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Page 1: AÑO 10 • NÚMERO 118 • MARZO 2019 · “Un retrato inolvidable en y a través de su arte, de esa ... Lonely Hearts Club Band, de Robert Fraser, Peter Blake y Jann Haworth. EDITORIAL

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AÑO 10 • NÚMERO 118 • MARZO 2019 10.º ANIVERSARIO

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A la venta en:/colofonlibros

“Un retrato inolvidable en y a través de su arte, de esa

gran figura en toda su trágica majestad”

Benjamin Moser

“Alba ha escrito no solo una magnífica novela.

Ha escrito un milagro literario»

J. Ernesto Ayala-Dip, El País

De la primera escritora en recibir

el Premio Nobel de Literatura

#MujeresEscribiendo grandes historias

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/mascultura @revistaLeemas

/revistaleemasdegandhi @revistaleemas

En portada:El revés del poder, Ilustración de Juanjo Güitrón, inspirada en la portada del Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band, de Robert Fraser, Peter Blake y Jann Haworth.

EDITORIAL / 10 años de Lee+

ENVÍA TUS COMENTARIOS A: [email protected] VISITA: www.revistaleemas.mx •www.mascultura.mx

Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De La Barquera Vidal, Información y Ventas Publicidad: (55) 5335 1327. Editado por www.taraediciones.com [email protected], Distribución: Librerías Gandhi, S.A. de C.V., Dirección: Benjamín Franklin 98, Piso 1 y 3, Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, 11800, Mexico, D.F. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Certificado de Licitud de Título No. 14505 y Certificado de Licitud de Contenido No. 12078 expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa e impresión: Multigráfica Publicitaria S.A. de C.V. en Democracias no. 116, col. San Miguel Amantla, Azcapotzalco, C.P. 02700, Ciudad de México. Título incorporado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación. Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa e indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del conte-nido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del editor, en términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones correspondientes. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. Librerías Gandhi y la casa editorial se deslindan de los mensajes expresados en los espacios publicitarios cuya responsabilidad pertenece al anunciante. Hecho en México.

Esta revista utiliza tipografías Gandhi Sans y Gandhi Serif, diseñadas para una mejor lectura. Puedes descargar ambas fuentes en: www.tipografiagandhi.com

(55) 5335 1327 / 4437 [email protected]

¡Anúnciate con nosotros!

Encuéntranos a nivel nacional en: FILIJ • FIL GDL • FIL Minería • FIL Zócalo • Cine Tonalá • Cineteca Nacional • Universidades, preparatorias CDMX y área Met-ropolitana • Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en Bellas Artes • Orquesta Sinfónica de Minería • OFUNAM •Teatro de la Ciudad Esperanza Iris • Colegio Nacional • UNAM • Universidad IBERO • Universidad ANÁHUAC del Norte • Instituto Mexicano Norteamericano Relaciones Culturales (Monterrey) • Casa LAMM • Biblioteca José Vasconcelos • Museo Nacional de Culturas Populares • Museo Franz Mayer • Centro Cultural España • CONARTE (Monterrey) • CENART• MUAC • Museo Jumex • Museo El ECO • MUCA Roma • Museo Universitario del Chopo • Museo Soumaya “Loreto”• Museo Rufino Tamayo •

6[El librero de Claudia Posadas]

10 [Este mundo se convierte en otros mundos]

Alberto Chimal

12 [Entrevista con Laurence Debray] R. de la Lanza

14[Mary Shelley o ciencia ficción] Itzel Mar

18 [El amor como poder] Martín Solares

20 [El secreto poder de Clarice Lispector]

Emiliano Mastache

22 [Fábulas del tío Hofs] Toño Malpica

24 [Imagino que tengo 10] Rodrigo Morlesin

26[Lo antiguo es nuevo] Raquel Castro

28 [Lee memes] Hilario Peña

30 [La ética de Nadya Tolokónnikova]

Fabián V. Escalante

Directora General y Editora

Yara Sánchez De La Barquera Vidal

[email protected]

Coeditor

Rafael Vázquez

[email protected]

Apoyo editorial

Adrián García

Promoción y difusión

Fabián Vásquez Escalante

[email protected]

Diseño y arte

Cynthya Alva Castelán

[email protected]

Editor audiovisual

Edwin Reyes Maya

[email protected]

Consejo editorial

Alberto Achar

Jorge Lebedev

Hacemos arte para explicarnos el mun-do, el interior y el exterior. El arte nos da pistas para encontrarnos. Es

una manera de orar para pedir eso que nos hace falta. Desde fines del siglo xvii las re-vistas se han establecido como un arte cola-borativo. Tener un medio impreso en plena explosión digital es un compromiso con la expansión del conocimiento, con un mun-do mitad corporal y mitad virtual. A diez años de haber creado Lee+, seguimos con el compromiso de generar apreciación por el entorno y antojar el gozo de la lectura, junto a un profundo agradecimiento por la privilegiada posición desde donde disfru-tamos del arte, que nos hace reflexionar, cuestionarlo todo y enamorarnos un poco más de nuestro mundo, con todo y sus contrastes. Y así, rebosantes de gratitud, nos atrevemos a desear más: Queremos un mundo justo, sin elitismos, donde la voz del artista sea más importante que la del youtuber bufón. Queremos sueldos justos para todos; que escritores, editores, dise-ñadores, ilustradores, impresores, ganen lo que merecen y su trabajo sea valorado. Queremos gente que cumpla su palabra en todos los sentidos, en todos los acuerdos. Queremos que las contraportadas sean ho-nestas y verídicas sobre los libros. Quere-mos libros que tengan una finalidad artísti-ca y no sólo comercial.

Queremos que la industria eleve sus es-tándares sin miedo a no vender lo suficien-te. Queremos libros originales, desafiantes y memorables. Que cualquier persona que tenga algo propositivo que decir pueda ser tomada en cuenta y no tenga que empeñar su patrimonio o tener tres trabajos para autopublicarse y luego pasar desapercibi-do en la vorágine editorial que busca al si-guiente Harry Potter.

(continúa en páginas centrales)

AÑO 10 • NÚMERO 118 • MARZO 2019 10.º ANIVERSARIO

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El librero de... Claudia PosadasClaudia Posadas (Ciudad de México, 1970) es poeta, periodista y promotora cultural. Ha publicado La memoria blanca de los muros (poesía,1997), y Liber Scivias (2010), Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2009, volum reeditado por la unam (2016). Poemas suyos han sido incluidos en antologías de orden iberoamericana. Actualmente es miembro activo del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Sorpresivamente, en la mayoría de los países las mujeres son más propensas que los hombres a decir que puede ser justificable el que un hombre golpee a su esposa.

A lo largo de este número aparecerán en estos cintillos datos importantes sobre la realidad de la mujer en el mundo.

Ve la entrevistaen mascultura.mx

Platícanos de tu libreroMis libros en general andan por aquí y por allá, desperdigados o puestos en diversos espacios. Es-toy en un proceso de acomodo de la biblioteca, pero aquí en este li-brero cercano a mi escritorio tengo los libros, películas, música con los que estoy trabajando más debido a todas mis labores como escritora y periodista. Aquí tengo parte del tema de literatura hispanoamerica-na, que me interesa mucho.

También tengo libros de estu-dios críticos sobre poesía chilena. Hay un libro sobre crítica de lite-ratura hispanoamericana, además de un tomo de Julio Ortega, un crítico peruano muy importante, y otro de Adolfo Castañón, crítico mexicano de primera línea.

También tengo estatuillas e ilustraciones como la de Santa Lucía, que es algo así como la protectora de los es-critores. Acá está este libro, El mito de la diosa, de Anne Baring, que habla sobre la espiritualidad femenina, sobre la diosa ma-dre y todos los mitos que históricamente están alrededor de ella. Eso es, para mí, uno de los temas fundamentales en mis es-tudios sobre la mujer. Me interesa mucho la teología, la parte mística siempre ha sido parte de mis alimentos como escritora, ya que saber en qué momento la diosa madre —en la mujer está contenida la vida a nivel energético, espiritual y físico— dejó de ser venerada como deidad y se dio paso al es-píritu patriarcal.

¿Cómo iniciaste tu biblioteca?De chica tenía mis lecturas, y mis padres y hermanos procuraban regalarme libros de literatura infantil. Posteriormente pasé a la literatura juvenil, me gustaban mucho los libros ilustrados, es una gran industria. Y poco a poco me fui haciendo mi propio cri-terio al buscar libros, y también se amplió mucho mi biblioteca, yo trabajé muchos años de periodista cultural en literatura, y para hacer entrevistas las editoriales te pro-porcionaban libros.

¿Cuál es el libro más extraño que tienes? Extraño y, sobre todo, difícil de haber traído a México, es un libro de la editorial

Taschen en torno a biblias iluminadas de la Edad Media, es decir, todos estos manus-critos antiguos que se iluminaban, o sea se coloreaban. El arte de la iluminación es dibujar con oro y yo creo que de ahí viene el término contemporáneo de iluminar. Es un libro hermoso, con muchísimas ilustra-ciones de esta belleza de arte que es la ilu-minación.

¿Cuáles son tus libros favoritos? Siempre ha sido un tema de mi interés la literatura medieval, pero también la crea-ción hecha por mujeres. Precisamente por ese tema estoy realizando un trabajo sobre las mujeres de la Antigüedad, que abrieron puertas para nosotras las mujeres contem-poráneas, escritoras, pintoras, músicas, científicas, filósofas.

He realizado toda una investigación en torno a ese tema, pero la figura central de toda esta investigación, que es una figura de mis amores, es Cristina de Pizan. Ella es la primera escritora en la historia que vivió de su pluma y es considerada la primera mujer que empezó a defender a través de su escritura a las mujeres (eso lo dice Simone de Beauvoir en El segundo sexo). De Pizan es una escritora del Renacimiento; es italia-na, pero estuvo avecindada en la corte de Francia durante la Guerra de los Cien Años, es contemporánea de Juana de Arco (a la que, por cierto, dedicó su último poema), y

hay un libro muy importante de ella que se llama La Ciudad de las Damas. Este libro es fundamental porque es el primero en el que se defiende la figura de la mujer; trata sobre una ciudad metafórica donde podrían vivir juntas todas las damas ilustres de épocas anteriores que hubieran sido ejemplo de que la mujer es grande: está Semíramis, que fue una reina guerrera de la Antigüedad, también María Magdalena está como mito.

¿Cuál es el libro que más trabajo te ha cos-tado conseguir?Bueno es un libro-disco sobre Hildegarda de Bingen, una mística medieval muy im-portante, que también fue una mujer pre-cursora libertaria del siglo xiii. La mujer todavía tenia ciertas libertades; en la Alta Edad Media y en el Renacimiento es cuan-do se empieza a coartar más, porque co-menzaron a dominar los discursos masculi-nos propios de otras clases sociales ilustra-das, que hacían a un lado a las clases nobles.

Hildegarda escribió sus visiones místi-cas y tratados místicos. A pesar de cierta presión de la Inquisición, fue aceptada su escritura, incluidas sus investigaciones so-bre botánica. También era compositora. En la actualidad hay grupos importantísimos que se han dedicado al rescate de su músi-ca, un ejemplo es este libro-disco donde es-tán prácticamente todas las composiciones de Hildegarda. +

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OCÉANO

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FICCIÓN NO FICCIÓN

JÓVENES

EL PRINCIPITOAntoine de Saint-ExupéryBOEK MÉXICOPublicado por primera vez en 1943, es un cuento infantil que desde su apariencia sencilla ha llegado a considerarse una obra universal. Es la historia de un piloto que sufre un accidente en el desierto del Sahara y conoce a un niño llegado de un asteroide. El pincipito trata temas universales como el amor, la amistad, el sentido de la vida y la naturaleza humana.

JAQUE AL PSICOANALISTAJohn KatzenbachEDICIONES BLa esperada continuación de El Psicoanalista. Han pasado cinco años des-de que el doctor Starks acabó con la pesadilla que casi le cuesta la vida y que arrasó con todo lo que había sido hasta entonces, descubriéndole las facetas más oscuras del alma humana, también la suya. Desde entonces, ha logrado reconstruir su vida profesional en Miami. Sin embargo, una no-che, descubre, tumbado en el diván, a aquél al que había dado por muerto: Rumplestilskin, pero esta vez no busca acabar con él, sino solicitar su ayu-da. Por supuesto, no va a aceptar un no por respuesta.

P.D. TODAVÍA TE QUIEROJenny HanDESTINO

UNO SIEMPRE CAMBIA AL AMORDE SU VIDA (POR OTRO AMOR

O POR OTRA VIDA)Amalia Andrade Arango

PLANETA

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDOViktor FranklHERDEREste libro es mucho más que el testimonio de un psiquiatra sobre los hechos y los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, es una lección existencial, es el estremecedor relato en el que Viktor Frankl nos narra su experiencia en los campos de concentración. Traducido a medio centenar de idiomas, se han vendido millones de ejemplares en todo el mundo.

LA MUERTE DEL COMENDADOR, LIBRO 2Haruki Murakami TUSQUETSEn la primera parte, dejamos al protagonista deseoso de saber lo que se oculta tras el cuadro “La muerte del comendador”. Ha aprendido a vivir en las montañas y comenzado el boceto de una jovencita, Marie Akikawa. Pero cuando ella desaparece al volver del colegio, el protagonista se lanza en su búsqueda, y para encontrarla no dudará en enfrentarse a lo des-conocido.

NOCTURNO DE LA DEMOCRACIA MEXICANA: ENSAYOS DE LA TRANSICIÓNHéctor Aguilar CamínDEBATEEste volumen en realidad son tres libros en uno. Un análisis ágil y novedoso sobre los lastres que nos impone la historia; una puntual recapitulación de nuestra aún inacabada transición a la democra-cia, y una advertencia sobre las pulsiones autoritarias del nuevo gobierno. El tema de fondo es el desencuentro de México con la modernidad política.

COSAS QUE PIENSAS CUANDO TE MUERDES LAS UÑAS

Amalia AndradePLANETA

CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR SOBRE LAS PERSONASDale CarnegieDEBOLSILLOEl único propósito de este libro es ayudar al lector a que descubra, desarrolle y aproveche esos poderes latentes que no emplea. Algunos puntos importantes del contenido son: Maneras de agradar a los de-más—Cómo causar una buena impresión—Convertirse en buen con-versador e interesar a la gente—El secreto de Sócrates—Cómo obtener cooperación—Cómo criticar y no ser odiado por ello. Procure que la otra persona esté satisfecha con lo que usted quiere.

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SERMilan KunderaTUSQUETSEs la extraordinaria historia de amor entre Teresa y Tomás, pero también la del amor de Franz por Sabina. Y el de Sabina por To-más... Celos, sexo, traiciones, muerte y las debilidades de la vida cotidiana de estos personajes se entrelazan en una Checoslova-quia convulsa por un ambiente político inestable y explosivo. Es la novela con la que el mundo aprendió a amar a Kundera, por haberlo puesto a contemplar la angustia que implica la libertad.

SOY UNA NIÑA REBELDEElena Favilli PLANETA

MOMOMichael EndeALFAGUARA

PEMEX RIPAna Lilia PérezGRIJALBOPor ochenta años Pemex fue el principal sostén de la economía mexicana, una maquinaria generadora de billones y billones de dólares por la pro-ducción y venta del oro negro y sus derivados, sólo que, a pesar de ser un bien público, sus ganancias y beneficios se repartieron entre pocas ma-nos. ¿Quiénes se enriquecieron de la gallina de los huevos de oro?, ¿dónde quedó la ganancia de la renta petrolera? A estas y otras interrogantes da respuesta este libro.

DE ANIMALES A DIOSES: BREVE HISTORIA DE LA HUMANIDADYuval Noah HarariDEBATEHace 100,000 años al menos seis especies de humanos habitaban la Tierra. Hoy sólo queda una, la nuestra. ¿Cómo logró nuestra es-pecie imponerse en la lucha por la existencia? ¿Por qué nuestros ancestros se unieron en ciudades y reinos? ¿Cómo llegamos a creer en dioses? Audaz, ambicioso y provocador, este libro cuestiona todo lo que creíamos saber sobre el ser humano: nuestros orígenes, nuestras ideas, nuestras acciones, nuestro poder... y nuestro futuro.

PEDRO PÁRAMOJuan RulfoRMEl joven Juan Preciado llega a la Media Luna buscando el poblado de Comala con el encargo, de parte de su difunta madre, de bus-car a su padre, un tal Pedro Páramo, y de exigirle que pague la deuda moral que tiene con ambos. Apenas entra en Comala, Juan Preciado se va dando cuenta de que los personajes que lo orien-tan y acogen con tanto cariño hace tiempo que no están vivos, y a ratos el pasado y los muertos toman la palabra para contar la historia de Pedro Páramo.

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ELECTRÓNICOS ARTE

NIÑOSCUENTOS DE BUENAS NOCHES

PARA NIÑAS REBELDESElena Favilli/ Francesca Cavallo

PLANETA

PEMEX RIPAna Lilia PérezGRIJALBOPor ochenta años Pemex fue el principal sostén de la economía mexicana, una maquinaria generadora de billones y billones de dólares por la pro-ducción y venta del oro negro y sus derivados, sólo que, a pesar de ser un bien público, sus ganancias y beneficios se repartieron entre pocas ma-nos. ¿Quiénes se enriquecieron de la gallina de los huevos de oro?, ¿dónde quedó la ganancia de la renta petrolera? A estas y otras interrogantes da respuesta este libro.

SIN FILIAS NI FOBIAS:MEMORIAS DE UN FISCAL INCÓMODOSantiago NietoGRIJALBOEn 2015, se le encargó a Nieto investigar los delitos electorales, pero cuando lo hizo a profundidad, la maquinaria gubernamental lo embistió. Em este documento histórico, el extitular de la FE-PADE explica al detalle quiénes se incomodaron con su labor, por qué lo acosaron y los casos que desataron persecución.

EL CÁRTEL NEGROAna Lilia PérezGRIJALBODurante los gobiernos de Fox y Calderón, se desarrolla el cártel ne-gro, un conglomerado de funcionarios, trabajadores, empresarios, contratistas, agentes aduanales, dirigentes y miembros del sindicato petrolero, políticos, ordeñadores, huachicoleros, extorsionadores, contrabandistas y lavadores de dinero que, alineados con los trafi-cantes de droga, se consolidan como una organización empresarial paralela a Pemex, al grado de competirle en el mercado nacional e internacional de los combustibles.

TEORÍA DE LA MÚSICAFrancisco Moncada García EDICIONES FRAMONGLa más sencilla, útil y práctica teoría con la que toda persona puede aprender los conceptos de la música en base a un sistema de pre-guntas y respuestas.

GRAVITY FALLS: DIARIO 3Disney

PLANETA JUNIOR

LAS MEDIDAS DE UNA CASAXavier Fonseca PAX MÉXICOTodas las medidas para el diseño de una casa, desde el tamaño de los muebles hasta la altura de los accesorios. ¿Cuánto debe medir una escalera o un área de circulación. Esta obra imprescindible para el profesionista, así como para el usuario, incluye un capítulo sobre las necesidades para conjuntos y zonas habitacionales.

LA CIENCIA DE LOS CÍNICOSEduardo SallesAGUILAREsta obra da a conocer pensamientos y creencias que son comunes en la sociedad moderna, recurriendo a un discurso ameno, directo, contun-dente y lleno de sátira, para percibir desde otro enfoque la cotidianidad del ser humano.

¿Y CÓMO CHINGAOS LE HAGO?Adina ChelminskyDIANA¿Cuánto ganas? ¿En qué gastas? ¿Debes mucho o poco? ¿Puedes enfren-tar un revés económico? Casi todos somos analfabetos financieros. Pero no te alarmes. Cuidar tus ingresos es más sencillo de lo que imaginas. To-dos los temas relacionados con tu salud financiera están explicados con un lenguaje claro y conciso para ayudarte a tomar las mejores decisiones.

AMIGOS DE PELÍCULALarousseHACHETTE LIVRETanto en Inglaterra como en Francia y Holanda, la novedad se ha convertido en tendencia: los libros para colorear han dejado de ser un producto de mediana calidad dirigido a los más pequeños para convertirse en una práctica anti estrés muy popular. En este volu-men, sin importar la edad, se pondrá en práctica la relajación por vía del arte, acompañado por los entrañables personajes del universo Disney.

MÉXICOStephen WestKONEMANNEl nombre de México evoca formaciones de esterilidad y cactos, pi-rámides y playas con palmeras, culturas indígenas y sol abrasador. El país se extiende a lo largo de 3,200 km desde la frontera con los EUA hasta la costa caribeña en la península de Yucatán. Este libro de fotografías es ya un clásico del paisajismo sobre México.

MANDALAS, LIBRO DE ARTE PARA COLOREARLarousseNUEVA IMAGENEste volumen ofrece más de 60 mandalas hindúes para colorear y crear hermosos mosaicos, perfectos para la relajación y combatir el estrés diario. Elige la mejor técnica y deja volar tu imaginación: acua-relas, crayones, gises, pastel, plumones. Lo encantador de este libro: al final, ¡será único!

CUENTOS PARA NIÑOS QUE SE ATREVEN A SER DIFERENTES

Ben BrooksAGUILAR

HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL [Edición 20 aniversario]

J. K. RowlingSALAMANDRA

MI LIBRO MÁGICOCarmen Espinosa Elenes

ONCESETENTA

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tados por los historiadores, de sus causas y consecuencias, si algo que sucedió de cierta manera hubiera sucedido de otro modo.

Una ucronía clásica es la novela El hom-bre en el castillo, de Philip K. Dick (Mino-tauro). Publicada en 1962, es una narración costumbrista, en la que no pasa nada fuera de lo ordinario: la gente se enamora y se separa, trabaja y le va bien (o mal), se en-frenta con la autoridad, se pregunta por el sentido de su existencia, come y duerme…, pero todo sucede en un mundo imposible: el nuestro, como hubiera podido ser si las naciones del Eje Berlín-Roma-Tokio hubie-ran ganado la Segunda Guerra Mundial, es decir, si el resultado de ese acontecimien-to histórico tan enorme y terrible hubiera sido el opuesto del que conocemos.

Sabemos que no fue así: sabemos que en 1945, tras seis años de conflicto, las naciones conocidas como los Aliados (Estados Uni-dos, la Unión Soviética, Inglaterra, Francia, etcétera) ganaron la guerra. Sabemos que Japón se rindió luego de que Estados Uni-dos atacara dos de sus ciudades, Hiroshima y Nagasaki, con bombas atómicas; sabemos que una turba mató al dictador italiano Beni-to Mussolini y que Adolf Hitler se suicidó en un búnker en Berlín, para no ser capturado por tropas soviéticas que se acercaban a él, tras haber sido responsable del asesinato sis-temático de millones de personas.

Pero ¿y si las cosas hubieran sido diferentes?

A quienes inventan ucronías les gus-ta imaginar sus historias alternativas, sus mundos paralelos, como si fueran bifur-caciones de un camino: desviaciones que parten de la gran carretera que sería la Historia que conocemos y que siguen rutas diferentes. Casi siempre se busca un solo acontecimiento crucial que provoque el cambio de rumbo. En la novela de Dick, se menciona de pasada que en 1933, Franklin Delano Roosevelt, que entonces era presi-dente recién electo de los Estados Unidos, fue víctima de un atentado cuando un tal Joe (o Giuseppe) Zangara disparó contra él y otros asistentes a un mitin. En nuestro mundo, Roosevelt salió ileso y Zangara fue sentenciado a la silla eléctrica, pero en el de El hombre en el castillo, Zangara tiene éxito en su intento y Roosevelt, a quien se atribuye el impulso de involucrar a los Es-tados Unidos en la guerra, no está allí para ejercer esa influencia. Su país no apoya la lucha contra el Eje, éste se fortalece y ven-ce a sus adversarios, Hitler se impone a sus propios aliados y por fin conquista el mun-do, etcétera.

Una premisa similar está en otra novela estadounidense muy celebrada: La conjura contra América, de Philip Roth (DeBolsi-llo), en la que Roosevelt desaparece de la escena porque pierde una elección contra Charles Lindbergh, el famoso piloto, quien como presidente se alía con la Alemania nazi. Se sabe que Lindbergh simpatizaba realmente con el fascismo y en algún mo-mento especuló con la posibilidad de de-dicarse a la política: Roth, como Dick, ex-plora las consecuencias imaginables de una

Este mundose convierte en otros mundos

ALBERTO CHIMAL

Una palabra de moda en nuestra época es distopía. Se usa para nom-brar a las narraciones sobre socie-dades opresivas e injustas que se

crean como modelo de lo que no queremos para el futuro de la humanidad (o que anti-cipamos, con miedo o con cinismo, como parte de ese futuro). Este tipo de historias se considera opuesto al de las llamadas uto-pías, que intentan describir sociedades me-jores que las realmente existentes.

Pero hay otro término, distinto de los dos anteriores, que también sirve para pensar y representar las transformaciones de las so-ciedades humanas. Se le puede encontrar en todas las variedades de la ficción —en novelas y cuentos, películas y series, video-juegos, cómics y más allá—, y es ucronía.

Utopía, que viene del griego, significa literalmente no-lugar y sugiere que los en-tornos descritos en ese tipo de historias no están en ningún lado: que sólo existen en la imaginación. Ucronía, que se construye de igual manera, pero significa no-tiempo, tiene un matiz diferente: insiste de entrada en que lo narrado no tiene cabida en la Historia, es decir, que no sucedió. Esta diferencia es cru-cial: las ucronías no son historias de lo bueno o malo por venir, sino del hubiera: de lo que podría haber pasado. En todas se describe cómo hubiera podido ser tal o cual parte de la Historia humana, de los hechos documen-

¿Qué habría pasado si los indios americanos hubieran conquis-tado Europa? ¿O si Hitler hubiera ganado la Segunda Guerra Mundial? La literatura, una vez más, nos recuerda que en el po-der, como en muchos ámbitos de la vida, el ‘hubiera’ sí existe.

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“Estaba en el aire, o al menos eso le pareció a Kiki, este odio hacia las mu-jeres y sus cuerpos; se filtraba por cada rendija de la casa, la gente lo había metido con sus zapatos, lo respiraban en sus periódicos, no había forma de controlarlo.”

Zadie Smith, On Beauty

sola “modificación” en los hechos históricos.

Las ucronías son populares en la actualidad: por un lado, satis-facen el gusto de la fantasía —de lo que habitualmente se considera una distracción inocua de las realidades de la vida— y por el otro se refieren direc-tamente a lo real, lo que les da la mis-ma apariencia

ciones privilegiadas son “amenazadas” por quienes son, o somos, distintos de ellos (incluyendo a los pobres, los mi-grantes, las mujeres, las personas de color, etcétera). Por el contrario, en ocasiones lo que anima a las ucronías es una conciencia de la fragilidad del poder: de que quienes están “en la cima” no lo están por ningún destino inevitable ni derecho divino, sino por casualidad, porque ciertas circunstan-cias de la Historia real se dieron a su favor y no en su contra. En algunos casos, por lo menos, no quieren invitarnos a estar con-tentos de que las cosas como son, sino ofre-cernos una lección de humildad. Las cosas podrían ser diferentes. Tal vez, incluso, puedan serlo todavía.

Por esta razón, las ucronías más llama-tivas, aunque no sean las más abundantes, son las que se cuentan no desde un país o un grupo humano privilegiado, sino desde uno oprimido. Así sucede en la ucronía clá-sica mexicana, que es un cuento de ciencia ficción underground: “Crónica del Gran Re-formador” de Héctor Chavarría (1985). El cuento se desarrolla en 1521, y el cambio que propone es que, en vez de ser vencidos por Hernán Cortés y su ejército, los aztecas lo repelen, cruzan el Atlántico y —con la ayuda por un grupo de mexicanos que ha viajado en el tiempo desde el siglo xx, y que se alía con los pueblos originarios— con-quistan Europa. Puede parecer un chiste, pero se debe recordar que la Historia nacio-nal está marcada de muchas formas por la conquista de México, y por cómo dio paso a siglos de explotación y discriminación que aún no terminan. ¿Qué pasa cuando quien imagina otras realidades posibles es quien tiene más razones para no estar conforme con la que vive? +

ex t r a ñ a de serie-

dad que tie-nen una nota

de periódico o una crónica indig-

nante en internet. Muchas son reconfor-

tantes porque se concen-tran en lo peor de lo que

nunca pasó. Por ejemplo, ac-tualmente se transmite una serie

televisiva basada en El hombre en el castillo, y una escena de ésta muestra

a los ciudadanos del gran Reich ameri-cano acostumbrados a ver lluvias de ceni-zas caer sobre ciudades y campos: restos humanos quemados en campos de extermi-nio que, en ese mundo alterado, están por todas partes. A pesar de todo lo malo que pasa hoy, pueden decir los espectadores, no hemos llegado todavía a eso.

Sin embargo, algo más interesante de las ucronías es lo que reflejan de nuestro pen-samiento sobre el mundo que conocemos: la existencia que, para bien o mal, tenemos que llamar “real”.

Además del tema de los nazis victoriosos, que debe ser por mucho el más popular de las ucronías, hay muchos otros argumentos similares, en los que una potencia estableci-da de nuestro presente es vencida, conquis-tada o borrada de plano. Y, curiosamente, la mayoría de esos argumentos son escritos por habitantes de esas potencias (de hecho, la mayoría de ellos son estadounidenses como Dick y Roth). ¿Qué significa esto?

No es necesariamente, creo, una espe-cie de postura victimista, como la que se ve hoy en los países desarrollados con el ascenso actual de las nuevas formas del ul-traderechismo, según las cuales las pobla-

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za de los hechos. Sintió que, sobre la vida de sus padres, tenía muchas más preguntas que respuestas.

“A mí me habría gustado que mis padres me hubieran escrito una carta en la que se disculparan por no haber sido unos padres

tradicionales, cariñosos —dice Laurence en entrevista exclusiva

para Lee+—. Y así, este libro lo hice como si ellos hubieran

escrito esa carta para que yo los entendiera mejor”.

Un libro así es un ejerci-cio profundamente íntimo y a la vez muy expuesto. Uno considera que pue-

de ser doloroso meterse en esas honduras familiares y

emocionales.“Yo lo escribí casi en vez de ir al

psicoanalista —confiesa con una risilla ner-viosa—. Yo no les podía hablar, pues no me contestaban. Fue un trabajo muy solitario. Tuve que reconstruir un poco sus vidas an-tes de que yo naciera, y luego reconstruir mis recuerdos e ir hacia el fondo de mi alma para evocar lo que sentía cuando estaba con ellos: ese sentimiento de estar de sobra…”

“Ese sentimiento

de estar zabeth, fueron conocidas por el mundo político e intelectual, y esos eventos qui-zás fueron temas de discusiones graves y ligeras entre figuras públicas y en charlas familiares o de cantina. Pero para Laurence muchas eran cosas desconocidas, como el episodio del encarcelamiento de su padre, hasta que era preadoles-cente. Después de su infancia en Francia, y de su primera juventud en España, llegó a ser periodista y vertió en un libro su admiración por el rey Juan Carlos de España (Alianza Edito-rial), todo lo cual le dio una fama propia y bien ga-nada. Fue entonces que un periodista de esos que parecen más picapleitos que investigadores le disparó la pregunta que detonó la es-critura de Hija de revolucionarios (Anagra-ma): “¿Es cierto que su padre Regis Debray fue el que delató al Che Guevara?”

Como en una anagnórisis de tragedia griega, Laurence cayó en la cuenta de que al responder lo haría más impulsada por sus sentimientos que apoyada en la certe-

Laurence Debray nos platicó cómo fue escribir la biografía de un núcleo

familiar ahogado por el activismo y la política.

de sobra…” R. DE LA LANZA

Laurence es la hija del filósofo y re-volucionario francés Regis Debray, que se hizo famoso por haber sido capturado y encarcelado en 1967

en la Bolivia de René Barrientos a causa de su vínculo con el Che Guevara —que se había incorporado a la resistencia armada en aquel país—, y la venezolana Elizabeth Burgos, una historiadora y antropóloga que en los años ochenta escribiría el libro que dio renombre a Rigoberta Menchú.

El activismo conjunto de la madre de Regis y Elizabeth generó un movimiento internacional que involucró a Jean-Paul Sartre, André Malraux, al mismísimo pre-sidente francés Charles de Gaulle y al papa Paulo VI. El movimiento cosechó sus fru-tos cuando Juan José Torres, sucesor de Barrientos tras la muerte de éste, indultó a Debray.

Laurence nació en 1976 en París, a tiempo para ser criada entre los mimos y los abandonos de la vida política que ha-bía abrazado a su familia, pues Regis fue un allegado importante de François Mitte-rrand en su ascenso y sus primeros años como presidente de Francia.

Tamañas personalidades, Regis y Eli-

“Prefirieron salvar el mundo que ocuparse de

una niña.”

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quiera sale bien librado, porque el balance final a veces es contundente o lapidario.

“Todo es muy ambiguo —evalúa Lau-rence—. Por un lado, admiro su compro-miso, pero por otro me parece alucinante llegar hasta la violencia. Es muy fácil juz-gar 40 años después, porque ya tenemos el final de la historia. Yo creo que como pa-dres, prefirieron salvar el mundo que ocu-parse de una niña. Pero esa era una genera-ción muy comprometida.

”Hoy en día el compromiso ético de las personas no pasa por la política ni por la violencia. En ese entonces, el compromi-so era excluyente con otras generaciones. Preparaban el mundo para ellos mismos, pero no pensaban en la transmisión ni en integrar a sus hijos a eso. En esa época los niños no eran seres que contaban. Ahora el compromiso es más local, entre vecinos, más familiar.”

Es imposible eludir una pregunta que se suscita al conocer la historia del hogar don-de Laurence Debray creció, contada por ella misma: ¿Por qué luchas vale la pena ex-poner o sacrificar la relación con los hijos?

“Yo diría que por ninguna. Como com-penso lo que no he vivido, entonces cuenta

mucho para mí. Como no tuve esa relación con mis padres, esa intimidad, en-tonces uno lo compensa con sus propios hi-jos; quizás es una

actitud egoísta. Y además, no estoy involu-crada en ningún partido ni en lucha política alguna”, responde Laurence.

Sensible e involucrada con el tema de este número de 10.º aniversario de Lee+, Laurence Debray nos compartió unos pensamientos sobre su madre, Elizabeth Burgos: “Había muy pocas mujeres en la revolución cubana. Mi madre fue quien in-trodujo a mi padre en la lucha armada. Sin ella, él no habría entrado en la América La-tina. En la política había muy pocas muje-res después de la Segunda Guerra Mundial en Francia. Era única. Era insólito que una mujer tan guapa, tan viva, se dedicara a la vida política. Incluso le habían dicho que nunca podría ser embajadora. Entonces, como ella había sido parte de la resisten-cia, cuando se hicieron nuevos partidos políticos después de la guerra, y se dio a las mujeres el derecho a votar, de Gaulle le propuso entrar a la política, pero era insó-lito pensar para ello en una mujer y de ese nivel social. Ella incluso llevó a cabo una huelga de hambre cuando dejó el puesto de senadora, para conseguir que su reemplazo fuera también una mujer. Y en esa época no había feminismo. Fue una mujer que se anticipó mucho a su tiempo”. +

de sobra…”

“Preparaban elmundo para ellosmismos, pero no pensaban en la

transmisión ni en integrar a sus hijos

a eso.”

“Hubo momentos muy difíciles —conti-núa—, como cuando vi imágenes de mi pa-dre en la cárcel, y cuando vi su juicio y ahí estaban mis abuelos. Muchas cosas de esas yo no las conocía. Pero todo eso me per-mitió avanzar, como en una reconciliación con ellos a través del libro”.

En la cubierta del libro se muestra lo que parece una foto familiar: una niña atavia-da con un femenino y casi infantil vestido amarillo, posando en lo que parece una columnata de alguna casa grande. Pero la niña está cargando un arma larga. “Cuan-do tenía diez años —explica Laurence la foto—, mi padre me dijo que debía escoger mi lado político: Estados Unidos o Cuba. En Francia hay dos meses de vacaciones en verano, y mi padre me envió sola un mes a Cuba y luego otro mes a un campamento de verano en California. En Cuba fue aluci-nante, porque yo, que era una niña burgue-sita criada por los abuelos, de pronto tenía entrenamiento en armas y educación en la ideología marxista. Ahí me hablaron de mi padre como héroe de la revolución, pero no me cuadraba, porque en esa época mi padre trabajaba con Mitterrand, y vestía traje”.

Meterse a hacer la revisión del mito de los padres es una tarea de la que no cual-

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CONCURSO

de 10.º

ANIVERSARIO

Los ganadores jugarán Jeopardy haciendo equipo con reconocidos escritores el miércoles 27 de marzo

durante la fiesta de 10 años de Lee+, por un premio de 100 libros para el equipo

ganador, y 50 para el vencido.

Envía las respuestas correc-tas a: [email protected]

• ¿En qué edición de la re-vista entrevistamos a Patti Smith?

• ¿Qué súper estrella del de-porte ha aparecido dos ve-ces en la portada de Lee+, y cuáles fueron esas ediciones (menciona mes y año)?

• ¿En qué edición aparecie-ron las partes íntimas de Ray Bradbury?

• ¿Qué premio nacional de las artes ha escrito en Lee+?

• ¿Qué súper heroína ha apa-recido en portada dos veces (menciona cuáles)?

Recuerda: las dos primeras personas que hayan contes-tado correctamente todas las preguntas serán notifi-cadas a vuelta de correo.

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I N F I N I T I V O S C U E R P O S I T Z E L M A R

o ciencia ficción

Mary Shelley

A nivel mundial, la brecha de género en acceso a la educación sí parece que desaparecerá en 2030. Pero al paso que vamos la brecha en participación y oportunidades económicas no se cerrará hasta dentro de unos 200 años.

Fuente: Social Institutions and Gender Index (SIGI)4

La realidad es el límite de lo permi-sible; excederla es perturbador: desasosiego exquisito, el inicio de los asombros. De eso se trata crear.

Poner en riesgo la mirada, extenderla más allá de sus posibilidades, hasta que se rom-pa. Dice la autora de Frankenstein (Akal), Mary Shelley: “La invención, tenemos que admitirlo humildemente, no consiste en ge-nerar de la nada, sino del caos”.

Qué atrevimiento ser mujer en un uni-verso tramado por los hombres, tener die-cinueve años en la Inglaterra puritana del siglo xix y convertir en palabras lo que no tiene nombre. El mundo al revés: la voz de una adolescente osada horroriza las buenas conciencias. Su narración fantástica condu-ce al lector por sendas prohibidas y afanes tenebrosos; lo lleva a experimentar una en-trañable simpatía por el personaje princi-pal de la novela: una criatura deforme, de dos metros y medio de estatura, tez amari-llenta y ojos casi sin color; engendrada con restos de cadáveres y descargas eléctricas. Lo desconocido, ensamblado con pedazos de realidad.

Más aún, Mary Shelley escribe un ex-traordinario relato, por excelencia polisé-mico, que tiene tantas lecturas como lecto-res. En el plano literario, acierta al utilizar una narrativa mixta (cartas, testimonios, monólogos), de tono gótico: alucinante e imaginativo; con una construcción certera de sus personajes. El argumento es rítmico y de una enorme seducción, debido a esa fuerza oculta que surge del dolor y le impi-de al lector distraerse o abandonar el texto. En un segundo plano, aparece la reflexión existencial llevada a sus últimas consecuen-cias. Mirándose al espejo, nos pregunta la criatura del doctor Frankenstein: ¿debe im-ponerse límites a la ciencia?, ¿qué es lo in-trínsecamente humano? Apunta Guillermo del Toro: “La parábola se usa para iluminar

y su densa estela: la industrialización. Así nació el Romanticismo, como una filosofía de lo sensible en contra de la arrogancia de la ciencia y la simetría del mundo mecani-zado. El auge de las maquinarias que mul-tiplican el trabajo y la producción cambió por completo el concepto de persona: el ser necesitaba revelaciones y reivindicar la emoción. El deseo, las pasiones y la melan-colía inundan de sentido la música y la lite-ratura. La frase de Descartes, “pienso, lue-go existo”, es desacreditada, y en su lugar surge: “Siento, luego existo”. Los románti-cos polarizan las creencias: la razón ya no alcanza para proclamar lo humano.

Con su fantástica novela, Mary Shelley nos impone una abrupta ruptura con lo co-tidiano, un quiebre en nuestra noción de proporciones. El cuerpo del monstruo es transfiguración y, por lo tanto, su razón de existir también lo es. De esta forma surge la primera obra de la ciencia ficción con-temporánea.

Este nuevo género literario propone ya no solo representaciones del mundo sino su transformación. Lo trascendental ya no es lo existente sino lo creado; y la palabra, pro-bablemente, el margen mayor de creación que posee el hombre, como sugiere Roberto Juarroz.

Cursaba el segundo grado de secundaria cuando leí por primera vez Frankenstein. Recuerdo, perfectamente, haber sentido una profunda tristeza al llegar a las líneas fi-nales: “Saltó desde la ventana del camarote sobre la balsa de hielo que había cerca del barco. Las olas no tardaron en arrastrarlo y se perdió en la oscuridad y en la distancia”. Lloré por esa criatura —que extrañamente me parecía bella de tan familiar—. Lloré porque nos despedíamos y porque, al igual que el monstruo, me supe construida de pedazos. Antonio Porchia afirma: “Herir al corazón es crearlo”. +

la mente, para alumbrar el conocimiento, pero Shelley la emplea para medir la pro-fundidad de nuestra desesperación cósmi-ca: la soledad esencial de nuestra existen-cia”.

Y en un plano más profundo, la autora apunta hacia el inconsciente del lector y logra que éste participe como otro protago-nista de la historia. Irremediablemente, al leer las páginas del libro, uno puede sentir la piel quemada por el frío sobre el frío, y se apropia del miedo y la marginación del protagonista, que evocan, por supuesto, los propios. Imposible no ser empático con el magnífico monstruo sin nombre; imposible no acompañarlo y no convertirse en él y en su furia. Fraternal y catártica alteridad que surge de la textura de la trama.

Mary Shelley nació el 30 de agosto de 1797, en Londres, y murió en la misma ciudad en 1851. Hija del filósofo William Godwin y de la feminista y escritora Mary Wollstonecraft, fue criada por su padre, de-bido a que su madre falleció por una fiebre puerperal, poco tiempo después de nacer ella. Vivió una infancia solitaria por el trato distante que tuvo con su padre. La cercanía con el dolor, el rechazo y la pérdida influyó intensamente el desarrollo de su obra.

Así, en el feroz destino que le reserva Shelley a la criatura de su más exitosa nove-la, se percibe un discurso íntimo, nacido de la experiencia propia, de la relación entre su cuerpo y el mundo: “Vi cómo se marchi-taba y acababa la belleza; cómo la corrup-ción de la muerte reemplazaba la mejilla encendida; cómo los prodigios del ojo y del cerebro eran la herencia del gusano”.

El escenario histórico en el que fue con-cebido Frankenstein provoca, inevitable-mente, una inagotable admiración por su autora. A finales del siglo xviii y principios del xix surgió un movimiento ideológico que pretendía contrarrestar el racionalismo

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Buika: En mi pielWarner Music, 2011

Estamos ante el instinto salva-je de una de las intérpretes más potentes de nuestro tiempo, Concha Buika, la artista de san-gre africana y ritmos latinos que despiertan las pasiones con me-lodías, que van desde el flamenco pasando por el jazz hasta caer de lleno en las rancheras.

En mi piel es el álbum doble recopilatorio de la cantante de Pal-ma de Mallorca, lanzado en 2011 con una selección ecléctica de algunos temas populares en su discografía, así como varias cancio-nes clásicas de la música en español, destacando piezas de autores mexicanos, como José Alfredo Jiménez y Agustín Lara. También incluye un par de canciones del filme español La piel que habito (2011), y trabajos inéditos, como “Sueño con ella” y “Como era”.

Hablar de Buika y su legado en la música es mencionar a una artista que con talento puro ha logrado romper todo tipo de ba-rreras, con un sello que la envuelve en un aura mística y bohemia, apoyada en colaboraciones con grandes como su productor Javier Limón, Montse Cortez, y un extravagante dúo con Seal.

Es música para escuchar mientras se degusta alguna bebida con alto porcentaje etílico, y de preferencia a un nivel de decibeles su-ficientemente alto como para hacer a los vecinos llamar a la admi-nistración.+

Mary Shelleydir. Haifaa al-Mansour, 2017

Corre el siglo xix y la mente creativa de Mary Shelly da vida a uno de los perso-najes más emblemáticos de la historia. La vida, la muerte y el terror se mezclan para darle forma a Mary Shelley (dir. Haifaa al-Mansour, 2017), la biografía de la escritora que le quitó el sueño a generaciones y a hecho soñar a otras.

Esta película representa el primer trabajo en Hollywood de una cineasta saudí, un parteaguas para la comunidad árabe femenina.

La joven novelista Mary Shelly (Elle Fanning) lucha cada día para sobrevivir dentro del mundo cultural de la Inglaterra del siglo antepasado. Al mismo tiempo tiene que tomar decisiones amorosas y políticas controvertidas para la época. Se aprecia cómo los alcances del destino son las principales fuentes de ins-piración en la vida de un escritor.

En cierto punto, el filme ralentiza el ritmo, y deja ver una historia que, si bien predecible, sin embargo resulta un melo-drama entretenido.

La interpretación de Elle Fanning, como ya es costumbre, re-sulta impecable. Deja en alto el nombre de la esposa del poeta Percy Shelley. Vale la pena poner atención en el diseño de pro-ducción y la banda sonora. El elenco cuenta con actores de la popular serie Juego de Tronos.

Por Adrián García@adrian_garciros

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1818

Desnudando, como es su método usual, los mecanismos y las estructuras de la narrativa,

Martín Solares nos ofrece una cartografía básica del amor como el revés luminoso del

poder, en las novelas, deteniéndose con sensibilidad didáctica en Serotonina, la más

reciente novela de Michel Houellebecq.

MARTÍN SOLARES

Como todos, creo que el mejor refugio para una historia de amor se encuen-tra en el cine y en las novelas.

Lo primero que me viene a la mente cuando alguien habla de amor es La invención de Morel (Emecé Editores), esa extraordinaria novela corta y cortante, donde Adolfo Bioy Casares parece narrar una historia de fantasmas que se aparecen a un pobre náufrago, pero quizás también nos ofrece una imagen de ese espejismo, sueño o ilusión que llega al principio de las relaciones románticas y pone todo de su parte para que vivamos en el delirio. Pocos narradores han dicho tanto sobre el amor en tan pocas palabras.

Las novelas nunca dan respuestas parti-culares, más bien nos cuentan historias uni-versales, que algo parecen decirnos sobre el amor. Tomemos El conde de Montecristo (Akal) por ejemplo. Un marinero, que gra-cias a su talento y honradez está a punto de ser ascendido a capitán de un barco y casar-se con la mujer de su vida, pero es acusado de conspiración por sus rivales y encerrado en las mazmorras hasta su muerte. Contra todo pronóstico el héroe consigue escapar, se cultiva, obtiene una gran fortuna y regre-sa a recuperar a su amor y a vengarse de sus enemigos. Mas cuando finalmente encuen-tra a Mercedes, ésta no lo reconoce, prime-ro, y se niega a seguirlo en su afán de odio y muerte, después.

Todavía escucho caer los pedazos. Un desencuentro muy similar tiene lugar tanto en la Ilíada, cuando vemos a Helena, arras-trada por Paris; o en la Odisea, a Penélope, que espera a Ulises. Ni una ni otra, luego de diez o veinte años de separación de su primer esposo, viven cegadas por ese tier-no amor adolescente que le tuvieron a la pareja inicial. Más bien han puesto los pies en la tierra, ven con simpatía lo que sintie-ron en ese primer romance, examinan la realidad en que viven y toman decisiones al respecto. No permiten que ninguna idea disparatada, y por supuesto, no la idea del amor loco, perjudique sus vidas.

Lo más asombroso es que las novelas no cuentan la misma historia de amor. En el continente de la novela hay ríos muy di-

El AMOR como PODER

versos, todos poderosos, todos habituados a seguir rumbos muy diferentes: ¿quién no se ha visto arrastrado por la ilusión del amor según la cuentan Tolstoi, Stendhal, Akutagawa, Breton o Ray Bradbury? ¿Quién no ha sonreído ante las locuras que hacemos con tal de alcanzar ese sueño, según los li-bros de Paul Bowles, Milan Kundera, Italo Calvino, Alessandro Baricco, Philiph Roth o la inigualable Carson McCullers? ¿Quién no se ha carca-jeado ante los desastres de pareja que cuentan Martin Amis, Nick Hornby o Julian Barnes? ¿Quién no ha descubier-to los engaños del amor o el lado oscuro del corazón en las novelas de Dashiell Hammett, Chandler, Highsmith, James M. Cain, Marçal Aquino y otros soberbios au-tores policiacos? ¿Quién no ha deseado vivir la aventura del amor a la altu-ra de los relatos de Sandor Marai o Romain Gary? ¿Quién no se ha con-mocionado ante los riesgos que ofre-ce cuando lo cuentan Toni Morrison, Margaret Atwood o Rodrigo Rey Rosa?

Entre los autores mexicanos hay una pléyade que tiene mucho qué decir sobre el tema. Entre mis favoritos se encuen-tran Juan García Ponce, Héctor Manjarrez, Jennifer Clement, Brenda Lozano, Fernan-da Melchor y Liliana Blum. El primero con sus cuentos espléndidos, rotundos, donde este gran escritor sonríe ante los amores de los otros. Y trátese de punzantes desastres existenciales, de inquietantes anécdotas escabrosas o de locuras tan divertidas que provocan la carcajada, la voz que cuenta los cuentos de Manjarrez siempre deslumbra con esa dosis de equilibrio y desastre altísi-mo que aparece en No todos los hombres son románticos (Era) o Ya casi no tengo rostro (Era). A su vez, Jennifer Clement escribió una de las mejores y más extrañas historias de amor que jamás haya leído: en La viuda Basquiat (DeBolsillo) no sólo cuenta como Suzanne se enamora de uno de los pintores más famosos del siglo xx, sino cómo sobrevivió a su romance con él. Una novela extraordinaria, donde cada ca-

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pítulo tiene la intensidad de un poema y la luci-dez de un ensayo. En el caso de Brenda Lozano, siempre he celebrado el diseño y la escritura de su novela, Todo nada (Tusquets). Una joven que ha perdido a su primer amor y un anciano que ha perdido a su última amada se reúnen a conversar. Entre esos dos extremos, en los que caben todas las historias, sucede esta breve y rutilante nove-la, divertida y melancólica. Demostrando que las novelas y el amor se parecen a una larga conver-sación, Brenda Lozano arrancó una brillante ca-rrera como narradora. Por cauces similares se en-cuentran Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor (Literatura Random House), y El mons-truo pentápodo, de Liliana Blum (Tusquets), que además de componer historias magníficas, pue-den leerse como advertencias sinuosas, taimadas y novelescas sobre los excesos —siempre de po-der— a que conduce la idea del amor.

Pero si quieren leer a un autor provocador, que sabe atizar polémicas, les recomiendo Sero-tonina, la nueva novela de Michel Houellebecq (Anagrama), que cayó en mis manos esta maña-

na. Ningún narrador contemporáneo despierta tantas pasiones ante la simple mención de su nombre (incluso su propia madre escribió un libro contra él). Houellebecq, que en sus novelas anteriores ya había explorado distintas historias de amor, todas aficionadas a las profundidades, vuelve con una novela adictiva que provocará más de un terremoto. Si el alma de su protagonista fuera un coche, se trata de uno que arrancó el pedal del freno con violencia y lo arrojó por la ventana, minutos antes de bajar a toda velocidad por una de las famosas pendientes francesas, siempre al borde de un acantilado. Harto de todo, el héroe de esta novela juró no callarse nada: “Créanme, estoy cerca del fin y las ganas de mentir me han abandonado”. Con esa intención, y ayudado por una dosis de serotonina capaz de tranquilizar a un caballo, el narrador se pregunta cómo funciona el amor en los tiempos que corren:

El amor en la mujer es un poder, un poder generador, tectónico, cuan-do el amor se manifiesta en la mujer es uno de los fenómenos naturales más imponentes que la naturaleza pueda ofrecernos contemplar, hay que considerarlo con temor, es un poder creativo del mismo tipo que un temblor de tierra o un trastorno climático, el origen de otro ecosis-tema, otro entorno, otro universo, con su amor la mujer crea un mun-do nuevo, pequeñas criaturas aisladas chapoteaban en una existencia incierta y de pronto la mujer crea las condiciones de existencia de una pareja, de una nueva entidad social, sentimental y genética.

Yo estoy leyendo ahora mismo esta novela deliciosa de Houellebecq, sin duda una de las más hondas de este narrador, que me ha hecho enojar y sonreír cada dos páginas. Si quieren saber cómo se completa esta idea de amor provocadora, los invito a leer Seroto-nina en estos días y después platicamos.

Porque son capaces de darle voz a personajes confundidos para que cuenten una his-toria larga, llena de misterios y pasiones de principio a fin, porque la ilusión de una vida mejor y la aspiración a alcanzarla parecen encontrarse a gusto entre sus páginas, las no-velas funcionan mejor que ninguna otra forma de la literatura cuando se trata de hablar de las sorpresas e inquietudes que acompañan a la búsqueda del amor. Mientras los poemas nos sorprenden con sus relámpagos de belleza o desolación, de sa-biduría o intensidad, de hondura o ternura, las novelas ponen dos sillas en una terraza, una para el lector, otra para el autor, nos ofrecen una confesión devastadora, que por su originalidad y contundencia nos sorprenden de principio a fin y nos llevan a otro lugar, nos van empujando a vivir de otro modo: las novelas de amor son historias que nos transforman en otras historias. Y mientras cuentan esa aventura, se parecen a la vida en la me-dida en que nos recuerdan, como sostenía el cónsul Geoffrey Firmin, que el amor será un delirio alcohólico pero es uno de los ingredientes esenciales de esta vida. + Twitter: @martinsolares

El amor en la mujer es un poder, un

poder generador, tectónico… Uno

de los fenómenos más imponentes

que la naturaleza pueda ofrecernos

contemplar, hay que considerarlo con

temor.

NUESTRAPORTADA

No todos los días se cumplen 10 años, así que en Lee+ quisimos ha-cer un homenaje monumental a to-das las mujeres que le han dado un revés al poder y han hecho oír su voz a pesar de todos los obstáculos.

Y para ello decidimos también hacer un homenaje a una de las portadas de disco más emblemáti-cas de la cultura pop: la cubierta del álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de The Beatles.

El diseñador y artista gráfico Juanjo Güitrón preparó esta mag-nífica recreación incorporando una lista de mujeres destacadas del mundo de la literatura, la música, el cine, la política y el deporte. Sa-bemos que no “están todas las que son”, pero todas están presentes en la sororidad que le está dando la vuelta al poder:

Elena Garro, Amparo Dávila,Nelly Campobello,

Rosario Castellanos.Yalitza Aparicio, Wangari Mathai,

Virginia Woolf, Tina Turner, Spice Girls, Juana Inés de Asbaje, Simone de Beauvoir, Safo, Rosetta Tharpe, Rita Guerrero, Rigoberta Menchú, Peggy Guggenheim Patti Smith, Paquita la del Barrio, Oprah

Winfrey, Nadya Tolonikova, Nina Simone, Michelle Bachelet, Michelle Obama, Mary Shelley,

Marilyn Monroe, Marichuy, María Félix, Maria Callas, Margaret Tatcher, Malala, Madonna,

Leonora Carrington, Isabel II, Orianthi, Julieta Venegas, Juana de Arco, Joyce Carol Oates, Joan Baez, Janis Joplin, Jane Austen,

J. K. Rowling, Gala Dalí, Gabriela Mistral, Doris Lessing, Dolores

O’ Riordan, Cleopatra, Catalina la Grande, Camila Vallejo, Billie Jean

King, Billie Holliday, Beyonce, Anne Rice, Angela Merkel, Ana Frank, Amy Winehouse, Alanis

Morrisette, Agatha Christie.

Todo sobre nuestra portada

en mascultura.mx

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2020

EMILIANO MASTACHE

Desde hace algunos lustros, Cla-rice Lispector ha sido una escri-tora cada vez más referida con el fin de mostrar una especie de

reverso o reversión del poder; o como un ejemplo de deconstrucción del mis-mo. No pocos aspectos de su literatura son concebidos como contra-hegemó-nicos. Y tales abordajes no carecen de sustento; son absolutamente válidos y necesarios.

En ese sentido, afirmar que la más reconocida escritora del Brasil, efec-tivamente, emprende en su literatura distanciamientos diversos y deconstru-ye, entre otras cosas, desde el género o la condición humana hasta la idea misma de literatura, no representa, en realidad, mayor dificultad —lo mismo podría decirse de cualquier escritor contemporáneo—. El reto radica en es-pecificar cómo lo consigue.

No es ése el propósito de este breve comentario. Por una intuición, aparen-temente sencilla y sin trasfondo, me ha parecido imperioso, antes de pensar en los posibles “reveses” o “antípodas” del poder en la literatura de Clarice Lis-pector, dar un paso hacia atrás y pre-guntar por lo que podría significar el poder, así, llanamente, en sus textos.1

Con el fin de aproximar una míni-ma respuesta, me dispuse a revisar mis notas de trabajo y apuntes diversos, hechos aquí y allá, al paso de casi una década de estudiar su obra. Así, me re-encontré con el comienzo de O Lustre, segunda novela de Clarice (1946), La lámpara (Siruela), en español, la cual ha sido muy poco estudiada y leída.

Una vez más, me pareció admirable. No obstante, me sacudió la soltura y la claridad con la que, en una sola frase, Clarice Lispector logra establecer un inicio aparentemente simple, pero que, en realidad, se sostiene a través de ten-siones varias. La frase es la siguiente:

El s

ecre

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oder

de

Clar

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“Ella sería fluida durante toda su vida. No obstante, lo que había dominado sus contornos y los había atraído a un centro, lo que la había iluminado contra el mundo y le había dado íntimo poder había sido el secreto”.2

Las niñas de la quinta parte más pobre de la población mundial son más susceptibles de casarse —o ser obligadas por sus padres a casarse— que las niñas de la quinta parte más acaudalada. En la India la edad promedio del primer matrimonio es 20 años para el sector más rico, y de 15 años para el más pobre. En la República Dominicana la mitad de las mujeres más pobres se casan a los 17 años; las mujeres más ricas, a los 21.

la protagonista habita una dicotomía entre la impermanencia y aquello que le ha propor-cionado un centro. Ahora bien, sucede que eso que le ha dado alguna forma a Virginia, y que al mismo tiempo le ha permitido opo-nerse al mundo, y que justamente constituye un poder —así se le denomina—, es algo que, a pesar de que es enunciado con absoluta claridad, al momento de ser nombrado que-da precisamente indeterminado y esto natu-ralmente suscita una profunda inquietud en

el lector. Así, la escritura coloca, no sólo en la propia historia, sino delante de sí misma, un objeto siempre por dilucidar, lo cual instaura una especie de fuga, de abertura y de indeterminación perma-nente. De ese modo, el secreto, por un lado, hace posible a la novela y a la es-critura misma —la novela versa sobre las búsquedas de Virginia—; pero también, de manera casi fantástica, termina por desestabilizar la supuesta centralidad que ha adquirido la protagonista y la si-

túa en un nuevo vaivén: la recoloca en la fluidez que parecía haber sido superada.

Con esa sutileza, al interior de una frase y en sus corrientes in-ternas, es donde habría que comenzar a buscar indicios de lo que sería el poder, en sus propios textos, para Clarice Lispector. Como se puede advertir —y esto no se limita a una única obra— el po-der, en su literatura, es también algo inestable, fluctuante. Y en eso radica, tal vez, el mayor poder de la escritura de Clarice Lis-pector: esa capacidad para constituirse en un contra-poder, en una tremenda fuerza contra-hegemónica: exactamente, nombrándose, pero sin revelarse. +

1. Evidentemente, el tema es enorme. Aquí, únicamente destacaré el comienzo de una de sus novelas. Invito a los lectores a indagar si lo que aquí propongo tiene o no concreción en otros textos de la autora. Más allá, no es posible dejar de decir que en La manzana en la obscuridad, el poder constituye un aspecto transversal a la trama.

2. Muchas páginas después, respecto a Virginia, se lee: “Lo que había existido en su vida era un poder indistinto e infinito, realmente infinito y desmesurado.” (Rocco,

1999: 70) La traducción en ambos casos, es mía.

Clarice LispectorTodos los cuentosPrólogo: Benjamin MoserTraducción: Elena Losada, Cristina Peri Rossi, Juan García Gayo, Marcelo Cohen, Mario MoralesSello:SiruelaColección: Biblioteca Clarice Lispector 14

Acaso lo más inquietante es que la úl-tima palabra abre una tensión irresolu-ble en el seno mismo de la escritura: el secreto se enuncia pero no se sabe en qué consiste. Con una oración sintácti-camente impecable, el lector sabe que

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né divorciándome en Las Vegas. Ahí en Nevada puse un pequeño negocio al que no le ha ido mal y me ayudó a descu-brir que en realidad lo mío es el safari fotográfico. Ahora mismo voy a Buenos Aires a recibir un premio. Pero luego re-gresaré a mi casa en Nueva York. ¿Ve a lo que me refiero?

T—Eh… sí. Veo a lo que se refiere.A—El empoderamiento de los subyugados.

Tengo la sospecha de que aquel que conducía nuestros destinos nos tenía sometidos a una vida gris y miserable. ¡Lo dejamos atrás y vea lo bien que nos ha ido!

T—Eh… bueno… en realidad… cuando nos echaron a la calle, yo no dejé la escri-tura. Y me fui a vivir de arrimado con mi hermana. Eso ha sido todo. En este momento voy a una feria estatal de li-bro. Pero me hospedan en un cuatro estrellas, hasta eso.

A—¡Lo sabía! Tuve esta corazonada desde que me levanté. Por eso acepté hacer escala aquí. ¿Qué no lo ve? Es el desti-no. Venga, le invito un trago. Tengo una propuesta que hacerle. ¿No le gustaría un cuarto con vista a Central Park?

T—Pero… mi vuelo…A—Oh… ni siquiera es usted el que habla,

dese cuenta. La única rebelión que im-porta es la que inició Augusto Pérez cuando confrontó a Unamuno.

T—Umh… Pero no olvide que Unamuno lo mató después de sus reclamos.

A—Pequeñeces. Igual muchos ya nos daban por muertos. Entonces… ¿me acepta ese trago?

T—En el fondo yo también extraño pelear por el control de la tele.

A—No se diga más. ¡La imaginación al po-der! Siempre quise perder un vuelo im-portante. +

Fábulas del tío Hofs

TOÑO MALPICA

AQUILES—Ya decía yo que se trataba de usted.

TORTUGA—¿Se dirige a mí, caballero?A—Hágase el loco. Se trata de mí. ¡De mí!T—Oh… en efecto… es usted. A—¿Cómo ha estado? ¿Se curó de la hernia?T—Si me permite, mi avión sale en treinta

minutos. Que tenga un buen día.A—¡Hey… no me va a decir que no le da

gusto verme! Tantos años compartien-do el pan y la sal… tantos años peleando por el pan y la sal… je, je, je.

T— No se moleste. No tiene por qué andar a mi lado.

A—Oh… no se preocupe. Mi vuelo sale en hora y media. Puedo acompañarle hasta la sala. ¿Qué libro carga bajo el brazo?

T—Bien. Seamos claros. Yo también lo vi a la distancia, pero preferí fingir que no. ¿Sabe por qué? Pues porque desde que nos lanzaron a la calle con todo y chi-vas, desde que cada uno siguió su rum-bo, he sido una persona más cuerda y más feliz.

A—Oh… a mí también me recomendó mi si-quiatra que dejara de buscarlo en redes, pero el destino es el destino, ¿cierto? Además, fueron buenos tiempos.

T—¿Cuánto tiempo ha pasado? ¡Años! ¡Años de no tener que pelear con na-die por el control de la tele, el menú del día, el color de las cortinas…!

A—Tiene razón. Yo también lo extraño. Pero ni hablar. Se acabó por habernos rebelado contra las fuerzas del mal. Ocho meses. ¡Ocho! ¡Todo un récord!

T—Ya que lo dice... Sí sentamos un prece-dente, ¿cierto?

A—¿Está bromeando? Fuimos Rosa Parks negándose a dejar su asiento en el au-tobús. Fuimos Jacinto Canek encen-diendo la llama de la rebelión indígena. Emily Davison poniéndose en peligro

en el Derby de Epsom. Todo un ejem-plo de resistencia ante la opresión y el absolutismo.

T—Bueno… tampoco hay que exagerar. El casero se negaba a arreglar la llave del agua, nosotros a pagar la renta.

A—Tiene razón. Ha conseguido conmo-verme. Toda una causa libertaria. Ocho meses de atrincheramiento.

T—Hasta que nos echaron de manera vio-lenta y con respaldo policiaco.

A—¿Pero qué sería de la vida sin la lucha justiciera? Tanto en el mundo real, como en el literario, es necesaria esa chispa que intenta corregir lo torcido, hacer del mundo un mejor lugar dónde vivir , oponerse a…

T—¿Me disculpa? Me pareció oír que vo-cean mi vuelo. Ha sido un gus…

A—Veo que ha vuelto a leer a Dickens.T—Ah… ¿esto?A—Mejor ejemplo no pudo ponerme en las

manos. Si Oliver Twist no hubiera pedi-do una ración extra, seguro habría teni-do una existencia gris y miserable. Pero se atrevió y ahí están las consecuencias. Todo un señorito al final.

T—Bueno… si no contamos las veces que casi pierde la vida…

A—No perdamos el punto. Oliver pide una ración extra. Nosotros pedimos que nos arreglaran la llave.

T—Francamente no veo la conexión.A—¿Es en serio? Lo que quiero decir es que,

si no hubiese sido por nuestra resisten-cia ante la injusticia, nada en realidad habría pasado.

T—Sigo sin entender… ¿y exactamente qué pasó?

A—Bueno… dejé la escritura. Y me fui a Ne-pal unos meses buscándome a mí mis-mo. Como no encontré nada, recorrí el mundo. Me casé en Moscú pero termi-

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N I Ñ O S A L E E R R O D R I G O M O R L E S I N

A los diez años tenía tan pocos libros que difícilmente llegaban a diez, llevaba buenas calificaciones a

casa y por esos años me gustaba ver Don Gato, Defensores de la Tierra y El Conde Pátula. Pero lo que más me gusta-ba era leer.

Hace suficientes diez años que dejé atrás esos diez años, ahora mis libros multiplican ese diez por cientos. Mi vida ha cambiado tanto que a los diez años no me hubiera imaginado siquiera quién soy ahora.

Pero ahí estaba, la semilla palpitaba y esperaba su mo-mento. Me gustaba dibujar y crear cosas; una caja de cartón se convertía en un remolque para acampar en tan sólo una tarde.

Mesas y sillas de papel, un pedazo de tela en un hueco mal cortado con las tijeras de punta redonda se transformaban en la ven-tana de la cocinera desde donde se apre-ciaba un bosque imaginario de juguetes e intrincadas montañas de colcha color azul. Con ese remolque recorrí miles de sitios imaginarios, me trepé a los árboles mas al-tos del mundo y escapé de bestias terribles y espeluznantes La imaginación era mi an-torcha a la hora de jugar.

Robinson Crusoe, La isla del tesoro, Tom Sawyer… todos llegaron una tarde, de golpe y porrazo, y se instalaron junto a mi cama sin pedir permiso. Eran el regalo de mi tía Susana.

Sencillamente no sabía (ni ella, ni yo, ni nadie) lo que estaba provocando.

Los libros me dieron la imaginación y yo decidí hacerles caso, mientras mis libros del colegio se aburrían de mí. Y yo de ellos. Mientras los mal forraba con papel lustre y plástico transparente para el inicio a clases los iba resolviendo y así a principios de año ya los había completado. No es que fuera muy estudioso, es que me resultaban muy fáciles de hacer, tenía buena memoria y concentra-ción. Ahora todo es muy diferente, me cues-ta recordar hasta los números de teléfono, a veces mi memoria se va de paseo sin avisar.

Pero algo que nunca me ha abandonado es la imaginación. Por muy adulto, respon-sable y preocupado que esté, la imagina-ción siempre me acompaña.

De niño imaginaba que los extraterres-tres me habían depositado en este planeta y

Imagino que tengo 10

del tedio que da la rutina, imagino vidas maravillosas para las personas que se

compactan en el vagón mientras me roban el celular.

Alicia, mi esposa, tan hermo-sa como sensata y optimista,

me tranquiliza:—Qué bueno que no te

diste cuenta de que te lo robaban, te hubieras pe-leado con ellos, y seguro perdías.

Sigo sin saber qué hacer conmigo, pero sí sé que ha-

cer con mi imaginación. Soy escritor, diseñador, recomen-

dador de libros en video y lo que imagine esta semana. Imagino que

tengo diez años, diez libros nuevos y diez razones para seguir imaginando. +

Facebook: @Facechumjugaba a que no entendía ni papa de lo que mis papás decían.

La sopa de letras se cuajaba en el plato mientras yo… imaginaba,

El agua se derramaba en el lavamanos mientras yo… imaginaba.

La parada del camión se alejaba a mis es-paldas mientras yo… imaginaba.

Los extraterrestres me buscaban y yo no los escuché porque… imaginaba

La vida misma se sucedía frente a mí mientras yo… imaginaba.

La voz de Ma. Stella, mi mamá, se hacía lejana mientras gritaba:

—Rodrigo, estás en la luna de Valencia —y yo imaginaba ser el conquistador de una luna que sólo existía en el puerto es-pañol donde nació mi papá. Un golpe en el imaginario casco me devolvía a la tierra donde la sopa de letras formaba historias frente a mí, donde Gerónimo, nuestro gato, ya estaba sobre la mesa listo para llevarse el bistec. No hace falta decir que el gato era mucho más despabilado que yo.

—Así de despistado no vas a llegar a nin-guna parte —se quejaba Curro, mi papá—. ¿Qué voy a hacer contigo? —Mientras Se-rrat cantaba a Benedetti.

Ni yo sabía qué hacer conmigo.Ahora que soy adulto, imagino un perro

llamado Elvis que habla y es más bueno que la miel, que la ha pasado mal pero está deci-dido a luchar por una familia.

Durante mis viajes en metro rumbo a mi trabajo, invento historias de seres que vi-ven en el subsuelo y se alimentan de roca, vías de acero electrificado, vagones naran-jas y por supuesto el relleno cremosito de los vagones. Imagino que salvo al mundo

AVISO URGENTE:Hemos perdido la infancia y no sabemos dónde

En algún momento se nos salió de la bolsa por andar jugando tirados en el piso y sin darnos cuenta. De repente ya no estaba ahí. ¿O la dejamos en el pantalón y se fue por el desagüe de la lavadora ultra centri-fugadora?

En esos días jugábamos a ser héroes: salvábamos al perro, a la familia y hasta al mundo entero.

El Supergordo, de Peter Ca-rey (Siruela), demuestra que con imaginación, determinación y un par de tenis no hay obstáculos para la voluntad de un niño.

Matilda, de Roald Dahl (Al-faguara Clásicos), referente del empoderamiento, nos recuer-da que siempre podemos echar mano de la imaginación para sal-var el día.

Y para más prueba, otro gran clásico, Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak (Kalandraka), en el que las pa-redes de la habitación de Max se transforman en un robusto bos-que que nos lleva a la tierra de los monstruos.

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LOANTIGUO

ESNUEVO

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Cuando estaba a punto de entrar a la prepa, un amigo un poco mayor me dijo: “cuidado con que te toque la Ogra en Lite. Es terrorífica”. Pensé que exageraba, pero pronto escuché comentarios similares de otras

personas que ya habían tenido la experiencia. Así que, cuando me dieron mis horarios y vi que efectivamente tenía Literatura con la Ogra, sentí que me desmayaba.

Pero llegó mi primera clase de lite-ratura universal y… qué sorpresa. La maestra era muy vieja, o eso me pare-cía; no medía más de metro y medio (cuando mucho) y hablaba tan quedito que había que tener silencio absoluto en el salón para poder escucharla.

—Si no quieren entrar a mi clase, díganlo ya y tienen seis —fue lo primero que nos dijo. La mitad del grupo sa-lió del salón. Una vez que se fueron, ella sonrió—. Qué bueno que se fueron, mejor que los repruebe la vida y no yo —dijo entonces, y nos recetó las reglas del curso: íbamos a leer un libro a la semana, el que quisiéramos cada vez de en-tre una lista de cerca de doscientos. Podíamos ponernos de acuerdo para leer en distinto orden los mismos libros, de modo que cada quien comprara sólo uno o dos volú-menes y luego los fuéramos rolando. O podíamos sacarlos de la biblioteca, como quisiéramos. Y cada semana haría un examen.

Pensé que estaba loca: ¿Iba a hacernos un examen distinto a cada uno de los treinta que todavía estábamos en el salón ¡cada semana!? Y nosotros, ¿podríamos leer un libro a la semana, de verdad? Que conste que para entonces yo ya tenía un hábito lector, y con todo y eso me entró el miedito. Y más, al recibir la lista de los libros entre losque podíamos elegir:

desde el Ramayana, de Valmiki (Porrúa) (ese libro escrito entre los siglos viii y vi antes de la era común), hasta Albúm de Fa-

milia, de Rosario Castellanos (Joaquín Mortiz), todo me sonaba a vejestorio. Me arrepentí de no haber pedido el seis de calificación, pero ni modo de cambiarlo por un cero, así que elegí mis primeras lecturas, lo confieso, por

la extensión del libro. Creo que empe-cé con Tristán e Iseo, de un poeta fran-

cés del siglo xii, Béroul (Cátedra). Y ¡qué sorpresa me llevé! La historia era buenísima, se me fue como agua. Es la historia de un caballero que tiene que ir

a robarse a una princesa para casarla con su rey. Pero en el camino de vuelta, el caballero y la princesa se ena-moran, dando pie a un montón de sinsabores (cualquier parecido con la peli de Shrek no es pura coincidencia, por cierto). Todos esperábamos con miedo, pero también con

curiosidad, ese primer examen. Y, para nues-tro asombro, fue un mismo examen para to-dos, que consistió en tres preguntas: 1. ¿Qué libro leíste? 2. ¿De qué trata? 3. ¿Cómo se re-laciona con tu vida o la de alguien que conoz-

cas? Yo hablé de la vez que me enamoré del mejor amigo de un novio y de la angustia y la culpa que nos había impedido pasar de un besito. La verdad es que disfruté un montón el examen.

La siguiente semana las dos primeras preguntas del examen fueron las mismas, pero la tercera fue: ¿Por qué crees que vale la pena leer ese libro en estos días? Yo había escogido una co-lección de cuentos tradicionales rusos en versión de Alexander Pushkin, nada más porque los cuentos rusos me gustaban desde niña; pero a la hora de enfrentar la pregunta me di vuelo, porque me di cuenta de que de veras me parecía padrísimo que pudiéra-

mos seguir leyendo historias así, a la vez tan lejanas (con zares, dragones y brujas que viven en casas con patas

de gallina) y tan cercanas (con ambiciones y mie-dos y deseos tan parecidos a los nuestros).

Cuando me di cuenta, estaba ya engancha-dísima. Dejé de escoger los libros más cor-

titos para buscar los que fueran de lugares más extraños para mí, o los que tuvieran la portada más atractiva, o el título más raro. Los exámenes siempre tenían esa tercera pregunta que, en realidad, era un puente entre el libro y nuestro tiempo. Al termi-nar la clase, los que seguimos en el grupo nos juntábamos a platicar de las historias como otros hablaban de la telenovela en turno. Era el mundo al revés: anhelába-mos esos libros “viejos”, esperábamos con ansia el examen, nos hicimos fans de la maestra temida.

Recuerdo esto hoy, y me doy cuenta de que es una de las razo-nes por las que me sigue gustando

leer y, más aún, por las que me gusta tanto compartir lo que

leo, como estoy haciendo pre-cisamente ahora, en estas pa-labras. Ojalá que tú, que las lees, encuentres (o hayas encontrado ya) tus pro-pios motivos para mara-villarte con las palabras escritas, y para comu-nicar esa maravilla. +

J Ó V E N E S R A Q U E L C A S T R O

Sanjay Patel: Ramayana Divine Loophole

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Lee memes

EL CRÍTICO

DOS TIPOS DE CUIDADO

En el saloon el barullo se imponía sobre la polka del

pianista. La partida de póquer concluyó. El forastero

puso sus naipes sobre la mesa. El vate sabía hacia

dónde se dirigía la mano de su rival. 

—Te vendo mi novela —masculló el narrador.

—Solo si tú compras mi poemario —reviró el bardo.

El forastero regresó lentamente el libro a su alforja.

—Mejor ai que muera.

—Sí.

EL NEGRO

SE MURIÓ EL NEGRO

¿POR QUÉ DEJÓ DE ESCRIBIR?

MICRONOIR

SEGÚN MIS NOTAS ERA

EXPERTO EN MECÁNICA

CUÁNTICA, EN CINE

FRANCÉS Y EN LITERA-

TURA RUSA. ¿POR QUÉ

LO MATARON?

TAL PARECE QUE

SABÍA DEMASIADO

INVESTIGACIÓN

¿QUÉ HACES LEYENDO EL VANIDADES? ES DE SAMURÁIS.

INVESTIGO PARA MI PRÓXIMO LIBRO.ES DE SAMURÁIS VANIDOSOS.

por Hilario PeñaTwitter: @HilarioPenia

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FABIÁN V. ESCALANTE

En 2012 tres integrantes del mo-vimiento Pussy Riot entraron en la Catedral de Cristo Salvador, en Moscú, y ejecutaron lo que han des-

crito como una plegaria punk elevada a la virgen María para que quitara a Putin del poder. Las integrantes fueron arrestadas y encarceladas.

La fundadora del movimiento, Nadezh-da Tolokónnikova, alias Nadia Toloknó, alias Nadya Tolokonnikova, nos muestra en El libro Pussy Riot de la Alegría Subver-siva a la Acción Directa (Roca Editorial), también conocido como Manual Pussy Riot para la Revolución, la reflexión y la lucha de poder que tuvo que vivir en su fría y deplo-rable celda, a la que fue confinada sólo por haber hecho “una plegaria”.

¿Qué nos empuja hacer las cosas? El enojo probablemente sea uno de esos im-pulsos. Para comenzar podemos tomar un pasamontañas de color y salir a la calle para comenzar a pedirle a la virgen María que se haga feminista para acompañarnos en cada una de las causas de protesta y de lucha.

Y es que nunca es suficiente cuando llevas un mensaje a diferentes partes del mundo, como lo han hecho en su gira más reciente, que está por llegar a Latinoaméri-ca, ni tampoco es suficiente interrumpir el partido en la final del Mundial 2018. No hay modo de apagar el fuego que ha iniciado.

El disturbio como recuperación del poderEl contorno que toda sociedad va delinean-

Después de escoger el color de tu pasamontañas, dale play y luego

comienza a leer.

PLAYLIST de Pussy Riot OrgansPutin Lights Up The FiresMake America Great AgainPolice StateVirgin Mary Put Putin Away

La éticapunk de

Tolokónnikova

do para sí a través de los años es una lucha cambiante, que siempre deja fuera algo: un objetivo que cumplir, un poder que se pierde. Cuando el pueblo nota que algo se quedó fuera del contorno —algunos dere-chos, algunas libertades— entonces sale a manifestar el desacuerdo y lo que quiere es

ser escuchado. La violencia, tanto la verbal como la física, es un problema global. Se está normalizando y aceptando como natu-ral y perpetuo. Así es, por ejemplo, como se da “la muerte de la libertad de expresión”.

Siempre veremos la misma lucha una y otra vez, aunque en voz de diferentes gru-pos: las feministas, en voz de la comunidad lgbt, en voz de esclavos, en voz de toda aquella persona que fue privada de su vida sin importar sus preferencias, religión, es-tatus, poderío económico, y que los que quedan “fuera” son todos aquellos que no pudieron gritar más fuerte.

¿Es necesario ser feminista?El feminismo ha sido lo mismo un objeto de burla que el sinónimo de la búsqueda y la procuración de los derechos que nos dis-tinguen a cada ser ante la sociedad, nación o país. El feminismo expresa la lucha por la libertad de expresión y la legítima pulsión de hacerse oír.

¿Para que nos sirve el feminismo? Para terminar con el sexismo, la explotación y la opresión. Es bueno para las mujeres, los hombres, para el futuro y para la Tierra. ¿Cómo puede ayudar a los hombres? Nadia dice que simplemente a estar en paz con sus sentimientos, no hay nada de malo en sentir y eso es lo que nos da la vida.

El feminismo nos permite comportar-nos como nos gusta y como nos sentimos, se desmontan los roles de género y se juega con ellos con la mezcla a voluntad. +

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