visiones antigüedad: boletín 007 -febrero 2011-

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- 1 - Visiones de la Antigüedad 7 — Febrero 2011 MAGAZINE ROBESPIERRE ROBESPIERRE Y REVOLUCION Y REVOLUCION LA ENFERMERIA EN EL SIGLO XIX EL MONTE RATÓN ESTAN DIEZMANDO LA POBLACION MUNDIAL TEJIENDO AGUA SINESTESIA OFICIOS PERDIDOS QUE SIGA EL TREN DE LA VIDA

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Siguiendo la política de cambios introducida el mes pasado, Visiones de la Antigüedad continúa en febrero remodelándose tanto en su forma como en su fondo, llevando a último término la premisa de mejorar día a día. Para los amigos de la historia.

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    Visiones de la Antigedad N 7 Febrero 2011 MAGAZINE

    ROBESPIERREROBESPIERRE

    Y REVOLUCIONY REVOLUCION

    LA ENFERMERIA

    EN EL SIGLO XIX

    EL MONTE RATN

    ESTAN DIEZMANDO LA POBLACION

    MUNDIAL

    TEJIENDO AGUA

    SINESTESIA

    OFICIOS PERDIDOS

    QUE SIGA EL TREN DE LA VIDA

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    Staff

    Miguel ngel Maca

    scar Garca Teijeiro

    Jos Ramn Miranda

    Joaqun Martnez

    Alejandro Garca Alamn

    Dr. Enrique Calvo

    Turriano

    Deralte

    El Boletn de los amigos de

    la historia.

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    Editorial

    Por: Miguel ngel Maca

    El cero, lo que no tiene valor, la neutrali-

    dad mal comprendida que uno de mis pro-

    fesores de fsica intentaba hacerme enten-

    der con un ejemplo aplicado a las notas:

    cuidado con los roscos -me deca- porque

    tienen como propiedad que ni suman ni

    restan, pero multiplican y dividen. Para los

    matemticos una visin positiva sera

    aquella que es mayor que cero; una defini-

    cin clara, concisa y directa. Con que se

    alejara del punto neutro hacia la adicin

    tan siquiera una mil millonsima parte de

    un milmetro, ya sera considerada como

    algo valorable positivamente. Lo mismo

    para lo negativo.

    La banda terrorista ETA difundi en enero

    un comunicado proclamando un nuevo al-

    to el fuego definitivo. Somos ya pocos los

    espaoles que nos fiamos de las buenas

    intenciones de quienes siguen obcecados

    en mostrarse al mundo como negociado-

    res, cuando nicamente son asesinos; creo

    que es una razn poderosa para conside-

    rar como vileza todo cuanto venga de este

    y de cualquier otro grupo de indeseables

    violentos. Reconozco que no soy objetivo y

    que me es imposible tener una visin pro-

    vechosa de esta gentuza. An as cerr los

    ojos, respir profundamente y los volv a

    abrir cuando consider que mi mente se

    encontraba abierta, preparada para anali-

    zar la imagen y describir desapasionada-

    mente lo que me transmita. Lo que busca-

    ba era cualquier elemento nuevo que se

    alejara del terror y que hubiera pasado in-

    advertido a mi percepcin.

    Tres fantasmas de mirada maligna, descar-

    nados por una penitencia en vida, atavia-

    dos con la oscuridad del miedo, con un sig-

    no de identidad robado a un pueblo pues-

    to en la cabeza para no parecer del KKK,

    portadores de emblemas, y rodeados has-

    ta la exageracin de una simbologa preci-

    sa que les identifica y aparta de cualquier

    confusin con una secuencia rodada de

    serie barata. Bonita puesta en escena para

    ofrecer paz, dilogo y buenas intenciones.

    Lo siento, no veo nada ms, o puede que

    s; cmo he podido haberlo pasado por al-

    to. En la fotografa aparece un gran hacha

    sobre sus cabezas.

    Ya saba yo que es recomendable ver las

    panormicas desde una ptica positiva,

    incluidas las de los que, como el cero, no

    valen nada.

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    Seleccin de Noticias V.A. VA Pag. 7

    Selecciones Cientficas VA Pag. 19

    El Arte de la Enfermera en Espaa Durante la Primera Mitad del Siglo XIX J.R. Miranda Pag. 32

    Nueva Ley Antitabaco Disculpen las molestias Turriano Pag. 36

    uo Deralte Pag. 38

    Que Siga el Tren de la Vida Deralte Pag. 40

    Rincn Literario El Monte Ratn J.R. Miranda Pag. 42

    La del Profesor Estn diezmando la poblacin mundial Joaqun Martnez Pag. 48

    Los Porcentajes Joaqun Martnez Pag. 52

    Tejiendo Agua Amigo rbol / Recuerda . Garca Teijeiro Pag. 56

    Eulogio Gelnida, Cronista Robespierre y Revolucin A. Garca Alamn Pag. 62

    La Biozona Mezcla de colores, olores, sabores Sinestesia Dr. Enrique Calvo Pag. 72

    Viento de Bombardino Oficios Perdidos J.R. Miranda Pag. 76

    Curiosidades J.R. Miranda Pag. 80

    ndicendicendicendice

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    Si te gusta esta revista, quiz tambin te interese

    FDM, con Antonio Runa y Carlos Ruz

    www..forosdelmisterio.net

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    Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.

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    Seleccin de Seleccin de Seleccin de Seleccin de Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.

    Egipto reclama el obelisco de Egipto reclama el obelisco de Egipto reclama el obelisco de Egipto reclama el obelisco de

    Central ParkCentral ParkCentral ParkCentral Park Egipto amenaza con llevarse el obelisco de Central Park, clavado en este parque neo-yorquino desde el 22 de enero de 1881. El mximo responsable de la conservacin de las antigedades egipcias, el hiperacti-vo arquelogo Zahi Hawass, inform el martes al alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, de que si no cuida el obelisco, muy deteriorado, intentar arrebatrselo. Segn las cifras de Hawass, el organismo que dirige, el Consejo Supremo de Anti-gedades de Egipto, ya ha recuperado unas 30.000 antigedades sacadas del pa-s. El Cairo no se anda con zarandajas di-plomticas y ha llegado a prohibir excava-ciones cientficas para presionar a las po-tencias extranjeras. Egipto reclama la pie-dra Rosetta custodiada en el Museo Brit-nico de Londres y el busto de la reina Ne-

    fertiti exhibido en el Neues Museum de Berln. "Tengo la tarea de proteger todos los mo-numentos egipcios, estn dentro o fuera de Egipto. Si el Central Park Conservancy [la empresa privada que gestiona el par-que] y el Ayuntamiento de Nueva York no pueden cuidar adecuadamente el obelisco, dar los pasos necesarios para traer a ca-sa este valiossimo artefacto y salvarlo de la ruina", espeta Hawass a Bloomberg en una carta, tambin dirigida al presidente de Central Park Conservancy, una organi-zacin que ha gestionado unos 500 millo-nes de dlares de inversiones en el parque desde 1980. La portavoz de la empresa, Kari Wethington, se lava las manos. "Los monumentos del parque son propiedad del Ayuntamiento de Nueva York", explica. Hawass, secretario general del Consejo y con un pie en todos los fregados de la egiptologa, se muestra en la misiva "consternado por la falta de cuidados" al obelisco, lo que ha desembocado en "daos graves", como la desaparicin de algunos jeroglficos. El arquelogo urge a Bloomberg, una de las 25 personas ms ricas del mundo segn la revista Forbes, a "buscar recursos" para conservar el mono-lito "con el respeto que merece". El obelisco de Central Park es hermano del ubicado en la orilla del Tmesis, en Lon-dres. Ambos, conocidos hoy como Las Agujas de Cleopatra, adornaron hace unos 3.500 aos la entrada del Templo Solar en Helipolis, en la ribera del ro Ni-lo. Pese a su actual nombre, no tienen na-da que ver con la ltima reina del Antiguo Egipto, que naci 1.500 aos despus. Los dos monolitos fueron esculpidos por or-den del faran Tutmosis III para celebrar sus 30 aos de reinado, en los que el im-

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    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    perio alcanz su mxima extensin. En poca romana, muchos obeliscos egip-cios acabaron en Roma, pero esta pareja de monolitos termin alrededor del ao 12 en la orilla sur del Mediterrneo, en Alejandra, hasta que ambos salieron del pas hacia Londres y Nueva York en el siglo XIX. El de EEUU fue un regalo del virrey otomano de Egipto Ismail Pach tras la construccin del canal de Suez, que une el Mediterrneo con el mar Rojo desde 1869. En su blog, Hawass asegura que "este mo-numento increblemente valioso ha sufri-do una erosin muy grave durante el lti-mo siglo y no se ha hecho ningn esfuerzo para conservarlo". Sin embargo, Nueva York rechaza las acusaciones y dice que el obelisco no se mueve. "En este momento no hay ninguna eviden-cia de que se estn produciendo erosiones significativas", explica a Pblico el director de Arte y Antigedades del Departamento de Parques de Nueva York, Jonathan Kuhn. Segn el responsable directo de su conser-vacin, que cita un estudio realizado en la dcada de 1980 por el Museo Metropoli-tano de Nueva York, el obelisco lleg ya herido a EEUU. "La conclusin de aquel informe fue que los daos a las inscripciones del monu-mento ocurrieron en momentos identifica-bles del pasado remoto, antes del siglo XX", asegura Kuhn, que da el debate por zanjado: "Nosotros no apoyamos un tras-lado del obelisco". Curiosamente, hace po-co ms de un mes el Metropolitano lleg a un acuerdo con Egipto para devolver una veintena de piezas del fabuloso ajuar funerario de Tutankamn, pese a las reti-cencias iniciales.

    Fuente: www.publico.es

    Una nueva edicin de 'Tom Una nueva edicin de 'Tom Una nueva edicin de 'Tom Una nueva edicin de 'Tom

    Sawyer' y 'Huckleberry Finn' re-Sawyer' y 'Huckleberry Finn' re-Sawyer' y 'Huckleberry Finn' re-Sawyer' y 'Huckleberry Finn' re-

    emplazar la palabra 'negro' emplazar la palabra 'negro' emplazar la palabra 'negro' emplazar la palabra 'negro'

    por 'esclavo'por 'esclavo'por 'esclavo'por 'esclavo'

    Mark Twain escribi "Las aventuras de Tom Sawyer" y "Las aventuras de Huckle-berry Finn" en 1876 y 1884, respectiva-mente. Son dos novelas que relatan la vida de ambos personajes en una pequea lo-calidad a orillas del ro Misisipi, con la es-clavitud y la segregacin racial como esce-nario ineludible. Slo en la segunda de ellas aparece un to-

    tal de 219 veces la palabra nigger, que

    puede traducirse como negrata o

    negro, y que la editorial NewSouth

    Books quiere sustituir por slave (esclavo)

    en una nueva edicin.

    Alan Gribben, profesor y especialista en la obra de Mark Twain, lo cuenta a Publis-hers Weekly. l es uno de los impulsores de esta versin revisada, por entender que "el racismo importa en estos libros. Es una cuestin de cmo lo expresas en el siglo

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    Seleccin de Seleccin de Seleccin de Seleccin de Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.

    XXI". Gribben omita en las lecturas en voz alta de sus clases la palabra "nigger" e indica que esta versin tiene sentido porque a muchas personas les parece hiriente el uso de este trmino.

    Fuente: noticias.lainformacion.com

    La fotografa falsa de Felipe La fotografa falsa de Felipe La fotografa falsa de Felipe La fotografa falsa de Felipe

    Gonzlez vestido de falangistaGonzlez vestido de falangistaGonzlez vestido de falangistaGonzlez vestido de falangista

    En la imagen de la polmica puede obser-varse a un joven con el brazo derecho en alto al frente de una manifestacin, vocife-rante y junto a la bandera de Espaa. En la primera edicin de la obra se recoga que esa persona era el ex presidente del Go-bierno, Felipe Gonzlez. Sin embargo, segn ha podido saber El Confidencial Digital, no se trata de Felipe Gonzlez, sino de una persona que guarda un gran parecido con el ahora consejero de Gas Natural. Se trata de una fotografa apcrifa.

    ECD se ha puesto en contacto con el entor-no de Felipe Gonzlez para conocer su opi-nin sobre esta fotografa. Personas muy cercanas a l desconocan la polmica. Sin embargo, un particular ha hecho llegar a la Esfera de los Libros su malestar por la publicacin de esta imagen y ha amenaza-do, segn las fuentes consultadas por este confidencial, con demandar a la editorial por publicar esta imagen falsa de Felipe Gonzlez. Tambin ha advertido que otras instantneas del libro, como una en la que aparecen menores de edad, vulneran su honor y que acudir a los tribunales. De momento, la editorial de El Mundo ha decidido modificar estas imgenes e im-primir una segunda edicin de Falangistas. En la primera edicin, como decimos, s aparecen, por lo que algunos lectores se apresuraron a acudir a las libre-ras para adquirir el ejemplar. Ya se estn retirando de varios puntos de venta, aun-que la pasada semana an seguan dispo-nibles varios en pleno centro de Madrid. Tras esta polmica, los autores del libro han tenido que retrasar la presentacin de su obra. Esperan poder hacerlo en las prximas semanas.

    Fuente: elconfidencialdigital.com

    Detonan dos granadas de la II Detonan dos granadas de la II Detonan dos granadas de la II Detonan dos granadas de la II

    guerra mundial usadas como guerra mundial usadas como guerra mundial usadas como guerra mundial usadas como

    sujetalibrossujetalibrossujetalibrossujetalibros

    La estupidez humana nunca dejar de sor-prendernos y es que si el hecho de usar dos granadas de la II guerra mundial to-talmente reales como sujetalibros en una estantera tiene bastante delito, pero an

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    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    es que le dejes una a tu vecino y a ste le de por tirar de la anilla. Afortunadamente para ellos y desafortunadamente para el resto de la humanidad han salido ilesos. Da gusto pensar que tu vida en casa ya no slo corre peligro por los descuidos de tus vecinos con la bombona de butano o los calefactores, ahora ya directamente tienen explosivos en sus casas. El caso es que ambas granadas pertenec-an a una mujer de Orlando cuyo esposo, ya fallecido, era veterano de la II guerra mundial y tena las granadas como adorno para sujetar los libros desde hace dcadas. La mujer le prest a su vecino una y por alguna razn que slo puede definirse co-mo estupidez extrema merecedora de mo-rir, tir de la anilla. Al darse cuenta volvi a ponerla en la granada, lo que tiene que ser complicado cuando tienes algo que po-dra estallar en cualquier momento. Asustado dej la granada en la calle (Bien! lo ideal para que nadie inocente salga herido) y llam a la polica contn-doles lo sucedido y explicando que su veci-na tena otra. Los artificieros terminaron explotando ambas dejando un crter de

    poco ms de medio metro en el suelo. Da gusto tener vecinos as: gorrones, idiotas, inconscientes, chivatos Dani Burn.

    Fuente: www.gizmodo.es

    El secreto mejor guardado de El secreto mejor guardado de El secreto mejor guardado de El secreto mejor guardado de

    la Torre Eiffella Torre Eiffella Torre Eiffella Torre Eiffel

    La Torre Eiffel, el monumento ms visitado del mundo, fue construida para durar slo dos dcadas. Pero ya lleva aguantando co-ntra viento y marea 120 primaveras, y lo hace con un estado de salud insolente-mente bueno. Para descubrir el secreto de esa eterna juventud y averiguar qu puede pasar en el futuro, los franceses han efec-tuado un trabajo de simulacin informti-ca de varios meses. Ahora, la Torre Eiffel ya tiene su avatar en 3D. La operacin de modelizacin informtica de la legendaria dama de hierro se est convirtiendo en el escaparate agradable de algo mucho menos conocido: un plan gubernamental de 500 millones de euros para estudiar los miles de infraestructuras crticas de Francia que, por viejas, amena-zan con desmoronarse. El Centro Tcnico de las Industrias Mecni-cas (Cetim), bajo contrato con el Ministe-rio de Industria francs, ha sido el encar-gado de efectuar la modelizacin 3D de la Torre Eiffel real, a la que se suben cada ao unos 6,8 millones de turistas, es de-cir, ms que los habitantes de la Comuni-dad de Madrid. Este es un considerable proyecto de inge-niera. Como explica el Cetim, ha habido que estudiar primero la Torre Eiffel verda-dera, mediante anlisis de materiales, para

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    Seleccin de Seleccin de Seleccin de Seleccin de Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.

    transformarla en frmulas matemticas y crear la Eiffel virtual que se presenta con sus "165.000 elementos, 148.000 ndulos y 900.000 grados de libertad", segn los ingenieros, imitaciones perfectas de la rea-lidad. Es decir, que no slo es una imagen, sino que bajo esa imagen hay un conjunto de frmulas matemticas. Con el avatar as creado, los ingenieros pueden simular, por ejemplo, cuanto aguantara la dama de hierro si se encadenaran 50 aos de calen-tamiento climtico en Pars, o qu pasara si la capital fuera asolada por meses de vendavales. "Este sistema nos permite observar con precisin el impacto de cualquier interven-cin en la torre sobre cada una de las tuer-cas, el desgaste de las visitas, o qu pasa-ra si se modifica un restaurante o se reto-ca un ascensor", explica Alain Carcan, di-rector tcnico del proyecto. La tcnica de crear un avatar para exami-nar el efecto del clima o las inversiones, es ahora habitual en las infraestructuras nue-vas. Para esos materiales modernos, ya existen las frmulas. Con la Torre Eiffel hubo que ir a buscar los planos originales del genial ingeniero y arquitecto y estu-diar materiales decimonnicos. Ah se produjo la primera sorpresa de los seis ingenieros que trabajaron durante 14 meses con superordenadores y anlisis qumicos o mecnicos: las 7.300 toneladas de estructura metlica, los 2,5 millones de remaches y los 18.038 elementos de acero (hierro dulce) de la Eiffel van bien. Es co-mo si por el total de 11.700 toneladas de la dama de hierro no pasaran los aos.

    Segn contaron los ingenieros de Cetim a la AFP, ese acero inventado a finales del siglo XVIII tiene un comportamiento id-neo, con una mejor resistencia a la oxida-cin que ciertos aceros del siglo XX. De cara al futuro, los ingenieros sometie-ron el modelo virtual a varios escenarios de viento, nieve o escarcha, y a elevadas cifras de visitantes y diferentes obras. "Incluso llegamos a imponer a la Torre el doble de su carga de peso: se movi, pero no fue destruida", explica Stphane Rous-sin, responsable de estructura de la Torre Eiffel. No obstante, se niega a dar detalles sobre los escenarios en los que s se cae la torre. Y aade: "Tenemos mucho mar-gen". La modelizacin 3D de la Torre Eiffel es el proyecto vitrina de un asunto mucho ms delicado, bautizado como "prevencin de riesgos y prolongacin de infraestructu-ras". En enero pasado, el Gobierno aprob

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    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    un plan de 500 millones de euros para evaluar el estado de miles de infraestruc-turas crticas algo viejas, que necesitan "instrumentos de vigilia y de anticipa-cin" como la simulacin 3D. Es lo que tiene haber sido un pas que muy pronto se industrializ y se moderniz: ahora lo moderno es viejo y en el siglo XXI no hay fondos pblicos o privados como para renovar todo lo que nuestros bis-abuelos y abuelos s supieron financiar. Segn un documento del Cetim, la edad promedio de las canalizaciones de agua potable de Francia es de 33 aos y la de los oleoductos de 44 aos. Entre 2006 y 2008, se registraron 64 fugas en canaliza-ciones de materias peligrosas, un 46% de ellas causada por la corrosin debida al envejecimiento.

    Fuente: publico.es -16 de enero 2010

    Se cumplen 92 aos del asesi-Se cumplen 92 aos del asesi-Se cumplen 92 aos del asesi-Se cumplen 92 aos del asesi-

    nato de la luchadora social ale-nato de la luchadora social ale-nato de la luchadora social ale-nato de la luchadora social ale-

    mana Rosa Luxemburgomana Rosa Luxemburgomana Rosa Luxemburgomana Rosa Luxemburgo

    La noche del 15 de enero de 1919 en Ber-ln, fue detenida Rosa Luxemburgo: una mujer indefensa con cabellos grises, de-macrada y exhausta. Una mujer mayor, que aparentaba mucho ms de los 48 aos que tena. Uno de los soldados que la rodeaban, le oblig a seguir a empujones, y la multitud burlona y llena de odio que se agolpaba en el vestbulo del Hotel Eden le salud con insultos. Ella alz su frente ante la multi-tud y mir a los soldados y a los huspe-des del hotel que se mofaban de ella con

    sus ojos negros y orgullosos. Y aquellos hombres en sus uniformes desiguales, sol-dados de la nueva unidad de las tropas de asalto, se sintieron ofendidos por la mira-

    da desdeosa y casi compasiva de Rosa Luxemburgo, la rosa roja, la juda. Le insultaron: Rosita, ah viene la vieja puta. Ellos odiaban todo lo que esta mu-jer haba representado en Alemania du-rante dos dcadas: la firme creencia en la idea del socialismo, el feminismo, el anti-militarismo y la oposicin a la guerra, que ellos haban perdido en noviembre de 1918. En los das previos los soldados haban aplastado el levantamiento de tra-bajadores en Berln. Ahora ellos eran los amos. Y Rosa les haba desafiado en su l-timo artculo: El orden reina en Berln! Ah! Estpidos e insensatos verdugos! No os dais cuenta de que vuestro orden est levantado sobre arena. La revolucin se erguir maana con su victoria y el terror asomar en vuestros rostros al orle anunciar con to-das sus trompetas: Yo fui, yo soy, yo se-r!.

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    La empujaron y golpearon. Rosa se levan-t. Para entonces casi haban alcanzado la puerta trasera del hotel. Fuera esperaba un coche lleno de soldados, quienes, se-gn le haban comunicado, la conduciran a la prisin. Pero uno de los soldados se fue hacia ella levantando su arma y le gol-pe en la cabeza con la culata. Ella cay al suelo. El soldado le propin un segundo golpe en la sien. El hombre se llamaba Runge. El rostro de Rosa Luxemburgo chorreaba sangre. Run-ge obedeca rdenes cuando golpe a Ro-sa Luxemburgo. Poco antes l haba derri-bado a Karl Liebknecht con la culata de su fusil. Tambin a l le haban arrastrado por el vestbulo del Hotel Eden. Los soldados levantaron el cuerpo de Ro-sa. La sangre brotaba de su boca y nariz. La llevaron al vehculo. Sentaron a Rosa entre los dos soldados en el asiento de atrs. Haca poco que el coche haba arrancado cuando le dispararon un tiro a quemarropa. Se pudo escuchar en el hotel. La noche del 15 de enero de 1919 los hombres del cuerpo de asalto asesinaron a Rosa Luxemburgo. Arrojaron su cadver desde un puente al canal. Al da siguiente todo Berln saba ya que la mujer que en los ltimos veinte aos haba desafiado a todos los poderosos y que haba cautivado a los asistentes de innumerables asam-bleas, estaba muerta. Mientras se buscaba su cadver, un Bertold Brecht de 21 aos escriba:

    La Rosa roja ahora tambin

    Ha desaparecido.

    Dnde se encuentra es desconocido.

    Porque ella a los pobres

    la verdad ha dicho

    Los ricos del mundo la han extinguido. Pocos meses despus, el 31 de mayo de 1919, se encontr el cuerpo de una mujer junto a una esclusa del canal. Se poda re-conocer los guantes de Rosa Luxemburgo, parte de su vestido, un pendiente de oro. Pero la cara era irreconocible, ya que el cuerpo haca tiempo que estaba podrido. Fue identificada y se le enterr el 13 de junio. En el ao 1962, 43 aos despus de su muerte, el Gobierno Federal alemn decla-r que su asesinato haba sido una ejecucin acorde con la ley marcial. Hace slo nueve aos que una investigacin ofi-cial concluy que las tropas de asalto, que haban recibido rdenes y dinero de los gobernantes socialdemcratas, fueron los autores materiales de su muerte y la de Karl Liebknecht.

    Fuente: www.librered.net

    Muere Aramburu Topete, el ge-Muere Aramburu Topete, el ge-Muere Aramburu Topete, el ge-Muere Aramburu Topete, el ge-

    neral que intent frenar a Teje-neral que intent frenar a Teje-neral que intent frenar a Teje-neral que intent frenar a Teje-

    ro el 23ro el 23ro el 23ro el 23----FFFF

    Ha fallecido a los 92 aos el teniente gene-ral Jos Aramburu Topete (Huelva, 1918), el militar que fue nombrado en 1980 di-rector general de la Guardia Civil y que un ao ms tarde, durante el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, se hizo cargo del mando y la direccin de los servicios montados por la Fuerzas y Cuerpos de Se-guridad del Estado para poner fin al asalto al Congreso de los Diputados hasta el res-tablecimiento de la normalidad.

    Seleccin de Seleccin de Seleccin de Seleccin de Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.

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    Aquella jornada histrica fue sin duda el momento de mayor trascendencia en la carrera militar del director general de la Guardia Civil. Una carrera que inici con la matriculacin en la Academia de Transfor-macin al finalizar la Guerra Civil y que fue medrando hasta convertirse, durante la Transicin, en un colaborador directo del general Gutirrez Mellado.

    Segn explic Arambur Topete durante el juicio del 23-F celebrado en 1982, l mis-mo fue al Congreso de los Diputados para intentar que los ocupantes depusieran su actitud. Sali a recibirme el teniente co-ronel Tejero, con la pistola en la mano, apuntando hacia arriba explicaba. l me salud y yo le orden: Teniente coronel Tejero, deponga usted su actitud y acabe-mos con esta locura. Tejero me respon-di: Antes le mato y despus me pego un tiro. En ese momento Tejero me apuntaba con la pistola.

    Fiel a la Constitucin

    El director general de la Guardia Civil, con-

    t ABC un mes despus, incluso intent

    sacar su arma, pero se lo impidi uno de

    sus ayudantes, al observar que tres acom-

    paantes de Tejero montaban sus armas.

    Aramburu se mantuvo fiel a la Constitu-

    cin en el momento de mayor incertidum-

    bre de la Espaa democrtica, convirtin-

    dose en el encargado de convencer al Go-

    bierno socialista de que la Guardia Civil

    estaba a las rdenes de la Democracia.

    Los sucesos del 23-F fueron una dura prueba para el Cuerpo, confes en octu-bre de 1981, un mes antes de ser ascendi-do a teniente general a propuesta del en-tonces ministro de Defensa, Alberto Oliart Saussol.

    El ministro del interior entre 1980 y 1982,

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

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    Seleccin de Seleccin de Seleccin de Seleccin de Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.Noticias V.A.

    Juan Jos Rosn, describi su actuacin durante el 23-F en los siguientes trminos: Su accin personal, escrupulosamente constitucional y ejemplarmente militar, sirvi en fechas recientes para anular la desgraciada imagen que un feje del Cuer-po pudo haber transmitido en el ignomi-nioso asalto al Congreso. Entonces, al lado del teniente general Aramburu, la Guardia Civil autntica, la del siglo XIX, la de hoy y la del futuro, mostraron a Espaa y ante el mundo que el benemrito instituto est al servicio de la comunidad nacional, bajo su orden legal y en defensa de la seguridad y la paz de los ciudadanos dentro del marco de la Constitucin.

    En octubre de 1983 ces como director

    general de la Guardia Civil, pasando a la

    reserva activa con numerosas distinciones

    y condecoraciones, como la medalla de

    oro de Proteccin Civil (1984), la Gran

    Cruz de la Orden de Isabel la Catlica

    (1983), la Medalla Militar Colectiva, cua-

    tro Cruces Rojas al Mrito Militar, Tres

    Cruces de Guerra o, entre otros, el segun-

    do premio Ingeniero General Zarco del

    Valle, entregado por Su Mejestad el Rey

    Don Juan Carlos, en 2003.

    Fuente: ABC.es -17 de enero 2010

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    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

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    Las lgrimas de las mujeres Las lgrimas de las mujeres Las lgrimas de las mujeres Las lgrimas de las mujeres

    disminuyen la libido masculinadisminuyen la libido masculinadisminuyen la libido masculinadisminuyen la libido masculina

    Muchos animales producen lgrimas, pero slo el hombre llora. Aunque sabemos que las lgrimas de tristeza implican un deter-minado estado emocional, hasta ahora desconocamos la funcin que desempe-an: envan seales qumicas a nuestros semejantes. Un estudio del Instituto Weiz-mann de Ciencia (Israel) revela que los hombres expuestos a lgrimas femeninas experimentan una reduccin de sus nive-les de testosterona y de su deseo sexual. La investigacin, liderada por el neurobi-logo Shani Gelstein, se publica en el ltimo nmero de la revista 'Science' y sugiere que las lgrimas de las mujeres contienen sustancias qumicas que afectan al com-portamiento de los varones. Aunque ya se saba que las lgrimas de los ratones emi-ten seales qumicas, esta es la primera vez que se comprueba que tienen ese efecto en los humanos. Durante la primera fase del estudio, los in-vestigadores pidieron a un grupo de hom-bres que oliesen alternativamente lgri-mas femeninas y tambin una solucin sa-lina. Ninguno fue capaz de distinguir entre los dos fluidos. A continuacin, recogieron lgrimas de mujeres que haban llorado viendo pelculas dramticas y se las dieron

    a oler a algunos varones mediante una tira adherida bajo la nariz. A otros, les propor-cionaron la solucin salina. Todos los parti-cipantes tenan los ojos vendados. Cuando les preguntaron por la intensidad, agrado o familiaridad de ambos fluidos, las dos lquidos obtuvieron resultados simila-res. Aparentemente, no somos capaces de distinguir entre las lgrimas y el agua sa-lada de forma consciente. Cambio en su percepcin Sin embargo, el estudio demostr que al contemplar fotografas de diferentes ros-tros femeninos, aquellos hombres que haban olido las lgrimas eran proclives a considerar a las mujeres menos atractivas sexualmente. De algn modo, la exposi-cin a las lgrimas femeninas haba afecta-do a su cerebro. Los investigadores tambin monitorizaron a los hombres con resonancias magnticas mientras vean pelculas para determinar qu zonas del cerebro se alteraban tras haber pasado la prueba olfativa. El resulta-do fue que los hombres expuestos a las lgrimas y que vieron pelculas con argu-mentos tristes mostraron una menor acti-vidad en las partes del cerebro tpicamen-te asociadas al deseo sexual, sobre todo el hipotlamo y la circonvolacin fusiforme izquierda. La funcin de las lgrimas Las lgrimas son un lquido complejo ge-nerado por una serie de estructuras situa-das junto al ojo y que incluyen el lagrimal, el lagrimal accesorio y las glndulas de Meibomio. Contienen protenas, enzimas, lpidos, metabolitos, electrolitos e, incluso, restos de medicamentos. Normalmente, nuestras lgrimas sirven para limpiar y

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    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    proteger nuestros ojos frente a agentes dainos, pero las que producimos al llorar parecan no tener ninguna utilidad biolgi-ca. Esta nueva investigacin demuestra que las lgrimas de las mujeres envan una seal qumica que disminuye el deseo sexual de los varones. Adems, esta reac-cin se produce aunque ellos no vean a ninguna mujer ni sepan qu es lo que es-tn oliendo. Aunque este estudio se centra en las lgri-mas emocionales producidas por las muje-res, los investigadores creen que las de los hombres y los nios tambin emiten sea-les qumicas de algn tipo, aunque su fun-cin podra ser diferente. Los autores del estudio, de momento, se han limitado a estudiar las lgrimas femeninas.

    Fuente: elmundo.es

    Cientficos escoceses desarro-Cientficos escoceses desarro-Cientficos escoceses desarro-Cientficos escoceses desarro-

    llan plstico indicador de comi-llan plstico indicador de comi-llan plstico indicador de comi-llan plstico indicador de comi-

    da en mal estadoda en mal estadoda en mal estadoda en mal estado

    Cientficos escoceses aseguran haber des-arrollado un tipo de envase de plstico que permite saber cuando la comida em-pieza a descomponerse. Investigadores de la Universidad de Strath-clyde crearon un plstico que cambia de color cuando la comida est a punto de perder su frescura. Los expertos aseguraron que es ms bara-to de producir que otros sistemas que uti-lizan etiquetas como indicadores y debera

    ayudar a reducir el desperdicio de alimen-tos. Se estima que cada ao slo en Gran Bre-taa, ms de ocho millones de toneladas de comida que se poda comer se tira a la basura porque se cree, errneamente, que est echada a perder.

    Fuente: www.bbc.co.uk

    Estudio: La gente que usa ante-Estudio: La gente que usa ante-Estudio: La gente que usa ante-Estudio: La gente que usa ante-

    ojos tiene mejores resultados ojos tiene mejores resultados ojos tiene mejores resultados ojos tiene mejores resultados

    en sus entrevistas de trabajoen sus entrevistas de trabajoen sus entrevistas de trabajoen sus entrevistas de trabajo

    No es de extraar que las empresas quie-ran contratar personal inteligente, pero la idea de que la gente inteligente usa ante-ojos es un viejo estereotipo que no ha desaparecido.

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    Segn un nuevo estudio realizado por el British College of Optometrists encontr que los portadores de anteojos tienen ms probabilidades de encontrar trabajo ya que lucen ms inteligentes. Se encontr que al menos un tercio de britnicos cree que los lentes hacen que una persona tenga un aspecto ms profesional, mien-tras que un 43% piensan que los hace ver ms inteligentes. Las estadsticas muestran que los usuarios con anteojos se perciben ms inteligentes y honestos, por eso el 40% de las personas con visin 20/20 (Visin Perfecta) conside-rara el uso de lentes para mejorar sus po-sibilidades a la hora de conseguir un em-pleo. Lejos de los lentes de contacto, al menos un 6% se pone gafas para estar a la moda y un 9% lo hace para lucir ms atractivo. De hecho las gafas son un bajo indicador de la inteligencia, ya que los problemas de visin pueden atribuirse a diversas razones que no necesariamente se relacionan con

    ser un nerd come libros o un geek experto en computadoras. Sin embargo algunas personas tienen ms confianza y cambian su comportamiento cuando se ponen las gafas, lo que podra en s mejo-rar sus posibilidades en una entrevista.

    Fuente: www.fayerwayer.com

    La Torre del Viento, una in-La Torre del Viento, una in-La Torre del Viento, una in-La Torre del Viento, una in-

    novadora forma de generacin novadora forma de generacin novadora forma de generacin novadora forma de generacin

    de energa elica de energa elica de energa elica de energa elica

    Hace unos das la NASA anunciaba que estaba financiando varios estudios para conseguir energa elica de los vientos a grandes alturas, mediante el desarrollo de cometas-turbina ancladas a tierra que pu-dieran elevarse por lo menos hasta los 2.000 metros, all donde Eolo sopla con mayor fuerza. Parece ser que el futuro de la energa ver-de flota bien alto. Pero quiz no haya que elevarse tanto, simplemente los 50 metros que tiene la Torre del Viento, un inno-vador diseo de un sistema elico de ge-neracin de energa que es capaz de apro-vechar el viento en cualquier direccin; y a cualquier velocidad y altura. El principio es muy simple y radica en cambiar el enfoque a un aerogenerador a nivel del suelo.

    Esta torre hexagonal es obra de la compa-a japonesa Zena System y puede captu-rar el viento por cualquiera de sus seis ca-ras, cuya superficie se compone de puer-tas que se abren slo hacia el interior. Una vez capturado, el viento se comprime en 3 zonas y acelera su velocidad como si estu-viera en un tnel del viento, discurriendo hacia la salida inferior, que est equipada con un sistema de turbina a presin que

    Selecciones Selecciones Selecciones Selecciones CientficasCientficasCientficasCientficas

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    convierte esta gran masa de aire acelerado en una energa elica enorme.

    Sera como simular un efecto de tornado para que se pudiera maximizar la genera-cin de energa en su vrtice. Zena System tiene previsto probar su sis-tema a tamao natural y lleva desde 2009 gestionando la construccin de una torre de 50 metros de altura y 27 metros de di-metro en una parcela de 13.000 m2 en el departamento de Saga (Isla de Kyushu). La potencia de la instalacin ser de 5 MW y se integrara en un complejo formado por la propia central elctrica, una planta de-salinizadora de agua de mar y un complejo turstico-residencial, todo alimentado por la energa que captara la torre a partir de vientos de 3 m/s.

    Fuente:blogs.lainformacion.com

    Segn cientficos: los delfines Segn cientficos: los delfines Segn cientficos: los delfines Segn cientficos: los delfines

    deben ser tratados como deben ser tratados como deben ser tratados como deben ser tratados como

    personas no humanas personas no humanas personas no humanas personas no humanas

    Los delfines han sido declarados las se-gundas criaturas ms inteligentes del mundo despus de los seres humanos, de ah que los cientficos sugieran que son tan brillantes que deberan ser tratados como personas no humanas. Estudios sobre el comportamiento de los delfines han puesto de relieve la gran simi-litud que existe entre estos y los seres humanos con respecto a la forma de co-municarse. Asimismo, subrayan el hecho

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

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    de que son ms brillantes que los chim-pancs. Dichos estudios han sido respalda-dos por la investigacin anatmica que de-muestra que los cerebros de los delfines presentan muchas caractersticas asocia-das a un grado de inteligencia muy eleva-do. Los investigadores sostienen que su traba-jo demuestra que es moralmente inacep-table mantener a animales tan inteligen-tes en parques acuticos, matarlos ya sea para destinar su carne para el consumo humano, ya sea por accidente acontecido durante la pesca. Cerca de 300.000 ejem-plares de ballenas, delfines y marsopas mueren bajo esas circunstancias cada ao. Muchos cerebros de delfn son de mayo-res dimensiones que el humano y ocupan un segundo lugar despus del hombre, en cuanto a masa se refiere, si tenemos en cuenta el tamao del cuerpo, segn afir-m Lori Marino, una zologa de la Univer-sidad Emory de Atlanta, Georgia, que se vali de escneres por resonancia magn-tica para trazar el cerebro de estos anima-les marinos y compararlo con el de los pri-mates. La neuroanatoma sugiere que existe continuidad psicolgica entre los seres humanos y los delfines y se supone que tambin aparecen profundas implicacio-nes ticas en la interaccin entre este ce-tceo y el hombre, aadi. Hace tiempo que el delfn ha sido recono-cido como uno de los animales ms inteli-gentes. No obstante, muchos investigado-res lo haban colocado por debajo de los chimpancs, los cuales, de acuerdo con algunos estudios, pueden alcanzar niveles

    de inteligencia propios de nios de tres aos. Sin embargo, recientemente una se-rie de estudios sobre el comportamiento han sugerido que los delfines, sobre todo especies como el delfn nariz de botella, podran ser los ms listos. Dichas investi-gaciones demuestran que los delfines po-seen personalidades distintas, un fuerte sentido de s mismos y pueden pensar en el futuro. Tambin ha quedado manifiesto que son

    Selecciones Selecciones Selecciones Selecciones CientficasCientficasCientficasCientficas

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    animales culturales, lo que significa que de un delfn a otro pueden ser aprendidos nuevos tipos de comportamientos de for-ma rpida. Diana Reiss, catedrtica de Psicologa en el Hunter College, The City University of New

    York, demostr en un estudio que los delfi-nes pueden reconocerse en un espejo y utilizarlo para inspeccionar distintas par-tes de su cuerpo, una habilidad que se crea exclusiva de los seres humanos y de los grandes simios.

    En otro estudio, averigu que los animales en cautiverio tambin poseen la capacidad de aprender un lenguaje rudimentario ba-sado en smbolos. Otra investigacin ha demostrado que los delfines pueden resolver problemas difci-les, mientras que los que viven en libertad cooperan de formas diferentes que impli-can estructuras sociales complejas y una sofisticacin emocional de elevado nivel. En un caso reciente, mientras un delfn rescatado se recuperaba durante tres se-manas en un delfinario en Australia, se le ense a nadar sobre la cola. Despus de ser liberado, los cientficos se quedaron asombrados al comprobar que los delfines salvajes haban aprendido el ejercicio del delfn que haba permanecido en cautividad previamente. Existen numerosos ejemplos similares, co-mo el de los delfines de la costa de Austra-lia Occidental que aprendieron a sostener esponjas sobres sus hocicos para proteger-se mientras buscaban peces espinosos por el suelo marino. Tales observaciones, junto con otras que muestran, por ejemplo, cmo los delfines podran cooperar con precisin militar ro-deando bancos de peces para alimentarse, han originado que surjan preguntas que cuestionen la base de la estructura de su cerebro. El tamao es slo un factor. Los investiga-dores han reconocido que el tamao del cerebro vara mucho, alrededor de 200 g en las especies de cetceos pequeos, ta-les como el delfn del Rio Ganges, y ms de 8 kg en los cachalotes, cuyos cerebros son

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

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    los ms grandes de nuestro planeta. Por el contrario, el cerebro humano oscila entre 1 y casi 2 kg, mientras que el de los chim-pancs pesa alrededor de los 350g. Sin embargo, cuando se trata de inteligen-cia, el tamao del cerebro adquiere menos importancia que la proporcin de ste con respecto al cuerpo. Lo que Marino y sus colegas averiguaron fue que la corteza cerebral y el neocrtex de los delfines nariz de botella eran tan grandes que la relacin anatmica que evala la capacidad cognitiva lo sitan en un segundo lugar en relacin con el cere-bro humano. Asimismo, descubrieron que la corteza ce-rebral de los delfines nariz de botella po-seen los mismos pliegues complejos, los cuales estn firmemente vinculados a la inteligencia humana. Dichos pliegues aumentan el volumen de la corteza cerebral y la habilidad de las c-lulas cerebrales para interconectarse entre ellas. A pesar de haber evolucionado en una trayectoria neuroanatmica diferente a la de los seres humanos, el cerebro de los cetceos presenta varias caractersticas correlacionadas con una inteligencia com-pleja, asegur Marino. El prximo mes Marino y Reiss presenta-rn los resultados obtenidos a partir de su investigacin en una conferencia en San Diego, California. Dichos datos concluyen en que la inteligencia de los delfines es una evidencia y, por consiguiente, maltra-tarlos resulta moralmente repugnante. Thomas White, catedrtico de tica en la LoyolaMarymount University, Los Ange-les, quien ha llevado a cabo varios estu-

    dios acadmicos que sugieren que los delfines poseen sus propios derechos, tambin intervendr en la conferencia. La investigacin cientfica [] sostiene que los delfines son personas no humanas que merecen ser consideradas moralmente como individuos, afirm. Artculo de Jonathan Leake, traducido por

    Monica Hodgekins

    Fuente: animanaturalis.org

    La fosa ms profunda del oca-La fosa ms profunda del oca-La fosa ms profunda del oca-La fosa ms profunda del oca-

    no juega un importante papel no juega un importante papel no juega un importante papel no juega un importante papel

    en la regulacin del climaen la regulacin del climaen la regulacin del climaen la regulacin del clima

    La Fosa de las Marianas, conocida tambin como el abismo Challenger, es la zona ms profunda que se conoce del oceno. Se encuentra en el Ocano Pacfico y slo dos exploradores han logrado bajar a tal pro-fundidad. En 1960, el inventor suizo Jac-ques Piccard y el marine estadounidense Don Walsh descendieron a 35.000 pies a bordo del batiscafo Trieste, que fue espe-cialmente diseado para esa misin. Desde entonces ningn ser humano ha vuelto a descender a esa profundidad pero s nuevas naves no tripuladas dotadas de la ltima tecnologa que estn recopilando valiosos datos para que los cientficos pue-dan estudiar esta desconocida rea del ocano. Un equipo internacional de investigadores lanz al agua un sumergible no tripulado para que descendiera a 10.900 metros de profundidad. Los cientficos han revelado

    Selecciones Selecciones Selecciones Selecciones CientficasCientficasCientficasCientficas

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    ahora sus primeras conclusiones sobre la investigacin, segn informa la BBC. Por ejemplo, que las fosas ocenicas actan como sumideros de carbono y que su pa-pel en la regulacin del clima es mayor de lo que los cientficos pensaban hasta aho-ra. El ciclo del carbono "Se trata de la primera vez que hemos sido capaces de instalar sofisticados instrumen-tos a tal profundidad para medir la canti-dad de carbono almacenado", explic el investigador Ronnie Glud a la BBC. "Bsicamente, queremos comprender cunto material orgnico -es decir, el ma-terial producido por algas y peces en zonas menos profundas- se deposita en el lecho marino, y si esta materia es devorada por las bacterias o degradada, o queda ente-

    rrada", afirma Glud. De esta forma espe-ran obtener una fotografa general que muestre hasta qu punto el ocano puede capturar carbono en el ciclo global. "Aunque estas fosas slo cubren el 2% de la superficie ocenica, pensamos que po-dran ser desproporcionadamente impor-tantes, ya que es probable que acumulen mucho ms carbn debido a que actuaran como una trampa, de modo que en su fon-do se acumulara ms materia orgnica que en otras partes del ocano. As lo su-gieren los resultados de los primeros expe-rimentos realizados", afirma. Una sonda recubierta de titanio El robot fue lanzado desde un barco y tar-d tres horas en llegar al fondo de la fosa, donde llev a cabo una serie de experi-

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

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    Selecciones Selecciones Selecciones Selecciones CientficasCientficasCientficasCientficas

    mentos. La presin a casi 11 kilmetros de profundidad es 1.000 veces superior a la que hay fuera del agua, por lo que sus sen-sores estaban recubiertos de un cilindro de titanio capaz de resistirla. El siguiente paso de este equipo interna-cional de investigadores ser calcular qu cantidad de carbono se acumula en el fon-do del ocano comparada con otras zonas. De esta forma, esperan poder determinar

    qu papel juegan las fosas ocenicas en la regulacin del clima. En esta investigacin participan el Instituto de Microbiologa Marina Max Planck de Bremen (Alemania), La Agencia Japonesa de Ciencia Marina y Terrestre y Tecnologa (JAMSTEC) y la Universidad de Copen-hague (Dinamarca).

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    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

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    A ugusto Alguer Dasca, compositor, arreglista y director de orquesta espaol, na-ci en Barcelona el 23 de febrero de 1934.

    Sigui sus estudios musicales en el Conservatorio Municipal de Barcelona y estu-di la carrera de Medicina. Su carrera musical comenz en la dcada de los 50, cuando tena diecisis aos de edad.

    Entre 1961 y 1974, estuvo casado con la actriz Carmen Sevilla, con la que tuvo un hijo, Augusto J. Alguer, tambin compositor. En 1986, se volvi a casar, esta vez con Na-tividad Benito.

    Falleci en Torremolinos el 16 de enero de 2011 debido a una parada cardiorrespirato-

    ria mientras dorma.

    Fallece Augusto Alguer,

    a la edad de 76 aos de edad.

    Fragmentos de la historia de EspaaFragmentos de la historia de EspaaFragmentos de la historia de EspaaFragmentos de la historia de Espaa

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    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

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    El arte de enfermera en EspaaEl arte de enfermera en EspaaEl arte de enfermera en Espaa

    durante la primera mitaddurante la primera mitaddurante la primera mitad

    del siglo XIXdel siglo XIXdel siglo XIX

    Por Jos Ramn Miranda

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    D e entre los libros raros que con-

    servo, destacar el Arte de En-

    fermera, publicado en Madrid,

    Oficina de don Juan Nepomuceno Ruiz,

    diciembre 1833. El ttulo, de por s exten-

    so, seala textualmente: Arte de Enfer-

    mera para la asistencia terico-prctica

    de los pobres enfermos que se acogen a la

    de los Hospitales de la Sagrada Religin de

    N.P.S. Juan de Dios, y constituye la segun-

    da parte de la Instruccin de Novicios,

    compuesto por el P.Fr. Jos Bueno y Gonz-

    lez, Prior del convento hospital de la Santa

    Misericordia de la ciudad del Puerto de

    Santa Mara, quien lo dedica al Gloriossi-

    mo Arcngel Sr. S. Rafael, especial protec-

    tor de dicha Orden. Madrid: oficina de

    etc.. Tras un extenso prlogo, se comien-

    za sobre las Ideas anatmicas:

    El cuerpo humano es un con-junto de muchos rganos colo-cados simtricamente; se com-pone de partes duras, blandas, lquidas o fluidas.

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    A continuacin, en el Captulo I se describe cabeza, tronco y extremidades. En el Cap-tulo II se hace referencia a las Ideas fisio-lgicas conocidas hasta ese momento. En el captulo III ya nos topamos de frente con las Ideas patolgicas.

    La clasificacin de las enfer-medades se dividen en fsicas, orgnicas y vitales. Fsicas son las soluciones de continuidad como heridas, fracturas. A las orgnicas pertenecen los tubr-culos, quistes, cnceres, etc; y a las vitales las astenias, asfixias y ataxias. () Las fiebres se divi-den en primitivas o esenciales y sintomticas o simpticas. Pinel divide estas fiebres en siete r-denes, denominndolas infla-matorias, biliosas, pituitosas, ptridas, malignas, peste y cti-cas.

    Ms tarde se cuenta sobre la forma de to-mar el pulso, sobre desmayos y sncopes, hasta llegar a las evacuaciones crticas, que se dividen en crticas, sintomticas, perfec-ta e imperfecta. Sigue la expectoracin, las evacuaciones de vientre, las hemorragias y los sudores. Despus de comentar la forma de aplicar vendajes y tomar la temperatura corporal, se llega a las dietas para los en-fermos: el caldo, su modo de prepararlo cuando es de pan, de pescado o de simien-tes farinceas. Luego existen los caldos medicamentosos, que puede ser de pollo, de ranas, de caracoles, de cangrejos, de vboras, o de tortuga.

    De vboras (en el libro pone vvoras) se hace con ellas solas, o con otras sustancias anima-les; en el primer caso, se pon-drn siete vboras en un puche-ro bien tapado, y a un fuego lento se cuecen; en el segundo

    El arte de enfermera en Espaa en la primera mitad del siglo XIXEl arte de enfermera en Espaa en la primera mitad del siglo XIXEl arte de enfermera en Espaa en la primera mitad del siglo XIXEl arte de enfermera en Espaa en la primera mitad del siglo XIX

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    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    se hace el caldo en la otra sus-tancia, y despus de hecho se le pone la vbora a fuego lento por un par de horas en el bao de Mara. En ambos casos, y al punto de ir a hacerlo, se mata la vbora, cortndole la cabeza y la cola, se desuella sacndole la tripa, dejndola el hgado y el corazn, y cortada en pedazos, (sic) se hecha (sic) con su san-gre.

    A continuacin se indica cmo se deben cocinar las sustancias slidas (consumados, gelatinas, panatela, etc.). Tras esos detalles, ya se entra de lleno en las nociones de materia mdica, o sea, me-dicamentos, dosis, pesohasta llegar a los signos farmacuticos para poder entender las frmulas magistrales de botica. En el Captulo V se describe cmo se preparan algunas medicinas: adrgala, suero, po-

    cin, emulsin, infusin, cocimiento etc. Y llegamos a los purgantes, a las pldoras. a los jarabes, a las mixturas, al lamedor, a los ungentos, a las cataplasmas, a los suposi-torios, a las lavativas, a las sangras, a la administracin de la quina, a los polvos, las sales, los vomitivos, los julepes, los pur-gantes, las friegas, las unturas, etctera. Lo ms curioso de todo, a mi entender, es la manera de administrar las lavativas, que hubiese dado juego a un libro de Camilo Jos Cela. En fin, el libro es muy extenso y sera dificultoso exponer en tan poco espa-cio de qu forma se aplicaba la Medicina en Espaa durante la primera mitad del siglo XIX. El libro es, a mi entender, una jo-ya digna de ser conservada en lo que vale, que es mucho.

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    S egundo mes de espacios sin humos

    en Espaa desde la entrada en vi-

    gor de la Nueva Ley Antitabaco y

    segundo mes en Espaa de convivencia

    pacfica entre los pretendidos bandos, tan

    difusos fuera de los crculos sensacionalis-

    tas como el humo que se esfum. Parece

    ser que la rabieta ha tenido un seguimien-

    to desigual entre los fumadores de los ba-

    res y los de las puertas de los hospitales.

    Los primeros la han respetado , eso s

    amenazando con dejar de tomarse el cafe-

    lito, la copa o el chato de vino tan saluda-

    bles en la cultura de la piel de toro y reme-

    dio, este ltimo sobre todo, para el cora-

    zn y sus dolencias, mientras que los se-

    gundos se han pasado la prohibicin por el

    forro de la conciencia considerando ms

    que suficiente fumar del otro lado de la

    puerta, barrera cristalina y pecera pattica

    entre los convalecientes y los acompaan-

    tes, sin dejar claro el lugar en el que se en-

    cuentran los ingresados y en el que se po-

    sicionan los enfermos.

    Escrituras periodsticas aparte, lo que real-

    mente me gusta a la hora de informar-

    me es hacerlo a travs del pueblo, beber

    de la fuente popular participando de los

    sorprendentes puntos de vista de mis ami-

    gos, mi familia o mis sabiondos preferidos.

    La mayor parte de ellos ven con buenos

    ojos la medida. Unos cuantos tachan el de-

    creto de decisin dictatorial; opino que

    compararlo es la prueba definitiva de que

    el tabaco mata neuronas, precisamente las

    ms importantes, en las que reside el en-

    tendimiento necesario para diferenciar en-

    tre libertad y libertinaje. Otros pocos, fu-

    madores para ms dato, me han dicho que

    Nueva Ley Antitabaco:Nueva Ley Antitabaco:

    Disculpen las molestiasDisculpen las molestias

    Por: Turriano

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    esta ley lo nico que va a conseguir es que

    se fume en la calle y que, por lo tanto, ten-

    ga como resultado que los vecinos de los

    edificios y casas colindantes se quejen del

    ruido que hacen, de lo que manchen las

    calles y del olor que dejen. Y yo me pre-

    gunto, estamos hablando de personas o

    de una manada de ovejas como las que

    atraviesan las caadas reales de las gran-

    des ciudades? Hacer gala de una conducta

    incvica es la demostracin de lo que ha

    dolido la medida entre los que siempre

    han hecho lo que han querido, fumando

    en todos los espacios pblicos sin impor-

    tarles ni las molestias ocasionadas ni los

    daos irreversibles, incluso habiendo nios

    delante. Ya era hora de que los polticos

    miraran por la salud de los ciudadanos! Si,

    tambin de la de los fumadores.

    Aunque algunos defiendan que la salud es

    patrimonio exclusivo de la persona, han

    sido pocos los viciosos de la nicotina que

    se hayan aplicado el cuento a la hora de

    prestar atencin a los intereses de los su-

    fridores pasivos evitndoles sus terribles

    efectos y consecuencias. Se prohibe fumar

    -dicen los carteles a las puertas de los loca-

    les-. Yo aadira: Disculpen las molestias.

    Gracias.

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    uouo

    Por: Deralte

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    M i ta uo, Guden o Gaudencia Vicenta cumplira hoy ciento-cinco aos pero muri mien-

    tras dorma hace cinco. Muri tranquila como vivi. Quien quiera saber como era basta con que lea Cien Aos de Soledad y analice a Santa Sofa de la Piedad. Yo, que conoc a uo antes de que el Gabo publi-cara su novela siempre me pregunt si la habra conocido o es que retrat a las mu-chas uos que hay desperdigadas por Latinoamrica y el mundo. uo tuvo una vida que termin cuando Pepe, aquel andaluz saleroso que la ena-mor y le hizo dos hijas, se fue detrs de otras faldas dejndola sumida en un mun-do que nadie comprenda. uo encontr su sitio en la cocina a par-tir de aquel momento. Cuando la conoc estaba all y cuando dej de verla segua en el mismo lugar, haciendo el mismo me-n cada da: para el desayuno caf con le-che y pan con mantequilla, en el almuerzo potaje de frijoles colorados y arroz blanco con lo que cayera y para la comida sopa y cocido. Los domingos ceda la cocina a Ga-lle y entonces comamos macarrones emperrados, como los llamaba, o arroz con pollo y as una semana, la otra, la si-guiente y la prxima.

    uo se qued casi ciega antes de que yo naciera y creo que casi muda tambin. Apenas hablaba y permaneca al margen de todo y, salvo para los sobrinos, era un mueble ms en la casa de la loma, en na-da se meta, de nada opinaba, apenas hablaba salvo con nosotros que nunca su-pimos cual fue el que comenz a decirle el mote con el que siempre la conocimos. El problema para los dems era no enten-der por qu los sobrinos a quien ms que-ramos era a aquella viejilla annima que permaneca junto a los fogones sin hablar con nadie y que pareca pasar de todo. Muchos aos despus, tras un viaje en que volvi a encontrarse con sus herma-nas emigrantes y que la operaron, uo volvi a ver, pero ya estaba demasiado vieja y cansada y aunque se vea distinta era la misma de antes cuando apenas ve-a. Un tiempo despus murieron sus hijas Gallega y Cachn y volvi a quedarse sola, atendida por las sobrinas y las sobrinanie-tas. Prxima a cumplir el siglo de vida una maana uo no se despert en la casa familiar de la loma de Caymari donde haba vivido casi desde que naci y pienso que quizs su fantasma haya quedado va-gando por la cocina donde siempre estu-vo.

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    Que siga el tren Que siga el tren

    de la vidade la vida

    Por: Deralte

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    M uchos tenemos mil vivencias perdidas asociadas al tren, qui-zs por eso cuando podemos,

    an cuando sean otros, aprovechamos pa-ra subirnos a ellos y volver a soar. Cuantos trenes circularon cerca de mi a lo largo de mi vida! Qu ilusin aquellos via-jes en el gas car con los padres y herma-nos aunque slo fueran unos pocos kil-metros! Cuantos regaos a los que inten-taban paliar el hambre robando caa a la caera humeante en su trayecto rumbo al ingenio avisando con sus pitidos la llega-da de su carga! Cuantos cojos a conse-cuencia de intentar abordar un tren en marcha o correr detrs de ellos! Qu ago-na un viaje largo en el tren lechero que paraba en cuanto apeadero apareca en el mapa para subir pasajeros y carga o que los vecinos intentaran vender algo por las ventanillas antes del habitual Pasajeros al tren y el silbato de aviso! Qu alegra un viaje dominical en tranva mirando las mu-chachas vestidas de limpio! O cuanta pi-carda en los adolescentes al baarse des-nudos en los ros y saltar al aire al paso del tren por el puente para que los vieran! Cuantas cosas ms circularon por las vas en los trenes de carga: los alimentos, las armas, las tropas, los muertos, la guerra! Ah, Pero por las vas tambin circulaban el amor y las cartas, los familiares lejanos, los visitantes bienvenidos, los que volvan quien sabe de donde, los extraos que nunca supimos de donde venan y los hijos prdigos que regresaban o los que se fue-

    ron para nunca volver diciendo adis con un pauelo desde la ventanilla o el cabs mientras lloraban los que les despedan o simplemente los miraban aquellos que acostumbraban en sus paseos ir a la esta-cin a la hora en que llegaba el tren para conocer e informar de primera mano quien se fue o llegaba. Pasaba el tren, el tren de pasajeros, el tren rpido, el tren lechero, el bananero, la ca-era, el trencito de Hershey, el de las 2, el nocturno y siguen pasando, pasa el tren transiberiano, el tranva 28 de Lisboa repi-quetea su campana subiendo las cuestas, pasa el Orient express, el Rapide Puerta del Sol llega a Pars, pasa el AVE y pasa la vida como pasa el tren Fuiiiii! Pipipiiiiii! Chuc, chuc, chuc, chuc, chuc, chuc, Piiiii-

    Piiiii, chuc, chuc, chuc, chuc, chuc. Hoy los trenes son otra cosa, pero yo no pierdo oportunidad de subir a ellos aun-que ya no sean los mismos trenes, ni su chacach suene igual, que no veamos pa-sar los postes del telgrafo, las casas de los campesinos, las muchachas lavando en los ros o los nios diciendo adis a los pa-sajeros o simplemente que nadie intente vendernos algo al pasar de largo por apea-deros fantasmas que alguna vez sirvieron para tomar el tren y salir al mundo. No importa, aunque todo haya cambiado que siga el tren, que siga el tren de la vida con sus recuerdos mientras escucho msi-ca.

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    Por Jos Ramn Miranda

    El Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte RatnEl Monte Ratn

    R incn Literario

  • - 43 -

    H ace ya bastantes aos conoc a un

    anciano que me cont una pequea

    historia marinera. Todo comenz

    cuando le ofrec un cigarrillo. Necesitaba estar

    cerca de alguien. Tal vez los viejos son vctimas

    propiciatorias y siempre escuchan, seguramente

    porque tambin ellos se consideran condenados

    al ostracismo, como los dioses del Olimpo. Me

    sent junto a l y me habl de muchas cosas. Me

    dijo que toda su vida fue marinero, que incluso

    haba estado en Rusia. Era viudo. Le not triste y

    resignado de no sabra decirles qu. Petra, su mu-

    jer, fue santera. De inmediato me vino a la cabeza

    un famoso cuadro de Cantarero, La santera vas-

    ca.

    Aquel viejo de mirada penetrante y cara

    abrasada por el salitre del mar, siempre sonriente

    aunque triste y casi esqueltico, me caus una

    rara impresin ancestral.

    -Le participo a usted que no me gustan los

    emboquillados. Ese me parece tabaco de seori-

    tas, mejorando lo presente y sin que se ofenda.

    Yo compro donde Patxi cuartern de media libra.

    Del de toda la vida, ya sabe... Qu le voy yo a

    contar!

    -S, entiendo.

    -Todo empez cuando un buen da, hace ya

    siglos, unos paisanos salieron a faenar la anchoa.

    Result que pasadas dos o tres jornadas, uno de

    aquellos marineros avist algo en la lejana. Inme-

    diatamente todos los tripulantes, creyendo que

    se tratara de algn naufragio, se acercaron a to-

  • - 44 -

    da vela hasta aquel misterioso bote a la deriva. Ya

    junto al mismo, pudieron observar con asombro

    que no portaba hombres a bordo. Slo una talla

    de regulares dimensiones y de madera noble. Un

    tal Joseba, el patrn, orden amarrar e izar lo que

    pareca un crucifijo hasta la cubierta del pesquero

    Edurne, matrcula de Bilbao. Inmediatamente des-

    pus seal a dos marineros que fuese deposita-

    do en el interior de una de sus bodegas. All per-

    maneci por espacio de diez jornadas, al cabo de

    las cuales una galerna se desencaden sobre el

    Cantbrico. Sigo?

    -Naturalmente que s.

    -Como guste. Lo que en principio pareca

    algo normal, pronto arreci hasta el punto de po-

    ner en grave aprieto barco y tripulacin. Muy

    asustados, y convencidos de que aquella galerna

    no tena trazas de amainar, decidieron sujetar el

    misterioso hallazgo a la gavia de trinquete. La sor-

    presa fue inexplicable. Al acercarse a la bodega

    uno de aquellos navegantes pudo comprobar con

    estupor cmo alrededor de aquel crucifijo haba

    un centenar de pequeos roedores que ya haban

    daado la imagen en brazos, piernas y madero de

    cruz.

    -Sera de roble.

    -Probablemente. Como le estaba diciendo,

    armado de una escoba, el nauta arremeti contra

    los ratones dejando entre muertos y malheridos a

    una docena de ellos y huyendo el resto. Rescata-

    do el santocristo, y cumpliendo las rdenes recibi-

    das del patrn, el pescador, asegur la talla en el

    lugar indicado. Milagrosamente, poco tiempo

    despus ya no era necesario continuar navegando

    a la capa. La mar se haba trocado en un estanque

    tranquilo.

    -Cmo el lago de Baolas?

    -Mande?

    -No, nada. Siga usted.

    -Como le contaba, a bordo se empez a

    hablar de portento. Postrada en cubierta, la tripu-

    lacin dio gracias al Cielo. No era para menos. De

    regreso a puerto estudiaron la posibilidad de

    construir una ermita dedicada a la bendita talla,

    aprovechando las piedras de un viejo castillo casi

    derruido.

    -No serva para futuro parador nacional?

    -No seor, no serva. Ya no era ni pintores-

    co. Slo quedaba la buena voluntad, que no era

    poco. Posiblemente no queran pleitos con los

    sindicatos. Pero a lo que iba, que ya se me est

    escapando el hilo del relato. Usted puede pregun-

    tar lo que desee, pero si me interrumpe, se acab

    el carbn. Como le deca, ya estaban casi en el

    espign de atraque cuando algo superior al con-

    trol humano horroriz a los marineros. Era como

    si llegase el fin del mundo. Daba la sensacin de

    que el sol se hubiese roto en cien mil pedazos. Se

    hizo como de noche y hasta se pudieron ver las

    estrellas en el firmamento. Luego vino un sepul-

    cral silencio y un gran resplandor cegador. Algo

    nunca visto hasta entonces emerga del fondo de

    la baha. Estaban paralizados por el espanto. Se

    Rincn LiterarioRincn LiterarioRincn LiterarioRincn Literario

  • - 45 -

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    Galerna:

    Una galerna es un temporal sbito y violento con fuertes rfa-

    gas de viento del oeste al noroeste que suele azotar el Mar

    Cantbrico y sus costas, por lo general en la primavera y

    el otoo. Tambin se da en la costa occidental de Francia. Se

    engloba dentro de las denominadas Perturbaciones Atrapadas

    en la Costa.

  • - 46 -

    trataba de una gran montaa de rocas y algas en

    forma de gigantesco ratn con el hocico dirigido

    justo hacia el lugar donde la cruz haba sido resca-

    tada de las aguas.

    Al llegar a este punto del relato sent como

    fro en la espalda.

    -Le sucede algo?,-- me pregunt el ancia-

    no.

    -No, nada,-- le contest. Ya tengo que mar-

    charme. Se me hace tarde.

    -Qu le parece si antes de irse liamos un

    cigarro de los mos?

    -Una gran idea, aunque reconozco que liar

    un cigarro es todo un arte que requiere oficio.

    Nos remos.

    Posteriormente he vuelto por Guetaria,

    pueblo natal de Juan Sebastin Elcano, el primer

    marino que dio la vuelta al mundo, pero jams

    me encontr con aquel anciano. Pregunt y nadie

    supo darme razn de su existencia. Tal vez murie-

    ra de nostalgia marinera.

    Rincn LiterarioRincn LiterarioRincn LiterarioRincn Literario

  • - 47 -

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

  • - 48 -

    P ens que aquellos que nos gobiernan se negaban a ver la

    realidad, la forma como estamos liquidando el mundo. Es-

    to es cierto a medias. Lo ven, y demasiado claro que lo ven. De-

    lante de ellos tienen un dilema: Si renunciamos al despilfarro

    que supone el consumismo perdemos nuestras suculentas ga-

    nancias; pero si seguimos como estamos, destruimos el ecosiste-

    ma y, por la misma ocasin, nos destruimos a nosotros mismos.

    Cmo resolver este conflicto? La respuesta es obvia:

    Hagamos que perdure el sistema a la vez que reducimos la po-

    LaLaLaLa

    deldeldeldel

    Por

    Joaqun Martnez

    Estn diezmando

    la poblacin mundial

  • - 49 -

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    blacin. De modo que nosotros garantiza-

    mos nuestros beneficios y el impacto o da-

    o que causamos a la tierra disminuye.

    En esas estn: hace por lo menos veinte

    aos que practican una poltica eugenista;

    por eso los ndices de natalidad son muy

    bajos en los pases desarrollados. Los me-

    canismos para llevar a cabo este fin son

    diversos y se combinan entre s:

    A los alimentos que nos venden en los

    supermercados les aaden ingredientes

    secretos como son las hormonas femeni-

    nas para menguar la fertilidad de los varo-

    nes. Estas hormonas las ponen incluso en

    el agua de los grifos. Los efectos secunda-

    rios saltan a la vista: las aguas contamina-

    das de los ros esterilizan a los peces y a

    los anfibios por una ingesta exagerada de

  • - 50 -

    La del ProfesorLa del ProfesorLa del ProfesorLa del Profesor

    xxx

    esas hormonas.

    Se promocionan enfermedades de todo

    tipo, ligadas con la psima alimentacin y

    el modo de vida estresado que nos impo-

    nen. El cncer de pulmn de los fumado-

    res ser dentro de un par de dcadas una

    broma comparado con las enfermedades

    de nueva ola: cnceres, infecciones, aler-

    gias, sobrepeso, problemas circulatorios,

    anemias...

    El deterioro masivo de la salud conviene a

    los poderosos de este mundo por dos ra-

    zones: se diezmar la poblacin a la vez

    que obtendrn cuantiosos beneficios con

    la venta de medicamentos para intentar

    curar enfermedades que ellos mismos

    habrn provocado. Estn realizando con

    nosotros el negocio de Juan Palomo: Yo

    me lo guiso, yo me lo como: yo fabrico la

    enfermedad, yo otorgo los remedios para

    su cura; eso s, a corto plazo, porque a la

    larga os espera la muerte.

    Nos hacen creer que la esperanza de vida

    aumenta, que la poblacin envejece, que

    la medicina lo cura (casi) todo, que los

    avances de la ciencia mejorarn la calidad

    de vida. Esto es pura mentira, una estafa

    al por mayor.

    Lo nico constante es que la poblacin no

    cesa de enfermar; las alergias se cuadripli-

    can cada ao; las grasas saturadas estn

    acabando con la movilidad de la gente; el

    estrs ha hecho de los habitantes un ma-

    nojo de nervios, slo aptos para caer ful-

    minados por la depresin.

    Todo esto estaba ya previsto: dentro de

    diez aos, si el planeta an tolera nuestra

    presencia, la poblacin comenzar a dis-

    minuir. De hecho, lo nico que escapa a

    este plan reduccionista es la poblacin del

    tercer mundo, que como no dispone de

    tantos supermercados para envenenar a la

    gente, sigue multiplicndose. Tambin se

    les escapa el control de las poblaciones de

    China e India. Aunque yo pienso que estas

    ltimas van a comenzar a disminuir de

    manera drstica, porque tambin ellas se

    han subido al tren del capitalismo.

  • - 51 -

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

  • - 52 -

    Dime qu tipo de porcentajes uti-lizas y te dir de qu pie cojeas. En clase de espaol suelo manejar con los

    alumnos cifras y porcentajes que no se co-

    rresponden con la realidad pero que refle-

    jan una ideologa, una visin peculiar de

    las cosas que suceden.

    En el ltimo examen que les hice a los

    alumnos de segundo una de las preguntas

    consista en traducir las siguientes frases:

    El 60% de los alumnos no escucha a su pro-

    fesor.

    Al 50% de la poblacin no le gusta hacer

    las compras en los supermercados, prefie-

    ren los mercados al aire libre.

    El 80% por ciento de los trayectos en coche

    no se justifica porque los conductores pue-

    den ir simplemente a pie.

    Los porcentajes Por Joaqun Martnez

  • - 53 -

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    Por supuesto, no dud en avisar a mis

    alumnos: Atencin, estas frases no se

    ajustan a la realidad, salvo la ltima.

    Este ejemplo pedaggico demuestra que

    es muy fcil manipular las cifras, los por-

    centajes y las estadsticas de acuerdo con

    una ideologa determinada. En mi caso es

    obvio que intento transmitir a los alum-

    nos que hablan francs y tienen el espa-

    ol como lengua extranjera no solo el

    funcionamiento de los porcentajes en cas-

    tellano sino tambin una forma peculiar

    de entender la vida: les hago reflexionar

    de manera indirecta sobre los problemas

    que afectan a la sociedad de hoy en da.

    Si yo soy capaz de usar este mecanismo

    subterfugiamente (como si fuera un jue-

    go), qu no sern capaces de hacer los

    profesionales del marketing?... Solo con

    examinar el tipo de porcentajes que utili-

  • - 54 -

    za una revista, una publicidad, un partido

    poltico, ya puedo colegir de qu pie co-

    jean, cul es el color que los define:

    El 98% de las mujeres opina que actimel les

    ayuda a dormir mejor.

    Qu contenido encierra este mensaje pu-

    blicitario? Ninguno que sea de provecho;

    es pura apariencia, pura incitacin al con-

    sumo con una idea subyacente: todas las

    mujeres lo prueban, por qu ibas a ser t

    menos? Y de este modo, veladamente, nos

    fuerzan, nos incitan, nos empujan a consu-

    mir incluso productos que de buena gana

    nunca consumiramos.

    El 75% de los accidentes sucede durante

    los trayectos cortos.

    Este es un anuncio tpico de la Direccin

    General de Trfico. El mensaje oculto ven-

    dra a decirnos: Conductor, no dejes de

    conducir; pero por favor pon un poco ms

    de atencin a lo que haces.

    El 70 % por ciento de la poblacin vive en

    la ciudad y no piensa volver al campo sino

  • - 55 -

    Visiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la AntigedadVisiones de la Antigedad

    algn que otro fin de semana para descan-

    sar.

    Este sera un anuncio del partido que est

    en el poder: todo va (ms o menos) bien.

    Puestos a elegir, es preferible ver la botella

    medio llena antes que medio vaca.

    El 90 % de la poblacin rural malvive en

    sus casas porque faltan todo tipo de servi-

    cios. Mucha gente est yndose a vivir a la

    ciudad.

    Y este sera el eslogan del partido opositor.

    Ellos s que se fijan ms bien, y porque les

    conviene, en que la botella est medio va-

    ca.

    La realidad es la misma. El punto de vista

    cambia segn los intereses de los unos y

    de los otros. Quin estar ms cerca de la

    verdad? Esto es muy fcil de saber: olvi-

    dos de las estadsticas; abrid bien los ojos;

    mirad por la ventana; y decidme luego lo

    que est pasando en el mundo.

  • - 56 -

    Amigo rbolAmigo rbolAmigo rbol

    V isitando el pueblo, en helada hora ms propia de un da invernal, con esa baja neblina que cubre

    los campos y otorga un aroma y una lumi-niscencia especial al ambiente que me ro-deaba, record a un viejo amigo que ya no est El aire plido de este mes glido cortej mi reflexin, mientras un sol ago-nizante se deslizaba detrs de unas lejanas montaas y cesaba su diurno empeo de alumbrar al hermoso valle.

    Ese viejo amigo no era otro que un precio-so sauce llorn, similar al de la foto que

    podris encontrar en la pgina siguiente. Se ergua en todo su esplendor a pocos metros de mi casa, y ya desde pequeo empec a treparlo y a subirme a sus ra-mas ms altas.

    Sus brazos llenos de hojas tocaban prc-ticamente el suelo, tornando sus profundi-dades en una especie de empalizada vege-tal inexpugnable. Tan slo el incordio de las hormigas en ciertas pocas era motivo de desalojo temporal, algo que de todos modos no me arredraba completamente de treparlo da s y da tambin.

    TejiendoTejiendoTejiendo

  • - 57 -

    Era mi refugio.

    Ya fuera en primavera, verano, otoo o invierno, el sauce me acoga sin protestar entre sus ramas. All erig mi templo, construyendo un pequeo asiento impro-visado. Sin dudarlo, me retiraba al interior de tan frondosa atalaya, para escribir, di-bujar, observar las estrellas a travs de pe-queos claros en el follaje o simplemente pensar. Pero ya no est.

    Hace tiempo que mi abuelo decidi cor-tarlo sin opcin a rplica, atiborrando los

    vestigios del sauce con sal y otros produc-tos qumicos que impidieran su recupera-cin, pues la primera vez que cercen al pobre rbol, ste nos sorprendi con nue-vos y rpidos brotes que pretendan emu-lar lo que antao haba sido. An recuerdo la sierra mecnica desgarrar la madera, y el crujir, el golpe sordo Al igual que con muchos otros rboles, mi abuelo tiene la extraa costumbre de plantarlos y, tiempo despus, arrasar con ellos.

    Tan altivo antao, resistiendo estoico tem-porales y heladas, el sauce fue despojado

  • - 58 -

    de su hogar, de sus races, en cuestin de segundos. Su madera se convirti en lea, supongo, aunque muchas de sus ramas fueron plantadas en otras partes de la fin-ca. Con el tiempo, los hijos del sauce empezaron a colonizar las inmediaciones de mi casa, llegando incluso a superar el tamao de la cepa original en dos veces.

    Y ahora, aunque un solitario tocn marca a modo de lpida el lugar de su falleci-miento, la verdad es que sigue completa-mente vivo, creciendo por todas partes, en varios rboles, en varios sauces. Los go-rriones revolotean entre sus hojas cuando llega el buen tiempo, la brisa mece suave-mente sus cabellos verdes y encrespados

    Ya no me subo a sus ramas, por motivos obvios, pero me reconforta saber que el

    sauce sigue vivo, gracias a una especie de reencarnacin- o mejor remaderizacin?-. Me gustara pensar que he aprendido al-go de ese extinto rbol, aunque a la gente pueda perecerle raro lo que estoy dicien-do. Ojal sea capaz de resistir los tempora-les con su misma flexibilidad, aprender a dar cobijo en mi interior a otra persona cuando llegue el momento, soportar el pe-so de un compaero cuando lo necesite...

    A veces las grandes lecciones no vienen de boca de un maestro, ni siquiera de un pa-dre. A veces las piedras y los rboles, silen-ciosos actores por naturaleza, guardan sa-bias palabras para el que es capaz de escu-charlas.

  • - 59 -

    L a electricidad, esa energa tan in-tensa relacionada con nuestro sis-tema nervioso y sus impulsos, me

    recorre de pies a cabeza al escuchar cier-tas canciones. Es escalofriante.

    Evocadora. Ellas hablan por m ahora.

    Todas esas partculas diminutas que me rodean y me taladran, desplazndose a gran velocidad entre estados conocidos y an por descubrir, muriendo extinguidas en una explosin final adnde van? La msica me impulsa a preguntar.

    Qu metfora de la vida. De la existencia. Estrellas que se pierden en el fondo de las pupilas y desaparecen de este universo, para siempre. A nadie le importa su suer-te, su luz o su corazn de helio. Qu da es? Cuntos aos han pasado desde su ltimo suspiro?

    O quiz nunca han existido?

    Qu es el recuerdo? Es el interludio en-tre dos muertes, la parcial y la definitiva?

    Es algo antinatural, irreal, que ya no re ms y cuyo rostro se torna informe y na-die sera capaz de dibujar? O, ms bien, es una cuerda que vibra en mil dimensio-nes diferentes, pareciendo punto suspen-

    dido y quieto, mas siendo en esencia eter-no viajero, que se nos escapa y no vuelve, pero halla reposo en alguna parte, en al-gn lugar? Qu es?

    Y las nubes, que tanto se parecen a noso-tros, tienen forma o son imaginaciones nuestras? Qu es la forma? Qu es la materia, si se disuelve y desaparece al es-trellarse en flagrante beso con su tenebro-so reverso? Y el alma? Existe el alma o es el vaco que tirita y cuyos lamentos pro-ducen eco y luego en silencio fallecen? Es una nube hinchada que llora agua y el desierto sediento se bebe?

    Hurfana. Exiliada. Vagabunda. Marcha fnebre para la inocencia y la esperanza, al mirar al cielo y no ver nada. Ni siquiera un reflejo en un espejo viejo.

    Las trompetas. La percusin. La vida per-cutida, aplastada y molida. Y la vida, es msica o partitura? Se deja llevar o grita iracunda, explotando en polvo y llanto?

    Slo veo corriente y marea, a miles de cuerpos ahogados en deriva eterna. Cuer-pos inertes que flotan en altamar, o en el cosmos, observados por estrellas inesta-bles, de corazones an ms frgiles. Y sus dedos fros y entumecidos, acompaados por un rostro hmedo y ausente, reposan

    Recuerda

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    extendidos sobre el agua helada, buscan-do inconscientemente asidero en una roca cercana. Un refugio anhelado, lejos de tanta ignorancia, de tanto vagar y no en-contrar nada. Un refugio entre las som-bras, cada da ms largas. Un respiro, una pausa. Un hogar, en el basto e infinito ter-ciopelo sideral.

    Pero, qu nos espera en ese refugio aisla-do sino la muerte ms solitaria?

    Dmelo!

    Nuestra mente es una isla. Nuestro lecho es una isla. Nuestra casa es una isla. Y nuestra ciudad, nuestro pas, nuestro con-tinente, nuestro planeta, nuestro sistema solar Todo son islas, yermas. Todo co-nectado, pero lejano. Espacio sin nada. Va-co lleno de polvo y hielo. De lgrimas convertidas en cristales distantes. De mundos transformados en cortinas apoli-lladas y quejumbrosas osamentas quebra-das, que se escoran a las profundidades y dormitan sobre las tinieblas.

    El multiverso susurra mensajes indescifra-bles, pero todos ellos hablan de pena y soledad. De distancia y olvido. De vidas que abren los ojos y expiran en un instan-te. Como si no tuvieran valor o importan-

    cia. nfimas.

    Vivimos disparados como partculas de antimateria, siempre en busca de nuestra desaparicin. Nada conocemos que no sea el final absoluto. Y en vida soamos con l y escribimos pobres secuelas, hasta que se nos acaba el papel, o la tinta, y acabamos hundidos en una inmensa papelera de mrmol y madera.

    Pero llega un da y el agua y el viento se llevan las islas. A las rocas y a los rbo-les. Al pjaro y al gusano. Al escritor y al escrito.

    El refugio desaparece. El refugiado se des-vanece. Slo una huella en la arena, que se derrite.Slo una mancha en la orilla, que se dispersa.

    Y un eco lastimero, que se pierde, se pier-de, se pierde... Un eco que nunca estuvo aqu. Que nunca existi, porque nadie lo recuerda.

    Nadie llora ya por l.

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    Eulogio GelnidaEulogio Gelnida

    CronistaCronista

    Robespierre y Revolucin

    Por Alejandro Garca Alamn

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    H ace un tiempo que vengo dn-dole vueltas a una cuestin mo-ral, y por tanto espinosa, que no

    saba muy bien cmo plantear en un art-culo. No por escrpulos, que ya me van conociendo, sino porque quera encontrar el contexto histrico adecuado para em-borronar unos cuantos prrafos con ello. Y creo que he dado con el momento y el personaje perfectonos vamos a una po-ca crucial para el mundo contemporneo tal como lo conocemos hoy en da, a los

    tiempos de la Revolucin Francesa. Que ms all de la imagen popular de pelucas blancas, populacho por las calles y cabezas aristocrticas rodando por lo suelos, es la Madre del Cordero de lo que hoy enten-demos como el mundo moderno chupi-guay en que vivimos.

    Sin embargo, para llegar a esta sociedad occidental posmoderna donde se practica el culto a los derechos y derechas de los

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    Eulogio Gelnida, CronistaEulogio Gelnida, CronistaEulogio Gelnida, CronistaEulogio Gelnida, Cronista

    ms variopintos seres, animados o no, ese vergel de ONGs en el que tan justamente orgullosos estamos de hallazgos como los derechos del hombre, la democracia po-pular o la proteccin del dbil y el necesi-tado, se verti mucha sangre por el cami-no. En esta sociedad occidental posmo-derna, a la que tanto repugna el uso de la violencia (al menos en la puerta de casa), se ha olvidado que el triunfo de estos va-lores morales, cuyas virtudes son poco cuestionables, se erige sobre un montn de cabezas cortadas. En esta sociedad oc-cidental posmoderna, en definitiva, se ha impuesto la hipocresa y la amnesia intere-sada sobre un asunto un peln sucio: es legtimo el recurso a la violencia para con-seguir unos fines determinados, por de-seables que sean estos? Hasta qu punto y bajo qu condiciones es tolerable o est justificada? Cuntos huevos hay que romper para hacer una tortilla?

    El mximo exponente de este dilema es una figura crucial de la historia contempo-rnea: Maximilien Robespierre. No slo porque se encontrase en el lugar decisivo en un momento crtico para la historia posterior, sino por el particular juicio his-trico al que ha sido sometido y condena-do. Porque Robespierre es, tras los indis-cutibles divos del siglo XX, Adolf & Josif, el habitual tercer clasificado en la lista de Malos malosos de todos los Tiempos, por instaurar el rgimen del Terror en la Francia revolucionaria, ese que tantos te-lefilms, series y novelas ha llenado con guillotinas y abundante salsa de tomate. Sin embargo, lo que tiende a olvidar el co-mn de los mortales es que bajo el festival de ejecuciones se esconde un objetivo, que a diferencia de los otros dos, no con-siste en imponer un rgimen totalitario, ni

    invadir el mundo, ni de la supremaca de una raza: se trata sencillamente de des-montar las injusticias del Antiguo Rgimen e instaurar una sociedad basada en el de-recho de todas las personas, en la justicia igual para todos y en la participacin de todos los ciudadanos en los asuntos del Estado. Valores liberales que exportarn por toda Europa las tropas de otro ilustre impopular; Napolen Bonaparte, pero esa es una historia que contaremos en otro momento.

    As que vamos a tratar de poner al vapu-leado Maximilien en su sitio, siguiendo las andanzas de este joven abogado de pro-vincias en el folln revolucionario. Porque advierto que nos vamos a saltar la infancia y la adolescencia de Robespierre, que son un coazo sin nada destacable, para irnos derechitos al asunto. Y tampoco se va a tratar de una biografa al uso, sino que me centrar ms en los trascendentales suce-sos en que se ver implicado este hombre.

    En 1788, el rey Luis XVI de Francia convo-ca, por primera vez en 175 aos, unos Es-tados Generales para tratar de evitar pro-blemas mayores en un reino que est su-mido en una profunda crisis. Y eso qu eh lo que eh? Pues bsicamente, el rey lla-ma a los tres estamentos sociales clsicos nobleza, clero y el conocido como Tercer Estado, cajn de sastre donde se mete a todo el que no cuadra con la visin medie-val de la sociedad, como puedan ser co-merciantes, artesanos o funcionarios pa-ra que presenten quejas y soluciones a los males del pas, y luego l decide. Cada Es-tado tiene un voto, as que se pueden imaginar el panorama: los nobles y los cu-ras, que no llegan ni al 10%