crítica a carver

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  • 8/4/2019 Crtica a Carver

    1/22

    Jaime Priede es crtico literario en las revistas 'LetrasLibres', 'Quimera', 'Cuadernos hispanoamericanos',

    'Lateral' y 'Clarn'.

    A continuacin, reproducimos un captulo del libro'Dejad que baile el forastero' (Bartleby), una revisin de

    las biografas de distintos autores.

    As entiende Priede a Raymond Carver.

  • 8/4/2019 Crtica a Carver

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    DISTANCIAS CORTAS

    Quin lee cuentos, uno se pregunta, y me gusta pensar quelos leen hombres y mujeres en salas de espera; que los leen en

    viajes areos transcontinentales en vez de ver pelculas vanalesy vulgares para matar el tiempo; que los leen hombres y muje-

    res sagaces y bien informados quienes parecen sentir que laficcin narrativa bien puede contribuir a nuestra compren-sin de unos y otros, y algunas veces, del confuso mundo quenos rodea. La novela, en toda su grandeza, exige, al menos,algn conocimiento de las unidades clsicas, que preservanese lazo misterioso entre la esttica y la moral; pero que estaantigedad inexorable excluyera la novedad en nuestras for-mas de vida sera lamentable. Algunos conocemos esta nove-dad a travs de La guerra de las galaxias, otros a travs de lamelancola que sigue al error cometido por un jugador queno batea en las ltimas entradas de un partido de bisbol.() En los cuentos de mis estimados colegas y en algunosmos encuentro esas casas de verano alquiladas, esos amoresde una noche, y esos lazos extraviados que desconciertan laesttica tradicional. No somos nmadas, pero sin embargo

    subsiste ms que una insinuacin en el espritu de nuestrogran pas, y el cuento es la literatura del nmada.

    JOHN CHEEVER

    Un da muy feliz.La niebla se levant pronto, trabaj en el jardn.

    Los colibrs se demoraban en las madreselvas.115

  • 8/4/2019 Crtica a Carver

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    No haba cosa en la tierra que yo deseara poseer.Saba que no mereca la pena que envidiase a nadie.

    Cualquier mal que hubiera sufrido, lo olvid.Pensar que una vez fui el mismo hombre no me molestaba.En el cuerpo no senta dolor.Cuando me estir vi el mar azul y las velas.

    El poema se titula Ddiva y es de Czeslaw Milosz. Pero es

    Carver, Raymond Carver. Un afortunado que ha vivido dosvidas. Nace en Clatskarie, Oregn, 1938. Primer hijo de Cle-vie Raymond Carver y Ella Beatrice Casey. Detesta que todoel mundo le llame Raymond Carver Junior, excepto supadre, que le llama Rana. Se casa a los diecisis aos y pocodespus ya es padre de dos hijos. Empieza a beber sin control

    y a provocar broncas descomunales tanto en casa como en losbares. Va dando tumbos de un trabajo ocasional a otro. Supadre, socarrn, empieza a llamarle Doc.

    Una maana de 1956 se acerca en coche a la parte alta deYakima, pequea ciudad al este de Washington, para entre-gar un pedido de la farmacia en la que trabaja como reparti-dor. Mientras espera a la puerta que el anciano propietariode la casa busque su chequera, le llama la atencin que haya

    tantos libros esparcidos por todas partes. Su mirada se posaen una revista sobre la mesa del comedor. Es la primera vezque ve una de esas revistas de poca circulacin. Es un ejemplar dePoetry. El anciano introduce el cheque en ella: Llvatela,hijo. A lo mejor un da escribes algo y no sabes adnde man-darlo. Esa noche apenas duerme. Lee una y otra vez las car-tas y los poemas de Ezra Pound, sus postulados, lo que se debe y

    no se debe hacer al escribir. El ejemplar incluye tambin anlisis y116

    DISTANCIAS CORTAS

  • 8/4/2019 Crtica a Carver

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    discusiones de los diversos movimientos poticos del siglo.Percibe que esa noche su vida est dando un giro, que toma

    perspectiva, que remiten los latidos en la sien. El mundo esuna amenaza para muchos de los personajes de mis historias. Lagente que elijo para escribir sobre ella siente una amenaza, y creo quela mayora de la gente siente el mundo como un lugar amenazante.Saber contarlo, se ser el reto del nuevo da.

    En una secuencia de La opinin pblica, Charles Chaplin

    representa la partida de un tren solamente con las sombras ylas luces que se reflejan en el rostro de una muchacha en elandn. La elisin, utilizada por primera vez en esta secuen-cia, es el recurso narrativo ms utilizado en el relato cortonorteamericano. Faulkner, Dos Passos, Hemingway o Stein-beck exigen un lector vigilante, partcipe de la creacin y dis-puesto a reconstruir lo elidido. Tomaron el relevo autorescomo Saul Bellow, Tobias Wolff, Richard Ford y RaymondCarver. All por la mitad de los sesenta empec a notar muchos pro-blemas de concentracin que me asaltaban ante las obras narrativasvoluminosas. Durante un tiempo experiment idntica dificultad

    para leer tales obras que para escribirlas. Mi atencin se despistaba ydecid que no me hallaba en disposicin de acometer la redaccin deuna novela. Teora del iceberg, la elisin de revelaciones paraque la realidad gane espacios autnomos en la narracin.

    Una vez ms no es la reproduccin de la realidad lo quecuenta sino su transformacin, borrando los lmites entresta y la ficcin. El mecanismo mental de los escritores norte-americanos est ms entrenado en la agudeza que en la abs-traccin, en la perspicacia, en la inminencia del aqu y elahora. Richard Ford: A los escritores norteamericanos noles interesa entender la vida en general, se conforman con

    entender la vida en particular. Carver apuesta por entender117

    DISTANCIAS CORTAS

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    la suya en las distancias cortas del relato, pero pasarn vein-tiocho aos antes de que enve sus textos a la direccin postal

    de Poetryen Chicago. Ya formaba parte de la nmina de escri-tores norteamericanos agrupados bajo la etiqueta dirty rea-lism, cuyo xito se basa en un aire renovador a la hora dedesvelar la realidad en fotogramas, sin aadidos que tiendana modificarla, y un ir y venir de los personajes por lugaresindeterminados, su forma de estar en ningn sitio, esa mez-cla de aturdimiento y condescendencia. Comparte cartel con

    Richard Ford, Jayne Anne Phillips, Tobias Wolff y JoyWilliams. Le hospitalizan cuatro veces por su adiccin al alco-hol. Su hgado ya no da ms de s.

    Cuando comienza el mes de junio parece que siempre esjueves. Los motores del verano se ponen a punto en los hoga-res. Afuera, planean sin estruendo. Lento movimiento delblanco hacia el azul. Es el mejor momento del verano: por

    venir. El hbitat de los jueves.

    El 2 de junio de 1977 Raymond Carver nace por segunda vez. Una propina: diez aos ms de vida. Toma su ltimacopa cuando conoce a Tess Gallagher y, a partir de entonces,con gusto hubiera titulado todos sus poemasFelicidad.Viven

    juntos en Ridge House, Port Angeles, Washington, cerca del

    embarcadero. Le gusta escuchar emisoras musicales por lanoche, leer prrafos sueltos de Abel Martn. No tienen televi-sin, no reciben peridicos. Se aficiona a la pesca, sigue delejos los resultados del bisbol. Viven en la calma, una calmaque, como la luz del embarcadero, activa la lucidez de su vidaen comn. Ecunime lucidez, la calma, ensanchando cadainstante en su duracin. Vive supropinacon una sola premisa

    inscrita en el mechero: AHORA. Usar diariamente las cosas118

    DISTANCIAS CORTAS

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    del mejor modo posible.Es posible, en un poema o en una histo-ria corta, escribir sobre objetos cotidianos utilizando un lenguaje colo-

    quial y dotar a la vez a esos objetos una silla, persianas, un tenedor,una piedra, un anillo de un inmenso, incluso asombroso poder. Esposible escribir una lnea de un aparentemente intrascendente dilo-go y transmitir un escalofro a lo largo de la columna vertebral del lec-tor (el origen del placer esttico, como dira Nabokov). sa es la clasede literatura que me interesa.

    Autor de un volumen de relatos titulado Quieres hacer elfavor de callarte, por favor?(1976), el cambio vital que experi-menta Carver a principios del verano de 1977 facilita unaapertura de horizontes, desaparece el embudo de las obliga-ciones familiares que le atosigan. Su nueva vida en Port Ange-les junto a Tess Gallagher le distancia de su pasado, le hacems receptivo y propicia su poca ms creativa. Invierte lapropina en sus mejores libros: De qu hablamos cuando habla-mos de amor(1981), Catedral(1983), Bajo una luz marina(1986)

    yUn sendero nuevo a la cascada(1989).

    Escribe Gilles Deleuze respecto del cine de John Ford: Elafuera engloba al adentro, ambos se comunican y se avanzapasando de uno al otro en los dos sentidos () Se puede irde un punto conocido a un punto desconocido () y lo

    esencial sigue siendo el englobante que los comprende a losdos. Ese recorrido tambin ser palpable en las historias cor-tas y poemas de Carver. La escritura como acto de descubri-miento. Me gustara decirles a mis amigos escritores cul es la mejormanera de llegar a la cumbre. No debera ser tan difcil, y debe sertanto o ms honesto que encontrar un lugar agradable para vivir.Un punto desde el que desarrollar tus habilidades, tus talentos, si jus-

    tificaciones ni excusas. Sin lamentaciones, sin necesidad de explicar-119

    DISTANCIAS CORTAS

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    se. Se sienta a escribir una historia y la primera frase, la fraseverdica que buscaba Hemingway, le da la pauta para seguir.

    Por ejemplo: l pasaba la aspiradora cuando son el telfono.Sabe que la historia se encuentra ah, que esas palabras bro-tan de su esencia. Siente que con ese comienzo la historiapuede crecer, hacerse literatura si le dedica el tiempo necesa-rio. Y encuentra ese tiempo, a razn de doce o quince horasde trabajo. Despus de esa frase brotan otras para comple-mentarla. Utiliza un lenguaje lo ms preciso posible para que

    los detalles se concreten y alcancen un significado. Que elcorrecto uso de las palabras puedan hacer sonar todas lasnotas, manifestar todos los registros. Cuando me pongo a escri-bir, empiezo literalmente con una frase o una lnea. Siempre necesitotener esa primera lnea metida en la cabeza, se trate de un poema oun relato. Ms tarde, todo puede cambiarse, pero esa lnea se cambiamuy pocas veces. El impacto de sus relatos suele centrarsemuchas veces en una sola imagen: un caballo en la niebla, unpavo real, una catedral, un cenicero La imagen, como enun poema, organiza la historia, conduce las reacciones dellector hacia una serie de complejas asociaciones. Siempre meha parecido que la poesa en su efecto y en la manera en que se compo-ne, se encuentra ms cerca de un relato que el relato de una novela.Carver alterna la poesa y el relato corto repasando muchas

    veces todo lo que escribe, volviendo atrs una y otra vez. Fas-

    cinado por el proceder de Flaubert, se convierte en un escri-tor de profundas exigencias estticas. Disfruta revisando ydepurando su trabajo.

    Sobre su escritorio, pegadas en la pared, se van acumu-lando fichas de tres por cinco:

    El esmero es la nica conviccin moral del escritor, Ezra Pound.120

    DISTANCIAS CORTAS

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    Y sbitamente todo empez a aclarrsele,Antn Chjov.

    Ningn hierro puede despedazar tan fuertemente el corazn comoun punto puesto en el lugar que le corresponde, Isaac Babel.

    Carver muestra una capacidad inslita para dejar lascosas al filo, prendidas con alfileres como las fichas en lapared de su escritorio. Su mtodo parece descuidado pero

    est medido al milmetro. Afirma Richard Ford tras prepararsu Antologa del cuento norteamericano: No tengo dudas de queescribir relatos cortos es algo que muy poco pueden hacerbien. No conozco la razn. Puede que sea ms difcil de loque parece y los relatos redondos no sean ms que pequeosmilagros. Muchos de los relatos de Carver lo son, pequeosmilagros. La primera piedra, muy pequea, de un derrumbeo una transformacin. Lenguaje dilatndose en actos. Pasa la

    vida como en los cuadros de Hopper, al filo de un hueco. Latentativa bergsoniana de arrancar del tiempo cronolgico laduracin real y concreta en la que el pasado quede ligado alpresente. Historias en las que alguien esyestsin saber quha sido de l o qu le ha llevado hasta ah. Alguien que sequeda en pijama, con un tapn de cera en el odo, ante eltelevisor, discorde su tiempo con el de los dems; alguien que

    ahueca las manos bajo la luz blanca de la cocina para que lellegue ese bramido como de viento que ruge dentro de unaconcha marina; alguien que recuerda el principio de un fin,la semilla de una prdida; el muchacho que hace novillos y sequeda por la noche con un pescado en la mano a la luz deporche Son de Kentucky, de Alabama, de Oregn, vete asaber. Parecen de ninguna parte. Se quedan sin saber qu

    hacer, clavados. Aunque a veces uno pisa el acelerador y sale121

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    a todo gas en un coche de segunda mano con el motor truca-do. Como el protagonista deEl elefante, el que quera irse a

    Australia.

    Pero es a Rusia adonde quieren ir Ray y Tess. En septiem-bre de 1987 le diagnostican un cncer de pulmn. Cuatromeses despus el cncer se manifiesta como tumor cerebral.Renuncia por dos veces a que el bistur le abra el cerebro.Siete semanas de radioterapia y de nuevo, a principios de

    junio, los tumores vuelven a aparecer en los pulmones.Durante ese mes de junio desayunan leyendo a Chjov. Tesslee en voz alta. Ray vuelve a leer ese fragmento la mismatarde. Descubren a otro Chjov dentro de Chjov, como siavanzara hacia ellos entre los cuchillos de untar la mantequi-lla. Tess lo pasa a mquina y Ray lo incluye en Un senderonuevo a la cascada, su ltimo libro de poemas. No reciben visi-tas, no se lo cuentan a nadie. Pero conducen hasta Reno y secasan. Una capilla con un enorme corazn en la ventanarodeado de pequeas bombillas doradas y un letrero quedice: SE HABLA ESPAOL. Una jornada alegre y vaca. La sensa-cin en bruto de vivir una vida sin engaos. A la vuelta, sedan prisa por terminar el libro en que Carver incluye aMilosz y Chjov. Quieren terminar a tiempo de realizar un

    viaje a Rusia para visitar la tumba de Chjov. Pero no hubo

    tiempo. O s. Con Ray en el lecho de muerte, la cama deambos, Tess le promete realizar ese viaje por los dos. Estarall antes que t. Ahora viajo ms de prisa, le contesta con unasonrisa.

    Carver realiza una reconstruccin ficticia de los ltimosdas de Antn Chjov en Tres rosas amarillas, volumen de rela-

    tos publicado poco antes de su muerte. Si haba salido del122

    DISTANCIAS CORTAS

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    anonimato tras quince aos de correcciones con Quiereshacer el favor de callarte, por favor?, recibido con entusiasmo

    por una crtica que identifica su estilo lacnico y seco con elminimalismo, Tres rosas amarillasmuestra una mayor comple-jidad narrativa que ya apuntaba en Catedral. Es la carga psico-lgica del personaje lo que nos traslada a la realidad y no alrevs. Lo dice Vila-Matas respecto de Si me necesitas, llmame:parece que Carver empezaba a cansarse de la dignidad de losicebergs y se acerca a su verdadera familia literaria: Faulkner,

    McCullers y Flannery OConnor, la narrativa del sur. Dehecho Carver pensaba en revisar toda su obra anterior cuan-do preparaba Tres rosas amarillasyUn sendero nuevo a la casca-da, pero ni siquiera lleg a verlos publicados. Precisamentecon motivo de la publicacin de Si me necesitas, llmamea losdiez aos de su muerte, se avivaron los comentarios sobre ladecisiva aportacin del editor Gordon Dish en el estilo queconvertira a Carver en un modelo a imitar. Las tachadurasque Gordon Dish aplicaba a los manuscritos han sido revisa-das y estudiadas con fervor. Como si quitando las raspadurasde un cuadro se descubriera otro debajo. Ese cuadro muestraa un Carver ms acorde con el nuevo estilo de sus ltimosrelatos. Pero es menos Carver que Carver.

    A Carver le gusta cuando V.S. Pritcher define el cuento

    como algo vislumbrado con el rabillo del ojo. Otorga a lamirada furtiva categora integrante del cuento, comenta cm-plice.

    En la pared del dormitorio clav con chinchetas un retra-to de Antonio Machado. Le dedica un poema que incluye enBajo una luz marina:

    123

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    Hoy llev tu libro conmigo cuando salA dar mi paseo. Presta atencin! decas,

    Cuando alguien pregunt qu hacer con su vida.Con que mir alrededor y tom nota de todo.Luego me sent al sol, en mi sitio

    De junto al ro desde donde puedo ver las montaasY cerr los ojos y escuch el sonido

    Del agua. Luego los abr y me puse a leerAbel Martn

    Esta maana pens mucho en ti, Machado,Y espero, incluso cara a lo que s de la muerte,Que recibirs el mensaje que pretendo enviarte.Pero est bien aunque no lo recibas. Que duermas bien.

    Descansa. Antes o despus espero que nos veamos.Y entonces podr decirte estas cosas directamente.

    En su artculo titulado Agradecimiento, reflexiona JosMara Conget sobre la sensacin de amistad a larga distanciaque transmite Carver, la certeza de que hubiera sido buenoconocer a ese hombre y escribirle una nota ms o menos as:Querido Carver, he ledo tu libro, me ha hecho bien, teestoy agradecido.

    Raymond Carver muere en Ridge House en 1988. Desde

    entonces se gana la vida guardando de peligro a Tess Gallag-her, cerca de Port Angeles, probablemente.

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    Jaime Priede es crtico literario en las revistas 'LetrasLibres', 'Quimera', 'Cuadernos hispanoamericanos',

    'Lateral' y 'Clarn'.

    A continuacin, reproducimos un captulo del libro'Dejad que baile el forastero' (Bartleby), una revisin de

    las biografas de distintos autores.

    As entiende Priede a Raymond Carver.

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    DISTANCIAS CORTAS

    Quin lee cuentos, uno se pregunta, y me gusta pensar quelos leen hombres y mujeres en salas de espera; que los leen en

    viajes areos transcontinentales en vez de ver pelculas vanalesy vulgares para matar el tiempo; que los leen hombres y muje-

    res sagaces y bien informados quienes parecen sentir que laficcin narrativa bien puede contribuir a nuestra compren-sin de unos y otros, y algunas veces, del confuso mundo quenos rodea. La novela, en toda su grandeza, exige, al menos,algn conocimiento de las unidades clsicas, que preservanese lazo misterioso entre la esttica y la moral; pero que estaantigedad inexorable excluyera la novedad en nuestras for-mas de vida sera lamentable. Algunos conocemos esta nove-dad a travs de La guerra de las galaxias, otros a travs de lamelancola que sigue al error cometido por un jugador queno batea en las ltimas entradas de un partido de bisbol.() En los cuentos de mis estimados colegas y en algunosmos encuentro esas casas de verano alquiladas, esos amoresde una noche, y esos lazos extraviados que desconciertan laesttica tradicional. No somos nmadas, pero sin embargo

    subsiste ms que una insinuacin en el espritu de nuestrogran pas, y el cuento es la literatura del nmada.

    JOHN CHEEVER

    Un da muy feliz.La niebla se levant pronto, trabaj en el jardn.

    Los colibrs se demoraban en las madreselvas.115

  • 8/4/2019 Crtica a Carver

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    No haba cosa en la tierra que yo deseara poseer.Saba que no mereca la pena que envidiase a nadie.

    Cualquier mal que hubiera sufrido, lo olvid.Pensar que una vez fui el mismo hombre no me molestaba.En el cuerpo no senta dolor.Cuando me estir vi el mar azul y las velas.

    El poema se titula Ddiva y es de Czeslaw Milosz. Pero es

    Carver, Raymond Carver. Un afortunado que ha vivido dosvidas. Nace en Clatskarie, Oregn, 1938. Primer hijo de Cle-vie Raymond Carver y Ella Beatrice Casey. Detesta que todoel mundo le llame Raymond Carver Junior, excepto supadre, que le llama Rana. Se casa a los diecisis aos y pocodespus ya es padre de dos hijos. Empieza a beber sin control

    y a provocar broncas descomunales tanto en casa como en losbares. Va dando tumbos de un trabajo ocasional a otro. Supadre, socarrn, empieza a llamarle Doc.

    Una maana de 1956 se acerca en coche a la parte alta deYakima, pequea ciudad al este de Washington, para entre-gar un pedido de la farmacia en la que trabaja como reparti-dor. Mientras espera a la puerta que el anciano propietariode la casa busque su chequera, le llama la atencin que haya

    tantos libros esparcidos por todas partes. Su mirada se posaen una revista sobre la mesa del comedor. Es la primera vezque ve una de esas revistas de poca circulacin. Es un ejemplar dePoetry. El anciano introduce el cheque en ella: Llvatela,hijo. A lo mejor un da escribes algo y no sabes adnde man-darlo. Esa noche apenas duerme. Lee una y otra vez las car-tas y los poemas de Ezra Pound, sus postulados, lo que se debe y

    no se debe hacer al escribir. El ejemplar incluye tambin anlisis y116

    DISTANCIAS CORTAS

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    discusiones de los diversos movimientos poticos del siglo.Percibe que esa noche su vida est dando un giro, que toma

    perspectiva, que remiten los latidos en la sien. El mundo esuna amenaza para muchos de los personajes de mis historias. Lagente que elijo para escribir sobre ella siente una amenaza, y creo quela mayora de la gente siente el mundo como un lugar amenazante.Saber contarlo, se ser el reto del nuevo da.

    En una secuencia de La opinin pblica, Charles Chaplin

    representa la partida de un tren solamente con las sombras ylas luces que se reflejan en el rostro de una muchacha en elandn. La elisin, utilizada por primera vez en esta secuen-cia, es el recurso narrativo ms utilizado en el relato cortonorteamericano. Faulkner, Dos Passos, Hemingway o Stein-beck exigen un lector vigilante, partcipe de la creacin y dis-puesto a reconstruir lo elidido. Tomaron el relevo autorescomo Saul Bellow, Tobias Wolff, Richard Ford y RaymondCarver. All por la mitad de los sesenta empec a notar muchos pro-blemas de concentracin que me asaltaban ante las obras narrativasvoluminosas. Durante un tiempo experiment idntica dificultad

    para leer tales obras que para escribirlas. Mi atencin se despistaba ydecid que no me hallaba en disposicin de acometer la redaccin deuna novela. Teora del iceberg, la elisin de revelaciones paraque la realidad gane espacios autnomos en la narracin.

    Una vez ms no es la reproduccin de la realidad lo quecuenta sino su transformacin, borrando los lmites entresta y la ficcin. El mecanismo mental de los escritores norte-americanos est ms entrenado en la agudeza que en la abs-traccin, en la perspicacia, en la inminencia del aqu y elahora. Richard Ford: A los escritores norteamericanos noles interesa entender la vida en general, se conforman con

    entender la vida en particular. Carver apuesta por entender117

    DISTANCIAS CORTAS

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    la suya en las distancias cortas del relato, pero pasarn vein-tiocho aos antes de que enve sus textos a la direccin postal

    de Poetryen Chicago. Ya formaba parte de la nmina de escri-tores norteamericanos agrupados bajo la etiqueta dirty rea-lism, cuyo xito se basa en un aire renovador a la hora dedesvelar la realidad en fotogramas, sin aadidos que tiendana modificarla, y un ir y venir de los personajes por lugaresindeterminados, su forma de estar en ningn sitio, esa mez-cla de aturdimiento y condescendencia. Comparte cartel con

    Richard Ford, Jayne Anne Phillips, Tobias Wolff y JoyWilliams. Le hospitalizan cuatro veces por su adiccin al alco-hol. Su hgado ya no da ms de s.

    Cuando comienza el mes de junio parece que siempre esjueves. Los motores del verano se ponen a punto en los hoga-res. Afuera, planean sin estruendo. Lento movimiento delblanco hacia el azul. Es el mejor momento del verano: por

    venir. El hbitat de los jueves.

    El 2 de junio de 1977 Raymond Carver nace por segunda vez. Una propina: diez aos ms de vida. Toma su ltimacopa cuando conoce a Tess Gallagher y, a partir de entonces,con gusto hubiera titulado todos sus poemasFelicidad.Viven

    juntos en Ridge House, Port Angeles, Washington, cerca del

    embarcadero. Le gusta escuchar emisoras musicales por lanoche, leer prrafos sueltos de Abel Martn. No tienen televi-sin, no reciben peridicos. Se aficiona a la pesca, sigue delejos los resultados del bisbol. Viven en la calma, una calmaque, como la luz del embarcadero, activa la lucidez de su vidaen comn. Ecunime lucidez, la calma, ensanchando cadainstante en su duracin. Vive supropinacon una sola premisa

    inscrita en el mechero: AHORA. Usar diariamente las cosas118

    DISTANCIAS CORTAS

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    del mejor modo posible.Es posible, en un poema o en una histo-ria corta, escribir sobre objetos cotidianos utilizando un lenguaje colo-

    quial y dotar a la vez a esos objetos una silla, persianas, un tenedor,una piedra, un anillo de un inmenso, incluso asombroso poder. Esposible escribir una lnea de un aparentemente intrascendente dilo-go y transmitir un escalofro a lo largo de la columna vertebral del lec-tor (el origen del placer esttico, como dira Nabokov). sa es la clasede literatura que me interesa.

    Autor de un volumen de relatos titulado Quieres hacer elfavor de callarte, por favor?(1976), el cambio vital que experi-menta Carver a principios del verano de 1977 facilita unaapertura de horizontes, desaparece el embudo de las obliga-ciones familiares que le atosigan. Su nueva vida en Port Ange-les junto a Tess Gallagher le distancia de su pasado, le hacems receptivo y propicia su poca ms creativa. Invierte lapropina en sus mejores libros: De qu hablamos cuando habla-mos de amor(1981), Catedral(1983), Bajo una luz marina(1986)

    yUn sendero nuevo a la cascada(1989).

    Escribe Gilles Deleuze respecto del cine de John Ford: Elafuera engloba al adentro, ambos se comunican y se avanzapasando de uno al otro en los dos sentidos () Se puede irde un punto conocido a un punto desconocido () y lo

    esencial sigue siendo el englobante que los comprende a losdos. Ese recorrido tambin ser palpable en las historias cor-tas y poemas de Carver. La escritura como acto de descubri-miento. Me gustara decirles a mis amigos escritores cul es la mejormanera de llegar a la cumbre. No debera ser tan difcil, y debe sertanto o ms honesto que encontrar un lugar agradable para vivir.Un punto desde el que desarrollar tus habilidades, tus talentos, si jus-

    tificaciones ni excusas. Sin lamentaciones, sin necesidad de explicar-119

    DISTANCIAS CORTAS

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    se. Se sienta a escribir una historia y la primera frase, la fraseverdica que buscaba Hemingway, le da la pauta para seguir.

    Por ejemplo: l pasaba la aspiradora cuando son el telfono.Sabe que la historia se encuentra ah, que esas palabras bro-tan de su esencia. Siente que con ese comienzo la historiapuede crecer, hacerse literatura si le dedica el tiempo necesa-rio. Y encuentra ese tiempo, a razn de doce o quince horasde trabajo. Despus de esa frase brotan otras para comple-mentarla. Utiliza un lenguaje lo ms preciso posible para que

    los detalles se concreten y alcancen un significado. Que elcorrecto uso de las palabras puedan hacer sonar todas lasnotas, manifestar todos los registros. Cuando me pongo a escri-bir, empiezo literalmente con una frase o una lnea. Siempre necesitotener esa primera lnea metida en la cabeza, se trate de un poema oun relato. Ms tarde, todo puede cambiarse, pero esa lnea se cambiamuy pocas veces. El impacto de sus relatos suele centrarsemuchas veces en una sola imagen: un caballo en la niebla, unpavo real, una catedral, un cenicero La imagen, como enun poema, organiza la historia, conduce las reacciones dellector hacia una serie de complejas asociaciones. Siempre meha parecido que la poesa en su efecto y en la manera en que se compo-ne, se encuentra ms cerca de un relato que el relato de una novela.Carver alterna la poesa y el relato corto repasando muchas

    veces todo lo que escribe, volviendo atrs una y otra vez. Fas-

    cinado por el proceder de Flaubert, se convierte en un escri-tor de profundas exigencias estticas. Disfruta revisando ydepurando su trabajo.

    Sobre su escritorio, pegadas en la pared, se van acumu-lando fichas de tres por cinco:

    El esmero es la nica conviccin moral del escritor, Ezra Pound.120

    DISTANCIAS CORTAS

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    Y sbitamente todo empez a aclarrsele,Antn Chjov.

    Ningn hierro puede despedazar tan fuertemente el corazn comoun punto puesto en el lugar que le corresponde, Isaac Babel.

    Carver muestra una capacidad inslita para dejar lascosas al filo, prendidas con alfileres como las fichas en lapared de su escritorio. Su mtodo parece descuidado pero

    est medido al milmetro. Afirma Richard Ford tras prepararsu Antologa del cuento norteamericano: No tengo dudas de queescribir relatos cortos es algo que muy poco pueden hacerbien. No conozco la razn. Puede que sea ms difcil de loque parece y los relatos redondos no sean ms que pequeosmilagros. Muchos de los relatos de Carver lo son, pequeosmilagros. La primera piedra, muy pequea, de un derrumbeo una transformacin. Lenguaje dilatndose en actos. Pasa la

    vida como en los cuadros de Hopper, al filo de un hueco. Latentativa bergsoniana de arrancar del tiempo cronolgico laduracin real y concreta en la que el pasado quede ligado alpresente. Historias en las que alguien esyestsin saber quha sido de l o qu le ha llevado hasta ah. Alguien que sequeda en pijama, con un tapn de cera en el odo, ante eltelevisor, discorde su tiempo con el de los dems; alguien que

    ahueca las manos bajo la luz blanca de la cocina para que lellegue ese bramido como de viento que ruge dentro de unaconcha marina; alguien que recuerda el principio de un fin,la semilla de una prdida; el muchacho que hace novillos y sequeda por la noche con un pescado en la mano a la luz deporche Son de Kentucky, de Alabama, de Oregn, vete asaber. Parecen de ninguna parte. Se quedan sin saber qu

    hacer, clavados. Aunque a veces uno pisa el acelerador y sale121

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    a todo gas en un coche de segunda mano con el motor truca-do. Como el protagonista deEl elefante, el que quera irse a

    Australia.

    Pero es a Rusia adonde quieren ir Ray y Tess. En septiem-bre de 1987 le diagnostican un cncer de pulmn. Cuatromeses despus el cncer se manifiesta como tumor cerebral.Renuncia por dos veces a que el bistur le abra el cerebro.Siete semanas de radioterapia y de nuevo, a principios de

    junio, los tumores vuelven a aparecer en los pulmones.Durante ese mes de junio desayunan leyendo a Chjov. Tesslee en voz alta. Ray vuelve a leer ese fragmento la mismatarde. Descubren a otro Chjov dentro de Chjov, como siavanzara hacia ellos entre los cuchillos de untar la mantequi-lla. Tess lo pasa a mquina y Ray lo incluye en Un senderonuevo a la cascada, su ltimo libro de poemas. No reciben visi-tas, no se lo cuentan a nadie. Pero conducen hasta Reno y secasan. Una capilla con un enorme corazn en la ventanarodeado de pequeas bombillas doradas y un letrero quedice: SE HABLA ESPAOL. Una jornada alegre y vaca. La sensa-cin en bruto de vivir una vida sin engaos. A la vuelta, sedan prisa por terminar el libro en que Carver incluye aMilosz y Chjov. Quieren terminar a tiempo de realizar un

    viaje a Rusia para visitar la tumba de Chjov. Pero no hubo

    tiempo. O s. Con Ray en el lecho de muerte, la cama deambos, Tess le promete realizar ese viaje por los dos. Estarall antes que t. Ahora viajo ms de prisa, le contesta con unasonrisa.

    Carver realiza una reconstruccin ficticia de los ltimosdas de Antn Chjov en Tres rosas amarillas, volumen de rela-

    tos publicado poco antes de su muerte. Si haba salido del122

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    anonimato tras quince aos de correcciones con Quiereshacer el favor de callarte, por favor?, recibido con entusiasmo

    por una crtica que identifica su estilo lacnico y seco con elminimalismo, Tres rosas amarillasmuestra una mayor comple-jidad narrativa que ya apuntaba en Catedral. Es la carga psico-lgica del personaje lo que nos traslada a la realidad y no alrevs. Lo dice Vila-Matas respecto de Si me necesitas, llmame:parece que Carver empezaba a cansarse de la dignidad de losicebergs y se acerca a su verdadera familia literaria: Faulkner,

    McCullers y Flannery OConnor, la narrativa del sur. Dehecho Carver pensaba en revisar toda su obra anterior cuan-do preparaba Tres rosas amarillasyUn sendero nuevo a la casca-da, pero ni siquiera lleg a verlos publicados. Precisamentecon motivo de la publicacin de Si me necesitas, llmamea losdiez aos de su muerte, se avivaron los comentarios sobre ladecisiva aportacin del editor Gordon Dish en el estilo queconvertira a Carver en un modelo a imitar. Las tachadurasque Gordon Dish aplicaba a los manuscritos han sido revisa-das y estudiadas con fervor. Como si quitando las raspadurasde un cuadro se descubriera otro debajo. Ese cuadro muestraa un Carver ms acorde con el nuevo estilo de sus ltimosrelatos. Pero es menos Carver que Carver.

    A Carver le gusta cuando V.S. Pritcher define el cuento

    como algo vislumbrado con el rabillo del ojo. Otorga a lamirada furtiva categora integrante del cuento, comenta cm-plice.

    En la pared del dormitorio clav con chinchetas un retra-to de Antonio Machado. Le dedica un poema que incluye enBajo una luz marina:

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    Hoy llev tu libro conmigo cuando salA dar mi paseo. Presta atencin! decas,

    Cuando alguien pregunt qu hacer con su vida.Con que mir alrededor y tom nota de todo.Luego me sent al sol, en mi sitio

    De junto al ro desde donde puedo ver las montaasY cerr los ojos y escuch el sonido

    Del agua. Luego los abr y me puse a leerAbel Martn

    Esta maana pens mucho en ti, Machado,Y espero, incluso cara a lo que s de la muerte,Que recibirs el mensaje que pretendo enviarte.Pero est bien aunque no lo recibas. Que duermas bien.

    Descansa. Antes o despus espero que nos veamos.Y entonces podr decirte estas cosas directamente.

    En su artculo titulado Agradecimiento, reflexiona JosMara Conget sobre la sensacin de amistad a larga distanciaque transmite Carver, la certeza de que hubiera sido buenoconocer a ese hombre y escribirle una nota ms o menos as:Querido Carver, he ledo tu libro, me ha hecho bien, teestoy agradecido.

    Raymond Carver muere en Ridge House en 1988. Desde

    entonces se gana la vida guardando de peligro a Tess Gallag-her, cerca de Port Angeles, probablemente.

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