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RESUMEN DE EXPOSICIÓN TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD LUCÍA ARIAS TOBÓN DAVID ALEJANDRO ARANGO El concepto de Trastorno Antisocial de la Personalidad hace referencia a un desorden permanente de la personalidad caracterizado esencialmente por un patrón recurrente de desprecio y violación de los derechos de los demás, el cual tiene comienzo en la infancia o adolescencia y continúa hasta la edad adulta, cuyas características más notorias incluyen una falta de interés o preocupación por los sentimientos de los demás, un comportamiento impulsivo y la falta de remordimiento por los daños que pudiesen llegar a provocar a causa de este comportamiento. Estas características suelen ocasionar el fracaso de estos individuos en ciertos roles sociales que requieran fidelidad (como padre o esposo, por ejemplo), honradez y/o confianza. Historia del Concepto A lo largo de la historia, y en función del marco teórico desde el cual ha sido estudiado, el Trastorno Antisocial de

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Page 1: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

RESUMEN DE EXPOSICIÓN

TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD

LUCÍA ARIAS TOBÓN

DAVID ALEJANDRO ARANGO

El concepto de Trastorno Antisocial de la Personalidad hace referencia

a un desorden permanente de la personalidad caracterizado

esencialmente por un patrón recurrente de desprecio y violación de

los derechos de los demás, el cual tiene comienzo en la infancia o

adolescencia y continúa hasta la edad adulta, cuyas características

más notorias incluyen una falta de interés o preocupación por los

sentimientos de los demás, un comportamiento impulsivo y la falta de

remordimiento por los daños que pudiesen llegar a provocar a causa

de este comportamiento. Estas características suelen ocasionar el

fracaso de estos individuos en ciertos roles sociales que requieran

fidelidad (como padre o esposo, por ejemplo), honradez y/o confianza.

Historia del Concepto

A lo largo de la historia, y en función del marco teórico desde el cual

ha sido estudiado, el Trastorno Antisocial de la Personalidad ha

recibido varias denominaciones, las cuales fueron durante mucho

tiempo usadas indiferenciadamente. De esta forma, los términos

“personalidad criminal”, “psicopatía”, “sociopatía” y “trastorno

disocial” llegaron a usarse como sinónimos, y fue solamente hasta

1994, año de publicación del DSM-IV, cuando se abolieron estos

términos y se instituyó oficialmente el concepto “Trastorno Antisocial

de la Personalidad” (TAP), que ya venía siendo empleado desde el

DSM-II.

Page 2: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

Si bien las primeras referencias de este desorden se remontan a los

primeros años del siglo XIX, conviene anotar que ya en el siglo XVII se

hablaba de individuos que no obraban ni sentían como los demás. En

1806, Pinel acuñó el término “Manía sin Delirio”, con el que designó a

aquellas personas cuyo comportamiento no se ajustaba a las normas

culturales y sociales, pero que no presentaban síntomas delirantes.

30 años después, Prichard habló de “Locura Moral”, en referencia a

un patrón de conducta caracterizado por deficiencias morales en el

cual no se deterioraba la capacidad de razonamiento. Algunos años

más tarde comenzarían las discusiones y reflexiones sobre este

“nuevo” trastorno, y es así como en 1850 Morel enfatiza en la

herencia genética como factor etiológico. En 1888, Koch hace

referencia a las “Inferioridades Psicopáticas”, dentro de las cuales

distingue las Neuropatías (presentadas en el individuo que sufre por

su anormalidad) y las Psicopatías (el individuo que hace sufrir a los

demás); y en 1918 Freud señala que estos individuos son enfermos

cuya característica principal es la repetición de conductas, y que

“actúan sin pensar”. En 1941 Harvey Checkley elabora una completa

descripción clínica del Trastorno, que sirve como base para la

descripción que se establece en el DSM-I y DSM-II, mientras que la

incluida en el DSM-III está basada en los trabajos empíricos de Robins

en 1966. Por último, la combinación de estás dos caracterizaciones

clínicas dio como resultado la actual clasificación disponible en el

DSM-IV-R.

Clasificación del Trastorno

Page 3: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

Los criterios diagnósticos de clasificación del Trastorno Antisocial de

la Personalidad difieren ostensiblemente entre el DSM-IV y la CIE-10.

Mientras la clasificación de la APA se basa en la presencia de

conductas específicas, la clasificación propuesta por la OMS recoge

criterios referidos a características de estables personalidad, y lo

denomina “Trastorno Disocial de la Personalidad”. Los criterios

diagnósticos de ambas clasificaciones son los siguientes:

Criterios para el diagnóstico de Trastorno Antisocial de la

Personalidad (según el DSM-IV de la APA) :

A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los

demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican

tres (o más) de los siguientes ítems:

(1) fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que

respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar

repetidamente actos que son motivo de detención

(2) deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar

un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o

por placer

(3) impulsividad o incapacidad para planificar el futuro

(4) irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas

repetidas o agresiones

(5) despreocupación imprudente por su seguridad o la de los

demás

(6) irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de

mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de

obligaciones económicas

(7) falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la

justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros

B. El sujeto tiene al menos 18 años.

Page 4: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

C. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la

edad de 15 años.

D. El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el

transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco.

Criterios de la CIE-10 para el diagnóstico del trastorno disocial de la

personalidad:

Pautas de diagnóstico para los trastornos específicos de la

personalidad

Se requiere la presencia de una alteración de la personalidad no

directamente atribuible a una lesión o enfermedad cerebral

importante, o a otros trastornos psiquiátricos, que reúna las

siguientes pautas:

a) Actitudes y comportamiento marcadamente faltos de armonía,

que afectan por lo general a varios aspectos de la personalidad

b) La forma de comportamiento anormal es duradera, de larga

evolución y no se limita a episodios concretos de enfermedad

mental

c) La forma de comportamiento anormal es generalizada y

claramente desadaptativa para un conjunto amplio de

situaciones individuales y sociales

d) Las manifestaciones anteriores aparecen siempre durante la

infancia o la adolescencia, y persisten en la madurez

e) El trastorno conlleva un considerable malestar personal, aunque

éste puede también aparecer sólo en etapas avanzadas de su

evolución

f) El trastorno se acompaña, por lo general aunque no siempre, de

un deterioro significativo del rendimiento profesional y social

Page 5: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

Pautas específicas para el diagnóstico de Trastorno Disocial de la

Personalidad

Se requiere la presencia de al menos tres de los siguientes rasgos o

formas de comportamiento

a) Cruel despreocupación por los sentimientos de los demás y

falta de capacidad de empatía

b) Actitud marcada y persistente de irresponsabilidad y

despreocupación por las normas, reglas y obligaciones sociales

c) Incapacidad para mantener relaciones personales duraderas

d) Muy baja tolerancia a la frustración, con bajo umbral para

descargas de agresividad, dando incluso lugar a un

comportamiento violento

e) Incapacidad para sentir culpa y para aprender de la

experiencia, en particular del castigo

f) Marcada predisposición a culpar a los demás o a ofrecer

racionalizaciones verosímiles del comportamiento conflictivo

En términos generales, las pautas de conducta del Trastorno

Antisocial de la Personalidad pueden sintetizarse en seis

características comunes:

1. Ausencia de conciencia y de sentimientos de remordimiento o

culpa cuando viola una norma moral o, incluso, cuando

ocasiona daño a otra persona

2. Carencia de lazos emocionales o falta de habilidad para

establecer relaciones interpersonales profundas

3. Impulsividad e incapacidad para demorar el refuerzo

4. Búsqueda constante de sensaciones y estimulación

5. Incapacidad para aprender de la propia experiencia

6. Capacidad para causar buena impresión: puede aparecer como

alguien inteligente, simpático, seductor, con grandes dotes

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histriónicos para manipular a las personas con tal de conseguir

sus objetivos

Comorbilidad

Según el DSM-IV, los individuos con Trastornos Antisocial de la

Personalidad pueden presentar de forma asociada trastornos de

ansiedad, trastornos depresivos, trastornos relacionados con el abuso

de sustancias, trastorno de somatización, juego patológico y otros

trastornos del control de los impulsos. Los sujetos con TAP también

tienen frecuentemente rasgos de personalidad que cumplen los

criterios para otros trastornos de la personalidad, en especial los

trastornos límite, histriónico y narcisista. Las probabilidades de

desarrollar un trastorno antisocial de la personalidad en la vida adulta

aumentan si el sujeto presenta un trastorno temprano disocial (antes

de los 10 años) y más aún si tiene un TDAH asociado.

Hipótesis Etiológicas

Factores familiares, sociales y ambientales: Algunos autores han

planteado el desarrollo de la personalidad antisocial a causa de malos

tratos en la infancia como consecuencia de padres agresivos o

abusadores. Suele presentarse más frecuentemente asociado a la

crianza en clases sociales bajas, sin embargo, este diagnóstico puede

ser aplicado erróneamente a sujetos que viven en un medio en el que

estos comportamientos forma parte de una estrategia protectora de

supervivencia; por tanto, al evaluar los rasgos antisociales, es

importante tener en cuenta el contexto social y económico en el que

se desenvuelve el individuo. Por otra parte, también se han

reportado casos provenientes de familias disfuncionales, o que han

Page 7: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

sido víctimas de abandono de alguno de los padres o del divorcio

entre ellos, especialmente cuando el clima emocional que precede al

divorcio es perjudicial para el niño (por ejemplo, discusiones, luchas

violentas, promiscuidad o alcoholismo) y hay una gran inestabilidad

familiar.

Factores genéticos: A pesar de que los estudios realizados no

muestran aún resultados concluyentes, existe alguna evidencia que

muestra una elevada proporción de psicopatía en padres de

individuos diagnosticados como antisociales. También se han

realizado estudios en gemelos monocigóticos y dicigóticos, en los

cuales se muestra una gran concordancia entre las conductas

antisociales de estos, aunque de este tipo de estudios no es posible

extraer una conclusión final, pues es muy difícil determinar el alcance

real de los factores hereditarios y la incidencia de los factores

ambientales en las conductas desadaptativas. Una línea de

pensamiento alterna, basada en evidencia empírica, atribuye la

personalidad antisocial al síndrome del cromosoma Y extra, aunque

aún no existen datos confirmatorios al respecto.

Factores neuroanatómicos y neurofisiológicos: Se han encontrado

disfunciones en la serotonina en algunos individuos con

características psicopáticas, mientras que en otros se ha reportado un

aumento en los niveles circulantes de testosterona, lo cual podría

explicar la prevalencia esencialmente masculina del trastorno. A

nivel anatómico cerebral, se ha propuesto esencialmente un defecto

hipotalámico, o de otros núcleos de la base, encargados de la

regulación emocional y de funciones primarias.

Características Psicológicas del TAP

Page 8: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

Conducta Interpersonal

La conducta interpersonal hace referencia a la forma en que las

personas se relacionan en interactúan con los demás. En los sujetos

con TAP, la conducta interpersonal va desde ser oposicionista en las

formas leves a ser agresivo y beligerante en formas extremas. Los

antisociales han aprendido a confiar en sí mismos y a desconfiar de

los demás; no suelen tener grandes sentimientos de lealtad y sienten

escasos remordimientos al manipular a los demás para conseguir sus

objetivos.

Los individuos antisociales casi siempre tienen dificultades para

mantener durante un periodo largo de tiempo responsabilidades o

relaciones íntimas con compañeros de trabajo, amigos, parejas

sexuales o miembros de su familia debido a su conducta desafiante y

oposicionista. Tienden a veces a ser agresivos, abusivos y crueles, y

a despreciar sentimientos y conductas como la compasión, puesto

que para ellos representa un signo de debilidad. También son

altamente competitivos y malos perdedores. En los casos extremos,

pueden dar la impresión de que obtienen satisfacción con los errores

y humillaciones de las demás personas, especialmente si representan

alguna amenaza o competencia.

Presentan incapacidad para planear sus conductas, actuando de

forma precipitada y espontánea, sin analizar las consecuencias

negativas y sin tener en cuenta los deseos de los demás.

Cuadro 1. Aspectos conductuales característicos del TAP.

Tienen un comportamiento agresivo, temerario, precipitado y espontáneo.

Mantienen conductas impulsivas dirigidas hacia un objetivo. Se muestran arrogantes de forma continuada. Su conducta aparente puede ser encantadora. No mantiene las promesas ni los compromisos de honor

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No suelen decir la verdad ni se puede confiar en ellos. Estimulan la compasión de los demás diciéndoles lo que quieren

escuchar. Discuten con facilidad. No son cooperativos provocan peleas. Son vengativos y beligerantes con quienes se consideran sus

enemigos. Desarrollan comportamientos fraudulentos o ilegales, como si las

normas de conducta no se aplicasen a ellos. No se inhiben ante un peligro. Buscan sensaciones nuevas continuamente. Tiene una conducta oposicionista que dificulta las relaciones

interpersonales de larga duración. Se muestran resistentes a la autoridad.

Estilo cognitivo

Las personalidades antisociales suelen poseer patrones cognitivos

rígidos e inflexibles orientados externamente. La flexibilidad

cognitiva representa para ellos una muestra de inconsistencia, y la

introspección no es más que un esfuerzo inútil. Habitualmente, estos

patrones cognitivos dirigidos externamente están caracterizados por

una naturaleza controladora, puesto que, en general, tienen una muy

baja tolerancia a la frustración. En las formas leves de TAP, este

estilo cognitivo puede ser considerado de forma positiva por las

demás personas, como asertivo y realista. Sin embargo, en formas

más severas, pueden percibir el medio externo como amenazante y

por lo tanto permanecen vigilantes ante todo, atribuyendo su

hostilidad y sus características vengativas a las acciones de los

demás, por lo que piensan que todo lo que hacen está bien hecho, y

que simplemente actúan dentro de las normas y en defensa propia.

Construyen e interpretan el mundo según sus creencias que carecen

totalmente de valores éticos y morales.

Evidencian una visión de si mismo: solitario, autónomo, fuerte e

independiente. Una visión de los demás: Hostiles, desafiantes,

vulnerable a ser explotados. Utiliza como estrategia principal:

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Agresión, mentira, robo, engaño, son individuos que seducen,

manipulan y exigen.

Los individuos antisociales presentan en su mayoría las siguientes

creencias centrales que guían su conducta:

"Mis acciones se justifican porque quiero algo o quiero evitar

algo"

"Mis pensamientos y sentimientos son totalmente exactos,

simplemente porque se me han ocurrido a mí"

"Siempre elijo bien"

"Sé que tengo razón porque siento que está bien lo que hice"

"Lo que piensen los otros no tiene por qué pesar en mis

decisiones, a menos que controlen las consecuencias

inmediatas para mí"

"No habrá consecuencias indeseables, o no me importan"

Cuadro 2. Aspectos cognitivos característicos del TAP.

Presentan patrones cognitivos rígidos e inflexibles. No son capaces de hacer planes a largo plazo. No suelen temer al castigo. Son incapaces de aprender las consecuencias negativas de sus

acciones. Falta de consideración por los derechos de los demás. Gran confianza en si mismos y desconfianza en los demás, a los que

consideran equivocados. Ven a los demás como objetos de los que se puede usar y abusar. Desprecio por las normas sociales. Ausencia de empatía y de remordimiento cuando utilizan a los

demás. Baja tolerancia a la frustración. Vulnerables al aburrimiento. Incapaces de demorar e l refuerzo. Poseen pocos sentimientos de lealtad interpersonal. Perciben el medio externo como hostil y amenazante. Permanecen vigilantes la mayor parte del tiempo. Suspicaces ante la compasión y el altruismo de los demás. Necesidad de controlar el ambiente.

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Algunos pensamientos automáticos (Distorsión cognitiva y esquema)

del trastorno:

“La única forma de sobrevivir en siendo autosuficiente

(Sobregeneralización, Autosuficiencia).

“Me golpearán a mí si no golpeo primero”. (Adivinación al

futuro, Hostilidad del entorno).

“Puedo hacer las cosas y no tengo que preocuparme por las

malas consecuencias” (Idealización extrema, Autosufiencia,

Superioridad).

“Lo que los demás piensen de mí no tiene ninguna

importancia”. (Pensamiento dicotómico y minimización,

Autosuficiencia.

Expresión afectiva

La expresión afectiva característica de las personalidades antisociales

suele ser hostil, incluso malévola. En general, vigilan sus emociones

y no suelen expresar “emociones tiernas”, que ven como muestras de

debilidad. Al mismo tiempo, muestran sus emociones más agresivas

e irritables. Sin embargo, si así lo quieren, pueden parecer afables,

cordiales y simpáticos, si esto conviene a sus intereses. Estos sujetos

rara vez establecen una relación de pareja profunda, cariñosa y

responsable, ya que su capacidad de amar o solidarizarse es limitada.

Incapacidad para apreciar los sentimientos de otra persona o para

entender el sufrimiento que genera su comportamiento. Su baja

tolerancia a la frustración les hace ponerse furiosos ante cualquier

indicio de pérdida de control sobre el ambiente en el que se mueven.

Cuadro 3. Aspectos emocionales característicos del TAP.

Impulsividad, intranquilidad, irritabilidad, ira, hostilidad. Ausencia de sentimiento de cordialidad e intimidad. Emocionalmente vacíos, fríos. Frustrados ante la pérdida de control del ambiente.

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Humor irascible. Hostilidad y agresividad fácilmente activadas.

Evaluación

Para la evaluación del TAP, además de utilizar los criterios

diagnósticos antes mencionados, se utilizan técnicas de autoinfomes,

(Escala para la evaluación del Trastorno Antisocial de la Personalidad

ETAPA, Cuestionario de Conducta Antisocial CCA), donde se hace

necesario realizar una biografía del paciente, que debe incluir una

reseña de las relaciones, los logros en el estudio y el trabajo, el

servicio militar, etc.; así como las circunstancias de su vida, su salud

física, la historia de consumo de drogas y la concepción de sí mismo.

Así mismo se sugiere la realización entrevistas clínicas estructuradas.

Tratamiento

La evidencia de que el Trastorno Antisocial de la Personalidad pueda

ser tratado satisfactoriamente es escasa. Son pocos los estudios que

se han realizado hasta el momento sobre el tema en especial. En

términos generales, se establecen dos objetivos en la intervención

sobre este tipo de sujetos:

1. El desarrollo del interés por las consecuencias a largo plazo y la

comprensión de la forma en que las conductas antisociales

repercuten sobre las demás personas

2. La adquisición de responsabilidades sociales y/o interés en los

demás

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Debido a los rasgos habituales de la personalidad antisocial, es muy

difícil la aceptación de un tratamiento psicológico y la adherencia al

mismo; los antisociales se ven como personas sanas, realistas,

normales, mientras que los demás son los que están mal y sólo

quieren restringir su libertad. Generalmente van a terapia porque son

forzados a hacerlo. Es por todo esto que algunos solamente logran

alguna mejoría en sus conductas más extremas, otros simplemente

pueden adquirir conciencia de las consecuencias de sus acciones,

aunque sin efectuar mayores cambios en sus conductas, y otros no

cambian absolutamente nada, y ni siquiera llegan a motivarse por el

cambio.

En caso de que los sujetos con TAP estén recluidos y puede

controlarse el ambiente, se han planteado algunos tipos de

intervención:

a) Programas de economía de fichas

b) La comunidad terapéutica

c) Programas llevados a cabo en la naturaleza.

Así mismo es de anotar que en estos casos se han construido algunas

directrices o principios:

1. Los programas son más eficaces con sujetos que se encuentran

en el rango moderado del trastorno.

2. La intervención es más eficaz cuando se abordan aspectos que

conducen a la conducta delictiva, como los valores y actitudes

antisociales, relaciones con otros delincuentes, dependencia de

las drogas y déficit educativos-laborales.

3. El tratamiento debería enseñar y fortalecer las habilidades

interpersonales y modelar las actitudes prosociales.

La Terapia Cognitiva de Beck

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Aaron Beck es uno de los pocos teóricos que ha propuesto un modelo

estructurado de intervención del Trastorno Antisocial de la

Personalidad. De acuerdo con la Terapia Cognitiva de Beck, es

posible lograr cambios en los afectos y la conducta de los pacientes

antisociales por medio de un proceso de evaluación y puesta a

prueba de sus creencias básicas: en lugar de tratar de crear una

“moral” más adecuada en estos pacientes, la terapia cognitiva

aplicada en el TAP puede concebirse como una mejoría de la

conducta moral y social por medio de la intervención en las funciones

cognitivas. Podría conceptualizarse en los términos de una jerarquía

de operaciones cognitivas, en la que el terapeuta intentará orientar al

paciente hacia un proceso de pensamiento más elevado, más

abstracto, por medio de discusiones guiadas, ejercicios cognitivos

estructurados y experimentos conductuales.

Como primera medida, es totalmente necesario realizar un adecuado

encuadre del proceso con el paciente, en el cual se le explicará muy

detalladamente el diagnóstico de TAP y sus implicaciones. También

se hace muy importante tratar de generar cierta “empatía” (en la

medida que lo permita el trastorno), con lo cual se pretende mejorar

la adherencia y la cooperación con el proceso. Después de haber

explicado el trastorno, el terapeuta puede proponer un ensayo de

terapia en el cual el paciente pueda saber con más exactitud en qué

consiste el tratamiento, y si decide iniciarlo o no.

La técnica principal propuesta por Beck para el tratamiento del TAP es

denominada por él “Reseña de Opciones”. Esta técnica consiste en la

elaboración paulatina de un formato estructurado, cuyo propósito es

ayudar al paciente a desarrollar la capacidad para considerar toda

una gama de diversas posibilidades. El primer paso consiste en

identificar alguna situación global en la que haya problemas o

tensiones, y después listar todos los factores pertinentes que puedan

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ser enmarcados dentro de esa situación global. El paciente debe

valorar su satisfacción en cada uno de los factores en una escala que

va de 0 a 100. A continuación, en la segunda columna se enumeran

todas las opciones posibles. La columna de opciones suele incluir la

conducta inadaptada presente, así como alternativas más

adaptativas; están las reacciones inmediatas, "automáticas", del

paciente, y también otras posibilidades que surgen de una discusión

entre paciente y terapeuta. En las columnas adyacentes se

puntualizan las ventajas y desventajas de cada alternativa. El

terapeuta señala las desventajas de la conducta inadaptada que el

paciente haya pasado por alto, lo mismo que las ventajas de la

conducta más adaptativa. Finalmente; el propio paciente evalúa la

eficacia probable de cada elección, en una escala de 0 a 100. El

seguimiento adecuado de este ejercicio incluye la reseña constante

de las opciones conductuales consiguientes realizadas en las zonas

problema examinadas, con una concomitante evaluación de su

eficacia. Las reiteradas elecciones ineficaces indicarían la necesidad

de repasar de nuevo las ventajas y desventajas, o quizá subrayen la

conveniencia de abordar el déficit en alguna habilidad específica.

También es posible que el paciente necesite revisar por qué continúa

realizando opciones ineficaces. Ello podría deberse a alguna creencia

disfuncional que antes no fue detectada.

Page 16: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

Tomado de Beck, Aaron; Terapia Cognitiva de los Trastornos de Personalidad

BIBLIOGRAFÍA

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Masson, Barcelona, 1994

BECK, Aaron. Terapia Cognitiva de los Trastornos de Personalidad.

Paidós, Barcelona, 1995

Ejercicio de "Reseña de las Opciones"

Problema Opciones Ventajas Desventajas

Situación Global: Trabajo: "He sido

descendido y puesto en periodo de prueba, y quiero conservar mi

empleo". Satisfacción: 10

“Cantarle la tabla” al jefe e irse de la

empresa Estimación de la eficacia: 20

Es fácil. Permite vengarse

Hay que buscar trabajo de nuevo. No

quiero irme de la empresa

Exigir el puesto anterior. Estimación

de eficacia: E: ?

Demuestra que no soy un tonto. Podría dar

resultado

Corro el riesgo de que me despidan.

Encontrar un modo de hacer quedar mal al jefe para vengarme.

E: ?

Me sentiría mejor después de lo que él

me hizo

Podría descubrir que lo hice quedar mal.

No me ayudaría mucho

Adoptar una actitud positiva y tratar de

ascender nuevamente. E: ?

Demuestro que me interesa la empresa

La empresa sacaría provecho de mi

trabajo luego de lo que me hizo

Page 17: Trastorno Antisocial de la Personalidad.doc

CABALLO, Vicente E. Manual de Trastornos de la personalidad:

Descripción, Evaluación y Tratamiento. Síntesis, Madrid

CABELLO, Javier y BRUNO, Antonio. Personalidad Psicopática o

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