juego y aprendizaje - maternalito.com y aprendizaje.pdf · personalidad, el surgimiento del...

3
1 JUEGO Y APRENDIZAJE 1 “Despertar el bichito de la curiosidad” “Cierren los ojos y cuéntenme todas las cosas que puedan ver” 2 Si jugar es una natural y espontánea manera que tiene el niño para desenvolverse en el mundo, el aprendizaje es su constante compañía. Jugando, el niño actúa sobre el entorno, sobre la realidad, a la vez que expresa y comunica lo que va ocurriendo en su interior, en su “mundo interno” 3 . Acción, fantasía e imaginación están sólidamente unidos en el juego del niño, especialmente cuando se trata de niños pequeños, que están iniciando la vida, el crecimiento, la socialización. Realidad y fantasía apenas separadas por un permeable límite que puede dar riqueza al juego. El mundo de las fantasías y deseos que de adultos sólo en condiciones especiales solemos reencontrar, es en el niño “traslúcido” y está presente permanentemente en el juego. El aprendizaje se inscribe entonces en el juego espontáneo, porque va realizando permanentes descubrimientos al jugar, pero a su vez, implica y retroalimenta la posibilidad del niño de ir conociendo “la realidad”, incorporando conocimientos compartibles, que formen parte de la sociedad y cultura en la cual vive. Si jugando y vinculándose el niño se va constituyendo como un sujeto singular, estableciendo los cimientos de la formación de la personalidad, constituye a su vez, los del aprendizaje. El interés, la capacidad de asombro y el disfrute que transmiten los niños al jugar y descubrir, es el germen del interés por el conocimiento en general, que retroalimenta las habilidades cognitivas y es tan necesario como éstas. Así captar cuáles son los intereses del niño, constituye una de las habilidades que los docentes jerarquizan al trabajar con ellos. Estar atentos al juego y a las verbalizaciones, detectar las áreas de interés que emergen en el niño y en el grupo, forma parte de las modalidades educativas en las que se jerarquiza esa posibilidad de desplegar motivación y recursos propios. Resulta más importante promover la variada experimentación, que dar respuesta “total” a las interrogantes del niño. El proceso por el cual formula sus ideas, intenta establecer nexos que le permitan “entender” distintas situaciones, es más importante que la certeza o corrección de las “conclusiones” a las cuales llegue. Esta forma de pensar el papel que tiene el juego en el aprendizaje, y la articulación del aprendizaje formal y no formal, está en la base de muchas propuestas pedagógicas actualmente. Por ejemplo, la estimulación inicial a la lectoescritura y al mundo de los números, apunta, entre otros objetivos, a que el niño vaya adquiriendo de hecho, mediante la experimentación, cierta noción de código, de que las personas disponen de otros sistemas para comunicarse además del habla, que su nombre se puede expresar por escrito, que su nombre y el de X persona tienen un rasgo parecido, una letra en común, que suenan igual1 Lic. María Cecilia Rodríguez da Silveira. Psicoanalista. Psicóloga de Maternalito. 2 (Canción) Zulema Alcayaga y Waldo Belloso. 3 Es frecuente ver al niño por ejemplo asustado tan solo por algo que soñó o imaginó, y calmarse ante el consuelo del adulto que no fue algo sucedido, que no pasó sino que lo imaginó

Upload: phungcong

Post on 22-Sep-2018

222 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1

JUEGO Y APRENDIZAJE1 “Despertar el bichito de la curiosidad” “Cierren los ojos y cuéntenme todas las cosas que puedan ver” 2

Si jugar es una natural y espontánea manera que tiene el niño para

desenvolverse en el mundo, el aprendizaje es su constante compañía. Jugando, el niño actúa sobre el entorno, sobre la realidad, a la vez que expresa y comunica lo que va ocurriendo en su interior, en su “mundo interno” 3. Acción, fantasía e imaginación están sólidamente unidos en el juego del niño, especialmente cuando se trata de niños pequeños, que están iniciando la vida, el crecimiento, la socialización. Realidad y fantasía apenas separadas por un permeable límite que puede dar riqueza al juego.

El mundo de las fantasías y deseos que de adultos sólo en condiciones especiales solemos reencontrar, es en el niño “traslúcido” y está presente permanentemente en el juego. El aprendizaje se inscribe entonces en el juego espontáneo, porque va realizando permanentes descubrimientos al jugar, pero a su vez, implica y retroalimenta la posibilidad del niño de ir conociendo “la realidad”, incorporando conocimientos compartibles, que formen parte de la sociedad y cultura en la cual vive.

Si jugando y vinculándose el niño se va constituyendo como un sujeto singular, estableciendo los cimientos de la formación de la personalidad, constituye a su vez, los del aprendizaje. El interés, la capacidad de asombro y el disfrute que transmiten los niños al jugar y descubrir, es el germen del interés por el conocimiento en general, que retroalimenta las habilidades cognitivas y es tan necesario como éstas.

Así captar cuáles son los intereses del niño, constituye una de las habilidades que los docentes jerarquizan al trabajar con ellos. Estar atentos al juego y a las verbalizaciones, detectar las áreas de interés que emergen en el niño y en el grupo, forma parte de las modalidades educativas en las que se jerarquiza esa posibilidad de desplegar motivación y recursos propios. Resulta más importante promover la variada experimentación, que dar respuesta “total” a las interrogantes del niño. El proceso por el cual formula sus ideas, intenta establecer nexos que le permitan “entender” distintas situaciones, es más importante que la certeza o corrección de las “conclusiones” a las cuales llegue.

Esta forma de pensar el papel que tiene el juego en el aprendizaje, y la

articulación del aprendizaje formal y no formal, está en la base de muchas propuestas pedagógicas actualmente. Por ejemplo, la estimulación inicial a la lectoescritura y al mundo de los números, apunta, entre otros objetivos, a que el niño vaya adquiriendo de hecho, mediante la experimentación, cierta noción de código, de que las personas disponen de otros sistemas para comunicarse además del habla, que su nombre se puede expresar por escrito, que su nombre y el de X persona tienen un rasgo parecido, una letra en común, que suenan igual…

1 Lic. María Cecilia Rodríguez da Silveira. Psicoanalista. Psicóloga de Maternalito. 2 (Canción) Zulema Alcayaga y Waldo Belloso. 3 Es frecuente ver al niño por ejemplo asustado tan solo por algo que soñó o imaginó, y calmarse ante el

consuelo del adulto que no fue algo sucedido, que no pasó sino que lo imaginó

2

El niño reconoce, compara, se asombra, se equivoca, pregunta, consigue su

propósito o se frustra, también disfruta… Y así, experimentando y curioseando, crece y aprende.

“Yo solito; yo contigo Juguemos a….

En educación inicial, vemos y estimulamos el despliegue por parte del niño de distintos tipos de juego. Al inicio, aparecen juegos de carácter exploratorio en los que manipula objetos y materiales, los pasa por el tamiz de sus sentidos, (toca, chupa, siente …) los lanza, tira … Su cuerpo es con frecuencia no solo requisito para la actividad lúdica, sino el objetivo sobre el que recae la acción lúdica en sí. La necesidad de moverse, correr, trepar, saltar, disfrutar con el cuerpo, o a partir de él, caracteriza especialmente etapas iniciales del desarrollo del niño, en las que parece necesitar explorar con su cuerpo, y mantenerlo de diversas maneras.

El docente intenta entonces, armonizar los tiempos de cada propuesta que tienen como objetivo habilitar dicha necesidad de despliegue motriz, con otros en los que se logra captar su atención, abocándose a una propuesta compartible que implica, a su vez, otras modalidades de interacción con los demás niños. La capacidad atencional en estas edades es lábil y breve, por lo cual se alternan propuestas que la requieran con otras que apuntan a juegos corporales, u otras modalidades expresivas.

En estas edades observamos el llamado “juego paralelo” que alude a momentos en los que el niño juega sólo, ensimismado en su juego, aunque esté rodeado por otros niños que acompañan de modo peculiar, desde su propio “ensimismamiento”, el juego. Los padres a veces se sorprenden viendo jugar a sus hijos en el jardín –mediante una filmación, por ejemplo- en esos momentos en los que parece que aún acompañado, juega sólo. Y es que ésta es una modalidad por la cual el niño reconoce la presencia de otro (incluso respetando –a veces- el espacio que ocupa, los chiches que utiliza), pero no lo involucra en su actividad lúdica, o lo hace momentáneamente. Gradualmente el desarrollo y la experiencia de jardín, va llevando a más momentos de “juego compartido” y se asiste a juegos reglados, juegos cooperativos, “juego libre” 4 enriquecido por una a su vez enriquecida interacción entre ellos.

De las muy diversas modalidades de juego, destacamos especialmente por su importancia tanto para el desarrollo cognitivo, como para la formación de la personalidad, el surgimiento del “juego simbólico”. En torno al proceso de adquisición

4 (En el sentido de escasa intervención o propuesta por parte del docente, excepto los

materiales que selecciona y pone a disposición La finalidad corresponde a un modo de organizar la jornada diaria en el jardín, de modo que los niños tengan variados tiempos de juego no estructurado o dirigido, que deje el máximo posible a lo que va surgiendo espontáneamente, Al inicio de cada jornada, luego de los habituales rituales de saludo, se organiza una propuesta de juego libre presentado en rincones con distintos materiales, y los niños van rotando entre los mismos “ensimismados” en su propio juego y/o desarrollando a su vez momentos de interacciones en grupitos que se forman en torno a los rincones).

3

del lenguaje que es condición y a su vez acompaña el desarrollo del mismo, los niños comienzan a desplegar un juego en el cual representan una acción o situación “como si” sucediera, de acuerdo a su imaginación. A partir de la imitación de acciones de los adultos u otras personas con la cuales se vinculan e interactúan, comienzan a recrear y crear instancias de juego en las cuales agregan sentidos propios. En las primeras etapas, se apoyan en juguetes, objetos que invitan a evocar. Por ejemplo, a partir de un teléfono de juguete, o simplemente un objeto (cuchara, palito) que funcione como tal, “realizan conversaciones telefónicas”, “llaman por teléfono a la abuela y le cuentan lo que han cocinado...” Mediante este juego, suelen “ser mamá o papá”, “cuidar a su hijito” – muñeco – y hacer variadísimos “como sí” mediante los cuales evocar, recrear y modificar de acuerdo a su fantasía situaciones vividas o imaginadas. Van a su vez, sintiéndose momentáneamente “como si” fueran mamá, papá, la maestra.., tomando aspectos de cada una de estas personas con las que se vinculan (en la realidad y en la fantasía), haciéndolos propios.

El juego simbólico se va enriqueciendo con el crecimiento y las interacciones y aparecen juegos en los que, por ejemplo, asignan y asumen roles en la interacción con otros, requiriendo cierto acuerdo con sus compañeros. “Yo soy la maestra, tú el alumno..” etc.

Además de la importancia que tiene para la formación de la personalidad en múltiples aspectos y la potencialidad para el aprendizaje, la posibilidad de simbolizar que requiere y despliega este tipo de juego, se constituye en uno de los recursos necesario para que el niño logre controlar adecuadamente los impulsos. Así el lenguaje oficia de mediador entre ellos y la acción. Logrará por ejemplo, pedir en lugar de arrancar un juguete al amigo, expresar lo que quiere o precisa… Se trata de procesos, que como el crecimiento del niño y la vida misma, implican vaivenes, pérdidas y adquisiciones, aprender a ser uno mismo y a tener en cuenta al otro y/o compartir, que puede durar toda la vida.