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Filosofía de la Educación Tema 1. Esencia y filosofía de la educación

Elaborado por: Marcela Eugenia Avitia Vargas.

Introducción

• “La filosofía es la ciencia teorética de los primeros principios y de las primeras causas” (Aristóteles, Metafísica I).

• “La filosofía no puede aprenderse, solo puede aprenderse a filosofar” (Kant)

• “Una gran filosofía no es la que instala una verdad definitiva, es aquella que introduce una inquietud” (Peguy).

Algunos dichos

sobre la filosofía en de la

Mora (1986):

1.1 Los componentes base de la filosofía de la educación

La filosofía es una disciplina difícil de

definir concretamente,

puede resumirse que se trata de la forma

en la que busca comprenderse al ser

humano y su vinculación con la

realidad y sus contextos.

La educación busca la formación integral

del ser humano, desde lo

fenomenológico, como un proceso

cultural y desde lo trascendental; el ser

humano debe conocerse y

reconocerse desde su interioridad.

Los componentes base de la filosofía de la educación La Filosofía de la educación es, según Fullat (2000, p. 11), “un

saber globalizador comprensivo y crítico, de los procesos

educacionales, que facilita presupuestos antropológicos, epistemológicos y axiológicos,

amén de producir análisis críticos.”

Villalpando (2005, p. 335), por su parte, afirma que “es un

intento reflexivo por comprender, de manera

fundamental, la esencia, los valores y los fines de la

formación humana, así como las formas institucionales en que tal

formación se realiza.”

Los componentes base de la filosofía de

la educación

En consecuencia, la Filosofía, según Lonergan, Doran y Bravo (2006), es

el componente reflexivo de la educación, en tanto que la educación se presenta como el elemento activo

en el último nivel de reflexión y acción en la

vida humana.

Reflexione: ¿Cómo interpreta usted esta afirmación?

Los componentes base de la filosofía de la educación

Busque otros conceptos de filosofía

y de educación y estructure uno propio.

•Afirma Fullat (2000) que la filosofía formula interrogantes desde las perspectivas que la ciencia no puede legitimar socialmente, por lo que deduce que tiene a su cargo la complementación de esas insuficiencias, es decir, busca dar respuesta a las “insuficiencias existenciales” (p. 12).


Asimismo, el autor propone que la filosofía de la

educación es “un saber crítico que esclarece los

conceptos, los enunciados y las argumentaciones que

utilizan educadores y pedagogos.” (p. 13).

Muy interesante resulta la afirmación de que el filósofo de la

educación no es un “sophos”, quien sabe, sino el ignorante que

transforma su ignorancia en la única sabiduría. El saber es una

tarea continua que se anhela y se busca.


Con respecto a la Educación, la filosofía se pregunta quién es el educando, qué es la educación y para qué es.

1.2 Lógica de la educación: el pensamiento educativo

El hombre tiene necesidad de saber, de responder a sus dudas e inquietudes frente a su supuesta realidad y

a sus recovecos.

El lenguaje se vuelve el principal medio para llegar al saber sobre el

mundo.

Al inicio se cuentan con procesos educativos, más

tarde aparece la Pedagogía, como saber

acerca de “lo educativo”.

Lógica de la educación: el pensamiento educativo

Afirma Fullat (2000) que los hombres existimos a partir

de la seguridad y la certidumbre de pensar y de

actuar, lo que facilita la tarea de vivir.

El progreso nace de la duda, de la perplejidad y del apuro, por lo que es preferible el trabajo

educativo que se vale del dogma y del

convencimiento. Aunque no desaparecerán del todo el

titubeo y el reparo.


En tanto que Moore (1987) afirma que los problemas de la educación son sustancialmente reales, por lo que

provienen de la realidad y desde ella deben ser abordados. Es decir, se hace un análisis desde lo que se

ha hecho y se hace, así como de las teorías que han emanado de dichos actos.


Hay dos modalidades de procesos educacionales:

Los que insertan en la sociedad (comunes) y se empalman con la

capacidad experiencial del ser humano; y

Los que liberan (al menos es lo que se intenta) a los educandos, del

constreñimiento de la sociedad (Fullat, 2000). Estos procesos son los más raros y

los más deseables.


“La meta de la educación es producir un hombre educado que alcance ciertos

criterios de desarrollo,

intelectual, moral y estético.” (Moore, 1987, p. 32) y al

mismo tiempo, se considera que la

educación también se fija metas

subordinadas (lectura,

pensamiento científico o

matemático): lograr una clase de persona.

Educación como medio liberador.

Es tarea de la Filosofía de la

Educación analizar los lenguajes

educacionales y pedagógicos, a fin de realizar una correcta objetivación a través

de la precisión semántica del

vocabulario (Fullat, 2000). Lo que se refiere a que para

educar, los objetivos deben estar bien

trazados y en congruencia con lo

que se desea formar en el individuo.


Sugerencia de investigación: ¿por qué se afirma que el hombre puede ser libre con la educación?

1.3 Ontología de la educación: el ser en la educación

Entre la meta y los

procedimientos de la educación, se encuentra la

“materia prima”: la persona que

debe ser educada.

La naturaleza humana es

eminentemente maleable, por lo

que la experiencia produce efectos

perdurables en la conducta

subsecuente.

Ontología de la educación: el ser en la educación

De la naturaleza humana, han hablado diferentes pensadores:

Calvino: al inicio, se asumía una naturaleza pecadora del ser

humano.

Rousseau: los infantes son esencialmente buenos porque no

están manchados por la corrupción.

Locke: los infantes nacen “tabula rasa”, es decir, en un vacío

cognitivo.

Ontología de la educación: el ser en la educación

Froebel: cada niño ejemplifica un patrón divino de desarrollo que

debe formarse durante la vida y

es posible a través de la educación.

Para determinar la verdad sobre el mundo y la realidad debe acudirse a la

observación y a la

experimentación.

Para educar al niño, debe

saberse cómo se desarrolla, cómo se le motiva y se

le maneja.

1.4 Epistemología de la educación: el conocer en la educación

La epistemología fue iniciada por Lord Francis Baco, quien con su Novum

Organon (1620) y con Instauratio Magna, inténtó articular el método de la ciencia

moderna a partir de la especulación.

La epistemología de la educación explicará qué es y qué valor se le da a

cada una de las ciencias de la educación (Naturales y Sociales); determinará el

grado de coherencia que existe entre los métodos científicos y pedagógicos.

Epistemología de la educación: el conocer en la educación

Tareas de la epistemología de la educación (Fullat, 2000):

• Buscar el concepto y la legitimación de cada una de las ciencias de la educación (incluidas las tecnologías).

• Explorar el concepto y la legitimación del conjunto de ciencias de la educación.

• Relacionar los métodos científicos y los pedagógicos.


La idea del “conocimiento” emana de

los primeros filósofos griegos (Moore, 1987). Ya

desde Platón se busca determinar la diferencia

entre conocimiento, creencia y conocimiento a partir de la aprehensión de objetos intangibles

(formas o ideas).

Para Descartes, Spinoza y Leibniz (S. XVII), el

conocimiento es análogo a la captación de verdades

matemáticas, las cuales son universales.


Para Hume y Mill, el conocimiento sustancial no es un cuerpo de verdades

necesarias, sino conclusiones que dependen

del mundo empírico. La experiencia ofrece certezas.

Para Kant, sólo podemos tener experiencias en el

mundo bajo ciertas formas y categorías de la mente que

le dan estructura a la experiencia.


Moore (1987) afirma que el currículum educativo es un

asunto de conocimiento, pues

se dirige al saber qué y al saber cómo,

aunado a creencias y actitudes que son

consideradas como deseables que

aprendan los niños.

Los conocimientos deben ser valiosos y

que mejoren a la persona que

aprende.


El currículum “utilitarista” puede vincularse con aquél que se justifica en las asignaturas que incluye y que sirven para aprender. Es decir, la apropiación del conocimiento que va a servir para algo, como las matemáticas, la ciencia, la historia, la geografía o la artesanía.

Ejemplo: en el Emilio de Rousseau se sostiene que se aprende para justificarse en cuanto a ¿qué uso puedo darle? (Moore, 1987).


Un segundo significado de este currículum

“utilitarista”, refiere a lo que “conduce a la felicidad humana”, pues se sostiene

que la finalidad de toda actividad humana debe

promover la mayor cantidad de felicidad.

James Mill afirmó que la finalidad de la educación era convertir a la mente

humana en fuente de felicidad tanto para el

individuo como para los demás.


El currículum de la “herencia”, aduce Moore (1987), es el que tiene

por objeto en la educación, introducir a los niños en la tradición

pública o el conocimiento

compartido. Es decir, la preservación de la

cultura en los distintos ámbitos del desarrollo

humano.

Sugerencia: piense en algunos ejemplos.


Un currículum para la racionalidad, es aquél que contempla el conocimiento más valioso como el que prepara al alumno para la vida racional, ofreciéndole bases intelectuales para acciones desde su racionalidad.

Para Hirst, el currículum debe abarcar el conocimiento de todas las disciplinas si pretende logar una mente racional. El hombre que no sabe de ciencia, es incapaz de actuar racionalmente. (Moore, 1987).

1.5 Axiología en la educación: el actuar en la educación

O’Connor (en Moore, 1987), menciona en su Introducción a la Filosofía de la Educación, una

serie de fines educativos:

Proporcionar las habilidades mínimas, la capacitación laboral,

despertar el deseo de conocimiento, desarrollar una

perspectiva crítica y estimular el aprecio por las realizaciones

humanas. Éstas representan las finalidades aceptadas

idealmente por la mayoría.

Axiología en la educación: el actuar en la educación

La palabra axiología (del griego axia-valor, y logos-estudio) es de origen reciente, pues su introducción se produce a principios del siglo XX. No obstante, ya los antiguos griegos dedicaban una parte de la reflexión filosófica a los llamados problemas de valor, tratándolos dentro de la llamada “filosofía práctica” o “conciencia práctica” (Martínez, 2010).


Por su lado, Contreras (s/f) afirma que “el fin educativo es la formación de hombres libres, conscientes y responsables de sí mismos, capaces de su propia determinación. En esto consiste el hecho humano de la educación, en la formación de la conciencia moral, en la capacidad de discernir entre el bien y el mal"

El punto más importante del proceso educativo es la voluntad del individuo, para que sea capaz de tomar resoluciones libres, regidas por las normas y valores éticos y morales.


“La idea subyacente a esta propuesta es muy sencilla y se entenderá bien retomando el ejemplo...: un maestro enseña matemáticas a estudiantes en un aula. Si ese maestro tiene una formación mejor (tanto desde el punto de vista científico y pedagógico como por su formación en valores), si el aula satisface en mayor grado diversos requisitos (por ejemplo, ambientales), si el número de estudiantes presentes en el aula se reduce, pero sin caer por debajo de un umbral mínimo, si los medios económicos de la institución educativa aumentan, si la formación previa con la que llegan los estudiantes es mejor, si los instrumentos docentes se actualizan en la medida de lo posible, etc., estamos ante un ejemplo de mejora de la acción educativa por incremento de los umbrales mínimos para los valores y decremento de los umbrales máximos para los disvalores”.(Echeverría, 2002 en Osorio, 2003).


En lo educativo, se busca formar en la moralidad, aunque no necesariamente se expresen en el currículum, pero sí deben

serlo en los hechos del educador. Por ejemplo, cuando el maestro enseña matemáticas o ciencias, está haciendo un bien

moral. El alumno se convencerá y formará a partir de lo que dice y hace el maestro (amén de que las primeras formaciones de los valores emanen de la familia) y debe hacerlo a través del

razonamiento. Lo que significa que si un alumno cuenta una mentira y el profesor lo detecta y lo reclama, debe justificar su

argumento con razonamientos claros y entendibles por el sujeto, ya que para convencerlo, requiere de aceptar lo que se

le dice.


Al respecto, Moore (1987), afirma que “la educación moral requiere que el alumno acepte,

por lo menos, las reglas y los principios, y los haga propios.” y que

“La diferencia entre el entrenamiento moral y la educación moral es que el primero consiste en lograr que el alumno haga lo que debe hacer,

mientras que la segunda consiste en proporcionar un razonamiento adecuado de lo

que se requiere como parte de un deber moral y lograr que el alumno acepte que ese

razonamiento es adecuado.” (pp. 84 y 85).

Referencias

Contreras, C. (s/f). Educación y Pedagogía. Recuperado el 16 de agosto de 2011 de http://www.llibreriapedagogica.com/butlletins/butlleti20/educacion_y_pedagogia.htm10.htm

de la Mora, J. G. (1986). Esencia de la filosofía de la educación. (4ª Ed.). México, D. F.: Editorial Progreso.

Fullat, O. (2000). Filosofía de la educación. Madrid, España: Síntesis Educación.

Lonergan, B, Doran, R. y Bravo, J. (2006). Filosofía de la educación. (2ª Ed.). Toronto, Canadá: University of Toronto Press.

Martínez, J. A. (marzo, 2010). En torno a la axiología y los valores. Contribuciones a las Ciencias Sociales. Recuperado el 16 de agosto de 2011 de www.eumed.net/rev/cccss/07/jamg3.htm

Moore, T. W. (1987). Introducción a la filosofía de la educación. México: Trillas.

Osorio, C. (abril, 2003). Javier Echeverría. Ciencia y valores. Barcelona: Ediciones Destino. Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación. Recuperado el 16 de agosto de 2011 de http://www.oei.es/revistactsi/numero5/libro2.htm

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