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Congregación del Santísimo Cristo de la Fe “Cristo de los Alabarderos” y María Inmaculada Reina de los Ángeles NUMERO IX AÑO 2016

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Congregación del Santísimo Cristo de la Fe

“Cristo de los Alabarderos”y María Inmaculada Reina de los Ángeles

NUMERO IXAÑO 2016

Sumario

Saludo Hermano Mayor 3

Desde el seminario 4

Jubileo de la Misericordia 5

Rincón del Mayordomo Capataz 7

Mi Cristo 9

Pregón de Semana Santa 10

Exaltación de la mantilla 12

Esclavos de honor de Sta. María

la Real de la Almudena 14

Medjugorje 15

Calvario y gloria 18

Los pilares de occidente 30

La participación de los ejércitos

en los desfiles procesionales 34

Una aproximación al Stmo. Cristo

de la Fe, a través de San Gregorio

de Elvira 37

Una reflexión sobre la libertad

religiosa 39

Volver a los valores 40

La corona de hielo 42

Peregrinación militar

internacional a Lourdes 45

“La Congregación nunca se extinguió” 46

La Tribuna Informativa de la Congregación del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los

Ángeles

SEDE CANÓNICA.

Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas.

C/ Sacramento, nº 11

MADRID

www.cristoalabarderos.org

e_mail: [email protected]

TRIBUNA Nº IX AÑO 2016

EDITACongregación del Santísimo Cristo de

la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles

DISEÑO GRÁFICO Y MAQUETACIÓNMaría Cristina Pacheco Ruiz

PORTADAEstandarte de la Congregación

CONTRAPORTADACristo de los Alabarderos

FOTOGRAFÍASFotos cedidas por Congregantes

CongregaCión del SantíSimo CriSto de la Fe y maría inmaCulada reina de loS ÁngeleS

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SALUDO DEL HERMANO MAYOR

Q ueridos congregantes y amigos,La llegada puntual de cada año de un nuevo número de la tribuna informativa de la Congregación del

Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, debería asemejar-se a la llamada de las campanas de la Iglesia de una comunidad. Un sonido sordo en este caso, que trata de convo-car a los congregantes a través de las palabras para hacer balance de la vida de la Congregación en el año que se fue y para darnos la oportunidad de poner en común reflexiones y pensamientos entre nosotros, pero también, para juntos, disponernos a afrontar un nuevo año de vida en comunidad alrededor de la imagen de nuestro Titular.

Recoge por tanto esta publicación, artículos y fotografías de las actividades de la Congregación en el año 2015. Algunas de ellas, forman parte de las ya tradicionales citas de nuestro calendario anual, como la jura de nuevos congregantes, el concierto de marchas procesionales, la procesión del Viernes Santo, la comida de hermandad, etcétera, pero recoge también otras que, por su especial significado, pasarán a ser historia de la Congregación. En efecto, fue en el mes de marzo de 2015, el día de la jura de nuevos congregantes, cuando una Infanta de España, S.A.R. Dña. Elena de Borbón y Grecia, presente en nuestra sede canóniga, recibe y acepta el título de Hermana Mayor Honorífica de la Congregación. Un hecho particularmente trascendente para nosotros, que recupera en los nuevos tiempos de la Congregación tras su refundación, la tradición de la especial vinculación que ésta ha tenido en su historia con las Reales Personas.

Especial y emotivo fue también el acto celebrado en la Catedral de Nª Sra. de la Almudena en septiembre de 2015, en el que se concedió a nuestra Congregación la medalla de Esclavos de Honor de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena, con motivo de la celebración de su 375 aniversario, sellando con ello, una ya especial relación existente entre ambas congregaciones. Nuestro estandarte lleva prendido con orgullo y honor tal condecoración a partir de entonces.

Pero si como hemos visto, el pasado año fue intenso y significativo para nuestra Congregación, debemos estar preparados para recibir el año entrante con particular entusiasmo. En efecto, el anuncio del Santo Padre del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, con el inicio del Año Santo el día de la solemnidad de la Inmaculada Concepción del pasado año, una fecha tan significativa para todos nosotros, debe marcar el devenir inmediato de la Congregación. Pues como Su Santidad nos dice: “En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asocia-ciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia”. Hagamos por tanto de esto nuestro reto para el año venidero, que cualquiera encuentre en nuestra Congregación gentes dispuestas a vivir de acuerdo al lema del Año Santo; “misericordiosos como el Padre”.

Para terminar, aprovecho este ya tradicional saludo de primeros de año, para agradecer de forma pública y sincera las aportaciones que cada uno de los congregantes habéis hecho a lo largo del año 2015 para que nuestra Congregación sea lo que es, por insignificantes que éstas parezcan. A los que asistís periódicamente a nuestras misas de primero de mes, a los que trabajan anónimamente antes de la Procesión para que todo brille al paso de nuestro Señor, a los que participáis en la Procesión cualquiera que sea su puesto, a los que colaboráis en la venta de lotería, los que contribuyen con esfuerzo o donaciones a la organización de la comida de hermandad, a los que habéis aportado artículos para esta revista, en fin a todos los que de forma desinteresada dedican su tiempo en beneficio de la Congregación. Este año permitidme dar un especial agradecimiento a la congregante Dña. Marisa Barbero, quien donó un magnífico y laboriosísimo faldón para mayor honor de nuestro Cristo.

Agradecer muy especialmente la particular contribución de nuestro pregonero de este año, D. Manuel La-drón de Guevara e Isasa, quien como confiesa en su pregón; llegó a la Congregación guiado por la música de los pífanos con el entusiasmo de querer ser un “Alabardero de Cristo”. Y sin duda lo es, fiel como lo es el Alabar-dero. Y como no, otro año más dar las gracias a todos los componentes de la Unidad de Música de la Guardia Real, que bajo la dirección de su Coronel D. Enrique Blasco, hicieron de nuevo conmover nuestros corazones con tan sublime concierto de marchas procesionales.

Sin más, recibid un cordial saludo de vuestro Hermano Mayor,Carlos Prada Larrea

La Tribuna nº iX año 2016

DESDE EL SEMINARIO

La pasada semana santa, en el día de la muerte del Señor, siendo 3 abril, como

todos los años desde 2003, año en que se re-anudó la Solemne tradición de procesionar con el Cristo de los Alabarderos, más de la mitad de los seminaristas del Seminario Cas-trense San Juan Pablo II, tuvimos la dicha de procesionar por las calles más insignes de la capital de España.

Como tal, los seminaristas participan en la procesión del Santísimo Cristo de la fe, Cris-to de los Alabarderos y María Inmaculada, Reina de los Ángeles. En el día en que el Se-ñor muere, no podemos separar la liturgia de la Iglesia con la manifestación popular de nuestra fe. Gracias a Dios, en nuestra Dióce-sis Castrense es algo que tienen claro nues-tros fieles. Tras la asistencia a los oficios del Viernes Santo, en los cuales participan la gran mayoría de congregantes, con presura nos di-rigimos hacia el Palacio Real, a la puerta lla-mada del Príncipe, lugar en el que comienza la procesión. Al llegar, ya todo estaba prepa-rado, pues se nota con el fervor y el amor con que preparan, asisten y ensayan los congre-gantes, para que en el día grande de su con-gregación no falte un pequeño detalle. Nos reparten los oficios de la procesión, los incen-sarios encendidos, esperando la señal para comenzar, todo está listo. La piedad popular no está reñida con la espiritualidad, sino que la nutre, pues es chocante ver con qué devo-ción rezan la oración del alabardero antes de emprender el camino. Es algo emocionante, pues ver a toda esta gente mirar hacia el Cris-to, deseando que todo salga bien, poniendo las intenciones particulares a sus pies, rezan-do por sus familias, por la congregación, por España… Es algo que sólo se puede entender cuando se participa de ello. Pues para nada es la manifestación cultural o exterior de algo pasado, sino que es Jesucristo mismo quien procesiona por las calles de Madrid.El capataz marca la salida, los anderos con

sus hombros preparados alzan el Cristo, con

paso firme y calmado empieza a salir de Pala-cio, se respira un ambiente festivo, solemne, es a Dios a quien llevan en sus hombros.Antes de la salida, la recién nombrada Con-

gregante de Honor, la Infanta Doña Elena, tiene el honor de realizar la primera levan-tada. Tras ello, el Cristo empieza a salir por la puerta, el exterior del palacio lo espera, no cabe nadie más. Los alabarderos formados en la puerta esperando a aquel que los guarda todo el año. Los congregantes con sus cirios encendidos, los seminaristas procesionando. El Cristo sale, suena el himno de España, la gente aplaude. Es algo bello, que ocurre úni-camente una vez al año. La procesión ha co-menzado. Nos dirigimos hacia la calle Bailén, los incensarios echando ese aroma que enga-lana a las calles de la capital una semana al año, una media hora tardamos hasta llegar a la casa que lo acoge todo el año, donde lo es-pera el rector de la Catedral, don Carlos Jesús Montes, se realiza la parada de penitencia, a continuación se reza la oración del alabarde-ro, y uno de ellos, un alabardero, le canta una saeta. Se palpa el sentimiento. Tras ello nos dirigimos por la calle Sacramento, hacia la plaza de la villa, donde nos espera la REAL CONGREGACIÓN DE ESCLAVOS DE MA-RÍA SANTÍSIMA DE LOS SIETE DOLORES, SANTÍSIMO CRISTO DE LA AGONÍA Y DESCENDIMIENTO DE LA SANTA CRUZ. Se hace el encuentro del Hijo con la Madre, se miran, se acercan, y tras ello cada uno sigue su recorrido hacia el calvario.La calle mayor nos espera, caminamos hacia

la plaza mayor, donde la entrada no puede ser más solemne, entre el bullicio de los turis-tas, las terrazas, es entrar el Cristo, y todas las miradas se dirigen hacia él.Algo cambia en Madrid ese día, pues Dios

se encuentra en medio de las calles. Seguida-mente la procesión continúa, bajamos calle mayor, nos dirigimos hacia la calle de San-tiago, llegamos a la Iglesia de Santiago, para continuar hacia la calle de San Nicolás. Se empieza a ver la catedral, la procesión está terminando, los aledaños llenos de gente. El Cristo se acerca a la entrada. Si no es poco el

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cansancio de todo el recorrido, queda todavía el último esfuerzo. Los anderos humildemen-te acceden al interior de rodillas con el Cris-to. Se hace por fe, nadie haría tal esfuerzo en vano. Al entrar comienza a sonar el Himno del Cristo, la gente se emociona, no es para menos, ha llegado a casa. Ya espera para vol-ver a salir otro año más, mientras tanto guíe a sus congregantes en el año que queda, pues los tengan siempre a sus pies, siendo esclavos de su amor, les conceda su gracia, no los deje y puedan como un fiel alabardero, llevar la cruz en su honor, sea suyo su dolor, y su luz les lleve al cielo, pues con su bondad esperen alcanzar el Reino eterno y alabarlo por todos los siglos.

SeminaristasSeminario Castrense “Juan PabloII”

JUBILEO DE LA

MISERICORDIA

El papa Francisco anunció el viernes 13 de marzo en la Basílica de San Pedro,

la celebración de un jubileo de la Misericor-dia, un año santo extraordinario.

“Queridos hermanos y hermanas he pensado a menudo en cómo la Iglesia puede poner más en evidencia su misión de ser testimonio de la misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual.

Por esto he decidido convocar un Jubileo ex-traordinario que coloque en el centro la mi-sericordia de Dios. Será un año santo de la Misericordia, lo queremos vivir a la luz de la palabra del Señor: ‘Seamos misericordiosos como el Padre’. (...) Estoy convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubi-leo la alegría de redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos so-mos llamados a dar consuelo a cada hombre y cada mujer de nuestro tiempo. Lo confiamos a partir de ahora a la Madre de la Misericordia para que dirija a nosotros su mirada y vele en nuestro camino”.

Francisco

Con la bula Misericordiae Vultus, publi-cada el 11 de abril de 2015 se convocó el año jubilar, que dará comienzo con la So-lemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 2015 y concluirá el 20 de noviembre de 2016, domingo de Nues-tro Señor Jesucristo Rey del universo y rostro vivo de la misericordia del Padre.

Con el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco pone en el centro de la atención el Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia Él. El encuentro con Él ins-pira la virtud de la misericordia.

La palabra jubileo se inspira en el tér-mino hebreo de yobel, que alude al cuer-no del cordero que servía como instru-

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mento. Jubileo también tiene una raíz latina, iubilum que representa un grito de alegría.

La Iglesia Católica tomó como influencia el jubileo hebreo y le dio un sentido más espiritual. En ese año se da un perdón ge-neral, indulgencias y se hace un llamada a profundizar la relación con Dios y con el prójimo. Por ello, cada Año Santo es una oportunidad para alimentar la fe y renovar el compromiso de ser un testimo-nio de Jesús. También es una invitación a la conversión.

Todos los congregantes del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ánge-les, estamos llamados a vivir este jubileo con el deseo de una renovación interior, a vivir la misericordia como nuestro Cristo de la Fe, clavado en la Cruz por todos los hombres.

Hermanos congregantes, que durante todo este año de gracia, vivamos la llama-da de la Iglesia a contemplar el misterio de la misericordia: Como un don recibido gratuitamente que trae consigo la respon-sabilidad de anunciarlo.

Que reconozcamos a Dios como un Pa-dre que jamás se da por vencido hasta que no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericor-dia: “Porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón”.

La Apertura de la Puerta Santa sea para nosotros, símbolo de un nuevo compro-miso de testimoniar con mayor entusias-mo y convicción la propia fe y así poder ser misioneros de la misericordia, como nos dice el evangelista Lucas: « Sed mi-sericordiosos, como el Padre vuestro es misericordioso » (Lc 6,36)”.

Este es un periodo de gracia para redes-cubrir las obras de misericordia corpora-les y espirituales: “El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abs-tracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, com-portamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud de onda que se debe orientar el amor mi-sericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros lla-mados a ser misericordiosos los unos con los otros”.

El Gran jubileo es así mismo un tiempo oportuno para cambiar de vida. Tiempo para dejarse tocar el corazón: “¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el co-razón. Ante el mal cometido, incluso crí-menes graves, es el momento de escuchar el llanto de todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los afectos, la vida misma”. Y estar abiertos para celebrar y experimentar la miseri-cordia de Dios a través del sacramento de la reconciliación.

Y no podemos olvidarnos de María nuestra Inmaculada Reina de los Ánge-les, que nuestro pensamiento se dirija a ella, que es madre de misericordia y que en la mirada de María podamos redescu-brir la alegría de la ternura de Dios.

Celebremos con alegría este año Jubilar, como consiliario del Cristo de los Alabar-deros, así lo deseo para todos vosotros y que el amor y la misericordia de Dios, éste siempre en nuestros corazones.

Consiliario “Cristo de los Alabarderos”Páter Ángel

CongregaCión deL SanTíSimo CriSTo de La Fe y maría inmaCuLada reina de LoS ÁngeLeS

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EL RINCóN DEL MAYORDOMO

CApAtAz

Queridos congregantes y amigos:Un año más desde esta mi ventana

del Mayordomo Capataz de nuestra revista de la Congregación me permite dirigirme a vosotros con estas sencillas palabras, de compartir la fe en nuestro Cristo sin por ello dejar pasar esta oportunidad, para animaros a todos a acudir en estos tiem-pos difíciles, a nuestra magnifica Catedral Castrense para dar público, culto a nuestro Titular. Como bien sabéis, uno de mis cometidos

es el mantener, en representación de nues-tro Hermano Mayor, la relación con las otras congregaciones y cofradías de Madrid, con el único fin de mantener y estrechar los la-zos que deben de unir a todas las corpora-ciones nazarenas de nuestra ciudad. Pues bien en este año del 2015 varias de

ellas han celebrado diversos y magníficos actos de aniversarios que no quería dejar de mencionar, a la vez de trasmitirles la más calurosa felicitación. A la Esclavitud y Santo Rosario de Santa

María Real de la Almudena, por su 375 ani-versario.A la Hermandad del Silencio por su 75

aniversario.A la Hermandad del Gran Poder y la Ma-

carena por su 75 aniversario.A la Hermandad de los 7 Dolores por el

75 aniversario de la restitución de la talla de María.A la Hermandad de los Estudiantes por su

25 aniversario.Además de este recuerdo para nuestros

hermanos de otras congregaciones y cofra-días, quiero hacer una mención especial. A nuestros jóvenes congregantes y acóli-tos Juan Antonio y Alejandro Gil Pernudo, quienes están siempre dispuestos a colabo-rar desinteresadamente con la Congrega-ción, así a nuestro Congregante y Maestro D. Juan Sánchez Alonso por esos magní-

ficos versos creados y recitados a nuestro Cristo.

Y como no, un recuerdo cariñoso y muy especial para nuestra querida Congregante Dña. Marisa Barbero por esa magnífica ela-boración del faldón de nuestro Cristo para el estreno de la Semana Santa 2015.Como todos sabéis ha sido un año difícil

para mí, pero no quiero dejar pasar esta ocasión para daros las gracias de todo co-razón por tanta muestra de cariño y apoyo que he recibido junto con mi familia de mu-chos de vosotros.Cedo el paso al magnifico artículo de D.

Mariano Rivera Vázquez del que estoy se-guro que los datos interesantes que nos aporta serán de vuestro agrado.

Mayordomo CapatazAntonio José Calahorro Delgado

¿POR QUÉ PARTICIPA LA GUARDIA REAL EN LA PROCESION DEL CRISTO DE LA FE?

Cuántas veces nos hemos hecho esta pregunta. ¿Acaso responde a una tradi-ción que se ha seguido sin existir un mo-tivo concreto?

No. La participación de la Guardia Real en la Procesión del Cristo de la Fe está plenamente justificada.

Para ello debemos remontarnos a los incidentes protagonizados por una fa-milia de judíos portugueses estableci-dos en una casa de la calle de las Infan-tas en el año de 1632. Ya conocemos la historia por la que esta familia celebraba la fiesta de los azotes los miércoles y los viernes. Esos días descendían la imagen de un crucificado que tenían colgado en la chimenea y le azotaban, le pegaban con correas, le pisaban y acabaron que-mándole en un brasero. Seis miembros adultos de esta familia fueron condena-dos a morir, y habiéndose arrepentido y reconciliado, fueron estrangulados

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antes de proceder a la quema de sus ca-dáveres.El agravio a la imagen de Cristo creó un

profundo desasosiego en la sociedad ma-drileña, que no se conformó con el Auto de Fe celebrado el 4 de Julio de 1632. 1

Sor Margarita de la Cruz, tía del Rey Felipe IV, mandó celebrar un octavario en las Descalzas Reales y dejó en su tes-tamento una manda para que se celebra-se una fiesta en desagravio. El día que finalizaba el octavario, Felipe IV asistió a la procesión celebrada por la plaza del Monasterio de las Descalzas.

En el Monasterio de la Encarnación Fe-lipe IV y su esposa celebraron otra proce-sión en desagravio por aquellos hechos. Esta vez la procesión fue por el atrio, portando un crucificado bajo palio, es-coltado por los Archeros de Borgoña y las Guardias Española y Alemana. 2

El 14 de septiembre, en el Real Alcázar, se celebró otra procesión en desagravio, en la que se dio a venerar el relicario de la flor de lis en el que aparece un clavo de la Pasión. Se instalaron cuatro altares costeados por el Rey, la Reina, el Prínci-pe Baltasar Carlos y Sor Margarita de la Cruz.

En respuesta a esta iniciativa de la Casa Real, varias parroquias, así como la Or-den Tercera de San Francisco, decidieron celebrar también cultos en desagravio.

En la Parroquia de San Millán de Ma-drid se fundó, también en desagravio, la Congregación de Esclavos del Santísimo Cristo de las Injurias. En la Parroquia

1 Guevara Pérez, Enrique; Rivera Vázquez, Mariano. HIS-TORIA DE LA SEMANA SANTA DE MADRID. Ediciones Silex. 2004.

2 Rodríguez G. de Ceballos, Alfonso.. EL CRISTO CRUCIFI-CADO DE VELÁZQUEZ: TRANSFONDO HISTÓRICO RELIGIO-SO. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. A.E.A 2004.

de San Sebastián de Madrid se fundó la Congregación de Esclavos del Santísimo Cristo de la Fe. En la Parroquia de San Luis de Madrid se fundó la Congrega-ción del Cristo de la Fe. Y la Cofradía de la Vera Cruz de Villar del Olmo adquirió una imagen del Cristo de la Fe para pro-cesionar en desagravio.

Con toda certeza, la Congregación de Esclavos del Santísimo Cristo de la Fe de la Parroquia de San Sebastián de Ma-drid, cuando decidió celebrar los cultos al Santísimo Cristo de la Fe en desagra-vio, intentó importar toda la pompa con la que se celebraron las procesiones en las Descalzas, en la Encarnación o en el Real Alcázar. Por ese motivo solicitó que los Archeros de Borgoña y la Guardia Española y Alemana escoltase la imagen del Santísimo Cristo de la Fe. Por eso los Guardias de Corps lo siguieron haciendo a lo largo de su historia. Por eso poste-riormente lo hizo el zaguanete de Ala-barderos. Y por eso hoy en día, y de for-ma admirable, los Alabarderos de S. M. continúan dando escolta al Cristo de la Fe. En desagravio por aquellos actos de la calle Infantas. En desagravio por cada hombre que sufre esa pasión en nuestros días.

Mariano Rivera Vázquez

CongregaCión deL SanTíSimo CriSTo de La Fe y maría inmaCuLada reina de LoS ÁngeLeS

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MI CRIStO

Como jefe de la Guardia Real encuentro un compromiso profesar mi fe, pero sería una

cobardía no mostrarlo a nivel individual. Agra-dezco la oportunidad que me brinda para ello el Teniente Coronel Prada, nuestro Hermano Ma-yor de la Congregación del Cristo de los Alabar-deros. No es fácil hacerlo, España es un Estado laico en el que no se profesa ninguna verdad en materia religiosa, el Estado no es competente para definir el contenido de la religión ni la or-ganización de las iglesias, y yo, como jefe de esta Unidad, no quiero interferir en la libertad reli-giosa de ninguno de mis Guardias Reales. Pero esto no significa que la religión quede relegada a la esfera privada de las conciencias individua-les y la vida familiar. Entre la esfera del Estado y la esfera privada se sitúa el espacio público, en cuanto se refiere a la calle, la cultura, las tradi-ciones y las manifestaciones populares. Precisa-mente la neutralidad asumida del Estado tiene como fin garantizar en este espacio la libertad de expresión, conciencia y religión de todos los ciudadanos, sin excepción, porque son derechos fundamentales amparados en la Constitución.

Los miembros de la Guardia Real debemos de ser conscientes de la oportunidad que se nos está brindando de poder participar en los actos rela-cionados con el Cristo de los Alabarderos, “mi Cristo”, sentir orgullo de poder procesionarlo por las calles de Madrid y alegría de poder se-guir llevándolo después dentro de nuestro cora-zón. Tenemos la ventaja de pertenecer a un país dotado de un gran arraigo popular en temas procesionales, pero el gran inconveniente de quedarnos solo en eso, en lo superficial, lo visto-so, lo espectacular, sin profundizar más adentro, sin darnos cuenta que lo más importante de un cristiano es llevar a “mi Cristo”, allá donde vaya, siempre dentro de mí.

La religión católica se diferencia de todas las demás en su originalidad. Solo a Dios se le ocu-rrió la genial de idea de venir a la tierra hecho hombre, naciendo de una joven de solo 14 años, pobre como las ratas y perseguido como los conejos. Solo a Dios se le ocurrió la genial idea de predicar Él mismo sus enseñanzas y pasar

el relevo para la creación de Su Iglesia a unos incultos pescadores. Solo a Dios se le ocurrió la genial idea de morir sufriendo el mayor castigo de la época, la cruz, humillado, despreciado y desengañado por los que hasta ahora le seguían en grandes multitudes. Solo a Dios se le ocurrió la genial idea de resucitar al tercer día y repetir ese gesto, sin saciarse, cada vez que se celebra una simple Misa, permaneciendo en el interior de nuestra alma en el momento de la comunión.

Los que profesamos la religión católica debe-mos ser conscientes de la suerte que tenemos de poder hacer tangibles nuestros sentimientos. Dios quiso venir a la tierra como lo hace cual-quier ser humano, a través de una madre, y no se contentó solo con eso, sino que tuvo el valor de entregárnosla a través del discípulo Juan poco antes de morir crucificado. La Madre de Dios es de la misma carne que nosotros y es tam-bién Madre nuestra. Y cuando pensamos en ese Dios dueño de la creación de todo el universo, ese Dios inimaginable, basta con fijarnos en la mirada de Cristo para saber y creer que los dos son el mismo ser.

La principal enseñanza que nos ha dejado la religión católica es la del “amor”. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Amor desinteresado sin esperar recibir nada a cambio. Eso es lo que nos inculca todos los días nuestro Cristo de los Alabarderos a to-dos los Guardias Reales, olvidarnos de nosotros mismos y entregarnos por nuestro compañero en nuestra labor de cada día. Como reza nuestro ideario, “Nos une el compañerismo, que en la Guarda Real ha de ser elevado por representar la cohesión de las Fuerzas Armadas”. Y como dice nuestro Cristo en El Evangelio: “No hay mayor amor que aquel que da su vida por los demás”. Esa debe ser la máxima de todo militar de bien, una vida de servicio y total entrega por los demás, así lo juramos ante nuestra bandera: “hasta derramar la última gota de nuestra san-gre”. Esa es la vida que debemos llevar todos los que tenemos el privilegio de pertenecer a la Guardia Real.

Coronel Jefe de la Guardia RealRamón Álvarez de Toledo

La Tribuna nº iX año 2016

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pREGóN DE LA SEMANA

SANtA 2015

Un año más nos reunimos en la Igle-sia Catedral Castrense numerosos

congregantes. Se espera con expectación el pregón de Semana Santa que en esta ocasión corresponde al Ilustrísimo Sr. Don Manuel Ladrón de Guevara e Isasa, Inge-niero Industrial, Máster en Dirección de Empresas Constructoras e Inmobiliarias, miembro de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía y diplomado en Heráldica Militar por el Instituto de Historia y Cultura Militar.

Además de ser congregante, participa de forma activa y constante en la mayoría de Actos que lleva a cabo nuestra congrega-ción y nos representa con asiduidad en in-vitaciones procedentes de otras herman-dades de Madrid.

Su introductor es el Teniente General D. Antonio de la Corte que de forma muy especial, nos eleva el ánimo y nos predis-pone a estar atentos y a escuchar al prego-nero …. Manuel ….…. estamos deseando escucharte ……

El pregonero agradece a las autoridades presentes, al Hermano Mayor y a la Junta de Gobierno su elección con la que según sus palabras, “después del optimismo e ilusión iniciales llega el desaliento y la responsabilidad de temer no estar a la al-tura de los predecesores pero que aceptó con humildad, confianza y agradecimien-to”. A continuación extraemos algunos párrafos de su pregón.

Mis primeras impresiones de la Semana San-ta de Madrid se remontan a los lejanos años de mi niñez, cuando junto a mi madre, íbamos a la casa de su abuela en la Calle Mayor el Viernes Santo a ver las procesiones desde aquel balcón, que quedaron grabadas en mi recuerdo.

Conservo el vago recuerdo de que el alumbra-do público se apagaba durante las Procesiones, pero en cualquier caso la escasa luz que daban aquellos faroles de gas, acompañaban la seriedad y el recogimiento de la manifestación pública de Fe y de Devoción

Por razón de mi actividad profesional, estuve muchos años lejos de Madrid y de España, y por tanto lejos de su Semana Santa, aunque añorán-dola y siempre comparándola con las numerosas manifestaciones religiosas a las que tuve opor-tunidad de asistir allí donde me tocaba residir, aunque he de confesar que ninguna de ellas me transmitía aquello que yo había sentido en tan-tas ocasiones, desde aquel balcón de la calle Ma-yor de Madrid el día de Viernes Santo.

Tuvo unos momentos de emoción hablan-do sobre su vuelta España y los recuerdos de las calles y plazuelas de Madrid …….

Entretenido en mis pensamientos, de repente, sin darme cuenta, estaba prestando atención a una música diferente, era el sonido de instru-mentos distintos a los habituales en las proce-siones, cuyos compases armónicos se iban acer-cando haciéndose cada vez más claros y nítidos.

CongregaCión deL SanTíSimo CriSTo de La Fe y maría inmaCuLada reina de LoS ÁngeLeS

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Efectivamente, se trataba de los pífanos y tam-bores característicos de los Alabarderos, de los Guardias Reales

Estaban allí, delante de nosotros, acompañan-do a una Imagen imponente de Cristo Crucifi-cado, en la más absoluta soledad, acompañado solamente por los Alabarderos dándole escolta y rindiéndole honores en pública manifestación de respeto y devoción.

¡Qué envidia sentí de aquellos Guardias Rea-les! Herederos de los primitivos Reales Guar-dias Alabarderos creados por el rey Felipe V, continuadores de quienes siglos antes formaban la escolta personal del Rey Fernando el Católico.

Y comentó que en esos momentos ….de-seó fervientemente ser uno de esos Ala-barderos … lo que no era posible, pero lo que si pensó entonces fue en algo mucho más realista, hacerse cofrade de nuestra Hermandad ….

Con enorme emoción ingresé en la Congrega-ción en julio de ese mismo año 2003, el de su primera salida en las procesiones del Viernes Santo, y desde entonces, sin interrupción, con ilusión renovada año a año, participo en la Pro-cesión como nazareno, vistiendo el sayón azul y el capirote rojo, los mismos colores que lucen en sus uniformes los Guardias Reales.

Esa primera procesión en especial, aunque lo que voy a contar se repite año tras año con la misma intensidad, como si fuera primera vez, fue un cúmulo de emociones y de vivencias in-olvidables.

Y ese primer tramo de nazarenos en el que de-buté. ¡Qué pocos éramos entonces! Lo recuerdo nítidamente.

Y como no… todo enmarcado dentro de la Fe …

En definitiva como manifestación de Fe y de Amor. Amor hacia quien sufrió en su carne por

nosotros los hombres el más cruel martirio. De amor por quien murió por salvarnos. Por Amor hacia quien resucitó como prueba de su divini-dad para redimirnos del pecado.

Cuando el pregón se encuentra en lo más álgido, el pregonero, emocionado, nos ele-va el espíritu con una alegoría de la salida en procesión ….

Se abre la puerta del Príncipe y la multitud que se agolpa ocupando la Plaza de Oriente, expectante espera ese momento con emoción contenida. Se hace el silencio y comienza a salir muy despacio, el cortejo procesional.

Silencio emocionante que se rompe con la sali-da de la Imagen de Cristo Crucificado y dándole escolta la sección de alabarderos, acometiendo los pífanos y el redoble de los tambores, las no-tas del Himno Nacional, de la Marcha Real, por primera vez en la larga jornada que nos aguarda dejando oír sus notas rindiendo honores al Rey de Reyes.

De esta forma comienza el recorrido por las ca-lles del centro de Madrid de la Imagen de Cristo en la Cruz, como testimonio del martirio más cruel, para morir crucificado por redimir los pe-cados de la Humanidad. ¿Puede haber testimo-nio mayor de amor?

No deja de nombrar con fervor lo sufrido por Jesucristo y la relación Dios – Hombre que conlleva a la vez que describe el mo-vimiento del paso …..

¿Qué otra cosa sino a Dios acertamos a ver, cuando contemplamos al Cristo de los Alabar-deros con su avanzar a paso lento acompasados por la música de los pífanos, que dan sonoridad al silencio triste de Jesús crucificado?

La multitud acompaña la manifestación de fe, con emoción y recogimiento, a lo largo del cami-no por las calles estrechas. Poco a poco, casi sin darnos cuenta, se echa la noche extendiéndose la oscuridad sobre Madrid.

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Y va pasando la noche, la estación de pe-nitencia va llegando a su fin … comienza la entrada …..

Quisiera tardar, pero nos empuja el caminar presuroso de la hora. ¿No puedes detenerte, Ca-pataz, para que lleguemos más tarde? Descansa el Paso.

La entrada en la Iglesia exige no solo esfuerzo físico, sino además una gran habilidad, pues los anderos casi deben entrar de rodillas llevando a pulso la imagen en su trono, sacando del cora-zón las últimas fuerzas que quedan después del largo recorrido y el esfuerzo realizado, el silen-cio y la emoción crean un momento de enorme expectación.

Y acaba su pregón haciendo una re-flexión dedicando unas palabras sobre la razón de ser de la Semana Santa evocando el ejemplo del Crucificado ….

Es necesario conseguir que la Semana Santa sea lo que siempre fue, la conmemoración de algo trascendental para los cristianos, la ma-nifestación pública del recuerdo del martirio y muerte del Hijo de Dios hecho hombre, de Cris-to, por redimir del pecado a toda la humanidad.

Y así acaba el pregón, sin duda ha sido excelente, muy emocionante….. de una gran profundidad que hace que la Cate-dral Castrense se llene de aplausos y de caras de satisfacción. …. Y mientras la Unidad de Música se prepara para ofre-cernos un concierto, una gran cola de per-sonas sigue a nuestro pregonero para fe-licitarle.

MANUEL, ENHORABUENA Y MU-CHAS GRACIAS POR ESTE MAGNÍFI-CO PREGÓN !!

Vicehermano MayorFernando Rocha y Castilla

EXALtACIóN A LA

MANtILLA…

Mis ojos palpitan titilantesal llegar el instante

donde la mujer con mantillame incita a postrarme de rodillas,

porque más que una mujer…es damaque brilla como un diamante.

Encajes de fina seda,peineta de nácar y carey,

y broche que abraza la telarefulgente como el cetro de un rey;

todo aderezo es pocopara ensalzar la mantilla y su presencia,

que si no me equivoco…es símbolo de mayor excelencia.

La mantilla es tradición,de tronío es gentileza,

delicadeza y distinción,que lleva el sello castillo de España

y es orgullo del español.

Las madrinas en las bodaslucen mantillas en sus cabezas,revistiendo con hilos de blonda

el orgullo de su belleza.

Durante la Semana Santatambién encama tristeza,pues pasea con sutileza

otorgando el luto que mereceel dolor de las consciencias.

La mantilla es orfebrería,esplendor de los hiladores,

y para los poetas trovadores…la mantilla es poesía.

Entre bordado y bordado, hay mil sueños forjados,

tejidos por corazones emocionadosque desean lucir con entusiasmo

la mantilla entre sus tocados.

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Y aunque haya mil pamelasy millones de sombreros,

ahí estará la mantillabrillando única en los ruedos,ondeando como un pañuelopara darle arrojo al torero.

¡Salero! La Mantilla tiene salero…

garbo, y esmero…y confiere a la mujer una beatifica silueta.

¿Cómo no admirar una mantillaen cantar de una saeta?

¿Cómo no admirar un cuadrosi la mantilla es un regalo para el pintor y su paleta?

La mantilla es tan preciosaque hasta inmortal parece,

porque en su florecido azabachemiles de filigranas permanecen vivas

entre sus encajes y remaches.

La mantilla, entre sus virtudes,destaca por su igualdad.

¡Para ella…cualquier mujer es bella!

Engalana a jóvenes y ancianas,a esbeltas, a enjutas y lozanas.

¡Toda mujer…para ella tiene distinción de dama!

Las mantillas, como las flores,florecen en el mes de Abril,dando un quejido de agonía

acompañando a la Virgen Maríacon su negrura más sutil.

La mantilla tiene alma,¡Corazón!

por eso las mantilleras la llevanrecordando la Pasión

de aquel que murió hace tiempoen una injusta crucifixión.

Y auque hayan sombreros,bonetes, gorras…y otras tocas,

la mujer con su mantilla

y las letanías en su bocas…son un murmullo que al espíritu convoca

y a la Virgen conforta.

Y para terminar diré que en esta fiesta tan sagrada,

la mantilla hasta por Dios es venerada,que extiende sus brazos desde el Cielo

al sentir el requiebro del sueloal paso de las mantillasmecidas por el viento.

En medio de esta maraña…sólo falta un grito de hazaña…

¡Un grito que nace de los adentros!¡De las entrañas!

Y que con orgullo proclama…¡VIVA LA MANTILLA DE ESPAÑA!

ANTONIO J. GARCÍA PEREYRAIngeniero Industrial por la Escuela Universitaria Poli-técnica de Málaga, aunque profesionalmente se dedica al mundo de la literatura. En la actualidad es Director de “Eurocorrector” (Agencia de correcciones literarias), crítico literario, columnista del periódico “La voz de Be-nalmádena” y colaborador literario en el programa de ra-dio “Por fin es Viernes” en COPE MÁLAGA. Ha sido ganador y finalista de numerosos concursos literarios, en-tre los que cabe destacar el primer premio del II Concurso Internacional de Relatos “Holiday Rural”, finalista del certamen poético “Roberto Juarroz” en Argentina y fi-nalista del II Concurso de relatos de la Fundación Camilo José Cela. En 2015 la Asociación Victoriana de Capuchi-nos de Málaga lo escoge como poeta para escribir y recitar la “Exaltación a la Mantilla” en la inauguración de su cartelEs sobrino, nieto y bisnieto de militares, del cuerpo de la Guardia Civil, del Ejército y de los Alabarderos. Se define como cristiano y con profundas raíces marianas.

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ESCLAVOS DE HONOR DE

SANtA MARÍA LA REAL DE LA

ALMUDENA

Es evidente que la fecha de 8 de Sep-tiembre de 2015, pasará a los anales de

nuestra Congregación de forma señalada, pues con gran solemnidad y en la Catedral de Madrid, fuimos acogidos como Escla-vos de Honor de Santa María la Real de la Almudena, recibiendo nuestro Hermano Mayor la Medalla y el Título de manos del Arzobispo Metropolitano Don Carlos Oso-ro Sierra, que también impuso la Venera al Estandarte del Cristo de los Alabarderos y de María Inmaculada Reina de los Ángeles.

Fue Concelebrante de Honor, Don Juan del Río Martín, Arzobispo Castrense de España, que recientemente, el 4 de Junio también recibió esta distinción en la Cate-dral de las Fuerzas Armadas.

La ceremonia, preparada con amor evi-dente, comenzó con el desfile por la nave

central de los Guiones y Estandartes de 140 Congregaciones y Hermandades, en-cabezados por la Coronela del Regimiento Inmemorial del Rey Número 1 y seguido por el Coronel Jefe de la Guardia Real y nuestro Estandarte, acompañado del Her-mano Mayor y escoltado por dos alabarde-ros y que después de saludar a Monseñor Osoro, a quien cumplimentaron todos los Hermanos Mayores, pasaron al crucero de la Virgen a cuya Imagen dieron homenaje situados ante el sepulcro de la Reina Mer-cedes que reposa bajo el altar de nuestra Señora.

Concluida la Eucaristía, el Señor Arzo-bispo entregó los correspondientes Títu-los e impuso las Medallas, comenzando por los nuevos Vicarios que recibieron tal distinción y seguidos por la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Dª Cristina Ci-fuentes, el Coronel Jefe de la Guardia Real, Don Ramón Álvarez de Toledo y nuestro Hermano Mayor, Teniente Coronel Don Carlos Prada Larrea que con el Estandarte, siempre escoltado por los alabarderos, su-bió a la Sede donde Monseñor además de

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la entrega de los Títulos, impuso la Venera al Estandarte.A continuación también fueron distingui-

dos el Teniente General García Martínez, Lugarteniente del Santo Sepulcro, el Ge-neral Álvarez López y el General Guiote, así como otras personas que se habían he-cho acreedoras de recibir ese honor.

Merece una cita especial, que también ha sido recibido en la misma ceremonia, como Esclavo de Honor D. Antonio José Calahorro Delgado, que con su dedicación y esfuerzo como Mayordomo Capataz de nuestra Congregación y unido a quienes desde la misma ponen tanta ilusión en sus funciones, consiguen que las apariciones públicas de la Imagen del Cristo de los Alabarderos, sean tan esperadas y segui-das con una creciente devoción en Madrid.

Debe destacarse la presencia en la Cere-monia de SS.AA.RR. los Duques de Noto, Descendientes del Rey Alfonso XII, y así mismo Esclavos de Honor, con quienes los recién ingresados participaron en la ofren-da floral a la Virgen.

Quedaría incompleta esta breve reseña, si no hacemos mención histórica de la Real Esclavitud, que por orden del Rey Felipe IV, fue fundada en 1640 por el Duque de Pastrana, cuyo descendiente actual es Her-mano Mayor Protector, para que Nuestra Señora reciba culto permanente.

A lo largo de estos 375 años, ha mante-nido fidelidad constante a nuestra Madre y Patrona, que lo es del Cabildo Catedral y también por Decreto soberano del Papa San Pio X, de la Ciudad de Madrid y su Ayuntamiento, que cada año por medio de su Alcalde renueva su Voto de Villa en la Fiesta de la Almudena.

Alfonso Ramonet García

MEDJUGORJE

DONDE EL CIELO TOCA LA TIERRA

MEDU ¿Que?Había oído hablar en varias oca-

siones de este lugar y siempre se desper-taba en mi interior una llamada para co-nocerlo. Ven y verás. Esta frase se repetía dentro de mi corazón. Creo que como muchas personas vivo buscando la gracia de Dios y no estoy dispuesta a perderme ni una ocasión de recibirla. Lo cierto es que todos cuantos me habían hablado de este pequeño pueblo de Bosnia Herzego-vina, lo habían hecho con una pasión que siempre admiraba, e incluso había oído testimonios de grandes experiencias con El Señor que envidiaba.

Es muy distinto creer en un Dios racio-nal, superior y distante de una manera fría, a experimentar que está vivo, ca-mina conmigo, me ama, me cuida, pro-tege y recorre la vida llevándome de su mano. Yo necesitaba sentirlo y hacerlo realidad en mi vida. Necesito mi con-versión desde el corazón porque mu-chas veces me siento incapaz de amar a todas las personas, porque en mi in-terior hay malos sentimientos, porque cuando me acerco a Dios me busco a mi misma y mi propia felicidad, y en defi-nitiva porque me falta conocer y sentir su amor que se entrega por mi y por to-dos, e incluso por aquellos que no amo y que no me gustan por sus debilidades que son como las mías.

Comencé a pensar que quizás en Med-jugorje yo podía encontrar lo que tanto buscaba y necesitaba tal y como les ha-bía ocurrido a otras personas que me lo habían contado y por fín me llegó la ocasión. Se había organizado un viaje, reuní el dinero y nos apuntamos parte de la familia. María llama a Medjugorje y es cierto. Fue como una llamada de La

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Virgen en el corazón que nos invita para acercarnos a Su Hijo.

Esta localidad se encuentra situada entre montañas. Este es justamente el signifi-cado de su nombre. Se trata de una agru-pación de pequeñas aldeas de gente muy sencilla. Viven del cultivo de la vid y del tabaco. Son muy religiosos y caritativos.

Nada más llegar allí se respira una paz inmensa. Probablemente esta paz sea un fruto de su religiosidad mariana ya que a la Madre de Dios la veneran con la ad-vocación de Reina de la Paz. Ella quiere traer la paz al mundo y no se consegui-rá si nuestro corazón no está en paz con Dios. Para ello es necesaria la oración con el corazón a través de la cual se llega a una conversión interior. Durante el pe-riodo de la que fue llamada “guerra de los Balcanes”, Medjugorje permaneció intacto a los bombardeos. Fue un autén-tico oasis de la paz en medio de una tre-menda guerra.

No hay grandes monumentos que visi-tar, tan solo la parroquia, construida en 1969, para una población de 600 habitan-tes. Resulta asombroso que se diseñara tan grande para una población tan pe-queña y que en la actualidad resulte in-suficiente para albergar a los miles de pe-regrinos que oran sin cesar en todos los idiomas. Esta dedicada a Santiago Após-tol, nuestro santo patrono y también de los peregrinos. Por cierto y a modo de curiosidad, antes de iniciar los viajes, so-líamos celebrar la Santa Misa en la Capi-

lla de la terminal 4 de Madrid, también dedicada al mismo Santiago, quien nos acompañaba como peregrino. Desde su origen, esta comunidad está regentada por los franciscanos, guías espirituales de su población y acogidos como si fue-ran miembros de las diversas familias en la época de la dominación comunista. Durante este periodo se forjó a prueba de fuego la fe de este pueblo, ya que eran perseguidos y todas sus celebraciones fueron clandestinas, lo cual contribuyó al fortalecimiento de su religiosidad.

La parroquia es el centro de la vida de es-tas gentes. Todos los días a las 6 de la tarde abandonan sus actividades para acudir a rezar el Rosario y oír la Santa Misa. Des-pués los miércoles y viernes hacen un acto de adoración a la Cruz y los jueves y sába-dos, tiene una hora de adoración eucarís-tica. Algo impresionante para todos cuan-tos lo hemos vivido allí. De hecho, muchos sacerdotes han iniciado estas prácticas en sus parroquias de origen y los frutos que han obtenido son espectaculares en todos los sentidos por su afluencia de fieles, por las conversiones de increyentes y por la eficacia de sus oraciones. Con Dios todo se puede.

Las dos montañas que rodean la pobla-ción son " EL PODBRDO” y “ EL KRIZE-VAC” o LA COLINA DE LA CRUZ, por la enorme cruz que la corona y que fue construida para conmemorar el 1900 ani-versario de la muerte de nuestro Señor. Se trata de dos montes áridos, llenos de matojos y muy pedregosos. Difíciles de subir, al menos eso pensaba, pero sin em-bargo, al llegar allí, todo es más sencillo por el espíritu de oración que te llena. Se inician con el rezo de los misterios del Rosario en el primero de los montes y con el Vía Crucis, el segundo y tras sus correspondientes paradas, mirando al cielo, vas entrando en una esfera sobre-natural. María te lleva a Dios.

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La experiencia más impactante es el cli-ma de oración y amor fraterno que se vive allí. Se aprende, en primer lugar, a rezar con el corazón. Es una verdadera escue-la de oración, lo cual es imprescindible para que se establezca una verdadera re-lación de amor con Dios. No se trata de recitar oraciones, sino de amarle, poner-nos sin prisa delante de Él para adorarle, darle gracias, pedir su ayuda en nuestras necesidades y perdón por nuestras faltas. La espiritualidad que se vive allí es Cris-to céntrica. María te lleva de la mano a Jesús.

Se me ocurre una comparación con nues-tra Congregación del Santo Cristo de la Fe y Cristo de Los Alabarderos y Nuestra Señora Reina de Los Ángeles. Formamos parte de ella, somos miembros compro-metidos porque Ella nos ha llamado y nos lleva de la mano hacia su Hijo que desde la Cruz nos acompaña y guía para nuestra salvación mediante la entrega de sí. Tan solo queda que correspondamos a su voz y le demos nuestra mano, nuestra familia, nuestra vida, nuestra compañía y nuestro corazón. Vivir al lado de María, con los pies en el suelo y en el quehacer cotidiano de cada día, pero mirando al cielo, sabiendo que es Él quien nos guía.

Nos recomiendan allí cinco armas nece-sarias para nuestro combate espiritual. La oración del corazón, la confesión y comunión frecuentes, el rezo del Santo Rosario, la lectura diaria de la Palabra de Dios y el ayuno de todo cuanto nos apar-ta de Él, algo que no está muy de moda en nuestra sociedad tan consumista y he-donista.

Tras unos días en este entorno algo en nuestro interior empieza a cambiar. Mu-chas personas han tenido experiencias muy fuertes de un encuentro con Dios, otras han tenido una conversión radical. Lo cierto es que nadie ha vuelto indiferen-

te. María regala a cada uno que le busca la gracia más necesaria para su vida, e in-cluso a quien no lo busca. Esto es algo que me ha asombrado. He visto repartir tantas gracias a quien aparentemente no las que-ría o merecía, que he podido comprobar como Ella espera a sus hijos, a todos sin distinciones para conducirlos a Dios.

Residen allí varias comunidades religio-sas dedicadas a la oración y al servicio de los peregrinos y también comunida-des de ex drogadictos como “El Cenácu-lo”, fundada por una religiosa italiana, la Madre Elvira, quien los iba recogien-do de las calles y con su cariño, trabajo y oración, les mostró una nueva vida llena del amor que no pudieron experimentar anteriormente. Estos chicos y chicas han cambiado radicalmente sus vidas con su oración y su trabajo. Humanamente pa-rece increíble.

San Juan Pablo II decía que Medjugor-je es el confesionario del mundo y que razón tenía, no solo por la cantidad de confesiones que hay, sino también por las personas que acuden a ella. Recuerdo un sacerdote mayor que nos acompañó en el primer viaje y que pasó varios días con-fesando y a la vuelta comentó que para él fue una de las experiencias más impac-tantes de su vida sacerdotal. Por supues-to no se refirió al tipo de pecados, pero si al arrepentimiento y a las conversiones que presenció.

Tras este viaje, mi vida cambió, al igual que para muchas otras personas que han afirmado que ha sido como una línea que marcó un antes y un después en sus vi-das. A la vuelta, todo es igual, pero todo es distinto. La presencia de La Virgen nos acompaña cada día.

VEN Y VERÁS.Congregante

Laura Valdés Moreiras

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Caminaste lentamenteCon túnica purpurado,Que pasó de Tu menteAl sentirte flagelado.

Soportaste con templeAl madero ser clavado,Con un sudario yacenteTe dejaron despojado.

Y qué martirio en tu frenteDe espinas coronado, Ya no debió dolerte

La lanza de Tu costado.Al expirar, con Tu muerte

Perdonaste el pecado,la gloria azul celeste

nos has dejado.Y la Virgen clemente,Corazón atravesado,

Sobre el madero pacienteEspera a ser descolgado.

Siete saetasSiete puñales

la han clavadopor el Hijo amado.

No hubo madre algunacon tal sufrimiento

y ángeles de sol y lunaescoltan su asunción al cielo.

Virgen dolorosatambién de la soledad,

aún con tu dolor hermosareina de la santidad

y también de los ángelesque la van a acompañar.

La precede el Hijo en la Ascensión,Ante Dios Omnipotente

Sobre nubes elevadoCuan glorioso asciende,

Junto al Padre entronizado.¡ Ay procesión en la amanecida!

Se oye un quejíode una garganta

Que quisiera estar contigo.Quien supiera cantarA tu paso entonaría

La saeta:Allí en el Gólgota siniestro

ojos suplican al cieloclavado en la cruz,

con un suspiro postrero.El mundo quedó sin luz

Piadosas golondrinasle quitaron las espinas.

Juan y Pedro te descolgarondel madero.

La Virgen, sin consuelo,cubrió con sudario.

Del templo se rasgó el velosu cuerpo fue el sagrario,

en tinieblas mundo y cielo.Al verte, en mí siento

tu sufrimiento.¡ Ay.. tres caídas!

con sangrante corono de espinasy la cruz de penitente

en el lento caminarhacia la muerte.

En el sepulcro tres días,y la Ascensión al cielo

pudieron verle,como dice el Credo.Mi Cristo de la fe,

tus portadores caminanllevando las andas,sus faz se ilumina,

y el reflejo se agrandaal proyectar los faroles

la imagen sagraday el sudor de sus dolores.

¡Mi Cristo de Alabarderos!¡Quién te pudiera cantar!Yo sólo te puede hablar…¡Ay mi Señor, te venero…!

Juan Sánchez AlonsoCongregante

CALVARIO Y GLORIA

Foto cedida por D. Alfredo Arévalo

Foto cedida por D. Alfredo Arévalo

Foto cedida por D. Alfredo Arévalo

Foto cedida por D. Alfredo Arévalo

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LOS pILARES DE OCCIDENtE

Soplan vientos de cambio, de norte a sur, de este a oeste; todo parece trans-

formarse rápidamente. En estas circuns-tancias algunos intentan escribir una his-toria que nunca existió, surgen expertos charlatanes que con palabras perfumadas nos piden un sí a cambio de la nada.

Los cristianos no podemos ser meros espectadores, no podemos permanecer ocultos, callados, inmóviles, no podemos pecar de omisión, debemos intervenir activamente y permanecer firmes y co-herentes entre tantas manifestaciones de locura y destrucción, de radicalización y extremismo que lo único que buscan es destruir nuestras estructuras sociales y nuestra religión; utilizando como armas el miedo y el terror e incluso la muerte de inocentes para conseguir sus objeti-vos. Lo único que buscan es el provecho y gratificación personal en contra del bien común y del progreso social, eso sí, todo adornado con falsas esperanzas que nun-ca se alcanzan. El católico ha de ser la luz en la tiniebla.

No podemos olvidar que nuestra Iglesia es Una (única fundada por Jesucristo),

Santa (animada por el Espíritu Santo), Católica (universal) y Apostólica (inicia-da por los Apóstoles). Pero como somos humanos pueden flaquear nuestras fuer-zas, surgir las dudas, los miedos… Nece-sitamos ayuda para mantener los pilares que sustentan y edifican nuestra sociedad y nuestra cultura, las bases por las que lu-charon nuestros antepasados para cons-truir una sociedad más justa, más libre, y más humana.

Nuestro pilar primero, único, sobre el que gira todo y sin el que nuestra vida carecería de sentido es Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Sin Él estaríamos avo-cados al fracaso, al caos, a la destrucción; pero Él no quiere eso, por ello nos guía, nos alienta y nos perdona para alcanzar la felicidad plena y así cuando llegue el ocaso de nuestros días poder ver su ros-tro y disfrutar junto a Él en el Monte del Gozo. Dios es el Camino, la Verdad y la Vida. Dios es principio y fin.

El segundo pilar fundamental, es la Es-trella de la Mañana, el Lucero del Alba, la Abogada, la Auxiliadora, la Medianera de todas las gracias… es su Inmaculada Madre, la Virgen María. Es la Omnipoten-cia suplicante porque Jesús no quiere ne-gar nada a su Madre. Los dones divinos y la Salvación eterna nos llegan a través de Ella.

De las distintas advocaciones de la Vir-gen cabe destacar la de la Inmaculada Concepción, Patrona de España, repre-sentada con la luna a sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Esta corona es la que aparece representada en la bandera de Europa. Como dato inte-resante mencionar que las primeras ad-vocaciones de las que se tienen datos en Madrid son la Virgen de Atocha (Patrona de la Corte), la Virgen de la Almudena (Patrona de la Villa) y la Virgen de la Flor de Lis.

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Como somos humanos e imperfectos ne-cesitamos mediadores entre el cielo y la tierra, entre Dios y los hombres; y estos no son otros que los Santos. Nuestro ter-cer pilar.Su vida es el espejo en que mirarnos

para adquirir las virtudes que contrarres-ten nuestras malas inclinaciones, los pe-cados capitales. Nos enseñan a responder con Humildad ante la Soberbia, con Ge-nerosidad ante la Avaricia, con Castidad ante la Lujuria, con Paciencia ante la Ira, con Templaza ante la Gula, con Caridad ante la Envidia y con Diligencia ante la Pereza. Las formas de vida y obras de los Santos son nuestro referente más cercano a imitar y seguir.

Cabe destacar los siguientes Santos, por su arraigo en nuestra cultura y tradición:

1. Santiago el Mayor, Patrón de España y del Arma de Caballería.

Santiago, hermano de Juan Evangelis-ta, predicó el Evangelio en la Península Ibérica. Regresó a Jerusalén donde fue decapitado por orden de Herodes Agripa (40-44). Según la tradición unos discípu-los consiguieron embarcar su cuerpo ha-cia tierras gallegas, donde permanecerá oculto hasta que en el siglo IX se descu-bre su tumba. La tumba del testigo que vio al Señor con sus propios ojos y que le

tocó con sus manos. Desde ese momen-to se convertirá en un lugar de peregri-nación que competirá con Jerusalén y Roma. Sólo eran peregrinos los que iban a Santiago, pues a los que iban a Roma se les llamaba “romeros” y a los que iban a Jerusalén “palmeros”.Los restos del Apóstol serán el banderín

que una los reinos cristianos contra los musulmanes. Santiago de Compostela será un centro neurálgico que aglutine las fuerzas de la resistencia contra el invasor. Según las crónicas medievales, intervino milagrosamente en favor de los cristianos contra los musulmanes montado en su ca-ballo, durante la Batalla de Clavijo (844). Santiago pasará a ser llamado Santiago “Matamoros”.

Las reliquias del Apóstol impulsarán a miles de fieles a recorrer el Camino de Santiago. La consigna del peregrinaje a la tumba de Santiago queda reflejada en el Códice Calixtino, donde se narra la visión

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del camino de estrellas por el emperador Carlomagno. El Camino de Santiago faci-litará el contacto entre los reinos “euro-peos” en unos momentos difíciles para la cristiandad. Santiago y su Camino crea-rán y fortalecerán los lazos religiosos, culturales, políticos y comerciales entre los distintos reinos. El saludo que los an-tiguos peregrinos se daban al cruzarse a lo largo del camino (¡Ultreia, suseia, San-tiago!) quizá pueda considerarse el pri-mer salvoconducto de la futura Europa. El Camino de Santiago forjó las bases de Europa, la Europa cristiana.

2. Santa Teresa de Jesús (1515-1582), Doctora de la Iglesia, Patrona de Inten-dencia.

Este año se celebra el V Centenario del nacimiento de Teresa de Ahumada, la Santa abulense.

La mujer singular que supo recoger el espíritu guerrero y valiente de Jimena Blázquez, y siendo niña abandona su ciu-dad para ir a luchar contra los moros. Su deseo se ve truncado cuando es alcanza-da en el lugar llamado “Los Cuatro Pos-tes” en Ávila.

A medida que crecía su amor a Dios se incrementaba y así, con veinte años deci-dió hacerse monja para dedicarse exclusi-vamente a amar a Dios. Tras muchos años en el Monasterio salió a fundar otros por toda España. Fue la fundadora de las Car-melitas Descalzas.

Como escritora, se le considera, junto con San Juan de la Cruz, cumbre de la mística experimental cristiana. La mística imagina y establece un trato directo con Dios, una relación cercana de profundo amor, algo nuevo para la época, pues has-ta entonces prevalecía un Dios de poder con el que se tenía una relación basada en el terror, el respeto y la lejanía. Con Santa

Teresa, Dios es un Amado fiel, cercano e inseparable.

En sus obras escribe de la quietud y de la unión y de la suavidad y gustos que causan al espíritu, en comparación de los cuales no son nada los deleites de la tie-rra. Habla de las riquezas que adquiere el alma en ella por mediación del Espíritu Santo.

La vida de Teresa giró entorno a la ora-ción, a hacer penitencia, a fundar Con-ventos, a escribir libros y a imitar la vida austera de Jesús.

Pasados los siglos una polaca de fami-lia judía, Edith Stein (1891-1942), leyó por casualidad un libro de Santa Teresa cuan-do estudiaba Filosofía en Alemania. Este libro le llevó a descubrir el amor de Dios y a recibir el Bautismo. Se hizo monja y tomó el nombre de Santa Teresa Benedicta de la Cruz. Murió en la cámara de gas de un campo de concentración, dando ejem-plo de serenidad sin perder su fe. Juan Pablo II la declaró Patrona de Europa.

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3. San Isidro Labrador (Patrón de la Villa y Corte de Madrid y Patrón de la Agricul-tura) y Santa María de la Cabeza, matri-monio de Santos mozárabes.

San Isidro y Santa María vivieron una vida comprometida con el Evangelio de Jesús. Fueron ejemplo de familia cristia-na.

San Isidro, fue un sencillo labrador que trabajó afanoso y callado en los campos arrendados. En sus humildes manos, el rústico apero se convirtió en un emblema de paz y virtud.

Santa María, la esposa trabajadora, la leal compañera de Isidro, la sierva fiel de Dios, la mujer constante que cada atarde-cer cruzaba el río con su alcuza llena de aceite, para ir a la Ermita e impedir que se apagase la llama que alumbraba en la noche a la Madre de Dios.

Hoy cuando el azote del infiel quiere re-legar a la mujer a un plano inferior, tapar su rostro y silenciar su boca, debemos re-cordar a esta mujer, que al casarse con Isi-dro por el rito Hispano-Mozárabe, se con-virtió en su compañera, no en su sierva, conservando su identidad y su libertad, algo que la mujer actual no debe olvidar.

Estos Santos supieron lo que era sufrir el acoso musulmán. San Isidro sufrió la inseguridad e inestabilidad de los terri-torios fronterizos y tuvo que trasladar-se cuando el emir desplegó sus ejércitos contra los cristianos.

¡Oh, San Isidro! Cuando pienso en ti, pienso en los hermanos cristianos que siglos después viven como tú en tierras inseguras y extrañas, pienso en los que sufren el azote infiel que les obliga a mi-graciones masivas con un futuro incierto, pienso en el miedo de sus rostros y en la tristeza de sus ojos. San Isidro, ¡ayúdales!

Ayúdales como cuando Alfonso VIII re-conoció en tu cuerpo al pastor que había ayudado a las tropas cristianas en la vic-toria contra las tropas musulmanas en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), al mostrarles, antes de la lucha, una vereda desconocida por la que sorprendieron a sus enemigos. Intercede por nuestros her-manos que viven en tierras de frontera, dales aliento, serenidad y fortaleza para que en este camino de lágrimas puedan ver el rostro de Dios.

El cuarto pilar corresponde a los pasto-res de la Iglesia.

En la entrevista concedida en agosto de 2013 al jesuita italiano Antonio Spadaro, director de la Civitá Cattolica, el Papa Francisco dice:“Los ministros del Evangelio deben ser

personas capaces de caldear el corazón de las personas, de caminar con ellas en la noche, de saber dialogar e incluso des-cender a su noche y su oscuridad sin per-derse. El pueblo de Dios necesita pastores y no funcionarios clérigos de despacho”.

En conclusión, los cristianos tenemos que ser valientes para vivir nuestra fe, para manifestarla, para anunciarla a los demás y para defenderla si fuera preciso.

La gracia de Dios nos llega por medio de la oración, de los Sacramentos y de las buenas obras. Nuestra misión es imitar a Jesucristo y seguir su divina enseñanza.

Los cristianos debemos ser como el agua que se filtra en la tierra, dejando hume-dad, para que crezca la Paz y la Felicidad.

CongregantesTexto: Rubí Pernudo Jiménez

Montaje fotográfico: Alejandro Gil Pernudo

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LA pARtICIpACIóN DE LOS

EJéRCItOS EN LOS DESFILES

pROCESIONALES

Publicamos a continuación, y por ser tema de gran interés para nuestra

Congregación, un extracto de la conferen-cia impartida por el Ilmo. Sr. Coronel D. José Luis Puig-Terrero Valero con el título de, “La participación de los Ejércitos en los desfiles procesionales. Una tradición secu-lar, no exenta de polémica”, con ocasión del 250 aniversario de la cofradía del “Paso Morado” de Huércal-Overa en Almería. Agradecemos al Coronel, que haya permi-tido publicar en nuestra revista tan intere-sante reflexión para compartirla con todos nosotros.Tras un resumen histórico sobre la relación

entre la Iglesia y la milicia, entre la Fe y los Ejércitos, pasa el coronel al tema que nos ocupa haciéndose una pregunta: ¿cuál es el significado de la participación militar en las procesiones de Semana Santa? (Paso a rea-lizar un extracto del texto literal del autor).Aunque hay antecedentes medievales, la

participación de unidades militares en los desfiles procesionales de Semana Santa comienza prácticamente en el mismo mo-mento de la creación de éstas en el S. XVI, en que, para compensar la iconoclastia pro-testante, se promueve la realización de imá-genes sagradas y la costumbre de procesio-narlas para ilustrar la Pasión de Cristo. La presencia de militares en varias pro-

cesiones de Semana Santa en el territorio nacional está documentada. Se citan algu-nas, no de forma exhaustiva: Desde el siglo XVIII la participación del Cuerpo de Gra-naderos (Tercio de Granaderos de la Mar de Nápoles) en la procesión de los Califor-nios de Cartagena, La Parroquia de Santa María del Grao de Valencia, tiene entre sus entidades componentes a los Sayones y a la Corporación de Granaderos de la Virgen, que escoltan a la Virgen de la Soledad en la

procesión del Santo Entierro, y así cita otros muchos ejemplos (no cita el autor a nues-tros Alabarderos, pero todos sabemos que así lo hacen desde 1743). Será con los Borbones, cuando se regule esta

participación y Carlos III le dará forma. Sus ordenanzas en el Título I, “Honores milita-res”, comienzan con los debidos “Al Santísi-mo Sacramento”, al que presentarán armas y el tambor tocará la marcha, y al pasar por de-lante de la tropa “se le rendirán poniendo la rodilla derecha en tierra, quitándose el som-brero o gorra, y cubriendo con él la llave (del arma)”, debiendo luego acompañarlo dos soldados “con sus armas afianzadas”. En 1901, la monarquía decide actualizarse,

elaborando unas nuevas Ordenanzas del Ejército, armonizadas con la legislación en-tonces vigente. En el tratado de “Honores militares”, se refiere a los “Honores tributa-dos al Santísimo Sacramento, a las imáge-nes sagradas y durante la Misa”. Durante la IIª República, se prohíbe la participación en actos religiosos y ya después de la guerra, en el 43, el Reglamento de actos y honores militares, al tratar los “Honores a tributar por las tropas formadas y guardias””, con-templa el mayor, con “arma rendida e him-no nacional”, “al Santísimo Sacramento”.Hasta ahora estaba claro que, en un estado

confesional en el que lo religioso y lo públi-co estaban en el mismo ámbito, el significa-do de la participación era rendir honores y dignificar las imágenes sagradas. En el vigente reglamento de Honores Mi-

litares de 2010, la participación de miem-bros de las FAS en las procesiones y actos religiosos, se enmarca en las tradiciones del pueblo español. Éste dice en su preám-bulo: “Los honores especiales regulados en el anterior reglamento de 11 de abril de 1984, son sustituidos por unas normas, in-cluidas en la disposición adicional cuarta, sobre la participación de militares en actos en los que se incluyan ceremonias de ca-rácter religioso, compaginando el respeto a tradiciones arraigadas en la sociedad con el principio constitucional de libertad reli-

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giosa.” Y en la disposición adicional cuarta: “Cuando se autoricen comisiones, escoltas o piquetes para asistir a celebraciones de carácter religioso con tradicional participa-ción castrense, se respetará el ejercicio del derecho a la libertad religiosa y, en conse-cuencia, la asistencia y participación en los actos tendrá carácter voluntario.”Vemos pues que, aún en su disposición

adicional, con carácter de voluntariedad en el participante y atendiendo a la tradición, el reglamento de honores sigue contem-plando las procesiones. La participación sigue teniendo el carácter dignificador, de honrar las imágenes y de dar solemnidad y realce a los desfiles procesionales.Vista la relación secular entre Ejércitos y

cofradías, vista la situación actual en lo re-ferente a normativa de participación en la que la voluntariedad es condición indis-pensable, vista la demanda y aceptación del pueblo, cabe preguntarse ¿por qué la polémica?; ¿a quién interesa?; ¿a quién per-judica la participación militar?En sectores de diferente índole: católica

(algún consejo diocesano ha intentado que su Obispo prohíba la participación, sin éxi-to), militar y sobre todo en el laicista, sigue

habiendo reticencias a la presencia de mili-tares en las procesiones.Las veces que el legislador o el ejecutivo,

atendiendo a la demanda de esos colectivos –minoritarios, a todas luces-, ha intentado invertir la situación, es decir: prohibir o mi-nimizar esa presencia arguyendo la acon-fesionalidad del Estado, ha contado con la oposición clamorosa del pueblo. Recuerdo el año 94 en que se recibió en el

Ejército, un escrito que informaba que ese sería el último año en que se procesionase. La alarma social que provocó esa medida –sobre todo en el sur de España-, hizo que el ejecutivo reconsiderase su decisión, no llevándola a la práctica.Está reciente todavía la decisión de 2010

de no rendir honores al Santísimo en el Corpus de Toledo (ni en ningún otro), así como la intención de reducir drásticamente la participación militar, alegando motivos presupuestarios (en esto último –la dismi-nución de fuerzas participantes- también el Ejército tuvo parte activa). Volvió a pasar lo mismo: el clamor del público en contra de esa decisión fue tal, que no se redujo la par-ticipación, como se había anunciado, aun-que se mantuvo la de no rendir honores.

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Hace poco tiempo y, ante un recurso pre-sentado por la Asociación Unificada de Mi-litares Españoles (AUME) que consideraba contra derecho la disposición adicional del Reglamento de Honores Militares referente a la participación en actos de carácter reli-gioso, el Tribunal Supremo se ha pronun-ciado y, así, dice:“El reglamento recurrido compagina el

respeto a “tradicionales arraigadas” en la sociedad con el principio constitucional de libertad religiosa. La neutralidad de los poderes públicos en relación con el hecho religioso no excluye que esos poderes ten-gan en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantengan relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones como dispone la Cons-titución.”Y más adelante: “La participación de mi-

litares en estos actos debe ser con carácter voluntario al tratarse de actos de estricta naturaleza religiosa, pero autoriza que los militares participen en el rito. La aconfesio-nalidad del Estado implica neutralidad en lo religioso, pero no excluye las necesarias relaciones de cooperación”Podría decirse que, con esta sentencia, el

Tribunal Supremo recalca que la aconfesio-nalidad del Estado expresada en nuestra Constitución, no es la laicidad de otras na-ciones de nuestro entorno. Vemos entonces que las críticas a la parti-

cipación militar en las cofradías (por excesi-va o extemporánea, por parte de elementos militares, civiles y eclesiales), no responden a la realidad social. La participación, no perjudica a nadie (sería absurdo que una minoría impusiese su opinión al resto) y sí beneficia a muchos.Teniendo en cuenta que la normativa mi-

litar prescribe que la colaboración no debe suponer gasto alguno al Ministerio de De-fensa y vista la contribución a la difusión de la cultura de defensa que suponen los desfiles (visibilidad del Ejército), está claro que a la Institución (aunque solo fuese por eso) también le interesa.

Concluyó el conferenciante diciendo:

Ojalá se acabe la polémica, se respete la voluntad de la mayoría y la participación se mantenga indefinidamente, pero, en la eventualidad, Dios no lo quiera, que en el futuro se prohibiese, no habrá que rendir-se. Porque, no nos engañemos, más allá de la solemnidad, de la riqueza de los pa-sos o tronos, del piquete militar de hono-res, de los penitentes, de la Presidencia… lo trascendente, lo importante es lo que la Semana Santa y sus procesiones e imáge-nes representan: la Pasión de nuestro Señor Jesucristo como paso indispensable para la salvación del mundo. Esto es, en definitiva, lo trascendente, lo demás, aunque impor-tante, es accesorio.

Respetemos pues lo nuestro, entre lo que la Semana Santa ocupa un lugar destaca-do y contribuyamos a que no se termine. Pongamos de nuestra parte para que los Ejércitos, en justa correspondencia a la de-manda popular y al cariño que el pueblo les dispensa, continúen participando en los desfiles procesionales.No debemos renunciar ni dar la espalda

a los valores que han conformado nuestro estilo de vida.

Larga vida a la Semana Santa y larga vida a la participación castrense en sus desfiles procesionales.

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UNA ApROXIMACIóN AL

SANtÍSIMO CRIStO DE LA FE,

A tRAVéS DE SAN GREGORIO

DE ELVIRA

“….En el desarrollo de una cate-quesis sistemática bajo la guía

del Símbolo de los Apóstoles, hemos llega-do a la profesión de fe en el Espíritu San-to (…) confirmar las verdades de la fe (…) son las verdades defendidas por el credo de Nicea (…) las más cercanas a la tradi-ción apostólica…”1. Como vemos, el texto anterior, muestra una sabiduría extraordi-naria y un espíritu sorprendente, en cuan-to a profesión de fe se refiere. Igual que el Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos, que, con sólo mirarlo, pro-voca una fuerza milagrosa, llena de gozo y júbilo, y, consuelo y esperanza, en mo-mentos de pesadumbre. Éste, el Símbolo de los Apóstoles, sin lugar a dudas, nos ofrece un fortalecimiento de la fe e inte-lecto del creyente, al igual que provoca el pensamiento y la discusión del no creyen-te. Igual que nuestro Padre, San Gregorio de Elvira, ya en el siglo IV, nos decía que la sombra no existe sin el cuerpo, tampoco Cristo sin la Ley, ni esta sin Cristo.

San Gregorio de Elvira, también llama-do Gregorio Bético, era prácticamente un Padre de la Iglesia del siglo IV, olvidado hasta principios del siglo XX, más concre-tamente hasta el año 1906, cuando A. Wil-mart rescata y reproduce su investigación intelectual, identificando y razonando sus obras homiléticas y teológicas; por ende, fue uno de los valedores del dogma nice-no en el marco de las pugnas cristológicas contra los métodos subordinacionistas de plectro arriano de la mitad del siglo IV,

1 En SAN JUAN PABLO II [1997 (2003)]. 6ª Edición. Creo en el Espíritu Santo. Catequesis sobre el Credo (III). Madrid: EDI-CIONES PALABRA.

como lo fueron, Atanasio de Alejandría, Osio de Córdoba e Hilario de Poitiers. También, su fama, precede como exegeta origenista o como le llama Wilmart, “sóli-do exégeta alegórico-origenista”, es decir, un exégeta influenciado y admirador de las imágenes simbólicas, las interpretacio-nes figuradas, numerológicas y etimológi-cas, es decir, si viviera ahora, de nuestro Cristo de la Fe.

Comprender a Gregorio Bético, es refe-rirnos a la naturaleza homilética sagrada y sus explicaciones desde dos puntos de vista: como materia y disciplina, y, como ministerio sagrado. En cuanto al primero, materia y disciplina, razonamos el don de dar a los sacerdotes, el aprendizaje para explicar todo lo que han estudiado y tra-bajado en la ciencia de la Teología, sumi-nistrando la ayuda necesaria para dar vida al dogma y a la propia moral cristiana, el cual, por ello, el clérigo, podrá predicar de forma más fructífera la palabra divina. En cuanto al segundo, como ministerio sagra-do, será, el anunciar las verdades revela-das y las maravillas obradas por Dios en la historia de la salvación, especialmente dentro de la liturgia, inspirándose en to-dos los textos sagrados, teniendo presente el misterio que se celebra y las necesida-

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des particulares de nosotros, los fieles, con el fin que podamos aplicar la doctrina oída y transmitida a la vida diaria; por ello, San Gregorio, se sirve de un verídico vocabu-lario exegético, basado en antiguas escue-las paganas y perfeccionadas por los exé-getas cristianos, cuya razón de ser, era, es y será, iluminar la interdependencia entre AT. y NT. (Antiguo y Nuevo Testamento), amén de disentir la lectura carnal con la espiritual y la paráfrasis literal-histórica con la elucidación espiritual-figurada.

En consideración, Gregorio de Elvira, he-redó de sus maestros y referentes origenis-tas - -de los ya mencionados-, la idea prin-cipal de que nada en la Biblia es casual ni erróneo, sino más bien todo lo contrario, como texto sagrado que es la Biblia, escon-de una sabiduría ancestral revelada a los hombres por Dios; por consiguiente, igual que Gregorio Bético, heredó de sus maes-tros esa idea planteada, de nuestro Cristo de los Alabarderos, tenemos que heredar, el abrirnos al misterio Dios, ese misterio escondido desde el origen de los siglos en Dios, Creador de todas las cosas (Ef. 3:9). Él, el Cristo de los Alabarderos, -cuya pri-mera referencia registrada data de 1632, cuando se acordó rendir culto a un cruci-ficado que se hallaba en la Iglesia de San Sebastián y al que otorgaron la advoca-ción de Santísimo Cristo de la Fe-, quiere que captemos y así nos lo hace entender, el sentido más profundo de las Escrituras, más allá del sentido evidente y literal, o bien como lo llama San Gregorio: de la lec-tura de las Escrituras de forma espiritual.

En esa lectura espiritual que todos los fieles tenemos que hacer, en nuestro día a día, Gregorio Bético, recurre a interpre-taciones simbólicas, alegóricas, numero-lógicas y etimológicas, -como ya hemos citado-. Con todo esto, San Gregorio de Elvira, igual que nuestro Cristo de los Ala-barderos, nos tramite que el texto sagrado, no sólo es heraldo de una prisca sapien-

tia -o verdadera sabiduría- que Dios ofre-ce a los hombres para su salvación, sino, que nos trasmite que, las Escrituras, digan lo que digan, incluso en sus fragmentos más tétricos y arduos de interpretar, tie-nen siempre un significado deliberado, en tanto que mensaje infundido por Dios, no puede acoger nada equivocado ni im-pensado; por ello, todo cae bajo la compe-tencia del exégeta que busca la huella de Dios más allá del sentido literal; lo mismo que ahora, nosotros, en este año teresiano que culminó el 15 de octubre del corriente, con la clausura del Año Jubilar Teresiano, buscamos la huella de Dios a través de la Santa, también buscamos la huella de Dios a través de nuestro Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos. Él es el cul-men de nuestro caminar.

De igual manera que existe la doble ver-tiente amparada en la idea paulina: el hombre posee naturaleza que a la vez es terrena -mortal- y, espiritual -inmortal-, existe en el hombre una doble runa: ex-trínseco, material, y otro intrínseco, espiri-tual; base de la interpretación humana, en suma, una cuestión doble: la doble natu-raleza humana, plasmada en la existencia del hombre interior o intrínseca, que aspi-ra a lo divino, y la existencia del hombre exterior o extrínseca, vinculada a la tierra.

Ejemplo que nos descubre San Gregorio, y nos aproxima a nuestro Cristo de los Alabarderos, lo distinguimos en la inter-pretación numérica. El número tres y sus múltiplos, son los más susceptibles de ser interpretados en clave religiosa. Veamos un pequeño recorrido histórico: Sabemos que entre nuestros antepasados, el tres era el más sagrado de los dígitos, aun cuando es una figura aritmética, a la que se le han atribuido integridades místicas, al poder afirmar que es la base de los signos de la perfección, y por eso, vemos que en la fi-losofía de Platón, se le consagra, como la imagen del ser supremo en sus tres perso-

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nalidades: material, espiritual e intelectual en cuanto a la unidad del hombre se refie-re, y por cuya razón, Aristóteles, llegó al convencimiento de que el tres contiene en sí mismo, el principio, el intermedio y el fin-resultado, indicándonos por ello, que es el símbolo de la perfecta conformidad del factor de conservación y del progreso natural entre los seres y las cosas, pero, lo más importante, por la afirmación de que Dios es un ser único que existe como hi-póstasis; alusión cristológica clara; alusión obvia al misterio de la Santísima Trinidad.

En conclusión, podríamos decir que, para San Gregorio de Elvira, la numerología y la interpretación etimológica, entre otras ciencias, descubren verdades superiores de la fe y son ayuda imprescindible y apo-yo técnico en la labor de todo hombre, así como nuestro Santísimo Cristo de la Fe, nos descubre verdades superiores de la fe y nos es de gran ayuda en nuestro camino de plenitud y felicidad.

Este sistema de interpretación de las ver-dades superiores de la fe, está basado en la cohesión de ambos Testamentos, el Anti-guo y el Nuevo, o sea, que el AT., se entien-de como una prefiguración del NT., que a su vez, representa el cumplimiento de to-das las promesas mesiánicas, es decir, -y, a condición de modelo-: ¿Cómo sabemos que Jesús es el hijo de Dios?; la respuesta es sencilla; lo sabemos por fe, por tanto, la fe es de trascendencia vital para la vida de todo creyente, porque escrito está que, sin fe es imposible agradar a Dios (Hb. 11:6), y, ¿Cómo sabemos que el Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos, es re-velación de Dios en Jesucristo?; por la pro-fesión de nuestra fe.

Congregante José Toledo Navarro

UNA REFLEXIóN SOBRE LA

LIBERtAD RELIGIOSA.

El hecho religioso es un fenómeno consus-tancial a la existencia del ser humano, como

búsqueda de lo absoluto y de una esperanza para la vida. Además, la religión cumple una función integradora en el equilibrio de cualquier sociedad, a lo largo de generaciones: el sentido moral, la transmisión de valores y la instrucción cívica como sus aportaciones más relevantes. Sin olvidar también, la identidad cultural en la con-vivencia pacífica o en la superación de fronteras. Las raíces comunes de los diversos pueblos y naciones de Europa, confirman el fundamento cristiano de la civilización occidental. En conse-cuencia, debe reconocerse esta herencia religiosa y el valor de su patrimonio.La libertad de conciencia es fuente del plura-

lismo y, de su protección jurídica, dependerá la calidad de una democracia. En relación con am-bas, la laicidad garantiza una actitud imparcial por parte del Estado respecto de la diversidad religiosa, por lo que hay una relación estrecha entre la libertad de conciencia y ésta. Histórica-mente, la libertad de conciencia se convertirá en decisiva al cubrir las creencias (religiosas), que son convicciones pertenecientes a la propia identidad, formando parte de una cosmovisión comprensiva. Por otra parte, la no expresión en ocasiones de la libertad religiosa, se debe a su subsumisión de contenido de la libertad de conciencia y de la libertad de pensamiento; y estas tres libertades han resultado modalidades de un único derecho que las incluye.Por tanto, la libertad religiosa es un derecho

fundamental radicado en la dignidad de la per-sona., sobreentendida la expresión y manifes-tación individual o colectiva, en privado o en público, de su práctica, culto, enseñanza… Su respeto exige que a nadie se le obligue a obrar contra su conciencia, ni se le impida actuar con-forme a ella, pues en palabras del Mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero de 2011, “no es sólo ausen-cia de coacción”, sino ante todo , “capacidad de ordenar las propias opciones según la verdad”.

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El más importante de los derechos humanos, al ser sustentador y síntesis de todos ellos, y con-dición necesaria para el desarrollo integral de la persona humana. La libertad religiosa tiene su desarrollo en todos los ámbitos y etapas de la vida, con especial referencia al de la familia y la educación. Este derecho debe tener su recono-cimiento positivo, como derecho ciudadano y constitucional, en todo ordenamiento jurídico y es por añadidura, un elemento imprescindible y verificador de un Estado de Derecho.En el momento presente, la libertad religio-

sa se ve amenazada por formas de hostilidad contra la religión. Cuando provienen de un laicismo intolerante, intentan limitar el carác-ter público de lo religioso y a los creyentes en el ámbito sociopolítico. Cuando expresan un fanatismo religioso, pretenden justificar la in-vocación de Dios y la instrumentalización de la religión misma, a favor de visiones e intereses particulares. Tanto unas como otras, suponen la lesión del legítimo ejercicio de principios como el pluralismo o la propia laicidad, impidiendo de este modo, una convivencia pacifica y cívica. La religión tiene una dimensión pública copar-tícipe incluso, de la laicidad de las instituciones políticas. Para lograr esa convivencia en paz, es conveniente el diálogo entre creyentes y no cre-yentes, así como entre las diversas Confesiones religiosas. Así, el respeto a la libertad religiosa pasa por el rechazo de regularlo con el fin de restringirlo a lo privado y también, a ejercerla a través de conductas intolerantes o criminales. Más grave que esas situaciones anteriormente

mencionadas, la libertad religiosa queda viola-da en no pocos lugares del mundo, cuando su práctica lleva a la muerte. Muchos creyentes, los cristianos en mayor número, sufren violencia o persecución ante el vergonzoso silencio y la au-sencia de una enérgica condena, de Occidente y de Organizaciones Internacionales garantes de los derechos humanos. El compromiso de todos en el respeto de la

práctica religiosa y la defensa de esa libertad, nos predispone en la búsqueda de la justicia y el bien, de la verdad y la belleza.

Alabardero y CongreganteEugenio Villaseca Laguna

VOLVER A LOS VALORES

La crisis de valores que estamos viviendo desde hace años, nos guste o no, ha nacido en gran parte de los comportamientos que hemos desplegado todos. Modos de desen-volvernos que, en mayor o menor medida y con frecuencia, contenían dudosa intención con el fin egoísta de obtener beneficio de al-gún tipo. Ahora nos quejamos y repetimos una y otra vez: ¡Hace falta volver a los va-lores!¡Para volver a los valores debemos rectifi-

car! Y rectificar significa poner recto lo que hemos desviado, significa corregir lo torci-do, algo que también depende de nosotros. Para lograrlo, encontramos en el evangelio una gran pista: “Nada hay fuera del hom-bre que, entrando en él, pueda contaminar-le; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre” (Marcos 7. 15).Un poco más adelante dice: “Porque de

dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolen-cia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre” (Marcos 7. 21-23).Aún a pesar de este panorama tan duro,

estamos ante una gran noticia: también del corazón de los hombres salen las intencio-nes buenas: lealtad, sinceridad, respeto, responsabilidad, honestidad, verdad, fide-lidad, prudencia, justicia, sensatez, com-promiso, generosidad, amor, etc, virtudes que hacen de la existencia del ser humano un camino de rectitud que conduce a la paz interior y a la felicidad.Todos y cada uno de nosotros en nues-

tros entornos de influencia, tanto privados como públicos, podemos ser ejemplo de valores y servir de inspiración a los de-más. Cuando mostremos rectitud en nues-tros comportamientos, muchas personas de nuestro entorno nos imitarán; pasará lo mismo cuando seamos laxos. Esto tan ob-vio requiere altas dosis de compromiso in-

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dividual. Viviendo así en nuestras familias, lo proyectaremos hacia afuera, es decir, ha-cia todos los demás.Aunque nuestra querida España esta ne-

cesitada de lideres de referencia, todos no-sotros somos referentes en estado latente. Todos somos persona, hijo/a, hermano/a, marido/mujer y padre/madre con posibili-dad de convertirnos en ejemplo para otros. ¡Tengámoslo siempre presente!, cuando so-mos ejemplo de rectitud en casa y en nues-tro entorno profesional inmediato, nos con-vertimos en referencia de valores para los demás. Mostremos con valentía y de forma permanente, a través de sencillos compor-tamientos rectos, sanos, constructivos, hu-mildes y de respeto, la talla humana de va-lores y rectitud que explica sin palabras lo que sentimos que somos y queremos trans-mitir. Las personas que conformamos la con-

gregación –con independencia de nuestras actividades profesionales-, los miembros de la Guardia Real y también de la Casa de S.M. el Rey, estamos, de una forma u otra, vinculados entre nosotros en el compromi-so de ser ejemplo de rectitud para la recu-peración de la honestidad, la honradez, el respeto y la lealtad a unos valores y unos principios que necesitamos volver a vivir debajo de la piel en primera persona.Nuestra fuerza reside en que las personas

nos comportamos por imitación, tanto para lo malo, como para lo bueno. Sigamos dan-do motivos para que nos imiten en rectitud, sobriedad, llaneza, altura de miras, com-promiso, cercanía, sensibilidad, justicia y coraje en el esfuerzo, entregado en nuestros ámbitos individuales lo mejor de nuestros corazones. Hagámoslo por amor a España, pero sobre todo, por amor a nuestro Cristo de la Fe.Tengamos también la valentía de defen-

der, allá donde estemos, el respeto a la Iglesia Católica, a la vida humana desde su concepción hasta su final, a la familia como pieza clave de la supervivencia de cual-quier sociedad sana. Nosotros no podemos

cambiar España, pero sí podemos influir en la España de cada uno, que se reduce ver-daderamente a unas veinte personas del ámbito familiar, social y profesional con las que interactuamos día a día. ¡En esa España claro que podemos ser ejemplo!Las cosas no se dicen, se hacen, porque al

hacerlas se dicen solas. Pues bien, empece-mos por ser honestos con nosotros mismos e iniciemos este camino haciendo una re-visión interior en conciencia. Fomentemos la limpieza de intención e intachabilidad de nuestros actos y pensamientos, proyec-temos esperanza en nuestro día a día, ani-memos a los que se atreven, respaldemos a los que arriesgan, levantemos a los que tro-piezan, transmitamos serenidad en los mo-mentos adversos, silenciemos a los que cri-tican o mienten, corrijamos al equivocado, tendamos la mano al necesitado, manten-gamos la palabra dada en los compromisos y ofrezcamos verdad y actitud positiva en todo momento. En otras palabras, entre-guemos a España nuestros mejores valores, esos que queremos rescatar.Hagamos esto con absoluta confianza en

Dios, recurramos a Él en oración, invite-mos a nuestros allegados a participar de la Congregación del Santísimo Cristo de la Fe Cristo de los Alabarderos, hagamos adora-ción con frecuencia, recemos el rosario por todos los que sufren o están alejados del Señor. Gracias a una decisión de D. Alfonso XIII

en 1931, España fue consagrada en el Ce-rro de los Ángeles al Sagrado Corazón de Jesús. Nuestra patrona es la Inmaculada Concepción y si nos encomendamos a ellos, estarán junto a nosotros para servir mejor a la Congregación, a la Guardia Real, a la Casa Real y a España, todo ello bajo la pro-tección del Santo Patrón Santiago.

¿Volvemos a los valores?¡Qué Dios os bendiga!

Conferenciante, Coach y Formador.Borja Milans del Bosch y de Oliva.

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LA CORONA DE HIELO

Preludio: La corona de hierba era la máxima distinción y condecora-

ción que se podía otorgar a un militar romano, la corona se hacía con hierbas y plantas del campo de batalla después del combate y se entregaba con solem-nidad al general o héroe que se había destacado con gran valentía, despre-ciando su vida en acciones heroicas y o sobrehumanas.

I LA AMENAZA

Año Domini 319, el emperador romano Constantino el Grande ha vencido a Majencio en la batalla del Puente Milvio, bajo el signo de la cruz. Llega a un acuerdo con el emperador de oriente Licinio, prohibiéndose las persecuciones contra los cristianos, los cuales están bajo la protección de Constantino. Licinio temeroso y envidioso del poder que tenía Constantino, dirige su venganza contra los cristianos, que reconocían a Constantino como su protector. Así como manera de ofensa al emperador occidental, decide perseguir a los cristianos de oriente, lo cual supuso un baño de sangre y terror en todo el imperio oriental. Licinio decreta además que los gobernadores obligaran a todos los ciudadanos a ofrecer sacrificios a los ídolos.

En Sebaste, capital de la región de Ca-padocia está acuartelada la Legio XII Fulminata (Relámpago) formada por aguerridos legionarios que habían com-batido contra las tribus bárbaras allen-de del Danubio, preservando lapaz y seguridad del Imperio Oriental. Tras la publicación del decreto por el goberna-dor, cuarenta milites de la Legión, hom-bres de valor y entereza constatados y

de gran aliciente entre la tropa, se de-claran cristianos y se niegan a sacrificar a los ídolos. El Legado Lysias, general de la frontera, intenta con su autoridad que se retractaran argumentándoles que sus acciones contra los bárbaros habían sido objeto de grandes elogios y mere-cimientos por la valentía que habían demostrado y que debían seguir obede-ciendo al emperador. Los valientes res-pondieron que su juramento al empera-dor lo mantenían pero que se negaban a renunciar a su religión bajo la amenaza de ningún suplicio.

El Gobernador Agrícola, puesto en cólera, ordena su desarme y encadena-miento, instando a que fueran azota-dos y torturados. El General Lysias se opone a la tortura, serán azotados pero la tortura o muerte la debe decretar el emperador, pues son milites. Agríco-la dispone su encarcelamiento mien-tras escribe al emperador, su posición no es segura, el resto de la Legión está muy soliviantada contra él. A los siete días…….

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II EL MENSAJE

Un hombre adusto, algo encorvado con peto de cuero y un casco con cime-ra roja y azul se aproximaba a las puer-tas de la cárcel del pretorio de Sebas-te. Al llegar a la puerta los guardias se cuadraron y un carcelero se apresuró a abrirle la puerta de entrada, el hombre alzó su cabeza y mostró su faz, una bar-ba reciente entrecana y unos ojos negros y sin brillo así como ojeras en torno a ellos denotaba una apariencia cansada y hastiada. Con un suspiro alzó la mano y con voz grave ordenó la apertura de un pasadizo que llevaba directamente a los calabozos. Penetró en él y una gale-ría pobremente iluminada y fría se abría a sus pasos y a unos doscientos metros una puerta de maderos gruesos cerra-ba una gran cavidad. Al otro lado de la puerta se escuchaban susurros y retazos como de plegarias, se paró y le dio fren-te, ordenó al carcelero que le seguía que abriera la puerta, una llave enorme pe-netró en la cerradura girándola, luego un descorrimiento de cerrojosy la puer-ta se abrió, apartándose el carcelero el hombre penetró en la estancia la cual estaba tenuemente iluminada por un par de cirios que colocados estratégica-mente, daban de luz todo lo que se po-día sacar de ellos. Al reconocer al recién llegado todos los presos se pusieron de pie y llevándose la mano al pecho salu-daron casi al unísono – Ave General – Lysias, el general de la frontera, al man-do de dos legiones estacionadas en La Capadocia y Anatolia devolvió el salu-do, miró en derredor y vio a cuarenta de sus mejores hombres que llevaban en-carcelados siete días y habían sido azo-tados con crueldad por los esbirros del gobernador, Agrícola. Pero las miradas de estos hombres no eran de abatimien-to, sino al contrario, estaban llenos de brillantez y determinación, su vista tro-pezó con la del Centurión Atanasio, con

un gesto de la cabeza le indicó un sitio aparte, Atanasiose separó del grupo de hombres y se acercó al general, éste du-bitativo miró con sus ojos cansados al centurión, la cara de Atanasio, de rostro anguloso y mirada franca en unos ojos marrones que parecían brillar, una ci-catriz, recuerdo de los enfrentamientos con los bárbaros, le recorría en un late-ral de la frente, cruzándola hasta llegar al pómulo y se perdía en su incipiente barba de siete días, sus movimientos y sus brazos desnudos delataban a un at-leta listo para saltar así como para pa-rar la embestida de un bárbaro sediento de sangre. Lysias desvió la mirada y sin más preámbulos dijo-el mensaje del em-perador ha llegado- Atanasio miró fija-mente a su general escrutándolo, al fin con un profundo suspiro meneó la cabe-za y preguntó – ¿qué dice? – el general dio unos pasos y deteniéndose respon-dió – el mensaje es largo, pero claro u os retractáis públicamente de vuestra fe, sacrificáis a los dioses o a la larga os ejecutará, a todos- y añadió - deja en manos del gobernador el modo de cas-tigaros, si no lo hacéis…., por todos los dioses Atanasio, recapacitad y haced lo que se os pide, no dejes morir a tus hombres.

Dómine, mi general sabes bien por qué lo hacemos- con un gesto señaló un ban-co, el general se sentó y Atanasio cru-zando las piernas se sentó a su lado en el suelo- lo hacemos por nuestra fe y por cientos y miles de ciudadanos ino-centes, que serán asesinados si no ha-cemos recapacitar al emperador- prose-guía Atanasio- en el 313, firmó delante del Emperador Constantino el edicto de Milán, por el que se daba libertad reli-giosa a todos los ciudadanos del Impe-rio tanto Oriental como Occidental, y el emperador Licinio incumple lo firmado. Estamos hartos de sufrir matanzas y ser acosados como animales por practicar

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nuestra fe. No, debemos dar ejemplo, no nos rebelamos, ya que aun pudiendo no hemos alzado nuestras armas contra el emperador, no seremos considerados traidores al juramento de fidelitis, pero no renegaremos de nuestras creencias. El emperador debe retirar su edicto, si no, nosotros estamos dispuestos al sa-crificio por nuestro Dios, y qué mejor que milites que hemos luchado en las fronteras por el imperio contra los bár-baros; no tenemos miedo a la muerte.

Lysias miró largamente a Atanasio y asintiendo dijo – muy inteligente, ha-béis puesto al emperador contra la es-pada y la pared, si no retira el edicto, os tendrá que matar por incumplirlo y eso pondría en contra suya al ejército y al mismísimo Constantino, mucha carne para tan poco fuego, pero – prosiguió – no te fíes y subestimes los recursos del emperador y de la perfidia del goberna-dor. Sí- respondió Atanasio, pero como te digo no tenemos miedo y lo que sea, Dios decidirá. Bien - se levantó el gene-ral - a pesar del poder de tu Dios, ¿ha-béis hecho testamento? Así es - respon-de Atanasio- Melicio lo ha redactado, te suplico lo guardes tú en espera de los acontecimientos

Melicio¿eh? – Se rascaba la barba Ly-sias- siempre le había creído un poco blando. Está aquí por su propia volun-tad-respondió Atanasio,- también veo al joven Meliton¿no ha venido su ma-dre?- Todos los días, pero no la dejan entrar, los únicos que vinieron y les de-jaron entrar fue a Valerio el primuspilus (centurión más antiguo de la legión) y tres centuriones con algunos legiona-rios que con amenazas y algún regalo entraron y nos trajeron comida y dos ja-rras de vino, con ellas curamos nuestras heridas de los azotes. Lysias asintió y con voz dura arrastró las palabras – os dieron duro esos malditos, pero alguno

pagará por ello, hay muchos milites que les gustará ajustar cuentas. Oh – dijo Atanasio- estas cicatrices son las mejo-res porque son por mi Dios, diles que se estén quietos, los verdugos no son los culpables. Lysias asintiendo se levantó dando por terminada la conversación y mirando al resto de los hombres, con voz potente dio el grito de la Legión Fulminata : milites, honor y victoria, yo os saludo- honor y victoria general, re-plicaron todos casi al unísono, luego gi-rando hacia el legionario Melicio cogió los testamentos y añadió: entregaré los documentos al Cuaestor y si es volun-tad de los dioses que no volváis, me en-cargaré personalmente que vuestros es-tipendios en la caja de la Legión pasen a vuestros familiares- a continuación miró a Atanasio y asintiendo le colocó la mano en el hombro y le deseó suerte, marchándose a continuación.

Para continuar esta apasionante histo-ria puedes verlo en la Web de la Con-gregación http://www.cristoalabarderos.es/in-

dex.php?action=blog&wx=0&blog=85

o escaneando este código Bidi.

Manuel González Llergo

CongregaCión deL SanTíSimo CriSTo de La Fe y maría inmaCuLada reina de LoS ÁngeLeS

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pEREGRINACIóN MILItAR

INtERNACIONAL A LOURDES

La PMI es la mayor concentración mun-dial de militares, policías, hombres y

mujeres de las fuerzas de seguridad, cuya finalidad es confraternizar y rezar por la Paz entre las naciones.

Este encuentro militar  internacional por la paz acogió en su 57 edición en 2015 a más de 12.000 peregrinos de 42 países de todos los continentes. Entre ellos asistieron varios ministros, emba-jadores y oficiales generales, que  com-partieron esta experiencia.

Carteles anunciadores de la 57ª edición(Francia y España)

Si todos los militares tienen la con-ciencia de ser servidores de la paz, los militares cristianos la tienen sobre todo por una razón fundamental: el manda-to del amor al prójimo dado por Jesu-cristo.

Este encuentro militar internacional católico está abierto a todas las con-fesiones cristianas, a los creyentes de otras religiones y también a todos los que buscan la Paz.

La Peregrinación Militar Internacional es uno de los momentos más esperados en Lourdes, pues las banderas, los uni-formes, las músicas militares toman las calles y la alegría del encuentro se vive en cada rincón de la ciudad. La espi-ritualidad de los soldados de todo el mundo se siente a cada instante.

Militares españoles, familias y perso-nal civil vienen asistiendo a este gran encuentro militar internacional por la paz desde sus inicios en 1.958.

¡Anímate y participa en la próxima edición del 20 al 22 de mayo de 2016!

Congregación

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“LA CONGREGACIóN NUNCA

SE EXtINGUIó”

Aclaraciones sobre las informaciones emitidas durante la transmisión del Vier-nes Santo desde Telemadrid.

Durante la retransmisión de las proce-siones madrileñas del pasado Viernes Santo, realizada por Telemadrid, se infor-mó erróneamente de algunos aspectos re-lacionados con nuestra Congregación del Stmo. Cristo de la Fe.

Debemos aclarar que la Hermandad nunca desapareció, tal y como se señaló esa tarde, puesto que para que una aso-ciación de fieles desaparezca es necesario

que, o bien se disuelva formalmente o bien que sus cofrades hayan fallecido.

Ninguno de estos extremos tuvieron lu-gar en el caso de la cofradía del Cristo de la Fe. Cuando a principios del siglo XXI, el Pater Luis Melero y otros miembros de la Guardia Real “refundaron” la Congre-gación, en realidad aún permanecían con vida dos congregantes, que lo son desde el 17 de febrero de 1947: doña María del Carmen y don Gonzalo Ximénez de Olaso Bedoya.

CALENDARIO DE CULTOS AÑO 2016

ENERODomingo 3 Misade Hermandad 12:30 hDomingo 10 Misa por la Paz 10:30 hDomingo 17 Asamblea general ordinaria 10:00 hFEBRERODomingo 7 Misa de Hermandad 12:30 hLos días 8, 9 y 10 Conferencias Cuaresmales 18:00 hMiércoles 10 Imposición de Ceniza 19:30 hMARZODomingo 6 Misa de Hermandad 12:30 hLos días 8, 9 y 10 Triduo en honor del Stmo. Cristo de la Fe 19:30 hJueves 10 Función Principal y Jura de Nuevos Congregantes 19:30 hJueves 17 Pregón y Concierto 19:00 hDomingo 20 Misa de Bendición Palma 12:30 hMartes 22 Traslado de la Imágen a Palacio Real 18:00 h Previamente a las 17:00 h, se celebrará la Santa MisaViernes 25 Estación de Penitencia 19:00 hABRILDomingo 3 Misa de Hermandad 12:30 hMAYODomingo 1 Misa de Hermandad 12:30 hJUNIODomingo 5 Misa de Hermandad 12:30 hJULIODomingo 3 Misa de Hermandad 12:30 hAGOSTODomingo 7 Misa de Hermandad 12:30 hSEPTIEMBREDomingo 4 Misa de Hermandad 12:30 hMiércoles 14 Misa de Exaltación de la Cruz 19:30 hSábado 24 Misa y Comida de Hermandad 12:00 hOCTUBREDomingo 2 Misa de Hermandad 12:30 hNOVIEMBREMiércoles 2 Misa de Difuntos 19:30 hDomingo 6 Misa de Hermandad y de difuntos 12:30 hDICIEMBREDomingo 4 Misa de Hermandad 12:30 hMiércoles 8 Misa de Acción de Gracias y en honor de María Inmaculada Reina de los Ángeles 12:30 hDel 1 al 30 Campaña de ayuda social de Navidad

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Foto cedida por D. Alfredo Arévalo