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ASPECTOS CIENTIFICO-TECNICOS DEL URBANISMO (SU FUNCION AL SERVICIO DEL DESARROLLO DE UNA SOCIEDAD RACIONALIZADA) PROF. JUAN B. ASTICA MASCARO. ESTUDIO PREPARADO PARA EL V CONGRESO HISPANO-LUSO - AMERICANO - FILIPINO DE MUNICIPIOS Santiago, Chile, noviembre 1969

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  • ASPECTOS

    C I E N T I F I C O - T E C N I C O S

    DEL URBANISMO

    (SU FUNCION AL SERVICIO DEL DESARROLLO DE UNA

    SOCIEDAD RACIONALIZADA)

    PROF. JUAN B. ASTICA MASCARO.

    ESTUDIO PREPARADO PARA EL V CONGRESO

    HISPANO-LUSO - AMERICANO - FILIPINO DE MUNICIPIOS

    Santiago, Chile, noviembre 1969

  • Contenido:

    1.— Complejidad Creciente del Problema Urbanístico.

    1. 1. Generalidades. 1. 2. Evolución Inicial de la percepción del Problema. 1. 3. Primera fase en la Era Industrial.-1. 4. Las Utopías. 1. 5. Primeras Teorías Gravitacionales: Polos o Centros. 1. 6. La Sectorización. 1. 7. Los Múltiples-Núcleos. 1. 8. La crisis del concepto gravitacional. 1. 9. Las Teorías de Mallas o Tejidos: el Campo-Urbano 1.10. a) La Urbanización total post-industrial.

    b) Relación entre el Desarrollo General y el de las ciudades. 1.11. Planes y Programas.

    2. — Naturaleza de la Urbanización.

    2. 1. Triple naturaleza simultánea: Social-Económica-Físlca. 2. 2. Variables - Hipótesis - Análisis - Planes y Programas. 2. 3. Estrategias de Análisis y de Acción. 2. 4. Naturaleza Social Urbana. 2. 5. La Comunidad como Meta y como Fuerza. 2. 6. La Fuerza y sus formas de expresión. 2. 7. Estrategia Social. 2. 8. Naturaleza Económica Urbana. 2. 9. El Concepto de Actividades Básicas y No-básicas. 2.10. Teorías Operacionales. 2.11. Estrategia Económica. Factores de desarrollo. 2.12. Naturaleza Espacial Urbana.

    3.— La participación Científico-Técnica en el Proceso de Desarrollo Urbano.

    3. 1. Niveles de la participación. 3. 2. Forma de planificar y forma de actuar en ella. 3. 3. Modificación de las estructuras para planificar. 3. 4. Los sensores remotos. 3. 5. Los Bancos de información. Uso de la computadora. 3. 6. Los Estudios preinversionales. 3. 7. Conclusiones.

  • PRESENTACION Y ALCANCES DEL ESTUDIO

    Las ciudades, por su misma condición de expresividad arquitectónica concentrada, han aparecido siempre como la máxima creación ecológica humana y la predominancia físico-ambiental del hecho urbano, ha orientado primor-dialmente los estudios sobre su naturaleza, su funcionalidad estructural y sobre su forma de desarrollo, hacia los problemas de la espacialidad.

    La "Obra Urbana" ha sido objeto, por lo tanto, de una preocupación de ordenación y de embellecimiento cuya mayor responsabilidad ha recaldo sobre la arquitectura, y en los aspectos tecnológicos, sobre la ingeniería de infraes-tructura. Es así como por grandes períodos casi se ha olvidado que el fundamento de dicha obra está, como en toda realización humana, en la voluntad de hacerla, si es que la comunidad la estima necesaria para el bienestar común y de las personas.

    Esta omisión fue creando un desequilibrio evidente entre las recomenda-ciones de los técnicos y los recursos, y aun en las decisiones, que se adoptaban en definitiva para el gobierno de las ciudades. Así una creciente frustración fue incorporándose a las proposiciones de los urbanistas, al no ver realizadas obras que ellos suponían de primera importancia para el mejoramiento del ámbito urbano o lo que es peor, al constatar que se aplicaban muchas acciones contrapuestas con las políticas recomendadas por ellos para el desarrollo, con la característica excusa de la "urgencia", de la "escasez de recursos" o de "la necesidad de adoptar soluciones transitorias" las que nunca más eran modifi-cadas.

    Como resultado, los urbanistas fueron distanciándose de los administra-dores y políticos, en un progresivo conflicto de comunicaciones y de entendi-miento con ellos, o al procurar intervenir en las decisiones políticas superiores desgastaron su propia capacidad vocacional, sin perfeccionar los razonamientos científicos y tecnológicos que les eran propios.

    En cambio, otras técnicas estaban mejorando importantemente su influen-cia en las decisiones sobre el desarrollo y creando determinantes desde el plano nacional y regional en forma de objetivos económicos o de infraestructura, que actuaban sobre las ciudades en forma de políticas generales predominantes y mandatarias.

    El programador del desarrollo urbano se encontró así entre dos acciones aparentemente hostiles a su labor, al menos incomprendidas por él, expresadas en un lenguaje diferente, con metas y objetivos ajenos a los suyos propios, y en los cuales su participación era pobre e ineficaz. Por un lado la tecnología del desarrollo económico, la que además contaba con el manejo de los recursos financieros para el logro de sus determinaciones, y por otro, una decisión administrativa y política cada vez más difícil de convencer con una argumen-tación escasa o de tipo subjetivo.

    Es necesario, por lo tanto, aclarar ©1 rol que corresponde al urbanista de hoy frente al desarrollo contemporáneo y para su servicio en forma adecuada a una sociedad esencialmente racionalizada en sus decisiones.

    No es éste, ciertamente, un problema exclusivo de los urbanistas; también muchas otras técnicas con procedimientos convencionales, originados en otras épocas o bajo otras necesidades, han debido modificarlos adaptándolos a las condiciones de participación popular y de enfrentamiento a una sociedad masi-ficada con estructuras cada vez más complejas, signos evidentes de la proble-mática de hoy.

    El propósito de este estudio es examinar algunas condiciones que deberían

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  • cumplir la ciencia y la técnica urbanística para dicho servicio, entendiéndose en todo caso por "urbanismo" tanto el conocimiento de la realidad completa del hecho urbano, asi como la planificación y programación del desarrollo de las ciudades, como un conjunto regional o territorial, o como unidades ecológicas integrales en sí.

    Entre estas condiciones, se estima necesario aumentar la seguridad de los sistemas analíticos y de investigación del hecho urbano, incorporándolos plenamente al campo científico del conocimiento. En la fase de programación, se postula la utilización con fines propios de desarrollo urbano, de toda clase de recursos operacionales, de manera de hacer más posible la participación popular facilitándola por un proceso de sistematización de las decisiones y de manejo automatizado de las informaciones.

    En esta forma, esperamos que se podrá recuperar el equilibrio entre técnicos, administradores y políticos, a la vez que mejorar importantemente la acción de los primeros, poniéndola más de acuerdo a la demanda que en estos momentos existe.

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  • ASPECTOS CIENTIFICO-TECNICOS DEL URBANISMO

    1.— Complejidad creciente del problema urbanístico.

    1.1.— Si bien la naturaleza intrínseca y estructural de la urbanización se mantiene y perdura, ligando en sus orígenes y razones más profundas de ecología humana a los villorrios primitivos con las megalópolis contemporáneas, las características que va adoptando en el transcurso del tiempo muestran una evidente progresión hacia la complejidad.

    En efecto, el hombre como ser social y su implantación en el espacio, productora de la actividad económica, producen condiciones que se expresan en una creación físicoambiental que se muestra en las distintas culturas con el nombre genérico de "ciudad" y que es tanto más rica (y compleja) según sea el nivel de desarrollo que alcanza el grupo humano que acoge en su ámbito.

    Complejidad ésta que se mide desde los simples hechos como la distri-bución de funciones en áreas urbanas cada vez más extensas, o en las densi-dades de ocupación del suelo cada vez más altas, hasta en las difíciles rela-ciones de la conmutación entre las distintas partes desagregadas de las ciudades, o en la asignación de prioridades infraestructurales simultáneas y competitivas que surgen como aspiraciones primordiales desde distintos grupos sociales o sectores económicos.

    Resulta entonces bien comprensible que las técnicas de conocimiento y de acción que se refieren a la problemática urbanística, sean pues, consecuen-temente con dicha riqueza creciente del objeto de tal conocimiento y acción, cada vez y progresivamente más complejas.

    1.2.—• De esta manera, en los comienzos conocidos de la organización del espacio sólo existieron disposiciones muy elementales que se referían pura-mente a definiciones regionales sobre el uso del suelo, teniendo como único antecedente una organización teocrática actuante por mandato divino (1). Más adelante, y ya con referencia al hecho urbano mismo, tales preocupaciones, ahora ¡emanadas de una acción viv-encial directa de los habitantes, siguen todavía concentradas en partes de la ciudad, y limitadas a su organización física. Así se presentan las ciudades griegas con su énfasis en el Agora, o las ciudades amuralladas y fortificadas alrededor de un castillo en el medioevo, o por último las primeras manifestaciones de varias e importantes funciones urbanas, simultáneamente expresadas en los ayuntamientos, lonjas, palacios y catedrales.

    Un elemento o característica común sin embargo a todo este período, es la ausencia de preocupaciones acerca de la vivienda urbana, la que únicamente se presenta en la forma de palacios, pero aun en ellos el problema a resolver es más la representatividad antes que su misma idoneidad habitacional.

    Al producirse la emergencia del proletariado urbano, como poder y como demanda, se inicia el período moderno de la problemática urbanística, y aunque al comienzo la preocupación de corte patronal y capitalista sólo es capaz de producir viviendas tipo "falangsterios", como una simple expresión de la imagen palacio + masa obrera, pronto aparece una nueva dimensión de la infraestructura general y común a toda la ciudad, que caracteriza al hecho urbano de hoy.

    1.3.— Sin embargo, todavía no se produce en ese período un adecuado descu-brimiento de cuáles son los valores que busca en la ciudad esta nueva clase industrial, de obreros y de intelectuales que van determinando la fisonomía actual del mundo, tendiente aceleradamente a la urbanización absoluta.

    •Persiste en buscarse una expresión semirrural y las clases medias y aun las obreras procuraban reproducir en los suburbios enormes que rodean las

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  • ciudades modernas, cierta imagen rural, que en lo que corresponde a la plani-ficación, se expresa en las tendencias del tipo "City Beautiful" de comienzos de siglo, en que hay una búsqueda de la monumentalidad mezclada con un paisajismo rural injertado en el espacio urbano.

    1.4.— Paralelamente a esta realidad urbanística, se han ido desarrollando con-cepciones "utópicas", sean éticas o estéticas, a las cuales específicamente no nos referiremos en este trabajo. Es importante notar sin embargo que muchas veces dichas percepciones teóricas se confunden con la práctica urbanística, o bien, que llegan a producirse realizaciones concretas bajo postulados ideales, las cuales sólo pueden ser juzgadas después de una suficiente "vivencia normal", que en cualquier caso introduce importantes modificaciones al esquema ideal.

    Son muchos los ejemplos de este tipo de "utopías" urbanísticas, desde las teorías de Leonardo de Vinci sobre la ciudad de dos pisos, hasta las ideas de F. L. Wright en "Broadacre City". Muchas también son las realizaciones informadas por los postulados utópicos como es el caso de Washington, Brasilia, las ciudades-jardín en Inglaterra, pero, insistimos, este papel no abre una discusión sobre las utopías en sí ni sobre su aplicabilidad, sino que se refiere únicamente al conocimiento y acción técnico-científico sobre las ciudades, cualquiera que sea la situación o el pensamiento que las engendró, o sea, al hecho continuo social-económico y físico, reflejado en el desarrollo urbano.

    Tampoco deseamos dejar la impresión de que dichas especulaciones teó-ricas sobre la ciudad se han dirigido sólo a una búsqueda formal. Las suposi-ciones de Leonardo son funcionales y su solución es extraordinariamente seme-jante al concepto sobre el cual se está proyectando la Ciudad Experimental USA (2), y las mismas ideas de Sant'Elia, de Tony Garnier o de Kenzo Tange se apoyan en supuestos tecnológicos o socio-económicos.

    Al mismo tiempo, muchas teorías sobre la estructura de las ciudades no son menos especulativas que tales utopías, porque desgraciadamente los ele-mentos con que todavía se cuenta para demostrar los hechos urbanos son muy insuficientes.

    Ese es justamente el interés que tiene alentar la introducción en las metodologías del conocimiento urbanístico de los recursos científicos contem-poráneos que permitirán reemplazar de una vez por todas las "opiniones" por la "investigación" en dicho campo.

    1.5.— Las teorías que se refieren a la estructura funcional de las ciudades aparecieron sólo en el presente siglo. En 1905, Richard Hurd estableció un modelo de expansión urbana, que incluso resultaba aplicable a las fases esta-cionarias. En una repetición evidente del concepto de "productividad diferen-ciada en relación a un polo central" de la teoría regional de Von Thünen, Hurd procuró reconocer un sistema intraurbano de 5 anillos concéntricos a un foco o núcleo central (3).

    Más tarde, en 1925, Robert E. Park y Ernest W. Burgess mejoran y siste-matizan la teoría de anillos concéntricos, dándole características más definidas a cada uno de ellos, gracias a sus estudios sociológicos, reconociendo así el primer hecho ecológico urbano planteado sobre bases científicas de conoci-miento (4).

    Resulta importante destacar que pese a pretender dicha teoría sólo una constatación interpretativa de la forma en que espontáneamente se produce el fenómeno expansivo metropolitano, desde un núcleo o Distrito Comercial, a una Zona de Conmutación periférica a la ciudad, influyó en muchas planifi-caciones europeas y americanas de distintas ciudades, cuyos esquemas viales y de zonificación se plantean como una estructura "radio-concéntrica", procu-rando darles una fisonomía normal y orgánica según las tendencias intrínsecas del crecimiento urbano (5). También fue esta teoría la que estableció la exis-tencia del cinturón de deterioro que rodea las áreas centrales de las grandes ciudades, el cual forma parte de un proceso expansivo y de sustitución de usos, y no es sólo un efecto del envejecimiento de estructuras físicas (6).

    1.6.— Esta teoría fue modificada más adelante por Homer Hoyt (1939), quien enfatizó el impacto del agregado social y económico, reconociendo una especia-lización de cada zona concéntrica en SECTORES, según fuera la tensión que actuara en cada eje particular de la ciudad.

    Hoyt había estado revisando los cambios ecológicos producidos entre

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  • 1900 y 1936 en los sectores de alto nivel socio-económico en 6 ciudades nortea-mericanas, y si bien comprobó el cumplimiento de las normas establecidas por Park y Burgess en su gran estructura, estableció esta importante variable de la sectorización, que introduce la dinamicidad en la estructura urbana, con equipamiento y transportes diferenciados por sectores (7).

    1.7.— El siguiente paso interpretativo del problema urbanístico, se ha producido al enfrentar el esquema mononuclear a ciertas ciudades en que no se llegaba a definir un centro suficientemente fuerte para apoyar una estructura general, o bien al carecer este centro de capacidad operativa por el aumento desme-surado del tamaño del área urbana. En la práctica, esta situación produjo en la década del 40, en las mayores metrópolis, la desvitalización de las áreas centrales de compras y la aparición de otros subcentros, no obstante los grandes esfuerzos por hacer llegar las facilidades del transporte rápido desde los suburbios al centro tradicional.

    La situación es explicada como una resultante necesaria de la combi-nación de los siguientes cuatro factores:

    a) Necesidad de facilidades especializadas para algunas actividades, pese a ser ellas comunes para la base funcional de toda la ciudad (compras, puertos y transportes, industrias).

    b) Conveniencia de cohesión entre algunas actividades diferentes. c) Antagonismo entre actividades (industria-vivienda). d) Incapacidad de algunas actividades para emplazarse en un lugar único

    central a la ciudad, con altos costos de localización.

    Debido a ellos, se produce una multiplenucleación de las grandes ciuda-des, al mismo tiempo que una especialización del rol del Area Central de Compras, situación que, al igual que la teoría de zonas concéntricas, alcanza a explicar el problema urbanístico hasta un cierto tamaño y desarrollo social, económico y físico (8).

    1.8.— Más allá, a medida que aumenta el hecho urbano, se hacen más insufi-cientes aun las teorías nucleares y el concepto de "campo de fuerzas", que en el ámbito regional ha reemplazado a las teorías focales de Christaller y Von Thünen es transferido a la ciudad, la que aparece ahora como una "gran malla" o tejido dentro del cual se desarrolla todo el universo de acciones metropolitanas.

    Este nuevo concepto surge de una crisis de inclusión aditiva, en que no resultaba posible seguir expandiendo "ad aeternum" el concepto de ciudad (Ciudad Metrópolis -> Región Metropolitana Megalópolis -» Ecumenópolis

    » ??). Esta constatación lleva a declarar a Don Martindale y Max Weber que

    "la época de la ciudad parece haber llegado a su fin". A su vez, Catherine Bauer postula más precisamente, que "las tendencias del desarrollo metropo-litano han destruido el concepto tradicional de estructura urbana, y no hay una nueva imagen que la reemplace".

    1.9.— John Friedmann al examinar el hecho urbano contemporáneo se pre-gunta si son necesarias las altas densidades para producir la vida moderna y si la ciudad no representa tal vez un fenómeno transitorio que puede ser obsoleto dentro de la evolución posterior del desarrollo (9).

    Así, la condición de Alto Acceso a las personas, a los materiales, a los mercados de consumos, al trabajo, al capital, a la tecnología, a los centros de poder político, que caracteriza históricamente la ciudad, si pudiera producirse en función de una variable de comunicaciones permitiría reemplazar todas las fórmulas de tipo gravitacional. Dicha variable a su vez podría estar deter-minada por la estructura de la información, por la tecnología del transporte y por el patrón educacional, de empleo y de ingresos, antes que por la distri-bución física.

    Como una hipótesis interpretativa surge así el Campo-Urbano que puede definirse como "una nueva unidad ecológica de la sociedad postindustrial" como una "mezcla de lo urbano y lo rural sin centros pronunciados, sino que uniformemente disueltos a través de toda una región". Podría definirse también como "una comunidad de intereses compartidos, que se traslapan y complemen-

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  • tan unos con otros dentro de una específica matriz locacional, aunque indi-ferente a los factores correctivos de la ubicación, debido a la igualación de probabilidades de intercambio de información". (Melvin Weber).

    Dentro de un Campo-Urbano no se distinguen las características socia-les o económicas urbanas o rurales, ya que corresponde más bien a una con-dición de sociedad plenamente urbanizada. Físicamente se presenta como un modelo de ubicaciones puntuales y flujos de personas, de informaciones, de dinero y de facilidades de vida.

    1.10.— Al mismo tiempo que la flexibilidad propia del concepto de Campo-Urbano, él supone una relación entre el desarrollo general de las sociedades y de los territorios, con aquel que corresponde implementar en las áreas urbanas. Así, junto con desaparecer la dicotomía urbano-rural, se elimina también en esta concepción la posibilidad de aplicar distintas técnicas, diferentes metas u objetivos, en la planificación y programación de las ciudades que aquellos que se refieren a las políticas de crecimiento socio-económico a nivel nacional o regional.

    En efecto, cuando todavía predomina la idea de los lugares centrales, o en aquellos territorios cuyas condiciones de periferia aun hacen válida dicha estructura, la modernización se produce en y mediante las ciudades, y por lo tanto es restrictiva, cuando no discriminatoria. También el avance en el de-sarrollo depende principalmente de sólo una parte de la población (minorías dirigentes, élites, aristocracias, etc.).

    En cambio, al existir una condición de "comunicación compartida", real-mente se avanza en la supresión del proceso de transferencia de bienestar por simple rebalse de un grupo a otro, que tiende a producir una jerarqui-zación no funcional, casual o de oportunidades, típico origen a su vez de las marginaciones sociales o económicas.

    Esta integración entre la problemática del desarrollo a escala territorial general y aquella que se produce a nivel urbano, se refleja en numerosos hechos positivos o críticos del momento actual. Es así como los efectos de una situación de pugna racial produce dentro de las ciudades norteamericanas la mayor expresión del problema, y sólo a través de los conflictos urbanos él puede ser dimensionado adecuadamente. A su vez, la eliminación de la po-breza de una sociedad es directamente visualizada en las áreas urbanas, que actúa como un verdadero espejo del desarrollo socio-económico de la comu-nidad. (10)

    Aun en este sentido, se ha llegado a declarar que es en las ciudades donde se jugará el encuentro entre las sociedades y sus administradores, y allí donde se librarán las más duras batallas si el desarrollo no alcanza a superar la miseria, especialmente en aquellos países en que las tasas de cre-cimiento urbano son aceleradas por una frenética búsqueda de bienestar y mo-dernización vital. (11)

    ¿Pueden en estas condiciones separarse las técnicas de la acción y del análisis a nivel nacional y a nivel urbano? ¿Es posible todavía seguir plan-teando una predominancia económica al primer nivel y de orden físico-arquitectónico al segundo? ¿Es posible imaginar una ciudad próspera en un país pobre, o una administración comunal estable en un territorio convulsio-nado por las luchas de poder?

    Evidentemente, el mutuo compromiso del desarrollo a nivel general y particular, acentuado al desaparecer el dualismo segregante entre las ciuda-des y el medio rural, unidos ahora por un modelo común de informaciones y de comunicaciones, debe ser recogido tanto por sus administradores como por los técnicos, y otro factor que se incorpora a la complejidad actual del problema urbano es su dimensión nacional y aun mundial, encajada en las coyunturas sociales y económicas a todo nivel. (12)

    1.11.— En la acción, a medida que se avanza en una percepción más amplia y más dinámica de los factores que intervienen en la estructuración urbana se ha ido produciendo también una necesaria adecuación de las medidas organizadoras de las ciudades adaptándose al requerimiento del proceso de desarrollo urbano entendido de este modo.

    Estas medidas se han polarizado hacia dos clases de decisiones: unas a mediano y largo plazo, de tipo modelista, y otras complementarias o imple-mentadoras, que colocan las acciones destinadas al logro de los objetivos pro-

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  • puestos a largo plazo, en programas a plazos más reducidos, generalmente de tipo financiero y administrativo.

    Hasta hace algún tiempo, sólo se planteó el desarrollo urbano desde el primer punto de vista, y los Planes Reguladores, Planos Maestros, o Planes Pilotos suírieron un fuerte desprestigio por no constituir sino metas irreali-zables o aun obstáculos para el proceso de urbanización acelerado de ciertos países, pues una legislación muy rígida los impuso drásticamente la mayoría de las veces sin acompañarlos de una instrumentación financiera y ejecutora.

    Un primer intento de adecuar dichos instrumentos a las demandas más flexibles del desarrollo contemporáneo de las ciudades, lo constituyeron los Planes Generales Urbanos (13) en que se identificaron ciertas obras necesa-rias para la estructuración de las ciudades, determinando o definiendo los recursos necesarios para su implementación. Sin embargo, todavía no se recurría a plazos de ejecución menores a cinco años, y al descender a una especificidad mayor de los proyectos, se limitaba a ciertas áreas de la ciudad, siempre con un criterio principalmente físico-ambiental (Workable Programs, Capital Improvement Budgets, Programas de Renovación y Remodelación Urbanas, Zonas de Urbanización Prioritarias, etc.).

    Ultimamente, la complementación de los Planes a largo plazo, con pro-gramas de mejoramiento tan específicos como aquellos de Vivienda, Infraes-tructura o Equipamiento, permiten abordar el desarrollo urbano en base a asignaciones de recursos por líneas sectoriales, lo cual garantiza mucho más la factibilidad de las acciones. Esta conducta puede llevarse a extremos sobre los cuales convendría meditar en cuanto a su conveniencia.

    En efecto, como una reacción a la anterior rigidez de las normas urba-nísticas, se ha llegado a pensar en proceder mediante una simple secuencia de acciones correctamente resueltas en base a los mejores antecedentes dis-ponibles en cada caso. Vista en esta forma, la conducción del desarrollo urbano depende en un grado extraordinariamente alto de la información y en el manejo eficiente de ella.

    Sin embargo, podría producirse una crisis por falta de factores indica-tivos a la ejecución, lo cual debería discutirse no sólo en cuanto al desarrollo urbano, sino en relación a las tesis sobre los alcances de la planificación en su conjunto. (14)

    Ya sea visto desde este enfoque bastante absoluto, o simplemente desde un punto de vista más convencional, pero en que la complejidad de la acción precisa informaciones también muy complejas, en ambos casos el análisis o cono-cimiento del hecho urbano debe ir incorporando en sus procedimientos, opera-ciones más rápidas, tanto en la recolección de información a mayor velocidad y sobre una gama más amplia de aspectos urbanos, como en el manejo eficiente y oportuno de dichos antecedentes.

    2.— Naturaleza de la Urbanización.

    2.1.— Al margen de las formas en que se decida maniobrar la situación del desarrollo de las ciudades, ya sea aplicando los procedimientos más extremos de tipo puramente programático, o los más convencionales de tipo modelista, en la actual percepción del hecho urbano no se puede desconocer la triple naturaleza simultánea de él, en el orden social, en su condición económica y como estructura físico-ambiental.

    Aun más, esta naturaleza es de tal riqueza, que dicha separación puede entenderse sólo como una abstracción expositiva, pero los hechos sociales, económicos y físicos resultan tan entrelazados entre sí, que crean una realidad sincrética propia. Esto explica que algunos analistas del hecho urbano hayan buscado indicadores que muestren dicha situación de conjunto (Economía y Humanismo) (15) incorporando la diferenciación de los tres órdenes sólo en la información de base, pero llegando lo antes posible a observaciones de conjunto.

    La demanda misma es también un hecho sincrético, ya sea a través de la expresión política o simplemente como aspiración de los habitantes; lo que pasa es que a veces se muestra más en el sentido de uno de los aspectos que envuelve.

    Friedmann, al referirse a los fundamentos de la existencia urbana, con-cibe su realidad histórica en cuanto la ciudad proporciona (en términos de probabilidades): (16)

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  • El Más Alto Acceso a: — personas e individuos — proveedores de materiales semi-elaborados — mercados de consumidores — mercados de trabajo especializado — mercados de capital — tecnología moderna — servicios especializados — múltiples canales de movilidad social ascendente — centros de poder político — la mayor información

    Si este alto acceso es medido en función de número de personas (masa) y distancia, se generan fórmulas interpretativas de tipo gravitacional cuyo análisis pone énfasis en el conocimiento de la zonificación o del uso del suelo urbano. Si en cambio aquél se entiende como una "probabilidad para inter-cambio de información", propio de un sistema postindustrial, los problemas se referirán a hechos como el nivel educacional, estructura ocupacional, ingreso per cápita, probabilidades de comunicación, etc.

    2.2.— Desde dicho punto de vista Ecológico Integral, la ciudad aparece enton-ces como una resultante de variables económicas y sociales, emplazadas en una localización específica territorial. Cada sistema de variables procura na-turalmente producir su propia optimización para responder con el mejor com-portamiento posible a la demanda de los usuarios. La problemática del desa-rrollo urbano, y de su planificación y programación, consiste en la integración de dichos óptimos en un subóptimo posible de implementar.

    LINEA DEL CONOCI-MIENTO

    NATURALEZA DE LA URBANIZACION

    Variables Sociales

    Variabl. Económicas

    Variables Físicas

    LINEA DE ACCION: Existencia del Pro-blema

    Estructura

    Objetivización í Percepción

    ^Hipótesis y Teo-' r i a s sobre:

    La Ciudad y la Región La Ciudad en si La Metrópolis

    Análisis Técnico y Participación Popular Identifi-cando Problemas.

    Factibilidad Técnica. Decisiones de la Comunidad. u Planes

    • Programas

    • Proyectos

    2.3.— Un aspecto especialmente importante que resulta de la complejidad del problema urbanístico es la elección de una estrategia tanto en el análisis como en la implementación, buscando en el primero de los aspectos, aquellos hechos que sean más reveladores de la línea de problemas y en la implementación programada, aquellas inversiones o acciones que sean más multiplicadoras para el desarrollo de la ciudad.

    Un ejemplo de este tipo de decisiones estratégicas es la asociación del desarrollo urbano con la vivienda, como ocurre en ciertos países, ya que la posibilidad de maniobrar con fines comunes, las decisiones programadas de vivienda con los objetivos urbanísticos, asegura una inversión orientadora básica de hasta un 60 ó un 70 por ciento de la inversión total urbana (vivienda, más servicios de urbanización, más equipamiento comunitario). Además, siendo uno de los más graves problemas del crecimiento acelerado de los mayores centros poblados de los países en desarrollo, el de los invasores urbanos (squatters, callampas, villas-miseria, etc.), el vínculo vivienda-urbanismo permite un control más efectivo de las soluciones que se adoptan para resolver este problema desde el punto de vista habitacional.

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  • En un estudio de esta situación en Perú, John Turner (17) ha elaborado una hipótesis sobre los "urban settlements" o "asentamientos urbanos", que permitiría tratar el problema de los invasores siempre que se resolviera en conjunto la situación de vivienda y de trabajo. Guillermo Geisse, en CIDU, está actualmente explorando la factibilidad de una operación en este sentido como un proceso típicamente urbanístico. (18) Ambos consideran el problema de los invasores urbanos o de los barrios marginales, como parte de un proceso de incorporación de nuevos pobladores en los sistemas socio-económicos de vida urbana, y por lo tanto, un problema de inclusión de nuevos grupos humanos al desarrollo, esencialmente diferente en su naturaleza, a aquellos de los tugu-rios y barrios deteriorados por obsolescencia habitacional.

    2.4.— La Naturaleza Social de la ciudad está íntimamente ligada al concepto de existencia de las comunidades (funcionales o territoriales) y a su poder de acción y expresión. Siempre presente la realidad "del más alto acceso" de la con-dición de vida urbana, es en este ámbito donde naturalmente puede produ-cirse la expresión más alta de la asociación humana, y aun aceptando la posibilidad señalada antes de una posible realidad urbana sin la necesaria condición de la densidad y la aglomeración, sustituible por una situación de eficiencia en las comunicaciones e informaciones, los cambios fuertemente dependientes de los contactos "cara-a-cara" cuestionan todavía el problema de la eficiencia de la vida urbana. (Wilbur Schramm).

    Por esta razón, los conflictos, relaciones y enfrentamientos entre las actividades sociales y comunitarias con los individuos, son también más pre-sentes en las ciudades o en los mecanismos urbanos de cualquier tipo, y exigen también en ellos respuestas más concretas y a corto plazo.

    2.5.— La Comunidad aparece así no sólo como una meta, sino como una fuerza que necesita ser movilizada en el desarrollo urbano en cuanto a sus factores potenciales más importantes, aun aquellos que puedan aparecer como negativos, ya que incluso éstos son una realidad que pertenece a la condición misma de los usuarios (y verdaderos ejecutores) de toda la medida de innovación.

    Definiendo esta doble condición de "meta y fuerza" de la comunidad, Francis Violich y el autor de este estudio, examinando la actual situación en varios países de América latina (19) constataron una clara emergencia de la fuerza organizada de la comunidad, a través de todo tipo de asociaciones (de barrio, funcionales o de mejoramiento y de carácter reivindicativo) en el pro-ceso de decisiones planificadoras a nivel de la administración urbana. Esto por el simple hecho, más allá de toda condición teórica, de que las organiza-ciones sociales, a medida que se concientizan de sus propias necesidades, demandan más poder de decisión acerca de los problemas que afectan a su ámbito inmediato: la ciudad.

    En su informe sobre ciertos aspectos de una política de organización regional y de promoción popular en Chile, Francois Persoons (20) es bastante drástico al vincular estrechamente el desarrollo urbano y su programación, con el proceso de organización popular, y desde luego, coloca en las organizaciones de la comunidad (con una simple asesoría técnica), toda la capacidad de expresión de las necesidades y de organización de la cooperación popular con el desarrollo (acción sobre zonas marginales, urbanización, pequeñas empresas y cooperativas, acción cultural y educativa).

    2.6.— Para efectos de su utilización en un proceso de desarrollo la "Comunidad-Fuerza" se expresa en forma de un complejo social cuyas partes se relacionan e interaccionan en dos tipos de formas:

    a) Según la condición propiamente comunitaria: Formas Integradoras Formas Desintegradoras.

    b) Según la naturaleza de las aspiraciones: Formas Funcionales (actividades) Formas Reivindicadoras (ocasionales).

    Estos factores pueden expresarse simultáneamente en un mismo hecho o actitud de la comunidad urbana, resultando así formas funcionales-integradoras, funcionales-desintegradoras, etc. A su vez los factores integradores pueden, en cuanto al desarrollo, significar una simple existencia presencial, no fundamen-

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  • talmente pujante hacia los cambios de la modernización, o por el contrario, elementos retardadores o limitantes para aquéllos.

    Como hemos expresado antes, estas manifestaciones aparecen principal-mente en las orientaciones o posiciones políticas contingentes, por lo cual su valor en las decisiones administrativas es extremadamente alto, y su adecuado conocimiento es de primera importancia, de manera que ellas se incluyan como variables de los modelos de desarrollo. (21)

    Al igual que los conceptos de urbanización han evolucionado desde las ideas de "ciudad bella" a los complejos de eficiencia involucrados en la actual concepción urbanística, el universo de la acción social ha derivado desde el simple "bienestar" hasta la idea de una estructura social dinamizada e invo-lucrada fuertemente en el proceso.

    La idea de "asistencia social" ha sido sustituida por la "promoción" y las comunidades generan sus propios líderes. Los objetivos de los programas de Renovación Urbana en U.S.A. aparentemente no son muy diferentes de los enunciados de los programas de "ciudades modelos", sin embargo la cuestión básica es el grado de participación ciudadana en las decisiones, incluyendo la planificación misma. (22)

    Los factores integradores simplemente presenciales, como las condiciones socio-culturales (estructura poblacional o demográfica, nivel de educación, folklore) y la organización social en grupos territoriales o funcionales, y sus relaciones entre sí (valores comunes, identificación y conciencia de clase), sólo sirven para definir la existencia de la condición comunitaria, pero una pro-yección de ella, para su movilización en el proceso de desarrollo, necesita co-nocer la dinámica de esa condición.

    Esta se presenta en su forma positiva en los factores movilizantes, (lide-razgo, potencias, símbolos de progreso, aspiraciones) y con carácter negativo, en los factores retardadores (apatías y prejuicios, discriminaciones, incomuni-cación, predisposición individualista). Ambos se combinan para dar una con-dición comunitaria de una sociedad MODERNIZANTE O TRADICIONAL (23), lo que define en última instancia su participación en las decisiones de la plani-ficación y en los programas.

    2.7.—Ante la condición de creciente compromiso del proceso de urbanización con el de desarrollo social general, y por la velocidad que ha adquirido éste, especialmente en los países que afrontan mayores cambios de modernización, se produce una verdadera " fuga" de la realidad delante de su conocimiento. En el orden social, la estrategia de análisis y de acción parecería recomendar prioridades en los siguientes aspectos:

    a) Descentralización (polos y migraciones). b) Participación popular (marginación y equipamiento). c) Estructura del poder (forma de la urbanización). d) Sistemas laborales (relación empleo y localización habitacional). e) Procesos de cambios (evoluciones o revoluciones). f ) Cambios tecnológicos (excedentes de tiempo-niveles de vida).

    Además de estas propias condicionantes de la naturaleza social misma y directa del hecho urbano, existen crecientes presiones de tipo interpre-tativo, vale decir, aquellas que provienen de Doctrinas, Ideologías o simplemente de una pragmática de administración, las que originan sus propias leyes de eficiencia. Estas variables, actuantes casi siempre a nivel de la decisión superior, deben incorporarse por esta razón entre los inputs necesarios para una acción urbanística realista.

    2.8.—Económicamente, la ciudad se funda en la misma necesidad de proximidad que determina su realidad social, pero actuante en el sentido de la creación de una demanda de servicios, la que se representa en un mayor número y variedad de empleos.

    Estas condiciones se hacen presente a dos niveles:

    a) Macroestructura urbana, consecuente con el desarrollo territorial general, nacional y regional.

    b) Microestructura urbana, o intraestructura, como una funcionalidad de eficiencia interna de cada universo económico urbano específico.

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  • Generalmente ha habido una resistencia de las teorías económicas para expresarse a escala local; sin embargo éste -es un problema que afectó tam-bién antes a la escala regional y que ha sido resuelto en base a los estudios econó-micos sobre localizaciones, estableciéndose dos líneas de expresión de los es-quemas económicos de cambio y desarrollo; uno de tipo sectorial y otro de carácter territorial. Este último ya ha incorporado en sus tareas la problemática metropolitana. Sin duda, los sistemas económicos de varias ciudades, y aún la estructura interna de cada una de ellas, atendiendo el tamaño y el número de actividades que envuelve en la actualidad, irán siendo incorporadas a la técnica de la programación económica, y el ámbito comunal se constituirá así en una región de desarrollo.

    Ivo Babarovic ha intentado, en la etapa de análisis, incorporar el cono-cimiento macroestructural de la economía urbana, y lo ha hecho a base de matrices de información con los siguientes objetivos: (24)

    a) revelar la presencia e importancia de industrias dinámicas dentro de cada área, a fin de examinar las posibilidades de desarrollo de las distintas provincias o regiones.

    b) definir la estructura de recursos de cada área (reflejada en las actividades primarias) y por lo tanto determinar los recursos potenciales locales.

    Aunque los ámbitos del estudio son básicamente regionales, en la práctica la ubicación de la información es perfectamente asignable por su naturaleza a las áreas urbanas o rurales, y determinar así deductivamente para las ciudades los "cuocientes de localización" (QL), los "coeficientes de localiza-ción" (CL), y los "coeficientes de desplazamiento", que permiten a su vez llegar al establecimiento de "patrones de localización", en que se determina el grado de concentración de actividades en un área metropolitana en pro-porción a localizaciones en la periferia, correlacionándola con el grado de asociación (alta, relativa y baja) de cada rubro de actividad local con su universo de expresión total territorial. (5e)

    A su vez, Munizaga (25) estudiando el caso de 12 ciudades de Chile (entre 25.000 y 120.000 habitantes) ha establecido una correlación entre los diversos usos del suelo y la distribución de los empleos en las ciudades anali-zadas, y aunque no puede deducirse de él una forma de acción en cierto sentido, evidentemente este tipo de estudios está contribuyendo a definir mo-delos operativos más completos e inclusivos de las variables económicas en el desarrollo urbano.

    En resumen, estas percepciones de la macroestructura urbana desde el punto de vista económico permiten:

    a) Determinar la importancia de las actividades dentro de cada área (dis-tribución y caracterización económica de las ciudades).

    b) Estructurar los recursos localizados. c) Establecer una correlación entre actividades y normas de urbanización. d) Mejorar la proyección del crecimiento futuro (dinamicidad de las activi-

    dades económicas).

    2.9.—• La naturaleza misma del hecho urbano desde el punto de vista económico se relaciona evidentemente con la provisión de empleos (negocios, manufac-turas, administración y servicios). Un concepto que plantea una cierta fórmula de dualismo económico pretende explicar más claramente la importancia dife-renciada y jerarquizada de dichos empleos como soporte de la vida urbana. Esta es la relación entre actividades reputadas como BASICAS y aquellas consideradas NO-BASICAS. (26)

    Las actividades Básicas (llamadas también primarias, externas, soste-nedoras, desarrollantes) consisten en aquellas que sirven a la producción de bienes y de servicios para exportación fuera del área urbana. Ingresan nuevos recursos a la economía interna de la ciudad, y como plantea Richard V. Ratcliff, "podrían ser identificadas como aquellas que aportan a la comunidad la ad-quisición de poder desde fuera".

    Las actividades NO-BASICAS (secundarias, de servicio, internas) son aquellas de consumo sólo dentro de la aglomeración urbana, en la cual juegan

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  • un rol de simple intercambio financiero. Así, peluqueros, limpiadores de ropa, reparadores de calzado, dulceros, operadores de cine, etc., sirven a otros que a su vez están comprometidos en la actividad principal de la ciudad, que puede ser la minería, la manufactura, el intercambio o la administración.

    La razón o proporción entre ambos tipos de actividades es un factor utilizable en cada rama del sector económico, para medir su aporte a la "urbanización" de una localidad:

    2B + 2NB = 2e 2B = R + B

    2NB NB 2B = 2SB + 2GB + 2TB + 2MB

    + 2NB = 2SNB + 2GNB + 2TNB + 2MNB 2e = 2S + 2G + 2T + 2M

    2 B = Total de Actividades Básicas. 2NB = Total de Actividades No-Básicas. 2 e = Total de Actividades. 2 S = Total de empleos en Servicios.

    + etc. 2 G = .Total de empleos en Gobierno, -i- etc.2 T = Total- de empleos en Transporte.

    + + etc.2 M = Total de empleos en Manufactura, etc.

    2.10.— El concepto de actividades de soporte tiende a producir una problemática estática de la base económica de las ciudades, y su acción se traduce en pro-cedimientos de uso del suelo y de mecanismos de mercado. En cambio F. Stuart Chapin, Meier y Weber, plantean teorías operacionales basadas en los movi-mientos de soporte habitacional de los residentes urbanos a través de rutinas, que pueden ser diarias, semanales, anuales y aun por períodos más largos de vida familiar o individual. (27)

    Si estas rutinas se examinan en función de las comunicaciones y de la información (Meier) o, además, de los cambios de hábitos y de las tensiones sociales (Weber), el valor estructurador de los empleos es altamente dina-mizado.

    CICLOS DE ACTIVIDADES (RUTINAS).

    DIARIAS:

    cocinar comer dormir

    SEMANALES:

    trabajo escuela compras recreación

    ANUALES

    visitas vacaciones

    DE VIDA GRAL.

    viajes cambios migraciones

    OUTPUTS INPUTS OUTPUTS INPUTS OUTPUTS INPUTS OUTPUTS

    PRIMERA ESCALA SEGUNDA ESCALA TERCERA ESCALA CUARTA ESCALA DE TIEMPO DE TIEMPO DE TIEMPO DE TIEMPO

    2.11.— Los elementos de enmarcamiento de estas actividades y rutinas son: un sistema de valores, un mecanismo de selección, y una componente de actividades.

    Para su diagnóstico, en la estrategia del análisis y de la acción, las actividades siguen un proceso de expresión que se puede describir como una continuidad reiniciada constantemente a través del proceso social:

    MOTIVACION - SELECCION ACTIVIDAD

    Feedback a través del proceso social.

    Las motivaciones forman un espectro total que va desde aquellas más ampliamente asociadas al sentido de bienestar social, hasta las necesidades más fundamentales, como requerimientos básicos de la subsistencia humana. La selección envuelve la forma en que se perciben dichas motivaciones, para expresarse finalmente en un grupo de actividades que aparecen como el fun-damento económico de una instalación urbana.

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  • En la motivación el hombre busca:

    Necesidad fundamental de seguridad básica. Proporciona : "alimento

    alojamiento BIENESTAR

    l Necesidades suplemen-tarias. { Realización V Trabajo de un status médica, etc. vestuario asistencia En la selección de las actividades, se definen los cursos alternativos de

    acción, operando todas las variables que los individuos toman en cuenta a través de sus propios sistemas de filtración que llamamos percepción.

    Las selecciones se producen a escala diaria, otras en la rutina semanal, anual y de vida general, aunque cada decisión produce un efecto tradicional en las selecciones subsiguientes. Su objetivo general es la optimización del Bienestar, siguiendo las siguientes condicionantes:

    Oportunidades de accesibilidad (decisiones de movimiento); ellos consti-tuyen los FACTORES DE EMPUJE a los cambios y al desarrollo.

    Oportunidades de vida (decisión de residencia) o FACTORES DE TRAC-CION que estabilizan la comunidad en un cierto lugar.

    2.12.— También el Diseño Urbano (como realidad existente y como proyectiva) está siendo usado como una "fuerza" en la Planificación y en la programa-ción (28). Edmund N. Bacon define el espacio urbano como "un sistema de movimiento simultáneo" producto de una continuidad de experiencias de los desplazamientos de los habitantes a través del espacio urbano, y de una continuidad simultánea, ya que estos movimientos se producen al mismo tiempo, mediante diversos sistemas de desplazamiento.

    De ello surge una relación de MASAS CONSTRUIDAS y ESPACIOS LIBRES, no sólo como creación de un "paisaje urbano" con una lectura coherente, sino como un aporte decisivo a la eficiencia de los sistemas internos de las ciudades.

    Estas condicionantes pueden producir lo que Kevin Lynch llama la LEGI-BILIDAD y la IMAGINABILIDAD (29). La primera es la claridad de expresión del ámbito urbano, debidamente estructurado, con posibilidad de un fácil reconocimiento de sus partes, y de integración en una trama también reco-nocida. La condición de "imagen clara" está definida por la existencia de símbolos identificables, capaces de imponer su presencia a los habitantes urbanos.

    Tanto la elaboración de la Teoría de Gordon Cullen sobre los sistemas de imágenes urbanas (Visión Seriada) como la de las formas estructuradas de Kevin Lynch, se han producido como un pensamiento deductivo-inductivo de típica forma científica, y no constituyen por esta razón simples aprecia-ciones, sino que son una interpretación objetiva de la realidad físico-espacial.

    Dichas sistematizaciones de la realidad ambiental, distinguiendo Cauces, Cercos, Sectores, Núcleos y Nodos, aportan a la programación urbana nuevos elementos para su maniobra, los cuales se pueden integrar adecuadamente, pues son de naturaleza científica semejante, con aquello que entreguen los diagnósticos sociales y económicos de las ciudades.

    Ellos sin duda pueden ser todavía sometidos a más confrontaciones que permitan especificar su valor y calidad, como es el caso de los métodos de experimentación sobre la percepción popular de los elementos espaciales de una ciudad que realiza Francois Vigier en el Centro de Estudios Cognoscitivos de Harvard. (30)

    Una clara concepción ambiental no sólo servirá para la fase de análisis, entregando un conocimiento más completo de la realidad urbana. La expresión física tiene sin duda un valor demostrativo que puede incorporar un impor-tante medidor o indicador de la eficiencia de los programas ejecutados, para su mejor comprensión por la comunidad.

    SELECCION = X MAXIMO BIENESTAR

    (Mayor satisfac. Menor disatisfacción)

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  • Un aspecto que todavía no ha sido dilucidado, es el valor relativo del impacto de los diferentes elementos que componen el hecho ambiental, para que sea posible establecer estrategias y prioridades en el conocimiento y en la acción, que se deducen de la naturaleza formal y física de las ciudades.

    3 — LA PARTICIPACION CIENTIFICO-TECNICA EN EL PROCESO DE DESARROLLO URBANO.

    3.1.— La participación científico-técnica en la resolución de las estructuras urbanas mediante acciones racionalizadas ocurre a varios niveles y en dife-rentes etapas del proceso:

    a) En la formulación de hipótesis teóricas sobre la naturaleza de los com-ponentes urbanos y de los factores que intervienen en el desarrollo de las ciudades.

    b) En el análisis de dichos componentes (formas de recolección de informa-ción, matrices de datos, manejo de la información con fines de diagnóstico).

    c) En la formulación de modelos de desarrollo urbano, generales a nivel nacional, o específicos en cada caso.

    d) En la implementación, ejecución de acciones y operación de las estructuras creadas.

    Si bien podemos imaginar una reflexión puramente inductiva en la fase de las hipótesis estructurales, (y en el hecho, muchas apreciaciones de tipo utópico o fuertemente definidas por posiciones ideológicas han podido generar recomendaciones eficientes), ellas deben ser estrechamente ligadas a una rea-lidad sólo percibida a través del conocimiento empírico.

    Así, la incorporación al análisis urbanístico de metodologías y de pro-cedimientos científicos de conocimiento, resulta importante no sólo en cuanto mejora la percepción del problema sino porque ayuda a revisar los conceptos que sirven de referencia para proyectar las acciones (standards, modelos ideales, etc.). (31)

    En este nivel, dos elementos son característicos en una forma actual de procedimiento analítico urbano:

    a) La información de preinversión completa y utilizando medios eficientes de recopilación de antecedentes.

    b) El manejo de la información en forma computable, para permitir la inci-dencia simultánea de más factores de varios tipos en los diagnósticos urbanos.

    Ciertos procedimientos de operación, aunque significan un mejoramiento a nivel de implementación, como es el caso de las mallas Pert, son aplicables también desde las fases iniciales de la investigación con fines de programación del desarrollo urbano.

    Sin embargo este mejoramiento de los medios de planificación y pro-gramación urbanística debe relacionarse al Tipo de Medidas para afrontar el desarrollo, y al nivel y forma de generarse las decisiones, a f in de encajar adecuadamente las maneras y estilos de planificación, en los recursos de ella y con su manipulación o manejo. 3.3.— Como vimos anteriormente, los tipos de medidas y acciones para encauzar el desarrollo urbano se pueden caracterizar de dos maneras:

    A) Tipo de Acciones Básicamente Modelistas:

    a) Sistemas funcionales: Neurath (1939) Plan Voisin, Grille Ciam (1950). Bogotá, Buenos Aires. (1951).

    b) Sistemas de base socio-económica: Gastón Bardet, Economía y Humanismo.

    c) Sistemas Sincréticos: Planos Reguladores, Planes pi-loto, Planes Generales Urbanos.

    d) Futurismo: Montreal, Lima, Ciudad Experimental USA.

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  • B) Tipo de Acciones Básicamente Programadoras de ejecuciones:

    a) Estudios de Preinversión: Bancos de Información. b) P.P.B.S. Sistemas de Inteligencia. c) Procedimientos Pert. Computación.

    Principalmente, la crisis de las formas modelistas ha surgido de una falta de respaldo comunitario a las decisiones de tipo tecnológico. A su vez dicho problema proviene de las diferencias entre objetivos y metas de los adminis-tradores del Bien Común, y los de los técnicos, y los de ambos en conjunto, con las aspiraciones de la comunidad, que no participa en el proceso de for-mación de los modelos elegidos para el desarrollo, los cuales se transforman asi en algo totalmente ajeno a sus intereses.

    Esta meta de participación lleva a las tendencias programadoras, no a la búsqueda de un perfeccionamiento de los medios utilizados por los técnicos, sino más bien al de los instrumentos de transferencia de decisión y de los procedimientos mecánicos de utilización de los datos acumulados, también en la forma más mecanizada posible.

    Asi, los técnicos se transforman en verdaderos informantes de una co-munidad más organizada y más capaz de operar en la etapa de decisiones. En un reparto de tareas, la comunidad ha pasado a jugar un rol mucho más importante en la fase de análisis y de decisiones, los puntos de iniciación y de término del proceso, y los modelos de alternativa se han transformado en elementos flexibles, que sirven para poner en contacto las recomendaciones tecnológicas y las aspiraciones comunitarias.

    El mayor aporte científico-técnico en la programación del desarrollo urbano está más en la instrumentación para el manejo adecuado de la infor-mación, necesaria para que la comunidad organizada y participante tome sus decisiones propias e inalienables. Además, en el campo del conocimiento puro los científicos y técnicos del urbanismo, deberán preparar modelos ideales cada vez más completos y consecuentes con la realidad del desarrollo contem-poráneo, para que la comunidad pueda tener esquemas de referencia a los cuales acercarse en sus metas indicativas. (32)

    Pero no solamente es necesario un cambio en la conducta científico-técnica. Un cambio importante debe producirse también en la forma de incor-poración comunitaria al proceso de decisiones urbanísticas. Técnicas como los Programas de Ciudades Modelo, estimulan la participación popular en la Renovación Urbana, pero el cambio debe ser más profundo. El proceso de in-corporación debe detener de una vez por todas el aumento inexcusable de las decisiones tecnocráticas y debe mudarse por completo el estilo de organiza-ción administrativa para la formación de las decisiones. (33)

    Para ello, no debe producirse por ningún motivo un simple aumento de eficiencia científico-técnica si no se tiene seguridad de que él va a utilizarse, no para fortalecer aun más la maquinaria burocrática y técnica sino para permitir la incorporación de la comunidad todavía marginada de la progra-mación y de la fijación de metas para el desarrollo urbano.

    3.4.— Algunos tipos de ayudas al análisis para una programación sucesiva son los siguientes:

    a) Sensores remotos para recoger información: ampliación de la percepción. b) Bancos de información: ordenación de los antecedentes. c) Pert (CPCM): organización de los datos y de las operaciones. d) Modelos de Programación: utilización computable.

    Los Sensores Remotos son elementos electrónicos o mecánico-químicos, que permiten realizar un conocimiento de la realidad física, de manera que se revelen situaciones o problemas no perceptibles por la acción directa de una persona. Facilitan o aceleran el conocimiento, además de entregar infor-mación fácilmente manejable. (34)

    Ellos son de tipo Pasivo, si sólo reciben información (cámaras fotográ-ficas, rayos infrarrojos térmicos, espectómetros). La más sencilla de estas formas de conocimiento, la fotografía aérea, ha sido muy recomendada como elemento de introducción al análisis por Economía y Humanismo. En cambio, los sen-sores Activos emiten rayos, iluminando la superficie con ondas, ya sean de luz visible, infrarroja o radar.

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  • La recepción de los sensores activos se realiza en forma de perfiles los que se pueden reducir a tarjetas perforadas o cintas magnéticas. Algunas mediciones son sobre una pantalla transparente, con medición de microden-símetros línea a línea, de manera de producir un impulso eléctrico cuya mag-nitud es una función de la densidad del negativo al punto del impacto de la luz.

    Las ventajas del sistema son su Rapidez, la Flexibilidad, Compatibilidad (entre estudios) y la Confiabilidad (elimina subjetividad).

    Puede usarse en estudios sobre altura de edificación (estereometría), en que una información sobre espacios sin construir de una ciudad media (250.000 habs.) puede ser entregada por un sensor remoto en 48 horas, y después pro-cesar las tarjetas para obtener un mapa de catastro. Un estudio de flujos de tránsito podría requerir una o dos horas de vuelo (en inscripción a través del radar); la densidad de construcción, (a través del microdensímetro) y la contaminación atmosférica, investigados con infrarrojos térmicos.

    3.5.— Los Bancos de Información están formados por todos los datos dispo-nibles sobre cada una de las unidades elegidas para la operación (regiones, provincias, comunas, ciudades, barrios), acumulados o "depositados" en ins-trumentos operables cibernéticamente (tarjetas, cintas perforadas, cintas mag-néticas, discos magnéticos). Además, estos antecedentes pueden estar referidos a una malla gráfica, de manera que con ellos se puede reconstruir electró-nicamente planos y mapas con la información incluida. (35)

    Se forman así una serie de "cuentas" en las cuales se puede en cualquier momento "depositar" o "girar" información cuantitativa. Sin embargo, el retiro no hace decrecer el "balance", ya que la información se reproduce; aun más, en la memoria de este Banco se depositan no sólo informaciones sino que también modelos de procesamiento, los que, en cada giro hecho con el pro-pósito de alimentación de estos modelos, permanecen en el Banco aumentando su "capital de giro".

    El procesamiento electrónico de datos (PED) va íntimamente ligado con la idea de un Banco de Información Urbana o Comunal, ya que a través de él se produce un almacenamiento de datos Seguro, Ordenado y Compacto. Asimismo la recuperación de datos y su manejo es Rápido y Preciso, presentán-dose adecuadamente impresos o en pantallas de televisión. Se pueden realizar Cambios, Correcciones y Actualizaciones flexibles, siendo sobre todo en este aspecto un instrumento de memoria consecuente en sí, vale decir, que rechaza cualquier información que sea contradictoria con otra previamente depositada en él, obligando a una revisión y decisión sobre la contradicción que aparece.

    Un esquema de operación de este tipo de instrumento es el siguiente:

    20

  • Para efectos del análisis urbano y para la Programación del desarrollo de las ciudades, la computación actúa como un elemento auxiliar que hace posible la acumulación utilizable de mucha información. Sus propiedades son de una capacidad de memoria casi sin límites y de una posibilidad de operaciones suce-sivas y rápidas. El computador en sí, se puede representar como una "caja negra" (black box) en la que se realizan operaciones con un input y un output solamente para efectos de su utilización.

    3.6.— Se han utilizado también, como un elemento de producción de informa-ción eficiente con fines de programación, los Estudios Preinversionales. Ellos corresponden a una etapa previa a la anteriormente descrita, que combina el proceso de análisis y conocimiento de la realidad urbana, con una primera identificación de proyectos de desarrollo, y proporcionan: (36)

    a) Un estudio en profundidad de la realidad económica, social y física local; b) Un estudio de las necesidades de vivienda, de equipamiento comunitario,

    de urbanización y de otros sectores indicativos; c) Una hipótesis de desarrollo urbano y local; d) Un plan general de desarrollo (compatibilizando las aspiraciones de la

    comunidad local con las metas regionales y generales); e) Un programa a corto y mediano plazo, con anteproyectos alternativos

    (Identificados de acuerdo a la potencialidad económica, condiciones socia-les y desarrollo urbano local).

    En Chile, 30 ciudades que significan más del 80% de la población urbana del país, y que corresponden a los Polos de Desarrollo Inter-regional establecidos en la Política Nacional de Desarrollo por ODEPLAN, han sido sometidas por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo al procedimiento de análisis y programa-ción indicado, con tres objetivos básicos:

    a) Obtener información adecuada a nivel local para programar la inversión del Sector Vivienda y Urbanismo. Por información adecuada se entienden todos los datos, relaciones y situaciones actuales que permiten adoptar una racional decisión de inversión, es decir, un diagnóstico de las condiciones sociales, económicas y físicas de la realidad local.

    b) Contar con una amplia variedad de proyectos alternativos por localidad, lo cual da a la planificación sectorial un mayor grado de flexibilidad y permite asumir decisiones de inversión, conociendo de antemano los im-pactos que se alcanzarán.

    c) Realizar una planificación del sector con la participación de la comunidad. Este objetivo, considerado el más importante, se cumple tanto en la realización del estudio como en su materialización. En la primera etapa se llevan a cabo encuestas, foros y discusiones que recogen las inquietudes y aspiraciones de la comunidad, y se dejan establecidos los canales adecua-dos para la segunda etapa (37).

    Para evitar que estos estudios se transformen en modelos tan rígidos como lo fueron anteriormente los Planes Reguladores, es parte integrante del procedimiento la creación de Oficinas de Programación Local, para el manejo y administración de las decisiones, tanto de su control como de su imple-mentación. A su vez, los Planes Reguladores se incorporan al proceso, pero debidamente revisados y respaldados por acciones programadoras y finan-cieras del desarrollo local.

    Para la ejecución y control de los programas, a nivel nacional como local, se están utilizando, con el f in de racionalizar el proceso, al mismo tiempo que aumentar su eficiencia a corto plazo, sistemas del tipo de las mallas Pert, lo que permite:

    a) Fijar metas y objetivos. b) Formular normas de acción a los decidores. c) Establecer las actividades (fase o fases) PLAN. d) Itinerario del Programa. e) Determinar Recursos. f ) Establecer Procedimientos.

    en las ETAPAS: de Objetivos, de Análisis, de Evaluación, de Perfeccionamiento, de Prueba o simulación, de Difusión, de Implantación.

    21

  • 3.7.— Evidentemente, la descripción de algunos sistemas de conocimiento y de acción sobre el desarrollo Urbano, sólo tiene por objeto mostrar una linea factible, técnica-científica, del tipo de recursos que podría ser explotado para lograr una eficiente posición del urbanista en un proceso como el que se describió anteriormente. Vale decir, para aumentar el grado de seguridad científica de sus aseveraciones, pero disminuyendo relativamente su rol en la decisión.

    En Centros Universitarios, perfeccionando la formulación de hipótesis y teorías sobre el desarrollo urbano, sobre sus standards, sobre la naturaleza de sus estructuras físicas, económicas y sociales, y en las oficinas técnicas de la Administración Comunal y Nacional, desarrollando modelos alternativos de programación, a la vez que simulando programas para estudiar los impactos de decisiones indicativas, pueden ser las formas de trabajo de los urbanistas en una sociedad en que la comunidad sea más participante en las decisiones.

    La tecnología urbanística tiene en este sentido, una labor tremendamente amplia y compleja, ya que de su eficiencia en entregar bases programáticas y esquemas de referencia al pueblo y a sus administradores, depende que éstos sean capaces, como les corresponde, de adoptar las decisiones adecuadas. Por ahora existe todavía una increíble subjetividad en el conocimiento de la reali-dad urbana, que no es compatible ni con el desarrollo contemporáneo del pro-blema, ni con su complejidad actual, ni con el rol que corresponde a las ciudades en la modernización de nuestras sociedades, ni siquiera con una mínima serie-dad profesional ante el progreso científico de otras actividades técnicas orien-tadas al servicio del Bien Común.

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  • NOTAS:

    (1) Esta es una referencia a la distribución de la Tierra Prometida, según los planes deseados por Dios y descritos por Ezequiel (22:45). En ella se divide la Tierra Prometida en tres grandes áreas: una para los Sacerdotes, en cuyo Interior se radicaría el Santuario para la devoción, una zona contigua a la anterior para el pueblo de la ciudad, y finalmente en la periferia, las tierras de los príncipes. (Clt. en Arthur B. Gallion: URBANISMO, PLANIFICACION Y DISEÑO. CECSA . México, 1959).

    (2) ATHELSTAN SPILHAUS.— La Ciudad Experimental. Facetas, Vol. 2, 1969, N° 1. La Idea de una Ciudad Experimental Incluye: a) Un tamaño de un cuarto millón de per-sonas; b) Una alta concentración demográfica; c) Relativa autonomía económica; d) Alteraciones frecuentes por su carácter de experimental (Incluyendo un subsuelo de ser. vicio y transportes). La vida útil ha sido calculada entre 20 y 30 años y está fuertemente asociada con las especulaciones teóricas del futurismo y de la comisión del año 2.000 (David Bell —El año 2.000— Facetas, Vol. 1, N? 1). Una discusión sobre el valor del Futu-rismo bajo ciertas condiciones, se incluye en el Art. de H. Wentworth Eldredge: Futu-rism ln Planning for Developlng countries. AlP-Journal, Nov. 1968. Sobre las teorías de estructura Ideal o utópica de las ciudades, se puede encontrar un completo resumen en el artículo de Jean Alaurent: "Peut-on Definir une Armature Urbalne Ideale?". Plan. Journal of the T.P.I.C., Canadá, Vol. 10, N° 1, 1969.

    (3) WILLIAM ALONSO: Las Teorías Históricas y Estructurales de la forma urbana: sus im-plicaciones para la Renovación Urbana, Cuadernos CIDU, N9 2, marzo, 1967. R. M. Hurd, Principies of City, Land Valúes, 3 ed.; New York, 1911. Una excelente revisión de las Teorías Ecológicas sobre estructura urbana está incluida en el artículo de John Frledmann y John Miller: The Urban Field: AIP Journal, Vol. XXXI, Número 4, de noviembre de 1965.

    (4) ROBERT E. PARK.— Ernest W. Burgess. Roderlck D. Mc-Kenzie, "The City", Univer-sity of Chicago Press, 1925.

    (5) Entre muchos, el Greater London's Plan de Sir Patrick Abercombrie, sin seguir una es-tructura previa impuesta por espacios amurallados, sigue un esquema de avenidas de circunvalación. El Plano Regulador de Santiago de Chile, del Dr. Karl Brunner (1939), y más adelante el Plan Intercomunal de Santiago (1960) se ajustan a un sistema rígida-mente radio-céntrico, en partes llegando al exceso de trazar vías de circunvalación como exactos arcos de círculo. Los esquemas posteriores para esta ciudad Incluyen ideas de múltiple nucleaclón y aun de una malla urbana inicial.

    (6) CHAUNCY D. HARRIS; EDWARD L. ULLMAN: "THE NATÜRE OF CITIES". CHARLES C. COLBY: "Centrlfugal and Centripetal Forces in Urban Geography". En "Readings on Urban Geography", de MAYER Y KOHN, Chicago, 1959. AMOS H. HAWLEY: "Ecología Humana". Edlc. Tecnos, Madrid, 1962. EGON ERNEST BERGEL: "Sociología Urbana", Buenos Aires, 1959. ARTHUR B. GALLION: Op. clt. (1).

    (7) HOMER HOYT: "THE STRUCTURE AND GROWTH OF RESIDENTIAL NEIGHBOR-HOODS IN AMERICAN CITIES", Washington, 1939, clt. en Harris y Ullman, Art. clt. (6).

    (8) HARRIS ULLMAN: Artículo clt. (6).

    (9) JOHN FRIEDMANN: "AN INFORMATION MODEL OF URBANIZATION", Urban Affalrs Quarterly, diciembre, 1968.

    (10) PETER MARCUSE: "Integration and the Planner": A.I.P. Journal, marzo, 1969.

    (11) JUAN HAMILTON D.: Discurso pronunciado por el Ministro de Vivienda y Urbanismo de Chile en el Seminarlo sobre Desarrollo Urbano y Regional. Fundación Ford, Jahuel, noviembre de 1968.

    (12) JUAN B. ASTICA M.: Use of Urban National Pollcy and Local Planning in the process of Integral Development", Cornell Unlversity, noviembre, 1965. PATRICIO ALZAMORA K.: "¿Pueden los Gobiernos Planificar el desarrollo de sus co-munas?", en Revista de Planificación N° 3, IVUPLAN, Santiago, 1967.

    (13) El concepto de Plan General Urbano ha sido descrito extensamente en la obra de T. J. Kent, Jr„ "El Plan General Urbano", México, 1967. La idea del P.G.U. ha sido producto de una posición discutida en la Universidad de California, Beverly. Contribuyeron al desarrollo de la Idea, Francls Vlollch, Melvln M. Weber, Catherlne Bauer y Donald Foley entre otros, aunque no significa que aceptaran la idea. En Chile ha sido explicada en los estudios para la Planificación de la Comuna de Santiago. (J. Astlca, N. García, F. Silva. "El P.G.U. Documento Preliminar", Santiago, 1962).

    (14) JOHN FRIEDMANN: "La Estrategia de una Urbanización Deliberada", Fund. Ford, 1968.

    (15) L. J. LEBRET: "Manual de Encuesta Social", Rlalp, Madrid, 1961. (Especialmente las re-ferencias de la Introducción y de Teoría de la Encuesta). Otra Obra de referencia a este sentido del análisis es: MICHEL QUOIST: "La Ville et l'Homme, Economie et Humanls-me", París, 1952.

    (16) JOHN FRIEDMANN: Artículo clt. (9).

    (17) JOHN C. TURNER: "Housing Priorities, Settlement Patterns and Urban Development ln Modernizing Countries", A.I.P. Journal, noviembre, 1968, Volume XXXIV, Número 6. Otro estudio, que Incluye una bibliografía muy completa sobre el problema, es el folleto de CHARLES ABRAMS, "Colonias de Invasión", publicado por el Centro Regional de Ayuda Técnica de A.IJD., diciembre de 1968.

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  • (18) GUILLERMO GEISSE G.: "Asentamiento Urbano e iniegiaclón Nacional". Boletín In. formatlvo PLANDES N? 22, Santiago, 1967.

    (19) FRANCIS VIOLICH, JUAN B. ASTICA: "COMMUNITY DEVELOPMENT AND THE URBAN PLANNING PROCESS IN LATIN AMERICA, UCLA, Los Angeles, 1967.

    (20) FRANCOIS PERSOONS: "Rapport a 1'Office de Cooperation au Developpement sur cer-tains aspects d'une politique d'organization regionale des Fonctlons de developpement des enterprlces et de Promotion Populalre", noviembre, 1965. Mr. Persoons postulaba que la Administración y la Planificación del Desarrollo Urbano debían formar parte de la Consejería de Promoción Popular de Chile, en vez de incluirse entre los organismos téc-nicos del Ministerio de Obras Públicas. Finalmente este servicio quedó instalado en el nuevo Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (.1965).

    (21) MURRAY G. ROSS: "Community Organization", New York, 1955, incluye una exposición de la teoría de factores múltiples, que inciden en el desarrollo social.

    (22) HERBERT H. HYMAN: "Planning with two Styles", A.I.P. Journal, marzo, 1969. Incluye un estudio crítico del Proceso de implementación de Renovación Urbana fracasado íni-cialmente en Boston, por falta de participación comunitaria. Otro estudio de interés es la guía para Barrios Modelos en ciudades de demostración, HUD, (Washington), diciembre, 1967, "IMPROVING THE QUALITY OF URBAN LIFE".

    (23) MANFRED HALPERN: "The Revolution of Modernization in National and International Society", Sew York, 1966, cit. en Friedmann y Lackington. "La Hiperurbanización y el Desarrollo ¡Nacional en Chile", 1967. "La Modernización" es definida como "la capacidad intrínseca de una sociedad para generar y absorber transformación en forma continua".

    (24) IVO BABAROVIC: "Análisis de la Localización de las Actividades Económicas en Chile: Algunos resultados", Cuadernos CIDU, septiembre, 1968.

    (25) ESCIPION MUNIZAGA: "Uso del Suelo Urbano y Empleo", DPDU4MINVU, 1968.

    (26) JOHN W. ALEXANDER: "The Baslc-Nonbasic concept of Urban Economic Functions". VICTOR ROTERUS and WESLEY CALEF: "Notes on the Basic-Nonbasic Employment Ratio". CHARLES M. TIEBOUT: "The Urban Economic Base Reconsidered". Los tres artículos, Incluidos en Section 4 ("'The Economic Base of cities"), de Mayer y Kohn: "Readings in Urban Geography".

    (27) RICHARD V. RATCLIFF: "The Dynamics of Efficiency in the Locatlonal Distribution of Urban Activities" en Mayer y Kohn, op. cit. (26).

    (28) Una completa discusión de las teorías interpretativas de la imagen urbana, está contenida en el artículo de RENE MARTINEZ LEMOINE: "Hacia una revalorización del Diseño Ambien-tal". Revista de Planificación, IVUPLAN, Santiago, Jimio de 1966.

    Se incluye la siguiente bibliografía:

    1) Catherine Bauer: "ARCHITECTURE and Cityscape", A.I.A. Journal, marzo, 1961.

    2) Richard P. Dober: "Estructura y Contenido en el Diseño Urbano". Revista de Plani-ficación, INVUPLAN, N9 2.

    3) Edmund N. Bacon: "Urban Design as a Force in Comprehensive Planning", A.I.A. Journal, febrero, 1963.

    4) Elizabeth Beazley: "Design and Detail of Space between Buildings".

    5) Francois Vlgier: "An experimental approach to Urban Design", A.I.A. Journal, febre-ro, 1965.

    (29) KEVIN LYNCH: "The image of the City".

    (30) FRANCOIS VIGIER: Op. cit. (28).

    (31) MELVIN M. WEBBER: "The Roles of intelligence systems in urban-Systems Planning", A.I.P. Journal, noviembre, 1965. DONALD N. MICHAEL: "Urban Policy in the Rationalized Society", id. anterior.

    (32) SHERRY R. ARNSTEIN: "A Ladder of Citizen participation", A.I.P. Journal, Julio, 1969. VTOLICH-ASTICA: Op. cit. (19).

    (33) JOAQUIN UNDURRAGA: "La Técnica y los Condicionantes sociales en la Planificación". Boletín Informativo PLANDES N9 22, Julio-agosto, 1967.

    (34) ERIC G. MOORE AND BARRY S. WELLER: "Urban Data Collection by Airborne sensor", A.I.P. Journal, enero, 1969.

    (35) FRANCISCO VASQUEZ: "Informe para la creación de un sistema de Información en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, Santiago, 1968.

    (36) MINISTERIO DE VIVIENDA Y URBANISMO-CHILE, "Estudios pre-Inversionales de Vi-vienda y Desarrollo Urbano, 1965-1970".

    (37) MINISTERIO DE VIVIENDA Y URBANISMO-CHELE, "Decreto Supremo N° 289 de 1969 que establece el procedimiento de programación descentralizada del sector". Id. "Manual de participación de la comunidad en la programación del Desarrollo Ur-bano", 1969.

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