tratamiento de la espina bifida

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TRATAMIENTO DE LA ESPINA BIFIDA No hay un tratamiento curativo específico para la espina bífida. El primer paso en un niño con espina bífida es la corrección quirúrgica de la lesión. La meta no es restaurar el déficit neurológico, pues es imposible, sino prevenir cualquier otro trauma que pueda sufrir la médula expuesta. Si el niño padece también de hidrocefalia, ésta hay que corregirla inmediatamente. La meta fundamental del tratamiento es la prevención de infecciones y preservar la médula y los nervios de agresiones externas. Las medidas que adoptará su médico estarán basadas en: Edad gestacional de su bebé, grado de salud general e historial médico. Grado y tipo de espina bífida. Tolerancia del bebé ante medicaciones específicas, procedimientos o terapias. Su opinión. En muchas ocasiones se practica cesárea para disminuir el riesgo de daño al bebé. Los bebés nacidos con un meningocele o un mielomeningocele requieren generalmente cuidados en la Unidad de cuidados intensivos neonatal para su evaluación y el tratamiento quirúrgico necesario. La cirugía puede suponer una ayuda pero no puede restaurar la función o la sensibilidad. La cirugía puede ser necesaria para: Reparar y cerrar la lesión. Tratamiento de la hidrocefalia. Problemas ortopédicos: dislocación de cadera, deformidades del tobillo y pie, contracciones musculares. Los niños afectados de espina bífida suelen ser más susceptibles a padecer fracturas óseas, pues tienen los huesos más débiles. Problemas intestinales y de vejiga. No todos los bebes requerirán tratamiento quirúrgico y los cuidados pueden ser: Rehabilitación, colocación de prótesis que ayuden al niño a sentarse, etc.

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Page 1: TRATAMIENTO DE LA ESPINA BIFIDA

TRATAMIENTO DE LA ESPINA BIFIDA

No hay un tratamiento curativo específico para la espina bífida. El primer paso en un niño con espina bífida es la corrección quirúrgica de la lesión. La meta no es restaurar el déficit neurológico, pues es imposible, sino prevenir cualquier otro trauma que pueda sufrir la médula expuesta. Si el niño padece también de hidrocefalia, ésta hay que corregirla inmediatamente. La meta fundamental del tratamiento es la prevención de infecciones y preservar la médula y los nervios de agresiones externas. Las medidas que adoptará su médico estarán basadas en:

Edad gestacional de su bebé, grado de salud general e historial médico. Grado y tipo de espina bífida. Tolerancia del bebé ante medicaciones específicas, procedimientos o terapias. Su opinión.

En muchas ocasiones se practica cesárea para disminuir el riesgo de daño al bebé. Los bebés nacidos con un meningocele o un mielomeningocele requieren generalmente cuidados en la Unidad de cuidados intensivos neonatal para su evaluación y el tratamiento quirúrgico necesario. La cirugía puede suponer una ayuda pero no puede restaurar la función o la sensibilidad.

La cirugía puede ser necesaria para:

Reparar y cerrar la lesión. Tratamiento de la hidrocefalia. Problemas ortopédicos: dislocación de cadera, deformidades del tobillo y pie,

contracciones musculares. Los niños afectados de espina bífida suelen ser más susceptibles a padecer fracturas óseas, pues tienen los huesos más débiles.

Problemas intestinales y de vejiga.

No todos los bebes requerirán tratamiento quirúrgico y los cuidados pueden ser:

Rehabilitación, colocación de prótesis que ayuden al niño a sentarse, etc. Aparatos que previenen deformidades o que sirven de protección. Medicación.

Los bebes con espina bífida tienen un alto riesgo de desarrollar alergia al látex. Los equipos sanitarios tomarán las precauciones necesarias para evitar en lo posible este problema. Consulte sobre productos que no contengan látex para su hijo. Muchos niños con mielomeningocele necesitan entrenamiento para el control de la incontinencia. Algunos requieren un catéter, o un tubo que se introduce por el extremo inferior de la uretra a la vejiga, para permitir que la orina fluya libremente por el tubo y el chorro de la orina pueda dirigirse a un recipiente. Como la espina bífida no tiene curación, todas nuestras actividades tienen que ir encaminadas a reducir al mínimo las deformidades y maximizar las capacidades del niño. Un refuerzo positivo supondrá un aumento de su autoestima y promoverá su independencia. La complejidad del problema no se entiende inmediatamente después del nacimiento sino que se revela según el niño va creciendo y desarrollándose.

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Terapia física: Es sumamente importante que los niños con espina bífida comiencen terapia física temprano. Tan pronto como sea posible después de la operación, un fisioterapeuta les enseña a los padres cómo realizar estimulación temprana en el bebé adiestrándolos para que ejerciten las piernas y los pies y los preparen para el uso de ortesis y el uso de muletas o bastones canadienses en los brazos más tarde.

La meningocele, que no incluye la médula espinal, puede repararse quirúrgicamente y generalmente no hay alguna parálisis, la espina bífida Oculta, por lo general, la espina bífida oculta no requiere tratamiento. La mayoría de las personas no saben que están afectadas a menos que el defecto se diagnostique al tomar una radiografía por cualquier otro motivo. Ocasionalmente, se diagnostica esta forma de espina bífida a los bebés recién nacidos si tienen un hoyuelo u otra marca en la espalda. En algunos casos, puede ser necesario evaluar a estos bebés para detectar anomalías de espina bífida que podrían dar como resultado complicaciones, como debilidad o insensibilidad en las piernas y problemas en la vejiga. Ocasionalmente, se recomienda una cirugía para evitar estos problemas. Los problemas del hidrocéfalo y vesicales son poco comunes en los niños con meningocele; sin embargo, los niños afectados deben evaluarse para estos problemas para que puedan tratarse con prontitud, si es necesario. La mayoría de los niños con meningocele se desarrollan normalmente.

Se ha demostrado que un porciento bastante alto de niños afectados pudieron caminar con estos dispositivos de asistencia. La gravedad de la parálisis del niño es determinada en gran parte por los nervios espinales específicos afectados. En general, entre más alto esté el daño en la espalda, más severa es la parálisis. Cerca de 80 por ciento de quistes de la espina bífida están ubicados en la parte baja de la espalda -las regiones lumbares y sacrales y la mayoría de estos niños pueden caminar con ayuda; los niños con quistes más arriba de este nivel tienen mayor probabilidad de necesitar una silla de ruedas.

Bibliografía:

- GONZÁLEZ M. Propuesta de tratamiento fisioterápico del mielomeningocele. Fisioterapia 1999.

- DOWNIE P. Neurología para fisioterapeutas Cash. Ed. Panamericana. Buenos Aires, 1996

- http://www.neurorehabilitacion.com/recursosespinabifida.htm#5- http://salud.discapnet.es/Castellano/Salud/Discapacidades/Desarrollo%20Motor/

Espina%20Bifida/Paginas/cover%20espina%20bifida.aspx#a7