ciento cincuenta años de psicología en españa

Ciento cincuenta añosde Psicología en España

Instrumentos de la Psicología-1 4/5/07 12:47 Página 45

Juan Huarte de San Juan


a pretensión de mostrar, creemos que por primera vez en nuestro país, algunos de los ins-trumentos que la Psicología y nosotros los psicólogos hemos utilizado durante los últimos cientocincuenta años de profesión, lleva aparejada el reconocimiento de aquellos que, con mayor sabi-duría y compromiso, han hecho uso de los mismos, cuando no los han creado, o han propiciado sudesarrollo. Por ello, esta breve revisión de los últimos ciento cincuenta años de la Psicología ennuestro país, lleva su impronta y su consejo, tomados de sus biografías, publicaciones y trabajos.Vaya por delante nuestro reconocimiento a su labor, en esta revisión que no pretende ser exhaus-tiva, sino solo el recordatorio de la brevedad de la existencia de la Psicología como ciencia y comoprofesión, pero también, de la intensidad e importancia de los logros conseguidos por la misma entan corto espacio de tiempo. La PSICOLOGÍA, con mayúsculas, es una de las especialidades másdemandadas en el ámbito de la salud, a pesar –y esa parece ser la paradoja- de que en el mo-mento de redactar estas apresuradas referencias, el Gobierno de España, aún no la ha reconocidocomo profesión sanitaria, máxima aspiración de los psicólogos desde sus principios. No podemosdecir que no nos importa, aunque sabemos que en esta lucha ganará la Psicología, pero sobre to-do ganará la ciencia y la sociedad que lo demanda con urgencia.

Los Precursores

Si miramos hacia atrás, como mantiene Carpintero (2004), el paisaje de la Psicología en nuestropaís, es un paisaje donde la mayoría de los instrumentos y las teorías que la sostienen son im-portados. Salvando pequeñas, aunque significativas aportaciones, en su mayor parte ancladas enel pasado (Luis Vives, el Bachiller Sabuco, Francisco Vallés, Fray Luis de Granada o GómezPereira), y más atrás aún (Pedro Hispano, Arnau de Vilanova o Raimon LLull), nuestra psicologíaha sido, y es, una ciencia que se nutre, principalmente, de los avances conseguidos fuera denuestras fronteras.

Mención especial, en esa mirada hacia atrás, merece Juan Huarte de San Juan, el cual ha sidoconsiderado “Padre de la Psicología”, y al que los psicólogos españoles hemos adoptado como“nuestro patrón”.

De Juan Huarte de San Juan (¿1526–1588?), las referencias que tenemos son poco precisas.Sabemos de él que fue un médico del Renacimiento, que parece haber nacido en San Juan de Piede Puerto, una localidad del sur de Francia, que en aquel tiempo era un enclave español, pertene-ciente al antiguo reino de Navarra.

Se forma en Alcalá de Henares (1559) y ejerce de médico en Andalucía (Baeza 1571). Vive pues,entre los reinados de Carlos V y de Felipe II. Contemporáneo de Cervantes, en 1575 se publica suúnico libro conocido, El Examen de los ingenios para las ciencias, en el que señala “la diferenciade habilidades que hay entre los hombres, y el género de letras que a cada uno corresponde enparticular”. Su libro, ha sido considerado como el primer antecedente de la psicología diferencial

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(Iriarte, 1949). Las consecuencias que derivaron de dicha publicación, fue la denuncia a laInquisición por Alonso Pretel (Baeza, 1579), por entender éste que las ideas de Huarte sobre “lasrelaciones orgánicas de cerebro y entendimiento y de los influjos del temperamento sobre el albe-drío”, eran contrarias a la doctrina católica.

Para Huarte, si las almas racionales de los hombres son perfectamente iguales, como señala ladoctrina católica, en su composición metafísica, entonces, las diferencias que se hallen entre ellos,han de venir de otro nivel, que él entiende que no puede ser otro que de la constitución empíricaen que se realiza la conexión del alma con la corporeidad.

Huarte, influenciado por Galeno, mantiene que la corporeidad humana es un sistema físico, resul-tante de la unión de los cuatro elementos que intervienen a través de cuatro humores, sangre, bi-lis, linfa y extrabilis. De la distinta conjunción de los humores, surge la variedad de individuos consus distintos temperamentos y funciones vitales.

Adopta, como mantiene Serés (1998), una posición claramente somaticista, donde las potenciasde alma vegetativa-nutritiva, las apetitivas (concupiscible e irascible) y la racional, establecidas porPlatón, están relacionadas con partes del cuerpo y su funcionamiento conforma los distintos tem-peramentos, según la distribución de calor, sequedad, humedad o frío (Carpintero, 2004)

Huarte rechaza el concepto de instinto y lo cambia por el de temperamento. Distingue tres tipos dehabilidades o potencias racionales: memoria, entendimiento e imaginación. Tales potencias resul-tan posibles por las disposiciones creadas por los humores y cada elemento interviene en una plu-ralidad de niveles funcionales. Así, afirma, que “el calor da coraje, hace que se digiera bien, forta-lece el entendimiento y da fuerzas al impulso sexual; en general, mantiene que el calor está ligadoal sexo masculino”.En cambio, las mujeres dice, “son todas frías y húmedas”. De esto deriva, se-gún Huarte, que las mujeres apenas tienen entendimiento, dada la incompatibilidad que se esta-blece entre su humedad y la necesaria y fundamental sequedad del entendimiento. Para él, el en-tendimiento es una potencia regenerativa que engendra los conceptos, imágenes, figuras yrepresentaciones que constituyen las distintas ciencias y que, como afirma Carpintero (2004), nodeja de ser interesante que Chomsky, haya recordado esta concepción de Huarte, en su idea delentendimiento como facultad activa y regenerativa (Chomsky, 1971).

No obstante esta aparente diferencia entre los dos sexos, en su obra, “El examen de los ingenios”,Huarte mantiene una radical unidad entre ambos, de tal manera que para él es posible el cambiode sexo, ya que la interiorización de los órganos volvería al hombre mujer y, ésta, podría volversevarón “solo con arrojar el útero y los testículos fuera” (Huarte, 1988).

La originalidad de éstas y otras concepciones sobre el individuo, que mantiene en su Examen, ha-cen de Huarte un precursor, merecedor de ser considerado uno de los iniciadores de la Psicología.

Antonio Gómez Pereira (1500–1558?). Casi coetáneo de Juan Huarte de San Juan, ha sido, a lolargo de los siglos, un autor controvertido y, en ocasiones olvidado. Permanentemente ligado a R.Descartes, en el que parece que tuvo gran influencia. Nació en Medina del Campo, hijo de un tra-

HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA

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tante de manufacturas. A los 15 años viaja a Salamanca para iniciar estudios de “artes” en suUniversidad. Toma contacto con la Filosofía a través de Juan de Oria y del agustiniano Martí Alfonsode Córdoba y, más tarde, de Juan Martínez Guijarro, que llegó a ser Arzobispo de Toledo, Primadode España y que es conocido con el sobrenombre de Cardenal Silíceo.

También cursa estudios de medicina, que concluye hacia 1520. Tiene influencias, a través de suslecturas de Platón, Aristóteles, San Agustín, Averroes, Ockham, y otros. Su ocupación principal fuela medicina, llegando a ser, al menos en una ocasión, médico del príncipe Carlos, aunque su in-quietud como científico y filósofo le hizo abordar muchos aspectos de la investigación en medici-na y filosofía.

Gran defensor de la lógica y de sus valores, pues gracias a ella, “la mente se torna ágil, aguday clara en el tratamiento de lo fácil y lo difícil”. Para muchos, es un precursor del mecanicismo,el materialismo y el automatismo de las conductas, “aunque referidos solamente a los animales“en su ser y actuar, ya que la voluntariedad, es privilegio, en exclusiva de los movimientos de loshombres”.

Considerado como el gran filósofo español de su época, pero para la psicología solo cabe ser re-ferenciado como el introductor del estudio de los mecanismos automáticos del funcionamiento dela conducta, aunque, como hemos afirmado, la circunscribe al mundo animal.

Pero es desde la mitad del siglo XIX, al igual de lo que ocurre en otros países de Europa, cuandocrece en España el interés por lo psicológico y, a falta de una ciencia autóctona, se importan, des-de países como Alemania, EEUU, Inglaterra o Francia, los avances y las teorías más sobresalien-tes. Son principalmente médicos, filósofos y pedagogos, los primeros y principales interesados ensu desarrollo y aunque en un sentido estricto, a la mayoría de ellos, no puede calificárseles de psi-cólogos, a ellos les debemos que la psicología figurara entre las posibles respuestas que la cien-cia de la época tenía para explicar el comportamiento y las aflicciones de las personas.

Principalmente en las últimas décadas, la Psicología Española ha tenido un gran desarrollo, tantodesde el punto de vista profesional como académico y científico, especialmente favorecido por doselementos fundamentales, la creación de la especialidad en las grandes universidades de nuestropaís y el nacimiento, hace apenas veinticinco años, del Colegio Oficial de Psicólogos de España(1980). A partir de estos hechos, la psicología, en nuestro país, se ha confirmado como una cien-cia en continuo crecimiento que, Carpintero (2004), fundamenta en tres grandes periodos.

El primer período abarcaría desde los orígenes hasta 1936 donde, como ya hemos afirmado, nues-tra psicología fue más receptora que creadora, y sus protagonistas merecen figurar en su historiacomo los grandes cimentadores de lo que vendría después.

El segundo período, lo fija Carpintero en el tiempo que transcurre desde el inicio de la Guerra Civil,en 1936, y 1970. Durante dicho periodo se produce un parón, debido a la gran represión de losvencedores y, especialmente, a la pérdida de los grandes protagonistas de la cultura y la cienciade la época, que mueren en esa represión o tienen que marchar al exilio.


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En este período, nuestra Psicología sedesarrolla principalmente en los países deacogida, de la mano de Ángel Garma(1904–1993), Emilio Mira y López (1896–1964) Mercedes Rodrigo (1891–1982) oGonzalo Rodríguez Lafora (1886–1971),por citar los más destacados de los quetuvieron que partir.

Dentro de la Península, a partir de los años50, sólo la constancia de José Germain yun pequeño grupo de colaboradores entrelos que cabe citar a Mariano Yela(1921–1994), José Luis Pinillos (1919),Miguel Siguán (1918) y Francisco Secadas(1920), entre otros, posibilitan la lenta re-cuperación de la Psicología.

El tercer período, iría desde 1970 hasta laactualidad y al cual denomina como “pe-riodo de expansión”. El punto de arranquedel mismo es la creación, en 1968, de lacarrera de Psicología, primero en lasUniversidades de Madrid y Barcelona y,seguidamente, en otras como Valencia, Murcia, Granada, Salamanca, Sevilla, Oviedo, Santiago,Málaga.., hasta un total de 20 facultades en universidades públicas y privadas, incluyendo la UNED.Junto a esto, la formación del Colegio Oficial de Psicólogos de España (1980), ya citada, coloca ala Psicología en un periodo de crecimiento sin precedentes.

Nuestra intención, en este apresurado resumen, no es referenciar a todos aquellos psicólogos que,con su obra, merecerían estar en cualquier manual de Historia de la Psicología en España, dadoque no se trata de ello, sino algunos de los más significativos, especialmente de los inicios de laprofesión, cuya referencia sirva de sustrato a nuestro proyecto de mostrar algunos de los instru-mentos utilizados en el devenir de la misma. Por ello, valgan nuestras disculpas anticipadas por lonecesariamente arbitrario de la elección, esperando no crear agravios insuperables con la misma.

Los Primeros Científicos

Pere Mata (1811–1877), parece ser un ejemplo de lo que anteriormente afirmábamos, es decir, in-vestigadores de la psicología, que proceden de otras profesiones. Médico castrense de profesión,por lo tanto, observador directo de un periodo convulso de nuestra historia y de la historia de Europa,donde el Romanticismo, principalmente en Francia y el Idealismo en Alemania, como principales co-rrientes de pensamiento en la primera mitad del siglo, impregnan la cultura y la ciencia de nuestro


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AngelGarma


continente. Pero no va a ser ninguna de estas dos corrientes filosóficas las que van a influir en nues-tro protagonista. Es el positivismo, que representan Gall y Spurzheim, o mejor aún, los avances dela medicina positivista, dominantes en Europa a partir de la segunda mitad del siglo XIX, los que vana influir, de forma definitiva, en Pere Mata, de manera que, como afirma Pousada (1996) es, en esecontexto, donde podemos considerarle el máximo representante en nuestro país.

Hijo de médico, estudia cuatro años de Filosofía y dos más de Humanidades. Posteriormente, conuna formación complementaria en Física Experimental y en Botánica, inicia en Barcelona la carre-ra de Medicina, que termina de forma brillante en 1835. Durante ese tiempo, y una vez finalizadala carrera, Mata se muestra como un intelectual comprometido: escribe poesía, pone en marchapublicaciones, colabora con distintos diarios y participa activamente en la política catalana, desdeun planteamiento liberal, llegando a ser encarcelado y condenado a ser deportado a Filipinas, con-dena que no se cumple al ser liberado por haber triunfado la revuelta que lo llevó a la cárcel. Conposterioridad, como recoge Pousada (1996), no tiene tanta suerte y, en 1837, se ve obligado a re-fugiase en un barco francés y exilarse a Montpellier, ocasión que aprovecha para completar sus es-tudios e implicarse en la actividad profesional de la ciudad, hasta el punto de ser nombrado miem-bro del Círculo Médico de Montpellier.

A su regreso a España, en 1838, ejerce la medicina, se mezcla en política, crea un periódico: LaJoven España. Estas actividades, mal vistas por el régimen de la época, llevan a su expulsión delpaís, teniendo que instalarse en París, donde toma contacto con la medicina legal, lo cual adquiri-rá gran importancia en su vida profesional futura. A su vuelta, continúa con sus actividades políti-cas, siendo nombrado alcalde de Reus y, sobre todo, ejerce la medicina legal de forma intensa, sinolvidar sus otras pasiones como son la filosofía, la psicología, la novela, o el teatro. Es un intelec-tual en el más amplio sentido de la palabra.

Su vinculo con la Psicología, se remonta al periodo de su exilio en París (1838–1840), en el quePere Mata toma contacto con la Societè Medico-Psicologique. Una vez en España y a través delejercicio de la docencia en Medicina Legal, de la que es Catedrático en Madrid y promotor de laCátedra de Barcelona, Mata se interesa por cuestiones relacionadas con la mente. En 1846, inclu-ye un capítulo, en su Tratado de Medicina y Cirugía Legal Teórica y Práctica, relativo a las altera-ciones mentales. En él, aborda los distintos problemas que, un especialista en medicina legal, pue-de encontrar en su trabajo, a la hora de determinar la existencia o no de alteraciones mentales enlos individuos. Se centra, especialmente, en el grado de superación de los problemas y en la inci-dencia de estos en la seguridad pública. Dicha preocupación le lleva a introducirse en la psiquia-tría y, dentro de ella, en la tarea de definir la razón humana de forma precisa, para que pueda serutilizada por la justicia con precisión, a la hora de declarar imputables o no a los individuos.

Su preocupación sobre la responsabilidad penal de los locos, así como de la búsqueda de instru-mentos adecuados para determinar el grado de deterioro de los sujetos, le llevan a escribir una se-rie de tratados como el Tratado de la Razón humana en estado de salud.

Como recoge Pousada (1996), la crítica más importante que hace Mata de los psicólogos y los fi-lósofos, es que éstos, rompen la unidad de base que, según él, constituye el individuo, el cual, so-


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lo es posible, por la conjunción de dos órdenes distintos, cuya existencia separada no podría expli-car su sostenimiento. Para Mata, la Psicología es la ciencia de las capacidades del alma, aunqueeste alma, nunca puede revelarse sin condiciones materiales, sin la existencia de un sustrato or-gánico, que no puede ser otro que el cerebro, entendido no como un órgano único, sino múltiple.

Intenta, en la integración de esa dualidad donde existe una clara predominancia de lo orgánico sobrelo inmaterial, conseguir una clasificación válida y fiable de las facultades humanas, realizando unadescripción de cómo van apareciendo a lo largo del desarrollo, “desde el nacimiento hasta decrepi-tud” -en sus propias palabras-, en un intento de elaboración de una Psicología Evolutiva, muy avan-zada para su tiempo.

Estas aportaciones, hacen de Mata una referencia inexcusable en la naciente Psicología de media-dos del siglo XIX, y son merecedoras de ser consideradas como parte importante de la incipienteciencia, que adquiriría gran relevancia a partir de la segunda mitad del siglo XX.

La inclusión de Francisco Giner de los Ríos (1839–1915), como uno de los valores históricos másasentados de la Psicología en España, durante la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio delsiglo XX, es solo una parte de nuestra justificación de la elección del personaje. La otra es, que Ginerde los Ríos fue una figura imprescindible en el desarrollo de la ciencia y la educación del siglo XIX,alargando su influencia hasta el final de la Guerra Civil de 1936. Su figura es la más genuina repre-

sentación del intelectual comprometidocon la racionalidad y el liberalismo científi-co de su época.

Nace en Ronda (Málaga). La movilidad desu familia, hace que curse estudios en di-versos lugares como Cádiz, Alicante,Barcelona o Granada, donde se licencia enDerecho y donde obtiene el título de ba-chiller en Filosofía y Letras. Pero es, en sutraslado a Madrid, en 1863, donde semezcla con ambientes liberales y pre-re-volucionarios, a través de sus relacionescon Sanz del Río (gran defensor de la filo-sofía krausista) y su “Círculo Filosófico”, sutrabajo en la Universidad, o su pertenenciaal Ateneo, donde se va conformando, pocoa poco, su futura personalidad intelectual.

En 1865, obtiene el grado de doctor enDerecho Civil y Canónico por laUniversidad Central de Madrid y en 1866es nombrado Catedrático por oposición dela Cátedra de Filosofía del Derecho y


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Francisco Giner de los Ríos


Derecho Internacional. Cátedra que no ocupa hasta el año siguiente, al ser censurado debido a suideología krausista y liberal. Cátedra que además pierde, nada más tomar posesión, lo mismo quele había ocurrido a Sanz del Río, Salmerón o Fernando de Castro.

La recuperación de dicha cátedra y el inicio en España de un periodo revolucionario (1868) mar-can, para Giner de los Ríos, el principio de una actividad intelectual febril, en la que se suceden pu-blicaciones en derecho, filosofía, psicología, artículos políticos, creación de revistas, conferencias yun sin fin de actividades científicas y académicas. Dicha actividad es interrumpida en 1875, comoya lo había sido anteriormente, por la acción del Manuel Orovio, que al ser nombrado de nuevo ti-tular del Ministerio de Fomento, retoma sus ataques a los avances liberales, lo que provoca unarespuesta del profesorado nacional y lleva a Giner de los Ríos al destierro y a la cárcel y, nueva-mente, a ser desposeído de su cátedra.

No obstante, su permanencia en la cárcel no es desaprovechada por nuestro personaje, porque es allí,donde concibe la posibilidad de crear una institución educativa totalmente laica, apolítica y sin atadu-ras filosóficas, cuyos principios se basaran en la “libertad e inviolabilidad de la ciencia y de la consi-guiente independencia de su indagación y exposición respecto de cualquier otra autoridad que la de lapropia conciencia del profesor, único responsable de sus doctrinas”. Este proyecto conformaría la de-nominada como Institución Libre de Enseñanza, que tanta influencia tuvo en España, hasta el golpe deestado fascista de 1936 y a pesar de que su muerte había ocurrido más de veinte años antes.

En el ámbito de la Psicología, tema que nos ocupa, Giner de los Ríos tiene una influencia signifi-cativa, por sí mismo y a través de algunos de sus discípulos como Juan Vicente Viqueira, JuliánBesteiro, Martín Navarro Flores, Domingo Barnés y otros, considerados como personajes importan-tes de nuestra disciplina en los siglos XIX y XX.

Trabajos como El alma del niño, según Preyer (1887), La nerviosidad y la educación, según el Dr.Pelman (1889), La educación de los niños nerviosos, según Krafft-Ebbing (1896) o Sobre la ideade la personalidad (1923), son una muestra de algunas de sus aportaciones en este campo.

Pero es sin duda, en sus Lecciones de Psicología (1874), donde realiza una verdadera sistemati-zación de su pensamiento psicológico. Giner define la psicología como la ciencia del alma. Pero es-te carácter de ciencia impone al conocimiento del alma unas premisas muy claras, donde lo em-pírico se une con lo filosófico, conformando la intimidad de conciencia del sujeto (Lafuente, 1996).

De acuerdo con el modelo krausista, para Giner, la Psicología, como toda ciencia, esta sujeta a unplan, que él organiza en tres niveles: una psicología general, o primer acercamiento a su objeto deestudio, en el que es considerado en lo que tiene de unitario; otra especial, en el que se estudianlas partes o elementos que pueden distinguirse en él y, una tercera, que denomina orgánica, en laque se contemplan las relaciones entre las partes, permitiendo una nueva consideración del obje-to en tanto que totalidad integrada (Lafuente, 1996). Según esto, para Giner, la Psicología General,realiza el “análisis del alma en su concepto de unidad”, la Psicología Especial, se ocupa de “las tresactividades particulares en que se desenvuelve y cumple su destino: el pensar, el sentir y el que-rer” y por último, la Psicología Orgánica, trata de la unión orgánica de las dos anteriores. Su pen-


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samiento va derivando desde posicionesfundamentalmente idealistas, heredadasdel krausismo, a planteamientos positivis-tas, gracias a influencias de personajescomo Wundt, Fechner, Lotze, Helmholtz oSpencer, haciendo que introduzca modifi-caciones en sus escritos primitivos, paraadaptarlos a los progresos de la nuevaciencia psicológica. Esta posición quedaclara en la segunda edición de Lecciones,donde toma relevancia la dimensión fisio-lógica de los problemas y la importanciadel sistema nervioso en los comporta-mientos de los individuos.

Pero es su influencia, a través de laInstitución Libre de Enseñanza, en la quese formarán algunos de los futuros psicó-logos como Luis Simarro, del que hablare-mos a continuación, lo que hace significa-tiva e imprescindible la labor de Giner delos Ríos, en lo que aún hoy se consideracomo modernidad educativa en España.

En la vida de Luis Simarro (1851–1921) se dan todas las contradicciones de la época que le to-có vivir. Luis Simarro es un científico que apenas puede hacer ciencia por las condiciones del pa-ís. Es, asimismo, un académico que no publica sus trabajos, teniendo los historiadores que acudira referencias de discípulos como Viqueira, Achúcarro o Lafora y a documentos históricos para re-llenar este aspecto de su actividad profesional.

La Universidad Complutense de Madrid, con motivo de la celebración del centenario de la creaciónde la primera Cátedra de Psicología Experimental publicó, en el año 2002, de la mano de los pro-fesores Carpintero, Campos y Bandrés, una magnífica monografía sobre Luis Simarro, por ser és-te, el primer titular de dicha cátedra y, además, de uno de los grandes precursores de la psicolo-gía científica en nuestro país. Dicha monografía, nos ha ayudado mucho a conocer al personaje,de cuyo trabajo vamos realizar unos breves apuntes que nos permitan continuar este apresuradorecorrido por la historia de la Psicología en España. También, porque lo recogido en dicha mono-grafía y en todos los artículos consultados, nos presentan a un científico cuyas aportaciones hicie-ron avanzar nuestra profesión, pero, asimismo, a un personaje que, como ocurre con otros muchospsicólogos, está totalmente implicado en los problemas de su tiempo.

Simarro nace en Roma, hijo del pintor valenciano Ramón Simarro Oltra. A los tres años tiene quevenir a España por el fallecimiento de su padre. A pesar de su orfandad, es un personaje protegi-


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Luis Simarro


do, educándose en un ambiente de romanticismo liberal que va a influir, de forma importante, ensu desarrollo. Simarro destaca como un intelectual y un político radical, hasta el punto de formarparte como tesorero de la Junta Revolucionaria durante el sexenio revolucionario. Dicha postura ra-dical le hace perder su puesto de profesor del Colegio San Rafael, que compaginaba con sus es-tudios de medicina.

Pero es su etapa madrileña, que inicia en los albores de la Restauración, la que ha de mostrarnosa un Simarro en plena capacidad intelectual, académica y política. Simarro trasciende de laInstitución Libre de Enseñanza, a la que ya se incorpora en Valencia de la mano de Eduardo PérezPujol, y se mueve en todos los ámbitos del compromiso social y político de su época. Se afilia a lamasonería, de la que llega a ser un miembro destacado. Tiene relaciones con el Partido Socialistaa través de destacados miembros del mismo como Jaime Vera y otros. Su estancia en París, se en-riquece, no solo con los ambientes intelectuales que frecuenta, sino también con la formación psi-cológica y humanística que recibe de personajes tan destacados como Charcot en la Salpetierre,de Richet o de Magnan. A su vuelta a Madrid, retoma sus actividades políticas sociales y académi-cas con gran éxito. En 1875, realiza su tesis doctoral, muy influenciado por el positivismo y el evo-lucionismo de Haeckel, tan de moda en algunos ambientes científicos de la época, basada en loselementos de mediación entre un organismo y su medio. Para Simarro, tales relaciones podían di-vidirse en dos grandes grupos: las relaciones energéticas y las informativas. Como afirmaCarpintero (2004), para su comprensión no recurrirá al vitalismo, sino al determinismo biologicis-ta, intentando explicar los fenómenos desde un nivel fisicoquímico. Esta posición, monista yHaeckeliana, será la que le acompañe durante toda su vida. En 1898 opta a la cátedra de HistologíaNormal y Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de Madrid, cátedra que ocupa su amigoSantiago Ramón y Cajal, lo cual empaña, en cierta medida, dicha amistad. Catorce años después(1902), Simarro obtendrá la nueva cátedra de Psicología Experimental de la Facultad de Cienciasde dicha universidad.

Respecto a sus aportaciones en el campo de la psicología, la reconstrucción de su pensamiento esuna tarea dificultosa, dada la poca bibliografía del personaje. Siguiendo de nuevo a Carpintero(2004), tal vez, la primera formulación que éste hace de su pensamiento psicológico se refiera alos fundamentos de la conferencia pronunciada en la Institución Libre de Enseñanza en 1878, ba-jo el título de “Teorías modernas sobre la fisiología el sistema nervioso” en la que, refiriéndose alas células nerviosas como “elementos primarios del complicadísimo mecanismo nervioso”, añadeque la célula es tenida por el órgano principal, cuyas funciones ignoradas dan ocasión al pensa-miento y la voluntad” (Simarro, 1878). Tal localización del pensamiento y la voluntad en el sistemanervioso, permiten postular la existencia de un psiquismo celular de carácter evolutivo, ya que des-de el principio del desarrollo biológico, afirma, deberíamos encontrar los principios de lo que va aser el sustrato psicológico de los organismos superiores. Partiendo de este principio de origen ce-lular, Simarro sostiene que el desarrollo psicológico se fundamenta en la suma de conductas refle-jas simples, que se enlazan de forma determinista y causal. Esta idea, estaba influida por los tra-bajos sobre reflejos cerebrales, llevados a cabo por Schenov (1868), el cual afirmaba que el reflejofisiológico, era el principal fundamento explicativo de todas las conductas.


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Simarro tiene muchas otras influencias de grandes autores de su época, Huxley Claude Bernard,Luys, Hartman, Carpenter, Baín o Charcot, por citar algunos de los más conocidos. Evolucionistas co-mo Spencer o Darwin, dejaron también su impronta en nuestro protagonista, y otros comoDescartes, Muller, Helmholt y Meynert, le influyeron igualmente con sus teorías. Es un darwinistaconvencido que se orienta a la neurohistología y más tarde, especialmente por la influencia deCharcot, hacia la psicología asociacionista. Pero su planteamiento teórico definitivo, reflejado en losapuntes del curso que imparte en 1904 y 1905, recogido por Juan Vicente Viqueria en su obra laPsicología Contemporánea (1930), no es otro que el funcionalismo. Simarro, al igual William James,considera a la Psicología como una “ciencia de hechos que constituyen el fluir de la conciencia”.Esta ciencia, emplea la observación y la reflexión como métodos. Reconoce la distinción entre suje-to y objeto, y señala al sujeto como un “tejido de sentimientos” con varios núcleos o niveles del yo:el “Yo sentido”, estado de ánimo, y el “Yo activo”, la personalidad espiritual, corporal e histórica.

Desde esa posición funcionalista, interpreta la memoria como un mecanismo protector, proyecta-do hacia delante, hacia el futuro, puesto que permite el conocimiento del pasado y su utilizaciónposterior por el sujeto. De la inteligencia, afirma, que es un instrumento para ser interpretado me-diante conceptos, con lo que da preponderancia al lenguaje. No obstante, la escasez de su obra ysu escaso desarrollo como investigador, empañan su figura de intelectual comprometido con sutiempo, aunque gran parte de su compromiso se vio agrandado por la obra posterior de discípuloscomo Rodríguez Lafora, Martín Navarro o Viqueira.

Santiago Ramón y Cajal (1852–1934).La denominada Restauración, que ocupabásicamente el último cuarto del siglo XIX,es una época de nuestra historia, caracte-rizada por una serie de conflictos socialesy políticos (nacen los regionalismos, espe-cialmente Cataluña y el País Vasco), sepierden las últimas colonias (Cuba,Filipinas y Puerto Rico), comienza un inci-piente desarrollo económico e industrial, sereanuda la construcción del ferrocarril, pe-ro, sobre todo, fue el periodo del nacimien-to de la Institución Libre de Enseñanza y delo que es más importante para la culturaespañola, de la aparición de múltiplesobras y revistas de difusión científica y cul-tural, entre otras, el Boletín de la propiaInstitución (BILE) o la llamada RevistaContemporánea que sirvieron para dinami-zar los círculos de la ciencia y la cultura ennuestro país. Es la época del evolucionis-mo, de los positivismos y, como no, de la


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Santiago Ramón y Cajal


reacción de la jerarquía decimonónica y del catolicismo más rancio. La modernidad contra el con-servadurismo, en una lucha por emerger de una época anterior plagada de sombras y anatemas.

En dicho contexto, se fue abriendo poco a poco paso, el embrión de una ciencia moderna y euro-pea. El krausismo, se configura como la antesala del positivismo y, entre ambos modelos filosófi-cos, se sitúa el kantismo o el positivismo spenceriano. Es, en este ambiente, convulso pero apa-sionante, donde una generación de “sabios”, como los denomina Carpintero (2004), ejerce sumagisterio y, entre los que destaca Santiago Ramón y Cajal.

Como tantos otros precursores de la Psicología, Santiago Ramón y Cajal no fue psicólogo, pero suobra, en el campo de la neuroanatomía, sirve de sustrato a la investigación posterior en psicologíay, en sus descubrimientos, se apoyan muchas investigaciones posteriores, centradas en la tan bus-cada relación mente-cerebro. Como mantiene Carpintero (2004), la figura de Cajal se muestra co-mo una de las más importantes del mundo científico español de su época, cuya importancia no hadisminuido con el paso del tiempo, ya que, su modelo acerca de la estructura del sistema nervio-so y los mecanismos básicos de su funcionamiento, sigue vigente en la actualidad. Sus trabajos enneuroanatomía, centraron las bases de la psicología fisiológica actual, por lo que no renunciamosa situarlo como un precursor de la Psicología con mayúsculas, mucho mas, en un país como elnuestro, tan escaso de figuras de auténtica relevancia científica. Algunos autores como Mestre(1857–1936) basaron parte de sus estudios en Psicología, en sus descubrimientos. Su biografía,como las de otros de los autores anteriormente citados, está plagada de avatares e, incluso, de po-sibles paradojas, propias del momento histórico que les tocó vivir y de la singularidad del persona-je que, como muchos de los intelectuales de su época, tuvieron que construir un mundo que losreconociera para poder realizar su obra.

Nace en Petilla de Aragón (Navarra), en 1852 y fallece en Madrid en 1934. Se licencia en medici-na en Zaragoza en 1873. Ejerce de médico militar en Cuba (1874-75). A su regreso a España, vi-ve en Valencia donde ejerce la medicina, y donde se interesa por la conversión de los trastornosemocionales en patologías físicas (histeria) y la hipnosis. Consigue la Cátedra de Anatomía de laUniversidad de Valencia (1886–1892) y más tarde, la de Madrid en 1892.

Le une una gran amistad con Luis Simarro, del que aprende la técnica de tintado del tejido nervio-so desarrollada por Golgi, aunque más tarde esa amistad se enturbiará al tomar posesión de laCátedra de Anatomía de Madrid, también deseada por Simarro. Sus investigaciones, en el campode la Histología y la neuroanatomía, le conducen al desarrollo de una teoría neuronal del sistemanervioso, en la que sostiene que las neuronas son unidades discretas que trasmiten el impulso ner-vioso por contigüidad y que se hallan acompañadas de las denominadas células glía. Este nuevaconcepción del funcionamiento del sistema nervioso, establecía que la relación neuronal no se re-alizaba por continuidad, sino por una discontinuidad y que había terminaciones libres en las neu-ritas, por lo cual, el sistema no consistía en una retícula, como anteriormente se postulaba. Cajaldefiende la existencia de una serie de dimensiones en la neurona: la unidad anatómica propia deuna célula, la unidad genética o de origen, la unidad funcional, la unidad trófica o regenerativa, launidad de reacción patológica y la ley de polarización axípeta, que hace que el impulso nervioso


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marche desde las dendritas hasta el axón (Laín, 1962, p 352, en Carpintero 2004). Por estos des-cubrimientos recibió el Premio Nobel en Fisiología en 1906, que compartió con Golgi.

Centrándonos en sus aportaciones más directas al mundo de la Psicología, hay que destacar sustrabajos sobre la construcción de una psicología objetiva o histología psíquica, como una cienciadestinada a “subordinar una serie de actos psíquicos, reflejados en la conciencia, a una serie pa-ralela de fenómenos físico-psíquicos obrados por las células” (Cajal, 1905, p. xvi), donde se com-binan, como equivalentes, la histología psíquica con la psicología objetiva. En ellos, apoya la nece-sidad de una ciencia que enlace los procesos de conciencia, subordinándolos a una base material,en la que lo psicológico es básicamente lo consciente, aunque siempre subordinado a la base ma-terial que predomina.

Como informa Carpintero (2004), su posición última sobre el funcionamiento del sistema nervioso,habría que situarla en el asociacionismo, ya que, para él, todo el desarrollo psicológico “sobre to-do la mente del genio y del hombre con talento” es el resultado del desarrollo de las vías de aso-ciación que se da en el proceso evolutivo. Mantiene, que tanto los cambios cuantitativos como cua-litativos que suceden en el mismo, están fundamentalmente relacionados con el predominiocreciente de las neuronas de asociación.

Su interés por la Psicología le acompaña hasta el final de sus días, interesándose por la psicologíade los sueños y por las causas del retrasode la conciencia o a la atención de los pro-cesos subjetivos de orientación introspec-tiva a través de la traslación de la funcio-nes neuronales a manifestacionespsicológicas, en un intento de explicar,desde el punto de vista de la histología, losfenómenos psíquicos.

Ramón Turró i Darder (1854–1926). Suimportancia fundamental, más que por susaportaciones a la psicología, se debe a quees la cabeza más representativa de la de-nominada como escuela catalana, en opo-sición a la escuela madrileña, representa-da por Luis Simarro y sus seguidores.Como la mayor parte de los intelectualesde su época, tiene grandes inquietudes fi-losóficas, científicas y sociales, que hun-den sus raíces en el positivismo.

Nace en Malgrat, Barcelona, y su forma-ción es tan dispar como sus intereses, co-mienza a estudiar medicina, que abando-


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Ramón Turró i Darder


na pronto, para más tarde interesarse por la filosofía y el periodismo, hasta terminar en el mundode la veterinaria, especialidad en la que finalmente se licencia, de la mano de su amigo Jaime Pi iSunyer. Terminados sus estudios entra como investigador en el Laboratorio BacteriológicoMunicipal de Barcelona, del cual llegó a ser director. Sus trabajos en el ámbito de la biología, le lle-van a una concepción homeostática del organismo, con claras influencias de la fisiología de ClaudeBernard. Según dicha concepción, el equilibrio es el resultado de la satisfacción de necesidadesgeneradas por la acción del organismo. Dichas necesidades específicas, requieren, para su satis-facción, sustancias específicas y respuestas definidas en su resolución, citando el hambre comoparadigma de necesidad específica.

En el desarrollo de su teoría, mantiene una distinción clara entre sensación (pasiva y receptiva) ylo que denomina como percepción activa, centrífuga, con activación de los recuerdos, que inclu-ye componentes motrices. Esta concepción, de percepción inconsciente, es similar a las proposi-ciones de Helmholtz sobre la inferencia inconsciente, según la cual, se concibe al objeto percibi-do como algo exterior y real. Los procesos emocionales y afectivos, los sitúa Turró junto alconocimiento, apareciendo la emoción, ligada, fundamentalmente, a las funciones endocrinas yprocesos psíquicos, estableciendo una relación psicosomática a través de un mecanismo de con-dicionamiento pavlovniano.

Para Turró existe una relación psicofisiológica entre el cuerpo y la psique, que abarca percep-ción, emociones, pensamiento, etc., locual intenta demostrar explorando su ba-se fisiológica. Para él, incluso la concien-cia, no es autóctona, sino una voz queresponde a procesos neurofisiológicos(Sempere, 1965), cuya base son las ne-cesidades tróficas. Siguán afirma queTurró hace un intento de explicación de latotalidad del organismo. Destaca, asímismo, el carácter activo del hombre. Suacercamiento a la psicología es bastantetangencial, ya que tiene una visión gené-tica de los problemas de los individuos alos que intenta explicar más que desdeuna perspectiva psicológica, desde unplanteamiento biológico que pretenderesponder a un problema filosófico(Siguán 1981).

Juan Vicente Viqueira (1886–1924)Como mantienen muchos historiadores,Juan Vicente Viqueira es una de las figu-ras más interesantes de la psicología es-pañola del siglo XX. Discípulo de Simarro e


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Juan Vicente Viqueira


influenciado por la ILE, como lo fueron otros importantes investigadores como FranciscoSantamaría Esquerdo (1866–1925) o Julián Besteiro (1870–1939), por citar algunos de los másconocidos, Viqueira destaca por sus múltiples facetas de filósofo, historiador y psicólogo. También,su actividad política en el galleguismo activo, junto con su precaria salud, forman parte del perfilde este investigador, formado en la psicología alemana.

Nace en Madrid en 1886 y muere en Lagoa, la Coruña, en 1924. Su temprana muerte y, como yahemos apuntado, su precaria salud, no impiden el desarrollo de una actividad científica y acadé-mica importante. Perteneciente a una generación abierta a los últimos avances que surgen deEuropa, Juan Vicente Viqueira se constituye, junto con otros importantes científicos de su época,en un acendrado defensor de la Institución Libre de Enseñanza, ya que ésta representaba la rup-tura con el llamado “problema de España” que atenazaba a la sociedad española, diferenciándo-la del resto de la Europa desarrollada. Su enfermedad (la osteomielitis), le obligaba a pasar lar-gas temporadas en París para seguir tratamiento médico, sirvió, en su caso, como puente entresus inquietudes sociales y científicas y la modernidad Europea representada por Bergson Husserl,Cassirer o Stumpf, de los que Viqueira fue alumno.

Su interés temprano por el desarrollo de la psicología europea, le hacen marcarse unos objetivos(influenciado sin duda por Giner y Simarro),en los cuales pretende la fusión de la psicología alema-na con la psicología experimental inglesa, para lo cual, se plantea trabajar con los investigadoresmás sobresalientes de ambos países. Así, planea continuar sus estudios en Berlín con Stumpf, pa-ra más tarde viajar a Leipzig a trabajar con Wuntd, al tiempo que se informaba de los avances dela psicología experimental inglesa (Blanco, 1993). Pero aunque este proyecto no se logra, su for-mación europea, lo señala como un psicólogo de formación experimental, como se confirma en unprimer trabajo que publica en el Zeitschrift für Psychologie und Phisiologie der Sinnesorganes, ba-jo el título de “Lokalisation und Einfaches Wiederekennen”, que más tarde fue titulado como “Unnuevo factor de la memoria de identificación”. En este trabajo, Viqueira mantiene la teoría de queel reconocimiento de los objetos por parte de los sujetos, se basa en que reconocemos los obje-tos, si estos se sitúan siempre en el mismo lugar y que, al contrario, no los reconocemos cuandocambian. Más tarde, a su vuelta de Alemania, redactó una memoria sobre la enseñanza de la psi-cología en las universidades alemanas, con la tesis, de que el dominio de dicha ciencia estaba di-rectamente relacionado con el dominio de sus métodos (Carpintero, 2004). Intenta, sin conseguir-lo, crear el Instituto de Psicología, que tardará aún muchos años, lo que le lleva a derivar al mundode la filosofía en la enseñanza media, donde obtiene una cátedra en el Instituto de EnseñanzaMedia de Santiago de Compostela.

Su aportación al mundo de la psicología no es muy amplia, pero de gran una singularidad para sutiempo, recogiéndose en distintos trabajos publicados en varios medios especializados, pero es, so-bre todo, en dos de sus libros, donde puede situarse el eje de su pensamiento psicológico:“Introducción a la psicología pedagógica” (1919) y “Psicología contemporánea”, que aparecería en1930 después de su muerte.

Su visión histórica está centrada en Wundt, pero también en autores como Bergson, Willians James,Brentano o Dilthey, incluidos el conductista Watson, del que hace una documentada crítica y, por su-


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puesto Freud, cuyas teorías considera “figuras retóricas”, para más tarde, distanciarse del experi-mentalismo alemán porque considera que se pierde en detalles, olvidando que la psique es un con-junto. Viqueira define la psicología como un saber introspectivo acerca el hombre. En sus propiaspalabras: “un estudio de la vida íntima, interna, psíquica de estos sujetos”. Mantiene una posicióncontraria al asociacionismo y al elementalismo. Para este autor, lo importante es el todo y no los ele-mentos que lo conforman. En la unidad total cuyo centro sería el yo, en torno al cual se iría desarro-llando la personalidad, rechazando así la síntesis wuntdiana, según la cual son los elementos los queconfiguran el todo que es más importante que las partes. Intenta hacer una psicología desde la fi-losofía, incluso, desde la metafísica, donde la actividad de la conciencia solo es entendible desde unalma trascendente y, aunque la psicología se opone a dicha metafísica, afirmaba que el sujeto em-pírico y trascendente son lo mismo, y que las modificaciones de conciencia son, así mismo, estadosde la sustancia, es decir, del alma, en un intento de unión existencial del hombre y su existir.

El fracaso en su intento de integrar la psicología experimental alemana y las filosofías de Bergsony Dilthey con la fenomenología de Husserl, hace que se interese por otros proyectos alejados de lafilosofía y se centre en la realidad de la Galicia en la que vive.

Otros intelectuales de su tiempo se interesan por la psicología, especialmente desde el mundo dela filosofía, pero también, desde la religión, conformándo, durante esos años, una verdadera psico-logía neoescolástica, que hundirá sus raíces en las primeras décadas del siglo XIX de la mano deBalmes (1810–1848), el gran referente de la misma, y Fray Zeferino González (1831–1894), y queextiende su influencia, por acción del nacionalcatolicismo imperante, hasta la mitad de dicho sigloXX. No obstante, algunos de sus miembros como Marcelino Arnáiz (1867–1930) y Juan Zaragüeta(1883–1974) principales introductores de las enseñanzas de Lovaina, Francisco de Barbens(1875–1920) o Fernando Palmés (1879–1963), entre otros muchos religiosos, abordan el mundode la psicología, en un intento de explicar los fenómenos psíquicos desde leyes que permitan ar-monizar la vida consciente de los individuos, representada por la psicología, -estudiada a través dela introspección, combinada con la observación y la experimentación (Arnáiz, 1903, 1904, enCarpintero 2004), con un ser permanente y sustancial que vive en ellos- y la religión. Para estosautores, la necesidad de reconocimiento de una psicología, explicativa del comportamiento, no tie-ne porqué estar enfrentada a otras manifestaciones espiritualmente trascedentes.

Arnáiz (1903), hace de su psicología un estadio trascendente, previo y fundamental del conoci-miento de la naturaleza humana, admitiendo la realidad biológica y antropológica del mismo, en laque su visión de dicha realidad hunde sus raíces. Su reconocimiento de que el avance de la mis-ma debe realizarse a través de la psicología experimental y de la psicopatología, no tiene porquéoponerse al ideorrealismo tomista, que por su formación neoescolástica también defiende.

Zaragüeta, por su parte, mantiene una visión más antropológica, basada en una teoría psicogené-tica de la voluntad, la cual pretende mostrar, como la forma más perfecta y culminante del des-arrollo espontáneo de la conciencia, en una doble dirección teórico-práctica. Para este autor, la vi-da psíquica posee grandes virtualidades que no está bien representadas bajo la idea de potenciaso facultades. Mantiene, que la vida psíquica se desarrolla desde una dualidad cualitativa y cuanti-tativa (ambas necesarias para la comprensión de la misma), en un intento de defender la dinami-


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zación básica de los procesos psicofísicos y la necesidad de situar, los más complejos, como es-pecificidades y concreciones del comportamiento espontáneo. Su formación escolástica y sus in-fluencias fenomenológicas y bergsonianas, hacen de este autor, un claro antecedente de otros, quetuvieron influencia destacada en las primeras etapas del franquismo, como Zubiri y otros.

Junto a estos autores citados, muchos otros, se formaron en el mundo de la psicología e influyeronen su desarrollo a través de la publicación de distintas manuales, ensayos o traducciones de obrasde autores extranjeros, principalmente europeos. Su crecimiento a través de los dos grandes polosgeográficos Madrid y Barcelona, da lugar a la aparición de dos escuelas diferenciadas, la madrile-ña, representada por Simarro y sus discípulos y la catalana, representada por Turró y los suyos.

Gonzalo Rodríguez Lafora (1886–1971) Como tantos otros estudiosos de la psicología de sutiempo, Gonzalo Rodríguez Lafora no fue psicólogo, sino psiquiatra y neuropatólogo. Nace enMadrid y su principal activo, junto con sus grandes aportaciones a las ciencias del comportamien-to, es ser uno de los científicos que favorecieron el establecimiento de las primeras bases de ca-rácter institucional de la psicología española, a través de la denominada escuela de Madrid. Granamigo de Ortega es, así mismo, discípulo de Madinaveitia, Simarro y Ramón y Cajal. Su interés porla neuropatología le lleva, guiado por Achúcarro, a Alemania, donde colabora con algunos de losmás importantes científicos de aquel país, Kraepelin, Alzheimer, Brodman, Vogt o Ziehen, por citarlos más sobresalientes de un grupo de grandes genios de la neurología.

Su acercamiento a los problemas menta-les, lo realiza Lafora desde la neurohisto-logía, donde converge con otros especia-listas como educadores y psicólogos ydesde donde va conformando su papel co-mo precursor de la psicología en España.

En 1914 se crea en España un PatronatoNacional de Anormales, cuya dirección co-mienza a ostentar Achúcarro, para pasarmás tarde, aunque por poco tiempo aLafora. Pero su principal aportación a lapsicología española de carácter institucio-nal es, por una parte la creación de la re-vista Archivos de Neurobiología y, espe-cialmente la creación del InstitutoMédico-pedagógico de Carabanchel.Junto a esto, la formación de un grupo deespecialistas, entre los que se contabaJosé Germain, hombre clave de la psicolo-gía de la postguerra y verdadero iniciador,junto con sus discípulos, de la psicologíacontemporánea en España.


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GonzaloRodríguez Lafora


Las aportaciones de Lafora al mundo de la psicología son múltiples, realizadas desde distintas po-siciones teóricas, desde la neuroanatomía y la neurohistología, la psicopatología y la psicopedago-gía infantiles. El libro “Los niños mentalmente anormales” (1917), es un claro reflejo de su acer-camiento a los problemas de la salud mental infantil desde dichos campos. Desde el psicoanálisis,al cual se acerca por su preocupación por la psicología profunda, aunque Lafora rechaza la exce-siva importancia que Freud da al sexo en la infancia, así como la interpretación simbólica de lossueños que el padre del psicoanálisis realiza como elemento fundamental de su teoría.

En su aportación a la teoría de la personalidad, Lafora defiende la necesidad de una visión globaly holística de la persona, en consonancia con los postulados filosóficos de su amigo Ortega.Mantiene una concepción de personalidad total, en donde se han de englobar tanto dimensionesorgánicas heredadas, como experiencias adquiridas, “en una unidad compleja y conjunta de losfactores parciales que constituyen su yo peculiar”. La personalidad, dice también, es “la razón dela conducta” (Lafora, 1938). Así se unen los tres componentes fundamentales, personalidad, ca-rácter y conducta. Esa estructura de personalidad incluye “un conjunto de tendencias para la ac-ción y la reacción”, que se organizan en diferentes estratos. Según esto, los estratos superiores re-gulan y, en parte, controlan a los inferiores, a partir de lo cual se establece una unidad personalorganizada como una síntesis dinámica de las tendencias, las cuales, desde una perspectiva ana-lítica, conforman tres elementos fundamentales:

– Los componentes primarios, biológicos, con base hereditaria y genética

– Los componentes psíquicos fundamentales, también hereditarios y

– Los rasgos complejos del carácter, adquiridos.

Para Lafora, los rasgos complejos del carácter son adquiridos y derivan de la interacción del am-biente con las estructuras básicas fundamentales de los sujetos.

La obra científica de este autor, es amplia, sin desdeñar su participación en la vida social, a travésde sus aportaciones en el periodismo científico, en el que se muestra como un gran polemista.También en el desarrollo del Código Penal de 1928 o en su participación, como miembro destaca-do, en la Liga de la Higiene Mental, donde comparte su actividad con personajes del prestigio deAchúcarro (1880–1936), Villaverde (1886–1936), Sacristán (1887–1959), Vallejo Nájera(1888–1960) o Sanchís Banús (1890–1932), todos ellos ilustres responsables del avance de lapsiquiatría en España en el primer tercio del siglo XX.

Pero es, sin duda, a través de la revista Archivos de Neurobiología, fundada con Sacristán y Ortegay Gasset, donde comparte mesa científica, hasta su exilio, con personajes de la importancia deRamón y Cajal, Pi Sunyer, Novoa Santos, Negrín, Marañon, Del Rio Ortega, Turró, Simarro, Viqueira,Mira y López, Gayarre, López Albo y otros muchos de gran prestigio en su época, de sus trabajoscientíficos y sus aportaciones como ensayista y escritor, donde Lafora realiza sus aportaciones fun-damentales al mundo de la neuropsiquiatria y la psicología, hasta su exilio, como consecuencia dela guerra civil española, que lo hace recalar en México, como tantos otros, donde contribuyó de for-ma destacada al desarrollo de la psiquiatría y neurología de este país.


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Augusto Pi Sunyer (1879- 1965). Colaborador y discípulo de Turró, ocupa un lugar central en na-cimiento de la psicología en España desde su trabajo como miembro destacado de la denominadaescuela de Barcelona. Esta influencia se extiende al trabajo posterior de alguno de sus discípuloscomo Mira y López. Nace en Barcelona, en un ambiente científico (su padre es médico, amigo deTurró) lo que le lleva a estudiar medicina, dedicándose muy pronto a la investigación de la manode éste último. Es nombrado catedrático de fisiología, primero en Sevilla y después en Barcelona,lo cual le permite un marco de trabajo y actividad científica sobresaliente que, desgraciadamentees interrumpido, como le ocurre a tantos otros, por su exilio en México donde fallece en 1965.

Su aportación fundamental al mundo de la psicología, se basa en la idea central de que el organismoes un solo órgano cuya función primordial es vivir, por lo que, todas sus partes, orgánicas o funciona-les tienen como único fin el desarrollo de esa unidad radical. Según Pi Sunyer, esta unidad funcionalse conforma sobre una serie de planos unificadores, por debajo de la cual existe una unidad psicoló-gica, sostenida sobre una unidad nerviosa, que a su vez es sustentada por una unidad bioquímica.

Para este autor, es a través de la filogenia, donde se va construyendo el proceso de unidad orgá-nica, desde lo bioquímico hasta lo psíquico, donde el control va pasando evolutivamente de un pla-no a otro superior (bioquímico, nervioso...), hasta llegar a la unidad funcional que es el individuo.Su visión asociacionista, con influencias de Pavlov, Richet, Bidder, Claude Bernard, Bechterev,Cannon o Schmidt, le hacen concebir el funcionamiento del organismo como una unidad, donde locerebral influye sobre lo visceral y ambos están influidos por lo psíquico, que viene dado por laadaptabilidad, es decir, por la condición teleológica de ciertos procesos en que se produce una se-lección de una respuesta a otra (Carpintero 2004).

Como se puede ver en los distintos autores referenciados, las influencias en la psicología que des-arrollan, era fundamentalmente europea ya que, la información de lo que se hacía al otro lado delAtlántico no llegaba a nuestro país y, sobre todo, porque el centro de la cultura y de la ciencia occi-dental seguía siendo nuestro continente, del cual emanaban las corrientes más avanzadas en me-dicina, biología, pedagogía o filosofía. No es de extrañar pues, que los científicos españoles mirarana Europa a la hora de buscar respuestas a sus preguntas. La aparición de grandes movimientos, quetanta importancia tuvieron en décadas posteriores, como el Psicoanálisis, la Gestalt o la Escuela deGinebra, y de la traducción de las obras de grandes autores como Wundt, Wertheimer, Freud, Jung,Koffka, Khöler, Kretschmer, Pavlov, Breurer, Ferenczi, Bühler, o Piaget, por citar algunos de los másdestacados, así como, la formación que reciben muchos de nuestros científicos, especialmente enAlemania, conforman un panorama de gran actividad de la psicología en España, sustentado princi-palmente por las elites culturales y científicas y que se complementa con las aportaciones de otrosgrandes nombres de la ciencia, como Gregorio Marañon o Novoa Santos desde la medicina y Ortegay Gassset desde la filosofía, a los cuales, no obstante sus magníficas aportaciones, no vamos a in-cluirlos en este catálogo de urgencia, ya que su gran desarrollo científico y profesional lo realizaron,principalmente, en el ámbito de la medicina y la filosofia respectivamente.

Antes de abordar los antecedentes de la psicología actual, y dada la humildad de este informe, asu-mimos que no podemos referenciar a todos los personajes que por su trabajo merecerían un re-


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cordatorio, pero al menos citaremos los más sobresalientes, aunque la brevedad del mismo no nospermite la referencia pormenorizada.

Como mantiene Carpintero, (1980, 1982), la llegada de la psicología a nuestro país, vista en su con-junto, fue un proceso complejo. El interés por la educación, oficialmente protagonizado por el krausis-mo de Sanz del Río y Giner de los Ríos, se complementa por otros de índole terapéutica y sociolabo-ral, los cuales imponen un catálogo de prioridades donde educadores, médicos, ingenieros, abogadoso religiosos, abordan desde distintos perfiles temas relacionados con la psicología emergente en laépoca. De esa inquietud surge una incipiente psicología del trabajo que comienza a desarrollarse enCataluña dirigida por Ruiz Castella e impulsada por Prat de la Riba, que se aglutinará en torno del nue-vo Institut d`Orientacio Profesional, y donde más tarde se incorporarán, para dirigir las secciones de an-tropometría y psicometría, los médicos Trias de Bes y Emilio Mira y López, respectivamente.

También en Madrid, con una orientación hacia la intervención psicopedagógica y terapéutica, diri-gida tanto al mundo de la infancia como del trabajo, otros especialistas trabajan, especialmente al-rededor del recién creado Patronato Nacional de Anormales (1915), al que se incorporaránAchucarro, Cajal, Lafora y Orellana, entre otros. El Instituto de Reeducación Profesional de Inválidosdel Trabajo, creado en 1922, es otro de los núcleos de la actividad psicotécnica y de rehabilitacióne intervención psicológica, llevado de la mano del ingeniero Cesar de Madariaga y del médicoAntonio Oller y donde colaboraron, junto con otros especialistas, Lafora y Germain (Oller, 1929).Mas tarde, en 1924, el gobierno de Primo de Rivera, determina crear el Instituto de OrientaciónProfesional junto al de Reeducación Profesional de Inválidos del Trabajo, donde se incorporan, en-tre otros, Mercedes Rodrigo y José Mallart. A partir de aquí, y con la llegada de la II República en1931, se multiplica la creación de instituciones, principalmente en Madrid y Barcelona y alrededorde la actividad de las mismas, el número de especialistas, publicaciones, trabajos, congresos, en-sayos y un sinnúmero de actividades relacionadas con la psicología, la psicotecnia o la psicome-tría. Ello culmina con el establecimiento, según decreto de 25 de Noviembre 1935, de la obligato-riedad de la selección psicotécnica para el ingreso de todos los alumnos de las Escuelas Oficialesde Preaprendizaje y Orientación Profesional y Escuelas profesionales, así como del estudio psico-técnico de todos los alumnos de las Escuelas Nacionales de Primera Enseñanza, y de otros nive-les que lo solicitaran. Todo esto desaparece, desgraciadamente, con la llegada del golpe de esta-do fascista, protagonizado por el General Franco, en julio de 1936.

Muchos son los especialistas, publicaciones, investigaciones, que durante estos años, de apasio-nante debate social y científico, desde los krausistas en el ámbito de la psicología educativa, a laspropuestas de Ruiz Castellá y Mirá y López, en el de la psicología aplicada con la puesta en mar-cha de la II Conferencia Internacional de Psicología Aplicada a la Orientación Profesional y a laOrganización Científica del Trabajo (Barcelona, 1921), que contó con un centenar de participantes,entre ellos algunos de los más importantes científicos europeos como Claparède, Lahy, Deloly oMoede. Una nueva versión de este encuentro, la VI Conferencia, se volvió a celebrar en abril de1930 en Barcelona, esta vez de la mano de Germain y Mallart, entre cuyas ponencias se incluíauna de Vygostky sobre la funciones intelectuales en el campo de la psicotecnia.


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Mención especial fue la nominación de Madrid como sede del XI Congreso de la SociedadInternacional de Psicología Científica (IUPsyS), a acelebrar en otoño de 1936, frustrado por el ini-cio de la Guerra civil, en el figuraban como ponentes científicos de la categoría de Ramón y Cajal,Mira y López, Germain, Lafora, Mallart o Ortega y Gasset, entre los españoles y Janet, Myers, Lahy,Michotte, Langfeld, Ponzo y Claparède, entre los extranjeros.

Lo siguientes años, una vez instalado el franquismo, y tras el exilio o la represión, incluida la muer-te, de la mayor parte de los científicos de nuestro país, el panorama que ofrece la psicología es de-solador, parejo con el ofrecen otras muchas iniciativas científicas o sociales, frustradas por la bar-barie franquista y la tutela del catolicismo radical imperante.

Mercedes Rodrigo Bellido (1891 –1952 ). Considerada como la primera psicóloga española y unade las precursoras en España de la psicología científica aplicada a la educación especial, la orien-tación profesional y la organización del trabajo. Nace en Madrid. Estudia la carrera de Magisterio.Amplía sus estudios en el Instituto J.J. Rousseau de Ginebra. En dicho Instituto, trabaja conClaparéde y Bovet. A su regreso a España, se incorpora al Departamento de Orientación Profesionaldel Instituto de Reeducación de Minusválidos de Madrid, donde trabaja con sordomudos, ciegos yanormales, en los que está especializada. Colabora con Piaget en distintas investigaciones sobreanimismo en la infancia y elabora, junto con Pedro Roselló, el primer “Registro Paidológico”.Es nom-brada Directora Pedagógica del Instituto Médico-Pedagógico en 1925, cargo que ostentará hasta1929, cuando pasa a encargarse de laSección de Orientación Profesional delInstituto Psicotécnico de Madrid. Trabajócon José Germain y fue psicóloga delTribunal Tutelar de Menores. Antes de ter-minar la Guerra Civil, viaja a Suiza, paramás tarde instalarse en Colombia, dondeayuda a fundar el “Instituto García Madrid”para niños anormales de Bogotá.

Mercedes Rodrigo, puede ser considerada,por méritos propios, como la pionera deltrabajo psicológico con los denominados,en su tiempo, como anormales. La últimaetapa de su vida, la desarrolla en PuertoRico, donde trabaja como profesora deeducación de la Universidad, siendo una delas fundadoras y más tarde presidenta dela Asociación de Psicólogos de Puerto Rico.Entre sus trabajos, cabe citar, “Introducciónal estudio de la Psicología” (1929).

Emilio Mira y López (1896 –1964 ).Junto a Rodríguez Lafora, otros destaca-dos psicólogos de la época tienen que


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Emilio Mira y López


partir hacia el exilio, como Ángel Garma, considerado como el primer gran psicoanalista español,el cual recaló en Argentina (1938), país en el que realizó una gran aportación para el desarrollo delpsicoanálisis. Fue el fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina (1942), y la Revista dePsicoanálisis, siendo considerado un maestro y un influyente científico en dicho país. Junto a és-te, otros como Mercedes Rodrígo, en Colombia y Puerto Rico, también merecen ser recordados porsus aportaciones al mundo de la psicología, Juan Cuatrecasas, Guillermo Pérez Enciso, Franciscodel Olmo... Pero el más sobresaliente de todos ellos fue, sin duda, Emilio Mira y López, el cual per-tenece al grupo e psicólogos de renombre internacional y su exilio fue sin duda una gran pérdidapara la psicología española.

Nace en Santiago de Cuba, hijo de un médico perteneciente a la sanidad militar desatacado en laisla. Una vez en España, se traslada a La Coruña y más tarde a Barcelona donde desarrolla sus es-tudios y toda su carrera profesional. Discípulo de Pi Sunyer y Turró, la influencia de ambos es fun-damental para su desarrollo profesional y científico. Jefe del Laboratorio de Psicofisiología delInstituto de Orientación Profesional desde 1919, en dicha época ya había realizado múltiples pu-blicaciones y traducciones, algunas de la importancia de el Lehrbuch der Geistenkrankheiten de O.Bumke, que proponía una concepción organicista de la psiquiatría, muy alejada de los modelos di-námicos imperantes. Por aquel tiempo, toma contacto con Rodríguez Lafora y comienza a colabo-rar con la revista Archivos de Neurobiología, mostrándose, en poco tiempo, como una figura sobre-saliente de la psicología catalana y española. En 1933, es nombrado el primer profesor depsiquiatría de la recién creada Universidad Autónoma de Barcelona desarrollando, desde entonces,una gran labor pedagógica y bibliográfica, fruto de la cual caben destacar un Manual de PsicologíaJurídica (1932), el Manual de Psiquiatría (1935), numerosos artículos y ensayos sobre el psicoa-nálisis, la Revista de Psicología i Pedagogía, junto al pedagogo Joaquín Xirau (1895–1946), peroes, sobre todo, su trabajo denominado Psychiatry in War (1943), el que alcanza gran resonancia enel mundo anglosajón. Su emigración a Brasil (1947), supuso una nueva etapa en su quehacer cien-tífico. Funda y dirige, en Río de Janeiro, el Instituto de Psicología Aplicada de la Fudación GetulioVargas, los Arquivos Brasileiros de Psicotécnia (1949) y la Asociación Brasileña de Psicotecnia.

Su interés por todo lo que tenga que ver con la psicología, hace que se preocupe por todas las es-cuelas emergentes en su época: conductismo, psicoanálisis, la psicología experimental....

Pero de todas las aportaciones a la psicología realizadas por Mira, la más importante es la referi-da a la psicotecnia a través de la creación del diagnóstico miokinético o PMK, prueba de persona-lidad de reconocimiento internacional. Ya en su tesis doctoral, titulada Correlaciones Somáticas delTrabajo Mental (1922), plantea la conexión entre la vida mental y el cuerpo o la corporalidad, en-tre las actitudes y los movimientos. Dicha conexión es la base a partir de la cual piensa que el es-tudio de dichos movimientos, especialmente aquellos que se muestran con más expresividad, pue-den definir rasgos de personalidad en las distintas etapas del proceso evolutivo. En sus propiaspalabras quería detectar la “expresión vectorial de las tendencias conativas” (Mira, 1939). El des-arrollo de la prueba coincide en el tiempo con otras de reconocido prestigio como el Test GestalticoVisomotor de Bender o el Diagnóstico Neuropsicológico de Luria, recibiendo el reconocimiento dela comunidad científica nacional e internacional.


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Su concepto de la psicología está impregnado por la idea de una unidad psicosomática del indivi-duo “el individuo en tanto que unidad humana, y considerado en sus relaciones con el medio na-tural y social en el que vive” (Mira, 1957). Para él, existe un doble aspecto en la actividad psíqui-ca, el relativo a la conciencia y el de la conducta, a los cuales ve como complementarios; aunqueadmite cierta preponderancia del plano subjetivo, ya que mantiene, que sin dicha primacía, no po-dríamos referirnos al plano objetivo de la conducta. Junto a esto, Mira defiende también la impor-tancia de la dimensión social de los individuos en la construcción del yo “no es posible compren-der un yo sin los tú con los que mantiene relación” (Mira, 1955). Su relación con los representantesmás destacados de la psicología europea y americana, y su interés por los distintos modelos dedesarrollo, le hacen definirse como ecléctico y, en otras ocasiones, como valedor de una psicolo-gía integral, dinámico-evolutiva y pragmática (Mira, 1969).

Los Restauradores

José Germain (1897 –1986). La recuperación de la psicología, después del desastre que para laciencia española supuso la Guerra Civil, tiene, sin duda, un protagonismo de excepción en la figu-ra de José Germain. Su trabajo y persistencia lograron que, poco a poco, la tradición investigado-ra y el reconocimiento de los últimos descubrimientos en la psicología mundial, fueron abriéndosepaso lentamente en nuestro país, gracias también a un pequeño, pero excepcional, grupo de cola-boradores, aún presentes, en algunos casos, en el panorama científico español.

Nace en Málaga y, aunque estudia su bachillerato en Bélgica, cursa su carrera de medicina en laUniversidad de Madrid. Sus preferencias por la neuropsiquiatría, le relacionan rápidamente conRodríguez Lafora, que le aporta la visión de dos grandes científicos, Ramón y Cajal y Luis Simarro.Después de unos años de formación en el extranjero, donde Germain se relaciona con Claparèdeen Ginebra, con Köhler y H. Rüpp en Berlín, y con Sicard, Dumas, Alajouanine, Janet y Tolouse enParís (Moya, 1986), vuelve a España y comienza a trabajar con Lafora en el Sanatorio Neuropáticode Carabanchel y en el Instituto para la Reeducación de Inválidos del Trabajo, donde toma contac-to con Mercedes Rodrigo, Antonio Melian y José Mallart. Mas tarde, en 1924, la sección de dichoinstituto donde desarrolló su labor, se convirtió bajo su dirección en el Instituto de OrientaciónProfesional. Pero su consolidación definitiva como un gran profesional y académico, se produce apartir de 1929, en el que es nombrado redactor jefe del los Archivos de Neurobiología. En 1931,es nombrado Jefe Médico de Psiquiatría e Higiene Mental de la Dirección General de Sanidad y en1932 profesor de psiquiatría y psicología en la Escuela Nacional de Sanidad, cargos que ostentahasta 1936 que abandona el país. Durante esa época también es nombrado secretario del reciéncreado Consejo Superior Psiquiátrico, que preside Rodríguez Lafora.

A su vuelta, en 1946, funda la Revista de Psicología General y Aplicada y, por recomendación del pa-dre Gemelli, es nombrado, en 1948, director del Departamento de Psicología Experimental en elConsejo Superior de Investigaciones Científicas, desde el cual inicia la reconstrucción de la psicolo-gía científica en nuestro país. En 1956, se incorpora como director del reorganizado Instituto Nacionalde Psicología y Psicotecnia en el cual permanece hasta su jubilación en 1972 (Carpintero 2004).


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Las aportaciones científicas de José Germain van desde el mundo de la neuropsiquiatría,“Consecuencias lejanas de los traumatismos medulares”, “Lesiones traumáticas de los nervios pe-riféricos”..., a la investigación psicotécnica con la revisión y adaptación de distintas pruebas men-tales entre las que cabe destacar la primera adaptación española del Test de Terman, llevado a ca-bo con Mercedes Rodrigo. Pero su gran aportación es sin duda el ser el arquitecto de la nuevapsicología española, en la que se acompaña de un grupo de jóvenes investigadores como MarianoYela, Miguel Siguán, José Luis Pinillos, Jesusa Pertrejo, Manuel Úbeda, Francisco Secadas, JoséAntonio Forteza, Juan García Yagüe, Alfonso Álvarez Villar, todos ellos con gran recorrido científicoprofesional, desarrollaron la nueva psicología, la que nos ha llevado a este pequeño homenaje a to-dos los que por aquí pasaron antes que nosotros.

José Peinado Altable (1909–1995). Entre el importante grupo de psicólogos que tuvieron queemigrar, como resultado del cruento golpe de estado de 1936, destaca, José Peinado Altable. Hijode abogado y maestra, perteneciente a la burguesía vallisoletana, estudia música y magisterio, pro-fesión, esta última, que ejerce durante algún tiempo. Completa sus estudios en la Escuela superiorde Madrid, adquiriendo la categoría de licenciado. En aquel tiempo se hace amigo de Juan Jaén ycomienza a trabajar sobre “la debilidad mental en niños menores de 6 años” (trabajo experimentalde licenciatura). Posteriormente, junto con Juan Jaén, publica Psicología Pedagógica: lo subcons-ciente y la educación (1932), en el que introduce el psicoanálisis en la pedagogía española y mástarde Manual de Paidología (1933), también con Juan Jaén, que es utilizado como libro de textopara los alumnos de magisterio.

Director de las Escuelas Españolas en Lisboa, profundiza en el psicoanálisis de la mano del psi-quiatra Villamil. Amplia estudios con Piaget, Cleparède Y Descoeudres en Ginebra en 1935. En1936, se presenta como soldado voluntario del ejército republicano, llegando hasta capitán. Es he-rido durante la contienda. Al terminar la guerra huye por Francia, donde es encarcelado y , por fin,logra trasladarse con toda su familia hasta México, donde llega a ser catedrático de PsicologíaClínica. Allí se publica su libro del mismo nombre Psicología Clínica. En 1967, ya en España, re-gresa a la Inspección de Enseñanza Primaria, puesto del que había sido apartado por el régimenfranquista, y permanece hasta 1972. Fue Director de la Escuela de Psicología del ISCE. Miembrodel Comité Internacional para el Estudio Científico de la Deficiencia Mental, miembro del equipoasesor de ASPRONA de Valladolid, Presidente del V Congreso Nacional de Psicolgía en 1976

José Manuel Rodríguez Delgado (1915–). Nace en Ronda (Málaga). Doctor en Medicina y Cirugíafue, durante 22 años, Catedrático de Fisiología de la Universidad de Yale y director del Departamentode Ciencias Fisiológicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y delDepartamento de Investigación del Centro Ramón y Cajal. En la actualidad, dirige el Centro deEstudios Neurobiológicos. Es uno de los científicos españoles de mayor categoría internacional, gra-cias a sus trabajos sobre los efectos interfirientes y nocivos de la contaminación electromagnética,producida por radiofrecuencias de baja intensidad en el funcionamiento bioelectromagnético cere-bral. Sus experimentos de control de radiofrecuencia de comportamientos animales, generaron ungran debate científico en EEUU. Entre sus muchos trabajos podemos destacar: “Control físico de lamente. Hacia una sociedad psicocivilizada” (1972), “La felicidad” (1988), “Mi cerebro y yo” (1994),“El control de la mente” (1995), entre otros muchos de carácter internacional.


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Los que desde la comodidad del siglo XXI, nos asomamos a la pequeña, pero intensa historia de lapsicología española, no podemos menos de considerar el esfuerzo y entusiasmo de aquellos queantes que nosotros allanaron el camino para llegar a donde estamos, sin olvidar lo mucho que aúnqueda por desbrozar, por ello, no podemos terminar este resumen sin recordar, aunque sea breve-mente, a tres de los últimos precursores de nuestra especialidad, nos estamos refiriendo a MarianoYela, José Luis Pinillos y Miguel Siguán.

Mariano Yela Granizo (1921–1994). Como señala Carpintero (2004), Mariano Yela es el primero,del denominado grupo de Germain, que obtuvo una cátedra en la Universidad de Madrid. Viajó aEstados Unidos, donde recibió formación especializada de la mano de Thurstone y Rogers, así co-mo de Michotte y Nuttin en Lovaina, universidad de la que fue profesor temporal. Su trabajo gira,fundamentalmente, en torno a la psicología matemática, de la que fue catedrático y el estudio dela inteligencia diferencial, de la que dice que se basa en un “continuo heterogéneo”, donde todaslas actividades inteligentes correlacionarían entre sí, aunque habría campos en los que la covarian-za sería mayor que en otros. (Yela, 1987b). La multiplicidad de factores está sujeta a una jerarquía,como señalaba Spearman, donde el factor principal sería el denominado factor “g”.

Para Yela, es la personalidad del individuo, y no sólo su inteligencia, la que determina el compor-tamiento, que a su vez depende de una estructura psicofísica. Por eso, mantiene que hay una“unidad de interdependencia del estímulo del sujeto y la acción” (Yela, 1974). La importancia desu obra en el desarrollo de la psicologíacontemporánea ha sido ampliamente re-conocida.

Francisco Secadas Marcos (1927–)Nace en Astillero (Cantabria).

Licenciado en Filosofía por la Universidadde Comillas (1942), Estudia.Psicología enAlemania con una beca “Alexander vonHumboldt”. A su vuelta, obtiene la licen-ciatura en Pedagogía así como la diploma-tura en Psicología por la UniversidadComplutense de Madrid y en 1951 el doc-torado. Becario del Departamento dePsicología Experimental del Instituto “LuisVives”. Miembro de la Sección dePsicología Evolutiva del Instituto “San Joséde Calasanz”y, desde 1965 investigadordel CSIC. En 1971 obtiene la cátedra dePsicología en la Universidad de Valencia.En 1981, vuelve a Madrid como Cate-drático de Psicología de la Educación de laUniversidad Autónoma, donde dirige el


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FranciscoSecadas


Departamento de Procesos. Anteriormente, desde 1948 a 1971, había sido profesor de laUniversidad Complutense de Madrid.

En 1968 funda la Revista Psicológica. También dirigió (1948–1970), los servicios de OrientaciónVocacional de la Institución “Virgen de la Paloma”, el Gabinete Psicopedagógico del Instituto de laJuventud, la Sección de Psicopedagogía de la Escuela de Psicología y el servicio correspondientedel Centro de Orientación Didáctica de Enseñanza Media.

En 1993, la European Revue of Applied Psychology/Revue Européenne de Psychologie Appliquée(vol. 43, 2, 163–166), dedicó la sección Biographie-Bibliographie a destacar la importancia del psi-cólogo internacional Francisco Secadas, así como de su trabajo científico y bibliográfico

Miguel Siguán (1918–) Nace en Barcelona donde cursa sus estudios. Como Yela, Germain, Pinillosy otros, pertenece a una generación marcada por la Guerra Civil. Hijo de maestro, cursó Filosofía yLetras, pero poco a poco, fue inclinándose por lecturas de psicología fenomenológica, influenciadopor Joaquín Xirau.

Por la relación que establece con Mira, a partir de su incorporación al Instituto Politécnico deBarcelona, se acerca a Freud, Piaget o Dumas, aunque su dedicación a la psicología surge bastan-te más tarde. Amplia estudios en el Instituto Tavistock de Londres, donde comienza a interesarsepor la psicología social. También por la Psicología del Trabajo, pero es, sin duda, en el campo de laPsicoligüística donde Siguán destaca de manera especial. La génesis del lenguaje y los procesosde comunicación del niño y los adultos constituyen el núcleo principal de su trabajo. También el bi-lingüismo y los mecanismos de adquisición de una segunda lengua han centrado la mayor partede su actividad científica.

José Luis Pinillos (1919–). Una característica que comparten la mayoría de los colaboradores deGermain, es su formación en el extranjero. Si Yela se forma en Estados Unidos y Siguán en elInstituto Tavistock de Londres, Pinillos, estudia primero en Alemania donde toma contacto conRocthacker, Behn, Muller y Gruhle, y más tarde en Londres donde conoce a H. J. Eysenck.

Nace en Bilbao y cursa la carrera de Filosofía y Letras en Madrid. Pero desde el principio se orien-ta hacia la psicología científica, abrazando el método inductivo. De igual forma, se interesa por lasdimensiones de la personalidad: la constitución, la percepción de complejos estimulares, las acti-tudes y los estereotipos. Es un psicólogo y un humanista que ha publicado dos de las obras quemás han influido en la psicología contemporánea en nuestro país, La mente humana (1965) yPrincipios de Psicología (1975), de los cuales se han hecho múltiples ediciones, siendo de obliga-da lectura para distintas generaciones de psicólogos. Obtuvo la cátedra de psicología en Valenciaen 1962 y la de Madrid en 1967.

Los Nuevos Psicólogos

La lista de los profesionales, científicos o académicos de la psicología actual en nuestro país, se-ría interminable, desde aquellos, también colaboradores de José Germain, como García Yagüe,


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Jesusa Pertejo, Álvarez Villar, a otros muchos, que a lo largo de los últimos decenios han aportadosu saber, su creatividad y, por supuesto, su ilusión por el desarrollo de la Psicología. Académicoscomo José Forteza, Rof Carballo, Mª Eugenia Romano, Miguel Cruz Hernández, , J. Mª. Tous, LuisCencillo, César Coll, Álvaro Marchesi (que fue Secretario de Estado de Educación), Jesús Palacios,el malogrado Ángel Rivière, R. Fernández-Ballesteros, J. Mª Prieto, J. M. Carrobles, J. Mª Peiró,Ignacio Martín Baró (ominosamente asesinado en el Salvador), J. J. Miguel Tobal, Mª José Rodrigo,M. Moraleda, Cándida Velasco, F. Labrador, J. Moragas. El también recientemente fallecido JoséLuis Vega (pionero, junto con A. Fernández, L. Melero y B. Bueno, en la formación sobre psicologíadel envejecimiento en España), Vicente Pelechano, Jesús Amón, Mª Teresa Anguera, EnriqueEcheburúa y otros muchos, cuyos trabajos y actividad científica y docente, han elevado a la psico-logía española a un rango de primera categoría internacional.

Mención especial merece, en el desarrollo y la institucionalización de la psicología en España, lacreación, en 1980 del Colegio Oficial de Psicólogos (Ley 43/1979 de 31 de Diciembre). La impor-tancia del COP es vertebral para el desarrollo de la psicología en nuestro país, no sólo porque agru-pa a casi 50.000 psicólogos colegiados, - la mayoría de los cuales ejercen la profesión de formapública o privada -, sino porque, con su creación, se da el gran empuje que la psicología aplicadanecesitaba. Es, además, el motor de la modernización de la psicología y el vehículo que enlaza lamisma con los grupos de trabajo más avanzados a nivel internacional.

El COP ha promovido, desde su creación, numerosos encuentros nacionales e internacionales delas más diversas ramas de la psicología. Participa, como socio de prestigio, en las más afamadasinstituciones internacionales, interviniendo en la mayoría de los eventos de carácter mundial, orga-nizados en los últimos veinticinco años. Coordina o ampara múltiples publicaciones de reconocidoprestigio. Su actividad formativa y de divulgación de la Psicología, lo sitúa a la cabeza de lasInstituciones más prestigiosas en dicho campo a nivel internacional. Ha patrocinado muchos de losprincipales encuentros de la especialidad celebrados en distintos países, en los últimos años.Interviene, a través de convenios con el Gobierno del Estado o de las Comunidades Autónomas, laatención psicológica a “mujeres víctimas de violencia de género”, a “víctimas de delitos”, participaen la “red autonómica y estatal de emergencias y catástrofes”, del “acoso escolar” y un sin fin deactividades que han consolidado la psicología española. Su estructura organizativa actual, forma-da por un Consejo General y Colegios Autonómicos, permite el desarrollo de una organización di-námica y cercana a los profesionales que ejercen la psicología en nuestro país.

La adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior es un paso definitivo para la consolida-ción de la especialidad, ya que su homologación con el resto de la psicología europea, significaráun apoyo a la formación y la investigación sin precedentes en épocas anteriores, al tiempo que uncamino abierto a la comunicación y a la proyección internacional de nuestros psicólogos. No obs-tante, la falta de reconocimiento de la Psicología como profesión sanitaria, no permite, como seríadeseado, la implantación de una adecuada red psicológica de asistencia pública, ampliamente de-mandada por la sociedad española. Aún así, la psicología ha ganado la calle y la demanda de psi-cólogos y el reconocimiento, por parte de dicha sociedad, de su trabajo es imparable, lo que de-muestra que el esfuerzo realizado no ha sido en vano.


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ciento cincuenta años de psicología en españa

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