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La humanidad de las semillassembrada en la santa tierra.

La economía campesinaen el valle de tenza.

Colección Tesis LaureadasFacultad de Ciencias Humanas

La humanidad de las semillassembrada en la santa tierra.

La economía campesinaen el valle de tenza.

Dora Nelly Monsalve Parra

Departamento deAntropología

Tesis Laureada por la Facultad de Ciencias Humanas

Universidad Nacional de Colombia en 2004

Dora Nelly Monsalve ParraLa humanidad de las semillas sembrada en la santa tierra.La economía campesina en el valle de tenza. La presente edición, 2006 Dora Nelly Monsalve Parra. [email protected] 958-8063-31-0Germán Meléndez AcuñaDecanoFacultad de Ciencias HumanasOlga Restrepo ForeroVicedecana AcadémicaFacultad de Ciencias HumanasCoordinación editorialNadeyda Suárez Morales([email protected])Diseño y diagramación:Julián R. Hernández([email protected])Imagen contracarátula:Sembrando a la orilla de mama pacha,Dora Nelly Monsalve Parra (2001)Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogotá, D.C.Facultad de Ciencias HumanasCiudad Universitaria, Bogotá, D.C., ColombiaCoordinación de Publicaciones F.C.H.Tels: 316 5149 - 3165000 Ext. 16208www.humanas.unal.edu.coImpreso en Colombia-Printed in ColombiaEsta publicación contó con el apoyo económico del Fondo Mixto de Cultura de Boyacá.Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en su todo ni en sus partes, ni registra-da en o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio seamecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso porescrito de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional.

Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia

Monsalve Parra, Dora Nelly, 1973- La humanidad de las semillas sembrada en la santa tierra : la economía campesina en el Valle de Tenza / Dora Nelly Monsalve Parra. – Bogotá : Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Ciencias Humanas, 2006 526 p. – (Serie encuentros. Colección mejores trabajos de grado) ISBN : 958-8063-31-01. Economía doméstica rural - Valle de Tenza (Boyacá) (Colombia) 2. Ecología agrícola – Valle de Tenza (Boyacá) (Colombia) 3. Campesinos – Vida social y costumbres – Boyacá (Colombia) CDD-21 305.5633 / 2006

Especialmente a doña MARÍA DEL CARMEN MORALES PEDRAO quien partió de este mundo el

mismo día de mi sustentación, el viernes 23 de abril de 2004.

Hace tres junios ella abrió las puertas de su corazón y de su casa en la vereda, sin lo cual no hubiera

sido posible la realización de este trabajo de investigación. Ahora vuelvo a sentir que abre otras

puertas, en un re-encuentro con los corazones que amó.

A mi abuelo

A mi padre, a mi madre y a mi hermana

A Mamapacha

A Ángela

A Resguardo Mochilero

Por haberme mostrado el camino.

1. Introducción. 251.1 Valle de Tenza: Despensa de Boyacá. 291.2 Resguardo Mochilero: Una vereda de subpáramo. 351.3 Historia del poblamiento y del paisaje. 401.4 La hacienda y los aparceros: “Nosotros éramos mayordomos de

estas tierras que ahora son nuestras." 412. Unidades territoriales. 512.1 Lugares fuera de la vereda. 532.1.1 Los del Reino y Madre. 532.1.2 Los Guates. 572.1.3 Los Teguas. 572.1.4 La represa de Chivor. 582.1.5 Mamapacha. 582.1.6 El alto de las Cruces o la cuchilla El Varal. 622.1.7 El alto y la cuchilla de la Jullería. 642.1.8 El alto de La Mesa. 642.1.9 El alto de la Jorará. 652.2 Lugares dentro de la vereda. 662.2.1 La casa. 662.2.2 La finca. 772.2.3 Los Jutes. 822.2.4 La Vega. 843. Organización social. 853.1. La familia y el trabajo. 853.1.1. Labores cotidianas en la vereda. 913.1.2 División social del trabajo. 923.1.3 La familia nuclear. 1203.2 Formas de adquisición de la tierra. 131

Contenido

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3.2.1 La herencia. 1313.2.2 La finca propia. 1343.2.3 La finca en arriendo. 1353.2.4 El empeño. 1353.2.5 La Estancia. 1363.2.6 Compra de tierra. 1373.2.7 Tierras de la Iglesia. 1383.3 Clasificación de la tierra. 1384. El Clima. 1474.1 El invierno y el verano. 1484.1.1 Las lluvias de Año Grande. 1554.1.2 Los siete aguaceros, remolinos y el frío de agua. 1594.1.3 Las heladas. 1634.1.4 Las humaredas. 1644.1.5 El sol. 1654.1.6 La luna. 1694.2 Calendario agrícola. 1744.3 El agua. 1924.3.1 Los aljibes y las manas. 1924.3.2 El acueducto. 1964.4 Ciclo del agua en la vereda Resguardo Mochilero y sus alrededores. 1964.4.1 Ciclo del agua en un macro y en un microterritorio. 1975. Preparar la tierra. 2035.1 Los “siembros” de ayer y de hoy. 2045.2 Barbechar. 2165.2.1 La tierra nueva. 2185.2.1.1 Rozar monte. 2235.2.1.2 El “quemao” y el “hogueriao”. 2285.2.1.3 Romper el llano, picar y calar. 2305.2.1.4 Cercar. 2355.2.1.5 Melgar y Zanjear. 2365.2.1.6 Hoyar. 2425.2.2. El rastrojo. 2486. La Siembra. 2536.1 Preparar el abono orgánico y químico. 2556.2 Las herramientas y demás elementos necesarios para la agricultura. 2596.3 Clases de semillas. 2626.3.1 “Comida” o “duras”. 262

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6.3.1.1 Arracacha. 2636.3.1.2 Yuca. 2676.3.1.3 Papa 2696.3.1.4 Batata. 2756.3.1.5 Nabo, hibia y ruba. 2776.3.2 “Recao”. 2816.3.2.1 Alverja. 2816.3.2.2 Maíz. 2836.3.2.3 Fríjol. 2906.3.2.4 Haba. 2956.3.2.5 Garbanzo. 2966.3.3 “Pepas”. 2976.3.3.1 Lulo. 2976.3.3.2 Tomate de árbol. 2996.3.3.3 Mora. 3006.3.3.4 Calabaza. 3016.3.4 Caña de azúcar. 3026.3.5 Otros siembros. 3066.3.5.1 Huerta. 3066.3.5.2 Verduras. 3086.3.5.3 Plátano. 3086.3.5.4 Pasto Imperial. 3106.3.5.5 Otras frutas. 3106.4 Un cateo o tramo de comida: El mutal. 3126.5 Tapar. 3376.6. Cuidados de la sementera. 3386.6.1 Fumigar las plagas de la sementera. 3406.6.2 Güachapiar, aporcar y reabonar. 3566.7 Rotación de áreas de cultivo. 3716.8 Control vertical de diferentes espacios ecológicos. 3767. Cosechar. 3917.1 Cosechar para el “come” o para la venta. 3937.2 Cosechar para los animales. 4027.3 El trueque de cosechas y de semillas. 4037.4 Cosechar para semilla. 4078. La Ganadería y otros animales. 4278.1 El Ganado. 4278.1.1 Rotar Pastos. 4318.1.2 Ordeñar 434


8.1.3 La cuajada y los quesos de hoja. 4398.1.4 Fenómenos naturales que inciden en el ganado. 4418.1.5 Calendario Ganadero. 4448.2 Animales de cría. 4448.3 Animales de monte. 4458.4 La cacería. 4469. El mercado en el municipio. 4539.1 El mercado ayer. 4539.2 El mercado hoy. 4589.3 El mercado veredal y regional. 4649.4 La Plaza de Mercado de Garagoa. 4669.5 La Plazuela. 48310. Conclusiones. 48911. Bibliografía. 497

ANEXOSAnexo No. 1.Vocabulario y dichos de la vereda Resguardo Mochilero. 503Anexo No. 2. MapasMapa No. 1. Localización general del área de estudio. 515Mapa No. 2. Mapa político e hidrográfico de Garagoa. 516Mapa No. 3. Mapa predial de las veredas Resguardo Mochilero,Bancos de Páramo y Bancos de Arada. 517Mapa No. 4. Mapa interpretativo de la vereda Resguardo Mochilero,dibujado por don Jorge Vallejo Alfonso. 518Mapa No. 5. Áreas de Páramo de la provincia de Márquez, Neira, Orientey parte de Lengupá. 519Mapa No. 6. Provincia de Márquez. 520Mapa No. 7. Mapa de la finca de la familia Vallejo Morales, dibujadopor don Jorge Vallejo Alfonso. 521Mapa No. 8. Mapa de la finca de la familia Vallejo Manrique, dibujadopor Arturo Vallejo Manrique. 522Mapa No. 9. Mapa hidrográfico, dibujado por Arturo Vallejo Manrique,de las fincas de la familia Vallejo Manrique en las veredas de ResguardoMochilero, Bancos de Páramo y Ciénega Tablón. 523Mapa No. 10. Mapa de la finca de don Crisanto Vera Manrique, dibujado


por él mismo. 524Mapa No. 11. Mapa de la finca de don Pedro Mora Fernández, dibujadopor su nieto Daniel Mora. 525ÍNDICE DE FIGURASFigura No. 1. Casa de la familia Vallejo Manrique. 68Figura No. 2. Casa y alrededores de la familia Vallejo Morales. 72Figura No. 3. Transformaciones de la casa de la familia Vallejo Morales. 72Figura No. 4. Cultivos en distintos pisos térmicos. 78Figura No. 5. Distribución de cultivos en una finca. 79Figura No. 6. Finca con distintas alturas. 80Figura No. 7. Los Juteros. 83Figura No. 8. Estancias y por ambías de don Pedro Mora Fernández y donMarcos Olmos. 101Figura No. 9. Partes de un trapiche. 111Figura No. 10. Sistema de relaciones de parentesco de la veredaResguardo Mochilero. 129Figura No. 11. 160Figura No. 12. Recorrido horizontal del sol y de la luna en el ocaso, en lasmontañas del occidente de Garagoa. 167Figura No. 13. Recorrido horizontal del sol y de la luna en la vespertina,en las montañas del oriente de Garagoa. 168Figura No. 14. Sembrar Agua. 195Figura No. 15. Caminos del agua en la vereda y los alrededores. 197Figura No. 16. Ciclo del agua en un macroterritorio. 201Figura No. 17. Estancia con tres barbechos de dueños diferentes. 218Figura No. 18. Por ambía de don Pedro Mora Fernández y don Marcos Olmos.222Figura No. 19. Estancias de tres familias. 222Figura No. 20. Barbecho de don Pedro Mora Fernández cerca de su casa. 277Figura No. 21. Barbecho arado de don Pedro Mora Fernández cerca de su casa. 232Figura No. 22. 238Figura No. 23. 239Figura No. 24. 240Figura No. 25. Primera y segunda melga de un rastrojo-estancia encompañía de dos socios. 242Figura No. 26. Elaboración de un hoyo para sembrar hibia, ruba y haba. 242Figura No. 27. Sembrar papa en hoyos. 243Figura No. 28. Sembrar papa en zanja. 243Figura No. 29. 244Figura No. 30. 245


Figura No. 31. Esquema de una sementera de papas. 246Figura No. 32. 247Figura No 33. Hoyar el barbecho para sembrar lulo. 248Figura No. 34. Distribución de arracacha en la parcela de don Pedro MoraFernández. 264Figura No. 35. Partes de la arracacha. 264Figura No. 36. Matas de arracacha. 266Figura No. 37. Variaciones en la siembra de la yuca. 268Figura No. 38. 268Figura No. 39. Tapar hoyos con azadón a lo umbitano. 274Figura No. 40. Movimientos al abonar papas en un surco. 275Figura No. 41. Sementera de fríjol Bolorojo colgado. 294Figura No. 42. Sementera de don Pedro Mora Fernández. 295Figura No. 43. Pie de una caña para la siembra. 303Figura No. 44. 304Figura No. 45. Distribución de semillas de hibia, ruba, haba, alverja y fríjol,y maíz en un camino de una sementera de la familia Franco Rivera. 314Figura No. 46. Distribución espacial de arracacha y maíz de la familiaMora Ávila. 315Figura No. 47. Distribución de las semillas en un camino de una sementerade la familia Mora Ávila. 315Figura No. 48. Distribución de semillas de caña de azúcar y arracacha en uncamino de una sementera de la familia Franco Rivera. 316Figura No. 49. Sementera de calabaza, caña de azúcar y batata de la familiaMora Ávila. 316Figura No. 50. Disposición de los diferentes cultivos en el rastrojo porsegunda vez sembrado de la familia Mora Ávila. 317Figura No. 51. Distribución de semillas de nabo, maíz, alverja y fríjol enun camino de una sementera de la familia Franco Rivera. 318Figura No. 52. Distribución de semillas de hibia, ruba, nabo, fríjol, haba ymaíz en un camino de una sementera de la familia Franco Rivera. 319Figura No. 53. Distribución de semillas de papa Quina, haba, maíz, alverjay fríjol en un camino de una sementera de la familia Franco Rivera. 319Figuras No. 54. Tabla No. 1 y 2 del barbecho de la familia Mora Ávila. 320Figura No. 55. Distribución espacial del barbecho de la familia Mora Ávila. 321Figura No. 56. Tablas de tres familias. 322Figura No. 57. Estancias cedidas a tres familias. 323Figura No. 58. Distribución de las semillas en las tablas 1 y 2. 323Figura No. 59. Sementera de papa, fríjol, alverja, haba y maíz pertenecientea Jorge Manrique Peña. 234


Figura No. 60. Esquema de una sementera de papa, maíz y fríjol dedon Custodio Manrique Pedrao. 327Figura No. 61. 328Figura No. 62. Sementera de papa y alverja. 331Figura No. 63. Camino de papa, alverja y fríjol de la familia Alfonso deCiénega Valbanera. 332Figura No. 64. Cultivo de alverja “catiada” con lulo. 332Figura No. 65. 334Figura No. 66. “Cateo” de cultivos. 335Figura No. 67 (a, b, c). 336Figura No. 68. Sementera de papa, hibia, maíz y fríjol de Árbol de lafamilia Franco Cuesta. 337Figura No. 69. Aporcar. 356Figura No. 70. Palear maíz. 363Figura No. 71. 364Figura No. 72. Abono químico alrededor del lulo. 367Figura No. 73. Cambio del ancho de surco. 373Figura No. 74. Finca de doña María Villamil de Bancos de Páramo. 379Figura No. 75. Ruta para segar el maíz de un camino. 395Figura No. 76. 424ÍNDICE DE FOTOSFoto No. A (1,2,3,4,5,6,7,8 y 9). 23Foto No. 1. Doña María del Carmen arrea ganado al potrero La Esperanza. 37Foto No. 2. Represa La Esmeralda. 58Foto No. 3. Cerro de Mamapacha. 59Foto No. 4. La Joraica. 60Foto No. 5. Camino de herradura Garagoa – Miraflores. 62Foto No. 6. Cruces de ramo. 63Foto No. 7. Cerro de las Cruces. 63Foto No. 8. Cerro de la Mesa. 65Foto No. 9. Casa de la familia Morales. 67Foto No. 10. Caney de la familia Vallejo Morales. 69Foto No. 11 (a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l). 73 y 74Foto No. 12. Finca de don José Arias. 75Foto No. 13 (a y b). Flores del sietecueros. 75Foto No. 14. Casa de la familia Vallejo Morales. 75Foto No. 15 (a, b, c, d). 87Foto No. 16. Hacienda. 132Foto No. 17. Panorámica de Garagoa y caminos del agua. 198 y 199


Foto No. 18. Sementera de maíz blanco. 289Foto No. 19. Sementera de don Pedro Mora Fernández. 320Foto No. 20. Picar tierra con azadón. 330Foto No. 21. Sementera de don Jorge Vallejo Alfonso. 365Foto No. 22. Sementera de lulo de Arturo Vallejo. 366Foto No. 23. Toy de fríjol. 370Foto No. 24. Finca de la familia Mora Ávila. 390Foto No. 25. Potrero de la familia Vallejo Morales. 430Foto No. 26. Corral de terneros de la familia Vallejo Morales. 431Foto No. 27. Corral de ordeño. 434Foto No. 28. Labor de ordeño de la familia Vallejo Morales. 435Foto No. 29. Transporte de leche. 436Foto No. 30 (a, b, c). Labor de ordeño de la familia Vallejo Morales. 437Foto No. 31. Envasando leche. 438Foto No. 32. Embudo o corral para vacunar ganado. 439Foto No. 33. Familia Mora Vallejo lavando cuajada. 440Foto No. 34. Culebra verde en el camino al cerro de Mamapacha. 445Foto No. 35. Lagartija o Salamanqueja. 445Foto No. 36. Oso de anteojos de la vereda Ciénega Valbanera de Garagoa. 446Foto No. 37. Venta de plátano hartón. 467Foto No. 38. Plaza de mercado de Garagoa. Año 1998. 478Foto No. 39. Venta de canastos en plaza de mercado de Garagoa. 479Foto No. 40. Puesto con productos de Corabastos en plaza de mercadode Guateque. 480Foto No. 41. Fritanguería en la plaza de mercado de Garagoa. 482Foto No. 42. Paso de ganado a la plazuela. 483Foto No. 43. Plazuela del municipio de Garagoa. 485ÍNDICE DE TABLASTabla No. 1. 89-90Tabla No. 2. 139Tabla No. 3. 152-153Tabla No. 4. Tiempo de siembra de los cultivos según el territorio yel clima. 183-186Tabla No. 5. Meses de lluvia y sequía según la altura. 187Tabla No. 6. Cultivos de Año Grande y de Guayome. 189Tabla No. 7. 263Tabla No. 8. 267Tabla No. 9. 271Tabla No. 10. 276


Tabla No. 11. 278Tabla No. 12. Clases de alverja. 282Tabla No. 13. Clases de Maíz. 284Tabla No. 14. Clases de Fríjol. 291Tabla No. 15. Clases de Haba. 295Tabla No. 16. Clases de Garbanzo. 297Tabla No. 17. Clase de Lulo. 298Tabla No. 18. Clases de Tomate de Árbol. 299Tabla No. 19. Clases de Mora. 301Tabla No. 20. Clases de Calabazas. 301Tabla No. 21. Clases de Caña de Azúcar. 302Tabla No. 22. Clases de Curuba. 311Tabla No. 23. Frutas. 312Tabla No. 24. Niveles de peligrosidad de los plaguicidas utilizadosfrecuentemente en la producción agrícola en la vereda de ResguardoMochilero en leguminosas, oleaginosas, raíces, tubérculos, hortalizasy frutales. 343Tabla No. 25. Principales riesgos de salud humana por la práctica de laagricultura convencional. 344Tabla No. 26. Rotaciones de cultivo según la altura. 372Tabla No. 27. Proceso de siembra de diferentes productos según el climay la altura. 382Tabla No. 28. Sementeras de la vereda Resguardo Mochilero según elclima y la altura. 387Tabla No. 29. Cosechas de la familia Mora Ávila. 401Tabla No. 30. 403Tabla No. 31. Venta de fríjol por tazada y por arroba en el año 2000. 417Tabla No. 32. Precio del fríjol en los años 2000 y 2001. 417Tabla No. 33. 444Tabla No. 34. Centros principales de mercado. 459Tabla No. 35. Semillas según la especie y el clima. 481


Después de haber extraviado el camino en un día lluvioso del mes de junio de1999, con mi compañera de carrera y “carreras”, Ángela, encontramos la primeracasa de la cabecera de la vereda Resguardo Mochilero, lugar desde donde pretendía-mos empezar este trabajo de grado. La primera persona que encontramos fue aCarmelo, quien saludó nervioso, y al cual nos presentamos como estudiantes deAntropología de la Universidad Nacional de Colombia, expresándole al mismo tiemponuestro interés en adelantar un estudio en esta zona sobre las costumbres agrícolas.

La forma como llegamos a la vereda, sin previo aviso, con impermeables quesólo dejaban ver un poco nuestros rostros, por el recrudecimiento del invierno, pre-guntando con mapa en mano sobre la primera casa de la cabecera de la vereda,desde donde pretendíamos iniciar nuestro trabajo, y que coincidía exactamentecon su casa, fueron hechos suficientes para que éste botara intempestivamente lastablas que sostenía en sus manos, deduciendo para sí oscuras intenciones en nuestroextraño proceder, lo que provocó que bajara a poner sobre aviso a la familia quehabitaba la segunda casa habitada de la cabecera de la vereda. La dificultad parallegar a esta zona de esta manera no se debió a la falta de carreteras o caminos depenetración, sino que no encontramos el contacto que nos llevara a estas familiasque habitan la parte superior de la vereda, así que decidimos aventurarnos a cono-cerlas por nuestros propios medios, con la firme convicción de que mi pertenenciaa este municipio bastaría para que la gente reconociera mi procedencia, aceptaranuestro trabajo y vislumbrara nuestras buenas intenciones. Continuando con el re-lato, las lluvias de junio nos obligaron a pedirle a Carmelo que nos permitiera res-guardarnos en su casa, pero su negativa fue la voz de alerta del temido rechazo denuestra presencia en la zona, pero aún así nos señaló lejos de su casa un ranchousado como escampadero por los trabajadores cuando siembran sementera, paraque nos resguardáramos. Luego de que la lluvia cesó, bajamos, dirigiéndonos haciala segunda casa de la vereda que habita la familia Vallejo Morales, donde encontra-mos nuevamente a Carmelo, para nuestra sorpresa, quien se encontraba herrandoun caballo, y al darse cuenta de nuestra insistencia, se paró ofuscado y lanzó lejos elmartillo que asía en sus manos para adentrarse en la casa y avisar de nuestra pre-

Presentación


sencia a doña María, quien nos saludó amablemente, pero la desconfianza seguíarondándonos. Nos dijo que su patrón (esposo) no se encontraba y que regresaríamás tarde, pero que podíamos esperarlo cerca de la casa. Ante esta nueva situa-ción decidimos subir a la cuchilla que pasa cerca del lugar para poder divisar mejorla vereda y esperar a que llegara el “patrón” de doña María, a quién le pediríamos elfavor de poder dormir esa noche cerca de su casa, pero la tarde cayó rápidamente,lo que nos obligó a descender nuevamente para decirle a doña María que nos deja-ra acampar cerca de su casa, ya que la noche estaba cerca y preferíamos hablar consu esposo a la mañana siguiente. Doña María no nos negó esa posibilidad, perotuvimos que armar la carpa lejos de la casa, siguiendo su consejo.

Nuestro conocimiento de los sucesos que ocurren cuando uno se apresta aacampar al aire libre esta vez no fueron suficientes, porque una vez familiarizadoscon el lugar, volvimos a sentir que lo desconocíamos cuando llegó la noche, debidoa toda suerte de “plaguitos” que se nos asomaron con sus sonidos graves y agu-dos, además del frío que no cesaba de entrarnos por los pies, así, hasta el otro día.

La mañana llegó tarde para nosotras, y la misma doña María se encargó dellamarnos para advertirnos que pronto don Jorge, su esposo, dejaría nuevamentesu casa, rumbo al trabajo, así que debíamos apresurarnos para hablar con él. Enton-ces, rebuscamos en nuestro desorden la carta de presentación de la Universidad ymi cédula, para obtener la aprobación al trabajo que pretendíamos hacer en la vere-da. Don Jorge nos recibió con un fuerte apretón de manos y nos dio la bienvenida asu casa, aunque no seguimos a ésta inmediatamente, porque en el lugar se encon-traba casi toda la junta directiva de la Junta de Acción Comunal, quienes queríantambién escuchar nuestras palabras, así todos ellos y algunos miembros más deesta familia escucharon nuestras intenciones. Al finalizar nuestra intervención re-solvimos algunas dudas de nuestra procedencia, y cuando me aprestaba a mostrarmi cédula que me acreditaba como garagoense, doña María se acercó a mí conpasos lentos y con sus grandes ojos no dejó de recorrer mi rostro hasta no estarsegura del parecido de mis rasgos físicos con mi familia. Una vez obtenido lo quequería, dejó salir una sonrisa como gesto de aceptación, pero expresó su decep-ción porque no poseía los rasgos físicos que me relacionaban con mi madre, quepara ellos fue muy especial por haber ayudado en vida a que la gente más vulnera-ble del pueblo obtuviera préstamos y cómodos pagos posteriores de esos intere-ses, además de haberlos involucrado en programas y planes especiales de asisten-cia social. Mi madre era Ana Beatriz Parra Romero (q.e.p.d.), mujer que se distinguiófísicamente por su porte de “señora elegante”, bien parecida, y quien logró ser di-rectora-fundadora de la Caja Popular Cooperativa de la Sucursal de Garagoa, funda-da en el año 1959, hasta el año de su muerte (1975); allí se distinguió por su granservicio a la comunidad, en especial a la gente del campo, lo que la hizo acreedorade su cariño. Más si aceptaron el parecido que tenía con mi padre, Lucio HernandoMonsalve Parra, cuatro manos (chiquinquireño), quien había llegado a Garagoa cuan-


do se fundó la EscuelaIndustrial Artesanal (ensus inicios) MarcoAurelio Bernal, siendomaestro de mecánicaindustrial y educaciónfísica (1960-2001), pos-teriormente pasó a serel Instituto Técnico In-dustrial, que funcionócomo un centro de edu-cación técnica e indus-trial que muchos hijosde trabajadores urba-nos y rurales pudieron

aprovechar, hasta que posteriormente llegó la decadencia a manos del mismo Esta-do que la fue acabando para darle paso a la conformación del SENA. Ese mismocariño y confianza hacia mi familia resurgió una vez más hacia mí y permitió queaceptaran este trabajo en la vereda, más que presentarles la carta de la universidadque explicaba y avalaba mi trabajo, aclarando las dudas que se habían originado pornuestra presencia.

En los siguientes días que acampamos cerca de la casa pudimos observar lasprimeras labores agrícolas en las sementeras que habían sembrado don Jorge y sushermanos en una “por ambía”. Mucho tiempo después de haber separado mis intere-ses de trabajo con Ángela y de haber modificado la pregunta central, y una vez finali-zado el trabajo de campo, me enteré que Carmelo le había dicho a la familia VallejoMorales que, de seguro, nuestra presencia se trataba de una nueva incursión de laguerrilla, que hacía quince años había abandonado la zona, paseándose por la cuchillaEl Varal, límite de la vereda Resguardo Mochilero con la vereda de Ciénega Tablón.Durante el tiempo que me tomó relacionarme con ellos también fui confundida comoempleada de Corpochivor y del municipio. Ellos me expresaron mucho después queya estaban cansados de tanta visita de técnicos que han adelantado estudios en estazona, perteneciente al subpáramo y a una microcuenca importante de Garagoa, lla-mada Quigua, y que no los han beneficiado directamente en nada. La razón de estaantipatía provenía de la incompatibilidad de intereses al tratar de resolver los proble-mas reales de la gente, al no profundizar en sus causas y consecuencias.

Pasaron seis meses para conocer toda la vereda, las vidas y quehaceres de sushabitantes y los problemas entre familias y vecinos; tiempo suficiente para crearlazos afectivos entre las familias que más me aceptaron y donde me sentía mássegura porque las mujeres eran las que llevaban las riendas del hogar y eran respe-tadas, lo que me permitió dejar la carpa y vivir y dormir en sus casas. Allí logre

Ana Beatriz Parra Romero(q.e.p.d.) Lucio Hernando Monsalve Parra


formar parte de las labores de las casas y de la agricultura lo que me permitió seguiry aprender paso a paso cada una de estas prácticas en tres pisos térmicos distintos(alto, medio y bajo) gracias a la ubicación de estas viviendas.

La promotora de salud, hija mayor de la familia Vallejo Morales, Elena VallejoMorales, fue la persona que se encargó de presentarme ante la gente y de informar-les el trabajo que adelantaría y de la familia de la que provenía. Así se fue creandouna imagen de mi presencia en la vereda, construida y reconstruida con el paso deltiempo, ya que muchas veces se dijo que yo estaba allí para subir los impuestosprediales, lo que les preocupaba considerablemente, sobre todo cuando se hizo elPlan Básico de Ordenamiento Territorial para el municipio, que por cierto, tiene mu-chas inconsistencias frente al sector rural.

Cuando finalmente la gente tuvo claridad sobre el trabajo que estaba realizan-do, algunos de ellos, como Arturo Vallejo Manrique (primo de la promotora de sa-lud), Daniel Mora y la señora María de Jesús Villamil (de la vereda Bancos de Pára-mo), me propusieron una directriz que le dio un sentido al trabajo que presento.Inicialmente, estas tres personas me propusieron hacer varios encuentros con losmás viejos para filmar historias sobre el poblamiento de la vereda y sobre los oficiosy tradiciones de los “anteriores”. Posteriormente, cuando ya convivía con la gente yempecé a acompañar y practicar la labor agrícola de producción con varias familiaspara entender las diferencias de esta práctica en distintas alturas, se asomaronvarias dificultades: como la de no poder alcanzar a observar el proceso completo encada una de ellas porque se realizaba casi al mismo tiempo en lugares distintos, eltrabajo tomaba casi un día o más para terminarlo, las parcelas se ubicaban a distan-cias considerables una de la otra, a veces el trabajo se realizaba sin previo aviso, ymis fuerzas, a pesar del guarapo que me daba la gente, no fueron suficientes pararesponder a esta empresa quijotesca de querer estar en todo lugar al mismo tiem-po, lo que hizo que tuviera que esperar nuevamente a que sucedieran los hechos enlas fechas siguientes de siembra para tener una noción holística del proceso, exten-diendo mi permanencia en la vereda. Al no poder participar completamente de laslabores agrícolas al mismo tiempo en distinto lugares, al entender que la gente nopodía dejar sus oficios por contestar a mis preguntas y al probar que mis fuerzas noeran suficientes para coger la pala o el azadón y ayudar en una parcela y luego enotra, hicieron que desistiera del impulso de practicar la agricultura y decidiera utili-zar una cámara de video que me permitiera tener a la mano material importante(160 horas de grabación), que fue observado varias veces junto con las cuatro per-sonas que nombré anteriormente, incluso con otros miembros de la vereda, paraaclarar algunos temas. En resumen, los temas que se recogieron en los videosfueron sobre la territorialidad de la vereda y otros lugares que referencian una histo-ria local y regional particular, y de la cual no se profundizó por no poder estar acá yallá al mismo tiempo que estaba recogiendo los detalles más mínimos en la produc-ción agrícola, todo el proceso agrícola de varias familias de la vereda Resguardo


Mochilero y una familia en particular de la vereda Bancos de Páramo, las transfor-maciones de la agricultura a través del tiempo y los diversos factores naturales ysocio-económicos que inciden en ella. Una vez completada la información requeri-da para el análisis, bajé al pueblo y en mi casa hice la trascripción de todo el materialde video, que digité y clasifiqué en un índice temático que presento en este trabajo.El material de video será editado según los resultados que arroje este trabajo degrado para ser mostrado en el canal de televisión comunitario del municipio y enotros canales de la región.

Agradezco sinceramente a los habitantes de la vereda Resguardo Mochilero y dela vereda Bancos de Páramo por haberme permitido vivir entre ellos y por enseñarmetodo el proceso de producción agrícola de las distintas semillas nativas y foráneasque hay en la vereda, especialmente por haberme ayudado a entender la “humanidaddel maíz” sembrado en la “santa tierra”. Especialmente a María Elena Vallejo Moralesy su familia por explicarme cómo es la vida de la gente en la vereda, por enseñarmelos distintos caminos que la cruzan y por haberme presentado ante la gente. A donPedro Mora Fernández por permitirme entrar en los trabajos agrícolas que se hicieronen la vereda. A su esposa, doña Elena Ávila Mora, por recibirme en su casa y acoger-me como una hija en su familia. A Daniel Mora, su nieto, por haberme acompañadoen los caminos que llevaban de su casa a las demás casas y por explicarme mucho dela producción agrícola que él, con escasamente 14 años, ya sabía en profundidad. Adoña María de Jesús Villamil porque gracias a su facilidad de palabra y su concienciade los sucesos que afectan la vereda me ayudaron a entender el estado de la agricul-tura ayer y hoy en la vereda. A Arturo Vallejo Manrique y su familia, quienes me mos-traron y explicaron el proceso agrícola que sucede en distintos pisos térmicos, ade-más de otros oficios en la vereda como la molienda de caña de azúcar. A Jorge ManriquePedrao, Marco Emilio Pedrao Romero, Benedicto Gamba Cabezas, Juan ManriquePeña, José Morales Suárez, José Guillermo Peña Manrique, Gabriel Manrique Mora-les, Jorge Vallejo Morales por mostrarme el trabajo agrícola y ganadero en sus distin-tas formas. A don Otoniel Franco Cabezas y su familia por ayudarme a distinguir laforma antigua y moderna de siembra. A don Puna Cabeza Cuesta por mostrarme yexplicarme los oficios antiguos en la vereda. A doña Ana Felisa Fernández de Olmos ya doña Carmen Parra Bernal por explicarme la vida de la mujer y su papel histórico enla vereda. A doña María Zoila Rosa Campos Manrique y su familia por dejar que losacompañara haciendo sus cultivos. A doña Elvira Jiménez y su esposo por el ricomasato de hibia y por mostrarme sus sementeras y la preparación de los abonos. Adoña Flor Pedrao Romero por mostrarme la selección de semillas para la agricultura ypor su acogida. A doña María del Carmen Romero Cabezas por su consejo y valentíacomo mujer y madre. A doña Virginia Cabezas Rojas y su hermana por aceptar mipresencia en su familia. A los niños y niñas de la vereda por aceptarme en sus juegosy sus andanzas. A los más antiguos que quedan en la vereda, porque eran las perso-nas que más poseían tiempo para sentarse a hablar del pasado y del presente, como


don Juan Cuesta, doña Fidedigna Rubiano León, doña Etelvina Rubiano León, donNepomuceno Peña Parada quien dijo que el pasado da la referencia del presente, poreso va adelante. A los intermediarios mayoristas y minoristas de la plaza de mercado,y a los campesinos independientes que llegan con sus cosechas, por haber discutidoconmigo las incidencias de la economía de mercado que afecta la producción agríco-la y la vida de la gente. También quiero agradecer a los que ya se fueron de estemundo, don Nepomuceno Peña Parada, don Custodio Manrique Pedrao y don JuanVallejo, quienes, gracias a su memoria, me contaron los acontecimientos históricosque sucedieron en la vereda.

Agradezco ampliamente a mi familia, pues sin su apoyo ilimitado no hubieralogrado sortear muchas dificultades. A mi madre especialmente porque gracias asu huella profundamente humana pude seguir los pasos que entraban al mundocampesino. A mi padre por creer en mí, por estar siempre conmigo en todo mo-mento y por ser mi mano derecha en cada paso que di en la construcción de estetrabajo. A mi hermana por apoyarme como sólo ella lo sabe hacer. A Alina por ayu-darme a comunicar mejor las ideas y por impulsarme a creer en mí.

Agradezco al Director del trabajo de grado: Profesor François Correa, por todasu paciencia, consideración y comprensión en la dirección y lectura de este trabajo.Igualmente a los jurados que contribuyeron significativamente en la valoración deeste trabajo. Al profesor Luis Guillermo Vasco por el ejercicio de memoria que llevóa la re-elaboración del texto enmarañado. Al profesor Fabricio Cabrera por valorarlos contenidos de este trabajo.

Aprecio inmensamente la amistad que me une a Ángela Caro; sus consejosprácticos y su presencia me dieron fuerza para continuar esta investigación.

Además resalto aquí la importancia del conocimiento de los antiguos que habi-tan aún la vereda porque les permite sacar buenos cultivos a pesar de las trasforma-ciones que ha afectado la producción agrícola, llamando urgentemente la atenciónen que la muerte de cualquiera de ellos es el crecimiento del abismo del olvido quelleva a la desaparición paulatina de los conocimientos necesarios para una garantíade alimentos sanos y una óptima práctica agrícola en nuestra región.

Presento a continuación a la gente de la vereda que se interesó en los conteni-dos de esta investigación, los cuales tienen nombres e imágenes propias:


Foto 1. Elena Vallejo MoralesPromotora de Salud de la Vereda ResguardoMochilero.

Foto 2. Doña María VillamilVereda Bancos de Páramo

Foto 3. Daniel MoraVereda Resguardo Mochilero

Foto 4. Arturo Vallejo ManriqueVereda Resguardo Mochilero

Foto 5. Don Jorge Vallejo Alfonso.Vereda Resguardo Mochilero.

Foto 6. Doña María del Carmen Morales Pedrao(q.e.p.d). Vereda Resguardo Mochilero.


Foto 9. Dora Nelly MonsalveParra. Garagoa.

Fotos No. A (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9).

Foto 7. Don Custodio Manrique Pedrao.Vereda Resguardo Mochilero.

Foto 8. Don Nepomuceno Cabezas Cuesta.Vereda Resguardo Mochilero.

la humanidad de las semillas sembrada en la santa tierra. la economía campesina en el ... ·...

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