consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

8
c s c las transnacic del cine Paul Little LA MISIÓN, EL COLOR PURPURA, PELOTÓN, ¿son solo filmes conmovedores e inocentes? ¿No esconderán tras la magia de su narrativa una ideología de conquista? I ohn Wayne ganó fama y fortuna matando indí- genas norteamericanos en los Westerns de Holly- wood. Matar indios era bueno y al mismo tiempo necesario, por- que los indios obstaculizaban el progreso norteamericano en su expansiva marcha continental, su "destino manifiesto". Tal destino requería que los blancos y sus valores triunfaran en esas pelícu- las e implicaba que los indios se civilizaran. La mejor manera de hacerlo fue exterminarlos. Estos westerns, filmados en la Edad de Oro de Hollywood, mostraban claramente la ideolo- gía de dominación y superiori- dad que justificaba el imperialis- mo yanqui. Desde las primeras películas rodadas en Hollywood hace sesenta años, el cine masas ha promovido la idc gía del sistema norteameric Hay que entender que, ante la industria del cine es business" y como cualquier gran empresa capitalista su pr ra preocupación es generar ga cia, misión que ha cumplido eficacia durante este perí De ahí viene su deseo e intf no sólo de mantener el sis norteamericano sino de foi cerlo a través de la creació imágenes, fantasías, mitos e r Paul Little, Antropólogo nortéame] trabajó en el campo de la educación d siete años en una Reservación In Sioux donde publicó su historia Ri People, (83). Actualmente reside en Ecuador, y trabaja en áreas de desart periodismo. 40

Upload: revista-chasqui

Post on 11-Mar-2016

220 views

Category:

Documents


4 download

DESCRIPTION

LA MISIÓN, EL COLOR PURPURA, PELOTÓN, ¿son solo filmes conmovedores e inocentes? ¿No esconderán tras la magia de su narrativa una ideología de conquista? Paul Little 40 Paul Little, Antropólogo nortéame] trabajó en el campo de la educación d siete años en una Reservación In Sioux donde publicó su historia Ri People, (83). Actualmente reside en Ecuador, y trabaja en áreas de desart periodismo.

TRANSCRIPT

Page 1: Consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

csc

las transnacicdel cine

Paul Little

LA MISIÓN, EL COLORPURPURA, PELOTÓN,¿son solo filmesconmovedores einocentes? ¿Noesconderán tras lamagia de su narrativauna ideología deconquista?

Iohn Wayne ganó famay fortuna matando indí-genas norteamericanos enlos Westerns de Holly-

wood. Matar indios era bueno yal mismo tiempo necesario, por-que los indios obstaculizaban elprogreso norteamericano en suexpansiva marcha continental, su"destino manifiesto". Tal destinorequería que los blancos y susvalores triunfaran en esas pelícu-las e implicaba que los indios secivilizaran. La mejor manera dehacerlo fue exterminarlos.

Estos westerns, filmados en laEdad de Oro de Hollywood,mostraban claramente la ideolo-gía de dominación y superiori-dad que justificaba el imperialis-mo yanqui. Desde las primeraspelículas rodadas en Hollywood

hace sesenta años, el cinemasas ha promovido la idcgía del sistema norteamericHay que entender que, ante ila industria del cine esbusiness" y como cualquiergran empresa capitalista su prra preocupación es generar gacia, misión que ha cumplidoeficacia durante este períDe ahí viene su deseo e intfno sólo de mantener el sisnorteamericano sino de foicerlo a través de la creacióimágenes, fantasías, mitos e r.

Paul Little, Antropólogo nortéame]trabajó en el campo de la educación dsiete años en una Reservación InSioux donde publicó su historia RiPeople, (83). Actualmente reside enEcuador, y trabaja en áreas de desartperiodismo.

40

Page 2: Consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

rias que apoyan su ideología.Por ello ocupaba, junto a WallStreet y Washington, el tercerasentamiento de poder norteame-ricano, lo ideológico.

LAS TRANSNACIONALESDEL CINE

Esta posición ha ido cam-biando durante las últi-mas tres décadas. Mien-tras el número de pelí-

culas producidas en Hollywood hadisminuido en un 50 por cien-to, su control sobre la distribu-ción a nivel mundial en dondeactualmente radica el poder, se haincrementado fuertemente. A tra-vés del marketing los mensajesescogidos, procedentes de dondesea, se difunden ampliamente ygeneran ganancias millonarias. Envez de referirse a "Hollywood"como centro de poder, ahora de-

bemos hablar de esa gran red dedistribución controlada por ungrupo reducido de empresas. Setrata de unas "transnacionales delcine" cuyo alcance de poder ideo-lógico ya es mundial.

Para entender su proyecto, elpensamiento de Gramsci nos pue-de ayudar. El define el procesohegemónico ideológico del Estadomoderno como "el conjunto deactividades prácticas y técnicascon las cuales la clase dirigenteno solo justifica y mantiene sudominio, sino que llega a obtenerel consenso de los gobernadores".El papel que cumplen las transna-cionales del cine es lograr eseconsenso y lo hace con una mí-nima dosis de represión. Sus ar-mas son imágenes y su campo debatalla es el inconsciente. Laimagen es un poderoso elementoen la construcción y desarrollode la conciencia humana. Lasimágenes son referencias clavesque usamos repetidamente en nues-tra interpretación del mundo y aese nivel tiene su impacto ideoló-gico. Las imágenes no son neu-tras ni gratuitas, sino que vienencargadas de cosmovisiones implíci-tas que llevan ideologías específi-cas. Para ser más precisos debere-mos hablar de la entidad "imagen-ideología".

La manipulación de la concien-cia se advierte en la medida en queuno puede introducir imágenes-ideologías en el inconsciente deotra persona sin que ésta se décuenta. Los grandes espectáculosdel cine actual han perfeccionadoeste arte a tal punto que ha logra-do algo que ni Marx esperaba:la expropiación de la voluntad.

Si ésta es la trampa, ¿cuálesson los trucos? El uso del mito,del tabú, del humor y la bellezason mecanismos poderosos quelogran una cierta suspensión denuestra capacidad crítica y, al lo-

grar eso, introducen en nuestroinconsciente una cantidad de otrasimágenes-ideológicas que utiliza-mos para entender el mundo.El análisis de los filmes, por tanto,debe encontrar primero esas "téc-nicas de entrada al inconsciente",para luego entender el impactode los mensajes que ellos nosentregan sutilmente. En este mar-co, el análisis de las películas esun intento de recuperar nuestracapacidad crítica ante tal asalto;un paso más para nuestra concien-tización.

Desde las primeras

películas rodadas en

Hollywood hace

sesenta años,

el cine de masas ha

promovido la

ideología del sistema

norteamericano

La genialidad de los magnatesdel cine mundial consiste en lamanera en que ellos mezclan esteintento de lograr consenso con suproyecto de consumo. No es quesolo estemos recibiendo estas imá-genes-ideológicas en nuestra con-ciencia, sino, aún más, ¡las esta-mos comprando! Es ahí dondese ve la importancia del controlde la distribución de las pelícu-las, porque a través del manejode la oferta ganan el derecho aintroducir su ideología y, al mis-mo tiempo, ganan dinero. Másaún, al escoger y pagar por verestas películas nos disponemos aaceptar lo que viene en la pan-talla porque, en general, nos

41

Page 3: Consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

resistimos a admitir que hemoscomprado un producto inútil omalo.

A continuación vamos a anali-zar tres películas de tipo espec-

' táculo de los últimos dos años,I las cuales a causa de un sistema

de marketing (que incluye los Os-eares y otros premios que los pro-pios cineastas se otorgan a símismos), han tenido gran alcan-ce mundial: La Misión, El ColorPúrpura y Pelotón. Cada unade ellas utiliza una alegoría quegana entrada a nuestra concien-cia y por lo que la manipulaciónse vuelve más fácil. Analicemosesas películas y las imágenesideológicas que nos traen.

La Misión narra el conflic-to entre los poderes polí-ticos de Portugal y Espa-ña y la orden de los

jesuítas que tiene lugar en laselva guaraní, cerca de las cataratasde Iguazú durante el siglo XVIII.Los primeros tratan de conquis-tar a los guaraníes militarmentecon el fin de esclavizarlos. Losjesuitas, en cambio, intentan con-quistarlos con el fin de evangeli-zarlos y usan una técnica muchomás efectiva: la de la seducción.La alegoría principal de la pelí-cula viene del mito griego deOrfeo, cuya esposa, Eurídice, lue-go de ser mordida por una serpien-te, desciende al Hades. Orfeo labusca allá para sacarla de su des-gracia y tenerla para sí, seduceal guardia (Hades) con la bellamúsica de su lira, lo que le permi-te a Eurídice escapar del Hades acondición de que Orfeo no la mi-re hasta que llegue la luz del solen la superficie de la tierra. Alllegar a la puerta de entrada a latierra, Orfeo ancioso, amoroso eimpaciente, mira atrás, a su esposa

que aún no ha recibido la luz delsol. Eurídice es llevado nueva-mente al Hades y separado parasiempre de su amante. Orfeo,que desde entonces se aisla de to-das las mujeres, es despedazadopor las mujeres de Tracia y echadoa un río. Su cabeza llega a la islade Lesbos donde se convierteen oráculo.

La película nos prepara para laseducción con sus tomas bellísi-mas de Iguazú y de la selva con to-do su aspecto mítico. La conquis-ta por seducción se concretizacuando el padre Gabriel entrandoen esa selva mítica, se sienta alborde del río y toca su flauta.Con esta escena no sólo seducea los guaraníes, sino al públicotambién. Desde este momento elpúblico simpatiza con Gabriel ytoma partido por su proyecto desacar a los guaraníes de suHades, la selva de la inocencia yatraerlos para él y su Dios. Si laselva es la fuente de vida para losguaraníes ¿por qué Gabriel insis-te en sacarlos de ella? Su intentoes civilizar a los guaraníes, y los

La alegoría viene del mito de Orfeo

civilizados no pueden vivir en unestado de inocencia. Su proyectocivilizador, que la película nospresenta con una visión utópica,es claramente alienante. Cuando elemisario papal pregunta a un pas-tor cristiano guaraní por qué sugente no quiere regresar a la selva,él le responde "porque ahí vive eldiablo". En poco tiempo la sel-va, que anteriormente fue manan-tial de vida para los guaraníes, seha convertido en el Hades.

Al romper la vida tradicionalde comunitarismo y de armonía,los jesuitas les plantean una for-ma de vida novedosa: la de comu-nitarismo y armonía. La diferenciaes que esta nueva vida es cristia-na, mejor, porque cree en el Diosverdadero. Supuestamente, estavida cristiana se ve desde lejoscomo superior y a eso se debe laaplastante aceptación por partede los guaraníes y su arduo tra-bajo para construir las reduccio-nes. En su nueva vida no solotenían que sostenerse a sí mismoscon su fuerza de trabajo, sino tam-bién a los jesuitas, cuyo papel en

Page 4: Consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

esa nueva sociedad era evangeli-zarlos, instruirlos y organizados.

Solo en comparación con losbárbaros colonizadores portugue-ses el proyecto jesuíta nos parecetan bueno. Ante la realidad delesclavismo que imponían los portu-gueses, la alternativa de los jesui-tas se vuelve atractiva. En la posi-bilidad de conseguir seguridad yprotección podemos encontrar lasverdaderas razones de su rápidaasimilación del cristianismo. Valela pena mencionar que solo unaminoría de los guaraníes se some-tió a las reducciones; la películanada dice acerca de los numero-sos grupos que mantuvieron suindependencia.

De todas maneras, al dar talaceptación, por las razones quesean, la película nos cuenta quéhicieron los jesuítas con los gua-raníes después de la seducciónlograda. Además de desarrollar labuena vida cristiana, había queluchar contra el mal de este mun-do que quiere romper la armoníade esa vida. En esa lucha encon-tramos el argumento principal deLa Misión. Hay dos posicionesen esta lucha: la pacífica, ca-racterizada por Gabriel, el misio-nero puro que cree en la fuerzade la fe y la oración, contra lafuerza bruta; y la violenta, carac-terizada por Mendoza, el conver-tido que mantiene en sus venasun "realismo" que le hace enten-der que, a veces, hay que utilizarla violencia para lograr fines bue-nos. Al final, ninguna de las dosposiciones triunfa contra la co-rrupción dominante del mundo.El filme nos deja con el dilemaexistencia! entre la validez de lasdos posiciones y el pesimismo deque no vale la pena luchar. Estainquietud se vuelve secundaria an-te el punto principal de la pelícu-la que aparece en la toma final: unniño guaraní, casi desnudo, coge

El pacifista crei'a en la fuerza de la fe

un violín roto, entra a una canoacon otros niños y todos vuelvena la selva. Como Eurídice tuvo queregresar al Hades, los niños, anteel proyecto roto de los jesuítas,solo quedaron con la inocencia yel retorno y así la seducción de losjesuítas termina como un granorgasmo frustrado.

Mas allá de eso, la películanos transmite el mensaje de queel intento fue noble y necesario.Valía la pena el intento de sa-car a los pueblos de América desu inocencia idílica y llevarlos almundo real de la civilización. Laconquista está bien siempre y cuan-do vaya hacia un "progreso"verdadero. Y así como la cabezade Orfeo quedó convertida en orá-culo, los jesuítas también trascien-den la historia con su martirio.Nadie sale del cine pensando malde ellos; mas bien los ven comohéroes que teniendo una buenacausa, lucharon por ella desintere-sadamente. El retorno de losniños a la selva representa laesperanza, no en el sentido de quevan a vivir nuevamente en un es-tado de inocencia, como garantía

de que habrá más inocentes paraalimentar la próxima conquistaorganizada por la gente buena.

Si la alegoría principalde La Misión- es el mitode Orfeo, El Color Púr-pura utiliza una alego-

ría más antigua todavía: el tabúdel incesto, tabú universal de to-dos los pueblos. La metáfora pasade la seducción a la castración.Es importante anotar aquí queanalizamos la película de StevenSpeilberg y no el libro de AliceWalker en el cual se basa y que esmucho más perceptivo y sutil.

Speilberg, en cambio, nos bañaen obviedad desde el principio dela película, pues nos lleva direc-tamente de la escena pastoral dedos hermanas jugando, inocente-mente, entre bellas flores púrpu-ras a la escena del dolor del par-to de una hija preñada incestuo-samente por su propio padre,el cual le quita la niña para vender-la a un pastor. Desde esta escenala película nos golpea con elperenne mensaje simplista de Speil-

Page 5: Consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

berg: hay buenos y malos, losprimeros tienen que triunfar sobrelos segundos. Que lástima queno se conformó con continuardirigiendo triviales películas deaventura.

El hombre negro es el malo dela película, la encarnación deldiablo, un animal que viola a sushijas, vende hijos-nietos, golpea atoda mujer cuando le da la gana yestorba el amor entre dos herma-nas. Ante tanto mal, la respuestaes clara - hay que castrar al hom-bre negro. Para tener más impac-to, Speilberg emplea el humor,una técnica típica de él. (Recuér-dese que en Raiders of the LostArk la escena más cómica fue ladel asesinato de un árabe). Al prin-cipio de la película, Albert, ves-tido todo de negro, entra al bos-que para violar a Nettie, vestidatoda de blanco. Tras la persecu-ción escuchamos una patada fuer-te y un gemido angustioso. Inme-diatamente, Albert se arrastra dedolor en el polvo, agarrándosela ingle. Reímos. Después vieneninnumerables golpes (chistosos) acabezas de hombres, propinadospor mujeres, las caídas de los hom-bres/ que reparan sus techos, lospuñetes graciosos recibidos de mu-jeres gordas, el trago de agua mez-clado con saliva ofrecido por unamujer al macho, etc. La castra-ción (figurativa) del hombre negroes divertidísima.

La otra historia contada porla película es la del amor entredos hermanas. Tampoco esta his-toria es sutil. La escena de sepa-ración de las dos hermanas es tanruidosa, tan dramática, tan inter-minable que queremos llorar, nopor la separación, sino por verun montaje tan pésimo. Otra esce-na, en donde Celie descubre laposibilidad del placer sexual a tra-vés de Shug, una escena clave enel libro de Walker, no lleva la sen-

La mujer negra queda bien parada. El hombre negro, no. ¿Por qué?

sibilidad que requiere y quedacomo una escena más entre tan-tas. La película pierde la oportu-nidad de desarrollar, de una ma-nera sensible, el profundo amorque puede existir entre mujeres.

Finalmente, la presencia deÁfrica en la conciencia negra estápresentada de modo contradicto-rio. Nettie va a África con susdos sobrinos (vendidos al nacer)para evangelizar a los africanos yallá se encuentra con las raícesverdaderas de su raza. Estos so-brinos "africanos" que vuelven aAmérica para ver a su madre sonahora hijos orgullosos y bellos.Nos viene la pregunta: ¿Si losafricanos son buenos, porque loshombres afro-americanos no loson? ¿De dónde viene la falla?Es la pregunta que la películano se atreve a contestar.

En El Color Púrpura el hombrenegro está presentado como fuen-te del mal. No hay ni la menorindicación de que él también es

la víctima. El es víctima de unsistema que sacó a los negros desu tierra en África, que forzada-mente separó y destruyó las fami-lias al llegar a América, que lassometió a la esclavitud con sustrabajos deshumanizantes y des-pués las "liberó" en medio de unracismo sofocante. ¿Cómo se su-pera el hombre de una raza queha sido sometida? Otra vez lapelícula no acierta a contestar.Prefiere echar la culpa a las víc-timas individuales en vez de desen-mascarar un sistema injusto y ra-cista que castra con una fuerzasádica. Y como el problema esindividual, así también es la solu-ción. Al final de la película,cuando Albert devuelve a Celiesu familia, el único amor de suvida, muestra el macho algún res-to de humanidad que tenía, rein-vindicándose parcialmente, mien-tras el sistema que creó a estemonstruo sale totalmente ileso.

Page 6: Consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

a lucha por el almadel hombre es la alegoríaprincipal de Pelotón.Elias sargento de inte-

gridad y compasión, combate conBarnes, sargento egoista y de mal-dad, por el alma de Chris Taylor,el Fausto del siglo XX. Taylor,que se había alistado voluntaria-mente para ir a la guerra, llega aVietnam todo inocencia. Rápida-mente vienen los golpes: se en-cuentra con una guerra en lacual los pobres conforman la ma-yoría de los combatientes, seencuentra con una tropa que seanestesia diariamente con la drogapara soportar la guerra, se encuen-tra con la selva. La selva vietna-mita no es la selva mítica e ino-cente de La Misión, que tiene queser civilizada. Es la selva de in-sectos, de calor, de espesura, delluvias torrenciales y de soldadosvietnamitas. La selva es el enemi-go que va a descivilizarlo.

En la primera patrulla en queTaylor participa, su misma ino-cencia le trae problemas. Le acu-san de haber dormido durante la

guardia cuando, en realidad, esta-ba totalmente despierto, mirandoal guardia dormido y a la tropavietnamita avanzando hacia ellos.La emboscada vietnamita, inme-diatamente, lo enfrenta con losotros elementos de la selva enemi-ga: el dolor, la destrucción y lamuerte. Aprende muy pronto queen tal mundo no existe la moral,solo la supervivencia.

En un mundo tan corrupto yengañoso, la sonrisa es una ame-naza En su segunda patrulla, Tay-lor entra en una humilde casavietnamita y enloquece al ver aun vietnamita sonriendo. Lo ame-tralla a sus pies para que deje desonreír. Resulta que su "sonrisa"es una mueca natural que no lapuede quitar. La patrulla terminaincendiando todo el hamlet (ca-serío) y la destrucción se intensi-fica.

La muerte llega a su culmina-ción con el parricidio. Taylorsospecha que Barnes ha asesina-do a Elias y, en preparación parael climax del encuentro mata auna media docena de vietnamitas

El acento se carga sobre el drama individual de las dos hermanas

en un acto que mezcla cólera ypsicosis. Al encontrar en la selvaa Barnes, el cual le amenaza y seburla a la vez, Taylor lo asesinaa sangre fría y el público aplau-de. Ya no queda vivo ningunode sus "padres". El hombre estásolo en el mundo.

Al final de la película, Taylorsale del campo de batalla en unhelicóptero, agotado y desorienta-do y sin haber tomado concien-cia de lo que pasó allí. En esto lapelícula solo cuenta un hechoreal: la mayoría de los veteranosno tomaron conciencia sobre quéfue la guerra de Vietnam y su sen-tido. Aquí Pelotón nos deja sim-plemente con el conocimiento deque la guerra deshumaniza, desmo-raliza y destruye. Someter al pú-blico a tantas barbaridades solopara llegar a un punto tan obvio,no se justifica.

El director, Oliver Stone, cuyapelícula es autobriográfica, pareceque quiere decir más: que la gue-rra de Vietnman, por.alguna ra-zón fue diferente; que esa guerradeshumanizó más que otras. Sonjustamente razones las que la pelí-cula no encuentra, y ello consti-tuye su vacío.

El hecho de que la películatrate de la deshumanización delas tropas yanquis es significa-tivo. Son ellos los que sufren, losque se confunden y mueren, losque importan y cuentan. La pelí-cula nos hace simpatizar con elsoldado norteamericano que hasido puesto en un lugar tan ma-lo. ¿Y los vietnamitas? ¿Sufrie-ron ellos? ¿Murieron ellos? En lapelícula casi no aparecen y cuandolo hacen es como si fueran partede la naturaleza.

A esa crítica se puede respon-der que la historia de los vietna-mitas está fuera del alcance deStone. Su película es norteameri-cana y está dirigida a un público

45

Page 7: Consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

norteamericano. Bien, pero Sto-ne no pude ser tan ingenuo parano entender que su película através de redes de distribucióntendría impacto a nivel mundial.Los magnates de la distribuciónvendieron Pelotón con el slogan"Vietnam como realmente fue".La guerra de Vietnam realmentefue así sólo para los yanquis.Los vietnamitas, tanto los civilescomo las tropas survietnamitas,norvietnamitas y los vietcong vi-vieron una guerra que les costó

tía y odio son los motivos de laacción y que terminan en elparricidio, un acto individual. Nose tocan ni el aspecto global dela guerra ni las estructuras que lacausaron. Jamas se dice que laguerra de Vietnam fue una guerraimperialista y que la tropa nortea-mericana fue sacrificada por sumismo gobierno para cumplir conuna ideología anacrónica anti-co-munista.

Con un estilo muy distinto,Pelotón llega al mismo punto que

Filme "justo" para los americanos e incomprensivo con los vietnamitas

a dos millones muertos, variosmillones sin hogar y centenaresde miles de mutilados de guerra,drogadictos y huérfanos, ademasde un territorio patrio destruidopor bombas y devastado por quí-micos. La propaganda y la mismapresentación en la pantalla ocul-tan toda esa realidad.

Hay una segunda trampa en laque cae Stone y que es aún másgrave. La película cuenta histo-rias personales en las que las emo-ciones de enojo, venganza, angus-

El Color Púrpura: son los indivi-duos, no los sistemas los quetraen los problemas al mundo.Pelotón no nos concientiza sobrela guerra de Vietnam de maneraadecuada, porque su visión parcialde la guerra nos desvía de unentendimiento global. Eso no nosdebe sorprender.

Las transnacionales del cine noquieren concientizarnos. Como vi-mos anteriormente, su proyecto eslograr el consenso del público.¿Cuál es el consenso que esas

tres películas han tratado delograr? ¿Qué imágenes-ideológicashemos comprado? Debemos ano-tar aquí que cada una de las trespelículas sacó ganancias de millo-nes de dólares.

Las tres películas llevan unaideología de conquista,cuyo fin siempre es el mis-mo: dominar. En La

Misión, la conquista se hacea través de la seducción, y el or-gasmo frustrado de los jesuítasnos deja con un sentimiento dedesilusión. ¡Qué lástima que nolograron su noble conquista espi-ritual! La invasión -del mundoguaraní, la ruptura y alienaciónque ello provoca y la desenmas-carada utilización de su vulne-rabilidad militar para lograr finesevangelizadores, no nos provocanuna actitud de repudio, no hayrespeto por culturas y pueblosdistintos. Aquí tenemos un casode ideología de hegemonía conropaje de liberación.

En El Color Púrpura la conquis-ta se da a través de la castración.La mujer en su lucha por lograrel amor pleno, lo obtiene solodespués de un largo proceso dedebilitar al hombre. No existela posibilidad de superar los pro-blemas mutuamente. Vencer siem-pre implica pisotear al otro. Eltriunfo de las mujeres nos dejacon alegría. ¡Qué bueno que lo-graron su amor después de tan-tas dificultades! Pero no nos pro-voca una actitud de vergüenzaser parte de un sistema tan racis-ta y destructivo. Aquí tenemosla ideología del individualismocapaz de vencer cualquier malbajo el ropaje de una historiade amor.

En Pelotón, la conquista tienelugar a través del asesinato. Elhombre en busca de su integri-dad marcha por un camino deso-

Page 8: Consenso, consumo, conquista, las transnacionales del cine

rientador. Al salir de este mundoorrupto tenemos un sentimientole piedad hacia los pobres solda-ios inocentes que tuvieron que

aguantar tantos golpes. No nos>rovoca una actitud de enojo;1 mirar la destrucción física deun país por obra de una superpo-encia imperialista. La guerra deVietnam es para lamentarse, nojara cambiar. Aquí tenemos ladeología del etnocentrismo capazde olvidar que existe el otro.

Solo ver como nos manipulan:sos filmes no es suficiente. No es

casual que nos hayan enviadoahora esas películas que reinvin-dican la conquista. Para comple-ar nuestro análisis del proyecto

de consumo y consenso hay queentender por qué aparecen en estemomento histórico.

De una manera muy sutil,.a Misión justifica la conquis-a para fines civilizadores, deján-

donos con la noción de que elmundo sigue marchando haciael progreso. En este momento,en América Latina, centenares desectas religiosas están penetrandoel continente para evangelizar a supueblo. Como los jesuítas estable-cieron una vida comunitaria entreun pueblo comunitario, el proyec-to de los evangelistas es igualmen-te insólito: cristianizar a los cris-tianos. Su justificación ahora pa-rece ser la misma que la de losjesuitas: tratan de civilizar a lospueblos atrasados, en este caso alos latinoamericanos y especial-mente a los pueblos indígenas,inculcándoles los valores de la ci-vilización más "avanzada" delmundo, la norteamericana. Otravez enfrentamos el mensaje deque la conquista no es mala siestá hecha por gente buena.Mientras el director de La Mi-sión, Roland Joffé, nos dice alfinal de la película que el atrope-llo de los pueblos indígenas pro-

sigue hoy en día, los mensajesque da su película conducen a lomismo.

Los ataques al hombre negropresentes en El Color Púrpuravienen en un momento históricoen que él está recuperando espa-cios políticos y sociales en losEstados Unidos. El hombre ne-gro es aceptado por el sistema nor-teamericano solo cuando ha mos-trado docilidad ante sus patronesblancos y con esta actitud se haganado ciertos puestos oficialesdel sistema. Pero hay negros queno aceptan tal postura de domina-

La manipulación de laconciencia se advierteen la medida en queuno puede introducirimágenes-ideologíasen el inconsciente deotra persona sin queésta se dé cuenta

ción y reclaman enérgicamente susderechos, la totalidad de sus dere-chos. Un negro, fuerte y conscien-te de su explotación, asusta y ame-naza a los blancos que tienen elpoder. En la medida en que Holly-wood disminuye la estatura delnegro en ascenso, se aprecia suintento de mantener el statu quo.La sutileza de la manipulaciónde la película radica en el hechode que no es el blanco quien cas-tra al negro sino alguien muchomás aceptable al público, la mu-jer negra doblemente dominada.Sin embargo, en la realidad, es

el blanco el que lo hace porquemientras la película está protago-nizada casi completamente pornegros, el productor y el direc-tor blanco tienen el control finalsobre la película. Los negros soloparticipan, como siempre, bajoel mando de los blancos.

También de manera engañosaPelotón reivindica al soldado nor-teamericano en un momento deconflicto e intervención en Cen-troamérica. La película nos diceque, en general, la tropa nortea-mericana fue gente buena que seconfundió y dañó al ser puesta enla selva vietnamita; pero no nosindica por qué esa gente fue envia-da allá. Además el filme nosmanifiesta implícitamente que pa-ra bien o para mal, son los yan-quis los que importan en el mun-do. Ellos son los verdaderos pro-tagonistas de la historia. Los"otros" existen para permitir quelos gringos tengan una escenadonde actuar. En Centroaméricahay pueblos que no aceptan talvisión del mundo y luchan porcontrolar su propio destino. Stonenos señala con una franquezanoble que los norteamericanospueden fallar, pero su películapromueve la idea de la hegemo-nía norteamericana.

Esos tres espectáculos que aca-bamos de analizar proyectan imá-genes-ideologías de conquista quefavorecen el mantenimiento delstatu quo, mientras ganan millo-nes y millones de dólares confor-me su proyecto de consenso yconsumo. Esas películas no nosconcientizan sobre nuestra realidadpues ello apoyaría un proceso deliberación de los pueblos contralos sistemas de dominación. Lasti-mosamente, la liberación no estáde venta en los mercados de laideología de las Transnacionalesdel cine O

47