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DIGITAL Semanario de las Iglesias de Granada y Guadix 10 de mayo de 2015 1100 AÑO XXIII LA BELLEZA DEL MATRIMONIO CRISTIANO DEP, JOSÉ MARTÍN EL OCASO DE LA EDAD MODERNA

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Revista diocesana Fiesta digital, Semanario de las Iglesias de Granada y de Guadix.

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DIGITAL

S e m a n a r i o d e l a s I g l e s i a s d e G r a n a d a y G u a d i x

10 de mayo de 2015Nº 1100 • AÑO XXIII

LA BELLEZA DELMATRIMONIO CRISTIANO

DEP, JOSÉ MARTÍN

EL OCASO DELA EDAD MODERNA

vozdelPapa

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El amor entre los esposos es imagen del amor de Cristo por su Iglesia y se ama como Dios ama: para siempre, ha recordado el Santo Pa-dre en su última catequesis sobre la familia y dedicada a la belleza del matrimonio cristiano, el pasado día 6.

En nuestro camino de catequesis sobre la familia tocamos hoy directamente la belleza del matri-monio cristiano. Esto no es simplemente una ce-remonia que se hace en la iglesia, con las flores, el vestido, las fotos... El matrimonio cristiano es un sacramento que tiene lugar en la Iglesia, y que también hace la Iglesia, dando inicio a una nueva comunidad familiar.

(…)

San Pablo, hablando de la nueva vida en Cristo, dice que los cristianos –todos- están llamados a amarse como Cristo los ha amado, es decir, “sometidos los unos a los otros”, que significa al servicio los unos de los otros. Y aquí introduce la analogía en-tre las parejas marido-mujer y la de Cristo-Iglesia. Está claro que se trata de una analogía imperfec-ta, pero debemos comprender el sentido espiritual que es altísimo y revolucionario, y al mismo tiempo sencillo, a la mano de cada hombre y mujer que se encomienda a la gracia de Dios.

El marido -dice Pablo- debe amar a la mujer “como al propio cuerpo”; amarla como Cristo “ha amado a la Iglesia y se ha dado a sí mismo por ella”. ¿Pero maridos que estáis aquí presentes, entendéis esto? Amar a la propia mujer como Cristo ama a la Igle-sia. ¡Esto no es broma, es serio! El efecto de este radicalismo de la dedicación pedida al hombre, por el amor y la dignidad de la mujer, sobre el ejemplo de Cristo, debe haber sido enorme, en la misma comunidad cristiana.

(…)

El sacramento del matrimonio es un gran acto de fe y de amor: testimonia la valentía de creer en la belleza del acto creador de Dios y de vivir ese amor que empuja para ir siempre más allá, más allá de sí mismo y también más allá de la familia. La voca-ción cristiana a amar sin reservas y sin medida es lo que está en la base también del libre consenti-miento que constituye el matrimonio.

(…)

El pueblo de Dios necesita de su camino cotidiano en la fe, en el amor y en la esperanza, con todas las alegría y las fatigas que este camino implica en un matrimonio y en una familia. La ruta está marcada así siempre, es la ruta del amor: se ama como ama Dios, para siempre.

(…)

La belleza delmatrimonio cristiano Imagen del amor de

Cristo a la Iglesia

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Editorial

El ocaso de la Edad Moderna es el nombre de un libro de Romano Guardini, que recoge una serie de con-ferencias en Tubinga y Munich dictadas a finales de los años 40, tras la II Guerra Mundial. Hoy, en nuestro Semanario Fiesta de las Diócesis de Granada y Guadix, rescatamos sus palabras, ya publicadas en la revista diocesana Primer Día, editada durante el episcopado de Mons. Javier Martínez en Córdoba, en el año 2001, tras los atentados de las Torres Gemelas en Nueva York.

Esa misma reflexión de Romano Guardini pronuncia-da en los años 40, y reproducidas en el inicio del nue-vo milenio, en la que aborda cuál será la naturaleza de la religiosidad del futuro, sirve a nuestros días del año 2015.

Tras un tiempo en que parecía que todo el avance científico -materializado hoy además en el desarrollo de las nuevas tecnologías y en la creación de “nuevos derechos”- iban a llevar al hombre a su plenitud y culmen, la realidad sigue mostrando que el ser hu-mano no se hace a sí mismo. Nuestro ser persona no es fruto del hacer ni de las capacidades –dones que hemos de poner al servicio del bien común y de nues-tros hermanos-; y nuestra dignidad nos la da el ser hijos de Dios. Por eso, ningún avance científico, social, intelectual, tecnológico, etc, podrá satisfacer lo que el ser humano lleva impreso en su ADN, esto es, su deseo de felicidad y de respuesta a su sentido y signi-ficado en la vida. De esta conciencia de concebirse en

relación a un Infinito, de una dependencia con algo más que nosotros mismos, es decir, de la dependencia con el Misterio, con Dios mismo, nace la auténtica religiosidad que toda persona lleva inscrita en su cora-zón. Con Cristo, muerto y resucitado, esa religiosidad, quizás ligeramente intuida, encuentra su respuesta.

Asimismo, dedicamos nuestras páginas a la Pascua del enfermo, que celebramos el día 10, también fies-ta de San Juan de Ávila, patrón del clero español. La enfermedad es el aspecto de la realidad que más pone en evidencia nuestra fragilidad. Es, al mismo tiempo, una posibilidad para un camino de conver-sión y crecimiento en la fe, compartiendo los dolores de Cristo. Una conciencia de la enfermedad que sólo la da la fe, porque de lo contrario ni siquiera es heroís-mo, sino un absurdo. Y es que, ¿qué belleza hay en el sufrimiento si no es Cristo quien está en medio de él?

La Pascua del enfermo nos recuerda que el amor es concreto, como la enfermedad y la debilidad humana son concretas. Cristo se manifiesta en lo concreto de nuestra cotidianidad, en la alegría, donde es evidente, pero también en el dolor del instante, cuya nebulosa y oscuridad parece dominarlo todo. Sin embargo, todo es ocasión para que el Señor madure en nosotros el único Amor que es capaz de saciar tantos anhelos y responder a tantas incertidumbres, injusticias, incom-prensiones y dolores, tornándolas en la única alegría que ni la muerte puede arrebatar.

Religiosidad y fe

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Directora:Paqui Pallarés García

Redacción:Rosa Die AlcoleaPedro Flores Medina

Delegado en Guadix:Antonio Gómez Casas

Edita: ARZOBISPADO DE GRANADAPlaza Alonso Cano, s/n18001 GRANADA tel.: 958 215 675 e-mail: [email protected]

Diseño y maquetación:Secretariado de Medios de Comunicaciónde la Archidiócesis de Granada

Sumario

Sumario02. Voz del Papa

La belleza del matrimonio cristianoImagen del amor de Cristo a la Iglesia

03. Editorial Religiosidad y fe

05. Mirada

• Emotivo funeral por Dª Consuelo Beltrán

• Incendio en la ermita del Zalabí, en Exfiliana

• 88º aniversario fundacional de la Cofradía de la Esperanza

•Ordenados cuatro nuevos sacerdotes formados en Granada

• La Orden de San Juan de Dios entrega la Gra-nada de Oro al Colegio de Enfermería de Sevilla

•Campaña de ayuda a los afectados por el terremoto en Nepal

• La CEE destina 250.000 euros a los cristianos perseguidos de Siria e Irak

• Transmisiones de Radio María en Granada

•Agenda

12. Textos La debilidad de Dios M.J. Le Guillou, dominico francés

13. A fondo¿De qué naturaleza será la religiosidad del futuro?El ocaso de la Edad Moderna

17. Cultura La inteligencia espiritual de la Escritura Libro de Henri de Lubac S.J

19. Testimonio Descanse en paz, José Martín

20. Signo y gracia “La Iglesia celebró de pie la liturgia” Estar de pie (II)

21. Luz de la Palabra “Esto os mando: que os améis unos a otros” VI Domingo de Pascua

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El viernes día 8 los alumnos de los centros esco-lares de la Fundación Pía Diocesana San Juan de Ávila compartieron una mañana de convivencia y juegos, con el lema Confío en ti.

Con motivo de la celebración de San Juan de Ávila, patrón del clero español y patrón de la Fundación Pía Diocesana San Juan de Ávila, que aglutina a once cen-tros escolares de la Archidiócesis, se celebró el viernes día 8 una convivencia en la que participaron alumnos procedentes de dichos centros.

Los alumnos celebraron al patrón en tres ubicaciones distintas por grupos de estudios: Infantil, en el Centro diocesano de Magisterio; el Primer Ciclo, en el colegio Luisa de Marillac; y el Segundo Ciclo, en el colegio Virgen del Espino en Chauchina.

La celebración del patrón de la Fundación diocesana ha posibilitado que, como en el caso de Primer Ciclo, en el colegio Luisa de Marillac, se dieran cita hasta 490 alumnos, quienes, aunque con distintas situacio-nes familiares y sociales, han experimentado un día

de auténtica convivencia, amistad y fraternidad entre los menores. Asimismo, la celebración ha permitido conocer otras realidades entre los alumnos y ha fa-vorecido la inclusión y la apertura en el modo de in-terrelacionarse con otros menores de su misma edad, independientemente de su situación social.

En este sentido, “la fiesta de San Juan de Ávila es otra oportunidad más por la que la Fundación Pía Diocesa-na San Juan de Ávila apuesta por la convivencia e in-clusión de alumnos de distintos ambientes sociales. Y eso en los once colegios que formamos la Fundación. Lo principal es compartir disfrutando y con confian-za en todos”, señaló Basilio Granados, Director del CDP Luisa de Marillac, en representación de la Funda-ción Pía Diocesana San Juan de Ávila.

Los centros que integran esta Fundación son Virgen del Mar, Virgen del Pilar, Virgen Madre, Cerrillo de Maracena, Escolanía Virgen de las Angustias, Luisa de Marillac, San Agustín, San Juan de Ávila, Santa María Micaela, Virgen del Espino y Virgen de Gracia.

Los alumnos de la Fundación festejan su patrón San Juan de Ávila

Mirada

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Mirada

El próximo 10 de mayo celebramos un día muy especial: es el día de san Juan de Ávila, patrón de nuestro Colegio, del Clero Secular y Doctor de la Iglesia.

Este año en el Colegio Virgen de Gracia hemos teni-do un visita inesperada: el pasado martes 5 de mayo, mientras los alumnos trabajaban en clase su cotidia-nidad fue interrumpida por sorpresa… Una música inusual comenzó a oírse en el pasillo, cada vez más y más cerca; y ante las miradas atónitas y rostros bo-quiabiertos de los niños, de repente, apareció san Juan de Ávila acompañado de sus amigos, santa Te-resa y san Ignacio de Loyola, entre otros.

Se vivieron momentos muy divertidos entre las aulas y los pasillos. Todos pudimos recordar los aconteci-mientos más significativos del Santo, los lugares por los que anduvo, todo lo que hizo y predicó pensando siempre en los más desfavorecidos y teniendo como motor de su vida el amor de Dios. En medio de una algarabía de preguntas, respuestas, risas, alguna que otra canción y reparto de golosinas, los más pequeños fueron descubriendo, tras el ropaje de tan insólitos personajes, a sus compañeros mayores de Bachillera-to, pero lejos de desvelarlo, muchos prefirieron callar, como queriendo permanecer en aquel maravilloso mundo de este apóstol enamorado de Jesucristo. Este ha sido sin duda uno de los actos más entrañable y enriquecedor vivido por los alumnos de infantil y pri-maria.

Como podemos ver, las fiestas son muy importantes en la vida colegial, porque en ellas se experimenta la pertenencia a una “gran familia”. Y por ello, como ya venimos haciendo durante varios años, en estas fechas tan señaladas para el colegio, nos unimos to-dos los Centros de la Fundación y lo celebramos como a todo niño le gusta celebrar las cosas importantes: JUGANDO. Con este fin, el viernes 8 de mayo los di-ferentes colegios se encargan de acoger y organizar actividades lúdicas y divertidas que harán de esta jor-nada un día inolvidable, sin duda, para los alumnos.Creemos que el testimonio de vida de san Juan de Ávila tiene una riqueza inagotable, y los valores evan-gélicos que nos trasmite son de tremenda actualidad. Por ello nos hemos acercado a la figura de este santo a través de diferentes actividades realizadas en el aula con los alumnos de Secundaria, que han sabido ac-tualizar su mensaje a nuestro mundo de hoy reflejan-do en sus trabajos su intensa vida pastoral teológica y espiritual.

Este incansable buscador de Dios es un modelo para el creyente de hoy; sin duda su preocupación por la educación cristiana y humana integral, su metodolo-gía catequética en constante renovación y su celo por la extensión del Reino convierten a san Juan de Ávila en portador de un mensaje siempre nuevo, un mensa-je de ayer para los niños y jóvenes de hoy.

Equipo de EvangelizaciónC.D.I. Virgen de Gracia

San Juan de Ávila, huellas que hacen Historia

Jornada lúdica para festejar a San Juan de Ávila.

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Mirada

Cada tarde del mes de mayo, el rezo de las flores comenzará a las 20 horas y a las 20:30 se celebra-rá la Eucaristía, ante los pies de la Virgen de las Angustias.

Mayo es el mes de la Virgen, el mes de María. En todas las parroquias, cuando llega el mes de mayo se inicia una devoción muy especial y muy arraigada en el pueblo de Dios, que consiste en rezar cada día, a la Virgen María, las flores. Son muchas las parroquias, si no todas, que en este mes, cada tarde, abrirán las puertas para acoger a aquellas personas que quieran rezar a la Virgen.

En Guadix, la iglesia de San Diego, que acoge a la Patrona accitana, la Virgen de las Angustias, también

ofrece la posibilidad de rezar las flores cada tarde de este mes de mayo. Comenzarán las flores a las 20 ho-ras con el rezo del Santo Rosario. Después tendrán lu-gar las flores propiamente dichas, con unas peticiones especiales a la Virgen y con la lectura de algún texto que ayude a profundizar en la figura de María y en el papel que juega ella en la historia de la salvación.

Terminará este acto piadoso con la celebración de la Eucaristía, a partir de las 20:30 horas. Así durante los 31 días del mes de mayo.

Son muchos los accitanos que cada tarde suben hasta la iglesia de la Virgen de las Angustias para rezar a la Patrona de la ciudad de Guadix.

Flores en la iglesia de la Virgen de las Angustias de Guadix

El martes 5 de mayo se celebró en la catedral accitana un funeral por la madre del Obispo de Guadix, Dª Consuelo Beltrán Carrasco, que falle-ció el pasado 25 de abril.

Estuvo presidido por Mons. Ginés García y fue con-celebrado por los sacerdotes de Guadix y otros ve-nidos de las diócesis vecinas: Almería, de donde es natural el prelado accitano; Granada, Murcia, Jaén,… En la catedral había fieles de todos los pueblos de la diócesis, que quisieron acompañar al Obispo de Guadix en este funeral, llegados desde La Puebla de Don Fadrique hasta Villanueva de las Torres o Diezma. También había miembros de otras instituciones o em-presas que hay en la Diócesis de Guadix.

La diócesis arropó al Obispo de Guadix en el funeral por su madre

El Obispo, durante la homilía habló de sus sentimien-tos en estos momentos de dolor y, sobre todo, de la esperanza que brota de la fe y de su confianza en el Dios de la vida. Al aludir a su proceso vocacional y cómo estuvo acompañado por sus padres, Mons. Ginés García invitó a los jóvenes a escuchar la llamada del Señor y a los padres a estar abiertos, también, a la posible vocación de sus hijos. Terminó la homilía agradeciendo a todos su gesto de cercanía y de apo-yo: “Si viviera miles de años no serían suficientes para dar gracias a Dios por todos vosotros, porque habéis estado ahí, porque habéis sido mi paño de lágrimas, porque habéis sido mi apoyo para que nunca estu-viera solo”. En el funeral cantaron las corales Accyda y Accichorus de Guadix, que aceptaron gustosamente la invitación del cabildo. Asistieron unos 70 sacerdotes, de Guadix y de las diócesis vecinas. Estaban los Vicarios Genera-les de Granada, Jaén y Guadix; el Seminario de Mur-cia y el Seminario de Guadix, religiosos y religiosas; miembros de hermandades y de otras instituciones diocesanas,… Al final, los asistentes pudieron darle el pésame al Obispo de Guadix, que fue agradeciendo, uno a uno, su asistencia y su cercanía.

Dª Consuelo Beltrán tenía 93 años de edad y vivía con su hijo, el Obispo accitano, en la ciudad de Guadix. Llevaba ya algunos años enferma. Falleció el 25 de abril y fue enterrada en Huércal-Overa, localidad al-meriense de donde era natural.

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D. Ildefonso Fernández-Fígares se gradúa oficial-mente el lunes, 11 de mayo, tras haber dedicado 9 años y medio a estudiar la licenciatura eclesiástica y, posteriormente, el doctorado. Ahora ejerce su ta-rea sacerdotal en Granada.

El sacerdote diocesano D. Ildefonso Fernández-Fígares es-tará el próximo lunes, 11 de mayo, en Washington para su graduación oficial por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio y la Familia, después de haber ter-minado sus estudios de licenciatura y doctorado. El sacer-dote de 36 años, que acudirá acompañado de su familia, recibirá el reconocimiento a su doctorado en la institución donde ha estado estudiando 9 años y medio y a donde fue enviado para su formación por el Arzobispo Mons. Javier Martínez, siendo todavía seminarista.

En Washington ha realizado estudios en dos programas académicos. En primer lugar, D. Ildefonso obtuvo la licen-ciatura eclesiástica en Teología Sagrada, con la tesina co-rrespondiente, y a continuación realizó el doctorado, que culminó el pasado mes de diciembre, también en Teología Sagrada, con su tesis titulada Humanizando la lógica eco-nómica. Una lectura de Wendell Berry a la luz de ‘Caritas in veritate´, que, como el sacerdote ha explicado, “está en-focada a examinar cómo la lógica económica en el pensa-miento de este autor norteamericano coincide fundamen-talmente con la lógica económica que el Papa Benedicto XVI desarrolla en su Encíclica social Cáritas in veritate”.

La Graduación del próximo lunes estará centrada en una Eucaristía, donde se entregarán los títulos correspondien-tes. El Pontificio Instituto Juan Pablo II para el Matrimonio

y la Familia tiene como misión “hacer pensamiento y es-tudiar los problemas de la cultura actual a la luz de la doc-trina de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia”, señaló D. Ildefonso Fernández-Fígares. Especialmente en Wash-ington, se centra en “el estudio antropológico y filosófico de la dimensión esponsal de la creación en general y de las personas en particular”, según ha indicado el sacerdote.

D. Ildefonso ya está instalado en Granada donde desde comienzos de este año está realizando su nueva misión como vicerrector del Seminario diocesano San Cecilio y como profesor en el Instituto de Teología Lumen Gentium de la Archidiócesis.

TRANSMITIR LO APRENDIDO

D. Ildefonso se ordenó en Granada hace 6 años y volvió a Washington para continuar sus estudios. Estos años en Estados Unidos, según explicó, “han sido una gracia mag-nífica, una oportunidad de conocer otra cultura y princi-palmente insertarme en la realidad de la Iglesia Católica de aquel país, una Iglesia joven, vibrante, con mucho fervor y muchas ganas de dar una palabra también al Viejo Conti-nente, a Europa”. “He aprendido la belleza de la universa-lidad de la Iglesia y cómo se inculturiza en cada región la misma fe pero en unas coordenadas socioculturales distin-tas. Ha sido una experiencia muy enriquecedora en todas las facetas”, ha expresado.

Además, su intención es transmitir a la Archidiócesis sus conocimientos y su experiencia en todo este tiempo: “De-seo que todo lo que he aprendido allí, a nivel académico y a nivel de aprendizaje de aquella cultura, de todo lo que me han dado esos 9 años y medio, poder enseñarlo aquí en mi nueva misión en el Seminario, como profesor y en las nuevas misiones que la Iglesia de Granada me vaya poniendo”, afirmó el sacerdote granadino.

En un año en el que estamos inmersos en el Sínodo de la Familia, convocado por el Papa Francisco y que concluirá a final de este año, es de gran importancia la formación de este sacerdote diocesano, que ha señalado al respecto que “la Iglesia es la voz que anuncia la verdad del matrimonio y la familia en el mundo, sobre todo entendiendo lo que es la persona en su dimensión relacional, con Dios, con la comunidad y con la creación, y como base de esa verdad que es la persona: la familia. Nacemos, en circunstancias normales, en una familia con un padre y una madre y desde ahí la persona aprende a relacionarse desde la gra-tuidad y desde la acción de gracias”, señaló D. Ildefonso Fernández Fígares.

Un sacerdote diocesano granadino se gradúa en Washington

Mirada

EL SACERDOTE GRANADINO, EN PRIMER PLANO, JUNTO A SEMINARISTAS EN SU NUEVA MISIóN COMO VICERRECTOR.

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Invitado por la Comunidad Católica Shalom, nues-tro Arzobispo ha estado presente en este Foro de carácter formativo para los miembros y jóvenes de este carisma, que cuenta con un grupo en Granada.

Mons. Javier Martínez ha participado en el Foro Shalom 2015, en Fortaleza (Brasil), que se ha celebrado del 1 al 3 de mayo, invitado por la Comunidad Católica Shalom para predicar ante 2500 personas. El Arzobispo fue el en-cargado de la predicación del primer día y de presidir la Eucaristía en el Foro, dedicado este año a la Exhortación Apostólica del Papa Francisco La Alegría del Evangelio.

Con el título Kerigma, el corazón de la evangelización, Mons. Martínez se dirigió a los presentes, en su mayoría jóvenes misioneros miembros de la Comunidad, y les co-menzó hablando sobre su primer encuentro con Cristo, cuando era joven, cuando empezó a frecuentar la parro-quia para jugar al futbolín. “Yo no buscaba a Dios, Dios me buscaba. Es Él quien coloca el deseo en nuestro cora-zón. Al ser encontrado por Cristo, yo no perdí nada, gané todo”, explicó D. Javier Martínez. Entonces, les habló de que el cristianismo no es un pensamiento o una idea, sino un encuentro con Cristo Resucitado, la afirmación de un hecho, de un acontecimiento.

El Arzobispo les siguió hablando sobre el encuentro con Cristo, que tiene lugar primero en el corazón y también en las relaciones humanas del matrimonio, en la familia y en el trabajo de quien vive esa experiencia. Asimismo, señaló que el encuentro debe ser testimoniado con pocas pala-bras, pero con vida y actitudes. La vida del cristiano es una alegría, una constante acción de gracias, que da el deseo de salir en misión a anunciar a Jesús Resucitado, según les explicó Mons. Martínez. Terminó su intervención pidiendo a Dios que dé las gracias a cada uno de ser siempre testi-monio del encuentro con Él, sin olvidarse del primer amor.

En Granada, la Comunidad Católica Shalom, invitada por el Arzobispo Mons. Martínez, comenzó su misión hace dos años y medio, siendo la primera fundación en España de la Comunidad, y, después de un periodo de adaptación y de aprender el idioma, está llevando adelante su caris-ma de evangelizar a todo el mundo, especialmente a los jóvenes.

En el Foro Shalom 2015, Mons. Javier Martínez presidió la Eucaristía y ha participado en todo el encuentro hasta su fin. En una entrevista que le han hecho los organizadores en Brasil el Arzobispo invita a los jóvenes misioneros a que le pidan al Señor tener “el corazón abierto al Don de Cris-to” y que así “su vida será espontáneamente misionera, no necesitará esforzarse por serlo”. “Dar testimonio no es una obligación, como para unos enamorados el encon-trarse no es una obligación, si están enamorados de ver-dad desean encontrarse. Si uno ha encontrado de verdad a Jesucristo no puede evitar dar testimonio, no es un com-promiso, no es una obligación. Lo más grande es encon-trarse con Cristo”, señala Mons. Martínez en la entrevista.

Ver entrevista

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El encuentro con Cristo, testimoniado con la vida

Nuestro Arzobispo de Granada celebra el día 11 de mayo su XXX aniversario de ordenación episcopal, que tuvo lugar en Madrid en 1985.

Su nombramiento como Obispo Auxiliar de Madrid se hizo público el 20 de marzo de 1985, apenas regresado de Esta-dos Unidos. Como Obispo auxiliar, se ocupó sobre todo de la Pastoral Universitaria y de Juventud, y del Centro de Estudios Teológicos San Dámaso, entre otras cosas. El 15 de marzo de 1996 fue nombrado por el Santo Padre Obispo de Córdoba, e inauguró su ministerio el 18 de mayo de 1996. El 15 de marzo

del 2003 se hizo público su nombramiento como Arzobispo de Granada, e inauguró su ministerio en Granada el 1 de junio de ese mismo año, que continúa en la actualidad.

Nuestra felicitación a nuestro Pastor en la Diócesis, D. Javier Martínez, dando gracias a Dios y orando por su ministerio y su cuidado a esta porción de Iglesia Universal que es la Archidió-cesis de Granada.

Ver biografía de Mons. Martínez

Felicidades, D. Javier Martínez

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Los sacerdotes de la Diócesis de Guadix celebraron el pasado miércoles 6 de mayo la fiesta de su patrón, San Juan de Ávila. Y lo hicieron con una peregrina-ción al Santuario de la Virgen del Martirio, de Ugíjar, en la Alpujarra.

Allí celebraron la Eucaristía y pasaron una jornada de con-vivencia sacerdotal. Junto a los sacerdotes, estaba también el Obispo accitano, Mons. Ginés García. La peregrina-ción-convivencia estaba organizada por la Delegación del Clero.

Por la tarde se desplazaron hasta Ohanes, en Almería, donde visitaron la iglesia parroquial, vinculada en cierta manera a la Diócesis de Guadix, porque en ella se bautizó el Beato Diego Ventaja, que fue compañero en el marti-rio del Beato accitano Manuel Medina Olmos. Junto a la pila bautismal, los sacerdotes renovaron las promesas bau-

Jornada de peregrinación y convivencia sacerdotal del clero de Guadix

Mirada

tismales e hicieron profesión de fe. Después, se desplazaron hasta el Santuario de Tices, donde se venera la Virgen de la Consolación, patrona de Ohanes. Allí rezaron las vísperas.

Aunque la fiesta de San Juan de Ávila es el domingo 10 de mayo, los sacerdotes adelantaron su celebración al miérco-les pasado para poder realizar esta peregrinación. San Juan de Ávila es el patrón del clero en España.

Se trata de un santo muy vinculado a Andalucía, donde desempeñó su labor pastoral y evangelizadora, en el siglo XVI, sobre todo en Córdoba. Murió en Montilla, donde hay un santuario para honrar su memoria y su vida. Es un santo maestro de otros santos, como San Juan de Dios, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, Santo Tomás de Villanueva y otros más. Desde el año 2012 es, además, Doctor de la Iglesia, tal y como lo declaró el Papa Benedicto XVI.

El Ayuntamiento de Alquife aprobó por unanimi-dad, el pasado 30 de enero de 2015, nombrar Al-calde Perpetuo a San Hermenegildo, el patrón de la localidad.

Aquella propuesta se vio materializada el pasado 1 de mayo, día grande de las fiestas en Alquife en honor a su patrón San Hermenegildo. En el inicio de la procesión, la Teniente Alcalde, Soledad Sánchez, leyó ante todo el pueblo el acuerdo de la Corporación Municipal y las razones para dicho nombramiento. Después, el Alcalde, Benito Ruiz, hizo entrega del bastón de mando a San Hermenegildo y lo colocó en el trono, junto a la imagen. Como era de esperar, todo el pueblo rompió en un so-noro aplauso.

Para dejar memoria de este día, en la puerta de la igle-sia se inauguró también una placa conmemorativa, en la que reza la letra del himno a San Hermenegildo y el recuerdo de su proclamación como Alcalde Perpetuo. Después, continuó la procesión con la imagen por las calles de la localidad, entre cohetes, música y todos los alquifeños que acompañaron a su patrón.

La procesión de San Hermenegildo se prolongó durante cinco horas por las calles de Alquife. En todo ese tiem-po se lanzaron al aire miles de cohetes en interminables y ruidosas tracas. El olor a pólvora lo acabó inundado todo, como expresión de la devoción que este pueblo granadino siente por San Hermenegildo.

Alquife nombró Alcalde Perpetuo a su patrón San Hermenegildo

El nombramiento de San Hermenegildo como Alcalde Per-petuo de Alquife surgió como propuesta de la Asociación Socio-Cultural y Deportiva San Hermenegildo, de Alquife, que presentó un escrito en el Ayuntamiento solicitando esta declaración para el patrón.

En la mañana del viernes 1 de mayo se celebró la Eucaristía del día grande de la fiesta. Estuvo presidida por el Obispo de Guadix, Mons. Ginés García, y concelebrada por varios sacerdotes.

Es solo un título honorífico, pero expresa el cariño y la devoción que todo el pueblo de Alquife siente por San Hermenegildo.

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• Solemne Triduo. La Hermandad de la Purísima Concepción celebra del 8 al 10 de mayo su solemne Triduo en honor a su Titular, que tendrá lugar en la iglesia del monasterio de la Concepción. La Eucaristía es a las 20 horas, los días 8 y 9, y a las 12 horas, el domingo día 10, presididas por el consiliario D. Manuel García Gálvez, D. Antonio Castillo Urquízar y D. Severino Calderón Martínez O.F.M.

• Clausura. La XXX Semana de Franciscanos por la paz se clausura el domingo día 10 con la Eucaristía por la paz en la iglesia de San Francisco a las 20:30 horas.

• Cáritas Diocesana. Aula de Formación de Cáritas Por sus frutos los conoceréis, con la conferencia dedicada a Santa Teresa de Jesús, en el V Centenario del nacimiento de la santa abulense, a cargo del profesor de la Universidad de Granada, Miguel L. López Guadalupe. Tendrá lugar el día 13 a las 19 horas en el CC. Nuevo Inicio, organizada por Cáritas Diocesana y dirigida a voluntarios y miembros.

• Encuentro de catequistas. El sábado día 16, con el tema La cateque-sis y la iniciación cristiana, tendrá lugar este encuentro diocesano en el Seminario San Cecilio, de 11 a 14 horas.

• Retiro espiritual. Mater Christi celebra el día 16 su retiro espiritual en el convento de las Siervas del Evangelio (C/ Obispo Hurtado, 6), de 17:30 a 19:30 horas. Más información en el tfno. 958-16-27-99.

AGENDA

Mirada

La Campaña del enfermo que comenzó el pasa-do 11 de febrero, con la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, concluye el domingo 10 de mayo con la Pascua del enfermo en el VI Domingo de este tiempo litúrgico.

En la Diócesis de Granada, la Pastoral de la salud cele-bra su Pascua del enfermo con una Eucaristía en la S.I Catedral presidida por Mons. Javier Martínez a las 12:30 horas, a la que asistirán miembros y voluntarios de esta Pastoral y de la Hospitalidad Granadina de Nuestra Señora de Lourdes, así como todo el Pueblo de Dios que quiera acompañarles en ese día.

La Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española ha publicado un mensaje para la Pascua del Enfermo en el que los obispos invitan a tener en el horizonte el Año santo de la Misericordia que ha anunciado el Papa Fran-cisco e invitan a las comunidades parroquiales a ser “hospitales de campaña”. Asimismo, piden cuidar profundamente los servicios religiosos en los hospi-tales y también agradecen, con motivo del Año de la Vida Consagrada en el que estamos inmersos, el trabajo y entrega de tantas personas consagradas que por carismas específicos viven el acompañamiento al enfermo.

El Delegado de Pastoral de la Salud en Granada, D. José Gabriel Martín Rodríguez, ha explicado que la Pascua del Enfermo es el “broche de oro” de la cam-paña que comenzó con la celebración de la Jornada del Enfermo y “nos brinda la oportunidad de cerrar la campaña en el marco de la Pascua, en el tiempo del Señor resucitado, del triunfo de la vida sobre la muerte, ocasión en la que damos gracias por la salud y la vida que nos viene del resucitado y también de pedir por esa salud y esa vida para nuestros hermanos enfermos en cualquier lugar de la Archidiócesis”, ha señalado el sacerdote.

Con esta Campaña del enfermo que ahora concluye se invita a “abrir nuestros ojos para descubrir dónde están hoy los enfermos, cómo están siendo acompa-ñados y visibilizados en nuestra sociedad y en la Igle-sia, para ponerlos en el centro de nuestras preocupa-ciones y atenciones”, explicó el Delegado diocesano de Pastoral de la salud.

Por otra parte, la Pastoral de la salud invita a los fie-les y grupos diocesanos y parroquiales a conocer esta Pastoral y a formarse en este campo de la atención,

Pascua del enfermo en la Diócesis de Granada

acompañamiento y cuidado de los mayores y enfer-mos, con las charlas de formación específica que ce-lebra cada tercer jueves de mes en la residencia de las Misioneras Hijas del Sagrado Corazón de Jesús (C/ Arabial, 59), a las 18 horas.

La Pastoral de la Salud y la Hospitalidad de Granada, junto al Arzobispo, en una peregrinación a Lourdes en 2013.

No lo hacemos mejor que los que crucificaron a Jesús: incansablemente estamos emprendiendo la misma tarea. Y, hasta el fin del mundo, siempre la misma historia de la muerte del Inocente. Y por medio de esta muerte, Él es-tará todavía con nosotros. Porque resucitó, y precisamen-te por esa debilidad que estimamos gloriosa podemos estar con él. Necesitamos a lo largo del tiempo Transfigu-raciones. Soñamos con detener el tiempo para estar con Él como Pedro en el monte: “Aquí se está bien” (Mt 17, 4). Pero el Señor en el mismo momento de la transfigu-ración nos remite a la agonía.

La agonía, no la desesperación, sino la comunión con la miseria del mundo para salvarlo en el amor infinito de Dios vivo, de Dios Trinidad. Sí, necesitaremos una mirada de inocente sobre el mundo moderno. Todavía agoniza-remos, pero en la serenidad de una mirada que se abis-me en la seguridad infinita del Padre.

El niño que muere no tiene miedo; no comprende, pero no tiene miedo. No sabe lo que le sucede, descansa en la confianza.

¿Seremos nosotros, como Cristo nos pide, niños, po-niendo sobre el mundo moderno, en su angustia infini-tamente dolorosa, una mirada sin miedo, una mirada de inocente?

Nuestra época no es peor que cualquier otra. Únicamen-te tiene su manera peculiar de traicionar al Inocente. Pero cada época tiene su manera original de escarnecer al Inocente, y con él a todos los pobres. Y la única res-puesta es la santidad: somos llamados a la santidad en una debilidad infinita.

Sí, nuestra época es una época de gracia, como lo han sido todas; cada una ha traicionado al Inocente a su ma-nera, y a su manera ha sido salvada por el Inocente, y nuestra gracia es sin duda que en nuestra época de apa-rente potencia, pero sin duda más débil y más desvalida que todas las demás, estamos convidados a vivir, como indudablemente nunca se ha vivido, la infinita debilidad del Señor.

Señor, en este tiempo de escándalo en que tantos cristia-nos se dejan coger en los lazos del poder, enséñanos, por medio de tu Espíritu, a ser, a imagen de tu Hijo, seres tan débiles y tan desvalidos que tú seas nuestra única fuerza.

En una época en que la prensa y los medios de infor-mación condicionan como nunca el pensamiento de los hombres, que tu Espíritu haga de nosotros seres con li-bertad total con respecto a todos los juicios del mundo.

Que tu luminosa cruz, plantada en el corazón de nues-tras vidas, haga de nosotros niños amasados con dulzura y debilidad, dichosos del gozo de Dios, capaces de ben-decir a Dios en todas las cosas.

A cada época le corresponde una debilidad de nuestro Dios y de nuestro Señor. Por eso nos ama y nos salva. Y esta debilidad de nuestro Dios encuentra nuestra infidelidad. Dios nos espera como somos, noso-tros no lo esperamos como es. Viene a nosotros débil, pobre, desvalido, y nosotros lo esperamos siempre fuerte, poderoso, rico. Nosotros estamos buscando al Dios de nuestros sueños y de nuestros deseos insa-tisfechos, somos los adoradores inconscientes de un ídolo.

La debilidad de Dios M.J. Le Guillou,dominico francés

Textos

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Cristo con la cruz a cuestas. El Bosco.

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A finales de los años cuarenta, después de la Se-gunda Guerra Mundial, Romano Guardini dictó una serie de conferencias en Tubinga y Munich, recogidas en un volumen en el año 1950, El oca-so de la Edad Moderna, traducidas al castellano y publicadas en Ediciones Cristiandad en 1981. Guardini describía en ellas los síntomas en que podía reconocerse el final de una época.

El hombre de la postguerra ya no se sentía seguro dentro de la imagen del mundo (del concepto de na-turaleza, del hombre mismo y de la cultura) que había nacido con la modernidad y que se suponía iba a lle-var a la humanidad a un desarrollo sin fin de todas sus potencialidades, prescindiendo de Dios y, sobre todo, de la revelación cristiana.

Al final de su libro aborda una cuestión fundamental: ¿De que naturaleza será la religiosidad del futuro? El texto tiene ya más de cincuenta años, pero el paso del tiempo no hace más que confirmar los indicios

que, con toda lucidez, identificaba y describía Guar-dini en sus conferencias. La respuesta a la pregunta-da planteada no pretende ser exhaustiva, ni afecta al contenido revelado, sino al modo de realizarse éste en la historia.

La reflexión de Guardini, que ofrecemos a continua-ción, da algunas de las claves que ayudan a compren-der mejor los momentos dramáticos que viven los hombres de nuestro tiempo.

EL OCASO DE LA EDAD MODERNA

Ante todo, tendrá gran importancia la manifestación violenta de la existencia no cristiana. Cuanto mayor sea la decisión con que el incrédulo niegue la Revela-ción, y cuanto más consecuente sea en la práctica de esa negación, tanto mayor será la claridad con que se verá qué es lo cristiano. Es preciso que el incrédulo salga de la niebla de la secularización, que renuncie al beneficio abusivo de negar la Revelación apropián

¿De qué naturaleza será la religiosidad del futuro?

El ocaso de la Edad Moderna

aFondo

aFondodose, sin embargo, de los valores y energías desarro-llados por ella; que ponga en práctica sinceramente la existencia sin Cristo y sin el Dios revelado por Él, y tenga experiencia de lo que eso significa.

Ya Nietzsche advirtió que el hombre no cristiano de la Edad Moderna no sabe lo que significa en realidad no ser cristiano. Las décadas pasadas (1920-50) han proporcionado un esbozo de ello, y sólo constituye-ron el comienzo.

Se va a desarrollar un nuevo paganismo, pero de naturaleza distinta que el primero. También aquí en-contramos un equívoco, que afecta entre otras cosas a nuestras relaciones con la Antigüedad. El hombre no cristiano actual tiene con frecuencia la opinión de que puede suprimir el cristianismo y buscar un nuevo camino religioso partiendo de la Antigüedad. Pero en esto yerra. La historia no puede ser desandada. La An-tigüedad como forma de existir pasó definitivamente. Si el hombre actual se hace pagano, lo será en un sen-tido totalmente diferente al del hombre del tiempo anterior a Cristo. La actitud religiosa de ese hombre, pese a toda la grandeza tanto de su vida como de su obra, tuvo algo de ingenuidad juvenil. Vivió en un tiempo en que aún no había aparecido la opción que supone la venida de Cristo. Mediante ella, sea cual fuere, entra el hombre en un nuevo plano existencial; Sören Kierkegaard puso en claro esto de una vez para siempre.

La existencia del hombre cobra, a partir de esa opción, una seriedad que la Antigüedad no conoció, porque no podía conocerla. Dicha seriedad no tiene su ori-gen en una madurez meramente humana, sino en el

llamamiento de Dios, que la persona oye a través de Cristo. Abre ésta los ojos, y queda, quiéralo o no, des-pierta. Ahora bien, la fe cristiana tendrá que adquirir un carácter de decisión totalmente nuevo. También ella ha de escapar a las secularizaciones, semejanzas, imperfecciones y confusionismos. Y aquí sí que pode-mos permitirnos, a mi parecer, una firme confianza.

Al cristiano siempre le ha resultado singularmente di-fícil entenderse con la Edad Moderna. Esto plantea un problema que requeriría un análisis más preciso. No queremos decir que la Edad Media, en cuanto época histórica, haya sido en absoluto cristiana, y, por el contrario, la Edad Moderna no cristiana. Esto se-ría caer en aquel romanticismo que ha dado origen a tantas de orientaciones. La Edad Media tuvo su base en una estructura del pensamiento, del sentimiento y de la actividad que, en principio y como tal estructura, fue neutral –si así podemos hablar- respecto de la de-cisión ante la fe. Lo mismo vale para la Edad Moder-na. En ella el hombre de Occidente adoptó la actitud de autonomía individual, lo cual no significa todavía dar juicio alguno sobre el uso religioso y moral que hizo de esa autonomía. El ser cristiano se basa en una actitud ante la Revelación que puede adoptarse en cualquier periodo de la historia. Partiendo de esto, lo mismo se puede decir que la Revelación es algo próxi-mo a una época cualquiera, que decir que es remota a ella. Así, pues, también en la Edad Media se dio la incredulidad en todos los grados de decisión, del mis-mo modo que en la Edad Moderna se ha dado una fe cristiana auténtica. Sin embargo, esta última fue de otra naturaleza que la de la Edad Media. Al cristiano de la Edad Moderna le correspondió llevar a la prác-tica su fe partiendo de los presupuestos históricos de

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aFondo

la autonomía individual, y lo hizo a menudo en forma absolutamente igual a aquélla en que la Edad Media cumplió su tarea en este aspecto.

Pero, por otra parte, este cristiano encontró obstácu-los que le hicieron difícil asimilar su época tan senci-llamente como lo había podido hacer el cristiano del periodo precedente. El recuerdo de la sublevación de la Edad Moderna contra Dios era demasiado vivo; su forma de poner todas las esferas de la actividad cul-tural en contradicción con la fe y a ésta misma en un situación de inferioridad, era excesivamente ambigua.

Además, se produjo aquello que hemos llamado el fraude de la Edad moderna, aquel doble juego que consistió en negar de una parte la doctrina y el orden cristianos de la vida, mientras reivindicaba de la otra para sí la paternidad de los resultados humano-cultu-rales de esa doctrina y de ese orden. Esto hizo que el cristiano se sintiera inseguro en sus relaciones con la Edad Moderna: por todas partes encontraba en ella ideas y valores cuy abolengo cristiano era manifiesto, y que, sin embargo, eran presentados como perte-necientes al patrimonio común. En todas partes tro-pezaba con elementos del patrimonio cristiano que,

sin embargo, se volvían contra él. En tal situación, ¿cómo iba a tener confianza?

Estas oscuridades se desvanecerán. La época futura tomará en serio aquellos aspectos en que se opone al cristianis-mo. Hará ver que los valores cristianos secularizados no son sino sentimenta-lismos, y el ambiente se hará transpa-rente: lleno de hostilidad y peligro, pero puro y claro.

En el mismo sentido actuará también la disminución de la energía religiosa di-recta, al igual que de la capacidad de experiencia y de creación religiosas de que hemos hablado. La omnipresencia de la religión ayuda a creer; pero tam-bién puede oscurecer y secularizar el contenido de la fe. Si esa omnipresen-cia disminuye, la fe se hará más rara, pero en cambio más pura y vigorosa. Adquiere una mayor capacidad para percibir lo que existe realmente, y su centro de gravedad se aloja más hon-damente en la esfera de lo personal: en la opción, en la sinceridad y en la abnegación.

Lo que hemos dicho antes sobre la situación de ries-go vale también aquí respecto de la actitud cristiana, que habrá de tener un sello especial de confianza y fortaleza.

Con frecuencia se ha hecho al cristianismo el repro-che de que en él el hombre encuentra un abrigo con-tra el peligro de la situación moderna. En esto hay mucho de verdad, y no sólo porque el Dogma con su objetividad crea un sólido sistema de pensamiento y de vida, sino también porque en la Iglesia vive aún un acervo de tradiciones culturales que fuera de ella han muerto. En el futuro el reproche tendrá cada vez menos fundamento.

El patrimonio cultural de la Iglesia no podrá sustraer-se a la ruina general de lo tradicional, y en aquellos aspectos en que todavía perdura se verá agitado por muchos problemas. Por lo que hace al Dogma, perte-nece ciertamente a su esencia el sobrevivir a todos los ámbitos temporales, ya que se funda en lo supratem-poral; no obstante, puede presumirse que el modo de vida se dejará sentir en él con especial claridad. Cuan-to mayor sea el rigor con que el cristianismo se rea

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aFondofirme como lo no evidente, cuanto más hondamente haya de distinguirse de una concepción dominante no cristiana, tanto más firmemente hará su aparición en el Dogma el elemento existencial y práctico, al lado del teórico. Desde luego, no es necesario adver-tir que, al hablar así, no me refiero a “modernización” alguna, a ninguna clase de debilitación, ni de su con-tenido ni de su valor. Por el contrario, se acentuarán con mayor agudeza su carácter absoluto, la incondi-cionalidad tanto de sus afirmaciones como de sus exi-gencias. Pero, en ese carácter absoluto, la definición de la existencia y la orientación del comportamiento se harán sentir, creo yo, de un modo especial.

De este modo, la fe podrá subsistir en medio del ries-go. En las relaciones con Dios resaltará fuertemente el elemento de la obediencia. Obediencia absoluta, con conciencia de que está en juego aquel interés supremo que sólo puede hacerse realidad mediante ella. Obediencia, no porque el hombre sea “heteró-nomo”, sino porque Dios es es la santidad absoluta. Se trata, por consiguiente, de una actitud totalmente

opuesta a la liberal, de una actitud orientada sin con-diciones hacia lo incondicionado, pero, y aquí aparece su diferencia respecto de todas las formas de fuerza, libremente. Esta incondicionalidad no significa aban-dono de ninguna clase al poder físico o psíquico de un mandato, sino que mediante ella el hombre da cabida en sus actos a la cualidad de la exigencia divi-na. Ahora bien, esto presupone madurez de juicio y libertad de opción.

También existe una confianza que es posible sola-mente en esta esfera de la actitud cristiana; no una confianza en un orden racional del universo o en un principio optimista de buena intención, sino en Dios, que existe realmente y es un ser activo; más aún, que obra y actúa. El Antiguo Testamento cobra así, si no me engaño, una importancia especial: muestra al Dios Vivo, que lo mismo derriba el hechizo cósmi-co del mito que los poderes políticos temporales de carácter pagano, y muestra al hombre creyente que, de conformidad con la Alianza, entra en relación con esa actividad de Dios. Esto va a tener importancia.

Cuanto mayor sea el ritmo con que crezcan las fuerzas anónimas, tanto más categóricamente se afirmará la “dominación del mundo” por la fe en la realización de la libertad; en la conformidad de la libertad regalada al hombre con la libertad creadora de Dios, y en la confianza en lo que Dios hace; no sólo realiza, sino hace. Aunque parezca extraño, lo cierto es que en pleno incremento del poder del mundo brota un indicio de santas posibilidades.

Esta relación entre lo absoluto y la personalidad, entre la necesidad y la libertad, permitirá al creyente man-tenerse firme en el vacío y en el des-amparo, y así orientarse; le permitirá entrar en relación directa con Dios en medio de todas las situaciones de opresión y de peligro, y conservar su carácter de persona viviente en medio de la creciente soledad del mundo fu-turo, soledad precisamente en medio de las masas y dentro de las organi-zaciones.

Romano GuardiniPublicado en Primer Día (Córdoba)

Octubre 2001

Cultura

La Fundación Maior, junto con BAC, acaba de publicar una de las obras fundamentales del P. Henri de Lubac: La Escritura en la Tradición. No se trata, como el propio autor indica en la Intro-ducción, de una historia completa de la exégesis bíblica en la Iglesia, sino de hacer más accesible lo que en cinco gruesos volúmenes expuso el au-tor en relación con el entendimiento espiritual de la Escritura, tema demasiado amplio y com-plejo para poder ser abarcado fácilmente.

Los métodos de exégesis han, evidentemente, cam-biado mucho a lo largo de los siglos. El interés acor-dado a la historia de la interpretación espiritual, no lleva en modo alguno a desconocer la necesidad que se impone de aplicar los métodos más apropiados de nuestra época. Pero al mismo tiempo, esa historia de la interpretación espiritual comporta una dimensión siempre actual, si se tienen menos presentes los de-talles antiguos de sus procedimientos que sus funda-mentos doctrinales. En la exégesis cristiana, la inves-tigación científica y la reflexión en la fe, la historia y el espíritu, no son en absoluto incompatibles, siendo por el contrario su alianza indispensable para un estu-dio completo de la Palabra de Dios.

La inteligencia espiritualde la Escritura Libro de Henri de Lubac S.J

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El progreso humano de la exégesis consiste en ha-cernos releer los textos del Nuevo Testamento a la luz siempre más esclarecedora del Antiguo. En esto quizás es en lo que estamos llamados a sobrepasar o a rectificar la exégesis antigua que se estudia en esta obra. Pero queda, a continuación, el que, por un movimiento inverso, “retomemos” el Antiguo Testa-mento, lo releamos a la luz del Nuevo, tal y como la fe nos lo entrega, y lo llevemos así ad sensum Evan-gelii. Procedimiento que, en sí, no tiende solamente a una ciencia humana de más calidad, garantía de una mayor seguridad doctrinal, sino a una mayor “edi-ficación” espiritual, tanto de la Iglesia entera como de cada uno de nosotros. Como ha dicho Romano Guardini, desde el momento en el que le quitamos su valor al Antiguo Testamento, el efecto que produce se acusa de modo inmediato en el Nuevo, éste toma poco a poco un carácter filosófico y psicológico y pier-de su significación.

La inteligencia espiritual no puede desdeñar el senti-do histórico establecido por la exégesis, como tam-poco la mística puede prescindir de la teología, de la que sin embargo es bien diferente no siendo posible considerarla como su prolongación natural. Pero qui-zás convenga insistir en que, al igual que la mística, la inteligencia espiritual depende de una iluminación, que no puede ser otorgada nada más que desde lo alto. Más es recibida que conquistada o hallada. El esfuerzo humano de la exégesis tiene su importancia, pero no está dirigido nada más que a proporcionar un mejor conocimiento histórico. Ha sido la insisten-

cia en mostrar los aspectos ya caducos de la Antigua Alianza lo que ha difuminado en más de una ocasión que es la fe de Abrahán, de Moisés y de los profetas, la que Jesús, “cabeza de nuestra fe”, quiere llevar en nosotros a su perfección. Es ésta la idea central que, desde los tiempos apostólicos, inspira toda la doctrina de la inteligencia espiritual de las Escrituras elaborada a lo largo de siglos. Así se establece o más bien se mantiene el fundamento de aquello que fue al prin-cipio la novedad cristiana y que lo sigue siendo para siempre.

Cultura

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Henri de Lubac, S. J. (1896-1991) ha sido uno de los más destacados teólo-gos del siglo XX. Sus trabajos de investi-gación de historia de la tradición eclesial han tenido una acogida excepcional por parte de la mentalidad teológica con-temporánea, si bien en gran parte sin un reconocimiento explícito. A juicio de Joseph Ratzinger, De Lubac, con su obra programática Catolicismo: aspec-tos sociales del dogma, fue el teólogo más influyente en la mentalidad de los Padres del Concilio Vaticano II.

La Torre de Babel. Peter Brueghel el Viejo.

Búsqueda, constancia y fidelidad: una luna llena en Pascua: Es la manera como hoy, 5 de mayo, resonaba en todos los que sentimos su muerte el recuerdo de José Martín en su funeral, el Ermitaño de la Monta-ña de Dúrcal, quien suscitó en todos los presentes un fuerte aplauso de gratitud al Señor por su vida plena y convincente, llenando el corazón de gran alegría, de fe, y esperanza cristiana.

José, un hombre de Dios, sencillo, afable, buscador del amor verdadero y capaz de reflejar en sus expre-siones hondas y sencillas una vida profundamente contemplativa. Pasó a la casa del Padre, después de una dolorosa enfermedad que hizo más evidente la fuerza de una vida orante y la capacidad de abando-no y plena consagración a Dios.

La Sierra de Dúrcal, lugar santo donde encontramos una Ermita y en el que han pasado cientos de per-sonas, sanas y enfermas, espacio de oración, de re-conciliación, de recuperación espiritual, de salir de situaciones límite y donde muchos han encontrado lo que buscaban. En la Sierra donde se sube a orar, a celebrar, a recuperarse y a formar una comunidad de la Iglesia no olvidará a José, nos decía D. Manuel Vílchez, sacerdote diocesano, que compartió con él 37 años de su vida de ermitaño. No se olvidará que José era un hombre correcto, coherente con su mente y con su corazón, y que fue descubriendo en José, desde el primer día que le conoció, esa búsqueda in-cansable del conocimiento de Dios, en la práctica, y que le llevó a la altura de cualquier santo, en su ora-ción, en el trato con la gente, en sus frases hondas y profundas, en el convencimiento de que Dios tenía que estar en el centro de su vida, y hacer de él una casa de puertas abiertas para todos.

El tiempo litúrgico que acompaña la vida de José ha sido la Pascua, dice D. Manuel: “Le conocí en Pascua, hace 37 años, en una capilla, el Jueves Santo, delante del Santísimo, en oración, en diálogo con el Señor, le invité a la montaña de Dúrcal, era Pascua, y ahora, cuando entró al hospital, tuve de nuevo un diálogo con el Señor, le pedí que si se lo llevaba en poco tiem-

po que fuera en Pascua, para vestirse de blanco, para dar gracias y con la vida, tres veces la luna llena, Pas-cua, alegría... Dios le ha permitido subir al cielo en la Pascua. Así ha vivido José, la razón era importante en él, pero en él la razón se iluminaba y se superaba con la fe, se hizo evidente este aspecto cuando le dice el médico que tenía una metástasis y que no había nada que hacer, José le respondió ‘asumo mi realidad’. Ciertamente, era una persona que había alcanzado la madurez, conoció la pobreza humana y las conse-cuencias que trae el pecado y lanza la pregunta que todos hacemos sobre el después: ‘¿Qué pasará?’. Y José responde: No pasa nada, ‘yo voy al Padre’. José ha sido un ejemplo… yo lo puedo decir, José está en la cima de los santos: ‘Quien deja padre, madre, her-manos y hermanas por mí, dice el Señor, tendrá padre y hermanos y el ciento por uno. Eso es ser cristiano, eso es hacer comunidad, hacer Iglesia, donde quepan todos los carismas, donde quepan todas las ideas, porque todos somos hermanos hijos de un mismo Padre, y se construye la verdadera familia humana’”.

José ha muerto en la paz de Cristo, en abandono y confianza en al Amor del Padre, con la fe puesta en la Resurrección del Hijo, dando testimonio de una vida feliz en el seguimiento de Cristo y en la vivencia fiel del mensaje del Evangelio.

Teresa Rodríguez Arenas, FMVD

Descanse en paz,José Martín

Obituario en el fallecimiento del Ermitaño de la Montaña de Dúrcal, el martes día 5.

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Testimonio

Esteban ve a Jesús, de pie, a la derecha de Dios (cf. Hch 7,55-56), reconociendo su señorío y divinidad. Es Cristo el Cordero que está de pie delante del tro-no (Ap 5,6), el Cordero “que estaba de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabados en la frente su nombre y el nombre de su Padre” (Ap 14,1).

La Iglesia celebró de pie la liturgia: de pie el sacerdote eleva las oraciones a Dios y así pronuncia la gran ple-garia eucarística, sacrificial, porque de pie se ofrece el Sacrificio; y de pie asisten y oran los fieles.

En razón del tiempo pascual y los domingos, los fieles nunca se arrodillarán ni para las oraciones ni para las letanías de los santos, sino que permanecen en pie sin ningún signo penitencial: orar de pie es lo propio del tiempo pascual (y de los domingos). El Concilio de Ni-cea determinó: “Sobre el rezar de rodillas: Ya que hay algunos que se arrodillan en los días domingo y en el

tiempo de pentecostés (hoy diríamos “en tiempo pas-cual”) para que en todos los lugares haya un perfecta uniformidad, le parece bien a este santo concilio que las oraciones a Dios se hagan de pie” (cn. 20).

Por eso, los cristianos no deben ayunar durante este tiempo pascual ni orar de rodillas (Tertuliano, De corona, 3). O san Basilio Magno: “No sólo porque hemos resucitado con Cristo y debemos buscar las co-sas de arriba traemos a nuestra memoria, estando de pie mientras oramos en el día consagrado a la resu-rrección, la gracia que nos ha sido dada, sino porque ese día parece ser en cierto modo la imagen del siglo venidero” (De Spir. Sanc., 27,66). En el Occidente cris-tiano, será san Ireneo de Lyon el que enseñe que “la costumbre de no arrodillarnos durante el día del Señor es un símbolo de la resurrección por la que, gracias a Cristo, hemos sido liberados de los pecados y de la muerte, que por él fue destruida”.

Javier Sánchez MartínezSacerdote

“La Iglesia celebróde pie la liturgia”

El Señor estará en pie, dominando, gobernando y pastoreando a Israel (cf. Mq 5,3). Cristo resucitado se aparece de pie a María Magdalena (Jn 20,14) como vencedor que se ha acostado, dormido y que se puede levantar sobre la muerte, y de pie, en medio de los apóstoles, se presenta Jesús en medio del Cenáculo (cf. Jn 20, 19).

SignoyGracia

Estar de pie (II)

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Hechos de los Apóstoles 10, 25-26. 34-35. 44-48Salmo 97, 1-41 Juan 4, 7-10

Juan 15, 9-17:

Dijo Jesús a sus discípulos: Como el Padre me ha amado, así os he mandado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra ale-gría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, que el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.

“Esto os mando:que os améis unos a otros” VI Domingo

de Pascua

luzdelaPalabra

Crucifixión. Giotto di Bondone.

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