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Compraventa Ad corpus y Ad MesuramPublicado el 15 julio, 2006| 65 comentarios

Tratándose de bienes inmuebles, es muy común que la superficie o las medidas y colindancias no sean correctas, puesto que es difícil calcularlas sobre todo si se trata de figuras geométricas irregulares, además el trazado de las calles y banquetas pueden provocar que la línea donde terminaba el terreno se desplace hacia adentro del mismo, también puede ser que los predios vecinos hayan recorrido su línea divisoria por un cálculo erróneo, o que simplemente la construcción de bardas haya provocado la disminución de la superficie debido al espacio que ocupan.

  Cualquiera que sea la razón no siempre se vende lo que se dice vender, es decir, legalmente está prohibido que se modifique la superficie medidas y colindancias de un bien inmueble (ello implicaría un acto jurídico completamente diferente sería una subdivisión, relotificación o lotificación, click aquí para ver tema aparte) por esa razón, no obstante que físicamente ya no existe la misma superficie, o bien los linderos son diferentes, no puede legalmente modificarse la que existe en el título de propiedad respectivo, porque ello implicaría otro acto jurídico de los antes citados, o bien, una corrección a los linderos que se llama “apeo y deslinde” el cual consiste en un trámite judicial donde se citan a tooodos los vecinos y en compañía de ellos y de expertos en la materia (peritos), se medirán y marcarán las colindancias del predio, las cuales harán constar en un acta que el Juez levantará y dará posesión legal de ellas al propietario.

  Ante la imposibilidad legal de corregir los datos que obran en el título de propiedad se utiliza una fórmula latina para evitar trámites más engorrosos, la venta “ad corpus” que significa algo así como “por cuerpo”, es decir, lo que existe, lo que se ve a simple vista, sin medidas específicas y por un precio único.

  Lo contrario es “ad mesuram” que significa “a medida”, es decir, que se vende exactamente la superficie medida y que el precio equivale a cada medida, a cada metro.

  Normalmente se acostumbra poner en un contrato que el inmueble se vende “ad corpus y no ad mesuram” o sea se vende lo que físicamente existe, sin tomar medidas exactas.