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DIARIO FAMILIA Doctrina: Reclamo alimentario conforme el Código Civil y Comercial Por Carolina Peluffo y Lucila I. Córdoba No hay derecho a disponer sobre la identidad de las personas Por Osvaldo Pitrau y Lucila Córdoba El cuidado personal de los hijos menores y los nuevos lineamientos según el Código Civil y Comercial de la Nación Por Carolina Peluffo Los derechos de los niños son de los niños Por Lucila Córdoba y Osvaldo Pitrau Jurisprudencia: ”A., J. F. A. v. A., F. N. s/ colación”, C. Nac. Civ., Sala G, (22/12/2014) Colación de equivalente a la totalidad de un inmueble donado en vida por la causante ” P., M. G. v. M.G. J. M. Filiación”, Sup. Corte Just. Bs. As., (11/03/2015) Primacía de la verdad biológica y el derecho a la identidad sobre la cosa juzgada “G., C. R. v. P., G. E. s/ Liquidación de sociedad conyugal”, C. Nac. Civ., sala D, 25/03/2015. Liquidación de la sociedad conyugal y retiro voluntario ” B., D. P. v. A., A. S. s/ exhortos y oficios”, Corte Sup., (14/04/2015) Restitución de menores a un padre quien reside en el exterior y ausencia de competencia federal.

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DIARIO FAMILIA

Doctrina:

Reclamo alimentario conforme el Código Civil y Comercial

Por Carolina Peluffo y Lucila I. Córdoba

No hay derecho a disponer sobre la identidad de las personas

Por Osvaldo Pitrau y Lucila Córdoba

El cuidado personal de los hijos menores y los nuevos lineamientos según el Código Civil y Comercial de la Nación

Por Carolina Peluffo

Los derechos de los niños son de los niños

Por Lucila Córdoba y Osvaldo Pitrau

Jurisprudencia:

”A., J. F. A. v. A., F. N. s/ colación”, C. Nac. Civ., Sala G, (22/12/2014)

Colación de equivalente a la totalidad de un inmueble donado en vida por la causante

” P., M. G. v. M.G. J. M. Filiación”, Sup. Corte Just. Bs. As., (11/03/2015)

Primacía de la verdad biológica y el derecho a la identidad sobre la cosa juzgada

“G., C. R. v. P., G. E. s/ Liquidación de sociedad conyugal”, C. Nac. Civ., sala D, 25/03/2015.

Liquidación de la sociedad conyugal y retiro voluntario

” B., D. P. v. A., A. S. s/ exhortos y oficios”, Corte Sup., (14/04/2015)

Restitución de menores a un padre quien reside en el exterior y ausencia de competencia federal.

Reclamo alimentario conforme el Código Civil y Comercial Por Dra. Carolina Peluffo - Dra. Lucila I. Córdoba

Una de las cuestiones que resuelve positivamente la reforma legislativa que se

aproxima es la atinente a los obligados al cumplimiento del deber alimentario. Tema que

fue tomado de los avances producidos en la doctrina jurisprudencial y que lo previó la

Comisión Redactora del Proyecto del año 1993 integrada por los Dres. Marcos Córdoba y

Néstor Solari.

El art. 668 del CCC admite la posibilidad de reclamar alimentos contra el obligado

principal y simultáneamente contra los ascendientes. Reza la norma que "Los alimentos a

los ascendientes pueden ser reclamados en el mismo proceso en que se demanda a los

progenitores o en proceso diverso; además de lo previsto en el título del parentesco,

debe acreditarse verosímilmente las dificultades del actor para percibir los alimentos del

progenitor obligado."

En la actualidad el Código Civil requiere que se demuestre la falta de recursos por

parte del obligado principal, como así también su imposibilidad de generarlos, para poder

accionar contra otros parientes más lejanos, extremo que debe estar siempre

acompañada de un intento de ejecución forzada.

En efecto quién reclama a los abuelos debe instar previamente la fijación de una

cuota alimentaria en cabeza del padre del alimentado, y una vez determinada la misma,

haber procedido- ante el incumplimiento- a su ejecución.

Ello por cuanto la obligación de los abuelos es siempre subsidiaria.

Ahora el nuevo Código en el art. 668 flexibiliza el procedimiento desde la perspectiva

procesal. Muestra como finalidad garantizar al niño las necesidades básicas para su

desarollo físico, moral y intelectual (conf. arts. 3 y 27 inc. 2,3, y 4 de la Convención de los

Derechos del Niño).

Ahora nos preguntamos ¿Se puede demandar en el mismo proceso que se

demanda a los progenitores?

La respuesta es afirmativa. Es innecesario tener que reclamar en primer lugar al

incumplidor; se puede demandar de manera directa a los abuelos y demostrar en el

mismo proceso la imposibilidad o dificultad del progenitor -obligado principal fundado en

responsabilidad parental- para que la demanda sea acogida.

De esta manera, se evita una dilación procesal indebida que atenta de modo

innegable, en la rápida satisfacción del derecho de fondo vulnerado.

Es decir, tener que agotar la vía procesal para poder recurrir en forma subsidiaria

contra los abuelos atenta contra la tutela de los derechos básicos de los menores.

Esta norma constituye uno de los supuestos más claros donde se puede observar la

interrelación entre el derecho de forma y el derecho de fondo, garantizando de esta

manera la tutela judicial efectiva.

La subsidiaridad legal no supone - CORRELATIVAMENTE- una sucesividad

procesal; se acciona contra los abuelos directamente, siempre y cuando el actor pruebe

verosímilmente las dificultades que existen para recibir alimentos del progenitor obligado.

Claramente importa una positiva reforma, teniendo en consideración que el sujeto de

la relación más débil precisa de trámites breves para no ver frustrado su derecho

fundamental a percibir alimentos.

Requerir la promoción de dos procesos judiciales, parecía no reconocer el objeto del

proceso de alimentos, que es la satisfacción de las necesidades fundamentales para la

vida de un menor. En estos supuestos los operadores jurídicos deben extremar la

celeridad, porque si los alimentos no llegan a tiempo vulneran el derecho más importante

del ser humano, y el imprescindible para la existencia de todos los otros.

“No hay derecho a disponer sobre la identidad de las personas” Por Osvaldo Pitrau y Lucila Córdoba El Diccionario de la Real Academia Española, en la acepción que nos

interesa indica que derecho es la “Facultad de hacer o exigir todo aquello que la

ley o la autoridad establece en nuestro favor…”.

En los medios de comunicación en estos días se divulga una cuestión

vinculada la dudosa paternidad de un famoso. No es objeto de este trabajo el

análisis específico de ese caso, del cual carecemos de datos fehacientes y del

cual su divulgación, de por sí podría vulnerar derechos fundamentales del menor

involucrado.

Pero lo sucedido nos lleva a reflexionar una vez más sobre la cuestión

jurídica que surge, y es el tan hablado derecho a la identidad del niño, en primer

orden de jerarquía y en segundo lugar los derechos de los padres.

Pettigiani nos recuerda que “El Estado nacional, y en el mismo sentido los

estados provinciales, han asumido el deber social de garantizar el emplazamiento

filiatorio de los habitantes de la Nación.” (Pettigiani, Eduardo, “¿Atribuir un

progenitor a conocer quién es el progenitor? A propósito de la obtención

compulsiva de la prueba biológica en los juicios de filiación”; DFyP La Ley, Marzo

2010, año II, Nº2, p.s 3/9.)

El ordenamiento legal establece la protección integral de la familia –art. 14

bis de la Constitución Nacional-, el derecho – deber de criar y proteger a los hijos

menores –cfr. Art. 264 y ccs. Código Civil-, al regular los Derechos de los Niños –

Convención sobre los Derechos del Niño-.

Nos explica el Doctrinario y Ministro de la Corte bonaerense que “yendo

aún más allá de las cuestiones que la ley viene a resolver, cabe reparar que el

derecho que posee todo individuo a conocer la verdad sobre su identidad de

origen no sólo está dirigido a ampara a quienes hayan sido víctimas de

violaciones masivas….sino que abarca otras facetas, como la que envuelve a

quienes persiguen la definición de su estado filiatorio al margen de la probable

referida situación.” (Pettigiani, Eduardo, “¿Atribuir un progenitor a conocer quién

es el progenitor? A propósito de la obtención compulsiva de la prueba biológica en

los juicios de filiación”; DFyP La Ley, Marzo 2010, año II, Nº2, p.s 3/9.)

Se pregunta Alejandro Laje, “¿Es disponible el derecho a la identidad?

¿Los progenitores tienen derecho a disponer sobre los derechos de los niños a

conocer sus orígenes? ¿Qué pasa si el niño no quisiera saber quién es su

verdadero padre?” (Reunión Académica, UAI, marzo 2015).

Parecería ser entonces, que el derecho no debería ser entendido como

“facultad de hacer o peticionar” cuando hablamos de derecho a la identidad. Los

padres no tienen la facultad de disponer sobre el derecho a la identidad de su hijo,

no tienen la facultad de ocultar el verdadero origen, no tienen la facultad de

ocultar la identidad, son todos estos actos claramente ilícitos. Hay deberes que

tienen que cumplir “obligatoriamente” los padres, su incumplimiento genera daños

graves, irreparables. Un niño tiene derecho indisponible a relacionarse con

quienes son verdaderamente sus padres. Ello, no sólo por la cuestión afectiva que

es la primordial, sino por otras cuestiones de gran importancia, como la son la de

conocer los antecedentes de salud, los lugares y la vida de relación de sus

progenitores. Porque todo eso hace también a su identidad, derecho que está

directamente ligado al derecho a la vida. El niño tiene derecho a vivir de la mejor

forma que las circunstancias se lo permitan, para ello, debe garantizársele sus

relaciones más íntimas. No hay derecho a disponer sobre ello.

El cuidado personal de los hijos menores y los nuevos lineamientos según el Código Civil y Comercial de la Nación Por Carolina Peluffo

En cuanto a la terminología que introduce la nueva normativa que entrará

en vigencia a mitad de este año, se reemplaza el clásico término tenencia, que

significa ocupación, posesión actual y corporal de la cosa, por no resultar acorde

a la consideración del niño como una persona, por la expresión ¨cuidado personal-

del hijo.

El nuevo Código especifica las clases de cuidado cuando los progenitores

no conviven, las modalidades de cuidado personal compartido y sus reglas, la

autonomía de los padres en cuanto a la formulación de planes de paren talidad y

las normas de decisiones judiciales en los casos de no formularse dichos planes.

¿Qué significa cuidado personal?

Son los deberes y facultades referidos a la vida cotidiana del hijo que

puede ser: unilateral (excepción) – o compartido (regla)- este último admite dos

posibilidades:

Cuidado compartido alternado: el que admite que el hijo conviva un tiempo

con cada uno de los progenitores.

El cuidado compartido indistinto: es aquel que el hijo menor de edad reside

de modo preferente o principal con uno de los progenitores y ambos realizan las

labores según las necesidades del grupo familiar, con independencia del lugar

donde el niño resida. Con el otro progenitor tiene el deber de comunicación.

La opción puede ser de resultado de libre determinación de los padres o de

decisión judicial frente a conflicto de uno o ambos progenitores.

Cuando el cuidado personal compartido en su modalidad indistinta no sea

posible o resulte perjudicial para el hijo, se deberá decidir por el cuidado

alternado, o directamente el cuidado unilateral.

El juez debe privilegiar el cuidado compartido indistinto (conforme art. 651

del nuevo Código)

Los progenitores pueden presentar un plan de parentalidad, si el plan no ha

sido elaborado de común acuerdo por los progenitores o no se homologa el plan

presentado, la norma prevé la solución: el juez debe fijar el plan de parentalidad.

(Art 655)

En el sistema vigente no puede estar ausente el plan de parentalidad, la

participación y escucha del hijo menor de edad, fundado en los principios de

respeto de sus derechos fundamentales y de capacidad progresiva.

El contenido del plan propone cual va ser el domicilio del menor, las tareas

del menor del cual se hará responsable, el régimen de contacto con el otro

progenitor, la distribución del período vacacional y la distribución de la carga

económica entre otros.

La ley privilegia el cuidado compartido del hijo, en la medida que existan

condiciones para su funcionamiento pues es el sistema que mayor asegura el

derecho constitucional del hijo a tener relaciones personales y contacto directo

con ambos padres de modo regular –(art. 9 CDN).

Se deja claro que en los casos en que el cuidado sea atribuido a uno de los

progenitores, el otro tiene el derecho y el deber de comunicación. Este deber de

adecuada comunicación se enlaza con otro deber, el de informar lo atinente a la

comunicación, salud y otras cuestiones que interesan a la persona y a los bienes

del hijo menor de edad (conforme art. 654 del CCC).

El cuidado personal puede ser unilateral, manteniéndose en dicha situación

la regla del ejercicio conjunto de la responsabilidad parental -arts. 641, 645 y

conc.-, salvo que excepcionalmente se decida también un ejercicio unilateral de la

responsabilidad parental art. 641, inc. b último parte, inc. e, primera parte).

En síntesis, la tenencia compartida resulta más justa conforme ya lo ha

dicho la jurisprudencia al mencionar que: ….incentiva a ambos padres a no

desentenderse de las necesidades materiales del niño, posibilita que el menor

conviva con ambos padres, fomenta una mayor y mejor comunicación entre

padres e hijos, el hijo se beneficia con la percepción que sus padres continúan

siendo responsables frente a él y se compadece más con el intercambio de roles

propios de la época actual.

“Los derechos de los niños son de los niños” Por Lucila Córdoba y Osvaldo Pitrau Quienes nos abocamos al Derecho de Familia no nos sorprende observar

que hay padres utilizan a sus hijos como motín de guerra.

Hace varios años ya que nuestra legislación se modificó y dejó atrás la

normativa que establecía que el padre era el titular de la patria potestad y era

quien disponía sobre la persona y bienes de sus hijos. Yendo un poco más atrás

en el tiempo, en el Derecho Romano el padre era el amo supremo y tenía el poder

de vida y muerte sobre sus hijos y cónyuge. Si bien cabe reconocer los avances

habidos, no sólo en la legislación sino también en la sociedad, en la cultura, en

nuestro país, modificándose no sólo la legislación civil sobre este punto, sino

también incorporando y otorgando jerarquía constitucional los derechos

fundamentales de los niños, siguen existiendo adultos que no pueden hacer

conscientes y reales estas normas fundamentales, creyéndose con derecho a

utilizar los derechos de sus hijos menores como objeto de negociaciones. Vemos

a diario: padres que impiden el contacto del niño con los otros familiares si no

obtienen a cambio beneficios económicos; padres que no cumplen

adecuadamente con los regímenes de visitas para provocar el enojo del otro

progenitor; padres que condicionan el cumplimiento de sus deberes asistenciales

alimentarios, padres que mudan los centros de vida de sus hijos a sus propios

pareceres, aun en contra de la voluntad del otro progenitor o de órdenes

judiciales; padres que cambian a sus hijos de colegios sin ni siquiera consultar

con el restante progenitor; padres que no cumplen con su deber de informar.

...infinidad de ejemplos podríamos mencionar.

Circulan noticias referidas a padres que hasta habrían causado la muerte

de sus hijos por discusiones con el otro progenitor....y parece increíble entender

que existan personas que puedan actuar de tal modo. ¿Cabe alguna reflexión al

respecto? ...desde la teoría claro está que los derechos de los niños son de los

niños, que no existe derecho a dañarlos, ni a quitarles lo que les es propio, pero

parecería ser que hay que seguir trabajando mucho para modificar aquellas

cuestiones que impiden que la teoría se haga realidad.

Vale la pena recordar que el Preámbulo de la Convención sobre los

Derechos del Niño establece “…que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión, … que el niño debe estar plenamente preparado para una vida independiente en sociedad y ser educado en el espíritu de los ideales proclamados en la Carta de las Naciones Unidas y, en particular, en un espíritu de paz, dignidad, tolerancia, libertad, igualdad y solidaridad,… "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento".

Insistimos, “Los derechos de los niños son de los niños, nadie puede

disponer de ellos si no es por hacer valer su interés supremo.”

Poder Judicial de la Nación

CAMARA CIVIL - SALA G

“A., J. F. A. C/ A., F. N. S/ COLACIÓN”.

EXPTE. Nº 6.396/12 JUZG.: 40

LIBRE/HONOR.: CIV/6.396/12/CA1

En la Ciudad de Buenos Aires, Capital de la República Argentina, a los 22 días de diciembre de dos mil catorce, reunidos en Acuerdo los Señores Jueces de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, para conocer en los recursos de apelación interpuestos en los autos caratulados: “A., J. F. A. C/ A., F. N. S/ COLACIÓN”, respecto de la sentencia de fs. 201/206, el Tribunal estableció la siguiente cuestión a resolver:

¿ES JUSTA LA SENTENCIA APELADA?

Practicado el sorteo resultó que la votación debía realizarse en el siguiente orden: Señores Jueces de Cámara Doctores CARLOS CARRANZA CASARES - CARLOS ALFREDO BELLUCCI - BEATRIZ AREÁN.-

A la cuestión planteada el Señor Juez de Cámara Doctor Carranza Casares dijo:

I.- La sentencia de fs. 201/206, hizo lugar a la demanda entablada por J. F. A. A. contra su hermano F. N. A. a quien condenó a colacionar en la sucesión de la madre de ambos A. G. A., la suma de u$s 108.674, equivalente al 50% del inmueble donado ubicado en 24 de Noviembre 826/828 de esta ciudad.

II.- El fallo fue apelado por el actor quien en su memorial de fs. 237/240, cuyo traslado no fue contestado, reclama que la condena se extienda a la totalidad del valor del inmueble y que se impongan las costas al demandado.

III.- En el derecho argentino, la colación consiste en computar en la masa partible el valor de los bienes donados por el causante a un heredero forzoso para imputar tal valor en la porción hereditaria de éste, con el objeto de mantener la igualdad entre los legitimarios (ver en tal sentido Pérez Lasala, José Luis y Medina, Graciela, Acciones judiciales en el Derecho Sucesorio, Ed. Depalma, Buenos Aires, 1992, p. 124).

También ha sido definida como la imputación de las donaciones realizadas en vida por el causante a cualquiera de los herederos forzosos, respecto de la parte o porción que al donatario corresponde en la herencia (Zannoni, Eduardo, Derecho de las sucesiones, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1982, t. I, p. 723).

La acción respectiva compete a un heredero forzoso contra otro heredero de igual condición, para que este incluya en la masa sucesoria, los valores dados en vida por el difunto (art. 3477 del

Código Civil), por cuanto las donaciones que el causante le hubiere efectuado solo importan un anticipo de su porción hereditaria (art. 3476).

El fundamento de esta acción se encuentra en la necesidad de mantener la igualdad entre los herederos legitimarios y su finalidad consiste precisamente en impedir la desigualdad entre los de igual rango, lo que se produciría si el donatario recibiera más que los coherederos, al sumarse lo percibido en virtud de la donación a lo que se le adjudique en la división de los bienes (cf. C.N.Civ., esta sala, L.537.687 del 19/2/10; íd., sala A, “San Martín, R.A. c/ San Martín, R.L.”, del 8/10/07, en La Ley Online AR/JUR/7527/2007; íd., sala M, “Santillán, R. c/ Santillán Estrugamou, F.”, del 9/19/07, en La Ley 2008-D, p. 118 y “Passaro, G. A. c/ Passaro, C.D.”, del 16/9/10, en La Ley 2010-F, p. 470).

Ha dicho la Corte Suprema con cita de Fornieles, Salvador Derecho de las sucesiones, Tomo I, n° 304, pág. 279, que la prestación que constituye el objeto de la obligación, no es la entrega de una suma de dinero, sino el acto negativo de recibir menos bienes en el reparto de la herencia; y desde el punto de vista del acreedor el derecho de tomar de más el equivalente. Se convierte, no obstante, en una deuda pecuniaria, si la cuota de la persona obligada no alcanza para compensar el valor de la donación, o sea cuando recibió en vida más de lo que le tocaba en la sucesión, en cuyo caso tendrá que pagar en efectivo la diferencia (Fallos: 322:2572).

A la luz de lo expuesto, resulta acertado el planteo del apelante pues el valor a colacionar ha de ser el de la totalidad del bien y no el de su mitad, más allá de la cuenta que se practique en la sucesión.

Si el procedimiento a seguir consiste en computar en la hijuela del donatario el valor de la cosa donada, compensando a los coherederos con valores similares (Borda, Tratado de Derecho Civil, Sucesiones, Ed. La Ley, Buenos Aires, 2008, t. I, p. 499), sería insuficiente que únicamente se calculara un cincuenta por ciento, pues de lo que se trata es de que quien recibió tal adelanto tome de menos la totalidad –y no la mitad- que recibió de más.

El donatario se ha visto beneficiado con el cien por ciento del valor del bien que de alguna manera ha sido sustraído prematuramente de la masa a partir, de allí que es en esa misma proporción que ha de recibir de menos en la herencia, como para mantener la igualdad entre los legitimarios.

Lo expresado lo es sin perjuicio, claro está, de la cuenta que corresponde practicar en la partición tomando en consideración la porción hereditaria de cada uno de los sucesores, pero que no debe llevarse a cabo en este proceso sino en el sucesorio.

Consecuentemente, he de propiciar la admisión de los agravios.

IV.- Más allá de que el art. 163, inc. 8° del Código Procesal, exige que la sentencia contenga pronunciamiento sobre las costas, el agravio del demandante vinculado con la omisión del fallo de pronunciarse sobre la imposición de costas no puede ser atendido, a poco que se repare en que la resolución de fs. 216, dictada a pedido del demandado, suplió tal omisión haciéndolas cargar sobre este último en virtud del principio objetivo de la derrota.

V.- En mérito de lo expuesto, después de haber examinado las argumentaciones y pruebas conducentes, propongo al acuerdo modificar el pronunciamiento apelado en cuanto a que el valor a colacionar es u$s 217.350, equivalente a la totalidad del inmueble ubicado en .... de esta ciudad y confirmarlo en todo lo demás que decidió y fue objeto de agravios no atendidos, con costas de alzada a la parte demandada (art. 68 del Código Procesal).

Los Señores Jueces de Cámara Doctores Carlos Alfredo Bellucci y Beatriz Areán votaron en el mismo sentido por razones análogas a las expresadas en su voto por el Doctor Carranza Casares. Con lo que terminó el acto.

Buenos Aires, 22 de diciembre de 2014.-

Y VISTOS:

Por lo que resulta de la votación de que instruye el acuerdo que antecede, SE RESUEVE: I.- Modificar el pronunciamiento apelado en cuanto a que el valor a colacionar es u$s 217.350, equivalente a la totalidad del inmueble ubicado en 24 de noviembre 826/828 de esta ciudad y confirmarlo en todo lo demás que decidió y fue objeto de agravios no atendidos, con costas de alzada a la parte demandada. II.- Diferir la adecuación de honorarios y la regulación de segunda instancia hasta que medie liquidación aprobada en autos. Se deja constancia de que la publicación de esta sentencia se encuentra sujeta a lo establecido por el art. 164, segundo párrafo, del Código Procesal. Infórmese a la Dirección de Comunicación Pública dependiente de la CSJN. (conf. art 4°Acordada 15/13 C.S.J.N). Regístrese, notifíquese en los términos del art. 133 del CPCC, conforme lo dispone la Ley 26.685 y acordadas 31/11 y 38/13 de la CSJN, oportunamente cúmplase con la acordada 24/13 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y devuélvase.-

CARLOS A. CARRANZA CASARES CARLOS A. BELLUCCI BEATRIZ AREAN

Fecha de firma: 22/12/2014

Firmado por: CARLOS A.CARRANZA CASARES-CARLOS A.BELLUCCI-BEATRIZ AREÁN

A C U E R D O

En la ciudad de La Plata, a 11 de marzo de

2015, habiéndose establecido, de conformidad con lo

dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el

siguiente orden de votación: doctores Kogan, Hitters,

Genoud, Negri, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de

la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para

pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 116.430, "P.

, M. G. contra M.G. , J.M. . Filiación".

A N T E C E D E N T E S

La Cámara de Apelación en lo Civil y

Comercial del Departamento Judicial de Dolores, confirmó la

decisión que, a su turno, rechazara la excepción de cosa

juzgada opuesta por J. M. M. G. ante el reclamo de

filiación deducido por M. E. P. (fs. 139/147).

Se interpuso, por el apoderado del

demandado, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley

(fs. 152/159 vta.).

Dictada la providencia de autos y

encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia,

la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente

C U E S T I O N

¿Es fundado el recurso extraordinario de

inaplicabilidad de ley?

V O T A C I O N

A la cuestión planteada, la señora Jueza

doctora Kogan dijo:

1. Los antecedentes de la causa:

a) El proceso filiatorio iniciado por la

madre de la aquí actora concluyó con la sentencia dictada

por esta Corte el 17 de junio de 2009 (causa C. 96.140). En

la misma se confirmó el fallo de la Cámara de Apelación de

Dolores que, por falta de prueba adecuada, rechazara la

acción al no haberse logrado en el transcurso del proceso

efectuar el análisis de A.D.N. de las personas

involucradas.

Tal sentencia adquirió firmeza.

b) El 17 de junio de 2010, se presentó M.

E.P. , por derecho propio, iniciando demanda de filiación

contra J. M. M. G. (fs. 9/28 vta.), peticionando que se

realice la prueba de A.D.N., aún en forma compulsiva. El

accionado se opuso al progreso de la misma interponiendo

excepción de cosa juzgada (fs. 113/114).

c) La Jueza de primera instancia rechazó la

defensa propuesta en el entendimiento de que en el caso no

se hallaban configurados los presupuestos de viabilidad de

la cosa juzgada, en tanto no coinciden en la especie el

sujeto que inicia el primer expediente con el presente, ni

tampoco el objeto del mismo, toda vez que en aquél sólo se

reclamó la filiación paterna y en éste también el daño

moral (fs. 121/122 vta.).

2. A su turno, la Cámara de Apelación

confirmó, con diferentes fundamentos, lo así resuelto.

Para decidir como lo hizo, el a quo

consideró que se encontraban cumplimentados los supuestos

clásicos de la cosa juzgada (identidad de sujetos, objeto y

causa), pero sustentó su postura confirmatoria en la

particularidad de la cuestión en debate, "en donde la

prueba biológica, que se ha vuelto primordial para la

solución de este tipo de conflictos, nunca pudo ser llevada

a cabo, habiendo finalizado aquél juicio haciendo mérito de

la ausencia de prueba." (fs. 141/vta.). Ello sumado a las

notas de imprescriptibilidad e irrenunciabilidad del

derecho a reclamar la filiación que surge del art. 251 del

Código Civil, como así también el interés público

comprometido (fs. 142/143 vta.).

3. Frente a ello el demandado interpone

recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, en cuyo

marco alega la violación de los arts. 272 y 345 inc. 6 del

Código Procesal Civil y Comercial y 17, 18, 28 y 33 de la

Constitución nacional (fs. 152/159 vta.).

Plantea la violación del instituto de la

cosa juzgada y de los principios de congruencia y

dispositivo.

4. Adelanto que, en mi opinión, el recurso

no prospera.

a) En forma reiterada esta Corte ha resuelto

que quien afirma que la sentencia viola determinados

preceptos legales, no hace otra cosa que anticipar una

premisa cuya inmediata demostración debe hacer en el mismo

escrito, no resultando suficiente a ese fin la mera

exposición de un criterio interpretativo distinto al del

juzgador sin atacar los pilares del pronunciamiento

impugnado (conf. causas Ac. 89.235, sent. del 27-IV-2005;

Ac. 83.804, sent. del 24-V-2006; C. 93.816, sent. del 3-X-

2007; C. 97.412, sent. del 20-V-2009; C. 97.205, sent. del

3-III-2010; C. 95.457, sent. del 14-VII-2010).

En el caso, el impugnante no ha demostrado

la violación de las normas legales denunciadas, ni ha

cumplido con la carga de formular una crítica concreta,

directa y eficaz de los fundamentos del fallo (art. 279,

C.P.C.C.).

b) En efecto, el voto de la jueza que abrió

el acuerdo comenzó destacando que en principio se

encontraron cumplidos los requisitos para configurarse la

cosa juzgada: "por un lado el objeto principal que aquí se

persigue, sin ninguna duda resulta ser el mismo del proceso

anterior, esto es determinar por fin la existencia o no del

vínculo paterno filial entre M. P. y el señor M.G. , siendo

coincidente además la causa petendi" (fs. 141).

Continuó: "... si bien en aquellas

actuaciones fue la Sra. M. P. quién inició la acción a

fines de lograr la filiación de su hija menor de edad, ello

fue en virtud de la representación que incumbe a los padres

con relación a sus hijos menores (arts. 57 inc. 2, 128,

254, 286, 264, 274 y concs. del C. Civil), tratándose en

definitiva de los mismos sujetos activos" (fs. cit.).

Sentado ello, es decir el reconocimiento de

la existencia de la cosa juzgada en el caso de marras, a

reglón seguido expuso que en el sub lite se configuró una

"cuestión particular", en donde la prueba biológica nunca

pudo ser llevada a cabo, finalizando el juicio haciendo

mérito de la ausencia de la prueba: "ya sea por la escasa

actividad probatoria de la actora como por la resistencia

del demandado, nunca se llegó a reconocer si existía o no

vínculo biológico entre la niña M. G. "(fs. 141 vta.).

En ese sentido sostuvo: "... cualquiera sea

el resultado del proceso filiatorio promovido ya sea por la

madre del menor en su carácter de representante legal o por

el propio interesado, cuando la prueba de ADN no se

concretó, la decisión que rechace la acción o aplique la

presunción del art. 4 de la ley 23.511 declarándose la

paternidad ficta del demandado, debe supeditarse a la

posible realización de esa prueba, que es en definitiva la

única que pone luz sobre el tema" (fs. 142).

A lo dicho adunó, a fin de robustecer su

postura, que la solución brindada "... además de responder

a la realidad de lo acontecido en aquél proceso, atiende

también a la entidad de las cuestiones debatidas y sobre

todo, en relación a ellas, la imprescriptibilidad e

irrenunciabilidad del derecho a reclamar la filiación que

surge del art. 251 del C.C., como así también el interés

público comprometido" (fs. 142/vta.).

c) Frente a los sólidos fundamentos

expuestos, el recurrente se limita a manifestar su

disconformidad con lo decidido y a contraponer su propio

punto de vista acerca de las conclusiones.

Así, arguye que en el fallo en embate se ha

violentado el instituto de la cosa juzgada alegando que "la

Excma. Cámara resolvió en contra de la cosa juzgada, y lo

previsto en el art. 345 del Código Procesal Civil y

Comercial, que luego de reconocer la existencia de dicho

instituto borra de un pluma[z]o al mismo, sin mas que la

sol[a] mención de una situación excepcional, ni siquiera

planteada por las partes" (fs. 157).

Además, que se encuentra violentado el

"principio de congruencia y dispositivo de las partes", ya

que "No estaba dentro de los poderes del Tribunal analizar

el carácter absoluto o relativo de la cosa juzgada" (fs.

158 vta.).

Concluye que "se planteó la cosa juzgada,

ante lo cual se resolvió en primera instancia que la misma

no existía y, sin embargo en la Excma. Cámara de Dolores,

luego de reconocerla, introduce una modificación a la pieza

recursiva señalando que la inmutabilidad de dicho instituto

no es absoluta y con ello no hace lugar a la excepción

interpuesta" (fs. 159).

De esta manera, el -breve- desarrollo de los

argumentos impugnatorios que aquí nos ocupa (de índole

meramente subjetiva), sólo contienen la mera exposición del

criterio personal del apelante y no sustentan -de acuerdo a

lo explicitado- la crítica pretendida ni acreditan que el

razonamiento seguido por los sentenciantes esté viciado o

contenga gruesos errores de juzgamiento que lo hagan

pasible de revisión (causas Ac. 77.436, sent. del 30-VI-

2004; C. 93.816, sent. del 3-X-2007), motivo por el cual

debe repelerse el embate y desestimarse -también- los

quebrantamientos normativos esgrimidos (conf. art. 279,

C.P.C.C.).

Asimismo, idéntica suerte ha de correr la

pretendida transgresión al principio de congruencia, en

tanto no ha sido acreditado -ni siquiera denunciado- el

absurdo en la interpretación de los escritos postulatorios,

único motivo que habilitaría la revisión de las cuestiones

fácticas de la litis (conf. C. 101.790, sent. del 29-IV-

2009; C. 93.166, sent. del 7-X-2009; C. 113.161, resol. del

30-XI-2011).

d) Por lo demás, los agravios relativos a la

invocada infracción de los arts. 17, 18, 28 y 33 de la

Constitución nacional tampoco son de recibo, pues no

resulta suficiente decir que se cercena una garantía a fin

de dar base a un reclamo atendible, sino que es preciso

señalar de qué manera es transgredida (conf. Ac. 57.103,

sent. del 4-VI-1996; Ac. 59.337, sent. del 17-II-1998; Ac.

94.325, sent. del 13-II-2008), carga insatisfecha en el

caso.

5. Encuentro lo expuesto suficiente para

desestimar el intento revisor; con costas (arts. 68 y 289,

C.P.C.C.).

Voto, pues, por la negativa.

A la cuestión planteada, el señor Juez

doctor Hitters dijo:

Adhiero al voto de la doctora Kogan y me

permito agregar algunas consideraciones que reafirman las

razones de insuficiencia que justifican el rechazo de la

impugnación.

La Cámara de Apelaciones, para revocar el

decisorio del juez de primer grado y rechazar la excepción

de cosa juzgada, además de los argumentos reseñados por la

colega del primer sufragio, puso de resalto que la

realización de la prueba de A.D.N., "[...] que es en

definitiva la única que pone luz sobre el tema, [...] puede

ocurrir por la propia voluntad del demandado o en forma

compulsiva, tal como lo dispone la ley 26.549 -que

incorporó el art. 218 bis al código procesal penal nacional

que autoriza la extracción de sangre de tal forma-, resulta

procedente en el presente trámite".

Más allá de su acierto u error, la

posibilidad de obtener compulsivamente el material

necesario para el cotejo genético, y que conforma un

argumento esencial en la lógica decisional del fallo del a

quo, no ha merecido crítica alguna por parte del

recurrente.

Por lo expuesto, y reiterando mi adhesión al

voto de la colega que abrió el Acuerdo, doy el mío también

por la negativa.

A la cuestión planteada, el señor Juez

doctor Genoud dijo:

I. Disiento con el voto de los distinguidos

colegas que me han precedido por los siguientes

fundamentos.

a) El voto de la jueza que abrió el acuerdo

de la Cámara comenzó destacando que en principio se

encontraron cumplidos los requisitos para que se configure

la cosa juzgada: "por un lado el objeto principal que aquí

se persigue, sin ninguna duda resulta ser el mismo del

proceso anterior, esto es determinar por fin la existencia

o no del vínculo paterno filial entre M. P. y el Sr. M.G. ,

siendo coincidente además la causa petendi" (...) "... si

bien en aquellas actuaciones fue la Sra. M. P. quién inició

la acción a fines de lograr la filiación de su hija menor

de edad, ello fue en virtud de la representación que

incumbe a los padres con relación a sus hijos menores

(arts, 57 inc. 2, 128, 254, 286, 264, 274 y concs. del C.

Civil), tratándose en definitiva de los mismos sujetos

activos" (fs. 141).

Sentado ello, es decir el reconocimiento de

la existencia de la cosa juzgada en el caso de marras, a

reglón seguido expuso que en el sub lite hubo una "cuestión

particular" en donde la prueba biológica, nunca pudo ser

llevada a cabo, finalizando el juicio haciendo mérito de la

ausencia de la prueba: "ya sea por la escasa actividad

probatoria de la actora como por la resistencia del

demandado, nunca se llegó a reconocer si existía o no

vínculo biológico entre la niña y M. G. " (fs. 141 vta.).

En ese sentido sostuvo: "... cualquiera sea

el resultado del proceso filiatorio promovido ya sea por la

madre del menor en su carácter de representante legal o por

el propio interesado, cuando la prueba de ADN no se

concretó, la decisión que rechace la acción o aplique la

presunción del art. 4 de la ley 23.511 declarándose la

paternidad ficta del demandado, debe supeditarse a la

posible realización de esa prueba, que es en definitiva la

única que pone luz sobre el tema" (fs. 142).

A lo dicho adunó, a fin de robustecer su

postura, que la solución brindada "... además de responder

a la realidad de lo acontecido en aquél proceso, atiende

también a la entidad de las cuestiones debatidas y sobre

todo, en relación a ellas, la imprescriptibilidad e

irrenunciabilidad del derecho a reclamar la filiación que

surge del art. 251 del C.C., como así también el interés

público comprometido" (fs. 142/vta.).

b) Frente a tal forma de resolver, el

impugnante en su recurso arguye que en el fallo en embate

se ha violentado el instituto de la cosa juzgada alegando

que "la Excma. Cámara resolvió en contra de la cosa

juzgada, y lo previsto en el art. 345 del CPCC, que luego

de reconocer la existencia de dicho instituto borra de un

pluma[z]o al mismo, sin mas que la sol[a] mención de una

situación excepcional, ni siquiera planteada por las

partes" (fs. 157).

Además, afirma que se encuentra violentado

el "principio de congruencia y dispositivo de las partes",

ya que "No estaba dentro de los poderes del Tribunal

analizar el carácter absoluto o relativo de la cosa

juzgada" (fs. 158 vta.).

Concluye que "se planteó la cosa juzgada,

ante lo cual se resolvió en primera instancia que la misma

no existía y, sin embargo en la Excma. Cámara de Dolores,

luego de reconocerla, introduce una modificación a la pieza

recursiva señalando que la inmutabilidad de dicho instituto

no es absoluta y con ello no hace lugar a la excepción

interpuesta" (fs. 159)

c) Considero que el recurso merece ser

acogido.

Ha puntualizado reiteradamente este Tribunal

que el efecto de la cosa juzgada es la imposibilidad de

alterar lo decidido, que debe permanecer inmutable, por lo

que infringe tales efectos el fallo que altera lo resuelto

en un pronunciamiento firme (conf. Ac. 40.824, sent. del 7-

VII-1989, "Acuerdos y Sentencias", 1989-II-681; Ac. 47.326,

sent. del 7-XI-1995, "Acuerdos y Sentencias", 1995-IV-127;

Ac. 75.634, sent. del 13-XII-2000), ya que no resulta

jurídicamente posible volver sobre lo que ha pasado a ser

fallo irreversible por haber quedado firme (conf. Ac.

52.263, sent. del 21-XI-1995, "Acuerdos y Sentencias",

1995-IV-340; Ac. 73.136, sent. del 5-VII-2000).

También es doctrina sentada que ante la

necesidad de establecer cuáles son los elementos que

permiten determinar si en un caso se pretende volver sobre

algo ya resuelto por la jurisdicción o si se trata en

verdad de una controversia distinta conforme a la teoría de

la identidad de cuestión, el juez no se encuentra atado a

fórmulas legales que definan los requisitos de la cosa

juzgada: previo examen integral de las dos contiendas, debe

encontrarse facultado para determinar si por tratarse del

mismo asunto o si por existir conexión, continencia,

accesoriedad o subsidiaridad, la jurisdicción no debe

correr el riesgo de ser inducida a contradicción. No hay

cosa juzgada si las dos contiendas pueden coexistir, y la

hay, en caso contrario (conf. Ac. 52.901, sent. del 22-III-

1994; Ac. 54.338, sent. del 12-IX-1995; Ac. 53.938, sent.

del 30-IV-1996).

Así, como ha quedado anteriormente reseñado,

en el extenso juicio llevado adelante por la madre en

representación de la ahora actora (en ese momento menor de

edad), que concluyó con una sentencia, confirmada por

mayoría por este Tribunal el día 17 de junio del año 2009

(C. 96.140), en la cual se rechazara la demanda, la parte

tuvo la posibilidad de presentar toda la prueba tendiente a

demostrar su postura, es decir la pretensión filiatoria con

respecto al señor M. G. y aunque tal extremo no fue

alcanzado, ello no autoriza a reeditar en una nueva

contienda lo que ya fuera objeto de un pronunciamiento

anterior.

Y es que cabe reconocerle fuerza de

resolución inmutable a aquéllas "que han sido precedidas de

un proceso contradictorio, en el que el vencido haya tenido

adecuada y sustancial oportunidad de audiencia y prueba"

(conf. Quintana, Gustavo Fabián, "La Procedencia de la

Excepción de Cosa Juzgada", Publicado en Sup. Doctrina

Judicial Procesal, 2011, junio, 29), situación que se

verifica en el caso.

Debo puntualizar que sobre el tema no

desconozco la posición desarrollada en la sentencia de esta

Corte citada (entre otras) por mi distinguido colega el

doctor Pettigiani, la cual sostiene que la decisión recaída

en la causa en que se haga jugar la presunción contenida en

el art. 4 de la ley 23.511 por no haber sido posible la

realización de la prueba biológica declarándose la

paternidad ficta del demandado, hará cosa juzgada material,

quedando este último carácter sujeto a condición

resolutoria, pues llegado a la mayoría de edad, podrá el ex

menor, en ejercicio de su derecho personalísimo, manifestar

expresamente su voluntad de dar continuidad a las

actuaciones requiriendo la realización efectiva de la

prueba biológica. Esta postura fue expuesta en su voto en

disidencia en la sentencia que ya abordó esta temática con

anterioridad y que fue desfavorable a la pretensión de la

actora (C. 96.140 cit.). Es precisamente en esta disidencia

que la actora funda su nueva demanda, solicitando la prueba

compulsiva como lo propone el distinguido colega

mencionado.

En conclusión, no hallándose configuradas

causales extraordinarias que pudieran dar lugar a un

apartamiento de la doctrina tradicional sentada

inveteradamente por esta Corte y toda vez que en el caso se

verifica la presencia del instituto de la cosa juzgada,

seguir adelante con el presente proceso, reeditando

cuestiones que ya fueron suficientemente debatidas con

anterioridad, implicaría su violación.

d) Un párrafo aparte merece el derecho a la

identidad esgrimido por la actora (conf. pcipio. apelación

adhesiva; entre otras, Ac. 63.004, sent. del 8-IX-1998; Ac.

76.885, sent. del 9-X-2003).

Como lo pone de resalto el doctor Hankovits

en la sentencia de Cámara, se encuentran en colisión dos

derechos reconocidos constitucionalmente (fs. 144 vta./145

vta.), concluyendo que: "ha sido también la propia Corte

Nacional que ha resuelto que si bien el instituto de la

cosa juzgada tiene jerarquía constitucional en razón de la

inalterabilidad de los derechos definitivamente adquiridos

por sentencia firme reconoce fundamento en las garantías de

la propiedad y la defensa enjuicio, se acepta en forma

excepcional y precisamente en resguardo de la verdad

material, de la seguridad jurídica y del derecho de

propiedad, que dicha inmutabilidad no tiene carácter

absoluto (in re M 576. XXX1X; ROR Mussano, María Isabel c/

ANSeS s/ amparos y sumarísimo sent. del 06/05/2008; en

Fallos T. 331, P. 1116; consid. 8, con cita de Fallos 235-

728; 278-85, 283-66; 308-1985; 327-2321). Y tal

circunstancia excepcional la encuentro presente en la

especie dado la situación fáctica-legal antes referenciada,

máxime tratándose del derecho de una persona de conocer su

real origen filiatorio".

La actora centra su demanda en el derecho a

su identidad. Ahora bien, a ella se puede llegar por más de

una vía: una, mediante el ejercicio de la acción de

filiación destinada a modificar el estado de familia (tanto

del que lo solicita como del demandado y otros terceros

-hermanos, primos, tíos-); y otra, por medio del ejercicio

de una acción autónoma destinada solo a conocer la verdad

sin generar vínculos jurídicos.

En nuestro país se ha planteado esta última

posibilidad como una alternativa frente a una identidad

dinámica que no se deseaba modificar (Juzg. Fam. Cba. N° 4,

7-IX-2005, RDF 2006-III-159).

La cuestión atinente al conocimiento de los

orígenes también ha sido objeto de sentencias en el

Tribunal Europeo de Derechos Humanos en más de una

oportunidad aunque no siempre con éxito; se negó esta

posibilidad en "Odièvre", se hizo lugar en "J-ggi c.

Suisse", 13-X-2006 (www.echr.coe.int/echr/Homepage FR).

En el último caso citado, los hechos

sintéticamente fueron: el requirente había nacido en 1939.

En enero de 1948 el Tribunal de primera instancia de

Ginebra rechazó la acción de paternidad iniciada contra el

presunto padre. Diez años más tarde, el actor -que se

había criado con una familia- encontró a su progenitora

quien le reveló la identidad de su padre: A.H. El 6 de

mayo de 1999 el accionante introdujo una demanda de

revisión de la sentencia del 30 de enero de 1948 ante un

tribunal de primera instancia de Ginebra en la cual

solicitó que se realizara una prueba de A.D.N. de los

restos del padre alegado. El 25 de junio de 1999 la

demanda fue rechazada. El 2 de septiembre del mismo año la

Corte de Ginebra desestimó el recurso interpuesto por el

quejoso con el argumento de que el reconocimiento de

paternidad era imposible independientemente de una

modificación en el registro de estado civil. El 22 de

diciembre de 1999 el Tribunal federal rechazó el recurso

por considerar, entre otras cosas, que el derecho de

conocer a los padres estaba generalmente ligado a ser

criado por ellos y, a la edad de 60 años, el recurrente

había podido construir su personalidad sin sufrir

alteraciones a su salud física o psíquica médicamente

constatada.

Llegado el caso al Tribunal Europeo de

Derechos Humanos, se establece que lo que la Corte debe

determinar es si el derecho del requirente encuadra en la

noción de respeto de la vida privada y familiar contenida

en el art. 8 de la Convención. Se expresa que no hay

ninguna razón para considerar la noción de vida privada

como excluida del establecimiento de un lazo jurídico o

biológico entre un infante nacido fuera del matrimonio y su

genitor. Se esgrime que, contrariamente al caso "Haas", el

procedimiento intentado por el requirente pretende

únicamente determinar los lazos biológicos entre él y el

presunto padre y no tiene intereses sucesorios. Por lo

tanto, existe una relación directa entre la filiación y la

vida privada del solicitante.

Sobre el fondo de la cuestión el requirente

argumenta que tras los progresos científicos es posible a

través del A.D.N. establecer la paternidad. El gobierno

suizo contesta que en el caso el hecho de revisar una

decisión pasada en autoridad de cosa juzgada desde el año

1948 es contrario a la seguridad jurídica y perjudica la

confianza que se tiene de la justicia.

En la ponderación de los derechos en juego

la Corte considera de un lado el derecho del actor a

conocer su ascendencia, del otro el derecho de los terceros

a la intangibilidad del cuerpo del difunto, el derecho de

respetar a los muertos y el interés público de protección

de la seguridad jurídica. La Corte considera que teniendo

en cuenta las circunstancias y el interés preponderante que

está en juego por parte del requirente, las autoridades

suizas no garantizaron el respeto a la vida privada

conforme a la Convención.

Retomando nuestro derecho, entiendo que ab

initio se goza de la opción entre iniciar una acción de

filiación o una acción tendiente a conocer la realidad

biológica sin ninguna otra consecuencia jurídica. Ahora

bien, si la primera alternativa ya la hubiera ejercido y

hubiera sido rechazada, y salvo que mediaren casos

excepcionales que ameriten la revisión de la cosa juzgada,

excepcionalidad que no se da en el presente (las pruebas

biológicas existían al momento de la interposición de la

primera demanda, fueron ofrecidas y la demanda fue

rechazada, llegando incluso a esta Corte, que rechazó el

recurso extraordinario interpuesto en el año 2009, habiendo

quedado firme), le resta a la demandante el derecho de

acceder a la verdad, mas en este último caso -como ya dije-

sin generar ningún vínculo jurídico.

Ésta es de alguna manera la solución que se

da en los supuestos de adopción plena. En ésta la ley

permite el acceso a los orígenes prohibiendo la creación de

vínculos jurídicos. Asimismo, se ha propuesto la

modificación del art. 327 del Código Civil por un texto que

legitime al adoptado para ejercer una acción que le permita

investigar su realidad biológica sin que esto altere los

efectos del vínculo adoptivo (Mizrahi, Mauricio L., "El

derecho del niño a un desarrollo autónomo y la nueva

exégesis del Código Civil", RDF 26-2004-113; Gil Domínguez,

Andrés; Famá, María Victoria; Herrera, Marisa; Derecho

constitucional de familia, t. II, Ediar, Bs. As., 2006, p.

790).

También existen otras realidades en las

cuales no es posible generar un vínculo jurídico pero se

admite el derecho a conocer la verdad. Expresa Kemelmajer

que "en la fecundación asistida mal llamada ‘heteróloga’,

con ‘donante anónimo’, un importante sector de la

legislación comparada niega al niño la acción de filiación

contra quien proporcionó el material genético, pero le

acuerda el derecho a tener acceso a sus orígenes biológicos

a partir del momento en que el adquiere madurez suficiente"

(Kemelmajer de Carlucci, Aída, "El derecho humano a conocer

el origen biológico y el derecho a establecer vínculos de

filiación. A propósito de la decisión del Tribunal Europeo

de Derechos Humanos del 13/2/2003, en el caso Odièvre v.

France", RDF 26-2004-77). La citada jurista, analizando el

caso "Odièvre" resuelto por el Tribunal Europeo de Derechos

Humanos, en el cual la actora -que había sido adoptada-

quería conocer sus orígenes y debido a que había nacido

mediante lo que en Francia se conoce como parto anónimo el

Tribunal le niega este derecho, critica la solución pues

entiende que debió haberse diferenciado el derecho a

conocer el origen del derecho a generar vínculos jurídicos

(Kemelmajer de Carlucci, ob. cit., p. 77).

En esta línea argumental el nuevo Código

Civil y Comercial de la Nación –si bien todavía no se

encuentra vigente- dedica varios preceptos, a saber arts.

596, 564, 577, 582, 588, 589, 591, 592 y 593.

Hoy en doctrina se coincide con la

posibilidad de iniciar una acción autónoma que permita

acceder a la verdad biológica sin establecer vínculos

jurídicos (Kemelmajer de Carlucci, Aída, Prólogo al libro

de Gil Domínguez, Andrés; Famá, María Victoria; Herrera,

Marisa, Derecho constitucional de familia, t. II, Ediar,

Bs. As., 2006, P. XIII, Gil Domínguez, Andrés; Famá, María

Victoria; Herrera, Marisa, Derecho constitucional de

familia, t. II, Ediar, Bs. As., 2006, p. 814; Chechile, Ana

María, "El derecho humano de acceder a la verdad biológica

sin generar vínculos jurídicos", RDF 2006-III-162; Medina,

Graciela, "Adopción y conocimiento de la verdad biológica.

(El caso Odièvre de la Corte Europea)", LL 2003-E-1253;

Krasnow, Adriana N., "El derecho de acceso a la verdad

biológica no tiene límite en el tiempo", LL 2007-A-444).

En consecuencia, reitero, a la verdad sobre

el origen podría acceder.

II. Por lo expuesto, estimo que debe hacerse

lugar al recurso extraordinario interpuesto, casándose el

fallo en crisis y admitiéndose -en consecuencia- la

excepción de cosa juzgada. Con costas a la parte vencida

(art. 68 y 289, C.P.C.C.).

Voto, pues, por la afirmativa.

El señor Juez doctor Negri, por los mismos

fundamentos de la señora Jueza doctora Kogan, votó la

cuestión planteada también por la negativa.

A la cuestión planteada, el señor Juez

doctor de Lázzari dijo:

Adhiero a lo expuesto por los doctores

Kogan, Hitters y Negri.

Sólo he de adicionar unos breves

comentarios.

I. La Cámara interviniente sustentó su

decisión en las siguientes premisas: en principio, la

excepción de cosa juzgada se encuentra cumplimentada. No

obstante ello, por estar presente una situación particular

(la necesidad ineludible de realizar la prueba de

histocompatibilidad para la solución del litigio), entendió

procedente la excepción a tenor de las siguientes

cuestiones (fs. 140 vta./147):

a) no podemos limitar la decisión a aspectos

formales que resulten alejados de la realidad;

b) los procesos filiatorios están sujetos a

la condición resolutoria de realización de la prueba de

histocompatibilidad, que es en definitiva la única que pone

luz sobre el tema y que como dispone la ley 26.549 -que

incorporó el art. 218 bis al Código Procesal Penal

nacional- autoriza la extracción de sangre de tal forma, lo

que resulta procedente en el presente trámite;

c) la integralidad de los derechos en juego;

d) el interés social que trasciende a las

partes y las cuestiones procesales en busca de proteger el

derecho de las personas de acceder a un emplazamiento

filial auténtico, respetuoso de su identidad;

e) la búsqueda de la verdad real, que nunca

será perjudicial para ninguna de las partes, pudiendo sólo

devenir en beneficio de las mismas.

II. El recurrente sustenta su crítica en una

mirada lineal sobre la doctrina de la cosa juzgada

construida sobre la base de un proceso contradictorio en el

que las partes tuvieron la facultad de presentar todas las

pruebas, con oportunidad de audiencia y prueba, bajo la

concepción de la actividad del juez como un resultado

inmediato de la instancia de parte (fs. 156 vta./159 vta.).

Y en lo que respecta a la situación excepcional abordada

por la alzada sostiene que este ítem ni siquiera ha sido

planteado por las partes (fs. 157), e incluso reprocha

violado el art. 272 del Código Procesal Civil y Comercial.

Sin embargo, como vimos, la Cámara parte de

un posicionamiento distinto enclavado en las obligaciones a

cargo del Tribunal que condicionan y sustentan su quehacer,

lo que requiere de una actuación oficiosa a través de la

disposición compulsiva de extracción de sangre por tratarse

de un asunto de orden público e interés social -identidad

de una persona menor de edad- que trasciende al de las

partes y las cuestiones procesales.

En otras palabras, la alzada pone el acento

en otras cuestiones que no fueron debatidas a raíz del

medio de prueba que debió producir el Tribunal en miras a

la adecuación de la conducta de las partes para permitir

conocer la verdad a partir de la situación de desventaja en

la que se encontraba la actora al tener que depender la

efectividad de la prueba de la voluntad del demandado.

El recurrente desconoce esta argumentación

sosteniendo que queda librada a la posibilidad de las

partes la demostración de sus pretensiones, sin hacerse

cargo del planteamiento de agotamiento de las seguridades

de investigación expuestas en la sentencia en crisis, y de

esta forma, no logra evidenciar la desinterpretación que

habilita la tarea casatoria del Tribunal (art. 279,

C.P.C.C.).

Sentado lo anterior, tampoco se verifica la

errónea aplicación del art. 272 del Código Procesal Civil y

Comercial ni la pretendida sorpresiva novedad de lo

resuelto por la alzada en atención a la situación

excepcional, porque desde un comienzo la actora planteó que

es un asunto de interés público, que está en juego la

ideología de la verdad en un proceso de identidad de una

persona y que no puede haber vacíos probatorios que no le

permitan contar con la garantía de razonabilidad probatoria

en la sentencia (v. fs. 9/28).

En consecuencia, corresponde rechazar el

recurso en la forma propiciada, con el alcance dado a

través del presente voto.

Voto, por la negativa.

Con lo que terminó el acuerdo dictándose la

siguiente

S E N T E N C I A

Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,

por mayoría, se rechaza el recurso extraordinario de

inaplicabilidad de ley incoado; con costas (arts. 68 y 289,

C.P.C.C.).

El depósito previo de $15.500, efectuado a

fs. 168, queda perdido para el recurrente (art. 294,

C.P.C.C. segundo párrafo), debiendo el tribunal dar

cumplimiento a lo dispuesto por los arts. 6 y 7 de la

Resolución 425/2002 (texto Resol. 870/2002).

Regístrese, notifíquese y devuélvase.

JUAN CARLOS HITTERS

HECTOR NEGRI LUIS ESTEBAN GENOUD

HILDA KOGAN EDUARDO NESTOR DE LAZZARI

CARLOS E. CAMPS

Secretario

Poder Judicial de la Nación

CAMARA CIVIL - SALA D

Sala “D” – Autos: “G., C. R. c/ P., G. E. s/ Liquidación de sociedad conyugal” (expte. n° 52.311/13 – J. n° 102)

Buenos Aires, de febrero 2015.

VISTOS Y CONSIDERANDO:

I – Viene el expediente a este Tribunal en virtud de los siguientes recursos de apelación: 1) el interpuesto a fojas 358 por el actor, contra el decisorio de fojas 350/355 que: a) declaró el carácter propio del bien inmueble de la calle…b) desestimó el reclamo del actor de fijación y cobro de canon locativo; c) desestimó el planteo de la demandada respecto del reintegro de los gastos de mantenimiento, conservación y mejoras; c) reconoció un crédito por recompensa a favor del actor por la suma de $... con más los intereses a liquidarse en la etapa de ejecución de sentencia; d) impuso las costas al vencido y d) reguló los honorarios de los letrados intervinientes y 2) los interpuestos a fojas 357 y fojas 358 contra las regulaciones de honorarios practicadas a fojas 350/355.

Con el memorial obrante a fojas 364/365, se funda el recurso. Su traslado, conferido a foja 366, fue contestado a fojas 367/370. Se queja el actor en cuanto que el fallo apelado le asigna carácter de bien propio al importe recibido por la señora P. en concepto de indemnización por haberse acogido al régimen de retiro voluntario del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, e igual carácter al inmueble de la calle …, que fuera adquirido con dicho importe.

II – Liminarmente cabe señalar que los agravios se centran exclusivamente a determinar si el importe recibido en concepto de retiro voluntario por parte de la señora G. E. P. revisten el carácter de propio como lo sostiene el fallo o ganancial como lo pretende el actor en sus agravios, dependiendo de la conclusión a la que se arribe, determinará el carácter del inmueble adquirido con el importe en cuestión.

a) El régimen de la sociedad conyugal es de orden público, de modo que los esposos no pueden atribuir por su voluntad el carácter de propio o ganancia a los bines que forman el capital o que hubieran sido adquiridos durante la existencia de la sociedad, sino que dicha calificación resulta impuesta por el origen de las adquisiciones, conforme a las previsiones de los artículos 1261, 1263, 1264, 1266, 1267, 1271 a 1273 y concordantes del Código Civil.

Ello no significa que los cónyuges no puedan admitir por vía espontánea de confesión circunstancias fácticas y de tiempo que la ley contempla para discernir uno u otro carácter a los bines, siempre que luego se demuestre su veracidad (conf. esta Sala, 8 de febrero de 1984 en El Derecho 109-331; ídem Sala “C”, mayo 28 de 1981, El Derecho 1982-A,35; ídem Sala “A”, mayo 3 de 1985 en El Derecho 114-533; ídem Sala “F” diciembre 28 de 1984, entre muchos otros).

Asimismo, el artículo 1271 del Código Civil establece que todos los bienes existentes a la disolución de la sociedad conyugal se presumen gananciales correspondiendo al cónyuge que pretenda el carácter de propio de los bienes la prueba de dicha calidad.

A su vez, el artículo 1272 del Código Civil, establece que son gananciales “los bienes adquiridos durante el matrimonio por compra o otro título oneroso, aunque sea en nombre de uno solo de los cónyuges.

Sentado ello, cabe señalar, a diferencia de lo sostenido por la señora Juez de grado, que al haberse producido el retiro voluntario durante la vigencia de la sociedad conyugal los fondos percibidos por la señora P. son de carácter ganancial y no propio como fuera establecido en el decisorio en crisis, por constituir uno de los frutos civiles de la profesión, trabajo o industria (conf. artículo 1272, párrafo quinto, Código Civil).

Sucede que nos encontramos frente al ingreso patrimonial de un derecho crediticio de origen netamente convencional que encuentra su causa fuente formal inmediata en la voluntad resarcitoria de las partes y material mediata en la relación laboral que las ligaba, como la cuantía de su objeto en el período de tiempo que ella se prolongó.

Lo cierto y concreto es que, como fruto directo del trabajo, ingresó al patrimonio durante la vigencia de la sociedad conyugal por lo que reviste el carácter de ganancial, como fuera expuesto.

Lo expuesto conduce a concluir que al haber sido adquirido el inmueble sito en la calle …en su totalidad con dinero ganancial, el bien en cuestión reviste el carácter de tal, por lo que habrá de admitirse los agravios a estudio y revocarse el pronunciamiento apelado en cuanto fue materia de agravios, debiendo en la etapa de ejecución de sentencia procederse a la valuación del inmueble a los fines de su oportuna liquidación.-

En este sentido se ha sostenido para determinar la calificación de la indemnización por el despido de uno de los cónyuges de su empleo se debe tomar en cuenta si la sociedad conyugal se encontraba vigente al momento que se produjo dicho despido; si este ocurrió después de su disolución la indemnización tiene carácter propio (conf. CNCivil, Sala “I”, septiembre 2 de 1999, El Derecho 186-280; ídem Sala “A”, mayo 14 de 2001, El Derecho 193-397; ídem Sala “E”, febrero 28-2002, elDial AE14F7), en consecuencia, a contrario sensu, como ocurre en la especie, al haberse producido el retiro voluntario durante la vigencia de la sociedad conyugal, el importe percibo por tal concepto reviste el carácter de ganancial, como ha sido decidido.

III – Costas:

Atento la particularidad de la cuestión decidida y en la inteligencia que razonablemente la demandada pudo creerse con derecho a peticionar en la forma que hizo, puesto que al dejar constancia en el momento de celebrar la escritura traslativa de dominio, se aclaró el origen del dinero, dando al efecto el actor su conformidad, la señora P. pudo haber entendido que importaba por parte del nombrado el reconocimiento de lo aportado como de carácter propio (conf. fojas

249/251 y fojas 245/248), por lo que habrá de imponerse las costas de ambas instancias en el orden causado (conf. artículo 68, segundo párrafo, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación).

Por los fundamentos expuestos, SE RESUELVE: I) Admitir los agravios a estudio, en consecuencia, se revoca el pronunciamiento de fojas 350/355, en cuanto ha sido materia de agravios, declarándose el carácter ganancial del inmueble sito en la calle … y confirmándolo en lo demás que decide. Costas de ambas instancias a la demandada vencida y II) De conformidad con lo resuelto precedentemente, por aplicación de lo dispuesto por el artículo 279 del Código Procesal y teniendo en cuenta la naturaleza, importancia y extensión de los trabajos realizados en autos; las dos etapas del incidente cumplidas; el monto comprometido, conformado por el valor del 50% del inmueble de la sociedad conyugal correspondiente al reclamante, según la tasación de fs. 285, a la que remitió la juez “a quo”, sin que ello fuera objeto de agravio alguno; la circunstancia de que no se trata en el caso de un mero trámite tendiente a establecer y partir el haber conyugal, sino un proceso contradictorio en el que se discutió el carácter de un bien, por lo que no es aplicable la reducción dispuesta por el artículo 35 de la ley de arancel, y lo establecido por los artículos 1, 6, 7, 23, 37 y 39 de la misma y ley modificatoria 24.432, se adecuan las retribuciones fijadas a fojas 355 y vuelta, regulándose el honorario del Doctor A. J. D. B., letrado patrocinante del actor, en pesos …($); el del Doctor S. A. V., letrado patrocinante de la demandada, en pesos …($), y el de la mediadora Doctora M. C. Z. en pesos… ($ ) (conf. art. 1°, inc. g) del Anexo III del Decreto Nacional 1467/11). Por su labor en la alzada, se fija el estipendio del Doctor A. J. D. B. en pesos … ($ ) y el del Doctor S. A. V. en pesos … ($ ) (artículo 14 ley 21.839). Regístrese, protocolícese, notifíquese a los domicilios electrónicos constituidos en autos. La presente será remitida al Centro de Información Judicial a los fines de su publicación. Oportunamente, devuélvase a su juzgado de origen. El doctor Víctor Fernando Líberman no interviene por hallarse en uso de licencia.

CSJ 2869/2015/CSlRSIB., D. P. el A., A. S. s! exhortos Y oficios.

B1,lenosAires,

.Vistos los autos: "B., D. P. cl A., A. S. si exhortos yoficios".

Considerando:

Que el recurso extraordinario por salto de instanciano se ha planteado en una causa de la competencia federal, porlo que resulta, improcedente (art. 257 bis del Código ProcesalCivil y Comercial de la Nación, según ley 26. 790; causas CSJ630/2013 (49':"'R)"Rached, Emilio Alberto y otros si interponenrecursos por salto de instancia en autos 'Bravo, Aldo Adolfo yotras cl Gobierno de la Provincia de Santiago del Estero y otrosi acción meramente declarativa de certeza'" y CSJ 699/2013 (49-

L) "Las Delicias S.A. cl Carballo, LilianaGraciela si abreviado- cobro de pesos", sentencias del 1° de octubre de 2013 y del 26de marzo de 2014, respectivamente; CSJ 173/2014 (50-O) "Decretode Poder Ejecutivo n° 589 del 6 de marzo del 2014 si recurso",del 1° julio de 2014) .

Que- sin perjuicio de ello, teniendo en mira el in-terés superior del niño -que debe primar en este tipo de proce-sos- y a fin de evitar una dilación indebida de su trámite quefrustre la finalidad para la que fue concebido, corresponde ex-hortar a los padres de las menores a prestar la máxima colabora-ción en la ejecución de la restitución a los efectos de evitar alas niñas una experiencia aún más conflictiva. Igual exhortacióncabe dirigir al tribunal de familia a cargo de la causa, paraque adopte, con la celeridad y premura .del caso, las medidas que

-1-

tiendan a salvaguardar los derechos e intereses de todos los in-tervinientes.

---'1-/././-//

Por ello, se desestima la presentación efectuada. Notifí-quese~::rc~~ ~:UISLORENZETTI

ELENA 1.HIGHTON de NOLASCO

CARLOS MAQUEDA

-2-

CSJ 2869/201S/CSlRSIB., D. P. e/ A., A. s. si exhortos y oficios.

Recurso extraordinario por salto de instancia interpuesto por A. S.A., en re-presentación de sus hijas menores de edad, con el patrocinio de la Dra. MarinaLorena Gallego.

-3-

II .f

. I

1

I .

I .

• < - ••••

CSJ 2874/2015/CSlRSIB., D. P. el A., A. S. si exhortos Y oficios.

Buenos Aires,

Vistos los autos: "B., D. P. cl A., A. S. si exhortos yoficios".

Considerando:

Que el recurso extraordinario por salto de instanciano se ha planteado en una causa de la competencia federal (art.257 bis del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación,según ley 26.790; causas CSJ 630/2013 (49-R) "Rached, Emilio Al-berto y otros si interponen recursos por salto de instancia enautos 'Bravo, Aldo Adolfo y otras cl Gobierno de la Provincia deSantiago del Estero y otro si acción meramente declarativa decerteza'" y CSJ 699/2013 (49-1) "1as Delicias S.A. cl Carballo,1iliana Graciela si abreviado - cobro de pesos", sentencias del10 de octubre de 2013 y del 26 de marzo de 2014, respectivamen-te; CSJ 173/2014 (50-D) "Decreto de Poder Ejecutivo n° 589 del 6de marzo del 2014 si recurso", del 10 julio de 2014) .

Por ello, se desestima la presentación efectuada. Notifi-----hívese.

B_ENAI HIGi:-:m; de NOLASCO

-1-

Recurso extraordinario por salto de instancia interpuesto por V. E. B., con elpatrocinio de la Dra. Vilma Paola Carluccio.

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