédito a las juiciosas enmiendas propuestas por los dos primeros evaluadores. El sobre y su contenido Para finalizar, el sobre —como cabía esperar— iba destinado a la Revista Internacional de Cuentos Naturalistas, y en el remite figuraba el nombre y la dirección de Wilhelm Grimm. En su interior se encontraba

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un manuscrito, acompañado de una carta dirigida al editor en jefe de la revista que decía lo siguiente: La carta Estimado Editor: Siguiendo sus amables indicaciones, adjunto le remito el manuscrito revisado bajo el título “Caperucita Roja_R1” (que, atendiendo a una de las demandas de cambio, resulta ahora: “Caperucita rgb (255,32,0)_R1”). En él aparecen resaltados en rojo todos y cada uno de los cambios realizados para satisfacer las objeciones planteadas por los dos primeros evaluadores anónimos y por Vd. mismo (no necesito explicarle por qué no he atendido las demandas del tercer revisor). Nos ha resultado difícil conjugar la abreviación del cuento con la inclusión de las múltiples precisiones que nos han demandado, pero en mi modesta opinión, creo que lo hemos conseguido. Le agradezco sus amables consejos, que sin duda han contribuido a mejorar sustancialmente el trabajo. Y le ruego asimismo que transmita mi agradecimiento y el de mi hermano a los evaluadores anónimos. Indudablemente, esta nueva versión del cuento es mucho más precisa, concisa y objetiva, y no se presta a interpretaciones subjetivas, como ocurría con la anterior. Auguro que la versión actual del cuento marcará un antes y un después en la historia de la narrativa germánica contemporánea, y todo será mérito de sus oportunos comentarios. Esperando su pronta respuesta, con el vivo deseo de que en esta ocasión sea afirmativa, se despide cortésmente su servidor, Wilhelm Grimm Autor para correspondencia El manuscrito El pequeño manuscrito que acompañaba a la carta decía lo siguiente (hemos respetado los colores del texto: el color rojo representa los cambios realizados sobre la versión original): Caperucita rgb (255,32,0)_R1 Wilhelm Grimm

1,+ y Jacob Grimm

+

1 Autor para correspondencia.

+ Ambos autores han contribuido en la misma medida en la

elaboración del escrito Dirección postal: Calle de los Hermanos Grimm, nº 20, Kassel Resumen: Caperucita rgb (255,32,0), niña caucásica de la Baja Sajonia, recibe de su progenitora parental ♀ el encargo de, sin desviarse, llevar pastel de chocolate y vino tinto Lemberger a su ascendiente pensionista ♀, asténica

senil que vive en un bosque caducifolio mesofítico. Por el camino detalla el recado a un ejemplar adulto ♂ solitario de Canis lupus L. Caperucita, engañada por el depredador, se entretiene escuchando cantos de muscicápidos y observando fanerógamas en antesis. C. lupus llega a casa de la pensionista, adopta una estrategia de ataque directo y la engulle. Tras vestirse con sus ropas y ocupar su lugar, cuando llega Caperucita esboza una estratagema de caza por sorpresa y la devora también. Afortunadamente, un superdepredador humano descubre durmiendo al C. lupus y, tras abrir su cavidad abdominal, rescata a Caperucita y su ascendiente pensionista. El final es feliz para los protagonistas, incluyendo el C. lupus. Resumen en una frase: “No te volverás a desviar en toda tu vida del camino, si tu progenitora parental ♀ te lo ha prohibido”. Puntos destacables (Highlights): - Nunca te fíes de Canis lupus, un depredador astuto (pero tampoco lo mates). - Las estrategias de ataque directo y caza por sorpresa deben culminar en una huida rauda. - A todo depredador le sale al paso un superdepredador equilibrador del ecosistema. - El muestreo de fanerógamas y de muscicápidos debe cubrirse sin desviarse del camino. - La estrategia “quédate en casa” libra de C. lupus, pero no alivia a la ascendiente pensionista. Palabras clave (Keywords): Canis lupus, Centaurea cyanus, antesis, bosque caducifolio mesofítico, superdepredador. Caperucita rgb (255,32,0)_R1 Érase una vez una pequeña dulce muchachita caucásica de Klimm (Baja Sajonia), de 1,40 m de estatura, 42 kg de masa corporal y somatotipo mesomorfo, de doce años de edad—, que en cuanto se la veía se la prodigaba afecto, pero sobre todo la quería su ascendiente pensionista (♀). Que no sabía qué darle a su F2 ♀ (nieta). Un buen día le regaló una caperucita de terciopelo flamenco de hilo doble rojo rgb (255,32,0), y como le sentaba muy bien y no quería llevar otra cosa, la llamaron Caperucita rgb (255,32,0). Un día la progenitora F1, parental ♀, le dijo: —Ven, Caperucita, aquí tienes un pedazo de pastel de chocolate en capas, cubierto y relleno con una mezcla con ralladura de coco y nueces, y una botella de vino tinto de uva Lemberger; llévaselo a la ascendiente pensionista (♀), que está enferma y débil (con astenia crónica senil de tipo 2), y se sentirá aliviada con esto por efecto de los flavonoides y los demás antioxidantes que contienen. Prepárate antes de que haga mucho calor (≥20⁰C), y cuando salgas ve con cuidado y no te apartes del sendero. Si no, te caerás y romperás el cúbito, el radio y la botella, y la ascendiente pensionista se quedará sin nada. Y cuando llegues no te olvides de darle la fórmula de cortesía matinal, y no te pongas a curiosear antes por todas las esquinas.

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—Lo haré todo bien —dijo Caperucita a su progenitora parental ♀, y le dio la extremidad anterior derecha a continuación. La ascendiente pensionista vivía muy dentro del bosque caducifolio mesofítico (5.5. bosque de roble y tilo), a 2,630 Km del pueblo. Cuando Caperucita llegó a la comunidad de frondosas caducifolias, se tropezó con un ejemplar adulto ♂ solitario de Canis lupus L. (taxón protegido). Pero Caperucita, que aún no sabía lo depredador que es el C. lupus, no tuvo miedo de él. —Buenos días, Caperucita rgb (255,32,0) —dijo él. —Muchas gracias, Canis lupus L. —¿Adónde tan temprano (11,26 h GMT), Caperucita? —A ver a la ascendiente pensionista. —¿Qué llevas debajo del delantal? —Pastel de chocolate en capas, cubierto y relleno con una mezcla con ralladura de coco y nueces, y vino tinto Lemberger. Ayer lo hicimos. Con esto la ascendiente pensionista, que está con astenia senil crónica de tipo 2, se alimentará y se fortalecerá. —Caperucita, ¿en qué coordenadas UTM vive tu abuela? —Todavía a ≥16 min andando por la comunidad de frondosas caducifolias. Debajo de tres grandes ejemplares de roble Quercus robur L. (de interés especial), está su casa; abajo están los setos del nogal Juglans regia L. (preocupación menor), como sabrás. El C. lupus solitario pensaba para sí: «Esta joven y tierna presa es un dulce bocado y sabrá mucho mejor que la vieja; tengo que hacerlo bien desde el principio para cazar a las dos». Siguió andando un rato junto a Caperucita rgb (255,32,0) y luego dijo: —Caperucita, mira los hermosos terófitos de primavera en floración que están alrededor de ti, ¿por qué no echas una ojeada a tu alrededor? Creo que no te fijas en lo bien que cantan los muscicápidos. Vas como si fueras a la escuela y aquí en la comunidad de frondosas caducifolias es todo tan divertido... Caperucita abrió los órganos fotorreceptores y cuando vio cómo los haces luminosos del sol bailaban de un lado a otro a través de los fenerófitos lignificados y cómo todo estaba tan lleno de fanerógamas, pensó: «Si le llevo a la ascendiente pensionista un ramo de terófitos en antesis, se alegrará; aún es pronto (11.32 h GMT) y podré llegar a tiempo (<12 h GMT)». Y se desvió del sendero, adentrándose en el bosque caducifolio mesofítico para coger asteráceas y papilonáceas en floración. Localizó un ejemplar de aciano Centaurea cyanus L. (preocupación menor) y, sin arrancarlo, pensando que más adentro los habría más hermosos, cada vez se internaba más en la comunidad de frondosas. El C. lupus, en cambio, se fue directamente a casa de la ascendiente pensionista y llamó a la puerta: —¿Quién es? —Caperucita rgb (255,32,0), traigo pastel de chocolate en capas, y vino tinto Lemberger. Ábreme. —iMueve el picaporte! —gritó la ascendiente pensionista—. Estoy asténica y no puedo levantarme. El C. lupus movió el picaporte, la puerta se abrió y él, sin proferir un aullido, diseñó una estrategia de ataque directo

horizontal, fue directamente a la cama de la ascendiente pensionista, abatió a su presa y se la tragó. Luego se puso su vestido de cama satinado estilo casual y su cofia calesa de campana, se metió en la cama y corrió las cortinas tradicionales de tejido opaco. Entre tanto Caperucita había seguido buscando asteráceas y leguminosas en floración y cuando ya había localizado (sin arrancar) tantas que no las podía llevar, se acordó de nuevo de la ascendiente pensionista y se puso de nuevo en camino de su casa. Se asombró de que la puerta estuviera abierta y, cuando entró en la habitación, se encontró incómoda y pensó: «Dios mío, qué miedo tengo hoy, cuando por lo general me gusta tanto estar con la ascendiente pensionista». Exclamó: —Buenos días —pero no recibió contestación. Luego fue a la cama y descorrió las cortinas tradicionales de tejido opaco; allí estaba la ascendiente pensionista con la cofia calesa de campana tapándole la parte anteroinferior de la cabeza, pero tenía una pinta extraña. —iAy, abuela, qué pabellones auriculares tan grandes tienes! —Para percibir tus sonidos mejor. —iAy, abuela, qué globos fotorreceptores tan grandes tienes! —Para percibir la radiación luminosa que reflejas mejor. —iAy, abuela, qué cuartos segmentos de las extremidades torácicas tan grandes tienes! —Para asirte fuertemente mejor. —iAy, abuela, qué cavidad oral tan enormemente grande tienes! —Para ingerirte con ansia y rapidez mejor. Apenas había dicho esto, el depredador adoptó ahora una estrategia de caza por sorpresa, saltó de la cama y se zampó a la pobre Caperucita rgb (255,32,0). Después de que el C. lupus hubo saciado su apetito, se metió de nuevo en la cama, se durmió y comenzó a roncar con todas sus fuerzas. El superdepredador humano, que pasaba en ese preciso momento por la casa, pensó: «Cómo ronca la pensionista; tendrías que ir a ver si necesita algo». Y cuando entró en la habitación y se acercó hasta la cama, vio que el C. lupus estaba dentro: —iAh, estás aquí, viejo pecador! —dijo. ¡Tanto tiempo como llevo buscándote! Entonces quiso cargar su escopeta, pero pensó que el C. lupus podía haber devorado a la pensionista, y a lo mejor aún se la podía salvar, así que no disparó, sino que cogió las tijeras y comenzó a rajar al C. lupus la región abdominal. Cuando había dado unos cuantos cortes, salió la muchacha y dijo: —iHuy, qué susto tenía! El sistema digestivo del lobo estaba todo muy oscuro (1±0,2% de luminosidad). Y luego salió la pensionista también viva, aunque casi no podía ejercitar la función ventilatoria torácica. Caperucita cogió rápidamente catorce fragmentos rocosos cuarzoareníticos de 8±2 cm, con los que llenaron la cavidad abdominal del C. lupus. Cuando éste despertó, quiso irse saltando, pero los fragmentos rocosos eran tan pesados (peso específico 2500 g/dm3) que apenas pudo alejarse realizando una estrategia de marcha renqueante como reflejo de huida.

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A consecuencia de esto estaban los tres muy felices. El superdepredador humano había tocado y olido la piel del C. lupus (sin arrancársela), había ahorrado sus balas y se las llevó a casa; la abuela se comió el pastel de chocolate en capas y bebió el vino Lemberger que había traído Caperucita y se recuperó de nuevo de su astenia. El lobo conservó su piel y mantuvo bajos sus niveles de colesterol, y Caperucita rgb (255,32,0) aprendió: «Ya no te volverás a desviar en toda tu vida del camino, si tu progenitora parental ♀ te lo ha prohibido». Apunte final Por cierto, para finalizar conviene señalar que, en el sobre, con grandes caracteres rojos que atendían a la inimitable caligrafía de Jacob Grimm aparecían cuatro escuetas líneas en las que podía leerse: “¿Estás loco, Wilhelm? ¡No envíes la carta! ¡Al cuerno con la revista! ¡Caperucita Roja no se toca!”. Parece ser que, gracias a Jacob, la carta nunca salió del domicilio de los hermanos Grimm, y por ello nos ha llegado el cuento tal como fue redactado, para consternación de los tres revisores anónimos y del sufrido editor en jefe de la prestigiosa Revista Internacional de Cuentos Naturalistas. ¡Y colorín colorado, esta narración breve de ficción se ha acabado!