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excoM E XI CODEA TONO!IIA
VOLUMEN IX - NUMERO 8
MEXICO. ABR[L DE 955
E J E M P LAR $ 1.00
H-VAL
PUBLICADA
JOSE· LOPEZ PORTILLO y EMILIO RABASAPor Entmamtcl CARBALLO
La feria de los días _ Reflejo de México en la obra rje.!osé M arenoVilla por Luis Cernuda - CuerPos de 1m nombre porb11lllO Prados Historia de Mariquita por Guadalupe Dueñas -o Historia Docwlle!ltalde mis libro~ (fIl) por ,<\lfonso Reyes - .lose Rafael Call1poy o ¡:lorJuan Lui Maneiro - Pequeiio léxico del llUevO vocabulario fllosoflcopor Henri Dussort _ Artes plásticas por J. J. Crespo de la Serna El cine por r M. Garcia Ascot .- Fid~lidad de Italia por Tomás oSegovia _ Libros por José de la Colilla, Ah Chl;lmacero y Carlos Valdoes -
Pretextos de André Henes(rosa - llustraclOnes de Alberto Beltran.Rabosa
la Piedra: luego, en unaciudad del interior, asientode un gobierno estatal; porúltimo, en la capital de laRepública, donde alcanzan su clímax los aconte-
o1R
La novela en sene deRabasa -La bola} Lagran ciencia} El cuartopoder y Moneda falsa-,por los sitios en que sedesarrolla, por las pasiones' que entran en juego,va de menos a más. Primero ocurre en un o~,curo
pueblecillo, San Martín de
AMus
pez Portillo como Rabasaocpuparon, en su vida política, el más alto cargo desus Estados natales: el deGobernador. Ambos destacaron en el terreno delDe re c h o, sobresaliendoRabasa, quien dedicó a esta disciplina los mejoresaños de su vida.
Lópe:; Portillo
LA simp'atía es afini
dad, próxima o remota. Entre ambos,
,¡ hombres y novelistas, hay visibles líneas quelos emparentan. Tanto Ló-
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la esbeltez y adelgazamiento de las personas) dieseen atribuir a mi beldad untalle de abeja) un cuello decisne y una diafanidad semejante a la de los cuerpos gloriosos. N o) señor)protesto contra semejantesuposición) porque seríaofensiva para la salud excelente) y la lozana frondosidad de mi adorado tor1nento. Porque es de saber)que mi bien no había dado en los devaneos de muchas da111.itas de hogañoque) por tal de parecer sílfides y visiones de poetas,se echan en hambre) bebenvinagre) chupan limones)y no toman por la nochesino una taza de té sin azúcar) porque han oído decirque el té adelgaza y queel azúcar engorda. No) miBrígida -no pertenecía aesa brigada de sombrasborrosas que se desHzanpor los bailes) teatros :vpaseos) haciendo el efectode un aquelarre de brujifas) o de una sala de hosp1:tal sublevada y ambulante)' 110) mi Brígida se apartaba del cami1iO seguidópor esas -insensatas doncella! que son mártires de. símismas) y era una mUjernormal) q1.te comía y bebíaa discreción cuanto le pedía el organis111O) y que asídaba fin a un bifstec Bis111arck con un cerro de patatas) como a mediá gallina gorda o a un plato colmado de mondongo. Y porlo qu.e hace a dulceS) ¡vayaque era golosillo el angelito! Ración doble de cremas) pastas y conservas enla comida y en la cena) ya más de eso) repletos cartuchos de bombones a todahora.
Estamos ya en la épocade las heroínas saludables,llenas de vida. Epoca enque el novelista no inventa. E '"S1110 retrata. poca que se
avergüenza del excesivoadorno, sustituyéndolo conuna franca tendencia a la
(Pasa a la pág. 17)
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Muy a mi pesar tengoque poner otra restricciónal poderoso empuje de laiJ1wginación de mis favo-
la fort,una no hubiera recedor.es) y es· la del pesopuesto en su,s negros y y volumen de mi heroína.grandes ojos) antes rayos Porque bien podría su,cede luna que haces de luz der que :algu;w de ellossolar. Su mirada) en efec- fuese.;afecto alas figurasto) era dulce y triste y pa-· flacas:) vaporosas Y'escurecía derramar sus res- chimizadas) y que) llevadoplandores sob1'e la tersa y~ de su tendencia natural'apensadora'frente; esto eslo que a mí me hizo rendirel alma) y lo que no olvidoni olvidaré jamás. ¿ Quéme importa que se le tachara de no tener la bocamás pequeña? He leídodespués en algún libro deZ ola que las bocas comoaquélla son sensuales; pe1'0 la verdad es que Retnedios era más dulce y afectuosa que ardiente y apasionada . .. N o haya temor de que) '/:gnorados suspadres) resulte luego hijadel sultán de M a1'ruecos enla penúltima página de este lib1'0.
II
Rector:Doctor Nabor Carrillo Flores.
Coordinador:Henrique Conzález Casanova.
Director artístico:Miguel Prieto.
Secretario de redacción:Emmanuel Carballo.
Precio del ejemplar:Número doble:Suscripción anual:
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REVISTA UNIVERSIDAD DE MEXICO
Toda correspondencia debe dirigirse a:"REVISTA UNIVERSIDAD DE MEXICQ"
Universidad Nacional Autónoma de México,Justo Sierra 16. México, D. F.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE MEXICO
Si digo que Remediosera una muchacha tímidano por ello tema el lectorde juicio que vaya a tomanne el trabajo de inventar) p'intar o adonui1' una.·heroína con tuberculosis)ni que quiera seguir) hilopor hüo) lamento por la11iento) la historia de 1mamor escrofuloso. N o; Remedios valía más que esasdesgraciadas heroínas dela tos; lucía sobre la blanca tez de sus mejiUas loscolores de las rosas queregaba en sus t'iestos por.la mañana; la roja y ardiente sangre se transparentaba en sus labios concolor vivo; 'V la redondezescultórica de sus brazos)hombros y cuello) todosuave) sedoso y nacarado)revelaba la fresca saludque el ejercicio d01néstJ:coengendra y la pureza delas costu1Flbres hen1wsea.Alta y esbelta) airosa connatural y no aprendida elegancia) hab1'ía sido unalugareña en el aspecto) ú
rcimientos. En las novelasde López Portillo se observa un similar desenvolvimiento de la acción. EnLa parcela, los sucesos se.desarrollan en Citala, disfrazado nombre de un peqúeño pueblo de Jalisco yen dos haciendas de su ju- 'risdicción; Los· precursores, en Fópoli -ciudad deluz-, metamorfosis idealde Guadalajara; Fuertesy débiles en México. Laspasiones, al irse enriqueciendo los horizontes, sevuelven más complejas.. El· realismo de ambos-francés e hispano el deRaba;sa; puramente espa-~
ñol el de López Poi-tillo-,admite a menudo ensoñaciones y escapatorias de laimaginación o del afecto;puede decirse que amodorrada su voluntad; brotaba su trasfondo romántico. Romántico es tambiénsu culto por la antítesis,que se observa en la conducta de sus personajes:buenos y malos, todos ellosde una pieza; en el físicode los mismos, sobre todoen las heroínas y en susdesgarbadas réplicas; enel estilo.
Las descripciones de estos dos novelistas se parecen, aunque el parecido noes sólo mutuaiafinidad sinoconstante del tiempo. Ladescripción prolija, el análisis exhaustivo de las personas y de los actos, se observan también en Delgado y en Gamboa; son el común denominador de la literatura elel siglo pasado.
En la descripción de suspersonajes, López Portilloy Rabasa usaban el humor.Conscientes de que pertenecían a la escuela realista,se mofaban de las heroínas.románticas, delgadas enexceso, propensas a la tuberculosis, aéreas, ingrávidas.
Compararé dos de susheroínas. La primera, Remedios, es la protagonistaqúe aparece en las cuatropartes de la novela inicialde Raj)asa. La segt1nd~,Brígida, representa el papel estelar elel cuento Purochocolate de López Por~tillo. .
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I'rIf dulce }' triste
-Se hace gllaje -dijootro.
-La tía Gilda habrádado el perl1/iso.
-No -replicó Zapata-: porque la que alldaen todo es doña Nazaria.
1quí las e:¡:c!a11laciOlleSy cOII/elltaríos no tuvieronlí11lite. Hablóse de la viuda de Varguitas hastamás de lo justo; y luegose trajo a Luisa a colacióll, y después a dos SalItas (Call/acho) :.v a mediopueblo. Vo17,ie1'on despuéseL lo de la In-ocesión, y entonces Paucho AngelesIwollullció un buen d-isw1'so que COlllell::;ó con estaspalaboras: ({Si .Tuá1'ez 1'esucitara se volve1'ía a 1110
ri'r inmediatamente.})Figueroa es el liberal
demagogo de la novela deLópez Portillo, en tantoCJue los hermanos gemelosFrancisco y Juan Angelesprofesaban de buena fe lasideas liberales, y más aún:"adoraban la memoria deJ uárez y estaban reñidoscon todo orden público vi-
.. ingrávidas ...
gente." El personaje correspondiente a Figueroaen La guerra de tres aFíoses Hernández. el secretario perpetuo del Ayuntamiento de El Salado. Sinembargo, tanto Figueroacomo "los angelitos" coinciden en su lucha contra lareacción, en el ánimo indignado con que actúancontra los que infringen laley.
Rabasa y López Portillo veían con ojos afineslos triviales sucesos entrelos que se debatían ,suscontemporáneos. No invalidaban las ideologías, se
PORTILLO
RABASA
-Que tenemos proce-s'ión esta tarde.
-¡Cómo procesión!-¡Procesión!-¡Q'ué cosa!-¡Qué barbaridad!Estas y ot1'as exclG1na
riol1es fuerol/) por SNpnesto) lall.,::adas S/:Illllltólleamente '\' con tono en quetomaba"n parte la s01'presal la 1'lldigllarión :Y el espanto.
-P 11es , s'í., scFí01'es, es1/11 hecho) que habrá 111'0cesió'n.
-¡ y Call1acho!-¡Sólo eso 110.'1 faltaba!-Pues Camacho pare-
ce que lo consiente o que1/0 lo sabe.
-¡Se hace! -exclamóPancho A1o/geles.
-¡Que liberal va a serese bruto!
-Si éste no es nada-ag1'egó Chapa.
JOSE LOPEZ
y EMILIO
de las leyes de Reforl11-a)que le at1'ibuían; las cuales col1s-istían en hacer sonar la campan'illa delantedel viát1:co) y en olvidarsea veces de recoger la sotana al salir a la calle. ¡ Clam.aban los figuerolstasque aquello e1'a at1'oz) porque tendía a mantener elfanatismo en el pueblo yla oscur1:dad en las conciencias! Alguna ve::; elt·inte1'illo (Figueroa) siendo pres1:dente 111,unicipal) le1·mpuso multas por talesdesacatos) JI atW se 1'efe1'íade una en que le hi::;o llevar al Ayuntamiento) custodiado por gendarmes encalidad de detenido.
-¿Ya saben) no) la novedad? -preguntó.
-¿Qué hay? -dijeroncasi a la vez todos.
Ir
... aéreas . ..
1
(vie~le de la pág. 2)
caricatura. Remedios yBrígida tienen defectosque menguan su hermosura. Esta es un tanto gruesa, aquélla tiene la bocamás grande de lo que conviene. El amor que inspiran no es "escrofuloso",anémico; por el contrario,es sumamente tangible;atraviesa por las tradicionales vicisitudes. El de Remedios alcanza a dar frutos; el de Brígida terminapor razones gastronómicasantes de consumarse.
El sentido del humor, lasátira, son aplicados porambos novelistas paraburlarse de las estrecheces·ideológicas de los partidospolíticos antagónicos: liberal y conservador. La intransigencia campea en todos los actos de estos partidos. Los liberales pugnanpor el exacto cumplimiento de las leyes de Reforma;los conservadores, porqueno perdiera la iglesia susprivilegios. El primerejemplo pertenece a La
parcela de López Portillo,el segundo a La guerra detres años de Rabasa.
El bando de Figueroa)furiosamente demagogo)no dejaba de hostil1:zarle(al señor cura Sánchez).Llamábanle sus l1wlquer1:entes cura regordete ybien alimentado; y hablaban de la abundancia delos manjares que se servían en su mesa) y de lobien repleto de sus bolsillos~ De vez en cuandomandaban 1'emitidos a lacapital poniendo el gritofn el cielo por la violación
Todo ticm/,o /,osado /ué /'por
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burlaban simplemente decualquier tipo de fanatismo.
Los pronunciamientosintempestivos, sin ideario,llamados por el pueblo conla gráfica voz de la "bola", sirvieron de tema aambos novelistas. LópezPortillo en N1:eves pintasus antecedentes y reflexiona sobre sus consecuencias. Rabasa se sirvede ella como de un alud
. que hace crecer a sus personajes y los arranca desu pueblo natal. A causade la "bola" Juanito Quiñones, el coronel Cabezudo y su sobrina Remediosabandonan San Martín delaPiedra, lo que le da ocasión de armar las tres restantes partes de su novela.Ahora las consideracionesteóricas son de Rabasa yel diálogo de López Portillo.
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¡ y todo aquello se llamaba en San Martín unarevoluáón! ¡No! No calU1nnie1110s a la lengua castellana ni al progreso hu11W1W) y tt:empo es ya paraello de que los salJl:os de laeorrespondiente envíen alDiccionario de la RealAcade111,ia esta fruta cosechada al calor de los ?'icossenos de la t1:erra a11ie1'icana. Nosotros) 1:nventoresdel género) le hemos dadoel 110111b1'e} sin acudir amíces griegas ni latinas)y le hemos lla11wdo bola.Tene1110s pr1:vilegio exclusivo; p01'que S1: la revolu.ción como ley ineludiblees conocida en todo elmundo} la bola sólo se puede desan'ollar} como lafiebre anta1'illa) bajo ciertas latitudes. La 1'evolución se desenvuelve sobrela idea) conmueve a lasnaciones} modifica una'instÚuGÍón y necesita ciudadanos; la bola no exijeprÍ11C1:pios ni los tie11e jamás} nace y muere en corto espacio material y 11Wral) y necesita ignorantes.En una palabra: la revolución es hija del progresodel mundo} y ley ineludible de la humanidad; la
~ bola es hija de la ignoran-
cia y castigo inevitable delos pueblos atrasados.
Nosotros conocemos1nU'j1 b1'en las 1'evoluciones}'\1 110 son escasos los quelas estigmatizan y calU1111/1:a1l. A ellas debem os} sÍ1¿embargo) la 1'áp¡:da transformación de la sociedad'JI las instituciones. Pe'roserían 'verdaderos bau6zas de regeneración y adelanta111iento) si entre ellasno creciem la 111ala h1'erbade la miserable bola.
¡Miserable bola, sí! Laarrastran tantas pasionescomo cabec,illas y soldadosla constituyen; en el unoes la venganza ruín; en elotro una ambición mezquina; en aquél el ansia defig1wa1'; en éste la de sobreponerse a un enemigo.y ni un solo pensamientocomún) 1Ú un principio queal1:ente a las conciencias.Su teatro es el rincón deun distrito lejano; sus héroes hombres que) quizáaceptándola de buena fe)dejan la que te¡¿jan hechajirones en los zarzales delbosque. El trabajo honrado se suspende; la ga1'rocha se necesita pG1'a la pelea 'JI el buey para alimento de aquella bestia feroz;los campos se talan) losbosques se incendian) loshogares se despojan) sinmás le'jl qne la volulltad de1111. caáque brntal; se cosechan al fin lágrimas)desesperación 'JI hambre. Ysin embargo) el ptteblo)cuando reaparece e s t emonstnw favorito a queda vida) C01'1'e tras él)gritando entusiasmado yloco:
-¡Bola! ¡Bola!
II
-y ahora -le dije-)¿qué piensa'usted hacer?
-Se[j1ár la bola, ¡quéotra cosa! Aquí no puedo'UivÍ1'; si me quedara) mevolverian a meter a la cárcel.
-P1'obablemente.-¡Pues entonces ade-
lante) y a ver que sucede!-B1:en -le dije en tmlO
de b1'oma-; pero ¿qué vausted a defender?
-No sé.-¿Por qtté va a pelear?-Tam,poco lo sé.-¿Quién es ese general
de qu'¡:en grÚa usted que'viva?
-No sé qué madre lopar'ió.
-Entonces es usted unpronunciado de muchísima imp01'tancia.
-Lo 1,1,nico que sé esque me he pronunciadopor 1m: libertad y contrael despotismo.
-Ha. ace'rtado usted;casualmente eso que dicec;s todo un programa politico.
-No se burle} 0,1110; yasabe que he sido homb1'etrabajad01' JI pacífico) 'JIque si me 1IIeto a la bola esporque me oblt'gan.
"Salió a la luz Nieves-dice López Portillo en laintroducción a Novelascortas} 'México, 1900- enlas entregas de La Repúbüca Litera1'ia correspondientes a 1S ele enero, 1Sde febrero v 11 de marzode 1877, c~si medio añoantes que la novela deSancho Polo (Emilio Rabasa) llamada La bola.Como el argumento del final de aquella novelita tie-
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ne una ligera similitud conel de esta última, no esfuera de propósito hacertal reminiscencia de fechas; tanto más cuantoque hace algún tiempo fueafirmado por un periódicode esta capital, que las cosas habían pasado de otrasuerte, esto es, que la publicación ele La bola habíasido anterior a la de N ieves.
"Por de contado que esta aclaración no tiende nide lejos ni de cerca a insinuar que Sancho Polo haya sacado de Nieves laidea de su excelente libro,pues'harto genial y fecundo es este escritor paranecesitar inspirarse enobras ajenas; sino sólo adejar las cosas en el puntoque les corresponde, defendiendo para N1:eves) afalta de otro mérito máspositivo, siquiera el de laoriginalidad".
Esta aclaración de López Portillo es importantepor otra razón aparte dela apuntada. Rabasa noconocía Nieves y sin embargo coincide con su autor en la manera de interpretar y valorar esos movimientos carentes de ideología. Su afinidad másque de sentimientos es deideas.
Otros personajes de ambos novelistas representanel mismo papel en las novelas en que aparecen. Así,en La parcela) el doctorAtanasia Sánchez, cura deCitala, tiene las mismasideas que el cura que aparece en La bola) Benjamín Marojo. Los dos sonancianos, los dos cumplensus deberes apostólicos conel mismo celo, los dos seabstienen de intervenir enlas minúsculas luchas políticas ele sus feligreses;sin embargo, los dos expresan a media voz, "entredientes", sus opiniones sobre los asuntos que dividen sus poblaciones en dosbandos. Sánchez es un islote de corelura en la luchaentre mendistas y figue1'oístas; Marojo es la neutralidad y el buen sentidoen el pleito personal quesostienen Coderas y Cabezudo.
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Entablemos conocimiento primero' con Sánchez,después con Marojo:
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-¡Qué lástima que seacU'ra! -dec'ía (P'igueroa)-. ¡Qué buen ciudadano hubiera sido) si 110 sehubiera puesto las faldas!
La gente aristocrática)por su parte) habíale cogido bajo su protección .Las damas ricas del mUJI'icipio regalábanle manteles) palios) trajes parasantos) flores de trapo yotras mil cosas para 0'1'
namento y gala del templo. Pero no por eso había que1'ido el pacífico cura) tom,ar parte' en lasodiosas luchas de los partidos) aunque los propietarios habían procuradovalerse de su influjo paratriunfar en las elecciones.
-No entiendo de eso-decía-o A mi déjenmeaparte)' no .'liniO sino pararezar y decir misa.
Tenía c1'iterio propio.Parecíale com,bate de liliputienses aquel batallarde mendistas y figueroístas, en que t0111,aba tantointerés no sólo la gentemenuda y dejada de la mano de Dios) sino hasta lade m,ás alta posición) comolos señores comerciantesde la plaza y los hacendados de los alrededores. Asíes que) al observar el 1'etraimiento que gUa1'dabaa este respecto don PedroRuiz) le había calificadode hombre cuerdo y sensa
to) estimándole por esto deuna manera especial. Yno era que Ruiz dieragrandes muestras de religiosidad) pues manifestábáse harto indolente paralas cosas del culto)' sinoque le adm,iraba el pár-roco por su 'valer 111,Oral yla independencia de su ca
rácter.-Este don Pedro me
gusta -111,urmuraba entredientes-) porque no andacmi dianas y es muy formalote.
De Ménde::: tel/ía) por elcOlltmrio) opinión 111 l/Y poco ventajosa.
Bien se comprel/día) CJl,
.'11/ cOl/cepto) qlle Figlleroaal/dwi.'iese 1/letido en loscllredos de la política) co'l/lO qlle '('ivía de ella ji deellos: pero l/O le cabí~ enel jllicio de don Sal/tiayo(Mél/de:::) hombre acomodado')' de viso) tomasepa-rte en aquella g-reswelldemol/iada) sólo por vaNidad y amor propio.
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Aún sltspi'ran el/. JI//.tier-ra vieias y vI:ejos porel padre Marojo) que quedó allá como inimitabletipo de sace-rdotes buenos)'y cuentan las mad-res a .'111.'1
hijos la b'iografía del hu11'Lilde cura, con más colo1'ido que Castelar la vidade BY1'On. C011lien:::an pordecir q'ue era alto y flaco)ellcor'llado y reumático)'continú.an que llevaba algoexagerada la nariz) la boca grande y el andar pesado) y concluyen con el reSU111en -inesperado de queno era feo. Y en efecto)si es lo feo lo que desagrada) aquel vieio era unbuell mozo.
En su '11'Linisterw) donBenjamín ClImplía con susdeberes estrictamente) extendiéndose 111ás allá porla caridad y b~¿enas obras)si bien no formó jamáshermandades) confmdiaslli ot1'as instituciones semejautes de notor'ia piedad y benef1'cio)' pero notuvo la culpa) pues alÍn 1LO
estaban en privall:::a estasasociaciones) que despuéshan venido a llel/ar un vacío notable JI lastimoso.
No era gran predicador)' pero tCllía el talel/tonecesario para ellseíiar COII
el ejemplo) sistema objetivo qlle 110 es fácil aplicarcon frccllellcio) espeeialIllelltc ell los pllcblos cortos.
-nres 1/1/ I/lllchacho loco -Inc dijo el se¡ior ellmcon semblal/te irritado-,treinta y dos aFíos lle'l'o deser e7lra de San l\!farf'Ín ;'1
eono::;co a esta yente C01ll0las palmas de mis manos.A todos éstos los he 'll'istonacer, y sé cómo SOII y Có1110 flle1'on sns padres ysus abuelos. ¡ 8ah! de estas bolas he 'l,isto Inllc!'Las)y todo lo que está pasandoya me lo sabía sin que melo dijerall. A Coderas)porque triunfó en la acción) le 111audó el gobiernoel grado de teniente C01'0n el)' y a M ateo) po'rqueperdió) le malld(l Baraja el
de coronel. A Camilo Soria no le únportan los derechos del pueblo: y comoestá rico) 110 se habría metido en la bola sillo fucm
porque quiere ver colgadoa Mateo) y quedarse conRemedios para seguirlaazotando como antes.
Así como existen similitudes de enfocamientoideológico entre LópezPortillo y Rabasa, existendiscrepancias entre ellos.López Portillo acata losconvencionalismos sociales, en tanto que Rabasa
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los omite. López Portillole .resta intensidad a susobras al rehuir los contactos profundos con larealidad y las acciones;Rabasa no rehuye dichoscontactos siempre q u esean indispensables paraproducir una atmósfera, ()para fijar los rasgos eleun personaje. Los seres eleLópez Portillo, más quelos de Rabasa, hablan unlenguaje que no está deacuerdo con su naturalezay ocupación: son seres dirigidos que se abstienende actuar sin el permisoexpreso de su autor. López Portillo está esclavizado a una moral mogigata que le impide calar enlos turbios escondrijos elesus personajes, que le impide, asimismo, llevarhasta sus últimas consecuencias las acciones querelata; Rabasa, en cambio, aligerado de estos lastres, puede crear mujerescomo Jacinta Barbadilloen El cuarto poder) Nazaria, Luisa y Gilda en Laguerra de aFíos. Las mujeres de López Portillo viven bajo un capelo aséptico que las preserva delcontacto directo con la vida, que las. vuelve plal1as)en contraposición con lasmujeres redondas de Rabasa.
López Portillo está enla Enea de Pereda; Rabasa, en la ele Pérez Galdós.Es esta una explicaciónconvincente. Mientras Pereda se solaza en fruslerías, Galdós se empeña endescubrir la raíz de España a través de sus personajes. En tanto que LópezPortillo muchas veces sequeda en la apariencia,Rabasa entrevé. en contados momentos. la esencia.
La ventaja más considerable que posee LópezPortillo s o b r e Rabasaconsiste en que el novelistajalisciense urdía mejorsus tramas, aunque el novelista chiapaneco sabíaexponer éstas de una manera más atrayente.