capitulo iv 1. resultados de la investigaciÓn

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CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN En el presente capitulo, se muestran los resultados de la observación documental directa además del estudio de las diferentes unidades de análisis contempladas en el cuadro de construcción de la categoría de la investigación, es decir se examina cada uno de los objetivos específicos con su respectivas unidades de análisis que definen operacionalmente la categoría que parten del objetivo general del trabajo. En relación con el estudio de las características del arbitraje internacional de inversión, el cual es objetivo específico de la investigación, otorgándole cierta particularidad frente a otros tipos de arbitrajes. En primer lugar la internacionalidad que concede a el arbitraje de inversiones un importante perfil, según autores como Rondón de Sansó (2010) establece este tipo de arbitraje internacional como una figura reciente en el derecho y que ha habido nexos contractuales entre los estados que favorecían mecanismos alternativos para dirimir los conflictos, y de hecho creando centros de arbitraje internacional. 112

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Page 1: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

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CAPITULO IV

1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

En el presente capitulo, se muestran los resultados de la observación

documental directa además del estudio de las diferentes unidades de análisis

contempladas en el cuadro de construcción de la categoría de la

investigación, es decir se examina cada uno de los objetivos específicos con

su respectivas unidades de análisis que definen operacionalmente la

categoría que parten del objetivo general del trabajo.

En relación con el estudio de las características del arbitraje internacional

de inversión, el cual es objetivo específico de la investigación, otorgándole

cierta particularidad frente a otros tipos de arbitrajes. En primer lugar la

internacionalidad que concede a el arbitraje de inversiones un importante

perfil, según autores como Rondón de Sansó (2010) establece este tipo de

arbitraje internacional como una figura reciente en el derecho y que ha

habido nexos contractuales entre los estados que favorecían mecanismos

alternativos para dirimir los conflictos, y de hecho creando centros de

arbitraje internacional.

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Por su parte, Tranzgnies (2014) determina que la necesidad del

inversionista extranjero a un receptor de controversias que no sea el estado

quien examine una eventual disputa, ya que sería propensa a ganar la parte

nacional; así mismo el mezclar derecho internacional privado con derecho

internacional público no tendría buenas consecuencias; por el contrario se

sitúa Ledo (2009) quien considera que el arbitraje internacional es una

formula sutil de violación de la independencia y soberanía de los países en

vía de desarrollo.

Para determinar la internacionalidad de un arbitraje según Sanquiz (2005)

se toma en consideración criterios jurídicos, como la nacionalidad, el

domicilio y la residencia de las partes y de los árbitros, lugar de celebración

del contrato, el lugar de ejecución del contrato, nacionalidad y asiento

principal de la institución arbitral, el lugar de la ejecución del laudo, lugar del

arbitraje, y el derecho escogido por las partes.

En este orden de ideas, los Tratados Bilaterales de Inversiones figuran

como una pieza importante el ámbito de inversiones internacionales; por

tratado se entiende un acuerdo internacional celebrados por estados y es

pertinente indicar lo sostenido por Medina (2012) donde revela que en

dichos tratados participan tanto Estados como Inversionistas y se proponen a

garantizar al inversionista extranjero la protección de la inversión y la

posibilidad de recurrir a una instancia internacional para plantear una

controversia.

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Estos tratados persiguen un doble fin, según lo indicado por Granato

(2005) que es proteger las inversiones y los inversionistas extranjeros que

operan dentro del estado, y proporcionar seguridad jurídica. Además de la

capacidad procesal para dirigir los conflictos a instancias internacionales sin

la intermediación del Estado.

Por su parte Mortimore (2009) al igual que Granato (2005) determina que

los dichos tratados estipulan dos propósitos principales, una es consolidar la

protección de la inversión extranjera contra una expropiación, y la segunda

es pactar el arbitraje como un medio de solución de controversias.

Granato (2005) y Medina (2012) concuerdan que estos tratados

internacionales, además de otorgar la posibilidad para reclamar en el plano

internacional por medio del arbitraje, sientan las condiciones básicas para el

tratamiento de las inversiones. Se observa que los Tratados Bilaterales de

Inversiones vienen a fungir como instrumento que abre la puerta a

negociaciones internacionales y de este modo al arbitraje internacional de

inversiones en caso de disputas entre inversionistas extranjeros y el Estado

receptor de la inversión.

Asimismo, Torrealba (2008) estima en este punto, una consideración

como la importancia con la que cuentan estos tratados, discrepando y

describiendo que estos derechos de los Tratados Bilaterales son muy

limitados en el derecho internacional, Vilizzio (2015) por su parte establece

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que es particular de este tipo de arbitraje internacional no requiere el

agotamiento de recursos internos.

Ahora bien, dentro estos instrumentos de inversión, asumen la cláusula

arbitral como compromiso entre las partes, que de acuerdo con Torrealba

(2008) se suscribe entre las partes y que normalmente es un documento

independiente; dicha observación concuerda con Caivano (2000) quien

estipula que es un acuerdo de voluntades y son las partes las que deciden

excluir la jurisdicción nacional; por otro lado Rondón de Sansó (2010)

considera que es un cláusula de sometimiento del Estado a la figura del

arbitraje.

Así pues, Mortimore (2009) al respecto establece que el motivo principal

de esta cláusula en los tratados bilaterales de inversión es otorgar y aplicar

soluciones rápidas económicas a las eventualidades y conflictos dentro de

estos tratados; pero al mismo tiempo este autor afirma que estas cláusulas

ayudan a atraer inversiones extranjeras a el Estado, la misma no es segura

ya que no es muy clara con respecto a los beneficios; de nuevo expresa al

igual que otros autores que esta clase de cláusulas favorecen mayormente a

los inversionistas extranjeros.

Cabe destacar, que aparte de esta cláusula arbitral contenida en los

tratados bilaterales de inversión, estas a su vez necesitan otra clase de

consentimiento, así lo describe Brewer-Carias (2013) indicando el estado en

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116

su legislación de promoción de inversiones puede ofrecer someter

controversias resultantes de cierta clase de inversiones; añadiendo a

Hernández- Breton (2009) y su explicación que dicha consentimiento debe

ser expreso, escrito e inequívoco, y particular.

El derecho aplicable y el principio kompetenz-kompetenz se relacionan de

cierta forma ya que esta última es básicamente la facultad del árbitro de

decidir sobre su propia competencia quedando establecido en los artículos 7

y 25 de la ley de arbitraje comercial (1998), dicho principio no es exclusivo

del arbitraje de inversiones, sino que es tomado del arbitraje internacional.

Por su parte, Matheus (2010) lo confirma explicando que dicho principio es

un poder de los árbitros de juzgar su propia competencia en todo caso.

También llamado por Rondón de Sansó como juez de su propia

competencia; al mismo tiempo, Guerrero-Rocca (2013) indica que el árbitro

tiene la potestad de decidir si suspende por falta de jurisdicción o

competencia.

Asimismo, autores como Rodón de Sansó (2010) establece y cuestiona

cuál de los dos derechos es aplicable, si el derecho nacional o el derecho

internacional, determinando que a lo largo de casos como Rumeli Telcom

contra Kasgstan los derechos adquiridos no se pueden privar, y que

finalmente concluye que pueden aplicarse por analogía ambos derechos.

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Por el contrario Granato (2005) que considera que el derecho

internacional trabaja en estos casos de manera complementaria en

comparación al derecho nacional, contrastando con el autor Candia (2013)

quien razona que los tratados se rigen por el derecho internacional y no por

la legislación nacional; para Labbé (2004) simplemente expone que el

arbitraje es internacional si las partes, sus relaciones o bienes se encuentran

o están vinculados a países distintos.

Una importante acotación de los autores Caminiti y Guerreo (2006)

quienes explican que la vinculación entre el derecho interno e internacional,

prevalece el derecho internacional sobre el derecho nacional, incluso

haciendo mención con respecto a la convenio del CIADI.

El investigador observa que la figura del arbitraje de inversiones es un

medio de resolución de conflictos que se conforma por varios elementos

característicos que lo hacen diferenciar del resto de los arbitrajes

internacionales, pero que al mismo tiempo recoge un poco de todos los tipos

de arbitrajes. Así pues, la internacionalidad que es una pieza particular entre

muchas, que le ofrece un ámbito en el espacio del derecho, situándolo en el

derecho internacional; ahora bien como elementos determinantes los

sujetos de derecho que participan no solo en las negociaciones, sino en los

procedimientos arbitrales, (Estado receptor y un extranjero inversor) sin dejar

atrás que este tipo de negocios está envuelto en el comercio internacional de

las inversiones.

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El investigador considera que la evolución del derecho internacional ha

permitido diferentes escenarios, en el cual cabe destacar la constitución de

centros de arbitrajes internacionales dispuestos a resolver inconvenientes de

las relaciones jurídicas de inversiones extranjeras; el avance del comercio

internacional y los flujos de intercambio de intereses entre Estados y

particulares, tomando en cuenta que los particulares son empresas

multinacionales o transnacionales, son precisos al amoldar y ubicar este tipo

de arbitraje.

El investigador toma en cuenta la doctrina Calvo, siendo de gran

influencia en la legislación venezolana en cuanto a la jurisdicción y que hace

peso a las disputas abordadas bajo el arbitraje de inversiones. Dicha doctrina

establece la igualdad de tratamiento a todos los inversionistas privados y

que las controversias de los nacionales y extranjeros deben resolverse en

poder judicial del lugar de la inversión, esto significa un freno a arbitraje

internacional; aun así Venezuela en su legislación ha hecho un paréntesis

para apoyar al arbitraje internacional.

Ahora bien, el investigador percibe que es muy fácil que los conflictos que

surjan entre las partes en este tipo de negocios internacionales, sean

abordados ante un tribunal en jurisdicción nacional del Estado receptor, y de

esta manera no apartar la doctrina Calvo pero que puede suponer un

desequilibrio en la toma de decisiones y que genera desconfianza al inversor

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en territorio extranjero debido a que es posible una preferencia hacia los

intereses estadales sobre los extranjeros.

El investigador afirma que las experiencias internacionales por el Banco

Mundial llevaron al reconocimiento de que uno de los mayores

inconvenientes que enfrentaba un inversionista extranjero en el Estado

receptor de su inversión se centraba en la falta de imparcialidad de los

tribunales que debían resolver disputas entre tales inversionistas y los

Estados anfitriones.

Es importante mencionar, que la doctrina Calvo ha sido de gran influencia

y disputa para este tipo de arbitraje y sus constituciones; además de precisar

lo expuesto, criterios jurídicos, domicilio, nacionalidad, lugar de contrato o

tratado, y criterios económicos fungen relevancia a manera de perfilar la

internacionalidad del arbitraje de inversiones.

Asimismo, el investigador observa que lo centros de arbitrajes

internacionales marcan una relevancia como el CIADI “Centro Internacional

de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones”, que trabaja como

principal institución al ser escenario de arbitraje de inversiones y

generalmente usados a través de los tratados bilaterales de inversión. Estos

tratados internacionales que son suscritos entre un inversor extranjero y un

Estado receptor son instrumentos bilaterales que rigen la inversión extranjera

y que garantiza un alto grado de seguridad jurídica.

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El investigador hace mención a que un inversionista que ha celebrado un

contrato con un estado o institución pública y cuya inversión está

simultáneamente protegida por un TBI no solo gozará de diferentes

regímenes de protección, sino que, además, se le presentarán una serie de

alternativas que le permitirán decidir si presentar su demanda ante los

tribunales del estado receptor o recurrir a cualquiera de los procedimientos

de solución de controversias reconocidos en el tratado, entre ellas el arbitraje

internacional contienen no solo una clausula arbitral sino que desarrollan

derechos y garantías para las partes firmantes.

Por lo tanto el énfasis del investigador es que muchos de estos derechos

y garantías protegen mayormente a la parte inversora, con razón, siendo

débil jurídico en territorio foráneo pero de gran importancia y ganancia en

instancias internacionales; y que son la primera puerta para acudir y

desarrollar los medios alternativos de resolución de conflictos por excelencia;

concebidos para un doble fin que de igual manera no requieren el

agotamiento de las vías judiciales nacionales para acudir a arbitraje, solo la

cláusula arbitral y el consentimiento de las partes.

Es importante el señalamiento del investigador a que varios autores

exponen que al ser sometido disputas ante el CIADI normalmente sale

victorioso el inversor extranjero frente al Estado receptor; también se

considera que juega con la soberanía y la independencia del Estado de elegir

la jurisdicción a la cual someterse y no verse amarrado por un Tratado

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Bilateral de Inversión que contenga una clausula arbitral promoviendo

arbitraje internacional.

Cada TBI tiene su propia autonomía, convirtiéndose más accesible o

menos accesible hacia el arbitraje, y por tanto, más atractivo para que

empresas inversionistas se subscriban al que ofrezca unas condiciones más

favorable. Y es lo que buscan los inversionistas extranjeros, seguridad

jurídica y una gama de derechos que arropen sus intereses; las

características de estos tratados consisten en acordar resolver los conflictos

a través del arbitraje internacional muchas veces sin necesidad de agotar las

instancias locales previamente.

El investigador, observa que las características antes descritas tienen por

fin garantizar a los inversores el acceso a un sistema de solución de

controversias justo e independiente, en caso de que tuvieran problemas con

el Estado de acogida, asumiendo que los tribunales nacionales podrían ser

demasiado parciales, demasiado lentos y, a veces, demasiado corruptos

como para desempeñar un rol transparente; de ahí surgió la idea de formar

organismos internacionales, de expertos jurídicos, con árbitros que actuaran

como mediadores independientes.

Por tanto, el derecho aplicable a este tipo de conflictos es otra

determinante ya que, mucho se ha apoyado en cuanto al derecho local. Sin

embargo se le atribuye el derecho internacional, de hecho, estas disputas

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122

ventiladas ante el CIADI poseen un procedimiento, con normas y

lineamientos para el desarrollo del arbitraje que se han sometido las partes;

el cual debe decidirse por las partes es generalmente aplicada las leyes

nacionales tomando muy en cuenta el derecho internacional, para que el

procedimiento arbitral se rija por la normativa interna de la instancia donde es

sometido el conflicto de inversión internacional.

Además el investigador evidencia diferencias relativas a inversiones

tienen características especiales que las distinguen de las diferencias

comerciales ordinarias; por una parte, el monto de la controversia es

generalmente considerable y, por otra, la materia en disputa posee

usualmente connotaciones políticas. Es común, además, que el arbitraje

relativo a inversiones involucre aspectos importantes de la economía del

estado receptor y, en consecuencia, es posible que el laudo final afecte su

ambiente de inversiones.

De esta manera, se analizó la intención de las compañías multinacionales

que vienen a representar los inversores extranjeros, en su afán de reducir la

práctica de recurrir a los tribunales nacionales para la solución de las

controversias relativas a inversiones, debido a la supuesta falta de

imparcialidad que puede afectar al proceso doméstico. En cambio, los

inversionistas han percibido el arbitraje como un mecanismo idóneo para

procurar el respeto por el régimen de derecho y reforzar la estabilidad de las

inversiones.

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123

En relación al segundo objetivo que implica examinar el régimen legal del

arbitraje de inversión en Venezuela, cuyo marco jurídico cuenta con

innovaciones y principios pro arbitraje; Asimismo las leyes que fungen como

puerta al arbitraje de inversiones son la Constitución Bolivariana de

Venezuela (1999), Ley de Arbitraje Comercial (1999), la derogada ley de

Promoción y Protección de las inversiones (1999), y la Ley de Inversiones

Extranjeras (2014).

La constitución como norma superior donde están contenida los derechos

y disposiciones regulatorias tiene suprema jerarquía, así lo establece Olaso

(2007) donde al mismo tiempo nombra a los tratados internacionales

otorgándole rango de ley formal. En este orden de ideas, la constitución

venezolana desde 1830 ha consagrado en su articulado el derecho de

resolver sus controversias mediante la institución del arbitraje;

Por su lado Hernández-Breton (2005) y Carpio (2014) consideran el

arbitraje como un derecho fundamental y lo catalogan como un derecho que

procura asegurar la posibilidad de acudir a la jurisdicción arbitral sin pasar

por la jurisdicción ordinaria, buscando al mismo tiempo una protección o

garantía para los inversores extranjeros y su inversión.

En la constitución nacional, claramente en su artículo 258 establece lo

siguiente:

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Artículo 258. La ley organizará la justicia de paz en las comunidades. Los jueces o juezas de paz serán elegidos o elegidos por votación universal, directa y secreta, conforme a la ley. La ley promoverá el arbitraje, la conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la solución de conflictos.

Ahora bien, ambos autores anteriormente discrepan en lo dispuesto en el

artículo 258, debido a que si bien es cierto que lo consideran como un

derecho fundamental, Hernández-Breton (2005) no encuentra que la

constitución en su artículo 258 lo haya señalado expresamente como tal. Por

otro lado, Rondón de Sansó (2011) indica que el arbitraje es un derecho

venezolano consagrado en la constitución, pero que no significa que sea

subsidiario a la justicia.

El sistema internacional de promoción y protección de las inversiones

extranjeras de acuerdo a Torrealba (2008) se encuentra en manos e

influenciando principalmente por el Estado y así pues la jurisdicción protegida

por un Tratado Bilateral de Inversión. Es importante precisar el artículo 151

ejusdem

Artículo 151.

En los contratos de interés público, si no fuere improcedente de acuerdo con la naturaleza de los mismos, se considerará incorporada, aun cuando no estuviere expresa, una cláusula según la cual las dudas y controversias que puedan suscitarse sobre dichos contratos y que no llegaren a ser resueltas amigablemente por las partes contratantes, serán decididas por los tribunales competentes de la República, de conformidad con sus leyes, sin por ningún motivo ni causa puedan dar origen a reclamaciones extranjeras.

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125

El artículo citado claramente hace alusión a los medios de solución de

controversias en un principio, según Brewer-Carias (2013) explica que el

artículo 151 invalida el espíritu del arbitraje internacional; en este sentido, el

arbitraje cobró mayor protagonismo en el mundo de los negocios desde 1998

con la ley de arbitraje comercial que de acuerdo a Benzo (2011) dicha ley

está fundamentada en la ley modelo de la Comisión de las Naciones Unidas

para el Derecho Mercantil en su versión de 1985; asimismo, explica que los

centros arbitrales no son tribunales de arbitraje con jueces fijos.

Dicha ley en su artículo 1 consagra “Esta Ley se aplica· al arbitraje

comercial, sin perjuicio de cualquier tratado multilateral o bilateral vigente”,

afirma Asapachi (2007) que con este artículo, la ley da prioridad de

aplicación de las normas en los Tratados Bilaterales o multilaterales. Por otro

lado La Roche (2010) indica que dicha ley estaba diseñada para ser aplicada

al arbitraje comercial internacional y que no resultó así pues se apartó

sustancialmente de las disposiciones contenidas en la Ley Modelo.

En contraste a lo indicado por La Roche (2010), Rodner y Mathies (1996)

sostienen que es la palabra “internacional” del artículo 1 ejusdem es

precisamente lo que no fue entendido por el congreso nacional en la época

de su promulgación, donde principalmente lo que se buscaba era extender el

ámbito de aplicación.

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126

En el artículo 2 de la ley indica lo siguiente:

El arbitraje puede ser institucional o independiente. Es arbitraje institucional el que se realiza a través de los centros de arbitraje a los cuales se refiere esta Ley, o los que fueren creados por otras leyes. Es arbitraje independiente aquel regulado por las partes sin intervención de los centros de arbitraje.

Expone, dos modalidades de arbitrajes, el institucional o el independiente

y esta ley de arbitraje comercial venezolana, tiene una metodología similar a

la de otros países, Benzo (2011) explica que aspectos tales como el acuerdo

de arbitraje, la cláusula compromisoria, el arbitraje institucional, la

determinación de las normas aplicables, y la ejecución de los laudos, son

característicos del arbitraje, en este sentido, Guerra y Alvarado (2013)

indican que la ley de arbitraje comercial se inspiró en la ley modelo de

UNICITRAL y en normas colombianas de arbitraje, aportando aspectos como

el principio de kompetenz-Kompetenz, la autonomía del acuerdo entre las

partes y la exclusión del juicio de exequatur para los laudos de arbitraje.

Así pues, la sala constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en

sentencia del 17 de octubre de 2008, confirmó el reconocimiento a la

institución del Arbitraje tanto doméstico como internacional como medio

alternativo de resolución de conflictos.

En este orden de ideas, en 1999 por ley habilitante se promulgo un

decreto con rango y fuerza de Ley de Promoción y protección de inversiones,

Tejera (2012) expresa que este carece de discusiones legislativas; según

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127

Hernández-Breton (2004) fue una ley primera en su género y donde su

función primordial es regular la actuación del Estado frente a las inversiones

e inversionistas al margen de los tratados vigentes en Venezuela.

Por su parte Herrera (2003) indica que dicha ley contiene normas relativas

a la protección de inversiones tanto de nacionales como de extranjeros y

que brinde seguridad jurídica sufriente; el tema de arbitraje lo establecía a

partir de su capítulo IV en el artículo 21, 22, 23.

“Artículo 21. Cualquier controversia que surja entre el Estado venezolano y el país de origen del inversionista internacional con el cual no se tenga vigente un tratado o acuerdo sobre inversiones, en relación con la interpretación y aplicación de lo previsto en el presente Decreto-Ley, será resuelta por vía diplomática. Si no se llegase a un acuerdo dentro de los doce (12) meses siguientes a la fecha de inicio de la controversia, el Estado venezolano propiciará el sometimiento de la controversia a un Tribunal Arbitral cuya composición, mecanismo de designación, procedimiento y régimen de gastos serán acordados con el otro Estado. Las decisiones de ese Tribunal Arbitral serán definitivas y obligatorias”.

Torrealba (2008), Mendoza (2009) y Hernández-Breton (2004) concuerdan

que el artículo en cuestión señalan que si bien es cierto que la fase de

negociación se establece un requerimiento previo, ofrece como vía el

arbitraje internacional de inversiones ante un tribunal arbitral.

Asimismo el artículo 22 de dicha ley exponía lo siguiente

“Artículo 22. Las controversias que surjan entre un inversionista internacional, cuyo país de origen tenga vigente con Venezuela un tratado o acuerdo sobre promoción y protección de inversiones, o las controversias respecto de las

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128

cuales sean aplicables las disposiciones del Convenio Constitutivo del Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGIMIGA) o del Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados (CIADI), serán sometidas al arbitraje internacional en los términos del respectivo tratado o acuerdo, si así éste lo establece, sin perjuicio de la posibilidad de hacer uso, cuando proceda, de las vías contenciosas contempladas en la legislación venezolana vigente.”

Autores como Hernández-Breton (2004), Brewer-Carias (2007), Torrealba

(2008) afirman que el citado artículo brindaba su consentimiento para las

controversias que surjan entre el Estado venezolano y un inversionista

extranjero cuyo país de origen tenga con Venezuela un Tratado Bilateral de

inversión vigente, donde generalmente se establecen como centros

arbitrales el CIADI.

Una de las normas polémicas de la derogada ley es el artículo 22,

menciona Tejera (2012) que desde el 2005 ha sido así, debido a que gira en

torno a si la norma mencionada representa o no una oferta de

consentimiento al arbitraje CIADI.

Para autores como Brewer-Carias (2013) explica que cuando los medios

diplomáticos fallan, la ley se impone; Rondón de Sansó (2010) expone lo

contrario estableciendo que el articulo 22 no es una oferta abierta al arbitraje

internacional, sino que en caso de Venezuela está vinculada con TBI que

prevea que el régimen CIADI como mecanismo de solución de controversias

podría ocurrirse ante dicho centro.

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129

Según Torrealba hay dos situaciones donde el arbitraje ante el CIADI se

considera un medio de solución de controversias, en primer lugar cuando así

lo prevea un TBI entre el Estado Venezolano y el Estado de origen del

inversionista, y cuando sean aplicable las reglas del convenio.

Dichos Tratados Bilaterales de Inversión, según Maeklet (2005) ocasiona

la necesidad de brindar mayor seguridad a los inversionistas y que

básicamente está fundando en la autonomía de las partes; además

disciplinan y regulan las actividades económicas de los inversionistas

extranjeros.

Según Tejera (2012) Venezuela ha suscrito Tratados Bilaterales de

Inversión con Alemania, Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador,

Cuba, España, Francia, Holanda, Rusia; aun así no todos han llegado a

entrar en vigor, como el Tratado entre Italia, y Bolivia. Y que en la gran

mayoría asume la obligación de someter sus diferencias a arbitraje ante el

CIADI.

Muci (2007) afirma que la actividad Estatal se halla sometida, cada vez

más a las normas que son producto de libres negociaciones entre Estados y

que la actuación de la administración pública se encuentra condicionada por

un derecho internacional económico y en consecuencia marcar un impacto

en el ordenamiento jurídico interno.

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130

Luego de la firma de Tratado Bilateral de Inversión Italia- Venezuela, se

celebró en Caracas el convenio entre Venezuela y el Reino de los Países

Bajos, y este tiene el mérito de haber sido el primero ratificado por

Venezuela; al tocar lo relativo al arbitraje de derecho internacional público

entre Estados en relación con la interpretación o aplicación del tratado y el

arbitraje entre un particular y el Estado era un fenómeno reciente para la

época y que el mismo surgió de la iniciativas del Banco Mundial.

De esta manera, Tejera (2012) señala el artículo 9 del Tratado Bilateral de

Inversión entre Holanda y Venezuela en donde establece como mecanismo

de resolución de controversias inversionista-Estado, la posibilidad de acudir

a arbitraje CIADI o a arbitraje bajo el reglamento complementario CIADI;

continua y estipula que un conjunto de países han suscrito TBI donde

establecen un cooling period o a la CNDMI.

Ahora bien, en el año 2012, el gobierno de Venezuela denunció el

convenio CIADI mediante comunicación que publico el Ministerio del Poder

Popular para las Relaciones exteriores, dicho Convenio “convenio sobre

arreglo de diferencias relativas a inversiones entre Estados y nacionales de

otros Estados” fue creado según Rondón de Sansó (2012) por el Banco

Mundial, para tratar de incentivar las inversiones y proteger a los

inversionistas en sus conflictos frente a los Estados.

Page 20: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

131

Asimismo, el Convenio es una institución autónoma internacional que

brinda un foro neutral y autónomo de mecanismos de conciliación y arbitraje;

según Mezgravis (2005) el arbitraje ante el CIADI es diferente a otros

procedimientos arbitrales como el de la Cámara de Comercio Internacional.

Es importante precisar que países como Bolivia, Ecuador y Venezuela han

denunciado mencionado Convenio, alegando la falta de imparcialidad del

CIADI y que en su mayoría de los laudos dictados favorecen a las empresas

inversionistas.

Tejera (2012) expone que al denunciar el Convenio CIADI regresa la

posibilidad de ser demanda bajo el reglamento del Mecanismo

Complementario del CIADI o arbitraje independiente; Para Petterson (2012)

bajo su punto de vista considera que aquellos arbitrajes en curso contra

Venezuela bajo el Convenio CIADI, deberán seguir adelante acatado sus

normativas, al menos por seis meses desde la recepción de la denuncia por

el Banco Mundial.

De acuerdo a lo anterior, Carpio (2014) expone que la denuncia tiene

efecto de seis meses después de la notificación, y es que en el artículo 71 de

la Convención establece que todo contratante puede denunciar la misma

mediante notificación escrita y que dicha denuncia surtirá efectos seis meses

después de recibida la notificación.

Page 21: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

132

De lo antes expuesto, La ley de inversiones extranjeras (2014) rige el

tratamiento de capitales de inversión extranjeros en el territorio venezolano, y

viene a derogar a la Ley de Promoción y Protección de las Inversiones

(1999) junto a su reglamento. Al respecto García (2015) expone que antes

se tenía una ley que promovía y protegía la inversión y hoy solo tenemos un

marco que limita el arbitraje Internacional.

Así pues, Deffendini (2015) indica que objeto de la ley solo enfoca en

resolver contradicciones en el marco constitucional y el del plan socialista

además de dejar atrás las obligaciones jurídicas de Venezuela en el derecho

internacional. Ahora bien el artículo 5 consagra lo siguiente:

Artículo 5 “Las inversiones extranjeras quedarán sometidas a la jurisdicción de los tribunales de la República, de conformidad con lo dispuesto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y demás leyes. La República Bolivariana de Venezuela podrá participar y hacer uso de otros mecanismos de solución de controversias construidos en el marco de la integración de América Latina y El Caribe”.

Esto quiere decir, según Esis (2015) que claramente en materia de

solución de controversias quedaran en manos de tribunales nacionales

venezolanos y que si está abierta la posibilidad de participar en el arbitraje

pero en el marco de integración latinoamericana y caribeña. Esto aparta lo

establecido en los TBI suscritos por Venezuela con otros Estados de acuerdo

a Deffenidini (2015) quien considera que la ley no hace mención al respecto.

Page 22: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

133

Esis (2015) a su vez manifiesta que este artículo es uno de los más

resaltantes de la ley ya que en comparación con la ley de 1999 que incluía

tres artículos al respecto, mencionada ley solo entiende al asunto de la

solución de conflictos con uno solo. Además declara que esto no impide por

completo el acceso a mecanismos como el arbitraje, siempre y cuando

cumpla con los requisitos.

Pernia-Reyes (2015) sugiere que se mantiene aún así la modalidad de

arbitraje internacional de Inversión dispuestos en los TBIS firmados antes de

la Denuncia ante el CIADI y antes de la ley d inversiones extranjeras (2014),

es decir Venezuela sigue teniendo responsabilidad internacional.

Ahora bien, Rondón de Sansó (2014) afirma que muchos países han sido

víctimas de los laudos arbitrales que se fundan en indemnizaciones

multimillonarias, y propone vías alternativas de solución de disputas en

UNASUR, ALBA o el Mercosur; Suñe (2015) por su lado prevé el arbitraje en

la integración regional con el fin de remediar conflictos entre los Estados,

como la Comunicad Andina de Naciones, o el sistema de integración

centroamericana, CARICOM, ALADI, MERCOSUR.

Este último, Suñe (2015) declara que tiene un sistema de solución de

controversias donde se puede ventilar asuntos de inversión, en el ámbito de

Mercosur y el acuerdo de Protocolo de Olivos; Deffendini (2015) que el

Mercosur es resaltante y que Venezuela se adhirió en diciembre del 2005.

Page 23: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

134

En primer término, el investigador considera que al ser la constitución

el pilar donde se convergen las normas fundamentales de un Estado, el

derecho al acceso de la justicia es un derecho humano, y con ello

desencadena varias instituciones como los Mecanismo alternos de

resolución de conflictos, encontrándose entre ellos, el arbitraje. Así pues, la

constitución Bolivariana de Venezuela establece en su articulado

disposiciones pro arbitraje; se tiene el artículo 253 donde expresa lo

siguiente:

“Articulo 253.-La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos y ciudadanas y se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley. Corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer de las causas y asuntos de su competencia mediante los procedimientos que determinan las leyes, y ejecutar o hacer ejecutar sus sentencias. El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que determine la ley, el Ministerio Público, la defensoría Pública, los órganos de investigación penal, los o las auxiliares y funcionarios o funcionarias de justicia, el sistema penitenciario, los medios alternativos de justicia, los ciudadanos o ciudadanas que participan en la administración de justicia conforme a la ley y los abogados autorizados para el ejercicio”

El investigador sostiene que dicho artículo permite y considera a la

institución del arbitraje como un método de administración de justicia de

carácter constitucional y por lo tanto se convierte en un derecho fundamental,

el derecho de acceso a la justicia; en este sentido el artículo 258 de la Carta

Magna indica la promoción del arbitraje en cuestión junto a otros medios

como la mediación y la conciliación en las leyes de la nación.

Page 24: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

135

Ahora bien, para el investigador es importante precisar la relación de este

mecanismo de resolución de conflictos con la promoción y protección de las

inversiones extranjeras, que se desarrolla en el artículo 299 de la

Constitución Bolivariana de Venezuela, ya que de acuerdo a este precepto el

Estado proporcionara iniciativa privada, promoverá el desarrollo de la

economía nacional, y además garantizando la seguridad jurídica de la

economía.

El arbitraje, de acuerdo con el investigador se ha hecho sentir para

resolver disputas comerciales desde la promulgación de la ley de arbitraje

comercial venezolana (1999) la cual está inspirada en la Ley modelo de la

Comisión de las Naciones Unidas para el derecho mercantil (1985), que

verdaderamente fue creada para tratar tanto el arbitraje nacional como el

internacional, quedando corta las disposiciones contenidas en dicha ley al

respecto.

Asimismo, el investigador infiere que el articulo 1 menciona los

lineamientos consagrados en dicha ley son comerciales, pero sin excluir lo

estipulado en los Tratados tanto bilaterales como multilaterales, es decir no

dejando atrás la internacionalidad con la que fue creada dicha ley

principalmente. La norma aunque no trata de un arbitraje de inversiones, sino

más bien, del arbitraje comercial, se ha tomado lineamientos fundamentales

como el principio kompetenz-Kompetenz, la autonomía del acuerdo entre las

partes.

Page 25: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

136

En este orden de ideas, el investigador, hace referencia a la ley de

promoción y protección de inversiones de 1999, promulgada como un

decreto y fuerza de ley mediante ley habilitante, cuyo significado constituye el

hecho de una carencia de discusión legislativas; a pesar de ello, fue la

primera ley que desprendía una promoción y protección a inversiones

extranjeras en el país, estipulando derechos para los inversores foráneos al

margen de los Tratados Bilaterales de inversión.

Los tratados Bilaterales de Inversión, han constituido para Venezuela un

flujo de inversión directa a la economía, donde se han celebrado más de 27

TBI con diferentes países del mundo, donde la mayoría consagra el arbitraje

internacional como foro de solución de conflictos entre Estado huésped, e

inversor extranjero. Algunos tratados establecen la posibilidad de acudir al

arbitraje CIADI, como el Tratado entre Venezuela y Holanda.

Por otro lado, Venezuela ha suscrito acuerdos de este tipo donde de

manera principal en su cláusula de resolución de conflictos se recurre al

arbitraje CIADI, pero que en su defecto pueden usar la Comisión de las

Naciones Unidas para el derecho mercantil internacional para dirimir sus

disputas; de este modo, El TBI entre Irán y Venezuela no hace mención al

CIADI, sino que se somete a la CNUDMI o a un tribunal arbitral internacional

de la Cámara de Comercio Internacional (CCI).

Page 26: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

137

El investigador hace mención a un Tratado Bilateral de inversión con Cuba

firmado en 2004, ya que en este TBI señala que como foro de controversias

se podrá optar por el CNUDMI, destacando que Cuba no es parte del Banco

Mundial. En este orden de ideas, la legislación venezolana en materia de

promoción y protección de las inversiones proponía en su articulado el

arbitraje internacional ante el CIADI, expresamente; los artículos 21,22, 23

han dado mucho de qué hablar, sobre todo el artículo 22 que consagra que

toda las controversias que surjan entre un inversionistas extranjera, que

tenga un TBI vigente con Venezuela serán aplicables las normativas del

Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados

y Nacionales de Otros Estados.

Para el investigador, es un evidente consentimiento legislativo de optar en

primera instancia al arbitraje internacional, sin perjuicio de lo estipulado en el

artículo 21 de la misma ley donde establece que al momento que surja

conflictos entre las partes y estas no tengan vigente un tratado o acuerdo de

inversiones con Venezuela está en primera instancia recurrirán a la vía

diplomática, de fallar esta primera, se puede recurrir al arbitraje internacional

luego de doce meses.

Finalmente, el investigador expone el artículo 23 ejusdem que sugiere la

jurisdicción nacional, ya que una vez agotada la vía administrativa por el

inversionista, podrá ser sometida a tribunales nacionales o arbitraje nacional.

Todo ello, ha sido denunciado por Venezuela a partir del año 2004 a raíz de

Page 27: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

138

una ola de demandas de las empresas extranjeras ante el CIADI por

incumplimientos contractuales, supresión de derechos, y garantías. En el año

2012 fue denunciado formalmente dicho convenio, expresando su intención

de retirarse alegando falta de imparcialidad, y violación de la soberanía

nacional.

El investigador acota, que aunado a ello, el estado venezolano manifiesta

cierta imparcialidad, al ser en la mayoría de los casos, la parte perdedora en

asuntos arbitrales internacionales, siendo condenado por cantidades

multimillonarias; así pues, el convenio tiene su propio procedimiento de

denuncia en el artículo 71.

“Artículo 71 Todo Estado Contratante podrá denunciar este Convenio mediante notificación escrita dirigida al depositario del mismo. La denuncia producirá efecto seis meses después del recibo de dicha notificación”.

El investigador infiere que todo contratante de dicho convenio puede

denunciarlo y que surtirá efectos seis meses después de recibida la

notificación. Todo, ello considera el investigador que fue uno de los pasos

que contribuiría para el cambio de los lineamientos en la nueva ley de

inversiones extranjeras (2014), dejando sin efectos la ley de promoción y

protección de inversiones (1999).

La novísima ley de inversiones extranjeras, fue decreta, bajo una ley

habilitante en el gobierno de Maduro, en el año 2014, el investigador deduce

Page 28: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

139

que al igual que la Ley derogada de promoción y protección (1999) esta

carece de discusión legislativa, similitud en ambas normativas. Ahora bien, la

ley de inversiones extranjeras vigente está diseñada para regular la

actuación del estado frente a los inversores extranjeros.

Para el investigador dicha ley viene a enfocar en resolver las

contradicciones internas entre la constitución y un modelo socialista; además

de los antecedentes de rechazo y supresión del arbitraje internacional de

inversiones. Así pues, en el artículo 5 estipula lo concerniente a la

jurisdicción de esta manera

“Artículo 5 “Las inversiones extranjeras quedarán sometidas a la jurisdicción de los tribunales de la República, de conformidad con lo dispuesto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y demás leyes. La República Bolivariana de Venezuela podrá participar y hacer uso de otros mecanismos de solución de controversias construidos en el marco de la integración de América Latina y El Caribe”.

El investigador observa, que en primer lugar y al contrario de la ley

derogada, está en su primera opción establece a los tribunales venezolanos

para resolver los eventuales conflictos que puedan surgir, y de segundo lugar

el arbitraje; dicho cambio toma significancia y un marcado concepto de la

doctrina Calvo en el país. Ahora bien, el arbitraje solo podrá ser bajo los

preceptos de la integración de Americana latina y el Caribe.

Ahora bien, la interrogante seria, como quedan los Tratados bilaterales de

inversión donde sus cláusulas establecen el arbitraje CIADI como mecanismo

de resolución de conflictos bajo esta nueva ley que bloque el arbitraje a

Page 29: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

140

través de foros de este tipo, y se somete a instancias arbitrales en la

integración latinoamericana; el investigador determina que los Tratados

seguirán rigiéndose por la ley que para el momento de su suscripción estaba

vigente, es decir la ley de promoción y protección de las inversiones

extranjeras (1999).

En cuanto a los nuevos Tratados Bilaterales de Inversión suscritos a partir

de la promulgación de la ley de inversiones extranjeras (2014) si debe

imperar la jurisdicción propuesta por el artículo 5 ejusdem; el investigador

continúa e infiere que también aplica lo antes estipulado para los Tratados

que tengan una renegociación.

En este orden de ideas, el investigador estipula que hay organismos de

carácter subregional como lo es el Mercosur que tienen su propio su propio

lineamiento de solución de controversias basado en el arbitraje, al igual que

el UNASUR que trabaja en un protocolo de arbitraje en materia de

inversiones.

En el ámbito del Mercosur, el investigador infiere que además de

Venezuela formar parte de dicho bloque económico desde el 2012 donde

principalmente ha sido por lazos políticos que otra cosa, el Mercosur sería

una plataforma para resolver conflictos tal y como lo consagra el artículo 5 de

la ley de inversiones vigente.

Page 30: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

141

Asimismo, el investigador indica que las controversias serán resueltas

utilizando como base el Protocolo de Olivos (2002) de marcada tendencia

comercial e inspirado en el sistema de arreglo de controversias de la

Organización Mundial del Comercio.

En materia de comparación entre dos países, Venezuela y los Estados

Unidos de América, como tercer objetivo de la investigación, muestra lo

antagónico de las relaciones comerciales que manejan los dos países, a su

vez se analizan diferentes leyes y tratados del país norteamericano; dicho

país tiene como fuente la constitución y sus enmiendas, y la jurisprudencia,

así como también leyes promulgadas tanto federal como a nivel estatal. Así

pues, con respecto al arbitraje, ha desarrollado varias leyes donde se

destacan la Federal Arbitration Act de 1925 de acuerdo con el autor

Samuels (2008) principalmente esta ley es aplicable tanto para las disputas

nacionales como internacionales y al mismo tiempo para hacer cumplir los

convenios de arbitraje.

Para Drahzol (2007) tiene aplicabilidad tanto en el pre litigio como

después de la disputa, siendo su objetivo principal el comercio; agrega el

mismo autor que dicha ley prevalece en caso de un conflicto de leyes de

estado. Por otra parte Furnish (1999) compara tano el alcance de la ley con

la convención de New york y establece que esta primera abarca más campo.

Page 31: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

142

Además, Samuels (2008) indica que el caso de la corte suprema Volt Info.

Sciences, Inc. vs. Bd. de Trs. de Leland Stanford Júnior Univ, y Mastrobuono

v. Shearson Lehman Hutton, Inc intentó aclarar unas cuestiones acerca de la

cláusula arbitral, primero que la dicha cláusula es cuestión de

consentimiento. Y en segundo lugar la ley de arbitraje federal solo es

sustituida por una estatal cuando la última este en conflicto directo con la ley

federal.

En cuanto a la convención de Nueva York de 1958, los estados unidos se

adhirieron a dicha convención en el año 1970 con el fin de hacer cumplir los

acuerdos de arbitraje comercial internacional. Drazhol (2007) establece que

el país adopta el convenio sometiéndose a no solo laudos extranjeros sino

también a los laudos no domésticos.

Asimismo, Furnish (1999) indica que dicha convención se aplica para

sentencias arbitrales emitidas fuera de los Estados Unidos, donde se deberá

recurrir en los dos últimos capítulos de la FAA es decir a la convención de

New york.

Los Estados unidos es un país líder mundial en negociación y celebración

de tratados internacionales de inversión, y acuerdos de libre comercio tal

como lo establece Peck (2014) quien sostiene que la nación norte americana

ha celebrado y negociado tratados de libre comercio y ha adoptado los

llamados tratados bilaterales de inversión así como también multilaterales.

Page 32: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

143

De esta manera, Biggs (2003) expone que el tratado de libre comercio de

Norteamérica fue suscrito por los Estados Unidos junto a Canadá y México y

que tiene procedimiento general y especial para la solución de controversias

del tratado; ahora bien Vejar (2003) establece que el TLCAN contiene 3 tipos

de mecanismos para la solución

“1. el mecanismo general, para resolver controversias Estado contra Estado sobre la interpretación y aplicación del tratado, contenido en el capítulo 20; 2. el mecanismo sobre cuotas antidumping y compensatorias, para resolver controversias entre los particulares contra el Estado sobre dicha materia, contenido en el capítulo 19; y 3. El mecanismo sobre inversión, para resolver controversias entre los inversionistas y el Estado, contenido en el capítulo 11 del tratado”

Ahora bien, el Capitulo XI según Biggs (2003) es el que resuelve los

conflictos de inversiones otorgando al CIADI del Banco Mundial, El

Mecanismo Complementario del CIADI, El Reglamento de Arbitraje de la

UNCITRAL como alternativas; el inversionista puede también acudir a los

tribunales del país receptor de la inversión. Por su parte Galvez (2010) se

refiere al capítulo XI como aquel que explica los lineamientos de inversiones

bajo el TLCAN como el derecho sustantivo de las inversiones extranjeras y

de los inversionistas; la sección B, establece el mecanismo de solución de

controversias para este capítulo.

Ahora bien, los Estados Unidos de América no ha escapado de las

demandas en arbitraje internacional, Public Citizen (2010) indica que a raíz

Page 33: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

144

del TLCNA las empresas han desembolsado alrededor de 430 millones de

dólares; agrega Peck (2014) que dichas demandas han surgido

precisamente por el artículo 1120 del TLCAN presentándose ante el CIADI

por el reglamento complementario del CIADI o el Reglamento de la CNUDMI;

al mismo tiempo Vejera (2005) acota que todo esto es posible por el artículo

1122 que otorga consentimiento tácito para que los inversionistas utilicen

este mecanismo de resolución de conflictos.

El investigador considera que en primera instancia Los Estados Unidos de

América es un país potencia mundial frente a una nación como Venezuela,

que si bien es un país petrolero, no cuenta con el mismo incentivo de

inversiones en materia legal; el país norteamericano tiene un sistema jurídico

que pertenece al derecho anglosajón, sin dejar atrás el hecho que en la

cúspide de su pirámide se encuentra la constitución escrita por encima de las

leyes estatales y federales, al igual que en el sistema jurídico Venezolano.

Asimismo, el investigador menciona que Estados Unidos en cuestión

constituye un sistema de derecho jurisprudencial, que se ha marcado en el

tiempo y en cada caso resuelto por un juez siendo vinculante, y por lo tanto

convirtiéndose en ley para el país.

En este mismo orden de ideas, el investigador determina que Estados

Unidos tiene una amplia recepción al arbitraje internacional, y ha abierto

puerta a esta figura con la ley federal o Federal Arbitration Act como norma

Page 34: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

145

de rango federal que recopila las normas en cuanto al arbitraje en Estados

Unidos independientemente que sea nacional o internacional el arbitraje.

Dicha ley consta de 7 capítulos donde contiene disposiciones básicas para

los acuerdos de arbitraje.

Asimismo, el capítulo 2 lo dedica a la convención de nueva york, siendo

esta convención la que permite el reconocimiento y ejecución de las

sentencias arbitrales extranjeras; en el capítulo 3 desglosa la convención de

panamá o convención interamericana sobre arbitraje comercial internacional.

El investigador acota que la mencionada ley federal acerca del arbitraje es

inspirada en para los negocios de carácter mercantil, siendo los marítimos y

asuntos de comercio exterior los principales motivos, y ha sido extendido a

mas áreas como son la inversión.

Asimismo, el investigador califica estas dos convenciones internacionales

como ventajosas a una parte que pretende hacer cumplir un acuerdo de

arbitraje o laudo arbitral en una acción sujeta a una de las convenciones, y

se superponen a la FAA; de esta manera la ley mencionada no entra en

conflicto con las convenciones signadas por Estados Unidos.

El investigador, agrega que la convención de Panamá, está situada en el

capítulo 3 de la ley y básicamente estipula que los acuerdos de arbitraje o

laudo arbitral están destinados a la aplicación de los conflictos entre un

Page 35: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

146

ciudadano estadounidense y un ciudadano no estadounidense o de uno de el

del Sur, Central y América del Norte, países firmantes de la Convención,

solo en carácter mercantil.

En cuanto a la Convención de Nueva York (1958) el investigador sostiene

que mencionado convenio suscrito por Estados Unidos y también por

Venezuela para hacer cumplir los acuerdos de arbitraje y laudos extranjeros

en 1970 se incorporó dicha convención a la Federal Arbitration Act; para

aplicar esta convención se deben cumplir los requisitos de no ser un laudo

doméstico, debe ser extranjero, que involucre propiedades de nacionales

estadounidenses en el extranjero, o que tenga una relación razonable con los

Estados Unidos.

El investigador infiere que Estados unidos ha sido promotor de varios

acuerdos de ámbito comercial de inversiones internacionales como ha sido el

“Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)” lo cual

representa un paso un conglomerado de derechos y obligaciones frente a

otros países, como Canadá y México que también son parte de dicho

convenio que entró en vigor en 1994; en cuanto a el medio de resolución de

conflicto este tratado trabaja con el arbitraje.

En el capítulo XX se aplica tanto para controversias sobre interpretación

del tratado y de conflictos acerca de inversiones que ha siendo el más

utilizado, el investigador continua, que la oferta de arbitraje permite a los

Page 36: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

147

inversionistas nacionales de los países que suscribieron dicho tratado

someter sus diferencias al arbitraje, indica el articulo 1120

1. Salvo lo dispuesto en el Anexo 1120.1 41 y siempre que hayan transcurrido seis meses desde que tuvieron lugar los actos que motivan la reclamación, un inversionista contendiente podrá someter la reclamación a arbitraje de acuerdo con: a) el Convenio de CIADI, siempre que tanto la Parte contendiente como la Parte del inversionista, sean Estados parte del mismo; b) las Reglas del Mecanismo Complementario del CIADI, cuando la Parte contendiente o la Parte del inversionista, pero no ambas, sean Estado parte del Convenio del CIADI; o c) las Reglas de Arbitraje de UNCITRAL. 2. Las reglas aplicables al procedimiento arbitral seguirán ese procedimiento salvo en la medida de lo modificado en esta sección

El investigador infiere que este articulo explica claramente una oferta al

arbitraje ante instancia como el CIADI, en su defecto utilizar el mecanismo

complementario CIADI, o las reglas UNCITRAL; es así como Estados unidos

declinan someter estas disputas a la jurisdicción nacional y es llevado a

entes arbitrales internacionales, que cuentan con imparcialidad.

Por consiguiente, el artículo 1122 ejusdem:

“Consentimiento al arbitraje 1. Cada una de las Partes consiente en someter reclamaciones a arbitraje con apego a los procedimientos establecidos en este Tratado. 2. El consentimiento a que se refiere el párrafo 1 y el sometimiento de una reclamación a arbitraje por parte de un inversionista contendiente cumplirá con los requisitos señalados en: a) el Capítulo II del Convenio del CIADI (Jurisdicción del Centro) y las Reglas del Mecanismo Complementario que exigen el consentimiento por escrito de las Partes; b) el Artículo II de la Convención de Nueva York, que exige un acuerdo por escrito; y c) el Artículo I de la Convención Interamericana, que requiere un acuerdo.”

Page 37: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

148

El investigador analiza el artículo citado, da la opción de recurrir al

Convenio CIADI, pero hasta la fecha no es aplicable para con México, debido

a que el solo Estados Unidos y Canadá han suscrito este tratado, pero aun

así es viable utilizar el Reglas del Mecanismo Complementario del CIADI o

bajo las reglas UNCITRAL.

Por último, el objetivo general arbitraje internacional de inversiones en el

derecho Venezolano que atiende a mostrar el arbitraje como mecanismo

alterno de resolución de conflictos tanto a nivel mundial como en Venezuela

en el campo de inversiones extranjeras que se realizan en el país a raíz de

Tratados Bilateral de Inversión.

El arbitraje no es más que un mecanismo a través del cual se pretende

solucionar una controversia que ha surgido de una relación jurídica entre las

partes otorgándole a un tercero (arbitro) cuyo poder no es derivado de las

autoridades de un Estado, sino de un centro privado.

En particular excluye la jurisdicción nacional que impera del Estado,

también es considerada como extrajudicial, ahora bien, el arbitraje nace de la

voluntad de las partes de someterse a esta institución mediante un contrato o

clausula arbitral.

Es considerada como eficaz, económica, confidencial, e imparcial, esta

última característica es buscada por los inversores extranjeros a la hora de

someter sus conflictos a alguna jurisdicción, sin dejar atrás la seguridad

Page 38: CAPITULO IV 1. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

149

jurídica con la que debe contar a través de un Tratado bilateral de inversión

que proteja sus intereses.

Si bien es cierto que es un procedimiento privado, la legislación

venezolana se ha encargado de tratarla en la ley de arbitraje comercial,

estableciendo las pautas generales que deben ser tomadas en cuenta para

llevar a cabo un procedimiento arbitral.

Distintas fuentes afirman que dicha imparcialidad no es del todo cierta, el

caso de Venezuela que ha sido coaccionada por este mecanismo a nivel

internacional, donde la mayoría de los casos ha sido condenado por el CIADI

con respecto a disputas contra transnacionales al pago de grandes sumas de

dinero.

La razón fundamental de la amplia utilización del arbitraje internacional en

este ámbito a nivel universal se encuentra en la creciente presencia y

proliferación de Acuerdos Internacionales sobre Inversiones; Si bien

tradicionalmente, estos Acuerdos básicamente tenían una naturaleza

bilateral, donde los Estados parte asumían recíprocamente una serie de

compromisos de promoción y protección de las inversiones realizadas por los

inversores de la otra parte.