crisis griega

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La gran lección, una vez más, después de ocho siglos documentados de crisis, esque un sistema financiero internacional eficiente y estable solo puedeconstruirse sobre la base de políticas económicas responsables y prudentes, ysobre la ética global de que las deudas hay que pagarlas.

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Crisis griega: sin austeridad no hay salida Portafolio 8 7 2015 La gran leccin, una vez ms, despus de ocho siglos documentados de crisis, es que un sistema financiero internacional eficiente y estable solo puede construirse sobre la base de polticas econmicas responsables y prudentes, y sobre la tica global de que las deudas hay que pagarlas. Esta vez es diferente. Ocho siglos de insensatez financiera, es el ttulo del libro publicado por dos prestigiosos economistas en el 2009, en las postrimeras de la Gran Recesin global. La leccin: las crisis se repiten desde tiempo inmemorial, pero poco se aprende de ellas. Cuatro reflexiones son tiles para poner en perspectiva la naturaleza y dimensin del problema. Primero, la gnesis: populismo e incompetencia son los principales ingredientes de la exuberancia irracional y exceso de gasto por encima de los ingresos nacionales que, permitido por aos, lleva a niveles impagables de endeudamiento pblico y/o privado. En el caso griego, es evidente que tambin los supervisores comunitarios fallaron protuberantemente. Una segunda reflexin es en torno a los planes de salvamento. Estos combinan la zanahoria de nuevos prstamos, es decir recursos frescos para cumplir las obligaciones financieras y facilitar el funcionamiento de la economa, a cambio de polticas que reduzcan el gasto pblico y privado, hasta generar supervits. En teora, solo as se logra generar ahorro y recursos para servir las obligaciones financieras. Grecia ha venido trabajando dolorosamente en esta tarea, aunque a juicio de sus acreedores no lo suficiente, pues se requieren tambin reformas institucionales profundas que tocan muchos intereses. Por su parte, los pases europeos han sido generosos con Grecia. Le han extendido los plazos de vencimiento hasta por 30 aos y le han concedido periodos de gracia de hasta 10 aos en los crditos bilaterales. Ha habido tambin crditos de emergencia multilaterales del Fondo Europeo de Rescate y crditos de liquidez del Banco Central Europeo. A esto se suman los crditos tradicionales del Fondo Monetario Internacional (FMI), atados a la famosa condicionalidad, adoptada esta vez, conjuntamente, con las dos instituciones europeas. De hecho, gran parte de las acreencias de Grecia son hoy con gobiernos e instituciones multilaterales europeas, y el impago no es con bancos privados, sino con el FMI, lo cual reduce notablemente el riesgo sistmico de otras crisis. No obstante, s existe alguna exposicin del Gobierno griego con la banca nacional, y se cierne, adems, el peligro de la insolvencia de los acreedores privados domsticos, presagio de crisis financiera interna. El problema con los planes de salvamento es que acusan un pecado original. Los economistas tienen claro cmo prevenir las crisis, pero no cmo resolverlas cuando ya se est en ellas. La historia se repite cada vez que se aplican los correctivos que, por regla general, producen cadas de la actividad econmica y desempleo, justamente cuando son ms necesarios los recursos. Es como si a una familia endeudada le redujeran el salario como consecuencia del plan de salvamento. La debilidad de la teora y poltica econmica en este campo es palpable. Frecuentemente, se achaca esta debilidad a la receta del FMI, pero la verdad sea dicha, ninguno de sus acervos y notables crticos de todas las vertientes ha salido con alguna alternativa. No hay el fino bistur econmico que al cortar el exceso de gasto, esencial para lograr la estabilidad financiera, no comprometa la actividad econmica general. En el caso griego, el desempleo ha llegado al 25 por ciento, semejante al de la Gran Depresin de los aos treinta en Estados Unidos. Si esa cuarta parte de la poblacin econmicamente activa y el aparato productivo estuvieran trabajando, generara recursos que, sin duda, ayudaran a reducir el sacrificio que siempre implica apretarse el cinturn hoy para pagar los excesos del pasado. Una tercera reflexin es de contenido tico. Los acreedores, al final de la cadena financiera, son los ahorradores y contribuyentes de los pases que suministraron el financiamiento, que en justicia, tienen derecho a reclamar que se les devuelva su plata. Este aspecto es largamente olvidado entre las miserias de la poblacin empobrecida por la crisis, que tambin es vctima. El referendo ha debido ser al revs: para ver si los contribuyentes y ahorradores europeos estn dispuestos a seguir financiando los rescates, cuando el FMI dice que ya la deuda es inevitablemente impagable. La cuarta y ltima reflexin se relaciona con la opcin de Grecia de salir de la zona euro, y su efecto sobre el proyecto de la Unin Europea, que aunque profundamente econmico, es esencialmente un proyecto poltico, de convivencia pacfica. La salida de Grecia de la eurozona no afectara los objetivos polticos fundamentales de ese proyecto y le permitira, entre otros, devaluar su moneda y manejar sus opciones con menos restricciones, si bien tal vez con menos ayuda de sus socios europeos. Es esta una mejor opcin que ceder ante los acreedores? No es tan claro. En todo caso, si los acreedores europeos permitieran a Grecia imponer condiciones por medio de un referendo, con cierto sabor populista, sera un psimo precedente para la estabilidad del sistema financiero global, presente y futuro. La gran leccin, una vez ms, despus de ocho siglos documentados de crisis, es que un sistema financiero internacional eficiente y estable solo puede construirse sobre la base de polticas econmicas responsables y prudentes, y sobre la tica global de que las deudas hay que pagarlas. Bajo esta premisa, sin austeridad no hay salida. Luis Garca Echeverra Profesor de la Universidad Javeriana.