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I SEMESTRE DIURNO
MATERIA: DERECHO CONSTITUCIONAL I
ABG. THAIS ABREU SÁNCHEZ
TEMA 5
FORMAS DEL ESTADO
Forma de Estado
La forma de Estado apunta a delimitarnos cuál es la consistencia de
poder cuyo titular es el Estado; desde el punto de vista jurídico se trata de
saber cuál es la organización interna del estado, si este posee un único titular o
responde a diferentes centros de poder.
El Estado Unitario
En este sistema de organización del Estado el poder político tiene un
único centro de impulsión de tal manera que las funciones constituyente,
legislativa, judicial y de control se radican en cabeza suya, reconociéndole a las
entidades territoriales facultades administrativas limitadas y controladas por la
autoridad central para encauzar la actividad hacia los fines que ella determina.
Es decir, las autoridades nacionales están encargadas de las principales
funciones y a las entidades territoriales solamente se les conceden funciones
administrativas de menor importancia.
El Estado Unitario supone el principio de la centralización política, que se
traduce en unidad de mando supremo en cabeza del gobierno nacional, unidad
en todos los ramos de la legislación en cabeza del congreso y, en general,
unidad en las decisiones de carácter político que tienen vigencia para todo el
espacio geográfico nacional; la centralización también implica la unidad en la
jurisdicción; la centralización política no es otra cosa, pues, que una jerarquía
constitucional reconocida dentro de la organización jurídica del Estado.
Podemos definir al Estado unitario como aquel que posee un solo centro de
impulsión política y gubernamental. El poder político, en la totalidad de sus
atributos y funciones, proviene, emana o surge de un único titular que es la
persona jurídica Estado; ello genera importantes consecuencias para los
habitantes de dicho Estado unitario de las cuales podemos mencionar
las siguientes:
Todos y cada uno de los habitantes de ese Estado en particular
obedecen a una única y misma autoridad
Todos y cada uno de los habitantes de ese Estado en particular viven
bajo el mismo régimen Constitucional.
Todos y cada uno de los habitantes de ese Estado en particular son
regidos por las mismas leyes.
Como característica primordial en este tipo de Estado unitario se nota un
excesivo centralismo, como consecuencia separa considerablemente al
ciudadano de los centros de decisión política, restringiendo en la práctica los
mecanismos de la participación ciudadana, este Estado tiende a desconocer el
hecho sociológico que ata al ciudadano con su comunidad.
Estado Unitario Centralizado
El Estado Unitario se caracteriza por la existencia de un centro único de poder;
desde el punto de vista de la organización política, la multiplicidad de
voluntades individuales se considera como unificada y da lugar al derecho de
una colectividad entera. El Estado Unitario Centralizado es aquel en el que
todas las funciones y atribuciones del país son concentradas en un núcleo. Y
las autoridades locales generalmente se limitan a ser ejecutores.
La existencia de un centro exclusivo de decisión política para todo el territorio
nacional lleva consigo la presencia del poder estatal en todas las partes de su
territorio. Por consiguiente la centralización, desde un punto de vista político,
es un medio de realizar y de mantener la unidad de la colectividad nacional.
La concentración del poder público significa en monopolio reservado a los
gobernantes de dar reglas jurídicas y la centralización, a su provecho de los
medios materiales para asegurar la ejecución de las mismas.
El Estado Unitario Centralizado se caracteriza por dos aspectos: política y
administrativa.
1) Políticamente está fundamentado sobre una idea uniforme de un interés
general para toda la sociedad, que los gobernantes realizan mediante una
reglamentación uniforme en su contenido y universal en su aplicación.
2) Desde el punto de vista administrativo el poder estatal unitario se
caracteriza porque la ejecución de las leyes y la gestión de los servicios
depende exclusivamente de las autoridades independientes del medio en que
obran y del grupo al que interesan los servicios.
Estado Unitario Descentralizado
El Estado Unitario Descentralizado es aquel en el que existen instituciones –
dentro del Estado- con personalidad jurídica propia, patrimonio propio y
autonomía de gestión. En estos casos el orden superior de gobierno
generalmente sólo ejerce una supervigilancia o tutela.
El Estado unitario Descentralizado es un Estado simple en el cual ciertas
entidades territoriales tienen una esfera de competencia que le es propia y la
ejercen a través de órganos de su propia escogencia y no mediante
funcionarios delegados del poder central
Según Georges Vedel “la descentralización consiste en delegar poderes de
decisión en órganos distintos de los simples agentes del poder central, no
sometidos al deber de obediencia jerárquica y que frecuentemente son
elegidos por los ciudadanos interesados”.
Para André de Laubadére el término descentralización “despierta la idea de
una colectividad local, que ha pesar de estar incluida en otra colectividad más
grande, se administra a si misma y dirige sus propios negocios”
En su acepción gramatical el diccionario de la Lengua Española, en su
vigésima segunda edición, tomo 4 dice que descentralizar significa “transferir a
diversas corporaciones o personas una parte de la autoridad que antes ejercía
el gobierno supremo del Estado”
A partir de estas definiciones se puede inferir que la descentralización es: El
otorgamiento de funciones administrativas por parte del Estado a entidades
territoriales, a entidades que desarrollen actividades técnicas o especializadas
y a personas que de acuerdo con la normatividad vigente, estén autorizadas
para ejercer funciones públicas, para que sean ejercidas autónomamente
manteniendo la autoridad central control de tutela con la finalidad de coordinar
las políticas generales del estado.
ELEMENTOS
a) La descentralización implica la existencia de un ente con capacidad de
ejercer derechos y contraer obligaciones, esto es, con personalidad jurídica
b) Implica la existencia de necesidades locales o asuntos que requieran una
administración especializada lo cual justifica la figura.
c) Requiere autoridades propias encargadas de la administración de la persona
jurídica
d) Supone autonomía patrimonial y financiera. La primera consiste en tener un
patrimonio propio y administrarlo independientemente y, la segunda, en
procurarse sus propios ingresos y decidir la forma de emplearlos
e) Debido a que la autonomía no es absoluta, por la necesidad de coordinar las
políticas y programas del estado existe un control de tutela gubernamental.
Estado Compuesto
Podemos definir a los Estados compuestos como aquellos que poseen varios
centros de impulsión política y gubernamental. El poder político, en la totalidad
de sus atributos y funciones, proviene, emana o surge de una pluralidad de
Estados, los cuales subsisten, al menos en forma disminuida, a pesar de su
unión.
Son aquellos que desde el punto de vista de las relaciones internacionales se
presentan en la comunidad internacional como un solo ente, pero en realidad
son consecuencias de una estructura compuesta por la asociación de dos o
más Estados que persiguen en dicha asociación fines comunes.
ESTADO COMPUESTO- LA UNION PERSONAL
Existe Unión Personal, cuando un Estado ofrece la Corona a un rey que ya lo es
de otro Estado. Se distingue esta Unión de la Real en la circunstancia de que
no crean órganos comunes; cada Estado conserva su propia forma
constitucional. De todos modos, tanto en la Unión Real como en la Personal no
se crea un Estado nuevo, sino que simplemente se asocian dos o más Estados,
que permanecen en su individualidad, alterada sólo por las circunstancias de la
Unión.
Una unión personal es una figura jurídica mediante la cual dos estados
comparten un mismo jefe de estado, sin que exista, necesariamente, una
integración política entre ambas naciones. Las dos o más entidades que
forman una unión personal se consideran estados soberanos separados.
Las uniones personales pueden surgir por diversos motivos. En muchas
ocasiones surgen cuando las reglas de sucesión de dos estados coinciden en
una misma persona, esto fue muy común en Europa cuando las casas reales
tenían la costumbre de casarse entre sí. En otras ocasiones surgen bajo una
anexión virtual o de facto en las cuales se usa la figura de unión personal para
pretender cierta independencia del estado sometido con el fin de aplacar
insurrecciones. El caso más notorio de uniones personales en la actualidad
surgen al interior de la Mancomunidad Británica en la cual varios de los
estados se consideran reinos con el monarca del Reino Unido como su jefe de
estado.
En las uniones personales, ambos estados conservan cuerpos de gobierno
separados, con sus propias capitales, y reconocimiento por separado por las
demás naciones. Las uniones personales puede evolucionar hacia una
federación (en la cual la política internacional es unificada y ambas entidades
son reconocidas ahora como un único estado), una anexión (cuando una
entidad pierde toda soberanía), o una separación.
Las uniones personales son más comunes en las monarquías. En las repúblicas,
normalmente, los presidentes son un ciudadano elegido por sus propios
conciudadanos, directa o indirectamente. Esto no descarta, sin embargo, casos
como el de Francia, cuyo presidente es también uno de los jefes de estado de
Andorra, posición que comparte con el Obispo de Seo de Urgel en Cataluña
(España), unión que data de 1607 cuando Francia era una monarquía con
Enrique IV de Borbón como monarca.
ESTADO COMPUESTOS- LA UNION REAL
La denominación unión real no proviene, en cuanto a la utilización del término
real de la existencia de un monarca común, aunque lo normal es que así sea,
sino de que los distintos reinos compartían, además, algunas cosas: el término
"real" no proviene en este caso de rex -rey- sino de res -cosa-. Esto significa
que los respectivos ordenamientos prevén la existencia de algún tipo de unión
que se extiende no solamente a compartir la jefatura del Estado sino a la
existencia de determinados órganos e instituciones jurídicas comunes. Se
trata, lógicamente, de una fórmula que va más allá de la Unión Personal. Esto
es lo que vino a ocurrir respecto a todos los reinos que terminaron formando
respectivamente las Coronas de Castilla y Aragón. Los reinos que formaron
Castilla, es decir los de Asturias, Galicia, León y Castilla propiamente dicho
tenían en común muchas instituciones además de tener el mismo rey. Algo
parecido, aunque no tan acusado, ocurre con los que formaron el Reino de
Aragón es decir los de Aragón, Valencia, Baleares y Aragón no fue durante un
tiempo más que una Unión Personal, cada uno de ellos estaba a su vez
integrado por reinos que constituían entre si una Unión Real.
Modernamente también es posible constatar la existencia de formas de Unión
Real, a resultas de determinadas procesos de desmembración del imperio
británica de naciones) y así los denominados Dominios -Canadá, Australia y
Nueva Zelanda comparten con Gran Bretaña no solamente la figura del rey -
reina en este caso- sino algunas, aunque pocas, instituciones constitucionales.
La Unión Real va un poco más allá de la personal, no sólo los Estados
[entiéndase los gobiernos de los Estados, y de éstos ─los gobiernos─ el cargo o
potestad máxima] están unidos en la persona del mismo monarca, sino
también ponen en común las relaciones exteriores e incluso puede ser que la
defensa nacional y la finanzas.
ESTADO COMPUESTOS- CONFEDERACION DE ESTADOS
Dentro de las Formas de Estado tradicionales compuestos se estudian también
dos tipos que presentan una especial semejanza: la Confederación y la
Federación.
La confederación es una unión de Estados independientes y soberanos en
virtud de un pacto, en la mayoría de los casos un tratado multilateral, “ para
defenderse en común de las agresiones exteriores y para asegurar la paz y
promover el bienestar en el interior.”
La confederación es una organización que vincula a dos o más estados
soberanos e independientes para unos fines concretos: defensa, relaciones
internacionales, cooperación económica, entre las más frecuentes. Su
fundamento jurídico es un tratado, es decir, un pacto de naturaleza
internacional. En sus orígenes, Estados Unidos o Suiza fueron confederaciones,
y la actual Unión Europea tiene algunas características del mismo signo.
Dos rasgos básicos caracterizan a la confederación:
a. Las instituciones de la confederación tienen dos peculiaridades: primera, su
órgano superior está compuesto por representantes de los gobiernos de los
estados miembros, los cuales actúan, a la manera de embajadores, siguiendo
los mandatos que les trasmiten sus respectivos gobiernos; segunda, las
normas dictadas por la confederación sólo obligan directamente a los estados
miembros, no a los ciudadanos, los cuales deberán obedecerlas en la medida
que sus respectivos estados les obliguen a ello. No hay, pues, relaciones
jurídicas entre la confederación y los ciudadanos, sino entre la confederación y
los estados.
b. El tratado confederal atribuye las competencias a la confederación, aunque
esta atribución no implica ceder la titularidad de la competencia, sino su
ejercicio: el titular continúa siendo, pues, el Estado miembro. Por otra parte, la
Hacienda de la confederación proviene de las aportaciones directas que
efectúan los estados miembros, lo cual supone que dicha confederación no
recauda tributos directamente a los ciudadanos.
LA ORGANIZACIÓN DE LA CONFEDERACION
Como toda institución jurídico-política, la Confederación de Estados ha
transitado por distintas etapas en la historia. Se tienen noticias acerca de la
formación de estas confederaciones desde la Antigüedad. Aunque los
materiales historiográficos contienen múltiples referencias sobre esta
institución.
Las características de estas formaciones responden a uniones de carácter
fundamentalmente político, aunque los elementos de carácter económico y
militar no parecen ajenos en casos muy puntuales. De alguna manera también
se sostienen sobre una base jurídica determinada, aunque esta no se ajuste
definitivamente a los argumentos propios de una posible y efectiva integración
regional, además de la existencia de puntos controversiales en cuanto a la
aceptación o no de algunos de estos ejemplos como confederaciones de
Estados, per se. A esta conclusión solo puede arribarse después de una
valoración desde el prisma conceptual de esta institución, una vez que se
revisen los aspectos más trascendentales de su fundamentación teórica.
Puede entenderse por Confederación de Estados "la asociación de carácter
permanente y orgánico de varios Estados independientes, con objeto de
protegerse mutuamente en los órdenes interior y exterior, y de realizar,
además, otros fines pertenecientes al sector de la administración del Estado",
como "una organización política que implica la reunión accidental de Estados
soberanos, cada uno de los cuales conserva su propia soberanía, sin que exista
una soberanía común.", o como "unión permanente de Estados independientes
que sin embargo mantienen la independencia funcional y soberana de sus
respectivos órganos de poder y de gobierno y no se subordinan a un
supraestado como ocurre con la federación", por lo que esta unión debe
responder fundamentalmente a los fines de la representación internacional,
organización militar y las relaciones económicas.
La Confederación, a juicio de algunos autores "no es un Estado, sino una suma
de Estados que conservan su absoluta soberanía, y que implica la idea de una
unanimidad paralizante ante cualquier decisión". Sin embargo, no puede
perderse de vista que, para otros, estas confederaciones deben entenderse
como "una unión de Estados con intención de permanencia, de tal fuerza que
también afecta a las constituciones de los Estados miembros"
Puede entenderse entonces a la Confederación de Estados como forma de
unificación política, con fundamento jurídico, de un conjunto de Estados
soberanos, a los fines de la representación internacional de sus intereses
colectivos, de carácter económico, militar, político, etc., la cual puede tener, en
el cumplimiento de estos propósitos, plena capacidad jurídica para ejercer sus
derechos y responder por las obligaciones contraídas conforme a las normas de
Derecho Internacional Público. Esta representatividad se manifiesta a través de
los órganos comunes creados por voluntad de los Estados miembros al
momento de la conclusión del instrumento convencional correspondiente,
donde se delimitan además el alcance de las funciones de las instituciones
confederales, precisando el carácter vinculante de las decisiones emanadas de
estas y la solución, por vía jurídica, de las posibles controversias generadas
ante su eventual incumplimiento. Conservando los Estados miembros sus
atributos soberanos, sin que ello implique la negación de la cesión parcial de
competencias soberanas en función de intereses comunes, mantendrán en
todo momento su derecho a separarse de la Confederación y la posibilidad de
anulación de un acto del órgano confederal, implicando este último caso la
exigencia de responsabilidad y la aplicación de las sanciones correspondientes
por parte de esa instancia. La Confederación de Estados puede guiarse al
cumplimiento del principio de cooperación internacional, configurándose como
un modelo para la integración regional, cuyo tiempo de existencia dependerá
de la voluntad de sus Estados parte de avanzar hacia un esquema
integracionista superior.
Según HAURIOU, en su libro Derecho Constitucional e Instituciones Políticas "la
Confederación de Estados es más que una simple alianza, porque tiene una
organización compuesta por una Dieta o Asamblea de los Estados, que se
reúne periódicamente para tratar los asuntos comunes previstos en el pacto",
aunque constituya una organización inestable que se disuelve o transforma en
un Estado federal.
ESTADO COMPUESTOS- EL ESTADO FEDERAL
Un Estado federal es la porción de territorio cuyos habitantes se rigen por leyes
propias, aunque sometidos en ciertos asuntos a las decisiones del gobierno
federal central. Las federaciones pueden ser multiétnicas o extenderse por
amplios territorios, aunque no necesariamente ha de darse alguna de estas
situaciones. Con frecuencia las federaciones se constituyen sobre un acuerdo
original entre estados soberanos. Los estados que forman la federación no
suelen tener derecho a separarse unilateralmente de la misma. Entre las
federaciones más significativas de nuestros días se encuentran los Estados
Unidos, Brasil, la India, Alemania, México y Venezuela. La forma de gobierno o
estructura constitucional que caracteriza a una federación se conoce como
federalismo.
El Estado federal es una asociación de Estados sometidos por una parte a un
poder único, y por otra parte, conservando su independencia.
Principios del Estado Federal
Participación: Los socios colaboran en la formación de las decisiones que
afectan a la unión, implica instituciones comunes. Varía la competencia según
el grado de intensidad del lazo federal.
Autonomía: Los Estados conservan cada uno cierta independencia en la
gestión de sus asuntos, disponen de autonomía gubernamental en virtud de
ella poseen la posibilidad de: darse su propia Constitución, darse sus propias
leyes, organizar su poder judicial y elegir su Poder Ejecutivo.
Por su parte, el Estado federal es una forma de organización territorial interna -
no internacional- en la que coexisten dos órdenes diferentes de instituciones
políticas (la federación y los estados miembros) y dos ordenamientos jurídicos
distintos (el ordenamiento general y los ordenamientos territoriales), siendo el
Estado federal un tercer orden común a ambos.
Tres son los rasgos básicos de un Estado-federal:
a. La Constitución federal garantiza la igualdad básica de derechos de todos los
ciudadanos, establece los principios fundamentales del Estado y regula las
instituciones políticas comunes.
b. Cada uno de los estados miembros está dotado, dentro del marco
constitucional federal, de una Constitución propia que establece las
instituciones políticas de las que emanan los ordenamientos jurídicos
territoriales. Entre los poderes de la federación y de los estados miembros no
existe relación jerárquica, ya que son esferas autónomas; por tanto, no pueden
establecerse controles políticos entre ellos, sino sólo controles jurisdiccionales
ejercidos por órganos independientes de ambos.
c. Las competencias legislativas o ejecutivas de los poderes públicos son
ejercidas por la federación y por los estados miembros de acuerdo con un
sistema de distribución previamente establecido en la Constitución federal.
Ambas esferas, aunque autónomas, tienen el deber de colaborar en el ejercicio
de sus propias competencias con el fin de cumplir mejor los objetivos
asignados a los poderes públicos. En el plano legislativo, esta colaboración se
realiza normalmente a través de un senado representativo de los estados
miembros. En el plano ejecutivo, las administraciones de los estados cooperan
con la administración de la federación a los efectos de una mayor eficacia
general de todas las administraciones públicas en interés de un mejor servicio
al ciudadano.
d. Tanto la federación como los estados miembros tienen capacidad tributaria
directa para recaudar impuestos de los ciudadanos y financiar los gastos que
comporta el ejercicio de sus competencias respectivas. Ello da lugar a dos
tipos de haciendas públicas: la de la federación y la de los estados miembros.
ORIGEN DE LA FEDERACION
La historia conceptual y social del federalismo se remonta a siglos. En cuanto
principio, como estructura dual de gobierno y como resultado de un acuerdo o
alianza entre partes, algunos autores remontan su origen a las tribus hebreas,
a las ligas entre ciudades de la Grecia antigua o incluso a las alianzas entre
tribus precolombinas en los territorios del continente americano. Por supuesto,
remontar a esas experiencias el origen del federalismo supone un acotamiento
del concepto, limitándolo a su contenido etimológico en cuanto "alianza" (del
latín foedus) entre entes políticos para crear una estructura orgánica superior,
generalmente motivada por factores militares. Se justifica situar en esas
épocas los antecedentes del federalismo dado que esas antiguas alianzas
mantenían un principio de unidad política que no implicaba la pérdida de
autonomía para las partes integrantes del acuerdo.
La necesidad histórica del federalismo, si podemos llamar así a la práctica
humana que lo ha construido, implica entonces que no pueda inventarse o
decretarse para determinada sociedad o para cualquier tiempo en la evolución
del Estado; requiere de determinadas condiciones sociales que lo hagan
factible y necesario.
La experiencia histórica más importante del federalismo era la Confederación
Suiza, integrada por cantones habitados por diferentes grupos lingüísticos y
religiosos y que, aún ahora, con una trayectoria de más de 700 años,
constituye el ejemplo más añejo de democracia y de modelo federal. Para un
periodo que en Europa se caracterizaba por la renovación de las ideas políticas,
el ejemplo suizo influyó en las reflexiones que hasta ese momento se hicieron
sobre el modelo federal de gobierno, si bien, cabe indicar, durante esa época
las prioridades se dirigían más a cuestionar al modelo monárquico y menos a
precisar el contenido ideal de los proyectos republicanos. No está de más
indicar que el federalismo no estaba en la primera posición entre las
alternativas; en la mayoría de los casos, las naciones europeas tenían un perfil
relativamente integrado -construido por las monarquías-, por lo cual no cabía la
posibilidad de alianzas de tipo federal. El Estado unitario era el modelo
dominante, como proyecto y como idea política. En Francia, por ejemplo, país
en donde con mayor creatividad se estudiaban modelos de Estado
posmonárquicos, finalmente su evolución lo condujo en una dirección ajena al
modelo federal y, por el contrario, siglos después arribó al prototipo unitario de
Estado democrático. Como ocurría en la mayoría de las naciones europeas, sus
condiciones históricas no eran propicias para una alternativa federalista. Hasta
el siglo XVIII las experiencias federalistas fueron más una excepción que una
regla.
En donde las condiciones políticas y sociales fueron particularmente
consistentes con el modelo federal fue en el territorio del norte de
América, colonizado por los ingleses, cuyas nacientes sociedades
evolucionaron ajenas a las añejas ataduras de las monarquías, de su cultura y
de sus élites gobernantes.
Para las reflexiones políticas de entonces, en el norte del continente
americano el sistema federal, ya era una idea conocida, lo mismo que , el
concepto de separación de poderes valorado como modelo ideal de Estado
republicano. No obstante, cabe destacar que el federalismo como opción
política para la formación del nuevo país -Estados Unidos de América-fue más
un producto impuesto por las circunstancias históricas que un deliberado
proyecto diseñado de antemano. 8 Lo anterior no impidió que la particular
combinación entre la coyuntura de las emancipadas colonias británicas y los
antecedentes del pensamiento político europeo motivaran un original
desarrollo del sistema federal, así como de los conceptos políticos con los
cuales emergió. La relevancia de esta experiencia radica en sus importantes
aportes a la evolución del Estado, en general, y del sistema federal, en
particular.
Es un hecho reconocido que el federalismo moderno surgió con Estados
Unidos, cuyo sistema de gobierno se caracterizó por la integración de un
Estado nacional determinado y limitado en sus poderes por el pueblo soberano,
quien es la fuente constitutiva tanto de los estados de la federación como del
Estado nacional, todo lo cual quedó plasmado en un acuerdo formal, que es el
documento constitucional. Los rasgos de este nuevo Estado contemplaban la
división de poderes, a la cual los propios estados federativos ya se habían
adelantado. En este modelo del federalismo, originalmente el Poder Legislativo
es el que tendería a ser dominante, quedando éste integrado por dos cámaras,
la primera representando a los estados en términos de igualdad (el Senado),
independientemente de sus dimensiones sociales o territoriales, y la segunda
representando a la población (Cámara de Representantes). Con esta fórmula se
integró el nuevo gobierno nacional -con funciones y recursos limitados- y se
preservó, a la vez, la autonomía de los gobiernos de los estados.
TEORIAS SOBRE LA NATURALEZA JURIDICA DE LA FEDERACION
La doctrina no se ha puesto de acuerdo todavía sobre la naturaleza jurídica del
Estado federal. Los juristas han sostenido teorías opuestas en torno a esta
cuestión. Las teorías dominantes en nuestros días son, fundamentalmente,
dos:
a) La de los que sostienen que el Estado federal es la única organización
estatal y no los Estados-miembros (DONATI, DURAND, MOUSKHÉLY, KUNZ,
etc.).
b) y la teoría, dominante, de aquellos que afirman que el Estado federal es un
Estado compuesto, una unión de Estados regulada por el Derecho estatal
(L. Rossi, CARRÉ DE MALBERG, SANTI ROMANO, BISCARETTI DI RUFFÍA,
BALLADOREPALLIERI, etc.).
M. GARCÍA PELAYO ha clasificado en seis categorías las distintas opiniones de
los autores en torno a la naturaleza jurídica del Estado federal:
A) La teoría de la doble soberanía.
B) Teoría que niega la realidad jurídica del Estado federal.
C) Teoría que afirma como único Estado el Estado federal.
D) Teoría que afirma que la Federación es el único soberano, pero que no niega
a los miembros el carácter de Estado.
E) Teoría de las tres entidades; y
F) Teoría que concibe al Estado federal como forma avanzada de
descentralización;
Teoría de la doble soberanía (o cosoberanía)
Es la mantenida originariamente en Norteamérica en torno a la Constitución de
1787, y divulgada en Europa por Tocqueville (34) y Weitz. Según esta tesis, se
produce en el Estado federal un reparto de la soberanía y de las competencias
entre el Estado central y los Estados particulares, en el sentido de que tanto
aquél como éstos son soberanos en sus respectivos campos de acción. No se
trata, pues, de una soberanía limitada, sino dividida, o sea, de una coexistencia
de dos poderes iguales y coordinados.
«Esta doctrina de la duplicidad de la soberanía y de los Estados —escribe
García Pelayo— entraba en contradicción con la doctrina de la unidad del
Estado... y de la indivisibilidad y exclusividad que se atribuían a la soberanía.»
Teoría que niega la realidad jurídica del Estado federal.
Esta teoría niega radicalmente la realidad jurídica del Estado federal, concepto
imposible e inconcebible, por cuanto carece de un elemento esencial a todo
Estado: la soberanía. Existen tan sólo Estados unitarios y Confederados El
único Estado posible es el unitario. No pueden coexistir dos soberanías. La
soberanía o radica en el Poder central = Estado unitario, o en los Estados que
integran la Unión política superior. Si nos inclinamos por esta última afirmación
—nos dirá Calhoun— desembocaremos en una Confederación. En cualquier
caso se niega la realidad jurídica del Estados federal.
Teoría que afirma como único Estado el Estado federal
En la Federación, los Estados han renunciado a su soberanía a favor del poder
central, pero de tal modo que reciben el ejercicio de algunos derechos
soberanos. De esta manera, el poder central limita el ejercicio legal de su
soberanía a favor de los Estados-miembros, mientras que en una
Confederación son éstos quienes la limitan a favor del poder central.
Así, pues, el Estado Federal, desde el punto de vista de la soberanía, no se
distingue sustancialmente del Estado unitario, pero no es un simple Estado
unitario sino un Estado unitario cualificado.» Afirmó Zorn que sólo la Unión es
soberana y es Estado, en tanto que los Estados particulares no son ni
soberanos ni son Estados. No existe diferencia esencial entre el Estado federal
y el Estado unitario. También pertenecen a esta línea Treitshke y Hermann
Heller. Para este último sólo el Estado federal es verdadero Estado, ya que los
Estados-miembros carecen de decisión en última instancia, no son unidades de
decisión soberana. No gozan de autonomía constitucional.
Teoría que afirma que la Federación es el único Estado soberano, pero
que no niega a los miembros el carácter de Estado
Esta teoría parte del supuesto de que la soberanía no es elemento esencial del
Estado, que se caracteriza simplemente por un poder independiente o una
autonomía constitucional. Se afirma que hay Estados soberanos y no
soberanos, pues lo que caracteriza a un Estado no es la soberanía, sino el
poder orignario de mandar, es decir, que este poder no sea derivado. En
consecuencia, la situación en el Estado federal es ésta: en la medida en que
prevalezca la soberanía de la Federación, pierden los Estados-miembros su
carácter de Estados y desaparecen las diferencias que los separan entre sí,
razón por la cual hay un territorio y una población federales; pero, en tanto que
los Estados miembros obran dentro de la propia esfera que se han reservado
originariamente, y solamente dentro de ella conservan su carácter de Estados.
Teoría del tercer término o tres entidades
La formulación de la teoría de Nawiasky parte del supuesto de que la soberanía
es nota esencial del Estado «y declara construir su teoría, no sobre los datos de
la experiencia, sino como deducción del concepto de Estado en general. En
consecuencia, los Estados-miembros, en cuanto Estados, son soberanos, y de
este modo no hay diferencia esencial entre la Confederación y el Estado
federal.
El Estado federal está «junto a los Estados-miembros, pues tan soberano es el
uno como los otros y, por consiguiente, no están en relaciones de supra y
subordinación, sino de coordinación.
«Más claridad y sistematización tiene la doctrina de los tres órdenes de Kelsen.
Está de acuerdo en que en la Federación los Estados-miembros no están en
relación de supra y subordinación, sino de coordinación, pero difiere
radicalmente de Nawiasky en el hecho de que no considera como soberanos a
ninguno de estos términos, y en afirmar que ambos están sometidos a un
tercero, al que corresponde la nota de soberano. El orden jurídico de los
Estados miembros y el orden jurídico de la Confederación son, uno y otro,
órdenes parciales, pues sus competencias no se extienden más que a
determinadas materias, a lo que se une, en lo que respecta a los Estados-
miembros, la limitación del ámbito de validez territorial. Y ello es así porque
ambos están sometidos a un orden conjunto, del que reciben sus competencias
y quien, por tanto, es decir, en virtud de poseer la competencia de las
competencias, es el soberano»
Teoría que concibe al Estado federal como forma avanzada de
descentralización
Para el propio Kelsen el Estado federal no es sino el grado más elevado de
descentralización política, que sólo se diferencia cuantitativamente de los otros
tipos de la misma. La teoría de la descentralización extrema ha sido defendida
también por otros notables autores: Kunz, Eisenmann, Durand, Mouskhély, etc.
Para este último «el Estado federal es un Estado que se caracteriza por su
descentralización de forma especial y de grado más elevado, que se compone
de unidades miembros dominadas por él, pero que poseen autonomía
constitucional y participan en la formación de la voluntad federal
distinguiéndose de este modo de todas las colectividades públicas inferiores»
Para esta teoría el Estado federal tampoco se distingue de la Confederación
sino por el grado de descentralización, ya que, «en ambos casos se trata —dice
Kelsen— de comunidades jurídicas cuyo ordenamiento consiste en normas
válidas sobre todo el territorio y en normas vigentes tan sólo en ciertas partes
del mismo»
RELACIONES ENTRE EL PODER CENTRAL Y LOS ESTADOS MIEMBROS DE
LA FEDERACION
El Estado federal, esencialmente está basado en una Constitución y no en un
tratado, es decir, en un acto de soberanía de un pueblo y no en una relación
internacional entre Estados afirma García Pelayo, es un sujeto jurídico político
al que según la teoría clásica de Estado convienen todas las notas que
caracterizan al mismo: pueblo, territorio y poder soberano. Pero, se trata de un
Estado que como decía Tocqueville de los Estados Unidos engloba dos
sociedades distintas, incluidas la una dentro de la otra. «En un plano político, el
Estado federal y los Estados federados deben marchar al unísono, evitar los
conflictos, mantener su acuerdo y, además, continúa Prélot— permanecer
constantemente en comunidad de acción y de sentimientos» . El Estado
federal constituye, pues, una unidad y una diversidad: la centralización y la
descentralización se complementan en una unidad dialéctica caracterizada por
una específica conexión de tres tipos de relaciones:
a) Relaciones de coordinación, que tienen lugar en la distribución territorial
de las competencias entre la Federación y los Estados, y en la estructura
bicameral del Parlamento federal, como ya vimos anteriormente. En la
distribución de las competencias caben una serie de posibilidades: materias
exclusivas de la Federación; materias exclusivas de los Estados miembros;
materias concurrentes, es decir, aquellas que pueden ser reguladas tanto por
la Federación como por los Estados-miembros, y en cuya ordenación caben
varias posibilidades, que no creemos necesario detallar.
b) Relaciones de "supra" y subordinación, que afirman la supremacía del
Poder federal, en manifestaciones como las siguientes: derecho de imponer sus
decisiones a los Estados-miembros, poder de intervención en las
organizaciones constitucionales de los Estados particulares (imponiendo ciertos
principios e incluso ciertas formas a esta organización federal, tales como la
inspiración democrática o comunista, la composición de los órganos, el ámbito
del sufragio, la forma republicana, etc.); derecho de vigilancia y control sobre
los Estados-miembros, sobre todo en relación con la ejecución de las leyes;
primacía del derecho federal sobre el derecho de los Estados-miembros; poder
de resolver los conflictos entre los Estados-miembros y los Estados federados o
de éstos entre sí, a través de un órgano jurisdiccional (Tribunal federal), en
cuya formación puede intervenir el Estado federado.
c) Relaciones de inordinación, que suponen la participación de los Estados
como personalidades autónomas en la formación de la voluntad y del
ordenamiento constitucional federal. Esta participación adquiere especial
importancia en el orden normativo, tanto constituyente como legislativo.
REFERENCIA A LOS SIGUIENTES ARTICULOS DE LA CONSTITUCION DE
LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
Artículo 4. La República Bolivariana de Venezuela es un Estado Federal
descentralizado en los términos consagrados en esta Constitución, y se rige por
los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y
corresponsabilidad.
Artículo 6. El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las
entidades políticas que la componen es y será siempre democrático,
participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de
mandatos revocables.
Artículo 136. El Poder Público se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder
Estadal y el Poder Nacional. El Poder Público Nacional se divide en Legislativo,
Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.
Artículo 157. La Asamblea Nacional, por mayoría de sus integrantes, podrá
atribuir a los Municipios o a los Estados determinadas materias de la
competencia nacional, a fin de promover la descentralización.
Artículo 158. La descentralización, como política nacional, debe profundizar la
democracia, acercando el poder a la población y creando las mejores
condiciones, tanto para el ejercicio de la democracia como para la prestación
eficaz y eficiente de los cometidos estatales.
Artículo 165. Las materias objeto de competencias concurrentes serán
reguladas mediante leyes de bases dictadas por el Poder Nacional, y leyes de
desarrollo aprobadas por los Estados. Esta legislación estará orientada por los
principios de la interdependencia, coordinación, cooperación,
corresponsabilidad y subsidiariedad.
Los Estados descentralizarán y transferirán a los Municipios los servicios y
competencias que gestionen y que éstos estén en capacidad de prestar, así
como la administración de los respectivos recursos, dentro de las áreas de
competencias concurrentes entre ambos niveles del Poder Público. Los
mecanismos de transferencia estarán regulados por el ordenamiento jurídico
estadal.