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55 LATERCERA Viernes 28 de enero de 2011 Cultura&Entretención Wallace Stegner, el novelista que rompió el mito del Viejo Oeste Prefirió no viajar en diligencia por considerarlo un transpor- te indigno de su mujer, y ella obedeció. Cubiertos los pies de su elegante esposa con piel de búfalo, el joven ingeniero en minas enfiló su carreta hacia Leadville, Colorado. Nada los había preparado para lo que verían: dos hombres colgados, delante de la cárcel. “Para que puedas vivir en este sitio tienes que estar fuera de él”, dijo Oli- ver, a modo de reflexión. Su- san no tardaría en comprender que, en su nuevo hogar, tanto los sueños como la barbarie estaban a la orden del día. Lo llaman el “decano de los escritores del Oeste”, y sobran las razones: consagrada en gran parte a los áridos parajes norteamericanos, la obra del estadounidense Wallace Steg- ner (1909-1993) hizo de esa tierra su escenario literario. Rompía, eso sí, con la tradición idealista. Con él, el Oeste deja de ser el paraíso de los aven- tureros y se convierte en un lu- gar donde los sueños rara vez se cumplen. Historiador, novelista y pro- fesor, Stegner desarrolló una prolífica carrera cuya cima es Angulo de reposo (1971). Pro- tagonizada por un matrimo- nio de Nueva York y ambien- tada a mediados del siglo XIX, la novela describe las dificul- tades de toda una generación de pioneros en tierras aún sin civilizar. La obra ganó el pre- mio Pulitzer en 1972, si bien la crítica no fue tan elocuente. Basada en la correspondencia de la ilustradora estadouni- dense Mary Hallock Foote, An- gulo de reposo rescata el en- canto de los paisajes secos y el mundo masculino. La tarea le exigió proponer un nuevo con- cepto de belleza, desafío que ja- más lo intimidó. Para apreciar el Oeste, dijo, “tienes que su- perar el color verde; debes de- jar de asociar la belleza a los jar- dines; tienes que acostumbrar- te a una escala inhumana”. Geografía de la esperanza Sentado en una silla de ruedas y recién abandonado por su mujer, un historiador escribe una novela sobre su abuela, una ilustradora que dejó tras ella una sofisticada vida en Nueva York por seguir a su marido. También dejó nume- rosas cartas como testimonio de 25 duros años de matrimo- nio. Su pasión por el pasado se ve enfrentada al reproche de su hijo, quien no comprende la obsesión por una historia que, según él, es bastante abu- R En su obra, el autor describe el Oeste como un lugar donde los sueños raramente se cumplen. R Ya está en Chile Angulo de reposo, novela sobre las penurias de una pareja de pioneros en la zona. “En la ficción pienso que no deberíamos tener otra agenda que la de decir la verdad”. W a l l a c e S t e g n e r Premio Pulitzer en 1972. LEIT MOTIV Angulo de reposo Wallace Steg- ner. Libros del Asteroide, 703 páginas. $ 29.000 LA FICHA Profesor de la Universidad de Stanford, Stegner le hizo clases a Norman Mailer, Larry McMurtry y Raymond Carver. FOTO: UNIVERSIDAD DE OHIO rrida. Porque las cartas de la abuela Ward no mienten: le- jos de hallar aventuras, la pa- reja de pioneros encontró una seguidilla de desilusiones. “No escribo sobre el Oeste, escribo sobre una cosa distin- ta. Un matrimonio, supongo. Lo que realmente me interesa es cómo dos partículas tan dis- tintas pudieron unirse”, ex- plica Lyman a su hijo. Y no le falta material para ilustrar esas diferencias. Por- que mientras su abuelo Oliver fue un rudo hombre de traba- jo, Susan era una mujer ele- gante y culta. Casi una carica- tura en medio de ciudades pol- vorientas y construidas a la rápida. A la espera de que su mari- do encuentre cómo hacerlos ricos, ella dibuja mineros, in- dios y capataces. También es- cribe crónicas sobre esas “tie- rras salvajes”, las que luego envía a diversos periódicos del Este. Las cartas pronto darán cuenta de su extraordinaria habilidad para adaptarse a su nueva vida de caballos, casas a medio construir y paredes adornadas con rústicos ma- pas mineros. Desde la dificultad de un par- to hasta una sencilla comida cocinada al calor de una estu- fa, la novela describe la vida co- tidiana en el Oeste; existencia que se debate entre los múlti- ples fracasos y pequeños triun- fos de la pareja. Como el placer de Susan cada vez que escribe una carta mecida en una ha- maca, mientras el viento si- sea. O la alegría de inaugurar, en Navidad, una casa cons- truida con las propias manos. En medio de montañas, pra- deras y amplios cañones, los personajes se ven pequeños, vencidos ante su grandeza. De- finido por Stegner como “la geografía de la esperanza”, el Oeste y sus paisajes son prota- gonistas en la novela. Además de servir de escenario, ciuda- des como New Almadén, San- ta Cruz y Leadville son testigos, casi animados, de la historia del joven matrimonio, mar- cada por la tentación de infide- lidad, el sueño de tener un gol- pe de suerte y la constante amenaza de quedarse pobres. La novela, que se mueve en- tre dos épocas, enfrenta a un hombre inmóvil en su silla y a una pareja errante. Alter ego de Stegner, Lyman comparte con el autor no sólo su apatía ante la juventud, sino tam- bién su respeto por el pasado y la nostalgia de un tiempo de soñadores. Aunque casi siem- pre fueran una tropa de inge- nuos desheredados. En sus pa- labras: “Puedo mirar perfecta- mente en cualquier dirección haciendo girar la silla de rue- das, y escojo mirar hacia atrás. Esa es la única dirección de la que podemos aprender”.b

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55LATERCERA Viernes 28 de enero de 2011

Cultura&Entretención

Wallace Stegner, elnovelista que rompióelmitodelViejoOeste

Prefiriónoviajarendiligenciaporconsiderarlountranspor-te indigno de su mujer, y ellaobedeció.Cubiertos lospiesdesu elegante esposa conpiel debúfalo, el joven ingeniero enminas enfiló su carreta haciaLeadville, Colorado. Nada loshabía preparado para lo queverían:doshombrescolgados,delantede lacárcel. “Paraquepuedasvivirenestesitiotienesqueestar fueradeél”,dijoOli-ver, a modo de reflexión. Su-sannotardaríaencomprenderque, en sunuevohogar, tantolos sueños como la barbarieestaban a la orden del día.Lo llaman el “decano de los

escritoresdelOeste”,ysobranlas razones: consagrada engranpartea losáridosparajesnorteamericanos, la obra delestadounidenseWallaceSteg-ner (1909-1993) hizo de esatierra su escenario literario.Rompía,esosí,conlatradiciónidealista. Conél, elOestedejade ser el paraíso de los aven-turerosyseconvierteenunlu-gar donde los sueños rara vezse cumplen.Historiador,novelistaypro-

fesor, Stegner desarrolló unaprolífica carrera cuya cimaesAngulo de reposo (1971). Pro-tagonizada por un matrimo-nio deNuevaYork y ambien-

tadaamediadosdel sigloXIX,la novela describe las dificul-tades de toda una generacióndepioneros en tierras aún sincivilizar. La obra ganó el pre-mioPulitzeren1972,sibienlacrítica no fue tan elocuente.Basadaenlacorrespondencia

de la ilustradora estadouni-denseMaryHallockFoote,An-gulo de reposo rescata el en-cantode lospaisajes secos y elmundomasculino. La tarea leexigióproponerunnuevocon-ceptodebelleza,desafíoqueja-máslointimidó.Paraapreciarel Oeste, dijo, “tienes que su-perarelcolorverde;debesde-jardeasociarlabellezaalosjar-dines;tienesqueacostumbrar-te a una escala inhumana”.

Geografía de la esperanzaSentadoenunasilladeruedasy recién abandonado por sumujer, unhistoriador escribeuna novela sobre su abuela,una ilustradora que dejó trasella una sofisticada vida enNueva York por seguir a sumarido.Tambiéndejónume-rosas cartas como testimoniode25durosañosdematrimo-nio.Supasiónporelpasadoseve enfrentada al reproche desu hijo, quien no comprendela obsesión por una historiaque,segúnél,esbastanteabu-

REn su obra, el autordescribe el Oeste como unlugar donde los sueñosraramente se cumplen.

RYa está en Chile Angulode reposo, novela sobrelas penurias de una parejade pioneros en la zona.

“En la ficciónpiensoquenodeberíamostener otra agendaquela de decir la verdad”.

Wallace Stegner

Premio Pulitzer en 1972.

LEITMOTIV

AngulodereposoWallaceSteg-ner.LibrosdelAsteroide,703páginas.$29.000

LAFICHA

Profesor de laUniversidad de Stanford, Stegner le hizo clases a NormanMailer, LarryMcMurtry y RaymondCarver. FOTO: UNIVERSIDAD DE OHIO

rrida. Porque las cartas de laabuela Ward no mienten: le-jos dehallar aventuras, la pa-rejadepionerosencontróunaseguidilla de desilusiones.“No escribo sobre el Oeste,

escribosobreunacosadistin-ta. Unmatrimonio, supongo.Loquerealmentemeinteresaescómodospartículastandis-tintas pudieron unirse”, ex-plica Lyman a su hijo.Y no le falta material para

ilustrar esas diferencias. Por-quemientrassuabueloOliverfueunrudohombredetraba-jo, Susan era una mujer ele-ganteyculta.Casiunacarica-turaenmediodeciudadespol-vorientas y construidas a larápida.A la espera de que su mari-

do encuentre cómo hacerlosricos, ella dibujamineros, in-diosycapataces.Tambiénes-cribecrónicassobreesas“tie-rras salvajes”, las que luegoenvíaadiversosperiódicosdelEste. Las cartas pronto daráncuenta de su extraordinariahabilidad para adaptarse a sunueva vida de caballos, casasa medio construir y paredesadornadas con rústicos ma-pasmineros.Desdeladificultaddeunpar-

to hasta una sencilla comidacocinada al calor deuna estu-

fa,lanoveladescribelavidaco-tidiana enelOeste; existenciaque se debate entre losmúlti-plesfracasosypequeñostriun-fosdelapareja.ComoelplacerdeSusancadavezque escribeuna carta mecida en una ha-maca, mientras el viento si-sea.O la alegría de inaugurar,en Navidad, una casa cons-truida con las propiasmanos.Enmediodemontañas,pra-

deras y amplios cañones, lospersonajes se ven pequeños,vencidosantesugrandeza.De-finido por Stegner como “lageografía de la esperanza”, elOesteysuspaisajessonprota-gonistasen lanovela.Ademásde servir de escenario, ciuda-descomoNewAlmadén,San-taCruzyLeadvillesontestigos,casi animados, de la historia

del joven matrimonio, mar-cadaporlatentacióndeinfide-lidad,elsueñodetenerungol-pe de suerte y la constanteamenaza de quedarse pobres.Lanovela,quesemueveen-

tre dos épocas, enfrenta a unhombre inmóvilensusillayauna pareja errante. Alter egode Stegner, Lyman compartecon el autor no sólo su apatíaante la juventud, sino tam-bién su respeto por el pasadoy lanostalgiadeun tiempodesoñadores.Aunquecasisiem-pre fueranuna tropade inge-nuosdesheredados.Ensuspa-labras:“Puedomirarperfecta-menteencualquierdirecciónhaciendo girar la silla de rue-das,yescojomirarhaciaatrás.Esa es la única dirección de laque podemos aprender”.b