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Editorial

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SUMARIO

3 EditorialMario Melgosa

5 Lucas. El regresoenrique Ordiales

8 Zahoríes del espírituClemente sobrado

10 Iglesia, red asistencial

12 La educación no se va...esther Marín

14 Todo queda bien pagadoJ. sáenz de Buruaga

16 Muchas gracias, Señorsanxao

17 Desperezarse

18 Al servicio de la reconciliaciónJavier Bengoetxea

21 Aprender a quererJesús Prieto

22 Ligera de equipajeGema sáez

24 Viñetas pasionistasZenón Urigüen

25 IndignadosMari Jose Laña

26 Una etapa nunca es la metaPedro Mª Zalbide

28 Letanías Yo Soy

30 Galiciarosendo Díaz

32 EuskeraJoxemari arzalluz

33 Martzel andrinua

34 Virutas

El consumo nos consume

sta frase, tan repetida hoy en ambientes másdespiertos, condensa acertadamente los efec-

tos devastadores del consumismo, tanto a nivelpersonal como familiar y planetario: consume loscuerpos, el espíritu y las materias primas. Los da-tos están a la vista y denunciados: en las últimasdécadas hemos consumido una tercera parte denuestros recursos naturales. tema ecológico.

Podemos hablar de una contaminación con-sumista planetaria, generada y extendida por laeconomía de mercado, motor del capitalismo. De-cimos Occidente, pero en esa misma línea estánlas naciones asiáticas que se han inspirado y cre-cen al aire del capitalismo, díganse occidentales uorientales, del Norte o del sur, de políticas de iz-quierdas o de derechas. tema de globalización.

FilosoFía de la vida y Cultura

La filosofía consumista es hoy la única filosofíade la vida (o de la muerte) que nos configura el“pensamiento único”; aunque todos la critique-mos, todos la mantenemos y practicamos y fo-mentamos. el asedio vertiginoso de objetos desdelos medios de comunicación ha instalado el con-sumo como sentido de la vida: consumir hastadonde den el cuerpo y el bolsillo es la meta de nopocos, aunque haya que empeñarse hasta las ce-jas y olvidarse de la conciencia y la honradez. Poreso hemos visto agrandarse los bolsillos comosea, sacando de aquí y de allá, como sea; aúnarruinando a un continente. todo está en la com-praventa, gentes y pueblos, o que los hombres,mujeres y los niños tengan que trabajar en condi-ciones de esclavitud para abaratar costos e incre-

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Dedicarles tiempo a los hijos: miradas y palabras.

Tiempo para esTar cerca.

Desgraciadamente, se puede estar físicamente cerca, pero con lamente y el corazón en otras cosas. “Estar” es compartir palabras y silencios, ayudas y, muchas veces, “sólo estar”.

Tiempo para oírnos.

Desgraciadamente, nos podemos cruzar palabras sin oírnos, porejemplo, distraídos con la TV. –“Te lo digo, pero no me escu-chas”. La raíz del nervio auditivo está en el corazón; y es el cora-zón quien guarda la memoria de lo oído.

Tiempo para vernos.

Oír y mirar contemplativamente, para escuchar más allá de las pa-labras y llegar hasta el silencio; para mirar y vernos más allá deesas lágrimas, de una sonrisa o de un enfado, hasta asomarnos asu alma. Sin este tiempo contemplativo perderemos el diálogo,perderemos al hijo; y el gozo de ser padres habrá huido hasta sor-prendernos un día reducidos a padres nutricios un poco más.

Tiempo para hablar.

“Nunca tenemos tiempo para hablar”, una queja que normal-mente oculta otras cosas. Si nos decimos la verdad a nosotrosmismos, tenemos tiempo para lo que nos interesa.

Para hablar palabras respetables se requieren los previos de“estar, escuchar, mirar y guardar silencios”; sólo así nuestras pala-bras entran en un diálogo creativo.

Estar, escuchar sin reloj. ¿Tienes tiempo? ¿Tienes prisa?La ira endurece el oído, reduce la visión, envenena las pala-

bras y los silencios.

Tiempo para jugar, tiempo para el trabajo, tiempo para el descan-so; tiempo para el silencio, tiempo para la palabra; tiempo paraelogiar, tiempo para corregir; tiempo para premiar, tiempo paracastigar; tiempo para reírnos, para hacer planes, tiempo...

Mario

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Mario Melgosa

Editorial

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Enrique Ordiales

mentar ganancias: el dinero convertido en el único señor ydios del mundo; pero, como todos los ídolos, termina devo-rando a sus adoradores. tema ético y humanista.

el gato jugando Con el ratón atrapado

el capitalismo y su correlativo “la economía de mercado”juega con la insatisfacción vital del hombre que le pone encamino hacia la “manzana del paraíso”, y azuza el deseo decomprarla para vivir satisfecho. el engaño es que el hombrelleva en su esencia la insatisfacción, es insaciable. No existeese momento en que razonablemente debiera decir “ya está,lo he conseguido”. tema de la manipulación de los deseos.

La cultura consumista tiene que mantener permanen-temente la insatisfacción, para que haya permanentementedeseo de compra (lo vemos en los niños y niñatos de hoy, yen los adultos: siempre queremos más). Los ejemplos lospuede contemplar cada uno en su círculo familiar, de amigoso vecinos: tenemos un teléfono móvil que nos sirve muy bien;pero somos ya compradores compulsivos y nos hacemos conel último modelo en el mercado. Móvil, ordenador, reformasdel chalet...; en muchos casos para afirmarnos que somos al-guien que tiene y puede. La sicología y la sociología nos re-cuerdan un dato que merece la pena tenerlo en cuenta: lacultura del consumo ha entrado en un círculo cada vez másdestructivo. sorprendentemente somos de las sociedadesmenos felices que existen en el planeta. No sé la consisten-cia que tendrá esta afirmación; pero la tengo en cuenta.

Pero, ¿puede pararse ya esta máquina que mueve laeconomía mundial y ha generado esta cultura consu-mista que se ha apoderado de nuestras mentes, de-seos, satisfacciones y hábitos de vida, ritmos de traba-jo, ocio, valores familiares…?

Por suerte, el cuerpo humano y social genera defensas, lla-mémosles anticuerpos, profetas, sabios, movimientos contra-culturales, etc. Para que el cuerpo de la sociedad reaccione.La pregunta se prolonga en otra que nos implica a todos:¿debemos, queremos cambiar nuestros hábitos de vida?

Lucas. El regreso

»¿Por qué no viene tampoco estanoche mi padre? ¿Por qué? Hace sie-te días que se fue y no ha vuelto. ¡Mipadre! Por las noches, sin él en casa,sueño con el último momento en quele vi. Viene hacia mí. Se agacha para

cogerme y darme un beso como hacesiempre cuando sale de casa… Peroel brillo de los ojos, la mirada furtiva yel calor del beso lo traicionan. No medi cuenta entonces. Si lo hubiera sa-bido, lo hubiera atrapado entre misbrazos y no le hubiera dejado partir…¡Mi padre!

»No soporto más su ausencia.Normalmente, antes de que se cal-men los vientos de la tarde, y las ho-jas de las palmeras dejen de mecer-se, mi padre volvía a casa conregalos inimaginables para todos:dulces fritos con el aceite rojo de ka-rité, muñecas de madera negra pulidapara mis hermanas e incluso, a ve-ces, pájaros multicolores.

»Pero hace siete noches que no havuelto. ¿Por qué?

»Ya escasean nuestros pájaroscolor arcoíris, que vamos soltandocuando aprenden a comer y a volar;mis hermanas ya no tienen sus mu-ñecas negras y planas ni recordamosel sabor de los dulces fritos con elaceite rojo de karité. Nos vamos adormir sin dar un beso a mi padre; yacabamos dormidos antes de que lle-gue, y él aparece, entonces, en lomás profundo de nuestros sueños.

»¿Cuándo vendrá babá, me suel-

n el mes de marzo escribí la his-toria de Lucas, un africano de

Burkina Faso, exquisito sastre de la es-cuela de Abijan (Costa de Marfil), quetuvo que dejar su país hace cinco añospara poder alimentar y sostener a sunumerosa familia: mujer, seis hijos me-nores, madre y una larga parentela dehermanos y sobrinos más o menos enparo. Cinco años de separación y de fi-delidad, 5.000 Km. de distancia, 5 mi-llones de besos enviados semanalmen-te por teléfono…

- «¿Papá, cuándo vienes?» «Papá venpronto.» «No queremos regalos, que-remos que vengas». Y al fin, Lucas haido y ha estado dos meses con su fa-milia: 2.000 besos y abrazos y dos mi-llones de lágrimas vertidas de alegría.

Ha sido una oportunidad única. Aprimeros de mayo conseguimos un tra-bajo, pero sólo debía incorporarse apartir de julio, con lo cual decidimosque debía hacer el viaje. Y Lucas havuelto, con el ánimo renovado y un bri-llo nuevo en sus ojos. Él me ha conta-do esta historia, cuyo protagonista esuno de sus hijos.

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pingo. Vuelve de sus sueños y nosabraza con una pálida mirada, preña-da de ternura.

- Vuestro padre, babá, no volveráhoy ni mañana ni pasado… Quizáspasen años sin que vuelva… quizásno vuelva jamás…

»Mis hermanas lloran, yo sujeto micorazón, y todos nos abrazamos.

. ¿Por qué? ¿Nos ha abandona-do? ¿Ha muerto quizás?...

- No. No nos ha abandonado. seha ido para poder enviarnos dineropara comer y vivir. Ha marchado porel oeste, hacia el mar, donde dicenque hay un barco que les lleva a es-paña.

. Nosotros no queremos dinero niregalos, queremos que vuelva, quere-mos estar juntos.

- ¡ay! tenéis que ir aprendiendoque la vida se compone de alegrías yde sombras, pero son esos momen-tos de gozo, los recuerdos que tenéisde él y otros muchos que tendréis enadelante, los que nos sostienen y nosayudan a seguir adelante. Los domin-gos, cuando vamos a misa, recorda-mos a Jesús, el Hijo de Dios clavadoen la cruz. su Padre fue testigo, pa-deció y sufrió con él, como nosotrossufrimos ahora la ausencia de babá,pero al final el amor, el espíritu san-to, fue más fuerte que la muerte y leresucitó. Vuestro padre, allá dondeesté, irá también a misa, y estaremostodos unidos con Jesús.

»Han pasado unos años, muchosaños y mi padre no ha vuelto, y todaslas noches seguimos soñando con él.

Pero ahora sabemos dónde está, ha-blamos con él una vez por semana, yuna vez por semana comulgamos conél en la misa. Y todas las noches, nosseguimos juntando en la explanada, yya hace tiempo que hemos vuelto ajugar y reír. Mi hermano pequeño si-gue preguntando a mi madre: ¿Cuán-do volverá babá? Y antes que ellaresponda como siempre, “pronto,cuando Dios quiera”, oímos una voztras el recodo…

»¡estoy aquí! ¡He vuelto!. »¡Mi padre! Mi madre solloza,

mis hermanos saltan y gritan de ale-gría, mi corazón se desboca exultan-te… mi padre aparece, como un fan-tasma, en medio de todos. ¡Mi padre!

»Él abre su maleta llena de rega-los: para mi madre un collar y unospendientes, para mis hermanas mu-ñecas de largos y rubios cabellos, unteléfono para mi hermano mayor, unacámara de foto para el otro… y unMP3 para mí. Yo no quiero regalos, yoquiero que vuelvas, le digo, y él en-tonces aprieta un botón y el canto delpájaro color arcoíris inunda la no-che… Y mi padre y yo cerramos losojos para remontarnos en el tiempo oevaporarnos en el espacio, y nosabrazamos, escondiendo en su pechomi rostro, para que nadie vea las lá-grimas que a borbotones, impertinen-tes, surgen de mis ojos.

»¡Qué noche! ¡Si la casa pudiesehablar! ¡Si las tinieblas pudiesen ver!¡Si los árboles pudiesen correr y elviento que mece sus hojas bajar la lu-na a nuestra explanada! Si todo eso

fuese posi-ble, el pla-neta enterose habríae n t e r a d ode nuestraalegría, ylos astro-nautas quegiran alre-dedor de élse asoma-rían asom-brados para ver lo que pasaba.

»Para mí y para mis hermanos,pero más aún para mi madre, esta no-che que había empezado como tan-tas otras, miles, anteriores, se convir-tió en una noche mágica e inclusomística. Una noche sin luna, sin es-trellas y sin cuentos, envuelta enmanto de silencio y de misterio, perollena de gestos de cariño, de cómpli-ces miradas, de palabras de amor ylazos de ternura.

»Me desperté en medio de la no-che, a la hora en que los búhos pres-tan sus alas silenciosas y sus trému-las voces a los hechiceros; a la horaen que los niños no deben salir ni si-quiera de la cama… ¿Ha sido un sue-ño? ¿Uno más? Junto a mí, una demis hermanas se da la vuelta y veoque tiene en sus brazos una muñecacon largos cabellos rubios y ojos colorde cielo. Y buscando bajo mi almoha-da encuentro la caja de múltiples co-lores que guarda dentro de sí el se-creto de los pájaros color arcoíris…¡Mi padre ha vuelto! ¡Mi padre!

ta mi hermana. Ella es pequeña y noentiende. Está cansada, mira a lo le-jos, al recodo del camino, parpadean-do rápidamente como si eso hiciesepasar el tiempo más rápido… Y cuan-do se cansa de esperar, llora y pata-lea.

»Veo a mi madre sentada delantede la casa, en la explanada abierta,donde todas las tardes, cuando las si-luetas de los mangos y las palmerasse funden y el viento se ha calmado,nos juntamos los niños de la vecindadpara correr, cantar, bailar, reír, contarlos chistes más picantes y escucharlos cuentos más ejemplares de losmayores. Mi madre tiene los brazosapoyados en las rodillas y las manoscomo sujetando la cabeza. Ella tam-bién mira al recodo del camino, pen-sativa, soñadora, esperando, quizás,que el viento de la tarde lleve su espí-ritu lejos, muy lejos, allá donde estámi padre. Ella también le espera. ¡Mimadre!

»¿Cuándo vendrá babá?, le pre-gunto a mi madre. Pero ella no me es-cucha, mira a lo lejos, al horizonte depalmeras verdiazules, y no sale desus sueños.

»¿Cuándo vendrá babá?, le repi-to. Pero mi madre sigue sin escuchar-me, mirando al horizonte de palmerascentenarias, sobre cuyas copas revo-lotean y danzan los milanos… Quizásellos sepan dónde está. Quizás ellosvayan cada día a visitarle y decirle,con su mágico lenguaje, que estamosaquí esperándole…

»¿Cuándo vendrá babá?, grita-mos todos asustados. Ella da un res-

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Clemente Sobrado - Lima

uando era estudiante de teo-logía, tuvimos unos añosmuy secos, y estaba de mo-

da el buscar manantiales. En la co-munidad había uno, ya mayor, quese las daba de zahorí. Hasta don-de yo sé nunca encontró agua enninguna parte.

Un día fuimos de paseo a veruno de esos pozos que estabanabriendo en búsqueda de la ansia-da agua. Y me sorprendió un deta-lle: a unos cien metros más o me-nos de donde estaban abriendo elpozo, uno estaba tumbado en elsuelo, pegada su oreja contra latierra, como queriendo escucharalgo o, como escribió Maritain, “pe-gar el oído a la tierra, para captarel rumor de las fuentes escondidasy de las germinaciones invisibles”.

Aquel gesto se me quedó gra-bado. Yo no sé si aquel tipo teníaun oído tan fino que pudiera escu-char el rumor de los arroyos deba-jo de la tierra. Tampoco sé si algu-na vez logró descubrir manantialescon la finura de su oído. Pero laimagen me pareció maravillosa.

Manantiales subterráneos

Porque es cierto que bajo la tierracorren infinidad de manantialesque luego no sabemos a dóndevan a salir. No hay duda de que lasfuentes que un día salen a la su-

CCperficie, en algún momento erancorrientes secretas bajo la tierra.Como también es cierto que no só-lo debemos escuchar las voces dela tierra abierta y pisada por nues-tros pies, sino que también debié-ramos escuchar más los gritos departo que la tierra dice allá pordentro.

Pero luego mi imagen cambióde escenario. Un día pude con-templar a un niño chiquito que arri-maba su orejita al vientre de sumadre embarazada. La mamá ledecía que escuchase a su herma-nito que ya daba pataditas allí den-tro. Cada vez que escuchaba ocreía escuchar algo, se reía y sol-taba una carcajada. ¡Bonita mane-ra de escuchar la vida antes deque la vida nazca! ¡Bonita manerade escuchar al hermanito que aúnno ha nacido!

Y nosotros, cada uno de noso-tros, ¿no somos también esa es-pecie de tierra por cuyas entrañascorren infinidad de manantiales deagua? ¿No somos acaso una es-pecie de vientre materno queesconde dentro a un hermanitoque ya vive?

Dentro de nosotros hay mu-chos manantiales que es precisoescuchar: están los manantiales denuestros deseos; los manantialesde nuestras esperanzas; los ma-nantiales de nuestras ilusiones; los

manantiales de nuestros senti-mientos; los manantiales de nues-tros amores; los manantiales denuestras posibilidades de herma-nos todos en un mismo Hermano.

apretar el oído

Pero necesitamos apretar nues-tros oídos para escuchar esa músi-ca de la gracia y del Espíritu quesuena dentro. Necesitamos apre-tar nuestros oídos para escucharlas voces de nuestro ser insatisfe-cho y que busca lo absoluto. Nece-sitamos apretar nuestros oídos pa-ra escuchar las voces que clamandentro de nosotros. Necesitamosapretar nuestros oídos para escu-charnos a nosotros, escuchar anuestros hermanos, escuchar losgritos de la creación entera quetambién ella “está con dolores departo”.

Escuchamos tantas cosas... Escu-chamos tantas músicas... Pero hayque escuchar a los manantiales.Esos manantiales que nos rieganpor dentro y que no sabemos dón-de terminarán de brotar. Y, ¿porqué no? Hay que aprender a escu-char los manantiales que correnpor la vida de nuestros hermanos.Porque cada hombre y mujer queestá o pasa a nuestro lado es-conde infinidad de manantiales

de penas y amarguras, de triste-zas y alegrías, de ilusiones y es-peranzas.

enseñar a escuchar

Un buen camino para educar yformar a los niños y a los jóvenespudiera ser enseñarles a escu-char. Así como les enseñamos ahablar, debiéramos ayudarles aescuchar. Malo es ser ciego, perono es tampoco mejor el ser sordo.

Enseñar a apretar nuestros oí-dos a la tierra de sus vidas paraescuchar “los rumores de las fuen-tes escondidas” en ellos. Ayudar-les luego a excavar la tierra de susvidas hasta que esos manantialessalgan afuera.

Una buena manera de conocer-nos a nosotros mismos pudieraser pegar nuestros oídos a la tie-rra de nuestro corazón y escucharel “rumor de las germinaciones in-visibles”. Pegar nuestros oídos ala tierra de nuestro corazón y es-cuchar el rumor del Espíritu quenos habita dentro. Pegar nuestrosoídos a la tierra de nuestro cora-zón y escuchar los “pasos deDios” por el jardín de nuestro es-píritu. Estamos llamados a ser los“zahoríes de nuestras vidas”.

Zahoríes de l esp ír ituZahoríes de l esp ír itu

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a Iglesia en España atendió (con-tabilizados en términos totales) a

3.646.332 de personas; 881.613 másque en 2008. Y eso, como recoge elDocumento, a pesar de que la crisisprovocó que la Iglesia redujese másdel 12% sus ingresos, procedentes,en un 80%, de las colectas y suscrip-ciones de los fieles.

actividad litúrgica y pastoral

En 2009, la Iglesia dedicó más de43 millones de horas a los demás,desarrolladas por 18.825 sacerdotes,54.890 religiosos y más de 70.000catequistas y agentes de pastoral. Unejército de personas para el acompa-ñamiento personal de los fieles, elasesoramiento espiritual y la colabo-ración en su período de formaciónpermanente.

La mayoría de los recursos queemplea la Iglesia son gratuitos, puesparten de voluntarios, y se hace unuso más que eficiente de ellos, por loque cada euro que se invierte en laIglesia rinde como dos veces y media

en su servicio equivalente en el mer-cado.

La consecuencia de esta activi-dad litúrgica y pastoral es una abru-madora actividad caritativa y asisten-cial, que hace de la Iglesia «la prime-ra red asistencial para los ciudadanosque hay en españa».

actividad asistencial

En crisis, la gente sabe dónde ir. Lascifras lo demuestran: en 2009, la Igle-sia asistió a 1.435.135 personas, en1.769 centros para mitigar la pobre-za, entre delegaciones de Cáritas, co-medores, parroquias, albergues, etc.

contribución a la sociedad

Además, la Iglesia sostiene, entreotros centros, 87 hospitales, donde,en 2009, trató a más de 881.000 en-fermos; 763 casas en las que fueronatendidos 63.237 ancianos, enfermoscrónicos y minusválidos; 56 centrosdonde se asistió a más de 5.000 mu-jeres víctimas de la violencia y la

prostitución; 73 centros de rehabili-tación que atendieron a más de42.300 drogadictos y toxicómanos;172 orfanatos y centros de tutelaque atendieron a más de 20.300 ni-ños; 259 Centros de Orientación Fa-miliar que ayudaron a casi 20.000personas con problemas familiares;91 centros de asesoría jurídica queprestaron ayuda a 19.658 personassin recursos; 272 centros de pro-moción del trabajo que dieron asis-tencia a 76.420 personas; y 786centros de asistencia para 391.120emigrantes y refugiados.

actividad educativa

En el terreno educativo, la Iglesiasostuvo 5.347 centros católicos,donde estudió casi un millón y me-dio de alumnos, y que ahorraron alEstado 4.399 millones de euros,por la diferencia que hay entre elcoste del puesto escolar en un cen-tro público y en uno concertado.

-----:::::::-----La MEMOrIA también recoge que laIglesia es, tras el Estado, la institu-ción que más dedica a la conserva-ción del patrimonio histórico-artísti-co: en 2009, aportó el 50% delgasto privado. Además, es unafuente de ingresos para multitud depoblaciones en las que los bienesde interés turístico son obras de laIglesia. Un ejemplo son las proce-siones de Semana Santa. Sólo enCórdoba y Sevilla, la Semana dePascua generó una actividad eco-nómica por valor de 282 millonesde euros, y, en toda España, se ci-fra en 830 millones de euros.

La Iglesia es la red asistencial más importante de España

egún aquellas palabras de Jesús “que tu mano derecha no sepa lo quehace la izquierda”, puede parecer a más de uno que la publicación de es-tos números va contra el evangelio. Si la intención fuera de vanagloria, sí,que es lo que condenó el Maestro; pero si sirven de estímulo para anun-

ciar al mundo la fuerza de la fraternidad que genera la fe en favor del hombrede cualquier raza, política o religión, entonces sólo me cabe decir ¡gracias! por“sacar la luz de debajo del celemín, y que los hombres vean y den gloria a Dios”.

cuando las cifras hablan

s

LConferencia Episcopal

Datos de la MEMoria anual DE aCtiviDaDEs, correspondiente al Ejercicio de 2009

l a superficialidad preside tanto la vida pública co-mo la privada, se deja ver en las grandes ocasio-

nes, y en la vida cotidiana está cuajando en lo políti-co y en lo religioso. tendemos a trivializarlo todo, adespojarlo de su sentido radical y reinterpretarlo condemasiada ligereza, al margen de la verdad. todo espasajero, relativo, según el color del interés con quese mira o según las conveniencias del aquí y ahora.nada hay absoluto, verdadero, auténtico.

no hay autenticidad, porque falta coherencia entrelo que decimos (buenas palabras) y lo que hacemos,que deja mucho que desear. no es lo mismo presu-mir de los derechos humanos, que cumplirlos y hacerque se cumplan. no es lo mismo proclamar la igual-dad y consentir y fomentar las desigualdades hastaextremos insoportables. ni es lo mismo apostar porla libertad y luego recortarla y escamotearla, convir-tiéndola en privilegio de los ricos y poderosos. Y, porsupuesto, la fraternidad, que figura en la declaraciónde los derechos humanos, nada tiene que ver con lainsolidaridad y la indiferencia que se cultiva y sepractica “normalmente” entre seres humanos.

Y, por supuesto, no es lo mismo recitar el credo quecreer cuanto en él se afirma. ni es lo mismo un cris-tiano sociológico, típico de la cristiandad, que el cris-tianismo auténtico de los que viven o tratan de vivirde acuerdo con el Evangelio, aunque las circunstan-cias sean adversas o el ambiente no sea favorable.Como no es lo mismo la doctrina de la iglesia que ladoctrina social de la iglesia.

la autenticidad de vida consiste en la coherencia en-tre lo que decimos y hacemos, en la sintonía entrenuestras convicciones y nuestros esfuerzos, en laconvergencia entre lo que esperamos o decimos es-perar y lo que hacemos para que nuestra esperanzano sea una ilusión frustrada. vivir sin adecuación en-tre lo que queremos ser y lo que realmente somoses vivir del cuento, de ilusiones.

luis Betés

Vivir del cuentoVivir del cuento

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Esther Marí[email protected] educación no se va de vacaciones

OPORTUNIDADES ÓPTIMAS

STAMOS EN PLENO VErANO, un pe-riodo de merecido descanso paratodos. Para muchos padres es di-fícil conciliar en esta época su tra-

bajo con el cuidado de los hijos. Algu-nos piensan que las vacaciones sondemasiado largas, no saben qué ha-cer con los niños: mandarlos a colo-nias, campamentos, a talleres de ve-rano o a la casa del pueblo con losabuelos.

Sea cual sea la forma que elija-mos siempre debemos tener en cuen-ta los gustos y la personalidad denuestro hijo, no debemos de planificarsus vacaciones haciendo aquellas co-sas que a nosotros nos hubiera gus-tado hacer cuando éramos pequeñosy no pudimos hacer por distintos mo-tivos. Se trata de sus vacaciones y sutiempo libre. Nuestros hijos no son elinstrumento a través del cual vamos asuperar nuestras frustraciones. Todossomos únicos e irrepetibles.

estudios y lecturas

Hay padres que organizan el veranode sus hijos como si fuera un cursoescolar sin dejarles tiempo ni espaciopara el descanso, los juegos, la diver-sión o el aburrimiento; cuantas másactividades hagan menos horas esta-rán en casa. En ocasiones los padresolvidamos que ir al colegio tambiénles agota, como a los adultos nosagota trabajar doce meses al año.

Es bueno que los niños lean enverano y practiquen algo la escritura ohagan algunas tareas que ejercitensu agilidad mental, pero sin tenerles

horas y horas delante de los libros. Noes conveniente que estemos encimade ellos cuando hacen sus tareas, hayque dejarles cierta libertad, y a la vezsupervisar lo que han hecho.

La mejor hora para las tareas esdespués del desayuno, que es cuan-do más descansados están, dejándo-les el resto del día libre para sus jue-gos y su ocio.

tareas doMésticas

Dentro de las tareas del día tieneque haber tiempo para la colabora-ción en las tares del hogar. Según laedad de cada niño es recomendableque les hagamos participar en lascompras, la limpieza o la preparaciónde la comida. Les enseñamos a serresponsables si les hacemos encar-gados de alguna pequeña tarea do-méstica.

En verano, al igual que durante elresto del año, conviene tener un cier-to orden en nuestro día a día, pero sinrigidez. Los horarios para irse a la ca-ma, levantarse o para entrar y salir decasa no deben ser un caos. Los niñosnecesitan tener rutinas y orden, hora-rios para comer, dormir y descansar,lo cual no quiere decir que a las nue-ve tengan que estar en casa, perotampoco tiene mucho sentido que es-tén despiertos todos los días hasta al-tas horas de la madrugada.

el ejeMplo de los padres

Los padres somos el espejo dondenuestros hijos se miran. Nos converti-

mos en modelos a seguir e imitar. Al-gunos padres son muy exigentes du-rante el resto del año y en verano to-do lo permiten. No hay modales en lamesa, en la piscina o en la playa; esigual que los niños muerdan, no secomporten adecuadamente en losrestaurantes o actúen como si en ve-rano todo estuviera permitido.

Si los padres nos comportamoscomo energúmenos en los atascos detráfico o vamos de “listillos” en la coladel parque de atracciones, estamosenseñando a nuestros hijos que esoestá bien, porque somos su referente,ellos van a imitar nuestros comporta-mientos en las relaciones con susiguales. Si el niño hace cualquier tras-tada y en lugar de corregirle y ense-ñarle para que no la repita nos reímosde ella o la justificamos comentando“son cosas de niños” o “déjale quedisfrute; está de vacaciones”, hace-mos un flaco favor a su educación.

jugar con los hijos

Durante el verano nos dan vacacio-nes en el trabajo, pero no podemosdejar de ser padres y aparcar la edu-cación de nuestros hijos para cuandoestén en el colegio. Podemos aprove-char el tiempo libre que tenemos parajugar con nuestros hijos, y a travésdel juego afianzar todo lo que hemosintentado enseñarles el resto del año.

El juego para los niños es muyimportante, no sólo como instrumentopara su diversión, también para queexterioricen sentimientos o problemasque puedan tener. A través del juego

conseguimos que los niños se sientanimportantes, especiales y queridos. Alos adultos el juego nos sirve paraaparcar el estrés y convertirnos un po-co en niños, eliminando barreras quenos separan de nuestros hijos.

¿conflictos? Las vacaciones son también épocade conflictos familiares. Durante elaño muchos padres apenas se rela-cionan con sus hijos porque tienenlargas jornadas de trabajo, mientrasque en verano las familias pasan máshoras juntos, lo que hace que surjanroces y desavenencias. Es importanteno dejarse llevar y saber controlarnuestra ira sin perder el respeto hacianuestros hijos o nuestra pareja. Losgritos, los insultos, las descalificacio-nes e incluso las agresiones físicas overbales no son un buen ejemplo pa-ra nuestros hijos.

No tenemos que olvidar que so-mos nosotros los que damos sentidoa las cosas que nos pasan, nuestra in-terpretación de lo que ocurre a nues-tro alrededor es lo que provoca quenos enfademos o nos disgustemos.No me irritan los otros, me irrito yo.

Compartir momentos de ocio connuestros hijos y realizar actividadesdeportivas y juegos, nos da la oportu-nidad de conversar y hablar relajada-mente, nos permite ser cercanos aellos sin ser invasores. ¡feliz Verano!

EE

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odo queda bien pagado conque el crío o la cría se te subaa las rodillas cuando llegas acasa y te rodea el cuello conun abrazo prolongado y te da

cinco besos seguidos. . ¿Exagero en lo de bien pagado?

- Es importante que responda-mos a la pregunta.

Los abrazos no se compran; se re-galan. Ese abrazo de tu hijo te hacesentirte madre-padre suyo, su provi-dencia, su refugio, su seguridad… yes la expresión más pura de suagradecimiento, su petición de queno le dejes, de que le protejas y lequieras mucho, todo. Ese abrazo esla oración del niño a su madre-pa-dre. Ésa es la oración cristiana quenos enseño Jesús al decirnos que lellamáramos a Dios, “abbá” (pa-pá,ma-má, a-ma, como las primeras si-labeadas del niño), “Padre”, “aitá”.

¡Cuántas cosas dice el abrazodel niño! Y ¡cuántas, el del hijo queha crecido…!

Es una pena que otros afanes ointereses nos tengan muy ocupadosy no disfrutemos de lo que significanestos abrazos; porque un abrazo essigno, es más que un abrazo; con elabrazo estamos diciendo muchascosas, que el otro puede o no escu-charlas.

las cosas que no coMpensan

Con mil variantes el dibujo tieneestos rasgos: “La gente está siem-pre ocupada. Los padres están ocu-pados. Las madres están ocupadas.Los niños están ocupados”.

Con frecuencia la ocupación estener que ver un partido de futbol enTV. Otras, mantener el nivel de vidaque nos estresa y ya no tenemos niganas ni tiempo para disfrutar de lascarantoñas de los hijos o crear es-pacios distendidos para escuchar-nos y dialogar a “tiempo perdido”,que es la mejor ganancia para fo-mentar una familia feliz.

Es cierto que este tipo de pa-dres y madres (siempre muy ocupa-dos) quieren a sus hijos y se desvi-ven por ellos para que no falte nada;y disfruten luciendo ante los amigoslo último que publicitan las marcasde móviles, bermudas o sudaderas.Cosas, sí, todas; tiempo o ganas decompartir en familia, nada o a cuen-tagotas.

estar disponible

Traigo aquí –no sé si es anécdotareal o cuento sobre la realidad- eldiálogo de una chiquilla con su pa-dre.

“Érase una vez un hombre muyocupado con su trabajo. Todos losdías llegaba tarde a su casa y, trassaludar a su hija, se metía en el des-pacho a seguir trabajando. Su niñitade 5 años acudía a verle porque de-seaba estar con su papá, pero siem-pre la regañaba diciéndole que teníamucho trabajo.

La historia se repetía una y otravez, hasta que un día la niña, al sen-tirse regañada de nuevo, en vez deirse se volvió a su padre y le pre-guntó:

. Papá, tú en tu trabajo, ganasmucho dinero ¿verdad?- Pues no, hija, gano dinero, pero

no mucho, por eso tengo que seguirtrabajando en casa.

. Papá, ¿Me podrías decir cuántoganas en una hora en tu trabajo?

- Hija, me haces unas preguntas...Por favor déjame que tengo muchascosas que hacer.

Ante lo cual, la niña lejos de darsepor vencida, volvió a preguntarle a supadre:

. Papá, de verdad, dime cuántoganas en una hora en tu trabajo.

- Si te lo digo, ¿me dejarás que si-ga?, le preguntó inquisitoriamente elpadre.

. Si, dímelo y me voy.- Pues... - y se puso a hacer cálcu-

los- unos... doce euros.. Gracias, dijo la niña marchándo-

se de inmediato.

El padre se quedó desconcertado porla insistente pregunta de la niña, pero

se puso de nuevo a trabajar, hasta queoyó un estruendo enorme que prove-nía del cuarto de su hija, por lo que selevantó enfurecido dispuesto a rega-ñarla de nuevo, convencido de que laniña había roto algo importante.

Cuando entró en el cuarto de lapequeña, vio que ella estaba en elsuelo con la hucha de barro rota enmil pedazos y contando las monedas.

Justo cuando el padre iba a em-pezar a lanzar sus chillidos más fero-ces por lo que había hecho, la niña seacercó mirándole a los ojos y las ma-nos llenas de monedas y le dijo:

. Papi, toma este dinero.

El padre,desconcertado, puso las ma-nos y recogió el dinero que le daba suhija y le preguntó...

- Pero hija, ¿por qué me das este di-nero?

. Papi, te compro una hora de tutiempo...

Saque cada cual sus conclusiones.A veces la cosa se arreglaría orde-nando los valores que consideramosmás importantes para conseguir unaconvivencia familiar feliz.

Lo que llamamos nivel de vida ycalidad de vida lleva mucho de latrampa publicitaria que alimenta lasociedad de consumo hasta estre-sarnos. Bien se dice: “el consumis-mo nos consume”.

Todo queda bien pagado

por el abrazo de un hijo

ttJ.Sáenz de Buruaga

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CELEBRAR

CELEBRAR

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CULTURA YCULTURA Y VIDAVIDA

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¿Qué ot ro denominador común podr ía reuni r a tanta gente de países tan dis-t intos y a menudo violentamente enfrentados?

no es posible creer, y menos un joven, sin estar seguro de que la propia fe se co-rresponde con las necesidades y exigencias del presente y abre de verdad al futuro. la multitudde jóvenes y menos jóvenes en las JMJ pone de relieve esta universalidad en otro aspecto hoydecisivo: muestra en la práctica que la fe no es un asunto privado, sino que puede manifestar-se públicamente en un mundo democrático y constituir un principio de renovación de la socie-dad. Ésta fue la experiencia en medio de las grandes ciudades de nuestro mundo, conmociona-das por el testimonio de vida y de alegría, de fe y de unidad que hacen presente los jóvenes,en fuerte contraste con una sociedad en que la gente echa en falta precisamente estas realida-des. El cambio de cara de las ciudades y de sus ambientes por la presencia masiva de jóvenesde las JMJ, confirma a éstos en la bondad de vivir pública y pacíficamente la propia fe. res-ponde así a la objeción habitual según la cual la fe cristiana no puede pretender expresarse enel ámbito público, debiendo reducirse al privado para no violentar las opiniones de nadie.

Ciertamente la experiencia necesita reflexión y maduración. Y a ello contribuye la estructura delas Jornadas, marcadamente catequética, y la voluntad explícita de reconocer en Cristo y en suCruz al único ante quien se esclarece el corazón y el destino de cada hombre; el único que pue-de unir a todos en un único gran pueblo, el único de quien quiere ser testigo el Papa, que nohabla ni quiere hablar de sí mismo.

así las Jornadas resultan inevitablemente un potente anuncio del señor Jesús comola respuesta verdadera a las exigencias del ser humano, en un tiempo en que no es posiblecreer ya en ningún gran sistema o utopía.

aquí queda puesta en escena de un modo plástico la verdad de la plegaria a la quealudía al principio: Esta Iglesia, vivificada por tu Espíritu, resplandece como signo de la unidadde todos los hombres, da testimonio de tu amor en el mundo y abre a todos las puertas de laesperanza. amén. aleluya.

Muchas gracias, Señor

Desde el día de la redacción de estas líneas hasta la fecha de la granfiesta de la fe JMJ en Madrid-11, sucederán muchas cosas. Pero estoy

seguro de que se escenificarán, especialmente entonces, estas palabras dela liturgia eucarística: Te damos gracias, Padre de bondad, y te glorificamos,

Señor Dios del Universo, porque no cesas de convocar a hombres detoda raza y cultura, por medio del Evangelio de tu Hijo, y los reúnes

en un solo cuerpo, que es la Iglesia (Plegaria euc.V/d).

e lo pongo para el mes de agosto. No en forma de rollo sobre LA SO-CIEDAD DE CONSUMO que todos criticamos, y a la vez todos cultivamos,padecemos y ¿disfrutamos? Criticar y secretamente envidiar, a veceshacen pareja. Así como disfrutar y aburrirse no suelen andar tan dis-tantes.

Se lo pongo fácil, en forma de una página de pasatiempo que nos ayuda adiscurrir un poco mientras nos relajamos. Se lo pongo más fácil: le adelanto larespuesta, pero no le ahorra pensar por cuenta propia. Con la pregunta si estáde acuerdo o no en cada afirmación le provoco al soliloquio, que es una manerade dialogar consigo mismo; y a dialogar en familia en un tema que a todos afec-ta y a no pocos entrampa; o, sencillamente, para saber o recordar de qué habla-mos cuando hablamos de esta sociedad de consumo que nos arrastra.

3el consumo es un problema de civiliza-ción, de cultura que debemos afrontar ra-cionalmente, 3la sociedad de consumo nos induce a tra-

bajar, a producir, a movernos y existir paraconsumir, que es ahora nuestro motor so-cial y nuestro imaginario,3el consumo necesita de un continuo creci-

miento para aumentar las ganancias delos grandes capitales; este impulso pro-ductivo sin frenos ni límites es antiecoló-gico,3el costo del consumo de las sociedades

occidentales se hace a base de las mate-rias primas insuficientemente pagadas y lamano de obra barata de los países subde-sarrollados. Al mismo tiempo, a estos paí-ses les llega el consumismo por los me-dios de comunicación, creando un proce-so cultural imitativo de culturas que ellostienen por superiores, 3el crecimiento de los países occidentales

se da perjudicando a los países pobres,así la distancia entre unos y otros hoy esmayor que hace unas décadas,

3el consumo es la enfermedad número unode nuestra sociedad. Una tercera parte denuestra sociedad tiene problemas paracontrolar el gasto,

3el consumo es antiético, ya que consideraa los seres humanos como objetos nume-rables y clasificables, en orden a la pro-ducción y el consumo,

3la sociedad de consumo es insostenible,pues exige un aumento constante de la ex-tracción de recursos y de vertidos de resi-duos, hasta el punto de amenazar la capa-cidad de regeneración por la naturaleza,

3desde el punto de vista de la desigualdadinternacional se ha señalado que esto haconducido a que las economías de lospaíses pobres se vuelquen en la satisfac-ción del enorme consumo de las socieda-des más industrializadas, mientras dejande satisfacer sus propias necesidades fun-damentales, como la alimentación,

3la manipulación de la sociedad por los me-dios de comunicación al servicio del mer-cado, convierte a las personas en simplesconsumidores.

¿De acuerdo que...

SDesperezarseDesperezarseDesperezarse

Sanxao

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a Iglesia vasca, en carne desus obispos, también se havisto mezclada en algunosdespropósitos. Sin necesidad

de dar nombres, a la Iglesia se le haexigido, por parte de un sector de lasociedad, que “públicamente aban-done su cobardía y combata a etadesde el púlpito y que desenmasca-ren a las organizaciones proetarrasque están dentro de la Iglesia”. Elotro sector de la sociedad, por suparte, criticaba a la Iglesia, porque“en sus últimas intervenciones políti-

Para ciertos políticos, creadores deopinión y tertulianos varios, el con-cepto Iglesia, en relación con la pro-blemática que nos ocupa, tiene uncontenido orientado al gobierno ecle-siástico de los obispos y del clero engeneral. Sin embargo, el Concilio Va-ticano II estimuló un movimiento departicipación de los creyentes en elacontecer de su Iglesia y, según esteconcilio, la Iglesia es el pueblo deDios, es decir, el conjunto de cristia-nos en igualdad de derechos.

Pues bien, en esta sociedadmarcada por el conflicto, para supe-rar la violencia y el sufrimiento quede ella deriva, teniendo en cuentala misión reconciliadora de Jesúsde Nazaret, estamos llamados, entreotras cosas, a:

. Plantearnos la cuestión de la re-conciliación, como un acto de su-peración personal y social, enten-diendo que los hechos pasados ylas consecuencias de la violenciaes una fase que la podemos ydebemos superar, una vez reco-nocidos nuestros errores, comohumanos que somos;. Promover actitudes y valores éti-cos (verdad, libertad, justicia,amor, perdón...) que nos ayuden ahumanizar nuestras relaciones, ge-neralmente deterioradas por lamentira, la injusticia, la opresión y,en definitiva, la violencia;. Despertar la conciencia, a veces

Gracias, Javi, por el correo que me has mandado sobre la recon-ciliación de Euskadi. En varias ocasiones me has hablado de vuestro trabajo en el empeño de reunir e implicar a personas con voluntad reconciliadora desde sensibilidades e historias muydistintas. Seguís pensando en positivo, empeñados en hacer rea-lidad la profecía de Isaías, apostando porque la reconciliaciónvencerá a la violencia, que el perdón se impondrá sobre el odioy la venganza, que el abrazo entre los adversarios será másatractivo que el gozo siniestro de eliminarlo, que la justicia triun-fará sobre la injusticia, el instinto de vida sobre el de la muerte.

Los creyentes, coherentes con su fe en Dios Padre nuestro, pueden aportar elementos de esperanza y motivaciones únicas

en este empeño por la reconciliación. Llegan con una bendición del evangelioque es bueno recordar: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porqueellos serán llamados hijos de Dios”. Una bendición para todos, creyentes o no.Dios, sépase o no, actúa en todos los que trabajan por la paz, sean de cualquierreligión o de ninguna. Donde hay amor, allí está Dios.

Tu deseo te hace atisbar cercano “el fin de la violencia de ETA y que es-tá llegando la hora del perdón y de la reconciliación, en una sociedad como lavasca, polarizada, debido a la violencia sufrida”. En la reflexión que me envíaste refieres al papel de la Iglesia vasca en este esfuerzo reconciliador, que trasla-do a estas páginas. Mario M.

cas en las iglesias, se posicionabansólo contra eta y no contra la violen-cia estructural”.

Este breve contraste o contraposi-ción de críticas y peticiones expresacon claridad la tensa polarización desentimientos, ideas y prácticas quese dan en nuestra sociedad, no sóloen torno al diagnóstico y tratamientosobre el llamado problema vasco, si-no sobre el papel que juega y debejugar la Iglesia al respecto.

adormecida y paralizada de loscristianos, en orden a un mayorcompromiso personal y comunita-rio, por la justicia y la paz, desde elespíritu de Jesucristo, que se ma-nifiesta en la oración del PadreNuestro.

porque, en definitiva,

3La reconciliación es más una espi-ritualidad que una estrategia basa-da en el compromiso cristiano.

3La reconciliación, supone abarcarlas diversas dimensiones de larealidad humana, perturbada y vio-lentada: personales, religiosas, so-ciales, culturales, políticas…

3Hay que reconocer que las Iglesiascristianas o sectores sobresalien-tes de ellas, han estado con de-masiada frecuencia del lado de losopresores, en situaciones que mástarde han demandado una actua-ción reconciliadora.

3En este sentido, los cristianos, queestamos en ambos lados de la tra-gedia, debemos ser pacificadores,lo que implica que deberíamos ha-cer las paces, en primer lugar en-tre nosotros y a continuación, ha-cer propuestas de creación deoportunidades para que el resto depersonas, creyentes o no, dentrodel conflicto, se reencuentren y sereconcilien.

3Un aspecto esencial del caráctercristiano es el de constructores depaz.

“L

Al servicio de la reconciliación en Euskadi

¿cuál es el papel que debe y puede jugar la iglesia?

. ¿a qué llamamos iglesia: al pueblo de dios o al gobierno eclesiástico?

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Jesús Prieto

Aprender a querer

icen que hay mucha gente que no sabe querer porque nadie le ha enseñado.Nuestra sociedad nos induce a ser ambiciosos, caprichosos, consumidores decasi todo, envidiosos, en el fondo egoístas. Nos prepara para una lucha muy

competitiva contra opositores y rivales. Al fin, contra nosotros mismos para anularnuestra voluntad y convertirnos en simples marionetas manipuladas por el poder polí-tico y comercial.

A veces se hace dura la vida para abrirse un camino honesto en esta selva enmara-ñada que no nos deja ver lo que hay más allá y podemos enredarnos fácilmente en laespesura pegajosa y agresiva del camino. Y la persona ha de luchar si quiere que sudignidad salga airosa de esta arriesgada aventura.

Ante la infinita oferta de posibilidades, el hombre debe saber elegir para ser li-bre. En su libro “El mito del hombre allende la técnica”, escribía el filósofo Ortega: “Elhombre es inteligente… porque necesita elegir. Y porque tiene que elegir tiene que ha-cerse libre. De ahí procede esta famosa libertad del hombre, esta terrible libertad, quees también su más alto privilegio”.

Ya dijo Jesús que la verdad nos hará libres, aunque alguien quiera darle la vuelta a lafrase. Por eso hay que elegir la verdad, so pena de que la libertad se quede sin conte-nido.

En el gran mercado del mundo sólo hay que comprar lo que nos hace falta anosotros o a los demás. Decía una misionera recién llegada de África al entrar en uncentro comercial de la ciudad donde vivo: “¡Hay que ver la cantidad de cosas que nonecesito!”. Pero qué amor, entrega y alegría respiraba esta mujer.

Sí, hay una cosa que sí necesitamos: aprender a querer, y a hacerlo en con-creto. Pero esto no está en el mercado. Sólo se adquiere abriendo el corazón al otro,al que hago prójimo (próximo) mío.

Comprender y ver lo bueno de la gente ilumina la mirada y el corazón. Saber admirarla ternura, incluso detrás de la torpeza, tantas veces aparente, es saludable.

Estoy plenamente convencido: para ser libres, para ser felices hay que apren-der a querer, hay que saludar a esa amistad que pasa junto a nosotros, que nos nece-sita, que la necesitamos, y que no sabemos si volverá.

Entre tantas ofertas, muchas de ellas rebajadas en su valor inicial, me quedocon la amistad e intento aprender cada día a querer.

¿Será verdad que los peores abrazos son los que no se han dado?

DD

La polarización social es una de lassecuelas de la violencia, y el procesode reconciliación necesitará su tiem-po y sus formas. No hay que tenerninguna prisa, paso a paso; si hayvoluntad por parte de todos, víctimasde ambos lados incluidas y un pro-yecto político de compromiso, logra-remos la reconciliación.

No todos observamos el pasado dela misma manera, por lo tanto, esalectura del pasado, tanto reciente co-mo lejano, nos llevará a interpretarlode manera distinta, pero hay queafrontarlo y poner los medios paraentendernos e ir dando pasos paraque ese pasado de violencia no vuel-va a ocurrir.

Para que los traumas que ha crea-do la violencia -porque en ambos la-dos hay víctimas y victimarios- pue-dan ser superados de la mejor

manera posible, se deben plantearplanes de ayuda para darles a losafectados el valor y la audacia nece-saria, para que afronten cada día conel ánimo de construirse una nueva vi-da y un destino digno frente a esepasado del que ellos no son respon-sables.

Debemos abrir una nueva página,dando la espalda al pasado violentoy abrir una nueva cultura para la pazbasada en la justicia, la solidaridad yla corresponsabilidad. Se debe plan-tear como una cultura de mínimos,para crear unos nuevos espacios enlos que, a través de la amabilidad y lacordialidad, también de la ternura,superemos y lleguemos a transfor-mar por medios pacíficos el procesode sufrimiento que unos seres huma-nos producimos a otros”.

Javier [email protected]

Aprovecho este tema de la reconciliación social para invitar a clérigos y lai-cos a una reflexión conjunta sobre la reconciliación intraeclesial. Mal podemospresentarnos como agentes de reconciliación, si entre nosotros alimentamos ladivisión, los enfrentamientos y posturas excluyentes. Una Iglesia viva generatensiones hacia el exterior y en el interior de sí misma; pero conviene advertirque hay tensiones vivificantes y tensiones destructoras, que hay tensiones ge-neradas por el Espíritu Santo y tensiones generadas por otros espíritus.

En la primitiva Iglesia hubo tensiones muy fuertes, comprensibles enaquel momento crucial de ofrecer el evangelio a la nueva cultura en expresio-nes nuevas u ofrecérselo en la forma y usos judíos. Pablo no se muerde la len-gua al echarle en cara cuatro cosas a Pedro (Gál. 2). Pero los dos tenían una mis-ma fe y amor al Maestro, los dos murieron mártires por él. Sus diferencias noles desunieron; estaban muy por encima de cualquier personalismo, no tirabancada uno hacia sí mismo, sino hacia Cristo. Pablo reconoce la autoridad de losapóstoles, y la Iglesia de Jerusalén se felicita por lo que el Señor está haciendoentre los gentiles a través de este convertido, apóstol de última hora.

Mario M.

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Gema Sáez

Ligera de equipaje

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na mañana de primavera comootra cualquiera, con sus rutinas,con sus quehaceres, con sus

idas y venidas, sucedió algo inesperadoque iba a cambiar de un modo repentinosu forma de vida. La tierra se puso enmovimiento y vomitó todo su enfado con-tra los habitantes de un pueblo tranquilo.

Luego vino un ruido inmenso y pol-varedas gigantes, las cornisas de las ca-sas se desprendían, llovían cascotes yhasta las iglesias temblaban. A unos lespilló en plena calle, a otros en sus casaso en sus trabajos, todos corrían y no sa-bían dónde refugiarse. Lo mejor era ir alparque, al aire libre, lejos de estructurasy de edificios que pudieran desplomarse.

Aquella no era una ciudad asentadasobre ninguna falla sísmica, ni se podíapreveer tal desastre, pero lo cierto esque sucedió.

Mercedes había llevado a sus hijos aclase, los había dejado allí y se había idoa su trabajo de enfermera en el hospitallocal; había quedado con su madre quepasaría a visitarla a mediodía para lle-varle algún recado. Lo normal era quefuera su marido el que llevara a los niñosal colegio, pero se encontraba en viajede negocios esos días.

Para colmo de males, el hospital fueuno de los más afectados por el terre-moto y no daban abasto. Unos salían y

otros entraban. Hubo que evacuar enfer-mos a otros hospitales de la comarcae instalar en la zona no dañada un hos-pital de campaña para los que ibanviniendo.

Lo primero que pensó fue en sus hijos,en su madre, pero los móviles no funcio-naban y no podía disponer de un segun-do para ella. Las noticias que se oíaneran terribles y preguntaba a todos losque llegaban por la situación de los ba-rrios concretos en los que vivían sus fa-miliares. Nadie le sacó de ninguna duday ella tenía que permanecer en su pues-to, no sólo durante su jornada laboral, si-no todo el tiempo que fuera necesario,dadas las circunstancias. También pen-só en su marido, en cómo se asustaríaen cuanto supiera lo que había pasado.Las noticias de cualquier suceso que tellegan de fuera suelen parecer más alar-mantes. Pero decidió no pensar y dejar-se llevar por las necesidades acuciantesque solicitaban su presencia.

Fue algo caótico ese primer momentode avalanchas de gente llegando concortes y heridas al hospital, o a lo quequedaba de él. No había quién encon-trara a mano el material quirúrgico nece-sario. Según pasó esa primera embesti-da, las cosas fueron tomando mejorcariz. Llegó a sus oídos que la parte vie-

ja de la ciudad había sido la más afecta-da. Allí se situaban las casas más anti-guas y era una zona muy cercana dedonde vivía su madre.

Cuando pudo contactar con algúnfamiliar, supo que a sus hijos no les ha-bía pasado nada. Al iniciarse el movi-miento los profesores les sacaron al pa-tio y les entretuvieron como pudieron,con juegos y cantos para quitarle hierro ala tragedia. Allí iban a permanecer hastaque sus familiares les pudieran recoger.

No tuvo noticias de su madre hastael mediodía. Afortunadamente no le pasónada físicamente a ella, pero había teni-do que salir con lo puesto por la amena-za de ruina del inmueble. El edificio con-tiguo se había derrumbado y temían quepudieran seguirle los colindantes.

Cuando al fin pudo salir del hospitaly dirigirse al barrio de su madre, tuvo an-te sí la auténtica visión de la magnitud dela tragedia. Se encontró a su madre llo-rando en plena calle, rodeada de muchasvecinas que hacían lo mismo, llorar y la-mentarse. Lo habían perdido todo, perohabían conseguido salvar sus vidas.

Eso es lo importante se decían;hemos conseguido salvar la vida, otrosno han tenido tanta suerte. Recordabasu madre que en cuanto empezó todo,se echó a la calle y casi rueda por lasescaleras, si no es por un vecino que lesujetó.

En aquella casa vieja que ahora de-jaba forzadamente, había transcurridotoda su vida, allí había muerto su marido,nacido su hija, y ahora se preguntaba sialguna vez podría volver a ella. Les dije-ron que tenían que pasar los técnicos pa-ra evaluar los daños y esperar a que lesdieran luz verde para poder entrar, al me-nos para recoger lo más necesario. Pero,¿qué era lo más necesario?

Comprendió entonces lo atados que es-tamos a ciertos objetos y a las cosas ma-teriales que nos rodean. Pensó desdefuera que si le dejaran volver a recogeralgo, no sabría por dónde empezar.Cualquier cosa de las que ella tenía notenía ningún valor, comparado con la vi-da que había salvado. También dio gra-cias a Dios al saber que su hija y sus nie-tos estaban a salvo.

Ella era ya muy mayor y para el últi-mo viaje que le faltaba por hacer, no ibaa necesitar ningún equipaje: todo le so-braría. Sin nada llegó a este mundo y sinnada se tendría que marchar.

A los pocos días le dejaron entrar en supiso, sólo media hora. Fue acompañadade su hija y apenas recogió cuatro cosaspersonales, entre ellas el álbum de fotosfamiliar; lo consideró irrepetible e insus-tituible para poder seguir hablando consu difunto marido, hasta que volviera areunirse con él.

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Zenón Urigüen

Las BienaventuranzasMari Jose Laña

Viñetas Pasionistas

Indignados

a misericordia, en su origen “miseri-cor”, es un corazón inclinado hacia la miseria. Lamisericordia es la donación de un corazón bueno que se abre en abanico a la miseriahumana, para ofrecer la regeneración espiritual y social.

La humanidad ha sido siempre un inmenso escaparate de miserias humanas de to-do tipo: miserias del cuerpo y del alma, físicas y espirituales, económicas y sociales. La su-prema miseria es la falta de fe y de toda esperanza saludable.

La misericordia es una mina inagotable sin explotar. Y desafortunadamente vivimosla dura cultura de la rigidez de la ley, del juicio temerario, de la fácil condena mutua. La so-ciedad actual condena a muchos y regenera a pocos. La misericordia, bien vivida, abarca to-dos estos valores: bondad, acogida, piedad, clemencia, perdón e indulgencia y es fuente deinspiración de las siete obras de misericordia. Vivir este dinamismo es, de verdad, ser “mi-sericordioso”.

Jesús nos dice que “los misericordiosos alcanzarán misericordia” porque participan del es-píritu de Jesús: amor, compasión, perdón y acogida evangélica.

Hoy día poco creemos en las teorías y promesas y apostamos por las obras, porlos ejemplos de vida. La Biblia es un libro abierto y una revelación de la misericordia de Diosen innumerables hechos de vida. ”Misericordia quiero y no sacrificios” (Os 6, 8).

La revelación suprema de la misericordia de Dios es Jesucristo. Es gratificante re-flexionar y analizar sus hechos de palpitante vida de misericordia. “ No he venido por los jus-tos, sino por los pecadores” (Mt 9, 13). Esto se confirma con la fuerte experiencia de su mi-sericordia al acoger con amor y perdón a los marginados Mateo y a los publicanos, a MaríaMagdalena, a la Samaritana y a Zaqueo.

La parábola del buen Samaritano es el paradigma de la misericordia humanitaria que des-borda los límites de leyes, razas y culturas. En la agonía de la cruz, ante la impiedad y cruel-dad humana, Jesús dice: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. Y al ladrónarrepentido: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. ¡Esto es misericordia y gloria!

La misericordia de Cristo es gratuita, dinámica y transformadora. La oferta de la mi-sericordia de Dios nunca se agota. Y está abierta a todos, sin excepción.

Jesús dice: “Bienaventurados los misericordiosos”. No dijo bienaventurados los jus-tos, porque un mundo donde sólo hubiera justicia sería un mundo inhumano.

ra el grito de ese grupo de jóvenes, y no tan jóvenes, que hace unos meses alzósu voz denunciando una situación que es ya insostenible: la de una democraciaque poco tiene de real. Como ejemplo, el penoso espectáculo que muchas veces

dan los partidos políticos, más preocupados en hacer alianzas para mantener el poderque en ponerse manos a la obra cuanto antes para resolver los problemas reales de mu-chos ciudadanos.

Aquí, en Bilbao, un puñado de jóvenes unidos mantuvo viva la protesta y propuestade nuevos valores. Me gustó ver su pequeña organización comunal hecha de tiendas decampaña, un pequeño huerto con algunas hortalizas, una pequeña tiendita con una cartelque decía: “Deja lo que puedas, coge lo que necesites” y un horario de actividades origi-nales y creativas, asambleas y actos comunes para todo el que quería acercarse y parti-cipar. Me llamaron la atención algunos de los lemas que tenían colocados en las paredesdel teatro Arriaga. Algunos hablaban de la necesidad del cambio personal para cambiarlas estructuras; decían: “La revolución empieza por uno mismo”. Otros recordaban gran-des verdades que, sin embargo, a fuerza de no oírlas ni vivirlas vamos olvidando, comoéstas: “El pueblo unido, jamás será vencido”, “La violencia es el miedo a las ideas de losdemás” y nos invitaban a “Despertar a una nueva conciencia social”.

Verles de cerca me hizo preguntarme, ¿y yo?, ¿por qué me indigno?, o ¿por qué nome indigno?

Y descubrí que no me indigno demasiado, posiblemente porque me siento acomodadaen este estado de bienestar que disfrutamos una minoría. Posiblemente, porque me cos-taría cambiar mi cama por el suelo duro de una tienda de campaña y mis rutinas diariaspor la convivencia con personas que no conozco. Posiblemente, porque con los años heconfundido la verdad con la mentira, la justicia con la injusticia, la democracia con el abu-so de poder… Pensé también que Jesús estaría hoy acampando entre ellos, entre los“sin dinero, sin trabajo, sin futuro, sin miedo” que reconocen y dicen: “No somos anti sis-tema; el sistema es anti nosotros”. ¿No le mataron por eso?

Sí, siento que este grupito de gente valiente, esos días de acampada ha hablado consu presencia y ha dicho a todo el que quiera escuchar: “Deja de soñar con un mundomejor, hazlo posible”. “Levántate del sillón, la revolución no será televisada” .

Por eso, aunque los campamentos han ido desapareciendo, de todos depende que lavoz de tantos indignados siga escuchándose o se acalle, porque en nosotros está la po-sibilidad de seguir trabajando por una sociedad más justa y más humana, más llena devida para todos.

E“Bienaventurados los MISERICORDIOSOSporque ellos alcanzarán misericordia (Mt 5, 7)

LL

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En los mayores estála sabiduría (Job 12,12)

Una etapa nunca es la meta

Pedro Mª Zalbide,Consiliario Nacional de Vida Ascendente

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a verdad es que no tengonada de deportista. Perocuando veo pedalear anuestro valeroso Contador,

para luego repetir faena al díasiguiente; o cuando contemploa nuestro esforzado Nadal ha-ciendo malabarismos con suraqueta, sabiendo que a los dosdías le espera una nueva com-petición; o cuando escucho lasdeclaraciones de un afamado fut-bolista después de un partido, enlas que manifiesta que está yapensando en el encuentro si-guiente…, no puedo por menosde concluir: “una etapa nunca esla meta”.

Hace 25 años, la ConferenciaEpiscopal Española aprobó losestatutos de nuestro MovimientoVida Ascendente, declarando demanera oficial su presencia entrenosotros. A lo largo de este año2011, sus miembros estamos ce-lebrando, bien a nivel diocesano,bien a nivel interdiocesano, lasbodas de Plata de tan entrañableefeméride. Y el pasado 3 de juniolo hicimos en la catedral de Ntra.

Sra. de la Almudena, de Madrid,a cuya celebración asistimos unnutrido número de miembros detoda España.

La ceremonia resultó muy emo-tiva, exquisitamente preparaday realizada con fervor y orden.Más de cuarenta sacerdotesimpartimos la comunión al millarde fieles que llenaban el templo.Un coro, perfectamente conjunta-do, nos acompañó durante la ce-remonia, y la homilía del carde-nal rouco estuvo en perfectaconsonancia con lo que celebrá-bamos.

Al finalizar el acto religioso, másde novecientas personas nostrasladamos en autocares a unafinca que las HH. Teresianas tie-nen a treinta kilómetros de Ma-drid. Comimos al aire libre, repar-tidos en mesas reducidas, bajoun sol espléndido y una sombramovediza, y cuando concluyó elyantar nos trasladamos a un sa-lón de actos, donde nos obse-quiaron con unos retazos de zar-zuela, puestos en escena por

auténticos profesionales, con loque concluyó la jornada religioso-festiva. Sencillamente perfecto.Sencillamente maravilloso.

Bien, y ahora ¿qué? Es la pre-gunta obligada tras unas celebra-ciones gozosas e ilusionantes.Ahora, ¿qué? ¿Nos dormimos enlos laureles y nos regodeamos ennuestra propia complacencia?Ése es el peligro. Y debemos evi-tarlo…

Volviendo al comienzo de mi re-flexión, al símil de los deportistas,a quienes después de una actua-ción esforzada les espera otra, yocontemplo los 25 años de VidaAscendente entre nosotros comouna etapa, importante sí, pero nola última, que da paso a una nue-va etapa en la que debemos se-guir trabajando con ilusión y de-nuedo al servicio del evangelio.La etapa vivida podría llamarse“Hasta aquí”, y la que ahora co-menzamos podía ser calificada“Desde aquí”.

Pero, ¿cómo será esta nuevaetapa de nuestro Movimiento Vi-da Ascendente? Es esta la se-gunda pregunta que debe inquie-tarnos. ¿Qué característicastendrá nuestra sociedad, cada

vez más cambiante, encapotadapor una especie de increenciaambiental, y cuál habrá de sernuestra actitud, y cuáles nuestrasestrategias para sembrar el evan-gelio en una tierra nada fácil? re-conozco que Dios no me ha con-cedido el don de profecía, pero almenos puedo sugerir algunas ac-titudes imprescindibles, válidaspara todos los tiempos: .Pienso que los que militamosen Vida Ascendente habremosde ser, en primer lugar, enorme-mente realistas, sin cegarnos porel pasado o por el deseo… .Además, debemos esforzar-nos, como los atletas, para po-ner todas nuestras fuerzas y ca-pacidades al servicio de laevangelización adecuada en ca-da momento histórico. Y por últi-mo, no podemos olvidar queDios prometió que estaría connosotros hasta el final de lostiempos. .Habremos de trabajar, perocon sencillez y humildad, cons-cientes de que “es Él quien da elincremento”. Esforzarnos comosi todo dependiera de nosotros,y luego confiar en Dios, como sitodo dependiera de Él.

LL

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Letanías YO SOY

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ste libro de Marina es original desdesu título “LETANíAS YO SOY”; difícil declasificar. En su raíz está la búsqueda

ansiosa de Dios y de quien soy verdade-ramente yo. Concluye en el ÁgAPE divinoesponsal del hombre. Podemos llamarloItinerario Espiritual, Confesiones; perono, exactamente. O dejarlo como un librode teología (porque habla de Dios crea-dor, encarnado y actuante en su obra), ode antropología (porque habla del hom-bre entero, el hombre divinizado en su ori-gen); pero tampoco es exactamente eso.¿Poesía?, si le añadimos mística, es másexacto; porque se trata de una experien-cia comulgante con lo divino.

El libro es el fruto de muchas inquie-tudes y búsqueda.

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YO SOY es un nombre sagrado: es elnombre de Dios. El hombre se lo puedeaplicar desde la mística esponsal de laAlianza. Como hombre bíblico y cristianoque soy, me remite al génesis 2,7. Yohombre por origen soy barro (polvo cós-mico de estrellas) y aliento divino, prolon-gación de su divinidad en su criatura. Mástarde escucharé la traducción de estenombre en Isaías: es el Emanuel (Dios-con-nosotros), así, algo le falta a Dios sile falta el hombre, y algo le falta al hom-bre si le falta Dios. Por eso el hombre esun ser inquieto en busca de su divinidad.Escucho a Jesús que nos dice: “Amaoscomo yo os he amado” o “Como el Padreme ha enviado así os envío yo” y “Haréislas obras que yo hago y aún mayores”.

- ¡Imposible!, le respondo. “Os enviaré elEspíritu Santo, el Espíritu de Dios”, nosrepite una y otra vez. Entonces entiendo:soy creación suya a su imagen y seme-janza, nacido de Dios.

Por eso he dicho al comienzo queeste libro YO SOY podría dejarlo junto alos libros de teología (ya que habla del In-nombrable) o de antropología, (que hablade la divinidad del hombre) o de psicolo-gía (ya que entramos en campos del co-nocer, del sentir y los comportamientos).

He creído necesario escribir esta nota,para salvar el escándalo que pueda origi-nar el título YO SOY, arrogándonos enpropiedad el nombre de Dios, o cualquierderiva hacia el panteísmo. Los místicos,para explicarnos lo inexplicable, esta ma-ravillosa realidad Dios en el hombre y elhombre en Dios, nos ofrecen la imagendel hierro rusiente: todo él es fuego; todoél, hierro.

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El prólogo, que resulta de difícil lecturapara los no iniciados, nos abre las venta-nas hacia la sabiduría oriental, pero todoestá iluminado por la llegada de Jesús:“YO SOY la PUERTA”, que san Juan lo ex-tenderá a lo largo del evangelio: “YO SOYel PAN DE VIDA”, “YO SOY la LUZ”, “YO SOYel CAMINO”, “YO SOY la VERDAD”, “YO SOYla VIDA”, “YO SOY el BUEN PASTOR”, “ “YOSOY la VID” ... Y en el Apocalipsis: “Yo es-toy a la puerta y llamo; si alguno oye mivoz y abre la puerta, entraré a él, y cena-ré con él y él conmigo”. Marina prolongalas LETANíAS en el ÁgAPE

LAS lETANíAS YO SOY, son el credo

sentido y disfrutado del YO SOY, contem-plado en las criaturas, El canto de launión mística con el Creador: YO SOY ca-da flor, YO SOY cada color, YO SOY cadasonido, YO SOY el viento, YO SOY el agua,el río, la fuente, el pan… Dios en todo.Las letanías son una invitación a la con-templación de Dios, a despertarnos, a cul-tivar y transmitir esta vivencia creadora.

Toda la obra trata de llevarnos alÁgAPE: ocho versos que nos recuerdanel Cantar de los Cantares (o el “supremocantar”). El amor del Cantar bíblico creeen el cuerpo, contempla extasiado elcuerpo del amado y de la amada, y locanta y lo desea. Una traducción humanadel amor de Dios, buscándose, deseán-dose, habitándose.

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Durante muchos años Marina ha estadobuscando un compositor que musicaliza-ra el ÁgAPE. Al fin ha encontrado a Pas-cual Barturen (pasionista) que ha realiza-do esta obra: un Oratorio para quinteto,dos solistas (soprano y barítono), trompe-ta, percusión y órgano.

Marcha de los desafortunados yocho cuadros donde el amor humano essublimado y fecundado en el amor divino.

marina García casTilla, nacióen 1952 en Sestao (Bizkaia). Here-dó su talento espiritual y vital de sumadre y abuela, quienes ejercieroncomo conductores de su savia cris-tiana y afianzada en valores, así co-mo de su padre, hombre regio y au-todidacta en casi todo para lograrque su familia luciera en años extre-madamente difíciles con una exce-lencia exquisita, jamás mojigata, jun-to a sus cuatro hermanos.

Un viaje a Katmandú, arribadapor el Annapurna y la inclusión enlos días vividos con los monjes delNepal en el monasterio de Kopan,en su contacto con los más discrimi-nados, hizo que profundizaran en suinterés los temas místico-esotéricos alos pies del maestro compasivo Bu-da, junto al abrazo silente de quienfue su mejor amigo, Jesús de Naza-ret, ejemplo vivo (el que le daba pa-ciencia para aprender a ser persona,amiga con sus amigos sin conside-rarlos de ella, sino de Aquel que pa-ra ella es ejemplo y su tesoro del se-creto silencioso); en esa perspectivainició el estudio de facilitadoratranspersonal, llevando luz durantemás de 20 años a lo largo de los di-ferentes espacios de nuestra huma-nidad.

Actualmente Marina vive con sufamilia en el mismo pueblo que lavio nacer, desempeñando sus labo-res cotidianas y todas aquellas en lasque “YO SOY” precisa de su serviciopara la vida.

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GALICIA rosendo Díaz

CAnDo o grAnito se AbrAnDA,AbáLAnse os prezos

AlgO DE xEOlOxíA

tectónica tivo grande influencia naformación do relevo do Porriño (ao

sur de Vigo), atravesado por una extensafalla: a Depresión Meridiana, regada poloLouro e tapizada de sedimentos aluviais.Deféndena dous bloques-vixías, as se-rras do galiñeiro (705 m.) e do galleiro(431 m.), ambas labradas en materiaisgraníticos: as granodioritas tardías. To-dos os xacementos galegos de estaño ede volfram asócianse a rochas graníticas,que albergan caolín (Laxe, Santa Comba,

.A facturación do poderoso sector graniteiro galego (do Porriño, exacta-mente) caeu un 27% el pasado año 2009, namentres que se reducían nun24% as exportacións..Ao se afundir, pola acutal crise económica global, a construción (indus-tria do ladrillo), as cifras de negocio recúan aos niveis da década de 1990.As exportacións de 2009 supoñían 72,7 millóns de toneladas: un 24% me-nos que o ano anterior. No 2007 foran 107,5 millóns..As empresas do clúster graniteiro ocupan a unas 6.500 persoas..En O Porriño atópase a canteira meirande de granito, da que se extraenanualmente unas 600.000 toneladas..Este granito rosa moteado loce en edificios de medio mundo, dende omuseo de Shangai até Estambul, pasando por Estados Unidos, Poloniaou, naturalmente, Xapón.

Burela), feldespetos e micas (Silán, arre-dores de Lugo capital); vetas de uranioen Montederramo e a contorna luguesa.A superficie galega está constituida encase un 50% por afloramientos graníticos(produción mineira, pedra de cantaría eornamental de renome internacional).

UN POUCO DE hISTORIA

raíz da Constitución de 1812 (“¡Vivala Pepa!”), creouse o actual conce-

llo de O Porriño, suspendido e logo res-tablecido (1835). Forte crecemento eco-

nómico e industrial, vencellado á CidadeOlívica, grazas sobre todo ao ferrocarrilque uniu O Porriño con Vigo. O tendidodoutras vías de comunicación e a crea-ción do polígono industrial de As gánda-ras (1960), elevárono á categoría dundos centros industriais máis prometedo-res do Sur galego.

Descubríronse restos de cerámicacampaniforme e da cultura castrexa nomonte do Faro.

As gándaras de Budiño, declaradasLIC (Lugar de Importancia Comunitaria),no 2001.

gRANITO DO PORRIñO

alicia ocupa, detrás de China (2.510millóns de dólares), Italia (803), In-

dia (689) e Brasil (612), un posto sobran-ceiro na produción de granito. Pero a ac-tual crise económica está a someter adura proba este sector extractivo: a fac-turación descendeu a niveis un 27% infe-riores aos do exercicio 2008; de 95,6 mi-llóns de toneladas baixa a 72,7.

E as vendas/exportacións ao exte-rior, que no 2007ascendían a 107,5millóns de tonela-das, case non aca-daron (en 2009) os72,7: supón 34,8millóns de tonela-das menos.

O primeirogranito galego ela-borado que saiudo Porriño viaxou

a Inglaterra:eran sepultu-ras de grani-to negro. Osegundo pe-dido non che-garía ao Reino Unido até a década de1950; levaba a sinatura do empresarioOctavio Ramilo Portela.

A idade dourada da produción e ex-portación graniteiras arrinca do 2005, pe-ro viuse axiña freada a súa resistible as-censión pola crise dos mercados, pese atratarse dun sector de elevada especiali-zación e profesionalidade; nos últimostres anos reduciuse un 36% o empregona área extractiva, fronte ao 30% de re-corte que rexistrou a construcción.

Varios retos permiten manter un certooptimismo razonable de cara ao futuromáis inmediato: traballar coordinada-mente en toda a cadea de elaboración-valoración do granito, para que resultemáis competitivo; necesidade de integraros profesionais de Lugo e Ourense, até ode agora pouco menos que marxinados;planeamento do uso da auga e das liñasde enerxía eléctrica; creación dunhaempresa máis potentemente capitali-zada (movimiento asosiacionista, indis-pensable).

Un recente estudo completo de J.gonzález Araújo (O granito de Galicia e asúa historia, 2010), en castelán, galego einglés, lémbranos a dous dos máis pres-tixiosos artífices do apoxeo do sectorgraniteiro do Porriño: o empresario O.Ramilo Portela e o arquitecto A. Palacios.

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Agradecidos

Difuntos

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Joxemari Arzalluzz

Martzel Andrinua

zahartzen ikasizahartzen ikasiDoinua: “Uso zuria”

Ni jubilaturik nago,hori agirian dago.Ez etxean ta ezta auzoanez naz inoren esklabo,jubilaturik nagoala taez dot esango: akabo!

han-hemen badaukat lananeuri gogoko jatana.Erlojupetik askatu nintzan,baina hori ez da dana:orain agertu behar dot argigaur arte izan nazana.

Ez dot behar erlojurik,ez daukat nok agindurik.Hari ta honi laguntzen nabilbadaukat beharlekurik;neuk zor dodana ordaintzen nabilez dot eskatzen dirurik.

Ez nago beti logura,badaukat hainbat ardura.Programatxo bat egina daukatni nabil neure pausura;gaur daukadanaz eta nazanazbizi naz oso gustura.

lehen nintzan jaun eta jabe, gaur hemen nago mirabe.Tokatzen jatan lekuan nagoinortxok agindu gabe;ni pozik eta besteak pozik,gaur gehiago maite nabe.

Jubilatu nazaneanikastera zuzenean:Zahartuta gero zelan jokatu,inor ez da jakinean;zahartzen ikasi dauanak dakihori zer dan azkenean.

Buru ta bihotza zainduta neure barrua landu.Neure burua hobetutekoinoiz ez da berandu,alperrikoa da esatea:Hau, hori egin bagendu!

honetan edo horretanaskogaz nago zorretan.Doan ta pozik ordaintzen nabil,ez noa ezer kobretan,jubiladutza ez da osorikemoteko oporretan.

Fededun nazan aldetikhauxe nahi dot bihotzetik:Zintzo ta zuzen pozik ibilikristau on baten bidetik;azken orduan sartu ahal nadinArtzain onaren atetik.

gauza bat da ondasunata beste bat ontasuna.Ondasun bila ibilia nazgaltzeraino osasuna,orain dihardut aberastutennik neure gizatasuna.

Nahiz hartu poza, nahiz pena,laster da gure azkena.On-irudia izan dedilatestamenturik onena,esker on, pozez oroitu daienaita-amaren izena.

Amaitzen doa karrera,bildur barik jo aurrera!gure kide dan Jesus Anaiakjasoko deusku barrera,Berari esker, zabalik doguaitarenera sarrera.

jantziak eta modak

z dira asko ikusten zu bezala jantzita. Begiak txundituta geratzenzaizkigu gizonezkoa blusarekin jantzita ikustean. Museo baterakojantzi dotorea.

Dotore azaltzen ziren, bai, blusa jantzi eta festara, ospakizunetara, elizara,edota herriko zaindariaren egunean bazkal-tzera gonbidatuak joaten ziren haiek.

Zuk, Enrike, oraindik ere blusa jantzi egitenduzu; eta lotsarik gabe ibili gainera. Zergatiklotsatu?

Txapela buruan, blusa soinean, makila es-kuan! Zer gehiago behar du gizonak!

Iraganeko guztia bueltan-bueltan etor-tzenda; edo erakarri arazten dugu; batek jakin!Iragan guztia ez da txarra ez eta ere zaha-rra. Zaintzen jakitea da kuestioa!

Modu eta era anitzetako arropak ikusten di-tugu kalera irten orduko. Gona luzeak etamotxak. Galtza garestiak eta zulatuak. Beharbaino patrika bat gehiago duten jantziak. Ko-lore batekoak eta mila marrazki dituzten tra-puak… eta nor ausartzen da aldrebesak etalekuz kanpoan direla?

Herrialde bakoitzak bere-bereak dituen jant-ziak berez dira politak eta ederrak. Herrita-rren nortasunaren eta dotoretasunaren ezaugarri dira askotan. Urte askotanjantzi dugun jantzia izan da blusa. Herriari berea duen hori kentzen bazaio,zer geratzen zaio herri horri?

Modak iraupen eskasa izan ohi du. Gaurkoak ez du balio biharko. Eta bi-harkoak zer balio ote etzirako? Deus ez!

Antzinako esaldi hura ez datorkigu gaizki amaitzeko: “txapela burua eta ibilimunduan”! Eta gaurkoagatik erantsi dezagun, blusa jantzi eta ez izan lotsa-rik!

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euba – Jesús Uzuriaga -Hno. Andrés Mendizabal Arrieta, pasionista

bidania – José Ángel Otamendi Zubimendibilbao - Hno. Juan Mendizabal Larrañaga, pasionistaelgoibar – Juanita Izaguirre Arrizabalaga

Carballino - Pilar Estévez Rodríguezordizia - Mª Teresa ZabalaLa Coruña - Pilar Fragabilbao - Teresa Gómez Valdivielsopontevedra - Jesús Abegondo Santiago

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.“esperar gratitud de la gente es desconocer la naturaleza humana”(Dale Carnegie).“Nada contribuye menos a la alegría que la riqueza; nada contribuyemás que la salud” (Arthur Schopenhauer).“Para poner en valor la ciencia es necesaria la joya de la sabiduría” (X).“el descontento es el primer paso en el progreso de un hombre o deuna nación” (Oscar Wilde).“No puedo desear que ganen los buenos, ya que ignoro cuáles son”(G. Torrente Ballester).“Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y efi-caz por medio de ejemplos” (Lucio Aneo Séneca).“Nada revela mejor el carácter de un hombre que una chanza tomadaa mal” (Georg C. Lichtenberg).“La mayor perfección del hombre es cumplir el deber por el deber”(Emmanuel Kant).“Idealismo es la capacidad de ver a las personas como podrían ser, sino fueran como son” (Kurt Goetz).“La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas co-rrectas” (Alexandre Dumas).“Cambiar de horizontes, cambiar de método de vida y de atmósfera esprovechoso a la salud y a la inteligencia” (Gustavo A. Bécquer).“La libertad de prensa es la esencia de la vida para cualquier democra-cia vigorosa” (Wendell Willkie).“en una sociedad donde no hay algo por lo que valga la pena morir,tampoco vale la pena vivir” (Joseph ratzinger)

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