apure: estado barinas
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UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR INGENIERÍA GEOFÍSICA
MODELADO GEODINÁMICO INTEGRADO DE LA
CUENCA BARINAS APURE Y LOS ANDES DE
MÉRIDA, ESTADO BARINAS
Por
Br. Luis Joaquín Henriques Casas
Presentado ante la Ilustre Universidad Simón Bolívar como requisito
parcial para optar al titulo de Ingeniero Geofísico
Sartenejas, septiembre de 2004
Este trabajo ha sido aprobado en nombre de la Universidad Simón Bolívar por
el siguiente jurado calificador
Ing. Humberto Sánchez
Dra. María I. Jácome
Dr. Carlos Izarra
ii
MODELO GEODINÁMICO INTEGRADO DE LA CUENCA BARINAS – APURE, ANDES DE MERIDA EN EL ESTADO BARINAS
Por
Luis Joaquín Henriques Casas
RESUMEN
En el siguiente trabajo se presenta un modelado geodinámico integrado
con información geofísica de la evolución de los Andes de Mérida en el Estado
Barinas y de la Cuenca Barinas – Apure desde el Mioceno Inferior hasta el
presente. Para su realización se dispuso de una línea sísmica controlada con
pozos y de información de geología de superficie para generar una sección de
referencia con la que se modeló utilizando la Teoría Isostática Flexural,
posteriormente se controló el modelado integrado con información gravimétrica
y sismológica. Esto permitió la descripción cuantitativa de la Cuenca Barinas –
Apure así como su evolución, observándose que el espesor elástico de la
corteza sudamericana es de 25 kilómetros, la profundidad de Moho es de 37
kilómetros, el acortamiento producto del levantamiento del orógeno es de 57
kilómetros y que la profundidad máxima de la Cuenca Barinas-Apure es de 4
kilómetros. Se pudo comprobar que la geometría de la Cuenca Barinas – Apure
y su desarrollo está determinado por la compensación regional que la litosfera
sudamericana tiene con respecto a la carga tectónica de los Andes de Mérida
Por otra parte, el modelo sugiere la existencia de un megacorrimiento a diez
kilómetros de profundidad que funciona como superficie de despegue para
todas las demás fallas subsidiarias, observando así el comportamiento
mecánico de la corteza sudamericana. Las densidades utilizadas para la
realización del modelo son: Manto litosférico: 3.3 gr/cm3; Corteza Continental:
2.85 gr/cm3; Paleozoico: 2.8 gr/cm3; Sedimentos Jurásicos: 2.7 gr/cm3;
Sedimentos Cretácico – Mioceno Inferior: 2.6 gr/cm3; y Sedimentos Mioceno
Superior - Presente: 2.25 gr/cm3
iii
Agradecimientos
A Dios, por asignarme el ángel de la guarda más trabajador y eficiente
que debe haber. Ese ángel que lograba las “casualidades” oportunas cuando
las necesitaba, gracias y por favor no me lo quites aún, falta algo todavía.
A PDVSA por suministrar la línea sísmica utilizada en la tesis. También a
FUNVISIS por suministrar tan generosamente la información sismológica
empleada en la misma
A mi madre por ser una mujer tan grande, tan increíblemente fuerte, por
haberme heredado ese impulso para tomar las cosas en la vida y por haberme
enseñado la fe que me mueve cada día.
A mi tía Nina, por ser la dulzura, el apoyo, por ser sencillamente mi otra
madre, que nunca ha dejado de estar allí dispuesta a apoyarme y a
escucharme.
A Mayra, simplemente por existir, nací realmente el día en que te conocí.
Me has dado otras perspectivas de la vida haciéndome un ser completo, has
estado siempre allí para amarme con todo lo que puedes dar. Que diferente y
bizarro hubiese sido este camino sin ti, no lo puedo imaginar
A mi tutora María Inés, en verdad no tengo palabras para describir la
gran persona que eres. Siempre vas mas allá de lo que una tutora debe hacer
por sus tesistas, no porque pongas las cosas fáciles, nooo, todo lo contrario,
porque exiges hasta obtener lo máximo que cada uno de nosotros puede dar y
justo en ese momento vuelves a exigir más. Creo que resumo mi
agradecimiento diciendo que eres un verdadero ejemplo a seguir, gracias.
Al Profesor Andrés Pilloud, por haberme hecho reaccionar en la carrera,
por ser una persona dispuesta a enseñar sólo por el amor a transmitir sus
conocimientos, jamás imaginará la gran influencia y apoyo que fue en mi
camino.
iv
Al Profesor Carlos Izarra por su apoyo y sus ganas eternas de ayudar,
por tener la voluntad de mejorar la carrera en tantos aspectos, siempre
dispuesto a escuchar con paciencia eterna, gracias.
A Luis Alfredo, Manuel y Robert, por ser esos amigos que jamás te dejan
sólo, que te apoyan y que no sabes como, pero siempre están allí en los
momentos más oscuros para darte una mano.
A Ricardo y Vicente, por ser los mejores amigos que puede existir, los
que sirven de inspiración, los que te hacen tener ganas de ser mejor, de salir
adelante y nunca rendirse.
A José Gilberto, por ser esa particular mezcla de inocencia e
impertinencia que de alguna forma te hacen un verdadero amigo. Pocas
personas son capaces de ser amigos como tu, dando sin esperar a cambio,
gracias de verdad por cada momento de amistad y apoyo, por favor, no pierdas
esa inocencia ante las cosas, es lo que eres.
A dos ángeles caídos del cielo, Iris y Javier Torres, por estar en el
momento indicado en el lugar propicio y dar de si lo necesario para ayudar y dar
apoyo sólo porque les nace.
A Anita, por esa alegría perenne, a tu stress cómico que me relajaba, por
siempre escuchar mis llamados de auxilio y ayudarme. En verdad te espera una
vida maravillosa.
A Luis Chacín y a Kenny por toda la ayuda que me brindaron,
desinteresada y sólo por ayudar, sin su apoyo esta tesis no se habría
culminado.
A la Proveeduría en su conjunto, por haberme enseñado tanto, y darme
más de lo que imaginará nadie. A todos con los que compartí en estos años,
Claudia, Luis Enrique, Zilma, Mariale, Michi, Pancho, Johanna, Betsy Araujo,
Odarka, Tereza Mariangela Leo, Conde, Rafael, Gabriel, Noryen, Alexis,
Antonio, Rhona, Tole y Henry
Por y para mi Padre, esto es más tuyo que mío, gracias por tu vigilancia
celestial…
v
Índice
Índice de Tablas y Figuras………………………………………..……viii
Capítulo 1: Introducción. ……………………………..…………..……01
1.1 Objetivos……………………………………….…………….…01
1.2 Localización del Área de estudio…………………………...……01
1.3 Metodología………………………………………………..……04
1.4 Recopilación de datos………………………….…………..……05
Capítulo 2. Marco Geológico. ……..……………………………..……09
2.1 Evolución tectónica del Caribe………………………………...…09
2.2 Marco tectónico regional…………………..……………………..23
2.3 Evolución tectónica y marco estratigráfico de los Andes de Mérida y
la Cuenca Barinas – Apure……….………………..…………26
2.3.1 Precámbrico…………….………...…..………………..26
2.3.2 Paleozoico………………………………….…………..26
2.3.3 Mesozoico………………………………….…………..28
2.3.4 Cenozoico…………………………………….………..35
2.4 Modelos propuestos para los Andes de Barinas…………….……42
Capítulo 3.Marco Geofísico. ………………………………..…...……46
3.1 Modelo estático flexural………………….………………………48
Capítulo 4. Modelado Flexural. …………………………….….……..52
4.1. Construcción de la Sección de Referencia………………..….…52
vi
4.2. Hipótesis del modelado………………………………..…..……57
4.3. Diseño de las Templetas Iniciales………………………….……59
4.4 Síntesis de Modelos Realizados……………………………..…..61
4.5. Secuencia de Modelado del Transecto G –H………………..…..64
4.6 Resultados cuantitativos………………………………..…..……71
Capítulo 5. Modelado Gravimétrico. ……………………………....…73
5.1 Introducción………………………………………..……………73
5.2 Anomalía de Bouguer Componente Regional y Residual…………73
5.3 Desarrollo del Modelo……………………………………..…..…78
Capítulo 6 Modelado Geodinámico Integrado. …………………...…80
Capítulo 7. Conclusiones y Recomendaciones…….………….....… 82
7.1 Conclusiones..……………………………………….…….….…82
7.2 Recomendaciones.………………………………………....……84
Referencias………………………………………………………...……85
vii
Índice de Tablas y Figuras.
Figura 1. 1: Localización del perfil a modelar…………………………………..….02
Figura 1. 2 Localización de la Sección de Referencia en mapa topográfico......03
Figura 1. 3. Localización del transecto sísmico …………………………….…….05
Figura 1. 4. Transecto sísmico provisto por PDVSA …………………………….06
Figura 1. 5. Ubicación de las estaciones de medición ……………..…………….07
Figura 1. 6 Ubicación y profundidad de Sismos en el occidente venezolano....08
Figura 2. 1. Modelos Principales de la Evolución de la Tectónica Caribe. A.
Modelo Pacífico. B. Modelo de Caribe Cercano. ……………..……….….10
Figura 2. 2. Modelo de Caribe Cercano. Jurásico Medio. ……………………….11
Figura 2. 3. Modelo Pacífico. Neocomience. ………..…………………………….12
Figura 2. 4. Modelo de Caribe Cercano. Neocomience…..…………………..….12
Figura 2. 5. Modelo Pacífico. Aptience. …………………………………..……….13
Figura 2. 6. Modelo Pacífico. Albiense. ………………………………..………….14
Figura 2. 7. Modelo de Caribe Cercano. Albiense.……………………………….15
Figura 2. 8. Modelo de Caribe Cercano. Santoniense. ………………………….16
Figura 2. 9. Modelo Pacífico. Campaniense…………………………...………….16
Figura 2. 10. Modelo de Caribe Cercano. Santoniense. …………………..…….17
Figura 2. 11. Modelo de Caribe Cercano. Santoniense………………………….18
Figura 2. 12 Modelo Pacífico. Paleoceno. …………………………………..…….19
Figura 2. 13. Modelo de Caribe Cercano. Eoceno………………………….…….20
Figura 2. 14. Modelo de Caribe Cercano. Mioceno Inferior……….……….…….21
Figura 2. 15. Modelo Pacífico. Mioceno Tardío………………………….….…….22
Figura 2. 16. Marco Tectónico Actual del Caribe………………………………….24
Figura 2. 17. Distribución de Los Grábenes Jurásicos. ………………………….29
Figura 2. 18. Esquema del Occidente Venezolano. Campaniense.…………….34
Figura 2. 19. Esquema del Occidente Venezolano. Paleoceno. ………….…….36
Figura 2. 20. Esquema del Occidente Venezolano. Eoceno. …………..……….38
Figura 2. 21. Esquema del Occidente Venezolano. Oligoceno. ……………….39
viii
Figura 2. 22. Esquema del Occidente Venezolano. Mioceno Tardío.………….40
Figura 2. 23. Modelo de subducción A con Polaridad SE………………….…….42
Figura 2. 24. Modelo de Subducción A con polaridad SE..………..…………….43
Figura 2. 25. Modelo de Subducción A con Polaridad NO……………………….43
Figura 2. 26. Modelo de Orógeno Flotante. ……………………………………….44
Figura 3. 1. Modelo de compensación local de Airy – Heiskanen………...…….47
Figura 3. 2. Modelo de compensación local de Pratt – Hayford……………..….47
Figura 3. 3. Modelo de compensación regional elástico de Vening Meinesz….47
Figura 3. 4. Respuesta Estructural al Esfuerzo. ………………………………….48
Figura 3. 5. Para facilitar el Modelado, se suponen Fallas Lístricas. ………….49
Figura 4. 1. Digitalización del transecto sísmico....……………………………….53
Figura 4. 2. Mapa de Geología de Superficie con ubicación de la sección de
referencia………………………………………………………………......….54
Figura 4. 3. Mapa de profundidades de basamento con la localización de la
sección de referencia……………………………………………………..….55
Figura 4. 4. Sección de referencia utilizada para el modelado flexural….…….56
Figura 4. 5. Templeta Inicial de la Hipótesis 1..………….……………………….59
Figura 4. 6. Templeta Inicial de la Hipótesis 2..………………….……………….59
Figura 4. 7. Comparación de los modelos obtenidos utilizando diferentes
espesores flexurales……………………………………………..……….….62
Figura 4. 8. Comparación de los modelos obtenidos utilizando diferentes
espesores flexurales. ………………………………………………………..63
Figura 4. 9. Paso 1. Se observa la Falla 1. ……………………………………….65
Figura 4. 10. Paso 3. Se observa la Falla 2……………………………………….65
Figura 4. 11. Paso 5. Se observa la Falla 3. ……………………………….….….66
Figura 4. 12. Paso 7. Se observa la Falla 4………………………………...….….66
Figura 4. 13. Paso 8. Se observa la Falla 5. …………………………………..….67
Figura 4. 14. Paso 11. Se reactivan las fallas 3 y 5.………………………..…….67
Figura 4. 15. Paso 12. Se genera la Falla 6, la Falla de Boconó.……………….68
Figura 4. 16. Paso 13. Se aprecia la Falla 7. …………….……………………….68
ix
Figura 4. 17. Paso 14. Se genera la Falla 8. ……………………………..……..69
Figura 4. 18. Paso 15. Se genera un evento erosivo……………….…………..69
Figura 4. 19. Paso 16. Se deposita con batimetría constante igual a cero. …70
Figura 4. 20. Paso 17. Luego de un último proceso de erosión se obtiene el
modelo final………………………………………………………………......70
Figura 4. 21. Comparación entre la sección de referencia y el transecto G H..72
Figura 5. 1. Mapa de Anomalía de Bouguer. …………………………….……….74
Figura 5. 2. Mapa de Anomalía Regional………………………………………….76
Figura 5. 3. Mapa de Anomalía Residual.………………………………………….77
Figura 5. 4. Modelo Gravimétrico. Se resaltan las zonas incluidas en los
recuadros "A" y "B"…………………………………………………………...78
Figura 6. 1. Modelo Geodinámico Integrado con fallas. ………………...……….81
Figura 6. 2. Modelo Geodinámico Integrado con sismos..……………………….81
Tabla 2. 1. Tabla de Correlación Estratigráfica. ………………………………….27
Tabla 2. 2. Tabla cronoestratigráfica con la ubicación de las Supersecuencias y
secuencias. ………………………………………………………….….…….30
Tabla 4. 1. Comparación de los diferentes modelos realizados. ……………….61
Tabla 4. 2. Secuencia de modelado del Transecto G – H………….…………….64
x
Capítulo 1. Introducción
1. Introducción En el presente trabajo de grado se muestra que la evolución tectónica de
los Andes de Mérida y la Cuenca Barinas – Apure puede ser explicada a través
de la Teoría Flexural. Para llevar esto a cabo se ha generado un modelado
geodinámico integrado utilizando datos sísmicos, sismológicos y gravimétricos.
Este modelado permite obtener cuantitativamente los parámetros de la Cuenca
Barinas – Apure.
1.1 Objetivos
• Entender la evolución geodinámica de los Andes Venezolanos y la
Cuenca Antepaís de Barinas-Apure, en la región norte.
• Cuantificar esta evolución en términos de un modelado elástico flexural
de la litosfera continental Suramericana.
• Controlar el modelado con información sísmica, sismológica, geología de
superficie y gravimetría para determinar Moho y las densidades de los
sedimentos.
1.2 Localización del Área de estudio
El perfil de estudio tiene 520 kilómetros de largo, se extiende entre los
71° - 67° 30’ de longitud oeste y los 6° - 9° de latitud norte, ubicándose
primordialmente en los estados Mérida, Barinas y Apure (Figura 1.1). Para la
realización de esta investigación se contó con una sección sísmica interpretada
provista por PDVSA, la cual fue digitalizada con la intención de construir una
sección de referencia a ser modelada. En la Figura 1.2 se puede apreciar la
ubicación de la sección de referencia en el mapa topográfico de la zona.
1
Capítulo 1. Introducción
Figura 1. 1: Localización del perfil a modelar.
2
Capítulo 1. Introducción
Figura 1. 2,, Localización de la Sección de Referencia en mapa topográfico.
3
Capítulo 1. Introducción
1.3 Metodología
• Revisión bibliográfica y compilación de mapas geológicos – tectónicos
regionales del área
• Compilación de secciones sísmicas locales y regionales en profundidad.
• Compilación de información sismológica.
• Modelado geodinámico regional de las secciones sísmicas, controladas
en profundidad con información sismológica.
• Creación de mapas de anomalías de Bouguer, regional y residual.
• Análisis y correlación entre la tectónica regional del área y las anomalías
gravimétricas observadas en la cuenca Barinas-Apure.
• Generación de un modelo geodinámico y gravimétrico integrado.
• Redacción del trabajo final de grado.
4
Capítulo 1. Introducción
1.4 Recopilación de datos
Como se mencionó anteriormente la data sísmica fue provista por
PDVSA, en la Figura 1.3 se puede apreciar la localización de la línea sísmica y
la sección de referencia. También se observa en esta figura la ubicación de los
pozos utilizados como control de la interpretación realizada.
La Figura 1.4 permite apreciar el transecto sísmico en profundidad el cual
se extiende 219 kilómetros en superficie y 6 kilómetros en profundidad.
Figura 1. 3. Localización del transecto sísmico, así como de la sección de referencia.
5
Capítulo 1. Introducción
Figu
ra 1
. 4. T
rans
ecto
sísm
ico
prov
isto
por
PD
VSA
6
Capítulo 1. Introducción
La información gravimétrica utilizada en el trabajo forma parte de la base
de datos de la Universidad Simón Bolívar. La Figura 1.4 permite apreciar la
disposición de las estaciones gravimétricas cercanas al área de estudio y la
sección de referencia.
Finalmente, la información sismológica fue provista por FUNVISIS
(Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas). Esta información
esta referida al occidente de Venezuela (Específicamente 6°-13° latitud norte y
68°-73° longitud oeste, tal como se aprecia en la Figura 1.6) e incluye fecha,
magnitud y profundidad de los sismos
Figura 1. 5. Ubicación de las estaciones de medición.
7
Capítulo 1. Introducción
Figura 1. 6 Ubicación y profundidad de Sismos en el occidente venezolano entre 1919 y 2002. La profundidad señalada es en kilómetros.
8
Capítulo 2. Marco Geológico.
Capítulo 2. Marco Geológico
2.1 Evolución tectónica del Caribe
Durante las últimas décadas la evolución tectónica del Caribe ha sido
controversial y analizada por varios autores. Esta discusión se mantiene hoy día
estableciendo fundamentalmente dos modelos:
1. El modelo Pacífico. Este propone la formación de la Placa Caribe en la
Océano Pacífico en el Mesozoico Superior, desplazándose por deriva
continental hasta su posición actual entre las dos Américas (Pindell y
Dewey, 1982; Pindell, J.L., 1994; Ross y Scotese, 1988; Dewey, J.F., y
Pindell, J. L., 1986). (Ver Figura 2.1 a).
2. El modelo de Caribe cercano. Este propone la formación de la Placa
Caribe al oeste de su posición actual, pero todavía entre las dos
Américas (Meschede, 1998). (Ver Figura 2.1 b).
Los conflictos entre las dos diferentes visiones de la evolución tectónica
del Caribe se basan en las discrepancias existentes en ocurrencia de eventos,
disposición de placas, origen de los bloques y terrenos (e.g. Antillas Mayores) y
datos paleomagnéticos (Meschede, 1998).
Es importante señalar que los dos tipos de modelos convergen a
principios del Cenozoico (Meschede, 1998).
La ruptura de Pangea inicia en el Jurásico medio con la apertura
Norteamérica – Europa al norte y Sudamérica – África al sur (Ross y Scotese,
1988).
9
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 1. Modelos Principales de la Evolución de la Tectónica Caribe. A. Modelo Pacífico. B. Modelo de Caribe Cercano. Modificado de Meschede, 1998.
Hace 160 m.a. entre el Jurásico Medio y el Jurásico Superior en la fase
inicial de la señalada ruptura los continentes se encontraban aún cercanos
(Figura 2.2), la apertura del Golfo de México continúa y la Placa Farallón
subduce a la Placa Norteamericana y la Placa Chortís y la Placa Phoenix
subduce a la Placa Sudamericana (Meschede, 1998).
10
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 2. Modelo de Caribe Cercano. Jurásico Medio. NCu, Norte de Cuba; Scu, Sur de Cuba. Modificado de Meschede, 1998.
El modelo Pacífico propone que en el Neocomience se detiene la
expansión del Golfo de México, saltando esa expansión al sur de la paleo
posición de Yucatán y al norte de la Placa Sudamericana (Figura 2.3). Este
proceso inicia la generación del Proto – Caribe (Ross y Scotese, 1988).
La primera diferencia entre los dos modelos de la evolución tectónica del
Caribe se observa en las figuras 2.4 y 2.5, pues mientras el modelo Pacífico
afirma que la Placa Farallón subduce tanto a la Placa Norteamericana como a
la Placa Sudamericana y que la apertura del Proto – Caribe está relacionada
con un salto de una zona de rifting (Dewey, J.F., y Pindell, J. L., 1986), el
modelo de Caribe cercano dice que la apertura del Proto – Caribe es producto
de un mismo fenómeno de expansión desde los Alpes hasta el Pacífico, donde
11
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 3. Modelo Pacífico. Neocomience. Modificado de Ross y Scotese, 1988.
Figura 2. 4. Modelo de Caribe Cercano. Neocomience. NCu, Norte de Cuba; Scu, Sur de Cuba; Ch Bloque Chortis; Yu, Yucatán; VB, Cuenca de Venezuela; GA, Antillas Mayores; HI, La Española. Modificado de Meschede, 1998.
12
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 5. Modelo Pacífico. Aptience. Modificado de Ross y Scotese, 1988.
la Placa Farallón esta separada de la Placa Phoenix que subducen a la Placa
Norteamericana y a la Placa Sudamericana respectivamente (Meschede, 1998).
Durante el Neocomience y Cretácico Inferior el Proto – Caribe se
extiende entre las divergentes Placa Norteamericana y Placa Sudamericana
extendiéndose así los márgenes pasivos de ambas Placas (Ross y Scotese,
1988).
El modelo de Caribe cercano propone la existencia de las Antillas
Mayores al norte de la Placa Sudamericana, ligeramente más al oeste de su
posición actual (Figura 2.4), mientras que el modelo Pacífico propone que las
Antillas Mayores es el arco de islas producto de la subducción de la Placa
Farallón bajo la Placa Sudamericana (Figura 2.5).
En el Albiense, hace 100 m.a. ocurre uno de los más importantes
eventos en la evolución tectónica del Caribe. El modelo Pacífico propone que la
13
Capítulo 2. Marco Geológico.
polaridad bajo el arco de islas de las Antillas Mayores cambia, de oeste – este a
este – oeste ocasionando que la Placa Farallón comience a introducirse entre la
Placa Norteamericana y la Placa Sudamericana produciéndose así la
subducción del Proto – Caribe bajo el arco de las Antillas Mayores (Figura 2.6).
Figura 2. 6. Modelo Pacífico. Albiense. Modificado de Ross y Scotese, 1988. El modelo de Caribe cercano propone una zona de subducción al norte a
lo largo del complejo ofiolítico de Guatemala (Figura 2.7). El modelo de Caribe
cercano también propone que el Arco de Costa Rica – Panamá es de edad
Albiense y es producto de la subducción de la Placa Farallón.
En el Santoniense el movimiento relativo entre la Placa Norteamericana y
la Placa Sudamericana es prácticamente nulo (debido al movimiento relativo
entre la Placa Norteamericana – Europa y la Placa Sudamericana – África),
deteniéndose así la expansión del Proto – Caribe (Meschede, 1998). Al sur
inicia la subducción de la Placa Farallón contra la Placa Sudamericana (Figura
2.8).
14
Capítulo 2. Marco Geológico.
El modelo Pacífico indica que continúa el movimiento noreste de la Placa
Farallón y el arco de las Antillas Mayores (Figura 2.9).
Obsérvese la diferente ubicación del arco de las Antillas Mayores en las
figuras 2.8 y 2.9.
Figura 2. 7. Modelo de Caribe Cercano. Albiense. NCu, Norte de Cuba; Scu, Sur de Cuba; Yu, Yucatán; GA, Antillas Mayores; HI, La Española. Modificado de Meschede, 1998.
15
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 8. Modelo de Caribe Cercano. Santoniense. NCu, Norte de Cuba; Scu, Sur de Cuba; Yu, Yucatán; GA, Antillas Mayores; S-Hisp, La Española sur; MA, Isla de Margarita. Modificado de Meschede, 1998.
Figura 2. 9. Modelo Pacífico. Campaniense. Modificado de Ross y Scotese, 1988.
16
Capítulo 2. Marco Geológico.
En el Campaniense el arco de las Antillas Mayores colisiona con la
península de Yucatán (Figura 2.10). Este movimiento continúa durante el
Paleoceno, colisionando así el arco de las Antillas Mayores con la plataforma
de las Bahamas (Figura 2.11) y consumiendo finalmente el Proto – Caribe
(Pindell y Dewey, 1982).
Figura 2. 10. Modelo de Caribe Cercano. Santoniense. NCu, Norte de Cuba; Scu, Sur de Cuba; Yu, Yucatán; GA, Antillas Mayores; Modificado de Meschede, 1998. Como se señaló con anterioridad el modelo Pacífico y el modelo de
Caribe cercano convergen a partir del Cenozoico, debido a la similitud de datos
de ocurrencia geológica y mapas palinspáticos.
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Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 11. Modelo de Caribe Cercano. Santoniense; CB, Cuenca de Colombia; YB, Cuenca de Yucatán; VB, Cuenca de Venezuela; HB, Cuenca de Haití; Yu, Yucatán; GA, Antillas Mayores. Modificado de Meschede, 1998.
En el Paleoceno, la subducción del Atlántico en el borde este de la Placa
Caribe forma el Ridge de Aves. En el noroeste de Venezuela comienza el
emplazamiento de las Napas de Lara (Figura 2.11).
El modelo Pacífico plantea que el movimiento de la Placa Farallón
continúa noreste generando así una zona de subducción al oeste del Arco de
Costa Rica – Panamá y generando así Centroamérica, esto produce a su vez
que el Caribe se aísle como elemento tectónico (Figura 2.12).
18
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 12 Modelo Pacífico. Paleoceno. CY, cuenca de Yucatán; RC, Ridge de Cayman; ZFMPJ, Zona de Fallas Motagua – Polochic - Jocoton. Modificado de Ross y Scotese, 1988.
La cuenca de Yucatán y la cuenca de Grenada han tenido su forma
actual desde finales del Eoceno. La depresión de Cayman es producto de la
apertura de una cuenca pull apart lateral siniestral debido a la desviación del
rumbo del sistema de fallas rumbo deslizante del norte de la Placa Caribe
(Figura 2.13).
Durante el Mioceno Inferior la Placa Farallón se separó de la Placa
Cocos en el norte y la Placa Nazca al sur. La Placa Cocos se desplazó al nor –
noreste y la Placa Nazca al este (Meschede, 1998).
El Arco de Panamá colisiona en el Mioceno con la Cordillera Occidental
de Colombia. Se inicia la apertura de la cuenca de Puerto Rico y el Golfo de
California (Pindell y Dewey, 1982), (Figura 2.14). En Venezuela se produce el
primer pulso orogénico de los Andes de Mérida en el Mioceno Inferior (Figura
2.15).
19
Capítulo 2. Marco Geológico.
La Placa Norteamericana y la Placa Sudamericana siguen
desplazándose hacia el oeste. En Venezuela se produce el levantamiento
definitivo de los Andes de Mérida durante el Plioceno – Cuaternario (Dewey,
J.F., y Pindell, J. L., 1986).
Figura 2. 13. Modelo de Caribe Cercano. Eoceno; Yu, Yucatán; YB, Cuenca de Yucatán. Modificado de Meschede, 1998.
20
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 14. Modelo de Caribe Cercano. Mioceno Inferior; Yu, Yucatán; YB, Cuenca de Yucatán; NR, Alto de Nicaragua Modificado de Meschede, 1998.
21
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 15. Modelo Pacífico. Mioceno Tardío. APO, Alto del Pacífico Oriental; CPMS, Cinturón Pleglado del Sur de México; CPR, Cuenca de Puerto Rico; DC, Depresión de Cayman; PAN, Plataforma de Alto de Nicaragua; ZFP, Zona de Fallas de Panamá. Modificado de Ross y Scotese, 1988.
22
Capítulo 2. Marco Geológico.
2.2 Marco tectónico regional
Hoy día se reconocen tres provincias tectónicas referentes a la corteza
de la Placa Caribe (Figura 2.16):
1. Bloques de corteza preexistentes soportados por basamento pre –
mesozoico.
2. Corteza continental formada durante el Mesozoico – Cenozoico.
3. Corteza oceánica formada en el Cretácico Medio.
La mayoría de los trabajos concluyen que la componente lateral destral
predomina en el movimiento relativo entre la Placa Caribe y la Placa
Sudamericana. Pérez et al (2001) demostró con mediciones GPS (Global
Positioning System) que la Placa del Caribe se mueve con una tasa de 2
cm/año con respecto a la Placa Suramericana.
Sin embargo, hacia el occidente de Venezuela este movimiento relativo
ha sido objeto de mayor estudio debido a la existencia de procesos complejos
de subducción. Audemard, F.E. y Audemard, F.A. (2002) indican que en el
occidente de Sudamérica interactuan la Placa Caribe y la Placa Sudamericana,
produciendo así un desplazamiento relativo transcurrente, siendo el límite una
zona (100 kilómetros de ancho) mayormente transpresiva (se presenta una
colisión oblicua)
Existen diferentes trabajos en lo referido a la ubicación de los bordes de
placas, entre ellos se tienen los dos siguientes:
• Pérez et al (2001): ubican el límite en el sistema de fallas transcurrente
lateral dextral de rumbo Este-Oeste San Sebastián-El Pilar
• Audemard, F.E. y Audemard, F.A. (2002) el límite de placas al occidente
se hace difuso y es una zona tiene unos 600 kilómetros de ancho y está
compuesta por diferentes bloques tectónicos independientes de las
placas adyacentes.
23
Capítulo 2. Marco Geológico.
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24
Capítulo 2. Marco Geológico.
El Bloque de Maracaibo es uno de estos bloques independientes, este se
encuentra delimitado por el sistema de fallas Oca-Ancón al norte, Santa Marta-
Bucaramanga al oeste, y Boconó al este. La interacción de la Placa Caribe, la
Placa Sudamericana y la Placa Nazca está extruyendo el bloque hacia noroeste
con respecto a Suramérica.
Los Andes de Mérida se encargan de acomodar los esfuerzos
compresivos producidos por el proceso de transgresión a través del
desplazamiento dextral la Falla de Boconó y mediante el acortamiento de la
cadena y de sus flancos en dirección noroeste - suroeste (Audemard, F.E. y
Audemard, F.A., 2002).
La Falla de Boconó tiene rumbo noreste – suroeste, tiene unos 500
kilómetros de extensión atravesando el eje de los Andes venezolanos entre la
Depresión del Táchira y Morón, donde cambia de rumbo para unirse al sistema
de fallas San Sebastián-El Pilar (Audemard, F.E. y Audemard, F.A., 2002).
También es notable la diferencia existente en la geometría de las
cuencas flexurales adyacentes a los Andes de Mérida. La Cuenca de Maracaibo
es estrecha y posee una longitud de onda pequeña, a la vez que es bastante
profunda, mientras que la Cuenca de Barinas-Apure es amplía, con una longitud
de onda bastante mayor y mucho más somera. La diferencia topográfica entre
el Pico Bolívar y el basamento de la antefosa del sur del lago alcanza los 15
kilómetros, mientras que entre el Pico Bolívar y la antefosa de Barinas alcanza
sólo los 10 kilómetros (González de Juana, 1980).
25
Capítulo 2. Marco Geológico.
2.3 Evolución tectónica y marco estratigráfico de los Andes de Mérida y la Cuenca Barinas – Apure
Se presenta un resumen de los eventos geológicos y aspectos
estratigráficos presentes en los Andes de Venezuela, mencionados de ahora en
adelante como los Andes de Mérida como un conjunto, incluyéndose aquí a los
Andes de Barinas.
La Tabla 2.1 muestra la distribución de Formaciones en la Cuenca del
Lago de Maracaibo, el Flanco Norandino, la Región Central, el Flanco
Surandino y la Cuenca Barinas – Apure.
2.3.1 Precámbrico Renz (1959) considera al Grupo Iglesias como el basamento aflorante de
los Andes de Mérida en su parte central. El Complejo Iglesias (1400 – 600
m.a.) (Bellizzia y Pimentel, 1995) se compone de tres unidades informales, La
Asociación Bella Vista (rocas con alto grado de metamorfismo), La Asociación
Sierra Nevada (esquistos, gneiss, anfibolitas y rocas graníticas) y La Asociación
Tostós (rocas sedimentarias metamorfizadas) (L.E.V.III, 1997).
2.3.2 Paleozoico En la Cuenca Barinas – Apure infrayacente a la secuencia transgresiva
Mesozoica se han identificado un cinturón de pliegues y corrimientos imbricados
de edad Pensilvaniense con trasporte hacia el sur–sureste fosilizado y
suprayacente a la secuencia sedimentaria Pérmica (Audemard, 1991).
En el Paleozoico Inferior las rocas del grupo Iglesias sufrieron
metamorfismo regional al grado de esquisto verde (Audemard, 1991). En el
flanco sur de los Andes de Mérida se identifica la Formación Caparo. Suprayace
de forma discordante a La Asociación Bella Vista y es de edad Ordovícico
Superior que se depositó en ambiente plataformal. Suprayacente se encuentra
26
Capítulo 2. Marco Geológico.
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Capítulo 2. Marco Geológico.
la Formación El Horno de edad Silúrico y conformada por una porción basal
constituida por areniscas y conglomerados con algunas lodolitas (L.E.V.III,
1997) y producto de la sedimentación en ambiente de plataforma continental.
Posterior se encuentra un hiatus de marcada extensión durante el Devónico y
Missisipiense (González de Juana, 1980), retomándose el registro sedimentario
en el Carbonífero Superior con la Formación Mucuchachí caracterizada por
pizarras laminadas limosas y carbonosas con presencia de pirita (L.E.V.III,
1997) depositada en un ambiente reductor y con el resto de las unidades
alóctonas de lo que hoy es Mérida. La Formación Sabaneta de edad
Carbonífero-Pérmico presenta un episodio de depositación continental, la
misma es una secuencia de areniscas gruesas a guijarrosas, de color gris a
marrón (L.E.V.III, 1997). Suprayacente y de forma concordante se observa la
Formación Palmarito depositada en ambiente marino la cual es una secuencia
de lutitas, principalmente marinas, limos, arenas y margas, que gradan hacia
arriba a calizas marinas (L.E.V.III, 1997).
2.3.3 Mesozoico La ruptura de Pangea fue determinante en la tectónica de Venezuela en
el Triásico – Jurásico. Esta ruptura produjo importantes estructuras que
posteriormente tuvieron enorme importancia en el desarrollo de cuencas
sedimentarias en Venezuela. La apertura del Proto – Caribe indujo a la
formación de grábenes con tendencia Noreste como lo es el Graben de Espino
(Ostos y Yoris, 1997) (Figura 2.17). En el Jurásico Inferior (206 – 180 m.a.) se
depositaron las rocas Volcánicas de Guacamayas (En el Baúl) (Ostos y Yoris,
1997) que fueron las antecesoras de la Formación La Quinta integrada
principalmente por tobas y areniscas rojas, gruesas y conglomera ticas,
intercaladas con lutitas rojas y capas delgadas de calizas, teniendo en el
contacto basal conglomerados compuestos por fragmentos metamórficos y
graníticos (L.E.V.III, 1997). La Formación La Quinta se depositó en los
28
Capítulo 2. Marco Geológico.
grábenes producto de la fase de apertura continental, siendo rellenados por
sedimentos continentales de tipo capas rojas.
Figura 2. 17. Distribución de Los Grábenes Jurásicos. Tomado de Ostos y Yoris, 1997. Parnaud et al (1995) realizaron un estudio del oeste de Venezuela
expresando la historia geológica de la zona en seis Supersecuencias
depositacionales jerárquicas separadas por discordancias iniciando en el
Mesozoico. Sintetizan así los diferentes eventos tectónicos del Oeste de
Venezuela desde la apertura jurásica hasta la fase de subsidencia de la cuenca
antepaís del Eoceno-Pleistoceno producto de la colisión del Arco de Panamá.
Se presenta una tabla cronoestratigráfica con la ubicación de las
Supersecuencias y secuencias en la Tabla 2.2.
La Supersecuencia A definida por Parnaud et al (1995) se refiere a las
facies propias de la apertura continental del Jurásico representados por la
Formación La Quinta en los Andes de Mérida.
29
Capítulo 2. Marco Geológico.
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30
Capítulo 2. Marco Geológico.
El Cretácico en Venezuela se caracterizó por una trasgresión marina que
afectó un área considerable inundando hasta el Cratón de Guayana. Esta
trasgresión está relacionada con el cambio del nivel eustático en todo el mundo
en el Cenomaniense – Campaniense (Parnaud et al, 1995). Los isópacos del
Cretácico reflejan espesores totales de 4000 metros y los patrones de
distribución son de una plataforma carbonática. (Coney y Evenchick, 1994).
Parnaud et al (1995) definen seis secuencias depositacionales (K0 – K5),
las cuales conforman en si la Supersecuencia B del Cretácico (fase de margen
pasivo) desde el Neocomience hasta el Campaniense Inferior, finalizando con la
colisión del Arco del Pacífico con la placa Sudamérica y la subsidencia flexural
de las cuencas antepaís (Inicio de margen activo).
La sedimentación cretácica en Colombia y Venezuela tuvo lugar dentro
de una misma cuenca, donde las irregularidades topográficas fueron
determinantes en el aislamiento de diferentes zonas en donde se generaron
regímenes de corrientes y aportes distintos (García et al, 1980). El Cretácico
Inferior tuvo características tectónicas de margen pasivo producto de la
continuación de la apertura Proto – Caribe y la sedimentación post – rifting
asociada (Parnaud et al, 1995).
El registro sedimentario del Cretácico se inicia con la Formación Río
Negro que se depositó en el Neocomience conformada por conglomerados
polimícticos, areniscas mal escogidas y fragmentos de carbón (L.E.V.III, 1997).
Se caracteriza por su diacronismo y variaciones amplias en su espesor. En el
Neocomience – Barremiense se deposita la secuencia K0 Sobre los depósitos
continentales se depositó la Secuencia K1 cuando se produjo una primera
trasgresión marina, la cual se ubica en el Aptiense (Parnaud et al, 1995).
Este evento generó la depositación de la Formación Apón (González de
Juana, 1980) que se caracteriza por calizas bioclásticas típicas de ambientes
marinos someros (Parnaud et al, 1995), también se presenta diacrónica y
anisotrópica en su intervalo basal (García et al, 1980). En la Cuenca Barinas –
31
Capítulo 2. Marco Geológico.
Apure la Formación Apón está ausente y se representa este ciclo depositacional
por la parte superior de la Formación Río Negro (Campos y Boesi, 1993). Junto
a la Formación Apón la unidad basal de la plataforma carbonática del margen
pasivo venezolano se complementaba con las Formaciones Lisure y Maraca
(Lugo y Mann, 1995).
La Secuencia K2 que se depositó entre el Albiense y Cenomaniense
Inferior al producirse una segunda trasgresión marina que se produjo desde el
este de Venezuela y de forma diacrónica hacia el oeste cuya influencia alcanzó
los estados Táchira, Barinas y Apure invadiendo el límite sureste de la Cuenca
Barinas – Apure cubriendo áreas que se encontraban expuestas a la erosión
desde finales del Paleozoicos (Ostos y Yoris, 1997). Esto también acentuó la
erosión en el borde septentrional del cratón, produciendo desplazamiento de
arenas hacia el norte y la depositación en ambientes marinos someros
(González de Juana, 1980) de la Formación Aguardiente conformada por
areniscas bien escogidas, lutitas y facies alternantes de lutitas y areniscas con
capas de calizas y abundante en glauconita (L.E.V.III, 1997). La Formación
Aguardiente es la que caracteriza la parte inferior de la Secuencia K2 que está
dividida en tres partes (Parnaud et al, 1995) Esta parte inferior es un sistema
regresivo (Transgressive System Track, TST) que internamente está constituido
por parasecuencias retrogradantes. La parte media representa una máxima
superficie de inundación (Maximum Flooding Surface, MFS) y se encuentra en
el Miembro S de la Formación escandalosa y finalmente la parte superior de la
Secuencia es una progradación de un Sistema de alto nivel (High System
Track, HST) relacionadas al Miembro R de la Formación Escandalosa
depositada en ambiente litoral somero (Parnaud et al, 1995).
Según el modelo Pacifíco de la evolución tectónica del Caribe en el
Cenomaniense Inferior se generó la zona de subducción al noroeste de
Suramérica al avanzar el arco de las Antillas Mayores y la Placa Farallón en
dirección noreste (Ross y Scotese, 1988). Esta colisión produce un hiatus
identificado en Perijá y en la Cuenca del Lago de Maracaibo que a su vez
32
Capítulo 2. Marco Geológico.
produce la flexura de la corteza continental produciendo una cuenca antepaís
de tipo flexural al oeste de la Sierra de Perijá y un alto periférico en la
Plataforma de Maracaibo (Parnaud et al, 1995).
En el Cenomaniense Superior – Campaniense Inferior (Figura 2.18) la
trasgresión cretácica llega a su máxima extensión (Parnaud et al, 1995) y
producto de la flexura regional y la profundización de la cuenca antepaís que
estuvo controlada por el inicio de la colisión entre el Arco de Islas del Pacífico y
Suramérica (Parnaud et al, 1995) se depositan facies anóxicas en toda la
extensión de la cuenca, lo cual incluye las Formaciones Capacho y La Luna en
los Andes de Mérida y el Miembro P de la Formación Escandalosa y la
Formación Navay en la Cuenca Barinas – Apure (Parnaud et al, 1995). Las
relaciones laterales de la Formación Capacho de la Subcuenca del Uribante y
de la Formación Escandalosa al sureste indican gradación del ambiente deltaico
– nerítico desde la Formación Escandalosa caracterizada por areniscas
macizas, cuarzosas y muy glauconíticas (L.E.V.III, 1997) al ambiente nerítico de
la Formación Capacho conformada por lutitas duras grises a negro, calizas
duras fosilíferas normalmente impregnadas de hidrocarburos (L.E.V.III, 1997) y
a la depositación más anóxica de la Formación La Luna, la roca madre por
excelencia de la Cuenca del Lago de Maracaibo que consta de calizas y lutitas
calcáreas con abundante materia orgánica laminada con capas fosfáticas y
glauconíticas hacia el tope (L.E.V.III, 1997).
Según Parnaud et al, 1995 en la secuencia K3, la secuencia K4 y la
secuencia K5 de la Supersecuencia B se observan calizas, lutitas calcáreas y
lutitas negras con alto contenido de materia orgánica. Suprayacente a la
secuencia K3 se depositaron las lutitas del Miembro La Morita que representa
un evento de máxima inundación a la vez que también se depositaron las
porcelanitas y lutitas del Miembro Quevedo ambos de la Formación Navay
caracterizada por lutitas silíceas y calcáreas, restos de peces y presencia de
glauconita (L.E.V.III, 1997).
33
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 18. Esquema del Occidente Venezolano. Campaniense. Tomado de Pindell, 1982.
Para el Cretácico Superior el proceso de colisión del arco volcánico del
Pacífico con Suramérica transformó el margen pasivo en un cinturón activo
generando una cuenca antepaís en el área de Perijá y desplazando el alto
periférico de Maracaibo hasta la Cuenca Barinas – Apure (Parnaud et al, 1995)
permitiendo la depositación de facies más arenosas. Es así como se da inicio a
una fase de transición de margen pasivo a margen activo en el noroeste de
Venezuela Parnaud et al (1995) definen la Supersecuencia C del Cretácico
Superior al Paleoceno conformada por las secuencias K6 - K8 que también se
caracterizan por ser parte de una regresión marina. La Secuencia K6 está
representada por la Formación Colón compuesta por lutitas microfosilíferas,
parcialmente glauconíticas y calcáreas (L.E.V.III, 1997) y la Formación Mito
Juan caracterizadas por arcillas localmente arenosas que aumentan el
contenido de limo y arena en sentido ascendente (L.E.V.III, 1997) en la Cuenca
del Lago de Maracaibo de ambiente nerítico la Formación Colón y marino
somero en la Formación Mito Juan (L.E.V.III, 1997) y por la Formación Burgüita
34
Capítulo 2. Marco Geológico.
formada por areniscas limolíticas, parcialmente glauconíticas y calcáreas en la
Cuenca Barinas – Apure de ambiente marino somero (Parnaud et al, 1995). El
cinturón compresivo de las Cordilleras Colombianas y el margen del Escudo de
Guayana controlaron la sedimentación durante el final del Cretácico,
determinando así el largo de la cuenca antepaís durante el Cenozoico
(Audemard, Fe., 1991).
2.3.4 Cenozoico El emplazamiento de las Napas de Lara empezó al final del Paleoceno lo
que siguió en el marco de complejidad tectónica generando cambios continuos
en la geometría de las cuencas asociadas a carga tectónica y carga flexural
(Parnaud et al, 1995). Las Secuencias K7 y K8 se ubican en el Maastrichtiense
Superior a Paleoceno Inferior, son parte del ciclo depositacional de un nuevo
episodio transgresivo producto de la flexura de la plataforma. La Secuencia K7
está compuesta por varias formaciones como lo son la Formación Guasare que
consiste en calizas pardo grisáceo a gris amarillento o gris, generalmente
glauconíticas (L.E.V.III, 1997); La Formación Trujillo que está compuesta por
lutitas gris azulado oscuro, a gris oscuro y negro y areniscas grises y pardas en
menor proporción. Las lutitas son localmente micáceas y carbonosas; las
areniscas son de grano fino a medio, micáceas y localmente carbonosas
(L.E.V.III, 1997) y la Formación Catatumbo la cual está compuesta
predominantemente por lutitas y arcilitas gris oscuro, algo carbonáceas y con
nódulos y lentecitos de limonita marrón (L.E.V.III, 1997); todas estas
depositadas en la Cuenca del Lago de Maracaibo que es de ambiente marino
mientras la Secuencia K8 es esencialmente deltaica (Parnaud et al, 1995) y
está compuesta por la Formación Los Cuervos compuesta principalmente por
arcilitas y lutitas con capas de carbón en la base y algunas capas de arenisca a
través de la sección (L.E.V.III, 1997); la Formación Marcelina que es
esencialmente una intercalación de areniscas, lutitas, lutitas arenosas y capas
35
Capítulo 2. Marco Geológico.
de carbón (L.E.V.III, 1997) y finalmente la Formación Barco que está compuesta
por areniscas, lutitas y limolitas intercaladas(L.E.V.III, 1997).
La sedimentación del Paleoceno al Eoceno Inferior ocurre un ciclo
transgresivo acompañado por deformación tectónica en el Caribe, lo que
produce dislocamientos en la plataforma Cretácica al norte de Venezuela. Esto
origina surcos profundos que son rellenados por sedimentos turbidíticos tipo
flish (González de Juana et al., 1980). (Figura 2.19)
Parnaud et al. (1995) definen una Supersecuencia D que agrupa a las
unidades depositadas durante el Paleoceno Superior – Eoceno Medio. Esta
Supersecuencia refleja el inicio de margen activo en el occidente de Venezuela,
el cual esta directamente relacionado con el emplazamiento de las Napas de
Lara.
La secuencia T1 del Paleoceno Superior al eoceno Inferior perteneciente
a la Supersecuencia D está compuesta por la Formación Mirador que se
caracteriza por
Figura 2. 19. Esquema del Occidente Venezolano. Paleoceno. Tomado de Pindell, 1982.
36
Capítulo 2. Marco Geológico.
areniscas blancas de grano fino a medio con capas delgadas de gránulos o
guijarros de cuarzo; toda la sección presenta material carbonáceo,
observándose algunas intercalaciones de lutitas en su tercio superior y capas
delgadas de carbón interestratificadas con las mismas (L.E.V.III, 1997) y la
Formación Misoa en la cual, la descripción litológica depende de su posición en
la cuenca, del ambiente de sedimentación y de la fuente de los mismos. Hacia
el noreste hay más lutitas y areniscas de grano fino, mientras que hacia el sur y
sureste, el porcentaje de arena aumenta al 80 y 90% de la sección, y los granos
se hacen más gruesos (L.E.V.III, 1997). Subyacente las secuencias T2 y T3 del
Eoceno Medio se depositaron a la vez que dos eventos tectónicos cambiaron la
configuración de la cuenca. Primero la deformación flexural producto del
emplazamiento de las Napas de Lara que produjo la subsidencia de la Cuenca
Barinas – Apure y una consecuente invasión marina que depositó la
Formación Gobernador que posee areniscas cuarzosas, a veces cuarcíticas,
intercalaciones de limolitas y lutíticas carbonáceas (L.E.V.III, 1997) y la
Formación Pagüey que tiene lutitas marinas grises a negras, duras, astillosas,
bien laminadas, muy foraminíferas (L.E.V.III, 1997). Segundo, la carga de las
Napas de Lara produjo la flexura de la plataforma, depositándose la Formación
Paují cuya unidad es una espesa secuencia de lutitas (L.E.V.III, 1997).
Para el Eoceno Superior – Mioceno Inferior Parnaud et al. (1995) definen
la Supersecuencia E, también vinculada a margen pasivo, producto de la
colisión entre la Placa Caribe y la Placa Sudamericana y la consecuente
subsidencia compresional de la cuenca. La zona de la Cuenca Barinas –
Apure fue sometida a procesos de erosión que se representan por un largo
hiatus entre las rocas del Paleoceno Superior – Eoceno Inferior y el Eoceno
Superior – Oligoceno (Campos y Boesi, 1993). A su vez en este período se
inicia el levantamiento de la Serranía de Perijá y de la Cordillera Oriental de
Colombia, lo cual determinó el inicio de un nuevo ciclo transgresivo que
depositó la secuencia clástica de ambientes continentales y litorales de la
Formación Carbonera de edad Eoceno Superior – Oligoceno (Chigne et al,
37
Capítulo 2. Marco Geológico.
1994), (Figura 2.20). Este levantamiento regional ocurre a la par de la compleja
tectónica al norte de Suramérica en donde cambiaban los regímenes
sedimentarios y aumentaban las compresiones entre la Placa Caribe y la Placa
Sudamericana así como su angularidad (Coney y Evenchick, 1994).
Figura 2. 20. Esquema del Occidente Venezolano. Eoceno. Tomado de Pindell, 1982. La colisión de la Placa Caribe con el oeste de Colombia produjo una
carga flexural adicional que generó un alto periférico que separó la Cuenca de
Falcón de la Cuenca del Lago de Maracaibo (Ostos y Yoris, 1997). Esta colisión
produjo en el Eoceno Superior – Mioceno Inferior la Supersecuencia E que
posee dos secuencias depositacionales, la Secuencia T4 de edad Eoceno
Superior – Oligoceno Inferior y la Secuencia T5 de edad Oligoceno Superior –
Mioceno Inferior que se depositó en una inundación marina (Parnaud et al,
1995). La inundación modificó las condiciones deltaicas y permitió la
depositación de la Formación León que está conformada por una secuencia
monótona de lutitas grises a negras, blandas, con numerosos niveles de
concreciones de arcilita ferruginosa (L.E.V.III, 1997) de forma discordante
(Parnaud et al, 1995) en la Cuenca del Lago de Maracaibo (Figura 2.21).
38
Capítulo 2. Marco Geológico.
Figura 2. 21. Esquema del Occidente Venezolano. Oligoceno. Tomado de Pindell, 1982. En el Mioceno Medio se inicio la separación de la Cuenca del Lago de
Maracaibo de la Cuenca Barinas-Apure al cambiar la dirección de compresión a
lo largo del borde norte de la Placa Suramericana y producirse el levantamiento
de los Andes de Mérida y el Macizo de Santander (Audemard, Fe., 1991). En la
Cuenca del Lago de Maracaibo se deposita la Formación La Rosa que consiste
en mayor parte de lutitas arcillosas con capas de areniscas e interlaminaciones
de areniscas y lutitas (González de Juana et al., 1980) en una nueva
trasgresión. Posteriormente se depositó en una regresión la Formación
Lagunillas, que en términos generales, consiste en areniscas poco
consolidadas, arcillas, lutitas y algunos lignitos (L.E.V.III, 1997). Luego se
depositó la Formación Palmar conformada por areniscas masivas, con marcas
de rizaduras y fósiles vegetales (L.E.V.III, 1997), la Formación Isnotú que
predominantemente son arcillas (L.E.V.III, 1997) y la Formación Betijoque que
son más que nada capas de conglomerados macizos (L.E.V.III, 1997), todas
estas características de facies molásicas.
El levantamiento de los Andes de Mérida recibió un importante pulso
tectónico en el Mioceno Superior (Figura 2.22) al inicio de la colisión del Arco de
39
Capítulo 2. Marco Geológico.
Panamá con el borde noroeste de Suramérica que finalizó con el levantamiento
definitivo en el Plioceno – Cuaternario de los Andes de Mérida con la
convergencia oblicua de estos dos bloques (Audemard, F.E. y Audemard, F.A.,
2002). La rápida elevación de los Andes de Mérida controló todos los procesos
depositacionales en el piedemonte de la cadena con sedimentos molásicos.
Figura 2. 22. Esquema del Occidente Venezolano. Mioceno Tardío. Tomado de Pindell, 1982.
Parnaud et al. (1995) definen la Supersecuencia F entre el Mioceno
Medio – Pleistoceno, debido precisamente a la colisión del Arco de Panamá con
la Placa Sudamericana y el levantamiento de la cadena andina, siendo así una
Supersecuencia de tipo margen activo. Son parte de la Supersecuencia F en la
Cuenca Barinas-Apure la Formación Parángula en una regresión en el Mioceno
Superior, donde en la unidad predominan los conglomerados lenticulares de
grano grueso, areniscas de grano fino en capas masivas con estratificación
cruzada, localmente glauconíticas; limonitas y lodolitas (L.E.V.III, 1997) y la
Formación Río Yuca la que consiste principalmente en conglomerados de grano
grueso (L.E.V.III, 1997), depositándose en el Mioceno Superior – Plioceno.
Finalmente la Formación Guanapa se deposita en el Pleistoceno que consiste
40
Capítulo 2. Marco Geológico.
de conglomerado, arena y arcilla en estratos masivos, con estratificación
cruzada, mal consolidado y con escogimiento y estratificación pobre (L.E.V.III,
1997).
41
Capítulo 2. Marco Geológico.
2.4 Modelos propuestos para los Andes de Barinas
Dada la complejidad tectónica de los Andes de Mérida no es de extrañar
que existan numerosos modelos propuestos para la estructura de los mismos.
Stephan (1994) establece que la cordillera es “una megaestructura en flor
positiva a lo largo de la falla de Boconó”. Igualmente Soulas (1985) afirma que
la falla de Boconó es “el límite entre las placas Caribe y Suramericana” y
caracteriza a los Andes de Mérida como dos "medias cadenas" separadas por
la falla. Por otra parte De Toni y Kellogg (1993) (Figura 2.23) y Coletta et al.
(1997) (Figura 2.24) proponen un modelo de “orógeno intracontinental con una
subducción tipo A que involucra al manto litosférico del Bloque de Maracaibo y
un retrocorrimiento de vergencia este antitético a la deformación principal de
vergencia oeste”.
Figura 2. 23. Modelo de subducción A con Polaridad SE. Modificado de De Toni y Kellogg, 1993.
Ostos y Yoris (1997) proponen en los Andes de Mérida en el Estado
Táchira el modelo de “Orogénico flotante” propuesto por Jácome (1994) en
donde esta presente una subducción con dirección noroeste (Figuras 2.25 y
2.26 respectivamente) señalándose así una vergencia opuesta a la sugerida por
Coletta.
Hoy día el estudio de cada uno de los elementos estructurales que han
sido identificados en los Andes de Mérida y su respectivo rol en la deformación,
42
Capítulo 2. Marco Geológico.
permiten diferenciar dos tendencias principales en los modelos que se han
propuesto para explicar su configuración estructural actual y la evolución de los
mismos.
Figura 2. 24. Modelo de Subducción A con polaridad SE. Modificado de Coletta et al, 1997.
Figura 2. 25. Modelo de Subducción A con Polaridad NO. Modificado de Ostos y Yoris, 1997.
En el primer grupo se considera que la Falla de Boconó constituye el
elemento primordial que ha controlado toda la deformación neógena y, por
tanto, del todas las estructuras observadas. Según Stephan (1982) los Andes
de Mérida constituyen “una megaestructura en flor a lo largo de la falla de
Boconó, producto de la reactivación del patrón de fallas mesozoicas y
43
Capítulo 2. Marco Geológico.
paleozoicas de Suramérica a partir del Mioceno Medio”. Los Andes de Mérida
serían entonces el resultado de la compresión entre ambas placas y estaría
integrada por dos “medias-cadenas” separadas por el sistema de Boconó
(Soulas, 1985).
Figura 2. 26. Modelo de Orógeno Flotante. Tomado de Jácome, 1994.
Sin embargo, existen observaciones que sugieren un carácter asimétrico
para la configuración estructural andina. Macellari (1982) señala que “el
corrimiento frontal del flanco noroccidental no posee un equivalente de la misma
magnitud en el flanco suroriental de la cordillera”. Las cuencas antepaís del
Cenozoico que rodean los Andes de Mérida poseen niveles de subsidencia
diferentes. Al noroeste la Cuenca del Lago de Maracaibo se caracterizó por una
subsidencia pronunciada durante el Neógeno, mucho mayor que la ocurrida a la
Cuenca Barinas-Apure (Colletta et al, 1997).
44
Capítulo 2. Marco Geológico.
Audemard, F.E. y Audemard, F.A. (2002) señalan que los Andes de
Mérida funciona como una cuña de apilamiento de corteza frágil; que el
despegue parcial es desde la corteza dúctil; que la cuña cortical se construye
desde adentro, doblándose y corriéndose entre un corrimiento mayor que buza
noroeste (Subducción incipiente tipo A). También señalan que existe un
retrocorrimiento cortical más pronunciado sureste que carga el Bloque de
Maracaibo a la vez que estructuras preexistentes generan la deformación frágil
del acuñamiento. Se observa a su vez que la estructura de la cadena varía en
dirección al rumbo. Finalmente señalan que el bloque de Maracaibo es extruído
gracias a la acción de un sistema transcurrente subaxial que divide la cuña en
dos.
Audemard, F.E. y Audemard, F.A. (2002) realizan las siguientes
afirmaciones con relación a la estructura de los Andes de Mérida en función de
los datos geofísicos y geológicos recopilados:
1. La vergencia regional de la cadena es hacia el noroeste, a pesar que
existen diferentes vergencias a nivel local.
2. Los Andes de Mérida comenzaron a levantarse en el Mioceno
Superior.
3. Los procesos de partición de la deformación que ocurren a lo largo de
los Andes de Mérida es resultado del desarrollo de corrimientos a lo
largo de los flancos que acomodan los esfuerzos compresivos
existentes, siendo la falla de Boconó parte fundamental de este
proceso.
45
Capítulo 3. Marco Geofísico.
3. Marco Geofísico
Dentro del sistema dinámico que envuelve a la Tierra la gravedad
desempeña un rol fundamental. Está íntimamente relacionada con la
diferenciación interna del planeta, los ajustes isostáticos de la corteza, la
tectónica de placas e inclusive con el flujo de los ríos en los sistemas
hidrológicos.
La gravedad opera a escalas muy grandes en el planeta. Ésta causa que
porciones “ligeras” (menos densas) como los continentes permanezcan más
elevados que las “pesadas” cortezas oceánicas. Es así como procesos
exogenéticos de erosión provocaran un levantamiento de la corteza. Este
proceso de ajuste gravitacional se conoce como isostasia.
Existen tres modelos de compensación isostática (Figuras 3.1, 3.2 y 3.3):
• El modelo de compensación local de Airy – Heiskanen: Se basa en
compensar elevaciones con raíces corticales y depresiones con
elevación del manto astenosférico. Trabajando con una densidad de
corteza constante (Figura 3.1).
• El modelo de compensación local de Pratt – Hayford: Se basa en
compensar elevaciones y depresiones con variaciones laterales de
densidad de la corteza, manteniendo constante la profundidad de las
“columnas” de corteza (Figura 3.2).
• El modelo de compensación regional elástico de Vening Meinesz: Se
basa en que la compensación isostática no sólo se limita a la zona a la
cual se aplica la carga, si no que regionalmente esta carga litosférica es
compensada con flexura de la corteza proporcional a la rigidez de la
litosfera y a la magnitud de la carga (Figura 3.3).
46
Capítulo 3. Marco Geofísico.
Figura 3. 1. Modelo de compensación local de Airy – Heiskanen
Figura 3. 2. Modelo de compensación local de Pratt – Hayford
F Figura 3. 3. Modelo de compensación regional elástico de Vening Meinesz
47
Capítulo 3. Marco Geofísico.
3.1 Modelo estático flexural Toth et al (1996) desarrollaron un modelo numérico del acortamiento de
la litosfera, combinado con la respuesta isostática flexural de la misma ante una
carga y su relación con la formación de cuencas antepaís asociadas.
Esto permite un control cuantitativo de los acortamientos litosféricos, los
espesores elásticos, la erosión, la depositación, los emplazamientos, el
engrosamiento de la corteza y la perturbación termal como parámetros
fundamentales en la formación de cuencas antepaís, sus características
(longitud de onda y profundidad de la cuenca) y su evolución estructural.
En la realización de este modelo numérico se tuvo en cuenta la
respuesta estructural, la sedimentación y erosión, la respuesta termal y la
respuesta isostática.
• Respuesta estructural:
En el modelo numérico se asume que el acortamiento litosférico ocurre por
corrimientos en la corteza superior y es distribuido con deformación dúctil en la
corteza inferior y el manto litosférico (Figura 3.4).
Figura 3. 4. Respuesta Estructural al Esfuerzo.
48
Capítulo 3. Marco Geofísico.
El modelo controla los parámetros de las fallas (posición, ángulo de
buzamiento, etc.). De esta manera se simplifica el modelo suponiendo fallas
lístricas (Figura 3.5). Y se tiene:
( ) ( )( )dd ZxZxD θtanexp1 −−= Ec. 1.
Figura 3. 5. Para facilitar el Modelado, se suponen Fallas Lístricas.
Donde es la profundidad de la falla, es la profundidad del plano
de despegue de la falla, es la distancia horizontal donde la falla aflora y
( )xD dZ
x θ es
el buzamiento de la falla donde aflora. A las fallas también se les puede colocar
una superficie de despegue con buzamiento, en ese caso:
( ) ( )( ) αθ tantanexp1 xZxZxD dd +−−= Ec 2.
Donde α es el ángulo de buzamiento de la superficie de despegue.
Una vez ha sido definida la falla, el bloque levantado se mueve
horizontalmente y colapsa por cizalla vertical. La cantidad de engrosamiento
superior de la corteza debido al corrimiento es:
49
Capítulo 3. Marco Geofísico.
( ) ( ) ( )xDSxDxTuc −+= Ec 3.
Donde es el engrosamiento y es el acortamiento. La carga es
dada por:
( )xTuc S
( ) ( ) gxTxl cucuc ρ= Ec 4.
En la parte baja de la corteza la cantidad de engrosamiento será:
( )( ) ( )⎟⎟⎠⎞
⎜⎜⎝
⎛−⋅−−=
xZxMT dlc β
11 Ec 5.
Donde es la profundidad original de Moho y ( )xM ( )xβ es el factor de
acortamiento compresional. La carga asociada al engrosamiento de la parte
baja de la corteza será:
( ) ( ) ( ) gxTxl cmlclc ⋅−⋅−= ρρ Ec. 6.
• Sedimentación y erosión:
La carga asociada a la sedimentación es incluida en el modelo con un
llenado iterativo de todo el espacio disponible por debajo de los niveles de
depositación especificado. La erosión es incluida al remover de la carga
topográfica el peso correspondiente trabajándose con la teoría de rebote
elástico.
• Respuesta termal:
La respuesta termal de la litosfera al acortamiento consiste en una
disminución del gradiente geotermal y la subsiguiente relajación termal. Luego,
se tiene:
50
Capítulo 3. Marco Geofísico.
( ) ( )( ) ( )zTxzTzT dd −⋅=∆ β Ec 7.
Donde ( es la temperatura original a la profundidad . Si se asume
que la presión no cambia cuando la temperatura y el volumen cambian se tiene
que la carga debido a la respuesta termal de la litosfera es:
)zTd z
( ) ( )∫ ∆=z
vT gdzzTxl0
ρα Ec 8.
Donde ρ es densidad y α es el coeficiente volumétrico de expansión
termal.
• Respuesta Isostática:
La respuesta isostática de la litosfera al emplazamiento de placas
sobrecorridas, engrosamiento de la corteza, perturbación termal, sedimentación
y erosión es calculada usando la ecuación diferencial para la flexura de una
litosfera elástica incorporando las fuerzas restauradoras es:
Ec 9.
( ) xlgwxwD airm =−+
∂∂ ρρ4
4
( )
Donde w es el desplazamiento vertical, es la carga aplicada, D ( )xles la rigidez flexural y es la fuerza restauradora isostática en
tierra y ( )aguam ρρ − e el
( )airm ρρ −
n mar.
51
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Capítulo 4. Modelado Flexural El modelado geodinámico basado en la teoría elástica de compensación
isostática flexural de la Cuenca Barinas – Apure se realizó mediante el
programa OROGENY versión 5.0 (Toth et al., 1996). Este programa permitió
reconstruir la orogénesis de la región central de los Andes de Mérida de forma
secuencial, así como el desarrollo de la Cuenca Barinas – Apure.
4.1. Construcción de la Sección de Referencia.
Inicialmente se construyó una sección de referencia que sirvió de soporte
del modelo. Esta sección permitió determinar los parámetros del modelado al
establecer cuantitativamente las principales características del área de estudio,
las cuales se señalan a continuación:
• Identificación, ubicación y descripción de las fallas principales.
• Topografía.
• Geología de superficie.
• Geometría de la cuenca. (extensión de la cuenca, profundidad Máxima
de sedimentos)
• Espesor sedimentario
El elemento fundamental en la construcción de la sección de referencia fue
el transecto sísmico controlado por pozos provisto por PDVSA (Figura 1.3).
Debido a que este transecto provee la mayoría de datos confiables utilizados en
el modelado.
La siguiente secuencia de pasos fueron utilizados para la construcción de
la sección de referencia
52
Capítulo 4. Modelado Flexural.
1. Localización del transecto sísmico en el mapa base. (Figura 1.3).
2. Aproximación lineal del transecto sísmico en superficie a una línea recta
utilizando el método de los mínimos cuadrados, pues se puede apreciar
en la Figura 1.3 que el proceso de adquisición de la data sísmica no se
realizó de forma lineal
3. Proyección de la sección en superficie en dirección noroeste hasta el sur
del Lago de Maracaibo 29 kilómetros y en dirección sureste hasta el
Cratón de Guayana 272 kilómetros (Figura 1.3).
4. Digitalización del transecto sísmico, proyectándose los horizontes
sísmicos lo largo de la Cuenca hacia el sureste hasta el Cratón de
Guayana. (Figura 4.1)
5. Construcción del perfil topográfico incluyendo en este la geología de
superficie. (Figura.4.2)
6. Construcción del corte estructural del basamento utilizando el mapa de
profundidades de basamento de Feo Codecido, et al, 1984. (Figura 4.3)
Finalmente se obtiene la sección de referencia de 520 kilómetros de
extensión que se puede apreciar en la Figura 4.4)
Figura 4. 1. Digitalización del transecto sísmico y proyección de los horizontes sísmicos en dirección sureste hasta el Cratón de Guayana.
53
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 2. Mapa de Geología de Superficie con ubicación de la sección de referencia.
54
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 3. Mapa de profundidades de basamento con la localización de la sección de referencia. (Modific do de Feo Codecido, et al, 1984) a
55
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Fi
gura
4. 4
. Sec
ción
de
refe
renc
ia u
tiliz
ada
para
el m
odel
ado
flexu
ral.
56
Capítulo 4. Modelado Flexural.
4.2. Hipótesis del modelado. Para la realización del modelado se plantearon dos hipótesis:
• Hipótesis 1: Todos los depósitos previos al Cretácico son de edad
Precámbrico.
• Hipótesis 2: Los depósitos previos al Cretácico se consideran los
depósitos Paleozoicos (tanto su ubicación como su espesor) y la
ubicación del graben jurásico así como los sedimentos depositados en él.
El objetivo de modelar bajo la premisa de la Hipótesis 1 es tener una
primera aproximación a la respuesta estructural del modelado flexural. para así
determinar los parámetros iniciales (secuencia de corrimientos, ángulos de
buzamiento, acortamientos)
Posteriormente, se utilizan los valores obtenidos para estos parámetros
en el desarrollo del modelado bajo la Hipótesis 2.
A continuación se presentan las características principales de los
modelos desarrollados en ambas hipótesis:
• Se parte de una etapa pre – deformación ubicada en el Mioceno Inferior.
• Se reproducen las fallas y corrimientos, variando los valores de
acortamiento y buzamiento, a la vez que se utilizan diferentes valores de
espesor flexural para la corteza (“Elastic Thickness”, Te).
• Se reprodujeron los eventos erosivos, variando el porcentaje de erosión
de los mismos, buscando así reproducir de la mejor manera posible la
topografía y la geología de superficie en la cadena andina.
57
Capítulo 4. Modelado Flexural.
• Debido a que se quiere comprobar que la subsidencia de la Cuenca
Barinas – Apure es puramente flexural no se modelan efectos
provocados por perturbación termal y la deformación es compensada
sobre un despegue principal
• Toda la carga tectónica es debido a los corrimientos, no existe en los
modelos carga dinámica. Se desea modelar considerando solo la carga
estática (e.g. corrimientos) ignorando cualquier tipo de peso dinámico
asociado a la colisión de placas (e.g. subducción).
58
Capítulo 4. Modelado Flexural.
4.3. Diseño de las Templetas Iniciales
Considerando las hipótesis señaladas y los parámetros de la sección de
referencia se procedió a diseñar dos templetas iniciales (una por cada hipótesis)
que cumplieran con las condiciones iniciales necesarias para el desarrollo de
satisfactorio de los modelos (Figura 4.5 y 4.6)
Figura 4. 5. Templeta Inicial de la Hipótesis 1.
Figura 4. 6. Templeta Inicial de la Hipótesis 2.
59
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Las templetas iniciales corresponden a la etapa anterior al primer pulso
orogénico de los Andes de Mérida en el Mioceno Inferior (Stephan, 1982;
Audemard, 1991, Colleta et al, 1997, Chacín, 2003)
Los parámetros de diseño para ambas templetas iniciales son los siguientes:
• Longitud de la Sección: 900 Kilómetros. (Estimada).
• Longitud del margen pasivo: 800 kilómetros. (Chacín, 2003). Este valor
es consecuencia de la geometría de la cuenca, conocida a través de
datos sísmicos.
• Profundidad de Moho: 37 Kilómetros. (Chacín, 2003).
• Longitud de la corteza oceánica: 100 Kilómetros. (Valor Arbitrario).
• Espesor de los sedimentos de margen pasivo: 2 kilómetros valor que se
obtiene de la data sísmica.
Adicionalmente en el diseño de la templeta 2 se consideran los siguientes
parámetros:
• Ubicación del graben jurásico: Se calculo en base a su posición actual
mas la distancia de acortamiento de la cadena montañosa, ajustándose
de nuevo en la fase final del modelado.
• Espesor de sedimentos Jurásicos en el graben: 2 Kilómetros.
(Fernandes, 2003).
60
Capítulo 4. Modelado Flexural.
4.4 Síntesis de Modelos Realizados
La Tabla 4.1 sintetiza los modelos realizados, señalándose las
semejanzas y diferencias entre los parámetros obtenidos y los esperados. El
Transecto G - H es el que mejor reproduce los parámetros de la sección de
referencia. Para una visualización de las diferencias ver la Figura 4.7 y 4.8.
Tab
la 4
. 1.
Com
para
ción
de
los
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nca)
, P (P
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cue
nca)
, L (L
ongi
tud
de la
cue
nca)
61
Capítulo 4. Modelado Flexural.
.
Figura 4. 7. Comparación de los modelos obtenidos utilizando diferentes espesores flexurales. Se
utilizaron Te = 25, 5 y 15 kilómetros..
62
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 8. Comparación de los modelos obtenidos utilizando diferentes espesores flexurales. Se utilizaron Te = 25, 35 y 40 Kilómetros..
63
Capítulo 4. Modelado Flexural.
4.5. Secuencia de Modelado del Transecto G – H
La secuencia de modelado se describe en la Tabla 4.1, destacando las
siguientes observaciones:
• La Falla 1 es un despegue a 10 Kilómetros. de profundidad, siendo ésta
la única falla principal presente en el modelado. (Figura 4.9).
• Luego de cada corrimiento de las fallas 2, 3, 4 y 5 existe un evento
erosivo (Figuras 4.10, 4.11, 4.12 y 4.13).
• Se reactivan las fallas 3 y 5 e inmediatamente se generan las fallas 6
(Falla de Boconó) 7 y 8 para luego producir un evento erosivo. Esto
permite concluir un pulso orogénico muy violento para el levantamiento
de la cadena montañosa (Mucho más rápido en tiempo geológico, a
diferencia del evento que generó las fallas 2, 3, 4 y 5). (Figuras 4.14,
4.15, 4.16, 4.17 y 4.18.).
• Se sedimenta a batimetría constante igual a cero, para luego dar paso a
un nuevo evento erosivo con lo cual se obtiene el modelo final (Figuras
4.19 y 4.20).
Tabla 4. 2. Secuencia de modelado del Transecto G – H..
64
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 9. Paso 1. Se observa la Falla 1 que ejerce las labores de plano de despegue.
Figura 4. 10. Paso 3. Se observa la Falla 2, que es subsidiaria a la Falla 1. La Falla ya ha sido activada y se han erosionado los sedimentos que se han desplazado con el acortamiento.
65
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 11. Paso 5. se observa la Falla 3, el acortamiento es de 8 kilómetros.
Figura 4. 12. Paso 7. Se observa la Falla 4, nótese los ángulos altos de las fallas modeladas.
66
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 13. Paso 8. Se observa la Falla 5.
Figura 4. 14. Paso 11. Se reactivan las fallas 3 y 5.
67
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 15. Paso 12. Se genera la Falla 6, la Falla de Boconó.
Figura 4. 16. Paso 13. se aprecia la Falla 7.
68
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 17. Paso 14. Se genera la ultima falla utilizada en el modelado, la Falla 8.
Figura 4. 18. Paso 15. Se genera un evento erosivo
69
Capítulo 4. Modelado Flexural.
Figura 4. 19. Paso 16. Se deposita con batimetría constante igual a cero.
Figura 4. 20. Paso 17. Luego de un último proceso de erosión se obtiene el modelo final, el transecto G – H.
70
Capítulo 4. Modelado Flexural.
4.6 Resultados cuantitativos
La Figura 4.21 permite comparar la sección de referencia y el modelo
final obtenido. Se puede apreciar como la topografía es aproximadamente igual
así como la morfología de los corrimientos, el espesor de los sedimentos, la
extensión de la cuenca (al igual que su amplitud), la ubicación relativa del
graben jurásico y la geología de superficie (donde se puede apreciar excelente
similitud). Se pueden sintetizar los resultados de la forma siguiente:
• El espesor elástico de la corteza sudamericana es de 25 Kilómetros.
• La profundidad de Moho es de 37 Kilómetros. (Promedio).
• Acortamiento total de 57 Kilómetros. para el orógeno (resultado de
sumar todos los acortamientos de la tabla 4.1.
• La profundidad de la Cuenca Barinas-Apure es de 4 Kilómetros.
(Espesor máximo de sedimentos).
• Se confirman los espesores obtenidos por la sección sísmica de 2
Kilómetros. para los sedimentos pre-deformación y 2 Kilómetros. para
los eventos post deformación.
• La extensión de la cuenca Barinas-Apure es de 355 kilómetros.
• La elevación del erógeno es de 4 kilómetros.
• La erosión promedio de la montaña es de 39 %.
• Existe un despegue principal ubicado a 10 Kilómetros. de profundidad
que funciona como superficie de despegue.
71
Capítulo 4. Modelado Flexural.
F
igura 4. 21. Comparación entre la sección de referencia y el transecto G - H.
72
Capítulo 5. Modelado Gravimétrico.
5. Modelado Gravimétrico
5.1 Introducción En este capítulo se presentan los resultados del modelado gravimétrico
como la siguiente fase en el modelado geofísico integrado.
Primeramente se presentan los mapas gravimétricos generados
(Anomalía de Bouguer, Regional y Residual). Estos mapas fueron elaborados
mediante el programa Surfer 8.0 (Golden Software).
Posteriormente se presenta el modelo obtenido, el cual, fue realizado con
el programa Oasis Montaj (Geosoft Inc) Este programa permitió extraer la
anomalía de Bouguer observada a través del transecto de estudio, permitiendo
así la comparación entre esta anomalía observada y la anomalía calculada en el
modelo flexural obtenido.
5.2 Anomalía de Bouguer Componente Regional y Residual Para la elaboración de los mapas gravimétricos se usaron 4995
estaciones de medición de la base de datos de la Universidad Simón Bolívar
(Figura 1.5). El mallado utilizado para la Anomalía de Bouguer inicialmente fue
de 176 columnas por 205 líneas con una separación de 2000 metros y se
interpoló posteriormente con el método de Kriging.
Utilizando este mallado se realizo el mapa de anomalía de Bouguer
(Figura 5.1) en el que se observa que en los Andes de Mérida la tendencia de la
Anomalía de Bouguer es negativa debido a la flexura de la corteza hacia el
Norte – Noroeste como respuesta isostática al peso de la cadena montañosa. A
su vez se observa un progresivo aumento de los valores de Anomalía de
Bouguer en dirección sureste a medida que el espesor sedimentario se hace
menor debido al levantamiento del basamento cristalino al aproximarse al
Cratón de Guayana. Finalmente se observa un “alto” gravimétrico en la zona
73
Capítulo 5. Modelado Gravimétrico.
central del Estado Apure correspondiente a los sedimentos depositados en las
estructuras extensionales Pre – Cretácicas.
Figu
ra 5
. 1. M
apa
de A
nom
alía
de
Bou
guer
.
74
Capítulo 5. Modelado Gravimétrico.
Posteriormente se realizo la separación Regional – Residual de la
Anomalía de Bouguer. Esto con la intención de poder identificar a través de la
separación de campos, la componente profunda (Anomalía Regional, bajas
frecuencias) y la componente somera (Anomalía Residual, altas frecuencias).
La separación de campos se llevó a cabo aplicando un filtro “Moving Average”
(Método del promedio) al mallado de la Anomalía de Bouguer observada,
obteniéndose así la componente Regional. Las dimensiones del mallado se
mantienen respecto al original al igual que se mantuvo la interpolación por el
método de Kriging.
En el mapa de Anomalía Regional (Figura 5.2) se observa de una forma
más suavizada la tendencia negativa de la Anomalía de Bouguer al Noroeste,
asociada a los Andes de Mérida y una zona positiva al sureste asociada a los
altos de basamento existentes en el Estado Apure (Fernandes, 2002).
Finalmente se obtuvo el mapa de Anomalía Residual a través de la
sustracción de la componente Regional a la Anomalía de Bouguer (Figura 5.3).
En este mapa se puede apreciar una zona subparalela a la cadena montañosa
con altos valores de anomalía gravimétrica, este comportamiento está asociado
a la molasa andina. A su vez se observan zonas positivas, también
subparalelas asociadas a las estructuras extensionales Jurásicas.
75
Capítulo 5. Modelado Gravimétrico.
Figu
ra 5
. 2. M
apa
de A
nom
alía
Reg
iona
l.
76
Capítulo 5. Modelado Gravimétrico.
Figu
ra 5
. 3. M
apa
de A
nom
alía
Res
idua
l.
77
Capítulo 5. Modelado Gravimétrico.
5.3 Desarrollo del Modelo Primeramente se obtuvo la anomalía observada a lo largo del transecto
(Figura 5.1). Se introdujo el modelo flexural en GM-SYS y se procedió a
modelar gravimétricamente modificando los parámetros sobre los que no se
tenia un control absoluto o eficiente (densidad de los sedimentos, morfología y
profundidad de la Discontinuidad de Moho, etc.).
En la Figura 5.4 se observa el modelo obtenido, en donde se pueden
apreciar las curvas de anomalía observada y anomalía calculada, a su vez se
observa la curva de error correspondiente (donde se aprecia que el error es
mínimo, 2.191 mGal).
En el modelo se observa que la discontinuidad de Moho se comporta
como una superficie irregular al variar su profundidad entre los 29 kilómetros y
los 43 kilómetros a lo largo de la sección modelada, estas variaciones están
asociadas a la compensación isostática de los Andes Mérida y de la Cuenca
Barinas – Apure. En el recuadro “A” de la Figura 5.4 se observa que bajo los
Andes existe un acuñamiento de la corteza de Maracaibo sobre la corteza de
Barinas – Apure. Esta deformación puede ser explicada al tomar en cuenta los
esfuerzos compresivos que ocurren durante la subducción tipo A con polaridad
Noroeste de la corteza cratónica bajo la cadena montañosa (Audemard, F.E y
Audemard, F.A., 2002). El recuadro “B” de la Figura 5.4 se resalta la existencia
de un bajo gravimétrico localizado entre los 340 kilómetros y los 490 kilómetros
de la sección modelada y se interpreta como un graben jurásico.
Las densidades utilizadas para la realización del modelo fueron las
siguientes:
• Manto litosférico: 3.3 gr/cm3.
• Corteza Continental: 2.85 gr/cm3
• Paleozoico: 2.8 gr/cm3
• Sedimentos Jurásicos: 2.7 gr/cm3
78
Capítulo 5. Modelado Gravimétrico.
• Sedimentos Cretácico – Mioceno Inferior: 2.6 gr/cm3
• Sedimentos Mioceno Superior - Presente: 2.25 gr/cm3
Figu
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"B"
79
Capítulo 6. Modelado Geodinámico Integrado
6. Modelado Geodinámico integrado
Una vez realizado el Modelo Gravimétrico se procede a integrar los datos
geofísicos. Es así como con la sísmica, la sismología, la geología de superficie,
el modelo flexural y el modelo gravimétrico se obtiene el modelo geodinámico
integrado.
Primeramente se observa como el comportamiento mecánico de la
corteza bajo la zona de estudio puede ser explicado a través de un
megacorrimiento representado por la Falla 1 (Figura 6.1). Esta falla que se
encuentra a 10 kilómetros de profundidad funciona como una superficie de
despegue de bajo ángulo para todas las otras fallas modeladas. Éste a su vez
funciona como un despegue ciego que finaliza en el Cratón de Guayana. En
condiciones reales el despegue principal no necesariamente es una superficie
plana, pues es afectado por los cambios reológicos de la corteza, sin embargo,
el modelo flexural cuantitativo no toma en cuenta variaciones laterales de las
características reológicas y por tanto se modela como si fuese una superficie
perfectamente plana.
En el modelo geodinámico se observa también la morfología y
profundidad de Moho, así como de estructuras mas someras en la corteza
(graben jurásico al sureste del perfil).
Al proyectar los sismos cercanos al transecto G – H en función de la
profundidad en el modelo gravimétrico, se obtiene la figura 6.2, en la que se
observa como la actividad sísmica esta aproximadamente localizada en el límite
del acuñamiento cortical. En este sentido, la forma del acuñamiento cortical
modelado señala, que la corteza de Maracaibo se acuña sobre la corteza
cratónica de la Cuenca Barinas – Apure. La convergencia entre la Placa Caribe
y la Placa Sudamericana al noroeste, genera los esfuerzos compresivos locales
en la litosfera sudamericana, los cuales son responsables del acuñamiento.
Esto es consecuente con la historia tectónica y termal de ambas cortezas
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Capítulo 6. Modelado Geodinámico Integrado
(Siendo la corteza de Maracaibo más caliente, más propicia a deformarse y
menos rígida).
La flexura cortical hacia el noroeste relacionado con todo lo señalado
anteriormente, indica que se está en el contexto de una subducción tipo A
(Audemard, F.E. y Audemard, F.A. 2002).
Figura 6. 1. Modelo Geodinámico Integrado, en este se observa la ubicación de las fallas obtenidas del modelado flexural.
Figura 6. 2. Modelo Geodinámico Integrado, en este se observan los sismos proyectados a la sección de referencia adicionalmente a la ubicación de las fallas obtenidas del modelado flexural
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Capítulo 7. Conclusiones y Recomendaciones.
7. Conclusiones y Recomendaciones
7.1 Conclusiones El modelo Geodinámico integrado presentado en la tesis demuestra que
la orogénesis andina y la evolución de la Cuenca Barinas – Apure se pueden
explicar completamente a través de la teoría isostática flexural, es decir, que la
geometría de la Cuenca y su desarrollo está determinado por la compensación
regional que la litosfera sudamericana tiene con respecto a la carga tectónica
de la cadena montañosa.
La geología estructural y la estratigrafía de la zona de estudio son bien
representados por el modelo así como los espesores y densidades de los
sedimentos en la Cuenca Barinas – Apure. Por otra parte, la geometría de la
cuenca así como las fallas y los corrimientos son modelados con gran
aproximación, siendo la geología de superficie en la Cordillera Andina, un
parámetro de control bastante importante en esta parte del modelado.
El modelo gravimétrico confirmó las hipótesis planteadas en el modelado
flexural de forma satisfactoria, sobre todo en el referido al manejo de las
densidades. De allí que las densidades utilizadas fueron las siguientes:
• Manto litosférico: 3.3 gr/cm3.
• Corteza Continental: 2.85 gr/cm3
• Paleozoico: 2.8 gr/cm3
• Sedimentos Jurásicos: 2.7 gr/cm3
• Sedimentos Cretácico – Mioceno Inferior: 2.6 gr/cm3
• Sedimentos Mioceno Superior - Presente: 2.25 gr/cm3
El modelo geodinámico integrado favorece la existencia de un
megacorrimiento representado por una falla que funciona como una superficie
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Capítulo 7. Conclusiones y Recomendaciones.
de despegue, de bajo ángulo, a diez kilómetros de profundidad como parte del
comportamiento mecánico de la corteza en la zona de estudio.
Finalmente, se señala que el acuñamiento cortical que se aprecia en el
modelo geodinámico favorece la existencia de un proceso de delaminación en
la corteza de Maracaibo sobre la Corteza Cratónica Sudamericana.
83
Capítulo 7. Conclusiones y Recomendaciones.
7.2 Recomendaciones
1. Desarrollar modelos semejantes a lo largo de toda Venezuela para así
observar si la teoría flexural isostática puede explicar de forma adecuada
todo el comportamiento de la corteza sudamericana en el área de
Venezuela.
2. Desarrollar este modelo con un control sísmico mayor, en especial en el
graben jurásico ubicado al sureste de la sección de referencia. Para
poder así establecer más claramente la estratigrafía de esta estructura y
generar nuevos modelos flexurales y gravimétricos.
3. Evaluar el modelo con pozos en el área, para así confirmar los espesores
sedimentarios, así como profundidades de las diferentes formaciones.
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