amor irracional

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  Amor irracional Amor irracional Durante toda la noche no había cesado aquella fina lluvia. Llevaba muchas horas echada en la cama oyendo esa música de fondo que originaba el agua al caer. Se sentía terriblemente cansada. Habían sido dos meses en los que apenas había podido dormir más de tres o cuatro horas seguidas y siempre en un camastro incómodo y bao un par de mantas que apenas le daban abrigo !hora todo había acabado. Se había mentali"a do para ir al entierro que tendría lugar a las doce del mediodía y despu#s cogería sus maleta s y se volvería a su tierra natal. $or la ventana solo se adivinaba oscuridad total. %ncendió la lamparilla de la mesita de noche para mirar el relo y con bastante desilusión com probó que aún eran las cinco y cuarto de la ma&ana Dio un par de vueltas más en la cama. 'ntentaba coger el sue&o y evitar que los r ecuerdos se apoderaran de su voluntad( pero le estaba resultando imposible. )na y otra ve" veía su cara y escuchaba su vo" *+ e te( corre( corre(...,. !quellos oos le habían gritado con f uer"a que se fuera. !l principio había opuesto resistencia ( casi le parecía un bonito final morir a su lado. $ero ella no se lo había permitido. ! empuones la había sacado de ese "ulo y a gritos la había obligado a correr tanto como sus piernas habían podido. %ran unas imágenes difíciles de olvidar( unos recuerdos que seguro la acompa&arían hasta el último de sus días Si al menos tuviera algún tipo de barbitúrico en su botiquín. %ra enfermera pero siempre había estado en contra de la medicación para dormir( aunque hoy daría lo que fuera por  poder desca nsar( po r cerrar los oos y c oger un sue&o plácido Despu#s de unos minutos y ante la imposibilidad de dormir un poco( decidió levantarse y darse un ba&o. $uede que sumergir su cuerpo en agua relaara algo la tensión a la que tenía sometida toda su musculatura. %ntró en el cuarto de ba&o y abrió el grifo del agua caliente. -on los dedos bao el chorro de agua esperó a que la temperatura de esta fuera agradable y tapó el desage. /ientras la ba&era se llenaba aprovechó para mirarse unos segundos en el espeo. *Dios( qu# va a decir mi madre cuando me vea,. 0ácilmente había perdido ocho o die" 1ilos en estos días de encierro. %l peso adelga"ado( los oos hinchados de tantas lágrimas vertidas la noche antes( el pelo mal cortado... su aspecto era r ealmente lastimoso !l entrar en la ba&era por un momento le vino a la memoria la noche que empe"ó todo.  Era un cuatro de septiembre y apenas llevaba quince días viviendo en ese pueblo. Había venido  por motivos de trabajo. En su ciudad solo conseguía hacer suplencias, con horarios  pésimos y con larg os periodos de descanso entre u na y otra suplencia. Aqu í le habían ofrecido una plaza fija, un buen sueldo y el mismo hospital disponía de unos apartamentos cercanos para la gente que procediera de otras zonas de Espaa o del e!tranjero 2

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Historia lesbica

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Amor irracional

PAGE 1Amor irracional

Amor irracional

Durante toda la noche no haba cesado aquella fina lluvia. Llevaba muchas horas echada en la cama oyendo esa msica de fondo que originaba el agua al caer. Se senta terriblemente cansada. Haban sido dos meses en los que apenas haba podido dormir ms de tres o cuatro horas seguidas y siempre en un camastro incmodo y bajo un par de mantas que apenas le daban abrigo

Ahora todo haba acabado. Se haba mentalizado para ir al entierro que tendra lugar a las doce del medioda y despus cogera sus maletas y se volvera a su tierra natal. Por la ventana solo se adivinaba oscuridad total. Encendi la lamparilla de la mesita de noche para mirar el reloj y con bastante desilusin comprob que an eran las cinco y cuarto de la maana

Dio un par de vueltas ms en la cama. Intentaba coger el sueo y evitar que los recuerdos se apoderaran de su voluntad, pero le estaba resultando imposible. Una y otra vez vea su cara y escuchaba su voz

Vete, corre, corre,.... Aquellos ojos le haban gritado con fuerza que se fuera. Al principio haba opuesto resistencia, casi le pareca un bonito final morir a su lado. Pero ella no se lo haba permitido. A empujones la haba sacado de ese zulo y a gritos la haba obligado a correr tanto como sus piernas haban podido. Eran unas imgenes difciles de olvidar, unos recuerdos que seguro la acompaaran hasta el ltimo de sus das

Si al menos tuviera algn tipo de barbitrico en su botiqun. Era enfermera pero siempre haba estado en contra de la medicacin para dormir, aunque hoy dara lo que fuera por poder descansar, por cerrar los ojos y coger un sueo plcido

Despus de unos minutos y ante la imposibilidad de dormir un poco, decidi levantarse y darse un bao. Puede que sumergir su cuerpo en agua relajara algo la tensin a la que tena sometida toda su musculatura. Entr en el cuarto de bao y abri el grifo del agua caliente. Con los dedos bajo el chorro de agua esper a que la temperatura de esta fuera agradable y tap el desage. Mientras la baera se llenaba aprovech para mirarse unos segundos en el espejo. Dios, qu va a decir mi madre cuando me vea. Fcilmente haba perdido ocho o diez kilos en estos das de encierro. El peso adelgazado, los ojos hinchados de tantas lgrimas vertidas la noche antes, el pelo mal cortado... su aspecto era realmente lastimoso

Al entrar en la baera por un momento le vino a la memoria la noche que empez todo. Era un cuatro de septiembre y apenas llevaba quince das viviendo en ese pueblo. Haba venido por motivos de trabajo. En su ciudad solo consegua hacer suplencias, con horarios psimos y con largos periodos de descanso entre una y otra suplencia. Aqu le haban ofrecido una plaza fija, un buen sueldo y el mismo hospital dispona de unos apartamentos cercanos para la gente que procediera de otras zonas de Espaa o del extranjero

Aquel da haba sido especialmente trgico. Un enfrentamiento entre un comando terrorista y la ertzaina se haba saldado con dos policas heridos, uno de los cuales haba muerto en el quirfano minutos despus. Esther saba que en ese pueblo, igual que en muchos otros, era mejor no exteriorizar ningn tipo de color poltico pero aquel da, al salir a aquel pasillo en el que se encontraba la mujer del polica fallecido y ver como sta lloraba desconsoladamente mientras se sujetaba con fuerza una barriga en avanzado estado de gestacin no pudo evitar un comentario, Que hijos de puta, que ganarn con una viuda y un hurfano ms

Aquel cuatro de septiembre haba sido la ltima vez que haba hablado con su madre. An recordaba perfectamente la conversacin. Su mvil haba sonado al salir de la clase de euskera a la que se haba apuntado ese mismo lunes

E: Todo muy bien mam

En: Tu padre y yo nos vamos de viaje este jueves y si todo va bien nos quedaremos unas semanitas. Katrina pronto saldr de cuentas y tu hermano ya nos tiene una habitacin preparada en su casa

Esther se dio cuenta de lo desconectada que estaba del mundo real. Su sobrinita haba nacido durante el tiempo en que ella haba estado secuestrada y an no haba podido ver ni siquiera una fotografa suya. Aquella ltima conversacin mantenida con su madre pareca pertenecer a otra poca de su vida, pero tan solo haban transcurrido dos meses desde aquel da

Pobre, mam... qu debi pensar al saber que su hija haba desaparecido?

Aquella noche su compaera de piso, una joven doctora procedente de Madrid, haba decidido irse para casa a la salida del hospital. Tena unas dcimas de fiebre y se encontraba muy cansada

E: As qu... Laura. Hoy haces campana?

L: Chica... si es que no me aguanto de pie. Disclpame con Gorka y dile que el viernes no faltar a clase

Esther de forma involuntaria puso la palma de su mano en la frente de su amiga y la not ligeramente caliente

E: Venga, intentar no hacer ruido cuando llegue. Tu mtete prontito en la cama y ya vers como maana te levantas como nueva

L: No te preocupes por lo del ruido... Me he tomado un antiinflamatorio hace unos minutos y noto que ya me est viniendo el sueo. Creo que hoy no me despertara ni un terremoto

Y no haba sido un terremoto pero casi, casi. Alguien haba aporreado con fuerza la puerta. Ella se encontraba desnuda y a punto de entrar en la baera cuando haba odo esos fuertes golpes en la puerta de la entrada. Se tap rpidamente con un albornoz e intent darse prisa en abrir para que quien fuera no acabara por despertar a Laura

An ahora temblaba al recordar la imagen de aquellos dos encapuchados y aquella pequea pistola con la que la apuntaba el primero de ellos. Sin darle ningn tipo de explicacin aquel tipo la haba encaonado a nivel del pecho y la haba hecho retroceder hasta conseguir que se cayera sobre el sof y se le abriera en parte la prenda de ropa con que se haba vestido

Terrorista 1: Joder... que buena est la doctora... si parece que me estuviera esperando... porqu no me dejas diez minutos a solas con ella?... seguro que el capo no se va a enterar si t no le dices nada

A Esther le pareca increble como poda recordar tan detalladamente lo que haba ocurrido aquella noche. Esa misma tarde en comisara lo haba tenido que relatar en ms de una ocasin y posiblemente por ello ahora lo estaba reviviendo con tanta precisin

Por suerte el segundo encapuchado se haba acercado al primero y le haba dicho algo a la oreja. Algo que le haba hecho cambiar de opinin

Terrorista 1: Joder... Tienes razn... Vamos vstete deprisa (bajando de momento la pistola y tirando de ella para ayudarla a levantarse) Vives con alguien, Laura?

Esther apenas haba podido mover la cabeza en seal negativa. Todo su cuerpo temblaba por la mezcla de miedo y nervios que senta en su interior, pero su cerebro intentaba mantenerse alerta. Una cosa tena clara, la haban confundido con Laura, y apenas dos semanas antes sta viva sola en ese apartamento. Algo le deca en su interior que era mejor no quitar a esos hombres de su equvoco

Terrorista 1: Acompala t a su habitacin... al menos t no te vas a poner caliente si la ves desnuda

An encima de la cama se encontraban los tejanos que se haba quitado minutos antes y un jersey muy fino con el que haba pasado un poquito de fro al volver a casa. Intentando ir lo ms aprisa posible para que Laura no se despertara y no se le ocurriera levantarse de la cama se quit su albornoz y se empez a vestir

Curiosamente aquel to que la haba llevado hasta su habitacin no pareca tener ningn inters en verla desnuda. Mientras ella se vesta haba abierto un armario y sacndose una bolsa plegada de uno de sus bolsillos la haba ido llenando de ropa limpia, un par de pantalones y varios jerseys. Despus haba abierto el cajn del que Esther haba sacado unas braguitas limpias y haba hecho lo propio con la ropa interior. Haba cogido varias mudas y tambin las haba metido en esa bolsa de basura

Esther que segua hecha un flan se daba cuenta por el proceder de aquel encapuchado que estaba a punto de ser secuestrada y por la ropa que haba guardado en aquella bolsa poda ser que la cosa fuera realmente grave. Ya a punto de salir de la habitacin haba cogido un retrato en el que se la vea a ella junto a su hermano pocos das antes de que este se fuera a vivir a Suiza. Como pidindole un favor haba tendido el portarretratos a aquel hombre y este despus de unos segundos de duda, tambin lo haba metido en la bolsa de la ropa

E: Gracias... y gracias tambin por no dejar antes que tu compaero...

Terrorista 2: Tranquila... (mientras le pona una mano en el hombro y la miraba fijamente a los ojos) Vamos, tenemos que irnos ya

Hasta ese momento Esther no haba sido consciente de que se encontraba delante de una mujer. Iba vestida con un chaquetn de cuero que ocultaba perfectamente su silueta y en ningn momento haba abierto la boca. Las pocas palabras que haba pronunciado las haba susurrado al odo de aquel otro encapuchado. Ahora, casi de forma inconsciente, aquella palabra y sobretodo el tono de voz empleado ha haba ayudado a que el temblor empezara a desaparecer

E: Me vais a matar?... Yo... yo no he hecho nada

Esther de pronto record que en realidad estaban secuestrando a Laura y ella apenas la conoca. Tan solo haban convivido en aquel apartamento durante un par de semanas y si bien pareca una chica muy maja, aun no haban intimado lo suficiente como para poner la mano en el fuego por ella

Terrorista 2: Tranquila... de verdad... Vamos...Esther empezaba a notar que el agua de la baera se haba ido enfriando. Segua sintiendo la misma tensin en todo su cuerpo pero quedarse unos minutos ms en remojo solo la ayudaran a pillar una pulmona. Estaba secndose con una toalla cuando oy unos ligeros golpes en la puerta del bao

L: Esther... mi nia... ests bien?

E: S, Laura, s... no te preocupes

L: Quieres que hablemos?... Quieres que te haga compaa?...Te preparo un vaso de leche?

Al abrir la puerta solo atin a abrazarse a su compaera de apartamento. Esta con sumo cuidado le acariciaba la espalda y le intentaba transmitir todo su cario

L: Me siento tan mal, Esther. Tendra que haber sido yo la que pasara por todo lo que t pasaste... me siento tan culpable... Si aquella noche no me hubiera ido a dormir tan pronto... si hubiera odo a aquellos criminales... si...

Esther abrazada con fuerza a su amiga no dejaba de llorar de forma silenciosa, pero sus lgrimas poco tenan que ver con lo que haba pasado de malo durante los das en que haba estado privada de libertad. Difcilmente Laura entendera el porqu de sus lgrimas aunque intentara explicrselo y en realidad prefera guardar todo lo que haba vivido y todo lo que haba sentido en su interior

E: Vete a dormir... es muy temprano, todava. An puedes dormir un par de horas antes de tener que ir al hospital

L: Por eso no te preocupes, ayer hice un cambio de turnos y hasta maana por la noche no tengo que volver al curro. Te voy a acompaar al cementerio si sigues con la idea de ir, y despus te llevar hasta la estacin

Esther segua abrazada a Laura y esta le acariciaba el cabello suavemente. Una psicloga de la polica la haba estado asesorando de cmo ayudar a su amiga. Era importante que esta se sintiera en todo momento acompaada porque en cualquier momento poda sobrevenirle un bajn

Pat: Se puede vivir en un zulo durante un tiempo inhumano, pero no se puede vivir sin amar (le haba explicado la psicloga)

L: No te entiendo... a que te refieres... Esther parece encontrarse bien...

Pat: S, es cierto... lo parece... pero no la dejes en ningn momento a solas...

L: No te preocupes pero... a qu te referas con la necesidad de amar?

Pat: Esther presenta un cuadro claro de Sndrome de Estocolmo y a medida que pasen las horas su estado anmico puede empeorar

L: Sndrome de Estocolmo?... Si no recuerdo mal...

Pat: Es un sistema de supervivencia. El secuestrado llega a idealizar a la persona que lo tiene atemorizado y en los libros se llega a definir como un modo de enamoramiento

L: Pero segn tengo entendido la persona que se encarg de su vigilancia era una mujer...

Pat: Y...?

Laura se haba arrepentido enseguida de su ltimo comentario. Realmente poco importaba el sexo del secuestrador. Es ms, ni siquiera conoca lo suficiente a Esther para saber su orientacin sexual y en cualquier caso de existir algn tipo de sentimiento amoroso este tena que ser considerado totalmente patolgico. Cmo alguien poda sentir algo por la persona que la haba tenido encerrada durante sesenta y tres das en una habitacin de dos por dos?

Mientras Laura recordaba la conversacin mantenida con la psicloga, Esther no poda evitar seguir reviviendo aquella noche del cuatro de septiembre

Terrorista 1: Joder ta... se ve que uno de los polis ha muerto

El encapuchado que se haba quedado en el comedor estaba de pie delante del televisor y haba estado escuchando como las noticias relataban lo ocurrido aquella misma maana a escasos diez kilmetros del hospital en que trabajaba Esther

Terrorista 2: Vmonos ya

Terrorista 1: Espera, joder... Quiero ver si dicen algo del capo... Saben que uno de los nuestros ha resultado herido pero creo que no saben a quien han dado...

Terrorista 2: Quieres callarte! (la voz de aquella mujer se haba vuelto de pronto autoritaria) No s si te das cuenta pero no estamos solos...

Terrorista 1: Va... si lo dices por la doctora... dudo de que el capo la acabe soltando

Esther ya haba presentido en aquel mismo momento que para tener alguna posibilidad de salir con vida de todo aquello deba intentar ganarse a aquella mujer. Por la forma de hablarle a su compaero se adivina que era una persona de carcter muy fuerte pero la manera en que la haba intentado tranquilizar cuando estaban a solas en su habitacin le haca albergar la esperanza de que fuera una buena persona, aunque esto no dejara de ser un contrasentido en alguien que formaba parte de una banda terrorista

Terrorista 1: Conduce t. Yo ir detrs con la doctora y al menos podr darle una alegra al cuerpo (mientras abra la puerta de un renault 19 blanco)

Terrorista 2: Dientes tiene razn tu novia, el da que te arrancaron las palas deban llevarse tambin un trozo de cerebro

E: Dientes? (no haba podido reprimir pensar en voz alta en aquel mote)

Terrorista 1: S mira lo que me hicieron los jodidos (en aquel momento el encapuchado se haba levantado parcialmente la malla que llevaba en la cara y haba enseado una boca en la que solo quedaban unas pocas muelas)

Esther no haba podido reprimir una arcada de asco al ver como aquel tipo le sacaba adems la lengua de forma obscena

Terrorista 2: Quieres dejar de hacer el idiota. Ten (sacndose unas llaves del bolsillo y tirndoselas). Ven, Laura... (la haba cogido por el codo y la haba obligado a sentarse en el asiento trasero del coche, para despus hacer ella lo mismo). No te preocupes... no es mal to (refirindose al que conduca), pero lo han detenido ya en varias ocasiones y cada vez que le dan una paliza lo dejan un poco ms tonto de lo que es

El pensar que en cualquier momento poda llegar a quedarse a solas con aquel tipo la haca estar muerta de miedo. A pesar de la poca luz que haba, pudo observar como la mujer que llevaba al lado se sacaba uno de los guantes que llevaba puestos y dejaba al descubierto un vendaje empapado en sangre. Con sumo cuidado fue quitndose aquella fina malla hasta destapar por completo una herida de gran tamao

Rebusc con la mano sana en el bolsillo de su chaqueta y sac una venda nueva. Con grandes dificultades retir el celofn que la protega y empez a colocarse un nuevo vendaje. Era complicado entre el movimiento del coche, la oscuridad y el disponer de una sola mano hacerlo de forma fcil y eso hizo que soltara algn que otro bufido

E: Me dejas ayudarte? (cogindole la venda nueva y empezndola a aplicar de forma correcta) Deberas desinfectarte la herida antes de taparla. Tiene mal aspecto...

Terrorista 2: Ya...

E: Cmo te la has hecho?

Terrorista 2: Ha sido con una lmina de acero

E: Pues deberas protegerte tambin del ttanos (mientras acababa con un pequeo nudo aquel vendaje)

Terrorista 2: Gracias, ya lo har

Coincidiendo con aquella ltima palabra los ojos de ambas mujeres se haban encontrado y Esther no haba podido evitar preguntarse como sera la cara de aquella mujer de la que tan solo conoca la voz

L: Ven, chate en el sof. Ir a buscar una manta para taparte, sino vas a coger fro

Esther agradeca los cuidados que le estaba prodigando Laura pero en el fondo lo que ms deseaba era poder seguir inmersa en sus recuerdos. De forma obediente se ech en el sof y sigui con la mirada como su compaera de apartamento iba a por algo de abrigo

Inconscientemente se sumergi de nuevo en los recuerdos. Al salir del pueblo aquella secuestradora de dulce voz le haba tapado la cara con una especie de bolsa de ropa. Durante un periodo de tiempo que le habra sido difcil de precisar el coche haba circulado por caminos mal asfaltados. En ms de una ocasin incluso las curvas tomadas de forma violenta haban hecho que el cuerpo de la enfermera se viera zarandeado de un lado a otro. Al detenerse el vehculo la haban obligado a bajar del coche y el dientes la haba hecho entrar en una especie de cobertizo. All le haban permitido que se quitara aquello que le cubra la cara. Al pensarlo no pudo evitar llevarse ambas manos a las mejillas

L: Tienes fro todava? (Laura estaba all sentada a su lado e intentaba taparla con una gran manta). Te preparo un vaso de leche caliente? O mejor una infusin...

Esther escuchaba la voz de su amiga pero no poda evitar temblar. All, en aquel cobertizo solo se vea una cama y en ella alguien que se haba medio incorporado al or como se abra la puerta

-: La habis localizado?...

-: S, capo... Guapa la doctora... Guapa de veras...

-: Espero que vuestra tardanza no se deba a que te la hayas estado tirando. Tengo una bala en la espalda y si me entero...

-: No, capo, no... Joder, capo, que uno es serio...

Aquel tipo de la cama no haba podido reprimir una carcajada delante de este comentario

-: Acptalo, dientes. Tu seriedad es pequeita y te cuelga entre las piernas...

En aquel momento se abri de nuevo la puerta y entr la mujer que haba participado en el secuestro. En la mano llevaba un maletn de mdico

-: No le habis explicado a la chica para que la hemos trado hasta aqu? (dejando el maletn en una mesa prxima a la cama)

-: Estbamos esperando a que trajeras el material. Confo en que sea una buena cirujana. Unai coment que en ese hospital es de lo mejorcito en quirfano y mejor que sea as porque no me gusta nada tener una bala en mi cuerpo

Esther haba empezado a entender lo que ocurra. En aquel enfrentamiento en el que haba muerto el polica aquel terrorista que tena delante suyo, echado en aquella cama, haba recibido un balazo. Tericamente haban secuestrado a Laura, una joven doctora con gran habilidad con el bistur para que le extrajera aquella bala alojada cerca de su mdula. Solo exista un problema, en realidad ella era Esther

Mientras aquellos terroristas necesitaran de un mdico su vida estara a salvo pero si les revelaba el gran error que haban cometido poda ser que decidieran deshacerse de ella

Cuando estaba pensando en todo ello not que alguien la empujaba por la espalda y la obligaba a acercarse a la cama de aquel hombre herido

-: Vamos, capo, chate y que la doctorcilla te pueda ver la herida (El dientes se haba encorvado sobre su compaero y le estaba levantando un poco el pijama que llevaba puesto)

Esther tena una gran experiencia en el servicio de urgencias y difcilmente se impresionaba al ver una herida. A pesar de ello al ver el orificio de la bala en medio de la espalda no pudo reprimir un suspiro

-: Est muy mal la cosa? (al herido aquel suspiro de la persona que tena que curarlo lo haba asustado)

-: S... es imposible sacar la bala en estas circunstancias (Esther necesitaba que la creyeran) Y si no se hace bien podramos daar la columna

-: Me quedara invlido?

-: S, existe ese riesgo (cuanto ms asustado estuviera ms fcilmente accedera a ser llevado a un hospital)

Durante unos segundos aquel hombre haba permanecido en silencio. Se dira que su cerebro estaba procesando lo que Esther le acababa de decir

-: Bueno confiar en tus manos y en tu habilidad en ciruga. Por tu bien y por el mo esperemos que sepas sacar la bala...

-: Pero es que no disponemos de luz..., aqu no hay ningn tipo de asepsia..., la anestesia...

-: Dale un papel y un boli a Laura (dirigiendo su mirada a la mujer que tena cerca) Que haga una lista y t, dientes, encrgate de conseguir todo lo necesario para que me pueda intervenir. Si voy a un hospital me van a detener y voy a pasar los cuarenta prximos aos en chirona. Prefiero jugrmela

Poco despus de hacer una larga lista, en la que figuraban medicamentos difciles de localizar, Esther vio como el capo asignaba su custodia a la mujer que haba colaborado en su secuestro

-: Llvatela a la granja. Cuando est todo preparado te avisar para que la vuelvas a traer. Acompalas t, dientes, y despus te pones manos a la obra con esa larga lista

-: No es necesario... yo sola me puedo encargar de este traslado... (sacndose una pistola de debajo la chaqueta y apuntando con ella a Esther) Dudo que me oponga resistencia

-: De acuerdo... pero si da problemas no dudes en... ya sabes...

-: Y tu espalda?... Qu pasar con esa bala si yo no dudo en...?

-: Nada de tonteras... te estoy haciendo una advertencia seria, Maca. Si esta maana hubieras disparado cuando te lo he dicho posiblemente yo no estara ahora en esta cama

El dientes despus de esto haba hecho un comentario en euskera, comentario que haba parecido molestar a la mujer porque esta enseguida haba forzado a Esther a salir de aquel cobertizo

E: Tengo que volver a taparme la cara?

M: No... esta vez no es necesario. Sube al coche y hazme un favor, no me obligues a ser una jodida asesina

Desde aquel momento Esther haba empezado a sentir lstima por aquella mujer. Algo le deca que no dejaba de ser una vctima ms. Una chica que de haber nacido en otro pas y en otra poca podra haber sido feliz y que sin embargo viva permanentemente en lucha consigo misma

E: Qu ha dicho?

M: Quin?

E: l (indicando con el dedo al terrorista que en aquel momento se acercaba al coche) ha dicho algo que te ha molestado

M: Nada... no te preocupes... no tiene nada que ver contigo

Dientes: Maca, pide el jefe que entres. Oye (sujetndola por el brazo en el momento que pasaba por su lado) me he pasado antes. No debera...

La mujer se haba soltado de forma brusca de aquel tipo y se haba dirigido de nuevo hacia el cobertizo mientras Esther que haba escuchado aquel comentario aprovechaba para obtener informacin

E: Me vais a matar verdad?. Aunque consiga ayudar a vuestro jefe no pensis liberarme... (el hecho de que no le exigieran cubrirse la cara le haba hecho temerse lo peor)

Dientes: No crea que entendieras nuestra lengua, por eso... No debera haber dicho nada. En realidad todos sentimos lo de Xavi

E: Xavi?

Dientes: S, solo tena veintin aos y dej escapar a un rehn. Los jefes ordenaron su ejecucin para dar ejemplo. Maca, despus de aquello, nunca ha vuelto a ser la misma (Aquel hombre haba callado al ver que su compaera volva con el maletn en la mano y suba de nuevo al coche)

Ahora echada en ese sof se daba cuenta que desde la primera noche aquella mujer haba hecho todo lo posible por cuidar de ella

L: Esther, ven, levntate un poco y tomate esto

Laura le estaba ofreciendo un vaso de leche con cacao

L: Tmatelo, Esther (viendo que su amiga se limitaba a coger el vaso con ambas manos como si tan solo quisiera calentarse las manos) Necesitas alimentarte y olvidar cuanto antes todo lo sucedido

E: No... no... no quiero olvidar... No puedo olvidar...

Eran unas palabras dichas en voz muy baja, era un lamento exteriorizado. Si algo le daba verdadero miedo era llegar a olvidar su voz, sus manos y sobretodo su cara

Despus de arrancar el coche, Esther haba sido llevada por caminos de tierra hasta una pequea casa prxima a la costa. Haba sido un trayecto relativamente corto y realizado en el mayor de los silencios. Solo al detener el vehculo aquella mujer a quien su compaero haba llamado Maca le haba dirigido la palabra

M: Ya hemos llegado. Mierda... no para de sangrar (mirndose el vendaje de la mano y comprobando que la sangre haba empapado el grosor de la venda)

E: Deja que le eche un vistazo a la herida... Seguramente sera bueno poner unos puntos

M: Me lo puedes dar tu?

E: Yo?

M: S, t... eres una buena cirujana no?

E: Y... si te dijera que yo no soy cirujana?

M: Qu? (girndose de forma brusca hacia la enfermera y no disimulando su sorpresa) No eres Laura Beltrn?

Aquella primera noche de encierro haba sido la ms dura. Ya no solo por el fro que haba pasado en aquel agujero bajo el suelo, sino por el miedo que haba sentido al imaginar lo que poda ocurrir el da despus

Despus de haberle confesado a aquella chica el error que haban cometido, Esther no tena nada claro como iban a desarrollarse los acontecimientos a partir de aquel momento

M: Me lo ests diciendo en serio?. De verdad no eres mdico?

E: Solo soy una enfermera

Al escuchar aquello Maca haba golpeado con fuerza el volante con su mano derecha, soltando al momento un grito de dolor. El mismo desconcierto le haba hecho olvidar el profundo corte que tena en la mano

E: Djame verte la herida... Si en algo soy competente es en hacer curas

M: No va a ser necesario curarme la herida, cuando el jefe se entere de nuestro error lo que menos me va a doler va a ser la mano (el tono de voz de aquella chica era de verdadero abatimiento)

E: Va (girando medio cuerpo y abriendo el maletn que haba en el asiento trasero del coche) Djame quitarte esta venda... est empapada de sangre

Maca se haba negado de malas maneras a recibir los cuidados de Esther. Le haba ordenado bajar del coche y a punta de pistola la haba obligado a levantar una trampilla que haba en el suelo, prxima a una pequea cabaa de madera

M: Espera... (abriendo de nuevo la puerta del coche para recoger una pequea linterna de la guantera). Ten. Ahorra todo lo que puedas en pilas. Ah abajo no hay nada de luz y para tus ojos ser bueno que de vez en cuando la enciendas durante unos segundos

Y as lo haba hecho durante aquella primera noche. Al poco de haber bajado por la escalerilla que haba hecha de forma artesanal oy como la trampilla que daba acceso a ese agujero se abra de nuevo y por el asomaba la mujer para proporcionarle un par de mantas con las que taparse

M: Ten... Intenta dormir

E: Puedes darme algo de agua? (los mismos nervios y el miedo que estaba pasando le haban provocado un molesto escozor en la garganta)

M: Espera...

Haba desaparecido durante unos segundos y haba vuelto con una botella de agua y un par de manzanas. Esther recordaba haber agradecido sobretodo el poder llevarse un poco de agua a la boca

En aquel momento son el telfono. Laura consciente de que Esther estaba haciendo serios esfuerzos para dormirse un rato intent contestar de forma rpida

L: S?... S, ha insistido... A las doce, creo... No, la voy a acompaar yo... Sus padres regresan hoy mismo procedentes de Ginebra... Pero porqu?

Despus de escuchar lo que su interlocutor le haba explicado Laura haba colgado de nuevo el auricular y se haba vuelto a sentar muy prxima a Esther

L: Cario... me oyes?... (La enfermera permaneca con los ojos cerrados pero con un ligero movimiento de cabeza asinti) Esther, era la polica... No quieren que vayas a ese entierro. Temen que algn amigo de esa chica pueda tomarla contigo

E: Voy a ir... voy a despedirme de ella... se lo debo...

L: Esther no le debes nada... Era tan solo una asesina...

E: Y t que sabes! (de pronto un grito haba escapado de la boca de Esther) No la conociste... nadie la conoci... Nadie!

Laura asista atnita a aquella defensa tcita de la secuestradora. Empezaba a recordar las palabras que le haba dicho la psicloga de la polica y siguiendo los consejos de sta saba que se tena que limitar a escuchar y dejar que Esther exteriorizara toda su pena

L: Te trat bien?... Cuid de ti?...

E: S..., el primer da me liber... me dej escapar...

L: Pero no escapaste...

No, no haba escapado, aunque Maca se lo haba puesto terriblemente fcil. Despus de pasarse toda la noche sentada en un camastro y envuelta en esas dos mantas que le haba proporcionado, Esther haba conseguido dormir un poco. La luz del da la haba despertado

Al abrir los ojos haba visto con sorpresa que la trampilla estaba abierta y no se adivinaba ninguna presencia humana en el exterior. Al subir por la escalerilla se haba encontrado una bolsa de lona y en ella las llaves del coche y un pequeo mapa, adems de una nota en la que solo se lea:

Perdname. Has sido mi ltimo error

Con toda la rapidez que le haban permitido sus piernas Esther haba subido al coche y le haba dado a la llave de contacto. Cuando apenas llevaba un kilmetro recorrido fren el coche para alcanzar el mapa que haba en la bolsa y volvi a encontrarse con aquella nota escrita por la secuestradora

Cuando el jefe se entere de nuestro error lo que menos me va a doler va a ser la mano, haba sentenciado la noche antes. dej escapar a un rehn. Los jefes ordenaron su ejecucin para dar ejemplo le haba comentado el dientes. Aquellas frases parecan un eco en el interior de su cerebro, se repetan una y otra vezAn ahora se sorprenda de su reaccin. Haba dado media vuelta y haba desandado aquel escaso kilmetro recorrido. Al detener de nuevo el coche cerca de la cabaa haba inspirado con fuerza en un par de ocasiones y se haba encaminado hacia la puerta

L: Esther porqu no escapaste?... Si pudiste... por qu no escapaste?

E: Estaba herida... Maca estaba herida... (realmente ese no haba sido el motivo por el que haba dado marcha atrs en su intento de huda, pero no se vea capaz de encontrar ninguna explicacin creble)

L: Maca?... era ese el nombre de la secuestradora?...

Esther asinti con la cabeza y cerr los ojos. De nuevo se encontraba delante de aquella puerta cerrada. Reviva cada uno de los segundos en los que dud entre abrirla o dar media vuelta y volver al coche. Saba que regresando a la cabaa estaba poniendo en peligro su vida, pero all estaba

Al abrir la puerta lo hizo de forma cuidadosa. En el interior no se oa ningn ruido y apenas se vea. Solo entraba algo de luz por una pequea ventana. En uno de los laterales de la cabaa haba dos literas, y en la de abajo se adivinaba una figura humana. Al dejar la puerta totalmente abierta y descorrer una pequea cortina que tapaba parte de la ventana, Esther comprob que en aquella cama se encontraba la mujer que la noche antes haba participado en su secuestro. An vestida con la chaqueta de cuero y toda encogida pareca estar profundamente dormida

E: Hola... me oyes? (acercndose hasta quedar a apenas un metro de donde se encontraba la mujer)

Estaba de cara a la pared y lo nico que poda apreciar Esther era una larga melena que el da antes haba estado escondida debajo de la media con que se haba cubierto la cara

Al comprobar que la mujer no haca el ms mnimo movimiento, Esther se haba acercado hasta llegar a tocarla

E: Oye... (mientras la sacuda ligeramente por el hombro)

Ninguna respuesta. La mujer pareca inconsciente. De forma instintiva le haba buscado el pulso en la yugular. Dios, que susto

E: Ey... despierta... despierta... (mientras la intentaba medio incorporar)

Aquella chica segua sin responder. Al girarla por completo Esther comprob que en el interior de una de sus manos guardaba un pequeo frasco de pastillas. Lo cogi y se acerc a la puerta para poder leer lo que figuraba en la etiqueta. Despus de saber que se trataba de barbitricos arranc a correr hacia el coche. Si haba suerte en aquel maletn encontrara algo con que realizar un rpido lavado de estmago

E: Vamos Esther... Piensa... Piensa... (mientras abra los diferentes compartimentos de aquel maletn) Joder... si hubiera carbn activo... Si tuviera una sonda gstrica... si... Piensa Esther... Ha de haber una solucin... no puedes dejar que esta chica se muera delante de tiEchada en aquel sof y en compaa de una Laura que permaneca en absoluto silencio, Esther not como la respiracin se aceleraba al revivir aquellos momentos

De pronto los ojos de la enfermera se haban fijado en una botella de agua oxigenada. Tendrs que servir. Eres lo nico con lo que cuento en estos momentos. Llen un par de jeringuillas grandes con agua oxigenada y volvi a entrar en la casa

E: Va, despierta (levantndole bastante la cabeza y forzndola a beber un poco de agua oxigenada) Va, no me hagas esto, va... (haba la posibilidad de una falsa deglucin y eso le haca ir con sumo cuidado) traga... por favor... traga...

Con mucha paciencia consigui vaciar toda una jeringuilla y parte de la segunda en la boca de aquella chica, que de pronto sufri un fuerte espasmo y vaci todo el contenido gstrico encima de Esther

E: Buena chica... Vamos... sigue... esfurzate en sacarlo todo (viendo que haba abierto ligeramente los ojos)

M: Quiero dormir... djame dormir...

E: Despus vas a dormir... pero ahora acbate de tomar lo que hay en esta jeringuilla

Despus de beber un poco ms de agua oxigenada Maca no tard en vomitar lo poco que pudiera quedar en su estmago. Esther saba que el peligro ya haba pasado. Ahora era cuestin de horas que el organismo de aquella mujer fuera eliminando el medicamento que ya hubiera absorbido

Como pudo recogi el vmito que haba en el suelo y se dirigi al coche para poderse cambiar de ropa. Una vez limpia se sent a los pies de la cama de aquella chica y dej que esta durmiera tranquilamente. Lo que pudiera pasar cuando se despertara era algo que no le preocupaba demasiado en este momento, se senta feliz de haberle podido salvar la vida. Era una chica demasiado joven y demasiado guapa para morir sola en el interior de esa cabaa. Dientes haba hecho un comentario que la haba impactado, despus de la ejecucin de Xavi por parte de la banda Maca no haba vuelto a ser la misma. Estaba pensando en todo ello cuando sinti unos ojos fijos en ella

L: Esther... Esther... (intentndola despertarla)

Laura estaba mirando su reloj, las ocho y cuarto. Tena tiempo de sobras

E: Te vas?... Qu hora es?... He dormido mucho?... (incorporndose un poco)

L: No, tranquila. An puedes dormir unos minutos ms

Esther que segua inquieta por la hora, busc con la mirada el reloj que figuraba en el aparato de video. Al comprobar que an era temprano, se volvi a girar hacia su compaera de piso

E: Crea que no ibas a trabajar hoy... (viendo que se haba vestido y estaba preparada para salir de casa)

L: No, no voy al hospital. Volver muy pronto, pero si me retraso, no se te ocurra irte sin m al cementerio

E: Dnde vas?

L: La polica quiere hacerme unas preguntas...

E: A ti?... Pero si t no sabes nada...

L: Ya... no te preocupes por nada vale?. Volver tan pronto como pueda

Laura no haba sido del todo sincera en esa conversacin y eso le haca tener prisas a la hora de irse. Cuanto ms hablara con Esther sobre la conversacin que haba tenido con la polica mayor riesgo corra de decir cosas que deba callar

E: Oye no creern que yo...?. No te habrn pedido que me vigiles...

L: Escchame, Esther... y escchame bien. T has sido una vctima en todo esto, de acuerdo?

E: Ya... pero a ellos tambin les cont que pude escapar y que no lo hice...

L: No pienses ms en eso. Todos hemos hecho cosas en nuestra vida difciles de entender... no le des ms vueltas a lo ocurrido durante estos dos ltimos meses. Me voy, pero sobretodo no se te ocurra salir de casa antes de que yo vuelva

Esther asinti con la cabeza y observ como Laura se iba

Era imposible no revivir lo ocurrido desde el da de su secuestro. An recordaba como Maca le haba echado en cara que no se escapara. Al sentir sus ojos fijos en ella le haba dedicado una tmida sonrisa, que no haba sido correspondida

M: Joder, Laura... Qu haces aqu?

E: Salvarte la vida?

M: Mierda... porqu lo has hecho? (llevndose la mano izquierda a la frente y volviendo a cerrar los ojos no dejaba de hablar para si misma) En estos momentos t deberas estar en tu casa, deberas ser libre y estar en un sitio seguro

E: Y t?... Qu habra pasado contigo sino llego a dar la vuelta?...

M: Yo por fin descansara en paz... dejara de sentir toda esta angustia dentro...

En esos momentos Esther no saba de que angustia hablaba, durante los das posteriores y en las mltiples conversaciones que sostuvieron, haba llegado a entender ese intento de suicidio fallido

M: No consigo entender porque no has escapado Laura. Esto no es un juego...

E: Te puedo pedir un favor?

M: S lo que me vas a pedir...

E: Ah s?

M: S. Vete. Pero vete ya, Laura. Te prometo no volver a jugar con mi vida (medio incorporndose y empezndose a quitar la venda de la mano herida)

E: Llmame Esther

M: Qu?

E: Ese es el favor. Llmame por mi nombre... Esther

Maca no haba podido reprimir una sonrisa. A pesar de sentirse an mareada, a pesar de dolerle un montn el corte que tena en su mano derecha, no pudo evitar una sonrisa al pensar en el favor que le estaba pidiendo aquella chica

M: Esther?

E: S

M: Pues permteme que te diga que ests loca, Esther. Te doy la oportunidad de escaparte y no la aprovechas. Se ha de estar muy loca para no salir por piernas en una situacin como sta

E: Qu te va a pasar a ti?

M: Cmo?

E: Si tus jefes saben que me has dejado escapar...

M: Que importa!. Esther, no me conoces de nada..., no debera preocuparte lo que me puedan hacer

E: Ya... pero... dientes me cont lo de tu novio

M: Mi novio?

Maca haba dejado de quitarse el vendaje para girar su cara hacia Esther. Por su mirada sta enseguida se dio cuenta de que haba cometido un error, haba dicho algo que no deba. La tmida sonrisa que le haba dedicado al pronunciar por primera vez el nombre de Esther se haba transformado en una cara de desconfianza

E: S, Xavi... Creo recordar que ese fue el nombre que dijo

Maca se haba levantado en aquel momento y se haba dirigido hacia la puerta. Si algo le dola de verdad era recordar aquella ejecucin. Xavi haba cumplido veintin aos el da antes de su muerte y haba entrado en la banda siguiendo sus pasos. Ella se encontraba en Francia y no haba podido hacer nada para evitar aquel absurdo asesinato. Sentndose en el escaln que haba en la entrada de la cabaa, haba hundido la cara entre sus rodillas para ocultar toda la pena que senta en su interior

E: Dientes dijo que haba sido castigado por dejar escapar a un rehn

M: S... eso me dijeron a m tambin (haba tal pena en su voz que Esther se arrepinti de haber mencionado aquel episodio)

E: Siento haberte recordado la muerte de tu novio (agachndose a su lado y apoyando una mano en su hombro)

M: No era mi novio, era mi hermano

En aquel momento Maca se haba derrumbado y haba permitido que sus lgrimas afloraran. Esther recordaba como si hubiera ocurrido el da antes, el abrazo que se haban dado en aquel momento y el dolor que senta Maca al pensar en todo aquello

Durante mucho tiempo ambas mujeres permanecieron sentadas en aquel escaln. Para Maca el abrazo de Esther era el primero que reciba en mucho tiempo y aunque siempre haba odiado sentirse dbil ante personas extraas, esta vez la sensacin haba sido muy diferente. La dulzura con que Esther le haba permitido apoyarse en su hombro y desahogarse en l la haba desarmado por completo

E: Dame la mano, deja que te mire la herida

Con mucho cuidado haba acabado de retirar la venda

M: Me la vas a coser?

E: Parece infectada (haciendo presin en los labios de la herida y comprobando que Maca haca una mueca de dolor) Voy a ver si encuentro penicilina en el maletn... Si conseguimos que mejore su aspecto, si quieres maana lo intento

Al ir a levantarse not que Maca la sujetaba con su mano sana

M: Gracias, Esther. Gracias por no dejarme morir... y gracias por...

Maca no haba acabado aquella frase pero Esther haba entendido perfectamente a que se refera. Aquella chica seguramente llevaba aos viviendo lejos de su familia y de sus amigos, entre compaeros de los que posiblemente se fiaba muy poco y haba encontrado unos minutos de consuelo en sus brazos

Estaba recordando aquel momento cuando el sonido del telfono la hizo volver al mundo real

Durante unos segundos dej que sonara. No le apeteca nada moverse de aquel sof. Despus pensando que poda tratarse de sus padres hizo el ademn de ir a descolgarlo, pero no lleg a tiempo de poder contestar. Antes de hacerlo se haba cortado la llamada. Se qued unos segundos mirando el telfono por si volva a sonar y as fue. No haban pasado ni diez segundos y la lucecita volva a avisar de que estaba entrando una nueva llamada

E: S?... (silencio al otro lado de la lnea) Hola?... (ms silencio)

Se esper un poco ya que poda ser una llamada desde el aeropuerto y por experiencia saba que las coberturas para los mviles eran desastrosas

E: Mam, pap,... sois vosotros?

Al momento quien fuera que estaba al otro lado de la lnea estaba colgando su auricular

E: Que mierda...

A esa misma hora en una comisara cercana Laura no daba crdito a lo que un polica le estaba explicando

L: No lo entiendo... supongo que todo esto ya se saba ayer... y no nos dijeron nada?... No lo entiendo...

No levantaba la mirada de la mesa de despacho que tena delante suyo. En ella se vean varias fotografas de los terroristas muertos el da antes, tres hombres y una mujer

L: Es ella? (cogiendo una de las fotografas para mirarla de cerca)

El comisario asinti con la cabeza

L: Y dicen que est viva?

Comisario: S

L: Pero... y la foto?...

Comisario: Es un montaje. Necesitamos que nadie sepa la verdad. (Volviendo a coger la foto que hasta ese momento haba estado mirando Laura) Esta es la imagen que ha salido en portada de todos los peridicos de mayor tirada

Laura se levant de la silla en la que haba estado sentada hasta ese momento y se acerc a la ventana. No poda olvidar los ojos hinchados de Esther y todas las lagrimas vertidas en recuerdo a esa chica

L: Y a quin entierran hoy si se puede saber?

Comisario: La caja va a estar vaca

L: Y su familia?... La familia de esta chica sabe todo esto?

El comisario que estaba apoyado en su mesa de despacho se levant y se acerc a Laura

Comisario: Nadie sabe nada de todo esto. Es algo que debe entender. Si trascendiera que esta mujer sigue viva, correra un grave peligro

L: Y porqu me lo cuentan a m?

Comisario: Maca nos ha pedido un favor. Quiere despedirse de Esther, y para ello necesitamos que usted nos ayude

L: Si creen que voy a colaborar en que esa asesina se acerque de nuevo a mi amiga...

Comisario: Maca no es ninguna asesina (la actitud de aquella joven lo estaba empezando a poner nervioso)

L: Conmigo no cuenten (dirigindose a la puerta y saliendo de aquella oficina mucho ms confundida de lo que haba entrado minutos antes)

A unos cientos de metros de aquella comisara y en uno de los pisos que la polica ocupaba de forma clandestina Maca sujetaba el auricular de telfono entre sus manos. Saba que a ltima hora de la tarde subira a un avin y abandonara definitivamente aquella tierra que era la suya. Mirar hacia atrs ya no tena ningn sentido y solo ofreca dolor, un dolor que la oprima. Mirar hacia delante no le haca ningn tipo de ilusin. An con el telfono en las manos y con la voz de Esther en su interior record el primer abrazo que se haban dado. Luchaba por esquivar los momentos vividos al lado de aquella chica pero notaba como perda la batalla y cerraba los ojos para revivir las horas que haban pasado a solas en aquella cabaa

Estn locos, si creen que voy a permitir que Esther sepa que esta mujer sigue con vida es que estn locos. Maca no es ninguna asesina le haba dicho aquel intil comisario. Cmo poda hablar as la misma polica?. Decidida a evitar que su amiga asistiera a ese entierro que en el fondo solo iba a ser una pantomima Laura empez a subir la escalera de su casa

L: Hola... Veo que ya has decidido levantarte... (al comprobar que en el sof solo haba una manta bien doblada) Esther?... (dando pequeos golpecitos en la puerta del bao)

Al ver que no obtena ninguna respuesta decidi abrir la puerta. All no haba nadie

L: Esther?... (mientras miraba en la cocina y en los dos dormitorios. Ni rastro de ella en toda la casa)

Sin pensrselo dos veces, volvi a coger las llaves del apartamento y baj de nuevo a la calle. Puede que su amiga hubiera salido a comprar algo y si era as no le costara demasiado encontrarla

Unos diez minutos antes Esther haba bajado esas mismas escaleras en busca de una farmacia abierta. Le haba empezado a doler terriblemente la cabeza y necesitaba tomar algo que le aliviara esa migraa. Iba por unas calles que le tenan que resultar familiares, sin embargo no era as. Todo le pareca nuevo. Arropada por una gruesa cazadora que haba encontrado entre la ropa de Laura y sintiendo como el fro le daba pequeos latigazos en la cara se encontr andando sin rumbo fijo

Esther... dnde te has metido?... Por qu no me has esperado si queras bajar a comprar algo?. Laura notaba como el corazn le lata con inusitada fuerza. Desde el momento en que aquel comisario la haba llamado a casa saba que su amiga segua estando en peligro pero ahora, al intentar encontrarla y no dar con ella el miedo iba creciendo en su interior

Fue al cruzar una calle en una breve carrera cuando la joven doctora tuvo la sensacin de que la seguan. Unos pocos metros detrs suyo una pareja que fcilmente habran podido ser un par de estudiantes estaban siguiendo sus pasos. Cuando estaba a punto de girarse y encararse con ellos una ligera duda la asalt. Estaba convencida de que se deban tratar de dos jvenes policas pero... y si no era as. Un escalofro le recorri todo el cuerpo y solo pens en acelerar el paso e intentar despistarlos. Desde haca dos meses estaba viviendo una especie de pelcula surrealista pero lo de esta maana ya iba un poco ms all

Aun recordaba la llamada de Esther aquel cinco de septiembre por la noche

E: Laura?...

L: Esther?. Dnde te has metido?... Llevo todo el da buscndote. He estado a punto de ir a la polica

E: Laura... escchame... estoy bien. No te preocupes. Estoy bien

L: An no he cenado. Te espero vale?

E: No. Escchame. No voy a venir esta noche y puede que tampoco maana

Un largo silencio y despus de nuevo la voz de su amiga

E: Laura si no doy seales de vida en cuatro o cinco das... (un nuevo silencio) ve a la polica

L: Esther!... Esther!... (la llamada se haba cortado)

Por supuesto no haba esperado a que pasaran esos das. Esa misma noche Laura entraba en una comisara cercana para denunciar la desaparicin de su amiga. De eso ya haca dos meses

No muy lejos de all, Esther estaba parada delante de un pequeo quiosco. Sus ojos no podan apartarse de unas fotografas que aparecan en la primera plana de los peridicos ms importantes. Sin ser consciente de sus movimientos se haba agachado para coger uno. Aquellas imgenes que vea impresas eran con las que haba soado la noche antes. Sus pesadillas eran ahora ms reales que nunca

-: Perdona... Impresiona verdad?...

-: S (apenas le sala la voz)

-: Te lo cobro? (la voz de la quiosquera pareca querer traerla al mundo real)

-: S...

-: Estas bien?

-: S... s...

Necesitaba estar sola, una extraa sensacin de ahogo empezaba a crecer en su interior. Apenas poda respirar... apenas las piernas la aguantaban... solo una imagen en sus retinas... solo esa imagen... la de Maca echada en medio de un gran charco de sangre

Voz: Maca?... Maca me oyes?...

Una ligera presin en un brazo hizo que se despertara. Se haba quedado dormida sin apenas darse cuenta. La tentacin de revivir los das vividos en aquella cabaa al lado de Esther, aunque solo fuera en sueos, haba ayudado a que se olvidara de todo por unos momentos

Polica: Te habas dormido? (la joven polica que la acompaaba haba recibido la orden de comunicarle a Maca que lo que haba pedido difcilmente se podra llevar a cabo)

M: S... (frotndose la cara con la palma de la manos como intentando centrarse en el hoy) Habis podido hablar con ella?... Sabe que estoy viva?...

Polica: Me temo que no, que de momento no le van a decir nada. Mis superiores estn intentado convencer a su amiga, la doctora, para que le de la noticia una vez celebrado el funeral

M: Vais a permitir que asista a mi entierro?... Os habis vuelto locos? (levantndose del sof en que estaba recostada para acercarse a una de las ventanas. El sonido de una ambulancia que se detena delante de un quiosco prximo le haba llamado la atencin)

Polica: Maca... necesitamos que tu entierro resulte creble. Necesitamos que alguien... Piensa que si se precipit todo, fue porque nos avisaron de que tus jefes ya no confiaban demasiado en ti

Ese comentario inacabado de la joven polica dibuj una triste sonrisa en el rostro de Maca. La muchacha no haba acabado la frase, pero necesitaban que alguien llorara su muerte y posiblemente Esther sera la nica que vertera alguna lgrima de forma sincera

M: Mis tos no van a asistir?...

La polica neg tal posibilidad con la cabeza

M: Habis hablado con ellos?... Saben que estoy...?

Polica: Nadie de tu familia sabe que sigues con vida... pero me temo que no te perdonan lo que le sucedi a tu hermano... Sabes que nunca voy a entender a tu gente? (senta simpata por Maca a pesar de conocerla desde hacia poco ms de doce hora y intentaba medir cada una de sus palabras)

M: Mi gente?

Polica: S, nunca voy a entender a la gente como t, como Xavi,...

M: No nos metas a todos en el mismo saco (por primera vez desde que la conoca Maca busc la mirada de aquella polica). Xavi era solo un cro, un nio que idealiz a su hermana mayor y quiso ser como ella. Nada ms

Polica: Y tu?

M: Yo... Oye todos los policas hacis tantas preguntas?... (volvindose de nuevo hacia la ventana para seguir lo que pasaba delante de aquel quiosco) O simplemente he tenido mala suerte contigo?

Polica: Perdona...

Mientras varias personas se haban concentrado alrededor de una Esther que haba perdido el conocimiento durante unos segundos. Estaba echada en el suelo y con unos cuantos ojos fijos en ella cuando not que unas manos amigas le daban pequeos cachetes en la cara

L: Esther!... Esther!... nia... despierta... Que susto me has dado!... Cuanto te he visto caer he pensado por un momento que...

La joven enfermera escuchaba las palabras de su amiga pero le estaba costando reaccionar. Se quera incorporar. Quera irse de all, escaparse de tantos ojos desconocidos

L: Tranquilzate, no te muevas. La ambulancia ya ha llegado y te vamos a llevar al hospital...

E: No!... No puedo...

L: Venid! Acercad la camilla! (dirigindose a los sanitarios) Vas a hacerme caso y nos vamos a hacerte un buen chequeo. No s como te dejamos que ayer te negaras a ello

E: Laura... me encuentro bien (era una splica) Ha sido solo la impresin de ver... (con los ojos busc de nuevo el peridico en el que apareca la fotografa de Maca)

L: Venga... que nos vamos

E: Laura... por favor... necesito...

L: No dejar que formes parte de todo este teatro (ayudando a subir la camilla a la ambulancia) Nos vamos directamente al Provincial, trabajamos en ese hospital

Mientras la gente se empezaba a disgregar y la ambulancia tomaba el rumbo indicado por Laura, Esther volva a notar que la vista se le nublaba y que las fuerzas la abandonaban

Acababa de apagar el telfono y la voz de Laura an resonaba en su cerebro. An no he cenado. Te espero vale?, le haba dicho. Pobre... si viera donde estoy... Los pensamientos de Esther se vieron interrumpidos por la voz de Maca

M: Ests segura de que no quieres irte?. Ahora an puedes... en cualquier momento pueden cambiar las rdenes y no podr...

E: No podrs protegerme?... Es eso lo que ibas a decir?...

Maca se haba quedado callada de repente. S. En realidad era eso lo que pensaba. Ella, que haba sido siempre respetada por sus compaeros por cumplir las misiones de forma fra y mecnica, estaba viendo como todos los remordimientos se le venan encima. De forma inconsciente el haber vuelto a pisar esa cabaa, los comentarios de dientes la noche antes, la sonrisa de Esther al ver que empezaba a reaccionar despus de su intento de suicidio,... todas esas pequeas tonteras haban despertado algo en su interior. Algo que llevaba aos dormido y ahora pareca desperezarse

M: S (fijando la mirada en el suelo e intentando quitarle importancia a esa afirmacin)

Estaban las dos sentadas en la entrada de la cabaa. Sus espaldas apoyadas en la pared y a escasos centmetros la una de la otra

E: Por qu lo has hecho?

M: T me has pedido poder hablar con tu amiga... No lo recuerdas?

E: No te estoy preguntando por qu me has dejado llamar... sino por qu... (Esther no se poda quitar de la cabeza el frasco de barbitricos que Maca haba ingerido hacia escasas horas) Lo de esta maana...

M: Estoy cansada... estoy muy cansada... y pens que era lo mejor

E: Ya, pero... si no llego a volver, a estas horas estaras tumbada ah dentro y ya nadie podra hacer nada por ti

M: Crees que le iba a importar a alguien?

E: A tu familia... a tus padres... (la curiosidad por aquella chica estaba dejando de lado la prudencia)

M: Me cri con una hermana de mi madre. Ella muri al poco de nacer Xavi

E: Y tu padre?

M: A l nunca lo llegu a conocer... Mam un da me ense una foto suya... pero nunca supe su nombre (las palabras salan con dificultad de su boca)

E: A tus amigos?... (Necesitaba darle un motivo para querer seguir con vida)

M: Esther nosotros no tenemos amigos (levantndose ligeramente la camiseta se sac una pequea pistola que esconda en su espalda) Esta es mi nica amiga...

Haba tal pena en aquel ltimo comentario de Maca que Esther no pudo evitar alargar su mano hasta encontrar la de su secuestradora. No conoca de nada a aquella mujer. No haban pasado ni veinticuatro horas desde la primera vez que haba odo su voz, sin embargo, algo en ella le inspiraba una inmensa ternura

Maca al notar el contacto de la mano de aquella chica hizo el amago de apartar la suya. Haca mucho que su cuerpo no reciba una ligera muestra de cario y pareca que ya no saba como actuar delante de un gesto tan sencillo

E: Disclpame, no quera... (retirando enseguida la mano)

M: No importa (levantndose del suelo y entrando de nuevo en la cabaa en busca de un poco de agua)

El abrazo que se haban dado aquella maana solo haba sido fruto de un momento de debilidad. Ahora Maca estaba recuperando su compostura. No poda dejar que aquella chica hurgara en su corazn

De pronto el sonido del mvil hizo que girara la cabeza

Polica: Cmo?... No entiendo nada... Dices que la acaban de ingresar en el provincial?... pero... Y si insiste en verla?...

Aquella polica mantena una conversacin entrecortada por largos silencios. Maca saba que fuera lo que fuera tena relacin con Esther, y no le gustaba nada lo que estaba escuchando. Se acerc a ella esperando una explicacin

M: Qu ocurre?... Se trata de Esther?... Qu le han hecho?...

La polica an pendiente de lo que le deca su interlocutor intentaba calmar a Maca con un gesto de su mano

M: Est en el Provincial?... La han llevado all?... (elevando la voz para que la polica le hiciera caso)

Un ligero movimiento de cabeza afirmativo mientras con un dedo le peda un poco de silencio fue suficiente para que Maca cogiera su chaqueta y saliera por la puerta de ese piso a toda prisa

L: Esther... ey... Me oyes?...

An estaban en el interior de la ambulancia y Laura le estaba sujetando una de las manos entre las suyas

E: S... no s que me ha pasado... creo que me he mareado

L: Ests a 9 - 6. Cmo no te ibas a marear?...

Quera incorporarse pero Laura no la estaba dejando

E: Ya est... de verdad... ya me encuentro mejor

L: Mira, esta vez me vas a hacer caso. Aun no se como ayer te dejamos ir para casa sin ms. Nos vamos al hospital y no vamos a salir de ah hasta que sepa que ests bien

E: Qu hora es? (todo lo sucedido la haba desorientado)

L: Olvdate de la hora. Ahora hay una cosa mucho ms importante que...

A pesar de no acabar la frase las dos chicas saban en que pensaba Laura

E: Para m, no. Para m, decirle adis es...

Era imposible seguir hablando. La voz no sala. Las imgenes de aquel peridico an permanecan en su retina y si cerraba los ojos las vea con una claridad que resultaba terriblemente dolorosa

Al salir de la comisara aquella misma maana Laura tena las ideas muy claras. La intencin era acompaar a su amiga en aquel sepelio, y desear que durante esas cuatro horas que quedaban para que Esther emprendiera el regreso hacia su casa no sucediera nada que la pudiera debilitar aun ms. Estaba segura que el poder reencontrarse con sus padres, la vuelta a su ciudad, la ayudaran a olvidar en parte lo sucedido. Ahora, empezaban a asaltarla unas pequeas dudas. Puede que si algn da Esther llegaba a saber la verdad no le perdonara el hecho de haberlo pasado tan mal en su presencia y no recibir la noticia de que Maca segua con vida

Conductor: Ya estamos llegando... (el conductor de la ambulancia se haba girado para poder decrselo a su compaero) Cmo se encuentra?...

Compaero: Bien... Seguramente solo ha sido una hipotensin

Esther segua la conversacin que mantenan los sanitarios pero sus ojos buscaban la mueca de Laura

E: No me has dicho la hora...

L: Las diez y cuarto (despus de consultar su reloj) Oye... Esther...

Laura deseaba decirle a Esther que todo haba sido un montaje, que realmente las fotos no reflejaban como haba acabado su rescate. Estaba a punto de hacerlo cuando son una sirena de la polica a pocos metros de la ambulancia

Compaero: No deberan ir delante para facilitarnos la circulacin...

Conductor: No les pidas demasiado... Piensa que son policas... (el conductor ri la broma de su compaero)

E: Djame ir al cementerio... y cuando salga me vengo para ac contigo y me haces todas las pruebas que desees. Estoy bien y no va a pasar nada porque aplacemos un par de horas esas analticas que quieres hacerme (Laura segua pensando en las palabras del comisario) Me ests escuchando? (elevando un poco la voz) Laura!

L: S, perdona (volviendo a la conversacin que haba iniciado su amiga)

E: En que pensabas?... Antes pareca que queras decirme algo y cuando has odo la sirena se te ha ido el santo al cielo

L: Vers, Esther... (acaricindole la frente con la mano) Hay algo que deberas saber...

E: El qu...?

L: Antes la polica ha llamado a casa... (no saba si realmente era bueno decirle toda la verdad)

E: Ya lo s... te han aconsejado que no me dejaras ir al funeral... Me lo has dicho, pero ya sabes lo que pienso sobre eso

L: Vers no he sido del todo sincera. El comisario me ha pedido que lo fuera a ver. Quera hablarme de una cosa...

E: De qu Laura?...

L: No s si es buena idea contrtelo ahora. Estas muy dbil...

E: Quieres hablar ya de una vez... (se estaba empezando a inquietar)

L: Hoy ese entierro no va a ser de verdad. La caja va a estar vaca

E: Cmo?... No entiendo...

En ese momento la ambulancia se detena y la puerta posterior de la ambulancia se abra de forma brusca

La ambulancia acababa de parar en el muelle de aquel hospital pero la manera en que se haba abierto la puerta del vehculo asust a todos los del interior

Hombre: La doctora Llanos? (un hombre impecablemente vestido y con un pinganillo en la oreja fijaba atentamente su mirada en una Laura que no poda disimular su cara de sorpresa)

L: Soy yo... (mientras se levantaba y intentaba bajar del vehculo)

Camillero: Hola, Laura... Nos han dicho que traes a Esther... (un camillero que haba llegado a la parte trasera del vehculo tenda una mano a su compaera para ayudarla)

L: S, llevadla enseguida a un box. Y pdele a Ainoa que se encargu ella de todo... creo que este seor quiere hablar conmigo, pero tan pronto como pueda, entro

El sanitario que aun estaba en el interior de la ambulancia no se perda detalle de nada. Pareca casi la secuencia de una pelcula. Aquel tipo corpulento que haba conseguido asustarlos a todos con su brusca irrupcin ahora era un estorbo al que nadie se atreva a apartar del medio

Hombre: Por favor, venga conmigo, seorita Llanos...

L: Djeme hablar un momento con mi amiga, sern solo unos segundos (mientras de reojo intentaba calmar con la mirada a una Esther realmente preocupada)

Hoy ese entierro no va a ser de verdad. La caja va a estar vaca eran las ltimas palabras pronunciadas por Laura antes de que ese tipo abriera la puerta... y ahora el coche de polica parado a escasos metros de donde se encontraban... eran dos cosas que no poda entender

E: Qu ocurre Laura?... Quin es ese hombre?... Qu quiere?

L: No te preocupes por nada cario, enseguida entro... vale? (con la mano le acariciaba la mejilla y le intenta transmitir calma, un sentimiento del que no iba nada sobrada en aquellos momentos)

E: Pero lo que has dicho sobre...

L: Shhh... No pienses ahora en nada de todo eso... (mientras con un dedo hacia el gesto de pedirle silencio) Llevosla enseguida para adentro y que le hagan analticas completas (dirigindose al camillero)

Laura vio como Esther entraba por la puerta de urgencias y como los sanitarios que las haban acompaado a este hospital seguan con la mirada puesta en aquel hombre que pareca pertenecer a algn cuerpo seguridad del estado

Hombre: Acompeme... (cogindola del brazo y obligndola a obedecerle)

Laura quera saber quien era aquel individuo, que quera de ella, dnde pensaba llevarla... pero no se atreva a preguntar nada. Con una gran sumisin obedeci y entr en la parte posterior de un coche con las lunas tintadas

Dios... Dios... Dios... en el interior de aquel coche Laura se haba dado cuenta enseguida que nada sera tan sencillo como ella se haba imaginado aquella misma maana. Nada haba acabado la tarde antes, mas bien todo lo contrario

Hombre: Necesitamos que grabe todas las conversaciones de su amiga (mientras le enseaban como funcionaba un pequeo micrfono que iba a ser colocado debajo de su jersey)

L: Pero... porqu?... No entiendo nada...

Hombre: No es necesario que entienda nada, doctora Llanos. Usted siga nuestras ordenes y nada ms

L: Pero ayer dijeron que todo se haba acabado...

Hombre: Recuerde... hgale preguntas... que hable de sus das de encierro... Necesitamos hurgar en su memoria y usted es la nica que le va a inspirar la confianza necesaria

L: Pero es mi amiga... y lo ha pasado muy mal... Cmo pueden esperar que yo...?

Hombre: Piense que la vida de su amiga depende de ello

Esa haba sido la ltima frase que Laura haba escuchado antes de abandonar ese coche. Las instrucciones de aquel inspector haban sido claras. Difciles de llevar a cabo, pero muy claras

Polica: Dnde pensabas que ibas?... Si te llega a pasar algo el jefe... (la joven polica no quera ni imaginarse tal posibilidad. Haba recibido rdenes muy concretas y la seguridad de aquella mujer importaba mucho a sus superiores)

Maca estaba flanqueada por dos corpulentos policas que le haban impedido que pudiera salir de aquella portera

M: Qu le ha ocurrido a Esther?... He odo lo que hablabas por telfono (intentaba decir las cosas de forma pausada pero notaba que los nervios empezaban a traicionarla)

Polica: Ha sido por eso que has salido corriendo?...

M: Siempre has de contestar con una pregunta?. Dime que le ha pasado a Esther (acercndose a su interlocutora con una mirada que reflejaba toda la preocupacin que senta)

Polica: Dejadnos a solas... Estoy segura de que no intentar repetir la misma tontera (Sus palabras iban dirigidas a sus compaeros)

Polica 2: Estas segura, Pat?... Recuerda que esta tarde...

Pat: S, no olvido lo de esta tarde, no te preocupes. S que cuando hablemos unos minutos se tranquilizara y no volver a intentar escapar

Maca segua la conversacin en silencio. El comentario de aquel hombre uniformado le haba despertado la curiosidad y una vez a solas no pudo evitar la pregunta

M: Qu ha de ocurrir esta tarde?

Pat: Ya te lo contar despus, ahora djame que te ensee una filmacin que han hecho mis compaeros. Es de esta misma maana y necesitamos que la mires con toda atencin

M: Si quieres que mire peliculitas lo voy a hacer, pero antes tengo una condicin. No os voy a ayudar en nada si no me permits ver a Esther durante unos minutos y saber lo que le ha pasado

La voz de Maca haba reflejado seguridad en todo momento pero ahora empezaba a denotar tintes de chantaje. Saba que si se negaba a facilitar la ayuda que le pedan pronto accederan a sus deseos

Pat: Te hago un trato. Te miras estas dos pelculas (pasndole unos DVDs que hasta ese momento haban estado encima de la mesa) y cuando acabes yo misma te acompao al hospital donde ha sido ingresada Esther

M: Ingresada?... Qu le han hecho?... Quin...?

Pat: No ha sido nada. Por la informacin que tengo se ha tratado de un simple desmayo... pero no perdamos tiempo si realmente quieres verla cuanto antes acabemos con esto antes te llevar hasta el provincial

Mientras todo esto suceda a escasos tres kilmetros de aquella habitacin se encontraba Esther echada en una camilla especialmente incmoda

Ainoa: Te dejo unos minutos sola... voy a ver si veo a Laura

E: S, por favor. Aquel tipo le ha enseado una especie de carnet pero no estoy nada tranquila

Ainoa: Sabes que te echamos mucho de menos todo este tiempo (mientras le coga una mano para infundirle un poco de calma). Cuando nos dijeron que te haban secuestrado no entendimos nada

E: Ha sido todo tan extrao...

Ainoa: Va... ahora a olvidarlo todo. Ya ests libre y dentro de unas horitas estars en casa con tu familia y todo esto habr sido solo un mal sueo del que pronto no recordars nada

Esther asinti con la cabeza pero saba que no iba a ser as. Ella hara todo lo posible para no olvidar algunos de los momentos vividos en cautividad. Mientras Ainoa se diriga al laboratorio para poder tramitar los anlisis de la forma ms rpida, ella cerraba los ojos y recordaba la segunda noche de su secuestro, aquella en la que Maca y ella haban compartido inicialmente litera y haban acabado por compartir almohada

E: Duermes?... (Lo haba dicho casi en un susurro. Si realmente la chica que estaba en la litera inferior haba conseguido conciliar el sueo, no quera despertarla, pero la oscuridad en aquella cabaa era tal que era imposible poder verle la cara)

M: No...

E: En qu piensas?

M: Ojal no hubieras regresado Esther... ojal todo hubiera acabado ya

A Esther escuchar aquellas palabras le resultaba doloroso. En su trabajo siempre tena que luchar contra la muerte y el hecho de que una chica joven y guapa como era Maca quisiera acabar con todo le resultaba incomprensible

E: Cmo puedes decir eso?... Siempre hay una salida, incluso en los peores momentos hay algo por lo que luchar

Las palabras que Esther deca eran las mismas que haba odo de la boca de su terapeuta cuando seis aos atrs haba perdido a su mejor amiga en un accidente de moto. Nunca nadie supo que aquella amiga haba sido mucho ms que una amiga para ella, nadie excepto el psiclogo que le asegur que con el tiempo volvera a tener ganas de vivir. Ahora echada en aquella fra camilla del hospital recordaba de nuevo aquellas palabras y rezaba para que aquel hombre tuviera de nuevo razn

Sentada en una silla delante del televisor Maca haba puesto en marcha la reproduccin de aquella pelcula que Pat deseaba que viera. No poda quitarse de la cabeza a Esther. Deseaba verla, besarla de nuevo,... pero sobretodo decirle que segua con vida y que la amara siempre

Pat: Maca... Esto se ha filmado esta misma maana. Un compaero ha seguido a Esther desde que ha salido de su casa hasta que ha sufrido este tonto desmayo

M: Qu se supone que he de ver en esta pelcula?

Pat: Fjate en todas las caras que aparecen. Nos ha llegado la informacin de que estn siguiendo a Esther para poder dar contigo

M: Pero se supone que estoy muerta, se supone que... (mirando la esfera de su reloj) que dentro de una hora me van a enterrar

Pat: No te estoy hablando de tus compaeros... Ellos creo que s te dan por muerta

Maca no entenda nada de lo que Pat intentaba explicarle. Saba que deba prestar mucha atencin a todos los rostros que aparecan en aquellas imgenes pero le estaba resultando casi imposible desviar la mirada de la figura de Esther. Dios... como me he enamorado de esta mujer... Mientras vea como su amiga andaba por las calles de aquel pueblo con un aire infinitamente triste no poda dejar de echar la memoria atrs y pensar en el primer beso que le haba dado

Como siempre haba tenido verdaderas dificultades para conciliar el sueo. Se haba repetido en varias ocasiones la palabras con que Esther la haba intentado animar, siempre hay una salida, incluso en los peores momentos hay algo por lo que luchar

Aquella cabaa haba sido el escenario de una pesadilla que haba vivido en infinidad de ocasiones. Durante los ltimos meses muchas veces se haba despertado sobresaltada por la imagen de un Xavi tendido en el suelo. Ella arrodillada a su lado intentaba despertarlo, lo coga por los hombros y lo mova con el nimo de que abriera los ojos y le diera un abrazo. Siempre, en todos aquellos sueos, a Xavi se le iba la cabeza de lado y dejaba a la vista un pequeo orificio en su sien derecha, el orificio por el cual le haban arrebatado la vida. y tambin como siempre, aquella imagen provocaba un grito en ella, el grito por el cual se despertaba

E: Tranquila... tranquila... es solo una pesadilla...

Al abrir los ojos haba comprobado como la linterna que le haba dejado la noche antes a Esther estaba encendida y daba un poco de claridad a la estancia. Y all sentada en su cama, se encontraba ella

M: Te puedo pedir un favor?...

E: Si te echas un poco ms hacia la pared... s

Esther haba entendido perfectamente lo que quera pedirle Maca, antes de ese grito de angustia haba visto como aquella chica se mova de forma agitada a pesar de estar dormida

Maca no se lo hizo repetir dos veces y haba dejado que su supuesta vctima se echara a su lado y le pasara uno de los brazos por debajo del cuerpo. As, sin decirse gran cosa, en medio de una montaa y lejos del mundo real ahuyentaron sus miedos ambas chicas

A la maana siguiente la linterna ya se haba quedado sin pilas pero la luz del sol empezaba a entrar por la ventana cuando Maca abri los ojos. Esther permaneca all, a su lado, y pareca estar durmiendo plcidamente. Maca se sorprendi mirndola durante un largo rato. Sin conocerla de nada, aquella chica le haba salvado la vida el da antes y le haba proporcionado una noche libre de malos sueos. Como si de un callado agradecimiento se tratara, acerc sus labios a los de Esther para darle un suave beso, beso que no paso desapercibido a su destinataria. Esta empezaba a despertarse y le respondi con una sonrisa. Delante de este gesto Maca se volvi a acercar a su compaera de cama y entreabriendo ligeramente los labios la bes con un deseo del que no era consciente. Haca aos que no senta la necesidad de amar a nadie, pero esta maana algo haba cambiado en su interior

Aun con los ojos cerrados y con una ligera molestia en el brazo del que se le haba extrado la muestra de sangre, Esther tuvo la sensacin de ser observada. Se encontraba muy a gusto recordando los momentos vividos en esa pequea cabaa pero a la vez saba que todo eso era parte del pasado y que tena que empezar a ponerse las pilas. No poda dejar que la debilidad de su cuerpo y la pena la echaran del mundo real como ya haba sucedido en una ocasin. Otra vez, no

L: Esther... mi nia... cmo te encuentras?

La voz de Laura era casi un susurro

L: Esther... Dios... en qu mierda de mundo vivimos? (mientras pensaba en voz alta Laura les estaba acariciando la frente) Qu deben querer de ti esos hombres?... Qu se supone que he de hacer?... Estoy hecha un lo... Solo quiero lo mejor para ti... pero que mierda... no s que es lo mejor!

Aun con los ojos cerrados aquellas palabras llegaban ntidas a sus odos, lo suficientemente ntidas como para convencerla de que no era mala idea hacerse la dormida un rato ms

L: Esta maana cuando he visto como llorabas por aquella chica me has dejado tan descolocada... Tena claro que lo mejor era que regresaras para casa y que si queras asistir a su entierro te acompaara... pero despus... despus de hablar con aquel estpido comisario...

De pronto unas palabras dichas haca apenas unos minutos se repetan de nuevo en su cerebro, Hoy ese entierro no va a ser de verdad. La caja va a estar vaca. Dnde iban a enterrar a Maca en realidad?... Porqu no la dejaban en paz al menos una vez muerta?... Haba sido un juguete en manos de todos, de sus compaeros, de la polica, incluso de aquel amigo del que una vez le haba hablado y que haba sido el motivo por el cual se haba infiltrado en esa banda terrorista. Siempre un simple juguete en manos de otros

Ainoa: Hola, Laura... No te haba visto entrar...

L: Hace nada que estoy aqu... le habis pinchado algn sedante...?

Ainoa: No, solo le he pedido un bsico (mientras se acercaba a Esther para tomarle el pulso). Antes he estado hablando con ella y pareca encontrarse muy serena. Solo me ha preguntado por ti... me ha pedido que te buscara... me ha dicho no s que de unos tipos...

L: Ya... (una de sus manos se dirigi haca donde llevaba el micro colocado. Por unos momentos se haba olvidado de l. Ahora se daba cuenta de que cualquier cosa que hablara sera escuchada y grabada)

Ainoa: Esther... Esther... (elevando un poco la voz y dndole un ligero masaje en el antebrazo) Mira quien tienes aqu

Como si de un largo sueo se despertara y frotndose ligeramente los ojos la joven enfermera intentaba disimular que hubiera estado escuchando las divagaciones de Laura y su encuentro con Ainoa

E: fffffff... qu hora es?... Parece que lleve un siglo en esta camilla...

Ainoa: Tranquila... solo has dormido unos minutos... y Laura ya est aqu

E: Laura? (girndose hacia el lado contrario para buscar con la mirada a la cirujana) Quin eran esos hombres?... Qu queran de ti?

L: Nada... Olvdalos... ya se han largado

E: Seguro?

L: S, no te preocupes. Eran policas. Han sabido de tu desmayo y estaban interesados por tu salud. Me han dicho que tienen un gabinete psicolgico para casos como el tuyo y que es importante que intentes hablar de todo lo que te ocurri durante los das de encierro. Saben que somos amigas y me han pedido que te ayude en eso... que no deje que los recuerdos se vuelvan peligrosos para ti

Mientras en otro lugar no muy lejano la pantalla de un televisor se volva totalmente negra

M: Bueno, va podemos irnos...

Pat: Espera un momento... Te has fijado en todo?... Has estado atenta a las caras?

M: S, claro. He sido una nia buena y no me he perdido detalle de nada... Nos vamos? (mientras se levantaba y se abrigaba para poder salir a la calle)

Pat: Maca, voy a cumplir mi parte del trato pero me da la sensacin de que no has sido legal conmigo. Apenas has preguntado nada...

M: Mira... llevo toda la noche pidindoos que me dejis despedirme de Esther y todo son excusas y ahora me haces ver una pelcula en la que acabo viendo como pierde el conocimiento... De verdad esperas que me fije en muchas cosas?. Dejadme verla y despus...

Pat: Tienes razn... Vmonos. (Cogiendo su chaqueta y las llaves del coche que hasta ese momento haban estado encima de la mesa)

Maca de pronto not que se le aceleraba el corazn. En pocos minutos estara delante de la nica persona en este mundo que le importaba de verdad, la nica por la que haba sido lo suficientemente valiente para escaparse de todo

M: Le habis contado ya la verdad?

Pat: No... creo que an no sabe que sigues con vida...

M: Dios... cuando me vea...

Ainoa: Sabes qu, Esther... Te vamos a dejar un rato solita... Quiero comentarle un caso de anoche a Laura y de paso nos acercamos al laboratorio a ver si ya tienen tus resultados

Laura para nada quera salir de aquella habitacin. Aquel micro que llevaba escondido en su ropa la incomodaba y a la vez no le dejaba olvidar que su amiga segua estando vigilada. En realidad no entenda nada de lo que estaba sucediendo pero si de algo era consciente es que para Esther an no haba acabado su calvario y que se encontraba demasiado dbil para afrontar lo que pudiera sucederle en las siguientes horas

L: Estaba pensando... (apoyndose en la camilla y cogiendo la mano de su amiga) que es posible que no llegues a coger el tren. Son ms de las once y an estamos esperando saber como ests... qu te parece si llamamos a tus padres y les pedimos que se vengan ellos para ac?

E: Crees que va a ser necesario...?. Me encuentro bien y no quiero asustarlos... Bastante han pasado ya...

L: Ahora ya saben que ests bien. En casa hay sitio. Se vienen, pueden estar contigo y tan pronto como sepamos que no hay motivos para tenerte en observacin os volvis juntos a Zaragoza

E: No s si llevo el mvil en el bolsillo de mi cazadora (buscando con la vista esa prenda de ropa)

L: No te preocupes... Ya me encargo yo de llamarlos

En los das durante los cuales Esther haba permanecido secuestrada Laura haba sido la encargada de notificar todas las novedades a su familia. Durante casi dos semanas la polica haba silenciado la desaparicin de la enfermera porque haba algo raro en todo el caso. Despus de este tiempo ya no se haba podido esconder la verdad. El padre de Esther haba viajado hasta el hospital en el que trabajaba su hija y haba sido informado de lo ocurrido

Mientras vea como sus dos compaeras salan de la habitacin, Esther no poda olvidar las palabras que haba dicho Laura minutos antes, ...que no deje que los recuerdos se vuelvan peligrosos para ti... Cmo poda ser peligroso para ella recordar las horas vividas al lado de Maca?. En su memoria siempre guardara aquel primer beso que se haban dado. Haba tal ternura en la mirada de aquella chica que le haba sido fcil olvidar su condicin de terrorista

M: Esther... mientras dormas he estado pensando y...

E: Y...? (viendo que a Maca le costaba acabar la frase)

M: Te voy a bajar hasta el pueblo. Seguramente tu compaera ya habr ido a la polica y en nada se descubrir que no eres Laura. Cuando eso ocurra tu vida va a correr peligro y no podemos arriesgarnos...

E: No podemos arriesgarnos?. Maca te recuerdo que eres mi secuestradora. No s... pero no saba que los terroristas fuerais tan protectores con las personas a las que retenais (haba un ligero tono irnico en su voz)

M: Tampoco nuestras vctimas acostumbran a abrazarnos durante la noche para que podamos huir de nuestros fantasmas (la sonrisa en su cara era cada vez ms manifiesta. Esther tena algo que le haca sentirse como haca tiempo que no se senta)

E: Si me llevas al pueblo... porqu no vamos directamente a la comisara?. Seguro que el hecho de entregarte voluntariamente va a ser un buen atenuante y con un buen abogado puede que...

M: Deja de hacer conjeturas, Esther... Te voy a llevar al pueblo y voy a volver a esta cabaa

E: Pero... si lo haces... puede que te ocurra lo mismo que le sucedi a tu hermano... (saba que estaba siendo cruel al remover viejos sentimientos pero si eso serva para que aquella chica salvara su vida, vala la pena)

Maca que hasta ese momento haba estado medio incorporada a su lado, haba optado por levantarse. Estaba calzndose cuando noto la mano de Esther acaricindole el cabello

E: Lo siento... No debera haber hecho ese comentario, pero es que me gustara que t... que t tuvieras una oportunidad

M: Si quiero tener esa oportunidad he de quedarme, Esther (levantando la mirada hacia ella). Se lo debo a mi hermano. Si l ahora est enterrado en algn rincn de esta montaa, yo tengo gran parte de culpa. Sabes que ni siquiera pude despedirme de l, ni siquiera s donde acab su cuerpo. He de poner fin a lo que hace meses...

E: A que te refieres... ayer estuviste a punto de hacer una tontera

M: No volver a ocurrir lo de ayer... Fue solo un mal momento (La mirada de Maca haba intentado ser convincente). Si pudiera explicrtelo todo, si supieras...

E: Y porqu no lo haces?... Vamos, Maca... estoy aqu... y s que necesitas hablar. Y puede que pienses que lo de ayer fue solo eso, un mal momento, pero no pienso dejar que me lleves al pueblo sabiendo que vas a ser t entonces la que ests en peligro

Esther recordaba muy bien aquella conversacin. Aquel da Maca no se sincer con ella pero acab aceptando que se negara a ser liberada. Entre ambas idearon un plan para poder engaar al capo y la verdad es que formaban un buen equipo ya que dio resultado durante bastante tiempo, aunque no fuera el suficiente para que todo acabara como ambas haban soado

Mientras, en el exterior de aquella habitacin en la que Esther se negaba a borrar sus recuerdos...

L: Qu sucedi anoche?.De qu caso me queras hablar?

Ainoa: En realidad solo era una excusa para que salieras conmigo... No quera preocupar a Esther... Vers hace pocos minutos me ha llamado el director del hospital a su despacho...

L: El director? (Laura saba que aquello ocurra en contadas ocasiones, y siempre era por algo grave)

Ainoa: Jajaja... pones la misma cara de susto que he puesto yo cuando me han pasado la orden de subir

L: Y que tiene que ver Esther en todo esto? (En aquel momento por la mente de Laura pas la cara del tipo que le haba colocado el micro pegado a su sujetador) Uf... creo que me estoy mareando yo tambin, me acompaas un momento al lavabo?

Ainoa: S, claro... Qu habis desayunado hoy?... puede que algo estuviera en mal estado (dubitativa al ver que Laura mova negativamente la cabeza)

L: No... seguro que todo se debe a los nervios que hemos pasado

Ainoa: Para nervios los que tena yo en el cuerpo cuando he entrado en el despacho de Dvila...

L: Y qu quera?

Ainoa: Me ha dicho que me invente la excusa que quiera... pero que Esther se ha de quedar ingresada en una habitacin de planta. Ha recibido la orden expresa de algn cargo importante de la administracin de justicia para que la tengamos aislada en una habitacin hasta que venga no s quien...

L: Mejor me esperas aqu fuera (mientras de pie delante de la puerta de los lavabos coga una mano de Ainoa para hacerla entrar y con la otra le indicaba silencio)

Una vez dentro del lavabo y ante la mirada sorprendida de la joven doctora de urgencias Laura se levantaba la ropa y dejaba al descubierto el pequeo micro a travs del cual sus conversaciones estaban siendo grabadas. Despus de un par de minutos en silencio, tiraba de la cadena y simulaba lavarse las manos antes de volver al pasillo

Ya de nuevo en el pasillo Ainoa reprenda la conversacin

Ainoa: Mejor?. Haces mala cara...

L: Esta noche he dormido fatal, y la verdad es que no me encuentro nada bien

Ainoa: Mira... Ve a la cafetera y te tomas una infusin, yo mientras voy al laboratorio a buscar los resultados y cuando los tenga te vengo a buscar para que lo veas

Si algo haba entendido Ainoa con aquel gesto de Laura es que Esther deba estar al corriente de todo aquello. Las indicaciones de Dvila, el micro que llevaba Laura, el control policial en la puerta del hospital, demasiadas cosas sin sentido... y en medio de todo ello una compaera suya necesitaba que la ayudaran

Mientras Ainoa se encaminaba de nuevo a la habitacin de Esther, un coche de lunas tintadas aparcaba a pocos metros de la entrada del hospital. En el interior Maca no poda controlar su estado de nerviosismo. Muchas dudas la asaltaban pero ante todo la ilusin de volver a ver a Esther y la necesidad de abrazarla de nuevo la hacan estar en tensin

Estaba a punto de abrir la puerta del coche cuando son el mvil de Pat

Pat: S...? (Un largo silencio) En la parte trasera?... Dnde acceden los coches de la funeraria?... Algn cdigo siete?... Pero... porqu no me habis avisado antes?...

Al escuchar las palabras de aquella polica el semblante de Maca haba ido cambiando de color. Iba a bajar del coche cuando not que Pat la sujetaba por el brazo

Pat: Se puede saber a dnde vas?. (Bajando un momento el mvil por el que an mantena la conversacin). Te puedes esperar un momento...

Maca un poco a disgusto haba vuelto a cerrar la puerta de aquel coche y esperaba una explicacin

M: Has mencionado un cdigo siete (con cara de preocupacin). Qu significa eso de la funeraria?... Qu...?

Pat: No significa nada. Esther est siendo vigilada y no por nosotros precisamente. Sencillamente me han pedido que te tenga escondida unos minutos. Van a trasladarla a una habitacin apartada para que puedas subir a verla sin correr ms peligros de los estrictamente necesarios

M: Seguro que no me engaas...? (la voz le temblaba al pronunciar estas palabras)

Pat: Que no, tonta. Vaya terrorista ms rara eres t...

A Pat cada vez le caa mejor aquella chica. Nunca haba tenido la misin de vigilar a un terrorista de cerca y cuando el da antes le haban dado la orden de hacerlo, no le haba hecho ninguna ilusin. Sin embargo, ahora empezaba a pensar que haba un gran secreto detrs de todo aquello y senta una curiosidad extrema por Maca

Pat: Has visto la hora que es...? (mientras aparcaba el coche donde le haban indicado hacia escasos segundos)

M: Las once y cuarenta... por qu me lo preguntas?

Pat: Porque es muy posible que a la misma hora en que Esther piense que te estn dando sepultura, t llames a su puerta y...

M: Y...?

Pat: Mira... si me prometes no hacer ninguna tontera, te propongo una cosa...

Maca permaneca atenta a las palabras de aquella mujer

M: Dime

Pat: Qudate mi mvil... Espera a que nos manden el aviso de que puedes subir... Mientras, yo intento ver a Esther y la pongo al corriente de que ests viva y de que pronto os vais a ver

M: De acuerdo... creo que va a ser lo mejor. (Siempre se haba tenido por una persona arisca, pero en esos momentos le hubiera dado un abrazo a aquella mujer)

Pat: Pero, sobretodo, ninguna tontera... Cuando suene el telfono te dirn el nmero de la habitacin. Cuelgas y subes

Maca asinti. Saba como funcionaban los policas y intua que lo que le estaba proponiendo era algo que de saberlo sus superiores no les hara ninguna gracia

M: Igualmente me deben estar vigilando desde algn otro coche no?... Siempre hay una cdula viga por si sale algn contratiempo

Pat ya haba abierto la puerta del coche en aquel momento y prefiri no hacer la pregunta que haca rato tena en mente. Cmo era que conoca los cdigos de la polica y cmo saba tan bien su metodologa de trabajo?

Esther en su habitacin no poda evitar pensar en lo rpido que transcurra el tiempo. Echada en la camilla, sus ojos buscaban una y otra vez un reloj de pared que se encontraba encima suyo. Qu absurda e irreal era la sensacin del tiempo!. Los muchsimos das que haba permanecido encerrada en el zulo de esa cabaa, vigilada por hombres de los que solo conoca la voz, se haba hecho interminablemente largos. Sin embargo las horas vividas al lado de Maca haban pasado como un suspiro. An poda recordar la primera vez que haban hecho el amor...

E: Maca... si en cualquier momento vinieran tus compaeros y me encontraran aqu, en la cabaa... (mientras le cambiaba el vendaje de la mano y le aplicaba con suavidad una pomada cicatrizante para ayudar a cerrar la herida)

M: No te preocupes, eso no va a suceder. Siempre tenemos la obligacin de avisarnos. Sino lo hacemos, corremos el riesgo de ser disparados

E: Ya... entiendo (De pronto se haba quedado callada)

Senta la enorme tentacin de preguntarle si alguna vez haba disparado a alguien, si haba llegado a provocar alguna muerte. Sin embargo no se haba atrevido a realizar la pregunta. Estaba empezando a sentir un tremendo cario por esa mujer y si le confesaba haber participado en algunas de las barbaridades que haba podido escuchar alguna vez en televisin difcilmente podra se