hidrocarburos toxicologia
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Los hidrocarburos aromáticos policiclicos (PAH) son un grupo de más de
100 sustancias químicas diferentes que se caracterizan por estar
formados por átomos de carbono e hidrogeno, agrupados en anillos que
contienen cinco o seis átomos de carbono. Su formación se produce
durante la combustión incompleta de carbono, aceites, gases, madera y
en general residuos de substancias de origen orgánico. Sin embargo se
los puede encontrar de manera natural en el petróleo, el carbón,
depósitos de alquitran y como productos de la utilización de combustibles,
ya sean fosiles o biomasa. Dentro de los PAH mas importantes,
clasificados como contaminantes prioritarios para la agencia de protección
ambiental de los estados unidos EPA y la agencia de sustancias toxicas y
registro de enfermedades ATSDR son el acenafteno, antraceno,
benzo[a]antraceno, acenaftileno, benzo[a]pireno, benzo[e]pireno,
benzo[b]fluoranteno, benzo[g,h,i]perileno, benzo[j]fluoranteno,
benzo[k ]fluoranteno, criseno, dibenzol[a,h]antraceno, fluoranteno,
lfuoreno, indeno[1,2,3-c,d]pireno,fenanteno y pireno.(1)
Algunos de los HAPs son manufacturados. Estos HAPs puros
generalmente son sólidos incoloros, blancos o amarillo-verde pálido. Los
HAPs se encuentran en alquitrán, petróleo crudo, creosota y alquitrán
para techado, aunque unos pocos se usan en medicamentos o para
fabricar tinturas y pesticidas. Los hidrocarburos aromáticos BTX, son en
general líquidos (incoloros o ligeramente amarillos) a temperatura
ambiente (20ºC), poseen olor característico (aromático). El benceno
solidifica a temperatura igual o inferior a 5,5 ºC como prismas
romboédricos; el p-xileno se presenta en placas o prismas incoloros a
temperatura mayor o igual a 13ºC. Son insolubles o ligeramente solubles
en agua (benceno). Son líquidos inflamables, (categoría 3 según las
Naciones Unidas (ONU), sus vapores son más densos que el aire,
pueden desplazarse a ras del suelo y alcanzar sitios distantes de ignición
con peligro de inflamación. Reaccionan con sustancias oxidantes y
halógenos causando peligro de fuego y explosión. El benceno líquido
puede emitir vapores a temperaturas tan bajas como -11°C. Por ello, si no
se observan las precauciones durante el almacenamiento, la
manipulación o el uso del benceno líquido, es seguro que, a las
temperaturas normales de trabajo, se formarán concentraciones
inflamables. Este riesgo aumentará cuando se produzcan salpicaduras o
derrames accidentales.
Los Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAPs) y sus derivados están asociados
al aumento en la incidencia de diversos tipos de cáncer en el hombre. Dadas las
diferentes fuentes de estos compuestos y el hecho de que algunos grupos
poblacionales que residen o trabajan en ambientes directamente influenciados
por estas fuentes están sometidos a un riesgo mayor.
Los HAPs se forman por pirólisis o combustión incompleta de materia orgánica
que contiene carbono e hidrógeno. A elevadas temperaturas, la pirólisis de
compuestos orgánicos produce fragmentos de moléculas y radicales que se
combinan para dar lugar a los HAPs. La composición de los productos de la
pirosíntesis depende del combustible, la temperatura y el tiempo de
permanencia a altas temperaturas. Los combustibles que forman HAPs son
metano, otros hidrocarburos, hidratos de carbono, ligninas, péptidos, etc.
Sin embargo, los compuestos insaturados y las estructuras cíclicas suelen
favorecer la formación de las HAPs. Evidentemente, los HAPs se liberan de la
zona de combustión en forma de vapores. Debido a sus bajas presiones de vapor,
la mayoría de los HAPs se condensan en el acto sobre partículas de hollín o
forman ellos mismos partículas muy pequeñas. Los HAPs liberados a la atmósfera
en forma de vapor son adsorbidos por las partículas presentes en ella. Por ello,
se producirá una diseminación de aerosoles que contiene HAPs, que pueden ser
transportados a grandes distancias por los vientos (1-2).
FUENTES DE EXPOSICIÓN
Las principales fuentes de hidrocarburos aromáticos son la destilación de la hulla
y una serie de procesos petroquímicos, en particular la destilación catalítica, la
destilación del coque, destilación de petróleo crudo y la alquilación de
hidrocarburos aromáticos de las series más bajas. Como principal fuente de HAPs
es el aire de las atmósferas de trabajo de alquitrán de hulla, que se forman por
pirólisis de la hulla en fábricas de gas y coque, donde se producen emisiones de
humos de la brea calentada. Generalmente, el contenido de BaP (Benzo-alfa-
Pireno) es máximo en el aire situado en la parte superior de los hornos. El aire
situado en la parte superior de los canales de humos y del precipitador de
alquitrán es extremadamente rico en este compuesto, habiéndose medido
concentraciones de hasta 500 mg/m3 de BaP.
En la siguiente lista se han utilizado las mediciones de BaP en diferentes tipos de
lugares de trabajo para clasificarlos según el grado de exposición (1):
Exposición muy alta a BaP (> 10 mg/m3): Trabajos en fábricas de
gas y coque; plantas de aluminio; fábricas de electrodos de grafito;
manipulación de breas y alquitranes calentados.
Exposición moderada (0,1 a 10 mg/m3): Trabajos en fábricas de
gas y coque; acerías; fábricas de electrodos de grafito; plantas de
aluminio; fundiciones.
Exposición baja (< 0,1 mg/m3): Fundiciones; producción de
asfaltos; plantas de producción de aluminio con electrodos
precocidos; talleres de reparación de automóviles y garajes; minas
de hierro y construcción de túneles.
Los trabajadores que permanecen cerca de los hornos están altamente
expuestos a estos HAPs. Mediante técnicas de muestreo personal, se ha
podido comprobar la presencia de otros HAPs como naftaleno,
fenantreno, fluoranteno, pireno y antraceno en las muestras de aire
tomadas.
La producción de aluminio se realiza mediante un proceso electrolítico a
temperaturas de 970 ºC. Existen dos tipos de ánodos: el de Soderberg y
el de grafito ("precocido"). El primero de ellos, que es el más empleado,
es la principal causa de exposición a los HAPs en la industria del
aluminio. Este ánodo está formado por una mezcla de coque y alquitrán
de hulla.
Los electrodos de grafito se utilizan en las plantas de reducción de
aluminio, en los hornos eléctricos de acero y en otros procesos
metalúrgicos. La materia prima para la fabricación de estos electrodos
suele ser coque de petróleo mezclado con alquitrán como ligante. El
cocido de los mismos se realiza calentando esta mezcla a temperaturas
superiores a los 1.000 ºC, proceso durante el cual se liberan grandes
cantidades de HAPs.
Otra fuente importante es la utilización del asfalto para pavimentar calles y
carreteras que procede principalmente de los residuos de destilación del
petróleo crudo. El asfalto de petróleo contiene pocos HAPs superiores. No
obstante, en algunos casos este asfalto se mezcla con alquitrán de hulla,
lo que aumenta el riesgo de exposición cuando se trabaja con el asfalto
caliente. En otros trabajos donde se utiliza el alquitrán derretido como
recubrimientos de grandes superficies (aislamiento de paredes,
oleoductos, etc.), los trabajadores pueden sufrir una intensa exposición.
Las fuentes de HAPs en el trabajo, además del alquitrán de hulla y el
asfalto, son el negro de humo, la creosota, los aceites minerales (aceites
lubricantes y aceites de corte), los humos y hollines procedentes de
diferentes combustiones y los gases de escape de los vehículos (1)(4)(5)
En el refino de petróleo crudo, desde la extracción y el transporte de la
materia prima se está expuesto a BTX, al igual que en el proceso de
refino y tratamiento de los diferentes productos intermedios y terminados.
A continuación se describen los procesos de una refinería de petróleos,
concretamente La Refinería Esmeraldas (Ecuador), en los cuales casi
todo podemos encontrar exposición a BTX, en mayor o menor medida, no
solo laboral, también exposición ambiental a personas que vivan en
cercanías.
EN LOS PROCESOS OPERATIVOS DE REFINERIAS:
• Recepción y almacenamiento preparación de crudo y derivados
• Destilación de Crudo 1 y 2
• Destilación al Vacío 1 y 2
• Viscorreductoras 1 y 2
• Cracking catalítico
• Reformación Catalítica 1 Y 2
• Tratamiento de Aguas Amargas 1 y 2
• Tratamiento de gas combustible 1 y 2
• Recuperación de Azufre 1 y 2
• Hidrodesulfurización de naftas
• Hidrodesulfurización de diesel
• Generación de vapor
• Generación eléctrica
• Tratamiento de aguas; clarificación, desmineralización, agua de enfriamiento,
• Tratamiento de Efluentes; aguas aceitosas, aguas saladas
• Despacho y recepción de combustibles vía marítima
• Despacho y recepción de combustibles vía de llenado
Las refinerías son muy distintas unas de otras, según las tecnologías y los
esquemas de proceso que se utilicen, así como su capacidad. Las hay
para procesar petróleos suaves, petróleos pesados o mezclas de ambos.
Por consiguiente, los productos que se obtienen varían de una a otra.
Pero en todas las refinerías tengan unos proceso u otros, está presente la
exposición laboral a BTX.
ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS BTX
Lo que en la industria petroquímica se conoce como hidrocarburos aromáticos,
bajo la denominación de fracción BTX, es un conjunto de moléculas que
podríamos considerar como derivados básicos de benceno y formado por
benceno, tolueno, orto-xileno, meta-xileno, para-xileno y etil-benceno.
Durante la segunda parte del siglo XIX y hasta los años 40 del siglo XX, la
industria carboquímica, asociada siempre a la siderúrgica, de donde obtenía
fundamentalmente sus materias primas, experimentó en Europa y EE.UU. un
desarrollo espectacular.
Hacia finales de los años 40, tiene lugar en EE.UU. la primera obtención de
hidrocarburos aromáticos procedentes del petróleo al inventarse el reformado
catalítico de naftas; con esta tecnología se buscaba elevar el número de octano
que exigían las gasolinas de aviación. Había nacido la moderna petroquímica
basada en naftas del petróleo y procesos catalíticos.
La progresión de la petroquímica es tan rápida que ya en los años 60 se asiste a
la práctica desaparición, por conversión de materias primas, de la antes
poderosa industria carboquímica. Actualmente, la petroquímica basada en naftas
de petróleo aporta más del 96% de la producción mundial de B.T.X. y permite
soportar una muy diversificada y en constante crecimiento industria
petroquímica.
El benceno debido a su efecto cancerígeno fue prohibido para uso como
disolvente industrial en varios países, entre ellos Colombia, por recomendación
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). También en otros países, se ha
prohibido su uso como componente de productos destinados al uso doméstico y
de los líquidos de limpieza en seco. El benceno se ha utilizado ampliamente en la
fabricación de estireno, fenoles, anhídrido maléico, detergentes, explosivos,
productos farmacéuticos y colorantes. Se ha empleado además como
combustible, reactivo químico y agente de extracción para semillas y frutos
secos. Aunque la utilización del benceno como disolvente ha disminuido
considerablemente, en la actualidad aún se usa en pequeñas cantidades como
disolvente y reactivo en los laboratorios de control de calidad. El benceno se
encuentra como impureza en combustibles como la gasolina, disolventes,
pegantes y otros productos químicos. La gasolina para automóviles puede
contener de 0-7% de benceno, comúnmente de 2 a 3 %. (IARC 1989, Vol 45). En
derivados del petróleo el contenido de benceno generalmente es menor a 1% en
solventes no hidrogenados con rangos de ebullición especiales; en otros
solventes es menor al 0.1 % (IARC 1989, Vol 47).
Internacionalmente, desde la década de los años 80 existen regulaciones
relativas al uso del benceno. Como parte de las regulaciones para el transporte
de materiales peligrosos del Departamento de Transporte de Estados Unidos
(1980), los embarques de benceno están sujetos a restricciones consistentes con
la categoría de material peligros (rotulado, empaque, cantidad). La EPA también
ha identificado el benceno como desecho peligroso y exige que las personas que
lo generan, transportan, tratan, almacenan o disponen cumplan con las
regulaciones del programa federal de gestión de residuos peligrosos. La Comisión
de la comunidad europea (1980) prohibió el uso del benceno en productos para
uso como juguetes (balones de uso infantiles) (IARC, 1986).
El tolueno es un disolvente de aceites, resinas, caucho natural (mezclado con
ciclohexano) y sintético, alquitrán de hulla, asfalto, brea y acetilcelulosas (en
caliente, mezclado con etanol). Se utiliza como disolvente y diluyente de pinturas
y barnices de celulosa y como diluyente de tintas de fotograbado. El tolueno está
presente en mezclas utilizadas como productos de limpieza en distintas
industrias y en artesanía. También se emplea en la fabricación de detergentes y
cuero artificial y es una importante materia prima para síntesis orgánicas, como
las de cloruro de benzoilo y bencilideno, sacarina, cloramina T, trinitrotolueno y
un gran número de colorantes. El tolueno en mezcla con benceno y xileno (BTX)
es un componente del combustible para aviones y de la gasolina para
automóviles. El Reglamento 594/91/CE del Consejo de la Unión Europea ha
prohibido el uso de esta sustancia en la Unión Europea (OIT, 2001).
Existen tres isómeros del xileno: orto- (o-), para- (p-) y meta- (m-). El producto
comercial es una mezcla de estos isómeros, con el isómero meta- en mayor
proporción (60 a 70 %) y el para- en menor proporción (hasta un 5 %). El xileno
se utiliza como diluyente de pinturas y barnices, en productos farmacéuticos,
como aditivo de alto octanaje en combustibles de aviones; en la síntesis de
colorantes y en la producción de ácidos ftálicos. El xileno se utiliza en técnicas
histológicas de laboratorio por ser un buen disolvente de la parafina, el bálsamo
de Canadá y el poliestireno (OIT, 2001).
En los umbrales del siglo XXI, las principales fuentes de producción de
hidrocarburos BTX en la industria petroquímica son:
1. Crackers de etileno/ propileno alimentados con nafta o gases del petróleo-
nafta pirolítica.
2. El reformado catalítico de naftas en refinerías.
3. La desproporcionación y desalquilación del tolueno.
EFECTOS DE LOS BTX SOBRE LA SALUD DE LAS PERSONAS.
Efectos de los disolventes orgánicos sobre el sistema nervioso
La gran mayoría de los disolventes orgánicos tienen la característica de causar
trastornos no específicos del sistema nervioso (SN), debido a: su liposolubilidad
que los hace afín a todos los tejidos con alta cantidad de grasa como son cerebro
o médula espinal, es posible deprimir al tejido nervioso en cualquier nivel (10).
Lo descrito anteriormente es posible porque el sistema nervioso presenta una
gran complejidad de reacciones de control que ha de llevar a cabo sobre la
mayoría de las funciones del organismo correspondientes a los diferentes
órganos sensoriales de los cuales recibe estímulos innumerables, que integra y
devuelve una respuesta, y entre los que se cuenta la contracción muscular
esquelética, la contracción de las fibras lisas de los órganos internos y la
secreción de las glándulas endocrinas y exocrinas (11). Debido a esta variedad
sistemas involucrados las respuestas pueden ser múltiples
En las intoxicaciones cabe distinguir, las agudas y las crónicas. En la intoxicación
aguda aparece un cuadro clínico patológico, dramático, tras la absorción de la
sustancia y que usualmente se presenta antes de las 24 horas. Con la exposición
a los disolventes, la aparición de los síntomas es precoz, debido a la rapidez con
que la mayoría de estos elementos atraviesan las barreras orgánicas (12). Por
otro lado la intoxicación crónica es aquella que es consecuente con la absorción
repetida de un elemento tóxico (13), puede ser más sutil en su presentación y
crea problemas de relación causal (NIOSH, , 14). Cabe mencionar que esta
última, se presenta en forma predominante con las exposiciones de tipo
ocupacional o aquellas consideradas por los consumidores adictos (12). Según
variados estudios incluidos los de la NIOSH se ha concluido que la exposición
prolongada a mezcla de disolventes induce cambios demenciales moderados no
progresivos, con o sin disfunción del sistema nervioso periférico.
Efectos agudos.
En cuanto a los efectos agudos los hidrocarburos aromáticos son
generalmente grandes irritantes y anestésicos, pero la sustitución del
benceno por tolueno y xileno hacen esos efectos más ligeros,
encontrando dentro de los más frecuentes euforia, mareo, vértigo,
cefalea, somnolencia, debilidad, temblor, incoordinación, delirio, pérdida
de la conciencia. Si la cantidad absorbida ha sido elevada, en un
ambiente demasiado saturado se puede presentar confusión mental,
alteración psicomotora, coma, edema pulmonar, paro respiratorio, muerte.
Además de los mencionados previamente, los efectos agudos pueden
causar un síndrome de encefalopatía tóxica (15). Clínicamente se
distinguen dos fases de este síndrome que aparecen a las pocas horas de
exposición. La primera fase se caracteriza por una reacción de
sobreestimulación que provoca un cuadro neuropsiquiátrico de euforia,
reducción del nivel de inhibición del comportamiento motor y emocional,
impulsividad, inestabilidad motora y alteraciones del lenguaje (interrupción
del discurso) en asociación con cefalea, y mareo (16). La segunda fase se
distingue por un período donde se impone la somnolencia generalizada, la
alteración de las funciones motoras e intelectuales, particularmente de la
memoria. La descripción de este síndrome que se basa
fundamentalmente en la evaluación clínica (neurológica y psiquiátrica) ha
mostrado sustanciales correlaciones con medidas electrofisiológicas del
SNC, en especial con el EEG.
Efectos neurotóxicos por exposición crónica
En los expuestos crónicamente se ha descrito también una constelación de
signos clínicos conocidos como “síndrome orgánico cerebral” (17) que afecta
básicamente las funciones de la memoria operativa y reciente, la capacidad
general de atención (vigilia), la capacidad intelectual y la coordinación motora.
Algunas de estas manifestaciones y el cuadro general concomitante de fatiga,
disforia, depresión, trastornos del sueño, cefaleas y mareos. Muestran
correlaciones sensibles con los datos electrofisiológicos descritos para el EEG. En
estos pacientes se observan, con frecuencia, neuropatías periféricas
(desmielinización axonal y segmentaria) y neuritis de los nervios craneales,
trastornos de la sensibilidad y de las funciones motoras (18). En adictos a la
inhalación de disolventes orgánicos se han identificado con técnicas de imágenes
(TAC y RMN) alteraciones estructurales en cerebro y cerebelo (19).
Estudios recientes, bien diseñados, sugieren que en trabajadores altamente
expuestos los disolventes pueden tener efectos más sutiles en la función
cognoscitiva. Los dominios cognoscitivos afectados por exposición a disolventes
incluyen atención, memoria verbal y habilidades visoespaciales (20).
Trabajadores expuestos a benceno en combinación con otros químicos
presentaron polineuritis, algunas veces asociada con progresión neuronal (21).
En la Intoxicación crónica por xileno se han señalado como síntomas, la cefalea,
irritabilidad, fatiga, laxitud, somnolencia diurna e insomnio nocturno, trastornos
dispépticos. Los efectos por inhalación pueden causar depresión del SNC,
caracterizado por parestesias, pérdida de memoria, debilidad, vértigo, jaqueca,
anorexia, nausea. (LaDou J, 2006, NIOSH, 1987, ATSDR, 1995)
Para el tolueno, los trastornos crónicos más importantes están ligados a su
acción narcótica en los que figuran, cefalea, pérdida de apetito, falta de
coordinación y de memoria, somnolencia y nauseas (LaDou J, 2006).
En abusadores de solventes, se ha observado alteraciones renales y neuronales
pero especialmente distrofia cerebelosa. Se ha observado disfunción de los test
psicométricos y de función muscular (ATSDR, 2000). También se han reportado
cambios en el electroencefalograma mostrando disrupciones y cambios de
frecuencia en la actividad de la onda teta del hipocampo. Experimentalmente se
ha demostrado la disminución de la corteza cerebral y atrofia cerebral y
cerebelosa, hallazgo que se han identificado con técnicas de imágenes (TAC y
RMN) como alteraciones estructurales en cerebro y cerebelo (19).
También se ha demostrado que el tolueno puede producir cambios sutiles en el
sistema auditivo (LaDou J, 2006, ATSDR, 2000)
Efectos cancerígenos, mutagénicos, y genotóxicos de los HAPs
En 1775, un médico inglés, Sir Percival Pott, describió por primera vez un cáncer
de origen profesional. Asoció el cáncer de escroto de los deshollinadores con su
prolongada exposición a alquitrán y hollín, en condiciones deficientes de higiene
personal (6). En el decenio de 1930 se describió el cáncer de pulmón en los
trabajadores de la industria del acero y del coque y en 1933 se demostró que el
BaP, presente en el alquitrán de hulla era cancerígeno. Los estudios
epidemiológicos indican una mayor frecuencia de cáncer de pulmón en los
trabajadores de las industrias de coque, aluminio y acero (1)(4)(5). No todos los
HAPs han mostrado poseer efectos carcinogénicos, genotóxicos o mutágenos y
muchas veces el efecto se atribuye a la presencia conjunta de más de un
compuesto de la familia y de algunos de sus derivados, principalmente los
nitroderivados (Tabla 1).
Los efectos tóxicos de algunos HAPs sobre la piel están asociados con dermatitis
aguda y crónica con síntomas de quemazón, picor y edema, que son más
pronunciados en las regiones de la piel expuesta. La exposición prolongada causa
pigmentación en las zonas de la piel expuesta, con cornificación de las capas
superficiales y telangioectasis. También se puede observar irritación de las vías
aéreas superiores con bronquitis y tos crónica. En los ojos producen lagrimeo,
fotofobia, edema de párpados e hiperemia conjuntival (1).
Tabla 1. Datos relativos a los efectos carcinogénicos, genotóxicos y mutagénicos
de algunos HAPs
Actualmente se admite que los HAPs son previamente activados en el organismo
antes de ejercer su efecto como disruptor endocrino o cancerígeno/mutágeno.
Tras la exposición prolongada pueden producir cáncer cutáneo (escroto y cara),
cáncer broncogénico en vías respiratorias, cáncer de vejiga; en el sistema
hematopoyético pueden originar leucemia y linfoma (4-3).
En la especie humana la vía respiratoria es considerada la más importante,
particularmente para individuos ocupacionalmente expuestos, de igual manera
la vía dérmica puede ser tanto o más importante.
Muchas de estas sustancias también tienen efecto negativo sobre el sistema
inmunológico, característica que parece estar asociada a la capacidad
carcinogénica (5).
Un esquema propuesto para la carcinogenicidad por exposición ambiental
considera las siguientes etapas:
Exposición,
Activación metabólica,
Formación de aductos entre HAPs y ADN,
Mutaciones en genes críticos como, por ejemplo, el p53 (gen represor de
tumores)
Sucesión de mutaciones en otros genes (7-9).
Es importante recalcar que la aparición del cáncer es un proceso que involucra
varias etapas, siendo también influenciado por susceptibilidad individual y otros
factores, tales como la edad, sexo, etnia, estado de salud, nutrición y
polimorfismo genético. En general, una mayor concentración de aductos HAPs -
ADN se encuentra en personas ocupacionalmente expuestas.
En relación al efecto de los HAPs como posibles disruptores endocrinos, muchos
estudios indican que diferentes compuestos químicos presentes en el ambiente,
además de los HAPs, como los pesticidas, dioxinas, furanos y bifenilos
policlorados, presentan actividad estrogénica in vitro. De cualquier manera la
potencia de estos compuestos es muy baja comparada con estrógenos
endógenos y además no está claro si los humanos ante una mezcla química
ambiental reciben un efecto estrogénico neto (9).
Manifestaciones hematoinmunológicas por exposición laboral a BTX (exposición
conjunta)
Desde el siglo XIX se despertó el interés por comprender la toxicidad crónica que
ejercen los compuestos aromáticos sobre la médula ósea debido a su poder
leucemiogénico, y no obstante que desde entonces en grupos de trabajadores se ha
insistido reiteradamente sobre la asociación de las manifestaciones citopénicas,
dismielopoyéticas, displásicas o inmunotóxicas con la presencia de mezcla de benceno,
tolueno y xileno (BTX) en atmósferas laborales, el mecanismo por medio del cual se
producen no ha sido bien dilucidado.
Ampliamente es conocido que la exposición crónica al benceno causa depresión de la
médula ósea en apariencia por un efecto citotóxico directo sobre las líneas celulares
progenitoras de la hematopoyesis, aunque también existe evidencia de daño sobre las
células del estroma de la misma médula, lo que ha llevado a considerarla como una
hematotoxina;(30) la importancia de destacar su mezcla con tolueno y xileno es debido
a que existe evidencia para suponer que éstas sustancias interactúan y determinan la
hematoinmunotoxicidad del benceno, ya que comparten el mecanismo toxicocinético
del citocromo P450 CYP2E1 y de otras isoenzimas de este sistema, sin embargo, la
acción conjunta de tolueno-xileno al parecer en forma independiente produce algunos
efectos aditivos sobre la cuenta de linfocitos, de glóbulos rojos y de monocitos. Por
ello, el estudio de los efectos tóxicos sobre médula ósea por acción del benceno,
debiera ir acompañado del que se produce por su mezcla —prácticamente ineludible
en el terreno laboral— con tolueno y xileno.5,6 Pese a ello, la información sobre las
implicaciones toxicológicas de la mezcla de benceno, tolueno y xileno es escasa
Los mecanismos toxicológicos del benceno, tolueno y xileno analizados de forma
independiente y que se han identificado como responsables de efectos sobre
componentes de la médula ósea podrían hacer suponer que el resultado sería un
simple fenómeno aditivo, sin embargo, tampoco se cuentan con los elementos
necesarios para que de manera tácita esta idea adopte ese significado, más tomando
en cuenta las posibles interferencias debido a la presencia de otros disolventes
aromáticos, así como los de tipo alifático, cetonas o alcoholes y de otras covariables
fuera del ámbito ocupacional, como el consumo de alcohol o el tabaquismo.
Los medios que comúnmente se han señalado para evaluar integralmente el riesgo
hematoinmunotóxico en trabajadores expuestos de manera crónica a benceno,
tolueno y xileno son la cuenta eritrocitaria, la diferencial de leucocitos y otros valores
hematológicos o marcadores inmunológicos.
Pese a las importantes consideraciones relacionadas con los límites permisibles de los
componentes de la mezcla de referencia en el atmósfera laboral y la necesidad de
modificar el estudio de sus efectos hematoinmunotóxicos, los promovidos para
explorar cambios en la fórmula roja de los trabajadores expuestos a benceno, tolueno
y xileno son escasos. Existe información que puntualiza sobre la disminución sutil del
número de eritrocitos acompañada de decremento en la hemoglobina corpuscular
media, de la concentración media de hemoglobina corpuscular y de macrocitosis, sin
embargo, otra no señala cambio alguno. Los efectos sobre el número de reticulocitos y
el resto de indicadores hematológicos de la fórmula roja no parecen ser relevantes. En
la misma situación se encuentran los efectos sobre el número de las plaquetas.
En cuanto a la fórmula blanca, se menciona que alrededor de los primeros cuatro
meses de exposición, al menos a la fracción bencénica, los leucocitos declinan en
aproximadamente 1000 células/mm3 y a la linfocitopenia acompañante se le debería
considerar el dato más precoz de hematotoxicidad y de prolongarse la exposición por
más de 55 meses, se presenta depresión cuantitativa sostenida de linfocitos T sin que
se haya asociado aún con deficiencias clínicamente demostrables sobre trabajadores
expuestos, lo que indica que los linfocitos T, aunque disminuidos en número, son
quizás plenamente funcionales. Por otro lado, ambientes laborales con benceno
detectable han mostrado depresión del nivel circulante de linfocitos B.
Como puede observarse en la tabla 2, sobre estudios de exposición laboral a BTX, el
interés principal parecen ser los efectos sobre subpoblaciones de linfocitos T y B,
diferentes inmunoglobulinas y otros componentes solubles de la respuesta inmune, y
la relación con diversos marcadores de exposición en diferentes diferentes muestras
biológicas.32-36 Los resultados son contradictorios en cuanto a los efectos
cuantitativos que se identificaron, sin determinarse en definitiva la integridad
funcional de estos componentes, o la necesidad de analizar otros.
De dichas evaluaciones ambientales de exposición de trabajadores deja en evidencia
el todavía particular y mayor interés por reconocer aisladamente los efectos
hematoinmunotóxicos del benceno, en proporción menor los del tolueno, mientras
que los del xileno son prácticamente inexistentes, aun cuando desde 1996, el National
Occupational Research Agenda (NORA) —promovido por el National Institute of
Occupational Safety and Health (NIOSH) de Estados Unidos y que está dirigido, entre
otros aspectos, a indagar sobre exposiciones múltiples a mezclas de sustancias—,
señala puntualmente la necesidad de estudiar la exposición ocupacional a mezcla de
benceno, tolueno y xileno, aunque ésta se haya dado de manera secuencial.