21.-krauze, enrique

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    C U A T R O E S T A C I O N E S D E L A C U L T U R A$IEXICANA *'Tile introduction of a reform does notprove the moral supeliority of the re-forming generation.

    A. N. \VI I lTE1I EAD

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    ,s r 112. . ... i... .L~l ~iar ~1~016plcas.Jna gene.raci611 es un gr upo d e hombres en 10s qu e algiln aconte-cimiento histririco importante ha dejado una huella, lmcam po nlagn4tico en cayo centro existe un a experienciadecisiva. Es un et hos peculiar que, impreso en la juven-tud, se arrastra colectivarnente toda la vida, un mod0 deafirnlnr la ind ividualidad frente a 10s padres clilturales,de rechazar y continuar una herencia. Lo que Octavio Pa2i ~ ascrito para las generaciones literarias puede valer paralas generaciones sin mds:

    La I~istoriade ulla 1iter:ltura PS la llistoria de 11r1as Oh r a~de 10s autores de evjs obral. Pero entre irs ohrrs y 10s l a -to ~c s iay u r~ ercer tCrmino, un puente qrle conl~i~lica losautores con ;u medio social y a la s obras con sus prirneroslectorcs: las generaciones Iiterarias. Una generacidn lite-raria es una sociedad dentro de la sociedad y, a veces, fren-te a ella. Ks u n liecho biol6gico que asimismo es un llechosocial: la geoeraci6n es un grupo de muchaclios de la mis-ma edad. ~iacidosm la misma clase y el mijlno pair, lecto-res de lor riiismos libros y poseidor por las misnlas pasionere intereses estCticos y morales. Con frecuencia dividida erlgrupoj y facciolies que profesan opiniones antag611icac, cadageneraci6n combitla la guerla exterior con la intestina. Sinemhargo, lor temas vitales de sus miembros SOTI srmrjantes;lo clue distirigue a una gcneracibn cle otra no so11 tanto la,irlens conlo la sensibilidarl, 1 attitudes, 10s gustoj y la santipntlas, en uria palabra: el temple.

    . Ortega y Gasset pensaha qoe la sinfonia dc las genera-ciolies telria, no dos mo vi~ nie nto s continuaciOa y roptll-ra- corno prop one Paz, sino cuatro: creacirin, co~iserv; i~icin,critic, y destruccicin. hfds qrre niovi~nien tos, co nt inr ~id ady ruptura scrian lor eslabones de las cuatro etapas. Su.$ mc'torlo llistlirico prescriliia la identificacirin de llna pr-111~-d'r ra gcrlcracirjn fundndora . A partir ce la zona de fec11;~s csu nacirniento, con u n ritmo de 15 afios (interval0 ~l at ur al4 d c la relacidn niaestro-aloi~~no) I ucedi&ndose, enconvivencia siempre dificil, las generaciones. El ciclo to-\ tal -no niuy lejos de la astrologia azteca- era de 60 afios.4

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    Vasconcelos u Or07~0.Renato 1,educ es un caso similar.Ranldn Ileteta naci6 en 1902 pcro fu e discipulo de l aGeneracidn de 1915. Dime con q i ~ i t n ndas y te dirb aquC Gencraci6n pertencces.

    Apartc de la edad, la estranjcria puede introclucir dis-cordancia en el esquema. I'or su cdad, Gun the r Gersroy Leonora Carrington pe~tenecena la generaci6n cle 10sepigonof del muralismo. Pero su obra no tiene un solopunto de coincidcncia con ellos: proviene de fuera. Al-gunos escritores proviricianos retrasaron su integraci611 ala vida cultural de la ciudad de hlexico y su temple lodenota: Ju an Jose Arreola y Juan Kulfo. La obra deambos cumple una importantisima funci6n generational,pero i ncide e n el gr upo, no pnrte de 61. Hay, en fin, casossolitarios que, por donde se 10s niire, resultan linicos einclasificables. Francisco Tario, EfrCn IIernSndez y nues-tro c ontemp ordneo dieciocliesco: Hugo Hiria rt.

    El RICtodo d e las Gencra cio~ies tiene un a utilidad her-menCutica. Opera aislando, reduciendo la materia hist6-rico-cultural a temperamentos y relaciones d e familia. Esel mbtodo sicol~istcirico or excelencia. Dejando a un ladodelibcradamente otras l,robleiilaticidades, dejando inclusola apreciacibn de Ias obras, el generacionalista recoge 10smomentos e n clue 10s hornhrcs haljlan d e si mismos, suslecturas, su identidad, sus padres y sus hijos intelectua-les. Su tema son las modas, sucesiones, vigencias, te~isionesy parricidi os. L a cu l ti ~r a istit con10 genealogia. La fami-lia cultural in vitro, o mejor, en el divAn.

    En teoria, el mCtodo se propone cfos objetivos histbricos.El priniero es irna person;ilizaci6n c ultural: q u i h 1ia per-tenecido ad6n de. E'lasta por razoncs cuantitativas, u n an i-lisis semcjante no cabe fricilmente en un ensayo sino enun libro. 0 11izA la soluci3n perfecta seria mhs bien pic-tbrica, algo similar a1 "Domingo en la Alameda" de DiegoRivera o a 10s murales de l l'rendes. Co n todo, el esbozoque siguc pretende pcrsonalizar a la cultura, en especiala las dos primeras generaciones. For piedad con el lector,cuantlo 10s li stad os onomfisticos so11 excesivos se han ma n-dado a las notas.

    t,El segundo propcisito es, en cicrta forma, inverso: cons-

    tr r~ircuat ro "tipos idcalcs" a cuyo perfil se acercan losintelcctunlcs mexicanos. No esiste cl "perfecto 1915" oel "19G8 esencial". Ilay rasgos qrle se conipnrten, perfilesm;is pronunciados, casos que se acercan a1 ideal. Cierto, lasgcncracioncs no son rigidamente lio~i~ogene;~~,vistas enel interior pueden estar cot~stitr~i rlns or promocioncs(olcadris) o constelacionrs ce n t ri f ~ ~ g : ~ ~ .ste csleidoscopioclificulta la construccitin de "tipos ic!c.nlcs" pe io no 1;) inl-posibilita. Aqui se iritcnta ell p a ~ t i ~ i ~ l a ron Ias dos illti-Inas generaciones.

    El buc n gencracionista deberi a lograr un efccto niiisi-cal. 1,os tclnas pajnn de una generaciijn a ot ra e n fornia d efuga: idtnticos y clistintos. 1)ebcri;tn 1iot;trse cfectos de di-funl inacibn -cui t~id o 10s tcmas sc diluyen-, i n upcioncs tenl-pcstuosas, iriterludios, voces solitnrin?, pasajes escarpados.1.3s piginns que sigucn rcgistr;in, pcro no rccrcan, algunosde estos ma ' ces.

    Lns cuartillas siguientcs son cscasamcnte originales. El pri-niero ell utiliznr sistemfiticaniente el nodelo lo" genera-ciorial d e Ortcga para In cultur;t nisxicana ha sido do11IVigberto Ji~ ndn ez loreno. El Iralla7go de las cuatr o esta-ciones cn 1iucstr;l cultura es mhito siiyo. Luis GonziikzIla cmp1c;itlo el 1i1c5todo en s~ i s ihros mhs rccientes y enuno inCdito (1.n ronda de 10 s gencrtlciones); lo ha liecliocon im;1girinci6n, discreci6n y un gr;rl~ito e escepticismo.El liistoriatlor coloml~innoGcrrnAn I'os;~tl;~o eniplea paratorla I n cu lt ~l ra ntinoamcricana. Ill1 fin, Carlos R,lonsivAisy Josb Eniilio Pacheco utilizan a nicnudo el nlCtotlo deOrtcga en sus cscritos sobre litera~u1.3.Kcsta rrna aclar:1ci611. No lie prctcnclido est udi ar ex-Iinustiva~ircntc a vida cultu r;~l n1exican;l ni e1;lborar unanci~ninacompleta dc srls exponcntcs. 1,o clue sigue es u11csl~ozc~,n lienzo, cl borr;irlor de uh tral~ajoque rcquc-rirfa rn;tyor ;(liento. ; \ I i cnf oqr~ e s, reconozco, dcmasiatloin1l)rcsionista. '1'amhii.n es limitado: ornite casi toda111cnci6na las cicncias, Ins disciplinns tCcnicas, la arquco-logia, I n nntropologi;t, la medicina, la sicologia, el dercclio,)I cs miry st~pc~licialn lo clue toca a Ias artes plAsticas.AIuclio de lo que aqui se sosticne es discutihlc, pero quiz5

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    si6n "racion al y exacta de l Universo", es en bu ena med idaobra intelectual de Erro, Bassols, Lombardo y dos furi-bundos michoacanos: Rremautz y Coria. Para la Genera-ci6n de 1915 el marxismo no es un problema moral: es elnuevo cuerpo de axiomas a1 que habia que ajustar la vidanacional. No una mecha revolucionaria sin0 un nloldesocial. Incluso 10s afanes moralizadores de Bassols y SilvaH e r ~ o g n el gohierno se comprenden mejor a la I I IZ dela tensi6n entre el temp!e ordenador dcl 1915y el jacobinogrupo anterior, que no conocia m8s que fiestas y balas.

    En el campo ideol6gico Lombardo Toledano fue elgran fundador. Sus teorias sobre una ruta mexicana liaciael sociaiisnlo que pasase por el fortalecimiento estatal nofue ron precisanlen te originales (eran tiernpos de FrenteI'opular), per0 lo cierto es que no ha n sido superadas porlas siguientes generaciones de izquierda. Por otra parte,sigue vigente la critica social, sicol6gica y moral de SilvaMerzog, R a~ n os , alacios Rlacedo, Bassols, G6rnez hlor in.Del fracaso de la Kevoluci6n Alexicana poco se ha dichoy se dirA q ue supe re e n calidad y profu ndidad a1 seco ve-redicto de Cosio Villegas en 1947: "La crisis de Alc5xico".La critica de estos hombres nace de una arnarga contem-pIaci6n del panorama nacional. Terminaron por sentirque las generaciones siguientes Iiabian distorsionado o,peor airn, corrompido su obra.

    De la generacitin anterior heredaron desde muy tcm-plan0 el naciorlalisnlo cultural, pero ya no para celc-brarlo sino para examinarlo. Su momento deja de ser,como en Rivera u Orozco, de azoro, deslumbramiento, fies-ta , floraci611, can to , intuic i6n , catarsis, para volvers: deb6squeda de sentido. Adviene la distancia, la inteligencia,el deseo de nombrar a las cosas, dr profrlndizar en ellas ydis t ing~~irlason claridad. Junto con la palabra Funda-ci6n -como ha visto Lc:s Gonz;ilez-, el tbrniino Autogrlo-sis (enlplcado po r Sanluel Ramos) 10s represcnta. De estatarea se ocuparl ensayistas, pintores, filhsofos, antropdlo-gos e historiadorcs, por caminos divcrsos. Cada escuela yetapa hist6rica cuenta con su historiatlor fulldador.2 Unavertiente fructifera y profunda de la autognosis, la mAs le-pre sen tati va quizfi, es la de 10s antropblogos (Garnio,hI. Ot h6 n de Mendizbhal) y arquehlogos (Alfonso Caso).El tltulo de la obra de Gamio lo dice todo: Fot-jandoPatr ia . Dos fil6sofos, Samuel Ramos y Jorge Cuesta, bus-

    can la identidad mexicana por vias que se contrnpo-nen y complementan: el primero encuentra lo cspect-fico mexicano en el afAn imitativo y el complejo deinferiorida d. Su prkdica: cr ibar en nuestra propia in ti-midad. El segundo Cree ver en el desarraigo lo mexica-no funclamental y nos invita a incorporar nuestras pe-culia~idndesa una tradici6n mAs ampl ia. hlicntras conXavier Ica~a,Grcgorio L6pez y Fuentes, Ernlilo AbreuG611ie7, la nove!a incurre en un costu n~br ismomcxicanis-ta (quizd porque habia perdido el vigor, la sorprcsa, elimpulso critito -en verdad antirrevolucionario- de Azue-la y Martin Luis Guzmfin), la pintura alcanza un li~nitcen el ernpefio de autognosis: la obra de Rufino Tanlayo.Ya no es la realidad exterior, la epopeya social o una in-minente utopia lo que se plasma: es un subsuelo anterior,el fluir del niundo de 10s mitos y 10s suefios, el nlodonucstro tle la agresi6n, la ternura, la fiesta y 12 muerte.l ,a obra de Rodolfo Usigli responde tambibn a las doslrlotivaciones centrales de la generaci6n: es un fundadordel teatro modern0 en Rlbxico y, a1 mismo tienlpo, unode 10s nlfis lilcidos espcctadores (en e l sentido ortegu ia-no) de nuestras particularidadcs. Algo similar logra Inmlisica de Silvestre Revueltas y, por mementos, la de Car-los ChAvez, fu~ldadorniusicnl adcmls de compositor. 1)elprimero ha escrito Octavio Paz: "N o amaba el dcsortlcn nila boliemia. Por el contrario, era un espiritu orderlado,puntual, exacto."

    Orden, depuracibn, recha70 a la improvisaci6n. Si sepiensa liasta quC grado estns palabras guiaron la actitr~dtle un grupo extraordinarib de poetas de la bpoca, "LosConternpoi9neos" (Novo, Villaurl-u tia, Cuesta, l'cllicer,Gorost i7a, Owen, Tor rcs Bodet, Gon7rllez Rojo , 01iz dehIorltellano, Nandino), se ver.? por quC, contra la leyenda,pcrtenecen orgAnicamente a estn generacihn. Son la se-guntla promoci6n de 1915, una promoci6n esencialnlenteliteraria y critica que extrema el temple racional de 10sliermanos mayores hasta conducirlo a una pequcfia luchafratricida. Colaboran en la auzada vasconceliana. Tieneriel impulso fundador que despliegan en el Atnbito de 10susos culturales: fundan el primer cineclub, varias revistasliterarias de vanguardia (Falange, Ulises, Contemporrf-neos), grupos teatrales, la critica de artcs pldsticas, el pc-riodisrno cultural. Pero en 10s treinta, cuando la primera

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    promoci6n introduce la educacihn socialista, la melcocilamexicanista y la rigidez ideolbgica, 10s liermanos meno.res se rebelan. Es la hora de Jorge Cuesta, un JulienBenda mexicano corltia lor dtrigos Bassols, Lombardo yCia. Salvador Novo escribe su "Lombardotoledanologta".La'l ucIl a interna llega, por momentos, a extremos de per-secucihn. Aunque 10s Contemporrineos descreyeron de laRcv olu ci 6n (como 10s tbcnicos del gi up o descreian de laviolencia), no dutlan en colaborar con 10s regimenes apar t ir de 1940. Periodos especialmer,te dignos e imagina-tivos cle la politica international (Gorostiza) y educativa .d e Alexico ('Torres Bode t), fueron inspirados por cllos.Tampoco.-su desarraigo cultural debe verse como una acti-tu d antir~ aci onal ista : "Su afrancesamiento -ha escrito Oc-tavio Paz- era la libre eleccibn no de un particularismo(el franc&) sino de un universalismo." Su exrepcional obraliteraria y, en especial, poetica, no es, por supuesto, re-ductible a la circunstancia de cualquier indole, pcro quiz&pueda advertirse en ella un rasgo generational prekisa-lnente en la volri~ltadde orden. L)e la vangua rdia eu ro-pea aceptan la verticnte de Valbry y Gide, no a I'ound.

    Finalnle nte, dos grupos nacidos en l a misma zona defechas tuvieron tambibn un papel intelectual en MCxico.El pri me r0 es nlexicano: 10s estridentistas (List Arzubide,hfap les Arce, Arqueles Vela, Quintani lla). 1';rreceria quesu temple contradice el tono de orden y nos amanecemos.No es asi. I:eprese~ltnn, como 10s Contemporiirlcos, el im-p111so de vangua rdia, si bien u na vangua rdia .menos cultsy logr;idn. En 10s ueinra ~nuchos e cllos se al)andonarona la nlarea marxista y niexicanista con I s misma certezacorlstructiva q u e su s coetAneos I I IAS re~~onlbr:~dos.

    El segundo grupo de quinces vino de Espafia a fines de10s 30. A su llegacta no s610 la Generacibn tfe 1915 es-tab a e n plena mad urez sino incluso la siguiente, la de1929. De pronto, la sabitluria, prestigio y vitalidad de 10sesr>aiioles iillpuso a estos j6venes varios lustros mAs d epaci ente aprendizaje. Jose Gaos -antes qu e nadie- perotaml,i&n Mailuel Pedroso y muchos otros rliaestros estable-ciiron la civilizada hegernonia del 1915 sobre casi dosgeneraciones. 1.a Ilistoria de 10s intclectuales y artistastranstel-rados todavia estl -pese a algunos frios i~~ te nt os -por escrihirse.3

    Tardarh en llegar un a generacidn que comprenda en sus

    propios tfrlnillos a 10s hombres nctivos, ordenados, ratio-nales, prhcticos, inqoisitivos, realistas de la Generacihn de1915. Culturalmcnte, el mo~ nc nto ctual n o es de funds-ci6n y autoconocimiento, sino de violencia y dogma. Comoaquel frente a1 cual 10s hombres de 1915 construyeron eledif cio institucional qu e todavia habitamo s.

    En Ins atllas dc 10s hombres de 1915, en sus fundaciones,esquenlas itleolhgicos, impulsos artisticos y en el ethos consLtruido con10 rencci6n y encauzanliento a, una Rcvoluci6nqu e cont e~np lan ir1 participar, sc inc uba u na nueva ge-11craci6n qrle nacici c n I:t Revoluci6n sin contemplarla. Lasegi~nda ornada clel orden nuevo. IIombres nacidos entre1906 y 1920.

    Ilna primera proinocibn de este grupo se identificacon 10s al,uelos rcvolucionarios y recliaza la actitud ra-cional de 10s padres fundadorcs. Cuando en 1923 Lorn-bardo Tolcd:i~~onrece representar la lucha social y Vas-concelos la autoridad, estPn con 1,ombardo. Cuando en1929 L.onll>ardo es el establ ishnlerlt lnbora l callista y Vas-concelos la oposicihn, cstAn con Vasconcelos (SalvadorAz~iela,Salazar hlallkn). I-Jubiesen querido un gir6n si-quiera de viole~rcia que los acreditara ante el tri bunaldc la historia conlo auttnticos revolucionarios. La alter-nntiLa en el callismo -una ~xe sid enc ia ll virtual gucrrainterior contra Ins asonadas y 10s Cristeros- no es defen-der a1 gobierno, pcro tarnpoco a la reaccibn. A faltn dc lasarmas qlie da~l as palabras armadas . Es la promoci6n d elor canipeoncs n:lcionales de orator in (1.6pez hlateos, Ilri-to Rosado, GtSnlez Arias, GonzAlez Rubio) crl 10s concur-sos de El IJnivcrsal. Admiran a Soto y Gama, a1 MaestroCaso y aun a 10s grantles oradores del lluertismo comoJose hlaria 1.ozano. Pero el gran gufa desde el exilio cs1 Vasconcelos, el abuelo intelectual cuya columrla perio-I tlistica leen, semana a semana, con la mayor devoci6n.

    Antes del Vasconcclisn~oestallan 10s primeros conflictoscon la GeneraciGtl de 1915. Pnrn la querella gcneracionales significative rccortlar que la huelga de 1329 se plante6contra dos niicnlbros distinguidos clel 15, Castro Leal y

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    Bassols, po r la introducci6n de u n orden elemcntnl: 10sreco nocin ~icnt os rimestralcs. Durarite y despucs del Vas-concel ismo 10s j6venes enf ila n su crftica con tra 10s SieteSabios achacAntloles corno rarcncias aquellas actitudcs quetst os v efa n, a su vez, corno defectos o exccsos e n 10srevolucio r~nrios: arrebato, heroismo, misticismo, indetcr-min ad o espiritu d e sacrificio. Los batallones oralcs dclVasconcelismo conlenzaron a sentir quc cran ellos y no10s circunspectos maestros del 1915, 10s auttnticos here-deros d e u na Revoluci6n traicionada.

    Cu an do sobr eviene el autCntico sacrificio -10s ascsina-tos de Topilejo y la muerte de GermAn del Canlpo- lareverberaci6n rcvolucionaria en el estucliantado se di-suelve sdbita y misteriosamente, corno ocurrirla en 19G8.1.0s oradorcs descuhlcn el vcrdadero selltido de sus dis-cursos: las palabras perdidas. I'ero ninguno de ellos dud adcl nuevo orden revolucion;~rio n que Iln nacido. Sus re-paros se dirigen a 10s jerarcas, no a la Revolucibn. Acom-pafian a Vasconcelos ilasta Guaymas. Despues, 10s dvstinosy las ideas de estos j6venes y su guia no vuelven con-fluir. Desdc 10s prinieros aiios treinta 10s acogc bnjo su:tmplio ma nt o la mad re revoluci6n, qrre poco a in-corpora su voluntad, juventud y convicciones. Rluchospro spe ran cle puesto en puesto hasta escalar los mAs altos.Son "Los Cnchorros tle la RevoluciGn", In elite univcrsita-ria d e amigos de i\ligucl Alemdn y Lbpez Alateos que rci-narrtn e n muchos An~bitos e Mexico entre 19.18 y 1!)70. I,nencarnacibn misma de la Revoluci6n Institucional.

    E n su afAn por identificar el progreso propio con clde la nacibn, algunos ter-minan por recorclar a 10s Cien-tificos del Porfiriato. Desarrollan un nienor sentitlo cri-t i c ~ ue 10s hombres del 1915 y buscan construir unpais a inlagen y selnejanza de la clase media url,:l:~n enla que han vivido. Su proyecto nacivrial al.)andonn lasraices agrarias de la Revolucibn y opta por una idea tal-diade 10s fundaclores del 15 (Eduardo Sudrez, Gonzalo Ro-bles): la d e un Mexico industrializndo con el q ~ l e treiian-par igual izquierdas y derechas. Antiguos vnsconcc.listascorno Ma nue l Rloreno SAnchcz se vuelven id~ blo g(i s elnuevo progresismo mientras que una cohorte de ccono-mistas y aboga dos -no todos exvasconcelistas- lo vel-tcbranlegal y tecnicamente. Todo s son -o se han vuelto- prag-mitticos, sistemAticos, progresistas, triunfalistas, ktyncsia-

    nos, industrialist;^^. IIny un inconf~lndi l~lcire "cicntifica"y tecnocr;itico de f;~niilinen !a acti tlrtl tle 10s allogatlos,ecor~oinistase ingenicros rlave en I n Epocn (Carrillo Flo-rcs, Ucteta, Rustnn~antc,Gerrnln Parra, Ortiz Mcna, OriveAllla y un largo etcetera): habitan, adaptan, importan,coriservan, consolitlnn, expanden; no critic;tn ni duclan.Inc luso en Victor RIanliel Villascfior y Ric;~~.tlo. Zcvacla,hom l~r cs e relativa oposicibn, hay la aclnlisibn de scr hi-jos n l~crl,ctuid,7rl, en formns y n~ctlidasdistirltas, respecti-valuente, dc Lonlbartlo y Uassols. 1.a del 29 es una gene-racitin marcada por padres y abuelos tit;inicos, tiriinicos.Su inll)ulso furidnnrciital nunca sale de Ins coordenndas dccsa I~crcn cia. i 10s ctel 15 fueron padres prenlaturos, 10s del29 fr~ ero n iijos permancntes, pe ro h ijos responsables sincuya diligcncia se Ilnbria perdido la fort~~rlaamiliar. Noes casual qu e este gru po haya clatlo granclcs arquitcctos: ;Ir-i i st ;~s e l hal~ i tar .~'anipoco qlre haya n construiclo su cs-pcjo: ~l n a intlnd (maiiana un pais) univcr sitaria. 1.a acti-turl esculttjrica procrea, claro, al gu ~i os scultorcs (Goeritz,Cnncssi) y un cspldndido musehgrafo: Fernando Gambon.E n pocos gCneros corno en 1 i ~ intura se rcvela esta dis-posicirjrl i~lsti tl~cio nal. u artc ticnde ;1 scr dccorativo,1nonu mental. VI)e la innovacitjn se pass a la receta, aunqueno lnltan vnrios pintores y u n lotirgrafo (Alvarez Bravo)qlie con In nlisma rnateria ~ nex icn na irltentcn cosas nuc-vas (klaria Iz q~ ~i cr do , icardo hlartincz, Cantil, Zalce,Sorii~rio). l torlo gc:ncral es de orl lato . :No cs algo similarlo clue ocurre con cl folklorisn~on~u sica l lhsico y corl el11oo1u cinematogrAfico? De Fuentes, 1ionil)re dcl 1'315, rcs-catti a1 cliarro mexicano. L.os dircctvrcs y fothgrafos cine-rr~nro~~hficoslcl 29 (un Uustillo Or o -hay otros-, elln di o l;crn;indez, Gabriel Figucroa) lo in stit~~ cion alizn n.Curiosnmcn~c, 0s monst ~~u osagrados tlcl cine mexicalroso11 todos de cste grup o (Canti nflas, Jorge Ncgretc, Ped roI ~ i f ; t n ~ e ,\laria Fblix, L)olores dcl Rio). Irlclrlso la histo-ria desciende a1 Itieratismo: varios I~istor iatlorc s (P hc zRlartinez, 1)romundo) incurren cn el genera lieroico: his-tol-ia decorativa, cscult6rica. No tocla la obra de cstosalltores institucionalcs es, por supuesto, derivada o dcsegundo orden. Su mexicnnismo refleja tambikn, por mo-mcntos, resorrcs aut6nticos de la vida del pafs. Un f ut u-ro e inipro1)alle resurgilniento del nacionalismo mexicanotendri que reconsiderar el du1.o y acaso injusto vcrcdicto

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    q u crn cril icarla. Culturnlmente, cabfa aprovechar la esta-bilidacl. Fuc el carnino que por fortuna eligieron 10s cicn-tificos sin cotnillas clel 2'3. Politicnrncntc, restabri s6loasu~nirsc omo lterederos y c1edica1-sea adniinistrar la casaco n 1111 sentido firagmiltico, o mantener una cilispa dcreh cld ia e n u n marco tle riipitla institucionaliZacii,n. Para10s pintol-es del 2'3, mnntener In chispa no fue u ~ i ct0d e innovacicin sino dc fidelidad con cl muralis ~no, asioctlrri6 en otras provincias culturalcs. Para otros, man-tener 1 3 cl~ispa quivali0 a insertarse en la fCrrea estruc-tura politica e ideol6gica dcl stalinismo o en la misbeni gna 1)el.o no menos avasalladora de la i nstitl ~cionali -dad lontbnrdista. Por fuera de ese mi1ltiple tcnt5culoinstitutional los nlrirgenes fucron estrechos. Felizmel~te,algunos periodistas, y escritorcs indepentlientcs asu~nieronIn inquictud de 10s tielnpos cn forma individunl, a vccescolno rcbclclin cst4ticn, otrns como rebeldia politica. Elpr e~ ni o su pcrscvcrnnci;~ ritica es~ii n su obra personal.1.a posteridail llegh pronto para esta gencraci6n y scvereclicto Er~e cvcro. C~ ~id iin dos ee rio rchasar la sombi-aanccstl.al dc 10s clAsicos paclrcs tlcl 15 o 10s ro~nli~lticosabuelos dcl ilierteo, 10s revolucionnrih-inst i tucionales dcl29 cont l - i l~yeron omo aut6nticos "intelectunles or-gAnicos"(en el sentido granisciano) a consolidar, lcgitilnnr e in -cluso ;i encarnal- el sistc~iia~nexicano. 'ero su pecado f u ecl optiln ismo. El no h ; ~b cr ivido o contcmp1;tdo la Re-volucici~lcoridiciolltj SI I ccgrlera ante la vcrtiente agrariny soc ial del pasatlo i l1rncdi;rto. 1-0s 111ejoi-es Ilonil~resdcl15 protestan dcstle 10s aiios cuarenta por 10s olviclos y 1asdistol.siot~cs. Es el caso, por ejernplo, tle las tlifercnciastlc C:osio Villcgas y I'al:~cios Rlaccdo con la polit ica in-d11stri;il y fir ~an cie ra le Cart.illo Florcs. 0 ta~iibiCn, engran ~ncditln, a filosofia iri icial tlcl Pnl tido I'oplllar: vol-ver a las I-aices. I'cro 110 sel.ian 10s funtl;ctlorcs del 15 sino10s jOvcncs csc4pticos de l a GcncrnciGn tlc Alcdio Sigloqu ie ~i cs ol~r-31-inn on crcces I n hipoteca.La pc~.s~tectivactual tielle Incnon si1111)atinsqucs dife-rencias con 10s 1tonih1-es dcl 20. Como c n el caso tle laGerleraci6n de 1315, y por n~otivos imilares, 10s vientosde hoy no favol.ccen el aprecio par ten1pcr;tmcntos insti-tttcioriales o conservatlol-es. La cxtrnordinnria labor con-soli tlador a tle nlt~c llos honlbres clel 29, parece riiinima oiliirtil a una miradn corno la actual, que duda de los '

    fundarnct~tos iis~nos c t ~ u i ia ~ L l a . or . .,enl;..,, ,,,m-paracla con 10s fervores de hoy, la propuesta dcrnocrdticatie la gcneracihn parece inocenternente "reformists". N o10 fue. La autotiomla universitaria es una deuda nationalcon ellos.El arte toarnlGreo, la literatura escult6rica y otros b !I ie-1-0s afines fi~c ron iquidados por la piquets de In genera-ci61, siguiente o, peor a h , por el olvido, La corriente ciell-tifica dcl gr-~rpo la corrido con ~n cj or trerte: I~ ay 1ln;lclara continuidad y reconocirrliento de 10s trabnjos ju.ritlicos, filos6ficos, hist6ricos y cientificos en las ca~n;\dassigtrientcs, Per0 quiz$ el arco gcneracional mAs i r ~ t ~ l : ~ - -s;lnte es el qu e se dio en tre 10s jhvenes revolucionarios delG8 y 10s escritores de la seguntla prornocidr~del 29 queconservarorl SLI independcncia. I,os guins o ide6lbgos de lj~\ovimiento IO fueron 10s padres o maestros intclectt~nlcs.Fue un al,uclo: Josh Kevueltas. La renuncia de Octavjo~ a zigriifich tan1bii.n un act0 de solidaridad erltrc (10s ge-neraciones. Y l a tensicin persiste en el desencuentro del pro -pi0 Paz con l a generacibn de 1368. 1,os parr icid ios nose intc1it;ln con figuras ajenas: s6lo con las propias y Ic-gitimas.

    1 , ~ E N E R A C I ~ N E L I E I ~ I OSIGLO ( 1 9 2 1 -1935 ) ' :C R ~ T I C A C O S h i O P O L I T 1 S X I O

    111 contorno d e 13s generacioncs sc oscurcce a meditln en1 clue ir n~irad;~e acerca a1 rnornento actual. En 1082 la %1 dos q11e siguen e n el ciclo se encuer~tl .an, esp~ct ivamente,cn su cenit y su ascellso. Son senel-acioi ies vivas y actlinntesPO' lo que historiarlas, en rigor , es iltiposiblc. I'cro dclo quc se tratit nqui es de arricsgar un pcrfil, no n n vere-tiicto. Ciertas tcntlencias en el temple tle cada una parccent1efinitiv;rs. 1.a crir~iai-a nfoca, niiis borrosarnente, Ios i llt i-I )nos trcinta afios.1.3 gcno.aci0n tle 10s nacitlos ent1.e 192'1 y 1935, hauti-I ~; td; l 101 IVigbe~toAforeno corn& "Gcncrrci6n dc hledioSiglo", es la ntds Iietcrog6nea de ];is cuatro que integral1 elciclo. El "primal scream" de su promocic5n inicinl es ~ 1 1710 atcrnl)erado: en octubre de 1945 organiza un ConucsoI de Cri~icn lc I;, i

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    r n c 5 - 5 n z l2 0 3 i j ' p l L Z P,x 3 rn 3 u - . - 2- . n C.0 g -.. " " = w + . 2.3 U G - W :~0 ~ F Y

    n 0 La P,- u la0 a&.'-n 0 . c - w q; - d 2, k 2.-3 s = J nc E3 C $ B-. m 3 Kc& g ;. R 3C - -.nc 7 w t ! g zc - 8 3 ZSC .. - 2 .- 0-. g. a - p 5L - 3 0 -m a 2 & a K~2 2 1 c.3 Pr . * Oc: z a c 3 9 ii'c c z . y m 02 3 E 7 2 . 2+ z mO :-2 9 22%.0 " " ;r o m u .

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    !riC, aaex i_t~ 4e1 ,,~~ do. rtega enipieza a abunirlos. No sereconocen ya en Cuadernos Amer icanos . Sartre es quienestA d e mod a y can 61 transit an de l existencialisrno al-mar-xismo, qrle por primera vez se iniparte en la academia. Lapropuesta dc un a Iibertad filosdficay literarj radical (Bre-ton, Camus) las convence Inenos que una critica social yu n cornpromiso politico con las lachas populares y anti-cololiiales. Rayrnorid Aron y El op io de 10s intelectualesles pasa casi dcsapercibitlo: no lo ken: lo fuman.

    De vuelta a MCxico 10s acogc la institucibn clave enla cultura a partir de 1950: la UNARII. Por primera vezel intelectual puede dedicarse profesionalnlente a su dis-ciplina sin sacrificar ticrnpo a la burocracia, el periodis-mo, la abogacia, la diplomacia. Ademds de sueldo, cu-biculo, scguridad, prestaciones, pitblico cautivo, etc.. . laUNARf empIeG mano de obra i~itelectual n su Imprentay, d e nlodo creciente, en su riquisinla labor de DifusiGnCultural. hiuchas innovaciones culturales fueron viablesecon6micamente. I z cultura se institucionalizb.

    Una de esas innovaciones viables es la aitica. A pesarde que el mercado tle libros es aim incrciblemente cxi-guo (e n 1955, seg5n estimacioncs de Gabriel Zaid, 5 000personas rompran libros regularmente, de una poblncibntotal de 30 niillones) el ascerlso de la clase media urbanafavorece, incluso econbniicanlcnte, el auge tle una litera-tura (Spotn, Fuentes) y, en general, de una cultura, critica.La nuev a literat ura --escribe Carlos Fucntes- "opone ell e n g ~ ~ a j ee la pasicn, de la convicci6n, del riesgo y de ladu da -a u n lenguaje: el sccuestrado por el poder para darcimiento a una retcilica del conformismo y del engaiio".Si 10s prirneros exponentes de la generaci6n conscrva-ban cierta devucibn institucional, 10s siguientes la perdie-ron. Su temple es otro: burlesco, Acido, irrf:verente, insa-tisfecho. Nada parece erigniiarlos. I'oliticani~nt e, su blancoprincipal es el hieratis~node 10s Cachorros de la Revo-luci6n. No analizan: dcr\ulician. Exlliben la ostentacihn dela b~~rgiiesid,a corrupci6n adrninistrativa, la enajenacidnde 10s niedios d e co~nunicacibn, a mcntira de la prensa,el ch arrisrno, la f a ~ s a e1 disculso oficial, el saqueo ale-manista, el desarrollismo sin justicia social. Su critica nacemAs de un temple inco~lfol ~neue de una dolorosa sensa-ci611 d e pt rd id a - co ~n o es el caso dc la critica que p or esosafios despliegan 10s honibles del 15. El mayor exponcn-

    te de esta actitud es q l t i z i Carlos Fuentes. U n poenlarepresentative: "El presidcnte" de Jorge ElernAndez Cam-pos.Polltica e intelectual~nente a RevoluciGn Cub ana fueun acontecimicnto decisivo en la historia de esta gcnera -ci6n. El ~~ncionalismoultural se habia diluido pcro se-guIa siendd un tcma de fondo en Ia novelfstica, la Ilisto-ria,las preocupaciones filosbficns e incluso en la poesta.Cuba parecib rebasar hist6ricamcnte a RIexico justo elaiio en que mueren Reyes y Vasconcelos: 1959. Uno desus exponentes concebia a In Revolucibn Cubana comouna sintesis dc "todos 10s movirnicntos sociales Iatinoame-ricanos, desde Bolivar llasta Zapata". Este suceso ent onacon los viejisimos agravios infligidos por 10s Estados Uni-dos, con el endurecimiento del r6gi1nen frentc a Ias orga-nizaciones obreras y una pohrcza campesina cada vez mAsevidente; y xriientras el gobier110 celcbra 10s ciilcuenta aiiosde Kevolucibn, con la perspectiva de Cuba algunos intelec-tuales jbvenes sosticnen qile icltxico vive apenas una seu-dorrevolucibn. Otros ven en la dcfensa de la RevolucibnCubana la forlna mejor de defenclcr a la autCntica Revo-luci6n klexicana, de a l ~ i u acercnlniento a LAzaro Car-denas. La dCcada de los sesenta prcsencia una continuaratlicalizaci6n dcl grupo (Florcs Olca, GonzAlez Pedrero ,Villoro, Lbycz CAmara) l~n cia a izquicrda, a1 grado en quealgunos intentan, sin Cxito, constituir una agrupaci&n po-litica indepentliente: el RI.I,.N. Sus revistas literarias danfe de este cambio: de In Rev is tn M ex icana de Liternturn(todavia serena, y partidaria de una "tcrcera via" ajenaa1 capitalisnlo y a1 con~unismo,en 10s cincuenta) a El.Espcc tador , que prcsagia todas Ins tormentas de 10s sesenta.

    Goncibcn su papc l ligado orgdoicamente a 10s movimien-tos populares. Il~terpl-etan ue su richer es expresar conI claridad y pasi t in las neccsitIades del pueblo. Carlosi Fuentes lia sintetizado su programs: ,!

    hlhico ctcbe completar, a pnrtir tlc la actualidad, la etapaI r e v o l u c i o ~ i a r i a inc11mplicla; h.f&xico 110 puede aplazar mdsI sir10 t r a t a r de resolver democriticamente, 10s problrmas po-pulares de Iloy. S610 la conjuncibrl de l a den~gcraciapoll-I t ica y de la just icia econbmica pueden lograr u n a mcjordistribuci6n de l ingreso national, e n l a actualidad modeloI dc injusticia. Y este f in l i l t imo, rcquiere a su vez una po-

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    litica exterior indcpendicnte; la reafirmaci6n -con act03concretes, no co n palabras- d e la reforma agraria; la limi-tacibn de 10s intcrcscs de la burgrlesia y su sometimiento atarcas de bencficio comiin; la defensa de nuesrros recursos .naturales; la formrrlaci6n de un progrnma intcligentc deeducacidn popular y la planificaci6n econ6mica a largo pla-20 , pbblica~nente, xpresada y vigilada.

    El movirlliento estudiantil 10s tom6 por sorpresa. Nadamds dificil que su posici6n. Simpatizaban con el nlovi-miento pero sabian que llevado a extremos podia con-duc ir a la dtsaparicidn de la Universidad. Enrique Gon-zrilez Pedrero advierte en 68 la posible "sudamericaniza-ci6n de la Universidad". La defensa universitaria de 10srectores Pahlo Gonzdlez Casanova, Grlillermo Sober611 yFern ando Salmer6n (en la UAM) represcnta capitulos pos-teriores clel mismo dilema. Pero la verdadera aisis ocu-n i b dos afios despues, cuando lleg6 a1 poder un rniembromayor de la gcneracitln, participante en aquel Conkgresode 1945: Luis Echevet~la. u programa cs muy cercano a1resunli do pu r Fuentes. En cl fondo, no se trata sino de unaversibn maritiillada y, por mornentos, caricaturesca del vie-jo proyecto cnrdenista o, en s r~ s xtremos, de un proyectosocialists qu e evitase cl trhnsito por una eta pa violenta.Sin snberlo o sin reconocerlo, la generacidn de AIedio Si -glo seguia las ideas de Vicentc Lornbardo l'oledano. ~(2~14Ilacer cu nntlo el poder se vuclve "bueno"? Por convenci-miento sinccro, no por oportunismo: iiitegrarse. Unn gene-lacitin critica decide poner sus nlejores arlnas a1 scrviciodcl Estado c n lugar de conscrvar y promover el espa~iocritico. U n ~esultado:con el golpe a1 ExcPIsior de JulioSclierer -for0 natural y hogar de todos estos intclectuales-el Ejecutivo expropi6 la critica.L a costosa cxpe riencia d e irlcorporaci6n a1 regimen eche-vcrrjsta provoc6 en el sexenio siguiente clesorientacicin,cjuerella? inle rnas, silencio. Algunos recobran lentamvlltesu tlistancia critica y su voz. La mayoria permanece a laexpectativa: no hay que olvirlar que desde 1970 y -si elcundro no cambia- por ot ro sexenio rnris, el personal po- 'litico de la Gcneracibn cle bledio Siglo estnrh en el cnnde-Icro. Pero se advierte en ellos una cierta fatign, colno si10s cami rlos -de accidn, critica y pen~arniento- fuesenmenos claror que en 10s sesenta. tPor que?

    Urla clave de este agotamiento estl en la clistancia hist6-rica dc la generaci6n con respecto a la l

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    ,ambia total de estructuras. Muy pocos escapan a estamdltiple dificultad de perspectiva, pero cuando aplicansus instrumentos tedricos y su experiencia prdctica porfuera de la acadenlia a la tarea de leer la realidad mexica-na -sobre tod o la deI campo- en sus propios .terminos,Iogran finalmente dibujar u n autentico proyecto mexica-no. Tres ejemplos recientes: El progreso irnproductiuo deGabriel Zaid; La riqueza de la pobreza de Erlrique Gon-ziilez Pedrero y Alternativas para el desnrrollo de Iaopol-clo Solis.Hay una paradoja final en el destino cle estos intelectua-lcs. Es tanlbi6n una oportunidad. Padeccn intimamente elcruce d e dos corrientes contradictorias: su tcrnple criti roy su incn pacidad par a ejercer !a critica del Estado. Eneste conflict0 no estdn solos. Es el dilema que ahora mis-mo debate la izq~l ierd a uropea. El horizontc cosmopolitaq u e sienipre ha caractcrizado a1 grupo debiera ori llar unaparticipacibn mexicana en esa discusidn. Se trata de unode 10s temas centrales de nuestro tiempo. ~ P o r uC el so-c ia l i s m~ eal ha conducido a1 totalitarismo? 2C6mo con-ciliar reforma social y libertad individual? Por allf apunta,quizli, l a cont ribuci 6n que Mexico requie re de la mAs crI-tics y preparnda de sus generaciones contemporAneas.

    Pero si su destino politico es todavla incierto, a la Gene-racidn de hiedio Siglo se debe una inmensa obra cultural,sin precedentes en la hjstoria contcmpor;lnea. El cosmo-politismo pudo restar profundidad a su visibn hist6ricaper o enriq ueci6 su la l~ or ultural. L.a naturaleza de susproyectos serneja mds una constelaci6n de esfuerzos indi-vidual es q ue u n afAn generacional. (De las cuatro del cicloes la n~As lural.) Cada rama de la cultura occidental mo-derna ha tenido desde entonces su representante nlexica-110. El intenta de apropiacidn cultural de Vasconcelos,Keycs y Paz, lo desarrolla -mAs pausadamente-- toda estageneracidn. Los esaitores conq~listan,adoptan, habitan,transforman otras tradiciones.9 La lista de temas, influen-cjas y tecnicas literarias que 10s escritores mexicanos asi-milan y recrean seria inmensa y el fen6nle1lo se repitee n otr as provincias. E n filosofla, la generacicin introclujopu lc ri tu d 16gica, hondnr a, rigor, profesionalismo. ConFernando Salmerhn, Luis Villoro. Ram611 Xirau, Alejan-

    I1 dro Rossi -para ~ne nci ona r sblo a unos cuaetos- lafilosofia abandona las visiorles totalizadorns, la prtdi-ca y la fantasia, para aplicarse a1 deslinde crltico ileproblcmns y sendoprohlemas. Es una lgstirna qiie no !la-yan formado -con la excepcihn dolorosa de Hugo hlar-gdin- dirctpulos a su altura. En fin, l a llistoria debi6padecrr particularmente el dcsarraigo generacional, pero

    no sucecli6 asi como prueban dos casos: hIig.ue1 Lebn Por-tilla, criya obra sobre el hlexico precolonlhlno es rccono-cida mundialt~l ente, Luis GontAlez quc sin perder la Xen la frente, asiniil6 a Braudel, lllocll y la Escuela de10s Annnles; el resultado fue I'ueblo c n v i lo , historia~ ~ n i v e ~ s a le una pequeiia comunidad, intrascendente perotipica.I0La apertura de nuevos Bmbitos fue tambiCn fruto delcns~no~olit isa~o..a Generacihn coenta con lingiiistas yclem6gr;,[os de primer orden.11 Hay una continuidad evi-delltc y una ampliaci611 de la obra de 10s cientificos sincornillas del 29 (juristas, historiarlores, biblogos, fisicos,m:iten,lticos). En las Artes I'IQsticas y la arquitectura elboom clue inti-o(luce la gencracihn -sobl-e tod o en 10spintores nacidos entre 1930 y 1935- impresiona por e labanico de sus tendencias y el &xito international que al-canza11.1~El teairo no se qlieda atrhs en inventiva y ta-lento.13 Tanlpoco, por supuestu, la poesia. Nirevos y viejustelllas tlel destino individual: la condiciOn fcnl enina , lamucrt c, la soled:~cl, el amor , la fc, tr atados por concien-cias acaso mrIs clesoladas que las dc 10s Contcmporhneos,sus antepasados legitimos.14A 10s economistas dc hlcdio Siglo cabrla reprocl~arlessu especialincibn: han siclo mds gerentes pdblicos quei~ltelectuales e la economla. A 10s politcilogos srl agrafia.Co n 10s socicilogos -sobre todo a Pablo GonzAlez Casano-I va- el reproclie es otro: llaber roto cl dificil equilibriode sus prilneros lihros, el eclr~ilibrio ntre la fu~idamcnta-cihn empirica y el conil)romiso idcolhgico. Pero a1 activo

    ! de 10s cientificos sociales llay que ahonar su profesiona-i l i s m o . ~ ~(La posteridad? Aunqne no !la llegado para la Genera-1 ciOn de hledio Siglo, el horizonte no es claro. Con tocloI In imnortante aue ha sido, su obrn cultural corre peligros- - - - I -I de inconiprensidn e indifcrcncia a1 inscrtarse en un contex-to nucvo: el de la burocxatizacibn [email protected] la arena

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    No es el caso, hasta ahora, de 10s parricidios del 68 .Oti-o rasgo generacional que p erdur a desde 10s sesenta .cs el enclaustrarniento:,La Clite. del 68 escribe y habla

    para su pliblico cautivo, el de campus. A su vez, el p6-blico d e ca mpus sigue ilnicamente a su Clite, e n libros, su-. plcrnentos, periddicos, seminarios, conferencias, emisorasradiof6nicas, simposios, mesas redondas, etc. . La visi6ncosm opoli ta sigue siendo un tabil. Ni elite ni nlasa asi-milan, por ejernplo, 10s procesos de autocritica que ocu-rren descle hace aiios en la izrluierda europea. No sin ra-z6n, dcspuds d e asistir a un seminario e n Ciencias Politi-cas, Henri Lefebvre conientb que en Mexico habia cono-cido a 10s stalinistas m ~i s uros de la actu;tlidad.

    4C6mo negar, si n embargo, la F a n vitalidad d e sus6rgan os d e difusicin en 10s que colaboran activos contin-gentes del 68 que provien en de I,atinoamerica? Ida luchafeminists es tambien tin fruto del 68, colno lo prueba larevista Fern. Erltre 10s vicios del periotlisnlo de la Genera-ci6n del 68 no e s t h la apatia, el coniercialistno, el anti-intelectualismo y la corrllpcibn. Su preocupaci6n por lorproblelnas naciona!es y su temple son rasgos s~~ficientespara hernianarlo con el combativo periodismo de la Re-forina, pero este an ecedente no funciona en ternlitlosintclectr~alesy, nlenos ailn, de filosoff;~politica y moral.En este dnibito, el arco lo cmnple Rnzoner, voz liberal que11a recogido la lierencia de Daniel Cosio Villegas.

    Apartc dcl periodismo liay dos campos en lor que lageneraci6n ha corncnzndo a probar su solvencia: la cicnciay la liistoria. La crecicnte politizacibn cultural comienzaa alectar a I n primera. La Historia -vieja aletargada yojerosa- ha rejuvenecido increiblcmcnte. El milagro nolo liicieron 10s cosmt!ticos: lo hizo el G8. A partir de en-tonces surgi6 una nueva concicncia Iiist6rira sobre el RIC -xico conternpor5 neo. De pron to -como escribe ArnaldoC6rclova- tod o cond ujo a itiquirir sobre el "Leviat5n cluenos gobierna": " 21) ~d6nde venimos y que f ~~e r zasoshan gobernado?" Segirn II6ctor Aguilar Camin, el 65 im-puls6 la vocaci6n de "repcrisar un pasado cuyas versio-11cs anleriorcs parecen del todo irlsuficientes."

    1,n obra pioncra tle esta nuev;l corriente fue el Zoptr tnde John Mromack Jr. Aclolfo Gilly escribe en prisihn.La rer~ol~tcidtz n t e r rump i da , obra interlsatnente crno-tiva que a pesar de sus csqucmatismos logra describir la

    revolucibn desde el punto de vista de 10s de ahajo. Pocotienlpo despuks sigui6 la trilogIa dc Jean hIeyer sobre10s cristclos, punto limite de revisionis~noy dcsmitifica-ci6n 11istciric;i. 'rodas Ias hipcitesis se tamba lea ron. Sur-gieron nuevas: no bubo r~nh ino varias revolucioncs; esprcciso analizar por scparado cada grllpo, ejbrcito, regitin.&uidnes ernn 10s villistas, 10s carrancistas, 10s sonorenses?les ~)osi l~lcisociar la Cristiada de la Revoluci6n? IIabiaque rccoll5truir dcsde 10s cimicntos la historia contcmpo-r2r:ca. C;tl)ia scilo una certeza: lo clue Il;~marnosKevolu-citili hIexic;i ~ia ue finalrnente un proyccto que , sigrticndolas lineas dotninantcs en el Porliriato, moderniza a1 palsa costa drll proyccto local y autlrquico tlcl hI4xico viejo.'l'oclo lo tlenlls pzrecia tierra inchgnita. Con la gc~ic rnci hntle G8 sc iniciaha, de hecho, la Historiogr;~fiacriticit con-tcmpor;i nca.*

    11e lnelcrido clar lif~re urso a nlis ot~sesioncs,prc~fcrc~~ciaspasioncs clr rnexic;lno, si n desdefiar ni a la s~l>itrnrictl;~tlila arito1)iogr;tfia. I%~iscl~lcsequi cn tonces, rnrlios rl rigor c111cIn v i v c n t i n y m:is la convicci6n qrle I n irnposil)le e intlcsea-blc objctividatl.P;wa lo? l~istoriadores de In Clcncr;lci6n del G8 -ad-

    niirat1or.c~ c In ol)r;t cle F~i et~ tcs - sta frase p r~t lo cr ini-cialmerlte 1111 contraepigrafe vocational: v5litlas y rom-~)~cnsil.)lesll un novelists, inatln~isiblcspar:! un hi~ to ria -rlor. J3usc.ni-o1iel rigor y no creyerori t111c la coriviccibndc:l)ier:~ol) str ~l ir por fuerza lirnitar Irna ol)jetivitl;ttl nos61o posil)lc sino cnteramcnte tlcseable. l'odo esto ;r ries- ,go cle cncontr:~r qlle las ol)scsiones, p~~efc ~. enc ia s,nil~ulsosl~iogrilficosy pasior~es pucliernn no coinci dir. con la ver-clad. Se tratalxi en pi-incipio dc llevar el desctigaiio y lacritica a srls i~ lti tna s consccuencias int ele ct~ ~a lcs . )rld;lrc\e 10s tlognins y s:~ntorlcs-sun tle 10s 1cl;itinios- tle laliistoria co ntcrn~)orAr~ea . csucc r incluso tlcl flc il mor;i-' .05 1 i l l l . 0 ~ tlc l1Crtor Agr~ i l n r C a n ~ l l ~ .,orcr~,o hieycr , Ar na l t l o

    Ciir t lova y la sc.1 it: tlc f l i s l o r r n d e In I l ~ : r . u I ~ ~ ~ i r i i i\ l cx i ( , ~ i l n I ) ; I I ~ O C ~ I ~ ~ ~ I ; Lpo r El Colegio dc hICxico soil ejcrnplos de esta tc l l t lc~~c ia .

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    lismo d e la Generacihn d e hfedio Siglo. Ejercer, e n fin,10 qu e hla x Webe r llamb "el continuo desencantamientodel mundo", afdn que no equivale a ver todo negro sinoquizi todo gris. A partir de ese nuevo y casi intdito re-per tori o d e verdades, cabria discurrir vias d e mejoramientoasequibles para RICxico.(& u n i~errnosoproyecto. Una leccihn de probidad eindcpenclencia intelect~~alesn un Ambit0 qu e desde elPorfiriato oye la palabra cultura y saca la chequera (ola curul, o la pal~nada).Era ademhs una solucicin de al-tura y tlignidarl a1 nudo de resentimiento que dej6 lamatitnza tlel 68. Pero ha resultado dificil. La via intelec-tual y cientifica cs poco gloriosa. I,a militanc ia, en cam-bio, parcre adelantar la venganza de aquel agravio, si nocontra sus autorcs y c6mplices -cuyo rostro, increiblemen-te, se lla oivida do o transferido- si contra nuevos enemi-gos, a veces realcs, a vcces imaginaries.

    Por eso, la mayoria de la elite del 68 ha optado porla militancia cultural y politica en la prensa, las aulas,10s sindicatos y 10s partidos. Asi se inici3 en la vida p6-blica y asi ha querido seguir. Los sesenta siguen siendou n caln po magnetico. Fie1 a su temple plat6nic0, la gene-racicin busca la totalidad. Vuelve a contar m9s la viven-cia que el rigor, "la convicci6n que la imposible e inde-seable objetividad".

    QuizS la politizacihn que ha introducido en la cultu raconducirS de algOn modo a la sociedad nienos desigual queclesearnos. No es ficil que asi suceda. Para construir lautopia hay prirnero que imaginarla o, trathndose -comoes el caso- del socialisnlo, ejercer la critica del socialismoconcl-eto, real. P e ~ oodo esto implica una valiente y ardualabor intelcctu31 que 10s teciricos soci;tles del 68 no hane5tado dispuestos a realitar o que realizan dentro de meto-dos adocenados y esquelnas de notoria pol~ leza conhisi6n.IIay imprecisiGn cn r n u ~ h o e lo qiie escriben. La funda-mcntaciGn lhgica y el simple rcrpcto a1 principio de la nocvntradicritjn les parcccn excrecencias de la academia, ma-nias de ahurguesarniento intelectual. Son criticos en eltono, no en la sust;lncia. 3Iis quc criticos son inquisidores.

    r e r o 10s vicios intelectunles, con serlo tanto, no son 10smhs graves. l'oliticarncnte, la elite del 68 ha disuelto mu-chas veces s t ~ istancia del poder en grados que llegan a lalegitiniacicin y comparsa. Una generaci6n que encarn6 a

    la sociedad frente a1 Estado ha terminado por identificara la sociedad con el Estado. Moralmcnte, en fin, es tristesu incapacidad para la decepcibn, la autocritica, el plura-.lismo y la tolerancia.

    En el font10 de todo, un viejo resentimiento. Si hubiescpcrdurado el esplritu libertario y de solidaridad del mo-vimiento estudiantil, la generaci6n estarfa integrando aho-ra todo el ciclo generational anterior -y su propia ne-gatividad- par a construir criticamente alternativas nue-vas, viablcs, niejores para hiCxico. Lo que perdur6, en cam-bio, file ?'latelolco. I,a Generac i6n del 68 tiene, con plenarazhn, una cuerlta clue cobrar: de ah[ su temple destructi-vo. Pero "hay tiempo para destruir y tienlpo para edifi-car". Quiz& muy pronto su violencia Ilegue a ser, comola de Vasconcclos en 1921, una "violencia creadora".

    Noviembre de 1981.

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    CUADKO DE GENERACIONES(Los listados onomAsticos qu e siguen son ente rame nte in-

    ' cornpletos y provisionales. Su objeto es i l u s tmr , no c~iant i - 'ficar, ejerccr u n inventario ni jerarquizar. Cualqu ier omi- .siGn es involuntaria.)

    I . F u n d a d o r e s y f undaciones de la Gcnerac idn de 1915Barreda. OctavioBassols, NarcisoCaso, Alfonso

    Cod0 Villegas, Daniel

    Chhvez, JgnacioErro, Lriis EnriqueFournicr, Rail1Garcia Granatios, Rafael yhIartincz del Rlo, PabloGdmez RIorin, Manuel

    Guisa y Acevedo, JesdsLocra y ChAvez, AgustInLombardo ?'oleda~io,X'icente

    L e t r m d e A i t x ic o , El HijoPrcidigoCo m b u t eInstituto Nacional deAntropologia c I-IistoriaInstituto IrldigenistaEl Colegio de MexicoFondo de CultliraEconGmicaEl Tr ines t re Econc jn l i coForo InternaciotaalHis to r in h iex icanaEsc. Nacional de EconondaInstitrlto Nal. de CardiologfaO b s e ~atorio NacionalIAa prensa rnc'dica m exi ca naInqtituto de JnvestigacioncsIIistGricasI3anco de h1CxicoBanco Nacional de Cr6ditoAgricolaPartido Accibn NacionalEditorial JU SEdit01 ia i I'olisEsc. 1:aricnria y ComercialUniversidad ObreraCentral Gerleral de 0l)rerosy 'Caznpesinos de hIPxico(CGOChI)Corlfederacibn de Trahaja-dores de AIexico (CT'bf)

    S;indov;il Vallartn,ManuelSilva Herzog, Jesils .

    , Tonssaint, hlariuel

    Confederacibn de Trabaja-dores de America Latina(CTAI,)Partido Popular SocialistsInstituto Nacional deEnferniedades 'TropicalesInst. Polit(.cnico NacionalIns t i t r~tode InvestigacioncsSocialcsEscuelas ~eniralesAgrlco1;tsl%ancoElipotecario y deObras P6l)licasInstituto de Ffsica

    Caso, AlfonsoCosio Villcg:ls, IlanielGaribay, Angel hl ~ r i aCliAvez Orozco, Ia i sGarcia Cranados, RalaclC

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    'Toussaint, Manuel Arte coIonialValadis, JosC C, Siglo XIXValle Arizpe, Artemio Colonial costumbrista

    3 . A l g u n o s t r a n s l e r r a d o s d e l 1915Altarnira y Crevea, RafaelBosch Gimpera, PedroBul'iuel, Ll~isGallegos ~ocafull, 'OSC.Ma.Gaos, JosCGarcia Bacca, Juan DavidIialifter, RodolfoJmaz, Eirgenio

    Iglesias, Ram6nMantccGn, lgnacioMedina Echavarria, JoseI~lillaresCarlo, AguStinMirancia, JosbPedroso, RlanuelRecasCns Sichcs, LuisRoces, Wenceslao

    4 . A r q u i l e c t o s d e l 29Bar rag in, Luis I.azo, CarlosDe la Mora, Enrique. Pani, MarioDel hiloral, Enrique Ramlrez VPzqucz, PedroGonzAlez Aparicio, Luis

    5. A r t i s t a s de broncePin tores: Mt i s i cos:Anguiano, RaidChAvez Moracto, JoseGonzAlez Camarena, JeslisU'Gorman, JuanO'Higgins, Pablo

    6. C i e n t i J i c o s d e l 2 9Adern, JoseEarros Sierra, JavierIhrajas, AlbertoUeltrAn, EnriqueCarrillo Flores, Nabor

    Ikrnal JimCnez, hIiguelGalindo, BlasMoncayo, Jose P a blo

    Flores, EclnlundoGraef FernSndcz, CarlosEIaro, Guillermohloshinsky, MarcosSep~ilvcda,Uernardo

    1 7 . u r i s t m de l 29A m p a r o :Azuela Rivera, hlarianoBurgoa Orihuela, IgnacioNoriega Cant6, AlfonsoDerecho Adnl inistrat ivo:Carrillo Flores, AntonioSerra Rojas, Andres

    i Derecho Financier0 y1 T r i b u t a r i o :1 Florez Z;lvala, Ernesto

    Derecho International:Garcia Roblcs, AlfonsoG6mez Robledo, AntonioSepi~lveda,CesarSierra, Manuel J.Derecho Penal:CarrancA y Trujillo, RadlFranco Sodi, CarlosConzAlez de l a Vega,Francisco8. Historiodores del 29Aguirre Beltrbn, GonzaloArnhiz y Free;, Arturo( Harant, JanBenitez, FcrnandoBernal, Ignncio]>e la Maza, Franciscoi De la Torre Villar,Ernestoj Diaz de Ovando,I ClementinaFern Sndcz, JustinoI Fucntes hlares. Jose

    Derecho Civ i l :Borja Soriano, ManuelPallares, EduardoDerccho Const i tuc ional :EIernfindez, Octavio A.Elerrera y Lasso, ManuelA,lartincz Brlez, AntonioTena Ratnirez, FelipeDcrccl to Mercanl i l :Ilarrera Gracf, JorgeMantilla Molina, Roberto L.Rodrtguez y Rodrfguez,lcsi~sD e r e c h o d c l T r a b a j oDe la Cueva, MarioFilosofia deZ Derecho:Garcia Mrlynez, Eduardo

    Garcia Cant6, Gast6nJimPnez Moreno, WigbertoMillPn, Maria del CarmenO'Gorman, EdmundoPompa y Pompa, AntonioPbrez Martinez, I-ICctorRub'io Rilaii6, IgnacioRojas Garciducfias, JosCToscano, SalvadorZavala, SilvioZea, Leopoldo

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    9. Nove l i s tas y ensay i s tas de hledio SigloArredondo, 1x16sBAtiz, HubertoCampos, JulietaCarballo, EmmanuelDdvila, AmparoDe 1a Colina, JoseElizondo, SalvadorFernAndez, Sergio 'Fuentes, CarlosGalindo, SergioGarcia Porice, JuanGaribay, RicardoGlantz, Margo

    Gonzdlez Casanova,1 enriqueIl~argiiengoitia,JorgeI,bpcz PAez, Jorgehlngaiia, SergioAlclo, Juan Vicentehlejia Srinchez, ErnestoAlentIoza, Rlaria LuisaI'iazza, Luis Gl~illermoI'itol, SergioRossi, AlejandroSpots, Luis\'alaclC.s, E.dmundo

    10. Hi .r to t iadores dc Medio SigloRlanquel, Eduardo .Eosch, CarlosCarrasco, PedroGarcia Ruiz, AlfonsoGonzAlez, LuisGonzdlez Navarro, MoisesLenloine, ErnestoLe6n Portilla, MiguelRZnnrique, Jorge Alberto

    hforeno, Danieln[oysCn, Xavier'Aluro, Luis.Piiia Chan, RomAnUlloa, Bet-taV~,rgasLugo, ElisaI'Izquez, JosefinaI'r!hzquez, hIaria del(::I r lner l

    I ] . Lingi i is tas y demdgrafos de i l ledio SigloLingi i i s tas I1ci.n:cjgrnfosAlato rre, Antonio Ilcnirez, RnitlFrenk, Margrit C;rl)~rn, Gustnvo

    -- Bux6, Jose Pascual IJ11ikc1,Luis

    12. Pintores y nrqui t ec tos de Aicdio SigloRatorska, Rasia C:orunel, RafaelCarrillo, Lilia Cor7as, ~ranciscoCoronel, Pedro Cuevas, Jose Luis

    Felguerez, Manuel Sakai, KasuyaGarcia Ponce, Fernando VladyGironella, Alberto Von Gun then, RogerGonzAlcz de Le6n. Tcodoro Zabludovsky Abraham( Rojo, VicenteI 13 . A t ~ t or e s e a t m le s de M c di o S i g l oAznr, H6ctor I Iernlndez, Luisa JosefinaI,eiiero, Vicente , 'Carballido, EmilioGunola, Juan Jose

    Fraire, TsabclGonzdlez de Lebn,IJlalumeGuardia, RliguelI Iernfindez Catnpos, JorgeGarcia Tents, JainleI~iralde,Eduardoh,lontes de Oca, hiarc0Antonio

    nonifaz Nuiio, RubCnCastellanos, Rosarionlutis, AlvaoSahines, JaimeScgovia, TomasRius, LuisZaid, Gabriel

    II 15 . Cicnt i f icos soc inles de hlc dio Siglo

    no if il, Guillermo I>itvak, JaimeFlares Olca, Victor LOpcz Cdmara, FranciscoGonzAlez Casanova, Pahlo Pozas, Ricardo/ Gonzilez Cosio. Art aro Warinan, ArturoGonzAlez Pcdrero, E t ~ r i q ~ ~ e

    I) Aguilar,Alonso ~barra,Uavicl.Cecefia, Josb Luis hIal.tiz,cz, lfigcniaI Flares de la Pefia, Horacio Solis, LeopoldoI Politdlogos:

    Ojeda Gbmez, Mario Segovia, Rafael

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    16. Gcneracidn de l 68Novelistas:Apilar Mora, Jorge,Agustin, JoseAvilds Fabila, RentAzuela, ArturoCapetilIo, ManuelCarridn, LuisDalial, Albert0 ,Del Palacio, JaimeGarcia Sal$aiia, Parmf nides

    Lara ZavaIa, IIernAnManjarrez, EIEctorMartinez, EduardoPrieto, FranciscoSainz, GustavoSolnres, IgnacioTovar, JuanZcpeda, Eraclio

    Rafiuelos, Jua n Molina, JavierCnmpos, Marco Antonio Montemayor, OscarCarr illo, Ricar do Pacheco, Jose EnlilioCross, Elsa Reyes, JaimeFlores, Miguel Angel Shelley, Jaime AugustoHu er ta , David YdrSez, RicardoLabastida, Jaime

    Agui lar Camfn, Hector h'leycr, I.orcnzoAgui lar Mora, hla r~ucl MonsivAis, CarlosRar tra , Roger Pereyra, Carlos13lanc0, Jose Joaquirl Sheridan, Guill ermoCdzdova, Arnaldo

    EI, TItvION Y LA TORRlENTA

    h16~icovive una dc las crisis econ6lnicas mls severas desu historia. No es, por supucsto, la primcra vez que es-tnmos en un brete y rccord:trlo no deja tle ser un consue-lo. Hay cn la rncinoria una nioraleja irn~~licita:i salimoscle aquellas, s;lldren~os c Csta. IInce just;rmer~tecicn aiios,prcsioxiado por la caldn de lor precios cle la plata, ell'residente Manuel GonzAlez pus0 en circulacibn la fugaz~nonedade niquel que provoC6 la s~ispicaci;~ilblica, Lcost6 la popularidad y por poco la vid:~.En 1907, 1.iman-tour sortcb a medias lina crisis financicra de tal nmgnitudqlte algunos historiadores la conridcrsn un antccedentefr~ndament;llde la Rcvolucibn. Entrc 1913 y l'J16 se vic-rori cn R.Ibxico cscenus q u e rcciicrclan n n poco a las dcesto illtin~os leses: fuga dc divisas a ctlclltas en EstadoslJnidos, tlevnluaci6n vcrtiginosa de l a moncda (el "bi-limhiquc"), alza de prccios en lor prudr~ctosbi~icos, n-rautacibn bancaria. Las razoncs de urgencia ante la ngudacrisis naciotial q u e adujo Luis Cabrern contra 10s repre-sentantes del ant ig~ lo egimen bancario parrr en pl-odigio-sninente actualcs: "1.0 ~ L I Cli7.0 c1 Cobicrno dcl PrcsidenteClarranza lo hubicrn hecho cunl'lq~~icrobier110 dcl mun-do en similares.circunstancias."Una analogla inis cercana oc11rri6 en el aiio de 1926.Llcga1,a a su fin rl quinql~rnio e la abundancia. La obraclc la Secretaria de Educacib~~,rgullo del rtgirnen, se ha-bla realizado, en buenn mctlida, con los ingresos petrole-ros de 1!)21. 'I'odos 10s rcr~gloncsdc In econon~iamarchn-ban de mod0 ascenrlcnte. Callcs se propuso entonccscambiar I n faz del pais en cuatro al'ios y orquest6 unasuerte de N.E.P. niexicana: funcla cl Ihnco de Mexico, elde CrCdito Agrlcola, la ComisiOn Nacional dc Carninos,la de Jrrigacihn, Escuelas Ccntralcs Agrfcolas, etc.. . Por

    ! deigncia, fnctores cxternos -corn(> la baja de 10s ingre-I sos petroleros y argentiferos- detienen el ambicioso.aunque no desmenlrado, plan de Caller, Pani y G6mezMorin. Ile pronto, el pais cn t r a en uria crisis dc la que nosaldria cnbalinente sino i ~a rt a l New Deal: braccrismo.1 dcsemp1eo1 cicrre d c empresas, paros, huelgas, mora toria1 It 169