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Carlo.{ Eduardo de jesl.'s Sll'rro Cliar/os. Formaclon bioelica en lngcmcria, 106 En suma, la cuhura es un enle eSlrucluraJ de 10 mas complejo, no un vulgar aditamento ornamental que algunos hombres ociosos ponen sabre su vida cada vel que se reunen un viernes en Ja tarde a tomar timo para darle rienda sueha al medellinense juniniar. No, 1a cultura es mucho mas que eso a1 ser todo un sistema vital. una dimension constitutiva de Ja existencia humana, de acuerdo con la sabia leccion que noS deja don Jose Ortega y Gasset. Y, en esto, tenemos la esencia misma del humanismo tanto de Juan Luis Vives como de Gregorio Maranon. De manera que una vida s in cultura es una vida manca, vacia, fracasada y raJ sa. Tal como nos advierte Ortega, nunea tal vez el hombre media ha estado tan par debajo de su prop io tiempo, de 10 que esle Ie demanda. Y casi nadie eSla en su quic io, hincado en su autentico destino. Asi que, no debemos dudarJo, a Ja Universidad Ie aguarda en 10 porvenir un reto de grandes proporciones para reconstruir la unidad vital del hombre latinoamericano. L,Lagradn estar a la altura las universidades latinoamericanas? L,Podnin dar el paso decisivo hacia matrices axiolegicas? AI fin y al cabo, nuestras institucianes universitarias tendrilO que superar sus reudalismos. sus egoismos, sus indi sc iplinas, sus engreimientos y sus gestos hieraticos. En fin, i.scra posible que los tigres de Bengala abandonen sus habitos carnivoras? Como quiera que sea, e\ tiempo nos traera la respuesta . Educacion dentffica ciudadana: Mas alhi del feudalismo de alta tecn%gia Como algo muy propjo de la proverbial condicion humana, no hay ser humano alguno que pueda blasonar de ser perfecto, as! el actual "presidenle" de l os Estados Un idos de America del Norte, sus corifeos y sus proselitos pDf todo el orbe piensen en rorma opuesta. Despues de lodo, 1a antropologia fllosofica tiene mucha claridad al respect o. Por 10 demas, Ambrose Bierce reflej6 can fino humor la imperfeccion humana en su ya citado Diccionario del diablo. Y, claro, don Jose Onega y Gasset es todo un ser humano, 10 que no 5610 no niega, sino, 10 mas importante, Jo afirma desde un integnlm. Pero, pese a su indiscutible c1arividencia en materia del quehacer universitario y las metas de la tecnica, el conspicuo fil6sofo espanol sale con una afirmacion que desconciena en el momento actual. Acaso tuviese alglin senti do en su tiempo, 1930, al no percibirse que la ciencia es una manera de interpretar la realidad, no un mera entrenamiento tecnico. En otras palabras, 5ostengo que nuestro fi16sofo tendie a confundir la ciencia can la in vestigacion seglio se desprende de la Jectura atenla de su Aiisian de la Universidad. AJ respecto. podemas eitar varios pa sajes de Ortega. Sencillamente, lomemos esfe: No confundamos, pues; la cielleia, al en(rar en la profesi611, fiene que desarficularse COmO ciel1eia para organizarse, segzin ofro centro y principio, como feel/iea pro!esiollal. Y si eslo es asi. lam bien debe tenerse en Cilento para la enselianza de las profesiones. Asi que, como 10 reflejan las anteriores palabras, Ortega insistia en mantener en cotos separados 1a ensei'ianza cientifica y la enseiianza proresional es decir, siempre defendi6 que, al rormar, digamos. un ingeniera, era impensable rormarlo a la vez como cienlifico. Crase error el de Ortega si rerrescamos las preeisiones hechas en el capitulo 2 a la luz: del pensarniento de Marcelino Cereijido y alros autores. En olros terminos, Ortega no distingui6 1a ctencia de la in vestigacion. implicaciones liene es ta distinci6n sutiJ

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Carlo.{ Eduardo de jesl.'s Sll'rro Cliar/os. Formaclon bioelica en lngcmcria, 106

En suma, la cuhura es un enle eSlrucluraJ de 10 mas complejo, no un vulgar aditamento ornamental que algunos hombres ociosos ponen sabre su vida cada vel que se reunen un viernes en Ja tarde a tomar timo para darle rienda sueha al medellinense juniniar. No, 1a cultura es mucho mas que eso a1 ser todo un sistema vital. una dimension constitutiva de Ja existencia humana, de acuerdo con la sabia leccion que noS deja don Jose Ortega y Gasset. Y, en esto, tenemos la esencia misma del humanismo tanto de Juan Luis Vives como de Gregorio Maranon. De manera que una vida sin cultura es una vida manca, vacia, fracasada y raJ sa. Tal como nos advierte Ortega, nunea tal vez el hombre media ha estado tan par debajo de su propio tiempo, de 10 que esle Ie demanda. Y casi nadie eSla en su quic io, hincado en su autentico destino. Asi que, no debemos dudarJo, a Ja Universidad Ie aguarda en 10 porvenir un reto de grandes proporciones para reconstruir la unidad vital del hombre latinoamericano. L,Lagradn estar a la altura las universidades latinoamericanas? L,Podnin dar el paso decisivo hacia matrices axiolegicas? AI fin y al cabo, nuestras institucianes universitarias tendrilO que superar sus reudalismos. sus egoismos, sus indisciplinas, sus engreimientos y sus gestos hieraticos. En fin, i.scra posible que los tigres de Bengala abandonen sus habitos carnivoras? Como quiera que sea, e\ tiempo nos traera la respuesta .

Educacion dentffica ciudadana: Mas alhi del feudalismo de alta tecn%gia

Como algo muy propjo de la proverbial condicion humana, no hay ser humano alguno que pueda blasonar de ser perfecto, as! el actual "presidenle" de los Estados Unidos de America del Norte, sus corifeos y sus proselitos pDf todo el orbe piensen en rorma opuesta. Despues de lodo, 1a antropologia fllosofica tiene mucha claridad al respecto. Por 10 demas, Ambrose Bierce reflej6 can fino humor la imperfeccion humana en su ya citado Diccionario del diablo.

Y, claro, don Jose Onega y Gasset es todo un ser humano, 10 que no 5610 no niega, sino, 10 mas importante, Jo afirma desde un integnlm. Pero, pese a su indiscutible c1arividencia en materia del quehacer universitario y las metas de la tecnica, el conspicuo fil6sofo espanol sale con una afirmacion que desconciena en el momento actual . Acaso tuviese alglin senti do en su tiempo, 1930, al no percibirse que la ciencia es una manera de interpretar la realidad, no un mera entrenamiento tecnico. En otras palabras, 5ostengo que nuestro fi16sofo tendie a confundir la ciencia can la investigacion seglio se desprende de la Jectura atenla de su Aiisian de la Universidad.

AJ respecto. podemas eitar varios pasajes de Ortega. Sencillamente, lomemos esfe: No confundamos, pues; la cielleia, al en(rar en la profesi611, fiene que desarficularse COmO ciel1eia para organizarse, segzin ofro centro y principio, como feel/iea pro!esiollal. Y si eslo es asi. lam bien debe tenerse en Cilento para la enselianza de las profesiones. Asi que, como 10 reflejan las anteriores palabras, Ortega insistia en mantener en cotos separados 1a ensei'ianza cientifica y la enseiianza proresional es decir, siempre defendi6 que, al rormar, digamos. un ingeniera, era impensable rormarlo a la vez como cienlifico. Crase error el de Ortega si rerrescamos las preeisiones hechas en el capitulo 2 a la luz: del pensarniento de Marcelino Cereijido y alros autores. En olros terminos, Ortega no distingui6 1a ctencia de la investigacion. ~Que implicaciones liene esta distinci6n sutiJ

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lnr/os Erlllnrdo de Jcslis Sierm Cuorl(1S, Fomlociun hiOClic;n t'n tnJ,:('n ll.:rin. 107

en [a ensenanza profesional? En forma lapidaria, digamos que, asi se prescinda del entrenamiento para fonnar a un investigador en e[ seno de los estudios profesionales, se puede fonnar al profesional en agraz como cientifico. Sobre esto, recuerdese la precision hecha en eI capitulo 2 en cuanto a que un investigador puede no ser cientifico y un cientifico puede no ser invest igador, amen de que la eontluencia entre el eientifico y el investigador es 10 que ilustra a granel la misma hi siOria de la ciencia.

Mas delicado todavia: dado que, a la luz de las mu ltiples retlexiones en materia pedagogica de Carl Edward Sagan, Jorge Wagensberg y lodos los demas autores que nos han servido de atlantes en este senlido, se impone la farmacian cientifica del ciudadano a fin de que pueda pa.r1icipar con sufi cicnle eonaeimiento de causa en los debates que, de forma inevitable, cannata Ja bi oetica. no se sostiene la separacion tajante hecha por Ortega y Gasset. Aun mas: esto impliea otro aspecto de la mision de la Universidad al e:\1ender Sil caracter de mal riz axio l6gica mas alia de sus mures y cercas, pues, formar al ciudadano en eI modo cientilico de ver el mundo equivale al fa menlO de la sociedad como comunidad moral habida cuenta que, desde su historia, la c iencia se oos jmueSt'{a como toda una aventura de la e.ica. De 10 posible y probable de esta parte de I ~ misiqu de la Uni versidad , contamos con ejemplos mu y elocuenles en las figuras de los bbeflos di vu lgadores de la ciencia. TaJ ei caso de Carl Edward Sagan, quien no dudo en acudir incluso a Holl ywood.. por desconcen anle que esto pueda sonae

De otTO lado, ex isre ot ra buena razon par la que se impone la fonnacion cientifica del ciudadano, del hombre de la ca ll e. Y es una razon que no se la encuentra uno en la lit eratura educati va sobre est os asuntos. En realidad . Ie debo lal precision a Gregorio Maranon y Posadi llo gracias'a la Jectura de su recopi lacien eosayistic.a titulada Tiempo viejo y liempo nuevo. En suma, la razen que aporta la lectura del maestro Maranon es la siguiente: en 1a actualidad, la instiruci6n universilaria esta sumida en U:1a crisis de grandes preporciones, cuestion que desgranamos con calma en el capitulo 3. Sieode asi, miemras la institucion universitaria perrnanezca en tal crisis, mientras Ie lIega el momenta de metamorfosearse en una matri z axiologica en el sentido preciso de tal denominacion, la cultura, en tanto sistema vital. debera mantenerse viva par a lras vias a fin de que el humanismo no fenezca. <,-Cuales vias? Bien, la hi sloria nos 10 responde. A mediados del siglo XJX y por mucho tiempo mas, [a universidad espanola estaba en una crisis que, en el fondo, no difiere de la crisis recordada unas lineas mas arriba. De esta manera, Espana no podia contar con su Universidad a fin de darle lustre a la cultura.

Segun cuenta Maranon., a mediados de dicho siglo, Santander, la provincia maritima de la vieja Castilla, se conviene, en forma inexplicable, en foco potente de espiritualidad. Tal fen6rneno se dio al margen del mundillo universitario, pues, el ambiente de Santander carecia de Universidad. de una gran prensa, estaba formado casi en exclusiva par hidalgos, comerciantes y pescadores. En forma repent ina, y sin saberse el porque, una generaci6n de hombres afanosos de saber, Henos de espiritua l inquietud, lectores incansables, di scutidores d isciplinados de todos los temas tanto de la li tera lura como de la ciencia, o rigino loda una galaxia de la cuhura. En el seno de Ian propicio ambienle, florecio don Marcelino Menendez y Pe layo. Nlora bien, una expJicacion sugestiva de la raw n de un fenomeno como el descdto la apona nuest ro don Santiago Ramon y Cajal. En efeeto, eI iluslre hi st61ogo aragones sostiene que la gran cumbre de l

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CfVlu.~ Edllardo de Jesus Sierra (uarltlS. Formadim hlOilica ('n ms,·nicria. 108

genio su rge de la aha meseta de una cullura media y no, como por arte de birlibirlOQue, del nivel del mar.

Entonces, he aqui la clave que deseo resa ltar: al no poder eonfiar nuestra epoea en la institueion universitaria, ni, en general, en la escuela, para el repuntar de nuestra cultura, la supervi\'encia de esta transeurrira en atras escenarios: la radio cultural, las librerias cultas, la conversaci6n en la forma de tenulias y penas de cafe, los gropos de amigos amantes del saber, y as! por el estilo. Tambien. esto 10 expresa con precision William Ospina en un ensayo titulado £/ placer que 110 tiene fin. Salvo par alguna que otra Universidad de talante humanista, eomprometida can la fonnaciDn del hombre como illlegrum, la instituci6n universitaria del presente no es un baluane del humanismo al no poseer eI rasgo de matriz axiologica siriclO senSII.

En un articulo de fonda del ana 1999, Pedro Garcia Barreno, editor a la sazon de la revista Arbor, abord6 justa eJ lema de la educacion eientifiea eiudadana desde la perspectiva del problema 0 mito de "las dos culturas", no precisamente una novedad, puesto que, como teda persona culta 10 sabe bien, Charles Percy Snow Ie dedic6 un !ibro. hoy clasico: The Two Cultures, En esto, estamos ante un problema del que muy POCDS universitarios son eonscientes en el mundo. Asi de mal esta la situaeion.

~Que diantre viene a ser el mito de las dos culturas? En fonna sueinta y sin ambages, se trata de 10 que sigue: de un lado, hay una cultura "practica", 0 del "negoeio", que acoge distintos campos, conectados 0 no. como las ciencias de la Tierra, las matematicas, 1a jurisprudencia., la bioingenieria, los idiomas, etc. De otro, esta la cullUra del "ocio" que. incluye la_literatura, el (eatro, el cine, el depone, los museos de ane 0 de cieneia y teenologia. En forma harto simplisra, la cultura "praelica" sustenla el desarrollo material de Jas sociedades, miemras que de la cultura del "ocio" depende el progreso bumanisrico de los c iudadanos. Y, de ambas, depende el entramado finaociero e industrial.

iC6mo ve esto el eiudadano? Garcia Barreno nos responde asi: EI cil/dadano contempla la cultura "practica'· como algo a 10 que, de mal/era natural, tiene libre acceso: los transporles, la television, el ordenador, 10 medicina, ... No Ie preocupa por que 0 como estti ahi; simplemente eSfc:i. Se compra y se utiliza; S/1 "usa 'I - su /I(i/idad­no exige participacion activo directa. La cultura "del ocio" tam bien esta alii: pero SlI

"disfrute" -leetura, actividad fLSicQ, aIel/cion, ... - exige participacion acliva direcla. Por ella -es probab/e- que se ralore mas. Si bien esto 10 dice dicho editor desde Espana, es justa 10 que vemos desde est a orilla del Atlantico, sobre todo en nuestra AntioQuia, tipiea tierra de mercachifles segun la vieroo con mirada limpia, franca y certera espiritus de alcumia como Gonza lo Arango y Fernando Gonzalez. Si, esa es la cullura antioqueiia, " practica" como la que mas, en la que se valoran mas las finanzas y Ja actividad gereneial que el ane. i,C6mo enrrentar a semejante hidra? Vol vamos con el editor meneionado a proposito de la apenura de una tercera via: "La tercera clilfura" //leM, par un lado, para introdueirse en la cullura "del acio" y, par otro lado 0 a Traves de aquel/o, para crear el ambiente social necesario para consolidar UII

"collocimiellto cienfijico Gil/ieo ". En principia, se refiere a 1Ina literatura de divu/gacion --algullos de cuyos {itulos hall alcal1zado /a distincion de s-upen'entas- que eng/abo {emas generales a particu/ares de 10 eiencia y de /a teellolagia y biografias de

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rnrfus Eduardo de JesllJ Sierra Cuanos. Formacion bioh,c(I en ill.cl·'III·ria. 109

ciclIlificos. Ell la mayoria de los casas. las obras SOli jruJo de 10 colaboracu'm ('I11Fe ciclllificos y projesiollales de 10 canumicacioll: ell los Olros casos predomillall los escritos lll1icamellte por espccialistas -110 ciellli/icos- del genera, debiclldose a cielllificos los mel/os. Desde luego, 10 esbozado par Garcia Bmeno altn dista mucho de ser una realidad en nuestros pruses. Si, par ejemplo, nos fijamos con atencion en las ferias universitarias del libro. en Colombia, veremos que, para efectos practicos, no se detectan libros concebidos para la formacion cientifica del gran publico. Es mas, si nos fijamos can harto cuidado, veremas que las pubJicaciones producidas por las universidades latinoamencanas, casi siempre, son Oores de un dia, puesto que corren la misma suerte del grueso, mas del 99%, de la produccion cienlifica mundial , esto es, la proposicion de "paradigmas" cuya vigencia apenas dura 10 que un aguacero .

As! mismo, at fijarnos bien en las propuestas pedag6gicas de la tercera via, no tardamos en damos cuenta ace rca de sus raices profundas. En concreto, se trala de propuestas que, en una palabra, coinciden, en 10 esencial , con 10 extraido de la lectura de Maranoo sobre la que nos detuvimos hace poco, pues, ya Jo dije, la crisis presente tiene un enonne parecido con la que ex.istio en 1a Espana de la segunda mitad del siglo XIX, 10 que origino el fenomeno de 1a Edad de Plata, 0 sea, el periodo de la historia espanola comprendido entre 1868 y 1936. En especial, se conoce al primer tercio del siglo XX de dicha histona como la Era Cajal en virtud de la influencia profunda ejercida por el insigne mjo de Aragon sobre la sociedad espanola de enlonces.

Por si acaso no bastase can 10 ya dicho, recaJquemos la imp·ortancia de la educacion cientifica ciudadana para nuestro tiempo. David Weatherall , profesor de medicina en Oxford, cit ado por Garda Barreno, destaca, en primera instancia., el papel cada vez mas conspicuo de la ciencia en Ja cullura de hoy, en 10 que CQincide con Onega y Gasset, amen de 10 complicado de los factores sociales y eticos asociados a su aplicacion. ESle es el panorama basico que orientara la capacidad para deterrninar el futuro. Asi las cosas, anota el antedicho profesor oxoniense 10 que viene: Los politicos deben comprel1der los rudimentos de la evidencia cientifica y la sociedad, en 511 COlljlll1l0, debe eslar slijicienlemenle injormada para poder parlicipar en el debate de las complejas repercusiones que, cOlllil1uamCnle, derivoll del Clvance de la investigadon ciel1lifica. Bla selJsibilidad hacia el conocimienlo debe comen=ar en la escue/a, donde lajormaciol1 cien/iJica debe ocupar lInll/gar relevollle. De nuevo, he aqui un punlo de vista en perfecta consonancia can los de nueslros inteleclUales hj spanos: Marcelino Ccreijido, Guillermo Jajm Etcheverry, Jorge Wagensberg, Mario Bunge, etc. , etc. Como quien dice, no estamos necesitando, en el fondo, que nos digan los del Primer Mundo como hacer las casas. Empero, a despecho de la existencia de pensamientos muy lucidos, y puestos por escrito en libros, articulos, ensayos y teXlos de conferencias, inclusive en la Red, hay un problema patente de mala comunicacion, es decir, dichos pensamientos no estan fluyenda desde los intelectuales latinoamericanos comprometidos hacia eJ resto de la sociedad, sea por problemas de ineficiencia editorial, sea por censura, sea por 10 poco modico de los precios de los libros producidos por Iluest ras universidades y otras casas ediloriales, sea por el desden en el que ha caido la lectura y el esfuerzo en estos paises nueslros.

En forma complementaria insoslayable, la fonnacio n cient ifica ciudadana no puede limitarse a 1a sola puesta en contacla con la camprension de la ciencia, sus metodos y

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Carlos Eduardo de jesus Sierra C unrlns. Forll/(Jcu}n hiQ(:lic(1 en ingl'lliNin. 110

sus frutos. Si de panicipar con desenvo ltura en los debates bioc(icos se Irala. tal formaci on no puede SUSlraerse a 18 imbricacion con una educacion humanista sol ida. Solo asi, se podra aspirar a que mejo re en forma ostensible [a imagen publica de la ciencia, cuyo eslado presenle queda bien recogido en las siguientes pa!abras de Rene Dubas: Como los ciCllfijiCOS se han \'Iie/ro lall mecGJlicos y descuidados ollie los problemas filosoficos )' de veras illlelecilioles, 110 es sorprmdcllle qlll:, como decio Unamllno, 10 ciel1cia "0 salisfago las lIecesidades de Imes"'O cora;on y de nueslro valllnlad No s610 no se ocupa de los problemas del hornhre real, de came y hlleso, sil10 que vuelve contra aque!!os que se lIiegon a samelerse a Sll arlodoria las ornlos del ridiculo y el desprecio. Y, no [0 olvidemos, eSIO 10 dijo Dubos hacia 1960. AI mirar el panorama de hoy, ha habida cambio en esla imagen de la ciencia, pero para peor, puesto que e! ciemifico ignorante detectado por Jose Ortega y Gasset prolirera en la actualidad como verdolaga en playa, al punta que. aJ no ocupatse de las humanidades, se [e aplica cada vez mas aJ tipo de cienlifieo de marras ciel1as palabras de Oscar Wilde: sabe el precio de todo y el valor de nada. Desde luego, esto tambi en se aplica a los ingenieros de hoy> tipicos birbaros modernos, sin ningiJn atenuanle.

En vi rtud del imperio aun en vigor de las "dos culturas". la "pract ica" y la del "ocio" , (,cabe pensar que tal separacion taxativa se mantendra? SegUn percibia la situacion Rene Dubos en su liempo, no hay "dos culturas", por muy famosa que haya hecbo Charles Percy Snow la expresion de marras. Par una parte, hay una miriada de ocupaciones inte!eetuales que, por fortuna, tienen diversos pun lOS de contaclO con la vida humana. Par otra, el especialista puede comprender al entendido mas alia de los confines de su Inbu, a condicion de que este dispuesto a elevar el Jenguaje par encima de la jerga de su especializacion. Asi, eJ cienlifico tiene· que aprender a hablar al hombre. Es justo el sentido de la divulgaciol1, vocablo que, en su exactitud etimoJ6gica, implica extender, no la vulgarizacion, sino el eonocimiento, idea que expreso con eleganc;a Camille Flammario n al decir que hay que vulgarizar la ciencia, pero sin hacerla vulgar.

Ante semejante panorama actual, tenebroso como el que mas. y del mismo modo que eJ ave fenix., la formacion humanista debera renacer de sus cenizas a fin de regenerar la condicion humana.

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CAPiTULO V

EL PARADIGMA PEDAG6GICO IGNACIA NO: UNA ALTERNATIVA DE FORMACl6N BfOlTlCA / NDEPENDIENTE DE LA

CON FESfONALlDAD UNIVERS/TA RIA

"£1 hombre no creyente. pero preocupado por obrar bien. por acluar de IIno mOnera digna del hombre. puede incluso descubrir en Ignacio f(!cnicas 0 metodos qlle pueden serle uriles para su vida personal (por ejempio, el examen parn'eular para dcsembarazorse de lin de/erminada de/eeto a adquirir clerlo Ctlo lidnd) 0 inc/lisa profesional (algunos industriales a

comercianfes reconocen haber ul1lizodo en sus aCh'vidades cJ me/odo de /0 elecci6n ignociano, con buenos resultados) ", (pa/abros de Andre Ravier,

SJ , en Ignacio de L oyola y el arte de 10 decision).

Aclualidady presencia de La Campaiiia en el mundo

En la saga de El Seijor de los Anil/os, en su primera pane, John Ronald Reuen T o lkien narra los episod ios eentrados en La Comunidad del An/llo. desde eJ momenta de su creacion en el concilio presidido par Lord Elrond en Ri vendel hasta su d isolucion tras el enfrentamiento con los Uruk-hai del mago Saruman e n Amon Hen. Ahara bien, euanda se Jee can detenimiento el li bra respectivo, se percata uno de un detalle especia l que no refleja la version einematogra fica dirigida por Peter Jackson. En una palabra. se trata de 10 siguienle: en el lib ra. no se la denomina Comunidad del Allillo. sino CompQJlia del Allillo, un detalle mu y Ilamativo sobre eJ cua l, hasta donde cabe decir, ningiIo espeeiali sta en la obra de Tolkieo pareee haberse detenido. Para e1 lector sensible al tema, no se Ie eseapara que la denominacion Compaliia del Amllo es una clara alus ion a la celebre y augusta Campania de Jesus, max i me que Ires de los miembros, a companeros, de la Compailia del Allillo son fi guras cristicas que affecen su vida) pasao a traves de la oscuridad 0 de una especie de muerte, y resuci{an: Ganda lf, Aragom y Frodo. Sabre este earacter cristico de los tres personajes que acabo de enumerat, ha Hamada la atencion Stratfo rd Caldecott, director del Centro para la Fe y la Cullura de Oxford, ademas de autor de un ensayo intitulado Sobre el heroismo cristim/O en £1 Silmarilliol1 yen EI Sellor de los Anillos. En coneepto de Caldecott, 13 estructura moral de la saga escrita por TOlkien, catclico conveneido, procede en fo rma direcla del Nuevo TeSlOmento. Asi, la obra de Tolkien hace las veces de indicio ahame nte signifi cativo de l prestigio alcanzado por la Compania de Jesus en nuestro liempo.

En sus inicios, los padres jesuitas nacieron como misioneros lanto para convertir a la fe cat61ica a lejanas etnias educadas en o tras civilizaciones y religiones como para contener eI terre moto lu terano en Europa . Por supuesto, desde sig los antes, exisli an

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('arlos Eduardo dl' JC,flis Slerr(l ('u(lrt(lS. Form(lcion hioetica en ingt'nil'rin. 112

diversas 6rdenes religiosas, SI bien la orden fundada por Ignacio de Loyola luvo un TasgO distintivo, a saber: mientras las ordenes existentes anles de la Campania de Jesus se caracterizaron pOT su car3cter cerrado aI mundo, por su confinamiento a los muros de los monasterios, los jesuitas constituyeron una orden en contaCla pennanente con eI mundo. En esto consisrio su sella di stintivo.

Habiendo side el ala derecha de Roma durante siglos, los ultimos t;empos de La Campania se han distinguido por situarse a menudo aI borde de la heterodoxia. companiendo con esta., seglio precision del period ista Italiano Eugenio Scalfari . si no lesis teol6gicas, sl al menos comportamientos soeiales y hasta objetivos politi cos. Boton de muestra de esto, el compromise de los jesuitas can la causa de la independencia americana can respecto a Espana, al igual que su postura erguida actual en contra de las reforrnas neoliberales en eI mundo. Ademas, alga clave en la cosmovision de los padres jesuitas queda destacado como sigue por Scalfari : Quisiera decir que los jesuitas de l1uestros dias han pril'ileg;ado su deseo de conocer a los Demas sobre fa mis;on de c01Jl'errir/os, aCfUud de gran intenis para tll1 laico que sea capaz de manifeslar la misma disponibi/idad para el couocimiento y el did/ago. Bien, hasta aqui Scalfari, cuyas paJabras muestran un rasgo de los padres jesuitas que bien conozca por experiencia propia : la apertura mental, virtud tan escasa hoy dia en la mayoria de los arnbitos en los cuales nos movemos.

A 10 anterior, se refiere as! mismo Andre Ranvier, jesuita frances, al senalar que aun cuando los miembros de La Campania, can su estricta obediencia, puedan tener el aspecto de un autentico ejercito, sus competeneias y su aper1l.Jra de espiritu suscilan admiracion.. e. inspiran respeto. Para el momenta actual, 10 que los haee bastante pertinentes es su sentido de 10 internacional y 10 multicultural decant ado a 10 largo de caS t cinco siglos, y que no solo no los ha abandonado, sino que los pone, a la hora de la traumatica mundializacion de hoy, en la primera linea del diaJogo inlerreligioso, de la cuesti6n social, econ6m.ica e intercultural.

Par 10 demas, no olvidemos que los institutos de bioetica de mayor presligio en el mundo son de La Campania, 10 que sigrufica un peso no despreciable en la literatura bioetica. Par ejemplo, The Kennedy Institute y el inslil1l10 Borja, silOS en Estados Unidos y en Espana, respectivamente.

En cuanta al quehacer cientifioo ataiie, un libra de publicacion reciente por parte del MlT, Jesuit SCience and rhe Republic of LeIters, brinda un testimonio que Ie rinde justicia a los multiples aportes realizados por los intelectuales y los cienlificos de La Campania a traves de la historia. En general , la Campania de Jesus se esfuerza par eSlar presenle en todas esas fuerzas humaoas que modifican al mundo, a Ja sociedad y a las relaciones entre los pueblos. Su presencia queda manifiesta par medic de sus cientificos, sus revistas, sus universidades y sus centres cu lturales .

En 10 especifico del quehacer universitario, la Ig lesia cuenta con mas de 900 universidades distribuidas en el planeta, de las que 24 son uni versidades pontificias. A su vel, de entre las mas de 900 uni versidades catolicas, unas 300 estan a cargo de la Compafila de Jesus. En la region latinoamericana, en J3 paises, contamos con 28 universidades jesuiticas, incluida la Pontificia Universidad Javeriana.

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('nr/rIS Eduardo de J c.I'ti.{ S,erra C"nr/os. t:'orlll(lCIiIll hive/lc;a en Iff,(!f. 'n icrin. J J 3

Sin restringirnos a 10 exclusivo de la elene ia modema y convencional , encontramos tam bien que los jesu itas han destacado en cuestiones como eI exorcismo. De esto, hay una buena ilustraci6n en los programas que pasa el canal de television Discovery en materia de enigmas y misterios aun no resueJtos. Desarrollados taJes programas en la modalidad de entrevistas a e.xpertos sabre los temas traladas, a la hora de hablar sabre exorcismos y 1c picos afines, los expertos que su"elen aparecer son sacerdot es jesuil3s sin ir mas lejos. Ademas , no olvidemos un c];isico del cine, £1 exorcisfa, pelicula en la que eJ sacerdole que Ie da la pelea aJ principe de las tinieblas es de la Compania de Jesu s.

De esta fo rma, desde diferentes perspectivas, vernos que los jesuitas han destacado a 10 largo de 1a hi storia humana de los ultimos cinco siglos. En una palabra, conslilU yen la avanzada inteleclUal y cienlifica de !a Igles ia. circunslancia que explica bien el fenomeno de su protagonismo en eI campo de la bioetica a ni vel mund iaL

Origenes y ~'olucion de fa lahor educatil'a de La Compania

Si hay alga digno de resaltar en la labor realizada por los jesuit as durante cerca de cinco siglos, es su labor ingente en el campo educativo, aJ punto que constituye un hilO unico en la historia educativa del planela, por 10 que va le la pena detenernos a proposito de esta singular historia, sabre todo si pensamos en las primeras necesidades de un lector deseoso de nutfir su pd.ctica educativa desde e! paradigma pedagogico ignaciano, eSIO es, su primer conocimienlo de este paradigma debent comenzar por una primera lorna de contacto con su ruslona, apasionante par cierto.

Los origenes del paradigma pedagogico ignaciano se remontan al siglo XVI , fluto de Ires fuentes esenciales: la experiencia de los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola, Ja Parte IV de las Coostituciones de la CompafHa de Jesus y !a Experiencia de vida comunitaria y de escalares de Ignacio y sus seguidores. En su esencia, la ComparHa mantiene su compromi so educativo, de 10 que es muestra signj ficati va la siguiente frase de Peter Hans Kolvenbach, SJ., actual Preposito General de !a Campai'lia de Jesus: £ducor 10 JuveHflld es cOl1stmir 1111 l1Iundo nue vo. Desde luego, en esta frase, hemos de entender el verbo educar en eI sent ido riguroso de! termino, no en la version fight y empobrecida que tanto pralifera entre adminislradores y profesores un iversi ta rios. sabre :.:ldo laicos, sin ·formaciOn pedagogica digna de tal nombre, que apenas se contentan , Y se consuelan can candor par ahi derecho, con agueJlo de que "Iodos somos teguas" .

Ignacio de Loyo la hizo un primer intento para agrupar en tomo a 5i a otras esrudia ntes que compartieran su ideal, en 1524, estando a la sazon en Barcelona estud iando latin. TaJ intento de cofradia fraea so. i.En que consistia el ideal de Ignacio? Eo sintesis, en ayudar a la reforma de las fahas que veia en e! servicio di vino, junto con la concepcio n de sus companeros como heraldos de Jesucri sto. A la postre, lograria fundar la Campania de Jesus en Paris . En lodo casa , la defecci6n de sus companeros de Barcelo na y, mas tarde, de Meala y Salamanca, decepciono profundamente a Ignacio. No obstante, eJ periodo comprendido entre J529 Y 1535 sera crucial, puesto que, durante el mismo, se Ie uniran los seis estud iantes con los que fundaria La Campania: Pedro Fabro, sobrino de un prior de Ja cartuja del Reposoi r (Saboya) ; Francisco de Jassu

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C(lr/(I$ Eduardo de Je.I-u<\ Sierra Cuonr.s. Furmnoon blOefic(l ('II inSI·maw. 114

y Ja vier, joven hidalgo navarro y Santo Palrono de la Pontificia Un iversidad Javeriana: Simon Rodrigues de Aze\'edo, portugues de noble linaje; Diego Lainez y Alfonso Salmeron, castellanos dotados de una notable inteligencia: )' Nicolas Alooso Perez.. al que llamaban Bobadilla, del nombre de su pueblo natai, Bobadilla del Camino. en Castilla la Vieja, todo un superdotado. Estos fueron los primeros compai'ieros de Ignacio, los Primi Palre de La Campania , Si se observa can atencion, desde sus comienzos, La Campania tuvo canicler internacional, retlejado en las nacionalidades de los primeros companeros. De nuevo, aqui apreciamos eI para lela con La Compania del Anillo en la saga de Tolkien, dado que los companeros de la misma representan a los di\'ersas pueblos libres de la Tierra Media, esto es, elros, hombres, enanos y hobbits,

Ademas del caracter intemacional de la Campania de Jesus, existente desde sus primeros dias, hay otro rasgo distintivo de la misma: la presencia de personas aventajadas en su seno . A partir de sus primeras actividades educativas, el interes de los jesuitas estuvo en la ensenanza de dite, Para muestra un ba ton., el CoJegio Imperial de Madrid tuvo, en principia. unos requis ites minimos para el ingreso aJ misme: no ser menor de once ailos, tener rudiment os de escritura y lectura., y contar el aspirante con un tutor que se hiciera cargo de el, ademas de rellenar el formulario de solicitud. Empero, la educacion del Colegio no estaba destinada a todos los jndividuos, sino apenas para los miembros de la nobleza 0 para los alumnos aventajados.

Volvamos con Ignacio y sus seis companeros de la Universidad de Paris, el grupo de los siete.

ADo de 1534,. el "ano de gracia" en el gropo de compafieros. Todos hicieron, bajo la gula de Ignacio, los ejercicios espiritua les de, aproximadamente, treinta dias de duracion. Luego, el 15 de agosto de 1534, la peregrinaci6n de Montmartre. en cuya cripta. lejos del ruido de los peregrin~s, los companeros decidieron celebrar la rrusa y proDunciar sus voros en el momento de la comunion. Puede decirse que La Compai\ ia surgi6 en forma eo el alio en cueslion. Sin embargo. habra que esperar hasta el 27 de septiembre de 1540, cuando el emonees Papa, Pablo lIT, firma Ja bula Regimini milirantis, quedando asi aprobada la Campania de Jesus. Naruralmente, hubo opositores y detractores a la naciente Compania tanto con anterioridad a su aprobacion como luego de 1a misma, nada extrasio en el fondo habida cuenta de los celos inevitables que se apoderaron de las ordenes religiosas ya existentes par entonces.

Una vez constituida, 1a Compania de Jesus tuvo como razon de ser la evangelizaci6n de un mundo cambiante, bajo la presion de 1a reforma protest ante, par 10 cual se sintieron invitados los jesuitas a ser una ahernativa para el desarrollo de uo humanismo cristiano, sella distintivo de la educacion jesuitica, humaniS1a como la que mas.

Desde el punto de vista educativo, centro de nuestro interes en este capirulo, i cuales han sido los frul os producidos par la labor de La Campania?

De aeuerdo can los historiadores, el padre Lainez tuva la primera idea, en 1539, y propuso que se tuviesen s610 colegios para 1a formaci on de jesuitas. Mas tarde, se fundaroD el Colegio de Goa, en la India, en 1543, y el Colegio de San Pablo, 1Iamado Colegio miXlo, porque aJberg6 a jesuitas y a laicos que quer ian educarse can eslOS

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Carlo.~ Eduardo de JesU.~ S'l'rm Cllarlns. F()r11lncu'm blOh,C(1 (·n m,<:~·ntcri(J. 115

padres de quienes todos hablaban can mo ti vo de la fomlaci6n que brindaban en sus inslituciones educativas.

Algunos aDos despues, a peticion del Duque, se fund6 el Colegio de Gandia en 1546, el cual estuvo tambieD abieno para los no jesuit as .

En 1548, se abria el Cclegia Universidad de Mesina, al que Ignacio concedi6 coda la trascendencia posible a fin de echar los fundamentos de su metoda de estudios. Fue Jeronimo Nadal su primer rector.

De esta fonna, al poco tiempo, contaban los jesuitas con un buen numero de colegios distribuidos en todo el mundo, 10 que da fe de la actividad febril desplegada par los jesuitas en el campo educativo Juego de algunas vacilaciones inieiales de pane de Ignacio y los pnmeros padres de La Campania .

Llegados aQui, saha de inmediato a la vista que La Campania lIeg6 a ser, al poco (iempo de fund ada. la mas grande de lodas las 6 rdenes de ensenanza del orbe cal6Jico. Con mayor nivel de delalle, conlaba con 144 inSli(uciones educa(ivas en 1580, con 236 en 1600, con 293 en 1606, can 432 en 1630, y con mas de 8S0 en 18 vispera de su disoJucion hacia 1773, momenta en el que la educacion lomo Ul) nuevo impulso can los abanderados de la I1ustracion y con el respaJdo de los ioslrumentos y las ideas del flamante "despotismo ilustrado", cuyas lestas coronadas tenian mucho mas de despot as que de iluslradas a decir verdad. En realidad, con los jesuitas se dio un fenomeno educativo realmente impresionante y unico en la historia educativa del planeta. En consecuencia, esto ha hecho de la Compania de Jesus la corporacion con mayor nivel de experiencia en el campo de la educacion a fuer del celo desplegado en la misma.

Hacia el ano 1767, acurrio la expulsion de los jesuitas de las colonias espaiiolas. Varios ai'ios antes, en 1759, Portugal hizo 10 propio. En 1762, se dio 10 mismo en Francia y sus colooias, al igual que en 1880 y en 190 1. En 1773, qued6 oficialmente disuelta la Compania de Jesus par el Papa Clemente XIV con el breve pontificio Dominus ac Redemplor, con 10 que desapareci6 su nombre de los marmoles de la Iglesia. En todo caso, tal expulsion ~ngin~ el vacio educativo consecuente. Durante casi medio siglo, estuvo presenta la orden fundada por Ignacio de Loyola, y apenas en 1814 el entonces Papa Pio VII tuvo que restaurarJa en virtud de las presiones que se ejercian 50bre el a fin de que hiciera volver a los maestros de Europa. EI clima que dio lugar a semejante presion sobre el Papa se debio a la pro liferacion de revo luciones que surgian pDr aq ui y por alia en loda la geografia eu ropea. Mucha linta ha corrido sobre las causas de la expulsion de los jesuitas y no se puede habJar de un conjunlo pequeno y simple de causas, s i bien no falta enlre las mismas el hec ho que, a 10 largo del tiempa, se ha visto a los jesuitas can temor por considerarlos un Estado denlro del Estado, como tampoco se descarta Ja envidia experimentada por parte de o(ras o rdenes religiosas y de Sec10res liberales de la epoca anle el poderio de los jesuitas. De manera, pues, que la Campania de Jesus, entre 1773 y J 814, desapareci6 oficialmente de la faz de la Tierra. Pero, para nuestra fortuna, reflorecio.

No obstante, quien no tuvo remilgo alguno para acoger con hospitalidad a no pocos de los jesuitas expulsados fue Catalina la Grande, la celebre zarina de Rusia. En todo caso,

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Carlos Eduan/o de Je.ws Sierra luarlttS. Fwmflcujn hioinc(I en ;/Igmirrin. 116

dona Catalina (bueno, pensandolo bien, dejemosla solo en Catalina habida cuenta que era una mujer de dos en conducla) acogi6 a losjesuitas a fin de que hicieran las veces de mura de contencion para la masoneria, la cual proliferaba por doquiera en la corte rusa, i.Por que los jesuitas para mantener a raya a los masooes? La razon es esta : los jesuitas, gracias a su fonnaci6n intelectual y cientifica, se han distinguido por seT grandes analislas y discutidores, por 10 que eran uoos adversarios temibles para los masooes.

En cuanta a Ja hi storia de los jesui tas en nuestro pais, con motivo de la expulsion en 1767, qued6 cJausurada a la sazon la Pomificia Universidad Javeriana. la que apenas reabri6 sus puertas en 1930. Justo a fines del 2005, eI 30 de sepliembre, con una solerone celebracion eucarislica en la Iglesia de San Ignacio eo Bogota, dicha Universidad conmemoro el septuagesimo quinlO aniversario de su Restablecimiento, mOl iva por el cual nasotros los laverianos eslamos muy complacidos. La homilia respectiva estuvo a cargo del padre Gerardo Remolin a, S.1., Rector de la Uoiversidad . Por 10 demas, en el 2004, se celebraron los 400 aftos de Ja presencia jesuitica en Colombia.

En el caso de Larinoamerica, entre las 28 universidades connadas a La Compania hoy dia , se cuenta con mas de un millen de egresados a 10 largo de su historia.

En estas condiciones, surgi6 un problema, el cual fue 10 de cO mo garanlizar la unidad de esta red de instituciones educativas de la Compania de Jesus. A fin de abordar la solucion correspond.iente, Ignacio se propuso enviar, en 1548, a lodos los celegios y universidades las constituciones sobre los estudios, que, a la poslre. se conoceni como la Ratio atque ill5tiltJtio Studionlm Societatis Jesu 0, en forma mas breve, Ratio Stlldiorum. De las primeras versienes de la mism a, sobresa lieron las formuladas par Nadal en Mesina y por Aar6z en Gandia. De la conjuncion de ambas saldria la codi fi cacion de !a primera Ratio Studiorum. En fin, luego de versiones di versas de eSla, es Claudio Acquaviva quieo unifica y promulga la versi6n oficial en 1599. Tambien, se ha denominado a las versiones anlenores a 1599 como la Tradifio educandi.

MayUsculo fue el susto que el plan de estudios pergenado por los jesuilas produjo en universidades espaiiolas de alcurnia como Salamanca y Alcala, las primeras en ponerse alena cuando supieron de la existencia de dicho plan y que vieron amenazada su existencia. Por 10 taniO, la evidencia con ]a que su deS1ruccion se les presenta a sus ojos :>ugjere -fa extrema debilidad en la que se haJlan frente al proyecto jesuitico. Su unica arma sera oponerse can todas sus fuerzas a este a fin de conseguir mantener su sentido y sus privilegios.

En cuanto a la America espanola colonial se refiere. no se lJevo a cabo la implantacion de la Ratio en los ambitos correspond ientes con Las exigencias genuinas con que se realizo en Europa.

Con eJ paso inevitable del tiempo. la Ratio Srudiorum ha experimentado nuevas adaptaciones a fin de estar a tono con el espiritu de cada epoca. En primera instancia, en 1832, aunque, en realidad, se trato de una nueva edicion de ]a antigua Ralio. A su vez, en 1906, la Congregaci6n General XXV recomendo que se hicieran adaptaciones nacionales a la Ralio, con el animo de responder a las demandas de los gobiemos en

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('nrlus Edllardo de Jcslis SU'rrn CUOrias. FormnClon blodico ( '1/ mg."lIicria. 117

cada pais. Luego, hac ia 1941 y 1954, se habl6 de nuevo de la Ratio, pero la preocupacion de esta vez rad ico en 10 concerniente a la fo rmacion sup l!rior de los jesuitas. En cualquier caso, la Ratio, en todas sus versiones, se ha manten ido fi el allema ignaciano de "juntar vi rtud con Jetras". 10 que compendia el ideal educativo de la Compania de Jesus> expreso en un proyecto educativo integral y personalizado, destinado a sacar provecho de las mejores cualidades del estudiante. Naturalmente, en la epoea actual, puede entenderse, en sentido amplio, tan certero lema como juntar \"irlud con letras y numeros.

La fennula de juntar virtud con letras era universal y procuraba la unificacion de la ciencia con la conciencia, de los conocimientos con los \·alores, de los saberes con la etica, en cualqu iera de tos hombres que deseaban form me en las au las jesuitic2S. En suma, este principie filo sofico-educativo es una clave fundamental para la debida interpretacion del apone jesuitico tanto a la ciencia como a la elica en cad a proyeclo educativo y en cada region segUn nos advierte Jose del Rey Faja rdo> S.J. Asi, comienzan a aflorar las bondades del paradigma pedagogico respectivo a la hora de la formacion etiGa y bioetica en nuestro tiempo.

raj y como dije mas arriba, la Rafio Sfudiorum se publica en 1599, justo al finalizar el gran siglo de las Reformas. y se inscribe en el reto de respetar las aspiraciones de los particularismos de las ciudades renacemistas frente a los requerimientos de los poderes nacionales empenados en dar una respuesta a la demanda universal de una formadon que correspondiese a la racionalidad economica, juridica, social y cultural. En cuanto a su dimension epistemoJogica, la Ratio recogi6 la accion y el estudio lIevados a cabo durante medio. siglo por los grandes te6ricos y pedagogos de la Compania de Jesus .

En unas cuantas palabras, la Ratio de Jeronimo Nadal presenra Ires niveJes fundamentales, a saber: rel igioso, caracleriol6gico y de estudios. Ademas, delermino tres ni veles para las clases, de gramiltica en su epoca, perc ahara adaptable tal esquema a cualquier area de] humano conocimiemo: una primera clase a infima, una clase media y una tercera clase 0 !)·uprema, 0 sea, una forma organizada ascendente a fin de transmilir y profundizar el conocimienta. De esta suene, estabJecio eI pad re Nadal el metoda con eJ cual indica que, para seotar bien los fundamentos, era necesario dar primero un minimo antes de proseguir adelante . Por ende, estamos ante un plan dclico que cam ina hacia arriba de modo gradual. Tambien, Jeronimo Nadal precisa con cU1dado tadas las· prescripciones para la formaci6 n del caracter, de la vo luntad y de las buenas costumbres de los estudiantes.

Can su meticulosidad y rigor caracteristicos, don German Arcin iegas proporciona unas informaciones de valia en £ 1 continente de siete c%res, ese libro tan maravi lloso acerca de la hi storia de la cullura en Ameri ca Latina. En especia l, son del interes nuestro aqui las reJativas a los jesuitas. Bueno, de digna mencio n par el papel desempenado en el exilo de tal empresa par pane de la educacion, tenemos la epopeya del Jm perio Jesuitico del Paraguay, un verdadera est ado gobemado par no mas de 400 padres de La Campania. Por una parte, la imprenta se intradujo pri mero en las misianes jesu[ticas del Paraguay que en la Argentina. 10 que permitio imprimir libros en Jengua guarani, con caracteres hechos de madera por los mismos indigenas. En fin, se trat6 de un gran experimento, de la utopia convert ida en una realidad de siglo y media. Acerca de la

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Car/os Eduardo de Jesus Slcrra Cuarfas. Formacion bioefica cn mgcntcrin liS

impresion favorable producida en Europa por estas misiones de los jesuitas en el Paraguay, escribe don German 10 siguiente: Tall eXlraordinaria impresion cOl/saran ell Europa las misiolles del Paraguay, que all/ores como Alollfesqlliell no vaeilaron ell creer que, en ese lugar de America, se realizaba el ideal de 10 repllblica pla/onica. En 10 enciclopedia m;sma, en los anini/os redactados ames de la expulsion de losjeSllifos de Francia, se elogia a las misiones sin reservas. En cuaoto al caso de nuestro pais, cuando era a la sazoo el Virreinaro de la Nueva Granada, la imprenta llego aqui par vez primera gracias a los jesuitas en el siglo XVIII.

Elemenlosfundamenlales del paradigma pedagogico ignaciano

De acuerdo con 10 ya dicho, el paradigma pedagogico ignaciano nacio como froto de la accion y el estudio de los grandes teoricos y pedagogos de la Campania. En atras palabras, se trata de un paradigma pedag6gico que adquirio madurez merced al metodo cientifico, esto es, al hablar del diilogo ados band as entre la accion y el estudio estarnos hablando del principia dial6ctico del metoda cientifico sin ir mas lejos. Por otra parte, pese a la cantidad ingente de discusiones, estudios y reflexiones generadas durante e! proceso de consolidacion del paradigm a pedagogico en cuestion, su expresion escrita se crrcunscribe a un documento modesto en principio, Las carae/eristicas de 10 edueaeion jesuitica, en su version actual. Esto refleja el principio de inteligibilidad del metoda cientifico. A su vez, al decantar los aspectos realmente pertinentes para formar a la persona como un illtegmm, vemos en escena el otro principio constitutivo del metodo cientifico, e1 principio de objeti\·idad. Desde luego, como ya 10 ha establecido la epistemologia contemponlnea, no debe pretenderse que existe algo como la objetividad pura, siempre habra alguna dosis de subjetividad en la observacion. Pero, a condicion de que se apureo al maximo las dosis correspondientes a los tres principios antedichos, diremos que el proceder respectivo ha sido cientifico. Asi las casas, considero que el proceso que ha llevado a la consoiidacion del paradigrna pedag6gico ignaciano satisface estos requisitos del rigor intelectual.

En otro orden de ideas, los mismos jesuitas son rnuy conscientes de la cornponente subjetiva que subyace en su paradigma pedagogico. De esto, nos damos perfecta cuenta en las siguientes palabras del padre Jose del Rey Fajardo, S.l, contenidas en su libro La ensenanza de las lmmanidades en los colegios jeslliticos neogrcflIadinos (1604-1767); rero, vil/iendo a nuestro proposito fundamental, debemos sen/ar lin prineipio ideologieo previa a todo el estudio. Quten pretenda comprender la verdadera esencia de la formacion jesuitica debero tener presente 10 intima interrelacion que se eslableee entre !res documen/os fUlldamentales que integran el alma de 10 Campania fimdada par Ignacio de Loyola: Los Ejercicios Espirituales, fa Cuarta Parte de las Conslillleiones de la Campania de JesUs y fa Ratio Studiorum. Y. como bien 10 sabe toda persona con formacion epistemologica seria, la comprension se da a traves del sujeto, en forma interna a1 mismo.

Tras las anteriores precisiones, podemos entrar en materia can los elementos fundamentales del paradigma pedagogico ignaciano. En 10 que sigue, tornare la informacion basica de una preleccion a cargo de Esteban Ocampo F., dada en el sene de un diplomado en pedagogia ignaciana afrecido en la Pontificia Universidad Javeriana.

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J 19

Ante wdo, recordemos que el centro de este paradigma pedagog:co es un humsnismo crlstiarlo, por 10 que no se restringe a la mera apropiaclon de los conocJmienlos desarrollados por la culrura,. sino que se imbrican es10s can Ja vlsion relig:iosa., en una clara sintesis entre fe y vida, y fe y cultura, para 10 eua! Ja cercan{a entre el educador y sus edllcandos se cODviene en una condici6n imprescindible. Por Jo pronto, vcremos a continuaci6n sus elementos fundamentales para luego p2.SM, en e] proximD aparte, a 10 a1inente a sus posibilidades en oF-os oonte1\t05 educativos universitarios.

Desde el pumo de vista de su metodoiogia, basada en el discemimfcnfO como medic para hallar !a verdad, propone didactlcanleme tres momentos: (I) La pre1ecciim, centrado mas en el profesor; (1) 13 repeticion mlil!;ple, ce:-itrado en el estudiante, y (3) 13 aplicacion, en la que se da un encuenlro para e! apoyo, Ja orientacion y eJ i[ltercambio eiltre estudiante y profesor y entre estudiante y estudiante.

En cuanto a sus prindpios, se distinguen ios s:guientes: (1) Evangel:zaci6n; (2) atenc,ion personal; (3) fom1aci6n integral; (4) exigencia en busql.leda de 10 mejof (Magis); (5) ordenadon ngurosa de los estudios; (6) encuentro con los otros (compromiso con los pobres y d~alogo con los companeros); (7) respeto par III hbertad humana; (8) respeto par las diferencias, personales y cuhurales; (9) compromiso con 13 realldad; (10) desarrollo en un contex:o moral, marco que posibilita el afrontamitnto de grandes temas y valores complejos, sobre todo asociados al desarrolio de las ciencias; (11) adaptacion a los estudiantes; (12) uso de los valores, pues, toda ensenanza aqui imparte valores: (13) se presta atenci6n pastoral a todos, estudiafltes 'f profesores; (14) aproxima interdisdplinariamente los saberes derivados de las ciencias con los de la teologla; y (15) abieno a la cooperacion international en un !nundo globalizado.

Per 10 que se aprecia en los principio:; del paradigma pedagogico ignaciano, estamos ante un paradigma pedag6gico que cons/deea el impacto que \iencn para las personas, y, en particular, en los mas pobres, no s610 lodas las decisiones que se toman, sino los avances aicanzados por la ciencia y la tecnologia

Desde la 6ptica de S'JS fines, el paradigma pedag6gico ignaclano contempJa: 0) Fonnar las mentes y los corazones para un servicio cada vez mayor, mas hondo If mas universal, (2) formar hombres y mujeres pat a Jos dernas y con los demas, personas ,::ompctentcs, concienciadas y scnsibles al comprorn.iso. (3) formar Hderes integros dispuestos a asumir las cargas de la socjedad y ser tCSllgos de ta fe que obra la justicia; (4) formar personas libres de la esclavitud de las ideo[ogfas, eI consumtsmo), los faJsos ofrecimientos que Jes hact Ja sociedad y sus desarrollos; (5) formar personas buenas y educadas, con excelencia humana y academica; (6) formar a la persona total, esto es, imaginaci6n. senti:miemos, vo!untad y entendirniento; (7) estimuJar al alumno a cO!'Jocer y amar la verdad; y (8) promever un espiritu critko y un pensamiento reflexlvo.

Si ei lector no ha perdido de vista la esencta de la mewdologia,. principios y fines del paradlgma pedagogico jgnacl3no, acaso haya deducido en este pumo que d maestro juega un papd trascendentaL En concreto, esto exigi? del maestro 10 que sigue: (1) Creer en sus aJumnos, en sus posibilidades; (2) ser sensible y comprometido como agente de cambia en un mundo injusto, (3) promover relaciol1cs de amistad con sus estudiantes;

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Car/OJ Eduardo de Je.~us Sierm Cuarlas. Fllrmncion bioCtlc(J en inS:l·mcri(l l~O

(4) conocer personal mente a cada uno de sus estudiantes; (5) desde una vision pos iti va del mundo, panderar mas los aciertos que castigaT los errores del estudiante; (6) test igo para sus estudiantes, como persona, como profesional y como cristiano; (7) poner a disposicion de sus alumnos su experiencia personal ; (8) di sponer a los estudiantes para el aprendizaje, prepararlos y retirarse a fin de dejar actuar al propio estudiante y al mismo Dios qui en Ie guia y acompana; (9) servir de mediador entre el estudiante, sus experiencias y el sentido de la vida par parte del esrudiante; ( 10) proponer sus reflexiones desde la interaccion suscitada en la trilogl8 cooocimiento, valores humanos y teologia; (11) ser heredero de una tradician que promociona ulla cultura que pone el enfasis en los valores de la dignidad humana y en Ja \ida buena en un sentido mas plena, fomentando la libertad academica, exigiendo la ca lidad a las instituciones y a los alumnos, 10 cual incluye tambien la responsabiJidad moral y la sensibilidad; y finalmente, tratando la experiencia y las cuesriones reJi giosas como alga que ocupa el centro de la vida y la cultura humana.

A manera de s[ntesis, cabe decir que la pedagogja ignatiana esta centrada en la formaci on de Ja persona tOtal, esto es, coraz6n, inteligencia y vo lunlad, nHis alia de l entendimiento. Ademas, reta a los alumnos a discemir el sent ido de 10 que estudian par medio de la reflexi6n en vel de una memoria rutinaria, a la par que incita a adaptarse, cuest ion que exige una apertura al crecimiento eo todos nosotros. As! mismo, ex ige que respetemos la capacidad de los a lumnos en los distintos niveles de su desarrollo, junlO con que IOdo e l proceso eSle dinamizado por un ambiente escoJar de consideracio n, respelO y confianza, donde la persona pueda enfrentarse can toda honradez a la decisi6n, doJorosa a veces, de ser hombre a mujer con y para los demas.

Seg(Jn puede verse, el paradigma pedag6gico ignaciano es rico y completo per se. mu y bien craneado como decimos en Ant ioquia. Pa r OtrO lado, la descripcion brindada a la luz de su melodologia, sus princ ipios, sus tines y las exigencias concomitantes en relacion con eI maest ro va mucho mas alJa del reduccionismo present ado por Chri s Lov.'TIey en un libro de reciente publicaci6~ £1 /idera:go 01 estilo de los jesuifas. reduccionismo manifiesto en apenas cuatTO pilates cual formu la del exi!O, a saber: ( I) Conocimienlo de si mismo; (2) ingenio; (3) amor; y (4) heroismo. En otras palabras, han de entenderse estos cuatro pilares en el seno del paradigma completa. Solo asi cabe explicar el hecho que la Compania de Jesus haya cambiado al mundo, aunque no faltanin., no 10 dudo, aque!los individuos ajenos aJ mundo ignaciano a Jos que no les gustani esta precisi6n de indole historica. Claro estB-, no se trata de incurrir en una defensa fanatica e irreflexiva de 10 jesuitico. Pero, como feu el refnin, a todo senor, tado honor.

Vistas bien las cosas, cabe concluir en esta parte que, bien lIevada, eJ paradigma pedagogico ignaciano contiene en si 1a clave para la transformaci6n de una institucion educativa en una matriz axiologica, proceso de contextualizaci6n mediante. Sobre esto, nos ocuparemos en forma detenida en el siguiente apane a proposito de la inst ituci6n universitaria, objeto de nuestras desvelos.

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, CnT/OS Eduardo de irsu.\" Sierra Cun"as. Formfieiun biobico (n ingmicria. 121

Sobre cI /ortu/ecimielllo tie estTllcluras un;"ersilarias

Estuvo dedicado el tercer capitulo de este libra a la Universidad como matriz a.xiologica, no como algo que ya es, sino como alga hacia 10 que hay que !l evari a si de formar al ser humane en tanto illfegrllnl se trata, condici6n exigida por 13 cri sis actual de la educacion en Latinoamerica y el reste del orbe, por no decir que una tragedia educativa en teda regIa. As! las casas, surge esta pregunta: (,C6mo lograr tan loable meta? A grandes rasgos, [enemas dos eaminos, a saber: (I) FaIjar un paradigma pedag6gico acorde con la meta enunciada, 0 (2) echar mane y contextualizar con prudencia y sabiduria un paradigma pedagogico exist en Ie. Ahora bien, puesto que no se lrala tampoco de re im-enlar la rueda por merO capricho, apuesto por un paradigma pedagogico existente y consoli dado en debida [onna, euyo exito ha quedado garantizado por cerca de cinco siglos de e""periencia educativa, esto es, el paradigma pedagogico 19naclano.

En nuestro medio mede!iinense, existe evideneia de instituciones de educacion superior que, de un modo U otro, han aprovechado la rica experiencia de la Compa ii ia de Jesus. Baste mencionar dos ejemplos significativos al respecto. De un lado, la Universidad de Medellin, la cual mantuvo durante una decada un convenio con la Facultad de Educacion de la Pontificia Universidad Javeriana para la formaci on de p~rsonas en eI campo de la educacion a nivel de maestria. Si nos fijamos en los boletines y en las revistas de la Universidad de Medellin, es facil percatarse de la influencia ejercida en ests por la Pontificia Uni versidad laveriana sobre la forma de concebir la educacion universitaria. De otro lado, la Universidad EAFIT, institucion que decidio, en forma sensats, adoptar a Ia Pontificia Universidad laveriana como modele para el mejoramiento de sus procesos universitarios de acuerdo con 10 que Ie he escuchado al actual Decano de )a Escuela de Ciencias y Humanidades de EAFIT, Jorge AJberto Naranjo Mesa. Ademas, llama la atencion el hecho que las dos universidades antioquenas que aeabo de mencionar cuentan en su sena con un numero respetab!e de magisteres egresados de Ja Facu!tad de Educacion de la Pantificia Universidad laveriana, de manera que esas sl son universi dades que saben aprovechar a sus profesores fonnados en educacion superior en una Universidad de prestigio.

Entonces, no heroos de perder de vista que el pensamiento educativo ignaciano cuenta con mas de cuatrocientos cincuenta ailos de rica rustona y evolucion adaptativa, 10 que :e confiere el mas alto nivel de actualidad y pertinencia en )0 que toea a los problemas de hoy de la educacio n universitaria. Un re flejo de esto 10 (enemas en ellibro antedicho de Chris Lowney.

En forma serena, humilde y objetiva, Leonardo R. Lareo, de la Pontificia Universidad Javeriana, narra su proceso de aprendizaje de los principios y bondades de la pedagogia ignaciana. Su articulo al respecto, a rill juicio, peea de poco impetu y ambici6n en cuanto a su propuesta, pero contiene la esencia misma de las sospechas que he albergado durante varios ailos acerca de 10 promisorio de l paradigma educativo correspondiente para la elevac ion humana y cultural de las inst ituciones de educacion superio r que dislan mucho de ser matrices axiologicas, maxi me que conozco en forma directa dicha paradigma tanto por ser javeriano como par haberlo seguida estudianda con posteriori dad y lIevado a la practica en mis cursos en la Universidad Nacional de

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Car/os Edllardo de Jl'sit.~ Sierra Cuarlru. FormnciQII biQCtica ('n inf!l"nicr ia.

Colombia. De esta forma, hago mias las siguientes paJabras de Lareo: Esta re/evQncio)' vilalidad obliga a qlliel1es hemos illir;iado el proceso de cOJlocer/o y estudiarlo de lratar de el1,el1der/o y apUcar/a, a dil'lllgar/o y proyectarlo hacia la comunidad 1Il1il'ersilaria 10101 como una allemarim real de l'ivel1cia bioetica q/le responde adecuadameme a 10 educacio" superior para 10 superior.

En virtud de los cambios que la actual revoluci6n lecnocientifica ha abrado sabre las formas pedag6gicas del presenle, reflejadas en los procesos de reforma curricular y metodol6gica en las instituciones universitarias, vale la pena Ilamar 1a atenci6n sabre un rasgo del que nos advierte Lareo, a saber, que los cambios exitosos que se han dado en tales rno virniemos de reforma han lIevado en su sen~, en forma no premeditada, una gran sernejanza con las premisas basicas de Ja educacion ignaciana. En eSle punlo, permititmosle el uso de la palabra a Lareo:

i Por que 10 educacion es/a )lolviendo a las grandes matrices pedag6gicas ignacianas? i,Sera UI1 reconocimielJlO de la estruc/llra de valores IntmmlOs decantados en 450 allos de experiencia educariva en el mllndo? iNo han sido sujicienfemellfe erifosos los modelos pedag6gicos difertmtes al de la escuelajesuifica? iPor que rceon los ex aluml10s de 10 Compania de JeStis (A ntiqui Societatis lesu Alumni) comparten una especial hennandad que desborda Jronteras territoriales, raciales, politicas, religiosas, Iingiiisticas y cllilurales? i,Que los impulsa para crear empresas altruistas de beneficia social? iQue les han enseliado y con que estraregias pedag6gicas para que comprometan tan a fondo su Iibertad en milifancias po/iticas tan disimiles, muchas de las cuales son radicalmente opuestas? i,For que algunos crificos de la pedagogia ignaciana han dicha picarescamenle que los ex alumnos de los jesuitas rew/fml tan buenos para hacer el bien como para hacer el mal?

Bien, he aqui entonces una sene de preguntas que recogen la esencia del exito de un modelo pedagogico que ha cal ado hondo en el mundo y 10 ha transformado, y sarprendente en verdad si no perdemos de vista que La Compania, cuando comenzo, no tenia ni capital ni plan de negocio alguno y contaba apenas con diez compai'ieros en 1540, segUn humorisrica apreciacion de Chris Lowney. En lodo caso, al mirar el exi lO del modelo pedagogico impJicado desde e l punta de vista del compromiso social , pueden citarse ejemplos elocuenles a graneJ. Uno de (antas concierne a la Amerj ca Central de nuestros dfas. En efecto, durante los dias del regi men sandinista en Nicaragua.. hubo tres sacerdotes en eJ gobierno, dos de La Compania y un misionero Maryknon . Adernas, seis de los mas eminentes jesuilas del mundo fueron asesinados en forma brutal en la Universidad de Centro America en San Sal vador en 1989 por un batallon del regimiento A.Jcatl entrenado en Fort Benning, Georgia, USA Un hombre valiente en extrema, el arzobispo Romero, fue asesinado mientras se dirigia a la gente. Y bien, i.por que asesinaron a estos religiosos de La Compania? De acuerdo con 10 que nos cuenta con amplio conocimiento de causa Harold Pinter, premia Nobel de literatura 2005, en su discurso de aceptacion de dicho gal ardon, fueron asesinados porque creian que una vida mejor era posible para los centroamencanes y que debia conseguirse.

En termines practices y concretos, 1a educacion ignaciana no mide sus logros desde la optica de la competencia profesional de los graduados, sino, mas bien, desde la

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• ( 'arlo::)' Eduardo de JesUs Sierra C!JO"'ns. FormnCtrJn hioifica en jrrst:ma fa 123

perspectiV8 de la calidad de vida que cada uno de elias se genere y compan8 con sus congeneres. De esto ultimo, es muestra elocuente el juramento de grade en la Pontificia Universidad lavenana: (.Jurar's aDios y prometeis a /0 Patria promover 10 jus/ida social, la independellcia de 10 flQeion y las liber/odes de 10 persona humana, y, ell lIues/ras actividades ptiblicas y privadas, servir a la comullidad y, en especial, a la sociedad colombiana, de actterdo COil los valores que proc/ama eI crisfianismo y que profesa westra Universidad? S; asi 10 hicieres, Dios y /0 Patrie as /0 premien, Ysf no, EI y Ella as 10 demanden. Asi, se constituye en todo un paradigma de educacion bioetica con todos sus componentes explicitos de fomenlo de los valores que dignifiquen al ser humano con su enlomo natural y social , pa r 10 que connOla todo un proceso de aprendizaje jamis conduso. Y, si nos Jijamas bien, el paradigma pedag6gico ignaciana no queda constreJiido a las instituciones educativas ignacianas. Can una me.zda sana de imaginaci6n y apertura menta~ junto con a1go de iniciativa a la hara de coatextualizarlo, se Ie puede sacar buen provecho en otras instituciones educativas que siguen otms confesionaJidades en general.

Acerca de las cautelas a tener en mente aJ aplicar el paradigmo pedagogico ignaciano

A1 igual que el metodo cientifico, segUn los usos a los que se 10 enderece, el paradigma pedag6gica ignaciano puede obrar efectos beneficos a perversos, por 10 que su uso exige sin excepci6n una elevada estatura etica par pane de sus ejecutares. Par 10 tanto, una primera cautela a la hora de aplicarlo es· juslO el que las inslituciones educativas que 10 hayan adoptado se aseguren de que sus ejecutores sean seres humanos integro$..

Empero, no basta con la posesi6n de esa prenda tan escasa en el mundo de hoy, la elevada estatura etica., todo un Silmanl sin la menor duda. Ademas, es men ester aprovisionarse con fuentes de gran calidad y estudiar con gran aplicacion. En el libra antes mencionado del padre Jose del Rey Fajardo, 5.1 ., encontramos una buena provision de consejos y sugerencias en materia de fuentes de informaci6n a fin de bucear en forma seria en 10 Que atane at paradigma pedagogico ignaciano. Como minima, Quien tenga inleres en conocer bien esle paradigma, debera remitirse al Diccionario His/drieD de 10 Compania de Jen,s y comenzar pOT las entradas Educacid" y Ratio Sludiorum. Par 10 demas, en la pagina de la Pontiticia Universidad laveriana en la Red (http: //soarta.javeriana.edu _co/portaVprincipal!j e~) cabe encontrar una buena cantidad de documentos relacioruu:fos can dicho paradigma, junto con la excelente BibJioteca General de tal Universidad y el Archivo Historico laveriano Juan Manuel Pacheco, S.J. Par su parte, no sabra la recomendaci6n de dirigir la vista a 18 coleccion de publicaciones del Simposio Permanente sobre la Universidad, dirigido con gran acierto por el padre Alfonso BOlTero Cabal, S.1 ., todo un conocedor par excelencia en 10 que concieme al complejo mundo universitario. Y, no puede faltar, hara bien el lector en remitirse tanto a los Documentos Corporativos de la Comparua de Jesus (Aposlolado etiucativo) como a las Caraclerislicas de 10 educaci6n de 10 Compania de JesUs. Naturalmente, las fuentes antedichas distan mucho de agotar eJ lema, el cual sin exagerar, puede ocupar toda una vida en su estudio, siendo tan 5010 tales fuentes para una primera toma de contacto. {Animo!

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Carlos Eduardo de Jesus Sierra Cunr/ns. Fnrmoclon biocticn en ingt'nierin. 124

Aparte de las fuences de informacion que acabe de mencionar, me permito recomendar ellibro de Pedro M. Pruna Goodgall, historiador eubano, libra titulado Losjesllilas ell Cuba /wsta 1767. A mi modo de ver, 10 que toma valiosa la lectura de esle libro es el

, hecho que su autor es un historiador del regimen de Fidel Castro. Por eode, no es un historiador que forme parte de las filas de la Jglesia . Sin embargo, es notable la buena coincideneia entre el enfoque de Pmna sobre eilema de la hisloria de los jesuitas y los juicios emitidos por historiadores de la propia Campania, como es el case del padre Juan Manuel Pacheco, S.1. De este modo, se refuerza el juicio en cuanlo a la mesura y seriedad de parte de los hi storiadores jesuitas. Claro esta, otra cosa sera si alguna persona, lIevada por consideraeiones ideologicas, sienle animadversion por la historia de la Campania de Jesus. Pero, como ya 10 adverti , el estudia del paradigma pedagogieo ignaciano requiere una mente abiena y mucho sentido de la alteridad.

En cuanto a 10 atinente a su formaci on y preparacion, el maestro compenelrado del paradigma pedagogico ignaciano debe ser un humanista por excelencia, rasgo central que emana a partir de 10 vista mas arriba a proposilo de los elementos constitutivos del paradigma. Si no 10 es. si no pasa de ser un simple especialista en el sentido preciso del tennina, un docente jamas podra comprender los intringulis del paradigma pedag6gico anted icho. Por 10 demas, 10 visto en el euarto capitulo, sabre todo 10 relati vo a Juan Luis Vives y Gregorio Maranon, ubica bien en 10 que se refiere al sentido preciso del humanismo.

El enfasis puesto en los parrafos que acaban de preceder nace de un hecho harta patente de nuestra epaea: el ejercicio lipico de la docencia en las instituciones de educacion superior suele Jlevarse a cabo de una manera de 10 mas empirica, 10 que equivale a decir que se realiz.a al azar, a la buena de Dios, rasgo que impliea una ealidad inferior a la de los niveles primario y secundaria de la educacion. En el mejor de los casas, sueJen eonformarse las instituciones de rnarras con dizque capacitar a sus docentes can cursos relampage e intensivos sobre equis 0 ye aspecta de la docencia universitaria. Conozeo muy bien la estrucrura y modus operandi de los cursas en cuestion: poco exigentes en materia de lectura y escritura reflexivas; maleriales de lectura de poca enjundia; actividades de taller realizadas con escase rigor, con un desenfada lotal en materia de relati\ismos; y escasa conciencia aeerea de la insuticiencia de estos curses, maxi me SI se los compara frente a 10 tratado en postgrados serios en el campo de la educacion, Par 10 general, digamoslo can toda franqueza, los curses de marras cumpJen con el objetivo crematistico de aeopiar rondos para las instituciones que los promueven en sus ponafolios. En dos palabras, es justa 10 que decia con tino don Jose Onega y Gasset aeerea de la inexistencia de la pedagogia universitaria sin ir mas Jejos.

Por si 10 anterior no fuera suficiente, se ha perdido de vista, como bien 10 destaca Maria de los Angeles Marin de la Garza, adscrita a la Univers idad Iberoamericana, Mexico, que no basta con el conocimiento adquirido al cursar una carrera universitaria para la ensenanza en el nivel superior de la educacion, como tampoco basla can la experiencia que se adquiere al ejercer una profesi6n. Y no hay que escarbar mucho a fin de acopiar ejemplos acerca de esta situacion. Si nos fijamos con cuidado en 10 que atane al mundo empresarial, se ha ido volviendo eada vez mas rrecuente la constitucion de

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Cnr/os Eduardu de Jesus Sierra Cuartas. Fonnncion b,ocilca CII ingf'lIieria. 125

comites de "educacion" por parte de las empresas. comites confonnados, por 10 general, por sus geremes. jValganos, Dios! Como si eJ saber educati ....o fuese un saber infuso.

Precisarnentc, eI paradigma pedag6gico ignaciano !lena eJ vado que vincula at profesional, 10 mismo que a1 cientifico, con Ja practica docente, 10 que connota la adquisicion de una dimensi6n humanista por excelencia por parte del aspirante a realizar buena y real docencia universitaria. No obstante. si el docente universitario pretende haeer usa de este paradigma sin quemar las etapas de conocimienlo profunda del mismo merced aI eSludio y la reflexion que se requieren, inculTira en su mala interpretacion a 13 hora de lIevad o a la pnklica en el aula universitaria, carecera de un inslrumenlo hermeneutico apropiado.

De acuerdo con Maria de los Angeles, los docentes universnarios metidos en la pedagogia ignaciana suelen pecar de ignorancia en 10 que alane a los objetivos que se persiguen con la misma, en 10 que subyace la mala interpretacion aludida. Ademas, incurren tales docentes en afectaci6n en 10 que respecta aJ que y aJ como de la formacion universitaria, eslO es, deslumbrados con las impaclantes tecnologias informaticas de hoy, se tragan anzuelo. sedal y plomada al centrar el desarrollo de una c1ase en un despliegue de efectos especiales permitidos por la teenologia de marras. confundiendo de esta manera el dominio tecnologico con el eientifico, asi el docente respectivo carezca de los esquemas de pensamiento que dislinguen al cientifico propiamente dicho, 0 sea. en la forma que tan bien ha precisado Marcelino Cereijido, a cuyo pensamiento nos hemos refendo con antelaci6n. 0, en palabras de Umberto Eco, asimilan tales docentes la ciencia con la magi a, confundiendo un aguacate con un hermano franciscano.

Por tanto, aJ poner un enfasis desmedido eo el como ensenar, auoado a la faha de formacion del docente para la ensenanza en el nivel superior de la educacion, se ha descuidado 10 atinente al que ensenar. En una palabra, este es el diagnostico fundamental realizado por Maria de los Angeles .

Asi mismo, est a profesora mex.icana advierte que los docentes universitarios can las falencias anotadas, aJ Iralar de capear eltemporal de la ensenanza en el au/a, se refugian en eI discurso de moda de la jacilitacion del conocimiento. Escuchemosla en forma diafana: La traduceion que surge de los Ejercicios £Spiriwales de San ignacio de Loyola apbcado"S -a '10 enseJianza parte del ocercamiento h:;cia el origen de las casas. De lal suerte que este acercamienlo es la relacioll directa entre los conlenidos y el educando, siendo el papel del docenfe el de a{guien que facilila esle acercamienlo par media de su experiencia y dominio de su materia, y, en esfe punta, se interpreta malla practica de esta pedagogia en el aula universilaria. En otras paJabras, la facilitacion del conocimiento no tiene nada que ver con 1a participacion desmedida de los educandos, al extremo que preparen y den clases enleras sin habeT mediado eJ eSlabJecimiento de las bases del conocimiento por pane del docente. En eieno modo, usando eI lermino empJeadq por Maria de Jos Angeles, estamos ante una c1ase acefa la. En suma, los docente~iuniversitarios, en su gran mayoria, son un desastre como hermeneutas.

' ~nciPio, esto sucede cuando se usa mal la pedagogia ignaciana, cuando se desconocen sus objetivos, cuando se descuida eJ que de la ensef'ianza a favor del como,

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Car/I)s Eduardo de Je.~i.f Sierra Cuanas. Formncion biohica en in8cnlcria 126

cuando se desvanece e1 papeJ del docente. Ahara bien, eSle fenomena no es s610 privativo de los contextos ignacianos en los que se use mal la pedagogia correspondiente. De facto, en universidades ajenas a1 mundo ignaciano, como Jas universidades pubJicas latinoamericanas. se yen, en su esencia, Ja s mismas cosas en tal sentido. Ejemplos de docentes como los senalados por Maria de los Angeles abundan a granel en las universidades publicas del subcontinente, tantos que, si los enumerasemos, no bastarian Jas existencias de pape\ del planeta para la impresi6n correspondiente.

• As! Jas casas, no ha de concluirse con premura que un paradigma pedagogico adolece

de defect os por el hecho que sus ejecutores no 10 manejen en fonna competenle. Selia como si denostasemos de la buena literatura espanola por desconocer el alto castellano.

En el fondo, 1a situacion es mas critica en las uruversidades publicas de la regjon iatinoamericana, dado que, en elias, no es facil identificar un paradigma pedagogico stricto sensu, ademas del hecho que estan en poder de administraciones neoliberales que han relegado al saber educativo a Ja innoble condicion de pobre dama vergonzante. En otras palabras. las universidades que poseen un paradigma pedagogico afianzado en su propia idenlidad, como es el caso de las universidades jesuiticas, pueden capear eJ temporal aludido can solo reorientar su paradigma y no perder el norte respectivo. De esta forma, una crisis tal es manejabJe en instituciones uruversitarias con paradigm a pedagogico incorporado.

Volvamos can Maria de los Angeles, quien sintetiza as! este problema neuralgico: Facilitar el conocimienlo parle del entendido que el docellfe domina el (ema que se va a desarrollar en el aula y que sus objetivos est01J claros y bien definidos. uto es delerminame para 10 Jarmacioll prafesianal, ell ese Slfpueslo eslit 10 esencia de 10 pedagogia ignaciana. De 10 contralio, se incurre en un relativismo epistemologico, a Ja vez que ax.iologico, de muy dudosa jaez.

En este punto, conviene contrastar el planteamiento de esta profesora mexicana con el del argentino Guillermo 1aim Etcheverry, quien, acerca de este asunto de 18 facilitacion del conocimiento, manifiesta en forma conlundente y acerada 10 que sigue: Los 1111eV05

maestros se preparan para descolljiar de la alllOridad y de 10 idea de que se espera que ellos sepan mas que SlIS alumnos. EI Slipuesto de que los maestros saben alga que los alumnas desconocell, en el que se slJstenlaban las clases tradiciol1aies, es Qnotema para el igualitarismo escolar. Has/a el mismo termino maeS/TO eSI(j en retiracia, y se reemplaza por el de "facilitador ", en parle guia yell parte testigo que observa al 1/1"'10 que se educa a si mismo. Como resuilado de esla formaci6n posmoderna, coda dia imporla menos fa competencia concreta de los docentes en los (emas que, se supane, son los que deben el1sei'lar. Hasta aqui Jaim y su refrescante lucidez. En todo caso, se trata de una situacion que alcanza dimensiones un tanto ox..imori cas, de tragicomedia. Para muestra un baton, aqui va una anecdota sigruficativa al respeclo: en mayo del a~o 2005, asist! a un curso sobre didacticas activas en la Universidad de Antioquia, al que asisli6 un buen contingente de profesores y profesoras de medicina de dicha Universidad, la principal del Departamento de Antioquia. Una de las sesiones verso sobre el seminario investigati vo aleman, metoda de ensenanza cuyo objelivo prioritario es aprender a investigar investigando. En cuanto a SU organizaci6n, un semina rio invest~~vo aleman tiene un director, que es una persona que domina el tema objeto