kintsugi: metáfora de la vida

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Kintsugi: Metáfora de la vida

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Kintsugi: Metáfora de la vidaPublished on Servindi - Servicios de Comunicación Intercultural (https://www.servindi.org)

La vida es más rica cuando asumes sus imperfecciones. Esto evidencia la capacidad deresistencia frente a la adversidad. Si salimos adelante estaremos doblementefortalecidos. Ese es el mensaje del kintsugi. La parte dañada sigue evidente, pero ha

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adquirido otro significado. En esa idea tiene mucho sentido concluir asumiendo que estatécnica de arte es una de las mejores metáforas que explica lo que acontece en la vidamisma.

Por Jorge Smith

MIRevista Cultural, 22 de enero, 2020.- No la había vuelto a ver en más de 20 años, pero sabía quehabía estado trabajando como fotógrafa en Rusia y luego en una estadía que se hizo muy larga enCalifornia, trabajando también en fotografía y que allí había vuelto de lleno a la cerámica. DeCalifornia, por diversas razones, nuevamente aterrizó en Perú.

Yo me preguntaba de como había hecho para cambiar de rubro y de rumbo, aquella joven quecuando la conocí, hacía ingeniosas piezas colgantes de cerámica, a medio camino entreinstalaciones figurativas o complejas decoraciones y que después había aterrizado en la fotografía yluego vuelto a su vocación inicial.

Al volverla a ver me obsequió nada menos que una bella pieza de cerámica, que podía ser muchascosas distintas a la vez: simplemente una obra de arte, una pieza decorativa o incluso cumplirambas funciones y tener también una función utilitaria como un florero, que es lo que suelo hacer.Mientras contemplaba la pieza que me trajo simplemente le pregunté “¿Y que fue de la fotografía?”.“Esta por el momento descansando” me dijo. “He vuelto a mi vocación, que es la cerámica”. “Lasvueltas que da la vida” le dije, mientras me presentaba a su hija, que si bien ha comenzado a hacersus estudios universitarios en Washington D.C. , hubiese podido también hacer una carrera comoviolinista.

No es un caso muy común el de Roxana, pues después de muchos años de haber trabajado en laprofesión de fotógrafa en los más diversos lugares y sobre todo en la convulsionada Rusia demediados de los 90 y luego vivir en Estados Unidos, en los florecientes años de Clinton, decidir deoptar por volver a una vocación original y comenzar a abrirse camino en ese campo, que no es muyvasto en el Perú era enfrentar al mismo tiempo retos muy diversos. En Perú, tenemos una tradiciónmilenaria de eximios ceramistas, los nazcas y los moches sobre todo, cuyas obras de una facturaperfecta, hechas por manos anónimas serán siempre una referencia. En los últimos años la cerámicaen Perú, ha estado centrada en la producción de cerámica utilitaria y poco en la cerámica de arte.Esta última, sin embargo en los últimos años ha comenzado a crearse un espacio propio pero haestado, si se quiere, manejada por un monopolio de ceramistas varones.

Es también paradójico el hecho que para alguien como Roxana, el entorno familiar no erapropiamente, uno que llevase necesariamente a suscitar un interés por la cerámica como arte. Lospadres de ella, a quienes conocí, eran más bien estupendos artífices de la voz humana. Su padreOscar Artacho fue un excepcional locutor radial y su madre Irma Céspedes, poseedora de una de lasmas bellas voces. Ella tuvo una trayectoria excepcional como cantante, para interpretar sobre todola canción popular peruana, los valses sobre todo. De una presencia imponente y de una sensibilidadespecial para escoger su repertorio, la interpretación que nos dejó de muchos temas seguirá porsiempre siendo referencial.

Con tal genética hubiese sido previsible y comprensible que Roxana fuese también cantante o algoligado a la palabra hablada, pero por antítesis, la profesión que ejerció durante largos años y suvocación rediviva por la cerámica, son artes que se ejercen en el silencio. La fotografía, desde suinvención ha sido muy dependiente de la técnica y ha tardado muchos años, casi un siglo despuésde su invención el poder ser considerada como un arte. Es un arte que guarda una distancia con suobjeto. De lo que hace arte un fotógrafo es de la imagen de su objeto. En cerámica la relación con elobjeto es más directa y sensorial. El ceramista incluso antes de haber terminado una obra ya intuyeel impacto que tendrá la obra en el ojo de quien la contempla y la sensación que dará la textura dela obra en quién la toca.

Roxana es además una mujer muy reflexiva que gusta de conocer todos los matices de un arte queimplica mucha creatividad para salir de lo común. Al comentar como procede me dice: “Hacercerámica implica conocer muchos detalles tecnológicos de diversos componentes de una obra, sobretodo cuando generas obras que son híbridas en su ejecución, como cuando agregas esmaltes u otros

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aditivos.”

Es cierto que cuando la escucho, ella me habla de muchas fórmulas, procesos químicos o formas demanejar la técnica de fabricación, que hay que conocer para lograr tales texturas en la superficie deuna obra o tales matices en el color. Para ella está claro que aquello se logra solo con la práctica. Poreso inicialmente la cerámica era un oficio, que se aprendía a la sombra de un maestro, que solo acuenta gotas te transfería su saber. Al respecto Roxana agrega:

“Para dominar la técnica, tienes que estar en un ensayo error permanente, hasta que logras lasformulas perfectas. Uno puede tener una pieza que luce de tal manera y al salir del horno luce deuna forma diferente o con una coloración diferente a la que uno quería llegar, lo cual impacta lapercepción incluso de la forma”.

Al preguntarle sobre si su experiencia norteamericana o rusa han dejado una impronta en lo quequiere transmitir en la cerámica o a través de ella me responde: “Menos de lo que hubiese pensado.Vivir en esos países que tienen una presencia tan influyente en el mundo, por otro lado, si me hahecho aprender muchas cosas. Pienso sin embargo que le falta una pata a la mesa de mi formacióncomo persona y quizás también a mi experiencia como ceramista y es conocer el Asia, donde esperoen un futuro cercano hacer una estadía. En Estados Unidos cuando se habla de cerámica de unacierta calidad se dice “China ware”, como si el sello de calidad de algún objeto cerámico era aquelde proceder de China o del Asia en general. Japón tiene también una espléndida cerámica”.

“He leído que en Japón, algunas formas de hacer cerámica pueden contener elementos con grancarga simbólica o emotiva” le comento. “Si efectivamente, algunas técnicas de cerámica, como ladenominada kintsugi, muy propia de Japón, han ejercido una fascinación especial para mí.” Consisteen reparar una pieza que ha sido rota o dañada, pero sin ocultar el trabajo de reparación.

“¿Se podría decir que es una especie de sanación por objeto interpuesto?”, le pregunto. “Algo así,pues la rotura, o el daño del objeto cerámico es algo como una herida pero la cicatriz que quedara alser curada no hay que camuflarla, sino mas bien evidenciarla. En Occidente mas bien rehuimos todaevidencia que nos recuerde un trauma. Cuando buscamos reparar, queremos que todo quede comonuevo. Rehuimos cualquier evidencia, cualquier traza que nos recuerde algún trauma o dolor”,responde mi interlocutora.

Roxana al hablarme de aquello me muestra un ejemplo del trabajo en una pieza.

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“Mostrar una pieza que ha sido reparada con el kintsugi, es como si un soldado mostrase con orgullouna herida o cicatriz de guerra. Una cicatriz puede ser la marca de un antes y un después de unaexperiencia traumática, pero la experiencia del trauma si la asumes, o si procesas un dolor o unapérdida, bien puede ser algo muy pedagógico”.

“En realidad es el trabajo restitutorio o reparador que a veces propugna el psicoanálisis en lapsicoterapia. Extraer algo positivo de algo que fue negativo, frustrante o traumático”, le digo. “Algoasí“, me responde Roxana, ”El mensaje es que no hay que tener temor de cargar imperfecciones,siempre y cuando las asumas, sin avergonzarte de ellas o mostrar que a pesar de ellas has podidosalir adelante. Sabiendo que eres psicólogo debo decirte que es muy interesante, el hecho que Freudy alguno de sus discípulos les dijesen a algunos pacientes que eran muy creativos que mejor dejasende lado el psicoanálisis, pues si evidenciaban de una forma demasiado consciente la raíz de algunosde sus traumas, esos dejarían de ser el motor de muchas de sus creaciones”.

“Es cierto -le digo- y podemos agregar que para los artistas románticos que Freud conocía muy bien,en la literatura y y sobre todo en la poesía, como también en la música o su interpretación, loestético no está centrado solo en la belleza formal de la obra, que es el resultado final, sino en la

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transmisión de una sensibilidad intensa, que muchas veces puede parecer hasta caótica. He vistomuchos originales de partituras de Schumann y están llenas de enmiendas y correcciones. Losrománticos eran conscientes que los aspectos formales de la belleza siempre estaban condenados aser solo aproximativos. Lo que debe estar claro es la intensidad del mensaje”, le digo a Roxana,sabiendo el interés de ella y sobre todo de su hija por la música clásica.

“Es justamente -agrega Roxana- lo que busca el kintsugi, a hacer de la imperfección un componenteno solo accesorio sino a veces central de la belleza o del valor de una pieza. Hay una fobia feroz enel mundo moderno sobre cualquier forma de imperfección, sobre todo corporal y de allí la obsesiónpor la cirugía plástica y la obsesión por las dietas”.

Al revelarnos los aportes en el plano personal del trabajo con la técnica del kintsugi, Roxana destacaque le ha permitido transponer en un mundo objetivo un proceso que ha estado viviendo en supropia vida, situaciones inconclusas que vivía cuando partió de Perú. En paralelo revisa las razonesde ese retorno tan complejo y a veces doloroso. Lo peor para ella es hacer operaciones cosméticasde algunos errores de nuestra existencia y actuar como si estos no hubiesen ocurrido. La vida esmás rica cuando asumes sus imperfecciones. Eso evidencia la capacidad de resistencia frente a laadversidad. Si salimos adelante estaremos doblemente fortalecidos. Ese es el mensaje del kintsugi,por eso la parte que une las piezas rotas es de un metal noble, como el oro o el platino. La partedañada sigue evidente, pero ha adquirido otro significado. En esa idea tiene mucho sentido concluirasumiendo, como lo dice Roxana, que esta técnica de arte es una de las mejores metáforas queexplica lo que acontece en la vida misma.

----Fuente: Publicado el 2 de diciembre 2019 por MIRevista Cultural: http://culturamir.com/mitsugi-metafora-vida/ [1]

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