zelazny, roger - d1, dilvish el maldito

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  • 8/7/2019 Zelazny, Roger - D1, Dilvish el Maldito

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    DILVISH EL MALDITO

    Saga de Dilvish el maldito/1

    Roger Zelazny

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    Roger Zelazny

    Ttulo original: Dilvish, the Damned.Traduccin: Csar Terrn 1982 by Roger Zelazny 1985, Ediciones Martnez Roca, S. A.Grn va 774 - BarcelonaISBN 84-270-0993-3

    Edicin digital de Umbriel.Junio de 2002.R6 08/02

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    1 - Travesa a Dilfar

    Cuando Dilvish el Maldito sali de Portaroy, trataron de detenerle en Qaran, luego enTugado y de nuevo en Maestar, Mycar y Bildesh. Cuatro jinetes le aguardaron en la ruta

    de Dilfar; y. cuando el primero flaque, el siguiente le sustituy con un caballo fresco.Pero ninguno pudo sostener el paso de Black, el caballo hecho de acero. Se rumoreabaque el Coronel del Oriente haba trocado parte de su alma por el caballo.

    Un da y una noche haba cabalgado, para adelantar a los ejrcitos en pleno avance deLylish, Coronel del Occidente, porque sus hombres yacan rgidos y vestidos en losondulados campos de Portaroy.

    Al ver que era el ltimo hombre en pie en el lugar de la matanza, Dilvish llam junto a la Black, se acomod en la silla que era una parte de l mismo y le orden huir. Losrelucientes cascos de Black le llevaron a travs de una lnea de lanceros; las lanzas seapartaron igual que trigo y resonaron cuando las metlicas puntas tropezaron con su pielde medianoche.

    A Dilfar! grit, y Black se desvi en ngulo recto y le condujo hasta la faz de unpeasco donde slo las cabras podan subir.

    Al pasar cerca de Qaran, Black volvi la cabeza.Gran Coronel del Oriente le dijo, han minado el aire y el aire que hay bajo el aire

    con las estrellas de la muerte.Podrs pasar? pregunt Dilvish.Si vamos por la ruta de las postas dijo Black, es posible que lo consiga.Entonces apresurmonos a intentarlo.Los menudos ojos plateados, que miraban desde el espacio debajo del espacio y

    contenan las motas infernales de polvo estelar parpadearon y rielaron cuando Black selanz adelante.

    Entraron en la senda.Ya en la senda de las postas, el primer jinete sali de detrs de una roca y orden a

    Dilvish que se detuviera. Su montura era un enorme caballo bayo sin jaeces.Ten las riendas, Coronel del Oriente dijo. Tus hombres han muerto. La ruta que

    te espera est sembrada de muerte y flanqueada por los hombres de Lylish...Pero Dilvish pas velozmente junto a l sin responder, y el caballero azuz con sus

    espuelas al bayo y le sigui.Le sigui toda la maana, por la ruta de Tugado, hasta que el bayo, que estaba

    cubierto de sudor, se derrumb y lanz al jinete contra las rocas.En Tugado, Dilvish encontr el camino obstruido por el jinete del garan rojo como la

    sangre, que le lanz un dardo con una ballesta.Black se empin y el dardo rebot en su pecho. Sus ollares se hincharon y brot deellos un sonido como el grito de un gran pjaro. El garan rojo como la sangre saltapartndose de la senda y se meti en el campo.

    Black se lanz hacia adelante, y el otro jinete dio media vuelta y le sigui.El caballero les dio caza hasta que el sol lleg a lo alto del cielo, y entonces el caballo

    rojo cay convertido en un montn de jadeos. Dilvish continu.En Maestar, el camino estaba atajado en el paso de Resht.Un muro de troncos llenaba la estrecha senda hasta dos veces la altura de un hombre.Por encima dijo Dilvish, y Black describi un arco en el aire, igual que un negro

    arco iris, para saltar la fortificacin.

    Por delante, al final del paso, el jinete de la yegua blanca aguardaba.Black relinch de nuevo, pero la yegua permaneci firme.

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    La luz se reflej en los espejos de los cascos de acero de Black, y su pelada piel eracasi azulada con la brillante luz del medioda. No fren su paso, y el jinete de la yegua, alver que el caballo era completamente metlico, se apart del paso y sac la espada.

    Dilvish sac su arma de debajo de la capa y par un golpe a la cabeza al pasar junto alotro jinete. Luego el caballero le sigui y le grit:

    Aunque hayas pasado las estrellas de la muerte y saltado esta barrera, nunca

    llegars a Dilfar! Ten las riendas! Montas un espritu menor que ha tomado la forma deun caballo, pero te detendremos en Mycar, o en Bildesh... o antes!Pero el Coronel del Oriente no replic, y Black sigui conducindole con largas y fciles

    zancadas.Cabalgas en una montura que nunca se cansa! grit el jinete. Pero no te

    servir contra otras brujeras! Entrgame tu espada!Dilvish se ech a rer, y su capa fue un ala al viento.Antes de que el da diera paso a la noche, tambin la yegua cay, y Dilvish se

    encontraba en las cercanas de Mycar.Black se detuvo de pronto al acercarse al ro llamado Kethe. Dilvish se aferr al cuello

    del caballo para no salir despedido.

    No est el puente dijo Black y yo no puedo nadar.Puedes saltarlo?No lo s, mi coronel. Es muy ancho. Si no consigo saltarlo, jams volveremos a salir

    a la superficie. El Kethe se introduce mucho en la tierra.Y en ese momento los emboscados salieron de pronto de los rboles, algunos a

    caballo y otros a pie. Los soldados de a pie llevaban picas.Intntalo dijo Dilvish.Black se puso al galope de inmediato, ms rpido que cualquier caballo, y el mundo dio

    vueltas y cay alrededor de Dilvish, aferrado a su montura con las rodillas y sus grandesmanos llenas de cicatrices. El caballo relinch al lanzarse al aire.

    Al tocar la otra orilla, los cascos de Black se hundieron un palmo en la roca y Dilvish setambale en la silla. El jinete sigui montado, pese a todo, y Black liber sus cascos.

    Al mirar a la otra orilla, Dilvish vio a los atacantes inmviles, mirndole fijamente. Luegocontemplaron el Kethe y alzaron de nuevo la mirada hacia Dilvish y Black.

    En marcha una vez ms, el jinete del garan moteado apareci detrs de Black.Aunque hayas reventado tres caballos grit, te detendremos entre este punto y

    Bildesh! Rndete!Luego Dilvish y Black estuvieron muy por delante de l, y lo dejaron atrs.Creen que eres un demonio, montura ma dijo Dilvish.El caballo contuvo la risa.Quiz sera mejor que lo fuera.

    Y cabalgaron hasta que el sol desapareci del cielo y por fin el caballo moteado sederrumb y el jinete maldijo a Dilvish y a Black, y ellos siguieron adelante.Los rboles empezaron a caer en Bildesh.Trampas! grit Dilvish.Pero Black ya estaba interpretando su danza de prevencin y avance. Se detuvo, se

    encabrit; y brinc apoyndose en las patas traseras y salt sobre un tronco cado. Sedetuvo de nuevo y repiti la maniobra. Luego cayeron dos rboles al mismo tiempo, aambos lados de la senda, y Black se ech hacia atrs y volvi a saltar por encima de losdos.

    Dos profundas zanjas tuvo que saltar ms tarde, y salvar una andanada de flechas queresonaron al rebotar en sus costados. Un dardo hiri en el muslo a Dilvish.

    El quinto jinete arremeti contra ellos. Del color de oro de nueva acuacin era sucaballo, llamado Ocaso, y el jinete era tan slo un joven de escaso peso, elegido alparecer para prolongar la persecucin tanto como fuera preciso. Blanda una mortfera

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    lanza que golpe el cuerpo de Black sin desviarlo. Ocaso sigui galopando en pos deDilvish.

    Largo tiempo ha que admiro al Coronel del Oriente, y por ello no deseo verlo muerto!grit el jinete. Te ruego que te rindas! Sers tratado con la suma cortesa quemerece tu rango!

    Dilvish se ri y replic:

    No, amigo mo! Mejor morir que rendirme a Lylish! Adelante, Black!Y Black redobl su paso y el joven qued muy detrs y se inclin sobre el cuello deOcaso y les persigui. Llevaba una espada al cinto, pero en ningn momento tuvooportunidad de usarla. Aunque estuvo galopando la noche entera, ms tiempo y msdistancia que los anteriores perseguidores, tambin Ocaso se derrumb cuando el esteempezaba a palidecer.

    All, tratando de levantarse, el joven prorrumpi en gritos.Aunque hayas escapado de m, caers ante Lance!Y al rato Dilvish, llamado el Maldito, cabalgaba solitario por las montaas de Dilfar,

    portando un mensaje para aquella ciudad. Y a pesar de que montaba al caballo de acero,llamado Black, tema igualmente un encuentro con Lance el de la Armadura Invencible

    antes de haber entregado el mensaje.Al bajar la ltima senda, su camino estaba bloqueado una vez ms, por un hombre

    acorazado a lomos de un caballo acorazado. El caballero dominaba por completo lasenda, y aunque llevaba visera, Dilvish dedujo por los emblemas que se trataba de Lance,la Mano Derecha del Coronel del Occidente.

    Detente y ten las riendas, Dilvish! grit. No puedes pasar estando yo aqu!Lance permaneci inmvil como una estatua.Dilvish detuvo a Black y aguard.Te ordeno rendirte ahora.No dijo Dilvish.Entonces, tendr que matarte.Dilvish sac su espada.El otro jinete se ech a rer.No sabes que mi armadura es indestructible?No dijo Dilvish.Muy bien, pues dijo Lance, y pareci rer entre dientes. Estamos solos aqu,

    tienes mi palabra. Desmonta. Yo lo har al mismo tiempo. Cuando compruebes que esintil, podrs seguir vivo. Sers mi prisionero.

    Desmontaron.Ests herido dijo Lance.Dilvish arremeti contra el cuello del otro sin replicar, esperando reventar la juntura.

    Pero la armadura resisti y no qued en el metal ni siquiera un rasguo tras el potentegolpe capaz de haber decapitado a otro hombre.Ahora debes reconocer que es imposible romper mi armadura. Fue forjada por las

    mismas Salamandras y sumergida en la sangre de diez vrgenes...Dilvish arremeti contra la cabeza de Lance y, tras la rplica de ste, describi un lento

    crculo hacia la izquierda, de tal modo que su rival qued de espaldas al caballo de acero,llamado Black.

    Ahora, Black! grit Dilvish.Y Black se alz sobre sus patas traseras y cay, atacando a Lance con los cascos

    delanteros.El hombre llamado Lance se volvi con rapidez y recibi un golpe en el pecho. Cay.

    Dos relucientes huellas de casco quedaron impresas en su peto.Tena razn dijo Dilvish. Es indestructible.Lance gimi de nuevo.

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    ...Y podra matarte ahora, metiendo la hoja por la ranura de tu visera. Pero no lohar, porque no te he vencido justamente. Cuando te recobres, informa a Lylish que Dilfarestar preparada para recibirle. Sera mejor que retrocediera.

    Tendr un saco para tu cabeza cuando tomemos la ciudad dijo Lance.Te matar en la llanura delante de la ciudad replic Dilvish, y mont de nuevo a

    Black y descendi por la senda, dejando a Lance en el suelo.

    Cuando os enfrentis le dijo Black mientras se alejaban, golpea las marcas demis cascos. La armadura ceder en ese punto.Al llegar a la ciudad, Dilvish recorri las calles en direccin al palacio sin hablar con la

    gente que se apiaba alrededor.Entr en el palacio y se anunci.Soy Dilvish, Coronel del Oriente dijo, y estoy aqu para informar que Portaroy ha

    cado y est en manos de Lylish. Los ejrcitos del Coronel del Occidente avanzan en estadireccin y estarn aqu dentro de dos das. Apresrate a armarte. Dilfar no debe caer.

    Que suenen pues las trompetas orden el rey, levantndose de su trono y quese congreguen los guerreros. Debemos prepararnos para la batalla.

    Y mientras sonaban las trompetas, Dilvish bebi un vaso del magnfico vino tinto de

    Dilfar. Y mientras le traan comida y hogazas de pan, se maravill una vez ms de lafuerza de la armadura de Lance, y comprendi que debera poner a prueba de nuevo lainvulnerabilidad de aquella coraza.

    2 - La cancin de Thelinde

    A travs del atardecer, al otro lado de la montaa, bajo una luna enorme y dorada,Thelinde estaba cantando.

    En el elevado saln brujesco de Caer Devash, circundado por completo de pinos yreflejado muy por debajo de las rocas en el plateado ro denominado Denesh, Mildin oyla voz de su hija y las palabras del canto:

    Los hombres del Oeste son fuertes,los hombres del Oeste son valientes,pero Dilvish el Maldito regrese hizo de su sangre fros torrentes.Mientras lo perseguan de Portaroya Dilfar, en la zona oriental,Dilvish montaba una criatura trada del Infierno:un negro y metlico animal.

    No lograron herir ni detener a su montura,el caballo que los hombres llaman Black,porque el coronel adquiri enorme sabiduracon la maldicin de Jelerak...

    Mildin se estremeci, cogi su reluciente capa de bruja (ella era Dama del Aquelarre) ytras echrsela a la espalda y atrsela al cuello con la ahumada Piedra de la Luna, setransform en un pjaro gris plateado, atraves la ventana y sobrevol el Denesh.

    Cruz la montaa donde estaba Thelinde, con la mirada fija en el sur, y se pos en larama ms baja de un rbol cercano. Hija ma dijo con su garganta de pjaro, deja

    de cantar.Madre! Qu ocurre? pregunt Thelinde. Por qu vienes en forma algera? Y sus ojos eran de un color profundo, porque seguan el cambio de la luna, y su cabello

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    era el plateado fuego de las brujas del norte. Tena diecisiete aos y era cimbrea, y leencantaba cantar.

    Has cantado un nombre que no debe pronunciarse, ni siquiera aqu, en la fortalezade nuestro hogar dijo Mildin. Dnde aprendiste esa cancin?

    La cantaba una criatura de la cueva respondi Thelinde, donde el ro llamadoMedianoche forma un estanque al pasar bajo tierra.

    Qu era esa criatura de la cueva? Ya se ha ido replic Thelinde. Era unviajero oscuro, de la especie de las ranas, creo, que descansaba all camino del Consejode los Animales.

    Te explic el significado de esa cancin? pregunt la madre.No, dijo que es muy reciente, sobre las guerras en el sur y en el este.Eso es cierto dijo Mildin, y la rana no teme cantarla, porque es de la especie

    oscura y no tiene ninguna importancia para el poderoso. Pero t, Thelinde, t debes serms precavida. Todos los que tienen poder, a menos que sean muy temerarios, temenmencionar ese nombre que empieza con J. Por qu?

    La forma gris plateada revolote hasta el suelo. Luego la madre apareci junto a suhija, alta y plida a la luz de la luna; su cabello estaba recogido y retorcido en lo alto de su

    cabeza formando corona del aquelarre, como as se denominaba.Ven conmigo ahora dentro de mi capa e iremos al Estanque de la Diosa, mientras los

    dedos de la luna tocan su superficie dijo Mildin, y vers algo de lo que has cantado.Fueron montaa abajo hasta el lugar donde el riachuelo, que nace en lo alto en

    primavera, cruza el estanque con apenas un escarceo. Mildin se arrodill junto al agua ensilencio e, inclinada hacia adelante, respir sobre la superficie. Luego llam a Thelindejunto a ella y ambas miraron hacia abajo.

    Observa ahora la imagen de la luna reflejada en el agua dijo a su hija. Observaatentamente. Escucha...

    Hace mucho tiempo, casi antes de que empezramos a medir el paso del tiempo,hubo una Casa que fue anulada de la dignidad del Oriente, porque varias generaciones sehaban unido por matrimonio con la especie de los elfos. Los elfos son altos y es hermosoobservarlos, rpidos de pensamiento y accin, y aunque su raza es mucho ms antigua,el hombre no reconoce en general la dignidad elfa. Una pena... El ltimo hombre de estaCasa especial, privado de tierras y ttulos, volvi su mano hacia numerosas ocupaciones,del mar a las montaas, y finalmente entr en la soldadesca, durante las primeras guerrascon el Occidente, hace varios siglos. Luego se distingui en la gran Batalla de Portaroy,librando esa ciudad de las manos de sus enemigos, y por eso lo llamaron Dilvish elLibertador. Mira! La imagen se aclara! Es la entrada de Dilvish en Portaroy...

    Y Thelinde observ el estanque, donde se haba formado una imagen.Alto era l, y ms moreno que la raza de los elfos, con unos ojos que rean y relucan

    reflejando el orgullo del triunfo. Montaba un garan pardo, y su armadura, aunquemellada y araada, brillaba a pesar de todo con el sol matutino. Cabalgaba al frente desus tropas, y los habitantes de Portaroy permanecan a los lados de la senda y lanzabanvtores, y las mujeres echaban flores ante el jinete. Cuando lleg por fin a la fuente de laplaza, Dilvish desmont y bebi el vino de la victoria. A continuacin los Ancianospronunciaron discursos de agradecimiento y se celebr un gran banquete al aire libre enhonor a los libertadores.

    Parece ser un buen hombre dijo Thelinde. Pero... qu espada tan grandelleva!... Le llega hasta las botas!

    S, un arma para dos manos llamada Libertadora aquel da. Y sus botas, comoobservars, son del cuero verde de los elfos, que los hombres no pueden comprar,

    aunque a veces se ofrecen como presente, como muestra de favor por parte de losGrandes... Y se dice que esas botas no dejan huellas. Es una pena que al cabo de una

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    semana del festn que ves desplegado, la Libertadora quedara destrozada y Dilvish dejarade estar entre los vivos.

    Pero l todava, vive!S... vive otra vez.Hubo una turbulencia en el estanque, y brot otra imagen.Una oscura ladera... Un hombre, con capa y capucha, en el interior de un crculo

    tenuemente brillante... Una joven atada a un altar de piedra... Un cuchillo en la manoderecha del hombre, un bastn en la otra...Mildin not que los dedos de su hija aferraban su hombro.Madre! Quin es l?Es el Ser que jams debes nombrar.Qu va a hacer?Una cosa siniestra que requiere la sangre vital de una viren. El ha aguardado una

    eternidad a que las estrellas ocuparan as posiciones precisas para este rito. Ha hecho unlargo viaje para llegar a ese antiguo altar de las montaas de Portaroy, el lugar dondedebe realizarse el acto.

    Fjate en las criaturas que danzan alrededor del crculo... Murcilagos, fantasmas y

    fuegos fatuos... Slo ansan una gota! Pero no tocarn el crculo.Naturalmente que no...Ahora, mientras las llamas de ese brasero se elevan y las estrellas adoptan la

    posicin correcta, l se dispone a matar a la virgen...No puedo mirar!Mira!Es el Libertador, Dilvish, que se acerca.S. Siguiendo el hbito de los Grandes, l apenas duerme. Ha salido a tomar el aire

    en las montaas de Portaroy, ataviado con su traje de batalla tal como la gente espera delos libertadores.

    Ha visto a Je... Ha visto el crculo! Se aproxima!S, y cruza el crculo. Siendo de Sangre Grande, l sabe que es diez veces ms

    inmune a la magia que un hombre. Pero no sabe de quin es el crculo que ha cruzado. Apesar de todo, eso no lo mata. Pero est debilitado... Fjate cmo se tambalea! Tal es elpoder de ese Ser.

    Golpea al mago con su mano, lo tira al suelo y vuelca el brasero. Se vuelve para soltara la muchacha...

    En el interior del estanque, la sombra que era el mago se alz del suelo. Su rostro erainvisible debido a la capucha, pero haba levantado el bastn. De pronto pareci crecerenormemente, y su bastn se alarg y retorci igual que una serpiente. Estir el brazo ytoc a la joven, suavemente, con la punta de la vara.

    Thelinde chill.Ante sus ojos, la virgen estaba envejeciendo. Aparecieron arrugas en su cara y sucabello se volvi cano. Su piel se tino de amarillo y todos sus huesos sobresalieron bajoella.

    Por fin la joven dej de respirar, pero el encantamiento no ces. La criatura del altar semarchit y un polvo fino, igual que humo, se alz en la piedra.

    Haba un esqueleto en el altar.Dilvish atac al mago, con la espada Libertadora en alto.Pero al descargar el golpe, el Siniestro toc el arma con el bastn y la espada se hizo

    aicos y cay al suelo. Dilvish dio un paso hacia el mago.De nuevo el bastn se movi suavemente, y una aureola de fuego danz alrededor de

    la silueta del Libertador. Al cabo de un rato el fuego se apag. Pero a pesar de todo,Dilvish estaba all, inmvil.La imagen desapareci.

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    Qu ha pasado?El Siniestro dijo Mildin le castig con una terrible maldicin, contra la cual ni

    siquiera la Sangre Grande serva. Mira.El da dominaba la ladera. El esqueleto yaca en el altar. El mago se haba ido. Dilvish

    se hallaba solo, todo el mrmol al sol, cubierto de roco matutino, y su mano derechasegua alzada, a punto de golpear a un enemigo.

    Ms tarde lleg un grupo de nios y miraron fijamente la estatua durante largo tiempo.Despus volvieron corriendo a la ciudad para dar la noticia. Los Ancianos de Portaroysubieron a las montaas y, considerando la estatua como un presente de los numerososdesconocidos que tenan por amigos de su Libertador, la bajaron en un carro hasta laciudad y la colocaron en la plaza, junto a la fuente.

    l lo transform en piedra!S, y permaneci en la plaza ms de dos siglos, su propio monumento, con el puo

    alzado contra los enemigos de la ciudad que haba liberado. Nadie saba qu se habahecho de l, pero sus amigos humanos envejecieron y murieron, y la estatua perdur.

    ...Y l durmi convertido en piedra.No, el Siniestro no maldice con tanta amabilidad. Mientras su cuerpo permaneca

    rgido, con atavo de batalla, su espritu fue desterrado al pozo ms profundo del Infiernoque el Siniestro pudo disponer.

    Oh......Y tal vez el efecto del encantamiento fuera se, o quiz la Sangre Grande

    prevaleci en un momento de necesidad, o bien algn poderoso aliado de Dilvish supo laverdad y logr finalmente liberarlo. Nadie lo sabe. Pero un da, hace poco, mientras Lylish,Coronel del Occidente, barra el territorio, todos los hombres de Portaroy se reunieron enla plaza para preparar la defensa de la ciudad.

    La luna se haba desplazado lentamente hacia el borde del estanque. Bajo ella surgiotra imagen.

    Los hombres de Portaroy estaban armndose y haciendo ejercicios en la plaza. Eranmuy pocos, pero parecan dispuestos a vender sus vidas al precio ms costoso. Muchosmiraron la estatua del Libertador aquella maana, como si recordaran una leyenda.Luego, mientras el sol la envolva en color, la estatua se movi...

    Durante un cuarto de hora, despacio y con obvio esfuerzo, los brazos cambiaron deposicin. Toda la muchedumbre de la plaza observ, paralizada en esos momentos. Porfin Dilvish baj del pedestal y bebi en la fuente.

    La gente le rode entonces, y l se volvi hacia los de Portaroy.Sus ojos, madre! Han cambiado!Despus de lo que ha visto con los ojos de su espritu, es extrao que los ojos

    externos lo reflejen?

    La imagen desapareci. La luna se alej flotando....Y en alguna parte consigui un caballo que no era tal, sino un animal de aceroparecido a un caballo.

    Por un instante apareci una figura oscura y al galope en el interior del estanque.Ese es Black, su montura. Dilvish lo llev a la batalla, y aunque tambin luch largo

    rato a pie, lo sac de all mucho despus: fue el nico superviviente. En las semanasanteriores a la batalla haba entrenado bien a sus hombres, pero stos eran muy pocos.Sus soldados le llamaron Coronel del Oriente, el ttulo opuesto al que ostenta lord Lylish.Todos cayeron, a pesar de todo, excepto l, pero seores y ancianos de otras ciudadesdel este se han alzado en armas y tambin ellos reconocen el rango de Dilvish. Estemismo da, me han dicho, Dilvish estaba ante los muros de Dilfar y venci a Lance, el de

    la Armadura Invencible, en singular combate. Pero la luna est bajando ya y el agua seoscurece...Pero y el nombre? Por qu no debo mencionar el nombre de Jelerak?

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    Nada ms pronunciarlo, hubo una especie de murmullo, como de enormes y secas alasbatiendo el aire en lo alto, y la luna qued oscurecida por una nube, y una oscura siluetase reflej en las profundidades del estanque.

    Mildin meti a su hija en la capa de bruja.El susurro se hizo ms fuerte y una tenue niebla brot alrededor de las dos mujeres.Mildin hizo la Seal de la Luna y se puso a hablar en voz baja.

    Vuelve a ti... En Nombre del Aquelarre, del que yo soy Seora, te ordeno regresar.Vuelve al lugar de donde viniste. No deseamos tus siniestras alas en Caer Devash.Hubo una corriente descendente de aire, y un liso e inexpresivo rostro qued

    suspendido sobre las dos mujeres, recogido entre amplias alas de murcilago. Sus garrasrelucan tenue, rojamente, como metal recin calentado en la forja.

    El murcilago vol alrededor de Mildin y Thelinde, y la primera apret ms la capa yalz una mano.

    Por la Luna, nuestra Madre, en todos sus disfraces, te ordeno marchar. Ahora! Eneste instante! Aljate de Caer Devash!

    El murcilago se pos en el suelo junto a ellas, pero la capa de Mildin cobr brillo y laPiedra de la Luna destell cual lechosa llama. El monstruo se apart de la luz, volvi a la

    niebla.Entonces apareci una brecha en la nube y un dardo de luz lunar pas a travs del

    hueco. Un rayo de luna toc a la criatura, que chill una vez, como un hombreatormentado, y se lanz al aire en direccin suroeste.

    Thelinde alz la mirada hacia el semblante de su madre, que de pronto pareca muyafligido, ms viejo...

    Qu era eso? pregunt Thelinde.Era un siervo del Siniestro. Trat de advertirte, de la forma ms grfica posible, de su

    poder. Su nombre se ha usado durante tanto tiempo para conjurar y dominar a espritusmalignos y criaturas siniestras que se ha convertido en un Nombre de Poder. Sus siervosvuelan para localizar al que lo pronuncia, en cuanto oyen pronunciarlo, por miedo de quehaya sido l mismo y se encolerice por su tardanza. Pero tambin se rumorea que si sunombre es pronunciado con frecuencia por una persona, l se entera y condena a esapersona. En cualquier caso, no es prudente ir por ah cantando esas canciones.

    Yo no lo har, nunca. Cmo puede ser tan fuerte un mago?^l es tan viejo como las montaas. En tiempos fue un mago benigno y cay en

    hbitos siniestros, cosa que lo hace particularmente malicioso. Como sabes, raramentecambian para bien. Y ahora se le tiene como uno de los tres magos ms poderosos, talvez el ms poderoso de todos los magos de todos los reinos de todas las tierras. El siguevivo y es muy fuerte, aunque la historia que has visto ocurri hace siglos. Pero ni siquieral est libre de problemas...

    Cmo es eso? pregunt la hija de la bruja.Porque Dilvish vive otra vez, y creo que est un poco enfadado.La luna sali de detrs de la nube, era enorme, se haba transformado en oro en bruto

    durante su ausencia.Mildin y su hija se dirigieron en ese momento montaa arriba, hacia Caer Devash y el

    anillo de pinos, muy por encima del Denesh, el ro de plata.

    3 - Las campanas de Shoredan

    Ningn ser viviente habitaba en el territorio de Rahoringhast.

    Desde una era antes de esta era estaba el muerto dominio vaco de sonido, aparte delrestallar de los truenos y el espit-espit-espit de las gotas de lluvia al rebotar en la piedrade los edificios y en las rocas. Las torres de la Ciudadela de Rahoring seguan en pie; el

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    gran arco, al que le haban arrancado las puertas, continuaba abierto, como una bocaparalizada en un aullido de dolor y sorpresa de muerte; el campo que rodeaba el lugar seasemejaba al estril paisaje de la luna.

    El jinete sigui el Camino de los Ejrcitos, que terminaba en el arco de entrada y seadentraba en la Ciudadela. Tras l quedaba una sinuosa senda que descenda ydescenda y retroceda hacia el sur y hacia el oeste. Atravesaba frgidas siluetas de niebla

    matutina que se aferraban, entumecidas, al oscuro terreno lleno de agujeros, igual queescuadrones de gigantescas sanguijuelas. La senda se curvaba en torno a las viejastorres, que seguan en pie nicamente en virtud de los encantamientos que pesabansobre ellas desde tiempos pasados. Negras e impresionantes, muy elevadas y perfiladasen la claridad de una pesadilla, las torres y la Ciudadela eran las ltimas prolongacionesvisibles del carcter de su fallecido constructor: Ho-horga, Rey del Mundo.

    El jinete, el jinete de las botas verdes que no dejaba huellas al andar, debi sentir partedel siniestro poder que an quedaba en el lugar, porque se detuvo y permaneci ensilencio, contemplando largo rato las rotas puertas y las altas almenas. Luego dijo unapalabra a la negra criatura parecida a un caballo que era su montura, y avanzlentamente.

    Al acercarse, vio que algo se mova en las sombras del arco de entrada.l saba que ningn ser viviente habitaba en el territorio de Rahoringhast...La batalla haba ido bien, teniendo en cuenta el nmero de defensores.El primer da, los emisarios de Lylish se acercaron a los muros de Dilfar, solicitaron

    parlamento, pidieron la rendicin de la ciudad y obtuvieron una negativa. Sigui una brevetregua para permitir el combate entre Lance, el Segundo de Lylish, y Dilvish, llamado elMaldito, Coronel del Oriente, Libertador de Portaroy, vstago de la Casa Elfa de Selar yde la Casa Humana eliminada.

    La lid dur menos de un cuarto de hora, hasta que Dilvish, cuya herida en la piernaprovoc su cada, arremeti con la punta de su espada sin dejar de protegerse con elescudo. La armadura de Lance, considerada invencible, cedi entonces, porque el armade Dilvish golpe uno de los dos dibujos del peto, los que tenan forma de hendidasmarcas de casco. Los soldados murmuraron que esas marcas no estaban allanteriormente e intentaron hacer prisionero al coronel. Pero el caballo de Dilvish, quepermaneca apartado cual estatua de acero, fue en su auxilio de nuevo y lo condujo a laseguridad de la ciudad.

    El asalto se inici entonces, pero los defensores estaban preparados y defendieronbien los muros. Dilfar estaba perfectamente fortificada y provista. Combatiendo enposicin de fuerza, los defensores lanzaron enorme destruccin sobre los hombres delOccidente.

    Al cabo de cuatro horas, el ejrcito de Lylish se retir con los enormes arietes que no

    haba podido usar. Los soldados del Occidente iniciaron la construccin de plataformas deasalto mientras aguardaban la llegada de catapultas de Bildesh.En los muros de Dilfar, en lo alto del Torren de las guilas, dos hombres observaban.No ir bien, lord Dilvish dijo el rey, que se llamaba Malacar el Poderoso, aunque su

    estatura era escasa y sus aos abundantes. Si completan las torres que caminan ytraen catapultas, nos atacarn desde lejos. No podremos defendernos de eso. Luego lastorres se pondrn en marcha, cuando estemos debilitados tras el bombardeo.

    Es cierto dijo Dilvish.Dilfar no debe caer.No.Hemos pedido refuerzos, pero se hallan a muchas leguas de distancia. Nadie estaba

    preparado para el asalto de lord Lylish, y pasar mucho tiempo antes de que se renantropas suficientes y acudan a la batalla.Eso tambin es cierto, y por entonces podra ser demasiado tarde.

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    Afirman algunos que sois el mismo lord Dilvish que liber Portaroy hace largo tiempo.Soy ese Dilvish.Si es as, aquel Dilvish era de la Casa de Selar de la Espada Invencible.S.Tambin es cierto, pues, lo que se dice de la Casa de Selar y de las campanas de

    Shoredan en Rahoringhast?

    Malacar desvi la mirada mientras lo preguntaba.Eso no lo s dijo Dilvish. Jams he intentado despertar a las legiones malditasde Shoredan. Mi abuela me explic que slo dos veces en todas las pocas del Tiempose ha hecho eso. Tambin lo he ledo en los Libros Verdes del Tiempo del alczar deMirata. Pero no lo s.

    Slo a un miembro de la Casa de Selar respondern las campanas. De lo contrariooscilan sin hacer ruido, se dice.

    Eso se dice.Rahoringhast se halla lejos, al norte y al este, y penoso es el camino. Pero con una

    montura como la vuestra se puede hacer el recorrido, conseguir que suenen lascampanas, convocar a las legiones malditas. Se dice que esas legiones acompaarn a la

    batalla a un miembro de Selar.Cierto, tambin yo he pensado en ello.Podis intentarlo?S, seor. Esta noche. Ya estoy preparado.Arrodillaos pues y recibid mi bendicin, Dilvish de Selar. Supe que erais l en cuanto

    os vi en el campo ante estos muros.Y Dilvish se arrodill y recibi la bendicin de Malacar, llamado el Poderoso, Seor del

    Dominio Oriental, cuyo reino abarcaba Dilfar, Bildesh, Maestar, Mycar, Portaroy,Princeaton y Poind.

    El camino era difcil, pero el transcurso de leguas y horas se asemejaba al movimientode las nubes. La puerta occidental de Dilfar tena en la parte interior una salida mspequea, una puerta que permita el paso de un hombre, claveteada y con ranuras paradisparar flechas.

    Cual postigo al viento, esa puerta se abri y se cerr. Agazapado, a lomos de unfragmento de la noche, el coronel cruz la abertura y corri por la llanura, entrando uninstante en los lindes del campamento enemigo.

    Hubo un grito mientras Dilvish pasaba, y resonaron armas en la oscuridad.Brotaron chispas de desherrados cascos de acero.Toda la velocidad a tu disposicin, Black, mi montura!Cruz el lugar del campamento y se alej antes de que la primera flecha estuviera

    dispuesta en su arco.

    En lo alto de la colina, hacia el este, una pequea hoguera tremolaba al viento.Estandartes, montados en altos palos, aleteaban en la noche; estaba demasiado oscuropara que Dilvish leyera los emblemas, pero saba que se hallaban ante las tiendas deLylish, Coronel del Occidente.

    Dilvish pronunci las palabras en el lenguaje de los malditos, y al pronunciarlas los ojosde su montura brillaron como ascuas en la noche. La pequea hoguera de la cumbre de lacolina, una gran fronda de llamas, se alz hasta la altura de cuatro hombres. Pero noalcanz la tienda. Y despus no hubo ninguna hoguera, slo las brasas de todos los leosconsumidos en un instante.

    Dilvish sigui cabalgando, y los cascos de Black produjeron iluminacin en la ladera.Persiguieron a Dilvish solamente un rato. Despus el coronel se alej solitario.

    Toda esa noche cabalg cruzando parajes de roca. Siluetas se alzaron y cayeron antel, igual que tambaleantes gigantes sorprendidos en plena borrachera. Dilvish se not

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    lanzado, en innumerables ocasiones, por vacuo aire, y al mirar hacia abajo en talesmomentos, slo vio vacuo aire.

    Con la maana lleg la nivelacin del camino, y el distante borde de la Llanura Orientalqued primero ante Dilvish, luego bajo l. Comenz a dolerle la pierna debajo de la ropa,pero l haba vivido en las Casas de Dolor diez veces ms que las vidas de los hombres,y apart la sensacin de sus pensamientos.

    Cuando el sol se alz sobre el irregular horizonte a su espalda, Dilvish hizo un alto paracomer y beber, para estirar las piernas.Luego vio en el cielo las siluetas de nueve palomas negras que deban circundar el

    mundo eternamente, sin posarse jams, para ver todas las cosas del mar y la tierrapasando sobre ellas.

    Un augurio dijo Dilvish. Es un buen augurio?No lo s replic la criatura de acero.Entonces apresurmonos a saberlo.Dilvish mont de nuevo.Durante cuatro das atraves la llanura, hasta que las onduladas hierbas amarillas y

    verdes quedaron atrs y el terreno se extendi arenoso ante el jinete.

    Los vientos del desierto le hirieron los ojos. Dispuso su pauelo a modo de embozo,pero no pudo frenar la totalidad del asalto. Para toser y escupir tena que bajar el pauelo,y la arena penetraba nuevamente. Parpade y sinti arder su cara, y maldijo, pero ningnhechizo conocido poda dejar el desierto entero como un tapiz amarillo, liso y sin arrugasbajo l. Black era un viento contrapuesto, y los vientos del territorio se apresuraron acombatir su paso.

    El tercer da en el desierto, un loco ser vol invisible y disparatado detrs de Dilvish. Nisiquiera Black logr dejarlo atrs, y la criatura hizo caso omiso de las ms inmundasimprecaciones en mabrahoring, el lenguaje de demonios y malditos.

    Al da siguiente, ms criaturas se unieron a la primera. No cruzaron el crculo protectordonde Dilvish reposaba, pero llenaron de chillidos sus sueos fragmentos sin sentido enuna decena de idiomas y perturbaron su descanso.

    El jinete los dej atrs al dejar el desierto. Los dej atrs al entrar en el territorio depiedra, rebordes, guijos, oscuros estanques y siniestras aberturas en la tierra dondebrotaban los vahos de los infiernos.

    Dilvish haba llegado a la frontera de Rahoringhast.Un territorio hmedo y gris, por todas partes.Haba niebla en algunos puntos, y el agua rezumaba de las rocas, surga del suelo.No haba rboles, arbustos, flores, hierba... Ningn pjaro cantaba, ningn insecto

    zumbaba... Ningn ser viviente habitaba en el territorio de Rahoringhast.Dilvish sigui cabalgando y atraves las quebradas fauces de la ciudad.

    El interior era sombras y ruina.El jinete prosigui por la Senda de los Ejrcitos.En silencio estaba Rahoringhast, una ciudad de los muertos.El lo percibi, no como el silencio de la nada, sino como el silencio de una paralizada

    presencia.Slo las hendidas patas de acero sonaban en la ciudad.No haba ecos.Sonido... Nada. Sonido... Nada. Sonido...Fue como si algo invisible se desplazara para absorber cualquier evidencia de vida en

    cuanto se manifestaba mediante el ruido.Rojo era el palacio, igual que ladrillos recin sacados del horno y enrojecidos por el

    temple de su fabricacin. Pero los muros eran uniformes. Ninguna juntura, ningunadivisin en la capa de rojo. Una construccin slida, imponderable, de amplia base, y consus trece torres alcanzaba ms altura que cualquier edificio visto por Dilvish, aunque l

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    haba morado en el mismo torren de Mirata, donde los Seores de la Ilusin dominaban,retorciendo el espacio a su voluntad.

    Dilvish desmont y contempl la enorme escalera que se alzaba ante l.Nos orientaremos dentro de eso.Black inclin la cabeza y toc el primer escaln con su casco. Brot fuego de la piedra.

    El caballo de acero retir la pata y el humo form rizos en ella. No qued seal en la

    escalera indicativa del punto de contacto.Temo no poder entrar en este lugar y conservar mi forma afirm Black. Comomnimo, mi forma.

    Qu te lo impide?Un antiguo encantamiento para defender este lugar del asalto de cualquiera como

    yo.Puede deshacerse?No por ninguna criatura que ande en este mundo o vuele sobre l o se retuerza bajo

    l, o yo soy un caballo. Aunque un da los mares suban y cubran la tierra, este lugarexistir en el fondo. Fue arrancado del Caos por el Orden en los tiempos en que estasnormas dominaban el territorio pelado, al otro lado e las montaas. Quienquiera que fuera

    el causante, fue uno de los Primeros, y poderoso incluso desde el punto de vista delPoderoso.

    En ese caso debo continuar solo.Tal vez no. Se acerca alguien ahora mismo al que ser mejor que aguardes y

    escuches.Dilvish aguard, y un solitario jinete sali de una distante calle y avanz hacia los

    recin llegados.Saludos dijo el jinete con la mano derecha levantada, abierta.Saludos. Dilvish hizo el mismo gesto.El jinete desmont. Su vestimenta era de color violeta oscuro, la capucha echada hacia

    atrs, la capa tapndole por completo. No llevaba armas visibles.Qu hacis aqu ante la Ciudadela de Rahoring? pregunt.Qu hacis vos preguntndome, sacerdote de Babrigore? dijo Dilvish, y no

    apremiantemente.Paso el tiempo de una luna en este lugar de muerte, para extenderme en los hbitos

    del mal. Es para prepararme como superior de mi templo.Sois joven para ser rector de un templo.El sacerdote se encogi de hombros y sonri.Pocos vienen a Rahoringhast observ.No es muy extrao replic Dilvish. Confo en no quedarme mucho tiempo.Pensabais entrar en este... lugar? El sacerdote seal el palacio.

    Pensaba, y pienso.El hombre era media cabeza ms bajo que Dilvish, y era imposible conjeturar su siluetabajo la ropa que luca. Sus ojos eran azules y su tez morena. Un lunar en su prpadoizquierdo danzaba cuando pestaeaba.

    Permitidme rogaros que reconsideris esta accin dijo. Sera imprudente entraren este edificio.

    Por qu?Se dice que el interior contina vigilado por los antiguos guardianes de su seor.Habis estado dentro alguna vez?S.Os caus molestias algn antiguo guardin?

    No, pero al ser sacerdote de Babrigore me hallo bajo la proteccin de... de... Jelerak.Dilvish escupi.Ojal le arranquen la carne de los huesos y conserve la vida.

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    El sacerdote baj los ojos.Aunque l luch contra la criatura que habitaba en este lugar dijo Dilvish,

    despus se volvi tan inmundo como ella.Muchos de sus actos son igual que manchas en la tierra repuso el sacerdote,

    pero l no fue siempre as. Era un autntico mago que opuso sus poderes a los delSiniestro, en una poca en que el mundo era joven. No estaba bastante capacitado. Cay.

    El Malfico lo us como siervo. Durante siglos soport ese cautiverio, hasta que laesclavitud lo transform, tal como deba ser. Tambin l alcanz la gloria con mtodossiniestros. Pero despus, cuando Selar el de la Espada Invencible compr la vida deHohorga con la suya, Jel... l cay como si estuviera muerto y as permaneci duranteuna semana. Prximo al delirio, al despertar, recurri a un contraencantamiento en unltimo acto de revocacin: liberar a las legiones malditas de Shoredan. Lo prob. Lo hizo.Permaneci en esta misma escalera durante dos das y dos noches, hasta que la sangrese mezcl con el sudor de su frente, pero no consigui romper el influjo de Hohorga. Aunestando muerto, la siniestra fuerza era tremenda para l. Luego vag enloquecido por elterritorio, hasta que fue recogido y atendido por los sacerdotes de Babrigore. Despusvolvi a los hbitos que haba aprendido, pero siempre ha mostrado una amable

    disposicin hacia la Orden que lo atendi. Jams nos ha pedido nada. Nos ha enviadoalimentos en tiempos de hambre. No hablis mal de l en mi presencia.

    Dilvish escupi de nuevo.Ojal se pudra en la oscuridad de las oscuridades por los siglos de los siglos y ojal

    su nombre sea maldito por siempre. El sacerdote apart la mirada del repentino fulgor enlos ojos de Dilvish.

    Qu pretendis hacer en Rahoring? pregunt por fin. Entrar... y hacer algo.Si debis hacerlo, os acompaar. Tal vez mi proteccin se extienda tambin a vos.No he solicitado vuestra proteccin, sacerdote.No es preciso solicitarla.Perfectamente. Venid conmigo en ese caso.Empez a subir la escalera.Qu es eso que montis? inquiri el sacerdote mientras sealaba hacia atrs.

    Igual que un caballo por su forma, pero ahora es una estatua.Dilvish se ech a rer.Tambin yo s algo de los mtodos siniestros, pero mis relaciones son particulares.Ningn hombre puede tener relaciones especiales con lo siniestro.Podis decir eso a un morador de las Casas de la Llanura, sacerdote. A una estatua.

    A alguien que pertenezca totalmente a la raza de los hombres! Pero no a m.Cmo os llamis?Dilvish. Y vos?

    Korel. No os hablar ms de lo siniestro, Dilvish, pero a pesar de todo entrar convos en Rahoring.En ese caso no sigis hablando. Dilvish se volvi y continu subiendo.Korel le sigui.A medio camino, la luz que les rodeaba empez a apagarse. Dilvish mir hacia atrs.

    Slo pudo ver la escalera que bajaba y bajaba. No haba nada en el mundo aparte deescalones. Un paso ms hacia arriba, y la oscuridad aument.

    Ocurri esto cuando entrasteis aqu la ltima vez? pregunt Dilvish.No dijo Korel.Llegaron a lo alto de la escalera y vieron el nebuloso portal. Por entonces pareca como

    si la noche cubriera la tierra.

    Entraron.Un sonido, como de msica, llegaba de muy lejos, y en el interior haba una luzfluctuante. Dilvish puso la mano en el pomo de su espada.

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    No os servir de nada musit el sacerdote.Recorrieron el pasadizo y llegaron por fin a una vaca sala. Varios braseros vertan

    llamas en los elevados huecos de las paredes. El techo se perda en la penumbra y elhumo.

    Cruzaron esa sala hasta el punto donde una amplia escalera conduca a una llamaradade luz y sonido.

    Korel mir atrs.Empieza con la luz dijo el sacerdote, toda esta novedad. Seal. El pasilloexterior slo contena escombros y... polvo...

    Y cul es el problema aparte de eso? Dilvish volvi tambin la cabeza.Slo una hilera de pisadas recorra el polvo hacia la sala. Dilvish se ech a rer.Camino con suavidad dijo.Korel le contempl. Luego parpade y su lunar se agit sobre el ojo.Cuando entr aqu anteriormente dijo el sacerdote, no haba sonidos, ninguna

    antorcha. Todo estaba vaco y silencioso, destrozado. Sabis qu ocurre?S repuso Dilvish, porque lo le en los Libros Verdes del Tiempo y en el torren

    de Mirata. Debis saber, oh sacerdote de Babrigore, que en la sala superior los fantasmas

    juegan a ser fantasmas. Debis saber, igualmente, que Hohorga muere una y otra vezmientras yo estoy aqu dentro.

    Al pronunciar el nombre Hohorga, se oy un fuerte grito en la elevada sala. Dilvishcorri escaleras arriba, con el sacerdote detrs.

    De entre los muros de Rahoring brotaba un potente gemido.Se detuvieron al final de la escalera, Dilvish como una estatua, con la espada medio

    desenvainada, Korel con las manos metidas en las mangas, rezando segn la norma desu orden.

    Los restos de un gran festn se hallaban dispersos por toda la sala. La luz proceda dearriba, de unos globos de colores que daban vueltas como planetas bajo la gran pinturaceleste del abovedado techo. El trono que ocupaba el estrado junto a la pared msalejada estaba vaco. Ese trono era demasiado grande para que alguien de la poca loocupara. Las paredes estaban totalmente cubiertas de antiguos emblemas, muy extraos,sobre losas de mrmol donde alternaban el blanco y el anaranjado. En las columnas de lapared haba gemas del tamao de puos cerrados, de ardiente amarillo y esmeralda,infrarrub y ultra-azul que despedan un gneo brillo, transparente e iluminador hasta losescalones del trono. El pabelln del trono era amplio y de oro blanco, trabajado a lamanera de sirenas y arpas, delfines y serpientes con cabeza de cabra; estaba sostenidopor dragones alados, grifos y pegasos sentados y erguidos. Perteneca al ser queagonizaba en el suelo.

    Con forma de hombre, aunque media vez ms alto, Hohorga yaca en las baldosas de

    su palacio y sus intestinos llenaban su regazo. Lo atendan tres miembros de su guardia,mientras el resto se ocupaba del asesino. Se deca en los Libros del Tiempo que Hohorgael Malfico era indescifrable. Dilvish comprob que ello era cierto y falso al mismo tiempo.

    Hohorga era hermoso y noble de facciones; pero tan cegadoramente hermoso era quetodos los ojos se apartaban de aquel semblante arrugado entonces por el dolor. Un tenuehalo azulado decreca alrededor de sus hombros. Incluso con el dolor de la muerteHohorga era tan fro y perfecto como una piedra preciosa tallada, dispuesta sobre el cojnverdirrojo de su sangre; la suya era la hipntica perfeccin de una serpiente multicolor. Sedice que los ojos no tienen expresin propia, y que nadie puede meter la mano en unbarril de ojos y separar los de un hombre encolerizado o los de un ser querido. Los ojosde Hohorga eran los de un dios arruinado: infinitamente tristes, tan altivos como un

    ocano de leones.Una sola mirada y Dilvish comprob ese detalle, aunque no logr adivinar el color delos ojos.

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    Hohorga era de la sangre del Primero.Los guardias haban arrinconado al asesino. El combata, al parecer con las manos

    vacas, pero parando y asestando golpes como si aferrara una espada. Cuando su manose mova, haba heridas.

    El asesino esgrima la nica arma capaz de herir al Rey del Mundo, que no tolerabaarmas en su presencia, salvo a su guardia.

    Llevaba la Espada Invisible.Era Selar, primero de la casa elfa de ese nombre, finado gran seor de Dilvish, que enese momento grit su nombre.

    Dilvish sac la espada y cruz corriendo la sala. Arremeti contra los atacantes, perosu hoja los atraves como si fueran de humo.

    Superaron la posicin de guardia de Selar. Un potente golpe lanz despedido algoinvisible que reson en la sala. Luego despedazaron al vencido, poco a poco, a Selar deShoredan, mientras Dilvish lloraba y observaba.

    Y entonces habl Hohorga, con una voz firme aunque suave, sin inflexin, igual que elconstante batido de la marea o cascos de caballos.

    He sobrevivido al que presuma de haberme vencido, como debe ser. Sabed que

    est escrito que jams ojo alguno vera la espada capaz de herirme. Los poderes tienensus bromas. Mucho de lo que he hecho permanecer siempre as, oh hijos de losHombres, Elfos y Salamandras. Me llevo de este mundo, al silencio, mucho ms de lo quesabis. Habis vencido a lo que era ms grande que vosotros mismos, pero no osenorgullezcis. Eso ha dejado de importarme. Nada me importa. Mis maldiciones paravosotros.

    Aquellos ojos se cerraron y hubo el estampido del trueno.Dilvish y Korel estaban solos en las ensombrecidas ruinas de una gran sala.Por qu apareci hoy esto? pregunt el sacerdote.Cuando uno de la sangre de Selar entra aqu dijo Dilvish , la escena vuelve a

    realizarse.Para qu habis venido aqu, Dilvish, hijo de Selar?Para tocar las campanas de Shoredan.Imposible.Si debo salvar Dilfar y liberar de nuevo Portaroy, ha de hacerse.Voy a buscar las campanas ahora mismo. Atraves la casi negrura de noche sin estrellas, porque sus ojos no eran los ojos de los

    Hombres, y estaba acostumbrado a mucha oscuridad.Oy que el sacerdote le segua.Pasaron por detrs de la destrozada mole del trono del Seor de la Tierra. De haber

    habido suficiente luz, habran visto que los puntos oscuros del suelo se convertan en

    manchas, luego adoptaban el tono tostado de la arena y un color verdirrojo de sangre alacercarse Dilvish, para esfumarse de nuevo al alejarse.Detrs del estrado estaba la puerta de la torre central. Fevera Mirata, Reina de la

    Ilusin, haba mostrado una vez esta sala a Dilvish en un espejo del tamao de seisjinetes en lnea, un espejo bordeado por un marco de atrompetados narcisos de oro queocultaron sus cabezas hasta que no hubo ms reflejo que el de ellos mismos.

    Dilvish abri la puerta y se detuvo. Ondulante humo le envolvi. Sufri un ataque detos, pero se mantuvo en guardia.

    Es el Guardin de las Campanas! exclam Korel . Que Jelerak nos libre!Maldito Jelerak! dijo Dilvish . Me basto para librarme.Pero al hablar, la nube form un remolino y dando vueltas se transform en una

    reluciente torre que guardaba la entrada, iluminando el trono y los puntos prximos. Dosojos rojos centelleaban en el humo.Dilvish pas su espada una y otra vez a travs de la nube, sin encontrar resistencia.

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    Si continas incorpreo, pasar a travs de ti anunci Dilvish. Si adoptas unaforma, te har pedazos. Eligey dijo todo ello en mabrahoring, el lenguaje que se hablaen el Infierno.

    Libertador, Libertador, Libertador silb la nube, mi predilecto, Dilvish, criaturillade garfios y cadenas. No conoces a tu amo? Tan corta es tu memoria?

    Y la nube se deshizo y se convirti en una criatura con cabeza de ave, las patas

    traseras de un len y dos serpientes brotando de los hombros que se retorcan yreaparecan en la alta cresta de llameantes plumas.Cal-den!S, tu antiguo atormentador, hombre Elfo. Te he echado de menos, pocos abandonan

    mis cuidados. Era hora de que volvieras.Esta vez dijo Dilvish no estoy encadenado ni desarmado, y nos encontramos en

    mi mundo. Y arremeti con su espada, arrancando la cabeza de serpiente del hombroizquierdo de Cal-den.

    Un penetrante chillido de pjaro llen la sala y Cal-den atac.Dilvish le golpe el pecho, pero la hoja rebot y slo dej un minsculo corte del que

    fluy un claro licor.

    Cal-den lanz a Dilvish contra el estrado, agarr la espada con su negra zarpa, la partiy levant el otro brazo para derribarle. Dilvish atac con lo que quedaba del arma, veintecentmetros de mellada hoja.

    La punta alcanz a Cal-den bajo la quijada, penetr y qued all, con la empuaduraarrancada de la mano de Dilvish mientras el torturador agitaba la cabeza y ruga.

    Despus Dilvish fue cogido por la cintura, de tal forma que sus huesos se afligieron ycrujieron. Se sinti levantado en el aire, y la serpiente desgarr su oreja y las garraspincharon sus costados. El rostro de Cal-den se alz hacia la vctima, con la empuadurade la espada igual que una barba de acero.

    Acto seguido lanz a Dilvish al otro lado del estrado, como si quisiera aplastarlo contralas baldosas del suelo.

    Pero el portador de las verdes botas de la Tierra Elfa no poda ser lanzado al suelo ocaer de otra forma que no fuera de pie.

    Dilvish se recobr, pero el choque de la cada le produjo dolor en la herida del muslo.Su pierna cedi, de modo que tuvo que apoyarse en una mano.

    Cal-den salt sobre l y le golpe dolorosamente en la cabeza y los hombros. Desdealguna parte, Korel lanz una piedra que alcanz la cresta del demonio.

    Dilvish retrocedi tambaleante, hasta que su mano top con un objeto entre losescombros, un objeto que haca sangrar.

    Una espada.Dilvish asi el puo y lo alz del suelo asestando un golpe de costado que alcanz a

    Cal-den en la espalda, dejndolo paralizado en un aullido capaz de reventar los tmpanosa cualquiera que lo oyera. Brot humo de la herida.Dilvish se levant y vio que no tena nada en la mano.Entonces supo que la espada de su antepasado, el arma que ojo alguno poda ver, le

    haba llegado de entre las ruinas, donde haba permanecido siglos, para ayudarle comovstago de la Casa de Selar en ese momento de apuro.

    Dilvish la dirigi hacia el pecho de Cal-den.Conejo mo, ests desarmado y sin embargo me has herido dijo la criatura.

    Ahora volveremos a las Casas del Dolor.Ambos se lanzaron hacia delante.Siempre supe dijo Cal-den que mi pequeo Dilvish era un poco especial y

    cay al suelo con enorme estrpito y el humo brot de su cuerpo.Dilvish puso el pie en el cadver y arranc la espada, perfilada por humeante licor.

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    A ti, Selar, te debo esta victoria dijo, y alz un trozo de humeante nada a modo desaludo. Despus envain la espada.

    Korel estaba junto a l. Vio que la criatura que estaba a sus pies se esfumaba comoascuas y hielo, dejando un hedor sumamente repugnante.

    Dilvish condujo de nuevo al sacerdote a la puerta de la torre y ambos entraron, Korelsiempre junto al Maldito.

    El roto tirador estaba a los pies de Dilvish. Se convirti en polvo en cuanto lo toc conla punta del pie.Se dice explic a Korel que el tirador de las campanas se rompi en las manos

    del ltimo que lo us, hace media eternidad.Alz los ojos, y slo haba oscuridad en lo alto.Las legiones de Shoredan partieron para asaltar la Ciudadela de Rahoring dijo el

    sacerdote, como si leyera en un viejo pergamino y la noticia de su movimiento no tarden llegar al Rey del Mundo, que realiz un encantamiento con tres campanas fundidas enShoredan. Al taer estas campanas, una gran niebla surgi en el territorio y envolvi a lascolumnas de marchantes y jinetes. La niebla se dispers con el segundo taido de lascampanas, y el territorio apareci vaco de tropas. Ms tarde, Merde, Mago Rojo del Sur,

    escribi que estos marchantes y jinetes todava avanzan en alguna parte, atravesandoregiones de eterna niebla. Si estas campanas vuelven a ser tocadas por una mano de lamisma Casa del ejecutor del encantamiento, esas legiones saldrn de la niebla paraservirle durante algn tiempo en batalla. Pero cuando hayan cumplido, desaparecern denuevo en los parajes de lobreguez, donde continuarn su marcha en un Rahoringhast queya no existe. Es posible liberarlas para que descansen? No lo sabemos. Alguien mspoderoso que yo lo ha probado y ha fracasado.

    Dilvish inclin la cabeza un momento y despus palp las paredes. No eran como lasexteriores. Estaban formadas por bloques del mismo material, y entre dichos bloqueshaba exiguas grietas para proporcionar punto de apoyo a los dedos.

    Dilvish dio un salto e inici el ascenso. Las blandas botas verdes encontraron soportesen cualquier lugar que tocaban.

    El ambiente era caluroso y viciado. Rociadas de polvo caan sobre Dilvish en cuantolevantaba el brazo por encima de la cabeza.

    Continu subiendo, hasta contar cien movimientos, y se rompi las uas de las manos.Luego se aferr a la pared como una lagartija, para descansar, y not los dolores de sultimo combate, ardientes como soles en su interior.

    Dilvish respir el ftido aire y la cabeza le dio vueltas. Pens en la Portaroy que habaliberado en otra poca, haca mucho tiempo, la ciudad amistosa, el lugar donde le habanfestejado, el territorio que le haba necesitado con tanta fuerza como para librarle de lasCasas del Dolor y romper la presa de piedra que agobiaba su cuerpo. Y pens en la

    Portaroy en manos del Coronel del Occidente, y pens en Dilfar que se resista a Lylish,capaz de llevarse por delante los bastiones del Oriente.Dilvish sigui subiendo.Su cabeza toc el borde metlico de una campana.Se puso encima, apoyndose en los travesaos que acababa de ver.Haba tres campanas suspendidas de un mismo eje.Dilvish apoy la espalda en la pared y se agarr a los travesaos para poner los pies

    en la campana central.Empuj, poniendo en tensin las piernas.El eje protest, cruji al frotar sus puntos de apoyo.Pero la campana se movi, despacio. No retrocedi, empero, si no que permaneci en

    la misma posicin despus del empujn.Tras lanzar una maldicin, Dilvish cruz trabajosamente los travesaos hasta el ladoopuesto del campanario.

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    Movi el eje, y ste dio una vuelta y qued fijo. Pero todas las campanas sedesplazaron con el eje.

    Nueve veces ms pas de un lado a otro, en la oscuridad, para empujar las campanas.Por fin los movimientos fueron ms suaves.Poco a poco las campanas fueron retrocediendo al dejar de hacer fuerza con las

    piernas. Dilvish dio otro empujn y las campanas retrocedieron de nuevo. Sigui

    empujando, sin cesar.Hubo un ligero ruido en una de las campanas cuando el badajo toc el metal. Luegootro. Y por fin una campana son.

    Dilvish dio patadas cada vez ms fuertes, y las campanas oscilaron libremente yllenaron la torre con un repiqueteo que hizo vibrar las races de los dientes del Maldito einundaron de dolor sus odos. Una tormenta de polvo cay sobre l y los ojos se lellenaron de lgrimas. Tosi y cerr los prpados. Esper a que las campanas se pararan.

    Crey or a muchsima distancia el tenue sonido de un cuerno.Inici el descenso.Lord Dilvish dijo Korel en cuanto el Maldito lleg al suelo, he odo sonido de

    cuernos.

    S dijo Dilvish.Llevo conmigo una bota de vino. Bebed.Dilvish se limpi los labios, escupi y dio tres generosos tragos.Gracias, sacerdote. Salgamos de aqu.Atravesaron la sala de nuevo y bajaron las escaleras interiores. La sala menos

    espaciosa careca de iluminacin en ese momento y estaba en ruinas. Salieron, sin queDilvish dejara huellas indicativas de adonde haba ido. Y mientras bajaban los escalonesla oscuridad abandon a la pareja.

    A travs del grisceo da que se aferraba al suelo, Dilvish contempl la Senda de losEjrcitos. Una intensa niebla llenaba el ambiente hasta mucho ms all de losdestrozados portalones, y de la niebla brotaban las notas del cuerno y el ruido demovimiento de tropas. Dilvish casi distingui los perfiles de las columnas de marchantes yjinetes, movindose sin cesar pero sin avanzar.

    Mis tropas me aguardan dijo Dilvish en la escalera. Gracias, Korel, poracompaarme.

    Gracias a vos, lord Dilvish. Vine a este lugar para investigar los mtodos del mal. Mehabis mostrado muchas cosas que debo meditar.

    Bajaron los ltimos escalones. Dilvish se quit el polvo de su ropa y mont a Black.Una cosa ms, Korel, sacerdote de Babrigore dijo. Si alguna vez os encontris

    con vuestro protector, que os proporcionar mucho ms mal para vuestras meditacionesque el que habis visto aqu, decidle que en cuanto todas las batallas hayan sido libradas,

    su estatua vendr para matarlo.El lunar se agit cuando Korel parpade ante Dilvish.Recordad replic que l llev en tiempos un manto de luz.Dilvish se ech a rer, y los ojos de su montura relucieron rojamente en la penumbra.Mirad! dijo mientras sealaba. Ah est vuestra seal de la bondad y la luz de

    l!Nueve palomas negras daban vueltas en el cielo.Korel baj la cabeza y no respondi.Me voy ahora para ponerme al frente de mis legiones.Black se encabrit sobre sus cascos de acero y ri al mismo tiempo que su jinete.Y se fueron, por la Senda de los Ejrcitos, dejando tras de ellos en las sombras a la

    Ciudadela de Rahoring y al sacerdote de Babrigore.

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    4 - Un caballero para Merytha

    Al cruzar el paso, Dilvish oy el chillido de una mujer.El grito reverber en los alrededores y se apag. Luego qued nicamente el sonido de

    los cascos de acero en el camino.Dilvish se detuvo y atisbo en el crepsculo.

    Black, de dnde ha salido ese grito? pregunt.No s la direccin replic el caballo de acero a cuyos lomos cabalgaba Dilvish.En estas montaas, los ruidos parecen provenir de todas partes.

    Dilvish volvi la cabeza y observ la senda que haba seguido.Mucho ms abajo, en la llanura, el ejrcito maldito haba establecido su campamento.

    Dilvish, que dorma muy poco, se haba adelantado para explorar el camino de lasmontaas. La ltima vez que haba pasado por all, en direccin a Rahoring-hast, era denoche y apenas haba visto la senda.

    Los ojos de Black brillaron tenuemente.La oscuridad aumenta dijo y es intil continuar. El camino apenas puede verse a

    partir de este punto. Quiz fuera mejor regresar al campamento, para escuchar viejos

    relatos de tus deudos sobre pocas ms jvenes de la tierra.Muy bien... dijo Dilvish, y mientras pronunciaba estas palabras oy de nuevo el

    chillido.Por ah! dijo, sealando hacia la izquierda. El grito procede de ah, senda

    arriba!S dijo Black, estamos muy cerca de las fronteras deRahoringhast, por lo que una situacin como sta es ms sospechosa incluso que en

    condiciones normales. Te aconsejo que no prestes atencin a ese grito.Una mujer que chilla en la montaa y por la noche... y no responder? Vamos,

    Black! Eso viola las leyes de mi raza. Adelante!Black emiti un sonido como el grito de caza de un gran pjaro y se lanz hacia

    adelante. Al otro lado del paso sali de la senda y subi una empinada ladera.En lo alto haba el parpadeo de una luz.Es un castillo dijo Black y hay una mujer en las almenas, vestida de blanco.Dilvish contempl el lugar.Las nubes se separaron y la luna verti luz sobre el edificio.Enorme, y en algunos puntos decadente, la construccin casi pareca formar parte de

    la montaa. Oscura, aparte de la tenue luz que brotaba por la abierta puerta del patiointerior. Vieja...

    Llegaron a los muros del castillo y Dilvish grit:Seora! Habis gritado vos?

    La mujer mir hacia abajo.S! dijo. Oh, s, buen viajero! He sido yo!Qu os inquieta, seora?He gritado porque os o pasar. Hay un dragn en el patio... y temo por mi vida.Habis dicho dragn?S, buen caballero. Baj del cielo hace cuatro das y ha hecho del patio su nuevo

    hogar. Estoy prisionera a causa de ello. No puedo pasar por ah...Ver qu puede hacerse al respecto dijo Dilvish.Sac la espada invisible.Oh, buen caballero...Cruza la puerta, Black!

    No me gusta esto murmur Black mientras entraba ruidosamente en el patio.Dilvish mir alrededor.

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    Una antorcha llameaba en un rincn del patio. Las sombras danzaban por todas partes.Por lo dems no haba nada.

    No veo dragn alguno dijo Black.Y yo no huelo el almizcle de los reptiles.Aqu, dragn! dijo Black. Aqu, dragn! Sal, dragn!Dieron la vuelta al patio y observaron las arcadas. Ningn dragn observ Black.

    No.Una pena. Debes despedirte del placer. Al pasar junto al ltimo arco, la mujer grit enel interior. Al parecer se ha ido, buen caballero. Dilvish envain la espada de Selar ydesmont. Black se convirti en una estatua de acero mientras su jinete se aproximabaresueltamente al corredor. All estaba la mujer, y Dilvish sonri e hizo una reverencia.

    Vuestro dragn parece haber huido observ. Y luego la mir.Tena el cabello negro y suelto, y le caa muy por debajo de los hombros. Era alta, y

    sus ojos eran del color del humo de lea. Danzaban rubes en los lbulos de sus orejas,su barbilla era fina y la mantena erguida. Su cuello tena el color de la leche, y Dilvish lorecorri con la mirada hasta las inclinaciones donde los pechos se adaptaban al apretadocorpio.

    Eso parece repuso ella. Me llamo Merytha. Y yo Dilvish.Sois un valiente, Dilvish... enfrentarse a un dragn con las manos vacas...Tal vez dijo l. Puesto que el dragn se ha ido ya... Volver para buscarme,

    me temo replic la mujer, ya que soy la ltima persona que hay en estos muros. Sola aqu? En qu situacin os hallis? Mis parientes regresarn maana. Hanhecho un largo viaje. Os lo ruego, atended a vuestro caballo y cenad en mi compaa,porque estoy sola y tengo miedo. Se lami los labios formando una sonrisa.

    Perfectamente contest Dilvish, y volvi al patio. Puso la mano en el cuello deBlack y not que ste se mova. Black, no todo es normal en este lugar afirm, yquiero averiguar ms detalles. Cenar con la dama.

    Cuidado musit Black con lo que comes y bebes. No me gusta este lugar.Mi buen Black dijo Dilvish, y volvi con Merytha al corredor.Ella haba cogido una antorcha encendida en alguna parte, y se la dio.Mis habitaciones estn al principio de las escaleras dijo. Dilvish la sigui en la

    penumbra. Haba telaraas en los rincones y polvo en un amplio tapiz que describa unagran batalla. Dilvish crey or la precipitada fuga de las ratas en la maleza, y un tenue olora seca putrefaccin lleg a sus ventanas nasales.

    Llegaron a un rellano y Merytha abri de par en par la puerta que estaba ante los dos.La sala estaba iluminada por numerosas velas. Estaba aseada era clida, y un aroma

    de sndalo flotaba en el ambiente. Haba oscuras pieles de animal en el suelo, y unmagnfico tapiz colgado en la pared. Dos rendijas en las ventanas dejaban entrar la brisa

    nocturna y permitan atisbar las estrellas, y haba un estrecho umbral que conduca a laalmena en la que Merytha haba gritado.Dilvish entr en la sala, y al hacerlo vio que en el rincn de la izquierda haba un nicho

    con un hogar y dos troncos ardiendo sin llama. La cena estaba dispuesta en una mesa,delante del hogar. La verdura an humeaba junto a la carne, y el pan tena una aparienciafresca y blanda. Dilvish vio tambin una transparente jarra de vino. En oteo rincn de lahabitacin haba una enorme cama endoselada, con largas colgaduras de trencilla doradaen los pilares, seda color naranja muy tirante en el punto donde estaba vuelto elcubrecama y una hilera de almohadones del mismo color en la cabecera.

    Sentaos y refrescaos, Dilvish dijo Merytha.Cenaris conmigo?

    Ya he cenado.Dilvish prob un trozo de carne. No tena objecin alguna. Sorbi vino. Era fuerte yseco.

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    Muy bueno dijo. Cmo ha podido prepararse esta cena, y continuar caliente?Ella sonri.Yo la prepar, quiz previendo esto. No os quitaris el cinto de la espada en mi

    mesa?S replic Dilvish. Disculpadme.Y solt la hebilla y puso el cinto junto a l.

    No llevis espada en la funda. Por qu?La ma se rompi en batalla.A pesar de todo debisteis ganar el combate, o de lo contrario no estarais aqu.Venc dijo Dilvish.Os tengo por un bravo guerrero, seor.Dilvish sonri.La dama me har perder la cabeza con esta charla.Merytha se ech a rer. Puedo tocar msica para vos?Eso sera muy agradable.Merytha cogi un instrumento de cuerda distinto a todos los que haba visto Dilvish. Se

    puso a tocarlo para acompaarse:

    Caen algunas gotitas de lluviay el viento sopla esta noche, mi amor;rogu que vinieras a verme,para aliviar mi dolor.

    Ahora deseo que el viento no cese nunca,ni los relmpagos en el temporal,porque has venido al anocheceren carne y sangre terrenal.

    Por favor qudate en la amena noche,verdes botas en tus pies,oh caballero que no lleva espada,para con dulces besos cerrar mis ojos despus.

    Desear que el viento no cese nunca,ni los relmpagos en el temporal,que puedas quedarte tras el anochecer,en carne y sangre terrenal.

    Rogu que vinieras a vermecuando la luz del da menguaba,para abrazarme mientras caan gotitas de lluviay el viento de la noche soplaba.

    Dilvish sigui comiendo y bebiendo vino, observando a la mujer mientras tocaba. Losdedos de ella apenas tocaban las cuerdas y su voz era suave y clara.

    Encantador dijo Dilvish.Gracias, Dilvish y Merytha le cant otra tonada.Dilvish termin de cenar y continu sorbiendo vino hasta que no hubo ms esperndole

    en la jarra.

    Merytha dej de cantar y puso a un lado el instrumento.Temo estar sola aqu dijo hasta que vuelvan mis parientes. Querris quedarosconmigo esta noche?

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    Slo hay una respuesta que yo soy capaz de dar.Merytha se levant y se acerc junto a l, y le toc la mejilla con las puntas de los

    dedos. Dilvish sonri y le toc la barbilla.Sois en parte de la raza elfa dijo ella.Cierto, lo soy.Dilvish, Dilvish, Dilvish... dijo ella. El nombre me parece familiar... S! Tenis el

    mismo nombre que el hroe de La balada, de Portaroy.Cierto.Una cancin muy bonita. Quizs os la cante dijo Merytha. Ms tarde.No repuso Dilvish, no es una de mis favoritas.Despus acerc la cara de la mujer a la suya y la bes en los labios.El fuego se est apagando.S dijo l.La habitacin se enfriar.Cierto.Pues quitaos vuestras botas verdes, porque es agradable verlas pero sern un

    engorro en la cama.

    Dilvish se quit las botas, se levant y cogi en brazos a Merytha.Cmo os hicisteis esos cortes en la mejilla?Mi rival me golpe en la cabeza.Tal parecera que tuviera garras.As era.Un animal?No.Besar las heridas dijo ella para que no os piquen.Los labios de Merytha se posaron en su mejilla. Dilvish la estrech, y ella suspir.Sois fuerte... dijo, y el fuego estaba apagndose. Al cabo de un rato, se apag.Cunto tiempo haba dormido? Dilvish no lo saba.Escuch ruido de madera astillada, y una voz grit en la noche.Dilvish sacudi la cabeza y contempl los abiertos ojos de Merytha.Sinti un extrao calor en su cuello. Lo toc y su mano se moj.Dilvish sacudi de nuevo la cabeza.Por favor, no te enojes dijo Merytha. Recuerda que te he alimentado, que te he

    dado placer...Vampira... musit Dilvish.No tomara tu sangre vital, Dilvish. Slo un sorbo, un sorbo era lo nico que

    necesitaba.Hubo otro golpe en la puerta, similar al de un ariete.

    Dilvish se incorpor poco a poco y se agarr la cabeza con ambas manos.Vaya sorbo dijo. Creo que hay alguien en la puerta.Es mi esposo replic ella. Lord Morin.Eh? No creo que hayamos sido presentados...Pens que l dormira esta noche, como tantas otras noches pasadas. Se aliment

    bien hace una semana y qued saciado. Pero es igual que el tigre de los mares. Tusangre le llama.

    Mi posicin me parece un poco embarazosa, Merytha observ Dilvish. Huspedde un caballero vampiro al que acabo de hacer cornudo... No s qu se dice en estasocasiones.

    No hay nada que decir replic ella. Le odio. l me convirti en lo que soy. Lo

    nico que lamento es que haya despertado. Pretende matarte.Dilvish se frot los ojos y busc sus botas.Qu hars, Dilvish?

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    Disculparme, y defenderme.Tres nuevos golpes aflojaron las bisagras de la puerta. Djame entrar, Merytha!

    dijo una profunda voz desde fuera.Ojal le mates y te quedes conmigo.Vampira dijo Dilvish.Ojal fueras mi seor repuso ella. Sera buena contigo. Lamento que l haya

    despertado... No quiero que mueras. Oh, mtale por m! Qudate aqu y mame!Habras podido acuchillarlo, si no se hubiera despertado... No soy una de esas quequieren tu sangre en los relatos. Es buena, tan buena tu sangre! Y caliente! Lasaboreo... Oh, mtale! mame!

    La puerta se derrumb, y en la penumbra Dilvish vio una silueta en un rincn.Dos ojos amarillos parpadeaban encima de una barba en forma de espada, y el resto

    de la cara era oscuridad. Morin era tan alto como Dilvish y tena una espalda enorme.Llevaba un hacha corta en la mano derecha.

    Dilvish le lanz la jarra del vino y una silla.La jarra no alcanz su objetivo, y el hacha parti la silla.Dilvish desenvain la espada de Selar y se puso en guardia.

    Morin se precipit hacia l y chill cuando la punta de la invisible espada entr en suhombro.

    Qu magia es sta? grit, cogiendo el hacha con la mano izquierda.Mis excusas, buen caballero dijo Dilvish por abusar de la hospitalidad en vuestra

    casa. Desconoca que la dama estaba casada.Morin gru y blandi el hacha. Dilvish retrocedi y le hizo una herida en el brazo

    izquierdo.Mi sangre no podis tenerla afirm. Pero repito mis excusas.Necio! chill Morin.Dilvish par otro golpe de hacha. Hacia el este, el cielo empezaba a iluminarse.

    Merytha lloraba en silencio.Morin se abalanz sobre l y le apret el brazo al costado. Dilvish lo cogi por la

    mueca y ambos lucharon.Morin baj el hacha y golpe en la cara a Dilvish. Este cay de espaldas y se golpe la

    cabeza en la pared.Mientras el otro se lanzaba hacia l, Dilvish levant la punta de la espada.Morin lanz un grito y se derrumb, agarrndose el estmago con las manos.Dilvish arranc la espada y contempl al hombre que jadeaba.No sabis lo que habis hecho dijo Morin.Merytha corri hacia su esposo, y ste la apart de un empujn.Sacdmela de encima! dijo. No consintis que beba mi sangre!

    Qu pretendis decir?No saba quin era ella cuando la despos repuso Morin. Y cuando lo supe,segu amndola a pesar de todo. Hacerle dao no era propio de m. Mis siervos meabandonaron y mi castillo se deterior, pero yo no poda hacer lo que haba que hacer. Envez de eso he sido el carcelero de ella. Os perdono, Botas Elfas, porque ella os haengaado. Yo estaba narcotizado... Parecis un hombre fuerte, habis demostradoserlo... Espero que tengis la fuerza suficiente para hacerlo.

    Dilvish apart los ojos de la escena y mir a Merytha, que estaba con la espaldaapoyada en un pilar de la cama.

    Me has mentido dijo. Vampira!Lo has conseguido replic ella. Le has matado! Mi carcelero ha muerto!

    S.Te quedars conmigo ahora?No dijo Dilvish.

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    Debes hacerlo contest ella. Te deseo.Eso dijo Dilvish lo creo.No, no de esa forma. No, deseo que seas mi seor. Toda mi vida he deseado un

    hombre con tu fuerza y tus extraos ojos dijo ella, en carne y sangre terrenal. Nohe sido buena contigo?

    He matado a este hombre por tu culpa. Ojal no lo hubiera hecho.

    Merytha se protegi los ojos.Por favor, qudate! exclam. Mi vida estara vaca si t no... Debo retirarme enseguida, a un lugar oscuro y silencioso. Por favor! Estaba respirando con dificultad.Por favor, dime que estars aqu cuando despierte la prxima noche.

    Dilvish mene la cabeza, lentamente.La habitacin iba iluminndose.Los claros ojos de Merytha se abrieron mucho bajo su protectora mano.No pretenders dijo, no pretenders hacerme dao, verdad?De nuevo Dilvish mene la cabeza.Ya he hecho bastante dao esta noche. Debo irme, Merytha. Slo existe un remedio

    para tu estado, y yo no puedo administrrtelo. Adis.

    No te vayas dijo ella. Cantar para ti. Preparar magnficas comidas. Te amar.Slo deseo un sorbito, de vez en cuando...

    Vampira dijo l.Oy los pasos de Merytha, que iba detrs de l por la escalera.Un da gris amaneca cuando Dilvish sali al patio y apoy la mano en el cuello de

    Black.Escuch el jadeo de ella al montar.No te vayas... dijo Merytha. Te amo.El sol sala cuando Dilvish avanz hacia las abiertas puertas.Oy el chillido de ella.No volvi la cabeza.

    5 - Los parajes de Aache

    En su viaje por los Pases del Norte, Dilvish el Maldito recorri un da un tortuosocamino en un valle cubierto de pinos bajos. Su gran montura negra pareca incansable,pero lleg un momento en que Dilvish se detuvo para sacar provisiones y preparar unacomida. Sus verdes botas no produjeron sonido alguno sobre las agujas de los pinoscuando extendi su capa y puso encima la comida.

    Alguien se acerca.

    Gracias.Dilvish prepar su espada y empez a comer de pie. Al poco, un barbudo hombretnque montaba un garan roano dobl un recodo y afloj el paso.

    Eh! Viajero! llam el desconocido. Puedo acompaarte?Puedes.El hombretn se detuvo y desmont. Al acercarse, sonri.Rogis es mi nombre -dijo. Y el tuyo?Dilvish.Has viajado mucho?S, desde el sudeste.Tambin haces una peregrinacin al santuario?

    Qu santuario?El de la diosa Aache, en lo alto de esa colina. Seal camino arriba.No, ni siquiera conoca su existencia. Cul es su virtud?

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    La diosa puede absolver de asesinato a cualquier hombre.S? Y haces la peregrinacin por este motivo?S. La he hecho a menudo.Vienes de muy lejos?No, vivo en la carretera. Eso hace la vida mucho ms fcil.Creo que empiezo a entender.

    Perfecto. Si eres tan amable de pasarme tu bolsa, evitars a la diosa el trabajo deuna nueva absolucin.Ven y cgela dijo Dilvish, y sonri.Rogis entrecerr los ojos.No muchos hombres me han dicho eso.Y quiz yo sea el ltimo.Hum. Soy ms corpulento que t.Lo he notado.Ests haciendo difciles las cosas. Querras mostrarme si llevas suficientes

    monedas para que valga la pena nuestro esfuerzo ?Creo que no.

    Y qu te parecera esto? Partimos tu dinero, y ninguno de los dos se arriesga a quecorra la sangre.

    No.Rogis suspir.Ahora la situacin es violenta. Veamos, eres arquero? No. Ningn arco. Ningn

    arma arrojadiza, tampoco. Yo dira que puedo irme sin que me alcances.Para tenderme una emboscada ms tarde? Temo no poder consentirlo. Esto es un

    asunto de futura defensa propia.Qu pena dijo Rogis. Pero correr el riesgo de todas formas.Se volvi hacia su montura y dio media vuelta con la espada en la mano. Pero el arma

    de Dilvish ya estaba desenvainada, y el Maldito par el primer golpe y contraatac. Rogislanz una maldicin, evit otro golpe y atac. As sigui el combate, seis pases ms, yluego la hoja de Dilvish perfor el abdomen de su rival.

    Una mirada de sorpresa cruz el semblante de Rogis, que solt su espada para aferrarla que le hera. Dilvish la arranc y observ caer al salteador.

    Un da desgraciado para ambos murmur Rogis.Ms para ti, dira yo.No escapars de esto tan fcilmente, sabes?... Soy favorito de la diosa...Pues ella tiene un gusto peculiar para elegir favoritos.He sido su siervo. Ya vers... y sus ojos se nublaron y se desplom con un

    gemido.

    Black, has odo hablar de esta diosa?No replic la estatua metlica de su caballo, pero hay muchas cosas en esteterritorio de las que no s nada.

    En ese caso vmonos de aqu.Y Rogis?Lo dejaremos en el cruce como advertencia de que el mundo es un lugar ms

    seguro. Desatar su caballo y que l mismo encuentre el camino de regreso.Esa noche, muchos kilmetros ms al norte, Dilvish vio perturbado su sueo. So que

    la sombra de Rogis llegaba al campamento y se arrodillaba junto a l, sonriente, paraponerle las manos en el cuello. Dilvish despert asfixindose, y una espectral luz pareciapagarse junto a l.

    Black! Black! Has visto algo?Silencio en principio.

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    Estaba muy lejos fue finalmente la rplica de la inmvil estatua, pero veoseales rojas en tu cuello. Qu ha sucedido?

    So que Rogis estaba aqu, que intentaba estrangularme. Dilvish tosi y escupi.Ha sido ms que un sueo decidi.Abandonaremos pronto este lugar.Cuanto antes mejor.

    Al cabo de un rato Dilvish volvi a dormirse. En determinado momento Rogis estaba denuevo con l. Esta vez el ataque fue muy repentino e incluso ms violento. Dilvishdespert dando puetazos, pero sus golpes iban dirigidos al aire. No le qued ya dudaalguna respecto a la luz, con la espectral silueta de Rogis.

    Black, despierta dijo. Debemos desandar el camino, visitar aquel santuario,conjurar a este fantasma. Un hombre tiene que dormir.

    Estoy dispuesto. Estaremos all un poco despus de que rompa el da.Dilvish levant el campamento y mont.El santuario era una baja e irregular construccin de madera apoyada en la roca de la

    colina, llena de rojizas vetas, cerca de la cumbre. El sol matutino caa sobre su fachada,donde una doble puerta de madera, toscamente tallada, permaneca cerrada. Dilvish

    desmont y trat de abrirla. Al comprobar que estaba atrancada, la golpe con fuerza.Al cabo de larga demora, la parte izquierda de la puerta se abri y un hombrecillo de

    ojos claros y muy juntos asom la cabeza. Llevaba una tosca vestidura marrn.Quin eres t para molestarnos a esta hora? inquiri el hombre.Un caballero incordiado por alguien que afirm tener relaciones especiales con tu

    diosa. Deseo librarme de cualquier maldicin o encantamiento que pese sobre m.Ah, eres t. Llegas muy pronto. Entra.El desconocido abri la puerta de par en par y Dilvish entr. La habitacin estaba

    sencillamente amueblada con algunos bancos y un pequeo altar. Haba otra puerta alfondo. Un vaco camastro, desarreglado, se hallaba cerca de una pared, junto a unaestrecha ventana.

    Me llamo Task. Toma asiento. El hombre seal los bancos.Seguir de pie.El hombrecillo se encogi de hombros.Muy bien. Se acerc al camastro y pleg las mantas. Quieres librarte de la

    maldicin, para evitar que el fantasma de Rogis te estrangule.Lo sabes!Naturalmente. A la diosa no le gusta que asesinen a sus siervos.Dilvish vio que Task, con diestros movimientos, ocultaba una botella de un raro vino

    meridional en el interior de la plegada manta. Tambin not que en cuanto el hombrecilloesconda las manos en la vestidura, otro costoso anillo se esfumaba de sus dedos.

    Tampoco las vctimas de los siervos gozan mucho cuando las asesinan.Pse. Has venido aqu para blasfemar o para que te absuelvan?He venido aqu para librarme de esta condenada maldicin.Para eso, debes hacer una ofrenda.En qu debe consistir?En primer lugar, todo tu dinero, piedras preciosas o metales de valor que lleves

    contigo.La diosa es tan salteadora como sus siervos! Task sonri.Todas las religiones tienen su lado secular. Los devotos de la diosa no son muchos

    en esta regin escasamente poblada, y las donaciones de los fieles no siempre bastan

    para cubrir los gastos de mantenimiento.Has dicho en primer lugar. En primer lugar quieres todos mis objetos de valor. Yen segundo?

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    Bien, es simplemente justo que sustituyas t mismo la vida que has destruido. Unao de servicio por tu parte sera suficiente.

    Haciendo qu?Bien, recaudar tributos de los viajeros, igual que Rogis. Me niego dijo Dilvish.

    Pide otra cosa. Ninguna otra cosa servira. Esa es tu penitencia. Dilvish dio mediavuelta. Pase de un lado a otro. Se detuvo.

    Qu hay detrs de esa puerta? pregunt de repente, sealando la parte traserade la habitacin.Es un recinto sagrado, reservado para los ele...Dilvish se acerc a la puerta.No puedes entrar ah!Abri de golpe la puerta....Y menos con una espada!Dilvish entr. Haba lamparillas de aceite encendidas. Vio paja en el suelo, not

    humedad y un olor peculiar que no reconoci; por lo dems, la habitacin estaba vaca.Pero una enorme y pesada puerta estaba ligeramente entreabierta en la parte opuesta, yDilvish crey or ruido de araazos, algo que retroceda.

    Task estaba junto a l cuando avanz hacia la puerta. Le cogi del brazo pero no pudodetenerle. Dilvish abri la puerta y mir.

    Nada. Oscuridad y una sensacin de lejana. Roca a un lado. Una cueva.Es un espacio para almacenamiento. Dilvish cogi una lamparilla y entr. Al avanzar,

    el olor se intensific, igual que la humedad. Task le sigui.Este lugar est peligrosamente oscuro. Hay grietas profundas, abismos. Podras

    resbalar...Silencio! O te echar por el primer agujero que vea!Task retrocedi varios pasos.Dilvish avanz con precaucin, sosteniendo en alto la lamparilla. Tras pasar junto a un

    saliente rocoso, contempl una mirada de chispas. Un estanque, agitado haca poco.Aqu ha venido dijo Dilvish, sea lo que sea. Se acerc al estanque. Lo

    esperar. S. Tengo la impresin de que deber salir, tarde o temprano. Qu es?La diosa... dijo Task en voz baja. Deberas irte. Acabo de recibir un mensaje. Tu

    sentencia de un ao ha sido anulada. Deja solamente el dinero.Dilvish se ech a rer.Acaso las diosas regatean? pregunt.Algunas veces, son una voz en su mente. Dejmoslo as.Un escalofro recorri sus extremidades.Por qu te escondes? dijo Dilvish.No muchos mortales pueden contemplar a los de mi raza.

    No me gusta el chantaje, ni humano ni sobrenatural. Y si tirara esta roca a tuestanque?De pronto, el agua se agit. El rostro de una mujer sali y contempl al guerrero. Sus

    ojos eran verdes y muy grandes, su piel sumamente plida. Espesos bucles de cabellonegro cubran su cabeza igual que un casco. Su barbilla era puntiaguda, y haba un rasgoantinatural en la forma de su lengua cuando la diosa habl.

    Muy bien, ya me ves afirm. Tengo intencin de ensearte ms.Aache sigui saliendo del agua, cuello, hombros, pechos, totalmente blanca, y de

    repente cualquier apariencia humana se desvaneci, porque bajo su cintura haba tantasextremidades, largas y esbeltas, que Dilvish no pudo contarlas.

    Dilvish lanz un grito y la espada apareci en su mano. Estuvo a punto de tirar la

    lamparilla.No pretendo hacerte dao alguno son la voz ligeramente insegura. Recuerdaque t mismo pediste esta audiencia.

  • 8/7/2019 Zelazny, Roger - D1, Dilvish el Maldito

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    Aache... qu eres? pregunt l.Mi raza es vieja. No hay ms que decir. Me has causado problemas.Tu siervo trat de matarme.Lo s. Es obvio que se equivoc de vctima, que pena. Voy a tener hambre.

    La espada se revolvi en la mano de Dilvish.Qu pretendes decir?

    Como miel.Miel?Un lquido dulce producido por pequeos insectos voladores en el lejano sur.S lo que es, pero no lo entiendo.Es mi principal exigencia diettica. Necesito miel. No hay flores, no hay abejas tan al

    norte. Debo mandar a buscarla. Es costoso traerla desde tan lejos.Y por eso robas a los viajeros?Debo tener dinero, para comprarla. Mis siervos me la traen.Por qu te sirven de esta forma?Podra decir por devocin, pero seamos sinceros. En algunos casos, puedo controlar

    desde lejos a los hombres.

    De la misma forma que me enviaste a aquel fantasma?No puedo controlarte directamente, como haca con Rogis. Pero puedo causarte

    malos sueos.Dilvish agit la cabeza.Tengo la sensacin de que cuanto ms me aleje de aqu, menos me afectar este

    poder.No te equivocas. As pues, vete. Jams seras un buen siervo para m. Qudate el

    dinero. Djame.Espera. Tienes muchos siervos?Eso no es de tu incumbencia.No, no lo es. Pero tengo una idea. Hay riqueza mineral en este valle, lo sabas?

    No lo s. No comprendo a qu te refieres.Hace aos particip en trabajos de minera. Cuando cabalgaba ayer por el valle, vi

    indicios de depsitos minerales. Creo que son muy ricos en metal oscuro y que losmetalistas del sur lo pagarn bien. Si tienes bastantes siervos para cavar y purificar elmetal, estaras mucho mejor que robando a los transentes.

    Lo crees realmente?Sera muy fcil averiguarlo, si me, prestas algunos hombres.Por qu haces esto por m?Tal vez para que este rincn del mundo sea un poco ms seguro.Extraa razn. Vuelve al santuario. Estoy llamando a los siervos y ponindolos a tus

    rdenes. Comprueba si es posible hacer esto, luego vuelve a verme... solo.Lo har... Aache.De repente la diosa desapareci y el estanque chispe. Dilvish se volvi y encontr la

    fija mirada de Task. Se marcharon juntos sin pronunciar palabra.Durante los das que siguieron, extrajeron mineral, construyeron una fundicin y el

    trabajo empez. Dilvish sonri al contemplar la transformacin del oscuro metal en barras.Aache sonri tambin cuando el guerrero se lo comunic.

    Y hay mucho ms? pregunt ella.Una montaa entera. La semana prxima podemos tener bastante para llenar un

    vagn. Despus podremos acelerar el proceso.Dilvish se arrodill junto al estanque. Los dedos de Aache salieron, tocaron

    tentativamente la mano del guerrero. Al ver que l no retroceda, la diosa sac el brazo yle acarici la mejilla.Casi deseo que fueras de mi raza dijo, y despus desapareci de nuevo.

  • 8/7/2019 Zelazny, Roger - D1, Dilvish el Maldito

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    Ha pasado mucho tiempo desde que esta regin era calurosa y poda tener flores yabejas dijo Black. Ella debe ser muy vieja.

    Imposible saberlo respondi Dilvish mientras paseaban por la cima de la monta